Lectura El Conflicto

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INSTITUTO INFANTIL Y JUVENIL

PROYECTO DERECOS HUMANOS Y SOLUCIÓN DE CONFLICTOS


SESIÓN # 3: EL CONFLICTO ESCOLAR

Para aprender:

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¿QUÉ ENTENDEMOS POR CONFLICTO? es importante aclarar que conflicto y violencia no son lo
mismo, siendo esta última un claro exponente del primer término. De esta forma, la violencia siempre
va acompañada de nuevos conflictos, pero el conflicto no siempre entraña situaciones de
violencia. Aunque esta cuestión pueda parecer en cierto modo trivial, no se desprende así de la
literatura sobre el tema en la que se vislumbra una falta de consenso que lleva a definiciones dispares
y al manejo de un gran número de vocablos asociados a conflicto o, cuanto menos, de similares
características. Así, por ejemplo, en el ámbito educativo se manejan otros términos similares como
indisciplina o mal comportamiento.

Con la finalidad de aclarar esta cuestión, se realiza a continuación un análisis de aquellas


expresiones de uso más extendido:

- Conflicto: Según Casamayor (1998: 18-19) "un conflicto se produce cuando hay un enfrentamiento
de los intereses o las necesidades de una persona con los de otra, o con los del grupo, o con los de
quien detenta la autoridad legítima ". De manera similar se manifiesta Grasa (1987), para quien el
conflicto supone la pugna entre personas o grupos interdependientes que tienen objetivos
incompatibles, o al menos percepciones incompatibles. Esto nos lleva a un grupo de situaciones
derivadas de la propia convivencia que son proclives a la aparición de conflictos, especialmente
cuando aquella se produce en entornos más o menos cerrados y con unos roles diferenciados en
función de la edad y de las responsabilidades. Un caso claro lo constituyen los centros educativos.

- Violencia: Para Trianes (2000: 19) la violencia es "un comportamiento agresivo con la intención de
causar daño físico, verbal o psicológico a otra persona, que es juzgado inadecuado socialmente,
incluso penado por la ley". Se trata, sin lugar a dudas, de un comportamiento evitable que supone un
gran obstáculo para el desarrollo social del individuo y de su vida en colectividad.

- Agresividad, conducta agresiva: Autores como Trianes (2000) o Cerezo (1997) se han referido a
este tipo de comportamiento adoptan do diversos matices. Se trata de una forma de conducta que
pretende herir física o psicológicamente a alguien, lo cual provoca rechazo. Suele estar al servicio de
unos objetivos e ir dirigida a la solución de problemas interpersonales (Trianes, 2000). Agresividad y
agresión no son la misma cosa. Mientras que el primer término se emplea para designar la tendencia
que dio lugar a la agresión posterior, el término agresión se utiliza para designar un acto en sí que
resulte palpable.

- Bullying: Término anglosajón que según Smith y Sharp (1994) se utiliza cuando existe un abuso
sistemático de poder. En español encuentra su sinónimo en intimidación. Trianes (2000: 23-24) lo
define como "comportamiento prolongado de insulto, rechazo social, intimidación y/o agresividad
física de unos alumnos contra otros, que se convierten en víctimas de sus compañeros". En esta
misma línea Olweus (1998) destaca que se produce cuando un alumno es agredido al estar expuesto
durante un tiempo a acciones negativas (verbales, físicas o psicológicas) que lleva a cabo otro
alumno o grupo de ellos. Por acciones negativas se entiende tanto las cometidas verbalmente o
mediante contacto físico y las psicológicas de exclusión. Es decir, existe un desequilibrio de fuerzas.

Tratamiento pedagógico de los conflictos:

La vida escolar es un marco de referencia en el que prevalecen dos normas básicas, aunque no
siempre igualmente definidas en todos los centros: el poder y la autoridad del profesorado (reflejada
de manera máxima en el equipo directivo) y el carácter democrático que empieza a consolidarse en la
vida de las aulas.

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En este sistema de relaciones humanas cobran fuerza los cuatro grandes pilares de la educación
señalados por Delors y otros (1996), que aplicamos, como puede comprobarse en la siguiente Figura
8.1. al tema que nos ocupa. A continuación, se concretan estos pilares junto con su interrelación como
parte de la actividad diana que desarrolla el alumno en el contexto educativo:

Figura 8.1. Los cuatro pilares de la educación en el tratamiento de los conflictos.

-Aprender a conocer: Adquirir los instrumentos que permitan al sujeto comprender el mundo que le
rodea. Esto supone aprender a aprender, cultivar la memoria selectiva y la combinación de lo concreto y lo
abstracto, de lo deductivo e inductivo.

- Aprender a hacer: El mismo Delors señala la relación íntima entre este pilar y el anterior, igual que se
relaciona la teoría aprendida con su práctica concreta. Por este motivo, existe en la Figura 8.1 una flecha
bidireccional que marca las influencias mutuas. El aprender a hacer es la capacidad para poder influir sobre el
propio entorno, la puesta en práctica de los conocimientos aprendidos.

- Aprender a vivir juntos, aprender a vivir con los demás: Si los pilares anteriores eran más de tipo
académico o profesional, éste y el siguiente tienen una relación directa con aspectos sociales y afectivos.
Aprender a conocer y a hacer se lleva a cabo en colectividad. Por este motivo ambos se desarrollan a través del
contacto entre personas. De hecho, Delors (1996: 103) se refiere a este pilar como "una de las principales
empresas de la educación contemporánea".

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Se trata de participar y cooperar con los demás en las distintas actividades humanas, respetando los
valores de pluralismo, comprensión mutua y paz. Expone Delors la importancia de enseñar la no violencia en
las escuelas y lleva a cabo dos propuestas: el descubrimiento gradual del otro y la participación en proyectos
comunes. Consiste en una tarea ardua a la que poco contribuye el espíritu de competencia que existe en la
sociedad.

- Aprender a ser: Este pilar recoge las influencias de los tres pilares anteriores, se unen así cuerpo,
mente, inteligencia, sensibilidad, etc. A través de la educación las personas deberán poseer un pensamiento
autónomo y crítico, así como un juicio propio ante las cosas. Aspectos como la imaginación y la creatividad
cobran especial relevancia en este pilar, cuyo fin último es el desarrollo completo del hombre.

En el Aprender a vivir juntos resulta ideal utilizar como forma de gestión la democrática, sin que
suponga un menoscabo de la autoridad del profesor. Para que esto pueda ser efectivo habrán de darse en el
aula las condiciones necesarias, especialmente de tiempo. Como propone Ortega (2000), esto implica:

- La elaboración de normas explícitas y claras.

- El establecimiento de un modelo disciplinar, sencillo pero transparente.

- Prohibiciones claramente aceptadas por todos.

- Un estímulo amplio y positivo hacia la libertad, la igualdad y la solidaridad.

Una vez sentadas las bases, los conflictos aparecerán y se resolverán de forma natural y como una
parte más de la vida de las personas. Este proceso adoptará un marcado carácter natural y, en el mismo, el
profesor o el tutor será un mediador de conocimiento, un agente social ante los conflictos (Burguet, 1999).

Adaptación basada en: Pantoja Vallejo, Antonio. La gestión de conflictos en el aula. Factores determinantes y
propuestas de intervención. SECRETARÍA GENERAL DE EDUCACIÓN. Consultado en línea en:
https://www4.ujaen.es/~apantoja/mis_libros/gestion_confli_05.pdf

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