Lo Inconsciente de Freud ALacan
Lo Inconsciente de Freud ALacan
Lo Inconsciente de Freud ALacan
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The Unconcius mind from Freud to Lacan.
Resumen: Con “lo” inconsciente como lo llama Freud, se abre un nuevo sentido, se in-
troduce un saber nuevo, un sentido sexual. El inconsciente freudiano tiene raíz sexual.
Este inconsciente, se lee y en este aspecto el inconsciente freudiano y el lacaniano se
encuentran. Esto quiere decir que se pueden descifrar.
El mérito de Freud fue sostener este S1, ese significante amo que guarda el sentido
sexual, contra la opinión inhóspita con la que fue recibido. Inhóspita tanto en lo social
como en lo subjetivo, que es lo que conocemos con el término de resistencia.
Cuando Lacan propone que el inconsciente está estructurado como un lenguaje, equi-
vale a decir que es lógico, deducible, legible, incluso predecible en algunas ocasiones,
en la temporalidad que le caracteriza, una temporalidad que se lee por retroacción. El
inconsciente no es, hay que producirlo.
Abstract: With “The” unconscious as Freud denominated it, a new knowledge is intro-
duced, a sexual sense. The Freudian unconscious mind has a sexual root. This uncon-
scious mind can be read, and in this aspect the Freudian and the Lacanian concepts find
each other. This means both can be deciphered.
Freud’s merit was to sustain this S1, this master signifier that guards the sexual sense
against the unwelcome opinion with which it was received. Unwelcome both in the social
and in the subjective sense, a term we know as resistance.
When Lacan proposes that the unconscious mind is structured as a language, it is equiv-
alent to describe it as logical, deductible, readable, and even predictable in some cir-
cumstances, in the ephemeralness that defines it. An ephemeralness that can only be
read after the fact. The unconscious mind is not, it needs to be produced.
* Basado en otro artículo publicado en la Revista de la Asociación Madrileña de Psicoterapia Psicoanalítica, nº 27. Febrero 2020.
En psicoanálisis los conceptos no son inamovibles porque no es lo mismo leer el inconsciente como
y sus modificaciones responden a determinadas cadena significante, que leerlo entre líneas, en el
coordenadas. Estas coordenadas no son solo teó- hueco entre significantes. Como dirá en su ense-
ricas, también implican la experiencia analítica. ñanza más avanzada, en el intervalo.
Me refiero a los sujetos que se analizan y a los que
sostienen el acto, en tanto psicoanalistas. El mérito de Freud fue sostener este S1 contra
la opinión inhóspita con la que fue recibido. In-
Lacan, como opina Jean Allouch no es un epígono hóspita tanto en lo social como en lo subjetivo,
de Freud. No sigue al maestro copiando su esti- que es lo que conocemos con el término de re-
lo, sino que crea un estilo propio, que mantiene sistencias. Freud no cedió. Con la honestidad de
con el campo freudiano una relación de vecindad, sostener una hipótesis, sostiene que hay un no
incluso de contigüidad. Y en este sentido Allouch saber que es irreductible. Freud no propone un
señala que lo que Lacan hace con el deseo freu- mundo cerrado para el concepto, no lo hizo con
diano, es considerar al objeto del psicoanálisis la pulsión de muerte para que no se cerrara so-
tan metonímico como el objeto de la pulsión o del bre el instinto, ni lo hizo con el sueño, dejó un
fantasma. Lacan sigue la huella del deseo freu- agujero, un punto de no- saber. A ese punto de
diano. No sustituye sus conceptos por otros. No no-saber lo llamó el ombligo del sueño, que es el
hace metáfora, pero entre la conceptualización de punto donde las asociaciones se detienen. Y va a
uno y otro hay conexión, por eso se dice que no afirmar que no se puede ir más allá.
hay sustitución, pero sí, continuidad metonímica.
Lacan lee el significante en los casos de Freud, Cuando Lacan propone que el inconsciente está
más que en su teoría, y lo mismo hace con La in- estructurado como un lenguaje, tesis presentada
terpretación de los sueños, donde puede haber en el S11, Los cuatro conceptos fundamentales
un significante que desvele el sentido del deseo del psicoanálisis, al decir estructurado, lo pone
del sueño. Pero justamente la diferencia va a estar al alcance del analizante y del analista, del clíni-
que mientras Freud busca el sentido, Lacan busca co. Decir que está estructurado equivale a decir
el significante y el vaciamiento de sentido. No va a que es lógico, deducible, legible, incluso prede-
apuntar a una hermenéutica sino a un vaciamien- cible en algunas ocasiones, aunque sea en la
to de sentido, y va a hacer de la presencia del ana- temporalidad que le es propia: por retroacción.
lista el artífice de la llamada al Otro. Donde ambos
El primer Lacan, el de los 5 primeros seminarios es
se encuentran es que para ambos la trasmisión
el de la ley del lenguaje. El último Lacan dirá que
del psicoanálisis será a través del caso y que en
lo real es sin ley. Esta pasión por la ley del primer
la singularidad del caso será menester contar no
Lacan, desaparece cuando afirma que No hay Otro
solo con que cada paciente es el primero, sino con
del Otro. Las primeras son las leyes lingüísticas,
la necesidad de reinventar el psicoanálisis.
las que extrae de Saussure, el significante y el sig-
Con “lo” inconsciente como lo llama Freud, se nificado y, la sincronía y la diacronía, de Jakobson,
abre un nuevo sentido, se introduce un saber que articula la metáfora y la metonimia. A estos
nuevo, una especie de nueva inteligencia, que, tropos del lenguaje les dará el estatuto de leyes.
muy especialmente un sentido sexual. El incons- Son leyes del lenguaje elevadas a la categoría de
ciente freudiano tiene raíz sexual, por eso se dice leyes del inconsciente. La segunda es la ley dialéc-
que Freud viene a instalar un significante amo, tica y del reconocimiento del otro que va a buscar
un S1, en el sujeto y en la civilización, que va a en Hegel. Esta ley es la que propone que en el dis-
cambiar definitivamente la manera de leer los curso el sujeto no pueda asumir su ser sino por la
fenómenos del mundo. Este inconsciente, se lee mediación de otro sujeto. El humano no es sin el
y en este aspecto el inconsciente freudiano y el Otro. Lo que Lacan llama la ley de reconocimiento.
lacaniano se encuentran. La tercera será la ley de la alianza y el parentesco,
que importa de Lévi-Strauss de sus Estructuras
Ambos se leen. Esto quiere decir que se pueden elementales del parentesco. Y la cuarta, la supues-
descifrar. Para Lacan a lo largo de su enseñanza, ta ley freudiana, la del Padre del Edipo, del cual el
hay un cambio en su concepción de lectura, hay primer Lacan hizo una ley: el significante del Nom-
un cambio en su concepción del inconsciente bre del Padre que debe imponerse al Deseo de la
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Lo inconsciente de Freud a Lacan
madre y por esta condición el sujeto accede a una campo de la palabra y del lenguaje en psicoanáli-
experiencia de realidad, que será común a otros sis, en el apartado “Palabra plena y palabra vacía
sujetos. En la primera etapa, estos 4 registros son en la realización psicoanalítica del sujeto”, inicia-
constitutivos para él, de lo que llamó Lo Simbólico. ba el texto con el siguiente párrafo: Ya se dé por
agente de curación, de formación o de sondeo, el
A Lacan le interesa el inconsciente que aparece en psicoanálisis no tiene sino un médium: la palabra
la experiencia en “su pulsación temporal”. Cada del paciente. La evidencia del hecho no excusa que
inconsciente, en cuanto que es producido en la ex- se le desatienda. Ahora bien, toda palabra llama
periencia, será pensado uno por uno. Así se pue- a una respuesta… Pero si el psicoanalista ignora
de entender muy bien su proposición del estatuto que así sucede en la función de la palabra, no ex-
ético del inconsciente: el inconsciente no es, hay perimentará sino más fuerte su llamada” (1). Esa
que producirlo. Y el analista está ahí para formar llamada indica que toda palabra es una llamada a
parte él mismo de la producción del inconsciente. la presencia del otro. El concepto de llamada es el
Además, decir el inconsciente estructurado como que precede al concepto de demanda en Lacan.
un lenguaje significa que no basta con un solo sig-
nificante, que para captar al inconsciente hacen En el Seminario 1, Los escritos técnicos de Freud,
falta al menos dos, S1-S2. Porque el inconsciente la llamada se articula con el llanto del niño, como
lacaniano está entre los significantes, por eso se llamada que implica la instauración del sujeto en
necesita una cadena, una red para capturarlos. En lo simbólico.
el “entre” se cuela ese inconsciente que irrumpe y
sorprende en la sesión de análisis. La llamada implica, por tanto, una dinámica de
presencia/ausencia y este par presencia/ausen-
Si el inconsciente no es y hay que producirlo, de- cia es el núcleo de la teoría de la simbolización
pende del compromiso que con el discurso tenga para Lacan.
el sujeto.
El sujeto que consulta hace una apuesta por algo La función de la llamada se despliega
desconocido que lo habita, pero que de algún en el famoso juego del Fort-Da!
modo se interroga, sospecha que eso desconocido Este par mínimo de fonemas que se oponen va
puede hacerse presente. Su piel, es la de un vacío a definir formalmente al significante. Un signifi-
que tendrá que habitar. Urbanizar el pasado. Lo cante es lo que los otros no son, y éste será su
que llamamos historizar, y en esa disposición en- rasgo diferencial.
contramos una posición ética del sujeto analizante.
El par mínimo de oposiciones se funda, en psi-
Si el inconsciente está estructurado como len- coanálisis, en la presencia/ausencia del Otro. De
guaje, implica no escuchar solamente los signifi- manera que esta presencia/ausencia no es una
cantes que conforman su historia, sino escuchar cuestión de conducta. El juego del niño que se
un poco más allá, o más acá de los significantes, esconde y luego vuelve a aparecer, es un juego
escuchar su latido. Lo más singular de cada su- vinculado a la captura del sujeto humano por el
jeto está en el hueco, en el entre, en el agujero lenguaje.
entre significantes. Es en la grieta, en la hiancia
donde lo vemos insistir a Lacan. Los significan- Luego siempre que hay una llamada, se espera
tes dan el marco, el envoltorio total, pero lo más una respuesta, porque la palabra, en primer lu-
original, lo más verdadero está en el hueco. En gar, viene del Otro: desde que nace, la cría de
el Seminario 11 dice “Antes de toda experien- hombre está sumergido en un baño de lenguaje.
cia… algo organiza este campo…”. Ese “algo” al El universo simbólico le pre-existe.
que alude Lacan es la estructura sobre la que se
asienta todo aquello que llamamos subjetividad. Antes de nacer se le habla, se habla de él, es ha-
blado en las manifestaciones interpretativas de los
En este mismo seminario 11 de 1964 Lacan subra- que le rodean. Este es el sentido, en que la llamada
ya el desdén y la ignorancia de los analistas post- se relaciona con el hecho de que la palabra tenga
freudianos, y vuelve a exigir el respeto a la palabra una función evocativa y una función creadora. Resu-
como instrumento. Unos años antes, en Función y miendo, el fort-da! introduce la pulsión de dominio
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M. Carmen Rodríguez Rendo
freudiana, y la palabra que nombra la ausencia y la fora porque es imaginaria, y que Freud abrió la
presencia, introduce el significante en Lacan. vía del sueño para la noción del simbolismo ana-
lítico. Freud abrió la vía, Lacan la transita.
Lacan advierte, que abordará la cuestión del
inconsciente desde una posición que conlleva Volviendo a la cuestión del concepto podemos de-
el rechazo del concepto. En el texto establecido cir que el concepto intenta mediante una simboli-
por Miller, no deja de observarse como paradojal zación, la captura imaginaria de una noción; que
frente a esta advertencia, el título del seminario: el concepto está hecho para aprehender una rea-
Los cuatro conceptos fundamentales del psicoa- lidad, pero la realidad para Lacan, es imaginaria.
nálisis. En el seminario siguiente, Problemas cru-
ciales del psicoanálisis, Lacan cuestiona la idea Volvamos al concepto de inconsciente: el incons-
de que los fundamentos del psicoanálisis sean ciente está estructurado como un lenguaje es una
del orden del concepto, además los cuestiona afirmación que nos es mucho más accesible ahora
explícitamente. El fundamento no puede ser del que en la época de Freud, gracias a lo explorado
orden del concepto, si lo fuera estaría constru- por Claude Lévi-Strauss en Pensamiento salvaje.
yendo una psicología psicoanalítica, y no una Allí elabora y estructura que antes de toda expe-
teoría psicoanalítica. riencia, antes de que se inscriban en el hombre las
experiencias colectivas de las necesidades socia-
Nuestra concepción del concepto está hecha les, hay algo que organiza este campo e inscribe
para aprehender la realidad de forma acabada, allí, los primeros trazos. Es la función que Claude
realizándose. Pero en qué puede cobrar forma Lévi- Strauss llamará la función totémica. Antes de
acabada la elaboración conceptual que llama- que se establezcan las relaciones humanas, estas
mos inconsciente, puesto que está en transfor- son determinadas. La naturaleza ofrece soportes
mación constante, y su peculiaridad es el es- que se disponen en oposición. La naturaleza pro-
tatuto de lo inacabado. Cualquier formulación porciona significantes que organizan de forma in-
freudiana o lacaniana del inconsciente se alejará augural las relaciones humanas y las estructuran.
de una forma acabada, ya que Freud, tanto si lo
El paisaje de la lengua que acoge al infans inocu-
presenta como sustantivo o como adjetivo, no
la su palabra dando forma al psiquismo que se
habla de una instancia adicional, ni de una se-
ha de construir.
gunda consciencia, sino del eje de la vida psíqui-
ca, con un movimiento de apertura y cierre. Lacan subraya la importancia de esto ya que va
a afirmar que antes de la formación del sujeto,
A partir de la 1ª tópica, con La interpretación de
algo cuenta. Y lo que cuenta es lo simbólico im-
los sueños, y en particular del capítulo VII, el in-
portado desde la función totémica, ya que el pai-
consciente queda separado del sistema percep- saje de la lengua no solo preexiste, sino que será
ción/conciencia por la represión. Luego, con la 2ª la cuna de la cría de hombre.
tópica lo inconsciente se funda en la repetición y
las formaciones del inconsciente que tendrán un La incidencia significante es anterior a la inscrip-
significado inconsciente al que se accede por la ción del sujeto en el orden simbólico. El entorno
interpretación convocada por la asociación libre. cultural en el que le toca vivir, va a inscribir en él
El psicoanálisis se va acercando así a una her- lo que Lacan denomina las “líneas de fuerza ini-
menéutica y la preocupación por el sentido va a ciales”. Esto quiere decir que desde el comienzo
reinar en él, como legado de la tradición judeocris- el sujeto cuenta con una marca, una singularidad
tiana que, en los post-freudianos, verá su apogeo, con la que habrá de vivir. El significante está antes
hasta que Lacan desarrolla con su enseñanza un del sujeto, antes de que cobre forma de sujeto.
vaciamiento de la sustancia y del sentido.
Ahora bien, Lacan dirá el inconsciente, como con-
El registro de lo imaginario abre la posibilidad de cepto freudiano es diferente del nuestro. Al decir
mostrar el señuelo que anida en la prestancia de que es un concepto dinámico, se sustituye un
la apariencia. Que no es posible ser sin el otro, y misterio particular por un misterio más corriente,
al tiempo la relación con el otro, está sancionada el de la fuerza que designa una opacidad. Por eso
por su virtualidad, que la analogía no es la metá- se va a referir a la función de la causa. Kant va a
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Lo inconsciente de Freud a Lacan
precisar la hiancia, que precede a toda aprehen- de va a buscar lo inconsciente. Lacan va a buscar
sión conceptual de la causa. “… cada vez que ha- en la hiancia y lo que encuentra en ella es el ha-
blamos de causa, siempre hay algo anticoncep- llazgo. Dirá: “Lo que se produce es esta hiancia,
tual, indefinido” (S11 p. 30) la causa se distingue en el sentido pleno del término producirse, es
de la ley, pero una cosa no se da sin la otra. el hallazgo… Hallazgo que es a un tiempo solu-
ción… por incompleta que sea… que es la sorpre-
Lo anticonceptual anterior a la causa es el agu- sa: aquello que rebasa al sujeto… Con todo, este
jero, esa nada de que Freud parte en la Etiología hallazgo, en cuanto se presenta, es re-hallazgo y,
de las neurosis. La ranura, la hiancia de toda cau- además está siempre dispuesto a escabullirse de
sa, a la que “pertenece al orden de lo no realiza- nuevo, instaurando así la dimensión de la pérdi-
do”. Esa hiancia de la que hablamos, igual que el da”. (S 11 p. 33) Lo que hará de telón de fondo de
ombligo anatómico que lo representa, es lo que esa pérdida reiterada es la ausencia. La ausencia
Freud llamaba, el ombligo del sueño. va a surgir de la ruptura, de la ranura.
¿Qué quiere decir para Lacan que pertenece al El inconsciente que Lacan postuló no está dentro
orden de lo no realizado? Quiere decir que dentro de un sujeto, está en el discurso del analizante,
de la experiencia analítica, será la presencia del es extraplano. No es actividad de una fuente, ins-
analista lo que convoque a lo inconsciente, como tancia o sistema psíquico, es efecto del lenguaje.
una llamada al sujeto del inconsciente del anali- No está dentro de un sujeto porque no es intrap-
zante, que se realizará siendo evocado por el dis- síquico, en el sentido en que se mal utiliza este
curso, por la palabra del paciente en el discurrir término. Aparece en un discurso que se ofrece a
de su cadena hablada. De ahí que afirme que el la interpretación. Es indisociable de la transferen-
inconsciente tendrá que ver con el futuro. No se cia porque se pone en acto en la relación con el
trata de eludir los acontecimientos del pasado, otro. No es un durmiente que permanece en es-
sino de respetar su actualidad, esa que adquie- tado latente hasta que un día despierta. Porque
ren en el discurso, en la cadena significante. La no es un inconsciente articulado al pasado sino
noción de puntada da buena cuenta de ello. Esta al futuro, advendrá, se producirá invocado por la
dimensión del inconsciente es la que Lacan dice presencia y el deseo del analista. Como se requie-
que estaba olvidada por el celo con que los ana- re de la presencia del analista para producir el in-
listas ortopedistas, en lugar de abrir se ocuparon consciente en la trama del discurso, se dice que
de cerrar, el mensaje de lo inconsciente, suturan- el estatuto del inconsciente es ético. Y el analista
do la hiancia y psicologizando la teoría analítica. no es exterior ni al inconsciente ni a la experien-
cia analítica que conduce. Este fenómeno Lacan
El siguiente paso que dará será introducir en lo hace patente con la banda de Möebius.
la hiancia la ley del significante, intentando lle-
var el concepto a su límite. El inconsciente de Esta manera de entender lo inconsciente hace
Freud no tiene nada que ver con los conceptos de la repetición un elemento de la estructura. El
de inconsciente que le precedieron, ni con algu- sujeto repite porque no tiene posibilidad de no
nos que todavía circulan. En el capítulo VII de la hacerlo. Repitiendo cobrarán presencia los sig-
Traumdeutung, va a decir que hay a nivel de lo nificantes determinados para cada sujeto en sus
inconsciente algo homólogo con lo que sucede formaciones del inconsciente. El inconsciente
a nivel del sujeto: “eso habla y eso funciona de para Lacan no está escondido, tiende a eviden-
manera tan elaborada como a nivel de lo cons- ciarse a través de la asociación libre y de la trans-
ciente …”. En “El olvido de los sueños” del capí- ferencia, con su puesta en acto y su realidad se-
tulo VII, Freud se refiere insistentemente al juego xual en la superficie del discurso.
del significante.
La fórmula gnómica: En el principio era el verbo,
Ahora bien, hay otro aspecto con el que lo in- muestra a través de la experiencia del psicoaná-
consciente se manifiesta y es lo que impresiona lisis, como deseo, goce y palabra brotan entrela-
en el sueño, en el lapsus, es que se presenta en zados, sin que se pueda decir cuál es anterior al
forma de tropiezo, de falla, de fisura. Fenómenos otro. Porque la palabra toma cuerpo, en un cuer-
imantados para la mirada freudiana y es allí don- po que conquista la palabra.
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M. Carmen Rodríguez Rendo
La tesis: “El inconsciente es el discurso del Otro” en la escucha de la histérica, es que, en alguna
alude al Otro que surge en aquello que se dice, parte, el inconsciente se muestra. A pesar de
así como al Otro que tiene que ver con el de- que pudiese estar marcada por el engaño (7)
seo. ¿Es el Otro del Que vuoi? ¿Qué me quiere el inicialmente, es el deseo de la histérica lo que
Otro? ¿Qué se hace presente y se muestra en la marca el descubrimiento inicial de Freud: Ahí
dialéctica del sujeto con el Otro? la servidumbre está la tierra donde llevo a mi pueblo.
del humano al deseo del Otro, que se inicia en
la relación con el Otro primordial, la madre. “Si Para finalizar voy a citar al Lacan de Función
dije que el inconsciente es el discurso del Otro y campo de la palabra… para mostrar la perte-
con una O mayúscula, es para indicar el más allá nencia de su pensamiento al campo freudiano:
donde se anuda el reconocimiento del deseo con “El inconsciente es aquella parte del discurso
el deseo de reconocimiento”. (2) concreto en cuanto transindividual que falta
a la disposición del sujeto para reestablecer la
Cuando afirma que “el inconsciente está estructu- continuidad de su discurso consciente.” (8) “El
rado como un lenguaje” lo hace para insistir en la inconsciente es ese capítulo de mi historia que
dependencia del orden significante, tanto del in- está marcado por un blanco u ocupado por un
consciente como del sujeto. En La instancia de la embuste; es el capítulo censurado. Pero la ver-
letra… ratifica como Freud pone diversos ejemplos dad puede volverse a encontrar; lo más a menu-
para poner en valor el significante de la imagen en do ya está escrita en otra parte.” (9)
la Traumdeutung y su propuesta de seguir el sue-
ño al pie de la letra. (3) Es la textura del relato del Para Freud la ayuda del analista consistía en
sueño la que dará cuerpo al texto que nos llevará restituir la continuidad del discurso. Lacan va a
por el camino real hacia lo inconsciente. recuperar este espíritu freudiano diciendo que el
analista ayuda al analizante, a reconocer que su
Esta concepción del inconsciente no tiene por fi- inconsciente es su historia, y que la historización
nalidad descubrir contenidos preexistentes, sino es lo que le permitirá actualizar los “vuelcos”
crear lo inconsciente, construir junto al analizan- históricos, reconocidos o censurados dentro de
te su producción inconsciente. la cadena significante.
Lacan va a situar lo inconsciente en el plano del
sujeto de la enunciación en la medida en que: Notas del texto
“este se pierde tanto como se vuelve a encon- 1. Función y campo de la palabra. Pág. 69.
trar, y que, en una interjección, en un imperativo,
en una invocación aún en un desfallecimiento… 2. La instancia de la letra. Pág. 209.
en el plano donde todo lo que se explaya en el 3. Ibíd. Pág. 195.
inconsciente se difunde, tal el micelio, como dice
Freud a propósito del sueño en torno a un punto 4. Seminario 11 Los cuatro conceptos. Pág. 34.
central. Se trata siempre del sujeto en tanto que 5. Ibíd. Pág. 40.
indeterminado”. (4) El sujeto del inconsciente es
un sujeto indeterminado como consecuencia del 6. En cuanto a lo que ahora nos ocupa: incons-
rasgo que produce el significante. Indetermina- ciente y repetición, hay que aclarar que, aun-
do quiere decir aquí, que aparece y desaparece; que haya repetición en la transferencia, la
se pierde y se vuelve a encontrar. transferencia no es repetición. Son conceptos
diferentes, aunque se confunda porque la re-
Dirá lo inconsciente es lo evasivo, que sin em- petición, fue descubierta en la transferencia.
bargo considera que lo ha circunscripto a una
estructura temporal, terreno no explorado hasta 7. Ibíd. Pág. 41.
entonces. “La experiencia analítica después de 8. Función y campo. Pág. 79.
Freud no mostró más que desdén por lo que apa-
rece en la hiancia.” (5) 9. Ibíd. Pág.
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Lo inconsciente de Freud a Lacan
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Bibliografía
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Santiago Rueda editor. Buenos Aires, 1953. Editorial Paidós. Buenos Aires 1991.
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Lacan, J.: La instancia de la letra en el inconsciente o la
razón desde Freud (1957). Escritos I. siglo XXI editores.
México, 1971.
• Recibido: 22/06/2021.
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