Facultat de Dret
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TESIS DOCTORAL
Presentada por:
Dirigida por:
Valencia 2015
AGRADECIMIENTOS
Quiero agradecer en primer lugar a mis directores, el Dr. Francisco Magraner Moreno y el Dr.
Diego González Ortiz, por el trabajo de dirección de la tesis, su magisterio, sus buenos consejos y su gran
paciencia.
INDICE
METODOLOGÍA ................................................................................................ 7
CAPÍTULO I ....................................................................................................... 9
...................................................................................................................... 30
................................................................................................................... 53
i
3.1.2. Principios de la función fiscalizadora: los principios de legalidad,
ii
Introducción
................................................................................................................. 126
de 1873.................................................................................................... 151
iii
4.14.- La Dictadura de Primo de Rivera y el Anteproyecto de
iv
Introducción
....................................................................................................................... 219
contenciosos-administrativa..................................................................... 258
3.3.1. Que exista una acción u omisión atribuible a una persona que tenga
v
3.3.2. Que se trate de acciones u omisiones contrarias a las leyes que
3.3.3. Que dicha acción u omisión se desprenda de las cuentas que deban
3.3.5. Que la acción u omisión antijurídica sea culpable, es decir, que debe
vi
Introducción
vii
Abreviaturas
CE Constitución Española
TC Tribunal Constitucional
TS Tribunal Supremo
viii
Introducción
INTRODUCCIÓN GENERAL
1
la gestión económica del Estado, así como del sector público, dependiendo de
las Cortes Generales, y ejerciendo sus funciones por delegación de las
mismas.
Pero mucho más grave que el hecho de que los recursos públicos no se
1
MEDINA GUIJARRRO, J.: “La legitimidad de las instituciones superiores de control”, Revista
Española de Control Externo, 2005, pág. 13-41. Analiza la necesidad de que el control externo, y por
consiguiente el Tribunal de Cuentas debe contar con una legitimidad de origen y de ejercicio, siguiendo la
teoría de KELSEN, H. En Escritos sobre la democracia y el socialismo, Debate, Madrid, pág. 207-233.
2
"El Tribunal de Cuentas está politizado. No hay más que ver los consejeros nombrados por los partidos
para comprobar que no es un órgano independiente", afirmaba Elena de Vicente, presidenta de la
Federación de Asociaciones de los Cuerpos Superiores de la Administración Civil del Estado (Fedeca) y
Letrada del Tribunal de Cuentas, durante su intervención en el XXIV Congreso de la organización de
Inspectores de Hacienda del Estado.
3
El Economista: http://www.eleconomista.es/legislacion/noticias/6171253/10/14/Los-funcionarios-
denuncian-trabas-al-rastrear-corrupcion.html
2
Introducción
4
http://ec.europa.eu/dgs/home-affairs/e-library/documents/policies/organized-crime-and-human-
trafficking/corruption/docs/acr_2014_en.pdf
5
MENDIZABAL ALLENDE, R.: “Función y esencia del Tribunal de Cuentas”, Revista Española de
Control Externo, Vol. 3, nº 8, 2001, pág. 163-217.
3
asignadas, pero pese a este intento de diluir las actuaciones del Tribunal, la
labor constante del mismo le ha valido el título de “supremo órgano fiscalizador
de las cuentas” en nuestra Constitución.
6
MENDIZABAL ALLENDE, R.: “Función y esencia del Tribunal de Cuentas”, óp. cit., pág. 163-217.
7
Ídem.
4
Introducción
5
Se ha analizado las competencias fiscalizadoras del Tribunal, que se
inician con el proceso de rendición de cuentas, estudiando los procedimientos
fiscalizadores, así como su relación con el procedimiento administrativo con la
auditoria pública, para finalizar con una crítica del funcionamiento del sistema
de control externo en España.
6
Introducción
METODOLOGÍA
7
esencia de la regulación legal y, por lo tanto, este método permite analizar las
interconexiones entre las normas, los conceptos económicos y las
implicaciones políticas. Sobre todo cuando la fiscalización de la actividad
económico-financiera del sector público es una actividad de carácter
multidisciplinar, donde se unen tanto consideraciones jurídicas como
económicas, abarcando en cada una de estas ciencias múltiples ramas de
actuación. En el ámbito jurídico abarcaría el derecho administrativo, la
contratación pública, el derecho sancionador, derecho presupuestario, entre
otras; y en el ámbito de la economía, podemos encontrarnos con la
contabilidad, la auditoría o la estadística.
8
Capítulo primero
CAPÍTULO I
9
los principios y normas que la regulan”10.
10
SAINZ DE BUJANDA, F: Lecciones de Derecho Financiero, Universidad Complutense, Facultad de
Derecho, Sección de publicaciones1988, pág. 451.
11
PASCUAL GARCÍA, J.: Régimen jurídico del gasto público. Presupuestación, ejecución y control.
Estudios Jurídicos, BOE. Madrid, 1999, pág. 603-604.
12
PASCUAL GARCÍA, J.: “El acto interventor, garantía de legalidad de la actividad financiera”.
Colaboración en Control del sector público. IEF. Madrid, 1981, p. 685.
13
FERNÁNDEZ AJENJO, J. A.: “El control de las administraciones públicas y la lucha contra la
corrupción: especial referencia al Tribunal de Cuentas y a la IGAE”, Tesis presentada en la Universidad
de Salamanca, 2009.
10
Capítulo primero
11
efectos producidos14.
14
FUENTES VEGA, S.: El gasto público: Ejecución y control, Instituto de Estudios Fiscales, Madrid
1999, pág. 580.
15
PASCUAL GARCÍA, J.: Régimen jurídico del gasto público. Presupuestación, ejecución y control, óp.
cit., pág. 642.
12
Capítulo primero
16
FERNÁNDEZ AJENJO, J. A.: “El control de las administraciones públicas y la lucha contra la
corrupción: especial referencia al Tribunal de Cuentas y a la IGAE”, óp. cit.
17
La Ley General Presupuestaria en los artículos 142 y siguientes referentes a la función interventora
nombran a la fiscalización e intervención como procesos complementarios, o incluso se podría afirmar
que similares. En el mismo sentido el Real Decreto Legislativo 2/2004, de 5 de marzo, por el que se
aprueba el texto refundido de la Ley Reguladora de las Haciendas Locales en su artículo 214 afirma que
“La función interventora tendrá por objeto fiscalizar todos los actos de las entidades locales y de sus
organismos autónomos que den lugar al reconocimiento y liquidación de derechos y obligaciones o gastos
de contenido económico, los ingresos y pagos que de aquéllos se deriven, y la recaudación, inversión y
aplicación, en general, de los caudales públicos administrados, con el fin de que la gestión se ajuste a las
disposiciones aplicables en cada caso.”
18
FERNÁNDEZ LLERA, R.: “Fiscalización de la gestión pública en los Órganos de Control Externo de
las Comunidades Autónomas”, Presupuesto y Gasto Público, nº 57, 2009, Instituto de Estudios Fiscales,
Pág. 135-154.
13
En quinto lugar, la inspección es un examen sistemático y planificado
destinado a descubrir la veracidad conocida u oculta de los actos de interés
público. La forma habitual de resolución de estos procedimientos es el acta y
sus procedimientos suelen estar regulados, con el fin de garantizar los
derechos de los sujetos controlados, pues las facultades inspectoras suelen ser
amplias. Así, los funcionarios que ejercen las funciones inspectoras suelen
tener atribuida la condición de autoridad y están facultados con amplias
potestades, pudiendo, incluso, solicitar el apoyo policial o judicial para
cumplimentar sus actuaciones19.
14
Capítulo primero
15
de minimización del coste, y de los costes de transacción, o de maximización
de resultados e, incluso, formas alternativas de lograr los objetivos, con otros
esquemas organizativos o de motivación. Al mismo tiempo, un resultado puede
cumplir económicamente un objetivo, pero es importante conocer con qué nivel
de calidad del servicio: esto es, si se cumplen las expectativas que se tienen
del mismo.
c) En tercer lugar, el control debe permitir garantizar una gestión regular de las
finanzas públicas. El control debe entenderse como un proceso integrado que
ejecuta la administración, la dirección, y en general todo el personal de la
entidad con el fin de proporcionar una garantía razonable para el logro de sus
objetivos.
22
FERNÁNDEZ DIAZ, A.: “¿Puede hablarse de una economía de control?”, Revista Española de
Control Externo, nº 1, 1999, Pág. 35-58.
23
ALBERTO RICCIUTI, C. “El control y la significatividad”. Revista Auditoría Publica, nº 26, 2002,
pág. 48 a 50.
16
Capítulo primero
17
financiera del sector público.
24
Entre otros autores BUCHANAN, J. M.: “Individual choice in voting and the market”, Journal of
Political Economy, 1954, pág 330-354; MUELLER D. C.: Public choice II. A Revised Edition of Public
Choice, Cambridge University Press, 1989, pág. 78 y ss.
25
OSBORNE, D. y PLASTRIC, P.: La reducción de la burocracia: cinco estrategias para reinventar el
gobierno, Paidos, Buenos Aires, 1998, pág. 30.
26
ALBI IBAÑEZ, E., GONZALEZ PARAMO, J.L. y LOPEZ CASANOVA, G.: Gestión pública, Ariel
Economía, Barcelona, 1997, pág. 90.
18
Capítulo primero
19
1.2.- Delimitación de las clases de control
27
MARTIN QUERALT, J., LOZANO SERRANO, C., TEJERIZO LOPEZ, J.M.: Curso de Derecho
Financiero y Tributario, 19ª edición, Tecnos, Madrid, 2008; pág. 840-841.
28
ALBIÑANA GARCÍA-QUINTANA, C: El control de la Hacienda Pública, Rialp, Madrid, 1971; pág.
200-2003
29
ARAGON SANCHEZ, C.: “Clasificación básica del control de la actividad económico-financiera del
Sector Publico”, en Crónica 1996-1997, Asociación de Letrados y Auditores del Tribunal de Cuentas,
Madrid, pág. 6-7.
30
PASCUAL GARCÍA, J.: Régimen jurídico del gasto público. Presupuestación, ejecución y control, óp.
cit., pág. 603-604.
20
Capítulo primero
21
2.- EL CONTROL EXTERNO
22
Capítulo primero
32
ARAGÓN REYES, M.: Libertades económicas y estado social. Ed. McGraw-Hill. Madrid, 1995. pág.
137 y sig.
23
económico-financiera que el Estado es capaz de desarrollar. No sólo por
razones de eficacia (para la cual el control es un requisito indispensable), sino
también por razones de oportunidad democrática y en garantía de un Estado
social y democrático de derecho.33
Para ejercer esta fiscalización hay que tener presente que la idea de
control implica necesariamente la exterioridad al órgano controlado.
Precisamos pues de un control, externo al poder ejecutivo que, coordinado, en
la medida de lo posible con el control interno y con el control político ordinario
(aquel que realiza el legislativo de forma permanente y cotidiana) permita
fiscalizar con eficacia la totalidad del gasto público estatal.35
Este control, por su parte, no sólo debe examinar los gastos y los
33
ARAGÓN REYES, M.: Libertades económicas y estado social, Op. cit., 1995
34
En este sentido, el artículo 3.3 de la Declaración de Lima de la INTOSAI (International Organization
of Supreme Audit Institutions) sobre las Líneas Básicas de la Fiscalización, aprobada en octubre de 1997
dispone “Incumbe a la Entidad Fiscalizadora Superior, como órgano de control externo, controlar la
eficacia de los órganos de control interno. Asegurada la eficacia del órgano de control interno, ha de
aspirarse a la delimitación de las respectivas funciones, a la delegación de las funciones oportunas y a la
cooperación entre la Entidad Fiscalizadora Superior y el órgano de control interno, independientemente
del derecho de la Entidad Fiscalizadora Superior a un control total”.
35
Ver el art. 3.1 de la Declaración de Lima de la INTOSAI: “(...) los órganos de control externo no
pertenecen a la organización de la institución que debe ser controlada. Las Entidades Fiscalizadoras
Superiores son órganos de control externo”.
24
Capítulo primero
recursos de forma numérica y contable, sino que debe asegurar también que
los gastos previstos y los recursos esperados cumplan la finalidad y el destino
para los cuales el Parlamento los autorizó mediante la aprobación de la Ley de
Presupuestos. De ahí la gran importancia de la actividad fiscalizadora realizada
por los órganos de control externo en el Estado democrático, puesto que no
ejercen simplemente una función auditora o contable, secundaria de la
Administración financiera estatal, sino que su actividad es inherente al propio
presupuesto, es decir, es su reverso.
36
En este sentido, CAZORLA PRIETO, L Mª: Comentarios a la Constitución. 2ª Ed. ampliada. Ed.
Civitas. Madrid, 1985, pág. 2058 y 2059; en la obra colectiva coordinada por Fernando GARRIDO
FALLA.
25
2.2.- Definición de control externo
37
INTOSAI (International Organization of Supreme Audit Institutions), en octubre de 1977, el IX
Congreso de la INTOSAI celebrado en Lima (Perú) aprobó la Declaración de Lima sobre las líneas
básicas de fiscalización.
38
PASCUAL GARCÍA, J.: “Régimen Jurídico del Gasto Publico”, óp. cit. Pág. 604.
26
Capítulo primero
39
Sentencia del Tribunal Constitucional 187/88 de 17 de octubre (BOE de 7 de noviembre), fundamento
jurídico 2
40
ALBIÑANA GARCÍA-QUINTANA, C.: “Función fiscalizadora del Tribunal de Cuentas” en El
Tribunal de Cuentas en España. Vol. I Instituto de Estudios Fiscales, Madrid, 1982; pág. 61.
27
aquel tendrá que adoptar.41
Sin embargo para evitar que la función ejercida por los órganos de
control externo en el ejercicio de la función fiscalizadora quede reducida
simplemente a una función meramente declarativa, cuya única consecuencia
sea una resolución eminentemente política del Parlamento (salvo el
descubrimiento de infracciones que denoten responsabilidad contable), se
atribuye a los órganos de control externo la potestad de pronunciarse sobre los
criterios de eficiencia y economía del gasto público. Pero ampliando su margen
de actuación, y atribuyéndoles la posibilidad de hacer recomendaciones sobre
la eficacia, la eficiencia o la economicidad del gasto, se corre el riesgo de
estarles concediendo un alto grado de poder político en el desempeño de sus
funciones, si no se regulan, debidamente, las consecuencias de tales
pronunciamientos.
28
Capítulo primero
44
NÚÑEZ PEREZ, M.: “Reforma de la legislación del Tribunal de Cuentas: Fiscalización”, Revista
Española de Control Externo, 2002, pág. 173-201
45
ARAGON SANCHEZ, C.: “Clasificación básica del control de la actividad económico-financiera del
Sector Publico”, óp. cit., pág. 7.
46
CABEZA DEL SALVADOR, I: “Problemática de la auditoría operativa sobre programas
presupuestarios”, Auditoría Pública, 1996, pág. 39-44.
29
2.3. Similitudes y diferencias entre el control externo y control
interno.
De entrada podemos afirmar que existen dos órganos que realizan una
actividad de control sobre la misma gestión económico-financiera de los fondos
públicos, con la finalidad de garantizar que ésta se realice conforme a los
criterios definidos en las correspondientes normativas. Estos dos órganos son:
la propia Administración (mediante un ente dependiente del poder ejecutivo) y
los órganos de control externo (externos a este ejecutivo y tradicionalmente
dependientes del legislativo).
30
Capítulo primero
31
parte el control interno se ejerce, normalmente, con carácter previo, o
preventivamente a la autorización presupuestaria.
32
Capítulo primero
33
forma individualizada. Es decir, se individualiza cada acto administrativo de
contenido económico y financiero. El control externo tiende por su parte, a
recoger toda la actividad económico-financiera producida en el sector público o
en un determinado ámbito de éste y consolidada en la Cuenta general de la
Administración y en la liquidación del presupuesto.
52
ÁLVAREZ MARTIN, J: La Responsabilidad en la Gestión de los Fondos Públicos. Bayer Hnos, S.A.,
2006, pág. 145.
34
Capítulo primero
53
Nada impide que el control interno pueda ser ejercido por los órganos de control externo, también
llamados Entidades de Fiscalización Superior (EFS). En estos casos será la propia EFS la encargada de
realizar y coordinar el control interno de la Administración del Estado.
54
CARRIL BERMÚDEZ, R: “Relaciones interadministrativas entre órganos de control interno y
externo”, Auditoría Pública, núm. 8, 1997, pág. 49-51
35
2.4. Fundamento constitucional de los órganos de Control Externo.
55
CAZORLA PRIETO, L. Mª.: Temas de Derecho Administrativo, 3ª Edición, Escuela de Inspección
Financiera y Tributaria, Madrid, 1983, pág. 82 a 84.
36
Capítulo primero
56
VALLÈS VIVES, F: Control externo del gasto público. Configuración y garantía constitucional,
Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Madrid, 2003, pág. 501.
57
MEDINA GUIJARRO, J.: “La legitimidad de las instituciones superiores de control”, Revista Española
de Control Externo, 2005, pág. 13-42
58
VALLÈS VIVES, F: Control externo del gasto público. Configuración y garantía constitucional, óp.
cit., pág. 508-509.
37
2.5. Legitimidad de los órganos de control externo
59
MEDINA GUIJARRO, J.: “La legitimidad de las instituciones superiores de control”, óp. cit., pág. 13-
38
38
Capítulo primero
ejercer el control60.
60
MARTÍN MARTÍN, P.: “Reflexiones sobre el Tribunal de Cuentas en el vigésimo quinto aniversario
de la Constitución Española de 1978”, Revista Española de Control Externo, nº 15, 2003, pág. 21-54
61
La INTOSAI es un organismo autónomo, independiente y apolítico. Es una organización no
gubernamental con un estatus especial con el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas
(ECOSOC). LA INTOSAI se organiza en grupos regionales de trabajo en donde se encuadra la
EUROSAI, Organización de las Entidades Fiscalizadoras Superiores de Europa creada en 1990 de la cual
es actualmente el Secretario General D. Ramón Álvarez de Miranda, Presidente del Tribunal de Cuentas.
La Declaración de Lima se aprobó en el IX Congreso de la INTOSAI celebrado en octubre de 1977. Esta
Declaración se valido en la Resolución sobre “Promoción de la eficiencia, la rendición de cuentas, la
eficacia y la transparencia de la administración pública mediante el fortalecimiento de las entidades
fiscalizadoras superiores” de la Asamblea de las Naciones Unidas celebrada el 15 de marzo del 2012.
39
requisito indispensable la independencia de sus miembros. Se entiende por
miembros de los órganos de control externo a aquellas personas a quienes le
corresponde tomar las decisiones, debiendo garantizase su independencia
frente a la propia organización, así como en el ejercicio de sus funciones de
control.
62
MEDINA GUIJARRO, J.: “La legitimidad de las instituciones superiores de control”, Óp. cit, pág. 27-
27
40
Capítulo primero
pública63.
63
DE VICENTE MARTÍN, C.: “Reflexiones sobre la sociedad civil ante el control sobre el sector
público”, Revista Española de Control Externo, nº 16, 2004, pág. 189-199
64
FERNÁNDEZ-PIRLA MARTINEZ, M.: “Crisis de civilización y la transparencia como valor
emergente”, Auditoría Pública, nº 58, 2012, pág. 69-76.
41
2.6. ¿Es el Control externo un control político?
65
BIGLINO CAMPOS, P.: “Parlamento y control de cuentas”. Revista Española de Control Externo, nº
7, 2001, pág. 28-32.
42
Capítulo primero
66
BIGLINO CAMPOS, P.; “Parlamento, Presupuesto y Tribunal de Cuentas”, Revista de las Cortes
Generales, núm. 37, 1996, pág. 26.
43
El primer control, el control externo, está teóricamente destinado a
comprobar que el acto sometido a fiscalización se haya realizado conforme a
aquello establecido en la Ley de Presupuestos. Es decir, tiene por objeto
asegurar que la gestión de las finanzas públicas se acomode a las normas
legales aplicables. Comprueba si el supuesto de hecho sometido a análisis
coincide con aquello previsto en la norma de aplicación. Este tipo de control
coincide con lo que ARAGÓN define como control jurídico.67
44
Capítulo primero
45
3. OBJETIVOS DE CONTROL EXTERNO
En cuanto al objeto del control, hay que hacer dos precisiones previas.
En primer lugar el objeto del control externo no es la actividad de la
Administración en términos generales, sino que se limita a la actividad
económico-financiera del Sector Publico. En segundo lugar, el objeto del
control no es la sujeción de la gestión pública a principios o criterios
determinados en cada fiscalización, sino el grado de sometimiento de dicha
actividad a los principios de legalidad, eficacia, eficiencia, ecología y equidad 71.
Los objetivos del control que deben desarrollar los órganos de control
externo de conformidad con la declaración de Lima, son diversos en sus
finalidades, así como en su naturaleza. Por ello debemos detenernos a analizar
cada uno de ellos de forma detallada.
46
Capítulo primero
Ello no obsta, siguiendo al mismo autor, para que puedan llevar a cabo
otras actuaciones que contribuyan a la mejora de la gestión económico-
financiera del sector público. Así, la segunda de las funciones que deben
desarrollar los órganos de control externo sería el de la recopilación y
distribución de la información contable, el asesoramiento contable a los
organismos sujetos a su fiscalización, y el asesoramiento parlamentario y
gubernamental en materia presupuestaria73. Estas actuaciones las podemos
incluir en las medidas de carácter preventivo, que se pueden realizar a través
de la función consultiva de los órganos de control externo, que analizaremos en
segundo lugar.
72
VALLÈS VIVES, F: Control externo del gasto público. Configuración y garantía constitucional, óp.
cit., pág. 500-501.
73
La Congressional Budget Office (http://www.cbo.gov) realiza informes previos de costes a cualquier
iniciativa legislativa, permite la solicitud de informes a los Congresistas, realiza proyecciones financieras
que publica en su página WEB.
74
El Cour de discipline budgétaire et financière (CDBF) es responsable de la sanción de multas por
infracciones del orden público no financiero (artículo L.313-1 y siguientes. Código de Jurisdicciones
Financieras).
75
La Constitución de la República Italiana, en su art. 103, después de un amplio debate en la Asamblea
Constituyente (año 1947), mantuvo las funciones jurisdiccionales a la Corte dei conti.
47
3.1. La función fiscalizadora
76
ALBIÑANA GARCÍA-QUINTANA, C: “Función fiscalizadora del Tribunal de Cuentas”, óp. cit., pág.
39-71.
77
En el mismo sentido la Sentencia del Tribunal Supremo de 18 de octubre de 1986 y de 16 de junio de
1988; y la de la Sala de Justicia del Tribunal de Cuentas de 18 de abril de 1986.
48
Capítulo primero
78
En sentido contrario, en Italia, la Corte dei Conti, realiza, a la vez, un control, a priori, del gasto. En el
artículo 100 de su Constitución se recoge la obligación de realizar controles previos a determinadas
operaciones contables y pagos de altas cantidades dinerarias. Esto implica un acto de autorización del
gasto.
79
Ver el Artículo 2 de la Declaración de Lima INTOSAI
49
Administración, incluyendo su organización y los sistemas administrativos.80
Aunque todos estos objetivos del control externo (legalidad, regularidad,
racionalidad, eficacia, eficiencia y economía) tienen, originariamente, la misma
importancia, es el propio órgano de control externo el responsable de
determinar, en función de su potestad de autonomía funcional, y en cada caso
en concreto, a cuál de ellos va a dar prioridad e intensidad en el ejercicio de la
función fiscalizadora81.
Los ciudadanos están cada día más informados, y son más exigentes en
la defensa de sus derechos, exigiendo mejores servicios públicos y de mayor
calidad. Esta situación provoca mayores necesidades de transparencia pública,
lo cual redunda en un mejor conocimiento de la actividad pública. Esta
circunstancia conlleva paradójicamente, una desconfianza, del mismo público,
hacia determinados programas e inversiones de la Administración pública, lo
cual hace necesario profundizar en el análisis de las actividades del sector
público, para que la propia Administración justifique la eficiencia de su
actuación, como por exigencia de los ciudadanos que quieren conocer el
destino de los impuestos, como las cualidades de los servicios prestados.
80
En este sentido se expresa el artículo 4.2 de la Declaración de Lima del INTOSAI, sobre las líneas
básicas de la fiscalización.
81
El artículo 4.3 de la Declaración de Lima del INTOSAI, sobre las líneas básicas de la fiscalización
dispone: “Los objetivos del control a que tienen que aspirar las Entidades Fiscalizadoras Superiores,
legalidad, regularidad, rentabilidad, utilidad y racionalidad de las operaciones, tienen básicamente la
misma importancia; no obstante, la Entidad Fiscalizadora Superior tiene la facultad de determinar, en
cada caso concreto, a cuál de estos aspectos debe darse prioridad”.
82
VALLÈS VIVES, F: Control externo del gasto público. Configuración y garantía constitucional, óp.
cit., pág. 234.
50
Capítulo primero
83
GARCÍA CRESPO, M.: “El control de la gestión pública por el Tribunal de Cuentas”, óp. cit., pág. 91
a 109.
84
DIAZ ZURRO, A.: “El control externo visto desde el control interno”, Revista Española de Control
Externo, nº 12, 2002, pág. 89-112.
51
temporal existente entre la gestión de los recursos públicos y su posterior
sanción política.85
52
Capítulo primero
87
Sobre la orientación de la actividad fiscalizadora de los órganos de control externo hacia controles de
gestión operativa ver NIETO DE ALBA, Ubaldo: “Control del sector público: perspectivas de futuro” en
Revista Española de Control Externo, Enero de 1999, núm. 1; pág. 11 a 33.
88
DIAZ ZURRO, A.: “El control externo visto desde el control interno”, óp. cit., pág. 89-112.
53
objetivo de la función fiscalizadora, se han utilizado diferentes términos. Así se
refiere a “gestión económica” en el artículo 136 CE, o “actividad económico-
financiera” del artículo 2.1 LOTCu.
Esta definición nos lleva a afrontar uno de los grandes problemas a los
que se enfrenta el control de la actividad económico financiera en la actualidad
89
PIGOU, A. C.: La economía del bienestar, Aguilar, Madrid, 1946, pág. 32..
90
SAINZ DE BUJANDA, F: Lecciones de Derecho Financiero, op.cit., pág. 111.
91
STIGLITZ, J. E.: La economía del sector público. Ed. Antoni Bosch, S.A. 2000, Barcelona, pág. 18 y
ss.
54
Capítulo primero
55
justificación que se ha dado para el crecimiento de los entes instrumentales en
dos palabras: eficacia y agilidad. Una gestión eficaz y ágil exige flexibilidad
jurídica, que no puede dar el Derecho Administrativo y si la ofrece el Derecho
privado94.
56
Capítulo primero
97
El sistema de cuentas adoptado en la Unión Europea es el denominado Sistema Europeo de Cuentas
SEC-95. Reglamento (CE) n.º 2223/96 del Consejo, de 25 de junio 1996, relativo al Sistema Europeo de
Cuentas Nacionales y Regionales de la Comunidad.
57
atención de intereses públicos, independientemente de la forma jurídica del
ente que preste estos servicios.
a) Principio de legalidad
98
NAVAS VÁZQUEZ, R: Manual del control externo, Civitas Thomson Reuters, 2009, pág. 31.
99
Art. 53.2 LEY 30/1992, de 26 de. noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y
del Procedimiento Administrativo Común; “El contenido de los actos se ajustará a lo dispuesto por el
ordenamiento jurídico y será determinado y adecuado a los fines de aquéllos”.
100
Art. 53.1 LRJ-PAC; “Los actos administrativos que dicten las Administraciones Públicas, bien de
oficio o a instancia del interesado. se producirán por el órgano competente ajustándose al procedimiento
establecido”.
101
BOHOYO CASTAÑAR, F: El principio de legalidad financiera, como presupuesto de validez de un
acto administrativo, IEF, 1986, pág. 67.
58
Capítulo primero
59
legalidad está limitado al ámbito hacendístico, a la función de control financiero
y dirigirse a la detección de incumplimientos legales que puedan tener
materialidad o producir contingencias que afecten a las cuentas y a la gestión
de los fondos públicos. En consecuencia no deben intentar realizar un
enjuiciamiento de los actos administrativos, ya que esta sería una función de
los Tribunales de Justicia104.
60
Capítulo primero
La gestión eficiente implica que se produce una relación óptima entre los
recursos y los resultados y efectos obtenidos. Estando este concepto
íntimamente unido al concepto de productividad.
107
ORON MORATAL, G.: La configuración constitucional del gasto público. Ed. Tecnos. Madrid, 1995,
pág. 51 a 54.
108
STIGLITZ, J. E.: La economía del sector público. óp. cit. Pág. 111; ALBI IBAÑEZ, E., GONZALEZ-
PARAMO, JM, ZUBIRI, I, Economía pública I, 3ª ed., 2009, Editorial Ariel, Barcelona, pág. 5.
61
entre los individuos sea razonablemente justa109.
62
Capítulo primero
112
ALBI IBAÑEZ, E., GONZALEZ-PARAMO, J.M., ZUBIRI, I.: Economía pública I, 3ª ed., óp. cit.,
pág. 92-94
113
VAQUER CABALLERIA, M.: “El criterio de la eficiencia en el derecho administrativo”, óp. cit., pág.
103
63
evaluar el cumplimiento del presupuesto y de la legalidad económico-
financiera, y la adecuación de la misma al cumplimiento de las obligaciones114.
114
MONTESINOS JULVE, V.: “Análisis de la información contable pública”. Revista Española de
financiación y Contabilidad, nº 76, 1993 pág. 683-722
115
VELA BARGUES, J.M., Concepto y principios de Contabilidad Pública, Ministerio de Economía y
Hacienda, Instituto de contabilidad y Auditoría de Cuentas, Madrid, 1992, pág. 357-359.
64
Capítulo primero
Una vez definidos los principios básicos a los que debe someterse la
gestión pública (eficiencia, economía y eficacia), se hace preciso definir los
objetivos de una organización, cuyo análisis permitirá evaluar la gestión pública
realizada, y determinar el grado de cumplimiento de estos principios.
116
IGAE (2007): Los Indicadores de gestión en el ámbito del Sector Público. Ministerio de Economía y
Hacienda, Madrid.
65
diseño y programación presupuestaria. Al gestor se le impone la obligación de
alcanzar unos objetivos definidos en los programas presupuestarios con la
limitación de un techo de gasto.
B) Indicadores de gestión.
117
ORTIGOSA LOPEZ, R. y RODRÍGUEZ PLAZA, S.: “Indicadores de gestión en el ámbito de las
Administraciones Públicas”, Revista Española de control Externo, nº 40, 2012, pág. 11-46.
118
JIMÉNEZ, J.R. (1987): “Objetivos y Metodología de un Sistema de Indicadores”, incluido en
Seminarios, Tribunal de Cuentas 1986. Madrid. pág. 196.
66
Capítulo primero
a) Indicadores de eficacia
119
LOPEZ HERNANDEZ, A. Y ORTIZ RODRÍGUEZ, D.: “Los indicadores de gestión y el control de
eficiencia del sector público”, Revista Española de Control Externo, 2004, pág. 189-217
120
La LGP en sus artículos 29.6 y 69.4 establece la necesidad de consecución de los objeticos fijados, así
como la determinación de indicadores de gestión La IGAE realizo en el 2007 un documento sobre
indicadores públicos, la Asociación Española de Contabilidad y Auditoría elaboro un documento relativo
a indicadores de gestión para las entidades públicas, Documento nº 16 en el año 2000
121
GUINART I SOLÀ, J.M.: “Indicadores de gestión para las entidades públicas”, VIII Congreso
Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Panamá, 2003, pág.
4.
67
Según ORTIGOSA, “la condición básica para poder operar con
indicadores de eficacia pasa por disponer de un mapa de actividades de la
organización con un grado de desarrollo suficiente para poder considerar
homogéneos los datos a estudiar”122
b) Indicadores de eficiencia
Sin embargo estos costes estándar son de muy difícil cálculo desde una
organización externa, recurriéndose de forma habitual a indicadores de
eficiencia basados en series cronológicas, aunque la repetición de una serie de
datos a los largo del tiempo no implica la adecuación de las actividades
analizadas.
122
ORTIGOSA LOPEZ, R. y RODRÍGUEZ PLAZA, S.: “Indicadores de gestión en el ámbito de las
Administraciones Públicas”, óp. cit., pág. 26
68
Capítulo primero
c) Indicador de economía
123
TORRES PRADAS, L.: “Indicadores de gestión para la Entidades Públicas”, Revista Española de
Financiación y Contabilidad, 1991, pág. 535-558
124
ORTIGOSA LOPEZ, R. y RODRÍGUEZ PLAZA, S.: “Indicadores de gestión en el ámbito de las
Administraciones Públicas”, óp. cit., pág. 11-46
69
un sistema de cálculo de costes125.
125
CARRASCO DÍAZ, D. y BUENDÍA CARRILLO, D.: “La normalización de la contabilidad de costes
en la administración local”, Auditoría Pública, nº 59, 2013, pág. 101-115.
126
IGAE (1994): Contabilidad Analítica de las Administraciones Públicas. El Proyecto CANOA.
Madrid.
70
Capítulo primero
127
En el mundo anglosajón no existen dos términos distintos, por lo cual el concepto “audit” se utiliza
como integrador de ambas definiciones, y también en el ámbito internacional, representado por la
INTOSAI, en donde en las Normas de Procedimientos en la Fiscalización (ISSAI 300) se afirma que las
normas de fiscalización están en conexión con las normas generales de auditoría, así como las normas de
elaboración de los informes, que se rigen por los aspectos comunicativos de los informes de auditoría.
Esta norma forma parte de las Normas Internacionales de las Entidades Fiscalizadoras Superiores
(ISSAI), que pueden consultarse en la página Web www.issai.org.
128
URIAS VALIENTE, J.: “Auditoría y fiscalización en el Tribunal de Cuentas. Especial referencia a las
sociedades estatales”, en Seminarios 1984, Tribunal de Cuentas, Madrid, 1985, pág. 447.
71
procedimientos de fiscalización129.
Para pode analizar estas dos posiciones deberemos partir del concepto
de auditoría. Empezaremos definiendo la auditoría como el examen sistemático
de los estados financieros, registros y operaciones con la finalidad de
determinar si están de acuerdo con los principios de contabilidad generalmente
aceptados, con las políticas establecidas y con cualquier otro tipo de exigencia
legal o voluntariamente adoptada.
129
MELIAN HERNANDEZ, J.A.: “Relaciones y diferencias entre fiscalización y auditoría. Razones para
una reforma de las normas de auditoría del sector público”, Auditoría Publica, nº 39, 2006, pág. 33-40.
130
MADARIGA GOROCICA, J.M.: Manual práctico de auditoría, Ediciones Deusto, 2000, pág. 13.
131
Art. 27.3 de la Ley 7/88, de 5 de abril, de Funcionamiento del Tribunal de Cuentas
132
GARCÍA VÁZQUEZ, J: “La función fiscalizadora del Tribunal de Cuentas y los procedimientos de
auditoría” en Seminarios 1984. Tribunal de Cuentas. Madrid, 1985; pág. 462
72
Capítulo primero
133
LOZANO MIRALLES, J.: “Control, auditoría y fiscalización”; Auditoría Pública, 1995, pág. 80-85.
134
MELIAN HERNANDEZ, J.A.: “Relaciones y diferencias entre fiscalización y auditoría. Razones para
una reforma de las normas de auditoría del sector público”. óp. cit., pág. 33-40.
135
En el ámbito de la Administración del Estado, el 14 de febrero de 1997, el Interventor General aprobó
las Normas de Auditoría del Sector Público. Estas normas supusieron la adaptación y actualización de las
anteriores, aprobadas en 1983.
73
En consecuencia, se asimila la fiscalización a la auditoría, sobre la base
de diferenciar la auditoría del sector público de la auditoría del sector privado.
136
CUÑADO AUSIN, G: Comunicación II Congreso Nacional de Auditoría en el Sector Público
celebrado en Sevilla en Marzo de 2006.
74
Capítulo primero
Las últimas notas que caracterizan al Sector Público serían que goza de
facultades coercitivas y prerrogativas especiales que no tiene el sector privado.
Y su directa conexión con la organización política y su predilección por el corto
plazo, ya que las decisiones suelen vincularse con los mandatos políticos.
75
relacionados con la gestión económico-financiera de una entidad o su
plasmación en documentos informativos.137 Estos trabajos se realizan con el
objetivo de informar a los órganos directivos responsables de la gestión de la
entidad auditada, así como a los órganos políticos superiores.
137
MONTESINOS JULVE, V: “La normalización en la auditoría del Sector Publico”. Revista Española
de Financiación y Contabilidad, nº 79, 1994, Pág. 434-462.
138
Ídem pág. 437.
139
http://www.tcu.es/export/sites/default/.content/pdf/Normas-Fiscalizacion-TCu-23-diciembre-2013.pdf
76
Capítulo primero
Auditoría financiera
Auditoría de
Auditoría de cumplimiento regularidad
de legalidad
Auditoría
Auditoría de eficacia o de
integrada
programas
Auditoría operativa
Auditoría de economía
Auditoría de eficiencia
140
AA.VV.: Manual de Auditoría del Sector Publico, Fauras-Casas, Barcelona, 2001, pág. 101 y sig.
141
BENITO LOPEZ, B. y HERNANDEZ FERNÁNDEZ, J: “Los principios de legalidad, economía,
eficiencia y eficacia en la legislación de los Órganos de control externo”, Auditoría Pública, núm. 7,
1996, pág. 61 a 65.
77
A) Examen de regularidad: control de legalidad y auditorías financieras
a) Auditoría financiera
142
AA.VV.: Manual de Auditoría del Sector Público, Fauras-Casas, Barcelona, 2001, pág. 102 y 103.
78
Capítulo primero
en ámbitos privados.
143
ALBIÑANA GARCÍA-QUINTANA, C.: “La función fiscalizadora del Tribunal de Cuentas”, óp. cit.,
pág. 44 y sig.
79
documentalmente los ingresos y gastos para comprobar su sumisión al
ordenamiento jurídico.
144
De acuerdo con el artículo 16 de la Ley General Presupuestaria, este control tiene por objeto los actos
de las entidades que componen el sector público que supongan el reconocimiento de derechos y
obligaciones de contenido económico, así como de los ingresos y pagos que de ellos se deriven, y de la
recaudación, inversión o aplicación en general de los caudales públicos, con la finalidad de asegurar que
sean ajustados a las disposiciones aplicables a cada caso.
145
El documento aprobado por la INTOSAI de septiembre de 1981, a raíz del Quinto Seminario
Interregional sobre auditoría pública celebrado en Viena dispone que el control financiero y de legalidad
comprende, entre otros, los siguientes aspectos: “1) si se ejecutan correctamente las operaciones
financieras; 2) si los informes financieros o estados contables se síntesis, se presentan de forma correcta;
3) si la entidad u organismo correspondiente ha cumplido las leyes, reglamentos, y demás normas
pertinentes.
80
Capítulo primero
B) Auditoría operativa
146
SUÁREZ SUÁREZ, A: “El control de economía, eficiencia y eficacia en la Constitución y en la Ley
Orgánica del Tribunal de Cuentas”, Hacienda Pública Española, núm. 80, 1983; pág. 59 a 68
147
LOZANO MIRALLES, J: “Los parámetros de actuación de los órganos de control externo”, Revista
Vasca de Administración Pública, núm. 47, 1997; pág. 170
81
auditoría operativa tiene como principales objetivos eliminar gastos
innecesarios y mejorar la prestación de los servicios públicos. Sin embargo el
principal problema en relación a estos conceptos consiste en la dificultad para
definir cuáles deben ser sus contenidos.148 Esta indefinición provoca que los
informes elaborados en atención a estos criterios, puedan ser objeto de crítica
por parte de sus destinatarios, puesto que al ser parámetros difícilmente
objetivables (o más bien subjetivos), permiten su múltiple interpretación.149
148
MORALA GÓMEZ, B.: “La medida de la eficiencia en las entidades públicas”, Actualidad
Financiera, núm. 18, 1992, pág. 255-265
149
DURÁN ALBA, J. F.: “¿Ámbitos inmunes o ámbitos exentos del control financiero externo?”,
Auditoría Pública, núm. 22, 2000; pág. 72-77
150
GOMEZ GUZMAN, J. C.: “Marco conceptual de las auditorias de costes y precios de contratos”.
Auditoría Publica, nº 38, 2006, pág. 35-49
82
Capítulo primero
151
ALEJOS GARMENDIA, B.: “Auditoría de la gestión pública: una propuesta metodológica”, Auditoría
Publica, nº 28, 2003, pág. 7-15
83
revisión.
Los informes resultantes del control externo tienen una doble condición.
Son el documento que permite realizar al Parlamento la función de control
sobre la gestión del ejecutivo y son también un documento de carácter técnico,
que goza de validez y de presunción de veracidad en relación al estado
contable y la gestión pública153.
84
Capítulo primero
eficacia jurídica propia, en tanto que estos solo tienen validez en el caso en que
sean aceptados por el poder legislativo.
154
Ídem, pág. 456-458.
155
AMENGUAL ANTICH, J.: “El control de los entes instrumentales”, óp. cit., pág. 51-62.
156
GONZALEZ ROMERA, A. M.: “Control externo: auditoría privada versus fiscalización publica, o de
por qué tardamos tanto los funcionarios en hacer una auditoría”, Auditoría Publica, 2011, pág. 13-20. En
este artículo se reconoce la mayor tardanza en la elaboración de las auditorias por los organismos de
control externo, aunque lo justifican con base en los procedimientos y la naturaleza de los entes públicos.
85
3.2. La función consultiva
86
Capítulo primero
159
Así su artículo 12 establece al respecto “Las Entidades Fiscalizadoras Superiores pueden, en asuntos
importantes, poner a disposición del Parlamento y de las Administraciones sus conocimientos técnicos en
forma de dictámenes, e incluso su opinión sobre Proyectos de Ley u otras disposiciones sobre cuestiones
financieras”
87
Aunque estas Enmiendas no se aprobaron, recogiéndose en la LOTCu
únicamente como funciones del Tribunal la fiscalizadora y la jurisdiccional, DE
LA FUENTE considera que esta función esta recogida de forma implícita en el
artículo 14 LOTCu y 28.6 LFTCu en los que se recoge la facultad de elevar a
las Cortes Generales o a las Comunidades Autónomas aquellas mociones o
notas que considere convenientes para la mejoría de la gestión económico
financiera, a partir de los datos que se obtengan por los trabajos de
fiscalización o examen de las cuentas que el Tribunal haya realizado 160.
160
DE LA FUENTE Y DE LA CALLE, Mª J: “Hacia una función consultiva del Tribunal de Cuentas de
España”, Óp. cit, Pág. 139-159.
161
GARCÍA CRESPO, M.: “El control de la gestión pública por el Tribunal de Cuentas”, óp. cit, pág. 91-
109.
162
Declaración aprobada en octubre de 2006 en Pamplona tras la primera reunión de la Confederación de
Presidentes de los OCEX de España.
88
Capítulo primero
89
3.3. La función jurisdiccional
163
MENDIZABAL ALLENDE, R.: “La función jurisdiccional del Tribunal de Cuentas”, Revista de
Administración Pública, nº 100-102, 1983, pág. 1307-1373.
164
MEDIZABAL ALLENDE, R.: “Función y esencia del Tribunal de Cuentas”, Revista de
Administración Pública, vol. 46, 1964, pág. 13-68
90
Capítulo primero
91
Como quiera que el ejercicio de esta función no es común a todos los
órganos de control existentes en el derecho comparado, hemos de analizar los
argumentos que diversos autores han esgrimido en defensa de atribuir
competencias jurisdiccionales a estas entidades.
167
CUBILLO RODRÍGUEZ, C.: La jurisdicción del Tribunal de Cuentas, óp. cit., pág. 52-59
168
DE LA OLIVA SANTOS, A.: “Sobre la naturaleza jurisdiccional del Tribunal de Cuentas”, en
Seminarios 1984, Servicio de Estudios del Tribunal de Cuentas, 1985, pág. 65. Mantiene que las
relaciones reconocidas constitucionalmente entre el Tribunal de Cuentas de España y las Cortes Generales
suponen un gran problema para el reconocimiento de la función jurisdiccional del TC.
169
ALBIÑANA GARCÍA QUINTANA, C.: “La pretendida Jurisdicción del Tribunal de Cuentas”,
Presupuesto y Gasto Publico, 1983, pág. 9-18. En el mismo sentido CUBILLO RODRÍGUEZ, C. en el
artículo citando anteriormente.
92
Capítulo primero
93
existencia de órganos especializados en la valoración jurisdiccional de la
gestión de los fondos públicos supondría la enorme ventaja de poder contar
con una doctrina jurisprudencial específica en materia presupuestaria, de
contabilidad pública, y de la actividad económico-financiera del sector público.
172
VALLÈS VIVES, F: Control externo del gasto público y Estado constitucional, óp. cit., pág. 52;
CUBILLO RODRÍGUEZ, C.: La jurisdicción del Tribunal de Cuentas, óp. cit., pág. 55-59
94
Capítulo primero
173
CASANA MERINO, F.: La responsabilidad contable: naturaleza jurídica y elementos que la
integran, IEF, Madrid, 2005, pág. 22 y 23.
95
Y el sistema germánico, en el que el control externo del gasto también se
atribuye a un órgano colegiado, sin embargo este solo ejerce funciones
fiscalizadoras, nunca de enjuiciamiento de la responsabilidad.
96
Capítulo primero
97
4.1.2.- Estados Unidos
176
http://www.gao.gov/about/index.html
177
GOMEZ SANCHEZ, Y.: El Tribunal de Cuentas: el control económico financiero externo en el
ordenamiento constitucional español. Marcial Pons, 2001, Barcelona, pág. 49-51
98
Capítulo primero
99
4.2. Modelo latino o sistema francés.
4.2.1.- Francia
178
http://www.ccomptes.fr/Nous-connaitre/Nos-missions/Cour-des-comptes
100
Capítulo primero
179
CASANA MERINO, F.: La responsabilidad contable: naturaleza jurídica y elementos que la
integran, óp. cit., pág. 22
101
y los riesgos a los que está expuesto.
4.2.2.- Italia
180
Artículo 100 de la Constitución italiana de 1947: “… El Tribunal de Cuentas ejercitará el control
preventivo de legitimidad sobre los actos del Gobierno, así como el control sucesivo sobre la gestión de
los Presupuestos del Estado.
Participará, en los casos y del modo que la ley establezca, en el control sobre la gestión financiera de los
entes a los que el Estado contribuya de modo ordinario. Informará directamente a las Cámaras acerca del
resultado de la comprobación efectuada.
181
GOMEZ SANCHEZ, Y.: El Tribunal de Cuentas: el control económico financiero externo en el
ordenamiento constitucional español, óp. cit., pág. 60
102
Capítulo primero
182
GROISMAN, E y LERNER, E.: “La responsabilización en la Nueva Gestión Pública
Latinoamericana”. Buenos Aires, editorial Consejo Científico del CLAD-BID-EUDEBA, 2000, pág. 346
103
4.3. Sistema germano.
183
El Parlamento Federal (Bundestag) es el órgano federal supremo legislativo de la República Federal de
Alemania, ejerciendo las funciones de una cámara baja, siendo el Consejo Federal (Bundesrat) es el
órgano de representación de los dieciséis estados federados de Alemania, actúa como órgano
constitucional federativo y legislativo de Alemania. Aunque según la constitución alemana oficialmente
no es parte del Parlamento federal, en la práctica ejerce las funciones de una cámara alta.
104
Capítulo primero
105
4.4. Características comunes de las EFS.
a) Principio de independencia
184
En el artículo 4º se recoge en sus apartado 1 que la tarea tradicional de las Entidades Fiscalizadoras
Superiores es el control de la legalidad y regularidad de las operaciones. En su apartado 2 se amplían las
funciones de las mismas, incluyendo el control de rentabilidad, utilidad, economicidad y eficiencia de las
operaciones estatales, que no sólo abarca a cada operación sino a la actividad total de la administración,
incluyendo su organización y los sistemas administrativos.
185
CUBILLO RODRÍGUEZ, C.: La jurisdicción del Tribunal de Cuentas, óp. cit., pág. 32.
186
FERNÁNDEZ PIRLA, J.M. y SALA SANCHEZ, P.: El Tribunal de Cuentas, ayer y hoy, Servicio de
Publicaciones del Tribunal de Cuentas, 1987, pág. 32.
106
Capítulo primero
107
llevar a cabo sus tareas con objetividad y eficacia únicamente si son
independientes de la entidad fiscalizada y están protegidas con respecto a los
influjos externos (Art. 5.1).
189
En este sentido VALLES VIVES, F: El control externo del gasto público. Configuración y garantía
constitucional, óp. cit., pág. 508 y JIMENEZ RIUS, P.: El control de los fondos públicos. Propuestas de
mejora, óp. cit., pág. 548,
190
CUBILLO RODRÍGUEZ, C.: La jurisdicción del Tribunal de Cuentas, óp. cit., pág. 33
108
Capítulo primero
lugar, las EFS deben gozar de autonomía para determinar el contenido de los
programas y planes de fiscalización. En segundo lugar, deben tener autonomía
para tomar sus propias decisiones con relación a su estructura orgánica y al
número y cualificación del personal que trabaja en sus sedes191.
191
JIMENEZ RIUS, P.: El control de los fondos públicos. Propuestas de mejora, óp. cit., pág. 555.
192
LOZANO MIRALLES, J.: Configuración e independencia de los órganos de control externo: un
análisis comparado, Civitas-Cámara de Cuentas de Andalucía, 1996, pág. 35.
109
Con referencia al personal de las ESF a la luz de la experiencia práctica,
es preciso reconocer el hecho de que existe un nivel de implicación
gubernamental en la designación de los miembros de la EFS, sobre todo en el
caso de sus responsables. Así, aunque en España el nombramiento de la
dirección es realizada exclusivamente por el legislativo, en otros países como
Francia es realizada por el ejecutivo. En Reino Unido, Estados Unidos o
Alemania, ambos poderes intervienen en la designación del personal directivo.
En Estados Unidos, el Contralor es elegido por el Presidente, con el consejo y
consentimiento del Senado. En Alemania, la afiliación política del Presidente
del Tribunal de Cuentas y del Vicepresidente reflejan los principales partidos
del gobierno y la oposición. En el Reino Unido, el puesto de Auditor General es
estrictamente no político, pero a propuesta del Primer Ministro, en consulta con
el Presidente del Comité de Cuentas Públicas que es un miembro de la
oposición de la Cámara de los Comunes.
Esto no quiere decir que existan causas por las que el órgano de
dirección de una EFS pueda ser destituido antes de que finalice su mandato, si
deja de estar capacitado para cumplir sus tareas oficiales, o si es culpable de
infracciones. Sin embargo, debe existir una garantía de que tal destitución será
consecuencia de un procedimiento formal, estrictamente regulado, y que se
110
Capítulo primero
111
Por norma general, las EFS gozan de autonomía presupuestaria, siendo
los Parlamentos los responsables de determinar los recursos económicos de
las mismas. Aunque el concepto de autonomía financiera es más amplio que el
de autonomía presupuestaria, y comprende todas las fases del ciclo
económico-financiero que conlleva la existencia de dichos órganos. Las fases
se podrían concretar en la elaboración y aprobación de sus presupuestos, las
modificaciones del mismo, su ejecución y liquidación, incluyendo el régimen de
contratación, contabilidad y gestión de personal, y por ultimo su control
financiero194.
194
GALAN DEL FRESNO, J. M.: “La autonomía Financiera de los Órganos Constitucionales”, en
Crónica 1998-1999, Asociación de Letrados y Auditores del Tribunal de Cuentas, Madrid, pág. 91.
112
Capítulo primero
113
respectivas competencias que se les han encomendado a cada una de estas
instituciones.
114
Capítulo Segundo
CAPÍTULO II
196
PIGOU, A.C.: La economía del bienestar, óp. cit., pág. 107.
197
HERNANDEZ MARTIN, M. A.: La Intervención del Sector Público en la economía y su actividad
empresarial, Universidad de Salamanca, 1988, pág. 34.
115
del cumplimiento de los requisitos que el ordenamiento jurídico somete a la
actividad económico financiera del Sector Público.
116
Capítulo Segundo
198
CUBILLOS RODRÍGUEZ, C: La jurisdicción del Tribunal de Cuentas, óp. cit., pág. 26.
117
2. EL CONTROL EXTERNO EN ESPAÑA
199
MUÑOZ ÁLVAREZ, R.: “Constitución y Tribunal de Cuentas. Anecdotario”, Revista Española de
Control Externo, 2003, pág. 101-111.
200
GOMEZ SANCHEZ, Y.: El Tribunal de Cuentas. El control económico financiero externo en el
Ordenamiento Constitucional Español, óp. cit., pág. 160-166.
118
Capítulo Segundo
201
La fiscalización queda fuera del control jurisdiccional, según la Sentencia del Tribunal Supremo de 16
de julio de 1988 y de 27 de febrero de 2004, no siendo el TC un Tribunal Supremo cuando ejerce la
función jurisdiccional, según las Sentencias del Tribunal Constitucional 187/1988, de 17 de octubre y
18/1991, de 31 de enero.
202
VERA SANTOS, J. M.: El Tribunal de Cuentas y los órganos de control externo de las Comunidades
Autónomas, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2001, pág. 33.
119
Constitucional, fundamentalmente por dos causas. La primera de ellas relativa
a las funciones de estas entidades, así como la compatibilidad de la existencia
de los órganos de control externo autonómicos con el TCu. Y en segundo
lugar, las competencias de ambos órganos, especialmente en los referido al
control de las corporaciones Locales.
203
Fundamento jurídico segundo de la Sentencia 18/1991, de 31 de enero. Recurso de
inconstitucionalidad 890/1985. Promovido por el Gobierno de la Nación contra determinados preceptos
de la Ley la siguiente 6/1985, de 24 de junio, del Parlamento de Galicia, del Consejo de Cuentas. BOE 25
de febrero de 1991.
120
Capítulo Segundo
204
STC 187/1988, de 17 de octubre. Recurso de inconstitucionalidad número 426/1984. FJ 12. BOE 7 de
noviembre de 1988
205
NIETO DE ALBA, U.: “Una reconstrucción doctrinal de la descentralización: aplicación al control
externo”, Revista Española de Control Externo, nº 12, 2002, pág. 17-32. En el articulo analiza la
necesidad de coordinación entre el TCU y los OCEX, debido a la mayor relevancia que han ido
adquiriendo.
206
VERA SANTOS, J. M.: El Tribunal de Cuentas y los órganos de control externo de las Comunidades
Autónomas, óp. cit., pág. 116-119
207
STC 187/1988, de 17 octubre, FJ 7º, y 18/1991, de 31 de enero, FJ 2º.
121
de septiembre, de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA).
122
Capítulo Segundo
123
3. CONTABILIDAD Y CONTROL DE LA ACTIVIDAD ECONOMICO-
FINANCIERA DEL SECTOR PÚBLICO
Según el apartado 2 del artículo 119 LGP “la contabilidad del sector
público estatal se configura como un sistema de información económico-
financiera y presupuestaria que tiene por objeto mostrar, a través de estados e
informes, la imagen fiel del patrimonio, de la situación financiera, de los
resultados y de la ejecución del presupuesto de cada una de las entidades
integrantes del mismo”.
124
Capítulo Segundo
210
LOPEZ DE MENESAS, M. U.: “La armonización contable”, en Crónica 1998-1999, Asociación de
Letrados y Auditores de Tribunal de Cuentas, pág. 231.
125
Los objetivos que se pretenden alcanzar con el desarrollo de los sistemas
de contabilidad pública son, según PEREZ PEREZ211, los siguientes. En primer
lugar la armonización contable, con el objetivo de fijar criterios uniformes para
la contabilización de las operaciones contables, como para la presentación de
la información contable. En segundo lugar mejorar la transparencia y utilidad de
la información contable, de forma que la información contable sirva de forma
eficaz para facilitar la toma de decisiones por parte de los gestores, así como
que permita disponer de información suficiente para los demás usuarios de la
información contable, especialmente los ciudadanos. Y en último lugar el
impulso de medios electrónicos, informáticos y telemáticos en la función
contable.
211
PEREZ PEREZ, J. A.: “Proyectos y logros de la Contabilidad Pública en España”, Presupuesto y
Gasto Público, 2007, pág. 95-107.
126
Capítulo Segundo
212
NICOLAS BRAVO, V.: “Líneas de reforma de la Contabilidad Pública en España”, Presupuesto y
Gasto Público, IEF, 2008, pág. 231-242
213
En el BOE de 28 de abril de 2010 se público la Orden EHA/1037/2012, de 13 de abril por la que se
aprueba el Plan General de Contabilidad Pública.
127
indicadores de gestión, información que resulta clave para poder efectuar una
evaluación adecuada de la gestión realizada por la entidad.
214
ROBLEDA, H.: “El Nuevo Plan General de Contabilidad Pública: una herramienta oportuna para
mejorar la información contable sobre la gestión pública”, Auditoría Pública, 2010, pág. 87-89.
128
Capítulo Segundo
públicos215.
215
NICOLAS BRAVO, V.: “Líneas de reforma de la Contabilidad Pública en España”, óp. cit., pág. 231-
242
216
SOCORRO ALEMAN, F.: “El nuevo Plan General de Contabilidad Pública, quizá una oportunidad
perdida”, Auditoría Pública, 2010, pág. 105-110
129
4. ANTECEDENTES HISTORICOS DEL TRIBUNAL DE CUENTAS
La doctrina sitúa los orígenes del actual TCu en las Ordenanzas dadas
por el Rey Juan II de Castilla en la primera mitad del siglo XV 218, lo que no
impide reseñar las diversas instituciones y procedimientos de control de las
cuentas públicas a lo largo de la Edad Media.
217
CANGA ARGUELLES, J.: Diccionario de Hacienda con aplicación a España, Madrid, 1834, t. II,
pág. 606. Cita contenida en el artículo “Función y esencia del Tribunal de Cuentas” de Mendizábal
Allende, R.
218
MEDINA GUIJARRO, J. y PAJARES GIMENEZ, J.A.: “La función de enjuiciamiento contable del
Tribunal de Cuentas como su “propia jurisdicción” en la historia y en la Constitución Española”, Revista
Española de Control Externo,2005, pág. 33-68
130
Capítulo Segundo
131
como una autentica jurisdicción, y la Contaduría Mayor de Hacienda, a la que
otorgó facultades de control de gasto público, quedando la figura de
Mayordomo Mayor de la Corte reducida a las funciones de administrador de la
Casa del Rey. También en esta Ordenanza se establece que los Contadores
Mayores de Cuentas «tengades cargo especial de oír e librar los pleitos, e
determinarlos». La Contaduría así aparece como una autentica jurisdicción, ya
que no solo revisa materialmente las cuentas, sino que enjuicia la legalidad de
ingresos y pagos, declarando las responsabilidades que se deriven, teniendo
sus decisiones fuerza ejecutiva.
220
MEDINA GUIJARRO, J. y PAJARES GIMENEZ, J.A.: “La función de enjuiciamiento contable del
Tribunal de Cuentas como su “propia jurisdicción” en la historia y en la Constitución Española”, óp. cit.,
pág. 33-68
132
Capítulo Segundo
221
MENDIZABAL ALLENDE, R.: “La función jurisdiccional del Tribunal de Cuentas”, óp. cit., pág.
1307-1373.
133
adquiriendo así la configuración básica que todavía hoy conserva. Se establece
una Presidencia única con facultades decisorias en caso de controversia entre
las distintas instancias. Carlos II, con sus Ordenanzas de Madrid de 17 de julio
de 1691, reguló el Consejo de Hacienda y el Tribunal de la Contaduría Mayor
de Cuentas, reduciendo parte de su personal.
En Aragón, hasta finales del siglo XIII, los ingresos que recibía el monarca
correspondían a su Real Patrimonio, siendo su responsable un Procurador,
pero a fines del siglo XIII, Jaime II instauró la figura del Maestre Racional,
siguiendo el modelo siciliano. A partir de 1419, la institución se descentraliza,
apareciendo Maestres Racionales para Valencia, Mallorca y Cerdeña.
134
Capítulo Segundo
222
MOLAS RIBALTA, P.: “La Administración Real en la Corona de Aragón”, Chronica nova: Revista
de historia moderna de la Universidad de Granada, 1993-1994, PAG 427-440.
223
GOMEZ SANCHEZ, Y: El Tribunal de Cuentas. El control económico-financiero externo en el
ordenamiento constitucional español, óp. cit., pág. 28-29.
135
4 de agosto de 1715. El propio Felipe V, por Real Cédula de 3 de julio de 1718,
establece que se incorpore a la Sala de Gobierno del Consejo de Hacienda, la
Sala de Justicia, Millones y Tribunales de Cuentas. De esta última disposición
se siguió una casi total falta de contenido del Tribunal de la Contaduría Mayor
de Cuentas, lo que llevó a que fuera restablecido funcionalmente, con
aplicación de las normas con las que se había regulado hasta 1713 por el
mismo Felipe V mediante Decreto de 6 de marzo de 1726.
224
GOMEZ SANCHEZ, Y: El Tribunal de Cuentas. El control económico-financiero externo en el
ordenamiento constitucional español, óp. cit., pág. 30.
136
Capítulo Segundo
Carlos III será el último monarca del antiguo régimen que intente regular
las instituciones de control a través del Reglamento del Tribunal de la
Contaduría Mayor de Cuentas, de 6 de mayo de 1761. Con esta norma
racionalizó la institución, especialmente en el aspecto del personal directivo del
Tribunal, que trató de dignificar e independizar de la Administración regia.
225
MARTINEZ PEREZ, A: El Tribunal de Cuentas en España: Análisis de sus memorias (1874-1934),
Thomson-Aranzadi, 2008, pág. 63.
226
Es decir tanto la función como el órgano son reconocidos en la primera Constitución Española, así en
el artículo 84 establece la obligación de rendir cuentas “Las cuentas de Hacienda dadas por cargo y data,
con distinción del ejercicio de cada año, y Publicadas anualmente por medio de la imprenta, serán
presentadas por el ministro de Hacienda a las Cortes, y éstas podrán hacer, sobre los abusos introducidos
en la administración, las representaciones que juzguen convenientes”, y en el artículo 122 se reconoce a la
Institución “un tribunal de Contaduría general examinará y fenecerá las cuentas de todos los que deban
Rendirías. Este tribunal se compondrá de las personas que el Rey nombre”.
137
nombrados por el Rey.
227
Artículo 351. “La cuenta de la Tesorería general, que comprenderá el rendimiento anual de todas las
contribuciones y rentas, y su inversión, luego que reciba la aprobación final de las Cortes, se imprimirá,
Publicará y circulará a las Diputaciones de provincia y a los Ayuntamientos”
Art. 352. “Del mismo modo se imprimirán, Publicarán y circularán las cuentas que rindan los Secretarios
del Despacho de los gastos hechos en sus respectivos ramos.”
138
Capítulo Segundo
228
MANTECA VALDELANDE, V.: Formación de control externo del Sector Público en la España
contemporánea, Sindicatura de Comptes, Valencia, 2002, pag27. Hasta la Constitución de 1931 no
aparecerá en los textos constitucionales referencias a los órganos de control externo.
229
MENDIZABAL ALLENDE, R.: “Crisis del Antiguo Régimen y la jurisdicción contable”, óp. cit.,
pág. 21
230
Colección de los Decretos y Órdenes que han expedido las Cortes Generales y Extraordinarias desde
24 de febrero de 1813 hasta el 14 de septiembre del mismo año. Tomo 4.
El artículo XXII del decreto CCLXXX, de 7 de agosto de 1813, establece la estructura de la Contaduría
en los siguientes términos:
“La Contaduría mayor se compondrá de un Presidente, cinco Contadores mayores, un Secretario y, a lo
mas, de quince Contadores de primera clase, quince de segunda y quince de tercera; y así podrá el
Gobierno reducir proporcionalmente este número, oyendo a la Contaduría Mayor. Esta tendrá además un
Archivero y ocho Oficiales de libros. Todos estos empleos serán incompatibles con cualquiera otros”
139
Legislativo231.
231
VACAS GARCÍA-ALOS, L.: “La influencia de la Constitución de 1812 en el control de las cuentas
públicas”, UNED, Revista de Derecho Político, 2012, pág. 383-397.
232
Artículos I, II y II del Decreto CCLXXX.
140
Capítulo Segundo
233
GARCÍA TREVIJANO, A.: “La nueva Ley Orgánica del Tribunal de Cuentas”, Revista de
Administración Pública, 1953, pág. 250.
141
oficina superior en su clase, si bien le concedía cierta autonomía funcional234.
142
Capítulo Segundo
públicos o del estado, realizar los apremios que correspondieran por falta de
presentación de cuentas o impago de alcances, castigar los delitos que se
dedujeran del examen de las cuentas y conocer las apelaciones contra las
providencias de juzgados de Hacienda en materia de cuentas, cobranza de
alcances y sus incidencias. Lo más destacable de la Ordenanza es el
establecimiento de sanciones, no sólo pecuniarias, sino también personales,
para todos aquellos que estando obligados a rendir cuentas no lo hicieran o lo
llevaran a cabo con defectos apreciables, aunque no constitutivos de delito. El
establecimiento de estas penas o sanciones consolida las opiniones favorables
a la existencia de una función judicial de esta institución y resulta uno de sus
aspectos más controvertidos en la actualidad238.
238
GOMEZ SANCHEZ, Y: El Tribunal de Cuentas. El control económico-financiero externo en el
ordenamiento constitucional español, óp. cit., pág. 36.
239
MANTECA VALDELANDE, V.: Formación de control externo del Sector Público en la España
contemporánea, óp. cit., pág. 87
143
4.8.- El Estatuto Real y la Constitución de 1837
144
Capítulo Segundo
240
Artículo 75 de la Carta Constitucional de Madrid, de 23 de mayo de 1845.
241
MANTECA VALDELANDE, V.: Formación de control externo del Sector Público en la España
contemporánea, óp. cit., pág. 114.
145
jurisdiccional.
146
Capítulo Segundo
cuyo enjuiciamiento se difiere a los jueces ordinarios; por otra parte, se amplía
su esfera de actuación al encomendárseles el juicio de las cuentas de las
Corporaciones locales”244.
244
MENDIZABAL ALLENDE, R.: “El Tribunal de Cuentas y el nacimiento de la Administración
contemporánea”, óp. cit., pág. 107.
147
sólo tres meses, en el que se elaboró la Constitución de 1869. Este texto
constitucional establece, de forma muy similar al texto citado anteriormente, la
obligación del Gobierno de presentar, al mismo tiempo que los Presupuestos,
el balance del último ejercicio, con arreglo a la ley245. Con referencia a este
artículo algunos autores han opinado que la Constitución hace una alusión muy
vaga a la función fiscalizadora, ya que ni siquiera se refiere a las cuentas, sino
que introduce un concepto patrimonialista cuyo contenido es interpretable 246.
Sin embargo, queda consagrada constitucionalmente la figura del Tribunal de
Cuentas del Reino en el art. 58 del mismo texto, al reconocerse como una
potestad de las Cortes el nombramiento y separación de los ministros del
Tribunal de Cuentas del Reino.
245
El Art. 100 de la constitución establecía: “El Gobierno presentará todos los años a las Cortes los
presupuestos de gastos y de ingresos, expresando las alteraciones que haya hecho en los del año anterior.
Cuando las Cortes se reúnan el 1º. de Febrero, los presupuestos habrán de presentarse al Congreso dentro
de los diez días siguientes a su reunión.”
246
MARTINEZ PEREZ, A: El Tribunal de Cuentas en España: Análisis de sus memorias (1874-1934),
óp. cit., pág. 53.
148
Capítulo Segundo
247
Artículo 2 de la Ley.
248
PALAO TABOADA, C.: Derecho financiero y tributario, óp. cit., pág. 164
249
Artículo 1 y 19 de la Ley.
250
Artículo 120 del Reglamento.
149
cualquier Ministerio, en el caso de que invadieran competencias del Tribunal.
251
Artículos 38 y 41 del Reglamento.
252
PALAO TABOADA, C.: Derecho financiero y tributario, óp. cit., pág. 165
150
Capítulo Segundo
253
MEDINA GUIJARRO, J. y PAJARES GIMENEZ, J.A.: “La función de enjuiciamiento contable del
Tribunal de Cuentas como su “propia jurisdicción” en la historia y en la Constitución Española”, óp. cit.,
pág. 33-67.
254
Artículo 72 del Proyecto de Constitución Federal de la I República.
151
No reservándose la Federación ninguna competencia de control financiero255.
255
MARTINEZ PEREZ, A: El Tribunal de Cuentas en España: Análisis de sus memorias (1874-1934),
óp. cit., pág. 53.
152
Capítulo Segundo
153
cobranza y aplicación de los fondos del Estado, determinando en su caso las
que fueran, y formulando las observaciones a que diera lugar.
154
Capítulo Segundo
257
MANTECA VALDELANDE, V.: Formación de control externo del Sector Público en la España
contemporánea, óp. cit., pág. 241.
155
Para MENDIZABAL, la nueva regulación reflejaba la necesaria
profesionalización de los cargos del Tribunal y la despolitización del mismo,
hecho que se pretendía alcanzar con “el abandono de los ficticios y inoperantes
sistemas selectivos basados en la carrera política dentro de la que la prebenda
de Ministro del Tribunal había venido siendo sinecura de una honorable
jubilación en pago por pasados servicios”258.
258
MENDIZABAL ALLENDE, R.: “El Tribunal Supremo de la Hacienda Pública”, Revista de
Administración Pública, 1968, pág. 123-190
259
MARTINEZ PEREZ, A: El Tribunal de Cuentas en España: Análisis de sus memorias (1874-1934),
óp. cit., pág. 137.
156
Capítulo Segundo
260
El artículo 109 de la Constitución de la II República establecía que “Para cada año económico no
podrá haber sino un solo Presupuesto, y en él serán incluidos, tanto en ingresos como en gastos, los de
carácter ordinario.
En caso de necesidad perentoria, a juicio de la mayoría absoluta del Congreso, podrá autorizarse un
Presupuesto extraordinario.
Las cuentas del Estado se rendirán anualmente y, censuradas por el Tribunal de Cuentas de la República,
éste, sin perjuicio de la efectividad de sus acuerdos, comunicará a las Cortes las infracciones o
responsabilidades ministeriales en que a su juicio se hubiere incurrido.”
Afirmándose en el artículo 120 “El Tribunal de Cuentas de la República es el órgano fiscalizador de la
gestión económica. Dependerá directamente de las Cortes y ejercerá sus funciones por delegación de ellas
en el conocimiento y aprobación final de las cuentas del Estado.
Una ley especial regulará su organización, competencia y funciones.
Sus conflictos con otros organismos serán sometidos a la resolución del Tribunal de garantías
Constitucionales.”
261
MARTINEZ PEREZ, A: El Tribunal de Cuentas en España: Análisis de sus memorias (1874-1934),
óp. cit., pág. 147
.
157
Esta disposición daba a la Memoria elaborada por el TCu carácter definitivo.
158
Capítulo Segundo
Estado.
262
FERNÁNDEZ PIRLA, J. Mª. Y SALA SANCHEZ, P.: El Tribunal de Cuentas, ayer y hoy, óp. cit.,
pág. 16
159
5. ORGANOS Y MIEMBROS DEL TRIBUNAL
5.1.- Composición
160
Capítulo Segundo
5.2.- Organización
5.2.1.- Presidente
5.2.2.- El Pleno
El Pleno del Tribunal está formado por los doce Consejeros de Cuentas,
uno de los cuales será el Presidente, y el Fiscal (artículo 21.1 LOTCu)266.
265
TAMAMES GOMEZ, R.: La economía española 1975-1995, Temas de Hoy, Madrid 1995, pág. 376.
266
Para YOLANDA GOMEZ SANCHEZ esta composición no es usual, difiriendo por ejemplo de la del
Pleno del Tribunal Constitucional del artículo 6.2 de la LOTC. Para la autora es transcendente la
integración del Fiscal en el Pleno del órgano de control externo, además, en cuanto a la toma de acuerdos
161
El quórum para que el Pleno quede válidamente constituido es el de la
asistencia de dos tercios de sus componentes, y sus acuerdos serán
adoptados por mayoría de asistentes, salvo en los casos en que se exija una
mayoría cualificada en la Ley (artículos 21.2 LOTCu y 4.2 LFTCu). También
puede quedar válidamente constituido cuando se hallen reunidos todos sus
miembros y así lo acuerden por unanimidad. El Pleno se debe reunir una vez al
menos dentro de cada mes, salvo en el período de vacaciones del Tribunal, y
en cuantas ocasiones aquél lo convoque con causa justificada, o lo soliciten
tres miembros del Pleno (artículo 4.1 LFTCu)
al ser un número par los Consejeros de Cuentas, a pesar del voto de calidad del Presidente. El Tribunal de
Cuentas. Marcial Pons, pág. 147-148.
267
Artículo 3 LOTCu “Corresponde al Pleno:
162
Capítulo Segundo
5.2.4.- Secciones.
del Tribunal.
c) Distribuir los asuntos entre las Secciones.
d) Nombrar los Delegados instructores.
e) Las demás facultades que le atribuye la Ley de Funcionamiento del Tribunal.
163
alcance; y por último, los expedientes de cancelación de fianzas.
5.2.5.- La Fiscalía
La fiscalía del TCu depende funcionalmente del Fiscal General del Estado
y está integrada por el Fiscal y los Abogados Fiscales.
164
Capítulo Segundo
269
PASCUAL GARCÍA, J.: Régimen jurídico del gasto público. Presupuestación, ejecución y control,
óp. cit, pág. 614
165
que este pueda fallarlas, sino que la función es la de fiscalización. Unido a este
nuevo concepto de fiscalización, el análisis que se realiza sobre las cuentas no
solo se centra en la legalidad, sino que se consideran nuevos criterios como la
economía y eficiencia, adoptándose nuevos técnicas, como los trabajos por
muestreo. Unido a esta última idea, ya no se proporcionan por las entidades
Públicas toda la documentación fiscalizable, sino que se remiten los estados
contables.
270
NAVAS VAZQUEZ, R. Manual de control externo, óp. cit., pág. 17
271
STS 12371/1988, Sala de lo Contencioso, de 16-7-1988, FJ 3º, Ponente D. José Luis Martin Herrero.
166
Capítulo Segundo
272
Enmienda número 2 del Sr Meilan (UCD) al artículo 2º y Enmienda numero 30 (Grupo Coalición
Democrática), artículo 5º, bis.
273
DE LA FUENTE DE LA CALLE, M. J.: “Hacia una función consultiva del Tribunal de Cuentas”, óp.
cit., pág. 139-159. ARMET i COMA, Ll: “Control Externo y sector público”, Revista Española de
Control Externo, nº 16, 2004, pág. 105-122.
167
Otros autores no reconocen esta función consultiva del TCu, ya que
consideran que “aunque alguna errata legal pudiera hacer pensar otra cosa
(artículo 27.1 LFTCu), el Tribunal no tiene encomendada ninguna función
consultiva”.274 Reconociéndole únicamente la facultad para proponer medidas
que supongan una mejora en la gestión económica del sector público (art 14
LOTCu).
274
NAVAS VAZQUES, R.: Manual de control externo, óp. cit., pág. 17
168
Capítulo Segundo
7. FUNCIÓN FISCALIZADORA.
275
ÁLVAREZ MARTIN, J.A. (2006). La Responsabilidad en la Gestión de los Fondos Públicos, óp. cit.,
pág. 75.
276
VACAS GARCÍA-ALOS, L. (2009). La Responsabilidad Contable de los Gestores Públicos y de los
perceptores de subvenciones en la jurisprudencia. Madrid: Colección Claves de la Jurisprudencia, pág.
105.
169
Estas características las complementa ÁLVAREZ MARTÍN277 al añadir las
siguientes:
-La realiza el TCu como supremo órgano fiscalizador (LOTCu Art. 1.1),
siendo las consecuencias inmediatas las siguientes:
-El TCu no es el único órgano fiscalizador, pero frente a todos los demás
ostenta una condición de supremacía, ya que existen otros órganos
fiscalizadores de las cuentas públicas, los llamados OCEX, órganos
autonómicos de control externo, establecidos en los correspondientes
Estatutos de Autonomía y las posteriores leyes autonómicas de desarrollo.
277
ÁLVAREZ MARTIN, J.A.: La Responsabilidad en la Gestión de los Fondos Públicos, óp. cit., pág.
78-81.
278
Sentencia del Pleno del Tribunal Constitucional. Recurso de inconstitucional nº 426/1984.
configuración de la situación constitucional del Tribunal de cuentas en el desarrollo de sus funciones,
número 187/1988 de 17 de noviembre, FD 8; y STC 18/1991 FD 5 y 6.
170
Capítulo Segundo
279
El Tribunal de Cuentas es miembro de la Organización Internacional de Entidades Fiscalizadoras
Superiores (INTOSAI), así como del grupo regional EUROSAI, que reúne a las Entidades Fiscalizadoras
Superiores de Europa.
280
FABRA VALLES, J. M.: “El Tribunal de Cuentas Europeo y el Tribunal de Cuentas de España”,
Revista Española de Control Externo, nº 12, 2002, pág. 11-23.
281
NAVAS VÁZQUEZ, R.: Manual de control externo, óp. cit., pág. 31.
171
Administración debe actuar conforme a las normas. Esta necesita la
habilitación de la ley para actuar. Por otra parte, no debe perderse de vista el
carácter meramente instrumental de las normas presupuestarias y de
contabilidad, cuya aplicabilidad depende de la puesta en práctica de otras
normas de carácter más sustantivo. De ahí que la fiscalización de la
regularidad presupuestaria y contable de la gestión suponga, ordinariamente,
entrar en el análisis del cumplimiento de otras normas.
172
Capítulo Segundo
282
PASCUAL GARCÍA, J.: Régimen jurídico del gasto público. Presupuestación, ejecución y control,
óp. cit., pág. 618.
173
procedimientos de fiscalización de los distintos subsectores del sector público,
así como aprobar las Memorias o Informes, Mociones o Notas a que puedan
dar lugar los procedimientos de fiscalización.
7.2. Contenido
174
Capítulo Segundo
todas las entidades y organismos integrantes del sector público y de las que
deban rendir los perceptores o beneficiarios de ayudas procedentes del mismo
sector, tales como subvenciones, créditos o avales.
283
Para NAVAS VÁZQUEZ los procedimientos de fiscalización
establecidos en la normativa realmente responde a grandes áreas o ámbitos
sobre las que llevarla a cabo, no siguiendo una estructura lógica en su
enumeración, ya que algunas de estas áreas responden a una perspectiva más
formal, como el examen de los expedientes de modificaciones presupuestarias,
y otros a materias mas sustantivas como la verificación de la situación y
variaciones del patrimonio neto. Considerando que el elemento de más
importancia de esta enumeración es su último apartado en la que se posibilita
que la actuación del TCu se extienda a todos aquellos ámbitos que considere
relevantes.
175
apartado hace referencia al examen de la Cuenta General de las Entidades,
que es el documento tradicional sobre el que se ha procedido a fiscalizar la
actividad económico-financiera de la Administración. A partir de este apartado,
el resto son áreas que se encuentran integradas dentro de la cuenta General,
bien directamente como lo relativo a las modificaciones de crédito, o el análisis
de patrimonio y sus variaciones, o de forma indirecta como el análisis de la
contratación, ya que dentro de la cuenta general se incluyen todos aquellos
efectos económicos de los contratos, siendo de obligado análisis tanto el
análisis de la normativa presupuestaria y contable, como la normativa
sustantiva que debe cumplirse en cada actuación de la Administración.
284
MENDIZABAL ALLENDE, R: “La función jurisdiccional del Tribunal de Cuentas”, óp. cit., pág.
1307-1373
176
Capítulo Segundo
177
Con este precepto el ordenamiento presupuestario recoge uno de los
elementos que han inspirado el sistema control financiero en nuestro país. La
cuenta General ha sido la pieza fundamental sobre la que se ha basado el
control externo efectuado por el TCu desde mediados del siglo XIX.
287
GARCÍA DE LA MORA, L.: “El Derecho Presupuestario o Contable como ordenamiento del control
de la Hacienda Pública”, Revista de la Facultad de Derecho U.C.M., núm. 52, pág. 37.
288
PASCUAL GARCÍA, J.: Régimen jurídico del gasto público. Presupuestación, ejecución y control,
op.cit., pág. 596-597.
178
Capítulo Segundo
en el Auto del 12/12/1986 de la Sala de Apelación del TCu, afirma que las
cuentas no se rinden para ser falladas, sino para ser examinadas,
comprobadas y sometidas a fiscalización. Y no son ajenos a este examen la
consideración de aspectos como la eficiencia y economía, amén de la legalidad
y exactitud de los hechos contables registrados.
7.3.3. Cuentandantes
289
LOPEZ LOPEZ, J. C.: “Aprobación y rendición de cuentas: problemas y responsabilidades”, Revista
Española de Control Externo, pág. 79-103
290
Podríamos hacer referencia entre otras, a una cuenta de pagos a justificar, en la que el Habilitado
Pagador debería efectuar a posteriori su justificación. (art 79 TRLGP)
179
definiciones de cuentandantes, según CORTELL GINER291.
El artículo 128 del TRLGP nos dice quienes son cuentandantes ante el
TCu, respondiendo a una concepción formal de cuentandante. La rendición de
cuentas de la gestión realizada en un período determinado es un acto formal,
distinto de los actos de gestión recogidos en las cuentas. Los cuentandantes
son responsables de la información contable, y les corresponde rendir,
formular y remitir las cuentas. La firma de estos documentos no presupone la
asunción de los actos de gestión reflejados en ellas, sino que sólo implica la
conformidad de los datos contenidos en las mismas.
291
CORTELL GINER, R. P.: “La responsabilidad contable y su enjuiciamiento: principios generales”,
óp. cit., pág. 105-125
292
CORTELL GINER, R.: “La responsabilidad contable y su enjuiciamiento: principios generales”, óp.
cit., pág. 105-125.
180
Capítulo Segundo
Para poder determinar qué cuentas deben ser rendidas ante el Tribunal,
hemos de analizar el ámbito subjetivo de la función fiscalizadora. Así, el artículo
136 de la Constitución establece que el objeto de la función fiscalizadora lo
constituyen las cuentas y la gestión económica del Estado en el sector público.
c) Otras cuentas que deben rendirse por conducto de la IGAE deben estar
en poder del Tribunal dentro de los dos meses siguientes a la fecha de su
recepción por la misma, acompañadas de las notas de defectos o reparos que
se hubieran producido por la IGAE. (35.1 LFTCu)
181
e) Las cuentas parciales que se remiten directamente al Tribunal por los
cuentadantes, se enviarán al mismo dentro de los quince días siguientes a la
terminación del período a que se refieran. (35.3 LFTCu)
293
El Tribunal de Cuentas público en el BOE de 18 de enero de 2005 una Moción aprobada por el Pleno
de la Entidad relativa a las soluciones para permitir la rendición de cuentas en plazo. La sindicatura de
Valencia ha publicado diversas noticias sobre el incumplimiento den la rendición de cuentas en su página
Web (WWW.sinsicom.gva.es/noticias).
182
Capítulo Segundo
294
AA.VV: Comentarios a la Ley de Régimen Local de la Comunidad Valenciana 8/2010, de 23 de junio,
BUENO MORA, S. hace este comentario en el Capítulo referido a las Haciendas Locales, La Ley, 2010,
pág. 628-629.
295
MAS CLADERA, P. A.: “Sobre las consecuencias de la no rendición de cuentas: comentarios a la
Sentencia de la Sala Tercera del Tribunal Supremo de 4 de junio de 2008”, óp. cit., el autor mantiene esta
posición en contra de la STS de 4 de junio de 2008, en donde considera que la multa impuesta por el TC
por la falta de rendición de cuentas es una sanción, en contra de otros pronunciamientos como la STS de
15 de mayo de 2006. Este hecho supone un debilitamiento del TC a la hora de exigir la rendición de
cuentas en caso de incumplimiento.
296
LOPEZ LOPEZ, J. C.: “Aprobación y rendición de cuentas: problemas y responsabilidades”, óp. cit,
pág. 79-103
183
En primer lugar LOPEZ considera las responsabilidades disciplinarias que
se pueden derivar de la no rendición de cuentas, siendo estos supuestos muy
difícilmente residenciables en la responsabilidad disciplinaria. Esto es así
porque es muy difícil que el cuentandante tenga la condición de funcionario.
De forma general el cuentandante suele ser la persona que ostenta la más alta
representación de alguna entidad pública, Presidente de una Corporación
Local, Presidente del Consejo Social de una Universidad, etc., no estando
sometidos al régimen disciplinario funcionarial.
184
Capítulo Segundo
297
PASCUAL GARCÍA, J.: Régimen jurídico del gasto público. Presupuestación, ejecución y control,
óp. cit., pág. 621.
185
De la literalidad de este artículo se puede desprender que el deber de
colaboración con el Tribunal corresponde a las entidades del sector público.
Esta idea se refuerza con el apartado segundo del artículo 7 LOTCu ya que,
cuando regula la forma de pedir la colaboración del Tribunal, dice que se
encauzará a través del Ministerio, Comunidad o Corporación correspondiente,
lo que profundiza en la idea de que la colaboración sólo puede solicitarse a
entidades del sector público.
298
PASCUAL GARCÍA, J.: Régimen jurídico del gasto público. Presupuestación, ejecución y control,
óp. cit., pág. 621-622
186
Capítulo Segundo
187
gestión hayan participado” (art. 30.1 LFTCu), lo cual podría suponer una
definición muy amplia, que podría plantear problemas en el supuesto de las
peticiones de colaboración a las entidades privadas, sobre todo si tenemos en
cuenta la regulación mucho más exhaustiva que se realiza en los artículos 93 y
94 de la LGT a la colaboración en los procedimientos tributarios.
188
Capítulo Segundo
189
LFTCu).
304
SIMOES IGLESIAS, A. M.: “La iniciativa fiscalizadora de las Cortes Generales y de las Asambleas
Legislativas de las Comunidades Autónomas en los procedimientos de fiscalización”, en Crónica 1996-
1997, Asociación de Letrados y Auditores del Tribunal de Cuentas, Madrid, pág. 202-204.
305
Se ha fundamentado la independencia del TC en al artículo 5 de la LOTCu que establece que el TC
ejercerá sus funciones con plena independencia y sometimiento al ordenamiento jurídico. En la misma
línea se argumenta que la Constitución en su artículo 136 alude al ejercicio de sus “funciones”, Otro
aspecto importante es el traslado de esta independencia a los miembros del Tribunal a través del artículo
136.3 de la Constitución y el 30.2 de la LOTCu.
190
Capítulo Segundo
306
MARTINEZ GOMEZ, A.: “La función fiscalizadora del Tribunal de Cuentas. El desarrollo real de sus
procedimientos”, en el libro El Tribunal de Cuentas. Fiscalización y enjuiciamiento, Consejo General del
Poder Judicial, 2003, pág. 73-74.
191
Los proyectos de informe se someten alegaciones de los responsables de
los entes fiscalizados. Tras considerar éstas, se fórmula un proyecto del
resultado de la fiscalización que se pone de manifiesto al Misterio Fiscal y al
Servicio Jurídico del Estado para que aporten lo que consideren necesario en
el cumplimiento de sus respectivas competencias. En este momento es cuando
se solicitan las acciones previas de responsabilidad contable si del informe de
fiscalización se hubieran derivado indicios de responsabilidad contable.
192
Capítulo Segundo
permita conseguirlos307.
193
elemento que permite alcanzar al tribunal su independencia funcional. En este
sentido Núñez Pérez afirma que “el reconocimiento de la iniciativa fiscalizadora
al TCu constituye una manifestación más de la independencia de nuestra
institución respecto del Parlamento, al que se remite el Programa Anual de
Fiscalizaciones aprobado por el Pleno del Tribunal y que no requiere ser
posteriormente aprobado o ratificado por las Cortes para adquirir vigencia”310.
310
NÚÑEZ PEREZ, M: “De la Constitución Española al Tratado de Lisboa: treinta años del Tribunal de
Cuentas”, Revista Española de Control Externo, 2009, pág. 15-44
En igual sentido POZUELO MEÑO, I: “Las relaciones del poder legislativo y las instituciones de control
externo”, Auditoría Pública, 2009, pág. 21-28.
“Esa independencia y autonomía funcional se establece básicamente en la libertad que tienen los Órganos
del Control Externo para ejercer sus funciones de fiscalización económico-financiera de la gestión de los
fondos públicos que realiza la Administración.
Y se concreta en la potestad para elaborar un plan anual de trabajo de las fiscalizaciones que va a realizar.
• En la capacidad de decisión para elegir los organismos objeto de fiscalización.
• En establecer las orientaciones, los criterios y los ámbitos de investigación.
• En adoptar los métodos y los criterios de evaluación, en elaborar las conclusiones finales, de los
informes de fiscalización, y en su capacidad de difusión pública.
311
Normas Técnicas de las Normas de Fiscalización del Tribunal de Cuentas Aprobadas en el Pleno de 23
de diciembre de 2013.
312
NAVAS VÁZQUEZ, R.: Manual de control externo, óp. cit., pág. 57
194
Capítulo Segundo
313
Normas Técnicas de las Normas de Fiscalización del Tribunal de Cuentas, apartado 28 “el memorando
de planificación es el documento aprobado por la dirección de las actuaciones fiscalizadoras que recoger
los resultados de los trabajos preliminares que fundamentan el proyecto de directrices técnicas y la
determinación de las áreas en las que se distribuyen los trabajos de la fiscalización, identificándose
aquellas que presenten mayor riesgo.”
314
Normas Técnicas de las Normas de Fiscalización del Tribunal de Cuentas, apartado 29 y 30 “las
directrices técnicas constituyen el documento que conforma la voluntad del Pleno en relación con los
diferentes extremos que pudiera afectar a la realización de la fiscalización que se prevé efectuar. La
estructura y el contenido de las 10 actrices técnicas deberá contemplar, por separado, los siguientes
aspectos:
a) Iniciativa de la fiscalización.
b) ámbitos subjetivo, o que escribo y temporal de la fiscalización.
c) Resultados de los trabajos terminales.
d) Tipo de fiscalización y objetivos generales.
e) Áreas de trabajo y procedimientos.
f) Medios personales.
g) Calendario.
h) Otras con celebraciones
195
7.5.2. Iniciación de los procedimientos
196
Capítulo Segundo
Las Normas de Fiscalización del TCu intentan en esta primera parte del
documento separarse de la línea de identificar fiscalización con auditoría, ya
318
NAVAS VÁZQUEZ, R.: Manual de control externo, óp. cit., pág. 60
319
MELIAN HERNANDEZ, J. A.: “Relaciones y diferencias entre fiscalización y auditoría”, óp. cit.,
pág. 33-40
197
que en ningún momento se hace referencia al término “auditoría”. Sin embargo,
esta resistencia a vincular ambos términos (fiscalización y auditoría) se rompe
en el apartado primero de las mismas, ya que se reconoce la aplicación con
carácter supletorio a las fiscalizaciones de las Normas Técnicas de Auditoria320,
y por analogía, si procede, en los restantes tipos de fiscalización.
320
Resolución de 15 de octubre de 2013, del Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas, por la que
se publican las nuevas Normas Técnicas de Auditoría, resultado de la adaptación de las Normas
Internacionales de Auditoría para su aplicación en España (NIA-ES). BOE 13-11-2013
321
Normas Técnicas de las Normas de Fiscalización del Tribunal de Cuentas, apartado 2.2:
“Fiscalización del cumplimiento. Su finalidad es verificar el cumplimiento de las disposiciones legales y
reglamentarias a que está sometida la gestión económico-financiera de la entidad, programa o actividad se
fiscaliza.
Fiscalización financiera. Tiene por objetivo emitir una opinión sobre la fiabilidad de la información que
suministran los estados financieros de una entidad en función de su adecuación a los principios, criterios
y normas contables de aplicación a la misma.
Fiscalización operativa o de gestión. Su finalidad es proporcionar una valoración, total o parcial, de las
operaciones y de los sistemas y procedimientos de gestión de la entidad, programa o actividad fiscalizada
en cuanto a su racionalidad económico financiera y su sometimiento a los principios de buena gestión. La
valoración puede referirse a la adecuación de los sistemas y procedimientos de gestión respecto los
objetivos que deben cumplir o al grado de cumplimiento de los principios de economía, eficacia y
eficiencia.”
198
Capítulo Segundo
199
entidad.
322
AAVV: Manual de Auditoría del sector público, óp. cit., pág. 525.
323
AAVV: Manual de Auditoría del sector público, óp. cit., pág. 449.
324
NAVAS VÁZQUEZ, R.: Manual de control externo, óp. cit., pág. 62
200
Capítulo Segundo
Se debe emitir una opinión, que podrá ser favorable, favorable con
salvedades, desfavorable o denegación de la opinión. Los distintos grados de
opinión se forman por el fiscalizador en función de las deficiencias e
irregularidades que se hayan detectado, así como por la imposibilidad de
realizar todos aquellos procedimientos de auditoría que se hubiesen
programado (limitaciones al alcance).
201
Por último, las conclusiones de fiscalización contienen la expresión del
juicio crítico u opinión del auditor y en ellas se contienen los principales
resultados de fiscalización, debiendo reflejar de forma clara la opinión del
Tribunal sobre cada uno de los objetivos, así como la opinión del auditor sobre
el cumplimiento de la normativa y la fiabilidad de las cuentas.
Para el mismo autor, la posibilidad de que sean adoptadas con éxito las
recomendaciones formuladas radica en la fase de realización del trabajo de
campo, siendo fundamental la cercanía en esta fase de los auditores y los
325
NAVAS VÁZQUEZ, R.: Manual de control externo, óp. cit., pág. 64
326
ORDOKI URDAZI, l.: “La puesta en práctica de las recomendaciones de los OCEX”, Auditoría
Pública, nº 23, 2001, pág. 7-12.
202
Capítulo Segundo
327
HERRERO GONZALEZ, E.: “Las recomendaciones en el informe de fiscalización”, Auditoría
Pública, nº 56, 2012, pág. 25-35.
328
ORDOKI URDAZI, l.: “La puesta en práctica de las recomendaciones de los OCEX”, óp. cit., pág. 7-
12.
203
7.5.4. Alegaciones
Los objetivos que se persiguen con el trámite de las alegaciones son los
de garantizar la seguridad jurídica en el procedimiento de fiscalización, al poder
presentar las personas o entidades fiscalizadas aquellas observaciones que
consideren necesarias. En segundo lugar permiten elevar la calidad y exactitud
en la elaboración de los informes de fiscalización, ya que permiten detectar
posibles deficiencias en los procesos de auditoría aplicados. Y en último lugar
permiten dotar de mayores elementos de juicio a los órganos legislativos
cuando conozcan los informes de fiscalización y adopten medidas en respuesta
a los mismos329.
204
Capítulo Segundo
331
Auto del Tribunal Constitucional 664/1984, de 07/11/1984, Sala: Sección Cuarta., el Tribunal
Constitucional considera que los informes de fiscalización del Tribunal de Cuentas son actos que
propiamente no declaran derechos u obligaciones de la entidad fiscalizada, ni tampoco los crean, sino que
se limitan a dejar constancia de ciertos datos o apreciaciones sobre el grado de cumplimiento. Por
consiguiente la posibilidad que de los mismos se pueda derivar un supuesto de indefensión ante la
imposibilidad de presentar alegaciones frente a los mismos al amparo del artículo 24.1 de la Constitución,
no ha podido producirse indefensión en la actuación jurisdiccional, dado que esta última no ha llegado a
existir. Y, la pretendida infracción del art. 91 de la Ley de Procedimiento Administrativo, constituirá una
cuestión de mera legalidad, ajena a la jurisdicción de este Tribunal.
205
los órganos de control externo, en aras de alcanzar el objetivo de
transparencia. Sin embargo para algunos autores los órganos de control
externo deberían elegir a los ciudadanos como destinatarios principales de su
información.
332
RIERA LOPEZ, M.: “OCEX y Redes Sociales: ¿Necesidad o Reto?”, Auditoría Pública, nº 60, 2013,
pág. 97-103.
206
Capítulo Segundo
333
Sentencia del Tribunal de Justicia Europeo de 10 de julio de 2001, a propósito del Asunto ISMERI
EUROPA SRL contra el Tribunal de Cuentas de la Comunidad Europea por el Informe Especial nº 1/96
relativo a los programas MED.
334
http://www.eca.europa.eu/Lists/ECADocuments/PERF_AUDIT_MANUAL/PERF_AUDIT_MANUAL_
ES.PDF
207
terceros en los informes de fiscalización, generándose varios problemas en el
supuesto de que debiera mencionarse a un tercero en un informe.
En primer lugar se plantea si el tercero mencionado en el informe tiene derecho
al trámite de alegaciones. A este respecto, aunque la legislación española no
recoge expresamente la posibilidad de que terceros mencionados en los
informes de fiscalización puedan presentar alegaciones, se fundamenta en el
trámite de audiencia de la Ley 30/92, de Régimen Jurídico de las
Administraciones Públicas y Procedimiento Administrativo Común la posibilidad
de personarse en los procedimientos de fiscalización.
335
HERRERO GONZALEZ, E.: “Mención nominal a terceros en los informes de fiscalización”,
Auditoría Pública, nº 59, 2013, pág. 59-67.
336
HERRERO GONZALEZ, E.: “Mención nominal a terceros en los informes de fiscalización”, óp. cit.,
pág. 59-67
208
Capítulo Segundo
337
Sentencia del tribunal supremo de 18 de octubre de 1986
338
Sentencia del tribunal supremo de 18 de octubre de 1986
209
Esta interpretación del TS parece que fundamentó la redacción que el
legislador dio a este aspecto en la LFTCu en la que estableció la supletoriedad
de las normas de procedimiento administrativo, “a excepción de las que
determinan el carácter de parte o legitiman para la interposición de recursos en
vía administrativa o jurisdiccional” (artículo 32.1 LFTCu).
Este precepto supuso la modificación del criterio del TS, no tanto porque
la Sala cambiará de criterio, sino porque “es manifiesto, por tanto, que en una
Ley posterior a aquella nuestra sentencia de 1986, claramente se ha
determinado la inaplicación del régimen de recursos administrativos a los actos
fiscalizadores del TCu que, por su propia esencia y naturaleza, emite este
Tribunal como Comisionado del Parlamento que es su único destinatario y
receptor”339.
339
Sentencia del Tribunal Supremo (Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección 2) de 25 de abril de
2007.
210
Capítulo Segundo
211
importancia de la auditara de cumplimiento de la actividad del Sector Público,
al asignársele “la observancia de la Constitución, de las Leyes reguladoras de
los Ingresos y Gastos del sector público y, en general, de las normas que
afecten a la actividad económico-financiera del mismo”, en al apartado a) del
artículo 13.
343
NÚÑEZ PEREZ, M.: “Reforma de la legislación del Tribunal de Cuentas: Fiscalización”, óp. cit., pág.
173-201.
212
Capítulo Segundo
344
AAVV: El Tribunal de Cuentas. Fiscalización y enjuiciamiento. Artículo de CUBILLO
RODRÍGUEZ, C., Cuadernos de Derecho Judicial, Consejo General del Poder Judicial, 2003, pág. 60.
213
fiscalizadoras.
En último lugar, el Pleno del TCu podrá solicitar de los OCEX la práctica
de actuaciones fiscalizadoras concretas, referidas tanto al sector público
autonómico como al estatal.
345
http://www.tcu.es/tribunal-de-cuentas/es/relaciones-externas/relaciones-institucionales/relaciones-con-
ocex/
214
Capítulo Segundo
215
9. RELACIONES DEL TRIBUNAL DE CUENTAS CON EL TRIBUNAL
DE CUENTAS EUROPEO
346
FABRA VALLES, J. M.: “Articulación organizativa de los diferentes niveles de control de la Unión
Europea”, Revista Española de Control Externo, 2004, pág. 43-56.
347
DIETER ENGELS: “Los efectos de la ampliación de la Unión Europea”, Revista Española de Control
Externo, 2004, pág. 57-72.
216
Capítulo Segundo
348
Entrevista concedida por MANUEL FABRA, J., Presidente del Tribunal de Cuentas Europeo en la
Revista de Auditoría Pública, 2003.
217
que afecten a la gestión de los fondos comunitarios en España.
349
AAVV: El Tribunal de Cuentas. Fiscalización y enjuiciamiento, Cuadernos de Derecho Judicial,
Madrid, 2003, pág. 53-54.
350
FABRA VALLES, J. M.: “Articulación organizativa de los diferentes niveles de control de la Unión
Europea”, óp. cit., pág. 43-56.
218
Capítulo Segundo
Mientras los medios nos inundan con escándalos sobre el uso y abuso
de los fondos públicos, faltos de rendición de cuentas, sometidos a todo tipo de
comisiones, franquicias, impuestos revolucionarios, facturas falsas, dobles o
triples, contabilizaciones de gastos y pagos, pagos sin facturas, pagos “sin
soporte documental”, pagos porque si, por virtud del ordeno y mando,
subvenciones que no se justifican, etc., el Tribunal especifico esta enrocado en
su sede palaciega, prisionero de las normas jurídicas que le impiden actuar, si
bien procura fijar sus programas de fiscalización de forma tan objetiva que evita
tomar en consideración los escándalos que son vox popili. No en balde sus
miembros son nombrados por las mayorías parlamentarias.”351
351
ÁLVAREZ MARTIN, J. A.: “La Responsabilidad en la Gestión de los Fondos Públicos”, óp. cit. pág.
177-178.
219
En un mismo sentido, otro autor afirma que “es sorprendente también,
que un día sí y otro también se destapen casos de corrupción, mala gestión y
despilfarro de recursos públicos en Administraciones, organismos y entidades
instrumentales de aquellas que, en teoría, deben ser fiscalizados por las
instituciones de control, ante la pasividad de muchas de ellas, cuando
precisamente son estas instituciones las encargadas por ley de controlar su
gestión financiera.
352
ORDOKI URDAZI, L. Mª.: “La necesidad de una transformación radical de las Instituciones de
Control Financiero Externo en España”, Auditoría Publica, 2012, pág. 27-32.
220
Capítulo Segundo
cual, en palabras de MUÑOZ MOLINA, “los partidos políticos, los unos y los
otros, los mayoritarios y los minoritarios, los de derecha con la misma
convicción que los de izquierda y los independentistas que los centralistas,
prefirieron ocupar las instituciones antes que reformarlas por dentro,
desactivando los mecanismos de legalidad allí donde existían, no permitiendo
llegar a existir cuando se creaban de la nada organismos nuevos” 353.
En este sentido, NIETO355 analiza el marco ético que afecta a todos los
aspectos de la vida social y política, así como al ámbito jurídico e institucional
353
MUÑOZ MOLINA, A.: Todo lo que era sólido, Seix Barral, 2013, pág. 45.
354
Ídem, pág. 48.
355
NIETO DE ALBA, U: “El reto ético del control democrático”, Revista Española de Control Externo,
2002, pág. 215-226.
221
en el que se integran las normas y leyes que emanan de nuestra Constitución,
reconociendo que en todos estos ámbitos pueden producirse comportamientos
con trascendencia colectiva no conformes a los principios éticos de nuestra
sociedad. Este marco ético los esquematiza en tres círculos concéntricos que
representan los ámbitos jurídicos, políticos y sociales.
356
NIETO DE ALBA, U: “El reto ético del control democrático”, Óp. cit., pág. 216.
222
Capítulo Segundo
223
sistematización de los trabajos de fiscalización, siendo un requisito esencial en
cualquier proceso de fiscalización. Y en último lugar nos encontramos con la
oportunidad y plazo de presentación de los trabajos.
224
Capítulo Segundo
359
MEDINA GUIJARRO, J.: “La independencia e imparcialidad de la función jurisdiccional del Tribunal
de Cuentas en España”, Revista Española de Control Externo, 2003, pág. 73-100.
225
reparto de cuotas de influencia y poder, o afinidades políticas360.
La LOTCu impide ser miembros del TCu a todos los funcionarios que
trabajaran directamente en el control, ya que en el artículo 30 apartado 3º
LOTCu establece que no podrán ser designados Consejeros de Cuentas los
funcionarios que en los dos años anteriores hubieran tenido a su cargo la
inspección o intervención de los ingresos y gastos del sector público. Frente a
esta exclusión de los profesionales públicos de control, si que recoge la LOTCu
la posibilidad del nombramiento de Senadores y Diputados (artículo 33
apartado 2º).
360
Entre otros podemos citar a ORDOKI URDAZI, L. Mª.: “La necesidad de una transformación radical
de las Instituciones de Control Financiero Externo en España”, óp. cit., pág. 27-32.;ÁLVAREZ
MARTIN, J. A.: “Control externo: de la simulación a la excelencia. Propuestas”, Auditoría Publica, 2012,
óp. cit., en la misma se recoge la siguiente afirmación “El deficiente control externo está vinculado
demasiadas veces a la falta de independencia efectiva de las EEFS. Más allá de las altisonantes
declaraciones legales, la realidad desdice que estemos ante un Estado de Derecho real. Tributarios de
quienes los eligen, sus dirigentes carecen de autonomía e independencia efectiva, por más que el estatuto
jurídico formalmente lo establezca. Falta integridad, dignidad, sentido del honor y coraje y sobran
excusas vergonzantes como la colaboración y la lealtad institucional. ¿Qué lealtad institucional puede
existir con quienes derrochan, mal gastan y saquean los fondos públicos y amañan sus cuentas y
resultados?”; CLEMENTE DE ANTONIO, F.: “Análisis de las propuestas de reforma que pueden afectar
al Tribunal de Cuentas”, Revista Española de Control Externo, 2013, pág. 129-151, exige la
especialización y profesionalización de los órganos de control como medio para una actuación
independiente.
226
Capítulo Segundo
227
manifiesto el error del Tribunal sobre la plantilla aprobada, y con referencia al
nombramiento por libre designación de funcionarios en el TCu, recoge en su FJ
sexto que el hecho de que un nombramiento se efectúe por el sistema de libre
designación no implica exoneración del deber de motivarlo, lo cual podría
conllevar un alto riesgo de politización del personal del Tribunal.
362
http://www.tcu.es/tribunal-de-cuentas/es/fiscalizacion/funcion-de-fiscalizacion/
228
Capítulo Segundo
legal, las solicitadas por las Cortes Generales y las programadas por el TCu363.
229
necesario tener en cuenta muchos más factores que los derivados de los
estados contables o el cumplimiento de legalidad, ya que las actividades que
estas entidades efectúan son difícilmente medibles si atendemos
exclusivamente a una valoración económica.
364
En los países de tradición anglosajona se han implantado las auditorias de gestión como forma del
control de la actividad gubernamental, así podemos mencionar que en EEUU a mediados de la década
pasada, la GAO renovó su nombre manteniendo las siglas, antes, General Accounting Office (GAO) y
hoy: Government Accountability Office, no siendo un simple cambio estético sino que respondía a una
nueva concepción de sus finalidades, encontrándonos en su página Web algunos informes sobre temas tan
delicados como la seguridad nacional o aeroportuaria (http://www.gao.gov) o la NAO inglesa
(http://www.nao.org.uk/search/type/report/) que llego a decir en su memoria de 2011 “La NAO está
completamente comprometida a impulsar la mejora sostenible de los servicios públicos y el ahorro del
dinero público … El reto al que se enfrentan nuestros clientes es la entrega de productos de alta calidad
con menos dinero y con menos personal. Nos enfrentamos el mismo desafío. Nuestra autoridad e
influencia dependen de practicar lo que predicamos, por lo que nuestra estrategia establece los planes para
reducir los costos netos de al menos un 21% en términos reales, durante los próximos tres años…
Reduciremos desde la subcontratación hasta nuestros gastos en viajes …”.
365
http://fiscalizacion.es/files/2007/10/manual-del-TCE.pdf
230
Capítulo Segundo
366
Conclusiones V Congreso Nacional de Auditoría del Sector Publico, Auditoría Publica, nº 59, 2013,
pág. 9-28.
367
Conclusiones V Congreso Nacional de Auditoría del Sector Publico, Auditoría Publica, nº 59, 2013,
pág. 9-28.
231
c) Oportunidad y plazo
232
Capítulo Segundo
368
SALA SANCHEZ, P.: “Poder Judicial y Tribunal de Cuentas”, Revista Española de Control Externo,
2002, pág. 129-152
233
234
Capitulo tercero
CAPÍTULO III
369
MENDIZABAL ALLENDE, R.: “La función jurisdiccional del Tribunal de Cuentas”, óp. cit., pág.
1307-1373.
235
prevalentes”370.
236
Capitulo tercero
237
formal –las cuentas-372.
372
MENDIZABAL ALLENDE, R.: “La función jurisdiccional del Tribunal de Cuentas”, óp. cit., pág.
1307-1373.
238
Capitulo tercero
El último criterio para delimitar el sector público, clava sus raíces en otro
concepto eminentemente dinámico, el manejo de los caudales públicos. Todo
gestor de fondos públicos es responsable de los mismos. Así se produce una
ampliación del ámbito subjetivo de la competencia fiscalizadora y jurisdiccional
del TCu, ya que los particulares que recauden, custodien fondos o valores
públicos, y los perceptores de subvenciones públicas están obligados a rendir
cuentas, y por consiguiente sujetos a la supervisión del Tribunal374.
373
Artículo 4. “1. Integran el sector público:
a) La Administración del Estado.
b) Las Comunidades Autónomas.
c) Las Corporaciones Locales.
d) Las entidades gestoras de la Seguridad Social.
e) Los Organismos autónomos.
f) Las Sociedades estatales y demás Empresas públicas.
2. Al Tribunal de Cuentas corresponde la fiscalización de las subvenciones, créditos, avales u otras
ayudas del sector público percibidas por personas físicas o jurídicas.”
374
El artículo 138 de la Ley 47/2003, de 26 de noviembre, General Presupuestaria recoge la obligación de
rendir cuentas a aquellos particulares que gestionen fondos públicos.
239
Tribunal de Cuentas”375. Poe ello la jurisdicción contable se ejerce con carácter
exclusivo y excluyente sobre las cuentas, sea cual sea su naturaleza, que
deben rendir quienes manejen o custodien fondos públicos, así como quienes
ordenen, intervengan o realicen pagos con cargo a los mismos. En este sentido
se pronunció el artículo 15 de la LOTCu cuando establece que “el
enjuiciamiento contable, como jurisdicción propia del TCu, se ejerce respecto
de las cuentas que deban rendir quienes recauden, intervengan, administren,
custodien, manejen o utilicen bienes, caudales o efectos públicos”.
375
MENDIZABAL ALLENDE, R.: “La función jurisdiccional del Tribunal de Cuentas”, óp. cit., pág.
1307-1373.
240
Capitulo tercero
376
GUTIERREZ GARCÍA, Mª. C.: La responsabilidad contable de los gestores de fondos públicos,
Editorial Bayer Hnos. S.A., Barcelona, 2010, pág. 23.
241
contable377.
242
Capitulo tercero
379
RINCON VILLAGRA, A. L.: “Diseño y encaje constitucional de la función jurisdiccional del
Tribunal de Cuentas. Evolución y situación actual. Órganos de la jurisdicción contable”, en El Tribunal
de Cuentas. Fiscalización y enjuiciamiento, Cuadernos de Derecho Judicial, Consejo General del Poder
Judicial, 2003, pág. 95-110.
243
término “propia jurisdicción” se introdujo en una enmienda realizada al
Anteproyecto dirigida a reconocer el carácter jurisdiccional del TCu, por lo tanto
el constituyente fue plenamente consciente del sentido de la expresión. Y, en
último lugar, analiza de forma sistemática el término “jurisdicción” en todo el
texto Constitucional, haciendo siempre referencia a órganos que ejercen
funciones jurisdiccionales en todos aquellos artículos en donde aparece.
380
DELGADO DEL RINCON, L. E.: “A propósito del carácter jurisdiccional de la función de
enjuiciamiento contable del Tribunal de Cuentas. Comentario a la STC 215/2000, de 18 de septiembre”,
Revista Española de Control Externo, 2001, pág. 89-126.
244
Capitulo tercero
381
LOPEZ LOPEZ, J. C.: “Contenido de la jurisdicción contable”, en El Tribunal de Cuentas.
Fiscalización y enjuiciamiento, Cuadernos de Derecho Judicial, Consejo General del Poder Judicial,
2003, pág. 113-125, y GUTIERREZ GARCÍA, Mª. C.: La responsabilidad contable de los gestores de
fondos públicos, óp. cit., pág. 27-28.
245
2. CONTENIDO DE LA FUNCION DE ENJUICIAMIENTO
382
Definición contenida en el FD 2º de la STS, Sala 3ª., Sección 4ª, de 13-12-99, Ponente D. Rafael
Fernández Montalvo.
383
ÁLVAREZ MARTIN, J. A.: La Responsabilidad en la Gestión de los Fondos Públicos, óp. cit., pág.
161.
384
Auto de la Sala de Justicia del Tribunal de Cuentas de 2 de julio de 1998, en el que se señala que “la
responsabilidad contable no hace recaer sobre el declarado responsable penalidad o sanción alguna….
sino que le obliga indemnizar el menoscabo originado a los caudales o efectos públicos”.
246
Capitulo tercero
247
al ser esta legislación poco conocida (LOTCu y LFTCu), y aun menos utilizada,
la confusión alcanza incluso a Juzgados de Instrucción sitos en capital de
Comunidad Autónoma. Alguno hay que ignorando este mandato ha archivado
un procedimiento penal, mediando incluso petición expresa del Ministerio
Fiscal, al tener noticias que en el TCu se tramitaban unas Acciones Previas por
los mismos hechos”387.
387
ÁLVAREZ MARTIN, J. A.: La Responsabilidad en la Gestión de los Fondos Públicos, óp. cit., pág.
196.
388
CASANA MERINO, F.: La responsabilidad contable: naturaleza jurídica y elementos que la
integran, óp. cit., pág. 53.
248
Capitulo tercero
389
MARTÍN MARTÍN, P. y ÁLVAREZ BONALD, M. C.: “Las jurisdicciones contable y penal: su
compatibilidad”, Revista Española de Control Externo, 2005, pág. 209-233.
390
GUTIERREZ GARCÍA, Mª. C.: La responsabilidad contable de los gestores de fondos públicos, óp.
cit., pág. 27-28.
249
Cuentas”391.
250
Capitulo tercero
394
Esta doctrina que considera la competencia excluyente del orden penal para determinar tanto la
responsabilidad penal como la civil derivada se manifiesta también en las STS de 24 de febrero de 1993 y
de 29 de marzo de 1994.
395
La STS de 10 de febrero de 1995 reconoce la compatibilidad de la jurisdicción contable y penal,
correspondiéndole a la contable “la determinación de la responsabilidad civil, lo que, si es discutible
desde el campo doctrinal, no cabe duda que es una norma de obligado cumplimiento que en nada afecta al
problema que ahora se enjuicia (el penal)”.
396
CASANA MERINO, F.: La responsabilidad contable: naturaleza jurídica y elementos que la
integran, óp. cit., pág. 55.
251
Por el contrario, en la Sala Tercera del TS, correspondiente a lo
contencioso, sí que existen pronunciamientos favorables a la abstención de los
jueces a favor del TCu a la hora de determinar responsabilidades civiles. Así, la
STS de 23 de octubre de 1996 de la Sección 1ª de la Sala Tercera reconoce el
distinto contenido de la malversación en el ámbito penal y el contable, “por ello,
la Ley impone al Juez penal la obligación de abstención y traslado de los
antecedentes, al Tribunal de Cuentas en los términos que acabamos de
transcribir”. O la STS de 19 de septiembre de 2003, de la Sección 2ª de la Sala
3ª que reconoce “la prioridad de la jurisdicción contable para determinar la
responsabilidad civil derivada de delito”.
252
Capitulo tercero
Las razones en las que fundamentan esta opinión son, entre otras, las
siguientes. En primer lugar, consideran que no se puede negar al órgano
contable su plena jurisdicción para dictar un pronunciamiento propio dentro de
su ámbito de competencias, ya sea coincidente con el penal o ya sea
imponiendo una condena que se diferencie cuantitativamente de la penal,
comentario que debemos poner en relación con la idea expuesta anteriormente
de que un pronunciamiento penal relativo a la responsabilidad civil por alcance
de fondos públicos suponía un notorio exceso de jurisdicción. Y por
consiguiente, se estaría comprometiendo gravemente el carácter pleno,
397
CASANA MERINO, F.: La responsabilidad contable: naturaleza jurídica y elementos que la
integran, óp. cit., pág. 56.
398
En este sentido podemos encontrar a ROSIÑOL Y VIDAL, C.: La responsabilidad contable y la
gestión de los recursos públicos, Civitas, 1999, pág. 79 y ss., CASANA MERINO, F.: La responsabilidad
contable: naturaleza jurídica y elementos que la integran, óp. cit., pág. 60 y ss., MARTÍN MARTÍN, P. y
ÁLVAREZ BONALD, M. C.: “Las jurisdicciones contable y penal: su compatibilidad”, óp. cit., pág.
209-233.
253
exclusivo, necesario e improrrogable de la jurisdicción contable.
Por último, dado el carácter preferente del orden penal y para evitar
resoluciones contradictorias, los tribunales han de tener en cuenta el
pronunciamiento penal sobre la existencia de los hechos o sobre la autoría de
los mismos, pero, fuera de ello, pueden valorarlos libremente sin subordinación
alguna al fallo penal.
399
En el mismo STS 2 de octubre de 1968, STS 14 de marzo de 1974, 22 noviembre de 1979 .
400
MARTÍN MARTÍN, P. y ÁLVAREZ BONALD, M. C.: “Las jurisdicciones contable y penal: su
compatibilidad”, óp. cit., pág. 209-233.
254
Capitulo tercero
Otro de los aspectos que debe ser analizado es que ámbito de actuación
tiene la jurisdicción contable cuando un fallo penal ha determinado la
responsabilidad civil, obviando el deber de abstención que sobre el respecto
tiene (artículo 49.3 LFTCu). Para analizar esta cuestión se deben tener en
consideración varios aspectos que ya se han enunciado. En primer lugar, el
juez contable no queda vinculado por la calificación jurídica que haya hecho el
juez penal de los hechos; en segundo lugar, el juez de lo contable deberá
atenerse a los hechos probados por el juez penal; y por último, el concepto de
responsabilidad contable no es idéntico al de responsabilidad civil, puede
existir responsabilidad contable, aunque penalmente no exista delito.
401
El Tribunal de Cuentas, en su Sentencia 10/2003, de 23 de julio dice “la existencia de distintos órdenes
jurisdiccionales genera la susceptibilidad de plantear pretensiones jurídicas distintas sobre la base de unos
mismos hechos, pero la seguridad jurídica demanda que la base fáctica ha de ser común a las diferentes
pretensiones, pues los hechos han de ser unos y solo unos, con independencia de la valoración jurídica
que de los mismos se haga por cada orden jurisdiccional competente. Así, los hechos declarados probados
por la Sentencia que primeramente alcanzó firmeza vinculan a las que por otros órdenes pudieran
posteriormente dictarse en la resolución de conflictos de índole jurídica diferente planteados acerca de los
mismos hechos.... si bien esa compatibilidad jurisdiccional requiere un absoluto respeto a la fijación y
declaración de esos hechos probados y a la autoría de los mismos, pues una supuesta contradicción entre
dos pronunciamientos jurisdiccionales acerca de este último particular, no sólo vulneraría los expresados
principios de seguridad jurídica y cosa juzgada, sino que, además, y como ha reconocido la apuntada
jurisprudencia constitucional, iría en contra de la más elemental lógica jurídica.”
255
mismos, pues en una y otra jurisdicción son distintos los criterios de
enjuiciamiento y, además, las normas aplicables en sede penal y en sede
contable son de estructura finalista distinta y de diferente eficacia jurídica”. Para
evitar un enriquecimiento injusto de la Administración, la ejecución de la
sentencia contable habrá de tener en consideración lo pagado previamente en
concepto de responsabilidad civil del fallo penal402.
402
La STS de 7 de junio de 1999 señala que “si en fase de ejecución de la sentencia penal se hubiere
hecho efectivo el importe de la responsabilidad civil allí decretada -10.600.696 pesetas- esta misma suma
minorará la de 10.648.804 pesetas declarada partida de alcance por la Jurisdicción Contable”
256
Capitulo tercero
257
infracciones cometidas por los funcionarios públicos y por aquellas personal
ligadas a la administración por una relación especial de sujeción. En este
sentido, la Sentencia 12/2008 de la Sala de Justicia del TCu de 13 de octubre
de 2008 dice que “de acuerdo con el artículo 18.1 de la Ley Orgánica 2/1982,
de 12 de mayo, del TCu, la Jurisdicción Contable es compatible, respecto de
unos mismos hechos, con el ejercicio de la potestad disciplinaria.
258
Capitulo tercero
259
competencia. Así, considera que “el Juez natural para fijar la indemnización
que, en su caso, deba satisfacerse al patrimonio público por el presunto
menoscabo originado en el mismo, es el TCu en el ejercicio de su función de
enjuiciamiento contable, de igual forma que el Juez natural para determinar si
ese menoscabo es constitutivo de delito seria el pertinente órgano de la
jurisdicción penal y, por su parte, el Juez natural para decidir si dicho
menoscabo se ha producido por la adopción de un acuerdo o resolución
basado en un ilícito administrativo seria el órgano correspondiente de la
Jurisdicción contencioso-administrativa”.
405
ÁLVAREZ MARTIN, J. A.: La Responsabilidad en la Gestión de los Fondos Públicos, óp. cit., pág.
209.
406
En el mismo sentido la Auto de la Sala de Justicia del TCu 2/2000 de 25 de febrero.
260
Capitulo tercero
mejor forma posible, hecho que unido a este reforzado derecho a la defensa,
que puede tener consecuencias muy gravosas para el afectado, nos lleva a
crear cierta incertidumbre en el derecho de seguridad jurídica.
261
apreciados de modo distinto por ambas jurisdicciones, pudiéndose reconsiderar
los hechos apreciados en una sentencia contable firme a través del recurso de
revisión contable del artículo 83.5 LFTCu. También considera que no existe
una contradicción cuando los hechos probados en la sentencia contable y
penal son distintos y no equiparables.
262
Capitulo tercero
409
CUBILLO RODRÍGUEZ, C.: La jurisdicción del Tribunal de Cuentas, óp. cit. pág. 290-294.
410
VACAS GARCÍA-ALOS, L.: La responsabilidad contable de los gestores públicos y de los
perceptores de subvenciones en la jurisprudencia, óp. cit., pág. 181.
263
contable, la normativa contempla un sistema que no es uniforme y carece de
una normativa procesal propia y específica. Considerando que la LFTCu
contempla recursos carentes de denominación, así como de normas propias de
sustanciación procesal.
Por otra parte el recurso del artículo 48.1 LFTCu es el que procede
contra las actuaciones preparatorias del juicio de cuentas, las llamadas piezas
separadas, así como las actuaciones preparatorias de los procedimientos de
reintegro por alcance, o sea las diligencias practicadas por el Delegado
Instructor. Estas actuaciones se han denominado como el recurso
264
Capitulo tercero
innominado411.
411
CASANA MERINO, F: “Los recursos ante la jurisdicción contable”, Auditoría Publica, 2000, pág.
62-70.
412
La Sala de Apelación del TC en autos de 23 y 28 de julio de 1993 entendió suprimido el recursos de
apelación como consecuencia del mandato contenido en la disposición derogatoria de la Ley 10/1992, de
30 de abril, de Medidas Urgentes de Reforma Procesal. Desde la entrada en vigor de la LJCA, de 13 de
julio de 1998, el recurso de apelación contra sentencias de la jurisdicción contable ese sustancian y
resuelven conforme a los artículo 81 a 85 de la ciada norma.
265
3. LA RESPONSABILIDAD CONTABLE
266
Capitulo tercero
artículos 15 y 2b de la LOTCu.
267
responsabilidad contable, definiéndola con un carácter más restringido, lo que
permite individualizarla de una forma más nítida, frente a otro tipo de
responsabilidades exigidas por otras jurisdicciones. También se requiere que
se reúnan todos los elementos recogidos en el artículo 49.1 LFTCu para que
exista responsabilidad contable, siendo estos los siguientes los podemos
enunciar como los siguientes:
416
SSJ 9/2000 de 3 de julio de 2000, SSJ de 18-4-86, 30-6-92, 6-11-95, 25-2-00.
268
Capitulo tercero
El TC defiende que el hecho de que una materia este incluida en una ley
orgánica no implica una congelación de rango, hecho que solo se produciría
respecto de aquellas materias en que exista una reserva a este tipo de ley.
269
al TCu están reservadas a Ley Orgánica por nuestra norma fundamental. Para
ello debemos atender al artículo 136.4 de la Constitución en donde se dispone
que “una ley orgánica regulará la composición, la organización y las funciones
del TCu”. En esta enumeración de las materias que deben ser regladas por Ley
Orgánica no se encuentra contenido ningún aspecto de la regulación de la
responsabilidad contable, únicamente se hace referencia a las funciones del
TCu. Respecto a las mismas la propia Constitución en su artículo 136 le
atribuye la función fiscalizadora y la función jurisdiccional, sin determinar el
contenido de esta última función, debiendo ser interpretada esta reserva de
forma restrictiva de conformidad con la STC 5/1981.
270
Capitulo tercero
afectada por una reserva de Ley Orgánica, pudiendo en este caso ser
modificado su concepto y ámbito por la LFTCu. Para ROSIÑOL i VIDAL 419 al
considerar a la responsabilidad contable como un mecanismo por el cual la
Administración se resarce de los perjuicios que se le hayan causado a sus
caudales o fondos públicos, nos encontramos ante el supuesto de reserva de
ley ordinaria del artículo 132 de la CE para la defensa del patrimonio del
Estado, ya que los caudales y fondos públicos pertenece al Estado y forman
parte de su patrimonio. En consecuencia, también para el autor el concepto de
responsabilidad contable puede ser modificado por una ley ordinaria.
419
ROSIÑOL I VIDAL, C.: La responsabilidad contable y la gestión de los recursos públicos, óp. cit.,
pág. 37
420
CASANA MERINO, F.: La responsabilidad contable: naturaleza jurídica y elementos que la
integran, óp. cit., pág. 41-42
271
3.3. Elementos de la responsabilidad contable.
3.3.1. Que exista una acción u omisión atribuible a una persona que
tenga a su cargo el manejo de los caudales y efectos públicos.
272
Capitulo tercero
421
En este sentido se pronuncio la Sala de Justicia del Tribunal de Cuentas en las Sentencias de 9 de
septiembre de 1987, 10 de julio de 1987 y 28 de febrero de 2001.
422
GUTIERREZ GARCÍA, Mª. C.: La responsabilidad contable de los gestores de fondos públicos, óp.
cit., pág. 66.
423
Artículo 138 de la LGP: “Cuentadantes
1. Serán cuentadantes los titulares de las entidades y órganos sujetos a la obligación de rendir cuentas y,
en todo caso:
a) Las autoridades y los funcionarios que tengan a su cargo la gestión de los ingresos y la realización de
gastos, así como las demás operaciones de la Administración General del Estado.
b) Los titulares de las Entidades Gestoras y Servicios Comunes de la Seguridad Social, así como los
Presidentes de las Juntas Directivas de las Mutuas de Accidentes de Trabajo y Enfermedades
Profesionales de la Seguridad Social, y de los órganos equivalentes de sus Entidades y Centros
Mancomunados.
c) Los presidentes o directores de los organismos autónomos y de las entidades públicas empresariales y
demás entidades del sector público estatal.
d) Los presidentes del consejo de administración de las sociedades mercantiles estatales.
e) Los liquidadores de las sociedades mercantiles estatales en proceso de liquidación o los órganos
equivalentes que tengan atribuidas las funciones de liquidación en el caso de otras entidades.
f) Los presidentes del patronato, o quienes tengan atribuidas funciones ejecutivas en las fundaciones del
sector público estatal.
2. Los cuentadantes mencionados en el apartado anterior son responsables de la información contable y
les corresponde rendir, en los plazos fijados al efecto y debidamente autorizadas, las cuentas que hayan de
enviarse al Tribunal de Cuentas.
273
dentro del ámbito subjetivo de la responsabilidad contable no solo a las
autoridades y funcionarios encargados de la gestión de gastos e ingresos, a los
Presidentes o Directores de Organismos Autónomos o Empresas Públicas, sino
también a los particulares que administren, recauden o custodien fondos
públicos y a los perceptores de subvenciones corrientes públicas.
274
Capitulo tercero
425
El Tribunal Supremo ha mantenido el mismo criterio del Tribunal de Cuentas, entre otras, en las
siguientes sentencias, STS de 17 de abril de 2008 y de 4 de febrero de 2009.
426
CORTELL GINER, R: “Supuestos de responsabilidad contable”, Auditoría Publica, 2010, pág. 47-60.
275
este funcionario eran prácticamente decisiones, ya que las firmas necesarias
para materializar los pagos eran un requisito meramente formal, entre la
iniciativa de disposición de fondos y la disposición de los mismos, y por
consiguiente se le considera gestor de fondos públicos.
427
MENDIZABAL ALLENDE, R.: “La función jurisdiccional del Tribunal de Cuentas”, óp. cit., pág.
1307-1373.
428
PASCUAL GARCÍA, J.: Régimen jurídico del gasto público. Presupuestación, ejecución y control,
óp. cit., pág. 669-672.
429
ROSIÑOL I VIDAL, C.: La responsabilidad contable y la gestión de los recursos públicos, óp. cit.,
pág. 47
276
Capitulo tercero
así como los documentos de crédito, quedando excluido cualquier otro tipo de
bien”.
430
CORTELL GINER, R: “Supuestos de responsabilidad contable”, op.cit., pág. 47-60.
431
Ídem.
277
pertenecientes al referido Instituto ni el hecho de que sus actividades se
ajusten en parte al derecho privado, pues ello no modifica la naturaleza jurídica
del ente considerado, ni el que sus presupuestos contengan previsiones de
gastos, y no limitaciones, pues ello es una cuestión de disciplina
presupuestaria que tampoco puede afectar a dicha naturaleza”.
432
DIAZ LEMA, J. M.: “Concepto de subvención y ámbito de aplicación de la Ley 38/2003, de 17 de
diciembre”, Justicia Administrativa, 2005, nº 127, pág. 8.
433
PASCUAL GARCÍA, J.: Régimen Jurídico de las subvenciones públicas, Boletín Oficial del Estado,
1999, pág. 36 y ss.
434
Artículo 2 Concepto de subvención
278
Capitulo tercero
1. Se entiende por subvención, a los efectos de esta ley, toda disposición dineraria realizada por
cualesquiera de los sujetos contemplados en el artículo 3 de esta ley, a favor de personas públicas o
privadas, y que cumpla los siguientes requisitos:
a) Que la entrega se realice sin contraprestación directa de los beneficiarios.
b) Que la entrega esté sujeta al cumplimiento de un determinado objetivo, la ejecución de un proyecto, la
realización de una actividad, la adopción de un comportamiento singular, ya realizados o por desarrollar,
o la concurrencia de una situación, debiendo el beneficiario cumplir las obligaciones materiales y
formales que se hubieran establecido.
c) Que el proyecto, la acción, conducta o situación financiada tenga por objeto el fomento de una
actividad de utilidad pública o interés social o de promoción de una finalidad pública.
435
SESMA SANCHEZ, B.: Las subvenciones públicas, Lex Nova, Valladolid, 1998, pág. 331.
436
FERNÁNDEZ FARRERES, G.: La subvención: concepto y régimen jurídico, IEF, 1983, pág. 762.
279
competencias fiscalizadoras sobre estas subvenciones que le otorga el artículo
4.2 LOTCu y el artículo 31.1 LFTCu y, por consiguiente, “es indudable que la
fiscalización afecta directamente a los perceptores de la subvención o ayuda y
es indudable también que si existe potestad fiscalizadora por parte del TCu ha
de existir también la función jurisdiccional porque el juego de la doble
competencia del Tribunal está en la esencia institucional del mismo”.
437
En este sentido comparten opinión ROSIÑOL I VIDAL, C.: La responsabilidad contable y la gestión
de los recursos públicos, óp. cit., pág. 48 y ss.; y CASANA MERINO, F.: La responsabilidad contable:
naturaleza jurídica y elementos que la integran, óp. cit., pág. 100 y ss. Con referencia a que le supuesto
de responsabilidad contable se deriva de la falta de justificación VACA GARCÍA-ALOS, L.: La
responsabilidad contable de los gestores públicos y de los perceptores de subvenciones en la
jurisprudencia, óp. cit., pág. 36.
280
Capitulo tercero
438
Artículo 38.1 LOTCu: “El que por acción u omisión contraria a la Ley originare el menoscabo de los
caudales o efectos públicos quedará obligado a la indemnización de los daños y perjuicios causados”.
439
CUBILLO RODRÍGUEZ, C.: La jurisdicción del Tribunal de Cuentas, óp. cit. pág. 145.
440
En este sentido la Sala de Justicia del TC en Sentencia de 21 de octubre de 1994, admitió que existían
responsabilidades contable contra las personas encargadas del mantenimiento y custodia de un silo de
titularidad pública, por la mermas de grano producidas como consecuencia de una avería.
281
mayo, al señalar que “si no existe un daño efectivo, evaluable económicamente
e individualizado en relación a bienes y derechos determinados de titularidad
pública, no puede existir responsabilidad contable y, puesto que su contenido
es el de una responsabilidad patrimonial o reparadora, entendida como
subespecie de la responsabilidad civil, no tiene carácter de responsabilidad
sancionadora ni tampoco tiene por objeto la censura de la gestión; por eso, no
es suficiente acreditar que se han cometido, como en el presente caso, errores
o irregularidades en la gestión de los fondos públicos, sino que se debe probar
que, como consecuencia de esas irregularidades, se ha producido un
menoscabo”. La Sentencia nº 13 de la Sala de Justicia de 11 de abril de 2013
añade que “en el ámbito de esta jurisdicción contable lo más relevante es que
se haya producido un daño en relación a determinados caudales públicos y
que, además ese daño sea efectivo y evaluable económicamente,
circunstancia que no aprecia esta Sala que se haya producido en el supuesto
que nos ocupa, coincidiendo con el criterio mantenido por el órgano a quo en la
Sentencia apelada.”
Por consiguiente, queda claro que los daños deben ser reales y
efectivos, y además deben estar individualizados y ser evaluables
económicamente, y por lo tanto no pueden incluirse los daños morales y los
eventuales o posibles.
441
GUTIERREZ GARCÍA, Mª. C.: La responsabilidad contable de los gestores de fondos públicos, óp.
cit., pág. 90.
282
Capitulo tercero
442
CORTELL GINER, R: “Supuestos de responsabilidad contable”, óp. cit., pág. 47-60.
283
Del ámbito de actuación de la jurisdicción contable descrita en el artículo
15 LOTCu se desprende que la acción u omisión de la que se puede
desprender la responsabilidad contable debe deducirse de la cuentas que
deban rendir quienes tienen a su cargo el manejo de los caudales y fondos
públicos.
284
Capitulo tercero
285
públicos, aunque no ostentaran la condición de cuentandantes del TCu443.
La normativa del TCu exige que para que una acción u omisión pueda
ser constitutiva de responsabilidad debe ser contraria a la ley (artículo 38.1
LOTCu), matizando en la Ley de Funcionamiento que las normativas infringidas
deben ser las leyes reguladoras del régimen presupuestario y de contabilidad
(artículo 49.1 LFTCu). El concepto de leyes se ha interpretado por la doctrina
de una forma amplia, ya que el término leyes puede incluir no solo a las leyes
en sentido formal sino también a los reglamentos, hecho este que tiene gran
importancia en esta materia al tener en cuenta la gran importancia que tienen
443
GUTIERREZ GARCÍA, Mª. C.: La responsabilidad contable de los gestores de fondos públicos, óp.
cit., pág. 97.
286
Capitulo tercero
444
ROSIÑOL I VIDAL, C.: La responsabilidad contable y la gestión de los recursos públicos, óp. cit.,
pág. 42.
445
ROSIÑOL I VIDAL, C.: La responsabilidad contable y la gestión de los recursos públicos, óp. cit.,
pág. 43.
446
GALAN SANCHEZ, R. M.: El enjuiciamiento contable. El control de la gestión de los fondos
públicos por el Tribunal de Cuentas, Instituto de Estudios Fiscales, 2001, pág. 83.
447
Este planteamiento fue criticado por ROSIÑOL I VIDAL, C.: La responsabilidad contable y la
gestión de los recursos públicos, al considerar que puede llevar a resultados contrarios a la equidad, ya
que teniendo en cuenta que el artículo 49 de la LFTCu impide la existencia de responsabilidades
subsidiarias autónomas. Para declarar responsables subsidiarios es necesario que se haya declarado
previamente responsabilidades contables directas. Como las responsabilidades subsidiarias implica una
falta de diligencia, la atribución de responsabilidades subsidiarias dependería de si el responsable directo
incumple una norma de rango legal o reglamentario, lo cual determina la existencia o no de
responsabilidad. Por consiguiente, ante una misma acción negligente, solo podrá existir responsabilidad
dependiendo de qué tipo de norma incumpla otra tercera persona.
287
Sin embargo, los pronunciamientos del TCu no han sido unánimes al
considerar que el término “leyes” debe interpretarse de una forma amplia o
restrictiva. Así, la Sentencia de la Sala de Apelación del TCu 5/1987, de 22 de
julio trató de forma separada las responsabilidades directas y subsidiarias,
exigiendo a las primeras infracción de ley, y mencionando en las segundas a
los reglamentos como norma cuya infracción es susceptible de originar
menoscabos. En una línea similar, la STCu 10/1999, de 30 de julio, o la STCu
8/2000, de 3 de julio, señalan que la responsabilidad contable exige una
infracción del ordenamiento jurídico presupuestario y contable, haciendo
referencia exclusivamente a normas de carácter legal. Aunque en ninguna de
ella se afirma que para que exista responsabilidad contable debe de infringirse
una norma con rango de ley, o que no sea suficiente el incumplimiento de una
norma reglamentaria.
448
CASANA MERINO, F.: La responsabilidad contable: naturaleza jurídica y elementos que la
integran, óp. cit., pág. 1054-105.
288
Capitulo tercero
449
CORTELL GINER, R: “Supuestos de responsabilidad contable”, óp. cit., pág. 47-60.
289
gestores de caudales públicos jurídicamente improcedentes.
450
Artículo 140 del derogado Decreto Legislativo 1091/1988, de 23 de septiembre, por el que se aprueba
el Texto Refundido de la Ley General Presupuestaria:
“Las autoridades y funcionarios de cualquier orden que por dolo, culpa o negligencia graves adopten
resoluciones o realicen actos con infracción de las disposiciones de esta Ley estarán obligados a
indemnizar a la Hacienda Pública los daños y perjuicios que sean consecuencia de aquéllos, con
independencia de la responsabilidad penal o disciplinaria que les pueda corresponder.”
290
Capitulo tercero
291
o negligencia-, entendiendo que ésta obliga a tomar las medidas
correspondientes para evitar el resultado dañoso, previo un juicio de
previsibilidad del mismo, de forma que es negligente quien no prevé debiendo
hacerlo, lo que le lleva a no evitar, o previendo no ha tomado las medidas
necesarias y adecuadas para evitar el evento, pero sin que en ningún caso se
vislumbre una voluntad dirigida a producirlo o a quererlo, pues entraríamos en
la zona del dolo”.
292
Capitulo tercero
293
como en la Sentencia 10/2002, de 18 de diciembre, considera que no se
produce a interrupción de nexo de causalidad, ya que el robo se produjo por la
falta de diligencia del gestor de los fondos públicos.
452
Sentencia del TCu 31/2009, de 15 de diciembre; Sentencia 12/06 y 8/08.
294
Capitulo tercero
3.4.1. Alcances
295
malversación, y desde un punto de vista procesal entre juicio de cuentas y
procedimiento de reintegro por alcance. Se limita el concepto de alcance a los
supuestos de falta de justificación de la inversión de los fondos, creando la
figura de malversación contable para aquellos supuestos en que la falta de
justificación va acompañada de un desfalco o apropiación indebida de
fondos454.
454
CASANA MERINO, F.: La responsabilidad contable: naturaleza jurídica y elementos que la
integran, óp. cit., pág. 100
455
ÁLVAREZ MARTIN, J. A.: La responsabilidad en la gestión de los fondos públicos, óp. cit., pág.
336.
296
Capitulo tercero
297
que sea su origen (SSJ del TCu 27/1992 de 30 de octubre). Respecto a la falta
de justificación la SSJ del TCu 7/2000, de 30 de junio, considera que “el
alcance no se produce solamente cuando falta dinero público por la
apropiación de la persona que lo tenía a su cargo o de otras personas, sino
también cuando el que maneja caudales públicos es incapaz de explicar con la
mínima e imprescindible actividad probatoria la inversión o empleo dado a los
mismos”.
298
Capitulo tercero
3.4.2. Malversación.
456
Desde la perspectiva penal, la malversación de fondos públicos se define en los siguientes artículos:
Artículo 432: La autoridad o funcionario público que, con ánimo de lucro, sustrajere o consintiere que un
tercero, con igual ánimo, sustraiga los caudales o efectos públicos que tenga a su cargo por razón de sus
funciones…
Artículo 433: La autoridad o funcionario público que destinare a usos ajenos a la función pública los
caudales o efectos puestos a su cargo por razón de sus funciones…
Artículo 433 bis: La autoridad o funcionario público que, de forma idónea para causar un perjuicio
económico a la entidad pública de la que dependa, y fuera de los supuestos previstos en el artículo 390,
falseare su contabilidad, los documentos que deban reflejar su situación económica o la información
contenida en los mismos…..
Artículo 434La autoridad o funcionario público que, con ánimo de lucro propio o ajeno y con grave
perjuicio para la causa pública, diere una aplicación privada a bienes muebles o inmuebles pertenecientes
a cualquier Administración o Entidad Estatal, Autonómica o Local u Organismos dependientes de alguna
de ellas…
299
normal es que toda malversación suponga un alcance y no al revés, no
siempre tiene porque ser así457.
-El consentimiento para que sea posible llevar a cabo esta sustracción,
interpretando este consentimiento, como la omisión del deber de custodia que
compete a quien tiene a su cargo los caudales públicos, sin que, forzosamente
deba mediar acuerdo entre quien custodia y quien sustrae los fondos.
457
CASANA MERINO, F.: La responsabilidad contable: naturaleza jurídica y elementos que la
integran, óp. cit., pág. 121
458
GUTIERREZ GARCÍA, Mª. C.: La responsabilidad contable de los gestores de fondos públicos, óp.
cit., pág. 121.
300
Capitulo tercero
301
alcance, debemos referirnos al artículo 177.1 de la LGP459, en donde
contempla como infracción en su apartado a) el alcance y malversación de
fondos públicos, por lo cual parece que el resto de supuestos del artículo 144
deben ser supuestos no incluidos dentro del concepto de alcance o
malversación.
Los demás apartados del artículo 177 LGP incluyen una enumeración
abierta, más que de infracciones, describe conductas en que pueden incurrir
todos aquellos que tienen a su cargo el manejo de los caudales públicos, y que
pueden dar lugar a un menoscabo de los mismos, y por consiguiente generará
una responsabilidad contable.
459
Artículo 177: 1. Constituyen infracciones a los efectos del artículo anterior:
a) Haber incurrido en alcance o malversación en la administración de los fondos públicos.
b) Administrar los recursos y demás derechos de la Hacienda Pública estatal sin sujetarse a las
disposiciones que regulan su liquidación, recaudación o ingreso en el Tesoro.
c) Comprometer gastos, liquidar obligaciones y ordenar pagos sin crédito suficiente para realizarlos o con
infracción de lo dispuesto en esta ley o en la de Presupuestos que sea aplicable.
d) Dar lugar a pagos reintegrables, de conformidad con lo establecido en el artículo 77 de esta ley.
e) No justificar la inversión de los fondos a los que se refieren los artículos 78 y 79 de esta ley y la Ley
General de Subvenciones.
f) Cualquier otro acto o resolución con infracción de esta ley, cuando concurran los supuestos
establecidos en el artículo 176 de esta ley.
302
Capitulo tercero
460
ROSIÑOL I VIDAL, C.: La responsabilidad contable y la gestión de los recursos públicos, óp. cit.,
pág. 76.
303
3.5. Elementos personales de la responsabilidad contable
461
ROSIÑOL I VIDAL, C.: La responsabilidad contable y la gestión de los recursos públicos, óp. cit.,
pág. 84.
304
Capitulo tercero
305
aceptada, lo que en ningún caso podía enervar su responsabilidad sino tan
sólo modificar la diligencia que le resultaba exigible, pasando de ser diligencia
in operando a ser diligencia in eligendo o in vigilando”.
462
La STCu 8/1992, de 8 de junio, niega que se le pueda exigir responsabilidad contable a una
Diputación, ni siquiera por culpa in vigilando.
463
CASANA MERINO, F.: La responsabilidad contable: naturaleza jurídica y elementos que la
integran, óp. cit., pág. 132.
464
La STCu 11/2001, de 30 de mayo, consideró en su Fundamento Jurídico 6 responsable por alcance a
una empresa por emplear los fondos percibidos a través de una subvención a unas finalidades para las que
se le concedió dicha subvención.
306
Capitulo tercero
307
El artículo 42.1 LOTCu establece que, “serán responsables directos
quienes hayan ejecutado, forzado o inducido a ejecutar o cooperado en la
comisión de los hechos o participado con posterioridad para ocultarlos o
impedir su persecución.”
308
Capitulo tercero
para declarar responsable subsidiario baste con que la culpa sea leve, lo que
implica ser más benevolente con el responsable directo, que es el que tiene
una conducta más relevante para generar el daño. En segundo lugar, también
justifica que el artículo 49.1 LFTCu requiere la gravedad de la culpa en ambos
tipos de responsabilidad.
469
CUBILLO RODRÍGUEZ, C.: La jurisdicción del Tribunal de Cuentas, óp. cit. pág. 242.
470
Artículo 145.3: “Asimismo, la Administración instruirá igual procedimiento a las autoridades y demás
personal a su servicio por los daños y perjuicios causados en sus bienes o derechos cuando hubiera
concurrido dolo, o culpa o negligencia graves.”
471
ROSIÑOL I VIDAL, C.: La responsabilidad contable y la gestión de los recursos públicos, óp. cit.,
pág. 100, realiza esta diferenciación con base en la clasificación realizada por Luis DIEZ-PICAZO y
Antonio GULLON, Sistema de Derecho Civil, 1982, pág. 604, que consideran que “es directa la
responsabilidad que se impone a la persona causante del daño. Es la responsabilidad del autor o de los
autores del evento dañoso. Por consiguiente, es siempre una responsable por hechos propios. La
responsabilidad indirecta se produce siempre que el resarcimiento se impone a una persona que no es el
causante del daño. Es una responsabilidad por hecho ajenos”, con respecto a la segunda clasificación “se
puede distinguir una responsabilidad principal y otra subsidiaria. Esta distinción se funda en el modo
como se escalonan los derechos del perjudicado y las obligaciones de los responsables. La
responsabilidad principal es aquella que es exigible en primer término. La responsabilidad es subsidiaria
cuando el deber impuesto al que es responsable principal no existe o no se cumple o no se puede
cumplir”.
309
Aun compartiendo que la redacción legal es confusa, CASANA
MERINO472 considera que debe respetarse la actual redacción, para lo cual se
debe compatibilizar el concepto general de infracción contable de la LFTCu,
con la distinción entre responsabilidad directa y subsidiaria que la LOTCu.
Toda infracción requiere como mínimo negligencia grave, por lo tanto la
negligencia que requiere el artículo 43 LOTCu cuando define la responsabilidad
subsidiaria es la de mayor grado, quedando excluidos los daños causados por
negligencia leve. La responsabilidad directa exigirá el dolo o culpa grave. 473
310
Capitulo tercero
474
GONZALEZ ORTIZ, D.: La responsabilidad tributaria en el ordenamiento jurídico español, Dykinson,
2002, pág. 125 y ss, puede equipararse la responsabilidad directa con los responsables solidarios
tributarios, así, partiendo de que existe solidaridad pasiva en el ámbito tributario cuando existe una
pluralidad de deudores contra los que el acreedor se puede dirigir, pudiendo éste exigir el cumplimiento
de cualquiera de ellos o dirigirse conjuntamente contra todos ellos. También, el responsable solidario
dispondrá del derecho, en caso de haber realizar el ingreso, a ser reembolsado íntegramente del importe
satisfecho
475
GUTIERREZ GARCÍA, Mª. C.: La responsabilidad contable de los gestores de fondos públicos, óp.
cit., pág. 108.
311
En relación con la obediencia debida, el apartado primero del artículo 39
admite como circunstancia eximente a “quienes actuaren en virtud de
obediencia debida, siempre que hubieren advertido por escrito la imprudencia o
ilegalidad de la correspondiente orden, con las razones en que se funden”.
312
Capitulo tercero
313
observada por el sujeto incurso en esa responsabilidad. Y, 5°) Podrá atenuarse
la mencionada responsabilidad subsidiaria cuando, aun no existiendo
imposibilidad material para el cumplimiento de las obligaciones encomendadas,
el esfuerzo a tal fin exigido al funcionario fuera desproporcionado en función a
la naturaleza de su cargo.”
314
Capitulo tercero
476
GONZALEZ ORTIZ, D.: La responsabilidad tributaria en el ordenamiento jurídico español, óp. cit.,
pág. 191 y ss., en su capítulo cuarto trata la sucesión de una responsabilidad tributaria en el ámbito del
Derecho Financiero a partir del estudio del articulo 72.1 de la LGT, «Las deudas y responsabilidades
tributarias derivadas del ejercicio de explotaciones y actividades económicas por personas físicas,
Sociedades y Entidades jurídicas serán exigibles a quienes les sucedan por cualquier concepto en la
respectiva titularidad, sin perjuicio de lo que para la herencia aceptada a beneficio de inventario establece
el C.C.», concluyendo que . la finalidad perseguida por el legislador mediante el establecimiento de la
responsabilidad tributaria del sucesor de empresa es la garantía del crédito, por el contrario, parece
entender que la responsabilidad tributaria del sucesor de empresa se explica como una responsabilidad
por daños o enriquecimiento injusto derivado de un acto licito; daño que se concretaría en la privación a
la Administración de la garantía tras la adquisición de la explotación empresarial.
315
sino evitar el enriquecimiento injusto de sus causahabientes477.
477
CUBILLO RODRÍGUEZ, C.: La jurisdicción del Tribunal de Cuentas, óp. cit. pág. 154.
478
Con referencia al sentido y limites del articulo 38.5 LOTCu la jurisprudencia del TCu ha ido variando,
así la STCu 14/1994, de 5 de mayo; STCu 4/1996, de 26 de febrero y concluyendo con la STCu 16/2001
de 20 de julio, consideran que por lo establecido en los artículos 659 y 661 del Código Civil “De ambas
disposiciones se desprende manifiestamente que lo que se transmite a los herederos es la obligación, es
decir, la deuda, pero no la responsabilidad que tiene carácter subjetivo”.
Sin embargo la STCu 30/2004, de 26 de diciembre, considero que “la función del enjuiciamiento
contable, además, no se paraliza por el fallecimiento del presunto responsable sino que, de acuerdo con el
artículo 38.5 de la Ley Orgánica del Tribunal de Cuentas, se prolonga como consecuencia de que la
responsabilidad se transmite a los causahabientes del encausado si aceptan tácita o expresamente la
herencia”.
479
La necesidad de la aceptación de la herencia es tratada por la sala de Justicia en la Sentencia 9/1995,
de 4 de octubre en donde se afirma “..al ser la aceptación de la herencia una declaración de voluntad no
recepticia, su falta implica la ausencia de acreditación de un requisito esencial, cual es la expresa o tácita
voluntad de investirse de la cualidad de heredero, asumiendo las obligaciones inherentes a tal cualidad, y
si ese presupuesto falta es diáfano que no se dan los requisitos legales precisos para entender constituida
en forma adecuada la relación jurídico procesal por falta de legitimación pasiva…”
480
En el ámbito civil pueden demandarse patrimonios separados y herencias yacentes, sin perjuicio de la
comparecencia en juicio de albaceas o administradores (artículo 7 de la Ley de Enjuiciamiento Civil), y
en el mismo sentido procede en el ámbito contable, al ser una subespecie de la responsabilidad civil.
316
Capitulo tercero
481
Sentencia de la Sala de Justicia 15/2007, de 24 de julio.
317
representación”482. De esta forma, la responsabilidad contable declarada
mediante sentencia firme se trasmite a los herederos, en el supuesto de
aceptación de la carga hereditaria de forma expresa o tácita. Con la limitación
prevista en el artículo 38.5 LOTCu, que es que la cuantía trasmitida solo puede
ascender al importe líquido de la herencia trasmitida.
482
Ídem
483
RUEDA GARCÍA, L.: “La transmisión de la responsabilidad contable a los causahabientes. Los
efectos de la aceptación de la herencia a beneficio de inventario”, Revista Española de Control Externo,
nº 45, 2013, pág. 201-209.
484
GUTIERREZ GARCÍA, Mª. C.: La responsabilidad contable de los gestores de fondos públicos, óp.
cit., pág. 79.
318
Capitulo tercero
319
la limitación del importe líquido de la herencia, según dispone el art. 38.5 de la
Ley Orgánica 2/1982, de 12 de mayo, del TCu.
485
Frente a esta línea jurisprudencial, las STCu 14/1994, de 5 de mayo inicio otra interpretación sobre la
transmisibilidad de la responsabilidad mortis cusa, que finalizado con la STCu 16/2001, de 20 de julio, en
donde se consideraba que las obligaciones pecuniarias derivadas de las responsabilidades contables
declaradas en sentencia firme se trasmitían a los herederos que aceptaban sus herencias hasta el límite que
supone el importe liquido de la misma, pero negaban la posibilidad de trasmitir la responsabilidad si el
presunto responsable fallecía antes de que existiera una sentencia firme que la declarara.
320
Capitulo tercero
486
ROSIÑOL I VIDAL, C.: La responsabilidad contable y la gestión de los recursos públicos, óp. cit.,
pág. 107.
321
naturaleza jurisdiccional487, considerando que “el enjuiciamiento contable, por
el contrario, aparece configurado como una actividad de naturaleza
jurisdiccional. La Ley Orgánica, utilizando la expresión contenida en el art.
136.2, párrafo segundo de la Constitución, califica al enjuiciamiento contable de
«jurisdicción propia» del TCu (art. 15.1), atribuyéndole las notas de «necesaria
e improrrogable, exclusiva y plena» (art. 17.1), al mismo tiempo que garantiza
la independencia e inamovilidad de sus miembros disponiendo, en
concordancia también con lo establecido en el apartado tercero del
mencionado precepto constitucional, que estarán sujetos a las mismas causas
de incapacidad, incompatibilidad y prohibiciones fijadas para los Jueces en la
Ley Orgánica del Poder Judicial (art. 33.1).”
487
En el mismo sentido la Sentencia del Tribunal Constitucional 18/1991, de 31 de enero.
488
MENDIZABAL ALLENDE, R.: “La función jurisdiccional del Tribunal de Cuentas”, óp. cit. pág.
1361-1364.
322
Capitulo tercero
Restantes procedimientos de
cancelación de fianzas
323
promovidos contra los Consejeros de
Cuentas, Secretarios y restantes
funcionarios que intervengan en los
procedimientos jurisdiccionales de su
competencia.
324
Capitulo tercero
489
El artículo 41 de la LOTCu parece desviarse de la filosofía de la Ley al permitir exigir
responsabilidades contables en vía administrativa, al afirmar que “1. En los casos en que las
responsabilidades a que se refiere el art. 38 sean exigibles con arreglo a normas específicas en vía
administrativa, la autoridad que acuerde la incoación del expediente la comunicará al Tribunal de
Cuentas, que podrá en cualquier momento recabar el conocimiento del asunto.
2. Las resoluciones que se dicten por la Administración en que se declaren responsabilidades contables
serán recurribles ante el Tribunal de Cuentas y resueltas por la Sala correspondiente.”
490
Artículo 177 Hechos que pueden generar responsabilidad patrimonial
1. Constituyen infracciones a los efectos del artículo anterior:
a) Haber incurrido en alcance o malversación en la administración de los fondos públicos.
b) Administrar los recursos y demás derechos de la Hacienda Pública estatal sin sujetarse a las
disposiciones que regulan su liquidación, recaudación o ingreso en el Tesoro.
c) Comprometer gastos, liquidar obligaciones y ordenar pagos sin crédito suficiente para
realizarlos o con infracción de lo dispuesto en esta ley o en la de Presupuestos que sea aplicable.
d) Dar lugar a pagos reintegrables, de conformidad con lo establecido en el artículo 77 de esta
ley.
e) No justificar la inversión de los fondos a los que se refieren los artículos 78 y 79 de esta ley y
la Ley General de Subvenciones.
f) Cualquier otro acto o resolución con infracción de esta ley, cuando concurran los supuestos
establecidos en el artículo 176 de esta ley.
325
beneficia a los gestores incumplidores de la elemental obligación de rendir
cuentas de lo que no es suyo”491.
491
ÁLVAREZ MARTIN, J. A.: La responsabilidad en la gestión de los fondos públicos, óp. cit., pág.
151.
492
A excepción del apartado a) referido al alcance y malversación que estaría excluido del expediente
administrativo por ser competente para su conocimiento el TCu.
493
CASANA MERINO, F.: La responsabilidad contable: naturaleza jurídica y elementos que la
integran, óp. cit., pág. 126.
326
Capitulo tercero
327
expediente administrativo a favor del TCu se justifica por el principio de
jerarquía o por la recuperación de una competencia delegada, nos surgen
serios problemas, ya que la determinación de responsabilidades contables por
la Administración se produce en el ejercicio de competencias de su titularidad.
328
Capitulo tercero
496
GONZALEZ SOLER, O. E.: “Las actuaciones preparatorias de los procesos contables”, Revista
Española de Control Externo, nº 45, 2013, pág. 79-109.
329
las pretensiones formuladas por las partes y de las alegaciones de las
mismas”. En este sentido, la SSJ 21/2004, de 27 del octubre, resuelve una
alegación basada en la no apreciación de ciertos hechos que constaban en un
proceso penal, frente a lo cual se afirma que “este planteamiento no debe ser
aceptado, ya que, partiendo de que no consta resolución firme de la causa
penal y, por tanto, no existen hechos probados en esa jurisdicción, el órgano
de instancia valoró la prueba documental obrante en autos conforme a criterios
de racionalidad y de acuerdo con el principio de justicia rogada que caracteriza
el procedimiento por alcance (Sentencia de la Sala, ya citada, de 8 de octubre
de 2003), no correspondiendo al mismo suplir las deficiencias existentes en la
prueba aportada, pues dicha actividad es tarea, en cualquier caso, del
demandante que persigue la estimación completa del petitum de su escrito de
demanda”.
330
Capitulo tercero
497
ÁLVAREZ MARTIN, J. A.: La responsabilidad en la gestión de los fondos públicos, óp. cit., pág.
164.
498
AUTO nº 20 año 1993 dictada por SALA DE JUSTICIA en el Recurso de apelación contra Auto de 10
de octubre de 1991, dictado en la acción pública nº 10/90. 20 de octubre de 1993.
331
los supuestos de responsabilidad contable, con referencia a las cuentas, actos
u omisiones susceptibles de determinarla, así como los preceptos infringidos.
Así, al analizar los requisitos del artículo 56, se dice “es esencial el principio
“pro actione”, según el cual, la interpretación de las normas que rigen el acceso
a la jurisdicción debe ser hecha del modo más favorable al ejercicio de la
acción y a la obtención de una resolución fundada en derecho, sea o no
favorable a las pretensiones formuladas, normalmente sobre el fondo si
concurren los requisitos procesales para ello”499. Reconociéndose en el mismo
Auto, que “en muchos casos -y así ocurre en el presente- quienes ejercitan
este derecho ante la jurisdicción contable están al margen de la órbita
económico-financiera del sector público y no disponen de la documentación
necesaria para concretar con rigor los hechos”.
Por consiguiente, con esta doctrina era posible que la acción pública
prosperara aunque no se indicaran las personas contra las que se dirigía la
acción, considerando como sustancial el hecho de las salidas injustificadas de
los fondos y no el cumplimiento estricto del procedimiento.
499
AUTO nº 66 año 1997 dictada por Sala de Justicia en el Recurso de Apelación Nº 21/97 interpuesto
contra el auto de fecha 10 de febrero de 1997, dictado en la acción pública nº 4/96. Ramo: Banco de
España. Provincia: Madrid. 26 de noviembre de 1997.
332
Capitulo tercero
500
ÁLVAREZ MARTIN, J. A.: La responsabilidad en la gestión de los fondos públicos, óp. cit., pág.
169.
333
de actuación dependiendo si estas infracciones no fueran constitutivos de
alcance o si.
334
Capitulo tercero
501
CUBILLO RODRÍGUEZ, C.: La jurisdicción del Tribunal de Cuentas, óp. cit. pág. 185.
335
b.- Trámites del procedimiento de reintegro por alcance. Las diligencias
preliminares.
502
La Jurisprudencia de la Sala de Justicia del Tribunal de Cuentas les ha negado carácter jurisdiccional,
entre otras en los Autos de 30 de octubre y 27 de noviembre de 1992.
503
Artículo 46.2 Ley 7/1988, de 5 de abril, de funcionamiento del Tribunal de Cuentas.
336
Capitulo tercero
504
Auto de 2 de noviembre de 1992, “la función del Delegado Instructor es dilucidar si los hechos de que
se trata son o no constitutivos de alcance o de malversación contable en los términos previstos en el
artículo 72 de la Ley de Funcionamiento y determinar quienes sean los presuntos responsables por ser los
encargados del manejo y custodia de los caudales o efectos alcanzados, reflejando todo ello en la
liquidación provisional, y actuar, si así fuere, de conformidad a lo previsto en los apartados f) y g) del
artículo 47.1 de la antecitada Ley. Cualquier otra valoración sobre la culpabilidad en la conducta de los
presuntos responsables o sobre cualquier otro aspecto que sea definitorio para la apreciación de la
responsabilidad contable queda reservado al procedimiento jurisdiccional correspondiente, que dimanará
de las actuaciones previas, y será en esta sede y por el órgano de primera instancia de la jurisdicción
contable donde se tomarán las decisiones y se realizarán las declaraciones al respecto”
505
Auto de 22 de julio de 1993, “No puede intentarse reducir el ámbito de actuación del Delegado
Instructor a dilucidar simplemente si los hechos son o no constitutivos de alcance, sin permitirle una
valoración de la conducta de los presuntos responsables. Ya que para determinar la condición de
presuntos responsables, es preciso analizar y valorar si aquella conducta se ajusta o no a los requisitos
que, para exigir responsabilidad contable, exige el artículo 49.1º de la Ley de Funcionamiento del
Tribunal de Cuentas.
Esta valoración provisional del grado de culpabilidad por parte del Delegado Instructor, resulta una
exigencia insoslayable que debe cumplir. Sin valorar previamente la existencia de grado de culpabilidad
en el enjuiciado, el Delegado Instructor se vería impelido a no poder cumplir con lo establecido en los
apartados "d", "e", "f", y "g" del nº 1 del artículo 47, de la Ley 7/1988.
El pretender eliminar el elemento volitivo de un acto y reducirlo a elementos de puro fenómeno físico,
dejando para una fase posterior el examen de voluntariedad, implica la más absoluta indefensión del
enjuiciado, atentando a su presunción de inocencia y conculcando gravemente lo establecido en el
artículo 24 de nuestra Constitución”
506
GONZALEZ SOLER, O. E.: “Las actuaciones preparatorias de los procesos contables”, óp. cit., pág.
79-109.
337
de Justicia del TCu ha señalado507 que no son un procedimiento jurisdiccional,
sino que tienen “un carácter preparatorio del ulterior proceso jurisdiccional
contable, por lo que su objeto es la práctica de las diligencias precisas para
concretar los hechos imputados y los presuntos responsables, así como, en el
caso de que de las actuaciones llevadas a cabo se desprendan indicios de
responsabilidad contable, cuantificar, de manera previa y provisional, el
perjuicio ocasionado en los caudales públicos, procediendo, seguidamente, a
adoptar las medidas cautelares de aseguramiento que sean necesarias para
garantizar los derechos de la Hacienda Pública”508.
507
Auto de 9 de febrero de 2007, razonamiento jurídico 4º, “Conviene recordar, además, que las
actuaciones previas a la exigencia de responsabilidad contable tienen carácter preparatorio del ulterior
proceso jurisdiccional, por lo que tienen por objeto la práctica de las diligencias precisas para concretar
los hechos y los presuntos responsables, así como, en su caso, cuantificar de manera previa y provisional
el perjuicio ocasionado en los caudales públicos, procediendo, seguidamente, a adoptar las medidas
cautelares de aseguramiento que sean necesarias para garantizar los derechos de la Hacienda Pública .”,
Auto de 2 de diciembre de 2008.
508
Auto de 3 de junio de 2009.
509
GUTIERREZ GARCÍA, Mª. C.: La responsabilidad contable de los gestores de fondos públicos, óp.
cit., pág. 145.
510
Apartado primero del artículo 47 LFTCu, “a) Nombramiento de Secretario que autorice y lleve a
efecto cuantos proveídos y diligencias se pronuncien o se practiquen en el procedimiento.
b) Reclamación de las diligencias preventivas del alcance que se hayan instruido por el Jefe del Centro o
Dependencia donde haya ocurrido la falta, o por el alcanzado en su caso.
338
Capitulo tercero
c) Práctica de las diligencias oportunas en averiguación del hecho y de los presuntos responsables o sus
causahabientes, a no ser que se considerasen suficientes las practicadas con anterioridad.
d) Pase del tanto de culpa a los Tribunales ordinarios, si hubiese indicios de responsabilidad criminal,
salvo que conste haberse hecho en las diligencias preventivas.
e) Liquidación provisional del alcance, previa citación de los presuntos responsables, Ministerio Fiscal,
Letrado del Estado o, en su caso, legal representación de la entidad perjudicada, con mención expresa de
la clase de valores, efectos o caudales públicos que pudieran haber sufrido menoscabo.
f) Requerimiento de los presuntos responsables para que depositen o afiancen, en cualquiera de las formas
legalmente admitidas, el importe provisional del alcance, más el cálculo, también provisional, de los
intereses que pudieran resultar procedentes, bajo apercibimiento de embargo.
g) Embargo de los bienes de los presuntos responsables a no ser que tuviesen afianzada, o afianzaren, en
forma legal, sus posibles responsabilidades en los términos establecidos en el Reglamento General de
Recaudación.”
511
CUBILLO RODRÍGUEZ, C.: La jurisdicción del Tribunal de Cuentas, óp. cit. pág. 188.
512
GUTIERREZ GARCÍA, Mª. C.: La responsabilidad contable de los gestores de fondos públicos, óp.
cit., pág. 148.
513
Auto de la Sala de Justicia de 23 de febrero de 1995.
339
c.- Procedimiento jurisdiccional.
340
Capitulo tercero
tramitación.
514
El Auto 21 de julio de 2008 justificó la poca aplicación práctica de la pieza separada ya que “la Ley
7/1988 definió, por primera vez en nuestro Ordenamiento jurídico, el concepto de alcance en su art. 72.1,
y lo hizo de una manera tan amplia que la experiencia nos ha demostrado que la mayoría -por no decir,
todas- de las contravenciones descritas en la Ley General Presupuestaria como posibles supuestos de
responsabilidad contable distintos del alcance, caben en el concepto del art. 72.1, cuando producen un
resultado dañoso, real y efectivo en los caudales públicos, con la consecuencia añadida de que el
procedimiento de reintegro por alcance viene siendo el cauce procesal adecuado -prácticamente el único-
para dilucidar la mayoría de los supuestos de responsabilidad contable, cualquiera que sea la causa de su
hallazgo, quedando reducido el juicio de cuentas para aquellos supuestos de responsabilidad contable que,
aún cuando pudieran encerrarse en el concepto del art. 72.1 de la LFTCu, han sido detectados como
consecuencia de un procedimiento de fiscalización.
515
VACAS GARCÍA-ALOS, L.: “La pieza separada como actuación previa a la exigencia de
responsabilidad contable en vía jurisdiccional: aspectos subjetivos y objetivos”, en Seminarios 1994-
1995, Tribunal de Cuentas, asociación de Letrados y Auditores y Servicio de Publicaciones del Tribunal,
1996, pág. 11.
341
a.1.- Naturaleza jurídica de la pieza separada
516
En el mismo sentido las STS S 3ª de 8 de julio de 2003, 27 de febrero de 2004 y 14 de junio de 2006.
342
Capitulo tercero
343
inicialmente prevista fase instructora de los procedimientos para la exigencia de
responsabilidades contables, …., se contemplan también las actuaciones
previas a la iniciación de la vía jurisdiccional, de tal manera que puedan servir
de necesario soporte de la misma”.
344
Capitulo tercero
520
CUBILLO RODRÍGUEZ, C.: La jurisdicción del Tribunal de Cuentas, óp. cit. pág. 199
345
resultaría imposible a los OCEX la tramitación de piezas separadas. Como ya
se ha analizado, gran parte de la doctrina considera el carácter administrativo
de la pieza separada, lo cual abriría la posibilidad a que los OCEX pudieran
incoar y formar piezas separadas.
521
PAJARES GIMENEZ, J. A.: “El diseño de las actuaciones previas en el ámbito de la armonización de
la jurisdicción contable”, óp. cit., pág. 153-183.
346
Capitulo tercero
347
Sin embargo, pese a que el esquema doctrinal que configuró este Auto
aparentemente respondía a los interrogantes planteados, ÁLVAREZ
MARTIN522 analiza esta solución poniendo de manifiesto la verdadera
complejidad que esconde, ya que la responsabilidad contable activada por una
acción pública está limitada exclusivamente a una pretensión de daños y
perjuicios resultantes de alcance o malversación. Además, plantea las
dificultades que tiene el presunto ejerciente de la acción pública para cumplir
con las previsiones del artículo 56.3 LFTCu, donde se recoge que en el escrito
de acción pública se deben individualizar los supuestos de responsabilidad
contable, haciendo referencia específica a cuentas determinadas, o a
concretos actos de intervención, administración, custodia o manejo de bienes,
caudales o efectos públicos. Todo ello respecto de una cuentas que quizás no
se han rendido, o no han sido fiscalizadas o publicitada la fiscalización
realizada en tiempo adecuado.
Tras estos requisitos de cuasi imposible cumplimiento (no hay nada más
opaco que las cuentas de cualquier ente público), la norma del Tribunal pone
aun más trabas a aquellos que quieren asumir el riesgo de ejercer la acción
pública, ya que el Consejero de cuentas que resuelva esta pretensión puede
rechazarla en Auto motivado imponiendo las costas determinadas en el
proceso civil, “sin perjuicio del testimonio de particulares que quepa deducir
para el pase del tanto de culpa a la jurisdicción penal y de la responsabilidad
civil que, en su caso, resultase procedente”523.
Concluyendo el autor que tras todo este procedimiento solo existe una
“forma de proteger la opacidad pública, advirtiendo desde el primer momento
que quien se atreva a adentrarse en estos vericuetos responde con su
patrimonio”.
522
ÁLVAREZ MARTIN, J. A.: La responsabilidad en la gestión de los fondos públicos, óp. cit., pág.
246-247.
523
Artículo 56.2 LFTCu.
348
Capitulo tercero
524
El expediente de cancelación de fianzas se regula en los artículos 75 a 77 de la Ley de Funcionamiento
del Tribunal de Cuentas.
349
responde a una contradicción de pretensiones, sino que como establece el
artículo 59.2 LFTCu en ellos la pretensión se limita a la devolución de
cantidades depositadas, o de garantías constituidas para responder de algún
procedimiento de exigencia de responsabilidad contable525.
525
MEDINA GUIJARRO, J. y PAJARES GIMENEZ, J.: “La Jurisdicción Contable: Contenido y
procedimientos”, Revista Española de Derecho Financiero, 1992, pág. 197-246 (NÚÑEZ PEREZ,
Reforma de la legislación del Tribunal de Cuentas: fiscalización, 2002) (MUÑOZ ÁLVAREZ, 2003).
350
Capitulo tercero
4. CRÍTICA Y PROPUESTAS
351
coordinación de las actividades desarrolladas por los Servicios Jurídicos del
Estado, el Ministerio Fiscal527 y las Secciones de fiscalización y Enjuiciamiento
del TCu en la tramitación de procedimientos de reintegro por alcance. También
por la creciente importancia de la iniciación de juicios de responsabilidad
contable por entidades distintas del TCu. Así la Diligencias Preliminares
incoadas en 2013 ascendieron a 410, de las cuales 181 procedieron de
Informes de Fiscalización del TCu, 128 de Informes de Fiscalización de los
OCEX y el resto 101, de comunicaciones de otras Instituciones Públicas, de
Acciones Públicas y de denuncias de particulares528.
527
SAINZ RUIZ. J. A.: “Algunas reflexiones sobre la jurisdicción contable”, Revista Española de Control
Externo, 2005, pág. 69-84, propone el nombramiento de Fiscales Delegados con competencia para
informar los proyecto de fiscalización realizados por los OCEX, creándose una mayor corriente de
información entre los órganos de control externo autonómicos y la Fiscalía del Tribunal de Cuentas.
528
Datos obtenidos de la “Memoria Anual del Tribunal de Cuentas en el año 2013”, pág. 154.
352
Capitulo tercero
529
MEDINA GUIJARRO, J.: “La legitimidad de las instituciones de control”, óp. cit.
530
SAINZ RUIZ, J. A.: “Algunas reflexiones sobre la jurisdicción contable”, óp. cit., pág. 69-84
353
ambas jurisdicciones de conformidad a la normativa. Se plantea un
inconveniente que repercutiría contra la economía procesal y provocaría una
pena de doble banquillo para el cuentandante, al estar sometido a un doble
proceso, independientemente de perjuicio económico al tener que soportar de
forma duplicada gastos de abogados y procuradores.
354
Capitulo tercero
531
En este sentido MEDINA GUIJARRO, J.: “Presente y futuro del enjuiciamiento contable del Tribunal
de Cuentas”, Revista Española de Control Externo, 1999, pág. 121-142. VACAS GARCÍA-ALOS, L:
“Instrumentos específicos de la jurisdicción del Tribunal de Cuentas ante la corrupción”, Revista
Española de Control Externo, 2000, pág. 99-144
355
En consecuencia, la legislación reserva el procedimiento de reintegro
para las responsabilidades contables derivadas de alcances, y el juicio de
cuentas para dilucidar pretensiones de responsabilidad contable distintas al
alcance. Sin embargo la experiencia práctica demuestra que el razonamiento
del legislador era erróneo, dando un resultando muy desfavorable en lo referido
a los juicos de cuentas, al ser un procedimiento escasamente utilizado en la
exigencia de responsabilidades contables.
Los argumentos que apoyan este punto de vista los clasifica CUBILLOS
en dos tipos, los argumentos de tipo substantivo y los argumentos de derecho
procesal532.
532
CUBILLO RODRÍGUEZ, C.: “La fiscalización en la Jurisprudencia”, Revista Española de Control
Externo, 2013, pág. 63-78.
356
Capitulo tercero
533
MEDINA GUIJARRO, J: “Presente y futuro del enjuiciamiento contable del Tribunal de Cuentas”, óp.
cit., pág. 121-142
534
CASANA MERINO, F.: La responsabilidad contable: naturaleza jurídica y elementos que la
integran, óp. cit., pág. 69.
357
encuentra justificación practica alguna que le sirva de fundamento lógico.
535
CUBILLO RODRÍGUEZ, C.: “La fiscalización en la Jurisprudencia”, Revista Española de Control
Externo, 2013, pág. 256.
536
Se trata de infracciones cometidas en contra de lo dispuesto en la normativa presupuestaria por las
autoridades y demás personal al servicio de las entidades contempladas en el artículo 2 de esta Ley que
por dolo o culpa graves adopten resoluciones o realicen actos con infracción de las disposiciones de esta
ley, estarán obligados a indemnizar a la Hacienda Pública, está establecida en el artículo 176 de la Ley
47/2003, de 26 de noviembre, General Presupuestaria. Estos expedientes pueden llegar a la jurisdicción
contenciosos-administrativa a través del recurso administrativo que resuelve el expediente.
358
Capitulo tercero
537
CASANA MERINO, F.: La responsabilidad contable: naturaleza jurídica y elementos que la
integran, óp. cit., pág. 67 y ss.
538
PEREZ TORTOLA, A.: “Perspectivas del Enjuiciamiento contable en el vigésimo quinto aniversario
de la Constitución Española”, 2003, Revista Española de Control Externo, pág. 55-72
359
resultando que esta doble remisión atendió a un hecho practico, ya que en el
momento en el que se redacto la LFTCu la remisión al procedimiento
contencioso-administrativo resultaba complicada por cuando era un
procedimiento muy formalista y largo, ya que la Ley de la Jurisdicción
Contencioso Administrativa del 1956 no preveía un procedimiento de corta
duración, como si lo hacia la Ley de Enjuiciamiento Civil. Este hecho teniendo
en cuenta las reformas procesales que se han producido tanto en el
procedimiento civil, como en el procedimiento contencioso-administrativo,
suponen la posibilidad de reconducir la exigencia de responsabilidades
contable a un único procedimiento, que en su opinión debería ser el
contencioso-administrativo, ya que en la Ley 29/1998, de 13 de julio,
reguladora de la jurisdicción contencioso-administrativa se regula un
procedimiento abreviado en su artículo 78 y siguientes, idóneo para ventilar
todo tipo de responsabilidades contables.
539
SAINZ RUIZ, J. A.: “Algunas reflexiones sobre la jurisdicción contable”, Revista Española de Control
Externo, 2005, pág. 69-84
360
Capitulo tercero
540
MEDINA GUIJARRO, J.: “Presente y futuro del enjuiciamiento contable del Tribunal de Cuentas”,
óp. cit., pág. 121-142.
361
nuestro ordenamiento jurídico los contempla y por lo tanto son aplicables y
vinculantes. La jurisprudencia del TCu consideraba que la evaluación del
sometimiento de la actividad económica a los principios de oportunidad,
eficacia y economía estaba reservada a la función fiscalizadora,
encomendándose a la función de enjuiciamiento solamente los incumplimientos
de la legalidad presupuestaria. Sin embargo a partir de la Sentencia de la Sala
Tercera del Tribunal Supremo de 30 de enero de 2012 se abre la puerta a una
cierta valoración de eficiencia por la jurisdicción contable cuando de los hechos
enjuiciados se derive despilfarro de los fondos públicos.
541
MEDINA GUIJARRO, J.: “Presente y futuro del enjuiciamiento contable del Tribunal de Cuentas”,
óp. cit., pág. 121-142.
362
Capitulo tercero
542
CUBILLO RODRÍGUEZ, C.: “La fiscalización en la Jurisprudencia”, Revista Española de Control
Externo, 2013, pág. 63-78.
363
que podría enjuiciar la gestión pública ineficaz, lo cual sería posible con una
modificación de las relaciones entre las funciones fiscalizadoras, tanto interna
como externa y la función jurisdiccional.
364
Conclusiones
CONCLUSIONES
365
Esta dificultad para encontrar una definición de control también se
encuentra a la hora de clasificar las clases de control posibles. Consideraremos
solo la clasificación en función del órgano controlador, que distingue entre el
control parlamentario, que es un control predominantemente político; el control
interno, que es aquél que se ejerce por un órgano especializado perteneciente
a la misma entidad controlada; y el control externo, aquél que se ejerce por un
órgano que no pertenece a la entidad controlada, y es el objeto del trabajo de
investigación.
366
Conclusiones
367
determinar indemnizaciones por la comisión de infracciones contables en el uso
y manejo de los fondos públicos.
368
Conclusiones
369
en su finalidad y sus métodos. Sin embargo los controles de eficacia, eficiencia
y economía, aunque son principios recogidos en nuestra norma básica,
resultan de difícil aplicación ya que dependen de la definición y elaboración de
los programas presupuestarios realizados por las organizaciones, en donde
deben constar los objetivos y los indicadores que permitan valorar los
programas. Al no confeccionarse de forma adecuada los programas
presupuestarios por las Administraciones, y ante la imposibilidad de obtener
datos reales sobre los costes de los servicios al no existir contabilidades de
costes, lo que supone una importante limitación al control externo.
370
Conclusiones
371
Tras la adhesión a la Unión Europea, el Tribunal de Cuentas Europeo
también realiza funciones de control externo en relación a la gestión de los
fondos comunitarios en los Estados miembros de la Unión Europea,
estableciéndose en el artículo 287.3 del TFUE los términos de colaboración
entre el TCu y el TCE.
372
Conclusiones
373
legalidad de la actividad de la Administración, y, por consiguiente, toda esta
actividad debe ser fiscalizada, lo que implica la obligación de la rendición de
cuentas, en las que se refleja la gestión económico-financiera realizada por los
gestores públicos.
374
Conclusiones
375
participación, grado de culpabilidad y el orden de responsabilidad. La normativa
del TCu es confusa al definir ambos tipos de responsabilidad, surgiendo un
debate doctrinal no cerrado para delimitar ambos tipos de responsabilidad.
376
Conclusiones
377
principio de justicia material del gasto. Así, el Juez de lo contable no sólo
asume el control jurisdiccional de la gestión pública en lo económico y
presupuestario, sino que representa además el Juez natural predeterminado
por la Ley para revisar cuantas actuaciones económico-presupuestarias y
contables de los gestores públicos puedan ocasionar un perjuicio financiero y
patrimonial en los fondos, efectos y caudales públicos. De esta forma, la
responsabilidad contable va más allá de un mero incumplimiento de la
normativa presupuestaria, debiendo enjuiciar la gestión pública ineficaz, para lo
cual sería necesario una modificación de las relaciones entre las funciones
fiscalizadoras, tanto interna como externa y la función jurisdiccional.
378
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Externo, 69-86.
394
Abreviaturas
ANEXOS
395
RELACION DE SENTENCIAS DEL TRIBUNAL SUPREMO CITADAS
396
Abreviaturas
397
RELACION DE SENTENCIAS DEL TRIBUNAL DE CUENTAS
CITADAS
398
Abreviaturas
399
Sentencia del TCu 12, de 29 de septiembre de 1999
400
Abreviaturas
401
Sentencia del TCu 9, 5 de mayo de 2009
402
Abreviaturas
403
Auto de 25 de noviembre 1999
404