Universidad Complutense de Madrid: Tesis Doctoral Orígenes de Las Vanguardias Artísticas en Madrid (1909-1922)

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UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

FACULTAD DE GEOGRAFÍA E HISTORIA

Departamento de Historia del Arte Contemporáneo

TESIS DOCTORAL

Orígenes de las vanguardias artísticas en Madrid (1909-1922)

MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR

PRESENTADA POR

Isabel García García

Directora

Jaime Brihuega Sierra

Madrid, 2002

ISBN: 978-84-669-1061-3

© Isabel García García, 1998


7i :,

UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

FACULTAD DE GEOGIRAFIA E HISTORIA

DPTO. HISTORIA DEL ARTE CONTEMPORANEO

ORIGENES DE LAS VANGUARDIAS ARTÍSTICAS

EN MADRID (1909-1922)

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5309841467*
UNIVERSIDAD COMPLUTENSE

Directon J.i
m~ Brihuega Sierra

Doeforauda. isabel García García

Volumen 1 Mano 11998

22467
¡
INDICE GENERAL

Págs.

1. INTRODUCCIÓN ‘-LV

1.1 PRINCIPIOS GENERALES DE LA VANGUARDIA

EN MADRID V-XII

1.2. CARACTERIZACION DEL ARTE OFICIAL EN MADRID XHI-XXVI

1.3. EL ARTE ESPANOL DEL PRIMER CUARTO DEL 5 XX,

ENTRE LO MODERNO Y LO ULTRAMODERNO:

CRISTALIZACIÓN DE UN TÉRMINO XxvI-xxxvIn

1.4. NOTAS XXXIX-LXV

II. LAS PRIMERAS MANIFESTACIONES ARTÍSTICAS DE

VANGUARDIA; EL “EPICENTRO RAMÓN”

II 1 RAMÓN Y EL ORIGEN DE LA VANGUARDIA EN

MADRID ‘-7

112 UNA REVISTA CON VOCACIÓN MODERNA: PROMETEO 7-11

11.2.1. PROCLAMAS FUTURISTAS DE 1909 11-16

11.2.2. PROCLAMA FUTURISTA A LOS ESPANOLES DE 1910 16-20

11.2.3. REPERCUSIONES DEL FUTURISMO EN ESPAÑA 21-27

11.3. LA EXPOSICIÓN DE PINTORES ÍNTEGROS (MARZO 1915) 27-38

¡1.4. LENGUAJES ARTÍSTICOS DE LA EXPOSICIÓN DE PINTORES

ÍNTEGROS 39-SI

11.5. RECEPCIÓN CRITICA EN LA PRENSA ESPANOLA 5 1-66

11.6. NOTAS 67-95


st

III. PRESENCIA DEL ARTE EXTRANJERO EN MADRID

ENTRE ¡915 Y 1922


e
111.1. ARTISTAS PROCEDENTES DE EUROPA 96-150
111.1.1 NOTAS 15 1-162
III 2 ARTISTAS PROCEDENTES DE HISPANOAMERICA e
162-211
[112 1 NOTAS 212-222
e

IV. EL ARTE VASCO Y LA INTRODUCCIÓN DEL ARTE MODERNO


e
EN MADRID 223-269

IV 1. NOTAS 270-283 e,

y. ARTE Y POLITICA EN ESPAÑA DURANTE LA PRIMERA GUERRA


e
MUNDIAL: LA EXPOSICIÓN DE LEGIONARIOS DE 1917

Vil. INTRODUCCIÓN. 284-294 e.

V.2. LA EXPOSICIÓN DE LEGIONARIOS: EL ARTE COMO


e
MANIFIESTO POLITICO EN LA ESPANA DE 1917 294-302

V.3. ANTECEDENTES A LA EXPOSICIÓN DE LEGIONARIOS 302-308 u,

Vil. EXPOSICIÓN DEL DIBUJANTE HOLANDÉS


e.
RAEMAEKERS 308-313

V.3.2. LA EXPOSICIÓN DE ARTE BELGA 3 14-3 16 u

VA. CRÓNICA DE LA EXPOSICIÓN DE LEGIONARIOS 316-326


u,
VS. MIGUEL DE UNAMUNO Y LA POSTURA DE ESPAYA

EN LA GRAN GUERRA 326-328 u


V.6. EXPOSICIÓN DE LEGIONARIOS EN BARCELONA Y EN PARIS 329-331
e
V.7. PARTICIPANTES EN LA EXPOSICIÓN DE LEGIONARIOS 33 1-3 35

V8.TEMÁTICA DE LAS OBRAS EXPUESTAS 33 6-339


e

e
V.9. RESULTADO DE LA RIFA DE LA EXPOSICIÓN

DE LEGIONARIOS 340-343

VIO, APENDICES 344-347

Vil. NOTAS 348-368

VI. EL PRIMER “ISMO” ESPANOL: EL PLANISMO DE CELSO LAGAR

VI. 1. CELSO LAGAR, DE ESCULTOR A PINTOR VANGUARDISTA 369-382

VIlí. NOTAS 382-389

VI.2. EL PLANISMO EN EL AMBIENTE ARTÍSTICO CATALAN (1) 389410

VI.2.í. DE BARCELONA A GERONA:

LA SOCIEDAD ATI-IENEA 410415

VI.2.2. EXPOSICIÓN EN LAS GALERIAS LAYETANAS (1916) 415443

VI.3. POSICIÓN DE CELSO LAGAR EN LA VANGUARDIA

MADRILENA (1) 444461

VI.4. NOTAS 462477

VIS. EL PLANISMO EN EL AMBIENTE ARTISTICO CATALAN (II) 477485

VLSi. DE UN FIVEMJC DEL POBLEATROQOS 485498

VI.5.2. ACTUACIONES DE CELSO LAGAR DURANTE 1918 499-520

VI.6. EL PLANISMO Y LA RENOVACIÓN ARTISTICA DE BILBAO 52 1-532

VI.7. POSICION DE CELSO LAGAR EN LA VANGUARDIA

MADRILENA (II) 533-550

VI.8. DE PLANOS Y PLANES: EL PLANISMO 550-565

VI.9. NOTAS 566-583


st

u
VII ITINERARIO DEL SIMULTANEÍSMO EN ESPAÑA:

ROBERT Y SONIA DELAUNAY u,

VIII. DIARIO MADRILENO 5 84-596


e
VII.2. DIARIO BILBAINO 597-604

VII.3. NOTAS 605-6 ¡4 e

VIII. RAFAEL ALBERTI, DE PINTOR A POETA 6 15-621 u

VIII. 1. NOTAS 622-623


a

IX. LA EXPOSICIÓN DE LOS PINTORES POLACOS EN EL


e
MINISTERIO DE ESTADO (1918) 624-636

IX 1 CRITICA A LOS ARTISTAS POLACOS EN MADRID 636-643 VI

IX 2. NOTAS 644-653
u

e
X. APUNTES SOBRE RAFAEL BARRADAS Y LA VANGUARDIA

MADRILENA 654-670 u

Xl. NOTAS 671-678


e

a
st

XI. REALIDAD E IMAGEN DE DANIEL VAZQUEZ DIAZ EN EL ARTE


u

ESPAÑOL CONTEMPORANEO

Xli. rNTRODUCCIÓN 679-681 u

5(1.2. PRESENTACIÓN EN MADRID LA EXPOSICIÓN DEL SALÓN


e
LACOSTE 68 1-693

5(1.3. EL ARTE DE VAZQUEZ DIAZ A PARTIR DE 1918 694-699 e

5(1.4. CONSOLIDACIÓN DE VAZQUEZ DÍAZ EN EL AMBIENTE


e
MADRILEÑO: LA EXPOSICIÓN DE 1921 EN EL PALACIO DE

BIBLIOTECAS Y MUSEOS 699-706 e

XIS. NOTAS 707-724


u

VI

XII. JOSÉ GUTIÉRREZ SOLANA Y LA RECEPCIÓN DE SU ARTE


e
EN MADRID 725-730

5(11.1. NOTAS 730-731 u

XIII CRISTALIZACIÓN DEL PRIMER PROYECTO COLECTIVO:


e
EL ULTRAISMO
e
3(111.1. EL ULTRAÍSMO SEGUN RAFAEL CANSINOS

ASSÉNS (1883-1964) 732-749


e
5(111.2. EL PRIMER MANIFIESTO ULTRAISTA (ENERO DE 1919) 749-768

XIII 3 UN MOVIMIENTO CON ASPIRACIONES INTERNACIONALES 768-781 e

XIII 4 PERTINENCIA DE UNA PLÁSTICA ULTRAISTA 781-840


e
5(1115 NOTAS 84 1-872

a
XIV. LOS ARTISTAS IBÉRICOS ANTES DE LA SOCIEDAD DE

ARTISTAS IBÉRICOS 872-882

Xlvi. NOTAS 882-888

XV. BIBLIOGRAFÍA

XV. 1. FUENTES PRIMARIAS

XV. 1.1. ARCHIVOS CONSULTADOS 889-890

XV. 1.2. PUBLICACIONES PERIÓDICAS CONSULTADAS 891-893

XV. 1.3. LIBROS, MONOGRAFÍAS Y CATALOGOS DE

EXPOSICIONES 894-897

XV. 1.4. ARTÍCULOS EN PUBLICACIONES PERIÓDICAS 898-943

XV.1.4.1. ARTICULOS ANÓNIMOS EN

PUBLICACIONES PERIÓDICAS 944-961

XV.2. FUENTES SECUNDARIAS

XV.2.1. LIBROS DE CONTENIDO GENERAL 962-966

XV.2.2. LIBROS DE CONTENIDO ESPECIALIZADO 966-979

XV.2.3. ARTICLILOS EN PUBLICACIONES PERIÓDICAS 979-981

XV 24 ARTICULOS EN CATALOGOS DE EXPOSICIONES 982-986

XVI. RELACIÓN DE EXPOSICIONES EN MADRID (1915-1922) 987-1004

APENDICES DOCUMENTALES

1. CATALOGOS DE EXPOSICIONES DE VANGUARDIA 1005-1026

2. DOCUMENTACION ADMINISTRATIVA 1027-1063

3. DOCUMENTACIÓN GRÁFICA
1. INTRODUCCIÓN

Los comienzos de las primeras vanguardias en la Península conforman un

universo multiédrico que se extiende, contradictorio pero incesante, hasta 1925.

Concretamente, esta tesis doctoral abarca un periodo (1909-1922) en el que se ha

pretendido analizar, en la medida de lo posible, el caso especifico de la capital madrileña

que, junto a los episodios acontecidos en los otros dos centros, Barcelona y Bilbao,

completa la trilogia de los inicios de la vanguardia en España. El protagonismo de

Madrid se acrecienta según se define su papel de marco receptor de gran parte de los

primeros sucesos vanguardistas. Baste señalar que entre sus protagonistas contó con

figuras como Celso Lagar, Rafael Barradas, Rafael Alberti, Vázquez Díaz, los Delaunay,

Norah Borges, W. Jahl o M. Paszkiewiz, y que en cierto modo, fúncionó como un crisol

donde convergieron gran parte de los camipos peninsulares de búsqueda de la

modernidad tanto el planismo y el vibracionismo barradiano procedentes de Barcelona,

como las promesas modernizadores del País Vasco.

Se hace necesario recordar aquellos buenos trabajos que indagaron en el estudio

de los origenes de nuestra vanguardia artística como la Exposición que organizó la

madrileña Galería Darro en 1960 sobre el Arte español 1925 y 1935. Entre la Sociedad

de Artistas Ibéricos y ADIAN (1), el estudio de Valeriano Bozal titulado “El realismo

social en España” (2) o, años después, la Exposición de la Galería Multitud en Madrid

(1974) donde por primera vez se intentó abarcar, tal y como su titulo indicaba, esos

Origenes de la vanguardia artística española 1920-1936. Alguno de los participantes en

ésta última comenzaron a indagar en la naturaleza del fenómeno vanguardista en España,


11

como Jaime Brihuega, director de esta tesis doctoral, quien en 1981 publica Las

Vanguardias artísticas en España (1910-1936) (3).


y
Al margen de estas publicaciones cabe destacar aquellos primeros estudios que de

manera directa o indirecta aludieron al tema en las décadas precedentes. En los años 50

debemos mencionar las publicaciones de Santos Torroella (4), Lafuente Ferrari (5), C.
u
Rodríguez Aguilera (6), L.F.Vivanco (7), Dámaso Alonso (8) o Cirici Pellicer (9).

Posteriormente, destacarán los estudios de Valeriano Bozal, quien en 1966 publica el

articulo “La renovación artística de 1925 en España” y el libro El realismo; en 1967 El


a
realismo plástico en España de 1900 a 1936 y en 1978 La construcción de la

vanguardia, 1850-1939 y, más adelante, en 1992, realizaba una revisión sobre la cultura u

artistica desde 1900 hasta 1939, Pintura y escultura española del s.XX (10).
u
A mediados de los años 80 destacó la aportación de Josefina AIix (11); Francisco

Calvo Serraller, quien en 1986 escribe “Pancho Cossío y las vanguardias” y en 1988 Del

futuro a/pasado. Vanguardia y tradición en el arte español contemporáneo (12); Lucía u

García de Carpi, quien se ha centrado en el surrealismo en España en estudios como La


e
pintura surrealista española (1924-1936), en 1988 (13), interés que se ha multiplicado
~II IV~ 4I1V~ ¡JV~LC1IUIV~ ~ UIJ, U tIC IZII4I J.VIUI, dULUId tIC ~CitUtfl CbLUULUb 1UtIU4ItICIIt4iV~

para conocer los inicios del arte vasco moderno y sus relaciones con el resto de la
e
Peninsula, La Asociación de Artistas Vascos, en 1985, y Antonio de Guezala, en 1991

(15). m

En la década actual, y además de nuevas aportaciones de los historiadores


e
citados arriba, sobresalen los trabajos de Eugenio Carmona, cuya tesis doctoral José

Moreno Villa y los origenes de las vanguardias en España (1909-1936), aprobada en a,

e
III

1985 (16), de Javier Pérez Rojas, (17) o de Concha Lomba, (18). En 1995 se recopila

gran parte de todas estas aportaciones historiográficas en el primer Diccionario de las

Vanguardias en España (1907-1936), de Juan Manuel Bonet (19), autor, entre otros

estudios, del texto que acompaña al catálogo El ultraísmo y las artes plásticas, de 1996

(20).

En el ámbito catalán, aparte de nuevos estudios de Rafael Santos Torroella sobre

el ambiente artistico madrileño durante la etapa formativa de Salvador Dalí (21),

señalaremos L ‘Epoca de les Avantgardes 1917-1970, de Francesc Miralles en 1983 (22);

en los años 90, los principales análisis sobre la vanguardia catalana son el catálogo A.C.

Las Vanguardias en Cataluña, (1906-1936,>, de 1992 (23), en el que colaboran Manuel

Minguet y Jaume Vidal i Oliveras; éste último realizó en 1993 su tesis doctoral Josep

Dalmau i Rafel: pintor, restaurador ipromotor d’art (24).

En este sentido nuestra investigación pretende ser una aportación más dentro de

lo que es la reconstrucción de este periodo cultural en el que se combinaron los

proyectos individuales de cada artista con los impulsos, por parte de éstos mismos, de un

proyecto colectivo para el arte español contemporáneo. A] respecto, en este trabajo

existe una desproporción en cuanto a las dimensiones otorgadas a cada uno de ellos, que

se justifica en los exhaustivos estudios que algunos historiadores han dedicado a

personajes como Ramón Gómez de la Serna (25), Rafael Cansinos Asséns (26) o los

artistas Rafael Barradas (27), Robert y Sonia Delaunay (28), Solana (29) o Vázquez

Diaz (30), si bien de éste último se hace necesario la actualización, sobre nuevas bases,

de su figura y de su obra.
st

Iv

Por otro lado, hemos dedicado mayor atención a aquellos apartados que

permanecian inéditos en la historiografia que existe sobre el arte moderno y de

vanguardia de esta época en Madrid; tales son los casos de las primeras relaciones entre

arte y política en España durante la Primera Guerra Mundial o la presencia en Madrid de e

un gran número de artistas extranjeros, algunos de ellos afines al arte de vanguardia,


e
como en el caso especial de los artistas polacos, a quienes hemos otorgado un capítulo

propio por integrarse, posteriormente, a la vanguardia madrileña, sobre todo dentro del —

ultraismo, y aquéllos otros, en la órbita de lo que podríamos llamar un arte más oficial y
e
convergente con la situación cultural del momento, es decir, dentro de los parámetros

regionalistas y regeneracionistas.

En el caso concreto de Celso Lagar, que en un principio surgió como el núcleo


e
central de esta tesis doctoral, hemos intentado analizar la llegada del primer ismo de

vanguardia, el planismo, a la Peninsula asi como sus relaciones con los artistas de las tres

ciudades mencionadas más arriba: Barcelona, Madrid y Bilbao.


u

Finalmente, añadir que esta tesis doctoral se ha interesado sobre todo por la
producción de la vanguardia como por su recepción, concediendo interés especial, por
e
ejemplo, al problema de los términos, utilizados por la critica artística para denominar a
e
la vanguardia. Entre estas denominaciones, como veremos en el apanado 1.3.,
“ultramoderno” nacería como un mero epíteto circunstancial que acabada convertido en
e
un término frecuente.
e

a
y

Li. PRINCII>IOS GENERALES DE LA VANGUARDIA EN MADRID

Uno de los rasgos más destacables de la fisonomía de la vanguardia madrileña se

centra en sus diferencias con Barcelona y Bilbao. Las particularidades que acompañaron

al desarrollo cultural de estas ciudades no existieron en Madrid. Respecto a la primera, el

origen de su modernidad parte en el s.XJX con el movimiento modernista, iniciándose asi

las primeras divergencias entre Madrid, Cataluña y País Vasco como enclaves

socioculturales. La vecindad de Cataluña con Francia, así como el cambio de lugar de sus

pensionados, cuyo destino está ahora en París, acuñan frente a la tradición que sustenta

Madrid los primeros síntomas de la modernidad, claramente visibles en la apertura de la

Exposición Internacional de 1888 y en el carácter de publicaciones como la Ilustración

Ibérica, L ‘Aven~, Joventut y Catalunya, Luz o La Vanguardia. En paralelo, dentro de

este soporte tan complejo surge en Cataluña otra alternativa, el noucentisme, que

convivirá, como apunta Eugenio Carmona, entre la historia y la modernidad y entre la

tradición y la innovación (31).

Ante esta situación, en Madrid no se habia producido una identidad cultural

propia ni tampoco un “mercado” semejante a los de Barcelona, que se nutría sobre todo

por la presencia de galerías privadas (Dalmau, Layetanas, Parés, Syra, la Cantonada,

etc.) que atesoraban buena parte de dicho mercado artístico; al mando de hombres que

como Josep Dalmau o Santiago Segura poseian un espíritu moderno que les diferenciaba

del resto (32). Este carácter tan pródigo en las muestras artisticas de vanguardia

configurará poco a poco un gusto en la crítica y en el público, igual que sucedería en el


XI

País Vasco con la Asociación de Artistas Vascos, gusto del que carecía Madrid y que

por eso se mostraría tan reticente con la llegada de los primeros episodios de avanzada.
u
Otra de las cuestiones vitales que mantienen el liderazgo de Cataluña y el País

Vasco frente a Madrid es un espíritu de colectividad manifiesto en la constitución de

grupos como El Circulo de Sant Lluc (1893), Les Arts i els Artistes (1910), la institución
e
Athenea en Gerona (1913-1917), Els Evolucionistes (1918), la Agrupació Courbet

(1918)0 Nou Ambient (1919), que dieron una entidad a la pluralidad que no nacería en

Madrid, como veremos más adelante, hasta la constitución del ultraísmo (1919).

Alejado del entorno catalán, Bilbao experimenta un panorama muy activo, sobre

todo, desde la constitución en 1911 de la Asociación de Artistas Vascos. Sin embargo, u

antes de ésta surge la primera generación de pintores vascos, Guinea, Ignacio Zuloaga,

José Echenagusia, Guiard, Darío de Regoyos, entre otros, y la aparición de sociedades


e
vascas como el Ateneo Científico y Literario (1863), La Sociedad Recreativa Ferroviaria

(1887), el Kurding Club, el Liceo Artistico Literario, La Asociación de Cultura Musical, e

etc.
u
Las desavenencias entre Castilla y el País Vasco emergen en el s. XIX cuando el

País Vasco se lanza en busca de unas señas propias de identidad al calor de un resurgente u

nacionalismo. Respecto a las artes plásticas comienza a iniciarse un espiritu de grupo,


u
paralelo al de Cataluña con su noucentisme, ausente en Madrid. Los viajes europeos que

realizan los artistas vascos van a configurar una parte elemental de su ideario, el gusto e

por una modernidad impresionista y postimpresionista del arte francés que no posee
e
Madrid. Junto a este elemento europeo, el arte vasco se apoya en la tradición española
a
pero ahondando en sus propias raíces que le convierten en una pintura moderna

a
VII

renovada, cuyo acérrimo defensor será Juan de la Encina, quien explicó este proceso en

escritos como La trama de/Arte Vasco:

Catalanes i¿ vascos, esto es, los artistas de las regiones peninsulares más aptas para la vida

moderna, han sido los que han introducido en España primeramente las nuevas maneras de ver y

realizar la obra de arte que ha surgido en la conciencia artistica de Europa a partir del movimiento

impresionista en Francia” (33).

La continuidad de la Asociación de Artistas Vascos (1911-1937) permitió

mantener vivo el deseo de fomentar el arte moderno, como detallan Pilar Mur (34) y,

para el caso de los años 20 y primeros años 30, Adelina Moya (35).

En líneas generales, el sentido de colectividad, la existencia de galerías privadas

capaces de acoger el arte vanguardista, su cercanía geográfica con París, la madurez de

su base sociocultural que se adscriben muy pronto a la modernidad y la presencia del arte

más avanzado en los medios de comunicación le faltaron a Madrid; además carece de la

recepción de las últimas corrientes parisinas y tampoco llega a la síntesis que habia

alcanzado el arte vasco como vía más aceptable para la modernidad. Tan sólo al núcleo

madrileño le quedan las exposiciones nacionales (que, poco a poco, se convierten en

decadentes espectáculos por parte de los jurados calificadores) y los aislados episodios

de vanguardia, que no llegan a cuajar provocando la huida de artistas como Juan Gris,

María Blanchard, Diego Rivera, Celso Lagar, etc. y, más tarde, en la década de los

veinte, Francisco Bores, Benjamin Palencia y otros.

Estos episodios presetan los origenes de la vanguardia madrileña, cuyo desarrollo

se mostraría discontinuo hasta 1917, ya que a partir de ese año los acontecimientos se

suceden con mayor frecuencia. Pero, además, como ya se ha dicho, por estar

desprovistos de un proyecto común por parte de los artistas españoles.


Vn’

A este respecto, la Exposición de Pintores Íntegros, realizada en 1915, se sitúa

entre ambas modalidades, individual y colectiva. En primer lugar porque pertenece,


e
como señala Javier Pérez Segura (36), a un programa personal, el de Ramón Gómez de

la Serna y no existe una intención de colectividad. De hecho los participantes de íntegros

fueron agrupados aprovechando la ocasión de la estancia en Madrid de Diego Rivera y


e
Maria Blanchard, aunque no por ello dejan de ser formalmente un grupo de tres pintores:

Diego de Rivera, María Blanchard, Luis Bagaría y un escultor, Agustín Choco, que

tienen un calificativo propio y común. Y, en segundo lugar, porque ese programa


e
personal tiene sus orígenes, precisamente, en los primeros gérmenes de nuestra

vanguardia madrileña. Es decir, se encuentran en las páginas de la revista Prometeo, que —

sacó a la luz el Manifiesto futurista de E. 7’. Marinettí en 1909, y’ poco después, La e

proc/amafuturista a los españoles, bajo la pluma de Ramón Gómez de la Serna (1910>


e
con el seudónimo de Tristán.
Este sería el primer gran salto temporal de nuestra vanguardia, de 1909 a 1915. —

Un paréntesis de cinco años que se cubrió con el avance progresivo de la generación del
e
98. Corrían malos tiempos y en la memoria de muchos aquéllos que leyeron dichos

manifiestos fUturistas debió estar presente el desastre colonial de 1898 y con él, una u

nueva visión regeneracionista. El siguiente salto se produce en 1917 (exceptuamos tas


e
actuaciones del arte vasco en Madrid por tratarse de un intento de modernidad y no de

unas propuestas totalmente de tipo vanguardista), será cuando se desenvuelvan de una U

forma continuada los acontecimientos más trascendentales en la recepción de las


e

primeras vanguardias en Madrid. Después de la muestra pianista de Lagar (marzo de


e

1917), le seguiría la inauguración de los Ballets rusos, procedentes de París, de la mano


e

al
Ix

de Serge Diaghilew y su obra Parade (37) en el Teatro Real de Madrid. Ante tal evento,

la prensa se encargará de difundir y asociar estos ballets con el cubismo, en concreto,

con Picasso (38). Nos encontramos, también, con una nueva intervención de Ramón

Gómez de la Serna con su banquete-homenaje a Picasso en Pombo (39). Sin embargo, el

homenaje de Ramón tuvo muy poca repercusión en la sociedad madrileña y tan sólo

varios diarios recogieron el acontecimiento que, seguramente, también se vio empañado

por la coincidencia con el desarrollo de la Exposición Nacional de Bellas Artes en el

Palacio del Retiro (40).

Los siguientes hitos vanguardistas, ya en 1918, estarán protagonizados por los

artistas polacos, Vázquez Díaz, Barradas y Celso Lagar quienes, exceptuando el último,

continuaron dentro de las tendencias más avanzadas y contribuirían al inicio de un nuevo

comportamiento vanguardista basado en el carácter de “asociacionismo” que presentaría

el ultraismo.

No obstante, hay que resaltar que los origenes de esta colectividad se encuentran

en las críticas a la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1915. Contrarios al cansino

aire oficial que había tomado la capital, la primera voz de alarma la dio Juan de la Encina

en la que defendía la necesidad de saber el significado de estas muestras:

“Para nosotros, una Exposición de ese género, o no significa nada y es, por consiguiente,

inútil y aun nociva, o debe representar un a modo de balance y examen de conciencia periódicos del

arte nacional contemporáneo... ¿ Y cómo se explicaría esto si el arte nacional no fuera cosa bien

distinta de aquél que ampara y muestra en estas exposiciones cada dos años el Estado? Aquí tenemos,

pues, en forma aguda, un caso particular de esa separación que Ortega y Gasset establecía entre la

España oficial y la vital.


x

Pero este divorcio entre el arte del Estado y el arte independiente... (ha provocado que) un

grupo no pequeño de artistas españoles ha fundado su hogar espiritual en tierras extrañas... (41).

Además debemos señalar resolución del jurado de la siguiente Exposición

Nacional de Bellas Artes, en 1917, que marcaría un paso más hacia esa necesidad de
e
constituir un arte independiente. Juan de la Encina continuó reclamando la urgencia de

unas exhibiciones artisticas sin condecoraciones ni categorías, un Salón de

Independientes que aportara algunas notas de novedad al arte nacional contemporáneo


e
porque ellos, los futuros ‘independientes~, “no se encalabrinan ni se preocupan por la manera

como seforman los Jurados. Pintan según sienten, y luego envían sus obras a la Exposición Nacional.

La independencia está en ellas y no en motes traídos a colación con más de treinta años de retraso.

cuando han perdido su cuño” (42). m

El descontento tras la resolución de los Jurados de dicha muestra y la

constitución de un nuevo reglamento para la próxima provocó una inmediata reacción


e
por parte del colectivo de la Asociación de Pintores y Escultores, que publicó un

comunicado anunciando la constitución de un Salón de los Independientes (43). Al día

siguiente, la Comisión hacia una llamada pública a todos los artistas que antes del 15 de
e
abril quisieran adherirse a esta exposición

romper con la tradición y los convencionalismos, abriendo ancho cauce en el campo de las U’

modernas ideas de libertad e independencia a esa juventud ilustre, pero ilusa, engañada y deslumbrada
e
por los espejismos de la ajena gloria y bienestar de los que consiguieron el triunfo en tiempos de más

fáciles luchas. Destruir el sistema que ató conférreas cadenas el adelanto de las bellas artes en España
e
y creó una generación altiva y poseída de sí misma.

Bullió (sic) en los cerebros de los artistas, anticipadamente ya a los sucesos ocurridos con el a

,noiivo de la pñhlic&ióii dé FFe~ld ¿td4iikihffde}egi? la ñr6iciv’ná Exposición de Bellas Artes, algo


e

a
‘U

indispensable que necesitaba una causa ocasional para man¡festarse de un modo visible... Es preciso

que desaparezcan los definidores de las bellas artes, y que, dada la infinita variedad de procedimientos

técnicos y conceptos, se consagre el principio va conocido de que el Arte es ‘la Naturaleza, vista a

través de un temperamento ‘ (44).

Esta nueva organización que nacia como consecuencia de la realidad frustrante de

las exposiciones nacionales de Bellas Artes fue denominada en un principio “Salón

Otoñal de artistas independientes” (45), siendo el primer intento de asociacionismo en la

capital madrileña pero no llegaría a consolidarse, como argumentaban algunos

periódicos, por falta de dinero y, lo que es más importante, de unión entre los artistas.

Esta fue una de las principales diferencias que separaba a Madrid de los dos centros de

mayor actividad cultural en España: Barcelona y Bilbao, y sólo seria tres años más tarde,

en octubre de 1920, cuando se pudo inaugurar el ansiado Salón de Otoño (46).

Sin embargo, la voluntad de asociación entre artistas y críticos de arte tendría

como antecedente, como hemos dicho más arriba, al ultraísmo. El ultraísmo como

movimiento de vanguardia reemplaza aquellas actuaciones individuales para aunarías

bajo un nombre común, en un sólo grupo que intentó cimentarse sobre los conceptos de

libertad, independencia y modernidad. Este nuevo valor que adquiere el término de

colectividad o asociacionismo le diferencia del anterior porque aúna un concepto de arte

mientras que el pasado se habían unido principalmente por nacionalidades: argentinos,

polacos, catalanes o vascos.


xl!

El 1 Salón de Otoño fUe incapaz de cumplir los buenos presagios que veían sus

organizadores y, seguramente por este motivo, en diciembre de ese mismo 1920 la

prensa madrileña anunciaba la creación de un nuevo “Salón de los primeros

Independientes en España”. Su comité, formado por algunos de los protagonistas del


u
arte ultramoderno madrileño, pertenecientes en su mayoría al movimiento ultraista -

Vázquez Diaz, Delaunay y Rafael Barradas no vio reflejadas en el recién creado Salón
-

de Otoño todas las manifestaciones del arte ultramoderno y por ello creyó conveniente la
u
necesidad de constituir uno nuevo y publicar, al mismo tiempo, un manifiesto que

recogiera sus argumentos y objetivos. a

Este seria un nuevo intento de proyecto colectivo, al que se sumarian otros. En


a

1920, Juan de la Encina continúa su proyecto de constituir en Madrid una Sociedad de


e
Artistas Independientes, cuyas figuras fUndamentales serian ahora la Asociación de
Artistas Vascos y la asociación Les Arts i els Artistes de Barcelona, entre ellos,

Gregorio Ibarra, Joan Sacs, Victorio Macho, Nicanor Piñole o Juan de Echevarría. Del
e
mismo modo, en 1923 se cartea públicamente en el periódico La Voz con el artista

Gabriel García Maroto, primer paso hacia la constitución de Ja efimera Sociedad de e

Artistas Españoles, en primavera-verano de ese mismo año. La progresiva adaptación de


e
una parte de la sociedad hacia el arte moderno y el apoyo de una crítica que preparase de

algún modo a ese público, se reflejó en la actuación de la Sociedad de Artistas Ibéricos o

en ci palacio de exposiciones del Retiro durante los meses de mayo, junio y julio de 1925
a

(47).
e

u,
XIII

1.2. CARACTERIZACIÓN DEL ARTE OFICIAL EN MADRID

A comienzos del s. XX el arte que ofrecía Madrid estaba regido, principalmente,

por las instituciones oficiales, cuya misión consistía en divulgar e integrar en la sociedad

aquellas tendencias artisticas que más les interesaban. Los principales organismos

oficiales con los que ejercía su política cultural eran la Academia de Bellas Artes de San

Fernando y las exposiciones nacionales de Bellas Artes.

Sin embargo, Madrid gozaba de una tradición artística que databa oficialmente de

1818 con la creación del Real Museo de Pintura y Escultura (Museo del Prado) y con el

Museo de Arte Contemporáneo, fUndado en 1894 aunque en 1895 pasara a llamarse

Museo de Arte Moderno. Pese a todo, la eficacia del Museo de Arte Moderno en Madrid

quedaría limitada hasta la llegada de la Segunda República en 1931(48).

Llegados a este punto, nos encontramos con uno de los rasgos más definidores

del arte español del primer cuarto de s. XX: la tradición. Una tradición que arranca en el

s. XIX para nutrirse de un nuevo clasicismo que tiene como principales centros de

actuación Madrid y Barcelona. Será en este Madrid decimonónico donde el centralismo

académico agrupa gran parte de la vida española y se convierte en eje difUsor como

centro artístico principal por la atracción que suscita en los artistas españoles de otras

regiones que ven cómo se aceptan otras propuestas (49). Coexistirán un estilo preciosista

protagonizado por coetáneos de Goya, los Bayeu y Maella asi como un grupo de artistas

madrileños con una gran influencia goyesca, simbolizados en las figuras de Leonardo

Alenza y Eugenio Lucas “el Viejo”. Se configura así el círculo madrileño de


MV

neoclásicos davidianos representados por José de Madrazo y Juan Antonio Ribera. Al

tiempo que el arte oficial se nutre de este neoclasicismo surge otro grupo de pintores que
e
pertenecen al movimiento romántico donde la exaltación por la libertad, el nuevo sentido

a la naturaleza y el auge de las raíces populares conducen a otras corrientes como el

nazarenismo, principalmente en Cataluña, y los puristas, influidos por Ingres, como


a
Federico y Luis de Madrazo. Una vez superada esta etapa romántica aparece el

naturalismo realista y su interés por los temas sociales o costumbristas así como

paisajistas o retratistas: Eduardo Rosales, Fortuny, Carlos de Haes, Ramón Martí y


u
Alsina, Martin Rico, Agustín mancho, Aureliano Beruete, etc., quienes conviven ya con

los primeros instantes del modernismo.

Hasta entonces la ciudad vivía de los recuerdos de una generación que pedía un U

fUturo más allá del desastre del 98. Frente a la mirada al mundo regional surge la
e
generación del 98 con una fUerte disposición crítica ante la grave crisis de España; uno
de sus principales componentes, Miguel de Unamuno intentaba ya en uno de sus escritos

de 1895 establecer dos ideales: “imitaciones ‘castizas’ de ciertas creaciones del espíritu europeo
e
y “esfuerzos sucesivos de la ‘casta íntima y eterna por alcanzar una vida histórica a la vez castiza y

nueva” (50). e

El protagonismo que había alcanzado Castilla como imagen del alma de España
U’

se extendió, también, a su periferia; tanto es así que, como apunta José-Carlos Mainer,

1El alma! Esa palabra va a ser una clave de la época... Unas veces, alma, significa el hueco

receptivo de la conciencia; otras, la secreta voz interior de objetos y ambientes; unas y otras son almas
a
que dialogan” (51).

Pese a todo, a partir de 1915 Madrid se convertía poco a poco en un foro donde e

intelectuales y artistas pretendían crear una nueva España alejada de los desastres
a

U’
XV

anteriores. José Ortega y Gasset, abanderado de la llamada generación de 1914 (52), a la

que se unirán algunos de los escritores de la del 98, fUndaba en enero de 1915 la revista

España, en la que se agrupaban las firmas de Ramiro de Maeztu, Pío Baroja, Gregorio

Martínez Sierra, Eugenio D’Ors, Ramón Pérez de Ayala, Luis de Zulueta o Juan Guixé.

En otros medios de comunicación, el nacimiento de la revista España fUe saludado como

“grupo intelectual, lo más florido del renacimiento literario que viene iniciando de hacer una labor

patriótica, dedicando especial atención y sin bastardos intereses personales, a la literatura, al arte,

filosofia, a la política y a las cuestiones sociales (53).

Otras revistas, si bien nada comparables con las vanguardistas catalanas, tomarían

el relevo a las anteriores, tales como el famoso Año Artístico del crítico de arte José

Francés (54); La Esfera, editada por Prensa Gráfica y dirigida por Verdugo Landí (55),

que ofrecía desde enero de 1914 un intento de renovación estética (56) de tal forma que

ya en este mismo año surgen las primeras ilustraciones de artistas fUturistas en Madrid

(57). Igualmente, este cambio se apreciará en el aumento de las exhibiciones individuales

desde 1915 (58), fruto del mundo de las exposiciones oficiales que dio lugar al creciente

número de crónicas artísticas que fUeron ganando terreno a los acontecimientos militares,

políticos, a las dos o tres columnas o páginas de toros y a las exposiciones nacionales. A

medida que avanzan los años, los diarios se decantan por una sección de arte e, incluso,

por la participación de un cronista fijo que realiza la labor de critico de arte (59). Madrid

se irá convirtiendo, poco a poco, en un centro donde se aceptan o rechazan las obras de

aquellos artistas ya sean oficiales, modernos o vanguardistas, que desde la periferia

acuden aquí para encontrar el éxito personal, si antes han recibido el de la crítica y el del

público. Precisamente, uno de los registros principales del ambiente cultural de


Madrid será la convivencia de diferentes corrientes y estilos, de ahi la dificultad de
e

establecer un criterio en el arte madrileño.


e
Madrid constituye la caja de resonancia del arte oficial para el resto de España.
Entretanto, como gran parte de las provincias, mantiene un panorama pictórico que

abarca tres tendencias bien diferenciadas: la existencia de una pintura cuyos orígenes se
u
encuentran en el pasado español, un amplio abanico de pintura regionalista - Galicia,

Valencia, Asturias, Andalucía, etc. - procedente de la visión regeneracionista de los

hombres del 98 y el papel que protagonizó la pintura “moderna”, entendida como


a
tradición renovada, que abarca algunas propuestas que se barajaron a primeros del s.XX

en nuestra Peninsula, como los casos concretos de Barcelona y País Vasco. Sin embargo, t

es necesario establecer tres premisas fUndamentales para observar el entramado pictórico


a

que se estaba desarrollando en la capital madrileña, la primera se establece en las


u

actuaciones independientes de artistas como José Gutiérrez Solana, Hermen Anglada


Camarasa o Ignacio Zuloaga; la segunda se instaura con la permanencia de tendencias

como el simbolismo, el impresionismo y el postimpresionismo y, por último, el papel


ml
desarrollado en las exposiciones nacionales de Bellas Artes, que dominaban el mundo del

arte español, en el que el figurativismo, el anecdotismo, el regionalismo y los temas de la U’

vida social constituían el argot artístico.


U’
La pervivencia de manifestaciones como el simbolismo, el impresionismo y el

postimuresionismo tendrán sus adentos dentro deldilatado ámbito regionalista y algunos U’

aspirarán a ser modernos. De hecho, serán calificados así por la propia critica artística,
U

que basará sus juicios en las aportaciones pictóricas de dichos movimientos.


e

e.

a
XVII

Respecto al simbolismo, que formó parte de las numerosas corrientes o

tendencias que subsisten en Madrid o la Península de primeros de siglo, observamos

como se incorpora junto a las últimas notas del naturalismo del s. XIX, cohabita con los

primeros episodios de vanguardia y se adapta al costumbrismo regionalista, el

modernismo, el art déco, etc., situación que ha sido definida por Francisco Calvo

Serraller como una “paradójica inconcreción” (59). Se gestará, principalmente, en las

tertulias del Café Levante (1903-1916) bajo postulados del academicismo francés y de

simbolistas como Puvis de Chavanne o Eugéne Carriére e influencias de los primitivos

italianos y de los prerrafaelistas. Destacan los nombres de Julio Romero de Torres y

Miquel Viladrich, además de las aportaciones de Eduardo Chicharro, Anselmo Miguel

Nieto, Federico Beltrán Masses, Anglada Camarasa e, incluso, Gustavo de Maeztu,

Néstor Martín Fernández, José Maria Rodríguez Acosta o Eugenio Hermoso, De todos

ellos podríamos destacar la figuras de Julio Romero de Torres (60), por el intento de dar

una visión simbolista entendida como ideal moderno, y el de Federico Beltrán Masses,

por el gusto de un decorativismo simbolista.

En cuanto al impresionismo, que como tal no llegó a formar un movimiento

español como en otros países europeos, y el postimpresionisnio hay que diferenciar dos

modelos: uno, heredado de las primeras experiencias de artistas catalanes como Joaquim

MAr, Ricard Canals, Ramón Pichot, Ramón Casas y de los artistas vascos Adolfo Guinea,

José Echenagusia, el asturiano Darío de Regoyos, que se consolidará en pintores como

Francisco Iturrino o Juan de Echevarría y, en el caso catalán, en los noucentistas Sunyer,

Torres García o Nogués. Y otro, que vive bajo los dictámenes del “luminismo” de

Sorolla y, en ocasiones, de Fortuny, como Sotomayor, Gonzalo Bilbao, Eduardo


XVIII

Chicharro o José Beníliure, liniltrofe al despertar del núcleo asturiano con Evaristo Valle,

Nicanor Piñole o el grupo valenciano encabezado por Cecilio Plá. Al lado de este
t
colectivo cabe destacar el formado por los artistas extranjeros que, huidos de Europa

como consecuencia de la guerra, llegan a España. Veremos cómo este conjunto, desde

un punto de vista sociocultural y como consecuencia de la neutralidad de la que


u
disfrutaba España, a su vez se subdivide en dos, a pesar de entrar ambos por los Pirineos;

uno toma como residencia momentánea Cataluña y el otro, Madrid. e

Y, en tercer lugar, la diferencia generacional entre artistas que participan en los


e
certámenes oficiales. El mejor ejemplo de dicho entramado para este periodo que nos

ocupa (1909-1922) se desarrolla en el curso de la Exposición Nacional de Bellas Artes —

de 1915. En España, el desarrollo del “Salón” (61) comienza con el ecléctico panorama

artístico durante el reinado de Isabel II que provoca la aparición, según José Luis Diez,
e
de “un sistema de promoción para los artistas, instaurado desde los ambientes oficiales, que servirá de

fomento y a la vez de rigido control de desarrollo de las Artes en todo el país: Las Exposiciones

Nacionales de Bellas Artes” (62). Los origenes, al igual que en Francia, partían de la
a
existencia de unas academias, como las del Centro de Cultura, el Liceo Artístico y
Literario y La Real Academia de San Fernando. Con el decreto de Isabel II firmado el 28

de diciembre de 1853 se iniciaba la primera Exposición Nacional de Bellas Artes aunque


a
paradójicamente no sería hasta 1856 cuando se inaugurase. A través de estos certámenes

- que durarán hasta los años 60 del presente siglo se crean las bases de un gusto oficial
- u

definido, en sus orígenes, por el predominio de la pintura de historia y, más tarde, por el
a
del paisaje y del retrato (63). Diríamos que una de las principales consecuencias de estos

certámenes sería la continuación en el tiempo del mismo papel que tuvo en sus orígenes, U’

a
XIx

es decir, la aparición de un gusto nacional además de propagar la obra del artista así

como su reconocimiento y aceptación ante la sociedad a pesar del aumento de

irregularidades cometidas por los fallos de los jurados junto a otros problemas como el

de los reglamentos o rechazo de obras, hizo que surgieran desde 1915, como veremos a

continuación, voces pidiendo salones de independientes.

En marzo de 1914, La Gaceta había publicado el nuevo reglamento por el cual se

regirían las sucesivas exposiciones nacionales de Bellas Artes. Estos reglamentos

constituyeron una más de las estrategias que las instituciones oficiales pusieron para

controlar de una manera definitiva las artes plásticas. Con el tiempo, dependerán de los

cambios políticos internos; así, las alteraciones del estatuto estarán sujetas a los

diferentes miembros que ocupen estos cargos.

Dichos reglamentos no se cumplirán, ni siquiera en esa edición de 1915. Al

certamen se presentan artistas con más de dos obras como Francisco Domingo con 32

obras, Gonzalo Bilbao con doce, Ferrant con cinco, Muñoz Degrain con seis, Manuel

Benedito con 27, López Mezquita y Rusiñol (64) con doce cada uno, Mateo Inurria con

seis mármoles, etc. Uno de los miembros del Jurado de ¡a sección de pintura de 1915,

Enrique Martínez Cubelís, había obtenido en la Exposición Nacional de 1912 la primera

medalla. De esta manera, se aseguraban las tendencias pictóricas de un arte oficial

votado por los miembros de un jurado a su vez oficial y tradicionalista. Asimismo, el

Comité designa aquellas obras que el Estado desee adquirir, no siendo necesario que

estuvieran premiadas. De este modo, el Estado comienza a apilar las obras en sus

dependencias, o bien a distribuirlas sin consideración ninguna (65). No menos importante

fUe el aumento del número de premios y distinciones.


xlix

El estatuto definitivo no se publicó hasta el 23 de abril de 1914, en donde sólo se

llevaron a cabo algunas pequeñas reformas. De éstas destacamos la importancia del


e
reconocimiento oficial y público de algunos artistas que como Mir, Galwey, Degrain,

Romero de Torres... que podían exponer un gran número de obras, exigir salas e

especiales para sus colecciones y pedir la medalla de honor. Asimismo, en cuanto los
u,

cuadros rechazados, Bernardino de Pantorba (66) apunta más de doscientos, dentro de

los cuales hay que señalar el escándalo producido por el rechazo de La maja Marquesa

de Federico Beltrán (67).


e

En otro orden de cosas, los candidatos a medalla de honor en aquella edición,


e

todos ellos galardonados en la anterior bienal con las primeras medallas Manuel -

Benedito, Muñoz Degrain, Romero de Torres, Gonzalo Bilbao y López Mezquita eran - u,

representantes de una pintura naturalista idealizada, en ocasiones decorativista,


u.
simbolista o regionalista que muestran el gusto de una sociedad actual que se mueve

entre esos mismos parámetros. No hay más que llegar a la siguiente Exposición Nacional e

de 1917. Tras el fracaso del reciente reglamento firmado en 1914, no se hizo esperar
u
otro nuevo, más radical y capaz de articular la venidera exposición. El nuevo espíritu

renovador recaía en el nombramiento de un Jurado por Real Orden integrado por los U’

miembros más destacados de la juventud española. La sección de pintura contó, p. ej.,


u
con Fernández Alvarez de Sotomayor (presidente), José Maria López Mezquita

(secretario) y José Mongrelí, José Maria Rodríguez Acosta, Julio Romero de Torres, e

Anselmo Miguel Nieto y José Ramón Zaragoza (vocales).

La constitución de dicho Jurado, exclusivamente por artistas, provocó las más


e
abiertas protestas y la frustración de la exposición. Las principales razones para el

a
,cU

descontento se centraban en el rechazo de numerosas obras y en la calificación de las

admitidas. El Jurado, bajo el amparo de la “renovación”, había rechazado todas aquellas

obras que no se ajustaban a sus criterios. Pero, como en tantas ocasiones, el reglamento

no se cumplió. Hubo cuadros que fUeron retirados para luego ser presentados - ej. núm.

384 Fin de Don Quijote de la Mancha de José López Tomás- adjudicados y, con

anterioridad al fallo, publicados los resultados de las medallas - ej. las de Mir, Valentin

Zubiaurre y Eugenio Hermoso -. La adquisición de las obras siguió un criterio semejante

al de años anteriores (68), cada artista no podía exponer más de dos obras, aunque, por

ejemplo, Mir y Zubiaurre presentan tres obras.

La resolución del jurado no satisfizo a nadie (69). Para Ballesteros de Martos, la

juventud que regia la España de 1917 no era apta para representar el papel de jurado

calificador en este certamen, ya que ésta, aún en un proceso embrionario, no era capaz

de otorgar un nivel para el arte nacional (70). El conflicto generacional se produce

precisamente ahí, su arte se ha convertido en oficial y es respaldado por el público que se

atiene a los dictámenes de estas muestras oficiales. Junto a ellos, se suman otros pintores

que también forman parte de ese jurado examinador, hemos visto a Fernando Alvarez de

Sotomayor, Anselmo Miguel Nieto, José Ramón Zaragoza, José Mongrelí y José María

Rodríguez Acosta. Ellos serán los que seleccionen a los medallados, de tal forma que en

cuatro años se siguen barajando las mismas propuestas de pintura decorativista,

simbolista y regionalista que, enclausuradas en un ambiente tradicional, ya no aspiran a

una “modernidad”, si nos atenemos a la definición de ésta como acción y efecto de

renovación artística. Será, pues, la generación de jóvenes artistas la que busque nuevos

atisbos de modernidad renovada, pero diferenciándose, claro está, de aquéllos que siguen
XXII

las teorías de sus maestros, Así nos encontramos con la participación en medios públicos

y privados de un grupo de protagonistas que formarán parte de la nueva generación:


e
Francisco Sancha, Irene Narezo, Benjamín Palencia, Timoteo Pérez Rubio, Francisco

Bores, Francisco Santacruz, Gabriel García Maroto, Gregorio Prieto, Ismael González

de la Serna, José Planes, Cristóbal Ruíz y Carlos Sáenz de Tejada, entre otros, quienes
e
integran lo que podríamos llamar como “la generación de preibéricos” (71)

Otro de los acontecimientos más llamativos del ambiente madrileño fUe la e

engañosa Exposición de Arte Contemporáneo Francés en 1918, a la que tan sólo acuden,
u.
en su mayoría, artistas franceses académicos a diferencia de su precedente directo, la

muestra catalana realizada un año antes, a la que acudieron tres agrupaciones artísticas u,

galas: el Salón Nacional, el Salón de Artistas Franceses y el Salón de Otoño (72).


e

El 5 de mayo de 1916, la Comisión de Instmcción Pública pasó la instancia a la


u
Junta de Museos de Barcelona (73). Ésta, por su parte, aceptaba la solicitud por el gran
número de artistas catalanes, y no por el del resto de los componentes, que tan sólo eran

cinco; patrocinaba la Exposición como una más de las exhibiciones de carácter anual que
e
se celebraban en la capital parisina y alojaría la muestra en el Palau Municipal de Bellas

Artes con la participación exclusiva de artistas franceses y con un significado más bien

filantrópico. Se ocultaba, así, un sentimiento aliadófilo y se mostraba la supuesta


e
neutralidad catalana ante los ojos del resto de Europa y de España (74).

Al mismo tiempo, se unía al evento el Ayuntamiento de 1a Barcelona, que


-
- u

acogería el acto en la primavera de 1917. Finalmente, el 15 de julio de 1916, se acordó


‘u
crear una Comisión franco-española, que más bien era franco-catalana (75), formada por

la Junta de Museos y los presidentes de las Comisiones Municipales de Gobernación de U’

e
xx”’

Fomento, Hacienda y Cultura, junto a la creación de una ponencia presidida por el

alcalde, los vocales Manuel Vega y March y José Rogent; como tesorero, José Puig

Cadafalch; y Manuel Rodríguez Codolá, como organizador de la muestra.

Se logró reunir gran parte de los maestros de primera fila, que desde el

impresionismo hasta los “ismos estéticos de penúltima hora” (76). Se ponía al público

español delante de 1462 obras de pintores franceses (77) que configuraban gran parte de

la pintura francesa desde el realismo de Courbet hasta el impresionismo de Monet, desde

Manet a Renoir, desde el postimpresionismo con la técnica divisionista de Seurat o Henrí

Martin a las formas constructivas de Cézanne (78).

La capital de España se quedó con ganas de albergar esta prestigiosa muestra de

arte francés. Las causas, según afirmaban algunos rotativos, eran principalmente políticas

- la lucha interna entre germanófilos y aliadófilos y económicas, como resume el diario


-

Nuevo Mundo: “Ni tenemos locaL ni se lograría dinero suficiente, ni dejarían de asomar - más

numerosos aqui que en Barcelona los obstáculos de un partidismofanático o remunerado...’


- (79).

En conclusión, se trataba de una Exposición organizada principalmente por

artistas catalanes que querían albergar, bajo el concepto noucentista, una muestra de

carácter solidario pero con tintes aliadófilos que la convierte, en teoría, en la primera

Exposición de cooperación franco-española pero no en la práctica, ya que fUe como

veremos la Exposición de Legionarios la primera celebrada en enero de 1917, mientras

que la de artistas franceses tendría lugar en abril de ese mismo año.

Al año siguiente, como dijimos, esta aspiración se realizaría en Madrid aunque

con mucha menor calidad, manteniéndola en clara desventaja frente a Barcelona. Se

trataba, sin embargo, como muchos la titularon, del arte académico en Francia. El
xxiv

delegado oficial del gobierno francés Albert Dawant, - pintor de cuadros de historia y u,

miembro de la Société des A.rtistes FranQais- junto al comité franco-español decidieron


u.
realizar una muestra de pintura, en su mayoría de factura académica, a diferencia de la

celebrada un año antes en Barcelona, había sido protagonizada por los representantes de

las últimas tendencias artísticas. Se ponía de manifiesto el nivel superior del ambiente de
u.
las artes en Barcelona frente al de Madrid. Cerca de 1500 obras habían acudido a

Barcelona. repartidas entre pinturas, esculturas, arquitectura, grabado, artes decorativas, u

joyería, tapicería... frente a las 190 piezas pictóricas que se reunieron en Madrid. Se
u
exhibieron obras de 1870 y de principios de este siglo, pero con la peculiaridad que, a

diferencia de Barcelona, la modernidad tan sólo debió asomar como trasunto de las obras u,

de Monet, Sisley, Pissarro, Renoir, Denis, Henri Martin, Lucien Simon, etc.
e
La defensa del arte español académico llegaba, incluso, hasta el punto de
u.
reconocer que el arte francés contemporáneo era el más innovador, pero no el mejor.
Ballesteros de Martos alegaba que la inclinación por lo francés llevaba siempre al fracaso
u
aunque en esa ocasión lo que verdaderamente faltaba era, precisamente, lo
u.
revolucionario (80). Sin embargo, ¿dónde había quedado el arte renovador de Francia,
aquél que si estuvo en Barcelona? La respuesta la encontramos en dos frentes bien

diferenciados; uno en las crónicas de arte francés que a través de Corpus Barga llegaron
a
a los corresponsales de El Sol. La mayor parte de las obras de Barcelona y otras del arte

renovador francés habían viajado a Ginebra, lugar éste que por sus contactos con el —

movimiento moderno era lugar más adecuado que Madrid. Sin embargo, los críticos

franceses aludían al titulo de la Exposición madrileña ya que no se trataba de una

muestra de arte contemporáneo francés sino de una colección de cuadros de factura u

a
académica puesto que se había prescindido de artistas de primera fila del movimiento

renovador como Cézanne, Gauguin, Van Gogh, Degas o, incluso, los primeros

impresionistas (81).

Y, el segundo, en los responsables de la organización de la muestra, tanto el

comité francés Albert Dawant como el español, a cargo de Mariano Benlliure, Miguel
- -

Blay, Villegas y Gonzalo de Bilbao. Las quejas de la crítica madrileña provenian de la

ausencia del verdadero arte moderno. José Francés, Juan de la Encina, Dionisio Cruz y

Rafael Domenech firman las críticas más duras mientras que Arturo Morí, Edelye y otros

defendían el clasicismo de las pinturas de la muestra así como su buena selección (82).

Todo este panorama del ambiente madrileño se vería completado con la lectura

de numerosas conferencias protagonizadas en su mayoría por los principales críticos del

momento como Juan de la Encina, José Francés, Francisco Pompey, Margarita Nelken,

Federico Leal, Ceferino Palencia y Alvarez Tubaú, etc. Además, ofrecieron sus

digresiones representantes del arte oficial académico como Rafael Domenech, Narciso

Sentenach, Pedro M. Artinano, Francisco Pérez DoIz, Aureliano Beruete, Andrés

Ovejero.., y otros, aunque en menor número, eran pintores como Luis de la Rocha quien

en 1915, tras su llegada de París, complació al público del Circulo de Actores con el

análisis del panorama artístico de la capital francesa, o el pintor y grabador Mariano de

Madrazo. También debemos destacar la presencia de críticos y artistas extranjeros en

estos reducidos coloquios que extendían sus planteamientos, más bien, originarios de

Francia como Ambroise Vollard, J. P. Alternann, Mille. Marie Bernie o el polaco Josef

Pankiewicz.
Xxvi

El lugar escogido para estas conferencia fue el Ateneo de Madrid, centro difusor, a,

por otra parte, de las diferencias tendencias que se produjeron en la capital durante la
u,
segunda década del siglo XX, además del Círculo de Actores, la Escuela de Bellas Artes

de San Fernando, la Escuela Nueva y la Asociación de Pintores y Escultores. Allí se u,

pudo comprobar que los temas de mayor actualidad eran el auge de la caricatura, con la
u,

intervención de José Francés y la promoción de sus Salones de Humoristas, la incursión

del arte vasco defendido por Juan de la Encina, el renacimiento del arte decorativo, el

apoyo del arte académico-oficial, o bien el espíritu moderno, reflejo de la cultura


u,

francesa y de los nuevos ideales de la pintura.


e

1.3 EL ARTE ESPANOL DEL PRIMER CUARTO DEL SIGLO XX ENTRE LO


a

MODERNO Y LO ULTRAMODERNO: LA CRISTALIZACIÓN DE UN TERMINO


U’

La génesis de las manifestaciones de arte vanguardista en Madrid se caracteriza —

por una extrema confUsión, tanto en los términos que se barajaron en aquellos momentos
e
para definir dichas actuaciones como en el peculiar sistema de relaciones que se

estableció entre los artistas, la crítica especializada, el público y la prensa. U’

Respecto a lo primero, es decir, la caleidoscópica presencia del arte de avanzada


m

en España y, en concreto, en Madrid durante el primer cuarto del s. XX, se nos ha


a
planteado la obligación de identificar cada uno de los numerosos vocablos con que se
revistió el arte español más moderno. Diríamos que el principal debate se estableció entre

dos conceptos, arte moderno y arte ultramoderno, tan dispares entre sí que formarán el
e
principal binomio en las artes plásticas de las dos primeras décadas del s.XX. Si el ___

U’
Xxw

concepto de arte que ofrecía José Ortega y Gasset Nada “moderno’ y muy “siglo LV
- - en

mayo de 1916 en su revista El Espectador, convencía en gran medida a una generación

intelectual de índole más bien renovadora, no tenía aún su referente en el mundo de las

Bellas Artes madrileñas. Ortega señalaba la <‘obligación de sacudir de nuestra conciencia el

polvo de las ideas viejas, carbonizadas ya... Lo viejo es lo habituaL lo acostumbrado. Lo viejo es algo

ya concluso, en tal senltdo perfecto mientras lo nuevo se halla en status nascens’ (83).

Pese a todo, existía un panorama más complejo, con artistas y obras que

oscilaban entre el academicismo más convencido, cuyos orígenes se encuentra en la

segunda mitad del s. XIX, y los primeros destellos del arte de vanguardia, en un abanico

que comprende, por ejemplo, la tradición más conservadora, la tradición renovada y el

arte moderno, el cual a veces no fue sino cristalización a partir de algunos presupuestos

de esa misma tradición.

El encargado de dar una nueva identidad al arte español a primeros del siglo XX,

a pesar del academicismo que imperaba, fue un heterogéneo colectivo de pintores y

escultores que engrosó las filas del arte moderno español. Heterogéneo porque agrupaba

opciones estéticas muy diferentes, algunas de ellas derivadas del postimpresionismo,

como el gusto por lo primitivo, lo infantil, el arte fauvista, simplificaciones geométricas,

etc, que fueron rechazadas o ignoradas por el gran público y la mayoría de la crítica

madrileños. Junto a lo moderno surge un concepto que lo rebasa, adelanta y avanza: lo

ultramoderno, principalmente encabezado por las interpretaciones que se hicieron del

cubismo, el futurismo y el fauvismo. Las reacciones ante el arte ultramoderno fUeron

muy virulentas a pesar de nacer como meros calificativos acabarían siendo una

denominación generalizada.
XXVIII

Con las precisiones que se harán a continuación, podemos identificar lo


u.

ultramoderno con lo vanguardista, de modo que se impone como paso previo una
u.
reconsideración de la naturaleza de la vanguardia en España. Partiendo de la significación
originaria de la vanguardia, como actitud beligerante hacia el arte y la sociedad de su

época, la historiografia ha ofrecido múltiples definiciones del hecho vanguardista: Matei


e
Calinescu, Renato Poggioli, Mario de Michelí o Peter Búrger ofrecen diferentes

interpretaciones en esa dirección (84); si tomásemos al pie de la letra sus criterios u

llegaríamos a decir que, no existió vanguardia en España como tal, es decir, como un
u.
movimiento colectivo y con unos propósitos definidos que cumplir. Ese fenómeno

vanguardista no se produjo en España, en cambio, sí podemos enunciar una serie de

actitudes, personalidades, obras o acontecimientos que, casi siempre de forma aislada,

merecen la categoría de vanguardista, definida en aquellos momentos como


a
“ultramoderno”.

Este término con la que fUe denominada la propia vanguardia en Madrid, también e

aparecería en Barcelona y Bilbao. Dicho vocablo, ultramoderno (85), seria bautizado por
U’
gran parte de los críticos - Luis Oteyza, Antonio Vallescá, José Domenech, José del

Cacho, Ballesteros de Manos, José Francés, Ese, García Mercadal, Correa Calderón, a

Femando López Martín, J. Luno, etc. - acogiendo aquellas manifestaciones que

resultaban diferentes al arte moderno y, por ello, como su nombre indica, que “iban más

allá de lo moderno”. Es decir, existía no sólo una divergencia formal en relación con la —

apariencia de una obra de arte sino también conceptual en cuanto a lo que representaba o
a

expresaba.
a

U’
El debate nació, precisamente, con la aparición de los primeros episodios aislados

de la vanguardia madrileña. Sin embargo, es interesante matizar cómo las primeras

referencias de dicho vocablo aparecen a finales de 1916 con motivo de la Exposición de

la Asociación de Artistas Vascos en el Retiro, a pesar de que varios años antes, en 1909

y 1910, se había producido el primer episodio de la vanguardia en Madrid, con los

manifiestos futuristas que traía bajo el brazo Ramón Gómez de la Serna, y de que en

1915 se había inaugurado la Exposición de Pintores Integros en el Salón Kuhn (Galería

de Arte Moderno). Allí se mostraron algunas pinturas cubistas, más bien las de Diego

Rivera y Maria Blanchard, ya que las de los demás participantes muy poco tenían de

cubistas, pero fueron denominadas “modernisimas” por la crítica, quizás porque ya

habían sido bautizadas con el nombre propio de “íntegros” que su progenitor, Ramón

Gómez de la Serna, había acuñado para la ocasión.

Los ultramodernistas, llamados también “radicales”, “ultrarradicales” (86),

“snobistas”, “tomapelistas” (87), “extravagantes”, “dislocados”, “espartaquistas”,

“bolcheviques” (bolchevikis) (88), “anarquistas”, “revolucionarios” (89) o

“modernísimos” (90), pertenecían al bando de los modernos pero se diferenciaban de

éstos por la concepción de unas composiciones que contenían, por regla general,

aspectos de los ismos europeos, principalmente fauvismo, cubismo y futurismo.

Concretamente, ésta sería una de las razones por las que en las salas del Retiro se

designó en noviembre de 1916 el fauvismo de Iturríno como ultramodernista (91).

Respecto a los términos “dislocados” o “extravagantes” (92) destacamos, entre

otros, el comentario del diario El Pat~ que publicaba un artículo en relación a la

inauguración de varias muestras en el mes de marzo de 1917, bajo el titulo “La pintura
Optimista” en la que participaban tres artistas, César Fernández Ardavin, Rodolfo Franco a,

y Salvador Florensa. Sin embargo, frente a esta pintura con grandes notas coloristas que
e
se acercaba a pintores consagrados aparecían nuevas connotaciones que, bajo postulados

fauvistas, futuristas y cubistas, comenzaba a llamarse al arte más avanzado, como era el a

caso de la Exposición de Celso Lagar celebrada en el mismo mes y que sería denominada
u,

como extravagante.” Como Maeztu, Beltrán, Néstor Romero de Torres, Anglada Alada de

recostarse dulcemente sobre el rutinarismo clasicista, nada de crear escuelas extravagantes y u,

dislocadas; ni la ranciedad, ni elfuturismno...’ (93).


u
Este arte de Celso Lagar, como primer ismo español de la Península, recogería

los principales apelativos con los que se denominó a la vanguardia; aunque volveremos a —

remitimos a este artista, destacaremos el siguiente comentario en relación al término


e
“tomapelista” como un epíteto circunstancial bautizado por el crítico de arte Luis

Oteyza: u.

“No mere cena yo hacer -¡y lo merezco! la crítica artística en un periódico tan orientado a la
u,
moderna lo está ahora EL LIBERAL, si ignorase los procedimientos y lasfinalidades de esas nuevas
-

escuelas pletóricas que se llaman el impresionismo, el cubismo, elfuturismo, el tomapelismo. Pero las

conozco perfectamente para mí no tienen secretos los impresionistas, los cubistas, los futuristas y los
U’
lomapelistas. Por eso puedo hablar de los cuadros que ha expuesto Celso Lagar en la Galería General

de Arte (plaza de San MigueL 8), como no ha hablado ni hablará ninguno de mis compañeros de
U’

Prensa: con elogio.

Cierto que no estando al cabo de la calle de los misterios de la pintura ultramodernista, la

primera sensación que se experimenta ante los cuadros de Lagar es de espanto (94).
a

Estas denominaciones, igual que el propio desarrollo de la vanguardia, se

produjeron de dos formas: a título individual y colectivo. Los practicantes de la primera,


a

u.
encasillados también como artistas independientes, fueron Celso Lagar, Vázquez Díaz

(95) y Rafael Pérez Barradas entre otros. Los segundos, formando parte de algún

binomio, grupo o sociedad y en su mayoría extranjeros, fueron la Sociedad de Artistas

Argentinos, el grupo de artistas polacos y los esposos Delaunay.

En lo que se refiere a Celso Lagar fue muy discutida su pintura así como la

interpretación de los críticos sobre su planismo. Recibió casi todos los distintivos de la

pintura ultramoderna, tanto en Madrid como en Barcelona o Bilbao, ciudades en las que

también predominaron estos vocablos, considerándola extravagante, tomapelista,

revolucionaría e incluso perteneciente a los bolcheviques y espartacos. Estas tres últimas

implican más connotaciones politicas que aluden a un código según el cual el arte se

dividiría en dos mitades, la derecha como conservadora y respetuosa con las normas de

la academia respaldada en los certámenes oficiales y la izquierda, los que se sitúan en

ésta no tienen explícitamente un componente político o, mejor dicho, casi nunca tenían

ese contenido, pero sí personificaban una inquietud intelectual progresista que encamaba

bajo sus dos caras de salvación o perdición el arte más avanzado o de vanguardia.

A continuación veamos algunos de estos ejemplos sobre los apelativos al arte

ultramoderno de Celso Lagar:

en una evocación de Gerona hallamos la expresiva palpitación de aquel sentimiento

naturalista, no en la afectividad y compenetración con la viviente que bien pudieran estar en

contradicción con la expresión geométricay la rigidez de la pintura ultramoderna’ (96).

“No conocíamos obra, alguna del Sr Lagar y sólo por referencias sabíamos que es un pintor

revolucionario y ultramodernista” (97).


XXXII

“Los ultramodernos, y más cuando son furibundos derrocadores, están expuestos a un


a,
rremediable fracaso, y Celso Lagar, que es de éstos, debe medir sus pasos y no entregarse a una

esperanza sin límites’(98).

u.
“Pero Celso Lagar disimula sus buenas cualidades con la arrogancia jhuvista, un poco

demodé en el propio París. Y no decimos en el propio Munich, porque dentro de poco los cubismo,
a
orfismos, sincromismo, planismos que realizan los bolcheviquis y espartacos con las cosas, los

edificios, los hombres y las ideas, dejarán muy atrás aquellos inofensivos atrevimientos de los cubistas a

y futuristas de avant guerre (99).


u,

Uno de los comentarios más interesantes acerca de la génesis de la pintura u.

ultramoderna en relación también con el planismo de Celso Lagar fue el realizado por el
u.
crítico Femando López Martin, opinión que merece una cita extensa: “El ultramodernismo

en Arte será vencido irremisiblemente, como lo fueron todas las exageraciones, porque funda su

existencia no en leves fijas, inmutables, sino en falsos cimientos, en teoremas faltos de matemática
a
exactitud

En Arte no hay más que un camino; el de la verdad, más o menos dado al sentimiento del
mm
corazón del artista.

El ultramodernismo desdeña todo lo viejo, tan sólo porque es viejo, como si todo lo que fue U’

mereciese el desdén de estos tiempos, que por ir demasiado de prisa no ven los baches del camino,
mm
expuestos a volcar, y alfinal de laformada, el abismo donde caerán con todo su bagaje de métodos tan

apartados de la razón como del buen gusto...


a
Cubistas y pIanistas, no hay más que conversar con ellos breves momentos para convencerse;

son unos perturbados cerebrales, merecedores de un estudio clínico, que ven todo no por un objeto a

racionaL sino a través de un cristal empañado, que no deja observar la vida tal como es; como la
a
corriente de un río soleado y sonoro que corre por llanura de pomposos verdores.

U’
XXXIII

Los ultramodernistas niegan sus salutaciones y sus alabanzas a los viejos maestros, porque se

consideran, en su febril egolatría, superiores a ellos, no sólo en sentimiento, sino también en jiserza

imaginativa, como si el sentir fuese desbarrar y el pretender ver espectáculos indescifrables fuese

sondear en el más allá del misterio de las cosas. Siempre que encuentran ocasión, y ellos hacen por

encontrarla, si no pueden cara a cara, por rodeos y encrucijadas, acometen frenéticos contra los

gloriosos maestros italianos, flamencos y españoles, sin ver que en sus acometidas se ponen en ridículo

pues hablan, lo demuestran en sus desaciertos de opinión, de un arte que jamás entendieron, porque

nunca les llegó, como flecha de luz, al corazón... Si cuando se abriese a la vergtJenza pública una de

esas Exposiciones cubistas o planistas, el público y la crítica brillasen por su ausencia, veríamos muy

pronto dejarían de abrirse esos espectáculos funestos, volviendo a los tiempos felices en que al entrar

en un salón de arte nos veíamos agradablemente sorprendidos por los cuadros bellos y naturales de los

Rusiñol, los López Mezquita, los Miguel Nieto, los Sotomayor y otros muchos que aún creen en los

tiempos de oro en que Tiziano, el Greco, Velázquez y Tintoretto asombraban al mundo con las

fulguraciones de su paleta.

Hay que formar otro cordón sanitario contra los esparta quistas del Arte” (100).

También Rafael Barradas y su vibracionismo, cuya actuación en la capital se

remonta a finales del año 1918, coincidiendo con el desarrollo del movimiento ultraista,

fUe conceptuado desde sus orígenes como un artista revolucionano:

“Y este arte cansino, rebosado, untuoso, embustero, aunque parezca ser fiel a la realidad

afectando el dibujo y las trazas de ésta, es el que produjo, con la terrible antipatía que inspira a los

espíritus despiertos y sensibles, el impetuoso movimiento revolucionario de los impresionistas,

luministas, puntillistas, cubistas, con los tomapelistas, como fueron calificados por Oteiza los

extremosos observantes del disparate pictórico.

¡Ay del pintor y del escultor cuyos ojos y cuyo entendimiento no puedan extraer utilísimas

enseñanzas de las obras de estos revolucionarios!.., el conjunto de la obra revela en Pérez Barradas un

espíritu tan ágil para sacudirse las máculas del arte pesado, insubstancial, desheredado de toda
XXXIV

simpatía, como capaz de sentir las audacias revolucionarias que aspira a darnos una representación y
e
un trasunto de la vida tan nuevos, tan bellos y atractivos como no pudieron sospechar las edades

pasadas (101). a,

En cuanto a los artistas que formaron parte de un grupo o binomio destacamos en


a
primer lugar, a la Sociedad de Artistas Argentinos. El arte que traían estos artistas

latinoamericanos fue considerado como revolucionario y extravagante pero criticado, a

sobre todo, por las influencias de las teorías parisinas que se advertían en sus
e
composiciones:

“Para ellos el arte no es más que extravagancia, desatino y orgía de colores que asombra la U

retina, pero que no produce ninguna emoción estética... Los pintores argentinos de que hablamos
U
padecen el segundo de los errores. Mas su idealismo es una cosa empírica y primitiva. Sin jigurárselo

tal vez, y crQvendo ser ultramodernistas, lo que hacen es volver a los tiempos en que la pintura estaba
a
en el periodo de génesis... Esa fórmula que dictaran los iconoclastas en su furor destructivo, ‘el arte

por el arte, de admitirla a roso y velloso, sólo puede engendrarfríos impresionismos sin alma, que son a

síntomas fatales de que la esterilidad se va apoderando del arte” (102).


u.

El grupo de artistas polacos formado por los pintores Wladyslaw Jahl, Joséf a

Pankiewiz, Wanda Pankiewicz, Waclaw Zawadowski y el teórico y también pintor


u.
Marjan Paszkiewicz celebró en el patio del Ministerio de Estado (en 1918) una muestra

que causó una gran interés a la crítica por sus métodos revolucionarios, su pintura U’

modernisima (103), snobista (104) o anarquista que para algunos críticos llevarían a la U’

muerte del arte (105):


U’

“El arte de los polacos, el más avanzado que el público de Madrid ha conocido. Es posible que
muchos tomen a risa esta Exposición; pero algunos meditarán seriamente sobre ella. No quiero decir
a
con esto que el camino a ‘seguir de nuestro arte busque sus pautas en la Exposición de los polacos. Ni

U’

U’
‘ccxv

lo necesitamos, ni debemos tomar como carácter de pintura lo que venga defuera.... Pero bueno estará

que nos fijemos respetuosamente, pues estas Exposiciones son interesantes por motivos de cultura

artística, que en realidad nos hace mucha falta para acabar con la rutina y las vulgaridades. Yo

comprendo que estas Exposiciones de arte avanzado producirían algo así como un latigazo a los

autores de esas vulgaridades y de esas rutinas, y que el público que viene aplaudiendo su arte

fotográfico muy pronto ha de encontrar ñoño y acranado el arte que, en general, se viene haciendo. Y

claro está, para los que con su arte han colocado cómodamente, para los que con su arte atrasado

procuraban detener el progreso del arte, esas manifestaciones estéticas, son aterradoras y temibles;

pero ya dijo Goethe que ‘todo lo ideal es usado parafines revolucionarios’...” (106).

El binomio artístico que formaban los esposos Delaunay fue apreciado también

como ultramoderno; su simultaneísmo se pudo ver en los tres centros artísticos más

importantes de la Península, Madrid, Barcelona y Bilbao. El 27 de agosto de 1919

inauguraban, por primera vez, una muestra simultaneista en los salones de la Asociación

de Artistas Vascos. Precisamente, una de las notas más representativas de la Asociación

habia sido acoger todo tipo de tendencias artísticas aunque con un especial interés las de

vanguardia, baste recordar que en este mismo año había recibido las obras pIanistas de

Celso Lagar, por segunda vez, y las de la polaca Victoria Malinowska. En relación con la

exhibición de los Delaunay y el emplazamiento donde se acogía, los salones de la

Asociación, el diario La Tarde determinaba a la Asociación de Artistas Vascos como el

foco vasco más internacional del ultramodernismo: “Varios artistas vascos ha sido también

invitados a la exposición en ese centro mundial del Arte ultramoderno” (107).

Aparte de estas referencias hacia el arte más avanzado, en la capital madrileña

también se hicieron otras cotejándolo dentro de los parámetros tradicionales del arte

moderno como era el caso de la décima Exposición permanente del Circulo de Bellas
0

xxxxq

Artes a la que acudieron Áivarez Sotomayor, Manuel Benedito, Moreno Carbonero, a,

Francisco Llorens, Domingo Marqués, Martínez Cubelís, Cecilio Plá, Valentin y Ramón
a,
Zubiaurre, Martínez Cubelís, Eugenio Hermoso, Luis Bea, Ernesto Gutiérrez, Hernandez

Nájera, Esteve Botey, Castro Gil, Santa María, Villa Arrufat, Ramírez Montesinos, a

Nicanor Piñole y otros, además de la individual que se exponía en el Salón del Circulo
u.
del artista José Pinazo Martínez. Al respecto, las obras de Pinazo sirvieron para

reafirmar, una vez más, el gusto del arte que dominaba en la capital. Tras la exhibición de —

las obras de los miembros de la Asociación de Artistas Argentinos, los juicios de la


e

crítica madrileña manifestaban el agrado que producían las obras de artistas que, como
a
Martínez Pinazo, mostraban las cosas en su apariencia externa a diferencia de los
pintores argentinos, en cuyas obras dominaban influencias parisinas en colores y formas, u.

y en las que la realidad era interpretada subjetivamente:


a
“El salón permanente del Palace ofrece una nueva parva de artística cosecha Quienes

lanzaron las campanas al vuelo cuando la Exposición absurda de los argentinos, aprovecharán esta
u.
ocasión y la oportunidad de estos días para declarar que la presente Exposición tiene mucho de

isidrista. ¿Por qué? La razón es muy sencilla. Porque en muchos de los cuadros expuestos, ahora, el a

arte busca la realidad, tal como en los argentinos buscaba la fantasía; y aún más que la fantasía, el
a
absurdo y hasta el disparate. Los entusiastas de estas manifestaciones de arte ultramodernista tendrán

que oír cuando se coloquen ante el cuadro ‘En la pradera’ de Pinazo Martínez ¡Qué de cosas dirán! Y.
U’

sin embargo, a nosotros nos gusta muchísimo” (108).


U’

O bien en relación con la muestra de retratos femeninos del pintor Sanchiz Yago:
U’

“en el Ateneo celébrase una ultraal,nibarada, ultrainsubtancial y ultrabonita (oh también) exposicón de

retratos femeninos del Sr Yago’ (109). a

U’
xxxxqi

Asimismo se hicieron alusiones a vanos artistas que a veces podían mostrar

algunas connotaciones ultramodernas:

‘(Carlos A. Castellanos y Roberto Montenegro.)... Son fervientes adoradores de la forma y del

exterior de las cosas, de las brillanteces y de las suntuosidades. Como los egipcios y como los griegos

sólo ven la actitud tranquila y serena, y aportan ellos, por su parte, un sencillo gótico y ultramoderno

en la estilización y el adorno... (110).

“Bellina (sic) se resiste a la tradicional galantería española; no quiere que sus amigos la

tratemos y aun cortejemos como a muchos. Es otro camarada. Nació en Holanda, ha recorrido Europa

entera. Ya lleva un año en nuestro país. Sabíamos, aunque vagamente, que pertenece a la escasa y

notable minoría internacional del ultramodernismo” (111).

“El Sr Planes es un escultor de positivo talento, que si no se desvía por sendas ultramodernas,

será una figura recia y definitiva del arte escultórico español” (112)

‘(Fernando García)... Esta parte de su obra es más consecuente, más lógica del mancebo de

rostrofaunesco que por unos días ha fundido paganias bravas y el ‘chic’ de ultradecadencias modernas

en el salón Lacoste’ (113).

“(Guillermo Butíer)... todo esto aparece ordenado por el criterio decorativo especial

¿minentemenie intelectualista de las gentes del Norte, que yo tengo por muy académico, aunque lleve la

escolta de tantos matices revolucionarios” (114).


XXXVIII

El término ultramoderno englobó, además, otras denominaciones haciendo gala


a,
de algunos de sus componentes, como “ultraimpresionista”( 115), “ultracubista”( 116),

“ultracezannianas”(1 17), “ultrarromántica” o “ultradecadencias modernas” y, más tarde, —

en pleno declive del término, se hablará de “ultraalmibarada”, “ultra insubstancial”,


a
“ultrabonito” (118), etc.

u.

La cronología de dicho vocablo es muy corta, apenas dos años, desde finales de
u

1916 a primeros de 1919, finalizando justo con la aparición del ultraísmo. De hecho, el
u.

término ultramoderno fUe absorbido por el de ultraísmo, que engloba un movimiento


mejor organizado. Los ultraistas tomaron de lo ultramoderno las dos primeras sílabas u.

adaptando, una segunda palabra, “ismo”. Se involucraban así todas las tendencias que se

habían cobijado bajo el concepto de ultramoderno, y veremos cómo tanto en literatura

cuanto en la práctica artística del ultraísmo aparecen los movimientos pianista, a

vibracionista, fauvista, cubista, etc., además de aceptarse otras como el creacionismo, el


u
dadaísmo o el expresionismo, éste último representado por el escritor Jorge Luis Borges

y su hermana, la pintora Norah Borges. Con la palabra “ismo” se daba carácter europeo

al nuevo movimiento que venía a romper con la época anterior y abrir una nueva.
e
Posteriormente, e inclusive dentro del ultraísmo, estos términos serán sustituidos por
e
otros, que representarán la transición hacia un nuevo estado tanto lírico como artístico
derivado de un neoclasicismo o vuelta al orden que se estaba produciendo en Europa.

e
X1xx1x

¡4. NOTAS

(1) Antes de esta Exposición debemos destacar los primeros trabajos sobre dicho tema

como el de Gaya Nuño, “Medio siglo de Movimientos Vanguardistas en nuestra

pintura”, Date al Set, Barcelona, diciembre de 1950 y La pintura española del medio

siglo, Omega, Barcelona, 1952. Relacionado con este trabajo José María Moreno Galván

había escrito, Arte español entre 1925 y 1935 en la revista Goya, n0 36, Madrid, 1960.

(2) Valeriano Bozal, “El realismo social en España”, Suma y sigue del arte

contemporáneo, n0 3, Valencia, 1963.

(3) Jaime Brihuega, Las vanguardias oflíslicas en España 1909-1936, Madrid, Istmo,

1981; Manifiestas proclamas, panfletos y textos doctrinales, Madrid, Cátedra, 1979; La

vanguardia y la república, Madrid, Cátedra, 1981.

(4) Rafael Santos Torroella, Genio y figura del surrealismo, Barcelona, 1948, Del

románico al Pop Art, E.D.H.A. SA, Barcelona, 1965 o Revisiones y testimonios, Taber,

Barcelona, 1969.

(5) Enrique Lafuente Ferrari, “Medio siglo de pintura española”, El alma de España,

Madrid, 1950.
XL

(6) C Rodríguez Aguilera, Antología española del arte conlemporáneo, Barcelona,

Barna, 1955.
E!

(7) L.F.Vivanco, Introducción a la poesía española contemporánea, Madríd,1957.

e
(8) Dámaso Alonso, Poetas españoles contemporáneos, Madrid, Gredos, 1958

u.

(9) A. Cirici Pellicer, El arte modernista catalán, Aimá, Barcelona, 1951 o L Arte catalá
u.
contemporani, Barcelona, De.62, 1970.

u.

(10) Valeriano Bozal, “La renovación artística de 1925 en España”, Cuadernos


e
Hispanoamericanos, n0 194, Madrid, 1966; El realismo, Ciencia Nueva, Madrid, 1966;
El realismo plástico en España de 1900 a 1936, Península, Madrid,1967; La

construcción de la vanguardia, 1850-1939, Madrid, Cuadernos para el Diálogo, 1978 y

Pintura y escultura española del s. XK (1900-1939), Vol. XXVI, Sunna Artis, Madrid,
a
Espasa Calpe, 1992.

(11) Josefina Alix, “Escultura española 1900-1936”, Escultura española 1900-1936,


U’
Madrid, Ministerio de Cultura, julio 1985.

U’

(12) Francisco Calvo Serraller, “Pancho Cossío y las vanguardias”, Pancho Cossío,
U’

Madrid, oct. 1986 y Del futuro al pasado. Vanguardia y tradición en el arte español

contemporáneo, Madrid, Alianza, 1988. 0

a
XLI

(13) Lucía García de Carpi, La pintura surrealista española (1924-1936), Madrid,

Istmo, 1988.

(14) Lucía García de Carpi, El surrealismo en España, Madrid, MNCARS, 1994.

(15) Pilar Mur, La Asociación de Artistas Vascos, Bilbao, Caja de Ahorros Vizcaína,

1985 y Antonio de Guezala (1889-1956), Museo de Bellas Artes de Bilbao, 1991.

(16) Eugenio Carmona, José Moreno Villa y los orígenes de las vanguardias artísticas

en España (1909-1936), Málaga, 1985. Posteriormente, destacan entre otros de sus

trabajos Picasso, Miró, DaIL Los orígenes del arte contemporáneo en España. 1900-

1936, Madrid-Frankffirt, 1991; “Itinerarios del Arte Nuevo 1910-1936”, Ismos. Arte de

Vanguardia (1910-1936) en España, Guillermo de Osma Galería, Madrid, 1993 y

“Naturaleza y cultura. Benjamin Palencia y el Arte Nuevo”, en Benjamín Palencia y el

Arte Nuevo, Valencia, Bancaja, 1993.

(17) Javier Pérez Rojas, Art déco en España, Madrid, Cátedra, 1990 y “De la delectación

por lo Contemporáneo al Radicalismo Vanguardista: El Arte a partir de 1925-1927”, en

el libro de Pérez Rojas y García Castellón, Introducción al arte español. El s. XX,

Madrid, 1994.
XLII

(18> Concha Lomba, “Barradas en Aragón”, Barradas, Zaragoza-Barcelona-Madrid,


u
1992- 993 y “La vanguardia olvidada: Santiago Pelegrín”, Boletín del Museo de

Zaragoza. 1995,

(19) Juan Manuel Bonet, Diccionario de las vanguardias en España, 190 7-1936,
a
Madrid, Alianza, 1995.
e

(20) Juan Manuel Bonet, El ultraísmo y las artes plásticas, Valencia, IVAM, jun. -sept.
a
1996.

(2?) Vid., Rafael Santos Torroella, Dalí residente, Madrid, Publicaciones de la


e
Residencia de Estudiantes, 1992; Dalí, época de Madrid, Madrid, Publicaciones de la

Residencia de Estudiantes, 1994. e’

(22) Francesc Miralles, L ‘epoca de les avantgardes. 1917-1970, Barcelona, Eds.62,

História del l’Art Catalá., Vol. VIII, 1983. U’

U’

(23) VV.AA., A.C. Las Vanguardias en Cataluña, (1906-1936), Barcelona, La Caixa,


a
1992.

U’

(24) Jaume Vidal i Oliveras, Josep Dalmau ¡ Rafel: pintor, restaurador i promotor
e
d’art, Universitat de Barcelona, 1993.

U”
XLIII

(25) VV.AA, Ramón en cuatro entregas, Tomos 1-11-111-1V, Madrid, Museo Municipal,

1980. Además, hemos de señalar el trabajo que actualmente está realizando sobre este

tema J.Zlotesco.

(26) Vid., Abelardo Linares, Fortuna y fracaso de Rafael Cansinos-A sséns, Sevilla,

Renacimiento, 1978; Francisco Fuentes Florido, Rafael Cansinos-Asséns (novelista,

poeta, crítico, ensayista y traductor), Madrid, Fundación Juan March, 1979, Andrés

Soria Olmedo, “Rafael Cansinos, precursor y crítico del vanguardismo”, Treinta años de

vanguardia española, Sevilla, El Carro de la Nieve, 1991 y José María Barrera, “Un

maestro en vanguardia: Cansinos versus Juan Las”, El Siglo que viene, n0 22, Sevilla,
diciembre de 1994.

(27) En la actualidad el aumento progresivo del estudio sobre la vida y obra de Rafael

Barradas nos permite señalar los trabajos de Raquel Pereda, Barradas, Montevideo,

Galería Latina, 1989; Barradas-Torres García, Madrid, Gal. Guillermo de Osma, 1992;

Barradas, Madrid, Galería Jorge Mara, mayo de 1992; Enric Jardí, Rafael Barrads a

Catalunya i altres alistes que pararen la mar, Barcelona, Generalitat de Catalunya,

1993; Barradas. Exposición antológica 1890-1929, Barcelona, Zaragoza, Madrid, 1992-

1993; Pilar García Sedas, Joaquim Torres-García i Rafael Barradas. Un diáleg escrit:

1918-1928, Barcelona, Publicacions de l’Abadía de Montserrat, 1994 o Barradas,

Figari, Torres-García. Dibujos y acuarelas, Madrid, Galería Guillermo de Osma, 1995.


XLIV

(28) Vid., Guy Weelen, “Los Delaunay en España y Portugal”, Goya, n0 48, Madrid,

mayo-junio de 1962 y Juan Manuel Bonet, “Los Delaunay y sus amigos españoles”,
u
Robert y Sonia Delaunay. Madrid, Fundación Juan March, abril-mayo, 1982 o Pascal

Rousseau, La aventura simutánea Sonia y Robert Delaunay en Barcelona, Barcelona,

Universitat, 1995.
a

(29) Entre los estudios más recientes sobre este artista destacamos Luis Alonso

Fernández, J Solana, Madrid, Centro Cultural Conde Duque, 1985; Solana, Madrid,
a
Fundación Mapfre, 1992; José Solana (1886-1947), Fundación La Caixa, Barcelona, y

Fundación Marcelino Botí, Santander, 1997-1998.

(30) Vid., Angel Benito, Vázquez Diaz. Vida y pintura, Madrid, Patronato Nacional de

Museos, 1971 y de Francisco Gaitas, Vida y obra de Vázquez Díaz, Madrid, Ibérico a

Europea de Ediciones, 1977,


e
a

(31) Cfr., Eugenio Carmona, Picasso, Miró, Dalí y los origenes del Arte

Contemporáneo en España 1900-1936, Madrid, Museo Nacional de Arte Reina Sofia, U’

1991, p. 19. Sobre la bibliografia más reciente del noucentisme señalar los trabajos de
a
Norbert Bilbeny, Entre RenaixenQa i Noncentisme, Barcelona, Eds. de la Magrana,

1984; Engeni dOn ¡ la ideología dei Noucentísrne Barcelona, Eds. de la Magrana, a

1988; Mercé Vidal, Teoría i crítica en le Noucentisme: J Folch i Torres, Barcelona,


e
Publicacions, 1991; Jaume Valícorba, Noucentisme, mediterraneisme i clasicisme,

Barcelona, Quaderns, 1994; Jordi Malé Peguerdes, Caríes Riba ¡el Noucentisme. Les a

e
XLV

idees literáries (1913-1920), Barcelona, Eds. de la Magrana, 1995; El Noucent¡sme. Un

projecte de Modernitat, Barcelona, Generalitat de Catalunya, dic. 1994-mar. 1995 y Joan

Fuster Ortelís, Contra el noucentisme, Barcelona, Crítica, 1995.

(32) Cabe destacar el papel de Josep Dalmau, quien ya en 1912 presentaba la primera

Exposición cubista en España, la quinta en Europa. A partir de entonces se convierte en

el impulsor del arte moderno y sus galerías en el lugar predilecto para todas las

actividades de arte vanguardista. Será precisamente Dalmau quien presente en la

Península el primer ismo de vanguardia español, el planismo de Celso Lagar (1915), así

como el fauvismo de Van Dongen (1916), las propuestas de los rusos Héléne Grunhoff y

Serge Charchoune (1916), el vibracionismo de Rafael Barradas (1917), la primera

exposición de Joan Miró (1918), el Arte Francés de Vanguardia (1920) con la presencia

de Braque, Derain, Gleizes, Juan Gris, Léger, Matisse, Picasso, Severiní, etc. y la del

dadaísta Francis Picabia (1922).

(33) Juan de la Encina, La Trama del arte Vasco, Bilbao, Publicaciones Editorial Vasca,

1920, p.69.

(34) Pilar Mur, La Asociación de Artistas Vascos, op. cit.,

(35) Adelina Moya, “El arte guipuzcoano entre la renovación y la innovación”, Arte y

artistas vascos de los años 30, San Sebastián, 1986.


XLVI

(36) Javier Pérez Segura ha estudiado estos episodios en su tesis doctoral de titulo La r

Sociedad de Artistas Ibéricos (1920-1936), Universidad Complutense, Madrid, 1997.


E!

(37) Entre la abundante bibliografia sobre Picasso y su relación con la obra Parade a

señalamos Denis Milhau, Picasso et le Théátre, Toulouse, Musée des Augustins, 1965;
u
Douglas Cooper, Picasso Theatre, N.Y., Ed.Harry N.Abrams, 1968, pp. 16-18; Richard

Axsom, Parade, Cubism as Theatre, The University of Michigan, Vol. II, Ed,Ann Abor, u.

1975; MarianneW. Martin, “The Ballet Parade, A Dialogue between Cubism and
e
Futurism”, in Art Quarterly, 1978 y Giorgio Coctenova “Analisí di Parade”, Picasso in
a
Italia, Verona, Ed.Nouve edizioni G Mazzotta, 1990.

u.
(38) En relación con esta asunto Antonio G. de Linares publicaba la siguiente crónica:
a
“El cubismo se presenta en el teatro, llevado de la mano por las danzas rusas y apadrinado por Sergio

Diaghilew, gran pont¿fice y empresario de los Ballets... Sergio Diaghilew no es solamente un


a
empresario ultramoderno: es, además, el más osado, el más temerario de los hombres de teatro...

Porque, líeyándose consigo sus danzas rusas, salpimentadas de cubismo, Diaghilew ha abandonado el a’

escenario parisiense del Chátelet para presentarse en Madrid y, luego, en Buenos Aires...
U’
Indudablemente, la decoración de Picasso no representa este aspecto cíe Paris, Ial como

pudiera verle cualquier profano como yo, ajeno a los misterios del cubismo que en masa han venido a
-

presenciar el esfreno nada se ha hecho en el arte de la escenografia que iguale, ni aun que de lejos se
-

acerque en maesfría, a esta decoración de Picasso... Esto es Parade... su mímica y sus danzas ya que
-

en el teatro cubista no se habla, no sé si por desgracia o por fortuna para la literatura dramática -

encierran, como en hermético broche, un símbolo, ron ‘supersimbolo como los managers son

superpersonas ... Como broma, la juzgaron muchos espectadores demasiado pesada. y no faltaron
a
silbidos y apóstrofes violentos... Otros quisieron tomar la cosa en serio, y para éstos se conciliaba mal

U’

a
XL VII

el titulo de realista concedido a la obra por sus autores, con la absoluta irrealidad del decorado y de

los personajes cubistas, en “El cubismo en el teatro”, La Esfera, Madrid, 23-6-1917.

(39) Ramón Gómez de la Serna presentaba a Picasso: ‘No es en la hora de su llegada cuando

se habla aqui bien de Picasso. Le hemos esperado con alabanzas noche tras noche, hace muchas. Aqui,

donde no hay presidencia ni banqueteado, sea el primer homenajeado. Picasso viene a triunfar en el

Real donde va a haber así algo más fuerte que sus bailes de máscaras. ¡Yya tiene que ser fuerte para

vencer a ese arlequín terrible que forman todas las máscaras en el hemiciclo! , en “Retazos del

discurso en el Banquete a Picasso”, Ramón en cuatro entregas, Tomo III, Museo

Municipal, Ayuntamiento de Madrid, 1980, p. 85.

(40) A este respecto el Heraldo de Madrid publicaba: “Aprovechando la presencia de Picasso

en Madrid para asistir al estreno de su obra Parade, en el ReaL la Juventud de artistas innovadores y

libres, que se reúne en el antiguo café y botillería de Pombo, al que ellos llaman la ‘Sagrada cripta de

Pombo le ofreció el banquete, último por esta temporada, uno de esos banquetes en los que sólo se

festeja la amistad que los une. Picasso contestó con sencillas y emocionadas palabras, encantado de

encontrar en la patria que creía le había olvidado tan apasionados amigos. Entre otros, que no

recordamos, asistieron a la cena íntima Rafael Cansinos Asséns, Salvador Bartolozzi, Ramón Gómez de

la Serna, Calleja, Fillol, Villacián, Valentín y Ramón Zubiaurre, Manuel Abril, Zamora, Fresno, Heras,

Penagos, Tomás Borrás, Vinardelí, Hoyos, José Bergamín, Colet, Bagaría, Espinosa, Echevarría,

Tellaeche, Juan de la Encina, Morcuende, Gómez de la Mata. Hernández Luquero, Llamas, Gómez

Crespo, Zagoití, Lanlau, etc “. Anónimo, “Banquete a Picasso”, Heraldo de Madrid,

5-6-1917.

(41) Juan de la Encina, “La Exposición de Bellas Artes”, España, Madrid, 14-5-19 15.
XLVIII

(42) Juan de la Encina, “La Exposición de Bellas Artes”, España, Madrid, 24-5-1917.

(43) Dicho comunicado tite publicado en varios diarios madrileños, entre ellos

destacamos el de La Correspondencia de España: “Consecuencia de este ambiente de general

hostilidad que se ha formado en torno al mencionado reglamento ha sido la reunión que en una de las
a.
aulas de la Escuela de Pintura, Escultura y Grabado celebraron recientemente numerosos artistas,

acudidos en respuesta a la convocatoria de la Asociación de Pintores y Escultores... El Sr. Espina


a
propuso la celebración de una Exposición independiente frente a la oficial y para aquella leyó un

proyecto... a

Quedó redactada y aprobada la siguiente protesta: ‘Excmo. SrMinistro de Instrucción Pública


u.
y Bellas Artes: Los artistas que suscriben, salvando cuantas consideraciones merecen aquellos que

aconsejaron a VE. la redacción del reglamento que ha de regir la próxima Exposición de Bellas Artes,
u.
consideración nacida de su respeto al genio y al trabajo, que señaló el puesto que hoy ocupa en

sociedad, se ven en la necesidad, que deploran, de protestar contra dicho reglamento, por cerrar éste

las puertas por donde lograron entrar al templo que hoy honran los que precisamente han aconsejado a

VE. la redacción de la referida ley... Nombróse una Comisión formada por los Sres. Eerrant, Espina e

Inurria. encargados de estudiar el reglamento para la Exposición de los independientes y buscar local
a
a propósito donde celebrarla” José García Mercadal, “El Salón de los Independientes”, La
.

Correspondencia de España, Madrid, 28-3-1917. a

u,
(44) José García Mercadal, “Los Independientes”, La Correspondencia de España,

Madrid, 29-3-1917 U

U’
XLIX

(45) Vid., Femando de Maria Sebastián, Historia de la Asociación Española de Pintores

y Escultores. 19 10-1993. 8 Décadas de Arte en España. Madrid, Asociación de Pintores

y Escultores, 1993, p. 53.

(46) Este primer Salón de Otoño tite acogido por la prensa madrileña como “un grito

noble de rebeldía contra tal estado de cosas y una lección enérgica que se da a los centros oficiales que

organizan análogas fiestas de cultura. Porque lección y grande es la puesta en práctica por la

Asociación de Pintores y Escultores que no contando con recursos ni elementos extraordinarios de

ninguna clase pero atenta siempre a los intereses de los artistas, haya llevado a vias de realización y en

el tiempo determinado en su programa una tan brillante manifestación artística que en nada desmerece

de cualquiera de las celebradas oficialmente en años anteriores por el Estado; al contrario, las

supera”. José Blanco Coris, “El Salón de Otoño del Retiro”, Heraldo de Madrid, 11-10-

1920. Además en el 12-10-1920, 13-10-1920, 14-10-1920, 16-10-1920. También flie

comentado por otros críticos como Miguel A. Rodemas, “El salón de Otoño” El

Parlamentario, Madrid, 21-10-1920; FC: Khiel. “El primer salón de Otoño, El Liberal,

Madrid, 18-10-1920 y 27-10-1920; Francisco Alcántara, “Primer Salón de Otoño”, El

Sol, Madrid, 14-10-1920, 19-10-1920, 25-10-1920 y 10-11-1920; Angel Vegue y

Goldoni, “Primer Salón de Otoño”, El Imparcial, Madrid, 15-10-1920, 17-10-1920, 20-

10-1920 y 27-10-1920.

(47) Javier Pérez Segura, op.cit.,

(48) Por su parte en Barcelona se había inaugurado en 1891 el Museu d’Art Modern;

años después, en diciembre de 1918 con la Asociación de Amigos de las Artes, tendría
L

lugar el primer Salón de Otoño con el propósito de aportar obras de arte para el futuro u

Museo de Arte Catalán Contemporáneo. En el caso vasco, esta realidad no tendría lugar
u
hasta 1924 cuando se inaugura el Museo de Arte Moderno en Bilbao, gracias a los

llamamientos del crítico de arte Juan de la Encina y las actuaciones de la Asociación de

Artistas Vascos.
e

(49) Vid., Carlos Reyero, La pintura de historia en España, Madrid, Cátedra, 1989. —

a
(50) Pedro Lain Entralgo, La Generación del noventa y ocho, Madrid, Espasa Calpe,

1967. En lo referente al tema de la Generación del 98 destacamos entre los estudios más e

recientes los de Javier Figuero, La España de la rabia y de la idea, Barcelona. Plaza y


u’
Janés, 1997; José Maria Marco, La libertad traicionada, Barcelona, Planeta, 1997; Juan
a

Pablo Fusi y Antonio Niño (eds.), Vísperas del 98, Madrid, Biblioteca Nueva, 1997; José
Luis Abellán, Sociología del noventay ocho, Madrid, Biblioteca Nueva, 1997 y España a.

fin de siglo 1898, Barcelona, La Caixa, 1998


e

(Sí) José Carlos Mainer, “La invención estética de las periferias”, Centro y per¿feria en a

la modernización de la pintura española 1880-1918, Madrid, Palacio de Velázquez;


e
Bilbao, Museo de Bellas Artes, 1993-1994, Ministerio de Cultura, 1993, p32.
a

(52) José Luis Abellán, Historia crítica del pensamiento español, Tomo 5 ¡III, Madrid,
e
Espasa Calpe, 1991, p.47. España se convirtió en semanario de la vida nacional, con

doce páginas y tres columnas, a un coste de diez céntimos; como afirmaba la propia a

a
LI

revista, se componia “de gente ni del todo moza, ni del todo vieja, asistimos desde 1898 al

desenvolvimiento de la vida española...Todos sentimos que la España oficial dentro de la cual o bajo la

cual vivimos, no es la España nuestra, sino una España de alucinación y de inepcia ‘. Anónimo, “La

revista “España”, La Correspondencia de España, Madrid, 31-1-1915 y Anónimo,

“España saluda al lector y dice”, España, Madrid, 29-1-1915.

(53) José Francés en su recopilación de textos críticos y noticias sobre las Bellas Artes

advertía a sus lectores: “de la falta de obras de este género, donde puedan hallarse, el día de

mañana, cuantos datos se consideren interesantes, necesarios o simplemente curiosos acerca de las

figuras y episodios de la vida artistica contemporánea... , en “Advertencia”, El Año Artístico,

Madrid, enero de 1915.

(54) Verdugo Landi es un pintor asiduo a las exposiciones nacionales de Bellas Artes de

1912, 1915,1917 y 1920 y director de la revista La Esfera desde su inauguración el 3 de

enero de 1914.

(55) Proyecto que resumian con las siguientes palabras. “¡Qué diferencia de esta prensa

gráfica a la que empezó con el siglo pasado!... Hace falta empezar de nuevo como si no hubiese nada

construido. Porque gran parte de ese público.., se halla en estado de primitiva ingenuidady habria que

guiar sus gustos pueriles hacia otras aficiones... “. Luis Bello, “Madrid y su prensa gráfica”, La

Esfera, Madrid, 3-1-1914.

(56) Federico Giolli, “Los futuristas italianos”, La Esfera, Madrid, 28-8-1914 y José

Francés, “Los futuristas y la guerra”, La Esfera, Madrid, 11-12-1915.


LII

(57) Vid., Capítulo XVII. Relación de las exposiciones celebradas en Madrid

(1915- 1922).
a

(58) Estos críticos se convertirían en defensores o detractores de la cultura dominante en

Madrid; nombres como Federico Leal, cronista de El Universo; Ramón Pulido, de El


a
Globo; Isaac Pacheco, de El Parlamentario; Salvador Martínez Cuenca o Margarita

Nelken, de Summa; Antonio Hoyos y Vivent, de El Día; Juan de la Encina (seudónimo

de Ricardo Gutiérrez Abascal), de España; ABC y Blanco y Negro, con Rafael


a
Domenech; La Acción, con José Maria Perdigón; La Correspondencia de España, con

José del Cacho; La Gacetilla de Madrid, con Federico García; El Sol, con Francisco U

Alcántara; El Liberal de Madrid, en su sección de Arte y Artistas, con Luis Oteyza, el de


U’

Barcelona, con Antonio Vallescá; La Tarde de Bilbao, con Erabirí...


U’

(59) Cfr., Francisco Calvo Serraller, Pintura simbolista en España (1890-1930), e

Fundación Cultural Mapfre Vida, Madrid, febrero- abril de 1997, p. 46.


a

(60) Romero de Torres se caracteriza por una interpretación muy personal sobre la

identidad de España lleno de tintes literarios que se identificaron con la mujer


a
típicamente española y el pueblo. Fue a partir de su visita a Roma, en 1907, cuando

encuentre en los cuadros de Leonardo y Rafael los elementos principales para su obra a

posterior, estilo que fue considerado como “revolucionario”. A pesar de gozar con el
a
apoyo del mundo intelectual y de dedicarle una sala exclusiva los juicios de valor de su

intervención en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1915 no fueron tan positivos.

U
LIII

Fue criticado por Rafael Domenech por tendencia hacia ideales expresivos diferentes

encamados en el simbolismo:

‘Trae a la pintura española estos elementos, que podemos decir que son nuevos, después del

Greco, y aun con él... lo espiritual y simbólico de sus asuntos es cosa propia, y no un cambio de

postura, tomando orientaciones ajenas a su temperamento... Por eso, yo creo que la juventud nuestra

cogerá lo viejo del arte del Sr Romero de Torres, y no lo nuevo Rafael Domenech, “La

Exposición. Romero de Torres”, ABC, Madrid, 16-5-1915.

Juan de la Encina le considera como un artista que pretendiendo ser moderno tan

sólo consigue con sus procedimientos simbólicos quedarse en anticuado y por lo tanto en

un pintor tradicional: “Es éste un artista de decadencia: temperamento algo femenino, delicado,

religioso en cierto modo, sensuaL Arrastra en su obra, a las veces, influencias tan contradictorias e

mncompatibIes como las de Vinci y Goya Propende al simbolismo, a eso que llaman algunos pintura de

ideas... Es pintura ésta que, con toda su apariencia de gran estilo, y toda su propensión a lo intelectual

y simbólico, da de pleno en lo anecdótico, en lo gracioso o sentimental dicharacho andaluz” . Juan de

la Encina, “La Exposición de Bellas Artes”, España, Madrid, 4-6-1915.

Vid., Francisco Calvo Serraller, “Ensayo deambulatorio en tomo a José Gutiérrez

Solana”, José Gutiérrez Solana (1886-1945), Madrid, Fundación Cultural Mafre Vida,

mayo-julio, 1992.

(61) Francisco Calvo Serraller, “El Salón”, Historia de las Ideas estéticas y de las

teorías artísticas contemporáneas, Madrid, La Balsa de la Medusa, Volumen 1, Visor,

1996, p. 169.
LIV

(62) José Luis Díez, “Panorama de la pintura española de! s. XIX de Goya a Picasso”, e

Pintura española del siglo XIX Del neoclasicismo al modernismo, Madrid, Ministerio
e
de Cultura, 1992-1993, pIS.

(63) Jesús Gutiérrez Burón, Exposiciones nacionales de pintura en España en el s. XIX,


e
Tesis doctoral, Universidad Complutense de Madrid, 1987, p.6l4.
a;

(64) En este período se dio un auge del paisajismo gracias a artistas como Luis de la

Rocha, Santiago Rusiñol, Gerardo de Alvear, Angel Espinosa y Flavio San Román,
e
Sobre todo Santiago Rusiiiol, convertido en uno de los maestros paisajistas de primer

orden con unos temas, un color y una luz tipicamente impresionistas que transmiten a

pintores como Enrique Galwey o Joaquim Vayreda. Para Juan de la Encina, Rusiñol era

uno de esos artistas que modernamente ha abierto perspectivas nuevas en la sensibilidad e

imaginación españolas... Desde que Rusiñol comenzó a mostrarnos sus pinturas, el paisaje de España e

se ha enriquecido a nuestros ojos... Mien tras los otros artistas de su generación, o de la siguiente, un

Regoyos, un Zuloaga, buscaron los aspectos ásperos, bravíos, trágicos o apasionados de España, este U

Rusiñolperegrina en busca de los parajes más apacibles, más deleitosos, más ama!’!es.,. “. en
u.
“Rusiñol”, España, Madrid, 23- 3 -1916.

En lo referente a la biografla de este artista véase Josep de C. Laplana, Santiago Rusiñol, e

Barcelona, Publicacions de L’Abadia de Montserrat, 1995 y Santiago Rusiñol. Obra


U’

pictórica y literaria (1861-1931), Galicia, Fundación Caixa, 1996.


U’

U’
LV

(65) Al respecto podemos destacar las quejas del diario El Parlamentario a causa del

grupo Paolo y Francesca del escultor Capuz, premiado con la primera medalla: ‘. dicha

obra está abandonada a espaldas del Palacio de Exposiciones, sufriendo las inclemencias del tiempo

Anónimo, “Cosas de la Exposición”, El Parlamentario, Madrid, 17-6-1917.

(66) Bernardino de Pantorba (Seud. José López Jiménez), Historia y crítica de las

Exposiciones Nacionales de Bellas Artes celebradas en España, Madrid, Alcor, 1948,

p.2l8.

(67) El Comité basándose en el artículo 19 del reglamento que dice textualmente. ‘las

obras que sus asuntos se consideren repugnantes u ofensivos a la moral o que entrañen alusiones o

tendencias políticas de actualidad, serán rechazados . En un principio el jurado comunicó a

su representante, Gabriel García Maroto, ante la ausencia de Beltrán que envió la obra
-

desde Paris - que debía cambiar el título de la obra. Finalmente, se consideró inmoral y

alusiva a un personaje aristocrático de dudosa reputación. La crítica se encargó de avivar

el asunto y desde los principales diarios se apoyaba al pintor. Sobre todo hemos de

destacar un pequeño libro que se publicó explicando todo el caso, bajo el titulo Federico

Beltrán y la Exposición Nacional de Bellas Artes escrito por Gabriel García Maroto

donde se encontraban también las firmas de los principales críticos del momento -

Marceliano Santa Maria, José Francés, Cecilio Plá, Manuel Abril, Rafael Cansinos

Assens, Romeo Lozano, B Riquer, Rafael Marquina y otros


. - así como los artículos que

aludían al problema: La Tribuna, El Diluvio, España Nueva, El Día Grafico, La Patria,

La Época, El Liberal, Mundo Grafico, El Dorninó Negro, El Indiscreto, El País,

Heraldo de Madri4, Diario Mercantil, y otros.


LVI

(68) Así lo relata Ballesteros de Martos. Primero se pensó en rechazar buen número de obras.

Pero luego el Jurado tuvo miedo y abrió la mano, cediendo a la presión de las recomendaciones Tanto
a;

en el pabellón filipino como en el Palacio de Cristal, se exhiben obras que, si no hicieran reir a

mandíbula batiente, causarían indignación, y esto es intolerable cuando se sabe que se han rechazado u

otras, con las cuales se piensa organizar otra Exposición. Es decir; lo que fue objeto de tantas censuras
e
en años anteriores, se repite en ésta lamentable contumacia”, en “Exposición Nacional de Bellas

Artes”, La Mañana, Madrid, 29-5-1917. u

(69) Desde el diario El País se calificaba su ineficacia: ‘Pero tenemos la seguridad de que su

influencia en nuestro ambiente artístico es bien poca. Están desacreditadas las exposiciones, y lo están e.

por los Jurados.

¡Oh, jurados sistemáticos y rutinarios, muy rancios y muy españoles, que ni aun con las u

investiduras de artistas ilustres, habéis sabido salir de los pobres y antiguos vicios anejos al
u
sacratísimo favoritismo infiltrado, al calor de la tradición, en las costumbres nacionales.’”. Arturo

Morí, “Exposición Nacional de Bellas Artes”, El País, Madrid, 21-6-1917. e

(70) Al respecto Ballesteros de Manos escribía: “¿Qué mejoras ha conseguido; qué

deficiencias ha subsanado; qué cortapisas ha puesto a la francachela y al compadrazgo? Por lo pronto,

nos encontramos con que la actual Exposición es la peor de todas, la más pobre y la más vulgar...
a
Alguien nos dice, tal vez para consolarnos, que lo característico de este certamen es que se trata de un

noble pugilato de juventud ¿Pero ésta es nuestra juventud artística; pero podemos considerar este
u
certamen como una demostración de juventud?.

Sí así es, raquítica juventud la nuestra, que no promete engalanar con nuevos timbres de U

gloria el arte nacional. Si así es, malhaya esta juventud de rapsodas e imitadores que carecen de
a
propia inspiración, que no aporta al acervo artistico ninguna modalidad nueva, ningún rasgo saliente,

ninguna tendencia típica, que marquen y señalen la aparición un valor nuevo. ¡Depauperada y

a
LVII

misérrima juventud!..., en “Exposición Nacional de Bellas Artes”, La Mañana, Madrid,

29-5-19 17.

(71) Vid., Capitulo XIV. Los artistas ibéricos antes de la Sociedad de Artistas Ibéricos.

(72) La instancia que presentaron Mariano Andreu y otros artistas a la Diputación de

Instrucción Pública y Bellas Artes el 7 de abril de 1916 tenia como objetivo la

celebración, en ese mismo año, de una Exposición de artistas franceses en Barcelona que

correspondiera a las entidades artísticas galas por la acogida de artistas españoles,

principalmente catalanes, en sus instituciones. Además, se ponia de manifiesto el

problema de la Gran Guerra; muchos artistas franceses que no habían podido acudir a la

lucha por su edad u otros motivos y como consecuencia no se habían podido celebrar las

periódicas exhibiciones oficiales en la capital francesa. Y, por último, se hacia evidente el

concepto de la “sang de la raya” y el de “culta ciutat mediterrania” derivados del reinante

noucentisme en que estaba inmerso Cataluña. Firmaron esta instancia LAlbeniz,

LAivarez, M.Andreu, P.Antonietti, J.Aragay, L.Barrau, F.Beltrán Masses, E.Galwey,

R.Canals, D.Carles, R.Casas, C.Castelucho, J.Colóm. Domenech, FElias, FOalí, B.Gili

Roig, F.Gimeno, M. Humbert, P. Inglada, P.Isern Alié, O.Junyent, FLabarta,

J.LLaverias, J.Llimona, J.Llongueras, AMás i Fondevila, L.Masriera, M. Massot,

X.Nogués, J. Ossó, R.M.Padilla, R.Pichot, M. Pidelaserra i Bilas, ARiquer, R. Ribera,

S.Rusiñol, J.Sala, J.M. Sen, J. Sunyer, J. Togores, E. Torner, F.Vayreda, M.V.Xiró,

R.Alché, N. Borrelí, Joan Claré, Josep Claré, J.Coll i Vilaclara, J.Goday, J. Llimona, E.

Monegal Prat, A.Nogués, L.Oslé, MOslé, J.Cabot, J.Folch i Torres, R.Jori,


LVIII

J.Llongueras, AMestres, L.Millet, L.Plandiura, F.Pujols y MUtrillo. Además se

recibieron las anexiones de F.Garbó, F,Cidon, J.Gols, P. Loperena, M. Navarro,


a;
J.Ramonacho, J.Ruix i Porta, J.Sancho, H. Valívé, J.Vázquez Bardina, A.Cabanyes,

J.Mir, VOliva, E.Ricart, R.Sala, D.Torrens, A.Arrué, JArrué, F.Durno, J. González, e

F.Madrazo e IZuloaga.
a

(73) Archivo de la Diputación de Barcelona, leg.738, exp. núm. 29.

u
(74) En lo referente a esta cuestión, uno de los diarios madrileños publicaba la necesidad

de vigilar la muestra: “FíA vuntamiento de Barcelona lo ha estimado así, y sin consulta previa, con e

espírftu levantado, ha estimado que debía contribuir con sus recursos y su casa a ofrecer galante
u
amparo a manifestación tan simpática y correcta de su cultura.

Pero como las cosas de arte, desgraciadamente, han entrado en el terreno de las pequeñas e

pasiones, como hemos visto no hace mucho tiempo, al ejercerse una intervención de orden público en
e
dos de las Exposiciones celebradas en Madrid (el crítico se refiere a las de Raemaekers y a la de

Legionarios) . José Blanco Coris, “Exposición extranjera en Barcelona”, Heraldo de


U

Madrid, 18-1-1917.
u

(75) Archivo de la Diputación de Barcelona, leg. 738, exp. núm. 29. e

e
(76) De modo que, como señaló Francés, “es tal la inquietud que agUa a losjóvenes artistas del

otro lado de los Pirineos, que ya muchos de los que figuran en la Exposición de Barcelona son U

‘retrasados, ‘bomberos, o ‘maquinistas según el argot de los talleres parisienses . José Francés,
U
“Artistas franceses en Barcelona”, La Esfera, Madrid, 2-6-1917.

u
LD(

(77) Entre ellos destacaban los padres del impresionismo como Manet, Monet, Renoir o

Degas; los del postimpresionismo como Seurat, Gauguin, Toulouse-Lautrec o Cézanne y

algunos de los avanzados del arte vanguardista como Matisse, Albert Marquet o Friesz.

(78) Según José Francés, el cubismo, que “sólo asoma tímidamente en La Fresnaye, y Henrí

.Ufatisse ya parece clásico si se piensa que Picasso acaba de fundar una nueva escuela pictórica: el

panoplísmo, que ya no consiste en pintar sino en adherir a un lienzo fragmentos de tela, papel,

madera, cristal y hoja de lato... Se ofrecen. sin embargo, elocuentes ejemplos de todas las tendencias

post-impresionistas. Hay intimistas, órficos, sincromistas, simbolistas, primitivistas, sintetistas. Estamos

en el reino de losfauves, de los que pretenden alcanzar la plus grande intensité avec la moindre effort

en, “Artistas franceses en Barcelona”, op. cit.,

(79) José Francés, “La exposición de arte francés en Barcelona”, Nuevo Mundo, Madrid,

27-4-19 17.

(80) Ballesteros de Martos, “Exposición de retratos femeninos”, Cervantes, Madrid,

junio de 1918.

(81) Relacionado con este tema Corpus Barga escribía: “En arte, con relación al tiempo, hay

dos géneros definidos y uno ambiguo. Hay lo antiguo y lo moderno. Lo antiguo es la madre del arte. Lo

moderno es lo fecundador, lo que produce algo sobre lo ya creado... Pero hay también lo viejo, lo

caduco, lo pasado y no consagrado, lo que no ha sido y no es. A esto también se le llama: lo oficial, lo

académico... ¿Por qué los franceses han enviado a Madrid muy académicamente sus hoyos de la

pintura, y en Ginebra han enviado la mareo viviente? La pintura moderna francesa que había triunfado

tanto, si no más, en Alemania que en Francia, Suiza, durante años y años, ha estado en ese movimiento.
LX

La actual Exposición de pintura francesa en .Vladrid resultaria en Ginebra un anacronismo . en

“Cómo se juzga en Paris la Exposición madrileña de pintura francesa”, El Sol, Madrid,

21-5-1918.

(82) José Francés se lamentaba de la diferencia entre las muestras de Barcelona y Madrid
e

al tiempo que señalaba su francotilia admitiendo que su “amor entusiasta por Francia y la
sólida convicción que tengo de la importancia de su pintura moderna, que esta exposición respondiera

a la coetánea realidady diese a conocer en España aquellos artistas que desde el rebelde grupo de los

impresionistas hasta las avanzadas del cubismo señalan la vanguardia del arte moderno , en “La

exposición de pintura francesa”, El Año Artístico, Madrid, mayo de 1918.


U

Más rotundo se mostraba Rafael Domenech quien, desde ABC, se dirigía a los
e
organizadores de la muestra al tiempo que les advertía de que el arte moderno no
alcanzaría a tener demasiados admiradores y sí entre los académicos: “creo firmemente que

en el actual Comité no ha existido el propósito de que ojos españoles se saturen de obras

U
renovadoras , en “Exposición de pintura francesa contemporánea”. ABC, Madrid,
20-5- 1918.
u
Dionisio Cruz alegaba que esta misión de intelectuales franceses había fracasado
a.
en su intento de renovar y propagar la misión ya que su “eclecticismo, estrecho y miope nos

ha dado una balumba abrumadora de obras académicas, frías, inexpresivas, negras y ennegrecidas,

‘viejas’ ~‘, en “Exposición de pintura francesa contemporánea”, La Nación, Madrid,


u,
2-6-1918.

Por último, Juan de la Encina lamentaba la ausencia del impresionismo y de otros

artistas (Gauguin y Cézanne) que eran el paso previo para la renovación artística que
u.
venia solicitando desde hacia tiempo: “Si por arte moderno francés se entiende el arte

U.

e
LXI

académico, esta Exposición da una medida bastante exacta de lo que es ese arte que con tanta furia

rechazó a la gloria más pura de la pintura universal moderna, cual es la de los grandes pintores

impresionistas... ¿Es que se considera al público madrileño como inferior al público barcelonés, y se

trato de meterle bonitamente gato por liebre? ‘, en “La semana artística”, España, Madrid,

16-5- 1918.

(83) José Ortega y Gasset, “Nada ‘Moderno’ y ‘muy siglo XX’ “, El Espectador,

Madrid, mayo de 1916.

(84) Matei Calinescu, Cinco caras de la modernidad: Modernismo, vanguardia,

decadencia, kitsch, postmodernismo, Madrid, Tecnos, 1991; Renato Poggioli, Teoría del

arte de vanguardia, Madrid, Revista de Occidente, 1964; Mario de Micheli, Las

vanguardias artísticas del s. XY Universidad de Córdoba, República Argentina, 1968 y

Peter Búrger, Teoría de la vanguardia, Barcelona, Península, 1987.

(85) Correa Calderón, “El arte académico en Francia”, Renovación Española, Madrid,

23-5-1918, J.Luno, “La Exposición de Bilbao 1919”, La Tarde, Bilbao, 18-10-1919 y

R.J., “El ultramodernismo. Los cubistas y los independientes”, Cosmópolis, Madrid,

marzo de 1920.

(86) Joaquín Montana, “Exposiciones. Los artistas franceses”, ABC, Madrid, 3-5-1917.

(87) Victor Masriera, “La inquietud en Arte”, La Correspondencia de España, Madrid,

4-5-19 17.
LXII

(88) Enrabirí, “Con permiso de ‘Xenius’. El planismo, el cubismo, el pitagorismo, el

retoricismo, el aristocratismo y la plebeyez”, La Tarde, Bilbao, 20-9-1918.


a;

(89) Juan de la Encina, “Exposición Lagar”, España, Madrid, 22-3-1917 y Anénimo,

“Nuestros colaboradores en la Exposición de Arte de Barcelona”, Hojas Selectas,


e
Barcelona, 1918, p. 641.

(90) Francisco Alcántara, “Rafael Barradas en el salón de la librería Mateu”, El Sol,


a
Madrid, 9-4-1919.

(91) José del Cacho, “Los artistas vascos”, La Correspondencia de España, Madrid,
U

13-1 1-1916.
a

(92) Ballesteros de Martos, “Notas de Arte. Exposición Castellanos”, La Mañana, U

Madrid, 6-5-1917; Arturo Mori, “Bellas Artes. Gustavo de Maeztu”, El País, Madrid, 7-
a
5-1916; Cortina Giner, “Notas de Color. Celso Lagar”, El Progreso, Barcelona, 3-6-

1917; Ballesteros de Martos, “Exposición Celso Lagar”, La Mañana, Madrid, 16-3- —

]917, N.N., “El arte y los artistas. Celso Lagar”, El Liberal, Bilbao, 21-9-1918; J. de
U

Lucas Acevedo, “El hombre-anuncio”, Blanco y Negro, Madrid, 22-9-1918; José

Francés, “Celso Lagar y sus planismos”, El Año Artístico, Madrid, noviembre de 1918; a

Juan de la Encina, “Exposición Barradas”, 20-3-1920 y Francisco Alcántara, “Rafael


a
Barradas en el salón de la librería Mateu”, El Sol, Madrid, 9-4-1919.
U

a
LXIII

(93) Anónimo, “La pintura optimista”, El País, Madrid, 12-3-1917.

(94) Luis Oteyza, “Arte y Artistas. Exposición Celso Lagar”, El Liberal, Madrid,

15-3-1917.

(95) Correa Calderón, “Una intensa emoción. Daniel Vázquez Dial’, Renovación

Española, Madrid, 27-6-1918.

(96) Antonio Vallescá, “Crónicas de arte”, ElLiberal, Barcelona, 30-5-1917.

(97) Rafael Domenech, “De actualidad. Exposiciones de arte”, ABC, Madrid,

25-11-1918.

(98) Femando López Martín, “La exposición de Celso Lagar”, El Fígaro, Madrid,

5-12-1918.

(99) Silvio Lago (José Francés), “Celso Lagar y sus planismos”, La Esfera, Madrid,

22-3-1919.

(100) Femando López Martin, “Crónicas de Arte. La lepra del ultrarnodernismo”, El

Fígaro, Madrid, 19-1-1919.


LXIV

(101) Francisco Alcántara, “La vida artística. En el salón de humoristas: Pérez

Barradas”, El Sol, Madrid, 13-3-1919. U

e
(102) Ballesteros de Martos, “Notas de Arte. La exposición de los argentinos”, La

Mañana, Madrid, 22-4-19 17. a

(103) José Francés, “Una exposición de pintores polacos”, EZAAo Artístico, Madrid,
a
abril de 1918.

(104) José Maria Salaverria, “LA PWTIJRA NIIIILISTA”, ABC, Madrid, 18-4-1918.
e

(105) Ballesteros de Martos, “Actualidad artística. Los pintores polacos”, Cervantes, e

Madrid, mayo de 1918.


e

(106) Francisco Pompey, “Exposición de los pintores polacos”, La Nación, Madrid, u

144-19 18.
U

(107) Anónimo, “Exposición de pintura ‘Simultané”’, La Tarde, Bilbao, 6-9-1919. u

u
(108) José García Mercadal, “XExposición del Circulo de Bellas Artes”,
u
Correspondencia de España, Madrid, 15-5-1917.

(109) Anónimo, “Arte”, La Renovación Española, Madrid, 5-2-19 18.


u
LXV

(110) Ballesteros de Martos, “De arte”, Cervantes, Madrid, abril 1918.

(111) S., “Bellina (sic) Jacometti”, La Nación, Madrid, 20-11-1916.

(112) Fernando López Martín, “Salón Ateneo. Exposición Planes-Arizmendi”, El

Fígaro, Madrid, 23-12-1918.

(113) Silvio Lago (Seud. de José Francés), “El pintor ‘Fernando”’, La Esfera, Madrid,

27-4-1918.

(114) Francisco Alcántara, “Exposición de Butíer en el Ateneo”, El Sol, Madrid,

22-4-19 18.

(115) Edelye, “La Exposición de artistas polacos”, El Liberal, Madrid, 10-4-1918.

(116) Marti Casanovas, “Arts Plastiques: crónica, La Revista, Barcelona, 30-10-1916.

(117) Florian (Seud. de Vicen~ Solé de Sojo) “Gazeta. Exposició CeIs Lagar”, El Poble

Catalá, Barcelona, 2-6-1917.

(118) Anónimo, “Arte”, La Renovación Española, Madrid, 5-2-1918.


II. LAS PRIMERAS MANIFESTACIONES ARTÍSTICAS DE VANGUARDIA; EL

“EPICENTRO RAMÓN”.

II. 1. RAMÓN Y EL ORIGEN DE LA VANGUARDIA EN MADRID

Los inicios de nuestra vanguardia artística comienzan con la figura de Ramón

Gómez de la Serna, inductor directo de los primeros hallazgos de ésta. Su carácter

cosmopolita así como su implicación en la vida moderna le brindaron la oportunidad de

ser el primer eje central de la vanguardia madrileña o, mejor dicho, española. Sin

embargo, su frente de acción ifie Madrid, ciudad que, por aquel entonces, se había

lanzado en busca de unas “señas de identidad”.

Frente a este panorama de primeros de siglo surge el llamado “fenómeno

ramoniano” (1). Ramón como escritor se encontró bajo las propuestas que marcaba un

proceso histórico envuelto cada vez más en el problema de España y su

regeneracionismo, pero también le ligaban los acontecimientos de modernidad que

ofrecía el país vecino, Francia, sobre todo, durante los años 1909 y 1910 donde residió y

conoció el cubismo y otros ismos de primera hora.

La doble naturaleza que se establece en los escritos de Ramón del primer cuarto

de siglo comparte también el mismo carácter que el de sus episodios artísticos que

marcan precisamente la pauta que seguirá ante su relación con el ambiente sociocultural

en el que vive. Por un lado, la visión del escenario madrileño, esencialmente tradicional,
donde la vigencia de permanentes valores ya sean sociales, políticos, económicos, etc.-
-

continúa marcando a la sociedad, y por otro, la necesidad de crear una imagen


u,

“bohémica” con un distintivo de modernidad del que carecía la capital. Ese carácter de
atracción y repulsión que le ofrece Madrid se reflejaría claramente en sus obras, en las
e
que en ningún momento llegó a dudar en mezclar un vocabulario puramente tradicional,
U

popular o castizo, con otro sobradamente moderno en sus exclamaciones y vocablos, con
una ironía estragada que formaría parte de su propio proyecto literario concretado, u,

posteriormente, en el término de la greguería. No sería sino lo mismo que sucedería en


e
sus proyectos artísticos como la introducción del futurismo, con la publicación de sus

proclamas, y el cubismo con la Exposición de Pintores Integros.

Su principal plataforma de acción tite Prometeo (1908-1912), revista presidida


a
por su padre, Javier Gómez de la Serna, aunque más tarde, sería dirigida por él mismo.
a
Allí, en ocasiones bajo el seudónimo “Tristán”, comenzarla su carrera literaria publicando
parte de sus primeros libros y greguerías; sin embargo, lo más destacado fíe la edición
U

de las proclamas futuristas, convertidas actualmente en el primer episodio de la


a
vanguardia española. La labor que realizó en dicha revista, cuestión de la que hablaremos
a continuación, se asemeja con la que años después ejecutarían los ultraistas como medio u.

de cohabitación entre diferentes tendencias; en el primer caso, coexistirían escritores


e
modernistas y postmodernistas con el vanguardismo ramoniano en sus proclamas

futuristas y la creación de la greguería, y en el segundo, se incluirían colaboradores afines a

al ultraísmo con los primeros signos de una “vuelta al orden”.


a
Se trata de un mismo proceso aunque no del mismo proyecto, esquema que varía

por su carácter de individualidad o colectividad. El de los ultraistas estuvo basado en una u

e
3

idea común mientras que el de Ramón fue a titulo personal y consiguió presentar los dos

movimientos vanguardistas más conocidos del momento; el fUturismo, con la publicación

del Manifiestofundacronal dclfuturrsmo (1909) y la Proc/amafuturista a los españoles

(1910) y el cubismo, como ya se ha dicho a través de la Exposición de Pintores íntegros

en el Salón de Arte Moderno (marzo de 1915). La importancia de la incorporación de

estos dos ismos, ya sea en forma escrita como en el caso del futurismo o visual a través

de los cuadros cubistas de los pintores íntegros, radica en que lograron asentarse en el

vocabulario de la crítica artística madrileña, de tal manera que nos encontraríamos ante el

debate que se establece entre el conocimiento o desconocimiento, así como la

diferenciación tanto teórica como plástica de ambos, futurismo y cubismo, por la crítica

madrileña. El origen se encuentra en la calificación de las propias obras presentadas por

los pintores íntegros y en algunas otras con carácter ultramoderno, como las de Celso

Lagar en marzo de 1917, siendo éste el segundo episodio vanguardista después de los

de Ramón, en las que se apeló a ambos movimientos partiendo, quizás, de las proclamas

fUturistas y la exposición de íntegros en donde se exhibieron algunos cuadros

cubofiaristas de Diego de Rivera.

En el mismo año que se celebró la Exposición de Pintores íntegros nacía otra de

las actuaciones de Ramón que tendrán gran relevancia en el ambiente artístico madrileño

del primer cuarto de siglo, la tertulia de Pombo. La primera proclania de Pombo tuvo

lugar durante los primeros meses del año 1915 y la firmaron los muy pocos que hasta

entonces eran, sus nombres quedaron plasmados en la larga mesa de mármol: Manuel

Abril, Salvador Bartolozzi, José y Rafael Bergamin, Tomás Borrás, Rafael Cansinos
4

Assens, José Gutiérrez Solana, Gustavo de Maeztu, Diego Maria de Rivera, Rafael u.

Romero-Calvet, Ramón Gómez de la Serna y José Cerezo (camarero de la capilla).


a
Todos ellos y en especial Ramón, criticaron el estado actual del país; la Gran Guerra

había provocado, aún más, como dice Ramón en su Primera proclama de Pombo, el u,

ambiente de “afán de una tiranía brutaL algo como el bajo gusto de golpeary de ser golpeado, como
e
el deseo de una svmisión indigna unido al deseo de una ciega y atropellada turbulencia...” (2).

<~L1 U

U
—- ,~g

La sagrada cripta de Pombo


U

(Gil Blas, Madrid, 12-11-1915)

El público, los editores, las revistas, la crítica, el periodismo, la politica habían


U

llegado a tal estado de corrupción que tan sólo a través de Pombo podían alcanzar, según
Ramón, “una compensación, como si habiéndose acabado el oxigeno en la atmósfera se fabricase

sólo en un rincón” (3). Sus orígenes se encuentran en el año 1912, de lo que informa su
U

promotor: ‘Cuando yo elegí Pombo, en el año L9J2, lo hice por jugar a los anacronismosy porque

en ningt~n silio iban a resonar mejor nuestras modernidades que en aquel viejo sótano...” (4), aunque e

U.

a
5

sus excentricidades le llevan más allá: ‘fui por primera vez a Pombo en el vientre de mi madre,

cuando ella según costumbre de las embarazadas recurria a la horchata de arroz, que ahí despachan,

para morigerar sus trastornos (5). Fuera como friese, Pombo nació para reunir a un grupo

de amigos. Se trataba de una tertulia que llegó a conveflirse en un acto continuado

durante todos los sábados en donde se podían contar las más “embravecidas sinceridades,

elevando el sentido moral gracias a la imprecación, superando la pura transigencia acrisolada, el

pensamiento avizor” (6).

El lema principal de aquellas reuniones fue la particularidad y la lucha contra el

hastio que producían las mismas cosas de la vida diaria. Alguno de sus asistentes cuenta

que nació “de la ambición de poder hablar un idioma de familia en medio del torbellino del Mundo,

pero sin ser tragado por ese torbellino” (7>. Otros, por el contrario, estaban muy lejos de estas

palabras y, desilusionados, escribían ya en 1918, en pleno apogeo de Pombo, a Ramón:

Rl alma creadora de Ramón flota como una luminosa nube sobre un puñadito de poívo, que

son los ‘pombianos’... Ha escrito usted: ‘Sin duda, no le gustó nuestra reunión’ ¿ Cómo es posible que

me agradase una reunión de mozos ignorantes, engreídos y desatentos? Ya le dije que usted era la

única persona educada que se reunía allí Sigo creyendo que usted se reúne consigo mismo en Pombo, y

nada más los pombianos no existen; son una deslabazada y triste sombra que sin duda se acogieron a

Pombo porque la escasa luz aumenta las sombras, y ellos quería aurnentarse, fuera como fuera...

Aquellas sombras de los muertos algunas veces hablan; pero las que se sientan en los divanes de

Pombo junto a usted ¿qué han dicho?, ¿qué dicen? Es usted excesivamente mundano y transige con la

escorio de la mundanidad. Empuñe la tralla de una vez; o la escoba que barre los convencionalismos y

las transigencias excesivas (8).


6

En realidad, Pombo no era más que un semisótano ubicado en la calle Carretas


e
inmediato a la Puerta del Sol, detrás de su ministerio de Gobernación, a un paso de todos los tranvías,

y por lo tanto propicio a todas las citas (9), al que se denominó Sagrada Cripta, donde se

encontraba un antiguo café y botillería. Una de las mejores descripciones fisicas de este
u,

lugar data de 1915, en la que su autor, Ramón Gómez de la Serna, disecciona con
u,

paciencia en pequeños apanados: la entrada, sus tradiciones, los ojos del tiempo, sus
lámparas, sus pequeñeces, las últimas, la reunión, sus arabescos y su camarero Pepe, tal

y como era apenas pasados unos meses de su inauguración oficial (10).


e
Tras su primera proclama, los escritos de Ramón sobre Pombo se disparan, Los

rnandamwntos pombianos, su Oración a la luz de Pombo, La segunda proclama de u,

Pombo en 1916; más tarde aparece su primer libro de “Pombo”, de 1918, titulado
u.
Madrid, Imprenta, Mesón de Paños, 9, así hasta publicar numerosos libros sobre su

Sagrada Cripta. Sus asistentes son innumerables (en su libro La Sagrada cripta de a

Pombo, los va nombrando e incluso fotografiando, sin parar); entre sus actos y banquetes
e
más importantes destaca el mencionado en honor a Picasso en 1917. Muchos de ellos

elogiaron a Pombo con sus escritos y dibujos como Antonio de Hoyos y Vivent, Miguel o

Unamuno, Francisco Vighi, José Berganxin, Emiliano Ramirez Angel. Bartolozzi, José
e
Gutiérrez Solana, etc. Finalmente, la tertulia de Pombo, como sus primeras lámparas, fUe
U

apagándose y en 1950, el propio Ramón Gómez de la Serna lanzaba sus Exequias de


Pombo: “Ha muerto de cáncer, de algo con lo que no tienen que ver nada las inocentes tertulias u,

literarias, sino otra clase de parásitos; su cáncer se iba preparando en sus entrañas, porque, según

pude observar en mi última visita, se le había revuelto mucho los humores y la sangre, y no vivía ya ni

hacia dentro ni hacia apero, a medio salir y a medio entrar, porque le habían puesto largo mostrador
a
de cinc (11)

e
7

Posteriormente, las actividades de Ramón se centrarían en la participación con

sus escritos en el movimiento uitraista y en publicación de libros como Paris (1917),

Senos (1917), Greguerías (1917), E/Circo (1918), Disparates (1921), Hélices (1923>,

Ismos (1931) y un largo etcétera.

11.2. UNA REVISTA CON VOCACION MODERNA: PROMETEO

Prometeo nacía en noviembre de 1908 como una revista social y literaria, cuyo

primer director, Javier Gómez de la Serna, lanzaba un modelo de prensa izquierdista, en

donde la sección de política iba a estar escrita por él, frente al masivo conjunto de

revistas de tendencias derechistas defensoras de la monarquía reinante de Alfonso XIII.

Su hijo, Ramón Gómez de la Serna, conseguía ocupar un lugar privilegiado en la revista.

Las secciones de Opiniones Sociales titulada La Nueva Exégesis y de Arte, estaban


- -

desarrolladas por éste, a veces bajo el seudónimo de Tristán. En el primer número,

Ramón realizaba una crónica sobre la situación espiritual del momento en España,

augurando un futuro que no quedaba, en su parecer, demasiado lejos: “Toda la juventud se

resiente de ese no encajar en ninguna fórmula, de ese no poder aseverar ninguna opinión de las

reinantes... Sin embargo, todavía quedan, pero sin valor teatral siquiera, algunos seres que encerrados

en sus soñaciones, piensan en la ampliación del porvenir, cuando estamos en un primer periodo, en el

desarrollo y lafijación del clisé negativo, de cuya proyección nacerá el pretéritofuturo” (12).

En el campo de la crítica artística publica un artículo titulado ‘tos maestros.

Mariano Benlliure” en honor a la litografia que Benlliure había preparado para la portada

de Prometeo. El número 11 de la revista estaba protagonizada por una encuesta que

intenta deducir el estado de la juventud española, o con el “propósito de que la asculíación de


8

la España joven sea un documento inapreciable de historia contemporánea y hasta una historia del
e
porvenir” (13). La redacción planteaba al público madrileño una serie de cuestiones,
encabezadas por una pregunta principal ¿Cúal es la situación de la juventud ante el
-

problema social? que serán respondidas por José Francés, Práxedes Zancada y Antonio
-

e
Fernández de Velasco, entre otros:

1. ¿En qué sentido se orientan sus opiniones sociales? e

2. ¿Cuáles la situación práctica que usted propone ante el conflicto social?


e
3. ¿ Qué idea sugiere a su juventud, políticamente considerada, la España actual?” (14).

u.

Al mismo tiempo, siguiendo la misma tónica que el cuestionario Ramón


U
presentaba un escrito bajo el título “La Utopía” que se convertiría más tarde en libro
- -

para esa juventud española a la que él mismo consideraba como “la exaltación y la

sensibilidad nuevecita (15). Esta imagen de Ramón en la que se observaba el deseo de una
e
voluntad de cambio en la juventud no se hace esperar y, tras un viaje a Paris, promete

aunque de una forma oculta, la llegada del fUturismo (16), Después de defender en abril O

de 1909 un nuevo concepto de literatura, en el mismo número de la revista aparece La

Fundación y manifiesto del Futurismo por F.T. Marinetti, traducido por Ramón, quien
U
incluso llega a prologarlo a modo de manifiesto en la sección de Movimiento Intelectual

del que hablaremos más adelante. e

Mientras tanto, sus obras literarias recorren toda la revista - El concepto de


U
nueva Literatura, Beatriz, La Utopia...- aunque no será hasta noviembre de 1909 cuando

Ramón Gómez de la Serna tome en sus manos las riendas de Prometeo, situación que se

prolongaría hasta marzo de 1912. La dimisión de su padre - que la propia revista


e
afirmaba era temporal permitió a Ramón iniciar todo un proceso creativo de formación
-

e
9

en su producción literaria. Desde ese momento, los escritos de éste se duplican: crónicas

artísticas, obras teatrales, prólogos, etc. pasan por la revista: el arte de Miguel Viladrich,

El III Salón de Humoristas, Mis siete palabras, Post-scriptium, El Laberinto, Libro

mudo, Fe de erratas, ¿Fée?, La Bailarina, Oscar Wilde, Las mujeres que escriben, Una

palabra, apenas, Siempreviva, Accesos de Silencio, La Utopia, Las Danzas de los

Apaches, Los Unámes, Moguer (El pueblo Pantomimíco), La Corona de Hierro, El

Misterio de la encamación, El Teatro de la soledad; Alma, El Lunático, etc. (17).

Sin embargo, para las artes plásticas españolas lo más importante fUe la

publicación de las proclamas futuristas de Marinetti y su repercusión en el escenario

madrileño. Bajo la dirección de Ramón, Prometeo consigue completar el lanzamiento de

la primera proclama del líder fUturista, emparentándose así con otros paises europeos

como Francia e Italia, repartiendo cientos de ejemplares con la nueva Proc/ama futurista

a los españoles escrita expresamente para la revista, que tuvo la ocasión no sólo de

prologar sino además de anunciar.

Tras estos primeros intentos de atraer la modernidad a la Peninsula, Ramón

Gómez de la Serna va concitando a su alrededor un grupo de personalidades de la

intelectualidad española (políticos, críticos, periodistas, actores, artistas, caricaturistas...)

que le llevan a festejar numerosos actos. Tras el banquete de Prometeo, en donde se

celebró el centenario del nacimiento de Mariano José Larra en marzo de 1909,

comienzan a dispararse estos actos que se completarían en tertulia de Pombo; el

siguiente, aunque fue publicado en la revista en febrero de 1912, nunca llegó a

celebrarse.
lo

Se trataba de una invención sarcástica de Ramón, en la que defendía un acercamiento de

la juventud artística con la intelectualidad madrileña, algo que lograría, más tarde, en la
u
Sagrada Cripta de Pombo. Sirvió también para festejar un acto al que denominó La

Primavera y para justificar que “nuestras juventudes desprendidas a tiempo de sus privados U

alardes de actualidad y representación, serán juveniles y primogénitas a través de todas las


e
primaveras, y se justificarán con novedad sobre toda vejez accidental y hasta sobre su cadáver. Este es

el único acto revolucionario y político que precisa después de las cuotidianas (sic) conspiraciones del
e
arte...” (18).

u.

Se trataba de una proclama de los ideales de la juventud que estaba firmada,


U.

supuestamente, por La Manón, Ramón Gómez de la Serna, Bartolozzi (19), Tomás

Borrás (20), Julio Antonio, Ceferino R. Avecilla, Bagaría (21), Andrés González-Blanco, U

Gómez-Hidalgo, Viladrich y otras adhesiones como las de Romero de Torres, Eduardo U

Chicharro, Oslé, Zamacois, el actor Granca, Marín el escultor, Barriobero, Luis


e
Gabladón, NoeI, Ortiz de Pinedo, Ferrándiz, Echea, Vicente Casonova, EH. del Villar,
Larruga, el músico, Alcaide de Zabra, Calvache, Manuel Abril (22), Mateu, Gómez a

Hidalgo, Lezama, Pepe Canalejas (sobrino), Lafora, Salinas, Calleja, Lorenzo Burgos
a
Seguí, Guerra y Alarcón, Maroto (23), Calomarde, Zabala, Rubio, Peguera, Beltrán,

Anipudia, Gómez de la Serna (José), Gustavo León, Menager, Adolfo Salazar (24), etc. a

muchos de ellos participantes asiduos de la tertulia de Pombo y algunos protagonistas de


U

la renovación del arte español del primer cuarto de siglo.

e
It

En Prometeo también nacía la greguería, en marzo de 1912. Bajo el seudónimo

de Tristán la define como “el género más humano y de más cabida, el género de los bancos

públicos en los que yo le desarrollaría si no tuviera que afrontar la impertinencia de las multitudes que

me mirarían creyendo yerme hacer literatura de aficionado” (25).

Ese estilo personal de Ramón, según Miguel Pérez Ferrero, “estaba dispuesto a

provocar. La greguería será en adelante ese proyectil que, en plena caIle, irá a estrellarse contra fa

cerrazón anónima y abrirá brecha en ella” (26). Así lo desmostró en sus posteriores acciones,

sin remitimos a la greguería, primero desde el diario La Tribuna, fundado el 3 de febrero

de 1912, con exacerbados articulos que recibían miles de quejas, y más tarde, conseguiría

un lugar en donde realizar todas sus proezas actos y banquetes- y sentirse el sacerdote
-

de la cripta, a modo de tertulias como fue Pombo, y finalmente, con la “infausta”

Exposición de Pintores Íntegros, como la calificaron algunos de los rotativos madrileños

(27).

11.2.1. PROCLAMAS FUTURISTAS DE 1909

En “Arte” una de la secciones de la revista Prometeo, Ramón Gómez de la Serna,

bajo el seudónimo de Tristán, anunciaba en marzo de 1909 al público madrileño la

llegada de un nuevo evento cultural:

“Tristón esta en los prolegómenos de una campaña de descubrimientos. Tristón es ahora con

toda plenitud un optimista, y se expilca, él es joven y ha llegado la primavera.... Reflexionando estaba

qué, cuando en esa hora propicia le han hablado de la existencia de algunos artistas jóvenes que x’alen

más que los viejos. A seguida, sólo le han hecho una observación, que viven en las nubes, a una altura

inverosímil sobre los demás mortales. Tristón se ha encogido de hombros y como tiene un espíritu
12

aventurero y candorosamente bueno, ha comprado un dirigible... Provendrá de esa excursión gratos


r
encuentros, La composición de este número le ha sorprendido en los preparativos.., sólo espera el

paracaídas que ha encargado a París de Europa” (28). e

e
Sin duda alguna, sus contactos habían fructificado. Tras la publicación de Li de

febrero de 1909 en la revista Poesia de Milán y en el diario Le Figaro de París, de la u.

fundación de un nueva escuela literaria, a modo de manifiesto, con el nombre de


e
Futurismo, Ramón Gómez de la Serna había conseguido contactar con su fundador,

Filippo Tommaso Marinetti. Este se autoproclaba iniciador de un nuevo pronunciamiento

que llevaría a Italia a librarla “de la fétida gangrena de profesores, arqueólogos, cicerones y
e
anticuarios.., de los innumerables museos que la cubren de interminables cementerios” (29) a través
e
de la predicación de once mandamientos convenidos en un verdadero programa que
lanzaba “a todos los hombres vivos de la tierra” (30). Ponia de manifiesto cuestiones tan
U.

vitales como el amor al peligro, a la poesía con coraje, audacia y rebeldía, una belleza
e,
encarnada en la velocidad del automóvil, aeroplanos, barcos..., una glorificación de la
guerra, el militarismo, el patriotismo, la quema de museos y bibliotecas, que avanzan e

seguros como regimientos preparados para la batalla: “¡ Alzad bien la cabeza! De pie sobre la
e
cima del mundo, lanzamos una vez más, nuestro reto a las estrellas’ (31). Las imágenes de la

declaración de Marinetti se recrean a su vez en otras, de manera que construye un mundo e

idílico, donde la guerra ha ganado a la tradición, gracias a los nuevos adelantos. Según
e
Ester Coen es “el pensamiento de una era mecánica que velozmente deberá sustituir el lento ritmo

biológico. El futurismo se convierte a partir de este momento en la voluntad exteriorizada de

pertenecer al nuevo siglo, de dominar totalmente la naturaleza a través de aquellos medios que ya
e
mochficaron la estructura de la mente del hombre moderno” (32).

e
13

A los dos meses de la aparición de esta proclama (11 de febrero de 1909), la

revista Prometeo publicaba dicho manifiesto bajo el nombre de su fundador “Filippo

Tonnaso Marinetti: La fundación y manifiesto del futurismo” traducido por Ramón

Gómez de la Serna. En comparación con el resto de los paises donde apareció dicho

manifesto, España ocupó un lugar parecido al de éstos. Se trataba de la misma operación

propagandística para difundir el futurismo, así podemos destacar por semejantes fechas

las publicaciones en Rusia, 18 de marzo de 1909, en La Tarde; Portugal, 5 de agosto

1909, en Diario das Acores; Brasil en 1910, traducido por Almaquio Dini; además de

otros países como Polonia, Hungría o Alemania (33).

En España sería el propio Ramón quien, en la sección Movimiento Intelectual,

daría a conocer por primera vez a los españoles la importancia de las proclamas y, en

concreto, la del futurismo; convirtiéndose así en el primer texto escrito sobre el

futurismo, a modo de prólogo. A pesar de no estar firmado el texto, Miguel Pérez

Ferrero corrobora su autoría en el libro que sobre Ramón escribió en 1935, coincidiendo

con las memorias que por aquel entonces de la Serna había comenzado a escribir,

ayundándole en algunos datos de su publicación:

“Las páginas de la revista exhiben nombres que un día alcanzarán resonancia y la admiración

ajena a que aspiran y otros la habrán de quedarse en una discreta semisombra. Ramón publica las

proclamas futuristas de Marinetti y las pone explosivo prólogo” (34).

En su texto Ramón mostraba un especial interés por las proclamas, como medio

más eficaz para llegar a la sociedad: “Las proclamas deben aparecer desgañitándose a voces,

deben ser briosas, sobrepasar todas las alevosías y todos los exabruptos” (35), tal y como lo había

hecho dos meses antes su amigo Marinetti, quien, en el escrito a la Fundación del

futurismo exclamaba a viva voz, entremezclada con un lenguaje dieciochesco


14

perteneciente a su cultura juvenil, el triunfo del moderno mundo fabril “mientras

escuchábamos el estenuante borboteo de las plegarias del viejo canal y el crujido como de huesos de
e
los palacios moribundos sobre sus barbas de húmedo verdín, oímos de pronto, bajo nuestras ventanas,
el rugido de losfamélicos automóviles” (36).
e
Ramón Gómez de la Serna lanzaba muestras de aceptación hacia el nuevo
e

movimiento: “El Futurismo (;¡flva el Futurismo!’) es una de esas proclamas maravillosas, que
enseñan arbitrariedad, denuedo, que son la garrocha que necesitamos para saltar” (37).
e

Numerosos vocablos ramonianos se suceden sin parar, apelando a nuevas repúblicas que
e
niegan la estabilidad de los hombres o para crear “hombres subversivos, proclamas, arbitrarios

movimientos sísmicos que chafen sus cosas estables...” (38), que traigan nuevos aires de

renovación como el futurismo, al que llega a comparar con un pasaje de Nietzsche (39)
e
en Así habló Zaratustra (40).

Sus palabras invaden el texto con frecuentes alusiones a la nula importancia del e

tiempo que, con la incorporación auna nueva época moderna, ya no existe (41), a lo que
e
Ramón Gómez de la Serna replica poniendo como ejemplo el triunfo de una ciudad:

“Una ciudad sin inquietud, tirada a cordel, en la que todo estaba determinado, cronometizado u

y dandoseles, aunque dándoseles no se les diera, ni supiera que se les daba, por tenerlo de antemano,
e,
por no dejar de tenerlo, por estar concebido siempre en lo posible, en una posibilidad rasa, seca, sin
originalidad y sin sorpresas), porque si triunfo repito- siendo de ayer no era ya de ningún día tenía
-

e
que ser de hoy, y de hoy hace un momento o dentro de un momento” (42).
a

Si el futurismo supone un cambio brusco, al que la sociedad no estaba dispuesta a e

adaptarse y tan sólo unos pocos podían lograrlo y por ello convertirse en unos
e
fracasados, Ramón les alienta a ser “unos grandes fracasados antes que unos seres sin

a
15

adjeti~’ación aproximada, y sin última diferencia, no porque estén más allá ni sobre todas las

adjetivaciones, sino por estar demasiado acá imprecisable porque está a la espalda, no vemos dónde.

De un hombre que ha dado en su vida un salto mortal... es una gran cualidad.. El que no vale nada es

un hombre mediocre que ni se rompió, ni se sobrepasó” (43). El riesgo que corre el hombre para

dar ese salto mortal y llegar a encontrarse con nuevos movimientos, como el futurismo,

conseguirá según Ramón


- - “hacer un limpión sobre la tierra’ (44), pero esta rebeldía que

desde la revista Poesía proyectaba Marinetti era para Gómez de la Serna, “esa encantadora

¡Oh no, encantadora no!... desproporcionada ¿No es un adjetivo debilitante, un adjetivo bonito? No,

encantadora no. aguerrida, formidable revista ‘Poesía, ha enconfrado una embocadura proporcionada

por desproporcionada’ (45) que había conseguido revolucionar “el teléfono de las sucursales de

incendios, y en el de las prevenciones, se ha escuchado el mismo grito de ¡Socorro!” (46) con el

propósito de Marinetti en su quema y demolición de museos y bibliotecas tal y como

advertía en su manifiesto futurista.

El discurso de Ramón, basado la mayor parte en el de Marinetti, llega a su punto

álgido al reconocer públicamente que Madrid es una capital anquilosada todavía en un

mundo rural y en una pobre intelectualidad, pero ejemplifica con la imagen poética de un

emblema de la modernidad como es el tranvia (47). Ramón lanzaba muchas de las ideas

del líder italiano, como la vista anteriormente relacionada con el mundo literario, que

Marinetti proclamaba en su tercer punto del manifiesto (48). Sin embargo, el futurismo

vendría a representar la libertad de las verdades a través del grito de Marinetti a los

españoles, como antes a los franceses e italianos, a quienes les había llegado su turno:

“una carta olorosa a establo, a leona, a esfinge, una carta de feroz perfume y contexto, en que el

porvenir ya casi núbil nos promete yacer con nosotros, para crear ese hijo extraordinario, a que se

siente propensa su matriz” (49).


16

De este matrimonio con el futurismo nacería al año siguiente la Proc/ama

Futurista a los españoles de Marmnetti y el segundo prólogo de Ramón Gómez de la

Serna. El líder italiano, como sumo pontífice del futurismo, era para Ramón “una de las

figuras más representativas de juventud, juventud moderna, internacionalista, suspicacisima ha sabido e

decir lo que en parajes más yermos y en ambientes más crasos, no hemos dicho nosotros” (50).
u
Existían varias objeciones a la proclama italiana que Ramón creyó oportuno
constatar en la suya de una manera muy irónica; en primer lugar, en lo referente a la

expresión que da Marinetti sobre la Victoria de Samotracia en su manifiesto: “... un coche


e
rugiente, que parece correr sobre metralla, es más hermoso que la Victoria de Samotrhacia (sic)’
(51). Ramón pretende adelantarse a dicha expresión y escribe sarcásticamente “lo que el
e

dice de la Victoria de Samotrhacia (sic), lo habíamos dicho ya nosotros no ante un automóvil, sino ante
e
(52). En segundo lugar, Ramón alude al estilo retórico del escrito
una maquinilla de afeitar”
y al desprecio hacia la mujer en Marmnetti (53) mientras que Ramón la describía en su
e’
estilo mordaz como la representación.~ “los valores supremos, cosa que quizá no se nota por lo
u
muy habillé que va, por como lafalsifica la vida y porque no sabe aún tenderse y ductilizarse con toda

consciencia (54). e

U
111.2.2. PROCLAMA FUTURISTA A LOS ESPAÑOLES DE 1910

En el número XI, noviembre de 1909, la redacción de la revista Prometeo emite


a
un comunicado donde explica que ¡os motivos políticos de la dimisión de su director,

Javier Gómez de la Serna, padre de Ramón, quien le sustituirá a partir de entonces en su —

papel de redactor ,efe, estaban relacionados con la toma de posesión de un alto cargo
U

público en la Dirección General de los Registros y del Notariado que el gobierno liberal
a

e-
17

le había ofrecido. En enero de 1910 la redacción lanza, bajo el título “Optimismo”, los

nuevos rumbos que toma la revista: “Nuestro lema de ‘Fuerza, originalidad~ liberalismo” se

subrayará más que nunca con largueza, en su porvenir’ (55). Al mes siguiente, se cambia la

litografia de Mariano Benlilure que presidía la portada por una pequeña imagen de una

cuerpo desnudo, que a modo de sello ocupa el lado inferior derecho del ornato, dejando

todo lo demás libre excepto, la parte superior, donde se coloca el nombre de la revista.

El deseo de cambio o renovación no se hace esperar demasiado. Cuenta Miguel Pérez

Ferrero que “el año 1910 es solemne para Ramón. Se costea - tiene la asistencia paterna - una

revista casi secreta - ¿hace doscientos ejemplares? - que se titula Prometeo y que, sin embargo, se

halla en su apogeo entre los versados’ (56).

Su segundo contacto con Marinetti está en marcha; en el número XIX,

correspondiente al mes de julio, la redacción, a cargo de su director Ramón Gómez de la

Serna publica, según sus palabras “un acontecimiento prometeida’ (57); Un Manifiesto

Futurista sobre España por F.T. Marinetti. Desde allí se anuncia una invasión futurista al

anquilosado ambiente madrileño; al igual que hacia un alio el líder italiano había enviado

cientos de hojas propagando su manifiesto fliturista dirigido a los personajes más

importantes del mundo intelectual italiano y francés, Ramón pretendía ser el Marinetti

español, difundiendo la Proclamafuturista a los españoles, en la que además de advertía

la utilización de un doble lenguaje basado en ¡a combinación de vocablos castizos con

modernos. Esta apreciación también puede destacarse en expresiones de Marinetti, quien

mezcla palabras simbolistas con códigos thturistas.

haremos una tirada especial de miles de ejemplares para inundar de luz de bengala la

sordidez de nuestro ambiente. Será algo rutilantey abrasador que hará cabrillear las aguas patrias,
18

titilear las estrellas y reverberará sobre todo el desvanecimiento de color, de fuerza y de libertad que

nos rodea’ (58).

Además, Ramón adjuntaba la carta del sumo sacerdote futurista, quien respondía a

a la creación de un manifiesto para España: “Escribiré gustoso ese manifiesto - escribe el


u
extraordinario A’Iarinetti a nuestro Director - contra todo lo que muere muy lentamente en vuestra

tierra. ‘Resumiré en ese manifiesto, de una manera violenta y decisiva, todas mis angustiosas

observaciones, hechas por mí mismo en una excursión que hice en auto a través de España, fijándome
u’
más que nada en la aridez trágica de vuestra meseta central. de Castilla. Se lo em’iaré dentro de una

semana, tal vez antes. Exprese toda mi calurosa simpatía a los redactores de su bella y potente revista
e
PROMETEO.,” (59).

Ramón terminaba recurriendo a su estilo sarcástico, a la acumulación de


e
imágenes metafóricas inesperadas e inverosímiles dentro del mundo del humorismo que
U

convivía en él y concretado en la grueguería; con una explosión de risa habría de


celebrarse un banquete en honor del futurismo, en donde se beberá “en vez de champagne,

bebida de cocotte y de burgués displicente- beberemos pólvora y electricidad..

Huirán al descorche todos los curiosos y todos los timoratos y les estallará el estómago más - u

violentamente dicho el abdomen a los pusilámines”


- (60).
U

Al mes siguiente, el número XX de 1910 publicaba la Proc/ama futurista a los

españoles por F.T. Marinetti, escrita expresamente para Prometeo y con un prólogo de

Ramón Gómez de la Serna que volverían a ser divulgados en febrero de 1928, en La


a
Gaceta Literaria, para rememorar el breve paso del escritor italiano por Madrid (61). Su
u
banquete futurista había estallado, así lo anunciaba Ramón, con su preliminar a través de
sucesivas exclamaciones a modo de brindis por esta llegada a los españoles del

manifiesto de Marmnetti (62). Estos brindis se suceden sin parar, como la bella velocidad
a

U
19

que consagra Marinetti. Exclamaciones que piden la quema de lo viejo, la insurrección

para renovar y crear una nueva situación en la capital. Referencias y menciones al mundo

moderno - aviadores, pararrayos con culebras eléctricas, chispa, velocidad, aeródromo,

rebeldía, obús, reflectores... que se extiende por Europa. Tras Ésta, la proclama de
-

Marinetti a los españoles iba ser mucha más radical y decisiva, atacando “rodo lo que muere

muy lentamente en vuestra tierra” (63). Utiliza el mismo estilo literario, con grandes tintes

post-románticos y simbolistas, que en su proclama de 1909. En su introducción,

Marinetti realiza un recorrido por España - desfiladero de Sierra Nevada, Castilla,

catedrales.., - apelando a los jóvenes españoles a la revolución futurista. Basa,

principalmente, su manifiesto en la “aridez trágica” de la meseta castellana recordando -

como ya advirtió en su carta a Ramón Gómez de la Serna - una excursión que hizo en

coche por toda la Península (64).

En sus conclusiones futuristas sobre España, Marinetti hace referencia, en primer

lugar, a la política del momento, tomando como punto de partida la importancia de una

riqueza agrícola e industrial, además de aludir al programa sobre la política anticlerical de

José Canalejas, que debía conocer Marinetti por sus contactos con la familia De la Serna,

cuyos ideales estaban en la linea del partido liberal (65). No olvidemos que Prometeo

servió de plataforma ideológica para la difusión de un prototipo de revista izquierdista;

de hecho, el lema principal del rotativo fue: “Queremos trabajar por la desamortización de un

pueblo en que la libertad existe sólo teorizada... Y ahora a la lucha. En frente de tantas revistas de

derecha, es ésta una que quiere ser el campo de todas las izquierdas” (66).
20

El líder futurista, en sus ocho conclusiones finales sobre España, dama la ayuda

de la intelectualidad española compuesta por los políticos, los literatos y los artistas que
e
deben llevar el país hacia el futurismo. Igual que en la proclama de 1909, realiza una

llamada de atención a la guerra, al militarismo, al peligro, a la lucha, a la tiranía contra la

mujer ideal, al proletariado para llegar a derribar el culto al pasado tanto en España como
e
en Italia, que en una Europa en plena evolución, acarreaban un grave retraso.

Concretamente, la Península se hallaba bajo un régimen que Marinetti denomina un a

‘circulo vicioso de sacerdotes, de toreros y de caciques en que vivis aún” (67). Además rechaza,
u’

como pudo observar en su viaje a España, el turismo (68) porque éste no terminará

nunca y seguirán en pie esos cientos de monumentos catedralicios que guardan el pasado U

como tantas otras ciudades italianas: Venecia, Florencia, Roma, etc. Ante esta realidad
a
Marinetti apela al pueblo español:

“¡Españoles! ¡Españoles! ¿Qué esperáis así de abatidos, besando las losas sagradas entre el u’

hedor desangrante del incienso y de las flores, podridas en este arca inmunda de Catedral, que no
e
puede salvaros del diluvio, ni conduciros al cielo, rebaño cristiano (69).

u’

Todavía no se había producido un desarrollo, la industrialización de España


e
apenas había comenzado, y por eso Marinetti gritaba a los españoles: “Os hacen falta

grandes puertos comerciales, ciudades industriosas y campiñas fertilizadas por vuestros jugosos ríos S

aún sin canalizar.. ‘ (70). Con su proclaxna a los españoles hacía una llamada de atención al
e
estado actual de la Península; su retraso, su política, su caciquismo quedaba en manos de

la intelectualidad española, con ella se llegaría a alcanzar el futurismo, pero no será hasta e’

pasado el primer tercio de siglo cuando la Península tome el tren del cambio, venido
e
principalmente de las artes plásticas.
e

u
21

III. 2.3. REPERCUSIONES DEL FUTURISMO EN ESPAÑA

A pesar de la escasa resonancia que tuvieron los manifiestos futuristas en la

Península y más concretamente en la prensa madrileña, sí se conocía la existencia de

Marinetti por su labor como poeta italiano. Los precedentes más inmediatos tienen sus

ongenes en marzo de 1909 (71) cuando Gabriel Alomar había informado sobre de la

aparición del manifiesto futurista en París, tan sólo dos semanas después de su

proclamación en Le Fígaro. Sin embargo, la prontitud de la noticia remitía al año 1904,

cuando Alomar había concebido ese término “futurisme” en una conferencia en el Ateneo

de Barcelona el 18-VI-1904 y, poco después, entre 1907 y 1910, aparecían tres

publicaciones catalanas, en Barcelona, en Terrasa y Vilaftanca del Penedés, con el mismo

nombre; razón ésta por la que Alomar, ante el nacimiento del movimiento futurista

internacional, demandará la paternidad de la palabra (72).

Las siguientes menciones futuristas, según Ricard Mas, aparecen en 1912 en

relación con un articulo a la exposición cubista de las Galerías Dalmau (73), con el

intento fallido de una exhibición de pintura futurista y cubista en el Real Círculo Artístico

por iniciativa de su presidente Lluis Masriera i Rosés (74) y con la publicación de El

futurismo, por la editorial Sempere de Valencia que trataba de una versión libre de la

presentada en Francia en 1911 sobre escritos futuristas (75). Dos años después, los

catalanes E.C. Ricm-t y Rafael Sala visitan Italia y en el café florentino Giubbe Rosse

entran en contacto con el futurismo de la mano de Giovanni Papini y Ardengo Soffici.

Más tarde, el papel realizado por la librería de las Galerías Layetanas como sede de
22

encuentro de revistas y libros de vanguardia europea ponen en conocimiento la

progresiva difusión del movimiento a través de algunos catalanes como J.V. Foix, Salvat

Papasseit, Lopéz-Pico, Joaquim Folguera... y de pintores, como los mencionados

anteriormente, Ef. Ricart, Rafael Sala o el umguayo Rafael Barradas.

En cuanto a la prensa madrileña, si en agosto de 1910 aparecía en la revista


e
Prometeo la Proclama futurista a los españoles, en el mismo mes E. Gómez Carrillo, el

articulista de El Liberal que desde Paris realizaba sus crónicas, daba a conocer al público

de la capital la recién aparecida novela del líder futurista, Mafark.a Le Futuriste. Se


u
trataba, aunque la anterior había sido protagonizada por la Serna, de la segunda ocasión
u’

en que se hablaba del futurismo de manera más extensa en la capital. Esta vez, su tema se
centraba en la literatura futurista y, en concreto, según Gómez Carrillo, en su modo de
e
expansión. Al igual que en La Fundación y Manfliesto del Futurismo, Marinetti
e
continuaba su estrategia de propagar su obra literaria mediante una hoja volandera,

método que ecipsó al cronista: u

“En el bulevar, hace un momento, me han dado un hoja impresa. Yo creí que era un anuncio
e
de teatro y estuve a punto de romperla, después de haberla cogido maquinalmente. Pero con estas

letras enormes del título me llamaron la atención: M4A4RKI LE FUTURISTE’. %fafarka no me es


e
desconocido. Ah amigo Marinetti ha publicado una novela con el mismo nombre. Sólo que, claro, no

puede tratarse de tal libro” (76). e

Gómez Carrillo ponía de manifiesto el anuncio de una publicación

propagandística con un tema literario elogiada anteriormente por la prensa. El título del

folletín “Una novela de Marinetti, glorificada por Rachilde” había sido ensalzada por la
U,

directora del diario francés Mercure, quien escribió:


e

w
23

“Todos leimos los Cantos de Afaldoror en su tiempo, y todos nos acordamos de frases como

aquélla de ‘Falo desarraigado, ¿por qué saltas así? ; ‘Aíafarka’ me ha producido el mismo efecto que

los ‘Cantos de Maldoror, pues hay en la novela de Marinetti un personaje que toca el piano con las

manos manchadas de sangre” (77).

A pesar de los escasos elogios que recibe el escritor italiano por Rachilde, como

reconoce en su artículo el cronista de El Liberal, se evidenciaba un claro cambio en

aquella novela que había nacido tras el Manifiesto Futurista. La literatura pasaba a ser

anunciada mediante la publicidad pero con un contenido anteriormente juzgado por la

prensa; de esta manera, la labor crítica hacia su autor se anticipaba a la lectura del

público. Se asociaba pues, el carácter o el concepto futurista de Marinetti, en concreto,

sus principios estéticos, con una aplicación a la vida moderna, que según EGómez

Carrillo, suponía “la obra de una gran poeta italiano. Se trataba de ella a la moderna; más aún, a la

futurista... Por primera vez, un autor no tenía miedo de poner sus actos de acuerdo con sus principios y

de aplicar a la vida las teorias de su esténca” (78).

Una semana después, la crónica parisina sobre el futurismo volvía a ser noticia en

Madrid. De nuevo, el articulista de El Liberal se encaraba con la iniciativa de Marinetti.

‘ta moda intelectual”, como titulaba su escrito, venía a representar una sucesión de

nombres de literatos que simbolizaron en su época los sentimientos más fuertes de una

nueva generación, desde el Renacimiento con los apuntes de Leonardo, pasando por

Barrés, Paul Adam, Maurice Maindron, Claude Ferrare, Rosny, Louis Bertrand, Charles

Gerrioux, Daniel Losueur, Jean Rochepin... incluso hasta el propio Julio Veme. Los

futuristas reemplazarían a la literatura anterior configurando una nueva generación,

primordial incluso en su enardecedora participación propagandística. Su estética


24

encarnaria “la creada por el automóvil, por el submarino, por el aeroplano, es la estética que exalta

las voluntades, que despierta los deseos de lucha, quefortifica las atrevidas vocaciones, que familiariza

con el peligro, que robustece el orgullo, que templa, en una palabra, el alma, cual si fuera una espada

de combate” (79).
e
Sin embargo, como anotaba Gómez Carrillo, si se suprimían algunos de los

vocablos como “destrucción”, hallaríamos “una expresión típica de lo que es el ideal de los

adolescentes de nuestros días. ¡Ideal de automovilistas y de boxeadores! exclama con desdén el pobre
-

u
Peladan, cuya teoría de la decadencia latina se ha desvanecido a los primeros albores del despertar de

las nobles frenas triunfantes (80), un proyecto literario que, como la citada lista de

literatos, vendría a configurar una nueva generación en su tiempo pero que, además,

clamaba un progreso moderno e inmediato para la sociedad en que vivía.


u

Otra de las alusiones de la época sobre el futurismo proviene de la pluma de Luis


u’

Ruiz Contreras (81), amigo personal de Ramón Gómez de la Serna, quien en su

correspondencia particular publicada en 1950 envía una carta a su amigo Marinetti. Al


- - U

recibir la novela Mafarka Le Futuriste, reprocha a Marinetti la inexistencia del programa

futurista en su novela, programa que había tenido la ocasión de leer en Prometeo, revista
U
en la que trabajaba desde hacia años. Es más, incluso, y a pesar de la aparición de La

proclama futurista a los españoles, le invita a lanzar otra más radical para España y

América en donde los nuevos ideales futuristas anclen en la sociedad moderna (82). Sin
U
embargo, la aparición de dicha novela trajo como consecuencia los primeros

enfrentamientos con el movimiento futurista. Marinetti es apresado durante una sesión a

futurista y, en octubre, es imputado de agravio al decoro por el tribunal de Milán aunque


U

más tarde sería absuelto y puesto en libertad.


U

a
Las siguientes vías que tomó el futurismo en relación con las artes plásticas

fueron, tras la primera aparición de su fundación, la publicación de otras proclamas.

Después de un breve encuentro con Marinetti se constituye la dirección del movimiento

futurista, ubicada en la calle Corso Venecia, 61 en Milán; el 11 de febrero de 1910 se

lanza el primer Man4fiesto de los pintores futuristas, firmado por Umberto Boccioni,

Carlo Dalmazzo Carrá, Luigi Russolo, Giacomo BaIla y (lino Severini, al que le siguió

Lapinturafuturista. Manifiesto técnico, firmado, también, por los anteriores. Más tarde,

en febrero de 1912, se celebra la famosa Exposición de la Galería Bernheim de París, en

cuyo prólogo al catálogo Les Pemntres Futuristes Italiens, se difunden los principales

ideales que se barajaron en la conferencia sobre pintura futurista, difundida por Boccioni

en el Circolo Internazionale Artistico de Roma (29 de mayo de 1911). A esta muestra, le

siguieron otros textos teóricos como el Man<,fiesro técnico de la escultura futurista, del

pintor y escultor Umberto Boccioni (11 de abril de 1912), “Los futuristas plagiados en

Francia”, artículo de la revista italiana Lacerba, el 1 de abril de 1913; La imaginación

sinfilamentos y la palabra en libertad Manifiestofuturista, por F.T Maríntetti, el 11 de

mayo de 1913; “El dinamismo futurista y la pintura francesa”, en la revista Lacerba, el 1

de agosto de 1913; La pintura & los sonidos, los rumores, los olores. Man~/1esto

futurista; El esplendor geoméfrico y mecánico y la sensibilidad numérica Manifiesto

futurista, por F.T. Marmnetti, el 18 de marzo de 1914; el libro de Boccioní Pittura

Seulturafuturista (Dinamismo plastico,), publicado en marzo de 1914 en Milán, etc.(83).

En 1915 la constatación de un conocimiento más sólido sobre el futurismo en

Madrid parte de la circulación del libro de Boccioní, Pittura Scultura futurista


26

(Dinamismo plastico) publicado en Milán en marzo de 1914 (84) que poseía la

Asociación de Pintores y Escultores de Madrid (85) y algunos críticos de arte. Estas

referencias parecen contirmarse en las alusiones sobre el futurismo que realizan algunos

críticos, entre ellos, Ramón Pulido y José Blanco Coris. El primero, como veremos, en e

relación con la Exposición de Pintores Integros (marzo de 1915) (86) en donde se alude,
u’

incluso por orden tal y como aparece en el libro, a Boccioní, Carrá, Russolo, Balla,

Severiní y Soffici, y el segundo, en conexión con la muestra que realiza Celso Lagar en la

Galería General de Arte (mano de 1917) en Madrid, en cuyo articulo José Blanco Coris
a
menciona el Mai4fiesto técnico de la escultura futurista (abril de 1912) de Boccioni y

La pintura de los sonidos los rumores, los olon%, ambos publicados en dicho libro (87). u

También podemos destacar algunas revistas que se harán eco del movimiento —

como La Esfera (88). En ésta debe señalarse una vez más la influencia del libro de
a
Boccioní sobre todo en el artículo de Federico Giolli, titulado ‘tos futuristas italianos”,

publicado el 29 de agosto de 1914 y acompañado de seis ilustraciones: Dinamismo del a

‘Baile Tabarin’, de Severiní; Sintesis de los movimientos de una mujer, de Russolo;


e
Funerales de un anarquista, de Carrá; Las despedidas (estados del alma) y dos

esculturas, Cabeza, luz y casa, Formas de continuidad en el espacio, de Boccíoni. a

Precisamente de estas seis obras cinco habían sido publicadas en el libro de Boccioni,
a
excepto Funerales de un anarquista de Carrá.
a
Algunos de los escritos, actos y exhibiciones futuristas tuvieron un eco artístico
en numerosos pintores. En el caso español, artistas que volvían de Italia y Paris muestran
a
los primeros detalles futuristas en las artes plásticas españolas, reflejadas en las obra de
e
arte, principalmente, de Rafael Barradas y Celso Lagar (89).
u

e
27

Como veremos Celso Lagar se encontraba en París entre 1911 y 1914, donde

pudo asimilar algunos de estos manifiestos y ver “in situ” la exposición futurista en la

Galería Bernheim, al igual que el uruguayo Rafael Barradas quien, a finales de 1913, se

encontraba en alguno de estos dos destinos de primer orden vanguardista, París o Milán.

Ambos, individualmente o en común, alumbraron con sus notas estéticas el deteriorado

ambiente artístico español. El primero, desde enero de 1915, con la aparición de un

nuevo “ismo” al que llamó Planismo, exhibido en la galería Dalmau de Barcelona y en

sus postenores exposiciones en Madrid y Bilbao; el segundo, con su vibracionismo,

expuesto por primera vez en marzo de 1918, de nuevo en las salas Dalmau.

11.3. LA EXPOSICIÓN DE PINTORES INTEGROS (MARZO 1915).

La Exposición de Pintores Integros organizada por Ramón Gómez de la Serna

constituye el segundo episodio de vanguardia artística, el primero si hablamos de la

presentación pública de obras cubistas, que se producía en Madrid. Se celebró en marzo

de 1915, desde el día 5 al 15 de ese mes en el Salón de Arte Moderno y en ella

participaron cuatro artistas: Diego Rivera, Maria Blanchard (Maria Gutiérrez Cueto),

Luis Bagaria y el escultor Agustín Choco. El catálogo a la muestra fue escrito por

Ramón, en cuyo prólogo dividía su discurso en varias partes, de tal manera que el hilo

conductor que va desarrollando el texto desemboca en la alternativa de un “arte nuevo”

frente al arte tradicional de los museos.


28

En el primer párrafo a modo de introducción diferencia de forma tajante el arte


- -

académico, al que denomina como “el de los otros”, representado por los que “no tienen más
U
que la mujer de blanda pasta y, a veces, lo que llaman huecamente el arte, ese arte unilateral y

desprovisto de ellos y de sus instintos necesarios” (90), del arte nuevo o de vanguardia, que
e
equipara con sus greguerías porque comparten “la discreción ruda y bastante de sus cosas, de

u’

esoque llaman naturaleza muerta y de lo otro” (91). Convencido, se refiere al “arte nuevo
como aquél que siente un amor por las cosas, “un amor confidenciaL repleto, atrevido,
U
crapuloso, largo, numeroso. No es el amor provocado por su fisonomía, ni un amor con el que nos

demos prueba de una ofensiva caridad, sino el amor lleno de confidencias, de contrastaciones, de U’

parecidos, de paradojas, de extrañezas, de adivinaciones. El amor que nos convence y que convence a
U
las cosas” (92).

Ramón, al referirse en plural a “nosotros” a los integrantes del catálogo, lo hacía


u’
principalmente a Diego de Rivera y María Gutiérrez Cueto, quienes traían sus

experiencias “in situ” de Paris y que debieron influir de manera decisiva en la concepción u’

de su discurso, pero también aludía al pequeño grupo de artistas refugiados de la guerra


a
europea y venidos desde el barrio parisino de Montpamasse. Junto a Ramón Gómez de
a
la Serna, Diego de Rivera y María Gutiérrez Cueto, se va a configurar un excelso grupo
de artistas en Madrid, entre ellos Angelina BeloW Lipchitz, Robert y Sonia Delaunay,

Marie Laurencin y su esposo, el alemán Otto Waetjen, así como los pintores japoneses
U
Foujita y Kavashima; procedentes de México se reúnen también Alfonso Reyes, el

arquitecto Jesús Acevedo y el pintor Angel Zárraga; y viejos amigos de tertulias

madrileñas como Ramón Valle-Inclán y Julio Antonio (93).


a

•t
29

De estos encuentros y de sus viajes anteriores, Ramón debió conocer el arte que

se barajaba en Paris, prueba de lo cual es el desarrollo de las partes posteriores de este

catálogo. Ramón, al escribir sobre el amor por las cosas de la naturaleza como algo lleno

de semejanzas, se dirige, quizás sin quererlo, al famoso diálogo escrito por Platón sobre

la Belleza entre Sócrates y Plotarco, el Filebo, tan popular entre los pintores cubistas de

París (94) y, en concreto, en Diego de Rivera quien, años antes, durante sus estudios en

la Academia de San Carlos de México, tuvo por maestro a Santiago Rebulí. Este, en una

de sus clases, le había hablado sobre los conocidos “Diálogos socráticos” de Platón

(95).

En el apartado núm. II del prólogo al catálogo sobre los Pintores Íntegros,

Ramón explica la razón del término “íntegros”, concepto del que hablaremos después y,

lo que es más importante, señala - si de alguna manera podía definirse hasta entonces en

Madrid, donde no se había visto nunca la evolución del cubismo:


-

comenzaron por el principio, planteándose el problema con todas sus determinantes, quizás

obscureciéndole un poco, porque las iras que suscitó su revolución necesitaban ser cegadas con dureza

implacable, vitriolando al público sin compasión. Después, a la visión total del objeto que ansiaban

representar sucedió la visión simpática en la que, sin olvidar lo que de voluminoso tiene cada cosa, y

sin dejar de contar con el espacio, un criterio selecto y particular decide ciertas cuestiones; después,

atendieron con arrojo a la cantidad de emoción que en ellos despertaban las cosas (96).

El propósito de Ramón Gómez de la Serna era enseñar al público madrileño, a

modo de manifiesto, la llegada de un nueva concepción en arte que sobrepasaba al

cubismo y al futurismo, adelantándose así a la propia modernidad de estos ismos.


30

‘t4nte todo - dice Ramón -‘ al tener que clasificar a estos pintores no los he llamado ni
Y’

cubistas ni futuristas ni ningún otro ista por el estilo, porque no son nada de eso. Son, va que hay que

envolverles en una sola palabra, los pintores integros(97). y

Ramón parte de la base que todos ellos fueron cubistas y con el tiempo habían
a
logrado llegar a esquemas más definitivos y renovadores. En realidad, si nos detenemos

cronológicamente en marzo de 1915, cuando tiene lugar la Exposición de Íntegros, el U’

grupo cubista se ha dispersado totalmente y muchos de ellos actúan individualmente. Se


u
han desarrollado las diversas fases del cubismo, sucesivamente la analítica, hermética y
U

sintética, y muchos artistas han llegado a París para conquistarlo entre ellos Diego de
Rivera, quien participa en numerosas exposiciones de la Sociedad de Artistas

Independientes y convive con las nuevas propuestas de Picasso, Gris, Mondrian... Por
e
otro lado, María Gutiérrez Cueto obtiene en 1909 una beca de la Diputación y el

Ayuntamiento de Santander y se traslada a París. En 1911 y 1912 comienza a

relacionarse con Gris, Lipchitz y Diego de Rivera. Ahora, de vuelta a Madrid, Maria
U
Gutiérrez Cueto y Diego de Rivera van a contar con el apoyo de Ramón Gómez de la

Serna, pero hemos de preguntamos por qué. Si esbozamos en breves trazos la evolución u’

del cubismo en estos pintores, especialmente en Diego de Rivera - por sus experiencias
U

más tempranas a este ismo que María Blanchard veremos el interés de Ramón por su
-

Exposición de Íntegros. a

a
Diego de Rivera, tras su educación en la mexicana Academia de San Carlos,
U

donde le instruyen en la tendencias del simbolismo, en los modelos ingrescos de los


“nazarenos” Cornelius y Overbeck, en el naturalismo del catalán Antonio Fabrés, en el

impresionismo y el neoimpresionismo, realiza varios viajes a Madrid, Bélgica, París y


U

U
31

Londres. De vuelta a Paris se reencuentra con María Blanchard y Angelina Beloff, a

quienes había conocido en su viaje a Bélgica, que ahora estaban trabajando en el taller

de Anglada Camarasa. En 1913, atraído por el arte de Zuloaga y el paisaje castellano,

regresa a España, concretamente se instala en Toledo, donde descubre la pintura de El

Greco; de nuevo en París, en 1912 y 1913, expone en la galería Bernheim-Jeune (98).

Influido por las formas alargadas del Greco y sus concepciones geométricas se incorpora

a las filas del cubismo, integrándose por completo en la vanguardia parisina, al lado de

personajes como Apollinaire, Alexandre Mercereau, Roger Allard, Blaise Cendrars, los

compositores Stravinsky y Satie, Morgan Russell, los Delaunay, Léger, Chagail, los

cubistas de Puteaux (entre los que figuraban los hermanos Duchamp, Kupka, De la

Fresnaye, Gleizes y Metzinger) y los rusos Larionov y Gontcharova (99).

En 1914 conoce a Juan Gris y comienza a relacionarse con Picasso. Hasta

entonces el cubismo de Diego de Rivera, según Ramón Favela, “había adquirido un estilo

muy personal que contenía elementos derivados de El Greco, de los cubistas cezannistas de los Salones,

de Juan Gris, con calidades muy mexicanas de superficies y texturas delicadamente toscas y colores

exóticos muy saturados... (100). En la primavera de este año, Diego de Rivera inaugura su

primera y única Exposición individual en París, en la galería Berthe Weill, en donde

expone varios paisajes de Toledo, algunos dibujos y acuarelas pero lo más importante es

el prólogo al catálogo. Está sin firmar aunque se presupone que su autor fue Berthe

Weill, el cual vertía numerosas acusaciones contra Picasso (101). Después de este

incidente exhibe sus cuadros en la Sociedad Manés de Praga (102), y en el Salón de los

Independientes. Como vemos, cuando llega por fin a Madrid, “la carta de presentación”

que presentaba este neocubista para Ramón Gómez de la Serna era larga e interesante.
32

Para caracterizar el arte del joven pintor mexicano, Ramón Favela cita el articulo

del critico peruano Francisco Garcia Calderón (103), en donde se cuenta principalmente
e
la evolución de sus obras artísticas, y del que reproducimos el siguiente párrafo. ‘En

x’arias escuelas nuevas- cubismo, orfismo, neocubismo, simultaneísmo, futurismo, cerebrismo- este e

joven pintor halla tendencias sanas. ¿Es Rivera cubista o neocubista? Se inclina a las nuevas

tendencias y, dentro de ellas, busca libremente su camino... Rivera es (ahora) cubista. Sin embargo,

mantiene su autonomía en el seno de inmensa ola... “ (104).

Ramón Gómez de la Serna no dudó un momento en realizar una Exposición

reuniendo las nuevas obras de Rivera y Blanchard elaboradas en Mallorca, en las que

debió presentir un escándalo mayor en la capital madrileña que en la parisina. Las


ml
alusiones que hace al cubismo son concisas aunque parecen remitir al libro de Guillaume

Apollinaire Méditations esthétiques. Les peintres cubistes (1913) (105) que debía

conocer. Principalmente, aludía al problema de la representación total del objeto desde


•‘
sus diversos aspectos: de frente, de lado, desde lo alto, el interior, etc., y al problema del

espacio. De esta forma se pasaba de la fase analítica a la sintética que, ya desde 1912, t

giraba en tomo al resumen de la apariencia de un objeto a su forma geométrica y que


a
Ramón explicó de la siguiente manera: “sintetizando cada vez más, prescindieron hasta de lo que
a
creyeron más imprescindible, y lo sugirieron dado el momento en que, coincidiendo sus
consideraciones, resulta más conseguida la materia aparente...” (106).
U

En una fase posterior, según Ramón, se suprimen algunas proporciones para


a
llegar a desentrañar el objeto, expresión que se asemeja a la que Guillaume Apollinaire
dió sobre Picasso, en fase precubista, cuando le comparó con un cirujano que no
e
representaba sino diseccionaba (107), y llegar, finalmente, auna “ley cubista” donde “han
U

U
33

~dorecobrando así su arbitrariedad, aunque en un mundo nuevo y luminoso, ya en ese trance de

decisión su pon’enir resulta indefinido, sospechándose que las asociaciones de ideas, de colores, de

cosas y de esquemas serán cada vez más varias, más estupendas, mas vibrantes, más definitivas...”

(108).

Por último, Ramón Gómez de la Serna se refiere a ese “porvenir indefinido” del

cubismo, en donde las experiencias individuales se estaban haciendo cada vez más

patentes, como consecuencia de la Gran Guerra que había provocado la dispersión del

grupo cubista. Además, esas entidades - en concreto, la de objetos o cosas a las que

alude son, quizás, algunas de las composiciones en las que, ya desde primeros de 1914,
-

Rivera había empezado a experimentar con la mezcla de arena y otras materias que se

había iniciado en 1913 con el cubismo sintético; y la de los colores, relacionado con el

simultaneísmo de los Delaunay.

En el apartado núm.III de su discurso arremete de nuevo contra la pintura de

caballete, principalmente contra el retrato museable, calificando de “muchedumbre” a

aquellos burgueses que poseen o encargan obras de este tipo frente a los nuevos retratos

que ofrece la pintura nueva: “¡Sus retratos no serán nunca, además, como esos retratos anónimos

cuyo personaje se desconoce y que se quedan idiotizados, mirones, absurdos, teniendo la fácil y grave

mirada que quieran los turistas, o los dilettantis (sic) suaves y melindrosos” (109). Imágenes

nuevas, como las de los Pintores Íntegros, que se diferencian de las académicas porque,

dice Ramón: “Ellos, llenos de sensatez, evitan a sus modelos esa falsa semejanza, sin traspiración y

sin ideas, que les harían parecerse demasiado a la especie vergonzosa. Ellos saben que las cabezas son

iguales a las cabezasporque hay demasiados elementos deleznables que las asemejan y tienden a
34

prescindir de ellos e intentan elfrente, el perfil y la espalda. .lfirman la idea del cráneo, y en vez de

dar la superficialidad consagran con su reciedumbre y su rotundidad el carácter Intentan dar la cifra
U’

del parecido, la cifra personal e intransferible, siendo, quizás, el retrato lo más hermético de su arte

porque quizás no se debe conocer a quien no se ha revelado antes ante nosotros, por más que este

apotegma vaya conta la vanidad del retratado y, sobre todo, contra los hombres que tienen muchas
m
condecoraciones y una banda de moiré” (110).

u’

En el apartado núm.IV continúa su reflexión sobre el cubismo, en concreto, sobre


U
su realización técnica (111). Las reglas de perspectiva lineal permiten un único punto de

vista, que Ramón, como tantos otros, considera engañoso. El descubrimiento de los u’

cubistas fue representar una tercera dimensión mediante la superposición de planos que
uf
permite ver el objeto en el espacio con sus múltiples aspectos, sin que esto lleve al

aburrimiento del que habla Ramón Gómez de la Serna: “¿Par qué también si en la tarde sólo e

una pincelada de luz nos ha atraído o sólo una masa ingente y venerable, simultanéandose esa
e
atracción con la de otras cosas - un antojo de forma o de color - no ha de reproducir el pintor esas

cosas con la exclusión de todos los detalles inútiles y sobrantes? ¡ Cobardía inaudita, miedo a la

sombra de uno y cochina mentira por exceso de verdad ruin, de formalidad y de etiqueta en esos

momentos!” (112), introduciéndose en el futurismo relacionado con la defensa del a

movimiento (113) ante lo estático del cubismo, que derivará en una de sus variantes U

como fue el simultaneísmo,


e
El concepto de simultaneidad es imprescindible en la vanguardia europea desde

primeros de siglo, incluso Apollinaire en su Simultanisme-Librettisme (1913) observa

este aspecto en las innumerables visiones del objeto que, más tarde, serán fundamentales
e
en el orfismo de Robert Delaunay comenzado ya en la serie de Villes y Tour Eiffel. A

pesar de la incógnita de la fecha en que se conocieron estos pintores Robert y Sonia - e

U
35

Delaunay y Diego de Rivera (114) es cierto que el artista mexicano utilizó el concepto
-

de simultaneidad en sus composiciones a través de planos rectangulares como se pudo

observar en algunos de los retratos que presentó en la Exposición de Íntegros. También

podríamos mencionar otra influencia como el posible conocimiento personal entre los

tres - los esposos Delaunay y Ramón Gómez de la Serna -, quienes como veremos

estaban presentes en el escenario español desde el verano de 1914 en el País Vasco y en

Madrid hasta el verano de 1915.

En el penúltimo apartado, Ramón dedica un extenso párrafo a cada uno de los

expositores de la muestra relatando lo más importante de lo que presentan, con especial

atención a Rivera, “ese Buda que anda con la pesada solemnidad del bronce y que sonrie siempre,

acogiendo así todas las cosas, tanto el crimen como la belleza, presenta algo exuberante, sangriento y

originalisimo...” (115). El arraigado mundo de las ideas decimonónicas de donde provenía

Ramón le hacen dudar de su concepto de lo nuevo, o bien, a modo de greguería, concibe

un crimen aquello, el cubismo, que ha matado al arte de la belleza y del que, a pesar de

ser sangriento, le atrae la originalidad, idea que mantiene para su Exposición de Artistas

Integros Mude, también, a las marinas que presenta Rivera como aquella “sensación

íntima y diferente del mar con su base estricta de realidad...” (116) y a uno de los retratos que

expone: “- intenso, lleno de arquitecturas y de proyectos como en los paisajesjugosos, quebrados y


-

llenos de la robustez natural...” (117) que no fue el retrato cubista de Ramón (118) sino el de

su amigo el arquitecto Acevedo. Terminaba señalando el cuadro de la Torre Eiffel,

pintado en noviembre de 1914, “esa glosa a la guerra, espeluznante, sobria, sin alardes de

estampa, seria y escalofriante’ (119).


36

Ramón continúa su discurso explicando por qué otro de los participantes, el

caricaturista Luis Bagaría es, de alguna manera, “integro” (120). Según Miguel Pérez
u.
Ferrero, Bagaría, tras la inauguración del 3 de febrero de 1912 del periódico La Tribuna

dirigido por Cánovas Cervantes - uno de las caricaturizados por Bagaría en para la

Exposición -, se acreditaba como caricaturista en el bando de Atenas, junto a Ramón


e
Gómez de la Serna, Tómas Borrás, Enrique de Mesa y Bartolozzi, frente al de los

beocios (121), nombres con los que se denominaron los dos grupos que formaban la U’

redacción del periódico. A partir de esta colaboración en común, aunque también puede
mt
atribuirse los orígenes de esta relación en la revista Prometeo (122), Ramón y Bagaría

mantuvieron una gran amistad que duró más de los cuatro años que el artista catalán e

trabajó como ilustrador en La Tribuna.


a
u

Desde 1914 Madrid se convierte en un centro difusor del desarrollo de la

caricatura, sobre todo, en sus revistas gráficas y en los concursos anuales de José

Francés para estos artistas (123). Además, la nueva generación de 1914 encabezada por
ml
José Ortega y Gasset proyecta una visión renovadora de la política del pais distinta de la

anterior, consecuencia de la Gran Guerra. Bagaría se adhiere a estas nuevas propuestas a

culturales hasta el punto que, como dice Antonio Elorza, “el distanciamiento se establece en
U

el campo el lenguaje, de las formas curvas de procedencia modernista, que presiden tanto la línea de

sus dibujos como sus razonamientos” (124). a

Lo que observó Ramón Gómez de la Serna en el arte de Luis Bagaría fue un gran
a
cambio en su dibujo “atrevido, simpliflcador y voluntarioso” (125) que aunque nada tenía que

ver con el cubismo de Diego Rivera y Maria Blanchard o el primitivismo de Agustín- —

u’

U
37

Choco, sí adquirían ese concepto de “integro” que tanto en el arte de los anteriores como

en el del propio Bagaría suponia un carácter renovador en su pintura, que el escritor

entendió como “corazonadas tan sinceramente dichas y una luz tan tierna y personal. que se entra

en el medio que describe: porque si en los lienzos de Bagaría nada se desplaza como en los lienzos de

Rivera y Afaría Gutiérrez. sin embargo, también transita Bagaría por ellos” (126). Las

simplificaciones geométricas que se advertían en sus caricaturas que, incluso, Ramón

pudo considerar como connotaciones alusivas o semejantes al arte de Rivera o

Blanchard, las desarrolló en un extenso artículo, publicado seis meses después de la

Exposición de Íntegros, igual que hizo con Rivera (127), dedicado únicamente al arte de

Bagaría. Se trata, sin duda, por sus aportaciones en el arte de la nueva etapa del

caricaturista, de un documento que desvela parte de las incógnitas de su participación en

Íntegros (128)

Por su parte, Maria Gutiérrez es considerada por Ramón como “viajera que acaba

de llegar de vuelta del país de las obscuras cavernas y del país de las cumbres radiantes’ (129). Si

analizamos esta frase con exactitud y haciendo hincapié en los viajes de Blanchard y

Rivera nos damos cuenta que Ramón habla del mundo de las oscuras cavernas

protagonizado por el centro neurálgico como era por aquel entonces París y sin

embargo, Mallorca, lugar donde habían pasado una breve estancia para instalarse

después en Madrid, es el país de las “cumbres radiantes... de grandes bosques de flores inmensas

yde arboles y cumbres mucho más inmensas que lasflores (130).

El arte de Blanchard muestra, según Ramón, “un infinito de cosas pintadas

conjuntamente, escogiendo de una la arista convincente y de otra el mango, sobre tal cantidad de
38

pequeños planos y tan numerosa profusión de claros obscuros que adquiere cierta confusión el lienzo”
r
(131). Denominar oscuras cavernas al país originario del cubismo, contUsión de
u.
pequeños planos en los lienzos de Blanchard, cosas sangrientas en los de Rivera, etc. no
es un apoyo sincero a la integración de este nuevo ismo en la capital madrileña sí, por el
e
contrario, una manera más de provocar al espectador.
e

Por último, Agustín o “el Choco”, el salvaje, representa “el hombre sin prejuicio

ninguno y sin ideaL el manchego que labra el campo, el hombre rústico que sólo ha estado una vez en
u’
el Aluseo, que no sabe leer ni escribir, que no ha aprendido de nadie, que se deja engañar

ingenuamente y un día cree que un gigante que quiere ver sus cosas, al no poder entrar en el cuarto en
mt
que trabaja, asomara un ojo tremendo por la ventana; otro día cree de verdad que sus cosas valen un

millón, y espera al multimillonario que le anuncian, que ha anunciado su llegada desde Chicago. El no

sabe explicar sus cosas, aunque es lo bastante prudente y ecléctico para admitir todos las

explicaciones..’ (132), que Ramón pretende convencer del primitivismo de este hombre, a

pesar de haber ingresado en un taller, para evocar el mundo de lo antinormativo, u

relacionado con las teorías que circulan por Europa durante esta época o los matices
mt

puros del arte infantil.


Finalmente, fiel a su ideal - “hay que ir al público y conquistarle” (133) - se pregunta

cómo acogerán la muestra los críticos. Estos no entenderán su Exposición; por eso, dice
mt
Ramón, “gocemos nosotros, los muy solitarios, las primicias suculentas, que ya en el porvenir,

cuando hayan acabado en la pintura las improvisaciones, las oratorias, las cosas, obscuras, e

embetunadas, neutrasy pasmadas,... pero dejándonos un fondo acre que callamos, estas obras íntegras
mt
serán la diversión y el consuelo que eviten esa jaqueca, esa parálisis parcial. esa neuralgia que

provocaban antes los museos y ante las nuevas cosas expuestas acreceremos todos los días la vida en
uf

t’r, dr nnds’rar al 6rtnvig nncí~chnc,n n,,iotn , llnnn do ,-,hnrn’ (1


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mt
39

11.4. LENGUAJES ARTÍSTICOS DE LA EXPOSICIÓN DE PINTORES INTEGROS

Después de las dos proclamas sobre el futurismo presentadas por Ramón Gómez

de la Serna, el siguiente fogonazo de actualidad vanguardista en Madrid fue, como

hemos visto, la presentación del cubismo. Tal y como exigía el evento Ramón se ocupó

de todo, de tal manera que constituyese un espectáculo dificil de olvidar. La presentación

del grupo de Pintores Integros al público madrileño resultó tan escandalosa que el propio

Ramón fue incapaz de omitir, años después, en su Automoribundia, el siguiente

comentario:
“Va a ser la primera exposición cubista que va a ver España, y en un salón de Arte de la calle

del Carmen se montan los cuadros y las esculturas. Me exigen que yo hable el dia de la inauguración,

pero yo enjo por mi parte que para que el público no discuta mis palabras contrastándolas con el

potente misterio de los cuadros, estén cubiertos durante la conferencia. Así se hace y la concurrencia

me escucha sin escándalo, encabezado el público de artistas y curiosos por don Ramón del Valle

Inclán, que bajaba los ojos mientras escuchaba. Se quitan los paños que cubren los cuadros y las

polémicas airadas comienzan, rogándole yo a Diego Rivera que no vuelva al salón, porque Diego

quena usar contra los filisteos su gran bastón hecho con un tronco de árbol. En el interregno de esa

muestra de Arte nuevo, Diego pinta mi retrato cubista y se expone en el escaparate de la misma Sala de

Exposiciones, pero al segundo día se recibe una comunicación de la policía mandando que se retire el

cuadro por cómo está provocando un escándalo público constante. La nueva simiente ha sido lanzada y

nosotros reimos y discutimos llenos defe en la renovación del decorado intimo de la vida...” (135).

Aunque no había sido, como proclamaba Ramón Gómez de la Serna, la primera

Exposición cubista en España, ya que tres años antes el galerista Josep Dalmau se había

adelantado con la muestra colectiva de arte cubista, si pudo haber tenido un carácter
40

favorecedor o difusor en aquellos artistas que, exiliados por la guerra europea, llegan a

Madrid, como el pintor mexicano Diego de Rivera pero quedaría, muy lejos, por otro
u.
lado, de poder ser identificada con el aspecto de promotor de arte de vanguardia

‘mternacional que tuvo Josep Dalniau. e

u’

u’

mt

uf
Interior de la Exposición de Pintores Íntegros

(Heraldo de Madrid, 8-3-1915) ml

a
Aun hoy en día, se pueden observar algunas muestras de veracidad de los paños

que estuvieron tapando los cuadros en uno de los rincones de la sala, quizás en la única e

uf

mt
41

fotografia que existe (136), mientras Ramón Gómez de la Serna pronunciaba una

conferencia - el prólogo al catálogo - para presentar e inaugurar el grupo de Artistas

Íntegros. Ateniéndonos al catálogo, las obras presentadas fueron cuarenta y una y sus

participantes cuatro: Agustín-Choco, quien presentó diez esculturas ( Adán y Eva

(relieve), El hombre (cabeza), La mujer (cabeza), El niño (cabeza), El hombre de la

barba (cabeza), El viejo (cabeza), La maga (busto), El mudo (estatuita), El monstruo

(grupito) y El guerrero (relieve); Bagaría, con tres cuadros -Avila, La torre y La plaza -

y ocho retratos; Gutiérrez Cueto exhibía ocho obras: Academias, Naturaleza muerta,

núm. 1, Naturaleza muerta, núm. 2, Figura en movimiento, Cabeza sobre fondo blanco,

Cabeza sobre fondo verde y ‘Madrid”y, finalmente, Rivera con trece obras, seis pinturas

de Mallorca datadas en 1914, una de Madrid, también de 1915 y seis retratos realizados

en 1915.

Sin embargo, si examinamos con detenimiento las críticas a la Exposición de los

Pintores Integros, como haremos en el siguiente apanado, uno de ellas afirma la

presencia de dos o tres escultores más, que dejan entreabierta la posibilidad de algún otro

participante, o por el contrario, de que se trate de una contUsión: “Ya tenemos cubismo, y del

más definitivo y característico. Un pintor mejicano, el señor Rivera, de quien nos aseguran que antes

de dedicarse al nuevo arte, pintaba razonablemente, una señorita Gutiérrez, de la que se presume, en

medio de la incompresible manera a que hoy se dedica, una dibujante de trazo certero, algún pintor

más, y dos o tres escultores. Son los heraldos de la nueva religión pictórica y escultórica, cuyo

iniciación en España se exhibe para la admiración del público en un establecimiento de la calle del

Carmen” (137).
42

No obstante, después de revisar numerosos escritos de Ramón, entre ellos su

libro Automoribundia, que informan de la llegada de París del escultor ruso Lipchitz y
mt
del mexicano Diego de Rivera (138) y un extenso articulo dedicado al escultor con dos

imágenes, Ecuyére y Mujer, publicado en Renovación Española, el 27 de junio de 1918, —

que reproducida completo años más tarde, en 1931, en su libro Pinos refiriéndose al
e
Lipchitzmo (139). El escultor ruso vuelve a Paris en mayo de 1915, y en una carta

dirigida a su amiga María Blanchard, cl 10 de mayo de 1915, corrobora su estancia en u’

Madrid (140). Sin embargo, y pese a algunas coincidencias creemos que no existen datos
u’

suficientes para afirmar dicha participación aunque sí podríamos pensar en su presencia


u.
como visitante a la muestra, al igual que muchos otros jóvenes artistas españoles como
Francisco Mateos (141) y Alberto Sánchez (142) que posteriormente protagonizarían un
a
papel destacado en las artes plásticas españolas.
u’

Las obras presentadas por los artistas íntegros en el Salón Kuhn o Arte Moderno

siguen despertando una gran curiosidad por todos los historiadores de este periodo, en
a
primer lugar porque son, en su inmensa mayoría, desconocidas. Así, de las 41 obras que

formaban la Exposición, tan sólo se conoce El Retrato de Ramón Gómez de la Serna por a

Diego Rivera que, en realidad, no formó parte del catálogo original, sino que, más tarde,
u

una vez inaugurada la muestra, se colocó en el escaparate de la sala de Arte Moderno

(143). También podemos presuponer la presencia de otras, como la versión de la torre

Eiffel que realizó Rivera con alusiones a la guerra, que Ramón Favela ha descrito como
e

“la combinación de una especie de fantasma de la torre, arriba y dentro de la “Grande Roue’ en

movimiento, se ve detrás de lo que parecen ser diversas vistas de la proa inclinada de un navío. Planos uf

amplios, inclinados y transparentes que revelan las comisas de los edificios parisienses, también
uf

mt
43

aparecen dentro de marcos puntillistas decorativos y empastados. Más allá de las imágenes icónicas

grisáceas delfondo sobresale vigorosamente un edificio de fachada azul verdosa, blanca y roja alfinal

de una calle vacía y protosurrealista” (144) y que aparece reproducida, según nuestra

opinión, en una fotografia de Heraldo de Madrid, el 8 de marzo de 1915 (el tercer

cuadro por la izquierda). Otros fueron, según Ramón Favela, Plaza Toros, La

Naturaleza muerta con damajuana (Ultima hora) (145), y un desnudo titulado Madrid,

de María Blanchard (146).

A pesar de la dificultad que supone reconer la mayoría de las obras de esta

exposición, hemos localizado algunas más: Paisaje en Mallorca, (Colección Martha de

Quintana), Paisaje de Mallorca de 1914, (Colección INBA-Museo-Casa Diego Rivera

en Guanajuaja) y El Arquitecto, (Museo de Arte Alvar y Carmen T.Carrillo Gil (INBA,

Ciudad de México) de Diego Rivera; El rastro, y Figura en movimiento, de Maria

Blanchard.

La aparición de estas obras nos sitúan en uno de los períodos más interesantes de

la carrera artística de ambos pintores. En el caso de Diego Rivera sus composiciones

fueron realizadas en una breve estancia en Mallorca, donde había trabajado con un

cubismo basado en el desarrollo de extensos planos de alargadas formas triangulares y

rectangulares que combinaba con motivos típicos de la costa mallorquina como palmeras

y cactus que se interponían al paisaje. Se trataba, en realidad, de una simplificación del

peculiar cubismo que quiso emprender Mondrian, de quien era amigo Rivera hacia 1912,

y que se puede observar en la serie Árboles del año 1912 del pintor ruso y, en Rivera, en

los cuadros Arbol y muros de 1913, (Colección panicular); Toledo, (Colección

particular) y Árbol (1913), (Colección JNBA-Museo-Casa Diego Rivera en Guanajuaja).


44

De estos estudios, Paisaje en Mallorca, (Colección Martha de Quintana), y Paisaje de

Mallorca de 1914, (Colección [NBA-N4useo-Casa Diego Rivera en Guanajuaja)

formaron parte de las obras presentadas en el Salón de Arte Moderno.

it u

e
1
e

Diego de Rivera, El arquitecto (Jesús T Acevedo), 1915


u’

Ó¡eo sobre lienzo, 144x 11,5 cm.


Museo de Arte Alvar y Carmen T.Carrillo Gil. Ciudad de México u

Otro de sus cuadros fue el mencionado anteriormente El Arquitecto, retrato de su

amigo el arquitecto Jesús Acevedo a quien conoció a su llegada a Madrid, integrándose


u’
en un amplio grupo de artistas, entre ellos, algunos compatriotas como el poeta Affonso

u ci JIIILU¡ tUI~C1 L4uId~d. rut tu L4JILU VI UU4UIU IUC ¡JLIIL4UU ti ~III1CI~IUS tIC IflJ,

y no, como afirma Ramón Favela, a su marcha: “el gran retrato del arquitecto Jesús Acevedo,

uno de los últimos cuadros que pintó Rivera antes de salir de Madrid para establecerse en París’

(147). Dicho cuadro invertiría, pues, el proceso que Favela propone por el cualEl m

u
45

Retrato de Ramón Gómez de la Serna (1915, Óleo sobre lienzo, 109 x 90 cm, Colección

de Plácido Mango) es anterior al de ElArquitecto, (1915, Óleo sobre lienzo, 144 x 11,5

cm, Ciudad de México, Museo de Arte Alvar y Carmen T.Carrillo Gil) opinión que no

compartimos (148).

Sin embargo, el cubismo de Rivera, que pasó inadvertido en la capital de España,

mostraba una nueva etapa en su trayectoria artística. Sin duda, sus fases en el cubismo

estuvieron delimitadas por tres tendencias o más, que Olivier Debroise ha dividido

cronológicamente en “1911-1913 acercamiento al cubismo, Cézanne, cubismo con algunos

elementos futuristas, paisajes y retratos: 19 13-1914 cubismo imitativo analítico, estudio del espacio de

la naturaleza muerta, papel pegado y 1914-1917 cubismo de Rivera o cubofuturismo, simplificación de

la forma, colores intensos, elementos mexicanos y venidos de otras escuelas -puntillismo,

academicismo-, retratos cubistas” (149). Continúa Olivier Debrois estableciendo una

conexión con su ‘forma híbrida de cubo-futurismo que Rivera practicaba entonces provenia

probablemente más de Léger y de los cubo-futuristas rusos que directamente de los futuristas. (Se

conoce la amistad entre Gino Severini y Diego de Rivera, pero no existe información acerca de las

aportaciones de aquél a la concepción pictórica de Rivera)’ (150).

Por lo tanto, El arquitecto pertenecería a un “cuboflirismo”, que se esfumó tan

pronto como Rivera se marchó a París, pero que más tarde volvería a surgir en la

Península en otros artistas que influidos recíprocamente lanzarían de nuevo unas obras

basadas en la mezcla de determinados elementos del cubismo y del futurismo, como el

Planismo de Celso Lagar y del Vibracionísmo de Rafael Barradas. También podemos

incluir El arquitecto no solamente en esa tercera tendencia de la que habla Debrois, en

donde las formas se construyen a base de grandes rectángulos que a veces se entrecruzan
46

para formar triángulos y rombos sino que, además, muestran claramente influencias de

Juan Gris. Como sabemos, a principios de 1914 se conocieron en Paris y a partir de


u
entonces, empezó a influir en su pintura, como en el cuadro de Juan Gris Reloj y botella

de Jerez de 1912 (Colección Thompson, Pittsburgh) en la cual podemos observar la

disposición romboidal que predominó en Rivera.


uf

Dentro de la producción pictórica del propio Rivera, podemos situar su obra El

arquitecto en un período en que dominan los retratos de estilo cubista, caracterizados u’

por la presencia de fuertes colores, un interés por el movimiento, presentado


u
principalmente en las cabezas de los retratos, como El joven de la estilografica (Óleo
u
sobre lienzo, 79,5 x 63,5, cm, Colección Dolores Olmedo), Retrato de Best Maugard
(1913, Oleo sobre lienzo, 226,8 x 161,6, cm Ciudad de México, Museo Nacional de
u
Arte), Marinero Almorzando, de 1914, (Óleo sobre lienzo, 114 x 70 cm, INEA-Museo-
e
casa Diego Rivera,Guanajuato) (151), El Grande de España, (El caballero) de 1914,
(Museo de Monterrey), etc. En esta obra Rivera simula la técnica del “faux bois”que

pertenece al papier collé inventada en 1913 por Braque, cuando utilizó en un bodegón
e
papel que imitaba el veteado de la madera y que, además, Rivera ya había utilizado

anteriormente en Naturaleza muerta con balalaika de 1913 y en Naturaleza muerta con e

instrumento de cuerdas, ambas en la Colección Bergen, Noruega.


uf

Otro de los cuadros que formaron parte del escaparate del Salón Kuhn fue, como

vimos anteriormente, El retrato de Ramón Gómez de la Serna, que se sitúa en la misma


uf

tendencia analítica que El arquitecto. A diferencia del anterior, de éste conservamos la


e
descripción constructiva de su retrato, publicado por primera vez en La Esfera, el 3 de
e

u
47

noviembre de 1923 y, más tarde, en el ramoniano [sinos de 1931 (152). Dicha

descripción que ha sido considerada para unos como “el método que se siguió para pintar su

retrato cubista y simultaneista, para el que acuñó el término de retrato ‘rotativo (153) y para

otros, Rivera “se vio obligado a recurrir al movimiento: el retrato es una naturaleza ‘viva’, y admitió

en su cuadro otros elementos. Tanto por los temas tratados como por la compenetración de tiempos y

espacios, Diego de Rivera se alejaba del cubismo” (154).

Diego de Rivera, Refroto de Ramón Gómez de la Serna (1915)


Óleo sobre lienzo, 109 x 90 cm.
Col. pan.
48

Otra de las obras que podemos apuntar como integrante de la exposición te E-

rastro (1915, Óleo sobre tela, 27’5 x 38’5 cm, Colección Dolores Olmedo). La inclusión
u
de esta obra se ha basado en la mención de dicho cuadro en las crónicas artísticas como

la de A.Bonnat, quien alude al emplazamiento de dicho mercado: “Esos cuadros que parecen

trozo de mosaico o un puesto del Rastro, invitan a la meditación,’(15 5).


U

u’

e
Diego de Rivera, El rastro (1915)
Oleo sobre tela, 27’5 x 38’5 cm.
Col. pafl.
u’

En el caso de Maria Blanchard, amiga personal de Diego Rivera y Ramón Gómez



de la Serna, presenta siete obras, de las cuales hasta hoy se conoce Madrid, por la

descripción que hizo de ella el propio Ramón en su libro Retratos Completos (156). e

Aparte de esta obra, Maria Blanchard también presentó Figura en movimiento,


uf

denominada ahora como Nu o Eva y fechada en 1912, en el Museo Nacional de Arte


uf

Moderno de París, donde se encuentra en la actualidad. Como sabemos, su formación


juvenil en Madrid estuvo guiada por artistas como Emilio Sala, Alvarez de Sotomayor y

Manuel Benedito, quienes se habían distinguido por el dominio en el dibujo académico.


uf
Instalada en Paris, conoce en la Academia Vitti a Anglada Camarasa, quien se convertirá

uf

a
49

durante 1909 en su maestro y, más tarde, se acerca de forma natural al colorido fauvista

de Kees van Dongen, como Femine ata Colonnes de 1910, (Colección particular), o

Tableau de 1913, (Colección Mlle D.A.Van Dongen, París,).

Así pues, la propuesta figurativa que presenta Blanchard al público madrileño en

el cuadro Figura en movimiento se oftece como el crisol de todas sus influencias

parisinas. Se trata de una presencia fisica directa resultado del dominio casi escultórico
-

del dibujo pero que se inserta en un fondo monócromo irreal que obedece a esquemas
-

derivados del simbolismo y del arte del Ferdinand Hodíer de La Noche de 1890

(Kunstmuseum, Berna, Suiza).

Maria Blanchard, Nu o Eva (h. 1912)


Museo Nacional de Arte Moderno, Paris.
r
50

El caricaturista Bagaría presentó once obras de las cuales tan sólo se conocen sus

retratos. Sus cuadros estaban realizados, según el diario La Tribuna, ‘de una gran finura de

color ~ de mucho sentimiento moderno, son preciosos. Las ocho caricaturas personales que exhibe -

‘Azorin’, Romero de Tanes, Néstor. Tomás Borrás, Anselmo Miguel Nieto. Salvador Canovás,
u’

Cen’antes y su autocaricatura” (157). Sin embargo, para otros críticos, como Ramón Pulido,
U
sus obras “no tienen que ver nada con las obras de sus compañeros” (158). A pesar de la falta de

estas obras, si podemos presentar, por su publicación posterior tras la inauguración de la u.

Exposición de Íntegros, su Autocaricatura o Autocrítica, presentada en la revista Gil


u’
Blas, junto a otras más con el titulo de Pompeyo, Benavente, Belmonte, Manuel Abril,

Galdós y Ramón Gómez de la Serna. e

u’

u.


Luis Bagaria.
Caricaturas de Ramón Gómez de la Serna y Benito Pérez Galdós
e
(Gil Blas, Madrid, 5-10-1915)

u
51

Por último el escultor Agustin-Choco, conocido hoy en día por ser el criado del

escultor Julio Antonio (159), exhibió diez obras. Sus trabajos causaron escaso interés en

las crónicas artísticas, y así, por ejemplo, desde La Tribuna se argumentó que sus

proyectos eran “la obra de un ingenuo y muy interesantes por lo mismo. Algunas de ellas revelan el

instinto del escultor, al que sólo falta la perfección plástica que da la educación y el trabajo” (160);

otros, por el contrario, le calificaron de escultor que “quiere imitar a los escultores primitivos

y lo hace muy medianamente” (161).

Efectivamente, la aportación “salvaje” de la que hablaba Ramón Gómez de la

Serna en su prólogo al catálogo llegó a situar entre las otras tendencias el cubismo de
-

Rivera, el figurativismo de Blanchard y la simplificación en la caricatura de Bagaría ese -

carácter de lo primitivo o lo naif, venido seguramente de la mano de su amigo Julio

Antonio quien por aquel entonces participaba en las tertulias de Pombo, en donde

debieron coincidir en esa falta de estudio y trabajo en el campo de la escultura para

presentarlo con un valor cercano a lo virginal y primitivo.

11.5. RECEPCIÓN CRITICA EN LA PRENSA ESPANOLA

Si la palabra “íntegro” fúe minuciosamente escogida por Ramón Gómez de la

Serna después de haber leído todo el diccionario, ‘palabra por palabra, esa es la palabra que

les caracteriza, sin acosarles ni anticuarles. Ellos son íntegros, lo que quiere decir llenos de si,

ponderados e insobornables. Como integros que son, ninguna fórmula entra en su integridad, que se

produce atenta sólo a si misma y dictándose nuevas leyes cada nuevo día..” (162); su significado

remitía a lo completo, a aquello que no carecía de ninguna de sus partes, de una perfecta

probidad, incorruptible. Ramón no se equivocaba en augurar que les denominarían con


otro apelativo, éste pensaba en el de futuristas y sobre todo en el de cubistas

‘queriéndoles esclavizar, por lo menos, en esa fórmula por la que pasaron, va que ella está esclavizada
e
por tantas cosas... La fórmula cubista ha evolucionado en ellos. Fueron cubistas porque comenzaron

por el principio, planteándose el problema con todas sus determinantes, quizás obscureciéndoles un
a
poco porque las iras que suscitó su revolución necesitaban ser cegadas con dureza implacable,

vitriolando al público sin compasión... “(163). Por otra pane, dicho vocablo es utilizado en su

Primera Proclaina de Pombo (1915) para hacer alusión a lo nuevo: ‘¿Y tendremos que
u
insistir más en demostrar cómo se les ve a esosplebeyos cortesanos, que intentan agredir cuantas veces

pueden a los renovadores y a los íntegros?” (164).

a
Si Ramón Gómez de la Serna ~e refería a InQ Tntegros coma el na~n ~le urna face

cubista que ha evolucionado hasta llegar a ser íntegra y completa, los numerosos críticos u

de la capital no lo entendieron así y, lo que es más importante, se enfrentaron con la


u
llegada del cubismo que tan sólo conocían de oídas, quizás por la llegada de algunos

textos como el de Guillaume de Apollinaire, Los pintores cubistas (1913) que Ramón

parecía conocer como lo demostraba en su prólogo al catálogo o por algunos artículos


u.
además de reproducciones en blanco y negro, sobre todo de diarios catalanes (165), en
u
relación a la Exposicion de arte cubista en las Galerías Dalmau (1912) (166).
En efecto, la crítica madrileña denominó a las obras de la exposición de cubistas u

(167) pero también de futuristas (168), designación que parecía tener su origen de
u
procedencia bien en la publicación de los manifiestos fi.ituristas por el propio Ramón,

bien por la difUsión de el libro Elfuturismo, por la editorial Sempere de Valencia, que —

trataba de una versión libre de la presentada en Francia en 1911 sobre manifiestos

t
53

futuristas o bien por las noticias que llegaban sobre dicho ismo desde Cataluña o la

propia capital madrileña (169).

La crítica fUe tan dura y negativa que se convirtió en un estímulo para que el

público acudiera en masa a visitarla. De los veinticinco rotativos más importantes de

Madrid, siete dedicaron un articulo a la Exposición: ABC, El Año Artístico, El Globo, La

Tribuna, Nuevo Mundo, Heraldo de Madrid y Mundo Gráfico; mientras que, de los

restantes, tres se limitaron a utilizar alguna frase en tono despectivo a descalificar la

muestra: El Parlamentario, El Universo y El Día y los demás no hicieron ninguna

alusión al evento: La Correspondencia de España, La Prensa, El Universo, El Liberal

de Madrid, Blanco y Negro, El Socialista, El Debate, La Esfera, España Nueva, etc.

José Francés, puntual a su cita con las crónicas artísticas de la capital, saludaba la

llegada del cubismo; negativa e, incluso, irónicamente, realizaba una llamada de atención

a Eduardo Chicharro, quien en 1907 habia sido profesor de pintura de Diego de Rivera -

y que en 1915 ejercía como director de la Academia Española en Roma - y le habia

instruido en el arte del costumbrismo, hasta tal punto que le invitó, en 1908, a participar

en la Exposición “Chicharro y sus discípulos” donde el pintor mexicano exhibía un

cuadro titulado Valle de Amblés, obra que inspiró a Gómez de la Serna para escribir:

“El valle de Amblés es casi inabarcable, ensayo de un nuevo modo de ver más in extenso el paisaje”

(170). Aquella Exposición, quizás, le invitó a recordar las palabras del profesor

Eduardo Chicharro: “Hace algunos años, cuando todavía esos del cubismo, del futurismo y otros

cosas por el estilo eran una novedad en el mundo civilizado, me decía Eduardo Chicharro: Verá usted

cómo eso no llega nunca a España. Los españoles tenemos siempre un obstáculo insuperable: el miedo
54

al ridículo. Por temor al ridículo no seremos nunca arbitrarios ni renovadores en ningún sentido; pero
0

a cambio de esa desventaja tiene nuestro temor la ventaja de evitarnos lamentables equivocaciones

(171). a

A pesar de recordar que el joven discipulo de Chicharro era uno de esos cubistas,
U’

el propio José Francés afirmaba, aun habiendo estado en Paris, que no sabía lo que era el

cubismo, quizás también como opinaba el pintor, por temor al ridículo: “¿Oiga usted, qué

significa eso? - me preguntaba un infeliz señor a quien todavía le parecen buenos los cuadros... Yo,
u.
temeroso de confesar que un critico de arte no sepa lo que significa una cosa en la cual se han

empleado los mismos útiles que se emplean para pintar cuadros, sonrel con aire de iniciado, con un
hermetismo que al buen señor le debió acortar imaginativamente la distancia de Madrid a Leganés. Sin

embargo, ahora que no nos oye nadie, les diré a ustedes que yo tampoco sabia lo que significaba

eso. .. “ (172).
U’

Además, Francés se lamentaba de la evolución pictórica de Gutiérrez Cueto y de


Diego Rivera y del desperdicio de sus dotes en la representación de la belleza y del
a

realismo, como prometían sus composiciones de años anteriores y como continuaban


u
observándose en la mayoría de los otros artistas que exhibían sus obras en la capital
£ ~..‘J. JL~•ALI.J la al A~L~W —~ JtJ.fl~ It lt~L.O, ulla ~OJfl~~4LW4 34Llllt~4 UCI UIUUJ4IILV ELVMIU

mostraba a Rivera y a Blanchard delante de una supuesta obra cubista, que no aparecia
u
después en la reproducción del mismo texto, que publicó José Francés en El Año

Artisfico de 1915. Siguiendo la misma tendencia en clave humorística, como ya hemos u

visto, la revista gráfica Gil Blas de Madrid, en el apartado “Cajón de Sastre”, presentaba
u
una caricatura cubista del dibujante Francisco Mateos titulada Diego de Rivera (174).
a

u
Allí, Mateos había intentado representar la figura del pintor descomponiendo sus partes

principales: cabeza, manos, cuerpo... que colgaban de una supuesta cuerda aludiendo

bien a la facilidad de realizar obras cubistas, hasta los dibujantes de caricaturas podían

bien a un arte que por su desestima merecia estar colgado bien al característico aspecto

de arte fragmentado con que se tachaba al cubismo.

Francisco Mateas. Caricatura cubista de Diego Rivera


(Gil Blas, Madrid, Madrid, 1-10-1915)

Otra de las crónicas que se dedicaron la muestra fUe la Heraldo de Madrid, que

bajo las letras de su autor anónimo SN ofrece una prueba más de la incomprensión de la

crítica de arte en la capital de España y su recepción hacia el primer evento artística

visual relacionado con dos lenguajes artísticas de vanguardia, el cubismo y el fUturismo:


56

“Ya están a/ii; va llegaron. No me refiero a las legitimas rosquillas de Fuenlabrada y de la


O

propia tía Javiera, pues aún faltan dos meses creciditos para San Isidro, sino a los cubistas, que ayer

inauguraron la primera Exposición que en España hemos visto de cuadros de cubismo, cubicados, o

cuberos o como se diga.. en la pintura de los cubistas mi incompetencia es total, absoluta, rayana en el
a
modo de pensar que puedan tener los pedruscos respecto de la preciosa suerte de i’aras en los toros....

Al ver un cuadro en cubos, primero quedé como quien ve visiones, y después caigo en horribles
e
planchas, de esas que dejan al planchista más corrido que una...

Pregunto, por ejemplo: a

-¿Representa ese cuadro un terremoto en una fábrica de latas de sardinas?...

- No, señor replica cualquier iniciado o el catálogo -: es el retrato de una hermosa dama
- 0

-¡ Ah!

e
- Sí. muy hermosa

- Y aquel otro, ¿es el muestrario para una contrata de adoquinado?

-í Por liflos!- contestan-. Eso es un bodegón.

~¡Caracoles.~

L.,.
<Vii, ‘tU flLJV cÁJrUUuIca.

e
Y así con todos los cuadros, porque no acierto uno..

En su imaginativo despilfarre, llama Laserna a los de la cubicomania ‘pintores íntegros’


e
(175).

En realidad, la Exposición de Íntegros supuso toda una revolución en Madrid, o

aunque si bien dejó una profunda huella de espanto en la vida artistica no solidificó como
e
hubiese querido su promotor. Se la calificó incluso de arte cobarde, de modernismo o
e
chifladura, de pesadilla que todos repudiaban por su agresividad en el campo de las artes.
El efecto de provocación, de risa, de humorismo que Ramón consiguió con la

presentación de sus obras íntegras o cubistas en Madrid ya se atisbaba desde hacia

tiempo en el crítico de arte AR. Bomiat: “Ya me lofiguraba. Cuando aún no hace dos años

a
57

contemplaba, en el Gran Palacio de París. pinturas del género llamado cubismo, lo pensé. E? día que

esto llegué a mi tierra, lo que se van a divertir por allá! .Así ha sido (176) e incluso el propio

Ramón reconocerá más tarde, en 1931 que “en el cubismo, en el dadaísmo, en el superralismo y

en casi todos los ismos modernos hay un espantoso humorismo que no es burla, cuidado!, ni estafa, ni

es malicia callada, sino franca poesía, franca imposición. franco resultado. La burla es no creer en lo

que se dice, distanciarse de ello, no amarlo apasionadamente. encontrarlo ridículo, y en todos esos

humorismos del nuevo arte hay solaz que termina en su propia obra, y están sus artistas unidos

espiritual y carnalmente a sus temas, encontrándolos gallardos y dignos, pudiéndose decir que los

lloran con emoción al mismo tiempo que los ríen. Por eso cuando el público, ante las cosas modernas,

cree que el autor es un guasón. es que no comparte las complacencia interior de otros motivos que los

que a ese público le complacen, es que no ve que como objetivo de contemplación el artista actual

siente otras cosas divergentes, rotas, sugerentes de otros mundos” (177).

Fresno. Caricaturas de Maria Blanchard y Diego Rivera


(Mundo Gráfico, Madrid, 17-3-1915)
58

Para el crítico Bonnat, las obras cubistas tenían un sentido más de reflexión que

de contemplación, porque al mezclar diferentes elementos en las composiciones le llevan


O
a un estado de confrsión, al miedo de no poder reconocerse, en el caso de los retratos o

de no identificar el objeto, a diferencia de la pintura convencional, que es legible y

produce goce y tranquilidad: “Esos cuadros que parecen trozo de mosaico o un puesto del Rastro,
U’

invitan a la meditación, porque concluye uno por no saber a qué atenerse, respecto a su propia

personalidad y es cosa de salir dando voces y diciendo: -¿Yo, soy yo? ¿Tengo los pies en la cabeza?

~El estómago se me ha bajado a una pantorrilla? ¿Qué pasa aquí? A primera vista, estos cuadros

causan peor efecto que un puntapié en una espinilla, pero en cuanto los contemplamos tran quilos, U’

tenemos que reconocer que son superiores a nuestrasfuerzas” (178).


U’

Pese a que, en general, la presentación del cubismo flie considerada como una
U’

todos los críticos venían a coincidir que sus participantes


‘humorada de exposición” (179),
quedaron como meros intérpretes de estos ismos, sus dotes artísticas les convertían en
U’

algo más que insignes imitadores del arte nuevo. A este respecto, el critico de arte
a
Ramón Pulido, basándose en el libro de Boccioni Pittura Scultura futurista (Dinamismo
plastico) (1914), afirmaba: “La exposición no me interesó nada, porque Afaría Gutiérrez y Rivera, —

que son los artistas que alardean de arti stas futuristas o íntegros, son un reflejo muy débiL un mediano
e
plagio de las aberraciones que Boccioni, Carra, Russolo, Halla, Severini, Sojfici y otros pintores han

expuesto por esos mundos de Dios, demostrando que una vez puestos a delirar artísticamente lo hacían
a
de tal forma que llegaban a inquietar al espectador. Nosotros conocemos obras de Maria Gutiérrez,

pintora que ha manifestado que, cuando quiere, sabe hacer un trozo del natural, sazonado y bello, lo

mismo que Rivera. Ahora los (sic) ha dado a estos artistas por hacer manchas geométricas en unos
mp
lienzos y decir que representan desnudos y retratos, allá ellos. Los que tenemos la misión de expresar

nuestra opinión ante el público en materia de arte debemos manifestar a éste, que no merece la pena de
a
que pierda el tiempo visitando esa exposición” (180).

e
59

ABC, como uno de los rotativos de más tirada, aludia a los Pintores íntegros de

una manera moderada, incluso explicando en breves palabras, sin llegar a introducirse en

algo que no conocía, el llamado cubismo:

“Así se llaman algunos jóvenes artistas del pincel que acaban de constituir un grupo para dar

a conocer y para fomentar una modalidad nueva del cubismo. Los íntegros están siendo estos días

objeto de curiosidad de los técnicos y del público en una Exposición de trabajos... Jóvenes de

inspiración arbitraria y abstrusa, con una orientación cientifica de la línea y de la perspectiva, la

señorita Gutiérrez y los Sres Agustín Choco. Bagaría y Rivera han llevado a la Exposición las primeras

primicias de un arte que tiene, indudablemente, muchos secretos de técnica)’ de compos’cien...

(181).

La exposición de estas “pintorescas imbecilidades cubistas” (182), como argumentaba

Federico Leal, trajo a Madrid, a pesar de todo, un aire renovador que suscitó curiosidad

en toda la capital, llegando a ser citada y comparada en ocasiones con otras

exposiciones. Tal es el caso del periódica El Parlamentario, el cual hacia referencia a la

muestra del pintor Ochoa: “a raíz de la hecha por los pintores cubistas yfuturistas, es una prueba

del escaso valor del snobismo y la enorme importancia de la pintura tradicionaL..” (183). Se

establecia así un binomio, bien diferenciado, entre estas dos corrientes pictóricas,

dejando a un lado otras variantes como la pintura decorativa, lumiista, modernista,

costumbrista, regionalista,... par un lado, la pintura tradicional y, por otro, la más

extrema dominada por aquellas inquietudes de jóvenes pintores, como Diego Rivera y

María Gutiérrez Cueto.

De nuevo José Francés, esta vez desde el Mundo Gráfico, seguía atacando a la

muestra, que parecía no haber olvidado fácilmente. Esta vez, la exposición “K-Hito”, en

abril de 1915, le traía a la memoria la de Ramón Gómez de la Serna:


60

“Para borrar el recuerdo de la Exposición del Sr. Campuzano, se ha inaugurado en el Salón

de arte Afoderno, una interesantísima Exposición de Caricaturas. Sin duda, los propietarios del lindo

Salón de la calle del Carmen se proponen alternar la fealdad con la belleza, puesto que también la

admirable Exposición de los Larra a sustituyó a la infausta de los pintores íntegros (184).
e

Incluso tres años después, El Día publica un artículo sobre el pintor catalán U’

Miguel Viladrich titulado “El Primitivismo. La Exposición Viladrich”, firmado por


a
Antonio Hoyos y Vinent, en el que se asocia el arte de Viladrich con la palabra “integro”
u
y con un significado de primitivismo; por contra, se alude al arte integro de la Exposición
de la calle del Carmen de Ramón Gómez de la Serna como aquello que estuvo repleto de
a
“snobismo” y novedad pero sin llegar a alcanzar su verdadero significado: “Si a la palabra
a
‘íntegro’ se le diese en arte su verdadero significado, hoy día adulterado por un erróneo ‘snobismo
podría decirse con harta razón que el arte de Miguel Viladrich es una arte íntegro. Es íntegro en el
a
sentimiento y en la sensación, en la manera y en la interpretación, en los motivos y en su realización

de ellos. El primitivismo del pintor catalán no es una cosa querida, falsa y convencional; ni aún a

siquiera acepta los asuntos manidos, de riqueza arbitraria o de contrahecha unción, sino que es un
a
primitivismo realmente infantil, lleno de buena fe, de efusión de ternura cándida (185).

Además de las criticas artísticas sobre la Exposición de Íntegros, maniobra


e
ofensiva con la que contaba Ramón Gómez de la Serna - que en realidad recogen

manifestos y expresiones cercanas a lo que pudo ser aquel evento nos encontramos ante
- a

la reacción del público madrileño, un público que, sin estas crónicas, dejaría de existir
e
por la ausencia de datos o documentos escritos más fiables, de tal forma que constituyen

como frente socio-cultural una clave imprescindible para analizar la situación madrileña O

a
61

en aquella época. No en vano, en todas las crónicas aparece un público activo aunque

sólo hiera por su participación masiva a la hora de ir a visitar la muestra. No obstante, el

papel del público como receptor de esas criticas diarias a las exposiciones, se iría

configurando a lo largo de 1915. Ya en este mismo año el critico de arte Rafael

Domenech se preguntaba: “¿Cómo se visitan los Museos y las Exposiciones? Sin una preparación

adecuada. ¿Saben las gentes leer lo que hay en un cuadro?... Burla, burlando, la pluma ha corrido

mucho para hacerte ver, lector, la situación negativa en que se halla el público para apreciar

debidamente una exposición de arte “(186).

Una de las causas principales de este estado social era el índice de analfabetismo,

que en 1915 seguía siendo muy elevado. Madrid contaba con una estructura demográfica

de 1.026.315 habitantes, que va en aumento por su carácter de capitalidad, cerca de un

6% de población rural, un 16 % de obreros que trabajan en la construcción y el resto

repartidos en los demás sectores. El coste de vida durante ese año es de un 108 % Una .

familia de un jornalero de clase trabajadora debía subsistir con 4 pesetas diarias, de las

cuales gastaba 3’05 pesetas; no muy lejos quedaban las 3’ 75 pesetas que gastaba al día

una familia de clase media (187). Por otro lado, entre 1915 y 1919 tan sólo tres

instituciones de carácter profesional funcionan en España (Barcelona, Madrid y

Santander); a todo ello hay que añadir el escaso dinero que dedica el Estado en

Educación, tan sólo un 3%, y eso, si apuntamos que ya en 1900 se había producido un

cambio educativo con el desplazamiento fisico del Ministerio de Instrucción Pública y

Bellas Artes con el del Ministerio de Fomento.

Además de lo que apuntaba Rafael Domenech, debemos hacer hincapié en el

coste de la entrada de una exposición, que rondaba entre 0’25 y 0’40 céntimas, de lo que

se desprende que la clase trabajadora y la clase media no eran las más aptas para
62

presenciar estos actos por sus dificultades económicas, a excepción de las exposiciones

nacionales de Bellas Artes, que eran gratis los domingos o bien, como veremos a
e
continuación, el acceso libre a exhibiciones artísticas de carácter “extravagante” o

“humoristico”, como fue la de los pintores íntegros. De esta manera el público que

visitaba estos eventos era principalmente intelectual, gente de clase alta y aristocracia.
e

Cierto es que José Francés, como principal patriarca de las críticas artísticas de la —

capital, fUe uno de los primeros que reaccionó contra el grupo de artistas que formaban
a
bajo el estandarte de Íntegros, pero también lo hizo contra el público, lamentándose en

ocasiones del éxito que había obtenido la muestra, mientras que las exposiciones e

nacionales de Bellas Artes, en concreto, la que estaba apunto de inaugurarse, seguían el


e
camino habitual sin lograr un auditorio semejante al de Íntegros, de tal modo que
u
barajaba la posibilidad de instalar en dichas exposiciones del Retiro una sala para este
nuevo arte:

“Veremos si ahora, con un cartel llamativo que ‘grite’ desde las paredes, al lado de los
a
carteles de toros, el público se decide a visitar el palacio (¡.9) de Exposiciones del Retiro. Yo creo que

no estaría de más instalar una solita, aunque fuera pequeña y se entrara a ella con permiso facultativo,
u
de cubistas, futuristas u otra cosa por el estilo. La instalada en la calle del Carmen ha sido un éxito

enorme, asombroso, sin precedentes... Hubo que llamar parejas de guardias de Orden Público (188), e

no para dentro, como supondrá algún desgraciado que todavia cree en la belleza sin cubos ni
a
futurismos, sino para fuera, para contener el público que se disputaba la entrada al saloncito Arte

Moderno, como el puesto en la taquilla del abono a los toros. Y con esa comparación creo decir
e
bastante. Claro es que este éxito no lo obtuvieron nunca en España las verdaderas obras de arte y

demuestra una vez más la cretinidad del público español. Por eso digo que no estaría de más una salita a

a
63

estrambótica como cebo, o por lo menos, un cartel que no se supiera lo que representaba pero que a la

gente le recordase la exposición de cubistas y acudiera piadosamente engañada...” (189).

El testimonio de Francés aludiría a un “público cretino”, de masa, al que se

podria amaestrar por falta de cultura y que debería visitar otras exposiciones,

llamémoslas de tendencias oficiales, capaces de ofrecer “humanas figuras, paisajes que son

paisajes, y i’arios objetos que recuerdan a otros usuales y corrientes con la ventajosa d¡ferencia de que

son más bellas y artísticas (190); precisamente una de estas exposiciones, la de los

hermanos Gutiérrez Larraya, le permiten recuperar la memoria de lo que había sido la

Exposición de Pintores Íntegros (191).Francés establece una división tajante entre un

público de gentio, sin cultura, incapaz de acariciar una obra de arte académica por su

falta de sensibilidad, que acude en masa a ver un espectáculo artístico y por su grado de

eficacia se acuerda de él, frente al potente e instruido burgués que acapara el escaso

mercado artístico existente.

Es interesante aludir a otros comentarios realizados por el público como el del

crítico A. R. Bonnat, quien recoge -¿o imagina?- una cunosa conversación entre un

padre y un hijo, aludiendo, tal vez en forma de comparación, al critico y al público - un

critico entendido y un joven público que, poco a poco, se va desarrollando e

incarporándose en un lugar privilegiado en el mundo del arte como medio imprescindible

para el reconocimiento de una obra o un artista; éste último, absorto ante las

composiciones cubistas, pregunta al padre quien, por su experiencia artística, debe saber

desarrollar su papel y qué es aquello que allí se representa. En realidad, ésa era la

situación que vivía la capitalidad del arte oficial español. El crítico, por su condición de

poseedor de la cultura artística y a pesar de su responsabilidad como emisor de las


64

corrientes artísticas, sabia de oídas la existencia de esos ismos, pero, al no entenderlos o

no apoyarlos, no aceptaba aquello que se presentaba por primera vez en la capital y lo


*
consideraba como una tomadura de pelo.

Además, se ponia de manifiesto un ataque directo a] arte moderno, en donde las

primeras premisas hacia este nuevo arte eran patentes. En primer lugar, se apela a la
e
aparente facilidad de realizar un arte moderno, cualquiera podía hacerlo, lo que trae

como consecuencia el desprecio hacia las artes plásticas modernas, a diferencia de las W

académicas, que aprueba o suspende en virtud de los conocimientos técnicos de los


e
artistas; en segundo lugar, la ruptura en cuanto a la jerarquía tradicional de los temas que
e
defendía el arte moderno le negaba, en opinión de la crítica más conservadora, toda
validez, a diferencia del arte tradicional y de sus poseedores, que compraban un arte de
e
“significados”, donde eran reconocibles tanto el contenido como la fonna de expresarlo,
a

la técnica:
- Oye, papá. ¿ qué significa eso?
a.
-Hijo, así, de pronto, no te lo puedo decir A veces, me parece un barril de escabeche y otras veces, un

párrafo de un articulo de Sánchez Toca *

A lira, ahí se ve una nariz


a
¿ Tú crees que eso es una nariz? ,Lo que son las cosas! Yo lo interpretaba como un encendedor

mecanico.
u-
Este nuevo género de pintura abre un porvenir seguro para mucha gente. ¿Quién no se

atreverá ahora embadurnar una tabla, pintando grandes manchones rojos y verdes y afirmar luego que

es una declaración amorosa?


a
Yo recuerdo haber visto en un music-hall de París, una revista en la que se tomaba el pelo a este dulce

entretenimiento cubista que entonces hacía allí relativo furor


e
-;Este cuadro aué significa?

a
65

-Cuatro cosas. Visto de este modo, es un atardecer; dándole media vuelta, es un emperador romano;

otra media vuelta y es una batalla, y por último, boca abajo, es el interior de una carboneria.

-¡Preciosa!

k’erdaderamente, este novisimo género de pintura es de una utilidad grande.

Antiguamente. el que se hollaba en posesión de una retrato al óleo de un antepasado suyo, sabia que el

cuadro era siempre el mismo.

-Tomasa, ¿le ha limpiado usted el poívo al retrato de mi abuelo?

-Sí, señorito, y eso que hay días en que parece que al pobre señor le duele el hígado y me lanza unas

miradas como si fuera a despedirme de la casa.

-¡Calla, tonta! Si siempre está igual. Ya i’es, ¡cómo quieres que cambie una pintura!

Ahora es distinto. Ahora se adquiere un cuadro de esos>’ se le puede atribuir asunto distinto cada

quince días.

-Mañana tenemos a almorzar al tío Eustaquio. ¿ Te parece que ponga el cuadro con uno de los lados

hacia abajo y le diga al tío que es un retrato suyo que hemos encargado?

-No se va a encontrar parecido.

-Pues, le aseguraré que es una vista de Zamora y esto le gustará, como él es de allí.

Efectivamente; la familia aquélla cuelga el cuadro en la posición acordada y esperan a ver la

impresión que le hace el pariente.

-La verdad, no encuentro en él nada que me recuerde a mi ciudad ¿Esto es un río?

-Según. En los ratos en que el cuadro parece Sevilla, eso es el Guadalquivir. Hoy nos haremos cuenta

de que es la calle Mayory que esta mancha representa la droguería aquella que hay en la esquina.

-Menos mal; pero habéis debido comprar en vez de este cuadro el retrato de Belmonte.

-¡Si también representa eso! Verá usted A ver, Dorotea, ayúdame a volver el cuadro ponerle ahora y

hacia abajo. Ya esté. Aquí tiene usted elfenómeno en un pase naturaL

- ¡Horror!

Y, como es consiguiente, el pobre señor, sale loco de la estancia, baja la escalera y se lanza a la calle

dando voces, diciendo:-¡No, cuadros cubistas, no!


66

Esto es el progreso invadiendo los terrenos del arte, para hacerlos más asequibles a todo el mundo. .4
•1

unos, porque por el mismo precio. o sea adquiriendo uno, se puede tener una galería completa y a

otros, porque todos podemos pintar estas obras.

-¿ Le han terminado va su retrato?

-Sí, está precioso. ;~Ie lo ha hecho un chico cubista y es utilisimo, porque al mismo tiempo que mi efigie O

representa la jura de bandera en la Castellana, la fórmula para hacer macarrones a la italiana, una
u
aventura del Quijote y un tarro de vaselina. ¡Todo en una sola tela!

-¿Está usted parecido? —

-Según. Yo creo que está mejor el tarro de vaselina, porque tengo yo la culpa, pues no quise que me

pusiera la nariz que al mismo tiempo representase un tirador de campanilla y eso despinto algo.

1Señor, señor: a qué extremos conduce la extravagancia, y las carcajadas que lanzará el pintor
0
Picasso, inventor de la tomadura de pelo a todo color!” (192).

Para finalizar, diremos que las crónicas artísticas, por lo general, aludían a la
e
confusión reinante de un pública absorto ante una pintura que se presentaba como la más

innovadora pero que constituía, pensaban, también un desatino en las artes plásticas: u

“Los cuadros de la señorita Gómez y del Sr Rivera son cubistas y el desconcierto se apodera
e
del espectador a la vista de las producciones de esa extraña escuela nueva, que ha dislocado reglas y

preceptos, y en su anarquía llegó hasta los límites del delirio pictóríco”(193). e

e
67

111.6. NOTAS

(1) Jaime Brihuega Sierra, Las Vanguardias artísticas en España. 1909-1936, Madrid,

Istmo, 1981, p. 184.

(2) VV.AA. Ramón en cuatro entregas, Tomo U, Madrid, Museo Municipal, 1980, p. 17.

(3) Ibíd, p. 61.

(4) Ramón Gómez de la Serna, Cosas de Pombo, Barcelona, Almacenes Generales de

Papel, 1967, p. 18.

(5) Ramón Gómez de la Serna, Automoribundia (1888-1948), Madrid, Guadarrama,

1974, p. 296.

(6) VV.AA., Ramón en cuatro entregas, op. oit., p.99.

(7) Miguel Pérez Ferrero, Vida de Ramón, Madrid, Cruz y Raya, 1935, p. 24.

(8) Luis Ruiz Contreras, Día tras día. Correspondencia particular (1908-1922), Madrid,

Aguilar, 1950, p.236.

(9) Ramón Gómez de la Serna, Automoribund.ia (1888-1948), op. oit., p.296.


68

(10) Destacamos algunos párrafos de esta descripción de Ramón Gómez de la Serna:

‘Pombo es una cripta venerable y llena de recogimiento, la cripta profana y civiL así como la

cripta de la Almudena es la cripta religiosa... Así en Pombo vemos todo lo anacrónico en su digna,

vaga y confusa zarabanda, de un modo que crisparía a cualquier erudito... Entre los hombres que
u
vemos porque sí en Pombo está Moratin, Coya, A lenza, Larra, Espronceda, Silverio Lanza. Todo se

consagra en Pombo, y hasta diríamos que es el mejor sitio para ver en perfecta perspectiva la historia 5<

universal 4lguna vez aparece algún extranjero en nuestra reunión. Ya es Xenius que ha escrito una
-

bella página sobre Pombo en La Veu,- va es Gustavo de Maeztu - el excéntrico malabarista,- va es

Diego de Rivera el cíclope, y tantos otros reservados espíritus que viven lejos y que se marchan con
- -

tristeza a los lugares en que no hay Pombo...

Sobre esa mesa de mármol no sólo nos apoyamos, sino que nos sostenemos; es como nuestro
e,
plano ideal; está en ella supuesto el planisfeno; sobre ella dibujamos recuerdos gráficos y sobre ella

yo, indignado por las cifras que quedan escritas en ella, esas sumas y esas multiplicaciones que oscilan a

sobre los mármoles y que dejan apuntadas los judíos, escribo una cosa que yo llamo ‘arabescos~ y que
a,
son el antídoto de esas cifras... A las diez de la noche... el café tiene un momento entonces de vida

inusitada; suenan las sillas arrastradas, se levanta todo él, camina torpemente como tropezado con
a
todo como un niño al que se ha despertado sz~bitamente y que sobresaltado, rápido, con un arranque

último y terrible de voluntad sonámbulo, se va a la cama... Después, ya en la calle, miramos por los a,

visillos el interior del café, con un último anhelo, como si nos quedásemos dentro, como yendo a vernos
a
sentados y secretos ‘, en “La sagrada cripta de Pombo”, GilBlas, Madrid, 12-10-1915.

a
(11) VV.AA., Ramón en cuatro entregas, op. oit., p.97.
a

(12) Ramón Gómez de la Serna, “Opiniones sociales. La nueva exégesis”, Prometeo, e

Madrid, noviembre de 1908.


a

a
69

(13) Anónimo, “¿Cúal es la situación de la juventud ante el problema social?”, Prometeo,

Madrid, diciembre de 1909.

(14) Ibid.,

(15) Ramón Gómez de la Serna, “La Utopia”, Prometeo, Madrid, diciembre de 1908.

(16) Tristán, “Arte: promesas”, Prometeo, Madrid, marzo de 1909.

(17) Todos estos artículos aparecen en la revista Prometeo comenzando en el número

XI, octubre de 1909, hasta el número Xiixxvm, marzo de 1912

(18) Anónimo, “Ex-libris”, Prometeo, Madrid, núm. XXXVII, 1912, p. 139.

(19) El pintor e ilustrador Salvador Bartolozzi (1882-1950), amigo personal de Ramón,

realizó para éste numerosas ilustraciones para la revista Prometeo, portadas para Tapices

(1913), El Rastro (1914), Senos (1917) o El Circo (1918); posteriormente, continuará

su colaboración en revistas de la época y como escenógrafo destacan sus decorados en

Ligazón (1925), Orfeo (1928)o La zapatera prodigiosa (1930), entre otros.

(20) Cfr., Juan Manuel Bonet, Diccionario de las Vanguardias en España (1907-1936),

Madrid, Alianza, 1995, p.Il3


70

(21) Tras este acto, el caricaturista Luis Bagaría (1882-1940) participada en la

Exposición de Pintores Íntegros organizada por Ramón. En 1916 realizaría una muestra

individual en la Asociación de Artistas Vascos de Bilbao; posteriormente, ilustrada libros

de Tomás Borrás y Ramón Gómez de la Serna y en 1925 participaría en la Exposición de a

Artistas Ibéricos.
e.

(22) Cfr., Juan Manuel Bonet, Diccionario de las Vanguardias en España (1907-1936),

op. cit., p.22.


e.

a,

(23) Gabriel García Maroto destacó, entre muchas de sus actividades, como pintor,

escritor, poeta, editor o impresor. En 1913 publicará el primer Año Artistico (Madrid,

Imprenta de José Fernández Arias). En 1918 participará en la concreción de un Salón


e’
para artistas independientes. (José Iribarne, “Del Mundo de las cosas triviales. La escuela

de la mediocridad en la Asociación de Artistas Vascos”, La Tarde, Bilbao, 28-10-1918). a,

Al año siguiente intervendrá en la Exposición Internacional de Pintura y


a,

Escultura de Bilbao, y exhibe sus obras en el Ateneo madrileño. En 1920 realizó el

prólogo del catálogo de la Exposición de Vázquez Díaz. Dos años después, expone junto

a Barradas, Cristóbal Ruiz y Javier Winthuysen en el Ateneo madrileño. En 1925 seria


u
uno de los firmantes del manifiesto de la Sociedad de Artistas Ibéricos. En los años

siguientes destacaría por sus ilustraciones de carácter vanguardista en revistas y libros,

así como por su labor pedagógica en Escuelas infantiles de México y Cuba.


a

a
71

(24) Cfr., Juan Manuel Bonet, Diccionario de las Vanguardias en España (1907-1936),

op. cit., p. 550

(25) Tristán (Seud. de Ramón Gómez de la Serna), “Greguerías”, Prometeo, Madrid,

Año V, marzo de 1912.

(26) Miguel Pérez Ferrero, Vida de Ramón, Madrid, Cruz y Raya, 1935, p. 19.

(27) José Francés, “Exp. K-Hito”, Mundo Gráfico, Madrid, 21-4-1915.

(28) Tristán (Seud. de Ramón Gómez de la Serna), “Arte: Promesas”, Prometeo,

Madrid, Alio II, núm.V, marzo de 1909.

(29) Para cotejar la versión francesa sobre el manifiesto futurista de Marinetti y el

publicado en Prometeo por Ramón, hemos utilizado el libro de Ester Coen, “Marinetti y

los futuristas un desafio a las estrellas”, Catálogo Futurismo 1909-1916, Barcelona,

Museo Picasso, mayo- Julio, 1996, p. 213

(30) Ibid.,

(31) Ibid., p. 214.


72

(32) Ester Coen, “Marinetti y los futuristas un desafio a las estrellas”, op. cit., p. 19.

y
(33) Jaime Brihuega, “II futurismo in Spagna”, Trent’ Anní di A vanguardia Spagnola,

Milán, Universitarie Jaca. 1987, p. 23. y

e
(34) Miguel Pérez Ferrero, Vida de Ramón, op. cit., p.19.

(35) Ramón Gómez de la Serna, “Movimiento intelectual, El Futurismo”, Prometeo,


u

Madrid, abril de 1909, p.9l.


e

(36) Ester Coen, “Marmnetti y los futuristas un desafio a las estrellas”, op. cit., p. 212.
e

u,
(37) Ramón Gómez de la Serna, “Movimiento intelectual, El Futurismo”, op. cit.,

e,

(38) Ibid.,
e

(39) Vid., Jules Chaix-Ruy, Síntesis del pensamiento de Nietzsche, Barcelona, Nava u

Tena, 1974; Gonzalo Sobejano, Nietzsche en España, Madrid, Gredas, 1967 y Luis
u
Jimenez Moreno, El pensamiento de Nietzsche, Madrid, Cincel, 1986.

a,

(40) Nos referimos a las siguientes palabras: ‘t4hora lloran decía él -pero la misma ola debe
-

u
traerles nuevos juguetes y esparcir delante de ellos nuevas conchas de colores . Ramón Gómez de
a
la Serna, “Movimiento intelectual, El Futurismo”, op. cit.,

u,
73

(41) Referente a este tema Marinetti dice.~ ~‘¡Estamos


sobre el abismo extremo de los siglos!

~Para qué mirar atrás, si queremos abrir las misteriosas puertas de lo imposible? El Tiempo y el

espacio murieron ayer. ¡¡vimos ya en el absoluto; hemos creado la eterna velocidad omnipresente

Ester Coen, “Marinetti y los futuristas un desafio a las estrellas”, op. cit., p. 213.

(42) Ramón Gómez de la Serna, “Movimiento intelectual, El Futurismo”, op. cit.,

(43) Ibid., p. 94.

(44) Ibid.,

(45) Ibid.,

(46) Ibid.,

(47) Con referencia a este asunto Ramón escribía: “Esto lo digo en una capital sin extensión,

que tiene una gran profusión de tranvías para sus pequeños trayectos y hasta hay quien los coje para

subir escarpaduras ridículas como la de la calle Montera. Coger ese tranvía hemos visto a Martínez-

Sierra va Valle-Inclán”, en “Movimiento intelectual, El Futurismo”, op. cit., p.95.

(48) En cuanto a este tercer punto Marinetti había escrito: “La literatura exaltó hasta hoy el

inmovilismo, el éxtasis y el sueño. Nosotros queremos exaltar el movimiento agresivo, el insomnio

feb nl, la marcha atlética, el ~altomortal, la bofetada y el puñetazo ‘. Ester Coen, “Marmnetti y los

futuristas un desafio a las estrellas”, op. cit., p. 213.


74

(49) Ramón Gómez de la Serna, “Movimiento intelectual, El Futurismo”, op. cit.,

(50) Ibid.,

(51) Ester Coen, “Marinetti y los futuristas un desafio a las estrellas”, op. cit., p. 213

(52) Ramón Gómez de la Serna, “Movimiento intelectual, El Futurismo”, op. oit., a

(53) Marinetti señalaba: “Queremos glonficar la guerra que es la única higiene para el mundo-
-

el militarismo, el patriotismo, el gesto destructor de los libertarios; hermosas ideas por las que se

muere, y el desprecio a la mujer’. Ester Coen, “Marinetti y los futuristas un desafio a las
a

estrellas”, op. cit., p. 213.


a

(54) Ramón Gómez de la Serna, “Movimiento intelectual, El Futurismo”, op. cit., a

a
(55) Anónimo, “Optimismo”, Prometeo, Madrid, Año III, núm. XIII, enero de 1910.

(56) Miguel Pérez Ferrero, op. cit., Pp.18-19.


a

(57) Anónimo,”Un Manifiesto Futurista sobre España por F.T. Marinetti”, Prometeo, u

Año III, núm. XIX, Julio de 1910, pAi6.


a

(58) Ibid.,

a
75

(59) Ibid.,

(60) Ibid.,

(61) Vid., Ricard Mas, Dossier Mannetti, Publicacions Universitat de Barcelona, 1994.

(62) Anónimo,”Un Manifiesto Futurista sobre España por FI. Marinetti”, op. cit.,

(63) Ibid.,

(64) En dicho manifiesto Marinitti observaba: “La bella tierra española está tendida ante

vosotros, supina, toda abrasada de sed y el vientre maltratado, sequerizo, por la ferocidad de un

dictatoriaL. Ahora sabedlo bien, espafloles, ese viejo cielo católico, de un viejo temple desconchado,

llorando sus ruinas ha fecundado mal que le pese la sequedad de vuestra gran meseta central

Anónimo, “Un Manifiesto Futurista sobre España por F.T. Marinetti”, op. cit.,

(65) Uno de los proyectos más significativos de la politica de José Canalejas fue la

proclamación en 1910 de la “Ley del Candado”, conforme a la cual se prohibía la

fundación de nueva ordenes religiosas en la Península.

(66) Anónimo, “Prólogo”, Prometeo, Madrid, Año 1, númí, noviembre de 1908.

(67) Anónimo,”Un Manifiesto Futurista sobre España por FI. Marinetti”, op. oit.,
76

(68) Marinetti aludía a este tema con las siguientes palabras: Cuardaos de atraer sobre

España grotescas caravanas de ricos cosmopolitas, que pasean su snobismo ignorante, su inquieto

cretinismo, su sed maligno de nostalgia y sus sexos reacios, en lugar de emplear sus últimas energías y

sus riquezas en la construcción del futuro . Anónimo,”Un Manifiesto Futurista sobre España

por F.T. Marinetti”, op. cit.,


a

(69) Ibid.,

a
(70) Ibid.,

(71) Sin embargo, como apunta Ricard Mas, el primer catalán que escribe sobre
a
Marinetti fue Eugenio d’Ors en 1908 en su Glossari. Ricard Mas, Dossier Marinetti, op.

cit., p.l 1. a

(72) En 1922 Santiago Valentí Camps publicaba la posibilidad de que el vocablo


e
“flhturisme” habría sido visto por Marinetti en un articulo que el diario Mercure de
France publicó sobre los escritos de Alomar, en Ideólogos, teorizantes y videntes, o

Barcelona, Minerva, 1922, Pp. 287-296. Además se pueden señalar tres artículos
e
aplicados a la comparación de las probables influencias de estos dos futurismos: Lily

Litvak, “Alomar i Marinetti: Futurisme catalá i fliturisme italiá, Quaderns de Ponent,

núm 2, Leida, 1980, Guisuppe Sansone, “Gabriel Alomar i el fbturisme italiá”, Actes del
e
IV Col loqia internacional de L¡engua ¡ Literatura Catalanes, Publicacions de 1’ Abadia

de Montserrat, 1977, pp.43 1-457 y “Dictionary ofFuturism” a cargo de Serge a

e
77

Fauchereau, en el catálogo a la exposición Futurismo & Euturismi, Ihames & Hudson,

Milán, Fabbri, 1986.Vid., Ricard Mas, DossierMarinetti, op. cit., p. 13.

(73) Cfr., Ricard Mas, op. cit., p. 14-15.

(74) Ibid., pp. 41- 45.

(75) Ibid., p 39.

(76) EGómez Carrillo, “La glorificación de Marinetti”, ElLiberal, Madrid, 13-8-1910.

(77) Ibid.,

(78) EGómez Carrillo, “La moda intelectual”, ElLíberal, Madrid, 18-8-1910.

(79) Ibid.,

(80) Ibid.,

(81) Luis Ruiz Contreras conoció a Ramón Gómez de la Serna como consecuencia de

una traducción relacionada con un cuento de Anatole France, publicada el 8 de

noviembre de 1908, para la revista Prometeo. Este episodio aparece relatado por el
78

propio Ramón: ‘Conozco a Ruiz Contreras porque me escribe en vista de que ha aparecido en

Prometeo un cuento de Anatole France en traducción que él cree suya.

Para apaciguarle vamos mi padre y yo a i’erle, y yo que había hecho aquella traducción

directamente al francés me sorprendo de la identidad.. Ale alegró ir con mi padre para que viese,
e
asomándose a cómo vivía Ruiz Contreras, que se podía ser literato y vivir independiente.

Ale pareció Ruiz Contreras algo así como un bañista muerto que se vino a Madrid después de
a
veraneo en que se ahogó y que dedicado a las letras vivía confortable, escribiendo y leyendo, siendo

además maestro en hacer huevos fritos, perfectos como una careta griega”, en Automoribundia, o

Madrid, Guadarrama, 1974, p.2S3.


e

e
(82) Luis Ruiz Contreras escribía el 18 de septiembre de 1910 a F.T.Marinetti:

“Supongo en su poder un libro, traducción de una obra de France, que le dediqué al acusarle
e
recibo el suyo. Leí Mafarka le futuriste con sumo interés y con asombro a veces. No ha exagerado

Rachilde al elogiarlo. Yo traducirla si hubiera visto en él eso que llama usted “futurismo”>’ que no me e

ha re-velado todavía. Sólo advierto un vago heroísmo sentimental que no me permite concebir el mundo
e
nuevo como Mafarka lo ha concebido.

Para mí el interés consistiría en lanzar en españoL para españoles y amen canos, la idea
e
futurista, porque también creo que nosfaltan ideales nuevos. Pero en su magnífica novela no aparece

ni la sombra ni el esbozo de su ideal Como Rachilde, admiro, y como ella, no comprendo. ¡Si al menos e

el hijo de Mafarka fuese obra de su imaginación, la realización del pensamiento por su propio

impulso!; pero la manera de construirlo me desorienta, porque al tocar la mateña es indispensable

atenerse a las condiciones de la mateha, y Mafarka no acredita que las conozca. Yo esperaba un héroe,

un creador por voluntad, esa energía ignorada que animó todo lo creado. Si la voluntad creadora no se

muestra en el carácter de Aifafarka, semejante a un héroe de Victor Hugo. La obra de usted acredita

e
79

que su genio pudo remontarse más. Confio en que insista y desarrolle más claramente su

pensamiento... “, en Día tras día Correspondencia particular (1908-1922), Madrid,

Aguilar, 1950, p.73.

(83) Vid., Catálogo Futurismo 1909-1916, Museu Picasso, 8 mayo a 21 julio 1996,

Barcelona, pp.212-260.

(84) El ejemplar de este libro de Boccioni, Pitiura Seultura futurista (Dinamismo

plastico), Milán, Edizioni Futuriste di “Poesia”, 1914 fue donado a la Biblioteca del

Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia por la colección del propio Ramón Pulido.

(85) La referencia de la existencia en la Asociación de Pintores y Escultores de Madrid

de un ejemplar de dicho libro en 1914, se puede verificar en relación a Ramón Pulido,

quien es casi seguro que poseía un volumen durante esas fechas. Precisamente, en estos

momentos formaba parte de la Asociación, de la que ocupó, a partir del 2 de noviembre

de 1914, parte de la Junta directiva con el cargo de vicepresidente. Vid., Fernando de

Marta Sebastián, Historia de la Asociación española de pintores y escultores. 19 10-

1993, Madrid, Mabí, 1994, p. 38 y 523.

(86) Ramón Pulido, “Los pintores íntegros”, El Globo, Madrid, 16-3-1915.

(87) José Blanco Coris, “Exposición Celso Lagar”, Heraldo de Madrid, 11-3-1917.
so

(88) Federico Giolli, “Los futuristas italianos”, La Esfera, Madrid, 28-8-19 14 y José

Francés, “Los futuristas y la guerra”, [ci Esfera, Madrid, 11-12-19 15.

(89) A diferencia de lo que argumenta Juan Manuel Bonet, quien opina que Celso Lagar

nunca llegóa tener influencias futuristas. Diccionario de las Vanguardias en España,

Madrid, Alianza, 1995, p.260.

(90) Ramón Gómez de la Serna, “Los pintores íntegros”, Catálogo- invitación a la

Exposición Los pintores íntegros, Madrid, 1915.

(91) Ibid.,

(92) Ibid.,

(93) Ramón Favela, Catálogo Diego Rivera Los años cubistas, Phoenix Art Museum,

1984, pp.Sl-82.

(94) Ibid., p.I36.

(95) Santiago Rebuil se lo había expresado de la siguiente manera: “Quiero enseñarte a

amar no ya las flores, las frutas y las mujeres bellas, porque las flores, las frutas y las mujeres

envejecen. Más bien quiero enseñarte a amar lasformas más puras, permanentes e imperecederas, esto

es, las figuras con las que los arquitectos dibujan y construyen: el cilindro, el cono y la esfera, así
si

como los colores puros que les corresponden - el rojo, el amarillo, el azul - tal como los vemos en el

arco iris . Ramón Favela, Catálogo Diego Rivera. Los años cubistas, Phoenix Art

Museum, 1984, p. 136.

(96) Ramón Gómez de la Serna, ‘tos pintores íntegros”, Catálogo- invitación a la

Exposición Los pintores íntegros, op. cit.,

(97) Ibid.,

(98) Ramón Favela, Catálogo Diego Rivera. Los años cubistas, op. cit.,

(99) Ibid., póS.

(100) Ibid., p.72.

(101) Ibid., p.72-80.

(102) Ibid.,

(103) Francisco García Calderón, “La obra del pintor mexicano Diego M. Rivera”, El

Mundo Ilustrado, Ciudad de México, 17-5-19 14.

(104) Ramón Favela, Catálogo Diego Rivera Los años cubistas, op. cit., pp. 74-75.
82

(105) Guillaume Apollinaire, Méditations esthétíques. Les peintres cubistes, Paris,

Figuiére, 1913

(106) Ramón Gómez de la Serna, “Los pintores íntegros”, Catálogo- invitación a la

Exposición Los pintores íntegros, op. cit.,

(107) Guillaume Apollinaire Méditations esthétiques. Les peintres cubistes, op. cit.,

p. 110.

(108) Ramón Gómez de la Serna, “Los pintores íntegros”, Catálogo- invitación a la

Exposición Los pintores íntegros, op. cit.,

(109) Ibid.,

(110) Ibid.,

(111) Relacionado con este tema Ramón escribía: “¿Por qué si nos movemos alrededor de las

cosas y si transitamos entre ellas hemos de considerarlas de frente y en una perspectiva de teatro?

Faltemos a esa perspectiva cuantas veces queramos. Esa perspectiva fácil es tendenciosa, engañosa,

humillante y supone una falta de vida, de curiosidad y de locomoción aberradas y absurdas. ¿Por qué

hemos de eternizar un minuto, y, segtin una idea preconcebida, lo que hemos visto en distintos

momentos, lo que hemos corregido, profundizado y visto de un modo desconocido y complementario a


83

través de los días?... ¡Qué larga escena para el aburrimiento, y, al mismo tiempo, qué corta para la

amenidad.”’, en “Los pintores íntegros”, Catálogo- invitación a la Exposición Los pintores

íntegros, op. cit.,

(112) Ibid.,

(113) Sobre las diferencias entre cubismo y futurismo, veáse el articulo de Boccioni,

“¿Qué nos separa del cubismo?, en Pittura, Seultura futurista, 1914, publicado en el

catálogo Futurismo 1909-1916, op. cit., p. 252.

(114) Rivera afirmaba en 1913, que Roben Delaunay “marcó mi entrada en el mundo del

arte de Paris”, en Ramón Favela, op. cit., p.36.

(115) Ramón Gómez de la Serna, “Los pintores íntegros”, Catálogo- invitación a la

Exposición Los pintores íntegros, op. cít.,

(116) Ibid.,

(117) Ibid.,

(118) Como ya se ha dicho este retrato se expondría después de inaugurarse la muestra.

(119) Ramón Gómez de la Serna. ‘tos pintores íntegros”, Catálogo- invitación a la

Exposición Los pintores íntegros, op. cit.,


84

(120) Respecto a este asunto Ramón escribía. ha sido uno de los precursores primitivos de

este arte nuevo. Es, quizá, uno de los primitivos de esta manera audaz y reveladora. La cifra, el

logaritmo de cada carácter le ha preocupado siempre... con un valor inusitado y gallardo, muestra la

lineo eléctrica y esencial con una expedita seguridad que no he visto en ningún otro... pone también en
e
su pintura un elemento atrevido, simplificador, voluntarioso ‘ en “Los pintores íntegros”,

Catálogo- invitación a la Exposición Los pintores íntegros, op. oit.,

e
(121) VV.AA., Ramón en cuatro entregas, op. cit., p.l7.

(122) Anónimo, “Ex-libris”, Prometeo, op. ca.,


e

(123) El primer Salón de Caricaturas se celebró en el Salón Iturrioz, donde triunfaron

Apa, Cemet, Bagaría...; en segundo se celebró en diciembre de 1908 y su crónica la

realizó Silvio Lago desde Prometeo y el tercero fue el Salón de Humoristas inaugurado
u.
en el Salón Iturrioz en noviembre de 1909 y su crónica realizada por Tristán, también

desde Prometeo. Será, más tarde, cuando José Francés decida realizar una serie de e

Salones Humorísticos, el primero, en el Salón Mier en 1914, el segundo el Salón de Arte


e
Moderno en 1915 y el tercero, en la Galería General de Arte en 1917.
u
(124) Antonio Elorza, “Luis Bagaría: humor y compromiso político”, Catálogo Bagaría
e
(1882-1940), Ministerio de Cultura, Madrid, Mayo-Junio 1983, p.8l.
a

(125) Ramón Gómez de la Serna, “Los pintores íntegros”, Catálogo- invitación a la

Exposición Los pintores íntegros, op cit.,

e
85

(126) Ibid.,

(127) Ramón Gómez de la Serna, “Diego Maria Rivera, el integérrimo”, Gil Blas,

Madrid, 1-10-1915.

(128) Ramón Gómez de la Serna se refería con estas palabras al arte de Bagaría: “No se

han hecho de Bagaría las justas críticas. Aunque ha sido inevitable la necesidad de publicar sus

caricaturas se ha evitado la crítica. Esto sucede mucho con todo lo moderno y lo renovador.. Bagaría,

sin embargo, ha sido el iniciador del nuevo gesto de la caricatura, es gesto susurrado, clarividente, que

en vez de expresase con convencionales monstruosidades y con fáciles caracterizaciones de

guardarropía, da el espíritu y el carácter, salvándole a esas interposiciones anodinas de las caricaturas

al uso de antes de que surgiese en éL Aquella cargante envolvencia de las caricaturas, aquella gracia

sobrante y enrancida que tenían, fue abolida y disuelta por Bagaría con una originalidad primera ... La

caricatura en Bagaría es una cosa recta, abnegada y decisiva por naturaleza, por principio o de su

espíritu... Ese porvenir de Bagaría será grande, y con él Bagaría rematará su obra de meditación y de

libertad, meditación honda y meditación supérflua, libertad precaria e imprescindible, y libertad

supérflua porque hay que llegar hasta lo supérfluo para mayor dignidad, para mayor heroicidad”, en

“Bagaría, el acertado”, Gil Blas, Madrid, 5-10-1915.

(129) Ramón Gómez de la Serna, “Los pintores íntegros”, Catálogo- invitación a la

Exposición Los pintores íntegros, op. cit.,

(130) Ibid.,

(131) Ibid.,
86

(132) Ibid.,

e
(133) VV.AA., Ramón en cuatro entregas, op. cit.,

(134) Ramón Gómez de la Serna, ‘tos pintores íntegros”, Catálogo- invitación a la


e
Exposición Los pintores íntegros, op. cit.,
a

(135) Ramón Gómez de la Serna, Automoribundia (1888-1948), op. cit., pp.295-296. a

a
(136) SA,” Salón Kuhn”, Heraldo de Madrid, 8-3-1915.

(137) Jesús J.Gabaldón, “Un arte Cobarde”, Nuevo Mundo, Madrid, 20-3-1915.
e

(138) Ramón Gómez de la Serna, Automoribundia (1888-1948), op. cit., a

e
(139) Ramón se refería al escultor en los siguientes términos: ‘<Lipzis (sic) es de una bondad y

de una inteligencia inagotables. Por aquí pasó como el emigrado, que sólo por unos días, los días de su e

forzosa emigración, entró en un país extraño y en sitios modestos que no lo podían esperar, no
e
habiendo sonado nunca con gloría tan excesiva , en “Lizpis”, Renovación Española, Año II,

núm 22, Madrid, 27-6-1918. a

a
(140) Dicha carta decía: “Sí. señorita María, llevo dos semanas en París, y estoy encantado. En

París es bonito hasta no hacer nada, pero yo trabajo mucho. No sé qué especie de fuerza nos impnlsa a a

e
si

trabajar... “. Leopoldo Rodríguez Alcalde, Artistas españoles contemporáneos, Ministerio

de Educación y Ciencia, Bilbao, 1975, p. 21.

(141) Juan Manuel Bonet, (“Baedeker del Ultraísmo”, El Ultraísmo y las artes plásticas.

Valencia, IVAM Centre Julio González, 27 junio-8 septiembre 1996, p.38) alude a la

presencia de Mateos en la Exposición de Íntegros basándose en una caricatura que

publica en el diario El Socialista. Sin embargo y a pesar de la ausencia de la fecha de

dicha caricatura, el dibujo no parece identificar al pintor Diego de Rivera. Por contra,

nosotros pensamos que dicha relación sí se produjo pero manifestada claramente en otra

caricatura que alude directamente a Diego de Rivera, publicada en el revista madrileña

Gil Blas, el 1 de octubre de 1915.

(142) Cfi., Jaime Brihuega, Alberto Sánchez. 1895-1962. Dibujos, Museo de Bellas

Artes de Bilbao, 1997, p. 16.

(143) Ramón Gómez de la Serna, Automoribundia, op. cil., p. 295.

(144) Ramón Favela, op. cit., p.84.

(145) Ibid., p. 82

(146) A. M. Campoy, María Blanchard, Madrid, Gayar, 1981.


88

(147) Ramón Favela, op. cit., p.84.

e
(148) Ibid.,

(149) Olivier Debrois, Diego de Montparnasse, México, Fondo de Cultura Económica,


u
1979, p.59.

mt

(150) Ibid.,
u.

(151) Este cuadro seria reproducido posteriormente en un artículo dedicado a Diego de

Rivera firmado por Ramón Gómez de la Serna y publicado, además de Retrato de Adolfo a

Besí Maugard, (1913, Óleo sobre lienzo, 226,8 x 161,6, cm Ciudad de México, Museo
e
Nacional de Arte) en la revista Gil Blas, Madrid, 1-10-1915.

(152) Ramón Gómez de la Serna lo describía de la siguiente manera. “Yo tengo en mi


e
despacho un retrato cubista, y cada vez noto que me parezco más a éL No os alarméis. Ale parezco,

por el contrario, cada vez menos a una mascarilla que me hicieron sobre mí mismo rostro, enterrado en
a
yeso como un muerto, durante un cuarto de hora. ¡Estas son las paradojas del arte burlándose de la

propia realidad’. Este retrato cubista es para provocar sentimientos más profundos y menos U

comprometedores y amenazantes.,. La pintura cubista, que ante todo ama el espacio. no me ha


a
embotellado y me ha dejado libre y desenvuelto. Cuando... pintó mis ojos... no contemplé estos ojos

castaños que tengo, y cuya apariencia normal es para los ‘retratistas’, pero no para un gran pintor
e
como éL sino que los observó como un técnico, como un ‘óptico’ y se dio cuenta de los ojos que

necesitaba en el retrato... En el ojo redondo está sintetizado el momento de deslumbramiento, ~ven el a

ojo entornado y largo, el momento de comprensión... Al hacerme ese retrato Diego María Rivera no me
e

e
89

sometió a la tortura de la inmovilidad, o a la mirada mística hacia el vacío durante más de quince días,

como sucede con los demás pintores... Yo escribí una novela mientras me retrataba, fumé, me eché

hacia delante... El no me podía tratar como una momia inmóvil ni como quien por yerme de frente

podía hacerse el ignorante de que me conocía de pejil, además de conversando, vibrando y viviendo ‘,

en “Mi retrato cubista”, La Esfera, Madrid, 3-11-1923.

(153) Ramón Favela, op. cit., p.84.

(154) OlívierDebrois, op. cit., p. 67.

(155) A.R Bonnat, “¿Modernismo o Chifladura?”,Mundo Gráfico, Madrid, 24-3-1915.

(156) Sobre dicha obra Ramón Gómez de la Serna expone: “En la Exposición de los Íntegros,

que se celebra en la capital de España. el año 1916, expone su ‘Venus de Madrid’, el mejor cuadro

suyo, logrado en un camino que pronto dejará y al que no podrá volver nunca... Su ‘Venus de Madrid’

era un hallazgo, porque había superpuesto una mujer desnuda... a la fachada de la casa más

característica del rococó madrileño, porque había acoplado el arquitecto grandes bolas de espejo,

moradas, plateadas, azules, doradas, entre eljuego de los ladrillos, brillando la original vivienda con

alegre melancolía bajo el sol de los días>’ bajo la luna de las noches. Tenía toda su obra de esa época

una cosa de aquelarre, conseguida de cocimientos de cicutas, malvas y sapos, pero el corazón religioso

de Alaria no la consentía trabajar en aquella alquimia, que la hubiese llevado a volar sobre lo sabático

revelándonos hasta lo prohibido el alma dramática, querenciosaypintoresca de Madrid. Se veía que

tenía facultades para hacer la llamada al misterio, que podía preparar el unguento, que era

nigromántica y adivina; pero rechazó todas esasfacultades por temor de que anduviese el diablo por

medio. Inmediatamente cambió de signos y se metió en el terremoto del cubismo, bombardeando sus

imágenes, desintegrándolas con una meticulosidad de laboratorio que daba espanto. Yo, que la vi
90

renunciar a aquella gran pintura que se la reveló de entrada, sé bien de qué gran desprendimiento nace

su pintura europea en Retratos completos, Madrid, Aguilar, 1961.

(157) Anónimo, “Los pintores íntegros”, La Tribuna, Madrid, 6-3-1915.


e

mt
(158) Ramón Pulido, “De arte”, El Globo, Madrid, 16-3-1915.

a.

(159) Juan Manuel Bonet, Diccionario de las Vanguardias en España, op. oit., p.l 60.
e

(160) Anónimo, “Los pintores íntegros”, La Tribuna, Madrid, 6-3-19 15. e

a
(161) Ramón Pulido, “De arte”, op. cxt.,

(162) Ramón Gómez de la Serna, “Los pintores íntegros”, Catálogo-invitación a la


e
Exposición Los pintores íntegros, op. cit.,
e

(163) Ibid.,
e

a
(164) VV.AA., Ramón en cuatro entregas, op. cit.,

(165) Vid., Mercó Vidál, 1912 L ‘Exposíció d ‘art cubista de les Galeries Dalmau,
e
Barcelona, Universitat de Barcelona, 1996.

a
91

(166) Respecto a la dimensión propagandística en Madrid sobre la Exposición de arte

cubista (1912) en las Galerías Dalmau ifie totalmente nula. En relación con los diarios

madrileños de más tirada como El Liberal, El Imparcial, ABC, La Mañana, Heraldo de

Madrid, La Correspondencia de España, ninguno de ellos se ocupó de la noticia, por

contra si lo hicieron de algunas de las muestras que se exhibían en esos momentos:

Exposición de arte gallego, en los salones del Centro Gallego; Exposición de Martin

Marín, en el Salón Iturrioz; Exposición Beruete, en el estudio de Sorolla o Exposición de

la Sociedad de Artistas Franceses, en Paris.

(167) SA,” Salón Kuhn”, Heraldo de Madrid, 8-3-1915; Jesús J.Gabaldón, “Un arte

Cobarde”, Nuevo Mundo, Madrid, 20-3-19 15; Anónimo, “Los pintores íntegros”, ABC,

Madrid, 7-3-1915; Federico Leal, “ Exposición Gutierrez- Larraya”, El Universo,

Madrid, 22-3-1915; José Francés, “Exposición Gutiérrez Larraya”, Mundo Gráfico,

Madrid, 3-3-19 15 y A.R Bonnat, “¿Modernismo o Chifladura?”, Mundo Gráfico,

24-3-1915.

(168) José Francés, “Preliminares de la Exposición”, Mundo Grafico, Madrid, 24-3-

1915; José Francés; Anónimo, “La Exposición Ochoa”, El Parlamentario, Madrid, 27-

3-1915 y Ramón Pulido, “Los pintores íntegros”, El Globo, Madrid, 16-3-1915.

(169) Federico Giolli, “Los fiaturistas italianos”, La Esfera, Madrid, 29-8-1914 y José

Francés, “Los futuristas y la guerra”, La Esfera. Madrid, 11-12-1915.


92

(170) Manuel Reyero, Catálogo Diego de Rivera, Mexico, Fundación Cultural Televisa

A.C, 1983, p.24.

(171) José Francés, “Los pintores ‘íntegros”’,Mundo Gráfico, Madrid, 17-3-1915.

e
(172) Ibid.,

(173) José Francés comentaba al respecto: “En el repugnante desnudo del cuadro Madrid se ven
a
trozos tan certeramente pintados, que demuestran cómo la señorita Gutiérrez Cueto domina la técnica y

sabe ver el natural Sus maestros han sido grandes artistas contemporáneos: Anglada, Sotomayor, e

Benedito. Sus cuadros anteriores, Los primeros Pasos y Ninfas encadenando a Sileno, premiados con
a
tercera y segunda medalla en las exposiciones de 1908 y 1910, prometían un futuro glorioso y

admirable. En cuanto a Diego Afaría Rivera, antes de presentar en Paris La joven del abanico, en el
a
año 1913, había expuesto en 1911 los admirables paisajes titulados Ji’rlaccihuall mu>’ superiores en

colorido y emoción poética a los de su compatriota el Dr Atí, verdadero maestro del género. También

recordamos cuadros suyos en que el alma de Castilla, recia y romántica, aparece con toda su
a
integridad (Y aquí sí que es oportuna la interpretación de ‘pintor íntegro). Aun en la misma serie de

paisajes mallorquines que exhibe actualmente su sinceridad estética, sus maravillosas condiciones de
u
colorista se le imponen a pesar del equivocado predominio cerebraL e interpreta el mar y el cielo de

Mallorca de un modo insuperable. Bien sé que no habrán de hacerme caso. Cuando se cambia de tan a

brusca manera la orientación artística, importan bien poco los consejos opuestos a esa orientación. No

obstante, en nombre de los cuadros admirables de antes, yo me pennitiría rogar a la señorita Gutiérrez e

Cueto y al señor Ribera (sic), que olvidaran en lo sucesivo estos cuadros de ahora”, en “Los
a
pintores ‘íntegros”’, Mundo Gráfico, Madrid, 17-3-1915.
e

a
93

(174) Gil Blas, “Cajón de Sastre”, Madrid, 1-10-1915

(175) SA,” Salón Kuhn”, op. cit.,

(176) José Francés, “Preliminares de la Exposición”, Mundo Grafico, Madrid,

24-3-1915.

(177) Ramón Gómez de la Serna, Ismos, Madrid, Espasa Calpe, 1931, pp.230-231.

(178) A.R Bonnat, “¿Modernismo o Chifladura?”, op. cit.,

(179) Ramón Pulido, op. cit.,

(180) Ibid.,

(181) Anónimo, “Los pintores íntegros”, ABC, Madrid, 7-3-1915.

(182) Federico Leal,” Exposición Gutierrez- Larraya”, El Universo, Madrid, 22-3-1915.

(183) Anónimo, “La Exposición Ochoa”, El Parlamentario, Madrid, 27-3-1915.

(184) José Francés, “Exposición ‘K-Hito”’,Mundo Gráfico, Madrid, 21-4-1915.


94

(185) Antonio Hoyos y Vinent, “El Primitivismo”, EIDIa, Madrid, 18-6-1918.

e
(186) Rafael Domenech, “Exposición de Bellas Artes”, Blanco y Negro, Madrid,

23-5-1915. e

e
(187) VV.AA., Historia de España, Alfonso XIII> la segunda República (1898-1936),

Tomo 12, Madrid, Gredos, 1991, p. 65. e

u
(188) Testimonio que corrobora el artífice de la exposición, Ramón Gómez de la Serna,
e

al recordar sus memorias en el libro Automoribundia, op. cit., pp. 295-296.


u

(189) José Francés, “Preliminares de la Exposición”, op. cit.,


e’

(190) José Francés, “Exposición Gutiérrez Larraya”, Mundo Gráfico. Madrid, 3-3-1915. u

e-
(191) En cuanto a este tema José Francés escribía. ha sido como un rato despertar de

horrible pesadilla. En el mismo salón Arte Moderno donde obtuvieron tal éxito de risa o de mt

indignación, por parte del buen público burgués, los pintores integros, se ha inaugurado otra
a
exposición de dos artistas que no son ‘íntegros’ en la arbitraria acepción otorgada a ese vocablo por

el señor Ribera (sic) y la señorita Gutiérrez Cueto. Pero si no poseen esa ‘integridad’ son en cambio
a
admirables maestros en el arte decorativo hallándole modernísimas y prácticas aplicaciones. El

público, que acude todavía en masas nutridas imaginando hallarse con las cosas cubistas, se sorprende

un poco al ver figuras humanas... Pero como en el público abundan más los imbéciles que los sensatos -

y de aquí el éxito de ciertas obras teatrales- no faltan los que pregunten: mt

-Oiga usted ¿Estos son los cubistas?


e

e
95

Mo, señor Los cubistas sefueron para no volver.

- Ay, qué lástima!. Entonces esto no me interesa...

Otros, más astutamente imbéciles, se enteran antes de entrar al saloncito y cuando les dicen

que los ‘íntegros ‘ya no están allá dentro, dan la vuelta. Ellos venían a pasar un buen rato; no a perder

el tiempo viendo obras bellas y perdurables.

Esa actitud del público es un poco desconsoladora. En apariencia, al menos. Luego, si se

piensa que también a las plazas de toros y los mítines políticos acude enorme gentío, vemos que no es

tan desconsoladora esta escasez de papanatas, cretinos e indocumentados de la sensibilidad Mejor

todavia. En la exposición ‘íntegra’lo de menos era ver las cosas expuestas. En esta exposición sería

muy sensible que los antedichos papanatas nos privaran de contemplar y admirar tantas y tan varias

exquisiteces como presentan los hermanos Gutiérrez Larraya “, en “Exposición Gutiérrez

Larraya”, Mundo Gráfico, Madrid, 3-3-19 15.

(192) A.R Bonnat, “6Modernismo o Chifladura?”, op. cit.,

(193) Anónimo, “Los pintores íntegros”, La Tribuna, op. cit.,


96

ev
III. PRESENCIA DEL ARTE EXTRANJERO EN MADRID ENTRE 1915 Y 1922

111.1. ARTISTAS PROCEDENTES DE EUROPA a’

Las diferencias socio-culturales entre los dos centros álgidos de la Península -

a.
Madrid y Barcelona - ya se atisbaban desde finales del s.XIX, consecuencia del
desastroso final de la guerra del 98 que provocó una ruptura con el pasado y la aparición —

del modernismo, junto a unas fuertes notas nacionalistas, principalmente en Barcelona,


u
ciudad que comenzará a principios del s.)O< un naciente noucentisme y las nuevas

subversiones artísticas de los espíritus más jóvenes en busca de las vanguardias. La Gran

Guerra dividió Madrid, pese a su neutralidad, en dos bandos: aliadófilos y germanófilos,


u
al tiempo que se desarrollaba la llamada generación de 1914 y se mantenía la imagen de

centralización entre las regiones de la periferia. m

Madrid y Barcelona serán los lugares preferidos de la emigración europea y


e
transoceánica y podemos apreciar cómo la llegada de un gran número de extranjeros a
u
España acrecienta aún más las diferencias artísticas de estas dos ciudades. Barcelona se
conviene en el seno de] vanguardismo e, incluso, sirve como fbente de inspiración para

muchos artistas españoles que se encontraban en esos momentos en la ciudad condal.


e
RefUgiados por la guerra llegan artistas tan internacionales como Robert y Sonia

Delaunay Terk; en 1916 Albert Gleizes y su mujer Juliette Moche, una pacifista militante; e

Marie Laurencin, amante de Apollinaire, con su marido el barón alemán Otto von
e
Waegten; el pintor y poeta Maximilian Gauthier (Max Goth); Arthur Cravan, Serge

Charchoune y Héléne Grounhoff el pintor italiano Canudo (que será más conocido como —

e
97

cineasta); Francis Picabia y Gabrielle Buffet, caudillos del grupo que se formaría

rápidamente con algunos de los anteriores; además del pintor Frank Burty Haviland,

establecido en el Rosellón desde antes del comienzo de la Gran Guerra y compañero del

escultor español Manolo Hugué (1)

También Madrid, como escribía José Francés, presentaba una gran lista de estos

artistas extranjeros que invadían el ambiente artístico madrileño: “el francés Laroche;

Segismundo Nagy; la melancólica visión de una Andalucía pálida a través de Paul Sollmann y la

epilepsia sensual de Sevilla recogida por el argentino Franco; los hombres cetrinos y las ubérrimas

campiñas de Levante, en las acuarelas del austriaco Myrbach y el alemán Leyde; el velazqueño

realismo de la inglesa Nelly Harvey el enfermizo decatismo de la holandesa Bettina Jacometti y la

simplicista derivación del postimpresionismo francés de la checa Afilada Sindíerova; los cuadros

abulenses de Caprotty y las páginas madrileñas de Mignoni, ambos italianos; el Norte brumoso del

polaco Kowalski y la explosión luminosa, que halló en Mallorca toda su amplitud expansiva, del

uruguayo Carlos .llberto Castellanos; las testas viriles de nuestra raza en los bronces de la escultora

Afarta Spitzer (2).

AA mantener Madrid todo el peso de la tradición oficial converge un grupo de

artistas extranjeros que se adapta perfectamente a esta situación realizando un tipo de

pintura que, a veces, recoge los rasgos de las regiones que visitan, interpretan con todo

su verismo el mundo de los grandes maestros españoles o incluso, introducen en la

capital un impresionismo que, en ocasiones, alterna con rasgos españoles que llegan más

fácilmente al público y a la crítica, dejando entrever en algunos casos connotaciones del

postimpresionismo. Durante este corto período, desde el comienzo del conflicto pasan

por la capital los argentinos Ernesto Riccio, Octavio Pinto, Rodolfo Franco,
98

Pedro Deluchí, José AMerediz, Alfredo Guttero, J.M.Gavazzo Buchardo, Guillermo


ev
Butier, Pablo Curatella, Numa Rossolti y Franciscovich; los mejicanos Diego Rivera,

Garza Rivera, Amado de la Cueva y Roberto Montenegro; los uruguayos Alberto

Castellanos, Paulina Montero, Eduardo Castillo y Rafael Barradas; el chileno Alfredo


u

Lobos; los brasileños Gastón Infante y Fernando Mesquita; los alemanes Rodolfo Tewes,
e
Kurt Leyde, Beintmann, Brant, Sollmann y Hans Poppelreuter; los húngaros Segismundo
Nagy y Rodolfo Berény; el austríaco Baron de Myrbach; los franceses Femando a.

Laroche, Marta Spitzer, Jean Pierre Altermann, Marie Bernié y Ambroise Vollard; el
e
belga Ermengem; los holandeses Renier Pijenburg y Bettina Jacometti; los italianos

Guido Caprotty, Ohlsen, Octavio Steffenii, Eduardo Tani y Mignoni; los rusos Kolinic a.

GousseW Victoria de Malinowska o el violinista Román Jacowlew; la checa Milada


e
Sindíerova, los ingleses Gustavo Barisas, Darsie Japp, Norton, Wynne Apperley,

Wyndham Tryon y NelIy Harvey; el danés Jans Olsgaard (3) y el escultor portugués e’

Cantó. También hemos de señalar la órbita ultraista formada por artistas extranjeros
a
como los polacos Mujan Paszkiewicz, Wladyslaw JaN, Josef Pankiewicz, Wanda

Pankiewicz y Waclaw Zawadowski; los franceses Robert y Sonia Delaunay o la argentina e’.

Norah Borges, que forman el ambiente cultural más avanzado que se podía ver en la
a
capital. También el País Vasco, zona principal por donde pasan estos refUgiados de la
e’

guerra, tuvo una gran afluencia de artistas extranjeros, destacaron los polacos como
Milada Sindierová o Kowalski y el húngaro Segismundo Nagy, etc. algunos incluso a.

llegaron a fijar su residencia alli, como el esailtor ruso Ivan Chuklin.


a

e’

a
99

En Madrid, el Circulo de Bellas Artes, el Salón Vilches, el Lacoste, el Mateu, el

Iturrioz, la Galería de Arte Moderno, el Centro Austuriano, la Socialista Casa del

Pueblo, el Patio del Ministerio de Estado, el Teatro Real, el Palace Hotel, etc.., se

convirtieron en los centros artísticos de la capital más importantes para sus exposiciones,

convenidas, a diferencia de las exposiciones nacionales de Bellas Artes en las que en

algunas ocasiones exhibieron sus obras, en el sitio donde “el artista no tiene empresarios, ni

jueces profesionales, ni más recomendaciones que las espontáneas que el público y la crítica quiera

concederlesy se sacrifican gustosos, porque a veces les cuesta dinero estas, al parecer, insignificantes

expansiones artísticas” (4).

Nos hallamos en un periodo donde abunda en la obra de estos extranjeros el

simbolismo, naturalismo, modernismo, regionalismo, impresionismo y, en ocasiones,

según las crónicas de la crítica madrileña, la vanguardia, bajo el vocablo ultramoderno.

Regionalismo e impresionismo serán, pese atodo, los lenguajes más transitados por estos

artistas. El regionalismo, entendido desde una postura muy personal, que interpreta

aquello que ve pero con la visión de un extranjero que, en ocasiones, como el caso del

italiano Guido Caprotty da Monza o el alemán Kurt Leyde, se acerca a una parecida

interpretación a la que se hacía en España. Respecto al impresionismo y partiendo de la

base que, como indica Juan Antonio Gaya Nuño “no existió un movimiento español

impresionista en el concepto de escuela colectiva, obediente a unos principios ni a unos dogmas dados,

pero sí hubo en nuestro país numerosos pintores que desde la plena convicción hasta el más puro azar,

esto es, desde posiciones estéticas muy varias, merecen el dictado de impresionista” (5) contó con

figuras como Aurelio de Remete y Moret, Darío de Regoyos, Adolfo Guiard, Francisco
loo

Gimeno, Santiago Rusiñol, Miguel Utrillo, el luniinista Sorolla, Ricardo Urgelí, Mariano

Pidelasierra y otros, que aportaron, en una etapa de su vida, caracteres personales a

dicha estética. Sin embargo, tras el estallido del conflicto europeo los artistas recién

llegados se dedican a viajar y a practicar por toda España el arte aprendido en sus lugares e

de origen y estudio. Así, nos encontramos con un grupo mayoritario que practicará el
e
impresionismo en la Península y, por tanto, cuyas exposiciones serán foco de difUsión de

éste, como el húngaro Segismundo Nagy, Femando Laroche, Milada Sindíerová, 1. —

Kowalskí, Wyndhan Tryon o Adolfo Tewes entre otros.


t

“De algún tiempo a esta parte abundan entre nosotros - escnbe Federico García Sanchíz
e’

- los artistas que sólo buscan sorprender el instante de suprema exaltación de sus modelos, campo,
marina, gente, y aun las cosas, instante efimero que encierra la eternidad, porque ahí se encuentra la
u
substancia inmutable de la creación. Se debe la novedad al destierro de tantos y tantos artistas

educados en climas de sensibilidad más sensitiva que la que achicharra o hiela nuestra producción e’

nacional. Una verdadera muchedumbre de pintores emigrados de Paris predican el impresionismo”


mr
(6).

Hasta qué punto influyó o no en el arte peninsular y, más concretamente, en la

capital este arte, es dificil de averiguar; la falta de catálogos y, sobre todo, de imágenes
u,
de sus cuadros imposibiita esta respuesta aunque podemos reseñar algunas críticas al

respecto como la de Antonio de Hoyos y Vinent: U:

“La guerra nos ha traído multitud de artistas que, huyendo del ambiente hostil, vienen aquí a
ml
presentar sus obras. Su presencia entre nosotros no tendrá más que una importancia muy relativa y su

influencia, si alguna ejercen, será cosa efimera que no dejará huella, si no es un pasajero a

extranjerizamiento lamentable en la obra, aun informe y por eso impresionable de los jóvenes” (7).

a.

a
ini

La avalancha de arte extranjero en Madrid ocasiona algunas propuestas

interesantes, como la José García Mercadal quien se dirige al Director General de Bellas

Artes para solicitar un lugar en el Museo de Arte Moderno para las obras de estos

pintores. La exactitud de esta sugerencia que no es muy fácil de interpretar por las

connotaciones que lleva consigo. No sabemos si está reconociendo la aprobación de este

arte extranjero por los registros que más se adecúan al ambiente artistico madrileño o,

por el contrario, se tratase de un nuevo gesto humanitario: “¿No podría el Estado formar una

salita en el Museo de Arte Moderno con pinturas de aquellos artistas extranjeros que, mientras Europa,

enloquecida, se desgarra, buscaron un refugio para su labor en el retiro de España?” (8).

Debemos resaltar que estos artistas no se limitaron a exponer sus obras en los

salones madrileños sino que, además, desempeñaron un destacado papel en las

exposiciones nacionales de Bellas Artes como representantes de diferentes registros

vinculados al ámbito exterior. En primer lugar, destacamos la muestra de 1915, cuyo

reglamento se inclinó a revestirse de un carácter internacional aprovechando el número

de pintores extranjeros refUgiados por la guerra europea, de tal manera que en el

catálogo se podía leer: “Inspirado en el noble propósito de universalizar nuestras Exposiciones de

Bellos Artes... que las convierte en Internacionales y brinda a los demás paises la hospitalidad de sw

concurrencia” (9). La encarnizada guerra que se estaba produciendo en Europa unido a la

marcada neutralidad española permitió el libre acceso de artistas a la Península. De este

modo, se dejaba abierta una puerta para aquellos extranjeros que desearan exponer (10)

y se ofrecía una nueva visión a] exterior de la “España negra del 98”.


102

Entre ellos concurrían el francés Femando Laroche, con doce paisajes - La

Selecta por la mañana, Tarde en el Canal Grande, Vista desde San Jorge, La San

Felice, El Palacio Marcelo, Día de primavera, Tarde borrascosa, El Canal de Venecia,

Tarde en el lago Albano, El valle del Manzanares desde las Vistillas, Astillero de
u
barcas: Tarde y El Santuario de Galloso -; los ingleses Gustavo Barisas y Nelly Harvey;
u
ésta última con residencia en la calle Españoleto, núm. 10, según consta en el catálogo
oficial, presenta, además, Retrato de don VP y Señora £ y su niño; el alemán Pablo

Sollmann, establecido en la calle Príncipe Alfonso, núm 7, acudía a la muestra con dos

vistas de Granada, lugar en el que, más tarde, fijará su residencia: San Miguel en alto

Granada y Patio granadino, Generalife; el mejicano Roberto Montenegro afincado en

Pollensa (Mallorca) con Retrato La ca d’oro. La reina de Saba y Retrato de la

Marquesa Cusan; los húngaros Segismundo Nagy, residente en el madrileño Palace

Hotel, quien presentó En la taberna, El naranjerero, Mañana de Primavera, Gitanas,

Bebedor, La harca verde, Puerto de Pasajes y Después de la lluvia y Rodolfo Berény; el


e
italiano Octavio Steffenii, residente en la calle Montera, núm 44 acudió con una obra,

Nudo decorativo; los argentinos Rodolfo Franco y Pedro Deluchi; la polaca Milada

Sindíerová (bajo el autocalificativo de Bohemia) cuya vivienda se encontraba en la Plaza

de Oriente, núm 7, presentaba dos obras, Atardecer y Amanecer; el cubano Pastor


t
Argudin; el brasileño Gastón Infante y los uruguayos Eduardo del Castillo, Paulina

Montero, con La Casita del Príncipe (El Escorial), y Ernesto Laroche con Tarde estival e’

y Paraguay. Muchos de ellos participarán en las individuales y colectivas de Madrid.


*

a
103

La siguiente edición realizada en mayo de 1917, se limité a unos cuantos

expositores retbgiados por la guerra y afincados en España entre ellos, los alemanes Paul

Sollmann - Apuntes de Sierra Nevada - y Guillermo Beintmann, el holandés Reníer

Pijenburg, la rusa Victoria Malinowska - Gitana con un niño -, la polaca Mílada

Sindíerová Praga, Berlín y Una nota de Motrico


- -, los argentinos Rodolfo Franco -

Una maja sevillana y La honra -, Octavio Pinto y Ernesto Riccio (11), el uruguayo

Carlos Alberto Castellanos Mascarada


- - y el italiano Guido Caprotty - Ojos de la

noche y Flores débiles -, todos ellos habituales como veremos de las exhibiciones

individuales y componentes, por tanto, del escenario madrileño de aquellos años. Esta

sala de artistas extranjeros se definía para la critica por un derroche de luz de la que

carecia el resto de las salas: “es la única en la que el público se ve libre por completo del color de

‘pintura’ de la paleta vieja, tenebrosa, hollinosa de museo, que tan dificil es desterrar de este país de

luz. Los coloristas revolucionarios suelen ser pésimos dibujantes y el descrédito que con su ignorancia

palurda del dibujo acarrean al sistema es aprovechado por los tenebrosos para rechazarlo todo, no

sólo la sistemática carencia de estructura, de dibujo sino hasta de color lleno de vibraciones luminosas,

la acentuación de los matices que en la realidad distingue siempre... En esta pintura nuestra de

puchero nunca hay caras verdosas, ni de blancurazaulante, ni de rubio de espiga, ni de tez de manzana,

ni nada de cuanto en el color de figuras, países y ambiente constituye el matiz distintivo... En esta sala

no se descansa, aunque no sean de interés las obras que encierra... “ (12)

En las siguientes muestras de 1920 y 1922 participaran, entre otros, los italianos

Caprotty y Dal Re, la inglesa Nelly Harvey, el húngaro Segismundo Nagy, los alemanes

Beintmann y Sollmanny la argentina Zulema Barcons.


104

Mucho más notable es el gran número de exposiciones individuales que realizaran

los artistas extranjeros en España, siendo la primera de ellas cronológicamente la de

Segismundo Nagy.

SEGISMUNDO NAGY
u.

El pintor húngaro Segismundo Nagy llega a Madrid en febrero de 1915, tras una

corta estancia en el País Vasco, donde expuso en San Sebastián y, después, en Bilbao.
e
Antes de estallar la Gran Guerra, había expuesto en Ja Galería Georges Petit alrededor

de 60 cuadros con temas de su tierra natal, Hungria. u

A partir de 1905, muchos de los pintores de Hungría reciben la influencia del


u
postimpresionismo, fauvismo y expresionismo; tres años después, el movimiento

impresionista y naturalista húngaro se diferencia ya del europeo por sus formas más a

detalladas y más compactas que llevan a composiciones menos disueltas y más cercanas a
u

la realidad (13). Esta será una de las constantes principales que se observan en el arte de
R

Segismundo Nagy y que le permitirá triunfar ante la crítica madrileña. En paralelo,


durante este mismo año 1908 se inauguran en Hungría la Casa de los Artistas y el Salón

de Exposición Independiente de Hungría, dirigido por Miklós Rózsa. En 1913 tiene lugar
R
la Exposición de los futuristas y de los expresionistas del Salón Nacional de Budapest.

Un año después, el asesinato en Sarajevo del príncipe Francisco Fernando

provoca, como sabemos, el estallido de la Primera Guerra Mundial. Austria declara la


u
guerra a Serbia, luego a Rusia, y más tarde, Hungría se encuentra implicada en el

conflicto, momento éste en que la mayor parte de los artistas húngaros deciden salir del t

a’
105

país. Aunque la estancia de Segismundo Nagy en Europa habia comenzado mucho antes

del estallido de la guerra recordemos que los artistas húngaros elegían para sus estudios
-

artísticos Paris, no sólo por ocupar la capitalidad del arte sino además por encontrarse

cerca de Munich -, éste seria uno de los principales motivos de su refugio en España.

José Francés le recuerda como un muchacho de quince años recién llegado a

Paris (1892) procedente de su casa paterna y con algunos conocimientos como aprendiz

de un pintor decorador de Budapest. Allí comienza a trabajar con Bouguereau, y más

tarde, con Teorier hasta su vuelta a Hungría, donde practicó la pintura religiosa e

histórica al lado de profesores de la Academia de Budapest como Reuczur y Munkacsy.

De nuevo en París, en 1911, la pintura impresionista de Manet, Sisley y Pissarro, y los

cuadros de la India (1912) de Albert Besnard calan más hondo en su obra, que comienza

a reflejar las costumbres su tierra.

Al estallar la guerra, le encontramos en tierras vascas recogiendo en sus cuadros

costumbres, paisajes y tipos vascos que le dan una cierta fama en el norte de la Peninsula.

Después, en 1915, el Palace Hotel de Madrid acoge parte de estos cuadros como

Pescador del puro, El bote verde, Matrimonio de pescadores, Entrada de San Juan

(Pasajes), Aprés le premier peché, La pexadora, Bebedores de sita... de los que el

propio Francés reconocia que “si la técnica deshecha, vibrante, esclavizadora de la luz y del

color, con pinceladas tan pronto cortas y secas como desdobladas en serpentinas ondulaciones,

sorprendía a los profanos, en cambio sugestionaba el indiscutible espíritu de veracidad que tienen los

lienzos de Atagy... Ama ¡a luz y el pleín-air sobre todas las cosas, y más que la serenidad fría,
académica, supeditada a preceptos técnicos, prefiere la inquietud, la nerviosidad y los brincos de sol

sobre gayas telas o campos reciénfloridos” (14).


106

La crítica madrileña resaltó la técnica de sus obras, cercana a la de otros

luministas europeos como el sueco Zorn, el francés Besnard, el inglés Brang-wyn, el

rumano Origoresco, el español Sorolla o incluso el noruego Munch: “lleva el impresionismo

a los cuadros de composición; pone en las fisonomias una serie de trazos entrecortadores que se

mezclan y se entrelazan, como una baraúnda de colores. A veces, empieza uno a sentirse escandalizado

yfalta un poco para reputar aquella como una tremenda extravagancia. Pero, contempladas las obras

desde la distancia conveniente, todo cambia, ya no existe la revolución de colorines y queda sólo el

conjunto armónico, la pintura unidaypastosa’ (15).

Tres años después, en 1918, le encontramos realizando su segunda Exposición


t
individual en Madrid y participando en el mes de junio en la Exposición de Bellas Artes

de Barcelona en el salón de los Independientes junto a otro extranjero, el alemán Paul e

Solíman y los españoles Loja Anglada y Juan Vila (16) pero antes habría que destacar su
e
participación en la Exposición Nacional de Bellas Artes (1917) y más tarde, en la de

1920. Esta vez, fue en el “foyer” del Teatro Real (17) durante el mes de junio de 1918,

lugar donde volvería a exponer en mayo de 1920. En 1918 presentó una colección de 72
Rl

cuadros de paisajes realizados en sus viajes a numerosas ciudades, regiones y provincias


u’
como Valencia, Cataluña, Guipúzcoa y Castilla, que alterna con retratos y desnudos.
Entre ellos destacaron La maja, Belleza valenciana, Clare ite, En el cuarto de las

naranjas, Antes del baño, Después del baño, Camino del huerto, Un cuento, El

descanso, En traje de fiesta, La carga dorada, En el retomo de la pesca, La muchacha

del mono, Mañana en el huerto, Alma de Valencia, Visentela, La Saguntia, Naranjeros,

Carnaval de Sagunto, Jardín de ensueño, Tomando el sol, La costa brava (sic),


a
Pescadores de caña, etc.

a’
107

Segismundo Nagy, La muchacha del mono


(El Dio, Madrid, 25-6-1918)

Como decimos, la modalidad artística que cultivaba Segismundo Nagy era el

impresionismo. Un impresionismo que, en España sólo existió de forma individual en

algunos artistas, pero que interesó mucho a los críticos. Uno de ellos, Arturo Morí,

apuntabt

“Se habla con frecuencia del impresionismo en arte y casi nunca se acierta. Muchas veces se

toma este concepto en tesis general, tan general que se califica de impresionistas, incluso a los que

cultivan géneros tan pulidamente sentidos como el detallismo y el preciosismo impresionistc& para

otros, es simplemente el que sabe abocetar, y para no pocos, el maestro en lo que hemos dado en

llamar pinceladas geniales... El impresionismo de Na~’, que es el verdadero impresionismo, equivale a

un noble trabajo de selección del modelo y de acomodación a él en un momento de vitalidad anistica

de inspiración violenta. Por eso un impresionista no puede detallar, ni entretenerse en aditamentos


los

imaginativos... Ha venido, en fin, a España, un formidable artista, a enseñarnos de modo claro y

preciso lo que es impresionismo. Esto y el encanto que nos ha proporcionado su estilo de ensueño, es lo

que tenemos que agradecerle a Segismundo de .Vagy’ (LS).


y

- . ~.“‘ “‘‘4
~

St

Segismundo Nagy, El cuarto de las naranjar u

(Heraldo de Madrid, 6-6-19 18)


a

Otros, como Antonio de Hoyos y Vinent, resaltaban el color y el luz como a

elementos principales de su impresionismo pero siempre destacando las figuras del


a
cuadro: “Pintor exótico a ¡nodo de impresionismo vibrante, bnllante y suntuoso, de extraordinaria

riqueza de colorido y de modernidad casi exagerada. Consíguelo, sin embargo, dando la perfecta

sensación de las cosas, y. al mismo tiempo, posee el secreto de la luz y el de la profundidad, junto al

del color” (19). a

a
109

Otros vieron en su pintura la representación de una pintura moderna, donde se

sumergían elementos clásicos como la representación de la realidad pero, también, el

colorido y la luminosidad que recordaban el triunfo de un artista español, Joaquín

Sorolla:

“Corrientes clásicas, modernas, modernisimas, confluyen - replicaba Dionisio Cruz - en su

pintura. Su luz es voz de timbre fresco, nuevo... Luz de atmósfera seca; luz española, castellana... Lejos

nos vemos aquí de la España de pandereta y de la España trágica Esta es una España opulentct

sonriente, afable, digna y noble; en ella la forma es majestuosa plenitud, y juego euritmico la

aplicación de la energía” (20).

Esta evocación de su arte en relación con el pintor valenciano se ponía de

manifiesto por el lugar de procedencia de sus cuadros: “se halla consagrado a la región

levantina, extrayendo de sus playas y de sus huertas toda la pletórica naturalista de sus azahares y sus

líquidos zafiros, y tanto en su Retomo de la pesca, como en sus Naranjeros, ha sabido sacar el vigor

todo de la realidad” (21).

LOS PINTORES ALEMANES: BELNTMANN, BRANDT, KURT LEYDE, PAUL

SOLLMANN-COBURG Y HANS POPPELREUTER

En abril dc 1915, el Centro Alemán de la calle Alcalá reunía las obras de cuatro

pintores alemanes, Kurt Leyde, Paul Solh’nann-Coburg, Brandt y Beintmann (22). La

muestra contaba unas 70 obras entre óleos, acuarelas y aguafuertes, en donde dominaron

más los temas paisajísticos que los figurativos. Leyde exponía 18 cuadros y cerca de 30

aguafuertes entre los que destacaron San Fernando desde el paseo Rosales, Nube sobre

el tejar, Madrid desde elManzanares, Ermita de San Isidro, Niñas con periódicos...;
110

Sollmann presentaba varios paisajes de Granada y Tánger - Alhambra desde San

Nicolás, Tánger, Zoco grande, Anochecer, Granada..; Brandt envió siete obras, entre

las más aplaudidas se encontraban Bombilla, De noche y Nocturno de Toledo y,

finalmente, Beitmann mostraba siete cuadros de motivos árabes. Entre los escasos datos

sobre esta muesta que aparecen en la prensa diaria debemos destacar la opinión de José
e
Francés, quien consideró que las obras, a pesar de ser “diferentes unas de otras en técnica y en

mérito, tenían un aspecto común de modernidad, de audacias coloristas, de fervoroso entusiasmo frente

a una de las más altas bellezas deJArte: el paisaje” (23).

u
Tendremos que esperar al año siguiente para encontrarnos de nuevo con alguno
de estos artistas. El primero de ellos fue Paul Sollniann, quien además participá en
a
diversas exposiciones nacionales de Bellas Artes: 1915, 1917 y 1920; el 22 de noviembre
a
de 1916 expone, en el Salón del Ateneo, 38 obras entre cuadros, estudios, apuntes y
acuarelas en paralelo a las exposiciones del Circulo de Bellas Artes, la de los pintores y

escultores belgas, la de los artistas vascos y la de Martínez Vázquez.


u
4-

-P u

Paul Sollniann, Dos paisajes de aldeas españolas e


(La Esfera, Madrid, 2-6-1917)

a’
111

La colección del pintor alemán se centraba en paisajes de algunos de sus viajes

por Aflica y Granada, (lugar éste que había sido su residencia en los dos últimos años) de

los que sobresalieron La Alhambra desde el Generalife, Patio del Generalife, Calle de

Granada, Tríptico de Granada, Guejar, Pimientos rojos, Patio de Santa ¡sabe/la Real,

Las casas colgantes de Cuenca...

La recepción en la prensa fue muy diversa, destacando sus efectos coloristas de

índole impresionista: “Al lado de estas obras francas, fáciles y realizadas con paleta mesurada,

justa y acertada en juegos de luz y valores, tiene Paul Sollmann-Coburg otros lienzos que cualquiera

diría no estar pintados por éL En ellos se manifiesta el espíritu obsesionado de un artista que lo

interpreta todo retorcido, buscando una manera especial de obtener efectos de formas esféricas y

convexas en poliedros de caras planas” (24).

“Sollmann-Coburg es un exaltado luminista y un minucioso y denotado observador, de los

pocos que al pintar se olvidan hoy de cómo pintaron otros, atento sólo a su visión y poniendo al

reflejarla su leal sabery entender” (25).

En junio de 1918 participa en la Exposición de Bellas Artes que se celebró en

Barcelona en la sección de Independientes junto a Lola Anglada, Segismundo de Nagy y

Juan Vila (26), y en mayo 1920 en el Circulo de Bellas Artes de Madrid (27).

Asimismo, Kurt Leyde fue saludado con gran expectación por la crítica madrileña

ante su Exposición individual en el Salón del Ateneo, en noviembre de 1917. Sin

embargo, antes de su participación en el Centro Alemán durante el mes de abril de 1915

y de su siguiente actuación en 1917, había estado con anterioridad en España, siendo en

1913 cuando se dedicó por entero al estudio de los museos españoles realizando copias

de los pintores clásicos españoles como Ribera o Velázquez, que le permitió un buen
112

conocimiento de nuestra pintura y le garantizó una buena acogida en su segunda

Exposición. También visitó numerosos lugares de Castilla y Andalucía hasta que se

desencadenó la guerra europea, momento en que quiso regresar a su patria, pero las

numerosas dificultades que exitian le convencieron para que fijan su residencia en


u

España.
e

Kurt Leyde, Dos viejos saguntinos


(Lo Mañana, Madrid, 8-11-1917)
a

A Kurt Leyde podríamos considerarle, dentro de la colonia de pintores e

extranjeros refugiados en Madrid, como el que mejor se adaptó a los presupuestos


e
teóricos que predicaban los críticos de la capital. Sus conocimientos sobre la pintura

tradicional española superaba a los de otros que, como el italiano Femando Mlgnoni, el a

austriaco Baron Myrbach, el francés Fernando Laroche, el húngaro Segismundo Nagy, la

checa Milada Sindierová o sus propios compañeros alemanes no percibieron de igual

a
113

modo el sentimiento de lo españo¡ y, en concreto, del alma castellana como símbolo de la

nueva generación tras el desastre del 98.

Antonio de Hoyos resumía ambas características de la siguiente manera: “es

curioso ver cómo ‘~enten’los pintores extranjeros, que los azares de la guerra han hecho refugiarse

entre nosotros, los tipos, costumbres y paisajes españoles. En cuanto a las dos primeras cosas, por

regla general, perciben solamente lo más exaltado, exagerado y hórrido, En esto no se ha variado

nada. Entre los pintores de antes y los de ahora no hay más diferencia que aquéllos volvían sin ojos

hacia Andalucía, hacia las escenas flamencas y las reminiscencias moriscas y los actuales se inspiran

en Castilla, una Castilla también de personajes ‘tipos’, en que, sin embargo, está ausente el alma de

Castilla.

Por lo que al paisaje se refiere casi todos prefieren el impresionismo que, a decir verdacL ‘va

bien’ con elfondo; pero es a condición de dos cosas casi imposibles; fijar la diafanidad infinita de la

atmósfera y sorprender el secreto del sol para dorar las piedras centenarias” (28).

r~Wr~y’ rqTrr

t ,t . ‘,%~‘

Kurt Leyde, Novios ansotanos


(E/Día, Madrid, 7-11-1917)
114

Tan sólo, decía Blanco Coris, habían hecho falta unos cuantos años para

demostrar estos efectos en sus pinturas: “en muy poco tiempo ha adquindo una luminosidad de
e
paleta y una soltura tan grande en la ejecución, que le colocan en lafila de los adelantados y de los

que caminan por la buena senda del arte, dejándose de espejismos de escuelas impresionistas.

modernistas y de ir tras los pasos amanerados de cualquiera de esos maestrillos que se creen los genios

de la pintura española’ (29). e

El conjunto de sus obras ofrecía para José García Mercadal una gran valentía por

su dominio de una técnica y por su carácter español:

“Y es más de aplaudir porque siendo un extranjero se nos muestra triunfador con una paleta
e
española - en algunos de sus cuadros parece sentí rse el pincel de Sorolía -, aqui donde tantos y tantos

españoles se empeñan en pintar con paletas de cualquier parte menos de la tierra que les vió nacer En

resumen, que la Exposición del Ateneo merece ser visitada, y el Sr. Kurt Leyde es un pintor que sabe lo

que pinta, y sus cuadros llegan a emocionar, cosa que no consiguen los que habiendo nacido en

España, han dado en la broma de pintar con galas” (30).


e,

Los principales temas de los 59 cuadros que constituían una parte de su U

producción total durante estos años de residencia en España, se referían principalmente a


e

tipos, campesinos, costumbres y paisajes de Madrid, Segovia, Levante, Toledo y Ávila


e

como El buen vino, Con mantilla negra, Tertulia Ansó, Plaza Mayor, Vista desde el
Alcázar, San Juan de Caballero, Puente antiguo, Novios ansotanos, Los bebedores, El —

bebedor, Golfo, Madrid desde el Manzanares, Junto a la lumbre, Puerta de Segovia,


e
Los dos viudos, Lavanderas, El Eresma, En las eras, El tío torero, Angustias, El Tajo,

‘e

a
115

Calle de Anso, La buenaventura, Chula, Grupo de gitanos, Gitanos de viaje, Tres

abuelos, ¡A la pradera!, Golfillo, El puente de San Martín, Con el borrico, Junto a la

fuente, En tertulia, Pueblo en los Pirineos, Dos viejos saguntinos...

Algunos de ellos sobresalian por su luz aunque también “predominan las ansias

coloristas y el vigor en el trazado. La técnica no tiene para él ningún secreto y sortea las dificultades

con una correcta desenvoltura” (3 1).

En los cuadros de Leyde resaltaba su facilidad por representar, a diferencia de los

demás, el realismo de la pintura española con unas tonalidades cálidas que le colocaban,

como había dicho, Blanco Coris, en el camino de los adelantados del arte apartándose de

las recientes escuelas (32).

“Han sido muchos los extranjeros - escribe Ballesteros de Manos - que vinieron a

España; pero ninguno como Kurt Leyde se ha identificado con el ambiente español, hasta el punto de

que si no se supiera de antemano que los cuadros expuestos en el Ateneo son debidos al pincel de un

alemán se tomarían, en su mayor parte, por labor indígena, de cualquiera de nuestros más distinguidos

costumbristas... En los cuadros de Kurt Leyde no hay ninguna extravagancia, ningún exotismo. La

propiedad, la sinceridad más escrupulosa, el realismo más acendrado, resaltan en ellos... El pintor

alemán tiene una paleta que envidiarian los coloristas más renombrados de la actualidad Y lo

plausible en él es que no abusa de ella, sino que sabe mantenerse dentro de la justeza y la realidad..

Pero la nota característica de esta exposición es el españolismo. Kurt Leyde ha hecho una obra

española. No porque haya pintado asuntos españoles. Es española en todos los órdenes, porque está

sentida en español, concebida en español y resuelta en español. Y por serlo asi, es tan interesante, tan

sugestiva y tan meritoña” (33).

Kurt Leyde había sabido descubrir, reflejar, “sorprender, algunos secretos de un país

ambiente muy exóticos para él, que contribuirán a enriquecer su bagaje estético” (34).
116

En febrero de 1920 Kurt Leyde, junto a Paul Sollmann, realizará en la Escuela de

Bellas Artes de Malaga una muestra de cuadros (35).


5’
Por último, el artista alemán Hans Poppelreuter llega a España cuando estalla el

conflicto internacional dc 1914. En febrero de 1920 inaugura una muestra de acuarelas y

óleos en el Salón de Arte Moderno. El conjunto de sus obras pertenecen a su estancia en


U
Palma de Mallorca y son el resultado, según publicaba la crítica, de los primeros años de

su formación destacándose su tendencia a las técnicas japonesas y su estilo verista (36). —

a
1. KOWALSKI

•2

En diciembre de 1915 el pintor polaco 1. Kowalski, refugiado en la Península


U

como consecuencia de la guerra europea, mostraba 42 paisajes en el Hotel Ritz de

Madrid. En paralelo, tenían lugar otras dos exposiciones de artistas extranjeros: la del a

francés Femando Laroche en el Salón Vilches y la del austriaco Baron Myrbach en el U.

Salón de Arte Moderno. El aumento de estas exhibiciones artísticas por artistas


U?
extranjeros en Madrid desde enero de este año presenciamos otras dos, la del húngaro
-

Segismundo Nagy y la de los artistas alemanes Beintmann, Brandt, Leyde y Sollmann -

llevó a la crítica a considerar a] paisaje español como punto de referencia para el arte
a
extranjero mientras que la realidad era que la Península, además, se había transformado

en punto de refugio para aquellos que huian de la guerra y, por ello, se apreciaba un u

aumento de exposiciones y la llegada de algunas de las tendencias modernas europeas:


e
“Halagador es para nosotros el rumbo que notables artistas extranjeros comienzan a

emprender con cierta asiduidad 41 contemplar estos artistas la multitud de aspectos que el paisaje a

a
117

ofrece en España, se entregan todos ellos a Ja copia de la Naturaleza con verdadero entusiasmo, y los

tonos más calientes de la tela su impresión” (37).

El pintor polaco exhibia una colección de paisajes del norte de España, de

Asturias, de la Sierra de Guadarrama, de Gredos y de los ríos Manzanares y Jarama -

Costa vascongada en Biarritz, El parador del bosque, Casas vascas, Costa nevada,

Paisaje del Retiro -, además de algunos que había traído de Noruega y Francia resueltos,

según el cronista de La Correspondencia de España, “como un suntuoso colorista enamorado

de las coloraciones vigorosas y de los tonos calientes, y su alma acierta a impresionarse con las

bellezas del natural” (38), pese a representar, según José Francés, a las corrientes

impresionista y postimpresionista: “El Sr Kowalski es partidario de las modernas tendencias, y

asi concede la misma atención a interpretar el natural que a darles a sus cuadros un sentido

decorativo’ (39).

FERNANDO LAROCHE

Respecto a este artista francés, cuenta el critico de arte Blanco Coris cómo el

pintor Alvarez Sotomayor descubrió a Femando Laroche, animándole para que

presentara sus obras en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1915. En el mes de

diciembre de ese mismo año inauguraba una muestra formada por 90 cuadros en el Salón

Vilches, paisajes venecianos y españoles que sorprendieron a la crítica por sus “secretos de

transparencia, de atmósfera... efectos luminosos que asombran, confineza de tintas, sin el duro

contraste del blanco en la luz y negro en la sombra. Tan bien entendida está la valoración de

tonalidades, que con nota suave alcanza luminosidad deslumbradora. Como un grueso de color, que
118

parece dejado a chorros del tubo, logra detalles ~vperfiles limpios, admira por las dificultades que
u
ofrece tal procedimiento” (40).

Se trataba, sin duda, de otro artista con influencias impresionistas por su

luminosidad y su color, un color que, según el crítico de La Correspondencia de España,


e
‘posee la maestría de moldear y darforma sin necesidad de la línea; sus paisajes son hondos, llenos de

ambiente, y lo que mirado de cerca se presenta como un apunte rápido, como una mancha de color. —

más lejos, en su verdadero punto de vista se reviste de todo lujo de detalles y efectos, y los contornos de
e
laforma se destacan con toda precisión” (41).

El éxito de la muestra lo reflejaron algunos periódicos como Heraldo de Madrid e

que publicaba la venta de muchas de esas obras: “Apenas inaugurada la Exposición ha


e
comenzado a vender; sobre muchos marcos se ve el tarjetón de Adquirido “; y ¿sabéis quiénes compran

a Laroche?. Entre prestigiosos coleccionistas le compran famosos pintores, y esta circunstancia hace
. -

inútiles los elogios respecto del mérito de la obra de Laroche” (42).


a
Al año siguiente, a finales de 1916, Fernando Laroche realiza otra Exposición

individual inaugurada el 5 de diciembre en la Casa Vilches de la calle del Príncipe, donde

muestra 50 cuadros con vistas de Asturias (Ribadesella, Llanes y Terefies), Madrid (el
a
Parque del Oeste, la Casa de Campo, el Manzanares y el Retiro) y Aranjuez, además de

algunos estudios de rosas, fechados en 1915, que Blanco Coris se adelanté a defender:

“Laroche pintando no es una bordadora que se refugia en el amaneramiento, sino un artista vigoroso
a
que construye las formas con grueso de color, buscando los efectos de conjunto, la impresión de la

frescura y de los aterciopelados matices de lasflores” (43). e

Su popularidad aumentó hasta tal punto que José Francés argumentaba que
a
muchos artistas españoles comenzaban a realizar obras con elementos de la pintura de

Laroche: “Fernando Laroche empieza a tener imitadores. En las exposiciones del Circulo de Bellas e

Artes estamos viendo grotescas tentativas de acercamiento a la fastuosidad cromática del ilustre
a

e
119

paisajista francés. Hasta ahora sólo nos hacen sonreír estas mascaradas pictóricas y este pobre empeño

de grajos en cubrirse con plumas de pavo real. Acabarán, sin embargo, por indignarnos seriamente y

entonces será llegado el momento de dar los nombres de losfalsificadores (44).

Su impresionismo de técnica sencilla y comprensible se aproximaba aún más al

gusto del público: “Laroche es un pintor fácil, de concepción rápida, sobrio y elegante, que se

apropia inmediatamente del natural, lo mismo aquí que en América, Francia e Italia, para trasladar al

lienzo impresiones vibrantes, entonadas y sólidas, admirables” (45).

“Fernando Laroche es un impresionista tan fecundo como avasallador. El paisaje se gota en

la mayoría de los casos en rápidas miradas... las impresiones pictóricas de Laroche, tan aladas, tan

vivas y rápidas casi siempre, que parecen consignadas en un abrir y cerrar de ojos” (46).

EL BARÓN DE MYRBACH

Una de las últimas exposiciones del año 1915 fue la del austríaco Barón de

Myrbach en el Salón de Arte Moderno, José Francés uno de los pocos, si no el único,

que se ocupó de dedicarle algún comentario, no apreció su arte que: “carecía de la

importancia y constituía una serie de tipos y paisajes de las provincias de ~>i’furciay Alicante,

interpretados con un criterio que pudiéramos llamar fotográfico’ (47). En enero del año

siguiente, rectificó ese comentario en base a su clientela: “ha expuesto el señor Myrbach,

distinguido artista austriaco, una colección de acuarelas de costumbres españolas. La firma de

Feliciano de Myrbach nos era conocida par sus dibujos e ilustraciones editoriales francesas... Su

majestad la Reina Madre adquirió varias obras. Ilustres personalidades de la colonia austriaca

siguieron el ejemplo de Doña María Cristina Esto, unido a la proverbial hidalguía española que nunca

como ahora debe ponerse de manifiesto con los extranjeros alejados por motivo cruel de sus patrias

respectivas, hace que consideremos la exposición Myrbach como un éxito” (48).


120

No obstante, hay que mencionar que anteriormente había realizado otra


5’

exhibición por tierras catalanas, en la Sociedad Athenea en Gerona durante el mes de


u
abril de 1915, tras la segunda exposición del artista pIanista Celso Lagar. La muestra ffie
saludada con verdadera atonía después de la manifestaciones de Lagar que, ahora,

comparaban con el arte realista, próximo al realismo, del artista austriaco (49).
e

NIELLY HARVEY e

Atraída por el arte español, Ne¡ly Harvey había llegado a España antes de la
e
guerra europea, hacia 1910; desde entonces había estudiado la pintura española y abierto

un estudio en Madrid, donde daba clases. Integrada en el ambiente artistico madrileño a

participará en las exposiciones nacionales de Bellas Artes de 1910 y 1915 con los
a
retratos de la señora de Soto-Candela con su niño, el duque de Santo Mauro y el de
e
Vicente Pastor, obras que también exhibirá en el Salón Iturrioz en 1916 y en 1920. En
abril de 1917 presentará algunas de sus obras para participar en la Exposición de ciegos —

de Madrid.
e,
El 5 de diciembre de 1916 fue inaugurada la Exposición individual de la artista

inglesaNelly Harvey en el Salón Iturrioz, visitada por la Infanta doña Isabel y la esposa e

del primer secretario de la Embajada de Francia, Mine. Vieugué. Fueron 37 obras, entre
e
retratos y paisajes, que destacaban por sus “calidades yfinuras... la factura esfirme y sobria, el

color bien entonado y agradable, y lasfiguras dan una verdadera impresión de vida” (50). e

Conocemos el nombre de algunas estas obras, como los retratos de los marqueses de

Belvis de las Navas, el marqués de Belpuig, Mrs. Edwards, Carmen Elorriaga, Goy de
e
Silva, el duque de Santo Mauro, María Martos, Maria Teresa Muguiro, el conde de

e
121

Sedano... y los paisajes de Melilla, Gredos, Arenas de San Pedro y Toledo, obras que

fueron calificadas por la ausencia de otras orientaciones más modernas y por su

especialización: “cada vez más en el retrato, al que consagra toda su devoción artistica. La factura

de su obra, en general, es cuidada hasta con exceso, y del tal prurito o norma de procedimiento brotan

esos parecidos admirables y sorprendentes que se advierten en casi todos sus retratos, y esas calidades

justas que tienen los ropajes que pi nta” (51).

Nelly Harvey, Retrato de Vicente Pastor


(El Día, Madrid, 5-12-1916)
122

y.

MILADA SIM)LEROVÁ
5’

Milada Sindierová es una de las pintoras que huyeron de la guerra europea con u
dirección a Madrid. Checa de nacimiento, en Paris seria discípula de Carlos Guérin; en
e

1915 se instala en la Península y se íntegra en el ambiente artístico de Ja capital, alojando


u
en su casa, en muchas ocasiones, a los artistas recién llegados a España y asistiendo a la
tertulia de los sábados en el estudio de los hermanos Zubiaurre (52). En 1915 y 1917 —

participa en la Exposición Nacional de Bellas Artes; en este último año realiza su primera
e
individual en el Ateneo durante el mes de enero y hasta el 10 de febrero, asimismo en

septiembre expone en el salas de El Pueblo Vasco de San Sebastián. En el Ateneo

madrileño presentó 64 óleos y 12 aguafuertes y dibujos realizados en Madrid, Segovia,


u
Galicia, tierras vascas y Granada (Ribera de Vigo, Día gris en Vigo, Marca baja en

Vigo, San Lorenzo (Segovia), Puerta (Segovia), Puerto de San Sebastián, Rincón del U

puente (San Sebastián), Balandro en reposo y dos cuadros de Escocia, Iglesia de San
U

Nicolás y Puerta del polvorín.


U

Su modalidad pictórica se basaba en un impresionismo definido por Federico


Garcia Sanchiz como “verdadera obra, con la unidad de su espintualismo evocador y su

modernidad en la visión, y de su técnica” (53). Para otros críticos como Francisco Alcántara y
U>
José Francés, era comparable a otros artistas españoles como Darío de Regoyos,

Iturrino o Juan de Echeva~a .~ “melancólicos puertos gallegos y vascos, un encanto especial la a

pintura de la señora Sindíerova, ingenua y sobria. Se piensa en Regoyos. en Iturrino, e incluso en


e
Echevarría. Y siempre bajo la obsesiónfrancesa de los post-impresionistas, que en el último, a pesar de

su personalidad, es indudable y manifiesta” (54). A diferencia de lo que opinaba Juan de la a

e
123

Encina, para quien su arte estaba determinado por una rigidez en su coiores.’”su pintura

tiene una cierta aspereza que a nosotros los nacidos en tierras donde el matiz cromático se asocia por

modo maravilloso con el vigor, no deja al primer momento de producimos una rara impresión. Hay,

además, en su arte, voluntad de asir y destacar lo característico de cada lugar un como delettantis>no

por toda clase de luces y estados atmosféricos. Sin ser propiamente impresionista, ha adquirido en el

impresionismo ese gusto por la luzy la atmósfera” (55).

Interior de la Exposición de Milada Sindíerová


(El Día, Madrid, 25-1-1917)

Por otro lado, para críticos coma Antonio de Hoyos y Vinent, el impresionismo

se estaba quedando anquilosado a pesar del nuevo auge que iba a tener en España por la

llegada de numerosos artistas extranjeros que practicaban ese estilo: “es un género que está

en decadencia, un género que quedará como una modalidad curiosa del arte Vo me gusta el

impresionismo; pero como creo que en arte todo lo que lo sea realmente es interesante y tiene su
124

aplicación, pienso que el impresionismo sirve a maravilla para fijar esos momentos del paisaje en que

un juego de luz, un contraste de colores o un fenómeno atmosférico dan a las cosas extraño prestigio... e

(de sus vistas de paisajes tan sólo, proseguia el critico) son tres, a cual más interesante; ninguna de las
e
tres parecen inspiradas por una ciudad verdadera, sino más bien por una de esas calenturientas

evocaciones de pesadilla que nos causan opresión, casi angustia, una sensación que sólo habiendo
e

ambulado por misten osos rincones de España puede comprenderse” (56).


a

a
Milada Sindíerová, Puerto del Norte
(EIAAo Artístico, Madrid, enero de 1917) e

U
En abril de este mismo año, colaboraría con sus obras en la futura Exposición de

Ciegos que tendría lugar en ¡a capital. Al año siguiente, en los meses de febrero y
e

octubre, participa en el Círculo de Bellas Artes; en febrero lo hace con tres obras, Puente
a
de Ondárroa, Casas que ya no existen y Bodegón junto a otros artistas como el

uruguayo Carlos Alberto Castellanos, Esteban Domenech, Esteve Botey, Maximino a

Peña, Alfonso Quintana, Bernardini, Blanco Recio, Bujados, Castro Gil, Ferrer, León
e

e
125

Astruc, Gutiérrez Navas, López Ayala, Pascual, Fresno, ect. En octubre presentará una

sola obra, El pastor de Avila, a la XXII Exposición del Circulo de Bellas Artes. A pesar

de la mejora que había sufrido el local del Circulo de Bellas Artes en la distribución de la

luz, el certamen fue muy criticado por los participantes que concurrieron a ella; entre

ellos podemos destacar a Benjamín Palencia, Esteve Botey, Pedraza Ostos, Sanchís

Yago, Vicenta Sanz, Varela de Seija, Verdugo Landi, Miguel Argiz, Vázquez Diaz, Eva

Aggerholm, Inocencia Soriano, Juan José y Sixto Moret de la Llana, Eugenio Oliva,

Parada Eguilaz, Ruiz Morales, Juan Ferrer, Miguel de la Cruz Martin, Luis Bráfiez de

Hoyos y otros muchos. Uno de estos críticos se preguntaba “¿Quiénesforman el Jurado de

admisión, que deja exponer tales crímenes?.., el prestigio que ha conseguido, no puede ni debe

consentir que se expongan ciertos mamarrachos bajo su tela.. Es de sentir, además, que el admirable

salón que posee el Circulo sirva para colgar tanto mamarracho ingenuo o académico, estando ahora

tan bien de luz, puesto que se ha intensificado la luz de él” (57).

BETTITNA JACOMETTI

Nacida en Holanda en 1894, ilustradora y dibujante de profesión, se encuentra en

los primeros aflos de siglo en Berlín como pensionada; en 1914 decide venir a España

cuando tenía 24 años de edad, así lo cuenta ella misma.’ “Cuando la guerra estalló, me

encontraba en Alemania. Yo tuve inmediatamente la idea de marchar a España, para dedicarme a mi

trabajo, pensando que éste era el país menos amenazado por la guerra mundial y que permitía por esta

causa a los artistas ganar más fácilmente su vida” (58). Su pensión era de 18 duros, de los

cuales el alquiler de su casa madrileña suponía 35 pesetas al mes.


126

-y.

Una vez en España y, más concretamente, en Madrid


- -, comienza a relacionarse
u,

con gran parte de la intelectualidad de la época, asiste a cafés y a las tertulias de literatos
e
y pintores, sobre todo al café del Gato Negro, donde se reunía con sus mejores amigos;
sin embargo, seria a partir de los artículos de dos periodistas Hoyos y Vinent desde El
-

u’
Día y José Zamora desde El Liberal cuando comience a ser conocida como dibujante.
-

u
En febrero de 1917 prepara una muestra en el único Salón que ¡e permite
exponer sus “extravagantes” dibujos, la Casa del Pueblo de Madrid también mandaría -

algunos de sus trabajos a la Exposición de Ciegos de Madrid (abril de 1917) -,

u
organizada por la propia Agrupación Artística Socialista, que le invita a instalar sus

dibujos en su biblioteca porque, como recuerda Federico García Sanchizja pesar de su

maestría, tropezaba Bettina Jacometti con enormes dificultades para lanzar su obra entre nosotros.

Ningún periódico se atreve a dar las rebeldías serenas y terribles del profundo pensador de la melena

merovingia y las faldas lisas como un hábito ascético. Tampoco los acostumbrados salones burgueses e

acogerían en su ‘confort’ los gritos de la calle, las implacables acusaciones del lápiz vidente. Ile ahí el

refugio de la Caso del Pueblo Y resulta curioso que hayo ido a guarecerse en lo morada democrática la

labor más aristocrática, más de selección, más individualy altiva” (59).


e
Federico García Sanchíz, además, apuntaba que uno de los principales motivos de

este rechazo era su atuendo y sus hábitos masculinos, que no fueron bien vistos por gran e

parte de la sociedad española, pese a que este mismo critico la describe como una mujer
e
bohemia que “gracias a su melena rubia, a su abrigo simple y varonil, a sus cigarrillos y a su arte;
a
nuestra habitual tertulia cafetera evoca desde hace unos meses los cenáculos del Barrio Latino” (60).
Otros, por el contrario, la recuerdan de la siguiente manera: “Bettina presentábase

lujosamente ataviada; pero su atavio acusaba cierta extravagancia. Un sombrero amplísimo muy raro

por laformay el color; una faldafuera de toda moda, con lunares de distintos tamaños y tono, y una

u
127

blusafloja, llamativa por lo desaliñada. Pero se advertía que el género de la vestimenta era de precio...

era alta, esbelta, delgada i’ en sus andares demostraba vigor varoniL Sus ojos, pequeños y azules.

tenían una mirada dura, y su boca, de regulares dimensiones, constituía su mayor encanto” (61).

Su fisico fue uno de los motivos principales de su destierro a Vigo, acusada de

espía, asunto del que hablaremos más tarde; ahora detengámonos en apuntar algunos

datos de esta Exposición en la Casa del Pueblo. El arte que había traído Bettina a

España, dibujos calificados como literarios y psicológicos, fríe asimilado a la vanguardia

europea: “Sabíamos, aunque vagamente, que pertenece a la escasa y noble minoría internacional del

ultramodernismo” (62).

En esta exhibición Bettina mostraba dibujos realizados a pluma, junto a seis

paisajes, con una alta nota satírica similar a otros dibujantes como Forain o Abel Faivre;

entre esos dibujos destacaron: El corazón de la gran ciudad, Su dinero le cuesta, El

abogado, La torre de amor, La fuente de la amargura, Balcón español, La tentación,

La guerra, El deseo, Lujuría, Lo muerte, La repugnancia, El salto do psiqu¡s, etc.

Como Federico García Sanchiz, hemos de preguntarnos: “¿Entenderán los obreros la

intención de la pintora? Creemos que no. Y no digamos la técnica, tan alta y sutil, que los mismos

profesionales no la comprenden. No importa. A pesar de todo, existe la complicidad entre Bettina

Jacometti y sus hospitalarios huéspedes. Ya nuestra lenta pero segura extranjerización no huele

solamente a resinas de alcoba, que huele ya también a humo de fábrica, y sobre todo a humo de

imprenta” (63).

Sus dibujos extraños y originales recordaban asuntos literarios. “dibujos a pluma,

obtenidos con líneas curvas tendenciosas a la espiral, algunos de los cuales nos hace el efecto de estar

inspirado en las obras de Wells” (64). Para Federico García mostraban que “Bettina Jacometb,

en medio de la heterogénea multitud, exhibe su alma pura y de fuego sobre elfango de las otras almas,

y expresa su asco de la manera más pulcra, con trazos exquisitos, firmes, como no podían menos de
¡28

trazados sus dedosfinos y blancos. Es una excelsa pescadora de monstruos, a quien opresa en una red

de nervios hiperestésicos” (65).

u’

Bettina Jacometti. La solterona e


(La Nación, Madrid, 20-11-1916)
e
Finalmente Hoyos y V’ment, uno de sus descubridores, destacaba la alta calidad
e
de representación de la realidad: “Bettina Jacometrí es una extraña e interesantísima artista. [kv

e
en su técnica una sencillez infantil junto a una seguridad asombrosa Posee percepción tan rápida,
extraña y analizadora que le hace sorprender las cosas y luego convertirlas en símbolos, unos simbolos
U

extraños y sobrecogedores, que, sin dejar de tener la claridad ingenua de la infancia, tienen una

profundidad horrendamente real” (66).

Pasados dos meses de esta exhibición, Bettina Jacomettí es detenida por espía y
e
llevada a una prisión femenina de Madrid. Entre las versiones que se barajaron sobre su

detención circulaban principalmente que era una anarquista, que era una espía alemana e

que se comunicaba a través de sus dibujos de raros símbolos o bien que pretendía matar
U
al Conde de Romanones. Desde la cárcel intentó defender su inocencia argumentando:

“Desde hace dos años estoy trabajando aquí. Mis dibujos han sido favorablemente acogidos por el

público, cosa que me permite vivir independiente. Y si me obligan a salir de España perderé elfruto de
e
mis esfuerzos” (67).

U
129

Bettina Jacometti. Dibujo


(La Nación, Madrid, 20-11-1916)

Todo había comenzado, según la crónica de los diarios madrileños, tras la

clausura de su Exposición en la Casa del Pueblo, la cual había sido autorizada por las

autoridades políticas. Bettina había continuado visitando dicho lugar donde, según ella,

se reunía con amigos y charlaban de arte aunque, paralamente, durante esas fechas se

estaba fraguando un movimiento anunciador de la huelga general en España. Un día, el


130

diario madrileño El País publica una orden de detención contra ella. La policía la buscó
a

durante más de quince días y a primeros de marzo, ya que el portero de su casa había
u’

alarmado a la policía porque hacia varios días que no se la veía entrar ni salir de su casa y
existía la posibilidad de un suicidio o de una desaparición. Bettina vivía sola en la azotea, —

acompañada de un perro y un gato. Ante esta situación la policía decide intervenir


e
asaltando la casa y registrando su baúl; en el que no encontraron nada extraño. Más

tarde, es detenida y sometida a un interrogatorio, siendo acusada de anarquista y

encarcelada. Los numerosos amigos que tiene intentan sacarla del apuro visitando al
u
propio Ministro de la Gobernación y defendiendo abiertamente su inocencia en los

diarios. Sin embargo, es desterrada y trasladada al puerto de Vigo donde debía embarcar e

hacia su patria, aunque antes, escribe una carta a Federico García Sanchiz, quien publica
e
en La Nación parte de ella: “Me han arrancado cruelmente de mi trabajo, de mis relaciones

artísticas i’ de mis amigos. Me parece incomprensible que no quieran convencerse de que no soy un u

personaje digno de todo ese interés que quieren danne. Yo no me he ocupado nunca de política,
e
solamente soy artista, yeso sí, con toda mi alma” (68). Este sorprendente episodio no es, pese

a todo, un caso aislado en tiempos de guerra sino que aparece en otros artistas, baste e

recordar la detención de los esposos Delaunay en Portugal por realizar unas


e
composiciones con raras figuraciones (69).
e

FERNANDO MIGNONI
e
e

La proliferación de exposiciones en España, especialmente en Madrid y

Barcelona, por el carácter neutral que gozaba en aquellos momentos de la guerra a

europea, fine un condicionante esencial para todos aquellos artistas que, como el pintor
a

e
131

italiano Femando Mignoní, acudieron a refúgiarse y así poder continuar su trabajo. Este

pintor llegó a la Península en 1915 y durante ese tiempo se dedicó por completo al

estudio de nuestros paisajes como los de Madrid y Segovia, obras que serian expuestas

dos años después, en el Salón del Ateneo, durante el mes de febrero de 1917.

-A —

Interior de la Exposición de Fernanda Mignoní


(El Dia, Madrid, 5-5-1917)

Tras las exposiciones de alemanes, franceses, ingleses, rusos, austríacos,

argentinos y uruguayos, ahora tenía lugar una modesta muestra que estaba compuesta
132

por 23 cuadros, entre óleos y pasteles, de los más diversos lugares, entre los que
u,

encontraban algunos de Argentina o Palermo: Segovia, Tramonte, La cita, Otoño en el


u’

bosque de Palermo, Hacia los Alpes, La quebrado de Zules, Las Upas, Anochecer, El e
carnaval, El amanecer en el puerto de Buenos Aires, El convento, Tramonte en la
u’
nieve, El Parral bajo la luna, Arrabal madrileño, El Ayuntamiento de Fuencarral,

Tarde de invierno en Fuencarra4 Reflejos, El cañaveral, Un rincón en el puerto de —

Buenos Aires, etc.


u
La diversidad de sus cuadros en cuanto a los estilos aplicados, así como el gran

dominio del color donde abundan los tonos suaves, hizo que parte de la crítica madrileña e

le considerara “como un escenográfo, pocos son hoy los que le aventajan, porque sobre todos tiene
e
un gran dominio de la técnica, una brava independencia de espíritu y un depurado gusto artístico... En

estos cuadros vemos al pintor poeta, al artista que rio considera la paleto como una cosa primordial, a

sino como instrumento para definir en color la poesia”(7O).


u

El dominio de las diferentes técnicas como el óleo, el temple o el pastel suscitó a

las alabanzas de Blanco Coris, quien le animaba por su estudio del natural a diferencia de
a
otros pintores de la misma época: “adelante con esas notas doradas, sanas y poéticas, tan

realistas, tan simpáticas y tan decisivas. Usted va al natural sin ‘tanteos’ ni vacilaciones a interpretarlo

personalmente, que es más noble y más sensato que seguir ensayando procedimientos infantiles como el
a
de los modernistas” (71). Ese carácter escenográfico que aparecía en sus obras se debía,

según José Francés, a los “teatros de Buenos Aires, primero; a los teatros de Madrid, después, U

consiste en que ha venido ¿~ desbanalizar, a ennoblecer el sentido de lo que debe ser el decorado en el
e
teatro moderno” (72).

a
133

Fernando Mignoni, Paisajes


(Lo Esfera, Madrid, 9-6-1917)

MARTA SPITZER

Otra de las artistas extranjeras presentes en Madrid fue la francesa Marta Spitzer,

quien había estudiado en la Escuela de Bellas Artes de Francia y que, ahora, sin ayuda de

ningún maestro, inauguraba en el Salón Lacoste, desde el 19 dc noviembre hasta el 4 de

diciembre de 1917, una pequeña muestra que contaba con cinco esculturas en bronce

tituladas Muchacha oriental, Musa latina, cabeza de Joven criollo, Bailarina rusa y el

retrato de Juan Pedro Altermann.

Estos bustos en bronce estaban en [a línea de la moderna escultura ftancesa de

Bourdelle, Bernard, Maillol y eran un modelo a seguir y una invitación a los escultores

españo]es que como Blay, Benfliure, Inunia, Trilles, Beliver, Esteban Lozano, Capuz,
134

Garcí González, Pola, Ferrant o Perdigón ocupaban los primeros puestos de la escultura

española (73>. Estaban definidos por “una armonía lineal y donde se ofrece el ejemplo de una
u’
técnica sabia y sobna Es el mismo amor a los cánones antiguos, a los ritmos augustos y eternos, a la

solemne calma clásica” (74). El sentido clásico en la escultura de Marta Spitzer provenía de

la tradición siria y griega, en concreto, de esa línea que se había impuesto a primeros del
e
siglo XX, el clasicismo procedente del arte occidental, o la primitiva o salvaje que

Francisco Pompey señaló como el punto partida de la artista para pasar, más tarde, a

“modelar lo que generalmente desdeñan muchos; el sentimiento, el sentimiento de redondez y de planos


a
que da el natural” (75). La visión de estos planos en sus obras llevaban a una marcada

sintetización que calificada por Antonio de Hoyos y Vinent como “ultramoderna, audaz,

intensa; los trazos son violentos, rápidos, claros” (76).

-4— M’~’

4
1~
a

*4’
4 u,
e
Marta Spitzer.
U

El poeta Juan Pedro Altermann La bailarina rusa


(Año Artístico, Madrid, nov. 1917) (Heraldode Madrid, 21-11-1917)

U,

e
135

En otro orden de cosas, el mismo crítico aludía a la problemática de las escasas

compras que realizaba el Estado en las exposiciones individuales en comparación con el

resto de los paises europeos, como el caso concreto del Estado francés, quien había

adquirido de Marta Spitzer el busto de la Bailarina rusa: “Lo mismo que en España, cuando

se inaugura una Exposición particular, ¿cuándo se va a establecer en nuestro país la costumbre de que

el Estado adquiera en todas las Exposiciones que sean interesantes las obras, un ejemplar para

enriquecer los Museos de provincias? Francia, Inglaterra, Italia y otros paises tienen esa noble

costumbre. El señor ministro de Intrucción Pública y Bellas Artes, flamante e inteligente, tiene la

palabra” (77).

KOLINIC GOUSSEFF

En el Salón Mateu (Marqués de Cubas, núm 3, librería), otro pintor extranjero se

sumaba al ambiente artístico de la capital. Se trataba del pintor ruso Koliic Gousseff,

quien exhibía una treintena de cuadros, entre pinturas y dibujos, durante el mes de abril

de 1918. Refugiado en España como consecuencia de la guerra europea, se había

integrado en el ambiente oficial de la capital asistiendo a las clases de pintura que

Moreno Carbonero impartía en la Escuela de San Femando.

Kolinic había cambiado mucho desde su llegada; así recordaba José Francés este

cambio: “un adolescente con melenas y con ensueños terroristas en la cabeza, con las pupilas claras e

ingenuas, y la gravedad dulce de un camarada de Pablo J/lassof el protagonista de La Madre. Ahora

Kolinic Goussef se ha cortado las melenas, habla un español simplificado, que contorneo las palabras’

(78).
136

A pesar de la escasa fama que obtuvo el pintor con esta muestra, sus obras fúeron

comentadas principalmente por sus dibujos que, bajo el nombre de Apuntes a pluma,
u’
representaban la imagen de “un Madrid nuevo y extraño en su simplicidad Valora igual todos los

términos y las más diferentes cosas. Deja solamente a los edificios, a los árboles y a las figuras su

contorno, acusado con líneas gruesas e ininterrumpidas. Creeríanse que son de esas planas ingenuas,

tentadoras de los colores planos, que se ofrecen a los niños para ‘iluminaciones a la acuarela; incluso

también puede imaginarse que se hicieron proyectando el bordado de una tapicería” (79).

u’

e
Kolinic Gousseff. Iglesia de los Jerónimos
(Año Artístico, Madrid, abril 1918)
e

El dominio de la línea en estas composiciones llegaba a crear, para Francisco e

Alcántara, unos “dibujos estrvcturales, esquemáticos, expresiones lineales de paisajes y caserios, de


e
las que el afán moderno de producir un arte tan expresivo como la ilustración del libro y del periódico

exige cada día con más imperio, ha logrado obtener, buscando lecciones de sobriedad y de vigorosa

expresión en el primitivo grabado en madera principalmente” (80).


e
Sus obras también destacaban por la utilización de un impresionismo basado

principalmente en la linealídad y en la estructura, a diferencia del luminismo que se e

e
137

practicaba en la Península: “nuestro impresionismo - señala Edelye - está más en la luz y en el

color que en el dibujo y en la forma, se debe a que los cuadros de Gouseff sorprendan un tanto y exijan

una atención más concentrada para saborear sus indiscutibles méritos y bellezas” (81).

Otro critico añadía la importancia de los cambios atmosféricos de nuestra

Península en el arte: “esta suavidad, esta dulzura con que se nos ofrece la pintura impresionista

extranjera, no anda muy acorde con la vehemencia lumínica de nuestro cielo y su vivo resplandor

sobre las tierras españolas. Por esto sucede que encontramos siempre esta pintura de impresionistas

extranjeros, hombres nacidos en país de brumas, pobres de expresión. Quisiéramos algo más fuerte,

más palpitante, aun sin salirse de la tendencia impresionista” (82).

En definitiva, las composiciones presentadas en la Exposición de Koliic Gouseff

no llamaron demasiado la atención, así lo demuestran el breve comentario de Ramón

Pulido y sus escasas, por no decir nulas, intervenciones posteriores en la capital

madrileña: “La sinceridad nos obliga a decir que su obra no merece ni grandes elogios ni censuras;

es un arte con tendencias a la originalidad en la técnica, pero sin que sea nota emociante, que obligue

al critico a grandes comentarios” (83)

GUIDO CAPROTTY DA MONZA

En abril de 1918, el Circulo de Bellas Artes de Madrid inaugura, en su salón de la

plaza de las Cortes, núm. 4, una Exposición cuyo protagonista es el pintor italiano Guido

Caprotty da Monza. Desde su llegada a España, había fijado su residencia en Ávila,

donde llegaría a instalar una tienda propia de pintura; muy pronto es conocido por su

particular representación de la estepa castellana, partiendo de la visión de un artista

extranjero. Será desde la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1917 cuando la crítica
138

madrileña se ocupe más extensamente de su obra, destacando especialmente el cuadro u’

titulado Los ojos de la noche, de un realismo mezclado con el arte de algunos artistas
e
españoles como Ignacio Zuloaga.

En esta exposición del Círculo de Bellas Artes dividió el envio en dos apartados u

definidos, aquellos que representaban el realismo castellano, formado por 39 cuadros, y


u
los 18 que bajo el subtítulo de “impresiones” mostraban las suaves notas del

impresionismo a las que estaban acostumbrados los artistas extranjeros. A la primera

pertenecen Por tierras de Castilla, La cita, La voz de las tinieblas, Felisa y

Nabucodonosor, La rogativa, El calero, Mirando al muerto, Anima mea in domine, El


e
descenso, Los creyentes, El tío Feliciano, La confesión, Bestia humana de Fillol, Los

mercados, La cita, El Cristo donnído, La ciudad dormida, El mercado de Segovia,

Virgen roja, La fiesta de la señá Encarnación, Desde mi ventana, Los novios y a ¡a


U

segunda, Flores debiles, Estudio para retrato, La mañana, Flor entre flores, La

catedral de Burgos, Padre e hijos, El puerto de Boulogne Sur Mer, Las murallas de la U

leyenda, etc.
a

Guido Caprotty da Monza, La cita


e
(La Mañana, Madrid, 18-4-1918)

•s
139

El realismo de sus composiciones estaba definido por una paleta dominada por

colores oscuros parecidos a los de Zuloaga; para Francisco Alcántara se trataba de una

paleta algo extraña; en ella impera el betún, el asfalto, y esto le priva de frescura y energía, aunque

facilite la expresión dolorida y melancólica que parece ser en cierto modo un ideal del artista” (84).

Además de una paleta oscura, sus obras presentaban un aspecto semejante a los

de la estepa castellana, aspecto que recordaba ese ambiente que define a los

componentes de la generación del 98: “son obras completas, acabadas, que denuncian un recio

temperamento y un pincel seguro de si mismo que no retrocede ante ninguna dificultad. Luego nos

asombra la perfecta asimilación al áspero ambiente castellano; no una asimilación convencional, sino

una sincera y complera. Y, porfin, la firmeza del dibujo yel dominio de la luz’ (85).

Guido Caprotty da Monza, Felisa y Nabucodonosor


(Heraldo deMadríd 13-4-1918)
140

Este aspecto del pintor italiano será reconocido por otros críticos como José

Francés, para quien la representación del alma de España habia sido muy bien
a
interpretada. Estas opiniones nos transíadan de nuevo al problema de una renovación de

la pintura moderna, en la que se ven inmersos, entre otros, los pintores vascos, e

rechazados por sus desmesuradas connotaciones francesas, a diferencia de lo que


u’

presentaba Caprotty quien, según la mayoría de la crítica, había captado el espiritu

castellano a pesar de las inemitables matizaciones extranjeras: “No es la exposición Caprotty U

una de tantas con ensavitos, bocetos, apuntes y obras de escasos méritos y proporciones como ahora se
e
acostumbran, sino una verdadera exposición: la labor de un hombre consciente de su dignidad estética

y el serio esfuerzo de un gran temperamento de pintor expresado en cuadros, verdaderos cuadros... u.

Nada más lejos de un españolismo epidémico, pegadizo, que estos cuadros recios de la recia España

castellana, creados por un italiano luego de cruzar por las tendencias de Francia y de Alemania... e

color y la linea hasta el sabor y el olor de la vieja Castilla, perdurable en su integridad a través de los
U
siglos” (86).

Guido Caprotty da Monza, Vieja abulense


(Año Artistico, Madrid, abril 1918) e

e
141

También hemos de destacar la opinión de Edelye, defensor del arte de Caprotty

por la representación de un arte que se sumerge en las raíces ibéricas y que era capaz de

renovar el aspecto de esa España.’ “De los pocos extranjeros que han comprendido a la España

pictórica, tienen una bellísima representación en los cuadro&.. ha huido de la España de la pandereta

de fácil mercantilismo, pero de escaso mérito y de absolutafalsedad, y en la peregrinación de artista

buscó un corazón de Iberia, siguiendo la gloria, la ruta que nos seilalara el gran Zuloaga, orientación

feliz que había de llevar a nuestros pintores a la creación de un arte duramente español a la

representación plástica de las grandes bellezas que atesoro esta tierra, a una labor del más puro

excelso patriotismo(S7).

Pero, además, se alejaba de las tendencias de los pintores más jóvenes, que se

lanzaban de inmediato a realizar una exhibición, algo que para muchos críticos constituía

un verdadero disparate por su falta de madurez, lo que daba aún más fama al italiano

Caprotty:
“¿41 fin surgía el pintor de grandes vuelos; al fin de entre esa juventud desorientada y

titubeante, que trabaja para la galería y busca losfáciles éxitos, se destacaba el artista lleno de santa

ambición, para arrebatarle a la Gloria susfavores! ¿Qué nos importaba a nosotros que el artista frese

extranjero? Para el arte no hay fronteras ni nacionalidades... 41 lado de cuadros que nos recuerdan a

los italianos de los últimos años de s.XIX, vemos otros que nos fraen a las mentes los impresionistas

franceses” (88).

VICTORIA MALINOWSKA

La artista rusa Victoria Malinowska, como tantos otros artistas extranjeros que

estudiamos en este capítulo dedicado al arte foráneo en Madrid, se reft¡gia en España

tras el estallido de la guerra europea. Conocida ya por sus numerosas intervenciones en


142

otros certámenes públicos y en exposiciones nacionales como la de 1917, expondrá en u’

junio de 1918 en el Salón del Círculo de Bellas Artes (plaza de las Cortes, núm. 4) una

abundante colección de 107 cuadros con diferentes asuntos como paisajes de Madrid,

Biarritz, Ondárroa, Pirineos... ; floreros, caseríos, bodegones y retratos como los de Miss e

Mott, Pilar Zubiaurre, Retrato del guitarrista, Retrato de señorita, Gitana vieja, etc;
e
tras esta muestra volverá a exhibir sus cuadros de nuevo en el Circulo de Bellas Artes

durante el mes de noviembre de ese mismo alio. e

a.

ej

U
— —

Interior de la Exposición de Victoria de Malinowska


e
(La Mañana, Madrid, 20-6-1918)

a
Fue calificada como una pintora que practicaba un arte agradable y armónico por

sus colores que configuraban “una serie de obras de orientación moderna, vivaces de color, e

muchas de ellas impregnadas de agradable ingenuidad” (89), pero no llegó a convencer a


e.
algunos críticos de arte como Rafael Domenech, quien rechaza su trabajo por ser obras
e

U
bU

que parecen ser de un principiante en el arte, inexperiencia, faltas de visión y carácter infantil”

(90). Desde la revista Blanco y Negro se advertia a Ma]inowska que no desperdician sus

dotes artísticos: “Y si además se mira el natural con la preocupación de un arte infantil, es

sumamentefácil llegar a resultados desastrosos. Nosotros sentiríamos mucho que, por malos consejos y

preocupaciones equivocados, lo señorita A’falinowska perdiese las dotes de un buen temperamento

artístico que sinceramente creemos que posee” (91). Sin embargo, en los cuadros de

Malinowska como Retrato del guitarrista (92) se observaban las nuevas figuraciones

europeas, en paralelo con la recuperación que algunos artistas franceses o italianos como

Derain estaban realizando del arte nacional precedente.

Victoria de Malinowska, Retrato del guitarrista Segovia


(Blancoy Negro, Madrid, 14-6-191 8)
144

Meses más tarde en enero de 1919, expondrá en Bilbao en la Asociación de

Artistas Vascos, en abril en el Salón Iturrioz de Madrid (93) y en mayo 1920, de nuevo
e
en Madrid, en el Ministerio de Estado (94).

OHLSEN
e

Otro artista extranjero fue Ohisen, dibujante italiano de origen noruego, quien e

realizó una modesta Exposición en las dos salas del Centro de Empleados Civiles,
e
ubicado en el tercer piso de la madrileña calle del Prado, núm. 20. Era un artista

decorador como lo demostraron los frisos en color adornados con vegetales y frutas u

como mazorcas, melones y granadas que exhibía en dicho centro; además presentaba

abanicos, entrepaños y numerosos dibujos como El rastrojo, Cacharrería, Nacimiento,


e
Eliodoro y el Paraíso basados en dibujos egipcios y persas que formaban un total de 28

trabajos. e

Nos queda tan sólo la opinión de Francisco Alcántara, quien calificaba su arte

como la representación de “la realidad, para mi tan sabrosa, tan llena de misterios, a un género de

imaginativa traducción, cuyo atractivo entre cómico e infantiL constituye la más bella delicada forma

de humorismo” (95).
e

ej

e
145

WYNDHAN TRYON

Wyndhan Tryon es uno de los pocos pintores ingleses que, como consecuencia de

la guerra, fijan su residencia en Madrid. En el mes de noviembre de 1918 presenta en el

Salón del Ateneo su primera individual, que dura quince días y está formada por 68

cuadros entre estudios de paisajes y dibujos realizados en diversas ciudades de la

Península; Guadix, Paisaje de Alcoy, El castillo de Cieza, Altea, El Mediterráneo desde

J</ona, Cieza, Sagunto, Ariza, Jérica, J~ona, Mora de Ebro, Los monigotes de Teruel,

Nieblas, El verano, El barranco de las Salinas, Un barranco, Álamos blancos, La

montaña mística, Picachos de barro, Higos chumbos, Tierra inhospitalaria, Calor, Los

últimos rayos de sol, etc. El arte de este pintor inglés, como el de tantos otros artistas

extranjeros a los que hemos aludido, derivaba del impresionismo y del puntillismo pero

con algunas características, según apreciaban José Francés y Blanco Coris, de artistas

españoles del Siglo de Oro que impedían una definición clara de su arte:
no es un modernista exagerado, ni tampoco un devoto del realismo clásico del natural.’ su

pintura se queda en un término medio, falta de vibración y sobra de ambiente, resultando fría,

monótona y apagada en generat.. su personalidad se manifiesta tendenciosa al modernismo, se nota la

desarmonía producida por la combinación de las dos inclinaciones indicadas al comienzo de estas

lineas, y que no revelan otra cosa que la impresión que en el ánimo del artista hayan podido sugerir las

influencias de la pintura española en el tiempo que lleva trabajando en nuestro suelo, sobre el

sedimento sugestivo infiltrado en su espíritu por los extraños procedimientos de los puntillistas

idealistas y convencionalismos exóticos de los quitapellejos de Ribalta, Afurillo, Riberez Velázquez,

Cano, Goya y Zurbarán.


146

Fil Sr Trvon, a juzgar por sus obras, se encuentra en el punto de afirmar su tiempo en

vacilaciones; estimamos que tiene más condiciones de pintor realista que de maestro del género de los

fuegos artificiales de los dinamistas plásticos Boccioni, Carrá, Russolo. .Xfartin, Severini, Sofflci y

Picasso” (96).

u’
Los paisajes que exhibía, aunque pertenecían a la geogralia española carecían,

para Ballesteros de Martos, de un verdadero sentimento que reflejara el carácter e.

peninsular: “casi todas notas cálidas del sol en paisajes desiertos, faltos de vegetación, y esa nota de
a
sofocación, de desamparo, llega a darla intensamente en algún momento; pero, sin embargo, sus

cuadros, para mi sensibilidad española, resultan, en generaL fríos, sin carácter.. carecen de espíritu,

de ambiente; es decir, que si en vez de titularlos paisajes españoles dice que son de Marruecos o de su

país nataL nadie se hubiese llamado a engaño” (97). u’

Su carrera posterior transcurre recorriendo parte de la geografla española. Dos


e
años después de su actuación en el Ateneo madrileño le encontramos de nuevo

exponiendo en el mismo lugar, junto a otro artista inglés, Darsie Japp (98). e

e;

GEORGE OWEN WYNNE APPERLEY


a

George Owen Wynne Apperley (1884-1960) nace en el seno de una rica familia

inglesa que le permite viajar desde muy joven por toda Europa. En 1904 visita Florencia,
a
Roma y Nápoles, en donde realiza numerosos estudios y paisajes de factura

impresionista. Al estallar la guerra se encuentra en España visitando numerosas ciudades u’

como Madrid, Toledo, Sevilla y Granada pero logra salir y viajar hasta Inglaterra. Sin
a
embargo, la guerra le hará regresar a España el 17 de marzo de 1916 (99).
a

ej

a
147

Poco después se instala en Madrid, en calle de Fernando El Santo, que

compartirá con la pintora inglesa miss Norton, gracias a la cual se introducirá en el

círculo de artistas de la Escuela de San Fernando. Tras viajar de nuevo a Segovia,

Sevilla, Ronda y Cádiz, llega en abril de 1917 a Granada, donde fijará su residencia y se

encontrará con los artistas alemanes Paul Sollmann y Sigfrido Búrmann. En esta ciudad

andaluza tomará contacto con el ambiente artístico a través de la Exposición que

organiza el Ayuntamiento y el Centro Artistico en el patio del Colegio Mayor de San

Bartolomé y Santiago (100) en donde, además, participan Ismael González de la Serna,

Juan Cristóbal, Manuel Angeles Ortiz, Gabriel Morcillo, M. Antequera y otros.

En noviembre del año siguiente se le ofrece la oportunidad de exponer, por

primera vez, sus cuadros en la capital de España, en el hall del Hotel Palace. La crítica

madrileña le aprecia por su participación en exposiciones de París, Roma e Inglaterra,

además por ser miembro del Instituto Real de Londres. En la muestra del Hotel Palace

expondrá un colección de 47 obras entre paisajes, vistas de monumentos y de numerosas

ciudades como Albaicin, Primavera, Asunto de Granada, Asunto de Ronda, Asunto de

Segovia, y otras de tipos andaluces: Tristeza gitana, Retrato, Bailarinas gitanas, Los

ojos de mi gitana, Sonrisa, El tocador, La gitana misteriosa, Piclá, etc.

Al día siguiente de su inauguración acudieron a visitarla los Reyes y numerosas

personalidades del gobierno inglés aunque, á pesar de esto, el éxito de la muestra se vio

empañado por algunas criticas como la de Antonio de Hoyos y Vinent, que la consideró

un verdadero fracaso: “Ni personalidad, ni espífltu, ni color, ni luminosidad, nada de nada. Todo es

triviaL vulgar absolutamente desprovisto de genio, de gracia, de vida. Aquellos paisajes igual pueden
148

ser España que Francia, que el norte de .4frica, que Italia, porque, en el paisaje, ‘ser’ no consiste en
0

tener una torre, o una iglesia, o un castillo; consiste en guardar algo de la impresión sagrada que hace

rememorar... La sensación, pues, es ‘nada de nada’ “(101). u’

Wynne Apperley, La muerte de Pocris It,

(La Esfera, Madrid, 8-6-1918)


e.

Sin embargo, y como apunta el libro de José Carlos Brasas Egido (102), la ej

exhibición tuvo una buena acogida por parte de un público que entendía lo que allí estaba
e
representado, basado principalmente en un arte de formación académica, con algunos

rasgos de prerrafaelismo y de simbolismo: “Estas acuarelas son del estilo más español y grato a e

nuestro pi~blico; ni siquiera han sido levemente rozadas por la inquietud quimera que pone en el alma
a
de muchos pintores modernos anhelos de una idealidad nada pictórica” (103).

e
149

La carrera artística de Wynne Apperley siguió su curso; instalado definitivamente

en Granada, continuó acudiendo a los certámenes anuales de Londres. Diez afios

después, el 3 de noviembre de 1928, expone por segunda vez en Madrid. En 1931, con la

instauración de la República española, se traslada a Tánger, ciudad en la que permanece

hasta su adhesión a la España nacionalista, y desde donde continúa enviando obras a las

exposiciones nacionales de Bellas Artes (1934 y 1936) (104).

Wynne Apperley, Orillas del Manzanares y Paisaje Rondeño


(La Esfera, Madrid, 8-6-1918)

RODOLFO TEWES

Para terminar esta relación de artistas extranjeros europeos destacamos la

presencia de otro pintor alemán, Rodolfo Tewes. Las tendencias modernas, incluidas las

impresionistas, fueron las principales notas que le caracterizaron. Asentado en España

desde el estallido de la guerra europea nos encontramos a este artista extranjero viajando
150

por España y practicando su impresionismo en paisajes y naturalezas muertas. Tewes 1,

realizará una Exposición individual ene! Ateneo de Madrid en diciembre de 1918, en


u’

donde exhibirá paisajes madrileños y andaluces, y bodegones: Paisaje de Andalucía, La

Virgen del Puerto, Primcnera en Torremolinos, Margaritas amarillas, Azucenas, Vista u’

de Moncíva, Puente sobre el Manzanares, etc.


u
Tewes cultivaba, según Juan de la Encina, un cierto aire moderno en el

cromatismo y la construcción de sus obras que hacen que se le llegue a comparar con el a

artista vasco Francisco de Iturrino: “preocúpale mucho lo estructural de las formas, y sobre la U

clara y precisa determinación de éstas, modula con nervio sus armonías de color A veces la firmeza, la

determinación estructural, priva sobre lo sutil de la modulación... Establece el Sr Tewes con seguridad

los planos y los empapa luego en luz... a Iturrino el color le embriaga, y en presencia de él, olvida por
U
completo la estructura, y con rapidez inaudita de poseido arroja gentilmente sobre el lienzo finas y

esplendentes tonalidades con ligerísimas alusiones a la forma del paisaje. Así sus paisajes son a veces
e
confusos de forma; pero en cuanto halago del sentido visual. El Sr Tewes es prob chíe que vea la

estructura de un paisaje antes que su color Y establecida ésta idealmente, luego, reflexiva y

cuidadosamente, establece la armonía cromática” (105).


a
Los pocos datos de su biogratia, además de las escasas notas artísticas que

reflejaron los críticos, nos llevan a aventurar que ifie un artista que practicó un

impresionismo algo realista donde, según Antonio de Hoyos y Vinent, “sobre todo en los
a
paisajes está muy bien, sin embargo de un raro fenómeno que hace que la luz esté mejor en las ‘cosas’

que en el airey el cielo” (105). a

e;

a
Hl

111.1.1. NOTAS

(1) Jaime Brihuega, La vanguardia artística española a través de la crítica (1912-

1936), Tesis editada por la Univ. Complutense, Madrid, 1982, pié 1-262.

(2) José Francés, “Ajenas Miradas”, ElAño Artístico, diciembre de 1917.

(3) En julio de 1920 exhibe sus obras en el Salón de Arte Moderno de Madrid. José

Francés, “Memoranda”, El Año Artístico, Madrid, p.296.

(4) J. Blanco Coris, “Arte y Artistas”, Heraldo de Madrid, 8-5-1917.

(5) Juan Antonio Gaya Nuño, El Impresionismo en España, Madrid, Dirección General

de Bellas Artes, 1971.

(6) Federico García Sanchiz, “Exposición Milada Sindíerová”, La Nación, Madrid, 31-2-

1917.

(7) Antonio de Hoyos y Vinent, “Exposición N.Harvey”, LiDio, Madrid, 5-12-1916.

(8) J. García Mercadal, “Segismundo Nagy”, La Correspondencia de España, 11-6-

1918.
152

(9) Catálogo Oficial de la Exposición Nacional de pintura, escultura y arquitectura,


Madrid, Artes Gráficas “Mateu”, 1915.

(10) Vid., Capitulo y, Arte y Política en España durante la Primera Guerra Mundial: la
Exposicón de Legionarios de 1917.

(11) Este pintor argentino expondrá más tarde sus cuadros en abril de 1920 en el Ateneo e

madrileño. José Francés, “Memoranda”, ElAño Artístico, Madrid, abril de 1920, piSO.
ej

(12) Francisco Alcántara, “Apertura de la Exposición de Bellas Artes”, El Imparcial, e

Madrid, 29-5-1917.
*

(13) Zsuzsa D. Fehér y Gábor O. Pogány, La peinture hongroise au 2W siégle, e

Budapest, Kossuth, 1971.


a

u”
(14) José Francés, “Un pintor húngaro Segismundo de Nagy”, El Año Artístico, Madrid,

febrero de 1915. e

u
(15) M.G., “Segismundo Nagy”, La Correspondencia de España, Madrid, 3-2-1915.

(16) Anónimo, “La exposición de Barcelona. La pintura”, La Esfera, Madrid, 29-6-


a
1918.

(17) En este mismo lugar, el Salón del Teatro Real, volvería a exhibir sus obras en mayo
a
de 1920. José Francés, “Memoranda”, ElAño Artístico, Madrid, mayo de 1920.
e

a
‘53

(18) Arturo Morí, “El impresionismo en pintura”, El País, Madrid, 6-6-1918.

(19) Antonio de Hoyos y Vinent, “Segismundo Nagy”, El Día, Madrid, 25-6-1918.

(20) Dionisio Cruz, “Exposición Nagy”, La Nación, Madrid, 25-6-1918.

(21) Jesús Escartín, “Segismundo Nagy”, El Mundo, Madrid, 5-6-1918.

(22) Beintmann permanecerá en España un par de años más, en 1917 y 1920 participará

en la Exposición Nacional de Bellas Artes. Se dedicó al estudio de la mujer española y de

sus costumbres. E. Garro, “Beintmann pinta a España”, Blanco y Negro, Madrid, 10-11-

1918.

(23) José Francés, “Cuatro pintores alemanes”, ElAño Artístico, Madrid, abril de 1915.

(24) J.Blanco Coris, “Exposición Paul Sollrnann”, Heraldo de Madrid, 26-11-1916.

(25) Francisco Alcántara, “Notas de Arte”, El Imparcial, Madrid, 23-11-1916.

(26) Anónimo, “La Exposición de Barcelona. La pintura”, La Esfera, Madrid, 29-6-

1918.

(27) Correa Calderón, “Exposición Solmann Coburg en el Círculo de Bellas Artes de

Madrid”, Hoy, Madrid, 4-5-1920.


154

(28) Antonio de Hoyos y Vinent, “Exposición Kurt Leyde”, El Día, Madrid, 7-1 1-1917.

u’
(29) José Blanco Coris, “Exposición del pintor Kurt Leyde”, Heraldo de Madrid, 2-11-

1917. t

u.
(30) J. García Mercadal, “La primera Exposición del Ateneo”, La Correspondencia de

España, Madrid, 5-11-1917. e

e
(31) José Lebrón, “Kurt Leyde”, La Nación, Madrid, 5-11-1917.
e

(32) José Blanco Coris, “Exposición del pintor Kurt Leyde”, Heraldo de Madrid, 2-11-
u

1917.
a

(33) Ballesteros de Martos, “Un pintor alemán”,La Mañana, Madrid, 8-11-1917. e

e
(34) Antonio de Hoyos y Vinet, “Exposición Kurt Leyde”, El Día, Madrid, 7-11-1917.

(35) José Francés, “Memoranda”, ElAño Artístico, Madrid, febrero de 1920, p. 37.
u

(36) José Blanco Coris, “Exposición Hans Poppelreuter”, Heraldo de Madrid, 24-2- e

1920; J.M.V, “Exposición Poppel Reuter (sic)”, Hermes, Bilbao, marzo de 1920 y José
e

Francés, “Un artista alemán: Hans Poppelreuter”, El Año Artístico, Madrid, febrero de
e
1920.

mt

e.
155

(37) C. (José del Cacho), “En el Hotel Ritz”, La Correspondencia de España, Madrid,

3 1-12- 1915.

(38) Ibid.,

(39) José Francés, “Exposiciones”, ElAño Artístico, Madrid, diciembre de 1915.

(40) SA. “Salón Vilches”, Heraldo de Madrid, 21-12-1915

(41) J.del C (José del Cacho), “En la sala Vilches”, La Correspondencia de España,

Madrid, 24-12-1915

(42) SA, “Salón Vilches”, op. cit.,

(43) J. Blanco Coris, “Exposición Laroche”, Heraldo de Madrid, 5-12-1916.

(44) José Francés, “Varias exposiciones”, ElAño Artístico, Madrid, diciembre de 1916.

(45) J. Blanco Coris, “Exposición Laroche”, op. cit.,

(46) Francisco Alcántara, “Notas de Arte”, El Imparcial, Madrid, 5-12-1916.


156

(47) José Francés, “Paisajes de España y paisajistas extranjeros”, El Año Artístico,

Madrid, diciembre de 1915.


V/

(48) José Francés, “Un pintor austriaco: Myrbach”, El Año Artístico, Madrid, *

enero de 1916.
u.

(49) Colorit, “Les pintures den Lagar a Athenea”,Aigua-Forts, Gerona, 28-3-1915. e

(50) Antonio de Hoyos y Vinent, “Exposición N. Harvey”, El Día, Madrid, 5-12-1196.

u.

(51) J. del C (José del Cacho), “En el Salón Iturrioz”, La Correspondencia de España,
u
Madrid, 28-11-1916.
mt

(52) Federico García Sanchiz, “Exposición Milada Sindíerová”, La Nación, Madrid, u

3 1-1-1917.
a

(53) Ibid., e

a
(54) José Francés, “Una pintora checa: Milada Sindíerova”, El Año Artístico, Madrid,

enero de 1917.

(55) Juan de la Encina, “Milada Sindíerová”, España, Madrid, 1-2-1917.


e

e
157

(56) Antonio de Hoyos y Vinent, “Exposición Milada Sindíerová”, El Día, Madrid,

25-1-1917.

(57) Florisel, “Una lamentable exposición”, La Renovación española, Madrid,

3-10-1918.

(58) Anónimo, “Una artista extranjera en la cárcel”, El Liberal, Madrid, 15-4-1917.

(59) Federico García Sanchíz, “Bettina Jacometti en la Casa del Pueblo”, La Nación,

Madrid, 27-2-1917.

(60) Ibid.,

(61) Un ‘reporter’, “La holandesa misteriosa”, El Imparcial, Madrid, 21-4-1917.

(62) Ese, “Bettina Jacometti”, La Nación, Madrid, 20-11-1916.

(63) Federico García Sanchiz, “Bettina Jacometti en la Casa del Pueblo”, op. cit.,

(64) José Blanco Coris, “Exposición Bettina Jacometti”, Heraldo de Madrid, 25-2-19 17.

(65) Federico García Sanchíz, “Bettina Jacometti en la Casa del Pueblo”, op. cit.,
‘e

158

(66) Antonio de Hoyos y Vinent, “Exposición Bettina Jacometti”, El Día, Madrid, a

14-4- 19 17.
e

(67) Anónimo, “Una artista extranjera en la cárcel “, ElLiberal Madrid, 15-4-1917.


, u’

u
(68) Bettina Jacometti, “Bettina Jacometti en el destierro”, La Nación, Madrid,

25-4- 1917. u’

e
(69) Vid., Capítulo VII. Itinerario del simultaneísmo en España: Robert y Sonia
r
Delaunay.

e,
(70) Ballesteros de Manos, “Exposición Mignoni”, La Mañana, Madrid, 12-5-1917.
e’

(71) J. Blanco Coris, “Exposición F.Mignoni”, Heraldo de Madrid, 8-5-1917. u’

u,,
(72) José Francés, “Un pintor italiano: Femando Mignoni”, El Año Artístico, Madrid,

mayo de 1917. a

e
(73) J.Blanco Coris, “Exposición Masthe Spitzer”, Heraldo de Madrid, 21-11-1917.
a

(74) José Francés, “Marta Spitzer”, ElAño Artístico, Madrid, noviembre de 1917.
mt

a
(75) Francisco Pompey, “De Arte”, El Parlamentario, Madrid, 27-11-1917.

e
159

(76) Antonio de Hoyos y Vinet, “Exposición Marthe Spitzer, El Día, Madrid,

21-11-1917.

(77) Francisco Pompey, “De Arte”, op. oit.,

(78) José Francés, “Un dibujante ruso: Koliic Gouseff’, ElAño Artístico, Madrid, abril

de 1918.

(79) Ibid.,

(80) Francisco Alcántara, “El pintor ruso Gousseff, en el salón Mateu”, El Sol, Madrid,

27-4-1918.

(81) Edelye, “El paisajista ruso Gousseff’, EJ Liberal, Madrid, 5-5-1918.

(82) J. G. M.(José García Mercadal), “Dos artistas extranjeros”, La Correspondencia de

España, Madrid, 28-8-19 18.

(83) Ramón Pulido, “Exposición Kolinic Gousseff’, El Globo, Madrid, 304-1918.

(84) Francisco Alcántara, “Exposición de G. Caprotty”, El Sol, Madrid, 15-4-19 18.


160

‘e

(85) Antonio de Hoyos y Vinent, “Exposición Guido Capriotty da Monza”, El Dio,

Madrid, 16-4-1918. u’

u’
(86) José Francés, “La exposición Caprotty”, ElAño Artístico, Madrid, abril de 1918.

u.

(87) Edelye, “Salón del Circulo de Bellas Artes”, El Liberal, Madrid, 13-4-1918.
e

(88) Ballesteros de Martos, “Guido Caprotty da Monza”, La Mañana, 18-4-1918 e’

e
(89) Juan de la Encina, “Exposición de Victoria Malinowska”, España, Madrid,
u.
27-6-1918.

(90) Rafael Domenech, “Exposiciones de arte”, ABC, Madrid, 27-6-1918.


mt,

(91) Anónimo,”Una pintura notable”, Blanco y Negro, Madrid, 14-7-1918. e

(92) Publicado en Blanco yNegro, Madrid, 14-7-1918.

(93) Anónimo, “Unos lienzos de V. de Malinowská”, La Correspondencia de España,


e
Madrid, 12-4-1919, García Mercadal, “De arte”, Correspondencia de España, Madrid,
mt
16-4-1919 y Anónimo, “La gran pintura V. de Malinowska”, La Mañana, Madrid,

27-4- 19 19.
u

e
(94) José Francés, “Victoria Malinowska”, El Año Artístico, Madrid, mayo de 1920.

‘a

u
161

(95) Francisco Alcántara, “La vida artística”, El Sol, Madrid, 16-6-19 18.

(96)1. Blanco Coris, “Exposición Wyndham Tryon”, Heraldo de Madrid, 6-11-1918.

(97) Ballesteros de Martos, “Actualidad artística”, Cervantes, Madrid, noviembre de

1918.

(98) José Francés, “Memoranda”, ElAño Artístico, Madrid, marzo de 1920, p. 99.

(99) José Carlos Brasas Egido, Apperley’. El pintor inglés de Granada, Caja General de

Ahorros y Monte de Piedad de Granada. s. fi

(100) Ibid., p. 20

(101) Antonio de Hoyos y Vinent, “La de Wynne Apperley”, El Día, Madrid,

4-12-1918.

(102) José Carlos Brasas Egido, Apperley El pintor inglés de Granada, op. cit.,

(103) Francisco Alcántara, “ Las obras del acuarelista inglés Wynne Apperley en el Hotel

Palace”, El Sol, 23-1 1-1918.

(104) Vid., José Carlos Brasas Egido, Apperley. Elpintor inglés de Granada, op. cit.,
162

(105) Juan de la Encina, “Exposición Rodofo Tewes”, España, Madrid, 12-12-1918.

u
(106) Antonio de Hoyos y Vinent, “Notas de arte”, El Dio, Madrid, 9-12-1918.

u
111.2. ARTISTAS PROCEDENTES DE HIISPANOAMERICA
e

La expansión del arte extranjero en la Península, principalmente en Madrid,


a
durante 1915 a 1922 se divide en dos grandes grupos: el que acabamos de estudiar

procedente de Europa y el arte americano. Podemos clasificar culturalmente en dos

movimientos el arte de las diversas regiones de Latinoamérica, el indigenismo, a partir de

1900, con la edición de Ariel, escrito de José Rodo en el que se defendía la tradición de
u.,
la cultura autóctona y aquellas manifestaciones europeas que influyeron en los artistas

americanos como en el caso español, Joaquín Torres García, con el noucentismo y el a.

constructivismo; Diego Rivera con el cubofliturismo o Rafael Barradas con el


a’
vibracionismo.

Los artistas americanos acuden a España por dos causas fUndamentales, porque 9

son pensionados por sus respectivos lugares de origen, y como consecuencia del
e
estallido de la guerra europea. Ambos motivos estarán ligados en muchas ocasiones. El
u
destino de estas becas está en Europa, principalmente en Paris, pero el
desencadenamiento del conflicto provoca su inmediata huida a países cercanos y e

neutrales como España, al que estaban unidos por idioma y cultura. Sin embargo, antes
a
del conflicto llegaban jóvenes pensionados de las diferentes regiones de Latinoamérica a

u
163

Europa. Desde primeros del s.XX ya existen relaciones entre los artistas americanos y las

tendencias artísticas europeas. Algunos, como Andrés de Santa María, José María de

Velasco, Armando Reverón, Pedro Figari, Anita Malfatti, Emiliano di Covalti, Rego

Monteiro, Tarsila do Amaral, Emilio Pettoniti, Xul Solar, Diego de Rivera, etc.

desarrollarán también un papel destacado en el arte europeo (1).

En el periodo que nos ocupa, Argentina estará representada principalmente por

los integrantes de la Asociación de Artistas Argentinos Guillermo Butíer, J.M. Gavazzo


-

Buchardo, José A. Merediz, Curatella Manes, Alfredo Guttero además de otros como
-

Norah Borges, Rodolfo Franco, Francisco Bernareggi, González Garaflo, Franciscovicb,

Ernesto Riccio o el escultor Alberto Lagos (2); de Cuba destacan A.rgudín, Manuel

Mantilla, M. A. Santana (3) o Enrique Crucet (4); de Brasil L.H. Gutuzzo; de Chile (5),

Alfredo Lobos; de Méjico, Diego de Rivera, Garza Rivera o Roberto Montenegro; de

Uruguay, Joaquín Torres García, Rafael Barradas, Carlos Alberto Castellanos y otros.

Todos ellos habían recibido becas de sus receptivos gobiernos para estudiar en el Viejo

Continente pero todos terminaron viajando a Paris, lugar en el que vieron “in sim”

aquellas tendencias simbolistas, impresionistas o postimpresionistas pero también,

aunque en menor número, las de las vanguardia cubista y futurista, cuyos alumnos más

aplicados fUeron Diego Rivera o Rafael Barradas.

España y su capital recibían a estos artistas latinos, entre ellos los más conocidos

fueron escntores y poetas como el argentino Alberto Ghiraldo, quien llegó a dirigir la

revista Ideas y Figuras en mayo de 1918, en cuyo primer número publicaba su

programa: “Pensamiento y acción. Ofrecer una tribuna libre donde puedan ventilarse con absoluta

amplitud de criterio, todos los problemas sociológicos, intelectuales, artísticos y políticos que atañen a

la colectividad.. Y. principalmente, levantar el arte como pabellón de luz a cuyas proyecciones iremos
[64

haciéndonos mejores, más sanos, más buenos, másfuertes, más libres, porque su influencia nos hará
1,

más aptos para percibir la verdad y la belleza, almas del mundo” (6).

Su popularidad aumentó como líder del grupo de escritores latinos hasta tal u’

punto que podemos encontrar en muchas crónicas literarias un resumen de su trabajo

como el de la revista hispanoamericana Cervantes:


e
“Es Ohiraldo el hombre de las claras tierrras trasatlánticas, que trae a la vieja patria

fundadora la lumbrarada del sol del trópico, las impetuosidades, las utopias ardientemente sentidas de
e
una raza virgen emprendedora y romántica, con restos de la ancestral reciedumbre ibérica e

intuiciones de pueblo nuevo... El es, entre nosotros, la encarnación de los hombres de aquellos paises

artistas de la América latina que, educados en el culto de veneradas tradiciones, saben jugarse la x’ida

u’
por el triunfo de las nobles ideas que creen justas. AquL este escritor argentino, es el prototipo
ejemplar del americano sincero e impetuoso, que se asomé al mundo a través del arte y de los libros”
e”
(7).

Asimismo, podemos distinguir otros actos relacionados con el mundo del arte
e
latinoamericano, sobre todo cabe destacar las relaciones que mantenían la República

Argentina y España ya desde 1910 (8). Éstas se habían estrechado, principalmente, desde

la constitución de una embajada española en Buenos Aires, publicada por Real Decreto
u,

de 13 de agosto de 1916 en La Gaceta. El ministro de Estado, Amallo Gimeno, exponia:


a
“El grado de prosperidad alcanzado por la República Argentina, los vínculos de raza que a
ella nos unen y que tienen su principal apoyo en el crecido número de españoles que hallan en aquel
e
país ancho y hospitalario campo a su actividad y a sus iniciativas, creando intereses materiales que

cada día aumentan y se consolidan.., han movido al Consejo de Ministros a tomar el acuerdo de m

proponer a VM. la elevación de la categoría de nuestra representación diplomática en Buenos Aires,

convirtiendo en Embajada la actual Legación allí establecida y a solicitar de las Cortes, en su día, los

créditos necesarios” (9).


a

e
165

Las relaciones de España y América, argumentaba Goy de Silva, aumentaron con

la creación de la embajada argentina como reflejo del inicio de una aproximación a los

paises latinos, pidiendo en 1918 la constitución de la embajada mejicana:

‘t4 España conviene la mayor aproximación posible a todos los pueblos de su origen. Atraer

sobre si la atención que otros Estados más provisores, más sagaces y ambiciosos reclaman, no para

hacerles girar y vivir bajo el influjo de nuestra única luz, con vida de satélites, sino como a mundos

libres ~ conscientes que tengan en nuestro solar patrio el campo neutral y el mercado común de sus

intereses espirituales y materiales. ~4 esta labor de aproximación, comenzado con la Argentina,

elevando a la categoria de Embajada la legación de aquel pais, debe España continuarla con México,

accediendo a las aspiraciones de aquel pueblo hermano, manifestadas recientemente por la voz de su

prensa popular...” (10).

Sin embargo, antes de estas fechas encontramos en Madrid otras organizaciones

latinas, como consecuencia del incremento de población desde el inicio de la Gran

Guerra y hasta 1922. Se trataba, preferentemente, de emigrantes transoceánicos de

paises latino-americanos con destino a Madrid, de tal modo que el Gobierno español se

vio obligado a publicar órdenes dirigidas a todos aquellos residentes hispanoamericanos

en España para que se inscribieran en sus respectivos consulados, como la publicada en

La Gaceta el 27 dc marzo de 1917 que informaba a los residentes argentinos.

De estas relaciones con Iberoamérica habían nacido algunas instituciones

americanas como el Salón de Turismo Hispanoamericano; la Unión Iberoamericana,

sociedad dedicada a todos los problemas de Latinoamérica, como la conferencia que

realizó el arquitecto Belmás sobre “Nuestra política en América”; Unión Intelectual

Latino-Americana, Casa Argentina, etc. Más tarde se constituirá en Madrid una nueva
u’
166

9.

asociación dedicada exclusivamente a los jóvenes americanos, que será llamada


u.

precisamente “La Juventud Hispano-Americana”; se formó en julio de 1918 (domicilio


e
social se había ubicado en la calle Zorrilla, núm. 4). Presidida por Cristóbal de Castro y
formada por algunos de los miembros de la juventud española, su objetivo principal era u.

la cultura. lino de los principales apoyos en sus comienzos sería otra revista de
e
orientación hispano-americana, Cervantes, presidida por Andrés González Blanco, que

se ofrecía como plataforma divulgativa: “CERV4NTES, que aspira a ser un órgano del —

pensamiento y del sentimiento, estéticamente expresados, de las naciones de habla castellana, no puede
e
menos que enviar a la Juventud Hispano-Americana, que así se denomina la naciente asociación, su
más sincero y efusivo saludo, ofreciéndole al mismo tiempo estas páginas como vehículo para la
u
difusión de sus nobles propósitos” (11).
e

En 1916 se producen los primeros intentos de su constitución como la llamada a


u
los jóvenes a través de la revista Cervantes: “Toda la futura grandeza en nuestra América está
e
en manos de la juventud que estudio, preparándose a vivir intensamente una era nueva de la
civilización humana.., creando una nueva moral, plasmando formas originales de arte, agregando
e
verdades firmes al acervo de las ciencias, inspirando la vida común en generosos preceptos de

solidaridad sociaL.. Importa una nueva cultura, un nuevo criterio para medir los valores sociales, una e

nueva orientación del ideal colectivo hacia conquistas propias a la ventura de los hombres... Los

jóvenes deben explorar rutas desconocidas en busca de inspiraciones y de estímulos para la vida

humana... Una generación estudiosa puede marcar destinos nuevos a América; su civilización palpito
e
en manos de losjóvenes...” (12).

A finales de 1918, se celebra en la Academia de Jurisprudencia - Calle del

Marqués de Cubas - la sesión inaugural de la Academia Hispanoamericana de las

Ciencias y las Artes que se proponía cumplir once cláusulas: “Primera. Procurar que el
e

e
167

Gobierno español deje de ver las relaciones con Hispanoamérica como simples relaciones

internacionales... Tercera. Que antes de terminar la guerra se reúna una Conferencia

hispanoamericana. Cuarta. Que se asegure la validez de títulos profesionales liberales por Tratados...

Quinta. El intercambio de profesores y sobre todo de alumnos. Sexta. Que se active todo lo referente a

la protección de la propiedad literaria y propaganda del libro. Séptima. Cooperar a todos los esfuerzos

para lograr mejores comunicaciones entre España y América... Octava. La creación de una

Universidad Hispanomericana \Jovena. Debe proyectarse e intentarse la fundación del Palacio de

América en Madrid.. Décima. Que por todos los medios conducentes se active la celebración del

aplazado centenario de Cervantes. Undécima. Que se active todo cuanto sea posible la erección de una

estatua a Vasco Núñez de Balboa...” (13).

Con estos precedentes, antes de crearse la Sociedad de la Juventud

Hispanoamericana su comisión recibió el beneplácito y las adhesiones de la mayoría de

las revistas madrileñas y centros institucionales como el Ateneo de Madrid, Unión Ibero-

Americana, Escuela de Comercio, Ayuntamiento de Madrid, Unión Intelectual Latino-

Americana, Sociedad Artística La Constancia (Badajoz), Biblioteca Gallach, Sociedad

Colombófila Onubense (Huelva), Casa Argentina, Centro Iberia, etc. (14).

La Sociedad se habia creado con el apoyo de algunos inversores argentinos que

pretendían que fuera, según cuenta Gómez Carrillo, “una posada artística para albergar a los

escritores y a los pintores que quieran perfeccionarse en sus respectivos oficios dentro de la sana y

fuerte tradición castellana” (15). Sin embargo sería su propia comisión quien publicase los

objetivos de la nueva asociación: “Es la unión más íntima de la juventud hispana en todas sus

manifestaciones de arte, ciencia, religión e idioma; el intercambio de ideas y de tradiciones; el mutuo

esfuerzo y ayuda para el mayor desarrollo y amplitud del comercio artístico; la suma, en fin, de

actividades e iniciativas que todos aporten con el mismo móvil de esplendor y prestigio del habla

castellana.
168

‘e

Esta Asociación facilitará medios a todos los literatos hispanoamericanos para la publicación

de trabajos inéditos, para la inserción de libros y novelas e igualmente ayudará en sus investigaciones,

con toda clase de datos, a aquéllos que dediquen sus esfuerzos en el campo de la ciencia; organizará
u.
concursos artísticos de dibujo y pintura, literarios, cientijicos y musicales, etc... La creación de una

revista hispanoamericana de arte y ciencia será una de sus principales aspiraciones, y a la que debe

consagrar el mayor interés...” (16).


u.

La constitución de esta asociación había sido bien recibida en los círculos u.

artísticos madrileños porque, como reconocía Gómez Carrillo, “lo que falta en .¾íadrid
es el
u.
espíritu de atracción, el secreto parisiense de ‘acoger’, el arte de saber hacer ver lo que se posee, la

propaganda’, en fin, para emplear una palabra de moda. Cuando la primera media docena de artistas

americanos comience esa propaganda, otras muchas decenas vendrán. Y tal vez de esta posada para

estudiantes salga, al fin, la verdadera fraternidad de la raza, que tanto predican los politicos y que u.

tanto descuidan los Gobiernos” (17).

u.

Asimismo, podemos distinguir otros actos relacionados con el mundo del arte u.

latinoamericano como el Primer Congreso de Bellas Artes celebrado en España y


e
organizado por la Asociación de Pintores y Escultores, el 21 de abril de 1918, “el primero

e
celebrado por artistas latinos en España, salga una protesta que yo tengo el honor de formular y
proponer a nuestro criterio. Protesto contra la destrucción sistemástica de obras de arte, acasionadas
e
por la guerra, durante la cual se celebra nuestro Congreso de Arte...” (18).

Posteriormente, en 1920 La Gaceta publicaba por Real Decreto de 26 de marzo u,

de 1920 un nuevo proyecto para aumentar e impulsar las relaciones hispano-americanas,


e
“Un organismo oficial artístico-literario”, a cargo del delegado de Negocios de la

República Argentina, Roberto Levillier y el ministro de Instrucción Pública y Bellas a

u
[69

Artes (19). Los vocales para la Junta de este nuevo objetivo fueron los españoles Joaquín

Sorolla y Bastida, Enrique Martínez Cubelís, Femando Alvarez de Sotomayor, José

Maria López Mezquita, Julio Romero de Torres, Vicente Lampérez y Romea, Antonio

Palacios, Mariano Benlliure y Gil, Miguel Blay, Emilia Pardo Bazán, Mateo Inurria,

Ramón Menédez Pidal, José Maria Salaverria, Ramón Pérez de Ayala, Tomás Bretón,

Salvador Falla, Rafael Domenech, José Francés, Jacinto Octavio Picón, Serafin Alvarez

Quintero, Eduardo Marquina, Jacinto Benavente, Fernando Díaz de Mendoza y Emilio

Ihuillier (20).

Este comité español se encargaría de realizar las exhibiciones del artista argentino

Francisco Bernareggi en Palma de Mallorca, las de González Garañó y Ernesto Riccio en

el Salón Vilches y en el Ateneo de Madrid; además de los dibujos expresionistas de la

argentina Norah Borges y las esculturas de Alberto Lagos (21).

En el campo de las artes plásticas nos detenemos en la primera Exposición de un

artista americano, Rodolfo Franco.

RODOLFO FRANCO

En la septima Exposición quincenal organizada por el Circulo de Bellas Artes de

Madrid, un mes antes de la presentación oficial en Madrid de la Asociación de Artistas

Argentinos, otro compatriota, Rodolfo Franco, exhibía 40 obras durante el mes de marzo

de 1917. Participaban, junto al aguafuertista argentino, dos pintores más, César

Fernández Ardavin y Salvador Florenza. Las obras de estos artistas fueron consideradas

como pintura “optimista” y más bien como un canto al arte que no seguía las tendencias
u’
¡70

‘e

extranjeras, principalmente, refiriéndose a la Exposición que se estaba realizando en la


e

Galería General de Arte y cuyo protagonista, Celso Lagar, exhibía por primera vez por
e
esas fechas su “escuela” particular, el planismo. Dicho planismo, criticado por sus alardes
futuristas y cubistas, será punto de referencia para la Exposición de esos tres artistas en u.

el Circulo de Bellas Artes: “Nada de recostarse dulcemente sobre el rutinario clasicista, nada de
e
crear escuelas extravagantes y dislocadas; ni la ranciedad ni el futurismo... Los tres expositores del

Palace son dignos con las naturales diferencias de escuela y procedimientos, de la más alta estima, a

Artistas del optimismo son porque andan hermanados por el mismo ideal de renoi’ación que les hace

huir de sistemas clasificados y de cánones rancios. U

El optimismo en el arte es su mayor grandeza. J7vir de la historia es a un viejo y


e
desacreditado cuento en el que no deben creer los que siendo jóvenes o teniendo joven el alma,

marchan de acuerdo con las inquietudes de la vida y las brujas apariciones que van dibujando
u
completamente e/porvenir” (22).
e
Salvador Florenza presentaba 16 paisajes de Andalucía, Mallorca e Italia
e

calificados por la critica por su dominio del color como un “tanto tocados, quizás. de
a
teatralidad, faltos de recatada poesía, paisajes demasiado ‘de todos’, pero agradables de ver” (23).
Fernández Ardavín tenía instalados 18 cuadros, algunos de ellos retratos que la crítica

relacionaba con el arte tradicional pero sin llegar a mostrar en ellos la personalidad del
e
retratado: “Aún no ha logrado perder Ardcw’ín lo que nosotros llamamos ‘academicismo’, y que en

literaturase llama conceptismo o retoricismo” (24). e

En cuanto al argentino Rodolfo Franco, presentó 36 obras entre aguafuertes y


e
dibujos incluidos en el catálogo general entre los números 17 y 52 - Sevilla, Lajuerga,
e

e
171

El garrotín, El tango, Noche de debut (Café de Novedades), El ensayo, La honrá, Una

maja de Sevilla, El debut de la Curi, Juerguistas, Callejón del agua, Fábrica de

cerámica, La calle de la Feria, Las vísperas, Santa Maria la Blanca, El puente de

Triana por la noche, Paisaje de Sevilla en la noche, Interior de un patio, Barcas en el

puerto, Posada de los amoladores, La farándula, etc... - casi todos ellos pertenecían a

temas de costumbres de su estancia sevillana. Influido por famosos grabadores como

Durero, Rembrandt y Goya, se le critica su falta de personalidad:

“Rodolfo Franco emplea con saber los recursos del procedimiento; recursos expresivos de la

idealidad tales como dilatadosfondos, matices casi imperceptibles del claroscuro, contrastes poderosos

de luces y sombras; pero no olvide que estos recursos del aguafuerte no dispensan, ni en definitiva

disimulan, los defectos estructurales, de dibujo, de encaje, de concreción deformas” (25).

Rodolfo Franco, Maja sevillana


(La Esfera, Madrid, 26-5-1917)
172

Sin embargo, antes de este viaje a tierras andaluzas, Rodolfo Franco había estado

pensionado en París. De allí se trasladó a Mallorca en 1914, siguiendo al pintor


‘e
Hermenegildo A.nglada Camarasa y constituyendo, junto a otros artistas americanos

como Roberto Montenegro, de quien hablaremos a continuación, y Gregorio López, lo u.

que ha denominado Manuela Alcover “la triada angladiana” (26). Rodolfo Franco
u.
descubre el paisaje mallorquín dotando a su pintura de un preciosismo que el critico

Pagano distinguiría en sus obras. “Franco, muy sensible al color, hacía una pintura clara, de

mucha materia como el esmalte” (27).


u.
Después de su estancia en Madrid, al mes siguiente marcha a Barcelona donde
u.
realizará otra muestra con las mismas obras en el Circulo Artístico. José Francés, bajo el
seudónimo de Silvio Lago, recogería las sensaciones que producían estos cuadros

apreciando en ellos la influencia de Anglada Camarasa:


u.
“Rodolfo Franco pinta cuadros al óleo, donde los seres y las cosas están vistos a través de un

luminoso sorollesco y de una suntuoszdad cromática aprendida de Hermen Anglada durante la


u.
convivencia de algunos meses con éste último en París... Subsistirán siempre la enérgica traza, el

sentido gracioso del arabesco, la tendencia a la decoración, el amor a los tonos rutilantes y a las e

gamas ricas, y sobre todo, la sensibilidad aguda, refinadísima, que vibra frente a las expresiones bellas
e
de la línea o del sentimiento con fisico transporte de placer... Pocas veces el alma sevillana nos ha sido

sugerida por el arte con tanta energía y tan acorde con los círculos concéntricos que la palabra Sevilla

abre en nuestra alma al caer dentro de ella (28).

La historiografia latinoamericana le recuerda como uno de los pintores argentinos


a
que recogieron en sus composiciones parte del arte español tradicional, principalmente,

de Hermenegildo Anglada Camarasa e Ignacio Zuloaga, que se inició con Juan Carlos

e
‘73

Alonso, Jorge Bermúdez y continuó con Tito Cittadini, López Naguil, los hermanos

López Buchardo, José Torre Revello y otros (29).

Rodolfo Franco, Un rincón de Sevilla


(La Esfera, Madrid, 26-5-1917)

ALBERTO CASTELLANOS Y ROBERTO MONTENEGRO

Tras las exposiciones de los artistas argentinos durante los meses de marzo y abril

- la de la Asociación de Aristas Argentinos y la del argentino Rodolfo Franco - en el

Salón que tenía alquilado en el Palace el Circulo de Bellas Artes, otro artista

latinoamericano hacía su incursión en mayo, el uruguayo Alberto Castellanos y su

Exposición de pinturas en el Salón Iturrioz de la madrileña calle Fuencarral, número 20.


174

‘e

Alberto Castellanos nace en Montevideo e inicia sus estudios con Carlos María u.

Herrera. En 1904 viaja, acompañado de otros pintores americanos a Europa; tres años
u.
más tarde, se encuentra en Madrid asistiendo a las clases de pintura de Joaquín Sorolla,
u
quien le influiria en sus obras posteriores. En la primera década del siglo viaja a su ciudad

natal y a otros países americanos como Bolivia y Brasil, además de participar en el


u.

Centenario de Buenos Aires y en Santiago de Chile. Después regresa a España y se


u.
instala como veremos en Pollensa (Mallorca). En 1917 le encontramos de nuevo en

Madrid, donde expondrá en el Salón Iturrioz y participará en la Exposición de Ciegos u.

(abril de 1917); un año después, lo hará junto a su compañero Roberto Montenegro,


u.
muestra de la que hablaremos a continuación.

u.

a,

e
Interior de la Exposición de Carlos Alberto Castellanos
(El Día, Madrid, 4-4-1917) a

e
175

El catálogo de la Exposición de Castellanos en el Salón Iturrioz en 1917 estaba

compuesto por 53 cuadros entre los que se pudieron ver: Cargadoras de naranjas en

Humayta (Paraguay), Las madrugaduras de las vigas (Paraguay), La estampa

decorativa, Arcadia, El acecho, Día de niebla, Mondoñedo, La caza, Barrancas rojas

(Paraguay), Vendedoras de pájaros, El bananal, Hora de siesta, San Rafael en enero,

Galicia, además de algunos paisajes de Cercedilla y Asturias y varios proyectos de

tapices y vidrieras.

Carlos Alberto Castellanos, Capricho decorativo y Mujer Paraguaya


(ElAño Artístico, Madrid, mayo de 1917)

Sobresalia un carácter decorativo que le llevaba a concebir los temas con un gran

colorismo derivado de su influencia como discípulo de Sorolla y un exotismo procedente

de su tierra paraguaya. Considerado en ocasiones como integrante de la pintura

moderna. para algunos críticos como Francisco Alcántara se trataba de “un modernismo del

que suele contraerse, a mi juicio, más que por profunda convicción por ‘snobismo ‘ 4notetnos una

espontaneidad decorativa que en la misma amplitud>’ especial cromatismo de este artista se revela

como cosa íntima y sin relación ninguna con la ridícula preceptiva aceptada por la generalidad de los

llamados decoradores de ¡mv” (30).


e
176

‘e

Sus cuadros decorativos también procedían de la influencia de otro pintor


e
instalado en Mallorca en 1914, Anglada Camarasa, y de su circulo de discípulos, entre
e
los que encontramos a] argentino Rodolfo Franco y al mejicano Roberto Montenegro,
con quien realizará en 1918 una Exposición conjunta: u.

“Usted es un pintor decorador, formidable por naturaleza, - replicaba Blanco Coris - sí


u.
sujetase su pintura de cuadros a las escuelas, a los procedimientos que emplearon los grandes maestros

antiguos y que continúan empleando los de la actualidad, usted sería un maestro más de la Pintura.
u.
¡qué duda cabe!” (31).

Federico García Sanchiz admiró en la obra de Castellanos la escasa influencia del t

arte francés, que un mes antes había irrumpido en la capital mostrando algunas de las
u.

novedades artísticas europeas, presentes en las obras de la Exposición de la Asociación


u.
de Artistas Argentinos, constituida poco antes en París; además, resaltaba el interés de la
calidad artística y la aplicación de unos colores sensuales que aludían a las tierras salvajes u.

de América que la diferenciaba de otras con carácter más sensacionalista por sus
u.
novedades:

‘Por regla general, las exposiciones que vienen celebrándose no interesan sino como u.

actualidad periodística, en cuanto significan otro espectáculo que acaba de ofrecerse al público de las

grandes ciudades. Una buena tarde acuden los fotógrafos a tal o cual sala, lanzan su fogonazo de u.

magnesio, y ya no va más. En tales circunstancias, nosotros estamos obligados a indicar al curioso


e
lector el nuevo refugio para sus ocios. Y debemos apresurarnos, no sea que la noticia pase a

convertirse en fiambre t.. Casi por primera vez, un pintor americano no nos brinda sus imitaciones de u.

las novelerias europeas, sobre todo las del bulevar, sino que trae hasta nosotros pedazos espléndidos

de su tierra.,, ha pintado su país de una manera soberbia y sensual, y cada cuadro suyo tiene la

ardentía del cuerpo semidesnudo de una Cleopatra. envuelta en telas cálidas y brillantes. De los

e
177

paisajes de Castellanos se desprende un perfume x’ un murmullo de germinación no interrumpida en las

entrañas y en el aire de aquellos bosques, que pueblan la fauna y laflora más voluptuosas del mundo.

>41 lado de sus telas realistas, presenta Castellanos una serie de fantasías de color, delicias de retino,

como ‘¡mpromtus’ coloristas, juegos exquisitos de un temperamento de gran señor de la paleta... ¿Qué

le falta a Castellanos? Tal vez un poco de afinamiento en la técnica aunque el artista alardea de su

descuido del detalle, ya sea busca y consigue la sensación de conjunto (32).

A este respecto, otro de los criticos que secundaba la misma idea fije Antonio de

Hoyos y Vinent, quien aludía no sólo a los artistas argentinos por esas influencias

francesas sino que recordaba los fuertes colores fauvistas de las pinturas de la Exposición

de Celso Lagar en la Galería General de Arte en las que pudo ver, según él, el declive de

la pintura pansina:

“Esta vez no se trata de mediocres imitaciones de la decadencia pictórica francesa, ni de

asuntos que por su mismo cosmopolitismo carecen de interés, como no sea en manos de un artista

genial; trátase de algo nuevo, original, sentido, algo en que la pompa lujuriante de los modelos reúnan

a maravilla con la bárbara riqueza del color Es cosa exótica, cosa fuera de nuestros vulgares

horizoníes, arte raro y magnifico... Exposición adaptable a la realidad, y no manchas y bocetos de

estudio que nunca deben de ofrecerse alpúblico” (33).

Sin embargo, para otros críticos los fUertes colores de sus pinturas de Paraguay

fueron descalificados por su falta de sensibilidad en comparación con otras pinturas que

presentaba sobre paisajes españoles de la Siena de Guadarrama o de escenas de Galicia.

Esto nos indicaria, una vez más, el apoyo a una pintura sin connotaciones exteriones y la

aceptación de una realidad palpable e inteligible:


178

Las grandes perspectivas de la Sierra del Guadarrama y algunos cuadritos de tierras


e
gallegas nos parecen bastante aceptables, sin imposiciones arbitrarias, por parte del artista. Pero

muchas de las telas del Paraguay pertenecen a un género de pintura que no puede agradarnos en modo e

alguno” (34).
e
Por el contrario, el único que se atrevió a respaldar las obras de Alberto

Catellanos fue Ballesteros de Martos. Para este crítico, el arte del pintor uruguayo e

pertenecía a la pintura moderna estableciendo así esa diferencia en el debate


u.
terminológico que se establece en el primer tercio de siglo, en el cual intervienen varios
mi
conceptos, uno, el arte tradicional u oficial, otro, el arte moderno que como su nombre
indica aporta algo de la modernidad de su época y, finalmente, aquél que sobrepasa y va
u.
vás allá de lo moderno acercándose a la vanguardia, lo ultramoderno:
u
“Carlos .Alberto Castellanos entra de lleno en el cercado de los que hemos dado en llamar
pintores modernistas... Sin librarse de las extravagancias, no emborracha con el ridículo, y sabe
e,
permanecer siempre en una dignidad de buen gusto, que no por lo fuerte y exótico está exento de

delicadeza... Es un arte puramente objetivo que sólo logra despertar agradables o violentas u.

sensaciones... Sus lienzos, trabajados con la espátula, en donde los colores se apelmazan y amontonan

hasta llegar a lo inconcebible, tienen un alto valor decorativo... Para el arte decorativo no se puede u’

exigir otra cosa que buen gusto, y el Sr Castellanos lo tiene, como tiene, además, aunque no quiera o
a,
no sepa aprovecharla, cualidades positivas que harían de él un artista, en el noble, amplio y elevado

sentido de la palabra” (35).

Posteriormente, en los salones del Circulo de Bellas Artes de Madrid (plaza de las

Cortes, núm. 4) expone durante la segunda quincena de marzo de 1918, Carlos Alberto e

Castellanos junto al mejicano Roberto Montenegro, además de Federico Schultheis,


a

a
179

quien presentaba en una vitrina de la primera sala una colección de esmaltes traslúcidos

sobre metales de plata, cobre y oro con motivos vegetales y de animales.

Estos dos artistas americanos vieron en París pasar el desarrollo de las

vanguardias (36) pero, como señala Ballesteros de Manos, “París no les perturbó como un

vino endemoniado>’ embriagador. El viaje a París que hacían todos los americanos antes de ocurrir la

tragedia nofue para ellos nocivo, puesto que lejos de destruir sus naturales disposiciones para el arte,

encontraron cuanto pudieron apetecerpara desarrollar sus cualidadesyfacultades” (37).

Carlos Alberto Castellanos y Roberto Montenegro, procedentes de Paris, llegan a

Mallorca en 1914 junto a otros artistas como Tito Cittadii, Adan Dihel, López Nagil,

etc, siguiendo los pasos de Hermenegildo Anglada Camarasa. Allí se establece, según

Manuela Alcover, una perfecta comunicación entre Mallorca y la colonia americana a

través de Argentina y Cuba, hasta tal punto que en 1927 dos críticos de arte Joan

Alomar y Miguel Angel Colomar, promocionan una Missió d’Art a l’Argentina (38).

Seria durante los años de la Primera Guerra Mundial cuando se forme la Escuela

pollensina, que descubre el paisaje de Mallorca la mitíca isla “griega, arcaica y clásica.

Alallorca corresponde a la visión fantasiosa, orientalista de aquel mediterráneo inventado por los

simbolistas” (39). Allí, la exhibición de sus obras se realizará en las principales salas de

Mallorca como el Circulo Mallorquín, el salón árab de La Veda. las Galerías Costa o el

Salón Mateu.

En la muestra del Círculo de Bellas Artes de Madrid, a partir del 15 de marzo de

1918, Roberto Montenegro exhibió 62 dibujos realizados algunos de ellos a pluma, otros

coloreados, entre ellos Motivos mejicanos, Salomé, Adiós a la vida, Aladino, Omar-
180

Kayan, Mascarada, Tipos de portada, Cabezas de estudio, Nocturno, De paseo, La

soberbia, La envidia, Ironía, Telas antiguas, San Sebastián, San Jorge, Lujuria,
e

Castidad, La lámpara de A ladino, Huicamina, El mercado, Flores rojas, La China


u.

poblada... mientras que su compañero, Alberto Carlos Castellanos, presentó Primerose,


Dyon¡s¡os niño, De la isla de la calma, Retrato, Atardecer, Sol poniente, Acantilado,

Cercedilla, México duerme, Lago sagrado, Bacanal, Apolo y Dafne, Licosia, Ligea y
u’
Partenopa, Ulises en la isla de Ogygia, además de tres óleos presentados el año anterior

en la muestra del Salón Iturrioz: Cargadoras de naranjas en Humczyta, Las u.

madrugadoras de las vigas y El bananal.


u.

u’

u’

u’

u’

u
Carlos Alberto Castellanos, Primerose
(La Mañana, Madrid, 6-4-1918)
a

a
181

El juicio de la crítica madrileña se centró principalmente en las aportaciones que

los artistas americanos habían realizado al arte español criticando, por el contrario,

aquéllas que pertenecían al arte moderno europeo:

“Cuando Montenegro se siente españoL su arte es sencillo, simpático >‘ perfecto. Cuando

pretende hacer lo que los italianos, holandeses y franceses modernistas, aparece retrocido y sacnfica

la espontaneidad a los efectos de caracterizar la obra proyectada... Castellanos... ¡Qué empeño en

querer imitar las extrañas facturas de esos desatentados enemigos de las bellas artes que se esfuerzan

en buscar por caminos imposibles la imitación de la Naturaleza con el tan desacreditado ‘puntillé’, las

sequedades de color y el modelado ingenuo y rebelde a las superficies y volúmenes de las formas!”

(40).

Ballesteros de Manos, como había hecho en la Exposición de Alberto Castellanos

del año anterior en el Salón Iturrioz, adscribió las obras de estos pintores

latinoamericanos a la corriente de pintura moderna:

‘Montenegro y c’astellanos, el uno dibujante y el pintor el otro, los dos encauzados en las más

modernas tendencias, demuestran una vez más que en el arte todo se puede intentar y nada resulta

absurdo ni extravagante cuando se tiene temperamento y un dominio absoluto de la técnica... el

mejicano trae de París, de Berlín y de Londres las características de su arte; pero como él es un gran

dibujante >‘ además tiene cultura, sensibilidad y talento, resulta que sus dibujos, lejos de parecer

remedos o copias, son la expresión de una manera que tiene que agradar por fuerza. (Castellanos)

Originalidad, gracia, elegancia, riqueza, naturalidad, sinfonías de color, sorprendentes acordes

cromáticos es lo que en ellos hay de manifiesto. Pintor objetivo, es colorista por excelencia, y logra

impresionar con sus tonalidades cálidas y radiantes” (41)

La serie de dibujos de Roberto Montenegro evocaba elegantes y románticas

escenas del simbolismo en los que, según el crítico de La Correspondencia de España,

“se advierte una gran imaginación, de la que se muestran esclavos los pinceles para componer cuadros

fantasmagóricos, escenas de cuento de hadas, ilustraciones de poemas indicos y cuentos árabes” (42).
182

Antonio de Hoyos y Vinent calificó por separado las obras de Montenegro como

simbolista mientras que Castellanos se mostraba como un apasionado por la luz:


a
‘A fontenegro es másfino, más elegante>’ conceptuoso; Castellanos más pomposo, exuberante

y luminoso; uno posee el secreto de la línea, y el otro el del color Los dos coinciden en un a modo de
u.
lirismo pictórico que concéntrase en un punto, en el comentario al asunto mejicano y luego se bifurca

llevando en elección de asunto a Castellanos a la supresión de un neoclasicismo a .XÍontenegro a las u.

playas del símbolo alambicado y oscato que amaba Beardealey (sic), claro que ambos en su peculiar
u.
interpretación” (43).

mi’

Ricardo Saeza agregaba a los dibujos de Roberto Montenegro y a los óleos de


u
Carlos Castellanos la siguiente opinión: “sus últimos dibujos acusan una personalidad

perfectamente definida, exenta de toda imitación... la elegancia impecable de la línea, unida a un u.

delicioso sentido de los matices, en tono menor, gama apagada como en las ilustraciones de Aladino. o

en vigoroso contraste de tonos crudos como en los motivos mejicanos, acaso lo más interesante y nuevo u’

de procedimiento. Carlos Castellanos nos ofrece la novedad de una visión del paisaje mallorquín
e
hallada al recuerdo del mundo mítico griego... Pero los óleos del Paraguay continúan siendo el núcleo

principal de la obra de este gran artista. Un Paraguay afin al Oriente musulmán, sobriamente

estilizado, cuajado de luzy de color, violento y armónico al propio tiempo” (44).

e
Ballesteros de Martos, partidario de la concepción de estas obras dentro de la

corriente moderna, explicaba que nunca pertenecerían al arte español y mucho menos en —

apariencias locales por ser tan variado y diferente del americano y de las influencias
e
europeas que se observaban en sus cuadros:

“Tienen en común que su arte, obedeciendo a un refinamiento espirituaL a una alquitarada e

depuración del gusto... sus obras tengan, sobre todo, un gran valor decorativo. Son fervientes

adoradores de laforma y del exterior de las cosas, de las brillanteces y de las suntuosidades. Como los u’

u’
183

egipcios y como los griegos sólo ven la actitud tranquila>’ serena, >‘ aportan ellos, por su parle, un

sencillo gótico y ultramoderno en la estilización y el adorno llontenegro es el más sutil y

alambicado, el que más detallayprecisa; pero también el más eurítmico. Sus estilacionesjamás llegan

al absurdo... Muchos dibujantes españoles se parecen en la factura>’ la tendencia a Montenegro; pero

lo que en ellos esfalso y ficticio, en el artista mejicano es propio y verdadero, responde a un modo de

ser.. Carlos Alberto Castellanos es un pintor de una poderosa personalidad., su estilo, con tener

concomitancias modernas, se aparta de todo para hacerse singular, para no ser nada más que suyo.

Trabaja con los colores como un escultor trabajaria con el barro. No hace pintura, hace relieve.., no

es sólo un pintor extraño yfantástico, un colonsta fastuoso y cálido, enamorado de la luz vibrante, sino

que ama también el naturaL sabe ser elegante y distinguido, y encontrar en su paleto armonías suaves y

apacibles, calidades y matices... Castellanos es sólo un pintor objetivo que únicamente siente lo que

decoray armonizo, y jamás entrará en el alma de nuestro suelo, nunca aprisionará en sus cuadros el

carácter de nuestra patria, tan vario y distinto en sus aspectos regionales” (45).

Carlos Alberto Castellanos, De la isla de la Calma y Dyonisios niño


(La Mañana, Madrid, 6-4-1918)
¡84

No obstante, en 1917, Alberto Castellanos participa en varias exposiciones tras

su individual en el Salón Iturrioz; en mayo participa en la Exposición Nacional de Bellas


e
Artes; al año siguiente, en el Circulo de Bellas Artes, colabora en dos exposiciones

colectivas, la primera en febrero de 1918, en el IV Salón de Humoristas organizado por u.

José Francés, que llevaba como subtitulo el de Artistas Decoradores debido al auge que
a
estaban teniendo las Artes decorativas en España de la mano principalmente de los

hermanos Larraya. Allí presenta cinco obras en una de las diferentes secciones de la u

muestra - caricaturas, sátira, humorismo, arte de estampa, artes aplicadas, escultura,


u.
muñequeria y jugueteria junto a las composiciones de Juan Alcalá del Olmo, Antequera
-

Azpiri, Bartolozzi, Manuel Bujados, D’Hoy, Echea, Grau Miró, Pedro Guezala, K-Hito,

los Larraya Aurora y Tomás


- -, Loygorri, Ochoa, Benjamín Palencia, José Robledano,

José Zamora, Tomás Pellicer, Ramón Zubiaurre, Junceda, Fresno, Giraldez, etc. En esta
u.
exhibición la crítica calificó a Castellanos como un artista con un “desenfreno imaginativo.

Su fuerte personalidad entra en los bosques sagrados de Apolo, como un hipocentauro frenético y

arrollador. Las tintas más extrañas, las más bárbaras armonías, las más detonantes coloraciones y los

procedimientos más raros son las caracterísficas de sus cuadros” (46) y la segunda ésta a la que u’

nos estamos refiriendo al lado de Montenegro y Schultheis.

a
a
Entre 1919 y 1929 vive en París, para regresar definitivamente a Uruguay,

aunque dos años antes habla recibido el encargo de decorar el pabellón de su país en la a

Exposición Internacional de Paris. Sin embargo, su consagración como artista tendrá


u’
lugar en 1942 cuando obtenga el primer premio en el Salón Nacional de Montevideo.

u’

a
185

En lo que se refiere al mejicano Roberto Montenegro, antes de residir en París,

habia dado sus primeros pasos en el mundo de las artes coedítanto La revista Moderna

de México (1898-1911), después iniciaría su formación junto a Félix Bernardelii aunque

ingresada en la Academia de San Carlos matriculado en la carrera de Arquitectura,

donde conoce a Diego Rivera, Angel Zárraga, Francisco Goitia, Benjamín Coria y otros.

En 1905 es becado para realizar sus estudios de pintura en Europa; al año siguiente visita

Madrid, donde conoce el taller de Ricardo Baroja. Su estancia es tan corta que en 1907

se encuentra matriculado en La Ecole de Beaux Arts de Paris y en la Grande Chaumiére

(47). En el periódico Le Temomn publica algunos dibujos con caracteres Art Nouveau y

cercanos a Aubrey Beardsley, con quien realiza un álbum de dibujos a tinta prologado

por el poeta Henrí de Reignier. Todos estos hechos sedan recordados por el critico

Ricardo Saeza con motivo de la Exposición del Circulo de Bellas Artes:

constituyó retiri¿ndose a su primen exposición en el Salón Vilches a primeros de siglo un


- -

exilo rotundo de crítica y dc venta, y más tarde su álbum, editado en París y prefaciado por Henri de

Regnier, nos habían ya dado a conocer el arte original y sutil de este artista mejicano, educado en la

más pura escuela decorativa, y que fue el primero en traer a España - en momentos en que Blanco y

Negro y La Ilustración Española y Americana acaparaban la ramplonería de nuestros dibujantes - la

influencia beardsleyana” (48).

En Paris había conocido a Bracque, Picasso, Juan Gris, Hermen Anglada

Camarasa y a otros pintores de la vanguardia aunque es curioso observar cómo no recibe

ninguna de estas influencias. Tras huir de la guerra europea se traslada a Mallorca, como

hemos visto, y expone en la Sección de Bellas Artes del Veloz Sport Balear, además de

participar en la Exposición de Bellas Artes de Madrid y en Bilbao. Dos años después


¡86

realiza La Lámpara de A ladino, publicada por las Galerías Laietanas de Barcelona y

exhibida en esta muestra del Círculo madrileño. Sin embargo, antes de visitar Madrid,
e
volverá a exponer en Mallorca en el Salón árab de La Veda y en la colectiva de la Veda

realizada con pintores extranjeros y mallorquines. En esta época publicará, en la revista u.

Baleares, Una Maja (junio de 1917) y Capricho (noviembre de 1917).


a
Tras la Exposición con Alberto Castellanos, aunque antes habia vuelto a exhibir

sus obras en el Ateneo con Garza Rivera (49), regresa a Mallorca donde recibe el

encargo de realizar los murales del Círculo mallorquín. En 1921 vuelve definitivamente a
u.
México junto a Diego Rivera, Adolfo Best y Manuel Rodriguez Lozano (50). Allí se
u.
introduce de lleno en el movimiento de pintura mural y realiza algunas de sus obras
decorativas más famosas como La Fiesta de la Santa Cruz, para el exconvento de San
e
Pedro y San Pablo, los murales para la Biblioteca Iberoamericana, los de la Hemeroteca
e
de la Universidad, etc.
Sin embargo, su estancia coincide de lleno con la irrupción de un nuevo u.

movimiento literario, el estridentismo, que aparece en la hoja volante de la revista


a
Actual, número 1, firmada por Manuel Maples Arce, la cual incluía al final un

“Directorio de Vanguardia” con la firma de los principales artistas de vanguardia, tanto e

europea como americana, entre ellos destacan muchos de los componentes del
a
movimiento ultraista en España como el uruguayo Rafael Barradas, Cansinos Assens,

Ramón Gómez de la Serna o Mauricio Bacarisse además de pintores como Picasso, u’

Lipchitz, Mondrian y muchos otros. Aunque no encontramos la firma de Roberto


e
Montenegro, sí participó en este movimiento poético con la ilustración en la portada de
a

e
187

la revista Kyn Tanika (51). En 1934 fUnda el primer Museo de Arte Popular en el

Palacio de Bellas Artes y en 1965 se le ofrece una retrospectiva en el Instituto Mexicano-

norteamericano de Relaciones Culturales A.C (52).

ALFREDO LOBOS

En este mismo mes - abril de 1918 - tenía previsto exponer en el Ateneo de

Madrid otro pintor americano, el chileno Alfredo Lobos, pero durante los preparativos

de la muestra murió sin llegar a ver colgados sus recientes trabajos de su breve estancia

en Andalucía y, en su lugar, aunque se mantuvieron sus obras, se instaló también la de

los hermanos Larraya, Tomás y Aurora.

Alfredo Lobos había nacido en Santiago de Chile, en el seno de una familia

modesta y estudiado en la Escuela de Bellas Artes de Santiago de Chile. Tras el éxito

de una Exposición individual que le permite viajar a Europa, se traslada a España para

estudiar pintura en 1917, sin visitar Paris, como apunta Francisco Alcántara, en su

crónica a la muerte de este artista “no sintió la necesidad de pasar por París, que quiso ante todo

ser pintor español” (53).

La Exposición estaba compuesta por 33 obras. Cuatro de ellas, con los números

18,19, 20 y 21 del catálogo, pertenecían a sus trabajos en Chile; el resto eran

composiciones realizadas en Granada, Sevilla y Córdoba, entre las que destacaron Puesta

de sol (Granad4), Pinos de Alcalá, Alcalá de Guadaira, El Generalife, En la placeta

del Abad, Patio de la Galería Azul, Interior alcarreño, etc... y de las que Francisco

Alcántara recordó: “Mas en la nota delicada, romántica, tan natural y sencillamente poética de la
¡88

luz plateada, algo de pleno día granadino en la ciudad, en sus calles y patios, que finamente percibió

Fortunv y de manera tan asombrosa expresó, hay también exquisitas, que demuestran cuán amplio y

dilatado era el camino que se alzó ante Alfredo Lobos’ (54).

PASTOR ARGUD1’N PEDROSO

Otro de los pintores latinoamericanos que no siguió los caminos de la pintura


e
parisina fue Pastor Argudín Pedroso, becado por el Gobierno cubano - el Ayuntamiento

de la Habana -‘ Se traslada a España y consigue realizar su primera Exposición en el

Centro Asturiano de la calle Alcalá en Madrid, durante abril de 1918, aunque antes
u.
había expuesto unos estudios de dibujos en la Escuela de San Fernando, de la que era
u.
alumno. En el Centro Asturiano exhibe una colección de paisajes y cuadros de
costumbres Pumarada, Fuente, La formiga, Casa de Rosa Pinon, Un balago de
-

hierba, La panera, Peña Unan, Antonia la castiza que le califica como un pintor afin al
-

u
arte oficial español:

“A parte de su valor artístico, tiene para nosotros una simpática significación, puesto que la a
presencia en nuestra patria de los pensionados de América es prueba del respeto>’ cariño que España

merece a las naciones que antes fueron sus hijas, y de continuar la tradición gloriosa de la pintura U

española... Argudín, con un amplio concepto artístico>’ merced a su laboriosa campaña en los museos y
u’.
academias y su estudio del natural, acierta tanto en el paisaje, sobre todo en el Norte de España, como

en los cuadros de costumbres” (55). a

Además, fue elogiado por el crítico de arte Edelye, quien apoyaba a aquellos
a’
pocos artistas americanos que no manifestaban en sus obras la influencia de las corrientes

europeas como estaba ocurriendo desde 1915 con otros pintores como la Sociedad de a

u’
189

Artistas Argentinos, otro argentino, Rodolfo Franco, los uruguayos Rafael Barradas y

Alberto Castellanos, o los mejicanos Roberto Montenegro y Garza Rivera.

“.41 respecto de los pensionados americanos - decía el crítico - del absoluto desdén que

pictóricamente manifiestan por su país, desdén que no tiene justificación porque se trata de tierras que

tanto en el paisaje, por su hermosa flora y privilegio de naturaleza, como por lo interesante de sus

costumbres y la variedad de sus razas ofrecen ancho campo al talento y al arte de sus pintores y

dibujantes que, además, darían una nota de originalidad que díficilmente ha de conseguir buscando la

imitación europea” (56).

GUILLERMO BUTLER

En abril de 1918 tiene lugar otra Exposición de un artista americano aunque esta

vez sería su tercera muestra en España. Después de haber presentado sus obras en el

Círculo de Bellas Artes de Valencia, lo hacía en el Ateneo de Madrid y hasta el 30 de

abril; nos estamos refieriendo al dominicano Guillermo Butier, uno de los componentes

de la Asociación de Artistas Argentinos.

El Salón del Ateneo recibió 36 cuadros algunos de los cuales, como Maria de

Nazaret, habían estado en la Exposición colectiva de la Asociación realizada en abril de

1917 en el Círculo de Bellas Artes de Madrid; otros, por el contrario, aludían a su tierra

natal o bien habían sido pintados en la Peninsula: Serenidad (paisaje de Córdoba,

República Argentina), Primavera (paisaje de Argentina), Hora de calma (paisaje de

Argentina), San Sebastián, Santiago de Compostela, Natividad del Señor, Proyecto de

vidriera, Retrato de señorita, La Virgen del Rosario, etc.


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Guillermo Butíer, La Virgen del Rosario u’


(La Mañana, Madrid, 18-5-1918)
u’

La mayoría de ellos reflejaban una gran espiritualidad que, según la crítica,


u’
recordaba a las pinturas murales del arte cristiano pero introduciendo algunas de las

técnicas postimpresionistas como el puntillismo o el divisionismo: a-

“Seguidor devoto de las renovadoras inquietudes francesas, - escribe Ballesteros de


mt
Manos - bajo e? ropaje efectista e insincero del puntillismo a lo Seural con que viste la mayoría de

sus cuadros, aparecia un alma delicada y sencilla, un temperamento grave e ingenuo. Todas sus obras, a
pero más aún los paisajes, eran sentidas, y de ellas emanaba un misticismo algo simplista, algo
a
arcaico, pero hondo y suave” (57).

a
~9l

Nota curiosa de esta muestra fue la confusión que se produjo en algunos de los

artículos dedicados al análisis de sus obras, ya que se mezció el nombre de Guillermo

Butíer, aunque suponemos que por error, con el de otro pintor argentino, Gustavo

Butíer. Este último sí era fiel seguidor de las teorías parisinas de vanguardia y pertenecía

al movimiento del “grupo de París”, portador de las experiencias cubistas francesas en la

primera vanguardia argentina. A pesar de la diferente disciplina artística de ambos

artistas, el dominicano Guillermo Butíer fue considerado como uno más de los

seguidores de la pintura francesa con características renovadoras ligadas al puntillismo de

Seurat:

“Sutíer es un buen secuaz del gusto francés en pintura. Su arte es de una claridad, de una

ecuanimidad y de una serenidad intelectiva, fría y en cierto modo calmosa. Es divisionista en sus

procedimientos,>’ las imágenes, las visiones que nos ofrecen sus obras, son comparadas con las de la

realidad. y sobre todo, con la realidad de nuestra percepción y de nuestra expresión pictórica,

atenuaciones tan disminuidas, tan descargadas de verismo, como el recuerdo muy lejano y ya borroso

lo está del hecho o del suceso de donde parte... todo esto aparece ordenado por el criterio decorativo

especial, eminentemente intelectualista de las gentes del Norte, que yo tengo por muy académico,

aunque lleve la escolta de tantos matices revolucionarios” (58).

Ballesteros de Martos puntualizaba que el arte de Guillermo Butíer había

cambiado y no formaba parte de aquellas tendencias que habían sido exhibidas un año

antes en el Círculo de Bellas Artes madrileño con sus compañeros de Asociación:

“Los demás están entregados con furor a las estridencias novadoras; padecían una horrible

enfermedad que hace espantosos estragos: el parisianismo. Butier también la padecía; pero el suyo era

un contagio epidérmico: el alma no estaba dañada... Como americano y como hombre de su siglo le
192

fascinó la lumbrarada de París, de Francia adquirió la cultura artística... vistió sus cuadros, en donde

tantas bellas cualidades se adivinan, con el precario ropaje del puntillismo, que nunca le dará cuanto

él necesita para exteriorizar expresivamente su ideal estético.... es frío y áspero.. pnéril del

prerrafaelismo.., simplicidad emotiva.., un decorador “(59).

La muestra no fue bien acogida ni por la crítica ni por el público madrileño ya

que, según Ballesteros Martos los espectadores carecían de una educación cultural
u.
imprescindible:

“Ni público ni crítica han comprendido el arte de Butíer, y por eso no le han prestado la

debida atención. En lo que se refiere al público, no nos extraña. ¡Le hace falta tanta educación, es tan

pan’a su cultura! Pero en cuanto corresponde a la crítica, sí que nos sorprende, pues es bochornoso u’

que en la capital de España, hoy la única ciudad del mundo llamada a acoger a los artistas y ser el
a
centro de las manifestaciones culturales de toda índole, la crítica de arte no sea apta para

comprenderlo todo y suficiente para valorarlo todo.., Con su santa resignación cristiana debe perdonar

a esa turba de ignorantes y de incultos y de sarmentosas espírtualidades que pasaron ante sus cuadros

sin sentir el latigazo de la emoción. Bastante castigados están ya los pobres, con no ser asequibles a la u’

percepción de la belleza...” (60).

GARZA RIVERA a

u’

En mayo expone en el Ateneo el dibujante mejicano Garza Rivera, desde hacia


u’
algunos meses residente en Madrid. Su carrera artística había comenzado a los quince
años cuando obtuvo la Medalla de Dibujo en la Academia Nacional de San Carlos de

Méjico Más tarde, marcha becado a Paris donde estudió en la Escuela Nacional de
a
Bellas Artes. Los escasos envíos de su pensión le hacen pasar hambre, problema éste que

u’
193

reflejará en sus composiciones junto las injusticias que vio en la guerra civil mejicana. En

1917 se encuentra en Madrid, residiendo en la calle de la Abada, en donde realiza la

mayoria de los 33 dibujos que expone en abril de este año en el Ateneo, algunos de ellos

con el titulo de El Hospital, La miseria, Angélica, Cuento fantástico, RI-Ri la Rubia, La

esfinge, La Peste, Una leyenda, La cigarra, Nirvana, Pesadilla, Malas ideas, Tabor, La

Cenicienta, Vendedora de flores, etc... Algunas de sus obras fueron consideradas por la

crítica como una visión de la tragedia que estaba sucediendo en su tierra mejicana, pero

además primaba un sentimiento de fantasía que le acercaba al simbolismo europeo: “En

Garza Rivera es innegable la influencia directa de Alberto Martini, el fantasista italiano de las

concepciones perversas y las morbosas inquietudes... Tiene un sentimiento rectilíneo y con honda

huella, de nuestra pobre Humanidad Le obsesionan las injusticias sociales y la sensualidad enfermiza

de una raza decadente como es la raza-latina.., sin abandonar su filiación simbolista desentraña. con

un realismo profundo y un conocimiento agudo del natural, tipos de su tierra” (61).

Su simbolismo le lleva a crear ambientes desgarradores de la vida real, por lo que

Francisco Alcántara señaló que se trataba de una Exposición “extraña por el alucinante y

sistemático anhelo de expresarfantasías, ensueños y simbolismos, de los que produce en las almas el

fermento sentimiento que las amarguras de la vida suscitan... Es interesantísima porque en ella se

manejan con dominio completo, y hasta con magistral soltura a veces, los elementos formales del

simbolismo pictórico” (62).

Estos dibujos, realizados a pluma con tinta china, declaraba Francisco Alcántara,

recordaban los misterios trágicos y amargos de la pobreza de un hombre “solo,

insignificante, indefenso ante las infinitas soledades de las tinieblas nocturnas, hostiles y devoradoras,

es lo que siente ante este dibujo, del tamaño de un papel de cartas” (63).
194

Otro de los críticos madrileños, José Francés, las consideró como composiciones

recientes con grandes reminiscencias del arte simbolista: “NO parecen obras de juventud., nos

sugieren impresiones de un simbolismo melancólico” (64).

Garza Rivera, Cigarra y Nirvana


(La Esfera, Madrid, 8-6-19 18)

Antes de regresar a México, le encontramos en julio dc 1918 exponiendo en el

Ateneo madrileño junto a Roberto Montenegro (65); en Bilbao en 1920, donde

preparaba para abril otra Exposición en el Ateneo y Círculo de Bellas Artes. Su arte no

había cambiado mucho, prueba de ello es la calificación que realiza el critico vasco

Enrabiri antes de la inauguración de dicha muestra: “Su preOcupación fundamental consiste en

ennoblecer la realidad, dando un sen¡ido poético a las acciones nacidas de los instintos. Gracias a su
195

afán de idealización, los más torpes deseos adquieren en sus dibujos un carácter simbólico que los

redime de ser condenados por inmorales... La influencia trágica de su vida le ha dado del mundo una

x’¡sión sombría, aterradora, angustiosa, excitable y llena de lágrimas Alegría y dolor vienen por una

misma vertiente” (66).

ASOCIACIÓN DE ARTISTAS ARGENTINOS

El 16 de abril de 1917 se inauguraba, en el salón del Palace Hotel, la Exposición

de la Asociación de Artistas Argentinos a cargo del Círculo de Bellas Artes de Madrid.

La mayor parte de la crítica y del circulo artístico de la capital esperaban con gran

inquietud la apertura de esta exhibición; cuenta Ballesteros Martos que “tantas lenguas se

hacían y tales prodigios se contaban en los corrillos y mentideros donde se reúne gente del oficio, que

hasta llegamos a creer que íbamos a asistir a la revelación de un arte que iba a revolucionar las

esferas” (67). La Asociación estaba compuesta por cuatro pintores - José A. Merediz,

Alfredo Guttero, José M. Gavazzo Buchardo y Fray Guillermo Butíer -, un escultor -

Pablo Curatella Manes - y un músico - Numa Rossolti -que ejercía como presidente.

Habían formado en Paris una Asociación cuya misión consistía en exhibir sus obras a los

distintos públicos de las principales capitales europeas. La inauguración de esta sociedad

tendría como centro neurálgico Madrid, por dos motivos principales; el primero,

considerar a España como la “madre” de los paises latinoamericanos, y el segundo,

tratarse de un país neutral donde las dificultades ante la guerra europea eran menores.

Todos ellos procedían de una larga estancia en París, tanto es asi que por ejemplo

Alfredo Guttero (1882-1932) se marchó de Buenos Aires en 1904, con una beca de dos
¡96
ti

años para estudiar en Europa y se quedó allí veintitrés años, durante los cuales visitó a

Francia, Italia, Alemania, Austria, Bélgica, Gran Bretaña y España; o bien su compañero,
u
el escultor Curatella Manes, a quien lo encontramos en 1911 en Florencia y Roma, más

tarde en Paris, donde se casa con la pintora francesa Germaine Derbecq. La importancia u

de este grupo de artistas radica precisamente en esa larga estancia europea,


u
principalmente parisina, donde recogerán “in situ” algunas de los caracteres de las
a
primeras vanguardias que trasladarán más tarde a su país de origen, formando parte de
ese grupo de primeros vanguardistas en Argentina de los que hablaremos más tarde. Un

día antes de la inauguración oficial tuvo lugar el barnizado de las obras y la celebración
u
de un banquete en el Hotel Ritz de Madrid organizado por el embajador de Argentina,

Marcos Avellaneda, con la presencia de unos cincuenta comensales, entre ellos, el

presidente de la Asociación de la Prensa, Miguel Moya, el duque de Tovar, el marqués


a
de Valdeiglesias y los señores Benlliure (M y J A), Anguita - Director General de Bellas

Artes -, Moreno Carbonero, Cavestany, Miguel Nieto, José Francés, Hoyos y Vinent,

Francos Rodríguez, - Director General de Comunicaciones -‘ García Sanchiz, Penagos,


3
conde de Gavem, Vasconcellos ministro de Portugal
- -, Benedito, Llorens, Sotomayor,

Alberti, Chiappi, Serrano, etc. (68).

Sin embargo, las notas artisticas que se pudieron leer en las revistas y periódicos
e
madrileños sobre estos artistas argentinos no fueron positivas. A pesar de los lazos de
unión que existían entre España y los paises latinoamericanos e, incluso, a que babia sido

organizada por una institución de prestigio como el Circulo de Bellas Artes y a la

asistencia de algunos miembros de ambos gobiernos, muchos de los críticos madrileños


197

consideraron la Exposición como un reflejo del Paris de aquellos años en los que la

vanguardia artística había ido afianzándose y se emitieron los juicios más negativos sobre

ella. En primer lugar, se les advertía del peligro de todas aquellas tendencias, con

especial interés el futurismo, que habían podido ver en Paris y, en calidad de invitados, se

les ofrecía la oportunidad a través del arte español de corregir sus “errores”:
- -

“Gran daño han hecho a las nobles Bellas Artes de nuestro tiempo los Boccioni, Carrá,

Russolo, el pintor del arte de los rumores; el antifilósofo Papini, Balla, Severini, Marinetti, el ciego

enemigo de la vieja estética. y toda esa corte de caballeros de la hierática espátula, con la que han

escrito a la puerta de sus talleres; ‘Horror a todo lo viejo y conocido. Amor a lo nuevo y a fo

imprevisto’.

La influencia de esta nueva doctrina, no sancionada aún en todas panes y menos en aquellos

países donde hay tesoros de pureza de arte, ha sorprendido, ha influenciado a muchos artistas,

conduciéndoles a la ejecución de un arte estéril que no quedará, porque no puede quedar aquéllo que

no tiene alma, ni que pudiendo ser sencillo y espiritual de procedimientos, es complicado o imitativo a

la mecánica ordinaria de una litografia o de la retícula de un fotograbado cualquiera... Dicho esto,

convencidlsimos de que los artistas argentinos serán nuestros huéspedes en lo sucesivo y se

convencerán de que nosotros tenemos elementos infinitamente superiores de enseñanza y de arte

insuperables...” (69).

La procedencia de su arte, así como su propia juventud, “todos ellos son estudiantes

todavía” (70), replicaba uno de los críticos, centraban las criticas a unos artistas influidos

por las teorías parisinas, entre ellas el futurismo, por sus simplicismos, colores y planitud

de imágenes pero que más bien parecían proceder del tardío simbolismo francés con

influencias postimpresionistas:
198

“Son cinco los artistas expositores. Los cinco jóvenes, y los cinco pertenecen a esa nueva

escuela que tiene por corifeos a .tlarinetti, Baila, Russolo y Boccioni. Con esto queda dicho que estos

señores argentinos tienen del arte un concepto que pudiéramos llamar objetivo.

Para ellos el arte no es más que extravagancia, desatino y orgía de colores, que asombra la
e
retina, pero que no produce ninguna emoción estética... Y como creemos firmemente que una mala

educación y una detestable disciplina refleja y pervierte cuanto de sano y noble pueda tener el artista,

nos atrevemos a aconsejar a dichos señores que no cierren los ojos a la verdad, que no se dejen

influenciar por teorías execrables y vuelvan los ojos a lo que siempre ha sido y será el arte.

Hay dos errores fundamentales que es preciso atacar sin piedad alguna. Son esos errores: el
u
realismo pertinaz y exagerado y el idealismo sin freno ni medida. Uno y otro conducen

irremisiblemente a la decadencia... Alas su idealismo es una cosa empírica y primitiva. Sin figurárselo

tal vez, y creyendo ser ultramodernistas, lo que hacen es volver a los tiempos en que la pintura estaba

en el periodo de génesis. U’

Contemplando los cuadros de estos señores cree uno hallarse como por arte de magia en fa
mr
Grecia de Polignoto, cuando la pintura estaba sujeta a canon prestablecido, y las figuras eran

hieráticas, inexpresivas y un~,formes, y los ropajes sin gracia ni delicadeza, y se desconocian por
e
completo los secretos del claroscuro, y sólo se aplicaban a capricho los cinco colores fundamentales,

desconociéndose la riqueza enorme de las medias tintas y los colores intermedios... Esta fórmula que a

dictaran los iconoclastas en su furor destructivo ‘al arte por el arte’, de admitirla roso y velloso, sólo
a
puede engendrar fríos impresionismos sin alma, que son síntomas fatales de que la esterilidad se va

apoderando del arte” (71).


a

u
A pesar de no poder contar con el catálogo a la Exposición de los artistas

argentinos, las características de sus obras previas a su estancia madrileña nos hace

considerar que la mayoría de ellas tenia clara influencia de artistas como Maurice Denis,
a
Matisse en su etapa fauve o Seurat con su puntillismo, pese a lo cual muchos de los

e
199

críticos creyeron ver verdaderas extravagancias artísticas, tal es el caso de Francisco

Alcántara:

un conjunto de obras de distintos autores sometidos a la misma severa e inflexible disciplina.

Consiste esta disciplina en una concepción clara de los asuntos, en un orden rigurosamente lógico al

expresarlos, en cierta infantil simplicidad policromo y en una aparatosidad o teatralidad que llega

hasta el transporte de la vida a la región de las idealidades mnetafisícas e históricas, que constitu,x’en

para cienos preceptistas modernos, para ciertos críticos, el más alto ideal del llamado arte

decorativo... También se nota desde el primer vistazo el carácter arqueológico predominante y el

abstinente comedimiento en el acuse de toda palpitación vital Vosotros pintamos la realidad, la

sangre rugiente, la pasión cálida, por eso somos pintores. Los otros pintan ideas, cosmogonías,

mitologías, complicaciones, por eso no suelen pintar...” (72).

Interior de la Exposición de la Asociación de artistas argentinos


(E/Día, Madrid, 17-4-1917)
200

Con su primera Expos~cÁón los artistas argentinos pretendían, al calor de las

recientes relaciones con Iberoamérica, calar hondo en el seno de la oficialidad madrileña


w
ya que tenian de su parte el carácter latino que les ligaba a España. Sin embargo, la

critica juzgaba a un grupo de artistas recién llegados de Paris que traían nuevas

modalidades artísticas y que, con un cierto pretexto de ser hijos de España, las podrían

introducir. Sin embargo, nada de esto ocurrió; la mayoría de las obras fueron

interpretadas como un atraso para el arte español por su primitivismo, prejuicio éste que

se les invitaba a corregir con sus visitas al Museo de Prado:


u’
las exposiciones artísticas que de un tiempo a esta parte se van ofreciendo a la

consideración del público, habremos de declarar que, por lo menos en la pintura, progresar quieren u’

convencernos de que es retroceder volver a los aborígenes del arte. Véase la Exposición que

actualmente tiene instalada en el Palace la Asociación de artistas argentinos en Europa, y digasenos si u’

no hay allí motivos más que sobrados para creer semejante cosa, sobre todo tratándose de artistas que
mr
dicen traemos las últimas palpitaciones de París... Para los argentinos sería, además, ocasión de poner

en práctica el tópico, tan resobado en discursos, de ‘estrechar lazos’... ellos quieren mejor saciar su

sed ingiriendo las bebidas que ponen en curso las modas del día, no el gusto y el arte de todos los

tiempos... Aconsejamos a estos artistas argentinos no se marchen de Afadrid 0m visitar, no una, sino e

varias veces, nuestro Museo del Prado. A ver si el espíritu de los grandes maestros, que ronda por
mr
aquellas salas, logra convencerles de que su parisianismo agudo no conduce a ninguna parte’ (73).

Otros consideraron la muestra como una escuela perteneciente aunque, en menor


a
grado, a la “tomapelista”, integrada por los futuristas, cubistas y pianistas. Esta última,

aludía especialmente al artista salmantino Celso Lagar quien, paralelamente, exhibía por a

primera vez en la capital sus obras pianistas, en la Galería de Arte de la Plaza de San
a
Miguel:
a

e
201

“Decía que en honor de la hospitalidad hay que sufrir. Y dicho esto, paso a examinar el

centenar de obras que entre cuadros, dibujos, apuntes, esculturas, provectos de mosaicos, cartones de

tapices y hasta almohadones de hilillos de oro han expuesto nuestros huéspedes argentinos...

A Curotella Isic» Gavazzo y Guttavo (sic) no me decido a tratarlos por separado. Los tres

pintan de una manera análoga. Y de una manera un poco ‘tomapelista’. Un poco nada más. .Vo

incurren en los mundos de los ‘cubistas’, ‘pianistas’; pero llevan su impresionismo a extremos bastante

exagerados” (74).

Federico García Sanchiz se adelantaba, con sus comentarios, a futuras

discusiones ante las obras de los argentinos, a las que calificaba de simples, planos

arcaísmos derivados del arte egipcio e influencias del arte del mosaico, tapices y vidrieras

medievales:

“La Exposición da una sensación de parisianismo agudo. Se puede afirmar que las telas y las

esculturas de los artistas argentinos van a provocar discusiones acaloradas y pintorescas... Son unos

estilistas y decoradores que buscan antes que nada la armonía de las tonalidades. Eligen temas

elevados y eternos y llegan aforzar las líneas en busca de la expresión. Son perfectamente conscientes,

sus aparentes errores... conviene acordarse de la mayoría de los lienzos expuestos en el Palace, no son

sino proyectos para trasladarlos a otras materias, de más dureza o brillantez, como el mosaico, las

telas y los metales... Aluchas de sus armonías coloristas son de una belleza perfecta, en grandes planos

a un tiempo encendidos y rebajados. Pero sobre todo vencen por la elegancia y la espiritualidad. Su

arte tiene algo de las vidrieras, de los mosaicos y de los tapices, y una cierta añoranza del araismo

(sic); que es la espuma de la moderna sensibilidad. Se nota la nostalgia de los balbuceos primitivos,

más que nada en la escultura, en las maderas talladas al modo ingenuo e inefablemente tosco de los

antiguos estatuarios egipcios’ (75).

Para Antonio de Hoyos y Vinent, esa pretensión de acercamiento entre el arte

argentino y el español no podía concebirse; él mismo explicaba que la tradición del arte
202

español estaba mucho más asentada en unas bases históricas firmes que la recién surgida

latinoamericana, que acaba de adentrarse en el arte pero partiendo de las modalidades de

los últimos movimientos de vanguardia parisinos en paralelo, aunque con diferentes

argumentos, al debate sobre la introducción del arte vasco en la capital:


u
“Su arte no tiene nada de español; es un arte altamente decorativo, un poco superficial y un

mucho convencional que en el torbellino de la vida de ‘antes de la guerra’ triunfaba en Cosmópolis. u

Cosas muy decorativas, colores brillantes, arbitrariedades convencionales, símbolos obscuros, dejados
u>
a la interpretación de espíritus enfermizos. Son cosas bellas, pero demasiado rápidas y teatrales.

Pero... hay que olvidar París y volver los ojos a la Argentina y a la madre España; hay que
e
pensar que París se olvidará a si mismo y que cuando la guerra acabe vamos a vivir una vida más

rntensa, más sana, más noble y más fuerte” (76). U

u
La solución, para Rafael Domenech, estaba en el arte español, ya que por su

juventud el arte argentino se había decantado por aquellos movimientos de moda, de ahí U

su carácter exótico y decorativo:


U

“Hay en ellas tendencias exóticas que nuestro público debe conocer Exotismo puramente

europeo es ése. Un pueblo joven es natural que se sienta inclinado por las corrientes novísimas; en U

artistas jóvenes es mucho más lógico que sea” (77).


u
“La mayor parte de las obras... - continúa Domenech en otro artículo - son francamente

decorativas y no deben ser apreciadas como cuadros... creemos que no se pondría en el plano justo U

para apreciar las cualidades de un cartón o proyecto decorativo, diferenciándolo radicalmente de un


mt
verdadero cuadro. Aquí se han pintado muchos proyectos decorativos, como se pinta un cuadro, y esto

ha llenado de confusiones al público... Una tendencia artística se elabora lentamente, y el arte y la


a
originalidad no pueden cimentarse en simples novedades” (78).

u
203

A pesar de las críticas que se realizaron a la muestra de los artistas argentinos

también se pudieron recoger notas positivas y opiniones favorables. Uno de estos juicios

fue el Victor Masriera, quien apoyaba la entrada de esta nueva Sociedad en la capital

pese a considerar que uno de los graves problemas del arte español era la cantidad de

artistas clásicos y el renombre de los más modernos, que no permitían un movimiento

renovador artístico con connotaciones europeas, como el vasco, el catalán o artistas

independientes como Celso Lagar, Barradas, Vázquez Diaz, etc.:

“Con (a protesta, e( desprecio o la burla, contestan gran parte de los españoles a las

manifestaciones renovadoras del espíritu humano... Un hecho. Unos artistas argentinos nos han

visitado; vienen de París; son seis y forman la agrupación de artistas argentinos en Europa. Uno de

ellos, músico, la preside. Han expuesto sus obras en el salón del Círculo de bellas Artes. Al sentir de

muchos, su producción es rara; se ha dicho en letras de molde que pertenecen a la escuela del

tomapelismo. Se han hecho chistes a granel, y entre la chirigota de unos y la indignación de otros más

serios, que como para conjurar un maleficio invocaron el sacratísimo nombre de Velázquez y los de

otros dioses de la Pintura, lo cierto es que estos artistas han recibido una repulsa general en los

periódicos, amén de las consecuencias del regocijado murmurar en las peñas... La lástima es que

apenas se ha oído su voz.

Me explico perfectamente lo que ha sucedido, pues si la mayoría, aun a pesar de encontrar a

España pobre y atrasada, prefiere ir tirando, no cambiar nada, todo por no atacar los problemas de

frente, ¿cómo cambiará de postura en Arte, cuando sabe que sus artistas clásicos llegaron a la cúspide

y que muchos de los modernos tienen fama mundial? Pero ahí está precisamente lo trágico, y esto

desespera al verdadero patriota.., pues un pueblo sin inquietud espiritual no es un pueblo vivo... Pero

estos artistas vienen de París, del que se acepta con exceso su comercio - las modas -‘ y no su

verdadero arte, y aunque en Paris resultan unos atrasados, unos’ ‘pompíers metidos como están en el

movimiento mundial del arte, ~enos presentan demasiado europeos, y es que la Argentina esya más
204

europea que España - que se empeña en nislarse del mundo -, y esta es la causa de todas las

dificultades con que el iberoamericanismo tropieza” (79).

Masriera insistiría en una renovación artística a través de nuevos modelos


e
europeos como estaban realizando gran parte de los países latinoamericanos, en

concreto, Argentina. No existía una necesidad imperiosa de realizar obras tan realistas

como la pintura tradicional española ya que un exceso de perfecta imitación de la

realidad podría llevar a la rutina del arte:


a
“Es muy natural que las tendencias artísticas de los jóvenes argentinos, que hoy son nuestros

huéspedes, indignen a muchos, ¡estamos en arte tan lejos de París en este Madrid’ El elemento
e
conservador en arte es el que aquí domina. Yo, no obstante, siento irresistible atracción hacia toda

tentativa artística renovadora. Grata impresión he experimentado frente a las obras que en el salón del U

Círculo de Bellas Artes exponen los artistas argentinos; con ellas sentimos la vibración de las luchas

parisinas, con ellas llega el intenso anhelo, el sagrado afán de la gran República latino-americana de a

m’anzar constantemente, rápidamente hacia sus esplendores destinos...


e
El vulgarisimo concepto de que la pintura es la imitación de la realidad, está por desgracia

muy extendido entre nosotros. Pero pregunto. ¿Qué es la realidad ? Nosotros sólo la conocemos por mí

nuestras percepiones de las que hacemos ideas y estos conceptos varían infinitamente según los

individuos y su cultura... En arte pocos aceptan las tentativas; la mayoría sólo quiere lo perfecto. Si

esto se llevara con vigor el arte se aniquilarla... flienvenidas sean las tentativas renovadoras! (80).
a

La Exposición de artistas argentinos contó con un catálogo en el que se anotaron U

los títulos de más de cien obras, entre las cuales hemos recogido, siguiendo las crónicas
a
periodísticas, las siguientes. Guillermo Butíer presentó once obras, de las que la crítica
a

U
205

madrileña destacó Maria Nazaret, Autorretrato, Vista de Notre Dame de París, Interior

de Iglesia, Friburgo, Suiza, Sierra de Córdoba, Iglesia de Chacrus, y algunos paisajes

de Córdoba; J.M.Gava.zzo Buchardo sobresalió por Bautismo de Cristo, Leda, Flora y

Pomona, Retrato de Numa Rossolti, además de varios proyectos para mosaicos, apuntes

de desnudos y almohadones; José A. Merediz, a pesar de la anécdota acontecida antes de

la inauguración de la muestra, a la que tan sólo llegó una obra de las once que exponia,

mostró Retrato de señora, Cabeza de mujer, Dame cmx camelies, paisajes de Sevilla y

Toledo como Alcantara y Puente de San Martin, además de algunos proyectos de

mosaicos; el escultor Pablo Curatella acudió con nueve esculturas, entre ellas la número

92, Cabeza de mujer dorada; otras fueron Cabeza de niño, Cabeza de mujer, Jis y

proyectos de mosaicos; por último, Alftedo Guttero desucó con algunas de sus obras

La muerte del héroe, Virgen y Cristo, En eljardín, San Jorge, además de proyectos para

tapices y papeles pintados.

Estas obras fueron calificadas, como habia ocurrido en las criticas en lo referente

al conjunto del arte de su Asociación, como meras resonancias postimpresionistas y

simbolistas. El dominico Guillermo Butíer realizaba una pintura plena de sensibilidad

lírica procedente de su profesión religiosa que le harán crear, según Maria Laura San

Martín, “atmósferas idílicas de inusitada paz... paisajes serranos, jardines y claustros ejecutados con

ingenuidad y poesía exhibe gamas cálidas de factura derivada del puntillismo” (81). En la

Peninsula fue presentado por varios críticos artísticos como Rafael Domenech, quien

destacó sus “tonos suaves, sobriamente matizados; esa visión de la Naturaleza tiene mucho de

ingenua; de la ingenuidad que puede tenerse en el siglo fUI El sr Butíer emplea un lenguaje pictórico
206

que en rigor de verdad sólo cultivó en España Darío de Regovos... Lo técnica puntillista descansa en

una base francamente científica: producir un tono o un matiz, no por substracción cromática, sino por

suma en la retina de luces coloreadas que parten de la obra pictórica...” (82); por Víctor

Masriera: “Guillermo Butíer, es un pintor poeta, meticuloso y hábil en factura, logra dar a sus

e
cuadros puntillistas un suave poético y místico encanto, No es decorador en el sentido de sujetar

elementos naturales a un ritmo preconcebido; pero copiando del natural logra hallar el ritmo especial

de su espíritu de ingenua placidez y dar a sus obras un sentido decorativo...” (83) y por José

Francés: “El puntillismo de Butíer es de una luminosa fuerza y la enérgica palpitación de la vida de

los Monet, Renoir, Degas y Monet Se identifica con el espíritu francés. Nos sugiere el recuerdo de
Vr
tantas Exposiciones francesas, desde el Salón de Otoño hasta las Galerías de los Bernheim, con sus

fauves, a quienes ya Cézanne y Gauguin no basta, para quienes Maurice Denis es un rezagado y a los

que Henri Matisse parece una ruta seductora. Atraviesa un período de ensayo, de iniciación, con

afortunados hallazgos de color y de ritmo (84).

st

Otro de estos artistas argentinos, Alfredo Guttero, comenzó sus estudios de


mt

Derecho en Argentina para dedicarse, más tarde, a la pintura. Marcha a París en 1904,
donde se consagró al estudio de la figura pero durante la Primera Guerra Mundial

experimenta un cambio que le lleva, gracias a sus contactos con Maurice Denis, a una
mt
simplificación decorativa (85). Destacará por los temas religiosos y los desnudos,

sensuales y elegantes. Sus formas también reciben la influencia de las composiciones u,

acompasadas de la etapa fauve de Matisse (86) y del art nouveau. En 1917 viaja a
a
Madrid y Segovia y presenta sus obras en el Círculo de Bellas Artes, defendidas por el

crítico Víctor Masriera: “Alfredo Guttero, muy realista y excelente decorador Sus academias son

firmes y bien constituidas, y sus croquis a la pluma son sólidamente sintéticos, y muy espontáneos...

st
207

Estas obras son las más discutidas porque muchos que saben ver/as como decorativas, y además no

transigen con un colorido distinto del que están acostumbrados..” (87).

Gavazzo Buchardo era considerado por José Francés como uno de los discípulos

de López Mezquita en España y de Maurice Denis en Paris, mientras que el estilo realista

de José AMerediz fue saludado en unas obras que: “decorativamente están muy bien

concebidas como distribución de masas, colory ritmo; pero laforma flaquea...; José A. Alerediz, se nos

muestra un pi ntor francamente realista con una sensibilidad exquisita para el color., ha sido muy bien

traducido por este pintor que en todo procura recoger el alma, los interiores lo demuestran, pues

traduce admirablemente la quietudy el sosiego que en el natural experimentara” (88).

En general, las composiciones de estos cinco artistas enjuiciadas, en numerosas


-

ocasiones, por sus devaneos parisinos - fueron analizadas en común en crónicas del

siguiente tipo: “En Guillermo Butíer se acusan veladuras que suavizan tenues tonalidades de las

campiñas... La ejecución de estos lienzos está realizada siguiendo un procedimiento semejante al

puntillismo, con impresiones sucesivas de la punta del pinceL un poco apoyadas hasta formar suaves

huellas del color, que, vistas a distancia, adquieren valor de verdaderas masas... Pablo Curatelía lo

más apreciable son sus esculturas, algunas de las cuales descubren en su ejecución influencias del

primitivismo escultórico. De sus tres proyectos de mosaicos, el número 37 nos convence de la suma

facilidad de llenar grandes lienzos cuando se emplea el procedimiento simplicísimo de trazar unas

líneas un tanto arbitrarias, y llenar de masas uniformes de color los espacios entre aquéllas

comprendidos... El Bautismo de Cristo de Gavazzo Buchardo no llega a estar lo bastante bien hecho

para que pueda dispensar el retroceso a la pintura bizantina... Alfredo Guttero... Menos mal que se

trata de proyectos y cabe pensar si el autor lo dejó todo para la definitiva realización (89).

Rafael Domenech destacaba el valor decorativo de esas composiciones:

“Colocados nosotros en el plano propio de lo decorativo, hemos podido apreciar excelentes cualidades
208

en los trabajos de los artistas argentinos. En primer término, se revelan las soluciones rítmicas, bien
r
comprendidas y sentidas; luego, las amplias simplificaciones de forma y de color y una tendencia a lo

grande, con acentuaciones encaminadas a que la obra proyectada, en su realización i’ puesta a la

altura debida, no resulte mezquina y confusa por detalles sobreabundantes” (90),


u
Por el contrario, otros como Blanco Coris quisieron olvidar pronto esta

Exposición de los artistas argentinos llamando la atención de todos aquéllos que los

habían defendido:
a
“A los artistas argentinos han sucedido en el Salón permanente del Círculo del Palace HoteL

las notas de nuestros pintores tranquilos de espíritu, los que contribuyen a que el público sienta las
u
dificultades de entrar en obras muy estilizadas, los que van a la aniquilación del Arte Así, exclamaba.

no ha mucho, un critico defendiendo la escuela moderna de los argentinos, laméntandose de que u

estuviera tan extendido el vulgarísimo concepto de la pi ntura fuera la imitación de la realidad” (91).
U

El camino que siguió la Asociación de Mistas Argentinos fue muy corto; e

creemos que el escaso o nulo éxito de su Exposición en el Círculo de Bellas Artes en


U

Madrid les llevó a disolver de inmediato la organización, aunque en febrero de 1926

parte del colectivo de artistas argentinos lleva a cabo un nuevo proyecto, llamado el 1 u

Primer Salón de Arte Argentino en España, organizado por la Universidad del Plata, y
u

cuyo objetivo era exponer sus obras en Madrid, París, Venecia y Roma. En ésta
U

participaron, además de algunos componentes de la antigua Sociedad de Arte Argentino


- Guillermo Butíer, Alfredo Guttero otros nombres como Alfredo Guido, José
- —

Martoreil, Héctor Navia, Alberto Rossi, Granujo Gutiérrez, Octavio Pinto, Lorenzo
u
Gigli, Rodolfo Franco, Juan Carlos Alonso, Bernaregi, Tito Cittadini, Ernesto Riccio,

U
209

Manuel Musto, Pío Colivadiní, como pintores, e Inurtia, Lagos, Fioravantí, Riganelíl,

Bigatti y Falciní, como escultores (92).

Cada uno de sus participantes emprendió en solitario otros proyectos. Guillermo

Butier no abandonó de inmediato la Península y lo encontramos exponiendo de nuevo en

Madrid - abril de 1918- y en Valencia. Sus compañeros de asociación Pablo Curatella

Manes y Alfredo Guttero volverán a París y, de allí, a Argentina, en donde se convertirán

en los introductores de las primeras vanguardias en el arte argentino de la década de los

veinte. Denominados como el “grupo de Paris”, recogerán “in situ” toda aquella

información en las fuentes de origen a través de las influencias postimpresionistas junto a

otros artistas argentinos residentes en París como jóvenes becarios que estudiaban en los

principales centros artísticos de Europa, entre ellos destacarán Walter de Navazio,

Ramón Silva, Antonio Bemi, Miguel Carlos Victoria, Eugenio Daneri, Miguel Diomedo,

Roberto Rossi, Emilio Centurión, Marcos Tiglio,Tapia, Basaldúa, Luis Falcií (escultor),

Emilio Pettonuti, Xiii Solar o Ramón Gómez Cornet, estos tres últimos como

importadores del cubismo a Buenos Aires... al lado de otra escuela caracterizada por su

modernidad pero foijadores de una generación, que según Aldo Pellegriní: “sobre un

esquema de concepción neoclásica o naturalista, utilizan procedimientos sabiamente simplificados o

modificadores tomados de las distintas tendencias modernas. El color lo utilizan también con libertad

sin preocuparse demasiado por el color local. Esta generación independientemente dio artistas de

verdadero valor, quizá porque rehuyendo ‘el artificio modernizante’ como el utilizado por la mayor

parte de los artistas de la primera vanguardia, se concentraron en el logro de una auténtica fuerza

expresiva de una plástica realmente comunicante” (93).


210

Algunos de estos artistas mandarían obras a los Salones Nacionales de Argentina

pero estos envíos, según Maria Laura San Martin, “no alcanzaban a informar al pt~blico de
y

Buenos .lires acerca de la real importancia de la transformación que a través de ellos se estaba

esperando. Se mezclaban en estas obras influencias del cubismo, el futurismo, de los fauves’, de los u

dadaistas y suprerrealistas’ (94).


e

Serán ellos los primeros que introduzcan la renovación en el arte argentino

rompiendo con la pintura académica y, por lo tanto, vinculándose a las primeras


a.
vanguardias latinoamericanas como Alfredo Guttero, quien se convertiría a su vuelta a

Buenos Aires, en 1927, en el “animador del movimiento moderno” (95). Fundará, junto a

Alfredo Bigatti, Raquel Fornet y Pedro Domínguez Neyra, el “Taller Libre” de artes
e
plásticas, centro difusor de los nuevos estudios plásticos. Más tarde, en 1929, para

activar a los artistas fundaría el “Nuevo Sa]ón”con su primera muestra.

Pablo Curatella Manes desarrollará un gran papel como representante de la e>


escultura argentina de vanguardia; formado en el taller de Lucio Correa Morales,
U

escultor de finales del XIX, en los años veinte destacará por su acercamiento al cubismo.
En 1911 viaja a Florencia y a Roma. En 1917, tras la Exposición de la Asociación de

Artistas Argentinos contacta con Maillol y, en 1921, se suma al movimiento de


e
vanguardia de Juan Gris, Léger, Gleizes, Brancusí, Gargallo, Severiní... En 1922

contacta con el arte cubista de André Lhote (96) y en los años sucesivos, hasta 1929,

participa en los Salones de Otoño y de Independientes de París (97). Más tarde, desde su
e
puesto como diplomático, desarrollará un gran papel para el desarrollo y el acercamiento

del arte de Argentina a Europa. e

e
211

A partir de 1923, el arte en Argentina se complementará con la aparición en

Buenos Aíres de revistas artísticas con actuaciones de artistas de vanguardia como

Inicial pero será un año después cuando suija un grupo de intelectuales que edite la

revista llamada Martin Fierro dirigida por el poeta Evar Méndez, que según María Laura

San Martin: “Ataca a los inatacables y aplaude a los jóvenes ‘irrespetuosos que pretende

‘desconcertar al público’ con sus insólitas formas de arte. Se insertan nombres de vanguardia:

Cocteau, Apollinaire, Le Corbusier, palabra cubismo, futurismo, arte constructivo, que actúan como

imanes sobre la atención de los jóvenes ansiosos de renovación” (98). Y asi, por ejemplo, en el

número cuatro se publicaría el Manifiesto Martínflerrista, del poeta Oliverio Girondo,

similar en sus contenidos al de Marinetti de 1909.


212

111.2.1 NOTAS

(1) Vid., Edward Lucie Smith, Arte Latinoamericano del £ AX Barcelona, Destino,

1944.

(2) José Francés, “Un nuevo organismo oficial artístico-literario”, El Año Artístico,

Madrid, abril de 1920.

(3) MA. Santana realizará enjulio de 1920 una exposición en el Ateneo de Madrid.José

Francés, “Memoranda”, El Año Artístico, Madrid, julio de 1920, p. 296,

(4) Este pintor cubano, Enrique Crucet, en octubre de 1920 exhibe sus obras en el Salón

Artístico de Madrid, José Francés, “Memoranda”, El Año Artístico, Madrid, octubre de

1920, p. 356.

(5) En junio de 1920 nos encontramos con otros chilenos, los esposos Backaus-Martin,

exhibiendo sus obras en los salones Freddy’s de Madrid. José Francés, “Memoranda” El

Año Artístico, Madrid, junio de 1920, p. 273.

(6) Alberto Ohíraldo, “Programa”, Ideasy Figuras, Madrid, núm.?, mayo de 1918.

(7) Juan González Olmedilla, “Alberto Ghiraldo. La conquista espiritual de España”,

Cervantes, Madrid, abril de 1918.


213

(8) José Francés, “Un nuevo organismo oficial artístico-literario”, op. oit.,

(9> Anónimo, “Embajada en Buenos Aires”, La Correspondencia de España, Madrid,

14-8-1916.

(10) Cfr., Goy de Silva, “Los intereses de España y América”, Cervantes, Madrid,

septiembre de 1918, p. 74.

(Ji) Cftt, Américus, “La Juventud Hispano-Americana”, Cervantes, Madrid, julio 1918,

p.132.

(12) Cft., José Ingenieros, “Juvenilia”, Cervantes, Madrid, enero de 1917, p.65.

(13) Anónimo, “Academia Hispanoamerican&’, La Correspondencia de España, Madrid,

14-12-1918.

(14) Anónimo, “Juventud Hispanoamericana”, La Correspondencia de España, Madrid,

25-4-19 18.

(15) Cft., E. Gómez Carrillo, “Por la fraternidad artística de España y América”,

Cervantes, Madrid, junio de 1918, p.56.


214

(16> Anónimo, “Juventud Hispanoamericana”, La Correspondencia de España, Madrid, mt

14-4- 19 18.
e

(17) E. Gómez Carrillo, “Por la fraternidad artística de España y América”, op. cit., p.60. e

e
(18) Luis de la Rocha, “Una protesta. La guerra y la destrucción sistematica de las obras
e
de arte”, Ideasy Figuras, Madrid, 22-6-1918.

(19) José Francés, “Un nuevo organismo oficial artístico-literario”, op. oit.,
e

(20) Ibid., e

e
(21) Ibid.,

(22) Arturo Moxi, “La pintura optimista”, El País, Madrid, 12-3-19 17.
e

(23) Antonio de Hoyos y Vinent, “Tres exposiciones”, El Día, Madrid, 10-3-19 17. a

a
(24) Ballesteros de Manos, “Dos exposiciones”. La Mañana, Madrid, 20-3-1917.
e

(25) Francisco Alcántara, “Notas de arte”, El Imparcial, Madrid, 8-3-1917 e

e
215

(26) Cli., AA.VV, Pinrors Americans O ‘ahir, Llonja, abril- mal, 1992, Conselleria de

Cultura, Educació i Esports Govern Balear, pS6.

(27) Ibid., pl2.

(28) Silvio Lago, “Sevilla vista por un argentino”, La Esfera, Madrid, 26-5-19 17.

(29) Cfr., Maria Laura San Martín, Breve Historia de la pintura argentina

contemporánea, Buenos Aires, Claridad, 1993, pAt

(30) Francisco Alcántara, “Notas de Arte”, El Imparcial, Madrid, 10-5-19 17.

(31) J.Blanco Coris, “Exposición CA. Castellanos”, Heraldode Madrid, 4-5-1917.

(32) Federico Garcia Sanchiz, “Alberto Castellanos en el Salón Iturrioz”, La Nación,

Madrid, 18-5-1917.

(33) Antonio de Hoyos y Vinent, “Exposición Castellanos”, EJDÍa, Madrid, 4- 5 -1917.

(34) G.M.(José García Mercadal), “De arte. Exposición CA. Castellanos”, La

Correspondencia de España, Madrid, 9-5-1917.

(35) Ballesteros de Martos, “Exposición Castellanos”, La Mañana, Madrid, 6-5-1917.


216

(36) Vid., Miquel Pons y Manuela Alcover, Pintors Americans D ‘ahir Llonja,
e
Conseileria de Cultura, Educado 1 Esports Govern Balear, abril maig, 1992.
-

(37) Ballesteros de Manos, “De Arte”, Cervantes, Madrid, Abril 1918. e

e
(38) Miquel Pons y Manuela Alcover, PintorsAmericans D ‘ahir Llonja, op. oit., p. 10.

(39) Ibid., p. 12.


e,

(40) J. Blanco Coris, “Exposición Montenegro, Castellanos y Schulteis”, Heraldo de e

Madrid, 22-3-1918.

(41) Ballesteros de Manos, “Roberto Montenegro y Carlos Alberto Castellanos”, La e

Mañana, Madrid, 6-5-1918.


e

e
(42) J.G.M (García Mercadal), ‘tas actuales exposiciones”, La Correspondencia de

España, Madrid, 25-3-1918. a

a
(43) Antonio de Hoyos y Vinent, “Montenegro y Castellanos”, ElDía, Madrid,

23-3-1918.

(44) Ricardo Saeza, op. cit.,

a
217

(45) Ballesteros de Martos, “De arte”, Cervantes, Madrid, abril de 1918.

(46) Ballesteros de Martos, “La Exposición de Humoristas y decoradores”, La Mañana,

Madrid, 12-4-1918.

(47) Vid., Miquel Pons y Manuela Alcover, Pintors Amencans D ‘ahir Llonja, op. cit.,

p. 56.

(48) Ricardo Saeza, “Viaje y Exotismo”, La Correspondencia de España, Madrid,

4-4- 1918.

(49) Anónimo, “Vida Artística”, La Esfera, Madrid, 15-7-1918.

(50) Justino Fernández, Arte moderno y contemporáneo de México, Tomo II,

Universidad Nacional Autónoma de México, 1994.

(51) Luis Mario Schneider, El esindentismo, México 1921-1927, Universidad Nacional

Autónoma de México, 1985.

(52) Miquel Pons y Manuela Alcover, P¡ntors Americans D ‘ahír Llonja, op. cit.,

(53) Francisco Alcántara, “El arte chileno en el Ateneo Exposición de Alfredo Lobos”,

El Sol, Madrid, 12-3-1918.


218

(54) Ibid.,
0

a
(55) Edelye, “Exposición Argudin”, ElLiberal, Madrid, 10-4-1918.

(56) Ibid.,
u’

(57) Ballesteros de Martos, “De arte”, Cervantes, Madrid, mayo de 1918. mt

a
(58) Francisco Alcántara, “Exposición de Butíer en el Ateneo”, El Sol, Madrid, 22-4-

1918.

Sr

(59) Ballesteros de Martos, “Gustavo Butíer”, La Mañana, Madrid, 18-5-1918.

(60) Ibid., a

a
(61) José Francés, “Un dibujante mejicano: Garza Rivera”, El Año Artístico, Madrid,

junio de 1918. a

a
(62) Francisco Alcántara, “En el Ateneo; Los dibujos de C. Garza Rivera”, El Sol,

Madrid, 21-5-1918. e

a
(63) Francisco Alcántara, ‘tos dibujos de C. Garza Rivera en el Ateneo”, El Sol,
a
Madrid, 31-5- 1918.

a
219

(64) JG.M.(Garcia Mercadal), “Un dibujante mejicano”, La Correspondencia de

España, Madrid, 22-5-19 18.

(65) Anónimo, “Vida Artística”, La Esfera, Madrid, 15-7-1918.

(66) Enrabiri, “Garza Rivera en Bilbao”, La Tarde, Bilbao, 30-3-1920.

(67) Ballesteros de Martos, “La exposición de los argentinos”, La Mañana, Madrid,

22-4-1917

(68) Anónimo, “Un Banquete”, El Día, Madrid, 16-4-1917.

(69) J.B.C (José Blanco Coris), “Exposición de los argentinos”, Heraldo de Madrid,

17-4-1917.

(70) Ballesteros de Manos, “La exposición de los argentinos”, op. cit.,

(71) Ibid.,

(72) Francisco Alcántara, “Artistas argentinos en el Palace-Hotel”, El ImparciaL

Madrid, 4-4-1917.
220

(73) G.M. (García Mercadal), “Los artistas argentinos”, La Correspondencia de España, e

Madrid, 26-4-19 17.


e

(74) Luis Oteyza, “Exposición de los argentinos”, El Liberal, Madrid, 21-4-1917. a

u
(75) Federico García Sanchíz, “Artistas argentinos en Madrid”, La Nación, Madrid,

16-4-1917. a

a
(76) Antonio de Hoyos y Vinent, “La Exposición de la Asociación de artistas argentinos
u
en Europa”, El Día, Madrid, 17-4-19 17.

(77) Rafael Domenecfr “Una exposición de artistas argentinos”, ABC, Madrid,


u
29-4- 1917.

a
(78) Rafael Domenech, “Exposición de artistas argentinos”, ABC, Madrid, 4-5-19 17.
a

(79) Víctor Masriera, “La inquietud en arte”, La Correspondencia de España, Madrid, a

4-5- 19 17.
a

(80) Víctor Masriera, “A propósito de la Exposición de los artistas argentinos”, El País, a

Madrid, 6-5-1917.
a

a
22!

(81) Cli., Maria Laura San Martín, Breve Historía de la pintura argentina

conteinporanea, op. cit., p. 72.

(82) Rafael Domenech, “Una exposición de artistas argentinos”, ABC, Madrid,

20-4-19 17.

(83) Víctor Masriera, “A propósito de la Exposición de los artistas argentinos”, op. cit.,

(84) José Francés, “Artistas argentinos en Madrid”, El Año Artístico, Madrid, abril de

1917.

(85) Cli., AA.VV, Lapintura argentina, Buenos Aires, AméricaLatina, 1975, p.25.

(86) Cfr., Maña Laura San Martin, Breve Historia de la pintura argentina

contemporanea, op. cit., p. 61.

(87) Victor Masriera, “A propósito de la Exposición de los artistas argentinos”, op. c’t.,

(88) José Francés, “Artistas argentinos en Madrid”, ElAño Artístico, op.cit.,

(89) G.M.(Garcia Mercadal), “Los artistas argentinos”, La Correspondencia de Esparza,

Madrid, 23-4-1917.
ifl

(90) Rafael Domenech, “Exposición de artistas argentinos”, ABC, Madrid, 4-5-1917. e

e
(91) José Blanco Coris, “Décima exposición del Círculo de Bellas Artes”, Heraldo de

Madrid, 12-5-1917. e

u.
(92) José Francés, “El Primer Salón de Arte Argentino en España”, Año Artístico,

Madrid, febrero de 1926. e

u,
(93) Cfr., Aldo Pellegrii, Panorama de la pintura argentina contemporánea, Buenos
u
Aires, Paidos, 1981, pi3l.

u
(94) Cli., Maria Laura San Martin, op. cit., p.S7.

(95) Ibid., e

a
(96) Vid., Bárbara Bustamante, Escultura Argentina s.XX ,Buenos Aires, Albear, 1991.

(97) Vid., Jorge Romero Brest, Curatella Mcmes, Buenos Aires, 1967.
a

(98) Cfr., Maña Laura San Martin, op. cit., p.59


u

a
223

IV EL ARTE VASCO Y LA INTRODUCCIÓN DEL ARTE MODERNO EN MADRID

Este fenómeno supone uno de los entramados más interesantes y complejos de las

artes plásticas españolas del s.XX. En los primeros años de siglo, los artistas vascos son

conocidos en Madrid principalmente por su participación en las exposiciones nacionales de

Bellas Artes, o bien porque algunos de ellos como los hermanos Zubiaurre, Valentín y

Ramón, habían fijado su residencia en la capital. En 1915, la Exposición de Gustavo de

Maeztu en las salas del Palace Hotel, poco después la celebración del certamen nacional en

el Retiro y, al año siguiente, las exhibiciones de Cabanas Oteiza en el Salón de Arte

Moderno (marzo de 1916), Gustavo de Maeztu en el Salón Tribuna (mayo de 1916), Juan

de Echevarría en el Ateneo (mayo de 1916) y la primera muestra colectiva de la Asociación

de Artistas Vascos en las salas del Retiro (noviembre de 1916) constituyen los primeros

orígenes de la entrada masiva de arte vasco en Madrid.

Sin embargo, antes de analizar los hechos detengámonos en su génesis; en primer

lugar, destacaremos dos atributos de la cultura vasca: identidad y modernización. Su

diversidad conceptual terminará formando un binomio “cultura (vasca)-modernización”

presente en su actuación colectiva del Retiro, en 1916, sobre el ámbito artístico madrileño.

El primero, “la identidad cultural” aplicado al País Vasco, tal y como señala Luxio Ugarte,

“ha servido para designar dos tipos de hechos sociales. El prímero, utilizado para describir la

organización simbólica de un grupo, su transmisión y el conjunto de valores subyacentes, apoyando la


224

representación que el grupo hace de si mismo, de sus relaciones con ¡os otros grupos y de sus relaciones
e
con el mundo natural. El segundo, utilizado paro describir las costumbres, las creencias, la lengua, las

ideas los gustos estéticos y el conocimiento técnico, la organización del entorno, la cultura material, los e

útiles, el hábitat, y más generalmente todo el conjunto tecnológico transmisible que regulan las relaciones
a
y los comportamientos de un grupo social con el entorno” (1).

El segundo, “modernización cultural”, se concibe durante la Restauración de Alfonso


e
XII; al término de la Segunda Guerra Carlista (1874), a partir del 21 dejulio de 1876 con la
abolición de los Fueros y el inicio de una renovación en las artes plásticas vascas (2), gracias e

a una parte de la recién nacida burguesía que pudo respaldar a algunos jóvenes artistas
u
vascos. Se trataba del inicio de un proceso de industrialización en el País Vasco que planteó,

junto a la aparición de una masa obrera, una serie de problemas de carácter moderno que

crean una situación socio-económica propicia para el desarrollo de la pintura como


u
ocupación cultural (3). Esta modernidad trajo consigo la alteración de elementos
a
tradicionales que provocaron una crisis de identidad y, con ella, la difusión de un espíritu
socialista que surge, en un principio, unido a la capital bilbaína con Sabino Arana Goiri,

como manifestación de las ideas nacionalistas del Partido Nacionalista Vasco (4), A partir de
u
entonces, la pugna entre los diferentes poderes políticos se centró en una desavenencia

cultural protagonizada por dos frentes, Castilla como protectora hasta entonces de los

vascos y el propio País Vasco que, como señala Jon Juaristi, ante la dificultad de establecer
a
unas señas de identidad colectiva, creó “un conflicto idiomático (castellano-euskera) y definió con

nitidez las fronteras entre los segmentos culturales” (5). El renacimiento de la identidad vasca a

a
225

como movimiento que surge a finales del s.XIX y primeros del s.5(5( se presentó además,

según Carlos Martínez Gornarán, <‘en sociedad como el restaurador de la antigua cultura, de modo

que su misión consistía más en recuperar y restaurar ese pasado a punto de esfumarse que en inventar

nuevas formas culturales - una actitud antagónica con la inventiva exigida al arte en la cultura moderna.

SegiM los teóricos de ese renacimiento, el País Vasco estuvo sometido durante siglos a la profunda

aculturación derivada de su dependencia política, económica y cultural de Castilla (6).

La búsqueda de estos caracteres vascos, tanto para el tradicionalismo vasquista

como para el recién creado nacionalismo vasco, supuso el convencimiento de la existencia

de unas formas concretamente vascas de plantear lo estético (7). El interés por la cultura y

dentro de ésta, por el arte, llevó a debate la existencia de un arte puramente Vasco, en donde

tenía cabida una supuesta “pintura vasca”. El nacionalismo de Sabino Arana utilizó para sus

fines propagandísticos otras manifestaciones artísticas como el teatro y la lírica, mientras

que sólo empleó la pintura “para atacar su españolismo o quejarse de la inutilidad de los magros

gastos que las instituciones vizcaínas dispensaban a las artes” (8). La formulación de una identidad

del pueblo vasco se realiza, pues, desde finales del siglo pasado, con los estudios del

lingúista Sabino Arana (muerto en 1903), cuya obra más destacada podría ser Orígenes de

la raza vasca, de 1889.

De esta manera, la expresión de una cultura vasca desencadenó la búsqueda de sus

raíces que llevó consigo la aparición de sociedades vascas como el Ateneo Científico y

Literario (1863), la Escuela de Artes y Oficios (1879), La Sociedad Recreativa Ferroviaña


r

226

(1887), el Kurding Club (9), El Liceo Artístico Literario, La Asociación de Cultura Musical

y, más tarde, La Asociación de Artistas Vascos (10) y Los Buenos Amigos (1917); o el
0<
desarrollo de una literatura folcklórico-popular, representada en revistas con tratados de

estudios vascos como la Revista Internacional de Estudios Vascos (1907), El Coitao e

(1908), Euskalerriaren A/de (1911); amplias colecciones como El Cancionero popular


e
vasco recopilado por Azkue, en 1915; El Congreso de Estudios Vascos en Oñate (1918),

organizado por las diputaciones vascas y navarras, y los obispados de Pamplona, Vitoria y 0<

Bayona, etc,., todas fueron manifestaciones que pretendían hacer un balance sobre la cultura
a’
del Pais Vasco. Al hilo de estos hechos, también debemos destacar uno de los
a
acontecimientos político-culturales que suceden en el Bilbao de 1917. En mayo, Engracio de
Aranzadi propondrá crear una Mancomunidad de las Diputaciones Vascas; dos meses más

tarde, los representantes de este recién creado organismo dirigen al gobierno de Madrid una
a
propuesta formal de autonomia, con la confianza en que, libres del lastre que representaba

para ellos la incapacidad ejecutiva de las Cortes y del Parlamento, podrían iniciar un camino

más provechoso en todos los órdenes. Luis de Eleizalde resume, en septiembre, estos

anhelos nacionalistas: ‘Nosotros los vascos podemos perfectamente comprometemos a elevar el nivel

moral y material de nuestro País~ en 25 años de régimen autonómico, hasta la altura de los pueblos más

adelantados y cultos de Europa” (11).

Por su parte, los artistas vascos descubren en sus viajes europeos cuyos centros de
-

destino fueron Pañs, Bruselas, y, en ocasiones, Roma diferentes contrastes y perspectivas


-

que junto a una ‘<tradición española, modernidady costumbrismo etnográfico - según Manuel Llano

a
227

Gorostiza - habían creado una personalidad fuerte, completamente al margen de la pintura de academias

certámenes oficiales. Existía conciencia de grupo y lo había. Algunos, hasta hablaban de escuela” (12).

Así se produce la primera oleada de arte vasco que, según Kosme de Barañano, originó las

primeras filas de artistas que introducen una pintura moderna con unos caracteres asumibles

por el público (13). De esta manera, los principales elementos del arte vasco se van

configurando dentro de una tradición española pero que profundiza en las raíces del pueblo

vasco y de una pintura con orientaciones europeas que la convierten en una pintura

moderna, cuyo defensor más inmediato va a ser Juan de la Encina, quien denominó, explicó

y defendió este proceso en La trama del Arte Vasco: “Desde primera hora hay, pues, en el arte

vasco, dos tendencias primordiales. Podrían, pues, tal vez clasificarse los artistas i’ascos según que en sus

obras domine la propensión a remozar de algún modo los caracteres compendiosos de la tradición artística

nacional - la espiritualidad y la fuerza, según Azorín - o que tiendan claramente a prescindir de esa

tradición, y, sin dejar de sentir todo su valor yfuerza, se inclinen sin titubeos hacia las formas nuevas del

arte de nuestro tiempo. Marcan esas dos direcciones las carrileras por las que marcha el arte vasco, y al

precisar su sentido habremos ganado mucho para determinar los caracteres esenciales del mismo” (14).

En este particular, sus primeros representantes fueron Anselmo Guinea (1854-1906),

Adolfo Guiard (1860-1916), Manuel Losada (1865-1949), Pablo Uranga (1861-1944),

Darío de Regoyos (1857-1913), en paralelo a la primera generación de paisajistas que se

estaba formando en tomo al río Bidasoa (15). Después, casi todos los artistas vascos se

formarían en París, dando un aspecto más o menos impresionista y postimpresionista a sus

obras a la vez que se corroboraba una visión moderna de la realidad. A este hecho ha de
228

sumarse el arte catalán, que formaba el otro gran bloque de la modernidad artística española, e

pero que estaba volcado principalmente hacia el mediterraneismo que surgia del
u
Noucentisme y de la mano de artistas como Sunyer (16).

La problemática diferencial entre vascos y catalanes defendida por Pilar Mur muestra

la capacidad del arte vasco por recoger y aunar el modelo francés con la tradición artística
u
española mientras que el catalán se decantó por los prototipos parisinos de última hora (17).

Tras el desastre colonial, la recuperación de la tradición española se basaba, u

principalmente, en el descubrimiento de Castilla que impulsó Aureliano de Beruete como


e
consecuencia de los planteamientos regeneracionistas en cuanto al “problema de España”
a
respaldado por las posturas de Unamuno, Maeztu, Pío Baroja, etc... y mitificada por las
obras de Zuloaga. En cuanto a los modelos parisinos, además de los citados más arriba van a

destacar los nombres de Francisco Iturrino (1864-1924) quien conoce el taller de Gustave
u
Moreau y realizará numerosas obras bajo la influencia de Gauguin, Renoir, Cézanne; Juan de

Echevarría (1875-193 1), formado en Bruselas e instalado en París, junto a Iturrino el mejor a

representante del fauvismo en España; o los hermanos Zubiaurre, Valentín (1879-1963) y


u
Ramón (1882-1969), vinculados a la Generación del 98, quienes representarán en Madrid la

estética más pura del arte vasca. A pesar de sus viajes por numerosos países europeos, su

consolidación se produjo hacia registros simbolistas, realistas con carácteres velazqueños


e

parecidos al de Whistler (18) y regionalistas; en un estadio posterior estarían además Arteta,


a

Guezala, los Arrúe, Julián de Tellaeche, etc.


a

a
229

Sin embargo, a pesar de esta diferencia en el proceso histórico que vivía la sociedad

vasca estaba cada vez más presente el nacionalismo, en especial en 1917, momento en que

se convierte en primera fuerza política. Ese mismo año tiene lugar el viaje del líder

catalanista Cambó por las ciudades de San Sebastián y Bilbao, al objeto de poner en marcha

un frente autonomista. Juan de la Encina nos cuenta cómo, asimismo en 1917, el

caricaturista Luis Bagaría, catalán y amigo personal de Cantó, emprendía parecida misión

en favor de la hermandad vasco-catalana:

“Ya antes nos cuenta Bagaría habla brindado en Madrid, en compañía de Gustavo de Maeztu...
- -

y sellado un pacto del arte i’asco y catalán frente a las artísticas vejeces, descolorí das y machuchas, que

privan en la granferia madrileña” (19).

Durante la década que de 19 10-1920 el arte del País Vasco destaca por su brillantez,

debida según Kosme María de Barañano a varias referencias: la unidad entre los artistas, la

importancia de los medios de comunicacion como medio propagandístico del arte junto a

una crítica artística de carácter intelectual y una activación de la economía que,permitía la

realización de numerosas exposición de arte (20). A estos efectos, ¿cómo reaccionó Madrid

ante la avalancha colectiva de arte vasco en 1916? El ambiente artístico madrileño

comenzaba a experimentar, así lo observaban algunos de sus críticos, una abundancia de

exposiciones:

“Los pintores están demostrando un valor sin precedentes. Oigo decir que no se venden cuadros,

que los colores han subido de precio un SO por 100, y, sin embargo, todos los días se abren nuevas

exposiciones, lo cual supone una abundancia de entusiasmos y de pesetas que me asombra” (21).
230

Tanto es así que en el mes mayo de este año se celebraban más de diez exhibiciones:

la del gallego Germán Taibo, la de Francisco Gimeno en la casa Vilches, la de Ramón López
a
Morello en el salón Lacoste, la de Federico Beltrán en el Hotel Palace, la de Daniel Zuloaga

en su propio taller, la de Manuel Bujados, Antequera Azpiri y el escultor portugués Cantó

en el Salón de Arte Moderno, la de Nicolás Aquino en el Salón Artístico, además de las de


u
los vascos Cabanas Oteiza, Gustavo de Maeztu y Juan de Echeverría. No obstante, parte de

la crítica madrileña apuntaba que la abundancia de estas muestras podían petiudicar al

ambiente artístico madrileño:


a
juzgo censurable la precipitación de algunos jóvenes, mal aconsejados, que se imponen la

mécanica tarea de emborronar unos lienzos, con el fin de exponerlos en determinada fecha, salga bien o a’

mal Estos artistas, o lo que sean, sufren una equivocación lamentable convirtiendo el estudio en fábrica
e
productora de cuadros o esculturas... Esa facilidad en prodigar elogios a todo el que lo pida no es

conveniente, porque trae, andando el tiempo, dolorosas consecuencias.


e
El público profano juzga a los artistas por aquello que le dicen los autorizados en la maten a,

cuyas opiniones cree sinceras, y no será sano ni hacer labor educativa ni presentar por bueno el Arte a’

mediocre de un adocenado” (22).

Un año antes de estos acontecimientos había tenido lugar la Exposición de Bellas e

Artes de 1915, en donde hablan participado varios artistas vascos. El trabajo de la crítica se
e
basó en hacer hincapié en aquellas obras más o menos dominantes de unas tendencias u

otras, claro reflejo de la cultura artística que se vivía en aquellos momentos. La numerosa o

crítica que se ocupaba de estos sucesivos episodios nacionales tenía abundantes notas
e

comunes. En primer lugar, se trata de verificar, lo mejor posible, la calidad artística que allí
e

a
231

se presenta. Un declarado nacionalismo, un naciente grupo de jóvenes con un espíritu

nacionalista y un predominante arte académico originario de la España decimonónica del

s.XIX envuelven todos sus juicios. Por otro lado, es importante el papel del público como

receptor de esas criticas diarias a las exposiciones y que se irá configurando a lo largo de

1915. Rafael Domenech se pregunta: “¿ Cómo se visitan los Museos y las Exposiciones? Sin una

preparación adecuada. ¿Saben las gentes leer lo que hay en un cuadro?... Burla, burlando, la pluma ha

corrido mucho para hacerte ver lector, la situación negativa en que se halla el público para apreciar

debidamente una exposición de arte” (23).

Para Juan de la Encina sólo Valentin y Ramón de Zubiaurre representaban, junto con

Joaquín Mir y Solana, lo más interesante de la muestra. Lo demás era «desierto espiritual Los

artistas que aquí exponen dan, en generaL la impresión de pediglieños de destinos. La espiritualidad, la

fuerza, el instinto creador, la preocupación por nuevas formas de arte. o simplemente por hacerse con una

técnica sólida, apenas son de este recinto. La naturaleza no existe para la mayor parte de estos artistas.

Pero tampoco, los museos. He aquí un rasgo genuino de nuestro arte oficial: ni naturaleza, ni museo; sólo

recetas de esas escritas en aleluyas” (24). Por el contrario, el catalán Joaquín Mir había resuelto

estos problemas en sus cuadros a través de unos paisajes llenos de color y de luz; los

Zubiaurre tenían “carácter”, gusto por lo decorativo, con brillantes armonías de color y, lo

que es más importante, hacían vivir a los “héroes cotidianos del mar cántabro” y Solana

sobresalía por su destacado naturalismo.

En cuantos a los vascos, Federico García Sanchiz atisbaba el peligro de una nueva

moda con los Zubiaurre: “¿Quieren revelamos el alma de su país?...Cada cuadro suyo anuday
232

consagra todos estos diversos valores, el psicológico, el cerebral, el sentimental, la paleto, la tradición, la

modernidad.., disecan e/tipo vasco y hacen rígido al hombre (25). Esta moda vasca a la que se

refiria Sanchiz era la difusión o la introducción de la identidad vasca en Madrid que tiene,

precisamente, su plataforma de lanzamiento a través de las exposiciones nacionales,

observemos por ejemplo que los Zubiaurre participaban en ellas desde primeros de siglo,
e
consideradas éstas como la máxima aceptación de un tipo de arte y el máximo triunfo que

puede obtener un artista; además, a partir de esta muestra nacional de 1915, el arte vasco —

comienza a introducirse por otras vías en el ambiente artístico de la capital, donde se ponen
e
de moda cada vez más las exposiciones individuales como medio más eficaz para calificar al

artista sin tener a su alrededor docenas de otros artistas,

a’

Se percibe, por lo tanto, una cierta reticencia en el arte de estos pintores que ante la

máxima representación de arte tradicional mostraban su modernidad como prototipo de los e

valores espirituales y artísticos. Destaca, también, otro artista vasco, Elías Salaverría, que
e
representa los mismos objetivos que los hermanos Zubiaurre pero que atrae más por sus

diferentes procedimientos. Así es considerado por parte de la crítica: “ha venido a este certamen a’

nnrrv nfinnor flflfl <tO~ mAc ci~ orto hncnAn an lo oh ror,,nrqAn Aol nnt,n.ol to., ~ Ji
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Vi”’.’. flL4&&U Un, UJL<~ ¡tUL I’15Vt tJdV~C
e
en sus lienzos. Es un artista que sabe impresionar profundamente, por la sinceridad absoluta que pone en

las figuras, cabezas, singularmente son magistrales... refleja la tendencia a acentuar las características de e

un pueblo, tanto en la expresión del tipo como en la de las costumbres.., es profundamente realista al

pretender reflejar los rasgos fisiológicos de una raza y el espiritu reposado y tranquilo que la anima” e

(26).
e

e
233

Valentín Zubiaurre se presentó a esa edición de 1915 con dos obras, ini Guizalde

(País Vasco) y Por las victimas del mar; pero no era la primera vez que aparecía su nombre

en un certamen oficial, en 1902 y 1908, se le había otorgado una tercera y una segunda

medalla respectivamante. Un caso parecido fue el de su hermano Ramón, aunque hasta

entonces tan sólo había recibido menciones honoríficas en las nacionales de 1904 y 1906; sin

embargo, será en esta muestra de 1915 cuando consigue con su obra Los remeros

vencedores de Ondárroa una segunda medalla, decisión que no gustó a los críticos

madrileños. Un ejemplo de ello, es el libro de Femando Periquet dedicado íntegramente al

catálogo de la Exposición Nacional de 1915: “El dibujo llega a la estridencia, pues la agrupación

de marinos, empuñando los remos, todas las figuras bordean la caricatura, y el fondo es de una infantil

ejecución. Es indudable que ambos hermanos no han hecho presa definitiva en su ideal, y de ellos hay que

esperar portentos cuando se equilibren sus ideales y sus facultades extraordinarias” (27). Lo mismo

ocurre con los temas de las obras de Elias Salaverría, Duelo y Chi; los jucios del critico

Elodeo, por ejemplo, apuntan qué características tenía este arte vasco para no cuajar en la

capital: “que para vencer en Ondárroa no están mal. Ahora para vencer en Madrid y en una &posición

de Belfas Artes de fa altura de la actual... Guardando rodos los respetos, hemos de decir que no nos gusta

demasiado este cuadro. Y esto no significa que esté mal pintado, ni siquiera que no sea bonito; sigmfica

únicamente que no es de nuestro gusto. Esos hombretones tan grandes, con esas cabezas tan chicas y esos

trajes tan amplios, con esos colores tan fuertes y ese fondo con las cosas y los montes y las nubes

recortadas como si fuesen de cartón y estuviesen adheridas al lienzo, no acaban de gustamos. Tendrán un

mérito técnico inmenso y serán de un gusto exquisito; pero no apreciamos ese mérito ni compartimos ese

gusto, por falta de sensibilidady de competencia desde luego ¡claro está)... Elias Salaverría, de técnica no
234

se les puede pedir nada, perfecto dibujo, acertada colocación en las figura.s excelente tonalidad en los

colores. Los asuntos si dejan algo que desear. Pero, señor: ¿por qué no pintar cosas artísticas y bellas?...

Si también las cosas bellas y artísticas pueden pintarse” (28). e

Otro artista vasco, Juan de Echaverria, presentaba en este certamen El Duelo, obra

que sobresalía por la utilización de otro método para representar la raza vasca basado, para

la crítica, en formas “vigorosas y macizas, con una complexión robusta y fuertemente acentuada, se
e
adelgazan y deforman, se estiran cual si quisieran llegar a poner sus cabezas a la altura de la pala del

remo” (29) y que a diferencia de los hermanos Zubiaurre llegan a expresar el símbolo vasco u

a través de la dislocación del “natural y recurren a las representaciones arcaicas de la forma,


a
obligándonos a concentrar toda la atención en esas cabezas menudas, que son las que, en definitiva, .zon de

reflejar principalmente la intensidad de su arte” (30). Finalmente el crítico se pregunta al respecto

de la aceptación del arte Vasco:


U:

“¿Aciertan estos innovadores? ¿Dan a la Pintura nuevos procedimientos y a la representación de

la Belleza otras formas más adecuadas para su expresión del lienzo? Sinceramente creo que, a pesar de su

personalidad artística, todavía no han llegado a crear la verdadera obra que dé contestación categórica a

las interiores interrogaciones” (3 1). e

Los composiciones de estos artistas vascos, para Francisco Alcántara, eran extraños
e
procedimientos que en el caso concreto de los Zubiaurre, se centraban en grandes masas de
colores y amplios planos procedentes del arte francés sin perspectiva alguna, mientras que e

Elías Salaverría era considerado como un naturalista por su justo dibujo y color (32).
e

a
235

Gustavo de Maeztu, Elias Salaverría, Juan de Echevarría, Ramón y Valentin

Zubiaurre y la exposición colectiva de la Asociación de Artistas Vascos en Madrid serán los

protagonistas que acentuarán los caracteres y costumbres del pueblo vasco en la capital,

aunque cada uno de ellos con diferentes procedimientos pictóricos. En efecto, con ellos

llegará una oleada de arte vasca a Madrid que tendra su cenit en la Exposición de 1916 en

el Retiro. Pero antes señalemos las muestras que la precedieron. En marzo expone el artista

vasco Cabanas Oteiza junto a Pedraza Ostos en el Salón de Arte Moderno. Oteiza exhibía

treinta caricaturas y veinte paisajes de los que Juan de la Encina comentaba: “trae a las

paredes del Salón Arte Moderno un eco de su tierra vasca. Es un pintor regional. Sus paisajes, entre los

que hay algunos que revelan un profundo sentimiento del terruño guipuzcuano, nos indican que Cabanas ha

tomado un buen guía: Darío de Regoyas. En cuanto a sus cuadritos de costumbres campesinas, están

sentidos con humor familiar y sanamente ingenuo. Nos recuerdan algo a los de José .4rrúe, que es el

iniciador de este género de pintura de costumbres vascas” (33).

Cabanas Oteiza, Acuarela


Heraldo de Madrid, 21-3-1916
236

En mayo, Gustavo de Maeztu y Juan de Echevarría exponían individualmente sus

obras al público madrileño. Maeztu lo hacia por segunda vez en la capital, la primera habia
u.
sido en abril de 1915 en las salas del Palace Hotel, ahora era el salón del diario La Tribuna,

donde exhibía sus últimas obras, catorce lienzos - La serrana, Samaritanas, El ciego de

Calatañazor, Figuras de Castilla, La sibila del amor, La morena, Encarnación, Manola,


U

Eva, Los novios de Voz-Mediano, La del mantón azul, La Flora... - y cuatro dibujos. Sus
U

obras fUeron bien acogidas por la cercanía de su pintura hacia el arte de Zuloaga, como
heredero del arte español y no del francés. Paralelamente a la Exposición de Gustavo de

Maeztu, el arte de Ignacio de Zuloaga era exhibido en Zaragoza bajo el título “Zuloaga y
u.
artistas aragoneses”, complementando una serie de conferencias que se realizarían en el

Museo Provincial. Su pintura era hilo de conexión más inmediato con la pintura tradicional e,

española - Goya, Velázquez y el Greco - y, por lo tanto, con una “pintura realista, -

a
comentaba José Francés - exacta y verídicamente realista de España, es lo que se devuelve a Zuloaga

como un reproche de inverosimilitud. Porque tenemos automóviles, aeroplanos y telégrafos sin hilos,

creemos que toda esa lepra ancestral va no existe en España Se repite el caso de la dama vieja y fea de la
a
poesia clásica, al arrojar el espejo en vez del rostro, fielmente reflejado por aquél... El único principio del

arte es copiar lo que se ve. Aunque les moleste a los mercaderes de la estética, cualquier otro método es
e
funesto. No existe ninguna receta para embellecer la naturaleza. Sólo hay que ver” (34).
e

Arturo Mori calificaba las obras de Gustavo de Maeztu como “pinceladas bruscas, los
a
tonos vigorosos y brillantes, el ambiente crudo y gris de los cuadros del gran pintor Gustavo de Maeztu,

franca, definitivamente españoles... Maeztu, como Zuloaga, es un psicólogo profundo, un dominador del

a
237

gesto, un poeta de fa expresión>’ (35). José Francés afirmaba que a pesar de su estancia en París

Maeztu, al igual que los Zublaurre, no debía nada al arte francés, siendo uno de los mejores

representantes del arte vasco, constante que se apreciará en la crítica a lo largo de los años

(36), incluso el propio José Ortega y Gasset expresaba similar opinión en 1920 (37).

Los cuadros de los Zubiaurre, como los de Maeztu, se acercan al público y la crítica

por su facilidad de adaptación a la representación del alma de castellana (38). Sin embargo,

la obra de Gustavo de Maeztu fue considerada, también, como una pintura independiente de

aquellas corrientes que surgían en Europa y en la propia Península que rechazaban lo

académico, en ella se podían apreciar notas de modernidad sin pretender, a diferencia de los

anteriores, acabar con lo académico:


“Es Gustavo de Maeztu uno de los pocos artistas que no pintan para el pz~blico. Pinta para él y

para los que le entiendan, pues no siempre el arte debe estar sometido a la sanción popular, ni es justo que

todos los artistas se dediquen a recrear y mantener los vicios, costumbres o escuelas del siglo... Ser artista

discutido es no andar con la corriente de los modernos prejuicios, rebelarse contra dogmáticos e

imposiciones académicas. y si bien a eso se le llamó decadentismo, porque quiso hacerse de la originalidad

una escuela y entraban en ella todos los que se sentian extravagantes, fuesen o no artistas, ~~‘Iaeztues un

innovador por derecho propio, y de los más dignos de consideración y halago, por cuanto es un artista de

verdad y no necesitó, en su ruta sugeridora de grandezas, incorporarse a ninguna escuela, no sintió el

tentador deseo de fundarla” (39).

Al mismo tiempo, la Exposición de Maeztu era tachada de esconder ciertas

imprecisiones estéticas próximas a orientaciones vanguardistas (40). Este asunto centrana

también el análisis de Juan de la Encina en su crítica a la muestra. Defensor a ultranza de las


a
238

ideas estéticas vascas y de su introducción en la capital, se apresuró a calificarla como un


9.

nuevo recuerdo de su presentación de 1915 (41). Una de las principales preocupaciones de

Juan de la Encina eran las enormes formas del arte de Maeztu, que quizás pudieran

confUndir a los críticos madrileños e impedir su aprobación por las orientaciones y contactos
e
con la cultura francesa moderna que se decantaban en los pintores vascos, el cubismo en
e
Maeztu o el fauvismo en Juan de Echevarría, de tal manera que arremetía contra estas
posibles criticas y añadía:

‘Otro de los elementos que creimos digno de señalarse, aunque aparecía de un modo bastante
a
incompleto y defectuoso, eran las formas, de mucho volumen y pesadas... Vimos a Maeztu no poco

preocupado por formas algo gigantescas, regularmente toscas, trazadas a grandes planos y que dieran la
a
impresión de estar trazadas a grandes planos y que dieran la impresión de estar construidas por cubos, sin

que en efecto, fueran ésos los cubos excesivos de los llamados cubistas... Maeztu es un pintor robusto, e

dotado de un magnifico sentido de la decoración en grande, un inquieto que cada dia busca armonías más

vigorosas y brillantes, prendado de laforma escultural, y al que la crítica debe de aquí en adelante exigir U

mucho, ya que esta Exposición prueba que puede darlo” (42).


a

Paralalemente a la muestra de Gustavo de Maeztu, Juan de Echevarría exponía por

primera vez en Madrid, veintiocho obras - Cerro de San Miguel de Grancúa, El pobre
e

Sablista, Manolilla, Dos amigas, Zubikaray el vencedor, Tipo vasco, Gitanos granadinos...
e
una serie de estudios del tipo gitano y algunas naturalezas muertas y lo hacia en el nuevo
-,

Salón del Ateneo. Su presentación en el ambiente artístico madrileño venia de la mano de

Juan de la Encina, quien advertía que “a pesar de la inatención de la crítica y del público para todo
e
aquello que es sólido y verdadero en arte, creemos que no pasará mucho tiempo sin que a Juan de

a
239

Echevarría se le considere como uno de nuestros más delicados iv profundos artistas contemporáneos”

(43). Se trataba de un artista poco conocido en la Península que había exhibido sus obras en

Bilbao y varias veces en París pero que se diferenciaba de aquellas otras tendencias que

podían hacer tambalear la entrada del arte vasco en Madrid:

“Bajo el pabellón ‘pintura moderna se viene desde algún tiempo presentando en nuestros salones

un género hibrido de pintura, que se dijera contiene en si por modo deslabazado de pintura casi todos los

estilos y modos de pintar, y, sobre todo, un cierto arlequinismo cromático, pero que está prodigiosamente

exento de sinceridad, de emoción verdadera, de probidad técnica. Es la habilidad de los juegos de trampa

llevada al arte. Esta casta de pintura naturalmente nada tiene que ver con la verdadera pintura moderna,

como no sea por aquello de que se nutre en gran parte de sus detritus.

flan tardado largo tiempo en llegar a Madrid las llamadas tendencias nuevas del arte; pero en

cambio, han llegado enforma de mercancía averiada y váyase lo uno por lo otro. Ante los lienzos de Juan

Echeverría se dirá también que pertenecen a la pintura moderna’ y, siendo esto cierto, nosotros

añadiremos, para no confundirlos con aquellos otros de los pintores farandulescos, que son de un linaje

muy antiguo y muy moderno: muy antiguo, porque están sentidos y ejecutados con noble probidad; muy

moderno, porque fluyen por la corriente pictórica postimpresionista de los Cézanne, Van Vogh, Gauguin”

(44).

Con estos comentarios, Juan de la Encina no sólo defendía la entrada del arte vasco

en Madrid como representación de la nueva modernidad en España que se centraba en dos

corrientes, la tradicional española y la impresionista o postimpresionista francesa, sino que

también criticaba las extravagancias de la pintura exterior que se adivinaban en las obras de

algunos artistas vascos, si bien seria la propia Asociación de Artistas Vascos uno de los

mejores órganos artísticos que presentaban ante la sociedad bilbaína las tendencias más

avanzadas del momento, no olvidemos las exposiciones del pIanista Celso Lagar, en 1918 y
24V

1919, la Internacional dePinturayEscultura en 1919 oiadeJosDelaunay en 1920. Juan de

la Encina se mostraba reticente hacia aquellas nuevas tendencias que incluían desde 1915,
U

principalmente por vía Barcelona, formas cubistas o fUturistas, en el caso particular del
planismo de Celso Lagar, que había hecho sus primeras incursiones en Barcelona y Gerona y

que, de alguna manera, se enfrentarían al ¡fo siguiente con el público madriJef o o bien, a
U
partir de 1918, con la celebración de la Exposición de artistas polacos, la de Vázquez Díaz o

la aparición del ultraísmo con la participacion de un buen numero de pmtores.


a;’
a

4*
0 1¿ e

e
Juan de Echevarría, Gitanos granadinos
(La Esfera, Madrid, 27-5-1916) e

e
A pesar de sus influencias extranjeras, Juan de Echavarria representaba el sustrato

común de los artistas vascos contemporáneos; sus ásperas formas y sus matices de color

a
241

eran el nexo de esta pintura; por lo que la crítica madrileña le consideró un verdadero

representante del arte vasco (45). Desde las páginas de El Parlamentario se daba la

enhorabuena al artista vasco, Juan de Echevarría, quien habia mostrado unos cuadros ‘que

han merecido y siguen mereciendo la admiración de todas cuantas personas inteligentes los han vista.

Especialmente unos tipos de pescadores vascos acusan en Echevarría su espíritu inefable, compenetrado de

una forma profunda con la estética~’ (46).

Juan de Echevarría, E/pobre sablista


(La Esfera, Madrid, 27-5-1916)
242

Otro de los críticos más importantes de la escena madrileña, José Francés, quien
e

compartía, ante las sucesivas exposiciones de arte vasco en la capital, la misma opinión que
e
planteaba el critico vasco Juan de la Encina (47), apuntaba que éste representaba.~ “un sello de
extraordinaria pujanza y una sagrada inquietud de perfeccionamiento. Y esto se nota en todos los aliados
U

por nacimiento y por temperamento a dicho arte, desde Ignacio Zuloaga hasta Eduardo Egozcué, enfermo

de cubismo. Y dentro del amplio paréntesis: los Zubiaurre, A’Iaeztu, Salaverria, Echevarría y tantos otros U

que armonizan como sifueran calidades coloristas, la rudeza ~y la ternura, el vigor y la languidez, la brava
U
aspiración de las cumbres y el blando, sonriente candor de los i’alles. Siempre que hemos hablado de algún

artista i’asco en estas páginas, hernQs hecho constar que el encanto de su arte brotaba de los étnicos
a
contrastes de la tierra que le vió nacer, tan claros y delimitados” (48).
e
Unos meses después, del 4 al 30 de noviembre de 1916, se celebró en el Palacio de
e
exposiciones del Retiro la esperada exhibición de la Asociación de Artistas Vascos. Madrid
U

conocía y palpaba de cerca las obras de treinta y cinco artistas Alberto Arrúe, Aurelio
-

Arteta, Angel Cabanas Oteiza, Anselmo de Guinea, Isidoro de Guinea, Francisco Iturrino, a

José Loygorri, Gustavo de Maeztu, Ascensio Martiarena, Lucio Ortiz de Urbina, Ernesto
e
Pérez Orúe, Darío de Regoyos, Juan José Rochelt, Alfonso W.Sena, Julián de Tellaeche,

Pablo Uranga, Ramón de Zubiaurre, Juan de Echevarría, Antonio de Guezala, Valentin

Dueñas, Nemesio Mogrobejo, Quintin de Torre, Teodoro de Anasagasti, Pedro Guimón,

Nemesio Sobrevila, José, Ricardo y Ramiro Arrúe, y Pilar de Zubiaurre -.

Se logró reunir más de doscientas obras del arte vasco contemporáneo, repartidas u

entre pintura, dibujos, acuarelas, pasteles, escultura, proyectos de arquitectura y artes


a

e
243

decorativas. El programa expansivo que lanzaba la Asociación se venia configurando ya

desde finales de 1915, a través de las invitaciones que hacía su presidente, algunas de cuyas

contestaciones se hicieron públicas como la del arquitecto Teodoro Anasagasti, quien

confirmaba la necesidad de una participación masiva en la capital como lanzamiento

preliminar para el resto de las provincias españolas (49). También la Diputación Provincial

de Vizcaya recibió noticias, a través de varias canas del Presidente de la Asociación, Quintín

de Torre (50), de la Exposición de la Asociación de Artistas Vascos, además de cooperar

sufragando algunos de los gastos de la muestra, cuyo éxito apenas se vió perturbado por el

incidente ocurrido en la Exposición, al ser calificada de germanófila por su coincidencia en

las salas de Retiro con otra muestra, la de arte belga (51), incidente comentado por el diario

El Liberal, que salía al paso con las siguientes declaraciones: “La Exposición de pintores vascos

no es germanófila. Se ha dicho que la Exposición de obras de pintores i’ascos tenía un carácter

marcadamente germanófilo y se oponía tendenciosamente, tratando de perjudi carla, a la de pintores belgas

que ha de verificarse en el mismo local” (52). El promotor de la muestra, Gustavo de Maeztu,

explicó que la intención de la muestra de arte vasco no era tal; de hecho, el propio Maeztu y

algunos de los participantes - Ramón y Valentín Zubiaurre, Juan de Echevarria, Arteta,

Arizmendi, Guezala, Alberto Arrúe - contribuirían, al mes siguiente, con algunas de sus

obras en la exposición aliadófila de Legionarios, además de ser algunos de ellos firmantes de

la Liga Antigermanófila, constituida en enero de 1917 (53).

“Con todo el cariño que le profeso, - apuntaba Gustavo de Maeztu - y en contra de todo

cuanto se ha dicho, tengo que declarar que todos los asociados, no conozco excepciones, profesan ideas

completamente aliadófilas y admiran en el genio de Meunier todo cuanto vale el genio belga” (54).
244

‘4!

— - .. — — r
— C~ZtSsrL-t..., .- .—-.

Interior de la Exposición de artistas vascos


(Mundo Grafico, Madrid, 8-11-1916)

Pasado este incidente, la crítica madrileña no se mostró del todo benóvola con los

artistas vascos. Los modernos procedimientos pictóricos que proponían esos pintores

buscaban una renovación de [a pintura vasca que, para muchos de los críticos madrileños,

fue calificada de poco ortodoxa respecto al arte oficial de la capital y, por ello, contemplada

con verdadero estupor. El propio Juan de la Encina reconocería, más tarde, que el ambiente

oficial en Madrid estaba cambiando, poco a poco, pero que hasta entonces era dificil

introducir aíres nuevos:

“El conservadurismo nacional - representado en arte por Madrid - ha sido escasas veces fuerza

propiamente conservadora, de consolidacián y madurez de lo adquirido, sino lamentable resorte

retardatario de la acción benéfica de lo nuevo. Por lo cual se da el caso cómico-doloroso que cuando en
245

España se abren con timidez las puertas de las nuevas formas, precisamente en ese momento se las

considera pasadas y se las estudia como históricas en los lugares fecundos en que brotaron. .4 su tiempo

recibieron, por ejemplo, Barcelona y Bilbao la manera impresionista, ya completamente histórica. En

cambio, para .\Iadrid, que hubo de rechazar con cómica ignorancia a Dario de Regoyas, ahora comienza a

actualízarse’> (55).

Los juicios e impresiones más negativos de la muestra llegaron de la pluma de Rafael

Domenech, que desde el diario ABC planteaba los problemas de un arte regional creado, en

su opinión precipitadamente y acompañado de caracteres franceses (56). Para este crítico,

los artistas que se presentaron a la Exposición del Retiro no alcanzaban todavía a

representar la esencia de un arte vasco, cuestión que ya venia planteándose desde primeros

de siglo. Sin embargo, uno de los asuntos que se debatía en Madrid era, en el fondo, la

incorporación a la pintura vasca de elementos afrancesados en sus formas, en una paleta

clara o en procedimientos derivados del impresionismo o postimpresionismo que relegaban

a un segundo plano ese sentimiento que se mitificaba desde la generación del 98, la imagen

de Castilla, y que tenia a uno de sus mayores exponentes en Zuloaga, razón por la cual

afirmaba: “Nosotros no vemos la existencia de su arte pictórico vasco, por la sencilla razón de que aún no

hay un artista potente que abra la senda. Estos días leimos algo de esto en una revista y nosparece justa la

observación que en ella se hace de que Zuloaga, i’asco de nacimiento, es castellano como artista... El día

que la región vasca posea ese artista potente, el arte nacerá, a pesar de las preocupaciones, ligerezas y

extranjerismos con que se le quiera improvisar hoy. Aófientras tanto, los buenos deseos serán estériles..,

Hemos salido de la Exposición sin explicarnos el terremoto de algunos cuadros del Sr Tellaeche y el por

qué pueda ser decorativo un lienzo pintado sobre gruesa tela, del Sr Arrúe, titulado Tipos de la costa

vasca” (57).
246

1
1

1
Interior de la Exposición de artistas vascos, con obras de Carmen Baroja, Pilar Zubiaurre y
Quintin de Torre.
(E/Año Artístico, Madrid, noviembre de 1916)

Por el contrario, otro de los grandes rotativos madrileños, La Correspondencia de

España, calificaba la exposición del Retiro como “un núcleo de entusiastas, unidos en una ferviente

devoción por elArte, más que por una tendenciaregionaL..” (58).

La diversidad del conjunto de obras expuestas chocaba con la mentalidad de una

crítica incapaz de advertir que el arte vasco, con su pretensión de modernidad, se

desarrollaba en dos grandes vertientes, una, la tradicional de España, y otra, la europea,

como consecuencia de sus salidas al exterior, que ya desde finales del siglo XIX venía

fraguando esas influencias del arte impresionista o postimpresionista: “La mejor prueba de ello

- replicaba uno de los críticos - es el eclecticismo que desde luego se advierte en el certamen, un

rumbo diverso y diametralmente opuesto al expositor que tiene al lado. Así el conjunto, tan diverso y

profuso, impresiona más hondamente y se destaca en todo lo variado de su labor.. desde el academicismo

de Uranga en la Despedida del Buñolero al simplicísimo caso infantil de Tellaeche en su Casa de


247

marineros, el visitante contempla una gran variedad en la técnica y en la interpretación del natural,

sugestionado por la delicadeza de tonos de Echevarria, sorprendido por las audacias ultramodernistas de

Iturrino, encantado ante los puntillismos de los paisajes de Regoyos o los más finos de Guinea y Sena,

atraido por la pulcritud del dibujo de Arrúe, la sobriedad de los paisajes inundados por la luz y amplios

de fondo de Cabanas Oteiza, la tendencia decorativa de Guezala y la sencillez elegante de las mujeres

pintadas por Ortiz de Urbina, hasta detenerse ante la obra pictórica más ideológica y simbolista de los dos

Zubiaurre y de Gustavo de Maeztu’ (59).

José Arrue, Discusión de unajugada


(La Esfrra, Madrid, 18-11-1916)

De los cinco estatutos que formaban de la Asociación de Artistas Vascos, el primero

se basaba en realización de exposiciones de arte antiguo y moderno para el desarrollo de las

Bellas Artes, al tiempo que sus artistas conectaban con otras entidades tanto españolas como

extranjeras, justamente ésta última era lo que no se apreciaba en Madrid, su contacto con el

exterior. La capital no entendía las diferentes y divergentes tendencias de sus participantes

que pretendían formar un compacto grupo de arte vasco donde mostrar sus características.

Este fue el proyecto común de los vascos del que el ámbito madrileño carecía porque, entre
248

otras muchas premisas, era incapaz de concebir diversas tendencias dentro de un esquema

común, o respetando la independencia de sus integrantes. El aspecto ecléctico que dominaba

en la muestra desconcertó en gran medida al público y a la crítica. Era dificil establecer una

conexión fija del arte vasco entre la oficialidad, los simplicismos, el puntillismo, el

simbolismo o el fauvismo de las obras, que para el critico de arte Ezequiel Moldes eran
“indecisiones y vacilamientos y desorientaciones, se insinúan algunas tendencias nuevas, algunos rasgos

originales, que, tal vez más adelante, con la ayuda del estudio y del esfuerzo, logren definirse claramente’~

(60), opinión que también compartía el crítico Ramón Pulido (61).

De esta manera, se afirmaba una vez más el apoyo al arte oficial, que se impartía en

las escuelas oficiales de dibujo y que se hacia publico en las exposiciones nacionales de

Bellas Artes rechazando así ese puente internacional de modernización que intentaba abrirse

un camino en la capital de España, acontecimiento que estaba intentando fraguarse ya desde

1915 y que alcanzaría su cénit en 1918. La Sociedad de Artistas Vascos hacía su primera

incursión en Madrid y su constitución como grupo en donde se podían admirar casi todas las

modernas tendencias dominantes en España también era comentada por Francisco Alcántara,

quien apuntaba al respecto su carácter de arte independiente:

“Cuando en los catálogos y en las tarjetas de inauguración de las Exposiciones se habla de

modernismo y de arte moderno hay que entender, generalmente, arte antiguo con máscara de relativa

modernidad.. en compañía no se ha idojamás a nada grande en arte, aunque sea posible que ellos, estos

artistas vascos, por privilegio especial, prueben lo contrario...

La Sociedad de artistas vascos tiene un carácter gremial a la antigua. Su reglamento es breve,’ sólo

consta de diez artículos. Los socios no pagan cuotas. Se rifan obras de arte todos los meses para atender a
249

los gasto& La entrada en la Sociedad ha de solicitarse por escrito y la admisión es por votos. Desde 1910

la Junta no ha variado, y la componen los Sres. Forre, Echevarría (Juanj, .Árrúe, Guezala, .4rteta.

Sobrevilla, Guimón y Maeztu... La sociedad organiza Exposiciones de carácter independiente... Por su

salón, en el que se acogen todos los gustos y todas las escuelas, se comunica con el arte europeo, que aquí

en Madrid no ha sido aún objeto de solicitud tan consciente y meritoria” (62).

Finalmente, el crítico terminaba preguntándose, ante el apoyo a tantas tendencias

“independientes”, en la exhibición de los cuadros de la Asociación, sobre la existencia de una

tendencia vasca con elementos verdaderamente vascos o si, por el contrario, se trataba tan

sólo de un arte superficial basado en influencias extranjeras: ‘¿Existen en k7zca a elementos

técnicos para constituir una escuela vasca de pintura? ¿¿tiste la idealidad correspondiente? El oficio y la

idealidades toda escuela de pintura (63).

El discurso que se produce en Madrid sobre el arte vasco se centra en dos

conceptos: el oficial-tradicional, con caracteres puramente vascos pero sin influencias

francesas ya que no pertenecen a su cultura propiamente dicha y, por lo tanto, son foráneos,

o por el contrario, el moderno, con elementos vascos y franceses procedentes, éstos últimos,

del impresionismo y del postimpresionismo, como se advertía en algunas obras de Iturrino o

Echevarría, entre otros. Ambos podían ir de la mano, como estaba ocurriendo en algunos

artistas, pero la critica madrileña advertia que para alcanzar un arte puramente vasco

sobraban esas influencias exteriores, que debian ser sustituidas por aquellas imágenes más

cercanas al regeneracionismo que constituía el alma de Castilla como refugio para encontrar
250

esas perdidas señas de identidad al “problema de España”, como se reflejaba en algunas de

las conferencias que se habían preparado para el acto, como la que dio sobre arte regional

Ramón Maria del Valle Inclán. No olvidemos que tras la abolición de los Fueros y la

aparición de un nacionalismo vasco, el País Vasco se había lanzado en busca de sus propias

señas de identidad paralelo proceso de industralización que estaba incitando a los jóvenes a
mi
marchar al exterior con una clara diferencia respecto al resto de España, a excepción de

Cataluña; esa fase de industrialización había promovido una modernización que afecta a

varias generaciones de artistas vascos que terminan siendo influidos por las corrientes
a,
europeas. Juan de la Encina respaldará la crítica que se hace al exotismo del arte vasco

derivado de las tendencias parisinas (64), tema al que volveremos más tarde y llegará a —

compararlo con el eterno problema “de los antiguos y modernos, la de los clásicos y románticos, la
mt

de los puristas o casticistas y los innovadores más o menos extranjerizantes” (65).


3~

Sin embargo, un año antes de estas declaraciones, la revista La Esfera había —

publicado un artículo de José Francés en el que señalaba a cinco artistas pertenecientes a la

segunda generación de pintores vascos Ramón y Valentín Zubiaurre, Regoyos, Gustavo de


-

Maeztu e Iturrino - como principales protagonistas de esta Exposición del Retiro y de la

visible renovación del arte vasco en la que se rechazaban tendencias ftancesas (66). En otro
a
artículo, José Francés defiendía la renovación de un arte vasco a través de tres artistas

Zuloaga, Regoyos y Mogrobejo pero, principalmente, el primero como representante de los

ideales de una pintura oficial y consagrada en el exterior y admitida en la capital (67).


a

u
251

Aurelio Arteta, Despedida a ¡dv barcas


(España, Madrid, 7-2-1918)

Pero, ¿qué aportaron los artistas vascos en Madrid? su cultura y su modernización a

través de las obras que el público de la capital pudo ver. A partir de 1915, destacan como

hemos visto las exhibiciones de Gustavo de Maeztu, Cabanas Oteiza, Juan de Echevarría,

además de sus incursiones en las exposiciones nacionales de Bellas Artes, para concretarse,

posteriormente, en esta colectiva que organiza la Asociación de Artistas Vascos en el Retiro;

pero, además, en paralelo se difunde el arte vasco a través de las revistas artísticas y, a

veces, en los artículos de los diarios madrileños. En el plano teórico destaca la figura del

comentado crítico de arte vasca, Ricardo Gutiérrez Abascal, bajo el seudónimo Juan de la

Encina, quien defenderá la renovación de este arte y tomará como principal plataforma
252

difusoria la revista España (1915) y, más tarde, desde el nacimiento de la revista bilbaína

Hermes (1917), cuyo director, Jesús de Sarriá, consideraba primordial la defensa y difusión
•1
de las diversas manifestaciones culturales del pueblo vasco, como quedaria demostrado en

los años de vida de esta publicación. Sobre las páginas de estos semanarios se multiplicarán

destacados artículos en apoyo a los artistas vascos - Gustavo de Maeztu, los Zubiaurre,
mg
Ignacio y Daniel Zuloaga, Julio Antonio, Darío de Regoyos, Cabanas Oteiza, Alberto y José

Arrúe, Juan de Echaverria, etc. - también presente en otras como la revista Summa, con

Margarita Nelken, o La Esfera. Esta última cobra especial interés por la dedicación
E.

exclusiva de varios números a la cultura del País Vasco, meses antes de la celebración, en

noviembre, de la Exposición de los artistas vascos en el Retiro; quizás se trata de una clara

imagen pública y propagandística de la situación de modernización que vivía el País Vasco


u,
para dar paso a una fase posterior de introducción del arte del norte en la capital de España.
e

El primero de ellos se publicó en agosto de 1916, y recoge las principales

características de Bilbao, su tradición, grado de modernización, infraestructura, etc, en


a
breves artículos firmados por las personalidades más destacadas: Artículos generales sobre

Bilbao por Ramón Pérez Ayala, “Vizcaya la Nueva”; “Las Virtudes Vascas”, por Ramiro de u,

Maeztu; ‘tos hombres de Bilbao”, por José F. de Lequerica; ‘tos primitivos vascuences”,
e
por Pedro M. Michelena; ‘tos ferrocarriles de Vizcaya y el puerto de Bilbao”, por V.

Gorbeña; “La Vida Municipal”, por Juan Migoya; “Los artistas vascos contemporáneos”,

u
253

por Silvio Lago; “La nobleza Vizcaína”, por Darío de Areitio; “La canción de Vasconia”,

por José Montero; “La construcción naval en la ría de Bilbao”, por Ramón de la Sota; “Las

minas de Vizcaya”, por Joaquín Arisqueta; “Cuadros vascos. En ‘Confiansa’ “, por M.

Aranaz Castellanos; “La navegación Bilbaína”, por Angel de Jausoro; “Museo de Bellas

Artes, de Bilbao”, por Silvio Lago; “El problema de las relaciones del Puerto de Bilbao con

América”, por Julio de Lazurtegui; “Los millones de Bilbao”, por Enrique Ocharan; “La

Caja de Ahorros y Monte de Piedad, de Bilbao”, por Eliseo Migoya; “La enseñanza superior

en Bilbao”, por Julio de Arteche; “La industria eléctrica en Vizcaya”, por Juan Urritia; “La

tradición del progreso”, por Gregorio de Balparda; “La Bolsa de Bilbao”, por E. de

Uruñuela; “La Caridad. Bilbao da su oro”, por Damián Roda; “Tarifas ferroviarias y

Bilbao”, por Horacio Echevarrieta, etc... (68). El segundo, en septiembre, se dedicaría

integro a San Sebastián.

El conocimiento real del enriquecimiento del País Vasco gracias a un proceso de

industrialización iniciado a fines deI s. Xlix y a la guerra europea suponia para el público

madrileño un mejor contacto con la cultura y las obras que se presentarían unos meses más

tarde. En ese número especial, Ramiro de Maeztu alababa las virtudes del pueblo vasco

como modelo a seguir:

“El pueblo vasco mío no ha sido nunca brillante. Quizás no ha tenido ocasión de serlo hasta

ahora, por habérselo impedido la pobreza. Quizás esté ahora en el momento de empezar a serlo. Pero una

cosa es cierta. De poco le servirá la brillantez de sus mentalidades superiores como descuide la

conservación en la masa del pueblo de las virtudes elementales de laboriosidady pundonor en contratos y

promesas. Con estas virtudes le serán posibles todas las grandezas; sin ellas, ninguna” (69). Además, se
? S4

insistía en el arte y en los artistas vascos, principalmente Zuloaga, Nemesio Mogrobejo,

Gustavo de Maeztu, José y Alberto Arrúe, Aurelio Arteta, Juan de Echevarría, Lucio O. de
e
Urbina, Lai-roque, Iturrino, Jesús Basano, Cabanas Oteiza, Francisco Durrio, Quintín de

Torre, Moisés de Huerta, Valentín Dueñas, Teodoro Anasagasti y Nemesio Sobrevila. u

‘Irte sutil y profundo - escribía José Francés - a un tiempo mismo el de r’asconia. Melancólico
e
y energético; caricioso y altivo; audaz y timido; ensoñador y ferozmente realista; influido de ajenas

tendencias y arrancado, sin embargo, de las entrañas mismas de la raza. Esta región que, como la de
e
Cataluña, avanza más allá de las idiosincráticas indolencias españolas, que ha sabido demostrar su fuerza

en el poderío fabril comerciaL posee también un arte propio, claramente definido, capaz de incorporarse a U

las modernas escuelas europeas, que aquí. en Madrid, asustan todavía y dan lugar a espectáculos
e
lamentables de cretinidad ensoberbecida, de aparentes triunfos de la mediocridad profesional y filistea,

cuando aparece un artista capaz de renovar los cánones estéticos” (70).

También se dedicó un artículo completo al Museo de Bellas Artes de Bilbao (71). No

obstante, la problemática sobre un Museo de Arte Moderno en Bilbao se hará más patente

en 1918, cuando Juan de la Encina, desde la revista Hermes, proclama a viva voz la
e
necesidad de un museo con obras modernas. La importancia de contar con una institución

que difundiera lo más moderno que se hacía en el País Vasco y fuera de él será, también, —

argumento de varíos artículos en la revista madrileña España. Para Juan de la Encina sería
e

más provechoso invertir en arte moderno que en arte de los siglos pasados, ya que, siendo
e
éste más caro que aquél, lo único que se conseguiría sería un mediocre Museo de Arte
antiguo, en lugar de un gran Museo de Arte moderno; además había mejores colecciones
u,

U4

u,

a
255

privadas de arte antiguo en España, mientras que escaseaban las que se nutrían de

producción reciente. Por otra parte, una ciudad moderna, o que pretendía llegar a serlo,

estaría mejor representada por un buen Museo de arte también moderno:

“Y surge el problema. Un museo de bellas artes en Bilbao. ¿debe prestar atención al arte antiguo

o al moderno?. Nosotros responderemos: ElMuseo de Bilbao debe ser muy especialmente un Museo de arte

moderno. Bien sabemos que aún no está del todo puesto en claro qué sea eso del ‘arte moderno’. Pero en

este caso particular para nosotros tiene una significación bien clara. Arte moderno es el arte que arranca

desde el impresionismo a esta parte... En España no hay colecciones públicas ni particulares de arte

moderno que puedan despertar los entusiasmos de un buen conocedor.. Bilbao es un pueblo moderno; su

museo debe ser moderno también” (72).

A esta propaganda de arte vasco hay que sumar el citado número especial de

septiembre, aunque esta vez bajo el anonimato, donde se volvía a ver una clara intención de

difundir el arte vasco vasco: “Sirvió una reciente exposición en el antiguo Hotel du Palais de San

Sebastián para poner de manifiesto la innegable importancia del arte vasco contemporáneo. Como

justificando la identificación de los artistas con el medio ambiente, ornaban las salas en que aquella

exposición se celebró diversos productos del arte popular” (73).

Varios años después y haciendo referencia a la Exposición Internacional de Bilbao -

la cual, inaugurada en 1919, pretendía celebrarse bienalmente como medio de formar las

salas de Arte Moderno del Musco de Bilbao Juan de la Encina se afirma en la idea de que
-

la ciudad “por su capacidad económica y por su pequeña historia dentro del arte moderno español, esta

obligado a dar un ejemplo renovador en el sistema de exposiciones artísticas. Las viejas corruptelas del
256

arte oficial deben ser allí totalmente eliminadas” (74). Se trataba de que el Museo de Bilbao fuera,

por su importancia, el primer Museo español de Arte Moderno.

En definitiva la recepción del arte vasco en Madrid se puede contemplar como un

firme deseo de introducción en el ambiente de la oficialidad madrileña por parte de la


u’

U
258

ya olvidados. Un gran conocedor del espíritu nacional, Azorin, apunta en la misma


U

dirección, afirmando que los vascos habían devuelto a la pintura española su espiritualidad y

su fuerza. u

La tesis central de La trama del arte Vasco podria ser lo que sigue el artista vasco e

es, entre los artistas peninsulares, el más cercano al espíritu castizo del arte nacional. No es,
u,
sin embargo, una nueva versión de cierta tradición pasada, sino un reverdecer de ésta, ya

que los artistas vascos la interpretan con “moderna sensibilidad”, de modo que en la u,

mayoría de sus obras se aprecia, de una parte, el inconfundible regusto nacional pero, de
u
otra, una atmósfera diferente, moderna. Volviendo al exotismo, del que se acusaba al arte

vasco, pierde importancia ya que, como bien advierte Juan de la Encina, la verdadera u

tradición española también habría influido en los artistas franceses del s.XJX: Goya en
u
Renoir, Ribera en Coubert, El Greco en Cézanne, etc, de modo que no existirían diferentes

tradiciones, sino una misma tradición viva, que varia poco a lo largo del tiempo, y que se

definiría por su esencial fuerza creadora. La triada clásica española que influye sobre los
U

artistas de genio en los siglos posteriores es, según Juan de la Encina, la formada por El
a
Greco, Ribera y Goya, a los que dedicará, en conjunto o por separado, diversos artículos a
lo largo de su carrera. Otro vasco, Miguel de Unamuno, considera, por su parte, que la

moderna espiritualidad vasca se encuentra en estrecha relación con otro pintor del Siglo de
ML

Oro: Zurbarán.

Esta tradición renovada, definida por su espiritualidad y fuerza, halla su primera a


257

Estos artistas, en consecuencia, tuvieron que salir de su tierra para encontrar los

medios expresivos adecuados a su modo de ser y sentir. Acudirán, principalmente, a dos

fuentes de inspiración: la tradición viva del arte clásico español y la atracción que sobre sus

contemporaneos ejerce la capital francesa. Este “salir a Europa” Madrid no tenía nada que
-

ofrecerles se produce, como hemos visto más arriba, en fecha temprana y da sus primeros
-

frutos en 1885, cuando Guiard vuelve de París con un ideario tomado del naturalismo y del

impresionismo. Junto a Darío de Regoyos, será el iniciador de un arte más moderno en el

País Vasco y de la oposición al arte oficialista de la capital.

La polémica sobre el exotismo comenzará con la definición dada por Gregorio de

Balparda, para quien lo exótico seria “lo extranjero, más que en razón de su procedencia, en razón a

su inasimilación al medio al que se trasplanta. Es lo extranjero no asimilado o quizás no asimilable’ (77).

Para Juan de la Encina, en cambio, no se podría hablar de exotismo en este sentido, ya que

los artistas vascos si han asimilado cuanto han aprendido en los medios extranjeros. Juan de

Echevarría era el mejor representante del carácter parisino, lo que no impediría la

compatibilidad con su esencia vasca y española. A diferencia del centro catalán, la capacidad

vasca de asimilación queda atemperada con la conciencia de sus propias raíces, tanto

regionales cuanto nacionales; es decir, existe la evidencia de pertenecer a una tradición

nacional. No se puede hablar, pues, de un arte vasco, sino de un arte hecho por vascos,

producto de aportaciones propias y de influencias estéticas extranjeras que han sido

asimiladas a su propio carácter. Los artistas vascos contribuirían, además, en opinión de

Juan de la Encina, a la renovación de la tradición nacional, tras haber revitalizado caracteres


258

ya olvidados. Un gran conocedor del espíritu nacional, Azorn, apunta en la misma

dirección, afirmando que los vascos habían devuelto a la pintura española su espiritualidad y

su fuerza.

La tesis central de La trama del arte rasco podría ser lo que sigue: el artista vasco

es, entre los artistas peninsulares, el más cercano al espíritu castizo del arte nacional. No es,

sin embargo, una nueva versión de cierta tradición pasada, sino un reverdecer de ésta, ya

que los artistas vascos la interpretan con “moderna sensibilidad”, de modo que en la

mayoría de sus obras se aprecia, de una parte, el inconfundible regusto nacional pero, de

otra, una atmósfera diferente, moderna. Volviendo al exotismo, del que se acusaba al arte

vasco, pierde importancia ya que, como bien advierte Juan de la Encina, la verdadera

tradición española también habría influido en los artistas franceses del s.XIX: Goya en

Renoir, Ribera en Coubert, El Greco en Cézanne, etc, de modo que no existirían diferentes

tradiciones, sino una misma tradición viva, que yana poco a lo largo del tiempo, y que se

definiría por su esencial fuerza creadora. La triada clásica española que influye sobre los

artistas de genio en los siglos posteriores es, según Juan de la Encina, la formada por El

Greco, Ribera y Goya, a los que dedicará, en conjunto o por separado, diversos artículos a

lo largo de su carrera. Otro vasco, Miguel de Unamuno, considera, por su parte, que la

moderna espiritualidad vasca se encuentra en estrecha relación con otro pintor del Siglo de

Oro: Zurbarán.

Esta tradición renovada, definida por su espiritualidad y fuerza, halla su primera

concreción en la figura y obra de Ignacio Zuloaga. La amplia formación de Encina le hace


259

entender la tradición en términos más amplios, por lo que se opondrá a aquéllos que creen

imposible una tradición exclusivamente nacional, y que consideran perjudicial cualquier

aportación foránea: “.Vo reparan los pobrecitos doctores Tirteafuera que gracias al fermento exfraño

han surgido en la aridez española floraciones de cultura” (78). Dando por conveniente toda

aportación extranjera, el problema estriba en el momento en que no hay una tradición viva

que permita aprehender aquellos elementos útiles y los dote de un carácter personal. Se

produce, en esta lamentable circustancia, la inevitable copia. Sólo entonces es perjudicial lo

exótico.

No eran de la misma opinión otros miembros implicados en el problema de la

tradición en el arte Vasco y así, por ejemplo, Damián Roda, fundador de la Asociación de

Artistas Vascos junto a Basterra o Mete


- -‘ consideraba mayor el peso de lo extranjero

que de lo nacional; el artista vasco, dirá, “se nutre, mejor que de manjares tradicionales, de

elementos exóticos” (79).

Por último, el tercer núcleo de este debate, Madrid, es considerado en junio de 1917

por Juan de la Encina como actor que “representa el papel retardatario, conservador, en el sentido

no vital de esta palabra, porque en ese núcleo parece como si paralizaran casi instantáneamente todas las

tendencias innovadoras, si alguna vez se generaron en él, y, por otra parte, no tiene un concepto bien claro

del pasado en un sentido de conservación noblemente académico...

El último tercio del siglo pasado fue verdaderamente calamitoso para el arte del núcleo madrileño.

Toda la falsedad y fullería que caracteriza a la política española de ese periodo se comunicó también al

arte... el arte oficial que llega preponderante al 98, y, desde ese tiempo, marcha debilitándose poco a poco

hasta este momento, en que, si ciertamente no posee la fuerza política que tuvo, no por eso deja de tenerla

todavía grande... Ahora parece como que se inicia una corriente de estos dos grupos (Barcelona y Bilbao)
260

del litoral hacia el centro. Madrid empieza a sentir escozor de algo que no sea lo que de continuo le han

estado sirviendo los artistas oficiales. [‘apoco a poco entreviendo que por encimo de arte a la velu tina o al

betún hay otro género más interesante y profundo. Por esta razón comienzan a ser recibidas con alguna

simpatía las exposiciones que llevan alguna novedad La crítica continúa siendo poco más o menos la

misma que antes. Pero esa no es razón para que el movimiento de catalanes y i’ascos hacia Afadñd no deba u’

acentuarse de día en dia. La razón de la capitalidad es poderosa. Para que el arte de los vascos y catalanes
U
pueda influir en el arte general español no basta en modo alguno su acción en Barcelona y Bilbao; es

indispensable una actuación enérgica sobre Madrid, que en este sentido, piense lo que piense un
e
regionalismo mal entendido, que a las veces no es sino un producto de la timidez, es el centro

verdaderamente radiador de España. De aquí que toda renovación artística, si ha de ser fecunda y generaL o.

tiene que tomar como centro de lucha la capital” (80).


U

En otro orden de cosas, en mayo de 1917 tenía lugar la siguiente Exposición a

Nacional de Bellas Mies, la pintura vasca contó, entre otros, con Valentin Zublaurre,

Gustavo de Maeztu, y Elías Salaverria, en paralelo al dominante sentimiento regionalista de


U
todas aquellas zonas de la Península que miran a la capital, conviviendo con aquel espíritu de

la España negra a través de los dos cuadros de Gutiérrez Solana, como expresión de una —

España real donde todavía estaba latente el pesimismo del desastre del 98, reflejado, ahora
a
en el desarrollo de la guerra europea.

Al hilo de estas cuestiones, desglosemos la recepción de la pintura vasca en esta

muestra. Empezando por la sala primera dedicada, a la escultura en donde destacaron las
a
obras de Quintín de Torre, se encontraba dominando el testero de la sala La Tierra Ibérica

el gran tríptico de Gustavo de Maeztu. Uno de los fragmentos de este tríptico había sido

a
261

presentado en la Exposición de la Asociación de Artistas Vascos en 1916. A través de

colosales figuras que exaltaban la raza ibérica, con sus vicios y grandezas, su robusto estilo y

su característico colorido Gustavo Maeztu proclamaba, como Julio Antonio en sus

esculturas, la tierra ibérica en una interpretación simbólica.

Gustavo de Maeztu, que hasta entonces no habia conseguido ningún premio en su

participación en las exposiciones nacionales - recordemos que en la de 1915, expone tres

obras, La moza del Aldea/faro, El Moruno y El ciego de Calatañazor, pera sin mención

ningura conseguirá con esta única obra tan simbólica una distinción especial por el jurado
-

otorgándole una segunda medalla que le reconoce como un pintor joven con grandes dotes y

personalidad artística basada, principalmente, en grandes proporciones figurativas y un

colorido llamativo, motivos que le granjearán, sin embargo el rechazo de la crítica. Uno de

los ejemplos más contundentes es el de Ballesteros de Martos que aun valorando sus

especiales caracteres en la pintura, se pregunta sobre la obra del artista vasco:

“¿Responde a las esperanzas que todos pusimos en él? Esta es la pregunta que nos hacemos ante
-

su cuadro -. Nosotros creemos que no. Es más, opinamos que ha defraudado las esperanzas. Maeztu tenía

una personalidad, y esa personalidad ha desaparecido en “Tierra Ibera’... ¡Ah, el afán de llamar la

atención, de distinguirse con cosas raras y nuevas, a cuántos fracasos lleva.t Su simbolismo debe ser una
cosa muy abstrusa, porque no hay quien lo comprenda. ¿Qué ha querido deciry sintetizar?

¿En qué parte de Iberia ha i’isto Maeztu esos hombres membrunos, y esas mujeres

desproporcionadas, gigantescas, cortas de cuerpo y con piernas descomunales? ¿En qué parte de Iberia ha

visto que la siembra se haga de forma en que él expresa, colocando a la mujer en una actitud forzada y

violenta?... La grandiosidad. Sr Maeztu, no se alcanza pintando a lasfigurasfoscas, desdibujadas y


4.
262

enormes... Dicen que se le ha concedido segunda medalla, Tierra Ibera’ no la merece. liiársela, sería
U

cometer una injusticia, porque hay otras obras mejores” (81).

También hemos querido destacar los juicios de Arturo Mori, quien aun presintiendo U

las buenas dotes del arte de Gustavo de Maeztu le advenía de sus posibles devaneos hacia
U

tendencias más avanzadas: “es desgarbado y rápido en el estilo; por eso pinta a grandes trazos y no

tiene un gran cuidado en la colocación de las sombras y en la perfección del dibujo. Su pintura es,
indudablemente, robusta y valiente; y, sobre todo, una pintura joven... Pero procure no amananerarse el
U

notable pintor. E) modernismo ha tumbado a muchos esforzados porque huyeron demasiado pronto de las

grandes realidades y acabaron por ser solamente pintores de imaginación (82).

El arte vasco será protagonista relevante en esta muestra, de sus componentes,

Valentín Zubiaurre, conocido por el público madrileño por sus participaciones en las e

exposiciones oficiales de 1902 y 1908, en las que se le otorgaron la tercera y segunda


e
medalla respectivamente, e incluso, en 1911, en la Internacional de Barcelona recibe la

medalla de oro, se le concedió la primera medalla de oro en la Internacional de Munich de

1909 y la segunda medalla de oro en la Universal de Buenos Aires de 1910; en esta muestra
e

de 1917 presentaba tres obras Euskotarroch, Verso/tris y Retrato de Acuña de las cuales la
e
segunda obtuvo una primera medalla.
El arte de los hermanos Zubiaurre se convierte en una de las piezas claves para

comprender la evolución del arte vasco en la modernidad. Arraigados en una formación


e
académica tradicional donde el mundo vasco, el culto a su pueblo y a sus raíces históricas

pertenecen al costumbrismo ruralista de prímeros de siglos, este periodo educativo de —

e
263

formación y desarrollo se convertirá, a partir de 1915, en un estilo independiente donde su

aproximación al impresionismo y al expresionismo abrirá un camino diferente al arte nuevo.

Veremos, a continuación, cómo las duras críticas que se realizan a Valentín Zubiaurre,

parten de lo que los críticos denominan estacamiento de su arte aunque se tratará de un

cierto grado de madurez a la que había llegado el artista. Versolaris constituía la

representación fiel de un grupo de gente vasca en donde su alineación ha perdido toda

perspectiva en pro de la distribución de las figuras en la que destacan los típicos rostros

regionales del norte, cuestión que Francisco Alcántara explicó en su crónica:

“‘Versolarís’ nos asegura que ha asistido como actor y víctima a espantosos cataclismos

geólogicos y sociales de que otras razas no guardan memorias, rechazan estas obras por bárbaras y las

quemarían como bárbaros si pudiesen... Por eso hay que detenerse en estos cuadros tan raros, cuyas

figuras parecen peleles. muñe quillos de plomo pintados con ahnazarrón, añil y otros mejunges mal

preparados y puestos en la tela con presuroso y ardiente desorden, a brochazos aquí, con sobaduras allá...

El innato arte de la postura arriscada, decorativa, en casi todas las regiones de la Península, parece

contradicho en Vasconia por la naturaleza de la raza... Cierto que este arte de los Zubíaurre es algo duro

de roer (83).

A pesar del conocimiento que muchos críticos consideraban que tenían de la obra de

Valentín Zubiaurre, éstos vieron los mismos defectos en su trabajo el sentido satírico de los

rostros de los personajes que los relegaban a simples muñecos y un estridente color que

pertenecía, sin duda alguna, a un arte moderno europeo que no aceptaban: “Las figuras son

caricaturescas, y es insoportable el colorido. La expresiónestá conseguida en los rostros por contracciones

violentas de los músculos, como si se tratase de enfermos, y las actitudes son inverosímiles en algunas
264

figuras. Esto por lo que al dibujo toca: de color es antipático, sobre todo, aquellos rojos puestos sin

discreción” (84).

Las tres obras de Valentín, dos temas vascos y un retrato, dotados de un ftierte

colorido y violentas actitudes fueron calificadas por Luis Oteya de verdaderas caricaturas
a
que no se merecían ni una sola medalla. “¿Merece ¡a primera medalla I’alentin Zubiaurre? No,

empezó pintando mal y pinta cada vez peor Los cuadros que en esta ocasión presenta son detestables. Y que

no salga nadie hablando del alma de una raza y de la emoción del .Vorte y del modo original de ver Todo
U
eso es mentira. La verdad es que, en cuanto Zubiaurre pinta, las figuras son fantoches; las agrupaciones,

amontonamientos, y el conjunto locura por el dibujo o hidrofofia por el colorido” (85). U

José García Mercadal, por su parte, alegaba que el arte no sólo de Valentín sino

también el de su hermano ya no estaba de moda, todas sus composiciones se habían vuelto U

iguales con la misma tendencia, lo que hoy en día nos reafirma la madurez del artista y su
U

confirmación hacia la modernidad del arte vasco (86). En esa edición de 1917 no sólo

destacó la tendencia de los Zubiaurre; otro de estos artistas vascos Ellas Salaverria, con una U’

sola obra San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, recibirá alabanzas por
a
la robustez y el terroso colorido de la obra que la envuelve dentro de un naturalismo, que
e
para Anuro Moil debe ocupar un lugar privilegiado en la muestra, algo que no ocurrió ya
que el jurado no consideró oportuno premiar dicha obras, quizás por los caracteres realistas
a
y por la seducción de unos fondos tan oscuros, a diferencia de los claros colores y de una
a
paleta pulida de otras ocasiones, que recuerdan a la España negra (87).
a

e
265

Antes de los siguientes certámenes nacionales de 1920 y 1922, se celebra la

exposición de otro pintor vasco, Femando García Alegría. En marzo de 1918 el salón

Lacoste mostraba su obra artística. Educado en los ambientes parisinos y americanos,

seguidor de Anglada Camarasa, sus obras contenían un evidente postsimbolismo y el espíritu

de fugaces miradas de bailes rusos, cafés y escenarios de cabaret como en Tórtola Valencia,

Máscaras, Burladoras, El abanico, Mujer de noche, Madre, El té, La garita, Mantilla

blanca, Mística, Odalisca, Francesita, El beso, Mantilla negra, Mujer de la noche, etc.

Femando García Alegría, El abanico, Mujer de noche y Madre


(La Esfera, Madrid, 274-1918)

Lo poco que se sabe de este pintor vasco nos lo describe José Francés y Antonio de

Hoyos y Vinent a propósito de esta exhibición:

“Su pintura un cromatismo agradable, una feminidad encantadora, y sobre todo, positivo buen

gusto... .Vadie diría que es un hijo de la brava Vasconia al verle de tal modo divorciado de los ideales y de

las rutas estéticas de su tierra natal Nada fraterno tiene con losjóvenes maestros de la pintura norreña de
4.
266

hoy.. La materia está trabajada con placer casi fisico, desde luego subidamente intelectual por la

agudízación extrema de la sensualidad.. Se piensa en un Federico Beltrán, en un Van Dongen frente a

estas notas, que son, ciertamente, lo menos personal y lo menos prometedor del joven artista... ha fundido

paganías bravas y el ‘chic’ de ultradecadencias modernas en el salón Lacoste” (88).


e.
“La impresión que experimentan es de sorpresa Aquélla está muy bien. Tal vez nótase la
influencia de Degas. de Anglada Camarasa, de los futuristas; pero nada de eso nos importa; el alisto debe
a
dar la emoción de belleza y eso ‘Fernando ‘lo consigue plenamente” (89).

O mt

Fernando García Alegría, El té


e
(La Esfera, Madrid, 27-4-1918)

u
Volviendo de nuevo a los mencionados certámenes nacionales de 1920 y 1922

contaron también con la presencia de los artistas vascos como Ramón Zubiaurre o Elías a

Salaverría entre otros. La recepción del arte vasco a través de las exposiciones nacionales
a

había conseguido un reconocimiento popular y crítico para estos artistas del norte que
e
todavía en 1921, unido a las abundantes exhibiciones individuales que celebraban en Madrid
a

e
267

había acabado, para Juan de la Encina: ‘un poco con la tiranía de las exposiciones oficiales y sus

dictámenes, y los artistas pueden hoy producirse con libertad en la plaza pública y adquirir una reputación

de excelencia, que tal vez se la negara la burocracia artística” (90).

En este sentido, los artistas vascos, sin haber podido conseguir algunas de sus

pretensiones en Madrid - tachados, en ocasiones, de “independientes” como hemos visto

más arriba, por las características modernas que mostraban sus obras -, estarán inmersos en

diversos proyectos nonatos de asociaciones de artistas independientes en España, algunos de

los cuales tuvieron lugar en Madrid. Los primeros intentos se fechan en 1915 y 1917, con

los llamamientos que realiza Juan de la Encina ante la poca eficacia renovadora de las

exposiciones nacionales de Bellas Artes, y, como señala Pilar Mur, en la carta que Antonio

Guezala, presidente de la Asociación de Artistas Vascos, dirigía a Ignacio Zuloaga para

organizar en octubre un Salón de Independientes similar a los parisinos. “Para ello - apunta

Pilar Mur - se iba a constituir una Sociedadformada por artistas que invitarían a otros a exponer. sin

excluir la participación de artistas extranjeros de cualquier nacionalidad. En esa ocasión, Juan de la

Encina habia pedido a la Asociación los nombres de quienes estuvieran dispuestos a adherirse a la nueva

Sociedad” (91). Este dato se corrobora con la aparición en la prensa bilbaína, en el mismo

mes de octubre, de un artículo dedicado a este asunto siendo Gabriel García Maroto quien

alentaba a los artistas en disconformidad con el madrileño Círculo de Bellas Artes:

“Heraldo de Madrid publicó una gacetilla en la que se hacía un llamamiento a los artistas

disidentes del Circulo de Bellas Artes, en la que figuraban don Alberto Aguilera, Luisito Aldecoa y el

diputado Lamana, honorable trinidad capaz de acabar con todos los valores estéticos. Se apuntaba la idea

de la creación de una nueva Sociedad de Independientes, patrón francés, al que de manera tan servil hemos
268

U’

ido ligados por la vergonzosa ineptitud mental de la mayoría de nuestros desgraciados artistas. Nos

encontramos entre una veintena de tipos diversos: jovenzuelos, aspirantes a ‘ateneístas’, viejos podridos de e

todas las miserias y lacerías de una vida bohemia de burdeL bodegón y prostíbulo.
a
Este propósito era el de redimir sus nombres con el concurso de los artistas noveles, a quienes

anima (Maroto) para constituir una nueva asociación...” (92).


e

U
Dos años después, en 1920, y tras la Exposición Internacional de Pintura y Escultura

de Bilbao celebrada en 1919, aparece otro intento fallido de la constitución de un salón de a

artistas independientes en España a cargo de Vázquez Díaz, Delaunay, Isacc del Vando
U

Villar, Adolfo Salazar y Barradas; en paralelo, Juan de la Encina seguía proponiendo la

constitución en Madrid de una Sociedad de Artistas Independientes, cuyos principales u

protagonistas podrían ser la Asociación de Artistas Vascos y la asociación Les Arts i els
a
Mistes de Barcelona. Según apunta Pilar Mur, Gregorio Ibarra, Joan Saes, Victorio

Macho, Nicanor Piflole y Juan de Echevarría pretendían ‘crear un instrumento poderoso que les

permitirla luchar con la oligarquía oficial y con la desorientación del gusto público en condiciones
e
bastante más ventajosas que las actuales. Porque, como también indicaba Eugenio D ‘Ors, había querido

nuestra ventura que dos núcleos peninsulares, el capitalizado por Barcelona y el que, en menores pureza y

abundancia, se formara en Bilbao, se encontrasen ya adelantados en la noticia y en la práctica del arte

nuevo; cabalmente, también a estas horas, los dos núcleos disminuían su dañada regional esquivez y se

decidían, finalmente, a mostrar en Madrid una superiorídad que ya empezaba a serles reconocida’~ (93).
u

a
269

Más tarde, en 1925, se constituiría la Sociedad de Artistas Ibéricos como

representante de un bloque compacto de jóvenes y veteranos que exhibirían las notas más

avanzadas del arte español y donde ocuparían un lugar destacado los artistas vascos. Los

intentos de profundizar en el concepto de “tradición” en el Arte Español del s.XX

centrarían, asimismo, en gran parte de la conferencia que pronunciará Encina el día 6 de

junio de 1925, con motivo de la Exposición de Artistas Ibéricos: IMada hay más estéril en las

obras de arte que la doctrina nacionalista.. Precisamente, los que más atribuyen la exclusividad de la

tradición son los que peor entienden ésta” (94).

La tradición no es recuerdo, sino fuerza activa, que Encina llamará “espíritu étnico”.

Sin embargo, el hecho de que haya una misma tradición no implica una misma Historia del

Arte; en cada región, en cada pintor, la tradición se manifiesta de modo personalisimo. “La

verdadera tradición - concluirá Juan de la Encina en 1925 - la representan en estos momentos los

Artistas Ibéricos, porque sienten la vida con vigory confervor’ (95).


270

IV. 1. NOTAS
e

(1) Luxio Ugarte, La reconstrucción de la identidad cultural vasca Oteiza Y Chillida, u

Madrid, Siglo Veintiuno, 1996.


u

(2) VV.A.A., Arte en el País Vasco, Madrid, Cátedra, 1987, p.2 14. u

a
(3) Raúl Chávarri, Maestros de la pintura vasca, Madrid, Ibérico Europea, 1973, p.3.
u

(4) Miguel Zugaza Miranda, “El Kurding Club: Un episodio olvidado del Bilbao finisecular”, e.
en el catálogo Los cuadros del Kurding Club. En el Centenario de la Sociedad
a
Filarmónica, Museo de Bellas Artes de Bilbao, 1996, p.l7.

e
(5) Ramón Menéndez Pidal, Historia de España. La Edad de Plata de la cultura española
a
(1898-1936), Madrid, Espasa Calpe, 1994, p.927.

(6) VV.AA., Estética de la c4ferencia El arte vasco y el problema de la identidad 1882-

1966, Donostia, Galería Altxerri, 1995, p. 108.

(7) Ibid., p. 13.


e

E.
271

(8) Ibid., p. 83.

(9) Vid., VY.AA., El Kurding Club. En el Centenario de la Sociedad Filannónica, op. cit.,

(10) Vid., Pilar Mur, La Asociación de Artistas Vascos, Bilbao, Caja de Ahorros

Vizcaína, 1985.

(11) Luis de Eleizalde Anónimo, Introducción a la edición facsímil de Hermes; Bilbao,

1987, p. V.

(12) Manuel Llano Gorostiza, 50 años de pintura vasca (1885-1935), Madrid, Dirección

General de Bellas Artes, Madrid, 1971.

(13) VV.AA., Arte en el País Vasco, op. cit., p.222

(14) Juan de la Encina, La Trama del arte vasco, Bilbao, Publicaciones Editorial Vasca,

1920, p.40.

(15) Vid., Francisco Javier Zubiaur Carreña, La escuela del Bidasoa. Una actitud ante la

Naturaleza, Navarra, Departamento de Educación y Cultura, 1986.


272

(16) Juan de la Encina afirmaba en La Trama del arte vasco, (op.cit., p. 69) que “catalanes y

vascos, esto es. los artistas de las regiones peninsulares más aptas para la vida moderna, han sido los que

han introducido en España primeramente las nuevas maneras de ver y realizar la obra de arte que ha

surgido en la conciencia artística de Europa a partir del movimiento impresionista en Francia


u

(17) Al respecto, Pilar Mur, opina que ‘rescatada de la atonía de la Academia, arguye que los

creadores locales han descubierto el rico venero clásico nacional entre las múltiples influencias exóticas de
U
las escuelasfrancesas del XIX. De esta manera, logran recuperar la herencia del pasado, pero remozada y

revitalizada por el estudio de los maestros modernos franceses, cuyas enseñanzas viene recogiendo desde
U

finales de siglo pasado gracias a su habitual periodo formativo en París” en “El papel del arte vasco”,

La Sociedad de Artistas Ibéricos y el arte español de 1925, Madrid, Museo Nacional O

Centro de Arte Reina Sofia, 1995, p.7O.


U

e
(18) VV.AA., Estética de la d«erencia El arte vasco y el problema de la identidad 1882-

1966, op. cit., pp. 66-67.

u
(19) Juan de la Encina, “Luis Bagaría. Vasco honorario”,Hermes, Bilbao, noviembre

de 1917. u’

u’
(20) VV.AA., Arte en el País Vasco, op. cit., p.231
u

(21) Perdreau, “Arte y Artistas”, La Acción, Madrid, 15-5-1916.


e

e
273

(22) Perdreau, “Las Exposiciones”, La Acción, Madrid, 8-5-1916.

(23) Rafael Domenech, “Exposición de Bellas Artes”, Blanco y’ Negro, Madrid, 23-5-19 15.

(24) Juan de la Encina, “La Exposición Nacional de Bellas Artes”, España, Madrid,

14-5-19 15.

(25) Federico García Sanchiz, “Arte”, Gacetilla de Madrid, 7-5-1915.

(26) José del Cacho, Recorriendo las salas”, La Correspondencia de España, Madrid,

29-5-1915.

(27) Femando Periquet, La Exposición Nacional de 1915, Madrid, Librería Internacional,

1915,

(28) Eledeo, “Exposición de Bellas Artes”, El Liberal, Madrid, 28-5-1915.

(29) José del Cacho, “Recorriendo las salas”, op. cit.,

(30) Ibid.,
274

(31) Ibid.,
e.

U
(32) Francisco Alcántara argumentaba: “El sentido común, al que debemos una idea fija de los

tamaños, las proporciones y los colores de las cosas y de los animales, se encabrita como un potro salvaje
a
ante estos cuadros, porque ni los colores que vemos en ellos son lo que en los registros del mencionado

sentido consta casi al milímetro... Sí, las cabezas son pequeñas para cuerpos tan disparatados; el color es a

de una negrura a veces bituminosa; el hieratismo, casi ridículo; la tiesura, de momias; el infantilismo de
a
esos bárbaros, algo convencional; y debe hacerse hincapié en todos estos defectos, en su origen notas del

naturaL que tal vez violentan los autores en atención al provechoso eco de escándalo que provocan en la
e
galería, por si llega el momento en que, agotado elfilón, los Zubiaurre, talentudos artistas, pero también

sagaces administradores de sus rarezas pictóricas, creen que pueden decidirse a prescindir de ellas, o sea, u

a pintar con arreglo al sentido común, y sin dejarse en la paleta ninguno de los poderosísimos medios
e
estéticos, gracias a los cuales a pesar de las tremendas exageraciones de su sistema, se imponen al público

con excepciones escasas... Los Zubíaurre son pintores románticos, zahoríes de la historia atormentada de
a
su raza, Salaverrria es naturalista, es moderno y presenta a la raza euscara (sic) inclinada en el pon’enír y

no de espaldas al pasado... es naturalista, hasta realista, en el buen sentido, y sus procedimientos son los

que pide este temperamento y conducen a la recta imitación de las formas, sin amplificaciones ni

apocamientos, sin hieratismos ni histerismos , en “Exposición de Bellas Artes”, El Imparcial, U

Madrid, 12-5-1915.

(33) Juan de la Encina, “Exposición Cabanas Oteiza”, España, Madrid, marzo de 1916.

(34) José Francés, “El arte de Zuloaga”, El Año Artístico, Madrid, mayo de 1916.

u
a -

a
275

(35) Anuro Mori, “Gustavo de Maeztu”, El País, Madrid, 7-5-1916.

(36) José Francés opinaba: “Paris no entró nunca en él. Tal vez los Zubiaurre y Maeztu sean los únicos

pintores vascos que no deban nada a la pinturafrancesa de avant guerre “, en “El arte de Zuloaga”. El

Año Artístico, Madrid, mayo de 1916.

(37) José Ortega y Gasset, “Los hermanos Zubiaurre”, El Sol, Madrid, 21-10-1920.

(38) Cipriano Rivas Cherit ‘tos cuadros de Ramón Zubiaurre”, El Imparcial, Madrid, 17-

10- 1920.

(39) Arturo Morí, “Gustavo de Maeztu”, op. cit.,

(40) A este asunto José del Cacho publicaba: “Gustavo de Maeztu, después de haber cursado

diferentes orientaciones pictóricas modernas, como en un libro viejo, que hablaba de cosas más viejas

todavía, encontró la estética que aspira a reproducir en sus cuadros. Sabemos, pues, que Maeztu pinta

obedeciendo a procedimientos concretos y definidos... Todos los lienzos de Maeztu responden a ese

dogmatismo estético, que tan interesante artista acepta con sus juveniles entusiasmos”, en “Exposición

Maeztu”, La Correspondencia de España, Madrid, 9-5-19 16.

(41) Juan de la Encina, “Exposición Maeztu”, España, Madrid, 11-5-1916.


276

(42) Ibid.,

(43) Juan de la Encina, “Juan de Echevarría”, España, Madrid,18-5-1916.


e

(44) Ibid., e

U
(45) En lo referente a este asunto José del Cacho opinaba: “Aún prescindiendo de los carbones y

de las notas de color que hay en la colección de obras pictóricas de la Exposición del Ateneo, se adivina a

fácilmente la procedencia regional del artista... El tipo del pescador, el tipo de cántabro, ha dado a los

artistas vascos esa perfecta visión de la lineo y del rompimiento de las masas y esa dureza con que los a.

planos de luz y de sombra se acometen en los rostros de sus figuras. Es verdad que muchas veces confunden
a
lo bello con lo dificil en su arte... “, en “Exposición Echevarría”, La Correspondencia de España,

Madrid, 20-5-1916. a.

e
(46) Anónimo, “Exposiciones”, El Parlamentario, Madrid, 16-5-1916.

(47) José Francés, “Juan de Echevarría”, ElAño Artístico, Madrid, mayo de 1916.
a

a
(48) Silvio Lago (José Francés), “Dos exposiciones importantes”, La Esfera, Madrid,

27-5- 19 16. e

a
(49) Pilar Mur recoge estas opinones de Teodoro Anasagasti en su libro La Asociación de

Artistas Vascos, (op. cit., p.240). “La venida a la Corte de nuestra simpáticaAsociación me alegra y e

e
277

anima por coincidir con ustedes en las ideas de expansión artística, que hace tiempo predico y sustento.

Creo que somos adultos y que nuestro arte, empezando a tener carácter y vida propios, puede asomarse y

dar su opinión por otras tierras, seguro de hacer un buen papel. .Aún prescindiendo de la conveniencia

propia y resultado pecuniario - que con muy buen acuerdo quieren dejar a un lado estamos moralmente
-

obligados, como artistas y vascos, a dar este paso. Sin la confirmación en Madrid hoy, y más tarde en otros

centros importantes, el Arte Vasco no se habrá manifestado cuanto debía. Debemos, pues, venir pero venir

con toda nuestra fuerza y violencia a mostrar, constituyendo una familia, lo que hacemos, pensamos y

cuáles son tas tendencias y anhelos art/silcas de nuestras características dm/cas.

Ya sé que a Madrid le temen algunos creyéndole, injustamente, que es tan académico como el de

hace unos años. Están equivocados. Aquí las tendencias estériles ceden ya su lugar a las corrientes de vida

moderna. Las mismas Exposiciones oficiales se han oxigenado y son más tolerantes; pero aunque

continuasen tan arcaicas como lasprecedentes ¿no estaríamos obligados a gritar en ellas?

(50) Ibid., p.53.

(51) Vid., Capítulo V. Arte y política en España durante la Primera Guerra Mundial: la

Exposición de Legionarios de 1917.

(52) Pilar Mur, op. cit.,

(53) Vid., Capítulo V. Arte y política en España durante la Primera Guerra Mundial: la

Exposición de Legionarios de 1917.


278

(54) Pilar Mur, op. cit.,

e.
(55) Juan de la Encina, La Trama del arte vasco, op.cit.,

e.

(56) Rafael Domenech publicaba. “Barcelona y Bilbao, más de la frontera europea que el resto de
e
España, han sentido los latidos de la vida moderna mundial y quieren entrar en su corriente. El problema

es complejo y dificil. y no se puede emprender con improvisaciones y ligerezas. Es seguir una senda torcida
e
el pensar que se resuelve trayendo novedades artísticas, como se hacen traducciones de los libros recién

publicados en el extranjero o importando géneros manufacturados. El arte nace de lo hondo del alma y en

él hay que crearlo; esto cuesta mucho y es preciso tener un alma capaz de fecundar la vida en obras de
U.
arte; precisamente esto es lo que no se ve en la actual Exposición vasca. En substitución de esos elementos

fundamentales de vida art!sti ca, hay una sobrada preocupaciónpor crear rápidamente un arte regionaL sin
e
ver intensamente la región, y amañado con las cosas seudo artísticas que han constituido la nota llamativa

en el extranjero durante los últimos años. Es un producto cerebral y de voluntad; y además, un deseo de e

mostrar a los artistas del resto de España lo que es y debe ser el arte contemporáneo; y esto, decirlo a voz
e-
en grito, yde un modofuertemente llamativo”, en “Una Exposición”, ABC, Madrid, 19-11-1916.

(57) Ibid.,
e

(58) José del Cacho, ‘tos artistas vascos”, La Correspondencia de España, Madrid, 13-11- e

1916.
a

(59) Ibid.,

a
279

(60) Ezequiel Moldes, “Exposición de artistas vascos”, El Parlamentario, Madrid, 20-11 -

1916.

(61) Ramón Pulido, desde El Globo, compartía las mismas opiniones de Ezequiel Moldes:

“Los artistas vascos tienen el noble afán de crear una escuela y han empezado con gran anhelo a construir

ya los cimientos. Pero ajuzgar por lo que he podido apreciar en este certamen, la cimentación es un tanto

falsa y el edificio que tratan de levantar me temo mucho que se venga al suelo en estrepitosa ruina, antes

de estar terminado...

¿ Qué se propone el paisajista Tellaeche al crear paisajes con esas casas que se derrumban y

darlas una entonación inverosímil? Lo mismo sucede con las obras de Iturrino y las composiciones de

Maeztu, de desproporcionadas figuras con entonaciones abigarradas y violentas.

Que entiendan que ser originales no consiste en poner en la tela los colores de un modo extraño y

desordenado, huyendo de todo aquello que responde a los preceptos que todos las escuelas han tenido y

que tienen la base que les han sostenido como es el dibujo, buen gusto, entonación, armonías exquisitas y

técnica razonada”, en “La exposición de artistas vascos”, El Globo, Madrid, 24-22-1916.

(62) Francisco Alcántara, “La Sociedad de artistas vascos y su Exposición del Palacio del

Retiro”, El Imparcial, Madrid, 20-11-1016.

(63) Ibid.,

(64) Juan de la Encina, “El exotismo artístico”, Hermes, Bilbao, marzo de 1917.
280

(65) Juan de la Encina, “El exotismo y el arte vasco”, Hermes, Bilbao, mayo de 1917.

e
(66) José Francés, “Los artistas vascos”, La Esfera, Madrid, 18-11-1916.

(67) José Francés, “Los artistas vascos”, ElAño Artístico, Madrid, noviembre 1916.
e

(68) Vid., La Esfera, Madrid, agosto de 1916. u

e
(69) Ramiro de Maeztu, “Las virtudes vascas”, La Esfera, Madrid, 12-8-19 16.

(70) Silvio Lago (Seud. de José Francés), “Los artistas vascos contemporáneos”, La Esfera,
m
Madrid, 12-8-1916.
u

(71) Silvio Lago (Seud. de José Francés), “El Museo de Bellas Artes, de Bilbao”, La Esfera,
u,
Madrid, 12-8-1916.
u’

(72) Juan de la Encina, “El Museo de Bilbao”, Hermes, Bilbao, 1918. u

u
(73) Anónimo, “Algunas obras de artistas vascos”, Ita Esfera, Madrid, 9-9-1916.

(74) Juan de la Encina, “La Exposición Internacional de Bilbao”, España, Madrid, 1919.
a

u
281

(75) Juan de la Encina, “Notas sobre la Exposición de Bilbao”, España, Madrid,1919.

(76) Juan de la Encina, “Los hermanos Zubiaurre”, Hennes, Bilbao, enero de 1917.

(77) Juan de la Encina, “El exotismo y el arte vasco”, Hennes, Bilbao, mayo de 1917.

(78) Juan de la Encina, La Trama delArte Vasco, op. cit.

(79) Damián Roda, “Sobre arte vasco”, España, Madrid, 18-2-1920.

(80) Juan de la Encina, “Las tendencias del arte español contemporáneo”, Hermes, Bilbao,

junio de 1917.

(81) Ballesteros de Martos, “La Exposición nacional de Bellas Artes”, La Mañana, Madrid,

30-5-1917.

(82) Arturo Mori, “Exposición Nacional de Bellas Artes”, El País, Madrid, 30-5-1917.

(83) Francisco Alcántara, “Apertura dela Exposición de Bellas Artes”, El Imparcial,

Madrid, 29-5-1917.
282

(84) José Maria Perdigón, “Esta mañana en el Retiro. La Exposición Nacional de Bellas

Artes”, La Acción, Madrid, 28-5-1917.


a

(85) Luis Oteyza, “Las primeras medallas de pintura”, El Liberal, Madrid, l-6-1917. —

e
(86) Respecto a este tema J. García Mercadal escribía: “Nada más desigual que una pintura de los

Zubiaurre, pues tanto da el uno como el otro. Junto a cosas admirables de ejecución y de espíritu, las

cabezas de las figuras, hay otras dignas de ser airadamente rechazadas. Todo lo que queda en los cuadros,

quietadas las cabezas. Por eso si yo llegase a poseer un cuadro de alguno de los Zubiaurre, cortaría las

cabezas para guardarlas con el cuidado de verdaderas joyas, y quemaría el resto. Acaso guardase también
u.
algún pequeño trozo de paisaje, pero no siempre, y además apreciando lo que llegase a guardar en un

sentido cari caturización... El sentido de la caricaturización se señala en el alargamiento desmesurado de

lasfigurasy en la expresión de algunos rostros, en la inverosimilitud de ciertas actitudes, en el carácter de

envaradasfiguras de guiñol, trágicos fantoches, que tienen todos aquellos campesinos y marineros vascos, u’

Además, éste de los Zubiaurre es un arte estancado, igual el de ayer que el de hoy, y seguramente
a
que el de mañana. Arte de patrón, de un mismo patrón que pudiéramos considerar como regla eterna. No

hay en él nada que encierre transcendencia de ninguna clase, ni nada que sea nuevo, ni que mdique la más
ml
somera variación... Se nos quiere convencer de que estas figurasy estos fondos son la más ajustada

representación que pueden hallar las tierras i’ascas; pero si en el gesto y en el espíritu de los rostros U

estamos casi siempre conformes, en todo lo demás estamos siempre colocados en contradicción con
e
semejante acierto “, en “Crónicas de la Exposición”, La Correspondencia de España, Madrid,

4-6-1917.

a
(87) Arturo Mori, “Exposición Nacional de Bellas Artes”, El Pais, 26-5-1917.

a
283

(88) Silvio Lago, “El pintor Femando”, La Esfera, Madrid, 27-4-19 18.

(89) Antonio de Hoyos y Vinent, “Las de Femando”, El Día, Madrid, 23-3-1918.

(90) Juan de la Encina, “De Exposiciones. El ‘Arte Moderno”’, La Voz, Madrid, 30-3-192 1.

(91) Cfr., Pilar Mur, “El papel del arte vasco”, La Sociedad de Artistas Ibéricos y el arte

español de 1925, Madrid, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia, 1995, p.713.

(92) JIribarne, ‘reí mundo de las cosas triviales. La escuela de la mediocridad en la

Asociación de Artistas Vascos”, La Tarde, Bilbao, 28- 10-1918.

(93) Pilar Mur. “El papel del arte vasco”, op. cit.,

(94) Anónimo, “Conferencia de Juan de la Encina en el Salón de Al”, La Época, Madrid,

9-6-1925.

(95) Ibid.,
284

V ARTE Y POLÍTICA EN ESPAÑA DURANTE LA PRIMERA GUERRA

MUNDIAL: LA EXPOSICIÓN DE LEGIONARIOS DE 1917

V. 1. INTRODUCCIÓN u

e
Después de los últimos acontecimientos del s.XX, Europa vive inmersa en la
e
¡¡amada “Paz Armada”. El nuevo siglo abrió sus puertas hacia ¡a expansión territorial por
parte de las grandes potencias, situación que provocó el peligro de conflicto bélico. En E

efecto, apenas pasan cuatro años cuando asistimos a un periodo conflictivo que llevarían
a
a la Primera Guerra Mundial. La primera crisis marroqui (1904-1906), la crisis bosníaca

(1906-1908), la segunda crisis marroquí (1911) y las guerras balcánicas (1912-1913) U

provocaron rivalidades territoriales, económicas y psicológicas que dieron lugar, junto el


a
asesinato del archiduque Francisco Femando - el 12 de junio de 1914 -, a la Gran

Guerra. Al comienzo de la ésta, Rusia, Francia, Inglaterra, Servia y Bélgica se enfrentan a

con Alemania-Hungria, manteniéndose neutral la mayor parte de los países.


a

El 30 de julio de 1914, La Gaceta madrileña publicó el decreto donde se


a

declaraba la neutralidad española: “El gobierno de Su Majestad se cree en el deber de ordenar la


más estricta neutralidad a la súbditos españoles, con arreglo a las leyes vigentes y a los principios del
U

Derecho público internacional” (1). Con estas palabras Alfonso XIII pensó, por una parte.
a
que la neutralidad mantendría a España fiera de la guerra, evitando así los horrores de
ésta y, por otra, que supondría un beneficio en el terreno económico. Esta imparcialidad a

alarmó a la opinión extranjera, sobre todo a países como Francia e Inglaterra, puesto que
a
en 1907 España había firmado los Acuerdos de Cartagena, y en 1913, durante las
le
conversaciones entre M.Poincaré y el conde de Romanones, se convino que si por algún

a
285

motivo el status quo territorial cambiaba en el Mediterráneo y en las costas africanas y

europeas del Atlántico, los gobiernos de Inglaterra, Francia y España tomarían medidas

para la nueva situación.

Sin embargo, es importante preguntarnos qué motivó aquella neutralidad. En

1914 la Monarquía española había llegado a una situación límite. Pocos meses ante se

había producido la división de los grandes partidos: los liberales, compuestos por la

facción de Romanones y por la de Garcia Prieto, y los conservadores, encabezados por

Eduardo Dato. El panorama político de la Monarquía se iba complicando poco a poco

con la aparición de la nueva derecha maurista y de la nueva izquierda, de los seguidores

de Alba y de los reformistas de Melquiades Alvarez respectivamente. En mitad de este

escenario nacería un núcleo rigurosamente intelectual formado por José Ortega y Gasset

y por Azaña, con su “Liga de Educación Política”.

La realidad política había dividido a la opinión pública en aliadófilos y

germanófilos. En 1915 escribía Rafael Altamira sobre la actitud española:

“En primer término, influía en nuestro ánimo qué consecuencia tendría para España el

esfuerzo que significa entrar en guerra. El comprometido estado de nuestra Hacienda; el novísimo

renacer de nuestra vida económica nacional en que están empeñadas las mejores fuerzas del país; el

sacrificio que ya significaba el empeño de Marruecos, donde están retenidos los más de los elementos

militares de que podemos disponer y que no cabe desamparar sin peligro, a menos de renunciarlos,

cosa a que no parecen inclinarse quienes podían tomar esa determinación” ( 2).
Según la opinión de Manuel Cordero, la neutralidad fue “consecuencia no de un

sentimiento pacifista, sino de la incapacidad política, de la debilidad económica y de la

desorganización de nuestro país” (3). Sin embargo, esta neutralidad arraíga ya en el desastre

de 1898, que había dejado reducida la acción colonial española a tan sólo el continente
286

africano. Hasta este año, España habia sido una potencia ultramarina; ahora, el eje de su

política se centraba en el Estrecho de Gibraltar. Marruecos suponía la extensión de su


e
pasado colonial y venía a constituir la apertura de España en la política internacional. El

desastre ultramarino de Cuba y Filipinas supuso una profunda crisis de conciencia a nivel

nacional. En el mundo de la política se criticaba al Gobierno liberal, acusado de no haber


u.
sabido medir sus fuerzas en la guerra con los Estados Unidos, además de que

comenzaban a surgir otras opiniones alejadas de los contenidos políticos. En u’

consecuencia, la situación económica y militar no era la óptima, en aquellos momentos,


a

para participar en una nueva guerra.

La familia real española también estaba dividida entre una reina inglesa, y la reina U

madre austríaca, y un rey que mantuvo siempre sus sentimientos ocultos, quizás por ello
a
pudo conseTvar un equilibrio entre la opinión pública aliadófila y germanófila. El ideal de
a
Alfonso XIII sobre su política exterior consitió en mantener, por lado, una buena
relación con los estados vecinos y lejanos manteniéndose neutral, y por otro, la

preocupación por los países hispanoamericanos y por las posesiones africanas.


e
En un principio, la postura de los partidos políticos fue mayoritariamente

neutralista, El 2 de agosto de 1914, el Comité Nacional del Partido Socialista lanzaba un —

manifiesto contra la guerra. Sin embargo, dentro del mismo empezó a formarse una
a
doble corriente, un grupo compuesto por Besteiro, Araquistáin, Pablo Iglesias... que

manifestaban su simpatía por los aliados y otro, que consideraba el conflicto como un

asunto exclusivo de países capitalistas. Ante este panorama la opinión pública se irá
e

formando y diviendo en aliadófilos y germanófilos. Éstos últimos según José Abellán


- -

e
287

eran reaccionarios y partidarios de una política de autoridad en la tradición del viejo

imperialismo español (4). Su ideología se basaba, principalmente, en las ideas de

Vázquez Mella, excelente portavoz que veía en Guillermo II la victoria contra los

franceses. Los germanófilos odiaban a Francia y todo aquello que representaba lo laico y

lo republicano. Dentro de la sociedad española estaban representados por el Ejército en -

especial la Marina -‘ el mundo eclesiástico - el alto clero -‘ los terratenientes, la alta

burguesía (cerealista y olivera), los conservadores y gran parte de los políticos

reaccionarios. Por el contrario, los aliadófilos eran mayoritariamente liberales, tolerantes

y progresistas. No sentían simpatía por el espíritu prusiano y por ello Francia suponía

todo su mundo. En palabras de Manuel Azaña los aliadófilos eran “hombres que defendían a

los aliados, conocían el papel histórico que estas dos naciones habían representado en la decadencia

de la Casa de Austria y en la destrucción del poder de España que Femando J/J y Carlos Hl habían

reconstruido después de la Guerra de Sucesión. Sabían perfectamente que Inglaterra había tomado

parte principal en la destrucción del Imperio españoL desde Canning a Salisbury, y había observado

recientemente la conducta de Francia en Marruecos. Sin embargo, para ellos, Francia e Inglaterra

luchaban por el liberalismo. No eran precisamente aliadófilos, sino antiprusianos, condenaban el

sistema político que identificaban entonces con Prusia. La mayoría de ellos debía más a Alemania que

a Francia y sentían mayor simpatía por la cultura, la filosofia y las letras de Alemania que por las de

Francia” (5).

Estas últimas palabras de Azaña nos pueden parecer extrañas; sin embargo, desde

un punto de vista intelectual son ciertas. La tradición germánica estaba presente desde la

filosofla inspirada en Krause o en los neokantianos hasta el derecho de Ahrens, la

psicología de Wundt, la estética hegeliana, y la filología según Meyer-Lúbke; en cambio


288

.4

no existía en España casi nada - exceptuando la literatura - que tuviese orígenes

franceses. Pertenecían a este segundo grupo principalmente la clase media, intelectuales


e
(escritores, profesores, abogados ...) que a pesar de haber estudiado en las universidades

alemanas veían en los aliados los representantes de la libertad y del derecho. La mayoría e

de ellos eran intervencionistas, creían que la guerra traería la paz social. Formaban parte
e
de este grupo, además, la clase obrera, - la masa del pueblo -‘ la pequeña burguesía, una

minoría del Ejército, el clero ilustrado, los financieros y la burguesía industrial de

Cataluña y Bilbao. Desde un punto de vista político estaban integrados en el partido


u.
liberal, en los grupos republicanos, catalanistas y en los partidos de izquierda.

Al comienzo de la guerra, la neutralidad fúe tan unánime que dió la impresión de o

germanofilia. La inmensa mayoría de los españoles eran “neutrales” lo que significaba


a
que eran o bien germanófilos o bien que guardaban sus ideales por miedo a ser
a

descubiertos. Un testigo de esta situación fue Rafael Altamira, quien nos aclara esta
actitud: “Nosotros mismos, los españoles, no supimos realmente a qué atenemos. Se juzgaba

ligeramente, por impresión de sentidos. Las voces eran, casi exclusivamente, germanistas; los partidos

aliados, callaban en su mayoría. El temor estribaba en dos razones; una, entorpecer la afirmación de a

neutralidad y otra, la razón táctica dirigida a no excitar a los germanistas, causando el efecto de
a
reafirmar y emperrar a muchos en la opinión inicial” (6). La tensión era tal que como ha

descrito Pabón: “el español que seguía la contienda amaba sin freno a uno de los dos bandos en U

guerra, y de espaldas a toda solidaridad nacionaL detestaba al español partidario del otro” (7). Este
U

comportamiento daría lugar al desarrollo de las llamadas “filias” y “fobias”.


a

Pero, ¿qué supuso la neutralidad? Durante el desarrollo de la Primera Guerra


t-
Mundial esta ¡mpair¿ialidad
.~
dio lugar a una serie de transformaciones en todos los M

ámbitos de la sociedad. Desde 1989 hasta 1913, España se encontraba en una fase de
289

recuperación, tras la crisis del s.XIX. A partir de 1914, la Península entra en el boom

económico de la neutralidad, que supone un cambio en las estructuras económicas del

país. El comercio exterior aumentó un 20 por 100 respecto a años anteriores, al tener

que atender las necesidad de los países en guerra, abriéndose así nuevas expectativas

para el mundo de los negocios. Los cambios económicos fueron tan grandes que se

produjo una crisis social, preludio de otra, la política, que originé asimismo, a su vez,

una situación “revolucionaria”. La burguesía progresista había buscado ayuda en el

proletariado, pero éste se apoyó en la izquierda, mientras que los conservadores se

decantaron por la derecha.

1917 fue el año cumbre de la crisis. Al mismo tiempo que la Monarquía intentaba

evitar su final, nuevas fuerzas que habían ido cuajando en los años anteriores se sintieron

fuertes para salir a la luz, hecho éste que propicié la aparición de la intelectualidad

española. La palabra “intelectuales” - según José Carlos Mainer - “se forma sobre un

material humano de escritores que no siempre escriben, de investigadores de campos inverosímiles por

su limitación, de políticos y sócrates de café, de pequeñas cuanto legítimas soberbias y de unas gotas

de esoterismo. Se refiere más que a corrientes y movimientos a una postura de opinión y guía política -

a un elitismo -“ (8). El intelectual español tiene sus orígenes inmediatos en 1898 con los
-

procesos de Montjuich o con la batalla de Santiago de Cuba identificándose con lo que


-

Vicens Vives denomina “generación acumulativa del 98”.

Los últimos destellos de hombres revolucionarios y reformadores se encuentran

en 1854, con la vuelta de Sanz del Rio a Madrid; en 1868, con la creación de la Revista

de España; y en 1875, fecha de la fundación de la Institución Libre de Enseñanza y el

nacimiento de la novela moderna. Entre 1875 y 1917, el pensamiento intelectual fue

madurando por dos motivos: la ausencia, en 1875, de una renovación burguesa


290

- consecuencia de un gobierno plutocrático y la crisis del partido liberal, en 188 1. Los


-

u.
intelectuales se convirtieron en la voz capaz de captar y difUndir los problemas del país

pero, para ellos, el mal de España era “- por encima de la injusticia social y de la falsificación u.

del sufragio - la incultura, el desinterés secular por los problemas del espíritu, las cerriles raíces
e
celtibéricas de nuestras costumbres” (9). Nos encontramos ante la “Edad de Plata”, en los

afortunados términos de Mainer, medio siglo donde la creación intelectual, artística y

literaria alcanzó las cotas más altas. La relación hombre-sociedad se hace patente junto
u

con el sentimiento del “problema de España”, que se manifestará en la Liga de Educación


e
Política y en la revista España y lo que para Ortega y Gasset flie, en su Vieja y Nueva
España (1914). la existencia de dos Españas que viven juntas pero que son extrañas:

una, la España oficial caduca y otra, la España vital, sincera y honrada.


u
A pesar de la neutralidad, la división entre germanófilos y aliadófilos se convirtió

en una batalla ideológica, en la que la prensa y las revistas empiezan a jugar un nuevo

papel. Si los intelectuales eran la voz ahora las revistas y la prensa se convienen en el
a
vehículo defúsor de sus ideas. El Bulletmn Hispan¡que de 1917 explica la situación de las

empresas periodísticas en la Península: u’

todas ellas se encuentran en un estado económico crítico, que se complica y se agrava, al

faltar el anuncio extranjero. Prevalece el chteno del redactorjefe aliado, francófilo se busca dinero
- -

y se envían corresponsales a Francia, Inglaterra, Bélgica e Italia. El dinero comienza una política de

tendencia aliada. Sin embargo, se acepta la tutela de las embajadas de Alemania y Austria por las

empresas periodísticas. Lo que toma o forman parte de la política. En poco tiempo. Alemania se hace

dueña en Aladnid y en provincias de toda la prensa católica y conservadora. Armados de toda esta
a
prensa, convencidos que la intención alemana es imposible, se disfrazan sus intenciones y halagan a la

masa conservadora e ignorante, es una campaña neutralista “(10).

a
291

Luis Araquistáin, director de la revista España entre 1916 y 1923, de la que nos

ocuparemos más adelante, denunciaba en 1917 a la prensa germanófila: “La prensa ha

pretendido engañar y amedrentar a España desde comienzos de la guerra. El estado de tenor infundido

en su espíritu ha paralizado a nuestro país. En ocasiones brota un excesivo ímpetu, y se ciega ya a un

desastre seguro. como aconteció a España en 1898. Se ha venido pintando con terrorWcos colores el

espectáculo de una Álernania invencible y vengativa, como un viejo dios de las batallas (11).

Desde comienzos de la guerra sólo dos diarios madrileños mostraron su tendencia

aliadófila: La Epoca y La Correspondencia de España y, meses más tarde, El Diario

Universal, Heraldo de Madrid, Imparcial, El País, El Diluvio (Barcelona), etc. Dentro

de este grupo de prensa aliadófila hemos de destacar el gran papel que desempeñó la

revista España, fundada el 29 de enero de 1915, por José Ortega y Gasset y sus

redactores Ramón Pérez Ayala, Luis de Zulueta, Eugenio d’Ors, Gregorio Martínez

Sierra, Ramiro de Maeztu y Juan Guixé; entre sus colaboradores destacan las figuras de

Miguel Unamuno, Luis Bagaría, Luis Araquistáin, Valle Inclán, Miguel Azaña, etc.

La revista había nacido bajo el estandarte “del enojo y la esperanza, pareja española”

(12) pero también surgió como respuesta a los problemas de la nación y bajo la banden

del liberalismo. Los intelectuales aliadófilos fueron muy bien acogidos por la revista,

exceptuando en ocasiones a Pío Baroja y Jacinto Benavente que defendían en sus

escritos la causa alemana. La radicalidad de España hizo que su director, en 1916,

cediera el puesto a Luis Araquistáin y desde entonces, Ortega dirigiría un nuevo

periódico denominado El Espectador. El nuevo rumbo que tomó la revista la convirtió

en el primer eslabón de la difusión aliadófila, así por ejemplo, el 8 de enero de 1917,

aparecerá en sus páginas el texto aliadófilo más importante: “La Liga Antigermanófila”.
292

La propaganda aliadófila comenzó el 9 de julio de 1915 con la publicación de un


u.

manifiesto, por el que los intelectuales se unían a la causa aliada, a la que consideraban
e

símbolo de libertad. Lo firmaban Azcárate, Buylla, Américo Castro, Cejador, Cossio,


Goyanes, Lafora, Medinaveitía, Marañón, Menéndez Pidal, Ortega y Gasset, Pittaluga,

Fernandez de los Rios, Simarro, Turró, Unamuno, Zulueta, Falla, Turma, Vives, Ramón
e
Casas, Romero de Torres, Zuloaga, Rusiñol, Julio Antonio, Claré, Alomar, Luis

Araquistáin, Manuel Azaña, Azorín, Carnes, Ciges Aparicio, Grandmontagne, Amadeo

Hurtado, Antonio Machado, F. de Maeztu, Martinez Sierra, Enrique de Mesa, Palacios


u.
Valdés, Pérez Galdos, Pérez Ayala y Valle Inclán.

La guerra europea fUe la causa del levantamiento de estos intelectuales que se m

rebelaban así: ‘Levantamos la voz para pronunciar nuestra palabra, con modestia y sobriedad, como
u.
españoles y como hombres... España. por el apocamiento de los políticos responsables, apareciera

como una nación sin eco en las entrañas del mundo... Y así, estamos ciertos de cumplir un deber de e

españoles y de hombres declarando que participamos, con plenitud de corazón y dejucio en el conflicto
e
que trastorna al mundo” (13).

u.

El Bulletin Hispanique nació como un movimiento francés interesado por lo


u
hispánico, pero también pretendió ser una “entente intellectuelle” con España. En el

número de enero-marzo de 1915, Alfredo Morel Fabio es el autor de la primera alusión a e

la guerra, criticando un manifiesto firmado por intelectuales alemanes que aludían a la


u
brutalidad de los soldados belgas. En su número III de julio-septiembre de este mismo

año se reproduce el manifiesto de los intelectuales españoles del que hablamos

anteriormente, publicado también en Le Journal (5 de Julio de 1915) y en la revista


e
España (9 de julio de 1915). En 1916, se recogen los testimonios de germanofihia y
u

e
293

francofilia basados en documentos e informes del Comité Internacional de Propaganda

Adiada. En ese mismo año, como complemento a los manifiestos propagandísticos se

organizan las llamadas misiones intelectuales que consistían en demostrar la supremacía

francesa durante la guerra, a través de la moral, lo intelecual y los científico.

La primera referencia aparece en el número III de 1916, bajo el título “Nuestra

misión en España”; sin embargo, no será hasta 1916, cuando se celebre la más

importante de todas. La misión partió de Francia el 17 de abril, visitando gran parte del

territorio español; y a ésta le siguió otra, española, presidida por el duque de Alba y

algunos intelectuales como Manuel Azaña, Menéndez Pidal y Miguel Blay. Tras una

breve estancia en San Sebastián, los miembros de esta misión francesa el filósofo Henrí
-

Bergson, el organista de San Sulpicio, el naturalista y secretario de la Academia de las

Ciencias de Paris, Edmundo Perrier y el historiador M. Imbert de la Tour, llegaron a

Madrid, procedentes de Burgos. Fueron recibidos por una gran comisión compuesta por

numerosos catedráticos, artistas y miembros del Ateneo madrileño. Entre los que

destacan el marqués de Valdeiglesias, Aureliano de Beruete, Eduardo Gómez de

Baquero, Luis de Hoyos, Amadeo Vives, Manuel de Falla, Miguel Blay, Julio Romero de

Torres, Eugenio de Rivera, el conde Casa Valencia, Morente, Ajuna, Barcia y Angel

Guerra (Betancort). Los días siguientes se les dedicaron numerosos actos en su honor,

como recepciones en la Residencia de Estudiantes, y en la Casa de Tournié, ésta última

organizada por los directores del Instituto Francés de Madrid (14); además de algunos

banquetes como el del Palace Hotel en honor a los cuatro intelectuales franceses, el 7 de

mayo de 1917, con la asistencia de Beniliure, Araquistáin, Manuel de Falla, Ortega y

Gasset, Zulueta, López Ballesteros, Ramón Pulido, Fabian Vidal, Mateo Inurria, etc.; a
u.
294

u.

su vez, éstos realizaron numerosas conferencias como la del doctor E. Perrier en el


e.
Paraninfo de la Universidad Central sobre “La decadencia de las razas y su pretendido

fin” (15), las del filósofo Bergson sobre “El alma humana” y “La Personalidad” (16), la

del académico de Bellas Artes de Paris M. Widor, la de M. Perrier sobre “El Instinto” y

la de M. Imbart de la Tour sobre “Juana de Arco”, las tres últimas en el Ateneo de


e
Madrid (17).

Por su parte, la prensa germanófila pretendió justificar los errores alemanes o

suavizarlos dando una mayor importancia a las victorias alemanas; al igual que los
u.
aliadófilos, dieron a su cultura la propaganda que creyeron necesaria. Los principales

periódicos que la formaban fueron La Tribuna, El Debate, El Correo Español, La

Correspondencia de Militar, La Acción y, en ocasiones, El Día y ABC.


e

V2. LA EXPOSICION DE LEGIONARIOS: EL ARTE COMO MAMEIESTO U

POLÍTICO EN LA ESPANA DE 1917.

Enjulio de 1914, Alfonso XIII se apresuró a declarar la neutralidad española. De

este modo pretendía que España se mantuviera alejada del conflicto europeo. Sin

embargo, un gran número de voluntarios españoles partieron hacia las lineas de fuego.
e
Los Imperios centrales fueron sitiados pero quedaron algunas vías de comunicación,

como las de Italia y Suiza, por las que se pudo acceder a suelo alemán. No fueron e

muchos los neutrales que se unieron y lucharon por la causa alemana; por el contrario, a
a
los ideales franceses se unieron miles de extranjeros, entre ellos los legionarios españoles.

Podemos citar un artículo publicado en El Mundo por su corresponsal en París, Paul —

u
295

Almarza, quien declaraba: “En los primeros días de la movilización se presentaron 9.000

voluntarios españoles. Se alistaron unos 1.200 catalanes y una expedición de gente escogida vino de

Tolosa, pagándose el viaje de su bolsillo’ (18).

Nuestro supuesto Gobierno neutralista no podía permitir que se diera demasiada

importancia a la intervención española en la contienda, ya que esto implicaría la adhesión

de España a la causa francesa. Por ello, hasta cierto punto se mantuvo en silencio El

ni nn n rial 1 egio nario Luis íuvarez Cedrón nos relata en una carta dirigida a

Araquistáin el abandono que estos soldados suifian:

“Personas del prestigio del SrLerroux, de Emiliano Iglesias y de tantos otros que no enumero

por no hacer esta carta interminable, lo sabían. Lo que pasaba era que esos elementos creían cumplir

con su deber escribiendo un artículo, perorando delante de media docena de amigos en una mesa de

caj& haciendo gala de su oratoria y de su lirismo en el Paralelo de Barcelona y en la Casa del Pueblo

de la calle Aragón; y nos juzgaban como aventureros y nos despreciaban” (19).

El mundo de la cultura también se había quedado mudo: “Los voluntarios españoles -

continuaba el legionario - nos encontrábamos olvidados de aquellos que estaban en el sagrado

deber de no olvidarnos. Me refiero a los que con la pluma o la palabra se declararon paladines de la

causa de Francia desde el momento en que estalló el actual conflicto europeo. Ni unafrase de aliento,

ni una pa/abra de esperanza, nos ha llegado de e/los en dieciocho meses” (20).

Este silencio se romperá cuando el cronista de El Imparcial, Mario Aguilar,

comience a escribir sobre los legionarios españoles. Aguilar reconoció el abandono de

éstos por parte de la prensa española: “Nadie ha tenido en la prensa para los voluntarios

españoles en Francia ni fervores ni curiosidades, los que como Ramiro de Maeztu podían levantarlos

sobre prosas pindáricas, no supieron de ellos o los tomaron por tropa de munición que la vida

turbulenta llevó a la guerra” (21).


296

La misión de este cronista consitió en comunicar los esfuerzos y las hazañas de

estos legionarios a la opinión pública (22). En 1916 escribió:


u
“Estos hombres, después de seis meses de trincheras y de haber destacado una compañía a

Iser, realizaron la ofensiva ¡niciada el 8 de ma.vo de 1915 en el .lrtois. Conquistaron La Tarqueíte,

.A.Jeuville.. Se les concede un descanso y pasan a Alsacia. a AIontbidier. Joffre los revista, ensalzo a los

garibaldinos y a los españoles, condecora a muchos de éstos, pone la Cruz de Guerra en la bandera de u.

la legión y parten otra vez a las trincheras de la Campaña. Allí el comandante Rousset. envía una
e.
sección catalana para luchar El capitán grita ¡ Viva Francia! y luego ¿¡iva España!, ¡Viva Cataluña!”

(23). a

También, estos legionarios fueron ensalzados por los propios franceses; León
u
Rollin relaté al semanario España: “El 9 de mayo de 1915, cuando yo salía de las trincheras del

frente a Carency, pueblo que debíamos tomar poco después en rudo combate, a la derecha de mi

regimiento, los legionarios españoles, se lanzaban como leones en dirección de Givenchy” (24).
e

Estos legionarios que derramaron su sangre en Francia. en Bélgica, en

Macedonia... ¿por qué lucharon? Las palabras de uno de ellos quizás nos puedan

responder a esta pregunta: “No fue so/amente nuestro amor por Francia, a esta Francia tan

grande, madre de la libertad y de la civilización>’ de la justicia, lo que nos impulsó a alistamos en los e

ejercitos de la Repz~blica; fue algo más grande, fue nuestro infinito amor a España. fue nuestra

creencia honrada de que el triunfo de los aliados significaba para nuestra patria lo que para la

sociedad antigua sign{,ficó el triunfo del Cristianismo” (25).


u
Muchos de ellos fueron considerados aventureros o románticos en busca de
e
causas perdidas; sin embargo, se sintieron embajadores de España en las trincheras que -

según Fabian Vidal ‘aceptaron solidaridades radicales, sentimentales y éticas, con un gesto.
-

desembrida el potro de su albedrío, para que se lance en carretera vertiginosa por las anchas llanuras

a
297

del ideal inasequible. En todo hombre hay un cosmopolita que mira más allá de los límites fronterizos y

toma mentalmente partido en todos los conflictos que dividen, suceden y desgarran a los humanos”

(26).

Otros sintieron el resurgimiento de la apagada llama del 98, como opinaba Mario

Aguilar: “Toda una tradición belicosa de esta raza que resucitaba voluntarios de la guerra de

Inglaterra, voluntarios de D. Carlos, voluntarios de la Guerra de Cuba y ahora voluntarios de

Francia” (27). Como dijimos, las crónicas de Mario Aguilar fueron el punto de partida del

tema que nos ocupa en este apartado: La Exposición de legionarios de 1917.

El propósito de esta Exposición nació como consecuencia de la indiferencia que,

en un principio, habían sufrido los legionarios españoles. En 1916 aparecen en la revista

España los motivos por los que se pensaba realizar esta muestra, Luis Araquistáin

escribía:

‘Galopan hacia nosotros los días de Navidad Son esos días en que todo el tejido sentimental

de la vida doméstica se remueve y adquiere intensa animación en la conciencia. Son los dias en que

más sufren los soldados... ¿No sería posible llevar a ellos una emoción doméstica? ¿No habría modo de

enviar a los legionarios españoles un adecuado regalo de Navidad?” (28).

La idea había surgido de un grupo de escritores y artistas que pretendían

organizar una Exposición en un principio, de dibujos


- - y destinar sus beneficios a un

regalo de Navidad para los legionarios españoles. El 9 de noviembre de 1916

comenzaron los preparativos. La prensa fue uno de los vehículos más importantes para la

difusión de la noticia. El Liberal, uno de los periódicos de más tirada en Madrid, publicó

en su portada el llamamiento de Araquistáin a los españoles: “UNA EXPOSICION

ARTÍSTICA: A BENEFICIO DE LOS LEGIONARIOS ESPANOLES”. Siete días más


298

tarde, el mismo texto se reproducía en el semanario España. Luis Araquistáin invitaba a

todos los españoles a unirse al acto, al mismo tiempo que presentaba a los organizadores
u.
de la Exposición, como algunos artistas, Bagaría y Romero de Torres; críticos de arte

como Ramón Pérez Ayala y José Francés, así como anunciaba la participación de

algunos dibujantes franceses.


e
La Exposición había sido concebida con un matiz nacionalista, es decir, sus

componentes serian artistas españoles y los lugares en que se expondrían serían Madrid y

Barcelona, por ser éstos los centros de mayor actividad artística en España. Sin embargo,
e
la Exposición tomó nuevos rumbos: el director de Le Journal de Paris, M. Charles
e
Humbert, habia conocido la noticia y tenia interés en colaborar. Su corresponsal León
Rollin escribió una carta a Luis Araquistáin para comunicarle el deseo de la participación —

francesa en el muestra. Esta carta se publicó al día siguiente de ser recibida el 16 de


-

a
noviembre de 1916 en España, en La Correspondencia de España. Le Jaurnal de París
-

había pedido la colaboración a grandes dibujantes franceses como Forain, Steinlen, Abel, a

Faivre, Poulbot, Leandre, Willtte, Louis Morin, Hennan-Paul, Maurice Neumont y Jean
e
Weber para su participación en Madrid y además ofrecía su salón parisino para clausurar

la Exposición, de modo que la muestra adquiría un valor internacional. Los fervientes e

deseos franceses por su acercamiento a España mostraban una nueva “misión


e
intelectual”.
U

Paralelamente a la Exposición, el semanario España organizó una suscripción a


favor de los legionarios españoles, como complemento de la Exposición de arte que a

estaba destinada a todos aquellos españoles que no pudieran asistir a la exhibición. Para
e

u
299

la revista, este acontecimiento suponía: El lazo ideal que vincule a los españoles que combaten

en Francia por valores universales, con todos los españoles que aquiles acompañan en espiritu” (29).

Todos los donativos ifieron anotados y registrados en las columnas de la revista

España, abriéndose una lista, el 16 de noviembre, con cien pesetas que aportaba la

redacción. La suscripción duró siete meses, y cada semana España le dedicaba un

apanado. Allí ifieron apareciendo los nombres más variopintos de la sociedad española,

además de personalidades conocidas como Ignacio Zuloaga, el duque de Alba,

Rucabado, Joaquín Sorolla... También contribuyeron a esta aportación numerosas

organizaciones del país como el Comité de Dames Franqaises de Madrid, la Casa de la

Democracia de Valencia, Centro Republicano de Cullera, Sociedad Francesa de

Beneficiencia de Huelva y de Zaragoza, las Escuelas Laicas de la Casa de la Democracia

de Valencia, la Junta Directiva del Centro Democracia de Valencia, Circulo Reformista

de Santander, el Casino y Juventud Republicana de Bilbao, la Liga Antigermanóflía de

Zaragoza, etc. La noticia se había extendido por toda España, los periódicos aliadófilos

habían realizado su misión y sus lectores se habían sumado en masa a la causa. El 17 de

mayo de 1917 quedó clausurada la suscripción. La suma recaudada fue de seis mil ciento

cuarenta y cuatro pesetas con veinticinco céntimos, cantidad que en un principio se quiso

destinar a víveres para los legionarios, pero se consideró más oportuno destinarlo en

metálico. La entrega fue realizada al propio embajador de Francia.

Los numerosos acontecimientos que rodearon a la Exposición de Legionarios

desde sus iniciales propuestas, en 1916, hasta su clausura en 1917, ofrece muchos otros

aspectos que analizaremos a continuación, que hemos denominado antecedentes. El

desarrollo de una supuesta politica neutral en sus relaciones tanto franco-españolas como
300

bispano-germanas durante la Primera Guerra Mundial nos refleja un panorama bastante

complicado cuyo punto de mira se centraría en las actuaciones, por un lado, del

Gobierno Central, principalmente a cargo del Ministro de Gobernación, Ruiz Jiménez y

del Ministro de Estado, AGimeno y por otro, de la embajada alemana, cuyo principal u

protagonista seria el llamado “Príncipe de Ratibur”.


e
Asimismo, un desenfrenado ritmo de fobias y filias que dividen a la sociedad

española y se manifiestan, en un primer orden, en actos propagandisticos de carácter

periodístico (30), manifiestos (31), películas, conferencias, manifestaciones (32) y


u.
reuniones públicas (33). Por último, el establecimiento de una conjunción práctica entre
e
e’ Arte y la Política, que tendría sus primeras manifestaciones en exposiciones aliadófilas
como la del pintor holandés Raemaekers, la muestra belga a beneficio de los artistas —

belgas, u germanófilas como la del Salón Iturrioz por artistas españoles entre ellos
U
Bagaría, Bartolozzi, Penagos, Cerezo Vallejo, Vivanco, Alcalá del Olmo, Lópe¿ Rubio o

Varela de Seijas. e.

De esta manera, y ante estos antecedentes, podríamos considerar la Exposición


e
de legionarios como una de las primeras si no, la primera
- - muestra concebida con un

fin claramente político en donde intervendría una gran parte de los artistas españoles~ Fue

el germen que daría vida, como veremos a continuación, a una nueva organización
e
política: La Liga Antigermanofila, la cual vino a ser el campo de batalla ideológico que

enfrentó a las dos grandes potencias que gobernaban España: por un lado, la fuerza

latente alemana y por otra, la postura representativa por el Gobierno español acogido en
e

sus dificultades al Codigo Penal y sus artículos. Con el éxito del primer acto, el
e
organizador de la exhibición de legionarios, Luis Araquistáin, introduciría su segundo y
e

e
301

más importante, la constitución de una nueva fuerza: La Liga Antigermanófila, que

actuaría en toda España contra los germanófilos. Por último, el golpe de efecto que

supondrá la tercera actuación, “El discurso de Unamuno”, en el que definitivamente

sacaría a la luz su proyecto aliadófilo.

De igual manera, la Exposición de legionarios supondrá una nueva misión

intelectual francesa. Vendría a ser la primera Exposición de cooperación franco-española

que desarrollaría su actividad artística en los años de la guerra europea, que tuvo como

antecedente la exposición belga, por estar ésta organizada por miembros relevantes de la

intelectualidad y artistas españoles, pero no por sus participantes - a diferencia de la de

legionarios, en su mayoría españoles -‘ que fueron todos ellos representantes del pueblo

belga, tónica que por aquel entonces se practicaba en Europa, siendo ejemplo de ello la

Exposición celebrada en el Museo de Luxemburgo por artistas franceses participantes en

la guerra, en abril de 1917 (34). Poco después se celebraría, en España, la Exposición de

Arte Francés en Barcelona (23 de abril de 1917), con claros fines aliadófilos (35), la

:iispano-frncesa de Madrid en 1918 (36), la de] Petit Palais, y la de Zaragoza (20 de

mayo al 22 de junio de 1919).

Dentro de nuestro ambiente artístico español, podemos considerar la Exposición

de Legionarios como la primera Exposición a nivel nacional en la que participan la

mayoría de los representantes del arte español de primeros de siglo. Curioso es

encontrarnos a los representantes de las tendencias más progresistas del arte español:

Torres García, Celso Lagar, Arteta, Zubiaurre, Maeztu o Arrúe, Sunyer, Vázquez Diaz...

o la escultura de Gargallo, junto a pintores consagrados en tendencias que se habian


302

quedado en un plano más tradicionalista como Sorolla, Ramón Casas, Romero de


*

Torres, Rusiñol, Anglada Camarasa, CIará, etc.


u.
Mientras duró la Gran Guerra, la obra por los legionarios españoles se convirtió
en asociaciones o el comités franco-españoles como el Patronato de Voluntarios —

Españoles de la calle Viriato, 9 de Madrid, presidido por Duque de Alba, vicepresidente,


u
Rafael Altamira, vocales, Juan Pérez Caballero, Eduardo López Navarro, marqués de

Valdeiglesias, José Villegas, Jacinto Octavio Picón, Manuel Azaña, Gonzalo Bilbao y

otros (37)
a

V. 3. ANTECEDENTES A LA EXPOSICIÓN DE LEGIONARIOS 9

u
La localización de esta Exposición de legionarios aporta datos imprescindibles
u
para la historia contemporánea de España y, en concreto, sobre las relaciones arte y
política durante los años de la Gran Guerra. Sin embargo, el desarrollo de esta
a
Exposición no fue el único acontecimiento al respecto. La neutralidad del Gobierno
u
español se había convertido en punto de mira de toda una sociedad mayoritariamente
aliadófila donde primaba el apoyo a todos aquellos aspectos relacionados con Francia y

sus aliados, por el contrario, se percibía una oposición contra los que se uman con
e
Alemania. Como ya vimos anteriormente, ejemplo de ello fue el nacimiento de las

misiones franco-españolas o el papel desempeñado por algunos diarios o revistas como la

dirigida por Luis Araquistáin: España.


e
Al margen de esta Exposición a beneficio de legionarios españoles surgieron
e

otras iniciativas con el mismo fin aliadófilo o similar, concentraciones, conferencias, o


e

e
303

incluso otras exposiciones como la del pintor Raemaekers o la Exposición belga, de las

que hablaremos en otro apartado. Ahora, pasaremos a analizar cuáles fueron estos tipos

de acontecimientos y qué repercusiones tuvieron en los Gobiernos, tanto el español

como el alemán, éste último representado por su embajada en Madrid.

Las advertencias, por parte de la embajada alemana no fueron aisladas, ya que

desde el comienzo del conflicto europeo se habían ocupado de rescatar todos aquellos

artículos de prensa, dibujos o actos que aludieran negativamente al emperador alemán,

Guillermo II. Así quedó recogido en los numerosas querellas “presentadas por la Fiscalía de

la Audiencia de Madrid contra la Prensa por ataques al Emperador de Alemania, a su Nación y a su

Ejército” (38). De ellas podemos destacar las que fueron seleccionadas por la propia

embajada alemana por representar injurias al emperador y a la nación alemanes. En el

mes de agosto de 1914, poco antes del inicio de la guerra, frieron escogidos del diario

España Nueva, el articulo “Emperadores homicidas” y de El Socialista, “La derrota del

Imperialismo” y “Las aves de rapiña”; en el mes de septiembre, en El Radical,

“Desfigurando la verdad”, “Lo que es Alemanis”, “El bandalismo Alemán” y “La

demencia de Guillermo II”; de El Socialista, “Abajo el Imperialismo”; España Nueva,

“Estilo europeo”, “¡Oh la honesta GernxaniaU’ y “El que no se consuela...”; del año 1915

fueron destacados los comentarios del ABC (39), ‘tas caricaturas de la guerra”; El

Radical, “Por la libertad y por la civilización”, “La acción de Alemania”, “La locura de

Guillermo”, “Toda España contra Alemania”, “El crimen de Alemania”, “Insensatez o

principio del fin”, “Por la patria y por el ideal”, “Viboras y viboreznos”, “Profecía sobre

el fbi de Alemania” y “Hombres y cosas”; de España Nueva (40), “Injurias en la

publicación de una caricatura a la nación alemana”, “Chirigotas imperiales”, “El crimen


304

organizado”, “Diario del Conde Axil Von Schvnig”, “La voz de la sangre”, “El

emperador andando”, “El Kaiser juzgado por un alemán”, “Dormirá tranquilo”,


u.
“Guillermo U en la intimidad”; de Los Bárbaros, “Francófilos”; y de El Pais, “Mi viaje al

frente de la guerra”; de La Acción Socialista, “El nuevo Júpiter”; de El Socialista, “El u

mar”; de El Fusil, “El Kaiser condenado”; de Los Sucesos, “La barbarie alemana”; de El
u
Liberal, “Dos alemanes en la calle de Juan de Mena”; y de Heraldo de Madrid, “Ante la

gran batalla”; además de la supervisión de dibujos injuriosos contra Alemania y el —

emperador publicados en los diarios España Nueva (28 de febrero el 4 de abril y 13 de


,

e
octubre, de 1915) y El Bobo de Coria (el 2 de marzo de 1915) (4!).

Además de los diarios madrilenos, el resto de las provincias españolas se u

sumarían a la causa aijada publicando en numerosos periódicos artículos injuriosos sobre


u
Alemania como El Norte de Bilbao (enero de 1915), La Voz de Gu¡puzcoa, El Pueblo de
u
Valencia o El Noroeste Oviedo entre otros. No obstante, los rotativos de la capital a
partir de 1915 comienzan diversas campañas contra Alemania como El Parlamentario —

(diciembre de 1917 y enero de 1918), E/Sol (de enero a marzo de 1918) o El Liberal
a
(diciembre de 1917) por lo quela embajada alemana tomaría medidas de represión (42).

La guerra propagandística había comenzado, de ello daba buena cuenta, el 12 de —

julio de 1916, el embajador de Alemania al ministro de Estado español:


a
Esta indiscreta reserva de la propaganda alemana no se debe en modo alguno a la falta de

documentos relativos a los horrores cometidos por los adversarios de Alemania sino que están dictados

exclusivamente con el respeto que nos merece el pueblo español al cual Alemania quiere convencer de

la justicia de su buena causa por la fuerza de los hechos y no enculcándole un odio artificial contra sus 9

adversarios... De continuar esta propaganda desenfrenada e incompatible con la neutralidad de


e
España, me vena obligado a renunciar a la reservada hasta ahora.., e iniciar una campaña de las más

e
305

encarnizadas contra los calumniadores de nuestro honor dando a la más amplia publicidad con todos

los medios a mi alcance... ‘ (43).

Este ultimátum encubierto al Gobierno español provocó en cierta manera el cierre

de otros muchos actos por atentar con la neutralidad que marcaban los alemanes. Otro

de estos actos prohibidos se refiere a un articulo que hemos citado con anterioridad,

publicado en la revista España, el 7 de diciembre de 1916, dedicado a las palabras de un

legionario, llamado Luis Alvarez Cedrón, quien se quejaba del abandono que éstos

habían sufrido por parte de personalidades como Emiliano Iglesias; pues bien, cinco días

más tarde, El Liberal de Barcelona anunciaba un nuevo acontecimiento dedicado a los

legionarios españoles, organizado precisamente por Emiliano Iglesias. Se diría que en la

conciencia de algunos hombres surgió un sentimiento filántropo hacia estos soldados.

Una vez abierto el camino, algunos consideraron oportuno una mayor dedicación a los

combatientes de la que habían recibido, Emiliano Iglesias se dirigía con estas palabras al

pueblo barcelonés:

“Preocupado por la situación de los hermanos que luchan por la libertad del mundo en las

trincheras del sagrado suelo de Francia... he pensado realizar un beneficio el próximo domingo en la

Casa del Pueblo, asilo de toda noble idea, a cuyo fin he tenido ya la graciosa colaboración de los más

eminentes artistas del Liceo. El beneficio será una velada.., para la que lo más notable de nuestras

letras será invitado a que preste su precioso concurso a esta fiesta de enaltecimiento del heroísmo

hispano y de rendida admiración al romanticismo de unos valientes enamorados de los más bellos

ideales” (44).

No faltaron calificativos de honor para estos legionarios: “en nuestros hennanos -

continúa Emiliano Iglesias - que luchan en las trincheras, se asocia el esfuerzo de nuestros grandes

hombres y la calurosa y entusiasta adhesión del pueblo, deseoso de exteriorizar su simpatía por estos

insignes caballeros del ideal, testimonio inmortal de la grandeza de la raza” (45).


306

Sin embargo, el festival a favor de los legionarios españoles no llegó a celebrarse.

El 14 de diciembre de 1916, el sr. Suárez Inclán no autorizó el acto por considerarlo


u.
peligroso, ya que podría ser la chispa que avivara el fuego de numerosos incidentes,

entre las distintas opiniones germanófilas y aliadófilas. No podemos olvidar la huelga

general que habla sido convocada unos días antes y que tendrá lugar después de la
e
celebración del acto.

Otro de estos actos fue el relacionado con el escritor belga Maurice Maeterlinck e

y su llegada a Madrid el 8 de diciembre de 1916. Conocido por el público madrileño


e
desde hacia algunos años por la celebración de varias de sus obras interpretadas por su

esposa, la actriz Georgette Leblanc, venia con una “alta misión patriótica” (46), que

consistía en dar una serie de conferencias públicas junto a su esposa en España.


e
principalmente, en los dos centros de mayor apoyo a los aliados, Madrid, el día 10 de
u
diciembre (47), sobre el llamamiento de los obreros belgas a los españoles que desde
hacia algún tiempo venían reivindicando sus derechos (48) hasta el punto de publicar su
-

u
propio Manifiesto obrero por el Cómite Nacional de la Unión General de Trabajadores
e
(49) -‘ y el 13 su esposa, ambas en el Ateneo madrileño y más tarde, en Barcelona.
Según el diario aliadófilo La Correspondencia de España, el matrimonio belga se —

proponía ‘mostrar ante los españoles toda la grandeza y al mismo tiempo toda la desventura de la
u’
Bélgica heroica, su país nativo, víctima infortunado, pero con gloria de la guerra. Ninguna voz más

elocuente ni prestigio más alto para hacer que los belgas admirables, sean conocidos y por tanto 9

estimados y admirados en España” (50).


e
Entre ambas fechas se organizó otra conferencia sobre el mismo tema en el salón-

teatro de la Casa del Pueblo de Madrid pero que no llegó a celebrarse por haber sido e

e
307

prohibida por el Gobierno. La reacción de sus asistentes fue unánime y se provocaron

numerosos incidentes, que fueron relatados en los diarios aliadófilos:

había despertado tal curiosidad esta conferencia, que no bajarían de cuatro mil las

personas que acudieron a la Casa del Pueblo... Cuando mayor era la impaciencia y se esperaba que el

gran poeta llegaría de un momento a otro fueron fijados unos pasquines con el aviso de que (a

conferencia había sido prohibida... Lanzó alguien la idea de hacer manifestación ante el hotel en que

Maeterlinck se hospeda... en masa, se pusieron en movimiento, y sin más organización, ni más

propósito que expresar sus simpatías hacia Bélgica, se organizó una manifestación... Nos dirigimos en

estaforma al Palace HoteL y allí aparecieron guardias de Caballería e Infanteria que, sin previo aviso,

desenvainaron los sables, y cargaron sobre nosotros, obligándonos a disolvemos. Allí sí se dieron

algunos gritos; pero no creemos que merecieran sanción alguna, pues no se oyeron más que las voces

de ¡VivaMaeterlínck! y ¡¡iva Bélgica/ii’ (51)

Lo más importante, replicaba uno de estos periódicos, era la ineficacia de esta

prohibición, ya que la conferencia del poeta belga había sido publicada con anterioridad

(52), de modo que esos incidentes no hicieron sino dar mayor propaganda al poeta belga

e incluso la publicación de nuevo de la conferencia. Maurice Maeterlinck fUe uno de los

muchos conferenciantes que llegaron a una Espafía neutral en busca de simpatizantes

aliadófilos; otros de ellos fite el americano Mr. Whitney Warren, miembro del Instituto

de Francia, que dió otra de estas disertaciones sobre “El deber de los neutrales”. En ella

expuso la amenaza del pueblo alemán y la misión de los paises neutrales con los que

estaban en conflicto (53). Como tantas otras veces, el Gobierno alemán, a través de sus

portavoces en Madrid, principalmente el embajador Ratibur, se hicieron eco del

acontecimiento y lanzaron sus quejas, el 13 de enero de 1917, al Ministro de la

Gobernación:
308

“Nuevamente ha sido autorizada en Afadrid una Conferencia de propaganda aliadófila que ha

dado lugar a ofensas contra mi pais. Se trata esta vez de un propagandista americano, el Señor

WHITNEY- W4RRE.Y quien habló ayer en el Ateneo. Tengo la honra de pedir a ¡YE., que se sin’a e

impedir otras conferencias análogas de este Señor y le agradecería que en adelante fueran suprimidas
e
antes de ser iniciadas semejantes manifestaciones ofensivas” (54).

V.3.1. EXPOSICIÓN DEL DIBUJANTE HOLANDÉS RAEMAEKERS


a

El dia 8 de noviembre de 1916 se inaugura la Exposición Raemaekers en Madrid u.

(55), en la calle del Príncipe, n. 1 (Centro Agrario, cuyo director era Basilio Alvarez),
U.

organizada por el escritor Iglesias Hermida (56). La relación del escritor con el artista

Raemaekers había nacido hacía poco tiempo, tras un viaje a Biarritz el verano pasado -
u

según cuenta el periodista José Pérez Rioja -‘ donde “pisó los umbrales de una casa de juego,
U?

y la suerte favoreció a unas monedas que desde su bolsillo resbalaron por el tapete verde. Ganó unas

tres mil pesetas, y como quiera que simpatizaba con la obra de Raemaekers, decidió adquirir con aquel u’

dinero una colección de dibujos de este dibujante, que. segñn noticas facilitadas por un gran amigo
a
mío, trataba de vender en esta plaza un editorfrancés” (57).

Una vez comprada esa colección de Raemaekers (58) compuesta por casi cien e

dibujos, Iglesias Hermida preparó la primera muestra en la Península, concretamente en


e
San Sebastián - en la plaza de la Independencia, junto al Casino -; después, seda la

capital de España, sin fines lucrativos, ya que la invitación era libre y tras su cierre e

regalada los dibujos al Museo del Prado (59). Apenas abierta, fue clausurada la
e
Exposición de dibujos. La embajada alemana había iniciado desde hacía tiempo sus

quejas al Ministro A. Gimeno, una de las primeras fechada el 2 de septiembre de 1916


- - a

u’

e
309

se relacionaban con la muestra, anteriormente mencionada, de San Sebastián (60). Sin

embargo, la Exposición Raemaekers en Madrid iba a suponer grandes trastornos para el

Gobierno español. Las amenazas constantes de los alemanes pondrían a España en una

dificil situación ante un pueblo dividido entre aliadófilos y germanófilos. Dos días

después de abrirse la muestra de dibujos, el embajador alemán, Ratibur, mandaba, el II

de noviembre de 1916, un comunicado urgente al Ministro A. Gimeno en el que

reclamaba que el Gobierno español pusiera medidas ante los agravios que se hacían

contra el emperador, Guillermo II. La exposición de dibujos de Raemaekers suponía,

además, para los alemanes, un proyecto de continuidad con la de San Sebastián y por

tanto, un indicio de expansión propagandística aliadófila al resto de España (61). Tras

esta nota, el Gobierno alemán continuó presionando al español. Unos días después, el 14

de noviembre, Ministerio de Gobernación recibia otra queja instando al cierre inmediato

de la Exposición Raemakers ya que atentaba a la neutralidad de España y objetando que

la culpa era de los poderes españoles:

cuales hayan podido ser las consideraciones o motivos que han determinado a las

Autoridades a permitir esta exposición - que en vista de las tendencias conocidas del autor de esos

dibujos y del reclamo que los aliados no cesan de hacerle - me parece están en estrecha contradicción

con la neutralidad que profesa el Gobierno ReaL.. Protesto con toda mi energía contra toda exposición

aquí en la Capital así como en otras localidades del país de semejantes ‘productos de arte’ insultantes,

y solicito la clausura inmediata de la exposición actual que no puede dejar de ser considerada como

publica puesto que el acceso a ella es libre a todo el mundo con o sin invitación...” (62).

Este mismo día se clausuró la muestra y la reacción pública no se hizo esperar.

Todos los diarios aliadófilos publicaban lo sucedido y pedían responsabilidades al

Gobierno, mientras que los periódicos germanófilos la comparaban con otra Exposición
310

de caricaturas españolas germanófilas celebrada en el Salón Iturrioz poco antes, que

también había sido cerrada. Los primeros consideraban un atropello el cierre de la


u.
Exposición de dibujos de Raemaekers a comparación de las caricaturas germanófilas ya

que éstas: “se mostraban clara y hasta agresivamente confrañas a la expresadas por Raemaekers’ u.

(63). Otros concurrían en sus artículos como “un exceso de debilidad” por parte del
e
gobierno español ante las amenazas del aleman:

“E/fracaso ruidoso que corrió hace unos días una Exposición de Germanofilía, instalada en

un local de esta corte. Esto constituía una demostración muy clara y muy terminante de los
u.
sentimientos del pueblo español Y los interesados en que la voz de España no se deje oir con toda su

potencialidad, trabajaron denodadamente, desesperadamente, con objeto de que los dibujos de


u.
Raemaekers no siguiesen siendo admirados. ¿Y a quién podía interesar directamente que el entusiasmo

del pueblo español por los dibujos de Raemaekers no prosperase! Pues a esa plaga de germanos que u.

ha caído sobre nuestra nación como moscas sobre panal.. Debilidad que a estas horas tiene todo
a.
alborozados a esos espíritus, horros de intelecto con menos luces que sacristía, y que ‘tiran’todos los

días a la calle unas resmas de papeL cuyo contenido es un insulto al sentido común, a la realidad y a
u.
naciones que, por su situación topográfica y sangre, tienen nuestras simpatías (64).

Los segundos defendían sus caricaturas germanófilas de Luis Bagada. Bartolozzi, o

Penagos, Cerezo Vallejo, Vivanco, Alcalá del Olmo, López Rubio y Varela de Seijas,
e
por su semejanza con otras publicaciones periódicas de las que nadie se había percatado
e
de ellas por su inofensividad (65). Ambas divisiones políticas resumían la culpabilidad del
cierre de las exposiciones al gobierno, mientras éste seguía presionado por los alemanes

(66). Otros diarios, como La Tribuna, defendían el bajo nivel propagandístico de la


e
germanófilos a diferencia del alto cariz divulgativo de los aliadófilos (67). Mientras

tanto, Iglesias Hermida, organizador de la muestra Raemaekers justificaba el cierre de la o

Exposición en la prensa y anunciaba su próxima apertura:


e

e’
311

“Cerré la Exposición Raemaekers porque no era mi casa en que se exponían los famosos cien

dibujos, y sobre todo, porque, según decía la Policía, el que iba a cargar con las responsabilidades no

era yo... Yo no lo toleré. .4 la primera intimidación de que iba a pagar mis culpas con cabeza ajena,

descolgué inmediatamente mí colección... La Exposición Raemaekers dentro de cuarenta y ocho horas

se volverá a abrir... Es el desafio entre un príncipe y un caminante. El príncipe monta un caballo

overo, másfino que una nutría. El caminante va a pie.

Se chocan las espadas. El caminante, saludando, dice:

-Príncipe, fue cerrera la estocada. Me habéis tocado en el hombro.

Sigue la lucha licenciosa y brutal.

Las estocadas menudean.

El príncipe, jadeando, pregunta:

- ¿4 dónde tiras, caminante?

- Yo no pierdo mi tiempo. Al corazón.

Retrocediendo, elpríncipe llega al borde del abismo. Es tremenda la exposición>’ (68).

Al mismo tiempo, la embajada alemana se hacia eco de dichos artículos y voMa a

reclamar, el 16 de noviembre, la vigilancia del ministro Gimeno: “Jai l’honneu, d’athres

(‘atrention de V.E.sur un artícíe c*¿ “Liberal” d’aujourd’hui ainsl que sur un autre des “Comentarios”

d hier qui annoncent la proc/mine réouverture de 1 ‘exposition Raemaekers” (69).

Raemaekers, Seducción. ¿No es verdad? yo se hacenne amar y Bah, ya nos


-

disculparán
(El Parlamentario, Madrid, 15-11-1916)
312

Siguiendo el orden cronológico de los acontecimientos, al día siguiente, el diario


u.
aliadófilo El País, bajo la pluma de Enrique DMadrazo, publicaba un articulo en el que
acusaba al Gobierno de esta situación neutral que vivía el país y hacia una llamada
u.
urgente a todos los artistas españoles, quienes podían, a través de su arte, reflejar las
a
verdades y defender a Raemaekers, lo que supone uno de los primeros antecedentes
relacionados con el arte español y la política que vendrán a concretarse, a nivel nacional,

en la Exposición de Legionarios:
a
“El gobierno españoL sempiterno mantenedor de nuestra deshonra, en su pretensión de jamás

enseñarnos a ser dignos y justos, ha mandado clausurar la exposición del gran maestro Raemaekers....

Por lo visto, aquí, en España, no se puede decir la verdad ni sostener la justicia. No se puede hablar de

las crueldades de la guerra, de la barbarie de la guerra, de las hipocresías y causas infames de la u’

guerra... Los artistas españoles, en particular, deben protestar con entereza: su conducta no se debe
a
hacer despreciable. Mirad que la obra de Raemaekers vivirá más que vosotros...

Pintores, músicosy literatos, si no quereis haceros solidarios de la bajeza del Gobierno, tenéis
e
la obligación de defender la hospitalidad para un extranjero: si sois caballeros, el honor y la libertad

del pincel que es la libertad del pensamiento: y si el arte tiene algo de divino defenderéis la justicia de U

Dios” (70).

La Exposición Raemaekers volvió a abrir sus puertas habiendo sido necesario e

para ello retirar algunos de los dibujos alusivos al emperador y su nación, pese a lo cual
e
las protestas de la embajada alemana continuaron, y el 26 de noviembre el Ministerio de
e
Gobernación volvía a recibir una notificación en la que se pedía el nuevo cierre de la

muestra y el acoso a sus organizadores (71). Ante la nueva situación de hostigamiento o

e
313

por parte del la embajada alemana, el Gobierno español habia decidido retirar algunos

dibujos, además del propio catálogo, ya que sin él no tendrían sentido dichas obras y

atenerse al artículo 482 del Código Penal, como se notifica el 28 de noviembre (72).

Raemaekers, El Último tango. De este a oeste de Oeste a este y


- Nasotras no somos... no
somos bárbaros
(El Parlamentario, Madrid, 15-11-1916)

La prensa germanófila continuó acusando al Gobierno de esta nueva apertura

ante la hostilidad que mostraban aquellas caricaturas del dibujante holandés Raemaekers

(73). Mientras tanto, el Gobierno español intentaba recoger algunas de las injurias contra

el rey de España fliera de sus fronteras, de esta manera el ministerio se podría atener a

los artículos penales y detener así la lluvia de notificaciones verbales por parte de la

embajada alemana. Uno de estos llamamientos fUe el producido el 30 de noviembre, ante

la publicación de varios dibujos en la prensa berlinesa (74).


314

V.3,2. LA EXPOSICIÓN DE ARTE BELGA

El carácter social, humanitario y propagandístico que había empezado a tener la

Exposición de legionarios fije uno de los posibles antecedentes de la celebración de otra


u>
exhibición de arte. El 22 de noviembre La Acción publicaba, en su sección de “Arte y

Artistas”, un artículo de Perdreau titulado “La Exposición Belga”, con la siguiente

declaración de principios “el producta de la Exposición se destina a las damnificados por la

guerra” (75). Al día siguiente, El Imparcial añadía.”Los rendimientos se destinan al alivio de


e
tantas desdichas como hoy afligen al heroico y desgraciado pueblo belga’~ (76).

Comparando la causa de esta muestra belga con la de los legionarios podemos

observar que es la misma. Es decir, se trata de dos exposiciones que comparten el mismo
u
ideal, la ayuda humanitaria y social para aquellos que sufren la guerra. Si seguimos

analizando ambos actos nos damos cuenta del común carácter aliadófilo. En primer a

lugar, la Exposición de legionarios está organizada por un grupo de hombres,


mi
principalmente A.raquistáín, que luchan a su manera por la causa aijada y, en segundo, la

participación artística muestra el lazo de unión franco-hispana. Lo mismo ocurre con la

Exposición belga, que te organizada por Joaquín Sorolla, Miguel Blay ambos serían -

participantes en la Exposición de Legionarios -, Carlos Vázquez y Rafael Domenech,

todos ellos aliadófilos; además de la Junta de aristocráticas damas españolas (77).

También podemos destacar, según el mismo diario, “un doble objeto de arte y de caridad; a

servirá para dar a conocer entre nosotros el arte actual de Bélgica, cuya escuela numerosa ~vcélebre
e
ocupa rango principal entre las demás escuelas, y por otra parte, el producto de las entradas, unido a

la venta de las otras, ha de servir para aywdar a los artistas y o sus familias, víctimas de la guerra
a
(78).

e
315

En lo que se refiere a la participación artística contaban con los mejores artistas

belgas: James Ensor, Emile Claus, Fernand Khnopff, Albert Baertsoen, Alfred Delannios,

Theo Van Rysselberghe, Victor Glisoul, A. Rasseufosse, L. Frederic, Eugéne Laermans,

Rideir, Mice Roimes, los escultores Constantin Meunier, Vincotte, Paul de Vigné, Victor

Rousseau, Dillens, Lalaing, Ch. Van Der Stoffeu, J. Orlleurs, Jules Lagae, etc. (79). La

Exposición tuvo lugar en el Palacio del Retiro, en paralelo a la de artistas vascos (80) y

con la participación de la Casa Lizárraga, que prestó algunos de sus muebles para

decorar las salas del Retiro (81). El 22 de noviembre se celebró el barnizaje con la

asistencia de muchos artistas e intelectuales que presidían la vida madrileña, entre ellos,

Muñoz Degrain, Benlliure, López Mezquita, Benedito, Verdugo Landi, Blanco Coris,

García Sanchiz, José Francés y Cobos - director de La Ilustración Española y

Americana - además, de la presencia del Director de Bellas Artes de Bélgica, Paul

Lambotte. Entre las obras expuestas llamaron más la atención las escultóricas, por su

“mérito superior a las de pintura. Entre las de pintura hay bellos paisajes de lujoso y vibrante color,

aguafuertes interesantísimas y escenas y tipos. Entre las obras de carácter decorativo hay alguna de

gran porte. Nuestros pintores hallarán en esta Exposición notas de un grato y firme realismo,

generalmente más calmoso yfranco que el que por aquí cultiva la juventud” (82).

Entre la escultura sobresalieron, de la sala central de la muestra, el busto del

doctor X, de Jules Lagae; La ofrenda, La Victoria (monumento del palacio de Bruselas),

El eco, La adolescencia, una busto de mujer y retrato de familia de Mennier; de G.

Miune, Un labrador; de Paul de Vigne, busto de mujer; de Rie Wonters dos bronces,

Díleine y retrato de L.Frederic, estos dos últimos muertos durante el conflicto; de


316

Albert Baertsoen una marina, titulada La tarde en Gante; de Fernand Khnopff, El


fi’

incienso; de Alfred Delannois, una visión del interior de la catedral de Lovaina; de Emile

Claus varios paisajes impresionistas; de Theo Van Rysselbe algunos trabajos puntillistas W

como el retrato del poeta E: Verhearen; del modernista Rossenfosse varios estudios; de
u>

James Ensor obras de algunos de sus diferentes estilos y de Eugéne Laermeans unas

escenas campestres (83). t

V.4. CRÓMCA DE LA EXPOSICIÓN DE LEGIONARIOS


u.

El llamamiento hecho por la revista España a toda la nación fUe contestado con a

prontitud. La prensa se encargó de mantener al corriente a toda la población, tanto en


a
Madrid como en las provincias españolas, a través de los periódicos más importantes: El

Liberal de Madrid, Barcelona y Bilbao, El Imparcial, La Acción, ABC, El Dki, El u>

Mu pido, El Diario Universal, La Correspondencia de España, Heraldo de Madrid, La


e.
Época, El Año Artístico, El Socialista, El PoNe Catalá, El Diluvio, La Veu de

Catalunya, etc. Los artistas comenzaron a enviar sus obras y el corresponsal de Le U

Journal ofrecía nuevos nombres a su lista anterior: Ibels, Truchet, Hansi, Roubille,

Delaw, Devamber, Redou, Carlégle (suizo) y Nam.


a
La necesidad de un local digno para este acto retrasó en gran medida su

inauguración. Si la Exposición fue anunciada el 9 de noviembre de 1916, los trabajos de e

instalación continuaron hasta el 3 de enero de 1917. A primera vista, la principal


e
dificultad estribaba en hallar un salón capaz de adaptarse al gran número de obras que

habían ido reuniéndose a lo largo de los días; sin embargo, en el fondo el problema era e

e
317

otro. Las palabras publicadas el 21 de diciembre por la organización de la Exposición nos

aclaran un poco sus intenciones: fiemos tropezado con otros que nos han ido poniendo a/paso el

despecho de unos y la pasión política de otros, que erróneamente se imaginaron que esta Exposición

era maniobra del partido” (84). Del mismo modo, el 11 de enero de 1917, se declaraba: “1-Ja

sido absoluta la unanimidad de los dueños o arrendatarios de los de Madrid adecuados a nuestra

Exposición. Sólo que esa unanimidad no ha consistido en acogernos con los brazos abiertos, sino en

cerrarnos violentamente sus puertas” (85).

Las diferentes ideas políticas que dividían al país frieron el motivo principal de

este retraso a pesar de que Araquistáin se mostraba receptivo y manifestaba. “Prueba lo

contrario la participación en ella de hombres que profesan ideas muy distintas y, a veces, contrarias

sobre la guerra’ (86). Si la intervención de España en la guerra no había sido del agrado de

los paises aliados, la Exposición de Legionarios podría representar su adhesión a través

del arte. De hecho, el semanario España se refería a ello con las siguientes expresiones:

“sería una conspicua manifestación del arte franco-español” (87), “Fueron a Francia a ponerse del

lado de la línea de trincheras en que se combate por la ley de Europa contra la anarquía internacional,

la primera idea fue solicitar la ayuda del Arte” (88). Como hemos visto, la respuesta de los

artistas había sido unánime, y a manos de la organización habían llegado las obras de más

de cien artistas que profesaban ideas aliadófilas, entre ellos podemos destacar a Anglada

Camarasa, Ramón Casas, Rusiñol, Sorolla, los Ante, Inglada, Gargallo, Junyer, Celso

Lagar, Nogues, Ribas o Guezala.

Ante la oposición que mostraron los dueños de las galerías de arte de Madrid, la

Exposición terminó celebrándose en el antiguo palacio de Montijo, que muy pronto iba a

ser derruido. Este palacio aristocráctico se había convertido en Casino Militar; Centro

del Ejercito y Armada y, en su último soplo de vida, se revelaba por ello como escenario
318

ideal para albergar el homenaje de la cultura a aquellos españoles envueltos en la guerra.

Se acondicionó la planta baja, se pusieron alfombras, muebles antiguos y se levantó un

gran salón que contendría más de ciento sesenta obras. Este hecho fUe considerado como

‘un símbolo de un pequeño, pero fuerte núcleo nacional que levanta su tienda espiritual de campaña en
e
medio de una nación en ruinas, deshecha no tanto por la piqueta del tiempo como por lo cobardía

moral de los ocupantes” (89>. u.

Y, lo más importante, pretendía ser el principio de la creación de una nueva


a
España, así lo afinnaban sus organizadores: “ESPAÑA, como principio de conciencia de otra

España renaciente y vigorosa, ha tenido a gala ser el órgano de sentimiento de gratitud que si hoy es u>

privativo de una minoría dotada de clara intuición histórica, mañana será nacional” (90).
a

Interior de la Exposición de Legionarios


(ABC, Madrid, 5-1-1917)

El 3 de enero se realizó, a las siete de la tarde, el barnizado de las obras. La

mayor parte de los asistentes fueron numerosos artistas, personalidades políticas y


a

e
319

criticos de arte de los diarios y de las revistas madrileñas (La Época, El Liberal, La

Correspondencia de España y El Socialista) que frieron obsequiados con una cena.

Todos estos diarios se adelantaron a los demás, dando la exclusiva de la Exposición de

Legionarios. El Liberal y El Día, el 2 de enero, El Socialista, el 3 de enero, y La

Correspondencia de España publicaban el mismo artículo en el que se enumeraban cinco

datos importantes: el día de la inauguración oficial, el 4 dc enero de 1917; el lugar del

acontecimiento, la plaza de Santa Ana, r¡. 17; una exposición artística con cuadros de

artistas españoles y franceses; el destino de la venta de los cuadros, a favor de los

legionarios que luchan en el frente francés y, finalmente, el precio de la entrada de la

exposición, los jueves una peseta y los demás días 25 céntimos. La Epoca, por el

contrario, realizaba un artículo más amplio, en el que se citaban, además, los principales

artistas, sus lugares de exhibición y el cartel anunciador. Dicho cartel fue realizado por

Ribas y estampado por Mateu en dos colores. Representa a un soldado francés, en

primer plano, vestido con su traje de campaña hecho jirones en su parte inferior,

sujetando una bayoneta. Su rostro es altivo y firme, en contraste con la ruinosa presencia

de la catedral de Reims que aparece al fondo. Quedaba evidenciada la brutalidad de los

alemanes del mismo modo que la firme voluntad de las tropas aliadas por vencerla.

La inauguración oficial tuvo lugar al día siguiente permaneciendo abierta hasta el

día 20 de enero. El diario aliadófilo, La Correspondencia de España, se congratulaba de

este acontecimiento.’ “El semanario España. publicación independiente que tanto labora por la

educación espiritual del pueblo español, en todas las marnfestac¡ones de la cultura, se pronunció con

gallardía, desde comienzos de la contienda europea, por las naciones agredidas” (91). Al mismo

tiempo, indicaba de una manera definitiva qué tipo de Exposición artística era. Como
320

vimos con anterioridad, la idea inicial de Luis Araquistáin fue una Exposición pictórica
e
pero, a medida que fueron llegando las obras, la Exposición fue adquiriendo un carácter

más amplio; concurriendo en ella pintura, escultura, dibujos y grabados.

A las seis de la tarde quedó abierta la Exposición de Legionarios. Asistieron al e


acto personalidades del mundo de la política tan importantes como el embajador francés,

M.Geoffiay, el de Inglaterra y Lady Hardinge, el de Italia, los ministros de Bélgica y

Japón, el presidente del Consejo de administración ¡‘he Times, Mr. Walter, gran número

de diplomáticos y muchos periodistas tanto nacionales como extranjeros. A última hora


e’
de la tarde comenzó la venta y subasta de los cuadros, con la siguiente condición: las

obras no quedarian definitivamente vendidas hasta que no llegasen a Paris, puesto que se e

venderían al mejor postor de Madrid, Barcelona o Paris. También se realizaron algunos


a
donativos que se sumaron a la suscripción total, para el beneficio de los legionarios

españoles. a

La inauguración tuvo un gran éxito. Todos los diarios dedicaron a la muestra


m
comentarios y artículos. El Imparcial, con la firma de Francisco Alcántara, El Liberal

e
con la de Luis Oteyza, Heraldo de Madrid, con la de José Blanco Coris, La
Correspondencia de España, con la de José del Cacho, etc. También los diarios

germanófilos tuvieron algunas frases de elogio como El Día, que a través de Antonio de
e
Hoyos calificaba las personalidades de algunos de sus componentes; Araquistáin era

considerado como un hombre de fuerte mentalidad, Bagaría era un artista con una gran e

emotividad.., y concluía aludiendo a los demás componentes de la redacción, quienes


a
habian sabido organizar un acto de gran envergadura (92). Otros, como ABC y La

e
321

Acción, publicaron fotografias del acto de la inauguración oficial, con la asistencia de los

embajadores, ministros y algunas personalidades de la sociedad madrileña (93).

Apenas pasaron cuatro días de la apertura de la Exposición de legionarios cuando

la Dirección de Seguridad ordenó su clausura inmediata. Anteriormente, El Liberal de

Madrid había publicado un artículo que preludiaba el obstrucción de la muestra:

“La Exposición se abre al público esta tarde, y deben los aficionados acudir pronto a ella por

si le da la manía para cerrarla al Todopoderoso príncipe de Ratibur.. Todo ser4 como he indicado

antes, que se le ocurra pedirlo al embajador de Alemania. ¡JIabria que complacerle!” (94).

Pero, ¿cuáles fueron los argumentos para este cierre? El agente de policía que la

clausuró consideró ofensivas moralmente algunas de la obras expuestas. Sin embargo, la

causa de este incidente tuvo un cariz político. El de 5 de enero de 1917, el Ministerio de

Estado español recibia un comunicado urgente y reservado para el ministro Anialio

Gimeno de parte del embajador alemán Ratibur, quien le manifestaba su queja por la

clausura de una Exposición de caricaturas germanófilas en Sevilla alegando “que dichas

caricaturas fueron expuestas sin inconveniente en Madrid y Valencia previo examen de autoridades

competentes’~ (95) y pidiendo responsabilidades por la apertura de la reciente Exposición

de Legionarios en Madrid, por sus caricaturas y dibujos alusivos a Alemania. Ratíbur

ofrecía a ministro de la Gobernación un trato basado en la “solución acaso la más práctica,

que se permitiera volver a abrir la Exposición de Sevilla después de retirar caricaturas que sean

realmente injuriosas y retirar también de la Exposición a favor de legionarios españoles los dibujos y

caricaturas que puedan ser injuriosas para Alemania” (96).

Además, el 7 de enero aparecía en la portada de El Liberal el manifiesto de la

Liga Antigermanófila, justo horas antes del cierre de la Exposición, que tuvo lugar a las

ocho de la tarde. Este nuevo organismo nacía para hacer frente a] movimiento
322

germanófilo del país, y sus lineas directrices iban encaminadas a criticar la postura
0’

española en la guerra europea. La Liga se declaraba neutral, pero no en apariencia, como

el neutralismo germanófilo que había permitido la violación de los derechos

internacionales, como el asunto de suministros a los submarinos alemanes. Rechazaban


u.
su fUerza mecánica y la vida cotidiana de Alemania que llevaba a la ausencia de las
e
libertades. La Liga Antigermanófila exponia claramente su misión en el último párrafo de
su manifiesto: “llene a dar la batalla a los enemigos intestinos de España. a los que están sirviendo u

de la terrible tragedia europea para desviar de su seguridad internacional. La Liga .dntigermanófila se

llama así por española, por neutral y por humanitaria” (97).

El manifiesto se redactó por las principales personalidades de la intelectualidad

española: Pérez Galdós, Miguel de Unamuno, Miguel Blay, Luis Samarro, Juan
e
Medinabeitia, Nicolás Achicarro, Amadeo Vives, Rogelio Villar, Gustavo Pittaluga,

Manuel Azaña, Luis de Hoyos, Jacinto Picón, Augusto Barcia, Marcelino Domingo,

Femando Durán, Fabian Vida], Alvaro Albornoz, Luis Araquistáin, Mariano García
a
Cortes, MorelIa y Ramón Sánchez Día.z. Firmaron este manifiesto, además, miles de

españoles, entre ellos hemos de destacar muchos de los participantes de la Exposición de u

legionarios: Luis Bagaría, Apa, Llimona, Ribas, Zuloaga, Romero de Torres, Andreu,
e
Arteta, Bilbao, Canals, CIará, Lhardy... También lo firmaron catedráticos, maestros

nacionales, profesores, mercantiles, publicistas, diputados, senadores, alcaldes,

concejales, ingenieros, etc. La aparición de este manifiesto tuvo como primera

consecuencia la crispación de la embajada alemana, que veía cómo se estaban


u
organizando y realizando actos, con mayor frecuencia, a favor de los aliados. La

Exposición de legionarios simbolizaba un nuevo acto contra los alemanes. Los temas de e

a
323

las obras hablaban por si solos, entre ellos destacamos uno en concreto: “la brutalidad de

los alemanes destruiria la libertad de Europa”.

Siguiendo con el acto a los legionarios españoles, al día siguiente de su clausura

Araquistán, quien habían participado en la composición de la Liga Antigermanófila,

redactó una carta que envié a varios diarios - La Correspondencia de España, El

Imparcial, El País y El Liberal - para su publicación inmediata. El director de España

relataba asilo sucedido:

“Detúvose, con aire grave, frente a un aguafuerte de Abel Truchet, que representa a un Cristo

y unas mujeres enlutadas que le dicen, señalando a un camposanto cubierto de cruces: ‘~Vous aussi,

Seigneur. nous donnons nosfIs pour la paix du monde... ‘A su juicio este bello trabajo de arte es un

terrible peligro para nuestra neutralidad., ante un dibujo de Ribas, ‘Prisionero’, un soldado, de

nacionalidad indeterminada, sentado en el suelo y comiendo rancho. Como si este dibujo fuera la gota

de agua que iba hacer desbordar la repleta copa de la neutralidad española, decretó draconianamente:

>ueda cerrada esta Exposición!’ (98).

El tema de algunas de las obras fue considerado ofensivo para la neutralidad de

España; si esto fuera así, por qué no se cerró inmediatamente el día de su inauguración.

Recordemos por ejemplo, que diarios germanófilos como ABC, La Acción y El Día

hicieron mención de ella, también estuvieron presentes los embajadores de Inglaterra,

Francia, Italia, Japón, Bélgica y otros estados, además, y como dato curioso, dos

secretarios de la embajada alemana.

La opinión pública aliadófila sospechó que se trataba de otra maniobra alemana,

puesto que lo que ahora se juzgaba era la influencia de los alemanes en el Gobierno

español. Araquistáin denunciaba, en su carta, al Gobierno, cuya actitud conseguiría


324

“humillarnos a todos, nos pondría en ridículo ante el mundo entero, tan atento en estos instantes a los

asuntos de España” (99).

La situación española en aquellos momentos se hizo insostenible, los alemanes


e’
declararon el bloqueo submarino a las potencias neutrales, conviniendo a España en e]

centro de todas las miradas europeas. España había participado en el abastecimiento a los e

paises beligerantes, lo que originó grandes beneficios a nuestra economia. Sin embargo,
e’

ahora junto con el bloqueo, se producía el hundimiento de barcos españoles, que

provocaron una gran división en la opinión pública. El Gobierno español no podía

permitir el cierre definitivo de la Exposición porque estaba en juego su soberanía. Los e


diarios como El Socialista atacaban al gobierno pidiendo aclaraciones “Digase de una vez si
u
estamos bajo la dictadura de Ratibory proclámase por real decreto la indignidad nacional” (100).
La revista España relacionó el cierre de la Exposición con aquellos que hablan u

organizado una muestra de caricaturas germanófilas en el salón Iturrioz, en octubre de

1916:

“Sabemos que en la sombra han trabajado incesantemente lo que se sentían un poco en

ridículo al contrastar nuestra Exposición con la gemanófila que ellos organizaron, pagando a peso de

oro obras de escaso valor artístico, mientras todas las nuestras fueron donadas por sus autores. La

clausura de unas horas por la policía obedeció, ahora podemos decirlo, a la presión extranjera que
a
gravita sobre toda la vida española, aunque el pretexto fuera una tecniquería ordenancista. Pero

fracasó aquel golpe y cuantas tentativas se hicieron posteriormente en idéntico sentido. Rastó con no

colgar dibujos como el titulado Ensayo de kultura, que representa un obeso soldado con casco en punta

descuartizando a un niño; pero estos dibujos estaban en la &posición. aunque no en las paredes, y
e

pudieron verlos cuantos tuvieron gusto en ello” (101).


u

a
1325

La Exposición de legionarios se consideró como un nuevo torpedeamiento

alemán por no llevar salvoconducto, causa por la cual unos días antes, el 8 de enero,

habia sido hundido un buque español, el “San Leandro”. Al día siguiente del cierre de la

muestra, el ministro de Gobernación, Ruiz Jiménez, realizó sus declaraciones a la prensa,

que relacionó el origen de la clausura con una Real Orden dictada el 6 de diciembre de

1916, publicada al día siguiente en la Gaceta de Madrid. Esta Orden hacía referencia a

“las exhibiciones en lugares públicos, bien por invitación, bien por precio, de cintas cinematográficas

o de colecciones de cuadros y dibujos relacionados con la guerra que aflige a gran número de naciones

amigas” (102). Por este motivo, el ministro consideró la necesidad de otorgar con

antelación una autorización para la realización de actos públicos y manifestó que se había

prescindido de la autorización, como se exponía en la Real Orden de 1916. Una vez

cumplido el trámite, la Exposición de Legionarios abrió de nuevo sus puertas bajo la

supervisión de algunos miembros de la Dirección de Seguridad, como Blanco y Gullón.

El Ministerio de Estado alegaba, el 20 de enero de 1917, que, tras cumplir “este requisito

se le autorizó por estimar la Dirección de Seguridad que ninguno de los cuadros o dibujos alusivos a la

guerra ofenden a los Soberanos de los países beligerantes ni a sus Ejércitos, único motivo para poder

acordar la prohibición con paso de tanto de culpa a los Tribunales de justicia. Sin someter una

arbitrariedad, que naturalmente, seria discutida, no se puede proceder de otro modo” (103).

Por su parte, en declaraciones oficiales, el propio Romanones llegó a constatar:

“Es lástima que cuando nos preocupan otras cuestiones de más importancia se emplee el tiempo en

reclamaciones. Con que hubiese dado ejemplo el Gobierno no cerrando vergonzosamente la

Exposición se habría ahorrado ahora esa lamentación cocodrilesca” (104).


326

Sin embargo, la embajada alemana consideró este hecho un insulto a su


0’

emperador como afirma en documento del 30 de enero ya que no se retiraron algunas


- -

de las caricaturas que injuriaban a Guillermo 11(105). Respecto a la Exposición de

caricaturas germanófilas en Sevilla, a diferencia de la de legionarios que sí se volvió

abrir, no se permitió su apertura y por ello, la embajada alemana insistía ese mismo 30 de
e
enero (106). El embajador alemán, Ratibur, no cesó de enviar comunicados al ministro

Amallo Gimeno, como el del 19 de febrero, sobre las principales censuras que se le a

hacían en esta guerra propagandística en un país neutral como era España, y que se
u
relacionaban no sólo con los temas de las caricaturas sino que, además, se referían a

transmisiones radiotelegráficas y películas (107). El 23 de febrero, el Gobierno español, a

ante tanta contsión, intentaba dejar claro su papel respecto a estos temas
a,
propagandísticos, siendo uno de los mejores ejemplos la carta que escribió el Ministerio

de Gobernación al ministro de Estado Amalio Gimeno (108). u

VS. MIGUEL DE UNAMUNO Y LA POSTURA DE “ESPANA” EN LA GRAN


a
GUERRA

Luis Araquistáin consiguió más propaganda de la esperada, el país entero supo lo


e
ocurrido. El Gobierno había sabido reaccionar ante el cierre de la muestra y Araquistáin

aprovechó la ocasión para lanzar de nuevo a todo el país el manifiesto de la Liga u

Antigermanófila, a través de los diarios aliadófilos (La Correspondencia de España, el


e
19-1-1917, El País, el 19-1-1917, El Liberal de Barcelona, 21-1-1917, el de Bilbao

a
327

22-1-1917). En estos momentos, la revista España admitía ser el órgano oficial del

nuevo organismo y además comunicaba al pueblo español un gran acto público que

tendría lugar el 28 de enero de 1917, “el certamen aliadófilo”, como lo calificaron

algunos diarios, que continuó abierto, en un principio hasta el 20 de enero. Sin embargo,

a causa de la propaganda que dio lugar a una masiva asistencia de público y del

llamamiento realizado por la revista España para el ofertamiento del precio de las obras,

la exhibición se prolongó cinco días, hasta el jueves 25 de enero.

El domingo 28 de enero, a la una de tarde en el Palace Hotel tuvo lugar el

mencionado acto público. El semanario España celebraba su comida anual siguiendo la

costumbre de años anteriores pero, la novedad fue el pronunciamiento de un discurso

por el invitado de honor: Miguel Unamuno. Este convertido en uno de los líderes

espirituales de la vida cultural española, pronunciada una interesante conferencia como

prólogo a la constitución de la Liga Antigermanófila. Ante más de 200 invitados, entre

los que se encontraban muchos de los participantes en la Exposición de legionarios como

Bilbao, Lhardy, Lagar, Bagaría, Zubiaurre, Vegue, Echevarría, Romero de Torres y

otros, periodistas, científicos y políticos, Miguel de Unamuno realizó una gran crítica a la

germanofilia de España, haciendo referencia a las especies de trogloditas que existían en

España:

“Y tenéis que podemos dividirlos en tres clases: el elemento conservador, llamémosle así, uno

clerical y militarista, una burguesía y una gradeza de holgazanes antipoliticosy anhciviles...” (109).

Unamuno consideró la Liga como “el principio de una verdadera política española,

reforma hecha mirando a toda España no con horizonte estrecho provinciano’ (110). El acto que se

celebró contenía diversos contenidos que el semanario España dividió en varios


328

epígrafes: 1. ESPAÑA Y “ESPAÑA”, 2. “ESPANA” Y SU ESPIIRITU DE CRITICA,

3. “ESPANA” Y LA GUERRA. En éste último, la redacción explicaba su esfuerzo ante

el tema de la guerra:

Así hemos organizado la Exposición de los Legionarios, con un éxito que también ha
a
superado a todas nuestras esperanzas, y hemos echado las bases de la Liga Antigermanófila, que puede

ser no sólo un vigoroso instrumento de transitoria política interior, sino también, como señaló a

Unamuno, el principio de muchas otras cosas” (111).


a
Sin embargo, para la prensa germanófila el discurso contenía notas de

antípatriotismo por parte del señor Unamuno; La Nación argumentaba que había a

“insultado a gran número de españoles admiradores de Alemania y deseosos de que Inglaterra y sus
e’
cómplices sean aplastados” (112). Más tarde, la Liga citaba a sus miembros a una reunión

pública: e’

“Se convoca a los aliados de ivíadrid. de la Liga antigermanófila a una reunión de celebraráse
a
hoy jueves, a las siete de la tarde. Esa reunión se efectuará en el núm. 8 de la calle del Prado (piso

primero), y tendrá gran importancia. El Directorio Provisional de la Liga nos ruega digamos que no
u
han sido hechas invitaciones particulares, y que recomienda a todos los afiliados puntual asistencia”

(113). Este fue uno más de los muchos motivos que crisparon ala embajada alemana que e

lamentaba, el 15 de febrero de 1917, el incumplimiento de la neutralidad española:


a
“Je me permets d ‘attirer votre attention sur une invitation de la Liga Antigermanófila á une

réunion qui doit avoir lieu ce soir ¿ sept heures, Calle del Prado, n.8. Le but est clair et les injures ne a
man queront pos. La réunion est publique, comme vous verrez dans la derniére phrase du communiqué

ci-joint pub lié para la Correspondencia de España (6 mañana, 15 février, secundo edition para

Madrid).
a
J ‘ai tante confiance en ce que les autorités competentes prennent des mesures éflcaces pour

empécher una démostration qui certainement ne serait pas en accord avec la neutralité de 1 Espagne... a

(114).
a

a
329

V.6. EXPOSICIÓN DE LEGIONARIOS EN BARCELONA Y EN PARIS

Clausurada definitivamente la Exposición de Legionarios en Madrid fue

transíadada a Barcelona. El 5 de febrero, a las seis de la tarde, fue inaugurada

oficialmente la muestra ubicada por la cantidad de sus obras en las Galerías Layetanas y

en el saloncillo de la redacción del diario catalán La Publicidad. Ésta última fue

organizada con carácter privado, solamente para amigos de la redacción del periódica. El

acto se celebró en la sala principal del Fayans Catalá. A la fiesta asistieron numerosas

personalidades del arte y de la literatura catalana que fueron obsequiados con una cena.

En nombre de la revista España asistió a la apertura su redactor Diez Canedo.

tA - —

~
5,.

Interior de la Exposición de Legionarios en las Galerías Layetanas de Barcelona


(España, Madrid, 22-2-1917)
330

La exhibición fue acogida con un gran entusiasmo; los diarios barceloneses, al

igual que los madrileños, se hicieron eco de ella. El Liberal de Barcelona divulgaba la

misión de la Exposición.’”Por la causo de la libertad supremo ideal que late en el alma de los

verdaderos artistas”(115). Por su parte, El Poble Catalá afirmaba que: ‘Barcelona la ciudad
a
española de más declarado aliadofilia tiene que sentir por estos hijos de España que ahora luchan en

losflíasfrancesas y inglesos... el más grande amor y el más grande orgullo. Muchos de los legionarios

son catalanes... “ (116).


e’
Se clausuró el 15 de febrero y no se pudo prorrogar, como en Madrid, por

contratos anteriores de las Galerías Laíetanas, aunque el saloncillo de La Publicidad —

albergó durante algunos días más las obras de los artistas. Al acto acudieron conocidas
e
figuras del arte y la literatura, además de una numerosa representación de la colonia

belga y francesa que se encontraba en Barcelona por motivos bélicos. Entre los escritores e’

podemos destacar a Josep Carrer, J.M. López Picó, Joaquín Montaner quienes realizaron
e
algunas composiciones para la ocasión. Según nos cuentan las crónicas acompañó a estas
u
poesías al piano se encontraba el maestro F. Longás M. Chasselet, hija del vice-cónsul
- -

belga en Barcelona, quien cantó las obras de numerosos compositores franceses. a

Por último, la capital francesa debería haber albergado la Exposición de


e
Legionarios. Sin embargo, creemos que ésta no llegó a realizarse. Pocos datos podemos

aportar al no haber conseguido localizar documentación alguna relacionada con los a

preparativos. Sólo diremos que, por un lado, La Ven de Catalunya, el 20 de febrero


a
publicaba la escasa probabilidad de que se ceiebrara esa muestra:

“No sabemos todavía si los obras serán expuestos en París, como se había dicho, se instalarán a

mientras tanto en nuestro salón de La Publicidad de allí serán reexpedidos o Madrid, para subastar los
m
que no hallan tenido oferto” (117) y, por otro, la revista España anunció, el 17 de enero de

e
331

1918, una rifa de aquellos cuadros que no pudieron venderse ni en Madrid ni en

Barcelona.

V.7. PARTICIPANTES EN LA EXPOSICION DE LEGIONARIOS

No hemos querido realizar anteriormente ningún tipo de comentario,

exceptuando los necesarios, acerca de los artistas que participaron en la Exposición de

legionarios por considerar imprescindible dedicarles un capítulo aparte. El ambiente

cultural de España de los primeros años de siglo está representado perfectamente en esta

exhibición de arte. Creemos que fueron aproximadamente ciento sesenta artistas los que

participaron en este acto, representando como ya se ha dicho la mayor parte de los

tendencias existentes en España. Por esta razón, muchos de los artículos que la

dedicaron atención se referían a ella como “La Exposición de España” y no como “La

Exposición de legionarios”; por un lado, aludiendo a la revista organizadora y, por otro,

considerándola como una masiva representación del arte español contemporáneo.

En el transcurso del certamen fueron sumándose los nombres de otros artistas

españoles. Por esto motivo, hemos considerado más oportuno realizar una lista con los

primeros participantes e ir agregando los nombres que se integraron en ella. En la

inauguración madrileña los artistas españoles que donaron sus obras fueron: Abad,

Arteta, José y Alberto Arrúe, Aragay, Apa, Andreu, Antón, Luis Bagaría, M. Baldo,

Bacarisas, Bea, Benedito, Bergamin, Bilbao, Ramón Casas, CIará, R. Calvet, Canais,

Casanovas, Carlot, Caríes, Cardunets, Casals, Camins, Chico, Colom, Corredoira,

Durán, A.Dosau, Echevarria, Espina, Farré, Fabian, Florenza, Galwey, Gargallo, Gili,
332

Guardiola, Gúel, Guezala, Ibels, Inglada, Jonas, Junceda, Juñer, Junyent, Junyer,

Labarta, Celso Lagar, Lafita, Lhardy, López Mezquita, José y Juan Llimona, Maeztu,

Martiarena, Mapuix, Mayo11, Moya del Pino, Moisés, Muriel, Nogués, Nonelí, Néstor,

Nieto, Pasarelí, Prat, Padilla, Petit, Pi de la Sierra, Picarol, Puig, Ramirez, Ribas, R.oig,
u

Rusiñol, Sabater Sancha, Vidal, Sorolla, Tayreda, Tito, Vayreda, Vázquez Diaz,

Unturbe, Una, Zamora, Zaragoza, Valentin y Ramón Zubiaurre.

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5*

u’

Aurelio Arteta, Fraternidad


m
(España, Madrid, 18-1-1917)

u
333

La participación no sólo se redujo a la producción nacional, sino que se vió

enriquecida con el aporte de los siguientes artistas franceses: Cartégle, Delaw,

Devamber, Faivre Abel, Forain, Hansí, Herman-Paul, Humber, Bettina Jacometti,

Jocomli, Jou, Laroche, Leandre, Maurice Neumont, Morin Louis, Namn, Poulbot, Redon,

Roubi]Ie, Scandre, Steinlen, Truchet Abel, Weder, Widhopf, Wiflette y Xliii.

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Hernian-Paul, La atonomia de Polonia
(E.spaña, Madrid, 11-1-1917)

Posteriormente, se añadieron nuevas firmas como la de Acosta, Andreu,

Arizmendi, Miguel Blay, Berne, Bellecourt, Bonet, Camara, Cardona, Carlo, A.Doban,

Dobón, Domingo, España, Farré, R. Franco, Garí, (Iras, Gómez GáIve~ Iturrino, Julio

Antonio, R. Lafora, Olegari, M. Peña, Peruche, Poyo, Puch, Radiquet, Pican, La Rocha,

Ruano, Cristóbal Ruiz, Seijas, Serrano, Tobias, Ubach, Varela, Vega, Vegué y Viglietti.
334

El 13 de enero El Pais anunció la llegada de obras de Valencia, Sevilla y otras

que venían de Madrid. Tres días más tarde llegaban los cuadros de Romero de Torres y

de Ruiz Acosta. Heraldo de Madrid, el 29 de enero, dedicó exclusivamente un articulo

bajo el titulo “Un cuadro de Saint-Aubin para los legionarios” a un nuevo participante, el u’

artista Saint-Aubin. La hermana del artista donaba una obra para ser expuesta en
mr
Barcelona, puesto que fue enviada después de la clausura de la Exposición en Madrid,
En su nuevo escenario barcelonés, el número de participantes continuó aumentando: mr

Badrinas, Benet M. y R., Cardona, Jaume Guardia, Srta. Malagarriga, Mir, Monturiol,
e’
Josep Nuri, Pascual, Sabater y Mur. Al mismo tiempo Galwey, que ya había hecho

donación de una obra, celebraba una Exposición individual de paisajes en las Galerías e

Laietanas, una de cuyas obras un aguafuerte volvió a donar. El carácter internacional


- -

a
de la edición barcelonesa estuvo representado por los rusos, Sergio Charchoune y Elena

G’runhoff, residentes en Barcelona. El primero, contribuyó con dos lienzos y la segunda,

con un mosaico. En los días previos de la clausura se recibieron las obras de Anglada
u

Camarasa, Torres García, Mas y Fontdevilla.


u

La variedad de propuestas que se perfilan en la pintura española a primeros de

siglo justifica la dificultad para definir minuciosamente las obras de estos artistas. Por
u
este motivo hemos considerado más orientativo agruparlas en dos grandes bloques,

atendiendo al mayor o menor grado de acercamiento a las tendencias más modernas del u

panorama europeo. En el primer grupo hemos seleccionado aquellos artistas que gozaron
u
del favor del público y de cierta critica y que, según su distribución geográfica, podemos

dividirlos en tres áreas: el Pais Vasco, representado por Valentin y Ramón Zubiaurre, e

e
335

Juan Echevarría, A.rizmendi y Maeztu; Cataluña, formada por J. Llimona, Ramón Casa,

Rusiñol, Anglada Camarasa, Noneil, Josep Aragay, CIará y Casanova. Por último, el

resto de la Península, compuesto por obras de Romero de Iones, Acosta, López

Mezquita, Cristóbal Ruiz, Gonzalo de Bilbao, Sorolla, Manuel Benedito, Julio Moisés,

Canals, Bagaría, Néstor, Pibas, Tito, Gúcí, Moya del Pino, Colom, Sandia y Zamora.

El segundo grupo está compuesto por artistas que van abriendo nuevos caminos

estilisticos en aras de la renovación artística española como Vázquez Díaz, Celso Lagar,

Sunyer, Gargallo, Inglada, Guezala, Juñer, Arrúe, Arteta... Respecto a los artistas

extranjeros, la mayoría de ellos eran dibujantes, exceptuando algunos como Bettina

Jacomet’ti, Sergio Charcoune y Elena Grunhoff, refugiados por la guerra, por aquel

entonces se encontraban en realizando exposiciones en Barcelona.

_tú
___a

Abel Truchet, Nosotras también, Señor damos nuestros lugos por la paz del mundo
(España, Madrid, 18-1-1917)
336

V 8 TEMÁTICA DE LAS OBRAS EXPUESTAS

Las obras expuestas pasaron de las doscientas cincuenta. El diario El Pais la

calificó como una “Exposición Universal”, no por la calidad de los cuadros sino por Las
u’
firmas que allí aparecieron reunidas: “Las diversas maneros de hacer dentro de una totalidad de

artistas contemporáneos, que es casi absoluta y abarca cuantas escuelas hoy se conocen” (118). a

Como era de esperar, el público acudió a admirar las obras de tantos y tan buenos
a
artistas, pero ¿qué temas causaron mayor interés? El conflicto bélico, presente en todos

los rincones de la sociedad española, produjo una gran expectación, como pudimos a

observar en la clausura de la Exposición por la Dirección General de Seguridad.

Podemos discernir claramente dos tendencias temáticas, aquella centrada propiamente en

la guerra realizada principalmente por artistas belgas y franceses, aunque también por
- a

españoles - y aquellos asuntos ajenos al conflicto bélico, representados por los artistas

españoles. Predominan en la Exposición los trabajos de los dibujantes y de los

caricaturistas con satíricas alusiones a la contienda. Por este motivo se realizaron

numerosas críticas, como la del diarios La Nación, en cuya sección de arte, Federico

Sanchiz criticaba que ‘la mayoría de los artistas son conocidos, y casi todos se limitaron a enviar
e’
un croquis, una mancha de color” (119). Además, esta abundancia de dibujos significó para la

prensa germanófila un símbolo de escasa calidad artistica: a

“Se va allí en busca de la ganga. Y las hoy, las hay en abundancia como no podía menos
e’
donde se encuentran firmas como la de Forain, Bilbao, LópezMezquita, Néstor,..” (120).

a
337

La gran mayoría de los dibujos franceses poseían una intensidad dramática que

aludía a la gran tragedia europea. Pero, como dijo Antonio de Hoyos, corresponsal de El

Dia, “¿Cómo exigirles serenidad espiritual; ellos que sufren?” (121). La guerra,

inevitablemente, era su único asunto. Una guerra con dolor y con angustia, como

demuestra el titulo que Bettina Jacometti dió a una de sus obras marcada por el horror y

la tragedia “~La guerra y la muerteU’. Los organizadores, desde el principio, quisieron

que todos los trabajos girasen en torno a la guerra; pero esto no se llevó a cabo por dos

razones. La primera, porque esto retrasaría demasiado la inauguración del certamen

puesto que los artistas deberían realizar trabajos inéditos y la segunda, porque supondría

un acto propagandistico y la ruptura de una supuesta neutralidad,

Louís Jou, Los que resisten


(España, Madrid, 11-1-1917)

Algunos españoles, en efecto, expresaron la tragedia de un modo más cauto. Así

nos lo muestra el dibujo de López Mézquita que representó sobre un papel gris, una

mujer de la Cruz Roja, “La enfermera”, según Oteiza “dotada de un gran senflmienro y una

ron expresión” (122). Por el contrarío, otros consideraron más importante ilustrar la
338

realidad de la guerra. Vázquez Díaz, por ejemplo, envió cuatro dibujos alusivos a la

contienda. Ribas presentó “Un prisionero”, un soldado de nacionalidad indefinida,


u
sentado en el suelo comiendo, que provocó como vimos el cierre provisional de la

Exposición de legionarios. u’

u-

Y—
-Za--’
u

¿ u-

u
‘a

Forain, En la trinchera Ribas, Herren 0ffcíeren


e’

(España, Madrid, 11-1-1917) (España, Madrid, 18-1-1917)

Desde una postura neutralista, sin pretender participar conscientemente en la


a
guerra, se donaron muchas otras obras de tenias muy diversos. La impresión que

produjeron las obras ante la crítica fue, en general, muy positiva. La muestra se a

consideró como un paso más hacia un resurgir artístico en el marco de una “Nueva
a
España” y así, el crítico de arte del diario El Pais, Arturo Mori, escribió.’ “Producen esas

obras lo más lúcido de nuestro nacimiento artístico” (123). Incluso la prensa germanófila a

reconoció la presencia de los grandes renovadores: “Hagamos notar que unos y otros forman
a
la vanguardia de los innovadores”(124).

a
339

Como había estado ocurriendo a fines del s.XIX y primeros del s.XX, muchos de

nuestros pintores se vieron influidos por la pintura francesa. Así lo demostraron sus

obras y las criticas a éstas: “Lo observación general de la mavoria de los ardstas aliadófilos lo son

hasta el extremo de imitar lo pintura francesa, cuando no incurren en pecado de germonoJilia, por

conducto de Munich” (125).

Para los diarios La Epoca y La Correspondencia de España lo más importante

de esta Exposición fueron las obras Rusillol, Romero de Torres, Rodríguez Acosta, Juan

Echevarría, Manuel Benedito, los Zubiaurre, Nestor, A. M.Nieto, López Mezquita; las

esculturas de Canova y Julio Antonio y los dibujos de los artistas franceses.

Anselmo Miguel Nieto, Retrato Nogues, Aguafuerte


(España, Madrid, 22-1-1917) (España, Madrid, 25-1-1917)
340

u’

V 9 RESULTADO DE LA RIIFA DE LA EXPOSICIÓN DE LEGIONARIOS


e

Clausurado definitivamente el certamen artístico muchas de las obras expuestas u-

no se vendieron, que fueron, en total, ciento nueve obras que presentamos a


e
continuación (126):

1. Anglada,óleo. 22. Ibels, dibujo. u-

2. Mir, pastel. 23. Ibels, íd.


e
3. Ramón Casas, dibujo al carbón. 24. Apa, caricatura.

4. Canals, retrato. 25. Apa, íd. —

5. Rodríguez Acosta, óleo. 26. R.Franco, aguafuerte.


e
6. Casanovas, escultura. 27. REranco, id.
e
7. Nogués, aguafuerte. 28. Leal Cámara, caricatura.
8. Lhardy, aguafuerte en colores. 29. Inglada, dibujo. u

9. Bagaría, óleo 30. Vázquez Díaz, aguafuerte.


e
10. Junyent, apunte. 31. Léandre, dibujo.

11. Junyent, íd. 32. Léandre, íd. —

12. Fabián, óleo. 33. Neumont, íd.


e
13. Bea, pastel. 34. Neumont, litografia numerada

14. Sunyet, acuarela. 35. Saint Aubin, óleo. e

15. Miguel Blay, apunte. 36. Jonas, acuarela.


e
16. Jou, grabado madera. 37. Jonas, íd.

17. Mas y Fontdevilla, óleo. 38. Jonas, litografia. u

e
341

18. Vázquez Diaz, dibujo. 39. Ibels, dibujo.

19. Vázquez Diaz, aguafuerte. 40. Ibels, íd.

20. Vázquez Díaz. íd. 41. Abel Truchet, dibujo.

21. Andreu, acuarela. 42. Abel Truchet, caricatura.

43. Abel Truchet, íd. 67. Larocha, paisaje.

44. Tito, caricatura. 68. Lafita, caricatura,

45. Inglada, dibujo. 69. Guardilo, marina.

46. J. Arrúe, caricatura. 70. Cristóbal Ruiz, paisaje.

47. Nain, caricatura. 71. Ana Dosau, pastel.

48. Nam, íd. 72. Ubach

49. Nam, dibujo. 73. Labarta, dibujo.

50. Nam, íd. 74. Labarta, id.

51. Nam, caricatura. 75. Casals Peipoch.

52. Ribas, íd. 76. Sabater, marina.

53. Picarol, íd. 77. Vegue, paisaje.

54. Picarol, íd. 78. Junceda, caricatura.

55. Picarol, íd. 79. Lafora, paisaje.

56. Picarol, íd. 80. Pasarelí, caricatura.

57. Picarol, íd. 81. L. Dubon.

58. Picarol, íd. 82. Gargallo.

59. Picarol, íd. 83. Manaut Viglietti, naturaleza


342

60. Picarol, íd. 84. Manaut Viglietti, paisaje.


61. Picarol, íd. 85. Petit, paisaje.

62. Picarol, íd. 86. Romero Calvet, dibujo.

63. Bonet, óleo. 87. Romero Calvet, íd.

64. Arizmentdi, íd. 88. Florera, acuarela.


u’
65. Roig, íd. 89. Ruano, óleo.

66. Espina, aguflherte. 90. Ricart, acuarela. a

a,

91. M. Benet, paisaje. u’

92. P. Chico, dibujo.


u-
93. Gómez Gálvez, paisaje.

94. Charchoune, óleo. a,

95. Mapuix,id.
a

96. Uña, paisaje.


a
97. Ridiguet, dibujo.

98. Zamora, dibujo. a

99. Zamora, íd.


e’
100. Bettina Jacometti, dibujo.

101. Abad, caricatura. e’

102. Bergamín, dibujo a lápiz.


e’

103. Oras, cabeza.

104. Poyo, íd. a

a
343

105. GÉlel, dibujo.

106. Bradinas, óleo.

107. Vázquez Diaz, aguafUerte.

108. Inglada, dibujo.

109. Serrano, escultura.

Los escasos medios de organización de la revista España impidió recoger los

cuadros que no pudieron venderse ni en Madrid ni en Barcelona, donde se encontraban,

retrasando así la liquidación del homenaje a favor de los legionarios. Una vez reunidos, la

redacción de España decidió rifarnos entre sus lectores. Se realizaron unas papeletas por

valor de cinco pesetas. La rifa se anunció en el semanario de España, el 17 de enero de

1918, y en algunos diarios madrileños. Desde febrero a julio se publicaron pequeños

anuncios de la rifa. El anuncio se titulaba “Nuestra Rifa” y contenía algunas notas sobre

la ¡Ifa:

“La rifa de los cuadros que sobraron de nuestra Exposición en pro de los legionarios

españoles ha tenido una halagiieña acogida por parte de nuestros lectores. Ya se han vendido algunos

centenares de papeletas. No se retrasen los que tengan el propósito de adquirir una o varias. La rifa se

verificará por el sistema corriente de la lotería y ante notario, tan pronto como queden despachados

todos los billetes” (127).

La venta de los cuadros tuvo lugar el 29 de julio de 1918, a las seis de la tarde, en

la sede de la redacción, calle del Prado, n. 11. (128).


344

VIO. APENDICES

NUMERO 1

En nuestras investigaciones sobre la Exposición de legionarios no hemos

encontrado su catálogo, por este motivo hemos decidido relacionar las obras que se

expusieron con los distintos artículos en las que han sido localizadas.

Obras francesas

1. Paul Hermann y Abel Faivre: cuadros alusivos a la cruente guerra.

Paul Hermann, El náufrago neutral (después del torpedeamiento), a su compañero: Tú,

por lo menos, eresfrancofi lo; pero yo, que soy germanófila.. (España, Madrid,

1-2-1917) y La autonomía de Polonia (España, Madrid, 11-1-1917).

2. Widhopf y Gond: alegorias sobre la guerra europea (Heraldo de Madrid, 4-1-1917) y

Miss Cavelí, (España, Madrid, 25-1-1917).

3. Abel Truchet: aguafuerte que representa a un Cristo y unas mujeres enlutadas que

dicen: Nous auss¡ seigneur, nous donnons nosfis pour la paix ¿tu monde, (El Liberal,

Madrid, 5-1-19170 España, Madrid, 18-1-1917).

4. Forain: dibujos en las trincheras, (España, Madrid, 11-1-1917).

5. Radiquet: dibujo cuyo lema fije: “En France le soureair ¿tu Roi gran coeue

infarísable of la siucera expresión de agradecimiento que en Francia y en las demas

Naciones beligerantes sienten por nuestro Monarca “, (La Época, Madrid, 11-1-1917).

6. Laroche: Procesión.

:
345

7. Louis Jou: Los que resisten, (España, Madrid, 11-1-1917).

Obras españolas

1. Luis Bagaría: un cuadro con varios dibujos y algunas caricaturas, (EJ Día, Madrid,

6-1 1917).
-

2. Los hermanos Zubiaurre: estudio de cabezas, (El Día, Madrid, 6-1-19 17).

3. Maeztu: mujer pintada según Hoyos y Vivent


- - con ese relieve y brillantez de colorido

característicos de él “, (El Día, Madrid, 6-1-1917).

4. Nonelí, cuadro donado por sus herederos.

5. Saint-Aubin: estudio de una campesina de Avila según José Blanco Coris


- - a la puerta

de una casa, destacándose en oscuro sobre un fondo de cielo y lejanías en las que se ven una iglesitz

casas y paisaje iluminado por el sol Un cuadro muy acertado de factura y de color y muy bien

dibujado, (Heraldo de Madrid, 29-1-1917).

6. Zamora y Ramírez: acuarelas, (El Día, Madrid, 6-1-1917).

7. Lafita: apuntes de albúm, (Heraldo de Madrid4 4-1-1917).

8. Santiago Rusiñol, paisaje - según Luis Oteyza - con vista de un pueblo con las casas

blanqueadas, (El Liberal, Madrid, 4-1-1917, El Día, Madrid, 6-1-1917 y Heraldo de

Madrid, 4-1-1917).

9. Zaragoza, aldeana alsaciana, (El Liberal, Madrid, 4-1-1917 y Heraldo de Madrw5, 4-

1-1917).

10. Ramón Casas, un busto según José Blanco Coris-


- “que se venderá enseguida,

porque es de las que acostutnhra hacerlos días defiesta”, (Heraldo de Madrid, 4-1-1917).

:
346

11. Llimona, Desnudo, (Heraldo de Madrid, 4-1-1917).

12. Néstor, Cabeza de una dama del siglo XVIII a lápiz, (Heraldo de Madrid, 4-1-1917

yEl Día, Madrid, 6-1-1917).

13. Moisés, Cabeza de seminarista, (Heraldo de Madrid, 4-1-1917 y El Día, Madrid

6-1- 19 17).

14. Peña, cabeza al pastel, (Heraldo de Madrid, 4-1-1917).

15. Tito y Picarol, caricaturas, (Heraldo de Madrid), 4-1-1917.

16. Andreu y Lardhy, aguafuertes.

17. Labarta, dos dibujos a pluma.

18. Nogués, La moza del cántaro y aguafuertes, (El Liberal, Madrid, 8-1-1917 y

España, Madrid, 25-1-1917).

19. Julio Antonio, La poesía, (España, Madrid, 25-1-1917).

20. José Arrúe, Comentando: la guerra en una aldea vasca, España, Madrid,

1-2- 1917).

21. Anselmo Miguel, Retrato, (España, Madrid, 25-1-1917).

22. Arteta, Fraternidad, (España, Madrid,18-1-1917).

23. Ribas, Herren officieren, (España, Madrid, 18-1-1917).

NUMERO 2

Lista de los números de las papeletas premiadas y los premios que les

correpondieron: Papeleta núm. 10 cuadro núm 84, autor Manaut Viglietti.-15,1 11.

Riquer.- 16, 92 P.Chico.- 17,62 Varela de Seijas.-19,77 Vegue.-22,10 Junyent.-29,60

Picarol.- 33,72 Ubach.- 35,109 Martínez Ballester.- 40,70 Cristóbal Ruiz, 43,113

Malagarriga.- 46,82 Gargallo.- 51,7 Nogués.- 45,50 Nani.- 54,71 Ana Dosau.- 56,81
34,7

Dobón.- 57,11 Junyent.- 58,5 Rodríguez Acosta.- 59,83 Viglietti.- 60,80 Pasarelí.- 64,9

Bagaria.-73,66 Espina.- 79,20 Vázquez Diaz.-82,61.- Picarol.- 83,78 Unceda.- 84,42

Abel Truchet.- 87,49 Nam.-90,1 10 Namn.- 96,74 Labarta.- 98,112 Apa.-101,57 Picarol.-

102,25 Apa.- 105,16 Jou.- 106,32 Léandre.- 108,17 Nam.- 109,48 Nam.- 111,12

Fabián.- 114,38 Jonas.- 115,99 Zamora.- 118,75 Casals.-121,65 Roig.- 122,22 Ibels.-

124,44 Tito.- 133,95 Mapuix.-134,41 Abel Truchet.- 136,51 Nam.-137,37 Jonas.- 141,4

Canals.- 144,27 Franco.- 145,6 Casanovas.- 159,108 Inglada.- 166,64 Arizmendi.-.

170,13 Bea.- 171,93 Gómez Gálvez.- 172,17 Max y Fontvilla.- 175,98 Zamora.- 181,18

Vázquez Díaz. - 186,26 Franco. -187,23 Ibels. - 188,29 Inglada. -190,33 Neumont. -

194,96 Uña.- 199,89 Ruano.- 200,30 Casanovas.-205,54 Picarol.- 206,34 Neumont.-.

211,3 1 Léandre.- 212,94 Charcoune.- 213,35 Aubin.- 216,58 Picarol.- 225,107 Vázquez

Díaz.- 226,24 Apa.- 227,103 Gras.- 232,76 Sabater.- 243,87 Romero Calvet.- 237,79

Lafora.- 241,85 Petit.- 244,73 Labarta.- 250,46 Ante.- 251, 91 Benet.- 256,28

Camara.- 258,40 Ibels.- 261,45 Inglada.- 262,102 Bergamin.- 263,15 Blay.- 264,3

Casas.-267,8 Lhardy.- 269,101 Abad.- 277,14 Sunyer.- 278,52 Ribas.- 282,55 Picarol.-

283,59 Picarol.- 287,53 Picarol.- 295,97 Ridiguet.- 297,43 Abel Truchet.- 298,100

Jacometti.- 299,39 Ibels.- 30 1,104 Pobo.- 304,63 Bonet.-305,2 Mir.- 306,88 Florenza.-

309,36 Jonas.- 311,67 Larocha,- 313,19 Vázquez Diaz.- 314,68 Lafita.- 318,90 Ricart.-

319,69 Guardiola.- 321,21 Andreu.- 323,106 Badrinas.- 324,86 Calvet.- 331,1 Anglada

Camarasa (129).
348

VIl. NOTAS

(1) “Reales Ordenes”, Gaceta de Madrid, 30-7-1914.

(2) Rafael Altamira, La guerra actual y la opinión española, Barcelona, Araluce, 1915,
u-
p.44.
u’,

(3) José Antonio Lacomba Abellan, La crisis española de 1917, Málaga, Ciencia Nueva,
0’

1970, p. 53.

e,

(4) José Luis Abellán, Historia crítica delpensamiento español, Tomo 51111, De la gran
e,
guerra a la guerra chi! española, Madrid, Espasa Calpe,1991, p.91.

(5) Manuel Azaña, Obras Completas, Tomo 1, Madrid, Giner, 1990, p.29’7.

e’
(6) Rafael Altamira, op. cit., p. 63.

el

(7) Pabón, Prólogo a la obra de WFernández Flores, “Acotaciones de un oyente”,


ml
Madrid.

u,

(8) José Carlos Mainer, Literatura y pequeña burguesía en España, Madrid, Cuadernos
e’

para el Diálogo, 1972, p.I45.


a

a
349

(9) Ibid., p. 148.

(10) Bulletin Hispanique, Tome XIX, Annales de la Faculté des Lettres de Bordeaux,

Paris, Feret-Fils, 1917.

(11) Luis Araquistáin, Entre la guerray la revolución, Madrid, 1917, pp.17-18.

(12) Ortega y Gasset, España, Madrid, 29-1-1915.

(13) Bulletin Hispanique, Tome XVII, Annales de la Faculté des Lettres de Bordeaux,

Paris, Feret- Fils, 1915.

(14) Anónimo, “En honor de los académicos franceses”, La Correspondencia de

España, Madrid, 30- 4-1916.

(15) Anónimo, “Los académicos franceses en Madrid”, La Correspondencia de España,

Madrid, 2-5-19 16.

(16) Anónimo, ‘tos académicos franceses en Madrid”, La Correspondencia de España,

Madrid, 3-5-1916 y 7-5-1916

(17) Anónimo, “Los académicos franceses”, La Correspondencia de España, Madrid, 4-

5-1916, 5-4-1916 y 6-5-1916.


350

(18) Paul Almarza, “Nuestra contribución de sangre ‘Los legionarios españoles en el

frente”, El Mundo, Madrid, 22-8-1916.

(19) La carta fUe escrita cl 21 de noviembre de 1916 y publicada el 7 de diciembre de


ir’

1916 en la revista España bajo el título “Palabras de un Legionario”


e

(20) Ibid.,
e’

e,
(21) Mario Aguilar, Imparcial, Madrid, 24-10-1916.

(22) La primera mención sobre los legionarios se publica en la revista España, el 26 de


r
febrero 1915, bajo el titulo “Apuntes de un legionario. Desde la linea de friego” por

Agustín Heredia. e,

u-’
(23) Mario Aguilar, op. cit.

a,

(24) Léon Rollin, “Le Journal y los artistas franceses, España, Madrid, 16-11-1916.
st

e
(25) Luis Alvarez Cedrón, “Palabras de un legionario”, España, Madrid, 7-12-19 16.


(26) Fabian Vidal, “Por los legionarios españoles”, La Correspondencia de España,
u’
Madrid, 12-11-1916.

u,

e,
351

(27) Mario Aguilar, op. cit.

(28) Luis Araquistáin, “ A beneficio de los legionarios españoles”, España, Madrid,

16-11-1916.

(29) Anónimo, “Suscripción a favor de los legionarios espafioles”, España, Madrid,

16-11-1916.

(30) La delegación alemana en Madrid recoge, incluso, los kioscos de la plaza de

Celeuque de las calles de Alcalá y Caballero de Gracia en donde se vendían ilustraciones

con la persona del Emperador alemán. M0 Exts., Leg. H. 3013.

(31) En lo referente a los manifiestos incluimos el tema de la venta de taijetas postales

con caricaturas contra el Emperador alemán. En noviembre de 1914 se recogen un total

de 262 ejemplares de taijetas con gráficas que satirizaban también a otros jefes de

Estado. M0 Exts., Leg. H. 3013.

(32) Algunas de estas manifestaciones se localizan fiera de la capital como Valencia, en

septiembre de 1916, o en Zaragoza, en mayo de 1917. N? Exts., Leg. H.3013.

(33) Respecto a estas reuniones públicas podemos destacar las quejas de la delegación

alemana en Madrid. Estas se refieren a los actos previstos en el Ateneo (el 10 de abril de

1916) o en el Circulo de Bellas Artes (el 11 de abril de 1916) ambos en Barcelona a


352

causa de la muerte del artista español Granados, por una acción violenta de la marina

alemana. M0 Exts., Leg. H. 3013.


ir

(34) Relacionado con esta muestra García Mercadal realizaba la siguiente crónica.’” Una u-,

copiosa serie de nombres de artistas acaba de cruzar las puertas del Museo de Luxemburgo. Son los

nombrees de aquellos, a pocos pasos, acechados por la muerte gloriosa del que entrega su vida en u-

defensa de la patria tuvieron serenidad bastante para dedicar los ocios de su existencia en las
e
trincheras a trasladar sus impresiones al lienzo.

Adíer ¡‘uillard, Truifaut Madeline, Herman-Paul, Fossard, Zingg, Balande, Gilbert- Bellan y

otros varios, son ¡os nombres de (os artistas franceses cuyas obras acaban de ser acogidas en el Museo

de Luxemburgo. e

Obligados los soldados-artistas a guardar silencio para sus impresiones de la guerra, brotó en
mi
los artistas soldados el deseo imperioso de traducir en obras su silencio, en obras que son comentario
elocuente de los grandes sucesos que los tuvieron por actores”, en “La Pintura ante el Enemigo”,
e,

La Correspondencia de España, Madrid, 4-4-19 17.


e,

(35) Vid., 1.1 Impulsos de proyecto colectivo para el arte español contemporáneo. e,

(36) Relativo a esta exposición que ha sido comentada en la Introducción a esta tesis

doctoral, 1. 1. Impulsos de proyecto colectivo para el arte español contemporáneo, e

queremos puntualizar el interés político del Ministerio por esta “Misión francesa”
mt
compuesta por los señores Hanotaux, Widor, Intart de la Tour y cinco académicos

franceses en su paso por la fronteras de Irún y Pon Bou. M0 Exts., Leg. H. 3044. a

e
353

(37) Los puntos principales de dicho patronato aparecen en el articulo: “Comité de

aproximación franco-española, Las obras de los legionarios”, La Correspondencia de

España, Madrid, 8-6-1918.

(38) M0 Exts. Leg. H-3013

(39) A finales de 1916 de nuevo la embajada alemana llamará la atención al Ministerio

Fiscal por las caricaturas alusivas a naciones beligerantes. M0 Exts., Leg. 11.3 120.

(40) Durante los meses de enero y abril de 1915 la embajada alemana denunciaría a este

diario por sus ilustraciones. NP Exts., Leg. H. 3013.

(41) Ibid.,

(42) M0 Exts., Leg. H. 3013.

(43) Ibid.,

(44) Emiliano Iglesias, ‘tos legionarios españoles. Un beneficio... sr.Director de El

Liberal”, El Liberal, Barcelona, 12-12-1916.

(45) Ibid.,

(46) Anónimo, “La llegada de Maeterlinck, La Correspondencia de España, Madrid,


354

9-12-1916 y en El País” Maeterlinck en España”, por Ernesto López 11-12-19 16, Raúl

Urbano, “Maurice Maeterlinck”, 12-12-1916 y Luis de Araquistáin, “Maeterlinck en la

Casa del Pueblo”, 15-12-1916.

ir

(47) El discurso de presentación fise pronunciado por el empresario teatral, Martínez


u-
Sierra, quien, según una nota oficial del it de diciembre de 1916, había ultrajado el
nombre de Alemania y por ello se pedía la conclusión de estas conferencias. M0 Exts., a

Leg. H. 3013.
*

(48) Anónimo, “La conferencia en el Ateneo”, El Liberal, Madrid, 10-12-1916, 11-12- e

1916, 12-12-1916 y 13-12-19l6. También quedó recogido entre otros en el Diario


e’
Universal, Madrid, 10-12-1916.

e,

(49) Anónimo, “Manifiesto obrero. La Unión de Trabajadores y la Confederación u-.

Nacional de Trabajo. El Pueblo en peligro”, El País, Madrid, 24-11-1916.


e,

(50)Utsupra (46).

e
(51) Anónimo, “Conferencia Prohibida”, La Correspondencia de España, Madrid,

13-12-1916. e,

e
(52) Ibid.,

e
355

(53) Sobre dicha conferencia algunos diarios refleraron algunos de sus contenidos:

‘España y los Estados Unidos, los dos pueblos más poderosos entre todos los neutrales’,

pueden hacer uso de la misma imparcialidad y ponerse de acuerdo con una reciproca confianza

respecto a los grandes intereses humanos que la guerra ha puesto en litigio, y que les obligan a

reunirse fraternalmente para la investigación de la verdad... Dijo que conviene no regatear a los

aliados el apoyo moral, toda vez que luchan al mismo tiempo, por su independencia y por evitar a todos

los pueblos el desastre de lo que ellos estiman serían una esclavitud. Enalteció el esfuerzo francés...

también se ocupó del esfuerzo italiano y la fortaleza italiana... “. Anónimo, “En el Ateneo.

Conferencia de Mr. Whitney Warren”, La Época, Madrid, 10-1-1917.

(54) M0 Exts., Leg. H-3013. También esta noticia salió en los medios de comunicación
como el diario La Epoca, Madrid, 10-1-1917.

(55) Sin embargo, por estas fechas los dibujos de Raemaekers habían circulado por la

Península como Las Palmas de Gran Canaria (Anónimo, “Empaches de ‘neutradidad’ o

‘neutralidades’ sospechosas”, Las Noticias, Las Palmas de (iran Canaria, 18-7-1916;

también el 16-7-1916, 17-7-19120 y 20-7-1916) y San Sebastián NP Exts., Leg. H.

3013.

(56) El éxito de los primeros días de la Exposición Raemaekers, según su organizador,

Iglesias Hermida, fUe todo un triunfo ya que acudían gentes de todo tipo (estudiantes,

damas, caballeros, círculos artísticos como La Peña y el Casino de Madrid) además, tenía

previsto la realización de varias conferencias sobre el tema de la guerra como la del belga
356

Maurice Maeterlink, aprovechando su viaje a España (noviembre de 1916). Iglesias

Hermida, “Exposición de Raemaekers”, El Liberal, Madrid, 13-1 1-1916.

(57) José Pérez Rioja, “Exposición de unos dibujos humanos”, El Parlamentario,

Madrid, 8-11-1916.
u-

(58) Existían otras dos, una se encontraba en el Museo del Louvre y la otra, en el

Británico, 8-11-1916.
a’

(59) Así se reflejaba en la prensa: “Raemaekers ha ganado con sus dibujos un millón de francos, e’

vive ahora en Paris, rodeado de todas las comodidades que apetece, el hombre... A mi me duele haber
e’
sido el que tenga que exponer estos colosales dibujos, por si la maledicencia supone que me anima a

ello un afán comerciaL.. F7ó la grandeza en los dibujos de Raemaekers, y deseando que España

participase de este sentimiento puso dinero al servicio de esta empresa grande” José Pérez Loja,

op. cit..

e’

(60) La embajada alemana exponía: “A 1 ‘occasion de ma visite au Ministére d ‘Etat hierj ‘ai atUré
a
1 ‘attention de ¡‘btre Excellence sur le projet d ‘expositions de dessins du nommé Raemaekers hautement

injurieuses par 1 ‘Allemagne dans différentes villes espagnoles etj ‘ai eu 1 ‘honneur de la prier de vouloir
u’
Jdire empécher ces expositions par les autorités compétentes.

J’ apprends en ce moment que 1 ‘organisateur des dites expositions craignant que 1 ‘autorisation O

luí sera refusée, se propose d ‘éliminer une partie des dessins les plus fort et qu ‘il espére ainsi de se
e
procurer la permission d ‘exponer att moins un certain nombre des dessins. 1/u que tous les desszns de
Raemaekers sont attentaroires au plus haut degré á 1 ‘honneur de ma patrieje proteste aussi contre une
a
exposz¿’ion partielle de ces ouvrages etj ‘oil ‘honneur de prier J<otre Excellence de vauloir bien

e
357

m ‘informer des mesures que les autorilés Royales ant eu 1 ‘obligeance de prendre pour empécher ces

expos¡ ti ons et paurfaire poursuivre, le cas échéant, leurs auteurs”. M” Exts., Leg. H-3013.

(61) De nuevo la embajada alemana alegaba: “Dans ce moment j ‘apprends que 1 ‘exposítion

Raemaekers qul a été inaugurée; il y a deux jours, calle Príncipe n. 1, contient des dess¡ns hautement

attentato¡res á 1 ‘honneur de 1 Allemagne et de la famille Impériale en particulíer de Sa Majesté

1 ‘Empereur.

Je suis le plus péniblement impressioné que les autorités compétentes ont laissé passer de

pareilles insultes ti un souverain et ti un pays ami de 1 ‘Espagne. J ‘ai 1 ‘honneur de protester

énergiquement contre cette exposition que je dois considérer d ‘autant plus injurieuse pour 1 ‘Allemagne

comme le Gouvernement Royal était bien au courant de mes démarches faites contre une pareille

exposition qui étaitprojetée cet été ti St.Sébastíen.

Je prie Votre Excellente de prendre les mesures nécessaires pour que 1 ‘exposition soit fermée

inmédiatement et que les tribunaux soient saisis de suite de 1 ‘affaíre. Je crois pauvoir espérer que le

Gouvernement Royal trouvera moyen d ‘empécher ti 1 ‘avenir toute possibilité de ce que des oufrages

parelís se répétent.. “. NP Exts., Leg. H-3013

(62) Ibid.,

(63) Anónimo, “La Exposición Raemaekers”, La Correspondencia de España, Madrid,

15-11-1916; Enrique Madrazao, “La clausura de la Exposición Racmaekers (sic)”, El

País, Madrid, 17-11-1916 y Javier Montero, “De la Exposición de dibujos del artista

holandés”, El Parlamentario, Madrid, 15-11-1916.


358

(64) Juan Carranza de Maestre, “ Exceso de debilidad”, Los comentarios, Madrid,

15-11-1916.
t.

(65) Relacionado con esta muestra de caricaturas el diario La Acción publicaba.’”Eníre


e”
los dibujos de los artistas españoles figuraban caricaturas de algunos jejes de Estado; ninguna

ofensiva. Todas ellas hubieran podido publicarse - se han publicado muchas parecidas - en los

periódicos satíricos de los respectivos paises sin que las autoridades correspondientes hubieran visto en
a
ellas ofensa para el supremo magistrado de su nación... Ni los mismos periódicos aliadófilos, aparte

alguna leve indicación, habían cre ido necesaria una protesta ardorosa.
a
Se abrió la Exposición Raemaekers y, desde el primer día, el público comentó las escenas de

brutalidad, de verdadero salvajismo, que en toda la obra del artista se atnbuia a los alemanes si

Anónimo, “Las Exposiciones cerradas”, La Acción, Madrid, 15-11-1916; también en el


si
artículo de Miguel A. Ródenas, “Exposición de caricaturas”, El Diario Universal,

Madrid, 1-11-1916. ml

mt
(66) Ibid.,

mg

(67) Este diario germanofilo apoyando a su causa publicaba: “El Salón Iturrioz supieron
mg
responder al título de tradicional, en forma que pudo muy bien aprender, además de buen estilo, la

gracia de la admirable factura de muchos de aquellos trabajos este señor Raemaekers que dibuja con 0*

baba, como el caracol, pero que ignora el sentido de la sutileza, el secreto del donaire y desmiente con
a
su obra otras condiciones exquisitas y agudas que han dado fama al arte holandés... Contrasta la

insolencia de la propaganda aliadófila con la discreción de los propagandistas germanófilos en todos


a
los órdenes; pero debe hacerse constar que éstos saben también expresar sus convicciones y simpatias

e
359

en semejante fácil nivel insultar cuesta poco”. El bachiller Quesada, “Caricaturas groseras.

Exposición insolente.¿Dónde está el fiscal?”, La Tribuna, Madrid, 23-11-1916.

(68) Prudencio Iglesias Hermida, “La exposición Raemaekers. Por qué la cerré. Por qué -

la vuelvo a abrir”, El Liberal, Madrid, 16-11-1916.

(69) NP Exts., Leg. H-3013

(70) Enrique D. Madrazo, “LA CLAUSURA de la Exposición Raemaekers”, El País,

Madrid, 17-11-1916, también en el articulo de Javier Montero, “De la exposición de

dibujos del artistas holandes Luis Raemaekers, El parlamentario, Madrid, 15-11-1916.

(71> Dicho comunicado decía lo siguiente: “Es cierto que los dibujos que representan a SE. el

Emperador han sido retirados, pero no es menos evidente que la mayor parte de las caricaturas que se

encuentran expuestas hoy no persiguen otro objeto que representar al Ejército alemán a los visitantes

como una horda de ladrones y asesinos.

El catálogo lleno de calumnias que se ofrece a todo el mundo y que va adjunto, no permite

cuidar de esta intención de los organizadores de la exposición. Se encuentran en ella títulos que

insultan directamente a £ M. el Emperador Un dibujo (número 71) insulta además a £ Xl. el Rey de

los Búlgaros. Otro (el número 19) a un Oficial del Ejercito alemán cuyo nombre se encuentra citado en

el Catálogo. Tengo la honra de mantener mis protestas contra esta exposición y de rogar a Vi E. que la

haga cerrar y perseguir a sus organizadores por calumniar e insultar a un Soberano... ‘. NP Exts.,

Leg. H-3013. Véase también el catálogo de dicha Exposición, que está reproducido en el

apéndice documental, y el articulo de Javier Montero, ‘tuis Raemaekers”, El

Parlamentario, Madrid, 15-11-1916.


360

(72) Dicha notificación contenia el siguiente argumento.’”Se ha contestado a dicha nota

mamfestando haber sido retirado los dos dibujos que concretamente menciona y haberse ordenado se

retiren igualmente el Catálogo, resultando improcedente aplicación articulo citado del Código Penal

que sólo trata de Soberanos, Príncipes, Agentes diplomáticos y extranjeros de carácter público en

España. .4simismo se le dice que Gobierno 5. Vi prepara una disposición de carácter general que ponga

término a esta clase de asunto& Para mayor ilustración de VE. debo advertirle que habiéndose u-

suprimido también en esta nueva exposición los títulos de los dibujos, una vez retirado el Catálogo,
a,
pierden los cuadros casi por completo su significación, quedando anulada la intención de los

expositores. Asimismo debo advertirle que según mis noticias en varios países neutrales entre ellos

Estados Unidos ha habido exposición de Raemaekers sin reclamación de Representante de Alemania

M0 Exts., Leg. H-3013. u-,

(73) A] respecto El bachiller Quesada publicaba.’”., unas caricaturas groseramente injuriosas

para Alemania, para su Emperador, para el Soberano de Austria-Hungría, para demás jefes de Estado st

de los países que combaten, junto a las tropas de los Imperios centrales. El arte no ha podido
u-,
descender a más. ¿Qué noción de sus deberes, no siquiera de neutraL sino de las más moderada

cortesía, tiene el Gobierno que consiente la ostentación pública de ofensas, que un dibujante extranjero
u,
hace a pueblos y monarcas amigos de España. le concede?... Pero creemos también que el gobierno se

apercibirá de que su deber está clavado en la pared de la &posición mencionada, como un inri

ofrecido a la censura pública, entre los pobres trabajos del dibujante holandés y, velando el Gobierno

el

por su propio prestigio, se apresurará a descolgarlo “, en “Caricaturas groseras. Exposición


insolente.¿Dónde está el fiscal?”, La Tribuna, Madrid, 23-11-1916. 0*

(74) De dicho llamaniento reproducimos lo siguiente.’ Ile dais vous rappeler aussi des

caricatures publíées dans des journaux de la plus grande circulation á Berlin, entre autres par el

‘Berliner Tageblatt’ lors de la propagande pro-Ferrer. dans lesquelles le Roi d ‘Espagne était

e,
361

représenté d ‘une maniére aussi innoble et non moins injánie de dégoutante que les pires dessins de

Raemnaekers. Cependant alors je n ‘ai pas insisté dans mes réclamations verbales auprés de £ E.

Afonsieurle fiaron de Schoen en vue des d¡fficultés dune action, d’ailleurspossible daprés la lo¡ mais

que dans le réclamation actuelle de ¡ lmbassadeur Impérial á Madrid n ‘est pas susceptible d ‘une

achon légale. larticle 482 n ‘étant pas applicable “. NP Exts., Leg. H-3013

(75) Perdreau, “La Exposición Belga”, La Acción, Madrid, 22-11-1916.

(76) Francisco Alcántara, “Exposición de artistas belgas en el Retiro”, El Imparcial,

Madrid, 23-11-1916.

(77) Esta Junta estaba compuesta por la duquesa de Santoña, presidenta; duquesa de

Fernán Núñez de Montellano, de Baiena, de Búrcal; marquesas de Vadillo, de Urquillo,

de Portago, de Mohemando; condesas de la Viflaza, de San Luis, de Seláfini, del Rincón,

y señoras de D. Joaquin Santos Suárez y de D.José Santos Suárez. Monte-Cristo,

“Exposición de artistas belgas”, El Imparcial, Madrid, 23-11-1916.

(78) Ibid.,

(79) Jose del Cacho, “Los belgas”, La Correspondencia de España, Madrid,

24-11-1916.

(80) Vid., IV. El arte vaco y la introducción del arte moderno en Madrid.
362

(81) Monte-Cristo, op. cit.


e’

u-
(82) Ibid.,

u’

(83) J.B.C (José Blanco Coris), “La Exposición Belga”, Heraldo de Madrid, 22-11-
st
1916.

u,

(84) Anónimo, “Exposición para los legionarios”, España, Madrid, 21-12-1916.


st

(85) Araquistáin, “Por los legionarios españoles. El tributo del arte”, España, Madrid, si

11-1-1917.
el

(86) Ibid., •4

st

(87) Anónimo, “La Exposición de los legionarios”, España, Madrid, 23-11-1017.


e

(88) Araquistáin, “Por los legionarios españoles. El tributo del arte”, op. cit., e

e
(89> Ibid.,

(90) Ibid.,
e

e
363

(91) J.del C, “Para los legionarios españoles”, La Correspondencia deEspaiia, Madrid,

4-1-1917.

(92) Antonio de Hoyos, “Exposición a beneficio de los legionarios españoles”, El Día,

Madrid, 6-1-1917.

(93) Dichas personalidades aparecen fotografiadas en ABC, Madrid, 5-1-1917.

(94) Luis Oteyza, “La Exposición a beneficio de los legionarios”, El Liberal, Madrid,

4-1-1917.

(95) NP Exts., Leg. H-013.

(96) Ibid.,

(97) Anónimo, “Los Antigermanófilos Manifiesto”, El Liberal, Madrid, 7-1-1917.

(98) Luis Araquistáin, “Exposición Clausurada. Contra los voluntarios españoles, El

Liberal, Madrid, 8-1-1917.

(99) Luis Araquistáin, “Clausura por una tecniqueria”, España, Madrid, enero de 1917.
364

(100) Anónimo, “La Exposición de ‘España’ ha sido clausurada”, El Socialista, Madrid,

8-1-1917.

(101) Anónimo, “La Exposición de Legionarios”, España, Madrid, 1-2-1917.

u,

(102) “Reales Ordenes”, La Gaceta de Madrid, 7-12-1916.

u-

(103) NP Exts., Leg. H-3013.

(104) Anónimo, “La Exposición de ‘España’ ha sido clausurada”, op. cit., a’

u’
(105) El gobierno alemán detallaba las siguientes: “Quiero creer que el parecer del Ministero

Real expresado en dicha Nota pretendiendo que ninguno de los dibujos haya podido herir los

sentimientos alemanes, no está fundado en la información de un funcionario reponsable y apto para


mi
una misión tan delicada. De otro modo me vería obligado a creer que el Gobierno Real no considera

injuriosos, entre ellos, los dibujos y caricaturas siguientes: a

1)- núm. 98 ‘Prepárate.... si perdemos’. El dibujo representa un oficial alemán que amenaza a

Jesucristo Crucificado. a

2). núm. 123.- ‘La Autonomía de Polonia “. Representando un polonés encadenado con el casco
mg
prusiano (atado a un poste).

3>. núm. 122.- ‘El torpedeamiento de los neutrales .

4~. núm (sin número,>. ‘Han pasado por aquí’. Una mujer de luto llora delante de su casa, que tiene

grandes manchas de sangre.

5). Sin número. ‘Hacia la esclavitud’. Alusión a Bélgica.


a

e
365

6,>. Sin número. Abnegación’. Un sacerdote belga o francés presenta su pecho a un oficial alemán que

le amenaza. Detrás de este grupo sefusila a ciudadanos civiles.

Aparte de estas caricaturas de tendencia francamente calumniadora me permito llamar la

atención del Gobierno Real sobre otros dos dibujos que incitan a una intervención de España al lado

de los países de la Entente. Se trata del dibujo ‘La emboscada’(La Emboscada es España que no se ha

unido todavía a los aliados) y del retrato de un Legionario español que grita: Esperando a mis

hermanos... puede ser”. NP Exts., Leg. H-3013.

(106) Respecto a esta muestra de Sevilla se insistia que: “en la colección de caricaturas

alemanas que fueron retiradas todas, veinticuatro horas después de la apertura de la exposición de

Sevilla, colección que personalmente conozco, no había un solo dibujo que, bajo el punto de vista de

una alusión a los beligerantes.., insistiendo, una vez más, en un examen imparcial de las caricaturas

alemanas de Sevilla. Después que la exposición de los legionarios españoles ha podido estar abierta

durante más de tres semanas, sin que siquiera los dibujos arriba menciados haya sido retirados insiste

en que la reapertura de la exposición de Sevilla sea autorizada”. NP Exts., Leg. H-3013.

(107) La embajada alemana hacia referencia a estos temas:

“1) La censure établie exclusivement pour les nouvelles de presse transmises par la

radiotélégrahie... J ‘ai 1 ‘honneur de réitérer ma demande d ‘établir une censure générale ou de

supprimer celle des radiotélégrammes. unique source d ‘information pour 1 ‘A llemagne dont les intéréts

se voient gravementpréjudiciés par cette mesure unilatérale.

2) La fermeture de 1 ‘exposition des caricatures germanophiles á Seville. .J ‘al 1 ‘honneur de


.

rappeler á Votre Excellence á cet sujet que ma réclamation contre la exposition en faveur des

légionaires espagnols a été rejetée par le GouvernementRoyal et que méme les dessins injurieux pour

1 ‘Allemagne n ‘ont pas été supprimés pendant les trois semaines que 1 ‘exposition a duré. J’ai 1 ‘honneur

de réitérer ma demande que 1 ‘exposition des caricatures germanophiles qui a eu lieu sons incident á
366

Madrid et á Valencia soit autorisé á Seville et dans d ‘autres villes de province comme 1 ‘exposition des

légionnaires qui a été transférée a Barcelone.


3) La dénégation du permis de présenter des films de guerre allemands une représentation en
0’

Javeur de la (‘roLv Ronge a Cadiz quoique 1 ‘entrée oit été limitée á des personnes invilées

nominellement... Je me permets de faire remarquer a ce sujet que de semblables représentations de

films de guerrefrangais, anglais e italiens sefont dans plussieurs villes de province dans des théátre
y’
publics et á M’adrid au Teatro Benavente á titre d ‘invitation sans exiger le nom de la personne invitée.

j al 1 ‘honneur de demander que les dites représentations allemandes soient également autorisées...

M0 Exts., Leg. H-3013.


u’

(108) Esta carta exponia lo siguiente: “Ale hago cargo de la carta de Vi y del extracto de minuta
u”
del Sr Embajador de Alemania. Cuando se relaciona con la exhibición de películas y de exposición de

caricaturas y cuadros de la guerra, se rige por la R. O. de 6 de Diciembre último publicada en la

Gaceta del día siguiente, que precisamente se dictó a consecuencia de haberse cerrado en Madrid una
‘u,
exposición contra la cual se reclamó por amigos de Alemania.

Cuando pedí explicaciones a los Gobernantes de Cádiz y Sevilla, acerca de la prohibición de


mi
exhibición de películas y de caricaturas germanófilas, me dieron la explicación de que las habían

prohibido por haberlo hecho antes de películas, caricaturas y cuadros de tendencias contraria. mt

Pero en mi deseo de atender las indicaciones de Ud.y del Sr. Presidente, que me ha escrito en
a
igual sentido, telegrafia a los Gobernadores de Cádiz, Sevilla y Barcelona recomendándoles que si se

pide autorización para exhibición de cintas cinematográficas y de colecciones de cuadros y dibujos


a
alusivos a la guerra, no pongan dificultad alguna siempre que reúnan las condiciones determinadas en

las antes citada R.O., a saber; que no ofendan a los Soberanos de los paises amigos o a sus Ejércitos “. —

NP Exts., Leg. H-3013.


a

(109) Anónimo, “Discurso de Unamuno”, España, Madrid, 1-2-1917. e

e
367

(líO) Ibid.,

(112) Anónimo, “Unamuno paga sus deudas. Sobre una fiesta Hispanófoba”, La Nación,

España, 304-1017.

(113) Anónimo, “Liga Antigermanófila”, Correspondencia de España, Madrid,

15-2-1917.

(114) M0 Exts., Leg. H-1347.

(115) Garupullito, “Notas de arte”, ElLiberal, Barcelona, 12-2-1917.

(116) Florian, “Gazeta d’art: legionaris espanyols”, El Poble Catalá, Barcelona,

13-2-1917.

(117) Anónimo, “Página artística de la Veu”, La Veu de Catalunya, Barcelona,

20-2-19 17.

(118) Anónimo, “Exposición de legionarios”, El País, Madrid, 4-1-1917.


368

(119) Federico García Sanchiz, “La Exposición Barrau y la exposición de los legionarios,
fi’

La Nación, Madrid, 12-1-1917.


u-”

(120) Ibid.,

a
(121) Antonio de Hoyos, “Exposición a beneficio de los legionarios españoles”, El Día,

Madrid, 6-1-1917. a

e
(122) Antonio de Hoyos, “Exposición a beneficio de los legionarios españoles”, op.cit.,

(123) Anuro Mori, “La Exposición a beneficio de los legionarios españoles”, El País,
a
Madrid, 12-1-1917.

(124) Federico García Sanchiz, op.cit.


e

a
(125) Ibid.,

a
(126> Anónimo, “Nuestra Rifa”, España, Madrid, 17-1-1918.
a

(127) Ibid., a

e
(128) Vid., Apéndices.

a
(129) Anónimo. “Nuestra rifa”, España, Madrid, julio de 1918.
a
UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

FACULTAD DE GEOGRAFIA E HISTORIA

DIPTO. HISTORIA DEL ARTE CONTEMIPORA.NEO

ORÍGEN’ES DE LAS VANGUARDIAS ARTÍSTICAS

EN MADRID (19094922)

¡¡II INIMIIEiDUIUUIII!!
* ~3O9a414
UNiVERSIDAD COMPLUTENSE

Director Jairne Briboega Siena

Doctorandas batel Garaa Santa

Volomen II M
8~20 1998

22467
II
369

VI. EL PRIMER “ISMO” ESPANOL: EL PLANISMO DE CELSO LAGAR

VI. 1. CELSO LAGAR, DE ESCULTOR A PINTOR VANGUARDISTA

Celso Lagar nació el cuatro de febrero de 1891 en la calle de Santiago, número

23, en la ciudad medieval de Miróbriga, actualmente conocida como Ciudad Rodrigo. Su

padre, don Gumersindo Lagar Iglesias - casado con Braulia Arroyo Ribón - ebanista de

profesión, como algunos otros de los miembros de la familia Lagar (1), practicaba el

antiguo arte de trabajar la madera. La ebanistería de Gumersindo se ubicaba en la misma

calle que vio nacer a Celso Lagar. Se trataba de un lugar pequeño y modesto donde se

realizaban ‘toda clase de muebles> así como también, objetos de Iglesia tales como retablos púlpí tos,

confesionarios, andas, templetes, credencias, comulgatorios y todo lo concerniente a este ramo dentro

de arte» tal y como lo especificaban los anuncios (2). Sus principales encargos - se

remontan a 1897 - ffieron dos retablos; uno para el altar mayor de la parroquia del

arrabal del Puente, y otro, para la iglesia de San Andrés (3).

Celso Lagar, el primogénito de la familia, tuvo tres hermanos, Manuel (4), Angel

e Isabel. Pasó su infancia en el seno familiar, especialmente al lado de su padre, quien le

enseñaría el oficio de carpintero. Estas ffieron sus primeras experiencias, al calor de las

múltiples tallas en madera que su padre realizaba, que le sirvieron para adentrarse en el

mundo de lo que más tarde descubrirá como la escultura. Sus estudios primarios

comenzaron en 1898, en el colegio de Santa Teresa, donde manifestó ya un especial

interés hacia el dibujo. Las lecciones de su primer profesor en esta materia, Ignacio

Alberto Guitián Torrens, le introdujeron en el campo de la pintura: allí aprendió a utilizar


370

los colores, a realizar los primeros bocetos, los primeros desnudos... (51>. En 1910
u

comienzan en serio los estudios del joven artista quien por aquellas fechas se traslada en

varias ocasiones a Madrid, sin perder contacto con el seno familiar. El 24 de septiembre

de 1910 (6), el semanario independiente Avante recoge una de estas salidas con destino a
e
la capital para conimuar las enseñanzas que sobre escultura impartia el famoso Miguel

Blay, quien se habia formado en Paris gracias a una beca que le había concedido la

Diputación provincial de Gerona. En 1906 volvía de Roma para instalarse en Madrid y

abrir su propio taller, al que asistiría Celso Lagar.


e’

4’

mt

u.

mt

Celso Lagar, en sus primeros tiempos de pintor


mt
(El Noticiero Universal, Barcelona, 11-7-1962)

La estancia de Lagar en Madrid se reduce, sin embargo, a escasos meses.

Durante este tiempo, se dedicó por completo al estudio, por un lado, de la escultura

clásica, refinada y severa que impartia Miguel Blay, y por otro, del entorno acadeniicista —

de la Escuela de Bellas Artes de San Femando (7). Durante sus visitas al Casón conoció
e
al pintor Padró, quien pertenecía a la Escuela de Bellas Artes de Barcelona.
e

a
37’

Éste, observando sus dotes como artista, Ñe quien, probablemente, le convenció para

trasladarse a Barcelona. Su permanencia en tierras catalanas Ite más corta que en las

madrileñas. Sin embargo, gracias a ambas, consideradas como los centros artísticos más

importantes de la Península, consiguieron convencer a la Diputación de Salamanca para

que le concediera una beca de 365 pesetas anuales en Paris.

Contrariamente a las fechas que se han estado barajando, Celso se traslada a Paris

en 1911, para estudiar escultura en la Academia de Bellas Artes, y no en 1912, 1914 ó

1916 como recogen algunos historiadores (8). Este acontecimiento tan inusitado fUe el

centro de algunos comentarios, tal es el caso de su amigo Mejo Hernández, seguidor de

los pasos del joven artista:

“Ha comenzado sus estudios de Escultura, en la Academia de Bellas Artes de París, el joven

mirobrigense Celso Lagar Con este motivo, damos aquí por reproducidas todas las consideraciones

que hicimos en uno de los números pasados> aunque suponemos fundadamente, que ahora como

entonces, caerán en saco roto” (9).

Coincidiendo con la estancia de Lagar en Paris, la familia se traslada a Orense, a

la pequeña localidad de Barco de Valdeorras. Sin embargo, y al contrario de lo que se

venia asegurando hasta ahora (10), don Gumersindo no dejó Miróbriga como

consecuencia de las penurias económicas que le proporcionaba el oficio de carpintero,

sino todo lo contrario, su afán de prosperidad le llevó junto a su socio, Femando

Igesias, a montar un negocio, La eléctrica industrial valdeorresa (11) y, seis meses más

tarde, poder viajar a Paris para ver a su hijo. Así lo publicó el semanario independiente

de la localidad encargado de publicar las noticias sociales más interesantes (12).


372

Por su condición de capitalidad artistica, Paris era el lugar en donde aspiraban


e

triunfar algunos jóvenes artistas, como lo habían conseguido muchos otros, convertidos
e
entonces en los verdaderos mitos de las vanguardias: Picasso, Braque, Miró, Carrá,
BaIla, Boccioni, etc. Este camino era largo, generalmente dificil y solitario para aquéllos

que, alejados de su patria, no tenían más remedio que arreglárselas solos en una ciudad
u
incomparable a las pequeñas villas de las que procedían, como Mirobriga; además, con el

inconveniente de un idioma que apenas conocían. En su caso, sin embargo, Celso Lagar o

consiguió sobrellevar esos momentos gracias a la ayuda municipal y a recibir algunas


u
visitas - como la de su padre, arriba mencionada - sin perder, como cree Narciso Alba

(13) el contacto familiar. U

El primer año de residencia en la capital parisina, Lagar se dedicó por completo a


a
sus estudios de escultura y a corresponder a quienes le habían concedido la beca, en un

principio, a través de fotografias con sus primeras obras (14) y, más tarde, en octubre de

1912, con el envio de una de sus mejores obras escultóricas y la única que se conserva
e
hasta la fecha, la Rosa de Thé has, actualmente en el Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo
e
(15).
Por desgracia, la beca tan sólo duró dos años, para ser más exactos, 18 meses. El

30 de noviembre de 1912, el Avante hacía público el presupuesto municipal donde se


e
firmaba el final de la ayuda económica. Alejo Hernández, joven estudiante y primer

abanderado del arte moderno de Lagar, parece estar tras el artículo anónimo que apunta —

con total claridad los perjuicios que dicha decisión tendría en la formación del
e
prometedor artista:

‘tVlás tarde, aparece unjoven que se abre camino, que puede dar días de gloria al pueblo, que e

acaba de mostrar su agradecimiento al Ayuntamiento y su cariño a sus conciudadanos, donando una


e

e
373

obra> fruto de su ingenio: pero ¡nosotros para qué queremos escultores! ¡estos artistas, moldeadores

de barro,’ ¡con los olleros que tanto abundan aquí, tenemos bastante.’. Y el pobre Celso Lagar> el joven

escultor que en Paris llama la atención de los grandes maestros, se queda sin pensión. Y no se crea que

ésta es de miles de pesetas> sino de 365 pesetas anuales, cubierto el déficit y salvado el erario

municipal” (16).

Su breve estancia en la capital francesa había logrado algo más, convertirle, a los

ojos de sus paisanos, en el prototipo de joven artista internacional que, consagrado a su

arte, había sido capaz de integrarse en el universo bohemio y cosmopolita de Paris. Su

figura inspiraría algunos poemas de pretendida modernidad (17). Aparte de estas

alusiones un tanto idealizadas, se elevaron panegíricos de su figura en términos más

cercanos a la realidad. Nos estamos refiriendo a aquellos textos que recogieron los

testimonios del escultor y critico de arte francés José Bernard

el ilustre José Bernard, gala y ornato del Salón de Otoño de este año> orgullo de los

franceses, sus compatriotas> ha dispensado a Celso Lagar el gran honor de fijarse en sus obras>

haciendo de ellas un juicio, más que halagueño, de verdadera alabanza. Entre los jóvenes, don Celso

Lagar se distingue por sus tendencias hacia una síntesis simplificada y la armonía de sus movimientos

que da una impresión de conjunto bien definida>. Este juicio del eximio escultor francés, para las obras

de/joven artista mirobrigense, es un verdadero presagio para el porvenir de nuestro paisano... ‘> (18).

Pero no hasta el punto de exponer en Salón de Otoño de 1912, como apunta

Narciso Alba (19). Sí, por el contrario, meses más tarde y con las mismas obras,

realizaría su primera exposición individual - de escultura y dibujos que se celebró en la


-

Ashnur Galerie del Boulevard Raspail. La noticia saltó, muy pronto, a la prensa

madrileña. El diario El País y no el ABC, como señala Narciso Alba (20)


- -, publicó un

extenso articulo, en el que se demostraba su maestría en el arte tradicional apartándose

de las tendencias vanguardistas. No obstante, y significativamente, se apreciaba ya una


374

manera muy particular de simplificar la forma, característica que, por otra parte, seria
e
vital para la génesis del planismo (21).

mt

e
a,.
u

Celso Lagar en su estudio en Paris


u
(El Día, Madrid, 17-3-1917)

u
Tres meses más tarde, en junio de 1913, el joven artista sería de nuevo objeto de

alabanza por parte de J. Bernard, esta vez con motivo de la apertura de la Exposición a

para Jóvenes Artistas, celebrada en el Salón de Paris:


e
‘Muestro expositor Celso Lagar, escultor español, autor de varias obras expuestas en este

salón, es un artista que para orgullo de su Patria, patria de luz y sol> donde los temperamentos son a

nerviosos y los artistas son grandes, tiene mejores interpretaciones de su carrera artística, a pesar de
e
ser todas las demás suyas, de una grande intención y de un exquisito gusto. Sus obras, tienen el

encanto Florentino (sic), interpretado por un espíritu poético, a través de la rudeza castellana. Merece
a
la pena recordar varias obras, donde el Sr Lagar ha puesto tan grande cantidad de arte como son,
-

a
375

Adolescencia, Joven indiana y una colección de dibujos que nos ha dejado demostrada, por una vez
-

más, ser un gran artista y un sentimiento de poeta.

Lagar no es un reflejo vulgar de la vida: es la vida reflejada a través de un corazón de hombre

tranquilo, preparado e imparcial> es la vida sin reflejos ni engaños> vista por un espíritu rudo.

Lagar nos ha demostrado> principalmente con su obra Adolescencia>, donde se reflejan vivos>

una candidez y un romanticismo muy dificiles de conseguir si no es a fuerza de un trabajo muy

concienzudo> acompañados de un talento extraordinario” (22).

Durante algún tiempo, vivió en la Rue Val-de-Gráce, en la orilla izquierda del

Sena. Así lo relataba un compatriota suyo, Juan Selagón, en su entrevista para el diario

Avante.”Nuestro artista vive en Val de Grace <sic), que no tiene nada ni de valle ni de gracia sino de

calle, y no siendo céntrica precisamente, está aún en el corazón del París> y por lo tanto, en el Mundo

de los artistas pansiens; el Sr Lagar como artista, vive muy alto> creo que un 30 o 40 piso, no

recuerdo>’ (23).

También podemos destacar una de las crónicas más notables sobre la vida, el

aspecto y el arte de Celso Lagar durante sus últimos meses en Paris. Nos referimos a los

comentarios de Federico García Sanchíz, quien en su estancia parisina se encontró con

Lagar; años después recordaría ese episodio consecuencia de su Exposición madrileña

en la Galería General de Arte Moderno en marzo de 1917.

“Hará de esto cuatro o cinco años. Yfue en París. Una noche deambulaba el cronista por las

aceras del Bou levard Saint Michel, a la hora en que todos los veladores de las terrazas brillan con el

ajenjo y con las miradas artzficia/es de las peripatéticas. De repente, nos detuvimos al contemplar el

cielo que la reverberación de las innumerablesfarolas callejeras teñía de un rosa febril

-Señor Sanchiz...

Nos distrajo en nuestro éxtasis un muchacho cetrino, con ojos de contrabandista andaluz y una

amplia dentadura amarillenta. Iba colgada de su brazo, una rubiafuerte, que trascendía a bretona, y
e
376

cuya cabellera áspera y excesiva semejante una cola de caballo retorcida.

- Señor Sanchiz... Yo soy Celso Lagar... Xli señora...

Vera Ce/so Lagar un doncel salmantino que se proponía la conquista de París. Un Bohemio.
e
Yvia en un mechinal que llenaban unos pocos muebles y diversos vaciados en escavola. Rea/mente> su

estudio se hallaba en la Closerie de Lilas, el cabaret donde el rey de los poetas Pau/ Eort, oficiaba u

rodeado de sus devotos. Celso Lagar se acomodaba en una mesa y pasábase la velada dibujando en el
e
mármol. Luego pedía un papel de fumar> y calcaba con un fervoroso respeto el croquis drogado> casi

siempre un perfil ingenuo> místico...


u
- Xli senora...

A¡adame Lagar ayudaba a su marido en el taller, en el café. Cuando escaseaba la moneda u

para procurarse modelos, madame se erguía en el cuartucho y posaba ante las pupilas visionarias del

artista. u

En suma, una couple muy barriolatinesca Vosotros mirábamos la pareja arbitraria y


u
simpática, y en el aire comenzó a cuajar la visión de los encinares castellanos> y entre los árboles

veíamos la encorvada silueta de un viejuco; evocábamos, en fin> la tierra que formó aquel hombre que

estaba delante de nosotros, y que obstinaba en vender su alma al diablo bulevardiero.

Y la ha vendido. Porque este muchacho vuelve a la patria contagiado por la divina locura de U

las rebeldías parisienses. Ya no persigue la expresión pura y lejana de aquellos perfiles sobre el
u
mármol de la Closerie de Lilas. Desde luego> dichos diseños constituían ya una protesta contra el arte

académico. Era poco> y Lagar se lanzó al cubismo, y aún más, aún más...
a
Como en el nocturno del Juartier (sic), encontramos hoy a Lagar en una calle madrileña.

-¿Usted por aquí? a

- He venido a celebrar una exposición de dibujos...


a
- ¿Cubismo?

- Lagarismo (24).
e

a
377

Estos datos son muy relevantes porque nos muestran que Lagar estuvo más cerca

de los movimientos de vanguardia de lo que hasta ahora se había pensado. Su estudio

bajo el cabaret de Closerie de Lilas, así como su asistencia a la tertulia del poeta Paul

Fort lo muestran. Desde 1905, cuando Paul Fort deja Montmartre para dirigir su revista

Vers et Prose y animar La Closerie des Lilas en Montparnasse comienza las reuniones

junto a otras poetas que se mezclan artistas: André Salmon, Jean Moréas, Apollinaire

acompañado de Marie Laurencin, Max Jacob, Picasso, etc. Pero veamos a continuación

cómo se estaba desarrollando el ambiente artístico parisino durante la estancia de Lagar

desde 1911 a 1914.

Las transformaciones de la Revolución Industrial y el desarrollo del capitalismo a

finales del siglo XIX convierten a la ciudad en un paraje donde coexistirán lo tradicional,

lo moderno y la vanguardia. Los primeros eventos artísticos comenzaban a principios del

siglo XX con la Exposición Universal de París (1900), “en desafio al siglo que entonces

empezabayal mismo tiempo, en un canto a la Cienciayla Tecnologia’> (25).

La nueva imagen de la ciudad, en concreto, la de París y su atracción en el

terreno artístico donde permanecían prestigiosas academias como la de Bellas Artes, la

Colorossi, Julián, Ranson, la del Boulevard Clichy, etc.; los salones más destacados

como los Independientes, nacido en 1884, veinte años después de la constitución del

famoso del Salón de los Rechazados (1863), los Salones de Otoño, el Salón de la

Sociedad de Bellas Artes, el Salón de la Sociedad de Artistas Franceses, el Salón de los

Humoristas, el Salón de la Sociedad Nacional, etc., atrajeron en gran medida a todos

aquellos artistas que deseaban progresar y, entre ellos, a muchos artistas europeos como
e
378

el español Celso Lagar, quien partiría a dicha capital en 1911 para estudiar escultura y

regresaría, cuatro años después, con el estallido de la guerra europea, convertido en un


u
pintor que traía en su maleta las primeras creaciones para constituir un nuevo ismo: el

planismo. u

El planismo de Lagar tuvo, pues, su concepción en los albores de las primeras


e
vanguardias artísticas que se dieron cita en Paris desde 1911 hasta 1915, de tal manera

que debemos plantearnos qué ambiente y qué contactos le causaron más impresión. a

Ateniéndonos a los datos históricos y, concretamente, a los acontecimientos artísticos,


e
como son, sin duda alguna, las múltiples exposiciones, ya sean estatales o privadas que

plagaron las primeras décadas, debemos detenemos en aquel enmarañado ambiente a

artístico en el que cohabitaron, principalmente, dos tendencias, bien diferenciadas, la


u
académica y la vanguardia. Los salones de arte seguían siendo la principal fUente donde
a

se concentraban las novedades artísticas, sobre todo, el Salón de Otoño y el Salón de los
Independientes constituían la base inequívoca de la presentación de las tendencias que a

marcaba los adelantados de la modernidad.


a
Entre los “leones” de la XXVI edición del Salón de los Independientes (1910>,

como los denominaba el critico francés Georges Turpín, Henil Rosseau, Matisse, Le

Fauconnier, Otho Friesz, Metzinger, Mauguin, Signac, Van Dongen habían sobrepasado
a
a la pintura puntillista.

‘En conjunto, - apuntaba Georges Turpín - la decadencia de la escuela puntullista se

hace sentir y es tanto mejor ¡La verdadera pintura ha ganado! ~‘ (26).


e

e
379

En efecto, el espíritu que animaba a los jurados de estos salones estaba muy lejos

de aceptar aquellos trabajos que por su innovación fUeran incomprensibles, no sólo para

ellos mismos, sino también para el público, cayendo de nuevo en el mismo error que se

repetida en España y que terminaría con la credibilidad de las exposiciones nacionales de

Bellas Artes. Las exposiciones individuales o colectivas en galerías privadas, desde hacia

tiempo, se habían convertido en una segunda opción donde presentar los cuadros más

innovadores. Mientras se desarrollaba el Salón de Otoño (octubre de 1910) donde

Metzinger, Henil Le Fauconnier y Albert Gleizes provocaban satíricos comentarios en la

crítica por unas composiciones ricas en color integradas en volúmenes, continuaban las

experiencias individuales de otros pintores. Finalizada la última trayectoria del

movimiento fauvista hacia 1908, los protagonistas de otro movimiento, Braque y

Picasso, comenzaban su panicular cruzada en la estructuración del espacio pictonco.

Será en este año, 1910, cuando ambos practicaban el llamado cubismo analítico; al

mismo tiempo, comienza la difUsión del fUturismo cuya primera aparición en París había

sido la publicación del primer manifiesto fUturista de Marinetti en febrero de 1909, en el

periódico Le Figaro; el 8 de marzo de ese mismo año, en el Teatro Chiarella de Turín,

Marinetti junto a cinco pintores Boccioní, Baila, Carrá, Rusollo y Severiní proclaman el

primer manifiesto de la pintura y escultura fUturista; en Alemania, las corrientes

filosóficas de Heidegger, Ibsen, Strindberg, Nietzche, las teorías de Marx, las

investigaciones de Freud, junto a las teorías de Darwin, el arte primitivo, irracional o

popular provocaron un clima intelectual que dio lugar a la aparición del movimiento

expresionista. El grupo más revolucionario fUe el Die Brúcke (El Puente) constituido en

1905 y poco después, Der Blaue Reiter (El Jinete Azul), en 1911. Es precisamente, este
380

año cuando el Jurado del IX Salón de Otoño y el XXVII Salón de los Independientes se
e
enfrentan a una importante manifestación de la escuela cubista. En el primero, participan
e

M. Duchamp, La Fresnaye, Gleizes, Kupka, Le Fauconnier, Lhote, Metzinger, Picabia,


Reth, Archipenko, Csaky y Duchamp-Villon y en el segundo, además de los anteriores se

suman Delaunay y Léger.


e
“La escuela cubista - escribía el critico francés Georges Turpin - nacida de las

fantasías de Picasso no existe realmente> desde dos a tres años> Metzinger se convirtió en el jefe u

incontestable” (27). Efectivamente, en esta muestra ni Picasso ni Hraque habían expuesto y


e
seria al año siguiente, cuando Metzinger junto a Gleizes publicaran en Figuiére, “Du

Cubisme” (1912) la primera obra teórica del movimiento cubista. Este año de 1912

supone, también, la consagración de muchos cubistas que imponen sus disciplinas y la


e
adhesión de otros artistas como el ruso Survage, el holandés Mondrian y el mejicano

Rivera, a quien veremos en la Exposición de Artistas Íntegros (1915) protagonizada por u

Ramón Gómez de la Serna. En Alemania, aparece el almanaque de Der Blaue Reiter


a.
mientras que en el año anterior Kandinsky había publicado su tratado teórico De lo
u
espiritual en el arte (1911) y los fUturistas entraban de lleno en el movimiento artístico
parisino (28). Fue en la galería Bernheim Jeune durante el mes de febrero de 1912, donde
a
Umberto Boccioni, Carlo Carrá, Luigi Russolo, Giacomo BaIla y Gino Severii
a

presentan 35 obras y el manifiesto de los pintores fUturistas. Este movimiento, que venia
a sumarse con el cubismo a los movimientos de vanguardia parisina, también tuvo sus —

detractores en las crónicas francesas (29).


a
El año 1913 supone un avance en la evolución del cubismo comienza su fase

sintética, se publica el primer libro simultáneo de Sonia Terk Delaunay para un poema de e

e
381

Cendrars y Apollinaire publica su libro Les peintures cubistes, méditations esthétíques.

Mientras tanto, se inauguran nuevas ediciones de los salones de Independientes, de

Otoño y otras. A la primera, concurren los cubistas Gleizes, Lhote, Laurencin,

Metzinger, Mondrian, Reth, Archipenko, Brancusi, Csaky, además, de la aparición

pública de las obras de Delaunay, Kupka y Pícabia que formaban una nueva tendencia

denominada Orfismo por Apollinaire, que se centraba en las investigaciones ópticas de

los colores y se aproximaba a otra, el sincromismo, de los artistas americanos también

participantes en la misma exposición: Bruce, Frost, M. Russel, 5. M. Wright. Asimismo,

se publicaba en Rusia el manifiesto de Mijail Larionov que lanzaba públicamente el

Rayonismo.

Al respecto la crítica parisina publica las notas más sobresalientes de esta nueva

tendencia orfista: <‘El color para el color es la divisa adoptada. Es en este ideal hacia el cual tiende,

cada día más, la visión material, que es preciso buscar la causa de los últimos hábitos. El cubismo, el

<fUturismo, el orfismo no tienen otros origenes, el rondismo> el ovalismo, el paralelismo seguirán” (30>.

«Los ‘cubistas> afinnarán como una realidad las esferas, los paralelepípedos y los poliedros.

Los ‘cubistas’ quieren sintetizar>, ellos pretenden una filosofia que MG. .4pollinaire acaba de exponer

y la cual no tiene misterio todo lo órfico>’ (31).

Como hemos visto, durante esos casi cuatro años se han desarrollado plenamente

los principales ismos de vanguardia parisina, el cubismo, el fUturismo o el orfismo, se han

hecho públicos en los diferentes salones de la capital y han formado parte del campo de

batalla de las artes plásticas europeas al lado de otros movimientos como el

expresionismo alemán o el rayonísmo ruso. Se trata de un ambiente diverso y cargado de

abundantes connotaciones con las que cohabitó nuestro artista Celso Lagar y que
382

tendrían sus consecuencias más inmediatas en la primera exposición que realizó en


e

España en 1915<
e

VI 1.1. NOTAS
e

*
(1) Eugenio B. Lagar trabaja en 1911, en la “Nueva Funeraria” de Miróbriga, así lo

publicaba el diario local: “Con motivo del entierro de la señora Doña Ruano Jústiz, viuda de u

Aparacio> hemos tenido ocasión de ver y apreciar el servicio fúnebre, que ofrece al público la Nueva
u
Funeraria» establecida en la Plaza Mayor núm. 10. Como era de esperar, del buen gusto y

laboriosidad de sus dueños don Enrique Cuadrado y don Eugenio fi. Lagar, la nueva empresa
e
funeraria, nada deja que desear: severidad, buen gusto, economía, todo ha sido previsto y llevado a la

práctica », en Avante, Cuidad Rodrigo, 7-1-1911. e

a
(2) Narciso Alba, Celso Lagar, aquel maldito de Montparnasse, Valladolid, Junta de

Castilla y León, 1992, p.25. a

a
(3) Ibid., pp. 22 y 24.
e

(4) Manuel Lagar seguirá los pasos artísticos de su hermano. El 17 de octubre de 1919 a

expone en las galerías Layetanas de Barcelona y dos años después, se encuentra


a
realizando otra exposición en el salón del Circulo Artístico de San Lucas, durante el mes

de mayo de 1921. a

(5) Narciso Alba, Celso Lagar, aquel maldito de Montparnasse, op. cit., p.22

a
383

(6) La sección de noticias del diario Avante publicaba: Iban salido para .tfadrid nuestra

distinguida colaboradora, doña Dolores Torres, viuda de OBivanco, la bel/isima señorita Esperanza

Rubio y el joven artista don Celso Lagar>’. Anónimo, “Sección de noticias”, Avante, Ciudad

Rodrigo, 24-9-1910.

(7) Así lo verificaba un joven cronista loca], Alejo Hernández ‘Celso Lagar, ese joven que

todos vimos en la Glorieta o en la Muralla con sus grandes melenas y su chambergo radiniano> es una

esperanza del arte español> del arte castellano. Discípulo de Blay> del mejor de nuestros escultores, ha

sabido seguir al maestro con el entusiasmo y el aprovechamiento merecido. En (o que fue el palacio del

Buen Retiro> en el Casón, trabajaba nuestro paisano abismado en esa sofrosine, que la contemplación

de los griegos produce y allí, ante la energía musculatural del Discóbolo de Mirón, o las graciosas

lineas de las Venus de Alilo o Gnido ha pasado horas febn les, llenando el alma de armonías y el

tablero de curvas y borrones: A/li fue donde el insigne Padró, comprendiendo sus aptitudes, le ofreció

su valiosa y desinteresada protección. Pues bien, este amigo artista, este paisano entusiasta de la

Castilla sobria, abandona nuestras llanuras para ir a París, y buscar al lado de Rodin> Baiholomé (sic)>

Menniel (sic,> y tantos otros, un nuevo peldaño de los que conducen a la suprema belleza> al ideaL a la

gloria.

Si nuestro .4,vuntamiento quiere (como debe) ayudar con algo a este artista, si la Diputación

hace lo mismo, el bien será para todos y algún día podremos tapar la boca a esos pesimistas que

opinan que nada bueno> nada útilmente bello puede florecer en los carcomidos muros de la vieja

Miróbriga’>, en “Un escultor mirobrigense”, Avante, Ciudad Rodrigo, 11-3-1911.

(8) Rafael Santos Torroella apunta 1912 como fecha de partida, en su libro Revisiones y

Testimonios. Dietario Artístico, Barcelona, Taber, 1969, pIS?; en 1914 Gérard

Xuriguera, en Pintores españoles de la escudo de París, Madrid, libero Europea de

Ediciones, SA., 1974, p.54; Eugenio Carmona, Picasso, Miró, Dalí> Los origenes del
384

arte contemporáneo en España. 1900-1936, Madrid, MINCRS, 1991, p.29 o Manuel

Campoy en su Diccionario critico del arte español contemporáneo, Madrid, Ibero


u
Europea de Ediciones, SA, 1973, p 205, ni en 1916 como recogen otros tantos

diccionarios. Tan sólo la fecha correcta fUe recogida en 1992 por Narciso Alba en Celso

Lagar, aquel maldito de Montparnasse, op. cit.,


a

(9) Alejo Hernández, “Sección de noticias”, Avante, Ciudad Rodrigo, 22-4-1911. u

u
(lO) Rafael Santos Torroella, “Celso Lagar en Barcelona’, Revisiones y testimonios.

Dietario Artístico, op. cit., PP. 155-163 y Narciso Alba, Celso Logan aquel maldito de u

Montparnasse, op. cit., p.26.

e
(11) El semanario independiente publicaba:”Ha regresado de Barco de Valdeorras> provincia

de Orense, don Femando Iglesias habiendo llegado días antes al mismo pueblo don Gumersindo Lagar.
a
Los dos inteligentes y laboriosos industriales, han formado con la cooperación de algunos

elementos del país> y con un capital inicial de 80.000 ptas, una sociedad ‘la eléctrica industrial —<

valdeorresa> con objeto de explorar un magnifico salto de agua en el Sil> para la producción de
a
energía eléctrica aprovechable en la fabricación de harinas y para dar luz a varios pueblos de aquella

comarca. Según nuestras noticias> y de ello nos alegramos> los trabajos van muy adelantados> y la
a
empresa es de gran porvenir para los activos y emprendedores mirobrigenses “. Anónimo, “Sección

de noticias”, Avante, Ciudad Rodrigo, 16-9-1911. t

(12) Respecto a su visita a Paris se divulgaba: “De Barco de Valdeorras, y después de breve

estancia en París, a donde fue con objeto de informarse personalmente de los profesores de la S

a
385

Academia de Escultura> respecto de las aptitudes de su hijo Celso> ha regresado a esta ciudad el

inteligente artista> don Gumersindo Lagar. Los informes recibidos con respecto al joven escultor

recientemente pensionado por nuestro ilustre Ayuntamiento, no pueden ser más halagileños

Anónimo, “Sección de noticias”, Avante, Ciudad Rodrigo, 16-12-1911.

(13) Narciso Alba, Celso Lagar, aquel maldito de Montparnasse, op. cit. p.26.

(14) Asi lo publicaba el diario independiente de la localidad.”Con verdadero placer hemos

visto unas fotografias que reproducen las primicias artísticas del joven escultor mirobrigense, don

Celso Lagar pensionado por nuestro ayuntamiento en Paris. Mis complacemos en hacerlo público para

estímulo del interesado, para satisfacción de nuestro Ayuntamiento que hizo el esfuerzo de votar la

modesta pensión> y también para satisfacción nuestra> pues nosotros iniciamos entonces y apoyamos

con todo entusiasmo la idea». Anónimo. “Sección de noticias”, Avante, Ciudad Rodrigo,

6-7-1912.

(15) La noticia fUe publicada en el periódico local: “La sesión ordinaria celebrada hoy por el

Ilustre Ayuntamiento> se redujo a lo siguiente: se aprobó el acta de la anterior. La Presidencia dio

cuenta de que el escultor don Celso Lagar> pensionado en París por la Corporación, había enviado

como presente una estatua> copia de la “Rosa de Thehas ‘~ antiquísima obra de arte de la exquisita

Grecia; el Ayuntamiento acorrió dar las gracias al Sr. Lagar y que el importe de los portes del envio se

paguen de/fondo de impuestos». Anónimo, “Sección de noticias”, Avante, Ciudad Rodrigo,

5-10-1912.

(16) Anónimo, “El presupuesto municipal”, Avante, Ciudad Rodrigo, 30-11- 1912.
386

(17) Jesús Dominguez S.-Bordona, Avante, Ciudad Rodrigo, 21-3-1913.

Bohemio.’... Falsa risa, amor de anemia,


*
placeres cortos y desdichas largas...

El llevó su ternura a las amargas


u
horas de nuestra mísera bohemia.

Ante el vivir indiferente y burdo e

muchas veces> el alma ya cansada,

supo darnos alientos su mirada u

bajo las alas del chambergo absurdo.


a
Y entonces nos llevó por los tesoros

de su imaginación> hasta el secreto


a
bosque, donde> entre helénicos laureles>

moran, con los robustos doriforos, u’

la Amazona viril de Policleto


u
y la [‘~nussin par de Praxiteles”.

(18) Anónimo, “Celso Lagar”, Avante, Ciudad Rodrigo, 26-10-1912.


u’

(19) Narciso Alba, Celso Lagar, aquel maldito de Montparnasse, op. cit., pág. 43. u’

u’
(20) Ibid., pág. 46.

(21) En este articulo se pueden apreciar algunas de estas caracteristicas.”En la Ashaur


u’
Galerie del boulevard Raspail he visto expuestas las obras de escultura y colección de dibujos de/joven

compatriota Celso Lagar> artista modestisimo, sin pretensiones ridículas de su valer y que a pesar del a

corto espacio de tiempo que reside en París (dos años) es más conocido aquí que en nuestra Patria.
a

e
387

Dos son principalmente las esculturas en donde mejor puede la crítica estudiar a Lagar: ‘Adolescencia’

y ‘Rosa de Thébas’.

Una y otra muestran un refinamiento del gusto y una tan gran dosis de originalidad, que dejan

entrever> para día no lejano> al artista maestro. Un estudio concienzudo del arte clásico es la primera

impresión que producen estas dos obras del joven escultor> que realmente no desdeñó el clasicismo

oriental, pero que sabe manifestarlo de una tan típica> tan propia y particular manera que da

inmediatamente> aun en los profanos en el arte> el sello de la originalidad. Esta tendencia, hoy tan

dominante> a lo nuevo, a lo original> bien sea por la pintura o por la escultura, conduce, máxime a los

artistas que empiezan> a absurdos inconcebibles, opor lo menos a reflejos de influencia de determinada

escuela modernista. Congratúlame el poder afirmar que Lagar ha sorteado con pasmosa maesfría una y

otra dificultad, por su simplificación de líneas y su particularidad al comprender el volumen,

circunstancias que le ponen en condiciones de diferenciarse grandemente de la vulgaridad

Y no quiero dejar hacer constar que éstas mis opiniones están robustecidas por la de una

eminente personalidad francesa en escultura y crítica de la misma, quien al juzgar a nuestro

compatriota decía: Entre todos los jóvenes artistas que conozco, no tengo inconveniente en afirmar

que Al. Lagar se distingue de una manera particular por su concepto y modo de simplificar la forma,

concepto y modo, que dan a sus obras un conjunto muy definido>. Esta opinión de Al. Bernard dice por

sí sola mucho> muchísimo más de lo que yo puedo decir, pues se trata de un escultor crítico y

extranjero> que en todas mis opiniones sobre el arte tiene demostrada una imparcialidad> a/juzgar, que

le hacen temible y respetado, dándole al mismo tiempo indiscutible autoridad mundiaL

Siga, pues, nuestro querido paisano su estudio con el entusiasmo que hoy lo hace, y en plazo

próximo tengo la seguridad de ver en él al artista que produce el orgullo de los suyos y la gloria de la

tierra que le vio nacer”. Anónimo, “Un artista español”, El País, Madrid, 22-3- 1913.

(22) Anónimo, “Celso Lagar”, Avante, Ciudad Rodrigo, 26-7- 1913.


388

(23) Juan Selagón, “Españoles en París. Celso Lagar”, Avante, Ciudad Rodrigo,

14-2-19 14.
u

(24) Federico García Sanchíz, “Celso Lagar”, La Nación, Madrid, 13-3-19 17 e

u
(25) VV.AA, El siglo XX, Madrid, Istmo, p.I9.

(26) Georges Turpín, “Salon des Indépendants”, Arthénice, Paris, 5-4-1910.


e

(27) Georges Turpin,” Salon d’automine”, Arthénice, París, 1-9-1911. u

(28) Marinetti se había encargado de difUndir con antelación el fUturismo mediante


u
conferencias públicas dadas a los estudiantes.”Los buenos estudiantes franceses escuchaban a
<Ufarinetti mientras una sonrisa irónica estaba sobre sus labios. El dinero no tiene valor para este

hombre rico de millones, ha hecho tirar su revista y sus obras a muchos millares de ejemplares> que él

envía gratis a todos estos que se los piden “. Flambleau, “La semaine”, La Linterne de Paris et

de Montmartre, Paris, 18-3-1911.


e

e
(29) La prensa parisina se encargaría de publicar artículos en su contra como éste de A.

Cartault: “Los futuristas son sobre todo ingenuos, presentar la misma figura en fragmentos, la misma

figura de frente, de tres cuartos> de perfil, no es suficiente para dar la impresión de que esta figura se
u’
mueve... La tentativa de los futuristas, en sus resultados materiales, puede ser considerado como

fracaso> ello puede servir hasta un cierto punto para modificar la orientación del arte. Ellos han

abierto nuestros ojos a las visiones nuevas, ellos han sacudido la torpeza, han atraído la atención sobre

e
389

una tarea dificil. y demasiado olvidada actualmente, en la pintura que es devolver el movimiento, las

fuerzas> las emociones”, en “Le mouvément artistique. Les Théories des peintres flituristes

italiens”, La Revise att Mois, Paris, enero de 1912.

(30) Adolphe Thalasso, “Le Salon de la Société Nationale”, Le mois artistique, Paris,

Abril- septiembre de 1913.

(31) Louis Hautecoeur, “Société des artistes Indépendants”, La Gazette de Bea’ux-Arts,

París, 1913.

‘/1.2. EL PLANISMO EN EL AMBIENTE ARTÍSTICO CATALAN (1)

A finales de 1914, Celso Lagar cruzaba de nuevo los Pirineos para regresar a

Barcelona, ciudad en la que había estado antes de su partida (1910). El momento es

crucial para la cultura catalana que está desarrollando varias corrientes, principalmente,

las últimas connotaciones modernistas, el pleno apogeo del noucentisme y la formación

de las primeras vanguardias que iban desde el postimpresionismo a los últimos avances

del cubismo.

El modernismo, era un movimiento cultural que llegó a teñir hasta las propias

artes decorativas e, incluso, introducir nuevos elementos procedentes de paises

europeos. Se pedía desde hacia tiempo un cambio radical, una revolución social, una

nueva vía para la europeización, un rechazo al arte académico, anecdótico y

costumbrista, además de una vuelta a las raíces de su cultura, principalmente al arte

medieval. Se trataba de un renacimiento cultural, que bajo el nombre de “Renaixen9a”,


390

abanderaba la burguesía catalana como aquello que proporcionaba autonomía, libertad,

cultura y cosmopolitismo. Curiosamente, la expansión del modernismo y su introducción

en el mundo burgués se dio en unos momentos en los que Eugenio d’Ors, desde su

Glosan de La Veu de Catalunya desarrollaba las bases del noucentisme. A partir de

1906, el panorama artístico catalán abre sus puertas a las nuevas ideas que vienen del

exterior enlazadas con las corrientes vanguardistas. El artista, dentro de esta sociedad en

plena crisis del 98, que mira al pasado bajo un tradicionalismo necesita crear un nuevo

lenguaje que vaya más allá, ya sea moderno o ultramoderno (1). Precisamente, será en

éste último, lo ultramoderno o la vanguardia, donde nazca un artista independiente capaz

de oponerse al academicismo y, durante algunos años, se hallará entre los

enfrentamientos de los modernistas y de los noucentistas, situándose entre lo anterior y

lo nuevo, como es el caso de Celso Lagar.

Los primeros indicios de vanguardia española presentó varias vertientes, sin

embargo, son dos las que nos interesan por ser éstas las que se manifiestan en Celso

Lagar; una la marcha al Centro de vanguardia más importante de Europa: París y, otra,

aquellos movimientos que pretendiendo ser nuevos “ismos” se desarrollan en la Península

como el planismo de Lagar, el vibracionismo de Barradas o el ultraísmo.

Respecto a la primera, en París uno de sus máximos abanderados, Picasso, la

representó bajo “la intuición de la modernidad que busca la vanguardia en su epicentro>’ (2),

también Celso Lagar la buscó pero fije, primordialmente, en España donde desarrollaría

su espíritu vanguardista. Y, Ja segunda, encamada en el galerista Josep Dalmau, quien

“no deseaba renunciar a su mundo> a su paisy a su culturayprefl rió renovar sin marcharse’> (3). La

historia de la Galerías Dalmau comienza en 1906, cuando Josep Dalmau abandona su


391

actividad como pintor y abre un comercio de antiguedades (4). La principal actividad de

Dalmau fue, por un lado, la importación y promoción de elementos artísticos y de

exposiciones relacionados con la vanguardia y. por otro lado, la promoción de los

jóvenes creadores que producían arte de vanguardia, como el caso de Celso Lagar o

Joan Miró.

Antes de la presentación pública de Celso Lagar en las galerías Dalmau, el

ambiente artístico catalán estaba en pleno desarrollo a lo que se unía la incorporación de

artistas europeos huidos de la gran guerra: en 1907 se celebró la Quinta Exposición

Internacional de Artes; en 1910 se realiza la primera exposición de la agrupación Les

Arts i els Artistes; en 1911 se publica el Almanach dels Naucentistes; Junoy inicia sus

colaboraciones en La Publicidad promoviendo el arte mediterraneista y Joaquim Sunyer

realiza en el Faian~ Catalá su primera exposición en Barcelona; en 1912, Dalmau

presenta al público catalán el arte cubista de la mano de Duchanip, Fernard Leger, Albert

Gleizes, Jean Metzinger, Marie Laurencin, Juan Gris, Le Fauconnier y el escultor Agero,

además de una Exposición de arte polaco y la Exposición Torres-García en las Galerías

Dalmau; en 1913 se inaugura la nueva sala artística L’Athenea en Gerona; y en 1914,

llega a Barcelona Rafael Barradas procedente de Italia y París.

Será a finales de este mismo año cuando Celso Lagar presenta en la calle

Puertaferrisa, núm. 18, donde se ubican las Galerías Dalmau, 60 obras entre óleos y

acuarelas junto a cuatro esculturas de su esposa Hortensia Begué, del 28 de enero al 12

de febrero de 1915. El galerista Josep Dalmau fue el encargado de presentar al público

barcelonés las obras del joven pintor mediante un pequeño prefacio que el mismo

firmaba. Dalmau exponía las breves palabras con las que Celso Lagar había definido su
w

392
u

planismo: ‘Aprés le sentiment> la cauleur el la forme comprise dans le planisme et le volume sonÉ les

éléments du bel art (5) ___________________________________________________

IQUATRE ESCULTURES DE MA BAGUÉ

u
1OALERíESDALMAU~r”,
CE LO NA
DE lAMER Al. 12 DE rEBRER DE 1915

Portada del catálogo de la Exposición de Celso Lagar y Hortensia Regué en las


Galerías Dalniau (1915)

Se ofrecía al público el primer isino de vanguardia español el cual, tras su rápida t

constitución en la capital francesa, se disponía a conquistar el medio catalán. Josep


a
Dalmau le presentó como un escultor que acababa de convenirse en un pintor. Tan sólo

hacía pocos meses que practicaba la pintura, añadía el galerista en su pequeña nota al t

catalogo, además de considerarle como un joven con “un talento poco común, una cultura
u’
sólida y una visión del tiempo que vive.., su arte es profundo, no es superficiaL La superficie de sus

obras esjustamente ingrata a primera vista. Cabe tener en cuenta este contraste, que será más o menos a

importante según los chferentes conceptos que cada personalidad llene formados en las cosos del arte’>
a
(6).

a
393

Dos criterios se adivinaban en las palabras de Dalmau, por un lado, la “sólida”

formación cultural de Lagar que desde 1911 había podido ver “in situ” todas aquellas

tendencias de vanguardia que se barajaban en París habiendo llegado a aunarías para

constituir el planismo y, por otro, consciente de las obras que presentaba advertía a la

crítica sobre las diferentes interpretaciones del arte de Lagar, que dependía de la

formación artística de quien las observara. Con esta operación Dalmau decide presentar

la proa de la vanguardia española. Las exposiciones realizadas hasta entonces por el

galerista habían creado una fuerte expectación y contribuyeron a la presentación de

nuevas propuestas renovadoras, pero siempre de la mano de artistas extranjeros;

recordemos, por ejemplo, la Exposición de Mela Mutermich (junio de 1911), la de arte

cubista (abril-mayo de 1912) o la de arte polaco (mayo-junio de 1912), que se

intercalaban con otras muestras de artistas españoles como la Exposición de Nonelí y J.

Colom (febrero de 1909), la de Xavier Gosé (octubre de 1911), la de Aurora Folque

(febrero-mano de 1913), la de Darío de Regoyos (marzo-abril de 1913), Josep Aragay

(abril de 1913), la de Tomé-Esquius (enero de 1914), la de Laura Albéniz (abril-mayo de

1914) y la de Gustavo Maeztu (mayo-junio de 1914) (7).

El papel que desempeñó Dalmau giró en tomo a la presentación y promoción de

aquellos artistas de vanguardia que como el caso del primer español, Celso Lagar, no

sólo pretende realizar una operación de compra-venta sino crear un gusto hacia la

vanguardia española y catalana que no existia. Esta maniobra tendrá su continuidad en

febrero de 1918, con la exposición de otro artista, Joan Miró, en cuya obra Dalmau

advierte, como veremos, algunos de los caracteres de Lagar.


394

Sin embargo, debemos preguntamos si existió un acercamiento o un encuentro

anterior entre Lagar y Josep Dalmau. Partiendo de la exposición cubista que Dalmau
e
realiza en Barcelona (1912) nos encontramos con los viajes que éste realizó para
organizar su muestra de artistas extranjeros. Es diticil constatar si hubo un contacto
e

aunque por las fechas que barajamos muchos detalles coinciden. En primer lugar, en
e

1911 Dalmau está en París donde visitó, por un lado, el Salón de Otoño y por otro, la
Exposición cubista en la Galerie d’Art Ancien & d’Art Contemporain, de la rue Tronchet

(8), a las cuales nuestro artista también debió asistir. Si bien esta fecha es dificil de
u
encajar en las vidas de ambos, señalemos otra, 1912, cuando Dalmau asiste al Salón de la

Sociedad de Independientes donde Duchamp es rechazado por presentar Desnudo u

descendiendo por una escalera, obra que, precisamente por este motivo, estará en la
u

Exposición de las Galerías Dalmau y cuando asiste a la primera exhibición individual de

Juan Gris en la Galerie Clovis Sagot.

Se sabe con certeza que Josep Dalmau estuvo presente el día de la inauguración
a

al lado de artistas residentes en Paris como Gargallo o Pere Ynglada. Aunque no se cita
a

a Celso Lagar, sí podemos destacar el articulo del crítico Pierre Imbourg, quien realiza
una entrevista a Lagar en 1944, en la que recuerda sus primeros años de juventud en a

Paris. No sabemos con seguridad si el critico repite las palabras exactas del artista, que
e
por aquel entonces contaba con 53 años, quizás no sean muy exactas o bien las

tergiversa puesto que le incluye dentro del equipo de la Galería Sagot formado por a

Picasso y Juan Gris entre otros. Sea como fuere es muy probable que el galerista y el
a
pintor se conocieran en Paris y de ahí su rápida aceptación y su Exposición en las

Galerías Dalmau. a

e
395

Celso Lagar évo que des souvenirs dejeunesse... 1 >époque oit, avec Picasso et Juan Gris -il

faisaitparhe del >équipe de la Galerie Sagot> rue Lafitte (9).

Dalmau se adhiere a una propuesta de exteriorizar y modernizar la cultura

catalana. A partir de 1915 se pueden enumerar diversas muestras vanguardistas como las

exposiciones de los extranjeros Otto Weber, Van Dongen, 5. Chorchoune y Héléne

Grunhoff, Albert Gleizes todas ellas en 1915 o la de Frank Burty en 1917; también es

destacable su apoyo a la revista de Picabia 391 (1917) y a Trossos (1917). Dalmau se

presentó como el pionero de los jóvenes valores españoles que gracias a él pudieron

presentar su arte moderno alternativo y diferente del académico o noucentista.

Precisamente, este último término estará ligado de manera accidental al arte de

Lagar. Para el grupo de los noucentistas sus obras se asimilaban a los preceptos que

d’Ors desde su Glosan se habia encargado de desarrollar los principios estéticos del

movimiento. Una contemplación de la naturaleza real comprensible, serena y elegante,

una llamada al mediterraneismo con raíces en el clasicismo o un valor de lo maternal se

podían ver en los cuadros de Lagar. Se trataba de un artista no catalán que ofrecía una

supuesta asimilación del alma del catalanismo noucentista, que además conseguía en sus

obras una cierta modernización del noucentisme. De hecho, el propio Eugenio d’Ors,

quien colaboraba en la recién inaugurada revista madrileña España, le reservó un extenso

párrafo, del que destacamos algunas notas:

“Temblaran los umbrales y las puertas donde la majestad negra y oscura las frías desangradas

sombras muertas oprime en ley desesperada y dura y lo que sigue, en ningún pintor podrían encontrar

mejor Giotto que en un Celso Lagar o en un Pablo Ruiz Picasso... ¡Ahora> alerta. mi Joaquín Sunyer!

,Ahora, alerta mediterráneos míos! Pablo Picasso es malagueño. Celso Lagar es hijo de Salamanca. Si
396

la luz nos viene aún del Norte, el carro de la luz puede que nos llegase tirado por potros fogosos de las

razas del Occidente” (10).

La preferencia por el colorido, el equilibrio de los volúmenes, la armonia de los

cuerpos, las magníficas aptitudes, la admirable interpretación de la naturaleza, una firme


u

y moderna voluntad de construcción.., fueron muchos de los calificativos que dieron a su

obra. Al lado de estas grandes cualidades, también, le señalaron grandes defectos que, sin

duda alguna, mostraban un aire vanguardista traído de Paris. De todos estos


e

comentados, destaca con gran interés el de d’Ors. ¿Por qué le otorgó tan buenos
a

apelativos a su pintura? El origen de esta respuesta se encuentra en el propio crítico y en


Josep Maria Junoy, quienes en la teorización de su clasicismo mediterráneo se toparon

con la primera oleada cubista. Inmediatamente identificaron cubismo y noucentisme


u
como “aspectos de un mismo esfuerzo generacional superador del fin de siglo mediante una estética
>

normativa (11). Fue a partir del Salón de Independientes de 1911, cuando las crónicas al u

movimiento cubista aparecen con frecuencia en los diarios catalanes como en La Veu de
a
Catalunya o en La Publicidad

Como sabemos, el cubismo no será visto negativamente por los noucentistas ya

que se trataba de una nueva escuela que reaccionó contra el impresionismo y que
a
buscaba una nueva estructura espacial de la obra de arte. Siguiendo la opinión de Mercé
a
Vidal seria en el artículo de Doménech Caríes, el 30-11-1911 en La Ven de Catalunya,
donde se desencadenan las nuevas interpretaciones del noucentisme sobre el cubismo.
a
Partiendo de los ideales de Xenius, quien consideraba el cubismo como un arte
a

renovador que tendía a la abstracción pero sin aspirar a la idealización formal, planteaba
ante las obras de Le Fauconnier, Abundance, y Robert Delaunay, Tour E¿ffel, donde

observa una misma “necesidad de estructura”, centrípeta en el primero y centrífuga en el


e

e
397

segundo, se inclinaba a establecer una conexión del cubismo con el problema de la

estructura en las composiciones noucentistas. De esa manera, interpretaba el cubismo

partiendo de lo que se denominará “estructuralismo” que, sin abandonar los sentidos,

aspira al idealismo y es definido como aquella necesidad de encontrar un ritmo y una

armonía de los que carecen las composiciones cubistas (12).

Por ello no es de extrañar que d’Ors viera en la pintura de Lagar “una vocación de

gran precio> servida por órganos que ya se adivinan poderosos. Hay una firme y muy moderna voluntad

de construcción (13). La pintura de Lagar presentaba, pues, todos los signos más

llamativos del cubismo, esa voluntad de construcción, a través de planos, que el propio

Lagar denominó planismo, pero también el color y la luz del arte mediterráneo que d’Ors

teorizaba en su noucentisme. Por ello, se apresuró a alertar a Joaquín Sunyer, quien en

1911 había realizado en el Faian~ Catalá su primera exposición en Barcelona y se

consagraba como uno de los grandes protagonistas del nacimiento del noucentisme,

cuyas obras poseían una influencia de Cézanne, del postimpresionismo y del cubismo,

pero ante todo, un arte propiamente catalán, como calificaron a su Pastoral (1910-1911,

Óleo sobre lienzo, 106 x 152 cm, Colección Juan A. Maragalí, Barcelona).

El artículo de Eugenio d’Ors tuvo una respuesta inmediata por el propio Celso

Lagar, quien desde la revista gerundense Cultura publicaba un articulo bajo el título “El

renacimiento del arte después del cubismo” dedicado expresamente a Xenius. Allí, Lagar

exponía las principales notas por las que se encaminaba el planismo:

“El renacimiento de la pintura moderna es la continuación del arte del Greco en su

manifestación plámca del volumen y la profundidad

Su aran nrecunnr es Paul Cézanne aunque los nuevos nintores hayan na¶ado un cierto tiemno
398

El impresionismo francés despistó en nuestra época el arte constructivo iniciado por Cézanne.

El impresionismo> sin ser un arte completo> es en pintura una manifestación apreciable por su

emoción y por su valor espontáneo.

Cézanne demos trá que toda la grandiosidad de una montaña puede existir en una naturaleza

muerta; de un objeto> por el valor arquitectónico y estructural?

El volumen que existe entre un objeto que figura en primer término y el último - esa serie de
‘.1
volúmenes que llamo yo interiores -‘ es la compenetración del ambiente y el aire dentro de una

superficie plana.
SI

El sentimiento es una condición indispensable en Pintura> así como en las demás Bellas Artes>

pero este sentimiento desaparece en seguida <sic) que el ‘maestro refinado’ comunica su fagon de ver a

dans 1> esprit d> un homme innocent (sic).


u
Esto para mi, y para el arte bello> es el peligro más grande de las escuelas de Bellas Artes> en

las que el profesor inculca lo que él ve; no lo que el discipulo siente.


a
A pintar nader enseña; a hacer cuadros> sí Es por eso que Picasso ha derribado con el

cubismo el arte decadente que hace medio siglo invadió el mundo, y es por eso también> amigo Xenius>

que nosotros somos en nuestro tiempo los iniciadores de un arte primitivo” (14).
u,

En primer lugar, Celso Lagar trataba de crear una pintura nueva que tras el

cubismo fuera más simplificada, tanto en sus volúmenes como en su profundidad. Tras la
a
pintura impresionista y el constructivismo de Cézanne, el punto de partida del planismo

llega con el cubismo de Picasso, que inicia la búsqueda de un arte primitivo que en la a

obra de Lagar parte principalmente de los dibujos de Modigliani, pintor con el que
a
convivió algunos meses y de quien pudo entresacar parte de la teoría pIanista. Además,

en este artículo Lagar añade su oposición a la formación académica, que sustituye por la u’

valoración del autodidacta.


a

u
399

Si hoy en dia podemos saber que la muestra de Celso Lagar y su compañera tuvo

un relativo éxito en la critica catalana, en aquellos momentos las esperanzas de sus

protagonistas estaban puestas en los comentarios que recibieran. Una de las más duras

fue la del critico R. Ghiloni, quien mostraba fuertes desavenencias con el arte recién

llegado a la capital y advenía a los futuros visitantes de la muestra: “es menester decirle a

este público que visita salones de pinturas que vaya prevenido contra toda emoción y tentación a visitar

(a exposición de los artistas que tan oportunamente nos presenta.

Al decir que debe ir prevenido contra toda tentación> no lo decimos en el sentido de la

tentación camal; no> ésta no puede sentirla nadie mirando aquellas soit dissant> mujeres pintadas de

color de rosa> parecidas según ha dicho uno de nuestros queridos compañeros> a una rana» (15).

Es probable que el recibimiento de esta negativa crítica no sólo contra la obra de

Lagar, sino también contra la propia labor del galerista, Josep Dalmau, despertara la

necesidad en ambos de ajustar cuentas con el crítico a través de unos anónimos que este

último recibió. Sin embargo, el asunto no quedó zanjado sino que R. Ghiloni en su

siguiente crónica arremetió contra aquéllos que no eran capaz de dar la cara: “Séame

permitido antes de terminar la presente crónica ‘De Arte> aludir a quienes con una cobardía

incalificable me han dirigido cartas anónimas> por .svpuesto, insultantes> por el mero hecho de

desenmascararfalsas personalidades y por haber tenido la suficiente franqueza de decir que las obras

expuestas en uno de los Salones de Exposiciones de esta ciudad eran indignas de cahficarlas artísticas;

a esos les digo quejamás tuve inconveniente> no sólo en demostrar y afirmar lo dicho> sino que> dando

la cara noblemente> en todas las ocasiones> al pie de los artículos aparecía> clara y legible> una firma

que respondía del texto de los mismos.

Quienes no tienen el valor de firmar sus cartas y dedicarse a mandar los anónimos> son dignos

de compasión y lástima> son seres degenerados» (16).


400

Los chocantes colores de los cuadros de Lagar provenían del fauvismo, de las
a
pinturas de Gauguin e incluso del color de los bodegones de Paul Cézanne, afirmaba el

cronista de El Liberal de Barcelona, a lo que, también, añadía la influencia de Picasso,

para explicar el concepto del planismo: “quien haya estudiado en todas sus partes el arte de
u
Picasso> desde la que podríamos llamar ‘época azul> al cubismo, podrá comprender las concepciones

artísticas> improvisadas> de Lagar Quienes no conozcan nada de esto> ni saben nada del color de los u’

impresionistasfranceses, ni de los dibujos de Van Gohg (sic); ni de los estudios de cuerpos y volúmenes
e
de Gauguin> ni del color y de las pinceladas de Cézanne; no habiéndose formado una filosofla del arte

necesario para su comprensión en toda la infinita variedad que se dirige hacia una unidad definitiva;
u’
quien no se haya presentado el porqué de la armonía de las formas> no puede formar juicio sobre las

obras de Celso Lagar” (17). e

e
Celso Lagar venía a sumarse a la tendencia de los más avanzados, que según el

crítico Carlos Caballero, era de dos clases, por un lado, el verdadero artista moderno que a

presenta novedades legibles en su arte y, por otro, aquél que a través de extravagancias
u’
pretende presentar una verdad ilegible; por ello, “la causa de que las tendencias evolutivas del
e
modernismo no lleguen a imperar> porque de los artistas primeros hay muy pocos> y por el contrario> de
los últimos hay tantos como ignorantes... Se puede modernizar> evolucionar> fijar nuevos derroteros.
e
pero ha de ser con un conocimiento perfecto de lo antiguo... Bien están las tendencias modernistas, las

originalidades nuevas> pero siempre que su perfección sea grande> porque nosotros preferimos un

Cervantes vulgar> un Miguel Angel modesto> un Canova humilde> a un modernista cuya genialidad está

tan alta y es tan incomprensible (18). u’

El arte de Lagar se había visto inmerso en el ambiente artístico de Cataluña,


u’

complejo en cuanto que allí tenían cabida el noucentisme, donde el planismo había sido
e

a
401

aceptado por su color, su visión de la naturaleza y la construcción de sus formas, el arte

mayoritariamente practicado por aquellos que retomaban la tradición del paisaje y el

retrato, y, por último, los defensores de la vanguardia.

Otro critico, Antonio Vallesca, aplaudía su asombroso cambio de escultor a

pintor aunque no era de extrañar su mala acogida ya que antes de él, Sunyer y los

cubistas habían recibido el mismo desprecio:

“Es un hecho naturalísimo el que un escultor, sugestionado de pronto por la luz y el color,

sólo trate de darnos a conocer las impresiones de su nueva visión> si ésta es espontánea y sincera> sin

preocuparse de otro aspecto de su arte> en el que ya tiene mayor o menor dominio. Es innegable que en

las pinturas de Celso Lagar se manifiesta un temperamento de colorista y una sensibilidad que sabe

traducir con fuerza extraordinaria las más diversas tonalidades y aunque su técnica y procedimiento no

puedan ser comprendidos por quien sea desconocedor de las modernas evoluciones de la pintura> desde

el primitivo impresionismo ‘ (19).

Pese a que su primera exposición en las Galerías Dalmau no tuvo demasiada

repercusión, se vendieron, según Rafael Santos Torroella, cinco acuarelas - Cabeza

oriental, Estudio, Torso de mujer, Bailarina y Estudio - y cuatro óleos La Iglesia de

Coil, Barcelona vieja, La Reforma y El jarro de rosas -; entre los compradores

figuraron el escultor Borreil Nicolau, el pintor Vayreda, amigo de Lagar en Paris, y los

coleccionistas Ubaldo Carrera, Mañach y José Sala (20).

De las sesenta obras (21) que Celso Lagar presentó en las Galería Dalmau hemos

seleccionado varias a partir de las que analizaremos el punto de partida del planismo que

con el tiempo, como veremos en posteriores exposiciones, se fue transformando hacia un

arte mucho más sintetizado y elaborado.


402

En la portada y contraportada del catálogo de 1915, se advierten las primeras

connotaciones de los diferentes lenguajes que más atrajeron a Lagar en París. Uno de

ellos fue el arte primitivo de Modigliani aunque no se conocen con exactitud los

momentos-clave de esta convivencia, Narciso Alba apunta que compartieron “un


e

apartamento minimo y miles de horas de bohemia’> (22) además de aportar una anécdota de
e
ambos en París (23).
Más contundentes son los retratos de Lagar por Modigliani en 1915 (Oleo sobre

lienzo, 35 x 26 cm, Colección particular) y en 1919, (Dibujo a lápiz, Museo de Berna).


e
El joven escultor, Modigliani, llega a París en 1906 cuando tenía tan sólo 22 años y se

instala en Montmartre donde entra en contacto con Picasso, Juan Gris, Derain, Max e

Jacob o Guillaume Apollinaire. En 1908 conoce a Brancusi, quien le ayuda, junto a


u
Souza Cardoso, a inaugurar su primera exposición de escultura (1910). A partir de

entonces y hasta 1913 se dedica por completo a la escultura, labor que Celso Lagar había —

escogido desde muy joven y será en su viaje a Paris (1911-1914) donde prosiga sus
u

estudios que curiosamente coinciden con esta época de Modigliani.


u
Modigliani se interesa por la escultura negra y por la colección de arte Khmére de
Indochina que poseía el museo del Trocadéro, además de la escultura moderna, cubista y

futurista, que practicaban sus amigos. Los dibujos de cariátides de Modigliani son
a
ejemplo claro de la evolución de la forma en las figuras de Celso Lagar. Las cariátides de

la colección de Paul Alexandre que datan de 1911 a 1913 en su posición flexible o de pie

son una muestra clara de los dibujos que Lagar debió conocer perfectamente para
u’

realizar los del catálogo de las Galería Oalmau en 1915.

u’

u’
403

Contraportada del catálogo de la Exposición de Celso Lagar y Hortensia Begue en las


Galerías Dalmau (1915)

La figura de mujer sentada sobre una superficie ondulosa, que aparece en la

contraportada del catálogo, a la que Lagar rodea con un circulo muestra la clara

influencia de Modigliani. Nos referimos a los dibujos núm. 204 Mujer desnuda en

genuflexión sobre la pierna derecha (Lápiz graso, 42’6 x 26’2 cm) y núm. 205 Mujer

desnuda en genuflexión sobre la pierna izquierda (Lápiz graso, 43 x 26’5 cm). Respecto

al núm. 205, Lagar mantiene la postura en genuflexión de las dos piernas mientras que

Modigliani había doblado la pierna derecha. La constitución del cuerpo de la figura de

Celso Lagar sigue los mismos trazos cortos y firmes de la figura núm. 204 de Modigliani

que terminando en el pecho continúa la formación del brazo, el cual en vez de sostener

un peso o estar dentro de un escenario teatral típico de las cariátides de Modigliani, lo

sustituye por un cesto de frutas.

En cuanto a la posición de la cabeza nos lleva de nuevo a la figura núm. 205, allí

la postura se sitúa a la izquierda igual que Lagar, en donde cejas, ojos, nariz y boca han

sido simplificados por unas líneas, a diferencia de las figuras de la portada del catálogo

de Dalmau cuyas cabezas se asemejan notablemente a las de Modigliani. Unas caras


404

rectangulares y puntiagudas sobre las que se advierten dos pequeños trazos en las cejas e

que se unen a una nariz recta, bajo éstos los ojos alargados y finalmente, una pequeña
u’
boca redonda, características que se observan en Los dibujos núms. 159-162, Cabeza de
frente con flequillo y pendientes (Tinta mezclada con pigmento blanco sobre papel

cuadriculado 21,2 x 13, 4cm) de Modigliani


u
5.—

u’
Núm.4 Mujer desnuda en genuflexión Núm. 205 Mujer desnuda en genuflexión
sobre la pierna derecha sobre la pierna izquierda
u’
(Lápiz graso, 42’6 x 26’2 cm) (Lápiz graso, 43 x 26’5 cm).

a
405

En lo referente a los cuerpos todos presentan la influencia del pintor, en la mujer

la constitución de las formas así como la postura parte de los dibujos que como el núm.

232, Mujer desnuda, brazos tras la cabeza (Tinta china y lápiz azul 43 x 26, 4 cm) tiene

las misma postura de pie y ligeramente inclinadas las piernas. También, sigue el trazado

de pequeñas líneas paralelas casi difuminadas que moldean aún más el cuerpo de la

figura. Se atiene a la composición de los pechos en forma esférica y cónica como en el

dibujo núm. 198, Cariátide de tres cuartos hacia ¡a derecha, una araña a cada lado de

la cara (Lápiz graso 42,8 x 26,4 cm). En cuanto a la terminación de manos y pies

continua la misma composición que Modigliani, dejando unas simples lineas que dan la

forma.

Núm. 232, Mujer desnuda, brazos tras la cabeza


(Tinta china y lápiz azul 43 x 26, 4 cm)
Siguiendo con las influencias del pintor italiano, nos detenemos en otra obra

significativa para este primer periodo de Celso Lagar, Eva (1914). Aunque su título no

corresponda a ninguna obra del catálogo, podría tratarse de algún estudio presentado en

las Galerías Dalmau, para realizar el lienzo Dono de la poma. En esta obra se vyelven a
406

apreciar las mismas características anteriores, además de advertirse uno de los peinados
e
preferidos de las cariátides de Modigliani, como se aprecia en el dibujo, núm. 205 Mujer

desnuda en genuflexión sobre la pierna izquierda (Lápiz graso, 43 x 26>5 cm). Los dos u

pechos redondos así como el vientre circular y las sinuosas caderas nos recuerdan al
e
dibujo núm. 76 Boceto de mujerdesnuda, brazos cruzados (Lápiz graso 42,7 x 27,1 cm).
e

u’

u’

Eva, 1914
(47,5 x 28,7 cm.) u’

La austeridad geométrica a la que llega Modigliani ofrece una vía hacia lo clásico u’

modernizado y lo primitivo que se ve en Celso Lagar. Lo primitivo como lo superficial


u’
puesto que bajo la forma late el sentimiento del artista que en Lagar acabará por

desdoblarse en varios lenguajes como veremos a continuación. e

a
407

La vid-a en el campo

La vida en el campo (e. 19í4-1Su>


(Óleo sobre lienzo, 81 xlOO cm., Col. part.)

Bajo el título actual Paisajes configuras, debía corresponder al n0 2, La vida en

el campo, del catálogo de las Galerías Dalniau (24). Aunque, también, se dejan sentir las

características de Modigliani en sus posturas y formas, debemos destacar su fauvismo

que acompañará a sus composiciones durante toda su estancia en la Península.

Elpot de roses

Conocido como Corbeille de Fleurs presentaba el n0 17 de la lista de obras en la

Galería Da]mau. De nuevo, bajo la influencia de los colores fauves, como Van Dongen,

Hayden o Matisse, Lagar presenta una cesta llena de flores cuyo material, el mimbre, es

simulado con pinceladas paralelas que se cortan formando pequeños cuadritos que se

invierten en su superficie aunque éstos sean más grandes. Esta forma en damero será

muy habitual en las obras pIanistas de Lagar.


408 —

Elpot de roses
(Óleo sobre lienzo, 23 x 29 cm)
a

Le Pont
u
Figura en el catálogo con el n0 8. La estética utilizada por Lagar se aproxíma,
principalmente, a las de Cézanne. Tiende a la estructuración geométrica de las formas,

como podemos observar en las casas y en el puente. También sobresale la aplicación de


u
los colores a través de los cuales el artista va creando los objetos sin necesidad de una

delimitación lineal más oscura como hará en otras como composiciones como El

Tibidabo (1916).
u

Natura morta (1915-1916) (Óleo sobre lienzo, 38 x 46 cm, Colección C.Kalman) u’

Uno de los problemas más habituales de esta primera etapa pictórica de Lagar es
u’

la ausencia de fechas en sus cuadros, dificultad que aumenta con los cambios de fechas
u’

que atribuyen el galerista Kainxan y el historiador Narciso Alba (25). Así, por ejemplo, en
las dos últimas exposiciones celebradas sobre Lagar durante el año 1997 nos u’

encontranxos con dos fechas para esta obra 1914 y 1916. Nosotros creemos que se trata
a

u’

u
409

de una obra que roza estas dos fechas por varias razones. Aparte de la disyuntiva del

titulo del cuadro Natura Morta, con n0 18 del catálogo de las Galerías Dalmau como
argumenta Narciso Alba o, quizás, el de Estudio por encontrarse en el catálogo de las

Galerías Layetanas de 1916, justo debajo del Estudio de luz por el planismo y se tratase

de otro proyecto pianista o, incluso, en el mismo catálogo el de L >ampolla verde con n0

18, por ser, precisamente, la botella verde la protagonísta del cuadro. Sea como fuere su

título creemos que puede tratarse de uno de sus primeros intentos dentro del planismo.

Natura mona (1915-1916)


(Óleo sobre lienzo, 38 x 46 cm, Col. Kalman)
410

Es decir, “los detalles pictóricos que el artista no había logrado solucionar aún> como la pata

izquierda de la mesa y la mancha azuL sobre las lineas del suelo> a la derecha>’ (26) que describe
u
tan cautelosamente Narciso Alba en su comentario a esta obra, son los primeros análisis

de la luz sobre las formas, resuelto ya en otras obras como el mencionado anteriormente

Estudio de Luz por el planismo. Se puede observar cómo Lagar intenta, a través de la
u
línea gruesa del lado derecho inferior, dar iluminación a la parte izquierda del suelo y la

mesa, que resuelve con la aplicación de colores más claros, creando así el reflejo de la u

ventana.
u

VI.2.1. DE BARCELONAAGERONA: LA SOCIEDAD ATRENEA

El revuelo que habían causado las obras de Lagar en Barcelona siguió aun
u;
finalizada la Exposición en las Galerías Dalmau, provocando notas anexas en artículos de
arte como el que anunciaba la muestra de pinturas de Otto Weber. El critico R. Ghiloni

censuraba la obra de Lagar y Torres García por faltar en ellas un espíritu catalán aunque
a
otros, como Xenius, silo vieran:

“El arte excelso es el arte que produce pintores> por no denominarles artistas> tales como

Lagar> Torres García, etc. Este es el arte puro, según ellos> excelso; ése es el que tiene el don de

provocar discusiones entre los iniciados, para demostrar sus cualidades excepcionales> olvidándose, en u’

cambio> de admirar y de elogiar pinturas que respiran no sólo el espíritu sino el alma catalán> como en
u
las inauguradas hace algunos días en la Iglesia del Carmen de esta ciudad, del Sr. Darío Vilás” (27).

Tras esta Exposición de Lagar en las Galerías Dalmau, el artista marcha a u’

Gerona. Allí la Junta de la sala Athenea se interesa por el pintor proponiéndole realizar
a
una muestra con las obras no vendidas de las Galerías Dalmau. El 19 de marzo, El
u’
411

Diario de Gerona anuncia la aceptación de Celso Lagar y su propósito de pasar cinco ó

seis semanas en la ciudad (28). Poco después, el 21 de marzo, se inaugura la muestra en

las salas de Athenea cuyo catálogo se reduce a 45 obras respecto a las 60 que presentó

en Dalmau, en las que también incluía el precio de las mismas. Gracias al catálogo que

poseía el arquitecto Rafael Masó, podemos ver hoy cómo Lagar tachó aquéllas que había

vendido o aquéllas que cambió o no quiso exhibir en Gerona (29). La Sociedad Athenea

acogía, igual que un mes antes en Barcelona, el primer ismo español, el planismo, de la

mano de un artista que presentaba un arte de vanguardia en Gerona. Será, pues, 1915, un

año antes, de su llegada a Gerona y no como muchos historiadores aún siguen afirmando

que la celebración de esta muestra se celebró en 1916 (30).

En estos momentos la ciudad vivía bajo los dictámenes noucentistas que ofrecía

la entidad Athenea nacida, principalmente, de la mano de Rafael Masó y Xavier

Montsalvaje y los últimos coletazos de un modernismo que se extinguía por momentos,

tan sólo se recordaban algunas revistas modernistas como Gerunda (1901), Armonia

(1905-1906), Scherzando (1906-1912), Lletres (1907), Lectura (1910-1911),

Cuidadanki(1910- 1911), Ciutadania(1911), etc. (31).

Para Narcís Comadira, ambos artistas procedían de dos variantes del movimiento

modernista, el bohémico y el católico (32). A la primera pertenecía la revista E

Enderroch, donde participaba el poeta Xavier Montsalvatge, cuyo padre, Francesc, era el

promotor de la publicación además de ser banquero y pertenecer a la Lliga; y a la

segunda, se integraba la revista Vida, a la que se subscribía Rafael Masó.

Rafael Masó había terminado su licenciatura de arquitectura en 1906

coincidiendo con el inicio del noucentisme, y el joven poeta Xavier Montsalvatge serán
412

los principales promotores junto a otros literatos. La Sociedad Athenea formaba su a

primera junta en 1913, compuesta por su presidente, Francesc Montsalvatge;


a
vicepresidente, Josep Pou i Batíle; tesorero, Emili Torres; conservador, Josep Pía; vocal

de la sección de Letras, Xavier Montsalvatge; vocal de la sección de música, Antoní u

Juncá; vocal de la sección de escultura, pintura y arquitectura, Rafael Masó. (33). A


a
partir de entonces, se adhieren todos los intelectuales en quienes convergían ideas

noucentistas, así se convierte en el centro de actividad cultural más importante de

Gerona.
a
Rafael Masó construyó el edificio de esta entidad, hoy en día desaparecido. De

carácter noucentista proyectó un templo griego concebido para situar en su fachada una a

hornacina donde se ubicaría una escultura de Enrie Casonovas, la imagen de la Ben


u

Plantada de Xenius, además de la utilización de piedra, cerámica vidriada y estuco que


u

recubría parte del edificio (34). Como señala Narcis Comadira 1 Joan Tarrús, “A thenea>
como edificio> es la expresión formal de las ideas que la propia Página Artística de La ¡>eu ha ido u

detectando y definiendo. En este momento> el edificio de Athenea y los primeros frescos de Torres

García definen la plástica noucentista, dentro de esta corriente idealista que quiere enlazar con las

culturas arcaicas mediterráneasy poner losfundamentos de un arte que no renuncia a la modernidad»


u
(35).

Este nuevo foco noucentista durará tan sólo cuatro años, hasta 1917. En sus años —

de existencia, circularán personajes del movimiento mediterraneista catalán como Xavier


u
Nogués, Monegal, J. Torres García, IPascual, Tomé Esquius, A. Bradinas, Josep

Aragay, Josep Aguilar, Martí Gimeno, J. de Togores, Manolo Hugué, etc., además de las a

exposiciones de algunos artistas de vanguardia europea como Mela Muttermich


u’

(septiembre de 1914), Otto Weber o la muestra de arte japonés. También, se dieron


e

u
.fl3

numerosas conferencias como las de Puig i Cadafalch, J. Llogueras o Eugenio d’Ors

entre otros y se leyeron poemas de Josep Carnet, LlorenQ Riber, López-Picó, Guerau de

Liost, etc. La Sociedad había nacido para “fomentar y proteger una obra cultural en favor de la

ciudad> independientemente de toda actuación política y religiosa’> (36) aunque desaparecería

después de ser rechazado por parte del Ayuntamiento el proyecto de Masó donde

pretendía crear una Escuela de Artes y Oficios unida a la entidad (37).

Bajo el sello noucentista de la sociedad, Lagar exponía sus modernas pinturas. A

la entrada de la sala colocó unos carteles que escandalizaron a los visitantes; uno de

ellos, el critico Colorit, lo comentaba en su cróníca a la muestra aunque, también,

señalaba que el joven pintor había despertado un gran interés en los círculos artísticos de

Gerona, donde su arte arbitrario era motivo de debate. Reconociendo sus dotes para el

color y el dibujo, rechazaba la falta de sentimiento que tienen sus obras, consideradas

como frías y extrañas con colores llamativos que pertenecen al arte primitivo a diferencia

del arte noucentista catalán: “~Vosoltres tot í reconeíxent-li ser un artista> el troven equivocat que 1’

escola que conreva és arbitraria í que ¡ ‘art no és aquest el que nosoltres sentím í una cosa que no >s

senti nopot de cap manera ser estimatincondicionalment’> (38).

El atrevido arte pIanista de Lagar causó sensación en la pequeña ciudad de

Gerona donde ‘la labor de este pintor ha sido> sin duda, calurosamente discutida en nuestra ciudad

pero es lo cierto que ella ha llamado poderosamente la atención y hasta ha conseguido la adhesión y

simpatía de los que creen que la pintura de Lagar va por los derroteros por donde se encamino el arte

pictórico en nuestros tiempos» (39).

Tras ésta, la Sociedad acogió la obra del austriaco Myrbach (40) quien practicaba

un arte tan realista, casi fotográfico, que chocaba con las extrañas obras pIanistas de
414

Lagar que ante esta muestra terminada por olvidarse. Al respecto, Colorit escribía “En
a
Sí rbarch amb les seves obres ens dona una sensació de realitad> resolr admirablement la perspectiva

dona al colorir la nota exacta de la natura: tant exacta> que sembla una fotografla en colors. El públic, a

que ana desorientar en la exposición den Lagar> al trobarse amh una pintura diferenta i rant bonica,
u;
acabará de tirar a terra tota la poca simpatía que pogués tenir per els quadros den Lagar’> (41).

Finalizada la exhibición de Celso Lagar se vuelve a ver inmerso en las crónicas


u
artísticas de las revistas más importantes de Gerona: Cultura - fundada en septiembre de

1914, tenía como director a Josep Tharrats, además de escritores como Lloren~ Riber, e

Francisco y Xavier Montsalvatge, Pérez Jorba, Hugues Lapaire, etc... - y Aigua-Forts.


e
Ambas censuraban el pequeño artículo que en el tercer número de la revista barcelonesa

Velí i Non había publicado con respecto a la Exposición de Lagar en Gerona. Los U

redactores de VeIl ¡ Non sostenían que el ambiente artístico gerundés era todavía muy
u

atrasado como para exponer y entender la pintura pIanista de Lagar. Ante estos juicios,
U

por un lado, la revista Cultura respondía a Ve/li Non, a la que comparaba como una hoja
de un dominical de cualquier parroquia, que Lagar se había adaptado perfectamente al
U

ambiente de Gerona y que tras su éxito, los coleccionistas habían comprado parte de su
a
obras (42). Por otro lado, Aigua-Forts salía al paso declarando que no era tan precaria la
situación cultural de Gerona puesto que sus anteriores exposiciones como las pinturas de

la extranjera Mela Muttermilch o la de arte japonés y, luego, la de Lagar ofrecían un


u’
ambiente artístico muy distinto a los que les calificaban, además de proponer a sus

propios redactores “entablar polémica sobre el criterio que cada uno pueda sostener sobre las u’

orientaciones y las obras más modernas de los pintores más adelantados>’ (43).
U

a
415

Ante estas controversias, se ponía de manifiesto la importancia y el éxito de las

modernas pinturas de Lagar, que tanto en Barcelona como en Gerona eran consideradas

como un arte de vanguardia español y, por ello, un deseo de exponer en ambas ciudades

nuevos valores que proyectaran un aire de modernidad y progreso dentro de su ámbito

cultural.

Después de la muestra en Athenea, Lagar celebra en mayo una nueva exhibición

en la recién inaugurada (1914) tienda de antigúedades, compraventa y exposiciones, La

Cantonada, de la calle Corribia de Barcelona. La muestra se componía de varios cuadros

realizados en Gerona, como las Torres de San Pedro y de San Félix, el valle de San

Daniel y otras, además de algún apunte de la playa de Pekín, algunos dibujos e

impresiones parisienses del “bali Bullier” y un obra de Hortensia Begué. De nuevo las

críticas fueron favorables; tras el pequeño altercado con las revistas gerundenses, VeIl

Non recogia la muestra de Lagar calificando sus obras de “un ron valor por su equilibrado

conjunto, su composición constructiva y su color fresco. Se diría que en la paleto de Lagar los colores

no se resecan nunca” (44).

VI.2.2. EXPOSICIÓN EN LAS GALERIAS LAYETANAS (1916)

Lagar pasa parte del año 1916 realizando numerosas excursiones por la zona

costera de Cataluña, como Blanes, cuyos recuerdos quedarán expuestos en los cuadros

que allí pintó, dos de los cuales figuraron en la gran Exposición retrospectiva de su obra

celebrada en la Galería Paris en 1961 (45).


416

Su contacto con la ciudad condal comenzó de nuevo en el verano de 1916,

cuando inició sus primeras intervenciones en la publicación catalana Revista Nova.


a
Fundada por Francesc Pujois, el 1 dc marzo de 1914, aparecia el número preliminar de la

revista. Diez días más tarde, salía el primer número de su publicación saludando a sus

lectores: “Barcelona hace tiempo que se había manifestado con una avanzada del movimiento
u
intelectual de las tierras hispánicas hacia Europa... La Revista Nova se propone contribuir en esta

mirada con la ayuda de las voluntades del valor reconocido que se encuentra disperso (46) y

recordando a cuatro revistas que la habían antecedido: L >Aven~, Catalán/a, Joventut y


U

Correo de las Letras y de las Artes. Para Ricard Mas Peinado, se trata de una de las

revistas que por sus variados temas artísticos llega a ser comparada con otras europeas u

como la italiana Lcscerba, la belga L >Effort Libre, la alemana Die Kunst, la inglesa The
U
Studio, las francesas Nauvelle Revise FranQaise, Gazetre des Beaux Arts, o las catalanas

Ars, Cultura y Bibliofilia (47). u’

Con la mirada puesta en el arte europeo intenta ofrecer un panorama abierto a a

todas las corrientes, desde los artículos de Joan Sacs sobre Albert Marquet, Lhote,
a
Cézanne, Odilon Redon o su nueva revisión sobre “la teoría”, “el estilo”, “la filiación” y
“la crítica” al cubismo, hasta los de Francese Pujols sobre “Cubisme y Futurisme” o la

“L’estética de las máquines i de llur producció”.


a
En el mes de junio, tras 34 números de publicación, aparece el primer dibujo de

Celso Lagar con rasgos muy afines a sus primeras composiciones del año 1915 a

presentadas en las Galerías Dalmau. Lagar muestra un desnudo de mujer de pie


a

siguiendo muchas de las características del arte de Modigliani y del arte primitivo como

la inclinación de la cabeza y la emulación de su rostro al de una máscara africana, u’

u’
417

4-

Dibujo
(Revista Nova, Barcelona, 15-6-1916)

A finales del mes siguiente, Lagar vuelve a publicar otro dibujo. Se trata de otro

desnudo femenino pero esta vez sentado. Todavía conserva los trazos rápidos y finos de

los dibujos de su amigo Modigliani a la vez que el rostro ovalado; también se han

simplificado los rasgos fisicos, muy similares a los que hará, poco después, su amigo

Rafael Barradas, relación de la que hablaremos más tarde, como los cuadros de éste
418

Campamento Gitano (1918), (47’5 x 54 cm, Colección Particular) o Las Zingara.s


u
(1919), (98 x 118 cm, Museo Nacional de Arte Plásticas y Visuales de Montevideo).

Es curioso observar cómo Lagar, tras un periodo de poco más de un año, se e

acerca a la plástica noucentista. Así, por ejemplo, este desnudo se aproxima a la estética
e
de los desnudos de Sunyer, donde el placer y la sensualidad de la mujer mediterránea se

advierte en las formas de la figura y en su postura, dibujo que también se asemeja a los

apuntes que realizará en 1918 para la revista Un Enemic del Poble. Se trata de una
u
recuperación de la forma a través de la estética naucestista que proclama Eugenio

d’Ors.

~tc Dibujo
e

(Revista Nova, Barcelona, 31-7-1916)


u’

Finalmente, la última intervención de Lagar en ¡a Revista Nova se produce en


u’

noviembre donde presenta un dibujo de un grabado que ocupa toda la portada de esta
e
publicación. Se pueden advertir algunas connotaciones vanguardistas como los rasgos de
u’

u’:
419

su planismo en la combinación de las formas angulosas y sinuosas, así como influencias

del expresionismo que pudo ver en su estancia parisina.

REVIST* NOVA
Aa,I¡.S...a ~..a.fl.’ t4 SASCÉLON ‘~—~~—‘ — ~ 1

I¡< ir
1
A’

JIY ->,r- a.

Grabado
(Revista Nova, Barcelona, 15-11-1916)

Antes de la publicación de este último dibujo, Celso Lagar celebró en el mes de

septiembre su cuarta exhibición en tierras catalanas. Con ésta comenzaba la apertura de

la temporada de exposiciones en las Galerías Layetanas. Éstas habían sido inauguradas

por Santiago Segura en 1915, en la calle Gran Vía de les Corts Catalanes y destinadas,
420

principalmente, al arte moderno y las antiguedades. La apertura tuvo lugar el 23 de


e

septiembre pero con anterioridad muchos diarios había comenzado a publicar


e

comentarios referentes a la exhibición. Algunas publicaciones catalanas se interesan por


la fritura muestra del pintor como Las Noticias, El Poble Catalá, Velí i Nou, La u;

Publicidad y La Veu de Catalunya, pero también algunas madrileñas como España y El


e
Año Artístico que tan sólo conocían al artista por algunas referencias, ya que éste aún no
había llegado a Madrid y no seria hasta el año siguiente su pnmera presentación pública.

La revista artística VeIl ¡ Non (48) y el diario catalán La Veu de Catalunya frieron
a>
los que más datos revelaron sobre las pinturas de Lagar. La primera publicaba el regreso

del artista de Blanes y la preparación de la muestra, además de considerarle uno de los

artistas más renovadores de España:


u
“Lagar es uno de los fauves de un mayor valor que ha tenido España> está dando una

verdadera lección de energía y de renovación a muchos de nuestros artistas, que aún cierran los ojos u;

por miedo cuando tienen que tirarse al agua’> (49).


a.

Esta misma publicación, en su siguiente número insistirá en la exposición de u;

dibujos y pinturas del artista, a quien consideraba perteneciente a la escuela fauve, pero
u’

puntualizando que “había suavizado más ciertas expresiones y con la materia sensibilizada expresa

una visión normal de las formas>’ (50). u’

Por su parte, La Veis de Catalunya publicaba, a primeros de septiembre, las


a
exhibiciones más importantes de la temporada, encabezada por la de Celso Lagar a la
a

que seguían las de Enric Casanovas, Pasqual Monturiol, Pinazo, La Sociedad de Artistas
Vascos con Zuloaga, Gaiwey, Triadó, Gonzalo Bilbao y la Exposición de Les Arts i els u’

Artistes, además de las exposiciones de algunos artistas extranjeros en las Galerías


a

u;
421

Dalmau como la del cubista Gleizes celebrada en junio de 1916, la de Maria Laurencin,

Dufil (sic) y la de los simultaneistas, aunque éstas últimas no se llegaron a realizar (51).

La muestra de Lagar celebrada en las Galerías Layetanas se componía de 34

óleos, 10 aguadas y 8 dibujos en los que se advierten los principales rasgos de

vanguardia con los que había creado el planismo: el fauvismo, el cezannismo, el cubismo

y el futurismo.

Al día siguiente de la inauguración de la muestra Joan Sacs publicaba un articulo

“De la incorrección en el Arte Moderno”. El crítico de arte, seudónimo del pintor Feliu

Elías, jugará un papel decisivo en la valoración de lo que será el arte de vanguardia en

Cataluña. Elías, según Miquel Molins, “no se insertó en la operación noucenhsta» (52) aunque

d’Ors lo incluyera en su Glosan de 1906. Amigo de éste, la relación entre ambos se

rompería a causa de la aparición en la revista humorista Papitu de una caricatura de

Junceda, que atacaba directamente a la Lliga Regionalista de Prat de la Riba. Joan Sacs,

director de Papitis (1908-1911), se había decantado hacia la vanguardia europea. El

distanciamiento con d’Ors no impidió que coincidieran en algunos puntos con el

noucentisme. Su idea sobre el arte catalán, como la de los noucentistas, era alcanzar la

modernidad aunque fiera a través del arte francés, principalmente, vía Cézanne por sus

dotes de observación. En la Revista Nova, como dijimos más arriba, publicará lo que

Miquel Molins, denomina “el intento de organizar coherente e históricamentente el conjunto de

ideas e intuiciones hasta entonces dispersas>’ (53) sobre el cubismo que, más tarde, reuniría en

su libro La pinturafrancesa modernafins al cubisme (1917).

Valora el cubismo por su técnica como experimentación a la que tiende el arte

moderno pero señalando el abandono de Cézanne por los cubistas. Para él la idea
E,

422

cezanniana no está unida al cubismo ya que éste abandona toda la estética del pasado. La u

pintura cubista por ser un arte que tiende a ser intelectual y conceptual se presenta, en
e
palabras de Joan Sacs, “inteligible y monstruosa’> (54). Se opone a Cézanne, en quien el
sentido geométrico de sus formas no se deriva a líneas sino a volúmenes como el cono, el

cilindro, el cubo y la esfera. La afinidad del cubismo, según Joan Sacs, está en el
e
simbolismo de Rimbaud y Mallarmé puesto que el cubismo en su pretensión a lo sintético

o simbólico es como “una distensión del simbolismo literario” (55). Después de la escuela u

impresionista, el arte influido por el simbolismo “no descubre nada> sólo disecan> analizan,
e
exploran y profundizan en las nuevas adquisiciones’> (56) mientras que a partir de Cézarme y los

impresionistas la pintura es más expresiva aunque su corporeidad y poder de 0

construcción cezanniana inciten a algunos cubistas a adoptar extrañas formas.


u

De aquí que Sacs, en su artículo sobre la incorrección en el arte moderno, parta


a

de los impresionistas, simbolistas y la pintura fauve que recibió de Cézanne “su credo que
es la misma evidencia para los que saben ver... Tenemos> pues, que la asime fría> la deformación y el e

esquematismo de la pintura moderna tienen su razón de ser>’ (57).

Precisamente, el primer artículo que se escribe sobre la Exposición de Lagar será

el de Sacs, quien augura la valentía de sus obras: ‘Ninguno de nuestros pintores ha pintado

como este ‘fauve» este feroz’ Salmantino. Hay que compararlo con los franceses. Tal vez Oton Friez,

Havden, Camoin... muchos otros” (58); además de intuir en ellas un acercamiento al cubismo U

que considera como interrumpidas inconsciencias de Lagar que han de evolucionar a un a

arte propiamente dicho del autor, porque son recuerdos de su estancia en Paris.
a
El critico también alude a la problemática que sostenía el discurso noucentista
con la pintura cubista. Desde las primeras llamadas de Doménec Caríes, en La Ven de

Catalunya (1911) ante la aparición del cubismo; las de Rafael Benet y Vancelís ante la
a

u
~423

preocupación del cubismo cuyos orígenes no se encontraban en el carácter latino sino en

la propia tradición francesa del arte de Poussin, Corot, etc.; pasando por las teorías de

críticos catalanes como Joaquín Folch i Torres, quien defiende un arte nacional, o las de

Josep M. Junoy, partidario de un arte mediterraneista; hasta llegar a las del propio d’Ors,

quien entiende el cubismo como una escuela que carece de ritmo y armonía, cuyo

cerebrismo renuncia a los sentidos y tiende a la abstracción, proclama una variante, el

estructuralismo, que expande al idealismo que existe en el noucentisme.

Joan Sacs reparará en los fuertes colores de los cuadros de Celso Lagar en donde

se aprecia un fauvismo Llegando a la aproximación del arte de Cézanne, eliminando la vía

primitivista de Gauguin. a quien el mismo Joan Saes había considerado como “un vicio

deformista” (59). El arte de Cézanne, sobre todo en su última etapa, sufre algunas

deformaciones que son entendidas por Sacs como inconsciencias a diferencia de las

reflexivas de Gauguin que denomina “literatura imaginada”, mientras que la del primero

será plástica (60).

El critico muestra el arte de Lagar vía Cézanne por su aproximación a la

estructura espacial del pintor provenzal aunque Lagar aún no ha abandonado la tendencia

primitivista de sus primeras composiciones como determinan los dibujos de desnudos

femeninos que aparecen publicados en Velí ¡ Non aludiendo, precisamente, a esta

exhibición en las Galerías Layetanas:

“Pero es que la pintura de este adolescente que exhibe sus obras por segunda vez> tiene otras

filiaciones: el cubismo. Sus veleidades cubistas son notorias> aunque intennitentes. Su fauvismo> o

ferocismo está más cercano a Cézanne que a Gauguin: es más estructurista que primitivista» (61).

Continuando el orden cronológico de las crónicas que aparecieron en torno a la

Exposición de Lagar, la siguiente fue la de Romá Jorí, periodista y crítico de arte afin a
E,

424

las teorías noucentistas de d’Ors. El artículo de Jorí presenta la primera reflexión sobre el w

planismo de Lagar, partiendo de comentarios del arquitecto Gaudí, quien al examinar sus
e

obras reparó en la tendencia analítica por su construcción, más que en la sintética, teoría
ésta a la que se inscribía Lagar: “Precisamente... Salamanca ha sido tierra de grandes analistas’

(62).
e
Ante la opinión del arquitecto, Romá Jorí se planteaba una disyuntiva, creer en la

obra de un fauve como analítico o aceptar la síntesis de las formas a pesar que lo que u

más le interesa es el color de las obras de Lagar por su capacidad para ofrecer
u
sensaciones. El cubismo al ser un arte cerebral que, como sabemos, para el grupo

noucentista no produce la sensibilidad que busca, Jori ante estas composiciones donde el a>

cubismo y el futurismo están presentes se detiene en los colores idóneos para adquirir la
a

armonía en las formas de los objetos. Sin embargo, esa armonía ha de encontrarse en la
a>

composición general y no individualmente en cada objeto porque destruye la expresión


que inmediatamente lleva el arte a la fatiga, al tedio, como sucede en las academias de

Bellas Artes. Al respecto, Romá Jorí se había referido con anterioridad al hablar del
u’
cubismo a la Exposición de Dalinau en 1912. El crítico ponía como ejemplo un cuadro

de la Pasión de Memling, de Turin y escribía: e

“Todo está desproporcionado. Toda la ciudad amurallada se presenta ante nuestros ojos en
e
una sabia y ponderada distribución. Toda la ciudad con sus edificios no es nada más que un motivo

ornamental. Y el conjunto no puede ser más maravilloso. Queda la expresión del dolor> del carácter> en
u’

los rostros’> (63).


e

Por ello, tanto el fauvismo, el cubismo como el arte moderno tienden a una
reacción contra “el amaneramiento. Como un grito contra los que se adormecen” (64). Las
a
nuevas concepciones pictóricas se interesan por la materia de los objetos como indicador
e

a.
425

de una renovación del arte moderno. Los colores de Lagar tienen sentimiento, por ello,

no es un arte cerebral como el cubismo, pero producen una “fatiga” que da validez a su

modernidad. “Peró tenim de creure que és sana aquella serenor> aquielí repás de 1 >esperit? No

podríem titular-lo potser peresa? tenin masa por d ‘inquietar-nos nosaltres mateixos per a despertar els

nostres sentits adormits> volent> devegades, que >ns donguin les coses fetes> has e/s sentiments, fas les

sensac¡ons» (65). Por esta razón, el critico dice que las obras de Lagar son inquietas por

eso ‘fugen tots quants tenen por del cansanci de sentir> com aque lis que s ‘espanten de tenir de

pensar” (66). Finalmente, Jorí alude a ¡a influencia directa de Cézanne como cualidad y

no como deficiencia porque, como ya sabemos, la obra de Cézanne fue aceptada por los

noucentistas interesados en su estructuración geométrica de las formas (67).

La opinión de Jorí es una interpretación más de la aceptación o adecuación del

planismo al movimiento noucentista de donde se desprende que el arte de Lagar fue un

medio más para difUndir tanto procedimientos pictóricos como una estructuración

geométrica, derivados de Cézanne y recogidos por los cubistas; los colores planos y

puros procedentes de los fauvistas como para aspirar a una pintura donde los sentidos, la

armonía, no son abstracción sino idealismo que se puntualiza en un artista español - por

lo tanto, con origenes latinos - y no de la escuela francesa.

Para el crítico del diario El Progreso, Celso partía de los impresionistas para

terminar en teorías simplificadoras. Colores puros y trazos limpios en sus lineas formaban

sus paisajes, aunque había otras obras que por su primitivismo le recordaban a figuras

prehistóricas (68). De nuevo, se advertía en sus composiciones el fauvismo, el cubismo y

el primitivismo que forman los elementos básicos de su planismo.


E,
426

Antonio Vallescá, desde El Liberal de Barcelona, dirige su crónica a las dos


u’
poéticas que se adivinan en las composiciones pIanistas; una, con implicaciones del

noucentisme y la otra, consagrada al arte de investigación de las modernas tendencias

parisinas: .4 la pintura briosa> fresca y triunfante de sus paisajes de los .4 Itas Pirineos> que une a la
e
emoción y rica sensibilidad de sus primeros lienzos un mayor dominio de los medios y mayor fuerza

perceptiva> júntase sus aproximaciones al cubismo> a la tendencia simplista, a la analítica y hasta u’

diríase que en ciertas obras> sintiendo el pintor añoranza de su antiguo arte de la línea y de los
e
volúmenes> la renueva su cariñosa solicitud y trata de ensamblarla con el arte de los colores” (69).

De estas dos concepciones, para Antonio Vallescá, la segunda no es aún decisiva,


e
pero la primera, por su expresión sensitiva y la resolución en las lineas de sus cuadros,

puede alcanzar a grandes artistas catalanes: “no existe aún acuerdo definitivo; por encima de

esa que podríamos llamar curiosidad inquieta de un artista de talento, que se aventura osadamente por
a
los más peligrosos vericuetos sin sentir desmayos ni timideces ante lo desconocido> predomina una

influencia que> naturalmente> tratándose de un arti staformado al calor de la moderna pintura francesa>

no puede ser otra que la del verdadero progenitor de esta que en otras épocas se hubiera llamado

escuela. u’

Esta influencia sentida sin abdicar de la propia manera de ser> ni sujetar a ella la personal
e
observación ni los particulares puntos de vista> es la que guía al novel pintor> llamado indudablemente

a ocupar un puesto entre nuestros artistas> por su sensibilidad, su ardimiento en la ejecución y su


a
precepción justa y reflexiva> que le apartará a tiempo de las exageraciones de los caminos tortuosos>’

(70). 0

Efectivamente, como veremos más adelante, el planismo terminará muy pronto y


a
sólo en raras ocasiones volvería a practicarlo su autor.
a

e.
427

Otro de los grandes críticos noucentistas fue Joaquim Folch i Torres, escritor de

La Veu de Catalunya y difusor, según Mercé Vidal, ‘de las teorias más influyentes en jóvenes

artistas defendiendo la solidificación de un arte nacional>’ (71). Cierto es que la fidelidad de

Folch i Iones suponía una relación entre la cultura y la ideología política donde el

patrimonio cultural de Cataluña respondía a la proposición del carácter nacional, es

decir, al mito de lo popular. Esta defensa por al arte nacional con base noucentista se

advierte en la crónica que le dedica a Celso Lagar, en quien observa un carácter

puramente sensitivo: “Les coses que el ha vist s ‘ha admirablement adeletat, son les fórmules d ‘una

sensibilitat nava> sobre les quals, posats a considerar i admetre la pintura com a una art de pura

sensibilitat” (72).

Aunque, efectivamente, reconoce la corriente a la que pertenece el arte de Lagar,

no desmiente que su influencia no deja de ser francesa y, por ello, su falta de carácter

nacional: “L ‘art den Lagar pertany a aquesta corrent subjectivista que> reaccionant contra

1 objetivisme impressionista> ha portat com a darnera consequencia, el cubisme. Entre el treure de la

realitat> els ritmes i les harmonies que hi ha en ella> o elfer la realitat per a produir un ritme idea¿ hi

va un abim profundíssim que separa de cap aquesta pintura de la deIs grans mestres del segle XLXI

Dins d ‘aquesta corrent subjetivista> En Lagar es un pintor trapd i dintingit. Iii ha en les seves

obres> tal vegada mes fórmules de frescor i d ‘ingenuitat que frescor propiament dita. La natura és vista

por eh a través del record de les petites sales a’ ‘exposició deis marxaats distingas de París> ¡ no

obstant, i les seves grans dots de pintor> la pintura d En Lagar se la seat excessivament preocupada’>

(73).

Si para gran parte de la crítica catalana el arte de Lagar podía admitirse porque

gozaba de ciertos elementos próximos al noucentisme, otros miembros más académicos


428

como Martí Casanovas (74) vejan en el planismo una de las últimas novedades de “la
e
imaginación ultra-cubista” y por ello defendían la crítica tradicional frente a los que

amparaban la vanguardista:

“Curiosa - curiosísima; así> en superlativo> la fiebre y el diseño revolucionario> terriblemente


-

u>
de nuestra crítica. Que ahora, sin embargo, acaba de causarnos una inexplicable decepción.

AY ‘corno un> revolucionario> ni ‘como un’ radical ninguno la ganará a ella. Un día alguien

tiene la idea, un poco temeraria> de pronunciar> delante de nuestra crítica una palabra sola:

decoración. ¡Qué va a decir! ¿qué campo no abriría cdii ésta para Ids especulaciones~ estéticús Y

sociológicas?... Pintura plana: los muras deben horadarse, ¿qué es eso de pintura de caballete? y las
Si
anatomías llegan hasta el inofensivo coleccionista> digamos de una manera aviv grave, que las cuadros

por nada influirán en la estética doméstica> y que no se ha preocupado con todo eso (no cabe decir el
e
pasmo ante esta furiosa diatriva, cundió entre la honorable comunión impresionista). Nos traen el

cubismo y también quieren serlo; y Gaudi ya les parece académico, ¿Nunca se ha visto nada más sabio O

que el cubisino?...
a
Vengan, vengan cubistas> buenas y dolientes que todos caben allí. Un día expone Celso Lagar>

y las exclamaciones paradójicas brotan de una manera espontánea y viva- genial, sencillamente genial>
e.
este chico. No tanto> pensamos nosotros, un poco temerosos ante esta furiosa aleada. No tanto dicen

ahora ellos mismos, no tanto. ¿Qué habrá pasado desde entonces? Qué le pasará a este pobre Lagar> a

casi genio ayer; hoy presentándose ante nosotros como un ser casi vegetativo...
a
No sabemos, aún; tal vez alguna última imaginación ultra-cubista que no conocemos> ¿ que

haga académico al mismo cubismo? Quizáfuera demasiado. Quizá> (digámoslo muy bajito, bajito) qué
e
nuestra critica se hace académica. liso, sencillamentesería fatal;faltos de los aires nuevos que ella nos

trae, nos asfixiaría. ¿Qué será?” (75). a

a
La primera aparición pública en la Galería Dalmau de Josep Dalmau fue decisiva

para Celso Lagar, quien en tan sólo un año conseguiría preparar tres exposiciones E

e
429

individuales, una en Gerona y dos en Barcelona. Esa de las Galerías Layetanas era su

cuarta exhibición realizada en tierras catalanas. La presentación del catálogo fue muy

breve, en la portada aparecía el titulo de la muestra, Exposició Ceis Lagar, un dibujo del

artista y el lugar de la muestra, (Galeries Laietanes: Granvia, 613: Barcelona. Del 23 de

Setembre al 14 d’Octubre de 1916). En el interior del mismo se enumeraban los títulos

de 34 óleos: Jugadors d>Hostal, M’ademoiselle Suzanne, La Montanya de Luchon

(Hautes Pyrennées), El Riu (Girona), El Tren de FranQa, Carní de Sant Daniel, “El

Trigal ‘, El “Pont-neuf” (Collecció particular), Nu, Les noles fent punta, Ensaig de

¡bern per planisme (CoUlecció Cherón, Galeriees des Indépendants), Estudi, Estudi de

paisaige, Taula de té (Collecció particular), Les arnapoles, Flors, Natura morta de

¡‘estatua, L ‘ampolla verda, Natura Morra del “Jaurnal”, El Fiat de pornes, La Nola de

la cadira negra, Retrat de Xavier Montsalvatge, La Reforma, Casa de pagés (Hautes

Pyrennées), Canil de lafont (Girona), El Segador, Sant Pere (Girona), Iglesia de Santa

Eulalia (Horta), Estudi de paisatge, El Molí, Les barques, La Iglesia, Nu y Gerro de

]lors; 10 aguadas: La cullita, Cap de new, Natura Morra, Estudi pera el grupu tallat

arnb pedra “Le Printemps>’. 1914, Maternitar, Paisatge de Blanes, Retrar d’un borne,

Venut, Venut y Venut; y 8 croquis de desnudos.

El dibujo de la portada del catálogo sufre notables cambios si lo comparamos con

las ilustraciones de la Galerías Dalmau en 1915. Ahora, la figura se ha vuelto más

volumétrica y la simplificación de los rostros en forma de máscara primitiva y los rasgos

de los cuerpos en 1915, se han transformado en notas más realistas, augurío de algunas

de las composiciones que se presentaron en esta Exposición, en las que se observa un

retomo a la forma y no una simplificación de la misma. Estas notas se dan en varios de


430

los cuadros presentados. Así, por ejemplo, partiendo de la obra n0 1 de la lista de obras,
Jugadors d’Hostal, fue publicada en varias ocasiones, la primera en llustració Catalana,

el 8 de octubre de 1916 como motivo a la muestra, y la segunda en el artículo que Santos u>.

Torroella dedicó al artista en El Noticiero Universal de Barcelona, el II de julio de


e
1962.

e’

Si

Jugadors d ‘Hostal Jugadors d ‘Hostal


e.
(Ilustració Catalana, Barcelona, 8- 9-1916) (Cat. Lagar y la Escuela de Par¿s,
Salamanca, 1991) e.

Su paradero desconocido nos obliga, como ocurrirá en otras obras, a partir de un

análisis, únicamente, a través de la forma. De tal manera, nos encontramos ante una
a
composición cuyo tema había sido elegido por Cézanne en la década de los 90, Los

jugadores de cartas, 1890-1892 (Óleo sobre lienzo, 65 x 81 cm, Ihe Metropo¡itan It

Museum of Art, Nueva York) o bien, Los jugadores de cartas, 1890-1895 (Óleo sobre

lienzo, 47’5 x 57 cm, Musée d’Orsay, París). Lagar, al igual que Cézanne, intenta
a
integrar a los jugadores de cartas en un entorno natural representado por una ventana

que se abre al espectador y por los numerosos objetos de la mesa como una copa o una

It-
431

botella. Existen también varios dibujos sobre el mismo tema (76) en los que Lagar intenta

reflejar la equilibrada armonía entre hombre y naturaleza.

El Riu (Girona) ocupaba el puesto n0 4 de la lista de obras presentadas en las

Galerías Layetanas. Bajo el título El pont es publicada la obra en la revista Velí i Noii.

Dos arcadas del puente dividen la composición en dos partes casi iguales. A través de

ellas se agolpan las casas de la ciudad delimitadas por estructuras geométricas. En

general, el artista tiende a una idea de superficie plana en donde se conjugan los tres

volúmenes esenciales de Cézarme: el cilindro, la esfera y el cono. Por ello no es de

extrañar la expresión de Xavier Montsalvatge: “La belleza pura de la ciudad tampoco es

descubierta, sintetizada> todo se ahoga dentro de un análisis perturbador” (77).

Carní de Sant Daniel, (Óleo sobre lienzo, 100 x lOO cm, Colección Particular,

Barcelona) fUe realizado durante su estancia en Gerona, en 1915. Presentado en su

Exposición de La Cantonada en mayo de 1915 y, ahora, de nuevo en las Galerías

Layetanas con el n0 6 junto a El Riu (Girona), El Tren de FranQa y San .Pere de

Galligans, cuenta Xavier Montsalvatge (78) que también se expusieron en la Galerie des

lndépendants de París en 1916, dato que no hemos podido corroborar pero sí cotejar con

el propio catálogo de la Exposición de las Galerías Layetanas (1916) donde una de sus

obras Ensaig de 1km per plarnsme aparece un paréntesis que indica su pertenencia a la

Collecció Cherón, de les Galeries des Indépendants.

Siguiendo con el artículo de Xavier Montsalvatge, éste nos describe cómo Lagar

se sumerge por tierras gerundenses donde su arte “cerebral> profundo y áspero” (79) intenta
432

corresponder con el paisaje catalán. Montsalvatge advierte dos formas de analizar el


e

color de Lagar, la primera procedente del Midi Francés, donde sus obras son más
e
luminosas, y la segunda, derivada de los tonos oscuros, negros y mates de la tierra
castellana. Se eligen, pues, las obras coloristas aunque estén trazadas con breves
e
pinceladas pero dan la visión completa del paisaje como en este caso. La temática no
u
puede ser más noucentista, Lagar presenta el amplio valle catalán con sus casas e iglesia
donde se encuentra paciendo un rebaño de ovejas y un pastor bajo un árbol toca

placenteramente una flauta. No es de extrañar que los noucentistas, en concreto, d’Ors


u’-
alertase a Sunyer al ver los cuadros de Lagar, quien presenta un paisaje similar a La

Pastoral (1910-1911) (Óleo sobre lienzo 106 x 152 cm, Colleción Juan A. Maragail, u>

Barcelona). Lagar presenta las notas-clave de los mediterraneistas, un idealismo de la


e
naturaleza visto a través de un paisaje plácido, inmerso en la mirada del clasicismo de

Cézanne, del primitivismo de Gauguin, de las pinturas de Matisse o André Derain, a

camino que seguirán otros pintores catalanes de esta época como Ricart, Josep Togores,

F. Vayreda, M. Llavanera, J. Mercadé, R. Benet, M. Espinal o D. Caríes (80). Lagar se


u’
adscribe a esta visión mediterraneista del paisaje donde la naturaleza es captada por los

noucentistas como “fundamento de la cultura y como base de la unidad nacional” (81). e

El “Pont-Neuf” presentaba el n0 8 del catálogo y pertenecía, según indicaba el


artista, a una colección particular. Probablemente, hoy en día, es conocida bajo el título e

Paisaje del Sena. Pertenece a la serie de composiciones realizadas durante su periodo


a
parisino entre 1914-1915. Lagar muestra un día gris típicamente parisino tomando como

protagonista al Pont-Neuf Desechando la técnica de los impresionistas, Lagar recurre

u
433

directamente a la poética de Cézanne, donde sus pinceladas, en concreto, las de los

árboles son grandes unidades de color que se integran unas con otras. No obstante,

recurre a los colores puros de los fauves. Siguiendo su técnica pIanista Lagar defiende,

ante todo, grandes masas planas de color delimitadas por finas lineas que determinan esas

estructuras cromáticas que desarrolla un esquema geométrico, próximo a cuadros de

Cézanne y Derain.

Paisaje c4el Sena


(Óleo sobre lienzo 61 x 73,5 cm. Col. par.).

Más evidente, si cabe, es la geometrización a la tiende su técnica aplicada en una

de sus obras pIanistas más tempranas, bajo el titulo Ensaíg de llum per planisme, (Oleo

sobre lienzo, 81 x 65 cm) (82). Con el a0 11 y perteneciente a las mencionadas Galleries


des Indépendants, Colección Cherón fi.ie publicada en la revista de arte VeIl ¡ Noii

(octubre de 1916) bajo el nombre de “Pintura”. Si Lagar toma todos aquellos recursos

que le sirven para expresar su poética pIanista, ahora se decanta por los lenguajes más

>avaxllá~s como eran el cubismo y el futurismo. Partiendo de isp protocubismo donde se


434

analizan los planos en su esquema geómetrico para rehacerlos más tarde, Lagar en su

estudio de luz sobre planos presenta una atmósfera constituida por amplios píanos donde

sitúa en primer lugar a una muchacha ante una mesa con un plato de frutas, una botella y

una silla. La cabeza de la muchacha mantiene la misma postura que en sus primeras
e’
composiciones derivada de los rostros ovalados y los finos trazos de las caras de
e

Modigliani. Bajo una leve inspiración futurista, cuya técnica debió conocer en 1912,
cuando los futuristas italianos realizan su muestra en Paris, Lagar desdobla el rostro de la u>

muchachA para ofrecer un efecto de la luz o bien dar una pequeña visión de movilidad o
u>
dinamismo. Partiendo de la preocupación de los volúmenes de Cézanne y acercándose a

una visión múltiple de los objetos, la luz irradia sobre la figura y el bodegón u>

descomponiéndolos en planos facetados precubistas.


e

u’

Si

Ensaig de lIum perpkrnisrne e

(VelliNou,Barcelona, 1-10-1916)
a

a-
435

Estudi de paisatge es el título de dos obras presentadas en las Galerías Layetanas,

con los números 13 y 23 del catálogo. Fue publicado en Vell i Nou con motivo de la

muestra, bajo el nombre Els arbres. Lagar, al igual que Derain en Pinar Cassis (1907)

(Óleo sobre lienzo, 54 x 65 cm, Museo de Cantini, Marsella) resuelve la problemática del

espacio pictórico a través de la recuperación de la forma como, mucho antes, Cézanne

había iniciado la misma tarea como en El gran pino (h. 1896. Óleo sobre lienzo 84 x 92

cm, Museo de Arte Sau Paulo).

Sin embargo, esta obra se puede asociar al reinante noucentisme catalán, no sólo

por reunir algunas de las características del movimiento como líneas las formas convexas

y sencillas, la linealidad de Sunyer procedente de sus pastorales clásicas y de modelos

matissianos durante su época 1905-1906, sino también procedente de la tradición

cultural catalana como son los murales románicos de la región que ofrecen ese

sentimiento del paisaje idílico al que se adscriben todos los noucentistas. En concreto,

podemos remitimos a obras realizadas en ese mismo año por artistas noucentistas como

Sunyer, en su Paisaje de Fornalutx con el pueblo alfondo (1916), (Óleo sobre tela, 100

x 126 cm, Museo de Arte Moderno, Barcelona).

Siguiendo el orden de la lista de obras, la siguiente Taula de té con n0 14 (83)


pertenecía a una colección particular como indicaba Lagar, conocida hoy en día con el

nombre La Cafetiére (Oleo sobre lienzo, 58,5 x 81,5 cm, Colección C. Kalman,

Londres).

Bajo la annonia de dos gamas de colores, amarillos y azules, Lagar presenta al

espectador una mesa con un frutero, una copa, una tetera, una taza y una cuchara.

Inspirado en tonalidades claras, los colores se extienden en su planitud de una manera


r
436

decorativa procedente en sus origenes del Art Nouveau, de los Nabis y de la pintura
a’.

neoimpresionista o de los propios noucentistas. De nuevo, podemos destacar la

influencia del maestro de Provence como punto de partida del arte constructivo que,

según Lagar, muestra en los objetos “su valor arquitectónico y estructural” (84). Los
u

volúmenes existentes entre unos objetos y otros son denominados por Lagar como
e
“rntenores” porque son “la compenetración del ambiente y el aire dentro de una superficie plana’

(85). e

u’

e.

4.-,’ a
a’.

La Ca!etiére a
(Óleo sobre lienzo, 58’5 x 81’5 cm, ColecciónKalnian)
a

A través del color, como ya descubrió Cézanne, se consigue unir diferentes


a
estados, lo duro con lo blando o lo áspero con lo suave, porque el color entra en
e

e.
437

contacto con las cosas. De esta manera, vemos cómo Lagar capta estas sensaciones en

los colores de la cafetera, azul y amarillo, y los de las manzanas. Ambos se integran en

uno mismo aunque existan diferentes calidades, las blandas y suaves manzanas con la

dura porcelana de la tetera y la taza.

Les Flors ocupa el n0 16 en el catálogo de obras y aparece publicado en el


número 34 de la revista Velí i Note. El artista ofrece al espectador un bodegón

compuesto por un jarrón de flores y un libro encima de una mesa. De nuevo, se remite al

bodegón para expresar una estabilidad que queda marcada en el jarrón con flores ya que

divide la composición en dos partes iguales. Las manzanas y los objetos de cocina de

Cézanne son sustituidos por un libro y varios elementos que se asemejan más a las obras

de naturalezas muertas de Matisse como en Natura morte u ¡ >hannoniurn (1900).

Con el n0 17 del catálogo aparece Natura Morta de 1 ‘estatua, obra no localizada

aunque sí hemos encontrado un dibujo con el mismo tema, quizás un estudio

preparatorio (86). Muy diferente a la obra anterior, el artista inicia otro análisis de la

forma en los objetos a través de luz. Ésta parece provenir del lado izquierdo de la

composición proyectando sobre los objetos varios planos rectos que siguen la misma

dirección parándose tan sólo ante la fuerza de una linea convexa. Se puede advertir,

también, en esta composición una de las características tempranas del planismo de Celso

Lagar, las formas cuadriculadas que aparecen en la superficie de la obra, recurso que

había sido utilizado, anteriormente, por cubistas como Juan Gris, Picasso, Derain... y

será empleado, posteriormente, en las obras de Rafael Barradas, Torres García o Joan

Miró.
438

U
Natura mona de ¡ >estatua
(No localizada)
u

El Retrato de Xavier Montsa¡vatge es uno de los pocos personajes conocidos que


U

se conservan de esta época. Amigo, en su juventud, desde su estancia en Gerona (1915)

y uno de sus mejores apoyos para integrarse en el ambiente cultural de la ciudad, Lagar a

nos presenta al escritor sentado y apoyado en una mesa. En este cuadro se pueden

observar los dos lenguajes principales del planismo de Lagar. En un primer píano, el
u
primero, la figura de Xavier Montsalvatge y la mesa con tres libros superpuestos, el

artista se adscribe al modelo clásico de la representación de la realidad a través de la

recuperación de la forma. La técnica impresionista de pequeñas pinceladas de color sirve


u
de base para crear una pintura en pequeños módulos de color semejantes a los de

Cézanne o a los de los fauves como en el retrato Luden Gilbert de Derain (1905) (Oleo a

sobre lienzo, 81’3 x 60’3 cm, The Metropolitan Museum of Art, Nueva York). En un
e
segundo plano, nos encontramos con un nuevo intento de planismo más puro donde

varias líneas proyectan planos en forma de zigzags que rompen con la quietud y el u

e
439

descanso reposado del retratado, asi, surge la sensación de movimiento y perturbación.

Dicha exaltación se ve aumentada en el primer plano con la colocación invertida de los

tres libros, que en cierta manera, vienen a romper el equilibrio del que gozaba el

retratado.

Retrato de XavierMontsa¡vatge
(Óleo sobre lienzo, 58 x 67 cm, Col. part., Barcelona)

Se conoce otro retrato de Xavier Montsalvatge (1915) que también pertenece a

la familia Montsalvatge. Se trata de un dibujo realizado a la técnica de aguada. Es un

dibujo más fiel al modelo y quizá con técnica más académica aunque sigue observándose

un dibujo lineal, rápido y realizado a pequeños trazos.

Otro tema de paisaje fue el marino, bajo el título Les barques y con el n0 31 en el
catálogo, Lagar nos ofrece una visión de los pequeños pueblos costeros catalanes.

Continúa la misma técnica de simplificación de la forma a través de la estructuración

geométrica de los objetos, en este caso las casas en un segundo plano, mientras que las

barcas marineras y sus velas ocupan el primer píano (87).


440

En cuanto a las aguadas y los dibujos localizados de esta Exposición en las


u

Galerías Layetanas en 1916 destacan, principalmente, una naturaleza muerta a la técnica

a la aguada y tres dibujos. De éstos últimos, dos fueron publicados en la revista VeIl ¡ u’

Noii (88) y el tercero es el dibujo de un hombre con el n0 7, bajo el titulo Retrat dun
home.
u
En la lista de las aguadas Natura Mona, (Collage y aguada sobre papel, 32 x 24

cm, Subastas Hotel Drouot 30-5-1990) ocupa el n0 3 del catálogo. Se trata de uno de los —

pocos collages, tal vez el único, que Lagar realizó durante su periodo en España. Si bien
u>
la incorporación de Lagar al cubismo es de una forma muy personal y, en pocas

mt

Ss’-

Celso Lagar. Natura Mona (1916) Rafael Barradas. Collage Naipes y carta
a
Torres-García, 1919

e
441

ocasiones, logra integrarse de lleno en el movimiento, en esta obra ocurre lo mismo. Es

la recapitulación muy personal del cubismo sintético por la incorporación del papier

collé. En estas composiciones el espacio pictórico se hace aún más plano, aunque se

buscan otros elementos para dar relieve como el color, las sombras, las luces o la

superposición de planos. Algunos de estos recursos son los que toma Lagar para

componer este collage. A través de dos etiquetas - una de ellas, tomada de un liquido

para fijar el papel fotografiado y, la otra, parece ser una muestra de un cartón de tabaco -

que componen los objetos principales de la composicion: una botella y una cajetilla de

tabaco; Lagar recurre al sombreado y a las superficies planas formadas por ángulos

recortados planos para dar sensación de relieve.

Esta obra se asemeja, por ejemplo, a las que su amigo, el uruguayo Rafael

Barradas, realizará también en su estancia madrileña como Collage, 1918 (Acuarela y

collage sobre papel blanco, 23 x 29 cm, Museo Nacional de Artes Plásticas y Visuales,

Montevideo) o Collage Na¡ftes y carta Torres-García 1919, (Acuarela y colega sobre

cartón, 58 x 50 cm, Museo Nacional de Artes Plásticas y Visuales, Montevideo)

Respecto a sus tres dibujos, de nuevo hemos de remitir a su amigo Modigliani,

quien en su concepción de la figura humana, sobresale el estudio de sus cabezas.

Inspirándose en la misma postura inclinada de las cabezas del pintor italiano, Lagar

continúa aplicando aquellas notas de su amigo que quedaron grabadas en su memoria

durante su estancia parisina. El rostro, convertido en una máscara afticana, queda

simplificado a cuatro elementos, los ojos, la nariz, la boca y el peinado de la figura


442

semejantes al dibujo Cabeza y hombros de frente n0 132 de la Colección Paul Alexandre w.

(Lápiz graso, 42’6 x 26’3 cm).


mt

/ a

Desnudos
(VelIiNou, Barcelona, 1-10-1916) a

a
En cuanto a los cuerpos de las figuras se advienen, todavía, algunas notas

modiglianescas como la redondez de los pechos o las amplias caderas. Sin embargo, algo a

ha cambiado; en primer lugar, nos encontramos con un cambio de postura, la mujer está
a
sentada o bien porta una especie de paño y, en segundo lugar, los trazos firmes que
u

u
443

componían sus pnmeras obras son ahora más numerosos lo que aumenta las

proporciones de las figuras. Por tanto, no es de extrañar que la crítica coincidiera en el

primitivismo de sus figuras: “Tienen todas ellas no se qué de hombres y mujeres prehistóricos. De

aquellos hombres de abultadas formas y desproporcionada complexión. Recuerdan esas figuras,

prototipo de hombres de una época determinada que hallamos en las viejas inscripciones, mausoleos y

jeroglíficos>’ (89).

Por último, el dibujo Retrat d’un home, Lagar lo presenta de perfil en la mitad de

la composición mientras que, en la otra mitad, está ocupado por un bodegón que se

queda en un segundo término. Mediante firmes trazos de líneas curvas y rectas compone

la obra. También se advierte la existencia de una voluntad de descomposición de la forma

en pequeños trazos geométricos para componer la figura en formas planas angulosas y

circulares.

Reina d’un ¡tome

(Dibujo, 36 x 29 cm.. Cat. Lagar, Salamanca, 1997)


444

VI.3. POSICIÓN DE CELSO LAGAR EN LA VANGUARDIA MADRILEÑA (1)

Motivado por el ambiente artistico de la capital de España hacia el mes de

noviembre abandona su residencia en Barcelona con el fin de instalarse en Madrid y


e

realizar su primera Exposición individual aunque antes, en el mes de enero, participaría

en la Exposición de Legionarios.

Madrid representaba para los artistas uno de los principales lugares artísticos en

donde por su oficialidad, si se triunfaba se alcanzaba la fama y con ella la venta de las
e’
obras. Sin embargo, por aquel entonces, Madrid no posee ni burguesia o clase social

capaz de respaldar los trabajos de los más adelantados a la modernidad ni, menos aún,

un mercado artístico comparable al de Barcelona. EJ ambiente artístico de la capital sigue


a
dominado por las exposiciones nacionales que muestran el figurativismo y el

anecdotismo regionalista de los artistas de la periferia que confluyen en el Retiro

madrileño. A pesar de la capitalidad de la ciudad, ésta seguía siendo una urbe intelectual
a
muy pequeña donde el mundo de las artes y de las letras abría poco a poco sus puertas a

la renovación cultural. La tertulia más antigua era la de Ramón en el Café Pombo. Desde U

su flindación en 1915, Ramón se convirtió en el pontifice de estas reuniones y flie allí


U

donde comenzó a consolidarse el germen de la vanguardia madrileña que poco después


U

seña sustituida por otra de mayor empuje, la presidida por el portavoz del ultraísmo,
Rafael Cansinos Asséns.

A partir de 1917, Lagar comenzó a asistir a la tertulia de Pombo los sábados por
a
la noche. Quizás fueron sus intervenciones públicas en la capital - la Exposición de

Legionarios, la de la Galería General de Arte Moderno o la Exposición de Ciegos - lo a

a
445

que motivó sus apariciones en Pombo, lugar donde pudo conocer a más artistas e

intelectuales. Pero, como su fUndador indica, Lagar fUe un pombiano de segunda hora.

No perteneció a la primera proclama de Pombo, consolidada en el mismo año de su

nacimiento, sino a la segunda de 1916 aunque historiadores como Narciso Alba la sitúan

en 1910 (90). Así quedó imprimido en el primer libro de Pombo en 1918, (Madrid.

Imprenta Mesón de Paños, 9). En realidad, era “el café y botillería Pombo”, no se trataba

de un Meneo sino, según las palabras de su fUndador era “como andén de la vida, como lugar

en que entrar y no ser nadie, sino uno mismo... Pombo nunca ha tenido normas, ni programas, siendo

fiel al lema español de la individualidad.., la única lucha seria de Pombo es contra el amaneramiento”

(91).

Unafantasía de Celso Lagar sobre Pombo


(La Sagrada cripta de Pombo, Tomo II, h. 1926, p.3 83)
446

Más tarde, en otra versión, Ramón redactaría otro texto para Pombo en el que

dejó reflejado un dibujo de Celso Lagar bajo el titulo Una fantasía de Celso Lagar sobre
e
Pombo (92). El artista, que pasó algunas de sus horas dibujando en colectivo como era

costumbre, dejó inmortalizada como si de una instantánea se tratara a una pareja, quizás

él mismo junto a su esposa, alrededor de una botella y una copa. Se trata de un breve
mt
apunte en el que se dejan sentir fUgaces trazos discontinuos que nos aproximan a notas

expresionistas. Ramón se encargaría también de dedicar varias páginas con fotografias de

todos aquellos que pasaron por la tertulia; entre ellos se encuentra la de Celso Lagar
e
(93).

La aparición de nuevas salas de exposiciones en Madrid así como el aumento de U

sus exhibiciones renovaba el ambiente artístico. Los salones Vilches, el Salón de Arte
e

Moderno, el Salón Iturrioz, las salas del Hotel Palace,... así como el Círculo de Bellas de
e
Artes que, en 1916, iniciaba la formación de un comercio artístico en la capital (94),
invitaban a los artistas más destacados de la Península, al tiempo que otros intentaban

introducir su arte en Madrid como el vasco o bien la colonia extranjera procedente de


e
Europa o Hispanoamérica, la gran mayoría refUgiados de la Gran Guerra europea.

No obstante, con los últimos acontecimientos de este conflicto, nuevas tUerzas e’

que habían ido cuajando en años anteriores se sintieron fUertes para salir a la luz, hecho
e’
éste que propició la aparición de la nueva intelectualidad española (95). Será

precisamente aquí, dentro de este mundo, donde Celso Lagar pasó su primera estancia

madrileña. A pesar de la neutralidad que Alfonso XIII había tomado ante la guerra, la
e’
división española entre germanófilos y aliadófilos se convirtió en una batalla ideológica
e

entre los intelectuales (96). El nuevo rumbo que toman los acaecimientos politicos se
u’

e
447

convierten en el primer eslabón de la difUsión de la ideas aliadófilas momento en el que

se organiza La Exposición de Legionarios (97). La participación de Celso Lagar en esta

muestra vino a ser un gesto aliadófilo que se complementaria con su asistencia al acto

que la revistaEspaikz celebraba en el Hotel Palace.

Después de esa integración política a la causa aliadófila, Lagar inaugura su

primera exposición individual en la Galería General de Arte, en la plaza de San Miguel,

n0 8. Esta era la primera vez que exhibía en Madrid su colección particular compuesta
por obras pIanistas.

Al igual que en Barcelona cuya presentación oficial había corrido a cargo de

Josep Dalmau, en Madrid, otro galerista, el director de la Galería General de Arte había

iniciado, a partir de entonces, un programa de exhibiciones donde todos los artistas, ya

fUeran académicos, modernos o ultramodernos podían mostrar sus obras cada 20 días.

Dicha labor había comenzado, como dijimos más arriba, en 1916 por iniciativa del

Círculo de Bellas Artes, cuya organización había decidido realizar exposiciones

permanentes cada quince días con un carácter de comercialización de sus obras.

Fue, precisamente, el lugar más apropiado de toda la capital para las

composiciones de Celso Lagar con la peculiaridad de que su muestra se desarrolló en los

meses de marzo y abril, coincidiendo el último mes con la Exposición de arte

contemporaneo que organizó la misma galería donde se exhibieron más de 130 obras de

Padrilla, Chicharro, Ferrant, Plasencia, Poy Dalmau, Alcalá Galiano, Santa María, etc. Al

lado de estas obras, que representaban un arte reconocido por la crítica y el público, se

encontraban las manifestaciones vanguardistas de Celso Lagar así como las de otros

artistas más jóvenes como Antonio Jiménez, Fuster y Benito Tegeria. También en el mes
448

de abril se pudieron ver las composiciones de la recién creada Asociación de Artistas

Argentinos (98) en el Salón del Palace Hotel que ofrecía unas obras con fUertes

connotaciones del impresionismo francés, menos semejantes a las de la escuela pIanista

de Lagar, lo que nos sigue confirmando el carácter vanguardista de Lagar así como la

introducción en Madrid del primer ismo español.

Preguntarnos si Madrid estaba preparada o no para recibir el planismo resulta un

poco ambiguo aunque la fUente principal de la que partamos sean las crónicas artísticas. u’

No obstante, a través de ellas podemos vislumbrar cómo se entendió la llegada de este


u”
primer ismo a la capital. Todas ellas parten de un mismo punto de vista, el arte de Lagar

es extravagante, ultramoderno y pertenece, principalmente, a las escuelas del cubismo y

del fUturismo. Sin embargo, su modernidad, es decir, su estilo personal produce tal
e,
confUsión que es incomprensible y de ahí su total rechazo.
u’

El primero en alzarse contra la Exposición de Lagar fUe el crítico José Blanco


Coris. Para éste, el joven artista salmantino tenía dotes para el dibujo y así lo

demostraban algunos de sus dibujos como el n0 30 titulado Cabeza; sin embargo, todo lo
demás tenía un estilo propio, su planismo, que según el crítico “ni parece a Picasso ni a

Boccioni, ni a Carrá ni a Severini; pero va tras ellos, labrándose una personalidad, no para ingresar

en la Academia de San Fernando, sino para figurar al lado de nuestros más exaltados futurísta.s de la

pintura española” (99).

Ciertas son algunas de las palabras que publicaba el crítico (100), por un lado, el
u’

planismo de Lagar sí es un nuevo lenguaje personalizado y constituido a partir de


mp
registros cubistas y fUturistas que supone una modernidad y una independencia artística
de la que carecían otros artistas que exponían en la capital y, por otro, su adhesión a los

fUturistas españoles. Pero, ¿qué fUturistas? Mientras que el planismo surgía desde 1915 y
a

e
449

se extendía por Cataluña, principalmente Barcelona y Gerona, nuevos ismos se irían

agregando como el vibracionismo del uruguayo Rafael Barradas o el constructivismo de

Iones García. Sobre todo, el primero, el formado en los principales núcleos fUturistas

europeos, el italiano y el parísino.

Sin embargo, los orígenes del movimiento fUturista en España se remontan a

1909, cuando el líder del movimiento Marmnetti hace público su manifiesto en París y

Ramón Gómez de la Serna lo recoge en la madrileña revista de su padre; al año

siguiente, Ramón escribirá su propia proclama, al lado de la que el fUturista italiano había

dedicado a los españoles mientras que en Barcelona, ese mismo año La Véu de

Catalunya se hacía eco del Manifiesto de los pintores fUturistas. El siguiente hito fUe la

Exposición fUturista de París en 1912, evento del que llegaron a los diarios de Barcelona

algunos de los párrafos del texto del catálogo. Igual que pasó con el cubismo, el

noucentisme se encontró con la primera horda fUturista a la que no acogería con mucho

entusiasmo aunque d’Ors la mencionase en su Glosari. Sin embargo, serían algunos

artistas peninsulares que volvían de Italia y París quienes muestran los primeros detalles

fUturistas en las artes plásticas españolas, ya sean periodísticas o reflejadas en las obra de

arte: Doménech Caríes, Enric C. Ricart, Rafael Sala, Rafael Barradas y Celso Lagar.

También algunas revistas se harán eco del movimiento como las catalanas Revista Nova,

donde participó Celso Lagar, Veil ¡ Nou, La Revista o Themis.

Mientras que todo esto había ocurrido en Cataluña, Madrid contaba con dos

precedentes, la publicación de los manifiestos fUturistas que no alcanzaron ningún eco

significativo y la Exposición de los Pintores íntegros, organizada igual que la anterior,

por Ramón Gómez de la Serna. Las obras más polémicas de la muestra frieron las de
450

Diego Rivera vista como una interpretación de técnica mixta de fUturismo y cubismo.

Esta interpretación que se realizó del cubismo donde se incluía, también, el fUturismo
u’
pasó a ser para los críticos una de las constantes en las crónicas artísticas aunque; dicho

término fUe mencionado en varias ocasiones, uno de las más tempranas fUe en 1913, en

El Año Artístico de Gabriel García Maroto (101). Más tarde, sería su amigo José
e
Francés, quien atraído por la idea del Año Artístico de Maroto comenzarla en 1915 el

suyo propio, donde también mencionaría al movimiento fUturista (102). e

Por tanto, fUe con la muestra de Celso Lagar, en marzo de 1917, en la Galería
a
General de Arte Moderno cuando la crítica hablará de nuevo de pinturas fUturistas, a

diferencia de Barcelona que habiendo presentado casi las mismas obras, no se habían

apreciado notas del fUturismo en las obras de Lagar, lo que nos sugiere las siguientes
a

preguntas; en Barcelona, no se quieren apreciar las notas fUturistas en el planismo de


e
Lagar, porque no las hay, porqué no se las quiere reconocer ya que son contradictorias al
noucentisme, movimiento al que Lagar se podía adaptar perfectamente, por el carácter
a
de algunas sus obras o bien en Madrid se reconoce el fUturismo a través del recuerdo de
a

las obras presentadas en la Exposición de íntegros donde, principalmente, fUeron


calificadas las composiciones de Diego de Rivera como cubistas y fUturistas, aludiendo

quizás a su organizador, Ramón Gómez de la Serna, por el recuerdo que tenian de él por
e
su publicación de los manifiestos fUturistas o por las fotograflas de obras fUturistas

presentadas en la prensa madrileña. u

En realidad, estas obras pIanistas no tenían un marcado carácter fUturista sino


u
más bien, un cubismo muy personalizado con fUertes notas de color propias de los
a

fauvistas. El concepto más claro de los críticos era la ruta vanguardista elegida por
u

u
451

Celso Lagar, es decir, su separación de la línea tradicionalista y anecdótica. El propio

artista respondía a los periodistas.’”Por ese camino van todos; por el otro no. Vean ustedes esto. Y

nos muestra un retrato de jovencita, el señalado en el catálogo con el núm. II, titulado ‘Ensayo de luz

por planos’, que es una casa rara, de las más rara de la pintura futurista’ (103).

Cierto es que las modernas obras de Lagar se apartaban de aquéllas que se

exhibían en las exposiciones nacionales o en las individuales creando un clima de

incertidumbre en la crítica que las comentaba, como las palabras de García Mercadal,

quien admitía ante sus composiciones su propio aislamiento en el arte español

contemporáneo:

“Confesemos que no nosjuzgamos con competencia suficiente para discurrir ante las pinturas

futuristas allí expuestas. El concepto que tenemos del arte y de su manifestación pictórica es

absolutamente opuesto al del citado artista. El Sr Lagar ha manifestado que, conociendo el camino por

donde van todos, él ha decidido marchar por otro; en donde se encuentre solo, o afortunadamente para

el arte español, poco acompañado’ (104).

Nos encontramos, pues, con uno de los tratamientos a los que estaban sometidos

aquellos artistas de vanguardia cuya incomprensión lleva automáticamente a la

incomunicación con la crítica y el público y, acto seguido, la descalificación de sus obras

y la aparición de los apelativos, siendo los más comunes: pintura ultrainodernista,

tomapelista, bolchevique o extravagante. Luis Oteyza arremetía contra la pintura de

Lagar, porque pertenecía a estas escuelas, la tomapelista y la ultramodernista, aunque

para él era fácil hablar de ellas porque encontraba su conexión con el cubismo y el

fUturismo.’’ la sensación que se experimenta ante los cuadros de Lagar es de espanto, porque se

duda entre si estará uno loco o si habrá enloquecido el autor. Sin embargo, cuando se han visto las

obras de Picazo (sic) y de Juan Gris y se ha estudiado lo que se sabe sobre la impresión. los valores
452

absolutos, y el dinamismo en la pintura que han escrito los discípulos de Afarinetti. Lagar y sus obras
e
resultan apreciables” (105).

Además era considerada como una Exposición muy divertida donde se podía e

intentar adivinar lo que el artista había dibujado, entrando asi en otro de los debates
a
sobre la recepción del arte de vanguardia en la capital que, a grandes rasgos, se entendía

corno un juego en el que buscar las formas más cercanas a la realidad sin entender, por —

su falta de cultura artística, que había pretendido realizar Lagar mediante una
a
estructuración geométrica de planos siguiendo modelos cezannianos o cubistas.

“Sólo aplausos y aplausos estruendosos merece la Exposición Lagar, que sobre muy artística y

muy filosófica es divertidísima. Esto principalmente. En la Exposición Lagar se pasa el rato más
e
entretenido que con las secciones de adivinanzas de los semanarios.

En efecto, puede irse en grupos amistosos y cruzarse apuestas. A ver este cuadro que tiene el

número 28; ¡ ,Vfurmurando! ¿Qué representa?... El cadáver de un artequin. En tablero de ajedrez con

los colores nacionales. Una caja de pastillas para la tos. Se busca en el catálogo y resulta ¡una jarra u

con flores! Veamos el número 20. ¡Que decís de este!... Primorosa labor de tesocherts? Una torta de
e
Reves. La salida de los toros en Sevilla. Golpe al catálogo y es ICasa de un labrador en los Altos

Pirineos!... Ameno y regocijantejuego parafamiliasy tertulias’ (106). —

Se trata de una crítica encorsetada en todos aquellos elementos académicos,


e
regionalistas o anecdóticos de la vida social española que reacciona contra todo aquello

que es innovación de vanguardia, es decir, arte nuevo, porque cree que son —

manifestaciones artísticas insubordinables para alcanzar la fama del artista. Así lo


u
publicaba Ballesteros de Martos: “¡A cuántos errores conduce el afán inmoderado de la

u
notoriedad1 ¡ A cuántos fracasos lleva una mal entendida rebeldía!..,

Confesamos que fuimos a la Galería general de Arte, donde este pintor expone sus cuadros,
e
con el temor de los profanos que entran en un templo para asistir a los oficios de una religión

e
453

desconoci da. Con temor también contemplamos los cuadros muchas, muchas veces. Temíamos ser

nosotros los equivocados: temíamos que nuestra incultura, nuestra vulgaridad no supieran comprender

aquello. Hicimos incalculables esfuerzos por adentramos en las reconditeces exquisitas cíe la ‘nueva

manera’ de interpretar el Arte. .41 fin, nuestra simplicidad se impuso, y salimos de allí amargados y

doloridos, mientras nos decíamos: ‘No; eso no es ‘verdad’, y lo que no es ‘verdad’ no puede ser arte...

Esto nos dijimos, y esto repetimos ahora. ¿Es que el Sr Lagar quiere encubrir con la

extravagancia de la forma su parvedad sensorial? ¿Es que el Sr. Lagar pretende llamar la atención por

lo exótico, no pudiéndola hacer por lo sencillo?... Sufre la funesta manía del siglo: la ‘originalidad’.

Padece el sarpullido propio de lajuventudartista: la rebeldía iconoclasta, el arte nuevo” (107).

De nuevo, para la crítica los principales argumentos en contra de la vanguardia

eran la extravagancia, lo exótico y la capacidad de llamar la atención pero también ese

carácter de vitalidad a la que se dotaba a la obra de arte. Ya no permanece estática, ha

perdido toda su realidad fisica para ofrecer más de una imagen al espectador. Esta nueva

dotación de movimiento, que en el arte de Lagar se realiza por medio de planos

angulosos y formas circulares, es lo que rechaza Antonio de Hoyos y Vinent: “lo que

pretenden las fórmulas nuevas que deformaron y exasperaron el impresionismo es dar la sensación de

movimiento se produce en la retina humana por una rapidisima sucesión de imágenes, es imposible de

dar, como el cuadro no tenga las dimensiones, de una película cinematográfica y no pase con rapidez

inverosímil ante los ojos, y aun así...” (108).

Mucho más claro se mostraba Juan de la Encina ante el arte de Celso Lagar. Sus

conocimientos artísticos y su lucha por defender el arte moderno, principalmente el

vasco, e introducirlo en la capital, le había proporcionado un carisma entre los círculos

artísticos que le permitía juzgar abiertamente las obras de Lagar. En su crónica Juan de

la Encina, en primer lugar, agradecía una señal de complejidad en las obras de Lagar

ante el aburrido ambiente que sufría Madrid. Recordemos, por ejemplo, que las notas
454

más sobresalientes hasta estonces habían sido desde 1915 la Exposición de los Pintores
e

Íntegros (marzo de 1915), la de Anglada Camasara (junio de 1916) y las intervenciones


u’

de artistas vascos, en concreto, la colectiva del Retiro madrileño (noviembre de 1916).


“Confesaremos que en este ambiente aplatanado en que se desliza nuestra vida no nos
e
disgustaría ver si qulera fuera por una vez un pequeño desbordamiento de extravagancia” (109).

En segundo lugar, hace referencia a su principal fUente de inspiración, la del

maestro de la Provence, Cézanne, aunque partiendo del mismo le advierte que su fórmula —

pIanista no llega a alcanzar la estructuración de su maestro porque la introducción de


a
otros elementos revolucionarios, refiriéndose al cubismo y al fUturismo, no muestran el

alma del ~ista.’ “Su mayor defecto está en que carecen de cierta plenitud dentro de la misma

tendencia ‘cezannista’ en que se han engendrado. Se ve con bastante rapidez en ellas la fórmula
a
pictórica que las informa, y de ahí que nos dejen, en general, una impresión de algo así como de

monotonía... Cuando Lagar se preocupe más de la solidez de las construcciones llegará a producir
a
obras de verdadero interés. Tal vez entonces se curará menos de ese género de revolucionarismo que

consiste en prolongar caprichosamente la sombra de una pasada y en un tiempo de necesaria a

revolución, y se le presentará al espíritu en todo su profundo significado aquella declaración de su

maestro Cézanne. ‘Siempre he tratado decía el gran pintor francés de hacer del impresionismo algo
- -

tan sólido como el arte de los museos” (110).


e

Juan de la Encina se refería, sin duda alguna, a su pretensión de crear un Museo

de Arte Moderno partiendo de los impresionistas, idea que apoyaba en su discurso sobre

el arte vasco. El mismo defendía un arte vasco con principios vascos y franceses, a

procedentes de los impresionistas, movimiento que había tomado como ejemplo la


a
primera generación de artistas vascos, de aquí que considere a Lagar como “un buen

colorista, brillante y limpio, y sabe imprimir a las lineas de sus pai sajes gracioso ritmo” (111). —

e
455

Finalmente, Federico García Sanchiz, recordando su encuentro en Paris con el

artista proclamaba que sus orígenes salmantinos no habían cambiado aunque

externamente brillaba un halo pansino:

“Xb comprendemos. Es decir, sí. Inquietud espiritual. Anhelos relámpagos de clarividencia,

abismos de incomprensión. Celso Lagar, no obstante, la gabardina entallada y los botines, continúa

siendo el campesino charro, de la piel verdinegra y los ojos mansamente feroces. Firme y adusto como

una encina... Pero el diablo de Paris se le ha metido en el alma como a veces en el tronco hueco de la

encina se enrosca una víbora” (112).

A pesar de la poca fortuna que acompañó a Celso Lagar en su primera

Exposición individual en Madrid, él mismo presintió el fracaso de la misma, cuando

comunicó al critico Luis de Oteyza que no vendería sus cuadros en la capital (113). Sin

embargo, desde tierras catalanas llegaban ecos de esta Exposición. Fue el diario El Poble

Caitalá, el que matizaba el triunfo del artista en Barcelona y la incomprensión con que

habían acogido las obras en la capital madrileña aunque habían despertado interés por su

arte (114)

Gran parte de las obras que habían provocado estas crónicas procedían, como

dijimos más arriba, de su Exposición anterior en las Galerías Layetanas, en marzo de

1916. Ante el desconocimiento del catálogo de la muestra en la Galería General de Arte,

hemos localizado algunas de las que pertenecieron al mismo: Ensayo de luz por planos,

Estudio, Estudio de paisaje, Mademoiselle Suzanne, El trigal, Las barcas, Cabeza,

Camino de San Daniel, Casa del labrador (Altos Pirineos), El tren de Francia, Pont

Neuf y Jugadores de taberna, mientras que tan sólo unas cuantas obras formaban parte

de su última producción presentada en Madrid: La niña de las rosas, Interior de una

mancebía, La Catedral, Maternidad, El puente (Ciudad Rodrigo) y La carretera.


456

4.

De todas ellas, las que más interés causaron por su composición Rieron cuatro:
u’

Ensayo de luzpor planos, La niña de las rosas, Interior de una mancebía y Maternidad.
e

Ante el lienzo, Ensayo de luz por planos, Luis Oteyza satirizaba la constitución
de sus formas. Era el desdoblamiento de su cabeza lo que provocaba más impresión. De
e
aquí la calificación de obra futurista: “es sencillamente genial. Hay en él una mujer con dos
e
cabezas, cosa que parece hasta monstruosa. Pero ¿por qué parece esto monstruoso?... Porque las

mujeres no tienen más que una cabeza. ¡Claro esta! Y tampoco tiene sino una cabeza la mujer que
u
Lagar ha pintado en dos. Las dos cabezas son una misma: una sola, alzada, primero e inclinada,

después ¿comprendéis? Las mujeres no suelen tener quieta la cabeza y para demostrar que la mueven, e

este gran pintor se la coloca a su retratada en un par de posi ciones” (115).


e
Bajo el titulo Maternidad, Lagar presentaba una de sus obras más recientes. Fue

publicada en el diario madrileño El Día (116), junto a una fotografia del artista en su e

estudio de París, único testimonio de la obra, ante su paradero desconocido hoy en día.
e
A pie de foto, el diario indicaba que se trataba de una “composición de líneas y planos”.

En efecto, la obra de Lagar estaba formada en esencia por los elementos principales de

su planismo: planos y lineas. A través de estos elementos el artista habla dispuesto una

composición dividida en tres niveles; el primero, formado por parte de la mesa y el


a
bodegón que se encuentran a la izquierda y el tiesto de la derecha; el segundo, la madre y

el niño incluyendo el jarrón de flores y parte de la cortina y, por último, la ventana desde

la que se accede al exterior, a una plaza con una fuente y árboles rodeada de casas.
e
Lagar aúna de nuevo, como en el Retrato de Montsalvatge, en un mismo instante

el sosiego y la tranquilidad que disfrutan las figuras es alterado e, incluso, encerrado en si

mismo por las lineas en zigzags y los píanos que forman la cortina, el ángulo de la mesa,
e
el paño del bodegón, los planos que sustentan el tiesto y, por último, la rigidez de la
e

a.
457

ventana dividida en dos grandes planos que a su vez muestran la planitud de las casas

con sus calles. El único que parece escapar de este entramado es el niño que está de pie

encima de la mesa. Este juego que para Ballesteros de Manos era la adivinanza “al artista

y al observador, haciendo equilibrios sobre la ridiculez y la extravagancia’ (117).

Maternidad (1917)
(El Día, Madrid, 17-3-1917)

Sin embargo, como calificaba Antonio de Hoyos y Vinent, planismo iba más allá

de ese aspecto de “sensación angustiosa, casi trágica, que es en la desolación de todas las cosas

como una sacudida de cataclismo espiritual” (118> y se encontraba próximo al arte que había

cultivado en sus inicios como artista, la escultura. Esa rigidez y monunientalidad que, a

veces, se observaban en sus formas derivaba de] modelado de piezas escultóricas, oficio

que no había abandonado y que, incluso, podía ver en su esposa la escultora Hortensia

Begue (119).
458

u’

En tono más mordaz, Luis de Oteyza censuraba esta obra de la siguiente manera:
e’

‘una dama compadece junto a un niño desnudo, y la dama y el niño luce por igual sus formas:

Bellísimo avance de lo que el traje debe ser en lafuerza humana. El cuerpo no debe ocultar sus lineas, e’

ni sus superficies, ni sus volúmenes bajo los pliegues de la ropa. Debe ser la ropa la que se ciña y se
a
amolde al cuerpo ya que el cuerpo es obra de Dios y los trajes son obra de un modisto o de una
costurera. Y esto lo señala el pintor psicólogo haciendo que el vestido de la dama por el copiada se
a

pegue a la piel enforma que semeja la piel misma teñida de colores” (120).
a
Se conoce otra maternidad que por su similitud se diría que son idénticas o bien
que se trata de la misma obra pero retocada. Tan sólo hay algunos matices que cambian. a

La cortina ha perdido su rigidez adaptando un aspecto más volumétrico así como sucede
e
con el paño de manzanas y, sobre todo, en los cuerpos de las figuras. El tiesto ha sido

sustituido por un personaje masculino que soporta un plato de ftuta. Con la introducción

de esta figura, quizás Lagar quiso cambiar el tema convirtiendo la obra en una
a
Adoración. Volviendo a su concepción volumétrica, como podemos observar en la

monumentalidad de las manos y de los cuerpos, nos lleva a pensar que trata de una obra

posterior, perteneciente a los años 20. Esta característica será permanente en las obras
a’
posteriores del artista quien, atraído por las nuevas corrientes pictóricas, es decir, por el

llamado “retomo al orden” proceso desatado por el desencanto de las vanguardias de U

preguerra y durante el propio conflicto, se decantaría por la recuperación de la vida. Se


a

trata del retorno a un clasicismo casi escultórico como lo demostró Picasso, por ejemplo,

en Dos mujeres corriendo por la playa (1922). Sin embargo, también en España, su

amigo Barradas, entre otros, se suma a esta corriente pictórica, que se advierte en obras a

como Pilar y Antoñita (1922) (Óleo sobre tela, 118 x 75 cm, Colección J. Mara,
a

e
459

Madrid) o Pilar (1922) (Óleo sobre tela, 114 x ‘73 cm, Museo Nacional de Artes

Plásticas y VisuaJes de Montevideo).

Maternidad
(No localizada)

Para finaiizar debemos señalar también como se puede observar en la distribución

que realiza en el paisaje de la ventana, donde continúa con una esquematización y

geometrización en sus casas repartidas por amplias superficies planas que se muestran al

espectador en su estado más puro. Podemos afirmar que el planismo de Lagar se


460

extiende a la época de los años 20 en los que aún el artista sigue esquematizando las
e’

formas, geometrizándolas en pequeños planos en los que se incluyen zonas planas

angulosas, rectas o geométricas como, por ejemplo, en Paisaje de Collionre o El niño u’

pescador ambos publicados en la revista Alfar (121).

Otra de sus obras presentadas en la Galería General de Arte (1917) fue Interior
U
de una mancebía. A pesar de no haber localizado la obra, si nos quedan algunos

comentarios sobre ella, como los de Luis Oteyza y Antonio de Hoyos y Vinent:

pongo por atrevido, uno que representa el ‘Interior de una mancebia’. Perfectamente, pues
u
lleváis a que lo contemple una novicia que está para profesar como Doña Inés de Ulloa y se queda tan

tranquila. Porque con decirle que se trata de una cazuela de bacalao a la vizcaina estáis del otro lado
u
de la barricada. Eso puede suponerse que representan aquellas carnes que parecen pescado y aquellas

u.
cortinas verdes y aquellas colchas rojas que semejan pimientosy tomates, respectivamente”(l22).

“Las hórridas manchas de color, los efectos violentos de luz y sombra, los tonos unas veces
u
chillones y otras apagados, bituminosos, riman muy bien con esas escenas desgarradas de burdel

pobre, con esas escenas de que ha huido toda belleza, toda alegría, toda luminosa visión de la vida, y
U
son como una triste exhibición de lacerías y máculas, en que ya no basta ni aun el piadoso velo del

deseo, sino que hace falta la azulada llamita del alcohol para que las cosas no sean demasiado u

repulsivas. Celso Lagar, en este cuadro, con unas pinceladas y unosjuegos de luz, nos ha dado toda la
u
opresora sensación de angustia, de horrory de miseria” (123>.

Ante la imprecisión de dicha obra, si existen otras composiciones de Lagar que e

aluden al mismo tema o al cabaret. Dicho lugar era frecuentado por el artista en su
a’
estancia parisina e, incluso, como sabemos en el cabaret Closetie de Lilas llegó a tener su

estudio. Destacan los dibujos Chez Alberta, La bourde¡le y El Bordello. En esta última

obra se observa el estilo damero de las primeras obras de Lagar y el mismo tratanuento a
U

a’
461

las figuras y a sus bodegones así como los fuertes colores de los fauves. También fue

reconocida por su semejanza con una obra del fauvista Rouault Elinde Moeres (124).

Por último, La niña de las rosas, otra de sus obras en paradero desconocido, tan

sólo podemos guiamos por los comentarios que hicieron mención a dicha obra. Así

destacamos el de Luis de Oteyza.”flay una niña y un tiesto tan echados hacia delante que

parecen que se van a caer. Pero, es que no se caen los niños. Pues también los tiestos. se caen los niños
y se caen los tiestos. Y si esa niña y ese tiesto están como están es porque van a caerse, ¡No lo dudéis!”

(125).

Chez Alberta
(Gérard Xuriguera, Pintores españoles de ki escuela de Paris, 1974, p.54)
462

VI. 4. NOTAS

e’
(1> Vid., Capítulo 1. El arte español del primer cuarto del s. XX entre lo moderno y lo

ultramoderno. e’

e
(2) VV.AA., Las vanguardias en Cataluña 1906-1936, Barcelona, Caixa, 1992, p. 63.

(3) Ibid.,
u

(4) Vid., Josep Vidal i Oliveras, Dalmau: Josep Dalmau; Rafael pintor, restaurador y u

promotor de arte. Barcelona, Tesis doctoral no publicada, 1993


a

e
(5) J. Dalmau, “Prefaci”, Catálogo a la Exposició Celso-Lagar Pintures, Acuarel-les.

Cuatro Escultures de Nf Bagué (sic), (ialeríes Dalmau, del 28 de Janer al 12 de febrer Uf

de 1915.
a’

(6) Ibid., e

a,
(7) Josep Vidal i Oliveras, Dalmaus Josep Dalmau; Rafael pintor, restaurador y

promotor de arte, op. cit., e

e
(8) Mercé Vidal, 1912 L ‘Exposició d ‘art cubista de les Galeries Dalmau, Barcelona,
e
Universitat de Barcelona, 1996, p. 36.

u
463

(9) Pierre Imbourg, “Celso Lagar”, Beaux-Arts, Paris, 2-6-1944.

(10) Xenius, “Celso Lagar”, España, Madrid, 5-2-1915.

(11) Eugenio Carmona, “Rafael Barradas y el ‘arte nuevo’ en España. 1917-1925,

Barradas, Gobierno de Aragón, Generalitat de Catalunya y Comunidad de Madrid,

l992,p. 114.

(12) Mercé Vidal, op. cit., p.31.

(13) Xenius, “Celso Lagar”, op. cit.,

(14) Celso Lagar, “El renacimiento del arte después del cubismo”, Cultura, Gerona,

febrero de 1915.

(15) R. Ghiloni, “Las pinturas del Salón Dalmau”, La Tribuna, Barcelona, 30-1-1915.

(16) R. Ghiloni, La Tribuna, Barcelona, 6-2-1915.

(17) J, “Celso Lagar- Mme Begué”,EI Liberal, Barcelona, 3 1-1-1915.

(18) Carlos Caballero, “Los modernistas”, La Tribuna, Barcelona, 3-2-1915.


464

(19) Antonio Vallescá, “Galería Dalmau”, El Progreso, Barcelona, 8-2-1915.

u
(20) Rafael Santos Torroella, “Celso Lagar en Barcelona”, El Noticiero Universal,

Barcelona, 4-7-1962.

(21) Vid., Catálogo Exposición Celso-Lagar pintures, acuarel-les. Quatre escultures de

M.Bagué, Barcelona, Galeríes Damau, Portaferrisa, del 28 de janer al 12 de febrer de U

1915.
U

(22) Narciso Alba, Celso Lagar, aquel maldito de Montparnasse, op. cit., p.55. u

(23) Narciso Alba recoge la siguiente anécdota: ‘Un día que no teníamos ni un duro,

a
Modigliani hizo mi retrato en un trozo de cartón. Lo vendimos a un marchante por 20francos. ¡‘arios
años después lo vi expuesto en una galería.
u
- ¿Lo compró usted?

- No. Costaba 25.000 francos. Era un poco caro “, en Celso Lagar, aquel maldito de

Montparnasse, op. cit., p.55.


e

(24) Narciso Alba, Celso Lagar, Ayuntamiento de Salamanca, Caja Salamanca y Soria y a’

Museo Art Nouveau y Art Deco, septiembre-octubre de 1997. p.62.


e

e
(25) Vid, Celso Lagar, Crane Kalman Gallery, junio-julio de 1997 y Narciso Alba, Celso

Lagar, op. cit., a

a’

a
465

(26) Narciso Alba, Celso Lagar, op. cit., p. 54.

(27) R. Ghiloni, “Las pinturas de Otto Weber”, La Tribuna, Barcelona, 27-2-1915)

(28) Anónimo, Diario de Gerona, 19- 3- 1915.

(29) Vid., Catálogo a la Exposición Celso- Lagar pintures, acuarel-les. Quatre

escultures de M.Bagué, op. cit.,

(30) VV.AA., Las vanguardias en Cataluña 1906-1936, op. cit., p. 479; Juan Manuel

Bonet, Diccionario de las vanguardias en España (1907-1936), Madrid, Alianza, 1995,

p. 360; Celso Lagar, Crane Kalman Gallery, op. cit., y Narciso Alba, Celso Lagar,

op.cit., p.259.

(31) Narcís Comadira, “El Noucentisme a Girona: Rafael Masó”, El Noucentisme,

Barcelona, L’ Abadía de Montserrat, 1987, p.2O.

(32) Ibid., p.2Ol.

(33) VV. AA., El Noucentisme. Un projecte de Modernitat, Generalitat de Catalunya,

diciembre-marzo, 1994-1995.

(34) Ibid., PP. 453-454.


466

e’

(35) Narcis Comadira ¡Joan Tarrús, “Athenea en la consolidación del Noucestisme”, El


u,

Noucentis,ne. Un projecte de Modernitat, Generalitat de Catalunya, diciembre-marzo,


e
1994-1995, p. 453

(36) Enric Jardi, El Noucentisme catalán, Barcelona, Aymá, 1980, p.30.


U

(37) VV.AA., ElNoucentisme. Unprojecto de Modernzta4 op. cit., p. 455. u

e.
(38) Colorit, “Les pintures den Lagar a Athenea”, Aigua-Forts, Gerona, 28-3-1915.
e

(39) Anónimo, Diario de Gerona, 15-4-19 15.


u

a.
(40) Vid., III lArtistas procedentes de Europa.

a.

(41) Colorit, “Exposició de Myrbach a Athenea”, Aigua-Fors, Girona, 25-4-1915.


a’

(42) Anónimo, Cultura, febrero de 1915. e

e
(43) Anónimo, “Ms senyors de VeIl ¡Noii”, Aígua-Forts, Gerona, 11-3-1915.

a,

(44) Anónimo, “CeIs Lagar”, VeiiNon, Barcelona, 15-5-1915.

e
(45) Celso Lagar, (lalerie de Paris, Paris, 14 de novembre au 2 decembre 1961.

a”
467

(46) Anónimo, “Salutació”,Revista Nova, Barcelona, 11-3-1914.

(47) Ricard Mas Peinado, “Santiago Segura y las revistas de Arte en Barcelona (1912-

1919)”, Arte Modernoy Revistas españolas 1898-1936, Museo Nacional Centro de Arte

Reina Sofia y Museo de Bellas Artes de Bilbao, marzo 1997, pS8.

(48) Ricard Mas Peinado, op. cit., pp.59- 61.

(49) Anónimo, “Noticies”, Veil ¡ Noii, Barcelona, 1-9-1916.

(50) Anónimo, “Noticies”, Ve/li Noii, Barcelona, 15-9-1916.

(51)Anónimo, “Exposicions”, La Ven de Catalunya, Barcelona, 4-9-19 16.

(52) Miquel Molins i Nubiola, “La crítica a Joan Saes”, Feliu Elia “Apa “, Barcelona,

Museo de Arte Moderno, 1986, p.22O.

(53) Ibid.,

(54) Joan Sacs, “Cubisme VI”, Revista Moya, Barcelona, 15-9-1916.

(55) Joan Saes, “El cubisme. III. Filació”, Revista Nova, Barcelona, 31-7-1916.
468

e”

(56) Joan Sacs, “Poder aillador i conjuminador de l’arte”, Revista Nova, Barcelona,
u,

15-9-1916.
u,

(57) Joan Sacs, “De la ‘Incorrección en el arte Moderno”’, La Publicidad, Barcelona,


u

24-9-19 16.
U

(58) Joan Sacs, “La pintura de Celso Lagar”, La Publicidad, Barcelona, 30-9-1916. a

a.
(59) Vid., Joan Sacs, “Gauguin i el primitivisme”, Revista Nova, Barcelona, agosto de

1914 y en “El vici deformista”, Velí i Noii, Barcelona,15-1-1918. a

u
(60) Miquel Molins, “La crítica a Juan Sacs”, op. cit., p.221.
u

(61) Joan Sacs, “La pintura de Celso Lagar”, La Publicidad, Barcelona, 30-9-1916.
U

a’
(62) Romá Jori, “Una exposició: CeIs Lagar, pintor ‘fauve”’, Velí i Noii, Barcelona,

1-10-1916. a’

e
(63) Romá Jori, “Impresiones sobre el cubismo”, La Publicidad, Barcelona, 26-4-1912.

(64) Romá Jori, “Una exposició: Ceis Lagar, pintor ‘fauve”’, op.cit.,
a

(65) Ibid., e

e
469

(66) Ibid.,

(67) Vid., Martí Peran, “Noucentisme i Cézanne. História d’un dissortat misteri”, D ‘Art,

Barcelona, núm. 17/18, 1992, Pp. 182-202.

(68) F., “Celso Lagar”, El Progreso, Barcelona, 4-10-1916.

(69) Antonio Vallescá. “Las pinturas de Celso Lagar”, El Liberal, Barcelona, 9-10-1916.

(70) Ibid.,

(71) Mercé Vidal, op. cit., p.l3.

(72) Joaquín Folch i Torres, “Pintures i dibuixos d’en CeIs Lagar a les Galeries

Laietanes”, La Ven de Catalunya, Barcelona, 10-10-19 16.

(73) Ibid.,

(74) Vid., Juan Manuel Bonet, Diccionario de las vanguardias en España (1907-1936),

Madrid, Alianza, 1995, p.l46.

(75) M C (Martí Casanovas), “Arts Plastiques: Crónica”, La Revista, Barcelona,

30-10-1916.
e’
470

(76) Narciso Alba, Lagar y la Escuela de Paris, Diputación de Salamanca, Varona,


u,

1991, Pp. 48y49.


u

(77) Xavier Montsa¡vatge, Terres de Gestes i de Bentat Girona, Girona, Dalmau Carals, U

1917, p. 96.
Uf

(78) Ibid., p. 95. U

a
(79) Ibid.,

(80) VV.AA., ElNaucentisme. Unprojecte de modernitat, op. cit., p. 458.


a’

U
(81) Ibid.,

Uf

(82) Su paradero desconocido nos obliga a partir del último dato que se conoce de la
ml
obra que fue en 1965, cuando se realiza la subasta pública “Atelier Celso Lagar”, en el

Guardamuebles de la Prefectura de Sena, me d’Alésia, 14, París. a

e
(83) Erróneamente hoy en día esta obra se fecha en 1914, en Narciso Alba, Lagar, op.

cit., p.S8. e

a’

(84) Celso Lagar, “El renacimiento del arte después del cubismo”, op. cit.,
a

e
471

(85) Ibid.,

(86) Catálogo Ce/so Lagar, Crane Kalman Gallery, London, june-july 1965.

(87) Es muy probable que dicha obra correspondiera con la ilustración que publicaba la

revista Ve/li Non, en octubre de 1916, bajo el título Marina.

(88) Romá Jori, “Una exposició: Ceis Lagar, pintor ‘fauve”’, op. cit.,

(89) F., “Celso Lagar”,El Progreso, Barcelona, 4-10-1916.

(90) Narciso Alba, Celso Lagar, Aquel maldito de Montparsse, op cit., p.28.

(91) Ramón Gómez de la Serna; Cosas de Pombo, Barcelona, Almacenes Generales de

Papel, 1976, Pp. 8 y 18.

(92) Ramón Gómez de la Serna, La Sagrada cripta de Pombo, Tomo II, Madrid,

Imprenta O. Hernández y Galo Sáz, h. 1926, p.3813.

(93) Ibid.,

(94) Anónimo, “El ‘Salón’ del Circulo”, El Universo, Madrid, 20-11-1916.


472

e’

(95) Los intelectuales se convierten en la voz capaz de captar y difundir los problemas

del país; para ellos, el mal de España estaba “por encima de la injusticia social y de la
a
falsificación del sufragio - la incultura, el desinteres secular para los problemas del espíntu, las

cerriles raíces celtibéricas de nuestras costumbres “. José Carlos Mainer, Literatura y pequeña
Uf

burguesía en España, Madrid, Cuadernos para el diálogo, 1972, p. 148.


a,

(96) En 1915, como ya sabemos, se funda la revista España por Ortega y Gasset quien U

se rodea de grandes personalidades como Ramón Pérez de Ayala, Luis de Zulueta,


a
Eugenio d’Ors, Ramiro de Maeztu... que les convierte en sus redactores. La revista nacía

“del enojo y la esperanza. pareja española” (Anónimo, España, Madrid, 26-1-1915) aunque, u

ya en 1916, la radícalidad de la publicación provoca un cambio de dirección, desde


a
entonces, a cargo de Luis Araquistáin.
Uf

(97) Vid., Apartado V. Arte y Política en España durante la Primera Guerra Mundial: La
e

Exposición de Legionarios de 1917.


e

(98) Vid., Capitulo Hl. 2. Artistas procedentes de Hispanoamérica.

e
(99) José Blanco Coris, “Exposición Celso Lagar”, Heraldo de Madrid, 11-3-1917.

(100) Respecto al comentario anterior de José Blanco Coris en Heraldo de Madrid,


e
destacamos quizá la única alusión durante su etapa en España (1915-1919) que el diario

independiente de Miróbriga, Avante le asignó. Su autor, bajo el seudónimo El Charro del

a”
473

Tamboril, defendía el arte académico de Celso Lagar: “Yo sólo sé que Lagar es muy joven, que

se fue muy joven a Paris y que entre muchas cosas buenas (como la ‘transigencia’) ha traído una mala:

la ‘pose ‘... Cuando nuestro paisano pierda esa afectación (que le perjudica hasta en el ‘acento’)

entonces hablaremos del arte de nuestro artista; por ahora es suficiente decir que cuando marchó a

París, frecuentaba ya el ‘Círculo de Bellas Artes’ y pude comprobar que dibujaba maravillosamente

‘dentro de lo académico ‘, hoy dibuja Lagar ‘cuanto quiere’ mejor que algunos besugos de segunda

medalla , en Avante, Ciudad Rodrigo, 31-3-1917.

(101) Gabriel García Maroto al hablar de la pintura de 1912 comenta al respecto:


“Como otras veces vinieron los poetas, vienen de la Francia los pintores; y si no sus obras

son sus influencias como si no las coplas de antaño fueron sus rapsodias las que nosotros sentimos y

admiramos.

Cubistas, futuristas y otros sistemas de pintura que incubó el snobismo parisién dejándose

sentir un día en la bella Ciudad Condal pero pronto repelidos por ambiente tomaron a Montmartre,

donde nacieron para seguir la vida triste del desequilibrado que a su dolor diario tiene que añadir la

fatal soledad del incomprendido... Se imponen, por tanto, los renacentistas, con su arte sereno; siguen

su retroceso espiritual los lumínicos naturalistas; nacen los inquietos, pasan los arbitrarios, y en el arte

español que de tumbo en tumbo hacia olvidar su gentilicia historia, pone el renacimiento actual un

florón áureo, que lleno de esperanzas a los buenos, y marca un punto alto en la vida “, en ‘Los

inquietos, los renacentistas, los lumínicos, los arbitrarios”, El Año Artístico, Madrid, Imprenta

de José Fernández Arias, 1913, pp. 22-23.

(102) José Francés, ‘tos futuristas y la guerra”, La Esfera, Madrid, 11-12-1915. Las

ilustraciones eran de Mac-Delmnarie, Paso de una batería de Artillería, de (lino Severini,

Avance de cosacos y de Humberto Boccioní, Carga de Caballería. Más tarde, Federico

Giolli publicaría otro articulo dedicado a “Los futuristas italianos”, La Esfera, Madrid,
.474

28-8-19 14 con ilustraciones de Severini, Dinamismo del ‘Baile Tabarin’, Russolo,

Sintesis de los movimientos de una mujer, (1912, Óleo sobre tela, 86 x 65 cm, Musée de
e
Grenoble) Carrá, Funerales de un anarquista (obra presentada en la muestra de febrero
de 1912 en la Galeria Berheim Jeune de Paris. Óleo sobre tela, 198,7 x 259,1 cm, The
e

Museum of Modem Art, Nueva York.), Boccioní, Las despediada (estados del
U

alma),(también se reunió en la Galeria Berheim Jeune de Paris en 1912) y dos esculturas


de éste último, Cabeza, luz y casa (1912, 14’6 x 11,9 cm, Colección Particular) y u,

Formas de continuidad en el espacio (1913, 16,5 x 12,2 cm, Colección Panicular>.


Uf

(103) José Blanco Coris, “Exposición Celso Lagar”, op, cit., a’

Uf

(104) José García Mercadal, “Exposición Celso Lagar”, La Correspondencia de España,

13-3-1917.

u
(105) Luis Oteyza, “Exposición Celso Lagar”, El Liberal, Madrid, 15-3-1917.
ah

(106) Ibid.,

U
(107) Ballesteros de Manos, “Exposición Celso Lagar”, La Mañana, Madrid,

16-3-1917.

a’
(108) Antonio de Hoyos y Vinent, “Exposición Celso Lagar”, El Día, Madrid,

17-3-1917. U,

a’

a.
475

(109) Juan de la Encina, “Exposición Lagar”, España, Madrid, 22-3-1917.

(110) Ibid.,

(112) Federico Garcia Sanchiz, “Celso Lagar”, La Nación, Madrid, 13-3-1917.

(113) Luis Oteyza, “Exposición Celso Lagar”, op. cit.,

(114) Bajo el anonimato de este artículo se comentaba la Exposición de Celso Lagar en

Barcelona: “En CeL Lagar exposá a Barcelona ¡ tríomfá a Barcelona. L ‘art dEn Lagar pintor de

Castella, té ben poc de castellá. Castella conreva sols un art pintoresc anecdotisme. En Lagar és el plé

dins les modernes tendencies. En la seva pintura hi ha una cosntant inquietud per la recerca de les

estructures.

Ira a Madrid En Lagar ha exposat i ha triomfat sorollament Els comentaris a la seva obra

han estat llargs i alguns d ‘elís indiquen una manca de preparació. per les novelles corrents de 1 ‘art.

L ‘obra d ‘En Lagar de totesfaisons, si no ha sigut totalment compresa, ha tingut la virtut d ‘interessar

profondament. Bono cosa és que a Madrid comencin a enterar-se de lo que és art modern. Pesa sobre

elís una cosa terrible: ‘El Museo de Arte Moderno “. Anónimo, “Ecos”, El Poble Catalá,

Barcelona, 1-4-1917.

(115) Luis Oteyza, “Exposición Celso Lagar”, E/Liberal, Madrid, 15-3-1917.


476

(116) Antonio de Hoyos y Vinent, “Exposición Celso Lagar”, El Día, Madrid,


e’

17-3-19 17.
u’

(117) Ballesteros de Manos, “Exposición Celso Lagar”, La Mañana, Madrid,


e

16-3-19 17,
e

(118) Antonio de Hoyos y Vinent, “Exposición Celso Lagar”, op. cit., u

u
(119) Al respecto, el mismo crítico escribía: “No puede olvidarse, además, ante sus cuadros,

que el autor es escultor, y tal vez sin quererlo, aunque me inclino a creer que voluntariamente, hay en U

ellos algo del escultor siempre, sobre todo en el ropaje de las figuras, que tiende invariablemente al
u
modelado de los cuerpos, en vez de vivir su propia vida “. Antonio de Hoyos y Vinent,

“Exposición Celso Lagar”, op. cit., Uf

U
(120) Luis de Oteyza, “Exposición Lagar”, op. cit.,

0’

(121) Vizconde Lazcano, “Celso Lagar”, Alfar, n0 58, Madrid, junio de 1926.
a.

(122) Luis Oteyza, “Exposición Lagar”, op. cit., u’

U:
(123) Antonio de Hoyos y Vinent, “Exposición Lagar”, op. cit.,
U’

(124) Antonio de Hoyos y Vinent, “Por tierras de renovación. El arte nuevo”, El Día,
a’

Madrid, 2-2-1918.
e
477

(125) Luis Oteyza, “Exposición Lagar”, op. cit.,

VI.5. EL PLANISMO EN EL AMBIENTE ARTÍSTICO CATALAN (II)

Tras la Exposición en la Galería General de Arte Moderno, a primeros de abril

Celso Lagar vuelve a intervenir en otro acto público de carácter benéfico. Si el primero

había sido a favor de los legionarios espalloles que luchaban en el frente francés, ahora se

trataba de construir “varios puestos de periódicos servidos por ciegos y proceder a la apertura de

un bazar en donde se vendan los objetos que aquéllos puedan hacer>’ (1). Para ello, la Comisión

organizadora formada por algunas damas aristócratas como su directora, la Marquesa de

Argúesa, habla proyectado una tómbola, compuesta de cuadros, dibujos, esculturas,

obras musicales y libros, para lo cual había pedido ayuda todos los artistas e

intelectuales. En esta Exposición se recibieron cuadros y dibujos de Antequera, Valentín

y Ramón Zubiaurre, López Mezquita, Benedíto, Bagaría, MiZada Sindierova, Romero de

Torres, Bartolozzi, Salaberria, Bujados, Gúel, Mir, Sotomayor rniss Cofreland,

Anasagasti, Ochoa, Betina Jacometti, Máximo Ramos, Miss Harvey, Penagos, González

de la Serna, Zamora, Ricardo Baroja, Alda de Uribe y Franco; esculturas de Inurria, Julio

Antonio, Beniliure y Juan Cristóbal; objetos de arte de Isolina Gallego, Cecilia y Julia

Arrizabalaga, María del Pilar, José Alcoberro, Lafora y Carmen Baroja; obras musicales

de Pérez Casas, Pedrel, P. Otafio, Chapí y Benedicto, y libros de Azorín, Ortega y

Gasset, Pío Baroja, Francés, Diez Canedo, Ramírez Angel, Unamuno, Zozaya, Ramiro

de Maeztu, Ramón Gómez de la Serna, Carmen de Burgos, Miró, Guimerá, Ghiraldo,

Salaberria, Cristóbal de Castro, Valle-Inclán, Cansinos Assens y J. Grau (2).


‘e

478

Además, se anunciaron conferencias para el acto social de Francisco Bergamin,

José Ortega y Gasset, Miguel Unamuno, Ramón del Valle Inclán, Cristóbal de Castro,
g
Ramón Pérez de Ayala y Jacinto Benavente; conciertos de Rubinstein, Segovia, Arriola,

Abreu, López Debesa, Carmen Antón e Ignacio Tabuyo; lecturas de Catalina Bárcena y e

Adela Carbone, y una danza de Tórtola Valencia (3). Como se puede observar, ante este
u
problema social van a participar, junto a Celso Lagar, gran número de personalidades de

la actualidad artística como los extranjeros Alberto Castellanos, Mileda Sindlerova o u

Betina Jacometti, el futuro encabezador de la Escuela de París, Ismael González de la


e
Serna, los hermanos Zubiaun’e, Zuloaga, Echevarría, Iturrino, Cabanas Oteiza, el

teórico del ultraísmo madrileño Cansinos Asséns, Ramón Gómez de la Serna, José

Francés, Unamuno, Pío Baroja, Valle Inclán, Ortega y Gasset, etc.(4).

En paralelo, Lagar se traslada de nuevo a Barcelona para realizar su segunda


U
Exposición individual en las galerías Layetanas durante los meses de mayo y junio. El

ambiente barcelonés desde la primera presentación pública del artista salmantino en 1915

había cambiado mucho. La aparición de artistas europeos huidos de la guerra había


e
favorecido el carácter internacional de la ciudad (5), situándola en uno de los puntos más

importantes, en los que confluía el arte de vanguardia (6). Sin embargo, antes de la nueva U’

presentación pública de Celso Lagar en Barcelona, tienen lugar dos exposiciones de gran
U’
interés que demuestran que el planismo no fue una mera manifestación sino que como

tendencia vanguardista se integró en España al lado de otros lenguajes conocidos como U’

el cezannismo, el cubismo o el futurismo y que, además, a pesar de su breve periodo de e

vida, dos años, comienza a influir en otros artistas más jóvenes, encontrándose las
U’

referencias más claras en las composiciones de José de Togores.


U:

U’
479

Estas muestras fueron la individual de la artista rusa Héléne Grunhoff y la del

mencionado José de Togores. En la primera, realizada en las Galenas Dalmau en marzo

de 1917, en donde la artista presentó sus nuevas producciones cargadas de una gran

fantasia. En relación a estas obras Vallescá aludía al planismo: “Por encima de estas

tendencias tubistas, futuristas, pianistas, tal vez simbolista también.., son la confusa expresión de un

arte puramente imaginativo, que acaso llegue a alcanzar más profunda elocuencia y mayor fuerza

plástica que las que ahora sustento con sus rebeldes armonios de colory su sentido decorativo” (7).

Y, la segunda, a cargo de José de Togores, cuya primera Exposición individual se

inauguraba en el Salón de La Publicidad durante el mes de abril; la orientación de su arte

se pone en relación con una estructuración cezanniana y, a vez, con las obras de Sunyer,

Otto Weber y Celso Lagar. El primero, como símbolo del noucentisme, el segundo, por

su búsqueda de la modernidad de su tiempo, obras que habían podido ver recientemente

en las Galerias Dalmau y, el tercero, quizá por representar ambas cosas, su filiación al

noucentisme a través de sus temas y su inquietud por el arte de vanguardia,

principalmente en una interpretación personal de los principios de Cézanne, del fauvismo,

del cubismo y del futurismo:

“Fluctúa al mateix temps entre tres homes distints: En Sunyer, En Weber ¡ En Lagar i aixá, al

nostre entendre, es un gros defecte i al moteix temps, una cosa que ens demostra tot 1 ‘extraordinari de

la seva habilitar transformista. El dia, doncs, en que aquesta habilitat pugni servir a En Togores per

expressar el propi, tindrem un admirable pintor de més. Peté ara la seva obras es de reflecse i es per

aixá que sembla que eh pinte més aviatperqué ha vist pintar que per una profunda necesitar espiritual

.4ixí i tot Togores demostra tener una sensibilitar gens comuna i no es aventurars-se esperar

d’ell que es guany 1 indenpendencia que mereix, i en ella trobi els mailsos de la seva veritable

personalitar” (8).
480

Además de estos datos, se suman los ecos publicados por El Pable Catalá. Este
‘e

diario consideraba a Celso Lagar como el iniciador de un renacimiento en las artes


u’

plásticas madrileñas. Remitiendo a la celebración en Madrid de su anterior Exposición,


en la Galería de Aj-te Moderno, le definia como un “artista libre”, sin ataduras
e
academicistas, y el suyo como uno de los caminos artísticos más propicios para iniciar el
U

cambio en las artes. Desde Barcelona, se advenía que la presentación pública de artistas
con tendencias modernas era la base principal para iniciar una renovación artistica:

“A Madrid sembla que 1 ‘art comen9a a anar per bons camins. Mólts artistes intenten ja

u’
lliberar-se de 1 ‘academicisme pintoresc que ha aclaparat la pintura i la esculptura castellana.

El nom d ‘En CeIs Lagar ja es nunci d ‘un belí ressorgiment


u’
Aro es tracto, a Madrid de celebrar Exposició d ‘artistes lii uvres. L ‘idea que presideix aquesta

manifestació artística mereix-no cal dir-ho rotes les simpaties” (9). u

A propósito de ésta muestra en las Galerías Layetanas de 1917, también en el


e
mismo diado, Florian, seudónimo de Vicenv Solé de Sojo, poeta, abogado y critico de

arte (10) dedicaria unas notas a Celso Lagar. Considerado como seguidor de lenguajes U’

vanguardistas, el critico apoyaba la dedicación del artista a la investigación pero criticaba


t

su falta de personalidad y su dependencia de otros artistas como Otton Friesz y Vives

Appy, pintores ambos que el crítico había podido ver en la Exposición de Arte Francés a

celebrada en junio de 1917, en donde presentaron dos obras cada uno en la sección de mt
0 752 Chemin dii puits cassis y con el n0
pintura del Salón de Otoño; el primero, con el n
U’
753 La Fontaine a Guarda Portugal y, el segundo, con el n0 844 La Provance y con el
n0 845 La Provence.

“La seva obra és varia i revela un esforgues 1 obtenció de una personalitat, més que una
e
personalitat assolidaja. A voltes En Logar a base de simplicisme, sintetitzacions, a voltes

u,
r

481

ultracezanneja com un Eriesz o un Vives .Ippv, a voltes sembla seguir, els passos de les primeres

tendencies cubistes, d ‘En Picasso particularmente...

En CeIs Lagar té de 1 ‘art una idea noble i austera. La seva obra revela un esforQ beu lloable.

que será inés fecund encara si en comptes de cercar una personalitat per 1 ‘adaptació de les noves

teories estétiques, la cerca, sense abandonar peté la seva sana orientacio actual, dins del séu mateix

temperament, dins la seva visió de les coses (11).

Coincidiendo, pues, con la muestra de José de Togores, Lagar inauguraba al lado

de su esposa, Hortensia Begue (12), su segunda exhibición en las Galerías Layetanas las

cuales, además, recibian las obras de otros artistas catalanes, Oleguer Junyent y Xavier

Nogués, y las del vasco Francisco Iturrino con numerosos cuadros de temática taurina.

Esta muestra sería uno de los primeros contactos de Lagar con el artista vasco varios

meses antes de lo que afirma Pilar Mur (13), quien defiende la fecha de 1918, cuando

ambos volverían a participar en colectivo con la asociación de Les Arts i els Artístes,

iniciándose una relación que llevaría a Lagar atierras bilbaínas.

Una de las notas más sobresalientes de esta muestra fUeron los comentarios

críticos al arte de Lagar. Empezando por los de Joan Sacs, quien le había elogiado con

anterioridad en su exhibición de 1916, también en las Galerías Layetanas, por su

fauvismo pero a la vez que le advertía sobre su futura evolución. Ahora, Sacs se

mostraba mucho más crítico, el artista ya no era el feroz fauve salmantino como Otan

Friesz, Hayden o Camion porque, entre otras cosas, su obra pictórica había cambiado.

Sacs observaba tres tendencias bien diferenciadas en su arte: la plana, la cubista y la

fauvista, lenguajes que para el critico eran imposibles de conjugarse en uno. Su fauvismo

no era el de obras anteriores, y se observaba una mayor inclinación hacia el arte cubista,

al arte “cerebral” que le gustaba tan poco, porque para él no era el mejor camino para la
452

pintura de Lagar ni para la de nadie, por su tendencia a la abstracción. Pero el concepto

de este arte partía del suyo propio, Feliu Elias pintor, quien en marzo de 1916, había

realizado una muestra en las Galerías Layetanas de algunos de sus cuadros realizados

durante 1912-1916. Feliu Elias mostraba el lado más objetivista de su obra; como escribe

Francesc Fontbona “Apa declara explícitamente buscar, y así lo escribe, con mayúsculas, el
e
Realismo “que es la santidad de las artes corpóreas y su mayor fuente de poesia” (14>. Feliu Elías

pintor, conocedor de las técnicas pictóricas del momento acusaba a Lagar de su e

“indecisión entre la pintura objetiva y subjetiva”, concepto que Elías tenía muy claro
e’
incluso en su técnica. “la pincelada paralela repetida que va conformando las formas de

representar a modo de tapicería” (15).

Joan Sacs, critico, insistió en la vuelta a su primer fauvismo, propuesta más


e
cercana al realismo objetivo más racional, moderna y bajo el modelo cezanníano,
u’
principales postulados que él mismo defendía: “Siempre en progreso. Desde sus primeras
pinturas, ejecutadas al llegar de Paris, hasta las de ahora media una transición hacia la construcción y
u’
la intensificación del paisaje. Este su peculiar descuido o abocetamiento que ‘Fauvismo ‘francés mal

asimilado le sugerirá al principio, se halla hoy atenuado o. si se quiere, acentuado hacia aquel u’

constructivismo y aquella lógica pictórica que forman el alma de la plasticidad pictural y que están a

las antípodas del obocetamiento infantil y bárbaro de entonces. El buen sentido del arte catalán -arte

que, si bien se interesa por todo lo nuevo, también quiere contrastarlo, disecarlo y explicarlo todo- ha
a
influido indudablemente sobre el irreflexivo entusiasmo que en su debut sintió estefogoso castellano.

Pero parece como que Lagar tenga necesidad de veleidades, de manera que ahora abandona

el fauvismo’ excesivamente gratuito de un principio para profundizar en el verdadero fauvismo’ de

ahora, va y se enamoro de un pésimo y fas cubismo que le priva el paso y lo practica con temeraria U’

asiduidad, como si dudara en iguales proporciones entre la pintura objetiva y la subjetiva; lo que,
a
serenamente considerado, se verá como imposible.

u,
483

La pintura de hoy del señor Lagar se muestra en rigor fuertemente, excesivamente, en tres

tendencias: la tendencia plano o infantilista de sus dehuts, el cubismo y el fauvismo’. Eso no puede

ser; bajo el punto de vista de la sinceridad, es un imposible. Cuál de las tres tendencias debiera elegir

el pintor, él lo sabrá,’ y si no lo sabe, lo sentirá mucho. Pero tal vez una indicación de ruta sea la

mayor elocuencia y fuerza logradas con el realismo objetivamente sucinto de los pintores llamados

fauves’ “(16).

Los comentarios de Joan Sacs prevalecen, incluso, de manera indirecta en la

revista Velí i Noii. Esta publicación había cambiado de dirección en 1917, y su consejo

de redacción pasó a manos de Feliu Elias quien, siguiendo sus propias interpretaciones

artísticas rompió, según Ricard Mas, “el equilibrio entre arte antiguo y moderno” (17), de tal

manera que el planismo de Lagar fue objeto de nuevos comentarios negativos en donde

sejuzgaban unas composiciones retorcidas en su forma y color (18).

Otro de los comentarios críticos a la Exposición de Lagar fue el de Antonio

Vallescá, quien desde El Liberal exponía una de las mejores aproximaciones al planismo

partiendo de la definición que dio Lagar, en la que el sentimiento, el color, la forma y el

volumen son los componentes de su arte pianista. El crítico define su lenguaje a partir de

una doble intervención; la objetiva, en la que participa un sentimiento hacia la naturaleza

y el color, y subjetiva, inspirada en tendencias vanguardistas donde sus principales

elementos son la planitud geométrica de sus formas. Ambas, la objetiva y la subjetiva,

conviven en el planismo (19).

A estas interpretaciones sobre el planismo de Lagar se sumaron otras, como la de

José A. Homs, critico de la Gaceta de Cataluña, quien consideraba su arte como un

notable esfuerzo a tener en cuenta en otros artistas que también hacían lo mismo

habiendo realizado, anteriormente, otro tipo de pintura. Uno de los casos más acusados
484

era el de Joaquín Torres García, quien desde su fracaso ante las críticas provocadas por

sus pinturas murales en el Salón de San Jorge se decantó por la búsqueda de un lenguaje

vanguardista; su reacción contra la Diputación de la Generalitat se formalizó presentando


‘e
tres muestras paralelas en diciembre de 1917; una en el diario La Publicidad, otra en las

Galerías Layetanas y la última en la Sala Dalmau al lado de Rafael Barradas, entrando en

la escena pública del arte vanguardista en Barcelona (20).


U
“Llama este pintor la atención enseguida por la orientación moderna de sus lienzos, ya muy

marcada en su anterior exhibición.


u,

Su labor está hecha con tal emoción, tanta fe y tan honradamente en el sentido de despreciar

los efectos y éxitosfáciles, que a pesar de publico a esa orientación (ya corriente en los franceses), no u

puede menos que sentir respeto por un pintar que si no es unfin al menos es un camino para resultados
u
futuros.

Máxime cuando varios aristas lo cultivan habiéndose dedicado antes a otros géneros con
e’
general aplauso’ (21).

A propósito de la anterior exhibición madrileña en la Galería General de Arte u’

Moderno (en marzo) y de ésta misma en las Layetanas, el planismo de Lagar era uno de

los alegatos más habituales en los círculos artísticos de Barcelona y Madrid. Cortina
mi
Giner llamaba la atención del crítico madrileño de El Liberal, Luis Oteyza, quien había

realizado unos comentarios muy negativos al planismo denominándolo, como vimos u,

anteriormente, como una “escuela tomapelista”. Para Cortina Giner se imponía por
e’
encima de todos aquellos juicios de valor que el arte catalán era capaz, a diferencia del

madrileño, de estudiar, calificar y aceptar un arte dedicado a la investigación, cuyo a

ejemplo más claro había sido la acogida de la reciente Exposición de Arte Francés (abril
mi
de 1917) donde las principales asociaciones galas, el Salon des Artistes Fran~ais, el Salon

de la Société Nacionale des Beaux Arts y el Salon d’Automne, hablan exhibido las obras SI

U’

u?
485

de grandes artistas de vanguardia: Henri Matisse, A. Marquet, Rouaul, Signac, Cézanne,

Degas, Gauguin, Manet, Renoir, Pissarro, Seurat, Rodin, La Fresnalle, Otton Friesz, etc.

(22).

Otra de las interpretaciones sobre el arte pIanista que presentaba Lagar en las

Galerías Layetanas fue la del poeta catalán Eduard M. Puig, seudónimo de J. Folguera

(23) quien, al igual que muchos otros formados en el noucentisme, dirigieron sus miradas

a la vanguardia. En este mismo año, Folguera traducirá a poetas futuristas italianos y

cubistas franceses, al tiempo que colabora en La Revista y se detiene en el arte de Lagar,

diferenciando dos conceptos en su pintura, el primero, constituido por los colores del

fauvismo, y el segundo, una visión plana de los objetos:

“Entre el Lagar simplemente fauve y el Lagar artificioso de una nueva teoría más, preferimos

el primero, que es ingenuo, intenso a su manera y mucho más justo traductor de la aridez castellana,

aún con sus reminiscencias de lo interpretación que del mundo antillano nos hizo Gauguin” (24).

VI.5.1. DE UNENEMJCDELPOBLEATROQOS

Tras la Exposición en las Galerías Layetanas Celso Lagar, inmerso en el ambiente

catalán, participa por tercera vez en la ilustración de revistas. Como hemos visto, la

primera fue en la revista gerundense Cultura (abril de 1915), poco después en la Revista

Nova con tres intervenciones, en junio, julio y noviembre de 1916 y, ahora, en junio de

1917, en la recién inaugurada revista Un Enemie del Poble.

Aparecida el 1 de marzo de 1917, bajo el perturbador subtitulo Fula de

subversiá espiritual que indicaba los caminos que tomaría la revista. Su redacción estaba

dirigida por Joan Salvat Papasseit, poeta que guiaría, también, otras revistas como Arc
486

Voltaic y la ultraista Proa, además de escribir numerosos poemas de índole futurista


‘e

como el publicado en Un Enemic del Pable, “Contra els poetes amb minúscula. Primer

manifest futurista” o “Poemes en ondes hertzianes”, “L’irradiador del port y les gavines”

y “El poema de la rosa als llavis”, todos ellos con claras referencias al futurismo y a sus

temas como el maquinismo, la ciudad, etc.


u
Éste habla comenzado su trayectoria literaria en 1914 aunque seria poco después,

como han coincidido muchos historiadores, cuando comience sus contactos con Torres —

García y Rafael Barradas, quienes le influirían en una nueva lucha poética basada en el
U

futurismo. Queda en incognita el papel de otro artista que también conocía el futurismo y

era amigo de ambos artistas: Celso Lagar, si bien uno de los primeros contactos de

Salvat Papasseit con Lagar se remontan a un nexo en común, el de Rafael Barradas.


e
Según Torres García, fue el mismo Barradas quien se presentó de visita en varias
u’
ocasiones, una con Celso Lagar y su esposa y otra con Salvat Papasseit (25). Otra
relación más probable entre ambos fue a través de las propias Galerías Layetanas. Allí,

Lagar había expuesto dos veces y en ese mismo lugar, en el subterráneo del edificio se
e
encontraba la sección de la librería y la editorial de Santiago Segura, promotor de las

Galerías Layetanas, que había encargado a Joan Salvat Papasseit la dirección de la

librería donde se podían encontrar entre otras las revistas europeas de vanguardias como
u’
Nord-Sud o Valorí Plastici (26). Silos orígenes de estos acercamientos no se produjeron

en 1916 cuando tuvo luaar su primera exhibición entavetanas sí se_crearon en la a

segunda muestra de mayo-junio de 1917, fecha que coincide, justamente, con la


e
intervención de Lagar en Un Enemio del Pable.
a

e
487

Los primeros números de la revista tienen connotaciones regeneracionistas con

alusiones a Aleix Maximovich Pieschkof (Gorki), Maurice Maeterlinck o Ibsen. La

radicalidad de la publicación se muestra, incluso, en su primer número, cuya fecha esta

sublimada por el título “III de la Era del Crim” aludiendo a la guerra europea y a su

particular causa revolucionaria en apoyo a la reciente liberación de la Rusia bolchevique

(27).

Pero esa radicalidad de Un Enemic del Poble no es solamente política sino

también literaria y artística. En el campo de la literatura cabe destacar el primer poema de

Joan Salvat Papasseit “Columna vertebral: Sageta foc”, inspirado en el futurismo y los

primeros postulados del evolucionismo de Torres García, así como los trabajos de Josep

M. Sucre, Ramón de la Serna, Joan Pérez Jorba, Josep Carbonelí o Joaquim Folguera.

En el terreno artístico destacan los dos dibujos de Celso Lagar, los vibracionistas de

Rafael Barradas, además de los de Alfred Sisquella, Daniel Guardiola, Josep Obiols,

Rafael Benet, Iturrino, Josep Aragay, Pablo Gargallo, Sunyer, etc.

En junio de 1917, en el n0 3 de Un Enemic del Pable, se publica uno de los


dibujos más radicales del planismo de Celso Lagar. En la página dos de la revista

aparecía en su parte inferior, bajo el titulo “dibujo pianista”, una composición que se

enfrentaba con otra, la de Torres García situada en la parte superior de la hoja. No se

trataba de una simple coincidencia la aparición de ambos dibujos en la misma página

sino, más bien, de la presentación de un nuevo lenguaje pictórico, el de Torres García, al

lado de otro ya conocido por el público catalán, el planismo de Celso Lagar. Aunque a

prunera vista estos dibujos nos parecen diferentes hay numerosas connotaciones iguales

que indican una relación en común.


488

u:

‘u

Celso Lagar. Composición pianista


(Un enem¡c del poble, Barcelona, 3-6-19 17) u

Si bien el primero parte de una búsqueda estética en la conñasión alcanzando,

según Schaeffer, “lo síntesis mediante una división ortogonal” (28), el dibujo de Lagar practica U

algo muy semejante pero en la indagación de su planismo, palabra que inscribe en la


u
parte inferior derecha de su dibujo, al tiempo que la tacha con una linea recta y a su vez

la decora con lineas curvas, elementos principales de su lenguaje, que dan una sensación a

más caótica.
a

— ~t-C
a
Joaquin Torres-García. Dibujo, 1917

E
489

En ambos dibujos se puede observar una parecida división estructural. Torres

García utiliza el cuadrado y el rectángulo para fraccionar la composición mientras que

Lagar aún pudiendo seccionar visualmente su obra en seis cuadrados, no utiliza estas

delimitaciones lineales de Torres García, y construye su obra a través de graves zigszas,

lineas rectas que se cortan y formas circulares que limitan pequeños espacios píanos,

siguiendo un cierto esquematismo cubista.

‘1,11’

Rafael Barradas, El tranvia 56(1917)


(Un enemic del poble, Barcelona, 7-11-1917)

La temática de la obra lagariana es una constante en sus obras pianistas, en donde

se encuentran elementos de la vida moderna, rótulos, medas, escaleras, casas, fábricas,

numeros... pero también componentes de sus obras fauves como bodegones, jarrones

con flores, manzanas, formas en damero, etc. que se distribuyen a través de planos, lineas

y sombras. Estas mismas piezas las podemos detectar en el dibujo de Torres García, la

rueda, la división en damero, los números, las casas, o la escalera, pero, también se verán
1’
490

coincidiendo en esta misma época, en las obras de Rafael Barradas como en El tranvía

56 (1917) publicado en Un Ene,nic del Poble o en Bonanitingui (1917), (Tinta sobre

papel, 22 x 30’5 cm, Colección Jorge Castillo, Montevideo); éstos nos aproximan,

también, a los primeros dibujos publicados de Miró, como el de la revista Trossos, (n0 4,
marzo de 1918) del que hablaremos más adelante.
e

Nos encontramos con un lenguaje muy parecido en una misma época, 1917,
a

cuando tres artistas investigan un mismo camino pero desde sus propuestas personales.

El contacto entre éstos, Lagar, Torres y Barradas se verifica también en la u

correspondencia Torres García - Barradas, estudiada por Pilar García Sedas (29). En U.

especial, destaca una tatieta postal fechada el 14 de noviembre de 1918, escrita por
U

Rafael Barradas y Celso Lagar dedicada a Torres García, a propósito de la Exposición


de Lagar en el Ateneo madrileño. Allí, Lagar anima a Torres García por la lucha de unos

principios en común:
u,
“Querido Torres:

Dos líneas para saludarle> aqui estamos CAFE COLONL4L.

- EXPOSICIÓN LA GAR ATENEO-


-

Nota: no me escriba hasta que le mande mi nueva dirección. Barradas.

Le saludo y quiero que Ud. siga trabajando por la causa que todos
e
luchamos. Celso Lagar” (30).

De estas escasas letras se advierte un frente artístico común que debió de


U
comenzar en tierras catalanas desde sus inicios hacia un arte nuevo, su evolucionismo,

cuya primera muestra fUe la conferencia en las Galerías Dalmau, el 22 de febrero de a

u,

u
49’

1917; por desgracia, esta relación Torres-Lagar se rompena, poco tiempo más tarde,

cuando Lagar estaba en Madrid.

La siguiente y última intervención de Celso Lagar en la revista Un Enemic del

PoNe se produce en la segunda serie de la revista, en octubre de 1918, correspondiente

al n0 14. Lagar mantiene algunas de las notas que caracterizan a sus primeros dibujos de
filiación noucentista (3 1) carácter que reflejan dibujos de esta segunda serie en donde

participan J. Sunyer, Xavier Nogués, Josep Aragay, Torres García, Magi Cassanyes...

Esta ilustración también está relacionada con otros dibujos de esta misma época como

Las Bañistas (Aguada sobre papel, 30 x 25 cm, Colección panicular, París) en donde se

advierte la misma influencia, incluso, se puede hablar de la de Manolo Hugué cuyos

contactos se pueden encontrar en la Exposición de Barcelona con la asociación Les Arts

1 els Artistes en mayo de 1918 en donde también expondrá Lagar.

En consecuencia, el artista continúa adscribiéndose en Un Enemíc del Poble a las

dos poéticas que practica, la vanguardista, encarnada en su composición pIanista, y la

noucentista, representada en este apunte de un desnudo de mujer apoyada sobre una

banqueta. Lagar se incluye dentro de ese conjunto de artistas catalanes que están

coincidiendo en aquellos momentos con las formas nuevas del noucentisme: Daniel

Guardiola, D. Caríes, Jaime Guardia, Rafael Benet, Josep Aragay, Joaquín Sunyer, pero

sobre todo con Francesc Vayreda y Jaime Guardia. El primero, formado en la Escuela

de Bellas Artes de Olot y en la Academia Gali de Barcelona e influido por la obra de

Cézanne realizará una pintura esquemática en figuras y paisajes. Ahora, en su

intervención en esta revista, la similitud de su dibujo de mujer publicado en el n0 10


492

(enero de 1918), fácilmente puede conñindirse con el ilustrado por Lagar, su postura y la

posición de sus manos recuerda a los dibujos del salmantino, influido por Modigiiani, en
3.
los que la figura levanta sus brazos como si sujetara algún peso.

Sc:

e,

u’

u:’

u?

Celso Lagar. Desnudo u


(Un enem¡c delpoble, Barcelona, 14-10-1918)

u’

El segundo es Jaime Guardia i Esturi, según José Maria Garrut ‘fue Celso Lagar
a
quien le dio el empujón para que expusiera en las Galerías Layetanos en 1918; luego, con el grupo de

Les Arts i els Artistes” (32), será en Les Arts i cís Artistes donde participe junto a otros u

artistas, entre ellos, Celso Lagar. No sería dificil intuir la relación de Lagar con estos
U?

u
493

artistas. Su pintura, con una trayectoria cézanniana bajo la mirada de una estructuración

geométrica y unos colores fauve, son también algunas de las claves de estos artistas

catalanes que como Jaime Guardia, realizaban composiciones semejantes, de ellas

podemos destacar las publicadas por Rafael Benet en su monografia al artista, Cavaller

gallant (temple), de 19160 Sortita del Bany (temple), de 1918 (33).

Durante el año 1917, otra de las participaciones de Lagar como ilustrador fue en

la recién aparecida revista TroQos. Aparte del número cero, publicado en marzo de 1917,

aunque su portada apuntaba el año 1916, aparecieron sólo tres números bajo la dirección

de Josep Maria Junoy y, postenormente, dos más, a partir de marzo de 1918, conducidos

por J.V. Foix, bajo el título Trossos. Los principales postulados de la revista, bajo la

dirección de Junoy, llevaban el lema de “Profesión de fe preliminar: Vive la France”

indicando el carácter moderno que pretendía seguir la publicacion.

La revista aspiraba a ser un órgano capaz de transmitir la manera de entender el

espíritu moderno. Josep Maria Junoy intentó desde el principio introducir en Cataluña las

diferentes formas de vanguardia que concebían en aquellos momentos la poesía y el arte.

Los textos franceses e italianos hablaban ya de las realizaciones de los movimientos

vanguardistas. En España la escasez de revistas dedicadas únicamente al arte de

vanguardia dieron como consecuencia la unión de las artes plásticas a los diversos

grupos literarios y culturales. De esta manera Junoy, al igual que Salvat Papasseit,

intentarán dar una información gráfica y escrita de las alternativas plásticas, a base de

dibujos, grabados y poemas.

Los contactos con el fUturismo y el cubismo eran ya un hecho consumado desde

1909 con la publicación de los manifiestos futuristas y, en 1912, con la Exposición de


494

artistas cubistas en las Galerías Dalmau. Sería, precisamente, a través de esta última

muestra cubista y de sus crónicas cuando muchos de los críticos catalanes acepten el
U
cubismo y, entre ellos, Junoy con sus opiniones en su libro Arte y artistas (1912). A

partir de entonces, los postulados teóricos y prácticos de Junoy llegarán a formar el

numismo, término con el que se han denominado los trabajos del poeta el caligrama, el
-

collage, la escritura cubista y el poema en forma de verso-. Sería, pues, el introductor en

Cataluña de una tendencia cubista literaria que parte de otros poetas como Apollinaire, a

Pierre Reverdy y Pierre Albert Birot.


a
Desde el principio la revista tendrá un inclinación internacionalista, en primer

lugar, sus directores quisieron distribuirla por París, Nueva York y Milán y, en segundo

lugar, recibió el apoyo de Josep Dalmau y sus galerías, que durante los números 2 y 3 fue
a

su centro de distribución y enclave idóneo para nuevas propuestas. Las colaboraciones


a

literarias más importantes van desde el propio Junoy, López Pico, 3V. Foix, y. Solé del
Sojo hasta los extranjeros Tristan Tzara, Pierre Albert Birot o Reverdy. Entre los u,

ilustradores hemos de destacar a Celso Lagar, Pere Ynglada, Joan Miró, Torres García,
u
Gleizes, Ricart, Elena Grunhoff, Charchoune, Burty, etc.

Junoy promoverá el cubismo mediante el caligrama, cuyo ejemplo más —

significativo es “La Oda a Guynemer”, realizada en 1918, tema de Lagar que ya había
u
plasmado en un cuadro en 1917.

Como vemos, de nuevo Celso Lagar se introduce en las medios más estratégicos

de vanguardia para difundir su planismo. Esta vez sería el n0 3 de TroQos, fechado el 1 de a

noviembre de 1917, donde va a colaborar junto a Ynglada y J.M. Junoy. El Poble Catalá

anunciaba la aparición de este tercer número de la segunda serie de la revista: “A anotar de a

a
.495

este número: la continuación del inventario de nuestra joven poesía y una palabra sobre ‘Parade
Junov publica el poema lírico más belio de los que le conocemos. La portada gráfica del número va
cargo de Celso Lagar y ¡‘ere Inglada (34).

Celso Lagar. Composición pianista


(FroQos, Barcelona, 1-11-1917)

El artista presentaba uno de sus dibujos de mayor inspiración fUturista. Esta

composición es muy significativa por dos aspectos; en primer lugar, porque pone de

manifiesto que bajo la directriz fUturista Lagar es capaz de conseguir una visión

simultánea de la misma figura que produce el deseado movimiento fUturista, hasta ahora
.496

sólo experimentado con el desdoblamiento de las cabezas de sus personajes como en

Ensayo de luz por Planos o en el dibujo dedicado a Barradas de la Colección Camps; y,


e
en segundo lugar, se observa una clara intención de manifestar el planismo a través de

dos de sus elementos principales, la rueda y la gran “Z” que sitúa en medio de la figura e

alusiva a sus numerosos zigszags.


a

Nr4
s.. a

Celso Lagar, Dibujo (o. 1916)


(Col. part. Barcelona) e

e
La sensacton de dinamismo se acrecenta- con la multiplicación de piernas y

cabezas, además de la elevación vertical de unos de los brazos así como la flexión en a

dirección contraria del otro. Lagar se habría inspirado en las obras fUturistas de (lino
e
Severini, obras que pudo ver en su viaje a Paiis (1911-1914), principalmente, en sus
e

a
497

bailarinas y danza, como Dinamismo de una bailarina (1912) (Óleo sobre tela, 60 x 40

cm, Civico Museo de Arte Contemporáneo, Colección Jucker, Milán), La danza del oso

en el Maulin Rauge (1913), Mlle Sahari-Djheli en Danza Prohibida (1913), y de Marcel

Duchanip, cuya obra Desnudo bajando por una escalera (1912) había sido expuesta en

las Galerías Dalniau ese mismo año. Igual que Severiní, Lagar quiere concentrar toda la

atención en el aierpo de la figura que danza. Sigue la simplificación de la forma hasta su

planitud en donde sus elementos son rígidas líneas rectas, mientras que algunas curvas

sustituyen la sem~anza de la figura real.

en elMouliniouge (1913), Danza Prohibída (1913)


100 x 73’5 cm) (Carboncillo y pastel 5’5 x 45 cm,
(Georges Pompidou, Paris) Col, par. Roma)
498

La siguiente intervención de Lagar en la revista seria en abril de 1918, a través

del anuncio de su próxima Exposición en las Galerías Layetanas. Incluja esa última hoja
u:
del n0 5 la publicación de otros anuncios como el articulo sobre cubismo de Pierre
Reverdy Les ardoises dii bit con ilustraciones de Georges Braque, el anuncio de la e

novela Phanérogame de Max Jacob, la adaptación catalana de Les mamelles de Tirésias


U
de Apollinaire y las alusiones en las Galenas Layetanas de Rafael Sala y Barradas.

“El senyor Celso Lagar exhibiciona una bella coL lecció dels seus darrers quadres, clívelles de

neguit en la boira macíssa de la mol oixaropada Barcelona” (35).


e

La incorporación de Lagar a estos nuevos ambientes culturales, tanto literarios


como artísticos, muestran la presencia dinámica y la lucha renovadora del artista que le
e

incluyen en las listas de los avanzados vanguardistas. La aparición de Un Enemic del


e
Poble supuso la apertura de una nueva fase literaria que, junto a la capitaneada por José
María Junoy con TroQos, van a luchar por sobrepasar al noucentisme (36) dando un
e
carácter más vanguardista al ambiente cultural catalán donde el futurismo y el cubismo
e

son sus protagonistas. Aunque ambas tuvieron consecuencias diferentes como señala
Francese Miralles, TroQos mostró una tendencia literaria y ligada más a un ‘vanguardismo e

de Salón” (37) mientras que Un Enemic del Poble se comprometió más políticamente y,
e
en el ámbito artístico, no fue tan sólo Torres García quien acaparó toda la atención sino

que también destacaron otros como Celso Lagar y Barradas u’

e
499

VI5.2. ACTUACIONES DE CELSO LAGAR DURANTE 1918

Después de su intervención en las revistas Un Enemic del Pable y Tropas, y de

haber realizado unos viajes a su ciudad natal Ciudad Rodrigo y a Galicia para visitar a

sus padres, Celso Lagar realiza su tercera Exposición en las Galerías Layetanas, desde el

1 al 15 de abril de 1918. Hasta entonces, habían ido surgiendo en Barcelona pequeñas

agrupaciones de jóvenes artistas con un espíritu renovador, Recordemos, por ejemplo, el

nacimiento de Les Arts i els Artistes con su primera muestra, el 30 de abril de 1910, en el

Faian9 Catalá, cuyas propuestas principales frieron la celebración de dos exposiciones

anuales y la creación de un museo contemporáneo (38); recordemos, también, la

vocación de modernidad de revistas mencionadas anteriormente como Revista Nava, La

Revista, VeIl ¡ Nazi, Themis, Un Enemic del Pable o Arc Voltaic en las que si bien no

podemos hallar en su concepción interna una voluntad de asociacionismo como grupo sí

gozan de una acción psicológica mediante la cual unas ideas o imágenes evocan otras

que llegan forman un conjunto con un frente común: la renovación del arte. No hay más

que ojear las páginas de estas publicaciones y su corta periodicidad, en donde la

intervención de sus protagonistas, jóvenes pintores y poetas, capitaneados por sus

directores - José Maria Junoy, Salvat Papasseit, Francesc Pujols, Romá Jorí, etc. -

podrían formar, perfectamente, La Asociación Tropos, la de Un Enemic del Poble o la de

Arc Voltaic; esta última, que como revista tan sólo saco un número (febrero de 1918)
500

proclamaría un intento del proyecto común entre Barradas, Torres García y Salvat
e

Papasseit que éste último, un año después, solidificaría en su libro Pkistícitat del vértie -

e
Formes en emoció ¡ evoluclá Víbracionisme de idees Poemes en ondes hertzianes.
- -

Art Evolució eran los principales postulados de Are Voltaje que para Joaquim
-

Torres García se basaban en un arte que debía estar: “de acuerdo con el curso de la vida. Es
e
por eso que es preciso que nosotros seamos evolucionistas. No podemos admitir nada que no sea

evolución. Este proceso evolutivo sobre nosotros mismos debe realizarse en cada una de nuestras

obras. Nosotros queremosser internacionales. Ser evolucionista no es pertenecer a una escuela; es ser
--

independiente, es combatir con las escuelas... Nuestra divisa debe ser: individualismo, presentismo, U

internacionalismo’ (39).

Sin embargo, una militancia verdaderamente asociacionista se manifestada por

estas fechas en varios grupos, Els Evolucionistes, La Agrupació Courbet, Anñc et les
e
Arts o Nou Anibient. Los orígenes del primero se sitúan en 1915 con la revista Them¡s
a
de Vilanova; la Escuela de Vitanova, como seña denominada por José Maria Junoy
estaba compuesta por Rica.rt (40), Josep Francese Rafols, Rafael Sala, Antoni Candeil,

Joan Cortes, Francesc Elles, Ernest Engiu, Joan Serra, Alfred Sisquella, Eduard Verguez
e
y el escultor Josep Viladomat (41). El segundo, la Agrupació Courbet, nacería poco

después, formado por algunos de los integrantes de Els Evolucionistes como Rafael Sala, e

Enrie C. Ricart y, otros, Francisco Domingo, Joan Miró y Llorens Artigas. Como grupo
e
se encuentra dentro del noucentisme que como movimiento acoge a los lenguajes de

vanguardia; lo que para muchos se redujo la siguiente locución “en un país normal puede e

haber tropas de choque’ (42). Con el tiempo, esta asociación quedada integrada en Les Arts
e

e
501

els Artistes aunque muchos de sus participantes partirían a otros destinos como Miró,

Torres García, Enrie Ricart a Paris o Rafael Sala a Nueva York.

Al mismo tiempo que surgen estas asociaciones se cristalizan sus muestras y,

además, sus protagonistas celebran sus exhibiciones individuales como Joan Miró que

realiza su primera Exposición en las Galerías Dalmau (1918) o Barradas, quien presenta,

por segunda vez, sus obras vibracionistas en marzo de 1918, en las Galerías Layetanas.

Este floreciente contexto cultural de 1918 acogería en el mes de abril las obras de

Celso Lagar y los dibujos y esculturas animalísticas de su esposa, Hortensia Begué. De

nuevo las Galerías Layetanas recibían, por tercera vez, al planismo; ahora, mucho más

radical que nunca. La apadción de estas agrupaciones artísticas así como los nuevos

lenguajes pictóricos, pensemos en el vibracionismo de Barradas por ser el más cercano a

Lagar, dieron la clave para exponer abiertamente su planismo. De hecho, como se puede

observar en el catálogo, sus obras pianistas se manifestaron, claramente, bajo el rótulo

indicativo de Planisme mientras que en ocasiones anteriores sus composiciones,

exceptuando su primera Exposición en Dalmau donde se habló y presentó el planismo,

no tuvieron un título que englobara a sus obras pIanistas sino que se integraban unas y

otras dentro del mismo catálogo, hecho éste que confirma su participación en dos

estéticas, bien diferenciadas, su planismo como método de investigación de vanguardia y

otros lenguajes como su filiación al noucentisme, al fauvismo o al arte primitivo de

Modigliani que, en ocasiones, se fúnden en uno.

En estos momentos será cuando Lagar, atraído por las circunstancias que están

desencadenando una mayor atracción hacia el arte de vanguardia protagonizada por

aquellos jóvenes artistas de la llamada Generación de 1917 (43), considere el momento


502

ideal para el despegue de su escuela pIanista que ante todo cuenta con nombre propio y

con una cierta aceptación por la crítica, a diferencia de los grupos y artistas que

comienzan su aparición en la escena artística barcelonesa. Este despegue vendrá ligado a

su decisión de exponer en Bilbao y Madrid, como centros artísticos de prestigio y,

finalmente, su definitiva marcha a París en 1919.


U

De esta manera, el planismo de Lagar aparecía de nuevo en la barcelonesa calle

de la Granvia, 613. Constituían la muestra 6 obras de Hortensia Begué, 13 obras —

pIanistas, 10 composiciones entre paisajes y bodegones y 9 más, entre aguadas y dibujos;


U

junto a ellas, el acuarelista J. Llaverías, M. Orti, R. Miret, R. Durán, Fors, A. Cardunets

y otros presentaban sus obras, también en las Galerías Layetanas.

Una vez más, el planismo de Lagar seria objeto de numerosos comentarios por U

parte de la crítica. Desde Veil i Non se procedía a calificar sus obras que, divididas en

dos lenguajes, fauvismo y planismo, se incluían dentro de las tendencias modernas: ‘e

“Decidament, En Cels Lagar tot i seguint en la seva teoría planista, no deixa en absolut el e
fauvisme y es plauta en una situació entremig de cada una d ‘aquestes adaptacions d ‘eh, peró amb

moltes i millors condicions que les fins ara Ii haden conegut Els colors vius, v¡vissims, de la seva O

producció que ara té en aquestes Galeries, no són una novehú pels qui 1 ‘hem seguit de prop. Peró són
e
aquesta vegada molt millor aphicats que en les anteriors, i podem citar uns admirables bodegons i el

quadre titolat l4nglet del partí La fantasia deis seus temas desconcerta sovint a 1 ‘espetador no inicUa

en les noves corrents de la pintura moderna” (44).


a

También se hacía referencia a los trabajos de su esposa quien, siguiendo las


‘e

directrices de su marido, presentaba unos dibujos y esculturas bajo leves inspiraciones


e
simplicistas y primitivistas (45). Otros diarios catalanes como la Gaceta de Cataluña o
e

e
503

El Liberal se apresuraban a indicar las mismas tendencias en el arte lagariano y su

evolución en ambos lenguajes:

Se nos presenta ahora mejor documentado, más claro de paleta y sobre todo más personaL

alegando anteriores influencias francesas, como paisajista nos interesa más que antes, pues ve

claramente los valores y da cierta emoción al conjunto. Además expone varias telas cubistas y que a

nosotros nos parecen ensayos nada más, alguna vez din ase es un ‘pompier’ dentro de lo suyo, pues

vemos dibujos que nada tienen que ver con la orientación del resto de las obras” (46).

Antonio Vallescá, desde El Liberal, otorgaba al artista un marcado carácter de

modernidad en su evolución pIanista, lenguaje que consideraba no como una tendencia

artística sino, más bien, como experimentos aislados que por su concepción tienden al

arte de investigación. De esta manera, como la mayoría de la crítica noucentista

preservaba, una vez más, a dicho movimiento que a pesar de aceptar las tendencias de

vanguardia, cubismo y fúturismo, rechazaban aquellas propuestas en las que no existiera

una expresión de sentimiento y armonía y, por lo tanto, tendieran hacia el llamado “arte

cerebral” o a la abstracción:

Celso Lagar es uno de los artistas modernos que con mayor largueza concierta veleidad a la

conquista de lo desconocido.., invade el conceptismo pictórico y aspira a crear una nueva tendencia

que él domina planismno, enfrente o paralelamente al cubismo. A esto ha dedicado fogosamente su

reciente actividady a esto ha concedido la mayor importancia de su actual exposición. No sería fácil

determinar hasta qué punto el éxito obtenido en esta nueva modalidad ha correspondido al que antes

alcanzó, y al esfuerzo empleado en conseguir ambos resultados.

Este nuevo punto de vista que Lagar distingue con el nombre de planismo como antes el

futurismo, después el cubismo y también desde hace algún tiempo el biologismo de Torres García, no

pueden ser estilos, más bien maneras debiera decirse, que puedan despertar emoción alguna en el
504

espectador, no que dejen traslucir la que el artista haya experimentado. Unicamenze pueden ser

apreciados como producciones imaginativas que tienden al cientifismo desprovisto por completo de la

ternura y el sentimiento~~ (47). e

Joaquim Folguera, bajo el seudónimo Eduard M. Puig, quien como vimos se

había formado en los postulados noucentistas de Eugenio d’Ors, evolucionada hacia los a

movimientos de vanguardia y se refería a la muestra de Lagar desde el mismo punto de


e
vista que todos los críticos anteriores, pero denominando a las tendencias lagarianas

como “pintura formaL objetiva y acabada” y “pintura intelectual, vibracionista, estructurada por

planos ‘. Se trataba de las mismas definiciones que había dado, con anterioridad, en su
e
crónica a la Exposición de Lagar en las Galerías Layetanas en 1916, y de las cuales
U

parecen derivar las de los otros críticos:


“Estos dos movimientos son en realidad incompatib les si el pintor es colocado en una posición
e
de buena fe ideológica, de sinceridad intelectuaL Son los dos instintos capitales que han completado el

movimiento pictórico francés de inicios del siglo: el instinto directo a la cabeza de la estructura ‘e

presidida par Cézanne coronada por Picasso, y se ha de decir por Sunyer; y el instinto indirecto a la
e
cabeza de la estructura también por los caminos alucinantes de un impresionismo a la manera

constructora, no ya por matices sino por planos o por reflejos o por vi braciones” (48).

Sin embargo, en esta crítica se puede apreciar cómo durante estas fechas, es decir

en los años 1916,1917 y 1918, existió un trabajo en común o si se prefiere una visión e

artística conjunta entre Barradas, Torres García y Lagar, como demuestra el hecho que
e
se designe a la corriente subjetiva, es decir, a la de investigación lagariana como

vibracionista o, al contrado, la denominación de obras barradianas como pianistas, y no - a

a-
505

nos referimos ala señalada por Manuel Abril en 1923, cuestión de la que hablaremos más

tarde sino en su participación en las Galerías Dalmau con el grupo Els Evolucionistes el
-

1 de marzo de 1918, donde apane de Barradas participa Miró.

Poco después, el 11 de mayo se inaugura en Barcelona la Exposición de Arte de

1918 en el Palacio de Bellas Artes. La nota más novedosa de la muestra era el nuevo

reglamento, en el que se había suprimido el Jurado de Admisión, lo que provocó, a

diferencia de las exposiciones nacionales de Bellas Artes, la admisión de toda clase de

artistas. Los artistas se distribuyeron por las salas en agrupaciones artísticas: el Real

Circulo Artístico, el Circulo de Sant Lluc, la Sociedad Artística y Literaria de Cataluña,

Les Arts i els Artistes, la Asociación de Arquitectos, el Foment de Les Arts Decoratives

y otras asociaciones dedicadas a las artes aplicadas, además de algún artista

independiente” (49). La prensa recogería el evento como una muestra del ambiente

cultural tan variado que vivía, por aquel entonces, la sociedad catalana: “La nota más

curiosa de la actual exposición es su extraordinaria variedad Florecen en Barcelona todas las

escuelas, hallan entre nuestros artistas campo abonado todas las tendencias, todas las audacias, todas

las tentativas. Al lodo de las obras más respetuosas con los viejos cánones establecidos al lado de las

más académicas y más prudentemente morigeradas, hallamos las producciones más iconoclastas, más

atrevidas, más arbitrarias, desde el cubismo alfuturismo y al sensacionismo’ (50).

De todas estas agrupaciones, la sala de Les Arts i els Artistes iba a destacar entre

las demás por sus participantes que, como publicaban los diarios, iban “a la vanguardia del

movimiento renovador de la pintura y de la escultura moderna. Son los modernistas, los

revolucionarios, los iconoclastas, enemigos de toda tradición y de todo orden establecido” (51).
506

Dentro de esta asociación se encontraban Josep Aragay, Rafael Benet, Ricard Canais,

Doménec Caríes, Joan Colom, Benin Damn, Sebastia Junyer-Vidal, Isidre Nonelí, Ivo
e
Pascual, MP. Saudiumenge, Joan Serra, Joaquim Sunyer, Francesc Vayreda, Bonet,

Enric Casanovas, Josep Claré, Pau Gargallo, Manuel Hugué, el francés Robert Delaunay,

el vasco Francisco Iturrino y Celso Lagar (52).


U

Otra de las salas más destacadas fUe la de la Agmpación Courbet formada por

cinco pintores Joan Miró, Enrie Pican, Rafael Sala, Francese Domingo, María Espinal y —

el arquitecto Rafols que junto a algunos de los integrantes de Les Arts i els Artistes
e
como Sunyer, Enrie Casanovas, Francés Vayreda, Josép Ciará... formaban parte det

lenguaje estructuralista y cezanniano que se había impuesto en Cataluña representando el

sector más moderno. Serán, precisamente, estas mismas agrupaciones las que

sobresalgan por sus artistas de avanzadilla. Entre ellos Miró con tres obras Naturaleza -

a
muerta, Retrato de Her¡bert Cassany y Retrato del señor Sunyer -, Roben Delaunay con

18 obras, Barradas con dos, Torres García con la decoración de un plafón de la —,

Diputación y Celso Lagar una sola obra, con el n0 672, titulada Me de la que se dijo que
a,
poseía “dos grandes defectos: un desnivel de perspectivas imperdonable y una estructura de carnes

muy defectuosa. De otro modo usa un color azul de una falta de sensibilidad elocuente’ (53). ‘e

La apreciación de estas escuelas de vanguardia fUeron consideradas por algunos


e,
críticos como las tendencias artísticas más actuales del contexto español que participaban

dentro de una exposición oficial, conviertiéndola por ello en la más independiente de ‘e

Europa.

“Nuestra educación es académica, en general, y sin discutir la bondad de esta educación

escolástica ha hecho dificultosa la apreciación de muchas otras escuelas. No obstante esta obra befada,

esta obra quefue la piedra del escándalo contra un movimiento que tiene mucho vigor si el visitanto la
e

a
507

compara con la de Celso Lagar o con la de Iturrino, con la del cubista Barradas o con la del fauve

A/irá, la encontrará ciertamente más de acuerdo con su receptabilidad. Y eso no sólo por su valor

superior al de los artistas con los que se compara sino por la costumbre, factor importante en materia

de arte. Por eso el arte para ser apreciado necesita una educación, un contacto y una observación de

las nuevas modalidades que van apareciendo. y en la búsqueda de los valores y de la idealidad que

cada uno lleva en si. ivfodest Urgelí presenta una pintura del s. XJXy Miró. elfauve de última hora, en

el otro extremo. Trazan un ciclo de nuestra Historia de Arte, lleno de agitaciones e ideales que está,

pese a algunas lagunas, resumido en nuestra Exposición de Arte, la más liberal de las Exposiciones

oficiales de Europa” (54).

Después de su muestra en las Galerías Layetanas y su participación en la

Exposición de Arte en el Palacio de Bellas Artes de Barcelona, la prensa anunciaba la

marcha de Celso Lagar a Bilbao (55). Sin embargo antes de pasar a su etapa por tierras

vascas detengámonos en las obras que exhibió en las Galerías Layetanas. Estas

presentaban de una forma masiva lo que hoy en día forma el pequeño compendio de las

composiciones pIanistas lagarianas. Bajo el titulo Planisme, el artista presentaba 13 obras

que iban del n0 7 al n0 19 empezando por Reflex en forma cónica, Raid-Gynemer-Somme


Alsace, Angle del Pon, Cap i paísatge, Les barraques, Lafont, Nú, Nú, Mov¡ment en

plánols, Reflex d’espell, Bodegom, Bodegom, Bodegom y Elfruitier. Entre sus paisajes

y bodegones presentó El pont- C¡utat Rodrigo, Paisatge de Galicia, Pa¡atge del

Pirineu, El carrer d’ Aragó, Gá ‘ti Tunis, Esgíesia de Valívidrera, Interior, Flors, El

fruiter ro¡g y El Pot del gos; además de aguadas y dibujos: Cap de velí, Estudi de rétrat,

D¡bu¡x a la ploma, Ná, Pa¡satge de Girona, Paísatge de Sant Daniel, Fruiter, Cap y

Alá.
508

Menos representativo de este planismo de formas estructuradas por planos —

angulosos, destaca la portada del catálogo, en donde Lagar representa a un figura


e
femenina sentada que servirá de base para un grabado en madera, publicado en La

Esfera, en 1919. De nuevo bajo la inspiración de Modigliani, el artista recuerda los

rasgos de primitivismo de La figura, la simplificación de su rostro reducido, a unas lineas


U

que muestran ojos, cejas y nariz; su vientre, por ~emplo, estructurado geométricamente

en un círculo, así como la posición de manos y brazos derivados de las cariátides e

sentadas con piernas cruzadas a la turca sobre un pedestal en un decorado de cirios


a

encendidos (Cat 49-50, Lápiz graso, 42’8 x 26’5 cm, Colección Paul Alexandre)
e

sustituido ahora por flores y hojas.


— ‘.~‘ e,

EX P 081030
CELS LAGAR
tsct&nhftKS 1 OIUIJtXO ANIMAUSTIS DL e
HORTANSE mUGUÉ

e
GALERÍn LAETANBSC Ornvt. 6Ut BARCELONA ‘

vai a.iuWaUuLos 1.w.,. -

Portada del catálogo de la Exposición Celso Lagar y Hortensia Begué en las Galerías a

Layetanas (1918)
e

e
509

Reflex en forma cónica (56).

El artista sigue el mismo esquema compositivo de otras obras como Maternidad

(1917) o Ensayo de luz por planos (1916) en donde presenta una figura sentada ante una

mesa con objetos y tras ellos otro escenario, una ventana y tres figuras. A grosso modo

el análisis de la obra se podría resumir, como su nombre indica, la reflejo de la luz en

forma cónica sobre figuras y el estudio de sus elementos.

Reflex enfonna cónica


(Óleo sobre lienzo, 99 x 69 cm, paradero desconocido)

Sin embargo, existen componentes que aluden a otros lenguajes artísticos. En primer

lugar, volvemos a apreciar una de los rasgos fUturistas, aparte de la fUerza con que se

distribuyen los planos en forma cónica dando un gran dinamismo a la composición,


510

destaca el desdoblamiento de la cara de la figura. En segundo lugar, sobresalen las tres


u

figuras que enmarcan la ventana, derivadas de las composiciones de Robert Delaunay,


a
quien en 1912 había comenzado el “periodo destructivo”, calificativo con el que él

mismo denominó a sus cuadros de Villas y Tours Eiffel. Será en ese mismo año cuando e

presente en los Independientes Ciudad de Paris con el tema de las Tres Gracias (57), en
a.
donde a diferencia del cubismo reconoce la luz como principal protagonista que destruye

las formas y cuya inmediata consecuencia es la preponderancia de los volúmenes. a

e,

e,

a
R. Delaunay, Ciudad de Paris A. Lhote, Las tres gracias (1912)
(Óleo sobre lienzo, 2’50 x 4 m, (Óleo sobre lienzo, 1’77 x 1 ‘46 cm)
a
Museo de Arte Moderno, Paris)

a
Del mismo modo, Lagar analiza los espacios a través de la luz y busca una

síntesis mediante ellos. También podemos señalar como afin las Tres Gracias de André a

u
Sn

Lhote del año 1912. Y, en tercer lugar, destacan algunos de los elementos de su

planismo. Entre ellos, sobresalen los planos angulosos en forma cónica o en otras

estructuras geométricas como círculos o rectángulos; la existencia de un espacio en

damero, el estudio del bodegón o la permanencia de los colores fliertes del fauvismo,

aplicados por el artista en su tono más puro, directamente del tubo a la tela.

Raid-Cn¿ynemer-Somme Alsace (Dedicado a JMJunoy) hoy en día se conoce

como Homenaje a Guynemer. El primer estudio sobre este cuadro fUe realizado por

Narciso Alba en 1983 (58) del que, respetando su trabajo, sentimos disentir en casi todo.

En primer lugar, creemos que el cuadro fUe pintado en Barcelona y no en Pads como

argumenta Narciso Alba y, en segundo lugar, aparte de los datos que ofrece sobre la

historia del aviador Guynemer, no resuelve ninguna de las problemáticas artisticas que

Celso Lagar quiso expresar con este cuadro.

La composición iba dirigida con especial atención al poeta Josep María Junoy,

autor del caligrama Guynemer, aparecido en la revista Iberia en octubre de 1917 del que,

posteriormente, hizo una interpretación francesa, publicada por Antoni López en 1918

(59) que mandará a Guillaume Apollinaire, quien a su vez le envia una postal, cuyo texto

reproducia Junoy en el prólogo de su libro Poetnes i cal. ¡¡granes (1920). La relación de

Junoy con la vanguardia comienza en fechas muy tempranas, pensemos que 1912 escribe

Arte & Artistas y colabora en el diario La Publicidad o en la mencionada revista Iberia.

Sus actividades de vanguardia reflejadas en TroQos, en dibujos y prosas se van a exponer

en cuatro formas, las mencionadas con anterioridad: el caligraina, el collage, la escritura

cubista y el poema. De todas estas nos interesa el caligrama como definición plástica de
512

un texto. Oda a Guymener, caligrama estudiado por Joaquim Molas (60) en el que Junoy
e
describe la caída del avión del héroe francés, Guynemer. Bajo una inspiración fUturista, el

poeta alude a la máquina, a las ametralladoras alemanas que plagan con sus balas el cielo e

de Francia y a la muerte del aviador.


U

e,

y
U

U.

e,

e
Raid-Guynemer-Somme Alsace (Dedicado a JMJunoy) (1917)
(Óleo sobre lienzo, 70 x 80 cm, Col. par. Barcelona). e

e
Cronológicamente este caiigrama es anterior al cuadro de Lagar que, presentado

en las Galerías Layetanas en abril de 1918, muestra cómo el avión de Guynemer a

sobrevuela los principales puntos de su ofensiva, Somme, Haute y Alsace durante la


a

e,
513

guerra europea. La muerte del aviador se produjo el 11 de septiembre de 1917, dato que

prueba la anterioridad de dichas obras. Las repercusiones de su muerte no se hicieron

esperar, en Barcelona llega a realizarse un homenaje en su honor organizado por el Foyer

Fran~ais (61) y en Madrid se recoge la trágica noticia (62). Los temas de ambas

composiciones se relacionan entre sí; el primero, señala la muerte del aviador y, el

segundo presentándonos los lugares de combate más habituales de Guynemer nos

muestra el avión que aún sobrevuela el cielo de Francia, acompañado de una estrella

como si simbolizara para siempre su recuerdo. Debemos detenemos, precisamente, en la

intención de ambos artistas.


¼-. ‘.4

A
4—.

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1
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e

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44

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—— 3 •1’’~

•a”.
2’ 4-. .4 4. .

J M. Junoy, Oda a Gynemer (“Cid de France”)


514

Junoy sitúa la acción de la caida del aviador mediante letras, la central en forma

de “5” mientras que, el segundo, describe la situación del héroe francés que rodeado por
a
cuatro nombres, tres de ciudades y el suyo. En ambos existe una vocación fUturista. En

Lagar se manifiesta en sus elementos pIanistas, palabras, números y planos que dan

sensación de movimiento y en Junoy será el calígrama, la colocación de sus palabras y su


a
significado en los principales argumentos fUturistas. Sin embargo, queda por determinar

si el caligrama de Junoy es el precedente del cuadro de Lagar. Su dedicatoria parece

indicar no sólo la existencia de una amistad, confirmada sobre todo en la expresión:


a
“Salamanca - Montparnasse: exposición -ómnibus- Celso Lagar, Galerías Layetanas, pintor genuino”

(63), sino también la inclinación hacia los mismos temas de investigación, el fUturismo y

el cubismo, nosotros pensamos que Lagar se inspiró en el caligrama de Junoy y de ahí su


U

dedicatoria en versión pIanista.


a’

Angle del Port


e
Actualmente, el cuadro se encuentra en paradero desconocido, tan sólo gracias a
e
las ilustraciones de la época podemos conocer algunos datos sobre él (64). La visión que
nos ofrece Lagar de un ángulo del puerto barcelonés es una interpretación objetiva dc su
a
arte. Las formas aunque no pierden su composición original, en ocasiones se estructuran
m
en formas geométricas planas. Existe una complicidad explícita, por parte del artista,
dejando entrever su planismo, su pintura subjetiva de investigación, con la otra como si

se tratara de un enfrentamiento entre ambas Lagar distribuye su planismo por las cuatro
a
aristas del cuadro, las dos superiores formadas por pequeños planos angulosos de

colores fauvistas naranjas, amarillos y blancos y, las dos inferiores, constituidas por
- - e

U.
515

amplios planos geométricos que dan apertura a una superficie lisa azul donde se

encuentran las barcas, barcas que nos recuerdan a las de los fauves Dufr o Albert

Marquet. También se advienen otros elementos pIanistas como la aparición de medas,

letras y números; será el precedente para realizar el verdadero análisis pIanista de la

forma sobre el ángulo de un puerto. Lo realizaría tras abandonar Barcelona y durante su

estancia bilbaína en 1918- 1919, bajo el titulo Puerto de Bilbao y del que hablaremos

más adelante.

Angle delPort
(VeIl i Noii, Barcelona, 154-1918)

Cap ¡ paisalge

Comentada por Narciso Alba (65) en el catálogo a la Exposición Antológica

sobre Celso Lagar que, recientemente, se ha celebrado en Salamanca (1997), éste la

denomina Composición con cabezas femeninas y la fecha entre 1917 y 1918. No

estamos de acuerdo con él cuando señala, en primer lugar, la escasez de obras pIanistas,

que como estamos viendo no fUe tal y, en segundo lugar, la afirmación de Narciso Alba

sobre la existencia del planismo como término que tan sólo aparece en las revistas de los
516

años 20, cuando desde 1915 fue centro de investigación del artista y el primer ismo de la
0

vanguardia española.

Otra vez en esta obra podemos observar las influencias del futurismo y el e
cubismo. Sumido en la problemática que había enfrentado a los fUturistas contra las
U

teorías cubistas por su ausencia de movimiento, Lagar lo intenta representar a través de


a
su personal lenguaje. Por un lado, observamos la cara de una muchacha fragmentada o
seccionada como la de los cubistas pero que siguiendo la desarticulación dinámica de los

fUturistas, a partir de la utilización del color de los divisionistas o puntillistas llegaron,


a
incluso, a coincidir o rivalizar, en ocasiones, con los orfistas; dicho movimiento fUturista

sería considerado por Apollinaire como una variante del orfismo. e

1 e,

a
Cap ¿ pazsatge (1918)
(Oleo sobre lienzo, 33 x 25 cm, Col. pan. Valencia)
a

La utilización de la luz así como el estudio de sus reflejos, los colores, los e

volúmenes y lineas dan el ritmo dinámico a la mitad de la composición, que se aproxima


a
en el intento rip qíotpqiq ns pctnc lanrnaaj~ a obras de Picasso como Estudio de Cabeza
e

e
para Desnudo con pañería, (1907, Óleo sobre tela, 55 x 46 cm) o la de Gino Severii

Retrato de Paul Fort (1913, Papier collé y carboncillo, 48 x 63 cm, Colección Gina

Severiní).

Les barraques

Este cuadro aparece en los últimos catálogos publicados sobre el artista (66) bajo

el titulo La feria y fechado en 1912 aunque creemos que se trata del n0 II del catálogo
presentado en las Galerías Layetanas, en abril de 1918 con el titulo Les barraques. Lagar

nos muestra algunos de los elementos de su planismo más exagerado y sintetizado,

formas angulosas que se combinan con las circulares creando inquietud en el ambiente,

fuertes colores del mundo fauve asi como amplias zonas planas que van a dar al maz

mientras tres figuras se encuentran en la orilla.

y
‘-4.
ates narraques

(Óleo sobre lienzo, 25’5 x 33 cm, Col. Kalman, Londres)


518

e,

Lafont
e
Reproducida por primera vez en el catálogo sobre Ultraísmo y las artes

plásticas, por el IVAM en 1996, se la denominó “Sin título” y entre paréntesis Mujeres U

en lafuente. Lafont es una visión más de la síntesis de lenguajes aprendidos en París. Se

trata de una de las aproximaciones al simultaneísmo de los Delaunay que también pudo
U
ver en la Península e, incluso, al coincidir con el propio Roben Delaunay en mayo de

1918, en la asociación de Les Arts 1 els Artistes. u


t—rW7— — — —

~
U

e,

e,

a
La fon:
(Óleo sobre papel, 24’5 x 30’5 cm, Col. pan. Valencia)
e

El orfismo y la simultaneísmo de los Delaunay partía, en otras, De la ley del

contraste simultáneo de los colores de teóricos como Chevreul y del estudio del color de
e
las obras neoiinpresionistas de Seurat, Signac y (¡ross quienes afirmaban que de las

relaciones entre los colores se producía el movimiento y el ritmo. El simultaneísmo de e,

Roben Delaunay que pudo ver en el Salón de Otoño o en los Independientes de París
a
durante su estancia parisina, así como la publicación en enero de 1913 del poema La

e-
519

prose du transsibérien et de la petite Jehanne de France (67) ilustrado por la esposa de

Robert, Sonia Delaunay; además, en este año, en el Salón de Independientes exhiben sus

obras los sincromistas Bruce, Frost, M.Russell y M. Wright, se exponen Las ventanas de

Robert Delaunay,

Lagar ha estructurado su composición en amplios planos geométricos y rígidos,

sobre ella distribuye a cuatro figuras que portan cántaros de agua. El efecto de luz sobre

las figuras las ha inmovilizado y tan sólo el ritmo de los planos y dentro de éstos sus

colores producen el movimiento. Bajo el influjo del planismo se van a realizar obras de

los artistas Pancho Cossio y Antonio de Guezala de las que hablaremos en otro apartado.

Bodegom

‘. te.

Bodegom
(Col. pan. Madrid)
520

Esta obra cuyo paradero se desconoce, parece muy próxima al óleo Reflejo en
*

forma cónica cuyo bodegón presenta semejante organización espacial. El interés por la

luz, el color y la forma geométrica llevan a Lagar hacia una estructura pIanista con base

futurista, en donde los objetos el jarrón y las manzanas aún conservan su forma real
- -
a
siendo la disposición espacial la que se sirve de números y líneas rectas y curvas para
a
constituir pequeños planos geométricos con fines dinámicos.
e

El resto de las obras pIanistas no han sido localizadas y en cuanto a los paisajes,
e
bodegones, aguadas y dibujos, tan sólo un Desnudofemenino fue publicado en la revista

Vel! ¡ Noii, el 15 de abril de 1918; respecto a las obras de su esposa Hortensia Begué, e

también llegaron a ilustrarse algunas de sus esculturas como Ors en la misma revista.

a
U,

mt
4-

(4~t~ -
1’
Ar e

Desnudofemeníno
e
(Vellí Noii, Barcelona, 154-1918

a,

e
521

VIÓ. EL PLANISMO Y LA RENOVACIIÓN ARTíSTICA DE BILBAO

El vínculo que habia llevado a Celso Lagar a tierras vascas se remontaba a mayo

de 1917 cuando en su segunda Exposición en las Galerías Layetanas coincidió con

Francisco Iturrino. Tan sólo un contacto más con este artista marcaría su definitiva

marcha a Bilbao. Fue en la Exposición de Arte de 1918, a través de la Asociación de Les

Arts i els Artistes donde Celso Lagar e Iturrino exhibían sus obras junto a otro

protagonista para el arte vasco, Roben Delaunay.

Por estas fechas el ambiente cultural bilbaíno mostraba una aceptación de la

modernidad muy diferente de la que había podido recibir Lagar en 1917 en la capital

madrileña. Pero esta situación se remonta a finales del siglo XIX. Como ya se ha dicho

las primeras manifestaciones de un despertar socio-cultural en tierras vascas hablan

comenzado con la primera generación de pintores vascos, Guinea y Seguí, Ignacio

Zuloaga, José Echenagusía, Adolfo Guiard, el asturiano Darío de Regoyos, el escultor

Durrio, Francisco Iturrino, etc. Todos ellos viajaron por Europa percibiendo numerosas

influencias que se verían reflejadas en el arte vasco. Las siguientes generaciones se verían

ennquecidas por estas notas pictóricas que constituirán uno de los debates más

interesantes de la época. Sin embargo, éste es un debate que ya ha sido analizado en el

capitulo sobre la recepción del arte vasco en Madrid y, por ello, detendremos en la

aparición de un lenguaje ultramodernista, el planismo, en Bilbao.

Durante el primer cuarto de s. XX, el arte vasco se iría difUndiendo por Madrid y

Barcelona a través de las exhibiciones individuales de estos artistas; además, la

Asociación de Artistas Vascos, nacida en 1911, sería el órgano motriz de su expansión,


522

quien en noviembre de 1916 lanzaría su primera muestra en le Retiro madrileño, y más

tarde, en Barcelona, en las Galerías Layetanas durante tos meses de diciembre dc 1916 y
*
enero de 1917

La Asociación de Artistas Vascos como muchas otras catalanas, entre ellas, Les a

Arts i els Artistes se había convertido, por su capacidad de aceptación del arte moderno,
e
en el medio más eficaz para los jóvenes artistas de vanguardia. Estas agrupaciones fUeron

las elegidas por Celso Lagar para sus exhibiciones no sólo por sus miras a introducirse en 0

un mercado artistico o por la imposibilidad de hacerlo en los salones municipales, sino


e
porque se situaban en lugares de provilegio cultural donde se había producido o estaba

produciendo la misma renovación artística que él proclamaba en su arte. U

Por aquel entonces Bilbao reivindica un arte puramente vasco paralelo a los U

dictámenes que hacía Eugenio d’Ors con su noucentisme en Cataluña; para uno de sus
a
defensores, Jaime Brossa, el País Vasco había “dejado de ser lo que era treinta años atrás...
existe pues, un modo Vasco de concebir la literatura y las bellas artes. fis un hecho cierto que las

escuelas modernas han entrado en los paises ibéricos por Vasconia y Cataluña. Pero al penetrar en

ambos paises se convierten en corrientes de adaptación: la primera, fusionando métodos modernos con a

los de la pintura clásica española; la segunda, haciendo servir la pi nturafrancesa por provocar un arte
e
nuevo que sea expresión del alma mediterránea” (68).

En enero de 1917 había nacido la revista Hermes, publicación que se encargaría


e
de extender los ideales de la cultura vasca, que desde su fUndación comenzaba a ser “un

brazo que levanta en alto la espada ideal, y busca la lucha nueva, la lucha europea por la difusión de U

las ideas y por la integración viva del pensamiento y de la cultura del un pueblo’ (69)
e

92
523

Con este plantel cultural, Bilbao se había convertido en un centro estratégico para

organizar exhibiciones de arte que por su carácter comercial, algunos críticos, como T.

Mendive, prevenian del aumento de éstas: “Desde hace ya muchos dias la Prensa tiene que

ocuparse diariamente de alguna exposición de pinturas... - ¡Ah, Bilbao! - dirán los pintores Allí hay
-

afición, alli ¡mv sentido artistico: allí, en fin, hay dinero... Hace unos años, una de estas exposiciones

pasaba desapercibida. La pintura era un negocio ruinoso... Se ha conseguido tocar la sensibilidad de

las gentes. se ha llegado a un estado que no podía soñarse; se ha llegado a hacer de Bilbao un centro

de pintura (70).

Sería, precisamente, este requisito el que atrajo a Celso Lagar en su peregrinación

a tierras bilbaínas. Este recién nacido centro artístico en vías de desarrollo era el lugar

idóneo para la presentación, por primera vez, del planismo en el País Vasco y qué mejor

lugar que la propia Asociación de Artistas Vascos. Al planismo se le recibió como una

novedad artistica dentro de los lenguajes cubistas y fUturistas pese a lo cual se prefirieron

obras más conservadores como paisajes, bodegones, figuras y dibujos:

‘Celso Lagar ofrece al público la novedad de un estilo pictórico que en Bilbao no ha sido

expuesto: el ‘planísmo’, que es una derivación del ‘cubismo, de la escuela futurista’, de la que fue

paladín Marinetti, de aquella escuela que en París tuvo la virtud de soliviantar a la crítica y a los

profesionales librándose entre los neófitos del ‘futurismo ‘y los conservadores importantes batallas que

señalar Entonces, los revolucionarios del arte no consiguieron imponer sus teorías, ni convencer a la

crítica ni al público, acaso porque el futurismo’, como ya lo dice la palabra, era para las generaciones

futuras, que naturalmente no han llegado aún, pues esa parte de la obra de Lagar, aunque no sea

‘clásicamente’ futurista, sino más bien una aplicación personal, ha escandalizado, ha asustado a

muchos que no transigen con este estilo extraordinario yfuera de toda clasificación.

No se crea, no obstante, que Celso Lagar dedica su talento exclusivamente al ‘planismo’. Esto

debe ser en él un devaneo que se permite para desenvolver con toda amplitud sus grandesfacultades de

colorista Sin duda, no piensa en la venta, sobre todo en España, cuando pinta esas extravagantes
a’
524

genialidades, pues Celso Lagar sabe de sobra que en España, en este aspecto artístico, las gentes
u
conservan puro todo su pudor y toda su castidad artística. Por timidez y por respecto a las buenas

costumbres en pintura, el público no se atrevería a llevar uno de estos planos’, que, repetimos

denuncian en su autor un colorista notable.

Pero no es para indignarse ni para pedir la cabeza castellana de Lagar, sobre todo aqui en 9

Bilbao, donde la cédula de ‘planismo’ ni futurismo’~ sino con el nombre general de arte, se han visto
e
cuadros semejantes a éstos, si prescindimos del color “(71).

La proximidad de esta Exposición con la de las Galerías Layetanas en abril de


9
1918 nos hace pensar que la mayoría de las obras presentadas fueron las mismas. Como

vimos con anterioridad, la síntesis a la que había llegado su planismo fue motivo de duras e

criticas, las mismas que iba a recibir, ahora, en Bilbao. Aparte, del breve comentario de
U

Xenius (72) que ocupaba parte de la presentación del prólogo del catálogo en que se

predecía un estilo constructivo derivado de Cézanne, los juicios hacia el planismo U-

lagariano fUeron de una incomprensión total (73).

La nueva escuela pIanista no presentaba ninguna continuidad hacia la tradición


a
artística occidental. Pero, lo más importante, era el conocimiento evolutivo de arte

lagariano. Enrabiri, critico de Tarde, evaluaba los cambios que había sufrido su pintura

desde sus comienzos en Barcelona; ahora se había vuelto más hermética, sintética, plana
e
y simplificada y, de seguir así, le conduciría a una pintura de abstracción, a un “arte

cerebral” como había denominado, con anterioridad, la crítica barcelonesa. No sólo la e

crítica vasca y catalana habían reparado en estos debates sino que también hemos de
U

sumar la madrileña, que ante sus exposiciones de vanguardia como las de los artistas

polacos advertían la muerte del arte. Se trata, en definitiva, de la continuidad del mismo e

e
525

debate que mantenían los sectores más académicos de Europa a los que venían a sumarse

los de la Península:

- ‘Nuestro acompañante, nacido y criado en Begoña, se quedó un poco perplejo ante la

moderna escuela pIanista, cultivada con tanto éxito por don Celso Lagar, y creyendo que yo pudiera
iluminar/e en media del laberinto en que se había metido inopinadamente, me interrogó:

-¿Pero este arte es tan hermético y esotérico que no encuentro yo quien me lo explique

objetiva y subjetivamente en forma asequible ami comprensión?...

- ¿ Cómo me explica usted el planismo de don Celso Lagar, natural de Salamanca?

-Mire usted: el planismo de don Cesar debe explicárselo a usted el interesado, si es que le

corre prisa. Yo tengo que observarlo bien antes. Tengo que estudiarlo y meditar sobre si es una

superchería o una aspiración ideológica digna de aprecio. Eso de aparecer un poco revolucionario y
anticlási ca, escondiendo nuestra propia brutalidad en unos cuantos tópicos sin valor y en unas cuantas

frases de mero artificio retórico, no es propio de los que nos encontramos en el retorno de todos los

viajes por el vano país de la quimera...” (74).

Su estancia en Bilbao no fUe un mero acontecimiento reducido a su Exposición

sino que se integró de lleno en la intectualidad vasca (75) participando, en ocasiones, en

banquetes como el brindado al caricaturista catalán Luis Bagaría. Sus organizadores,

Antonio Bandrés y Aurelio Arteta, lo celebraron en el restaurant El Amparo, el 8 de

octubre dc 1918, asistiendo artistas y escritores como Eugenio Leal, Gregorio Martínez

Sierra, Félix Aquero, Estanislao Aguirre, Arcadio Corcuera, Isidoro Guinea, Ignacio

Seguola, Arturo Galiano, Nilo Ortiz, Emilio Padró, Félix Ortiz, Raimundo Moreno,

Ramón Villaamil, Valentin Dueñas, Ricardo Arrúe, Pedro Guimón, Fernando Villabaso,

Diógenes Equileor, Guillermo Villaamil, Quintín de Torre, Nemesio Sobrevila, Siro F. de

la Retana, además de algunos personajes que no pudieron asistir pero si quisieron


326

mostrar su adhesión, como Ignacio Zuloaga, Alejandro de la Sota, Mario de Arana,


a’

Francisco de Villanueva, director de El Liberal, Luis Araquistáin, la Redacción de

España, Indalecio Prieto, Saturnino Lafarga o Julián de Tellaeche (76).

Después de esta muestra pública en Bilbao, Lagar se traslada de nuevo a Madrid,

donde permanece hasta su próxima intervención en tierras vascas, exponiendo en el

Ateneo madrileño. Seria en abril de 1919, cuando intervenga de nuevo en el movimiento

artístico de Bilbao, a través de la Asociación de Artistas Vascos. Entretanto, el

desarrollo socio-cultural del País Vasco proseguía una etapa evolutiva que para algunos
e
críticos, como José Iribarne, el aumento de estas exposiciones individuales de carácter

moderno provocaba una critica adulterada ante la falta de una educación artística: e
<‘Ante la profusión de exposiciones que se vienen celebrando en Bilbao, algunos señores han
e
torcido el gesto y han ahuecado después la voz, advirtiendo a los indígenas que no se deben regocijar

por el suceso, pues estas exhibiciones carecen de verdadero sentido educador, si no hay una crítica que

sepa ponderar el valor de las mismas... es de lamentar que los cronistas no se hallen documentados en

los procedimientos técnicos para poder determinar debidamente la clase de pintura que tienen delante

de los ojos, fijando bien su cualidad y su calidad, pues, del otro modo, vendremos a parar siempre al
e
comentario plebeyo, al impresionismo de hombre indocto en la materia, quien por haber leído a

Cicerón y asistido a las representaciones del drama de Ibsen vertidos al castellano, sienten dentro de
a
sus toda la fuerza que dan la audacia y la osadía, y se lanza con ellas,... sin escuchar esa voz misteriosa

y justiciera, inflexible y tenaz, que nos denuncio todos los días a un hombre ridiculo que había O

levantado su torrecilla sobre la movediza arena: tópicos y gramática..” (77).


e

En paralelo a la Exposición Lagar en la Asociación de Artistas Vascos otra


agrupación, la Asociación de Pintores y Escultores de Madrid, ofrece en el Circulo de
a
Bellas Artes y en el Ateneo de Bilbao, 96 artistas y más de 180 obras. La Gaceta del
a

a
527

Norte la calificaba como un evento donde se ofrecían numerosas obras de verdadera

pintura, Domingo Marqués, Alcalá Galiano, Cobello, Llorens, Roberto Domingo,... éstos

últimos ganadores de la primera medalla frente a las numerosas muestras individuales con

los que estaban habituados al público bilbaíno “en que los lienzos parecen trazados por hombres

de las cavernas” (78) como las que ofrecía Lagar.

La Exposición pIanista fUe presentado por el diario Euzkadi: “Este desconcertante

p¡ntor vuelve a exponer sus originalisimas pinturas en el salón de la Asociación de Artistas Vascos. Nos

proponemos visitarla y decir lo que nos sugieran, con sinceridady respeto” (79).

A pesar de no haber visitado finalmente la exposición, El Liberal bilbaíno si hizo

mención de esta segunda intervención de Celso Lagar por tierras vascas considerando el

suyo como un lenguaje moderno que reaccionaba contra lo académico. Llegados a este

punto, en el fondo se repiten los términos que baraja el discurso de las artes plásticas

españolas durante la primera mitad de siglo: los clasicistas, los academicistas, arte oficial

versus renovación, los cubistas, los fUturistas, los puristas, los pianistas, los

vibracionistas, los sincromistas, los simplicistas, los modernos... Sin embargo, para el

citado artículo de El Liberal

Una vez más nos ha visitado este extraordinariopintor que, como Don Juan, va produciendo

el escándalo por donde pasa. Celso Lagar es un pintor de la escuela planista, que todavía “trae de

cabeza “- y perdónese la vulgaridad de la frase - a la crítica, y principalmente, al público. Pero Celso

Lagar es un valiente que, indiferente a la iracundia del público, sigue planeando en terribles zig-zags

sobre sus desconcertantes lienzos.

Este olímpico desdén del mozo salmantino hacia el vulgo que se revuelve airado contra todo lo

que no está al alcance de su conocimiento, resulta simpático. Sin duda Lagar es un sibarita de la

protesta, disfruta con los gestos absurdos del público ante sus cuadros, y para provocarlos recrudece su

planismo hasta límite que enfurece.


r
528

a’

Ya dijimos cuando se presentó antes Lagar que su pintura planista la encontrábamos

perfectamente inteligible No hay sino tener ojos para ver sus cuadros. en los que vemos claramente sus

franjas rojas, azules o verdes; luego sus rótulos de tipos bien legibles y sus alusiones: una rueda, un

caldero, un pedazo de silla, o un tiesto vacio No hace falta torcer el pescuezo para ver los objetos. Lo

que pasa es que el público es excesivamente curioso y quiere penetrar en un secreto que no existe.

En esta Exposición hay algunos cuadros en que ha hecho concesiones a su público protestante,
e
pero, francamente, nosotros preferimos a Lagar intransigentemente planista, con sus revueltos de

colores, que dan a sus cuadros cierto aspecto de un telégrafo de banderas” (80).

Son muy pocas las obras que se conocen de esta muestra, tan sólo podemos

asegurar la presentación de tres obras: Puerto de Bilbao, obra a la que alude el anterior e

artículo, puesto que las referencias a franjas de colores, rótulos legibles y componentes
e
pIanistas como medas, tiestos, etc. se enmarcan en esta obra, Las tres vascas y Muelle

de Bilbao. El primero, Puerto de Bilbao permaneció en el taller del artista hasta la

primera subasta pública realizada por el sanatorio para enfermos mentales de Sainte-
mt
Anne, en 1962, donde se encontraba recluido tras la muerte de su esposa en 1956 (81).

El análisis de este cuadro lo publicamos en el catálogo a la Exposición Ismos.

Arte de vanguardia (1910-1936) en España, (82) del que destacamos algunos párrafos,
a
además de subrayar las semejantes connotaciones que existen con el arte vibracionista de

Barradas y en concreto con el cuadro Puerto de Barcelona presentado en junio de 1918 e

en la Exposición de Bellas Artes de Barcelona.

e
a

e
529

~~~1
\1

Pueno de Bilbao
(Gouache sobre lienzo, 60 x 78 cm,
Museo de Arte Moderno de Bilbao)

Su génesis se encuentra en el dibujo - o, qwzas, estudio preparatorio - que la

prensa madrileña publicó con motivo de su recién inaugurada exposición en el Ateneo.

Las dos obras muestran un mismo tema, el puerto de Bilbao. Sin embargo, en el lienzo se

advierte una estética más depurada, más sintetizada, a pesar de que ambas están

construidas mediante planos a los que el artista da forma y combina otorgándoles

personalidad propia. Lagar nos muestra en su dibujo las dos acepciones del puerto y de

la ría, igualdad que nos indica que tanto la ría como el abra separan/comunican los

hemisferios terrestre y marítimo de Bilbao, para simplificarlo en el cuadro y señalar al

Nervión como único y exclusivo protagonista. Su abstracción convierte ¡os zig-zags en

fábricas, sin necesidad de escribir ya “fabril” (sic), convertidas ahora en una trama

romboidal.
a’
530

a’-

La gran rueda, elemento principal de sus composiciones pianistas, ha perdido


e

toda linealidad circular para transformarse en una angulosa escalera desde la cual se
a
accede a la vida industrial de Bilbao. En la parte inferior del dibujo, el vehículo de
vibrantes ruedas de moderna velocidad que nos recuerdan las obras fUturistas de
-

e
Boccionj, Severii o MacDelmarie - ha desaparecido para dejar paso a la proa de un
a
barco. Es el mundo del “telégrafo de banderas, de terribles zig-zags, de franjas azules,
verdes, rojas, de rótulos legibles..” de formas circulares, de píanos y planes que tanto

inquietaron a Celso Lagar pero que finalmente quedarían desvanecidos ante la oposición
a
de un público escandalizado y disconforme con ese arte. En definitiva, se reaccionaba

ante ese primer arte español de vanguardia que no se entendía, pero al que se temía,

como profeta de una nueva pmtura.

u’
u’

UE

St

e
Rafael Barradas, Puerto de Barcelona
(La Esfera, Madrid, 29-6-1918) a

e
531

Las tres vascas (Óleo sobre lienzo, 81 x 60 cm, Venta Bellier, 12-3-1932)

Presenta una de las notas más características que va a predominar en su arte posterior de

los años 20, la monumentalidad reflejada, ahora, en tres gruesas mujeres vascas.

Muelle de Bilbao

Recibe la influencia de Torres García, en obras como Estación (1918). Lagar refleja el

mundo de la ciudad como símbolo de la vida moderna. Se observa una estructuración

plana de las formas pero sin existir un análisis pianista donde intervienen elementos

principalmente fUturistas y cubistas.

CLagar, Muelle de Bilbao Torres García, Estación (1918)


(Óleo sobre madera, 28 x 40 cm, (Óleo sobre cartón, 33’5 x 27’5 cm,
Col. pan. Barcelona) Col, pan. Gerona)
532

Tras abandonar, definitivamente, la Península en 1919 y no en noviembre de 1918

como apunta Narciso Alba (83), en septiembre todavía la Asociación de Artistas Vascos
e
conservaba una de sus composiciones. Junto a ella una tabla flamenca del s. XVI

encamaba el arte antiguo contrastando con el arte moderno de la escuela pIanista de

Celso Lagar. Una vez más la Gran Vía acogía la obra del artista ofreciendo de nuevo un
e
arte moderno de vanguardia, en paralelo, se celebraba la primera Exposición

Internacional de Pintura y Escultura en las Escuelas de Albía a la que no asistiría Lagar

pero en la que se mencionaría su arte pianista en relación con las obras francesas que
a
llegan a la capital Bilbaína (84):

‘Ordenanzas municipales. Asfalto. Frou, frou defaldas bajerast Escaparates. En la Asociación a’

de Artistas Vascos hay un cuadro de Celso Lagar y una tabla flamenca del sx 217. Junto a un plátano
a
de la India. en un banco, una institutriz inglesa hace un rosetón de crochet, pensando... abstraída,

abstraída. Es rubia y chata. Adorablemente chata, porque sus claros ojos la redimen de tan deplorable

nariguera... La Gran Ula es la calle que da prestigio a la lilIa. La que eleva su rango, la que la

dignifico y ciñe una corona de modernidad Está sellada con el anagrama de la Grandeza u’

Verdadera..” (85).

a.

e
533

VI.7. POSICIÓN DE CELSO LAGAR EN LA VANGUARDIA MADRILEÑA (II)

La última exhibición pública de Celso Lagar en Madrid, se produce en noviembre

de 1918, en el Ateneo. Desde su anterior muestra en el mes de abril de 1917, en la

Galeria General de Arte Moderno, Madrid se había ido convirtiendo en ese lugar cada

vez más concurrido por todas las tendencias artísticas. Ahora, comenzaba a tener un

ambiente artístico que constituía el punto de referencia de todos los que acudían a ella.

Un año antes, Cansinos Assens había ido fraguando el germen de lo que, en estos

momentos, se conocía como el movimiento literario ultraista que con presencia del

chileno Vicente Huidobro, en 1918, vendria a reforzar aún más el movimiento. Tampoco

seria una casualidad la llegada, en este mismo año, de Rafael Barradas, Vázquez Díaz,

los artistas polacos, el matrimonio Delaunay y Celso Lagar. Fueron ellos los que

fecundaron el germen existente del recién nacido ultraísmo convirtiendo a la capital en el

tercer centro artístico más importante de España, aunque Juan de la Encina, en 1919,

continuará insistiendo en el carácter oficial de la capital madrileña a diferencia de Bilbao

y Barcelona:

- tres centros capitales de producción artística nacional: Madrid, Barcelona. Bilbao. Cada

uno de ellos tiene su carácter peculiar y desempeña, dentro de la totalidad nacional, un papel bien

preciso. Madrid ha sido en ese tiempo centro artístico reaccionario por excelencia, la gran máquina

productora y sustentadora de los falsos valores que degradan el arte moderno nacional; Barcelona, la

aduana franca de todos los snobismos, pero a la vez el aparato registrador más sensible de todos los

movimientos nuevos; y finalmente. Bilbao, el centro más modesto y silencioso de los tres, será quizá

para un futuro historiador, indicio de un esfuerzo intermitente y lleno de desmayospara dar voz
534

estética a una casta española hasta ahora muda y casi estéril en las altas producciones del espiritu -.

e
(86).

Si bien es cierto que en Madrid no se había producido un desarrollo artístico e

colectivo como en Barcelona y Bilbao, puesto que desde principios de siglo ambas
e
contaban con esta referencia; ahora le tocaba su turno a Madrid siguiendo un proceso de

continuidad que paso por los ultraistas y que eclosionará en La Sociedad de Artistas e

Ibéricos en 1925.
u’
Los principales hitos de vanguardia en sus origenes, los de Ramón Gómez de la

Serna con sus manifiestos fUturistas y su Exposición de pintores Íntegros (1915), la u’

muestra de Celso Lagar (1917), la de los polacos (1918), la de Vázquez Díaz (1918), las a

intervenciones de los Delaunay... tienen en su conjunto un deseo de continuidad que se


a

deja entrever en sus uniones y desuniones colectivas, como por ejemplo, en la nonata
primera Asociación de Artistas Independientes en 1920, pero antes en su colaboración

con el ultraísmo, donde todos ellos de manera directa o indirecta van a participar. Existió
u
pues un vínculo, un deseo de unión entre estos artistas que, en estos momentos,

sustituyendo a la anquilosada tertulia de Pombo, todos ellos asisten a la de Cansinos a

Assens en el Café Colonial. Precisamente, alli, encontramos a Celso Lagar junto a su


a

amigo Rafael Barradas con motivo de su exhibición pianista en el Ateneo madrileño.


a

Celso Lagar insistía de nuevo en la capital donde sus trabajos de 1917 no habían
u

sido bien acogidos ni por la prensa ni por el público madrileño aunque no por ello se
a
olvidaron de su arte, considerado como un vanguardista del bando de los fUturistas. El
critico de arte Correa Calderón le mencionaba en su artículo dedicado a la Exposición de

Arte Francés en el Retiro celebrada en mayo de 1918 casi en paralelo a la que Lagar
u

a
535

realizaba en las Galerías Layetanas de Barcelona, ante el lamentable espectáculo de la

Exposición francesa a la que muchos denominaron como “Exposición de arte académico

francés” por la exhibición, según el propio crítico, ‘de docenas y docenas de cuadros de gran

tamaño, plúmbeos, históricos, fósiles, lamidos, que traen hasta nosotros el recuerdo de los cromos y de

las litografias viejas” (87). El critico continuaba su artículo haciendo el recuento de todo

aquello que faltaba en nuestra pintura, escultura, dibujo y grabado, deteniéndose en el

movimiento fUturista, al que reclamaba “Futuristas. Tampocofigura nada. Después de Italia


-

quizá sea Francia la que sigue en audacias ultramodernas, interesantes por ser un aspecto modernísímo

de la pinturat Sin duda Francia creyó que aquí aun nos escandalizamos por tan poca cosa. Ya va

existiendo cierto ambiente. Al fin, España es la patria de Picasso, Iturrino, Celso Lagar, Pascual..”

(88V

Interior de la Exposición de Celso Lagar en el Ateneo (1918)


e
536

Treinta obras, junto a cuatro esculturas de figuras de animales, formaban el

conjunto de la Exposición del Ateneo, gran parte de las cuales habían sido presentadas
u’
en las Galerias Layetanas. Entre ellas hacemos mención de Lulu de Montparnasse por

creer que se trata de una composición nueva de esta época y por estar las restantes obras

ya comentadas en su muestra de las Galerías Layetanas de 1918. Fechada actualmente en


u
1920 (89), fUe realizada en 1918 según los comentarios críticos que aluden a ella en esta

Exposición del Ateneo madrileño (90). También puede adjuntarse un dibujo fechado en a

mayo de 1916, en el que se observa un parecido en la cara de la figura. En Lulu de


a
Montparna.sse Lagar se basa en la técnica mixta de los primeros fauves que suponía el

uso de la pincelada impresionista junto a fUertes colores que dejan amplias zonas planas. u

*
u
g, s
a
Lulu de Montparnasse
(Oleo sobre lienzo, 32 x 30 cm, Col. Kalman) a

u’
537

Pasemos, ahora, a comentar la reacción de la prensa, que no se hizo esperar.

Rafael Domenech, desde ABC, argumentaba no conocer ninguna composición planista,

pese a que habían sido presentadas ya en 1917:

“No conocíamos obra alguna del Sr. Lagar y sólo por referencias sabíamos que es un pintor

revolucionario y ultramodernista. Se dice que nada hay nuevo bajo el soL y en algunos casos esto es

cierto. El arte pictórico del Sr. Lagar tiene una gran semejanza con el de .KOKY; solo que éste, sin

apedillarse ingenuo, era un artista más sincero que el Sr Lagar y, además, suerte tenía una valentía,

unos rasgos tan enérgicos, una factura tan sobria y justa y una expresión típica de temperamento

meridionaL que hasta el presente no ha sido superado por ninguno de los artistas que siguen sus

sendas, pues KOKYfue creador de la pintura ingenua, sintética y pIanista actual” (91).

Por el contrario, otros, como José García Mercadal sin escudarse en lenguajes o

referencias parecidas, declaraban abiertamente su incomprensión e incapacidad para

evaluar el planismo:

“Esto del planismo es una pintura para iniciados, confesada y declarada así por aquellos

mismos que la practican, para poner sus obras al abrigo de las más que posibles cuchufletas de los

indoctos.

Nosotros, a Dios gracias, declaramos no poseer ojos aptos para comprender y apreciar el

planismo. Por eso, en las obras del señor Lagar hemos visto algo tolerable en algunos paisajes, donde

el planismo aparece vago, indefinido, sin afinar. Pero en aquellos otros trabajos donde el planismo

aparece con toda su fuerza de la sangre, confesamos, poniendo la mano sobre nuestro corazón, no

haber visto nada, absolutamente nada que pudiese resultar agradable para el artista” (92).

Uno de los argumentos que venian a sumarse a estas cuestiones de incomprensión

eran la presentación e ilustración del catálogo, en el que a pesar de no haber sido


538

localizado, Blanco Coris describía su portada en la que aparecían dos jeroglíficos del

dinamismo plástico” o de la “solidificación del impresionismo (93), así como los extraños
e
títulos de sus obras, que para José Francés estaban ‘traducidos de un catálogo de los
Independientes (94) y que por la complejidad los catálogos se encontraban colgados de
a

las paredes del Ateneo siendo frecuente consultarlos.


a
‘En alguns indrets de la paret, sota les pintures, hi ha clavats exemplars del catáleg. Aquest
católeg és consultat amb extraordinaria frequéncia per la mateixa persona, amb un marcat aire
a
d ‘esverament i d ‘incredulitat. Algu fins sembla que ha d ‘acabar per indignarse. El veureu que va d ‘un

quadre a catáleg, del catáleg al quadre. que confronta el número i el titol una pila de vagades; i que a

finalment arronca les espatíes com si dignés: no ho entec!” (95).


a

Los títulos de los cuadros constituían, también, una nota más de vanguardia que e

para muchos era entendida como una extravagancia más que unir a su planismo. Títulos
a
pIanistas como Reflejo en forma cónica, Raid, Gynemer-Somme Alsace u Oriente en

feria cromática eran suficientes detonantes, según Juan de la Encina, para considerarle e

como un hombre-anuncio que renuncia a sus principales cualidades para el paisaje y el


a
color:

“Es de lamentar que un pintor como éste, que posee a no dudarlo excelentes condiciones de

paisajistas y una retina limpia, se empeñe en querer llamar la atención con ciertas extravagancias
a
ridículas y bufonescas de los salones parisienses anteriores a la guerra. Bien está que un artistas de

talento y la malicia de Picasso se entretenga en medir hasta dónde llega la candorosidad de los artistas e

impotentes y los snobs... Celso Lagar está equivocado de una manera demasiado candorosa para un

hombre que ha salido ya de leer El Juanito. Y si el agarbanzamiento madrileño tiene alguna buena a

condición, es la de considerar al hombre-anuncio como lo que esy no como un artista sublime. Que nos

a
539

perdone Lagar estas palabras sinceras. Si no viéramos en algunas de sus obras ciertas condiciones de

buen pintor no nos tomaríamos ni siquiera el trabajo de escribirlas” (96).

La interpretación de Juan de la Encina sobre el hombre-anuncio y su

agarbanzamiento tiene una doble visión que se relaciona entre sí. La primera, calificarle

dentro del concepto fUturista, por los elementos fUturistas en sus obras como rótulos,

letras o números que predican dicha teoria y, la segunda, desde un contexto castizo de la

época. El garbanzo alude a todo aquello español, principalmente, a la zona de Castilla

por ser el lugar que más se aprecia peto, también, por significar lo vulgar y el lugar de

procedencia del artista (97). La expresión hombre-anuncio aparece en la prensa

madrileña desde 1916 (98) como símbolo del hombre que se hace propaganda de si

mismo, como consideraban al arte de Lagar:

“Entre las arriesgadas extravagancias y las exóticas inventivas extranjeras a que poco a poco

vamos abriendo pasa, figura con poderosa originalidad el hombre-anuncio.

El hombre-anuncio al allanar nuestrasfronteras, parece haber barrido, con mejor diplomacia,

algo de la tradicional psicología de nuestro inocentemente puro mercantilismo. El hombre-anuncio,

alto, esquelético, grave y enmudecido, es el último grito de la propaganda. Tiene algo de actor de

transformista y su variedad múltiple ocuparla un dilatado catálogo. Es lafigura cinematográfica de las

calles. Cuando su indumenta es grotesca, los chicos le rodean con la misma regocijante curiosidad que

si se tratara del auténtico Charlot.. Puede ser terriblemente sarcástico, encasullado dentro del

anuncio (99).

El planismo de Lagar fue también objeto de critica por José Francés, para quien

el arte de Lagar se había quedado desfasado si se comparaba con el arte actual de 1918

en Madrid. Recordemos, por ejemplo, que el sincromismo de los pintores polacos había

sido ya expuesto, así como la Asociación de Artistas Argentinos cuyos componentes


540

realizaban exposiciones individuales. José Francés pone de manifiesto la actualidad

artística madrileña pero deja en el tintero que, hasta entonces, a excepción de los artistas
e
íntegros, los polacos y algunos extranjeros no existe ninguna exhibición de arte

vanguardista; de hecho la Exposición de Arte Francés en Madrid había sido una u

decepción. La Exposición de Lagar suponia un nuevo intento para introducir un ismo de


u
vanguardia en la capital que, junto a Vázquez Diaz, Barradas, los Delaunay o los polacos

estaban abriendo un camino hacia la modernidad de la que muchos criticos parecían no

darse cuenta o bien ignorarlo:


e
‘lEn el fondo, Celso Lagar es un pintor que ve las cosas normalmente, que tiene un sentído

muyjusto del color Hay cuadros suyos - estos cuadros que llevan títulos integrantes para los hombres a

ingenuos y de buena fe que tiene positivas condiciones decorativistas, armonías deliciosas, gamas de
-

e
grata contemplación. Su Ángulo del puente de Barcelona’, incluso tiene valor indudable de realismos

de emoción.
a
Pero Celso Lagar disimula sus buenas cualidades con la arrogancia fauvista, un poco demodé

en el propio Paris. Y no decimos en el propio Vfunich, porque dentro de poco los cubismos, orfismos, a

síncromismos, planismos que realizan los bolcheviquis y espartacos con las cosas, los edificios, los

hombres y las ideas, dejarán muy atrás aquellos inofensivos atrevimientos de los cubistasyfuturistas de

avant guerre.
a
En España, Celso Lagar todavía exalta a muchos en pro o en contra Fuera de España. Lagar

no es un novedad Como ya no lo son aquellos donde ha surgido su planismo.

El ha creído necesario resolver los seres, y las cosas, y la atmósfera por planos. Una planitud

de masas, de colores y hasta un plano, para que no se extravíen dentro de sus cuadros los buenos

burgueses, a quienes los artistas se empeñan ¡¡todavía!.’ en epatar” (100).


a
José Francés publicará de nuevo este articulo en 1919 exceptuando un párrafo al

que añade un nueva interpretación al planismo basada en la influencia del teórico francés a

m
541

Jules Laforgue. El critico hace referencia a las notas de arte recogidas por Laforgue

sobre sus impresiones en los museos y reflexiones personales sobre la pintura entre las

que destacaban las teorias de Charles Chevreul o Charles Henry sobre los colores y los

neoimpresionistas (101). Para Laforgue uno de los principios de la praxis es la línea,

capaz de ofrecer diferentes emociones según su posición. Sin embargo, creemos que

aunque exista algo de cierto en estas reflexiones de Francés debemos especificar que

muchos otros artistas de primeros de siglos las utilizaron y en Lagar no fueron una

influencia directa sino, más bien, de las obras que pudo ver en los salones de Otoño o de

los Independientes de Paris: “Celso Lagar ha visto y ha leido, por ejemplo, a Lucien Laforgue,

quien asegura que ‘una línea puede expresar un objeto sin tener ninguna semejanza gráfica con él’, y

que. para expresar la substancia de un cuerpo, se le puede desplazar, aislar, suprimir, soldar o añadir

una o muchaspartes” (102).

Para Blanco Coris, las obras pianistas de Lagar estaban influidas por los futuristas

aunque éstos no cumplieron todo aquello que predicaban en sus manifiestos. Desde el

primer manifiesto del futurismo (1909) fUeron muchos los textos publicados. Coris se

refería a los de Boccioní como Manifiesto técnico de la escultura futurista (abril de

1912) y a los de Carrá como La pintura de los sonidos, los rumores, los olores que

predicaban un arte que no era real o, por lo menos, no la realidad tangible al intelecto de

quien admira una obra de arte, apoyando así a la pintura clásica, académica, capaz de

ofrecer la belleza inteligible:

no vemos en estas producciones el ‘centro de la realidad interna’ ni tampoco ‘el pasar de

la melodía a la sintonía’ como preconiza Boccioni... La pintura de los sonidos, de los rumores y de los

olores que pretende Carrá, aún no ha apuntado su albor. Para la pintura de las velocidades, de la
542

alegria del movimiento aun no se fabrican colores ni pinceles. Es posible que con nuevos elementos
r
llegue todo eso algún día; mientras tanto, atengámonos a los clásicos, a los benditos clásicos, que
despreciaron profundamente el dinamismo para refugiarse en fa virtud de rendir pleitesía a la belleza
u
en todas sus manifestaciones plásticas” (103).

e
Hasta ahora, todos estos juicios de valor se engloban dentro de una crítica que
st

siendo académica bien reacciona contra la vanguardia bien resalta el lado más negativo
st

de la obra lagailana pero veamos cuál fUe la que le apoyó. En primer lugar, aquéllos que
estaban con la aparición del “arte nuevo” o de vanguardia, como Xavier Bóveda, poeta

firmante del primer manifiesto ultraista, quien conoció a Lagar en una sesión pombiana a
a
través del propio Ramón Gómez de la Serna. Para Bóveda, el “arte nuevo”, su ultraísmo,

eran junto a otros elementos, como el futurismo al que pertenecía Lagar, el impulso hacia

la pintura moderna:
u
‘Celso Lagar que acababa de regresar de la provincia de Orense tenía interés en que yo viese

los cuadros y paisajes que de mi tierra pintara.

.4 demás, regresaba encantado.

Allí, todavía, se quedará su esposa (una bella y admirable escultorafrancesa que, en compañía

de su marido, trabaja en el arte nuevo)


u
Viniera a Madrid para exponer en el Ateneo.

Yo le prometí mí visita. a
El me regaló un dibujo.

Días después Celso Lagar expuso. t

El público -clancote y rancio (creo haberos dicho que Celso Lagar es un pintor pIanista) se
a
mostró bastante desorientado y aun disconforme, con el nuevo modo de pintar el pintor exfraño.

Igualmente la crítica.
a

u
543

(Bueno, entre paréntesis, hemos de recordar que todos nuestros críticos, a excepción de José

Francés, no están en el espíritu de nuestros días, ni comprenden las cosas de nuestros tiempos)

Decíamos que la crítica no acogió a Lagar con verdadero afecto.

Discretamente -,oh la correcta discreción de todos los adaptados.’ - ni lo aplaudieron ni lo

desecharon.

Esto es: ‘lo dejaron pasar

Y eso fue todo.

Yo no fui a ver esa Exposición.

Me sorprendió ésta en momentos exóticos.

No pude ir

Celso Lagar, a pesar de todo, no se ofendió por esto.

Clausurada ya me invitó a ver un cuadro a su domicilio particular.

Fui.

Y...

Antes de nada.

Antes de nada, diré, que ahora se ha puesto en moda blasonar de conocerlo todo.

A nadie sorprende encontrarse con un señor que, perfectamente imbécil, con una gran

familiaridad hable de las obras de Fu/anita de Tal o de las nuevas orientaciones de/pintor Zutano.

Eso a mí me molesta.

Temo que el lector me tome por uno de ésos.

Así, pues, antes de elogiar a Lagar, diré que yo no entiendo una palabra de la pintura

moderna.

Ni de la moderna ni de la antigua.

Me gusta quien me gusta, y quien no, no me gusta....

A mí me parece bien, formidablemente bien, esta bellísima degeneración de la verdadera

belleza.

Yo admiro, y aplaudo y elogio a estos grandes propulsores de la nueva forma.

A estos hombres formidables que vienen a redimirnos.


544

A estos enormes complidores de lo sencillo.


st
Ya estos geniales destructores de lasformas únicas.

A mi instinto constitución anárquica le gustan y aplauden las nuevas reglas. —.

Tal vez yo sea un degenerado.

¿Que sí? —

Pues bien. Estamos de acuerdo.


st
En poesía estoy con los ultraistas -jamas volveré a hacer versos al modo de mi ‘Espistolario’;

en prosa, con los avanzados me gusta mucho Gómez de la Serna-. Y en pintura, con losfuturistas.
-

Y esto es Lagar.

Un futurista.. (104). a

a
En segundo lugar, destaca el artículo de Femando López Martin, cronista del
e

diario El Figaro, amigo personal de Rafael Barradas, con quien realiza esta crónica, este
último encargado de la ilustración. Femando López Martín, creemos que influenciado e

por el arte de Barradas (105), realiza un amplio comentario en el que se pueden destacar
e
la aceptación y el intento de definición del planismo como escuela de vanguardia paralela

a otras como la de Miró, Torres García o Barradas y el presentimiento del fracaso de la

Exposición de Lagar por el dominante academicismo en la capital.


e
Picasso y Gleizes, los dos maestros del cubismo, el uno con sus irreverentes audacias y el
otro con sus impresionismos, son dos anticuados si se les compara con el ultramodernista Celso
e
Lagar...

Celso Lagar tiene prestigio, talento e inquebrantable fe en su arte, dos condiciones admirables

para alcanzar el triunfo. ¿ Vencerá? Nosotros lo deseamos, porque sus entusiasmos son merecedores de
e
la victoria; pero tememos que no sea así; porque la gente, en su mayoría aferrada a las viejas

tradiciones, contempla, un poco espantada, a los innovadores violentosy audaces.


e

e
545

Los ultramodernistas, y más cuando son furibundos derrocadores, están expuestos a un

irremediable fracaso, y Celso Lagar, que es de éstos, debe medir sus pasos y no entregarse a una

esperanza sin límites.

Los lienzos de Lagar son una muestra fuerte y precisa de lo que es en pintura el

ultramodernismo, ese arte abiertamente apartado, en irisacionesy técnica, de las escuelas que se basan

en la verdad única e imperecedera... Celso Lagar recogió de fuera, no decimos copió, las innovaciones

más aventuradas sobre arte, y con su talento las importó en España, donde arraigaron tan hondamente

que hoyforman escuela, de la que los másfirmes sostenes son Lagar, Torres García y Miró... ‘ (106).

López Martín parece estar con la vanguardia pero de una manera muy superficial,

así lo demostrará en su próximo comentario sobre arte ultramoderno dedicado a la

escuela pIanista lagariana, a la que la mayoría de la crítica no había llegado a aceptar

(107).

Después de su estancia en Barcelona, en el verano de 1918, Barradas se había

instalado en Madrid y comenzado a trabajar en este periódico, El Figaro. Dicha estancia

sería uno de los contactos más estrechos entre Lagar y Barradas, ahora, en este artículo

de El Figaro como pareja artística. Recordemos que Torres García se encuentra todavía

en Barcelona. Si, al principio, Lagar y Torres habían compartido en Un Enemic del

Poble la misma página para ilustrar cada uno con sus dibujos individuales sus lenguajes,

en estos momentos sucedia lo mismo con Barradas y Lagar. Fue la primera y única vez

que ambos artistas trabajaron juntos. De hecho, quizá podemos hablar de una despedida,

que se manifiesta en la dedicatoria que Barradas ofrece a Celso Lagar a través de un

dibujo. Éste, quizá, sirvió para devolver a Lagar el que años atrás el artista había

regalado a Barradas, hoy en día en una colección particular de Barcelona.


546

En el de Lagar podemos apreciar los rasgos definitorios de su planismo. El ya e

típico desdoblamiento de cabezas cuyos rasgos faciales se sintetizan al máximo, la


e
aparición del bodegón jarrón y manzanas-, los rótulos, esta vez dedicado a Barradas
-

escrito en letras mayúsculas delimitadas por dos lineas paralelas que dejan libre la letra

“S” que es a su vez sesgada por una línea curva, además de sus habituales lineas rectas
u

que forman ángulos y curvas que delimitan espacios, dos de ellos tubulares que
mt

recuerdan a una composición de sus primeros estudios cubistas (108).


El que realiza Barradas a Celso Lagar parece expresar el éxito del artista en su e

Exposición del Ateneo como se observa en las tres cuartas panes del dibujo, mientras
u
que en el ángulo superior derecho Barradas nos ofrece un detalle del mismo dibujo que

Lagar realizó en el n0 3 de Un Enemic del PoNe en 1917, cuando participó junto a


Torres García. Esta simbolizaría para Barradas el planismo lagariano expresado en su
e
forma más analítica como si quisiera indicar al lector que más arriba, en la misma hoja, el

propio autor, Celso Lagar, continúa analizando ese mismo lenguaje expresado, ahora, en —

el estudio del puerto de Bilbao (109), lugar, como sabernos del que acababa de regresar.

Rafael Barradas, Celso Lagar


(E/Figaro, Madrid, 5-12-1918)
a

e
547

Volviendo de nuevo a la parte más barradiana del dibujo, su autor refleja a través

de unos pequeños trazos lineales el retrato de Lagar, que a diferencia de otros retratos de

esta época de Barradas, en los que si existe la presencia fisica del retratado como en el de

Torres García (1918) (Tinta china sobre papel, 23’5 x 17 cm, Residencia de Estudiantes,

Madrid), en éste ha querido simbolizar el camino artístico de Lagar. Tras su estancia en

Paris a la que Barradas presenta con el dibujo esquemático de una Torre Eiffel, en el que

unos de sus dos puntos de apoyo es una flecha que indica dicha estancia. Después, Lagar

llegaba a la Península donde realizaria varias muestras pIanistas para terminar en la última

de todas, la del Ateneo, corno representa Barradas.

Siguiendo con el comentario de esta página de El Figaro, aparece también otro

dibujo de Barradas que, más tarde, se convertirá en un óleo Casa de apartamentos

(1919) (79 x 60 cm, Museo Nacional de Artes Visuales, Montevideo). Con esta obra

llegamos al momento de fricción entre Lagar, Barradas y Torres García. Si anteriormente

vimos que la correspondencia entre Torres y Barradas fue uno de los principales pilares

para continuar sus relaciones artísticas, ésta seria también en el caso de Lagar uno de los

motivos que influyeron en Barradas para su futura separación con Lagar.

Partiendo de la tarjeta postal del 14 de noviembre de 1918 (110) cuando

Barradas y Lagar escriben a Torres para saludarle, la respuesta de esta tarjeta es una

carta de Torres a Barradas, el 24 de noviembre de 1918 (111) en donde ante la

imposibilidad de ir a Madrid le dice a Barradas que no le espere y exponga donde pueda,

de lo que se desprende la gran unión entre ambos artistas. La siguiente carta se escribe

en este mismo mes (112) y Barradas explica a Torres su próxima muestra en donde

realizara un pequeño apartado para niños de vibracionismo; finalmente, el 13 de


w
548

diciembre de 1918, Torres escribe a Barradas, entre otras cosas, dándole las gracias por e

el dibujo de Figaro:
e
“Y gracias... por el comentario a la Exposición Lagar, que es interesan tísimo. Quiero decir su

¿bujo, no lo otra Es un cuadro” (113). u

4’
u

e
L2c~-2! PAT
fo a

rr~
e

a
Rafael Barradas, Dibujo
(El Figaro, Madrid, 5-12-1918) a

‘4’
Torres, desechando la composición de Lagar, se refiere al dibujo de la Casa de

apartamentos que, como él mismo indicó, se convertiria al año siguiente en un cuadro.


a

Esta correspondencia es presagio no sólo de una ruptura inminente entre Lagar y


a
Barradas sino además de la dependencia que siente Barradas por su amigo Torres Garcia

a
549

motivada, principalmente, por un lenguaje común expresado muchas veces en el gusto

por los objetos infantiles, proyecto en el que Lagar nunca llegó a participar. Fueron

muchos los rasgos en común que unían a Torres García y Rafael Barradas.

- S

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Rafael Barradas, Casa de apartamentos (1919)
(Oleo sobre lienzo, 79x 60 cm, Museo Nacional de Artes Visuales, Montevideo)

En primer lugar, a pesar de la diferencia de edad entre ambos (Torres tenía 57

años cuando conoce a Barradas) y la consagración artística de Torres García con el

noucentisme, ambos artistas poseían la misma nacionalidad de origen y un gusto por un

arte múltiple basado en juguetes, dibujos, escenografias, pintura, etc. que Celso Lagar no

compartía. Incluso, como señala Pilar García Sedas (114) Barradas en cierto modo
st
550

consideraba a Torres García como un maestro al tiempo que éste último vio en Barradas

un compañero de una escuela muy particular que, en los últimos momentos de relación
e
(1919), se basó en la realización en una exposición infantil (115). Quizás por este motivo

llegaron las primeras desavenencias con Lagar, aunque hay que destacar el lenguaje de

Lagar por su condición plana y por la utilización de elementos próximos al vibracionismo


a
de Barradas e, incluso a veces idénticos, en el planismo y en el vibracionismo. Por ello,

Torres no dudó en alentar al planismo, término que perdurará años después de la partida a

de Lagar;
a
‘VI delante todos los que vamos adelante. Más vibracionismo que nunca y planismo y

expresionismo y cubismo y todos los ismos. Porque tenemos razón. Somos los únicos que vemos

(116).
a

VIS. DE PLANOS Y PLANES: EL PLAMSMO e

a
El planismo fue la elaboración del primer ismo de vanguardia en las artes plásticas

españolas del s. XX, considerado actualmente como una mera elaboración cubista fue

más complejo, debido a la trayectoria artística del pintor Celso Lagar. La situación
a
artistica en la Península desde 1909, con la aparición de los primeros manifiestos
e
futuristas, hasta 1915 contrasta notablemente con la aparición del planismo, considerado
por aquel entonces como una de las primeras escuelas ultramodemistas que se oponía al
a
arte acadeniiscista. Junto a Barcelona y Bilbao, Madrid intenta, a cargo de algunas
a
personalidades como Ramón Gómez de la Serna, ser centro de renovación de las artes,
destacándose los primeros intentos de oposición al sistema tradicional que las a

exposiciones nacionales habían consagrado desde 1856. En este sentido, Barcelona se


e

a.
551

destacará del panorama peninsular, con la aparición de personalidades como Dalmau,

Santiago Segura, Parés mostrando las primeras exposiciones de arte europeo de

vanguardia que organizan sus galerías particulares.

Este ambiente de renovación artística, y tras del estallido de la Primera Guerra

Mundial, Celso Lagar encuentra el escenario idóneo para desarrollar sus actividades

teóricas, las más escasas, y prácticas. El artista había sido testigo de excepción del

ambiente cultural parisino, desde 1911 a 1914, ocasión que aprovechó para asistir “in

situ” a las manifestaciones de los movimientos como el cubismo, el futurismo, el

fauvismo, el clasicismo cézanniano, el impresionismo o el expresionismo y a las tertulias

más avanzadas como las de Closerie de Lilas protagonizadas por el poeta Paul Fort, que

le permitirán realizar una síntesis personal que será conocida con el nombre del planismo.

Como hemos visto, en 1915 seria su propio autor, Celso Lagar, el primero en

definir la naturaleza de este arte: “Aprés le sentiment, la couleur et la forme comprise

dans la planisme et le volume sont les éléments du bel art”.

Con estas palabras, Lagar inauguraba no sólo su primera Exposición en la

Península sino que, además, bautizaba a este nuevo ismo. Otros historiadores, como

Santos Torroella (117), han apuntado, incluso, la intención del artista en París de

plantear la teoría pianista al pintor barcelonés Domenec Caríes para secundarla aunque

nada más se sabe de ello (118).

En Barcelona el recién llegado Lagar compartiría inquietudes renovadoras con

personajes de vanguardiatan importantes como Rafael Barradas, Torres Garcia o Robert

Delaunay. El planismo dejó su huella en las principales revistas vanguardistas catalanas:

Revista Nova, VeIl ¡ Noii, Un Enem¡c del PoNe dirigida por Joan Salvat Papasseit o
552

Trocos dirigida por Josep Maria Junoy, que exponían las experiencias culturales más
e

avanzadas del momento, y que además sirvieron para dar una nueva dimensión del arte
u
moderno y de la poesía constituyendo una importante plataforma de difusion.
Lagar, una vez elaborado el corpus teórico del planismo en Barcelona, marcha a

Madrid en 1917, lo que supuso un conocimiento de suma importancia para la vida


u
artística de la capital, sumida, hasta este momento, en una apatía artística en lo que se

refiere a nuevas experiencias vanguardistas, siendo la de Lagar la segunda intervención mt

ya que la primera la había protagonizado la Exposición de los Pintores Íntegros


e
organizada por Ramón Gómez de la Serna (1915).

Desde la capital, Celso Lagar se traslada a Bilbao, de modo que se constituye en —

nexo de comunicación entre las tres principales capitales del arte en España: Barcelona,
E,

Madrid y Bilbao. Su participación en la Exposición de la Asociación de Artistas Vascos


e
en 1918 y, un año después, en el mismo lugar suponen un acontecimiento social y la
constatación de estar en presencia del arte español más avanzado que se podía ver en la

capital bilbaína durante esos años.


a
La repercusión que tuvo el planismo fue muy diversa, en primer lugar, fUe

saludado como sintoma inequivoco de modernidad por críticos de arte como Eugenio a

d’Ors que vio en el planismo un buen respaldo para su noncentisnie; Joan Saes, que le
e

consideró como un pintor genuino; Juan de la Encina, que adivinaba sus dotes

constructivas dirigidas, principalmente, al arte moderno que el mismo defendía; Ramón —

Gómez de la Serna, que le integra y presenta en sus tertulias del café Pombo, a las que
e

asistirá con regularidad, formando parte del reducido, pero selecto grupo de
e

intelectuales, artistas y literatos que propugnaba la renovación de la vida española; Rafael


e

u
553

Cansinos Asséns, el padre del ultraísmo, así como Xavier Bóveda, nombran su planismo

como un elemento del arte nuevo, etc. mientras que, por otra parte, fue atacado

violentamente por aquellos defensores del orden establecido por los certámenes oficiales.

Como podemos observar, la importancia de Celso Lagar en el arte nuevo español

de las primeras décadas del s. XX es evidente, además de ser punto de unión en otros

lenguajes como el vibracionismo de Barradas, el constructivismo de Torres García, el

arte de José de Togores, Jaume Guardia e, incluso las primeras experiencias artisticas de

Joan Miró y, más tarde, las de Antonio de Guezala, Pancho Cossío, etc.

Celso Lagar, Hors d’oeuvres variés (e. 1921)


Paradero desconocido

La cronología del planismo, al igual que muchos otros movimientos de la

vanguardia como, por ejemplo, el vibracionismo de Barradas (1917-1921) fue muy

breve, tan sólo cinco o seis años. Podríamos decir que comienza en su primera

Exposición en las Galerías Dalmau (1915) y concluye en su última exposición bilbaína en

1919, pasando por las galerías Athenea, Layetanas, General de Arte Moderno, el Ateneo

y la Asociación de Artistas Vascos, aunque algunos de los rasgos de su escuela pIanista


554

como la estructuración plana de las formas y colores fauvistas abarcan unos años más en

su producción artística posterior de los años veinte e, incluso, varios de sus dibujos
9
como Menu for Mme Kahn y Hors d ‘oeuvres variés, están emparentados al universo

vital de la obras del uruguayo Rafael Barradas, a través de los evidentes notas clownistas

r
de su rostros, permiten alargar la vitalidad de este movimiento.

u,

u’
LO.gat
IMENU
HORS P’OEUVRES VARÍES

CoLÍN POCM ~ FROI P rIAYONNA¶SE


EAUX f~LET ROTIS GRESSON
t—1,1RICOTVERT A L’ANGLAISE
SALA DE
FROMAGE
CpgijE$ mt
CLAC ES
IN CAF
a

a
Celso Lagar, Menufor Mme Kahn (c. 1921)
u,
Paradero desconocido

La exégesis del planismo se cunenta en una interpretación muy personal de todos


a
aquellos lenguajes artísticos que quedaron almacenados en la memoria de Celso Lagar

durante su primera estancia parisina. La poética, la estética y el arte que coronaron su

producción pianista fUeron por una parte, el clasicismo cezanniano, el impresionismo y el


u’

t
555

lenguaje primitivo de Modigliani y, por otra, los demás movimientos contemporáneos

que compartían la escena vanguardista: cubismo, futurismo, fauvismo, expresionismo...

Sin embargo, su arte no se basa en la utilización sistemática de todos estos

préstamos. No existe un camino único que nos aproxime al planismo sino, que al

contrario, a través de todos estos caminos, de todos estos lenguajes, se llega al planismo.

Por ello, en su pintura se pueden observar dos interpretaciones: una objetiva y acabada,

que nos acerca al clasicismo de Cézanne, al noucentisme de Sunyer, al primitivismo de

Modigliani... y otra subjetiva, estructurada en planos, que comienza en el cubismo, intinia

con el futurismo, orfismo, fauvismo e impresionismo, y que llega en ocasiones a

revestirse con ropajes expresionistas.

Lagar toma y retoma sin orden alguno todos los lenguajes, cuyos elementos

mezcla entre si. No subyace un orden de preferencia. Asi pues no será raro encontrar

composiciones con principios cubistas, futuristas y fauvistas, al lado de otras más

clasicistas o, incluso, generando un enfrentamiento entre estos lenguajes. El planismo

vendria a ser un juego de lenguajes sin reglas fijas. Sin embargo, en este nuevo ismo

podemos descubrir una doble naturaleza: la sincretista y la experimentalista.

En la primera, Lagar utilizaría todos aquellos elementos, que sin llegar a resultar

extraños exceptuando sus fuertes tonalidades


- -, eran legibles para la critica y el público

y que por ello serían las más elogiadas. Son definitorias a este respecto, las primeras

composiciones que presentó en las Galerías Dalmau, en Athenea., en La Cantonada, o

bien en sus sucesivas exposiciones en las Galerías Layetanas. Se trata de unas pinturas de

agradable modernidad que fueron bien acogidas por el público barcelonés, implícitas por

la propia critica al noucentisme reinante en la ciudad condal y, en otras ocasiones, como


556

filiaciones del propio artista al movimiento. Los temas elegidos nos hablan de un nuevo
e

clasicismo, a la búsqueda de los orígenes de una pintura moderna en la mejor tradición


e
cezanniana. Nos encontramos con unas figuras de nostalgia edénica, matizadas por el
ritmo lineal decorativista de Matisse. Concebidas en armonía con el paisaje circundante, u,

en la línea sinuosa del mejor Derain y el color agresivo de un Vlaminck que se engarzan,
e
perfectamente, con la pintura noucentista del momento; pero, en otras ocasiones, sus

figuras nos hablan de una vuelta a los origenes basada en el arte primitivo de su amigo

Modigliani o de composiciones infantiles de Marie Laurencin, que por sus arcaísmos no


e
fueron admitidas en ninguno de los contextos culturales de esta trilogia de ciudades. La

segunda sería la más radical, el planismo propiamente dicho, basado en una u

interpretación muy personal del cubismo y el futurismo, pero paralelo e, incluso, a veces
a

coincidentes como ya se ha dicho con otras manifestaciones como el vibracionismo de


a
Barradas, el constructivismo de Torres García o las primeras experiencias del joven Joan
Miró quien ya en 1915 daba cuenta de la primera muestra de Lagar; por ello no es de —

extrañar que encontremos reminiscencias lagarianas en sus obras:


u’
“La vida artística de Barcelona es ahora muy intensa; un pintor de gran talento, aunque muy

lejos de estar formado, Lagar, nos ha ensañado sus obras ‘cezannistas’; ahora tenemos a Otto Weber,

alemán y estructuralista, si bien no tan fuerte como el otro. Nos interesa mucho ver estas chispas de

arte nuevo” (119). S

Creemos que existió un especial interés de Miró en las obras de Lagar, sobre

todo en sus primeros desnudos, en los que se puede apreciar el mismo primitivismo
e
lagariano. También, aunque es mucho más dificil de concretar, pero no de apreciar, la

influencia más o menos externa de algunas de sus composiciones como L ‘ampolla Nava

(1916) (Oleo, 57 x 68 cm, Adrien Maeght, París), los dibujos publicados en Trossos,
a

e
557

Arc Volta¡c o L ‘Instant (1919) de artistas como Rafael Barradas o Lagar, sin olvidar de

las de su amigo E.C. Ricart. En ellos se puede observar cómo Miró, consciente de las

corrientes de vanguardia que circulan por el ambiente artístico barcelonés, ha podido ver

las exposiciones de Celso Lagar y los trabajos de Barradas (120) organizando sus

composiciones en ángulos planos, formas circulares y fUertes colores fauvistas.

Miró, Dibujo (c. 1917) Miró, Dibujo


(Lápiz sobre papel, 31’3 x 21’5 cm, Col. part.) (Arc-VoItaíc, Barcelona, 1-2-1918)

Lagar opera con planos, que separa individualmente a través de fuertes

tonalidades, normalmente tres o cuatro colores rojo, amarillo, azul o verde derivados
- -

del fauvismo. No existe tercera dimensión puesto que no desea crear una ficción, sino un

arte en plena construcción, mediante la combinación de elementos plásticos u objetos,

que reflejan distintos caracteres de otros lenguajes vanguardistas. La aparición de un

extenso vocabulario de signos: palabras, letras, rótulos, números, ruedas, aviones,

fragmentarias visiones del hecho urbano... nos remiten al dinamismo y la vitalidad de las
558

composiciones futuristas u orfistas; por otro lado, la representación de bodegones, con

botellas, ftutas, jarrones, de reflejos descompuestos por medio de planos nos hablan del
mt
cubismo.

e
Ltj

e
Celso Lagar, Estudio cubista (c. 1914-1915)
(Paradero desconocido) E,

La serie de volúmenes que se encuentran entre los objetos, Lagar los llama —

interiores produciéndose la siguiente igualdad: volumen = interior. Estos espacios


E,
ocupados por cuerpos, esos interiores, están en íntima compenetración, se trata de la

unión entre el ambiente del cuadro y el aire que existe dentro de un espacio simplificado, e

Es como dirá Lagar: “la compenetración del ambiente y el aire dentro de una superficie plana
a
No se pretende crear una tercera dimensión sino derribar la muralla que la crea

mediante planos que se cruzan mezclan, sin necesidad de crear una atmósfera, porque ya a

existe. Se aspira a crear, a comenzar un arte nuevo, primitivo y puro, después del
u
cubismo, en el cual no exista ningún obstáculo, sólo una atmósfera plana, capaz de crear

e-
559

ese nuevo arte que comience desde el principio, desde los origenes, desde el arte

primitivo. Por ello, Lagar dirá ‘Xbsotros somos en nuestro tiempo los iniciadores de un arte

primitivo’ expresión que forma parte de unos de los escasos escritos de Lagar, titulado precisamente

“El Renacimiento del arte después del cubismo” (121).

Comienza en el arte constructivo que inició Cézanne, basado en la búsqueda de

una idea que llegó a alcanzar, ver, sentir y encontrar en la naturaleza a través del

volumen, de la construcción; por el contrario, el planismo busca la penetración de unas

partículas con otras por eso no mezcla los colores, porque crean una ilusión engañosa,

van en su estado más puro del tubo al lienzo para crear una superficie aún más plana y

compenetrada.

Pero, por qué no crear algo nuevo, que tenga los ingredientes de lo que ya ha

sido nuevo. En una palabra, volúmenes y formas cuboflituristas capaces de mostrar no

sólo un valor arquitectónico y estructural sino capaz de ser un sentimiento, al mismo

tiempo, bello. Para demostrar la validez de su propuesta, para ser válida figurativamente

tiene que identificarse con ideas y sentimientos. Así, precisamente como en varias

ocasiones se ha dicho, definirá su planismo: “Después del sentimiento, el color y la forma

comprendida en el planismo y el volumen son los sentimientos del arte bello

Lagar definiria de nuevo su planismo en 1944, con las siguientes palabras: “era

para mi, como problemas de palabras cruzadas- crucigramas; la verdadera emoción, se siente delante

de la naturaleza; es preciso traducir la poesia de la vida” (122).

¿Pero, cómo traducir la poesía de la vida? Los juegos de palabras, los elementos

poéticos, las imágenes, la realidad y el espíritu del hombre se expresan por medio de la

palabra, sujeta a un ritmo que produce una emoción. Todo ello traducido, trasladado a la

pintura. Juegos de elementos pictóricos tan banales como un florero, una rueda, una
9

560

escalera, una casa, un avión, unas manzanas... cruzadas, invertidas como las imágenes u,

poéticas (metáforas, comparaciones, caligramas) muestran la propia realidad de la vida,


e
del espíritu humano; a través de una pintura sujeta a vivos colores, a formas angulosas,

curvas, que constituyen un ritmo plano, pIanista, llegan a crear esa emoción que sólo se

palpa delante de la naturaleza por planos, los de Celso Lagar.


a
Lagar analiza en términos formales planos, rectas, curvas, formas y acude al
- -

cubismo y al futurismo. Sin embargo, el planismo quiso ser después del sentimiento, un mt

arte bello, además, de una forma de interpretación de la realidad como sentimiento y


a
espíritu. El planismo puede ser la ecuación matemática: sentimiento = idea, ¿por qué se

habla de planismo en el ultraísmo? Los ultraistas quisieron beber del nuevo arte, para

experimentar con una impresión, un sentimiento que se transada al terreno de la poesía y

además encierra la fuerza del arte nuevo que necesitan y predican en sus origenes las
a
expresiones ultraistas. Los ultraistas saben el significado del planismo, por ello lo usan

para dar más fuerza a su expresión. De tal manera, que podríamos hablar del planismo en u,

el terreno formal de la pintura y del terreno conceptual como idea y sentimiento. En


a
octubre de 1920, como veremos en otro apartado en relación con el planismo y el

ultraísmo, Guillermo de Torre escribe aludiendo al término para la revista Cervantes a

(123). En este mismo número de la revista, de nuevo se hace mención al vocablo


e
planista, pero esta vez con una adaptación a la superficie pictórica como ilusión de un

espacio geométrico, un poliedro compuesto de múltiples caras planas y de los ángulos u

formados por estas caras, en donde se adosan exageradas formas planas.” ¡‘¡sión

multiédrica de los horizontes rasgados e insurrectos, en la yuxtaposición de las perspectivas pIanistas

paróÉtas... “ (124).

a
561

El término pianista también fue adaptado por otros artistas que por sus

similitudes artísticas realizan composiciones semejantes en paralelo al desarrollo de los

movimientos de vanguardia como Vázquez Díaz, Sonia Delaunay o Rafael Barradas. El

primero aparece en el poema Guillermo de Torre que dedica al artista La ascensión

colorista de Váquez Dkzz; en relación con esa misma Exposición del Palacio de

Bibliotecas y Museos de 1921 también Correa Calderón alude a referencias pIanistas en

sus obras (125). Igualmente en 1922, aludiendo al cuadro El Cartujo presentado por

Vázquez Díaz en la Exposición Nacional de Bellas Artes, en la que el crítico Antonio

Espina menciona dicho epíteto aunque con un significado bastante circunstancial:

“Pretende una simplicidad que no ha conseguido todavía su fórmula pIanista y que le arriesga

demasiado a la penuria de color, a la miseria técnica, a la huera consecuencia de un arte sin medula y

sin movimiento’ (126).

Y, en tercer lugar, Manuel Abril se encargará desde 1920 de adoptar el término

pIanista para definir el arte de Rafael Barradas. El tema venia planteándose desde 1919,

cuando el artista realiza su Exposición madrileña en el Salón Mateu donde en algunos de

los comentarios que se refieren a sus obras aparecen el vocablo pIanista, por la similitud

de sus composiciones con las de Lagar, quien habia expuesto un año antes en la capital.

Seria en la revista catalana VeIl ¡ Non, donde realice un artículo sobre Barradas e

introduzca el término pIanista, no como denominación suya sino como apelativo que le

han dado otros:

t4rtista uruguayo, hijo de españoles que reside en España desde hace unos seis años. ¿ Cómo

determinar la filiación de Barradas? & le ha llamado vibracionista, píanista, etc... A veces


562

descompone los cuerpos con arreglo al geometrizante y algebraico concepto cubista; otras veces en
u,
cambio pone en práctica principios futuristas referentes a la d¡namici dad y a la visión del mundo como

producto de fuerzas vivas que se compenetran y mantienen un ritmo en perpetua actividad En u,


ocasiones, dedica toda la atención al carácter material de las cosas acusándolo con una sustancia

suculenta que descubre al admirador de Cézanne; en ocasiones, procede también con el sintetismo y la O

desproporción propuesta de los salvajistas fauve. Barradas puede hacer compatible su personalidad
E
con la multiplicidad de estas tendencias...” (127).

La cuestión volverá a plantearse, más tarde, en 1923, cuando Manuel Abril,


mt
utiliza de nuevo dicho término: “Barradas hacia planismo. ¿Qué quería decir esto de planismo?

Quería decir que el pintor prescindía en sus cuadros de la perceptiva lineal. Y en esto contenía la e

verdad: la verdad de que el artista, cuando pinta un cuadro, no tiene para qué hacer obra de
e
ilusionismo y arregítirselas para que parezcan ‘de bulto’ los objetos, y parezcan que el personaje
retratado se va a salir del cuadro.... (128). Lo cierto es que el propio Barradas acuñaría
e
dicho término en una obra ilustrativa, Guignolpianista, en el libro Un teatro de arte en
e
España (1917-1925) (129). En esa obra, como sucede en algunas de las restantes que se
publican en dicho libro, se pueden observar las mismas características del arte barradiano

de los últimos años, pero también las amplias superficies planas, la distribución en
e
damero, la estructuración geométrica de las formas de Lagar que fueron utilizadas por

Barradas en ese intercambio de lenguajes que ambos realizaron. De esta manera, nos e

atreveriamnos a decir que el término puede ser aplicado, fue aplicado a todos aquellos
e
elementos que recuerdan por su planitud al planismo de Lagar pero que también asimiló

Barradas, a

e-
563

e
Rafael Barradas, Guignolpianista

En 1925, con la Exposición de la Sociedad Artistas Ibéricos, la palabra pIanista

continúa apareciendo en algunos comentarios como el Juan Ferragut en su artículo

“Ultraismo, iberismo, cretinismo” debido a la semejanza y la planitud de algunas de las

obras de los pintores:

“Sufrimos una invasión de exotismo que está deteriorando nuestro arte, extraviando nuestro

pensamiento, nuestro gusto. A los artistas, un charlatanismo oportunista está contagiando de ISMOS...:

elpíanismo, el cubismo, el futurismo (130).

El planismo fue, en definitiva, un intento de renovación de una estética depurada

y radicalizada al máximo, que tendía al cientifismo a través del experimentalismo de otros


564

lenguajes. Pertenecen a esta segunda interpretación las exposiciones de Madrid,

Barcelona y Bilbao. Como hemos visto, el planismo no sólo manifiesta su adoración al


mt
plano sino que, además, hace referencia a un plan personal enfrentado con el propio

cubismo por querer ser una alternativa más, latente en toda su producción, tanto las

experiencias sincretistas como la experimentalistas, y no seria otro que el de la esencial


a
experimentación de formas y conceptos plásticos que equipara a Celso Lagar con los

esfuerzos de los artistas renovadores de las primeras vanguardias europeas. Tras la a

marcha de su fundador a Paris, el planismo, como ismo, continuó definiendo el arte de


mt
otros pintores. Fue adoptado por los ultraistas, por la critica y afiliado a otros artistas de

vanguardia que como Barradas, Vázquez Díazo Sonia Delaunay continuaban residiendo e

en Madrid; también por los nuevos artistas como Maroto, cuyas obras fueron calificadas
a

de semiplanistas ya en 1918 (131); Pancho de Cossío, en su muestra del Ateneo en 1922


e
y Antonio de Guezala (132), de manera que la continuidad del planismo se planteó en
dos frentes bien diferenciados. El primero, a través de Celso Lagar en las obras de los
e
años veinte durante su definitiva estancia en Paris, y el segundo, mediante la asimilación

plástica del planismo de los artistas que se quedaron en Madrid.

Tanto es así que en los años treinta se continuará recordando el planísmo de


e
Lagar al mencionar el arte de vanguardia. ‘Todo el mundo conoce vagamente la existencia del

cubismo; pero los fundamentos de la escuela y sus expresiones más notables le son extrañas... Cada e
uno de los modernos vanguardistas parece poseer una ‘estética científica’, cuyos principios se
E,
asemejan a los que ya eran viejos antes de la Era Cristiana.

a
565

El planismo de Celso Lagar y demás compañeros no está explicado de un modo equivalente.

Eso de aparecer un poco revolucionarios y anticlósicos, escondiendo la Jata de originalidad (y en

muchos casos la carencia de medios técnicos) es poco seho...” (133).

Esto nos llevaria a la problemática que existe con el encarecimiento de la compra-

venta de las obras del artista. El desconocimiento de muchas de sus obras, la gran

cantidad de falsificaciones que se han hecho de ellas así como la existencia de las

composiciones de un hermano de Celso, Manolo Lagar, que firmaba casi con la misma

rúbrica. Actuó en Barcelona a partir de 1919, momento en que Celso Lagar abandonó

España para trasladarse definitivamente a Paris. En ese año realizó Manolo Lagar en las

Galerías Layetanas una exhibición de sus obras, de las que la critica consideró como

continuación de los mismos procedimientos de su hermano tanto en la diversidad de

temas como en su técnica (134). Posteriormente, realizó otra exposición en la sala del

Circól Artistic de Sant Lluc, durante el mes de mayo de 1921. En la actualidad y pese a

ser el primer ismo español de vanguardia, el planismo continúa siendo casi un total

desconocido, situación que nuestro trabajo de investigación ha intentado actualizar con

el planteamiento de nuevos debates sobre los orígenes de la vanguardia española.


566

VN. NOTAS e

e
(1) Anónimo, “Exposición nacional de trabajos de ciegos”, Diario Universal, Madrid,

2-4-1917. e

a
(2) Anónimo, “Exposición nacional de trabajos de ciegos”, La Correspondencia de

España, Madrid, 3-4-1917. u

(3) Anónimo, “Exposición nacional de trabajos de ciegos”, La Mañana, Madrid,

3-5-1917.

E,

(4) El 27 de junio de 1917, la Gaceta de instrucción Pública y Bellas Artes hacía


a
público un comunicado exponiendo que se alargarían las obras en el Ministerio de Estado
para realizar la muestra por la cantidad de trabajos presentados y se postponia para el

otoño próximo.
a

(5) Tras la muestra lagariana en las Galerias Dalmau (1915), Otto Weber presentaba —

unas obras de inspiración cezanniana; en diciembre del mismo año, expone en el mismo

lugar el fauve Van Dongen; al año siguiente, serian los rusos Héléne Grunhofl’ y su

compañero Serge Charchoune quienes expongan, también en las Galerías Dalmau, unos 0

trabajos próximos al futurismo pero con fuertes connotaciones de la ornamentación


u,

popular, además, serian los pioneros de la pequeña colonia de artistas extranjeros


a
establecidos en Barcelona: Picabia, Gleizes, Laurencin, Sacharoff etc.
a

e
567

(6) En enero de 1917 exponen en las Galerías Dalmau Enric Cristófol Ricart y, en

febrero, Rafael Sala, ambos conocedores del futurismo. En 1914 como ya se ha dicho

habían realizado un viaje a Italia, donde conocieron en el café florentino Giubbe Rosse el

futurismo de la mano de Giovanni Papii y Ardengo Sofflci. Durante este tiempo,

también se habían publicado numerosas revistas con artículos en relación a la vanguardia

europea, La Revista Nova, La Revista o Themis, pero una de las más significativas fUe el

primer número de la revista 391 creada por el dadaísta Francis Picabia en enero de 1917

y distribuida por Josep Dalmau a través de sus Galerias Dalmau donde se encontraban,

también, la redacción y la administración de dicha revista.

(7) Antonio Vallescá, “Galería Dalmau”, E/Liberal, Barcelona, 29-3-1917

(8) Josep Aragay, “Exposicions”, La Revista, Barcelona, abril de 1917.

(9) Anónimo, “Ecos”, E/PoNe Catalá, Barcelona, 15-4-1917.

(10) Vid., Juan Manuel Bonet, Diccionario de las vanguardias en España, 1907-1936,

Madrid, Alianza, 1995, p.577

(11) Florian (Seud. de Vicen~ Solé de Sojo), “Exposició Ceis Lagar”, El Poble Catalá,

Barcelona, 2-6-1917.
568

(12) Hortensia Begué presentaba, por segunda vez junto a su esposo, algunas obras de
u,

escultura animalista. Fueron muy pocas las crónicas artísticas que se refirieron a ella; tan

sólo Joan Sacs apreció un carácter moderno en su obra basado en una simplificación de

las fonnas. ‘Escultura animalista, cuya visión sintética se encuentra marcadamente dentro del
e

sentimiento moderno. No parece una artista hábil ni habilidosa; pero, lo que es más de apreciar, una

artista sensible al espíritu simple de las formas zoológicas que gusta traducir en cera, barro o metal

fundido.
a
es de suponer que jamás la señora Regué solicite de la habilidosidad de un éxito más o

menos plebeya: su sensibilidad bien visible le apartara con repugnancia de ese camino; pero la
a
habilidad si deberá solicitarla la artista cuando juzgue oportuna su cooperación a la visión escultórica

de que ahora parece exclusivamente preocupada “. Joan Sacs (Feliu Elias),”Galerias Layetanas.

Celso Lagar”, La Publicidad, Barcelona, 34-1917.


e’

a’
(13) Pilar Mur Pastor, La Asociación de Artistas Vascos, Bilbao, Caja de Ahorros

Vizcaina,1985, p.28.

a
(14) Francesc Fontbona, “Feliu Elias, Pinto?’, Feliu Elias “Apa”, Museo d’Art Modern,

28 maig al 20julio, Ajuntament de Barcelona, 1986, p.277. E,

(15) Ibid.,

(16) Joan Sacs, “Celso Lagar”, La Publicidad, Barcelona, 3-4-1917.


a

a
569

(17) Ricard Mas Peinado, “Gran Vía, 613. Santiago Segura y las revistas de arte en

Barcelona (1912-1919)”, Arte Moderno y revistas españolas, 1898-1936, Museo

Nacional Centro de Arte Reina Sofia y Museo de Bellas Artes de Bilbao, marzo de 1997,

p.60.

(18) Anónimo, “Exposició Laietanes”, Ve/li Noii, Barcelona, 1-6-1917.

(19) En cuanto a este tema Antonio Vallescá escribía: “Celso Lagar interesa nuevamente con

sus pinturas en franca oposicióny sin disimulo alguno, a todo preceptismo y a todos los credos. Pero es

curioso observar en este artista, que a pesar de su rebeldía y de su nueva concepción de la pintura, que

hasta el presente al menos, siguen pareciendo arbitrarias y misten osas violencias, prevalecen en él

como consecuencia de una inclinación invencible, la constante demostración de un sentimiento de la

naturaleza, que se sobrepone a su voluntario objetivismo, y su alterno y variado sentimiento del color,

que no deja de exterionizarse en sus distintos aspectos.

.4si, en un diminuto estudio de un jarro con flores, hay exquisitas delicadezas de color, que se

contraponen a las rudas monocromías de otras telas, como en una evocación de Gerona hallamos la

expresiva palpitación de aquel sentimiento naturalista, no en la afectividad y compenetración con la

viviente que bien pudieran estar en contradicción con la expresión geométrica y la rigidez de la pintura

ultramoderna”, en “Crónicas de arte”, E/Liberal, Madrid, 30-5-1917.

(20) Enric Jardí, Torres García, Barcelona, Polígrafa, 1987, p.91.

(21) J.A.H (José. A. Homs), “De arte: Galerías Layetanas”, Gaceta de Cataluña,

Barcelona, 3-6-1917.
570

(22) C. Cortina Giner respondía en lo tocante a este asunto: ‘Creemos firmemente que la
e

crítica no ha de ser destructiva, impelidora de caminos, académica, no, sino que debemos señalar

desde ella las condiciones de personalidad y novedad que cada artista, en sí y en su labor contiene... e

No creemos que llegue a tanto nuestra descendencia con las obras de Lagar porque lo mismo que él
u
hace, lo hicieron ya un poquito mejor que él los neo-impresionistas.

¡Es un dolor que hayamos visto no hace mucho tiempo la aposición de Arte francés! De todas
e.
formas nos parece un tanto despiadada la crítica con Lagar dado que no censura en él la falta de

originalidad, sino que lo halla en demasía original e incomprensible “, en “Notas de Color. Celso e

Lagar”, El Progreso, Barcelona, 3-6-1917.


e

(23) Juan Manuel Bonet, Diccionario de las vanguardias en España (1907-1936), e

op. cit., p.254. a

a
(24) Eduard M Puig, (J Folguera), “Exposicions”, La Revista, Barcelona, 16-6-19 17.

E,

(25) Vid, J.Torres García, Historia de vida, Sur, 1939, p.l68.

(26) Ricard Mas Peinado, “Gran ya 613. Santiago Segura y las revistas de arte en a

Barcelona (1912-1919)”, op. cit., p. 53.


a

LA tcua’.,LVI t~U1I1¡JIUIIICLIUU uy juau owvaL ra¡Ja~avat a la tatna IVVUIUI.4U114114 ~V


a

había manifestado también en la redacción de un manifiesto para las Juventudes


a
Socialistas del 10 de mayo de 1916 y, además, había participado en la revista Justicia
a
Social de Reus, bajo el seudónimo de Gorkiano.

•1
571

(28) Claude Schaeffer, Joaquín Torres García, Buenos Aires, Poseidón, 1945.

(29) Vid., Pilar Garcia, Sedas, Joaquim Torres-García i Rafael Barradas. Un dia/eg

escrito: 1918-1928, Barcelona, L’Abadia de Montserrat, 1994.

(30) Ibid., p. 114.

(31) Relacionado con la revista destaca el apunte de la esposa de Celso Lagar, la

escultora Hortensia Begué, realizado en mayo de 1918.

(32) José Maria Garrut, Dos siglos de pintura catalana (XIX -flj, Madrid, Ibérico

Europea, 1974, p. 335.

(33) Rafael Benet, Jaume Guardia, Monografiers d’art, Barcelona, Sala Parés, 1926.

(34) Anónimo, “Ecos”, El Roble Catalá, Barcelona, 23-11-1917

(35) Anónimo, Trossos, Barcelona, abril de 1918.

(36) Francesc Miralles, “L’epoca de les Avantguardes, 1917-1970”, Histária de l’art

catalá, Vol. VIII, Barcelona, Edicions 62, 1983, p. 18.

(37) Ibid., p. 19.


r

572

(38) VV.AA, Las Vanguardias en Cataluña (1906-1936), Barcelona, Caixa, 1992,

p. 471.
u

(39) Joaquim Torres García, “Art-Evolution”, Arc-Voltaic, Barcelona, 1-2-1918. a

(40) Cfr., Enric Cristófol Ricart, Memóries, Barcelona, Parsifal, 1995, p. 72-74
e

(41) VV.AA., Las Vanguardias en Cataluña (1906-1936), op. cit., p. 495.


st

e
(42) Martín Perau, Alicia Suárez y Mercé Vidal, “Opciones y modelos para un arte

moderno. op. cít, p. 424. e

E,.
(43) VV.A.A, Las Vanguardias en Cataluña (1906-1936), op. cit., p. 493.

(44) F.S.R., “Exposicions. Galeries Lajetanes”, Velí i Noii, Barcelona, 15-4-1918.


a

(45) Ibid., e

e
(46) JA. H, “Galerías Layetanas. Celso Lagar”, Gaceta de Cataluña, Barcelona,

13-4-1918. e

e
(47) Antonio Vallescá, “Crónicas de arte. Galerías Layetanas”, El Liberal, Barcelona,
a
234-1918.

u-
573

(48) E. M.P (Eduard M.Puig) (Seud. de Joaquim Folguera), “Les Exposicions. Celso

Lagar”, La Revista, Barcelona, 1-5-19 18.

(49) Anónimo, “Nuestros colaboradores en la Exposición de arte de Barcelona, Hojas

Selectas, Barcelona, 1918, p.641.

(50) J., “La Exposición de Arte”, E/Noticiero Universal, Barcelona, 15-5-1918.

(51) J., “Les Mis i els Artistes”, E/Noticiero Universal, Barcelona, 4-6-1918.

(52) Sobre el carácter de avanzadilla de la sala de Les Arts i els Artistes destacamos el

siguiente articulo de Antonio Vallescá: “Como es sabido, forma esta Asociación el contraste con

todas las demás Agrupaciones artísticas de Barcelona, viniendo a representar no precisamente a los

iconoclastas, innovadores y revolucionarios a todo france; pero sí a los no conformistas con el

estatismo y la rutina desprovista de sensibilidad y de contenido espiritual, en que ha caído hace ya

bastantes años la pintura contemporánea.

En Las Artes y los Artistas, formada por limitada número de asociados, hallan franca y leal

acogida todas las tendencias modernas, aún aquéllas que van más allá del credo artístico de la

agrupación y que por su rabioso modernismo parecen ser una negación del arte que cultivan algunos

de sus mismos amparadores y defensores... “, en “La Exposición de Arte. Las Artes y los

Artistas”, ElLíberal, Barcelona, 26-6-1918.

(53) E.M.P (Eduard. M. Puig) seudónimo de Joaquim Folguera, “Les exposicions”, La

Revista, Barcelona, 16-6-1918.


574

(54) OF, “Las tendencias artísticas en la actual Exposición de Arte”, D Mci i dAlia,

Barcelona, junio de 1918.


e

(55) Anónimo, “Pinturas de Lagar en Bilbao”, La Ven de Catalunya, Barcelona,

25-9-19 18.
e

(56) Los últimos datos de este cuadro se encuentran en junio de 1962, cuando el e

Tribunal de Gran Instancia del Sena promueve junto al guarda-muebles del sanatorio
m

mental donde estaba ingresado Lagar, una Exposición en la calle Alésia, 145, para paliar

los gastos de éste. e,

e
(57) Para el tema sobre Las tres gracias, Vid., Hajo Dtichting, Robert y Sonia Delaunay.

El Triunfo del color, Colonia, Taschen 1993, pp.30-33. e’

(58) Narciso Alba, Celso Lagar. Los cuadros del “Petit Palais”, Madrid, Gueimada
e
Cooperativa, 1983, pp. 29-34

(59) Anónimo, “Un poema de ibM. Junoy”, La Revista, Barcelona, marzo de 1918.
E,

(60) Joaquim Molas, La literatura catalana d’avanguarda (19141938), Barcelona, a

Selecció, 1983, pAl.


e

(61) Anónimo, “Homenaje a un héroe francés”, El Liberal, Barcelona, 4-11-1917. t

e
575

(62) Antonio G. de Linares, “El suicidio de Gynemer”, Nuevo Mundo, Madrid,

1-3-19 18.

(63) J. Maria Junoy, “Al margen”, La Publicidad, Barcelona, 16-4-1918.

(64) Este cuadro fue reproducido en dos ocasiones, una en la revista Veil i Noii,

Barcelona, 15-4-1918 y en La Esfera, Madrid, 22-3-1919.

(65) Narciso Alba, Celso Lagar, Ayuntamiento de Salamanca, Caja de Salamanca y

Soria y Museo de Art Nouveau y Art Deco, septiembre-octubre de 1997, p.72.

(66) Celso Lagar, Crane Kalman Gallery, junio-julio 1997, Londres y en Narciso Alba,

Celso Lagar, op. cit., p. 198.

(67) Cfr., Carpeta de prosa dii transsibérien et de la Petite Jeanne de France (75 x 52

cm, ilustración con colores aplicados al pochoir, 27’5 x 20’5 cm) ilustrada en el libro de

Juan Manuel Bonet, Ultraísmo y las artes plásticas, por el IVAM Centre Julio González,

Valencia, 1996, p.63.

(68) Jaime Brossa, “Nuestros Artistas. Arte Vascongado”, El Liberal, Bilbao,

14-1- 19 1 6.

(69) Anónimo, “La revista Hermes”, La Esfera, Madrid, 2-6-19 17.


576

(70) T. Mendive, “Linterna Mágica. Bilbao, centro de arte”, E/Liberal, Bilbao,

14-11-1917.

(71) N.N., “El arte y los artistas. Celso Lagar’~ElLiberal, Bilbao, 21-9-1918.

(72) Xenius, “Las obras y los días. Celso Lagar”, España, Madrid, 21-9-1915.

(73) NN., “El arte y los artistas. Celso Lagar”, op. cit.,

(74) Enrabiri, “Con permiso de ‘Xenius’. El planismo, el cubismo, el pitagorismo, el

retoricismo, el aristocratismo y la plebeyez”, La Tarde, Bilbao, 20-9-1918.

(75) Su muestra se conoció en los círculos artísticos y literarios de la capital bilbaína

tanto que en la correspondencia entre los poetas Juan Larrea y Gerardo Diego es

mencionada aunque con cierto aire de fatalidad: “De arte, la negación. Unicamente una

exposición de pintura y esa de un no sé cuantos Lagar. perfectamente negativa. Música, alguna cosa

que he oído a Guridí. Literatura cero más cero. Y que viva la Pepa... “, en Juan Manuel Díaz de

Guereño, Juan Larrea: Cartas a Gerardo Diego (1916-1918), San Sebastián, Cuadernos

Universitarios. Facultad de Filosofia y Letras, Universidad de Deusto, 1985, p.61.

(76) Anónimo, “Un acto simpático -En honor de Bagaría-” E/Liberal, Bilbao,

9-10-1918.
577

(77) José Iribarne, “El movimiento artístico en el Pais Vasco”, Cervantes, Madrid, mayo

de 1919.

(78) Anónimo, “En el Ateneo. Conferencia de Arte”, La Gaceta del Norte, Bilbao,

27-4-19 19.

(79) Anónimo, “Celso Lagar en los Artistas Vascos”, Euzkadi, Bilbao, 22-4-19 19.

(80) Anónimo, “El arte y los artistas. Exposición Lagar”, El Liberal, Bilbao, 22-4-19 19.

(81) Cfr. Isabel García García, “El Planisferio pictórico de Celso Lagar”, Museo de

Bellas Artes de Bilbao, 1998.

(82) Vid., Isabel García García, “Bilbao, puerto pIanista”, Ismos. Arte de vangiiardia

(1910-1936) en España, Guillermo de Osma Galería, Madrid, 1996, pp.7-8.

(83) Narciso Alba, Celso Lagar, op.cit., p.3l.

(84) J. Luno, “La Exposición de Bilbao 1919”, La Tarde, Bilbao, 18-10-1919.

(85) José Iribarne, “Panoramas de Bilbao. La Gran Vía”, Cervantes, Madrid, septiembre

de 1919, p. 137.
578

(86) Juan de la Encina, “Notas sobre la Exposición de Bilbao”, España, Madrid,

18-9-1919.

(87) Correa Calderón, “La vida artística. El arte académico en Francia”, Renovación

Española, Madrid, 23-5-1918

(88) Ibid.,

(89) Celso Lagar, Crane Kalman Gallery, junio-julio 1997 y Narciso Alba, Celso Lagar,

op. cit., p.185.

(90) José Blanco Coris, “Exposición pIanista”, Heraldo de Madrid, 23-11-1918.

(91) D. (Rafael Domenech), “De actualidad. Exposiciones de Arte”, ABC, Madrid,

25-11-1918.

(92) J.G.M.(José García Mercadal), “De arte: en el Ateneo”, La Correspondencia de

España, Madrid, 29-11-1918.

(93) José Blanco Coris, “Exposición ‘pIanista”’, op. cit.,

(94) José Francés, “Celso Lagar y sus planismos”, El Año Artístico, Madrid, 1918,

p. 354.
579

(95) Lanuza, “Exposició d’art. Cels Lagar”, La k’eii de Catalunya, Barcelona,

30-11-1918.

(96) Juan de la Encina, “Exposición Celso Lagar”, España, Madrid, 5-12-1918.

(97) 1. Mendive, “Los garbanzos”, E/Liberal, Bilbao, 11-4-1916.

(98) Cfr., Anónimo, “El hombre-anuncio”, Heraldo de Madrid, 10-12-1916 o Parmeno,

“Declaraciones de un hombre-anuncio”, Heraldo de Madrid, 15-11-1917.

(99) J.de Lucas Acevedo, “El hombre-anuncio”, Blanco y Negro, Madrid, 22-9-1918.

(100) José Francés, “Celso Lagar y sus planismos”, op. cit., p353.

(101) Vid, Jules Laforgue, Oeuvres complétesMoralité légenalaires, les Deuz Piseons,

Paris, Société du Mercure, 1902.

(102) Silvio Lago (José Francés), “Lagar y sus planismos”, La Esfera, Madrid,

22-3- 19 19.

(103) José Blanco Coris, “Exposición pIanista”, Heraldo de Madrid, 23-11-1918.


580

(104) Xavier Bóveda, “La pintura moderna y sus propulsores. Celso Lagar”, El

Parlamentario, Madrid, 13-11-1918.

(105) Femando Lopéz Martin consideraba el lenguaje de Barradas como el mejor de


u”
todas aquellas escuelas de vanguardia del momento. Vid., Fernando López Martín, “La

Exposición de Celso Lagar”, El Fígaro, Madrid, 5-12-1918 ti

e’
(106) Fernando López Martin,”La Exposición de Celso Lagar”, op. cit.,

•1

(107) Fernando López Martín, “La lepra del ultramodernismo”, El Fígaro, Madrid,

19-1-1919.
vi

(108) En concreto, nos referimos a la composición aparecida en el Catálago Celso e

Lagar, Crane Kalman Gallery, june-july 1965, Plate II, Elude Ciibisme, No. 32.
•1

(109) Vid, Isabel García García, “Bilbao, puerto pIanista”, op. c¡t.,

e
(110) Cfr., Pilar García Sedas, p. 114.

(111) Ibid., Pp.115-1 16. e

e
(112) Ibid., Pp. 117-118.

st
581

(113) Ibid., pp. 118-119.

(114) Ibid., p. 103.

(115) Ibid., pp. 121- 125.

(116) Ibid., p.lI9.

(117) Rafael Santos Torroella, “Dietario artístico y II. Celso Lagar en Barcelona”, El

Noticiero Universal, Barcelona, 11-7-1962.

(118) Domechec Caríes llega a Paris con sus amigos Vayreda, Monegal y Mabí en

1911, fecha que coincide con la de Lagar; además sería uno de los introductores del

cubismo a través de sus crónicas artísticas en La Veu de Catalunya, bajo el seudónimo

Oberon.

(119) Pere A. Serra, Miró y Mallorca, Barcelona, Poligrafa, 1984, Pp. 226-227.

(120) Cfr., Joan Miró, Cartes a J F Ráfols (1917- 1958), Barcelona, Mediterránea,

1993, p. 20.
582

(121) Celso Lagar, “El renacimiento del arte después del cubismo”, Cultura, Gerona,

febrero de 1915.
y

(122) Pierre Imbourg, “Celso Lagar”, Beaux Arts, Paris, 2-6-1944. t

(123) Guillermo de Torre, “Poetas hispanoamericanos. Lirograma”, Cervantes, Madrid,

octubre. de 1920.

u’
(124) Joaquín de la Escosura, “Galería crítica de poetas del ultra”, Cervantes, Madrid,

octubre de 1920. e

u’

(125) Correa Calderón, “Exposición Vázquez Díaz”, Hoy, Madrid, 7-3-1921.


u.

(126) Antonio Espina, “La Exposición Nacional de Bellas Artes. El extravio generoso de

Vázquez Dial’, España, Madrid, 24-6-1922.


a’

(127) Manuel Abril, “Barradas por Manuel Abril”, Ve/li Noii, Barcelona, 1-4-1920. u’

(128) Manuel Abril, “El arte de Rafael Barradas por Manuel Abril”, Alfar, marzo de

1923.p 205 a

u’

E,
583

(129) Un teatro de arte en España (1917-1925), Madrid, Gran Esfinge, para la

compaflia de Teatro de Martínez Sierra, 1925. Dicho libro seda galardonado con el

Grand Prix en la Exposition Internationale des Arts Decoratifs, Paris, 1925.

(130) Juan Ferragut, “Ultraísmo, iberismo, cretinismo”, Nuevo Mundo, Madrid,

19-6-1925.

(131) José Iribarne, “Del mundo de las cosas triviales. La escuela de la mediocridad en la

Asociación de Artistas Vascos”, La Tarde, Bilbao, 28-10-1918.

(132) Cfr. Pilar Mur Pastor, Antonio Guezala (1889-1956), Museo de Bellas Artes de

Bilbao, 1991, p.97.

(133) José Iribarne, “De arte de vanguardia”, E/Imparcial, Madrid, 1-1-1933.

(134) Antonio Vallescá, “Notas de Arte”, E/Liberal, Barcelona, 17-10-1919.


584

VII. LA PRESENCIA-AUSENCIA DEL SIMULTANEÍSMO EN ESPANA: ROBERT

Y SOMA DELAUNAY
y

VII. 1. DIARIO MADRILEÑO


u.

Antes de 1914, periodo que poco después marcada la entrada a la Peninsula de la

vanguardia extranjera y el inicio de las experiencias aisladas de la española, el “hemisferio

París” (1) constituía desde 1910 un complejo panorama en el que muchos artistas, los

primeros cubistas, Picasso y Baque; los futuristas Baila, Carrá, Severiffl y Boccioní, las

investigaciones personales de los Delaunay, de Kupka, etc. experimentaban nuevos


u
caminos, en ocasiones con gran afinidad entre sí. En el caso concreto de los Delaunay, su

orfismo (2) o simultaneísmo ejercerá en el ámbito artístico español enorme influencia en

pintores como Celso Lagar, Barradas o el entorno ultraista (3). Sin embargo, antes de
e
adelantamos a tos acontecimientos retrocedamos a 1910, momento en el que Robert
u
Delaunay, tras abandonar su periodo impresionista, “descubre que la luz quiebra la
continuidad de la linea y de la forma, que lleva consigo su orden y su movimiento” (4). En ese
a
mismo año contrae matrimonio con la artista rusa Sonia Terk, quien desarrollará en
e
paralelo unas composiciones de avanzado cromatismo que, en ocasiones, la hará ser más
original que aquél. En 1911, Robert es invitado por Kandinsky a la primera Exposición

del Blaue Reiter en Munich, donde envía varias obras que influirán en pintores alemanes
u
como Klee, Marc y Macke (5). El año siguiente será decisivo para su trayectoria

pictórica; los elementos de sus composiciones: ventanas, discos y formas circulares,

marcan la teoría simultaneista de Delaunay influida en gran parte por las investigaciones
-

st

m
585

de Chevreul -‘ basada en “la correspondencia estática de los elementos del color que traducen el

dinamismo de la luz” (6).

En 1913. Robert y Sonia entablan amistad con los poetas Blaise Cendrars y

Guillaume Apollinaire; como consecuencia de esos contactos, Sonia realiza en una larga

tira de papel un desplegable que decora con colores simultáneos para el poema de

Cendran La prose dii Transsibérien et de la petite Jehanne de France y Robert expone

en Berlín en la Galería Der Sturm, acontecimiento que Apollinaire ilustra con una

conferencia sobre el orfismo que seria publicada en un artículo titulado “IiiJber das licht”

(“Acerca de la luz”) en la revista Der Sturm (7). En este mismo año expone en el

conocido Herbst Salon de Berlín y en las Galerías Doré de Londres. En el verano de

1914, coincidiendo con el comienzo de la Gran Guerra, los Delaunay se encuentran en el

País Vasco, en Fuenterrabia, junto al pintor mejicano Zarago (8); se han apuntado

diversas hipótesis para explicar este viaje, entre otras, según Guy Weellen (9). visitar al

pintor americano León Kroll o, según Danielle Molinarí (10), con el fin de mejorar la

salud de su hijo de tres años, Carlos, que había contraído el tifus.

Fuera como ffiese, poco después los Delaunay se instalan en Madrid, visitan

cabarets donde se baila flamenco y conocen a un grupo muy singular de amigos “en el que

hay un picador, un lisiado, al que le faltaban las dos piernas, al que más tarde Diaghilew contratará

para un ballet’ (11). Durante este periodo los Delaunay, influidos por los cambios

constantes de la luz de España, inician una serie de estudios de naturalezas muertas,

realizando entre otras El gitano (1915), Cantores de flamenco obra que terminará en
-

Portugal y comienzan la serie de las Mujeres desnudas leyendo, todas ellas inspirados
-

en los cuadros de Rubens y el Greco que poseía el Museo del Prado.


586

Agobiados del calor de Madrid, durante el verano de 1915 se trasladan a Portugal

y se instalan en Vila do Conde (12). donde conocen a un importante grupo de artistas


t
vanguardistas Eduardo Vianna, Almada Negreiros, José Pacheco, Souza Cardoso (cuya
-

amistad se remontaba a su estancia parisina en 1913), etc. representantes del futurismo


- u

en este país, cuyas luz y colores se verán reflejados en numerosas composiciones de


u
temas de costumbres populares, mercados, jardines, etc. Se trata, según el propio

matrimonio, de una época muy feliz (13) que muy pronto se vió interrumpida por la

entrada de Portugal en la guerra contra Alemania. Considerados como espías se trasladan


e
a Vigo, más tarde a Valenga do Minho y finalmente regresan a España en el otoño de

1917. u’

Su segunda estancia madrileña (1917-1921) comienza tras una breve visita a

Barcelona durante el mes de octubre (14). Esta etapa barcelonesa coincide con el
a.
estallido de la Revolución rusa, el 25 de octubre de 1917, los Delaunay son conscientes

de lo sucedido, no sólo del triunfo de la revuelta, sino también del final de la pensión que E,

recibían del tío de Sonia, Henri Terk, desde Petrogrado, hoy San Petersburgo. Por
u
primera vez, se enfrentaban con la realidad de que su pintura constituida el principal

medio de subsistencia. Finalizan así su estancia en la ciudad condal, durante la cual se a

habían introducido en los círculos de vanguardia, como lo demuestra el intercambio


a
epistolar con Joan Sacs (seud. de Feliu Elias), con motivo de la aparición del libro de

este La pintura francesa moderna fins al cubisme <19 l7Ydonde Robert es menninnarin U

como cubista (15) y los artículos publicados por el propio Elias en Velí ¡ Noii bajo el
a
titulo “El simultanisme del senyor i la senyora Delaunay” (16).
a

e
587

De vuelta a Madrid, a finales de 1917. instalan su residencia en la calle Bárbara

de Braganza (17) donde retoman su afición, iniciada en Potugal. hacia la decoración de

objetos populares, jarrones, libros, almohadones, sombrillas, trajes, etc. Paralelamente,

llega a la capital la compañía de ballets rusos de Diaghilew, quien conocerá a los

Delaunay y presentará a Sonia a la familia del presidente del Consejo. Eduardo Dato, y al

marqués de Valdeiglesias. director del diario La Epoca (18). A través de ellos, Sonia

contacta con la clase alta de la sociedad madrileña y se inclina por la decoración de

interiores y el diseño de ropa que, ya en 1914, había inaugurado con su “traje

policromo”. Comenzaba así, según publicaba la sección de modas de La

Correspondencia de España. una “colaboración inteligente y constante del modisto con el pintor

para el realce de la belleza femenina. Leo Bakst pinta para Paquin, Drian dibuja para Cheruit,

Delaunav para Poiret, etc.” (19). Los trajes de Sonia representaban “una expresión visual

puramente pictórica... son coloridos superpuestos simultáneamente; grandes discos, zonas, teniendo

cada cual su fisonomía y su expresión. Forman un conjunto que de repente, al verlo, nos parece

chocante, incoherente, pero que al fin nos da bien la sensación de las vibraciones descompuestas de la

luz natural que nos rodea” (20).

El arte del vestir y del decorado constituyó para los Delaunay uno de sus

principales trabajos, tanto es asi que aparecen crónicas sobre sus creaciones de interiores

en las casas madrileñas. Una de ellas hace referencia a una habitación de la señora

Carmen de Pablo en la calle Alcalá:

el diseño de esta habitación, dibujado por la misma Sonia Terk, no obtante la maestría con

que está hecho, apenas da idea de la impresión que esta habitación produce en el que la contempla. El

fondo negro, con el extraño friso de colores vivos; las luces reflejando tras cristales rosa, carmín o

amarillo; el serio diván, de un solo matiz; las mismas babuchas de odalisca que están al pie de él, al

acecho de unos lindos pies de mujer; pero principalmente, la fantástica danza de colores brillantes
588

contrastando con la negrura del fondo del cuadro; todo este conjunto maravilloso da una sensación

indecible de sagrario de un rito misten oso, de concentración espiritualmente dulce, de apartamiento de

todas las cosas vulgares que se agitan abigarradas afuera, de desprendimiento de todo lo groseramente

carnal, de una sensualidad nueva y noble... Sólo una artista de la jerarquia de Sonia Terk pudiera
e
poner en nuestro ser sensitivo emociones así; sólo con unas telas negras y unos colores combinados y

unas lozas brillantes, sabiamente distribuidas (21).

Más tarde, viajan de nuevo a Cataluña, invitados por Diaghilew quien, tras
u
despedirse del público madrileño en junio de 1918 en ei Teatro Real, debutaria en el

Liceo de Barcelona ese mismo mes. En Sitges, adonde van junto a Massine, Lopocava y u.

otros artistas, el director de la compaflia rusa le encarga los decorados de Cleopatra a


a
Robert ~ a su ve~— ulsetiana
.4.-
junto a Massine un proyecto titulado Futbol que no
u
llegó a realizarse) y los vestidos a Sonia puesto que los anteriores, obra de León Bakst,

hablan ardido. Testimonio directo de estos decorados son los dibujos publicados en el

diario madrileño El Fígaro - Boceto para el traje de Cleopatra, “ballet” del mismo
a
nombre; estudio para la composición del personaje Arnoun en “Cleopatra” y esquema

pintado por M. R. Delaunav para el “ballet” “Cleopatra?’ (22) -. a

WY~<t<

4r—.

ml
MÍj
e’

personajeBoceto
Sonia Delaunay~ de Amoun
para en Cleopatra
traje de Cleopatra-y Estudio
(El Figaro, Madrid,
para-la-composición
1-2-1919) del 1
a
589

Éste último, junto al publicado por Danielle Molinarí, bajo el título “Proyecto

para el decorado de Cleopatra” (23) forman unos interesantes ejemplos de algunas de las

vistas del Nilo que proyectó Roben. Para los trajes de Cleopatra, publicaba El Fígaro,

Sonia habia diseñado unos ‘figurines que inspiraron a un poeta francés esta bella y atrevida

imagen: el cuerpo flota sobre las telas (24), vestidos que, como explica Danielle Molinarí,

se habrían inspirado en el poema que Cendrars le había dedicado en 1913 “Sur la robe

elle a une corps” (25).

Roben Delaunay, esquema pintado para el ballet Cleopatra


(El Figaro, Madrid, 1-2-19 19)

Este espectáculo se celebró en enero de 1919 en Londres, desde donde Diaghilew envió

un telegrama anunciándoles el éxito de la representación (26). Pero incluso hasta España

llegaron noticias de las decoraciones y los trabajos del ballet Cleopatra: “La compañía de

bailes rusos, que no hace mucho tiempo aplaudíamos en Madrid, encargó a Sonia Delaunay el

decorado y los trajes de un baile de gran espéctaculo. ‘Cleopatra’. todo modernidad, todo novisimo
590

modo de apreciar y gustar la belleza. Sonia Delaunay, tanto en el decorado como en los trajes, ha

procurado, i’ ha salido triunfante en su empeño, que el color sea también todo ritmo, todo armonía y

cadencia. De este modo, el conjunto ha resultado hondamente unido, confundidas las manifestaciones

diferentes del arte - danza, música, pintura, plasticidad viva - en un solo efecto armonioso y

encantador. t

El éxito que obtuvo este baile en Londresfue enorme, constituyendo uno de los más brillantes
a
triunfos de Sonia Terck, la insigne artista rusa” (27). Tras el éxito, Sonia se encargará del

vestuario de Alda para el Liceo de Barcelona.

De nuevo en Madrid, en febrero de 1919 retoman o comienzan nuevas relaciones


e
con la intelectualidad de la época: Valle Inclán, Guillermo de Torre, Vázquez Díaz, José

Francés, Ramón Gómez de la Serna, Rafael Barradas o el círculo ultraista. A pesar de la

escasa producción artística que caracteriza a Roben Delaunay durante este periodo
a

hispano-portugués, como mantienen algunos historiadores (28) a raíz de las obras


e

presentadas en la exhibición bilbaína de 1919 (29), por pertenecer éstas a su etapa


portuguesa, “habrá que esperar apunta Juan Manuel Bonet hasta bien entrados los años
- - E,

veinte, con nuevas series de Tours EiffeL con Les coureurs o con el monumental retrato de Soupault,
e
para que el pintor vuelva a encontrar un camino definido. La muerte de algunos artistas alemanes en el

frente ~Macke,Marc), la dispersión de los discípulos americanos, el escepticismo ante lo que empieza a
e
perfilarse como retaur ti 1 ‘ordre, y elfracaso de proyectos de regeneración desde la periferia como el

mantenido desde Portugal; todos estos elementos desencadenan sin lugar a dudas una honda crisis

creadora” (30).
E,

Por el cflfltr2tn ntros 4ores constatan una par~~ación más activa,

refiriéndose sobre todo a la mencionada Exposición en Les Arts i els Artistes de 1918, a

donde exhibió dieciocho obras “posiblemente muy recientes y representativas de su poética”


e
(31), junto a Joan Serra, Manolo Hugué, Joaquim Sunyer, Iturrino y Celso Lagar. Josep

a
591

Llorens i Artigas publicaba al respecto su teoría sobre el arte de Robert Delaunay:


“presenta la seva tesi en oposició del cubismo, del qual afirma que ‘no es ni pintura, ni

literatura, ni arr’; adjudica a la seva escoJa la denominació de ‘simultanismo. entenea cotn a comble

del seu ideal el conseguir la represenració no d ‘un objete o objetes, no de les coses, mes de conjunt per

muja d ‘un ofici adequat, si no oposat qu.an menys situar apartat, enfora de totes les cla.ss¡ficacions

escolásticaques...” (32).

Sonia Delaunay en su estudio


(Fígaro, Madrid, 23-10-1918)

A pesar de participar en esta Exposición en Barcelona debemos destacar que

hubo otro intento de presentar sus obras simultaneistas, por primera vez, pero que no se

llegó a realizarse, según apunta José Francés en su Memoranda de El Año Artístico de

1916 (33). El concepto del simultaneísmo que explicaba José Francés, sería refutado por

Robert Delaunay en los escasos textos teóricos que escribió en España. Uno de los

primeros fije publicado, como vimos más arriba, en la Exposición de Les Arts i els

Artistes y los siguientes, en el diario madrileño El Figaro. De esta manera, en el terreno


592

teórico, Robert Delaunay continuó sus trabajos sobre la teoría del simultaneísmo, Su

pintura, según Jacques Damase, “se hace más objetiva, más específica de ahí que utilice técnicas
-

p
variadas: cera, cola... mientras que la arquitectura de sus colores se hace más rígida. Esta evolución,
-

que se verá confirmada más tarde, aparece ya en el hermoso y simbólico dibujo en colores que ilustra
e
la cubierta del libro de su amigo Huidobro: Tour Eiffel (/9/8)” (34). En octubre, el diario El

Figaro recogía, tras una entrevista que tuvo lugar en su casa madrileña, la opinión del

propio Roben sobre sus investigaciones artísticas:

“Todo eso futurismo, cubismo, esos llamados estados de alma, esas cuartas dimensiones, no

son ni pintura, ni literatura, ni arte... La vida evoluciona; la observación, la visión, el ojo, evolucionan

también, y esta es la única evolución de la pintura, la del oficio, que ha de renovarse en equilib rio con
a
nuestrasfacultades... Yo, que conozco todas las técnicas pasadas, quiero lo nuevo, la vida, lo inédito, el

ideal pictórico, lo que no se ha hecho. He luchado contra el viejo oficio y quiero la representación - a

continuidad simultánea de las formas conjunto... La profundidad, con un procedimiento basado en las
-

relaciones de los colores; laforma en la profundidad La profundidad es el color y no el claroscuro. Yo

he innovado en los contrastes simultáneos. Continuó en el desenvolvimiento desconocido; pero a ser


a
hallado, de la forma-color Forma-color inseparablemente a ¡a complejidad de la irradiación de los

colores con relación a las materias, simultáneamente: el mismo pigmento, a la cera, al temple, al óleo,
u

metódico, vibraciones que van a velocidades de un /00 por 100... Contrastes angulares, pero no en

sentido geométrico... Aún no he encontrado un lenguaje para escribir colores. Prefiero la forma que se a

acerca a la naturaleza, expresión de una técnica tangible, visuaL pues la pintura es, ante todo, un arte
a
visual en profundidad, sin elementos mecánicos...” (35).

E,

El articulo contiene un gran interés por su inserción en el ámbito de las artes


E,

plásticas madrileñas, como una propuesta nueva que tiende a su propio desarrollo,

condicionada por el diferente cambio de luz entre su lugar de origen, París, y en el que a

actúa ahora, Madrid. De nuevo nos encontramos con un arte de vanguardia que como
a

a
593

otras experiencias anteriores viene a intregrarse en este variado panorama artístico:

cubismo, planismo, sincromismo, ultraísmo, vibracionismo, que frente al arte tradicional

y académico, exceptuando aquél que tiende a la modernidad y que se estaba

desarrollando en paralelo, el arte vasco y catalán, se resiste a su aceptación. Al respecto,

uno de los defensores del nuevo arte se manifestaba:

“Y he aquí que la estancia en Madrid del apóstol del simultanismo nos dió ocasión de apreciar

por nosotros mismos la revolucionaria innovación que, según su creador, Robert Delaunay, destruirá y

construirá. Destruirá el ARTE DE FOTOGRAFL4; construirá la pintura del porvenir Delaunay, que no

es cubista, dice del cubismo que fracasó como escuela de pintura, porque era dibujo, no pintura. El

simultanísmo es pintura. es color esencial y formalmente... “(36).

Un mes más tarde, el mismo periódico publica otro artículo en defensa de este

arte, esta vez dedicado a Sonia, pero con un colofón muy intetesante en el que Robert se

pregunta por qué no se aceptaba su simultaneísmo, a lo que el periodista contestó con un

texto en el que se adviene, por un lado, la afirmación de una persistencia artística

tradicional y, por otro, la llegada de nuevos valores y movimientos como, en el caso

literario, el ultraísmo: “-¿Y por qué este arte no prevalece aquí?-... Ya prevalecerá, en efecto. Un

amontonamiento denso de prejuicios, de concreciones internas, de circunstancias históricas, ha ido

estrechando aquí los límites del pensamiento y de la idealidad, hasta casi estrangularlos. Sí, es cierto;

respiramos un ambiente literario y artístico encarecido. Pero cada día se ve más cerca el día de la

liberación. Tan denso es este ambiente nuestro, que se necesitará un huracán para barrerle. Pero

empiezan a soplamos en plena cara las primeras ráfagas” (37).


594

Antes de su viaje a Bilbao, del que hablaremos en el siguiente apartado - donde

exponen en agosto de 1919, en las salas de la Asociación de Artistas Vascos - los


u
Delaunay reciben un nuevo encargo: la decoración del Petit Casino de Madrid y los

vestidos de la vedette, Gaby, quien lo inaugurada el 24 de abril de este año (38). A

finales de 1920, Sonia realiza una nueva exhibición de sus objetos artísticos, en la librería
t
Mateu, de la calle Marqués de Cubas, núm 3, de la cual queda una fotografia de la artista

con sus obras (39), aparte de la tienda “Casa Sonia” que, por aquel entonces, regentaba

en la calle Barquillo (40), y de quien Ramón Gómez de la Serna escribió. “los


e

conservadores y los carlistas le han hecho decorar sus intenores, desde el marqués de ¡‘aldeiglesias

hasta el marqués de Cerralbo” (41). e

Inmersa en los inicios de los años 20, donde el arte industrial cobrada una gran
e

importancia, Sonia va a competir con otras exposiciones de arte decorativo. Así, por

ejemplo, coincidiendo con su exposición en el Salón Mateu, La Casa “Vergelia” de U

objetos para decoración y regalos, exhibia pinturas, esculturas, bronces, mánnoles,

cristalería y porcelana de arte, artículos de piel, tapicería de colgar, bisutería y moda,


E,
carpintería artística, reproducciones, y piezas firmadas y únicas (42), las casas Jacques

Goddfer Wahlis de Viena y Praga, en la Carrera de San Jerónimo, núms. 7 y 9 o la casa U

Loewe (43) de la calle Príncipe, realizaban o anunciaban sus obras. Sin embargo, más
a
curioso todavía ante esta exquisita competencia es el anuncio de Sonia como decoradora

de interiores y “al frente de la efimera Boutique Sonia” (44), publicaba en los diarios de a

prensa “Decoración completa de casa, Muebles, Lámparas, Cortinas luminosas” (45), semejante al
e
título del catálogo de la exposición del Salón Mateu “Decoración completa de interiores”

en el que aparecía una lista completa de las obras expuestas: “almohadones, tapices,

E,

E,
595

alfombras, telas, papeles pintados, divanes, lámparas, porcelanas, sombrillas y paraguas, joyeros,

estuches, ceniceros, cuadernos con colecciones de croquis decorativos, decoraciones de mesas, salones.

comedores, jardines de invierno, salones de Casino, salas de baños, teatros... y trajes” (46). En lo

referente a sus trajes, Francisco Alcántara los recuerda en su estructura carentes de todas

las características de cualquier modista: “Después de haber contemplado anoche tanta y tanta

chuchería frágil y seductora. Sonia nos mostró unos trajes de señoras y de niños de estruendosa

policromía, de sabor popular y de una rudeza y primitivismo encantadores. Los trajecitos de niños

resultan de un delicado acomodo a ¡a vida infantil, a las ideas, a las sensaciones, a las visiones, y, en

fin. a las representaciones infantiles de la vida. Los niños que luzcan tales vestimentas, las sentirán y

gozarán, como si por ellos mismos hubiesen sido ideadas y decoradas” (47).

‘1 -

Interior de la Exposición de Sonia Delaunay en el Salón Mateu


(La Esfera, Madrid, 8-1-1921)

José Francés, por su parte, especificó el papel desempeñado por el arte de Sonia

en la sociedad madrileña: “Su paso empieza a notarse en las casas aristocráticas; en algunas
596

tiendas aletargadas antes bajo los prejuicios de rancio estilo... Da incluso a teatros y cabarets su

oportuna frivolidad y su urgente esplendor de bacanalia de los colores, de irrealidad deslumbradora

w
que consiente los deleites olvidadizos... Su inquietud, removida por una cultura bien de su época, no se

detiene en un solo aspecto de las artes suntuarias, de los bellos oficios o de las modestas tareas
e
sabrosas a gusto popular: tapices, muebles, porcelanas, trajes, almohadones, papeles pintados, objetos

de tocador, y además la magia prisionera por ella de la luz: las mesi tas chinescas, los biombos
e
japoneses, las cortinas persas, luminosas, animadas de corazones eléctricos, miste riosos y rutilantes,

que hacen más íntimos/os inteflores modern os’ (48). e

e,

e’

Objetos decorativos de Sonia Delaunay Ci

(El Fígaro, Madrid, 23-10-1918)


e’

En conclusión, su segunda estancia madrileña se caracterizó sobre todo por su


e’
integración en el nuevo ambiente artístico madrileño, dominado entonces por el recién

nacido ultraísmo, del que como hablamos en el capítulo XI.4 y su abandono definitivo de St

la Peninsula en el transcurso del año 1921.


a

a
597

VII.2. DIARIO BILBAINO

Coincidiendo con el desarrollo de la Exposición Internacional de Pintura y

Escultura que se celebraba en las Escuelas Albia de Bilbao durante los meses de agosto y

septiembre en 1919, los Delaunay inauguraban el 27 de agosto, por primera vez en

España, una muestra simultaneista en los salones de la Asociación de Artistas Vascos,

aunque ya eran conocidos como decoradores por su apertura de una casa de objetos

artísticos que poseían en Las Arenas (49). Las obras presentadas para la exposición de la

Asociación de Artistas Vascos fueron los siguientes óleos: Blérioí, Les Portugaises au

potiron, Porirail de Mme. HA 156, Portugaise cm potiron, La Verseuse, Pantes,

Femmes cvi Marché, A ¡62, Étude Femme nne, Nature Morte, Frulis et légumes, Nature

Morte, Vases, fruus, fleurs (sur papier), Femme au potiron, Sainí Séverin, Vi/le, Vue de

Paris, Notre Dame, Fenétre sur la Vi/le, Esquisse paur Blériol, Arc-en-ciel, A 127,

Esquisse pour Vil/e de Paris, Soleil el Tour, acuarelas: Fenétre sur la Vil/e, Vil/e de

Paris, Sainí-Séverin, Arc-en-ciel, Soleil, Tour de Notre Dame, La Tour, Portrait de

Massine, Football, Blériol, Nu de femme, Minho, Minho Piltoresque, Nu de gitane,

Tours de Laon, Étudefemmes pour Vil/e de Paris, Vil/e y Fenétre sur la Vil/e (50).

Tal y como había sucedido en otras ocasiones -Exposición Celso Lagar o

Vázquez Díaz-, la recepción del arte de vanguardia era mejor acogido en Bilbao que en

la capital madrileña. El desarrollo artístico que se había producido en tierras vascas por

parte de sus propios artistas, divididos, según Javier González de Durana, en “cuatros

fases distintas en relación con el espíritu de la sociedad vasca: esperanza (18 76-1899). rabia (1900-
598

1908~, frustración (1908-19 1W y auto-organización (1911 en adelante)’ (51), había alcanzado,

junto a ‘la copiosa lluvia de dinero que descargó la guerra’ (52) y que permitió en gran parte

la financiación y la compra de obras que se exponían en las diversas muestras artísticas

celebradas en las diferentes casas de arte y, en concreto, en la Asociación de Artistas


e

Vascos (53), un concepto del arte que algunos denominaban plutócratico (54).
e
De esta manera, el advenimiento de otra Exposición patrocinada por la
Asociación de Artistas Vascos, en paralelo, como dijimos más arriba, con la Exposición

Internacional de Pintura y Escultura (en la que podian observarse obras de extranjeros y


u
españoles de primera fila: Cézanne, Gauguin, Van Gogh, Maurice Denis, Vallotton, Van

Dongen, Picasso, Mir, Anglada, Sunyer, Canals, Zuloaga, Zubiaurre, Iturrino,

Echevarría, Arrue, Arteta, Guezala y muchos otros), supuso la llegada a un ambiente


e
cuajado, es decir, adaptado en gran parte, a estas composiciones y movimientos, de una

más de las escuelas ultrainodernistas. Así lo afirmaba el critico bilbaíno Crisanto

Lasterra:
E,,

“¿cúal es el número de escuelas? Se multiplica admitiendo cada día un mayor coeficiente. Se

prolonga como la escala de Jacob... En cada nuevo peldaño, no una nueva modalidad pictórica, sino e’

un nuevo sistema, una forma nueva de expresióny, siempre, abatiendo su vuelo sobre nosotros teorías
E,;
estéticas más modernas.

Iturrino, ¿ es modernismo? Ayer lo fue. Trepando por la escala, nos hemos deslumbrado
e’
después, a partir del año 14, ante la obra de Gleizes, Torres García, Picasso. Lagar, y hoy hállanse ya

más próximos a nosotros entre los pasados los esposos Delaunay


- - E,

Los llamados pintores modernistas sólo son momias rígidas, endurecidas, algo anticuado y

arcaico si se les compara con las irreverencias cubistas de Gleizes, el ultramodernismo de Áhró, el e’

vibracionismo de Barradas o las detonanciasfuturistas de esejoven matrimonio que durante estos días
e’

a
599

expone al público, en los locales de la Sociedad Artistas ¡ ascos, una interesante y copiosa colección

de sus obras.

Roberto Delaunay y Sonia Terk son dos artistas inteligentes - activos, además que, victimas
-

de una visión maravillosa de la vida, van desarrollando una labor de admirable compenetración. Es

justa, justisima, su preeminencia dentro de la escuela futurista. Sólo su talento indudable podía

salvarlos del inminente fracaso en empresa tan audaz (55).

La diferencia existente entre ambos centros artísticos se debía a que los artistas

de Madrid no habían tenido tanto contacto directo con los movimientos del arte

moderno europeo, al contrario de lo que sucedía con muchos artistas vascos, el primero

de ellos Adolfo Guiard, al que siguieron Anselmo Guinea, Manuel Losada, Iturrino, Juan

de Echevarría, más tarde, Valentin y Ramón Zubiaurre, Aurelio Arteta, Julián de

Tellaeche, Gustavo de Maeztu, Alberto, José y Ramón Arrúe, Antonio Guezala... Si bien

es cierto que muchos de los pensionados de la zona madrileña habían viajado a un lugar

diferente, Roma, centro por excelencia de todos los pintores académicos, como se ha

visto Madrid se había convertido, exclusivamente por su ubicación, como Centro

peninsular, en la caja de resonancia de toda la periferia y Castilla en la esencia de España

(56) y tan sólo, se pudieron ver algunos esfuerzos aislados en aquellas exposiciones

individuales de artistas que intentaron introducir algún aire renovador en el Madrid de

entreguerras; a este respecto, un diario vasco caracterizaba esta vida artística madrileña

en relación con la Exposición de Iturrino en el Circulo de Bellas Artes de 1919 (57).

Siguiendo con la exposición de Robert y Sonia Delaunay en la Asociación

artística bilbaína, su pintura simultaneista fue considerada por algunos como la llegada de

“luz” ante las anteriores exhibiciones de índole más oficial:


600

los artistas vascos han abierto sus salones a la luz. Es de alabar. Porque era hora va de

alzar el pendón de la última rebeldia y caer sobre las mermadas huestes de pintores académicos, de

hombres sin escrúpulos, empeñados en pintar las cosas tal y como son la infamia de que un ojo parezca

un ojo, un río un río y una codorniz una codorniz, se ha acabado definitivamente Nadie como Robert

Delaunay y Sonia Delaunay Terk para producir este género de explosiones... Cada círculo es una idea a

madre, un pensamiento central No hay pincelada que no os invite a la meditación y al desprecio de las
e
cosas terrenales. A veces un simple círculo morado es un tratado de Filosofia. Basta una sencilla

imperceptible desviación del círculo y del color, para que sospechéis que está ante vosotros una vieja

campesina de la orillas del ]vlinho inclinada sobre el capricho de un rábano... ¡ El despreciable arte de

esos hombres que al hacer un retrato caen en la perversión moral de dar con el parecido, y no saben t

que los caballos son morados, las mujeres verdes, los toreros cojos y que los árboles se hacen con regla
e,
y cartabón!

Jamás será suficientemente agradecida esta obra profundamente revolucionaria,


a”

regeneradora, reconfortante del ‘simultaneismo “(58).


u,

Defendiendo esta misma opinión, otro diario calificó dicha exhibición como ‘la

manifestación más moderna de la pintura contemporánea, y una demostración de la conmoción

artística de nuestros días” (59), mientras que críticos más académicos, como J. Iribarne, uF

quien redactó un articulo imitando con sus párrafos a las composiciones de los Delaunay

por la incomprensibilidad que encerraban, declaraban lo siguiente:


E,
“Estos incomprensivos senos aparecen en forma de vértices amorfos, merecedores de la

excrecencias acerbas de los que se consumen en el nórdico más de una modernidad eclosiva, llevan
a
sobre sus volcánicas testas un gran índice en el que se lee con caracteres barrocos: ‘Siempre adelante~,

lema del que en una hora indecisa echaron mano los exploradores infantiles... Hay que desgarrar las e

siete capas de la vulgaridad y la ignorancia comunes, dejando a un lado el ingenio de barbería, si


a
queremos exaltar dignamente la obra de los sucesores de Monet C’ézanne y Gauguin... “ (60).

e
601

La Exposición fUe clausurada el 8 de septiembre y no el 3 como afirma Pilar Mur

(61), ya que incluso el propio día 6 del presente mes se colocaron nuevas obras y se

invitaron a varios artistas vascos a las salas de la Asociación, calificadas como ‘centro

mundial del Arte ultramoderno” (62). La repentina retirada de las obras de la Asociación fue

debido a la participación de los Delaunay en otra Exposición que tendría lugar en

Estocolmo durante el mes de octubre (63); en diciembre, se exhibieron en la misma

ciudad las obras de algunos artistas vascos - Iturrmno, Tellaeche y Guezala - en la

Nayakoust Galleriet (64). Pilar Mur atribuye que la intervención de estos artistas vascos

en Estocolmo tuvo lugar gracias al relpaldo de los artistas franceses, Sonia y Robert

Delaunay (65), en nuestra opinión, también se puede atribuir a la mediación del critico de

arte Juan de la Encina (Ricardo Gutierrez de Abascal), quien coincidiendo con la partida

de las obras de los esposos Delaunay, viajaba ese mismo mes a Estocolmo (66).

Entretanto, la clausura de la Exposición en las salas de la Asociación de Artistas

Vascos no desligaba de modo alguno la integración de ambos pintores en el ambiente

artístico de Bilbao. La llegada del pintor vasco Juan de Echevarría (67) fue motivo

suficiente para un recibimiento público. La sociedad bilbaina, con Ramiro de Maeztu a la

cabeza, organizó un homenaje al pintor. Es curioso observar el menú artístico que se

sirvió en el banquete, impreso en unas cartulinas con unos dibujos de Guezala referentes

al homenajeado y a su obra:

“Entremeses a la .fturrino.

Sopa del Paria de Avila.

Merluza a la Bagaría

Tournedos a la Taquillera.

Fiambres variados (naturaleza muerta).


602

Ensalada a la Delaunay.

Helado fin/ii.

Etc., etc” (68).

Y ello a pesar de la ausencia tisica de los Delaunay, ya que no aparecen entre la

larga lista de los comensales Julio Arteche, Ramón Aras Jáuregui, Alejo Sota, Gregorio
-

de Ibarra, Bagaría, Pedro Gimón, Arana, José María González Ibarra, Arteta, Zubiaurre
e

(Ramón), Ramón Belausteguigoitia, Antonio Bandrés, Quintin de Torre, Alberto Arrúe,

Guezala, Artiach, Norzagaray, Eugenio Leal, Antonio Arroyo, hermanos Ronovales, U

Márquez Acha, López Chico, Viar, Sarría, Tellaeche, Agúero, Luno, Pablo Acha,

Cortés, Mourlane Michelena, Joaquín Zugazagoitia, Jóse Felix Lequerica, Rafael


U
Sánchez Mazas, Femando Quadra Salcedo, Juan de la Cruz y las adhesiones de Hermen

Anglada, Juan Carlos Gorta.zar, Santiago Rusiñol, Oscar Rochelt, Ricardo Baroja,

Indalecio Prieto, Restituto Azqueta, Francisco Disdier, Roberto Echevarría, Nemesio


U
Sobrevila y otros (69) - probablemente debido a su partida a Estocolmo donde, como

hemos apuntado, expondrían en octubre y se encontrarían realizando los preparativos e

puesto que la celebración de este homenaje fue el 28 de septiembre.


a”

De nuevo en Bilbao, en el mes de noviembre tiene lugar una segunda exhibición

de los Delaunay. Esta vez se trata del “Salón Sonia”, en los locales del Majestic Hall. Sin a”

embargo, la apertura de esta nueva sala de exposiciones en el núm. 34 de la Gran Via


- -
u

relegó protagonismo a la muestra de Sonia. En primer lugar, porque coincidió con la


a

primera exposición de obras pictóricas a cargo de Romero de Torres junto a la


programación, por parte de su nuevo propietario, Ribera Font, de “importantes audiciones

musicales y conferencias sobre diversos temas, a cargo de personas de sólido y verdadero prestigio en
e

E,
603

el campo de las Bellas .Irtes” (70). Y, en segundo lugar, por ubicarse en el entresuelo del

local, donde podía pasar inadvertida (71). Además, en lo concerniente a la actividad

artística de Bilbao, se estaba desarrollando la Exposición del artista vasco Tellaeche y se

anunciaba la del pintor polaco David Regeusky en el Ateneo. Este último, conocido ya

en San Sebastián, donde anteriormente habia realizado algunas exhibiciones de sus obras,

era un pintor impresionista de paisajes que babia recogido los tópicos de la España

trágica y de la España mística (72), gozaba “de un singular atractivo - publicaba E/

Noticiero Bilbaíno- pues no se limitará a una simple exposición de obras pictóricas sino que

abarcará en su conjunto todo el arte ruso, música, pintura, escultura y arte decorativo” (73). La

mayor parte de la prensa diaria se ocupa de esta muestra, El Liberal (15-11-1919; 17-

11-1919 y 18-11-1919), La Tarde (19-11-1919), La Gaceta del Norte (18-11-1919)

incluso ésta última dedica un artículo a la conferencia que Aguilera dio en los salones del

Ateneo de Bilbao sobre el arte del pintor polaco, David Regeusky (74). Además

destacaron otras muestras artísticas en este mismo mes de noviembre como la del

acuarelista Ruiz Morales en la Salón Hormaechea (calle Victor, 7), la de Alberto Arrúe

en el Salón Delclaux y la de Pons Pelayo en el Ateneo (75). Asimismo, destacamos otra

Exposición, la del asturiano Evaristo Valle, en los propios salones del Majestic Hall que,

por un lado, la relaciona y, por otro, la separa de las escuelas ultramodernistas que

actuaron en Bilbao: el simultaneísmo de los Delaunay y el planismo de Celso Lagar.

Estas habían suscitado con sus obras las críticas más representativas de los adelantados a

la modernidad del arte vasco, estableciendo así otro discurso en las artes plásticas

bilbaínas: el enfrentamiento entre la pintura vasca, encamación de la sociedad vasca,


604

como lo nuevo y lo moderno, y la llegada de las escuelas ultramodernas que eran

rechazadas, pero a la vez aceptadas, como oposición al arte oficial:

Evaristo Valle es de los pocos que han logrado salvarse de la aberración en las

modernisimas modalidadesy tendencias. Porque nadie ignora ya que hay quien pretende hacer tragar

la ‘rueda de molino de la impotencia como fuerza modernista. Lo nuevo y lo moderno se admitía -¡no

se ha de admitir.’- como nuevo y como moderno. Ahora bien: establecemos siempre la diferencia entre

la mancha y la pintura verbigracia, entre Celso Lagary Roberto Delaunay” (76).


a’

Una de las crónicas más completas sobre la Exposición de Sonia en el Majestic

Hall fue la del diario Euzkadi, ya que las otras, tan sólo dos, son pequeños anuncios de la
E,

muestra. Aquélla nos revela en gran manera la continuidad de Sonia Delaunay en su


a

trabajo de objetos para la decoración de las casas más ricas de Bilbao. Es el último
testimonio de la presencia del matrimonio Delaunay en Bilbao, poco antes de marchar a

Madrid: “La apertura del Salón Sonia, destinadopor la notable artista o la exposición permanente de
u
las últimas novedades artísticas procedentes de Paris.

Pocas, muy pocas, damas del Bilbao ‘Chic ~varistocrático hubieron dejado ayer de visitar este
a
magn<fico salón, en el que Sonia Terk les presenta las más delicadas curiosidades de la elegancia.

Desde primeras horas de la tarde, el número de señoras y señoritas que desfilé por el salón Sonia fue U

enorme, lo cual nada de extraño tiene, dado el prestigio que esta artista se ha granjeado merced a su
a
exquisito gusto en materias de arte’ (77).

E,

a
605

VIIi. NOTAS

(1) Valeriano Bozal, “El horizonte de la renovación plástica española o hemisferio

Paris”, La Sociedad de Artistas Ibéricos y el arte español de 1925, Museo Nacional

Centro de Arte Reina Sofia, Madrid, 1995, p.36.

(2) Pierre Francastel, Dii cubisme ¿1 l’an abstra¡t, Paris, S.E.V.P.E.N., 1957.

(3) Vid., Capítulo XIII. Cristalización del primer proyecto colectivo: El Ultraísmo.

(4) Guy Weelen, “Los Delaunay en España y Portugal”, en Goya, Madrid, núm 48,

mayo-junio, 1962.

(5) Cfr., Danielle Molinarí, Robert Sonia Delaunay. Le Centenaire, Paris, Musée d’Art
-

Moderne, 14 mayo-8 sept, 1985. p.28.

(6) Guy Weelen, op.cit., p.42l.

(7) Danielle Molinarí, Robert Sonia Delaunay. Le Centenaire, op. cit., p.29.
-

(8) Guy Weelen, op.cit., p. 423.

(9) Ibid.,
606

(10) Danielle Molinarí, Robert et Sonia Delaunay, Nouvelles Éditions Fran~aises, 1987,

París, p. 89.

(11) Guy Weelen, op.cit., p. 423.

(12) Uno de los mejores estudios para la etapa portuguesa es el de Paulo Ferreira,

Correspondance de quatre artistes portugais Almada-Negreiros, José Pacheco, Souza-


- a

Cardoso, Eduardo harina- avec Robert et Sonia Delaunay, París, 1972. Véase también
e
su catálogo Sonia e Robert Delaunay em Portugal e os seus amigos Eduardo Vianna,

Amadeo de Sonza-Cardoso, Jáse Pacheco, tUrnada Negreiros, Lisboa, Funda~ao u

Calouste Gulbenkian, abril-mayo 1972,

e”
(13) Guy Weelen, op.cit., p. 424.

e.’

(14) Vid., Pascal Rousseau, La aventura simultánea. Sonia y Robert Delaunay en


e
Barcelona, Universitat de Barcelona, 1995.

(15) Juan Manuel Bonet, “Los Delaunay y sus amigos españoles”, Robert y Sonia
a

Delaunay, Madrid, Fundación Juan March, abril-mayo, 1982.

(16) Juan Manuel Bonet, Diccionario de las vanguardias en España 1907-1936,


e

Madrid, Alianza, 1995, p.2l5


a

e
607

(17) Guy Weelen, op.cit., p. 427.

(18) Ibid.,

(19) Anónimo, “Sección femenina”, La Correspondencia de España, Madrid,

18-6-1918.

(20) Ibid.,

(21) E. Torralva Beci, “Una creación de Sonia Terk-Delaunay”, El Figaro, Madrid, 20-

11-19 18.

(22) Anónimo, “Los esposos Delaunay. El arte futurista en la escena, decoraciones y

trajes del ‘Ballet’ Cleopatra”. El Figaro, Madrid, 1-2-1919.

(23) Danielle Molinari, Robert et Sonia Delaunay, op. cit., p. 107.

(24) E. Torralva Bechi, op. cit.

(25) Danielle Molinarí, Robert et Sonia Delaunay, op. cit., p.l 06.

(26) Ibid.,
608

(27) Anónimo, “Los esposos Delaunay. El arte futurista en la escena, decoraciones y

trajes del ‘Ballet’ Cleopatra”. El Figaro, Madrid, 1-2-19 19.


e

(28) Juan Manuel Bonet, “Los Delaunay y sus amigos españoles”, op. cit., e

a
(29) Vid., Capítulo VII.2. Diario Bilbaíno.

E,

(30) Juan Manuel Bonet, “Los Delaunay y sus amigos españoles”, op. cit.,
e

(31) VV.AA. Las Vanguardias en Cataluña, (1906-1939), Barcelona, Fundació La E,

Caixa, 1992, p. 497.


E,

(32) Josep Llorens i Artigas, “Les pintures d’En Delaunay”, La Ven de Catalunya, e

Barcelona, 3-6-1918. También en El Liberal (Barcelona), 11-5-1918, 12-5-1918, 13-5-


u
1918 y 18-5-1918, VelliNuu, 15-6-1918 yenD’aci idalla, 10-6-1918.
a

(33) Relacionado con este tema José Francés publicaba: “Se prepara en las Galenas Dalmau, a
de Barcelona, la primera exposición ‘Simultaneista’. El simultaneismo es como el cubismo, el
u
futurismo, el orfismo, el simplicismo... una tonteria pictórica. Pero esta es mayor que las otras porque,

según su nombre lo promete, es un ‘conjunto simultáneo de las artes reunidas’. Se darán conciertos y
a
conferencias explicativas y la sala estará decorada de un modo simultanista”, en “Memoranda”, El

Año Artístico, Madrid, marzo de 1916. u

a
(34) Jacques Damase, Robert y Sonia Delaunay, Madrid, Fundación Juan March, 1982.
a

a
609

(35) Anónimo, “Una visita a los esposos Delaunay. El simultanismo”, El Figaro, Madrid,

23-10-19 18.

(36) Ibid.,

(37) E. TorralvaBeci, op. cit.,

(38) Cfi., Juan Manuel Bonet, “Los Delaunay y sus amigos españoles”, op. cit., y

Danielle Molinari, Robert et Sonia Delaunay, op. cit., p. 109.

(39) Silvio Lago (Seud. de José Francés), “La vida artística. Exposiciones en Madrid”,

La Esfera, Madrid, 8-1-1921.

(40) Juan Manuel Bonet y Carlos Pérez, “Biografias. Documentos”, El ULTRAíSMO y

las artes plásticas, Valencia, IVAM Centre Julio González, 27 junio - 8 septiembre

1996, p.274.

(41) Ramón Gómez de la Serna, La Sagrada Cripta de Pombo, Tomo II, Madrid.

(42) Anónimo, “Exposición de arte de la Casa ‘Vergelia’ “, La Epoca. Madrid, 7-12-

1920.

(43) Anónimo, “Exposición artística”, E/Imparcial, Madrid, 5-12-1920.


610

0~

(44) Juan Manuel Bonet, “Los Delaunay y sus amigos españoles”, op. cit.,
e

(45) Anónimo, “Exposición artística Sonia”, La Epoca, Madrid, 1-12-1920. e

e.
(46) Francisco Alcántara, “La vida artistica. Exposición Sonia Decoración de interiores
-

a
- Sala Mateu Un cuadro antiguo En el Salón de Arte Moderno”, El Sol, Madrid,
- -

4-12-1920. e

e
(47) Ibid.,

E,

(48> Silvio Lago, (Seud. de José Francés), “La vida artística. Exposiciones en Madrid”,
a
LaEs,fera, Madrid, 8-1-1921.

E,

(49) Anónimo, “Salón de la Asociación de Artistas Vascos”, La Tarde, Bilbao,


a
26-8-1919.
a

(50) Pilar Mur, La Asociación de Artistas Vascos, Bilbao, Caja de Ahorros Vizcaína,
a
1985, p. 76.
a

(52) Anónimo, “Arte y ciencia: La riqueza ennoblecida”, ElLiberal, Bilbao, 8-9-19 19. a

e
(53) Pilar Mur, op. cit., p. 59.

E,
611

(54) Luis Araquistain se refería a este tema de la siguiente manera: ‘El dinero tiene también

su proceso espiritual, su historia de ascensión y dignificación, que se realiza en una serie defines cada

vez superiores... El primerfin del dinero ese! dinero mismo... luego viene el fin sensual.. luego nace

el gusto por el arte y la ciencia... Bilbao, como una de las máximas representaciones del dinero que

hay en España, ha pasado por varias etapas. Bilbao ha sido el pueblo sobre el que amontonaban

riqueza por la riqueza misma en “Por el norte de España: la plutocracia descubre el arte”,

El Liberal, Bilbao,13-8-1919.

(55) El Pillete de Brooldin (Seud. de Crisanto Lasterra), “De Arte. Roberto Delaunay y

Sonia Terk”, Euzkadi, Bilbao, 2-9-1919.

(56) Vid., VV.AA, Centro yperferia en la modernización de la pintura española 1880-

1918, Madrid, Ministerio de Cultura, Palacio de Velázquez- Bilbao, Museo de Bellas

Artes, 1993-1994.

(57) A este respecto Eugenio Xammar publicaba: “Tristemente corrompido es el ambiente

artístico de Madrid. Hay un arte oficial que lo invade todo o casi todo y a su sombra vegeta

frondosamente una critica oficial cuya misión se reduce a fomentar los intereses, por así decirlo,

materiales de los artistas de cámara. Las fototipias ampliadas de asunto histórico del Sr Moreno

Carbonero, la mala fotografia en colores del Sr Bejar, los mármoles amerengados de los Srs.Benlliure

o del Sr. Coullant- Valera tienen una cotización artística. Las anécdotas ilustradas del señor Romero de

Torres despiertan el entusiasmo de escritores aparentemente jóvenes, Y un día expone su obra en

Madrid Juan de Echevarría, uno de los pintores españoles de sensibilidad más fina y penetrable, de

más cumplida ciencia técnica y del público y la crítica madrileña no consiguen enterarse. Iturrino, otro

pintor vasco, cuya exposición en los Salones del Circulo de Bellas Artes acaba de cerrarse, ha tenido
612

más suerte o, no es posible ignorar la presencia de Iturrino. El contraste es demasiado rudo entre
e
su obra de sinceridady de atrevimiento y la circunspección y compostura que dominan, ahogadamente,

en el ambiente artístico de .\fadrid.. , en “De la vida artística madrileña. El pintor Iturrino”, e

E/Pueblo Vasco, Bilbao, 3-8-1919.


u

(58) Asterisco, “La pintura ‘simultaneista’en el Salón de Artistas Vascos”, La Gaceta del a

Norte, Bilbao, 3-9-1919.


a

(59) Anónimo, “Salón de la Asociación de Artistas Vascos”, La Tarde, Bilbao, a

26-8-19 19.
a

a
(60) J. Iribarne, “El sabor mental de la pintura moderna”, La Tarde, Bilbao, 30-8-1919.

E,

(61) Pilar Mur, op~ cit. p. 76.


u

(62) Anónimo, “Asociación de Artistas Vascos. Exposición de pintura ‘simultané’”, u

La Tarde, Bilbao, 6-9-1919.


u

(63) Ibíd, Posiblemente expusiera en la Galeria Konstgalleriet, propiedad de su amigo e

Ciacelli, quien ya en 1916 babia invitado a Sonia a exponer su obra gráfica.


E,

e
(64) Pilar Mur, op. cit., p. 76.

a
(65) Ibid.,
a

a
613

(66) Anónimo, “Juan de la Encina y Juan de Echevarría”, El Pueblo Vasco, Bilbao,

20-9-1919.

(67) Anónimo, “Homenaje a Juan de Echevarría. Ofrecimiento de Ramiro de Maeztu y

contestación del festejado”, El Pueblo Vasco, Bilbao, 28-9-1919.

(68) Ibid.,

(69) Ibid.,

(70) Anónimo, “De Arte”, La Tarde, Bilbao, 5-11-1919.

(71) Anónimo, “En el Majestic-Hall”, La Tarde, Bilbao, 10-11-1919.

(72) Anónimo, “El arte en Bilbao”, El Noticiero Bilbaíno, Bilbao, 17-11-1919.

(73) Ibid.,

(74) Anónimo, “El pintor Regevski”, La Voz de Guipúzcoa, San Sebastián, 1-8-1919.

(75) Anónimo, “El arte en Bilbao”, op. cit., y T.M, “El arte y los artistas”, El Liberal,

Bilbao, 21-11-1919.
614

(76) El Pillete de Brooklyn (Seud. de Crisanto Lasterra), “Exposición Evaristo Valle”,

Euzkadi, San Sebastián, 30-11-1919.


e

(77) Anónimo, “De Arte. Apertura del Salón ‘Sonia”’, Euzkadi, San Sebastián, e.

10-11-1919.
e

E,

e
615

VIII. RAFAEL ALBERTI, DE PINTOR A POETA

En 1917 llegaba a Madrid (1) procedente de Cádiz un joven muchacho, Rafael

Alberti, llamado a protagonizar uno de los episodios más importantes de la literatura

española en la Generación del 27 pese a que mucho antes su primera vocación iba a ser

la de pintor. Esta aspiración de artista había comenzado en su ciudad natal; sin embargo,

seria en la capital madrileña donde convierte esa vocación en realidad, con sus frecuentes

visitas a las Academias, sobre todo, al Museo de Reproducciones con sus estatuas

clásicas (2) y al Museo del Prado, copiando principalmente a Zurbarán y a Goya. No

obstante, su rápida introducción en el ambiente artistico madrileño más avanzado hace

que muy pronto se incline por otras corrientes pictóricas dejando a un lado sus primeras

copias clásicas.

Como estamos viendo y seguiremos viendo más adelante este ámbito artístico de

avanzada al que nos referimos estaba compuesto, esencialmente por los pintores Rafael

Barradas, Norah Borges, W. Jahl, Maijan Paszkiewicz, Robert y Sonia Delaunay, Daniel

Vázquez Diaz, etc. que empezaban a formar por aquellos años (1918-1921) el argot de

la pintura ultraista, de la que veremos más adelante cómo Alberti también se hizo

partícipe. Precisamente, por estas fechas Alberti conocería, a través de Gil Gala, al

último de estos pintores mencionados, Daniel Vázquez Díaz, del que observaba: “aunque

fuera un revolucionario de primera avanzada, sus dibujos, retratos, simples líneas y sugeridos planos,

su pintura era de producción cézanniana en la técnica, pero de unfuerte espíritu español” (3).
616

En octubre de 1920, convencido por Vázquez Díaz, expone sus primeras obras

como pintor en el recién inaugurado 1 Salón de Otoño en las salas del Palacio del Retiro.
a
Allí concurre en la llamada “sala del crimen” con otros artistas como los polacos Jahl y

Paszkiewicz. En esta muestra no expondrá con su amigo mexicano Amado Cuevas (4),

aunque asi lo mencione en sus memorias, sino que habrá que esperar al año siguiente

para que este hecho se realice.

En 1921 cuando comenzaba su vocación literaria y en píeno apogeo ultraista

tiene lugar el II Salón de Otoño, al que Rafael Alberti concurre con varias obras de las
u

que el mismo recuerda que “eran muy diferentes: una, la más normal, influenciada por Vázquez

Díaz, se titulaba ‘Evocación’, y la otra, la más rara, ‘Nocturno rítmico de la ciudad’. Un juego de

ángulos curvos, verdes claros y rojos, que se superponían y trasparentaban en una musical repetición,
a
tachonados a veces de puntos negros, quena sugerir, de manera ingenua, el efecto lumínico de una

ciudad moderna a vista de pájaro” (5). a

Estas obras, como las de muchos otros pintores como Vázquez Díaz, Amado
e
Cueva, Palencia, etc., flieron objeto de numerosas caricaturas que satirizaban las

composiciones que se exhibian en ese II Salón de Otoño. En concreto, la de Rafael a

Alberti simulaba a su obra Nocturno rítmico de la ciudad en la que sus trazos eran
a
comparados con los de una sandía (6).
u

Rafael Alberti, Nocturno rítmico de ¡a ciudad Amado Cueva, Asunto mejicano


a

u
617

En estos momentos, su relación con el grupo de artistas más avanzado que

ilustraban para la mayada de las revistas ultraistas quizás le convenció para enviar un

pequeño poema en su pretensión de comenzar a colaborar con éstas, pretensión que no

pudo ver complida y así, una de estas revistas, Ultra, rechazaría su poema.

Su siguiente actuación en el campo de las artes plásticas fue la inauguración de su

primera Exposición individual en el Ateneo durante los meses de enero y febrero de

1922. A pesar de los datos que nos ofrece Alberti sobre esta muestra, no hemos llegado

a localizar ningún comentario sobre ella en la prensa diaria ni en revistas especializadas.

De los diarios más importantes de Madrid La Voz, Informaciones, El Imparcial, El Sol,


-

La Correspondencia de España, ABC, El País o Heraldo de Madrid - tan sólo hemos

recogido una pequeña pista que nos llevaria a pensar, exceptuando los comentarios de

Alberti, que en aquellos momentos se celebraba una exposición cubista. Se trata de una

cancatura que aparece


rUNA W

—I

Cancatura
(Heraldo de Madrid, 9-2-1922)
618

Ante la escasez de datos para hablar de esta exhibición, quizás, como considera

Juan Manuel Bonet, “la primera exposición abstracta celebrada por un artista español” (7) sólo

podemos documentamos con las palabras del propio Alberti:

“En enero o febrero de 1922 asistí a la apertura de mi exposición en el saloncillo del Ateneo.
u
El bueno de Juan Chabás, fiel cumplidor de su promesa, se había ocupado de todo: colocación de los

cuadros y dibujos, catálogo, precio de las obras, etc. No me disgustó ver reunidos y ordenados con e
cierta gracia mis trabajos de aquellos años, indagadores de las tendencias más dispares. Podían allí
e
comprobarse figuras y paisajes influidos por Vázquez Díaz, explosiones de colores sometidas a

dinámicos ritmos vistos en Delaunay, al lado de más inocentes juegos geométricos de danza, recuerdo
u
lineal del Ballet ruso entremezclado con visiones de las cavernas prehistóricas. Ante aquel conjunto de

mi obra, sentí la tentación de reanudar mi ya expirante vocación plástica. Pero no. Era demasiado u

tarde para volver Roto estaba el camino, y por el nuevo de la lírica mis avanzados pasos me decían

que el retornar hubiera sido un grave error. La exposición fue más bien celebrada por jóvenes literatos u

que por pintores. Cosa que me desagradó, aunque no tanto como para amargarme. Entre los amigos
a.
del gremio que la visitaron recuerdo a Gregorio Prieto, ya bastante conocido, y a Francisco flores, en

vísperas de partir para Francia (8). a.

Respecto al resultado de esta exposición. Alberti recuerda que tan sólo vendió un

cuadro (a 300 pts.) a un funcionario de la embajada de Perú (9). Sin embargo, queda

todavía por desvelar, ante el desconocimiento del catálogo de la muestra, el contenido de


u
las obras que pudieron estar presentes, para lo cual nos remitimos a los trabajos que hoy

en día se conocen de su primera etapa. De ellos destacamos Composición (1920), a

(Gouache, 60 x 47’5 cm, Col. pan.), Faroli/lo (Gouache, 28 x 24 cm, Col, pan.), —

Paisaje Sideral (Oouache, 20 x 24 cm, Col. pan.), El Pueblo (1923), (Gouache, 38 x 24


u

cm, Col. pan.) y Mujer durmiendo (1920), (Óleo sobre lienzo, 72 x 99cm) (10). En su
a

a
619

conjunto casi todas se sumergen bajo las propuestas pictóricas más avanzadas del

momento.

Composición

Las características que nos ofrece esta obra bien las podríamos comparar con un

dibujo en forma de caricatura que la crítica madrileña satirizó en su visión de lo que

consideraba que era el ultraísmo. En ambas podemos apreciar connotaciones muy

similares como la distribución caótica de las formas, asi como la multitud de pequeños

objetos repartidos por toda la composición que nos acerca incluso a algunas portadas de

Barradas en la revista Ultra o de Norah Borges en Grecia.


‘e-

1-
Composición, (1920) Caricatura
(Gouache, 60 x 47,5 cm) (Mundo Grafico,11-5-1921)
620

Farolillo

Esta obra se debe vincular con los primeros ismos, como el simultaneísmo de los

Delaunay. En concreto con el cuadro de Robert Paisaje con río, que poseía Vázquez

Díaz y que Alberti pudo conocer en Madrid. e

a.

u’

a
R. Alberti, Farolillo E. Delaunay, Paisaje con río (c. 1920-1921)
(Gouache, 28 x 24 cm) (Óleo sobre cartón, 36’6 x 26’6 cm) a

a
Posteriormente, la vocación literaria de Alberti superaría la pictórica; sin

embargo, no por ello abandonó su relación con ésta última. Las siguientes intervenciones u

del artista fúeron como escritor en la revista Alfar <junio-julio de 1924), en la que publica

a
621

un artículo sobre la pintura de su amigo Vázquez Díaz, y en otras como Horizonte,

Índice o Plural. Fecha clave de su carrera seria 1925 cuando recibe el Premio Nacional

de Literatura con su libro Marinero en Tierra, en el que Vázquez Díaz reproduce su

retrato como frontispicio del libro. Poco después, sus relaciones con Maruja Mallo le

ligarían a la estética del surrealismo, sobre todo sus colaboraciones con la artista o bien

en las similitudes de sus dibujos con los de Dalí y Lorca como en las ediciones de La

Amante (1929)o Dos oraciones ala Virgen (1931).

Este último año, 1931, Alberti y Maria Teresa León son pensionados por la Junta

de Ampliciación de Estudios para que profundizasen en el conocimiento del teatro

europeo contemporáneo, estancia que comprendió las ciudades de París, Berlín y Moscu;

en la capital rusa vivirían de diciembre de 1932 a febrero de 1933, entrando en contacto

con un ideario de acción social y política de corte marxista.

A su vuelta, serán los fundadores de la revista Octubre, ligada a la Unión de

Escritores y Artistas Revolucionarios y que editaría seis números entre junio de 1933 y

abril de 1934, además de organizar la 1 Exposición de Arte Revolucionario, celebrada en

el Ateneo de Madrid en diciembre de 1933.

Afiliado al Partido Comunista de España, su convicción de la vinculación entre

intelectuales y pueblo le lleva a dirigir otra de las grandes publicaciones de la primera

mitad del siglo XX: el Mono Azul Hoja Semanal de la Alianza de Intelecwales

AntWascistas en Defensa de la Cultura (1936-1939).


622

Of

VIII. 1. NOTAS

e
(1) Se instala con toda su familia en la calle Lagasca, núm. 101. Vid., Rafael Alberti, La
u
Arboleda Perdida. Memorias, Barcelona, Seix Barral, 1976

(2) El propio Alberti recuerda que en sus dibujos a carboncillo y a lápiz había dibujado a
u
la Victoria y el Discóbolo. Vid., Rafael Alberti, Prosas encontradas. 1924-1942,

Madrid, Ayuso, 1970. u,

U!

(3) Rafael Alberti, La Arboleda Perdida. Memorias, op. cit., p. 130.

u,

(4) Vid., Femando de Marta Sebastián, Historia de la Asociación Española de Pintores


u

y Escultores. 19 10-1993. 8 Décadas de Arte en España, Madrid, Asociación de Pintores


u
y Escultores, 1993, p.73.

u
(5) Rafael Alberti, La Arboleda Perdida. Memorias, op. cit., p. 132.
a

(6) Estas caricaturas de Aguirre frieron publicadas en Gaceta de Bellas Artes, Madrid, a

15-10- 192 1.
e

a
623

(7) Juan Manuel Bonet, Diccionario de las vanguardias en España. 190 7-1936, Madrid,

Alianza, 1995, p. 32.

(8) Rafael Alberti, La Arboleda Perdida. Memorias, op. cit., pp. 15 1-152.

(9) Ibid.,

(10) La mayoría de ellas fueron publicadas en el catálogo Origenes de la vanguardia

española 1920-1936, Galería Multitud, Madrid, 1974, pp. 3-5.


624

IX. LA EXPOSICIÓN DE LOS PINTORES POLACOS EN EL MINISTERIO DE

ESTADO (1918).

En abril de 1918 se celebraba en Madrid la Exposición de los Pintores Polacos en *

el patio del Ministerio de Estado (1). Sus protagonistas, los pintores Józef Pankiewicz,
e
su esposa Wanda Pankiewicz, Wlasdyslaw Jahl, Waclaw Zawadowski y el critico de arte,

y también pintor, Maijan Paskiewicz, quien habla realizado el prólogo al catálogo,

mostraban al público madrileño una gran variedad de obras.

U!

a
Interior de la Exposición de Pintores Polacos
(La Nación, Madrid, 8-4.1918)
e

a
625

La exhibición contaba, según las crónicas periodísticas, con un número

aproximado de cien obras, entre ellas la critica artística destacaba las siguientes, de Józef

Pankiewicz: algunos floreros, bodegones, vistas de calles, Azotea, Pitios y dibujos de

desnudos, con los números 42 y 45 dos paisajes de San Rafael, con el n0 56 Flores y

con el n0 62 Nature Morte; su mujer Wanda Pankiewicz exhibió numerosas tapicerías,

tituladas Paisaje, Cesta de fruta, Nature Morte; Paisaje y Frutas; Wlasdyslaw JahI

expuso La ‘Dama” en bermellón, El Balcón, Tres hombres, Excursión, Composiciones

figurales, Autorretrato, Puesto de fruta y Nature Morte, finalmente, de Waclaw

Zawadowski sobresalieron el n0 100 titulado Bodegón de agujas de mar y cebolletas,

una Composición y un retrato del Sr.MP.

En su prólogo al catálogo de la Exposición de Pintores Polacos, Marjan

Paszkiewicz proponia parte de su programa pictórico, publicado ya en mayo de 1917 en

la revista Cervantes bajo el título Hacia la unidad plástica. Para la muestra del

Ministerio de Estado, Paszkiewicz se había centrado en dos de las claves de sus escritos

estéticos: la forma y el color. Ambos elementos vertebraban de un nuevo ismo artístico,

el sincromismo, presentado por primera vez en París, en el Salón de los Independientes

de 1913 (2), en junio del mismo año en el Neue Kunstsalon de Munich, de nuevo en

París en octubre y noviembre en la Galerie Bernheim-Jeune y, en 1914, en New York, en

donde publicaron algunos de sus manifiestos. Se trataba del primer ismo americano de

vanguardia nacido en Paris, cuyos fundadores Stanton Macdonald Wright (1890-1973) y

Morgan Russell (1886-1953), habían retomado el mismo proceso que había llevado a los

postimpresionistas y simbolistas a un conocimiento más ambicioso de los efectos del

color, basados en los estudios ópticos y partiendo de las teorías decimonónicas de


626

Chevreul, De la lot dii contraste simultané des couleurs (1839), Charles Henry, creador

de Le cercle chromatique (1882), de las teorías del americano Roob, las del alemán
y
Helmotz o bien las de David Sulter, cercanas a los estudios de Seurat y Signac, y que

además exponían una nueva visión del color coetánea al movimiento orfista que

desarrollaba, por aquel entonces, Robert Delaunay en su serie de Ventanas (3) aunque
e’
también se reconocía la importancia que había alcanzado el color en la etapa analítica del

cubismo (4); sin embargo, el movimiento tan sólo durada unos aSas, y hacia 1918-1920

estaba agotado por completo.


u!
A pesar de la ausencia de datos sobre la primera etapa del crítico polaco Maijan

Paszkiewicz (5), se afirma que estuvo en Paris hasta el estallido de la Primera Guerra Mt)

Mundial, en donde asimiló dichas teorías; se instaló después en Madrid y posteriormente,

se convertiría en uno de los emisores de las tendencias de vanguardia. Así lo corroboraba


a
un contemporáneo, el critico de arte Ángel Vegue y Goldoni, que escribió en La Voz,

con motivo de una Exposición de grabados polacos modernos en mayo de 1935 (6).

De su estancia parisina había traído consigo aquellas teorías que irrumpían en los

circulos artisticos y que más le interesaron para formar su propio corpus teórico. De esta

manera Paszkiewicz, en su concepción estética que sirve de prólogo al catálogo a la


u,
Exposición de Pintores Polacos, se refiere a la forma como expresión plástica en el

campo pictórico constituyendo, por sí misma, el vínculo con las demás corrientes U

artísticas ya sean cubismo, futurismo, orfismo y llegando a ser el pilar básico que crea
a

la belleza. Para llegar a ella proponía diversas vias, la representación de una “perspectiva
a

nueva”, “la estilización abstracta de lo natural” y “la depuración del color”, que desde un
u

a
627

punto de vista formal llegarian a alcanzar la emancipación de las artes pictóricas,

oprimidas hasta entonces por su cometido tradicional, en lo que Paszkiewicz denominaba

como ‘falsa misión de anecdotar, de reproducir, de reflejar (7).

En su prefacio, que dividió en ocho apartados, Mujan Paszkiewicz calificaba

estas obras de ‘ensayos de una perspectiva nueva y la estilización abstracta del natural, la

depuración del color en el sentido de su significación especial o la evocación sólo colorista de la

forma, son, en su definitivo alcance, intentos de liberación completa de la pintura de su falsa misión de

anecdotear, de reproducir, de reflejar” (8). Muchos de los valores estéticos que propagaba

Paszkiewicz en su prólogo habían sido estudiados, aunque con diferentes métodos y

valores, también por estos artistas, cuya agrupación duraría lo que la muestra madrileña.

Por un lado, Józef Pankiewicz (1866-1940) - considerado como uno de los

principales representantes del desarrollo de las artes gráficas en Polonia comienza sus-

estudios en la Akademia Sztuk Pieknych de Cracovia. En la década de 1880 Pankiewicz,

junto a otros artistas polacos (Wyczólkowski y Podkowinski) desarrolla numerosos

estudios impresionistas con una paleta de colores luminosos que intenta difundir de un

modo revolucionario en las artes pictóricas de Polonia (9). Más tarde, el período de

agitaciones políticas, dominadas por el ambiente de fuerte propagación nacionalista que

vive Polonia, invita a Pankiewicz a alejarse de su país y viajar por Italia y Francia. En

1899 destaca su participación en la Exposición Internacional de Arte de París, en donde

la concepción de sus paisajes sensibles en la luz y el color repite la misma idea que será

constante en el artista: “La inteligencia del ojo” (10). Esta idea y la aplicación de sus

términos en el análisis de los dibujos de Rembrandt serán definidos por Pankiewicz como

un arte intelectual, en donde “la primera impresión nos es dada por la superficie, sólo más tarde

comenzamos a realizar lo que la pintura representa’~ (11).


628

En 1906 es conocido ya en Europa y tres años después consigue ser profesor de

la Escuela de Artes Gráficas. Sus enseñanzas permitirán, junto a las de otros antiguos
Mt
alumnos de la Academia de Cracovia convertidos en profesores, romper con los

tradicionales estudios del arte gráfico, caracterizándolos ahora por una nueva visión, más

favorable hacia la vanguardia europea. Tras el estallido de la Primera Guerra Mundial, se


Mt
traslada junto a su discípulo Szymon Mundzain (12) a España, concretamente a Madrid,

en donde realiza al lado de cuatro compatriotas esta Exposición de Pintores Polacos que

estamos anahzando. Luego, junto a su esposa Wanda, pasan por Bilbao y San Sebastián

con la intención de realizar otra Exposición, en la ciudad donostiarra, estancia que

recogió el diario La Tarde (13). Después, y hasta su regreso a París en 1919, participa u’

junto a Eugenio Frankowski (ayudante del Instituto de Antropología de la Universidad


u’

de Cracovia), Zdislao Milner (profesor del Colegio Francés de Madrid) y otros, en


e

cuestiones relacionadas con la recién creada República polaca, a través de la Agencia de


Prensa Polaca (14). u

Miembro activo de la vanguardia polaca, en sus dos épocas - la Joven Polonia

(hacia 1910) y el Periodo de Entreguerras (hacia 1945)- realiza su trabajo como profesor a

en la Academia de Bellas Artes de Cracovia y será cabeza visible (1925-1935) de su filial


a
parisina (15). Como acabamos de ver, la formación de Pankiewicz partía, pues, de las

obras impresionistas; sobre todo, como apunta Juan Manuel Bonet, de los estudios de u

luz de Renoir y sus amigos Bonnard y el crítico Félix Féneon (16). Coincidía, por lo
a

tanto, con los primeros experimentos de los sincromistas americanos, en concreto, de

Macdonald Wright, en los que el crítico Mujan Paskiewicz se había inspirado para la —

e
629

formulación teórica de su nueva pintura en el catálogo de la Exposición de Pintores

Polacos. Se establece, así, uno de los principales vínculos entre estos dos artistas. Sin

embargo, el desconocimiento de las obras que estuvieran presentes hace más dificil

establecer cuales fueron estos lazos de conexión, puesto que por ejemplo en el arte de

Pankiewicz según lo definió Jósef Czapsk, alumno y amigo suyo


- -‘el constante devenir

en sus ideas y la diversidad a su visión artistica fueron vistas como la expresión de la falta de

personalidad, de inestabilidad, o de excesiva susceptibilidad hacia las influencias” (17).

Testimonios que determinen ambas teorías quedan, tan sólo, unos cuantos,

exceptuando las críticas a la Exposición de pintores polacos. Los cuadros de Jósez

Pankiewicz En el balcón, datado entre 1914 y 1919, actualmente en el Muzeum Szluki,

Lódz, y Calle de Madrid fechado en 1916 y ubicado en el Muzeum Narodowe de

Varsovia, son, hasta el momento, los dos únicos vestigios de la Exposición de Pintores

Polacos celebrada en el patio del Ministerio de Estado, en abril de 1918, pero quizás con

otros nombres, el primero Azotea y, el segundo, una de las vistas de calles.

En ambos cuadros Pankiewicz utiliza colores claros en diversas gradaciones para

resaltar más los tonos apagados que, a veces, estaban inspirados en la literatura o la

música (18). Además consigue, a través del color, contrastes que crean al mismo tiempo

una armonía de vibrantes manchas de color que le vincula de nuevo con la gama

cromática que proponía Paszkiewicz, y que oculta las diferencias entre la línea y el color

para crear así la superficie plástica, siendo lo que el crítico de arte Juan de la Encina

definía como “un cezannista acérrimo, bien que por alguna que otra de sus obras sintamos pasar la

sombra graciosa de Renoir. Realiza el excelente pintor polaco la habilidad pictórica de tomar como

base cromática de sus obras valores muy latos de la escala, en ese ‘tono mayor construye armonías

verdaderamentepotentes. Como buen ‘cezannista’ busca a todo trance la nitidez y transparencia


630

enstalina de la tinta, y modela en plena luz, mediante una sutilisíma sucesión de valores y planos

cromáticos, lasformas de las cosas. Las sombras, lo que se llama comúnmente sombra en pintura no es

otra cosa que un valor luminoso. Aplica con rigor el principio aquél de Cézanne de que ‘de la relación Mt

exacta de los tonos resulta el modelado’. No se debería decir ‘modelar~. Y, en ese sentido, Pankie’nqcz
u
¡nodula finamente el color en sus obras. A unque algunos críticos mozorrales no lo crean, este artista

polaco sabe profundamente su oficio y posee una rara habilidad manual...” (19).
u,

Mt

mi

mv

a’

Mt,

u’

Jósez Pankiewicz. En el balcón, (c.1914-1919) Calle deMadrid(1916)


Óleo sobre lienzo, 79 x 55 cm, Óleo sobre lienzo 72’5 x 60 cm.

a,
Angel Vegue y Goldoni, cronista de El Imparcial, recordaba al público y la

crítica que, anteriormente, se habían expuesto las obras del artista vasco Juan de
a

Echevarría en el Salón del Meneo. En dichos trabajos prevalecían gamas cromáticas que
a
no frieron valoradas por la crítica de la capital y, ahora, el crítico ponia de manifiesto su

apoyo a la primacía pictórica del artista vasco (20). Otros críticos madrileños destacaron a

también la utilización de un colorido lleno de sensibilidad. Francisco Pompey, redactor


e

a
631

de La Nación, resaltaba algunas de las obras que señalaban más las características

personales del artista. ‘Son dignas de anotarse el n0 56, titulado Flores: el 62, titulado Nature
Aforte; los n0 42 y 43, titulado Paisajes de San Rafael, y sobre todo el titulado Azotea, de una

plasticidad amable y acariciante por su ritmo y de fin isimos ‘acordes’, resuelto sin cansancio: cuadro

admirable de ‘dicción’por la musicalidad de sus matices” (21).

Aunque Pankiewicz defendía el principio que “el final de la pintura es representado

por lo que los ojos ven “, también aspiraba a encontrar lo que los ojos “posiblemente pudieran

ver” (22). Su pintura representaba la búsqueda de un color puro, lo que para Mujan

Paszkiewicz venia a significar “la depuración del color”, precisamente una de las vías que

apuntaba en su prólogo al catálogo de la Exposición de Pintores Polacos. Por el

contrario, la crítica reaccionó airadamente ante estos principios; José Francés consideró

que los colores de sus obras resultaban muy repetitivos lo que podía llegar al

aburrimiento:
el ingenio procedimiento, la simplicidad cromática. No es muy variado el tesoro de sus

combinaciones coloristas; pero sus amarillos, azules, rojos, verdes, causan una sensación optimista.

Imaginamos estos cuadritos tan finos de colorido, tan aristocráticos de sensibilidad, aisladamente, y

comprendemos y deseamos su placer de gran pureza estética. Pero el Sr Pankiewicz abruma con la

repetición monótoma, infatigable, para éL de las mismas flores, el mismo cacharro que las contiene e

igual agrupación de frutos con susformas esféricas y elípticas y sus coloraciones enterizas’ (23).

Su concepto de expresión del color desde una realidad visible que, más tarde, se

difundiría a los artistas agrupados en torno a él, se acercaba por su similitud a las teorías

de Mujan Paszkiewicz en su idea de la “estilización abstracta de lo natural”. Uno de los

planteamientos que defendia el pintor en su visión simplificadora de la realidad estaba

basado en el arte de Rembrandt (24). Algo que también observaron los críticos de la
632

Exposición de los pintores polacos fUe la simplificación en sus paisajes que mostraba “no

los pintorescos paisajes de la vecina Sierra, sino esas casitas con sus árboles, completamente

primitivas, de madera con que jugábamos en nuestra infancia” (25).

Al lado de Józef Pankiewicz, su esposa Wanda Pankiewicz exhibía algunos


e.
paisajes y naturalezas junto a una colección de tapicería que causó gran expectación en la

crítica madrileña. Su obra decorativa fue comentada por todos los rotativos, incluso fue U

considerada por muchos como el único tema de “pintura seria” presentada en el patio del
U,

Ministerio de Estado. Wanda Pankiewicz presentó numerosos tapices cuyos títulos se


a
asemejaban bastante a las obras de su marido, Paisaje, Cesta de frutas, Nature Morte,
Paisaje y frutas, etc. todos ellos realizados en ¡ana y que destacaron por su belleza de Mt

colorido, composición y carácter decorativo.


u
Desde El Año Artistico, José Francés establecía una conexión paralela entre las

tapicerías de la artista polaca y las artes decorativas que surgían de nuevo en la

renhinula, uuyu A un
..
u~geu sc eiiuuu~iaua cii ci A... ~ucco y, sobre todo, proximas, como
--

advertía el crítico, al proyecto de Rafael Domenech, quien intentaba hacer resurgir de

nuevo el arte decorativo en España (26): “sus tapicerías son realmente bellas, de un buen gusto

y de una riqueza decorativa indudables. Estas obras de las Sra. Pankiewicz son muy interesantes. Ahora
m
que por fin parece que en España empiezan a darse cuenta los pintores y los críticos de la importancia

de las artes aplicadas, las tapicerías de la Sra. Pankiewicz me parecen un hermoso ejemplo, tan u

recomendable, por lo menos, como ese Museo de Artes Industriales, por cuyas salas desiertas se pasea

D. Rafael Domenech, el hierofante de las ‘artes industriales’...” (27). U

Si José Francés relacionaba sus obras con la vuelta a las artes industriales del a

futurible Art Déco español, otros críticos estaban más acordes con el arte que se exhibía
a
en la muestras del patio del Ministerio de Estado. Esta era, sin duda alguna, la conexión
u

a
633

con el arte de su esposo, Józef Pankiewicz, paralelo, por otra parte, a esas influencias en

común de otras parejas artísticas de vanguardia, como el caso del matrimonio Delaunay.

Así por ejemplo, Angel Vegue y Goldoni centraba el análisis en las obras de Wanda en la

aplicación de elementos decorativos con un trazado muy estilizado llegando a un

simplicismo (28). Sin embargo, para Juan de la Encina se trataba, tan sólo, de un aire

mspirador y por ello, las obras de Wanda carecían de la influencia de su esposo y más

bien se aproximaban a los bordados españoles. “Las tapicerías de la señora Wanda Pankiewicz

tienen el encanto cromático de un bancal de flores a plena luz, y la brillantez joyante, y expansiva de

los tejidos populares españoles. No quiere decir esto que se parezcan a ellos, sino que nos dejan una

impresión en algún modo parecida También, como su marido, gusta de valores cromáticos muy

subidos; pero a veces sabe producir deliciosas armonías en los tonosy valores medios... “ (29).

Los dos restantes componentes del grupo polaco, Wladyslaw JaN y Waclaw

Zawadowski, presentaron unas obras pictóricas próximas al sincromismo y derivadas,

principalmente, de estudios cezannianos con gran riqueza y armonía del color.

Wladyslaw Jahl (1886-1953) igual que los otros integrantes, tras el estallido de la

Primera Guerra Mundial se traslada a España, junto a su esposa Lucia Averbach, después

de una breve estancia en Paris. Su residencia será Madrid, donde aprende de Jósez

Pankiewicz y se relaciona, como veremos en otro apartado, con el entorno ultraísta de

Tadeusz Peiper y Mildner (30). En 1920 participa en el 1 Salón de Otoño y llega a ser

alabado por Juan Ramón Jiménez, puesto que Jahl era conocido en España por su

relación y participación como dibujante en revistas de índole ultraísta (31).

Su compañero, Waclaw Zawadowski (1891-1982), también fue alumno de Józef

Pankiewicz, pero en la Akademia Sztuk Pieknych de Cracovia. Como los demás, estuvo

integrado en el grupo intelectual parisino y durante su estancia en Madrid, hasta 1920, se


634

relacionó con JahI y Peiper (32). En 1925, formó parte del movimiento de los coloristas

polacos, El Jednorós (Unicorn), relacionado con los trabajos de Eugenivsz Eibich.


Mt
Las obras exhibidas por estos dos artistas en el patio del Ministerio de Estado

sufrieron una crítica, al igual que la de su maestro Józef Pankiewicz, bastante negativa.

Desde El Imparcial Angel Vegue y Goldoni (33), lamentaba el influjo del arte de
a
Cézanne con unos valores de excesiva simplificación que tendían a la creación de un arte

nuevo. toman del ‘cezannismo’, más que de Cézanne, lo caricaturesco y menos fuerte. Cuatro e

rayas de esquemas intraducibles, esbozos infantiles y rebuscada torpeza de línea o de paleta, no hacen
e
apetecer ni lo más mínimo el nuevo arte. Si en teoría nos pareciera admisible, bastarían estos

ejemplares para ponerlo en ridículo de manera concluyente’ (34). U,

La atracción que sentían por la figuración que propuso Cézanne no tendría que
e
haber extrañado al crítico de arte Angel Vegue y Goldoní, si partimos de esa formación

parisina y al lado de un maestro, Józef Pankiewicz, que también sufrió las mismas e

atribuciones juveniles de las que partiu JIWU susLituirias, más tarde, pu’ sunp¡iflcaciuues
e
cromáticas que debió inculcar a sus alumnos Wlasdyslaw Jahl y Waclaw Zawadoswki.

José Francés relacionó las obras de estos artistas con los dibujos de Jules Laforgue y los —

pintores sincromistas, quizás más interesado por el prólogo al catálogo de Mujan


a

Paszkiewicz que por las propias pinturas de los polacos.”Estos dibujos, por ejemplo, del Sr.

u
Wladyslaw Ja/it nos recuerdan los dibujos de Laforgue, y lo que es peor, sus afirmaciones pour épater
le bourgeois, Laforgue dice cosas tan peregrinas como éstas: ‘Una línea puede expresar un objeto sin
a
tener ninguna semejanza gráfica con él’. ‘Las formas deben moverse en el espacio como el

pensamiento. ~‘otienen necesidad de ningún contacto. No tienen anverso ni reverso como el infinito’. u

‘Para expresar la sustancio de un cuerpo se le puede desplazar, aislar, suprimir, soldar o añadir una o
e

a
635

muchas partes’... En cuanto al Sr Zawadowski nos parece un sincromista, dicho sea con todos los

respetos..’ (35).

A pesar de la ausencia de obras artísticas identificadas debemos hacer mención de

otras influencias como la de los pintores Matisse y Rousseau, de las que Juan de la

Encina se hizo eco también en su momento:

‘De los Sres. Ja/iI y Zawadowski no es mucho lo que tenemos que decir de ellos directamente.

Además de la influencia de Cézanne, advertimos en sus obras la de Matisse y hasta la de Rousseau ‘le

douanier’. El Sr. Jahí expone alguna acuarela interesante como nota: pero no pasa de eso, de nota. Del

Sr. Zawadowslá, el retrato del Sr MP., de bastante carácter” (36).

Por otro lado, la incoherencia de los títulos de Jahl y la simplicidad en un grado

primitivo en las obras de Zawadowski fueron objeto de críticas por autores como Blanco

Coris, quien resaltaba que “no encontramos un acierto de repentización ni de síntesis de elementos:

porque poner cuatro hierros a un balcón, a cincuenta centímetros de distancia el uno del otro, no

creemos sea una simplificación deforma. Tampoco comprendemos por qué a una señorita, pintada con

un candor lamentable, que viste una blusa roja, se la ti tule Dama en bermellón o podemos decir lo

mismo del pintor y dibujante Zawadowski: su bodegón de agujas de mar y cebolletas y la composición

señalada en el catálogo con el n0 100 no llegan a la altura de las pinturas de las cavernas del hombre

primitivo: lo más razonable que encontramos de este artista son los dibujos a pluma” (37).

Las reacciones de la crítica hacia la aparición de un nuevo arte en la capital,

cuyos orígenes ya se habían manifestado en otras intervenciones como la Exposición de

Íntegros (marzo de 1915) o la planista de Celso Lagar (marzo de 1917), fueron de

indignación generalizada ante la entrada de cualquier movimiento extranjero o

ultramoderno. En el caso de Edelye, desde El Liberal, acusaba a estos pintores polacos

de realizar obras caóticas por presentar unos cuadros desdibujados (38). 0, lo que es

peor, si no se podía atacar al arte nuevo porque sus criticas resultaban demasiado
636

incomprensibles para un público falto de cultura, sí era más fácil atacar el pudor de ese

público. Respecto a este tema, puede parecer curioso un articulo publicado en La

Acción, cuando ya en el Museo del Prado se podían apreciar los desnudos de Tiziano,

Rubens, Francisco de Goya y tantos otros (39).

Estaba claro que, una vez más, el intento de renovación de las artes plásticas
e
madrileñas o el acercamiento a las obras de índole renovador no logró invadir el

ambiente artístico de la capital. Las razones críticas al corpus teórico de esta nueva e

pintura prologada por Mujan Paszkiewicz y llevada a la práctica por los diferentes
u
artistas de este pequeño grupo polaco con un mismo punto en común, la luz y el

colorido, tomados de su maestro JózefPankiewicz, las veremos a continuación. a

IX. 1 CRITICA A LOS ARTISTAS POLACOS EN MADRID


U,

La Exposición de los Pintores Polacos constituyó, sin duda, uno de los

acontecimientos artísticos más interesantes de Madrid en la década de 1910. Sus


a
concepciones estéticas consideradas por algunos absurdas, por otros, manifestaciones
-

auténticas no llegaron a convencer a la sensibilidad de un país donde el


- ‘sol triunfa y rodo u

lo abrasa y todo lo revela netamente, con minuciosa prolijidad; en donde por eso más se impone la
u
pintura descriptiva, la estructuraL lineal; es, probablemente, donde más reacios han de mostrarse

siempre los pintores a expresar la forma como efecto de relaciones colorísticas” (40). Con estas

palabras, el crítico de arte Francisco Alcántara se dirigía a aquellos jóvenes interesados


u
en la forma, la luz y los colores de la pintura, que podían visitar la Exposición de los

Pintores Polacos para observar de cerca “el estancamiento de nuestra estética y de nuestra u

técnica pictórica, de una novedadfecunda, y en tal concepto, los saludamos como a nuestros

u
637

bienhechores. Luz nueva, color nuevo, traen al fondo de nuestro quietismo estético: aprovechemos la

orientación y la enseñanza” (41). Bajo estas expresiones se encerraban otras más profundas,

con carácter de censura, en donde los jóvenes pintores debían presentir por sus propias

experiencias al aire libre que el trabajo de los pintores polacos no era el mejor método a

seguir y que debían evitar “dejarse convencer contrarrestando la resistencia de las preocupaciones

de los cristalizados arcaísmos, masa muerta que coarta los vuelos de nuestra sensibilidad de lo mucho

convincente que hay en esta exposición y abstenerse ante lo incompleto, paradójico y absurdo que

también hay en ella” (42).

Además, esta invitación que realizaba Francisco Alcántara resulta significativa

por tratarse de una Exposición ubicada en el patio del Ministerio de Estado, en donde,

normalmente, se exhibían los obras de los jóvenes pensionados oficiales en Roma, a

quienes iban principalmente dirigidas estas advertencias.

Las diferencias estéticas de estos jóvenes artistas polacos rayaron en auténticas

rebeldías, sobre todo, en el prólogo al catálogo de la exposición, frente al academicismo

reinante en la capital y ello pese a su lugar de ubicación. Ante estas circunstancias, quizás

políticas, por su apoyo a una nación aIjada como fue Polonia (43), tal vez meramente

artísticas, la Exposición tuvo un gran eco critico en el que, en ocasiones y como vimos

anteriormente, se pedían responsabilidades políticas (44). Se ponía de manifiesto la

llegada de un arte a España que era producto de las teorías de los americanos Macdonald

Wright y Morgan Russell con su sincromismo y de las visiones del propio Józef

Pankiewicz. También, y como derivación de las primeras, la falta de comprensión llevaba

al rechazo total de los pintores polacos y, por lo tanto, a una crítica que prodigaba la

destrucción de la pintura o, incluso, su muerte. En consecuencia, estas oposiciones

evidenciaban un rechazo a todas aquellas tendencias procedentes de Europa.


638

La actualidad artística, como apuntaba Juan de la Encina, comenzaba a apretar,

caso raro en Madrid” (45), y por ello la crítica se encargó de realizar su papel. Gran parte
e.
de los rotativos madrileños encabezaban sus primeras lineas refiriéndose a la instalación

de una Exposición de los pintores polacos en el Ministerio de Estado. Angel Vegue y

Goldoní manifestaba que “una novedad para el público madrileño viene a ser la Exposición de los
u
artistas polacos, instalado en el ministerio de Estado. Uno de los patios en donde periódicamente se

muestran los envíos de nuestros pensionados oficiales alberga durante estos días curiosa colección de

obras que han servido para que los visitantes que acuden se desaten, ya en alabanzas, si están en

posesión de un criterio de estética radical, ya en denuestos, si sus convicciones se basan en el tipo U,

corriente de pintura que por acá se produce” (46).


u

El arte de los pintores polacos, como a5rmaba Francisco Pompey, era el más

adelantado y por ello ponía una nota de snobismo a esa rutina oficial del arte académico —

ofreciendo al público algo más para ensañarse contra el lento desarrollo del arte en la
u
Península: “el más avanzado que el público de Madrid ha conocido. Es posible que muchos tomen a

a
risa esta Exposición; pero algunos meditaran seriamente sobre ella. iVa quiero decir con esto que el
camino a ‘seguir’ de nuestro arte busque sus pautas en la Exposición de los polacos... Pero bueno
u,
estará que nos fijemos respetuosamente, pues estas Exposiciones son interesantes por motivos de

cultura artística, que en realidad nos hace muchafalta para acabar con la rutina y las vulgaridades. Yo

comprendo que estas Exposiciones de arte avanzado producirían algo así como un latigazo a los

autores de esas vulgaridades y de esas rutinas, y que el público que viene aplaudiendo su arte

fotográfico muy pronto ha de encontrar ñoño y acranado el arte que, en general, se viene haciendo...”

(47).

Las nuevas teorías estéticas que el prólogo de Mujan Paszkiewicz ofrecía al e

público madrileño y a su crítica resultaban ambiguas. En primer lugar, las ideas


u’
expresadas por la pluma de un extranjero fueron tachadas de impuestas e, incluso, de
e
639

llegar a crear una pintura pura con finalidades filosóficas y es que para Angel Vegue y

Goldoni “un afán de teorizar lleva en arte a no lograr decisivas conquistas. Pintar con arreglo a un

credo, nos parece abdicar en principio de aquella santa libertad de iniciativa sin la que no cabe hacer

arte digno de su verdadera condición. Hoy se aspira a despojar a la pintura de todo elemento, que no

sea, en si, esencialmente pictórico... el prurito de convertir la pintura en pintura pura, el aislarla, el

abstraería con una mera finalidad filosófica. Porque entonces corremos el riesgo de hallarnos con

obras de esa índole, muy pensadas y calculadas, pero faltas de lo principal: de emoción” (48).

Estas expresiones filosóficas que se atribuían a las obras de los pintores polacos

por la utilización de unos métodos impresionistas, y unos credos estéticos derivados de

las teorías síncronustas adaptadas por Mujan Paszkiewicz, suponían unas tendencias

artísticas que para algunos sectores críticos trataban de justificar con el prólogo al

catálogo de la Exposición, el cual “carece en absoluto de todo valor estético, el problema por

ellos planteado es de una venerable antiguedad; es elproblema del color estudiado por muchos artistas

de pintar claro sobre claro triunfando cuando se trataba de paletas como la de Rubens en su cuadro de

las ‘Gracias’, o con la de Velázquez en sus últimas obras, y es el problema que tanto preocupó a

Man et... (49).


Blanco Coris, desde Heraldo de Madrid, se quejaba también de esta grave

incoherencia: “hemos hecho grandes esfuerzos por ver todas las expresiones modernistas, filosóficas

de la pintura en las producciones de los artistas polacos, y nada; no hemos encontrado el ritmo de la

superficie hasta el máximum de su vida plástica en ninguna de las manifestaciones del arte decorativo,

porque interpretar un tomate por medio de un óvalo relleno de una tinta plana roja con un punto verde

en medio no creemos sea característica del postimpresionismo ni la representación lógica de una

síntesis visional? Los elementos de la expresión pictórica se compenetran de tal modo que es imposible

prescindir de cualquiera indistintamente. Los valores de la realidad tienen su cuño y su ley.. Prescindir
640

de la significación descriptiva y sintetizar las valoraciones del claroscuro hasta alcanzar la radiación

simultánea del iris es un camino apartado del culto formal ~vcrítico de la belleza plástica de nuestro

tiempo y de todas las épocas” (SO). e

Mt

El espíritu de los pintores polacos se había detenido, o incluso, nunca había

existido, afirmaba Ballesteros de Martos. La incompresión de sus teorías provocaban dos

graves extremos - la risa o la cólera - hacia esta exposición. “nos hablan solamente de
e
torturas mentales, de cerebraciones forzadas y angustiosas... ¡Cómo que el arte dejará de serlo el día

en que lo conviertan en una nueva, ardua e intrincada ciencia!... La falta de un espíritu creador y su a

progresión en los pintores polacos les llevaba a la destrucción del arte y por lo tanto, a la negación de

lo anterior y a su muerte. Destruyen pero no crean. Destruir para crear es un principio admisible y

respetable: pero destruir porque sí. para que no haya nada y nos sumanos en el caos, es una teoría
a
absurda que indigna como hombres y como artistas. Y a tanto equivale el arte de los pintores polacos:

establecen una teoría, inventan una doctrina, niegan todo lo que hubo antes, y cuando anhelosos de

nuevas normas y cánones inéditos, nos asomamos a su arte, a ese “arte nuevo” que algunos

desequilibrados defienden por darse tono de anarquistas y presumir de renovadores- ya que de otra a.

cosa no pueden presumir-, vemos que todo eso no es más que una locura, un extravio, una enfermedad
u,
irremediable de la sensibilidad y del pensamiento, que sólo a la muerte, a la nada, puede conducir...”

(51).

Si para Ballesteros de Martos el fin de la pintura era consecuencia de la falta de


mt
espíritu creador en los pintores polacos, para José María de Salaverría el problema tenía

sus orígenes en el s.XVJII con el advenimiento de la democracia, que permitió la libertad a

en todos los órdenes de la vida social, religiosa, política y cultural. En el caso concreto
e
de las artes plásticas, la pintura al liberarse de las disciplinas a que había estado sometida

por su principal sustentador: la aristocracia, habia tomado un nuevo camino que se U’

u’

u
641

manifestaba en deformaciones de la forma, variaciones de gamas cromáticas, nuevos

valores de la línea, etc. como defendían los pintores polacos en la búsqueda de nuevos

valores estéticos para su arte.

“La historia moderna de la pintura - dice José María de Salaverria - se reduce a locas

tentativas que acaban en el nihilismo, o al encuentro de insignificantes recursos coloristas y emotivos,

siempre inferiores a la plena invención de un Goya, un Velázquez, un Rembrandt, un Miguel AngeL un

Durero, un Botticelli. Continuar o caer en el nihilismo: éste parece el dilema moderno para la pintura.

Mientras tanto, ¿no merecemos que algún grupo de artistas polacos, barceloneses o de

cualquierpaís nos ofrezca una exposición de cubismo, tal vez defuturismo?... “(52).

Para José María de Salaverría, el cubismo era reconocido ya en Francia como un

“ismo” artístico que %ya ha sufrido y pasado el tormentoso camino de las críticas, es capaz de

solventar las deficiencias de un arte dominante en la capital con demasiadas notas angladistas o con

numerosas ‘variaciones del baile ruso...” (53). Este arte, es decir, el cubismo consagrado y

aceptado por la crítica parisina y por algunos sectores más avanzados de la Península,

como el catalán en su apoyo al Noucentisme, era capaz de distraer al público madrileño,

cuyo desarrollo defendía José de Salaverría, al tiempo que afirmaba que “un poco de

cubismo nos sentaría bien en Madrid Arrastraría a los impacientes ya los novedosos” (54).

Este apoyo al cubismo pone de manifiesto otra de las opiniones más críticas de la

prensa madrileña, la de José Francés. En su opinión, los penúltimos ismos de vanguardia,

el cubismo y el futurismo, eran considerados por su nula influencia en todos los artistas

como algo pasado: “los cubistas, los futuristas y los dinamistas ya son despreciados casi por

académicos. ,Juzgad cómo se considerará a los impresionistas!...” (55). Para Francés, los artistas

polacos imitaban el arte de los fundadores del sincromismo, Morgan Russell y


642

Macdonald Wright, pero destacando en su obras “su ineficacia y su insignificancia como

trabajo serio... surge en seguida otro de los caracteres de la pintura modernísima: lafealdad

Son realmente feos, de mal gusto, sin lineas nobles, ni acordes gratos de color, estos dibujos

pseudoinfantiles, estas manchas resecas de óleo y temple. Solamente una aberración sensorial y visual
u
podría explicar esta complacencia patológjca en deformar el cuerpo humano y en desvirtuar la pureza

de los colores con inarinonías agrias o confusiones que los destruyen... “ (56).

A diferencia de éste último, Juan de la Encina, defensor del arte nuevo en Madrid,
u’
sobre todo del arte moderno de los artistas vascos, se mostraba satisfecho por la

celebración de esta Exposición de artistas polacos que, en cierta manera, le recordaba un

pequeño ángulo del Salón de Otoño de París o de la Sezession de Munich o Berlin. Una
a
pintura de formas nuevas que llegaba para intentar sanear el aire de las artes plásticas

madrileñas, anquilosadas por los reductos de artistas que, como Sorolla, con “toda su

ordinariezy juego kaleidoscópico desprovisto de la más rudimentaria gracia emotiva, declararemos sin
u
ambajes que nos quedamos con las nuevas formas. ¡ Todo menos el aplatanamiento que padecemos y

ese olor a cocido barato o aperfiume de mocita cursi que trasciende del ambiente artístico...’ (57). u’

Sin embargo, su defensa del arte que se realizaba en España iba más allá, y en su
u’
juicio no consideró la muestra de pintores polacos como el hecho más importante de la

temporada, puesto que, anteriormente, en la Exposición Anglada, la del arte belga

moderno, y, en especial, la de los artistas vascos en el Retiro (1916) y la de Juan


e

Echeverria en el Salón del Ateneo ya se habían podido observar “naturalezas muertas”


e
realizadas por españoles y con los mismos ritmos de color. No obstante, su gusto por las
nuevas teorías que se desarrollaban en Europa le llevó a afirmar públicamente la
e
incomprensión de estas obras expuestas en el Ministerio y a relacionarlas con los
e
sincromistas. Para Juan de la Encina, el sincromismo era “una mezcla de los principios

e
643

cezannistas... con algunos toques de novísima estética alemana. Esta escuela... parece ser que trata de

resolver plenamente la antigua antinomia entre la forma y el color. Y en virtud de esa resolución

puede nacer según afirman e//os- un arte que sobrepuje en fuerza emocional a la pintura ,noderna,
-

como una gran orquesta al antiguo solo de clarinete (58).

Algunos de ellos, como JahI y Zawadowski, no se adaptaban y no habían

“resuelto el problema ni remotamente de la profUndidad pictórica y de la unificación de

los valores plásticos, formales en valores cromáticos o luminosos” (59).

Las notas extravagantes de los pintores polacos resaltaban, también, por su forma

expositiva. Éstos habían colgado en las paredes del Ministerio de Estado todas aquellas

criticas a la Exposición, demostrando su defensa al arte nuevo y, al mismo tiempo, su

desafio hacia los críticos; aunque, más tarde, habían de confesar, ante la frustración de su

primera exposición en la capital, su miedo al fracaso en las posibles exhibiciones que

pudieran realizar en la Península: “Hemos cobrado cierto terror a las exhibiciones de nuestra

última presentación en el patio de ministerio de Estado, en Madrid” (60).

Este episodio artístico de abril de 1918 terminó tan pronto como se clausuró la

exposición. Poco después, algunos de los miembros del grupo polaco como Mujan

Paszkiewicz y Jahl se sumaron, como veremos, al recién nacido ultraísmo. Jahl se

dedicaría a la ilustración gráfica en la mayoría de las revistas ultraistas y Paskiewicz se

convertiría en uno de los teóricos más representativos, junto a Guillermo de Tone, del

ultraísmo, esbozando nuevas interpretaciones sobre la pintura de Cézanne, el cubismo e

incluso adentrándose en el nuevo debate sobre el purismo francés (61).


644

Lxi. NOTAS

(1) El catálogo ha sido publicado por primera vez en el Diccionario de la vanguardias

en España (1907-1936) (Madrid, Alianza, 1995. p. 232) por Juan Manuel Bonet:

Exposición de los Pintores Polacos, Patio del Ministerio de Estado <MADRID, 1918). Participaron en

ella Jahí, Pankiew¡cz, su esposa ¡Vanda Pankiewicz y Zawadowski, todos ellos afincados en la capital

española por aquellas fechas. El catálogo lo prologó Paszkiewicz. José Francés la reseñó

favorablemente en el El año Artistico 1918

(2) Cfr., Abraham A. Davidson, Early American Modernise Painting 19 10-1935,

NewYork., Icon, 1981, p. 123.

(3) Las ideas del matrimonio Delaunay sobre el ritmo de las formas coloreadas y su

nueva concepción del movimiento, paralelas a la de los primeros futuristas, iban a ser el

punto de partida de los sincroniistas, aunque éstos se van a diferenciar de los orfistas por

sus personales interpretaciones.

(4) VV.AA., Paris and (he American A vane-Garde, 1900-1925, University of Detroit,

1980, p.17.

(5) Cfi, Juan Manuel Bonet, Diccionario de la vanguardias en España (1907-1936),

op. oit., p. 467.


645

(6) En relación con este tema Angel Vegue y Goldoni publicaba. ‘Juan de la Encina,

nuestro admirado colega, recuerda en el prólogo del catálogo al profesor José Pankiewicz, al pintor

teorizante NI. Paszkiewicz y al decorador Jabí, venidos a Madrid con motivo de la Gran Guerra. En

relación de amistad con los tres, supe de sus preocupaciones y anhelos, y hube de juzgarlos en una

exposición que celebraron en los patios del Ministerio de Estado. El influjo del grupo polaco

constituido entonces en la capital de España no se perdió; fue un fer,nento que actuó sobre artistas y

escritores españoles. A’Iarjan Paszkiewicz, convertido en portavoz de nuevas tendencias, acudía, bien al

articulo, bien a la cátedra del Ateneo, para propagar conceptos y actitudes que a la sazón imperaban

en Paris, Cézanne, Renoir y Matisse, solían ser sus puntos de referencias. Más tarde, había de tocar a

Velázquez el turno de interpretación, y Paszkiewicz pagaba su tributo con especies y aportaciones

críticas de interés evidente... “, en “Exposición de grabados polacos modernos”, La Voz,

Madrid, 7-5-1935.

(7) Francisco Alcántara, “Exposición de pintores polacos. Sus obras y su programa. En

el Ministerio de Estado”, El Sol, Madrid, 14-4-1918.

(8) Ibid.,

(9) A primeros de siglo, destacan por su trabajo los artistas del llamado “Comité de

Paris”, los “Capistas” (Jan Cybis, Zyginunt Waliszewiski y Hanna Rudzka-Cybisawa)

discípulos de Józef Pankiewicz, máximo exponente del impresionismo en las artes

polacas. Cfr., VV.AA., Academia de las Artes de la URSS. El arte de los paises

socialistas, Madrid, Cátedra, 1982, pJ9O.


646

(10) VV.AA., Catálogo 175 Lat Nauczania. Malars¡’wa, Rzvzby y Grafiki w

Krakowskiej Akademii Sztuk Pieknych (175 Years of tuition in painting sculpwre and

grajhic art at (he (i’racow Academy offine ciUs), 1900- 1993, p. 140.

(11) Ibid.,
u

(12) Juan Manuel Bonet, Diccionario de las vanguardias..., op. cit., 464.

e
(13) El critica Enrabiri recoge esta información: ‘interrogamos a la seflora Wanda de

Pankiewiczy a su esposo Jozef -Vamos mañana a San Sebastián, donde acaso nos decidamos a exponer U

algunas obras. Hemos cobrado cierto terror a las exhibiciones de nuestra última presentación en el
U
patio de ministerio de Estado, en Madrid .‘Vñestros buenos amigos Wladyslaw Jahí y Waclaw

Zawadowski piensan retornar a Polonia. Vamos a presentar a cuatro artistas futuristas. Una de sus
u
principales tendencias es la de expresar las formas por el contraste único de las relaciones del color

dotando al ambiente de una sonoridad abstracta”, en “Dos revolucionarios de la pintura pasan

por Bilbao”, La Tarde, Bilbao, 5-8-1918.


a

a
(14) El objetivo de la agencia era “dentro de lo que las circunstancias permitan, orientar a la
prensa española sobre asuntos polacos, y también, informar sobre los asuntos de España a Polonia,
u.
siendo nuestro fin meramente patriótico . Anónimo, “Agencia de prensa polaca”, La
a
Tribuna, Madrid, 10-12-1918.
a
(15) Catálogo ¡ 75 Lot Nauczania, op. cit., p. 139.
a

a
647

(16) Juan Manuel Bonet, Diccionario de las vanguardias..., op. cit., p. 464.

(17> Catálogo 175 Lat Nauczania, op. cit., p. 139.

(18) The National Museum in Warsaw, 1994. Agnieszka Morawinska, The Gallery Of

Polish Painting.

(19) Juan de la Encina, “Los pintores polacos”,España, Madrid, 25-4-19 18.

(20) Angel Vegue y Goldoni le describía así: ‘El sr. Pankiewicz es colorista de exquisita

sensibilidad Percibe el matiz con gran limpieza, dentro siempre de gamas exaltadas en que ‘cantan’

los rojos y los azules. Rica intensidad tonaL que permite variedad de acordes, le lleva, en un bodegón,

a enaltecer la materia: los paños, las frutas, la loza, etc; logran allí una plenitud decorativa en virtud

del tono más que de los ritmos a que la composición les sujete. En tal respecto, nos recuerda el sr.

Pankiewicz a un artista español que no mereció de la crítica madrileña el ser comprendido cuando

expuso en el salón del Ateneo; nos referimos a D.Juan de Echevarría, que, desde luego más pintor que

el sr.Pankiewicz, ha producido en el género de ‘Naturaleza Muerta’lo más bello y acabado que quepa

imaginar. Hay que tener telarañas en los ojos para no gustar de una pintura toda claridady luz, como

la del sr.Pankiewicz en un retrato de señora, estudio concienzudo de carmines relacionados con azules

y violetas. Bonitos algunos cuadros de flores; bajan bastante sus paisajes de San Rafael, y en cuanto a

los dibujos de demudo, se resienten demasiado cezannesco... “, en “Exposición de los pintores

polacos”, El Imparcial, Madrid, 3-5-1918.

(21) Francisco Pompey, “Exposición de los pintores polacos”, La Nación, Madrid,

14-4-19 18.
648

(22) Ihe National Museum in Warsaw, op. cit.,

u’
(23) José Francés, “Una exposición de pintores polacos”, ElAño Artístico, Madrid, abril

de 1918.

u
(24) El artista opinaba que “los más simples medios bastan a Rembrandt para sacar del blanco del

papel luz y espacio infinito”. Catálogo 175 Lat Nauczania, op. cit., p. 140. U

u
(25) José Blanco Coris, “Exposición de los pintores polacos”, Heraldo de Madrid,

7-4-1918. a

(26) Ya desde 1915 había comenzado su proyecto junto a los hermanos Gutiérrez
a
Larraya, Aurora y Tomás, ella decoradora del Museo Nacional de Artes Industriales y él
pintor. Ambos habían empezado a difundir con sus exposiciones numerosos piezas:

almohadones bordados, peinetas, encajes de Bruselas, cuero repujado... como la


a
realizada, en marzo de 1915, en el Salón de Arte Moderno.

(27) José Francés, “Una exposición de pintores polacos”, op. cit.,


e

(28) A este asunto Angel Vegue y Goldoní escribía: “al igual que su esposo, análoga visión y

la misma valoración cromática a sus tapicerías. Sin reservas aplaudimos lo hermosamente que resultan
e
combinando, con singular acierto, las tintas más subidas o más apagadas de los estambres. Al menos

iniciado en arte le atraen y encantan por la simplicidad de los motivos desarrollados, por la adecuada

e
649

elección de tintas y por lo asequible de la técnica “, en “Exposición de los pintores polacos”,

op. oit.,

(29) Juan de la Encina, “Los pintores polacos”, op. oit.,

(30) Juan Manuel Bonet, Diccionario de las vanguardias..., op. oit., p. 349.

(31) Vid., Capitulo XIII.4. Pertinencia de una plástica ultraista.

(32) Juan Manuel Bonet, Diccionario de las vanguardias..., op. oit., p. 349.

(33) Angel Vegue y Goldoni, “Exposición de grabados polacos modernos”, op. oit.,

(34) Angel Vegue y Goldoni, “Exposición de los pintores polacos”, op. oit.,

(35) José Francés, “Una exposición de pintores polacos”, op. oit.,

(36) Juan de la Encina, “Los pintores polacos”, op. oit.,

(37) José Blanco Coris, “Exposición de los pintores polacos”, op. oit.,

(38) El critico Edelye consideraba que eran obras realizadas: “con un par de manchas de

cadmio, en los senos por toda coloración, absurdos en la composición y de una intolerable

arbitrariedad en la luz. Es decir; todo esto suponiendo que no sea un error nacido de nuestra poco
650

depurada sensibilidad o de nuestros escasísin,os conocimientos pictóricos, porque, al decir de los

exquisitos, para gustar del cubismo, de la pintura ultraimpresionista, se precisan una cultura, un

sensorio ,v un concepto artístico distintos a los corrientes, y como nuestros ojos y nuestros sentidos son,
e
y en hora buena sea dicho, como los de todo el mundo, nos indigna que pintores de tanto mérito y

talento como Wladyslaw Jabí, Józef Pankiewicz y Wlacaw Zawadowski desdeñen el dibujo, con e

irremediable perjuicio de la forma, y sin preocuparse para nada de la apariencia humana de sus
e
figuras, se circunscriban a hacer composiciones cromáticas sólo dignas de elogio cuando se trata de

arte decorativo en ‘La Exposición de artistas polacos”, El Liberal, Madrid, 10-4-1918. a

e
(39) Su autor, Alberto de Segovia, caracterizaba estos dibujos “en su mayoría, son

sencillamente pornográficos. Es una vergUenza que se consienta exponer públicamente tales e


indecencias. ¿Por qué no llamar a las cosas por su nombre, sin eufemismos, que no conducen a nada

práctico, y además dan una impresión de hipocresía? Como la entrada a la Exposición es libre el sitio e

tiene tanto prestigio - es todo un patio de un Ministerio...- aquello se llena de damas respetables y de
u
lindas muchachas que tienen que escapar asqueadas -. Es repugnante en una palabra. Estamos seguros,

lo decimos con absoluta sinceridad, de que don Eduardo Dato, actual ministro de Estado y hombre de
U

exquisita corrección, no está enterado de que en su propio Ministerio se exponen estos cuadros. No se

habrá tomado la molestia de entrar un momento en el patio en que está instalada la repetida a

Exposición. Nosotros le rogamos que lo haga. y que entonces nos dará la razón.
e.
Y suplicamos al señor general Barrera, dignísimo director general de Seguridad, que tome las

determinaciones oportunas.
e
No son melindres sin fundamento, es... pudor’, en ‘tos hombres y los días”, La Acción,

Madrid, 8-4-1918. U

a’

(40) Francisco Alcántara, “Exposición de pintores polacos. Sus obras y su programa. En


a
el Ministerio de Estado”, op. cit.,
e

a
651

(41) IbId.,

(42) Ibid.,

(43) Durante este período, España goza de una neutralidad que le permite mantener

contacto con los paises en conflicto. En el caso polaco, ya desde 1915 existen noticias

sobre el problema del pueblo polaco y se publican comunicados con fines humanitarios;

asi, por ejemplo, el diario madrileño La Correspondencia de España divulgaba una carta

dirigida al director del rotativo:

“Sr. Director de La Correspondencia de España.

El Comité abajo firmante se dirige a usted, suplicando encarecidamente la publicación del

llamamiento adjunto y durante tres días. De esta manera cooperará eficazmente a la acción

humanitaria que se propone. La colecta para los polacos, es un hecho neutral leyendo a usted la

circular que incluimos...ajectisimas la Marquesa de Comillas, Marquesa de .4lmaguer, la Duquesa

viuda de Sotomayor y la Duquesa de Basilea ‘. Anónimo, “En Madrid por Polonia”, La

Correspondencia de España, Madrid, 27-3-1915.

(44) Alberto de Segovia, “Los hombres y los días”, op. cit.,

(45) Juan de la Encina, “Nota”, España, Madrid, 18-4-1918.

(46) Angel Vegue y Goldoni, “Exposición de los pintores polacos”, op. cit.,

(47) Francisco Pompey, “ Exposición de los pintores polacos”, op. cit.,


652

(48) Angel Vegue y Goldoní, “Exposición de los pintores polacos”, op. cit.,

(49) Francisco Pompey, “Exposición de los pintores polacos”, op. cit.,

(50) José Blanco Coris, “Exposición de los pintores polacos”, op. cit.,
e

(51) Ballesteros de Manos, “Los pintores polacos”, Cervantes, Madrid, mayo de 1918, U

p. 124.
u

(52) José Maria Salaverria, “La pintura nihilista”, ABC, Madrid, 18-4-19 18. e’

U.

(53) Ibid.,
a’

(54) Ibid.,

a’
(55) José Francés, “Una exposición de pintores polacos”, op. cit.,

(56) Ibid.,
e

(57) Juan de la Encina, “Los pintores polacos”, op. cit., a,

e
(58) Ibid.,
a

a
653

(59) Ibid.,

(60) Enrabiri, “Dos revolucionarios de la pintura pasan por Bilbao”, op. cit.,

(61) Eugenio Carmona “La irrupción de las primeras vanguardias.1915-1923”, Picasso,

Miró, Dalí. Los origenes de/arte contemporáneo en España 1900-1936, Museo

Nacional de Arte Reina Sofia, Madrid, 1991, pp.36-37.


654

X. APUNTES SOBRE RAFAEL BARRADAS Y LA VANGUARDIA MADRILEÑA.

En el verano de 1918 Rafael Barradas se encuentra en Madrid. Habían pasado

seis largos años desde su partida de Montevideo y su llegada a Milán y a Paris en donde

se había puesto en contacto con los principales movimientos de vanguardia europeos

como el postimpresionismo, el fauvismo, el futurismo y el cubismo. Antes del estallido

de la Gran Guerra, llegó a España, allí había residido en dos lugares, Barcelona y —

Zaragoza, incluso se había casado con Simona Lainez (a la que llamaría Pilar), hija de
0

unos campesinos pobres que le habían recogido en su viaje hacia Madrid. Tras su

primera y corta estancia en Barcelona que le había permitido participar como ilustrador *

en la revista catalana L ‘Esquella de la Torratxa (1), su permanencia en la ciudad


e
aragonesa duró casi dos años, 1915 y 1916. No tardaría en conectar con el ambiente
U,

cultural de la ciudad (2) y, así, le encontraremos participando como ilustrador y director


artístico de la revista Paraninfo e interviniendo en la Exposición Regional de Arte en el e..
Casino Mercantil de Zaragoza.
a
En 1916 se traslada de nuevo a Barcelona comenzando una nueva etapa artística

para el pintor. En este momento empieza a trabajar en la librería Católica Pontificia, —

como ilustrador en las novelas de Serafin Puertas, y entra en contacto con diferentes
a
personas que le acompañarán en algunos períodos de su vida, nos referimos a Juan

Gutiérrez Gui (3), Juan Llaguía, Humberto Pérez de la Ossa, Luis Monegat, Joan Salvat e

Papasseit, Joaquín Torres García, Josep Dalrnau, Celso Lagar y Hortensia Begue (4).
a
Al año siguiente, Barradas se encuentra plenamente integrado en el ambiente

cultural de la ciudad condal, ahora aderezado con la presencia de los artistas europeos a

a
655

inmigrados a causa del detonamiento de la Gran Guerra que formaron parte activa de la

vida artística catalana. Será entonces, como se vió el capítulo anteríor, cuando al calor de

estas circunstancias concretas las relaciones entre Barradas, Torres García y Lagar se

hagan más fructíferas. Los tres experimentaban nuevas vías para el desarrollo del arte

español de vanguardia, igualmente, los tres habían bebido de ismos europeos. Los

primeros habían sido Lagar con su planismo desde 1915 (5) y Barradas con su

vibracionismo, y el tercero, Torres García, quien se había aliado desde el principio con el

movimiento noucentista para terminar siendo uno de los impulsores de las teorías

vanguardias con su biologismo o constructivismo. Sin embargo, el término que nos

interesa es el vibracionismo entresacado de los manifiestos y escritos futuristas y, del que

a pesar de su escasa teorización, como ocurrió con el planismo, no faltaron citas para

describirlo. La más conocida fue la que le dedicó Torres García en su autobiografia:

“El Vibracionismo, es, pues, un cierto MOVIMIEXTO que se determina fatalmente por el paso

de una sensación de color a otra correspondiente, siendo, cada uno de estos acordes, diversas notas de

armonía, distintas, fundidas entre sipor acordes más sordos, en gradación cada vez más opaca (6).

Actualmente las definiciones sobre el vibracionismo no varian mucho unas de

otras, entre ellas destacamos las de Raquel Pereda (7), Jaime Brihuega (8) y Eugenio
‘‘. ,,

Carmona (9) que vienen a definirlo como un ismo compuesto de elementos cubistas y
futuristas basados en la utilización de planos geométricos monócromos y superposición

de imágenes, ya sean figuras, objetos, letreros, cifras, etc. en busca de movimiento.

Todas estas carateristicas tendrían mucho que ver con el planismo. El binomio que

forman planismo y vibracionismo como los dos “primeros ismos” de vanguardia en

España a pesar de la ausencia de textos teóricos sobre dichas tendencias, recordemos


656

que Lagar lo había explicado escuetamente en el catálogo a la Exposición de las Galerías

Dalmau en 1915, y las definiciones posteriores sobre ambos, por ejemplo, la del
9
vibracionismo, nos llevan a pensar en dos cuestiones vitales para el desarrollo de las artes

plásticas del primer cuarto de sigo XX. En primer lugar, podemos considerar el

planismo como el primer ismo de vanguardia en España mientras que el vibracionismo


E
como tal aparecería años más tarde en 1917, cuando ya se habían celebrado cuatro

exposiciones de Lagar, lo que indica el asentamiento y desarrollo del término pianista. u

Ahora bien, las primeras obras de Lagar provienen de estudios cubistas,


e
geometrizaciones cézannianas, colores fauvistas, a veces reminiscencias expresionistas y,

sobre todo, de los ensayos hacia su acercamiento al arte primitivo que pudo observar en e’

su estancia parisina de Modigliani con quien compartía apartamento; a su vez, este


U

contacto derivará, más tarde, en la posibilidad de que el clownismo barradiano tenga,

probablemente, sus orígenes ahí, cuestión de la que hablaremos más tarde. U

La segunda partiría de la amistad entre ambos artistas cuyo ongen se encuentra, U

según los escritos de Torres Garcia (10), hacia finales de 1915 y que se consolidará
U
durante los dos años siguientes. Precisamente, durante este tiempo se desarrollan las

principales composiciones planistas y vibracionistas de ambos artistas lo que nos a’

demostraría, aparte de ese debate que puede surgir sobre la anterioridad temporal de
u.
algunos elementos de las producciones artísticas de Lagar y Barradas, la adaptación de

las definiciones pIanista y vibracionista a los registros que ambos habian podido ver en su a

estancia europea y que ahora, en un mismo periodo, comenzaban a aparecer en ambas


a
tendencias. Estaríamos ante otra controversia consolidada que partiría de la actuación o

actuaciones en común de Lagar, Torres-García y Barradas en la concreción de un a’

U
657

nombre para el arte barradiano (11), el vibracionismo, cuyas obras aparecerían

públicamente en diciembre de 1917 en las galerías Dalmau. Además de los rasgos

comunes de estos dos ismos que, en ocasiones, pueden ser uno sólo e, incluso como ya

se ha dicho, adoptar el nombre del otro. Tal es el caso de la denominación pIanista al arte

barradiano en los años veinte por Manuel Abril o la inversa (12). Esta identificación de

lenguajes se repetiría en la trayectoria artística de Barradas y asi podemos señalar la

influencia en Dalí en varias obras como Burdel (1922, Tinta sobre papel, 22 x 15 cm

Fundación Gala-Salvador Dalí, Figueres), Escena madrileña, estación (1922, Tinta y

acuarela sobre papel, 15 x 21 cm, Fundación Gala-SalvadorDalí, Figueres); Madrid

nocturno, (1922, Tinta sobre papel, 22 x 15 cm, Fundación Gala-SalvadorDalí,

Figueres); Autorretrato con L ‘Humanité, (1923 Óleo, guache y collage sobre cartón,

104 x 75’ 4 cm, Fundación Gala-Salvador Dalí, Figueres); Autorretrato cubista, (1923,

Gauache y collage sobre cartón, sobre madera, 105 x 75 cm, Museo Nacional Centro de

Arte Reina Sofia, Madrid), todas ellas con rasgos vibracionistas o de Gitano (1923), ésta

más cercana a las nuevas figuraciones, aspecto que comparte con el Alberto Sánchez de

Café de A tocha (1924, en Ronsel, VII-1924).

Como dijimos más arriba, las primeras intervenciones de Barradas en la ciudad

condal aparecen en la exposición colectiva de afflches organizada por Josep Dalmau en

junio de 1917, en relación con la muestra homenaje a los artistas franceses aunque podría

tratarse, según Jaime Brihuega (13), de la exposición de carteles realizada por el diario

La Publicidad; en el mismo mes en diciembre, exhibe sus primeras obras vibracionistas

junto a Torres García, en las salas Dalmau. En marzo de 1918, asentado completamente

en la vanguardia catalana, realiza su primera muestra individual, en las Galerías


658

Layetanas. Allí presentaba algunas obras vibracionistas - El tren de Caballos la


w

Catalana, Calle barcelonesa o Las zingaras - así como los retratos de Torres García,
9

Salvat Papasseit o Antonio Ignacio entre otros.


Dos meses después participa en la Exposición Municipal de Primavera, en la

sección del Círculo Artístico de San Lucas en donde presenta, obras vibracionistas como
e
Plaza de la Universidad y Puerto de Barcelona (14). También hemos de señalar su

activa participación en las principales revistas de vanguardia catalana como Un enemie

del Poble y Arc Volta¡c en donde reflejará, una vez más, sus composiciones
e
vibracionistas como El tranvía S6 (noviembre de 1917) y dibujos (26 de marzo de 1919)

en la primera y Dibujo vibracionista (1 de febrero de 1918) en la segunda. e’

En el transcurso del verano de 1918 e incluso antes (15), Barradas se traslada a


e
Madrid con toda su familia instalándose en un piso de la calle León que por su cercanía
e,
le permitía asistir con asiduidad a las tertulias del Café del Prado. Como sabemos, la
capital madrileña no gozaba de un ambiente vanguardista como el de Barcelona aunque

se estaban produciendo las primeras muestras de ello. Este ambiente tan prometedor para
a
las artes plásticas españolas recibia a Barradas, quien nada más llegar buscó trabajo

como ilustrador en el recién aparecido diario madrileño El Figaro dirigido por su

compatriota Manuel MIedo (16) y en la fabricación de juguetes para la empresa Pagés.


a’
Los primeros dibujos publicados muestran un doble registro, por un lado, la visión más

infantil de su arte dedicado en su mayoría a juegos para niños con aportaciones de su a

vibracionismo como “Reconstrucciones infantiles” (17) en donde apela al cubismo o La


a
melonera (18) considerado por Torres García como la esencia más viva del arte de

Barradas por su carácter ilustrativo infantil (19) y, por otro, unas obras más académicas a’

e’
659

semejantes en su composición volumétrica a las de etapas posteriores, como Aniversario

de la Independencia de Uruguay (20) o bien ilustraciones como La ofrendo de la

mocica a la Virgen del Pilar (21).

~3
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——
o .,,i-sroa.,,, Arrobe.
RECONSTRUCCIONES INPANTILES

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mucho.’
rulos

Barradas, Reconstrucciones infantiles


(El Figaro, Madrid, 15-10-1918)

En septiembre de 1918 (22) conoce a José Francés, quien trabajaba por aquel

entonces en Prensa Grdfica, La Esfera y comenzaba a editar El Año Arttstico, él le

introduciria y presentaria a personajes del mundo editorial, así, por ejemplo en 1919
660

comenzaría a ilustrar para Nuevo Mundo “Las aventuras de Panchulo”; o por esas

mismas fechas conocería al empresario teatral y director de la Biblioteca Estrella,


Ir
Gregorio Martínez Sierra.
a
Como ya se ha dicho en el capitulo anterior, acompañaba a Barradas en su

estancia madrileña Celso Lagar. Compañeros de tertulias participaban en las ultraistas del

Café Colonial (23), junto a otros contertulios como Guillermo de Torres, a quien
u
Barradas conocía de su estancia en Zaragoza (24).

e-

e-

u-

u-

U.

U:

U’

a
Barradas, La melonera
(El Figaro, Madrid, 11-9-1918)
a

En abril de 1919 Barradas expone sus obras en el Salón de ¡a Librería Mateu de


a
la calle Marqués de Cubas; mucho le había costado organizar esta muestra que era fruto
a

a’
661

de varios intentos desde noviembre de 1918 (25) cuando escribe a Torres García para

comunicarle su primera muestra en diciembre en el Ateneo - hecho éste, el del Ateneo,

que no se celebraría hasta marzo de 1920 y para animarle a que ambos expusieran, en
-

febrero y marzo de ese año en el mismo lugar, su colección de juguetes.

La base príncipal de esta exhibición que en un principio había de celebrarse en la

Casa Thomas y que, más tarde, por iniciativa del propio Mateu se celebró su salón, partía

de la pintura infantil practicada por Barradas y Torres García durante su estancia en

Barcelona y, concretamente, de ilustraciones como las de El Figaro:

‘Sería una nota nueva, como todo lo que hacemos siempre nosotros dos en pintura. Yo ya tenía

preparado mi plan: cuadros simplistas, geometría, técnica infantil, pues mi pintura infantil está

resuelta con los mismos estupendos elementos que los niños emplean. Esto es: pinturita, de esos

panecillos de pintura de los niños, que son de gran calidad en gris, extraordinaria. Ya sabe Ud. bien:

luego, junto con los cuadros, trabajos de tijera, rompecabezas inventados por mi, que son muy nuevos

(con intención indirecta cubista); luegojuguetes de madera, cartón papel,


, y varios libros que el editor

me está imprimiendo (26).

Finalmente la exposición se dividió en tres secciones con un total de 37 obras, la

pnmera no llevaba nombre y las dos restantes se designaron como Adaptaciones a la

ilustración y Víbracionismo. Se exhibían por vez primera composiciones víbracionistas en

la capital madrileña y, lo que es más importante, eran adscritas al movimiento ultraista

como veremos en el siguiente capítulo por Guillermo de Torre. Las obras más destacadas

por la prensa fueron Procesión, Puesto de refrescos, Paisaje, Plaza, Síntesis de un viaje

a Barcelona a Sitjes, Jugadores-Café, Casa de Vecindad (27), Barraca de juguetes y

Viaje en diligencia.
662

AA igual que el planismo, el vibracionismo se aceptó con muchas reticencias; para

José Blanco Coris, dicha tendencia estaba determinada por colores y formas geométricas:

“Esta última nomenclatura en elArte es curiosa: el vibracionismo va según los precursores del

estilo modernista, fatalmente’ en el artista por el paso de una sensación de color a obra
U

correspondiente, siendo cada uno de estos acordes adversas notas de armonía distintas fundidas entre

sí por acordes más sonoros en gradación cada vez más ‘opaca’. La forma del vibracionismo es la e

geométrica. y estas formas se traducen arbitrariamente para ser complementadas por el espectador”
e
(28).

Para Rafael Domenech, el vibracionismo barradiano se caracterizaba por la

aplicación en sus obras de collages y otros elementos de las vanguardias europeas, sobre
a
todo del cubismo: “En un cuadro hay pegada una hoja de calendario y la tapa de una caja de

cerillas; en otro, que representa una cocina, sobre una botella pintada se ha pegado una etiqueta de a

cierta clase de tejía; en el re trato de un escritor va un trozo de periódico; un cuadrito titulado

‘Jugadadores-Café’, hay una moneda de cinco céntimos y un naipe de verdad Todos esos supra-
u’

realismos van con interpretaciones cubistas e ingenuas, infantiles o simplicistas” (29).


UF

Tan sólo José Francés (30) y Francisco Alcántara defendiron la obra del artista.
U

Este último, que había elogiado dos obras Quincalla e Interior, un mes antes con motivo
del V Salón de ¡a Exposición de Humoristas (31), aplaudía las imágenes de realidad y

vida de los dibujos de Barradas, considerándolas como una nueva expresión en la


UF

pintura:

frescura y rapidez de visión, vibración de color y de la vida, vibración instantánea y

exaltada, y tal atrevimiento en la técnica, que tiene algo de ¡o que podríamos calificar de un pronto

infantiL y por tanto, espontóneo, lleno de la gracia de las palabras y de las obras que surgen de la vida a’

humana con la espontaneidad de las flores bravías del campo” (32).


U.

a’

a’
663

Habría de esperar casi un año para la siguiente exposición individual, a pesar de

sus continuados intentos por exhibir sus obras de juguetes junto a los de Torres García,

que nunca llegó a cumplirse. Desde su nueva residencia en el Paseo de Atocha, Barradas

escribía a Torres García (33) para comunicarle que su amistad con Manuel Abril lograría

en febrero exponer los juguetes de ambos en el Ateneo. Sin embargo, nada de esto

ocurrió la siguiente intervención pública de Barradas sería en marzo de 1920, en la sala

de Ateneo, aunque en febrero ya había presentado los decorados de Kursaal, en palabras

de Barradas, Mi primera obra de este Mi Teatro” (34).

Kursaal se representó en el Teatro Eslava a cargo de la compañía de su amigo

Gregorio Martínez Sierra. (35). La obra era resultado de un proyecto de la sección de

Literatura del Círculo de Bellas Artes donde se había acordado la organización y

mantenimiento de un Teatro de Arte con una comisión formada por Benavente, Martínez

Siena, Alsina, Díaz Mendoza, “Maquis”, Jurado de la Parra y otros (36). Al lado de

Barradas se encontraban, también, Siegfrid Búrman y Manuel Fontanals, los tres llevarían

a cabo el proyecto del Teatro de Arte de Martínez Siena. Barradas ffie el más

vanguardista, Búrman se caracterizó por una técnica muy ortodoxa y Manuel Fontanals

por la preponderancia de una gran fantasía en lineas curvas y colores (37).

Para Barradas la obra pretendía ser un espectáculo plástico, así se lo contaba a

Torres García: “una obra a base de mi pintura expresionista. No la entendieron... Martínez Sierra.

autor del libro, está muy contento; la Argentinita, intérprete principal, también. Yyo, desde luego.

Espero que, con mi fórmula los convenceré. ¿ Cuándo? No sé. pero llegará un día. Ah fórmula

es muy sencilla dada mi facilidad de ser humorista; yo lo hago reír primero, luego lo otro colará.
664

Este espectáculo de clowns que hemos hecho es una apariencia caricatural, pero en el fondo...

eso: lo que ho les hago tragar; ese plasticismo, nuestro aun cuando lleva el antifaz del humorismo,,, es

cáustico.., “(38). fi’

El resultado de la obra no agradó a casi nadie y las criticas comenzaron a


a
aparecer en todos los diarios. La obra encerraba en sí misma un humorismo mordaz que,
incluso, se dejaba entrever en los decorados, José de Laserna escribía. ‘En resumen: que ni

a un teatro ‘de arte -en el concepto superior del arte- le corresponden, como plato de resistencia, tales

U
espectáculos, ni a los artistas de ese arte superior se les hace honor ninguno metiéndolos en semejantes

aventuras” (39).
a.
En general fue considerada como una obra muy aburrida (40) e incluso una

tomadura de pelo, Mariano Daranas argumentaba su semejanza con las escenas de u

género chico en el teatro, “pretendiendo dar -aunque dudamos de la eficacia de su intención-


r

unidad, carácter y nobleza literaria a los alardes músico-parlantes y músico-coreo-gráficos del mal

llamado género de ‘variétés” (41). u,

Al mes siguiente, realizarla los figurines para la obra El maleficio de la mar¡posa


mi

de su amigo el joven poeta Federico García Lorca quien, por aquel entonces, se alojaba
e
en la Residencia de Estudiantes. A diferencia de la anterior, no hubo demasiadas crónicas
respecto a ¡a obra sino más bien varias fotografias de algunas escenas e incluso ¡a

reproducción de los dibujos originales de su amigo Manuel Fontanals para la obra (42).
e
Sus figurines presentaban los rasgos de su pintura un gusto por la simplificación, colores

planos y una reducción de detalles.

En marzo de 1920 Barradas celebra en el Ateneo (43) la segunda exposición


e
individual (a la vez que participa en el VI Salón de Humoristas de José Francés (44)),

muestra que se componía de unas 30 obras Unaposada, Feria, Naturaleza Muerta,


-

U’

ml
665

interior, Retrato de Manuel Abril, Campamento de Húngaras y Retrato de Catalina

Bárcena entre otras (45) - en las que su vibracionismo adquiere rasgos simultaneistas,

futuristas y cubistas.

Se abre así uno de los capitulos más interesantes de este artista como

consecuencia de la evolución plástica de su obra. Considerado por la crítica como

futurista, simultaneista, vibracionista, pIanista, cubista, ultraista, clownista o espiritualista

(46) Barradas se adviene, en ocasiones, al parecido de sus obras con estos movimientos.

A pesar de la escasa repercusión crítica a esta exhibición del Ateneo, es curiosa la

diferencia estética que se advierte en Barcelona y Madrid. Desde Heraldo de Madrid,

José Blanco Coris comparaba sus cuadros con los de los futuristas Carrá, Russolo,

Severiní y Boccioní (47), mientras que Juan de la Encina los denominaba como

simultaneistas (48) al igual que el diario bilbaíno Hermes (49).

De todos estos registros se desprenden varias ideas, en primer lugar, la semejanza

del vibracionismo con el planismo, los cuales fueron denominados por la crítica de

cubistas y futuristas respectivamente; en segundo lugar, la variada denominación del

vibracionismo que nos lleva a pensar si realmente estas apelaciones se hicieron sabiendo

la definición de la palabra o, por el contrario, bajo las cláusulas de lo que el ojo de]

crítico veía en sus similitudes con los ismos: simultaneísmo por sus colores, futurismo

por la búsqueda del movimiento, cubismo por sus geometrizaciones y planismo por sus

formas planas; y, en tercer lugar, la capacidad del vibracionismo para acaparar todos

estos “ismos” que, más tarde, convertiría a su progenitor en el maestro de los jóvenes

artistas.
666

t.

Pero la definición del vibracionismo como cubismo se hará más evidente en

Barcelona cuando el 21 de mayo la muestra se traslada a las Galerías Dalmau,


si
aprovechando la actuación en el teatro barcelonés Goya de la compañía de Martínez

Sierra. La crónica de Joan Sacs (50) denomina el arte de Barradas como el de un

“cubista fisico” según la visión de Guillaume Apollinaire en la que el artista toma


U

elementos de la realidad, por ello no practica un arte puro sino la confusión de imágenes

y temas (51). Al respecto, esas obras de Barradas se caracterizaban por unas imágenes

sintetizadas de escenas de la ciudad donde se presentaba un paisaje multiforme en


U

movimiento.

Tanto los críticos madrileños como los catalanes, aunque no lo mencionen, nos

remiten a su vibracionismo como si se tratase de una simbiosis entre el futurismo, el

cubismo y el simultaneísmo, que a través de la síntesis plástica a la que había llegado


e
Barradas fue denominada con el movimiento que más se asemejaba a la obra, según la

opinión de cada uno de los críticos. Llegados a este punto se abre otro gran debate que

partiría de la definición de los conceptos estéticos, en este caso, del cubismo y del
e
futurismo, que la crítica tanto madrileña como catalana había asimilado de ellos.

Podemos recordar que, al igual que Lagar, las exhibiciones de Barradas fueron u

denominadas en Barcelona de tintes cubistas mientras que en Madrid lo eran de


U

futuristas. Estas diferencias arrancan, en primer lugar, de la llegada a Cataluña del

cubismo con anterioridad a Madrid, donde, como ya hemos visto, tan sólo se observarla U

en las obras de Diego Rivera en su exhibición con los pintores íntegros en 1915 hasta las
a
manifestaciones de Celso Lagar y Vázquez Díaz, o bien, las simultaniestas de los

Delaunay o las sincromistas de los polacos, a diferencia de Barcelona, que gracias al e

a
667

galerista Josep Dalmau llevaba exponiendo desde 1912 verdadero cubismo y asimilando

los conceptos cubistas al movimiento noucentista en los escritos de críticos como

Eugenio d’Ors, Joan Sacs, Joaquim Folch i Torres, Doménec Caríes, Romá Jori etc. En

el caso madrileño, el futurismo había tenido sus primeras tomas de contacto desde 1909

(52) aunque no se había llegado, como el caso catalán, a la asimilación de dicho

movimiento. Sería con la gestación del ultraísmo donde se volvería a ver ese apoyo al

futurismo sobre todo a través de las publicaciones que mencionaban dicho movimiento,

de manera que no era dificil asimilar algunos poemas ultraistas que cantaban a la

máquina, al automóvil, a la ciudad o a la electricidad con los cuadros de Barradas.

En septiembre de 1920 se encuentra de nuevo en Madrid en pleno apogeo

ultraista (53). Conocido por todos e introducido en el ambiente cultural de la ciudad,

Barradas comenzará sus intervenciones en las revistas ultraistas. Como veremos, el

vibracionismo fue adoptado por el ultraísmo, como también lo fue el planismo. El

primero en admitirlo fue Guillermo de Torre, quien conocía a Barradas desde su estancia

en Zaragoza; otros serían José Francés, Manuel Abril - a quien conocía desde 1918 -,

Cansinos Assens, Ramón Gúmez de la Serna o Eugenio d’Ors (54).

En las principales revistas ultraistas se realizaron artículos sobre su obra, además

de reproducir sus ilustraciones y participar en proyectos literarios. E] ultraísmo, como

veremos en el siguiente apartado, fue para Barradas un puente desde el que llegar a otro

punto de partida plástica: el retomo al orden, pasando por el cubismo y el clownismo.

Fue considerado como el espíritu del movimiento (55) por sus numerosas ilustraciones e

intervenciones públicas (56).


668

La plástica barradiana en el ultraísmo (57) sigue siendo una recopilación del

vibracionismo de 1918, además de su vertiente clownista que sería vital para las

composiciones posteriores de sus amigos de la Residencia de Estudiantes, Lorca y Dalí,

como las obras de éste último en Autorretrato (1923) y Autorretrato con L ‘Humanité —

(1923). Las mejores estudios acerca de estas relaciones e influencias han sido realizados
e
por Rafael Santos Torroella (58).

Sin embargo, creemos necesario matizar uno de los posibles orígenes de este —

clownismo siguiendo los escritos de Santos Torrella, quien especifica que dicha
e
tendencia “se trata de una derivación u aplicación de su etapa vibracionista, dentro de la confluencia

de cézannismo, cubismo y futurismo a que por aquellasfechas había llegado en su personal estilo. No u.

obstante, el enunciado de la conferencia o charla del Ateneo, donde estableció una equivalencia ente el

cloivnismo y no-yo, me induce a pensar que había superado la preocupaciónpor unos planteamientos

estrictamentes formales, que son los que predominan en sus inmediatas fases anteriores’~ (59).
e
Apartándonos del significado que tuvo en su momento la eliminación del “yo”,
u,
podríamos admitir ¡a existencia de una influencia anterior a Barradas. Nos estamos
refiriendo a la mencionada de su amigo Celso Lagar; como vimos anteriormente, el

vibracionismo tuvo elementos y connotaciones pIanistas pero remontándonos más allá,


u’
dicha influencia proviene del primitivismo del arte de Modigliani presente en las primeras

obras de Lagar en las Galerías Dahnau en 1915. Pese a todo, la existencia de los citados

dibujos Meni~ For Mme. Kahn y Menú D ‘oeuvres variés datados en el mismo año del
- -

a
nacimiento del clownismo, 1921, donde se pueden apreciar la misma esquematización de

la cara que en los dibujos de Barradas o la ausencia total de los rasgos fisicos, abre de a

nuevo el debate en donde puede preguntarse la influencia anterior de Modigliani vía


m
Lagar en el clownismo barradiano o vía picassiana sobre todo en su dibujo Un
‘a

a
669

modernista (1899-1900, Lápiz sobre papel, 22 x 15,9 cm. Barcelona, Museu Picasso); la

aparición casual de ambos dibujos en ese mismo año o bien, la influencia de Barradas en

los dibujos de Lagar, aunque esto no es muy probable por la ausencia de relaciones entre

ambos durante este periodo.

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<1~ 1 _______________
__________________________________

Picasso, Un modernista (1899-1900) Barradas, Bagaría (1920)

Esta presencia de Lagar en el arte clownista y su posterior influencia en Dalí y

Lorca queda, tan sólo, como el planteamiento de una nueva visión sobre las relaciones

Lagar-Barradas resueltas, únicamente, a la luz de los nuevos documentos que hoy

desconocemos.

Otra de las siguientes evoluciones de Barradas se relaciona también con Celso

Lagar; se trata de la etapa pianista, presentada con los últimos coletazos del ultraismo.

Sin embargo, debemos volver a matizar que estas composiciones artisticas de Barradas

denominadas de pianistas por algunos críticos de la época son epítetos circunstanciales.


r

670

Poco después, su alejamiento de la plástica vibracionista y clownista para iniciarse en la

llamada plástica de cartón (60), desemboca en los realismos de nuevo cuño, como

veremos en otro capítulo, concretados en los dibujos de su etapa de Luco de Jiloca

(1923-1924). En 1923 Barradas se había convertido en un artista que conocía todos los u.

“ismos”, vibracionismo (61), simultaneísmo, cubismo, planismo, expresionismo,


u
clownismo, faquirismo, etc. (62), era el maestro de la diversidad y el modelo a seguir

para los jóvenes artistas que derramarían todas sus fuerzas en la Exposición de la —

Sociedad de Artistas Ibéricos.


0

u’

a-
671

X. 1 NOTAS

(1) Vid., Rafael Santos Torroella, “Autorretrato de Barradas. Los dibujos de Barradas en

L ‘Esquella de la Torratxa”, en Barradas, Sala de la Comunidad de Madrid, Marzo-

Junio 1992, pp. 55-63.

(2) Cfr., Concha Lomba, “Barradas en Aragón”, Barradas, Sala de la Comunidad de

Madrid, Marzo-Junio 1992, Pp. 65-82.

(3) Vid., Antonina Rodrigo, María Teresa Gutiérrez Comas y Juan Gutiérrez Cdi, Rafael

Barradas y Juan Gutiérrez GUi, Madrid, Residencia de Estudiantes, abril de 1996.

(4)Vid., CapítuloVl.2. El planismo en el ambiente artístico catalán (1).

(5)Vid., Capítulo VI.8. De planos y planes: el planismo.

(6) Joaquín Torres Garcia, Historia de mi vida, Montevideo, Publicaciones de Arte

Constructivo, 1939, piES y ss.

(7) Cfr., Raquel Pereda, Barradas, Madrid, Galería Jorge Mara, mayo de 1992, p. 14.

(8) Cfr., Jaime Brihuega, “Saturno en el sifón. Barradas y la vanguardia española “,

Barradas, Sala de la Comunidad de Madrid, Marzo-Junio 1992, pps, 20 y 22.


672

(9) Clii, Eugenio Carmona, Picasso, Miró, Dalí. Los origenes del arte contemporáneo
w
en España. 1900-1936, Madrid, MINCARS, 1991, pp. 29-31.
t

(10) Torres García, op cit., p.168. e

u
(11) Sin olvidar, por supuesto, que la exigua definición del vibracionismo parte de los

escritos de Torres Garcia. a

u
(12) E. M.P (Eduard M.Puig) (Seud. de Joaquim Folguera), “Les Exposicions. Celso

Lagar”, La Revista, Barcelona, 1-5-19 18. e

u
(13) Cfr., Jaime Brihuega, “Saturno en el sifón. Barradas y la vanguardia española “, op

cit., p.2O. a

e
(14) Anónimo, “La Exposición de Barcelona”, La Esfera, Madrid, 29-6-1918.
e.

(15) Posiblemente, asistiera a la Exposición de Vázquez Díaz en el Salón Lacoste, asi lo u

atestigua la fotografla que publicó el semanario Mundo Gráfico, el 19 de junio de 1918.


a

(16) La redacción del periódico se encontraba en la Carrera de San Jerónimo, 40 y su a

director era Andrés Boet.


e

(17) Dichas ilustraciones aparecen en El Figaro, Madrid, 25- 10- 1918. a

a
673

(18) El Figaro, Madrid, 11-9- 1918.

(19) Pilar Sedas, “Carta de Torres a Barradas, 13-9-1918”, Joaqim Torres Garcia

Rafael Barradas, Barcelona, Publicacions de l’Abadia de Montserrat, pp.1 11 y 112.

(20) Aparece en El Figaro, Madrid, 25-8- 1918.

(21)EI Figaro, Madrid, 12-10-1918.

(22) Pilar Sedas, “Carta de Torres a Barradas, 13-9-1918”, Joaqim Torres García

Rafael Barradas,op cit., pp.lll y 112.

(23) Pilar García Sedas, “Postal de Barradas y Lagar a Torres García, 14-11-1918”,

Joaqim Torres García i Rafael Barradas, op cit., p. 114.

(24) Guillermo de Torre, “Adiós, Barradas”, La Gaceta Literaria, Madrid, 15-5-1929.

(25) Pilar Garcia Sedas, Joaqim Torres García i Rafael Barradas, op cit., p. 117.

(26) Ibid., p.l23.

(27) Se trata del cuadro conocido hoy con el nombre de Casa de apartamentos, 1919,

Óleo sobre lienzo, 79 x 60 cm, Museo Nacional de Artes Visuales de Montevídeo.


674

y.

(28) José Blanco Coris, “Exposición del vibracionista Barradas”, Heraldo de Madrid,

7-4-1919.
mt

(29) Rafael Domenech, “Exposiciones de arte”, ABC, Madrid, 20-4-19 19. e

u.
(30) José Francés, “Exposiciones en Madrid”, La Esfera, Madrid, 3-5-1919.

(31) Francisco Alcántara, “El Salón de Humoristas: Pérez Barradas”, El Sol, Madrid,
e
13-3-19 19.

(32) Francisco Alcántara, “Rafael P.Barradas en el Salón de la librería ‘Mateu”’, El Sol,


u

Madrid, 9-4-1919.
u

(33) Pilar García Sedas, op cit., p. 140. u

u
(34) Ibid., p.l47.

(35) Vid., Andrés Peláez Martín, “Barradas en el Teatro de Arte: Tradición y


u
Vanguardia. 1917-1925”, Barradas, Sala de la Comunidad de Madrid, Marzo-Junio

1992, pp. 83-97. a

a
(36) Anónimo, “Teatro de Arte”, El Sol, Madrid, 5-3-1920.

a
675

(37) Vid., Carlos Reyero Hermosilla, Gregorio Martinez Sierra y su Teatro de Arte,

Madrid, Fundación Juan March, 1988.

(38) Pilar García Sedas, op cit., p.lS4.

(39) José de Laserna, “Eslava ‘Kursaal”’, El Imparcial, Madrid, 24-2-1920.


-

(40) VA, “Kursaal”, Heraldo de Madrid, 24-2-1920 y Anónimo, “Kursaal o el

aburrimiento”, Hoy, Madrid, 23-2-1920.

(41) Mariano Daranas, “Eslava. Kursaal”, La Acción, Madrid, 24-2-1920.

(42) Estas escenas aparecen en el periódico madrileño Hoy, Madrid, 23-3-1920.

(43) En esta muestra una de las obras flie adquirida por Benjamín Fernández y Medina,

ministro de Uruguay en España, con destino al Museo de Montevideo. Anónimo,

“Noticias de Arte”, Hoy, Madrid, 13-4-1920.

(44) Francisco Alcántara, “VI Salón de Humoristas, el catálogo, por José Francés”, El

Sol, Madrid, 5-3-1920 y José Blanco Coris, “En la Exposición de Humoristas”, Heraldo

de Madrid, 3-3-1920.
676

(45) Raquel Pereda señala además seis retratos, entre ellos Pilar, Federico García

Lorca, Cannen y Mi familia, dos cuadros de húngaras, varios estudios de La puerta de

Atocha, Balcón y Café, dos de Pacjfico a Puerta de Atocha, Bazar, Plaza de la

Universidad y Balcón al Pacifico. En Barradas, Montevideo, Galería Latina, 1989,

Pp. 107 y ss. u.

u
(46) Jaime Brihuega, op cit., p.24.

(47) José Blanco Corís, “Exposición Rafael Barradas, Heraldo de Madrid, 2-3-1920.
u

(48) Juan de la Encina, “Exposición Barradas”, España, Madrid, 20-3-1920.

e
(49) José Moreno Villa, “Exposición Barradas en el Ateneo de Madrid”, Hermes, Bilbao,

marzo de 1920. a

u
(50) Joan Sacs, “Cubismo, Tómbolas y Caligrafias”, La Publicidad, Barcelona,
a
30-5-1920. También se consideraron obras cubistas en R.B, “Exposició Barradas”, La
Revista, Barcelona, 1-7-1920.

e
(51) Vid., Guillaume Apollinaire, Meditaciones estéticas. Los pintores cubistas, Madrid,

La balsa de la medusa, Visor, 1994. u

e’

e
677

(52) Algunas de las primeras ilustraciones futuristas aparecen en los mencionados

articulos José Francés, ‘tos futuristas y la guerra”, La Esfera, Madrid, 11-12-1915 y en

Federico Giolli, “Los futuristas italianos”, La Esfera, Madrid, 29-8-1914.

(53) A pesar de lo que escribió Guillermo de Torre en “Adiós a Barradas”, Gaceta

Literaria, 15-5-1929, quien afirmaba que tras la Exposición de Dalmau, Barradas no

volvería a Madrid hasta 1921, el epistolario entre Barradas y Torres García demuestra lo

contrario, recogido por Pilar Sedas, op cit., p.I6l.

(54) Eugenio d’Ors lo incluyó en Mi Salón de Otoño, Madrid, Rey, de Occidente, 1924.

(55) Cfr., Eugenio Carmona, Picasso, Miró, DalL Los orígenes del arte contemporáneo

en España 1900-1936, op. cit.,

(56) Algunas de estas intervenciones fueron el intento de constitución de un Salón de los

primeros independientes en España en diciembre de 1920 (Anónimo, “Primera

manifestación de arte independiente en España”, El Sol, Madrid, 15-12-1920) o la velada

ultraista del 30 de mayo de 1921 donde presentó oficialmente el clownismo, con su

ensayo “El antiyo, estudio teórico sobre el clownismo y dibujos en la pizarra”.

(57) Vid., Juan Manuel Bonet, Barraáas’ Torres García, Madrid, Galería Guillermo de

Osma, 1992.
678

re

(58) Rafael Santos Torroella, “Barradas-Lorca-Dalí: temas compartidos”, Federico

Garcia Lorca. Dibujos, Madrid, MiEAC, 1986 y en “El clownismo con Dalí y García
mt
Lorca al fondo”, Barradas, Madrid, Galería Jorge Mara, mayo de 1992.

(59) Rafael Santos Torroella, “El clownismo con Dalí y García Lorca al fondo”, op. c¡t.,
u.
p. 27.

(60) Jaime Brihuega, Alberto Sánchez (1895-1962jDibujos, Bilbao, Museo de Arte


u.
Moderno, 1997, p. 19.
e

(61) Aparte de todas las acepciones que tuvo el término vibracionismo con los ultraistas,
a’
también fije elegido en 1921 para denominar a nueva escuela literaria catalana, la
e’
vibracionista. Vid., Capitulo XI. Cristalización del primer proyecto colectivo: El
Ultraísmo.
e

e,
(62) Manuel Abril, “El arte de Rafael Barradas”, Alfar, La Coruña, marzo de 1923 y

“Barradas el uruguayo”, Alfar, La Coruña, abril de 1925, pp. 16-20.

e
679

XI REALIDAD E ¡IMAGEN DE DANIEL VAZQUEZ DÍAZ EN EL ARTE

ESPANOL CONTEMPORANEO

XII. 1 INTRODUCCIÓN

En verano de 1918, Daniel Vázquez Diaz se traslada de su residencia en la

avenida Breteuil de Fuenterrabía, donde solía pasar sus vacaciones estivales, a la

madrileña calle Lagasca, núm. 119 (1). Acababa de dejar atrás un largo periodo que había

transcurrido desde septiembre de 1906 (2), cuando partía hacía la capital parisina, hasta

el verano de 1918; se trataba de los años felices de Vázquez Díaz en París: años de ballets rusos,

de manifiestosfuturistas, de iniciación de la pintura abstracta, de codificación del cubismo en el Salón

de Otoño, de invención de los ‘papiers collés’, de las ‘cronofotografias’, de M’arcel Duchamp, de las

esculturas ovoideas de Brancusi... Años en que Daniel y Europa aún eran jóvenes” (3>.

Sin embargo, ésta no era su primera estancia en la capital de España Tres años

antes de su partida a Paris, en 1903 y hasta 1906 (4), Daniel Vázquez Díaz había

intentado introducirse en los círculos artísticos y literarios de la capital. Había visitado el

Museo del Prado y la Escuela de Bellas Artes de San Femando, publicado sus primeros

dibujos en diarios madrileños e incluso participado en 1904 y 1906, en las exposiciones

nacionales de Bellas Artes, en las que obtuvó una mención honorífica. Sería poco

después cuando marche, en 1906, después de hacer escala en Fuenterrabía donde entró

en contacto con la cultura vasca. En Paris continuó su formación artística, comenzada ya

en la década de 1890 por tierras sevillanas, en donde había conocido a Francisco

Iturrino, Ignacio Zuloaga, Javier de Winthuysen, Ricardo Canals, Juan Ramón Jimenez...

(5) y en la capital francesa se reencontraría con algunos de ellos.


680

Sus frecuentes visitas a los museos y exposiciones de la capital francesa, como la

Exposición de Gauguin y la retrospectiva en conmemoración de Cézanne en el Salón de


u’
Otoño (1907), el fauvismo de Francisco Iturrino en la Sala Vollard, las obras de Albert

Besnard en la Galería Georges Petit, las obras de Edgar Degas, Maurice Utrillo, Pierre

Bonnard, Marce) Duchamp, Henrí Rousseau, Henrí Matisse, ¡Cies Van Dongen, etc. así
a
como sus amistades con otros artistas, tanto españoles como extranjeros Paco Durrio,
-

Juan de Echevarría, Joaquín Sunyer, Juan Gris, Max Jacob, Modigliani, el escultor u.

Antoine Bourdelle, Kandinsky, el grabador italiano Anselmo Bucci... (6) serian factores
-

u.
decisivos para convenirse en un pintor que había visto “in sim” cómo se desenvolvían los

últimos movimientos de vanguardia.

Durante tres ediciones consecutivas - 1907,1908 y 1909 - participa en la


u.,
exposición del Salón de los Independientes de París. Un año después contrae matrimonio
u”
con la escultora danesa Eva Preetsmann Aggerholm (1882-1952) y se instala en Ville des
Arts, además de realizar su primera exposición individual en la Galería Chevalier (1910)

(7) y enviar obras a la Exposición Nacional de Bellas Artes, en la que se le asigna el


t
título de socio por su lienzo Los ídolos (8). En 1912, el Estado francés compra para el

Museo de París una obra titulada La playa (9) y poco después, algunas más para u.;

diversos museos franceses (10). Al año siguiente exhibe por primera vez sus trabajos en

Londres, en la Graflon Gallery (1913), de nuevo en los Independientes y en el Salón

Nacional de Beaux Arts en París; en 1914 realiza una muestra en la Galería Boutet- u’

Manuelt. Meses después, durante la Gran Guerra, visita el frente del Este, la catedral de
a

Reims y las ciudades de Verdún y Arrás (11).

a
681

Pese a tan intensa actividad en Francia, el pintor nunca se desligó por completo

de España, siendo frecuentes sus viajes a la zona norte de España, principalmente a

Fuenterrabia, durante los meses estivales, así como su participación en numerosas

exposiciones, como los envíos a las exposiciones nacionales de Bellas Artes de 1908,

1909, 1915 y 1917, en éstas dos últimas había recibido las medallas de tercera clase por

Dolor (12) y por el grabado Impresiones de la Guerra (13), respectivamente; en 1910 y

1916 realiza en San Sebastián dos exposiciones, la primera en el Salón del Pueblo Vasco

(14) y la segunda en el Gran Casino (15). Por último en 1917, participa en la Exposición

de Legionarios con cuatro obras (16) y en la Exposición de Artistas Andaluces en el

Circulo de Bellas Artes de Madrid, en donde presenta un óleo y dos dibujos (17).

5(1.2. PRESENTACiÓN EN MADRID: LA EXPOSICIÓN EN EL SALÓN LACOSTE

La llegada de Daniel Vázquez Día.z a Madrid en el verano de 1918 supone la

adhesión de su arte a los intentos de renovación artística que se estaban produciendo.

Junto a la Exposición de artistas polacos (18), la muestra de Vázquez Diaz y las que se

preparaban para el otoño de este mismo año, como la de la polaca Victoria Malinowska,

el mexicano Garza Rivera, Sagismundo Nagy, el italiano Ohlsen, los jóvenes paisajistas

del Paular José Frau, Timoteo Pérez Rubio y Gregorio Prieto


- -, la mallorquina Pilar

Montaner, Wyndham Tryon, el alemán Adolfo Tewes,el inglés Wynne Apperley, Luis G.

de la Rocha, Celso Lagar, José Planes, Arizmendi... se iniciaba un periodo en donde los

jóvenes pintores podían admirar las obras más avanzadas que llegaban a Madrid, obras

que, como apreciaba el crítico de arte Francisco Alcántara, estimulaban “a nuesfros artistas
u
682

para el estudio de técnicas modernas, de las que Vázquez Día esperemos que sea en Madrid uno de (os
e
nás denodados y a la vez discretos representantes; que todo el valor y toda la discreción se necesitan

para ir acreditando entre nuestros pintores las visiones al aire libre, los conjuntos, en esta tierra
a
nuestra.., fieramente descriptiva, en la que cada detalle es una golosina de los ojos (19).
e
r
e

Mt

Interior de la Exposición de Vázquez Diaz en el Salón Lacaste


e
(ABC, Madrid, 11-6-1918)

Vázquez Díaz no tardó mucho en presentar al público madrileflo los primeras

frutos de sus experiencias parisinas. Fue en junio de 1918, en el Salón Lacoste de la e

Canera de San Jerónimo durante los días 8 y 22, aunque el éxito de la Exposición, como
e
veremos a continuación, fue tal que algunos diarios recogían la noticia que había sido
e
prorrogada hasta fin de mes (20), todo ello, sin olvidar que, incluso, su apertura había

sido anunciada cinco días antes de su inauguración. El diario El Sol se hacia eco de la
e

presencia del pintor en Madrid: “Inmediatamente ofrecerá al $blico madrileño el pintor Vázquez
e

e
683

Díaz, en exposición. un conjunto de sus obras realizadas durante estos últimos años en el extranjero”

(21).

Vázquez Diaz, conocido ya por sus envíos a las exposiciones nacionales de Bellas

Artes, presentó veinticinco pinturas Los monjes, El trabajo de los vascos, El torero, La
-

Tierra, El mar, Maternidad, Don Silvestre, Paisaje vasco, El canal verde, Las barcas

blancas, El canal, Ventana en mi estudio, Rafaelito, Nota gris, Bouquet primavera,

Ventana al sol, Mí ventana al huerto...-, veintinueve dibujos- Rubén Darlo, Amado

Nervo,lt Pérez Ayala, Rodin, Bernard, La Réjane, Gómez Carrillo, Sorolla, Azorin,

Juan Ramón Jiménez, G. Martínez Sierra, F.Rodriguez Marín, los hermanos Quintero,

M.Inurria, El marqués de Somosancho, mister Croker, José Ortega y Gasset y

Belmonte, entre otros - y numerosos aguaÑertes divididos en dos series, Ciudades -

Reims, Arras y Verdún y Las madres con los núms. 26, 27 y 28 del catálogo
- - - que

provocaron la división de la crítica en varias posturas bien diferenciadas. Aquéllos que

apoyaban un arte basado en caracteres academicistas, como los que reflejaba el pintor en

el dominio de la línea y sus matices realistas en sus dibujos y aguaffiertes que, en

ocasiones, recordaban a la llamada escuela del Siglo de Oro español; los que decían no

entender nada, como Rafael Domenech (22) y los que se oponían, capitaneados por

Ballesteros de Manos, a la introducción de técnicas pertenecientes a las líneas directrices

de las escuelas vanguardistas parisinas. Estas divergencias criticas demuestran, como

veremos, el &ado de aceptación o rechazo del arte de Vázquez Din y de todas aquellas

tendencias concurrentes en la vida artística madrileña de finales del año 1918 que

formarían el punto de partida más inmediato del inicio de una renovación plástica en la

capital.
684

Durante el mes de junio, el Salón Lacoste tbe el punto de mira de muchos de los
e.

criticos que, ante la llegada de un artista español procedente del extranjero y conocido en
e
la capital, parecía presagiar uno de los acontecimientos más importantes de la temporada.
Tanto es así que un total de 22 diarios se ocuparán de cubrir esta Exposición, a
e
diferencia de su posterior exhibición madrileña en el año 1921 ubicada en el Palacio de
e
Bibliotecas y Museos, considerada como la consagración del artista (23), pero que tan
sólo acaparó la atención de unos cuantos periódicos (24). Por supuesto, con estos datos u

no se pretende juzgar la calidad ni la proyección artística de Vázquez Diaz en ambas


u.
muestras, pero sí establecer qué relación tenía el artista con España, qué estilo pictórico

conocían de él y, lo que es más importante, qué propuestas plásticas incorporaba y cúal u’

flie su recepción en la capital.


a
“El escándalo en el Salón Lacoste “, como denomina a este episodio Angel Benito

(25), supuso para Vázquez Díaz un reencuentro individual, cara a cara, con el público a

madrileño. Sus envíos a las exposiciones nacionales de Bellas Artes durante los primeros
u
años de su carrera muy poco o nada tenían que ver con el éxito que había cosechado en
u

París; su trayectoria, según Francisco Alcántara, comienza en el París de 1907:


en este mismo año expuso, en el Salón de los Independientes, El balcón. La familia y

Vendedoras de naranjas. Obtuvo un éxito, proclamado por Henrí Barbusse (26) en vahos artículos.

a
Continuó exponiendo en otros salones de Paris... Al lado de Rubén Darío colaboró en París en aquella
Revista Mundial (27), en la que figuró la serie de retratos de personas ilustres que presenta en
e
Madrid. Adquirió un nombre en América (28), nombre que le ha valido muchas recompensas y

a
distinciones honoríficas. Fue invitado varias veces para exposiciones celebradas en Londres (29), al

lado de losprestigios de la pintura europea, y colaboró durante años en revistas como The Studio,

e
685

Excelsior The Graphique y otras por el estilo. Vázquez Diaz viene a España con el deseo, con el

propósito de vivir entre nosotros de su arte” (30).

A pesar de esta intensa labor en el extranjero, como otros artistas españoles que

habian alcanzado gran fama en el exterior - Anglada Camarasa o Ignacio Zuloaga -,

Vázquez Día.z no encontró en Madrid un apoyo que se correspondiera. “Instalado en

Madrid, - escribe Bernardino de Pantorba - Madrid no se apresuró, ni mucho menos, a reconocer

lo que este esforzado y dinámico artista tenía ya hecho... Tuvo Daniel Vázquez Díaz que empezar aquí

de nuevo la lucha, para imponer cosa dificil


- - un tipo de pintura como la suya: no acomodaticia, no

apta para el triunfo rápido...” (31). Paradójicamente, ¡a falta de un reconocimiento en su

primera Exposición se debe a su estancia parisina que, ante los ojos de la crítica, le había

convertido en un afrancesado (32) y por lo tanto, cultivador de un arte con tendencias e

influencias exteriores, algo que el propio Vázquez Día.z negaba: “Será para mí una gran

alegría, si puedo vivir en mi España, a pesar de aquellos que me atacan diciendo, fantaseando, que me

he extranjerizado. No, señores, no; español y andaluz” (33). Sin embargo, los lazos que le unían

con Francia eran ideales francófilos, como expresó en una entrevista que le realizó

Xavier Bóveda para El Parlamentario; bajo sus palabras se podía adivinar un

sentimiento que confraternizaba con el apoyo a la cultura francesa (34).

El lenguaje plástico que presentaba Vázquez Díaz flie motivo suficiente para tal

rechazo, en la capital madrileña, en donde la introducción de nuevas experiencias con

tintes vanguardistas eran consideradas como ya se ha visto el paso previo para la

destrucción del arte (35). A este respecto, los juicios más despectivos ifieron los de

Ballesteros de Martos, quien publicó el mismo artículo en la revista Cervantes y en el

diario La Mañana de Madrid:


686

‘Vázquez Diaz marchó a Paris muyjoven, fascinado por el renombre, el atuendo universal de
u.
la urbe cosmopolita, hoy amenazada por esas negras bocas horribles que vomitan la destrucción... En

su corazón ambicioso, enfermo de esa enfermedad incurable que se llama arte, prendió la locura de la
e
celebridad Le cegaban los grandes prestigios parisinos, y quiso ser como ellos.., tan amigo del

‘snob ‘... quiso venir a España a distinguirse entre nosotrospor su arte francés, este artefrancés de hoy,

tan falso, tan lleno de inquietudes superficiales, hijo de cerebros dolientes y de almas morbosas; arte

de un día, porque sólo se busca en él el reclamo, la sensación, la vanidad, el suceso; arte que no ve el

porvenir, pues que se fija en el momento; arte que habla de impotencia y de mentira. Vázquez Diaz ha
u.
creído equivocadamente que en Madrid iba a obtener la misma expectación que en Paris... Los cuadros

que exponía en el salón Lacoste nos han producido una impresión desagradable, y mucho más oir

hablar a Vázquez Díaz.. ~Vosotrosle creemos extraviado; nosotros creemos que su afán de notoriedad

le ha perturbado un poco...” (36).

e
1

e
.txt . ~ — .a..a~.S ~

Vázquez Diaz, Maternidad


e
(Renovación Española, Madrid, 15-8-1918)

e
Otros, como Ramón Pulido, tenían la misma idea de sus obras pero sobre todo

insistían en la capacidad que tenía el artista para el dibujo: “Sus cuadritos, nos ha de perdonar

el señor Vázquez Díaz si no los aplaudimos; esa ingenuidad tan rebuscada nos parece un bromazo. Es
e
triste ver que artistas de indiscutible talento, por el mero hecho de haber estado en el extranjero, traten

e
687

de embobamos con esos cuadros de un arte infantil, en el que falta todo lo preciso para producir una

emoción artístico. Vadie diría, al ver esos cuadritos, que los había trazado la misma mano que trazó

esos dibujos magistrales’ (37).

Las obras de [a Exposición del Salón Lacoste formaban una nueva etapa en su

trayectoria artística que correspondía para algunos críticos a una “época de transición, el

realismo - con españolas influencias de Monet las nuevas escuelas post-impresionistas y el recuerdo
-

sentimental de su España” (38). Mientras que en palabras del propio artista constituían los

años en que “eran aquéllos, todo lo pintoresco de nuestra España doliente y sombría. Pintaba

aquellos cuadros para mostrar la horrenda españolada” (39).

Vázquez Díaz, Las barcas blancas, La maternidad y Don Silvestre


(La Esfera, Madrid, 30-11-1918)

Sus exhibiciones en galerías privadas así como sus participaciones en el Salón de

los Independientes y en el Salón de Otoño en París y sus ilustraciones en numerosas

revistas extranjeras, hasta su regreso a la Península, en donde, según José Francés “toma
688

en peores condiciones para la acogida pública” (40), le sitúan, dentro de la crítica madrileña,
e
en el representante de una nueva pintura en la que se advierte para unos, el color del

impresionismo, y para otros, la construcción de la forma. Los primeros, como Juan de la e

Encina, apuntaban que Vázquez Díaz “posee una retina delicada y sabe con poquisimos
It

elementos damos impresiones cromáticas de poética mansedumbre” (41). Otros hablan de unas

obras “marcadas con un deleble sello de europeísmo” (42) o, incluso, se le marca con n

propuestas del Salón de Otoño (43). Para José Francés, el artista obtenía “la revelación de
e
agudos y profundos secretos del color cuando su sensibilidad se ofrece en su pintura con la más

apasionada y tremenda de las elocuencias emocionales” (44). n

mt

Por otra parte, se relaciona también el colorido de sus composiciones con amplias

manchas, que pertenecen a un proceso evolutivo de la pintura decorativa, tal y como el

propio Vázquez Díaz defendía (45): “Vázquez Díaz, el colorista, que viviendo el modernismo —

artístico del pueblofrancés. ha sabido interpretarlo con su alma sensitiva... Son motivos llenos de viril

emoción y serena quietud, pintados con purísima sencillez. Este raro pintor, en su cuadro bocetado El e

mar, nos da la sensación de que analiza y vive cuantos estudios lleva a cabo, en la lejanía poética en

que nos presenta las olas de la tranquila mar en el cuadro, parecemos ver, por el modernismo de que

están impregnados las manchas del ismo, un estilo que sino está en consonancia con nuestras e

costumbres, es, no obstante, la más cierta representación de la escuela francesa por el pincel de un

pintor español” (46). —

El exceso de colorido impresionista constituía una amenaza para su carrera (47).


e
Tan sólo se admite el arte de Vázquez Díaz por su concepción de la linea, en dibujos y
aguafuertes, porque se observa en ellos el dominio de la técnica, de los rasgos fisicos de
e

u
689

las cabezas de los retratados, o bien el trágico horror de la guerra; por el contrario, para

algunos el mayor elogio de sus pinturas era decir que no pertenecían a su autor por la

calidad de algunos de sus retratos (48). José Blanco Corís advertía al pintor que unos

métodos modernistas en el color y una composición infantil en sus formas no eran los

rasgos más destacables de su pintura, sino todo lo contrario, lo singular en sus

composiciones se encontraban en un color puro y en unas formas muy definidas (49).

También, y a pesar de estos pequeños “deslices”, su labor como retratista revelaba “la

imagen corpórea y la psicología del retratado” (50), que ponia de manifiesto una de las

cualidades principales de Vázquez Díaz en sus composiciones, la forma. “La figura humana

- dice José Francés - adquiere para él una expresabilidad casi angulosa. Ahinca en el carácter como

un cirujano en la carne palpitante” (51); estos rasgos, asimismo, se evidenciaban en sus

dibujos que implicaban caracteres escultóricos “construyó pues, el artista mentalmente bustos

de precisión marmórea cuyos planos acusaban, por ceñida y tenaz manera, la abstracción del

pensamiento, y a ellos ajustó la segunda versión que hizo en el papel” (52). Esta influencia de la

escultura tenía sus orígenes en su estancia parisina donde conoció al escultor Bourdelle,

y a otro escultor el serbio-croata Iván Mestrovic. De estas relaciones Vázquez Díaz

tomó seguramente, según Julián Gallego: “los ritmos en ángulos rectos y en largas paralelas”

(53). No obstante, una forma construida a partir de planos con tendencias apuntadas y

recortadas desvelaban también la clara influencia de las vanguardias parisinas y, en

concreto, del cubismo, no olvidemos por ejemplo la relación del pintor con Juan Gris,

aunque todavía en esta muestra de 1918 la crítica no hable de ella - sólo comienza a

hacerlo, como veremos más adelante, en la exhibición de 1920 en el Majestic Hall de

Bilbao -. Además de estas características se contemplaban otras en sus dibujos como en


690

el retrato de Jitan Ramón Jiménez, se trataba de los primeros atisbos de la “vuelta al


e
orden” que se harán más efectivos en su exposición de 1921 en el Palacio de Bibliotecas

y Museos, en la cual dicho retrato se convertiria en simbolo de la nueva depuración del u

lenguaje. En estos momentos la linealidad de sus dibujos, en ocasiones, es comparada

con las pinturas del simbolista E. Carriére:


a
Vázquez Diaz es el único artista que ha acertado a reflejar maravillosamente la fisonomía de

Rubén Darío... experimentamos ante el bellísimo retrato dibujado por Vázquez Díaz que el pasado

vuelve ‘... En este retrato de Rubén Darío (54) está armonizada fa técnica puramente mecánica con (a

comprensión del espíritu del modelo. El entusiasmo por la genial labor literaria de Rubén Darío ha It

puesto en el trabajo de Vázquez Díaz tanto como la habilidad de copista de rasgos, de facciones y de
a
gestos. Este retrato es, en suma, para nasotros, al menos, un obra maestra de intuición y de

elaboración reflexiva.., componen, con el de Rubén Darío, el grupo de retratos en los que el dibujo
u
queda reducido a los límites de vehículo del sentimiento, elforinidable Rodín (55), digno de la firma

de Carriére, el gracioso, espiritual y mundano de Gómez Carrillo... de Azorín, cuyos ojos azules yfrios U

justifican la fría tersura de su estilo; de Juan Ramón Jimenez, crepuscular e indeciso (56).

La linealidad de sus dibujos llamaba la atención, también, por el contraste —

acentuado en unas formas más bien rotundas que conectaban con los movimientos de
a

vanguardia franceses, en especial, con el clasicismo cezanniano y con el cubismo (57)


u
Con el fin de poder definir la pintura de Vázquez Díaz en algún movimiento, ya
que se adivinaban numerosas influencias: un colorismo impresionista, una construcción e

derivada de Cézanne, pero también algo de la propuesta cubista y una linealidad que,
e
más tarde, se insertará dentro de un clasicismo coma depuración del lenguaje y vuelta al

orden en sus dibujos, algunos críticos como Corea Calderón, uno de ¡os pocos que —

e
691

sentian una cierta atracción por su arte, declaraba que se trataba de “un modernisimo

pintor.. Al estar ante estos pequeños cuadros.., construidos con tal sencillez, con un tono menor tan

amable, que en ellos fluye una suave quietud.. Vese en ellos un inmutable deseo de sintetizar, de

construir por planos. el deseo, en fin, de dar una más alta emoción con una más pur¡ji cada sencillez...

En los dibujos de Vázquez Díaz vese un gran dominio y una plena conciencia... es un admirable

dibujante. Estos retratos bastarían para consagrar a un nombre” (58)

La propuesta de Vázquez Díaz consistió para Javier de Bengoeche “en estar en lo

moderno sin quemar las naves de un clasicismo radical y evidente. Pero de su eclecticismo surgió un

estilo personal. afirmativo, rotundo” (59), se reconocía, por un lado, la conquista de la crítica

exterior a nuestras fronteras que había conseguido Vázquez Díaz con la publicación de

algunos de sus dibujos en revistas extranjeras (60) y por otro, el reconocimiento de unas

composiciones más académicas por parte de la crítica española (61). La mayor parte de

la crítica artística española se babia empeñado en hacer fracasar la Exposición del Salón

Lacoste por sus tendencias extranjeras; ante esta actitud tan hostil, L. Navarro Larriba

salía en defensa del pintor nervense:


‘t4lgunos críticos han tomado como norma sistemática el dar sus golpes en el bando de esta

nueva manifestación artística, combatiéndola sin piedad El cultísimo critico de arte Sr Ballesteros

Martos es uno de los que con más ardor ha puesto su empeño en el duro trance de combatir, no sólo al

modernismo sino lo que es más doloroso, el poner hecho un ‘trapillo’ a Vázquez Díaz “(62).

Sin embargo, debemos preguntamos qué expresaba el propio artista en aquella

época. Dos meses después de la Exposición, la revista Renovación de España publicó

una entrevista en donde Vázquez Díaz explicaba su concepto de la pintura e, incluso,

hablaba en la misma revista de las obras presentadas en el Salón Lacoste y de algunas de

estas formaban parte de proyectos futuros, composiciones que constituían pequeños


692

vg

bocetos para grandes panneaux decorativos. Se expresaba, por primera vez, el concepto
u
de la pintura del pintor con una tendencia decorativa, a lo que el propio Vázquez Díaz

explicaba hay aquí en España un juicio muy equivocado sobre lo decorativo. Entiéndese por esto, a

los carteles, o lo que tenga una tendencia de cartel, o mejor, una composición de línea, iluminada con
e
muy pocos colores, siempre muyfuertes, para que realice un duro contraste. Lo decorativo es, según lo

entiende la mayorí¿z un cromo, muy moderno por supuesto, o una litografia, pero litografla al fin,

hecha con gran refinamiento y esquísitez... Lo que se entiende en España por decorativo y lo que es en

realidad, es bien distinto”(63). U

En la entrevista que le realizó Correa Calderón poco después, Vázquez Díaz

explicaría sus deseos de instalarse definitivamente en Madrid y sus proyectos futuros


U
(64). Este arte nuevo, que intuía Vázquez Díaz, llevaba consigo unas ansias de

renovación en las que cada artista tomaba su propio camino: Celso Lagar con su

planismo, Barradas con su vibracionismo, los artistas polacos con su sincromismo,


U
Milada Sindierová o los artistas argentinos con sus reminiscencias impresiomstas...

Probablemente algunos de ellos se conocieran y asistieran a la muestra de Vázquez Díaz e

como es el caso de Rafael Barradas (65).

1 ‘~r’~t~ ~ >.‘j
e

a
Interior de la Exposición Vázquez Díaz
(Mundo Gráfico, Madrid, 19-6-1918) e

mt
693

Todos ellos reflejaban las influencias del exterior y en todos se podían advertir las

mismas características pero con visiones artisticas diferentes; la de Vázquez Diaz se

centraba, para algunos, en “una sencillez franciscana, con colores planos, sin redundancias ni

énfasis coloristas. y va solo contento, por su verdadero camino” (66). Además, Vázquez Díaz

precedía a toda una futura generación que estaba saliendo a la luz, a través de pequeñas

intervenciones durante los últimos años, pero con grandes ansias de renovación. Estos

jóvenes pintores, los preibéricos, - Irene Narezo, Fernández Balbuena, Benjamín

Palencia, Saénz de Tejada, Timoteo Pérez Rubio, José Frau, José Planes, y otros - se

reunirían, más tarde, en una importante exhibición de arte español: sería en las salas del

Retiro, en 1925, con motivo de la primera Exposición de la Sociedad de Artistas

Ibéricos, a partir de la cual se imciana una nueva fase en las artes españolas del s. XX

(67).

re’ rrnr
1~ t •~Lt4.

Vázquez Diaz,La muerte del Héroe


(España, Madrid, 27-6-1918)
694

XI.3.ELARTEDEVAZQUEZDÍAZAPARTIRDE 1918
vg

u
Pese al escaso éxito que obtuvo en la Exposición del Salón Lacoste, Daniel
Vázquez Díaz continuó luchando por introducirse en el ambiente artístico de la capital. A
It

finales de junio de 1918, apenas clausurada su primera Exposición, participa con varias
a
obras en el Circulo de Bellas Artes, junto a Nicolás Raurich, Juan Luis, Tomás Gutiérrez
Larraya, Juan José, Adelardo Covarsi, Ernesto Gutiérrez, Enrique Ochoa, Mileda

Sindierová, Aida Uribe, P.Ysem y José Planes (68); Vázquez Diaz presentaba varios
U
dibujos y una pequeña composición titulada Maternida4 de la que José Francés

consideró que “a pesar de sus parcas proporciones y de lo mal intencionado de su colocación daba

el prestigio de su delicadeza y de su apasionada ternura a cuanto en torno suyo daba por chillonería o
It
indignaba por vulgaridad Es una nota sutiL delicadísima, de cariciosas calidades, de suaves

tendencias cromáticas y su honda emoción buscaba recta la ruta cordial de nuestro espíritu” (69).

Después del verano, el Salón del Circulo de Bellas Artes de Madrid, inauguraba
It
su décimotercera Exposición, en la que Vázquez Díaz presentaba tres retratos a lápiz y

un dibujo titulado La danza (70). Asimismo en 1919 participa en La Exposición U

Internacional de Pintura y Escultura que se celebra en Bilbao, y lo hace con dos obras,
U

Don Silvestre con el núm.359 (obra presente ya en la Exposición del Salón Lacoste) y

Pirineos, con el núm. 360; en la Exposición de Arte Español en Paris y en el Casino u

Mercantil (71). Un año más tarde intex-vendrá en otras tantas exhibiciones: en el VI Salón
a

de Humoristas realizado durante los meses de Julio y agosto, en donde presentó un


It

aguaflierte titulado La danza, probablemente relacionado con el dibujo o quizás estudio


que presentó en el Salón del Círculo de Bellas Artes de Madrid, en septiembre de 1918;

en la Exposición de Arte Español, a cargo de la Royal Academy de Londres que tuvo


e

a
695

lugar en diciembre y en la que exhibió Los Ídolos - realizada en 1913 y mostrada con

anterioridad en París, Londres y Ginebra - y Retrato de Señora; en la Exposición

homenaje a Fortuny del hotel Ritz de Madrid; en el 1 Salón de Otoño, con El Cartujo,

Madre y varios dibujos de la cabeza de Unamuno y, finalmente, en su primera

Exposición individual en Bilbao (72).

Esta última formaría - por su carácter individual y las obras presentadas - un

período de transición pero a la vez de lanzamiento entre su primera exhibición madrileña

en el Salón Lacoste y su posterior exposición, en marzo de 1921, en el Palacio de

Bibliotecas y Museos. En marzo de 1920 realiza dicha Exposición bilbaína en el Majestic

Hall. Allí reunió treinta y cinco óleos, algunos de los cuales ya se habían exhibido en

1918- Pescadores Vascos, Atardecer en el canal, Pueblo de mar...- doce dibujos y

numerosos agualiiertes - El héroe, Arras, Reims, Verdun . . .- envio que algunos

historiadores han considerado la concreción por parte del pintor de una “síntesis diversa

y reciente” (73). Por otra parte, se ha hablado también de la buena acogida de esta

muestra en Bilbao; Angel Benito comenta al respecto: ‘Ante esta actitud de comprensión, que

entiende que el paso del maestro por París supone algo decisivo para la renovación de su arte... donde

el interés por el arte estaba en aquellos momentos en estado creciente y donde no existía un ambiente

oficializado opuesto a tos recién llegados” (74). Sin embargo, el enriquecimiento del País

Vasco a causa de la guerra había pasado y éste, como apunta Javier González de la

Durana, “se había cimentado sobre las desgracias que asolaban los campos centroeuropeos... En

cuanto las actividades bélicas cesaron, la recesión económica vasca y el espejismo de la Atenas del

Norte ‘se hundió” (75). El arte vasco vivía por aquel entonces un período en que “tas fuerzas

comienzan a disiparse; se dijera que empieza la desbandada de los artistas vascos hacia otros climas,

cansadosya de luchar con un ambiente que ha consumido la flor de sus energías. Bilbao, por otra
696

vg

parte, exige de sus artistas una consagración exterior: Bilbao, pese a todas las aparencias contrarias,
e
está y ha estado siempre atento a las sanciones de .tladrid. Unase a esto que en la actual crítica

centralista no sabemos si mejor informada


- y con mejor criterio que la de ayer ha evolucionado en
-

a
estos cinco últimos años favorablemente a las sentencias en que se formaron los artistas vascos...

(76). u

Bilbao comenzaba 1920 con una gran apatía que la diferenciaba de lo que en un
u
pasado había significado la intensa actividad financiera e industrial que habia permitido

una gran variedad de exposiciones (77). De tal manera que, si el arte de Vázquez Diaz U

tuvo una buena acogida fue, en gran parte, porque su procedencia exterior le garantizó

un éxito seguro, ya reafirmado por sus triunfos anteriores - en los museos de


u
Luxemburgo, Niza, Rouen, Burdeos, Madrid, Ginebra, Berlín, Londres, París, San

Petersburgo, Brighton, Nueva York y Chicago (78) - como moderno y no como

“ultramoderno”, apelación que como ya se ha visto dividió a la mayor parte de los


a
artistas españoles y por llegar en un momento donde la actividad artística comenzaba a

decaer y su dependencia de Madrid se había convertido en signo más característico de e

Bilbao. Además, la aceptación de la obra del artista, a diferencia de las fUertes críticas
u
que recibió en la Exposición del Salón Lacoste de 1918 y las que recibirá en marzo de
-

1921, en el Palacio de Bibliotecas y Museos -, parten de la base de un arte legible y

diverso, ya sean lienzos, dibujos o aguafrertes, que se alejan de aquellas tendencias de


a
vanguardia como el cubismo oficial de Picasso y Braque,o sus derivaciones como el
It

sincromismo, vibracionismo, orfismo, planismo, etc.:


‘Su lenguaje es claro y armónico dice J. Barrio y Bravo
- - kizquez Díaz, en vez de buscar U

una afirmación efimera de su personalidad en el cultivo ahincado e invariable de una modalidad fija.

a
ha comprendido que el estatismo es un suicidio; que las más terminantes afirmaciones pierden pronto

u
697

consistencia; que quien cree haber llegado a lo definitivo necesariamente se verá pronto atropellado

por la caba/gata loca de los años, adversarios imp/acab/es de cuanto no sea vibración constante y

juventud eterna.,.” (79).

Se trataba, sin duda, de la visión de un Vázquez Díaz que presentaba diferentes

etapas de su trayectoria pictórica y que ahondaba en el gusto del público bilbaíno por su

sentido cromático y por su voluntad de construcción, tan apreciados por ejemplo en

Arteta, Iturrino o Echevarría. Incluso se advertía en sus métodos, por primera vez, una

aproximación al cubismo (80) de ahí su simplicidad y sintetismo, a la vez que una

tendencia hacia nuevas figuraciones:

“Siendo mucha la diferencia de unos lienzos a otros observamos, sin embargo, en todos ellos

las mismas preocupaciones directrices. La primera, la de la construcción sobria yfuerte de las figuras
y del ritmo y del arabesco total del cuadro. Vemos al pintor luchar bravamente por dominar las

dificultades de realización y por depurar cada día su concepto de la forma La otra preocupación, a

caso menos temporal, es la del color.

Toda la gracia y toda la delicadeza que la moderna pintura francesa ha traído al sentido

cromático... Y es curioso observar cómo su preocupación constructiva ha llevado a Vázquez Díaz a

aceptar maneras algo más que simple sensación cromática, para quien el volumen y la línea tengan un

valor no tendrá más remedio que resolverlos bajo la influencia cubista (81).

Ante los ojos del público bilbaíno Vázquez Díaz presentaba unas obras con

tendencias similares a las que ya se habían podido contemplar en 1919, en la Primera

Exposición Internacional de Pintura y Escultura, principalmente en las composiciones de

Cézanne, Georges Duftenoy, Othon Friesz, Paul Gauguin, Van Dongen, Van Gogh,

André Lhote, Claude Monet, Matisse, Renoir, Seurat, Vuillard, Picasso, Francisco
vg
698

Iturrino, Valentín y Ramón Zubiaurre, Antonio Guezala, etc, influencias que ya en el


vg

catálogo a la Exposición del Majestic Hall hacían exclamar a Gabriel García Maroto: “es

e
un español afrancesado, es decir injerto en europeo, libre, por tanto, de la grave influencia de nuestras
tradiciones estéticas de las cuales es conocedor y estimador, pero no esclavo- y que puede ofrecer, y
-

It
ofrece, el acervo común, a/go que es moderno y eterno” (82).

“Sintética, esquemáticamente - se publicaba desde la revista Hermes -, podria decirse

de la pintura de Vázquez Díaz: Fuerza y sobriedad ese sobriedad afinada y justa de las sensibilidades
-

a
maduras-, matices delicados y armoniosos, libres de toda exaltación cromática y, en todo caso, mui’

lejos de los efectismos estériles; calidades perfectamente dadas, fluidez y precisión de líneas... El

estudio arquitectónico de suspaisajes, ese procedimiento con que trata susfiguras, trabajando la masa,

buscando los planos amplios y esculturales; su facultad simplificadora, todo ello constituye la franca vg

tendencia hacia la pintura mural que a nuestro juicio y en último término, debe ser la tendencia
It
definitiva de la pintura” (83).

Estos juicios o similares se repetían en la prensa bilbaína, para la cual el arte de


a
Vázquez Díaz se distinguía ante todo por su modernidad y su aceptación en los círculos

artísticos (84). Otros críticos, como Rafael Sánchez Mazas, al hablar de la —

transfiguración de la materia en los lienzos de Vázquez Díaz consideraba la continuidad


mt
normal de su pintura con la evolución natural de la pintura pero con una medida justa
e
que llevan, sin duda, a apartarse de las extravagancias vanguardistas y a crear una
plástica personal y renovadora capaz de calar hondo en el gusto bilbaíno, principalmente

en la realización de sus retratos (85).


a
El éxito personal que alcanzó Vázquez Díaz en Bilbao fue recogido también por

Paul y Ajmarza en un artículo para el diario El Figaro de Madrid, en donde se reflejaba

vg
699

la opinión del artista por su buena acogida en Bilbao, además de servirle como

salvoconducto para inaugurar de nuevo en la capital: “¿Qué diferente de Madrid la mentalidad

de este Bilbao, y qué aplauso más sincero y entusiasta el de estos artistas y escritores para mi obra!

¡(‘ómo me he acordado de usted y qué contento de este éxito único que he tenido en España! Toda la

prensa elogies, y los ricos compran. Ahora han encabezado /os artistas una suscripción para que dos de

mis obras se queden en este .Vfuseo. Yo no sé cómo agradecérselo. Esto no pasaría en Madrid. donde

hay tanta envidia y tanta bajeza” (86).

5(1.4. CONSOLIiDACIÓN DE V ZQUEZ DÍAZ EN EL AMBIENTE MADRILEÑO:

LA EXPOSICIÓN DE 1921 EN EL PALACIO DE BIBLIOTECAS Y MUSEOS

Un año después, en marzo de 1921, prepara su segunda exhibición individual ante

el público madrileño. Esta vez tendría lugar en la sala del Palacio de Bibliotecas y

Museos, junto a las esculturas de su mujer, Eva Aggerholm (87). La importancia de este

nuevo intento venia aumentada por el prólogo del catálogo, escrito por Juan Ramón

Jiménez, y si la muestra del Majestie Hall en Bilbao estuvo protagonizada por un

catálogo presentado por Gabriel García Maroto y Margarita Nelken, ahora “el maestro de

la poesía lírica moderna en España ha escrito unas admirables ideas estéticas, de carácter urgente

como él las subtitula” (88).

La nueva modalidad lírica de Juan Ramón Jiménez venia, desde hacía tiempo,

propagándose por el campo de las artes literarias. Ya en 1917, en paralelo a las nuevas

tendencias artísticas que miraban hacia la depuración de los lenguajes plásticos europeos

como Francia, Alemania e Italia, el propio R. Cansinos Assens observaba en la obra del

onubense, “un inimitable combinador de matices, que en sus crepiisculos líricos sabeformar tenues
700

vg

gaznas de tonalidades, en que las cosas se nos revelan con las calidades de la pintura más fina. Un

e
(89).
día.., Juan Ramón Jiménez vió las estrellas verdes, Este es el verdadero cromatismo literario”
Desde 1902 a 1916, Juan Ramón Jiménez se encontraba unido a la lírica del
e
modernismo; con la publicación en 1917 de Diario de un poeta recién casado (90)
It

iniciaba un cambio hacia una nueva expresión de los sentimientos ligada a un afán de
depuración formal, que para Cansinos Assens, “reanima su arte en una vigilia de expectaciones

sacras, se acompasa con un n tino más nuevo y se hace digno de acaudillar, con el tirso de una
It
renovada primavera, a lasjóvenes poetas que ahora intentan hacer de la ohm de arte una cerebracián
intermedio... Mientras los demás poetas de su dorado novecientos parecen haberse adormecido en una
e
terrible perfección, Juan Jiménez, siempre divinamente inquieto, desde su isla de Patmos hace esta

ofrendo al irrefrenable ardor de los novísimos” (91). a

Interior de la Exposición de Vázquez Diaz en el Palacio de Bibliotecas y Museos


(Blancoy Negro, Madrid, 8-5-192 1) It

t
701

Esta consagración de Juan Ramón Jiménez proporcionó a Vázquez Díaz uno de

los apoyos que necesitaba para triunfar en Madrid. Conocidos desde su juventud por

tierras sevillanas, prologó para su amigo un extenso estudio de numerosas ideas estéticas

que titulaba Ideas para un prólogo (urgente). Se trataba, dijo el critico de arte Francisco

Alcántara, de “todo el problema del arte moderno, planteado por un poeta exquisito, y que será

recibido con respeto por los técnicos de las artes plásticas” (92). Juan Ramón Jiménez

comenzaba en el arte impresionista como un periodo necesario para la evolución de la

pintura “moderna” paralelo a la evolución literaria de sus poemas. “Desde el impresionismo,

- dice J. Ramón Jiménez - se han pintado en España, sin duda, cosas escelentes y hasta cosas

majistrales, si se quiere; pero que no responde, digo, a proceso evolutivo, creador; que nada han

añadido y han restado, por lo tanto en afinamiento, en adelicadezamiento sensuaL a nuestra pintura
- -

fea, ‘antipática’, plebeya, obscura, aunque parezca clara a veces; que nada han excitado hacia la

unidad de los sentidos hallazgo del impresionismo


- -‘ hacia el arte completo” (93).

El arte de Vázquez Día.z era considerado por el poeta como el resultado de la

evolución de las influencias parisinas de diferentes artistas que como Renoir, Cézanne o

Gauguin le habían dotado de un arte en pleno cambio y renovador. A pesar de sus dotes

como pintor pasó por una etapa “en ese abierto montón famoso y laureado del fácil nacionalismo

pictórico, los rearruinadores ladrilleros de Castilla rancia, los adormilados del castellanismo forzoso”

(94). La vuelta al clasicismo, como veremos en el siguiente capitulo, iniciada ya desde

1917 con Picasso y su viaje a España tras los pasos de los Ballets Rusos se consolidaría

en la Península como uno de los orígenes del regreso al orden que ya mostraba Picasso

en los dibujos publicados por la revista catalana Veil i Ncm, concomitante con la pintura
702

de algunos noucentistas como Sunyer; según Eugenio Carmona, esta pintura

“independiente, pero acrisolada en el clasicismo mediterráneo y conocedora de algunos recursos de

lenguaje cubista, fue también propuesta como la tendencia de más rigurosa actualidad, una vez

acabada, como algunos creían, la época de las experimentaciones de vanguardia” (95).

Este nuevo modelo poético y artístico era para Ramón Jiménez uno de los

escasos síntomas de modernidad ya que “nuestros pintores, hoy todavía, exceptuando un


pequeño grupo, catalanes en su mayor parte - Sun.ver, el gran sensitivo, sobre todos; Nogués, el

rítmico, el dinámico delicioso; no es preciso nombrar al expatriado andaluz Picasso -‘ son repetidores,

trasuntistas, caricaturistas aliricos de los ‘clásicos normales’; y su triste obra es labor sin invención ni

trascendencia, expresión de huecos, de vacias; ni el ayer, porque ayer ya no existe hoy en el tiempo, ni

el hoy... Clasicismo es virtud del presente y delfuturo, no sólo del pasado” (96). Motivo éste por

el cual apuntaba en el prólogo que el arte del pintor nervense estaba dotado de un

clasicismo que le hacia ser innovador y revolucionario al mismo tiempo. <‘Si queremos ser

clásicos’, - dice Ramón Jiménez - hemos de encontrar en nosotros mismos, sin consejo ni ayuda,

nuestro propio y único clasicismo” (97).

Sin embargo, y a pesar de presentarse de nuevo en la capital de la mano del

poeta, tampoco esta vez Vázquez Díaz consiguió la atención del público y la crítica,

aunque para el pintor esta exhibición del Palacio de Bibliotecas y Museos marcaba el

comienzo de un periodo que, por un lado, coincidía con el pleno apogeo del ultraísmo,

en el cual se va a introducir y participar con sus dibujos en revistas (98) y, por otro, se

advertia en las artes plásticas el intento de un aire renovador reflejado en “un retomo al

orden” que se concretaría, en 1925, con la Exposición de Artistas Ibéricos en el Retiro

(99).
703

El público y la crítica madrileña habían conseguido, con su pasividad ante la

Exposición de Vázquez Díaz y, en otras ocasiones, con sus juicios negativos, como en

los años anteriores a diferentes exhibiciones de arte como vimos en el capitulo anterior,

estancar una vez más toda pretensión de renovación artística. Gabriel García Maroto,

desde el núm. 1 de Índice revista apadrinada y dirigida por Juan Ramón Jiménez, no

olvidemos, se lamentaba de esta situación:

“Como consecuencia de esta falta de atención hemos podido presenciar con tristeza el vacio

con que los más obligados en apariencia a fomentar todo intento de evolución artística en nuestra

patria han conseguido ahogar la eficacia de la Exposición de Vázquez Diaz, celebrada recientemente...

Pintura (a suya apoyada en lo que de objetivo y formal tiene el post-impresionismo, pintura luminosa.

de formas y ritmos claramente iniciados y resueltos, de colorfácil a la comprensión normaL de paleta

limpia, de arabesco gracioso... la crítica y el público a que nos referimos no ha hallado, salvo

excepciones muy contadas, merecimientos suficientes en la obra expuestapara un aplauso razonado y

alentador... pero queremos afirmar lealmente la injusticia, de inmediatos perjuicios para nuestro arte

en formación, que se comete al no aceptar con cariño~y agradecimiento sus aportaciones valiosísimas.

Insistiremos, no nos cansaremos de insistir, en la necesidad de una atención más fina, más

comprendedora, para todo movimiento artístico, de matiz poco familiar, que se ofrezca a nuestra

producción estética actual, que no trocará su expresión si no se nutre convenientemente con las aguas

vivas y revueltas de las teorías comtemporáneas” (100).

Como hemos visto, la presencia activa del arte moderno de Vázquez Díaz en

Madrid comprendió varios periodos que la crítica dividió en diferentes épocas: 1911-

1917 y 1917- 1921 (101); 1911-1915 y 1913-1921 (102) y 1911-1915 y 1916-1921

(103). Sin entrar en polémica sobre las obras realizadas hasta la exhibición del Palacio de
704

Bibliotecas y Museos destacamos las que mayor interés causaron: Unamuno (Exposición
t

en el Majestic Hall de Bilbao), Retrato de la esposa del pintor, El abogado Enríquez, La

familia (Exposición Salón Lacoste de 1918), El Cartujo (1 Salón de Otoño, octubre de t

1920), Aldea Vasca (Exposición Salón Lacoste de 1918), Pescadores vascos

(Exposición Salón Lacoste de 1918), dibujo de Juan Ramón Jiménez (Exposición Salón
1~
Lacoste de 1918), Madre campesina, Desnudo de la cortina amarilla, Adolescente, La

Lagarterana, Pueblo de mar, Torso de mujer, y Las madres. De todas ellas, la crítica

más conservadora vió en las obras del pintor - por sus influencias cezannescas desde

1911, y sus devaneos cubistas - que no podían “ni ellos ni ninguno de los demás cuadros,

significar nada nuevo que responda a un espíritu actuaL ni que añada absolutamente nada a lo ya

conocido. La ideología moderna no tiene representación alguna, y seria inútil quererla buscar en una
t
manera nueva de ejecución, ello sería tomar lo accesorio como fundamentaL El verdadero arte

innovador ha de responder al carácter intrínseco de un época, ha de cristalizar un sentimiento que


u
entre en la conciencia de la sociedad más o menos latente; no basta, ¡qué ha de bastar!, apartarse de lo

trillado ~v retroceder o lo primitivo, h«v que traer un destello de genio, algún elemento de belleza no

apreciado antes y una nueva expresión característica” (104).


u
“Estamos convencidos - concluía el crítico - de que esa pesadilla pictórica durará muy

poco, y de que Vázquez Díaz volverá, si no a lo antiguo, a un arte en el que entren como elementos

fundamentales la observación de la Naturaleza, del alma humana, y la emotividad del verdadero

artista. Todo aquello que no nazca en estas fuentes de inspiración ha de ser pasajero” (105).

u
Esta segunda exhibición de sus obras en la capital madrileña, considerada por

algunos como el atisbo hacia el resurgimiento de un nuevo clasicismo, fue también a

conceptuada como “arte moderno”, apreciación que se encuadra como prolongación de

e-
705

la dicotomía que había existido entre los términos moderno y ultramoderno que se

barajan el discurso de las Bellas Artes españolas entre 1915 y 1919. En consecuencia,

nos encontramos a partir de 1920 con un nuevo enfrentamiento terminológico, una

“vuelta al orden” basada en el clasicismo y los realismos de nuevo cuño originarios de

Francia, Alemania e Italia, en el que participarían tanto los defensores del “arte nuevo”,

por ejemplo, en las actuaciones de muchos de los integrantes del ultraísmo, como Bores,

Barradas o el propio Vázquez Díaz, como los pintores que, formados en la tradición

española o en las enseñanzas académicas, habían encontrado en esa figuración

contemporanea la posibilidad de renovar fácilmente el aspecto externo de su arte.

Por el contrario, Juan de la Encina mantiene que Vázquez Díaz seguía dentro de

aquellas escuelas, estilos o tendencias que actúan “a la sombra del ‘impresionismo’ - hecho

artístico limitadísimo y ya pasado, aunque fecundo en consecuencias -. como a la sombra del

clasicismo, se pueden albergar muchas inepcias; y no cabe duda que se ha formado ya un

academicismo impresionista contra el que cual conviene prevenirse, y más aquí, donde apenas hemos

participado de los movimientos artísticos habidos en Europa a partir de la aparición de Eduardo Manet

y los otros impresionistas de primera hora” (106).

Este “arte moderno”, que es para Juan de la Encina “un repertorio de temas de

pintura moderna “, conectaba con el arte de Vázquez Diaz “por una herencia cromática del

impresionismoy algo de su técnica; de otra, el concepto arquitectural del cubismo. Busca Vázquez Díaz

delicados desarrollos cromáticos, refinamientos de retina; pero, a la vez, quiere llegar a

simplificaciones de forma que dejen la impresión de los planos y volúmenes arquitecturales. El

tremendo problema que se propuso Cézanne: máximo de solidez y volumen unido a la extrema

transparencia y variación de matiz en el color


706

¿Cómo lo ataca y lo resuelve ‘ázquez Díaz? ,\fás bien con buenos propósitos. La forma es
u
arquitectural y simple. Tal la intención. Pero le falta solidez. ¡ ~.i.zquezDíaz no es constructor de puño
fuerte. Su dibujo es gracioso, tiene querencia a las simplificaciones antiguas. Pero, ¿qué simplifica?...
u
La síntesis de Vázquez Diaz no es síntesis de condensación, por densificación y apretamiento de visión

y emoción - como verbigracia, las magnificas y todopoderosas del Tintoretto o los robustos intentos de e

Cézanne -‘ sino por un a modo de blandura y aflojamiento de la facultad perceptiva, que se complace
e
en no pasar del primer término. En una palabra; su condición no es la de profundidad; pero le salva la

grancia. Su indecisión para llegar a lo fundamentaL al reducto arquitectónico, aparece embozada en


e
finezas de color y en cierta graciosa disposición para alcanzar perspectivas pintorescas. Con la

dramática del problema cézanniano ha hecho Vázquez Diaz, como tantos modernos, una especie de

pintura decorativa de primer plano...” (107).


u

Desde Madrid y tras pasar en octubre por el Salón de La Nación de Buenos e

Aires, donde exhibió su retrato de Rubén Dado, inauguró en diciembre su primera


e
Exposición individual en Barcelona en las Salas Dalmau (108) para volver poco después

a Madrid y continuar con sus intervenciones ese escenario artístico, como veremos en el

siguiente apartado.

e
e

e
707

XIS. NOTAS

(1) Posiblemente durante los meses de abril y mayo de 1918, ya que su primera muestra

flie a principios de junio, en el Salón Lacoste, del día 8 al 22. Vid., Angel de Benito,

Vázquez Día: Vida y pintura, Madrid, Dirección General de Bellas Artes, 1971.

(2) Angel de Benito (Vázquez Diaz. Vida y pintura, op. cit., p. 42) señala que en la

primavera de 1916 Vázquez Díaz inicia su viaje hacia París aunque se quedada unos

meses en Fuenterrabía hasta su partida definitiva.

(3) Julián Gallego, “El París de Vázquez Díaz”, Vázquez Diaz, Ministerio de Cultura,

Dirección General de Bellas Artes, Archivos y Bibliotecas, Banco de Bilbao, mayo-junio

1982, p.l8.

(4) Angel Benito, op. cit., p. 13.

(5) Julián Gállego, op. cit., p. 17.

(6) Ibid.,
708

(7) Otros investigadores sitúan la fecha de esta exposición en 1911, Francisco Garfias,

Vázquez Diaz, Madrid, Ibérico Europea, 1972, p.263 y Julián Gállego, “El Paris de
e
Vázquez Dial’, Vázquez Diaz, Madrid, Ministero de Cultura, Dir. General de Bellas

Artes y Banco de Bilbao, 1982, p. 1917.

a
(8) Francisco Alcántara, “Los cuadros de Vázquez Diaz en el Salón Lacoste”, El Sol,

Madrid, 14-6-1918. u

(9) Ibid.,
a

(10> Ibid.,

(11) Vid., Vázquez Díaz (1882-1969), Caja General de Ahorros y Monte de Piedad de

Granada, febrero-marzo 1990, Granada y Vázquez Diaz, Ministerio de Cultura Dirección e

General de Bellas Artes, Archivos y Bibliotecas, Banco de Bilbao, mayo- junio 1982,
a
Madrid.
a

(12) Vázquez Díaz a pesar de encontrarse aún en París, según el católogo a la exposición
a
de la muestra se encontraba afincado en la capital de España, en la calle Rodríguez San
DaA,n ~;~‘7 a
1 vu1U, ¡¡UllA

a
709

(13) En esta muestra de 1917 destacó, sobre todo, por el tríptico de las tres ciudades

francesas Verdun, Arras y Reims destruidas por la guerra. Al lado de dos retratos, Rodin

y Rubén Darlo, fechados en 1912, además de E/hombre de la capa gris y Minamme de

Versalles.

(14) CIY., Francisco Garfias, Vázquez Diaz, Madrid, Ibérico Europea, 1972, p.263.

(15) Aparece una foto de esta exposición en Heraldo de Madrid, 4-10-1916.

(16) Vid., Capitulo V. Arte y Política en España durante la Primera Guerra Mundial: La

Exposición de Legionarios de 1917.

(17) Vid., Francisco Garfias, op.cit., p. 265.

(18) Vid., Capítulo IX. La Exposición de los pintores polacos en el Ministerio de Estado

(1918).

(19) Francisco Alcántara, “Los cuadros de Vázquez Día.z en el Salón Lacoste”, op.cit.,

(20) Anónimo, “Noticias”, La Acción, Madrid, 23-6-1918.

(21) Anónimo, “La vida artística. Noticias”, El Sol, Madrid, 3-6-1918.


710

(22) Rafael Domenech, “Exposiciones de Arte”, ABC, Madrid, 27-6-1918.


0

u
(23) Jaime Brihuega, Las Vanguardias artísticas en España. 1900-1936, Madrid, Istmo,

1981, p. 206.

e
(24) Es interesante cotejar esta primera recepción del arte de Vázquez Díaz con la

posterior evolución de la crítica de arte. Vid., apartados XI 3 y XI 4

(25) Angel Benito, op. cit., p. 119.

(26) Seguramente que estos artículos a los que se refiere Francisco Alcántara en relación
e.
con su exposición en 1910 en la Gaiería Chevalier remitan al prólogo del catálago

realizado por Henri Barbusse. Vid., Juan Manuel Bonet, Diccionario de las vanguardias

en España. 1907-1936, Madrid, Alianza, 1995, p. 618.

e
(27) Las intervenciones de Vázquez Díaz en la revista Mundial que dirigía Rubén Dado

datan de 1912 bajo el título Los hombres de mi tiempo.

(28) Este dato que recoge Francisco Alcántara sobre el posible conocimiento de las

obras de Vázquez Díaz en tierras americanas, que por el momento no hemos podido a

corroborar, sería una de las primeras noticias sobre un probable viaje o envío de cuadros
a

a dicho lugar. No obstante, es muy probable que esta referencia haga alusión a su

introducción en los círculos hispanoamericanos de la capital parisina. Precisamente, en —

a.
711

uno de los artículos que Vázquez Díaz escribida para el ABC en la década de los

cincuenta y sesenta se menciona. “Allí conocí a Rubén Darío, Amado Nervo, Luganes, Manuel

Machado, Larreta, Banafoux, Francisco y Ventura, García Calderón, Cristóbal Botella, ¡~i García

Martí, hermanos Guido, Manuel Ugete y Paul Brular; a pintores y escultores de nuestra Amenca

Vázquez Diaz, “Gómez Carrillo”, ABC, Madrid, 13-VI-1958.

(29) Entre sus posibles muestras en Londres hasta hoy se conoce tan sólo la celebrada en

1913 en Graflon Gallery. Vid., Joaquin de la Puente, Vázquez Diaz, Granada, Caja

General de Ahorros y Monte de Piedad, 1990.

(30) Francisco Alcántara, “Los cuadros de Vázquez Diaz en el Salón Lacoste”, op.cit.,

(31) Bernardino de Pantorba, Historia y crítica de las Exposiciones nacionales de

Bellas Artes celebradas en España, Madrid, Alcor, 1948, p.223.

(32) No obstante pasada a ser recordado por Moreno Villa como: “Un caso dramático. Un

andaluz que quiso hablarfrancésy tan pronto le hablaba a uno de tú como de usted Un gran dibujante

y un pintor de finas armonías, pero vacío, por no saber a qué carta quedarse. En realidad quería

romper con el zuloaguismo. Su drama se lo dió la época. Fue el eslabón entre ese ‘ismo 1v lo realmente

nuevo “. José Moreno Villa, Vida en claro, El Colegio de México, 1944, p.l 69.

(33) Correa Calderón, ‘tos grandes artistas españoles”, La Renovación española,

Madrid, 15-8-1918, p.9.


712

e,

(34) Al respecto Vázquez Diaz declaraba: u


“¿Que por qué sovfrancófi lo?

Ante todo, porque soy latino y porque he vivido en Francia mis últimos doce años; por el

grande amor que siempre tuve a este pueblo y a su arte.


e
Su civilización, su cultura, sus museos me han enseñado mucho, y a Francia estoy agradecido.

Las santas Bélgica, Reims me ha hecho odiar a Alemania; todo mi amor y admiración están al lado de
e
Francia, la sublime, la heroica. Si no fuese francófilo de siempre, sus heridas sagradas me atraerían

hacian ella. e

Francia representa el supremo ideal, y los que no amen a Francia son enemigos de la
e
Humanidad ¡Salve, Francia inmortal! “. Xavier Bóveda, “¿Por qué es usded francófilo? Los

intelectuales dicen... Daniel Vázquez Díaz”, El Parlamentario, Madrid,14-8-19 18. a

(35) Vid., Capítulo IX.4. Crítica a los artistas polacos en Madrid.

(36) Ballesteros de Manos, “Noticias artísticas”, Cervantes, Madrid, junio de 1918,


e
Pp. 145-148 y “Daniel Vázquez Díaz”, La Mañana, Madrid, 22-6-1918.
a

1JA-.,-.~.a-. flt,..~’ rl CL..L...


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n.annJII 1 UliU’J~ 1.fl’ aIW. t~Ap~fllUOn y a.n{ua ,t¿ ‘u-u—mo.

a
(38) José Francés, “La pintura apasionada de Daniel Vázquez Diaz”, El Año Artístico,

Madrid, junio de 1918.

e
(39) Conca Calderón, “Una intensa emoción. Daniel Vázquez Diaz”, La Renovación

Española, Madrid, 27-6-1918.

e
713

(40) José Francés, “La pintura apasionada de Daniel Vázquez Diaz”, op.cit.,

(41) Juan de la Encina, “Exposición Vázquez Dial’, España, Madrid, 27-6-1918.

(42) J. Villarroel, “Un retrato de Rubén. Exposición Vázquez Dial’, El Mundo, Madrid,

29-6-1918.

(43) Edelye, “De arte”, E/Liberal, Madrid, 17-6-1918.

(44) José Francés, “La pintura apasionada de Daniel Vázquez Día?’, op.cit., También

aparece el mismo articulo “Daniel Vázquez Dial’, en La Esfera, Madrid, 30-11-1918.

(45) Correa Calderón, “Una intensa emoción”, op. cit.,

(46) Navarro Larriba, “La obra pictórica y los dibujos y aguafuertes de Vázquez Díaz”,

El Parlamentario, Madrid, 28-8-9 18.

(47) Referente a este tema Angel Vegue y Goldoni publicaba: “Lo más que importa es

depurar su sensibilidad con la busca del matiz nuevo. Tras la costrosa capa de materia, se advierten

acordes felices, sobre todo en las notas de paisaje... En ella se esconde el peligro, que evitará el Sr.

Vázquez Diaz en cuanto se lo proponga, ya que le suponemos de una condición artística nada vulgar,

según acreditan sus aguafuertes de la guerra, hondas y de trágica hermosura “, en “Exposiciones”,

El Imparcial, Madrid, 23-6-19 18.


714

(48) José García Mercadal era uno de estos críticos que apoyaba dicha opinión: “no
e
parecen de Vázquez Díaz. Parece imposible que sean obra de una misma persona las pinturas aquellas

ante las cuales es dQicil contener la carcajada, y aquellas cabezas ante las cuales es también dúlcil no e

dejarse arrebatarpor el asombro y por entusiasmo.


e
Ante las pinturas, quisiera uno tener confianza con el artista para pedirle que nos dijera con

toda sinceridad si no se trata de la broma de un andaluz. Ante las cabezas, en cambio, se sienten unas
e
ganas muy grandes, muy grandes, de robarías, ya que no cuenta uno con billetes del Banco bastantes

para adquirirlas. ¡Señores, qué pinturas! ¡¡¡Señores, qué cabezas!!! “, en “Daniel Vázquez Díaz”,

La Correspondencia de España, Madrid, 15-6-1918.


e

(49) J. Blanco Coris se manifestaba de la siguiente manera: “Desde el retrato del cura D.

Silvestre hasta la vista del canal, al atardecer, va degradándose el artista para no ver la última obra
e
sino una impresión infantil del natural, algo de eso que realizan todos aquellos principiantes que

comienzan a hacer pinitos con la paleta, ofreciéndose esa pintura cándida, sosa y amanerada que en

vano se empeñan en poner de moda los obsesionados o interesados en desprestigiar al .Irte y a los
a
artistas que cultivan el clasicismo y las escuelas racionalistas de todos íos tiempos.

Esperemos que el artista, que lleva dentro el espíritu de un dibujante colosal y de un colorista
a
castizo, se arrepentirá muy pronto de haber emprendido la ruta del modernismo exótico y volverá a

ofrecemos su personalidad artística poniendo en sus futuras obras toda lafogosidad y calidades de su

temperamento meridional “, en “Exposición Vázquez Día?’, Heraldo de Madrid, 8-6-1918.


a

(50) Edelye, op. cit., a

a
(51) José Francés, “La pintura apasionada de Daniel Vázquez Díaz”, op.cit.,

a
715

(52) Dionisio Cruz, “Vázquez Díaz el espiritual”, La Nación, Madrid, 27-6-1918.

(53) Cft., Julián Gallego, op. cit., p. 16.

(54) Probablemente, este retrato de Rubén Dado, así como algunos de los que se

presentaron en esta muestra de 1918 en Salón Lacoste, se pueden fechar hacia la década

de los diez, puesto que en 1912, Vázquez Diaz comienza su serie Los hombres de mí

tiempo, en la revista Mundial (Mundial Magacine, París, publicaciones Leo Merelo y

Guido, Blvd. des Capuccines, 1912). En esta revista publicó los dibujos de José Enrique

Rodó, núm.9 de enero; Maniel Ugarte, núm. 10 de febrero; Alfonso XIII, núm. 11 de

marzo; F. García Calderón, núm. 12 de abril; Enrique Gómez Carrilo, núm. 14 de junio;

General Reyes, núm 15 de julio; Rubén Dado, núm. 16 de agosto. Esta sección contaba

además con un texto de Rubén Daño. Vid., Angel Benito, op.cit., p. 111.

(55) Este dibujo de Rodin posiblemente fue realizado en 1912 cuando Vázquez Díaz,

según Julián GAllego, “gracias a un maí’rimonio de escritores puede dibujar del natural la cabeza

del escultor, una tarde en julio, en el hotel Biron (Hoy Museo Rodin) “. Julián Gallego,

op. cit., p. 16.

(56) J. Villarroel, op. cit.,

(57) En relación con este tema el crítico de arte Perdreau opinaba: “los dibujos de Vázquez

Díaz parecen ejecutados por un escultor, pues el artista pone especial cuidado en hacer resaltar los

contornos, y busca el acuse de laforma. Es lástima que en algunas obras decaiga bastante esta
716

tendencia apuntada, y se nota cierta vulgaridad , en “Exposición Vázquez Diaz”, La Acción,

Madrid, 15-6-1918.
o:

(58) Correa Calderón, op. cit.,

e
(59) Javier de Bengoechea, “El paisajismo en Vázquez Díaz”, Vázquez Diaz, Ministerio

de Cultura, Dirección General de Bellas Artes, Archivos y Bibliotecas, Banco de Bilbao,

mayo-junio 1982, p.3O.


a

(60) Al respecto Correa Calderón escribía: “¡Cuántas veces no habíamos visto nosotros estos a

magnificos retratos escultóricos, en las revistas que pasaban cada semana, hasta contemplarlos ahora
u
desde cerca!”, en “Una intensa emoción. Daniel Vázquez Díaz”, op. cit.,

(61) En cuanto a este tema la crítica afirmaba: ‘La cabeza del insigne Rodín es un dibujo
a
vigoroso y con mucho carácter Del poeta J. R. Jiménez hay otra cabeza, a mi juicio, la mejor de la

serie expuesta; bien modelada y demostrando gran dominio de la línea “. Perdreau, “Exposición a

Vázquez Díaz”, op. cit.,

(62) Navarro Larriba, op. cit., U

a
(63) Correa Calderón, op. cit.,
e

u,
717

(64) En esta entrevista Vázquez Díaz exponía: ‘Quiero instalarme en Madrid y pienso hacer

una Exposición general de mis pinturas, que no son conocidas en Madrid, si es posible, parafines de

año.

- ¿ Qué concepto tiene de la pintura?

- Que es un arte muy díficil y maravilloso y que no es comprendido por todos los críticos.

-¿Cuáles son sus normas estéticas?

- Quiero hacer una obra que interese, sin que sea necesario confesar que se ha hecho con

sinceridad Pretendo dar la mayor cantidad de emoción y belleza. Esto es lo que persigo y quisiera

conseguir. Quiero desarrollar mi personalidad y conservarla, sin dejarme influir de lo que han hecho

los demás artistas. Tengo afán de buscar siempre, sediento del más allá, enemigo de repetirse. Este

espiritu mio, un poco inquieto, se rebela de hacer siempre lo mismo, como una cosa aprendida, que se

repite al pie de la letra.

No. Ya lo dijo el divino D §4nnunzio;

Rinovarse o moríre.

-¿Cuáles son sus maestros espirituales?

-En arte, los maestros que más interesan son los primitivos.

-¿Qué opina de los pintores clásicos?

-Los pintores clásicos llegaron a un alto grado de perfección y de savoir faire. Fueron

maestros del arte de pintar, que dominaron la técnica y que dejaron obras perfectisimas. ,Vfl

predilección, entre ellos, está en el Greco y Goya, además de los venecianos. Aquellos fueron un tanto

desiguales, cualidad de casi todos los genios.

-¿Qué piensa sobre grandes pintores contemporáneos?

-Después de los primitivos, los pintores que más me interesan son los modernos, entendiendo

por modernos los impresionistas francesesy sus continuadores. Estos hacen belleza plástica, no vuelven

la cabeza atrás y conserva cada uno su personalidad aparte, cualidades que les hacen más raros e

interesantes.

-¿Y de los españoles actuales?


718

-[lay en España iniciada una renovación que dará, sin duda, un arte nuevo. Tardará mucho en

florecer, quizá, pero creo en ello “. Correa Calderón, op. oit.,

(65) La asistencia de Barradas a la muestra de Vázquez Diaz lo atestigua la fotografia


e
que publicó el semanario Mundo Gra’fico, el 19 de junio de 1918.

(66) Correa Calderón, op. c¡t.,


a

e
(67) Javier Pérez Segura ha estudiado las actividades de la Sociedad de Artistas Ibéricos

en su tesis doctoral La Sociedadde Artistas Ibéricos (1920-1936), Madrid, Universidad

Complutense, 1997.
a

(68) José Francés, “La Exposición del Círculo de Bellas Artes”, El Año Artístico, t

Madrid, junio de 1918.


a,

(69) Ibid., u>

a.
(70) J. Blanco Coris, “XIII Exposición de Bellas Artes”, Heraldo de Madrid, 15-9-1918.
a

(71) Vázquez Diaz, Ministerio de Cultura Dirección General de Bellas Artes, Banco
a

Bilbao, Madrid,mayo-junio 1982, p. 127.


u

(72) Angel Benito, op. cít. p. 134. u

mt
719

(73) Ibid.,

(74) Ibid., p. 138.

(75) Javier González de Durana, “La invención de la pintura vasca”, Centro y Periferia

en la modernización de la pintura española 1880-1918, Ministerio de Cultura, Madrid-

Bilbao 1993-1994, p.4O2.

(76) Juan de la Encina, El Pueblo Vasco, 20-9-1919 y la revista España, en Javier

Ganzalez de Durana, “La invención de la pintura vasca”, Centro y Periferia en la

modernización de la pintura española 1880-1918, Ministerio de Cultura, Madrid-Bilbao

1993-1994, p. 402.

(77) Así lo afirmaba Miguel Gaztambide “Pocas novedades ofrece nuestro Bilbao en la entrada

del año 20. Pasado, en gran parte, aquel delirio bursátil con que se distinguieron los meses del 19, las

tertulias ofrecen menores peligros a los no iniciados en los secretos de la Gran Sinagoga, y para

quienes el constante conversar sobre temas más misteriosos que la Cabala y el Talmud tenía ya un

tanto amoscados. Los comentarios sobre las exposiciones de Pintura, las conferencias más o menos

culturales, los conciertos de la Filarmónica y tal que otro discreteo politicio, pueden volver a ser

planeados, haciendo de nuestras conversaciones algo no exclusivamente usurario que, sin duda alguna,

las ennoblece... Claro está que todo, afin de mes, cedió en interés ante las elecciones municipales, que

no hay afanes culturales, ni nada que se le parezca, capaces de contrarrestar las sabrosidades de un

chismorreo electorat sobre todo en determinados círculos”, en “La vida en Bilbao”, Hermes,

Bilbao, enero de 1920.


720

(78) Ph, “Una Exposición”, El Noticiero Bilbaino, Bilbao, 12-3-1920 y en El Liberal de

Bilbao, 7-3-1920 y 12-3-1920.


a

(79) J. Barrio y Bravo, “Apostillas a una Exposición -Vázquez Diaz-”, El Liberal, e

Bilbao, 13-3-1920.
u

(80) Paul y Almarsa, “El arte de Vázquez Díaz”, E/Figaro, Madrid, 3 1-3-1920. U

u>
(81) Joaquín de Zuazagoitia, “En Majestic Hall. Vázquez Dial’, El Pueblo Vasco,

Bilbao, 17-3-1920. e

el
(82) Angel Benito, op. cit., p.l34.
U:

(83) C. del L., “La Exposición de Vázquez Diaz”, Hermes, Bilbao, marzo de 1920.

(84) El critico de arte Juan Izquierdo afirmaba: “Nos encontramos, pues... uno de los nombres

que saborean el privilegio extraño de la aprobación de los iniciados... No sería descaminado hablar de e’
Vázquez Díaz como del proceso romanticista francés. El sacrificio, la esperanza, la efusión, el reposo,

las contemplaciones sencillas de las cosas, adquieren por él ese todo de exaltación, de alegoría, de r

solemnidad, que fuerzan a conmoverse con ‘el más allá’, alto y estable, luciente y reparador.. notemos
ml
en sus aguas-fuertes novísimo ‘cezzannismo’, al igual de la morbidez y agilidad ‘manetiana’ en los

dibujos. O sea que, para nuestras impresiones, un acendrado impresionismo ha dado la mano a este
U’

potente artista, como la voz el romanticismo galo, y que él ha llevado a fundir en la visual distinta de

su espíritu”, en “Vázquez Diaz”,La Tarde, Bilbao, 18-3-1920. U,

~1

u’
721

(85) Relacionado con este asunto Rafael Sánchez Mazas apinaba.~ “Pues la evolución del

pintor se acuerda con esta histórica evolución de toda la pintura. Cada vez va haciendo de la materia

cosa más ingrávida, más invadida de luz, más fina y más aérea sin que las virtudes constructivas se

resientan. 1-fa habido un peligro en esto de la fineza de materia y la firmeza de construcción. Y ha

habido pintores que cuanto más fina de luz y de color era su pintura, tanto menos era fuerte y

construida. Y al revés. Cuanto más fuerte y construida más pesada y oscura. Vázquez Diaz ha sabido

ser cuanto más fino y luminoso, más fuerte y más sabiamente constructor En él se ha dado por una

rara coincidencia, el progreso de la razón con la intuición pictórica. Las divisiones de sabios e

intuitivos dibujantes y coloristas no han existido para él..

Hay en estos retratos pintada la bondad y un poco del enigma de las criaturas femeninas de

Ibsen. Así creo que ha pintado Vázquez Díaz dos retratos de una dama danesa... ‘, en “Notas a la

Exposición Vázquez Día?’, El Pueblo Vasco, Bilbao, 18-3-1920.

(86) Paul y Almarsa, “El arte de Vázquez Díaz”, op. cit.,

(87) Eva Aggerholrn llega a España, tras pasar una larga estancia en Paris, con su esposo

Vázquez Díaz. Sus origenes daneses y su formación en el taller francés de Emilio

Antonio Bourdelle crean un arte que para muchos críticos de la época fue calificado “de

notas íntimas, finas, de ilusionada exaltación luminosa, de un misterio accesible y fresco como el de

las grutas de donde el agua y la luz se citan con la complicidad del silencio... Todo esto se dice para

fijar laformación espiritual y técnica” (Silvio Lago,” Eva Aggerholm”, La Esfera, Madrid,

7-5-192 1 .). Junto a su esposo expone en el Palacio de Bibliotecas y Museos y al igual

que éste, Juan Ramón Jiménez le dedica una parte del prólogo, donde se la considera

como una ‘marinera de la escultura” (José Francés, “La Exposición Vázquez Diaz. Un

prólogo de Juan Ramón Jiménez”, El Año Artístico, Madrid, abril 1921). Desde su
722

llegada a Madrid, comenzó numerosos trabajos, entre ellos El monumento a los padres,

Cabeza en bronce de Rafaelita, Dolos Cleopatra, Pureza y Magdalena, obras que


u
probablemente estuvieron en la exhibición del Palacio de Bibliotecas y Museos. De todas

ellas podemos identificar dos a través de las fotograflas de prensa: El ángel del dolor y

Monumento a los padres (José Francés, “Arte y Artistas”, Mundo Gráfico, Madrid, 4-5 -

e
1921). Esta última fue presentada también en la Exposición Nacional de Bellas Artes de

1920. u

u’
(88) José Francés, “La Exposición Vázquez Díaz. Un prólogo de Juan Ramón Jiménez”,

El Año Artístico, Madrid, abril de 1921. U

(89) Rafael Cansinos Asséns, “Ritmos y Matices”, La Correspondencia de España,

Madrid, 21-8-1917. U

(90) Juan Ramón Jiménez, Diario de un poeta recién casado, Madrid, Calleja, 1917.
a

(91) Rafael Cansinos Asséns, “Ritmos y Matices”, La Correspondencia de España,

Madrid, 6-1-1918.
u

(92) Francisco Alcántara, “ Exposición Vázquez Díaz; El Palacio de Bibliotecas y a

Museos”, El Sol, Madrid, 26-3-1921.


u

a
723

(93) José Francés, “La Exposición Vázquez Díaz. Un prólogo de Juan Ramón Jiménez”,

op. cit.,

(94) Ibid.,

(95) Eugenio Carmona, “Itinerarios del Arte Nuevo 1910-1936”, Ismos. Arte de

Vanguardia (1910-1936) en España, Guillermo de Osma (jaleria, Madrid,1993, p. 17.

(96) José Francés, “La Exposición Vázquez Diaz. Un prólogo de Juan Ramón Jiménez”,

op. cit.,

(97) Ibid.,

(98) Vid., Capítulo XIII.4 Pertinencia de una plástica ultraista.

(99) Javier Pérez Segura ha estudiado las actividades de la Sociedad de Artistas Ibéricos

en su tesis doctoral, op. cit.,

(100) Gabriel García Maroto, “Color y Ritmo”, Indice, Madrid, núm 1, julio de 1921,

p. 13.

(101) Francisco Alcántara, “Exposición Vázquez Diaz; El Palacio de Bibliotecas y

Museos”, op. cit.,


724

(102) E.G.Khiel, “Exposición Vázquez Diaz y Eva Aggerholm”, El Liberal, Madrid, 8-

4-192 1.
u

(103) Angel Benito, op oit., p. 139. u

e
(104) E.G.Kbiel, op. cil.

(105) Ibid.,
a

(106) Juan de la Encina, “El Arte Moderno”, La Voz, Madrid, 30- 3-1921. u

(107) Juan de laEricina. “El Arte Moderno”, La Voz, Madrid, 4-4-1921.


It

(108) C. Arbó, “Xerrameques artistiques”, L ‘Esquella de la Torraixa, Barcelona, a

30-12-1921.
u

a
725

XII. JOSÉ GUTUBRREZ SOLANA Y LA RECEPCIÓN DE SU ARTE EN MADRID

Solana ocupa una situación muy especial dentro del ambiente artístico madrileño

de estos años (1909-1922), siempre como el solitario creador, sin escuela y casi sin

formación académica, de alt su dificil emplazamiento; siguiendo las palabras de

Valeriano Bozal, quien le sitúa “al margen” (1) de este entorno cultural, hemos querido

dedicarle un pequeño apanado en el que se intentará analizar la recepción crítica de sus

actuaciones en la capital, sobre todo, en lo referente a las exposiciones nacionales de

Bellas Artes de 1915 y 1917.

Madrileño de nacimiento (2), en 1900 ingresaba en la Escuela Superior de Bellas

Artes de San Femando y cuatro años más tarde con tan sólo 18
- - exhibía sus primeras

obras en la Exposición Nacional de Bellas Artes; el resultado no fue el esperado y su

envio compartió el destino del de otros futuros maestros del arte español del s.XX, como

Juan Gris o Sorolla: la marginación en la llamada Sala del Crimen. Pese a que ni ésta ni

sus siguientes actuaciones en la capital Exposición Nacional de Bellas Artes de 1906 y


-

en la muestra del Circulo de Bellas Artes en 1907 - consiguen el fin deseado, si hallan

eco en la crítica especializadad, que comienza a ocuparse del artista, en general con más

tendencia a la consideración negativa. Entre 1909 y 1917 reside en Santander, en la

vivienda que la familia poseja en dicha provincia, desde donde enviará sus cuadros para

el certamen nacional de 1915, en el que presenta dos obras Los caldos y Adoración a las

cabezas de los mártires San Emeterío y San Celedonio, la primera de las cuales levanta

un gran revuelo entre el público y el Jurado, episodio que describe Margarita Nelken (3),

por lo escabroso del tema: el interior de un prostíbulo en el que después de la orgia,


r
726

entre los rostros sin vida, sobresale, a la derecha en primer plano, la figura de un
u’
travestido.

Las imágenes de Solana presenta el más dramático y puro reflejo de la situación a

del momento, o de la parte marginal de ella, a diferencia, como señala Bozal (4), de los
e

casticistas y regionalistas del 98 que defienden la visión de una España típica, folklórica y
U

una soñada recuperación del mito de la Edad de Oro que, en sus aspectos de pureza e
ingenuidad, encamaba el mundo rural ante los ojos de los habitantes de la ciudad. A este —.

respecto, Juan de la Encina sugería el por qué de la escasa recepción del arte de Solana
e
entre los estamentos de las artes plásticas madrileñas:

siente predilección por lo bajo y repugnante; es pintor de la canalla y el vicio ínfimo. Sus

lienzos podrían ser ilustración de algunas páginas acres de Baroja y Pérez de Ayala. Vosotros no

conocemos en el arte español contemporáneo obra de más intensa aspereza que este lienzo terrible, u

‘Los caídos’, como no sea la ‘Celestina’, de Zuloaga, o alguna de las mendigas o mozas de partido que
e
pintara el malogrado NoneIL Por su fuerza y colorido nos recuerda a Goya al Goya de las pinturas
-

negras -. Pero cuando D. Francisco descendía a los círculos de los bajos fondos sociales, lo hacia en

satírico de granfantasía, y este Solana es un naturalista que apura elprincipio de la impasiblidad. Por

eso quizá encalabrina nuestros nervios, y nos hace le abandonemos con tristeza sin encanto y U’

vehemente deseo de limpiar nuestros ojos en espectáculo más puro” (5).

Esta prolongada incomunicación con parte de la crítica madrileña cambiada en la U’

siguiente Exposición Nacional de Bellas Artes, en 1917, que coincide precisamente con

su regreso definitivo a Madrid y que inicia lo que algunos historiadores han llamado su
e
periodo de plenitud, que ya recibiría un cierto reconocimiento critico. En esta muestra,

e
727

Solana hacía partícipe a la crítica y al público estableciendo una reflexión con dos

cuadros La procesión de los escapularios por la que recibe medalla de tercera clase y
- -

Procesión de Semana Santa. Pese que, como afirma García Mercadal, “Gutiérrez Solana

busca sus asuntos en los tenebrosos cuadros... aterrarnos con sus lienzos antipáticos, reflejo siniestro

de ceremonias alumbradas por la superstición y enlazadas entre si por el hilo del fanatismo” (6), la

verdad es que la nueva coyuntura, que será más favorable para el pintor madrileño con el

paso de los años, puede deberse a otros factores, como la posibilidad de que en su obra

se creyera ver la actualización, en versión siglo XX, de la pintura de asunto;

consecuencia de esto, también su arte se aceptaría como dique de contención ante la

crecida de las aguas vanguardistas, que en ese año 1917 ya contaban con varios

episodios. Por último, y en el nivel de la experimentación formal, lo que Solana proponía

hallaba algunos puntos de coincidencia tanto respecto a la tradición del sigo anterior

como a la formulación del nuevo mapa de las figuraciones europeas, del llamado

“retomo al orden”.

Sus asuntos fueron identificados con los repertorios de la llamada “España

negra”, que ahondaba en rasgos populares y realistas a la vez que expresivos como

reflejo de algunas tradiciones de la Peninsula, si bien en nuestros días se tiende a separar

los caminos intelectuales de Solana y de la generación del 98. En el primer cuarto de

sigio, sin embargo, Francisco Alcántara podía apuntar en aquella otra dirección:

“Sí, existe una España negra; la España supersticiosa, la de los cultos patibularios, en arma

de tristeza, de odio y de miedo a la luz, a las ideas luminosasy a los sentimientos expansivos, la que al

través de nuestras ridículas revoluciones y estériles guerras civiles se mantienefirme y plantea de

nuevo la cuestión; o ella, o la España liberal, moderna. Solana es un pintor de la España negra. Su

pintura es profundamente expresiva, tiene algo de lo aterrador del mal que pinta” (7).
728

En los años veinte, Solana jugará un importante papel convirtiéndose en fluente de


u’

inspiración para algunos artistas de las generaciones más jóvenes. En 1920 publica un

nuevo libro, La España Negra, y cuelga en una de las paredes del café de Pombo un U

retrato colectivo en homenaje a su gran amigo Ramón Gómez de la Serna y a los


a,
intelectuales que, como José Bergamin o Manuel Abril, estaban llamados a protagonizar

algunos episodios sobresalientes de la cultura española en las décadas siguientes. a

a,

Solana, La tertulia del café de Pombo (1920) e

(Óleo sobre lienzo, 172 x 214 cm.), MINCARS, Madrid


e

En 1921 se presenta al II Salón de Otoño, por el que recibiría una crítica en


e
forma de caricatura por su obra Las coristas en la que se podía leer: “Nos coloca Solana

unas coristas, que da miedo pensar en la conquista” (8) e

u
729

Solana, Las coristas (c.1915) Caricatura de Las coristas


Óleo sobre cartón, 65 x 80 cm. (Gaceta de Bellas Artes, Madrid,
MNCARS, Madrid 1-10-1921)

En 1925, la recién nacida Sociedad de Artistas Ibéricos le consagrará con motivo

de su primera Exposición, viendo en él al prototipo de artista que lucha, convencido,

contra la crítica más tradicional y académica. Dos años después será otro de los

promotores de “Ibéricos”, Gabriel García Maroto quien, en La nueva España 1930,

resume utópicamente la vida artística española y encuentra un hueco para la figura de

Solana, al que sitúa junto a artistas del momento, como Barradas o Bores:

“Todo en este Museo de Madrid; toda la pintura que albergan estas cuatro salas, en más o en

menos, aspira y cumple la razón central del arte plástico, es decir, no necesita, para precisa sin

ahogos la plenitud de su naturaleza, sino de unas determinadas, concretas realidades de las que partir

el cumplimiento esencial de sus fines vitales. El mismo Solana, a pesar de sus truculencias, de las

literarias representaciones, de sus realismos agresivos, no sigue, en ignorancia de éL sino ambiciones

de naturaleza estrictamente plástica, y sus pinturas, desprovistas de la ornamentación que las decoro,
enseñarán su estructuración pura, su materia noble, ese fondo esencial, insobornable, que no han

podido deshacer las pintorescas vestiduras.


730

Doce pintores han rehecho Madrid, lo han transmutado, lo ofrecen nuevamente en estas cuatro
e
salas... Y con Solana, y con Barradas, Bares, Maroto..., hasta doce artistas. ~\‘ada
más; hasta este

momento, los precisos” (9). e

a
MII. NOTAS

(1) Valeriano Bozal, Pintura y escultura española deis. XX (1900-1939), Summa Anis,

Madrid, Espasa Calpe, 1992, p.S35

(2) Vid., Luis Alonso Fernández, J Solana, Madrid, Centro Cultural Conde Duque,
u
1985; Solana, Madrid, Fundación Mapfre, 1992; José Solana (1886-1947), Fundación
u
La Caixa, Barcelona, y Fundación Marcelino Boti, Santander, 1997-1998.

(3) Margarita Nelken, Glosario (Obrasy Artistas), Madrid, Librería ‘Femando F’, 1917
u

(4) Valeriano Bozal, op. cit., e

e
(5) Juan de la Encina, “La Exposición de Bellas Artes”, España, Madrid, 28-5-1915.

(6) J. García Mercadal, “Crónicas de la Exposición”, La Correspondencia de España,


U’

Madrid, 4-6-1917.
a

u
73 1

(7) Francisco Alcántara, “Apertura de la Exposición de Bellas Artes”, El Imparcial,

Madrid, 29-5-1917.

(8) Anónimo, Gaceta de Bellas Artes, Madrid, 1-10-1921.

(9) Gabriel García Maroto, La nueva España l93~ Resumen de la vida artística

española desde el año 1927 hasta hoy, Madrid, Biblos, p. 15 8-160.


732

XIII. CRISTALIZACIÓN DEL PRIMER PROYECTO COLECTIVO: EL u’

ULTRAÍSMO
e
MII.!. EL ULTRAISMO DE RAFAEL CANS[NOS ASSÉNS (1883-1964)
a,

Desde un punto de vista historiográfico el estudio del movimiento ultraista a,

supone la recuperación de un periodo que comprende en sus origenes un ámbito literario


a,
y que, poco después, se encontrará anclado en las artes plásticas españolas de las década

de los veinte. El estado de la cuestión parte de los años sesenta con el libro de Gloria a,

Videla (1) convertido, hoy en día, en un clásico sobre el ultraísmo, al que seguirán los
a,

análisis de José Maria Barrera (2), Germán Gullón (3), José Luis Bernal (4) y Francisco

Javier Diez de Revenga (5) en el terreno literario, niientrás que en el ámbito artístico u’

hemos de señalar como pioneros los primeros trabajos de Jaime Brihuega (6), Eugenio

Carmona (7) y, recientemente, el publicado por Juan Manuel Bonet (8).

Todos ellos parten del mismo hilo conductor, el de Gloria Videla, sobre todo en U’

lo que se refiere a los orígenes del movimiento en Madrid. Nuestro estudio pretende

hacer alguna aportación más, intentando desglosar cuáles fueron los primeros pasos del
U’
movimiento, encamados en su progenitor, Rafael Cansinos Assens, precisando algunos

datos cronológicos e intentando determinar hasta qué punto el ultraísmo, como —

movimiento y como término, ocupa un lugar en el desarrollo de las artes plásticas


u
españolas.

El ultraísmo, como una de las nuevas conquistas literarias españolas del s. XX,

arraigó en la lírica del romanticismo del s. XIX, conoció el modernismo, se desarrolló en


a
los años previos a la Oran Guerra, se difundió tras ésta y se extinguió a principios de la
u

u
733

década de los años veinte. De todos los condicionantes que gravitan alrededor del

ultraismo destacaremos uno en concreto, el de sus orígenes o, lo que es lo mismo, su

introducción y expansión en la prensa madrileña a través de Rafael Cansinos Assens.

Para ello hay que trasladarse a las primeras décadas del s. XX, cuando el panorama de la

literatura europea vivía momentos de verdadero cambio. Abolido el modernismo post-

rubeniano gracias al dominio de corrientes irracionalistas e individualistas, los poetas más

decididos lanzan sus versos con la intención de construir un arte nuevo. Sobre los

cimientos de los “calligrammes” de Apollinaire, las composiciones creacionistas de Pierre

Reverdy y Vicente Huidobro o las manifestaciones dadá en el Cabaret Voltaire de Zurich

dirigidas por Tristan Izara, los ultraistas encuentran un nuevo valor poético en una

época en la que proliferan manifiestos, conferencias, actos propagandísticos,

movimientos artísticos - entre ellos los más tumultosos, el cubismo y el Ñturismo -

páginas artísticas y literarias en decenas de revistas: L ile sonnante, Ecrits Fran~ais, Le

Divan, Nord-Sud, Sic, Soi-méme, Hor¡zons, Les Marges, Soirées de Paris, Egoistic, Der

Sturm, Die Aktion, Das neta Pathos, Die Revolution, Leonardo, La Voce, Lacerba. (9). .

Así nos encontramos desde los comienzos a Rafael Cansinos Assens quien, a

pesar de la formación en la lírica del modernismo, empieza a realizar en los apartados de

“Bibliografia?” y “La Semana Literaria?’ en el diario La Correspondencia de España un

extenso recorrido sobre la actualidad literaria, sobre todo española, con artículos que

abordan los creaciones de Antonio Guardialo, Jóse Mas, Luis Astrana Maris, José San

Germán, Arturo Mori, Julio Casares, Valle-Inclán, Francisco Villaespesa, Antonio

Machado, Alberto A. Cienfuegos, Germinio Medinaveitia, Pedro Emundo, Andrés


734

González Ruano, Enrique Mesa, Martinez Sierra, Amado Nervo, Enrique Gómez

Carrillo, Luis GUrbina, o Vicente Huidobro, etc. En mayo de 1917 se produce un


e
cambio significativo que comienza incluso en el nombre de su sección literaria, desde

entonces llamada “Ritmos y Matices” y, a veces, “Instantes líricos” desde donde continúa u”

ocupándose de poetas como D’Annunzio, Rubén Darío, Antonio de Hoyos, Ramón


e

Gómez de la Serna, Juan Ramón Jiménez, Blasco Ibañez, Ramón Menéndez Pidal,

Fernando López Marín, Rufino Blanco-Fombona, A.Vidal y Planas, Manuel Machado, u

Antonio Rey Soto, Alvaro Armando Vasseur, Julio Herrera Reissig, Ozaldumbide, etc.
a,

Será en 1918 y tras la publicación de sus tomos de crítica La nueva Literatura en


a,

diciembre (1917), cuando comience a lanzar en sus artículos de prensa diaria su idea
sobre un nuevo ismo literario español, al que llamará ultraísmo. De esta manera, si hasta u

ahora habiamos tomado como punto de partida de este movimiento la referencia de


U’
Gloría Videla, la entrevista no fechada que Xavier Bóveda realizó a Cansinos Asséns en

el Café Colonial para el diario El Parlamentarro (el 27 de noviembre de 1918) podemos a

apuntar, ahora, una cronología mucho más temprana, los inicios del año 1918. De hecho,
e
es curioso destacar que este movimiento designado con la palabra “Ultra” en su primer

manifiesto, ya fije denominado en sus orígenes como “ultraísmo”, lo que nos aproxima a u

esa batalla terminológica entre lo ultramoderno, ultrarromántico, etc. de esos años (10).
u

La definición pública, como ya se ha dicho, por parte de la gran mayoría de la critica


u

artística madrileña a los primeros hitos de vanguardia frie la de ultramoderno, que


comprende básicamente los primeros ismos europeos: fauvismo, futurismo y cubismo. Se

establece, así, una de las primeras conexiones entre ultramoderno y ultraísmo. Los dos
u

u
735

pretendieron ir más allá de lo establecido pero el término ultramoderno había nacido

antes que el ultraísmo por lo que no es de extrañar que la denominación “Ultra” Ibera

trasladada al movimiento literario con un sentido de modernidad al que le añadieron la

partícula “ismo” como designación de todas aquellas tendencias, sin excepción, que

tuvieran cabida en el movimiento, en tanto en cuanto arte nuevo. En paralelo aparecen

otros vocablos ya mencionados en este trabajo con la palabra ultra, los más llamativos

corresponden a dos movimientos ya pasados en los que se observa un carácter

superador: ultrarromántico y ultramodernismo.

Volviendo al término ultraismo, Cansinos lo mostraba en uno de sus primeros

artículos, en enero de 1918, cuando hacia mención del poeta madrileño Mauricio

Bacarisse, con motivo de la publicación de su primer libro, El Esfuerzo:

“Cuyo nombre suscita ya discusiones apasionadas en nuestros cenáculos ¡iteran os

heterodoxos. Discusiones apasionadas y fructuosas; porque en ellas el nuevo libro sirve de divino

pretexto para una alta contrastación de valores y para el enunciado de las más nuevas y atrevidas

teorías estéticas. En el nombre de Mauricio Bacarisse hallan, al fin, su vinculación oportuna esas

libres tendencias titánicas que, con los nombres de barroquismo, ultraísmo y futurismo, han ido

escalando sórdidamente desde 1907 el parnaso de belleza erigido por el romanticismo exaltado de los

novecentistas” (11).

A pesar de la portada modernista - realizada por Enrique Ochoa con la que se


-

presentó el libro de poemas de Bacarisse éste posee, según Juan Manuel Bonet, “alguna

interesante composición suburbial y prosaista” (12) que Cansinos Asséns denominó,

curiosamente, como “lo barroco”. Sus primeros trabajos en El Liberal, El Imparcial, El

cancionero poético de El Heraldo, La Ilustración, La Ofrendo de España a Rubén


u’

736

u’

Darío y ,ahora, en ese reciente libro concedían, según Cansinos “la ocasión oportuna para a

hablar de las últimas tendencias literarias que cristalizan en esta palabra - barroquismo -. Porque el

ultraismo, el dinamismo, toda esa inquietud lírica e idelógica, fructifica en arte bajo la forma de las —

pomas barrocas” (13). Sin embargo, detengámonos en el concepto de “barroquismo” y en


e
lo que consideró Cansinos como tal:

‘En arquitectura, la palabra barroco tiene un sentido conocido y preciso. En literatura, sólo U

por metáforas podemos hablar de él. La raíz de lo barroco podría encontrarse en esa inquietud
e
demasiado viva y hervorosa que no puede ser contenida en las lineas armónicas de los patrones

canónicos. Un gesto de atlántico esfuerzo retuerce las líneas y las masas de su aspiración a la forma
e

estética. Es algo trepidante, plural y hasta caótico, excesivamente inquieto para cuajar en formas de

absoluta belleza. Desde sus más remotas manifestaciones, lo barroco se nos aparece como un anhelo de e

gracias plurales, heterodoxo con respecto a los cánones estéticos expresado en los Partenones de las
e
retóricas occidentales, y en los extáticos parnasos helénicos. Es la belleza en movimiento, aventurada y

contraída en escorzos de esfuerzos” (14).

De ello se desprende que todo aquello con poder de originalidad, rebeldía e


e
innovación puede denominarse barroco y a su vez, por estas características, englobarse

bajo las formas del ultraísmo. Sin embargo, mucho antes que Mauricio Bacarisse, u

debemos considerar a otro de los precursores de este movimiento literario, Ramón


u
Gómez de la Serna (15), a quien Cansinos Asséns dedicó varios de sus artículos para

explicar parte de la tipografia del ultraísmo. La greguería como base experimental de las e

primeras imágenes de los ultraistas destacará por su culto a la imágen en sus juegos de

palabras que ‘proclama la fórmula de un arte por el arte, aún más desinteresada y libre que el

novecentista... adquiere un ultraísmo insospechado, se sale de la literatura, rebasa el molde de la

forma escrita para acogerse a las artes más representativas, a la mímica, a la pintura escenográfica”
u
(16).

e
737

Pero la interpretación de la greguería se mantiene dentro de los límites de la

caricatura moderna aplicada a la literatura; el propio Ramón la formuló como humorismo

+ metáfora = greguería. Se trata de una caricatura, en palabras de Cansinos A.sséns,

moderna, fina, nerviosa, breve, de una intensidad gráfica. Esta greguería podría cambiar sus trazos

literarios por los del dibujo, sin perder nada de su intención ni de su sustancia; se encontraría entonces

transportada a su verdadero terreno ‘ (17), de modo que la simplificación y la síntesis de sus

líneas, de sus múltiples rasgos de la greguería “recorre toda la órbita del arte gráfico moderno.

desde la silueta hasta la historieta, deteniéndose un instante en el lienzo decorativo a lo Anglada y lo

Beltrán hasta sugerir la idea de los modernos muñecos de trapo y aun de las figuras cortadas en el

papel..” (18). Estas serían las primeras valoraciones de Cansinos respecto al arte

ramoniano, más tarde el propio Ramón realizaría algunas incursiones en revistas

ultraistas como Grecia, Ultra o Tableros bajo el título de “Ramonismo”.

Este seguimiento a Cansinos Assens por la prensa escrita madrileña nos muestra

la aparición del ultraísmo con antelación a su primer manifiesto en enero de 1919, y la

formación de un grupo de jóvenes que ya actúan en las tertulias. En marzo de 1918,

Cansinos se detiene en la hoja literaria del diario El Sol escrita por el comentarista

Enrique Diez-Canedo, a propósito de una mención que realiza sobre la explicación de la

frase “no es todavía el 98”, y dedica un extenso articulo a toda aquella literatura que

después del modernismo literario y del nacimiento en España de la llamada generación

del 98, que tras la pérdida de las últimas colonias españolas en América, se plantea

recuperar una nueva conciencia ideológica y social, y generaciones que han buscado y

buscan una estética del arte nuevo “que se ha formado, que ha nacido al menos, en franco

divorcio con todo lo antiguo, aunque luego, y más hábilmente que sus adversarios, haya sabido hacer

su nudo con todos los preciosos hilos clásicos; una literatura que ya tiene sus figuras paternas y su
738

filiación de discipulos y sus obras maestras y sus comentadores e intérpretes. Y esta literatura aún está
u’

excluida casi absolutamente de nuestra .-Icademia y aún se la quiere retener con una revuelta juvenil
lejos de los pórticos que decoran los hermes... Pero entre nosotros aún esta literatura queda ignorada
e
de las musas oficiales y condenada a consumir su ardor en las tertulias independientes o en los nobles y

dignos emparedamientos verticales” (19). Con estas palabras, Cansinos anuncia una a,

generación de jóvenes que ya actúan, cuyas propuestas innovaciones llegarán algún día a
a,

ocupar los puestos de los académicos y que se encuentran ahora bajo el de una bohemia

que en el siglo anterior había estado protagonizada por la literatura romántica y el poeta a,

automarginado (20).
U’

Sin embargo, la declaración más trascendental sobre la presencia del ultraísmo en


u
la_Península la realizó el escritor en su_sección de “Perspectivas” qpe comenzó justo dos
meses antes de la publicación del manifiesto ultraista; desde allí, en seis extensos a,

articulos clasificó, organizó, caracterizó y denonúnó a esta nueva tendencia literaria.


u
Partiendo de uno de los últimos números de la revista francesa Les Marges, en la que se

publicaba un artículo sobre la influencia o no de la Gran Guerra en la literatura, escrito u

por el suizo Paul Deschimain, Cansinos reconoce que el conflicto bélico no ha


u
conseguido crear nuevas modalidades literarias porque las que existían antes eran tan

jóvenes y recientes que no llegaron a asentarse ni a concretarse en un movimiento U’

especifico y que, por lo tanto, tan sólo se puede hablar de ellas como escuelas aisladas.
e

Acabada la guerra, una de las grandes incógnitas que más llamaron la atención a los

vatdILUIv~ IUV VI IULUIU UVa4IIVIIU UC ¡4 ULVI4LUI4, t.Jpiilluii que euu¡prnua Ci C[ISdyI~Ld

uruguayo José Enrique Rodó, uno de los representantes más importantes de la e

intelectualidad hispanoamericana (21).


e

e
739

Por su parte, Cansinos hacia una llamada a la unión de aquellos modelos literarios

nacidos al socaire de la nueva pintura - fauvismo, cubismo, fUturismo... - y de la nueva

música - el gran escándalo del Segundo Libro de Debussy y Sacre dii printernps de

Stravinski, ambos en 1913 - para que se le dotara de un nombre capaz de albergarlos en

un sólo movimiento llamado “arte nuevo”: “... no seria justo designar con el nombre de

cubismo, ni con ningún otro nombre parciaL un anhelo de arte tan plural y diverso. Hemos de llamarle

simplemente el arte nuevo o aceptar la denominación epónima de cada una de sus escuelas. Lo único

cierto es que estamos en presencia de un arte nuevo aún no cuajado definitivamente, por eso mismo

más importante...” (22).

Por su parte, los únicos que podían llevar adelante el estandarte del “arte nuevo”

sedan los jóvenes, a los que sitúa bajo “una perspectiva nueva”, siendo éste,

precisamente, el título de los artículos en los que define el ultraísmo (23). Sin embargo,

en España esa juventud, ¿por quiénes estaba representada? Para Cansinos Asséns era

evidente que esta oleada de juventud se encontraba en las revistas literarias; de hecho las

primeras revistas preultraistas fUeron Los Quqotes, fUndada a primeros del año 1915 por

Emilio Linera, donde el propio Cansinos publicó sus traducciones de Reverdy, Huidobro,

Robert Allard y Apollinaire de las que hablaba en el texto anterior; Cervantes, nacida en

1916 por Francisco Villaespesa y otros escritores y Grecia, que aparece en octubre de

1918 en Sevilla coincidiendo con la desaparición de Los Quijotes. En todas ellas se

encuentran los nombres de muchos de los que luego serán ultraistas: Juan González

Olmedilla, Rafael Lasso de la Vega, Guillermo de Torre, Lucía Sánchez Saomil (cuyo

seudónimo era Luciano de San-Saor), Rogelio Buendía, Eliodoro Puche, Correa-

Calderón, Pedro Garfias, César A. Comet, Xavier Bóveda, José Rivas Panedas y otros.

Sin duda alguna, de estas tres revistas Grecia va a tomar un cariz especial; inspirada y
740

ornamentada bajo caracteres modernistas de elementos griegos y versos rubenianos, fUe


u’

fUndada por Isaac del Vando Villar (12-10-1918), teniendo como jefe de redacción a

Adriano del Valle y como colaboradores a José María Izquierdo, Romero Martínez,

Rogelio Buendía, Salvador Valverde, Claudio Manan, Xavier Bóveda, Amado Nervo,

Pedro Garfias, Primitivo R.Sanjurjo, César A.Comet, Luis Mosquera, Correa Calderón y
a,
otros (24).

De tal manera, nos encontramos con la primera oleada preultraista que tendrá su

concreción más temprana en el manifiesto ultra de enero de 1919; pero antes de


U’
detenernos en fechas y nombres continuemos con el siguiente artículo que publica

Cansinos Asséns en La Correspondencia de España, bajo el título “La nueva ¡inca: sus u

características”. Siguiendo los argumentos del escritor, el nuevo arte había “nacido de la
U’

contemplación apasionada de los primeros aeroplanos que empezaron a volar del asombro sagrado de

las nuevas fuerzas que se brindaban, inciertas aún, a la antigua avidez del hombre. Esa ambición de u

nuevas dimensiones y de nuevos sentidos que por la misma época se manifiesta en la música y la
u
pintura.. “ (25).

Asimismo se justificaría según Cansinos


- - la existencia de diferentes escuelas y —

su falta de integridad en un movimiento concreto, si bien la modernidad y el rechazo a lo


e
viejo, como Vicente Huidobro había oficiado en sus conferencias parisinas, lo

conceptúan como un “retomo a lo clásico” (26). Este sería, para Cansinos, tan sólo uno u

de los primeros aspectos de la nueva lírica, el creacionismo. Otro sería el simultaneísmo,


e
los elementos humoristas, como Klingsor y Fnick; otros, por el nombre de sus obras, los

“circenses” como Ramón Gómez de la Serna; los impresionistas, representados por t

P.Reverdy... La reacción contra el antimodernismo que había lanzado a la poesía


e
vanguardista en busca de nuevos caminos tenía sus orígenes en el s. XIX en el -

e
741

romanticismo, en Baudelaire, en Rimbaud y en Mallarmé, entre otros -. El ultraísmo de

alguna manera permaneció atado a ello, por eso es extraño que el propio Cansinos

admita la paternidad de una nueva lírica a estos orígenes. El nuevo arte, dirá Cansinos, se

‘halla dividido en tantas escuelas rivales y hostiles, que mutuamente se envían el anatema desde sus

cenáculos y desde las columnas de sus revistas esas revistas que se llaman =&rd-Sud,Soi-méme, etc.
-

Pero si dificil es señalarle cánones, más d{ficil aún sería negarle su originalidad La nueva lírica,

aunque anunciada por algunas anticipaciones dispersas - así Mallarmé y Whitman pueden selialarse

entre sus padres remotos - se desprende de la nébula romántica como una jubilosa multiplicidad de

anillos, nuevos y aun ardientes, que semejan arosfunambulescos (27).

Hemos hablado ya de Vicente Huidobro y de su creacionismo pero no hemos

matizado que uno de los hechos más importantes para el desarrollo del ultraísmo fUe el

paso del poeta chileno por Madrid en el verano de 1918. Recordemos que esa sección de

Perpectivas escrita por Cansinos se realiza a finales de 1918 coincidiendo con la estancia

del poeta, quien había llegado en septiembre (28) procedente de París (29) y en cuya

maleta viajaron, como recuerda Guillermo de Torre, “los primeros libros y revistas de las

escuelas que luego darían tan pródigas y discutidas cosechas” (30) y en su memoria las

composiciones del creacionismo: Horizon Carré, impreso en 1917 con un dibujo de Juan

Gris, algunas revistas de tendencias cubistas como Nord-Sud, en donde colaboraba, y la

publicación de cuatro libros en Madrid durante este periodo - Ecuatorial y Poemas

Articos en castellano, Hallalí y Tour Eiffel en francés -‘ que constituirán la base de gran

parte de las primeras creaciones ultraistas.

Sin embargo, su influencia sólo durará hasta que, a partir de 1919, sudan las

primeras voces que proclamen las diferencias entre el creacionismo de Vicente Huidobro
742

a’

y lo ultra (31). Como ejemplo, el artículo de Rivas Panedas titulado “Protesto en nombre
u’

de Ultra” en donde declina dicha calificación ‘... el creacionismo es algo bien concreto, al

a
menos una cosa muy concreta al lado de nuestro Ultra, que no nos cansaremos de repetir, que no es
dogma ni un modo, El creacionismo si..’” (32), en contestación a un artículo de José Iribarne
e
publicado en La Tarde el 16 de mayo de 1919 y en agosto en la revista Cervantes bajo el

título “La nueva estética. El ultraísmo en la literatura y en las artes plásticas”. Por este u’

motivo, no es de extrañar que, en un principio, otra de las propuestas para el ultraísmo


e
fUera la aceptación de la naturaleza como la que definía Vicente Huidobro en su libro
u

Horizon Carré (1917): “aceptación de cuanto existe, conformidad jovial y benévola con todo,
apropiación de los elementos naturales para la magnificación del sujeto, exaltación de todas las

energías y de todos los modos, para superar todos los ultras y dar mil continuaciones prodigiosas al

gran prodigio de existir” (33), para crear - prosigue Cansinos - “un poema rico, jugoso, e’

policromo, musical, fructificado en todos los planos de las demás artes, en el que un espíritu osado e
e
inocente habrá reunido en una sola perspectiva lo simultáneo y lo sucesivo, mediante la vibración

unánime de los cinco sentidos corpóreos y de otros que aún no tienen nombre” (34). a

De estas últimas palabras son tres las que hemos de destacar partiendo del

carácter policromo que puede tener un poema, Cansinos otorga un valor especial a tres U’

registros pictóricos: planitud, simultaneidad y vibración. No creemos que se trate de una


e
simple coincidencia donde puedan verse reunidos tres “ismos” artísticos de vanguardia:
e
el planismo de Celso Lagar, el simultaneísmo de los esposos Delaunay, Robert y Sonia, y
el vibracionismo de Rafael Pérez Barradas. Los cuatro ocupan un lugar determinado en
a
las artes plásticas madrileñas de finales de 1918, los cuatro están viviendo en la capital,
u

e
743

concretamente por estas fechas se está realizando una exposición pIanista en el Ateneo

madrileño y los cuatro serán mencionados, posteriormente, en poemas ultraistas; incluso

tres de ellos Barradas y los Delaunay, serán militantes del movimiento artístico ultraista.

Sin embargo, ahora, nos interesa detenemos en el simultaneísmo como aquella acción

que transíadada a las artes plásticas se enfienta con la necesidad de crear movimiento en

las composiciones que ya los fUturistas habían practicado y que de forma paralela en

estos momentos se está practicando en España. El simultaneísmo se puede entrever en

los artistas Delaunay, en las composiciones síncromistas de los pintores polacos, en las

obras pIanistas de Celso Lagar, en las vibracionistas de Rafael Barradas o en algunas

figuraciones cubofUturistas de Daniel Vázquez Diaz; todos ellos, a excepción de los

Delaunay habían realizado alguna Exposición en Madrid por esas fechas y se conocían

dentro de los círculos artísticos.

El simultaneísmo fUe para Cansinos una de las principales características del

nuevo movimiento, por su capacidad “para dominar el tiempo y el espacio, condiciones de toda

representación, y mostrar unidos lo sucesivo y lo simultáneo, como lo están en el plano de las

evocaciones ideales, se manifiesta en esos poemas que Reverdy y Huidobro construyen a manera de

cintas cinematográficas... Esta forma de poema, que constituye la suprema novedad lirica, constituye el

grito fraterno con que responde la literatura a los esfuerzos que la pintura y la escultura modernas

hacen por alcanzar el movimiento, ya logrado por la música y reflejado en un gran lienzo estático, cuya

virtud dinámica latente sea susceptible de desarrollarse en todo momento, al lado de la virtud musical,

que traza los surcos de un gran rollo horadadopor la vibración numerosa” (35).
a’
744

u’

Se trata de crear un poema infinito que produce simultaneidad como se podía ver
e
en los poemas de P. Reverdy “Les ardoises du toit”
- en los de Vicente Huidobro (en
-,

sus libros Horizon Carré, Ecuatorial, Poemas Articos, etc.) y que, gracias a la impresión

de los diferentes caracteres gráficos, emula el dibujo (36).Tras esta última impresión
a,
sobre cómo debía ser un poema, Cansinos describe en otro articulo qué

“transmutaciones” líricas propaga el nuevo arte. La post-guerra europea trajo las ansias e

de nuevos valores renovadores, purificadores y constructivos. Los nuevos poetas estaban


e
llamados a ser modernos y por ello a expresar las transformaciones del espíritu mediante

los cinco sentidos. Se trataba de hacer sentir la llegada de la modernidad por los cuatro mt

costados y los ultraistas, como dice Gloria Videla, “desearon ser también voceros de este
u
mundo nuevo y buscaron para ello una nueva voz” (37), una nueva voz basada, para Cansinos,

en “un gesto cientifico y moderno y nos sitúan fija e inquebrantablemente en la época de la

electricidad, de la aviación y los grandes triunfos inverosimiles,..” (38). Sin embargo, esta u

“poesía mecánica”, denominada así por aquellos que no eran partidarios de esta nueva
u
estructura poética, como el escritor Vidal y Planas, veían en ella irrealidad y falsedad
(39). u

Volviendo al artículo anterior de Cansinos, éste hacía referencia al quinto número


e
de la revista literaria Grecia, en la que se publicaban los primeros poemas ultra que

anunciaban, en palabras del escritor, “su desviación del credo novecentista hacia la nueva lírica

de que se habla en estas Perspectivas” (40), perspectivas que, como estamos viendo,
a
analizaban gran parte del origen de este nuevo movimiento. Pero antes de deshilvanar

este proceso por entregas que Cansinos Asséns había escogido para introducir el U

a
745

ultraísmo en Madrid debemos realizar un inciso y revisar la prensa diaria como

reveladora de los nuevos acontecimientos que jalonan al movimiento,

En primer lugar, retrocediendo tan sólo un mes aproximadamente desde el último

articulo de Cansinos publicado en La Correspondencia de España, el 27 de noviembre

de 1918 tiene lugar la publicación en El Parlamentario de la famosa entrevista de Xavier

Bóveda a Cansinos, hecho que queda suficientemente datado (41) e integrado en este

estudio como dato inédito en el que se pretende ajustar al máximo los orígenes del

ultraismo en la prensa diaria que, hasta ahora se fijaba en el mes de diciembre. Dicha

entrevista tenía un marcado carácter político, con tendencias aliadófilas, donde todos

aquellos intelectuales encuestados respondían a las siguientes preguntas: “¿Qué opina

usted acerca del porvenir político e intelectual de España? Los intelectuales dicen...” o

“¿Por qué es usted francófilo?”; los hombres más famosos del país declaraban

públicamente sobre el estado actual de España, envuelta en un fUerte debate entre los que

apoyaban a Alemania, los germanófilos, y aquellos que eran partidarios de Francia, los

aliadófilos (42). Estos últimos superaban en número a los seguidores del Kaiser, y entre

ellos podemos destacar los nombres más conocidos pertenecientes al mundo de la

literatura, las artes o la política que durante medio año aproximademente fUeron

entrevistados por Xavier Bóveda y, en ocasiones, por el ya mencionado Vidal y Planas.

Entre los poetas y escritores sobresalen Juan Gonzalo Olmedilla, Julián Morales Ruiz,

Eliodoro Puche, Eulalia Vicenti, Enrique López, Benito Pérez Galdós, Azorín,

Colombine, Alberto Ghiraldo, Ramón Gómez de la Serna, José Francés y Miguel de

Unamuno entre otros; periodistas como Arturo Gómez Lobo, J.Carrillo, Mariano de
a’
746

Cavia, Ramón Rubios...; artistas como Julio Romero de Torres, Gustavo de Maeztu,
u’

Daniel Vázquez Díaz... o políticos como Eduardo Barriobero y Herran, Alejandro

Lerroux, etc. u’

La importancia del porvenir intelectual y político en España eran las principales a,

preocupaciones. En el terreno intelectual podemos observar cómo los escritores


u’
auguraban la llegada de “algo nuevo”, el mejor ejemplo es el de Rafael Cansinos Asséns

pero también el de Ramón Gómez de la Serna, quien exponía: —

“En este nuevo terreno intelectual sí que van a ser permitidas las arbitrariedades, porque éstas
u’
acabarán con aquellas otras, hijas del rigor y del alma sombría... Yo evitaría, por lo tanto, esa

sorpresa, si anunciase lo que nos debe sorprender


e
Sólo se puede esperar algo de esa ingenuidad y esa candidez absurda que yo espero conservar

día tras día, y que es lo que yo cultivo con cuidado más grande, porque es lo más delicado, ya que todo u,

intenta quedarse en nosotros y quedarse con nosotros” (43).


u

En el terreno político, las miradas de los intelectuales estaban puestas en el e.

exterior, en Francia. El desarrollo ideológico a partir del reinado de Alfonso XIII estaba
e
marcado por dos graves conflictos, el “Desastre” de 1898, que había provocado una ola

regeneracionista, y la Gran Guerra que, a pesar del desarrollo económico que causó, a

también protagonizó enfrentamiento entre dos bandos, aliadófilos y germánofilos. El


e
apoyo que el Gobierno español daba a los alemanes era recibido por éstos con el
e
torpedeamiento de barcos españoles y con espionaje al Gobierno, que provocaba la ira de
la sociedad española. Tanto es asi que muchos de los intelectuales, como José Francés, u

declaraban que pronto los políticos serían sustituidos por ellos mismos (44). Los
u
políticos, por su parte, pedían la caída de la Monarquía por su incapacidad de gobernar.

e
747

Alejandro Lerroux, fUndador del partido radical, demandaba una República formada

sobre nuevos modelos y afianzada en aquellas masas menos favorecidas por la opresión

de la burguesía (45). Ante esta situación, los intelectuales se ven reflejados en los

acontecimientos que protagoniza Europa por aquel entonces. Las grandes sublevaciones

europeas: el caos ruso de 1917, la Revolución de Octubre; la independencia de otros

países centroeuropeos, como Polonia, provocan hacia los gobiernos más autoritarios las

ansias de una renovación que llega a todos los planos de la sociedad. El triunfo del

bolchevismo provoca la escisión de los revolucionarios en republicanos y socialistas,

además de nuevas consideraciones ideológicas en dos grandes organizaciones obreras la

CNT y el PSOE-UGT; en lo cultural, se pretende acabar con lo viejo y lo caduco para

asentarse en lo moderno, en lo nuevo. Gran parte de la entrevista a Cansinos ofrece la

misma visión que el escritor venía transmitiendo desde hacía tiempo en La

Correspondencia de España, sobre todo en lo referente al fUturo de la poesía, pero sin

nombrar para ello, y a diferencia de otras ocasiones, al ultraísmo o lo ultra, y unida a la

poesía anterior a la guerra (46). Finalmente, hace un llamamiento a la revolución a la

insurrección artística que borrará las viejas ideas para inscribir las nuevas:

“La República más avanzada conserva siempre el prejuicio, y éste es desde el punto de vista
-

artístico el ripio, el latiguillo, la Academia..


-

Así pues, adelante siempre en arte y en política, aunque vayamosal abismo.

¿Qué comentario hacer? escribe a continuación Xavier Bóveda


- -

Ninguno.

Nuestro espíritu estáperfectamente identificado en sus apreciaciones.

Lo viejo debe rehuirse... Hay que matar literariamente señor fiscal


- -‘ a Cejador, Cavestany

Cantó... y todos los que les sigan...’ (47).


a’
748

Esta apelación de Cansinos será secundada de nuevo por Xavier Bóveda, al mes

siguiente y en el mismo periódico, poniendo como ejemplo la Revolución de Rusia (48).

En segundo lugar, destacamos, siguiendo un mismo punto de vista político unido e

a la interpretación de Cansinos, el llamamiento a la juventud que realizó Xavier Bóveda e.

con tan sólo veinte años, en El Parlamentario, tres días después de dicha entrevista. Se
e
trata de un grito con rabia a esa juventud inmóvil ante los acontecimientos europeos que

estaban desatando sus ansias de renovación. Xavier Bóveda, sin pronunciar la palabra

ultraísmo, está proclamando su próximo alzamiento literario, un manifiesto ultra, pero


u’

marcado con grandes tintes políticos, especialmente revolucionados, que de alguna

manera, se verterían en el movimiento ultraista (49). 0

ej
Al dia siguiente de la publicación de este articulo de Xavier Bóveda, el 31 dc

diciembre de 1918, Cansinos Asséns daba por finalizada esta sección articulística de —>

Perspectivas y ponía de relieve, a modo de protomanifesto, la palabra ultra, la formación a,

como grupo independiente y diverso en el que se incluían a todos los movimientos

anteriores a la guerra: cubistas, fUturistas, pIanistas, simultaneistas, creacionistas, etc.:

“En los anteriores apuntes he intentado desentrañar algunas de las direcciones de la nueva

lírica, pero evitando todo conato de definición. ¡Es tan varia esta lírica, tan profusa involuble en su

alentar genésico!... La aspiración general de todos estos grupos es la de ser modernos, la de crear un

arte nuevo, que vaya mas allá de todo lo conocido. La palabra que unánimemente les conviene,
a
aunque no la adopten, es la de ultra (las negritas son nuestras). Algunas veces este libre grupo

anárquico, que rompe con el antiguo decoro de las escuelas literarias, se confunde en sus
a

manifestaciones con el otro grupo de las organizaciones libertarias, y a veces también un individuo

solo, descollando del hervor colectivo, asume el gesto de los solitarios hacedores de cuadros de e

e
749

museos... Cubistas, simultaneistas, pIanistas en Pintura y Música porfían por obtener nuevas

interpretaciones de la vida y se las brindan a la literatura (las negritas son nuestras)... Diversidad y

ultraísmo son, en suma, las caracter¡sti cas de este movimiento.. “(50).

XIII.2. EL PRIMER MANIHESTO ULTRAISTA (ENERO 1919)

Tras los acontecimientos periodísticos de los últimos meses de 1918 sobre la

manifestación del ultraísmo, en enero del año siguiente la revista hispano-americana

Cervantes anunciaba un cambio en su dirección, hasta entonces asumida por Andrés

González-Blanco (51), en favor de Rafael Cansinos A.sséns, quien de esa forma podría

publicar con toda facilidad y secundar el primer manifiesto ultraista. Su definición como

“Revista Hispano-americana” la convertía, apunta José Carlos Mainer, “en heredera directa

de aquella vaga internacional litetatura que el prestigio transoceánico de Rubén Darío, los

sentimentalismos que sucedieron al Desastre y los intereses mercantiles que los editores de principios

de siglo alentaron a ambas orillas del Atlántico” (52). Cansinos Asséns se comprometía a

prestar atención a todos las nuevas modalidades que se agrupaban bajo la bandera del

ultraísmo: “La intención de un ultraísmo indeterminado, que aspira a rebasar en cada zona estética el

limite y el tono logrados, en busca siempre de nuevas formas, será la que estas páginas adopten. Y la

colaboración másjuvenil según los tiempos del espíritu será la que en este edificio de arte hallará la
- -

mejor acogida” (53).

A continuación se publicaba “I.fltra. Un manifiesto de la juventud literaria” el

cual, a pesar de las muchas referencias que existen sobre su aparición en diciembre de

1918 tras la entrevista de Xavier Bóveda, como la del propio Cansinos, la del mismo
-
750

Guillermo de Torre e incluso tras la revisión de numerosos periódicos de la época -

e.
afirmamos que la revista Cervantes fUe la que publicó ese primer manifiesto ultra, en
a
enero de 1919, coincidiendo con el cambio de dirección de la revista y después de los
artículos bajo el título de Perspectivas, que vimos en el apartado anterior, de La
u
Correspondencia de España. El manifiesto tenía como precedentes más inmediatos los
u
mencionados llamamientos de Cansinos y Xavier Bóveda en los periódicos madrileños y
de la revista sevillana Grecia, que en su núm. y publicaba tres poemas titulados Poemas —

del Ultra y, más tarde, la aparición del manifiesto el 15 de marzo de 1919, en el núm XI,
e
del año II.

Xavier Bóveda, César A. Comet, Femando Iglesias, Guillermo de Torre, Pedro u

Iglesias Caballero, Pedro Garfias, J. Rivas Panedas y J. de Aroca habían redactado el


e
manifiesto (54). Después Cansinos Asséns, sin firmar el manifiesto, ofrecía su revista

Cervantes como plataforma de difUsión, abriendo la puerta a Utra hasta la aparición de

una revista que enarbolara el nombre del recién nacido movimiento literano:
u
“La parte de incitación inspiradora que en ese manifiesto se me atribuye, me incita aún más -

sin esa circunstancia, todo movimiento nuevo tendría mis simpatías - a auspiciar esas tendencias

renovadoras, desde las páginas de esta Revista, mientras la hermana anunciada Ultra cumple su
u
periodo de gestación. Hasta ahora la nueva tendencia propulsora se ha manifestado exclusivamente en

la revista sevillana Grecia, cuyo nombre debe marcar un largo e interesante momento en los anales de
e
las evoluciones literarias. Ahora ya el grito de unión está lanzado y todas esas tendencias que hasta

aquí se denominaron con diversos nombres, pueden acogerse a este lema “Ultra”, que, como dice el O

manifiesto, no es el de una escuela determinada, sino el de un renovador dinamismo espiritual...”


e
(55).

u
751

A. partir de entonces tendría lugar el desarrollo histórico del ultraísmo. El

distintivo de éstos jóvenes poetas era oficialmente “ultra” ya que, con anterioridad, dicho

vocablo había sido pronunciado en numerosas ocasiones por Cansinos (56), a diferencia

de lo que argumenta Gloria Videla, quien afirma que la aparición de la palabra ultra está

en el primer manifiesto ultraista, considerando éste como el más temprano signo público

del movimento, cuestión que, como vimos, hemos refUtado en el apartado anterior.

Por su parte, Guillermo de Torre también se atribuye la paternidad del vocablo,

así lo afirmaba en su Historia de las literaturas de vanguardias.” Ultraísmo era

sencillamente uno de los muchos neologismos que yo esparcía a voleo en mis escritos de adolescente.

CansinosAsséns se fijó en é¿ acertó a aislarlo, o a darle relieve”. De hecho, hemos localizado

algunos de esos escritos que avalan esta afirmación bajo el título “Ritmos ultraistas”

(57), publicado en febrero de 1918, mucho antes de la aparición oficial del manifiesto

ultraista.

El gusto por los valores poéticos ultraistas se extiende en escritores y artistas que

manifestarán su espíritu ultra a través de revistas o publicaciones como Los ciegos, Hoy,

La Jornada - donde se publica parte del manifiesto el 14-2-1919 - y en el semanario

España entre otras. En un principio, que podríamos denominar el primer eslabón,

aparecen los poetas ultraistas en publicaciones ya creadas, incluso, formando parte de

espíritu clásico manifiesto en sus títulos, como el trío compuesto por Los Quijotes,

Cervantes y Grecia. En ellas, poco a poco, será la vanguardia ultraista la que se

introduzca en sus páginas. Por otro lado, destacan las revistas que nacen del propio

movimiento. El ultraísmo, como primer precedente en España de lo que fUe un conjunto

organizado de literatos y artistas se extendió por toda la Península mediante la aparición

continuada de publicaciones algunas tan eSmeras que duraron tan sólo un número y otras
752

tan persistentes que llegaron a tener sesenta números. Madrid, Sevilla, La Coruña,

Oviedo, Burgos, Huelva, Lugo, Baleares, etc. serán los principales orígenes de estas
a
publicaciones, en las que tendrán cabida todo un despliegue ilustrativo a cargo de los

artistas que más se identificaron con el ultraísmo: Barradas, Norah Borges, Jahl, Borges

y otros.
u
Entre ellas destacamos las mencionadas con anterioridad: Los Quijotes (1915-

1918) donde trabajaron muchos de los fUturos ultraistas; Grecia (58) en la que a partir

de la incorporación de Rafael Cansinos-Assens en la redacción supuso el ingreso de la


u
revista al movimiento ultraista. En diciembre se publican los primeros “poemas del ultra”

de Xavier Bóveda, Luis Mosquera, Vando Villar, Cesar A.Comet; en marzo de 1919, el e

primer manifiesto ultraista; por su parte Cansinos Assens se encarga de la sección de la


u
nueva literatura, junto a Guillermo de Torre, traduciendo obras de Max Jacob, Guillermo

Apollinaire, Vicente Huidobro, Trinstán Tzara y Blas Cendrars entre otros, además de —

publicar poemas ultraistas bajo el seudonimo de Juan Las. Seria también a través de las
u.
páginas de esta revista donde se encuentran las noticias del primer acto público del
mt
ultraísmo, La Fiesta del Ultra, celebrada en el salón de actos del Ateneo sevillano el 2 de
mayo de 1919 (59). Durante el transcurso de esta velada tuvieron lugar las lecturas de

los poemas más avanzados del ultraísmo “La canción del Aeroplano”, de José Maria
u
Romero, “El poema de las calles triunfales”, de Vando Villar, “Scherzo ultraista, Op.II”

y la versión de la “Canción del automóvil” de Marinetti por Miguel Romero. a

En 30junio de 1919, su director, Isaac del Vando Villar publicaba un artículo a


e
modo de manifiesto ultraista, en donde la revista declaraba su adhesión dirigida a

aquellos lectores del novecientos: “Platónicamente estamos exponiendo nuestra moderna doctrina U

e
753

- ultraista en las columnas de Grecia sin querer molestar a los fracasados maestros del novecientos.

1 ‘alíe-Inclán, Azorín y Ricardo León representan el pasado pero ellos no son los culpables sino el

núcleo de aburguesados lectores. Triunfaremos porque somos jóvenes...” (60).

Al tercer año de su aparición, en el verano de 1920 y a partir de su número 43, se

transíada a Madrid y cambia de presentación, más acorde con el gusto del movimiento.

Sin embargo, será con el núm. 50, en el que se presentaría el “Manifiesto ultraista

vertical” de Guillermo de Torre, cuando concluiría. El manifesto seria una edición del

autor cuyo depósito y venta se encontraba en la librería Yagties de Madrid. Grecia habia

difUndido la primera hoja, según Lasso de la Vega, “de un libro de estética novísima que se

conserva blanca y que se escribe en negro, en rojo y acustiva” (61). Se trataba de las últimas

tendencias literarias desde el fUturismo al dadaísmo; sin embargo, para Cansinos la

palabra vertical no se adecuaba al arte moderno, lleno de curvas, que daba la sensación

de una línea recta vertical sino que la adopción de una línea recta vertical se revestía más

del arte antiguo por su carácter de hieratismo (62).

Otra de ellas fUe la revista hispanoamericana Cervantes que en su tercer año de

vida Cansinos Assens se ponía al mando de la redacción y hacía público, como hemos

visto, el primer manifiesto ultraista (enero de 1919) y daba la orientación ultra que

tomaría la revista. Se publicaba también un artículo del poeta Juan Chabás y Martí

“Orientaciones de la post-guerra”, donde se ponía de manifiesto el nuevo rumbo que

había tomado el arte y sus ansias de novedad marcadas por todos aquellos jóvenes que,

como ultraístas, comenzaban el arte del porvenir. Se inauguraba en este mismo número

una sección dedicada a las revistas de Hispanoamérica; precisamente allí se anunciaban el


754

núm. 1 de Cos,nápolis, los núms. 8 y 9 de Grecia, el núm. 1 de Perseo o Los ciegos entre

otros. A partir de entonces la revista tomará un cariz vanguardista donde tanto los textos
e
teóricos como las poéticos serían una de las bases más firmes para la difUsión del

ultraísmo. Desde la “Visión Ultratranscendental” de César A. Comet (febrero de 1919),

el “Versiculario ultraista” (marzo de 1919), los “Poetas españoles-neolirismo” (abril de


u’
1919), el “Manifiesto fUturista” por Cansinos Assens (abril 1919), las traducciones por él

mismo de la revista Anthologie Dada de Tristán Tzara; “La proclama sin pretensión” de u’

Francis Picabia o “Tour Eiffel a Robert Delaunay” de Vicente Huidobro, hasta la


u’

“Antologia Lirica”, en donde Cansinos expone las irradiaciones del ultraísmo: lo

romántico, lo fliturista, lo simbólico, lo impresionista y lo cubista. En principio, esta u’

antología se realizó a través de los poemas recogidos de Apollinaire, Paul Valery, André U

Salmon, Reverdy, Max Jacob, Trintan Izara (mayo de 1919) y, al mes siguiente, se
e
presentaba la primera antología de poetas ultraistas: Juan Larrea, Rivas Panedas, Lucía

Sanchez-Saornil, Rogelio Buendía, Xavier Bóveda, Vando Villar, José R. Jaldón,

Eugenio Montes, López Parra, César A.Comet, Guillermo y Francismo Reilo, Pedro
e
Garfias...

También debe reseñarse la capacidad de expansión del ultraísmo a través de 0’

Cervantes que ponía al público en contacto con otras capitales españolas y su adhesión al
e
movimiento. En lo que se refiere a Barcelona, a pesar de que poetas como José Maria

Junoy, IV. Foix y Pérez Jorba entre otros, habían comenzado muy temprano a luchar O

por la vanguardia, principalmente, el cubismo y fUturismo, ahora se anunciaba el libro de

Salvat Papasseit Poemes en ondes hertzianes, mención que se completaría con el artículo
a
que Guillermo de Torre dedicaba al movimiento intelectual de Cataluña, en mayo de

u’
755

1920. este libro revela hasta qué límites imperan hoy en Cataluña las nuevas modalidades líricas

impuestas entre nosotros por los ultraistas y fraterniidad en Francia bajo la égida de 4pollina¡re,

Jacob, Cendrars, Reverdy..” (63).

Cosmópolis nace en enero de 1919, de la mano del sudamericano Enrique Gómez

Carrillo, con el afán de parecerse al Mercure de France. Desde el principio conté con la

presencia de Cansinos Assens, quien a través de sus artículos mostraba su adhesión al

arte nuevo. En “La nueva Lírica” (mayo de 1919) Cansinos realiza un breve repaso de lo

que fUe la estancia de Huidobro en la capital, sus libros Horizon Catre, Ecuatorial,

Poemas Árticos, Tour Eiffel, Hallalí y los escritos en revistas francesas como Nord-Sud

y Sol Méme exaltaron a los jóvenes que se acogieron a la vida moderna y a los medios de

expresión que traía el poeta. En agosto de 1920 Guillermo de Torre inaugura una nueva

sección en la revista “Literaturas novísimas”, en la que se ocupará de la interpretación de

las nuevas estéticas desde el creacionismo, el dadaísmo, el expresionismo, el imagiismo

o el fUturismo hasta llegar a la presentación del “Movimiento ultraista español” donde

publicará otra Antología de poetas ultraistas (noviembre de 1920), la primera

recordemos habla sido publicada por Cansinos en la revista Cervantes. En general, la

revista adherida al movimiento quiso mantener un tono internacional acorde con las

nuevas teorías europeas presente en sus secciones “A través de las nuevas revistas” y

“Bibliografia” en donde se publicaban los libros o revistas recibidas.

Ultra, la hoja literaria aparecida en Oviedo en noviembre de 1920, estaba dirigida

por Joaquín de la Escosura y formada por un grupo de jóvenes poetas ultraistas,


756

>1

Augusto Guallart, Luis Zubillaga y Manuel Maria Durán entre los más representativos,

nacida quizás de la inspiración de Cansinos Assens, quien en su sección de los “Anales


e.
literarios” de la revista Cervantes invitaba a algunas ciudades españolas como Oviedo y

Huelva a enviar artículos para explicar el ambiente literario de éstas. Sería precisamente e

en octubre de 1919 cuando Augusto Guallart publicaba en Cervantes la escasa


e
repercusión del ultraísmo literario en Oviedo. Un mes más tarde, salía a la calle el núm. 1

de Ultra saludado, junto a Cervantes y Grecia como el triángulo lírico del ultraísmo

(64). Sin embargo, esta nueva publicación que se adhería al movimiento tan sólo sacaria
e
a la calle cinco números.
O

Perseo, nacida en Madrid bajo las consignas de una revista ibero-americana como

Cervantes, tan sólo publicaría un número, aparecido en mayo de 1919, aunque Juan
ml
Manuel Bonet señala enero como fecha de lanzamiento (65). Su director fue Luís Elías y

su dirección artistica estuvo a cargo del pintor Santiago Vera. Aparecen en el índice de

este número los estudios sobre el arte de Julio Antonio, por Santiago Vera,
a
“Andrómeda” por Adolfo Salazar y las “Novísimas directrices pictóricas” y “El

vibracionismo de Barradas” por Guillermo de Torre; además de los poemas ultra de

Cansinos Assens, Eugenio Montes, Rivas Panedas, Xavier Bóveda y las prosas y versos
a
de Goy Silva, L. Elias, 5. Risco, A. Bello, etc.
e
Aparte de la expansión que iba obteniendo el movimiento ultraista con sus
conferencias, la mencionada en Sevilla por Vando Villar y Adriano del Valle, las de
e
Santander y Bilbao por Gerardo Diego, durante el año 1919 cuenta Guillermo de Torre
e
que se encontraban en preparación tres revistas ultraistas: Horizonte, dirigida por
O

a
757

Joaquín de la Escosura; Reflector, por José Ciria y Escalante y la nonata Vórtice, de

Guillermo de Torre.

De Reflector aparece su primer y único número en diciembre de 1920, con una

tirada niinima de 10.000 ejemplares, bajo la dirección de José de Ciria y Escalante y

Guillermo de Torre como secretario de dirección. Su redacción y administración se

encontraba en el Palace Hotel de Madrid, lugar también de exposiciones donde tanto los

artistas como el público podían adquirir los ejemplares. Se acogió a la estética ultraista

con un caligrama de Francisco Vighi, poemas simultáneos de Isaac del Vando Villar,

poemas de Juan Ramón Jiménez, de Philippe Soupault, de Paul Eluard, un articulo de

Jorge Luis Borges en apoyo al manifiesto vertical ultraista de Guillermo de Torre, una

sección de “Ramonismo” y un artículo sobre el arte de Jacques Lipchitz y Picasso por

Guillermo de Torre; además de la presencia gráfica de Barradas y de Norah Borges.

En la Coruña, Alfar nace a finales de 1920, bajo la denominación de Boletín Casa

de América Galicia y dirigida por el poeta Julio J. Casal. Se trata de una de las revistas

que más continuidad tendría hasta 1926. Por ella pasaron muchos de los protagonistas

ultraistas Carmen Barradas, Luis Huici, Norah Borges, Guillermo de Torre, Francisco
-

Bores, Rafael Barradas...- y muchos de los participantes de la floreciente Generación del

27.

De este mismo año, también sobresalieron la revista sevillana Gran Guiñol y la

onubense Centauro. Ésta última nacía en noviembre de 1920, guiada por Rogelio

Buendía. La revista pretendía, así figuraba en su hoja de presentación, aunar postulados


758

ultraistas con los de los novecentistas. Perfiles, aparecía de la mano de José Zamorza, y

en su primer número colabora Lasso de la Vega y Sonia Delaunay.


e

Al año siguiente, el 27 de enero 1921, salía a la calle en Madrid, la revista Ultra

que duraría hasta el 15 de marzo de 1922. Se cumplía así el anuncio que ya en diciembre
u
de 1918 había hecho público los firmantes del manifiesto ultraista, la creación de una

revista que llevaría el título Ultra y “en la que sólo lo nuevo hallará acogida”. Aunque

contaba con el antecedente de la publicación de Oviedo, la madrileña se formaba por un


e
comité anónimo que, como afirma José Antonio Sarmiento (66), se encontraba muy

próxima a las publicaciones de los futuristas y los dadaístas en sus portadas y contenidos, U.

La inexistencia de un comité público mantenía el mismo propósito con el que había


e

nacido el movimiento ultraista, bajo los postulados de una agrupación con una voluntad

de grupo que evitaba las individualidades, a las que estaba acostumbrado el mundo

literario y artístico. Así quedaba patente en la velada ultraista celebrada en el Salón de la mi.
Parisiana (Casino-Varietés) el 28 de enero de 1921, que inauguraba el núm. 1 de la
mi
publicación. Apadrinada por el poeta Mauricio Bacarisse acudieron los ultraistas
Humberto Rivas, Rivas Panedas, Gerardo Diego, César A. Comet, Rafael Lasso de la

Vega, Guillermo ReIlo, Tomás Luque, Eugenio Montes, Guillermo de Torre, Maijan
mt
Paszkiewicz, Jahl y Vázquez Díaz entre otros.

La revista contó con las colaboraciones de los hermanos Rivas Panedas, José y u

Humberto, Guillermo de Torre, Lasso de la Vega, Jorge Luis Borges, Eliodoro Puche,
e
Pedro Garfias, Rosa Chacel, Luis Buñuel, Gónzalez Ruano, Manuel Abril, Joaquín de la
mt

mt

u
759

Escosura.... y las ilustraciones de Barradas, Norah Borges y Wlasdyslaw Jahl entre las

más destacables y de las que nos ocuparemos en el capitulo sobre la plástica ultraista.

El mismo año del nacimiento de Ultra, aparecían la revista mensual de Juan

Ramón Jiménez Indice; la ultraista Tableros (1921-1922) bajo la dirección de Isaac del

Vando Villar, el 15 de noviembre salía el primer número de los cuatro que constó la

publicación. Allí aparecerían las ilustraciones ultraístas de Barradas, Jahl, Norah Borges

o Jan Cockx; y Baleares, de Palma de Mallorca, dirigida por Vives Verger, en la que

aparece otro manifiesto ultra (núm. 131, febrero de 1921) firmado por Jacobo Sureda,

Juan Alomar, Jorge Luis Borges y Fortunio Bonanava.

En 1922 aparece por fin Horizonte (1922-1923) anunciada, como vimos, en 1919

por Guillermo de Torre, y que sería dirigida por Garfias y por Rivas Panedas aunque en

un principio se pensó en Joaquín de la Escosura. A pesar de ser una revista ultraísta sus

hojas se teñían con los nuevos registros orientados hacia el clasicismo, además de la

participación de algunos de los que formarán la Generación del 27 como Dámaso Alonso

o Federico García Lorca. En cuanto a sus ilustraciones volvemos a encontrarnos con la

presencia de Barradas, Norah Borges, Jahl, Paszkiewicz además de los jóvenes Francisco

Bores, Benjamín Palencia y José Maria Ucelay.

Con el final del ultraísmo aparecen las últimas revistas del movimiento, en 1923

se fundará la burgalesa Parábola por Eduardo Ontañón; las madrileñas Vértices dirigida

por Manuel de la Pena y Tobogán (1924), administrada por Manuel de la Peña; al año
760

siguiente aparece en Lugo Ronsel, bajo la dirección de Correa Calderón, que tan sólo

duraría seis meses, de mayo a noviembre de 1924.


e
Otras creaciones del movimiento ultraista de igual relevancia fueron los libros o

composiciones de algunos de sus adeptos, como uno de sus primeros libros de Pedro

Raida Mercedes, (1920, Sevilla, EdRenovación), la novela satírica de Cansinos Asséns


e
El movimiento VP. (1921), que refleja el desengaño de su autor ante el desarrollo del

ultraísmo (67); Imagen (1922), de Gerardo Diego, con la ilustración en su portada de e

Pancho de Cossío; Hélices (1923) de Guillermo de Torre; La rueda de color (1923), de


e
Rogelio Buendía, La sombrilla japonesa (1924), de Isaac del Vando Villar; Viaducto

(1925), de González Ruano; Bordón (1925), de Manuel de la Peña; o Estética del U

desnudo (1925), de Carlos Fernández Cuenca (68).


u
La nueva estética que aportó el ultraísmo a la literatura y las artes plásticas

españolas quedó reflejada en todos los trabajos mencionados con anterioridad; sin e’

embargo, el grado de aceptación por parte de la sociedad española mostró, en general,

un rechazo hacia aquellas nuevas tendencias. Por un lado, la opinión que manifiestan en
e
Madrid el escritor Vidal y Planas o por el artículo de R. Santa Ana y, por otro, un juicio

procedente del norte de España. El primero se produce antes del nacimiento oficial del

ultraísmo, en agosto de 1918, como consecuencia de un artículo publicado en La


e
Correspondencia de España, que Cansinos-Asséns titula “De Carrere a Vidal y Planas”

en donde se criticaba al segundo la literatura que practicaba. Vidal y Planas se defiende —

con dos artículos que dejan bien claro su rechazo hacia la nueva literatura:
e
Cansinos .4sséns es un literato demasiado literario, excesivamente literario tal vez, un

ultra-exquisito; por este motivo superior sus libros se venden muy poco... El credo de estos grupos es e’

u
761

no creer más que en ellos: no ver el arte más que al través del género que ellos cultivan; creen de

buenafe tal vez, que son poseedores de la verdad literaria o artística y se atrevan a definirla; dicen:

arte es lo que hacemos nosotros; fuera de nosotros no hay arte” (69).

El segundo, en la propia revista ultraista Cervantes, en “Anales literarios”, se

publicaría la opinión que Germán Gómez de la Mata, escritor del periódico madrileño La

Jornada, en el que anunciaba la muerte del ultraísmo “casi sin nacer” y el rechazo a la

invención del ultraísmo por Cansinos Assens, opinión que sería rebatida por Pedro

Garfias. Este le contestaba aprovechando el reciente libro de Los siete brazos de

Cansinos: “ha introducido un ritmo más largo y apasionado en nuestra literatura, ha renovado la

pureza lírica, nos ha traído el salmo y ha dejado una honda huella en la Juventud Hoy el escritor más

amado por nosotros, los jóvenes, el más amado y respetado, es este maravilloso y tan sabio y tan

artista, que a todos puede dar más lecciones defervor” (70).

En pleno auge del ultraísmo, en 1921, aparece un articulo muy directo en un

momento en que se estaban publicando las revistas más importantes del movimiento

Ultra, Cosmápolis, Alfar o Tableros y en que están actuando en ellas sus principales

militantes tanto poetas como artistas, a ellos va dirigido dicho escrito en forma de poesía

y con ilustración ultraista incluida como sátira de la incomprensión que suscita el nuevo

arte:

“Nosotros vivíamos concierta tranquilidad mal vegetando entre el chiste y la filosofla. Nos

creíamos poseedores de la verdad media, en cuanto puede relacionarse con las cuartillas, los pinceles.

el pentagrama y el arte en general; pero un día, ¡qué decimos un día!, un hermoso día, tuvimos en

nuestras manos pecadoras una revista de gloriosa estirpe, que cultiva el ultraísmo como adalid de ese

novísimo arte, y desde entonces la duda nos corroe el espíritu.


762

¿Podríamos atrevemos a hacer un ensayo de poesía ultraista? ¿Sería~nos tan felices que nos
r
lanzáramos a ilustrarlo?

Pusimos manos a la obra, y ahí va. e

El purísimo nuevo arte es concisión y universalidad a un tiempo: trozos de un todo armónico

que al disgregarse se agrupan nuevamente dando vida a ideas más numerosas.

Hemos querido hacer un poema retratando un boda popular, en la que nunca puede faltar la
u.
tristeza, que es manjar de la vida.

El gráfico que la avalora compendia cuanto en la poesía se intenta describir


a
Este nuevo espíritu poético necesita de una clave para los no iniciados; por eso damos estas

explicaciones. U’

HLVENEANDRIC4 (RAFICADA

El sol vocea a los corrales. ¿Alumbramiento? U

Las estrellas lloran envidia. Rocada. ¿ Iida?


e
Faroleros remedanpocadores peatones.

Descansan misterio, hetaira y hagan juego.

No va mas.

Los sommíers esperézanse gozosos. a

Emociones, bostezos, taconeos.


a
Llegó la hora del tonsurado.

flnt I,év
a
Epidermis que bailan nueva danza. ¿Agua y jabón?

¿Será así? ¿Faltará la esencia? O

Dudas procursoras de certezas Igual dol padres.


a
El amor abre un armario y lo cierra.

Incienso, seda, oro, bromas. Todo es luz amarilla.


e
Las cabrillasjuegan a la treinta una.

Alguna perderá... ¿Ilusión romboidea? e’

e’
763

¡Qui lo sal

Las persianasparapadean oteantes.

Risas hambrientas cosquillean el éter.

Fiambres estremecidos; licores enceldados.

Apios indiferentes. La hecatombe avanza.

Locura es diosa de momento eternaL

Rodar Rodemos. Rodaremos. El manubrio gira...

¿ Vive la muerte?

La luna les echa el humo de supipada.

Los morados cardenales se hacen etíopes.

Capricornio silba su mejor endecha sibilitica.

Venus aspira panochas verdes.

¿Nubes alejandrinas?

La tragicomedia da cabriolasfinales.

Lutos, carcajadas, teatros, cementerios...

La vida teje el sudario de su vida.

¿Tiene razón el cuerdo? (71).

En lo referente al País Vasco, en concreto a Bilbao, sobresale la imagen de un

recién engendrado ultraísmo poco estable y sin consistencia que influye en supuestos

ilustradores como Juan Silverio:

“La novísima manifestación literaria francesa denominada creacionista ha sido ‘adaptada’ al

castellano con otro nombre por uno de los escritores da más sólida cultura y de mayor sensibilidad

artística: Cansinos Asséns.

Este exégeta del Dolor, que había agrupado en torno de su estilo a una considerable pléyade

de jóvenes poetas y novelistas, ha sido entre nosotros el orientador hacia la moderna Escuela

ultraista. ..Varios dibujantes manifestaron sus simpatías por la citada Escuela y han comenzado a trazar
764

sus obras innovadoras. Juan S’ilverio dibuja por medio de líneas curvas, sintetizando con el menor
fo

número de ellas la forma, el carácter y el espíritu de personas y cosas (72).

En paralelo, aparece en Madrid la noticia de una nueva escuela literaria, la


e
“vibracionista”, nacida en Barcelona. El acontecimiento es muy comprometedor ya que

podríamos pensar que estamos frente a otro movimiento literario, similar al ultraísmo u.

madrileño pero catalán~ cuestión por la que se abriría un debate relacionado con la escasa
u
difusión y actuación del ultraísmo hacia tierras catalanas si lo comparasemos con otras
U’

provincias españolas como Sevilla, Oviedo, La Coruña, etc. Los datos recogidos son
muy limitados y las noticias que aparecen sobre ellos son, igualmente, insuficientes para

poder afirmar el enfrentamiento intelectual de dos tendencias literarias de diferentes


u
partes geográficas de la Península, Barcelona y Madrid o, por el contrario, podríamos

pensar en una maniobra por parte de los ultraistas. Sin embargo, las referencias e

descubiertas nos manifestan la intención de establecer un grupo vibracionista. El primer


a
manifiesto vibracionista aparece en el diario madrileño El Pais, en enero de 1921, bajo la

firma de Angel Marsá (73) y las adhesiones de algunos periodistas, caricaturistas y mt

poetas: J. Bosch Pons “Pedro Nimio”, pintor y publicista; Mateo Santos, publicista y
u
poeta; Manuel Barrera “PiIi”, caricaturista y pintor; Antonio Paradas, poeta; Francisco

Aldaz (74), periodista; Nicolás D. Enrique, músico; Carlos del Corral, periodista y a

Francisco Madrid, periodista.

Respecto a su presentación en tierras catalanas, puesto que se trataba de un


e
movimiento catalán, no hemos encontrado ninguna alusión a diferencia de sus

repercusiones en la prensa madrileña. La proclama recogía tres puntos vitales: “Sed e

e
765

ególatras, sed inconoclastas (sic) y sed valientes” (75). El vibracionismo que proclama Angel

Marsá, quien a si mismo se denomina superhombre, se basaba en “una teoría de la vida y, de

la muerte, del sexo y del corazón, de los ojos y de los testículos. El ¡7BRACIONISMO es intuición,

cerebro, anatomia, esquema, paradoja, violencia y puños de macho y salivazos morales de macho: es

vitalidad y evolución, senado eterno” (76).

La naturaleza de sus expresiones, al igual que muchos de los escritos ultraistas,

poseía la Iherza de los manifiestos ifituristas así como las expresiones extravagantes de

los dadaístas. Se hacía referencia a tres ismos vitales para los ultraistas, el cubismo, el

tbturismo y el dadaísmo. Respecto al primero, se considera imperfecto y engañoso,

incluso se niega aquella relación que existía con el vibracionismo pictórico: “El ‘Cubismo’

es, además de una teoría falsa, una teoría incompleta. Su esencia no puede había sido engendradora

del U7BRACIONISMO. (Ellos para plasmar la vida la descomponen en planos, NOSOTROS, cuando la

descomponemos, la descomponemos anatómicamente). El ‘Cubismo’ es una teoría basada en la

inmovilidad. La teoría que YO he trazado se basa en el hecho vital de las vibraciones ‘atómidas’ y

‘moleculares”’ (77). Con referencia al futurismo deshechan el punto de partida de los

escritos de Marinetti: “Tampoco puede apuntarse al ‘Futurismo’ de 1Vfarinetti como la idea matriz.

Ellos, en su concepción del dinamismo, no analizan, no acusan, NOSOTROS hemos hecho de la

dinámica un ideal plásucamente estético y estático” (78).

Finalmente, en cuanto al dadaísmo, critican todos sus fundamentos basados en la

ingenuidad, la puerilidad, el yo, etc... “Tenemos, aparte los inofensivos y duzarrones invertidos

del arte, unos enemigos verdaderamente formidables. Los ‘Dadaístas’. PERO NOSOTROS LOS

¡‘ENCEREMOS. La teoría ‘dadaísta’ es la idea más denigrante que haya podido engendrar esta

moderna y nefasta influencia de las zapatillas, el pijama, la urbanidady la ortopedia. Estos pedantes
766

endulzados que, hartos de comer en los orinales y beber en los ‘bidets’, inventan esta mamarrachada de

la vuelta a la infancia, al balbuceo, a la inconsciencia, son dignos de que nosotros - los

E ‘IBRJCJONIST.4S les demos con nuestros puños en la boca”


- (79). 0

e
Los nuevos vibracionistas persiguian una nueva doctrina, más radical que las

anteriores sobre todo de la vigente en España por aquel entonces, el ultraísmo: u.

“La Humanidad necesita llevar el mayor volumen posible de macho - no pañales -, Necesita
u..
una voz recia y vibrante para hacer de la blasfemia vehículo de convicción; no la vocecita balbuciente

de recién nacido que hace estremecer la ternura el ombligo de las mujeres.


u
Ya os he dicho que el problema no es un problema de pedagogía y de ternura. Es cuestión de

estridencia y de demostraciones vitales” (80). u.

Para lograr sus cometidos se propusieron realizar varios actos, de los que no

queda ni rastro: “Por nuestra parte escribiremos libros, folletos, manifiestos; daremos conferencias, a

organizaremos Exposiciones, conciertos y veladas teatrales; nos manifestaremos, en fin, con todas las
u
manifestaciones del arte para demostrar la verdad de esta nueva doctrina que habrá de revolucionar al

mundo volviéndolo a la integridad de sus energías: al SALVAJIS’vIO” (81). a

Los comentarios referentes a esta nueva teoría se dejan entrever en algunos

diarios de la capital madrileña. Aquéllos que se ocuparon de la noticia se encargaron de a

enjuiciarla a partir de los fundamentos extremistas que propagaban como la violencia, la


u
grosería y la imposición de la fuerza:
u
nos hemos enterado perfectamente de los medios que tienen pensado poner en práctica sus
partidarios para implantar la nueva teoría artística: la blasfemia y el puñetazo. No está mal. Porque ya
u

a
767

es sabido que las ostras no se abren por persuasión. Y a este paso los vibracionistas van a convencer

incluso a los que sienten el horror de la extraña manía de pensar.

- ¿Quiere usted ser vibracionista?

- ¿ Y eso que es? dirá el besugo interrogado.


-

- Diga usted si o no (Aquí, la blasfemia)

- ¡Hombre!...

- ¿No? (Aquí, el puñetazo)

Sí. ¡No faltaba más!

- Ya sabía yo que llegaría a convencerle.

El neófito llegará a su casa con un ojo hinchado y le dirá a su mujer:

- Soy vibracionista. ¿No lo sabías? Pues, st Soy vibracionista

- ¿Es algo de comer? Porque... como no lo sea, no me explico que tu...

- ¡Ca! Es cosa de arte y de intelectuales.

-Pero... ¿tú?

- Yo. Verás... ¡me han convencido! ¡Qué se le va a hacer!

A este paso lasfilas del vibracionismo se nutrirán rápida y abundantemente.

¡Blasfemia y puñetazo! Recomendamos el procedimiento a los jefecillos de grupo

parlamentario. O al Sr. Dato si quiere tener esa mayoría que le falta” (82).

Por el contrario, existen otros comentarios que nos remiten a las primeras

desavenencias de algunos de sus adheridos como el periodista catalán Francisco Madrid.

Este publicará una carta abierta al dignatario del vibracionismo, Angel Marsá, en la que

explica sus diferencias hacia la nueva tendencia “... el vibracionísmo es cosa de boxeo, de

molesta, por bárbaro, el espectáculo del ‘ring ‘y de


puñetazo libre. Tampoco puedo estar conforme. ~~-‘fe

boxeo en sí... Usted representa las audacias de ‘1 ‘avant-garde’ vibracionísta” (83).


768

El impulso vibracionista como tal debe desaparecer en su intento al poco tiempo

por la escasez posterior de sus referencias. Este vocablo tomó el nombre del

vibracionismo haciendo alusión a la escuela de Rafael Barradas, aunque se puedan

establecer algunas observaciones en lo referente a su arte como el cubismo o futurismo

en lo relacionado con la velocidad, el movimiento o la violencia de colores, fue acuñado


u.
en Barcelona. Sus orígenes parten de la estancia de Barradas en la ciudad condal y de su

personal ismo, de allí, precisamente, surgió la idea del término, “vibraciortista”, como u

sinónimo de subversión y rebeldía. Tampoco es de extrañar el empleo de dicho vocablo


u.
ya que como se ha visto fueron muchos los apelativos con los que se denominó a la

pintura ultramoderna como representación de lo revolucionario, bolchevique, U

extravagante, etc. pero sería en Barcelona donde se determinó una escuela literaria que
u
adoptó un apelativo que por sí mismo era conocido por el público catalán (84) y que se

mostró en oposición al ultraísmo. u

XIII.3. UN MOVIMIENTO CON ASPIRACIONES INTERNACIONALES


a

Uno de los principales aportes al movimiento ultraista fue la gran participación de

artistas españoles y extranjeros, como hemos comentado en el capítulo anterior, a través


u
de las ilustraciones de los Delaunay, Vázquez Díaz, Benjamín Palencia, Francisco

Mateos, Wladyslaw Jahí, Paszkiewicz, Norah Borges, Bores, Saénz de Tejada, Pancho a

Cossio, Ucelay, Guezala... (85) que se unieron a escritores como Cansinos Asséns,
a
Guillermo de Torre, Xavier Bóveda, Gerardo Diego, González Ruano, Isaac del Vando

Villar, Rivas Panedas, Adriano del Valle, Antonio Espina, Rogelio Buendía y un largo a

a
769

etcétera. Sin embargo, es de notable interés destacar las influencias más cercanas de los

movimientos de vanguardia europeos al ultraísmo.

Tal y como anunciaba Cansinos Asséns, la nueva lírica europea formaba parte del

ultraísmo; Francia aporta los escritos revolucionarios de la poética modernista de

Baudelaire, Rimbaud, Laforgue, Mallarmé, Huysmans... hasta desembocar en el s. XX,

que a su vez forjaría los escritores de los primeros ismos de vanguardia Max Jacob, Jules

Supervielle, León-Paul Fargue, Blaise Cendrars, GApollinaire, Pierre Reverdy, Cocteau,

Morand, etc. que el público español pudo recibir gracias a las traducciones de Cansinos

Asséns y Guillermo de Torre y a las imitaciones de su arte.

El cubismo, el creacionismo, los calligranimes de Apollinaire, los versos y las

obras de los futuristas arraigaron en las revistas ultraistas, junto a los del movimiento

dadaísta. Efectivamente, el cubismo y el creacionismo transfirieron al ultraismo, según

José Luis Bernal, “la esencialidad artística, que prescinde del sujeto, del motivo, por mor de la

valoración en sí mismo del objeto artístico; principio este destacado a su vez en todo su valor por

Ortega cuando se ocupó de las características del nuevo arte” (86).

El futurismo de influencia marinettiana recaló en el ultraísmo que se inclinó por

una exaltación de la velocidad, las máquinas o el tiempo dentro de la gran ciudad; la

pervivencia del movimiento quedaba clara en la publicación del manifesto “El futurismo

antes de la guerra, durante la guerra y después de la guerra” en abril de 1919 en la revista

Cervantes; también en la “Antología lírica” de Cansinos se manifestaba que una de las

direcciones de la nueva poesía era la subscripción al futurismo poniendo como ejemplo


770

los gritos fUturistas de Tristan Tzara. El prosista Antonio M. Cubero escribiría que una

de las intenciones de los hombres ultraistas era la visión de una ciudad en plena

evolución.’’EI ‘anhelo nuevo’, ‘una voluntad de su pensar a los precursores’, es la indicación

substantiva del manifiesto ultra.


‘3

La ciudad es su vida más leal, es el deber El oficio (la máquina, transportes,...). El ultraista es

el hombre ubicuo que se arrastra por la ciudad y que vuela solitario en interminables u.

interrogaciones... “ (87).
a

La misma revista, Cervantes recogerá el anuncio de la detención de Marinetti u.

(diciembre de 1919) acusado de atentar contra la seguridad del estado italiano; no


u.
obstante, las referencias al futurismo serán una constante en el ultraísmo, así podemos

destacar los famosos poemas: “Canción del autómovil” por Marinetti, “Canción del u

aeroplano”, por José María Romero, “El teléfono” por Pedro Olmedo Zuna,
u.
“Cinematógrafo” por Pedro Garfias o las obras diversas de Guillermo de Torre (88).
u.

La influencia del dadaísmo en el movimiento ultraista estuvo presente en las

expresiones, entre otros, de Rafael Lasso de la Vega, quien manifestaba que “DADA”
u.
era “única expresión del hombre moderno” (89), en César González de Ruano, en Joaquín

Edwards Bello o Eugenio Montes, pero, sobre todo, en Guillermo de Torre, quien se

autocalificó como “el novio oficial de mademoiselle Dada” en “Album de retrato” de


a
Grecia.

Sin embargo, la presencia del dadaísmo en España se remonta al mes de agosto

de 1916, cuando llegaban a Barcelona Francis Picabia y su mujer, Gabrielle Buffet,


a

a
771

donde se encontraban ya algunos amigos de la pareja como Marie Laurencin, Arthur

Cravan, su hermano Otto Lloyd, Albert Gleizes, Juliette Roche, M. Charchoune o

Maximilien Gauthier. Poco después, en enero de 1917 aparecía el primer número de

revista 391 a cargo de Francis Picabia, gracias a la ayuda de Josep Dalmau, quien se

encargó de la publicación a través de sus galerías de la calle Portaferrisa. 391 se

convertía en uno de los embriones directos del dadaísmo que Picabia importaba de

Zurich, noticia que recogería en 1920 el diario madrileño El Figaro: “Durante la guerro, el

mismo Picabea (sic~), con Maria Luarencín ~ nada menos, habían lanzado su revista ‘193 (sic,), u

otro número, que no era más que el de su casa en la Avenida de la República Argentina. Picabia hacía

dibujos geométricos, que eran como esqueletos de máquinas, y un escrito judío reproducía las

divagaciones de Ma Jacob y de Juan Cocteau. Pero todo aquello no tuvo eficacia. Aquellos señores

estaban lejos de la guerra, espiritualmente y geográficamente. y los escritores catalanes no deseaban y

no amaban más que a los franceses de las heroicas abnegaciones. ‘Je m ‘en fiche, moi, de 1 ‘Alsace

Lorraine’ -nos decía Picabia-. Naturalmente, nosotros reproducíamos el A m ‘en fichisme’, pero

aplicado a los Picabias y a sus artes” (90).

De la revista aparecieron cuatro números en Barcelona, el último fechado el 25

de mano de 1917, los demás en Nueva York (núms.5, 6 y 7), Zurich (núm. 8) y Paris

(núms. 9 al 19). El siguiente contacto de Picabia con Barcelona seria también por

mediación del galerista Josep Dalmau, quien publicó en la ciudad condal el primer libro

de poesía del poeta Cinquante-deux miroírs (octubre de 1917); más tarde, en 1922,

Picabia aparece de nuevo en Barcelona en su Exposición individual en las Galerías

Dalmau presentada por André Breton.


772

No obstante cuatro años antes, había tomado el relevo Guillermo de Torre

convertido en el mejor portavoz del dadaísmo en España a través de las revistas


u.
ultraistas. Así, el ultraísmo asumia un nuevo registro formado en sus orígenes en las

manifestaciones públicas del Cabaret Voltaire, de Zurich (1916) que en 1920 se


U

transíadaba a París de la mano de Tristan Tzara, quien se instalaba en la casa de Picabía,


u.
siendo éste uno de los momentos que más atrajo a la prensa madrileña. La “proximidad”

con la ciudad parisina y los corresponsales culturales allí destinados recogieron los

hechos más significativos. Sus digresiones, las desavenencias entre sus miembros así
u.
como sus adhesiones fueron motivos para proclamar la muerte del dadaísmo para

quienes el propio dadaísmo constituía uno más de los múltiples movimientos que la U

capital parisina engendraba desde primeros de siglo. Las primeras alusiones aparecen en
u
la revista Grecia tras la aparición del manifiesto ultraista por Isaac del Vando Villar (30
u.
de junio de 1919); al mes siguiente en la sección “Antología”, Guillermo de Torre
comienza sus artículos sobre Tristan Tzara; en “Novísima lírica” sobre Francis Picabia y,
u.

poco después, en noviembre, Rafael Lasso de la Vega publicaba una pequeña Antología
U

Dadá.
Entre otros escritos, hasta entonces, los dadaístas Izara y Picabia habían U

publicado los núms. 5, 6, 7 y 8 de 391; el núm. 45 de Nord-Sud de Tzara que además lee
U
el Manifiesto Dadá en 1918; en marzo se publicaba el núm. 1 de Liltérature fundada por

Aragon, Breton y Soupault y en mayo de 1919, los núms. 4 y 5 de la revista Dadá que u.

dirigía en Zurich Tzara, en el que se incluía la “Anthologie Dada” de la que se haría eco
Un

Cansinos Assens en Cervantes (agosto de 1919). Pero seria en 1920, cuando a través de
u.

u’

a
773

esta revista César A. Comet diera cuenta a los madrileños del boletín Dada, el númó. en

el que Tzara enumeraba a los “Présidents Dada”, entre los que mencionaba a conocidos

nombres ultraistas: Cansinos Assens, Augusto Guallan, Rafael Lasso de la Vega,

Guillermo de Torre e Isaac del Vando Villar, además del chileno Huidobro y el catalán

Junoy. La introducción de miembros ultraistas en el dadaísmo suponia un nuevo

reconocimiento para el movimiento español que veía cómo poco a poco se desplegaba

hacia el exterior. Este fue el inicio de un proyecto, el de los ultraístas, que tenia puestas

sus miradas en el extranjero. De hecho, en la historiografia sobre el dadaísmo, algunos

investigadores como Hans Richter y Anuro Schwarz (91) consideran al ultraísmo como

un nexo del dadaísmo. En esta problemática estamos de acuerdo con Juan Manuel Bonet

(92), quien apoya la actuación individual e independiente del movimiento ultraista con

respecto al dadaísmo.

Una de las primeras empresas ultraistas fue la traducción al español de todo

cuanto tuviese relación con los medios de expresión de vanguardia europea. De esta

manera se encontraron, como estamos viendo, con la llegada del dadaísmo a París,

noticia que recogieron no sólo los ultraistas sino algunos periódicos madrileños e,

incluso, bilbaínos. Los hechos se remontan a las primeras revisiones que periodistas

como Gómez Carrillo, director de Cosmápolis, realizaban sobre el cubismo literario

después de la guerra y que será, precisamente, el detonante para que un grupo de jóvenes

poetas ultraistas, Joaquín Edwads, Goy de Silva o Guillermo de Torre salieran en su

defensa.
774

u.

El propio Gómez Carrillo reconocía la labor de Guillermo de Torre dentro del


e
dadaísmo.’ “Lo único nuevo es el dadaísmo, cuyo representante oficial en Aladrid, D. Guillermo de

Torre, se pone, después de lafirma de Redactor de las revistas españolas d ‘avant garde -propulsor del u.

ultraísmo- post-novecentista -representante en Madrid de la falanje cubista pictórica y literaria


a
parisino y especialmente del movimiento DADA- y de la sección d ‘Or, por delegación de Tristón Tzara

y 1’. Dermi... El delegado en España del Pontijice Tzara tiene la palabra... “ (93).
u

u,

Lo que pregona Gómez Carrillo son las primeras amenazas de autodestrucción

del movimiento dadaísta. Los incidentes verbales comenzaron en una serie de artículos u,

en los que se autodisculpaba por haber considerado a Cocteau y a Reverdy como


Un
dadaístas, declarando que Guillermo de Torre mezclaba nombres de cubistas y dadaístas.

La prueba de este error lo mostraba en el mismo periódico, unos dias después, mediante e

un artículo en el que publicaba la carta que Reverdy le había enviado:


u
Recibo un recorte de su periódico que me concierne a propósito de una nota publicada en

‘Comoedia’. La carta publicada es apócrifa, y ‘Comoedia’ la ha rectificado. Espero que su periódico se u,

atendrá a la costumbre confraternal que permite rectificar los errores de prensa, y que usted tendrá la

amabilidad de publicar esta respuesta en el mismo lugar en que apareció su artículo. U

No sólo yo no soy DADA, sino que me he colocado desde el principio en una actitud netamente
a
hostil contra los que han inventado o lanzado esa palabra tan insignificante como heroica. Yo me he

señalado bastante como campeón de la ‘creación artística’ y del esfuerzo, para que nadie pueda u,

suponer siquiera que yo apruebo un Movimiento (2) de deliquescencia que no comprende -o poco

menos- sino mozalbetes cuya impotencia se manifiesta periódicamente en la imitación de las obras e

escogidas, por su extraordinaria y muy con tradictoriafacultad admirativa.. “ (94).

e
.775

Efectivamente, el 27 de marzo de 1920, se produce la velada dadá en el Teatro de

l’Oeuvre de París, en donde se agrava la discusión sobre la paternidad de dadá, que para

la opinión pública tanto en Zurich, París y Berlin debía ser atribuida de Tristan Tzara.

Dicho suceso sirvió para que Gómez Carrillo proclámase la muerte del dadaísmo, quien

relataba el episodio, aunque aún faltaban cuatro años para que su muerte se hiciera

oficial, anunciada en Le Mouvement accéléré, folleto publicado por Paul Dermée. Este

suceso también tite recogido por la prensa bilbaína a través de diario vasco Euzkadi (95).
no ha muerto de noble vejez . como las grandes escuelas burguesas, ni tampoco de las

heridas recibidas en violentas luchas contra elementos opuestos... Ha muerto asesinado, o mejor dicho.

ajusticiado por el ridículo, que es, en literatura, la única arma que mata de una manera definitiva... Y

el rey Dadá que según subditos españoles había de conquistar al mundo, ha salido de París así, a

coups de balain’. corrido, maltrecho, aturdido por la épica carcajada de los parisienses, para ir a

morir de vergflenza en un café del Barrio Latino.

La gran batalla se dió pocos días ha, en la sala del Teatro de 1 ‘Ouvre. Las invitaciones iban

acompañadas de un manifiesto, cuyos artículos pricipales reza;

El arte vale más caro que el salchichón, más caro que las mujeres, más caro que todo.

El arte es un productofarmacéutico para imbéciles.

El cubismo es la negación de las ideas.

Dadá no pide nada, nada, nada, nada; lo que hace, es para que el público diga: ‘no

comprendemos nada, nada, nada; los dadaístas no somos nada, nada, nada; ciertamente, no llegaremos

a nada, nada, nada...” (96).

Otra de las noticias que con más interés recogieron las crónicas literarias

madrileñas fue la del festival dadá celebrado, el 26 de mayo de 1920 en la Sala Gaveau

de París. No era para menos, los espectadores se encargaron de tirar, entre otras cosas,
776

huevos a Eluard, Breton, Soupault. La recepción del dadaísmo en Madrid enseguida se


u.

relacionó con el ultraísmo por su carácter pertubardor; de hecho, la revista madrileña


U

España aludía a los integrantes de Cervantes y Grecia con la formulación de la siguiente


ecuación (97): U

A’ = Armando Guerra x Armando Guerra

Dada U

u.
A] mismo tiempo, El Sol publicaba un artículo dedicado íntegramente a la
e
literatura dadaísta, en el que se hace referencia al origen infantil del movimiento, patente
en su propio nombre y en su relación con otros lenguajes primitivos, así como la
a
vinculación y adhesión con España (98). Este sentimiento infantil que experimentaban los
e
dadaístas procedía, principalmente, de la admiración por las sociedades primitivas, a
través de las cuales se llegaba a un deseo de pureza e inocencia que también se e

encontraban en el espíritu infantil; eso, precisamente, era lo que criticaba la prensa


e
madrileña ante algunas acciones de los ultraistas:

“Apestan a café, a tabaco y whisky. Son como esas cortesanas que en Carnaval se visten de a

niñas y salen por la calle saltando a la comba y lanzando gritos de adolescente. No engañan a nadie.
a
Se las conoce demasiado; son figulinas, todo lo deliciosas que se quiera, pero que no pueden enseñar
candor a las nietas ni pureza y abnegación a las madres... En el fondo todo es retrogradación.
a
cansancio, incapacidadpara seguir la marcha de los tiempos...” (99).

No solamente se censuró el Dadaísmo sino que se llegó a publicar uno de los

manifiestos dadá por el nombre de GAGÁ (100). En diciembre Jorge Luis Borges, desde
a

Reflector, ofrecía a los madrileños su criterio sobre el recién publicado Manifiesto

Vertical de Guillermo de Torre (diciembre de 1920), quien aludía al dadaísmo.

a
777

A partir de 1921, el apoyo ultraista al movimiento dadá se desarrolla de una

manera continuada, sobre todo mediante la colaboración de Guillermo de Torre. Apane

de las crónicas dadaístas en los diarios, las revistas ultraistas destacan varios hechos que

muestran una vez más ese deseo de introducción y participación en los movimientos de

vanguardia. En primer lugar, durante las primeras semanas del año, desde el Café

Colonial, Borges, Correa Calderón, Pedro Garfias, Tomás Luque, Eugenio Montes,

L.Walton y Guillermo de Torre realizan en francés un poema automático, que mandan a

Tristan Tzara, cuya finalidad era su publicación en la recién creada revista de Picabia

(abril de 1920) Cannibale y en el que proclamaban, una vez más, su adhesión a la

juventud DadA (101).

En segundo lugar, ese mismo año Guillermo de Torre envía a Tzara un modelo

de su fallida revista Dadaglobe y, finalmente, éste mismo actuará por vez primera,

directamente desde un organismo dadá en París, la revista 391 (102).

En enero de 1921 Guillermo de Torre lanza un artículo sobre el movimiento dadá

titulado “Actitud glosadora y enfocaniiento preliminar. Los orígenes de Dada. Teorías y

manifiestos Zurich. 1916-1919” (103); en febrero, escribirá sobre “Gestos y teorías del

dadaísmo” en el que incluye el telegrama de Joaquín Edwards BelIo (104), quien se

adhiere junto a los poetas madrileños a la causa dadaísta: “Estoy al corriente de la revolución

lírica Dadá por Huidobro, Onillermo de Torre, Cansinos Assens y Lasso de la Vega. Toda la juventud

deMadridy Chile sejunta poco apoco a este movimiento (105).

Al mismo tiempo se hace público que durante el mes de abril en la decoración del

timbrado del movimiento dadá aparecerán como sede central París y como sucursales
778

extranjeras Berlín, Ginebra, Roma, New York, Zurich y Madrid, además de anunciarse

revistas dadaístas en publicaciones ultraistas Dd, o4 H2, DacSa, Ipeca, Projeteur,

Proverbe y 2. Esta era una forma más de la adhesión del movimiento ultraista al dadaísta

y de su carácter internacional.
u
En marzo de 1921, Guillermo de Torre publica bajo inspiración de su nonata

revista Vórtíce el articulo “Vórtice Dadaísta”; al mes siguiente aparece en la sección u’

“Ultra-manifiestos” la “Estética del Yoismo ultraista” manifiesto leído en la velada de


U

Parisina (28 de enero de 1921). Con vocación ciertamente dadaísta, Guillermo de Torre
U

proclaina un sólo foco de acción: el yo. El individualismo que defendía dadá está
presente en el escrito de Guillermo. Tzara, Picabia y otros habían proclamado con sus U

gestos, gritos y expresiones su individualidad y su liberación respecto a las leyes de la


a
sociedad. Guillermo proclama: “Yoísmo, genuino vértice donde abocan todas las corrientes de

vanguardia, sinteticemos nuestro augural alarido que desvirgará los horizontes intactos... Cultivemos, u,

pues poetas y camaradas


- -‘ la única religión del yoísmo. Exaltemos nuestras características y nuestras

potencias peculiares aguerrídamente. Por encima del uníformismo grisáceo imperante, allende los U

contornos gregarios....” (106).


a

En junio Guillermo de Torre presentaba en Ultra una de las graves


confrontaciones que el dadaísmo venia arrastrando no sólo existente en los dos grupos
a

dadaístas, los llamados “dadás núcleo” dirigídos por Tzara que se decantaban por el arte
a
abstracto y los “dadás cascarón”, capitaneados por Ricard Huelsenbechk dirigidos hacia
la política sino que, ahora, Picabia se distanciaba del dadaísmo rompiendo sus lazos con a

Tristan Tzara ya que para él el movimiento duró hasta 1918 acreditándolo en la primera
a
pagina de Comoedía (107). En agosto se realizaba la crónica del “Salón Dadá”,

a
779

Exposición Dadá celebrada, el 6 al 30 de junio, en la Galería Montaigne, en la que habían

rechazado participar a Breton y Picabia y en la que Duchamp tan sólo mandó un

telegrama “Podebelle”.

Como vemos, muchas de las discrepancias dadaistas llegaron a los oídos de los

españoles, incluso el famoso “Congreso Internacional para determinar de las directivas y

las defensas del espíritu moderno” propuesto por Breton. El primer anuncio de dicho

evento en el que se pretendía aunar las tendencias de vanguardia, dadaísmo, cubismo,

simultaneísmo y futurismo se realizó en la revista Comoedia de París, en la que se

publicaba un manifiesto de las revistas L¡ttérature, L’ Esprít Nouveau, Nouvelle Revue

Fran~a¡se y Aventure. El Comité organizador estaba formado por el compositor George

Auric; Andre Breton, director de Lirtérature; los artistas Robert Delaunay, Fernand

Léger y A. Ozenfant, director de L ‘Espril Nouveau; Jean Paulhan, secretario de La

Nouvelle Revue Fran~a¡se y Roger Vitrac, director de Aventure.

La noticia llegó a España tan sólo quince días después, en el núm.22 de Ultra

(enero de 1922), además de anunciar la participación en el congreso del movimiento

ultraista mediante su corresponsal en París, Mallan Paszkiewicz. Finalmente, el congreso

fue un fracaso porque la ruptura entre Breton y Tzara se hizo patente. La reunión en la

Closerie de Lilas promulgó la desconfianza entre los organizadores del congreso y en

julio de 1922, Emile Malespine inaugura el primer número de la revista Manométre que

llegaría hasta 1928, y en la que Guillermo de Torre figurará en 1925 como miembro de la

redacción.
780

Finalmente, el 17 de noviembre de 1922 Breton da una conferencia en el Ateneo


t

barcelonés, en presencia de Picabia sobre “Caractéres de l’évolution moderne et de ce


e
qul en participe”. El último resquicio dadaísta en España se produciría al año siguiente,
cuando Breton presentaba en Barcelona una exposición dedicada al padre de La filíe née

sarn mére. Allí en grupo se encontraba el reducto dadaísta español, Guillermo de Torre,
E.

Lasso de la Vega y Joaquin Edwards entre otros que rechazaban que el dadaísmo habia

muerto en Paris (108). —

Otro de los aportes extrar~jeros fue la lírica expresionista que tanto se ocupó de la

visión catastrófica de la guerra. Apareció en las revistas ultraistas, a través de las noticias

de Jorge Luis Borges, calificado por Guillermo de Torre de “expresionista concen frado”
e

(109). Éste, quien durante los años de la Gran Guerra se había refugiado en Suiza, lugar
e
escogido por muchos de los escritores alemanes, en donde entró en contacto con ellos
(110), se encargó de traducir y producir algunas poesías expresionistas. Las primeras a

crónicas aparecen en Cervantes bajo el titulo “Antología expresionista” (octubre de


a
1920) en la que aparecen poesías de Ernst Stadler, Johannes Becher, Kurt Heynicke, W

Habn, A. Vagts, W. Klemm, A.Stramm, L.Shureyer y H.Strummer, traducidas por Jorge m

Luis Borges; en Grecia, con su “Lírica expresionista” (noviembre de 1920) y en la


e
revista del movimiento, Ultra, se juzga la antología expresionista Die Aktions-Lyrik,

1914-1916 (ocubre de 1921) publicada en Berlín y, por último, se reciben entre otras la

revista expresionista Der Sturm. La plástica expresionista también traspasó nuestras


a
fronteras pero sólo a través de breves noticias como el artículo de Clément Puasaiers “La
a

pintura expresionista” en Cosmópolis (junio de 1922).


a

a
781

Por otra parte, la presencia ultraista en el exterior supone el complemento y, en

gran medida, la herencia del movimiento europeo. Estuvo protagonizado por Guillermo

de Torre y sus contactos con los vanguardistas más avanzados como Tzara, Peiper, y

otros muchos como apunta Juan Manuel Bonet (111), sin olvidar su expansión por

América latina a través de Bartolomé Galíndez y J.L.Borges en Argentina, Alberto

Hidalgo, Norah Borges, Manuel Maples Arce, Germán List Azurbide, José Juan Tablada,

Ramón Alva de la Canal, Fermín Revueltas, Jean Charlot, Germán Cueto, Leopoldo

Méndez, Humberto Rivas...; en Uruguay a través de Alfredo Mario Ferreiro, Ildefonso

Pereda Valdés; en Perú con Carlos Oquendo de Ainat; o en Chile mediante Joaquín

Edwards Bello, Salvador Reyes, Alberto Rojas Jiménez, Zsigniond Remenyik, etc (112).

XIIJ.4. PERTINENCIA DE UNA PLÁSTICA ULTRAISTA

Desde los comienzos en 1909, de los primeros y discontinuos episodios de

vanguardia en la capital madrileña, el término “ultra” tite la única esperanza real para el

grupo de artistas con vocación auténticamente vanguardista. El ultraísmo ha pasado a la

historiografia como un movimiento literario de vanguardia española pero, también, como

afirma Eugenio Carmona, tite “el primer, y único, movimiento que se produjo en España a lo

largo de toda la historia del Arte Nuevo” (113), todo ello sin olvidar las actuaciones de la

Sociedad de Artistas Ibéricos entre 1925 y 1936. El ultraísmo se diferenciaba de lo

anterior por su aspiración a la búsqueda de nuevas formas, para la cual adaptaron y

asimilaron el cubismo, el futurismo, el expresionismo y, en ocasiones, el dadaísmo. Este


782

mismo proceso fue el que adoptaron para su incursión en las artes plásticas españolas,

puesto que un movimiento literario que quisiera equipararse a alguno europeo necesitaba

un apoyo artístico como el que tenían el cubismo literario, el expresionismo, el futurismo

o el dadaismo. Nos encontramos, pues, con el primer grupo con aspiraciones nacionales u’

e internacionales, tanto literarias como artisticas, de hecho veremos que la mayor parte
u.
de los componentes en el campo de las artes plásticas son extranjeros, Jahl, Paszkiewicz,
u.
Barradas, Norah Borges, etc.
El carácter de libertad e independencia que proclamaba el ultraísmo sirvió para

atraer a los propios artistas aunque, a veces, seria el mismo movimiento quienes les
u.
reclamara en su peculiar provecho, como es el caso de Rafael Barradas. Este sentido

simbiótico contribuyó a la desaparición, por primera vez, del viejo mito de un concepto —

de arte que se unía por sus nacionalidades; es decir, la agrupación de las obras artísticas
u,
se reunían según su lugar de procedencia. El caso más común o más conocido fueron los

envíos a las exposiciones nacionales de Bellas Artes, en donde se hablaba del envío vasco

o catalán; también en el desarrollo de exposiciones colectivas se designaba con estos


e
apelativos: ¡a exposición de artistas vascos, artistas polacos, artistas catalanes, artistas
e’
argentinos, etc. El ultraísmo aunó todas estas nacionalidades bajo el distintivo común de
“ultra” que, como decía su primer manifiesto, no era “una escuela determinada, sino el de
e
un renovador dinamismo espiritual”. Tras el fallido primer Salón de Otoño en octubre de
e

1920 nacido, precisamente, del descontento ante la Exposición Nacional de Bellas Artes
de 1917, surgieron las primeras voces Mateo Inurria, Angel Ferrant y Juan de la Espina
-

- para crear la primera Exposición de artistas independientes. Este Salón de Otoño

e
e

u
783

formado al calor de las reuniones de los miembros de la Asociación de Pintores y

Escultores surgió con ánimos de libertad e independencia artística, valores que muy

pronto se perdieron, aún habiendo desechado la idea de conceder primeros premios.

Fracasó, igual que las exposiciones nacionales, y se criticó su falta de selección y la

admisión de centenares de obras que provocaban la acumulación de las mismas. Algunos

ultraistas de primera hora, como el polaco Wladyslaw Jahl o el español Vázquez Díaz

expusieron pero no dejó de semejarse, como indicaba Ballesteros de Manos “a las de

París. Pintura mediocre, cientos de artistas. Sobresalen Daniel Vázquez Díaz, Solana y Gustavo de

Maeztu, representan anhelo de independencia” (114).

No hubo más remedio que esperar a otro nuevo intento, el protagonizado por

cinco miembros ultraístas - Vázquez Díaz, Delaunay, Rafael Barradas y los poetas

Vando Villar y Adolfo Salazar -. Sin embargo, se quedó tan sólo en un intento, el de

crear el Salón de los primeros independientes en España: “Se han reunido en Comité los

artistas Vázquez Diaz, Delaunay, Vando Villar, Salazar (D. Adolfo) y Barradas, con objeto de poner en

práctica la idea de organizar una exposición de todas las manifestaciones del arte.

Tenemos entendido que la citada Exposición verificaráse muy en breve, y los organizadores

publicaron un manifiesto exponiendo sus ideas, y en el cual figurarán los nombres de los que

integraron elSalón de los primeros independientes en España” (115).

El propio Juan de la Encina daba la enhorabuena al futuro proyecto ante el

fracaso del Salón de Otoño: “El otro suceso a que nos referimos es la constitución de una

Sociedead de modernos. Bien venida sea. Nos complace mucho más que el canto de cisne fortunista Al

j2ny a la postre, son más garbosas y entretenidas las ‘cargas’ de ‘El reflector que las pomposas
784

funciones de cualquiera cofradía de agonizantes. Además, esta nueva Sociedad, llevada con buen tino.
u’
podría alfin conseguirformar una Sociedad de artistas verdaderamente independientes y hacer que se

prolongue en Madrid el reguero de inquietudes estéticas que nos trajo fortuitametne la guerra, y que u’

está ahora a punto de desvanecerse” (116).


e

Los organizadores de este nonato Salón aparecido en la prensa madrileña en e

diciembre de 1920, tenian relación directa con el ultraísmo. Precisamente, ese mismo mes
U

acababa de inaugurarse la revista ultraista Reflector, dirigida por José Cina y Escalante y

como secretario de redacción Guillermo de Torre. En su primer número aparecian, entre a

otros, los nombres de los siguientes colaboradores: Barradas, Adolfo Salazar, Vázquez
U

Díaz y Vando Villar. Menos la participación de Delaunay, todos ellos eran los que
u,

proclamaron el primer salón de independientes. La relación que les unió tite el seno
ultraista que continuó durante y después del movimiento. Adolfo Salazar era aparte de
a
musicólogo y compositor, poeta ultraista y crítico periodístico; Vando Villar, además de
a
poeta ultraista, llegó a publicar un manifiesto ultra en la revista Grecia <junio de 1919) y
a dirigir su propia revista, Tableros, que también ilustraría Barradas; éste último se

incorporará a la plástica ultraista de la mano de Guillermo de Tone, quien le dedicó un


e
poema sobre el ultravíbracionismo, y a quien eligió junto a Norah Borges para ilustrar su

Manifiesto Vertical (diciembre de 1920). Posiblemente, todas estas referencias nos U

aproximan auna de las primeras maniobras ultraistas en la que se intentó aunar el espíritu
a
ultra que no era otro más que la acogida de todas las manifestaciones artísticas en
e
España. Se trató del primer proyecto artístico de un movimento organizado de
vanguardia en España que no dió sus frutos y tuvo que esperar hasta 1925, momento en
a
que veremos de nuevo en el comité a varios de ellos: Barradas, Adolfo Salazar y
e

e
785

Vázquez Díaz, algunos como firmantes de la Sociedad de Artistas ibéricos y, otros,

además, como participantes.

Fue, inequívocamente, la independencia espiritual de los componentes del

ultraísmo, es decir, las diferentes trayectorias plásticas de estos artistas, lo que hizo del

ultraísmo un movimiento organizado a través del cual podían manifestarse. No existe una

estética o una plástica propiamente ultraista, sino que se trata más bien de una tendencia

que bajo el apelativo ultra englobó los diferentes modelos pictóricos de los artistas más

avanzados afincados en Madrid - el planismo de Celso Lagar, el vibracionismo y otros

registros de Barradas, el formismo de los polacos Paszkiewicz y Wladyslaw Jahl, las

cubicaciones de Vázquez Diaz, el expresionismo de Norah Borges, etc. - que crearon

obras de aspecto externo muy semejante, que seguirían los más jóvenes que habían

convivido con ellas, como Bores, Pancho Cossío, Santa Cruz, Sáenz de Tejada, Maroto,

Guezala, tjcelay, Alberti, Francisco Mateos, Luis Huicí, Francisco Miguel, Ramón

Núñez de Carnicer, etc.

Los precedentes artísticos del ultraísmo se remontan, pues, a las exposiciones

individuales bajo un mismo denominador común, el arte de vanguardia, como las que

hemos visto en otros apanados, las de Celso Lagar, los íntegros, los polacos, los

Delaunay, Vázquez Díaz, etc. El papel del ultraismo tite aunarías en un grupo

organizado; de hecho, nos encontramos con la primera imagen colectiva de todas

aquellas tendencias de vanguardia que desde 1915 pululaban por Madrid. El tesón que

caracterizó al grupo de poetas ultraistas en su vocación hacia lo nuevo respondía a la

necesidad de crear una plástica capaz de simbolizar gráficamente el movimiento. Sin

embargo, aquélla carecía de una unidad que, al mismo tiempo, la hacía ser más libre, por
786

ello sus principales miembros se caracterizaron por una unión independiente que rompió
e
con lo anterior. Como grupo quisieron mostrar una estética moderna aunque para ello

cada uno seguiera su propio camino, independientemente de las influencias que tuvieron u’

sobre neófitos ultraistas de última hora como Alberto Sanchez o Dalí a través de
u.
Barradas, o Bores mediante las xilografias expresionistas de Norah Borges.
u’

Esa propuesta ultraísta de establecer una plástica acorde al movimiento tan sólo
u.

se mostró públicamente en contadas ocasiones. Por orden cronológico, y excluyendo las


U

ilustraciones gráficas que aparecen en libros y revistas, destacaron la mencionada nonata


Exposición del Salón de los primeros independientes en Madrid (diciembre de 1920); los u.

decorados de los esposos Delaunay y la exhibición de obras de pintores Vázquez Díaz,


U

Jahl y Marjan Paszkiewicz en la citada velada ultraista celebrada en la sala Parisiana de

Madrid (28 de enero de 1921); los carteles anunciadores de Jahl pegados en la carrera de u’

San Jerónimo para la segunda velada en el Ateneo (30 de abril de 1921); la exposición
u.
privada de los pintores Santiago Vera y Ruth de Velázquez en su casa madrileña (mayo

de 1921); la constatación de una tienda de “arte decorativo ultraista”, bajo la dirección e

de Jahl y su esposa, Lucia Auerbach, en la calle Goya 86, donde se encargaban de la


a

decoración de interiores, vestidos, muebles, cerámica y objetos, efectos de transparencia


e
y color; en febrero de 1922, se anuncia la presencia de Wladyslaw Jalíl y Majan
Paszkiewicz junto a Molse Kisling en la Exposición “Les Independents polanais”, a

organizada por la Galería Crillon de Paris, al mismo tiempo que, se mencionaba la


a
invitación por la revista Lumiére a Norah Borges y Wladyslaw Jalíl para representar al

movimiento ultraista en la Exposición Internacional de grabado en Amberes y se anucia e

a
787

la celebración de una Exposición de Arte Moderno organizada por la revista Ultra que

tendría lugar en el mes de marzo, exhibición de la que no existe ninguna noticia más.

A la vista de estos acontecimientos, se diría que el proyecto ultraista, tanto

literario como artístico, consiguió sus objetivos de abrirse camino al exterior gracias alos

miembros extranjeros que tenían sus contactos en el exterior como los hermanos Borges,

los esposos Delaunay, los artistas polacos o los corresponsales en el exterior: “El

ultraísmo - publicaba la misma revista - es ya una realidad internacional” (117). Se les

consideró, como ya hemos visto, miembros de la lista Dadá; se impulsé el ultraísmo hacia

tierras latinoamericanas como Argentina, Uruguay, Perú, Chile, etc.; en Paris tuvo su

sede a cargo de Majan Paszkiewicz, quien representó al ultraísmo dentro del Congreso

Internacional de 1922; en Polonia se extendió a cargo de otro corresponsal, Tadeuz

Peiper; en Italia la revista Poesía de Milán presentaba a los poetas del ultraísmo a cargo

de Guillermo de Torre (118); en Bruselas se publicaron las xilograflas de Jahl en la

revista Seccion (agosto 1922), incluso, en Lyon, Manométre contó con la participación

de Guillermo de Torre, Borges, Norah Borges y Julio Casal, entre otros.

Dentro de nuestras fronteras, el movimiento ultraista tite una realidad que se

conoció no sólo sus puntos neurálgicos como Sevilla, Madrid u Oviedo, sino que

extendió por casi toda la Península; en el Pais Vasco a través de sus referencias hacia el

movimiento; en Cataluña, Pérez Domenech realizaría una conferencia sobre el ultraísmo

en el Ateneo barcelonés, en enero de 1922; en Baleares, donde se presentó la estética


788

ultra en La Fiesta de la Poesía, (Palma de Mallorca, enero de 1922), en Huelva, en


u.
Lugo, en La Coruña, etc.
e
Pero lo más concluyente fue además observar cómo a través del ultraísmo,
utilizado como puente hacia otros lenguajes, su sed de vanguardia se transformaba en
e
algunos artistas en una vuelta al orden. Más que antagónicas, como asegura Eugenio
u’

Carmona (119), creemos que se trata, como afirmaria poco después el mismo historiador
(120) de una “cohabitación” entre dos tendencias, la vanguardia y el retorno al orden,

pero no sólo en el ámbito europeo sino dentro del propio movimiento ultraísta aunque a
e.
partir de 1923 se iniciara una fase de desprestigio hacia el ultraísmo.

Este nuevo clasicismo que en Europa tiene sus orígenes en los primeros años de u

la Gran Guerra, en España se puede constatar desde 1917 con la estancia de Picasso en
e
Barcelona para acompañar a Olga Kokiova que actuaba en los Ballets Rusos en su obra

Parade. En junio, Picasso se encuentra en Madrid, ciudad que abandonaría poco después u.

tras la celebración del banquete que Ramón Goméz de la Serna y algunos amigos le
a

organizaron, entre ellos, miembros ultraistas como Cansinos Assens, artistas como
u
Bartolozzi, Zamora, Fresno, Bergamin, Echevarría, Penagos y críticos como Manuel
Abril y Juan de la Encina. En Barcelona permanecería seis meses, durante los cuales u.

trabajó, principalmente, en dos corrientes: una figurativa con inspiración clasicista y otra
u
basada en registros de un cubismo tardío, allí recibió una comida homenaje junto a

Ramiro de Maeztu, acto que quedó reflejado en las páginas de VeIl ¡ Noii. Pero lo más u.

importante de su estancia flie, sin duda, sus posibles ‘mfluencias en el arte catalán
u.
respecto al nuevo clasicismo y frente a las tendencias de vanguardia de primeros de siglo

u
789

que venían exhibiéndose en Barcelona - los cubistas Duchamp, Gleizes, Metzinger,

Laurencin, Gris, Le Fauconnier y Agero, el pIanista Celso Lagar, los simultaneistas Jos

Delaunay, los fauvistas Otto Weber y Van Dongen, los rusos Héléne Grunhoff y Serge

Charchoune, el dadaista Picabia, los uruguayos Torres García y Barradas... - además de

la fuerte corriente noucentista. Sin duda alguna, para ésta última fue un acto

revalorizador del proyecto mediterraneista. En el resto de España y, en concreto, en el

entorno ultraísta madrileño, la presencia de Picasso en la capital no debió causar

demasiada influencia aunque no se puede decir lo mismo de su estancia en Barcelona,

que a través de publicaciones, como la revista Veil i Noii se encargaron de lanzar los

primeros ejemplos como el retrato a lápiz de Ambroise Vollard realizado por Picasso con

una línea muy ingresca (Julio de 1917), trayectoria que continuó en los años siguientes,

como en julio de 1920, cuando André Thérive dedica un artículo al pintor O. Coubine

(121).

En el ámbito ultraista madrileño no se puede negar la realidad de las

publicaciones extranjeras que los directores de las revistas ultraistas recibían, al tiempo

que anunciaban el proceso de cambio que se producía en Europa en sus propias páginas.

Durante la crisis postbélica e incluso antes, el arte de las vanguardias había sido

sustituido por tres frentes pictóricos que tenían en común la recuperación del objeto o la

figura pero cada uno de ellos de una forma distinta: la pintura metafisica italiana, el

purismo francés y el radicalismo alemán (122).

Al lado de un futurismo renovado aparece la primera. La pintura metafisica

busca una realidad con caracteres oníricos que tiene sus orígenes en las obras De

Chirico, realizadas en París antes de la Gran Guerra. Esta opción italiana tendrá dos
790

aspectos, uno fantástico e inverosímil, derivado en ocasiones del romanticismo


u.

centroeuropeo y otra, llamémosla más nostálgica, que incurre en aspectos del arte del
U

Trecento y Quattrocento. El movimiento ultraista, abierto a todas las nuevas corrientes


europeas, se encargaría de dar a conocer esta tendencia italiana, además de constatar que u’

revistas como Cosmópolís y Ultra recibían y publicaban de forma propagandística, entre


e
otras, la revista Valorí Plasticí (1918) cuyo estandarte fue desde el principio el llamado

“retorno al orden” que más tarde desembocará en los realismos mágicos: u

su obra puede llamarse clásica, dando a esta palabra el sentido de su origen latino
a
classicus, que significa perteneciente al primer orden... Desde el impulso de los futuristas, la pintura

italiana no había hallado una expresión bastante poderosa que igualase los esfuerzos de la nueva
u.
pintura francesa. En la obra de Georgio de Cherico (sic) se afirma hoy esta expresión en el despliegue

de un lirismo nuevo, en el cuadro sólido de una seriedad dantesca, en el peso de una materia a

iluminada, donde la soledad, la fatalidad y el equilibrio encadenan su pintura a través del tiempo a la
u.
de la gran tradición italiana... Después de 1914, De Cherico (sic) ha descubierto nuevos y más vastos

horizontes para su arte...” (123).


u
u

La segunda, el purismo francés, sería una derivación del cubismo, pero se

diferenciaba de éste al presentar un ideal de belleza y método que se esgrimía mediante

los componentes de las primeras vanguardias. Sus teorizaciones fueron presentadas,


a
principalmente, en 1918 por Ozenfant y Jeanneret en Aprés le Cubísme, Le Purisme o en

la revista L ‘Espr¡t Nouveau fundada en 1920, que recibían las publicaciones ultraistas u.

como Ultra.
u
Al hilo de estos hechos, en marzo de 1920 Cosinópolis, la revista ultraista abierta

a todas las tendencias europeas, particularmente la francesa, publicaba un artículo sobre

a
791

el desarrollo de la Exposición de [osIndependientes en Paris, en donde se proclamaba la

destitución del cubismo por nuevos procedimientos de los artistas franceses como M.

Metzinger, Lhote, Gleizes, Léger, españoles como Juan Gris o Celso Lagar y otros

(124). Dos meses después, la misma revista ofrecía a sus lectores una interesante crónica

sobre el nuevo arte en París reflejando la vuelta dada por los artistas hacia tendencias

clasicistas, especialmente, hacia el purismo (125). En diciembre de 1920, la recién creada

revista ultraista Reflector de José de Círia y Escalante y su secretario de redacción

Guillermo de Torre, lanzaba un interesante articulo sobre Jacques Lipchitz y Picasso en

el que aparecían cuatro reproduciones, dos de cada uno de ellos. Guillermo de Torre

exponía la nueva tentativa de la escultura cubista de Lipchitz:


“La clave teórica de su Arte es: que en lugar de traducir directamente la profundidad, nos da

el equivalente plástico, ordenando en un sentido siempre arquitectural los planos y volúmenes, con un

espíritu de equilibrio clásico yde euritmia intencional novísima” (126).

Picasso, Arlequín Lipchitz, El Guitarrista


(Reflector, Madrid, diciembre 1920)
792

Al lado, el nuevo clasicismo de Picasso representado por la imagen de un


e

arlequelín con un trazo muy ingresco, al que enfrentaba con un dibujo tardocubista: “Su

obra es múltiple, contradictoria y poliorámica: desde el Greco a Cézanne, de Gauguin a Toulouse-

Latrec ~sic~,de Matisse a Ingres... Su obra abarca grandes segmentos del Irte antiguo y del Arte
e
genuinamente contemporáneo” (127).

Asimismo, este primer número de Reflector se ocupaba en su sección de libros

escogidos de Dii cubisme el des moyens de le comprendre de Albert Gleizes. De nuevo


U

Guillermo de Torre se encarga de glosar el resumen de dicho libro: “Gleizes contempla ya la

perspectiva exacta del nuevo Arte, sus matices peculiares, sus espejismos fugaces y sus elementos u

genuinos y permanentes que abocan a unas metas definitivas. Los axiomas teóricos en que cristalizan
U
sus inquietudes, revelan el anhelo esencial de enlace auténticamente tradicional, y la preocupación

reconstructiva de los volúmenes compenetrados y simultáneos en el espacio, que posee a los pintores
u
cubistas. Ellos, en su reacción frente a los impresionistas, han relegado los problemas de la luz y del

colorido, abismándose en la estructuración de tos elementos modernos, y organizándolos en el cuadro u.

según una regla de creación supraobjetiva. De ahí que en Poussin, David e Ingres fijen los cubistas sus
a
anhelos de retorno hacia la pura tradición lineal y la síntesis primitivista” (128).

a
La consecuencia de estas crisis de valores de las vanguardias europeas de
u
primeros de siglo seguía llegando a Madrid, principalmente a través de dos teóricos
ultraistas, el pintor y escritor Majan Paszkiewicz y, como hemos visto antes, Guillermo e

de Torre. El primero, residente en Madrid desde la década de los años diez, intervino en
a
la Exposición de pintores polacos prologando, como ya se ha dicho, el catálogo e

integrándose poco después al ultraísmo. Participó en la velada ultra del 28 de enero de

1921, dando una conferencia sobre el arte viejo y nuevo, en la que asumia la pintura

u.
a

a
793

purista francesa: “La pintura de hoy, y hablo, claro es, de ‘extramuros de la Academia, se desarrolló

sobre la base teórica del purismo, pictóricamente plástico. Es un nuevo horizonte y un nuevo motivo

para querer el arte pictórico, este imperativo de una pi ntura pura” (129).

En 1921 marcha a París como corresponsal del movimiento. Antes de su partida

la revista Ultra le organiza un banquete en el restaurante Oro del Rihn (28 de abril) al

que asisten Rivas Panedas, Jahl, Lasso de la Vega, Humberto Rivas, Vázquez Díaz,

Barradas, Arizmendi, Puche, López-Parra, César A. Comet, etc... Desde París llegarán

sus opiniones sobre los nuevos rumbos de la pintura; su libro Promenades d’un ver

solitaire publicaba: ‘El cubismo reaccionó visiblemente y sin rodeos contra el impresionismo. Pero

ahora se está reaccionando contra el cubismo, fusilándose en el doble sentido de la palabra. El sentido

militar y el escolar” (130).

En enero de 1922 representa al ultraísmo en el Congreso Internacional de París

para señalar las direcciones y la defensa del arte moderno. A finales de año escribe en

Horizonte varios artículos en los que, de nuevo, aparece su visión sobre la pintura pura,

así como menciones al impresionismo y Cézanne (131).

Del segundo, Guillermo de Torre, hemos observado cómo su adhesión al

ultraísmo se declaró, incluso, con la realización de manifiestos como El Manifiesto

Vertical de 1920 y en escritos sobre las vanguardias, sobre todo sus constantes

referencias al dadaísmo, gracias a sus amigos Norah y Jorge Luis Borges, quienes habían

tenido contacto con algunos de ellos en su estancia de Ginebra. Ahora, en 1921 recogía

las crónicas de la famosa revista del retorno al orden L ‘Espr¡t Nouveau, donde aparecen

los estudios de Cézanne, Seurat, Picasso, Greco, Paul Dermée, Ozenfant, etc... (132).
794

Además, en su “Valoración estética de los elementos modernos”, publicada en 1922,


u.

volvía a evaluar las modificaciones plásticas de los cubistas y la vuelta a los


e’

procedimientos tradicionales que marcaban un giro de la vanguardia hacia un nuevo


clasicismo (133). Otro de los corresponsales literarios del ultraísmo fue el mencionado
u.
Tadeuzs Peiper. Durante su residencia en Madrid (1915-1920) se introdujo en los
u.
tabernáculos ultraistas colaborando en Ultra o Alfar, además de diarios como El Sol o
La Publicidad (134). Esta misma labor la realizaría, por ejemplo, Jorge Luis Borges

desde Buenos Aires.


a
Continuando cor. los orígenes de un nuevo retomo al orden a través de las

páginas ultraístas nos encontramos en 1921, con la revista de Juan Ramón Jiménez, —

Índice, abierta a aquellas corrientes del momento pero con una clara tendencia al nuevo
a
clasicismo: “revista literaria mensual, que aspira a congregar los valores más puros y prestigiosos de

las generaciones antecesoras, en la unión de las figuras. Tendencias juveniles serias y avanzadas de U

hoy” (135). Muy claras fueron las preliminares y, ya en el núm.2, Adolfo Salazar escribía
u.
desde París sobre el “retomo al orden” de Picasso y el peligro que acechaba a la pintura

moderna si caía de nuevo en una pintura de asunto pero los indicios de este giro

aparecen también en su núm. 4, en las palabras de José Bergamín (136), quien alude a la
u.

revista L ‘Espril Nauvean.


e
“En la actual exposición, Pablo Picasso presenta cuadros que partiendo de su primer estilo
característico’ (el objeto, muy acertado, fue el circo y sus personales) llegan hasta su actual retomo a
a
Ingres, retorno hinchado, erisipelatoso, tumefacto, como maltrecho después de su triple experiencia

cubista. La evolución de ese proceso tiene, a ¡ni juicio, una clara lógica... Un salto de tigre: el Ingres u.

hipertrofiado que ahora le brota a Picasso como una erupción, no sino el romper tumultoso de todas

esas privaciones anteriores. Cerrado el círculo del impresionismo, cancelado el cubismo cuya U

a
795

evolución le lleva a las normas fradicionales, se piensa que tras de la construcción, tras de los valores,

tras de las calidades viene el carácter, la busca del perfil y del sabor de época. ¿Estará la ‘anécdota’

detrás? Si se vuelve de nuevo al ‘objeto’, a que éste no sea indiferente, volverán a imperar los criterios

de selección, y de ahí al ‘asunto’ apenas hay un milímetro” (137).

El fenómeno del “retomo al orden” coincide, no por casualidad, con el

progresivo desprestigio del ultraísmo. Con motivo de la primera velada madrileña en la

Parisiana algunos detractores declaran la muerte del ultraísmo, aunque los ultraistas

celebraban la inauguración de uno de sus órganos publicitarios más importantes, la

revista Ultra:

‘Un ultraista dijo una vez en una revista del género ‘ultra’, hablando de un aeroplano, que

era un ‘ventilador nómadas, y otros poetas de esta ‘secta’ dijeron millares de veces cosas de ese

calibre. La gente ‘vulgar’, que no está iniciada en las exquisiteces de los ultraistas, ha reido locamente

ante las empleadas por estos poetas.

¡Y pensar que ya esta escuela es vulgar al lado del ‘dadaísmo’, última novedad literaria!

Cuando se enteraron los madrileños trasnochadores de que los ultraistas daban una velada en un

parque de recreo madrileño se regocijaron pensando en el rato de risa que les esperaba; pero ¡Oh,

decepción! los concurrentes no pudieron reírse. La mayor parte de lo que se recitó lo entendían. Los
versos de López Parra, por ejemplo, sólo tenían de ultraista el nombre, y así los de todos los recitantes.

Lo único que no entendió la gentefue una poesía de Lasso de la Vega, ¡pero es que la leyó en francés!

No existe el ultraísmo. Murió en la última y primera velada” (138).

El ultraísmo se habia convertido para muchos en “una joya de latón que tiene

engarzadas perlas auténticas, perlas falsas, garbanzos, alguna turquesa, pepitas de melón, adoquines

de todo” (139). Sin embargo, uno de los precedentes más significativos fue la aparición en

este año (1921) del libro de Cansinos Assens El movimiento VP. Allí, el autor realiza
796

una crítica al ultraísmo en forma humorística a la vez que se desligaba del movimiento.
e
El mismo se autocalificó como el “poeta de los mil años”, además de otorgar otros

nombres a los miembros más destacados como “Renato” a Huidobro, “el poeta rural” a u.

Xavier Bóveda, “Sofinka Modernuska” a Sonia Delaunay, “el poeta más joven” a
u.

Guillermo de Torre, etc... Este último censuraría la obra de Cansinos argumentando que
e

era “una malograda farsa novelesca de aíre satírico, contrastes humorísticos e intención
desconocida... Se halla escrito en el estilo de ‘pastiche ‘mixtificadory, precisamente, la simulación y la
a
apropiación de elementos ajenos que esto modo implica, es más bien una ofensa” (140).

A finales de 1921, Ultra publicaba algunos de los párrafos que Ortega y Gasset
u

había leído en la Cripta de Pombo sobre los orígenes de las primeras vanguardias y su

posterior desarrollo en el ultraísmo, al tiempo que surgía una generación basada en los

principios de una tradición renovada (141). El clasicismo comenzó a ser aquella palabra u.

que miraba al pasado desde una visión moderna pero que venia a sustituir a lo
u.
ultramoderno. Las crónicas sobre el “retomo al orden”se hacen cada vez más frecuentes

y el término aparece con asiduidad en las publicaciones, incluso en títulos de artículos u

como el de José Berganiin “Clasicismo” (142) que presenta la revista Clasicista


u.
constituida en Lyon por Jean Hytier, defensor del nuevo clasicismo. Se mencionaba,

además, a Juan Ramón Jiménez como el nuevo visionario de la lírica clásica española,

sobre todo a partir de su Segunda Antología poética (1917).


a

Siguiendo los hechos por orden cronológico, en 1920, Juan Ramón Jiménez
a

ofrecía su confianza al joven artista, Benjamín Palencia, un año después se la había dado
a Vázquez Díaz prologando y defendiendo su arte en su Exposición de la Biblioteca

u.

u.
797

Nacional. A Benjamín Palencia se le encargaba ilustrar un libro bajo el titulo Niños

(1923) para la Biblioteca de Índice, en el que se apreciaban claros rasgos de un nuevo

cJasicismo. También por estas mismas fechas Palencia participaría con otros dibujos en la

revista Horizonte. Uno de los acontecimientos más significativos que mostraba la muerte

del ultraísmo lo llevó a cabo el ex-ultraista Guillermo de Tone, cuando en su libro de

poemas Hélices (1923) publicaba la desaparición del movimiento coincidiendo, además,

con la llegada a Madrid de Eugenio D’Ors, el definidor y defensor del clasicismo

mediterráneo.

Al año siguiente, la revista de La Coruña, Alfar que habia adoptado su nombre

definitivo en octubre de 1923, junto a la aparición en Lugo de Ronsel (1924) comienzan

a desligarse del ultraísmo y coinciden con los enfrentamientos entre Guillermo de Torre y

Vicente Huidobro sobre la paternidad del creacionismo publicado en Création y, más

tarde, en Alfar. A pesar de que eran los revistas más tardías del movimiento, la segunda

según, las palabras de Victor O. de la Concha pretendía “aun cuando no lo diga inicia/mente

reimpulsar el movimiento de Restauración Cultural Gallega. Esta aparecía por entonces demasiado

cerrada sobre sí misma, en una tendencia centrípeta, arqueológica y folklórica” (143). Ronsel

apareció cuando el ultraísmo estaba dando sus últimos coletazos, al mismo tiempo que

surgía el “retorno al orden”. La revista más que adherirse en su pretensión de llevar a

cabo un eclecticismo que acogiese todas las tendencias, escogió el nuevo camino del

clasicismo que, por otro lado, se ligaba más a la cultura gallega. Por ello, no es de

extrañar que en el núm. 1 de la revista apareciera un dibujo vibracionista “El Tranvia”

publicado con anterioridad en Un enemíc del Po/ile <1919), al lado de un estudio


798

clasicista de Mateo Inurria que por cierto, también había sido ilustrado en la Renovación
u

madrileña (25-7-1918) o la crítica del libro Madrid callejero de Solana, definido como
u.
(144).
“el pintor, el escritor más veraz de España y quizás por eso su artista más representativo”
En el núm.2 se publicaba un dibujo de Barradas, El posadero del Olalla, fechado

en 1923 y perteneciente a su estancia en Luco de Jiloca. En aquel dibujo se aprecia el


e
paso al clasicismo del artista con claras alusiones al Picasso “ingresco”:

“Como Picasso ha retornado a Ingres, Barradas ha vuelto también, es decir a su pequeño

Luco deiiloca” (145).


u.
En los siguientes números aparecía El Café de Atocha de Alberto Sánchez, de

clara influencia barradiana; Pinol, de Castelao, Los niños, de Barradas; Rapacínha

galega, de Angelo Johan; Retrato de Pío Baroja, por Alvaro Cebreiro; Padre e hijo
u
paseando por las afueras, de Luis de la Casa; Juerga flamenca, un grabado de Norah

Borges, y Demudo, de Benjamín Palencia con claras alusiones a un arte más purificado u

y determinado que declaraba su adhesión a un nuevo orden (146).


a

El fin del ultraísmo arrastró, también, a su plástica. Barradas, como sabemos,


vuelve su mirada a un clasicismo monumental, JahI y Norah Borges siguen el mismo
e
camino. Otros como Luis Huici, Francisco Miguel, Fernández Mazas o Santacruz
u

desaparecen de la escena artística. Este nuevo “retorno al orden” buscará sus propios
modelos en la plástica española, así por ejemplo, Joaquín Sunyer, máximo representante u.

en su día del noucentisme catalán pasa a ser uno de los modelos preferidos para los
e
jóvenes artistas; también Daniel Vázquez Díaz y escultores como Mateo Hernández y

Victorio Macho, al tiempo que surgían los jóvenes seguidores de estas teorías Gabriel a

e
799

García Maroto, Gregorio Prieto, Ucelay, Benjamín Palencia, Dalí, Arteta, Ferrant, etc.

que eclosionarian en la Exposición de la Sociedad de Artistas Ibéricos (1925).

A continuación veamos por separado cada uno de aquellos miembros que

participaron directa o indirectamente en la plástica ultraista. Celso Lagar pertenece a ese

grupo de artistas que junto a Ruth de Velázquez y Santiago Vera se integraron en el

movimiento ultraista de una manera muy efimera. En el caso de Lagar estuvo, incluso,

presente antes de la aparición pública del manifiesto ultraista en enero de 1919. Cansinos

Assens le había mencionado pero haciendo referencia a su arte, el planismo. De tal

manera que esta relación entre Lagar y el ultraísmo pudo tan sólo ser un conocimiento

personal entre uno y el otro. Así podríamos hablar de una conexión entre “ultraísmo y

planismo” exclusivamente en la utilización del término como se adoptaron otros tantos

vocablos propios de la vanguardia. Precisamente en los preámbulos literarios sobre el

ultraísmo, Assens apelaba a todos aquellos grupos tanto líricos como pictóricos que

aspirasen a crear un arte nuevo. Admitía no sólo el futurismo, el cubismo, el

expresionismo o el simultaneísmo sino el planismo pictórico (147) que, por aquellas

fechas, en noviembre de 1918, como visto se encontraba expuesto en los salones del

Ateneo madrileño. Por ello, no es de extrañar que el poeta escogiera el planismo como

una tendencia más de vanguardia. En sus alusiones a estos ismos se podía apreciar la

visión de una “pintura moderna europea” en la que se cantaba a la modernidad mediante

símbolos reales como eran las fábricas, los aviones, los puertos, las ruedas, etc. que

debieron ser los principales elementos para esta incursión en la poética ultraista. Sin
800

embargo, el planismo no ejerció de una manera activa en el movimiento, sino a través de


e
alusiones que realizaron los poetas ultraistas. El joven Xavier Bóveda, como vimos en el

apartado sobre Celso Lagar, conoció personalmente al artista y le dedicó un articulo en t

el que se adhería a su planismo. Es, precisamente, el mismo joven quien, tomando las
u

referencias de su arte, le mencionará en sus primeros poemas ultra, en el titulado “Mi


u.

casa
“Si entra un burgués me dice:

‘Su casa, poeta, es pobre’

Perdone le respondo-
- U

se flor, mi casa es rica.


u.
Esa mesa, esa silla,

son, señor, por lo viejas,


u-
muy dignas del respeto

de las casas antiguas. e

Sí -dice-, pero, ahora

de otra forma se estilan...’ U

(Es verdad... Y otras almas


u
también se necesita.)

Cuando él se marcha u
yo todo sejustifica
-

viniendo de quien viene-,

de la necia visita
e
desagravio, contrito,

a la mesa y la silla u.

Lagar -el gran pIanista-

la elogió: ‘¡qué sencilla U

u.

u.
sol

y qué buena y qué noble

es tu casa!’ Se habita

ella sola; puesyo,

con la inesay la silla,

soy, en ella, otro mueble

del que ella necesita” (148).

En mayo de 1919, Cansinos publica un articulo bajo el nombre “La nueva lírica”

donde establece los primeros lazos del ultraísmo con el creacionismo francés de Vicente

Huidobro cuyas influencias provenian a su vez de los cenáculos parisinos anteriores al

estallido de la Gran Guerra, como Closerie de Lilas. En este cabaret, como ya se ha

dicho, se hallaba el estudio de Celso Lagar. Allí pudo ver, y quizás conocer a Paul Fort,

poeta del que, también, llegaron noticias suyas al ultraísmo (149), a Max Jacob, Picasso,

Apollinaire acompañado de Marie Laurencin y otros. Esta reseña es la que recuerda

Cansinos a la hora de mencionar su planismo con los origenes del creacionismo:

“Entre El espejo de agua y Horizon Carré, median seguramente los influjos de la iniciación

parisiense del poeta en exaltado y cosmopolita cenáculo de la Closerie des Lilas, donde se reunían

arti stas del verso y del pincel, cubistas, planistasy toda clase defauves” (150).

Otros poetas ultraistas recogieron el término “pIanista” para sus poemas. Quien

más utilizó dicho término fue Guillermo de Torre quien debió conocer aLagar en Madrid

o por lo menos su arte (151). En 1920, en la revista Cervantes escribia:

“Floración de pomas astrales

se iluminan sonoramente

losjardines pendientes del horizonte


802

rayado por asteroi dales trollevs


u.
svcheforma el circuito
de las trayectorias boreales.
e
1-lay una suversión pIanista

en las perpecti vas tornátiles.

Tras el arco iris inaugural

se irisa un sol de media noche u.


Y adviene una metarritmazación auroral
a
en la hélice consciente del avión cósmico... “(152).

u.

En 1921, en su poema 1422 -M, se puede leer, también, el mismo vocablo:


e
- red de miradas concéntricas

matrícula del automóvil rojo - a

en la interferencia de los colores

giranfalenas leticias del vértigo u.

verticilo de senos astrales


u.
para los sitibundos astrólogos

ante los tranvías embarazados

losfaroles saludan ébrios

oh las trayectorias perimundiales U

surgen maniquíes coritas


e
cruces de gestos en los auriculares polifónicos

la greguería jovializa el circuito u.

en la yuxtaposición pIanista

dinamismo curvilinial u.

se multiplican las diplopías


•1

y en el vórtice nouménico

e
803

de cerebrosy automóviles

una interrogación cynea” (153).

Poco después, en la misma revista escribía sobre el arte de Vázquez Diaz, cuyas

formas geométricas y la planitud de las mismas encajaban con el término pIanista que

también aparecería en relación con Sonia Delaunay en un poema que Guillermo de Torre

publicó en Hélices.
“Vázquez Díaz se nos aparece hoy situado en la confluencia de las corrientes post-

impresionistasy cubistas... Y este arte ha abocado así a un vértice lineal y planista... Porque el color es

un elemento sensual. Y renace sobre las plenitudes novimorfas con un ritmo primaveral, tras las frias

abstracciones cerebrales y pIanistas del salutífero invierno disciplinario..” (154).

“Ante el arte exultante de Sonia

todo gira, canta y gesticula

en la rueda helicoidaL

Fragancia fulgurante

Subversión pIanista

Profundidad espacial” (155).

Además, podemos descubrir el vocablo pIanista en otros poetas ultraistas como

en el asturiano Joaquín de la Escosura, quien pudo conocer a Lagar durante la estancia

éste en Oviedo (1918). Fundador de la revista Ultra de Oviedo y colaborador de otras

muchas como Grecia, Ultra (Madrid) y Cervantes, escribiría en ésta última: “Visión

multiédrica de los horizontes rasgados e insurrectos, en la yuxtaposición de las perspectivas pIanistas

paró xitas...” (156).


804

En términos formales, el planismo fue lagariano pero también constituyó para los
u.

ultraistas un vocablo o una manera de interpretación de la realidad en esencia espiritual.

Como ya se ha dicho, puede tratarse de la ecuación matemática: sentimiento = idea que

tomaron los poetas ultraístas, en su sentido más conceptual, en donde expresa una idea y
e

experimentar una impresión o un sentimiento capaz de lograr formas líricas que aspiran a
t

lo nuevo. Lo mismo sucederá con otros vocablos como vibración, proveniente en un


principio de los futuristas y adaptada, más tarde, por Barradas o con el simultaneísmo de e

los Delaunay.
e
Como sabemos, la presencia de Lagar en España duró hasta 1919, fecha en la que

partió por segunda vez a París. Allí, fue olvidando su escuela pianista y adaptándose al e

nuevo orden establecido por los puristas franceses. Desde allí, llegaron a Madrid algunas
a
referencias suyas, muy pronto. Cosmápolís, en su crónica sobre “Los cubistas y los

independientes” aludía al Salón de los Independientes de 1920, donde se encontraban —

Andre Lhote, Metzinger, Wlaniinck, Favory, etc. y a “KL Lagar, de línea sobria y
a
simplificada” (157). En 1926, sería la revista Alfar la encargada de recordar la vuelta al

orden de Celso Lagar (158).

A diferencia de Celso Lagar, otros artistas como Ruth de Velázquez y Santiago


•4

Vera sí realizaron una plástica pictórica dentro de la órbita ultraista, si bien de la cual
actualmente no se conserva nada. Poco o muy poco se sabe de estos dos artistas, aunque

gracias al único articulo que Guillermo de Torre dejó en la revista Ultra se pueden
e
dilucidar varias cuestiones. En primer lugar, ambos pintores materializaron sus obras

dentro de una poética propiamente ultraista, asilo declaraba Guillermo de Torre: “Más he O

u.

u.
805

aquí que hoy han surgido, en afin actitud ultráica. dos jóvenes pintores, la señorita Rutht¡ Velázquez y

Santiago Vera, suscitadores de nuestra dilección glosadora” (159). Y, en segundo lugar,

podemos hablar de la primera celebración de una Exposición privada de carácter ultraista

en su casa madrileña antes de su partida a París, con la asistencia de críticos e

intelectuales de la vida artística. Por lo tanto, nos encontramos ante el primer intento de

exposición con un matiz propiamente ultraista, exceptuando la citada nonata Exposición

de los primeros independientes (diciembre de 1920), cuya organización, como sabemos,

iba a correr a cargo de varios ultraistas y, posteriormente, la participación de Norah

Borges y Jahl en la Exposición Internacional de grabado en Amberes bajo el apelativo

Ultra. Tampoco debemos olvidar la tienda ultraista de Jahl y su esposa o las

intervenciones de otros artistas exponiendo sus obras en veladas ultra. Por ello, el debate

giraría ahora sobre la cuestión de si existió una plástica propiamente ultraista o, si, por el

contrario, las obras de Ruth Velázquez y Santiago de Vera que se exhibieron en Madrid

fueron la interpretación de lo que debía ser la plástica ultraista por Guillermo de Tone,

sabedor de los retornos que se llevaban a cabo en Europa. Él mismo nos habla de la

ecuación matématica que constituía su arte como el “conocimiento del Arte nuevo = en su

descomposiciónprismática, desde el impresionismoy post-impresionismo, hasta el cubismo, futurismo y

expresionismo = a través de la distancia y percepciones frangmentarias, es exterior, dérmico, intuitivo.

Y esencialmente atmosférico” (160).

Dos elementos fueron los que destacó en sus obras, el color y los elementos

plásticos, a través de los que se configuraba la obra artistica. Más interesante, si cabe, es

apreciar cómo se desliga de los prodedimientos de las primeras vanguardias como son las
806

formas geométricas o las amplias y planas superficies: “Bordeando los problemas geométricos,

mensurales y pIanistas de la forma. Y exaltando los expresivismos sintéticos del colorismo

noviestructuraL que fluidífica la vibración armónica de sus componentes. Propenden así a descubrir las

armonías unificadoras de una síntesis vísional y plástica, no por el truco kaleidoscópico pIanista, sino
Wz
merced a los acordes tonales del color” (161). Este nuevo colorido era para Guillermo de

Torre el de Vázquez Díaz, quien hacía dos meses escasos había presentado sus obras en

la Biblioteca Nacional. El mismo De Torre había glosado algún que otro artículo sobre
e
dicha Exposición dando especial énfasis al color, asunto del que ahora se hacía más

partícipe y escribía: “Colorismo noviestructural (vértice hacia donde convergen hoy las más nuevas e

intenciones pictóricas) no significa, como pudieran creer algunos de nuestros sorollistas o angladistas,
a
fácil luminismo invasor, ni tampoco adherencia superficial de vívido cromatismo externo. Mi concepto

del colorismo noviestructural se aplica a la técnica postimpresionista de aquellos pintores que esculpen u.
o modelan los relieves plásticos de la profundidad por medio del color -así la última manera de

Vázquez Diaz, que recientemente he dilucidado-. O señala el esfuerzo de ritmizar la superficie plástica u

del cuadro, fusionando los elementos tonales y las cualidades decorativas del color. Sustituyendo la
e
iluminación del cuadro por su luz interna, que deviene así una función orgánica del mismo, según

afirman coincidentes Waldemar George en Der Sturm y Albert Gleizes en su Dii cubisme et des
a
moyennes de le comprendre.

Santiago Vera y Ruth Velázquez aparecen unidos en esa dirección...” (162). e

u.

Vázquez Din representaba, en aquellos momentos, una de las vías más atractivas

para los jóvenes fistas Su pintura, de gran vocación tradicional, se depuraba con los u.

recursos de un tardocubismo que había adquirido en su estancia parisina. Se trataba de la


u.
representación de las formas de manera renovada que según las palabras de Moreno Villa

componia ‘el eslabón entre ese ‘ismo ‘y lo realmente nuevo” (163). u.

u
807

Otra de las menciones que nos ofrece Guillermo de Torre, como se vio

anteriormente, es el libro de Albert Gleizes Dii cutí sme et des moyennes de le

comprendre (1920>, en donde el pintor francés realiza una visión del cubismo desde 1908

a 1920 y revela una vuelta a lo tradicional a través de la reconstrucción de formas y la

wsión de artistas clásicos como Poussin, David o Ingres. Es evidente que la intención del

crítico the mostrar a estos dos pintores, Ruth Velázquez y Santiago Segura, como

seguidores de los caminos de un nuevo orden, que ya parecia empezar a tener efectos en

Vázquez Díaz, apoyado por Juan Ramón Jimenéz y, ahora, en ellos dos. Este seria uno

de los ejemplos donde la vanguardia y los inicios del “retomo al orden” cohabitaron

dentro del movimiento ultraista.

Algunas de las obras que en esa Exposición privada se pudieron ver fueron

Hermanos, Amanecer y algunos cuadros de flores de Ruth Velázquez, y de Santiago

Segura un friso mural, Alegría de la Primavera, Cristo - según la crónica, tejido por

policromos discos concéntricos -, Sensación del movimiento y Viaje marítimo.

De la trayectoria anterior y posterior de estos dos artistas se sabe muy poco.

Antes de esta exhibición privada fue el propio Guillermo de Torre, en su revisión sobre la

evolución del movimiento ultraista espailol hasta 1920, quien mencionó a Santiago Vera

como uno de los primeros representantes de la plástica ultraista:

“El Movimiento Ultraista Español sólo tiene, por el momento, una expresión literaria, y dentro

de ésta su más nutrido sector es el de la poesía lírica. Aisladas repercusiones como la admirabilísma
-

pintora y grabadora Norah Borges, la pianista Carmen P. Barradas y los pintores Vera y Barradas -

nos permiten augurar, empero, que pronto, al igual que elfuturismo, cubismo y expresionismo, nuestro

Arte (Jítraista podrá rotularse así ampliamente al tener una ramificación musical y pictórica, con su

Estética genuina y sus basamentos crítico-filosóficos” (164).


808

Sin embargo, un año antes encontramos a Santiago Vera en la revista Perseo

(mayo 1919) ocupándose de la orientación artística de la misma, en donde publica un

trabajo sobre el arte de Julio Antonio. Respecto a Ruth Velázquez, aparte del poema que

Guillermo de Torre le dedica en Hélices (1923), los demás datos que disponemos han
e
sido recogidos por Juan Manuel Bonet (165). Así, en 1935 la encontramos colaborando

en el Almanaque literario y en Noreste, al tiempo que publica un original libro de poesía,

Sol de la noche (166), cuyo prefacio está escrito por Ramón Gómez de la Serna.
e
e

Una de las grandes presencias dentro del ultraísmo fue la de los esposos

Delaunay. Las intervenciones más evidentes de éstos en el movimiento fueron, como ya

se ha dicho, su participación en el comité organizador del proyecto para la Exposición de


a
arte Independiente en España y la intervención pictórica en la velada ultraista de la

Parisiana, local decorado por ellos, e

Además de estas noticias periodísticas existe otro dato fundamental que


u
corrobora la existencia en España de esta Sociedad de Arte Independiente, un cuadro de

Robert Delaunay titulado Paisaje con rio (167), en el que se puede leer la siguiente u

dedicatoria: “A Vázquez Diaz, souvenir affectueux de ma petite escapade en Espagne et


e

des preniiers Indépendants á Madrid”, que atestigua que aquellas reuniones, en efecto, se
u.
celebraron. A pesar de estar fechado en 1916 (168) este nuevo dato nos permiten
adelantar su verdadera fecha a los meses finales de 1920 o primeros de 1921, cuadro que u.

podríamos considerar como una de las fórmulas admitidas por el ultraísmo.


a
Al mismo tiempo, las menciones de un nuevo orden comenzaban a estar presentes

en Vázquez Diaz, Ruth Velázquez o Santiago Segura. Estas consideraciones no serían

u.

u
809

más que la punta de un iceberg en el que coinciden, por un lado, un ambiente artistico en

el que se edita el nuevo libro de Juan de la Encina, Los maestros del arte moderno: de

Ingres a Toulouse-Lautrec; la llegada a España de los comentarios de la vida americana

sobre los pintores que exponen en la Sociedad Anónima de Nueva York Mr. Hartley,
-

José Stella, Man Ray, Patrick Bruce... (169); la crítica a Picasso sobre los ballets rusos

“Soirée en el teatro de los campos Elíseos” (170), que se estrenan de nuevo en París; la

Exposición d’Art Francés d’Avan~ada en Barcelona; la publicación por Salvat Papasseit

del “Primer Manifest Catalá Futuriste”; la comentada Exposición vibracionista de

Barradas en el Ateneo, tras abandonar Barcelona y realizar una en las Galerías Dalmau,

de forma paralela a sus primeras relaciones con Federico García Lorca, quien le va a

encargar los figurines para su obra teatral El maleficio de la mariposa; la aparición de la

revista ultraista Reflector; la Exposición de Vázquez Díaz en el Majestic Hall de Bilbao...

toda una serie de acontecimientos que se prolongarán, con el desarrollo del ultraísmo,

hasta bien entrado el año 1921, en el que se busca una plástica renovadora que englobe

todas las propuestas artísticas; recordemos que muchos de los ultraistas van a practicar

una doble propuesta artística basada en un arte propiamente ultraista y una nueva

modalidad centrada en el momo al orden, como el arte de Vázquez Díaz y Barradas, o

los escritos de Marjan Paszkiewicz, cambio de rumbo que finalmente se verán

concretados en la Sociedad de Artistas Ibéricos en 1925.

Retomando el ámbito ultraista debemos destacar el papel desarrollado por los

esposos Delaunay. Esta relación tiene sus inicios en 1918, con la llegada a Madrid del

poeta chileno Vicente Huidobro, quien acababa de publicar uno de sus libros, Tour
810

Eiffel, ilustrado por Robert Delaunay. Sin ir más lejos, ya en 1919 la revista ultraista

Cervantes, capitaneada por Cansinos Asséns, dedicaba a Robert una poesía ultra -

fechada curiosamente en el “día 47 del año 1917”- firmada por Guillermo de Torre: u

A Robert Delaunav, destacado en la afinidad superatriz.


u
Y he contemplado avidamente,

en un eufórico espasmo visuaL

un bello panorama omniédrico,

espejado en la concisa lámina de tu hélice.

,OH VELIVOLO A (JO URAL!


e
que al retorno de tu ‘raid’ ultra-telúrico,

aterrizaste trépido y aleteante, u

en mi enhiesto ‘hangar’ craneal

,SUGEREMI’E PERSPECTIVA FUTURISTA!

Purificados lineamientos periféricos, y


e
recónditos dintornos multitudinarios

del enhiacto poblado culminante...” (171). u.

En septiembre, en la misma revista, aparecía en la sección “La novísima poesía”

un poema de Vicente Huidobro dedicado a Robert Delaunay, Tour Eiffel, que Cansinos a

Asséns traducía. En 1920, Sonia Delaunay ilustraba el primer número de la revista


a

madrileña Perfiles. Se trataba de una pintura al pochoir, que presentaba una figura

femenina realizada mediante círculos concéntricos y varías líneas que formaban el u.

cuerpo, además, de una portada en la que aparecía el anuncio grático de la tienda de


u.
Sonia en Madrid.
u

u.

u.
Sil

Guillermo de Tone, amigo personal de la pareja, dedicó un extenso artículo en el

núm. 35 de la revista Alfar al arte decorativo de Sonia Delaunay, además de otras

numerosas alusiones en sus composiciones o ilustraciones de los propios Delaunay,

como en los poemas Tour Eiffel, Arco Iris, en su libro inédito Destrucción y

construcción. El arte de Delaunay, Danse de la couleur; en la revista Grecia, en su

sección “Album de retratos Madrid-París”; en Ultra traduce el poema ofrecido a Sonia

por Cendrars; en Cosmópolis, al igual que la anterior, el dedicado a Robert por

Guillaume Apollinaire. También otros destacados representantes del ultraísmo, como

Isaac del Vando Villar o Luis Mosquera, citaron o se inspiraron en ellos como en la

comedia de Rompecabezas (1921), en la revista Grecia, núm 48, en el poema La

sombrilla japonesa (1924), en el “Poema simultáneo” etc. (172). El padre de este

movimiento literario, Rafael Cansinos Asséns, como vimos anteriormente, los menciona

en su libro humorístico El movimiento VP. Ramón Gómez de la Serna los recuerda en

varias ocasiones, en 1923, en su “Abanico de palabras”; en 1924 en La Sagrada Cripta

de Pombo, y en 1931 en Ismos, bajo el título “Simultanismo”.

El término simultaneísmo fue adoptado por la poética ultra como también lo seria

el planismo o el vibracionismo. Se trataba de utilizar en los poemas vocablos con un

sentido de vanguardia que ya poseían. Posteriormente, Guillermo de Torre lo incluye ya

en su Manifiesto Vertical (1920), junto a otros poetas ultraistas que utilizarán con

asiduidad dicho término en sus composiciones poéticas. Finalmente, los Delaunay

vuelven a París en 1921, prosiguen los contactos que venían manteniendo desde España

con los artistas Philippe Soupault o Tristán Tzara o con los dadaístas, lo que supuso para

ellos el reencuentro con la vida anterior a la guerra.


812

Otro de las participantes en la plástica ultraista fue Vázquez Díaz, quien marzo de

1921 muestra individualmente, por segunda vez, sus trabajos en la sala del Palacio de
e
Bibliotecas y Museos. Esta exhibición, analizada en otro apartado, puso de manifiesto

una actuación real y plástica de lo que había comenzado a llamarse un “retorno al orden”

o nuevo clasicismo. Vázquez Díaz mostraba una pintura inteligible en la que también se
e
advertían elementos acrisolados pertenecientes a las primeras vanguardias como el

cubismo. Se trataba, como muchos defendieron, el propio Juan Ramón Jiménez, e

Margarita Nelken o García Maroto, de una vía por la que modernizar la pintura española
e
a través de una mirada hacia lo clásico. Margarita Nelken escribía al respecto, en una

revista ultraista: e

el nuevo Vázquez Diaz aparece, junto a las producciones de su primera época, más todavía
a
que de otra edad, de otro espíritu, de una época de espíritu distante de aquélla por una revolución

total, que no admite siquiera la idea evolutiva. El Vázquez Diaz de los toreros con tendencias más o

menos exóticas -mejor dicho- exotizadas murió. Y es otro el que ha vuelto a nacer con una sensibilidad

totalmente distinta, e

aspira a una sencillez cada vez más desnuda y más naturaL Tiende a establecer cada vez más
t
geométricamente susformas, y así las sutilezas de color asiéntanse siempre en un armazón sólidamente

arquitecturado. La forma, enérgica y estable; los tonos, fundidos en una emoción muy fina y trabajada u.

de gamas de espíritu de realización. Luces cristalizadas...” (173).


a

La muestra no tuvo gran éxito, sobre todo, en lo que se refiere a las negativas u.

criticas periodísticas, aunque si debe mencionarse el triunfo que protagonizó dentro del
u.
grupo ultraista, al que pertenecía. Así, las últimas notas sobre la Exposición madrileña en

el Palacio de Bibliotecas y Museos las puso, el 17 de mayo, el banquete en honor de a

a
813

Vázquez Diaz y Eva Aggerholm celebrado en el restaurante Excelsior y organizado por

la revista Ultra. El encargado de realizar el discurso fue Ramiro de Maeztu, quien

expuso la importancia que para el arte supone el intento de renovación - ya realizado en algunas

últimas obras - del arte de Vázquez Diaz, haciendo al propio tiempo un estudio del impresionismo y

postimpresionismo” (174). Al acto asistieron Díez Canedo, Alcántara, Maeztu, José

Francés y señora, Margarita Nelken, Delonay (sic) y señora, Pino, Bacarisse, Zaragoza,

Weintuysen (sic), Falla (G.), Arizmendi, Foms, Hermoso, Angel Ferrant, Juan Cristóbal,

Zamora, J. Enríquez, Prieto, Juan Héctor, Sitio, Bartolozzi, Rivas (J. y H.), Comets,

Ibarra, de Torres (sic), Ochoa, Parra y otros, además de las adhesiones de Mariano

Beniliure, Manuel Abril, la Asociación de Artistas Vascos, Juan Ramón Jiménez, Manuel

de Falla, Gómez Carrillo, Blasco Ibáñez, etc. (175). Se mostró la aceptación por parte

del ultraísmo de una plástica con claras referencias a un nuevo orden clásico y de nuevo

la cohabitación entre ambas propuestas.

Sin embargo, los precedentes de Vázquez Diaz en el grupo ultraista se remontan

a finales de 1920 cuando participó en la de sobra mencionada nonata Exposición de

artistas independientes o en la exposición de algunas de sus obras en la velada ultraista

de la Parisiana. Otra de sus actividades fue la de ilustrador en clave ultraista en diarios

madrileños como La Voz, El Liberal y El Sol. Estos dibujos tienen una doble lectura, por

un lado poseen una gran semejanza con los de Barradas o Norah Borges, constituidos

mediante líneas rectas, muy sobrias, a las que dota de un sombreado muy similar al de los

grabados de los pintores anteriores que dan una volumetría pIanista a sus formas. Esta

volumetría proviene, también, de sus contactos en París con el escultor Antoine

Bourdelle y su asimilación de formas cubistas, cezannistas o del artista español Juan Gris;

y por otro, adquieren todo el carácter clasicista de un retorno al orden, como sus
81,4

famosos retratos de Juan Ramón Jiménez, Rodin, Inurria, Falla, etc, todos ellos

presentados, como se vio, en 1918 en su muestra del Salón Lacoste.

u
Vázquez Diaz, Dibujos
(La Voz, Madrid, 17-12-1920) e

Fue también elogiado por Guillermo de Torre, quien estudia su obra en la revista e

Ultra (abril 1921); en este mismo número el pintor participa con una ilustración que
e
representa una volumétrica maternidad con claras alusiones a su nuevo lirismo clásico.

Otra de sus más conocidas intervenciones ultraistas fue en el libro Hélices donde retrató

a su autor, Guillermo de Torre, bajo las formas y los ritmos que otros pintores ultraistas
e
como Norah Borges y Barradas habían empleado en ocasiones. Sus intervenciones

posteriores como ilustrador en la lírica más clásica serían en La comedia de un tímido e

(1924) de Moreno Villa o Marinero en tierra (1925) de Alberti.


e

La incursión de Barradas dentro del ultraísmo, data oficialmente de mayo de E

1919 aunque, algunos meses antes, Cansinos Assens había nombrado ya alguna
a
derivación del vocablo vibracionista como vibración. Esta fecha marcaría la primera
a

relación que establece el artista con el ultraísmo aunque gráficamente tendría lugar un
año después, con la ilustración del aludido Manifiesto Vertical de Guillermo de Tone
u

u
815

(diciembre de 1920). Se trataba de la presentación de Barradas en la revista ultraista

Perseo por su amigo Guillermo de Torre coincidiendo con su exhibición vibracionista en

la librería Mateu, relación que tendría hasta los últimos momentos ultraistas una doble

postura: una, protagonizada dentro del movimiento que representa, en un principio, a

una tendencia artística renovadora, el vibracionismo, acorde con epígonos cubistas,

simultaneistas y futuristas, que se adecúa a las necesidades de las iniciales predicaciones

ultraistas. Y otra, independiente, propia del artista, que corresponde a su trayectoria

artística pero que se desenvuelve dentro de las revistas ultraistas pasando del inicial

vibracionismo, a la etapa clownista y finalizando en un claro “retomo al orden” que

corresponde a su estancia en Luco de Jiloca (1923).

Este proceso, que sucede en otros artistas como Vázquez Diaz o Norah Borges

es lo que, ingeniosamente, Eugenio Carmona ha llamado “un quid proquo” que en el

caso concreto de Barradas “es, en rigor, independiente del ultraísmo, pero es el ámbito ultraista el

que lo conflgura” (176).

Respecto a la primera parte de este proceso, Guillermo de Torre escribe: “Al

percibir el sutil hilo de conexión artística, que enlazan sus picturales creaciones con las últimas

tendencias europeístas, florece en nuestro espíritu una sonrisa dionysiaca de augural esperanzamiento.

Después de un abrumador desfile de presuntos cuadros museales yfrivolizantes dibujos decorativos, los

altos anhelos innovadores de Barradas y pintores afines que le precedieron en Madrid:- Lagar artistas

polacos, vascos, ‘íntegros’, etc. - se yerguen como antenas señeras. En sus lienzos aparece

diáfanamente una repercusión victoriosa, una secuencia epigónica de los propulsores port-

impresionistas (sic) de Lutecia...” (177).


816

Al mes siguiente, Guillermo de Torre publicaba en Grecia un poema donde se

introducía abiertamente el vibracionismo barradiano en el ultraísmo con el titulo “Ultra-

vibracionismo”. Este mismo poema iba, curiosamente, dedicado al poeta sevillano

Miguel Romero Martinez, quien hacía poco meses había traducido la “Canción del
a
automóvil” de Marinetti y había publicado sus llamados “psicodramas líricos”; en uno de

ellos, titulado Scherzo ultraista, se podía leer: U

Con vosotros losfuertes!


e
Quiero con rosotros los Fuertes

que formáis la vanguardia del Arte w

oxigenar y desanquilosar el Parnasso,

combatir la endemia de Doña Academia,

emplear galicismosy neologismos...


u
aventar las cenizas novecentistas,

cantar el automóvil con A>fen netti (178). —

u.

El mensaje del poeta sevillano fue muy claro para Guillermo de Torre, quien se

lanzaba con su poema “Ultra-vibracionismo” a introducir un nuevo nombre en la u.

vanguardia artística ultraista. A partir de entonces, la derivación del término


a
vibracionismo, en vibración, vibrar, vibracionista, etc, estará presente en muchos de los

poemas ultraistas, aunque también hay que tener en cuenta que sus origenes se a

encuentran en el futurismo, uno de los movimientos que había tomado como espoleta el
a

ultraísmo. Otra de las alusiones a dicho vocablo fue en el mencionado Manifiesto


u.

Vertical, en el que Guillermo de Torre habla del “Vibracionismo cinemático”, tema que
u.

u
817

aparece de nuevo en su libro Hélices (1923) en cuyo epígrafe se anunciaba la

publicación de otro, el nonato Pum Vibracionista.

En 1920, la vida artística de Barradas apunta en dos direcciones; la primera como

ilustrador y decorador de las obras de Martínez Sierra y la editorial Estrella, y la

segunda, actuando para los ultraistas. Pero, entre ambas, se halla otro camino muy

personal que tiene una de sus actuaciones en la exposición del Ateneo de Madrid (marzo

1920) y, dos meses después, en las Galerías Dalmau de Barcelona. Durante la época que

duró el ultraismo la trayectoria artística de Barradas cambió de una manera continuada y

diferente. El periodo que cubre 1918-1920 se orienta hacia el vibracionismo y la llamada

época cubista (1920). Por esta relación Guillermo de Torre, ya en 1920, le consideraba

como uno de los representantes del ultraísmo artístico español, junto a Norah Borges y

Santiago Vera (179).

El mismo Guillermo de Torre, en octubre de 1920, y al hilo de su “Galeria crítica

de poetas del Ultra” se refería a las perspectivas vibracionistas como el aspecto más

moderno de las grandes ciudades que se podían admirar en las composiciones

barradianas:

“¡Rotundo despertar vibracionista de las trepidantes perspectivas urbanas, orquestadas al

ritmo motoristico! Porque así como existe milenaríamente el paisaje clásico de la Naturaleza

prepotente -escenario de vida en una época más arcillosa- ha surgido ahora, más imperativamente, el

paisaje de ciudad, el panorama de las urbes multitudinarias, y de las grandes vias hechicas, cauces por

donde fluye, goza y sufre una humanidad enfebreci day vertiginosa” (180).

Sin embargo, ambas lineas de investigación, a pesar de ser distintas, confluyen en

1920, perviviendo la primera y surgiendo la segunda, en donde podríamos encontrar los


818

origenes de su propio clasicismo que eclosionarán en 1923 con los nombrados retratos

de Luco de Jiloca. La primera, el vibracionismo, se manifiesta en la revista ultraista

Reflector (diciembre de 1920), con dos dibujos que ilustran los Hai-Kais de Adolfo

Salazar. Barradas presenta sus formas geométricas, líneas rectas y curvas, y pequeños
a

sombreados que dan la impresión de un movimiento rítmico. La segunda, el inicio o el


e
giro hacia formas más clásicas, si entendemos por clasicismo formas monumentales,
estáticas o amplias volumetrías que aparecen siempre en un primer plano, implícitas a —

veces en obras anteriores como Pilar (1919, Colección Riera) o La costurera (1919,

Colección Lorieto). Algunas de estas muestras, también, se localizan en Reflector, donde

en una de sus ilustraciones se advierte la figura volumétrica de Pilar. Más interesante, si

cabe, son los dibujos del libro Máximo Gorki en elfondo de Piechkov Alexiei, traducido
e
por el ruso G. Portnof para la editorial Estrella (1920).

Barradas, Dibujo
Máximo Gorki en elfondo
u

e
819

Allí, Barradas nos muestra unas figuras rotundas, de amplias volumetrías, casi estáticas

que rompen con el espacio que las rodea, además de revelamos una de las primeras

muestras ilustradas de la recepción de la llamada literatura post-revolucionaria, tema del

que se hizo eco la prensa española, sobre todo en el semanario España, que nos muestra

un panorama abierto hacia aquellas tendencias políticas del momento que llegaron a

influir en el arte español. Este sentido político que denotará el arte se había relacionado

desde los inicios de las primeras vanguardias en Europa, denominándolas en el caso

español, como se vio, de bolcheviques, revolucionarias o espartanas llegando hasta el

ultraísmo pero pasando por los famosos altercados entre germanófilos y aliadófilos. El

ultraísmo, incluso, nació con un espíritu de revolución que sería matizado por sus poetas,

como el citado canto a la Revolución Rusa de Xavier Bóveda. Pero no sólo los ultraistas

fUeron revolucionarios: los Delaunay cantaron de alegría en su estancia barcelonesa con

el estallido de la Revolución Rusa; antes un grupo de españoles ahderidos a la causa

aliadófila había realizado un acto en pro de los aliados, representado en la comentada

Exposición de Legionarios españoles celebrada en Madrid y Barcelona, además de las

muestras francesas en Barcelona, Madrid, Bilbao y Zaragoza.

Volviendo de nuevo a Barradas, cuando en febrero de 1921 vuelva a exponer en

el Ateneo de Madrid sus estudios y cuadros sobre Catalina Bárcena, Barradas ya ha

comenzado su citado clowismo. En los dibujos sobre la popular actriz se advertía una

smtesis de líneas esquemáticas que parecían adivinar el fUturo estilo que escondía bajo

sus trazos. Al respecto, el crítico Correa Calderón parecía intuir la nueva poética

barradiana: “sus dibujos, sus pinturas de Catalina &Ircena, la maravillosa unas veces de espalda,
-

otras de perfiL otras defrente - nos sugieren tantas cosas líricas” (181).
820

Barradas, Dibujo
e
(Hoy, Madrid, 25-2-1921)

Se trata, sin duda, de una fase de experimentación en la que aún continúa

existiendo el vibracionismo, no hay más que ojear la revista Ultra, pero que, poco a

poco, abandona por un arte más infantil e ingenuo como estos dibujos de Catalina u.

Bárcena donde la linealidad y el esquematismo son constantes vitales en sus dibujos.


e
También en las ilustraciones que aparecen en el diario madrileño Hoy sobre Luis Bagaría

y Ramón Gómez de la Serna nos habla de un clowismo presente aunque éste no se hicera

oficial, como vimos, hasta el 30 de abril de 1921, cuando en el Ateneo madrileño


u.
presentó su charla sobre “El ami-yo. Estudio teórico del clowisrnos dibujos en la -

u.

u.
821

pizarra”, producción barradiana que, más tarde, influiría sobre sus amigos de la

Residencia de Estudiantes Lorca y Dalí.

“Barradas el culto, moderno e interesante Barradas, siempre en las avanzadas del arte,

pretende ahora sorprendemos con una nueva modalidad de su espíritu inquieto.

Barradas, el gran dibujante de flexibles, de fáciles trazos y de segura retentiva, ha buscado

esta vez campo a su inspiración en el rostro soberamente ingenuo y en el cuerpo divinamente grácil de

la ilustre Catalina Bárcena” <182).

La interpretación de esta conferencia, hasta ahora, ha sido la demostración

evidente del inicio del clownismo, no sólo por la falta de dicho escrito, que parece que se

perfiló al hilo de la velada ultraista, sino manifiesta en la segunda parte del título de la

conferencia; sin embargo, dicha disertación significó, además, la ruptura con el

manifiesto ultraista “Estética del Yoismo ultraista” de Guillermo de Torre, leída el 28 de

enero de 1921, en la velada del Parisiana:

“Yo mismo,
Tú mismo,
El mismo.
Asi, temperamentalmente unipersonales, conjuguemos
la oración del Yoismo ultraista.
Unicos.
Exirarra diales.
Inconfundibles.
Yfe¡vorosamente atrincherados en nuestra categoria
yoísta, rigurosamente impar
¿ Vanidad? ¿Metzschismo?
No.
¿Egolatría? ¿Antropocentrismo?
Acaso.
Y la conciencia persuasiva de un orgullo que ilumina y
fecunda la trayectoria juvenil del yoismo constructor.
Yo soy:
El óvulo de mi mismo.
El circuito de mi mismo.
Y el vértice de mi mismo.
Yen el umbral de lagesta constructiva que inicia el Ulraísmo potenciaL Yo afirmo (183).
822

El yoísmo que Guillermo de Torre introducía de manera oficial en el ultraísmo era


e
una nueva alusión a su manifiesto Vertical de 1920 y la aceptación de un sólo núcleo,

basado en el yo central, que manifestaban como ya dijimos los dadaístas, defendiendo su e

individualismo frente a lo colectivo. Ante esta postura, tres meses después, Barradas
a

declaraba lo contrario: su “antiyo”, el no yo, frente al individuo lo colectivo, actitud


a
moderna que surgió frente al romanticismo. El asociacionismo tenía sus precedentes más
inmediatos en Barcelona y Bilbao; en Madrid, el fracaso del 1 Salón de Otoño había

desencadenado el intento de un primer Salón de Independientes en España (diciembre de


e
1920) orientado hacia una colectividad de artistas, en el que Barradas era uno de sus

promotores. La frustración de Barradas continuó en 1922, cuando en diciembre, u.

Barradas, Maroto, Winthuysen y Cristóbal Ruiz realizan una exposición colectiva (184).
a
Tres años después, en mayo de 1925, Barradas seria uno de los promotores de la

Sociedad de los Artistas Ibéricos, viendo realizado su proyecto de colectividad frente al u.’

individualismo con el que el arte español no había logrado grandes cambios.

Las principales intervenciones de Barradas en el ultraísmo, durante el periodo


u
1921-1922, se pueden ver en las revistas Ultra, Tableros y Horizonte y en ilustraciones

para libros de poetas ultraistad como Rompecabezas (1921) de Luis Mosquera e Isaac u

del Vando Villar; Orto (1922) y Bazar (1922) de Francisco Luis Bernández; Hélices
u.
(1923) de Guillermo de Torre o La sombrillajaponesa (1924) de Isaac del Vando Villar.

Allí dejó más de cuarenta ilustraciones dibujos, grabados y xilografias de un registro u

marcadamente vibracionísta, que tenían estilemas de un cubismo de formas sólidas y

rígidas que en vez de mostrarse estáticas ofrecer ofrecían la movilidad de su

vibracionismo. La gran mayoría se ajusta a la lírica ultraista, metáforas que nos hablan de u

u.

u
823

la modernidad de la ciudad con sus postes eléctricos, el griterío, el radio, los motores...

Así podríamos comparar la portadas núm. 8 de Ultra con el siguiente texto de Guillermo

de Torre:

“Y coronado este mosaico sugerente del puzzle vibracionista, en el vórtice de la ciudad, el

instante apoteósico de los carteles: letras gesticulantes. M’uecas eléctricas. Figuras automáticas, y

graduales proyecciones de luminosas, en lo alto de los mástiles anunciadores, y en las atalayas

radiosas, que culminan nostálgicos rascacielos embrionarios” (185).

La labor gráfica de Barradas se debatió, como su pintura en varios frentes

plásticos, por un lado, su vibracionismo y, por otro, sus relevantes dibujos como

ilustrador infantil a través de la editorial Estrella, semejantes a veces con sus dibujos

ultraistas como “Jineta” en Tableros (15-1-1922) que le llevarán a una descomposición

de la forma, en la que aparecía su etapa cubista, clownista, la faquirista y una vuelta al

orden, como veremos a continuación. Y como retratista de personajes de la época como

Guillermo de Torre, Manuel Abril, Gómez de la Serna, Bagaría, etc.

Pero también se dejó influir por otros artistas ultraistas como Norah Borges,

quien había importado desde Suiza el arte del grabado centroeuropeo de connotaciones

expresionistas, o el artista polaco Wladyslaw Jahl aunque a su vez, el propio Barradas

influiría en los jóvenes Bores, SantaCruz, Francisco de Miguel, Huici, Núñez Carnicer,

Fernández Mazas, etc.

En 1922 las experimentaciones de Barradas se desplazan de una manera

vertiginosa hacia una nueva representación del objeto. Guillermo de Torre advierte este

cambio a la hora de hablar de la xilografia ultraista referiéndose, también, al giro plástico

de Jahl y Norah Borges:


q.
824

“Mejor aún: como un profesor hipnotizador entre sus sujetos experimentales. Pues Barradas,

como se ha dicho de Picasso, es un encantador de objetos. Los pesa, los mide, busca su cuadratura

geométrica, su estructura íntima, su raíz sentimental, su disecación linearia, su metáfora en colores.


e
Ahora retorna de sus rompimientos, de sus destrucciones, hallándose en vías a una vertebración más

sólida de su pintura. Como grabador consigue fulgurantes contrastes en blanco y negro. Muy

certeramente preocupado por dotar de una arquitectura sólida a sus grabadores, forja asunciones

pIanistas. Barradas descompone el amarillo de su rostro a través del prisma de los doce meses del año. U

y de su boca mana un verbo inquieto y desfogado que inicia una teoría distinta cada día: tras el
e
vibracionismo el antí-yoísmo, y ahora ahora, aún el verticalísmo: el Greco a través de un Ozenfant,
- -

etc. Jeanneret puristas. Su velocidad de mutaciones no nos da tiempo a recoger elfin de sus ‘ismos
e
(186).
a
El registro clasicista se advenía de manera evidente en la citada Exposición del
Ateneo madrileño (diciembre 1922), además, es en esta época cuando conoce en el Café a

de Atocha a Alberto Sánchez, panadero toledano, que descubrirá en él, ese verdadero
u.
sentimiento de la realidad que le rodea. De la formación de este binomio artístico saldrán

los dibujos que aparecen en Alfar entre 1923 y 1924. u

Atravesando el umbral de 1922, Barradas se encuentra practicando los primeros


u
ejemplos de los que, posteriormente, serán los realismos de nuevo cuño en España. Los

dibujos realizados durante 1923 en Luco de Jiloca atestiguan el cambio. Las figuras y los

objetos barradianos se convierten en grandes píanos geometrizados donde el color es


u.
igual de plano que los elementos compositivos, relacionados con el purismo de Ozenfant
u
y Le Corbussier.
“Como Picasso - anunciaba la revista Ronsel- ha retomado a Ingres, Barradas ha vuelto
u.
también a la verdad, es decir a su pequeño Luco de Jiloca.

Ha sido el amor, la mano de una mujer sencilla quien le ha llevado por este camino sincero, u

e
825

Barradas ha sido el más audaz adalid del arte novísimo, ha derrochado hiperbólica

imaginación, talento, ingenio.

El daba siempre el grito original.

Pero había soterrado en su arte, una ternura, un color, una probidad en el dibujo insinuado y

sugerente. Estos valores de eternidad, se han exaltado ahora en su obra de exégesis al delicioso burgo

de Aragón, juntos con el esguince y la inquietud de nuestro tiempo y del poivenir” <187).

Barradas, El Posadero de Olalla


(Ronsel, Lugo, 2-7-1924)

Barradas había abandonado la estética y los cenáculos ultraistas para cambiarlos

por los escenarios del Café de Atocha y las tertulias con los “alfareros”, convertido en

promotor de la nueva estética española, que tendría su ft¡turo despegue en la de sobra

mencionada Exposición de la Sociedad de Artistas Ibéricos (mayo 1925).

La faceta ilustradora de Norah Borges coma uno de los máximos exponentes

plásticos del momiviento ultraista data desde finales de 1919, cuando su Ñniilia se

traslada a Sevilla y, poco después, cuando fije su residencia en la capital madrileña. Sin

embargo mucha antes, sus estancias en Ginebra y Lugano le habían permitido junto a su

hermano, el poeta Jorge Luis Borges, conocer la obra tanto plástica como literaria de los
u,
826

expresionistas. El aprendizaje del grabado sobre madera, la pintura y la litografia (188)

frieron los procedimientos artísticos más habituales en ella.

Como integrante ultraista cabe destacar no sólo la importación de la xilografia, U

que desde fines del s. XIX y comienzos del s. XX denota un fUerte renacimiento por los
e

expresionistas alemanes o el grupo belga Les Cinq sino, además, por la introducción de
U.

temas expresionistas que había conocido “in situ”. En noviembre de 1920 Guillermo de
Torre, al hacer balance del movimiento, mencionaba a Norah Borges, junto a Santiago

Vera y Barradas, como representantes artísticos del ultraísmo (189). No obstante, sus
a
incursiones gráficas habían comenzado, un año antes, en la sevillana revista Grecia (29-

2-1920) en donde Isaac del Vando-Villar le dedica un artículo y ella participa con dos u

ilustraciones, El Pomar y El Angel del Violoncello, y varias viñetas.


a
Poco después, cuando la revista traslada su redacción a Madrid coincidiendo

también con la estancia de los Borges en la capital, desde abril de 1920 hasta finales de a

marzo de 1921 (190), Norah continúa trabajando para la misma revista. Alli ilustraría, el
a

1 de junio de 1920, La mujer con la mantilla; el 1 de septiembre, Rusia, xilografia sobre


a
la revolución de octubre que adapta a una poesía con el mismo tema de su hermano
Jorge Luis Borges. Se trata de un tema muy comun, en el que algunos de los artistas se

declaran bolcheviques y partidarios del idealismo revolucionario ruso. A este respecto


a
hemos visto las participaciones de Xavier Bóveda y Barradas entre otros. En los

números 47, 49 y en el número extraordinario de la revista firmaría las ilustraciones m

Paisaje de Mallorca, Terrazas, y Maternidad (191).


u
Las siguientes actuaciones en ese año de 1920, se realizan en el único número de

Reflector (diciembre de 1920) en el que aparecen dos ilustraciones, una de ellas, Joven

a
82’?

tocando la manaWina, al mismo tiempo que participa junto a Barradas, en el nombrado

Manifiesto Vertical de Guillermo de Tone. En 1921 colabora en las revistas Ultra,

Baleares y las tardías Horizonte, Ronsel y Tableros y en publicaciones extranjeras como

Eormisci y Manométre.

Norah Borges, Carrousel


(Ultra, Madrid, 1-12-1921)

En la primavera de 1921 (192), marcha con su familia a Buenos Aires aunque

desde allí continúa sus contactos con el ultraísmo, así como sus intervenciones gráficas.

En 1922 como ya se ha dicho Guillermo de Torre en Connápolis dedica un articulo a los

tres grabadores ultraistas, Barradas, Jalh y Norah Borges. Allí expone los orígenes de la

trayectoria artística de la pintora y los estilos en que se engloban su obra desde el


828

u,

expresionismo y el cubismo hasta las semejanzas entre Marie Laurencin e Irene Lagut

(193). Es, precisamente, a través de este pequeño párrafo dedicado a Norah desde el que
U.

se aprecian las direcciones de su arte. La importancia de la artista dentro del movimiento


ultraista radica en la introducción de la técnica del grabado en madera desde una óptica
e
plástica expresionista que influirá en artistas españoles como Francisco Bores y, en
e

ocasiones, en el uruguayo Rafael Barradas. Este expresionismo alemán procede,


principalmente, de la obra de Ferdinand Hodíer, cuya obra artística pudo ver en Ginebra; —

de las páginas de revistas como Der Sturm o de la edición Die Aktion-Lyrik (1914-1916)
U
publicada en Berlín en 1916; Die Weissen Blatter (Páginas Blancas) de 1915 o bien de

artistas residentes en Suiza como Albert Múller, Herman Sherer y Paul Canenish. a

También, manejaba el cubismo que había podido conocer en sus viajes en el exterior o
a
dentro del entorno ultraista, quien desde fechas muy tempranas (1918) aceptó como

movimiento sugeridor de propuestas ultraistas, la poesía cubista, los callígranunes de U

Apollinaire o el creacionismo de Huidobro. Asimismo, es destacable en este sentido la


a
labor de Cansinos Assens como la de Guillermo de Torre por traducir poemas o dar
u.
noticias sobre dicho movimiento, por ejemplo, recordemos que éste último dedicaba un
extenso artículo en Reflector sobre el libro de Albert Gleizes o por el recibimiento de
u.
revistas como L ‘Esprit Nouveau dirigida por Ozenfant y Edouart Jeanneret (Le
a
Corbusier). Pero, sobre todo, lite el acercamiento a artistas españoles o extranjeros
residentes en Madrid, quienes habían tenido un peculiar contacto con el cubismo como u.

Ramón Gómez de la Serna, los esposos Delaunay, Vázquez Díaz o Barradas. El primero,
u
por su Exposición de pintores íntegros (marzo de 1915); los segundos, porque habían

mantenido contacto en París desde sus origenes con el cubismo, además de haber

u.
829

expuesto vanas veces en España; la revista Grecia (núm.48, 1 de septiembre de 1920)

había publicado una obra de Robert Delaunay de la serie Las ventanas de 1912, junto a

unos versos de Apollinaire; Vázquez Diaz traía de Paris unas formas muy geometrizadas,

había realizado desde 1918 varias exposiciones en España y, por último, Barradas, quien

en constante cambio, desde su vibracionismo pasando a la llamada fase cubista, después

a la pianista o la faquirista podía haber tomado contacto con el arte de Norah Borges. De

hecho, es muy interesante observar cómo en las reproducciones de la artista se advierten

estas connotaciones cubistas. En ilustraciones como Circo (núm. 1, Ultra 1921) o El San

Sebastián (núm. 2, Ultra 1921), en las que Patricia María Artundo (194) destaca la

influencia cubista a través de varios puntos de vista o superposición de planos, nosotros

intuimos además, un aspecto barradiano, no sólo en el uso de letreros que nos indica el

tema del circo, sino, también, en la división de la composición mediante líneas rectas,

quebradas, zigzags o formas circulares que dan un sentido vibracionista a la

composición.

Otra de las cuestiones que se observan en el artículo de Guillermo de Torre son

sus referencias al arte de Marie Laurecin o Irene Lagut que nos sitúan en la vuelta al

orden de Norah Borges. Es imprescindible volver a destacar que durante ese período

inicial en donde se atisban en Madrid las primeras referencias al nuevo orden, a una

nueva visión e interpretación de los objetos, Norah Borges está en contacto con

Guillermo de Torre, quien más tarde pasaría a ser su marido. Como vimos, tite uno de

los corresponsales que directa o indirectamente se percató de este cambio y, por ello, es

licito pensar que Norah conocía bien este nuevo giro, que habria de influir en su arte,

envuelto cada vez más en un lirismo que le lleva a crear caras angelicales próximas a
830

Marie Laurencín e Irene Lagut, siendo otro de los ejemplos que se observan dentro del

ultraísmo que sirven como puente para acceder a la nueva poética clásica.

Otro de los grandes grabadores ultraistas fUe Wladyslaw Jahl, cuyos orígenes
U

artísticos en Madrid se remontan a 1918, cuando participa en la Exposición de pintores


u

polacos celebrada en el patio del Ministerio de Estado, momento en el que se anticipaban


las crónicas literarias de Cansinos Assens sobre el ultraísmo. La actividad u¡traísta de U

Jahl comenzaría poco después, ilustrando no sólo las revistas del movimiento, de las que
U
hablaremos más adelante, sino como ya se vio realizando decorados como los de la

velada ultra en la Parisiana (28-1-192 1), carteles propagandísticos para la del Ateneo

(3 1-5-1921), o bien abriendo junto a su esposa una tienda donde se vendían artículos
U

ultraistas. Este tipo de talleres que tenia su precedente vanguardístico en las tiendas de

Sonia Delaunay en Bilbao y Madrid, es mencionado por González de Ruano en sus u’

memorias cuando alude a la fabricación de “lámparas y pantallas cubistas” por Jahl y su


U’

esposa.

Como escritor, publicó textos teóricos sobre el arte actual como el editado en

Ultra (octubre de 1921) titulado “La probidad en el Arte”, en donde realiza una pequeña u.

síntesis sobre el arte moderno dirigido hacia la pintura metafisica italiana, el purismo
u
francés y e] radicalismo alemán de los que los ultraistas eran conscientes. Su plástica en

las revistas ultraístas nos aproxima de nuevo a sus antecedentes como pintor en 1918.

Como pudimos observar en el apartado VIII.3 las referencias a su arte hablan de una
u.
¡niluencia de Cézanne y Matisse, en las que se advertían diseños infantiles, numerosas

sintetizaciones, esquematismo y un gran enaltecimiento de una linealidad curva en sus u

u.
831

obras, que José Francés llegó a comparar con los dibujos de LaForgue “Una línea puede

expresar un objeto sin tener semejanza gráfica con él. Lasformas deben moverse en el espacio como el

pensamiento No tienen necesidad de ningún contacto. No tiene anverso ni reverso como el infinito.

Para expresar la sustancia de un cuerpo se le puede desplazar, aislar, suprimir soldar o añadir una o

muchas partes” (195).

Estas caracteristicas son, concretamente, las que van a perdurar, pero también se

van a mezclar con otras, como veremos. En 1922 Guillermo de Torre situaba al artista

dentro del simultaneísmo y del formismo polaco, movimiento constituido durante los

años veinte, cuya concepción artística estaba basada en el rechazo a la perspectiva

tradicional y la acentuación de los problemas de la forma, la superficie, el volumen y los

espacios con colores.

‘Jabí es’ un cotorista auténtico, un fonnista’ polaco, con asimilaciones del ‘simultaneísmo’

francés. En la reducción bicromálica que impone la xilografla, Jabí realiza bellos grabados donde

prevalece el ritmo de los volúmenes. Seducidos por las estructuras matíssianas domina la línea sintética

y el trazo envolvente que agavilla las espigas lineales. Sus desnudos tienen una severa altitud y el ritmo

esbelto de una columna propileo o de una antena telegráfica como prefiráis, según vuestras

predilecciones simbólicas (196).

Sus primeras representaciones las encontramos, igual que Norah Borges, en el

núm. 1 de la revista Ultra (27-1-1921). Se trata de un grabado de madera fechado en

1917, por lo tanto, anterior a su integración al movimiento ultraista y de la llegada de los

Borges a España, posiblemente presentado en la Exposición de artistas polacos en el

Ministerio de Estado y punto de partida para analizar su evolución posterior. Linealidad,


832

sinuosidad y simplificación derivadas de escenas de bañistas cezannianas o de lineas

matissianas se muestran en la composición, registros que estarán presentes en otros

dibujos datados en 1921 como en los números de Ultra 12,13,10,16,18 y 20.

U.

W JaN, Grabado (1917)


e
(Ultra, Madrid,1-l-1921)

e
Sin embargo, nos encontramos con una disyuntiva planteada a partir de dos de

los grabadores más importantes del ultraísmo, Norah Borges, que llega a España a finales u

de 1919, y Wladyslaw Jahl, a quien tras su estancia en París (1912-1914) encontramos en


u

Madrid. Se abren, por tanto, dos vías para la introducción del grabado en Madrid, la
e
parisina y la expresionista- alemana pero, también, dos tendencias diferentes que influirán

en los artistas del momento. En el caso de JaN es evidente su ascendencia sobre U

ilustraciones de Huid (febrero 1923 en Alfar); en las de Cándido Fernández Mazas en


U’
Luna, el alma y la amada “Intermez.zo Lirico” de Xavier Bóveda (1922), en

Kindergarlen Poemasingenuos de Francisco Luis Bernárdez (1923)0 en las de Oliverio u.’

u.
833

Girondo en Veinte poemas para ser leidos en el tranvía (1922). Respecto a Norah

Borges destacan sus tendencias en Francisco Bores, Manuel Méndez, Santa Cruz,

Pancho Cossio y, en ocasiones, en Fernández Mazas, como en el diario La Zarpa 1925 y

1926.

W. Jahl,Alameda(1916)
(Ultra, Madrid, 30-6-1921)

Aparte de Ultra, otras publicaciones donde aparecen las ilustraciones de Jalil

fUeron en Horizonte, de la que ocupó el puesto de director artístico; en las revistas del

poeta Juan Ramón Jiménez, Índice y en Ley; en ediciones extranjeras de Selection o

Tobogán, además de ilustrar libras como Poemas de invierno (1921) de González

Ruano; posteriormente, en 1928, ilustra un artículo de Ramón Gómez de la Serna para

Nuevo Mundo y, en 1938, realizó los bocetos para el ballet Harnasie.


834

La plástica “ultraista” de JaN tiene también connotaciones barradianas y

borgescas. En la ilustración del 30 de octubre de 1921 en Ultra y las portadas de los

números 18 y 24 de la misma revista, Jahl nos da una sensación de movimiento como los U.

de Barradas y Norah, mediante líneas angulosas que se cortan, bruscos contrastes de


a
blanco y negro o rítmicas líneas que atraviesan superficies. Podríamos considerar que
a
este tráfico de influencias fue esencia] y normal entre estos tres principales artistas
ultraistas e, incluso, resaltando los rasgos principales de la estética ultra basada en un
u.
vibracionismo, que se hace poco a poco cubista, un formismo que resume, en ocasiones,
e
la plástica de las primeras vanguardias llegando a síntesis lineales que hacen ver a los
objetos con otra mirada, sobre todo, en dibujos de JaN a partir de 1922, y un e

expresionismo que Norah convierte en un estilo muy personal capaz de germinar en los
u
jóvenes. Al mismo tiempo, es consecuencia de la evolución personal de cada uno de

estos artistas, que giran hacia el nuevo orden que se establece en Europa durante la u.

década de los diez y de los veinte.

Amigo personal de Jahl fUe Marjan Paszkiewicz, quien se convierte en unos de —


los teóricos del ultraismo, dando conferencias bajo postulados cezannistas, cubistas e
a

incursiones de la pintura pura. Como hemos comentado ya fue uno de los corresponsales
u
en Paris del ultraísmo desde donde tuvo las mejores posibilidades de conocer el arte
europeo. Como pintor ha dejado algunas muestras de su arte como en el número 16 (20-

10-1921) de la revista Ultra o dos composiciones pertenecientes a la colección de su


e
amigo Jarnés Vaso y cebollas (Óleo sobre lienzo, 39 x 46 cm, Colección Familia Jarnés,

u.

a
835

Madrid) y Árboles (ÓIeo sobre lienzo, 35 x 50 cm, Colección famila Jarnés, Madrid) con

quien, además, tradujo Los grandes cuentistas polacos para la Biblioteca Patria, hacia

1924.
¡
1

-A

Mauian Paszkiewicz, Dibujo


(Ultra, Madrid, 20-10-1921)

El último apéndice de la plástica ultraista está dedicado a aquellos jóvenes artistas

que se vieron influidos por el ultraísmo tardío y que, más tarde, estarán destinados a ser

las figuras claves de la renovación plástica española: Francisco Bores, mencionado con

anterioridad, sobresaidrá por sus colaboraciones en Horizonte (núm. 3, 15-12-1922),

Alfar, Tobogán y Plural. Sobre todo sus xilograñas pertenecientes a los registros

expresionistas alemanes a través de Norah Borges, connotaciones barradianas y una

personal visión de la pintura de Solana a través de la literatura de Zola. Junto a éste, dos
836 —

amigos, Francisco Santa Cruz y Carlos Sáenz de Tejada. El primero colaboró con sus

xilograflas en Vértices, Tobogán y Plural y, el segundo, en Alfar, fié lix y Martin Pleno.

U.

U.

u.
Francisco Bores, Madera
(Horizonte, Madrid, 15-12-1922) u

Pancho Cossio, alumno de Cecilio Pía desde 1914, momento en que ingresa en su u.

estudio de la caMe San Marcos de Madrid hasta 1918. Muy pronto se ligaría con el
mi

movimiento ultraista en Santander, junto a Gerardo Diego y Cina y Escalante. En la


U’
primavera de 1922 realiza su segunda exposición en el Ateneo de Santander, que es

saludada por Ramón Gómez de la Serna como ultraista (197) y por Ezequiel Cuevas U-

corno una muestra fUturista (198). En su exhibición presentaba unas composiciones


u,
cercanas al cubismo, al simultaneísmo de los Delaunay, a Barradas y, sobre todo,

referencias al planismo de Celso Lagar. Él mismo en su artículo “El Arte rebelde de mt

Francisco O. Cossío. El pintor defiende su obra”, exponía los registros de su obra desde
u
el impresionismo al postimpresionismo pasando por el planismo:
u

u’

u.
83’?

“Creo que hay que llegar a la superficie plana. Lo demás es un engaño. La verdad, la única

verdad objetiva es la superficie plana, tela o tabla, sobre que trabaja el pintor. La superficie da la

pauto al pintor, es bidemensional, como debe ser la pintura. Dan por tanto, la sensación de

profundidad es un engaño. Enseguida el más frío objetivismo nos dirá que aquello es plano, y la

conciencia nos dictará que debe parecerlo. Este es el problema más arduo de la pintura y quizá de

resolución dudosa, de ahí que haya que afrontarlo con entereza. Lo que más da la profundidad son las

sombras. Debemos desterrarías. Ganamos en planismo, en luz y en color Los sistemas radicales suelen

dar muy buenos resultados. En este caso concreto yo los recomiendo. El cuadro no debe ser ‘una

ventana abierta al campo’, según el lema impresionista. Debe de ser una decoración plana, que

hacemos en la igualmente plana superficie mural” (199).

Esta influencia pianista se advierte en obras de Cossío como Camouflage (200),

Niños con cometas (Oleo sobre lienzo, 176’5 x 11 1’5 cm, Museo de Bellas Artes de

Santander, h. 1923) o Arlequín y pierrot (Óleo sobre lienzo, 90’5 x 69’5 cm, Colección

particular, Malaga, 1921). Sobre todo en el primero, ya que apoyándonos en la

información de Angel de la Hoz, quien apunta que en el diario La Atalaya se reprodujo

el cuadro con la siguiente anotación: “El primero de costado, como cabria de esperar. Este

cuadro, incomprensiblemente, está fechado en ¡918. De él se conserva un apunte o preparatorio a

lápiz” (201). En dicho cuadro se pueden advertir los principales postulados del planismo

lagariano como son las amplias superficies planas de diferentes colores combinados con

espacios circulares que nos aproxima al cuadro La font de Lagar de 1918.

Presumiblemente, Cossío, residente en Madrid vió la Exposición de Lagar en el Ateneo

(diciembre de 1918) en el que se exhibió dicho cuadro. En 1923, Cosgio ilustraria


838 —

Hampa de José del Rio Sáiz, con varias xilograflas expresionistas y en 1924 Ternura de

Gabriela Mistral.
U.

u.

u.

Pancho Cossío, Camouflage (1918)


(Óleo sobre lienzo, 61 x 71 cm, Col. part. Santander) U.

u
Rafael Alberti, según Juan Manuel Bonet, como participe de la estética ultraista

destaca su cartel litográfico, Coñac Osborne Tres ceros (202). Cándido Fernández
e
Mazas cuyas ilustraciones ultra se acogieron a influencias del arte de Jahl y Barradas.
u
Destacan los dibujos de Manuel Quiroga interpretando (ca. 1924, Tinta sobre papel,

21’5 x 13 cm, Museo de Pontevedra), Personaje con disco (sE, Tinta y gauche sobre e

papel, 25 x 16’3 cm, Colección Antón Risco), Retrato de Vicente Risco (sE ,Tinta sobre
e
papel, 32’5 x 22’5 cm, Colección Antón Risco) o Caricatura de Vicente Risco (sE,

u
839

Tinta sobre papel, 22 x 16 cm, Colección Antón Risco) todas ellas publicadas en el

mencionado libro El ultraísmo y las artes plásticas de Juan Manuel Bonet.

Francisco Mateos colaboró en la revista Grecia, Gran Guiñol y Alfar con

influencias de su amigo Alberto Sánchez, a quien conoció en 1914, y de Barradas.

Artistas vascos como Antonio de Guezala y José María Ucelay, quienes, en

ocasiones, estuvieron al lado de poetas ultras y colaborando en revistas del movimiento

como Ucelay en Horizonte, cuyas obras se revisten con matices ultraistas.

Gabriel García Maroto, aunque no participó en ninguna edición ultraista, su arte

se ve envuelto dentro de la atmósfera ultra; por ejemplo, en su Exposición en el Ateneo

(abril de 1919) presentó unos trabajos con registros muy simplicistas e influencias

cezannianas. Peso a todo, Maroto había participado desde 1918 en los primeros actos

para la concreción de un Salón de Artistas Independientes que, como sabemos, partió de

la iniciativa dada en 1917 de Mateo Inurria, Ferrant y Espina, colectivo de la Asociación

de Pintores y Escultores de Madrid. Tras la constitución del Salón de Otoño (1920) y sus

pobres resultados, en 1923 encontrarnos de nuevo en plena acción a Maroto junto a Juan

de la Encina y su correspondencia pública en el diario madrileño La Voz que lograrla

crear en ese mismo año la efimera Sociedad de Artistas Españoles:

“Heraldo de Madrid publicó una gaceblíla en la que se hacia un llamamiento a los artistas

disidentes del Circulo de Bellas Artes, en la que figuraban don Alberto Aguilera, Luisito Aldecoa y el

diputado Lamana, honorable trinidad, capaz de acabar con todos los valores estéticos.

Se apuntaba la idea de la creación de una nueva Sociedad de independientes, patrón Francés,

al que de manera tan servil hemos ido ligados por la vergonzosa ineptitud mental de la mayoría de

nuestros desgraciados artistas... Nos encontramos entre una veintena de tipos diversos, jovenzuelos,
840

aspirantes a ateneístas’; viejos podridos por todas las miserias y lacerias de una vida bohemia de

burdel, bodegón y prostíbulo.

Este propósito era el de redimir sus hambres con el concurso de los artistas noveles, a quienes
U
animaba <Maroto) para constituir una nueva asociacion.

Después perdí la ruta del artista Maroto, hasta que un día en la Gran 1 7a, penetré en la
U

Asociación de Artistas Vascos y nos encontramos con una docena de obras de García Maroto. Estos

cuadros tienen una tendencia semiplanista muy bien distribuida y coordinada...” (203). U

mg
También Manuel Méndez, xilógrafo gallego, colaboró en revistas tardias como
U

Alborada, Alfar, Nás, Parábola y el diario La Zarpa, además, de realizar numerosas


cubiertas como Orto (1922) de Francisco Luis Bemández. Finalmente destaca un
U
pequeño grupo de artistas gallegos como Francisco Miguel, Ramón Núñez de Carnicer y
u.
Luis Huici que ilustraron numerosas revistas con grabados ultraistas; éste último
sobresale por su participación en Alfar en la que se muestra las influencias de Norah u

Borges y Barradas.
U

Todos estos nombres forman parte del inicio estético de la segunda mitad de la U

década de los veinte y comienzos de los treinta. Bien es cierto que se formaron dentro de
u
la onda expansiva del ultraísmo y, por ello, algunos nos muestran los registros de un

movimiento que quedaría diluido, definitivamente, en los primeros años veinte.

u
841

Xliii NOTAS

(1) Gloria Videla, El Ultraísmo (Estudios sobre movimientos de vanguardia en España),

Madrid, Gredos, 1963.

(2) José Maria Barrera, El ultraísmo de Sevilla (Historia y Textos), Sevilla, Alfar, 1987 y

Obra poética de vanguardia, Diputación de Huelva, 1995.

(3) Germán Gullón, Poesía de vanguardia española, Madrid, Taurus, 1981.

(4) José Luis Bernal, El ultraísmo, ¿historia de un fracaso?, Universidad de

Extremadura, Cáceres, 1988 y XAVV, “Los Frutos de la Vanguardia Histórica”, Voces

de k7inguardia, Universidad, La Coruña, 1995.

(5) Francisco Javier Diez de Revenga, Poesía española de vanguardia (1918-1936),

Madrid, Castalía, 1995.

(6) Jaime Brihuega, Man~fiestos, proclamas, panfletos y textos doctrinales. Las

vanguardias artísticas en España, Madrid, Cátedra, 1979; La Vanguardia y la

Repi~blica, Madrid, Catedra, 1981 y Las vanguardias artísticas en España 1900-1936,

Madrid, Istmo, 1981.


842

(7) Eugenio Carmona, Picasso, Miró, Dalí. Los orígenes del arte contemporáneo en

España. 1900-1936, Madrid, MINCARS, 1991 y Eugenio Carmona, “El ‘arte nuevo’ ye!
y

‘retomo al orden’ 1918-1926”, La sociedad de artistas ibéricos y el arte español de

1925, MINCARS, 1995. e

e
(8) Juan Manuel Bonet, El Ultraísmo y las artes plásticas, IVAM, junio-septiembre de

1996. e

u
(9) En paralelo, la literatura vive un momento de esplendor; en Francia se desarrolla la
e
llamada “generación 1910” con Henil Bergson, Paul Bourget, Maurice Barrés, Anatole
France, etc; en 1912 afloran los escritores de vanguardia: Max Jacob, Valery Larbaud, *

hiles Supervielle, León-Paul Fargue, Victor Segalen, Blaise Cendrars, Charles-Louis


a,
Philippe, F. Jamme, Fournier, Jules Romains, M Proust, Mauriac, etc; en Italia, se parte

del tradicional Fogazzaro hasta llegar al modernista Gabriele IYAnnunzio para pasar,

posteriormente, a la vanguardia de Paolo Buzzi, Luciano Folgore, Ardengo Soffici...; en

Centroeuropa, Kafka, Musil, B. Brecht, Teodor Daubler, Alfred Dóblin.. están tan lejos

ideológicamente del realismo narrativo ruso de Skólojov, Alexél Tólstoi, B. Pasternak.,.

como de la reacción simbolista de Viadimir Serguéievich, Solviov, Dtnitri Serguéievich y

a la prevanguardia de Blok y Bielyi, Gumiliou, Anna Ajmátova, Maiakovski, Velemir.


a

(10) Sobre los conceptos moderno y ultramoderno Vid., Capitulo 1. El arte español del

primer cuarto del s.XX entre lo moderno y ¡o ultramoderno.


a

u
843

(11) Rafael Cansinos Asséns, “Ritmos y Matices. Mauricio Bacarisse. Lo Barroco”,

La Correspondencia de España, Madrid, 19-1-1918.

(12) Juan Manuel Bonet y Carlos Pérez, “Biografias-Documentos”, El Ultraísmo y las

artes plásticas, op. cit., p. 254.

(13) Rafael Cansinos Asséns, “Ritmos y Matices. Mauricio Bacarisse. Lo Barroco”,

op. cxt.,.

(14) Ibid.,

(15) Entre los escritos más destacamos de Ramón Gómez de la Serna en sus comienzos

resaltan los de la revista Prometeo, y sus primeras obras como Morbideces (1908), La

Utopía (1909), El concepto de la nueva Literatura (1909), Mis siete palabras (1910),

Prólogo a la Proclama futurista a los españoles por F.T. Marinetti (1910), El Libro

Mudo (1911), El Lunático (1912), El Rastro (1915), Primera Proclama de Pombo

(1915), Senos (1917), El circo (1918), etc.

(16) Rafael Cansinos Asséns, “Ritmos y Matices. El CircoSenos. Greguerías. El arte de

Gómez de la Serna”, La Correspondencia de España, Madrid, 23-2-1918.

(17) Rafael Cansinos Asséns, “Ritmos y Matices. La caricatura literaria.- Una

interpretación de la ‘Greguería”’, La Correspondencia de España, Madrid, 2-4-19 18.


844

(18) Ibid.,
e

(19) Rafael Cansinos Asséns, “Instantes Líricos. Aún no es el 98”, La Correspondencia

de España, Madrid, 5-3-1918.


e

e
(20) Rafael Cansinos Asséns, “Ritmos y Matices. La bohemia en la literatura”, La

Correspondencia de España, Madrid, 18-8-1918.

(21) Al respecto, José Enrique Rodó afirmaba: “El gran impulso de renovación literaria que

infaliblemente ha de sobrevenir, llegará más bien como reacción que como desenvolvimiento de esa

fugaz literaturaguerrera. La guerra traerá la renovación del ideal literario, pero no para expresarse a

sí misma. por lo menos en son de gloría y de soberbia. La traerá porque la profunda conmoción con e

que tenderá a modificar las formas sociales, las instituciones políticas, las leyes de la sociedad
a
internacional, es forzoso que repercuta en la vida del espín tu, provocando, con nuevos estados de

conciencia, nuevos caracteres de expresión “, en “La literatura posterior a la Guerra”, El

Figaro, Madrid, 20-11-1918.


a

(22) Rafael Cansinos Asséns, “Perspectivas. Las nuevas tendencias literarias”, La

Correspondencia de España, Madrid, 17-11-1918. Respecto a la bibliografla actual


a
sobre los trabajos de Cansinos Asséns hemos de destacar los estudios de Abelardo

linares, Fortuna y fracaso de Rafael Cansinos Assens, Renacimiento, Sevilla, 1978;

Francisco Fuentes Florido, Rafael Cansinos-A ssens (novelista, poeta, crítico, ensayistay
a
traductor), Madrid, Fundación Juan March, 1979; Andrés Soria Olmedo, “Rafael
a
Cansinos, precursor y crítico del vanguardismo”, Treinta años de vanguardia española,
a

e
845

Sevilla, El Carro de la Nieve, 1991 y José María Barrera, “Una maestro vanguardista:

Cansinos versus Juan Las”, El Siglo que viene, Sevilla, diciembre de de 1994.

(23) Relacionado con este tema Rafael Cansinos se preguntaba: “¿Cuantos en nuestras

reuniones literarias tienen intími dad espiritual con Fedro Reverdy o con Blas Cendrars o con Jacob

Zara? Rubén Darío, que nos habló de Marinetti y su banda de revolveraliri, y estuvo en París cuando

ya ellos bullían en su primer fervor, no nos habló de ellos. Ninguna revista española recogió sus

primicias. Hace poco, unas traducciones de Roger Allard, Reverdy, etc.., publicadas en la revista

extinta Los Quijotes (Madrid), tuvieron un sentido absoluto de intacta víctima. Los propulsores del

nuevo arte son actualmente, en lo espiritual, la juventud más acerba, (a que infunde el sacro pánico a

los viejos y aúna a los escritores de cuarenta años. Ellos son más jóvenes que las últimas celebridades

aceptadas. Jóvenes después de Rachilde y de Mañneth “, en “Perspectivas. Las nuevas

tendencias literarias”, La Correspondencia de España, Madrid, 17-1 1-19 18.

(24) A partir de su tercer número cuenta con el apoyo del propio Cansinos: “Grecia es una

revista de arte nuevo, de vocación, de entusiasmo y de desinterés; una revista de apostoladojuvenil, sin

víscera administrativa, sin gaster, como lo fueron Helios. Prometeo, Renacimiento y últimamente la

malograda Centuria, de Primitivo R.Sanjurjo. Grecia es lo que, por desdicha, no tenemos en Madrid.

~Habrá que decir que tiene toda mi simpatía? “, en “Perspectivas. Las nuevas tendencias

literarias”, La Correspondencia de España, Madrid, 17-11-1918.

(25) Rafael Cansinos Asséns, “Perspectivas. La nueva lírica: sus características”, La

Correspondencia de España, Madrid, 26-11-1918.


846

(26) Para Cansinos la opinión de Vicente Huidobro se establecía a partir. ‘de estos
y
neoclásicos, que han hecho suya la antigua definición platónica - sic ut pictura poesis - y aspiran a

construir un poema como se construye un cuadro, creando el paisaje, sin añadirle ni quitarle nada y

rehuyendo toda interpretación sentimental. A este arte de vivificar la naturaleza sin deformarla se

llama el crear - y de aquí toma su origen el creacionismo, que es una de estas escuelas fraternas - e e

insiste que un poema se tenga en pie como una mesa o una casa . Rafael Cansinos Asséns,
e
“Perspectivas. La nueva lírica: sus características”, La Correspondencia de España,

Madrid, 26-11-1918.

e
(27) Ibid.,
u

(28) Su primera estancia en Madrid quedó recogida en el articulo de Rafael Cansinos

Asséns “Literatura chilena. Vicente Huidobro”, de La Correspondencia de España,


u,
Madrid, 1-4-19 17; respecto a la segunda, destaca el texto de Vidal y Planas “De

literatura. Poesía Mecánica”, en El Parlamentario, Madrid, 27-9-1918. u

a
(29) Para el estudio de Vicente Huidobro destaca el libro monográfico de René de Costa,

Huidobro: Los oficios de un poeta, Madrid, Fondo de Cultura Económica, 1984.

u
(30) Guillermo de Torre, Guillaume Apollinaire. Estudio preliminar y páginas

escogidas, Buenos Aires, 1946, p.2O. U

(31) Juan Manuel Bonet, “Baedeker del Ultraísmo”, El Ultraísmo y las artes plásticas,
a
op. cit., pp. 13 y 14. También en el libro de Gloria Videla, op. cit., pp.l02-IO5.

a
847

(32) Rivas Panedas, “Protesto en nombre de Ultra”, Cervantes, Madrid,

septiembre de 1919.

(33) Rafael Cansinos Asséns, “Perspectivas. La nueva lírica. Su conformidad”, La

Correspondencia de España, Madrid, 6-12-1918.

(34) Ibí&,

(35) Rafael Cansinos Asséns, “Perspectivas. La nueva tífica: su simultaneísmo”,

La Correspondencia de España, Madrid, 8-12-1918.

(36) Así lo describía Cansinos: ‘... la escritura pinta como en los antiguos alfabetos, y un poema

llega a ser como un cuadro; reclama al mismo tiempo el oído y la mirada. y es algo consistente que

puede ser mostrado como una construcción material, algo que tiene realidad orgánica e independiente,

que es impasible, lleno de vida y de indiferencia, respecto a nosotros, como lo son las cosas naturales”,

en “Perspectivas. La nueva lírica: su sunultaneismo”, La Correspondencia de España,

Madrid, 8-12-1918.

(37) Gloria Videla, op. cit., p. 12.

(38) Ibid.,

(39) Uno de los mejores ejemplos lo encontramos en la resefla que realiza este mismo

escritor a la aparición del poema Ecuatorial de Vicente Huidobro:


848

“En las ‘lejanías desatadas’ de ese feo invierno gris del futuro todo ha de ser mecánico, hasta

la poesía. Las nobles almas de los artistas volarán con alas planas y fuertes de aeroplano. La flor del

nuevo sentido de la estética será de trapo, esto es, artificial Se llama Vicente Huidobro, y se ha

hospedado en los hoteles de las urbes más importantes del mundo. Su poema Ecuatorial es un parpadeo

de luz indecisa, fugaz del amanacer prematuro y abortado de signos remotos. ¿Nada, entonces? No;

mucho. Es un presentimiento genial. Pero la verdad presentida - verdad que luego ha de deshojarse y
u
dejar de ser - está ahora muy distante, no ya del modo español y americano sino también del modo

europeo... Indiscutiblemente, Huidobro es un precursor Pero Ecuatorial tiene la falsedad de los

abortos precipitados. 1Meritisimafalsedad 1... Y, en este orden de cosas, el chauffeur del guardapolvos

y de las gafas de Huidobro, y Europa el atrasado pueblecito gallego. Saldrá a la defensa del extraño

precursor algún docto maestro de escuela, el sabihondo médico rural, el bueno y pedante del curita. O
a
nadie... “. Vidal y Planas, “De literatura. Poesia Mecánica”, El Parlamentario, Madrid,

27-9-1918. U

(40) Gloria Videla, op. cit., p.12.

(41) Apuntan esta idea Gloria Videla en su libro El Ultraísmo, op. cit., p.132 y en el
a

catálogo de Juan Manuel Bonet, El ultraísmo y las artes plásticas, op. cit., p.I O.
e

(42) Ver apartado V. Arte y política en España durante la Primera Guerra Mundial: La

Exposición de Legionarios de 1917.


a

(43) Xavier Bóveda, “¿Qué opina usted acerca del porvenir político e intelectual de e

España? Los intelectuales dicen... Ramón Gómez de la Serna”, El Parlamentario,


a
Madrid, 23-11-1918.

e
849

(44) Ante esta situación José Frances declaraba. “Toda la intelectualidad española ha sido

francófila. La política, como una ramera, ha gritado ¡ Viva el kaiser! o ¡ Viva Francia! según el amante

de cada noche. Y ha de llegar el día en que los intelectuales invadamos la política. Será entonces la

verdadera hora de España ‘. Xavier Bóveda, “¿Qué opina usted acerca del porvenir político

e intelectual de España? Los intelectuales dicen... José Francés”, El Parlamentario,

Madrid, 16-11-1918.

(45) Alejandro Lerroux pedía la posesión del poder “no por apetito de Poder que en

circunstancias como en las actuales no puede ser manjar más desagradable, ni carga más abrumadora,

sino porque, en presencia de los riesgos y peligros que asaltan a la Patria, y que no puede afrontar ni

resolver la Monarquía, se necesitan instituciones nuevas y soluciones muy radicales, a las que se

muestra propicia la clase plutocrática y hombres nuevos que no hayan gobernado nunca. Nosotros u

otros . Xavier Bóveda, “¿Qué opina usted acerca del porvenir político e intelectual de

España? Los intelectuales dicen... Alejandro Lerroux.”, El Parlamentario, Madrid, 18-

11-19 18.

(46) Nos estamos refiriendo a estas palabras de Cansinos. “Creo que el porvenir intelectual

reside únicamente en la poesía ultrarromántica Todo lo demás es viejo, viejo, viejo. Tiene ya las

barbas blancas y le llegan hasta los pies... Lo que kw que hacer es anudar de nuevo los hilos que

rompió la guerra, los hilos de difusión que se habían lanzado y entrecruzado de un extremo a otro del

mundo como una apoteosis de cintas enlazadas: porque hasta el bolchevikismo de ahora no es más que

un retomo de las antiguas ideas internacionales”. Xavier Bóveda, “¿Qué opina usted acerca del

porvenir político e intelectual de España? Los intelectuales dicen... Rafael Cansinos

Asséns”, El Parlamentario, Madrid, 27-11-1918.


850

(47) Ibid.,

E
(48) Xavier Bóveda lanzaba su apoyo a la Revolución de Rusia con las siguientes

palabras: “Porque eres potente y grande engendraste a Gorky un Tolstov y un Dostovevskv; porque

fuiste y eres la matriz de todos los grandes revolucionarios; - y porque hoy engendraste la más grande

revolución que miraron los siglos; yo te bendigo ¡Oh, Rusia! - Yo te bendigo, tierra de promisión y de

riqueza; -aliento de los que luchan, consuelo de los que sufren, confianza de los que esperan... Tú,

madre de Lenin y Trotsky... madre de la Humanidadfutura... Porque vas hacia la luz con los brazos

abiertos... porque empuñas la tea revolucionaria... He vista en tu caos la luz y, por eso, ¡oh, fuerte! te

canto’, en “Canto al divino Caos de Rusia”, El Parlamentario, Madrid, 27-12-1918.


U

(49) Xavier Bóveda escribía: “Es verdaderamente lamentable y triste el siglo XX español. Hemos

llegado a él sin que en nuestra Constitución ni en nuestro régimen se haya producido alteración
u,
alguna Vuestra producción intelectual es dolorosísima... La juventud, atormentada por ello, se

entrega desaforadamente al terrible veneno de los placeres solitarios o desciende impetuosamente


U-
hasta el abismo de la más abyecta degeneración... Es triste confesarlo, pero es lo cierto que estamos

desamparados. Y es mucho más triste y lamentable cuando es España - y de esto nadie dudará - la e

nación que más número de talento tiene. Talentos que se hunden y se pierden en la noche de nuestra

Patria...

Pero eso no nos importe.


e
Confiemos: ¡Lenin y Trotsky no nacieron en vano!

Preparémonos.

La juventud de España está llamada para grandes cosas.

Lo viejo que es lo putrefacto debe hundírse.


- -

Seamos la maza que golpee el yunque “, en “Mirando al presente y al tiaturo”, El


mi
Parlamentario, Madrid, 30-12-19 18.

e
851

(50) Rafael Cansinos Asséns, “Perspectivas. La nueva lírica: su irradiación”, La

Correspondencia de España, Madrid, 31-12-1918.

(51) Comenzaba desde entonces a dirigir el diario La Jornada.

(52) José Carlos Mamey, La Edad de Plata (1902-1939), Madrid, Catédra, 1981, p.2O9.

(53) Rafael Cansinos Asséns, “Liminar”, Cervantes, enero de 1919.

(54) Ibid.,

(55) Ibid.,

(56) A diferencia de lo que escribe Gloria Videla, op. cit., p.134.

(57) Guillermo de Torre, “Ritmos ultraistas. La ciega que truncó rediviva”, Los ciegos,

Madrid, febrero de 1918.

(58) Vid., el estudio de José María Barrena sobre “El Ultraismo de Sevilla”, Alfar,

Sevilla, 1987.

(59) Este acto también sería recogido por la revista Cervantes en mayo de 1919 por

Pedro Garfias.
852

A.

(60) Isaac del Vando Villar, “Manifiesto ultraista”, Grecia, Sevilla, 30-6-1919.
U

U
(61) Rafael Lasso de la Vega, “Vertical: Manifiesto Ultraista”, Cosmápolis,

noviembre de 1920. U-

(62) Cansinos Asséns, “Vertical. Manifiesto ultraista”, Cervantes, Madrid,

diciembre de 1920. a

a.
(63) Guillermo de Torre, “Bibliografia”, Cervantes, Madrid, febrero de 1920.

(64) Anónimo, “Ultra”, Grecia, Sevilla, 10-11-1919.


U

(65) Juan Manuel Bonet, “Baedeker del Ultraísmo”, op. cit., p.23. U

(66) José Antonio Sarmiento, “Ultra tenia razón”, facsimil, Ultra, Madrid, Visor, 1993.
a

(67) Rivas Panedas, “Protesto en nombre de Ultra”, op. cit., a

u
(68) Ibid.,

(69) Alfonso Vidal y Planas, “Defensa de ‘mi literatura’. Para Cansinos Asséns”, El
e
Parlamentario, Madrid, 3 1-8- 1918 y 4-9-1918

e
853

(70) Pedro Gaitas, “Anales literarios”, Cervantes, marzo de 1919.

(71) R. de Santa Ana, “E] ultraísmo es cosa muy seria”, El Mundo Gráfico, Madrid,

11-5- 192 1.

(72) José Iribarne, “La nueva estética. El ‘ultraísmo’en la literatura y en las artes

plásticas”, La Tarde, Bilbao, 16-5-1919.

(73) Angel Marsá nace en Gerona en 1900. Redactor (1920-1924) y redactor jefe (1924-

1928) del diario catalán El Progreso. Más tarde, redactor de Las Noticias de Barcelona

(1929-1931) y de El Dio Gráfico (1931- 1932); redactor (1932-1934), secretario de

redacción (1934-1935) y redactor jefe (1935-1953) de La Vanguardia; redactor de El

Correo Catalán (1953-1970) y miembro de la Asociación de la Prensa de Barcelona.

Datos recogidos del Catálogo de Periodistas españoles del s. 27 por Antonio López de

Zuazo Algar, Madrid, Universidad Complutense, 1981.

(74) Francisco Aldaz fUe miembro de la Asociación de la Prensa de Barcelona (1923).

Recogido par Antonio López de Zuazo Algar del Catálogo de Periodistas españoles del

£ XX, op. cit.,

(75) Angel E. Marsá, “El vibracionismo de Barcelona”, El País, Madrid, 30-1-1921.

(76) Ibid.,
A.

854

(77) Ibid.,

(78) Ibid.,

(79) Ibid.,
e-

u
(80) Ibid.,

(81) Ibid.,
u

(82) Anónimo, “Los vibracionistas o la fUerza convincente y arrolladora de la ‘razón”’,

Hoy, Madrid, 27-1-1921.


e

(83) Francisco Madrid, ‘tas nuevas escuelas. Ultraistas y vibracionistas. Unas cartas de e

Paco Madrid”, El País, Madrid, 4-2-1921.


e

(84) El víbracionismo de Barradas fUe expuesto en tres momentos en diciembre de 1917


junto a Torres Garcia en las Galerías Dalmau, en marzo de 1918 en las Galerías
a
Lajetanas y en junio de 1920 en las Galerías Dalmau.
a

(85) Vid., Capítulo XJII.4. Pertinencia de una plástica ultraista.


a

e
855

(86) Francisco Rico, Historia y crítica de la literatura española. Vol? 7 1. Epoca

contemporánea 1914-1936, Madrid, p. 183.

(87> Antonio M.Cubero “Propósitos para los hermanos ultra”, Cervantes, Madrid,

noviembre de 1919.

(88) Vid., Ricard Mas, DossierMarinetti, Universidad de Barcelona, 1994

(89) Rafael Lasso de la Vega, “Pequeña Antología Dadá”, Grecia, Sevilla, noviembre de

1919.

(90) Mario Aguilar, “El cubismo literario”, El Figaro, Madrid, 16-3-1920.

(91) Vid., Anuro Schwarz, Amanacco Dada, Milán, Feltrineli, 1976 y Dada (1916-

1966), Milán, Galería Schwarz, 1966. Hans Richter, Dada. Art and Anti-Art, London,

Thames and Hudson, 1965.

(92) Juan Manuel Bonet, “Baedeker del Ultraísmo”, op. cit., pl32.

(93) Gómez Carrillo, “París. El dadaísmo”, ElLiberal, Madrid, 34-1920.

(94) Gómez Carrillo, “París. Novedades, dadaístas”, ElLibetal, Madrid, 14-4-1920.


856

A.

(95) Este diario publicaba la siguiente información: ignoramos si dentro de medio siglo los

aficionados a la literatura considerarán cosas despreciables, conservadoras y reaccionarias las

producciones geniales de los dadaístas entonces en boga. No se nos oculta que en achaques de arte el

gusto evoluciona de modo tal, que el J~erleine o el Rubén Dario mier ultrajado, son hoy los ídolos de

toda una escueta en la que se cobijan excelentes poetas contemporaneos... Estas explosiones de

excentricidad culminan actualmente con el dadaísmo, movimiento artístico, al decir, al menos, que va

lomandoya extensión considerable... L~i querido amigo nuestro nos remite desde Londres la reseño de E

un acto público dadaísta, al que tuvo el gusto de asistir, sin volverse loco... Un periodista londinense
u
decía en una conocida revista intelectual lo siguiente, a propósito de tal actito: Mucha tinta se ha

gastado tratando de los dadaistas, me costó mucho trabajo el asistir al Teatro de L ‘Oeuvre esta semana

Fui, oíy salí convencido... lo que pretenden es burlarse del pueblo... Primero, hubo una presentación

en el escenario de una partida de jóvenes de aspecto grotesquisimo. Después, a oscuras, se leyó el

Manifiesto Canibal’, en el que se afirmaba que todos los que no hayan hecho nunca alguna cosa de
E
arte conservan el sentido humano con sus manos inactivas. Es necesario destruir las cosas... Un coro

en el escenario no hacía más que cantar ¡Dadá, Dadá, Dada! . Y, “El Dadismo”, Euzkadi,

Bilbao, 1-5-1920.
e

(96) Gómez Carrillo, “Paris. El dadaísmo ha muerto”, El Liberal, Madrid, 5-6-1920. mi,

e
(97) Anónimo, “Un enemigo Dadá”, España, Madrid, 5-6-1920.
a

(98) Relacionado con estas características Ricardo Baeza gener~aba.~ “La desesperación
a
del dadaísmo es tener que expresarse en un lenguaje recibido. Pero parece ser que esto no tardará en

remediarse. Los filólogos del grupo han fundado un Instituto de Estudios Dadaístas, y se ocupan e
activamente en crearse un idioma ‘ad hoc’, derivando principalmente sufonética de ruidos naturales y
e

‘e
857

mecánicos. Dicen que de los ya conocidos, sólo tomaran algunos elementos interjeccionales,

sumamente expresivos, de las tribus de Africa Central y del.Arch¡piélago malayo.

En este París, donde para todo hay atención, un contingente alerta de ‘snobs’, ávidos de

novedades, los dadaistas han prosperado rápidamente y conseguido preocupar Hasta en la pronta

difusión guardan analogía con las heterodoxias. Ya en Suiza y Alemania se han formado núcleos

dadaístas, que publican sus correspondientes revistas, y en España tengo entendido que los ultraistas y

neoliristas se disponen a abjurar sus errores y a ingresar en la comunión Dadá , en “La literatura

Dadaísta”, El Sol, Madrid, 24-6-1920.

(99) Antonio Zozaya,”Dadá y Toutti”, La Libertad, Madrid, 30-7-1920,

(100) Anónimo, “Una nueva escuela literaria EL GAGAISMO”, La Voz, Madrid,

17-7-1920.

(101) Juan Manuel Bonet, “Baedeker del Ultraísmo”, op. cit., p.133.

(102) Juan Manuel Bonet, Diccionario de las vanguardias en España (1907-1936),

Madrid, Alianza, 1995, p. 595.

(103) Guillermo de Tone, “El movimiento Dadá”, Cosmópolis, Madrid, enero dc 1921.

(104) IbId., p.214.

(105) Ibid., p. 342.


858

(106) Guillermo de Torre, “Estética del yoismo ultraista”, Cosmópolis, Madrid, mayo de
e

1921.

(107) A este respecto Guillermo de Torre se preguntaba: “¿Qué motivos pueden haber e
inducido a Picabia a marcar su divergencia de este subversivo movimiento, cuando él ha sido, en visión

e
con Tristan Tzara, su importador a París y su propagandista más frenético? “, en “Horizontes.

‘Dadá’, al día, Francis Picabia”, Ultra, Madrid, 20-7-1921. e

u
(108) Henri Béhar y Micher Carassou, Dadá. Historia de una subversión, Barcelona,

Peninsula,1996, p. 184. u

u
(109) Guillermo de Torre, “El movimiento ultraista español”, Cosmópolis, Madrid,

noviembre de 1920. e

u
(110) Gloria Videla, El Ultraísmo, op. oit., p. 99.

(111) Rivas Panedas, “Protesto en nombre de Ultra”, op. cit., pp. 33-35.
e

e
(112) Ibid., pp. 43-49.

mi

(113) Eugenio Carmona, Picasso, Miró, Dali. Los origenes del arte contemporáneo en
e
España 1900-1936, op. cit., p.313.

e
859

(114) Ballesteros de Martos, “El primer Salón de Otoño”, Cosrnópolis, Madrid,

diciembre de 1920.

(115) Anónimo, “Primera manifestación de arte independiente en España”, El Sol,

Madrid, 15-12-1920.

(116) Juan de la Encina, “Crítica de arte. Atonia Artística”, La Voz, Madrid, 14-12-1920.

(117) Anónimo. “Kaleidoscopio”, Ultra, Madrid, 1-2-1922.

(118) Hector, “A través de las revistas”, Cosmópolis, mayo de 1921.

(119) Eugenio Carmona, Picasso, Miró, Dalí Los origenes del arte contemporáneo en

España 1900-1936, op. cit., p.43.

(120) Eugenio Carmona, “El ‘arte nuevo’ y ‘el retomo al orden’ 1918-1926”,

op. cit., pSi.

(121) En lo relativo a este pintor, André Thérive afirmaba. “se acumulan muchisimas cosas,

como dentro de un gran camión; después de todo, intenta hacer una mudanza y puede que nos lleve a

alguna parte - lo que no sabemos bien todavía es adónde-. Pero ahora, todo va mezclado y con una

gran confusión. No importa; cuando lleguemos donde sea ya se colocará cada cosa en su sitio “~ en

“O.Coubine”, Velí i Ncm,julio de 1920.


860

(122) Juan de la Encina, “Exposición Arizmendi-Planes”, España, Madrid, 26-12-1918; a.

(123) Leonardo Marini, “Crónica de Italia”, Cosmópolis, Madrid, mayo de 1919.

a
(124) Respecto al primero, se destacaba su evolución hacia técnicas del arte académico:
u
“No desprecia las imágenes naturales; no desdeña la luz; por el contrario, hasta recurre al clarobscuro
(sic), a uno de esos procedimientos de los viejos pintores que el cubismo en su primer impulso parecía
a
querer aniquilar Y el resultado son telas donde la expresión plástica se vuelve en tonos dulces, donde

los objetos y los seres se muestran a nosotros bañados de intimidad, a la evocación de un pintor cuyo a

talento está impregnado de poesía”. R.J., “El ultramodernismo. Los cubistas y los
U
independientes”, Cosmópolis, Madrid, marzo de 1920.

(125) En cuanto a esta tendencia francesa sobre el purismo destacamos el siguiente


a
parrafo “Basta dirigir una mirada retrospectiva sobre las obras expuestas, ya en las tiendas de los

que comercian con cuadros, que tanto abundan hoy en París ya sobre las innumerables exposiciones de U

pintura, para poder comprobar la existencia efectiva de una unidad, de un estilo, y sobre todo, de una
a
disciplina a que obedecen con el mayor agrado, como soldados conscientes, los pintores que componen

el núcleo de esa escuela francesa que aún no ha llegado a un pleno desarrollo y la cual sólo algunos
U

discípulos lograron una reputación mundial... Existe desde luego entre sus secuaces el firme propósito

de practicar un arte regido por determinadas leves; leyes inmutables, por supuesto, pero cuya u

aplicación varía con cada personalidad.. Albert Gleizes y Roger de la Fresnaye se encuentran en los
e
origenes de este renacimiento arquitectónico, que tantos entusiastas tiene. Esquemáticas y sencillas sus

obras, evocan esos principios del arte románico que ya contenían en sí los embriones de las futuras

catedrales... Como se ve, el arte francés se va ori entando hacia la época clásica. Como el caído

impresionismo ha dejado el puesto vacante, unos protestantes laboriosos, puestos de acuerdo, han

levantado los planos de una nueva escuela. Sobre las ruinas de una religión mística e intuitiva han
U

e
861

creído que podrían edificar el templo de la razón pura. Después, otros creyentes han repintado con

colores chillones los desiertos y fríos muros de la iglesia dedicada a Minerva. Un equilibrio generador

de un arte grande nacerá, sin duda, de estas nupcias de la sensibilidad y de la inteligencia”. W.G.,

“El arte novisimo”, Cosmópolis, Madrid, mayo de 1920.

(126) Guillermo de Torre, “Jacques Lipchitz”, Reflector, Madrid, diciembre de 1920.

(127) Guillermo de Torre, “Pablo Picasso”, Reflector, Madrid, diciembre de 1920.

(128) Guillermo de Torre, “Libros escogidos”, Reflector, diciembre de 1920.

(129) Maijan Paszkiewicz, “Palabras de un pinto?’, Ultra, 20-2-1921.

(130) Marjan Paskiewicz. “Alusiones”, ¡ultra, Madrid, 30-6-192 1.

(13 1) Paskiewicz publicaba: “Este cambio desertor de actitud creadora tomó en el grupo cubista el

ridículo matiz de una verdadera espantada intelectuaL Un naufragio con su clásico ‘rara nantes’ y

salvavidas confeccionados de prisa en las atolondradas visitas al Louvre, Salvavidas ‘Ingres y David’,

cinturones de corcho ‘Corot’, las clásicas carabelas ‘Poussin’, repintadas de prisa, etc; el capitán

Picasso, el formidable condotierre (sic) de todas las aventuras pictóricas”. P. Marjan, “25 F.”,

Horizonte, Madrid, 30-11-1922.

(132) Guillermo de Torre, “Kaleidoscopio”, Ultra, Madrid, 30-3-1921.


862

(133) Guillermo de Torre expoma estas opiniones en los siguientes términos: “La hostilidad
es

que en cierto sector del cubismo francés se marca contra la preponderancia de lo moderno no es otra

cosa, ante observadores perspicaces, que una simple postura de política artística nacionalista, y un U

deseo de establecer límites precisos en las fronteras estéticas del cubismo y el futurismo... La
e
exposición de las anteriores teorías demuestra el problema de imposición y valoración de los elementos

establecidos entre los futuristas, partidarios de aportar al arte los valores coetáneos, frente a los
u
cubistas y afines que, empero estar movidos por anhelos innovadores, desdeñan tal entonización y

persisten en utilizar exclusivamente recursos tradicionales. Especialmente en el sector plástico U

proponen estos últimos la eliminación total de lo moderno, sirviéndose únicamente en sus


e
construcciones de los habituales elementos pictóricos y atentos solamente a su calidad y a la armonía
de planos. A este propósito Albert Gleizes, Ozenfant y Jeanneret en “Valoración estética de los
“,

e
elementos modernos”, Cosmópolis, Madrid, enero de 1922.
a

(134) Vid. Emilio Quintana y Eva Palko, “Huidobro, Borges y Peiper y las primeras

traducciones ultraistas al polaco (1922)”, Cuadernos Hispanoamericanos, Madrid,


a
números 541-542,

(135) Héctor, “A través de las nuevas revistas”, Cosmópolis, Madrid, mayo de1921.
a

(136) José Berganiin argumentaba: “se acumulan muchísimas cosas, como dentro de un gran e

camión; después de todo, intenta hacer una mudanza y puede que nos lleve a alguna parte lo que no
-

mi
sabemos bien todavía es adónde-. Pero ahora, todo va mezclado y con una gran confusión. No importa;

cuando lleguemos donde sea ya se colocará cada cosa en su sitio ‘, en “Mirar y Pasa?’, Índice,

Madrid, núm. 4, 1922.


a

a
863

(137) Adolfo Salazar, “Hojas Sueltas. De Ingres a Picasso”, Índice, Madrid,

núm. 2, 1921.

(138) Anónimo. “La muerte del Ultraísmo”, Hoy, Madrid, 3 1-1-1921.

(139) Anónimo, “Ultraísmo”, Hoy, Madrid, 22-2-192 1.

(140) Guillermo de Torre, ‘tos espejos curvos de un humorista forzado”, Cosmópolis,

Madrid, agosto de 1922.

(141) Ortega y Gasset asuniia el nuevo papel que debían protagonizar los jóvenes

españoles: “Pues bien, amigos míos, yo creo que, al menos en poesía son ustedes/a última generación

liberal y esta Sagrada Cripta donde se alojan, la última barricada Han derribado ustedes los

postreros, casi impalpables reductos de la tradición literaria, y ante ustedes vuelve la tierrra a ser rosa

~vdesierta. De aquí, las sugestivas fisonomías de Robinsones poéticos, de Adanes literarios, que es

frecuente hallar entre ustedes,

Más allá me parece estar viendo otros hombres más jóvenes aún que ustedes, una próxima

generación, en quien un nuevo sentido de la vida, nada liberal comenzará a pulsar. Amantes de

jerarquías, de las disciplinas, de las normas, comenzarán ajuntar piedras nobles para erigir una nueva

tradición y alzar una futura Bastilla”. Recogido de Eugenio Carmona, “El ‘arte nuevo’ y el

‘retorno al orden’ 1918-1926”, op. cit., pSI.

(142) José Bergamin, “Clasicismo”, Horizonte, Madrid,15-12-1922.


864

(143) Victor G. de la Concha, “Revista de literatura y arte”, Ronsel, Lugo, Sotelo


es

Blanco, 1982.

a.

(144) Ibid., p.4.


es

U
(145) Anónimo, “El posadero de Olalla”, Ronsel, Lugo, 2-7-1924.

(146) También aparecía de la mano de Guillermo de Torre su unión al nuevo arte:


a
“Destrucción y construcción. Tras la perturbación, la ordenación. He ahí el mejor trayecto. Su

inversión significaba academicismo... Lo objetivo, subjetivado. Lo subjetivo, intraobjetivo. ‘Realizar’,


a
‘situar ‘crear’, he aquí los términos síntesis que con una insistencia casi obsesionante abundan en

nuestro vocabulario teórico de constructores, arquitectos y casi demiurgos ambiciosos”, en a

“Bengalas”, Ronsel, Lugo, septiembre de 1924.


a

e
(147) Cansinos Asséns, “Perspectivas”, La Correspondencia de España, Madrid,

3 1-12-1918.
a

a
(148) Xavier Bóveda, “Los poema románticos del ULTRA”, Cervantes, Madrid,

enero de 1919. e

a
(149) Gómez Carrillo, “El príncipe de los poetas”, Cosmópolis, junio de 1919.

(150) Cansinos Asséns, “La nueva lírica”, Cosmópohs, Madrid, mayo de 1919.
e

a
865

(151) Guillermo de Torre, “El vibracionismo de Barradas”,Perseo, Madrid, mayo 1919.

(152) Guillermo de Torre, “Poetas hispanoamericanos. Lirograma”, Cervantes, Madrid,

octubre de 1920.

(153) Guillermo de Torre, “1422-Nf’, Ultra, Madrid, 10-4-1921.

(154) Guillermo de Torre, “La ascensión colorista de Vázquez Dial’, Ultra, Madrid,

20-4- 192 1.

(155) Guillermo de Torre, Helices, Madrid, Mundo Latino, 1923.

(156) Joaquín de la Escosura, Cervantes, Madrid, octubre de 1920.

(157) R.J, “El ultramodernismo. Los cubistas y los independientes”, op. cit.,

(158) Vizconde de Lazcano Tegui, “Celso Lagar”, Alfar, Madrid, junio de 1926.

(159) Guillermo de Torre, “Dos pintores de vanguardia: Ruth Velázquez & Santiago

Vera”, Ultra, Madrid, 30-5-1921.

(160) Ibid.,
866

(161) Ibid.,

U
(162) Ibid.,

(163) Moreno Villa, Vida en Claro, Madrid, FC, 1975, p. 169.


e

(164) Guillermo de Torre, “El movimiento ultraista español”, op. cit., a

(165) Juan Manuel Bonet, Diccionario de las vanguardias en España, op. cit., p. 620.

(166) Ruth Velázquez, Sol de la noche, Madrid, Bolaños y Aguilar, Talleres Gráficos,

1935.

(167) En Ismos? Arte de vanguadia (1910-1936) en España, Madrid, Galería Guillermo


a
de Osma, 1993, p. 29.

(168) Eugenio Carmona fecha este cuadro en 1916, en “Itinerarios del Arte Nuevo. u

1910-1936”, Ismos. Arte ck vanguarha (1910-1936) en España, op. cit., píS.


e

(169) Herber, “De la vida americana. Los pintores revolucionarios”, La Voz, Madrid, u

25-12-1920.
e

e
867

(170) Corpus Barga, “España en París, La ‘Soiree’ Picasso”, El Sol, Madrid,

30-12-1920.

(171> Guillermo de Tone, “Versiculario Ultraista”, Cervantes, Madrid, marzo de 1919.

(172) Juan Manuel Bonet, “Baedeker del Ultraísmo”, op. cit., p.36.

(173) Margarita Ne¡ken, “Artistas modernos. Vázquez Díaz”, Cosmópolis, Madrid,

julio de 1921.

(174) Anónimo, “Banquete en Honor de Vázquez Díaz y Eva Aggerholm”, ABC,

Madrid, 18-5-1921.

(175) Ibid.,

(176) Eugenio Carmona, “Rafael Barradas y el ‘arte nuevo’ en España, 1917-1925”,

Barradas, Comunidad de Madrid, 1992, p.l2l.

(177) Guillermo de Torre, “El ‘Vibracionismo’ de Barradas”, Perseo, Madrid,

mayo de 1919.

(178) Miguel Romero y Martínez, “Scherzo ultraista”, Grecia, Madrid, 15-4-1919.


868

(179) Guillermo de Torre, “El movimiento ultraista español”, op. cit., es

(180) Guillermo de Tone, “Galería crítica de poetas del ultra”, Cervantes, Madrid,

octubre de 1920.

(181> Correa Calderón, “Barradas el sugeridor”, Hoy, Madrid, 25-2-1921.


a

(182) Anónimo, “El arte original de Barradas”, Hoy, Madrid, 10-2-1921

a,
(183) Guillermo de Torre, “Estética del yoísmo ultraista”, Cosinópolis, Madrid,

mayo de 1921

U
(184) Como escribió Juan de la Encina, fue recibida sin apelar a su anterior arte

revolucionario y, más bien, aceptada por la presentación de un arte que se acomodaba, a

por primera vez, a las connotaciones que la crítica pedía: “Es un excelente ilustrador y
u
cartelista. No nos incomodan sus escapadas al reino de la ‘macana’ artística Nos divierten por el
.

contrario. Y si bien no hemos alcanzado todavía el esnobismo de Eslava, nos es grato ver a un artista

de talento indudable, como Barradas, venir a Madrid a despertar indignación de los ingenuos. Lo peor

del caso es que en las ciudades de panlíevar no pasamos de listos, y que Barradas no despierta siquiera a

la sorda hostilidad que despertó en el público al aparecer por primera vez en la puerta del Sol el
u
‘hombre anuncio”, en “Cuatro artistas modernos”, La Voz, Madrid, 15-12-1922. Juan de la

Encina también alude a esta exhibición en, “Cuatro artistas modernos”, La Voz, Madrid, a

12-12-1922.

a
869

El cambio de Barradas fue recogido en la mayoría de las crónicas artísticas de la

prensa madrileña: José Francés, “Cuatro pintores modernos”, La Esfera, Madrid, 27-1-

1923; José Francés, “Cuatro pintores modernos”, El Año Artistico, Madrid, diciembre de

1922 y Anónimo, “Exposiciones”, Horizonte, Madrid, 15-12-1922.

El nuevo clasicismo que Barradas presentaba se atenia a registros de estatismo,

monumentalidad megalítica de pueblos prehistóricos y frialdad en sus colores que la

crítica definió de la siguiente manera: “Rafael Barradas es el que más enérgicamente manifiesta

su afirmación revolucionaria, con cinco cuadros que, si no caen de lleno dentro del cubismo, están en

sus linderos. Uno de ellosfrancamente cubista Los demás nos parecen algo así como una conciliación

reaccionaria, o si se quiere como un arrepentimiento del cubismo, que vuelve hacia lasformas clásicas.

Lo cierto es que no vemos en ellos nada esencialmente nuevo sino manchas imprecisas de unos cuadros

que sólo han sido comenzados horas antes... “. E.C.Kiel, “El saloncito del Ateneo”, El Liberal,

Madrid, 8-12-1922.

“explotador siempre en busca del camino no hallado y del problema por resolver, nos aparece

austero, desagradable (a una impresión superficial) en los cuatro cuadros que exhibe. La coloración -

grises, verdes, sepias- riquísima en matices delicados, es monótona al pronto. El estatismo de sus

figuras tiene un parentesco con la iconografia primitiva del neolítico y de ciertos pueblos salvajes.

Tienen sus figuras una vida inmanente, reconcentrada. Hay en ellas una fuerza extraña, proveniente del

raro temperamento del pintor, en que se mezclan una acritud primitiva y exquisita delicadeza

Blanquerna, “La Exposición de Pintura del Ateneo”, La Correspondencia de España,

Madrid, 15-12-1922.

(185) Guillermo de Torre, “Apoteosis de carteles”, Ultra, Madrid, 30-4-1921.


870

(186) Guillermo de Torre, “El renacimiento xilográfico. Tres grabadores ultraista”,

Cosmópolis, agosto de 1922.

(187) Anónimo, “El posadero de Olalla”, op. cit.,

e
(188) Vid., Jorge Luis Borges; Norah: con qwndw¡ litografie di Norah Borges, Milán,

Edizione II Polifllo, 1977.

e
(189) Guillermo de Torre, “El movimiento ultraista español”, op. cit.,
e
(190) Patricia María Artundo, Nora), Borges xilografias (1918-1921), Buenos Aires,
a
1989. Además, podemos destacar otro dato muy significativo que fue su participación
e
activa en abril de 1920 en el proyecto de la creación de un Comité español para el
acercamiento de las relaciones con Ilispano-America. Vid., Capítulo 111.1. Artistas

procedentes de Europa.
a

(191) La gran mayoría de ellas han sido estudiadas por Patricia María Artundo en Norah e

Borges xilograflas (1918-1921), Buenos Aires, 1989.


e

(192) Vid., Patricia Artundo, Obra grafica (1920-1930), Buenos Aires, 1994.

(193) Guillermo de Torre, “El renacimiento xilográfico. Tres grabadores ultraistas”,


a
op. cit.,
e

e
871

(194) Patricia María Artundo, Norah Borges xilograflas (1918-1921), op. cit.,

(195) José Francés, “Exposición de pintores polacos”, ElAño Artístico, Madrid,

abril de 1918.

(196) Guillermo de Torre, “El renacimiento xilográfico. Tres grabadores ultraistas”,

op. cit.,

(197) Ramón Gómez de la Serna, “Cosas de un ultraista”, Pueblo Cántabro, 23-4-1922.

(198) Ezequiel Cuevas, “Una exposición futurista”, Pueblo Cántabro, 6-5-1922.

(199) Francisco Gutiérrez Cossío, “El Arte rebelde de Francisco G. Cossío. El pintor

defiende su obra”, Atalaya, Santander, 16-5-1922.

(200) En el libro de Juan Manuel Bonet, El Ultraísmo y las artes plásticas, op. cit.,

p. 115, se fecha dicho cuadro en 1921.

(201) Angel de la Hoz y Benito Madariaga, Pancho Cossio. El artista y su obra,

Ayuntamiento de Santander, 1990.

(202) Juan Manuel Bonet, El ultraísmo y las artes plásticas, op. cit., p.42.
872

(203) José Iribarne, “Del Mundo de las cosas triviales. La escuela de la mediocridad en la

Asociación de Artistas Vascos”, La Tarde, Bilbao, 28-10-1918.

XIV. LOS ARTISTAS IBÉRICOS ANTES DE LA SOCIEDAD DE ARTISTAS

IBERICOS e
a

Los orígenes de la Sociedad de Artistas Ibéricos se hallan, de una parte, en la

formación de un frente favorable al arte moderno español entre los críticos de arte; de

otra, en la creciente presencia de artistas que encarnan esa renovación artística. Serán
e
éstos últimos quienes, con su lucha por exponer en cualquier foro, oficial o privado,

alienten a los primeros, a la crítica de arte que representarían en los años veinte Juan de a

la Encina, Manuel Abril, José Maria Delarme o Francisco Alcántara, a construir desde
e
1923 los cimientos_de la futura Sociedad de Artistas Ibéricos, que nacerá, precisamente

para que la eficacia de esos esfuerzos aislados aumente en un medio colectivo. —

Por ello, es muy importante dibujar la geografia de los acontecimientos artísticos


e

más relevantes de esos años diez y veinte en Madrid; en nuestra opinión, podríamos
a
establecer un antes y un después en tomo a una fecha emblemática: el año 1918. Hasta
ese momento se hace especialmente notable la presencia de aquellos artistas nacidos en —

las décadas de 1870 y 1880, y que más tarde actuarán como seniores, como avanzadilla
e
de la generación más joven, que encamarán Benjamín Palencia, Francisco Bores o

Salvador Dalí. —

En la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1915 sólo podemos mencionar,


a
entre aquellos artistas que estarán ligados de una forma u otra a la SAI de 1925, a Daniel
e

a
873

Vázquez Díaz y a los hermanos Zubiaurre. En octubre de 1915 presenta sus obras la

pintora Irene Narezo, esposa del también artista Federico Beltrán Masses; en la

primavera de 1916 se produce uno de los primeros hitos de la renovación artistica en

Madrid, la Exposición del pintor vasco afincado en Madrid Juan de Echevarría, que se

realiza en el Ateneo; a finales de ese año, del 4 al 30 de noviembre, e insistiendo en la

afirmación del protagonismo del arte vasco en la renovación del arte que se producía en

Madrid, se inaugura en el Retiro la Exposición de la Asociación de Artistas Vascos que


-

había sido fundada en Bilbao cinco años antes, en 1911 en la que participan 35 artistas;
-

entre ellos, y por lo que respecta a los futuros integrantes de la primera Exposición de la

SM en 1925, se encuentran los hermanos Arrúe, Aurelio Arteta, Julián de Tellaeche,

Ramón Zubiaurre, Juan de Echevarría y Antonio Guezala, entre los pintores, y Quintín

de Torre y Valentín Dueñas, entre los escultores.

En mayo de 1917 el Circulo de Bellas Artes, en su Exposición anual, invita a

Nicanor Piñole (1) y a los hermanos Zubiaurre, Ramón y Valentin. Dicha muestra se

realizaba casi al mismo tiempo que la correspondiente edición de las exposiciones

nacionales de Bellas Artes, en la que presentaron obras los futuros “ibéricos” Valentin de

Zubiaurre, José Gutiérrez Solana, Quintín de Torre y Nicanor Piñole.

Más significativa es la presencia de numerosos artistas renovadores en Madrid

durante esos años. Entre los miembros de la generación más madura encontramos a

Aurelio Arteta (2), quien había realizado una primera estancia en 1898 y quien, tras

sucesivos viajes a Paris (desde 1902, en compafiia de Quintín de Torre) e Italia (hacia

1905), se instala de nuevo en Madrid hacia 1915. Julián de Tellaeche, nacido en 1884, se

forma desde 1900 en Madrid bajo la tutela de Eduardo Chicharro, si bien pocos anos
874

es

después marcha a Bilbao, donde será uno de los miembros flindadores, en 1911, de la
e
Asociación de Artistas Vascos (3).
e
También los hermanos Zubiaurre estaban de forma continuada en Madrid, ciudad
en la que había nacido (en 1879), incluso, uno de ellos, Valentín.
e
La intensa presencia de artistas vascos en Madrid se incrementa con Juan de
a
Echevarría, quien desde 1917 fija su residencia allí; activo miembro del ambiente
madrileño, participa en la revista España desde 1915 y en las tertulias. De hecho, en el —

Café Lyon d’Or será uno de los iniciadores de la Sociedad de Artistas Ibéricos, junto a
e
Victorio Macho o Manuel Abril, cuando llegue la primavera del año 1925.

También la generación más joven del arte vasco da sus primeros pasos en

Madrid: Alberto Arrúe o Cabanas Oteiza aprenden en la Escuela de Bellas Artes de San
e
Fernando o muestran algunas de sus obras en los diversos certámenes oficiales o

privados, e

Respecto a los artistas procedentes de otras regiones, el asturiano Nicanor Piñole


e

había estudiado, desde 1892, en la Escuela de Bellas Artes de San Femando, enseñanzas

que compaginaba con las clases de Alejandro Ferrant, en cuya academia conocería a los

Zubiaurre y a Cristóbal Ruiz; éste último es uno de los pintores más interesantes de la

España de pre-guerra: en 1921 realiza su primera individual en el Ateneo y, en diciembre


e
de 1922, en ese mismo local, participa en una fundamental Exposición colectiva junto a

Rafael Barradas, Gabriel García Maroto y Javier de Winthuysen, de quienes hablaremos

más adelante.
e
También los escultores que participarán en la modernización, nunca vanguardia -

de ella hablaremos más tarde -, del arte español se acercan a Madrid a comienzos del

e
875

s. XX: el primero de ellos será Victorio Macho (4), desde 1903 en la capital como

estudiante en la Escuela de Bellas Artes de San Femando; alejado voluntariamente de la

carrera oficial, en 1921 realizará su primera Exposición individual, en el Ateneo.

Desde 1912 Juan Bautista Adsuara (5) participa en las exposiciones nacionales,

siendo premiado en ese año con Medalla de Tercera Clase, en 1920, de Segunda y en

1924 de Primera. Emiliano Banal, tras unos años de formación en Madrid, reside en

Madrid conoce a Juan Cristóbal y comienza a presentar sus trabajos a los certámenes
- -

nacionales. Respecto a José Planes, uno de los más interesantes escultores del primer

tercio de siglo en España, expone en 1918, en el Ateneo junto al pintor José S.

Arizmendi, que tuvo enorme repercusión entre la crítica de arte (6).

Dos escultores que estarían destinados a escribir algunas de las mejores páginas

de la vanguardia, Angel Ferrant (7) y Alberto Sánchez, recorren diferentes caminos en su

relación con Madrid; en 1918, precisamente el año en que comienzan a llegar a la capital

algunos de los artistas más interesantes del primer tercio de siglo, como Barradas o

Daniel Vázquez Díaz, Ferrant abandona la ciudad para acudir a La Coruña como

profesor en la Escuela de Artes y Oficios. Albedo, por su parte, regresaría a Madrid en

1920, tras haber cumplido el servicio militar en Melilla (8); dos años más tarde, en 1922,

conocería a Rafael Barradas.

Como afirmamos al principio, 1918 marca una nueva fase en nuestro arte

contemporáneo, por lo que podríamos situar la prehistoria de Sociedad de Artistas

Ibéricos, en cuanto a las manifestaciones artísticas (puesto que la reclamación de una

entidad que agrupara a los artistas modernos españoles tiene como fecha de inicio en

1915, con los artículos de Juan de la Encina en el semanario España) en ese año.
876

Como decimos, en 1918 llegan a Madrid dos personajes muy especiales: el

uruguayo Rafael Barradas, desde Barcelona, y el onubense Daniel Vázquez Diaz, desde
a
Paris. Ambos pintores comparten idénticas esperanzas en que Madrid conociera, por fin,

la renovación de su arte y en tomo a ambos se agruparán algunos de los jóvenes que, a a

comienzos de los años veinte y durante los treinta, serán protagonistas efectivos de dicha
a
renovación. Vázquez Díaz, desde su plaza de profesor en la Escuela de Bellas Artes de la

Academia de San Femando, tendrá como alumnos a Salvador Dalí, Timoteo Pérez —

Rubio, Gregorio Prieto y, con mucha probabilidad, a Carlos Sáenz de Tejada.


a
No muy lejos de allí, Barradas impartía su “cátedra del arte nuevo” desde un foro

más humilde: el Café de Atocha (9). Su influencia, bien artística bien espiritual - como —

exponente de lucha por el arte moderno -, alcanzará a Dalí, Alberto Sánchez, García
a
Lorca o los “alfareros”, llamados así porque constituirían la plana mayor de la revista
a
coruñesa Alfar, una de las tribunas más decididas del arte y la literatura modernos en
España.

En Madrid se encontraba José Moreno Villa; colaborador en la revista España,

desde 1917 había aceptado el encargo de Alberto Giménez Fraud para que desempeñase

diversas tareas educativas en la Residencia de Estudiantes; al igual que Barradas o

Vázquez Díaz, Moreno Villa se erige desde ese momento en faro de los jóvenes

escritores y artistas que comienzan a llegar a los parajes de los Altos del Pinar: Federico

García Lorca, Salvador Dalí, Pepín Bello, Luis Buñuel, etc. a

Moreno Villa, cuya primera presencia como pintor se produce precisamente en

1925 con motivo de la Exposición de la SM (10), ocupa un lugar muy destacado en la

difusión de teorías estéticas, puesto que traduce en 1924 la obra de Wólfflin Conceptos

a
877

Ji¡ndamentales en la historia del arte, por petición de la Revista de Occidente que dirigía

José Ortega y Gasset.

En febrero de 1918 se funda la Asociación de Alumnos de la Escuela de Pintura,

Escultura y Grabado de San Fernando. Surgía como necesidad de mostrar obras de los

jóvenes que, de otra manera, no tenían posibilidad de ofrecer al público sus trabajos. En

la Asociación encontramos algunos nombres que estarán ligados, durante la dictadura o

la república, a la SM: Carlos Sáenz de Tejada (11)’ José Frau (12), Timoteo Pérez

Rubio.

En paralelo, comienzan a ofrecerse becas para la nueva Residencia de paisajistas

del Paular: la primera Exposición, a finales de 1918, muestra obras de jóvenes como José

Frau, Pérez Rubio y Gregorio Prieto.

A comienzos de los años veinte se produce en Madrid, además del magisterio de

Barradas, Vázquez Díaz, Moreno Villa, Cristóbal Ruiz o Victorio Macho, una

concentración de los jóvenes valores del arte español: Santiago Pelegrín (13) residía allí

desde 1910; otro aragonés, Luis Berdejo Elipe (14), acudiría entre 1916 y 1920 a la

Escuela de Bellas Artes de San Femando, siendo el lugar donde se formaría también,

entre 1918 y 1923, Joaquín Peinado, quien poco después marcha a París. Allí se reúne

con otros españoles como Ismael González de la Serna (15) y Francisco Cossío; algunos

de estos jóvenes españoles enviarán obras a la Exposición de la SAI de 1925.

Francisco Bores (16), Francisco Santa Cruz y Carlos Sáenz de Tejada conforman

otro núcleo importante de jóvenes artistas; muchos de ellos, aparte de enseñanzas

oficiales y de tertulias - como las celebradas en la Granja del Henar -, se reúnen en

centros como los talleres de Cecilio Pía, Eduardo Chicharro o la Academia Libre de Julio
878

Moisés: Pancho Cossio, Francisco Bores, Salvador Dali (17), Benjamin Palencia (18),

Manuel Angeles Ortiz, Joaquin Peinado, Carlos Sáenz de Tejada, entre otros,
r
completaban su formación en esos centros privados y, lo más importantes, comenzaron a

conocerse unos a otros. e

También la original pintora argentina Norah Borges (19) reside con su familia en
e
Madrid (1918-1921). Precisamente, los años que median entre 1918 y 1925 presencian la

creciente actividad de dos artistas que ocuparán un lugar de privilegio en la renovación —

del arte español contemporáneo: Rafael Barradas y Gabriel García Maroto.


e
Respecto a Maroto, en 1919 participa en la Exposición Internacional de Bilbao y

realiza su primera muestra individual, en el Ateneo madrileño (20). En diciembre de

1922, él y Barradas comparten sala, de nuevo en eí Ateneo. A comienzos de los años


e
veinte, el panorama madrileño de muestras de arte moderno comienza a transformarse,
a
permitiendo la creciente presencia de esos artistas. La mencionada colectiva de Barradas,
Maroto, Cristóbal Ruiz y Javier de Winthuysen, inaugurada en el Ateneo en diciembre de

1922 y, un mes después, en el mismo local, la Exposición individual de Francisco Cossio


a
(21) quien, tras una estancia en Madrid hacia 1918 había vuelto a Santander. La muestra

colectiva sería considerada por Silvio Lago (seudónimo de José Francés) como el inicio —

de un nuevo tiempo en el arte español, el inicio de la modernización:


a
Cuatro pintores de diferente temperamento pero unidos por una cotidiana camaradería y,

sobre todo, por la aspiración colectiva de responder a renovaciones picturales que consideran

necesarias, han reunido sus obras en una aspiración común.

Ello da al conjunto simpatía, optimista cordialidad Anticipa en pequeño lo que pueden ser las o

futuras Exposiciones de Independientes.

e
879

Unafloración de juventud y la inquietud dinámica de los que se resignan a estar desligados de

su época (22).

Ambas muestras del Ateneo serán una de las causas que muevan a Juan de la

Encina a demandar una asociación en favor del arte nuevo español:

Apartemos la vista del tristisimno espectáculo que nos dan cotidianamente los artistas de

clientelayproducción industrial, y veamos si entre losjóvenes se puede cobrar alguna esperanza de un

renacimiento más o menos cercano de la moral profesional artisti ca. Huele a cadáver en las artes

nacionales... Por primera vez desde el Romanticismo llegan a Madrid a su hora, y no con una

generación de retraso, los movimientos nuevos del arte. Verdad es que no podemos señalar ninguna

personalidad española de la nueva generación en Europa; pero si. en efecto, la nueva generación no ha

destacado de si misma quien la represente con acento original y firme, no puede negarse que

colectivamente va logrando desalojar de sus poderosas posiciones aquellasformas y maneras artísticas

que han dominado pública y oficialmente en Madrid.

Una modesta Exposición en el Ateneo nos mueve a escribir estas lineas: la de Francisco

Cossío. Las obras de los jóvenes artistas no deben ser analizadas minuciosamente por la crítica. Basta

con descubrir el vigor de su savia” (23).

Por lo que se refiere a la escultura, en abril de 1922 la Exposición de bustos

policromos, en el Palacio del Retiro, entre sus participantes aparecen los nombres de

Quintín de Torre, José Planes y Angel Ferrant; todos ellos participarán, tres años

después, en la Exposición de la SM. El vasco Quintín de Torre expone en noviembre de

1923 de forma individual en el Salón de la Sociedad de Amigos del Arte.

En el IX Salón de Humoristas (febrero de 1922), la muestra que organizaba el

crítico de arte José Francés, destaca la presencia de Rafael Barradas, mientras que se
880

invitó a otros artistas como Solana y Gregorio Prieto. En marzo, éste último expone en
e
su localidad natal, Valdepeñas, mientras que en abril de 1924 realiza una muestra en el

Museo de Arte Moderno. Tan activo inicio ha llevado a la confUsión de algunos

historiadores, que afirmaban que Prieto había estado presente en la Exposición de la SM


a
en 1925, lo que no sucedió por razones que aún desconocemos.

En febrero de 1923 se produce la segunda Exposición individual de Juan de

Echevarría en Madrid (la primera había tenido lugar en 1916), en el Museo de Arte

Moderno. La importancia de Echevarría en la consolidación de un “espíritu de Ibéricos”


a
es enorme, tanto porque residía en Madrid desde hacía años, como porque participaría en

el comité de la SM sirviendo de enlace con el resto del arte vasco que estuvo presente en

la Exposición de 1925.
a.
En mayo de 1923 expone Ramón Pichot, veterano pintor catalán afincado en

París, en el Círculo de Bellas Artes. Dos años después, será uno de los casos especiales

en la Exposición de la SAI, puesto que su presencia era un homenaje póstumo del comité
a
organizador al artista catalán, que había fallecido pocas semanas antes, en la primavera

de 1925, sin haber podido realizar su último deseo: realizar una Exposición antológica en u

Madrid (24). La SAI, compartiendo los deseos del cuñado de Pichot, el influyente

escritor Eduardo Marquina, se encargaría de cumplir esa petición.


e
En el V Salón de Otoño (octubre 1924) encontramos obras de Solana, Roberto

Fernández Balbuena (25) y Alberto Sánchez. Cuando comenzó el año 1925 la progresión —

de los años precedentes, hacia una decidida renovación del arte español, se vio
e
confirmada. En enero, dos exposiciones dan el tono o sirven de prólogo a la gran

Exposición de la SAI: Cristóbal Ruiz y Sunyer, éste en la Sociedad de Amigos del Arte, e

e
SS’

La muestra de Joaquim Sunyer serviría como catalizador decisivo para agrupar a los

diversos estamentos del arte español; además, en febrero se inaugura otra Exposición de

Gabriel García Maroto en el Museo de Arte Moderno, mientras que en abril el joven

artista vasco Jenaro Urrutia presentaba sus obras en el Salón Nancy.

Como hemos visto, a comienzos de 1925 el panorama artístico madrileño se halla

preparado para una actuación de mayor calado: junto a los artistas maduros, con

capacidad de liderazgo, se encuentra la mejor generación de artistas jóvenes del primer

tercio de siglo en España: Dalí, Bores, Palencia (26), Sáenz de Tejada, Santa Cruz,

Alberto, etc. Por otra parte, destacados miembros de la crítica española alcanzaron una

madurez que les permitió liderar un proyecto colectivo como nunca se había conocido

antes en nuestro s. XX: piénsese que en la Exposición de la SM en mayo-julio 1925 se

reunieron más de 500 obras de 45 artistas. Ahora sabemos que se trataba de la última

oportunidad de congregar a tantos artistas en un mismo acontecimiento: la propia

evolución personal de los artistas les hizo recorrer otros caminos. Poco después de la

clausura de la Exposición, Francisco Bores y Benjamín Palencia marcharon a París; en

1926, con la definitiva expulsión de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando,

Salvador Dalí se alejaba de Madrid y preparaba, desde Cataluña, el asalto al surrealismo

y a París; Barradas también abandonó Madrid en 1926, desilusionado ante la persistencia

de las élites y ante la escasa renovación del ambiente artístico: Barcelona, Hospitalet y

Uruguay serían las últimas escalas de su vida. Maroto y Guillermo de Torre parten en

1927 hacia el continente americano.

En Madrid permanecían Alberto - a quien el éxito en la Exposición de la SAI

había beneficiado con el disfrute de una beca de la Diputación toledana -, Sáenz de


882

Tejada, Solana, Cristóbal Ruiz, Vázquez Diaz y Manuel Abril, quienes pennanecerian a

la espera de nuevos acontecimientos.


9w

Xlvi, NOTAS
u

(1) Francisco Carantoña, Nicanor Piñole: vida, obra y entorno del pintor, Gijón, Langa,

1964.

e
(2) Aurelio Arteta, Bilbao, Banco de Bilbao, 1979.

(3) Julián de Tellaeche, Bilbao, Museo de Bilbao, 1980.


a

(4) Victorio Macho, Memorias, Madrid, García del Toro, 1972. VV.AA. “Homenaje a —

Victorio Macho”, Toletum, Toledo, 28 época, núm. 19, 1984-1985.


u

(5) Gasco Sidro, Advuara, el hombre y el artiSta, Castellón, Caja de Ahorros, 1977.

e
(6) En esta muestra Planes presenta nueve esculturas y seis dibujos. Para José Blanco
a
Coris, una de las notas más sobresalientes de esta Exposición era la junventud de sus
integrantes, que permitía observar el futuro del arte español con algo de confianza (José

Blanco Coris. “Exposición de esculturas y dibujos de J. Planes”, Heraldo de Madrid, 17-


a
12-1918). Ballesteros de Martos, ya le asignaba a la corriente figurativa en la que será

más apreciado: “... J Planes tiende a la serenidad, a la depuración, al ennoblecimiento de la

a
883

realidad... El escultor recoge lo refinado, apartándolo de lo vulgar y plebeyo...”, en Cervantes,

Madrid, diciembre de 1918, p. 138.

Fernando López Martin, encabeza el grupo de opiniones que mejor definió esa

muestra de Planes en el Ateneo. Alejado de los extremos clasicista y vanguardista, su

territorio será el de la figuración de tradición española:

el Sr. Planes es un escultor de positivo talento, que si no se desvía por sendas

ultramodernas, será una figura recia y definitiva del arte escultórico español.., sólo Julio Antonio

puede representar con alta dignidad en los certámenes internacionales, porque reúne a su fuerza

emotiva una vigorosa seguridad en la técnica.

Aquí en España. tierra pródiga en coloristas, no ha surgido aún en los tiempos que vivimos

una pléyade de escultores, fuertes los unos y los otros plenos de delicadezas que sirvan, a la par que de

recreo espiritual, de enseñanza a lasjuventudes venideras... ‘, en “Exposición Planes-Arizmendi”,

El Figaro, Madrid, 23-12-1918.

También podemos encontrar referencias en Anónimo, “Exposición J.S.Arizmendi

y José Planes en el Ateneo”, La Jornada, Madrid, 19-12-1918; Anónimo, ‘tos jóvenes.

El escultor Planes”, La Esfera. Madrid, 18-10-1919; J. de la E. “Exposición Arizmendi-

Planes”, España, Madrid, núm. 194, 26-12-1918, p. 11 y José Francés. El año artístico

1918, pp. 379-380.

(7) Ángel Ferrant, Madrid, Ministerio de Cultura, 1983. Ángel Ferrant, Barcelona,

Fundació Miró, 1989.


884

(8) “Alberto Sánchez”, Boletín de Información Municipal, Toledo, nov.-dic. 1986. e


Alberto, Toledo, Ministerio de Cultura, 1980.
e

(9) Barradas-Torres García, Madrid, Gal. Guillermo de Osma,1992. Barradas. e

Exposición antológica 1890-1929, Barcelona, Zaragoza, Madrid, 1992-1993.


e

(10) José Moreno Villa en el contexto del 27, Barcelona, Congreso de Literatura u

Contemporánea, 1989. Eugenio Carmona. José Moreno Villa y los origenes de las
u
vanguardias en España (1909-1936), Málaga, Ediciones 2A, 1985.

(11) Santiago Arcediano y José A. García Díez, Carlos Sáenz de Tejada, Caja de
u

Ahorros de Vitoria y Alava, 1993.


e

(12) José Erais, Madrid, Ministerio de Cultura, 1978. a

a
(13) Santiago Pelegrín 1925-1939: Los limites de una utopía, Zaragoza, 1995.

(14) Luis Berdejo (1902-1980). Exposición antológica, Zaragoza, 1994.


e

(15) Las primeras actuaciones de Ismael González de la Serna en Madrid se fechan en

febrero de 1917 en el Salón del Ateneo junto al escultor Juan Cristóbal, pensionado por
u

la Diputación Provincial de Granada, y en el mes de abril en dos exposiciones, una, en el


a

e
885

acto social dedicado a los ciegos madrileños, bajo el titulo la Exposición de Ciegos en

abril del mismo año y otra, en la Galería General de Arte.

Ismael González de la Serna mostraba en el Ateneo una treintena de obras entre

cuadros y apuntes Fuente del Generalife, Jardín, Cipreses, El Albaicín al atardecer,


-

La Vega, Vista de Sierra Nevada, Una frente, La casa del guardabosque, Orillas del

Dauro, etc, con asuntos preferentemente granadinos y de paisaje. Los primeros años de
-

aprendizaje los había realizado en Granada al lado de compañeros como Marino

Antequera, Eugenio Gómez Mir, Joaquín Capulina, etc, completando su formación en la

Escuela de San Femando de Madrid y en sus visitas al Museo del Prado, donde estudió

la pintura de El Greco, Tiziano, Zurbarán y la de los primitivos flamencos como El

Bosco o Brueghel.

A pesar de la adscripción al impresionismo francés que se atribuye a las obras de

esta muestra, debemos dejar claro que, en primer lugar, y siguiendo varios de los

catálogos en donde se habla sobre esta exhibición como el Ismael González de la Serna,

Centro Cultural Conde Duque, EctArtes Gráficas Luis Pérez, 1990, y en Ismael

González de la Serna, Caja General de Ahorros y Monte de Piedad de Granada, 1989,

donde se publica que las composiciones de esta muestra de 1917 estaban influidas por la

Exposición “Grandes pintores impresionistas franceses” en el Museo de Arte Moderno

de Madrid, que no hemos localizado y que quizás, por otra parte, no existió dicha

muestra y sólo puede referirse a la Exposición sobre arte francés que se celebraría en

Barcelona en abril de 1917, o bien a la del alio siguiente en 1918. En otro orden de

cosas, si nos atenemos a los únicos datos que sobre la muestra existen, las crónicas
886

artísticas, vemos que dominan los colores oscuros, por ejemplo detengámonos en los
e

juicios de Francisco Alcántara, José Francés y García Mercadal:


u
el color es terroso, sin vibraciones y oscuro dice Francisco Alcántara aun en los casos en
- -

que el artista quiso hacer luz. Alguna excepción confirma la pesadez de casi todas las notas. En
o
Granada se acreditó hace tiempo en pintura la nota que podríamos llamar bituminosa, y según se ve,

ha llegado al paisaje Y Francisco Alcántara, “Notas de Arte”, El Imparcial, Madrid, 23-2- e

1917.
a
“Todos sus lienzos están ungidos de alma. Pero más aún aquéllos donde buscó los acordes

lánguidos - escribe José Francés - un poco fríos, de las gamas suaves y los momentos plácidos

José Francés, “Dos artistas granadinos”, ElAño Artístico, Madrid, febrero de 1917.
e

“La gama de su paleta, un tanto sombría - publicaba García Álercadal - nos sorprende, o

acostumbrados a la policromía casi hiriente para los ojos a que nos hicieron los grandes pintores
e
granadinos’. García Mercadal, “Dos artistas granadinos”, La Correspondencia de

España, Madrid, 27-2-1917. a

Si quizás se vieron algunas notas de color en sus cuadros, como observaba

Antonio de Hoyos y Vinent, éstas se debieron a la posibilidad de que viera la Exposición a

de Santiago Rusiñol en el Salón Vilches durante el mes de marzo de 1916, ya que dicha
e
fecha es para muchos historiadores de la llegada a la capital del pintor, la muestra del

luminista Federico Beltrán en el mismo mes, la del “impresionista” gallego Germán

Taibo, la de Anglada Camarasa en julio, la de los artistas vascos en el Retiro durante el e


mes de noviembre, o bien la muestra de cuadros con rasgos impresionistas de la
e
extranjera checa Mileda Sindíerová. Al respecto, el critico escribía:

e
887

‘La pintura de Ismael González de la Serna recuerda vagamente a la de Rusiñol, aunque es

menos enérgica que la del maestro. Son jardines llenos de un encanto convencional, hecho de

contrastes de luz y de artificiosas combinaciones de flores y arbustos. Son unos cuadros decorativos y

muy gratos a la vista, en” Exposiciones”, El Día, Madrid, 24-2-1917.

(16) Bores en las colecciones del Estado, Madrid, Ministerio de Cultura, 1991.

(17) Salvador Dalí Rétrospective 1920-1980, París, Musée National d’Art Moderne,

Centre Georges Pompidou, 1979-1980. Dcxli joven (¡918-1930), Madrid, Museo

Nacional Centro de Arte Reina Sofia, 1994-1995. Rafael Santos Torroella, Dal¿ época

de Madrid, Madrid, Nblicaciones de la Residencia de Estudiantes, 1994.

(18) Las primeras intervenciones de Benjamín Palencia en la capital antes de su primera

aparición pública en 1920, en el 1 Salón de Otoño flieron en el IV Salón de humoristas de

1918 y en la XXII Exposición del Círculo de Bellas Artes de Madrid (octubre de 1918).

Este dato viene a sumarse a su época Madrileña cuando, según José Corredor Matheos,

en 1916 entra en contacto con Juan Ramón Jiménez, y en 1918 pinta temas urbanos en el

País Vasco y en Madrid. José Corredor Matheos, Vida y obra de Benjamin Palencia,

Madrid, Espasa Calpe, 1979.

(19) Patricia Artundo, Norah Borges. Obra gráfica 1920-1930, Buenos Aires, 1994.
888

(20) Angelina Serrano de la Cruz Peinado, Las artes plásticas en Castilla-La Mancha de

la Restauración a la II República (1875-1936), tesis doct. Univ. Castilla-La Mancha,

Ciudad Real, 1995.

a
(21) Cossio y las vanguardias, Madrid, Ministerio de Educación y Ciencia, 1986. Juan
*
Antonio Gaya Nuño, Francisco Gutiérrez Cossio: vida y obra, Madrid, Ibérico Europea

de Ediciones, 1973.
a

e.
(22) Silvio Lago, “Cuatro pintores modernos”, La Esfera, Madrid, 27-1-1923.

u,

(23) Juan de la Encina, “La nueva generación artística”, La Voz, Madrid, 26-1-1923.
a

(24) Los Pichot Una dinastía de artistas, Madrid, Centro Cultural Conde Duque, 1992. a

u
(25) Roberto Fernández Balbuena, Madrid, Tabacalera, 1991.

u,

(26) José Corredor Matheos, Benjamín Palencia, Madrid, Espasa-Calpe, 1979.


O

Benjamín Palencia y elArte Nuevo (1919-1936), Bancaja, 199


a

e
889

XV. BifiLIOGRAFÍA
XVI. FUENTES PRIMARIAS
XV 11 ARCHIVOS CONSULTADOS

- Archivo General de la Administración (Alcalá de Henares)

Sección Educación:
Legajos núms. 1018-1022.
Legajos núms. 1023-1028.
Legajos núms. 5140-5143.
Legajos núms. 6816-6819.
Legajos núms. 7274-7275.
Legajos núms. 7394-7396.
Legajos núms. 7598-7601.
Legajos núms. 38655-38656.

Sección Presidencia del Gobierno:


Cajas 3476y 11130.

Sección Asuntos Exteriores:


Legajos 1278-1279.

- Archivo de la Diputación Provincial (Barcelona)


Sección de Instrucción Pública y Bellas Artes.
Legajo 738, Expediente núm. 29.

- Ministerio de Asuntos Exteriores (Madrid)


Legajos R-232 y R-235, Expediente 12.
Legajo R-1964, Expediente 7.
Legajo R-1967, Expediente 4.
Legajo R-3 177, Expediente 1
Legajo H-1347.
Legajo 11-2605.
Legajo H-2649.
Legajo H-3013, Expediente 4.
Legajo H- 044, Expedientes 15-34 y 56.
Legajo 11-3046, Expedientes 22-56 y 67-79.
Legajo H-3 120, Expedientes 4 y 12.
Legajo H-3 147, Expediente 1.
Legajo 11-3168, Expediente 23.
Legajo H-3203.
Legajo H-3216.
Legajo 11-3513, Expediente 12.
890

- Bibliothéque de l’Arsenal, Paris


- Bibliothéque Forney, Paris
- Bibliothéque Nationale de Paris
- Bibliothéque de la Maine de Paris
- Centre d’Accueil et de Recherche des Archives Nationales (CARAN), Paris
- Ecole Nationale Supérienre des Beaux-Arts, Paris
Hótel Drouot, Paris
Catálogos de venta:
1911-1913 (hasta el núm. 3)
1920-1921 (completo)
1925-1991 (completo)
1997 (completo)

e
891

XV 1 2 PUBLICACIONES PERIÓDICAS CONSULTADAS

ABC, Madrid
La Acción, Madrid
Aigua-Forts, Gerona
Alfar, La Coruña
Arc Voltaic, Barcelona
L ‘Art Libre, Paris
L ‘Art et les Artistes, Paris
L Art Vivant, Paris
Arthénice, Paris
Atalaya, Santander
Avante, Ciudad Rodrigo
Beaux-Arts, Paris
Blanco y Negro, Madrid
Les Cahiers d’aujourd lvii, Paris
Centauro, Huelva
Cervantes, Madrid
Los Comentarios, Madrid
El Correo Catalán, Barcelona
El Correo Español, Madrid
La Correspondencia de España, Madrid
Cosmópolis, Madrid
D ‘Ací i dA lía, Barcelona
El Debate, Madrid
El Día, Madrid
Diario de Gerona, Gerona
El Diluvio, Barcelona
La Epoca, Madrid
La Esfera, Barcelona
España. Semanario de la Vida Nacional, Madrid
España Nueva, Madrid
L ‘Esquella de la Torratxa, Barcelona
Euzkadi, Bilbao
Euzkadi, San Sebastián
El Figaro, Madrid
La Gaceta de Cataluña, Barcelona
La Gaceta Literaria, Madrid
La Gaceta del Norte, Bilbao
Gacetilla de Madrid, Madrid
La Gazetie des Beaux-Arts, Paris
Gil Blas, Madrid
El Globo, Madrid
Grecia, Sevilla-Madrid
Heraldo de Madrid, Madrid
Hermes. Revista del País Vasco, Bilbao
892

Hojas Selectas, Barcelona


Horizonte, Madrid u’
Hoy, Madrid
Ideasy Figuras, Madrid
L ‘Illustration, Paris
Ilustración Catalana, Barcelona
El Imparcial, Madrid
Indice. Revista de definición y concordia, Madrid
El Liberal, Barcelona
El Liberal, Bilbao
El Liberal, Madrid e.
La Libertad~ Madrid
La Linterne de Paris et Montmartre, Paris u
La Mañana, Madrid
Le Mois Artistique, Paris
El Mundo, Madrid
Mundo Gráfico, Madrid
El MundoIlusfrado, Ciudad de México
La Nación, Madrid
Niv Artístic, Barcelona
Las Noticias, Las Palmas de Gran Canaria
El Noticiero Universal, Madrid
Nuevo Mundo, Madrid
El País, Madrid
El Parlamentario, Madrid e
Perseo, Madrid
Le Petit Parisien, Paris
El Poble Catalá, Barcelona —,
Prometeo, Madrid
La Publicidad, Barcelona
Pueblo Cántabro, Santander
Reflector Arte, Literatura, Crítica, Madrid
Renovación Española, Madrid
La Revista, Barcelona u
Revista Nova, Barcelona
La Rente cxxi Mois, Paris u,

La Rente de 1 ‘Art Ancien et Moderne, Paris


La Rente Artistique, Paris
La Rente Septentrionale, Paris a
Ronsel, Lugo
El Socialista, Madrid
El Sol, Madrid u,

Summa, Madrid
Tableros, Madrid
La Tarde, Bilbao a
Le Temps, Paris

e
893

La Tribuna, Barcelona
La Tribuna, Madrid
Ultra, Madrid
El Universo, Madrid
1441 i Non, Barcelona
La Veu de Catalunya, Barcelona
La Voz, Madrid
La Voz de Guipúzcoa, San Sebastián
894

XV.1.3. LIBROS, MONOGRAFíAS Y CATALOGOS DE EXPOSICIONES


e

Rafael Altamira, La guerra actual y la opinión española, Barcelona, Araluce, 1915. e.

Guiflaume Apollinaire, Méditations esihétiques. Les peintres cubistes, París, Figuiére,


1913.

Luis Araquistáin, Entre la guerra y la revolución, Madrid, 1917.


u,
L ‘Art Espagnol Contemporain (Peinture et sculture), Paris, Jeu de Paume des Tuileries,
fevr.- avril 1936.
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Ballesteros de Martos, Artistas españoles contemporáneos, Madrid, Mundo Latino,
h. 1920,
a
Rafael Benet, Jaume Guardia, Monografles d’art, Barcelona, Sala Parés, 1926.

Umberto Boccioni, Pitiura Scultura futurista (Dinamismo plastíco), Milán, Edizioní u,

Futuriste di “Poesia”, 1914.

Tomás Borrás, TAM TAJi{ Madrid, Iberoamericana de publicaciones, 1936.

Bulletin Hispanique, Tome XVII, Annales de la Faculté des Lettres de Bordeaux, Paris,
Feret-Fils, 1915. t

Tome XIX, Annales de la Faculté des Lettres de Bordeaux, Paris, —


Feret-Fils, 1917.
Rafael Cansinos Asséns, La Nueva Literatura (1898-1900-1916), Madrid, V.H. de Sanz
Calleja, 1916.

El movimiento VP, Madrid, Mundo Latino, 1921.

La nueva literatura, Madrid, Páez, 1927.


a
Josep Capdevila, E. Vayreda, Barcelona, Monograflas de Arte, Sala Parés, Barcelona,
1926.
a
Eugenio d’Ors,Mi Salón de Otoño, Madrid, Revista de Occidente, 1924.

Juan de la Encina, La Trama del arte vasco, Bilbao, Editorial Vasca, 1920. a

Exposició de Primavera, Ajuntament de Barcelona, 1918.


a
Exposición Nacional de pintura, escvlturayarqnztectura, Madrid, Artes Gráficas
“Matea”, 1915. a

e
895

Exposición Raemcxekers en Madrid, Madrid, Imprenta Latina, 1916.

Exposición Nacional de pintura, escultura y arquitectura, Madrid, Artes Gráficas


“Mateu”, 1917

Exposition de tableaux par Picabia, París, Galeries Georges Petit, 17 au 31 mars 1909.

Exposition Henri Rousseau, 28 octobre au saniedi 9 novembre, 15, Rue Richepauche,


Paris, Bernheim-Jeune, 1912.

Exposition de peinture d’AlbertMarquet, Paris, Calerie E. Druet, 31 mars au 12 avril


1913.

Exposition d ‘Art EranQais, Barcelona, 1917.

José Francés, La caricatura española contemporánea, Madrid, Juan Pueyo, 1915.

ElAño Artístico 1915, Madrid, Mundo Latino, 1916.

ElAño Artístico 1916, Madrid, Mundo Latino, 1917.

El Año Artístico 1917, Madrid, Mundo Latino, 1918.

ElAño Artístico 1918, Madrid, Mundo Latino, 1919.

El Año Artístico 1920, Madrid, Mundo Latino, 1921.

El Mundo Ríe. La Caricatura universal en 1920, Madrid, Renacimiento,


1921.

ElAño Artístico 1921, Madrid, Mundo Latino, 1922.

El Año Artístico 1922, Madrid, Mundo Latino, 1923.

IX Salón de Humoristas, Madrid, Espasa Calpe, 1923.

El arte que sonríe y que castiga, Madrid, Internacional, 1924.

La caricatura, Madrid, Conipaflia Ibero-Americana, 1930.

Gabriel García Maroto, ElAño Artístico, Madrid, Inipr.de José Fernández Añas, 1913.

Federico Beltrán y la Erpos¿ción Nacional, Madrid, Imprenta Española,


1915.
896

Ramón Gómez de la Serna, Pombo, Madrid, Impr. Mesón de Paños, 1918.


*

La Sagrada cripta de Pombo, Tomo II, Madrid, Impr. G. Hernández y


Galo Sáez, h. 1926.
e
Mi autobiografía, Madrid, Imp. Galo Sáez, 1928.

Ismos, Madrid, Espasa Calpe, 1931. W

Antonio de Hoyos y Vinent y José Francés, Federico Beltrán Masses, Madrid, e.

Tipografia Artística, e. 1918.


Juan Ramón Jiménez, Diario de un poeta recién casado, Madrid, Calleja, 1917. 5

Jules Laforgue, Oeuvres complétes, Paris, Société du Mercure, 1902.


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Celso Lagar Peintre. McxxJimenez Sculpteur. Preface de Gustave Kahan, Galerie
Percier, 38 me La Boétie, París, oct.-nov. 1924.
u
Celso-Lagar. Pintures, A cuarel-le& Cuatro Escultures de M Bagué (sic), Galeríes
Dalmau, del 28 de gener al 12 de febrer de 1915.
e
Celso-Lagar. Invitació a la fiesta de vernissatge Diumenge 21 de mare a mitj-dia,
-

Gerona, 1915.
e
Celso Lagar Peintre/Hortense Bégué Sculpteur, Galerie Zboroswski, abril de 1928.

Manolo Lagar, del 7 al 17 d’octobre Galeríes Laietanes, Granvia, 613,


.

Barcelona.

Gregorio Martínez Sierra, Un teatro de arte en España (1917-1925), Madrid, Gran


Esfinge, 1925.
a
Tú eres lapaz, Madrid, Esfinge, 1926.

Teatro de Ensueño, Madrid, Saturnino Calleja, 1926. —

Xavier Montsalvatge, ¡‘erres de Gestes i de Bental Girona, Girona, Dahnau Carals,


1917. u

Margarita Nelken, Glosario (Obras y Artistas) Madrid, Librería ‘Fernando F’, 1917.
,

e
Les peintresfuturistes italiens, Exposition du lundi 5 au samedi 24 février 1912,
Bernheim Jeune, Paris, 1912.
e
Fernando Periquet, La Exposición Nacional de 1915, Madrid, Librería Internacional,
1915.
e

e
897

Alexei Piechkov, Mi Gorki en e/fondo, Madrid, Estrella, 1920.

Los pintores íntegros, Catálogo-invitación para la exposición, Salón Arte Moderno,

Calle del Carmen, 13; 5 al 15 de marzo de 1915, Madrid.


Primera Exposición Internacional de Pintura y Escultura, Bilbao, Diputación de
Vizcaya, agosto-septiembre, 1919.

André Salmon, André Derain et son oeuvre, Paris, Librairie Gallimard, 1923.

Salon d ‘Automne 1912. 1 0aExposition catalogue ouvrages de peinture, sculpture,


dess¡n, gravure, architecture et art décoraqf Exposés cxxi Grand Palais
des Champs-Elysées. Dii ¡O Octobre cxxi 8 Novembre 1912. Paris.

Salon d’Automne 1913. II”Exposition catalogue ouvrages depeinture, sculpture,


dessin, gravure, architecture et art décoraUf Exposés art Graná Palais
des Champs-Elysées. Du 15 Novembre 1913 cm Sjanv¡er 1914. Paris.

Guillermo de Torre, Hélices, Madrid, Mundo Latino, 1923.

Literaturas europeas de vanguardia, Madrid, Caro Raggio, 1925.

Joaquín Torres-Garcia, Historia de mí vida (1939), Barcelona, Paidós, edic. de 1990.

Louis Vauxcelles, L ‘oeuvre de Federico Beltrán Masses, Paris, Editions d’art, 1921.

Ruth Velázquez, Sol de la noche, Madrid, Bolafios y Aguilar, Talleres Gráficos, 1935.
898

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u

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“El arte de Rafael Barradas”, Alfar, La Coruña, núm. 27, marzo de 1923,
pp. 7-10. u’

“Barradas el uruguayo”, Alfar, La Coruña, núm. 48, abril de 1925, —


Pp. 16-20.

“Rumbos, exposiciones y artistas”, Blanco y Negro, Madrid, febrero de a


1932.

Mario Aguilar, “(Sin título)”, Imparcial, Madrid, 24-10-1916.

“El cubismo literario”, E/Figaro, Madrid, 16-3-1920.


u,
Francisco Aguirre, “La hospitalidad bilbaina y la esquivez barcelonesa”, El Liberal,
Bilbao, 25-11-1919.
u
Francisco Alcántara, “Exposición de Bellas Artes”, El Imparcial, Madrid, 12-5-1915.

“Los humoristas en el Salón de Arte Moderno”, El Imparcial, Madrid, U


9-12-1915.

“La vida artística. Exposición Sonia Decoración de interiores Sala


- - U
Mateu Un cuadro antiguo En el Salón de Arte Moderno”, El Sol,
- -

Madrid, 4-12-1920.

“Notas de arte”, El Imparcial, Madrid, 26-12-1915.

“La Sociedad de artistas vascos y su Exposición del Palacio del Retiro”, U


El Imparcial, Madrid, 20-11-1916.
e
“Exposición de artistas belgas en el Retiro”, El Imparcial. Madrid,
23-11-1916.
a
“Notas de Arte”, El Imparcial, Madrid, 23-11-1916.

“Notas de Arte”, El Imparcial, Madrid, 5-12-1916. e

“Notas de arte. En el palacio de Montijo”, El Imparcial, Madrid,


7-1-1917. U

e
899

“Notas de arte”, El Imparcial, Madrid, 29-1-1917.

“Notas de Arte”, El Imparcial, Madrid, 23-2-1917.

“Notas de arte”, El Imparcial, Madrid, 8-3-19 17.

“Artistas argentinos en el Palace-Hotel”, El Imparcial, Madrid, 4-4-19 17.

“Notas de Arte”, El Imparcial, Madrid, 10-5-19 17.

“Apertura de la Exposición de Bellas Artes”, El Imparcial, Madrid,


29-5-19 17,

“El arte chileno en el Ateneo Exposición de Alfredo Lobos”, El Sol,


Madrid, 12-3-1918.

“Peñalara. Exposición de pintura de montaña”, El Sol, Madrid,


27-3- 19 18.
“En la Escuela de Bellas Artes la Asociación de alumnos su Exposición”,
El Sol, Madrid, 24-1918.

“La vida artística”, El Sol, Madrid, 84-1918.

“Exposición de pintores polacos. Sus obras y su programa. En el


Ministerio de Estado”, El Sol, Madrid, 144-1918.

“La vida artística”, El Sol, Madrid, 15-4-1918.

“Exposición de O. Caprotty”, El Sol, Madrid, 15-4-1918.

“Exposición de Butíer en el Ateneo”, El Sol, Madrid, 22-4-1918.

“El pintor ruso Gousseff, en el salón Mateu”, El Sol, Madrid, 274-1918.

“En el Ateneo; Los dibujos de C. Garza Rivera”, El Sol, Madrid,


2 1-5-1918.

“Los dibujos de C. Garza Rivera en el Ateneo”, El Sol, Madrid,


3 1-5-1918.

“Los cuadros de Vázquez Díaz en el Salón Lacoste”, El Sol, Madrid,


14-6- 19 18.

“La vida artística”, El Sol, Madrid, 16-6-1918.


900

“En el Ateneo: Los cuadros de M. Viladrich”, El Sol, Madrid, 2-7-1918.

“Las obras del acuarelista inglés Wynne Apperley en el flote! Palace”, El

Sol, Madrid, 23-11-1918.


“Los cuadros de Pilar Montener de Sureda en el Salón del Circulo de
Bellas Artes”, El Sol, Madrid, 2-12-19 18.
u’
“Los cuadros de Rodofo Tewes”, El Sol, Madrid, 7-12-1918.

“La vida artistica. En el salón de humoristas: Pérez Barradas”, El Sol, u’


Madrid, 13-3-1919.

“Rafael Barradas en el salón de la librería Mateu”, El Sol, Madrid,


9-4- 19 19.

“VI Salón de Humoristas, el catálogo, por José Francés”, El Sol, Madrid, u’


5-3-1920.

“Primer Salón de Otoño”, E/Sol, Madrid, 14-10-1920, 19-10-1920,


25-10-1920 y 10-11-1920.
e
“La Vida artística”, El Sol, Madrid, 22-10-1920.
“Exposición Vázquez Diaz; El Palacio de Bibliotecas y Museos”, El Sol, u,

Madrid, 26-3-1921.
“La vida artística”, El Sol, Madrid, 9-12-1922. u.

Roger AlIard, “Au Salan D’Automne de Paris”, L ‘Art Libre, París, noviembre de 1910.
t
Paul Almarza, “Nuestra contribución de sangre ‘Los legionarios españoles en el frente”,
El Mundo Madrid, 22-8-19 16.
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“El arte de Vázquez Dial’, El Figaro, Madrid, 3 1-3-1920.

Luis Álvarez Cedrón, “Palabras de un legionario”, España, Madrid, 7-12-19 16. a

Américus, “Congreso cultura] hispanoamericano”, Cervantes, Madrid, julio.


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“La Juventud Hispano-Americana”, Cervantes, Madrid, septiembre de
1918.
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16-11-1916.

“Maeterlinck en la Casa del Pueblo “, El País, Madrid, 15-12-1916.

“Clausurada por una tecniquería”, España, Madrid, 11-1-1917.

“Exposición clausurada contra los voluntarios españoles”, El Liberal,


Madrid, 9-1-1917.

“Por los legionarios españoles. El tributo del arte”, España, Madrid,


11-1-1917.

“Por el norte de España: la plutocracia descubre el arte”, El Liberal,


Bilbao, 13-8-1919.

C. Arbó, “Xerrameques artistiques”, L ‘Esquella de la Torratxa, Barcelona, 30-12-1921.

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Asterisco, “La pintura ‘simultaneista’ en el Salón de Artistas Vascos”,La Gaceta del


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“La literatura Dadaísta”, El Sol, Madrid, 24-6-1920.

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“Exposición Mignoni”, La Mañana, Madrid, 12-5-1917.

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“Exposición de los pintores polacos”, El Imparcial, Madrid, 3-5-1918.

“Exposiciones”, El Imparcial, Madrid, 23-6-1918. e

“Con ocasión del y Salón de Humoristas”, El Imparcial, Madrid,


26-3-1919. U

“Primer Salón de Otoño”, El Imparcial, Madrid, 15, 17, 20 y 27-10-1920.


e
“Thego Rivera, el pintor de la revolución mejicana”, La Voz, Madrid,
15-4-1935.

“Exposición de grabados polacos modernos”, La Voz, Madrid, 7-5-1935.


u,
Fabián Vidal, “Por los legionarios españoles”, La Correspondencia de España, Madrid,
12-11-1916.
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Alfonso Vidal y Planas, “Máximo Gorki ha subido al cielo”, El Parlamentario, Madrid,


6-8-1918.
“Defensa de ‘mi literatura’. Para Cansinos Asséns”, El Parlamentario,
Madrid, 3 1-8-1918.

“De literatura. Poesía Mecánica”, El Parlamentario, Madrid, 27-9-1918.

J. Villarroel, “Un retrato de Rubén. Exposición Vázquez Díaz”, ElMundo, Madrid,


29-6-1918.

Vizconde de Lazcano Tegui, “Celso Lagar”. Alfar, La Coruña, junio de 1926.

W. G., “El arte novísimo”, Cosmópolis, Madrid, mayo.

Javier de Winthuysen. “El arte de Anglada”, Ita Correspondencia de España, Madrid,


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Bilbao, 3-8-1919.
Xenius (seud. de Eugenio D’Ors), “Celso Lagar”, España, Madrid, 5-2-1915.

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Y., “El Dadismo”, Euzkadi, Bilbao, 1-5-1920.

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“Dadá y Toutú”, La Libertad, Madrid, 30-7-1920.

Joaquín de Zuazagoitia, “En Majestie Hall. Vázquez Díaz”, El Pueblo Vasco, Bilbao,
17-3- 1920.
944

XV. 1.4.1. ARTíCULOS ANÓNIMOS EN PUBLICACIONES PERIÓDICAS

*
1908

- “Prólogo”, Prometeo, Madrid, noviembre de 1908. u,

1909
u,
- “¿Cuál es la situación de la juventud ante el problema social?”, Prometeo, Madrid,
diciembre de 1909.
a
1910

- “Optimismo”, Prometeo, Madrid, Alio m, núm. XLIII, enero de 1910. e

- “Un Manifiesto Futurista sobre España por F.T. Marinetti”, Prometeo, Año III, num.
XIX,julio de 1910. u,

- “Sección de noticias”, Avante, Ciudad Rodrigo, 24-9-19 10.

1911
e

- “Sección de noticias”, Avante, Ciudad Rodrigo, 7-1-1911.

- “Sección de noticias”, Avante, Ciudad Rodrigo, 16-9-1911. u

- “Sección de noticias”, Avante, Ciudad Rodrigo, 16-12-1911.

1912 —

- “Ex-libris”, Prometeo, Madrid, núm. XXXVII, 1912. u,

- “Sección de noticias”, Avante, Ciudad Rodrigo, 6 -7-1912.


u,
- “Sección de noticias”, Avante, Ciudad Rodrigo, 5-10-1912.

- “Au Salen d’Automne”,It ‘Illustration, París, 12-10-1912.

- “Celso Lagar”, Avante, Ciudad Rodrigo, 26-10-19 12.


a
- “El presupuesto municipal” 4”~~’e, Ciudad Rodrigo, 30-11-1912.
U

u
945

1913

- “Un artista español”, El Pais, Madrid, 22-3-1913.

- “Art et curiosité. Les petits salons”, Le Temps, Paris, 18-4-1913.

- “Celso Lagar”,Avante, Ciudad Rodrigo, 26-7-1913.

1914

- “Salutació”, Revista Nova, Barcelona, 11-3-1914.

- “Crónica. Artistes catalans que tomen de Paris”, La Veis de Catalunya, Barcelona,


27-8-1914.

- “Crónica. Les exposicions i la guerra”, La Veis de Catalunya, Barcelona, 19-10-1914.

1915

- “Crónica”, La Veis de Catalunya, Barce¡ona, 4-1-1915.

- “Arte y artistas”, La Correspondencia de España, Madrid, 25-1-1915.

- España, Madrid, 26-1-1915.

- “Arte y Artistas”, El Progreso, Barcelona, 27-1-1915.

- “De arte”, Ln~ Noticias, Barcelona, 28-1-1915.

- “España saluda al lector y dice”, España, Madrid, 29-1-1915.

- “La revista “España”, La Correspondencia de España, Madrid, 31-1-1915.

- “Crónica. Exposició Lagar. Bagué (sic)”, La Veis de Catalunya, Barcelona, 1-2-1915.

- “Galerías Dalmau”, El Poble Catalá, Barcelona, 1-2-1915.

- Cultura, febrero de 1915.

- “Exposició Lagar- Bagué (sic) a cán Dalmau”, La Veis de Catalunya, Barcelona,


8-2-1915.
946

- “Arte y artistas. Exposición Nagy”, Heraldo de Madrid, 2-3-1915.

- “Los pintores íntegros”, La Tribuna, Madrid, 6-3-1915.


c
- “Los pintores íntegros”,ABC, Madrid, 7-3-1915.

- “Ms senyors de Velí i Non”, Aigua-Forts, Gerona, 11-3-1915. *

-Diario de Gerona, 16-3-1915.


e
- Diario de Gerona, 19-3-1915.

-Diario de Gerona, 21-3-1915.

- “La Exposición Ochoa”, La Correspondencia de España, Madrid, 24-3-1915.

- “Exposición Ochoa”, ABC, Madrid, 26-3-1915.

-Diario de Gerona, 27-3-1915. t

- “La Exposición Ochoa”, El Parlamentario, Madrid, 27-3-1915.

- “En Madrid por Polonia”, Ita Correspondencia de España, Madrid, 27-3-1915.


e
- “De Bellas Artes”, El Mundo, Madrid, 28-3-1915.

-Diario de Gerona, 134-1915. u,

-Diario de Gerona, 15-4-1915.


e’
- “La Exposición de cuadros de Maximino Peña”, El Imparcial, Madrid, 16-4-1915.
- “Círculo de Bellas Artes. Exposicton permanente”, La Correspondencia de España,

Madrid, 16-4-1915.

- “La Exposición del Círculo de Bellas Artes”,El Imparcial, Madrid, 204-1915.

- “Exposición Maeztu”, La Correspondencia de España, Madrid, 3-5-1915.


e
- “Crónica”, La Veu de Catalunya, Barcelona, 3-5-1915.

- “La Exposición de Bellas Artes”, El Parlamentario, Madrid, 4-5-1915.

- “Exposición de pintores alemanes”, La Esfera, Madrid, 8-5-1915.

- “Gigantes y cabezudos de la Exposición”, Gacetilla de Madrid, 14-5-1915.


e

e
947

- “CeIs Lagar”, Veil i Non, Barcelona, 15-5-1915.

- “La Exposición de Bellas Artes”, La Correspondencia de España, Madrid, 14-6-1915.

-“Cosas de la Exposición”, El Parlamentario, Madrid, 17-6-1915.

- “Exposición notable. El caricaturista López Rubio”, Gil Blas, Madrid, 18-6-1915.

- “Exposición permanente” La Correspondencia de España, Madrid, 12-7-1915.

- “El gesto de Zuloaga”, Gil Blas, Madrid, 24-8-1915.

- “Información Artística”, Summa, Madrid, 15-11-1915.

- “Arte y artistas”, La Correspondencia de España, Madrid, 24-11-1915.

- “Exposición Arizmendi y José Planes en el Ateneo”, La Jornada, Madrid, 19-12-1915.

1916

- “Noticies”, VeIl i Noii, Barcelona, 15-3-1916.

- “Unión Iberoamericana”, La Correspondencia de España, Madrid, 19-3-1916.

- “Exposición Cabanas-Oteiza”, Heraldo de Madrid, 21-3-1916.

- “Banquete a Federico Beltrán”, La Correspondencia de España, Madrid, 3-4-1916.

- “Homenaje a un artista. Banquete a Federico Beltrán”, La Correspondencia de España,


Madrid, 7-4-1916.

- “Teatre futurista”, L ‘Esquella de la Torraixa, Barcelona, 21-4-1916.

- “En honor de los académicos franceses”, La Correspondencia de España, Madrid,


30- 4-1916.

- “Información artística”, Summa, Madrid, 1-5-1916.

- “Los académicos franceses en Madrid”, La Correspondencia de España, Madrid,


2-5-1916.

- “En honor de Zuloaga”, Heraldo de Madrid, 14-5-1916

- “Exposiciones”, El Parlamentario, Madrid, 16-5-19 16.


948

- “Exposición Anglada”, El Imparcial. Madrid, 25-6-1916.

- “Un banquete. Homenaje a Anglada Camarasa”, La Correspondencia de España,


Madrid, 4-7-1916.

- “Empaches de ‘neutralidad’ o ‘neutralidades’ sospechosas”, Itas Noticias, Las Palmas


de Gran Canaria, 18-7-1916.

- “Embajada en Buenos Aires”, La Correspondencia de España, Madrid, 14-8-19 16.


u,
- “Noticies”, VeIl i Nois, Barcelona, 15-8-1916.

- “Memoranda”, El Año Artístico, Madrid, septiembre. u,

- “Noticies”, Velí 1 Noii, Barcelona, 1-9-1916.


u
- “Exposicions”, La Veu de Catalunya, Barcelona, 4-9-1916.

- “Algunas obras de artistas vascos”, La Esfera, Madrid, 9-9-1916. 0

- “Noticies”, Velí i Noii, Barcelona, 15-9-1916.


u
- “Galeries Laietanes”, El Poble Catalá, Barcelona, 23-9-1916.
u

- “De arte”, Las Noticias, Barcelona, 23-9-1916.


- “Correo de las Artes y de las letras. Celso Lagar”, La Publicidad, Barcelona,
24-9-1916.

- “Crónica”, La Veu de Catalunya, Barcelona, 2-10-19 16.

- “La semana artística”, España, Madrid, 5-10-1916.


e
- “Exposicions”, Ilustració Catalana, Barcelona, 22-10-1916.

- “Noticies”, Velí i Noii, Barcelona, 1-11-1916. e

- “Los intelectuales en París”, El Diario Universal, Madrid, 2-11-1916.


e
- “Asociación de Artistas Vascos”, ABC, Madrid, 3-1 1-19 16.

- “Una Exposición artística. A beneficio de los legionarios españoles”, El Liberal, e’

Madrid, 9-11-1916.

- “Palacio del Retiro’Asociación de Artistas Vascos”, La Correspondencia de España, u,

Madrid, 12-11-1916.
mt

e
949

- “Clausura de la Exposición Raemakers”, El País, Madrid, 14-11-1916.

- ‘tEl Circulo de Bellas Artes”, La Correspondencia de España, Madrid, 14-11-1916.

- “La Exposición Raemackers (sic)”, La Correspondencia de España, Madrid,

15-11-1916.
- “Las Exposiciones cerradas”, La Acción, Madrid, 15-11-1916.

- “Una Exposición de Bellas Artes. Por los legionarios españoles”, La Correspondencia


de España, Madrid, 16-11-1916.

- “Suscripción a favor de los legionarios españoles”, España, Madrid, 16-11-1916.

- “El ‘Salón’ del Circulo”, El Universo, Madrid, 20-11-1916

- “Los vascos”, El Liberal, Madrid, 22-11-1916.

- “La Exposición de los legionarios”, España, Madrid, 23-11-1916.

- “Manifiesto obrero. La Unión de Trabajadores y la Confederación Nacional de Trabajo.


El Pueblo en peligro”, El País, Madrid, 24-11-1916.

- “La Exposición de los legionarios”, España, Madrid, 30-11-1916.

- “La Exposición de Raemaekers”, La Correspondencia de España, Madrid, 2-12-1916.

- “Ateneo de Madrid”, La Correspondencia de España, Madrid, 4-12-1916.

- “Por los legionarios españoles”, La Correspondencia de España, Madrid, 8-12-1916.

- “La llegada de Maeterlinck, La Correspondencia de España, Madrid, 9-12-1916.

- “La conferencia en el Ateneo”, El Liberal, Madrid, 10-12-1916.

- “El hombre-anuncio”, Heraldo de Madrid, 10-12-1916.

- “Conferencia Prohibida”, La Correspondencia de España, Madrid, 13-12-1916.

- “Los legionarios españoles. Festival prohibido”, El Liberal, Barcelona,14-12-1916.

- “Suscripción a favor de los legionarios españoles”, España, Madrid, 14-12-1916.

- “Suscripción a favor de los legionarios españoles”, España, Madrid, 18-12-1916.

- “Exposición para los legionarios”, España, Madrid, 21-12-1916.


950

1917

- “Exposición artística. Por los legionarios españoles”, El Imparcial, Madrid, 2-1-1917.


9

- “Exposición artística. Por los legionarios españoles”, El Día, Madrid, 2-1-1917.

- “Exposición artistica. Por los legionarios españoles”, El Liberal, Madrid, 2-1-1917.

- “Exposición artística. Por los legionarios españoles”, La Correspondencia de España,


Madrid, 2-1-1917.

- “Exposición artística. Por los legionarios españoles”, El Socialista, Madrid, 3-1-1917.

- “Exposición artística. Por los legionarios españoles”. Ita Epoca, Madrid, 3-1-19 17.
e
- “Exposición artistica. Por los legionarios españoles”, España, Madrid, 4-1-1917.

- “Exposición de legionarios”, El País, Madrid, 4-1-19 17.

- “La Exposición ‘España”’,EI Liberal, Bilbao, 4-1-1917.


a
- “Una Exposició”, La Veu de Catalunya, Barcelona, 4-1-1917.

- “La Exposición por los legionarios españoles”, La Época, Madrid, 4-1-1917. 0

- “Exposiciones”, El Imparcial, Madrid, 4-1-1917.

- “La Exposición ‘España”’, El Socialista, Madrid, 5-1-1917.


u
- “Por los legionarios españoles”, El Liberal, Madrid, 5-1-1917.

- “La Exposición por los legionarios españoles”, El País, Madrid, 5-1-1917. u,

- “La Exposición de los legionarios”, Ita Correspondencia deEspaña, Madrid, 7-1-1917.


e
- “Nota de la embajada. El vapor de ‘San Leandro”’, La Acción, Madrid, 7-1-1917.

- “Una Exposición. Por los legionarios españoles”, El Mundo, Madrid, 7-1-1917. u

- “Los Antigermanófilos. Manifiesto”, ElLiberal, Madrid, 7-1-1917.


u
- “La Exposición de los legionarios, cenada”, La Época, Madrid, 8-1-1917.

- “¿Una ligereza? Exposición clausurada”, La Correspondencia de España, Madrid,


8-1-1917.
mt

e
951

- “La Exposición de los legionarios cerrada por orden de la autoridad”, El Imparcial,


Madrid, 8-1-1917.

- “Clausura de la Exposición a favor de los legionarios españoles”, La Nación, Madrid,


8-1-1917.

- “La neutralidad de ‘la Acción’. Una Exposición clausurada”, La Acción, Madrid,


8-1-1917.

- “Los submarinos alemanes y ESPAÑA”, ElLiberal, Madrid, 8-1-1917.

- “La Exposición de ‘España’ ha sido clausurada”, El Socialista, Madrid, 8-1-1917.

- “Lo que cuentan los náufragos”, E/Imparcial, Madrid, 9-1-1917.

- “La Exposición de los legionarios”, El Imparcial, Madrid, 9-1-1917.

- “En favor de los legionarios. Reapertura de la Exposición”, La Época, Madrid,


9-1-1917.

- “La Exposición de los legionarios”, La Correspondencia de España, Madrid,


9-1-1917.

- “Por los legionarios españoles. La Exposición de ‘España”’, El Socialista, Madrid,


9-1-1917.

- “La Exposición a beneficio de los legionarios”, El Mundo, Madrid, 9-1-1917.

- “Exposición clausurada”, ABC, Madrid, 9-1-19 17.

- “La Exposición de los legionarios”, E/Liberal, Madrid, 9-1-1917.

- “PeIs soldats espanyols de la Gran Guerra”, La Veu de Catalunya, Barcelona,


9-1-19 17.

- “La Exposición de los legionarios”, E/País, Madrid, 9-1-1917.

- “En el Ateneo. Conferencia de Mr. Whitney Warren”, La Época, Madrid, 10-1-1917.

- “Noticias diversas”, ABC, Madrid, 10-1-1917.

- “La Exposición a beneficio de los legionarios españoles”, E/País, Madrid, 13-1-1917.

- “La Exposición de legionarios”, E/País, Madrid, 16-1-1917.


952

- “Para los voluntarios españoles”, El País, Madrid, 17-1-1917.

- “La Exposición de España”, El Imparcial, Madrid, 17-1-1917.

- “La Liga Antigermanófila “, España, Madrid, 18-1-1917.


0
- “La Exposición ‘España’ “, España, Madrid, 18-1-1917.

- “Para los voluntarios españoles. La Exposición de ‘España”’, La Correspondencia de


España, Madrid, 18-1-1917.

- “La Exposición de los legionarios”, La Época, Madrid. 18-1-1917. e

- “Para los voluntarios españoles. La Exposición de ‘España”’, El Socialista, Madrid,


18-1-1917. 0~

- “Un manifiesto”, La Correspondencia deEspaña, Madrid, 19-1-1917.


e
- “La Liga Antigermanófila”,ElPaís, Madrid, 19-1-1917 y 20-1-1917.

- “Arte y caridad”, La Época, Madrid, 20-1-1917.

- “Lucha civil. La Liga Antigermanófila”, ElLiberal, Madrid, 21 y 22-1-1917.


Sr

- “Acto importante. Unamuno en Ma~d”, El Socialista, Madrid, 22-1-1917.

- “Por los legionarios. La Exposición ‘España”’, El País, Madrid, 23-1-1917.

- “La Exposición de los legionarios”, La Correspondencia de España, Madrid,


23-1-19 17.

- “Por los legionarios. La Exposición ‘España”’, El Imparcial, Madrid, 23-1-1917.

- “La comida de ‘España’ preside Unamuno”, La Correspondencia de España, Madrid,


24-1-1917.

- “La Exposición a beneficio de los legionarios”, La Época, Madrid, 24-1-1917.


u
- “La Liga Antigermanófila “, España, Madrid, 25-1-19 17

- “La Liga Antigermanófila “, El Liberal, Barcelona, 25-1-1917. e

- “La comida de ‘España”’,La Correspondencia de España, Madrid, 26-1-1917.


a
- “Del Madrid que desaparece. El Palacio del Montijo”, Nuevo Mundo, Madrid,
26-1-1917.
e

e
953

- “La comida de ‘España”’, El Socialista, Madrid, 26-1-1917.

- “Banquete del semanario ‘España”’, La Época, Madrid, 28-1-1917.

- “El banquete de ‘España”’, El Socialista, Madrid, 28-1-1917.

- “Un discurso de Unamuno”, El Diario Universal, Madrid, 28-1-1917.

- “España y la Liga Antigermanófila”, El País, Madrid, 29-1-1917.

- “Insultos del señor Unamuno”, La Tribuna, Madrid, 29-1-1917.

- “En el Palace Hotel el banquete de la revista ‘España”’, El Liberal, Madrid, 29-1-1917.

- “La revista ‘España’ D.Miguel de Unamuno y la Liga Antigermanófila”,La


Correspondencia de España, Madrid, 29-1-1917.

- “Unamuno paga sus deudas. Sobre una fiesta Hispanófoba”, La Nación, España,
30-1-1917.

- “El acto del domingo”, El País, Madrid, 30-1-1917.

-“ ‘La Tribu’ contra Unamuno”, El Socialista, Madrid, 30-1-1917.

- “La comida anual de ‘España’ “, España, Madrid, 1-2-1917.

- “LaExposición de Legionarios”, España, Madrid, 1-2-1917.

- “Discurso de Unamuno”, España, Madrid, 1-2-1917.

- “La revista ‘España’. El discurso de Unamuno”, El Liberal, Madrid, 1-2-1917.

- “La Exposición a favor de los legionarios”, El Diluvio, Barcelona, 5-2-1917.

- “La Exposición a favor de los legionarios”, El Diluvio, Barcelona, 7-2-19 17.

- “La Exposición de ‘España”’, La Correspondencia de España, Madrid, 8-2-1917.

- “La Liga Antigermanófila”, España, Madrid, 15-2-1917.

- “Liga Antigermanófila”, Correspondencia de España, Madrid, 15-2-19 17.

- “Crónica de la Exposición”, España, Madrid, 15-2-1917.

- “La respuesta de España”,El País, Madrid, 19-2-1917.


954

- “Página artistica de la Veu”, La Vea de Catalunya, Barcelona, 20-2-1917

- “La Exposición de los Legionarios”, España, Madrid, 22-2-1917.


e
- “La Liga Antigermanófila”, España, Madrid, 22-2-1917.

- “La pintura optimista”, El País, Madrid, 12-3-1917.

- “Subcrición (sic) a favor de los Legionarios españoles”, España, Madrid, 15-3-1917.


e
- “Crónica”, La Veu de Catalunya, Barcelona, 19-3-1917

- “Los artistas independientes”, La Acción, Madrid, 27-3-1917. e

- “Los argentinos en España”, La Mañana, Madrid, 28-3-1917.


e
- “Ecos”,El Poble Catalá, Barcelona, 14-1917.

- “Exposición nacional de trabajos de ciegos”, Diario Universal, Madrid, 2-4-1917. U

- “Exposición nacional de trabajos de ciegos”, La Correspondencia de España, Madrid,


3-4-1917.

- “Subcrición (sic) a favor de los Legionarios españoles”, España, Madrid, 5-4-1917.


a
- “Exposición de arte moderno”,La Correspondencia de España. Madrid. 8-4-1917.

- “Glosari. Retrat futurista”, L ‘Esquellade la Torratxd’, Barcelona, 13-4-1917.

- “Ecos”, ElPoble Catalá, Barcelona, 15-4-1917.

- “Una artista extranjera en la cárcel”, ElLiberal, Madrid, 15-4-1917.


m
- “Un Banquete”, El Día, Madrid, 164-1917.

- “A los artistas españoles”, El Diario Universal, Madrid, 22-4-1917. e

- “Suberición (sic) a favor de los Legionarios españoles”, España, Madrid, 264-1917.


a
- “Exposición nacional de trabajos de ciegos”, ElDía, Madrid, 28-4-1917.

- “Exposición nacional de trabajos de ciegos”, La Mañana, Madrid, 3-5-1917. a

- “Subscripción clausurada”, España, Madrid, 17-5-1917.


a
“XT..... .l~ A ..fl~ T ~ fl. J. 1. ~

- INOICS u un ,L nsqueuaae ¿a .¿orrafra, Barcelona, 25-5-un,.


a

a
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- “Exposició Laietanes”, P’ell i iVou, Barcelona, 1-6-1917.

- “La revista Hermes”, La Esfera, Madrid, 2-6-19 17.

- “Exposición Nacional de Bellas Artes “, Blanco y Negro, Madrid, 3-6-1917.

- “Banquete a Picasso”, Heraldo de Madrid, 5-6-1917.

- “Conferencias”,ABC, Madrid, 8-6-1917.

- “Conferencia notable”, ABC, Madrid, 10-6-1917.

- “Exposición Nacional de Bellas Artes “, Blanco y Negro, Madrid, 10-6-1917.

- “Subcripción de los Legionarios españoles”, España, Madrid, 15-6-19 17.

- “Cosas de la Exposición”, El Parlamentario, Madrid, 17-6-1917.

- “Exposición Nacional de trabajos de ciegos”, Diario Universal,, Madrid, 17-6-1917.

- “Exposición Nacional de trabajos de ciegos”, Gaceta de Instrucción Pública y


Bellas Artes, Madrid, 27-6-1917.
- “Homenaje a un héroe francés”, El Liberal, Barcelona, 4-11-1917.

- “La Exposición de los legionarios”, España, Madrid, 23-11-1917.

- “Ecos”, ElPoble Catalá, Barcelona, 23-11-1917.

- “Banquete a Cansinos Asséns”, La Correspondencia de España, Madrid,


23-12-19 17.

1918

- “Nuestros colaboradores en la Exposición de arte de Barcelona”,Hojas Selectas,


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- “Nuestra Rifa”, España, Madrid, 17-1-1918; 7 y 28-2-1918; 21-3-1918; 9 y 30-5-1918;


6, 13 y 27-6-1918; 4-7-1918.

- “Arte”, La Renovación Española, Madrid, 5-2-19 18.

-“Noticies”, Velí i Noii, Barcelona, 15-2-1918.

- “Un poema de J.M. Junoy”, La Revista, Barcelona, marzo


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u,

uf

a.

uf

a.

u’

a’

a
987

XVI. RELACIÓN DE LAS EXPOSICIONES CELEBRADAS EN MADRID

(19 15-1922)

En este apéndice hemos reunido aquellas exposiciones que más interés causaron

en el ámbiente artístico madrileño. Las exposiciones individuales van detalladas por el

nombre del artista, el lugar y el mes que se realizó mientras que las colectivas, en el caso

de no disponer del nombre exacto del catálogo, las hemos denominado según el nombre

que recibieron de la prensa.

1915

ENRIQUE OCHOA, Salón de Turismo Hispanoamericano, enero.

SEGISMUNDO NAGY, Salón del Palace Hotel, febrero.

LLANACES, en su estudio de la calle Lista, marzo.

GABRIEL OCHOA, Salón Vilches, marzo.

PINTORES INTEGROS (Diego Rivera, María Blanchard, Luis Bagaría y Agustín

Choco), Salón de Arte Moderno, marzo.

TOMAS Y AURORA GUITIIERREZ LARRAYA, Salón de Arte Moderno, marzo.

TOMAS CAMIPUZANO, Salón de Arte Moderno, abril.

K-HITO (Ricardo García), Salón de Arte Moderno, abril.

LÓPEZ RUBIO, Salón de Arte Moderno, abril.

BEITNTMANTN, BRANDT, KURT LEYDE Y PAUL SOLLMANN, Centro Alemán,

abril.
r

988

EXPOSICIÓN DEL CIRCULO DE BELLAS ARTES (Francisco Domingo, Muñoz e


Degrain, Alejandro Ferrant, Martínez Cubelís, Manuel Benedito, López Mezquita,
a
Anselmo Miguel Nieto, Marceliano Santa María, Cecilio Plá, Jaime Morera y Néstor.
Esculturas de Beniliure, Julio Antonio y Eusebio Arnau), en el local del Círculo (Calle —.

del Principe, núm, 4), abril.

GUSTAVO DE MAEZTU, Palace Hotel, abril.

MAXIMINO PENA, Salón Iturrioz, abril.

ENRIQUE VERA, Salón Iturrioz, abril.


a
EXPOSICIÓN NACIONAL DE BELLAS ARTES, Palacio del Retiro, mayo.

ROMERO CALVET, Ateneo, mayo.

EXPOSICIÓN DEL CIRCULO DE BELLAS ARTES (García Lesmes, Robledano,


a’

Gregorio Domingo, Jesús Perdigón, etc.), en el local del Círculo, junio.

C. GARZA RIVERA Y ROBERTO MONTENEGRO, Ateneo, Julio. U

EXPOSICIÓN DEL CIRCULO DE BELLAS ARTES (Ricardo Madrazo, L. H.

Gutuzzo, etc.), en el local del Círculo, agosto.


e
MARIN RAMOS, Salón Vilches, octubre.

EXPOSICIÓN PENSIONADOS DEL CIRCULO DE BELLAS ARTES (José Cruz

Herrera, Aurelio García Lesmes y José Robledano), Salón de Arte Moderno, octubre.
e
MATIILLA, Casa Vilehes, noviembre.

TITO, Salón de Arte Moderno, noviembre. O

JUAN LLIIMONA, JOSÉ LLIMONA Y FELIX MESTRES BORREL, Salón Vilches,


a’

noviembre.
e

a
989

EXPOSICIÓN PENSIONADOS DEL CIRCULO DE BELLAS ARTES (Marín, Colí,

Mareu y Emilio Ferrer), Salon de Arte Moderno, diciembre.

EXPOSICIÓN DE HUMORISTAS, Salón de Arte Moderno, diciembre.

BARÓN DE MYRBACH, Salón de Arte Moderno, diciembre.

I.I.KOWALSKI, Hotel Ritz, diciembre.

FERNANDO LAROCHE, Salón Vilches, diciembre.

1916

FRANCISCO JAVIER WINTHUYSEN, Salón Vilches, febrero.

LOYGORRI, Salón Vilches, febrero.

RAFAEL ESTRANY Y MARTÍ GARCÉS, Salón de Arte Moderno, febrero.

CABANAS OTEIZA Y PEDRAZA OSTOS, Salón de Arte Moderno, marzo.

SANTIAGO RUSINOL, Salón Vilches, marzo.

GERARDO DE ALVEAR, TOMÁS GUTIÉRREZ LARRAYA, ANGEL ESPINOSA Y

FLAVIO SAN ROM.AiN, Sala Arte Moderno, marzo.

GIMENO, Salón Vilches, marzo.

FEDERICO BELTRAN, Salón Palace Hotel, marzo.

RAMÓN LOPÉZ MORELLO, Salón Lacoste, marzo.

LUIS DE LA ROCHA, Salón Iturrioz, abril.

VENTURA REQUEJO Y MARTIINEZ FEDUCHI, Salones de La Cerámica Artística.

abril.

DANIEL ZULOAGA, en su casa de Plaza de Oriente, abril


990

GUSTAVO DE MAEZTU, Salón Tribuna. abril.


e
JUAN ECHEVARRíA, Ateneo, mayo.
a
EXPOSICIÓN DE MINIATURAS DE RETRATOS, organizada por La Sociedad
Española de Amigos del Arte, en el Salón de Bibliotecas y Museo, mayo. e

MANUEL BUJADOS, ANTEQUERA AZP[RI Y CANTÓ, Salón de Arte Moderno,


e
mayo.

GERMAN TAJIBO GONZALEZ, Palace Hotel, mayo. —

FRANCISCO GIMENO, Casa Vilches, marzo.


e
NICOLÁS AQUINO, Salón Artístico, mayo.

IMELDO CORRAL, Casa Galicia, junio. e

HERMES ANGLADA CAMARASA, Palacio de Exposiciones del Retiro, junio.


a’

EXPOSICIÓN DE CARICATURAS GERMANÓFILAS (Bagaría, Bartolozzi, Penagos,

Cerezo Vallejo, Vivanco, Alcalá del Olmo, López Rubio o Varela de Seijas), Salón

Iturrioz, octubre,
e
EXPOSICIÓN DEL CIRCULO DE BELLAS ARTES (López. Mezquita, Verdugo
a
Landi, Marceliano Santa María, Simonet, Carlos Vázquez. Eugenio Hermoso,
Montesinos, etc.), Palace Hotel, noviembre. e

EXPOSICIÓN DEL DOLOR DE ARTISTAS BELGAS (James Ensor, Emile Claus,


a
Fernand Khnopff, Albert Baertsoen, Alfred Delannios, Theo Van Rysselberghe, Victor

Qlisoul, A. Rasseufosse,. .L. Frederic,. Eugéne Laermans Rideir. Alice Ronnes. los u

escultores Constantin Meunier, Vincotte, Paul de Vigné, Victor Rousseau, Dillens,


e
Lalaing, Ch. Van Der Stoffeu, J. Orlleurs, Jules Lagae, etc.,), Palacio de Exposiciones

del Retiro, noviembre. O

u
991

EXPOSICIÓN DE LA ASOCIACIÓN DE ARTISTAS VASCOS, Palacio de

Exposiciones del Retiro, noviembre

RAEMAEKERS, en el Centro Agrario, noviembre.

PAUL SOLLMANN, Ateneo, noviembre.

MARTINEZ VAZQUEZ, Salón Viches, noviembre.

EXPOSICIÓN DEL CIRCULO DE BELLAS ARTES (Daniel Zuloaga, Llorens, Landi,

Huidobro, Ramón Zubiaurre, Cecilio Plá, Botey, etc.), Palace Hotel, diciembre.

NELLY HARVEY Y JOSE ROBLEDANO, Salón Iturrioz, diciembre.

FERNANDO LAROCHE, Salón Vilches, diciembre.

1917

EXPOSICIÓN DE LEGIONARIOS, enero.

III SALÓN DE HUMORISTAS, Galería General de Arte, enero.

MILLADA SJNDLEROVA, Salón Ateneo, enero,

LAUREANO BARRAU, Salón Vilches, enero.

EDUARDO NAVARRO, Salón Ateneo, enero.

EXPOSICIÓN DEL CIRCULO DE BELLAS ARTES (Pinazo Martínez, Luis

Huidobro, Ramón Zubiaurre, Cecilo Plá, Francisco Llorens, Leandro Oroz, etc.), enero.

EXPOSICIÓN DE PENSIONADOS DE ROMA (Murillo, Argelés, Piquero Cotoli,

Bueno, Miago, Roberto Fernández Balbuena, etc.), en los patios del Ministerio de

Estado, febrero.

JUAN CRISTÓBAL E ISMAEL <JONZALEZ DE LA SERNA, Ateneo, febrero.


992

ANTONIO JIMENEZ Y BOIG ASUAR, Galeria General de Arte, febrero. a’

EXPOSICIÓN DEL CIRCULO DE BELLAS ARTES (Domingo Marqués, Maximino


e:
Peña, Juan José Gárate, Roberto Domingo, Sáenz de Tejada, Martínez Vargas, etc.),

Salón del Palace, febrero.

FERNANDO MIGNONI, Ateneo, febrero. a


OLIVET LEGARES Y NOLASCO VALLS, Salón Iturrioz, febrero.
uf

BETTINA JACOMETTI, Casa Socialista del Pueblo, febrero.


EXPOSICIÓN DEL CIRCULO DE BELLAS ARTES (César Femando Ardavín, a

Rodolfo Franco y Florensa), Salón del Palace Hotel, marzo.


e
EXPOSICIÓN DE LOS PENSIONADOS DEL CIRCULO DE BELLAS ARTES

(Pedro Muguruza Otaño, Baltasar Hernández Briz y Gustavo Fernández Balbuena, e

Murillo, Argelés, José Bueno, Piqueras Cotali, Mingo, etc.), en el Salón del Palace
e
Hotel, marzo.

CELSO LAGAR, Galeria General de Arte, marzo.

EXPOSICIÓN DE ARTE MODERNO (Pradilla, Chicharro, Alejandro Fabrés Ferrant,


e
Santa María, Ortíz Echagúe, Plasencia, Alcalá Galiano, Martín Rico, Jiménez Aranda,
a’

Pinazo, Villodas, Meifrén, Espina, Julio Gros, Garcia Sampedro, Ismael González de la
Serna, Ruiz Guerrero, Agrasot, Saint-Aubin, Carlos de Haes, Gros Bermejo, Pulido,

Prieto, Viniegra, Gil Bergara, Labrada, Alvarez Dumont, Domingo Muñoz, Poy Dalmau,
e
Puig Roda, etc, junto a otros cuadros de Antonio Jiménez y Fúster, Benito Tegerino,

etc.), Galeria General de Arte, marzo. e

a’
993

EXPOSICIÓN DE LA ASOCIACIÓN DE ARTISTAS ARGENTINOS (José A.

Merediz, Alfredo Guttero, José M.Gavazzo Buchardo, Fray Guillermo Butíer, Pablo

Curatella Manes y Numa Rossolti), Salón del Palace Hotel, abril.

ENRIQUE VERA Y SALES, Salón Iturrioz, abril.

DANIEL ZULOAGA, en su casa de la plaza de Oriente, abril.

XAVIER NOGUES, Salón Ateneo, abril.

LUIS HUIDOBRO, Salón Ateneo, abril.

EXPOSICIÓN DEL CIRCULO DE BELLAS ARTES (Alvarez Sotomayor, Manuel

Benedito, Moreno Carbonero, Llorens, Domingo Marqués, Martínez Cubelís, Cecilio

Plá, Zaragoza, Valentín y Ramón Zubiaurre, Martínez Cubelis, Hermoso, Bea, Foms,

Ernesto Gutiérrez, Hemandez Nájera, Espina, Esteve Botey, Castro Gil, Urquiola, Santa

María,Villa Arrufat, Ramírez Montesinos, Piñole y otros, además de la individual que se

exponía del artista Pinazo Martínez), Salón del Circulo, abril.

EXPOSICIÓN DE ARTE MODERNO (Pradilla, Chicharro, Ferrant, Santa Maria,

Alcalá Galiano, Martin Rico, Jiménez Aranda, Saint-Aubin, Gros Bermejo, etc.), Galeria

General de Arte, abril.

FELIPE BELLO PINEIRO, Salón del Centro Gallego, mayo.

ENRIQUE OCHOA, Salón de Arte Moderno, mayo.

CARLOS ALBERTO CASTELLANOS, Salón Iturrioz, mayo.

FERNANDO MIGNOM, Ateneo, mayo.

E. BRANEZ, Ateneo, mayo.

RICARDO BOLADO, Centro Asturiano de Madrid, mayo.


994

EXPOSICIÓN NACIONAL DE BELLAS ARTES, Palacio del Exposiciones del Retiro,

junto.
0=

SERRANO HIDALGO, Salón Lacoste, octubre.

EXPOSICIÓN DEL CÍRCULO DE BELLAS ARTES (Benjamín Palencia, Esteve a’

Botey, Pedraza Ostos, Sanchis Yago, Vicenta Sanz, Varela de Seija, Verdugo Landi,
U

Miguel Argiz, Vázquez Diaz, Eva Aggerholm, Inocencia Soriano, Juan José y Sixto
uf

Moret de la Llana, Eugenio Oliva, Parada Eguilaz, Ruiz Morales, Juan Ferrer, Miguel de
la Cruz Martin, Luis Bráñez de Hoyos Sotomayor, etc.), Salón del Círculo, octubre.
u
CARDUNETS, Ateneo, noviembre.
a
MARTA SPITZER, Salón Lacoste, noviembre,
KURT LEYDE, Ateneo, noviembre. a

1918

MiUNOZ MURATO, Ateneo, enero.


u
ANTONIO GOT, Palace Hotel, enero.

MANUEL ALFONSO Y QUINTANA, Salón Lacoste, enero.

IV SALÓN DE HIJMORISTAS, Círculo de Bellas Artes, febrero. a


EXPOSICION DE AGUAFUERTES (Goya. Goya, los de Peleguer, Urrabieta, Alenza.,
a
Fortuny, Galván, Gálvez y Giraldo, Regoyos, Verger, Esteve Botey, Lhardy, Castro Gil,
Espina, Cámara Moreno, Lobo, Milada Sindíerova, Arteta, Larraya, etc.), Salón del a

Ateneo, febrero.
e

u
995

EXPOSICIÓN DE TAUROMAQUIA, organizada por la Sociedad de Amigos del Arte,

Biblioteca Nacional, febrero.

EXPOSICIÓN DEL CÍRCULO DE BELLAS ARTES (Alonso Quintana. Bernardine,

Bujados, Carlos Castellanos, Domenech, etc.), Salón del Circulo, febrero.

ENRIQUE OCHOA, Salón Mateu, febrero.

EXPOSICIÓN DE LA ASOCIACIÓN DE ALUMNOS DE LA ESCUELA DE

BELLAS ARTES DE SAN FERNANDO (Félix Alonso, Pascual Ayala. Miguel

Bernardii, Cecilio Cámara, José Frau, Manuel Castro Gil, Angel Carrasco, Matilde

Calvo, Munuel Gumucio, Bienvenido Lafúente, Femando Martínez, Marcial Mufliz,

Matilde Mercader, Alejandro Pardiñas, NP Luisa Pérez Herrero, Rafael Pérez Hidalgo,

Timoteo Pérez Rubio, Gregorio Prieto, Lucio Roldán, Eugenio Ramos, Joaquín Roca,

Fernando Sánchez ArgÚelles, Federico Salces, Joaquín Valverde, Carlos Sáenz de Tejada

y Virgilio Vera; en escultura Rosa Chacel, Ricardo Colét, José Chicharro, Manuel

Pascual, Antonio Martínez, Daniel Pifleiro, José Rubín, Jerónimo Salazar, Teodoro

Terradillos; y en grabado Cecilio Cámara, Manuel Castro Gil, Antonio Lobo, Marcial

Muñiz y José López LImas), en la clase de pintura de la Calle Alcalá, marzo.

CARLOS ALBERTO CASTELLANOS, ROBERTO MONTENEGRO Y FEDERICO

SCHULTHEIS, Salón de Bellos Oficios del Circulo de Bellas Artes, marzo.

FERNANDO GARCÍA ALEGRIA, Salón Lacoste, marzo.

EXPOSICIÓN DE LA SOCIEDAD ALPINISTA DE PEÑALARA (Huidobro, Espina,

Ferrer, Robledano, Milada Sindíerová, Casimiro Sáinz, Antonio Prats, Luis Bea,

Martínez Vázquez, Vicente Carrasco, Núñez Losada, Borrelí, Bertodano, Sánchez

Granados, etc.), en los patios del Ministerio de Estado, marzo.


996

ALFREDO LOBOS, Salón del Ateneo, marzo,

PASTOR ARGUDIiN Y PEDROSA, Centro Asturiano de Madrid, marzo.


uf

TOMÁS Y AURORA GUTIÉRREZ LARRAYA, Salón del Ateneo, abril.

ENRIQUE MUÑOZ MURATO, AGUSTIN FERRER Y KOLONIC GOUSSEFF, e

Salón Mateu, abril.


e
MUNOZ MORILLEJO, Salón del Ateneo, abril.

GUIDO CAPROTTY DA MONZA, Salón del Circulo de Bellas Artes, abril. a

JOSÉ BRUDIS BRIADA, Salón Vilches, abril.


u
EXPOSICIÓN DE ARTISTAS POLACOS (Maijan Paszkiewicz, Josef y Wanda
e
Pankiewicz, Wladyslaw Jahl y Waclaw Zawadowski), en los patios del Ministerio de
Estado, abril.

DANIEL ZULOAGA, en su casa de la Plaza de Oriente, abril.


e
GUILLERMO BUILER, Ateneo, abril.

EXPOSICIÓN DE RETRATOS FEMENINOS (Zurbarán, Carreño, Goya. Pantoja de la e

Cruz, Alenza, Coello, Madrazo, etc,), organizada por La Sociedad de Amigos del Arte,
e
en el Palacio de Bibliotecas y Museos, mayo.

EXPOSICIÓN DE ARTE CONTEMPORANEO FRANCÉS, en el Palacio de

Exposiciones del Retiro, mayo.

EXPOSICION DE PINTURAS DE LA SEGUNDA MITAD DEL 5 XIX, (Pinazo,

Martín Rico; Francisco Domingo, Pradilia, Soroila, Casanova, Menéndez Pidal, Ferrant y u’

Zuloaga), Salón Iturrioz, mayo.

a
997

EXPOSICIÓN DEL CÍRCULO DE BELLAS ARTES (Juan José, Francisco Llorens,

Daniel Zuloaga, Nicolás Raurich, Juan Luis, Vázquez Díaz, Gutiérrez Larraya, Juan

José, Adelardo Cavarsi, Ernesto Gutiérrez, Enrique Ochoa, Milada Sindíerová Alda

Uribe, P. Ysern, etc.), Salón del Círculo, mayo

C. GARZA RIVERA, Ateneo, mayo.

VICTORIA MALINOWSKA, Salón del Circulo de Bellas Artes, junio.

DANIEL VAZQUEZ DIAZ, Lacoste, junio.

MUNOZ DEGRAIN, Sala Cervantes de la Biblioteca Nacional, junio.

RICARDO MARIN, Palacio de Exposiciones del Retiro, junio.

MIGUEL VTLADRICH, Ateneo, jumo.

CIRILO VARA DE RUEDA, Palace Hotel, junio.

TOMAS GUTIIERREZ LARRAYA, Salón Mateu, junio.

SEGISMUNDO NAGY, Teatro Real de Madrid, junio.

OHLSEN Y JOSÉ MARIA PALMA VELASCO, Centro de Funcionarios Civiles de

Madrid, junio.

EXPOSICIÓN DEL CIRCULO DE BELLAS ARTES (Manuel Escudero, Juan Rio

Rosas, Ernesto Ricio, Marín Castellanos, etc.), Salón del Círculo, julio.

C GARZA RIVERA Y ALBERTO CASTELLANOS, Circulo de Bellas Artes, julio.

EXPOSICIÓN DEL CIRCULO DE BELLAS ARTES (Enrique Brañez, Benjamin

Palencia, Juan José García, Enrique Ochoa, Rafael Sanchis Yago, Milada Sindíerová,

Daniel Vázquez Díaz, Ricardo Verdugo Landi, Sixto Moret, etc.), Salones de la Plaza de

las Cortes, núm, 4), octubre.

LEONARDO ALENZA, Círculo de Bellas Artes, noviembre.


e

998

PILAR MONTANER SUREDA, Círculo de Bellas Artes, noviembre,

GEORGE OWEN WYNNE APPERLEY, Palace Hotel, noviembre.


e
VICTORIA M.ALIiNOWSKA, Círculo de Bellas Artes, noviembre.

ANDRES MARTINEZ DE LEÓN, Sala Gónzalez, noviembre.

WYNDHAM TRYON, Ateneo, noviembre.


a’
LUIS DE LA ROCHA, Salón Iturrioz, noviembre.

CELSO LAGAR, Ateneo, noviembre. u

ADOLFO TEWES, Ateneo, diciembre.


u
JOSÉ PLANES Y J. 5. ARIZMENDI, Ateneo, diciembre.

SEGURA ZARATE, Salón de Arte Moderno, diciembre. U

PI’NAZO MARTINEZ, Círculo de Bellas Artes, diciembre.


a
EXPOSICIÓN DE LOS PMSAJISTAS DEL PAULAR (Francisco Llop, Andrés F.

Cuervo, Timoteo Pérez Rubio, Gregorio Prieto, José Frau, Adolfo, Húbner, Octavio a’

Pinto y Cuba y Eugenio Olivera), Sociedad de Amigos del Arte, diciembre.


a

u
1919

ERNESTO GUTÉRREZ, Ateneo, marzo.


e
RAFAEL BARRADAS, Libreria Mateu, marzo.

V SALÓN DE HUMORISTAS, marzo.

JULIO ANTONIO, Teatro Real, abril.


e
TOMAS MARTIN, Círculo de Bellas Artes, abril.

GREGORIO PRIETO Y ERNESTO GUTIERREZ, Ateneo, abril. a

U
999

LUIS HUIDOBRO, Sociedad de Peñalara, abril.

GABRIEL GARCÍA MAROTO, Ateneo, abril.

VICTORIA MALITNOWSKA, Iturrioz, abril.

1920

EXPOSICIÓN DE FOTOGRAFÍA (González Nieto, Martinez Rubio y Pomareda),

Ateneo, enero.

ENRIQUE VERA, Salón Artístico, enero.

HANS POPPELREUTER, Salón de Arte Moderno, febrero.

GUILLERMO CAMPO HERMOSO, Ateneo, febrero.

MARTINEZ ABADES, Salón del Círculo de Bellas Artes, febrero.

ANGEL CAUSILLAS, Salón Artístico, febrero.

RAFAEL BARRADAS, Ateneo, marzo.

VI SALÓN DE HUMORISTAS, marzo.

JOSE LLANACES, Patios del Ministerio de Estado, marzo

GONZALEZ GARANO, Salón Vilches, abril.

PAUL SOLLMANN, Círculo de Bellas Artes, abril.

ERNESTO RICCIO, Ateneo, abril.

VICENTE DORDA, Salón Artistico, abril.

OCTAVIO BIANQUI, Local Jorge Juan, abril.

MANUEL BUCETA, Ateneo, abril.

EULOGIO BLANCO, Salón de Arte Moderno, abril.


1000

SEGISMUNDO NAGY, Teatro Real, mayo.

VICTORIA MALINOWSKA, Ministerio de Estado, mayo.


u
MARIN CASTELLANOS, Salón Artístico, mayo.
e
PEDRAZA OSTOS, Circulo de Bellas Artes, mayo.

RAFAEL FORNS, Academia de San Fernando, mayo. e


ALFONSO CASTELAO, Salón Casa de Galicia, mayo.
uf
JUAN JOSÉ, Salón de Arte Moderno, mayo.

V EXPOSICIÓN DE FOTOGRAFÍAS DE MONTAÑA, Sociedad Peñalara, mayo. a

EXPOSICIÓN DE OBRAS DE ARTISTAS ESPANOLES (Eugenio Hermoso, Ramón


u,
Casas, Miguel Blay, Santiago Rusiñol, Celicio Plá, Madraza, Moisés, Galwey, etc.),

Hotel Ritz, mayo. e

JULIAN GAMONEDA, Palace Hotel, mayo


a
EDUARDO TAM, Teatro Real, mayo.

BACKAIS-MARTIN, Salones Freddy’s, junio. e

ANTOMO NAVARRETE CAMACHO, Ateneo, jumo.


e
EXPOSICIÓN NACIONAL DE BELLAS ARTES, Palacio de Exposiciones del Retiro,
e
jumo.

MA. SANTANA, Ateneo, julio. e

JANS OLSGAARD, Salón de Arte Moderno, julio.


e
FARTIGAS DERNIS, Circulo de Bellas Artes, julio.

ENRIQUE J _CRUCET_Salón_Artístico octubre. a

1 SALÓN DE OTOÑO, Palacio de Exposiciones del Retiro, octubre.


o

a’
1001

JANS OLSGAARD, Salón de Arte Moderno, Julio.

F ARTIGAS DERNIS, Circulo de Bellas Artes, julio.

ENRIQUE J CRUCET, Salón Artístico, octubre.

1 SALÓN DE OTOÑO, Palacio de Exposiciones del Retiro, octubre.

SONIA DELAUNAY, Librería Mateu, diciembre.

SEBARTIAN AGUADO Y MARIA LUISA VILLALBA, Círculo de Bellas Artes,

diciembre.

LORENZO AGUIRRE, Salón de Arte Moderno, diciembre.

ELISEO MEIFREN, Circulo de Bellas Artes, diciembre.

1921

CRISTOBAL RUIZ, Ateneo, enero.

MARIANO BERTUCI{I, Salón de Arte Moderno, enero.

LORENZO AGUIRRE, Arte Moderno, enero.

RAFAEL BARRADAS, Ateneo, febrero.

VAZQUEZ DIAZ Y EVA AGGERHOLM., El Palacio de Bibliotecas y Museos, marzo.

VII SALÓN DE HUMORISTAS, marzo.

EXPOSICIÓN DE ARTE HUNGARO, Teatro Real, abril.

VERDUGO LANDI, Circulo de Bellas Artes, abril.

TOMAS GUTIERREZ, Arte Moderno, mayo.

VICTORIA DURAN, Ateneo, mayo.

RUTH VELAZQUEZ Y SANTIAGO SEGURA, casa particular, mayo.


1002

DARIO DE REGOYOS Y SEBASTIAN MIRANDA, Museo de Arte Moderno, mayo.

LEANDRO OROZ, Circulo de Bellas Artes, mayo.


uf

GUSTAVO BACARISAS, Biblioteca Nacional, junio.

JUAN ESPINA, Círculo de Bellas Artes, junio. a

u
ENRIQUE OCHOA, Salón de la Gran Vía, octubre.

II SALÓN DE OTOÑO, Palacio del Retiro, octubre. a

EXPOSICIÓN DEL MUSEO ROMANTICO, Sociedad de Amigos del Arte, noviembre.


a
EXPOSICIÓN DE OBRAS DEL MUSEO DEL GRECO, Sociedad de Amigos del Arte,
a
noviembre.
JULIO MOISES, Círculo de Bellas Artes, noviembre. u,

VICENTE ABAD Y CARMELO VIVENT, Salón de Arte Moderno, diciembre.


a

1922
a

JUAN ESPINA Y CAPO, Salón Arte Moderno, enero. u

AGUADO ARMAL, Ateneo, enero.


a
FRAiNCISCOVICH, Circulo de Bellas Artes, enero.

RAFAEL ALBERTI, Ateneo, enero. —

JOSÉ DE ROCHER, Circulo de Bellas Artes, enero. a


FRANCISCO COSSÍO, Ateneo, febrero.
a
EXPOSICIÓN TAUROMAQUIA, Círculo de Bellas Artes, febrero.

a
1003

II SALÓN INTERCIONAL DE FOTOGRAFÍA, Salón permanente de la Plaza de las

Cortes, febrero.

JOAQUIN TERRUELLA, Salón Arte Moderno, febrero.

EXPOSICIÓN FIESTA DEL TATUAJE (Julio Romero de Torres, Anselmo de Miguel

Nieto, Rafael Penagos, Manuel Tovar, Sirio, etc.) en Foms Palace, febrero.

ADOLFO FARGNOLI, Vilches, marzo.

FIDEL AGUILAR, Gran Vía, marzo.

EXPOSICIÓN PENSIONADOS DEL PAULAR, Palacio de Bibliotecas y Museos,

marzo.

ANDRES MARTIN LEÓN, Liceo de América de Madrid, marzo.

NICOLAS RAURICH, Salón Lacoste, abril.

EUGENIO HERMOSO, Palacio de Bibliotecas y Museos, abril.

EMILIO FERRER CABRERA, Círculo de Bellas Artes, abril.

LUIS BARRERA, Círculo de Bellas Artes, abril.

EXPOSICION NACIONAL DE BELLAS ARTES, Palacio de Exposiciones del Retiro,

mayo.

DANIEL ZULOAGA, Museo de Arte Moderno, mayo.

BERNARDINO DE PANTORBA, Ateneo, mayo.

VIII SALON DE HUMORISTAS, Palacio de Bibliotecas y Museos, junio.

EVARISTO VALLE, Palacio de Bibliotecas y Museos, junio.

EXPOSICIÓN DE DIBUJOS ESPAÑOLES, organizado por la Sociedad de Amigos del

Arte, Palacio de Bibliotecas y Museos, junio.

EXPOSICIÓN MUÑOZ DEGRAIN, Real Academia de San Fernando, junio.


1004

EXPOSICIÓN VILLEGAS Y FRANCISCO PRADILLA, Real Academia de San


e.

Fernando. julio.

III SALÓN DE OTOÑO, Palacio del Retiro, octubre.

FRANCISCO PONS Y ARNAU, Galería Sagaseta, octubre

MARTINEZ VAZQUEZ, Salón del Circulo de Bellas Artes, noviembre.


u
PENSIONADOS DEL PAULAR (Joaquín Roca, Joaquín P. Peinado, Manaut Viglietti,

Sánchez Argúelles, Morales Alarcón, Ricardo Bernando y Enrique Simonet Castro),

Cartuja del Paluar, noviembre.


u
MELCHOR DOMENGE, Salón del Circulo de Bellas Artes, diciembre.

GABRIEL GARCÍA MAROTO, RAFAEL BARRADAS, JAVIER WINTHUYSEN Y

CRISTOBAL RUIZ, Ateneo, diciembre.


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ESPOSOS AGUADO, Salón del Círculo de Bellas Artes, diciembre.
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10(.)5

APENDICES DOCUMENTALES

1 CATALOGOS DE EXPOSICIONES DE VANGUARDIA

1.1. EXPOSICIÓN DE CELSO LAGAR Y HORTENSIA

BEGUE EN LAS GALERIAS DALMAU (1-1915) 1006-1007

12. EXPOSICIÓN DE PINTORES

ÍNTEGROS (111-1915) (FACSÍMIL) 1008-1013

1.3 EXPOSICION DE CELSO LAGAR

EN LA SOCIEDAD ATHENEA (111-1915) 1014-1015

1 4 EXPOSICIÓN DE CELSO LAGAR EN LAS

GALERIAS LAYETANAS (IX-1916) 1016-1019

1.5. EXPOSICIÓN DE RAEMAEKERS (XI-1916) 1020-1021

1.6. EXPOSICIÓN DE CELSO LAGAR Y HORTENSIA

BEGUE EN LAS GALERIAS LAYETANAS (IV-1918) 1022-1024

1 7. EXPOSICION MANOLO LAGAR EN LAS

GALERIAS LAYETANAS (X-1919) 1025- 1026


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5 El Tren de Franga.
6 Camí de Sant Daniel.
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8 -El «Pont-neuf». (Coilecció particular.)
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y io Les nojes fent punta.
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1* 20 El Plat de pones.
La Noja de la cadira negra. u,
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4’., 22 Retrat de Xavier Montsalvatge.
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23 La Reforma.
U 24 Casa de pagés. (Hautes Pyrennées).
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25 Camí de la font. (Girona).
26 El Segador.
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27 Sant Pete.. (Girona).
28 Iglesia de Santa Eulalia. (Horta). —. 4

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29 Estudi de paisatge.
1 30 El Molí..
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31 Les barques.
La Iglesia.
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34 Gerra de flors. e

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‘2 Cap de ‘ikna.
- 3 Natura Mona.
4 ~Estudi pera el grupu tallat amb pedra
«Le Printemps». 1914.
5 M aternitat.
6. .~Paisatge~deiBianes.
y Retrat d’un home.
8 Venut.
9 Venut.
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ío Venut.
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del xi al x8, croquis de nu.

Olita dc VJIaoo.a,imprnor B.rceioo.

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“-5~ Cap Oc nen en blau
6 Cap 8. nená

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444 •?Reiféx en fornza.#nica


~< ,~. ~8 ~i¿Rai4 guyneme¿ Sonpne
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(ded¡cat a 1- M. ]unoy)
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10 Cap ¡ paisaige
11 : Ces 6arraque~

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31 6studi de retrat a
32 5»buir a’ la plomo’
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34 7aisatge de irona
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1027

2. DOCUMENTACIÓN ADMINISTRATIVA

2,1 ESTADO DE QUERELLAS CONTRA LA PRENSA ESPANOLA

POR ATAQUES AL EMPERADOR DE ALEMANIA(1914) 1029- 1032

2.2. CARTA DEL EMPERADOR ALEMAN AL MINISTRO DE

ESTADO (12-7-1916) 103 3-1034

2.3. CARTA DE LA EMBAJADA ALEMANA AL MINISTRO DE

ESTADO (2-9-1916) 1035

2.4. CARTA DE LA EMBAJADA ALEMANA AL MINISTRO DE

ESTADO (11-11-1916) 1036

2.5. CARTA DEL MINISTRO DE ESTADO AL MINISTRO

DE LA GOBERNACION (14-11-1916) 1037-1038

2.6. CARTA DE LA EMBAJADA ALEMANA AL MINISTRO DE

ESTADO (16-11- 1916) 1039

2.7. CARTA DE LA EMBAJADA ALEMANA AL MINISTERIO

DE ESTADO (26-11-1916) 1040

2.8. CARTA DEL MIMSTRO DE ESTADO AL MINISTRO

DE LA GOBERNACIÓN (27-11-1916) 1041-1042

2.9. NOTA VERBAL DE MINISTRO DE ESTADO AL

EMBAJADOR DE ESPANA EN BERLIN (28-11-1916) 1043

2.10. CARTA DE EMBAJADOR DE ESPANA EN BERLIN

AL SECRETARIO DE ESTADO (30-11-1916) 1044-1045


‘E

1 (.128

e:

2.11. CARTA AL EMBAJADOR DE ESPAÑA EN BERLIN


e:
(6- 12-1916) 1046

2.12. CARTA DE LA EMBAJADA ALEMANA AL MINISTRO e


DE ESTADO (5-1-1917) 1047- 1049
uf
2.13. TELEGRAMA DEL MINISTRO DE ESTADO AL DE
GOBERNACIÓN (6-1-1917) 1050- 105 1 U

2.14. CARTA DEL MINISTRO DE ESTADO AL DE


uf

GOBERNACIÓN (13-1-1917) 1052

2.15 TELEGRAMA DEL MINISTRO DE GOBERNACIÓN u

AL DE ESTADO (20-1-1917) 1053- 10 54


u.
2.16. CARTA DEL MINISTRO DE ESTADO AL DE
0.
GOBERNACIÓN (30-1-1917) 105 5-1057

2.17. CARTA DE LA EMBAJADA ALEMANA AL MINISTRO 0.

DE ESTADO (15-2-1917) 1058-1059


e
2.18. CARTA DE LA EMBAJADA ALEMANA AL MINISTRO

DE ESTADO (19-2-1917) 1060-1062 e-

2.19. CARTA DEL MINISTRO DE GOBERNACIÓN


e
AL DE ESTADO (23-2-1917) 1063

E.

505

0-

e..
1029

stad~ de las querellas presentadas pcr la Fiscalía de 1’ Audiencia de


:.:aaría c0ntra la Prensa p>.r ataques al Ernperadúr dé Alemi4a,4. su Nación,

y ~. su Ejercitc’.

1.914.
FEChA
DEL ‘IT’ULO DEL FERIODICO. TITULO DEL ARTICULO DELITO.
PERI 9D100.

Agosto 4. ‘u>
=spananueva. “Emperadores homicidaS’ .In.jurias al
Emperador Al eman.

Agosto 2. o...l Socialista. “La derrota del Impemalismo”.Inju—

rías 4. la Nact¿n álet ma.


Agosto 10. :1 Socialista. “Las aves de rapiña”. “fljurias 4. la

::ací¿n Alemana.
Sepbx’e 19. Dl ?.adtcal. “..esrig”urafldc, la ver CÓ .Injurias d.

Estilo eur~peo.Injurf te 16 la Nacion


Alemana.
Sepbre 12½ El Radical. •r “Lo que es A1emania~ “ ‘~jurias 4. la

Nación Alemana.
Sepbre 17. £1 Socialista. “Abajo el Imperialismc Injurias 4. la
Nación Alemana.
Sepbre £1. El Radical. “El bandalismo Aleman’ <Injurias 4. la
llaci¿n Alemana.

~epbre 22. España Nueva. “¡Ob la honesta germar aUlnjurias 4.


la Naci¿n Alemana.
Sepbre 25. España Nueva. “El que no se coneneis . . a a “Injurias
4. la Naci¿n Alemana.

Sepbre 27. A Radical. “La demencia de Guillermo IT”aInju


rías 4. la Nación Alemana.
r
1030

—2—
e:
FECHA DEL
PEPTOD 1 _____
2IZLD~~T~ PT~TÓ’”~T(’.Ó TITULO DEL ArTCDTJO ~LL¡L=~~~

Sepbre 27. La Acción Socialista. “El. nuevo Jupiter”.” ‘tjurias 4. la Nt- fí

ci,5n Alemana.
u
Sepbre 29. El Socialista. “El mar”.Injurias 4. La Nación Alema—

na.
u,
Sepbre LS. España Nueva “El Kais~r ju7gado ~r wx aleman”.
Injurias al Emperad~. r Aleman.

Sepbre 29. España Nueva. “Dormirá tranquilo” tnjurias 4. la


.

Naci¿n Alemana. U

tOctubre lE~a España Nueva. !njurias en la pubí :ación de entre-


ml
¡ tilet 4. la Nación A emana.
Octubre 19. España Nueva. • “Guillermo II en la intimidad.” .1n
U
¡ jurias al Emperador de Alemania.
Octubre t. El ?usil. “El Kaiser condenadJ.Injurias al

perador Alemana
Noviembre 28. Los Sucesos. “La barbarie Aleman’.”.(Dibujo).In— mt

jurias 4. la Nación 2.-emana.


u
=4oviembre YO. El Liberal. • “Dos alemanes en la Dalle de Juan
de Mena” .Injurias 4. los súbditos
u,
alemanes.
Diciembre La heraldo de Yadrid. “Ante la gran bataLa¾Injurias A —
la Naci6n Alemana.

Diciembre 17. El Radical. “Profecía sobre el ‘in de Alemania”. u’


Injurias A la Nació Alemana.
mt
Diciembre 27. El Radical. “Hombree y coeas’.I’.juri&s A la Na—
ci¿n Alemana.
u’

u’

a
1031

1..915
FECHA DEL TITULO DEL PERIQDICO
FERIDZICO TITULO DEL ARTICU O Y DELITO.

~nero 26. A. La O. “Las caricaturas ~e la g-uerra%in—


jurias 4. la Nación Alemana.
Febrero 7. “Por la libertad por la civiliza—
A Radical.
cidnt,injurias A a Nación Alemana.
Febrero 10. España Nueva. Injurias en la publicación de una

caricatura 4. la U ción Alemana.

Febrero 12. El Radtcal. <4La acción de Ale:.3nia%injuriaa 4.

la Nación Alemana.

Febrero 12. España Nueva. “Chirigotaá imper ales”,ínjurias 4.

la Nación Alemana,

Febrero 28. España Nueva. !njurias 4. la Nec’ Sn Alemana en la

publicación de varios dibujos.

-a tarro 2. El bobo de Coria. Injurias al Emper’vlor de Alemania


en la publicadión le dibujos.

A Radical. “La locura de Gui termo”,injurias al

.0arzo 8. Emperador de Alem’ qia.

Abril 4. Injurias al Ernper br de Alemania en


?. España Nueva.
una fotografía publicada.
“El crimen organi:’ado%tnjurias 4. la
:.:ayo 10. España llueva.
Nación Alemana.
“Toda España contra Alemaniatinju—
~ayo lOa El Radical.
rías 4. la Naci¿n Llemana~
“El. crimen de Ale” 3nia”,injuri.aE 4.
~ayo 11. El Radical.
la Nación Alemana.

“Insen&atez ¿ principio del fin%in—


L~ayo l~3. El Radical.
jurias 4. la Nació Alemana.

España Nueva. “Diario del Conde Axil Von


¿¶ayc 25.
injurias 4. la Nac Sn Alemana.

.
r
1032

FECHA DEL
~ 20 ~ffirT P~TÓnTCO TITULO DEL A.RTTCUuC Y rrt.TTO
e
Mayo la El Radical. “Por la patria y pci- el ideal”,inju-
rías 4. la Nación Al mana.
e
Junio 1. El Radical. “Víboras y viborezr-os”,injurias 4. la

Nación Alemana. e
Junio ‘7. El Pata. “Mí viaje al frente de la guerra”,

injurias 4. la NaciÑ’¡ Alemana. e

Junio 27. Los Earbaros. “Francofilos”,injua ~as 4. la Nación


a
Alemana.
Julio LO. rapaña :iueva. “La voz de la sang~”,injurias 4. las
a
naciones alemana y tustriaca.

Julio 22. España Nueva. “El Emperador anda.i io%injurias al U,

Emperador de Alemar a.—


•0

.
1033

COPIA ThAvUOIflt .e

Z1 ~baJador dG AlemanIs fl ~ : ..nUtro de msta~


kadrtd, 12 de 3ulto dc 3.916.—
¿.ée5or Ltnistra;
Lo~ procedimientoS cada vez mas atontato0 ‘os al honor de
TMaci.oaea
¿Jemanto. puc~tot era pr¿otica por la propaganda d las
a3iad~’.-~ en £tpafta me obligan u. exponer a V.3. lo u. sigue
~ Vuecencia conoce que la propaganda alemana U\ Zmptm. me ha é
abstenido deudo el aozdenzo de 2am hastilidodeb k ata. hoy de orn—
lUmni4r y a
0acar el honor de los engatgos do áiez ~uia • AUfl loe
datoL oficialeb reunidas por al Uobierno Imparia) sobre las cuse.
rObaB at:’ooidadeb oornotid~u por 16 población bol¿ y el ejercitO

rusa en 3a Prusia <rientai. — que en gran parte ft ron Llamda.

of±c±aJzentea cor¿ociwignto del Gobierno Real - rs han sido ne

plotaGoL por nueetr~ prapagt<nda en £óp&$& • Ii.OVL tarata. reuerft


y’.. de 1 .x propftgand¿ tU cm:.na — recor,oc±~a por @tr¡ psat. varias
vecd~> par Y.-. y ~.ut prcd~ceLores — ca se debe CL máto alguno a.

faltu. de doc’amento~ relativos a Los horrores come ido. por los


adver~a¿t”ioa ~e ,demax¡i~.. winó que estan diotaega e cl u st. y wnecte
con el re~peto que r~os merece el pueblo e.pañol L cual AlemantA
quiere convencer de la justicia de mu buena causa por la fuersa
de los hechos y nó inoulotudole un odio artificiL contra mus
cáuYerbarion .—

cor el Contrario lau propagand~ inglesa • fra~


esa y.- belga
no re0ruoeden ante loe relatos e tiustracionea ML
repugnante,
propa¿adou con profu~íón que tienen por único obj
~o mauchar al.
ho¡ior dc LU~. ~ .- Coma prueba de lo que pr
sede tungo la
honra de rumitir V..¿. bajo GbCoO pi Lego alerto n
nero ~e .¡.e
fol2e~os • aiguuaa de 2ot~ cuai.eb •bt¿n impresos •¡
Zs~Ia .Zn
cuanto a lo~ Cibujos do Raamaker. • que ea Yarim.b
)C8StOfl•5 he
hecho objeto de ~njy recIeg~cjo~g» • son rapartíÉa~
ultS.mamnente 4.
nuevo era mi) Ob do ejemplare, con leyenda, en leran wa~~ -
j
1034

-t
en isa provincias re~;ectiva~ .—

•1

De continuar ebta propaganda deaenfueaado. •inaampatible ca.


la neutra3 idz~d de UpaBa , me vería obligado a reaunolar a la “m-
e:
sirva oboervada hasta ahora • Bn efecto me verla obligt¡do ase ~

guir el ejemp2o de 3os adveraarios de 0Liemanta y a Iniciar tWA. e

cmmpalla dc 1a~ mau encu.rnizada~ cont’a los ouiumnl.wiores de rau u— -,

e
tro honor dando a la ma-. amplia puU toldad coza todos los medio
a mi. J.o5.nce, todos lo~ dato~s , dibujos, fotogr~f%s. etc, re.
U

Lnttvos a la~ atrocidadoL.- cornt±t±dab;or los ~nemIgoa de ¿Ueman x


CutdL.dOb~Jfúntc reunidou por el ~oblerno Imperial ¿ fin do pr , uf

>ar a la ophztén púLlica •bpa!~ola donde se enaucratran los vurd -

a
Leras cumplsbleu .—
Aote~ d;. auoptar una dechl¿n sotre el particular tengo sin
a
Cargo la honra de ~rotcstar ur.a Yaz mni y furralueflte aoutr&

• j~re cirou¿ación go eren Amprecos vorgonsnou y4tunt~t@t@ 4t” ~


LtttÉZ.L ~ --.0.-.

?:‘ó& :oú<r i..Vaitar ~ ni ~o’u&arnO d~ 1 ¿ de¡4b1¿n adoptada p e

1 Gobierno lt¿2.- teñgo La honro. de rog~ a V.4. que se SIrVA h -

~rme fhtue ~o m~ ;ronto p..~aibie si el Uobierno Iteal está día Leí. e

O & tom4r la~ medidab necosarisa para impedir en’lo futuro ¡a


u> . 1 a
agresión y la circulación n £mpafta de sor!eJmntes-toI2•tOs y - c—.t- u>

nfltar a 1cM Qabiernoa a. iadaa a renunciar s ¡a conttnfl.aO±6fl < iaL-u> .

u>, a.- -j ~

ata propaganda por Loa onvio’ expedidos en o> áx¡~n4e~~ -que r


-____ ~.“-Atc-”

>oarian necesariamente una contra propagondá.tmfláfl 4u#-4 Oc- ~=


e
terno Real nó podrh evitar •

L~±rVLLbe acaptar, ~enQr Linistro, itas ad.;uridades de mt .21

~naIderacl¿n •—
e
¡limado U liatibor <4

<t05’tt 2.”
Xstá conforme * — ‘u> e

e
¡035

e,

Deutsche ~otschatt Madrid, le 2 septembre 1OiC.


in $panien.

‘>rD.-o ‘tu>’;

// y

sí eúr le Ministre,

A l’occasion de ma visite au Ministére d’Etat


hier ‘i’ai atLir~ l’attenticn de Votre Excelience sur e
rro2et d’exrcsitions de dessins du nominé Raemaekers u-
tement in~urie’úses peur l’Allernagne dans diftérentes
villes espanr.oles ct j>’ai eu 1h~orneur de La prier de
voulcir Pairo emp~cher ces expositions par les autor
Lts cornpéttntes.
¿‘a}íprerids en ce mcment que l’or~anisateur des
dites exposibions craignant que 1’autcrisetion luí s 2a
ret”¿sÉe, se ~~rousse d’éliminer une partit des dessir;
les cias forbs et ciVil espére sinsí de se precurer ‘

nermission d’exposer’ ‘rin moins un certain nombre des es—


sins.
Vu que Ucus les dessins de Raemaekers sont atte -

Latoires an plus haut degró á l’honneur de ma patrie ¾


proteste aussi centre une expcsition partielle de ce
ouvrcges et j’ai l’hcnneur de prier Votre Excellence de
vaulcir bien m’informex- des mesures que les autoritC
Royales ant eu l’obligeance de prendre paur empécher ces
expositions et ~~ourfalte poursiflvre,Ie cas ~chéant, eurs
ai. eurs

¿¿ti uX001
1e-nc’e

M.onsieux’ A -Gimeno Cadenas


M¿n¿st.r& Rejal d’Vtat
ele, etc- eV.
1036
t
K 0.1 ser 11 2

Deutsche Lctschaft Madrid, le 11 navembre 1 16-

:~9942 -

~-or’uenue a
>7

1w
/$ <½ * ¿\ (f\UC’ e:

SU
/k /1 Ji
Mansicur le Ministre,
0

Dans ce noment ¿‘apprends que l’exposition E emae—


uf
Rera cui a ét é lnaugurée, 11 y a deux jours, calle Prin—
cipe n21, cantient des dessirvs haute~ent attentata res
e:
á 1’’nonneur’ de i’Pliemacne et de la famille Impón te en
~mrticulier de Sa Majestá 1 ‘Empereur.
¿e suis le plus n~niblement impressioné que 1 au— a

tarités comuátentes ant laissé posser de pareilles hnsul—


‘tea á un sauverain et á un pays ami de l’~spagne. ‘al U

1’honneur de protester énergiquement centre cette ‘PO—


- .~1 — e
sitian que e.ie dais carisiderer d’autant plus injuri >sC U

<sur l’A3flemagne ca;nwe le Gauvernement Royal était úen


:‘,:courant Qe mes démarebes faltes contre une pare le
u>.. •~iLi¿n autétait nrcietée cet été á St.Sébastie:
3e une Vatre Excellence de prendre les mesur ne— u
eessaires paur que l’exposition soit £ermée immédi e—
ment et cue les tribunaux scíent s&isis de suite dL l’al’— u,
Lame. ¿e erais pauvair espérer que le Gauvernerne:
boyal trú’avera mayen d’ empeeher á l’avenir toute p< .sibi-t a
lité de ce que des autiages perdí s se répétent.
En >atbendant une obligeante réponse sur les m unes e
s por Vatre Excellence, je saisis cette acc’asi n a

son vaus renauveler, Mansieur le Ministre, les ass u


nanees ce ma haute cansidÉratlon.

e
Son Puxce] :ence
.?.iflSXun /.. Gimeno

etc-

e
1037

S~?iar Lir.irtro d~ ½Cob0rnación.


¡01 i’2Iuñ. aídrid 14 “ovierrbre 1916
~y0 SP
<A
~N ¡ira. s.~or.t
-4

Vi NCVl9oQ
/~“í2\

u... ,r+.*..s’’
‘8’’
-- gr,
pi.
S \i fl\ .‘z/
o-
¼“ ‘
i!u>i?eri-’.sentqrt~ de AuwtrisHungrfae;~~ota d.1t3
r ,—
~1 . -

swuil re dice lo eue tr’ 14 u>’


2ducido e¡gu.:
‘.4”

“VA>. ~.ndrú vis d.nd’* conociri.nto de unu •rnosi¿2


u’- --tu>.
‘SS
qu~ )n vide abiert~i “vto, día, en ladrid, Calle dcl I~i ¡ j— -

~.~ E
cipe 1, de cfloujcv dl c~iricuturitta hol’ánde. Ba.tvaek<

i7oro cU¶dPfSiÁIynn rodido ser l~Ív tónriderucaone, o ~1

‘-u> titoi’ ou’ h.n d~ttrrinado a lss Autoridades e jwrritu


.3
‘-rt’~ extQr’xC50fl, cue~—cn vista de ‘1as’tqndenciav QQflO(

dat del autor de epor dibuj os y del reclu,’,o queflo. a’

t-z
do. no cesan dc huyen,- me perece estácen •.triá,s.

dtciÑL.0ír~in ‘u,.tt 2

nrutrq)• no uodrN pacer en 9aienc¿g el beobo de que ‘a—


tre lo? dibujos expuertos ~e encuentra un nr.r~dee ~
$ .4

ric~tune gnverente insultantes parsis p.nona”’m~


~iej Sobenino que .tenúo le honra de 2#preCcnt~r cerca e u>u>~’~-~

5.1 .- e] I<ty, vueetro Dueflo.- Protesto con toda rl en.


itt
contra toda •xpovicion aquL en la Capitál ecL c~o st
otra? localidudes del paít de vwejanter productos c “ -

arte insultantes, y solicito lu claurura arred±tta~ 2’-

1~ sxpo?¿ciori ectual que no pied. dejar de mercan. ¿ .3

cw’o publica irueeto que eiírncaesa a ella es libre


Ldo el rundo COn O flfl ~flV1tiC¿Ufla~ Ruego e V.L. OU’ ,•
~¡rva :ntomaiire del curro te cus do a it presente g tLdu.-
y wtrova~cho b oc~siun pare r.kterurle la seguridad rl
r~s alta conEider’scionj
be Real Orden lo traslado e V.S. en udio¡óp a la e el-

11 dcl corrient, en qu. e di conaefrienta de’atra~ Li


103S

e:

que por ag<ual votivo me dirigid en uquella ?e~a YBú’~2~


e:
u> flor ¡rba
3sdor de Alwania, ~fin de que si nO PCtbUbl’fl
‘‘ t

hecho ye ?C proceda e lo que beye lu~r info~,ndos&s w U,


cdc fl.rartezrento de las redadee asdopt~dna p~sr~ poder
dwr 1w o- ortune reept’.tta al l~eprc~entwnte Austro—huraguro e:
e le vez que el de Alwanie. . L ‘

DíQP ~yards • SflQU• «u>


U’
i’adrid, 14 dc Novz.rbre de 19k
u>’ u> ‘‘u>.’ s ‘4,

...L’iir’cta ‘..<.•, — —
e:
it

<1’’ - u>
U

1~11

.~u>u> tu>

“-“-u> u,.
Bu>

-“u>

u.

tt .4”

ml

u,

u
•1

e
1039

a ciii t
Madrtd, 16 Novembre 1916

222 rpLIfl VII-


r
¿<Nr. ~0O37.

URO ¡¡TE
Ev.

A ,> 7)
1~,
¿~/

ilonsteur ce
JUnta tre,
J’af .2’honneur d’att • rer
1’attenttcn de Vt. sur art artt cje du “¿¿berad

aujcurd’te.u¿ a¿ne~ que sur un autre des “Cument • rtoe~


d’kter qut anncncent ja prochatne récuuerture e
J’exposLtLon Raemaekers.
Veutilez agrer, Monsteur de Mtntstre, 1’ seu—
rance de ma haute constdératton.

‘u> ‘ *at

Sn Sxce4jence
kynst¿~r A.G~meno y Cabanas
)J0.ntstre B20yaÁ d’Erat

etc, etc, etc.


1040

Ro. 1 ser 11 e 0/77= e


Deutsche Batschaft. Madrid, le 26 navembre )16.

N210465.-
LS t> 4Su>~ ~ e
Ur2en te tJ~v¡ti.’C Y’,
2’ =.c¿i~j~ a
6%
‘1
u’
Mar.sieub le Ministre ~ó2Ár1

L’expasition de Raemaekere es’t de nQuveau o’ :erte u


depuis ce matin. 11 est vrai que les dessins Cul =pré—
sentent Sa Majesté l’Empereur ant été retirés maL 11 a
n’est pas mains évident que la phupart des carric ‘
4ures
qul se trauvent exposés aujaurd’hui re poursuivezv que ml

le but de présenter l’armée allemande aux visiteui ; comne


une borde de voleurs et d’ assassins. Le catalogue lein u’.
de calumnies qul est affert A tcut le monde et qu je

A—
——--u>--
— jains íd re permet pas de dauter d
oreanisateurs de l’exncsition. Ii s’y trouvent
gandes qui insultent directement Sa Majesté 1’Empt “eur-
$~~dntentú n4e~
dc ‘ U—
a

a
Un descein <le nQ 74) insulte en outre Sa Majesté e Roi
des J3ulgares, un autre <le n~ 19) un of’ficier de 3 armée a
allemande dcnt le nom se trauve cité dans le estaY gue.
¿‘al l’hanneur de maintenir mes protestaticn~ contre a
cette exposítion et de prier Votre Excelleree de 3> faire
fermer et de poui’suivre ses organisateurs paur cal mnies e
eL insultes á un sauverain et une nation ami de 1’ spagne
en vertu des artícles 471 et 467 dii code pénal esj gnol a
ainsi que de l’article 482 en canrespondanee ayee a Real
arden du Ministére de la Justice du 2 aoút 1914. a
¿‘al Informé man Qouvennement de la réouverti • e de
l’expc ition e

San Excellence
Mansicur É.Cimeno y Cabsas e

Ministre Raya: d’Etat


etc. etc. etc.- e

.
¡0-sl

4 ~ñor kiniptro ¿6 la Cabern~cíón.


L~dra~, 27 NOVI«rb¡-e 5”’.
t

uy urenttI~fOrYucO. ziCP’O 5,ft~’ 1916. S*<4


‘“.5

Z’.’or Srbt¾dord~ Aluw’ani~ en P~otu nw~ero 10.


¿1
ce £ évl sctu<1, roc ib ad’ hoy en octe EPpertlTTefltO,

o~r~.trr ur
1”’ertc, cace lo c’ue truducido eigue:
• 3 ~ PxrorJclbfl r”~oriekerp está de nuevo ubiert~ e,—

c,. fpt(. T•ji”lfl’o, ‘r L~’-rtQ oue loe dibujar que repr*ar tun
.4” \ <y
• .- <~1 Li’ y*r.d&i’ t~n cáco LSLLX<~OO, peto no se r loe
“V1u(’nte eu~ li r or purtr de lif’ c’«itatui”at que y

~ ‘..~ntr .u>~ vxuxrt~ i~ay no perF~guen otra objeto que . ~pre—


- <.‘+r‘.~ Mrcít5 ‘l’flfl¼ i u>’
~u> a ItSfl $Laí+~~rI+no t.t.’v u,,, .PU¿CJU

‘Q licrorer y ~rer:nor. ~l c~ítá1o~o Heno de caltr”n e,


cae re j~rec< i udc el rrundo y que ve ~djwit~, no rrite
úd~r os’ a.’ft~ art
racuon. Lc es ~fla títulos que insultan
~ncucntr’jn .reo—
“ríe te. ZA. u> ol Ewrcrudoru> Un dibujo (el núr”ro 9
rt:lt’~ id@tu~’ 1 e] Ley ~e be [lulgaos. Otro (‘ n
19) y ur. Z aca’ñ le] Ej reí tú al~P’an cuyo nctr” r’ n—
cuúntri cxtddo ‘± ‘-] Cut’ilogo. — ¶enco la honra d” it ‘nte—
?wr- r~r tvotpetjr cnntr~ @vtAi expovjcjj¿n y ¿e rog~ s
V,~, que 1u h~qr± cernir y rerreguir á sur orgánitu res
por culir’niu ú insultar á un Soberuno de una N~c~ó aPi—
‘Of ‘trptt?vi,
(314 crí virtud ce loe qrticulop 471 y 4< dei
4IL~u> ci
u ien’íl ~d’í>~k al, si cro del articulo
PO1¼~Mcitcon b Of-’3 típieterio de .Juetíc’~a \.&O. Z de
~orto
tux”i 0*4
ce 1914.— he ¡nl orr’’~do u ira Gobierno ¿e la
1.~ ¡AVOP.e.cior1, y ir. l±riturá derde ahora
ul caz’z’íent.u> de late dec.tnaner o crunicac¿onee c’
‘ ea~r—>
ter2erl~
Gobit

L no Vri] robro ~11rrt¡cuhrj


y

1042

e:
.0 •-~u>-’xu> .~

.úvttl ~r’¿~;crun:usdj tor el Sc’ior ¡nirtro de L~Udo,


lo “rs VI . ¿?~ V <It. I)’.IL’I tU u Yi’JC 1!’ v’ritO y t1?W~ que con-
u.
(ji t.*ríou VDA’.’ TiGO Tu> ,rILte?trle tUQ ‘~t! ‘.4 Usta-”

1~o ‘“.rc arí~c¿ “u>’ l~¿ Lrt”án?ert~. Pot


4 ve vervil’,n erpe—
e
u~:.’.i <tu , rr.uú~ ~ de .~l’P ‘mi, lar fluT”OrOt 6. 6.
1~, la, iv, <4 0?, ‘.0, 49, uC, ul. ~.,t, c¿, Lb. 72., 74,
uf
(.0 r< 7. ~‘>

a ¼ -<~ “.4.0, ~.-ys<~•


flior ¿tmrde & ‘hr4. ruchar ‘,nor.
kaInd, Z7 di’ ~ovwrbr. de 91C U

¡1 Subeecreturzo,
k .. u> u> U¿r~utau>’sz<
2; 4<-

1.~ o
a

— — u>~-czzc22’ a

e
1043

u>- e’<.-
4’”’. 4.-.-~ u>

£ la. Eb~t~ ad~ irporial ( Alersriis


¿97

Y, ~<, }adr:d,.2L Nov:evbre 19k.-

N~4:~b
NOTA VkRIJAI.

5 Tv~rt1cjflar
El kinivterio do i.rtjdo ti~’ir.- lu horrn C’
á le }t’bij~ds árp~r¡ul do A]rar~njq, “n cont”r-tsu¡ón ti la
Not~ nuroro lC.4tb ouo el SoPlor ].rbajl tidor ?P ls r”rvido -

dirigir ul Vcñor 1 inirtro ¿o Lrtqdo nl ~L del corrior.te


rel~tavy a le cxrer~u £~fl lrj~runJ<.’rr, cre j<;<’r’ u!’ ce haber-

?JÁJO rctir’s<ior lcr diou’ ir un pud:er~r: re’tr¡’írre u S.L.


s-’1 £rpúridor y tj<or Rau>’ ti Ue.iou dr br ..,.. la
oroenuco águ’flt r”2t’? Ji rntirt4Va”.1 de lcr nurn~’nr 19 y 74
eeñu1~ir3or eepeciailr’~r.te en dach’j crun¡c u~up, nibítndo~e
proLitido, •ída’r úr, Ru dzrtr:buuí~r (if’) c’ttul u¿ o Qe cus
t~rrbirn re tse’.- r ¿rito o~ li nxureryd’a Nots•
El qrtículo 4L2 c5~] Uodigo P~,m] y i”r u!’
~op que en he. ir±rr’s re c:t’in, no ti#nen IyII 1(’ICiQfl LAR
c.-n’o de que re triU, por~~”rirfe exclurívur ente ~ So—
-y-

hnr~nop y Príncir”r, A¡y.-nt”e iúIfli rstácor y extr’i~j rro?


con c4rúetPr pftñíco en l.rpuño;p”ro .4 ~ de
w’...
.u>.
.‘.r?.r.u>-*-su>zrt,do~C. orpl~cs en poner on conocítríerto do Pi Lrt~<
-. .v”.’ u>.hu>!e.’.
-u>’.’ ‘

— jada 3rperaul de Alrr’srit o,un rl U~ii.-no cie Lu atj ertud

‘u> tiene’ en ertudio unu dirroric’¡c~n de cáitructer g’nérul *‘n—


c-rinud~á poner térriro d~1hnitzvo s e~ts (j
4s” dr’

‘.4”

-1u>4u>u>,,.4..
fa.i.n., w Vr .‘vván”u¿r de .L~tLC.•
1044

SI

.0. r

e:

Berlin, 1. 30 nmembre 1916.


uf

‘e.
¿‘0.’’

ha. F-eg. 1365 e


Confidentielle
a
Man aher ~ear4taire d’Etat,

.1e viene de recevoir un bUtogrsmme doni


e
vernemont par lequel jo mute inforM-.dels non’ “¡‘“u>.

rdolamaticn que le 2rinoe de B alt b a r a pi a


ti & cause de la ricuverture de 1’Jxpoáitton E; aekerm,
dont vone & aves perlí Mor et”&6~4a flpons. q’t u

sisur U A. u e rx o lul a adreeede,”en lid faisal ma- u>

“vair’cue iét deur desame tetúftráflrlrl’i. e


eV a un oftioior allemarad mentiannis ¿ansAs-u>
l’Aabassad.-~ur lapirial ant iti nttrim .t ~ue ½
- U;
a ¿ti donní do retirar igal.ueut’1e-nttlogue,
~u>’u>

on a dijA auppriu¿ lea titres fléí¶1áUatflm~X$o. u


Ir’
Gte la signification de oeux~ot~.tJmnní4Th.1!ií
des oxposanta. ‘u> ‘“..-‘
e
L’application de J’art. ~ dt Codo pinal
demande La Prince de Estibar, n’est’pts passib2 a
la circonstance, nr ti se rapporte uniquement
Sonveraina, Brincos et Agenta diplomatiques cy: e
un caractaro publio en úp6tgne. Le Gauvernemo;
S.U. propaso ceponda.-nt une diaposition d’ordre a
al
9
a

£
1045

r1 L
u>’
4


qul mettra un termo & des affairea do oette suture.
Ii est a obsorver ~uau y a.- eu des ¡zposttl¿ns.
Bamaekers en plusleure payo neutres. entre autrea tui
£tat8—UrIja, sana donner lieu A des rdalaaatlona de la
part dxi neprésentz~tt de l’AlleDngnea ‘Je dala voua rip—
pelar ausal des caricatures publlées dna des jaurnauz
de 1-a plus grande cironlation ? Berlin, entre autrea
pv’.r lo Berliner Tag~blatt “ lora de la propagando
¡ro—terror, daras Inaquolles le Rol dKapcgne Etalt repr~—
sent4 d’une manifire anaS ignobie et non mofas latine
et d4gou~ante que les pires desaína
Cepend ant alors ~e n’ai pas inaist6 dazas mqa
réolznnítians verbales auprfia de 3.1. Manglar le taran
de o lx o e ra en tus des dlfflcultEs dune metían,
d’ adileure ponsible d’aprae la ial mala qué duna la rl-
clanat Ion totuolle de l’Ambaasadeur Ispdrlal & Madrtd
ra’ est pal sumoaptíble duno actian ~gale, l’srttale
482 nétant pas applloablé.
Veulliez agr4gr, mora ohor Seor4talre dflat,
l’-¿ssuranoe de mes sentimentE sinobrement dévauda.
1046
Sc

u>, e:

¼ ~
.C.4.,4.Úi1.Á~.-L...
tu> u
EN flERLIN

Áuswartlges Ánft— Berlin le 6 décembre 1916 — MCD Che!’


copla
Ambasgadeur, J’al l’honneur de Votas accuser reception de Vos
deux almables lettres du 30 novembre dernier et de celle du 4
e:
de ce mci.. o’est aveo la plus vive.- satisfaction que ~a1 apris
Connalasance de Votre communlcatioY diaprea laquelle 1’ Ocuver—
uf
neznent Espagnol a Thlt enlever de l’expcsltlon Paemaeker deux
deasina re’letlts su Rol de Bulgarle et a un ol’flcler aflemand.-
a
et $a’ll a ordonné de retire!’ le catalogue de laexpesjtlon
Tout en consldérant l’lncident Baemaexer comne cies par les
uf
mesures prises par le 0-ouvernemrnt Ispagnol , ~e me permets

u> ‘ u>
man aher Ambasgadeur , d’attlrer Votre attenttlón
que l’lnterpretatlon donnée par Votre Gouvernement a l’aI’tlcle
nc iíie paralt pas ~ustifld !n •tft
sur

.
le raít
u

u
• -l’allnea 4 de l’artlcle susnrntiogné dt :— “ para los efectos
-de este articulo se reputar &A autoridad 1,. Soberanes y Brin—
uf
alpes ‘de Naciones amigas o aliadas, los agentes dlplcmatbcos de
las mismas y Vs extrangeros con caracyer publico que se~un
U’
los tratados debieren cOmprenderse en esta disposiclon”.— Oet
¾ . ‘ ‘ artlcle se rapports dono a taus les Souverairis et Frinces des
~ y’. -~ Natlons amies et alllées, et non seuíement a ceux ayant un ca—

• , rautere publio era Ispagne Tn Cutre Votas avez bien vaulta me


taire savoir que le Oouvernenient Boyal a 1’ir±tention dr p!”nd’e

des mesures généraies sim de mettre un terme a totates les affaj


res d’une analogue a celle de lexpesition Baernaekel’ .-— des— U

pere que ces mesures fl’enti’avei’oflt pos les efforts lcyaux et le

gitimes de plusieuns de vos compatriotes tendnnt a fal’e con—


naltre su peuple espagnol les veritables falts de Is ru””

Vetaillez agréer Obére Ixcellence 1 8sSl.fl’ODCC de !VCS sentirn.nts U

slncel’—ment dévoués •— (firmado> Zirnrnermann


e

e
1047

E a i ¡2 rIt 4 ¿-¿2
1 Deutsche I8otscbatt le 5 ,janoier 192?.

r’~erte
4-’--

~-5.
7> Í -~
/2
‘-1
<on.sieu.’ .bc Jinistre,
y 4-

ti Par 2 ‘cimable note NrÑ du 2 cr. Votre Erce ence


a bien voulu me communiquer les ralsons pour lesqu lea
Son Excéllence =ons’Leurle Geuverneur GIDII de Sée’ le
a ordonné la ferr¿eture de l’exnosit ion de carricat; ‘es
~et’w.anophkes & SévilleJe ne cro Ls pos devoir cao’
a Votre Exce?2”nc’e 7a s’árprise pénible gui m”a caLi:
ce tic rneskre,puisque les carrtcat?u>¿res en QLtesttcn O tent
¿té ex:os¿es sans i.’iccnvénient ~ Madrid et b Valen
úc?CS aua ir ¿té d&ement soumlses ~ l’examen de dio’ o—
rUé compétente.Ccmme j’a~ais déJbil’occasion de c~ nl’-
‘.5
‘‘É’vc tñ’étu’ocllence, ~es aessetns en ~uestitr~ ‘‘att..”.

re »euDent étre corsidérés cor’me Ú2jur’leux oour le:


caus de l’Ertente,oninion qul est d’ailleurs corro: rée
par le fait,~c it les autorltcs de Madrid ni celle
a’e Valence n’ont empeché 2’exposltion.
La résolut ion de Zonsicur le Oouverneúr Civil e
Séwille ;.aratt dono ¿tablir un nouvel polnt de vue
srontra Inc ocluí rnaífltenu .jusgu’~ présent par le ( u—
‘&

DerneJ~ent Ro~,al ~ a déclaré de ne peuvoir enpech


Úfl~ CXDOSítíOí,2LiI tout en faisant allusion a la y r re,
¿ ‘abstiene ~ ínsultc~ les souveratns des pays be;
.,n’ants. Jo me permets de me référer b ce sujet b 1

0kon Rac.naecker,úui,api4s l’éllmlnatlon des dess


Sor, Sxoei2erce 1 njuni et¿z
Lc~.’.’s¿eur Ancho Gtrzcno
d’Ztct
su>-’ 6to,
1048

e:

‘u>.’—

injurleuz pour les SoLwcrains allemana et cus tro—hc e:

grois,a continué détre cuverte et rOe ¿té fermée o e


par la libre Dolorzté des orgallsatet¿ rs.
~e serais dísposé ~ acoenter ce pcint dc mm - 7Lt
a trouvé expressicn QQ?’ ha Real Orden A’Á 6 <é”n’nbr¿ dr., . e
si 2’ouverture dune neuvelle exposítion cnN—aher. ide
& Ladrid nc m’cvaít pas dámontreu> que ces directives a
nc sont cas généralement.suivles.liler — comme 11 sc a
cannu & Votre Sxcehlence — dans .1’ancien ¿difice & u
“Circulo Militar” a ¿té cuverte une exposition en —

ucur des ‘légioncires espa gnols c4¿ front frangaiscé te uf

czpos’it ion dor.t le but dé;& fait entrevan’ la tend ce>


présente au publio un nombre de carrica tures et d~ a
dease lis cuí sant ouvertez2ent injurjeuz paur l’AIh
ma; nc. a
~e Ca~¿ ~p;
r.u>2j}j~r_Ci ~ .V.Szillc~a~4rnfl.Lz
oont les’ ordres ¿u Cou~,crnem~nt Royal — ‘a femé
l’e:.oositlon enti~rc des carricatures germanophÑe~
Q’úrtíSteS es;a;ncls sans se llmiter,d>apr~s l’ezcí le
des .:‘‘torltés de /n¿rjd & loccasion de l’ezposltl<
RaeraeoA’ers,~ ¿linirer ]‘un ou l’autre des dessein~
jui d’apr~s son opin ion aura it pu causer des désa. e—
ments cuz nations de lEn tente, a
¿e nc oro is dono •oas demander trop,5i je orje
Votre Excellence de dorrÁ’r lord re>que l’exposlho¡
u
enti~re ¿u Circulo Militar salt .ferm¿e et cela de
Vry~anÑre ;ron;tc qu’~ Séville c’est & dire le
a
cou>id jour ú;r~s l’ouverture.
II est connu & ¡¡otre Ezcehlence que le Gauver. .nzent
a
Impérial

a
1049

Impérial lors de sc protestation au sujet de i’CZDOSI—

han Rcernaecker e déclaré ~ 1’Árnbasscdeur dc Sc ?~;esté


& Berlin gu’ll Gime ~ espérer gua les mesures penérales,
annancées par le Gouvernement Royal b oette occos ion,
n’emp&heraient pes les efforts lojauz et légitín’es des
Espcgncls gui désirent faire von’ au p~bhtc la guerre
conme 11 se présente en vérité.
C’est cette distinotion Que je rel?n~e en faveur
des carnica tures interdites ~ Séville et en défciseur
d’un bon nombre de deaseina exposés att “Círculo Vilitar”
& Madrid.
Je suis désalé de devoir si souvent ave ir
b Votre Ezcellence cii sujet d’ezposttions ct de reoré—
sentatíons cinemctographiques,maís je suis persuadé
‘qué Votre Ezcellence acre le dennier de ,récoxnctrc

ter-it ion dii Gouvernemer<t Royal & la man tare dcci r,gu e.?—
‘que~ls tr~s différente.-des cutonités Espaeno les vis ~
• ‘ vis de la propagande allemande et celle des erreris de
mci pcys en Espagne.
En pricnt Votre Exceller.ce de bien vojÁcir ve
donner une re’nonse le ;lus t5t pos.stblc<e .rroJitc de
cette cocaslon peur L>ous renouueler, 1..~orsieu~’ le V:.v¿stra

les asaurances de ma haute considération.


1050

TELEGRAMA CIFRADO e
Comunlc.do al $gjqr MinIat~o, Señor
& ........... da
M¡N¡sTr~e.o DE ESTADO N....r..... Fa. Q’ca
e U
Li ai -

GAUII4tTE DE

SubsecretarIo,
Gabinete diplomático y S.oolh uf

Ladrtd, 6 ¿U - ~.k 1912•. e

~0-’ c~ka<
:7:1 iztre””’c’ob~yn’e’w±6n 4’ C~:4ana

dfl ½‘?<‘T’«’V””””’”’’’ a

Número u> A.e.t a y raoai’vt<’ib’.— ...~t>.’aJ sior Alama—


U,

i;tú ‘=4 v>aJ~ ror qlauEUr. .?J’O2lCiOt1 cariar


2;.”:”he...f II-a an ‘ú~villa ehla~~adc vio dlqhug or a

t’;::”cu¿.- 2xyU32 tías ~ IIICCIIV3’I LatItC fl Me—

u>.. u ~.r¡a:1’~ ~r=vio :xjrnO:e. dJ ~doridndcS ac’~yO

y.-.-.-

½ t2s. ‘~ ~lú’Jfl3T¿L hLi siclo total y sol.iqlts

- ~ .~ •~ ~a 1 ¡te r:1¿.¿ iíxúuanrada a


.2. :‘:v nilo ~. ilitúr ¿e. k.vor l3!’IOi¡íarIOS ase

~‘
u>’ -“4 1’a¿iqib’ 3:, it’ ‘~u..i1 cintO aLA— a
‘.37V r’,Qrint<tkT’~S Y dXtUJQt scre. nbIarta~3ñt3 iuJi—
uIc ~OS ;..r~ .aí?’wIi&. Al trau:ntt Ir V. ~. lo arit@ri@r a
;.r~ U- r=201\2u>ii 3 QOrt$>¿LM. n~ pas’inlto sugerirle 00—
4,

u
1051

— soluoi¿n acaso la-más práctiea, que mm z’~-u>


permitiera .7V
— volver á abrir Zxpoa i.i6n trille ‘4 B5tqfrr-irflirrird~jg.
- - ‘u> 2
-u>
u>,~t—.,,
4~ 7
<{g~~
rLo~turaa quo sean realmente injuriosas y retirar
‘‘u>-”’

tanL’ióa <10 1. £xpouiui¿a á tavor legioaariomesyafio—


las las dibujas y oaz’icatursm que puodan ser iaJurio.u>’”..~
Lía

sos para Alanania. Le spradfcord 50 sirva uouua.i


mo ¡o antos posible ¡o que remucíva, u> “u>’ [u>

St,

‘tI
‘¿‘3<41 a Lz re

-. • u>
..L,
o,.”’ —>

u> 4 ‘rL 7’

- tu>~—lu>t

Go;«u> u>- c<~A

>rt~ #j - ‘Y <“. att”.


- - ‘* S”.”%*.
1052

‘4-u>~ ~“~cj= rS<


e:
u>
u>’ ~u>u>” Sr ILinhu’tre

-u>’ ‘-u>’
*1’”.
Madrid 23 Ener.t,lgaV “.ú~s~e.-Au>
4 ~, 4 a
,~.‘ Exorno. Siflor:
x -

4””>
uf

4- ‘. t#t,u>

I~2 sr Subajador de alemania en ¡Jota u’ 53 -t uf


6’

de Muevamente 2, que oc

r 22 4.2 aotuój me aloe


‘a .tdo autárinda traducido
Madrid •igue~~
una Osuteren 4
4,
e:
1.>

de propa.@&nda a2IadoflJa que ña dado luaar$eteaeas O Li

tra .1 país. Be trató esta vez de un prepqandlsta amo 1


e. u>
a
can, nbId ayer •• el -Át iS
.2 señor VHITkIBY.WÁRRIIM quien
• ir
Tengo la honra de pedir á Y,3., que se Sirva li,p•dár •
uf

c.nlerenoias anajogas de este Ue~er y le agradecerla q ‘~‘-

adeJante tueran suprimidas antes de ser IniciadaS cern u>,


uf
te, .usnirewtacíones •I.rauivai• u> A
m ¿r..-s t.a.aV ,L.s”pan’u>m’w á’BnocI%t en e
a’
y fines que considere oportunos.
Dios guarde á fl muohor aflor• “u>

uf
Madrid, 25 dc Enero de 1027—
Minuta AmaJia OISNQ,
a
tot

‘5 . u
u>”.--

•4
‘u> u

Setior L¶Inhstre de la Oobentació¡2.

74,- u>

>4,
4””.
a


1053

‘ TnL~oRÁMA CIFRADO

Comunicado al Sejor Min[stro, Señor Subseoretarlo,


DE ESTADO Gob~nete diplomático y Sección

GÁIISflTLi DE CIFVI& ¡4 ,~& -


4~t->

D5 8~
aa±~ CV ‘u> Lubro 191 ‘7 & .
19/18
3<, 191 á u>
—‘ £uJro 7
‘u>,,”

1 .ct~ri> ~ ana

á.<: re
NÉifiero
1.. ax~oLifltOL¿ .2. f...vor d2 142~IoUór±O8
u>. e l=c ful 4 .‘2vtr,.d~ ¡‘e r ¿o íd =rt.2’Uio 1w sutor1fl~
‘ti =“t., 1.. ‘‘.=¿.l r’1:¿ E’, Ui!’iy’bto ULtISO.

\r2’ -‘<‘:11 2 2’.-3t: r2:’J1.dto 1. .utorl¡6 ;or


4 ‘u> u> 4

e. .. ..~rsz”’:Iz “ ‘‘fl” ¡<~ -~ ;u .2


.-í ¿.que.o ‘J tOS OUa—
»10J’ Li’7jc” ir ivt’:. in gu:rr~. of:rjd:.-±o los attjrwaoi
- ~ :.<1~;z tAxc:;’4nt~ ‘.Á aun 4J¿r~itou,úa1~c mc—
..,c.;’r ‘scrd..r 1.. prchlblu>ñi’e. •.-cn pace da t’.nto
1 lo~ .rituac.-ln ‘ia jue.t1’ñu.~In somatar Un. a,—

0= £.u>u>turnlm2dta. sari.. ~isoutIta,no ma puado


:4 ctrc X.OdQ.¡JS¡,SQtO da 1.. prah±tAñán por ~j
COL r¿ OCr ‘4j~ ¿1 ‘. ‘~JY1ilu da l¿~ ax;oeiqÁ&¡ da

— .-A. -I .2—l~3, 1:1 ~uu> 1 auw±é ¿ ~ UIJS copla.


1054

—u>

$í.¿ ~u1 t.al’wrn—.<2 :1 Cotar.,do: Civil rij —:v81 qleraman”. a’

t jz~u’ ci ;u: ¾ tL. ~Ispa~cdc igu~1d~A <13 trbto a liii


~ tz.vV.s~2¿.~ <u:. cl. ci:.á ase. olarto ~u~ txzxpro”nibI6 uf

la J’tpá~a-.LQ4’)u>’.!Ju>2ro’ y o”.~riOa~tur.~¿ ‘-oIóletas p”r..


1.-u>. C..2~2 fl.’.u>u>.-.iii¿e.t”. ti.n.vt~ da la •>-u11~ ‘i~ las

~i=r:’ 2”.’~ 1411.1 “ch”Vlsts ~IC’~Á¿ =IL lo ¿‘<dto<j3 Ii ( rl=ota,


ce.’]: 1 .CICD:. ¶ ru>.,’~a~u hi:o 1íibl’ño.¿~ ñaomatogr¿fl—
‘fl~ ;u>Q’’ ie.Vlt;A&2r• ‘¿u~ ¿Gr tU 2 “.»:u>liQatiVOL¼~odLsa naos—
u> ,1
t t’ t.—Ul hO U-y’ t.:t’ic. C.=o¿tr~l.E.-. kj aaritario. bloc ,~

r:ltzr.i~c lcs Qzt:r.,,dcr.=~, =8 fl u>i= raae.t~-1íi~ir par igual


1u>~ ax1’l1tlV1oIe.=b.Q~cC’ ‘U ~ua sa~ Irr;oeltl: avitsrl*m,;ua$
a
puad..>’. tol.=u>2.-’u>c: lgu.1 4 1c~ usia: ¿ . lea otras da
lj,L~ Le. qLE.Ik, E ‘‘J’fl’rb. —

u
1055

r Min4ttro de la “o’b”t’flafliófl<

t fi..
u>Nkamo.’ Seft.r ¡

de enero dc 191?.
2-7
12 Embajador de á2euania & quión con fecha ¡

¿del sot&wJ y de acuerdo con el telogran dc ~ del


o. ?.

- ,..‘. .>.-4AifluL.la Peta -aya copian adjunte, en egorite de


-— » 4 o ?U4 ) fl dice lo que tratucido sigue

t Rofigí enciele á la Neta de V~t 40 22 dcl corriente


t oe• tenEe el hener de expresar á V•. 5 penoSa sor-
presa de que el ‘ebi.rne HeaJ no haya siquiera cr4enado
retIrar los dibujos dA caracter injuriosa que nan LiEU-

rada ea la npevición á benefIcie de los 2’cgIonarior e~—


pafioles 44 frente franode.— quiere crear que el var~cer
t u> .,“ u>.

4.1 tinliterie Raid e.tprew’áds en dicha beta pretondiendo


re.
qu• ninguno te los dibujos haya podida herir Jo. sentí—
Santo. alcance, ce esta.- fundado anis infamación de un
si
‘e,- u>. funcionaria responvab2e y apte para una misión tan d-2I-
cada .— De otro medo me verLa obJigade á creer que .2 ~.
biarca Real ue .constdera injuriosos, entre otros • loe
-k ‘«“
tSmiJos y oafloatu”.ar sluaIenteu u—
u>.”. ir
u>” 4”

5* 5. n’ 95 U I~reparate
-I
si perdemoS 0 .¡~ dibuje
u
‘r.ptneata un eficial a2emw que anonas. á Jesucristo Cru
- u>’

sitUadA .

~>.nt 225.. La áu.tomonta de Po2hn~ ‘.Reprof entando

“4” un pelona’ enoadena con 02 CasCo prusiano • (atado a un

?‘~ .
2;•>?¶SIt•u>J* ~u> u>

.u>u>i shjn .~
‘a’
terpedeaniecte de los neutral., ‘•
.
u>.;~u>u>;
2~.-
-, t

Sta nuuoro )
. 4”...-.
• San pasado por a4nt %“
‘uU.-Jlora delante 4._su ma u>

.4 u>-’,-
1056

u>.- u> r . -‘t.4”u>-u>- “.o,.”.’.


“5

*4~~
i4~!.- amohas~’e segre
4~I- -
flW19ItW5uI1tu~fl1dgahoia
•-

la esclavitud % Alusión ¿ Bélgica


e:

~‘ 01. Sin_mauoro.’átnegaoiu>ón • un sacerdote belga ó francés pr.—


.4 5. u>’

entaSil? peobetun oficial tUrnan que le amenaza• Detras de ‘te


a>
u>. rupe itiuuilá a_•iutadanos cAnJes .

Apano 6. astas ‘caricaturar de tendegacia franoaezite cabamniado-

mlle’ llamar Ja atención del Cetiorno Leal sobro otros des —


~ >uÑ que InStO a IWa intorvenoián ge agole ..l ltdo 4. les pat
e. da Ja Intente Se trata 4.1 dibuJe • La emboscada • ( La Ea-

oseada es Espale que no se ha unido tetada a loe aliados ) y del •

etrate de un Legionario espafiol que grita : ZI.perando á mis herma- a


u>4.~

-ce •..... puede ser •. En la colección de caricaturas alenanas

_ __ ¡e fueron retiradas todas, veinticuatro horas tospues de la apewtu-

‘a te Ja ezpesleión de Sevilla, u>,ooleoción que personalmente conozco,

O12tbLa’ un CCI O tiblia, ~Ufl’1BJU el punte ‘de tina trnntl¡ri*n - “u> ~‘ a

les beligerantes, pudiere ser comparada a las caricaturas que tea—

o te citar., la paroS tildad de la medida•debidu prebablonnte• oca

O~u>~ ube tenido ya el honor de decirlo el otr, día, a la manera dorA—

nr de loo aferente. funcionarios españoles es puel’ evAden—

a
e • —Por oenhjguionte, tonga el honor de recurrir a la intervonoisa

~e” e YAu>.dnsIfliondo. Una tti ass en un ex¿Imen imparcial de lar ca—

-¡ “ nemas de áefll 2... flnpkes que la expostolón de los Le U

os ha podido ‘estar abierta%á~m mas de tres a

que siquiera los dibujos errAta mencionados hayan sido retí-

~ ad» insástó en que Sa ‘reapertura de la expom’ición de Sevilla sea

ttarifada.t~VEepOOP 4. ¡e que antecede, no cree necesario rogar á~j e

4#que.¡es
~, r.W:4ue1¶. dibujos injuri.bospreottades Lisiaren de nuca

o amia oxpow¡oifin te ¡os Legionarios erpaflhlor que será proxi.aaente

t*ISq —teganU ¿ V.B. tenga á bien hacer esn$fl

tu>- u>-’ --
tacho Oste onu di. >1Ra e

-‘ “u>~”
;-u>. -.2’ “.u>efr~~¡. —
~IU oogwidoract E

u
1057

r -~ volitt@t.
a
—st
rt
tiniáterio de~tadc. traslado A Y.i~ para su aonoaiuiento y efectos
II
oportunos ngázteJo que se sirva ponerme lo antep posible
en oondiflonev de dar una rerpíaesta ¿ la ruevá Notó del za
—-—-—u>’ -‘‘bajader de álernania

Dios 0aarle ~ y.S• muchos atos.


Madrid, ~v de enero delil?.
‘NtK -- ~Ánuta
A, G±,~teflQ

¿u>2

rYt”. . u>
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u>’ 4”u>u>;L. ..-u>.- -<“‘u> —‘ -w -.. u>—

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1060

Kaisc,-licb ‘ ,

Deutecbc Botecbafr lvladrid,le igTrvrierí~7. ~

e’
iii Span¡en

?V.tOttflfl u> .o4tSJU&~~,”. /44


e:
.J~rn. ‘nl;
y ~ 7/7~ e:

o’ eur le Ministre,
uf
D’ordre de mon Gouvern¿merit j’ai l’honneur de ‘e—
4,

venir sur les réclamations suivantes auxquelles 11 t—


U,

tache un intér~t particulier et qul n’Oflt pas encox


óté résolues définitivement par le Gouvernement Ros 1:
a
1) La censure ¿tablie exclusivement pour les ‘r. ~—

velles de nresse transmises par la_radiotélégraphir


e:
Cette réclamation était l’objet de mes notes Nos.1~’45,
uc’cemúre,7 eL 11 janvier drs.resp. X
a
¿‘al l’honneur de réitérer ma demande d’établi o

une censure générale en da supprimer celle des radi té—


1&graL~mes,un12uesource d’.information petar l’Allemc ne U,

dont les intér4ts se voient gravement prójudiciés ; r


cette mesure unilatérale. e
2) La’ t’ermeture de 1’exposition des carricatur s
gerruanophiles a ,eviiie.Cette réciamation était Wc jet u

‘u> de mes notes Nos.11284,125,241,518,784 dxi 2Z décemb e


u
et cita 5,2,17,22 janvier drsresp.
¿‘al l’honneur de rappeler é. Votre Exoellence
ce suiet que ma reclamation centre l’expositionu>en ~ U,
veur des léqionnaires espagneis a été rejetée par 1
G.ú’~vernem’ent Royal et que ‘4me les desseins injurie = —
:.óu>Ár l’Ailemagne n’ ont pas óté supprimés pendant le
t su>: is semaines cue l’exnosition a duré.¿’ai l’honn& de u
réit’irer ma demande oue 1’ exposition des carricatur ‘3

Son. Exeellen.ce germa u


-~onS1e1r Amollo Gimeno

~iristre Lo’yal VEla?


1061

‘a

germanophiles oui. a eta lieta sans incident á Madrid et


Valencia soit autorisé á Séville et daras d’autres viii:
de provinee comnme l’exposition des légionnaires qui a { te
tr’ansférée é. Baroelone.
3) La dénégatioñ du permis de présenter des £ilms e
‘Li’

guerre allemanús dans une représentalon en ?aveur de lm

Croix Rouge á Cadiz quoique l’entrée ait été limitée ~


Y des personnes invitées nominellement.
Mes notes Nos-3,4i.- et 1e31 du 3 et 4 janvier et d
12 ortresp. ont traité de oette afl’aire.
¿e me permets de faire remarcuer á ce sujet que d’
semblables repr(sentations de tilms de guerre frangais.
únglais et italiens se font dans plusieurs villes de p:
vince dans des thé&tres rublios eL á Madrid ata Teatro
Benavente é titre d’invitation sans exiger le nom de 1
rersorne invitée¿’ai l’hnnneur de demander Que les dit
représentations allemandes soient également autorisées.
A oette occasion aje me permettrai de f’aire rema
nuer ciu’á part des afraires susmentionnées qui intéres mt
particuli~rement cette Ambassade d’autres réclamations
n’ ant pas non plus trauvé de solution et de réponse de
nítive inaigré ~es Snstances réitérées.Je me référe ~.- o
sujet entre autres & mes notes ata sujet des procédés d’’
certaine consuis francais en Espo~ne (note Na.7615 du
sentembre dr.et antérietares) et á mes notes sur la resoL—
tution de la lettre officielle de oette Ambassade adre’.sée
an Consul Impérial á Tétouan et tombée entre les mains
des autorités anglaises (note N~.53 du 4 janvier dr.et
antérienres)
Les déclarations réitérdes du Gouvernement Royal
fgites an Qouvernement Itnpérial par l’intermédiaire de
1’
1062

e’

l’Ambassadeur de Sa Majestá á Berlin dans te sons Cune e:

politique inaltérable de neutralité et d’imnarcialité,


a’
justifient men espeir que le Couvernernent Rcy’al Saura
s’ inspirer de ces m&mes principes en examinant une fois
de pitas les réclamnations rnentionnées en vue de leur uf

donner une solutien favorable.


Veulílez agréer,Monsieur le Yinistrs,les ass~úrances a

de ma haute considération.-
u

uf

uf

a
1063

Z’¿ Febrero 917

‘7
<Y ¿$~,<Á< .¿~ ‘C,t,,,.~ ¾ - o:: Amollo •2irnenO

o ::fltLtnero
de ‘.7ú.- “dc’ 07“.tracto de

— - • 07.u>..to ¿e relaclona con la exhj”.bi-

u>. .“.L.u>’4 O ?.ti11220:. de .2’:,rltht\zr&S « cuadros do la gui


oc’ - n=ycre Áltimo publicada en la Os:

u>’ ote se ¿froto a consec’u>:eneia de ha: :4


: oe:.tru <u>: c’ioú se recThmn~ por a

Jo’ nCc e<= er;lieac’iones & los Gobernadores de Cadiz


u> “‘‘‘“<u>’u>. . — u>—u>.—
.u>~ ~
u>.,’. 7 >u
y.’> ~.<n:
u> u>.. —
u>‘‘u>.’ u> u> 7””
tOldo u>u>
~u>u> u>”’rv’~’s — ca’
i’e:lcu.i.as y de
u>, ¿ .‘ertn <o cxwZIcac’idn dc que las habi’an pro.

.u>...:’,eclo .‘:r:tes úe”.rfl=ciu>las,caricaturas y cuadros de

ú;.or’r u> os :naíoaotones d~ ;‘d. y


....2. ¿c:otidO,teeg’at’iO a los
u> ‘4 “«1.’.’’ ‘u>.’.rce 010. 2700’.V7200&ldOiOS que ci”. sc 1—

.4. ‘ >. as y de col

Vi
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olees
‘¡u>’
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e’”u>iflL’d&S en lic antes
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.~y.er.no:. de los <sIses rin:2 . -

1.

‘.4 ‘1: (7 - ‘u>. -

ya.

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