Instituto Tecnológico Y de Estudios Superiores de Occidente
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SUPERIORES DE OCCIDENTE
RECONOCIMIENTO DE VALIDEZ OFICIAL, ACUERDO SEP NO. 15018
PUBLICADO EN EL DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN
EL 29 DE NOVIEMBRE DE 1976
QUE PRESENTA
DIRECTOR DE LA TESIS
ITESO
QUE PRESENTA
COMITÉ TUTORIAL
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN 3
mexicano.
ciudadana.
razonado.
POLÍTICAS
PARA EL VOTO.
CONCLUSIONES 344
INTRODUCCIÓN 3
III. LA POLÍTICA EDUCATIVA DEL IFE PARA EL EJERCICIO DEL VOTO EN 160
1.1 La educación cívica desde un órgano autónomo del Estado mexicano. 162
1
3.1 La estrategia general de promoción de la participación ciudadana. 205
3.2 El Programa Educación para el ejercicio del voto libre y razonado. 210
VOTO.
CONCLUSIONES 344
2
INTRODUCCIÓN
tema de fondo que anima el desarrollo de este trabajo. Lo elijo como punto de partida para
entender y transformar prácticas de educación cívica que tienen efectos decisivos en los
procesos de democratización del país, especialmente las relacionadas con el ejercicio del
controvertidas. Estos conceptos, que tienen luz propia y se alumbran entre sí, remiten a
dan lugar al diseño e instrumentación de políticas de acción pública; pero sobre todo,
mapeado como área cognoscitiva de una sola disciplina, ni como arena política libre de
Por el contrario, como en todo lo relacionado con la vida en común, cuando se habla de
sino frente a procesos de construcción social abiertos a la observación empírica, con lo que
se confirma la idea de que una cosa es la dinámica de las prácticas sociales y otra la
3
definitivos, sino de categorías flexibles y dinámicas, en el sentido de “macroconceptos”
por una parte, que se trata de relaciones que se han expresado y se manifiestan de manera
diferenciada e el tiempo y en el espacio; por otra, que estos tres conceptos comparten la
políticas y educativas.
durante la última década. Desde luego, los temas de atención específicos han ido
empíricos, pero permanece constante mi preocupación por los asuntos que tienen que ver
constantemente las problemáticas y precisar los propios intereses en este campo del
conocimiento y de la acción social, así como a resignificar mis saberes previos. Así, los
los impactos que producen determinados fenómenos en la vida social, especialmente en los
procesos de democratización del país, como fueron las elecciones federales de 2006.
4
El objeto de estudio específico de esta tesis es el programa Educación para el
ejercicio del voto libre y razonado que el IFE desarrolló en el proceso electoral 2005-2006, el
invariante y un caso bien construido deja de ser particular porque remite a la configuración de
problemas que exceden ampliamente el único caso (Augé, 2007). Constituye una
“investigación indígena”, en la medida en que formé parte del objeto de estudio1 y éste me
investigación abierta, en el sentido de que mis intereses y la pretensión de hacer esta tesis
Esto, evidentemente, compromete la propia subjetividad, lo que conduce a dialogar con uno
En este sentido, es necesario reconocer, en primer lugar, que somos parte del mundo
social que estudiamos y que, por tanto, uno mismo y el propio acto de investigación son
reflexividad, que se juega en un proceso reflexivo que incluye todas las etapas del desarrollo
de la investigación hasta la escritura del presente texto, me ha permitido pensar sobre los
distancia para observarme como objeto en dicho mundo. Ha supuesto, entre otras cosas,
1
Me desempeñé como Consejera Electoral del IFE de noviembre de 2003 a agosto de 2008 y, durante ese periodo, presidí
la Comisión de Capacitación Electoral y Educación Cívica, responsable de la política de educación cívica institucional.
2
Para estos autores, no hay manera de escapar del mundo social para después estudiarlo, ni es necesario que así sea; “al
incluir nuestro propio papel dentro del foco de investigación y explotar sistemáticamente nuestra participación como
investigadores en el mundo que estamos estudiando, podemos desarrollar y comprobar la teoría sin tener que hacer
llamamientos inútiles al empirismo, ya sea en su variedad naturalista o positivista” (Atkinson y Hammersley, 1994, p.40).
5
propia identidad como parte de la institución y como investigadora, así como una revisión de
sobre la realidad en el curso de mi participación en ella, así como de las dificultades para
política pública de educación cívica del IFE contenida en el PEEC sino lo que tiene que ver
con la educación para el voto, uno de sus programas específicos, que adquiere relevancia
especial en el campo educativo y electoral para la vida nacional. Sin embargo, considero
institucional que la cobija, considerar las concepciones y principios que la fundamentan, los
entre los programas que le dan vida a la política, particularmente los relacionados con la
creación del IFE, con sus principales rasgos actuales, producto de reformas electorales
decisivas para el país, hasta la fecha. El periodo de estudio específico corresponde a las
fechas del proceso electoral federal que inició en octubre de 2005 y concluyó en septiembre
de 2006, una vez que la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
6
IFE, que tiene presencia en todo el territorio nacional. Durante el periodo señalado se
entidades del país, que conformaron el programa Educación para el ejercicio del voto libre y
razonado.
Ahora bien, el análisis de cualquier política pública supone situarse en el nivel de las
voluntad políticas, pero también en el ámbito de lo posible, factible y deseable. En este caso,
el programa Educación para el ejercicio del voto libre y razonado, que representa un ejercicio
inédito por ser la primera vez que se aplica durante un proceso electoral con alcance
nacional y por constituir el primer programa que se deriva de la nueva política educativa del
IFE, es el objeto de estudio de esta tesis doctoral, que precisa una aproximación singular
para alcanzar una comprensión más profunda del problema de las políticas públicas de
país, adquiere especial relevancia el papel de las instituciones, las políticas y la educación en
Son múltiples los objetivos que animan este trabajo. Desde la convicción personal de
ciudadanía en México, particularmente la que tiene que ver con la educación de los
7
de sus derechos, así como participar en la deliberación pública sobre la educación para la
ellos el deseo de participar en la vida pública, y contribuir de esta manera para lograr que el
espacio público sea eso, un espacio con público, con ciudadanos que tienen las condiciones
y las competencias cívicas básicas para ejercer a plenitud sus derechos y responsabilidades
-la historia da cuenta de ello- y que existe un conjunto de competencias cívicas básicas
ciudadanos no es sólo un recurso posible sino una herramienta necesaria para el desarrollo
Estoy cierta de la importancia que tienen los estudios sobre políticas públicas y sus
efectos en el conocimiento del Estado. En este sentido, estimo que es relevante generar
nuevos conocimientos sobre las prácticas y procesos institucionales que fortalezcan las
democrática de los ciudadanos. De ahí que, como objetivo particular, proponga construir un
representación que se construye para explicar la realidad, con capacidad para interpretar y
valorar tantos los procesos como los efectos de las políticas y, por esta vía, fortalecer las
8
acciones institucionales dirigidas a desarrollar las competencias cívicas de los ciudadanos
para el voto, más que en las características y calidad pedagógica de las prácticas
generen han de tener una finalidad social y dar lugar a un aprovechamiento social de los
exigente (Pasquino, 1999), que requiere de las energías de los ciudadanos para que
por la vida pública en el curso del tiempo; pero, también, dispuestos a formular y gestionar
sus demandas por los cauces institucionales y resolver conflictos en el marco del Estado de
derecho.
democrática y lograr que la democratización abrace a todo el sistema político y no sólo a uno
9
sistema educativo mexicano para encontrarse con la sociedad? y ¿cómo formar ciudadanos
que hagan posible la democracia y la defiendan? Desde luego, me resulta casi imposible
poner fin a las interrogantes sobre el tema en cuestión. Hay algunas preguntas que se
resisten a una respuesta definitiva y que permanecen en el tiempo, como la que se cuestiona
sobre ¿cuál es el tipo de ciudadano que se quiere formar? y ¿para qué democracia?, de las
que necesariamente se derivan otras: ¿cuál debe ser el papel de la educación cívica para la
ciudadanía para la que el IFE se propone formar a los ciudadanos? Otras preguntas, en
cambio, son susceptibles de responderse, con ciertas dificultades, como producto del
desarrollo de las mismas acciones educativas y de su análisis: ¿cuáles fueron los efectos
del programa Educación para el ejercicio del voto libre y razonado en los ciudadanos
Una de las preguntas clave, antes y ahora, gira en torno a ¿qué hacer para que los
superioridad ética y política sobre otros órdenes políticos, y como una condición de la
comprenden que los problemas sociales son de todos y nos afectan a todos.
Considero que, en el proceso cíclico de las elecciones, es posible conocer los efectos
organizar los procesos electorales. Son los escenarios concretos los que permiten observar
10
político, identificar singularidades y posibilidades de las instituciones políticas y dar cuenta de
tengo duda de que la realidad obliga a considerar los distintos circuitos en los que se
El tema de las políticas públicas resulta crucial como mecanismo para el desarrollo
política. En mi opinión, el análisis de una política específica puede dar cuenta, entre otras
con una base empírica. El tema de la educación democrática puede generar, a mi modo de
ver, una discusión renovada sobre el papel del Estado en los procesos de democratización
concreta de una política. Lo cierto es que, nuevos procesos, que expresan nuevos
Todo indica que, para identificar y comprender el origen y el significado de las políticas
proceso” (conocimiento académico desde fuera con intereses científicos), de acuerdo con la
distinción que hace Aguilar Villanueva (1996) entre “policy analisis”, orientado
11
normativamente a la búsqueda de la mejor política pública en términos de eficiencia y
Como he dejado ver en líneas anteriores, y se podrá constatar a lo largo del texto,
Actualmente, observo que se renueva el interés por la autenticidad del voto ciudadano como
acto democrático por excelencia en las teorías democráticas liberales. Planteo que, a partir
participación ciudadana que se satisface en el ejercicio electoral, es posible contar con una
puerta segura y abierta para extenderla y profundizarla y, de esta manera, acceder a una
social, de manera que sea posible construir otros escalones sólidos que conduzcan a niveles
12
participación en el proceso político; además, hay que tener en cuenta que a nivel federal no
existen en México, por ahora, otras formas de democracia directa (referéndum, plebiscito o
iniciativa popular). De ahí que me parezca pertinente revalorar en sus propios méritos la
educación de los ciudadanos para la participación política y para el ejercicio del derecho
específico al sufragio, toda vez que los derechos políticos son derechos fundamentales y que
Una vez garantizada la democracia electoral, estimo que se cuenta con los elementos
desde lo institucional, una de las hipótesis que sostengo es que, actualmente, el elemento
o variable más importante para resignificar y fortalecer la función educativa del IFE es el
del sufragio es una de las principales garantías de los ciudadanos, sujeta al cuidado y
elementos de seguridad que la norma contempla para que los ciudadanos ejerzan el voto de
manera libre, secreta y personal, sino también en su función educativa de desarrollar en los
ciudadanos las competencias cívicas necesarias para el ejercicio pleno de sus derechos
político-electorales y ciudadanos.
medida en que los cambios son inconclusos y la vida democrática del país no tiene aún
13
perfiles definitivos, es estratégico fortalecer las capacidades ciudadanas y la actuación de las
educación cívica juega un papel determinante. No basta con el reconocimiento formal por
parte del Estado y de los individuos de los derechos ciudadanos; su ejercicio depende, en
protege y los garantiza. En la medida en que las instituciones, que -como el IFE- tienen el
conexión que existe entre un sistema electoral competitivo e instituciones que garantizan los
derechos ciudadanos, será posible que los valores, las normas, las instituciones y las
estoy entre los minimalistas, quienes sostienen la idea de que la única democracia
democrática; por el contrario, considero que el voto es una condición necesaria, más no
suficiente, para hacer que la democracia y los derechos ciudadanos se desplieguen en toda
libertades y derechos humanos; entre otros, el derecho a estar informado sobre los asuntos
Ahora bien, la consideración de que son los escenarios concretos los que demandan
explicaciones y ponen a prueba las teorías y metodologías que pretenden dar cuenta de los
y la evaluación de Educación para el ejercicio del voto libre y razonado, uno de los
14
programas de acción de la política educativa del IFE, es indicativo de las posibilidades de
ejecución de la política pública en lo general, toda vez que comparten las intencionalidades
políticas y educativas y se trata de los mismos espacios sociales (los distritos electorales
Desde el punto de vista metodológico, estimo que el análisis de esta política pública
comprender las nuevas formas de la acción colectiva (Melucci, 1999). Se trata de prácticas
visibles (300 acciones distritales de intervención educativa), esto es, de formas evidentes de
acción, en las que se expresan la pluralidad de los significados que están contenidos en el
acontecimiento o fenómeno colectivo. Así, en este trabajo intento integrar una perspectiva
histórica y dar cuenta del contexto social y político en el que se desarrolla la educación
cívica. Construyo un texto sugestivo que mira el futuro a través del análisis del presente,
ingredientes testimoniales.
demandan una estrategia cualitativa para explorarlos a través de indicadores valorativos, así
como la incorporación de información cuantitativa, con la finalidad de construir los datos con
15
el apoyo de las teorías. En primer lugar, porque es con situaciones que se trabaja en este
estudio de caso (una política pública específica aplicada en momentos y espacios sociales
porque en lo personal me interesa poner el acento en los procesos, más que en los
resultados; y, por último, por los principios y criterios que establece la misma política
teórico, centrado en la lectura amplia de diversas fuentes, más allá del campo temático
perspectivas que integran las teorías de la ciudadanía. A partir de esto, construyo el marco
teórico y el marco contextual de esta tesis, y doy cuenta del estado que guarda el
los datos, que hace posible la reconstrucción progresiva del objeto de estudio y la
propuesta de modelo para el diseño y análisis de políticas públicas de educación cívica, con
Educación para el ejercicio del voto libre y razonado, del que se deriva una interpretación
ciudadanía.
16
En mi caso, se entremezclan varios intereses en torno a la formación de los
ciudadanos: un interés conceptual por ordenar y guiar las reflexiones; un interés descriptivo
interés analítico por comprender las relaciones existentes entre los distintos problemas y
interés por transformar las políticas y prácticas de la educación para la ciudadanía. Como en
conocimientos y observaciones sobre el objeto de estudio, así como las distintas tareas
entre otras), se convierten en procesos reflexivos a partir de los cuales se reformulan las
Encuentro que, a medida que las ideas teóricas se desarrollan y se obtienen datos
empíricos, cambia lo que resulta significativo y se transforman y/o surgen nuevas hipótesis
de trabajo.
políticas públicas, no hay un paradigma dominante sino que coexisten diferentes enfoques
y/o énfasis. Son los escenarios concretos los que permiten observar los vínculos y las
relaciones específicas entre fenómenos sociales y aspectos de los mismos e identificar las
singularidades de las experiencias, así como dar cuenta de las instituciones y los actores
sociales que intervienen en los procesos bajo estudio. Desde mi experiencia, confirmo el
hecho de que el conocimiento es selectivo y se organiza según una visión o intuición que
orienta los modos de entender la realidad y de actuar sobre ella, lo que tiene consecuencias
17
sociopolítica y teórico-metodológica de estudios que aborden el problema de construcción de
contexto institucional definido. Se trata, desde mi punto de vista, de uno de los asuntos
mexicana, exige tanto de ciudadanos con competencias para participar en las decisiones y la
fáctica de la democracia electoral, con diferentes grados de precariedad institucional entre los
países; una profunda insatisfacción con los resultados de la democracia en términos de las
través de la educación, se suma ahora una preocupación por las condiciones actuales de la
piso básico electoral de todo orden democrático. Entiendo que las consideraciones sobre la
democracia no pueden ser separadas de la cultura política nacional prevaleciente, esto es,
18
política esencial entre ciudadanos y gobernantes, así como el mismo orden político y social
que la nación se ha dado y quiere darse. Lo cierto es que se observa un malestar colectivo
creciente con relación a la política y los políticos, que la política actual se muestra incapaz
Pienso que, si bien los contextos cambiantes generan nuevos problemas, también
ofrecen nuevas oportunidades. De manera paradójica advierto que, junto a los diagnósticos
que informan del desencanto ciudadano hacia la política y los políticos y la insatisfacción con
los derechos ciudadanos, las virtudes cívicas y la educación para la ciudadanía, que se
pueden interpretar como una respuesta ante la conciencia de la crisis de lo público en las
De igual manera, considero que hay que tener presente que el estudio y la reflexión
sobre los regímenes democráticos no puede separase del estudio de los sistemas y
de manera gradual, con cambios en la ley, a través principalmente del cauce electoral y como
sobre todo el proceso electoral federal de 2006, ha planteado retos de índole diferente,
como los derivados de la nueva normatividad electoral de 2008 y los relacionados con el
ejercicio de los derechos políticos de los ciudadanos, particularmente con el sufragio de los
electores.
Presidente de la República y a los integrantes del Congreso de la Unión (500 diputados y 128
electoral mexicana, que dio lugar a un intenso y ríspido debate político y al llamado “conflicto
19
post-electoral”.3 Fueron inéditos tanto los resultados electorales, con poco más de 50
las diferentes etapas del proceso electoral. Entre otros hechos, se registraron cifras
históricas: la cobertura del padrón electoral más alta en la historia electoral mexicana 4, y la
puso en duda la legitimidad del proceso electoral. Pero, si bien las experiencias electorales
contextuales nuevas. Evidentemente, los comicios de 2006 han demandado una evaluación
a fondo del proceso electoral por parte de todos los actores y autoridades involucrados en su
organización y desarrollo, pero también ha hecho falta, desde mi punto de vista, revisar lo
que tiene que ver directamente con la participación ciudadana y el ejercicio del voto, para
3
La elección no terminó el 2 de julio, el día de la jornada electoral, como solía ocurrir; ni siquiera el 5 de julio con los
cómputos distritales, como lo marca la ley, sino hasta el 5 de septiembre, cuando la Sala Superior del Tribunal Electoral del
Poder Judicial de la Federación (TEPJF) calificó la elección, luego de realizar un recuento parcial de votos y resolver las
impugnaciones presentadas por los partidos políticos y coaliciones.
4
Se contó con 71.7 millones de ciudadanos inscritos en el padrón electoral, que equivale al 95.4% de la población mexicana
mayor de 18 años, de los cuales el 44% tenía entre 18 y 34 años de edad, el 30% osciló entre los 35 y 49 años, el 21.5%
entre 50 y 74 años y el 4.5% mayor a 75 años. Del gran total, 71.3 millones de ciudadanos conformaron la “lista nominal
de electores”, lo que representa una cobertura del 99.4% respecto al padrón.
5
En términos relativos, en la elección federal de 2000 se registró una participación del 63.97%, con un total de 37
millones 601 mil 268 electores; en los comicios de 2003, participaron 26 millones 968 mil 371 electores, lo que equivale al
41.68%; en la elección del 2006 la participación fue del 58.55%. con un total de 41 millones 791 mil 322 de votantes.
20
reconocer las insinuaciones del presente y actuar con responsabilidad frente a un horizonte
democrático inmediato.
consolidarla y hacerla cada vez más eficaz. Estimo, pues, que los procesos electorales y sus
representación nacional, sino los de orden cualitativo que tienen que ver con la calidad de la
electorales, pero también a la revaloración del voto, como acto personal, y de la educación
cívica, como medio para la formación de los ciudadanos en las competencias básicas que
2007, así como las modificaciones a la legislación electoral de febrero de 2008, contienen
aciertos notables, lamentables omisiones, dudas razonables y riesgos, pero sobre todo
la función educativa, encaminada a dotar a los ciudadanos de las competencias para ejercer
su derecho político al voto. En contraste con las reformas electorales de 1977 a 1996, que
21
sustantivas en lo que se refiere al acto de votar y sus requerimientos;6 ni siquiera hace
lo personal, me parece que es una de las notorias omisiones de la reciente reforma electoral.
Con todo, estimo que la vía electoral, con sus vicisitudes y limitaciones, es un camino
transitable y deseable para procesar la pluralidad política, y la forma más razonable para
dirimir la disputa por el poder. Cada elección presenta la oportunidad de resignificar el voto,
como el acto democrático por excelencia, y tener en cuenta que en torno al derecho político a
sociedad.
Ahora bien, respecto a su estructura, esta tesis está organizada en cuatro partes.
institucional en el que tiene lugar la política pública y el programa de educación para el voto,
doy cuenta de la actuación educativa del IFE y describo la experiencia empírica objeto del
6
Una excepción es el artículo 32 de la nueva legislación electoral, que exige la contabilidad del voto a cada partido que
forme coalición, de manera que cumplan con el mínimo de aceptación electoral que es del 2%, de lo contrario le será
cancelado el registro. Esto supone modificaciones en la boleta electoral, que es el instrumento en el que el ciudadano
expresa y marca su voto.
22
En una visión de conjunto, los contenidos refieren los factores básicos para pensar y
entender la educación cívica para la ciudadanía: los políticos, que tienen que ver
principalmente con los derechos ciudadanos, los derechos político-electorales y el voto, las
particularmente la actuación del IFE como órgano autónomo del Estado mexicano, con
educación cívica para la ciudadanía y sus estrategias en los enfoques teóricos y pedagógicos
que predominan en esta materia. Estos tres ejes los abordo a partir de un marco contextual
que pone en perspectiva el fenómeno social bajo estudio, ubica las teorías y debates
democráticas.
a las instituciones del Estado democrático, las políticas públicas educativas y las distintas
formación de los ciudadanos, que se constituye en la base que dará lugar a las definiciones
histórica.
Para dar cuenta de la evolución que ha tenido la educación cívica como concepto y
como práctica en las sociedades modernas, en el primer capítulo, ofrezco una visión de
23
anima la discusión amplia sobre la cultura política democrática y la educación de los
social, bien social a distribuir, expresión del sistema social (de sus conflictos, intereses y
educación, advierto sobre las nuevas tensiones y desafíos derivados de los cambios en las
relaciones entre el Estado y la sociedad, la reducción del rol del Estado educador, el
percibe entre la política y los ciudadanos. Hago referencias al tema de la cultura política
como base y sustento de la democracia, en la que la educación aparece como uno de sus
componentes esenciales, así como al debate amplio acerca del estado actual que guardan
las democracias en la región de América Latina y a diagnósticos que informan sobre las
cultural permite identificar los cambios y las continuidades más importantes en las
Desde esta óptica, hago un repaso selectivo por la historia de la educación cívica en México
recorrido permite identificar los distintos sentidos y modos en que el sistema educativo
24
mexicano ha concebido y desarrollado la educación para la ciudadanía, lo que contribuye a
acerca de los fines, los contenidos, las estrategias y los agentes de la educación cívica, y
dan cuenta de los distintos paradigmas que han marcado la formación de la ciudadanía. En
educación en valores y tienen como referente principal la escuela, dada una larga y central,
orientan hacia modelos que integran las necesidades de la convivencia social y la libertad de
los individuos.
Por último, para cerrar este primer bloque, en el cuarto capítulo identifico las
está asociada a las tradiciones liberal y republicana del pensamiento político moderno y a
las distintas ideas que se tienen del buen ciudadano, lo ciudadano y la ciudadanía. Por un
lado, una concepción liberal de la ciudadanía ligada a una idea de nación, filiación y
derechos que, en lo fundamental, tiene derecho al voto, paga impuestos y recibe servicios
derechos individuales y sociales, así como a las virtudes y responsabilidades cívicas ligadas
ciudadanía.
25
Los tres capítulos que integran la segunda parte de esta tesis refieren, en su conjunto,
el estado general del conocimiento sobre la educación para la ciudadanía, con énfasis en lo
grupos de trabajos: los que, desde una concepción normativa de la democracia, plantean
los fines y mandatos educativos (idealidad); y aquellos que, a partir de una perspectiva
No obstante los textos existentes sobre el tema genérico, planteo las dificultades para
establecer un estado del arte sobre los estudios teóricos e investigaciones empíricas que
tratan directamente el fenómeno de la educación cívica de los ciudadanos que, por un lado,
lo electoral. Observo, también, una incipiente y dispersa producción teórica y empírica sobre
el tema de interés particular, en contraste con una abundante literatura sobre el estado que
lo encontrado en las diversas fuentes informativas sobre este campo de estudio en cinco
tema específico de la educación cívica de los ciudadanos para el ejercicio de sus derechos;
c) la educación cívica centrada en la educación básica formal; d) los estudios en torno a los
26
En el segundo capítulo, abordo el estado de la cuestión desde la consideración de que
públicas educativas, que forman parte del proceso de ampliación del interés por lo
fortalecerla.
como concepto, la ciudadanía aparece atada al ejercicio del voto. En el tercer apartado de
del voto como parte de los procesos de democratización. Hago notar que son abundantes
bloque de este trabajo. Me parece importante ubicar al IFE dentro del campo electoral y dar
27
cuenta del escenario en el que se toman las decisiones de política pública educativa. Para
empezar, me refiero a la creación y a las principales características del Instituto como órgano
autónomo del Estado Mexicano encargado de organizar las elecciones federales. Trato de
responder a la pregunta sobre ¿por qué en México la tarea de formar ciudadanos a través
cuenta del origen del Instituto en el contexto de transición democrática del país y de sus
rasgos distintivos, esto es, su autonomía y carácter ciudadano. Luego, desde el lente de
la educación cívica, describo las atribuciones y el funcionamiento del IFE, con el propósito de
institucional da pie para hacer un repaso crítico de la trayectoria educativa que ha tenido el
educativa vigente.
marco de una nueva gestión de consejeros electorales y directivos de las áreas ejecutivas; el
al Instituto; el procesamiento interno, que condujo a su aprobación por parte del Consejo
General del IFE; hasta la estructura y los contenidos principales de la política, que
comprende los objetivos, el marco legal, el marco teórico y el marco contextual, así como
las estrategias y líneas de acción. Sostengo que el PEEC representa un nuevo paradigma
organismo electoral.
perspectiva analítica, doy cuenta de la experiencia empírica Educación para el ejercicio del
voto libre y razonado, que constituye la unidad de análisis del proyecto de investigación. El
28
punto de partida es el PEEC, y el marco referencial es la estrategia general del Instituto para
los medios electrónicos de comunicación social, las acciones de vinculación con otras
instituciones públicas y privadas, y, desde luego, las tareas de educación cívica dirigidas a
los ciudadanos y a la población infantil y juvenil del país. Destaco la importancia y lo inédito
Asimismo, desde la lógica del ciclo de las políticas públicas, reconstruyo este
programa educativo para dar cuenta de cada una de sus etapas, de los procesos seguidos y
los resultados obtenidos, esto es: la formulación del programa general de alcance nacional,
resultados. Hago hincapié en la primera fase de formulación y gestión del programa general
y de diseño de los proyectos específicos, toda vez que se trata de la primera experiencia que
presupone una interpretación que ha estado orientada, en mi caso, por los objetivos de la
avances en la comprensión teórica del fenómeno bajo estudio. En esta tesis, el contexto
temporal de las acciones de educación cívica, que identifica los acontecimientos relevantes,
aproximación cronológica que se corresponde con las formas de vida institucional que se
organizan sobre la base de ciclos o ritmos de vida del organismo electoral. De esta manera,
intento examinar y describir la información a la luz del lugar que ocupan los hechos dentro de
los referentes temporales de los actores institucionales, admitiendo que, “al producir
29
descripciones siempre empleamos criterios teóricos para seleccionar y establecer
en los capítulos previos, sobre todo en el marco teórico y contextual del estudio y en la parte
Educación para el ejercicio del voto libre y razonado. El objetivo básico lo formulo en
públicas de educación cívica. Pretendo, por esta vía, contribuir al mejoramiento de las
seis dimensiones cualitativas, en el sentido de variables que dan visibilidad a aspectos de las
políticas públicas y prácticas educativas que, desde mi perspectiva, se deben priorizar, con
públicas de educación cívica, sino establecer una manera de entenderlos y atenderlos que
sea compatible con el compromiso de desarrollar competencias para el ejercicio pleno de los
30
partir de la información del conjunto de los 300 proyectos distritales. Las seis dimensiones y
31
I. DEMOCRACIA, EDUCACIÓN Y CIUDADANÍA
vida y la integración de todos los sectores y grupos de la sociedad. Es, a la vez, una
necesidad personal y un derecho social, objeto de atención por parte del Estado a través,
principalmente, de políticas universales dirigidas a toda la población, entre las que destaca la
condiciones sociales de existencia. Este dilema clásico plantea la doble función reproductora
formación de los ciudadanos que potencian las instituciones democráticas, además de las
propone una “reproducción social consciente” que implica educar para que las personas sean
objetivos educativos.
Para Bourdieu (2008, p. 69) “la variable educativa, el capital cultural, es un principio de
diferenciación casi tan poderoso como el capital económico. Hay toda una nueva lógica de la
lucha política que no puede comprenderse si no se tiene en mente la distribución del capital
institución escolar contribuye a reproducir la distribución del capital cultural y la estructura del
espacio social, plantea que la misma reproducción del sistema implica transformaciones,
como punto de acceso a los puestos de trabajo o a las posiciones sociales, sino como “la
32
condición mayor de acceso al ejercicio verdadero de los derechos del ciudadano”; y sostiene
que tanto en sus contradicciones como en las posibilidades de acción que encierra, la
educación lleva en sí el futuro (Bourdieu, 2008, p. 90). Por su parte, Touraine (1999, p. 273)
sostiene que “el espíritu y la organización de una sociedad se manifiestan con la mayor
personas no sólo el tipo de futuro que puedan llegar a vivir sino también su realidad presente,
dentro del conjunto de condiciones históricas que inciden en los procesos de distribución de
todos los bienes sociales.7 Walzer (1996) sostiene que la formación de ciudadanos es el fin
futuros ciudadanos. En esta línea argumentativa, la justicia distributiva tiene que ver con los
significados sociales y los bienes educativos a distribuir que dependen de lo que las
comunidades particulares van decidiendo durante su proceso histórico en el que crean dichos
significados. Desde la “igualdad simple”, que se basa en la necesidad como criterio universal
de distribución, la educación se concibe como una necesidad que tienen todos los ciudadanos
cambio, “la igualdad compleja” supone la diversidad de bienes sociales que se intercambian al
bienes, atendiendo al fenómeno del pluralismo. Para este autor, en consonancia con Dewey
cívica como tarea del Estado, Latapí (1993) plantea que la distribución equitativa de la
7
En la literatura predomina una concepción positiva de la educación. Por lo general, se da por sentado que la educación es
algo bueno en sí mismo. Sin embargo, hay teóricos que la abordan como un problema, en tanto puede ser excluyente y
sobreideologizada. Bourdieu (2008: 111) insiste en que el título escolar “contribuye eficazmente a asegurar la reproducción
social, al lograr la perpetuación de la estructura de distribución permanente que, aunque tenga todas las apariencias de
igualdad, está marcada por un sesgo sistemático a favor de los que poseen un capital cultural heredado”.
33
educación, así como el desarrollo de la conciencia ciudadana y del sentido de responsabilidad
social, son componentes esenciales de la calidad educativa. En tanto bien social intermedio,
entre los bienes fundamentales y los bienes de carácter suntuario, la educación es un medio
indispensable para la realización de las personas. Otra idea en esta línea apunta que
El Estado en un mundo globalizado debe potenciar la capacidad de sus ciudadanos tanto en el plano
técnico-instrumental, –es decir, del manejo de los nuevos códigos del conocimiento-, como en el de la
2000, p. 85).
democracia y educación son estrechas, toda vez que “la democracia es el sistema político que
menos puede desentenderse de la educación de los individuos, pues requiere que éstos
actúen como ciudadanos, es decir, como sujetos responsables noblemente interesados por la
cosa pública" (Pérez Tapias, 1996, p. 35). En la medida en que la fuerza de toda democracia
depende de las virtudes de sus ciudadanos, estas relaciones son indisolubles (Guevara
expresión de los ciudadanos más allá de las elecciones y entiende que no depende sólo de
sus estructuras básicas, sino también de las cualidades y actitudes de sus ciudadanos. De
8
Se aprecia la extensión de la democracia como forma de Estado en el mundo. Según datos del Informe sobre el Desarrollo
Humano de 2002 (PNUD), en el período 1985-2000, los países con regímenes democráticos pasaron de 44 a 82, los
autoritarios descendieron de 67 a 26 y los de regímenes intermedios se incrementaron de 13 a 39; no obstante que la
democracia se ha impuesto como régimen político dominante también en América Latina, ésta convive con un estado de
derecho limitado y con graves problemas económicos y sociales. Para la OEA, la democracia representativa, como sistema
de gobierno, es una realidad incuestionable en las Américas, con la excepción de Cuba (Pressacco: 2001).
34
esta manera, la construcción de ciudadanías aparece asociada al régimen democrático que
desarrollado; en tanto expresión del sistema social, la educación refleja sus conflictos,
intereses y contradicciones. En todas las culturas se presenta una correlación entre sistema
portadoras de una dimensión utópica y comparten un carácter tensional por el que siempre
oscilan entre dos polos: el de la "facticidad", lo que de hecho se da, y el de la "idealidad", que
expresa la meta a la que se aspira y le imprime de entrada un punto de vista normativo (Pérez
Tapias, 1996).
cultura política basada en la participación cívica de los ciudadanos, así como en las
No obstante, en los últimos años diversas encuestas y estudios de opinión pública dan
cuenta, entre otras cosas, del desencanto y la distancia de los ciudadanos frente a la política,
revelando serios cuestionamientos hacia los políticos, los partidos políticos, las instituciones
universo ajeno y poco confiable. Aun cuando la democracia en América Latina parece perder
vitalidad, los partidos políticos disminuyen su nivel de estima pública y el Estado es mirado
35
con expectativa y recelo a la vez; se la prefiere como orden político y social, pero se
La aparición de nuevos movimientos socioculturales que demandan una democratización del poder, y de
ciudadanos más críticos y autónomos respecto de partidos o ideologías, exige una política de mayor
calidad. Una suerte de paradoja: se exige más y mejor política en un contexto de escepticismo y
Entre los investigadores, quienes también advierten sobre el estado que guarda la
democracia en los países de la región, Prialé Valle (2006) destaca que, si bien se ha ganado
calidad democrática. En esta misma línea discursiva, Dagnino, Olvera y Panfichi (2006)
precariedad institucional entre los países;9 b) una profunda insatisfacción con los resultados
las diferencias. Por su parte, Nun (2000) expresa la paradoja latinoamericana de manera
9
El PNUD (2004) califica el nivel de participación electoral en América Latina como medio, toda vez que el 62.7% de los
potenciales votantes han participado en las elecciones realizadas entre 1990 y 2002. Al tomar en cuenta que en algunos
países la participación electoral es obligatoria, concluye que las autoridades electas han surgido de comicios donde la
participación ciudadana ha sido mayor al 50%.
36
fomentan la marginalidad y la exclusión, mientras los Estados se achican y se revelan
institucional del sector social, sujeto a coyunturas políticas con visiones de corto plazo,
incertidumbre presupuestaria para ejecutar políticas y programas de carácter social, junto con
Zovatto (2002) identifica dos etapas principales en la transición democrática regional: los
de democracia directa.
ciudadanía. En un texto posterior (2002), este autor considera que la referida pérdida de
sus modos de funcionamiento. Esto exige que las transformaciones de la política sean
nuevo mapeo del espacio político. En mi opinión, esta renovación de la política y sus
cívica.
10
Habría que preguntarse, como lo hace Pacheco Castellanos (2007), si la ausencia de participación ciudadana debe ser
atribuida solamente a estructuras de exclusión social más que a la carencia de conocimiento y capacidades cívicas.
37
Frente a los múltiples datos y análisis que confirman que en América Latina la
democracia no está consolidada, son varios los estudiosos que coinciden en insistir en la
perspectiva de largo plazo. Se trata de diversas hipótesis que giran en torno al decisivo papel
Que los individuos se sientan motivados a participar en la esfera pública en condición de ciudadanos
informados y competentes (con capacidad de convertirse en líderes políticos y de hacer llegar sus
no son innatas sino que se adquieren y perfeccionan en distintas instancias sociales, siendo la escuela la
que puede distribuir más equitativamente entre los ciudadanos los conocimientos y competencias
requeridos para una participación efectiva en la democracia (Prialé Valle, 2006, p.8)
Ahora bien, el interés por la formación de los ciudadanos que le den sustento y vigor a
Guevara Niebla (1998) ofrece un recorrido en clave educativa en torno a las teorías
políticas más elaboradas entre los siglos XVI y XIX, que incluyen el pensamiento de Hobbes
instruir al pueblo en el conocimiento de las leyes (lo que es justo e injusto), y hacer a los
súbditos más aptos para vivir en paz y armonía. Si bien Locke rechaza la educación pública,
11
Como indica Trueba (2002, p. 9), “educar implica sobrevivir y adueñarse de la memoria y el saber de la especie –justo por
eso- no resulta casual que el afán educativo atraviese todas las culturas y la mayor parte de los pensadores. La pregunta
sobre cómo debe impartirse la educación y el cuestionamiento sobre sus fines se hacen presentes a lo largo de la historia”.
38
del gobierno popular e instrumento imprescindible de la formación ciudadana. Mill, quien
también se opone a la educación pública, pone el acento en la educación como valor político,
toda vez que es condición necesaria para establecer un gobierno representativo que exige el
en el siglo XIX, dentro de un proceso de desarrollo gradual y diferenciado entre los países.
Se observa, a partir de ese siglo, la difusión amplia de la escuela pública de carácter laico,
encargada de formar ciudadanos por medio de una educación básica gratuita a toda la
población. De ahí que “la existencia de la educación pública se confunda con la historia de
las repúblicas modernas” (Guevara Niebla, 1998, p. 29). Esta asociación entre la evolución
adquiere especial significado en esta tesis que aborda la educación en y para la democracia,
pero cada una tiene su propia historia y ha recorrido su propio camino para conquistarlos.
concatenados: la necesidad que tienen los Estados y los sistemas políticos democráticos de
cohesión social y legitimidad, y la necesidad que tienen los niños y jóvenes de educarse como
ciudadanos. De ahí que “a la educación cívica se le supone una fuerza cohesiva capaz de
Durante el siglo XX, las relaciones entre educación y democracia han sido objeto del
pensamiento político y social. Prialé Valle (2006) identifica básicamente las perspectivas
12
Por su parte Bourdieu (2008) encuentra otra asociación interesante entre la invención del Estado y las ideas de “público”,
“bien común” y “servicio público” que, al menos en el caso francés, son inseparables de la invención de las instituciones (de
manera destacada la escuela) que fundan el poder el Estado y su reproducción. Así, las fases de desarrollo de la institución
escolar coinciden con las fases de desarrollo de la burocracia del Estado.
39
económico-politológica y la de la filosofía política, que permiten ubicar en un esquema
general buena parte de los aportes teóricos y metodológicos, así como los hallazgos
individuos y se registra una mejora en las economías nacionales, lo que a mediano plazo
educación, los fines económicos han marcado la pauta para la formulación de las políticas
cualitativos de las mismas, ni las perspectivas que, como la de Amartya Sen, sustentan
histórica y las aproximaciones economicistas afirman que la educación es una de las fuentes
más poderosas para reforzar los sistemas políticos, las medidas que buscan garantizar el
para lo que importa –entre otras cuestiones- la forma como opere el sistema educativo.
los efectos de la educación en componentes del sistema político, sobre todo los que tienen
13
Véase el estudio de Lipset (1981), quien examina la relación entre el progreso económico y la democracia en casi 20
países organizados en categorías a partir de una escala de democratización, entre los cuales están diez países
latinoamericanos, en los que aplica varios indicadores económicos (riqueza, urbanización e industrialización) y toma en
cuenta la variable educación. Concluye que la educación es una condición necesaria, aunque no suficiente, de la
democracia.
14
En contraste con los enfoques clásicos para evaluar los efectos de la educación en el desarrollo, la perspectiva de Amartya
Sen se concentra en la relación directa que existe entre la educación, el bienestar y la libertad de las personas para vivir la
vida que ellas elijan (beneficios intrínsecos de la educación); en menor medida alude a la relación indirecta entre educación
y conocimiento, cambio social o producción económica (beneficios instrumentales).
40
que ver con la formación de una cultura política favorable al sistema democrático. 15 La
propia UNESCO, al definir los objetivos de la educación para el siglo XXI, asume el vínculo
estrecho entre cultura y educación en función del desarrollo de los países: “la educación es el
vector por intermedio del cual se transmite la cultura, mientras que la cultura define el marco
conciliar funciones instrumentales con compromisos éticos y políticos, toda vez que la
conocimientos sino transitar a la construcción de una cultura cívica que predispone a los
“la contribución a la democracia es más directa y fuerte en el nivel individual” y que las
actitudes de las personas hacia valores y prácticas de la convivencia social son más
democráticas en la medida en que tienen mayor educación (Guevara Niebla, 1998, p. 47).
que se orientan hacia el ámbito de la política y que configuran la percepción subjetiva que
interacciones políticas y sus instituciones, entre otros elementos sobre los cuales se
estructura la vida política (UNESCO, 1987). Peschard (1997) precisa que la cultura política
15
Entiendo que el sistema político, además de las instituciones que la conforman, está también integrado por la cultura
política que tiene implicaciones sobre las mismas instituciones políticas, al limitar la clase de exigencias que las personas
hacen al sistema y definir los ideales políticos y las normas de actuación de la comunidad política, entre otras cuestiones.
16
En su definición de los cuatro pilares de la educación para el siglo XXI: “aprender a conocer”, “aprender a hacer”,
“aprender a vivir juntos” y “aprender a ser”, la UNESCO propone revalorar los aspectos éticos y culturales de la educación,
sin dejar de lado su contribución al desarrollo económico y social (Delors, 1997).
41
de una nación consiste en el sistema político internalizado por su población, o por la mayoría
marco de referencia obligado en lo que toca a los estudios empíricos sobre la cultura política
hacia los fenómenos políticos, en la que mezclan aspectos democráticos y/o modernos y
(1998) encuentra que, a partir de la década de los noventa del siglo XX, el debate sobre la
cultura política tiene que ver principalmente con tres asuntos controvertidos: a) la definición y
no se da por generación espontánea sino que es producto del aprendizaje social, del que
deriva la influencia más significativa para la internalización de las normas que establecen las
Democratic Citizenship in America” de 1996, como una de las más ambiciosas que se hayan
17
Un desarrollo más amplio sobre este tema de la cultura política (concepciones, elementos constitutivos, determinantes
estructurales y puntos de debate) se encuentra en mi tesis de maestría (González Luna, 2002). Entre otros, abordo el dilema
de si la cultura política afecta y moldea a las instituciones o, en cambio, si éstas son las que generan una cultura política y
determinan las condiciones de existencia de los sistemas democráticos.
18
En este estudio comparativo de la cultura política en cinco países (Gran Bretaña y Estados Unidos, como ejemplos de
democracias estables; Italia y Alemania, con historias de inestabilidad política; y México, como país en desarrollo con
características democráticas-autoritarias), los autores se propusieron identificar las condiciones culturales en las que la
democracia liberal puede funcionar mejor. Tiempo después, ante las críticas –sobre de todo de carácter metodológico- de que
fue objeto este estudio y a la luz de nuevos estudios, Almond (1998) reitera la importancia de la educación como variable
explicativa de las propensiones cívicas.
19
Entre otras investigaciones está la realizada en 1983 por Herbert MacClosky y Alida Drill, Dimensions of Tolerance,
referida por Guevara Niebla (1998, p. 50).
42
democrática. Entre los hallazgos más relevantes está el de que la educación formal es el
factor clave que explica lo que los ciudadanos hacen en política y lo que piensan de ella,
ciudadanía son, por un lado, el “compromiso político”, conformado por los conocimientos y
política; por otro, la “ilustración democrática”, que trasciende el autointerés y comprende las
comunitarios. 20
política.21 En su mayoría, las investigaciones empíricas, que aportan datos relevantes sobre
Ahora bien, en el campo amplio de las ciencias sociales (filosofía, política, sociología y
psicología social, sobre todo) habría que agrupar buena parte de los estudios empíricos que a
partir de la década de los noventa del siglo XX se han realizado en México en torno a la
cultura política de la población en general, sobre todo en lo que respecta a las percepciones
20
Con los resultados de la encuesta aplicada a más de 17 mil personas, se analizaron las siguientes siete variables que se
cruzaron con el de escolaridad de los encuestados: participación política, voto, tolerancia política, atención a la política,
conocimiento de los principios democráticos, conocimiento de los líderes y conocimiento de otros hechos políticos actuales.
21
Todavía más, considero que para comprender el funcionamiento de la democracia y no sólo de la educación, es menester,
entre otras cosas, afirmar el carácter central del orden simbólico en la vida social y observar las singularidades de sus
instituciones para identificar los procesos de democratización en su conjunto y temporalidad. Como bien indica Lechner
(2002), ahora ser ciudadano no se refiere sólo a la política institucional sino progresivamente a la vida social.
43
22
detonante especial de los procesos electorales. Si bien la mayor parte de las
sus hallazgos han dado lugar a reflexiones sobre la educación de los ciudadanos.
instituciones de la democracia.23 Como bien señala Olvera (2004), es positivo el recurso a las
encuestas, aunque su uso tiene el problema de homogeneizar fenómenos que son por su
que la cultura política suele confundirse con las creencias y preferencias expresadas en este
tipo de estudios, los cuales ofrecen datos relevantes acerca de la democracia y de la política,
pero no de las capas más profundas que tienen que ver con los sistemas de valores,
22
La politización del niño mexicano de Rafael Segovia (EL Colegio de México, 1978) es una de las primeras investigaciones
realizadas en México desde el marco teórico y metodológico del enfoque de la ciencia política estadounidense representado
por el estudio de Almond y Verba. A continuación, sin pretender ofrecer una lista exhaustiva, refiero algunos estudios que
ilustran el tipo de estudios e investigaciones que se han hecho recientemente en este campo en México: a) Encuesta Nacional
sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas (ENCUP), encabezada por la SEGOB junto con otras instituciones, en sus tres
emisiones 2001, 2003 y 2005; b) Encuesta Nacional sobre Cultura de la Constitución en México (UNAM, 2004); c) Encuesta
Nacional de Valores Ciudadanos y Cultura de la Democracia (UNAM e IFE 1999); d) Encuesta sobre el abstencionismo en
las elecciones federales de 2003 (UAM e IFE, 2004); e) La naturaleza del compromiso cívico: capital social y cultura política
en México (UNAM e IFE, 2004); f) Los valores de los mexicanos (BANAMEX, 2004), que analiza los resultados de tres
encuestas nacionales sobre este tema auspiciadas por esta institución privada en 1981, 1987 y 1995; g) Encuesta Nacional
de la Juventud 2000 y 2005 (Instituto Mexicano de la Juventud); h) Investigación internacional y comparativa sobre
educación cívica, realizada por la Asociación Internacional para la Evaluación de los Logros Educativos (IEA) en 28 países
entre los años 1999 y 2000; i) Fortalecimiento de la democracia en las Américas a través de la educación cívica, un análisis
empírico para establecer, a través de opiniones de maestros y alumnos, de que manera los Estados miembros de la OEA
incluyen dentro de sus contenidos educativos la enseñanza de valores y principios democráticos (2004); j) Encuesta nacional
sobre la protección de programas sociales, realizada por el PNUD para conocer las percepciones ciudadanas sobre este
esfuerzo y su relación con una cultura de los derechos en México (2006).
23
Entre las disciplinas que destacan por sus aportes en este campo se encuentran la sociología política, la antropología
sociocultural y la psicología social Respecto a los estudios realizados en este campo en el país, Krotz (2002), quien muestra
una evolución panorámica de la noción de “cultura política”, advierte una cierta debilidad conceptual en su uso como
concepto de apoyo para definir aspectos ocultos de lo social, así como una “multidisciplinariedad difusa” que revela
múltiples convergencias y superposiciones de conceptos y procedimientos de investigación, lo que dificulta la distinción
entre análisis científico y comentario político, entre estudio metódico y ensayo intuitivo, entre descripción y análisis de la
realidad. Dentro de los estudios que centran su atención en la cultura política, distingue cuatro grupos: a) los que debaten
con y a partir de la concepción de Almond y Verba; b) los que, desde este mismo referente, hacen un intento por entender la
cultura política mexicana; c) los que consideran y combinan diferentes enfoques para llegar a una definición propia; y d) los
que abordan temas, conceptos e ideas relacionados estrechamente con la problemática de la cultura política (legalidad,
legitimidad, identidad nacional).
44
los sondeos como una “ciencia sin sabios”, en tanto instrumento de registro que se presume
objetivo porque es pasivo y hace preguntas de sentido común sin saber deducir el sentido
inconsciente.
racionalidad y el sentido de las acciones colectivas en una sociedad (Teves Ferreira, 1993).
empíricas plantean algunos límites al entendimiento de la cultura política, sobre todo cuando
aparecen como única herramienta metodológica, toda vez que son instrumentos imperfectos
adecuada interpretación de los asuntos que se estudian. No se trata, pues, de saltar a cifras y
datos sobre percepciones o juicios de valor genérico sobre la democracia sin cautela
metodológica. 24
Junto a estas prolíficas producciones sobre la cultura política, se constata también una
24
Reflexiones personales sobre este tema se pueden encontrar en González Luna (2004).
25
Sobre el desarrollo de la investigación educativa en México queda constancia en los diversos encuentros y eventos
académicos que se han realizado sobre el tema, en la sistematización de diversos estados de conocimiento, en la creación de
organismos académicos y un cuerpo amplio de estudios sobre lo educativo en general. Concretamente, textos y colecciones
como las del Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE) y la UNAM, dan cuenta de los sujetos de la educación
y la formación docente; los procesos de enseñanza y los procesos curriculares, institucionales y organizacionales; economía,
política y planeación educativa; educación, cultura y procesos sociales; teoría, campo e historia de la educación. Asimismo,
el COMIE (2003) aporta otros estudios sobre el estado del conocimiento.
45
tres patrones aplicados en los estudios educativos: a) desarrollos teóricos con consistencia
de este incremento, Ornelas (2001, p. 35) sigue observando que “la investigación educativa
cívica en lo general, pero sobre todo la referida a la educación cívica para el ejercicio del
sufragio.
Como he señalado, existen diversos enfoques que exploran las relaciones entre
literatura sobre este tema, pero sobre todo en lo que toca al tema específico de la educación
diferencias entre las perspectivas analíticas, hay acuerdo en indicar que la cuestión de la
educativas en todo el mundo y que las construcciones teóricas en torno a ellas “marcan el
teóricos y prácticos a los que debe hacer frente la democracia en las sociedades
46
distribución y el reparto de la autoridad educativa. En este sentido, Guttman (2001) sostiene
que las escuelas tienen una capacidad y ventaja comparativa mayor que la de las familias
para enseñar a razonar en voz alta sobre los desacuerdos que surgen en la política
de la educación pública, como uno de sus rasgos esenciales. Se afirma, en lo general, que la
formación de los ciudadanos tiene que ver con los procesos educativos escolares y no
dominio de los códigos en los que circula la información social necesaria para la participación
ciudadana. Hay quienes defienden la idea, como Woldenberg (2002, p. 22), de que “la
democracia se fortalecen sobre todo en el espacio escolar, ya que las instituciones del
de lo común como lo universal, lo abierto y lo justo. Pero como lo enfatiza Martínez Bonafé
(2003), es necesario reconocer que las escuelas tienen responsabilidades, aunque sea por el
largo tiempo que pasan los educandos socializándose en las aulas, y que su particular
“civitas” es que se trata de un medio o espacio público, fuera del ambiente familiar, en el que
el individuo comienza a entenderse a sí mismo como igual a los otros y se vincula con una
He podido constatar que la formación del carácter del ciudadano aparece, con distintos
(Suchmpeter, 1977; Almond, 1998; Walzer, 1996; Kymilicka, 1996; Cortina, 2007; Guttman
(2001); y Castoriadis, 2000, por mencionar algunos de los autores trabajados en esta tesis,
47
que constituye una cualidad moral distintiva de pertenecer a una comunidad política, entonces
de sus finalidades y principios, considero que es insuficiente lo que se aporta en relación a los
cívica, a diferencia de lo que ocurre en el caso del aprendizaje de otros saberes teóricos y
proceso integral de formación de los individuos que alienta el desarrollo pleno de sus
los ciudadanos para participar en las instituciones y en la vida pública, concretamente la tarea
como la internalización de actitudes y valores que les permitan el ejercicio de una ciudadanía
aproximaciones, con ideas o proyectos de formación ciudadana en todos los niveles, plantean
la construcción de ciudadanía.
La educación cívica forma parte de la relación de la educación con el desarrollo de los países
y sus orientaciones reflejan, de manera significativa, los procesos políticos y sociales por los
que atraviesan las sociedades. Sin embargo, al menos en lo que toca a México, no se ha
escrito una historia de la educación mexicana que reconstruya la relación entre la escuela y la
cultura, que atienda las concepciones pedagógicas y supuestos culturales que han
48
determinado en cada época la práctica escolar, particularmente en lo que se refiere a la
cívica o civismo. La idea moderna del civismo o educación cívica, junto con el surgimiento de
conocieron los primeros catecismos laicos, es hasta fines del siglo XIX que se consolida en
señala De Puelles Benítez (2000), no se trató de una improvisación de los constituyentes, sino
que fue la expresión de lo que la Ilustración propugnaba: una educación pública que se
mando del Estado. Durante la primera fase predominó la idea de una instrucción elemental y
gratuita para las clases populares y una instrucción media y superior para las élites sociales y,
Universales del Hombre, se puso énfasis en la igualdad y en la instrucción para todos los
ciudadanos. Este autor encuentra que “es, en rigor, el antecedente moderno del derecho a la
educación, fuertemente arraigado en el principio de igualdad”, pero aclara que esta apertura
aunque sentó las bases para la posterior configuración de los derechos sociales (De Puelles
26
El autor identifica que lo más usual es reconstruir la evolución del sistema educativo a partir de los hechos legislativos más
sobresalientes, dada la falta de estudios históricos de otra naturaleza.
27
Uno de los resultados de la Revolución Francesa fue la Declaración de los Derechos Universales del Hombre que
institucionalizó la ciudadanía como base del orden político y la necesidad de promover las virtudes ciudadanas como pieza
clave del nuevo orden social. Por su parte, la Constitución francesa de 1793 puso la instrucción al alcance de todos con el
objeto de garantizar el progreso de la razón pública.
49
El nuevo concepto de nación y el proceso de centralización del poder del nuevo Estado
liberal, contaron con las políticas dirigidas a facilitar y promover la cohesión nacional, la
integración política y la legitimidad de la nueva sociedad liberal, entre las que destaca la
creación de sistemas educativos. Durante el siglo XIX parte del debate giró en torno a los
frente a los defensores de la democracia, para quienes el derecho al sufragio debía estar
acompañado de una capacitación del ciudadano para ejercer sus derechos, pero también
frente a las ideas de otra parte de la burguesía que veía en la educación una condición
gobiernos se vieron obligados a redefinir los fines y los medios de la educación; adoptaron el
uniforme con base científica que dedicó una asignatura (el civismo) al tema de la educación
ciudadana.
En el caso de México, los constructores del sistema educativo nacional en el siglo XIX
se inspiraron en las ideas de otros países. Al decir de Latapí (2004, p.13), “junto a las
finalidades políticas de educar a las nuevas generaciones en conformidad con los principios
republicanos, figuraba el propósito de impartirles una formación moral que diera solidez y
reforma educativa de 1833, pero es hasta 1876 que se imparte como asignatura en las
28
La tarea educativa se orientó, en este sentido y en buena medida, a forjar símbolos, mitos y héroes que fortalecieran los
lazos que unían a los individuos con un proyecto común de nación.
50
escuelas primarias.29 Así, por vez primera, se define la competencia del Estado respecto a la
educación y se habla de instrucción cívica y política para los estudiantes desde la primaria.
Con la Constitución de 1857, las Leyes de Reforma de 1857-1861 y la Ley Lerdo de 1874,
quedan definidos los ámbitos de competencia de la Iglesia y el Estado, así como el carácter
libre y laico de la enseñanza. La noción de educación cívica que prevaleció durante este
periodo se basó en fomentar valores patrios hacia la nueva nación e instruir normas y reglas
A fines del siglo XIX, durante el Porfiriato, se divulgaron con fuerza las ideas del
sustento a la moral oficial. A los tres valores fundamentales de esta visión (libertad, orden y
progreso) se añadió el de moralidad, entendida como formación del carácter, que fue
integral sustentada en principios del liberalismo, y se pronunció por una educación primaria
nacional que desarrollara en todos los educandos amor a la patria y a sus instituciones; una
educación integral que atendiera el desarrollo moral, físico, intelectual y estético de los
escolares; y una educación laica y gratuita. De esta manera, la educación “bajo el perfil de la
de primaria a lo largo del siglo XIX, dado el propósito de los gobiernos republicanos de
histórico, Latapí (2004) distingue dos grandes etapas en el periodo que va desde la
idea de impulsar la educación para formar una sociedad homogénea y moderna; y otra de
progreso, así como medio para integrar la sociedad y afianzar la identidad nacional. Durante
“laicidad” que, contenida en varios ordenamientos legales desde 1867, adquiere plena
de manera gradual hasta adquirir su forma definitiva (en 1896 se formaliza la llamada
primaria superior que se prolonga en 1901 a cuatro grados y luego, en 1908, se establece la
la cual se mantuvo en el currículo de primaria a lo largo del siglo XIX, Latapí (2004) también
educativas del Estado. Al inicio del siglo XIX predominó el uso de los términos instrucción o
31
Desde entonces, la laicidad escolar en nuestro país ha sido un principio fundamental de la política educativa, en torno al
cual se han generado múltiples polémicas. A partir de 1917 este principio se extendió a las escuelas privadas de nivel
primario, en 1934 se incluye a las escuelas secundarias y a la enseñanza normal. En 1992, producto de una reforma
constitucional, la enseñanza privada quedó eximida de la laicidad. Para Latapí (2004), ésta debe entenderse como protección
de la libertad de conciencia de los individuos y como expresión de la imparcialidad del Estado hacia las diferentes iglesias,
creencias y modos de pensar.
52
hasta finales del siglo que se distinguen estos términos y se reserva el de educación para
A principios del siglo XX, con la consolidación de los Estados nacionales en el mundo,
nacionales, pero con el paso del tiempo se despolitizó, puso énfasis en las obligaciones
sobre los derechos y “se convirtió en una materia informativa, abstracta, rutinaria y aburrida”,
Niebla, 1998, p. 67). A partir de la década de los treinta, como reacción ante la emergencia
de los totalitarismos que confirmaron que el sistema educativo influye sobre los
educación para la democracia, la cual enfrentó serios obstáculos debido a los problemas
otros de los rasgos esenciales de este paradigma (Guevara Niebla, 1998). Con el
surgimiento del Estado de bienestar, se consolidó una concepción del ciudadano como simple
depositario de derechos y se abandonó el esquema curricular por asignaturas para dar lugar a
32
En opinión de Arendt (1998), los movimientos revolucionarios de corte tiránico monopolizaron en el siglo XX la idea de
llevar a la práctica las utopías mediante la educación. En este contexto la educación fue concebida como un medio de apoyo
al régimen político e instrumento de dominación ideológica. Diversas evidencias y estudios sobre la escuela en los regímenes
totalitarios constatan sus rasgos autoritarios y una rígida organización jerárquica, el culto que fomentaban al Estado, así
como el adiestramiento disciplinario y adoctrinamiento del que eran objeto los alumnos. En el caso alemán, la escuela nazi
era un brazo de Partido y su función era moldear al futuro hombre nacional-socialista, negando toda autonomía o libertad del
individuo.
53
geografía, la economía y la política) correspondió la tarea de educar para la ciudadanía. Sin
embargo, no pasó mucho tiempo para que surgieran las críticas a este esquema curricular por
áreas.
Vasconcelos como titular. La tarea educativa del Estado se concibió como expresión de la
del pueblo y al nacionalismo revolucionario como política educativa que unificara e identificara
a todos los mexicanos (Tapia, 2003). En esta perspectiva se resaltó el civismo sobre la
moral, la cual perdió presencia en el currículo formal; se entendía que la educación cívica,
desde una concepción de moral laica, debía promover el sentido nacionalista y socializar en
lo que acentuó la histórica pugna por controlar la educación entre el Estado y la Iglesia
Católica. Sin embargo, esta iniciativa fue inmadura y no generó consenso; se basó en una
33
Para Latapí (2004, p. 20) “el desarrollo educativo en el siglo XX representa una amalgama de iniciativas diversas que
pueden sintetizarse en cinco proyectos sobrepuestos: el original de Vasconcelos (1921) adicionado con las experiencias de la
educación rural en los años que siguieron; el socialista (1934-1940); el tecnológico orientado a la industrialización, puesto en
marcha por influencia de Moisés Sáenz y de intensidad intermitente; el de la “escuela de unidad nacional” (1943-1958); y el
modernizador cuyo despegue puede situarse a principio de los setenta, que aparece con nueva fuerza y modalidades en los
gobiernos neoliberales a partir de 1983.
54
la educación socialista fue capaz de definirla de manera coherente. Posteriormente, en el
medios para acabar con el analfabetismo, formar al tipo de ciudadano trabajador y técnico que
arte.34
educación cívica consistía en lograr una conciencia cabal de la libertad y de las obligaciones
conocimiento de las leyes y del funcionamiento del Estado. El civismo debía fomentar en los
“educación cívica y ética”, pero en 1960 desaparece. Es hasta 1974 que se retoma de
la vida social”, la cual asimila los contenidos de historia, geografía y civismo (Ramírez, 2005).
34
En 1944 Jaime Torres Bodet, como Secretario de Educación, señaló que: “La primera norma que las naciones señalarán a
la educación será la de ser … una doctrina constante de paz; la segunda norma será una educación para la democracia; y la
tercera, será una educación que habría de ser una preparación para la justicia” (referencia en Tapia, 2003, p.33).
35
Las ideas de Torres Bodet sobre la promoción de la convivencia social, la libertad, la justicia y la democracia a través de la
educación se inspiraron en los debates sobre la creación de la UNESCO, quien participó como delegado de México en la
redacción del Acta Constitutiva de la misma en 1945 (Ramírez, 2005).
55
dar lugar a la enseñanza por áreas de formación.36 Al decir de Tapia (2003), con esta
medida se difuminó, por casi dos décadas, la educación cívica en el área de ciencias sociales
instituciones del país (cultura política); la formación de hábitos que necesita el funcionamiento
para la formación del ciudadano (Latapí, 2004). Por otra parte, con la creación en 1959 de la
obligatorios, se uniformaron los contenidos de la enseñanza recibida por los niños de todo el
historia y civismo para la escuela primaria desde 1923 a la década de los noventa, revela la
identificado con el de „mexicanidad‟ y/o „identidad nacional‟. Nociones que remiten claramente
a características étnicas y culturales intrínsecas de los sujetos más que a sus facultades
políticas” (De la Peza y Corona, 2000, p. 212).38 A esta conclusión arriba también Tapia
(2003, p. 40): la educación cívica se orientó durante ese periodo más a formar ciudadanos
“como patriotas y amantes de los símbolos patrios que a crear un actor político capaz de
36
Otros de los criterios que orientaron los nuevos programas de estudio se referían a la adaptabilidad, estructura
interdisciplinaria, continuidad y graduación, verticalidad y horizontalidad, pensamiento objetivo y educación permanente.
En lo que respecta a la organización de la enseñanza, fueron siete las áreas de formación que la estructuraron: español,
matemáticas, ciencias naturales, educación física, educación artística, educación tecnológica y ciencias sociales.
37
Durante los años setenta las reformas educativas se dan en el contexto mexicano de apertura democrática y exigencia de
modernización de los sistemas educativos; la teoría y reforma curricular ingresan en el ámbito educativo como resultado de
los procesos de industrialización internacional, de las teorías de la administración (visión tecnocrática del currículum) y de
los aportes de la ciencia de la educación estadounidense de cara a las demandas de una sociedad industrial y democrática.
Con Miguel de la Madrid (1982-1988) el discurso sobre la educación se enmarca en el concepto de una “sociedad
igualitaria”; hacia los noventa, la globalización y las exigencias de la era de la información, inevitablemente, marcan una
nueva pauta en la política educativa del país.
38
Este análisis forma parte de la investigación “Educación cívica y política en los libros de texto de primaria mexicanos”
(IFE, 2000), en la que se revisa un conjunto de libros de historia y civismo aprobados oficialmente por la SEP desde 1923
hasta la década de los noventa.
56
influir en la vida pública”. Este civismo discursivo, informativo y doctrinario, que resaltaba el
valor del patriotismo y el culto a los símbolos patrios, no incluyó el desarrollo efectivo de
sociedad.
años (1940-1990) se vio condicionada por tres factores: a) ausencia de una preocupación
alumno y una gestión institucional vertical; y c) una orientación filosófica que postulaba la
como conflictos relacionados con la identidad cultural, al mismo tiempo que se registraba una
emprendieron reformas en este campo, que entre otros propósitos buscaban imprimirle una
persona.39
39
Guevara Niebla (1998) destaca la reforma curricular de Francia en 1985 y las revisiones a la educación cívica y moral
realizadas en España a partir de la nueva Constitución de base democrática de 1978. En la francesa, se abandona el
concepto tradicional de civismo y se adopta el de “educación del ciudadano” para integrarlo dentro de los dominios
fundamentales, los cuales determinan los conocimientos y las competencias que habrán de adquirir los alumnos para tener la
capacidad de pensar el interés general y convertirse en ciudadanos ilustrados. En España se impuso la idea de que la
educación cívica debe formar a los ciudadanos en la responsabilidad y en su participación activa en la vida democrática, por
lo que ésta no debe reducirse a una mera instrucción ya que, además de conocimientos, debe desarrollar en los alumnos
valores, principios, hábitos, habilidades y convicciones democráticas. Además, se estableció un modelo de gestión basado
en la participación democrática en los centros escolares españoles.
57
ciudadana, a la que le corresponde –ya sea de manera formal, en la escuela, o informal, en el
hogar y a través de los medios de comunicación- que cada nueva generación adquiera los
conocimientos, las habilidades y los valores necesarios para mantener y perpetuar el orden
democrático. Son dos las orientaciones que han prevalecido en ese país: la del aprendizaje
cívico, que prioriza los contenidos políticos dentro del currículum escolar; y la del aprendizaje
sociocívico, que en una visión más amplia se interesa por las consecuencias socioculturales y
reinstala en el escenario como alternativa para revitalizar las democracias. Se observa una
internacionales que han definido a la educación y promoción cívicas como una de sus
con la educación cívica (Levinson, 2007).40 En el caso de América Latina, países como
Argentina, Brasil y Chile emprendieron reformas educativas que dan prioridad a la educación
de los ciudadanos como requisito indispensable para el avance del desarrollo socio-
41
económico y de la cultura democrática.
ochenta, los Estados de América Latina también se han dado a la tarea de revisar los
programas de educación cívica con el fin de crear una cultura política más democrática.
Levinson (2007) advierte sobre una heterogeneidad de intereses que convergen en los
40
Prácticamente todos los Estados de América Latina son integrantes de organismos internacionales que atienden la
educación cívica (OEA, OEI, UNESCO, BID, entre otros). Levinson (2007) considera que la OEA es el más poderoso
cuerpo político patrocinador de la educación cívica a partir del año 2000.
41
Por ejemplo, la nueva Constitución de Colombia en 1991 dio origen en 1995 a una Ley General de Educación que,
además de renovar los planes de estudio y establecer la “educación para la democracia” como tema curricular de corte
transversal, descentraliza la educación y otorga márgenes de autonomía individual a las escuelas en las decisiones educativas,
con el propósito de incrementar la participación de maestros, padres de familia y alumnos en el sistema educativo. En Chile
y en México se registran esfuerzos importantes encaminados a establecer la educación cívica como asignatura específica.
58
ministerios de educación involucrados en la formación ciudadana para la democracia, pero
necesidad de superar la mera democratización electoral con un cambio cultural más fuerte y
escuela, es vista como el camino más eficaz para llevar a cabo dicho cambio:
Una educación en donde enseñar y aprender sea parte de un mismo proceso. Una educación que
permita construir consensos a través del disenso, que problematice la realidad y forme conciencias
críticas. Una educación que a partir de los hechos y los datos forme opiniones sustentadas en el respeto
a la diversidad de creencias y valores sin perder de vista el bien común. La educación para la
democracia va mucho más allá de educar a los jóvenes a conocer los méritos de la democracia
representativa, sustentándose en la necesidad de formar valores cívicos y éticos que les permitan
A partir de la década de los noventa del siglo XX, los Estados iberoamericanos han
orientación del servicio educativo en el nivel básico, focalizado hacia sectores marginales
básicas; h) lo educativo asumido como un servicio público que puede ser prestado por
59
particulares o por el Estado; i) la educación como el medio para alcanzar el nivel competitivo
Gvirtz (2000) identifican tres desafíos a partir de los noventa: la calidad, la equidad y la
eficiencia en el uso de los recursos, que son resignificados por el mismo Estado,
cambio “de la expansión a la calidad”, una vez que la mayoría de los países han logrado altos
democratización no consiste en dar igual educación para todos sin respetar las diferencias
(culturales, de género y otras derivadas de marcadores sociales), lo que exige políticas que
diversidad y las diferencias.44 Por último, el tránsito “del gasto a la eficiencia” se pone a tono
con el achicamiento del Estado y la demanda de reducir el gasto público frente a la crisis
sistemas educativos en América Latina, se plantea una paradoja respecto a los discursos
(2000) hablan del fortalecimiento del Estado educador en el que coexisten tres alternativas:
42
Las nuevas políticas educativas responden a los retos del mundo globalizado de acuerdo a las realidades específicas de
cada nación: “las transformaciones que se operan en la sociedad y en el concierto internacional afectan a los modos
educativos en tanto se hace necesario reacomodar la relación educación-sociedad desde otras perspectivas, recomponiendo
así la función educativa” (Martínez Boom, 2000, p. 79).
43
Se pretende completar la muy avanzada expansión de los sistemas educativos, que en los ochenta había logrado que,
según datos de Braslavsky y Gvirtz (2000), poco más de ocho de cada diez alumnos permanecieran siete años en la
educación primaria o básica -lo que no niega la existencia de grupos de niños excluidos tempranamente de las escuelas ni de
los fenómenos de deserción temporal-, y prestar mayor atención a los procesos que conducen a que los educandos aprendan
lo que necesitan para participar en la vida pública y social.
44
Antes, desde mediados del siglo XIX hasta la década de los setenta del siglo XX, democratizar la educación significaba
ofrecer las mismas oportunidades de estudio a toda la población durante la mayor cantidad de años posible, desde un
modelo único de educación básica para todos (mismos contenidos y mismos métodos) y bajo el supuesto de un alumno
promedio.
60
a) la reconstitución de un Estado omnipresente y centralizado que regule la mayor cantidad de
para operar sobre la demanda, en lugar de hacerlo sobre la oferta, y tiene como principal
interlocutor a los usuarios de las escuelas con la idea de crear un mercado educativo con una
regulación mínima; y c) un Estado promotor que regula lo necesario para que las sociedades
cuenten con una educación de calidad para todos, respetando la diversidad y mejorando la
eficiencia, que se abre a la actuación de otros actores y busca nuevos modos de gestión
institucional, pugna por la autonomía escolar en los métodos y contenidos a partir de una
Ahora bien, a partir de la década de los noventa, derivado del proceso de transición
política, se inicia en México una nueva etapa de la educación cívica en la que comienza a
cobrar relevancia la idea de capacitar a los futuros ciudadanos para intervenir activamente en
como base de la convivencia social, así como la relación existente entre los derechos y las
obligaciones. En esta ocasión, el civismo se presenta como una asignatura específica y, por
primera vez, incluye contenidos sobre derechos humanos, los cuales se integran en los
grandes lineamientos de la política educativa (Ramírez, 2005). En este contexto, nuestro país
ratifica en 1990 la Convención sobre los Derechos de la Niñez como instrumento jurídico
45
Lo cierto es que la concepción del derecho a la educación, aún con esta Convención, sigue pensándose en relación al orden
escolar y adopta como su objeto la relación del individuo con el sistema educativo que el Estado ofrece como servicio
público, lo que significa una reducción de un derecho humano fundamental al ámbito de la educación escolar.
61
reformas educativas mexicanas.46 La coexistencia de estas situaciones y hechos ilustra, de
Básica y Normal signado por la SEP, los gobiernos de los estados y el Sindicato de Maestros
Latapí (2004, p. 24) resume en cuatro tendencias la nueva concepción curricular: “formación
del país, y fortalecimiento de la identidad nacional”. Así, el civismo retoma su lugar como
introduce en la secundaria la asignatura de “formación cívica y ética” a partir del curso escolar
1999-2000.47
La participación social aparece como una de las políticas de este Acuerdo nacional y
pasa a formar parte del capítulo VII de la Ley General de Educación, en el que se enumeran
los derechos y obligaciones de los padres de familia y sus asociaciones, se establecen los
de la Educación (2005), señala dos limitantes de este nuevo marco normativo: carencia de
derechos. Con todo, esta instancia valora la participación social como derecho, que no
que viven y actúan en un país que aspira a ser democrático, dando lugar a espacios de
Para promover la participación social, también se necesita combatir las debilidades y fragilidades de la
que al análisis racional, el bajo nivel informativo y la falta de solidaridad de los mexicanos para actuar en
Por su parte, Latapí (2004a)48, advierte que se trata de derechos consagrados en la ley
pero que no son exigibles judicialmente, además de que se trata de derechos individuales no
colectivos y son algunos grupos sociales (indígenas y discapacitados, entre otros) los que
los valores una presencia discursiva relevante y se habla de una educación que, además de
ser equitativa, de calidad, pertinente e incluyente, deberá ser “formativa” e integral, vinculada
con la construcción de una ética pública.49 De esta manera, los alumnos habrán de
desarrollar las actitudes necesarias para ejercer una ciudadanía competente y responsable,
así como para sentar las bases de una auténtica vida democrática sustentada en la
valoración y respeto a las diferencias culturales, sostenida sobre una cultura de la legalidad,
48
En esta obra, el autor delinea el accidentado camino por el que ha transitado la política social de participación social en la
educación en México.
49
La vinculación que se establece entre la formación moral y la construcción de una ética pública resulta de especial interés
para Latapí (2004), porque encuentra que nunca antes un documento de política educativa había explicitado la proyección de
la escuela sobre los comportamientos éticos de la sociedad.
63
en las prácticas en el aula y en la escuela, como en el perfil profesional de los docentes de
En ese sexenio se concretiza una nueva materia, la de “formación cívica y ética”, para
desarrollar competencias cívicas y éticas, como parte del Proyecto de Reforma Integral de la
articulación pedagógica y organizativa con los niveles escolares que le anteceden (preescolar
ciudadanas.50 Por otra parte, en agosto de 2002, la SEP, el SNTE, los gobiernos estatales,
tanto de la educación pública como de la educación privada y no sólo en los niveles básicos
partir de la segunda mitad del siglo XX, el artículo 3º de la Constitución, reformado en 1946, y
–derivado de él- tanto la Ley Federal de Educación (1973) como la Ley General de Educación
(1993), ordenamientos que explicitan con mayor detalle los fines de la educación. 51 Latapí
a) Desarrollo armónico de las facultades del ser humano; b) primacía del conocimiento científico y
50
Ramírez (2005) reconoce que en este nuevo planteamiento de educación cívica para primaria, la SEP retoma la
experiencia del IFE y su propuesta de enfoque de desarrollo de competencias contenida en el programa “Educar para la
democracia”, a lo cual me referiré en la tercera parte de esta tesis.
51
Igualmente, el referente institucional de la educación en México ha sido el sistema educativo nacional organizado
actualmente en subsistemas que cuentan con una currícula para cada nivel y establecen la trayectoria escolar formal de los
estudiantes. Desde el punto de vista pedagógico (Quiles Cruz, 1999), existe un plan de estudios para cada nivel de la
educación básica que selecciona y organiza los contenidos de las distintas asignaturas, establece objetivos, propone formas
de trabajo y apoyos didácticos y determina los criterios y modos de evaluación del aprendizaje. Se trata del currículum
formal que dictamina un marco común para el trabajo en todas las escuelas del país y tiene implicaciones en su estructura
física y organizativa, desde una visión instrumental.
64
democracia como mejoramiento económico, social y cultural (dignidad de la persona; integridad de la
52
familia; interés general de la sociedad; fraternidad; igualdad de derechos; justicia) (Latapí, 2004, p. 22).
Para Yurén (2007), la idea eje desde el siglo XIX y buena parte del XX ha sido la de
derechos para promover la identificación con la nación y la unidad nacional, en el marco del
tensión, presente hasta la fecha, entre una tendencia liberal que promueve las libertades
individuales y la posición republicana que pone el énfasis en valores vinculados con los
derechos sociales.
En esta breve historia que relaciona reformas educativas con la educación cívica hay
asuntos que, por ausentes o tenues, llaman la atención. A continuación, doy cuenta sucinta
empezar, el tejido y perfil profesional del docente de educación cívica está desdibujado; no
aparece definida en la literatura revisada para este recuento histórico una política de
ciudadanos en los estudios existentes ni en la cultura política; propone, con sobrada razón,
reivindicar la educación como acto político y al docente como actor, como ciudadano, y a la
Como lo señala Ramírez (2005) para el caso del tema de los derechos humanos, a
pesar de los nuevos contenidos implicados en las reformas surgidas a partir de la década de
52
Por su parte, en el artículo 7º de la Ley reglamentaria vigente del artículo 3º constitucional se establece como fin de la
educación “el desarrollo integral del individuo para que ejerza plenamente sus capacidades humanas”; se sugieren la
reflexión crítica y el conocimiento y la práctica de la democracia, como forma de convivencia que permite a todos participar
en la toma de decisiones, como medios para lograr los fines; y, por último, se proponen la justicia, la observancia de la ley y
el respeto a los derechos humanos como orientaciones de la educación.
65
los noventa en el contexto de transformaciones políticas nacionales, los programas de
que la reforma al plan de estudios, para quienes se forman como maestros de educación
general no hay especialización ni abundan los cursos de actualización (Suzán Reed, 2000).
Por otra parte, no ha recibido la suficiente atención lo relativo a los modelos autoritarios
organización del mismo sistema como en las aulas escolares, que implican a autoridades,
de la gestión del sistema educativo y de la, hasta ahora débil, configuración de herramientas
nuestro país, a lo que se añade la inexistencia de libros de texto gratuitos de educación cívica
formalidad y abstracción en que tradicionalmente se imparten los cursos de civismo, así como
sus contenidos, están lejanos a la vida cotidiana de los escolares y no despiertan su interés
por los asuntos públicos ni brindan elementos que les permitan desenvolverse con eficacia en
la defensa de sus derechos y promoción de sus intereses legítimos. En esta línea, Crespo
(2004, p. 17) propone “asociar los conceptos básicos de la política y los mecanismos
53
Hasta 1994 se establece el Programa Nacional para la Actualización Permanente de los maestros de educación básica
(PRONAP), resultado de un acuerdo entre la SEP y el SNTE para responder a las nuevas necesidades de formación, entre
ellas las de la nueva asignatura de formación cívica y ética. Sin embargo, poco se conoce a la fecha en relación a las
acciones y resultados de este Programa (Ramírez, 2005).
54
Schmelkes (2000) encuentra que la institución escolar en América Latina todavía es autoritaria en su forma de
comportarse y educa en la obediencia ciega, en la rigidez y el autoritarismo.
66
esenciales de la política democrática con la vida cotidiana”, como método basado en las
experiencias concretas que ilustren los procesos políticos y los hagan más comprensibles a
los escolares.
cívica en primaria y secundaria, se han diseñado múltiples programas transversales por parte
ciudadano más participativo (McKeon, 2007). En los últimos años, las escuelas del país han
Sin embargo, hay que tener cuidado y evitar saturar con demandas y programas
extracurriculares a los centros educativos que, en muchos casos, los aplican de manera
demandas múltiples y divergentes frente a las innovaciones, creando en los docentes una
humanos (derechos de los niños, cuidado del medio ambiente, atención a la diversidad y
parlamentos y elecciones infantiles, entre otros) y a la colaboración con otras instancias, pero
a través de programas puntuales que suelen llegar tan sólo a una parte de la población
estudiantil y generar impacto sobre unas cuantas generaciones escolares al tener una
duración limitada; entran en franca competencia con el currículo formal, en términos del
tiempo disponible para las sesiones de clase y el tiempo destinado a las tareas
67
cuando no descansan en la infraestructura institucional preexistente en el sistema educativo
En este breve recorrido histórico, he podido constatar que el ámbito escolar es el eje
ejerce sobre este espacio regulado socialmente, particularmente sobre la educación básica, la
primera y fundamental. Así, las políticas públicas y las orientaciones curriculares revelan
Por último, me parece que no se puede dejar de lado, en una reflexión más amplia y
internalización económica que viven las sociedades actuales, sus efectos sociales y el
significado que tienen en el desarrollo de las democracias; éstos han de ser ubicados en el
que vive México. Tampoco se pueden pasar por alto las condiciones sociales, económicas y
políticas del país, particularmente las limitaciones que enfrentan los grupos de población en
situación de pobreza, así como la situación y deficiencias del sistema educativo nacional
escolar, entre otros datos), que marcan determinantes a la educación de los ciudadanos. No
es posible, como afirma Bourdieu (1995), abordar un problema cultural con independencia del
sistema de relaciones históricas y sociales del cual es parte; más aún, “no podemos mejorar
68
En efecto, la realidad obliga a considerar los distintos circuitos políticos (local, nacional
tienen lugar las complejas relaciones entre ellas y la sociedad. Sin embargo, aunque a lo
largo del texto hago referencias a diagnósticos sobre el contexto democrático, no me detengo
Para introducir el tema, incluyo los planteamientos de seis teóricos que aportan a una visión
general de lo que implican los modelos de educación cívica. Desde una perspectiva amplia y
una postura crítica, Giroux (1993) problematiza las racionalidades inherentes a las diferentes
tratan la formación para la ciudadanía. El autor organiza en tres grupos las teorías que
la racionalidad emancipatoria, que tiene como interés básico la liberación de los hombres y las
mujeres.
las normas establecidas. Se considera que las técnicas pedagógicas hacen posible socializar
ciudadanía. El Estado asume una función paternalista, como organismo capaz de atender los
69
intereses y necesidades de los individuos, lo que permite hablar de una racionalidad con
visión de dominación.
en una lógica conservadora o liberal señala que, si bien proyectan un ideal posible, no
evidencian los obstáculos que deben ser vencidos para transformar ese real posible en un
Cuando el lenguaje del individualismo se impone sobre las luchas colectivas, afirma el autor,
como punto fundamental y atiende el ideal del ciudadano libre, independiente y autónomo.
hermeneútica se liga a la lectura de los signos, como referencias explicativas del sentido de
los hechos, por lo que se procura eliminar todo lo que perjudique a la comunicación
intersubjetiva que permite pensar que la acción social, guiada por las significaciones,
trasciende las acciones fundadas solamente en motivos racionales y conduce a los individuos
libres a acordar para construir y vivir en una sociedad mejor. Así, el diálogo entre las
Desde este enfoque, la educación para la ciudadanía debe atender los valores y
55
Giroux (1993) hace una revisión crítica de los modelos de ciudadanía que se desarrollaron en Estados Unidos durante el
período 1945-1980, para luego plantear una teoría alternativa de educación de la ciudadanía. Considera que examinar las
fuerzas que actúan sobre la sociedad ayuda a redefinir tanto el papel que desempeña la escuela pública como la naturaleza de
la propia ciudadanía.
70
intersubjetiva) para lograr su participación en la creación de una sociedad mejor y más
igualitaria. No obstante, Giroux (1993) considera que este tipo de abordajes, que focalizan la
sobre la ideología, las relaciones de poder y otros factores presentes en las relaciones
a partir de la aceptación del mundo del otro, pueden ocultar una ideología confortadora de la
conciencia feliz.
Cualquier teoría pedagógica, al tener que ver con las transformaciones globales de la
sociedad, tiene que partir de las condiciones en que se dan las relaciones pedagógicas. En
este sentido, Giroux (1993) alude a la denuncia que hacen Bourdieu y Passeron (1977) de las
reglas y los significados utilizados por la escuela como parte del capital cultural de la clase
transfiriendo para diferentes clases los puntos de vista de una clase, como si fuesen de
todas.56 Con todo, admite la superación del abordaje estrictamente hermeneútico en una
avanza una crítica de las relaciones sociales que se establecen como obstáculo para la
emancipación de los hombres (las relaciones de poder, las normas y significados del propio
en su opinión, se dará por la dialéctica crítica/acción social. En esta lógica, una teoría de la
educación para la ciudadanía tendría que recuperar sus determinantes políticas y combinar
crítica histórica, reflexión crítica y acción social, de manera que una teorización más vital
pueda emerger.
56
Al hablar de la escuela liberadora como objetivo y no como situación presente, Bourdieu (2008, p. 139) insiste en que “el
sistema escolar está organizado de tal modo que no puede prácticamente democratizar y todo lo que puede hacer, lo mejor
que puede hacer, es no reforzar la desigualdad, no redoblar, mediante su eficacia específica, esencialmente simbólica, las
diferencias ya existentes entre los niños que le son confiados”. Se trata de no prometer cosas imposibles y no demandar al
sistema escolar cosas que éste no puede hacer.
71
La noción de ciudadanía en el marco de una filosofía pública emancipatoria supone
del cual se estructuran subjetividades particulares en torno a lo que significa el hecho de ser
miembro de un Estado nacional" (Giroux, 1993, p. 23). Desde esta óptica y para el contexto
de América Latina, Freire (1978) sugiere una educación que tenga como principio y fin la
confiriendo una dimensión humana a la vida. Pero en la medida en que los hombres no
escogen las condiciones de vida en que nacen y su voluntad, que se materializa por medio
Suzán Reed (1997) identifica los elementos más significativos que están presentes en los
diversos planes y programas de civismo en las escuelas y distingue nueve modelos que
El problema con este modelo es que tiende a colocar la lealtad por encima del respeto por
la justicia, la verdad o los derechos humanos, a la vez que motiva una visión carente de
57
En el capítulo previo de esta tesis se advierte que este enfoque es el que prevaleció en el sistema educativo mexicano hasta
finales del siglo XX.
72
b) La enseñanza cívica como responsabilidad paterna, deja que los padres elijan el tipo de
formación que desean para sus hijos en función a sus propios valores. A este modelo se
valorativas que existen en la sociedad, más allá de su propia cultura familiar. Además, se
particularistas, tales como las de clase, etnia, o religión, de manera que los ciudadanos
las virtudes cívicas es a través de las normas morales de las creencias religiosas. La
objeción radica en la disparidad que se presenta entre lo que indica la moral y lo que dicta
relacionados principalmente con el gobierno y los derechos que frente a él tienen los
individuos y los grupos. Tanto los maestros como los textos y materiales se limitan a la
58
Guttman (2001) aborda esta discusión sobre la asignación de la autoridad educativa en el caso norteamericano. Mientras
los teóricos del Estado de la familia asignan la autoridad exclusivamente al Estado centralizado, los defensores del Estado de
las familias se la dan a los padres, aduciendo un derecho natural sobre los hijos; los del Estado de los individuos, en cambio,
se niegan a delegar la autoridad educativa en cualquier mano que no asegure que las elecciones de los niños sean las
correctas. Para la autora, las tres teorías están equivocadas, pero reconoce que tanto los padres como el Estado tienen
papeles importantes en la tarea de formar el carácter moral. Con todo, formar el carácter es función legítima e inevitable de
la educación.
59
Luego de reconocer la función de las religiones en la generación y reproducción de visiones sobre lo que debe ser un buen
ciudadano, Arredondo (1997) encuentra que su fuerza está centrada básicamente en proponer escenarios deseables
postmortem y en las condiciones para alcanzarlos, para lo que instrumentan paquetes de conductas individuales, más de
índole privada que pública y más de carácter gremial que social.
73
lado el desarrollo de habilidades y actitudes, así como la internalización de la naturaleza
conflictiva que tiene la política en toda sociedad. Si bien los conocimientos son un insumo
importante que utilizan los individuos para emprender acciones cívicas, éstos no bastan
e) La enseñanza cívica a partir del pluralismo o conflicto sobre valores, busca el acuerdo de
expresen sus ideas. Se considera que toca a la educación formar ciudadanos moralmente
base en la persuasión o coerción. Sin embargo, este modelo que demanda la creación de
ayudar a los alumnos a tomar conciencia de que la enseñanza cívica tiene que ver, en
contra de este enfoque se afirma que la vida real no ofrece escenarios de pura empatía,
pues la política exige negociar con personas o grupos entre quienes no existe ninguna
identificación.
idea de que ciertos valores, como el respeto, sólo se aprenden mediante la experiencia
práctica, por lo que deben estar presentes en el ambiente y las reglas escolares. Aunque
tienen que poner a disposición de sus alumnos procesos y estructuras que les permitan
74
experimentar la democracia en su vida cotidiana. Este modelo enfrenta complicaciones
razonamiento y valoración.
el aprendizaje cívico mediante programas que motiven a los alumnos a intervenir en los
ciudadana, está dirigida a que los alumnos emprendan en el futuro acciones como
y coaliciones.
indoctrinación, con la idea de que los niños requieren aprender las normas y valores de la
sociedad; b) ciudadanía como sensibilización ante los sucesos actuales, con el objeto de
familiarizar a los alumnos con los sucesos del momento; c) ciudadanía como el estudio de
historia, civismo, geografía y ciencias sociales afines, en tanto conocimientos sobre la historia,
60
Véase T.L. Dyneson y R.E. Gross, “Citizenship Education and the Social Studes: Which is Which?”, en Social Studes,
vol. 73, pp. 229-234, citado por Guevara Niebla (1998).
75
desde la premisa de que el buen ciudadano debe ser capaz de participar directamente en los
asuntos públicos; e) ciudadanía como pensamiento científico, toda vez que los alumnos
responsabilidades; f) ciudadanía como proceso jurídico (legal), implica que los conceptos
interdependencia global, para hacer frente a las necesidades mundiales y a los vínculos y
responsabilidades de la humanidad.
del educando, quien definirá sus propios valores y encontrará las conductas convenientes; c)
el relativismo como postura que considera que los valores son relativos porque han variado en
la historia, de tal suerte que son valores de situación que los educandos habrán de elegir para
falso principio, conduce a obligar a los maestros a ser neutrales de manera activa o pasiva,
los enfoques que profundizan en los métodos más cercanos a una pedagogía de los valores,
61
Para Cortina (1999) también resulta imprescindible hacer la distinción entre indoctrinar y educar, que radica
principalmente en la meta que se persigue y no tanto en el contenido que se transmite o el método que se utiliza. La
indoctrinación transmite unos contenidos morales con el propósito de que el niño los incorpore y ya no desee estar abierto a
otros contenidos posibles; se trata de una “moral cerrada” que proporciona las respuestas al niño y evita que siga pensando.
62
Respecto a las posiciones de principio implicadas en los enfoques teóricos, Guttman (2001) encuentra que, en todos los
casos, los propósitos y métodos están cargados de valores porque inevitablemente promueven –al menos- algún tipo de
pensamiento: la neutralidad liberal que sustenta el método de “clarificación de valores” y se basa en la idea de que nadie
posee el correcto conjunto de valores para imponer a otros; la postura de “proceso”, en contra del “adoctrinamiento” o
transmisión de los valores correctos; y el propósito de que los alumnos entiendan y desarrollen sus propios valores.
76
que retoma del esquema propuesto por Schmelkes (2001) que a continuación, con referencia
directa, expongo.
los enfoques formativos, los cuales conducen a niveles distintos de profundidad en los
reflexión y, con ello, la objetivación de los valores que facilita la congruencia entre el
identifique los valores en juego, reflexione sobre ellos y tome decisiones, a partir
fuentes de aprendizaje de valores del aula a la institución escolar, considerada como una
comunidad inmediata.
Por último, Vázquez (2006) resume en cinco los modelos teóricos que dan cuenta de la
63
En este enfoque se retoma la propuesta de Kohlberg (1997) que privilegia el trabajo con dilemas como estrategia para
desarrollar el juicio moral en los niños.
77
y desarrolla las premisas implicadas en él, a partir de lo cual establece contrastes con los
bueno, a partir de un objetivismo moral mínimo. Esta primera premisa contrasta, por una
independiente de sus propios deseos y que el Estado puede dar preferencia a aquellos
intereses y planes de vida que son objetivamente mejores (Vázquez, 1999); por otra, con el
debe estar basada en ninguna concepción particular del bien sino en proporcionar a los
estudiantes elementos morales y neutrales que les permitan elegir por ellos mismos cuando
alcancen la edad de la razón; por último, con el integrismo y el relativismo cultural del modelo
comunitario.
comunitario privilegia los derechos comunitarios por encima de los individuales y sociales 65,
de conflicto. Esta segunda premisa se compromete, pues, con los derechos humanos
64
La exposición del autor a la que se hace referencia forma parte del Panel Nacional de Educación Ciudadana que se realizó
en las instalaciones del IFE el 13 de diciembre del 2006. Este evento fue organizado de manera conjunta por el IFE y el Dr.
Gilberto Guevara Niebla, en el que participaron más de 30 investigadores, académicos y funcionarios vinculados con el tema.
Existe versión estenográfica que recoge todas las intervenciones en el Panel.
65
Para los comunitaristas (Charles Taylor, Michael Sandel, Alasdair MacIntyre y Michel Walzer) la existencia moral sólo es
posible en tanto que miembros de una comunidad. Al decir de Vázquez (1999), este modelo se caracteriza por un
relativismo o convencionalismo con respecto a la verdad moral, que sostiene que un individuo actúa correctamente cuando
lo hace de conformidad con las convicciones prevalecientes en su comunidad, y por un integrismo como concepción ético-
política. Si bien este autor reconoce los aportes de este modelo para una concepción histórica y visión realista del hombre,
el valor que otorga a los vínculos familiares y sociales como fundamento de derechos y deberes y el énfasis en la necesidad
de preparar ciudadanos y promover virtudes cívicas, objeta el hecho extremo de que se le asigne a la comunidad la exclusiva
autoridad para determinar lo que debe ser la educación.
78
Para el liberalismo igualitario se impone la formación de la autonomía de las personas
a partir del reconocimiento y satisfacción de las necesidades y capacidades básicas del ser
humano, lo que compromete al Estado tanto con deberes negativos como positivos en la
satisfacción de las mismas. A diferencia del modelo libertario que acentúa los deberes
negativos a costa de los deberes positivos, esta tercera premisa sostiene que el Estado debe
Una cuarta premisa del modelo liberal-igualitario propone una ciudadanía democrática
cuyo principal compromiso moral sea con la justicia, con aquello que es correcto, y no sólo
referido a la comunidad local o internacional, lo que contrasta con modelos comunitarios y con
virtudes, pero de las virtudes liberales, igualitarias y democráticas que se derivan de los
derechos civiles, políticos y sociales. De esta manera, algunas de las virtudes que el
comprensión de que la moral tiene un carácter inderogable y supremo. Por otro, en tres
igualdad.
66
En opinión de Vázquez (2006), el republicanismo pone el acento en la formación del ciudadano basada en el desarrollo de
las virtudes cívicas y limita el alcance de los derechos humanos al subordinarlos a políticas de bien común o de autogobierno
ciudadano.
79
3.2 La moral y la educación cívica
Niebla (1998), mientras la primera prepara para el cumplimiento de las normas sociales, la
educación moral forma en valores, juicios y reglas que cada persona adopta ante la vida.
Pero una vez que un valor es integrado a la personalidad, éste se aplica tanto en la vida
privada como en la pública. De ahí que el autor proponga, con fines educativos, la formación
moral como un sustento conceptual unitario para ambas dimensiones. Encuentra que la
a) Como adaptación social o socialización (cuando se transmiten de modo heterónomo las normas; b)
como apoyo para que el alumno descubra por sí mismo los valores que tiene dentro de sí, sin saberlo
educación moral como formación de hábitos virtuosos (Guevara Niebla, 1998, pp. 72-73).
cierto es que, como sostiene Latapí (2004, p.79) “todas las leyes escolares del mundo
prescriben fines a la educación y esos fines son en realidad valores aunque se les formule de
otra manera”. Sin embargo, poco se sabe sobre los procesos de formación en valores, cuya
finalidad es que los seres humanos lleguen a apropiarse de su propia dignidad como seres
humanos. Las diversas escuelas del pensamiento educativo proponen finalidades respecto a
también de las visiones del mundo y del ser humano que sustentan. Desde una visión
pedagógica, este autor identifica cinco acepciones distintitas de valor que revelan la
afectiva, como motivo de la acción, como dinámica apetitiva y como norma de conducta.
Para Cortina (2007), la educación moral exige tener presente que la moral a) “es
capacidad para enfrentar la vida con un elevado estado de ánimo”, lo que supone la formación
del carácter individual; b) “es búsqueda de la felicidad”, que lleva a ponderar lo que a una
Ahora bien, diversas teorías psicológicas y sociológicas ofrecen algunas pistas sobre
culturales, de los que se extraen hipótesis acerca de las características que debieran tener las
libertad; apelar a la razón más que a la autoridad y resultar significativas para los
educandos.
En el terreno propiamente pedagógico, para Freinet (2001) "todo está por hacer o por
que sepa jugar su papel esencial como miembro activo de una sociedad democrática. Luego
de reconocer que la influencia de la escuela sólo cubre una parte reducida del conjunto de la
formación cívica, afirma que "la moral no se enseña, se practica". En consecuencia, propone
crear espacios sociales en los que los niños se habitúen a actuar como personas y como
El civismo ha dejado de ser un asunto de la memoria, ni tan siquiera de papeleta de voto; por el
contrario, está inserto en la vida de todos los días, en el comportamiento de los hombres y las mujeres…
Por ello, es en la base, en la vida y en la acción de los organismos democráticos, en el mismo pueblo
Educar es, ante todo, una praxis orientada a capacitar a las personas a leer e
moral significa, por consiguiente, formar en y para la responsabilidad frente a los demás. A
partir de estos supuestos, Ortega y Mínguez (2001) sostienen que la educación moral
81
consiste en desarrollar la capacidad del individuo para pensar y actuar autónomamente desde
que son indispensables al ciudadano que desea una sociedad justa y pacífica y un planeta
educación en valores: a) En esta materia, no se puede ser neutral. No hay educador que no
tenga su propio esquema valoral definido, a partir del cual orienta sus actos y los juzga. b) Sí
histórico, hay valores universales que debieran estar presentes en todo esquema valoral
valoral, toda vez que significa imponer un conjunto de valores propios de un grupo o de una
persona sin que medien procesos de reflexión, diálogo y análisis, a la vez que inhibe el
contacto con lo diverso. d) La formación en valores es cada vez más necesaria y el contexto
que favorezcan las tendencias favorables e inhiban las indeseables. e) Los diferentes
enfoques para formar en valores permiten niveles distintos de profundidad de los resultados.
Para Latapí (2004, p. 85), los programas oficiales de formación ética en México deben
aspirar a tres objetivos: “a) aclarar qué es el orden moral, b) dar razón de por qué hay
necesarios para la vida personal y social”. Por su naturaleza, el currículo valoral no puede
ser tan preciso y detallado como el de los contenidos cognoscitivos, ni las acciones tan
prescriptivas y directas, así como la evaluación tampoco puede ser rigurosa. El autor
67
Dada la sinonimia de los términos aptitud, capacidad, habilidad, destreza y competencia se impone precisar su identidad y
vinculación en el campo educativo. Entiendo que la aptitud es una disposición innata, esto es, el potencial natural con el que
cuenta la persona y que puede ser puesto en acción y ejercerse; es la materia prima a partir de la cual es posible el desarrollo
de habilidades en las diferentes experiencias de aprendizaje, las cuales se manifiestan en desempeños de calidad. Las
competencias son estos desempeños que refieren el dominio de una práctica, sustentado por el desarrollo de determinadas
habilidades. Hablar de competencias es referir un conjunto de conocimientos prácticos socialmente establecidos y que se
ejercen en el momento oportuno.
82
advierte sobre otros factores que también son determinantes en la formación valoral, como el
interacciones en su interior y la manera como se toman las decisiones, así como sobre las
distintas influencias que experimentan los alumnos en otros ámbitos sociales. En este
calendario escolar que, aun cuando resulta fácil de integrar en la dinámica escolar, en tanto
actividad especial y aislada del currículum explícito, refleja una percepción superficial y trivial
del valor que se pretende trabajar. b) El "modelo temático" consiste en añadir temas, lecturas
o unidades al currículo ordinario escolar, pensando que esto es suficiente para la enseñanza
de valores, pero deja intacta la estructura formal del currículum y la dinámica escolar, ya que
eligen sólo aquellos núcleos temáticos que se presten al trabajo con valores, sin violentar el
texto, pero se trata todavía de una integración parcial, un tanto artificial, de los hechos,
competencias relacionadas con tres ámbitos: diálogo y convivencia entre los pueblos e
68
En una observación crítica, Imbernón (2002) considera que la introducción de la educación ciudadana a través de temas o
ejes transversales que se incorporan a lo largo de los procesos educativos de la infancia para desarrollar nuevos contenidos y
determinados valores, asumidos por casi todas las reformas educativas, ha sido tímida, ya que el propio concepto transversal
convierte ese contenido en un elemento de segundo orden curricular.
83
69
relaciones más respetuosas con el medio natural y urbano. Por consiguiente, la educación
para una vida moral no se agota en facilitar al sujeto un adecuado desarrollo del juicio moral,
sino que implica sobre todo desarrollar hábitos virtuosos de manera que los principios morales
moral que tiene lugar en el encuentro con el otro, lo que conlleva un cambio profundo en los
dinámicas del funcionamiento escolar y en las relaciones entre los maestros, alumnos y la
moral en la tarea educativa, para que lejos de limitarse a ser meros ejecutores de las políticas
el conocimiento de la realidad y valoración del medio como espacio de vida para todos y el
integrar los valores morales en los contenidos y procesos educativos y favorecer un clima y
70
estilo de vida que represente para todos una experiencia diaria de convivencia democrática.
Con lo expuesto en los párrafos anteriores, confirmo la idea de que los cambios en la
educación sólo se producen cuando éstos son asumidos por los actores de la misma. No es
garantizar su aprendizaje.
69
Sin negar que son legítimas otras opciones de educación moral que ponen el acento en los procedimientos, Ortega y
Mínguez (2001) plantean la necesidad de atender estos tres problemas que reclaman actuaciones urgentes desde la
responsabilidad, ya que su transgresión pone en juego la realización personal y colectiva.
70
En un planteamiento coincidente la UNESCO (1997) considera que, en tanto las fronteras entre el aula y el mundo se
desdibujan, los docentes deben prolongar el proceso educativo fuera de la escuela, realizando experiencias de aprendizaje
externas y estableciendo vínculos entre los contenidos escolares y la vida cotidiana de los alumnos. Destaca el papel crucial
de los docentes al afirmar que cualquier reforma educativa debe partir de su consenso.
84
En el escenario de la educación, la familia es una de las mediaciones de primer orden
institución escolar tiene un carácter complementario como ámbito educativo de los valores, no
En lo que toca al Estado educador, para Schmelkes (2000) el centro de gravedad del
sistema educativo tiene que ser la escuela y el centro de ésta los alumnos, con el objetivo
la formación valoral, puesto que está demostrado que los valores no se desarrollan en los
de sujetos autónomos capaces de construir sus propias estructuras de valores y sus propios
criterios para juzgar sus actos y los de los demás” (Schmelkes, 2000, p. 112).
La educación moral cívica de la infancia pretende que el niño piense moralmente por sí
mismo cuando su desarrollo lo permita, que se abra a contenidos nuevos y decida desde su
autonomía qué quiere elegir (Cortina, 1999). Se trata de una moral abierta que pretende
educar en la autonomía, de modo que las personas sean capaces de pensar, juzgar y decidir
por sí mismos. La autonomía no significa "hacer lo que me venga en gana", sino "optar por
aquellos valores que humanizan, que nos hacen personas, y no por otra cosa". Tampoco
quiere decir que los padres y educadores no influyan en la manera de pensar de sus hijos y
lo que importa es la disposición de los adultos a ayudar a los niños a pensar por sí mismos en
85
cuanto sea posible, teniendo en claro el cómo y en qué dirección se hace, y transmitir
Educar moralmente es, pues, educar en valores, más que en modelos de hombre.71
A partir del "mapa físico de la ética" en el que ubica las distintas tradiciones éticas en el
basado en la idea de que las personas son constitutivamente seres morales y están dotadas
felicidad), la tradición utilitarista (la necesidad del placer), y la tradición kantiana y ética
discursiva (la capacidad de actuar por leyes que los hombres se dan a sí mismos).
En dicho modelo, bajo las premisas anteriores, la formación de actitudes es una tarea
tan básica como la transmisión de contenidos. Las actitudes propias de una persona
ante la realidad social; "seriedad" ante la realidad (profundidad); "buena voluntad" y "pensar
este pensar positivo: disposición a expresar sus ideas, sentimientos y necesidades; escuchar
a los otros; compartir con los demás; aprender de las diferencias; buscar soluciones a los
problemas y resolver los conflictos a través del diálogo. La formación de estas actitudes
La moral como contenido supone plantear la cuestión de los criterios o normas desde
los que se toman las decisiones. Los contenidos morales han ido cambiando históricamente,
es decir, que los diversos grupos humanos no tienen por morales los mismos contenidos. De
71
No se trata, dice Cortina (1999, p. 76), de “mostrar modelos para que se reproduzcan, porque la reproducción, la copia y la
fotocopia matan la vida. Lo que importa, a fin de cuentas, es avistar valores y aprender a saborearlos, sabiendo que, por
atractivos que resulten unos personajes u otros, yo voy a tener que crear el mío, el que nadie puede representar por mí; pero
que merece la pena hacer con valores que valgan”.
86
posibilidad de descubrir elementos comunes a todas las culturas y el diálogo, así como
tampoco el relativismo, que declara que la calificación moral de una acción como buena o
La educación del hombre y el ciudadano ha de tener en cuenta, por tanto, la dimensión comunitaria de
las personas, su proyecto personal, y también su capacidad de universalización, que debe ser
dialógicamente ejercida, habida cuenta de que muestra saberse responsable de la realidad, sobre todo
de la realidad social, aquel que tiene la capacidad de tomar a cualquier otra persona como un fin, y no
simplemente como un medio, como un interlocutor con quien construir el mejor mundo posible (Cortina,
Todo modelo de educación cívica debe, al menos, bosquejar los rasgos de ese
ciudadano autónomo que desea formar, no dando por bueno cualquier modelo de ciudadanía.
Cortina (1999) opta por un modelo a la vez nacional y universal que deriva, por un lado, de un
comunidad (identidad que lo diferencia de los miembros de otras comunidades); por otro, un
movimiento de identificación, en tanto que persona, con todos aquellos que son también
conlleva, entre otras acciones, involucrar afectivamente a los niños en el doble simbolismo,
globales.
desarrollo del juicio moral en el niño de Kohlberg (1997), quien retoma el postulado de Piaget
sobre el pensamiento como un proceso de desarrollo a lo largo de la vida, del cual forma parte
87
la moralidad, y los principios de filosofía política de Rawls, constituye una de las expresiones
Los juegos de reglas, ámbito en que los niños establecen sus propias regulaciones, fue
la vía elegida por Piaget (1985) para estudiar el razonamiento moral de los niños. Estas reglas
tienen una naturaleza especial pues son definitorias del juego y constituyen verdaderas
sistema de regulación de las conductas. Este autor encuentra que el paso de una moral
un nivel ontogenético (desarrollo del niño) como en el desarrollo histórico de las sociedades.
desde los reflejos innatos hasta las complejas estructuras intelectuales que caracterizan la
vida adulta.
desarrollo y estadios mencionados en el estudio del desarrollo moral y trata de establecer, por
la vía de la observación del conflicto entre las normas o resolución de dilemas, una secuencia
de niveles en la evolución del juicio moral desde la niñez hasta la edad adulta. En primer
lugar enfatiza que los valores se desarrollan como resultado de una interacción entre el
individuo y el entorno; éstos y la ética no son algo con lo que se nazca, pero tampoco se
pueden imponer externamente. En segundo término considera que los individuos construyen
interacción con el entorno. Esta construcción conforma la estructura cognitiva del individuo,
que funciona como base de sus elecciones y conductas en momentos de conflicto moral. En
72
La preocupación por la adquisición de la moral en el niño no es nueva. Desde el siglo XVII y XVIII se especulaba sobre la
naturaleza buena o mala de los infantes; en el siglo XIX varios autores se interesaron por examinar cuándo aparece el sentido
moral en el niño, entendiendo éste como la capacidad para distinguir lo bueno de lo malo. No obstante los desarrollos
previos, se considera que la obra de Jean Piaget "El juicio moral en el niño" (1932) es la primera obra sobre la génesis de la
moralidad, resultado en parte del diálogo con otros autores de la época como Durkheim, aunque sólo habla de tendencias y
no establece niveles evolutivos morales.
88
tercer lugar afirma que los juicios morales presentan en todas las culturas la misma
estructura, es decir, que el desarrollo hacia la forma de pensamiento moral racional pasa por
Las principales tesis contenidas en dicha teoría establecen que a) cada etapa implica
etapas o estadios son integraciones jerárquicas, por las que los niveles altos reintegran las
estructuras previas o niveles más bajos; c) la secuencia de desarrollo no varía y cada estadio
sistema no tiene sesgos de género; f) hay una relación coherente entre etapa moral y
conducta ética. A partir del esquema de estadios propuesto por Piaget, de los niveles de
moralidad propuestos por Dewey y de la correspondencia de ambos con las ideas de Rawls,
Kolhberg (1997) formula una matriz conceptual de las etapas de desarrollo moral del niño. 73
aprobación de los otros, en la que la base de la moralidad es la conformidad con las normas
Este enfoque considera que el individuo, desde su propia concepción del bien -
73
Dewey (1998) identificó tres niveles en el desarrollo moral: el nivel pre-moral o pre-convencional, en el que la conducta
está motivada por estímulos sociales y biológicos con efectos para la moral; el nivel convencional, en el que el individuo
acepta sin reflexión los modelos establecidos; y el nivel autónomo, en el que la conducta es orientada por el pensamiento del
individuo que reflexiona y juzga por sí mismo los propósitos y las acciones.
89
cognitivamente estructuras de selección de valores y conductas; además, mientras más se
relaciona con otras concepciones del bien, incorpora mayores niveles de razonabilidad. El
individuo asume el "deber de civilidad" cuando es capaz de escuchar a los otros y adaptarse a
sus puntos de vista, así como de explicar a otros sus elecciones, apoyadas por valores
políticos. 74
razonamiento moral que los del pensamiento lógico, porque el segundo es una condición
necesaria pero no suficiente del primero. El tipo y calidad de experiencias que tienen las
personas y las exigencias que les plantea la vida en común, son factores que pueden
obstaculizar el progreso hacia niveles superiores del desarrollo moral. (Hersh, Reimer y
Paolitto, 1998). Así, el estudio del desarrollo moral también ayuda a comprender la
educación moral. Para Guttman (2001), las investigaciones demuestran que las escuelas
tienen más éxito en llevar a los niños de la primera etapa de moralidad de la autoridad a la
puedan tener éxito para transitar a la tercera etapa de moralidad de los principios. Esta
74
Para Camps (1999), la teoría de la justicia de John Rawls es la que hasta ahora combina mejor libertades e igualdad,
aunque prioriza la libertad en el contexto de las sociedades occidentales desarrolladas donde hay condiciones razonablemente
favorables para el desarrollo de las libertades básicas. Propone corregir las desigualdades en la libertad con una apuesta por
la igualdad de oportunidades que aplica el principio de la diferencia. Por su parte Kohlberg (1997), al referirse a su propio
trabajo, habla de un intento de reconstruir racionalmente la ontogénesis del razonamiento sobre la justicia.
75
Entre los puntos débiles que se encuentran en esta teoría, Gilligan (1985) critica que se trata de un modelo masculino de
desarrollo moral. Si bien algunos hallazgos empíricos basados en este modelo identifican cierta inferioridad en el nivel de
juicio moral del grupo de mujeres, lo que revelan es un sesgo en la teoría y no una inferioridad del razonamiento moral
femenino. Además de advertir que la teoría de Kohlberg ha sido y es objeto de diversas críticas, también hay que mencionar
que existen otras concepciones de la génesis de la moral (Freud, Skinner, Bandura, Turiel, Eisenberg, entre otros autores).
90
respecto a las acciones educativas más adecuadas y pertinentes en función a la etapa de
En opinión de Villoria (2000), esta teoría marca un camino a seguir para mejorar el nivel
generalización.
como si nada de lo que pasó en el siglo XX tuviese la menor importancia para las prácticas
Tal es el caso de Bárcena y Melich (2000, p.15), quienes presentan una visión de "la
educación como acontecimiento ético", a partir de los aportes de Arendt (la educación como
natalidad), Ricoeur (la educación como narración) y Levinas (la educación como
hospitalidad); consideran que, en tanto en la relación educativa "el rostro del otro irrumpe
más allá de todo contrato y de toda reciprocidad", la relación con el otro no es contractual o
negociada, es una relación de "acogimiento" y una relación ética basada en una nueva idea
de responsabilidad. 77
76
Resultados empíricos de investigaciones establecen que el pensamiento preconvencional era la forma de razonar propia
de la mayoría de los niños hasta los 10 ó 12 años de edad, el pensamiento convencional resultó ser el nivel en que se halla la
inmensa mayoría de los adultos y el pensamiento postconvencional autónomo sólo es alcanzado por unos pocos adultos
(Hersh, Reimer y Paolitto, 1998).
77
Para estos autores, la historia es la historia de todo lo bueno que se encierra bajo el nombre de civilización, pero también es
la historia de lo inhumano, del totalitarismo. El siglo XX, siglo del horror con sus campos de concentración, obliga a
repensarlo todo. Auschwitz es el símbolo del mal radical, del extermino absoluto, de la crueldad sin límites. Después de esto,
la historia se ha quebrado y "ya no podemos educar como antes".
91
La pedagogía necesita llevar a cabo una reflexión profunda sobre la cultura en la que
se inserta tanto su concepto de educación como sus discursos, además de tomar en serio el
hecho de que el ser humano es un ser histórico, impensable fuera del aquí y el ahora. En
franca oposición a los intentos de pensar la educación desde los estrechos marcos
desde este enfoque como "radical novedad". Se trata de una pedagogía crítica de las
exterioridad y de la alteridad, que pretende atender lo que está fuera de la lógica del sistema.
"nacimiento", porque la educación tiene que ver con el trato con los que acaban de llegar al
mundo (los recién nacidos). Del "comienzo", en tanto que la educación es una acción y la
porque todo lo que nace tiene ese duro deseo de durar (Bárcena y Melich, 2000).
Conectar memoria y narración es una de las acciones que incluye esta visión para, en
vez de huir, aprender del pasado. Se trata de cultivar la memoria y el recuerdo para
acercarse a los otros y descubrir así la radical alteridad del otro, y de recurrir a la narración
como recurso del que dispone la memoria para contar la historia de los que se fueron.
hacer justicia, cuidar del presente y asegurar un porvenir mejor " es la apuesta reflexiva por
78
Buruma (2001) hace una consideración que resuena con los planteamientos de la pedagogía de la "radical novedad", en el
sentido de que sin la historia, comprendidos sus episodios más dolorosos como el Holocausto judío, no podemos entender
quiénes somos, ni quiénes son los otros. Pero no se trata de construir puentes entre las comunidades a partir del duelo ni de
una olimpiada del sufrimiento que inyecta un sentimentalismo en la vida pública que impide el que las personas se entiendan
mutuamente.
79
El pasado es, en opinión de Bárcena y Melich (2000), objeto de aprendizaje cuyo tema somos nosotros mismos. Toda
teoría de la cultura, de la que participa la educación, exige la referencia a la memoria como forma de conocimiento humano
y una educación que tenga como punto de referencia el recuerdo.
92
lograr que la memoria del pasado, que crea identidad y tiene significación emocional,
contribuya a formular el sentido que los acontecimientos ocurridos tienen para el presente y
el ejercicio de la ciudadanía como juego cívico desde las reglas de la ética. Se trata,
ciertamente, de las ideas menos desarrolladas en los textos del autor revisados hasta el
momento, pero apuntan a una comprensión más acertada de lo que debería ser la educación
moral de las personas, especialmente de los niños, al recurrir a los rasgos del juego genérico
80
para asentar los requerimientos del ejercicio de una ciudadanía activa. Desde mi punto de
los ciudadanos analogías con los juegos e interacciones infantiles, toda vez que aportan
elementos para dar cabal cuenta de las reglas de participación en el orden democrático, así
como de la actuación esperada de los ciudadanos en él. Se confirma que el juego tiene
mucho de solemne, que tiene sentido la expresión "de las reglas de juego a las reglas
morales", y que es una materia prima para el análisis del desarrollo moral no exclusiva de los
niños, sino que traza pistas para explicar también lo que ocurre en el mundo público de los
adultos. 81
a Bárcena (1997) a introducir como juego la moral cívica, en los siguientes términos: a) el
80
El concepto de regla es muy amplio y lo que los distintos usos tienen en común es que describen una regularidad, es decir,
algo que sucede de una determinada manera. Las reglas de los juegos son constitutivas del juego, esto es, en cualquier
juego son las propias reglas las que regulan las relaciones entre los jugadores, en el sentido de que si no se someten a ellas
se estará haciendo otra cosa y no jugando a ese juego. Constituyen una realidad social, independiente de los individuos, y se
transmiten de generación en generación como lenguaje; sus innovaciones son sancionadas por la colectividad.
81
Por ejemplo, es a través de la observación y el análisis de juegos grupales infantiles, como el tradicional juego de las
canicas, que Piaget (1985) estudia el desarrollo del pensamiento moral en el niño y argumenta su convicción de que "en
cierto sentido, la moral infantil nos ayuda a comprender la del hombre. Así pues, para formar hombres, no hay nada más útil
que aprender a conocer las leyes de esta formación".
93
obligado; b) es arbitrario, en cuanto a la decisión de jugar o no, pero una vez que se acepta el
sea, el momento en que hay actividad y ejercicio, es el contexto propicio para aprender (lo
que se hace se aprende); d) la ética de la ciudadanía, que marca las obligaciones morales o
Sin embargo, con el ejercicio de la condición cívica ocurre que, a diferencia del juego,
ser un buen ciudadano implica más esfuerzo y obligaciones que placeres. Pero lo cierto,
desde la ética, es que hay que hacer cosas que no producen en lo inmediato placer, que no
son divertidas, pero que conviene hacerlas, o que es bueno o valioso hacerlas. Ante esta
situación, dicho autor sostiene que es necesario generar un hábito para empezar a obtener
placer, esto es, que el jugador se habitúe a las reglas del juego. Es la ética la que debe
permitir al ciudadano dominar las reglas del juego cívico, mediante la participación en un
ciudadanía otros rasgos del juego, como su característica de ser superfluos (no estar
motivados por ninguna necesidad) y ficticios ("como si"). Admite, en el sentido de suposición
o hipótesis, que aún en este "como si" tiene lugar el ejercicio ciudadano, ya que siempre es
La educación tiene como fin esencial el desarrollo continuo de las personas y las sociedades.
Las políticas educativas, en tanto criterios permanentes mediante los cuales los gobiernos se
relacionan con la sociedad, son una estructuración privilegiada de las personas y de las
relaciones entre individuos, entre grupos y entre naciones, pero también tienen un papel
94
decisivo en la formación de los ciudadanos en democracia. Así como la educación, los
contribuyen a identificar ideas, principios, modelos y dilemas que han acompañado el tema
sobre los fines de la educación y que, de manera decisiva, han determinado los objetivos y
los derechos ciudadanos y entre la aparición del Estado educador y la vigencia de los
derechos sociales. Kymlicka (2003, p. 341) lo expresa de manera contundente: “de hecho la
necesidad de crear una ciudadanía informada y responsable fue una de las principales
ciudadanía, en las que se discute la naturaleza del hombre y el carácter del Estado y de la
sociedad modernos. López Jiménez (1997) ubica tres grandes coyunturas teóricas en las
hombre moderno: a) la del siglo XX entre los liberales y Marx; b) la de 1950 entre Marshall, los
liberales y la izquierda marxista, en la que se abordan las tensiones entre la igualdad política y
la desigualdad social; y c) la de los años setenta y ochenta entre los liberales y los
Estado, la comunidad y la cultura. A partir de la década de los noventa del siglo pasado, en la
medida en que las necesidades humanas y los derechos ciudadanos se amplían, evolucionan
95
la coexistencia de la ciudadanía universal activa con la ciudadanía diferenciada (Mouffe, 1993;
Kymlicka 1996; Lechner, 2000; Imbernón, 2002), así como las recientes ideas sobre la
ciudadanía mundial (Ramírez Sáiz, 2006; Cortina, 1997) o cosmopolita (Held, 1997).
Los movimientos de mujeres y los postulados de las teorías feministas ilustran las
mujeres incluyen a otras diversidades que se construyen a partir de la etnia, la clase social, la
edad, la orientación sexual, la religión o cualquier otra condición o categoría, como la de los
Para Phillips (1996), el género ha desafiado todas las perspectivas políticas, obligando
a examinar de nuevo cada posición y cada concepto; si bien la desigualdad se presenta como
un fenómeno universal, esto no significa que las mujeres sean universalmente lo mismo, por
lo que hay que convertir el singular “mujer” (el lugar de la abstracción) en el plural “mujeres”,
parte, Mouffe (1993) considera que la ciudadanía es una categoría patriarcal: aún cuando las
formal ha sido ganada dentro de una estructura de poder patriarcal donde las tareas y las
cualidades de las mujeres todavía no son valoradas. Desde esta visión, la condición de
ciudadanía está definida como una práctica de sujetos corporeizados, cuya identidad sexo-
intromisión de los poderes de los Estados en la esfera de las libertades de los individuos”,
96
pero ahora reclama “la inevitable intervención del Estado, si se quiere que los derechos
sociales sean realmente efectivos” (Martínez Bonafé, 2003, p. 16). En un contexto en el que
circunscrito.
de los derechos humanos o de las virtudes cívicas, queda inserta en las concepciones que se debaten y
que oponen modelos de ciudadanía cuyas diferentes definiciones tienen como protagonistas centrales a
82
liberales y comunitaristas (Bosker, 2002, p.29).
republicano que destaca el papel de los individuos como miembros de una comunidad política
y b) el enfoque liberal que afirma los derechos individuales desde la calidad de hombre, en el
82
Entre los exponentes de la corriente liberal se distinguen John Rawls, Ronald Dworkin y Robert Nozick, quienes enfatizan
una teoría de los derechos basada en una antropología de corte individualista y consideran la ciudadanía como una cuestión
legal y formal. En la corriente comunitarista destacan M. Sandel, A. MacIntry, Charles Taylor, M. Walter y A. Etzioni,
quienes afirman la importancia de la comunidad en el que el individuo vive y defienden una concepción de la ciudadanía
como práctica de compromiso orientada a la participación en el ámbito público, la formación de virtudes y la articulación
moral del bien público (Bosker, 2002).
97
Por su parte, en una visión actual, Ramírez Sáiz (2006) identifica tres enfoques: el liberal o
individualista (Rawls, 1971); el republicano (Taylor83, 1992) y el pluralista (Kymlicka 84, 1996).
interpretaciones y criterios para agrupar las distintas perspectivas desde las cuales se ha
teorizado sobre la ciudadanía. Más que centrar la atención en las distintas maneras de
clasificarlas y caracterizarlas, lo que importa para los fines de esta tesis es identificar las
concepciones de ciudadanía que están detrás de ellas y sus implicaciones cuando se piensa
Como bien reconoce Cortina (2007), las distintas perspectivas teóricas realizan aportaciones
todo y sus ampliaciones y variantes internas, la formación del ciudadano aparece como
competencia cívica como condición del ejercicio de la ciudadanía y la educación como medio
para desarrollarla, estas tradiciones la entienden desde distintas concepciones y atienden por
vías diferentes las exigencias educativas de los individuos y de las sociedades. Los teóricos,
discrepan en la forma de concretarla; por ejemplo, mientras los neoliberales sostienen que el
mercado es el espacio idóneo para forjar ciudadanos responsables, los liberales encuentran
en la escuela el mejor lugar para enseñar las virtudes cívicas, en tanto los republicanos
83
Taylor (2001) plantea, entre otras cuestiones, la necesidad de una política de reconocimiento y la ponderación de las
condiciones en que los intentos de los diferentes grupos de ser reconocidos pueden fracasar.
84
Ante el hecho de que las democracias liberales son prácticamente multinacionales o poliétnicas, Kymlicka (1996) plantea
el reto del multiculturalismo en términos del reconocimiento de derechos diferenciados, de la identidad y de la acomodación
de las diferencias culturales de los grupos minoritarios a partir de tres mecanismos básicos: los derechos de autogobierno,
los derechos poliétnicos y los derechos especiales de representación. La ciudadanía, que reconoce la igualdad de los
ciudadanos, también es una identidad, en tanto expresión de la pertenencia a una comunidad política (Kymlicka y Norman,
1996).
98
En la teoría, el concepto de ciudadanía está ligado a la idea de derechos individuales y
a la noción de vínculo con una comunidad política determinada. A partir del siglo XX, la
concepción clásica de Marshall (1949), para quien la ciudadanía consiste en asegurar que
cada individuo sea tratado como un miembro pleno de una sociedad de iguales a través de la
del estatuto de ciudadanía y por el contenido de los derechos que la constituyen, el concepto
nacionalidad como pertenencia adscriptiva que resulta del hecho de nacer en un lugar o
un estatuto jurídico que se adquiere por la pertenencia a una comunidad de base territorial,
cultural, legal y política determinada (el Estado), es decir, “la ciudadanía es, ante todo, una
condición de los individuos por la cual se reconoce y garantiza una serie de derechos”
Estado democrático en el que los ciudadanos se conciben como iguales ante la ley (mismos
contexto marcado por la contradicción entre la tendencia natural del capitalismo a crear
85
Si bien la democracia se ha pensado dentro del contorno territorial de un Estado-nación, ahora “la globalización cuestiona
esta asociación entre Estado.nación-ciudadanía-democracia” (Olvera, 2008, p. 19). Estudios como los de Ramírez Sáiz
(2006) y Held (1997) abordan de manera directa este nuevo fenómeno de ciudadanías en las sociedades globales
contemporáneas.
99
primeros derechos en desarrollarse fueron los civiles y los tribunales de justicia son las
la propiedad y a entrar en contratos) que establecen límites a las acciones del Estado y
garantizan la autonomía individual y la igualdad ante la ley de todas las personas. Luego,
los derechos políticos, asociados a los parlamentos y a los órganos de los distintos niveles de
conformación y funcionamiento del Estado, siendo los centrales el derecho a votar y ser
votado. Finalmente, los derechos sociales que garantizan al individuo un estatus social
Derivado de este esquema, las concepciones clásicas de ciudadanía reconocen estas tres
dimensiones: la civil, que garantiza los derechos civiles y las libertades personales para los
Estado-nación.
Baltodano (1997) sostiene que la ciudadanía aparece como una reivindicación de una
particular relación con el Estado, más que como una reivindicación frente al mismo, y las
occidentales los derechos civiles fueron establecidos antes que cualquier otro tipo de
derechos, en América Latina fue diferente; la pauta en esta región fue conseguir primero
100
algunos derechos sociales, entre ellos el derecho a la educación, después los derechos
derechos civiles que han sido implementados en una forma tardía, intermitente y sesgada.
líneas de reflexión centrales. La primera, tiene que ver con una doble distinción entre la
en las prácticas efectivas, y entre derechos pasivos, que están en la ley y cuya aplicación
opera como una concesión del Estado, y los derechos activos, que implican la participación de
generalización, pero en la práctica funciona con una serie mayor o menor de exclusiones
(Olvera, 2008).86 Por ejemplo, en México, el derecho al sufragio está limitado jurídicamente a
la población adulta (mayoría de edad) y el acto de votar está condicionado al previo registro
en el padrón electoral, pero en lo fáctico puede resultar denegado por falta de conocimientos
Así, pues, el ciudadano se define como un sujeto de derechos, pero difícilmente podrá
defenderlos.
Los señalamientos anteriores precisan la aceptación del doble enfoque que propone
Held (1997) para entender las restricciones que los ciudadanos enfrentan en la realidad: la
consideración tanto de los derechos que se tienen formalmente, como de las condiciones en
86
En el caso mexicano “hemos tenido históricamente una aplicación segmentada de ciertos derechos sociales, una débil
aplicación de derechos civiles y una anulación completa de los derechos políticos. Al contrario, hoy día tenemos derechos
políticos, muy pocos derechos sociales y una aplicación radicalmente diferenciada de los derechos civiles” (Olvera, 2008, p.
22).
87
La carencia de conocimiento, según mi perspectiva, efectivamente afecta la capacidad de los ciudadanos de incidir en el
sistema político para que éste responda a sus intereses. En este sentido, el desafío educativo es lograr una distribución
equitativa del conocimiento político entre aquellos grupos de población que presentan un déficit cognoscitivo.
101
las cuales se realizan y se hacen valer efectivamente. En lo esencial, “el estudio de los
derechos puede pensarse como el estudio de los dominios en que los ciudadanos han
(Held, 1996, p. 55). Esta propuesta, en mi opinión, ofrece una pauta equilibrada para
desarrollar una concepción clara de la ciudadanía respecto del significado de los derechos, e
implica considerar al mismo tiempo los derechos que los ciudadanos disfrutan formalmente
como las condiciones bajo las cuales éstos se ejercen, de manera que se pueda dar cuenta
ámbito público, así como de las relaciones y procesos nacionales e internacionales que las
atraviesan.
las disparidades de su aplicación entre distintas categorías de ciudadanos, por lo que resulta
ignorada:
Hay una amplia proporción de la población que se encuentra por debajo del un piso mínimo de desarrollo
humano, en términos no sólo de bienes materiales y de acceso a servicios públicos, sino también de
derechos civiles. Los miembros de esta población no son sólo pobres materialmente sino legalmente –
en la práctica les son negados derechos que están asignados formalmente (O´Donell, 2004, p.178).
de los derechos, que subraya la igualdad (dignidad igual) de todos los ciudadanos en una
se ocultan en los hechos las diferencias entre los grupos sociales, faltando pues la
corporeidad de la diferencia social. De ahí que, para Arendt (1994, p. 423), “desde el
102
comienzo, la paradoja implicada en la Declaración de los Derechos Humanos inalienables
consistió en que se refería a un ser humano „abstracto‟ que parecía no existir en parte
alguna”.
Por su parte, frente a este universalismo abstracto que puede ser utilizado para negar o
sociales, así como pensar un nuevo tipo de articulación entre lo universal y lo particular. En
su teoría de una “democracia plural y radical”, articulada con las instituciones del liberalismo
político, los derechos sociales deben abordarse en términos de derechos colectivos, adscritos
a comunidades específicas, sin negar que algunos de éstos pueden ser de carácter universal,
considerando que el agente social tiene garantizados sus derechos a través de su inscripción
(2006) identifica que el núcleo central de la ciudadanía está estructurado por tres ejes y cuatro
que incluye las prácticas individuales y colectivas para ejercer los derechos y cumplir con las
sociales y culturales.
En una visión integral, los tres ejes y las cuatro dimensiones en su conjunto
constituyen la ciudadanía y remiten al ciudadano como sujeto activo que participa en las
relaciones de poder, esto es, en las relaciones políticas entre gobernantes y gobernados
103
(Ramírez Sáiz, 2006). Decir que los derechos ciudadanos conforman un sistema significa que
entre ellos hay claras relaciones de implicación mutua y que un orden democrático deja de
serlo no sólo si uno o más de ellos están ausentes, sino también cuando su desarrollo
conjunto es desigual y/o abarca sectores reducidos del electorado; en otras palabras, la
(Nun, 2000).
Desde la filosofía política, que se interesa por la justificación y el fundamento del poder
las relaciones que debe haber entre individuos y Estado y entre ciudadanía y democracia, se
primacía del individuo sobre la comunidad, y la comunitaria que, por el contrario, defiende la
noventa del siglo XX, surge el republicanismo moderno como una tercera vertiente que
argumenta sobre la centralidad de las formas de intermediación civil entre los individuos y el
individuales, así como en la necesidad de protegerlo de los excesos del Estado y de propiciar
las condiciones para que, en la búsqueda de su propio bienestar, el sujeto también pueda
establecer relaciones de asociación y vínculos con otros, de modo tal que a partir del interés
propio es posible construir instituciones y prácticas beneficiosas para todos. Esta postura
liberal genera fuertes derechos negativos, de separación del individuo frente al Estado y frente
enfoque individualista que se basa en una concepción de la naturaleza humana como algo
preexistente con relación a cualquier proceso educativo. Establece lo propio del individuo,
104
considerado aisladamente, como límite para la educación, calificando de manipuladora e
inhumana cualquier acción que no respete ese límite. De esta posición, llevada a su extremo,
se desprenden pedagogías directivas, que son autoritarias y defensoras del status quo. Esta
herencia liberal en la educación, afirma Bolívar (1999), relega a la esfera privada el campo de
considera, en consecuencia, que cada individuo puede aprender por sí mismo lo que está
bien (y lo que está mal) y llegar a tener sus propios valores. Así, en lo general, se defiende
un tipo de educación cívica en la que lo que importa es la índole abstracta y universal del
orden político liberal, sin tener en cuenta las creencias individuales y las formas en que las
personas perfilan sus ideales de excelencia y moralidad. Al separar la ética privada y la ética
vida democrática.
que las instituciones públicas deben mantenerse neutrales acerca de las diversas visiones de
vida, se pide a la escuela socializar eficazmente a los niños en el mundo adulto, que los
eduque para que se adapten a un determinado rol y función social, a la vez que los enseñe a
por un lado, un conjunto de patrones normativos para la inserción en la esfera pública de los
adultos, es decir, que eduque a los alumnos como futuros ciudadanos y los capacite para
integrarse en la vida social (de manera especial en el mundo laboral); por otro, que promueva
elegir por sí mismo y tener principios morales propios. Evidentemente, frente a estos dos
105
En otra visión de demandas contradictorias a la educación, Manley (1996) señala que,
normas (excelencia intelectual, verdad científica y pertinencia tecnológica), con lo que tiende
social, a la vez que se solicita su intervención como institución clave de integración y cohesión
social.
razones para rechazarlo porque, al decir de Camps (1999, p. 10), "la afirmación de la
soberanía del individuo nunca ha valido para todos y cada uno de los individuos, muchos han
quedado fuera de las prebendas proclamadas, sólo porque pertenecen a sectores, a países, a
culturas menospreciadas o ignoradas por los más ricos y poderosos". Para esta filósofa, las
absoluto, sin tener en cuenta que la vida en común excluye los absolutos. Argumenta que, en
visión liberal, un grupo amplio de los autores trabajados en esta tesis (Latapí (2004), Guevara
Niebla (1998), Cortina (1999), Guttman (2001), Schmelkes (2000) y Bárcena (1997), entre
otros, con sobrada razón, sostienen que este principio es imposible en la educación, ya que
106
del valor juega un papel esencial. En pocas palabras, la educación tiene efectos que no son
neutrales. Si se acepta que los valores son sustanciales en la educación, elementos que
la tradición que determina sus orientaciones, como tampoco se pueden definir en abstracto.
liberal de los derechos civiles, cuyo énfasis está en la autonomía privada de los individuos
de derechos ni una condición de libertad privada y derechos políticos básicos; es, también,
una condición que tiene que ver con la calidad de vida de todos aquellos que forman parte de
la sociedad, dentro de las cuales se destaca la educación como derecho y como condición de
con la tradición republicana, en la cual ésta aparece asociada a la "cosa pública": Tal es el
caso de la CEPAL (2001, p. 174), organismo que considera que "el ciudadano no es sólo
Bajo esta óptica, se aspira a ligar el ejercicio de la ciudadanía al interés y compromiso de los
filósofos Charles Taylor, Michel Sandel y Michel Walzer, quienes atraen la atención hacia las
urgencia de recuperar los lazos comunitarios para “rescatar los bienes colectivos formados
por valores y normas que ponen a la comunidad por encima de los individuos.” (Olvera, 2008,
107
p. 38). Para Walzer (1996), la ciudadanía está mediada por la comunidad política de
radica en la autonomía radical del sujeto sino que se forja en la integración en la comunidad.
Sin embargo, las críticas a esta vertiente advierten, por un lado, sobre la pluralidad
comunidad guarda cierta autonomía con relación al individuo y la educación pasa a ser una
aculturación para que el individuo cumpla determinados roles sociales, se configura más un
mentalidad propias". Encuentra que la escisión que hace el pensamiento liberal entre los
ámbitos público y privado de la moralidad es una de las razones por las que se suele
valoraciones específicas. Ante esto, para pensar en una acción educativa en valores, se
impone suprimir la contraposición heredada entre lo público y lo privado y contar con un cierto
108
En cuanto al objetivo de la educación como pleno desarrollo de la personalidad
humana, los comunitaristas afirman que éste no puede lograrse al margen de la comunidad y
de las vinculaciones entre las personas. Desde una concepción normativa, la educación es
ciudadanos, para promover en ellos el interés por el ejercicio de las virtudes cívicas; de ahí
que en la tradición republicana del humanismo cívico el énfasis está en la conexión entre
de valores democráticos, se piensa en una educación que transmita una cultura cívica única a
través de un currículo nacional, que capacite a los niños para convertirse en ciudadanos
favorezca la libertad para que, en la esfera privada, sean libres para elegir las ideas morales
Si bien las distintas versiones del comunitarismo albergan riesgos, como los anotados,
en las sociedades actuales, y descubren diversas vías para pensar la educación cívica en los
Oldfield (citado en Bárcena, 1997, p. 144) expresa directamente este nexo al afirmar que, al
no ser una práctica natural, la ciudadanía implica varias condiciones: a) los individuos
poder político y económico; y c) las personas necesitan estar motivados para implicarse en la
práctica de la ciudadanía.
de las democracias en América Latina, mediante la educación cívica, están presentes tres
posiciones de manera clara: a) la neutral-liberal, que sostiene que el sistema educativo formal
109
debe ser de carácter neutral y ofrecer a los alumnos las variedades de pensamiento y cultura
existentes en la sociedad para que sean ellos quienes elijan, respetando las creencias y
reflejar la libertad de creencias de los padres de familia, a quienes corresponde elegir el tipo
de educación que desean para sus hijos, mientras que el Estado –sin imponer- se ha de
limitar a establecer los mínimos que toda escuela debe cumplir; y c) la comunitaria, de
sistema educativo formal el encargado de transmitir ciertos valores comunes a todos los
tener derechos; el espacio público, entonces, es el lugar donde los individuos debaten sobre
garantizar que cada ciudadano ejerza realmente sus capacidades de discusión y decisión. No
complejas resulta imposible la anulación de la representación. Pero, con todo, esta versión
del republicanismo introduce el debate sobre el espacio público y nutre las nuevas teorías que
participación activa de los ciudadanos. Además, se admite la teoría de la sociedad civil que
política (democracia electoral), y plantea que “los actores de la sociedad civil tienen que
110
correcto y lo justo, y al definir esos estándares tienen la necesidad de actuar políticamente”
Entre los aportes teóricos de esta nueva versión del republicanismo, destacan los de
Mouffe (1999), quien argumenta que no se trata de sacrificar las identidades como individuos
aceptar las reglas de pertenencia a una comunidad política. Tampoco se trata de considerar,
como el liberalismo, que la identidad ciudadana es una identidad entre otras, ni de sostener la
democracia plural y radical, se apuesta por una forma de comunalidad que respete la
“es un principio de articulación que afecta a diferentes posiciones del agente social, aunque
relaciones sociales y asume que los derechos individuales son necesarios para garantizar la
En esta línea reflexiva, Kymlicka (2003, pp. 346-347) apunta que el republicanismo
cívico refiere “cualquier perspectiva que destaque la importancia de las virtudes cívicas y al
identidades entre sus ciudadanos”, lo que significa que la vida mejor y más auténticamente
humana es aquella en la que prevalece la participación política por encima de otras áreas del
empeño humano.
88
En esta misma línea, Portanteiro (1999, p. 22) propone recuperar la categoría de sociedad civil en tanto “instancia
organizada de la vida social en la que los actores colectivos expresan, dentro de un marco legal, intereses y valores
demandados sobre el Estado como fines públicos”, distinta a los partidos políticos porque no aspiran a ocupar el poder sino
a influir sobre el aparato de gobierno para obtener cambios. Redescubrir la sociedad civil, condición para la creación de un
espacio público, significa abrirse a la temática de las relaciones entre esfera pública y esfera privada, entre movilización e
institucionalización, así como a los problemas de constitución de ciudadanías en el interior de las sociedades complejas.
111
La respuesta educativa a la pregunta de “¿podremos vivir juntos?” de Touraine
(1999a), proviene de la “escuela del Sujeto” orientada hacia la libertad personal y el aumento
de la capacidad de los individuos para ser sujetos; a la comunicación intercultural, que exige
sociales e históricas concretas. De ahí que Touraine (1999a, p. 278) atribuya a la escuela “un
papel activo de democratización al tomar en cuenta las condiciones particulares en que los
que el individuo no se convierte en un “Sujeto” sólo durante sus años de formación sino en
Una escuela que se asigna la misión de fortalecer la capacidad y voluntad de ser actores de los
individuos y enseñar a cada uno a reconocer en el Otro la misma libertad que en uno mismo, el mismo
democracia dado que reconoce los derechos del Sujeto personal y las relaciones interculturales que
necesitan garantías institucionales que no pueden obtenerse sino a través de un proceso democrático
En este sentido, una ciudadanía eficaz es aquella que exige de los procedimientos
democráticos una racionalidad crítica y del ciudadano una formación e instrucción cívica para
discutir y deliberar, mediante el libre juego del diálogo, en la medida en que la realidad es
múltiple y contradictoria. Por tanto, la República debe ser una gran escuela de civismo,
deliberación, toda vez que su trabajo cognitivo consiste en “la producción colectiva de
escenarios y estrategias de acción por medio del diálogo”, y la virtud ciudadana “es un
repertorio de valores y de conductas que deben ser ejercidas por todos y cada uno de los
miembros de la comunidad para y por el interés general” (Dorna, 2007, pp. 94-95). Empero,
se impone tener en cuenta que, en la actualidad, el ciudadano se eclipsa detrás del sujeto
112
democrático y que “el tiempo ha usado y decolorado los conceptos que hicieron, de la
social e histórica, que demanda el conocimiento de las ideas que la fundan y de las
Para efectos prácticos relacionados con las finalidades de la educación cívica de los
ciudadanos, coincido con Bárcena (1997) en partir de la identificación de las dos nociones
fundamentales o ejes básicos que están en la base de las diferentes ideas de ciudadanía,
predominan en la actualidad; esto es, la ciudadanía como estatus, que concierne en términos
muy amplios a las ideas del pensamiento liberal, y la ciudadanía como práctica, que refiere
principalmente al enfoque republicano y/o comunitario. Por un lado está el individuo hecho
ciudadano por una disposición jurídica; por otro, los ciudadanos que luchan por hacer cumplir
Me parece que hay que considerar que los extremos de dichos enfoques representan
agrupar diferentes usos del concepto e interpretaciones teóricas. Lo cierto es que, ahora,
89
Escalante (1999) confirma el carácter histórico de la ciudadanía, vinculado a los valores y supuestos del individualismo,
en el que el ciudadano es, ante todo, un individuo y, como tal, una realidad básica de la vida social. Pero éste, como idea y
como valor, es producto de una configuración histórica, que depende del desarrollo del mercado y de la soberanía. Por su
parte, Teves Ferreira (1993) agrupa los presupuestos de la ciudadanía en tres órdenes: a) el ontológico, que considera al
ciudadano como un ser en sí y tiene como fin la identidad social de los individuos en relación con un determinado Estado; el
histórico-social que, al suponer la existencia de una sociedad de clases y el Estado, da cuenta de una ciudadanía dinámica
que refleja las condiciones económicas, políticas y sociales de una sociedad; y el orden simbólico, que al interior de las
relaciones sociales representa realidades, valores y significados socialmente establecidos y sirve de mediación entre los
individuos y el Estado.
113
campo discursivo y con la inclusión de nuevas estrategias en el terreno de las prácticas
por resueltas las contradicciones y tensiones que este gran tema genera; en cambio, aspira a
ubicar los ejes básicos de la tradición para identificar sus núcleos duros y las líneas generales
sobre las cuales se desarrolla el debate entre la corriente liberal y comunitarista, con la
política básica para la persona dentro de un Estado, y la igualdad ante la ley constituye el
primer basamento de ciudadanía que define quiénes son miembros o no de una sociedad
común en términos de derechos y deberes. Refiere a la ciudadanía como estatus, que media
las relaciones entre los individuos identificados como tales frente al Estado, con derechos y
deberes, pero que a la vez identifica a quienes están excluidos de este orden, a los no
estatuto que como una exigencia de implicación política; más una base para reclamar
representantes, para lo cual no requiere más virtudes que las de apego a la legalidad, respeto
114
no sólo en los derechos, y se demanda una mayor implicación del ciudadano en la esfera
desarrollar un sentido de lealtad y responsabilidad para con la comunidad más amplia a la que
pertenece. En lo esencial, me inclino por esta perspectiva que se ubica en el terreno de las
que los esquemas ideales de ciudadanía se encuentran mediados por las condicionantes de
la vida social.
Hay que tener en cuenta que, si bien el concepto de ciudadanía ha estado más
asociado al ámbito político, ahora se extiende a otras esferas sociales para indicar que en
ellas los afectados han de participar en la toma de decisiones como ciudadanos. En este
sentido, Lechner (2000) observa una “ciudadanización de la política” en la que los ciudadanos
guardan más relación con el vínculo social que con el sistema político, lo que podría significar
90
la recuperación de la política como capacidad propia de los ciudadanos. Ante esta pérdida
autorizados, Beck (1997) encuentra que surge una “autoorganización de lo político” que se
vida pública.
90
En las sociedades modernas, advierte Lechner (2000), la política pierde centralidad en la regulación de la vida social y ya
no representa el vértice ordenador de la pirámide social. Actualmente la política tiene menos influencia frente al
protagonismo de la economía y de los sistemas funcionales.
115
Desde la premisa de que los actores sociales actúan en el marco de identidades que
son moldeadas por las instituciones políticas y sus procesos, Cunill (1997) destaca –con
constituye un mero dato o estatus legal, puesto que está sujeta a la construcción con base en
relación con las instituciones político-estatales sino que se puede construir y ejercitar en
cualquier esfera y práctica social que demande la defensa de los principios de igualdad y de
leyes y políticas que aseguren su realización; y el conocimiento de las formas legítimas para
Si el Estado… no me mira como ciudadano, si sus representantes e instituciones que me rodean y con
quienes trato frecuentemente no me dan dicho trato, entonces internalizo una cualidad distinta, de
consecuencia, tampoco identificaré las vías necesarias y legítimas de expresión de mis demandas… Y
por el contrario, en la medida en la cual se da un ejercicio por una persona como ciudadana, tratada
como tal, internalizará esa actitud del „otro generalizado‟ hacia ella y estará en condiciones de conformar
Con todo, en el análisis histórico de los derechos ciudadanos en varios países del
mundo y sus variaciones regionales desde el siglo XVIIII a la fecha, se constata que en la
generación espontánea, sino que representan una construcción colectiva y con especificidad
política, resultado de experiencias que han implicado el disenso y procesos de lucha social
116
excluyente como concepto y sobre todo como experiencia, a pesar de que aparece como un
ámbito de creación jurídica que iguala a las personas con todo y sus diferencias.
proceso “instituyente” (Ramírez Sáiz, 2006, p. 327). Esta idea de que se trata más de un
proceso instituido que de un estatus, me lleva a destacar el carácter inacabado del proceso
debate, son derechos históricos que han surgido gradualmente, no todos de una vez y para
defensa de nuevas libertades. Se trata de tener en cuenta, en efecto, los nuevos horizontes
117
II. LA EDUCACIÓN CÍVICA PARA LA CIUDADANÍA DEMOCRÁTICA
toman decisiones en el diseño, ejecución y evaluación de las políticas educativas del país
asunto que importa, con propósitos e intensidades diferentes, a los actores políticos
(partidos políticos, agrupaciones políticas nacionales y líderes políticos), grupos que desde
comunicación social y, desde luego, a los mismos destinatarios de las acciones educativas.
Lo cierto es que a partir de la última década del siglo XX se observa una creciente
política democrática empieza a pasar del diseño liberal, centrado en los partidos políticos y en las
instituciones de la representación y de los gobernantes, al diseño republicano, que enfatiza, sobre todo,
la formación democrática de los ciudadanos, tanto en sus aspectos cognitivos (derechos, deberes e
instituciones) como en los prácticos (participación y control) (Rubio Carracedo, Rosales y Toscano
Más bien, ha sido objeto de diversas teorías y múltiples prácticas, en el que concurren
considerar que los cambios en la vida nacional exigen reenfocar constantemente las
118
problemáticas y que el interés y la generación de conocimientos sobre la educación
las economías, de las ideas y de las prácticas ciudadanas, y la crisis de las instituciones de
la sociedad.
educativos ligados a la democracia y/o que dictaminan sobre lo existente, así como de
contraste, son menos las investigaciones empíricas que indagan sobre las prácticas
educativas y que también forman parte de este campo de conocimiento. En ambos casos,
ciudadanos Con fines analíticos, distingo dos conjuntos de trabajos que conforman un
estado de conocimiento en el que se combinan y entran en tensión las dos dimensiones que
democracia; por una parte, los elementos conceptuales y normativos de realización posible
(ideal posible); por otra, las condiciones empíricas, susceptibles de verificación (real
concreto). Por ejemplo, que el ciudadano se reconozca como sujeto de derechos, conozca
como una exigencia normativa; ahora bien, que el ciudadano tenga la información
119
necesaria para elegir a sus gobernantes de manera libre y razonada, sea capaz de distinguir
entre las diferentes propuestas políticas la que mejor responda a sus intereses y cuente
con las habilidades implicadas en el acto de votar, se plantea como uno de los elementos o
este sentido, considero que este planteamiento expresa la mezcla de esperanza (estudios
que alude O´Donell (2007, p. 42) cuando afirma que la democracia siempre busca un futuro
carencias de reflexión sobre los problemas de ciudadanía y educación cívica que derivan en
ausencia de teorías sobre la educación de los ciudadanos, afirma que el déficit democrático
que la producción académica en este campo específico es limitada, constato que en los
este sentido, “el tema es moneda de cambio de la clase política y, en nombre de ella, se
sobre este tema, en contraste con una profusión de estudios sobre el estado que guarda la
democracia y la cultura política que, aun cuando aportan a la comprensión del contexto y son
educación cívica para los ciudadanos en ejercicio y, mucho menos, la que tiene que ver con
120
la educación para el voto. Lo que he encontrado en mi incursión activa en este campo de
objeto de estudio de esta tesis en tanto marco referencial (en lo teórico y metodológico) y
contextual (el lugar de las prácticas), pero poco informa sobre el impacto de la educación
teórica en ella.91
políticos por parte los miembros de una comunidad, es decir, cómo percibe su población el
universo de relaciones que tienen que ver con el ejercicio y la distribución del poder y cómo
las asume. No importa propiamente “el comportamiento político de los miembros de una
concretas que orientan dicho comportamiento”, es decir, las razones que lo explican
(Salazar, 2006, p. 14). Esto explica en buena medida que se recurra a este tipo de
“cultura política” porque atiende a un fenómeno específico y acotado; aunque hay relaciones
de la población en torno al fenómeno político. Se admite, por lo común, que los diagnósticos
91
En el capítulo inicial de la primera parte de esta tesis incluí, en la nota 22 al pie de página (p.44), una relación de algunos
de los principales estudios de cultura política que refieren al caso mexicano.
121
de cultura política revelan los déficits de la población en términos de competencias cívicas y
delimitan con precisión las áreas y objetivos en los que es necesario enfocar los esfuerzos
procedimentales, entre otros temas). Guevara Niebla (2000 y 2006), al igual que otros
En esta línea, el IFE considera que la cultura política es la vía para “conocer los
que repercutan en el desarrollo de una ciudadanía más reflexiva y participativa. Por ejemplo,
de educación cívica en Colombia, Chile, Nicaragua, Paraguay y Uruguay. Ese mismo año se
cívica del Instituto Federal Electoral 1998-2000, que incluye “La educación ciudadana;
estado del conocimiento” de Rodríguez (1998). En 1999 convocó, junto con otras
sistemático no sólo sobre la teoría, ni sobre la razón de la educación cívica, sino también
mismo año, previo a la elaboración del Plan Trianual de Educación Cívica 2001-2003, la
122
instituciones y valores de la democracia, que incluyó la aplicación de una encuesta nacional
autores revisados señalan carencias de estudios e investigaciones sobre este tema; incluso,
para el asunto más estudiado que ha sido el de la educación cívica en el ámbito escolar,
Latapí (2004) señala que se tiene que recurrir a las legislaciones para dar cuenta de la
Por un lado, están los estudios teóricos y análisis que rondan en la abstracción y en la
teorías políticas y pedagógicas, la filosofía política y los estudios culturales, que señalan
establecer mediaciones con los planteamientos teóricos, así como memorias de foros,
de estudios sobre el estado del arte, es lo que existe y desde ahí aportan elementos para
En lo teórico, son diversos los autores y distintos los enfoques que abordan este
precisan retos y desafíos, pero en el que también se constatan déficits históricos en esta
123
realidad signado por la dispersión” en los aprendizajes efectivos que tienen que ver con el
de conocimiento y las prácticas muestran que no hay proyectos educativos que se hayan
hecho cargo a plenitud de los tres campos teóricos que, en su opinión, constituyen el núcleo
Niebla (2002) argumenta que la democracia mexicana está incompleta porque todavía
carece de una ciudadanía crítica y con ilustración política, ya que aunque tiene el derecho al
voto no cuenta con el saber político. De ahí que la escuela, como vehículo para educar al
políticas, estimular la crítica racional y la participación, así como entrenar para ejercer el
dificultades debido a que, por un lado, son pocos las experiencias que han sido
sistematizadas y evaluadas (Cajas Castro, 2000); por otro, a las resistencias que manifiestan
preguntas sobre las actividades de educación cívica que llevan a cabo (Suzán Reed,
muchos de los programas educativos puede explicar esta ausencia de datos y, en el mejor
que guarda la asignatura del civismo en el sistema educativo nacional (Guevara Niebla,
2000). Se observa una clara tendencia a pensar en las metas y contenidos de educación
cívica en la educación básica, con valiosas excepciones como la de Cortina (1999) que
92
El autor reporta que en el Estudio exploratorio del estado de la educación cívica en México, que llevó a cabo el Instituto
para la Promoción de la Cultura Cívica con apoyo de Causa Ciudadana y de Juventudes de la ONU, resultó muy baja la
respuesta de autoridades y organizaciones al cuestionario que se les envió sobre las tareas de educación cívica por ellos
realizadas. Llama la atención la negativa de las autoridades educativas de 26 estados del país, ya que sólo respondieron las
autoridades de Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Nuevo León y Oaxaca (Suzán Reed, 2000).
124
alude a niveles de educación superior. En los programas de eventos académicos, por
cívica escolar ha tenido cierto éxito en su impulso sostenido del patriotismo y la nacionalidad,
Por ejemplo, Zebadúa (2000) afirma que el civismo que ha gestionado el Estado mexicano
necesidad de una nueva plataforma que modifique tanto los horizontes curriculares como las
morales y legales que plantea la vida pública y la convivencia con los demás”.
93
Para sustentar esta afirmación, basta revisar los programas y las memorias de varios de los foros y seminarios que
abordan la educación cívica. De manera ilustrativa menciono el Foro de educación cívica y cultura política democrática
(IFE, 2000); Panel Nacional sobre Educación Ciudadana (IFE, 2006); Coloquio Educación Ciudadana. Retos y
responsabilidades de los Gobiernos, las Instituciones y los Ciudadanos en el contexto de la globalización, organizado por la
UNAM y el CONACYT, bajo la coordinación de Guevara Niebla, en junio de 2007. De las 24 intervenciones de este
último evento, 8 hacen referencia explícita a la educación formal en el título de la ponencia; 12 abordan temas más
abstractos relacionados con la formación en valores y la cognición, la emoción y la conducta en la educación para la
democracia, pero su referente principal de aplicación es el ámbito educativo formal; y sólo 4 abordan el tema de la
educación ciudadana desde la política y sus instituciones.
125
A pesar de la mayor atención que ha recibido la educación cívica en el ámbito escolar
etnográficos existen, eso sí, imágenes más o menos anecdóticas que informan parcial e
Por otra parte, la educación ha sido el eje sobre el cual se han realizado la mayor
parte de los estudios que tienen que ver con niños y jóvenes. Son múltiples los
investigaciones que se han hecho sobre el tema de la formación cívica de los niños, en tanto
Recientemente se han incorporado estudios que destacan los factores del contexto que
influyen en las orientaciones y acciones sociales (Goodnow, 2000), junto con enfoques
social en las explicaciones sobre lo que ocurre y debe ocurrir en la educación ciudadana.
Con todo, hay cada vez mayor conciencia de que ninguna de las variables en juego en la
complejidad de los fenómenos morales asociados a los procesos formativos de las personas.
Incluso hay quienes aceptan, en casos como éste, el eclecticismo “como una honesta
126
Sin duda, el reconocimiento de los niños como sujetos de derechos a partir de la
población y reforzar la idea de que las escuelas son el principal medio que tienen los
frente a los acercamientos descriptivos y analíticos, los cuales no logran del todo
proponen.
modelos de ciudadanía que están en juego y sobre los cuales se pretende formar a los
individuos, así como la ausencia de acuerdos sobre los contenidos, formas pedagógicas y
contradicciones y distancias notorias entre lo que se afirma desear (orden discursivo de las
94
Esta Convención, que reconoce a los niños como sujetos de derechos y sujetos sociales con capacidad de expresar sus
intereses y exigir sus derechos, constituye un nuevo paradigma que orienta las actuaciones y relaciones tanto del Estado
como de la sociedad con los niños. En el segundo capítulo de la primera parte de este trabajo, doy cuenta de varias de las
reformas educativas emprendidas en los sistemas educativos nacionales, en sintonía con el interés internacional en el tema
de la educación cívica y su traducción en normas vinculantes para todos los países.
95
Los mismos organismos internacionales, en prácticamente toda su gama de posiciones, no escapan a la discusión sobre los
vínculos entre la educación y la ciudadanía. En sus concepciones y políticas no existe una adhesión uniforme a una teoría
de manera ortodoxa, más bien combinan elementos para justificar y legitimar los diferentes proyectos que impulsan. Por
ejemplo, para el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Interamericano de Desarrollo, la urgencia y
las prioridades educativas derivan de la necesidad de contar con recursos adecuados para las transformaciones económicas.
En cambio, para otras organizaciones de la ONU, como la UNESCO, la CEPAL, el PNUD y la UNICEF, las visiones
economicistas se cruzan con un enfoque más humanístico y con aspiraciones democráticas. La propuesta de estos últimos
en la década de los noventa reconoce la educación como una inversión necesaria para alcanzar el objetivo de la
competitividad, pero vinculándola con la formación moderna de la ciudadanía. Consideran que con la educación se pueden
alcanzar dos objetivos simultáneos: la formación de la moderna ciudadanía y la competitividad internacional (CEPAL,
2001).
127
prácticas o de las condiciones empíricas); a esto se agregan lagunas en la explicación y
comprensión de cómo opera y se teje el vínculo en las distintas realidades sociales entre las
para ejercer a plenitud sus derechos civiles, políticos y económico-sociales, con miras a
derechos humanos, derechos de la niñez, género y medio ambiente, como ejes articuladores
espacio, sin articulación entre ellas ni con la vida cotidiana de los individuos y los grupos
Así, pues, en los estudios que otorgan a la acción educativa un papel crucial en la
una condición indispensable, no sólo deseable, para acceder a la ciudadanía plena, y otros
128
como una variable más dentro de un conjunto amplio de factores explicativos de lo
educación cívica. Es escaso el material disponible que permita conocer las perspectivas
utilizados en las prácticas concretas de educación cívica dirigida a los adultos (ciudadanos
en ejercicio) y sus resultados. Asimismo, recién surge el interés por identificar las
Con respecto a prácticas y acciones de educación ciudadana fuera del ámbito escolar,
una memoria colectiva. En opinión de Ramírez (2005, p.10), “la atomización de las
que definan prioridades educativas y trasciendan las tareas de divulgación y difusión de los
derechos ciudadanos.
metodología de la educación popular (el método de ver, juzgar y actuar). Luego de revisar
96
Por mencionar algunos, entre los autores que abordan directamente el problema de la educación para la ciudadanía,
referidos en este estudio, se encuentran: Giroux (1993), Bárcena (1997), Diamond (1996), Guttman (2001), Kymlicka
(1996), Cortina1998 y 1999), Guevara Niebla (1998, 2000 y 2002), Latapí (1993, 1995, 1996 y 2000), Schmelkes (2001),
Tapia (2003), Savater (1998) , Castillo y Osorio 1997), Imbernón (2002). Otros autores , como Castells (1999), Cunill
(1997), Villoria (2000), Nun (2000) y Lechner (2000 y 2002), desde campos más amplios o vecinos plantean la
importancia de la educación para la construcción de ciudadanías democráticas.
129
gubernamentales en México que se dedican a la lucha por la democracia desde el frente
educativo, sobre todo a partir de las elecciones de 2000, Ramírez (2005) identifica la
actividades grupales que van de meras acciones de difusión a través del teatro y medios
valoradas como apremiantes, sin proyectos de largo plazo. 98 Esto explica, en parte, el
parte de los organismos sociales, sin dejar rastro en muchos de los casos. Los que
97
Ramírez (2005) da cuenta de un diagnóstico realizado mediante una encuesta a cincuenta organizaciones de la sociedad
civil, después de las elecciones de 2000, y un seguimiento puntual a las más activas en materia de educación cívica entre el
2003 y el 2005, para indagar sobre el qué, cómo y el por qué de sus prácticas de educación ciudadana. Entre los datos
reportados, destacan los siguientes: treinta de las organizaciones dicen tener un área especializada en educación y las veinte
restantes afirman realizar de manera puntual o complementaria tareas educativas en torno a los derechos humanos y la
democracia. Respecto al tipo de educación que afirman prestar, quince se refieren de manera amplia a los derechos
humanos, ocho señalan la educación cívica, nueve hablan de educación en valores, seis de educación para la paz y diez de
educación para la democracia. Del universo total de organizaciones, veintitrés se plantean fortalecer valores y
procedimientos democráticos (respeto al voto, fortalecimiento de los organismos electorales, participación ciudadana y
transparencia). Cabe destacar que, en relación a los recursos didácticos utilizados, la mayoría de las organizaciones reportan
que recurren a los materiales del IFE y de otros organismos autónomos (como la CNDH) para apoyarse en sus tareas de
difusión y educativas.
98
Entre las necesidades que se valoran como apremiantes, Ramírez (2005) destaca las que tienen que ver con la defensa de
los derechos políticos y el desarrollo de elecciones limpias y transparentes, de manera especial con la sensibilización y
capacitación para la participación y el ejercicio del sufragio razonado. Desde 1994 sobresale, en esta línea de trabajo, la
acción de Alianza Cívica en todo el país. Con todo, la sociedad civil organizada ha pasado a convertirse de testigo
incómodo en invitado de honor en los procesos electorales y su actuación todavía se considera indispensable en la transición
democrática.
130
transparencia, a partir del reconocimiento del derecho al acceso de la información pública
públicas.
que se conoce respecto a los resultados e impactos de las acciones de educación cívica; los
las actividades realizadas, sin incluir elementos que conduzcan a valorar la calidad y los
vínculo global, a partir principalmente de que Dewey la convirtiera en un tema central de sus
hoy continúa siendo imprescindible reflexionar sobre esta relación en lo general, pero hace
falta desarrollar una perspectiva actual, puntual y renovada de la educación cívica para la
ciudadanía.
pasado. Junto con un incremento notable de análisis y estudios sobre el estado que
a una “ciudadanía activa” y la ampliación del interés por su formación, desde una pluralidad
de enfoques educativos y formulaciones teóricas que entran en tensión.99 Si bien este nuevo
99
El vínculo entre democracia, ciudadanía y educación forma parte de la agenda pública y, como apunta Arendt (1998), la
realidad de la esfera pública radica en la simultánea presencia de innumerables perspectivas y aspectos en los que se
presenta un mundo en común.
131
producciones e intercambios que se registran en el campo de la educación de los
entendida en su doble sentido, como la calidad personal de ser portador de derechos frente
al Estado y frente a los demás ciudadanos. y como libre opción de involucrarse en las
los ciudadanos. Torney Purta (2001) ubica esta preocupación a finales de los años ochenta
Europa del Este y América Latina y del déficit democrático observado entre los jóvenes en
civil, expresan la importancia que ha cobrado el tema a nivel mundial. A mi modo de ver,
Por su parte, Cajas Castro (2000) coincide en que las perspectivas teórico-
en los asuntos públicos; el “control ciudadano” de la cosa pública se convierte en uno de los
132
“otro” y de la comunidad; y se privilegia el ejercicio ciudadano como una forma de relación
Actualmente, los ciudadanos descubren que la democracia puede ser aplicada a otros
institucional, lo que revela una conexión entre democracia y calidad de vida, entre
que incluye los principios de igualdad y justicia, la cual no puede ser entendida como un fin
en sí misma sino como un medio para resolver los problemas de la sociedad que abraza
disputa respecto a su significado.100 Hoy en día las discusiones en torno a las definiciones y
El escenario de la educación cívica, tal como se presenta ahora, revela un campo complejo
de interacción entre las dinámicas del Estado, de la sociedad civil y del mercado, de la
entre los actores, con problemas complejos y nuevos desafíos para todas las instituciones y
100
En 1978, al decir de Kymlicka (2003), se podía afirmar con confianza que el concepto de ciudadanía estaba pasado de
moda entre los pensadores políticos. Quince años después, la ciudadanía se ha convertido en un término de moda entre
ellos y en todos los ámbitos del espectro político.
133
reconfiguración de la cultura política y los procesos de construcción de ciudadanía, dirigida a
la discusión clásica sobre los agentes educativos y el papel del Estado educador. Por
ciudadanía y la democracia, destacando que éstas son las únicas instituciones con
capacidad y mandato para llegar virtualmente a todas las personas de manera sistemática y
Sin embargo, me parece necesario resaltar que existen también otros espacios
sociales abiertos a la educación cívica (el hogar, el espacio urbano, la comunidad, la calle y
el lugar del trabajo) que se distinguen entre sí y de la escuela por el tipo de sociabilidad que
prima en cada uno de ellos. Mientras la escuela es un espacio construido (instancia social
las instituciones primarias “en cuyo seno uno reconoce y ve reconocido su puesto en un
organigrama de puntos más bien fijos” (Delgado, 2007, p. 32), los espacios abiertos son
ciudadana con el desempeño de los actores políticos y las instituciones públicas, aparecen
Latina que expresan un interés renovado en la reconstitución del espacio público basada en
134
En efecto, una variedad de factores contribuye a esta especie de “curiosidad
favorable” en torno al tema de la ciudadanía (López Jiménez, 1997). Sin entrar en mayores
especificaciones, porque rebasa los alcances de esta tesis, es necesario tener presentes los
elementos relacionados con los resultados y desafíos que plantean los procesos de
globalización (Bokser, 2002), entre otros factores determinantes. Giddens (2000) considera
que, dados los profundos efectos que la globalización tiene en las vidas e identidades de los
ciudadanos, la educación para la ciudadanía debe volver a ocupar su lugar como tema
prioritario. Otros autores (entre ellos, Castells, 1999) destacan que el uso masivo de las
locales en América Latina; desarrollo de una sociedad civil más fuerte; y la promoción y
Pero el hecho de que “la ciudadanía se vive hoy como campo en resignificación
alimentado por múltiples tensiones” tiene que ver también con la incertidumbre sobre el
futuro de nuestra democracia, una cultura política con tintes autoritarios, insatisfacción con
encuentro entre individuos y grupos, así como la reemergencia del mismo concepto de
ciudadanía, se puede interpretar como un intento por integrar las exigencias de justicia,
colectivos).
En este orden de ideas, Aguilar Villanueva (2007, p.194) plantea que “la
135
de recibir bienes y servicios públicos”. De esta manera, surge una reivindicación de los
Hoy casi todas las organizaciones de la sociedad civil integran en sus actividades
tareas educativas y de capacitación, pero son pocas las que sistematizan y socializan la
memoria de esta labor. Con diversos enfoques o propuestas de educación ciudadana, los
contenidos que desarrollan van del conocimiento de los derechos humanos y estrategias de
legalidad y de la paz. No obstante, Yurén (2007) encuentra que son muy disímbolos los
motivos que orientan las diversas iniciativas de formación ciudadana. Los posicionamientos
son distintos entre quienes consideran que la formación de buenos ciudadanos contribuye a
quienes defienden la idea de que esta educación debe centrarse en forjar individuos
etc.)101 refleja su riqueza y la intensa dinámica social en el campo de acción, pero sobre
todo, revela diferentes y hasta opuestas posturas políticas, ideológicas y/o pedagógicas, que
101
En una búsqueda somera por palabras en Internet, realizada en junio de 2007, encontré 9 mil 990 registros que incluyen
la combinación “educación cívica”, 21 mil la de “educación ciudadana” y 35 mil que asocian “educación para la
democracia”.
136
ciudadanías, es uno de los elementos en disputa en este campo. Tiene razón Ramírez
(2005) en considerar que este asunto debe ser objeto de un análisis interdisciplinario e
interinstitucional, dada la complejidad de los saberes implicados, así como los nuevos y
distintos agentes que intervienen en él, para estar en mejores condiciones de responder a la
necesariamente que exista un acuerdo sobre el tipo de demandas a las que ésta deba
manera especial al Estado, que debe distribuir los recursos y priorizar entre los bienes
públicos, para garantizar a todos los individuos una adecuada educación para participar en
autoridad y las decisiones a uno solo de ellos de manera exclusiva, toda vez que la política
educativa debe dejar lugar a las deliberaciones públicas sobre los fines y modos de la
educación cívica; esto es, al control democrático de la educación por parte de todos los
102
La autora plantea un cuadro de la autoridad educativa repartida entre los niveles federal, estatal y local, con la
intervención de otras autoridades: padres y asociaciones de padres, profesores y sindicatos, grupos cívicos y otro tipo de
organizaciones civiles como las fundaciones. Reconoce que entre la autoridad pública, que controla lo que se enseña en las
escuelas, y la autoridad paterna, que controla lo que se enseña a los niños en el hogar, se extiende un gran territorio de
instituciones no escolares que se dedican a la educación democrática y cuyos títulos de propiedad no son tan obvios
(medios de comunicación, bibliotecas públicas, programas culturales, etc.) No se trata, pues, de competencia por la
autoridad democrática sino de complementación.
137
interesados (Estado, padres de familia, docentes, estudiantes, actores políticos y sociales).
En este orden de ideas, Mayer (2002) plantea que lo realmente necesario en una nueva
Bauman (1998) de que lo que falta en las sociedades modernas no son respuestas sino
Con todo, como bien indican Dagnino, Olvera y Panfichi (2006), el debate se renueva
y entran en disputa proyectos políticos distintos, aunque recurren a los mismos conceptos y
apelan a discursos similares: por un lado, “el proyecto democrático-participativo”; por otro, “el
ambos proyectos existe el espacio para proyectos autoritarios que respetan sólo
desarrollo de la ONU).
misma cultura política nacional, sobre todo en asuntos cívicos como los de derechos
138
organismos “han sido más eficaces, y de naturaleza más pública, que los mismos partidos
los últimos quince años se han multiplicado las experiencias educativas en el campo de la
democracia (Ramírez, 2005).104 Para Arredondo (2000), cada vez más personas se
organizan para pensar y acordar formas de incidencia en los asuntos de interés público,
formales de la política. Emergen nuevos actores sociales, como los organismos civiles y los
configuración de las representaciones sociales y obligan a una redefinición del ejercicio del
103
Los organismos de la sociedad civil (OSC) han logrado incidir, con mayor o menor fuerza, en la definición de los
problemas públicos de algunas políticas específicas y han generado sus propias redes y vínculos con otros actores sociales
(académicos, consultores, profesionistas, funcionarios), con el fin de incrementar su capacidad de influir en la definición de
los problemas y en la agenda gubernamental. No obstante, Aguilar Villanueva (2007) hace notar que la participación
ciudadana de propósito cívico o social se desarrolla libremente en diversas áreas de la vida social, con independencia de lo
que haga o deje de hacer el gobierno en las mismas.
104
A manera de ejemplo, el Reglamento Interno de la CNDH incluye entre sus atribuciones la de diseñar y ejecutar
programas de capacitación sobre derechos humanos y promover estudios y la enseñanza de los mismos en el sistema
educativo nacional.
139
constituidas por diversas instituciones, organizaciones o grupos, o una mezcla de éstos, y
coexisten y se articulan con el poder del Estado y elaboran sus propios discursos de orden.
cívica que están vigentes en el campo y los distintos diseños institucionales que inciden en
hay que considerar la zona de factibilidad de las políticas públicas educativas que aluden a
de las mismas, junto con las variables no normativas que condicionan su implementación
(condiciones socioeconómicas del contexto; los intereses en juego y los conflictos políticos;
el apoyo del público, particularmente de la población a la que van dirigidas las políticas; las
prácticas institucionales y los perfiles de los actores que intervienen, entre otras
tareas y que la rendición de cuentas debe incluir y valorar lo que está funcionando en las
adoptada por los países miembros de la OEA en 2001, las declaraciones resultantes de
105
Leyes, empleados y recursos son elementos de la política pública que se combinan y con las que cuentan las
organizaciones políticas. Molinet (1996) entiende que las políticas públicas, en tanto actos de gobierno, son el resultado de
estrategias que están condicionadas por restricciones que afectan a los jugadores, a la jugada y a los resultados de las
“partidas de juego” durante todo el ciclo de la política.
140
países, hasta las acciones de los actores internacionales que tienen que ver, de una u otra
manera, con las políticas públicas de educación para la ciudadanía con miras al
A partir de lo expuesto, resulta evidente que en la actualidad todas las naciones están
preocupadas por mejorar la forma en que sus jóvenes se preparan para actuar como
ciudadanos y por encontrar los medios adecuados para formar a una ciudadanía virtuosa.
las políticas educativas. Este renovado interés se explica, al decir de Guevara Niebla (IFE-
DECEYECvv. 2006), por las necesidades que enfrentan los sistemas políticos democráticos
escenario político mundial y los ordenamientos internos de las naciones, entre los cuales se
cambios, hay que añadir las consecuencias múltiples de la revolución tecnológica sobre el
otros), que han llevado a las naciones a revisar sus políticas públicas, entre otras, sus
En el caso mexicano, aún cuando las reformas electorales han sido piedra de toque
de un proceso de democratización más amplio, faltan muchas tareas por realizar, entre ellas,
141
ciudadanía y la educación. Frente a esto, toca deliberar públicamente en el mismo campo
sobre la educación, no sólo como una manera de conciliar los diferentes puntos de vista
lo que es preciso deliberar en el ámbito público acerca de ella. El presente trabajo intenta
política del país que ha operado principalmente en el terreno electoral. El interés por la
marco jurídico y la institución reguladora de las elecciones. Los esfuerzos, en este sentido,
se concentraron en hacer valer el voto ciudadano y desterrar las prácticas fraudulentas que
de la agenda política nacional a lo largo de casi veinte años, para lo cual se embarcó en seis
Luego de los comicios de 1997, 2000 y 2003, se llegó a considerar que en México el
ejercicio del voto y sus efectos forman parte de uno de los procedimientos y temas
106
Se refiere a las reformas electorales de 1977, 1986, 1989-1990, 1993, 1994 hasta llegar a la más abarcadora, profunda y
consensuada, que fue la de 1996.
142
de partido hegemónico a un auténtico sistema plural de partidos y ahora “tenemos un
régimen democrático que permite afirmar que nuestro proceso de transición, de trayecto
hacia la democracia, ha concluido venturosamente” y que “más que una reforma limitada a
los procedimientos electorales, o que una liberalización que no cambia el arreglo del poder,
México consiguió modificar en las últimas dos décadas y media todos los resortes sensibles
de la vida nacional”, dentro del cauce electoral.107 En esta misma línea argumentativa, para
sentido de democracia estable, que es percibida como tal por todos los actores relevantes
que se mueven dentro de sus parámetros y que goza de una buena expectativa de vida.
Por su parte, Merino (2003) considera que la transición mexicana a la democracia se dio por
la vía de una transformación a las reglas de juego (acuerdo en las reformas electorales) y
una recuperación de las instituciones, sin implicar una ruptura con el régimen anterior.
procedimental para ampliar desde ahí los espacios de participación ciudadana e impulsar
avances en el sistema democrático mexicano, eran las que prevalecían en el debate público
frustración de los ciudadanos que puede hacer “crecientemente imprevisibles tanto los
107
Estas afirmaciones las hizo Woldenberg, en su calidad de Presidente del IFE, en la inauguración del Seminario
Internacional “Transición y consolidación democrática. El contexto internacional y la experiencia mexicana”, organizado
por el IFE en febrero de 2003. A partir de este hecho democrático, deriva una agenda de cinco temas, a partir de los cuales
se organizaron las mesas de trabajo del seminario: Estado de derecho, ciudadanía y cultura política democrática,
responsabilidad de los partidos políticos, responsabilidad de los medios de comunicación y gestión gubernamental.
143
procedimientos básicos de garantía de la libertad y la igualdad) y apunten a la mejora de la
calidad democrática.108
Lo anterior explica, en parte, que la mayor parte de los estudios en esta materia se
han centrado en el comportamiento electoral, esto es, “en las manifestaciones que adopta el
comportamiento de quienes votan y así definen las nuevas y cambiantes configuraciones del
poder” (García Garduño, 2002, p. 93), así como de quienes se abstienen de votar y se
cambios que se han dado en el país: incrementos en los grados de competitividad de las
autoridades electorales autónomas, así como fenómenos nuevos para los electores como los
educación cívica en el campo electoral y cuando se aborda, por lo general, se hace desde la
entre la población y como resultado del grado de desarrollo o modernidad cultural. El tema
aparece también como uno de los elementos explicativos en los estudios que tratan de
Son prácticamente inexistentes los estudios, tanto teóricos como empíricos, que
aborden de manera directa y expresa la educación cívica para el voto como política pública
educativa y como objeto de estudio específico. Ante esta carencia, es necesario recurrir a
108
La calidad democrática tiene que ver con las condiciones de vida de los ciudadanos. Es un hecho, como lo indica el
diagnóstico del PNUD (2004) que la democracia se ha impuesto como régimen político dominante en América Latina, pero
coexiste con una situación socioeconómica difícil. Son ya más de 25 años del inicio de la democratización en la región, en
donde regímenes autoritarios dieron paso a regímenes democráticos, pero la democracia política convive con un estado de
derecho limitado y con graves problemas económicos y sociales.
144
campos de estudio más generales para construir el objeto de estudio específico. En mi
caso, recurro a las ciencias sociales y he optado por los ejes temáticos de la educación,
públicas que desarrollan competencias cívicas para el ejercicio de los derechos político-
participación de los ciudadanos, encuentro que predominan las visiones coyunturales y las
acciones de corto plazo, generalmente vinculadas a los periodos electorales. Por ejemplo,
ciudadana, Cajas Castro (2000) identifica en las experiencias de seis países de América
registros electorales, mediante acciones diversas que van desde marchas y recolección de
más que acciones propiamente educativas, pero se logran identificar algunas estrategias de
Chile en 1988 en la Cruzada por la Participación Ciudadana (Cajas Castro, 2000). Sin dejar
145
las que prevalecen los objetivos inmediatos. Sin embargo, la participación de grupos
organizados de la sociedad civil apenas empieza a dar lugar a una visión de largo plazo,
orientan a dar a conocer y promover cuestiones básicas como los derechos políticos y
educación cívica está relacionada con la existencia de situaciones políticas y sociales que
México, se reporta que al menos treinta de ellas aseguran haber participado en campañas
electoral en México, los cuales han ido de la mano de los procesos de participación
mexicanos pasan de mirar las casillas el día de la elección a examinar todo el proceso y las
146
campañas electorales.109 Para Ramírez (2005), estas experiencias inciden en el desarrollo
Por otra parte, cabe mencionar que buena parte de los pocos estudios específicos y
Álvarez (2007) reporta que los estudios más importantes que miden valores democráticos en
internacionales.110
mexicana ha despertado el interés de otros países del continente, como quedó demostrado
OEA, realizado en México, donde uno de los objetivos específicos fue el de “reflexionar
Con todo, se aprecia una relación estrecha entre las experiencias de difusión y
la necesidad de valorar las elecciones como coyuntura política propicia, no sólo para
109
La figura de observador electoral surgió a partir de la demanda de agrupaciones de la sociedad civil y fue atendida en
1993 por el Legislativo, como una manera de afianzar la credibilidad en la limpieza de los procesos electorales federales con
la observación de los propios ciudadanos. Antes de la reforma electoral de 1996, el COFIPE limitaba la actuación de los
observadores al día de la jornada electoral. A partir de 1996, el artículo 5 de la ley comicial amplía la observación a todos
los actos y etapas del proceso electoral y en cualquier ámbito territorial del país. En 1994, participaron 81 mil 620
observadores; en 1997, 24 mil 391; en 2000, 38 mil 433; en el 2003, 14 mil 489 y en el 2006…
110
Tal es el caso de la Encuesta Mundial de Valores que inició en 1981 y a partir de 1995 se aplica en 18 países de América
Latina y el Proyecto de Opinión Pública Latinoamericana (LAPOP).
147
En efecto, la investigación en el campo electoral, sobre todo en materia de educación
opinión, es el que ofrece la teoría de los campos y los conceptos asociados a ella de
Bourdieu (1995), que remite a un modo de pensamiento relacional y analógico que hace
particularidad. Desde ahí es posible hablar del campo político-electoral y ubicar, como ya lo
han hecho algunos estudiosos, al IFE en el mismo, en tanto espacio de relaciones objetivas
detalle una coyuntura histórica particular para observar cómo las luchas, de las cuales
este caso el electoral, es el estado de las relaciones de fuerza entre los jugadores que
socialmente constituidos como activos y actuantes en él. Con este concepto Bourdieu
(1995) refiere una red o configuración de relaciones objetivas entre posiciones, las cuales se
distribución de las diferentes especies de poder o capital y por sus relaciones objetivas con
148
111
las demás posiciones. Pero la construcción de un campo no resulta de un acto de
decisión; su existencia, junto con su delimitación y lógica, sólo se puede plantear dentro del
campo mismo, a través de la investigación empírica que lleva a determinar el espacio donde
se ejerce el efecto de campo, así como las regularidades y reglas constitutivas que definen
su funcionamiento ordinario.
Tal es el caso del estudio de Alonso y Aziz (2005) en el que se analiza al Consejo
General del IFE durante el periodo 1996-2005 como expresión de uno de los espacios de
cruce entre la ciudadanía y el Estado; esto es, un espacio de vinculación que funciona sobre
campo especializado en donde se ubican los actores sociales y se vinculan desde sus
diversas capacidades”. En este sentido, consideran que el Consejo General del IFE “es una
parte del campo electoral que tiene como objeto fundamental el arbitraje, para lo cual
adecuados, reglas del juego para ejercer las funciones de organización, pero sobre todo,
En esta misma línea, está el protocolo de trabajo de García Garduño (2002), quien
orientado hacia funciones prácticas (Bourdieu, 1995, p. 83), en contraste con el enfoque de
111
La noción de “capital” alude a la posesión de alguna especie de poder para acceder a las ganancias específicas que están
en juego dentro de determinado campo. Se trata de un factor eficiente que permite al poseedor ejercer un poder o una
influencia y, por tanto, existir en determinado campo (Bourdieu, 1995).
149
(“elector racional”), y se postula la competencia de los individuos para desempeñarse
exitosamente en un campo de actividad como una adquisición de orden práctico que opera
con que cuentan los electores y que los habilitan como electores competentes se encuentran
(2002, p. 117) formula la siguiente hipótesis de trabajo: “lo que está en juego para los
hipótesis, me parece que hay que tener en cuenta que en la actualidad se desconocen a
profundidad estos habitus y su condición, lo que tendría que formar parte de esta sugerente
línea de indagación.
expresión de una parte del campo electoral especializado, pero también al conjunto del IFE
que incluye al Consejo General, a toda su estructura operativa a lo largo y ancho del país,
trata de la educación cívica que como fin institucional, función y programa de acción,
expresa también –como deja constancia el presente trabajo- las reglas de juego, las
estructuras institucionales, los actores internos y externos involucrados, junto con sus
posiciones y acciones, así como las redes de intereses y grupos con proyectos que tratan de
procesar sus objetivos al interior de este espacio. Desde mi perspectiva, en una política
y el Estado, resulta interesante y viable el concepto de habitus para conocer acerca de las
112
Para García Garduño(2002) concebir lo político-electoral como campo supone admitir que el habitus del elector
racional (aquel que cuenta con una serie de disposiciones inscritas y presupuestas en el campo, que es capaz de reconocer lo
que está en juego en él y se desempeña con destreza y grados de acierto; en función, en buena medida, de lo que dispone la
legislación, con independencia de las preferencias partidarias) es uno de los casos posibles que se desarrolla y reafirma en
determinadas condiciones, pero está lejos de ser una característica universal de los electores.
150
disposiciones y hábitos de los ciudadanos en su calidad de electores (diagnóstico), pero
sobre todo para impulsar su desarrollo y, de esta manera, fortalecer el orden democrático.
campo del poder, para descubrir de qué manera está incluido en este último; establecer la
estructura objetiva de las relaciones entre las posiciones ocupadas por los agentes o las
instituciones que compiten dentro del campo; y analizar el habitus de los agentes, es decir,
definida dentro del campo, una oportunidad más o menos favorable de actualizarse.
Si se considera que a cada uno de los aspectos del proceso democrático corresponde
posturas y aquellas que responden más a sus intereses o posiciones en relación con la vida
disposición a participar y capaz de ubicar la casilla electoral y elegir entre las opciones que
se le presentan.
requieren, por ejemplo, informarse sobre las propuestas de los candidatos, entenderlas y
151
compartir esquemas categoriales que organizan la forma de ser de la vida política; reconocer
el carácter político de los objetos socialmente considerados políticos y electorales, así como
el sentido del acto electoral; encontrar interesante lo que ocurre en el campo político-
electoral; captar lo que está en juego en un determinado momento desde su punto de vista y
desde la perspectiva de los actores principales; e identificar las diferencias entre las posturas
En otro orden de ideas, desde la premisa de que “no puede haber sociedad
defiendan. Para que la democracia sea posible, afirma este autor, los individuos, a quienes
corresponde aplicar los procedimientos (votar, legislar, ejecutar las leyes, gobernar y
deliberar), deben ser capacitados en un proceso político educativo (paideia activa), por lo
que una parte importante del trabajo de la sociedad y de sus instituciones ha de dirigirse
hacia la formación de individuos que se correspondan con ella. Más aún, la paideia es una
de las condiciones para la instauración de las condiciones reales que permitan a todos los
Hay que considerar que en el caso de la educación para el voto se está frente a las
democracia ideal que subraya su carácter normativo (valores) y la democracia real que
Así como la función estatal de organizar las elecciones va más allá de los mismos
comicios, además de que en el caso mexicano se combina con la función estatal de educar a
152
los ciudadanos, el voto ciudadano también trasciende el ámbito electoral y abarca al Estado
y toma de decisiones. Tocqueville pensaba que la participación política del pueblo en las
(2003) advierte que a pesar de lo que suponen muchos demócratas participativos que creen
tolerancia, y que es suficiente para que realice los deberes de ciudadanía, esta función
educativa de la participación sigue sin explicar cómo es que los ciudadanos participan en
forma de garantizar el poder político; al voto directo y secreto, como defensa de la libertad
del ciudadano; a elecciones regulares, que conllevan la libre competencia entre los
Pero, como advierte Garzón Valdéz (2007, p. 19), habría que “distinguir entre la votación
concepción ideal del sufragio como un modo de determinar la verdad”, lo que precisa
y conocimientos de los electores, entre otras condiciones necesarias para definir la situación
de decisión, porque ésta no depende solamente de los votantes, sino de las condiciones en
113
En este sentido, resultaría interesante analizar lo ocurrido en relación a las elecciones del 2 de julio de 2006 electoral
desde la óptica de la instrucción electoral intensiva que recibieron los ciudadanos con motivo del conflicto post-electoral a
través de los medios de comunicación social.
153
En primer lugar, hay que tener presente que el voto es el único instrumento en el que
referéndum mediante los cuales los ciudadanos manifiestan su voluntad u opinión sobre una
decisión política en lo particular, o la iniciativa popular que propone leyes al legislativo, con el
voto electoral los ciudadanos eligen a quienes los representarán en la toma de decisiones
es, “constituye una expectativa asentada en las suposiciones del régimen democrático”
federal, no existen formas de democracia directa. De ahí que proponer una educación
cívica para el voto significa pensar en una propuesta para todos los mexicanos, una
propuesta de carácter nacional para que todos los ciudadanos cuenten con los mínimos
partida para construir una democracia participativa y deliberativa, es inevitable sacar cuentas
y comprobar que son pocas las veces que una persona, en el curso de su vida como
al voto y afectar el sistema, si se toma en cuenta como referencia que el ciudadano vota a
partir de los 18 años y que la expectativa de vida ronda los 70 años, entonces se tiene la
oportunidad de votar nueve veces durante su vida en las elecciones presidenciales que se
realizan cada seis años, y el doble si se suman las elecciones intermedias federales.
154
El derecho al sufragio forma parte del derecho a la participación política, esto es, a
las organizaciones y en los poderes legislativo y judicial. Hablar del voto y de la educación
para el voto supone situarse en las elecciones y, a la vez, en el método democrático para
designar a los representantes del pueblo, lo que remite de manera inmediata a la concepción
universal, por el que todo individuo tiene derecho a elegir y ser elegido, con independencia
de cualquier marcador social; b) el sufragio igual, por el que la influencia del voto de todos
los electores es igual; c) el sufragio secreto; y d) el sufragio libre, esto es, la emisión del
voto sin presión ni coacción. En el caso mexicano, el voto es universal porque todos los
114
ciudadanos mexicanos tienen el derecho y la obligación de votar; es igual, en el mismo
libre, para lo que se instrumentan medidas para evitar las prácticas de compra, coacción o
manipulación del voto. Además, en México el sufragio es directo, porque son los votos de
los electores los que deciden; es personal, porque cada uno, en lo individual, es el único que
puede ejercer el derecho al voto; y es intransferible, porque no se puede pedir a otra persona
que vote en el lugar de otro, lo que se garantiza con la Lista Nominal de Electores.
Ahora bien, el IFE forma parte central de este campo electoral y tiene un papel
importante en la formación de los ciudadanos. Este órgano autónomo del Estado mexicano
114
Si bien la Constitución mexicana establece la obligación de votar, se trata de una norma imperfecta porque no cuenta
con los mecanismos y sanciones que hagan efectivo su carácter obligatorio.
155
públicas y organizaciones para el logro de sus fines educativos y de promoción de la cultura
particularmente del área educativa y social (SEP y SEDESOL); con otros organismos como
civil, especialmente durante los periodos electorales, pero no se han consolidado espacios
Por otra parte, el IFE tiene permanente relación con los partidos políticos a quienes
manera equitativa, con los recursos para llevarlos a cabo. La ley electoral contempla que
parte del financiamiento público que los partidos reciben se destine a actividades relativas a
partidista al campo, además de que no ha sido objeto directo del escrutinio público ni de
educación cívica es una vía para fortalecer el régimen de partidos políticos y reposicionarlos
156
de la cultura política, así como la creación de una opinión pública mejor informada” (artículo
mexicano, pero sus actividades son poco conocidas. Contaban, hasta el 2007, con
de la misma. .
Con relación a la función educativa del IFE, que se desarrolla en el campo electoral y
organizaciones de la sociedad civil, partidos políticos, etc.) a fin de que éstas asuman la
DECEYECh, 2004, p. 4). Por consiguiente, resulta importante revisar el sentido estratégico
de los convenios de colaboración que el Instituto, tanto a nivel central como local, suscribe
con otros organismos en materia de educación cívica y replantear los términos de la relación
ciudadanía.
115
Aún cuando ahora, a partir del 2008, no cuentan con financiamiento público a través del IFE para realizar sus actividades
editoriales, de investigación y difusión, las APN están obligadas a presentar al IFE un informe anual sobre el origen y
destino de los recursos que obtengan bajo cualquier modalidad, conforme a los criterios y procedimientos de fiscalización
que establezca el IFE (artículo 35 del COFIPE). Antes (art. 24 del COFIPE) eran la vía para formar partidos políticos.
157
Ahora bien, desde el IFE, la educación cívica en el campo electoral se puede
entender, en un sentido amplio, como lo propone Gutiérrez Espíndola (2001), quien fuera
Un medio para incidir deliberadamente en los procesos de formación de la cultura política en su sentido
población en general con vistas a favorecer una intervención lo más libre, racional y responsable
posible por parte de la gente en el ámbito público y en particular en los asuntos políticos y electorales
Esta educación incluye, entre otras cuestiones, el aprendizaje por parte de los
vida política, pero también “la adquisición de una serie de disposiciones, virtudes y lealtades
p. 341).
tesis, la educación cívica debe otorgar relevancia al acto electoral y asumir que el hecho de
representa el momento decisivo en que los miembros de una comunidad política eligen a sus
elegido.
Como “institución del voto”,116 el IFE ha insistido e insiste en las características del
voto universal, secreto, libre, intransferible, personal y directo, ligado a otros derechos. En
sus programas y materiales educativos prevalece la idea del sufragio como derecho y
obligación, y se pone énfasis en lo que significa ejercer la voluntad para gobernar de manera
116
Cabe hacer notar que en encuestas y estudios de opinión, el IFE aparece relacionado directamente con el voto. En un
estudio que hizo IPSOS.BIMSA sobre la imagen y el conocimiento del IFE, en el marco del proceso electoral federal 2005-
2006, en las asociaciones espontáneas de los ciudadanos encuestados predomina la idea de que el IFE es la “institución del
voto” y “hace cumplir la democracia”. De 17 ideas, 4 apuntan directamente al voto y las elecciones, seis a la credencial
para votar y ninguna a la educación cívica.
158
indirecta a través de la elección de representantes, responsables directos de tomar las
decisiones. Así, “hablar de voto razonado es hablar del ciudadano que para ejercer su
derecho al voto obtiene información relevante acerca de las opciones por las que puede
votar y las analiza previamente. Esto implica conocer a los candidatos, sus trayectorias, las
pensar en las capacidades que tienen que ser garantizadas, dotadas e impulsadas por el
Estado, entre ellas, las de ejercer de manera razonablemente autónoma y razonada los
El ciudadano se puede concebir como “agente”, esto es, “un ser dotado de razón práctica:
usa su capacidad cognitiva y motivacional para elegir opciones que son razonables en
términos de su situación y sus objetivos” (O´Donell, 2004, p. 30), pero para que se pueda
hablar de agencia es necesario que los individuos cuenten con un conjunto básico de
derechos y capacidades, por lo que la educación se resignifica como medio crucial para
159
III. LA POLÍTICA EDUCATIVA DEL IFE PARA EL EJERCICIO DEL VOTO EN
En México, la educación cívica de los ciudadanos y futuros ciudadanos está a cargo del
órgano electoral. En 1990, se crea el Instituto Federal Electoral (IFE) con la función estatal de
organizar las elecciones federales y se amplían sus fines para incluir los de la educación
cívica, la promoción del voto y la difusión de la cultura política democrática, como actividades
de naturaleza pública a ser ejercidas por el Estado. A casi dos décadas de concurrencia de
hacer una caracterización del IFE que permita identificar el contexto institucional y ubicar sus
estatal de organizar las elecciones federales, es decir, las relacionadas con la elección del
Presidente de los Estados Unidos Mexicanos y de los diputados y senadores que integran el
manera periódica, pacífica, ordenada y aceptable para todos, preservar el régimen de partidos
radio y televisión para los mensajes de los partidos políticos y candidatos, así como de las
117
No hay que confundir los lugares con los contextos. Como bien apuntan Atkinson y Hammersley (1994), son los
contextos y no los lugares los que determinan los comportamientos de las personas, por lo que es necesario identificar los
contextos en función de cómo los individuos actúan en éstos y reconocer que se trata de construcciones sociales y no de
localizaciones físicas.
118
El IFE se constituye en 1990 como una institución de carácter permanente, a diferencia de los organismos electorales que
lo precedieron que sólo funcionaban durante los procesos electorales. Como órgano constitucional debe su existencia a esta
función específica que lo convierte en la autoridad máxima y única en materia electoral.
160
autoridades electorales. Representa la autoridad electoral federal independiente tanto del
Estado como de los partidos políticos, así como de los órganos o institutos electorales
estatales. En tanto ejerce funciones de decisión y ejecución, se considera que el IFE es una
objetividad rigen la actuación del Instituto y orientan todas sus actividades, incluyendo las
relacionadas con la educación para la ciudadanía. Cada uno de estos principios rectores
tiene su propio significado, pero están articulados entre sí y adquieren pleno sentido en su
conjunto: a) La certeza establece la necesidad de que todas sus acciones estén dotadas de
veracidad, certidumbre y apego a los hechos, de manera que sus procedimientos y resultados
todo momento y bajo cualquier circunstancia- el mandato constitucional que las delimita y las
disposiciones legales que las reglamentan. c) La independencia refiere a las garantías con las
que cuenta el Instituto para que sus procesos de deliberación y decisión se den con absoluta
los integrantes del IFE deben reconocer y atender permanentemente el interés de la sociedad
unilaterales.
161
los partidos políticos nacionales y los ciudadanos”.119 Es independiente en sus decisiones y
que le permite ejercer sus funciones en todo el territorio nacional: 32 juntas ejecutivas
locales, una en cada entidad federativa y en el Distrito Federal, 300 juntas ejecutivas
Federal.
conducción de los procesos electorales, así como aquellas que se derivan de los fines que la
La autonomía es la característica esencial del IFE. Desde esta perspectiva, se entiende por
tradicionales del Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial); esto es, se ubican fuera de su
otro órgano o poder. En este caso se encuentran, además del IFE, el Banco de México y la
considera que este tipo de órganos son centrales para la configuración del modelo de Estado
119
Artículo 41 constitucional, la fracción V, del nuevo texto vigente a partir del 13 de noviembre de 2007.
120
En el paquete de responsabilidades del IFE se incluyen, entre otras, las relacionadas con la geografía electoral; derechos
y prerrogativas de los partidos políticos, así como la de fiscalización de sus ingresos y egresos; credencial de elector, padrón
electoral y listas nominales de electores; diseño, impresión y distribución de la documentación y materiales electorales;
preparación y seguimiento de la jornada electoral; cómputo de resultados; regulación de la observación electoral y de las
encuestas y sondeos de opinión.
162
y participan en su dirección política, al incidir de manera directa o indirecta en la formación de
La autonomía constitucional comprende, por una parte, la autonomía política del IFE,
administración de sus funciones de manera libre con apego a la legalidad, mientras que la
autonomía técnica consiste en la capacidad y libertad de decidir en los asuntos propios como
máxima autoridad en la materia. Finalmente, la autonomía jurídica del Instituto implica el libre
ciudadanos (Pérez Correa, 2006). En 1996 se estableció un nuevo marco normativo para
procurar, entre otras cosas, que la materia electoral se desarrollara sin interferencia alguna
del gobierno y por encima de las disputas partidistas. El resultado esencial de esta reforma
121
Saldívar (2007, p. 2) apunta que “las razones por las que se crean los órganos constitucionales autónomos son múltiples,
pero siempre se encuentra presente el argumento de la necesidad de que las funciones a su cargo no estén influidas por el
natural juego político de los tres poderes. Es decir, deliberadamente se les otorga reconocimiento constitucional para que
los clásicos tres poderes no pretendan invadir la esfera competencial que constitucionalmente se les asignó a este tipo de
órganos. Su existencia y funcionamiento asegura un equilibrio constitucional y político, no nada más entre los poderes
tradicionales, sino de los partidos políticos y otros factores reales de poder”.
163
sólo con voz, al igual que la de los representantes de los partidos políticos, con miras a
las diversas actividades relacionadas con las distintas etapas del proceso electoral. Esto
ciudadanía, esto es, en los ciudadanos que participan como consejeros electorales en las
entidades federativas y en los distritos electorales del país,123 y como funcionarios de las
electoral.124 El hecho principal es que los órganos de decisión del Instituto, tanto el
permanente como los temporales, están integrados por ciudadanos, lo que en el espíritu de la
Los ciudadanos que integran los consejos electorales (general, estatales y distritales), como
El IFE es un componente clave del sistema electoral mexicano porque forma parte del
122
Con respecto a estos elementos esenciales y distintivos del Instituto, la autonomía y la ciudadanización, es importante
considerar que sí se da la intervención de otros órganos políticos del Estado en la integración del órgano, esto es, en el
nombramiento de los consejeros electorales por parte de la Cámara de Diputados, pero una vez integrado su Consejo
General, los poderes tradicionales no deben intervenir en su funcionamiento. Sin embargo, la reciente reforma electoral
(2007) deja en manos de la Cámara de Diputados el nombramiento del Contralor General del IFE.
123
Por ejemplo, para el proceso electoral federal 2005-2006, el Consejo General designó a 192 ciudadanos independientes
como consejeros electorales locales para integrar los 32 consejos locales del país (seis consejeros ciudadanos propietarios y
sus respectivos suplentes). Por su parte, éstos designaron a 1 mil 800 consejeros distritales propietarios que integraron los
300 consejos distritales. De esta manera, los tres ámbitos territoriales (distrital, estatal y nacional) cuentan con Consejos
que comparten la función de ser autoridad electoral.
124
Al respecto, en el COFIPE Comentado, Moctezuma Barragán (2003, p. 21) destaca que “la aplicación de las normas
electorales está en manos de ciudadanos, que por virtud del proceso de insaculación son escogidos para actuar como
funcionarios en las casillas representando a toda la ciudadanía. Esta circunstancia le otorga a la ley electoral una naturaleza
que la distingue del resto de la legislación”.
164
resolución de los conflictos que surgen en torno a las mismas. Es parte, también, del
sistema político mexicano, es decir, de la trilogía integrada por el sistema de gobierno (los
postular planes y candidatos para integrar la representación política del Estado) y el sistema
electoral (Nohlen, 1999). Como autoridad de carácter administrativo, cada uno de sus actos
y resoluciones pueden ser impugnados ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
destaca la autonomía del Instituto y su papel como árbitro imparcial comprometido con las
reglas electorales, no con los competidores; esto es, con los principios de la legalidad
democrática. Observo que, como autoridad central en lo electoral, el IFE ha contado con
el ser una de las instituciones del país más vigiladas y transparentes en sus procedimientos,
125
El sistema electoral, en sentido restringido, refiere la fórmula mediante la cual los votos se convierten en escaños. En el
caso mexicano se trata de un sistema mixto, en una única vuelta, que combina los principios de mayoría relativa y
representación proporcional para integrar el Poder Legislativo y la mayoría simple para la elección presidencial. En sentido
amplio, “el sistema electoral mexicano se distingue por la autonomía, independencia e imparcialidad de los organismos
electorales, así como por la confiabilidad en sus instituciones y procedimientos, a través de una extensa y cualitativa serie de
garantías institucionales para su estructuración y funcionamiento” (Ávila Ortiz, 2006, p. 137).
126
El 23 de octubre de 2006, el IFAI presentó el Estudio en materia de transparencia de otros sujetos obligados por la Ley
Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, elaborado por el CIDE. De los 16
organismos federales que no forman parte de la administración pública federal, el IFE aparece como la organización más
exitosa con un 0.83 en el índice de implementación de la mencionada Ley, que implicó la observación de 136 variables. Le
sigue el INFONAVIT con un índice de 0.83 y el Banco de México con 0.66
127
Las sesiones del Consejo General son públicas y su desempeño es auditado por triple vía: además de la Contraloría
Interna del Instituto, por un auditor externo (empresa independiente de alto reconocimiento profesional) y por la Auditoria
Superior de la Federación.
165
El surgimiento y la trayectoria institucional del IFE como órgano autónomo del Estado
modernas. Al respecto, Schedler (2000) refiere, por una parte, a la “tercera ola” de
instituciones estatales.
estimo que es importante hacer referencia a la creación del IFE y reconstruir su corta historia
decisiones de las políticas institucionales, con especial interés en las políticas de educación
cívica.
Electorales (COFIPE).128 Un recorrido breve por los antecedentes indica que, a partir de la
década de los setenta del siglo XX, luego de un periodo en que todo lo electoral se
graduales y ascendentes reformas que han ampliado el radio de inclusión de las fuerzas
políticas del país y disminuido la presencia del Ejecutivo en el órgano electoral. El primer
128
Se trata de la legislación en materia electoral que reglamenta las normas constitucionales relativas a los derechos y las
obligaciones político-electorales de los ciudadanos; la organización, función y las prerrogativas de los partidos políticos y
de las agrupaciones políticas nacionales; y la función estatal de organizar las elecciones federales de los Poderes Ejecutivo y
Legislativo. Como instrumento legal de orden público, sus disposiciones obligan a todos los mexicanos.
166
paso fue la conformación de la Comisión Federal Electoral como órgano permanente
políticos. No obstante, la administración electoral estuvo bajo el total control del Estado y su
La reforma electoral de 1977, que entre otras decisiones declara a los partidos políticos
como entidades de interés público, desencadena otras reformas que han ido modificando el
políticos (Ávila Ortiz, 2006).129 Lo cierto es que las elecciones federales de 1988
Esta experiencia conflictiva llevó a procesar una nueva reforma electoral en 1990, que regula,
entre otros aspectos, el financiamiento público a los partidos políticos como complementario
artículo referido a la nueva credencial para votar con fotografía (1992), se define el régimen
130
de financiamiento a los partidos (1993) y se incrementan los recursos públicos destinados
129
Con la Ley de Organizaciones Políticas y Procesos Electorales (LOPPE) se da cabida a los partidos de oposición con su
registro condicionado al resultado electoral y se integra la representación proporcional, entre otras medidas; en la reforma a
esta ley en 1988 se precisan las fórmulas de elección de representantes de mayoría relativa y de representación proporcional
y el tope de representación partidista del 70%.
130
Las reformas y adiciones a la ley comicial de 1993 definen quiénes no pueden aportar recursos a los partidos, ponen
límites al monto de las aportaciones no identificadas y a las aportaciones de personas físicas y morales, establecen la
fiscalización total de los recursos públicos y privados de los partidos políticos y el derecho exclusivo de éstos para contratar
tiempos en radio y televisión.
167
En lo general, la literatura sobre el tema advierte que durante estas casi cinco décadas
la atención al tema electoral se centró sobre todo en las reglas referentes a la competencia
electoral. El rasgo principal y distintivo de este proceso fue el de haberse impulsado desde el
foco mismo del poder y favorecer transformaciones radicales en la distribución del poder
todo a partir de los años ochenta (Chaurand, 2006). Así, el sistema electoral experimentó
normas, la autonomía definitiva e independencia del IFE al desligar, por completo, al Poder
propuestos por las fracciones parlamentarias y nombrados por dos terceras partes de los
partidos políticos y del Poder Legislativo con voz pero sin voto. Esta tercera generación de
Aziz (2005) encuentran que la reforma de 1996 generó cuatro cambios importantes en su
organismos electorales y la constitución del IFE como un espacio público y autónomo, cuyo fin
168
del organismo electoral; y la creación del TEPJF como un órgano de pleno derecho,
integrado al Poder Judicial. Por su parte, Pérez Correa (2006) destaca que la fortaleza de
dicha reforma radica en que surgió como resultado de una negociación que llevó al consenso
de los partidos en su aprobación e integración de los nuevos órganos electorales. 131 A su vez,
Schedler (2000) coincide en señalar que la columna vertebral de las reformas electorales fue
En cuanto a la integración del Consejo General del IFE en octubre de 1996, resalta el
acuerdo entre los partidos políticos que implicó la repartición de cuotas para el nombramiento
de consejeros, en el marco de un consenso favorecido por la misma reforma electoral. 132 Los
prueba de fuego que fue la organización de las elecciones intermedias de julio de 1997. Con
todo, se admite que el resultado favorable para la oposición, tanto en la elecciones de 1997
los mismos partidos políticos. En cambio, la integración del nuevo Consejo General en
octubre de 2003 no fue resultado de una “integración pactada” (Pérez Correa, 2006) y se
resultado. Para Alonso y Aziz (2005, p. 72) “sin ningún cuidado, los diputados golpearon al
131
Con base en este nuevo ordenamiento legal se realizaron las elecciones de 1997, en las que por primera vez se integra
una Cámara de Diputados dividida y el PRI pierde la mayoría absoluta; las de 2000, la elección de la alternancia en la
Presidencia de la República; y las de 2003 y 2006.
132
En este sentido, Alonso y Aziz (2005, p. 18) consideran que “las expectativas de funcionamiento de una institución
reformada y autónoma permitieron redes de protección para los conflictos e intereses”, no obstante que durante los primeros
años se observó un enfrentamiento entre las redes del aparato priísta y las redes de las organizaciones sociales favorables al
proyecto democratizador y cercanos a los partidos de oposición.
133
Tanto Alonso y Aziz (2005) como Schedler (2000) hacen referencia, entre otros de los conflictos ocurridos durante el
periodo 1996-2003, al enfrentamiento entre el PRI y los consejeros electorales con motivo del desempeño de Felipe Solís
Acero como Secretario Ejecutivo y el nombramiento de Fernando Zertuche en su lugar; y al dictamen de destitución de uno
de los consejeros electorales por parte del contralor interno del IFE.
169
IFE” y con la configuración del organismo electoral se varió el peso de las redes y los grupos
Ahora bien, este breve recorrido por los cambios en la legislación electoral en las
últimas décadas del siglo XX mexicano, en el que destaco los efectos institucionales que
tienen que ver con la autoridad electoral, me lleva a confirmar la idea de que el avance
instrumento decisivo para el cambio institucional. Asimismo, encuentro que la historia del IFE
Lo cierto es que no hay reformas electorales definitivas. En efecto, considero que hay
razón cuando se afirma que, en tanto las democracias dependen del procedimiento electoral,
(1996-2006) el marco legal no se modificó para atender nuevos fenómenos y situaciones que
electrónicos, entre otros asuntos), sobre los cuales alertaron en su momento al Poder
2003.
134
Expertos electorales nacionales e internacionales, como Carlos Urruty y Dong Nguyen –entre otros-, en sus
intervenciones en el Seminario Internacional sobre reforma electoral que organizó el IFE en el marco de los trabajos de las
Jornadas Ciudadanas para la modernización y reformas electorales (agosto de 2007), insistieron en que así como no hay un
modelo único de sistema electoral en las democracias del mundo ni verdades absolutas en materia electoral con validez
para todos los pueblos, tampoco hay fórmulas electorales acabadas y definitivas, porque representan un trabajo que se
realiza sobre la marcha y todos los países requieren de reformas periódicas para mejorar los sistemas electorales existentes.
Son de tal trascendencia las normas electorales, que no sólo reclaman autonomía dentro del orden jurídico general sino
también actualización constante (IFE, 2007).
135
En abril de 2002 se reformó la ley comicial para adicionar el artículo 175-A que obliga a los partidos a que en el
registro de candidaturas legislativas en ningún caso se incluya más del 70% de candidatos propietarios de un mismo género,
así como el artículo 175-B que establece que en cada uno de los tres primeros segmentos de las listas de candidatos de
representación proporcional habrá una candidatura de género distinto. Por otra parte, en abril de 2005, se adicionaron
artículos al COFIPE que regulan el voto de los mexicanos en el extranjero, previsto en la reforma al artículo 36
constitucional de 1996.
170
puntos cruciales. En lo que tiene que ver con la integración de la autoridad electoral, se
anticipada de una parte de los consejeros nombrados para el periodo 2003-2010; una nueva
Contraloría General, con autonomía técnica y de gestión, para fiscalizar todos los ingresos y
egresos del Instituto, cuyo titular es designado por la Cámara de Diputados; y la creación de
una unidad independiente para las tareas de fiscalización de los recursos de los partidos
políticos.
Si bien, como he dado cuenta cabal de ello, se verifica en los hechos que la transición
y adecuaciones en las normas electorales, estoy convencida que no son suficientes los
cambios en las legislaciones y que son igual o más importantes y necesarias las
transformaciones en las convicciones de los ciudadanos para lograr que el orden democrático
este sentido, cobran especial relevancia los cambios que se pueden generar en la cultura
además de organizar las elecciones federales, desarrollar en forma integral y directa las
136
actividades relativas a la educación cívica en todo el territorio nacional. Asimismo, en su
artículo tercero, precisa que la concepción de democracia que debe regir las políticas
educativas del Estado mexicano la considerará “no solamente como una estructura jurídica y
económico, social y cultural del pueblo”. En efecto, el hecho a destacar es que el IFE
136
Artículo 41, fracción quinta, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
171
representa el único órgano del Estado al que la Constitución confiere de manera expresa
mexicano y los rasgos distintivos del IFE explica, en buena medida y según mi perspectiva,
el vínculo que se establece entre la función educativa y la función electoral a través del
de la educación cívica, se puede pensar que el hecho de atribuir la función estatal de formar
dotando a los ciudadanos de las herramientas informativas básicas para que ejerzan su
derecho al sufragio de la mejor manera posible (un voto libre, sin coacción de ningún tipo; un
voto secreto y un voto razonado). Sin embargo, como bien apunta Concha (2007), la
atribución de la educación cívica otorgada al IFE, como actividad del Estado democrático,
órganos electorales locales en cada una de las entidades del país, estuvo claramente
asociado a la demanda de generar instituciones confiables, que no tuvieran nexo alguno con
los poderes constituidos, particularmente con el gobierno. Desde esta lógica y una visión
contar con una ciudadanía democrática y participativa, para lo cual los órganos autónomos
aparecían como las instituciones ideales para emprender la tarea de formar a los ciudadanos.
función educativa. Para tener una idea general de lo que ocurre en otros países, cabe
señalar que existen un total de 44 países en la región en donde las campañas de educación
cívica las desarrolla el órgano electoral con facultades en el ámbito nacional. Es el caso de
América Latina, en donde en ocho países los Tribunales y Cortes responsables de organizar
172
las elecciones tienen alguna función relacionada con la promoción del voto y educación
legislación no contempla esta función educativa para sus órganos electorales. 137
naciones.
Hasta antes de la reforma constitucional de noviembre de 2007, que obliga a todas las
constitucional, con excepción de Nayarit y Tamaulipas, todas las entidades tenían previstas
en sus normas locales atribuciones en materia de educación cívica para sus organismos
electorales estatales. Sin embargo, en cinco casos los organismos electorales no contaban,
hasta esa fecha, con una instancia operativa encargada de esta función educativa (Baja
Electoral de Panamá, señala como objeciones el hecho de que los órganos electorales sólo
organizan elecciones y no han sido concebidos para hacer educación cívica, la cual se valora
que, en principio, es responsabilidad del sistema educativo y de los partidos políticos. Además
de hacer consideraciones sobre los costos económicos adicionales a los que tienen que hacer
frente los organismos electorales que asumen tareas de educación de los ciudadanos,
advierte que éstos se exponen a ser responsables del bajo nivel de participación ciudadana si,
a pesar de motivar a los electores para que voten, la concurrencia a las urnas electorales es
baja. En contraste, los argumentos a favor de que los organismos electorales asuman tareas
137
En el primer caso, están Bolivia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú y Venezuela; en el segundo,
de países que no vinculan la función electoral con la función educativa, se encuentran Argentina, Chile, Colombia, Costa
Rica, Jamaica, Nicaragua, República Dominicana y Uruguay.
173
educativas apuntan a lo siguiente: a) deben contribuir a consolidar la democracia y a que
los ciudadanos emitan su voto de manera informada, porque –además- no hay campañas
suficientes en esta línea de acción por parte de otros actores sociales; b) como entes
neutrales pueden ofrecer una educación cívica más imparcial; c) el deber de sufragar debe
responder a una formación ciudadana, más que a una obligación legal; y d) la educación
contribuye para contar con ciudadanos capaces para actuar como funcionarios imparciales
electorales, con los cuales coincido y encuentro que en un balance pesan más que las
desventajas, agrego otros tres puntos que, en mi opinión, resultan positivos en el caso
mexicano: el primero, tiene que ver con el carácter autónomo de la autoridad electoral y sus
formación cívica de los ciudadanos; el segundo, refiere a la atención prioritaria que en la letra
de la ley se da a la educación cívica y las posibilidades que esto representa para emprender
con el sistema educativo nacional y con otros actores sociales y educativos que intervienen
futuros ciudadanos en el orden democrático, desde un órgano autónomo del Estado con
corresponde con los hechos; como se verá más adelante, estas ventajas encuentran
174
vivir en democracia está animado por la idea de que, si bien las elecciones son un momento
de la vida pública, más allá de los ciclos electorales. A este argumento se suma el
señalamiento de Concha (2007), quien valora el impacto positivo que la acciones de las
electorales locales y a la estructura desconcentrada del IFE, institución que está presente en
toda la geografía electoral del país (300 distritos electorales federales y representación en
todas las entidades federativas del país) con funcionarios encargados de las tareas de
ciudadanos, encuentro que es relativamente poco el peso que tiene la función educativa en
actual norma electoral federal (94 más que en la ley anterior), solamente el artículo 105 hace
mención expresa a la función educativa del Instituto; otros cinco (116, 121, 137, 147 y 155),
que tampoco fueron modificados en la reciente reforma electoral, dan cuenta de las instancias
que tienen que ver con los programas de educación cívica y capacitación electoral (dirección
relativos a la promoción del voto .138 Aprecio, pues, que en esta ley electoral hay una
138
El nuevo artículo 2, párrafo 3, del COFIPE establece que “la promoción de la participación ciudadana para el ejercicio
del derecho al sufragio corresponde al Instituto Federal Electoral, a los partidos políticos y a sus candidatos. El Instituto
emitirá las reglas a las que se sujetarán las campañas de promoción del voto que realicen otras organizaciones”. Derivado
de éste, el artículo 50 dice que “el Instituto Federal Electoral y las autoridades electorales de las entidades federativas, para
la difusión de sus respectivos mensajes de comunicación social, accederán a la radio y televisión a través del tiempo de que
el primero dispone en dichos medios”. Se trata, pues, de una nueva atribución del órgano electoral en materia de
promoción del voto, con la que no se contaba en las elecciones federales de 2006.
175
educación cívica, se limita a establecer la función genérica.139 Ningún artículo señala el tipo
educativos deben tener, así como tampoco determinan lineamientos de política pública
educativa.
Instituto en las 32 entidades federativas y en los 300 distritos electorales del país, así como la
de Capacitación Electoral y Educación Cívica, una de las comisiones previstas en la ley como
órganos auxiliares del Consejo General, tiene como función la de supervisar y vigilar las
tareas de educación cívica y contribuir al desempeño de las acciones en esta materia. A los
ejecutar los programas en esta materia y llevar a cabo en forma permanente cursos de
distrito.
Así, pues, una de las funciones centrales de la DECEYEC es formar ciudadanos, junto
con la enorme responsabilidad de integrar con ciudadanos capacitados las mesas directivas
de casilla. Para ello cuenta con programas institucionales y diversas actividades que
139
Para ilustrar lo poco que dice la ley electoral respecto a la educación cívica, basta comparar con lo que sí dice respecto de
procedimientos especiales de las direcciones ejecutivas del Registro Federal de Electores en 32 artículos (del 171 al 202) y
del Servicio Profesional Electoral en 6 artículos (del 203 al 208). Incluso, lo que se establece para la capacitación electoral
es mínimo en relación con otras áreas operativas del Instituto: de los cinco artículos (239 a 244) que detallan los
procedimientos para la integración de las mesas directivas de casilla, sólo el 240 alude directamente a las funciones de la
Dirección Ejecutiva de Capacitación Electoral y Educación Cívica.
176
está conformada por cuatro direcciones de área: capacitación electoral; educación cívica y
El Instituto reconoce que existen otros actores que desempeñan un papel fundamental
en la política de educación cívica del país, sobre todo los ligados al sistema educativo
nacional, y se vincula con otros organismos públicos y sociales para el logro de sus fines
constitucionales. En materia de educación cívica, la relación se ha dado con los tres Poderes
(TEPJF). Asimismo, el IFE se relaciona con otras autoridades electorales, además del
tiene nexos con diversas instituciones de los niveles de gobierno estatales y municipales,
particularmente con las autoridades educativas; con órganos de carácter autónomo, como la
CNDH; y con organizaciones de la sociedad civil. Por otra parte, mantiene un vínculo
140
Con la administración pública federal se destaca la relación del IFE con la SEGOB, la SEP, la SEDESOL, la SEFUPU,
CONAPRED y el IFAI; asimismo, con el INMUJERES, DIF e INEA.
141
El Tribunal, de acuerdo a la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación y a su Reglamento Interno, es autoridad
competente para desarrollar, directamente o por conducto de su Centro de Capacitación Judicial Electoral, tareas de
formación, investigación, capacitación y difusión en la materia electoral y su área contenciosa, para contribuir al fomento de
la cultura política. Por su parte, la FEPADE, organismo especializado de la PGR para atender lo relativo a los delitos
electorales federales, también tiene entre sus atribuciones reglamentarias para diseñar e implementar programas
permanentes de información y fomento de la cultura penal electoral.
177
directamente asociada a las tareas de promoción del voto y a la difusión de la cultura política
democrática.
modificado con motivo de las reformas electorales registradas a la fecha. Con excepción de
la nueva atribución del IFE para realizar y regular la promoción del voto que realicen terceros
acciones educativas, las cuales han variado y evolucionado en los 19 años de existencia del
Instituto.
El IFE inició formalmente su trabajo de educación cívica a partir del segundo semestre
electorales. En ese año se creó la Biblioteca Central del Instituto, especializada en materia
vinculadas con la historia cívico-política de México, lo que dio lugar a la publicación y difusión
142
En el mes de junio de 2004 se registraba un acervo de 14 mil 396 títulos en la Biblioteca Central (IFE-DECEYECg,
2004). A partir de 2007, la Biblioteca pasó a formar parte de la Unidad de Transparencia del Instituto con el fin de
integrarse a los servicios de información a la ciudadanía.
178
(libros, folletos y carteles).143 A partir de 1993 se incorporó el tema de los valores y prácticas
de la democracia, como eje alrededor del cual se estructuraron cuatro líneas de trabajo: a)
producción editorial.144
Lo anterior permitió al IFE contar con insumos teóricos y conceptuales para nutrir la
nacional, más que como un agente educativo, como un agente promotor y difusor de cultura
política, así como productor de ideas y conocimientos, que han contribuido significativamente
143
La línea de divulgación de la cultura democrática se impulsó básicamente con productos impresos de dos tipos: los
orientados a públicos políticamente atentos o con formación académica media y superior, a través de las colecciones
Cuadernos de Divulgación de la Cultura Democrática (que a la fecha cuenta con cerca de 30 números editados),
Conferencias Magistrales, Ensayos, Conociendo la historia cívica de México, entre otros; y los dirigidos a la población en
general (carteles, folletos, trípticos, etc.). En su conjunto, estos materiales siguen teniendo amplia demanda y de buena
parte de ellos se han hecho reediciones importantes.
144
Entre los estudios e investigaciones que el IFE ha impulsado y encargado a diversas instituciones académicas destacan
los siguientes: Evaluación del impacto de las campañas de educación cívica del IFE 1997-1998, que incluye estudios
cualitativos sobre las representaciones de los valores democráticos que tienen los niños de primaria; Estudio para el
desarrollo de la estrategia de un programa de educación cívica en el IFE 1998-2000, realizado por el Centro de Estudios
Educativos; Ciudadanos y cultura de la democracia. Reglas, instituciones y valores de la democracia, realizada por el
Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, que aportó significativamente al diseño del Plan Trianual de Educación
Cívica 2001-2003.
179
En el transcurso de 1991 a 2000 se comenzaron a diseñar y a instrumentar diversos
participativos, capaces de insertarse en la vida pública del país. Desde entonces, el IFE ha
procurado colaborar con diversas autoridades para sumar esfuerzos en materia de educación
diálogo y pluralidad, entre otros) y complementar los programas y contenidos oficiales con
una propuesta extracurricular dirigida a los alumnos de los tres últimos grados de primaria,
talleres recayó en los 332 vocales de capacitación electoral y educación cívica del IFE,
crear en los centros y medios educativos las condiciones que hacen posible la vivencia y la
180
basa en cuatro principios: reflexión, aprendizaje a través del juego (lúdico), participación
(grupal) y vivencia del conocimiento; en este sentido, apuesta a procesos progresivos que
evaluaciones.
Otro de los programas, Nosotros los Jóvenes... Proyecto Ciudadano es una propuesta
de carácter vivencial que el IFE aplica desde 1998 a la fecha, tanto en el ámbito escolar como
en espacios educativos informales, una vez que hace la adaptación al medio educativo
mexicano del diseño original del Center for Civic Education.147 El acento está puesto en el
su entorno (reflexión colectiva), el análisis de los mismos a partir del acopio de información
(acercamiento a las políticas públicas). Este ejercicio práctico se compone de cinco etapas de
trabajo que se realizan a lo largo de 30 horas (promedio), con trabajo dentro y fuera del aula.
Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal y Papalote Museo del Niño, es el de
Derechos y Valores para la Niñez Mexicana. Consiste en una propuesta metodológica para la
147
Institución educativa estadounidense sin fines de lucro, creada en 1964 y dedicada a desarrollar y promover programas
de educación cívica.
181
importancia de conocer y promover la cultura de los derechos de la infancia en la vida
cotidiana.148
año 2000 el IFE llegó a dos conclusiones importantes: a) los programas realizados habían
necesario establecer una relación de trabajo sistemático con la autoridad educativa a nivel
federal, ya que los programas de educación cívica en marcha no contaban con valor
curricular.
Desde estas bases y con el propósito de dar unidad y secuencia a las tareas de
Plan Trianual de Educación Cívica 2001-2003, que fue aprobado por el Consejo General del
planeación institucional en esta materia, con el que, al decir de Ramírez (2005, p. 99), “la
educación cívica empieza a manifestarse como una propuesta integral y coherente… que
Este Plan fue concebido como una estrategia dirigida a organizar y orientar la acción
educativa del Instituto en el corto y mediano plazos, retomando las acciones comenzadas
a la fecha, pero sobre todo para ampliar el impacto, el alcance y la cobertura de las acciones
fomentar la participación cívica e impulsar la práctica de los valores de la democracia para incidir en el
148
La propuesta metodológica está desarrollada en Derechos y valores para la niñez mexicana. Manual para formación de
maestros, IFE y SEP, México, 1999.
182
mejoramiento de la calidad de vida de las personas, así como en el desarrollo de las comunidades, de
las instituciones y del país en el marco de un orden político democrático (IFE, 2001, p. 35).
El Plan Trianual contiene una definición amplia de educación cívica que la concibe
como un proceso continuo de formación integral de los individuos, que alienta el desarrollo
técnicas didácticas que busca influir positiva y deliberadamente en los procesos de formación
privadas y sociales, tanto a nivel central como a través de sus órganos desconcentrados,
para potenciar los alcances de aplicación de dicho instrumento de planeación. Para octubre
de 2003 el IFE tenía suscritos 337 convenios en materia de educación cívica: con
(154), y el resto (71) con diversos organismos de la sociedad civil y otras instituciones
183
realizaran un análisis de su propia realidad y encontraran alternativas de participación en la
vida pública. Desde ese enfoque y una concepción de la educación en valores, el Plan
para dar un total de 15, que a su vez derivaron en un conjunto de 42 estrategias de acción.
moral democrática de niñas, niños y jóvenes escolarizados, así como de contar con
programa busca incidir en el currículo oculto a través de una propuesta de gestión escolar
comunidad educativa.
cívica en el espacio escolar, aceptada en principio y formalmente por la SEP para todos los
competencias cívicas para la vida democrática, con las cuales los sujetos estén en
149
Este programa fue coordinado por Silvia L. Conde Flores y se concreta en un documento general, doce ficheros
didácticos (uno por cada grado de educación básica), un manual para el promotor y ocho cuadernillos de apoyo a la gestión
escolar democrática, elaborados una vez que se realizó la prueba piloto en un grupo de escuelas de seis entidades del país
(Aguascalientes, Chihuahua, Guerrero, Hidalgo, Quintana Roo y Distrito Federal).
184
cotidiano.150 Para operacionalizar este enfoque, se definió un listado flexible de once
competencias cívicas y éticas, que van de lo individual a lo colectivo, cuyo objetivo principal
impulsaron en el marco del Plan Trianual y que están vigentes a la fecha, aplicándose en
para apoyar a los alumnos en sus procesos internos de elección en el ámbito escolar. b)
Parlamentos infantiles y juveniles son ejercicios escolares que permiten a los alumnos
por un día es una actividad en la que los niños en sus escuelas realizan elecciones para
integrar un cabildo y sesionan en la sede oficial, con la presencia del Cabildo constitucional,
150
Como se verá más adelante, los programas más destacados del Plan Trianual de Educación Cívica 2001-2003, esto es,
Nosotros los jóvenes: proyecto ciudadano y Educar para la democracia, se integraron de manera explícita en la nueva
política educativa del Instituto 2005-2010.
151
Se entiende por competencias cívicas “el conjunto de comportamientos, actitudes y conocimientos que las personas
aplican en su relación con otros, así como en su actuación sobre el entorno social y político. En el caso de la ciudadanía
democrática, las competencias además de ser cívicas son éticas porque requieren estar fundadas en un código ético personal,
construido de manera autónoma a partir de los principios y valores de la ciudadanía democrática” (IFE, 2004, p. 11).
152
Desde el 2003 y hasta la fecha, el Parlamento infantil se realiza a nivel nacional en una convocatoria conjunta del
Congreso de la Unión, la SEP, la CNDH, el DIF, UNICEF y el IFE.
185
diálogo y reflexión. e) Formación de educadores para la democracia, en la modalidad de
diplomado nacional a distancia. f) Asimismo, a partir de 2000 y hasta la fecha se lleva a cabo
y formación cívica.
Educación y capacitación electoral a través del cual se proporciona, tanto a los ciudadanos
legislación, las instituciones y los procedimientos electorales, así como sobre el ejercicio de
pretende desarrollar en los ciudadanos competencias específicas que les permitan participar
la emisión libre y secreta del voto, con énfasis en la prevención de prácticas de compra y
coacción del voto. En el último informe del Plan Trianual (IFE-DECEYECch, 2004) se reporta
que, a través de esta acción, se logró atender a un total de 24 mil 435 ciudadanos en 25
entidades federativas y a 8 mil 663 ciudadanos en la promoción de una cultura del voto libre y
Como parte de este mismo eje temático, de manera conjunta con el TEPJF y la
servidores públicos; en 2005, se decidió abrirlos a un público más amplio (partidos políticos,
noviembre de 2001 a abril de 2005, se llevaron a cabo 35 cursos en el que participaron 2 mil
927 personas en distintas entidades del país (IFE-DECEYECi, 2005). Asimismo, en esta
consultas infantiles y juveniles, de manera concurrente con los comicios federales, para
186
promover el ejercicio de derechos de los niños, con particular énfasis en los de expresión,
democracia.
General se registran cifras totales que, desde mi punto de vista, no reflejan con certeza la
distingue entre las acciones educativas y las de divulgación; por otro, se advierte una
Los datos indican que, durante el periodo de aplicación del Plan Trianual, de abril de 2001 a
marzo de 2004, el Instituto atendió a una población total de 18 millones 394 mil 390
individuos, de los cuales el 58% (7 millones 763 mil 834) corresponde a las estrategias del
42% (10 millones 630 mil 556) a las estrategias del programa “Formación y educación no
formal y participación ciudadana”, con adultos. Asimismo se reporta un total de 281 mil 036
Ahora bien, en el marco de la evaluación del Plan Trianual de Educación Cívica 2001-
2003, que incluyó la participación de los funcionarios del área, se identificaron aciertos y
dificultades en su implementación. Entre las fortalezas del Plan, los vocales destacan el
los que se genera una cultura democrática. Como debilidades internas aparecen, por una
parte, la ausencia de un proceso de capacitación previo a los vocales respecto de cada una
organización del proceso electoral, la falta de personal de apoyo suficiente para dar cobertura
a las actividades y el no contar con la colaboración del personal de otras áreas de las juntas
153
Es importante considerar que estas cifras contabilizan la participación de un mismo destinatario tantas veces como
programas o actividades en los que hubiera participado.
187
locales y distritales. Por otra parte, se señala la carencia de una metodología específica de
los programas en el espacio escolar. En ese tenor los vocales propusieron, entre otras
medidas, hacer una revisión de los programas para reducirlos en número y optimizar su
aplicación; que durante el proceso electoral no se les exigiera el cumplimiento de todas las
instrumentación se distribuya entre todas las vocalías de las juntas (IFE-DECEYCb, 2003).
Plan Trianual y como parte del proceso de evaluación interna mencionado, se realizó un
balance con la participación de las 332 Juntas Locales y Distritales Ejecutivas. Además de
necesidades, entre las que destaco cuatro: a) Diseñar un modelo de evaluación que combine
valorar con mayor precisión el impacto de los programas educativos institucionales en los
conocimientos y actitudes de los destinatarios. b) Realizar una selección más racional de los
Llevar a cabo una planeación estratégica para dar cumplimiento a las funciones educativas de
la Institución.
154
Este Calendario es un instrumento de planeación que concentra, de manera detallada, todas las tareas a realizar por parte
de los funcionarios del Instituto relativas a las distintas áreas de operación, entre ellas las de educación cívica.
155
En el recuento de acciones, se resaltó el dato referido a que de los más de 300 convenios de colaboración en materia de
educación cívica celebrados hasta ese momento, sólo cinco eran con organismos de la sociedad civil.
188
En dicho balance se detectó también que, de las 42 estrategias que conformaron el
Plan Trianual, 18 de éstas tuvieron un bajo rendimiento en su aplicación debido, entre otros
del Instituto, de todas las áreas, y promover en ellos el desarrollo de competencias cívicas; y
En mi opinión, tal como se preveía en el documento rector del Plan Trianual (IFE,
2001, p. 10), este instrumento logra trazar una plataforma conceptual y técnica que estableció
las bases para la planeación estratégica en materia de educación cívica. Este Plan y la nueva
política educativa del Instituto que se aprueba en 2004, como todo proyecto educativo, se
hacen con prospectiva, es decir, como ejercicio que examina el pasado hacia el presente y el
El Programa Estratégico 2005-2010 (PEEC), aprobado por el Consejo General del IFE el 16
189
periodo 2005-2010.156 Se concibe como un curso de acción planeada que busca generar un
Esta nueva política tiene como antecedentes inmediatos, por una parte, las acciones
relatadas en el capítulo previo y el acuerdo aprobado por el Consejo General del IFE el 21 de
establecer los términos y los plazos en que se presentaría la nueva propuesta a dicha
instancia; por otra, las políticas y programas generales del Instituto para el año 2004,
aprobadas en agosto de 2003, las cuales establecían como meta la de consolidar al IFE
como promotor de la educación cívica en México y proseguir con las actividades que en esta
materia se venían realizando, a fin de promover el ejercicio del voto libre y secreto y
contribuir a que la ciudadanía cuente con elementos para participar activa, propositiva y
Cívica 2001-2003 presentó desafíos que demandaban hacer un alto en el camino para, entre
otras cosas, contar con modelos educativos que respondieran de mejor manera al contexto
democrático del país y a las distintas realidades sociales que coexisten en él; definir políticas
que atendieran las necesidades de formación cívica de las diversas regiones del país;
con la clara intención de elevar la capacidad de incidencia y llegar a sectores más amplios
de la sociedad.
156
El periodo que se estableció en este acuerdo del Consejo General del IFE (CG 182/2004) para el desarrollo del PEEC
corresponde a la gestión prevista en la ley para el grupo de consejeros designados en el 2003.
157
Ambos acuerdos, el de agosto y octubre de 2003, fueron tomados por el Consejo General del IFE al final de la gestión de
los consejeros electorales encabezados por José Woldenberg.
190
que tiene como órgano de Estado y de acuerdo con sus atribuciones legales, para contribuir
a elevar la calidad de la democracia mexicana. Este proceso fue coordinado por la Comisión
interdisciplinaria que permitió combinar una visión nacional con visiones y experiencias
locales. Sus vínculos con la sociedad, el interés y disposición en apoyar los trabajos del
cualidades que, desde mi punto de vista, destacan en dicho grupo de asesores externos.
acuerdos particulares. La Comisión dio seguimiento puntual a los trabajos del Comité; los
los consejeros electorales y representantes de los partidos políticos, así como con los
vocales locales del área en reuniones presenciales, además de que se abrió un espacio
electrónico de consulta para que todos los vocales de las juntas distritales y locales tuvieran
la oportunidad de participar y opinar sobre el tema. Cabe hacer notar que todo el proceso de
158
Este Comité se integró con asesores externos al Instituto y funcionarios del mismo. Como parte del primer grupo
participaron Emilio Álvarez Icaza (D.F.), Miguel Bazdresch Parada (Jalisco), Patricia J. Mc.Carthy Caballero (Yucatán),
Salvador Martínez Licón (D.F.), Alberto Olvera Rivera (Veracruz) y Ricardo Raphael de la Madrid (D.F). Como
funcionarios vinculados al área de educación cívica: Carlos González Martínez, en su calidad de Vocal Ejecutivo de la
Junta Local de Michoacán; Maricela Fragoso Vargas, vocal distrital en Baja California; Marlene Romo Ramos, Gabriel de
la Paz Sosa y William de la Torre Gamboa, de la Dirección Ejecutiva en oficinas centrales, y Rafael Lucero Ortiz , asesor de
la consejera Teresa González Luna. La Secretaría Técnica de este Comité estuvo a cargo de Sandra García Álvarez.
Durante el periodo que abarcó el diseño de la política encabezaron la DECEYEC Cecilia Tapia, en su primera etapa, y
Carlos González Martínez, en su conclusión; y como presidenta de la Comisión respectiva, Teresa González Luna Corvera.
191
diseño de la política está registrado; además de los documentos de trabajo y las actas de
complicado, adquiere sentido la idea de que los periodos de cambio y transición pueden ser
enfrentadas: ausencia de titulares en el área operativa (la misma Dirección Ejecutiva y las
pública educativa, para sentar las bases de lo que el IFE puede y debe hacer en relación a la
implicaciones, ya que no se trataba de una simple consultoría para formular un nuevo plan o
institucional y nacional acumulada, para imaginar formas nuevas para enfrentar los retos
del trabajo.
aprendizajes institucionales obtenidos por el IFE a lo largo de, en ese entonces, casi quince
159
Durante el periodo de diseño en el 2004, el Comité Técnico de Especialistas se reunió en 11 ocasiones (8, 19 y 26 de
marzo; 19 y 30 de abril; 28 de mayo; 14 junio; 9 de agosto; 26 y 27 de septiembre; 6 y 22 de noviembre) y en las sesiones
de la Comisión de Capacitación Electoral y Educación Cívica se dio seguimiento puntual al trabajo. El 13 de octubre se
presentaron los avances en la formulación del PEEC en reunión con vocales de capacitación de juntas locales; el 27 de
septiembre y el 22 de noviembre se realizaron reuniones conjuntas del Comité con los Consejeros Electorales; y, en el caso
de los representantes de los partidos políticos, se les hizo una entrega de una versión ejecutiva de manera previa a la
reunión que se sostuvo con ellos el 26 de noviembre de ese mismo año.
192
años de realizar acciones en materia de difusión y educación cívica, así como estudios e
éste. 160 De manera particular, el Comité Técnico de Especialistas analizó los resultados del
momentos, para identificar y sugerir aquellas estrategias y proyectos más exitosos que
Respecto al Plan Trianual y con miras a elaborar la nueva política, dicho Comité (IFE-
DECEYECe, 2004) observó, entre otras cuestiones, una dispersión de iniciativas que
compromiso por parte de los funcionarios en su aplicación; una distribución de los escasos
menoscabo de la operación de los proyectos; y poca flexibilidad para adaptar los proyectos y
La política partió de la idea de que para lograr una democracia profunda y eficaz se
educación cívica que permita a la población mexicana, entre otras cuestiones, participar en
160
El catálogo de estudios e investigaciones del IFE es amplio. Entre los estudios que se tomaron en cuenta para la
elaboración del PEEC se encuentran el de La naturaleza del compromiso cívico: capital social y cultura política en México,
que al poco tiempo se publicó en una coedición con la UNAM; y La participación ciudadana en las elecciones federales de
2000, estudio hecho por la Dirección de Organización Electoral del IFE.
193
transparente y un sistema de justicia accesible y eficaz; y promover la equidad social entre
El documento oficial del PEEC, aprobado por el Consejo General, está estructurado
en cinco grandes apartados: a) El primero, refiere los elementos legales que fundamentan la
competencia educativa del Instituto, así como de otras organizaciones públicas en torno a
la educación cívica, que conforman el “marco jurídico” que norma la política propuesta. b) El
segundo capítulo, expone el “marco teórico” desde el cual se conciben y comprenden los
tanto de manera directa como en coordinación con terceros. Incluye reflexiones teóricas en
torno a la democracia, sus normas, prácticas sociales e instituciones políticas, que dan
desarrolla el “marco contextual”, en el que se resaltan algunos de los rasgos actuales que
de diagnóstico son la base del diseño estratégico de la política que se expresan en líneas de
acción, pero se insiste en la conveniencia de que la labor de investigación que realiza el IFE,
conocimientos, actualizar los datos y entender, con mayor precisión, qué pasa y cuáles
son los desafíos políticos y necesidades formativas de los ciudadanos para el ejercicio de sus
161
derechos en las diversas regiones del país. d) El cuarto capítulo, el “marco pedagógico”,
constituye otro de los pilares de la propuesta de política pública educativa. Define el enfoque
pedagógico y los rasgos que dan personalidad a la propuesta de formación ciudadana, así
161
Entre las conclusiones de este capítulo que presenta un panorama general del estado actual de la cultura política y el
ejercicio de la ciudadanía en México, se resalta lo siguiente: a) Los mexicanos no disfrutan de las mismas oportunidades
para ejercer sus derechos y ciudadanía; tanto la pobreza como la exclusión social o discriminación son factores que impiden
igualar las condiciones de participación democrática; b) los problemas que enfrenta el país influyen en una percepción
ciudadana negativa respecto al desempeño de la democracia y sus instituciones, lo que genera desconfianza y desinterés de
los ciudadanos; c) la creciente desconfianza de los ciudadanos hacia las instituciones dificulta los esfuerzos de construcción
de ciudadanía democrática, toda vez que es a través de la participación en la vida pública que se adquieren las capacidades
para actuar como ciudadanos; y d) se advierten dificultades en los ciudadanos para vincular lo público y lo político con su
vida cotidiana, lo que explica en parte el desinterés y la baja participación de los ciudadanos en los asuntos públicos.
194
como los fines educativos que se persigue alcanzar. e) En el último apartado, se plantea la
“estrategia” del IFE en materia de educación cívica, en la que se definen los ejes rectores, los
objetivos a alcanzar, así como las líneas de acción programática y orientaciones estratégicas
para la realización de esta política pública educativa. Así, me parece, con los contenidos de
cada uno de los capítulos referidos, el Instituto se coloca en el debate público nacional
sobre la educación para la ciudadanía y define, por primera vez y con ese carácter, una
Además del documento oficial que contiene el PEEC, el aporte del Comité Técnico de
idea de que el voto es un logro incuestionable y una condición necesaria para el ejercicio de
Hoy es posible definir a la democracia como aquel arreglo de las instituciones que se constituyen en
gobierno gracias tanta a la práctica libre, directa y secreta de los votos como a la participación de
democracia es, ante todo, un engranaje de procedimientos que le permite a cada persona existir
la práctica libre, secreta y directa del voto, la cual a su vez depende del ejercicio libre,
en todas sus expresiones (civil, política, social, económica y cultural) y considera que la
195
participación política, la confianza en las instituciones y el capital social (vida asociativa) son
elementos para una democracia de calidad. Esto supone, desde luego, un ciudadano que
plena, que participe y se involucre de manera efectiva y responsable en la vida pública. Para
educativa y con ello dar vigor a la democracia, en colaboración con diversas organizaciones
e instituciones.
Para lograr este objetivo general, se plantean los siguientes objetivos específicos: a)
interesen por la vida pública y política e incorporen una visión integral de su ciudadanía; b)
intercambio con instituciones públicas y privadas, para ampliar el impacto e incidencia de los
cívica.
moral y cognitivo de los sujetos destinatarios, el PEEC pretende desarrollar las siguientes
196
búsqueda del bien común; conocimiento, respeto y ejercicio de los derechos humanos;
competencias que se propone es amplio, lo que obliga a seleccionar entre ellas en función de
que las personas aplican en su relación con otros, así como en su actuación sobre el entorno
Una herramienta para movilizar el saber que pone el énfasis en el desempeño práctico y cotidiano de los
conceptos, facilita el dominio de las herramientas prácticas y reta al sujeto aprendiz a poner en práctica
los sujetos para el desempeño en la vida democrática y por tanto favorece el ejercicio de la ciudadanía
En este orden de ideas, la competencia significa saber y saber hacer, lo que implica
que las personas puedan usar sus capacidades de manera flexible para enfrentar problemas
la democracia”, que pretende formar a los sujetos para la acción, la convivencia, la toma de
procedimentales. c) “El ser y convivir: los valores de la democracia”, que refiere una
197
dimensión actitudinal que aspira a favorecer el desarrollo del juicio crítico y la práctica de la
democracia en la vida cotidiana, sobre la base de los derechos humanos como exigencia
mínima de valores y normas sociales. Cabe señalar que estos ámbitos se corresponden los
acciones educativas son los saberes y aprendizajes ya constituidos por los sujetos en sus
entornos específicos, los cuales han de ser previamente identificados; b) “situado”, toda vez
considera que los procesos de educación ciudadana se deben desarrollar en un clima basado
en los principios y valores democráticos, en el que las personas se reconocen como parte de
la capacidad de entender una situación a fin de tomar postura, así como el desarrollo del juicio
crítico y político; f) “aplicado”, al poner el énfasis en los métodos y técnicas que apuntan a la
solución de problemas reales y cercanos a los grupos; g) “autónomo”, en tanto este enfoque
“socioafectivo”, porque combina la información con la vivencia personal para generar una
actitud de aprecio y propiciar que la persona viva, sienta, analice y sea capaz de compartir
198
En síntesis, el PEEC define cinco principios rectores de la actuación institucional en
programática, los cuales representan el horizonte a alcanzar y una guía fundamental para la
definición de los objetivos, metas y planes anuales. La siguiente matriz expresa los
quehacer educativo. Por otra parte, la evaluación permanente e integral de las acciones,
e impacto de la contribución del IFE en este campo, y como medio idóneo para rendir
Por último, cabe señalar que esta política está conformada por tres subprogramas que
participación en la vida pública”, cuyo objetivo es promover entre los ciudadanos en ejercicio
(adultos) el desarrollo de competencias cívicas y éticas que les faciliten la participación activa
en la vida pública, no sólo a través del voto sino mediante otras acciones que les permitan
Democracia”, que tiene como propósito promover entre los futuros ciudadanos (población
menor de edad) y los nuevos ciudadanos (población que recién adquirió la ciudadanía legal)
el interés en los asuntos públicos, así como desarrollar las competencias cívicas y éticas que
les permitan participar en la comunidad para mejorar sus condiciones de vida, capacitándolos
200
A partir de lo expuesto, considero que se puede apreciar que el PEEC representa un
DECEYECh, 2004). Lo que resulta clave, a mi modo de ver, es que parte de una concepción
ámbitos público y político. Con todo, el IFE resignifica su papel como órgano del Estado
Por otra parte, resulta pertinente recuperar algunos puntos de vista externos acerca
de lo que representa la formulación de esta nueva política educativa (el PEEC). Desde una
2004) opina que se trata de “un programa bien fundado y bien orientado, claro y redactado
con esmero. Será de gran utilidad tanto para el IFE como para otras instancias de educación
cívica del país”. Hace explícito que “me gustó especialmente la definición de ciudadanía
vida y que es condición que hace posible a la persona transitar de lo privado a lo público”, así
contribución al logro de las finalidades de la educación nacional, como lo hace la Ley General
de Educación. Asimismo, recomienda que las conclusiones del marco contextual se detallen
201
más porque de él se deben derivar las orientaciones fundamentales para las acciones de
educación cívica.162
Por su parte, Ramírez (2005, p. 120) opina que “con este programa se confirma y
Cívica del IFE”. Considera que, mientras en el plan previo (Plan Trianual de Educación
PEEC añade otros elementos de una cultura basada no solamente en los valores universales
sino también en el ejercicio pleno de los derechos humanos, con un perfil de la ciudadanía
ciudadanía pasa necesariamente por la defensa y goce pleno de los derechos, los cuales
están determinados por los niveles de educación, la región en que se vive, la permanencia o
de la persona” (Ramírez, 2005, p. 100). De esta manera, en el análisis que realiza sobre los
hecho esfuerzos por establecer principios, criterios y lineamientos en esta materia, así como
por definir conceptos y categorías aplicables en su tarea educativa, lo que ha hecho posible
que cuente con una concepción propia de educación cívica, desarrolle programas educativos
democrática.
Luego de realizar un examen de los supuestos teóricos que fundamentan los dos
instrumentos de política educativa sobre los cuales ha trabajado el IFE hasta la fecha,
162
A solicitud expresa de mi parte, interesada en conocer su opinión sobre el PEEC, en diciembre de 2004 recibí del Dr.
Pablo Latapí Sarre por correo electrónico sus observaciones y comentarios al mismo.
202
Plan Trianual de Educación Cívica 2001-2003 “arranca con sólo un apartado teórico sobre la
concebir la ciudadanía “como aquello que otorga derechos y proporciona el marco para
exigirlos y defenderlos”, lo que implica contar con conciencia ciudadana, vida asociativa,
confianza y capital social. Ahora bien, desde otro punto de vista, de carácter técnico y
prioridades y caminos programáticos de distintos niveles sin explicitar logros concretos que
elementos fundamentales para, de ahí, construir su política educativa”, por ser tan abarcador
Una vez aprobado el PEEC y como parte del mismo acto en el Consejo General, se
acordó que la Junta General Ejecutiva, previo conocimiento de las Comisiones respectivas,
realizo una presentación del PEEC a los titulares de las direcciones ejecutivas y de las
estas áreas para elaborar una propuesta integral acorde a los postulados del PEEC.163
163
En la sesión del 25 de enero de 2006, la Comisión de Capacitación Electoral y Educación Cívica aprobó la “Propuesta
de responsabilidades de las distintas áreas del IFE para la instrumentación del PEEC 2005-2010”.
203
inicial de los funcionarios de la dirección y desarrollo de las competencias directivas,
dirección para llevar a cabo las nuevas tareas (perfiles de competencias en todos los
basada en funciones y tareas, pero no en las competencias que demanda el PEEC; la falta
de correspondencia entre las competencias internas y las competencias a desarrollar con los
En suma, el PEEC, como nueva política pública educativa del IFE, empezó a orientar
las acciones institucionales a partir del 2005. Durante ese primer año, las tareas se
concentraron en su socialización, tanto hacia el interior del mismo Instituto como con agentes
educativos externos, así como en los ajustes pertinentes a los programas en curso y en la
El primer gran reto que enfrentó el IFE, una vez aprobada y socializada la nueva política de
educación cívica, fue la formulación de una propuesta educativa para desarrollarse durante el
Los diagnósticos sobre el estado que guarda el ejercicio de la ciudadanía en México, los
electoral y el mismo PEEC (2005, p. 69), que centra la atención en la participación ciudadana
y asume que “los valores de la democracia, así como la promoción del voto libre y secreto
seguirán constituyendo la base de la labor de educación cívica del IFE”, hacían necesario
204
innovar y elaborar un programa de educación para el voto que respondiera a las exigencias
La pretensión principal fue la de articular todas las acciones institucionales para alentar
la participación amplia de los ciudadanos en las distintas tareas organizativas del proceso
electoral y en el día de las elecciones a través del sufragio. Desde el punto de vista de la
política de educación cívica, era la oportunidad de aprovechar, del mejor modo posible, el
despliegue de actividades propias de las distintas etapas del proceso electoral y la interacción
directa que establece el IFE con millones de ciudadanos para las tareas de organización y
competencias básicas de participación en los ciudadanos. Mejor aún, había que “aprovechar
la educación electoral para acceder a una visión más amplia de la democracia” (IFE-
DECEYECf, 2004).
Desde el marco del PEEC y con la idea de coordinar y fortalecer las acciones de la
educación cívica; c) reforzar las alianzas institucionales con el fin de coadyuvar a la difusión
capacitación electoral.164
164
En los procesos electorales previos, las acciones institucionales para promover la participación ciudadana y el voto se
habían caracterizado por ser eminentemente mediáticas (spots en radio y televisión, volantes, espectaculares y bardas); en
el plano educativo, de manera permanente se llevaban a cabo talleres o cursos a funcionarios públicos y a grupos de
ciudadanos sobre materia electoral.
205
El objetivo de “formar ciudadanía” de esta estrategia global, asociado de manera
durante el proceso electoral 2005-2006: Educación para el ejercicio del voto libre y razonado,
objeto de estudio de esta tesis, y el Ejercicio infantil y juvenil 2006: “Nuestra elección es
funcionarios de las mesas directivas de casilla, así como con la campaña de difusión
institucional a través de los medios de comunicación social nacionales. Si bien las acciones
de capacitación electoral, de difusión y de colaboración con otros actores son tareas propias
inclusión de la educación cívica y la articulación de los cuatro ejes de acción en una estrategia
el voto, daré cuenta, de manera general y sintética, de la estrategia global y sus otros tres
frentes de acción.
Dentro del programa de “formar ciudadanía” y con el claro propósito de dar continuidad
a los ejercicios de expresión y participación cívica infantil y juvenil impulsados por el Instituto
desde las elecciones federales de 1997. En esta ocasión, en coordinación con la SEP se
llevó a cabo el Ejercicio infantil y juvenil 2006: “Nuestra elección es participar por la escuela
que queremos”, en cerca de 12 mil escuelas de educación básica del país. . En este espacio
democrático participaron 2 millones 995 mil 104 niñas, niños y jóvenes entre los 6 y los 17
165
Se trata del cuarto ejercicio de expresión y participación cívica infantil y juvenil que el IFE realiza en el contexto
electoral. En 1997, se llevaron a cabo las primeras elecciones infantiles “La democracia y los derechos de los niños”, en el
que participaron 3 millones 709 mil niños entre los 6 y 12 años de edad; en 2000, se realizó la “Consulta infantil y juvenil”,
en la que participaron 3 millones 996 mil niños y jóvenes entre los 6 y los 17 años de edad; en el 2003, nuevamente se
realizó una “Consulta infantil y juvenil” que registró una participación de 3 millones 95 mil 340 niños y jóvenes.
206
necesarios para mejorar el ambiente y la convivencia democrática al interior de los centros
escolares. 166
formar parte de los asuntos comunes, tomar decisiones y desarrollar acciones de trabajo
organizó en tres rangos de edad con referencia a los grados escolares: en el primer rango, de
1º a 3º de primaria (6-8 años de edad),se registró una participación del 31.33%; en el rango
social en que se encuentran ubicadas las escuelas que participaron, el 71% corresponde a
ciudadanos seleccionados para integrar las mesas directivas de casilla y recibir y contar los
imprimir contenidos y sentido educativos a las tareas de capacitación electoral, a través de los
Electorales (CAE), para sensibilizar a los ciudadanos sobre el significado político y social que
166
Para mayor información y datos precisos sobre el diseño, la instrumentación, los resultados y la evaluación de este
ejercicio, véase el Tercer y Cuarto Informe semestral del Programa Estratégico de Educación Cívica 2005-2010,
correspondientes al periodo enero-junio de 2006 y julio-diciembre de 2006 respectivamente, presentados en oportunidad al
Consejo General del IFE (IFE-DECEYECq/r, 2006).
167
En cuanto a modalidad de operación, se destaca en las zonas rurales la participación del.63% de escuelas comunitarias y
un 1.52% de escuelas indígenas, de acuerdo a la clasificación de escuelas por su contexto, sostenimiento y modalidad de
operación propuesta por la SEP. Sólo en el estado de Oaxaca no fue posible instrumentar este ejercicio debido al conflicto
magisterial y cierre de escuelas que se registró en ese periodo.
207
tiene su participación en el proceso electoral, en su calidad de funcionarios y electores, y
población.
del IFE en los medios de comunicación social con una cobertura nacional, la cual se conformó
con tres subprogramas: el que tiene que ver con la actualización del padrón electoral
voto libre y convocar a los ciudadanos para participar como CAE y funcionarios de mesas
directivas de casilla. 168 En esta última vertiente, en colaboración con la FEPADE, se realizó
una campaña de difusión en radio y televisión a nivel nacional con la finalidad de: a) orientar
coacción y manipulación del voto; b) informar sobre los delitos electorales y los derechos
red de radiodifusoras indígenas del país, que agrupa a cerca de 20 emisoras, para promover
sociales. 170
Ahora bien, en lo que se refiere a la vinculación del IFE con otras instituciones públicas
y privadas, se registró el apoyo de diversos actores nacionales en la promoción del voto libre
y secreto, tanto en el Distrito Federal como en las entidades federativas. 171 Casos como
Votar invitó a los jóvenes a votar de manera libre, secreta e informada tanto en mensajes
Educativa (ILCE) difundió spots promocionales a través de los canales televisivos de la Red-
reproduciendo y difundiendo los materiales del mismo IFE (carteles, spots, vínculos a la
página de Internet); la tienda MIX UP difundió en sus sucursales los spots televisivos del IFE;
CINEMEX (Cadena Mexicana de Exhibición, S.A. de C.V.) proyectó el spot Vota México en 12
complejos de cines (poco más de 131 salas), mientras que CINÉPOLIS lo hizo en 464 salas
del sufragio entre sus trabajadores a través de medios internos de comunicación. A fin de
promover entre la ciudadanía una visión integral de la democracia mexicana, se diseño junto
con CNI Canal 40 una serie de programas de televisión abierta denominada “Vota México”.172
170
Hevia de la Jara (2009), destaca la labor de blindaje electoral de la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas
(CDI) en el Sistema de Radiodifusoras Culturales Indigenistas y la traducción y transmisión de mensajes del IFE sobre
distintos temas relacionados con las elecciones, comentados por los locutores.
171
En la sesión del Consejo General del 31 de mayo de 2006, la Coalición por el Bien de Todos solicitó un informe
particular de las actividades de promoción del voto realizadas por organismos civiles y empresariales, para ampliar el
Informe que la DECEYEC presentó sobre los avances en la estrategia para promover la participación ciudadana y el voto
durante el proceso electoral federal 2005-2006.
172
Se produjeron tres programas que se transmitieron los sábados previos a la jornada electoral: “Democracia en México”,
con la participación de Denisse Dresser y José Woldenberg; “Justicia Electoral”, con Fernando Ojesto y Olga Sánchez; y
“Los Partidos Políticos y la Democracia”, con Jacqueline Peschard y Raymundo Rivapalacio.
209
Así, la estrategia global del Instituto para promover el voto y la participación de los
integró a las dos vías de promoción tradicionales, esto es, la capacitación electoral y las
opinión, esta estrategia representó un paso importante para imprimir un sentido educativo a
todas las acciones organizativas, promocionales e informativas que el IFE realiza durante los
procesos electorales, así como para incorporar la colaboración de otros actores educativos y
sociales.
Desarrollar competencias cívicas básicas en grupos de población estratégicos (adultos con bajo nivel de
escolaridad, comunidades indígenas y jóvenes en general) para incentivar su interés en participar en las
elecciones federales ejerciendo un voto libre de coerción y razonado suficientemente para garantizar su
.
función como instrumento para incidir en las decisiones públicas (IFE-DECEYECr, p. 16).
Sin duda, el voto es uno de los instrumentos más visibles de una democracia y se
discute, entre otras cosas sobre su significado, valor y carácter estratégico (alcances y
limitaciones). En el documento rector del programa Educación para el ejercicio del voto libre
y razonado, el IFE considera que el voto, más allá de su acepción simple que alude a quien
tiene capacidad de elegir, es un medio para canalizar demandas ciudadanas hacia las
decisión del elector no debe ser conocida por otros. El voto razonado, por su parte, refiere
distinguir entre las opciones que se le presentan, evaluar el desempeño de los gobernantes y
las propuestas de los candidatos, y para saber de qué manera el voto puede influir en la toma
de decisiones colectivas. Más aún, el IFE considera que el voto razonado es aquel que
resulta de la razón pública, es decir, un sufragio que el ciudadano decide libremente con base
forma en que éste influye en las decisiones políticas. Esto implica que la información sobre
los temas que importan a la comunidad debe darse a conocer al público libre de trabas y sin
2005).
Los 300 proyectos educativos distritales, que conforman el cuerpo de análisis de esta
compra y/o coacción del voto y 109 el de voto poco razonado. Ahora bien, en cuanto a la
población objetivo, 192 proyectos se dirigieron a población joven, 115 a población de bajo
todos los casos, los proyectos distritales podían dirigirse a más de un grupo de población
objetivo y atender uno o más problemas, por lo que los datos reportados siempre suman
más de trescientos.
Este programa institucional es inédito por dos razones esenciales: primero, porque se
trata del primer programa de intervención educativa en el ámbito nacional diseñado con base
constituye la primera experiencia de trabajo con adultos bajo el enfoque de educación por
211
173
competencias. En segundo lugar, porque surge para ser implementado en todo el país
electoral.
del Instituto, hecho que afectaba de manera directa a los programas de educación cívica. La
historia institucional en esta materia registra interrupciones explícitas: durante los procesos
electorales (octubre del año previo a la elección al mes de agosto del año de la elección) los
proyectos educativos entraban en receso para dedicar total atención al proceso electoral,
casilla, tanto en oficinas centrales como en los órganos desconcentrados. 174 Sin embargo, a
Con todo, pese a las dificultades y resistencias para superar esta tajante separación
173
Como lo comenté en páginas previas, el IFE ha trabajado este enfoque de competencias en el programa Educar para la
Democracia, dirigido a población infantil escolarizada
174
Sandra García, directora de la dirección de Educación Cívica y Participación Ciudadana de la DECEYEC, da cuenta
de esto: en procesos electorales anteriores “la educación cívica bajaba las cortinas y se dedicaba a hacer planeación en lo
que concluía el proceso y podíamos volver a salir a trabajar con los grupos de población” (IFE-DECEYECaa, 2007, p. 3).
175
Aún ahora se dice que “otra dificultad fue que el proyecto se ejecutó de manera conjunta con las tareas de capacitación
electoral para el proceso electoral federal 2005-2006, por lo que se le dedicó el mayor tiempo posible cuando dichas tareas
lo permitieron”: vocal del distrito 12, Estado de México (IFE-DECEYECz, 2007).
212
educación cívica en la estrategia de comunicación y campaña de difusión en medios
electrónicos e impresos; y desarrollar el programa Educación para el ejercicio del voto libre y
razonado a través de 300 proyectos distritales. De esta manera, las tres funciones
primera propuesta formal relativa a la educación cívica para el sufragio en el proceso electoral
público… y promover las competencias cívicas básicas para elevar el nivel y la calidad de la participación
electoral, como una condición necesaria para contribuir a mejorar la calidad de la democracia mexicana
Educación para el ejercicio del voto libre y razonado por parte de la Comisión, se insiste en la
utilidad del voto como medio para canalizar demandas ciudadanas hacia las instituciones
rendición de cuentas de los gobiernos a los ciudadanos; se alude a Amartya Sen (1999, p.
190-191), quien afirma que “los gobernantes tienen incentivos para escuchar lo que quieren
los individuos si tienen que hacer frente a sus críticas y buscar su apoyo en las elecciones”.
necesario para que un régimen pueda llamarse democrático. Al ser el voto un instrumento que permite
brinda a los ciudadanos la oportunidad de llamar la atención sobre sus necesidades e intereses
generales, así como para demandar que las autoridades lleven a cabo acciones que las satisfagan (IFE-
por unanimidad Educación para el ejercicio del voto libre y razonado, a partir de lo cual da
inicio el primer programa de educación cívica dirigido a los ciudadanos en ejercicio (adultos),
A continuación, antes de dar cuenta del proceso de diseño de los proyectos distritales,
promoción del voto libre y razonado en zonas estratégicas y elevar la eficacia de las acciones
de educación cívica.
cívica, que hace posible que las juntas distritales adapten la estrategia general a las
significativos de la vida cotidiana de las personas. Ante recursos siempre escasos, este
quienes enfrentan mayores dificultades para el ejercicio de sus derechos son los ciudadanos
214
que viven en condiciones de pobreza y son víctimas de diversas expresiones de exclusión y
Asimismo, en la formulación del programa Educación para el ejercicio del voto libre y
colaboración con diversas organizaciones en los proyectos distritales, así como instrumentos
cuentas para toda acción y proceso educativo institucional (IFE, 2005, p. 67). Estas medidas
educativa. Además, desde una visión integral que articula las estimaciones cuantitativas y las
de manera sistemática y confiable el impacto social de las acciones educativas, y con ello
garantizar la objetividad y certeza que exigen los principios rectores que guían a la institución,
así como mejorar la calidad del bien educativo que como organización el IFE ofrece a la
sociedad.
Para una institución como el IFE resulta de vital importancia conocer sistemáticamente el estado que
guarda la educación cívica en el país, particularmente el resultado e impacto de las acciones y procesos
educativos que impulsa. De ahí que se requiera contar con un programa de evaluación permanente e
integral que permita determinar el impacto de esta política de educación cívica, garantizar la oportuna
176
La marginación social es el indicador elegido para definir las zonas y grupos sociales en los que debe focalizarse la
acción educativa institucional. A partir de los índices de marginación que maneja el CONAPO, se identifican los
municipios de cada distrito electoral que presentan los valores más altos.
215
toma de decisiones así como rendir cuentas a la sociedad mexicana respecto a su desempeño (IFE,
2005, p. 86).
condiciones sociales que pueden generar o favorecer prácticas de compra y/o coacción del
persistencia de prácticas de compra y/o coacción que condicionan la libertad del voto y
afectan principalmente a los habitantes de zonas de alta marginación social. Con todo, se
de abstencionismo, con cifras que tendían a incrementarse, y la baja calidad del voto debido a
pública que hace posible una elección razonada y responsable. En consecuencia, frente a la
acciones diferenciadas, así como definir grupos y zonas prioritarias de atención, en función de
materiales para el ejercicio de sus derechos ciudadanos y los ponen en desventaja para el
ciudadanos, lo que implica oportunidades diferenciadas para el ejercicio pleno de sus derechos; por lo
cual no basta con una estrategia de promoción y difusión con contenidos y modalidades generales, sino
que resulta esencial el diseño de acciones educativas regionales y específicas para atender a públicos
definidos, caracterizados a partir de sus perfiles socioculturales y de las condiciones que pueden limitar
Para conocer las características distritales y las condiciones locales en las que se
realizan las tareas de capacitación electoral y educación cívica, desde 1999 el Instituto ha
conflictos políticos y/o religiosos, zonas navales o militares, niveles de escolaridad, problemas
construye y actualiza un índice que lleva a identificar en cada distrito electoral la presencia de
uno o varios elementos que pueden impedir, obstruir, demorar o entorpecer los trabajos
217
distritos, buscando una mayor eficiencia y efectividad en la planeación, ejecución y evaluación
de las actividades.
principio de focalización de las políticas educativas del Instituto, se llevó a cabo un estudio
participación electoral”.178 A partir de ésta, se definieron cinco tipos de municipios según sus
Hidalgo 11 4 (1, 3, 5 y 7)
Estado de México 26 15 (1, 2, 3, 4, 6, 9, 12, 18, 23, 25, 33, 35, 37,
38 y 40)
178
El municipio, y no el distrito electoral, fue la unidad geo-electoral de análisis porque permanece constante; esto permitió
integrar variables socioeconómicas y evitar que las modificaciones realizadas en 2005 a la distritación electoral afectaran la
disponibilidad y compatibilidad de la información. Los datos utilizados en este estudio provienen de fuentes oficiales. Los
electorales, de datos del IFE sistematizados en Estadísticas de las elecciones federales de México; los sociodemográficos,
del Sistema Nacional de Información Municipal del Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal de la
SEGOB; los relativos a la presencia de programas sociales federales en los municipios, del documento Integración
municipal de microrregionales nacional de la SEDESOL.
179
En el primer grupo se agruparon municipios cuyo promedio de participación electoral era menor al promedio nacional y
que muestran tendencias negativas al abstencionismo tanto en elecciones presidenciales como legislativas; en el segundo,
municipios con un promedio de participación mayor al promedio nacional, pero que en ambos tipos de elecciones muestran
tendencias de abstención electoral; en el tercero, municipios con una participación menor al promedio nacional, pero que al
menos en un tipo de elección muestran tendencia positiva; en el cuarto, municipios con participación mayor al promedio
nacional y con tendencia positiva en un tipo de elección; en el quinto, municipios con participación mayor al promedio
nacional y con tendencia positiva en ambos tipos de elección.
218
Oaxaca 27 7 (2, 3, 4, 5, 6, 8 y 9)
Tlaxcala 19 3 (1, 2 y 3)
Yucatán 15 3 (1, 2 y 5)
Quintana Roo 1 2 (1 y 3)
Guerrero 4 1 (5)
Totales 173 64
De manera más específica, el municipio fue la unidad de análisis a partir del cual se
definió este universo estratégico, lo que permitió conocer con mayor precisión las cifras de
fenómeno de compra y/o coacción del voto: nivel educativo de la población adulta (porcentaje
Si bien el IFE no tiene facultades para investigar actos ilegales sobre el posible uso
secreto y razonado de los ciudadanos”.180 Para los fines de esta política interesa, más que
coacción del voto -que por lo demás es difícil-181, detectar las condiciones que favorecen su
180
Intervención de Teresa González Luna en el Consejo General del IFE del 27 de junio de 2006. A poco menos de 10 días
de los comicios federales del 6 de julio de 2006 y a petición de la Coalición Alianza por México, en el punto 8 del orden del
día la DECEYEC presentó un informe respecto de la posible detección de la utilización electoral de los padrones de
beneficiarios de los programas sociales de gobierno.
181
El fenómeno de compra y/o coacción del voto cuenta con un único indicador para medirlo que es el de las denuncias de
delitos electorales que se hacen ante la FEPADE, pero es equívoco porque no hay necesariamente una correspondencia entre
la cantidad de denuncias y la dimensión del problema, la percepción de lo que es una práctica ilegal en el marco
democrático puede variar de una región a otra y de un grupo social a otro, además de que es incipiente en nuestro país la
cultura de la denuncia.
219
reproducción y ubicar en la geografía electoral a los grupos sociales que resultan más
vulnerables a ellas.
que entre los elementos estructurales que lo producen está el de la existencia de un cultura
puede centrarse sólo en el desarrollo de un nuevo aprendizaje político, sino que tiene que
acompañarse con modificaciones en las normas que regulan las relaciones entre la sociedad
Por compra y coacción del voto entendemos aquellas prácticas que a través de amenazas, dotación de
insumos materiales o dinero, prácticas de inducción tales como solicitud de datos personales o retención
de la credencial de elector, impiden que el voto se manifieste como un derecho individual, libre e
intransferible. Estas prácticas y delitos electorales pueden ser cometidos por funcionarios electorales,
que la variable que más puede afectar la capacidad de los ciudadanos para ejercer un voto
para ejercer el voto de manera libre y razonada, por lo cual aumenta la probabilidad de
182
compra y/o coacción del voto” (IFE-DECYECj, 2005, p. 8). Esta hipótesis sostiene la idea
de que para participar de manera eficiente en una democracia se requiere tener acceso a un
182
El mismo PEEC (2005, p. 54) parte del supuesto general de que “la pobreza, así como las diversas expresiones de
exclusión social o discriminación, son factores que impiden igualar las condiciones de participación democrática en nuestro
país”. La DECEYEC encuentra que la literatura clásica sobre el tema (Almond y Verba, Dahl, Lipset y Huntington, entre
otros), así como investigaciones empíricas internacionales (Education and Democratic Citizenship in America, de Norman
H. Nie et al) y nacionales (Gutiérrez y Palma, 2005) coinciden en que hay una correlación positiva entre educación y
participación.
220
mínimo de información sobre los asuntos públicos y las instituciones de gobierno, así como la
capacidad de procesar esta información, para lo que es fundamental contar con un mínimo de
educación formal. Esto significa que un mayor nivel educativo facilita que la participación
electoral sea de mayor calidad de acuerdo con los estándares democráticos, pero no
La otra variable que propicia la presencia de actos ilegales de compra y/o coacción del
voto es la existencia de recursos, sobre todo públicos, que pueden condicionarse a cambio
de renunciar al libre ejercicio del sufragio y ser usados con fines partidistas, dando lugar a la
convenio con la UAM, revela que la participación electoral aumenta entre quienes residen en
hogares donde algún miembro es beneficiario de algún programa social. Asimismo, estudios
eslabón más susceptible de incurrir en prácticas de manipulación son las autoridades y los
operadores en el ámbito local, esto es, los enlaces municipales en el momento de entregar los
beneficios y entrar en contacto directo con la población beneficiaria. 185 En efecto, los bienes
bienes difusos, son más efectivos para la manipulación de los beneficiarios, sobre todo en los
183
En el Seminario Internacional “Candados y derechos: protección de programas sociales y construcción de ciudadanía”,
celebrado en el mes de abril de 2007 y organizado por el PNUD, en el que participaron el IFAI, FLACSO, CIESAS,
SEDESOL, Cámara de Diputados, Incide Social, A.C, y SEFUPU, entre otras instancias, la educación cívica aparece como
parte de las políticas públicas de protección de derechos y fortalecimiento de la ciudadanía. Se reconoce que no basta con
los candados y mecanismos de fiscalización contemplados en los mismos programas gubernamentales; se requiere, por
supuesto, de una acción educativa en los sectores que presentan mayor vulnerabilidad respecto al ejercicio de sus derechos.
184
Véase el Monitoreo de Programas Sociales en contextos electorales, coordinado por la SEDESOL en el 2006, en el que
participaron diversos organismos como El Colegio de México, Fundar, Berumen, CIESAS, y Probabilística, así como el
Diagnóstico sobre la vulnerabilidad político-electoral de los programas sociales federales elaborado por el PNUD en
marzo de 2006.
185
Datos de la SEDESOL, en su primer informe trimestral de 2006, reportan que al 31 de marzo de ese año el Programa
Oportunidades atendía 4 millones 938 mil 600 familias, distribuidas en 85 mil 805 localidades de 2 mil 435 municipios en
las 32 entidades de país con 5 millones 256 mil 300 becarios, y a 1 millón 227 mil 909 familias en 16 mil 534 localidades
indígenas.
221
concentre en las comunidades atendidas por programas sociales que ofrecen este tipo de
Ante estos datos, considero que corresponde al IFE considerar que “cuidar la elección
Programa Oportunidades que atiende a los grupos de población más vulnerables del país en
voto”.186 Pero, sobre todo, comparto la idea de Raphael (2009, p. 296) de que, para evitar la
manipulación del voto, es necesario que los beneficiarios de los programas sociales
comprendan que éstos “son una derivación de sus propios derechos y no el producto de una
graciosa dádiva del gobernante en turno”, por lo que es necesario aportar a los ciudadanos, a
través de una política de educación cívica, las herramientas para blindar su propia libertad.
En este sentido
Si de evitar el intercambio de favores por votos se trata, más que blindar a las políticas o a los programas
públicos, sería conveniente hacerlo con los ciudadanos susceptibles de ser manipulados. No es tan
relevante que los programas sociales presenten vulnerabilidades y, por tanto, puedan ser usados
arbitraria o discrecionalmente por los líderes políticos, como que los derechos de las personas
Ahora bien, desde la hipótesis de trabajo de que en los casos en que haya
convergencia de estas dos variables (bajo nivel educativo y recursos públicos en programas
sociales) con una alta participación electoral, es mayor la probabilidad de que la participación
no cumpla con los requisitos mínimos democráticos, es decir, un voto libre y razonado, se
(en ambos casos superior al 60%), en donde todos son beneficiarios de programas sociales,
186
Intervención de la Consejera Electoral Teresa González Luna en el acto “Informe de la Coordinación Nacional del
Programa Oportunidades: blindaje electoral 2006” que se llevó a cabo el 8 de febrero de 2006.
222
voto. Cabe destacar que estos municipios se concentran en 17 distritos electorales de los
proyectos de educación para el voto para prevenir la compra y/o coacción del voto.
proceso electoral 2005-2006, se aprobó una nueva distritación electoral que buscó el
equilibrio poblacional en los 300 distritos electorales uninominales federales para una mejor
representación política, de manera que el voto de los ciudadanos tuviera el mismo valor al
distrital radica, desde la perspectiva del presente trabajo, en la consideración de que toda
los ciudadanos en el valor de su voto, pero también en el hecho de que se trata de la primera
vez en la historia de México que se considera a la población indígena como un criterio para la
conformación de los distritos electorales, dando así cabal cumplimiento a los preceptos
187
El 11 de febrero de 2005, el Consejo General del IFE aprobó las modificaciones en la geografía electoral, dando lugar a
una nueva distritación que traza los límites geográficos de los distritos electorales del país con el objeto de conformar una
mejor distribución de los habitantes en los ámbitos distritales y lograr una mejor representatividad política de los
ciudadanos.
188
Se trata de la reforma constitucional del 18 de julio de 2001. Para mayor información sobre el proceso de distritación en
lo general y el criterio de agrupamiento de municipios con población indígena, véase IFE, 2005, Distritación 2004-2005:
camino para la Democracia, México.
189
Campeche, Chiapas, Estado de México, Guerrero, Hidalgo, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí, Veracruz y
Yucatán son las 11 entidades del país entre las que se distribuyen los 28 distritos electorales indígenas, los cuales
representan el 45% del total nacional con poco más de 5 millones 620 mil indígenas. Se estima (CDI) que la población
indígena del país representa el 12.7% de la población nacional, distribuida en cerca de 20 mil localidades, ocupando el
octavo lugar en el mundo en cuanto a diversidad cultural. Sin embargo, factores como la dispersión territorial y la
existencia de fronteras estatales impidieron que otros pueblos indígenas (como el cora, huichol, purépecha, seri y
tarahumara) se conformaran como tales con al menos 40% de población indígena.
223
Adicionalmente, se realizó, junto con la Comisión Nacional para el Desarrollo de los
temáticos: a) el análisis sociocultural de los pueblos indígenas con presencia en cada distrito,
los resultados electorales de las cinco elecciones realizadas en el lapso de 1991 a 2003, que
contrastante. Uno de los resultados iniciales de este estudio fue la construcción de una
190
A petición de la Comisión Nacional para el Desarrollo de Pueblos Indígenas, se incluyeron los distritos 3 y 4 ubicados
en Mérida, Yucatán, ya que en ambos casos la población indígena es cercana al 40%.
224
Baja conflictividad y menor Tunkas
abstención.
Estado de México y Yucatán.
TOTALES 6 distritos 12 municipios
Entre los principales hallazgos del estudio, se observa, por un lado, que en los distritos
indígenas se registra una alta abstención con baja competencia electoral (a medida que
tampoco una relación significativa entre las variables electorales (abstención, competitividad,
irregularidades identificadas en los distritos indígenas y las detectadas en otro tipo de distritos
electorales, lo que indica que las modalidades de compra y coacción del voto, las formas de
analizadas, no evidencian una relación directa con las formas de organización política y los
PNUD y el IFE, así como de los resultados del mencionado diagnóstico, se promovió de
educativa (PEEC), que conlleva una visión nacional con enfoque local de las acciones
institucionales, es uno de los elementos que hizo posible que en cada una de las 300 juntas
191
En un documento posterior a las elecciones (IFE-DECEYECy, 2007), en el marco de un nuevo proyecto de
Fortalecimiento de la cultura democrática en los distritos indígenas de México impulsado por las mismas instituciones, se
reconoce por parte de la CDI que tan sólo el 1% del gasto consolidado que se dedica al tema indígena se destina a
actividades de cultura política.
225
distritales se diseñara, instrumentara y evaluara un proyecto específico de educación para el
manera centralizada. Asimismo, permitió dar un uso más racional a los recursos escasos
destinados a este programa, al concentrarlos en las zonas donde el ejercicio del voto libre y
Por otra parte, desde la perspectiva de las políticas públicas, Educación para el
ejercicio del voto libre y razonado adquiere especial relevancia porque representa el inicio del
proceso de descentralización del modelo de gestión de las acciones de educación cívica del
Instituto. Esto significa que, bajo objetivos, principios, criterios y lineamientos comunes,
establecidos en el mismo PEEC y en la estrategia nacional, por primera vez los órganos
adecuadas para llevarlo a cabo. Además, este programa se planteó como ejercicio piloto para
hacer un diagnóstico de las competencias requeridas por los funcionarios del IFE para
diseñar, ejecutar y evaluar proyectos educativos, con miras a dotarlos y/o fortalecer en el
Cada una de las 300 Juntas Distritales Ejecutivas del IFE diseñó su proyecto de Educación
para el ejercicio libre y razonado del voto, con base en el marco institucional y la estrategia
nacional común. Para tal efecto, se estableció una “cédula de registro de proyectos
distritales”, acompañada de una guía para su llenado, en la que los vocales del área de
226
atender, definieron el objetivo particular y las competencias cívicas a desarrollar, propusieron
contaron, por un lado, con una página electrónica de consulta e intercambio de información e
ideas; por otro, con una “carpeta de información básica municipal” que incluyó información
cartografías; tipologías municipales en función de cada demarcación distrital; una guía que
resume en ocho pasos el procedimiento para diseñar el proyecto; y los documentos básicos
del programa general. Esta carpeta se fue ampliando con otros materiales para apoyar la
por personal de oficinas centrales. Cada uno de ellos fue objeto de recomendaciones y
observaciones para la mejora de los mismos, mediante oficio o asesoría presencial, con la
idea de animar y estimular esta primera experiencia, a partir de tres criterios de validación
los planteamientos del programa Educación para el ejercicio del voto libre y razonado y,
En esta línea, con el propósito de garantizar que no hubiera ningún proyecto distrital
cuyo diseño fuera insuficiente, sobre todo en los 64 distritos de atención prioritaria, durante los
últimos días de marzo y el mes de abril de 2006 se llevaron a cabo sesiones de asesorías
personales a los vocales, para orientarlos y fortalecer el diseño de sus proyectos en las
partes en que la DECEYEC identificó deficiencias. Esta dirección reporta que el 90% de los
vocales asesorados modificaron uno o varios aspectos de sus proyectos originales: 47% en la
227
llevarla a cabo, y 57% en la planeación de las acciones con un criterio estratégico (IFE-
DECEYCo, 2006).
del contexto local, con énfasis en las necesidades educativas y los datos electorales, en la
del objetivo. La descripción hecha por el vocal del distrito 8 de Guerrero ilustra estos
diagnósticos:
de 35.92% (en tanto el del distrito en su conjunto es de 28.58%) y el promedio de ingreso anual per
capita es de 30 mil pesos. Por otra parte, los medios de comunicación en esta región tienen un alcance
limitado: en radio se sintonizan sólo tres estaciones, en televisión cuatro y se distribuyen diez
periódicos… Durante las elecciones intermedias disminuyen las campañas de sensibilización sobre la
participación ciudadana en el proceso electoral, por lo que el IFE figura como el único actor que
emprende actividades en ese sentido. En cambio, en periodos de elecciones presidencial y locales otros
actores de la sociedad civil y la iniciativa privada, al igual que los partidos políticos, intensifican sus
siguiente manera el proyecto que tuvo como objetivo enfrentar las prácticas de compra y/o
coacción del voto y capacitar a las personas para desarrollar un mínimo juicio crítico que las
A pesar de que diversos partidos han gobernado algunas presidencias municipales, en la realidad han
sido alternancias simuladas. Los grupos de caciques han dispersado sus miembros en todas las
instituciones partidistas, de tal forma que las familias que integran las oligarquías conservan el poder
social al margen del partido político que gana la elección de ayuntamiento, y siguen haciendo alianzas
fuera del marco jurídico, sobre la base de ofrecer la garantía de una cantidad segura de votos a favor de
necesariamente la autoridad municipal, por lo que resulta difícil tipificar el delito (IFE-DECEYECz, 2007,
p.32).
228
Respecto a los destinatarios del proyecto educativo, por ejemplo, el distrito 12 del
Estado de México los definió de la siguiente manera: “La población joven de las secciones
0938, 0986, 1045 y 1048 del municipio de Chalco. Se seleccionó a esta población porque,
según estudios realizados, son los jóvenes entre 19 y 34 años quienes menos participan en
las elecciones” (IFE-DECEYECz, 2007, p. 28). A partir de esta consideración, se trabajó con
Ahora bien, una muestra de la formulación de los objetivos del proyecto distrital, la
aporta el distrito 1 de Yucatán: “Educar a los jóvenes en el tema del voto libre y razonado, en
particular en lo referente a los aspectos que atentan contra el sufragio, como la compra y
coacción del voto; fomentar en los jóvenes la intención de votar; motivar a los jóvenes para
En una visión de conjunto, los problemas que los proyectos distritales se plantearon
Abstencionismo 251
Tal como lo señalé previamente, en todos los agrupamientos de los proyectos, ya sea
suma la cantidad de 300, debido a que varios de ellos se plantearon atender más de una
229
problemática y/o grupos de población prioritaria. En relación a éstos últimos, los proyectos se
plantearon lo siguiente:
Jóvenes 192
Indígenas 31
definió como grupo objetivo a los ciudadanos insaculados y a los propios CAE.192 Me parece
educativo, toda vez que los más de 23 mil capacitadores que fueron contratados para las
de capacitación, con 7 millones 103 mil 921 ciudadanos (97.4% del total de ciudadanos
insaculados en el mes de marzo para fungir como funcionarios de las mesas directivas de
casilla), de los cuales 4 millones 449 mil 463 recibieron de manera directa y personal la carta-
notificación y el mensaje motivacional del IFE, mientras que a 2 millones 266 mil 514
Al recuperar las estrategias distritales que se centraron en los CAE, como la del distrito
que 97% de los mismos mostró interés. Sin embargo, conforme se desarrollaron las
principalmente a la falta de tiempo para dialogar con la población objetivo, sobre todo ante la
necesidad de cumplir con las metas de capacitación electoral, mientras que otros
argumentaron que las tareas de educación cívica no correspondían a las labores para las que
coacción del voto, uno de los objetivos centrales del programa Educación para el ejercicio del
voto libre y razonado, se distinguen en los diseños de los proyectos particulares dos líneas de
se montaron en la estrategia que la DECEYEC implementó par reforzar las acciones de los
poco más de la cuarta parte de la geografía electoral del país (80) se atendió este problema,
ya sea de manera exclusiva o como parte de objetivos más amplios: 63 distritos lo abordaron
voto.
compra y/o coacción del voto, se destaca que “es todavía una práctica muy recurrente, como
“evitar la compra del voto se dificulta notablemente en una población aislada, sumida en la
(IFE-DECEYCz, 2007, p. 10). Más aún, en el caso del distrito electoral 1 el estado de
Yucatán, se dice que en los municipios que tienen población indígena mayoritaria y altos
231
Y se favorece que a cambio de dádivas o prebendas emitan su sufragio a la vista de los
funcionarios de casilla y los representantes de partido, sin que dispongan de las mamparas instaladas
para que los ciudadanos voten con libertad y en secreto (IFE-DECEYCz, 2007, p. 75).
Entre las entidades que otorgaron mayor importancia relativa a este tema destacan
Yucatán, Chiapas, Veracruz, Puebla, Jalisco, Hidalgo y Oaxaca, entidades en las que se
voto. En estos territorios, además de las acciones derivadas de los propios proyectos
distritales a cargo de los vocales del área, se distribuyó material impreso producido en oficinas
centrales y se realizó una campaña intensa de perifoneo durante las dos semanas previas a la
jornada electoral.
indígenas del país que no forman parte de los distritos indígenas definidos en dicha
distritación. De éstos, en 22 proyectos se buscó prevenir la compra y/o coacción del voto y en
democrática).
Campeche 01 1
Chiapas 02 y 03 2
Chihuahua 08 1
Durango 01 1
Guerrero 05 1
Hidalgo 02, 03 y 05 3
Jalisco 01 1
México 09 y 23 2
Nayarit 01 1
Sonora 03 1
Yucatán 01, 02 y 05 3
Una vez presentados y aprobados por la DECEYEC los diseños de los proyectos distritales,
entre el mes de marzo y junio de 2006 las 300 juntas distritales realizaron sus proyectos de
educación para el ejercicio libre y razonado del voto, a partir del marco institucional común y
con base en el diseño específico que cada una elaboró. De acuerdo con el principio de
“visión nacional con enfoque local” del PEEC, cada junta adaptó la estrategia general al
contexto específico de cada distrito o grupo de distritos con características sociales similares.
60% de los proyectos distritales iniciaron la intervención educativa en marzo y abril, el 37% en
elaboró para cada uno de ellos una “carpeta didáctica” que contenía, entre otras
233
herramientas didácticas de apoyo, información sobre técnicas de trabajo grupal, clasificadas
en función de su utilidad para el trabajo con grupos de adultos (de presentación y animación,
guiones para elaborar productos audiovisuales de promoción del voto (cápsulas radiofónicas,
difusión a través del perifoneo y grabaciones para talleres); doce videos y dramatizaciones
cortas sobre compra y/o coacción del voto; dos cartas descriptivas de un taller breve (de una
Respecto a la utilidad de estos materiales, el 80% de los vocales del área reporta haber
utilizado al menos una de las herramientas didácticas contenidas en ella, principalmente las
agrupadas en los rubros de técnicas grupales (22%), ejercicios de reflexión (21%) y el taller
En esta misma línea de apoyo, para mantener una comunicación permanente con y
entre las juntas distritales y lograr una estrategia común, se estableció el uso de un
relacionadas con la compra y/o coacción del voto y otras prácticas que pudieran obstaculizar
intercambio de información entre los vocales sobre las formas concretas en que se
expresan estas conductas en sus regiones y las medidas que pudieran implementarse para
prevenirla, para contar con mayores elementos para responder a prácticas contrarias a los
principios y prácticas democráticas. Este sitio también se utilizó como foro para el
intercambio de experiencias sobre la aplicación de los proyectos entre los equipos distritales.
responsable del proyecto, participaron en la realización de las actividades otros vocales de las
234
distintas áreas ejecutivas (organización electoral, registro federal de electores, secretario y
vocal ejecutivo). Los reportes indican que en casi el 30% de los proyectos participaron
todos los vocales (29.5%); en el 86% un vocal adicional, distinto al del área; en el 61% el
vocal ejecutivo tuvo alguna participación; y en 15 de los proyectos en los cuales se identificó
que no intervino el vocal ejecutivo, se observa que -con excepción de un caso-, no colaboró
ningún otro vocal de la junta distrital. La verificación de esta situación lleva a la dirección a
confirmar que la participación del vocal ejecutivo desempeña un papel clave para que los
participación de los consejeros influye en la de los mismos vocales ejecutivos, pues cuando
2006).
organizaciones sociales locales que fungieron como aliados estratégicos… Entre los
convenios de colaboración que estableció el IFE con otras instituciones para el proceso
electoral, destacan algunas experiencias particulares, entre otros, el trabajo coordinado con
la SEDESOL en el caso del distrito 1 de Yucatán, y con la radiodifusora indígena XETLA “la
DECEYECz, 2007).
indica que 206 distritos se concentraron en la difusión de material impreso, mientras que en
193
Antes de la elaboración del PEEC, en febrero de 2004, la directora en ese entonces de la DECEYEC, María del Carmen
Alanís, reconocía que ha sido “sumamente complejo instrumentar las actividades de educación cívica con el apoyo de la
totalidad de los órganos desconcentrados, puesto que existía en el Instituto , y existe todavía, una inercia que tiende a
depositar en los vocales de capacitación electoral y educación cívica la responsabilidad total de los trabajos de educación
cívica” (IFE-DEYECECd, 2004, p. 3).
235
192 se llevaron a cabo foros de discusión y en 133 talleres educativos. En 77 casos se
de la población atendida, pero también al tipo de prácticas que comúnmente han realizado los
vocales.
el carácter de prueba piloto, dos de los talleres breves que se incluyeron en la “carpeta
didáctica”. Del taller “Ejercicio de promoción del voto libre y razonado para jóvenes”, se
realizaron 98 ejercicios en espacios escolares en los que participaron más de 5 mil jóvenes.
En el segundo caso, “Ejercicio de promoción del voto libre y razonado para población indígena
y/o con baja escolaridad”, se llevaron a cabo 125 ejercicios en zonas urbanas (53), zonas
rurales (67) y en zonas indígenas (5), en los que participaron un total de 2 mil 723 personas.
Entre las observaciones de los vocales que coordinaron estos talleres, se afirma que en lo
general la metodología planteada para realizarlos fue adecuada y permitió cubrir los objetivos
combinan alta participación electoral, bajo nivel educativo y presencia de programas sociales,
4 millones entre volantes, trípticos y carteles) y se intensificó, los días previos a la elección, la
236
difusión de mensajes promocionales a través del Sistema de Radiodifusoras Culturales
capacitación electoral y educación cívica (en año electoral) se destinó al programa global un
total de 5 millones 710 mil pesos, los cuales fueron aplicados de manera diferenciada entre
los 300 distritos electorales y las 32 juntas locales, en función de lo requerido en cada
proyecto, la tipología de complejidad distrital para realizar las tareas de educación cívica y la
distritos en rangos que fueron entre los 14 mil 900 y 23 mil 900 pesos; a las juntas locales les
correspondió el 8% del total, en montos que oscilaron entre 12 mil y 26 mil 440 pesos, de
dieron apoyos adicionales para apoyar sus proyectos de promoción del voto libre y razonado.
En su mayoría (93.6%), las juntas distritales reportan haber ejercido los recursos remitidos por
materiales de oficina y/o papelería, viáticos y gastos de movilización, así como alimentos y
DECEYECu, 2006).
operación del Instituto y a la novedad de hacer educación cívica en pleno proceso electoral.
clasifica los problemas en seis categorías: a) apatía de las instituciones públicas, privadas y
de la población objetivo (25%); b) las cargas de trabajo derivadas del proceso electoral (21%);
237
capacitación (20%); d) retraso en la radicación de los recursos financieros (16%); e)
problemas con el calendario escolar (10%); y f) otros (8%), relacionados con factores
El programa Educación para el ejercicio del voto libre y razonado constituye el primer
ejercicio formal de evaluación integral que se lleva a cabo para valorar las acciones de
educación cívica del Instituto, en el que se pone énfasis en los aspectos cualitativos de la
experiencia exploratoria que, además de pretender tener una valoración y medición del
impacto de las acciones realizadas, logra identificar las capacidades institucionales y las
Desde la fase de diseño de los proyectos distritales, se requirió a los vocales que
previeran y describieran el esquema de evaluación que aplicarían para medir los cambios
(desde cuestionarios orales o escritos hasta entrevistas con los grupos beneficiarios) y
La DECEYEC, por su parte, definió y aplicó los siguientes criterios para evaluar el
aspecto específico a evaluar y su vinculación racional con los otros elementos del proyecto,
esto es, si los medios son adecuados para lograr los fines y los objetivos guardan coherencia
238
evaluar es realizable en los tiempos y con los recursos propios de las equipos distritales. De
calificó a 15 de los proyectos como “sobresalientes”, lo que significa que fueron diseñados
“buenos”, aquellos bien diseñados en lo general, pero que precisaron de ligeros ajustes en
“insuficientes”, por lo que los diseños tenían que reelaborarse para cumplir con los requisitos
Para medir la calidad de las técnicas de evaluación que eligieron y aplicaron las juntas
distritales, la dirección estableció cuatro criterios: a) si las variables son claras y se refieren a
cubrió los cuatro criterios establecidos, el 25% tres criterios, el 24% dos criterios, el 27% un
sistematización arroja los siguientes resultados principales: el promedio nacional indica que
se cumplieron casi en su totalidad los objetivos planteados en el diseño original del proyecto;
sin embargo, el 79% revela que hicieron modificaciones a sus propuestas originales en lo que
tiene que ver con cobertura de atención, instrumentos de evaluación y actividades educativas,
194
Respecto a los reportes presentados por los vocales del área, hay que considerar que se recibieron adecuadamente y se
pudieron procesar 276 cédulas de los proyectos distritales. Las restantes 24 cédulas no se consideraron debido a que no
presentaron la información solicitada o ésta presentó inconsistencias notables.
239
En los datos globales se reporta que la población atendida en los 300 proyectos
distritales fue de 1 millón 373 mil 064 ciudadanos en el país. Sin embargo, al analizar la
información se advierte que la mayoría de los proyectos que reportaron las cifras más altas,
privilegiaron las actividades de difusión dirigidas a un extenso público, sin definir objetivos
educativos precisos. Los estados que reportan los números más altos son Chihuahua (246
mil, 380), Baja California (241 mil 157) y Guanajuato (127 mil 836). El resto de las entidades
Los destinatarios evaluados demuestran haber desarrollado las competencias propuestas en:
El promedio nacional fue de 3.3%, es decir, más de la mitad, pero menos del 90% de
los destinatarios evaluados en cada distrito demostraron haber desarrollado las competencias
propuestas. Sin embargo, hablar de “haber demostrado” deja en duda los observables. En
consistente con la evaluación de los mismos. Los datos resultantes no informan sobre el
A partir de los resultados del programa Educación para el ejercicio del voto libre y
razonado sólo es posible una aproximación exploratoria a los efectos e impactos de la política
educativa institucional. La misma DECEYEC reconoce que los resultados de esta evaluación
240
evaluación en el 68% de los casos, lo que afecta en diferentes grados la validez de los
resultados. Por otra parte, en el reporte del distrito 8 de Jalisco se acepta que:
El arraigo de competencias, como se sabe, no se logra de manera sencilla, es un proceso largo y que
requiere constancia. Cualquiera que afirme que en el lapso de cuatro meses logró arraigar
competencias cívicas seguramente será poco creíble. A lo más, lo que se puede lograr es la motivación
y el razonamiento que le den sentido elemental a ciertas acciones” (IFE-DECEYECz, 2007, p. 7).
El cambio de percepción que más se observó fue con respecto a la confidencialidad del voto, ya que
SEDESOL) manifestaron en el primer cuestionario su duda respecto a que los partidos políticos, sus
representantes o los propios funcionarios de casilla podían enterarse del sentido de su voto, percepción
cívica que implican a los propios vocales.195 Esto supone, como efecto paralelo, introducir la
cultura de la evaluación entre los funcionarios y evitar las resistencias y simulaciones cuando
ésta se entiende como un instrumento de control y castigo para los responsables de los
instituciones.
Por ejemplo, en el distrito 4 de Puebla se registra en los resultados del proyecto que
En las 20 secciones electorales donde se aplicaron los cuestionarios (antes y después de los talleres), el
porcentaje de abstencionismo fue levemente inferior al registrado en el promedio del distrito, pero se
reconoce que no se puede afirmar que esto sea consecuencia directa de las actividades de educación
de Jalisco, se aduce que la falta de tiempo explica, en buena medida, los resultados limitados:
195
La misma DECEYEC toma los datos con cautela, toda vez que los vocales distritales incluyen por primera vez esquemas
de evaluación cualitativa. Este sólo hecho significa un avance si se considera que se trata de una nueva experiencia en el
área de educación cívica del IFE y no se cuenta todavía con las competencias necesarias para hacerlo.
241
El cúmulo de actividades correspondientes al proceso electoral y otras, programadas o no, redujeron de
manera significativa el grado de atención que se podía poner a este proyecto. Este aspecto afecta no
sólo a los coordinadores del proyecto, sino también a los ejecutores en campo, esto es, los
económicos, pues si éstos hubieran llegado con anticipación y en mayor cantidad se podrían
haber realizado otras actividades, sobre todo de difusión” (IFE-DECEYECz, 2007, p. 86).
personas, grupos e instituciones interesados en el tema, así como para rendir cuentas del
trabajo que realiza el Instituto y poner bajo el escrutinio de la sociedad mexicana los
primer folleto para dar a conocer los programas anuales de educación cívica que dirige a la
población adulta, que incluye un CD con las bases de datos de las tres etapas de los
proyectos distritales (diseños, gestión y evaluación) y los documentos más importantes del
Sabemos que los resultados de esta experiencia son perfectibles. Por ello, uno de los compromisos que
el IFE refrenda con esta primera publicación es recuperar permanentemente las experiencias de cada
programa, de tal manera que mejoremos continuamente nuestras políticas de educación cívica. Con
esta publicación, el Instituto espera contribuir a la discusión en torno a los avances y desafíos que desde
los órganos de Estado y desde la sociedad misma, se enfrentan para la formación de ciudadanas y
área de educación cívica del Instituto, pero también para otras instituciones y grupos que en
fue reconocido por las Naciones Unidas al incluir el programa Educación para el ejercicio del
protección de los programas sociales en periodos electorales. Estas buenas prácticas están
242
referidas al desarrollo y ampliación de las capacidades institucionales y de los espacios de
electoral (IFE-DECEYECt, 2006). De esta manera, una buena práctica puede consistir en una
institucionales que buscan transparentar la gestión y operación de los programas sociales que
dependen de apoyos provistos por el Estado, y así vigilar que los recursos públicos lleguen
En el formato que el PNUD aplicó para identificar las buenas prácticas, el IFE registró
lo siguiente:
El IFE, de acuerdo con el artículo 69 del COFIPE, es responsable de promover el voto, asegurar a los
ciudadanos el ejercicio de los derechos político-electorales y velar por la autenticidad del sufragio.
Además, el Programa Estratégico de Educación Cívica 2005-2010 (PEEC) destaca a la ciudadanía como
Derivado de las tendencias abstencionistas registradas en el proceso electoral federal anterior (2003) y
de la persistencia de prácticas de manipulación del voto (especialmente entre ciudadanos con alto nivel
garantizar el ejercicio del derecho al voto, definimos como áreas de atención directa el abstencionismo y
los problemas relacionados con las restricciones al voto libre y secreto. Asimismo, partiendo de una
revisión crítica de los programas de educación cívica que se habían implementado hasta entonces, se
llegó a la conclusión que el nuevo programa debía desarrollarse en torno a dos principios rectores:
243
secuencia de los nuevos programas a instrumentarse entre el 2007 y el 2010 que integran la
ejercicio de los derechos ciudadanos básicos (civiles)” durante 2007; “educación para la
voto libre y razonado” en 2009, para cerrar en 2010 con una recuperación y evaluación del
Para finalizar, cabe resaltar que el desarrollo de Educación para el ejercicio del voto
cívica del IFE, toda vez que se trata del primer programa que se desprende de ella, cuya
alcance nacional que, con tal carácter, se desarrolló como parte del proceso electoral federal
del Instituto en torno al derecho político al sufragio libre y razonado de los ciudadanos.
244
IV. LA CONSTRUCCIÓN DE UN MODELO PARA EL ANÁLISIS DE POLÍTICAS
contenido de este capítulo. A partir de lo trabajado a lo largo del texto, hago una propuesta
transformar elementos clave implicados en las políticas educativas dirigidas a formar a los
que, desde mi punto de vista, han de ser consideradas en las políticas públicas de educación
Se trata, pues, de proponer una herramienta metodológica que sirva de fundamento y guía
para las políticas de educación ciudadana, así como para el análisis y retroalimentación de
experiencias concretas, en este caso, el programa Educación para el ejercicio del voto libre
y razonado que desarrolló el IFE en el proceso electoral federal 2005-2006, en el marco del
estructuras internas, ideas teóricas, expectativas del sentido común, entre otras cuestiones
245
conducen a seleccionar algunas características que resultan relevantes para la formación de
investigación. Sin duda, como bien señalan Atkinson y Hammersley (1994), el proceso de
campo.
ejercicio de las virtudes cívicas aparece, con distintos énfasis, como algo necesario para los
procesos democratizadores, “aunque no se sepa muy bien cómo educar ni cómo facilitar que
Toscano Méndez, 2009, p. 11), y pone en evidencia las dificultades que encierra su
modelo para el diseño y el análisis de prácticas de formación de ciudadanía, puede ser una
democracia.
más que un tipo ideal de modelo único o definitivo. La propuesta que hago es sugestiva y
no exhaustiva, puesto que de lo que se trata es de trazar caminos posibles y contar con
una brújula que, como instrumento de orientación, indique dónde dar las batallas e
196
Desde sus orígenes, como apunta Peña (2009, p. 99), la teoría política ha planteado dos instrumentos básicos para
garantizar la estabilidad y el buen orden de las sociedades políticas: “el recurso a las buenas instituciones (y a las normas
emanadas de ellas) y el recurso a la virtud, a la buena disposición de los ciudadanos a tomar parte activa en los asuntos
públicos y mantener ciertas actitudes y conductas en el espacio público”. Se trata, desde luego, de dos vías que no son
excluyentes y que de su conjugación depende, en buena medida, la salud de las sociedades democráticas.
246
identifique las cuestiones que hay que atender cuando se quiere incidir en este campo de
acción, pero no define un camino definitivo, ni un destino único y final. Más bien, descubre
pistas para moverse en cierta dirección en la que, por cierto, asoma un horizonte de futuro
tampoco imponer las propias visiones como las únicas, pero sí considerar, como
acertadamente sugiere Guttman (2001), que todos tenemos posiciones en relación con el
mundo, la vida, la política y la educación, que es conveniente explicitar y deliberar con otros.
advierto que la realidad es más compleja y que los componentes de cualquier modelo se
encuentran mediados no sólo por los propósitos que animan su construcción, sino también
por las condicionantes de la vida social. De ahí que encuentre conveniente que el diseño,
el marco de las políticas públicas, toda vez que posibilita que, de manera permanente, se
de operación, de manera que la mirada no se centre sólo en las acciones concretas que se
realizan sino en las razones que las motivan. Construir y trabajar en torno a modelos no
significa que se deba analizar y evaluar todo al mismo tiempo (Nirenberg, Brawerman y Ruiz,
2000), así como tampoco se reduce a la disyuntiva de elegir entre modelos o no modelos
sino, más bien, entre una conciencia crítica de su empleo o una aceptación acrítica de los
197
El propósito de esta propuesta de modelo responde, en cierta manera, a la metáfora de “mapa” a la que recurre Lechner
(2003, pp. 12-13) : “El mapa es una construcción simbólica que mediante determinadas coordenadas delimita y estructura
un campo „como si‟ fuese la realidad. Tal representación simbólica de la realidad tiene una finalidad práctica: el mapa nos
sirve de guía de orientación…. Ayuda a acotar el espacio, establecer jerarquías y prioridades, estructurar límites y
distancias, fijar metas y diseñar estrategias. En fin, hace accesible determinado recorte de la realidad social a la
intervención deliberada”.
247
En suma, la idea básica es armar un esquema analítico-conceptual que aporte, en
educación para el voto. Asimismo, pretendo ofrecer un conjunto de criterios básicos que
problemas implicados en las políticas públicas y en la educación cívica, sino establecer una
La educación debe ser democrática tanto por sus fines como por sus procedimientos.
Estimo que la educación cívica no puede plantearse como un imperativo abstracto y válido
específicos y está vinculada a territorios; dicho en términos de Augé (2004), son las
situaciones las que evocan o refieren un contexto y sus efectos en el mismo. Es válido, en el
análisis de las situaciones, poner énfasis en algunos de sus momentos o aspectos, para
identificar elementos o puntos de referencia claves que permitan nutrir el debate público,
pero, sobre todo, hacer propuestas significativas en materia de política educativa, que
resulten de utilidad para quienes intervienen en este campo de acción. Asumo que, como
importante es que, a mi modo de ver, es perfectible, sobre todo si, como principio, se
propone como un esquema abierto, para que sean quienes participan en los proyectos
definan los aspectos a observar y pongan los énfasis o acentos que consideren pertinentes,
248
1.1 Las definiciones teóricas
Para empezar, es importante explicar el por qué opto por el término de educación cívica, y
no por cualquiera de las otras denominaciones que se han usado y a las que se recurre
para dar cuenta de la formación de los ciudadanos en y para las democracias.198 Este
concepto y como práctica, para referir, tanto a la formación que reciben los ciudadanos,
como los futuros ciudadanos; a la educación en el ámbito formal, como la que ocurre más
ya que demanda una educación permanente a lo largo de la vida.199 Con todo, la razón
principal y suficiente de esta elección radica en que “educación cívica” es el término que
asume la norma constitucional para referirse a las atribuciones del IFE en materia de
Por otra parte, considero que el uso del término educación cívica brinda la oportunidad
para recuperar el sentido de lo cívico como ámbito que designa el espacio de lo público y
entrañan civismo; esto es, prácticas y disposiciones que hacen posible la existencia
198
En los capítulos precedentes he dado cuenta de los distintos vocablos y maneras que en la historia nacional y en la
actualidad se han usado para referir la formación de los ciudadanos tanto en el ámbito educativo formal e informal.
199
El uso de la expresión “educación cívica”, casi siempre “alude a algún tipo de vínculo entre la acción educativa dirigida a
los miembros de las nuevas generaciones y el desempeño de esos mismos individuos una vez que se han incorporado a la
ciudadanía, pero el modo en que ese vínculo y esa acción son concebidos puede variar enormemente” (Da Silveira, 2009, p.
201).
249
colectiva, el involucramiento público y las prácticas de la convivencia social. También
sociabilidad que tiende a proteger entre sí a las personas y a comprometerse con la cosa
pública. Como bien apunta Kymlicka (2003), la civilidad democrática es aquella que se
democrática.
unívoco y que, de la definición que se adopte, depende, en gran medida, los fines,
sobre la formación para la ciudadanía. Para el modelo teórico, propongo, en cambio, una
definición propia y abierta de educación cívica como medida clarificadora que, a partir de las
específicas en función del énfasis que se quiera dar a alguno de sus elementos y, claro está,
de políticas pública de educación cívica arribo luego de una reflexión previa de carácter
conceptual sobre el significado que se le atribuye, sobre el tipo de ciudadano que se desea
200
No se puede asimilar la educación a la socialización política. La distinción que establece Guttman (2001) me parece
pertinente: mientras que la socialización es un concepto que incluye los procesos por los que las sociedades transmiten los
valores políticos, actitudes y formas de conducta de los ciudadanos mediante procesos no intencionales (“reproducción
social inconsciente”), la educación refiere procesos de “reproducción social consciente”.
250
formar y sobre la democracia que se aspira a construir, considerando que en una sociedad
democrática
La educación política (el cultivo de las virtudes, el conocimiento y las habilidades necesarias para la
participación política) sí tiene primacía moral sobre otros objetivos de la educación pública. La
educación política prepara a los ciudadanos para participar al reproducir de forma consciente su
terreno de lo posible, pero también de lo deseable; esto es, de la “idealidad política”, sobre
todo, cuando nos referimos a la formación de los futuros ciudadanos (Latapí, 2004; Guevara
los capítulos precedentes, estimo que ésta tiene su especificidad en función del objetivo
otros sistemas políticos, se define tanto por las elecciones y los mecanismos de toma de
derechos ciudadanos. En democracia un buen ciudadano es aquel que conoce y ejerce los
derechos que le están garantizados en la ley, pero que además, sabe de los mecanismos
Así, considero que la meta a largo plazo de la educación cívica es la formación de los
251
de educarlos políticamente para vivir en democracia, a partir de los contenidos de la
ciudadanía y democracia moderna. Esta educación está destinada a promover entre los
desarrollar la democracia como forma de vida y recuperar la política como capacidad propia
de los ciudadanos. Se trata de una formación política que implica, entre otros retos, el
pública a través principalmente del voto, pero también de la deliberación, en la que los
legislación que los vincula, en un proceso progresivo de mutua justificación” (Guttman, 2001,
p. 14).201
tercer capítulo de la primera parte de esta tesis, hago un balance crítico y tomo posición
construcción del modelo que propongo. Considero que, aunque el referente principal de
estos enfoques son los niños y los jóvenes en los sistemas educativos nacionales
de ciudadanos. 202
Desde mi perspectiva, los distintos modelos que refieren los autores revisados (Giroux,
Suzán Reed, Latapí, Schmelkes y Vázquez) y los diversos planteamientos de éstos y otros
teóricos (Guevara Niebla, Cortina, Guttman, Ortega y Mínguez, Bárcena y Mélich, de manera
201
Para Guttman (2001), quien propone la formación de una “ciudadanía deliberativa”, la deliberación debería ser el
objetivo primario de la educación pública, lo que implica el desarrollo de varias habilidades como la capacidad de leer y
escribir, calcular y formar un pensamiento crítico, tener noción del contexto, entender y apreciar otros puntos de vista e
interiorizar valores como la veracidad, el criterio práctico y la integridad cívica.
202
Desde luego, atiendo la recomendación que en el momento de la formulación de la política educativa del IFE hizo
Miguel Bazdresch (correo electrónico del 6 de agosto de 2004), en el sentido de cuidar no traslapar sin más teorías
pedagógicas para niños o jóvenes a población adulta, aunque reconoce que pueden inspirar pedagogías para los adultos.
252
destacada), quienes comparten desde distintas posiciones el fin educativo de formar
la medida en que comparten ese propósito desde una concepción de ciudadanía activa y
desde una posición autoritaria, se está frente a planteamientos que privilegian algún(os)
enfoques teóricos que tienen como principio la promoción de los derechos ciudadanos y
ciudadanas y fomentar los valores y virtudes cívicas propios de una concepción participativa
cívica, en tanto forma en valores, es una educación moral (Guevara Niebla 1998 y 2006), y
que reconocen que en los procesos educativos está de por medio la propia dignidad como
personas, por lo que los fines de la educación son en realidad valores (Latapí, 2004). Pero,
también, los enfoques que plantean como criterio pedagógico el aprendizaje activo de los
ciudadanos.
las virtudes que se derivan de los derechos humanos. El referente empírico del modelo es
el programa institucional Educación para el ejercicio del voto libre y razonado que el IFE
llevó a cabo en el proceso electoral federal 2005-2006, en el cual el derecho político al voto
253
que se derivan virtudes cívicas asociadas al reconocimiento, protección y ejercicio del
sufragio que han de favorecerse, como el respeto al voto, la pluralidad y la participación. 203
En este sentido, los valores fundados en los derechos ciudadanos representan un horizonte
moral obligado.
decir, para la continuidad histórica de las instituciones políticas (Da Silveira, 2009).
formal de la misma, sino que las competencias ciudadanas son desarrolladas y los valores y
Respecto al perfil del ciudadano que se desea formar a través de la educación cívica,
pensar, juzgar y decidir por sí mismos. Se trata, pues, de las competencias básicas y
procedimentales implicadas en ellas. Estas habilidades prácticas para hacer valer los
derechos ciudadanos, esto es, para votar, participar y deliberar, no deben estar, desde mi
Complemento esta hipótesis con la idea de que la calidad de la formación ciudadana mejora
si la intervención educativa forma parte de una política pública, si los contenidos educativos
203
Como bien apunta Vázquez (2006), las virtudes que ha puesto sobre la mesa el republicanismo constituyen virtudes
relativas y subordinadas a los derechos fundamentales, por lo que su promoción debe derivarse de los mismos.
254
En efecto, desde el fin abstracto de formar buenos ciudadanos, es posible derivar
emocional) a la educación de los ciudadanos. Así lo hace Diamond (1996), quien determina
tres tareas fundamentales a la educación cívica, con las que coincido plenamente: la
gobernabilidad.204
La primera gran tarea plantea el reto de que los ciudadanos y futuros ciudadanos
política sobre otros órdenes alternativos, lo que implica –entre otras cosas- que éstos
significado para una convivencia social pacífica y en la vida cotidiana de las personas.
Detrás de esta consideración está la pregunta sobre ¿cómo formar ciudadanos que hagan
supone la recuperación de la política como actividad propia de los ciudadanos, para contar
para: a) mostrar los vínculos existentes entre la experiencia cotidiana y los hechos políticos,
y explicar cómo hay formas distintas de hacer política (entre ellas, una forma
específicamente democrática de hacer política); b) reconocer las ventajas prácticas que para
otros y para sí mismos puede tener la acción política y la puesta en práctica de métodos
204
Respecto al tema de la gobernabilidad, Lechner (2003, p. 22) es contundente: “No es lo mismo tener democracia que
gobernar democráticamente. Una vez conquistado un „nivel mínimo‟ de democracia de cara al autoritarismo, deviene
preocupación prioritaria la gobernabilidad, o sea, las condiciones de posibilidad de gobernar en el marco de las
instituciones y procedimientos democráticos”.
255
problemas comunitarios, debatir constructivamente y proponer alternativas de solución;
apego a la legalidad.
además de tener una superioridad ética sobre otros tipos de gobierno, es un orden al mismo
tiempo estable y eficaz en la resolución de los problemas sociales. Pero, para lograr que
realmente puede hacer y educar en valores y prácticas que templen y equilibren las
La educación cívica forma a los ciudadanos en el sistema político, pero también para
el vínculo y convivencia social, toda vez que ésta no puede desatender la realidad política
concreta y debe dotar a los ciudadanos, a quienes se les reconoce como sujetos con
205
Resulta necesario tener en cuenta la sobrecarga de expectativas que pesan sobre la democracia y los procesos de
democratización, como uno de los factores que someten al reciente régimen democrático a duros desafíos. Al decir de
O´Donell (2004), si a lo que se aspira es a que la democracia no sólo sobreviva sino sea una democracia estable, eficaz y
con amplios márgenes de legitimidad, no se puede renunciar a construir y ampliar ese consenso fortaleciendo valores y
prácticas que contribuyan a edificar democracias más gobernables.
206
En relación al aprendizaje de las responsabilidades ciudadanas, Guttman (2001, p. 17) afirma que “la educación
democrática es un ideal a la vez político y educativo. Porque siendo educado, un niño es al mismo tiempo gobernado, ya
que no puedes ser un gobernante si nunca has sido gobernado. Ser un ciudadano democrático implica gobernar, por lo tanto
el ideal de la educación democrática consiste primero en ser gobernado para luego gobernar”. De ahí que los propósitos
educativos en la democracia no se agotan en el cultivo exitoso de las virtudes participativas, toda vez que las virtudes
disciplinarias (adquisición de conocimiento y de disciplina emocional e intelectual) también forman parte de esos fines.
Dicho de otra forma, en la educación democrática no basta con desarrollar la habilidad de pensar críticamente sobre los
asuntos políticos; se requiere, además, de la capacidad para la participación política y el sentido de compromiso social (con
obediencia a la autoridad y eficacia política). Por su parte, Garzón Valdés (2007, p. 46) afirma que, en un sistema
democrático, “el ciudadano debe asumir simultáneamente la doble condición de ser sujeto y objeto de decisiones políticas:
quien renuncia a la primera parte de esta condición queda fatalmente reducido a la segunda y quien pretenda asumir sólo la
primera se convierte en agente autoritario”.
256
prácticas necesarias para intervenir efectivamente en la democracia. 207 El acento tiene que
formación integral y permanente que dota a los ciudadanos y futuros ciudadanos de las
educación política que compete a toda la sociedad pero sobre todo es responsabilidad del
Estado.
En esta línea argumentativa, planteo que la educación cívica para el ejercicio de los
procesos electorales al ejercer su derecho al voto libre, secreto y razonado para elegir a sus
considero que la educación para el ejercicio del sufragio debe formar al ciudadano para que
sea capaz de reconocer su importancia como instrumento para incidir en las políticas
públicas, de conformidad con sus intereses y aspiraciones; decidir libremente con base en
una discusión informada y tolerante de los problemas colectivos; considerar las distintas
opciones políticas de manera crítica; exigir cuentas a sus representantes; y comprender los
alcances estratégicos del voto. Se trata, pues, de la promoción de los derechos políticos-
207
En este sentido, para Guevara Niebla (2006) la primera escuela de ciudadanía es la política misma, la política real, en
donde se aprende primero que nada de los diversos intereses que entran en juego en el terreno de la política y se confirma el
principio educativo de que son las generaciones adultas las que educan a las jóvenes.
208
Resulta conveniente, tal como lo sugiere Córdova (2006), que la definición de democracia sea el punto de partida o
precondición para delinear los contenidos y las estrategias de la educación cívica, para no sobrecargar de expectativas a
ambos conceptos y realidades (democracia y educación cívica).
257
electorales como punto de partida para el ejercicio del conjunto de derechos ciudadanos; del
Uno de los enormes retos que tiene la educación cívica es el forjar ciudadanías y
generar un “capital simpatía” de la democracia (Cortina y Conell, 1998) esto es, ciudadanos
interesados y responsables que comprendan que los problemas sociales son de todos y
afectan a todos, con una actitud positiva respecto a la democracia como forma de gobierno y
construir en términos ideales un ciudadano que conoce, ejerce y exige sus derechos, pero
también reconoce iguales derechos en los otros; vota y elige a sus representantes, pero
sabe que, si así lo desea, tiene posibilidades de postularse como candidato a un cargo de
representación popular; conoce las características básicas del sistema político y sus
de sus intereses y oportunidades; se interesa por los asuntos públicos y la vida en común;
participar en la escena pública, cuando así lo decide; cumple con las normas y actúa dentro
cuenta con virtudes que suponen capacidades críticas respecto a los valores dominantes en
el seno de la sociedad; canaliza sus demandas por las vías institucionales; reconoce,
258
respeta y aprende de las diferencias; está informado y exige cuentas a sus gobernantes,
entre otras cualidades. Este inventario de posibles actuaciones de los ciudadanos se puede
extender para incluir otra serie de comportamientos óptimos o virtuosos. En todos los casos,
es importante generar en ellos un interés permanente en los asuntos colectivos para que
intervenir de manera abierta en la vida pública, lo que supone el respeto a la decisión libre y
razonada de cada ciudadano sobre cuándo, cómo y en qué sentido intervenir en los asuntos
La concepción de educación cívica, que en las líneas previas asumo, está estrechamente
apartado, retomando desde luego los planteamientos y la discusión que en este sentido he
La convención básica de democracia establece, como mínimo, que “el poder estatal
ciudadanos” (Nun, 2000, p. 19), pero esta idea que alude al autogobierno colectivo es
distinta a sus manifestaciones históricas concretas, que son las que finalmente importan. En
209
En una de sus reflexiones sobre la democracia liberal representativa, Cortina (2007, p. 89) considera que cabe hablar
más bien de “gobierno querido por el pueblo”, que de un “gobierno del pueblo”.
259
En la definición instrumental de Schumpeter (1977, 1998), la democracia es un método
pueblo tiene la oportunidad de aceptar o rechazar a quienes han de gobernarle. Este método
contar con una burocracia bien capacitada; y d) la “autodisciplina democrática”, que supone
el respeto por la ley, tolerancia hacia las diferencias de opinión por parte de los ciudadanos y
un nivel moral e intelectual elevado de los electorados y parlamentos, en el que los temas
medida en que el “gobierno del pueblo” necesariamente convive en las sociedades actuales
de que los ciudadanos participan en multitud de asociaciones en las que articulan y agregan
sus demandas, reconociendo la creciente autonomía relativa de los aparatos estatales y las
grandes asimetrías de poder que diferencian a los grupos que ejercen presión a los políticos.
En esta línea, Dahl (1999) habla de poliarquía para referirse al gobierno de muchos, pero no
por la que todos los ciudadanos deben tener oportunidades iguales y efectivas para hacer
que sus puntos de vista sobre cómo debe ser la política sean conocidos por los otros
miembros; la igualdad de voto, que establece que todo miembro debe tener una igual y
efectiva oportunidad de votar, y que todos los votos deben contarse como iguales; una
comprensión ilustrada, lo que significa que todo miembro debe tener oportunidades iguales
y efectivas para instruirse sobre las políticas alternativas relevantes y sus consecuencias
260
posibles; el control de la agenda, que implica que todos deben tener la oportunidad de
decidir cómo y qué asuntos deben ser incorporados a la agenda colectiva y a las políticas
en la exigencia del principio de igualdad, destaca el que la ciudadanía pueda gozar de altos
niveles de educación e información y del tiempo libre necesario para la participación política,
así como la existencia de un consenso social (cultura política) acerca de los valores que
descansa en valores. Por ejemplo, Sartori (1992) sostiene que toda discusión sobre ella
los cuales son ideales normativos. La define como un principio de legitimidad, en el que la
sistema político que expresa el ejercicio del poder en una colectividad concreta a través de la
cuenta del “deber ser” de la democracia y de los valores que se buscan (definición
prescriptiva). Por su parte, Bobbio (1996, p. 39), considera que “la democracia no puede
prescindir de la virtud, entendida como amor a la cosa pública, pues al mismo tiempo debe
“conjunto de reglas procesales para la toma de decisiones colectivas en el que está prevista
“estrategia del compromiso entre las partes mediante el libre debate para la formación de
una mayoría”, se refleja mejor la idea de democracia representativa (Bobbio, 1996, p. 18).
aunque con distintos énfasis y alcances. Así, encuentro que el éxito del controvertido
261
método de Schumpeter depende, finalmente, “del elevado nivel intelectual y moral de la
ciudadanía” y de “un carácter nacional y unos hábitos nacionales de un cierto tipo” (Nun,
2000). Hasta para la ciudadanía de corte liberal, dice Kymlicka (2003), la virtud de la
“civilidad” es un requisito que se debe cultivar, ya que aplica a la actividad política, pero
principalmente a las acciones que se realizan en la vida cotidiana y que guardan relación con
el modo en que se trata a los no íntimos con los que se mantiene un contacto cara a cara. 210
Muchos liberales clásicos, apunta este autor, creían que una democracia podría funcionar
crear equilibrios y sistemas de control, pero le resulta evidente que dichos mecanismos
procedimentales que intentan equilibrar el interés individual no son suficientes, por lo que se
inscrito en una comunidad, sólo es posible constituirse como una democracia electoral, por
previamente informada y de tal modo expresada en procedimientos que los intereses de los afectados
De ahí que, al decir del PNUD (2008, p. 22), “los procesos electorales libres y
210
Kymlicka (2003) destaca que la civilidad democrática se aprende fundamentalmente en las redes de asociaciones que se
establecen en la sociedad civil, en las que se interioriza la idea de responsabilidad personal y obligación mutua, así como el
autocontrol voluntario, lo que es fundamental para una ciudadanía auténticamente democrática. .
262
trata de deliberar para construir la agenda de lo posible, de aquello se puede lograr, y
Parto del hecho de que la democracia actual es de corte representativo y está basada
electoral, cuando éstos depositan su voto en las urnas. En lo fundamental, comparto la idea
ámbitos de la vida social, así como profundizar la democratización para el ejercicio del
conjunto de los derechos ciudadanos, no sólo de los derechos político-electorales, junto con
O´Donell (2007, p. 41), “la democracia se basa en última instancia no en los votantes sino en
los ciudadanos”.
educación cívica, me adhiero a las perspectivas teóricas que la conciben como la institución
responsabilidades que establecen las personas respecto a la vida pública, lo que implica la
vista, transitar al nivel de la promoción conjunta de los derechos y deberes en el que los
ciudadanos, así en plural, con el compromiso de los individuos y grupos con el destino de la
sociedad. Hay que tener en cuenta que derechos y responsabilidades están en el corazón
política.
263
La noción de ciudadanía, en lo general, alude a dos constelaciones de significados que
como una construcción o recorrido desde el mínimo, como paso primero y necesario, para
Cabe insistir que la ciudadanía no es una entidad monolítica, ya que como categoría social
básicos, sino también una condición que tiene que ver con la calidad de vida de todos
mínima admite un respeto pasivo hacia las leyes y no el activo ejercicio de los derechos
políticos, en la que incluso las obligaciones de los ciudadanos suelen describirse en términos
negativos (la obligación de no hacer), mientras que la ciudadanía máxima aspira a una
264
competencias necesarias para participar en la esfera pública. Es posible, de acuerdo con
propias de una comunidad política, apostando por una forma de “comunalidad” que respete
admite que los ciudadanos no son receptores pasivos de derechos, sino una identidad
que tienen diferentes concepciones del bien, pero que asumen reglas que hacen posible el
Por otra parte, considero que, así como se demanda a los ciudadanos legitimar y
confiar en sus autoridades, junto con la aceptación de normas y reglas, se impone insistir en
la necesidad de que las instituciones y las autoridades igualmente confíen y valoren las
las capacidades políticas y competencias cívicas de los ciudadanos para hacer elecciones
relevantes, discernir entre lo bueno y lo malo para la vida en común, tomar decisiones
Una vez definida la educación cívica, estimo importante establecer su vínculo con las
sino de las prácticas educativas concretas que están mediadas por políticas y, en esa
reformas al margen de las situaciones y contextos particulares en los que tienen lugar las
265
acciones colectivas. Las políticas públicas educativas, como toda política social que define
2005-2010 (PEEC) del IFE como una política pública?, sobre todo si se toma en cuenta que
ningún otro programa o plan institucional se asume y se presenta como tal a la sociedad y
educación cívica.
Para empezar, sostengo que el programa bajo análisis (objeto de estudio) deriva de
una definición y decisión de “política pública”; sus objetivos son públicos, esto es, de interés
gobierno), sus integrantes son “funcionarios públicos”, y los recursos para la acción
tema de la “agenda pública”, que suele dar origen a políticas y debe ser públicamente
solución, hace que su impacto también sea público y de alcance nacional. En otra palabras,
el organismo electoral tiene fines públicos y cuenta con recursos, operadores, relaciones
(2006) que, con fines de acción práctica pedagógica y de manera directa, hace referencia al
266
acto de gobernar y gestionar demandas sociales con sentido público, es decir, a las
decisiones que toman las autoridades con el fin de responder de un modo u otro a los
problemas y demandas de la sociedad, decisiones que toman forma como gestión pública.
Esto supone una distinción básica entre el ámbito de lo público y de lo privado. Al primero,
utilidad de todos los ciudadanos de una comunidad política, así como sus derechos y
beneficios; es el campo del Estado y del gobierno, el terreno de la política donde se definen
En sentido simple, la política pública refiere “un programa de acción de una autoridad
espacio geográfico determinado” (Lecay, 2005, p. 8). Este curso de acción que “por sus
medios, procesos y actores puede acreditar ser casualmente idónea para producir la
Estado como ente abstracto, del gobierno como redes de organizaciones y de la sociedad
como tejido orgánico y ciudadano; se entiende, en esta perspectiva, que la acción pública
(Cabrero, 2000).
211
Para Aguilar Villanueva (2007, p. 200) las etapas reconocidas del proceso de la política pública son el de formación de la
agenda de gobierno, definición del problema público, construcción de las opciones de política, elección de la opción de la
política, comunicación de la política, implementación de la política, evaluación y aprendizaje. Al decir de este teórico
(1996), las políticas públicas se explican por el desarrollo institucional de la administración pública en Estados Unidos, en
cualquiera de sus versiones: política pública, gerencia pública y gerencia social. Los autores estadounidenses son los
pioneros, promotores e investigadores de los estudios en este campo y, por tanto, referentes obligados.
267
En un sentido más amplio, desde el marco de la gobernanza democrática se plantea
una nueva forma de conducción política de la sociedad más allá de lo estatal, que reconoce
las limitaciones de los gobiernos (autoridades) para solucionar los problemas, así como la
se traslada del “sujeto directivo de gobierno”, como decisión aislada en la cúspide del
Estado, al “proceso de gobierno”, esto es, a la capacidad de dirección del gobierno frente a
Esto conlleva una idea de ciudadanía que no se concibe sólo en su función de “elegir” sino
su inclusión en todo el ciclo de las políticas públicas (Musseta, 1007). Sin embargo, no se
cuenta todavía con los mecanismos y dispositivos necesarios para incluir a la sociedad civil
las políticas públicas, pero no el único, por lo que se está frente a cursos de acción de
carácter estatal y societal. Como bien dice O‟Donell (2009), a propósito de los programas
sociales y su protección por parte del Estado, es indispensable la participación de los actores
por la democracia. Un Estado en verdad consistente con la democracia inscribe en su propia legalidad,
implementa por medio de sus burocracias y, junto con una sociedad civil presente y activa, apunta a
212
Para O‟Donell (2009) esta definición de Estado incluye cuatro dimensiones o tendencias: el “conjunto de burocracias”
(organizaciones complejas y jerárquicas que tienen el mandato de lograr o proteger un bien o interés público), un “sistema
legal” (entramado de reglas que penetran y pautan numerosas relaciones sociales), un “foco de identidad colectiva” para
los habitantes de su territorio y un “filtro” que intenta regular los espacios y fronteras para el bienestar de su población.
268
nuevo derecho político, esto es, el “derecho ciudadano al Estado y a su autenticidad”, lo que
implica el derecho a exigir la autenticidad de las políticas públicas por parte de quienes
resultan afectados de manera directa o indirecta por las mismas y por cualquier ciudadano
en ejercicio de su derecho a contar con un buen Estado que se orienta al logro del bien
público.
La política pública educativa del IFE, objeto de estudio de este trabajo, tiene doble
en el campo de la educación de los ciudadanos, pero también por lo que significa el tema
genérico de las políticas públicas en una institución de carácter público. Considero que, en
tanto las organizaciones son los principales actores en las políticas públicas, de su
Éstas no se definen de una vez y para siempre; como afirma Peters (1993, p. 55), las
políticas “evolucionan mediante la interacción continua entre las intenciones de quienes las
Ahora bien, el mismo campo electoral, incluida su función educativa, se puede pensar
desde las políticas públicas. El mismo proceso electoral, en tanto conjunto de instituciones
creadas para formalizar la posesión y transmisión del poder, que concentra la función de
pública” (Romero Gudiño, 2006, p. 288). Bajo esta óptica, el campo electoral responde a la
213
En este caso, desde una concepción más amplia que considera que las políticas públicas no son efectuadas
exclusivamente por el gobierno sino también por organismos públicos de interés general, se puede hablar de un campo de
actividad del Estado
269
deseada; d) una propuesta de acción específica; e) existencia de normas para determinada
educativa del IFE y sus programas son susceptibles de ser sistematizados y valorados en
cada uno de los ocho pasos de políticas públicas que propone Bardach (1998).214
El IFE es una organización que actúa en el ámbito público. A partir del concepto de
“publicness, que refiere “la cualidad o estado de ser público o de propiedad pública”
(Arellano Gault y Lepore, 2006, p. 217), se puede responder a la pregunta sobre las
cualidades públicas del IFE y constatar, como lo he hecho en la tercera parte de esta tesis,
que cumple con los atributos y elementos que distinguen a las organizaciones públicas. Más
allá del modelo duro que de forma simple y descriptiva define lo público como un atributo de
carácter legal (propiedad)215, el IFE contiene las variables relevantes del comportamiento
explicativa de “la cualidad pública del servicio público”, al incorporar al análisis a actores
externos e introducir una dimensión ética al debate. Este enfoque planteado por Arellano
214
Bardach (1998) desarrolla los siguientes ocho pasos: definición del problema; obtención de información; construcción de
alternativas; selección de criterios; proyección de resultados; confrontación de costos; decisión; y, narración de la historia.
215
Este modelo duro afirma que lo “gubernamental” es igual a “público” y no cuenta con una base teórica que permita
explicar las diferencias y particularidades entre las organizaciones ni se hace cargo de las organizaciones híbridas, en parte
propiedad pública y en parte propiedad privada, o de las organizaciones sin fines de lucro que no pertenece a ninguno de los
sectores público o privado.
270
Otra de las razones que me lleva a reforzar el significado del PEEC como política
principios de la década de los noventa del siglo XX, en el marco de la democratización del
régimen político, la crisis fiscal del Estado mexicano y el marco programático del ajuste de
las finanzas públicas (Aguilar Villanueva, 2004). El surgimiento de esta disciplina en nuestro
proceso de transición democrática y crean al mismo IFE, como órgano autónomo del Estado
políticas públicas en la década de los cincuenta, cuyo objetivo principal era estudiar y
entender la acción del gobierno - yo agregaría, de las autoridades del Estado-, su relación
con los ciudadanos, las implicaciones de la decisión pública y la distinción y valía del mundo
216
Hasta la aparición de las Políticas Públicas como disciplina, en México no habían sido estudiados de manera sistemática
los procesos decisorios por la ciencia política y la administración pública, debido a la brecha existente entre la política
(autonomía del poder político en su decisión de las políticas) y la administración pública en nuestro sistema político, más
que a la falsa dicotomía conceptual (wilsoniana-norteamericana) que afirma que los políticos deciden y los administradores
ejecutan. En el caso mexicano, el proceso decisorio había sido algo invisible para la ciudadanía y la administración, la
ciencia política y las disciplinas administrativas. Así, en el campo del ejercicio profesional gubernamental, el aporte de la
Política Pública consistió en cuestionar el estilo de gobierno y en contar con un instrumento para reformarlo (Aguilar
Villanueva, 2004).
217
En el fondo, dice Aguilar Villanueva (2004, p. 26), “la disciplina de Política Pública reivindicó y afirmó una idea liberal
del mundo público, no socializante ni comunitarista”, en el que los ciudadanos con derechos y responsabilidades deliberan
sobre las condiciones y destinos de su vida en común.
271
Sin embargo, es pertinente cuestionar -como lo hace el mismo autor- que si bien la
“democratización del régimen” fue el reclamo y la propuesta dominantes frente a las crisis
llamada “transición democrática”, que llevó a fijar la atención en los procesos electorales y a
políticas públicas para elevar la calidad de la decisión y su racionalidad, y así sustentar una
públicos, sin considerar que las implicaciones y efectos eran no sólo económicos sino
Era insuficiente para asegurar gobernación (la cuestión de gobernabilidad), a menos que se cimentara
lógica y desarrollo, que es distinta de la lógica estratégica de la acción política (en su sentido tradicional
que tiene el IFE en materia de educación cívica como problema de política pública, para
formularlo como tal, como una necesidad y exigencia de acción institucional, sobre el que se
puede y debe hacer algo. Esto cambia la perspectiva conceptual y estratégica para asumir
272
y ejercer el mandato constitucional y potenciarlo; un problema público, pues, exige una
participación ciudadana. A mi modo de ver, la nueva política educativa del IFE (PEEC) logra
problema público un hecho social que obliga al Instituto a actuar. Lo que antes, o en otras
áreas institucionales, era un asunto interno, ahora es compartido en la institución, con otros
cultura institucional.
que la búsqueda de nuevos sujetos de la acción política, que reclaman su inclusión no sólo
en las decisiones públicas sino también en todo el ciclo de las políticas, conlleva una idea de
que los diversos actores políticos, los actores sociales y diversos grupos de interés,
Una de las formas a través de las cuales los gobiernos y los órganos del Estado
organizaciones sociales en los procesos de sus políticas públicas. Como bien dice Evans
(1995), un Estado que verdaderamente logra echar raíces en la sociedad es aquel que
puede orquestar una buena parte de sus actividades legislativas y de gobierno a partir de
273
cívica del IFE se concibe, en este tenor, como una herramienta del Estado y de la sociedad
mexicana que busca contribuir a la consolidación de los valores, las prácticas, los
consensos entre los actores, para el caso de las políticas públicas de los gobiernos locales,
puede hacerse extensivo a otros escenarios que priorizan las funciones de la participación
políticas públicas.
A manera de hipótesis, planteo que una buena política pública de educación cívica, que
resulte pertinente, significativa y exitosa, depende en buena medida del contexto que
genéricas para mejorar el bienestar social (Bardach, 1998), pero también de la consistencia
que guarden entre sí las exigencias normativas y las condiciones empíricas de la acción que
274
problema (diagnósticos que dan pistas para resolver el problema en condiciones sociales
específicas).
educación cívica en todas las fases del ciclo de la política (diseño o definición,
educativas de los destinatarios y de los intereses de los actores que participan en la acción
las variables que influyen en las experiencias empíricas, y admiten las asociaciones libres de
quienes, como en mi caso, formamos parte -en alguna medida- de ellas. El contexto, como
bien dice Augé (2004), por primera vez en la historia de las ciencias sociales, es el mismo: el
del observador y el de la observación. Considero, por tanto, que conviene hablar más en
términos de orientaciones metodológicas, que de una metodología definida de una vez por
275
abierto en permanente construcción, que de modelo cerrado y acabado. En todo caso, hay
un foco de interés, por lo que las acciones educativas dirigidas a los ciudadanos, no sólo
Desde el punto de vista heurístico, concibo un esquema ideal como punto de partida
para observar, reconstruir y/o “deconstruir”, pensar, cuestionar, discernir, analizar, reflexionar
ejercicio del voto libre y razonado, en función de los elementos mínimos que en la
de estudio específico (el programa de educación para el voto), ameritan todas las
(Augé, 2004). Por consiguiente, el modelo que propongo dirige la atención a las
prácticas de formación ciudadana para el ejercicio del sufragio y del conjunto de derechos
educación cívica, en términos de un ideal democrático, así como la política que puede
concretar o contribuir a que dicho perfil sea una realidad. Educar para la democracia
electoral es, bajo esta óptica, un punto de partida conveniente y necesario para construir
276
autoridad electoral, tiene el potencial para convertirse en un programa educativo más amplio
contrato deseable y posible para trabajar la formación de los ciudadanos, en tanto principios
aislados, sino con grupos y comunidades a los que éstos pertenecen; al formar parte de
una política pública, las prácticas de educación cívica han de generar procesos alrededor
el contexto plural y conflictivo de la vida social y política como punto de partida de las
acciones educativas, por lo que el pluralismo, como valor a promover, debe hacerse
presente en la política pública educativa, basado a su vez en las virtudes cívicas de respeto
218
Tanto Lechner (2002), como Bauman (1999) y Beck (2000) insisten en la importancia de recuperar la dimensión
subjetiva de la política. Para el primero, devolver densidad simbólica al orden democrático es uno de los retos que plantea
la construcción de un nuevo espacio político que requiere de símbolos para crear y fortalecer lazos de pertenencia e
identificación con la democracia. El segundo, constata que no hay cartas de navegación ni mapas individuales del mundo
como puntos de referencia en la sociedad de viajeros del mundo global. El tercero, se pronuncia por una nueva cultura que
aprueba y lleva a la práctica un nuevo y más denso concepto de lo político; propone un “trabajo cívico” que garantice que
los derechos humanos se conviertan en una realidad social palpable y ofrezca un nuevo espacio para la sociedad
democrática, entendida como “autoconfirmación cívica” y lugar para la imaginación.
277
principalmente a través del voto. Se trata de desarrollar destrezas y habilidades para la
afectivas, éticas y prácticas para adquirir y procesar información, discernir entre opciones,
argumentar y deliberar con otros, tomar decisiones, monitorear la vida pública y ejercer
liderazgos en espacios públicos, entre otras capacidades. Esto implica, en mi opinión, utilizar
torno a ideas como las siguientes: el aprendizaje centrado en las experiencias y saberes
previos del sujeto, a partir de los cuales se realizan nuevas construcciones mentales, permite
saberes y las experiencias entran en conflicto con las nuevas realidades y conocimientos
Entiendo que la competencia es “una actuación idónea que emerge en una tarea concreta,
219
El constructivismo no es una única teoría o un sistema conceptual monolítico sino una familia de teorías relacionadas
entre sí que comparte un conjunto de afirmaciones y presupuestos. En común sostienen que el conocimiento humano es
activo, anticipatorio, y es la construcción de un individuo dentro de una cultura (Molina Avilés, 2007).
278
en un contexto con sentido” (Bogoya Maldonado, 2000, p.11), es decir, un conocimiento
asimilado con propiedad, que actúa para ser aplicado en una situación determinada, de
manera flexible, para dar lugar a soluciones variadas y pertinentes. Así, pues, la
actúa; implica, por tanto, el dominio de la acción de integrar con sentido, esto es, de
articular diversos conocimientos sobre un tema, el cual establece una nueva relación
lo que se expresa en una educación práctica que moviliza el saber y pone el énfasis en el
democráticos). Así, ser un ciudadano competente significa saber, saber hacer y tener
deben incluir la dimensión afectiva o emocional porque, como bien afirma Lechner (2002),
política) para encauzar los desafíos emocionales de la vida social, que constituyen un
aspecto crucial de la democracia.220 Por tanto, los procesos educativos deben propiciar
220
En este sentido, estoy de acuerdo en la premisa del modelo de enseñanza cívica basada en los sentimientos y afectos que
sostiene que la empatía es fuente de motivación cívica, al que alude Suzán Reed (1997) y que refiero en el capítulo tres de
la primera parte de esta tesis.
279
una participación horizontal e incluyente entre todos los participantes; la expresión libre de
ideas y opiniones, así como el aprecio y el respeto a las diferencias que se manifiestan en
educativos concretos y guardar coherencia con sus objetivos. Si bien todo texto (tema) y
en este caso resulta crucial trabajar temas relacionados con los derechos ciudadanos, el
es, temas sobre el gobierno y los derechos que frente al Estado tienen los individuos y los
grupos, las instituciones públicas, la manera en que están organizados los tres poderes y la
forma en que se organizan las elecciones, entre otros conocimientos similares enfocados al
cualquier otro actor que tenga un papel decisivo en la educación de la población, me parece
exigencias del programa o proyecto de acción. En todos los casos, es importante que los
280
agentes educativos cuenten con elementos sobre formación ciudadana, esto es, contenidos
calle, y con espacios de debate y reflexión en torno a su decisivo papel en la educación para
la ciudadanía democrática.
las experiencias, sino que su misma concepción y diseño contiene elementos que marcan la
análisis, esto es, sus consecuencias de orden conceptual y efectos prácticos. Sin embargo,
hay que tener en cuenta que algunos de los resultados e impactos de las intervenciones
educativas no son cuantificables y que, como bien apunta Guttman (2001), en muchas
ocasiones es imposible notar los efectos de las políticas educativas hasta que es demasiado
tarde, por lo que en muchos casos se debe valorar la intencionalidad educativa y política,
relevante para este modelo. Refiere “aquellos programas, proyectos o políticas públicas
desarrolladas por actores públicos, privados o sociales que se caracterizan por haber
logrado cumplir eficazmente las metas planteadas, contar con sistemas de registro,
monitoreo y evaluación de resultados, que sean innovadoras, que tengan en principio una
alta incidencia pública y social, y que sean replicables y sostenibles en el tiempo” (PNUD,
2007, p. 9).221 Este enfoque toma en cuenta distintos elementos para la sistematización y el
análisis de las experiencias, que conducen a su descripción y, desde una visión de conjunto,
221
En el contexto específico electoral y para la protección de los programas sociales, el PNUD concibe que las buenas
prácticas están referidas al desarrollo y ampliación de las capacidades institucionales y de los espacios de participación
ciudadana que buscan regular y acotar los márgenes de discrecionalidad en la operación de los programas, minimizando los
riesgos potenciales de manipulación político-electoral o de un uso distinto para el que fueron concebidos.
281
UNICEF) asumen esta perspectiva para estimular y promover la generación de ciertas
trabajo.
“buenas prácticas” en la construcción del modelo. En primer lugar, desde el punto de vista
de política pública social, este concepto genérico resulta útil para caracterizar las acciones
emprendidas en torno a una política y establecer parámetros que permitan valorar los
significado el proyecto del PNUD de protección y blindaje electoral, el cual establece una
relación directa entre la capacidad de los ciudadanos de ejercer el voto de forma libre y
222
razonada y la protección de programas sociales como derecho social de los mexicanos.
Por último, advierto la pertinencia metodológica de retomar este tipo de propuestas que, a
educación de los ciudadanos para el ejercicio del voto, me parece que es necesario volver la
mirada a los casos y experiencias exitosas e indagar sobre la ruta seguida para valorar su
222
Me refiero al proyecto de protección o de programas sociales (blindaje electoral) que realizó el PNUD durante el proceso
electoral federal 2005-2006, a propuesta del gobierno federal, para contribuir a generar condiciones más equitativas para las
elecciones de 2006.
223
En el formato de registro de “buenas prácticas” realizadas en el contexto electoral 2006 en materia de protección de
programas sociales, se consignan las siguientes preguntas, además de las necesarias para identificar el proyecto bajo
evaluación: ¿cómo surgió la buena práctica?, ¿quién la promovió?, ¿qué situación en concreto llevó a desarrollarla?
¿quiénes intervienen en ella?, ¿en qué categoría de acción se clasifica esa “buena práctica” (difusión, transparencia y acceso
a la información pública, participación ciudadana, rendición de cuentas y otras)?, ¿en qué consiste la experiencia?, ¿por
qué se considera una “buena práctica?”, ¿cuáles son los objetivos que persigue?, ¿cómo se puede medir la incidencia de la
“buena práctica”?, ¿cómo se puede monitorear su desarrollo?, ¿qué actividades la componen?, ¿quiénes son los principales
beneficiarios?, ¿qué tipo de beneficios reciben?, ¿cuáles son sus principales virtudes?, ¿qué acuerdos se tienen con otros
actores para el éxito de la “buena práctica”?, ¿qué actores están involucrados en la misma?, ¿cuáles son los principales
problemas que se han enfrentado?, ¿qué tipo de apoyos se han recibido y por parte de quién?
282
Un primer elemento a considerar es el de los antecedentes y el contexto de las
las etapas de realización del programa o proyecto, los recursos utilizados, los actores
multifacéticos.
de que puedan servir como modelo o referencia para acciones futuras. Del análisis de las
prácticas educativas, derivan lecciones globales pertinentes para todos los actores
283
para cumplir con las obligaciones de transparencia y facilitar la rendición de cuentas a la
sus resultados, así como mejorar e incrementar los niveles de participación ciudadana en la
recursos públicos, este esquema permite transparentar su uso y rendir cuentas sobre el
ejercicio de la función pública, así como socializar y publicitar los programas institucionales.
Ahora bien, desde el punto de vista de las políticas de educación cívica, la inclusión del
esquema de “buenas prácticas” se abre a múltiples y diversas iniciativas de gobierno (en sus
nacionales, proyectos particulares. En este caso, el referente principal del modelo para el
análisis de políticas públicas de educación cívica son las prácticas institucionales y los
sus derechos políticos, con el objetivo de fortalecer por esta vía la democracia electoral.
opinión, son claves y deben estar presentes en toda política, programa o proyecto de
que los ciudadanos sean capaces de participar democráticamente en los asuntos públicos,
284
particularmente a través del ejercicio de un voto libre y razonado. Propongo, pues, un
para la aproximación a cuestiones empíricas, los cuales pueden resultar aptos para
Es un modelo abierto que invita, en primer lugar, a pensar libremente sobre los fines
acomodo de los distintos elementos o factores que intervienen, en función de los objetivos
líneas de acción de la política pública y/o del programa o proyecto específico. No se trata,
acciones educativas.
educación cívica para el ejercicio de los derechos y deberes ciudadanos, que permitan
la experiencia, así como para el análisis y la interpretación crítica del programa institucional
285
Las dimensiones, que propongo más adelante, contienen tanto aspectos normativos
como prácticos y refieren, de manera directa o indirecta, a las categorías implicadas en todo
dimensiones, se derivan puntos de observación que se formulan como preguntas hacia las
políticas o programas educativos bajo análisis para dar cuenta de sus características y,
si tiene impacto en los destinatarios y cuáles son sus efectos; si es replicable; si promueve la
observables) está en función del objeto de estudio específico de esta tesis. Evidentemente,
priorizo aquellos elementos que me interesa valorar y que considero deben estar presentes
misma política. Como bien lo expresan Domínguez y Feito (2007), un proyecto o programa
286
Sugiero, entonces, un modelo flexible para diseñar, analizar y evaluar políticas y
buenas prácticas. Este esquema abierto exige una construcción permanente y la inclusión
relacionadas con las fases principales de toda política pública, esto es, con el diseño,
específicos. Desde luego, éstas no eliminan o demeritan otros elementos que, de suyo,
Con fines expositivos y analíticos, presento enseguida una matriz que organiza seis
dimensiones en tres niveles que corresponden, en lo teórico, a las fases centrales de toda
política pública, aunque en la realidad la relación entre dimensiones del modelo y etapas de
la política no sea del todo lineal. Los indicadores que aparecen asociados a cada una de las
287
FASES DE
DIMENSIONES INDICADORES ÍTEMS OBSERVABLES LA
POLÍTICA
1 1.1. Objetivos y -¿Qué derechos ciudadanos, responsabilidades
y virtudes cívicas se pretenden promover y para
CONSISTENCIA destinatarios.
qué?
-¿Cuáles son las razones que explican la
definición de la población objetivo?
288
FASES DE
DIMENSIONES INDICADORES ÍTEMS OBSERVABLES LA
POLÍTICA
4 4.1 Identificación -¿Qué elementos de “buena práctica” contiene
el proyecto?
REPLICABILIDAD de las
-¿Por qué se considera que se trata de una
“buenas prácticas”. “buena práctica?
289
conceptualización de las categorías analíticas. No son, pues, indicadores estándar para las
dimensiones e indicadores que son constantes bajo ciertas condiciones, lo que no excluye
otros elementos que hacen que los nexos funcionen. Desde luego, entre la información y
las dimensiones hay que estar abiertos para advertir otras posibles relaciones alternativas al
modelo propuesto.
establecen en la política general o nacional y los proyectos específicos o locales; por otro, la
siempre en relación con el contexto específico. Considero que en el diseño de toda acción
educativa debe existir una estrecha coherencia y equilibrio entre todos los elementos que la
integran: los contenidos y las actividades (el qué), los fines u objetivos (el para qué), los
sujetos (quiénes), los principios metodológicos y las estrategias pedagógicas (el cómo), las
situaciones de aprendizaje (el dónde y cuándo, o sea, el espacio y tiempo de la acción) y los
instrumentos de evaluación.
espacios y lugares sociales en los que las acciones humanas adquieren sentido y un
carácter real, significativo y relevante para las personas. El mismo marco contextual de las
programáticos particulares. En este sentido, tienen razón Gil y Reyero (2006, p. 17) al
afirmar que es un error “pretender elaborar unas bases teóricas normativas sobre la
educación democrática que sirvan por igual a todos los contextos políticos y sociales”.
290
Desde el punto de vista pedagógico, los objetivos de la política pública han de
afectivas, procedimentales o valorales) que los ciudadanos deben desarrollar para fortalecer
grupo de población que atienden. Cabe insistir en el carácter socio-afectivo de los objetivos
conveniente explicitarlos.
Ahora bien, respecto a los destinatarios de las acciones educativas, considero que el
población en sus distintas singularidades, ha de guiar todas las decisiones que se tomen
para definir a la población objetivo y los diseños pedagógicos. Se trata, pues, de disponer
institución que las opera y/o en el campo de acción en el que se insertan. Para lograr esto,
estimo que es necesario asumir una pedagogía creativa y problematizadora que propicie la
esencial para llegar adecuadamente a los ciudadanos destinatarios, puesto que se requiere
291
La posibilidad de innovar guarda una estrecha relación con las modalidades y
estrategias pedagógicas que se instrumentan. La clave está en una educación práctica y/o
por una única estrategia pedagógica para desarrollar el acto educativo, me parece que hay
que tener en cuenta que las experiencias de educación ciudadana indican que la modalidad
y conocimientos previos (Ramírez, 2005). Por otra parte, es conveniente aprovechar los
redes que hagan posible realizar debates participativos y generen nuevas formas interacción
social sin importar las distancias. Hoy se tiene la oportunidad de llevar a cabo encuentros
una respuesta única ni definitiva porque ésta supone una tarea permanente de interrogar,
reconocer, conocer y aplicar las competencias cívicas que los ciudadanos requieren para
292
públicos.224 Pero también, al pensar en la educación de la ciudadanía, surge la pregunta:
¿de qué manera deben participar los ciudadanos para definir conscientemente su futuro
como sociedad?, a lo que Guttman (2001) responde con tino diciendo que una de las
ciudadanos para influir en la forma en que se reproduce la sociedad, lo que supone una
intervención consciente, deliberativa y efectiva por parte de los ciudadanos. Así, los
contenidos deben ser puestos en juego en relación a situaciones que resulten significativas
(secuencia) debe posibilitar y facilitar el logro de los objetivos como concreciones de los
fines.
El reto radica en construir una suerte de “código curricular” básico, en tanto conjunto de
definición de los métodos pedagógicos, que sólo son posibles en sucesivas aproximaciones
(Domínguez y Feito, 2007). Bajo esta óptica, el currículo se entiende como el recorrido que
225
deben hacer juntos los educandos y los educadores para llegar a las metas propuestas.
Esto incluye la enseñanza y el aprendizaje de nociones básicas sobre cuáles son y cómo
operan las instituciones de la democracia y qué papel toca jugar en ellas a la ciudadanía, a
224
“Educación y ciudadanía” fue la conferencia que el Dr. Juan Carlos Geneyro, de la Universidad Nacional de Laris,
Argentina, presentó en el IFE el 12 de febrero de 2008. En ella, insistió en la conveniencia de pensar la educación cívica
desde los legados históricos, pero también desde los procesos y exigencias actuales de las democracias, así como de analizar
su función política, económica y cultural.
225
El currículo, en sentido restringido, refiere a los planes y programas de estudio, cuya determinación, en el caso
mexicano, compete a las autoridades educativas federales (currículo oficial). Otras acepciones más amplias, incluyen todas
las experiencias que de modo intencional se llevan a cabo en un determinado ambiente educativo.
293
crítico, así como la de razonar y discernir entre opciones para elegir ; y la aplicación de
Por último, el carácter innovador de una política o proyecto de educación cívica también
se determina por la incorporación de las perspectivas de los distintos actores que están
La “eficacia” de la política tiene que ver directamente con el logro de las metas
planteadas, con independencia de si éstas son extensas o acotadas, que está dado por el
esencial que debe estar presente en todo el proceso de la política, para retroalimentarla de
cívica de los ciudadanos demanda una evaluación integral, que incluya todos y cada uno de
los aspectos del programa y en la que predomine una visión cualitativa de las experiencias, y
294
una evaluación participativa que se abre a las percepciones y opiniones de todos los
aprendizajes y resultados alcanzados en cada etapa, así como los factores que favorecen u
adecuaciones pertinentes y de forma oportuna. Más allá del ejercicio formal y abierto de
así como poner atención en los elementos que se incorporan para reflexionar sobre las
educativa específicos en el tiempo, y dar lugar a que las metas alcanzadas puedan
parcialmente, por la misma u otras instancias y en distintas situaciones, de forma tal que sus
evaluación), que por su pertinencia y/o resultados justifican mantenerse como estrategias
permanentes de la institución y/o replicarse por otros agentes educativos. En este sentido,
la aplicación del concepto de “buenas prácticas” resulta sumamente útil para decidir qué
295
Para la reproducción de las acciones es decisiva la vinculación con otros agentes de
prácticas institucionales. Además de promover, importa identificar las relaciones entre y con
dimensión aporta elementos para identificar y estudiar los espacios locales más relevantes
para la gestión y participación ciudadana, lo que amerita una diferenciación cualitativa que
indique la calidad de las interacciones y ubique a las instituciones que despiertan el interés
en donde, al decir de Dagnino, Olvera y Panfichi (2006), se está gestando mayor inquietud
el carácter permanente o transitorio del proyecto en cuestión, esto es, si se trata de acciones
de corto, mediano o largo plazo. Este asunto es crucial cuando se trata de programas
educativos de organismos públicos, toda vez que los definidos como permanentes y/o de
mediano y largo plazo demandan una regulación básica que garantice que sus partes
sustanciales al darse los cambios propios del entorno político y de funcionarios en las
296
transitorios que responden o crean coyunturas propicias para la formación de los
ciudadanos.226
En suma, la “replicabilidad” tiene que ver con la sostenibilidad de las políticas públicas y
de sus proyectos educativos específicos, esto es, con su institucionalización que refiere a la
equipos de trabajo involucrados en los proyectos, toda vez que favorecen las interacciones y
otras cosas.
en buena medida- en función de los acuerdos que resulten de los procesos deliberativos
marcha de acciones colectivas, pero sobre todo representa un espacio para el ejercicio de
226
Desde el punto de vista educativo, en la medida en que el aprendizaje político ocurre a lo largo de la vida de las personas
y los grupos y que la educación de los ciudadanos se concibe como una acción permanente, en el sentido que estableció el
Informe de la Comisión Internacional sobre la Educación para el Siglo XXI para la UNESCO (Delors, 1995), es
indispensable que las políticas educativas garanticen su continuidad y hagan sostenibles sus programas y proyectos
específicos.
297
derechos fundamentales (de participación, de libertad de expresión, de acceso a la
crítica, corrección, validación y acuerdo entre los participantes. Se trata de formar en las
básicas para la misma y desde el supuesto de que nadie, por muy experto que sea, es el
portador de la verdad. En este sentido, la razón y la verdad surgen como producto del
diálogo horizontal, que mueve los cursos de acción (que no son soluciones únicas) y en el
que todas las opiniones cuentan. Así, se concibe la deliberación como detonadora de
para dar cuenta cabal de la política y sus programas (desde su origen y proceso de diseño e
deben ser compartidos, abiertos al escrutinio público y comunicarse de manera que puedan
misma, en términos del desempeño e impacto de la política o programa. Este modelo para
el análisis de políticas públicas de educación cívica exige, pero también contiene elementos
298
Evidentemente, las tareas de documentar, sistematizar y socializar las prácticas
generada. Hay que considerar que el acceso a datos completos y confiables, además de
accesibles, es una precondición para evaluar los proyectos y dar lugar a la rendición de
cualquier hecho que sea considerado de interés público, así como generar información
permanente en los proyectos de educación cívica para la ciudadanía para, además, hacer
posible su reconstrucción.
recursos públicos, mientras que los ejercicios de evaluación de las políticas están
calidad del producto o bien público, el impacto social de la política y la satisfacción de los
objetiva, relevante, actualizada, confiable, fácil de encontrar y entender, más aún si se tiene
en cuenta que “la información cruza todos los momentos del ciclo de la política pública y
En suma, estas seis dimensiones, en conjunto, representan una suerte de brújula que,
experiencias empíricas de educación cívica para el ejercicio del sufragio, encamina los
299
2. LA APLICACIÓN DEL MODELO AL PROGRAMA DE EDUCACIÓN PARA EL VOTO
realizo un recorrido analítico e interpretativo por el programa Educación para el ejercicio del
voto libre y secreto, que el IFE aplicó en el proceso electoral federal 2005-2006 en el marco
Para empezar, es importante aclarar que la aplicación del modelo la hago sobre el
programa mencionado en su conjunto, y no sobre cada uno de los 300 proyectos distritales
en lo particular o una selección de los mismos. Me interesa analizar, con los elementos
interpretación valorativa global que resulte de utilidad para la política pública educativa del
IFE, en lo general, y para las acciones de educación para el voto, en lo particular. Tanto el
individuales, y cada una de las experiencias educativas distritales amerita una atención
especial. Sin embargo, no es posible abarcar todo. Como bien lo advierten Bourdieu y
Passeron (1977), en las situaciones concretas, al construir las problemáticas, hay que
renunciar a la ambición de decirlo todo, sobre todas las cosas y, además, ordenadamente.
Entiendo que, en lo abstracto, tanto el diseño como la aplicación del modelo se podría
componen, para intentar medir en cada uno de los proyectos distritales, a través de los
300
tipología previamente definida (suficiente o deficiente; satisfactorio o insatisfactorio;
excepcionales para maximizar las diferencias entre ellos e identificar los elementos que los
indicadores y las preguntas de observación, las concibo como elementos cualitativos para el
interpretativa de las experiencias particulares hacia los fines centrales de la educación para
políticas y pedagógicas de las acciones, más que en los resultados sujetos a una medición
rigurosa que tiende a igualar las prácticas educativas; y, que valoran la diversidad de las
educativos distritales y sus rasgos unificadores, minimizando sus diferencias, para sacar a la
Me parece que, por tratarse de las primeras prácticas educativas electorales ligadas a
una política pública, en el sentido de experiencias piloto, no toca contrastar, por ahora,
Pero la razón más importante es que, desde mi perspectiva, una formulación de modelo
301
coherente con los planteamientos sostenidos a lo largo de la tesis, en el sentido de animar y
dar lugar a la creatividad y a los diseños propios; de dejar a un lado la idea de proyectos
IFE se hace cargo de ello y lo sabe hacer. Me interesa, en cambio, a partir de las
En suma, con la aplicación del modelo no pretendo hacer una evaluación al final de la
ejecución de los proyectos educativos distritales y asignar una calificación. Me interesa, más
determinados resultados. En el caso del PEEC, como política en operación, todavía hay que
hablar en futuro ya que los resultados están abiertos, más que a la comprobación, a la
estrategias y acciones que van haciendo posible los resultados. Evidentemente, los
proyectos distritales fungen como los anclajes empíricos de este estudio, pero, en la
aplicación del modelo, considero las 300 experiencias educativas, en su conjunto, como una
gestión de la política y el programa Educación para el ejercicio del voto libre y razonado, en
Ahora bien, para el análisis de la experiencia empírica global seguí una ruta que
302
distintos rendimientos al conocimiento del objeto de estudio. Integro, obviamente, la
los operadores del mismo (vocales de capacitación y funcionarios del área ejecutiva), de
solamente para completar, ampliar y ser suficientemente exhaustiva en los datos, sino para
de sus derechos.
los cuales fueron objeto de una lectura y revisión cuidadosa de mi parte, y ordenados en
diferentes ocasiones. La información disponible es abundante; sobre cada uno de los 300
hasta la evaluación, a partir de las cédulas y reportes elaborados por los responsables de los
pública educativa (PEEC), así como el seguimiento del programa en su conjunto están
303
Capacitación Electoral y Educación Cívica y del Consejo General del IFE) y también en
descripciones de carácter cualitativo (relatos); el papel y las letras, con las imágenes o
sonidos; las expresiones libres y francas, con los datos atrapados en formatos establecidos;
los consensos y acuerdos, con los conflictos y diferencias; los números con los rostros; las
informaciones que privilegian el plano del acontecimiento, con informes que buscan
ventaja, que la información existe, con distintos niveles de calidad y de acumulación. Hay
bases de datos y materiales de distinto tipo que contienen información diversa y es posible
de los datos y la relación de éstos con el contexto. Sin embargo, he usado con cautela los
materiales documentales oficiales, toda vez que fueron generados específicamente para
controles institucionales y no para los fines de esta investigación y, como todo documento,
304
documentos informativos es una parte importante de la vida cotidiana institucional; los
en su escritura como en su lectura, por lo que no recurrí a las fuentes oficiales de manera
complaciente ni los utilicé meramente como recursos informativos, sino que los contrasté
entre ellos y con otras fuentes información, con mis propias observaciones y anotaciones, y
su calidad y autenticidad.
Considero que todo tipo de información tiene ventajas y desventajas y que, por tanto,
informes oficiales, como bien advierten Atkinson y Hammersley (1994), son “fuentes de
parcialidad” que tienden a destacar los logros obtenidos, pero, aún así, como producto
social, constituyen información en sí misma que aporta datos e indica las diferentes formas
en que los actores organizan sus experiencias, sugieren problemas y abren líneas de
227
indagación. De ahí que los informes deben ser vistos como “contractuales”, en vez de
sino señales de que los funcionarios realizan su trabajo de forma razonable y competente.
227
Los informes oficiales, como señalan Atkinson y Hammersley (1994, p.158), “se hacen y se usan de acuerdo a las rutinas
organizativas y dependen para su inteligibilidad de suposiciones culturales compartidas. Los informes construyen una
realidad documentada”.
305
suerte de anonimato, que hace posible su tratamiento como información objetiva, basada en
hechos.
alerta sobre los posibles riesgos, pero también sobre las oportunidades que este hecho
2008), por un lado, y la conclusión de mi gestión como consejera electoral en el IFE (agosto
“desde fuera” y a evitar el “exceso de afinidad”, que lleva a adoptar los puntos de vista del
distintos momentos de los materiales informativos y de mis propios textos, los reportes de
experiencia, las observaciones e interacción con mi director de tesis y los integrantes del
grado de certeza que se tiene respecto a las afirmaciones que se hacen y sus implicaciones,
entre otras cosas. Asimismo, la interlocución con otros actores familiarizados con el tema,
incluyendo a integrantes del Comité de Especialistas del PEEC, así como la dinámica
228
Al paso del tiempo encuentro, además, que la participación en cuerpos colegiados durante mi gestión como consejera, en
los que se somete a permanente discusión la información que se está trabajando en un escenario en el que coexisten
diversidad de perspectivas, opiniones y posiciones, ejerció una suerte de contención al “exceso de afinidad”, sobre el que
advierten Atkinson y Hammersley (1994).
229
La tarea de investigar y elaborar la tesis se prolongó y abarcó un periodo de cinco años (2004-2009), en el que se dieron
pausas obligadas y periodos más o menos productivos y se combinaron periodos de observación con momentos de
sistematización y reflexión, lo que me llevó a retomar en varias ocasiones el trabajo y a precisar el objeto de estudio.
306
Más que obsesionarse o intentar eliminar los efectos del investigador sobre los datos,
considero que lo que toca asegurar es la reflexividad que lleva, entre otras cosas, a
preocuparse por entender los datos, comparar informaciones obtenidas en diferentes niveles,
conocimiento.
relaciones entre los factores involucrados, dando lugar a la acción interpretativa, para
cognitivo y de comprensión y, sin duda, uno de los momentos claves de este trabajo. En ella
que, en el curso del tiempo y la reflexión, producen conexiones que hacen posible verificar la
quiero interpretar y comprender lo ocurrido, más que evaluar y convertirme en juez y parte
307
experiencias; de análisis y múltiples reflexiones, derivadas de las insistentes y nuevas
otra vez los materiales para reconstruir lo realizado en función, en este caso, de la sucesión
programa Educación para el ejercicio del voto libre y razonado, en función de las
destacar algunos de los elementos del proceso seguido en la generación de la nueva política
de educación cívica del IFE (PEEC), a partir de la pauta que marca el modelo propuesto.
308
A la luz del modelo y sus dimensiones, pero también con base en mi experiencia
los tres momentos claves de la política educativa institucional: decisión, ejecución y resultado
final. Aunque, ciertamente, resulta difícil distinguir entre las distintas etapas o fases de la
política porque se trata de un hecho procesual, en que cada etapa tiene un comienzo
las que estas operaciones siempre están en la mesa de discusión, y cuyas actividades están
que es una tarea que nunca concluye en tanto dicho problema siga existiendo y requiera ser
toma de decisión con el propósito de orientarla y fundamentarla. En cuanto a las etapas del
proceso, el PEEC establece las comunes a toda política pública: a) el diseño de los proyectos
o acciones específicas para desarrollarse en las entidades y distritos electorales del país, a
y en los lineamientos de cada proyecto o programa particular; b) su ejecución por parte de los
evaluación, a partir de los objetivos institucionales y de las metas e indicadores para medir
los resultados y el impacto de los proyectos, definidos por las mismas Juntas Ejecutivas
Distritales con el apoyo de oficinas centrales. Estas tres etapas son objeto de seguimiento
por parte de la DECEYEC que incluye, además del registro y sistematización puntual de las
complejas, en un horizonte a largo plazo como ideal para orientar las acciones del Instituto,
309
pero con la idea de ser desarrollados de manera estratégica (gradual y continuada) y
como prioritarios.
para lograr transformar un hecho en problema, y luego en problema público. Así, el PEEC
“elaborado por una comisión externa de especialistas y operado en la actualidad por las
autoridades del IFE, tiene como misión fijar los referentes teóricos y pedagógicos de la
política de educación cívica del Estado mexicano” (Raphael, 2009, p.312). En un escenario
definición de las tareas institucionales; a comprender y asumir las posibilidades y los límites
de la acción participativa en las políticas; y a entender que, una de las formas a través de las
Por otra parte, fueron determinantes las tareas diagnósticas que nutrieron todas las
partida fue un estado del arte sobre las acciones de educación cívica emprendidas por el
Instituto hasta ese momento, con especial énfasis en los resultados del Plan Trianual de
310
continuidad de ciertos programas, en tanto se definía la nueva política. La parte central fue
que formó parte un análisis político que llevó a identificar agentes educativos, redes de
acuerdos. Tanto en los espacios internos del Comité, en el grupo de consejeros electorales
y la Comisión, como en las interacciones que se dieron entre los integrantes de estas
instancias (asesores externos, funcionarios y directivos del IFE y consejeros), las discusiones
En la experiencia se confirma la idea de que toda política pública debe ser acompañada
y sostenida por una política activa de comunicación. La socialización del mismo proceso de
construcción de la política y sus resultados (el PEEC), representó un mecanismo eficaz para
311
viabilidad y, por supuesto, lograr la aceptación de la política.230 En la tercera parte de estas
tesis mencioné las acciones emprendidas con el fin de socializar los avances y dar lugar a las
oficinas centrales, consejeros, representantes de los partidos políticos y del Poder Legislativo
en el Consejo General del IFE, entre otras). Uno de los efectos positivos de esta acción
Antes, la elaboración de los planes o programas educativos era un asunto interno a cargo del
área ejecutiva responsable (DECEYEC); en esta ocasión, poco a poco, la educación cívica
afirmativa. La participación, condición necesaria para que ésta ocurra y uno de los principios
y mecanismos básicos de la democracia, así como objetivo de todo acto educativo tendiente
elaboración del PEEC fue ocasión para comprometer la participación de ciudadanos, aplicar
En este caso se hace evidente que la decisión (el “tomar decisión”), no es un acto
aislado sino un proceso (“realizar decisión”), que comprende tanto la elaboración de la misma
experiencia indica que la “hechura” de la política educativa del IFE se articula con la gestión
de su ejecución, y combina la solidez del análisis y las propuestas con la fuerza de los
230
Pero como lo mencioné en la sección anterior de este trabajo, finalmente la decisión, como tal, recayó en un estrecho
círculo de actores decisores, con atribuciones y capacidad vinculante; esto es, el Consejo General del IFE.
312
En razón del curso de la misma política pública del Instituto, así como de la
delimitación temporal del objeto de estudio de esta investigación (2006), son pocas las
Educación para el ejercicio del voto libre y razonado, desde la óptica de los tres momentos
serie de problemas y dificultades. Hacia adentro, entre otros, los relativos a la comprensión,
por parte de sus operadores (vocales), del significado del nuevo planteamiento, y la
referidos a los ajustes y adecuaciones que demanda todo cambio y a la etapa intermedia de
operación, en la que fue necesario combinar actividades en marcha del plan anterior con la
introducción de los nuevos programas educativos derivados del PEEC. Hacia afuera, los
procesos de negociación y conflictos entre los agentes participantes, así como ajustes y
Por otra parte, una vez aprobada la política, como lo advirtió el mismo Comité que la
formuló, “la tarea de establecer prioridades conlleva otra serie de decisiones. Una de ellas se
refiere a la asignación de recursos, humanos y financieros, que les den viabilidad y soporte”
(IFE-DECEYECh, 2004, p. 7). Es evidente que el buen desarrollo del PEEC depende de las
arranque de la política fue necesario revisar los criterios de distribución de dichos recursos
que hasta la fecha se habían seguido para, en base a las prioridades establecidas, empezar
313
a reorientar el gasto hacia la operación y desarrollo de los proyectos educativos específicos,
la política.
Cabe mencionar que, desde mi punto de vista, los recursos destinados a las tareas de
cual reduce drásticamente el impacto real de los resultados. Por ejemplo, el porcentaje que
representó el recurso total autorizado en 2007 para los proyectos específicos del área de
educación cívica, respecto del presupuesto total del IFE, fue del 1.71% y, en gastos de
operación, del 0.085%. Asimismo, el promedio de recursos de los que dispuso cada órgano
desconcentrado (32 juntas estatales y 300 distritales) para la realización de sus proyectos
locales fue de 18 mil 600 pesos en ese mismo año. En el caso de los 300 proyectos
distritales del programa Educación para el ejercicio del voto libre y razonado en el 2006, año
electoral, se distribuyeron un total de 5 millones 710 mil pesos (nota sobre la base de datos).
Comparto la idea de quienes consideran, como Raphael (2009), que el IFE cuenta con los
educativas directas e integrales con diferentes grupos de población, los recursos resultan a
Con todo, habría que establecer una suerte de “estándar democrático de financiación”,
como el que sugiere Guttman (2001), para garantizar el desarrollo de un programa base bien
financiado que, en el caso del PEEC implica destinar fondos a los distritos con ciertas
314
que procurar garantizar un nivel de financiación suficiente para todos los distritos y atender,
también, las situaciones específicas, a partir de cierto umbral o mínimo establecido, con el
objeto de incentivar y compensar por encima de dicho umbral las “buenas prácticas” de
educación cívica. Es un asunto de aplicación de criterios para ofrecer y exigir más, conforme
con otros agentes educativos. Desde el Plan Trianual 2001-2003, pero sobre todo con el
PEEC 2005-2010, se prioriza en el discurso las alianzas estratégicas con otras autoridades,
instancias sociales y actores en el campo de la educación cívica. Sin embargo, estimo que
capacidades institucionales y formar personal con capacidad de llevarlos a cabo. Sin negar la
importancia de los convenios para emprender acciones conjuntas con otras instituciones, me
parece que hace falta establecer bases de coordinación que aseguren la continuidad de los
programas y su seguimiento, más aún cuando sus fines son educativos, con independencia
organizaciones que convergen y/o se disputan un mismo campo de acción en el que circulan
En base al modelo propuesto, realizo un nuevo recorrido por el programa Educación para el
ejercicio del voto libre y razonado, descrito en la tercera parte de esta tesis, para determinar la
315
presencia o intensidad de cada una de las dimensiones en él, como resultado del análisis y la
propuesto.
La consistencia
Esta primera dimensión está asociada principalmente a la fase diseño del programa general
y de cada uno de los proyectos distritales. Al tratarse del primer programa que se formula en
presente que su diseño llevó más tiempo (septiembre de 2005 a febrero de 2006) que su
instrumentación (marzo a junio de 2006) y, por supuesto, que el registro de sus resultados y
el sentido de promover la participación electoral y el ejercicio del voto libre y razonado, los
principales de sus proyectos. Pero, en buena parte de la guía y formato de diseño, que
determinan -de hecho- los elementos que componen el diseño del proyecto, los vocales se
de las opciones señaladas : a) tipo de problema (alto nivel de abstencionismo, compra del
voto, coacción del voto o voto poco razonado), del que se derivaron los objetivos de trabajo
316
de las juntas distritales definir productos, actividades, insumos, responsables, calendario de
libre y razonado, a partir del cual se plantearon a los distritos electorales cuatro problemas y
posibles frentes de acción (abstencionismo, voto poco razonado, compra del voto y coacción
del voto), y en los valores, prácticas y virtudes ligados a este derecho, expresados en las
educativa.
determinaran los objetivos generales y los beneficiarios del programa y sus proyectos
distritales, sin abrir los márgenes de decisión a los vocales distritales en estos dos puntos
cruciales. No podría ser de otra manera, sobre todo si se considera que se trata de una
política pública educativa de una institución que tiene una función de Estado específica y de
un programa institucional en una coyuntura particular (proceso electoral). Además, caben otro
tipo de consideraciones como las relativas a las condiciones de ejecución del programa
carácter inédito del programa por ser el primero que se deriva de la política (PEEC) y la
primera vez que se aplica un programa de educación cívica de alcance nacional durante el
proceso electoral.
Por otra parte, estimo que es necesario reconocer que está fuera del alcance del IFE la
relacionados con el campo de la cultura política democrática, por lo que es realista establecer
317
ejercicio del voto libre y razonado fue un programa puntual vinculado al fortalecimiento del
proceso electoral en marcha, que no admitía dispersar los objetivos de la acción educativa o
los derechos ciudadanos, especialmente del derecho político por excelencia, que es el voto.
los proyectos distritales: ¿qué es lo que explica, por ejemplo, que en 251 de los distritos
(45.7%) la problemática relacionada con el voto poco razonado y en 145 (la compra y
coacción del voto y 145 (48.4%) el voto razonado? Se podría pensar que esto refleja la
problemática nacional, vista desde los ojos de los vocales de capacitación o de los
funcionarios en oficinas centrales. Con todo, me parece que los datos son indicativos, en
alguna medida, de la realidad nacional, toda vez que los vocales tuvieron cierto margen al
elegir el problema y al grupo de población, eso sí, dentro de un menú restringido. Además,
cabe recordar, en todos los casos, según el criterio establecido, los proyectos distritales
podían dirigirse a más de un grupo de población y atender uno o más problemas. Cabe la
posibilidad, eso sí, de que otras problemáticas locales y nacionales, o las mismas con
distintos énfasis, se hubieran expresado si se hubiera dejado a los vocales definir y decidir
con toda libertad los problemas o temas a trabajar, relacionados con el derecho político al
Con todo y que las tareas de diseño consistieron básicamente en traducir o adaptar la
estrategia general a las circunstancias de los territorios distritales, considero que el principio
318
educativas en el interior del IFE, y en situar los proyectos en el entorno social en el que se
desarrollan. Los vocales se vieron en la necesidad de justificar y explicitar las razones que
objetivos particulares, retomo algunos ejemplos que ilustran las diversas formas en que los
las mesas directivas de casilla. Es necesario introducir formas diferentes de pensar y actuar, de tal
manera que se pueda modificar este fenómeno influenciado por la corriente zapatista (Distrito 7 de
Michoacán). Concientizar a la población que con su voto, a largo plazo, obtienen mucho más beneficios
que la venta del mismo a corto plazo” (Distrito 1 de Michoacán). Aumentar el nivel de cultura política de
ciudadano aprenda y comprenda el significado del voto para que ello lo estimule a participar (Distrito 5 de
Tabasco). Informar, sensibilizar y concientizar a los jóvenes conscriptos que recién adquieren su
Población adulta entre 28 y 75 años, que por sus condiciones socioeconómicas o educativas, representen
un factor de riesgo y sean vulnerables a vivir situaciones que se deriven en la compra y coacción del voto
o en una baja participación (Distrito 19 del Distrito Federal). Buscamos jóvenes de 18 a 24 años, pero en
tres ámbitos diversos de Naucalpan, de zona residencial, de zona popular y de pueblos o comunidades
indígenas (Distrito 21 del Estado de México). Mayoría mujeres becarias del Programa Oportunidades
(Distrito 2 de Durango). Son ciudadanos adultos mayores de 30 años que se dedican básicamente a
actividades agrícolas y comerciales. Gran parte de esta población vive de las remesas enviadas por
familiares que radican en el extranjero (Distrito 14 de Puebla). Jóvenes de nivel profesional y bachillerato
(Distrito 1 de Colima). Son señoras del Programa Oportunidades en su mayoría indígenas y analfabetas,
que viven en condiciones de marginación y pobreza, muchas además apoyan al esposo en el sustento del
hogar a través de trabajo en el campo o como comerciantes ambulantes (Distrito 5 de Chiapas). (IFE-
DECEYECttt, 2006).
319
En relación al contexto de las acciones, aprecio que fueron varios los elementos
diagnósticos de los que se dispuso para aterrizar los proyectos en las realidades concretas.
Tal como lo relaté en la tercera parte de esta tesis231, las acciones particulares se planearon a
ejercicio del voto, muy robusto en mi opinión, que realizó el IFE a nivel central y en el cual se
sistematizó y socializó con los vocales distritales información procedente de varias fuentes
electorales; información de otras áreas operativas del Instituto; datos de dependencias del
Emprendieron la tarea de hacer una descripción básica e inicial de los contextos distritales, a
producto, creo yo, tiene gran potencialidad en un futuro inmediato para la realización de otras
proyecto, definir el problema que se pretende atender y justificar la elección del grupo de
población destinataria, más allá del mero registro de cifras o del marcaje de opciones, da
El Estado de Baja California, en la elección federal 2003 obtuvo el más alto índice de abstención de su
historia, a la vez que el último lugar de participación electoral del país con el 31. 25% y un abstencionismo
de 68.75% (Distrito 1 de Baja California). En el Estado de Campeche, donde hay localidades con
231
En la tercera parte de esta tesis, en el inciso 3.2.1 “Diseño general del programa”, doy cuenta puntual de los distintos
diagnósticos que se elaboraron desde oficinas centrales como insumo central del programa Educación para el ejercicio del
voto libre y razonado.
232
Cabe destacar el trabajo de diagnóstico realizado con otras instancias (CDI, TEPJF, PNUD) en relación a los distritos
indígenas del país.
320
presencia indígena, al igual que casi en todo el país, permea la desconfianza de los procesos electorales,
la falta de participación ciudadana, y desde luego la falta de una cultura de la denuncia ante los actos de
violación a los derechos político-electorales de los ciudadanos. Esto parece causa de la pobreza extrema
y la marginación de las localidades municipales (Distrito 1 de Campeche). La gente no vota porque están
resentidos con los actores sociales (Distrito 2 de Durango). Falta de interés en los procesos político-
electorales, marcados por la indiferencia ciudadana al no ver reflejado un bienestar para su comunidad y
la sociedad misma. La falta de propuestas políticas que coadyuven a una pluralidad sana y de
participación que manifieste un ámbito de gobernabilidad, donde el derecho a elegir y ser elegido
siquiera retomar los datos precisos referentes a ese territorio, lo que a mi modo de ver denota,
entre otras cosas, la inercia de prácticas institucionales que se limitan a repetir lo ya escrito,
particularmente dentro del conjunto de distritos indígenas que fueron objeto de atención
prioritaria.233
La región de la montaña alta del Estado de Guerrero, en donde se encuentra concebido el 05 distrito
electoral federal, es considerada tanto de alta complejidad por motivos como el analfabetismo,
discriminación, inseguridad, pobreza extrema, falta de vías y medios de comunicación y narcotráfico. Los
coacción al voto con modalidades cada vez más sofisticadas que se manifiestan en la emisión de un voto
poco razonado debido también al escaso conocimiento del sistema democrático de gobierno con la
correspondiente apatía sobre los asuntos públicos. Por lo anterior se pretende la construcción de un tejido
social emergente de las propias comunidades para desarrollar en los ciudadanos, mediante acciones
educativas contextualizadas en la educación no formal, competencias cívicas básicas que les permitan
ejercer un voto razonado, propiciando el conocimiento mayor de los sistemas tradicionales de gobierno
con las formas modernas de la democracia en México (Distrito 5 de Guerrero). (IFE-DECEYECttt, 2006).
233
Véase el cuadro que aparece en la página 218, que muestra las entidades federativas y distritos indígenas de atención
prioritaria, en los que se llevaron a cabo proyectos especiales.
321
Todo lo anterior representa, según mi punto de vista, un cambio significativo en las
formas de diseñar y gestionar los proyectos institucionales, con lo que se empieza a modificar
los órganos desconcentrados (los vocales) ejecutan, sin más, las decisiones. Este tipo de
relatos ilustran, a mi modo de ver, los efectos positivos que tiene la aplicación del principio de
Por último, considero que la política pública (PEEC) dota de coherencia y unidad al
programa de educación electoral, mientras que los proyectos distritales, por su parte,
relación consistente entre el PEEC y el diseño del programa de Educación para el ejercicio del
voto libre y razonado, sobre todo en lo que respecta al principio rector “visión nacional con
enfoque local”, los objetivos de “socializar los límites y alcances de la democracia” y “generar
programa y los proyectos distritales, toda vez que el objetivo común se planteó en términos
234
El cuadro que aparece en la página 199 resume los objetivos, líneas de acción y principios de la política educativa del
IFE (PEEC).
322
La innovación
Para empezar, considero que la existencia del programa y sus 300 proyectos de intervención
educación cívica para el ejercicio del derecho ciudadano al voto en la estrategia organizativa
de las elecciones, a pesar de las dificultades prácticas y resistencias, obligó, desde mi punto
de vista, a innovar para aprovechar las oportunidades educativas que ofrece el proceso
electoral.
distritales tienen, al menos, seis elementos innovadores que marcan una nueva pauta en la
involucramiento de los operadores (vocales) en todas las fases operativas del programa, aún
para, en combinación con la evaluación cuantitativa, dar pasos importantes hacia una
En torno a este menú, los vocales del área señalaron, en sus respectivos formatos de
diseño, las que se proponían trabajar en sus respectivos proyectos distritales. El resultado
de las competencias elegidas para desarrollar en los ciudadanos de los 300 distritos
235
En el capítulo tercero de la sección anterior hice referencia a la suspensión de las acciones de educación cívica durante
los procesos electorales y de las resistencias de los funcionarios, algunas vigentes a la fecha, para sumar acciones
educativas a las obligaciones de la logística electoral.
323
COMPETENCIA GENERAL COMPETENCIAS ESPECÍFICAS PROYECTOS
DISTRITALES
1. Autoconocimiento y 1. Conocimiento del entorno 30
regulación 2. Valores democráticos 101
3. Normas que rigen la democracia 44
4. Toma de decisiones 81
Subtotal: 256
2. Perspectiva social y 5. Identidad colectiva 38
búsqueda del bien común 6. Empatía y sentido de pertenencia
a una comunidad y al país 95
Subotal: 133
3.Convivencia 7. Pluralidad y tolerancia 35
Democrática 8. Resolución de conflictos 13
9. Valores de la democracia 90
10. Derechos humanos 9
11. Comunicación y diálogo 27
Subtotal: 174
4. Comprensión de la 12. Democracia como forma de vida 128
democracia como forma 13. Democracia como forma de
de gobierno y de vida gobierno 84
Subtotal: 312
5. Ejercicio democrático de 14. Autoridad y poder 11
la autoridad y control 15. Autoridad democrática 26
ciudadano del poder 16. Control ciudadano del poder 69
17. Justicia y aplicación de la ley 14
Subtotal: 120
6. Comprensión crítica 18. Entorno social y político 42
19. Relación con la información 19
20. Juicio moral, crítico y analítico 35
Subtotal: 96
7.Participación democrática 21. Participación ciudadana 258
(en procesos electivos y de 22. Procesos electivos 104
consulta democrática) Subtotal: 362
TOTAL: 1,453
Si bien, en principio, considero que es pertinente y una innovación por parte del IFE el
asumir el enfoque de desarrollo de competencias cívicas para ser aplicado con población
adulta, como lo he dejado asentado, me parece que su aplicación concreta en esta primera
experiencia no fue del todo acertada debido, en buena medida, al universo tan amplio de
competencias propuestas (siete generales y veintidós específicas), cada una de las cuales
plantea una complejidad pedagógica particular. En promedio, fueron casi cinco (4.8) las
competencias elegidas para desarrollarse en cada uno de los proyectos distritales. Ante un
324
menú tan extenso de competencias, sin límite para ser seleccionadas por los vocales, se
desdibuja el propósito esencial de educar a los ciudadanos para el ejercicio del voto y se
dispersan los objetivos y las acciones propiamente educativas. Se registraron una variedad
locales y perfiles de la población atendida, pero también al tipo de prácticas que comúnmente
habilidades y valores para el ejercicio del sufragio. Desde esta óptica, considero que no debe
competencias, aplicado por primera vez con población adulta, requiere una acción gradual y
continuada, así como un incremento secuencial de la complejidad, dadas las dificultades para
Por otro lado, en relación a las situaciones de aprendizaje, no encuentro que dichas
proyectos distritales. Si bien en el formato de diseño los vocales precisaron las categorías de
habilidades y en 236 actitudes), todo indica que hace falta aterrizar con mayor precisión el
población elegido, sobre todo si se trata de una intervención educativa puntual y limitada en el
325
opta por la competencia general “participación democrática en procesos electivos y de
consulta” y la competencia específica de “procesos electivos”, y no queda claro cuáles son los
contenidos a trabajar. Cabe mencionar que, en ninguno de los casos, aparecen objetivos
explícitos de carácter socio-afectivo referidos, sobre todo, a las interacciones grupales. Esto
se explica, en buena medida, porque la guía de diseño no pidió que se explicitaran; pero,
En efecto, aún cuando el programa Educación para el ejercicio del voto libre y razonado
distritales indican que se trató más bien de un programa de promoción del voto.
desarrollaron 133 talleres educativos, que equivale al 17% del total. Aunque en el
distrital la presencia de una pedagogía creativa en los proyectos, por lo que poco se puede
información innovadoras, destacan por su carácter innovador las que fueron elaboradas por
la dirección ejecutiva (DECEYEC) y dirigidas a los vocales del programa. El uso de intranet
fue clave durante todo el desarrollo de los proyectos (diseño, ejecución y evaluación) para el
centrales. Entre las experiencias y resultados positivos que registra la instrumentación del
programa, se valora la utilización del “blog” Voto libre y razonado 2006, como herramienta
que
326
Por su flexibilidad y facilidad de acceso y administración, representa un medio de difusión, intercambio
sentido de misión de los funcionarios dispersos en todo el territorio nacional (IFE, 2006tt, p. 12,).
operadores de los proyectos, además de los documentos básicos del programa, fueron la
En relación con los ciudadanos destinatarios de los proyectos distritales, para reforzar
las tareas de difusión en los distritos se distribuyeron, por un lado, materiales impresos,
cápsulas radiofónicas y audios para perifoneo y videos elaborados en oficinas centrales; por
otro, los vocales afirman haber elaborado materiales particulares de apoyo y divulgación en
herramientas y apoyos pedagógicos de los que dispusieron las juntas distritales para
distancia, redes de intercambio de información, entre otras) y las pocas que se generaron
en los distritos para facilitar y mediar los aprendizajes de los destinatarios de la acción
educativa, con ese carácter pedagógico y didáctico. Me pregunto, además, si los grupos de
Esta consideración, sumada a otras que hago en este capítulo, me llevan a pensar que el
236
Incluso, la dirección ejecutiva desplegó una estrategia puntual de seguimiento y orientación pedagógica, cuyos
instrumentos de registro y control permitieron elaborar reportes detallados de distinto tipo: sobre los efectos de las asesorías
a los vocales en el diseño de los 64 proyectos distritales que se definieron como prioritarios en el programa general y
sobre el uso dado por los vocales a los componentes de la “carpeta didáctica”, entre otros.
327
Por último, valoro como un elemento innovador del programa su apertura, en todo
realizada por el PNUD para evaluar “buenas prácticas” educativas ligadas a la protección y
blindaje de los programas sociales en el contexto electoral, así como también de reflexiones y
deliberaciones públicas, como el Panel que organizó el IFE para analizar el planteamiento y
los resultados de dicho programa, que contó con la participación de expertos y agentes
La eficacia e impacto
programas educativos.
Los vocales participaron, por primera vez, en el diseño del proyecto y su evaluación. El
hecho se destaca por su presencia, aunque no por la calidad de sus resultados; la misma
DECEYEC valora que esta primera experiencia de diseño y evaluación local no fue del todo
satisfactoria (del total, 15 de los proyectos fueron calificados como “sobresalientes”, 46 como
“buenos”, 164 como “suficientes” y 75 como “insuficientes”, según los criterios y escalas
328
establecidas por el área ejecutiva). Me parece importante destacar la inclusión, en el
mismo instrumento de diseño, de elementos para la evaluación del proyecto distrital porque
los vocales se vieron en la necesidad de pensar y proponer variables e indicadores para tal
“que manifiesten interés mediante una serie de preguntas y respuestas, y revisando datos de
educativas y que, como anotan Atkinson y Hammersley (1994), las evaluaciones particulares
deben ser sensibles a las condiciones locales y estar atentas a las situaciones cambiantes.
Estoy cierta de los efectos positivos del programa en el desarrollo y fortalecimiento de las
funcionarios), pero no tanto respecto al impacto que las acciones implementadas por ellos
con suficiente precisión lo realizado por el área ejecutiva y los vocales en los distritos y
entidades en el curso del programa, se pueden inferir las implicaciones que éste tuvo en su
instrumentos de registro y evaluación, resultan insuficientes los datos relativos a los efectos e
impacto del programa en los destinatarios estratégicos y finales de los proyectos distritales.
Esto no quiere decir que no se hayan generado beneficios en la población objetivo, sino que
329
Los sistemas de control y evaluación del IFE están desfasados, a mi modo de ver, de las
premisas del PEEC. Cabe advertir que la evaluación que hace el IFE del desempeño
individual de los funcionarios para efectos del servicio profesional, que tiene implicaciones
distorsiona cualquier tipo de reportes y evaluación de resultados que se hace. Esta situación
procedimientos que se aplican en el sistema del servicio profesional electoral. Tan es así que,
construir y establecer parámetros que permitan en el futuro próximo una evaluación completa
y valorar con mayor certeza, en una secuencia temporal, los resultados de la política y de los
objetivos educativos: ¿cómo saber en qué grado se incrementa la población que posee las
competencias mínimas necesarias para ejercer un voto libre y razonado? y ¿qué indicadores
pueden dar cuenta de que las acciones emprendidas efectivamente incidieron en elevar el
la intervención educativa. Pero considero, también, que la preocupación no debe estar sólo
237
La argumentación racional sobre la importancia de la democracia no basta para movilizar a sujetos pasivos sino haciendo
que se identifiquen con ella, practicando pequeños actos de democracia. No es cuestión de falta de argumentación o
330
Lo cierto es que en muchas ocasiones, como es el caso, es imposible notar los efectos
de las políticas públicas hasta que es demasiado tarde, por lo que toca valorar la
intencionalidad educativa y política, más que los resultados (Guttman, 2001). La educación no
indicadores y evaluar los programas de la política educativa del Instituto, que evaluar las
ciudadana en las políticas públicas escapa a las mediciones. Así, más allá de la eficacia y
eficiencia, hay otro tipo de indicadores para valorar la calidad de los programas y prácticas
desarrollo y evaluación, así como las transformaciones al interior de las instituciones que
En cuanto los resultados en cobertura, la población total atendida en los 300 proyectos
distritales suma 1 millón 373 mil ciudadanos en el país. Pero, insisto, las cifras más altas de
resultados logrados por cada uno de los proyectos distritales, los cuales fueron medidos por
los propios vocales aplicando las técnicas básicas de evaluación mencionadas. Si bien las
validez del resultado nacional agregado y se precisa valorar con cautela los resultados
reportados, la experiencia fue valiosa como un primer acercamiento a una nueva cultura de la
impacto social del programa, pero sobre todo de la política pública educativa, no debe
justificación, o de estar de acuerdo, lo que hace que las instituciones democráticas se debiliten, “sino que se carece de la
disponibilidad para ejercer formas democráticas” (Martínez Bonafé, 2003, p. 22).
331
es estratégico abrir esta fase de la política a la participación y control ciudadano, e integrar a
dinámicas y cultura institucionales, vale la pena resaltar la cultura de la evaluación como uno
evaluación de las políticas de educación cívica en el país son recientes en nuestro país, la
Para aquellas instituciones que no tienen experiencia previa de evaluación cualitativa de políticas de
educación cívica, como el IFE, es necesario invertir inicialmente en la formación de lo que podría
llamarse una “cultura de la evaluación” entre sus integrantes, mediante sistemas de evaluación
participativa que ya se están poniendo en práctica, para evitar la resistencia o simulación que surge
cuando la evaluación se entiende como un instrumento de control y castigo para los responsables de
los proyectos, y no como una herramienta para el aprendizaje y la mejora continua de las instituciones
La replicabilidad
Es evidente que Educación para el ejercicio del voto libre y razonado fue un programa de
carácter puntual, dada su duración (los proyectos distritales se instrumentaron entre marzo y
junio de 2006) y la agenda temática única, esto es, el voto ciudadano. La replicabilidad del
programa como tal, en sus contenidos y momento de aplicación, adquiere significado directo
para otros proyectos en situaciones similares, esto es, en los procesos electorales. Con todo,
332
su temporalidad. Parto de la idea de que esto amerita un análisis diferenciado de los
y niveles, de los integrantes de las juntas distritales (vocales de todas las áreas) en la
(mayor cobertura) y calidad de las acciones (al menos porque confluyen distintos puntos de
personas externas con las que pueden establecer vínculos de apoyo y colaboración.
Encuentro que, en buena medida, las estrategias para motivar la participación de los
destinatarios de los proyectos distritales radican en la concertación con otros actores para su
cultura institucionales.
238
En la página 226 de esta tesis aparece un reporte sobre la participación de vocales y consejeros de las juntas distritales.
333
factores que inciden, con mayor o menor intensidad, en la calidad y el éxito de las “buenas
socializan con otros actores y que pueden, en un momento dado, resultar de utilidad para el
ejercicio del voto libre razonado, como una experiencia nacional que cumple con los criterios
establecidos por dicho organismo internacional para considerarla como una “buena práctica”.
de ser replicada.
programa de educación para el voto, bajo los criterios aplicados en este sentido: la atención
entre otras de las razones expuestas en páginas previas.239 De entrada, es un buen dato
que el programa de educación para el voto del IFE estuvo, en todo momento, abierto a la
239
Respecto al concepto de “buenas prácticas” y los elementos que se consideran para valorar las prácticas educativas en
este sentido, véanse las páginas 282 a 285 de este texto.
334
mirada pública y se compartió con diversos agentes educativos y sociales. Cabe destacar el
informe final, completo y oportuno sobre el diseño, ejecución y evaluación del programa que
compacto con las distintas bases de datos y documentos que informan sobre su desarrollo
(IFE-DECEYECtt, 2006). Se trata, pues, de una buena práctica pública y de una innovadora
práctica institucional.
Estimo que, una vez que se ha identificado la “buena práctica” o experiencia exitosa,
resulta necesario indagar con mayor profundidad sobre la ruta seguida para valorar su
viabilidad en otras realidades. En este sentido, el seguimiento dado por el área ejecutiva a
singularidad, está suficientemente registrado; esto, sin duda, hace posible la reconstrucción
Por otra parte, la sostenibilidad del programa está dada por la función y estructura
nacional del mismo IFE. Bajo esta óptica, cobra especial importancia la pretensión de que
todos los vocales y funcionarios del Instituto se involucren en las tareas de educación cívica,
las políticas institucionales. Así, pues, considero un acierto el que la experiencia del
335
particularmente relevante el hecho de que, por primera vez, se aborda de manera
La deliberación
Los procesos deliberativos, me consta, formaron parte del diseño de la política pública y del
los debates para la toma de decisiones ocurrieron en las instancias deliberativas del mismo
IFE (la Comisión y el Consejo General como cuerpos colegiados), pero las discusiones
ejecutiva. Si bien puedo dar testimonio personal de esto, que ocurrió en la sede central del
IFE (oficinas centrales), no puedo hacer lo mismo en el caso de los órganos desconcentrados.
Los reportes oficiales informan de la realización de reuniones en las juntas distritales (día,
agenda y participantes) para definir los proyectos educativos y dar seguimiento, pero no dan
cuenta precisa de las discusiones –si es que hubo- y sus contenidos. Lo que sí tengo claro es
para expresar sus dudas, ideas, opiniones y propuestas hacia oficinas centrales y
compañeros, además de que el programa como tal fue materia de información y discusión en
En principio, quiero pensar que en los 192 “foros de discusión” y los 133 “talleres
educativos” que se realizaron en el país como parte del programa de educación para el voto,
336
embargo, con la información que yo revisé, no tengo los elementos para afirmar que así
ocurrió, pero tampoco para negarlo. De lo que sí estoy convencida es que los espacios
propios puntos de vista y apreciar las opiniones distintas; y desarrollar el juicio crítico, entre
prevalecieron en los proyectos distritales sean propiamente educativas, así como tampoco
General), empiezan a generar efectos positivos en las dinámicas de trabajo, en las tareas de
someter el proceso y los resultados del programa Educación para el ejercicio del voto libre y
de la educación cívica sobre las competencias cívicas ligadas al ejercicio del derecho político
al voto, en términos del “saber” del voto y el significado que tiene para el ciudadano; el “saber
Por otra parte, hay que tener en cuenta que las deliberaciones, en tanto proceso
democrático, han de ser inclusivas y públicas, esto es, nadie en principio puede ser excluido
del debate y todos los que están interesados y/o afectados por las decisiones que se tomen
337
espacio central, estatal y distrital como esferas públicas, esto es, lugares donde los
La actuación institucional en el programa Educación para el ejercicio del voto libre y razonado
ha sido y debe ser objeto del escrutinio público. En lo formal, en sintonía con las
obligaciones de transparencia, estimo que se cuentan con los elementos informativos básicos
y suficientes para valorar regularmente la actuación y el desempeño educativo del IFE en sus
tres niveles de operación (central, estatal y distrital) y en sus distintas áreas de gestión
Sin embargo, me parece que el IFE debe pensar su política de transparencia y rendición
de cuentas desde el punto de vista de los intereses y necesidades de los ciudadanos usuarios
control administrativo. Así, desde el foco ciudadano, tendrían que repensarse las cualidades
del flujo de información a las que alude López Ayllón (2009): accesibilidad, oportunidad,
distritales, es importante admitir que los vocales entregan informes descriptivos basados
éstos con la evaluación de su propio desempeño por parte de los jefes inmediatos, según
desarrollado y sus resultados guardan un estrecho vínculo con la evaluación del personal, es
338
sumamente difícil evitar la mera formalidad y el círculo vicioso en el que los funcionarios
entregan informes poco confiables y de dudosa calidad que, a su vez, son aceptados
En efecto, cada uno de los reportes forma parte de un arsenal informativo que se va
secuencia, ofrece una panorámica global de las acciones y sus resultados. Considero que
cada una de las piezas informativas adquiere mayor significado al relacionarse en una
múltiples procesos en los que participan diversos actores, los cuales aportan al análisis y la
emisión de una apreciación fundamentada sobre los hechos y los resultados de las acciones
públicas.
requerimiento y se vive como exigencia, resulta en un proceso virtuoso que hace posible
conocer, analizar, comparar e interpretar los procesos institucionales, así como identificar los
factores que inciden en el desarrollo de las actividades y sus resultados, pero sobre todo,
las prácticas institucionales en este rubro, estimo que la clave está en orientar los esfuerzos
reduce costos en la toma de decisiones y acumula conocimiento (Lecay, 2005). Pienso que
339
conocimiento que se produce, a la acción y al rediseño de la misma acción, esto es, generar
Por último, para cerrar este capítulo, hago algunas consideraciones generales sobre la
política educativa del IFE. El PEEC, sin duda, representa un nuevo modelo de gestión de la
educación cívica y plantea nuevos retos a la institución; con el programa Educación para el
ejercicio del voto libre y razonado se desata una nueva gestión educativa a nivel institucional
trabajo. Pero, hacia adelante, parece necesario fortalecer la capacidad de gestión de dichos
educación cívica.
de focalización de las acciones educativas exige que los vocales pasen de la simple o
creo yo, con la elaboración y distribución de herramientas pedagógicas (como las carpetas
informativas y didácticas) y las asesorías puntuales, para formar a los funcionarios en las
evaluación integral de las funciones y actividades que realizan todos los funcionarios de
cada una de las áreas operativas del IFE, hace falta un trabajo intenso y creativo de
340
motivación y sensibilización respecto a la importancia y trascendencia de las acciones de
Por otra parte, parece necesario no ver a los vocales distritales y estatales sólo como
vida comunitaria y local, que tienen saberes y el control en ese ámbito; es decir, concebir a
redimensionar el carácter del IFE como una institución formadora de ciudadanía y ampliar los
márgenes de gestión de los distritos, es importante seguir avanzando para que la educación
cívica deje de ser labor exclusiva de las instancias que normativamente tienen la encomienda
rector para toda la institución. Esto supone hacer una revisión de conjunto de las áreas
institucionales para identificar el aporte que pueden tener en términos educativos y así
En este orden de ideas, desde mi perspectiva, la adopción del PEEC y las experiencias
distritales en el programa de educación para el voto sugieren la revisión del Estatuto del
Servicio Profesional Electoral y del Personal del Instituto, en el sentido de que sus normas y
personal sea congruente y apegada a los principios y valores democráticos que el IFE
Además, para lograr la corresponsabilidad de todos los funcionarios y de todas las áreas, me
Ahora bien, si se reconoce que las políticas están siempre basadas territorialmente y
que la comunidad inmediata es históricamente la primera, más inmediata y obvia base para
341
distrital y, por esa vía, la educación cívica de los ciudadanos de dicha comunidad. De ahí
que valore que, para potenciar la función educativa institucional, es crucial concebir a los
distritos electorales como unidades de cambio y dar lugar a una descentralización que
En este orden de ideas, cabe destacar la importancia de la DECEYEC como una de las
cinco direcciones ejecutivas previstas en la ley que concentra dos de las funciones fundantes
y centrales del Instituto, para lo que cuenta con una estructura central y desconcentrada
sustantiva de organizar elecciones; por otro, la educación cívica, en la que se incluyen buena
parte de las funciones sustantivas del IFE, establecidas en la ley: la promoción del voto, la
pero también los futuros ciudadanos, son los destinatarios de estas fundamentales
funciones. En mi opinión, esta dirección ejecutiva es estratégica porque, nada más pero
nada menos, tiene el vínculo directo con los ciudadanos y con los agentes educativos; es el
Por último, hay que tener en cuenta que los objetivos del PEEC y del programa
Educación para el ejercicio del voto libre y razonado, como los de cualquier proyecto
342
definitivas acerca de los resultados de este programa, como lo he dejado ver a lo largo de
este capítulo, considero que la experiencia global y los datos disponibles sí son indicativos
343
CONCLUSIONES
Invitar a la reflexión es mejor que proponer reflexiones concluyentes. Para empezar, asumo
proponen y aprueban las políticas, o median para que las valoraciones se generen, en
términos de reflexiones sobre cuál es la acción correcta, benéfica o justa (Pérez Gómez,
2006). Y aclaro que todas las conclusiones, consideraciones y reflexiones finales que
formulo como cierre de esta tesis, se abren a la deliberación pública y al futuro, por lo que,
ellas retomo algunas de las premisas teóricas trabajadas a lo largo del texto. Están
organizadas a partir del supuesto metodológico en el que sostengo que, de los resultados
conclusiones válidas y útiles para la política pública de educación cívica del IFE (PEEC), lo
que significa que esta experiencia singular es indicativa de las posibilidades de ejecución
variabilidad, aportando datos del contexto y elementos más consistentes para la preparación
de acciones futuras.
La primera conclusión es que el programa Educación para el ejercicio del voto libre y
secreto, objeto de estudio específico de esta tesis, sólo se explica y comprende a condición
favorable oleada de una nueva gestión institucional y demandas sociales hacia ella, hizo
la decisión, por lo que ya no había vuelta para atrás y los argumentos en contra de
derecho político al sufragio, como parte del proceso electoral, no encontraron asideros
fundados.
En este sentido, ratifico la idea inicial de que es estratégico que los programas,
proyectos o acciones de educación cívica sean parte de una política pública. Este vínculo
compromiso formal por parte de los agentes educativos involucrados, también continuado,
bien, al estar estrechamente ligado el programa de educación para el voto a una política
pública del IFE, que deriva de su función educativa constitucional directamente vinculada
con los derechos políticos-electorales de los ciudadanos, que es el tema central y razón de
el mediano y largo plazos. A lo anterior, agrego la ventaja de que, en el caso del IFE como
órgano autónomo del Estado mexicano, la política educativa no está sujeta –en teoría- a los
cambios políticos y periodos gubernamentales, por lo que puede y debe comprometerse más
ciudadanos para la democracia es un bien público que, antes y en la actualidad, forma parte
345
como política pública de educación cívica para detonar, en su misma construcción y
ciudadanos, pero también desde las teorías de las políticas públicas, las cuales parten de la
premisa del papel fundamental del Estado en el desarrollo de las sociedades y en el proceso
de creación de capital social favorable a la democracia. Sabemos que las políticas, por su
política y en los aparatos institucionales y sus prácticas cotidianas, así como en las
legislaciones que regulan la convivencia social, pero -sobre todo- se advierte que son
decisivas para establecer las condiciones mínimas indispensables que hacen posible el
ejercicio de los derechos ciudadanos en su integralidad. El IFE, al ser parte integrante del
político por excelencia) y de educar a los ciudadanos y futuros ciudadanos para el ejercicio
con sentido público, y que toda política pública produce ciertos efectos y lleva en sí misma
un objetivo de cambio en el aspecto social (Lecay, 2005), entonces, hay que destacar el
papel del IFE como organismo autónomo del Estado mexicano con mandato educativo y su
ciudadanos, sino también con los derechos sociales de los colectivos, en este caso, el
derecho a la educación. En este orden de ideas, reitero otro supuesto en el sentido de que,
346
para conocer y comprender el significado de las políticas públicas, es necesario conocer y
con lo planteado en el mismo PEEC, aplicar en la gestión de la misma política los principios
propuestos para la interacción institucional con los ciudadanos y concretar, en las prácticas
reconstrucción que hago de estas experiencias en la tercera parte de este trabajo, que
facilitó su aprobación y ha contribuido a su gradual aceptación, sobre todo por parte de sus
La misma política pública, en sus tres momentos clave (diseño, ejecución y evaluación),
política que obliga a asumir las premisas de la acción institucional hacia la sociedad. De ahí
locales de las acciones) porque, entre otras cosas, es la manera de involucrar a los
hacen las cosas y, por tanto, son “informantes clave” que pueden hablar en nombre de un
conjunto de personas. Asociado a esto, me parece que el IFE debe asumir, con toda
serenidad, los alcances y límites de sus acciones; por tanto, considerar que la cobertura total
o nacional de sus acciones sólo es posible a través de las campañas de difusión en los
347
medios electrónicos de comunicación social, a las que se suman, durante periodo electoral,
cuestión sobre los esquemas institucionales de regulación. La trayectoria educativa del IFE
eficiencia y la calidad de todos los proyectos y para todos los ciudadanos. Ahora, el PEEC
esquema de regulación necesaria que, al mismo tiempo que genera y amplía los márgenes
Con todo, cobra relevancia el tema de proceso de aprendizaje (policy learning) que
implica toda política por los aciertos, o bien, por la comisión de errores o bajo sustento
democrático (Aguilar Villanueva, 2004). Como lo he señalado, para ser consistentes, hay
que asumir en el curso de la gestión institucional los principios y presupuestos que la política
educativa propone para trabajar con los ciudadanos, lo que no exime a nadie de cometer
enmendarlos.
348
Además, la perspectiva constructivista y el enfoque de desarrollo de competencias en la
significativos que parten del reconocimiento de los saberes previos de los sujetos para
corresponde motivar el interés por la educación cívica en casa, así como reconocer,
participación, tanto en el diseño del PEEC como en el programa de educación para el voto,
Sin embargo, hay que reconocer que la política educativa se cruza con otras políticas
administrativo y las del servicio profesional electoral que atraen la atención cotidiana de los
vida personales. En este estudio de caso, la relación entre burocracia y políticas públicas
política educativa desde las particularidades del IFE, con un cuerpo de funcionarios
bien no es el tema de esta tesis, pero inevitablemente sale a relucir a propósito de las
pública en la definición de los intereses políticos y en los modelos de actuación que imperan
campo de las políticas públicas, se abre una veta interesante de estudio para retomar, a
349
control de las políticas que influyen en el funcionamiento de las democracias actuales, así
formación de los ciudadanos para hacer que la democracia funcione y se profundice es, a mi
Por otra parte, me parece importante tener en cuenta que el impacto de los proyectos
sociales, que se presentan con mayor intensidad en los contextos electorales (instancias del
Poder Ejecutivo en los tres niveles de gobierno, partidos políticos, organismos de la sociedad
civil, medios de comunicación, iglesias, entre otros). Es un hecho que las instituciones, en
hecho al evaluar la eficacia, los resultados y los impactos de los proyectos educativos
política democrática y los instrumentos de política pública con los que cuenta. En este
con claridad estratégica para visualizar los futuros deseables y posibles en materia de
construcción de ciudadanía.
350
En mi opinión, el liderazgo del Instituto debe estar basado, principalmente, en sus
instaladas en toda la geografía nacional, más que en el mero prestigio público, el cual
los ciudadanos y futuros ciudadanos. Todo momento, más allá de las coyunturas políticas
propuestas que contiene la misma política educativa. El Instituto cuenta con recursos y
saberes acumulados que han de ponerse a disposición de todos los agentes en el campo de
procesos de educación cívica, que pueden resultar de utilidad para todos los actores en el
educación de los ciudadanos para la democracia y en el entorno del PEEC coexisten otros
actores con funciones educativas concurrentes y con recursos relevantes para actuar en
este campo. La posibilidad de potenciar la política educativa del IFE radica, en buena
fin.
El PEEC, como nueva política, no entra en conflicto con los programas y trayectoria
educativa previa del IFE, ni con ninguna legislación. Habría que, en todo caso, valorar,
dentro del ámbito nacional, si entra en contradicción o conflicto con alguna otra política
351
existente en materia de educación cívica o con sus agentes. Me parece que lo importante es
que el Instituto tome un papel más decidido para colocar como tema relevante en la agenda
pública el tema de la educación ciudadana y promueva, junto con los otros agentes
cívica, no puede promover por sí mismo la formación de asociaciones sociales para generar
capital social favorable a la democracia, ni tiene en sus manos el acto educativo como tal, así
como tampoco puede aspirar a tener el peso mediático necesario para postularse como un
En cambio, sí puede construir capital social y robustecer el tejido social, junto con sus
distribuir bienes públicos básicos, en este caso la educación cívica, y hacer valer los
para negociar políticas públicas en la materia, y puede convertirse en una instancia que
de decisiones colectivas sobre la misma. En este sentido, considero que el papel del IFE
Braslavsky y Gvirtz (2000, p. 60), a propósito de los nuevos roles del Estados en la
planteo respecto al IFE y su política educativa, en el sentido de que lo electoral, esto es, los
352
derechos y obligaciones, contenidos, procedimientos y prácticas de la democracia electoral,
partir de lo electoral, de la democracia de los mínimos, del piso básico y común de toda
Desde una visión integral de la ciudadanía, del ejercicio del derecho político al sufragio
depende el ejercicio efectivo de otros derechos fundamentales. Considero que esta premisa
básica debe orientar el quehacer institucional y ser el eje articulador de las acciones de
competencias cívicas mínimas que requieren los ciudadanos para el ejercicio del voto. Pero,
vida pública. El reto, pues, no es sólo educar al ciudadano para que vote sino educarlo
Tal como lo he argumentado a lo largo del texto, el voto es una condición necesaria,
sobre todo en el caso mexicano, en donde las elecciones representan la única ocasión de
participar en las decisiones públicas para gran parte de los ciudadanos. Estoy cierta que los
353
Si bien el Instituto ha de seguir trabajando en el campo de la educación electoral,
para avanzar en los aprendizajes ciudadanos que llevan a ejercer el derecho al sufragio en
libertad y con sentido, debe buscar también que los ciudadanos aprendan a relacionar este
derecho con otros y adquieran las competencias cívicas básicas para su participación
responsable en la vida pública. Hay que tener en cuenta que la ampliación de los horizontes
democráticos del régimen, del Estado y la sociedad depende, en buena medida del modo en
que los derechos ciudadanos sean asegurados y ejercidos, toda vez que, como señala
Por otra parte, considero que la realidad y sus cambios exigen estar muy al pendiente
educativa del IFE. La democracia electoral está en construcción y sus reglas están
sometidas a un proceso constante de ajustes para consolidarla y hacerla cada vez más
legítima y eficaz. Ante los hechos controvertidos derivados de las elecciones de 2006,
diversos actores políticos y sociales del país hicieron especial énfasis en la necesidad de
introducir reformas en el campo electoral, que atendieran los nuevos fenómenos que se
exigían la recomposición básica del consenso entre las diversas fuerzas políticas, pero
ley electoral que no había registrado cambios significativos desde su reforma en 1996. No
obstante, la reciente reforma electoral de 2007 y legal de 2008, centró su atención en los
partidos y en los políticos, esto es, en la contienda electoral y sus competidores. En la nueva
cívica. ,
354
Sostengo que el análisis, con base empírica, de una política pública particular, en este
caso el PEEC, puede dar cuenta de la capacidad del Estado para democratizar y construir
instituciones públicas, el grado de respeto de los derechos individuales y sociales por parte
del Estado y el nivel de eficacia de los mecanismos de participación ciudadana, entre otros.
En este sentido, hay que tener en cuenta de que el éxito de la política y de la educación
que la imparte. De ahí que sea relevante, a mi modo de ver, mostrar el compromiso de la
Por lo común, ya que se trata además de una de tantas cuestiones que caen en el
de los ciudadanos. Con mayor o menor énfasis, se destaca esta tarea educativa en la que
de la democracia, pero sobre la que se reflexiona menos. Sin embargo, advierto que las
355
ampliación y profundización de la democracia a través de la educación, en una perspectiva a
política como asunto propio de los ciudadanos y en la formación de sus competencias para
largo plazo. Pienso que la educación es un hecho político que puede contribuir a la
transformación social y que, como proceso dinámico, desborda los límites de los
intencionalidad democratizadora.
objeto de teorías y diseño de políticas públicas, inspiró –en buena medida- la construcción
del modelo propuesto para el análisis de políticas públicas de educación cívica. Si bien la
vivencia directa. Es en los espacios locales y cotidianos en los que las personas, en su
acercamiento entre la política y la vida cotidiana de los ciudadanos ocurre en los espacios
vitales.
ejercicio del voto y constituir una referencia metodológica, en cuanto a los principios y
356
pretende ser un modelo acabado, sino simplemente un instrumento en permanente
enfoques teóricos de la educación cívica abordados en esta tesis, confirmo la idea de que el
democráticos que operan porque son vigentes y respetados, en la medida en que son
que la condición de ciudadano se adquiere por derecho, pero la conciencia de ser sujeto de
En tanto la democracia, como orden político y modo de vida social, sea percibida como
la mejor opción por los ciudadanos y por todos los actores relevantes, a pesar de todo, goza
hacia ella no se da por generación espontánea, sino que es producto del aprendizaje social;
desde luego, esto precisa de dos condiciones mínimas indispensables: todos los actores,
sobre todo los ciudadanos, aceptan la democracia; todos los actores se mueven dentro de
Son múltiples y complejos los problemas que enfrentan las sociedades actuales para
sostener la democracia, buena parte de los cuales tienen que ver con la brecha existente
357
derechos ciudadanos y que niegan o ignoran sus implicaciones en la calidad de vida y en las
Existen, claro está, nuevas y exigentes demandas hacia la democracia, pero esto no
significa que existan acuerdos claros sobre el tipo de exigencias a las que ésta deba
mayor sentido y relevancia. Estas tensiones entre las diferentes concepciones, posiciones y
den vigor y la hagan funcionar, a la deliberación pública, esto es, democratizar el debate
sobre la educación para la ciudadanía. . Desde esta óptica, el IFE debe asumirse como
democrática, en el entendido de que entre más efectivo sea dicho control sobre las políticas
públicas de educación cívica, más probable será que los ciudadanos las acepten y apoyen.
que ejercen a plenitud sus derechos y asumen las responsabilidades públicas. Es también
un orden político y social exigente que demanda, entre otras cuestiones, la educación de los
ciudadanos y futuros ciudadanos en los conocimientos, las habilidades, las prácticas y los
Ahora bien, como todo ejercicio intelectual, esta tesis adolece de las propias
limitaciones y de los posibles sesgos de la metodología empleada, por lo que asumo las
358
hechos, la cual no necesariamente se corresponde con la de los actores institucionales
directos, otros agentes educativos y destinatarios de las acciones. Sin duda, son posibles
otras interpretaciones de la experiencia y seguramente las hay, por lo que es importante que
las distintas visiones animen y nutran la deliberación pública acerca de las prácticas de
para evitar la tentación de decirlo todo o imponer la propia visión como la única válida o
Lo cierto es que, como atinadamente dice Piña Osorio (1998, p.71), “el estudioso de lo
social, al enfrentarse con el mundo social, se enfrenta consigo mismo”, por lo que resulta
A pesar de que existen procedimientos para controlar la relación que el investigador establece con el
los conocimientos previos que se poseen sobre un determinado tema así como de la posición personal
que, consciente o inconscientemente, se asume ante aspectos centrales de la política y, en este caso, del
reflexivos, sobre todo cuando el investigador –como es mi caso- está familiarizado con el
objeto de estudio; pero, pienso que esto no atenta necesariamente contra el análisis y la
revela una forma personal de construir la realidad lo constituye la elaboración del presente
texto, que me ha permitido tener una conciencia reflexiva de la propia narración. En efecto,
“los relatos no son simples representaciones del mundo; ellos son parte del mundo que
describen y, por tanto, son formados por el contexto en el que ellos mismos ocurren”
359
(Atkinson y Hammersley, 1994, p.122). Considero, pues, que el proceso de escritura
ayuda a tomar distancia de las experiencias y es una manera de objetivar los conocimientos,
cívica.
distintos puntos de vista. Exige, a mi modo de ver, una exploración y deliberación conjunta
entre los distintos actores que se mueven en este campo abierto a la investigación, a nuevas
este gran tema depende, en buena medida, la revitalización y transformación de las prácticas
de formación Ciurana.
Esta tesis invita a atrevernos a pensar la política y, junto con ello, la educación política
de los ciudadanos. Esto significa, entre otros retos, asumir la tarea del pensar crítico junto
con otros y dar paso a la memoria que filtra y es selectiva, imagina e inventa, pero con
capacidad para iluminar el presente; trascender las urgencias del presente, para hablar con
la democracia como el régimen mejor equipado para garantizar el ejercicio de los derechos
ciudadanos y en la educación cívica como vehículo principal para dotar a los ciudadanos de
las competencias para participar de manera interesada y efectiva en la vida pública, lo que
invita a asomarnos al futuro y preguntarnos sobre la clase de mundo que queremos construir
360
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DOCTORADO EN ESTUDIOS CIENTÍFICO-SOCIALES
ITESO
QUE PRESENTA
COMITÉ TUTORIAL