La Relación Entre La Parte Especial y La General Del Derecho Penal
La Relación Entre La Parte Especial y La General Del Derecho Penal
La Relación Entre La Parte Especial y La General Del Derecho Penal
de DerechoORLANDO
Revista (Valdivia) HUMBERTO
Vol. XXXIV - DE
Nº 2LA VEGA MARTINIS:
- DICIEMBRE LA0716-9132
2021 - ISSN RELACIÓN ENTRE… Páginas 313-332
/ 0718-0950 313
DOI: HTTP://DX.DOI.ORG/10.4067/S0718-09502021000200313
Resumen
El texto defiende la necesidad de separación de las partes especial y general del derecho penal, así
como la prioridad lógica de la primera sobre la segunda; tanto la separación entre ambas partes
como la prioridad de la parte especial descansan en argumentos de tipo funcional. Su objeto es
despejar el camino para una sistematización de la parte especial del derecho penal ajena a la
teoría general del delito.
The relationship between the special and the general part of criminal law
Abstract
The text defends the need to separate the special and the general parts of criminal law, as well
as the logical priority of the first over the second. Both, the separation between the two parts and
the priority of the special part rest on arguments of a functional type. Its purpose is to clear the
way for a systematization of the special part of criminal law alien to the general theory of crime.
I. Introducción
E n una decisión del año 2011 la Corte Suprema de Justicia de Colombia absolvió
a una juez que le dijo a sus subalternos que eran unos estúpidos, unos porquerías,
que no servían para nada y que eran unos mugres1; pero el argumento en el que
descansó la corte no derivó de un estudio del art. 220 del código penal colombiano, el
que define la injuria como imputación deshonrosa, sino en una aplicación del art. 11
del mismo código, el que hace depender la punibilidad de la lesión a un bien jurídico.
Si el art. 220 define el delito de injuria y es vinculante para la práctica del derecho
colombiano, una dogmática del delito de injuria propia de la parte especial debería
ocuparse de la estructura de la declaración imputativa y de su diferencia con la declara-
ción expresiva2; en Colombia, además, urge aclarar si el alcance de la actual definición
legal de la injuria como imputación debe asociarse solo a la declaración imputativa, en
contraste con la antigua definición de injuria del código penal de 1936 como ataque al
honor por cualquier medio eficaz para divulgar el pensamiento, la que podría asociarse
tanto a las declaraciones imputativas como a las expresivas. Clarificar este aspecto per-
mitiría perfilar el bien jurídico protegido fragmentariamente por el delito de injuria;
afirmando, por ejemplo, que el bien jurídico solo está protegido frente a declaraciones
imputativas. Pero, en lugar de una dogmática del delito de injuria, la corte se dio por
satisfecha afirmando que “uno de los presupuestos del punible de injuria es que la atri-
bución de actos deshonrosos tenga la real capacidad de menoscabar la honra y el honor
de la víctima, lo que en este caso materialmente no tiene existencia”3.
De esta forma, la corte ignoró el radio de aplicación del art. 220 (¿cubre las decla-
raciones expresivas de la juez?) y lo sustituyó por su idea preconcebida de bien jurídico.
Este proceder de la corte no es nuevo; en una decisión de 1963 la corte absolvió a un
hombre que sostuvo relaciones sexuales consentidas con una mujer de 15 años, pese a que
el art. 326 del código penal de 1936 castigaba con pena a quien corrompiera, mediante
acceso carnal consentido, a una mujer mayor de 14 años y menor de 16. En esa ocasión
la corte afirmó que el bien jurídico protegido por el art. 326 era “la honestidad sexual”,
siendo “incuestionable que una mujer que ha faltado a la castidad no es sexualmente
honesta”4. En estos dos casos la corte prefirió enfocarse en un argumento abstracto, con
consecuencias diversas; en el primer caso desatendió un problema interpretativo concreto,
mientras que en el segundo desatendió la ley.
Sin un estudio estadístico de la jurisprudencia colombiana puede resultar prema-
turo afirmar que la corte abusa de la parte general del derecho penal; aún así, resulta
ilustrativo lo afirmado por la corte en una decisión de 1965: “[L]a parte general está
destinada a sentar las bases o principios, resumen de una filosofía penal, que han de servir
Reinhart Maurach afirma que “[l]a parte general … es el hermano más pequeño de la
parte especial”19, porque los temas de que se ocupa la parte general, antes de ser de-
sarrollados, tienen que mostrar capacidad de rendimiento respecto de cada uno de los
delitos de la parte especial; por el contrario, los temas propios de la parte especial no se
dejan “ubicar antes del paréntesis”20, es decir, no tienen conexión con la parte general.
Y en cuanto a la independencia entre ambas partes Maurach hace la siguiente
observación: “[L]a explicación del hurto es, en últimas, independiente de si se incluye
el ánimo de apropiación en el tipo subjetivo pero el conocimiento de la ajenidad de la
cosa en la culpabilidad … o de si toda la orientación volitiva del autor se sitúa en el tipo
subjetivo y en el marco de la culpabilidad solo se examina la relevancia de la voluntad
para la responsabilidad penal del autor”21. La observación de Maurach desagrega del
hurto aspectos propios de la estructura general del delito; es decir, aspectos que no solo
valen para el hurto, sino para cualquier delito y que, en consecuencia, son incapaces de
individualizar al hurto. Con la estructura general del delito no puede contestarse, por
ejemplo, qué es el hurto, si su objeto de protección es la propiedad o el patrimonio, si
el objeto de la acción puede ser una cosa incorporal o solo puede ser una corporal, cómo
se define el “apoderamiento”, cuándo se consuma, qué rol juega el “propósito de obtener
provecho”, cuál es su diferencia con el daño en bien ajeno, cuál con la estafa; la respuesta
a estas preguntas está en la parte especial del derecho penal22.
La unanimidad con que la doctrina alemana comprende la relación entre la parte
especial y la general del derecho penal en torno a los criterios expuestos permite resaltar
una comprensión, visible en la jurisprudencia colombiana, que hace depender la parte
especial de la general. La principal contribución del presente artículo es mostrar las
razones lógicas, funcionales y, en menor medida, históricas en contra de esa dependencia.
De acuerdo con la doctrina alemana la parte general del derecho penal se desagregó,
en un ejercicio inductivo, de la parte especial23; de ahí surgieron dos caminos para reu-
nificar dos partes originalmente unidas. El primero, conocido como función integradora,
consiste en integrar ambas partes a la sombra de la parte general; el segundo, conocido
como función de paréntesis, consiste en ubicarlas una al lado de la otra24. En todo caso,
ambos caminos tuvieron como punto de partida a la parte especial; qué se hace después
con la parte general depende de la preferencia por un proyecto asimilador o diferencia-
dor de los aspectos que conforman la totalidad del derecho penal. La preferencia por
un proyecto diferenciador, mayoritaria en la doctrina alemana, resulta comprensible en
una tradición que separó la parte general de la especial para hacer operativa la idea de
culpabilidad25; mientras que la importancia que en esa misma tradición tiene el pensa-
miento sistemático26 explica el relacionamiento de dos partes independientes.
En Colombia se recibió la idea de culpabilidad en un “ambiente hermenéutico
pobre”27; por ejemplo, el legislador colombiano de 1980 convirtió en derecho positi-
vo los conceptos de la teoría general del delito de origen alemán, tal como estos eran
entendidos por los comisionados que redactaron el proyecto de código28. Pero la ten-
dencia, propia de los siglos XV y XVI, a que la ley tomara “el carácter de un tratado,
conservando la forma doctrinaria de sus fuentes”29, ya había sido ampliamente superada
en el espacio cultural alemán. Martin Fincke, por ejemplo, resalta en 1975 la ausencia
en el código penal alemán de disposiciones proclamativas, declarativas y definitorias
como una característica del derecho penal alemán y, además, constata una tendencia a
sospechar de los preámbulos y principios contenidos en códigos extranjeros 30. Y en 1992
Klaus Tiedemann se refiere, con asombro, a la definición de los elementos del delito
en el código penal colombiano de 1980, según Tiedemann operada “bajo el influjo del
gran Alfonso Reyes E.”31; en opinión de Tiedemann, los conceptos de la teoría general
del delito no solo no están presentes en la parte general del código penal alemán, sino
que ni siquiera la describen de manera aproximada32.
Este contraste entre la forma como el legislador colombiano entendió la doctrina
alemana y la forma como dicha doctrina se veía a sí misma refuerza la hipótesis de un
ambiente hermenéutico pobre en Colombia a finales del siglo pasado; un ambiente
marcado, en particular, por un bajo nivel de estudio de la legislación nacional33. En
ese contexto, adverso al desarrollo de un pensamiento sistemático, se recibió la idea de
culpabilidad con plena consciencia respecto de su carácter general; es comprensible,
entonces, que a partir de ese momento se constate cierto predominio de la parte gene-
ral, entendida incluso como capaz de integrar en sí a la parte especial34. La ausencia
de traducciones españolas de parte especial alemana probablemente ha contribuido a
mientras que las codificaciones estudiadas por Hugo Hälschner eran obra de un príncipe, dirigidas unilateralmente
a sus súbditos ignorantes del derecho, el código penal colombiano de 1980 tuvo como destinatario al pueblo
colombiano, ignorante de los conceptos de la doctrina alemana, mediante un decreto del ejecutivo; acerca
de la posibilidad de que los conceptos de la parte general tengan un alto nivel de especificidad y, por tanto,
no sean comprendidos por sus destinatarios, Robinson, 2005, p. 378.
30 Fincke, 1975, p. 20 s.
31 Tiedemann, 1992, p. 10, pie de página 16, bastardilla en el original.
32 Tiedemann, 1992, p. 10.
33 La producción bibliográfica de todo el siglo XIX se reduce al libro de José Vicente Concha, que
contiene parte general y especial; la de la primera mitad del siglo XX, comprensiva de ambas partes, se agota
con el libro de Ángel Martín Vásquez Abad y con el breve comentario de Arcesio Aragón.
34 Pérez, 1968, p. 1 s; pero es importante resaltar que en ningún momento de su desarrollo de la
1855, pp. 189-230; sobre el código penal bávaro de 1813, Hälschner, 1881, § 21, p. 46 s; sobre el código
penal francés de 1810, Garraud, 1888, pp. 93-102; Garraud, 1912, pp. 49-55; sobre la codificación en
general en el espacio cultural francés, Rossi, 1872, pp. 348-354.
320 REVISTA DE DERECHO (VALDIVIA) [VOLUMEN XXXIV - Nº 2
38 Esta“nueva concepción de sistema jurídico” sustituye los principios del derecho natural por las
normas de derecho positivo; Alchourrón y Bulygin, 2012, p. 79.
39 Fincke, 1975, p. 4; Tiedemann, 1992, p. 8. Es importante resaltar que “el ideal de completitud”
no es “un ideal político que responda a una determinada ideología” sino “un ideal puramente racional”;
Alchourrón y Bulygin, 2012, p. 234.
40 Atria, 2016, pp. 102 y 110. Aura Helena Peñas Felizzola presenta esta visión de la ley como
modelo de racionalidad en la génesis del sistema penal colombiano; Peñas, 2006, pp. 162-172 y 255-278.
41 Feuerbach, 1799, pp. 192-196 y 199.
42 Feuerbach, 1828, p. 11.
43 Feuerbach, 1828, p. 109.
44 Fincke, 1975, p. 18 s.
45 Feuerbach, 1828, § 42, p. 33 s.
46 Fincke, 1975, p. 18 s; quien además hace notar que el propio P.J.A. Feuerbach no tenía clara la
violación marital, siempre que esta se materializara en un coito vaginal, con fundamento
en el modelo político criminal de la teología moral escolástica. El modelo político criminal
de la ilustración, activamente influenciado por el pensamiento filosófico liberal, abolió
la categoría de delitos sexuales y trasladó algunos de los antiguos delitos sexuales, por
ejemplo la violación, a la categoría de delitos contra la libertad49. No hay más filosofía
en la parte general del derecho penal que en la especial50; pero sí es posible constatar
un menor desarrollo legislativo en la parte general, seguido de una exigencia científica
por cubrir el faltante mediante el recurso a “principios filosóficos”51.
1. Función integradora
la relación general entre dichos elementos. La ciencia es una sola y en ella confluyen
las funciones de sus partes; el trabajo filosófico garantiza la unidad55. En la ciencia del
derecho este trabajo filosófico conduce a una parte general de la que brotan las normas
especiales, así como las ramas y las hojas brotan del tronco de un árbol56. Esta metáfora
permite asignarle a la parte general una función integradora en su relación con la parte
especial; de acuerdo con dicha función la parte general contendría en sí, como genus
proximum, sus conceptos subordinados57.
En esta comprensión integradora Merkel no estaba solo; ya antes Hugo Hälschner,
en su obra dedicada al estudio de la parte especial del derecho penal prusiano, afirmaba
lo siguiente: “Todo lo que de alguna forma aparece como momento esencial del tipo
especial nunca es solo algo especial, sino, al mismo tiempo, una generalidad que, desde
esa perspectiva, exige su debida consideración en la parte general”58. Hoy siguen esta
tendencia generalizadora de la parte especial Günther Jakobs59 y Michael Kubiciel60.
La estrategia homogeneizadora de Jakobs descansa en un concepto ideal de persona en
derecho, entendida como punto de referencia de deberes y derechos61; en desarrollo de
esa estrategia Jakobs considera que agrupar los distintos tipos de la parte especial de
acuerdo con la idea de bien jurídico no es más que una “mezcolanza” indigna de tra-
tamiento científico hasta tanto no se muestre como “una realización de lo general”62.
Jakobs tiene razón al señalar a la persona como punto de partida del derecho63; pero,
como el punto de partida cartesiano en filosofía muestra, la verdad de ese planteamiento
no necesariamente lleva a desarrollos óptimos64. Juan Pablo Mañalich destaca, de manera
crítica, las siguientes conclusiones jakobsianas para la parte especial: el cuerpo como
propiedad de la persona; injuria sin lesión del honor; homicidio a petición como delito
contra el interés general en la madurez del consentimiento; falsedad documental como
delito contra la persona; y constreñimiento como delito contra la libertad jurídicamente
garantizada65.
el subtítulo del texto es, por lo demás, explícito: “Al mismo tiempo un aporte a la generalización de la
parte especial”; el subtítulo se repite en Jakobs, 2008, p. 649; Jakobs, 2003, p. 63, donde se propone
homogeneizar lo especial.
60 Kubiciel, 2013, p. 4; en la p. 26 apoya su proyecto generalizador de la parte especial con cita de
Hugo Hälschner.
61 Mañalich, 2019, p. 615.
62 Jakobs, 2003, p. 63.
63 Planteamiento también visible en Köstlin, 1858, pp. 1 y 417.
64 Apel, 1973, p. 693, quien señala que el punto de partida cartesiano, es decir el pensamiento humano,
es vinculante para la ética, pero que el mismo debe ser combinado con un “juego del lenguaje trascendental”
para, de esa forma, refutar el solipsismo cartesiano.
65 Mañalich, 2019, pp. 618, 621, 624, 629 y 632, respectivamente.
2021] ORLANDO HUMBERTO DE LA VEGA MARTINIS: LA RELACIÓN ENTRE… 323
66 Mañalich, 2019, p. 631, quien destaca que Günther Jakobs cree que una discrepancia de su posición
con el derecho positivo sería una razón a favor de la corrección de su propia posición.
67 Brandom, 2000, p. 3.
68 Köstlin, 1858, § 13, p. 179.
69 Kubiciel, 2013, p. 6.
70 Kubiciel, 2013, p. 48 s.
71 Kubiciel, 2013, p. 114.
72 Kubiciel, 2013, p. 114.
73 Kubiciel, 2013, p. 126.
324 REVISTA DE DERECHO (VALDIVIA) [VOLUMEN XXXIV - Nº 2
2. Función de paréntesis
1989, pp. 163-171.
76 Sobre este concepto Binding, 1902, p. 9.
77 Sobre la distinción entre daño de lesión y daño de peligro, Kindhäuser, 1989, pp. 166-168.
78 Fincke, 1975, p. 10. Acerca de un “cambio de paradigma” en la relación entre derechos fundamentales
y ius puniendi, en donde este es controlado y, además, impulsado por estándares materiales independientes
de la voluntad del legislador y jurídicamente vinculantes, Bascuñán, 2007, pp. 48 y 53; en contra de la
“constitucionalización” del derecho penal, Kuhlen, 2009, p. 402.
79 Merkel, 1874, p. 7.
80 Merkel, 1874, p. 7.
81 Fincke, 1975, p. 22.
2021] ORLANDO HUMBERTO DE LA VEGA MARTINIS: LA RELACIÓN ENTRE… 325
Además, Merkel creía que la contraposición entre parte general y parte especial en el
código penal debía tomarse cum grano salis porque “[l]a parte especial se separa de nuevo,
mediante un desarrollo ulterior, naturalmente en partes con relativa independencia, las
cuales, a su turno, nuevamente desagregan una parte general que frente al contenido
restante de la respectiva subdivisión está en la misma relación que la anteriormente
mencionada parte general frente a la totalidad de la especial”82.
Es decir, Merkel no veía una “mezcolanza” en los distintos tipos de la parte especial
necesitada de homogeneización; por el contrario, consciente del peligro que acecha a
los proyectos asimiladores, generalizó de la parte especial aquello que es susceptible
de generalizarse, esto es, “la esencia general del crimen”, y, conforme con un desarrollo
ulterior de la propia parte especial, subdividió la parte especial de acuerdo con su natu-
raleza. El siguiente fragmento, con el que Merkel cierra la introducción de su estudio de
la parte especial del derecho penal alemán, es ilustrativo de ese proceder: “La compleja
naturaleza de los numerosos tipos de delito y la diferencia de perspectivas mediante las
cuales son separados unos de otros excluye la posibilidad de estructurar aquel orden [el
de la parte especial] de acuerdo a un sistema lógicamente satisfactorio. Pero eso no es
muy importante. Lo que importa es que los tipos de delito en particular reciban una
correcta caracterización”83.
Mediante esta estrategia diferenciadora Merkel logra respetar la individualidad de
cada delito, es decir, lo especial de la parte especial, al tiempo que clasifica los delitos
en familias. Teniendo en cuenta la complejidad de esta tarea no parece correcto asignarle
al estudio de la parte especial un estatus científico inferior al del estudio de la parte
general84. La herencia merkeliana nos deja, entonces, el siguiente saldo, incompatible
con la función integradora: la relación entre la parte general y la parte especial del de-
recho penal no reproduce la relación lógica existente entre un género y su especie, ni
a nivel legal ni a nivel teórico; es decir, la parte general del derecho penal no contiene
en sí a la parte especial.
Finalmente, Merkel entendía que la parte general del derecho penal también incluía
“todo aquello que es determinado de forma general para el contenido y la aplicación
de las leyes penales especiales (criterios de dosificación punitiva, prescripción, etc.)”85.
Las disposiciones respecto de prescripción contenidas en la parte general, de acuerdo
con el ejemplo de Merkel, aplican a todas las disposiciones de la parte especial. Esta
forma de relacionar disposiciones de la parte general mediante su ubicación al lado de
disposiciones de la parte especial se conoce en la doctrina alemana como la función de
paréntesis de la parte general en su relación con la parte especial86.
La función de paréntesis alude a una metáfora tomada de las matemáticas, pues de
acuerdo con la ley matemática de distributividad la cifra que va antes del paréntesis
afecta a todo el contenido del paréntesis; de acuerdo con esta metáfora, entonces, las
disposiciones de la parte general, ubicadas antes del paréntesis, aplican a todos los delitos
de la parte especial, los que, en esta metáfora, están ubicados dentro del paréntesis87. Lo
general de la parte general, de acuerdo con la función de paréntesis, radica en que las
normas de la parte general valen para todas las normas de la parte especial; y su utilidad
consiste en que la ubicación de una norma en la parte general evita tener que repetir esa
norma al lado de cada uno de los tipos penales de la parte especial. Sin embargo, es claro
que esta función de paréntesis no se predica de todas las normas de la parte general88;
esta es, como ya se dijo, heterogénea. Aparte de las disposiciones acerca de prescripción,
ya mencionadas, valen para toda la parte especial las disposiciones relativas a la vigencia
de la ley, así como aquellas disposiciones que se ubican al lado de los tipos penales de la
parte especial, ampliándolos, como las que regulan la tentativa y la participación. En todo
caso, esta función de paréntesis no significa que la parte general contenga al contenido
del paréntesis; antes bien, de acuerdo con dicha función, ambas partes, la general y la
especial, se encuentran en una relación recíproca de complemento89.
87 Tiedemann, 1992, p. 7, con ulteriores referencias en el pie de página 4; Roxin, 2006, § 1/15, p. 7;
Kindhäuser, 2017b, § 1/3, p. 29; acerca del significado de esta metáfora, Roxin, 1997, § 10/14, p. 283,
nota explicativa de los traductores marcada con asterisco; acerca del significado histórico de la metáfora,
como razón que explica el desacoplamiento de la parte general de la especial, Fincke, 1975, p. 8.
88 Fincke, 1975, p. 32; Duff, 2007, p. 3.
89 Fincke, 1975, pp. 20 y 32.
90 Tiedemann, 1992, p. 11.
91 Tiedemann, 1992, p. 13.
92 Fincke, 1975, p. 28.
2021] ORLANDO HUMBERTO DE LA VEGA MARTINIS: LA RELACIÓN ENTRE… 327
de la parte general puede afirmarse una prioridad lógica de la parte especial sobre la
general, porque las reglas de imputación presuponen el comportamiento antinormativo93.
de la norma; Vogel, 1993, p. 34. Los operadores deónticos son: prohibición (algo no debe ser llevado a
cabo), mandato (algo debe ser llevado a cabo), permisión (algo tiene derecho a ser llevado a cabo) y exención
(algo tiene derecho a no ser llevado a cabo); von Wright, 1963, p. 71; Alchourrón y Bulygin, 2012,
p. 60. Un modelo así es llamado “cuadrado deóntico”; Joerden, 2018, p. 181.
100 Una norma de sanción se compone de un supuesto de hecho y de una consecuencia jurídica negativa;
Por ejemplo, si alguien ignora que su comportamiento cuenta como causa del resultado
muerte, pero ha debido saberlo de acuerdo con el art. 23, se le imputará el homicidio
culposo del art. 109. Asimismo, el autor, doloso o culposo, de homicidio se reputa culpable
en condiciones ordinarias, de acuerdo con el art. 32.11, si en virtud del conocimiento
de lo injusto del homicidio ha debido formar la intención de no matar. En algunas
ocasiones también se puede reputar culpable al autor bajo condiciones extraordinarias.
Por ejemplo, de acuerdo con el art. 33, segundo párrafo, cuando el autor del 103 o del
109 haya causado el motivo excusante. En todo caso, los arts. 22 (dolo), 23 (culpa),
32.11 (error de prohibición) y 33, segundo párrafo (actio libera in causa), no tienen un
espacio propio de aplicación con independencia de las normas de comportamiento a
las que están referidos. Y eso significa, justamente, que la parte especial es prioritaria
frente a la general103.
103 Estadistinción funcional entre parte especial y parte general, si bien tomada de la doctrina del
derecho penal estadounidense, no es unánime en dicho contexto. Así, por ejemplo, Michael S. Moore, quien
por lo demás defiende una comprensión funcional del derecho, distingue la parte general del derecho penal
de la especial trazando una línea entre teorías descriptivas y teorías normativas, correspondiendo la parte
general a una teoría descriptiva del derecho penal y la parte especial a una teoría normativa del derecho penal;
Moore, 1997, p. 9 s; acerca de la comprensión funcional del derecho de Moore, Moore, 1992, pp. 208-
217. En el derecho penal inglés R.A. Duff invita a abandonar la distinción en términos categoriales y, en
su lugar, a entenderla como “la forma más clara y conveniente de explicar el derecho”; Duff, 2007, p. 4.
104 Robinson, 2005, p. 377 s.
105 Dan-Cohen, 1984, p. 625; la distinción en mención se puede rastrear, en la doctrina estadounidense,
hasta George P. Fletcher, quien menciona “la rica distinción”, que él toma de la doctrina penal alemana, entre
wrongdoing y subjective attribution; Fletcher, 1978, p. 455. Es interesante resaltar que Fletcher inicia su libro
con la parte especial, como un “débito con la tradición legal anglo-americana”; Fletcher, 1978, p. xxii.
106 Dan-Cohen, 1984, p. 625.
107 Dan-Cohen, 1984, p. 627.
2021] ORLANDO HUMBERTO DE LA VEGA MARTINIS: LA RELACIÓN ENTRE… 329
Una comprensión de la relación entre parte especial y general del derecho penal que
se rija por los criterios de prioridad de la parte especial sobre la general y de indepen-
dencia entre ambas partes proporciona un enfoque para el estudio de la parte especial
que, si bien ya ha sido explorado en la doctrina alemana, resulta nuevo en Colombia.
Aunque parezca una obviedad, la idea de vinculación a la ley presupone a la parte espe-
cial pues en ella se materializa el mandamiento de lex stricta asociado a la comprensión
actual del principio de legalidad114. Esta es una razón histórica de peso que, sumada a
la comprensión funcional de la relación entre la parte especial y la general del derecho
penal, despeja el camino para una adecuada sistematización de la parte especial. En esa
sistematización, por ejemplo, el estudio del homicidio es ajeno al estudio de las teorías
de la causalidad y del dolo115 y el estudio de los delitos contra el patrimonio económico
es ajeno a los criterios de autoría y participación116.
Contar con un desarrollo científico de la parte especial brinda a las cortes criterios,
previamente sometidos a la discusión académica, para la correcta interpretación de los
tipos penales; esa era la idea de Binding a inicios del siglo pasado. Disponer de esta
Bibliografía
Alchourrón, Carlos E., Bulygin, Eugenio, 2012: Sistemas normativos. Introducción a la metodología
de las ciencias jurídicas (2° edición), Buenos Aires y Bogotá: Astrea.
Apel, Karl-Otto, 1973: Transformation der Philosophie, Tomo II, Fráncfort del Meno: Suhrkamp.
Aragón, Arcesio, 1938: Código penal anotado, concordado y comentado, Bogotá: Librería colombiana
Camacho Roldán & Cia.
Atria, Fernando, 2016: La forma del derecho, Madrid, Barcelona, Buenos Aires y San Pablo:
Marcial Pons.
Bascuñán Rodríguez, Antonio, 1997: “Problemas básicos de los delitos sexuales”, Revista de
derecho (Valdivia), volumen VIII, número especial.
Bascuñán Rodríguez, Antonio, 2007: “Derechos fundamentales y derecho penal”, Revista de
estudios de la justicia, Nº 9.
Bernal Pinzón, Jesús, 1971: El homicidio, Bogotá: Temis.
Binding, Karl, 1885: Handbuch des Strafrechts, Tomo I, Leipzig: Duncker & Humblot.
Binding, Karl, 1902: Lehrbuch des gemeinen deutschen Strafrechts. Besonderer Teil (2° edición), Tomo
I, Leipzig: Felix Meiner.
Binding, Karl, 1922: Die Normen und ihre Übertretung (4° edición), Tomo I, Leipzig: Felix Meiner.
Brandom, Robert B., 2000: Articulating Reasons, Cambridge y Londres: Harvard University Press.
Comisión de Asuntos Penales y Penitenciarios, 1938: Trabajos preparatorios del nuevo código
penal (2° edición), Tomo I, Bogotá: Imprenta Nacional.
Comisión de Asuntos Penales y Penitenciarios, 1939: Trabajos preparatorios del nuevo código
penal, Tomo II, Bogotá: Imprenta Nacional.
Comisión Redactora del Código Penal, sin fecha: Actas del nuevo código penal colombiano,
Tomo I, sin ciudad: Colección pequeño foro.
Comisión Redactora del Código Penal, 1981: Actas del nuevo código penal colombiano, Tomo
II, sin ciudad: Colección pequeño foro.
Dan-Cohen, Meir, 1984: “Decision Rules and Conduct Rules: On Acoustic Separation in
Criminal Law”, Harvard Law Review, volumen 97, Nº 3.
De-La-Vega, Orlando, 2019: “Über den Einfluss der deutschen Straftatlehre in Kolumbien”, en
Böse, Schumann y Toepel (editores), Festschrift für Urs Kindhäuser, Baden-Baden, Nomos,
pp. 107-117.
Delgado Calderón, Sergio, 1979: Derecho penal especial, Bogotá: Librería jurídica Wilches.
Duff, R.A., 2007: Answering for Crime. Responsibility and Liability in the Criminal Law, Oxford
y Portland: Hart Publishing.
Feuerbach, Paul Johann Anselm, 1799: Revision der Grundsätze und Grundbegriffe des positiven
peinlichen Rechts, Tomo I, Erfurt: in der Henningschen Buchhandlung.
Feuerbach, Anselm, 1828: Lehrbuch des gemeinen in Deutschland gültigen peinlichen Rechts (10°
edición), Giessen: Georg Friedrich Heyer.
Fincke, Martin, 1975: Das Verhältnis des Allgemeinen zum Besonderen Teil des Strafrechts, Berlín:
J. Schweitzer.
Fletcher, George P., 1978: Rethinking Criminal Law, Boston y Toronto: Little, Brown and
Company.
Garraud, R., 1888: Traité théorique et pratique du droit pénal français, Tomo I, París: L. Larose
et Forcel.
Garraud, R., 1912: Précis de droit criminel (11° edición), París: Librairie de la société du recueil
Sirey.
Hart, H.L.A, 1961: The Concept of Law, Oxford: Clarendon Press.
Hart, H.L.A., 1982: Essays on Bentham, Oxford: Clarendon Press.
Hälschner, Hugo, 1855: Das preußische Strafrecht, Tomo I, Bonn: Adolph Marcus.
Hälschner, Hugo, 1868: Das preußische Strafrecht, Tomo III, Bonn: Adolph Marcus.
Hälschner, Hugo, 1881: Das gemeine deutsche Strafrecht, Tomo I, Bonn: Adolph Marcus.
Hälschner, Hugo, 1884: Das gemeine deutsche Strafrecht, Tomo II, Bonn: Adolph Marcus.
Hefendehl, Roland, 2003: “Das Rechtsgut als materialer Angelpunkt einer Strafnorm”, en
Hefendehl, von Hirsch y Wohlers (editores), Die Rechtsgutstheorie, Baden-Baden, Nomos,
pp. 119-132.
Hruschka, Joachim, 1991: “Verhaltensregel und Zurechnungsregel”, Rechtstheorie, volumen 22.
Jakobs, Günther, 2001: “Materielle Vollendung bei Verletzungsdelikten gegen die Person. Zugleich
ein Beitrag zur Verallgemeinerung des Besonderen Teils”, en Schünemann, Achenbach,
Bottke, Haffke y Rudolphi (editores), Festschrift für Claus Roxin zum 70. Geburtstag, Berlín
y Nueva York, De Gruyter, pp. 793-810.
Jakobs, Günther, 2003: “Zum Begriff des Delikts gegen die Person”, en Bernsmann y Ulsenheimer
(editores), Bochumer Beiträge zu aktuellen Strafrechtsthemen. Vorträge anlässlich des Symposions zum
70. Geburtstag von Gerd Geilen, Colonia, Berlín, Bonn y Múnich, Carl Heymanns, pp. 63-78.
Jakobs, Günther, 2008: “Rechtsentzug als Vermögensdelikt. Zugleich ein Beitrag zur
Verallgemeinerung des Besonderen Teils”, en Sieber, Dannecker, Kindhäuser, Vogel y Walter
(editores), Strafrecht und Wirtschaftsstrafrecht. Dogmatik, Rechtsvergleich, Rechtstatsachen. Festschrift
für Klaus Tiedemann zum 70. Geburtstag, Colonia y Múnich, Carl Heymanns, pp. 649-661.
Joerden, Jan C., 2018: Logik im Recht (3° edición), Heidelberg: Springer.
Kindhäuser, Urs, 1989: Gefährdung als Straftat, Fráncfort del Meno: Vittorio Klostermann.
Kindhäuser, Urs, 2017a: Strafrecht. Besonderer Teil (9° edición), Tomo II, Baden-Baden: Nomos.
Kindhäuser, Urs, 2017b: Strafrecht. Allgemeiner Teil (8° edición), Baden-Baden: Nomos.
Köstlin, C. Reinhold, 1858: Abhandlungen aus dem Strafrechte, Tubinga: H. Laupschen Buchhandlung.
Kubiciel, Michael, 2013: Die Wissenschaft vom besonderen Teil des Strafrechts, Fráncfort del Meno:
Vittorio Klostermann.
Kuhlen, Lothar, 2009: “Anmerkungen zum Verhältnis von Strafrecht und Verfassungsrecht”,
en da Costa Andrade, Antunes y Aires de Sousa (editores), Ars Ivdicandi. Estudos em home-
nagem ao Prof. Doutor Jorge De Figueiredo Dias, Tomo I, Coimbra, Universidade de Coimbra,
pp. 401-420.
López Medina, Diego Eduardo, 2004: Teoría impura del derecho, Bogotá, México D.F., Buenos
Aires, Caracas, Lima y Santiago: Legis.
Mañalich, Juan Pablo, 2009: Nötigung und Verantwortung, Baden-Baden: Nomos.
Mañalich, Juan Pablo, 2019: “Verallgemeinerung als Pathos. Zu Günther Jakobs’ Beitrag zur
Dogmatik des Besonderen Teils”, en Kindhäuser, Kreß, Pawlik y Stuckenberg (editores),
332 REVISTA DE DERECHO (VALDIVIA) [VOLUMEN XXXIV - Nº 2
Strafrecht und Gesellschaft. Ein kritischer Kommentar zum Werk von Günther Jakobs, Tubinga:
Mohr Siebeck, pp. 613-643.
Mañalich Raffo, Juan Pablo, 2020: Estudios sobre la parte especial del derecho penal chileno,
Santiago: Thomson Reuters.
Maurach, Reinhart, 1959: Deutsches Strafrecht. Besonderer Teil (3° edición), Karlsruhe: C.F. Müller.
Merkel, Adolf, 1874: “Ueber das Verhältniss der Rechtsphilosophie zur positiven Rechtswissenschaft
und zum allgemeinen Theil derselben”, Zeitschrift für das privat- und öffentliche Recht der
Gegenwart, volumen I.
Merkel, A., 1889: Lehrbuch des Deutschen Strafrechts, Stuttgart: Ferdinand Enke.
Moore, Michael S., 1992: “Law as a Functional Kind”, en George (editor), Natural Law Theory,
Nueva York: Oxford University Press, pp. 188-242.
Moore, Michael S., 1997: Placing Blame, Nueva York: Oxford University Press.
Moore, Michael S., 2002: “Legal Reality: A Naturalist Approach To Legal Ontology”, Law and
Philosophy, volumen 21, Nº 6.
Peñas Felizzola, Aura Helena, 2006: Génesis del sistema penal colombiano, Bogotá: Doctrina y Ley.
Pérez, Luis Carlos, 1968: Tratado de derecho penal, Tomo III, Bogotá: Temis.
Raz, Joseph, 1975: Practical Reason and Norms, Londres: Hutchinson & Co.
Robinson, Paul H., 1997: Structure and Function in Criminal Law, Nueva York: Oxford University
Press.
Robinson, Paul H., 2005: “Fair Notice and Fair Adjudication: Two Kinds of Legality”, University
of Pennsylvania Law Review, volumen 154.
Rossi, P., 1872: Traité de droit pénal (4° edición), Tomo II, París: Librairie de Guillaumin et Cie).
Roxin, Claus,1997: Derecho penal. Parte general (trad. de la 2° edición alemana por Luzón, García
y Remesal), Tomo I, Madrid: Civitas.
Roxin, Claus, 2006: Strafrecht. Allgemeiner Teil (4° edición), Tomo I, Múnich: C.H. Beck.
Stern, David G., 2004: Wittgenstein’s philosophical investigations. An introduction, Cambridge,
Nueva York, Melbourne, Madrid, Ciudad del Cabo, Singapur y San Pablo: Cambridge
University Press.
Suárez Sánchez, Alberto, 2013: Delitos contra el patrimonio económico (2° edición), Bogotá:
Universidad Externado de Colombia.
Tiedemann, Klaus, 1992: “Zum Verhältnis von Allgemeinem und Besonderem Teil des
Strafrechts”, en Arzt, Fezer, Weber, Schlüchter y Rösner (editores), Festschrift für Jürgen
Baumann, Bielefeld, Ernst und Werner Gieseking, pp. 7-20.
Vogel, Joachim, 1993: Norm und Pflicht, Berlín: Duncker & Humblot.
von Wright, Georg Henrik, 1963: Norm and Action, Londres: Routledge & Kegan Paul.
Jurisprudencia citada
BGHSt. 9, 62, en: Entscheidungen des Bundesgerichtshofes in Strafsachen, tomo 9 (1955), pp. 62-64.
Corte Suprema de Justicia. Sentencia de 13 de febrero de 1963, en: Gaceta Judicial, tomo CI
(1963), pp. 325-338.
Corte Suprema de Justicia. Sentencia de 29 de julio de 1965, en: Gaceta Judicial, tomos CXIII
y CXIV (1974), pp. 281-289.
Corte Suprema de Justicia. Sentencia de 14 de diciembre de 2011, en: Jurisprudencia & Doctrina,
Nº 485 (2012), p. 823.
Corte Constitucional. Sentencia de 15 de abril de 2021. Sentencia C-093.