Mo en Santiago: e Ces, C e S e e e G Este Se Ca Con e en Ged e Creí Se Su Se SLB, e Q S S S en Equi Ral) Kespear

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errorCs cómicos, no pudo dejar de ver que el hombre es E L B .

\ R R O S G R E Z
que vive dominado por ulla serie de hechos externos.·L
puede asi, e nton ces, lransfortllarse [,\Cilmenle en una" a
de ilusiones". ":'\oche de Reyes" es en este sentido una
comedias m~¡s pro!undas de Shakespea rc. El lema de V'
en torno y no en e l centro. Ahí está en realidad b pugna
.\[alvoIIO v [este, enlre el espmlu purilano y el restivo.
gana al ¡in , pero UT! Feste distinto, CO!110 se revela en el
~~lO:o ca nlo final. L.~l obra jJlilH ¡pia con música, música qUe
alJlTl enLo del amor' y tcnnIna CO l) ella en el canto donde
da trans[orl11ada en ,>ubslancia de traged ia.
Hoy día el teatro ingll;s ha aicall/ado UIl desarrollo
LO in creí ble .. L~IS obras se JllOllt;lIl co.n. innegable 'habilidad y
aclOres .se dl Sl1ngller. por su se ll Slb illdad , cultura, gusto e
dudal)lc talen lo. ::\ 0 Itay, sin embargo, dramaturgos de
dna magnitud, aunque si de oficio e ingenio. Q uizá
siglos tcnddl1 que pasar antes de que surja en el mundo
Genio del teatro equi pa ral) lc a \Villiam Sh'l kespeare.
JORGE ELLIOT T.
COMO EN SANTIAGO

DEL REPE:RTOIHO DEL


EX,?ERIMENTAL DE LA UNI ERSlDAD DE CHII_E
"COMO E N SANTIAGO"

Comedia de costumbres., en tres actos, original de don

DANl1~ L BARROS GREZ

ECTENTEiVIE TE se c1.tmplieron cin cuenta alias Es trenada por el Teatro Experimental de la Universidad de
R muerte del notable com ediógra fo nacional Daniel
Grez, aulol' de "Como en Santiago", "Casi
"El ~lJSa yo de la Comedi a" y de v({rias comedias más y de
Chile, en el Teatro ¡ Iuni cipal de Santiago, el 2'6 de julio
de 19·'17, con el siguiente reparto:

fU ll dula lIovela "C uaLro R emos". Don ]\1 N UEL, hermano de . R Llbén Sotoconil
Sil produ rci6n teatral tiene un a importancia Doña RUPERTA, mujer de An ita del Valle
el desa r/ollo (Lel teatm cI,ileno. Sus piez.as, inspiradas en Don VICTOR I ANO, padJ'e de Emilio Martínez
costumbásmo de la m ejo r ley, retratan tipos nacionales DOROTE , prome ti da de . Coca 1elnick
rasgos vel'lladeros y agu dos. Campea en ellas un hum S LVE 10, hijo ele don Manuel Eugenio G uzm;ín
sano y regocijfldo, que da vivacidad y colorido a los rll,f1n"'Il..r _" I l ' ES, sobrina de don Victoriano María ~hluemla
que el (lulor refleja. el medio san tiaguino o pruvinciano FA STI NO, amante de Dorotea Domingo Piga
l ESCRIBANO Enrique lv1arin
la época y lo critica en fo rma tlt i!. _
R ECEPTOR, Carlo Carcía
Desde que el Tea tru Experim en tal de la
C/¡ile 'redescubrió" a Dan iel Banos Gre, ,-eestrenando
en Santiago" , en 1947, y "Casi -,asamiento", en /952, la Director: DO , H CO TES, IER
y las 0 1; ra~ de es/.e auto?' han des¡JertarJ,o un vivo interés
los ama ntes 'del (I 'r t e dramlÍtico en Chile. El interés es Escenografía e Iluminación: OSCAR AVARRO
cado, ya q11 e se ha p od ido compTol;a}' que Barros Grez
z.á, la princiPal fiaura de la dmma lurgia chilelw en el Música: GUST VO BECERRA
y, con ,~eg tl n:dad, el in iciador de 11170 tmdición que
ver ennqueclda cadwvez más, Su ca.lidad de autor 1 La escena pasa e n la capital del Departamento Z9, en casa de
t~ nuestro, que tomó sus temas y f)ersonajes de la 1'ellllGliJQ, don Victorianr¡), El lugar ele la acción es una sala modestamen-
cLOl1al, en Lugar de falsearse con influjos e imitaciunes te amoblada, con dos puertas l<llerales y una puei-ta y una ve!).-
fOHíneo, lo perfila C0/l10 un ejem Plo para las 1/uevas tana en el lonelo, que da n él un patio exterior,
clOnes de allt01'es,
CTO PRIMER O
A l jntblicm la versión de "Como en Santiago",
o

en 194 7, " TEATRO" se asocia en forma en tusiasta al


Escena 1
je que, l.os grupos leatra les de Sa n tiago )1 -provincias,
patr~ ClnlO del Teat m Experimental, rendi-rán próxima
INES.- (Entretenida en su castUTa canta una canción de la
Daniel Banos Grez en el Teatm Antonio Varas,
éPoca) .
18 49
Escena II separó en todita la noche de Dorotea, y bailó ocho " t ces
con ella.
I nés, doña Ru perta 1:\,ES .- ¡Och o ~ece~!
'RVPERTA.-S¡, S.I; och<:> veces. Las Hev¿ en cuen ta, con las
RUPER T A. -¡Inés ! ¿Q ué bulla es ésa? ( uentas de mI ro:;ano.
l ;\'E .- odo eso podrá ser, tia; ,pero, ¿quiere q ue le diga una
I NES.-Cantaba, tía, para entretenerme y hacer cosa?
m i trabajo.' R PE TA.-¡ Habla !
RUPERT A.- ¡Sí! Pero deb ieras tener presente que tu 1, ES.-E. q ue Ud . le está meti endo a nl1 p rima mucho más
está- durm ienuo. - bulla q ue yo. . .
I NES.-CotnO }a es tarde, creía que Dorotea se R 'PER TA.-Es verdad q ue como tengo una VOl tan Vlbra n~e,
tado. según me lo dij o anóclle Faustino .. . .¿Sabes tú lo q~e sig-
RU PER T A.-¿Y cómo piensas, incons iderada muchacha nifica esta pa labra vibrante? -1 ta mbién m e lo ex plIcó. ...
¡A h! Voy a ver si esa pobrec ita duerme. Es tan nerVlOsa
u na niña tan delicada y tan nervi.osa como mi hi '
de levantarse antes de las on ce del día? ¿-Has olv' como yo cu ando ten ía su edad. (Vase).
~tuv i mos anoche en el baile con que este pueb lo
a nuestro si mpático dipu tado? - Escena III
11 ES.- ¡l ues,. ror eso misn:~o, t Ia mía, por lo mismo que
tea es dcbtl y enlerm l/ a, no deber ía recogerse tardel Inés (Llo rando)
R UPER T}' .-¿Qu é dices?
I NES.-Q ue acostándose temp rano, podría l . ·ES.-¡, 11! ¡Pobreza! ¿Quién no te debe su desJ~cha ? ¡. I~.
va ntarse lem prano. tire m ía! Cuando al m orir me entregaste a m I buen y o
R UPERT .-¿Y. g uión te mete a ti venir con regl':ls ~Ion Victoriano, creíste haberme dado un padre, y m.orIs te
q ue n o en tiencles? ¿Qué sabes tú de baites y de rec:lWidll tranqu ila . . . o me q uejo de mi tío; ~ero su m ~IJ e: .. :
tempra no o tarde? . ¿Por qué se te parece ta n poco , madre mI ~ ? ¡Alt ! SI , tu v ~­
I NES.-Nada sé de -eso, tía; pero __ . vieras; si yo pudiera abra/arte como en ti empos mas [ej¡.
R UPERTA.- ¡Sabe que ~i hija se levanta a la hor:1 que le ces, yo te diría : madre m ía, amo a . un :lOrr: bre, ~ ese hO~ll­
. la gana, porqu~ es nca, y tiene con qu é darse gusto! bre se casará bien pronto con mI pnma , y tu llora~' las
IN ES.-Pero, tia, calmese U d.: yo no he dicho eso sino con migo; y tus caricias consolar ían mi pobre corazón, mlen·
que ... tras q ue ahora . . . (Se pone la ca Uez.a entre las manos) con
RUP E RTA.~ ¡ ' 0 [altaba m<Ís sino que tú vinieras a
niuestras de l más pro fun do do lor)
me a ~l las re~'las .elel buen tono; a mí que he nacido,
he c~eCldo en Santiago, y q ue crio y educo a mi hija
Escena IV
conv.lene a una persona de su clase! ¿T e parece que
Santiago se va a un baile a prima noche para
h or a~ d e cenar? i Pobre m uchacha provinciana! Inés, Dorotea (Vestida fantástica men te)
e~se,n arm e es~as cosas a m í, que acabo de hablar con él
51 tu lo hu bie ras oído ha blar anoche, habrías rO'n.' ....n .. DOROT EA.-¡Inés, Inés. ¡Qu " desgracia la míar Yo qu i iera
do ... llorar, p ro no puedo .. ,
I NES.-¿A quién, tía? 1¡lES.-¿Q ué tienes, D?rotea? .
R UPER T A.-¿A qui.én ha ~e ser sino a nuestro simp¡itico DOROT 'A.-M is l~l gnmas se reSlsLen ...
tado, don FaustJllo QUll1 talegre, que anoche estuvo I NES.-Pero dime, ¿qué es lo que te pasa?
I NES.-¡ Ah! DOROTE .-¡ Y la frialdad con que me lo preguntas! (Apar-
RUP~RT.A .-iQué ta~ento de hombre! ¡Qué maneras tan te: Estas almas vulgares nO saúe~l se1l til-) ¿N o echas de ver
tmgmdas, qué cure tan cortesano, qué movimientos por mi sembla~t:, el profundo d olor que m.e abruma?
el egantes, y sobre todo, qué galán con las nirias! N INES.- Pero yo qUlSIera saber ...

.. 50 51
DO R?TEA.-:- i/~h! Si .el c!elo t~ ~1Ubiera dot.aJo de mi pO ROTEA.-Y, sin em~argo: nada es m;ís~at.ural. Si tú est'u-
SIt~ sensl.~IJ¡dad, I:abnas adIvmado en mis ojos, y vieses dotada ele 0 11 dellcadeza de scnUlluentos, compren-
la , mJ.lexlOn 0e mI voz, este o ;uel dolor que me arnrrn ...., derías la enormidad de aquella falta. ¿Cómo crees que u n
Pero te lo dlré, ya que es neces~rio. ¿T e acuerdas del hom bre de corazón se case con una mu jcr q ue, en el acto
nador de cuerpo entero, que rm papá me encarg6 a más serio e impor tan te de la vida, se atreve a presen tarse
tiago? con gu antes color p atito? ¡Esa mujer no sa be amar!
I NES.-Sí, me acucnlo. 1K ES.- Si eso fuera ci erto, creería q ue Si lver io estaba loco,
cua ndo ...
DOROTEA.-Pues bien, cuando esper.íGamos que había de
DOR OTEA.-jSil veriol ¡Ja, já, j:ta! ¿T ú crees que te hablo ele
gar en es~os días. recibió aU0che mi papá una carta, en-
Silverio? .
cual le dIC:el1 que la carreta que lo traía se ha q
en el camino. 11 ES.-Así lo pensaba, D orotea. ¿N o es Silverio el amante pre-
I NES.-¿Y no es m;ís que eso, Dorotéa? ferido por tu corazón, y al cual tus padres te t ienen pro-
metida por esposa? .
DOROTEA.-¿Y te parece poco, Inés . el encontrarme sin
DOROTEA. - Es verdad que eXIste ese comprom l s~ ; pero he
ciar, ahora que tanto lo necesito? ¡A h, sí tuvieras
com prend ido al [in qu e m i cora:-ón ~10 pod rá nunca amar
sibilidad, me comprenderías! ¡Mi peinador de cuerpo
ro! (Llora). . a un hom bre tan vulgar como SLlveno ...
I;\1E5.- Al1 ! (Aparte:¿SeTá verdad?).
I N ES.-Cúlmate, prirn á mía. Si ese espejo se h a quelmlcIo DOROTEA.- Bien claro se lo dem ostré anoche.
tío te encargará otro. ' IJ ES.- y en to n ees, ¿q ui én es?
DOROTEA.- (Con un imlJerioso m ovim iento de ni/ia a DOROTE .-¿El r ival favorecido? Es Faustino Quintalegre, el
diza). Es q~e yo lo ne;esito ahora, porg u e es preciso héroe del baile de anoche.
le parezca l:)len ... y ¿como puedo parecerl e bien, si no lJ ES.- ; Ese ca ballero r eci én llegado de Santiago?
do vestirme ni adornarme con ex quisita elc<Yancia? 1 DOROrEA.- El m ismo, Inés, el mismo . No me d ejó en L~da
paclécete, In és, de m i desgracia! " la n oche. ¡Q ué joven de tan to talento ! ¡Por eso el Gobler·
I NES.--No · te alJij as, Dorotea . . . no lo m andó elegir dipu tado por este pueb lo! ¡Qué am a-
DOROTEA.-Véom e obligada a vest irme delante cle un b il idad! Bailó conmigo och o veces, por lo cua l toelas me
jito de estos que no parece sino, qu e se estún riendo miraban con envid ia. Yo creo, I riés, que será un marido
una, pues, en ez del re trato, se ve allí la caricatura. modelo, porque vióte como un figurín; hab l~ y bai.Ja .como
es un martirio horrible! ... ¿Cómo he cle poder un figurí n ... Mira tú si u na mujer ~le m Is sen t.:-mlen tos
me ante mi pretendiente? . n o gozará al laelo de un h ombre tan [m o, tan dehca clo ...
I NE S.- ¡Pero, Dorotea, oye, por Dios! Tu amante INES.- y ta n fi gurin .
que te ama, no por los adornos postizos de tu DOROTEA.- ¡Así -'es! ¿N o es verdad , mamá?
por las cualid ad es de tu alma.
DOROTEA.-¡Es que tú no lo conoces, Inés! N o hay un
bre m~ís ap~sionado por la belleza que él; y tiene un Escena V
ma tan senSIble, que hasta un lazo de cinta mal
le da mal de nervios. El m ismo me lo dijo anoche. Dichos y d oñ a R u perta
rate que, estando para casarsc en Santiago . . .
INES.-¿ El? R UPERTA.-Di ces bi en, hijita. ¿Q ué era lo q ue d~ cías?
DOROT EA.-Oye. Al tiempo de ponerle las bendiciones, DOROTEA .-Le estaba contan do a Inés mi conquista de ano-
q~e la novia nevaba guantes de color patito, por lo che.
cllJo redondamente nó, y dejó a la tal novia plantada, I NES.-Pero, ¿cómo has podido adelantar tan to, Dorotea , en
lante de todos sus -pal'ientes. una soj a noch e?
I NE5.-¡Dios mío! ¿Estoy soñando? OROTEA.- Es q ue un joven como Fa ustioo hace en una so·
D OROTEA. -Pal'a que aprenda a manejarse como debe ... la noch e, lo que otros 'en u n mlo; porque no creas tú que
sería ella de ignorante ... él me hablaba así como su elen hacerlo los mozos de pro·
INES-¡Pero eso es increíble, Dorotea! Vll1C1a, que se andan por las ramas, y que es necesa rio

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que um~ los ayude. ¡Nó, nó! Me hablaba como en VOROTEA.-¿Y crees tú, pobre Inés, que una muj er que em·
go, .danto como el agu a, pues_ es joven educado ue peña hoy su palabra, h a per~lido la libertad de desempe.
q
deCIr las cosas con una clandad encantadora' y 'Illn lÍarIa mañana? ..
se d e f len d a, e' 1 por:.la
f ' SIn. d escanso, hasta que' la< haque
PERTA.-j Eso sí que no! La mujer tie ne derechos inalie-
ce
a ul1a todo lo q ue él quiere. E n el seo'undo (nl'le na bles, y el más santo de todos eso. derechos es el de anuo
1e h a b la
" correspon d ' d ' b <,
1 o, S1l1 q uererlo, a sus apretoncit
ya
lar mil síes con un solo nÓ.
mano, dados, .eso sí, c?n la más exquis ita delicadeza. ~ VOROTEA.-Sobre todo, cu ~ndo a ello nos ob liga este tirano
tercero me. hIZO s~.spIrar más de dos veces; en el qu e llevamos dentro del pecho.
tuve que mIrarlo fIp mente, para reprocharle su a RUPERT .- Ta les son las leye qu e . rigen al gran mundo.
, to~ pero no acabó .el quinto, .sin qu e . yo hUbiese" \".u·"ell¡'tllol:.Di VOROTE .- Así me lo explicó ~au s tll1 o anoche. _.H ablan~o con
mIr~rlo, ,pa: a manIfestarle 1111 desenOJo. ¿Para qu é he . él, me parecía estar en SantIago. Ya ~ v ~. E l tam blen me
d ecu mas S100 que en el sex to, me arranc<Í más de dij o ('ue yo era una verdadera santlaguma . .
síes, y que antes de llegar al octavo, nos habíamos ju ES.- ¿Y 1si mi tío quisiera obligarte a que le cum pheses la
un amor eterno?
palabra dada a Silverio? .
INES.-N o se puede negar que el negocio marchó algo de RUPERTA.-¡No la obligará, porque aquí estoy yo! .
sao
DOROTE .- ¡Ah! Si mi papá fuera tan quel qu e me obliga-
DOR~ EA,-~ l vapor, nii'ía, al vapor" como sucede en ra a casarme con un h ombre que n o sabe ponerse la cor-
tJ a~o. Alb se marcha al vapor en asuntos amorosos. bata, me moriría ...
dec¡~te qu e si un matrimoni o no se realiza Cn un mes, RUPERTA.- ITO te a[lijas, hija nlía. j o te casar<'ls. con. ' l! .
ta do desde la primera conver ación de los amantes .¡a DOROTEA.-¡Figú rate, In és, que an och e se atrevIÓ S¡ lveno a
p on e aqu ello fia mbre y d e ma l gustol ' ir al bai le con corbata d e color! Pero ahora q ue me acuer-
RUPER T A.-Así m is~o es; y h a y m attimonios (Iue en do, ¿qu é te parece mi peinado? Mírame bien el vestido
s~la noche d e ball e, se. ~ rman, se d esarman; pelean los DC> por de trás. ¿ H~ce bu lto elegan te y de g~lstO ? .IEs una ver-
VIOS; vuelven a reconc!llars , y se casan al otro dfa ..• dadera d esgraCIa que no h aya llegado mI espejo d e cu erpo
DOROTEA.-No importa. As í es com o un a mujer ha l!'Or.IIll:IO J en tero !
en una semana, una vida entera de il usiones. JI ' ES.- (Exami nan do el vesÚd o) Si he tIe deci rte la verdad, Do·
11 lES.-No co~prend o, --.!?orotea, cómo · es que ... ra tea, -a m í me parece u n poco e.'agerado este Oul to. .
RUPE~T .. - 1 o te ad m Ires, I n ~s; ésa, sOn maneras de la alta DOROTEA.-¿Qué li amas t ú exagerado, cuando este ves tido
s?cledacl, q ue tú no sabes, porque n o has cstado en San- h a si do hech o en Sa ntiago por la modista recién liegada de
tIago.
París? Pero algu ien vi ene . . . ,
DOROTEA.-No se canse en balde, ma má. N o todas las alJiIIi RUPER T \.-Esa es la VOL de ictoria no, que ha ido por mi
tien en las mismas te ndencias. I nés p iensa d e un ro orden, a visi tar a nuestro di putado.
yo d e otro,: y no pu ede ser de otra ma nera, porque las DOROTEA.-Bien h echo, m am ó} . Voy a preg untar le a mi pa·
ten ~mos dI versa ma nera de pensar. Esto es claro. Yo pá qué le h a parecido. (Va hacia la puerta del fondo y vuel- .
n aCId~ para la alta sociedad; un marido de prodncia ve corrien do) . ¡M amá, mamá! ¡J\fi papá viene con él!
ma ~ana, y de~c1e a no~ le sueño con los pa. eos, bailes y R PER A.- ¿Con Q uintalegre?
tu bas de ,~an tI.ago. lv!I al~11a estaba alelargada, cu ando DOROTEA.- (Hace seña.s de que si, como em ú(lTgada' iJar la
<lmar a Sd veno, q UIen pmüs me ha expresado su emoción).
con aquel luego, aquella grac ia, aquel sentimiento, en R PERT ,-¿Qu ién sabe si en Santiago se usa ahora venirse
de Fausuno Q u intal egre. ' I
con el vis,üante, para pagarle, a rengló n seguido, la visita?
R UPER T A.-Es q ue Faustin o te d ice eso como se dice DOROTE .-¡Preciosa mod a! Pero salgamos . .. La emoción
capi tal. de be haberme pues to colorad a, y no clebo pr entarru e él él
DOROTEA.-As í es que estoy resuelta con es te color tan provin ciano ... ¡Se mu ere por las mu-
Silverio. j res lú liclas, m am<í!
I NES .- ¿Y tu pala bra mpefiada? ¿Y el am or que le has PERT A. - Pues entonces, ven acá a pónerte los polvo de
a ese mozo?
arroz.

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DO RO~EA.- Ven, Inés, a ayudarme a inflar un poco un a plce de las reglas de la etiqueta. ¡Ya se ve! Criada y
vestido ... nacida en Santiago.
INES.-Pero, ¿no estás ya bastante inflada? FAUSTINO.- Eso se conoce a la distancia.
D OROTEA.-¡ T odav ía no, lnés! ¡Ven prontol CTORI NO .- jUd. la tratarú de cerca y vereí qu é cabeza
Rupe1·ta). aquélla! ¡Le aseguro que a m í m e tiene como un reloj! No
me deja pasar una, porque ella está siem pre al ca bo de
Escena VI todo lo que su cede en Santiago: así es que ha educae~o a
nuestra hija, q ue da gus to. Ya se ve, la muchacha tiene
Inés un memorión: q ue es para dejar pasmado, cuan do lin o la
oye recitar u na Ilovela de Alejandro Dumas.
I NES.-¡Qué par de locas'! Me han dado ganas de COliloc::er, FAUSTJ ~ O .- ¡ Ah , señod Anoche f ué D orote íta .la reina del
ga lán, y este plumero me servirá de pretexto. (Coge baile.
plume1'o, )' se pone a sacudir las mesas, n:tauifeslando VICT ORIANO.-¿ o es verdad, señor, que parece una verda·
t,-acción). dera sant iag\lina'? Perc!ónele a un paure esta Iranqueza.
¡Q uiero tanto a mi h ij a!
FAUSTINO.- Esos sen tim i n tos honran a Ud. y a toda su 'fa-
Escena VII milia, señor. (A pm·te : Es U I"l uiejo original ).
VICTORIANO.-Sí, a migo_mío, todos m is esfuerzos se cifran
I nés, don Victoriano, Faustino en man tener a la debida altura la honra y el tono ue mi
famiJi a; y desde que so y m u nicipal, be ~ra t,ado de po.nel: mi
VICTORIANO .- (En la puerta) Porque como casa bajo el pie q ue corresponde a la d lgnJ dad q ue ll1V lSto,
pal o .. ¡Señor c10n Fausti no, entre Ud.! como qice mi muj er.
F \.U ST I N O .-Sírvase Ud. pasar, señor, don Victoriano. FAUSTINO.-Hace Ud. mu y bien.
VICTOR IANO.- ¡No 10 permitiré de n ingún modo! ¡Pase VJCTORIAN O .-Verdad , 'que me cuesta algunos pesitos al
(Ent1'a Faustino) Porque como yo soy municipal ... año; pero la Ru perta no es mujer que se mida en gastos
ve a decir a la Ruperta, q ue una visita la espera aquL cuando se trata de seguir la moda ; y desde que hag-o parte
I NES.- (Hace u na cortes/a a. Faust ino). Voy allá al del municip io de este p uebl o, puedo de ir él Ud .. . . pero
(Aparte : Pm'ece un títere el seíiol' dipu tado del fTo¡[JZe'1"II1r:n aquí ienen ellas.
(Vase).
Escena IX
Escena Vln
Doi'ia R upena, d on Victoriano, Dorotea, Fausüno
Dichos, menos Inés
R UPER T A.- eilor don Faus Lino, ¡cu án d ichosa soy de ver a
VI CTORIANO.- Porque como yo soy mu nicipal ... Ud. en esta casa l
U d., eíior. , FAUSTIN O .-l\1ayor es m i d icha, señora, en poder presenta r
FAUSTI NO.- ( entándose) Gra ias. ¿Decía U d.? a Uds. mis re 'petos, . .
VICT ORIANO.-DecÍa q ue, como yo soy municipal, DOROTE .-~, ( i gracias, señor. (ApaTle: ¡Qué elegmlCl'a! ).
toda la noche ocupado en el Cabi ldo, y me rué F USTI O.-Me h a apresurado a venir, porque, C01110, por
a is tir al baile. Pero la Ruperta 'm e encargó desgracia mía, sólo puedo permanecer hasta maña na en es·
m ente esta maiiana que fues e a hacerle a U d. la visita ta encan tadora ciudad . ..
cumplimiento ... DOROTEA.-¡Ah!
FAUST I NO.- Y por eso no he querido tard ar en venir a RUPERTA. -¿T a n pron to se vuelve Ud. a S~wt j ago? ¡Ya se vel
las gracias a ta n cumplida y am able señora. Es te pueblo no presen ta aliciente .. .
VICTORIA O .-En cu anto a eso, es la mujer m,ls FAUSTINO.-¡Quc dice V er., seii.ora ! Aq uí no echa nada de
del mundo; vive pendiente de la moda, y no se le menos un via jero ele la capitaL (A jJarle : Casi me han

56 57
muerto de hamb re en eso que llaman hotel). jtüPERT A.-¡Siempre la misma razón para todo!
cias fe meniles, sociedad escogida, todo, todo se VI CTO R I ANO .-AsÍ son ellos. También les ganamos es.ta vo-
en este pueblo, Que con mu cha justicia merece el taciólI, así como la siguiente sobre el color de la reJ a ...
Santiaguit~. ~A parle : N o hay mas que alaba"Ze SU f AU STIN O.-¿Y qué se decidió? .
a los tJrQvm cw n os) . \ 'ICT O RIANO .-Que fuese verde como la de Santlago.
VICT ?RIAN O.-:::-Eso mismo digo yo; pero hay aquí f AU 'T INO.-De manera que Uds. no perdieron ningun a vota-
InJ gas del senor gobernador, q ue por el gusto de ci ón.
sición al gobierno -que es un gusto que yo no VICTOR I 1 O .-¡Si no las perdemos nunca, seí'íor mío! ¿N o
' no cesa n ~e voci ferar por ~sas calles que el pueblo no ve Ud. que formamos el partido de más peso? Desde que
lanta; y Clen an los oJ os para no ver cU<Ínto el sup remo gobierno me tiene aquÍ de cabildante, no l1 e
Il;unicipales. Mir: U d.: desde que SO): cabildante, que perdido jamús u na votación.
ra corno . trece anos, se ha gastado, solo en componer RU PER T A.-¿Y de qué le serviría al gobierno tener el man-
redas, más de 200 pesos largos. do si no eligiera de lo mejor?
RUP~~ T A.-Son gen tes roj a~ esas que hablan, · y s<'>lo por FAUSTI NO.- (Aparté: So n los dos cm'lados a una lijera ).
vldta lo hacen. . VICTO RIANO .- Pues, señor, como el maldito roj o es in cansa-
VI CTORIAN O .- sí es. No h ay .v ereda de las de los ble, se opuso a q ue plantásemos en el jardín fl ores ex tran-
pajes que no esté arreglada; y sólo cu ando llueve jeras, p orque costaban caro ...
no más suele cortarse el tdfico en alguna. R PERTA.- ¡Q ué hombres tan empecinados! ¡N o conocen otra
I R UPER TA.--:-De aq uí na~e la env idi ~ ; y como veo que en
raz ' n q ue la de la pobreza!
l~s eleccIOr:¡es ga na sI empre la lIsta en que se halla FF USTI NO .- (ApaTte : N o deja de ser una buena razón) ¿Por
nano ... su pu esto q ue Uds. sali~ron vencedores?
VICTOR I ANO .- Es d~c~r, l~ el el go?iern?; porqu~ l~a de ICTORIANO .-Si, señor; y tam bién en la última, sobre si
ber Ud. q ue el M mISteno ha tem do sIempre a bien el plantaría mo en la plaza <¡rboles traídos de Santiago o de
represente los illtereses de es ta localidad. nuestr as montañas.
FAUSTINO.--Esto no prueba sino la honorabilid'a d de Ud RUPERT ..- Ap u to que ellos eran por plan tar <Í rboles bru-
RUP ERTA.- Y ta mb ién q ue esta M unici pali dad es como la tos del celTO, en lugar de los extranj eros' de Q uinta N or-
Sa ntiago, . es de ir, formada de las personas más ma l.
b Ies .. . V CTO R I Al\' O .-¡Ad ivinas ta, mujer! (A pa?"le a Fauslino) Ya
VICT~ RIANO .-No todas por desgracia, pu es los rojos ve como esta mujer no ticne un pelo de tota. E l par tido
gllIerbn meLer uno de los suyos este aii o; y aHí tcnemos ele los rojos de cía q ue plan tásemos aquí peu in 'os, ma itenes,
s~~rj¡/. aq uel ho mbre, que se l.leva dale que le dar¡ís, litres, como si no lo tu viésemos de sobra en esos cerros.
n lcnctose a todo. ¡Y luego q UIeren que un pueblo ad4ela1~ RUPERT .- ¿Dand t:l siempre por razón la pobreza?
te l Mire U el.: anoche tu vimos una sesión m uy acalorada; VICTORI ANO.-No, sinO' q ü e debíamos hacerlo así para cul-
desde que soy mu ni cipal, n o h e visto nada parecido. . tivar nu estros úrboles y estud iarlos de ccrca, por patriotis-
FAUSTIN O .-¿Y sobre qué asun to se trató? mo y qu e sé yo qué m ás. P ero yo me les encar é y les d ije:
VI CT ORIA lO .- Sobre la rej a q ue h abía de rodear el j ¡Bárbaros! ¿Hasta cuánuo serán Uds_ porfiados y rojos?
. q ue pensamos poner el1 la plaza_ . ¿N o ven que les hemos ganado todas las vo tacion es; y q ue
DOROTEA.-j Ah ! ¿Vamos a tener jard in ' como en San ésta, q ue es la moza , tampoco la hem os de perder? Vengan
VI CTDRIANO.- Sí, hija. Comenzamos a discu tir sobre acá y díganme ¿q ué ároole so n los q ue hay en la p l a ~a de
pon dr ia o n o, la tal reja. El rojo se opuso, diciendo que Armas de Sanfiago? ¿Ha n visto allí algún maitén, q uillay o
Mu nicipalidad estaba pobre. boldo? ¿Y piensan ds. ser m ás patriotas que el gobierno,
RUPERTJ .- Pero, ¿no les d ijiste qu e en Sant iago . . .? uando por p m o patriotismo , es tá all á en la casa de moned a
VI CTORIANO.-¡ Vaya si se los d ije! Les gana mos la vOltaclOlJlII:'~ cumpliendo con la comisió n que le d ió el gobierno pasa-
L u ego volvieron a d ivid irse los pareceres. E l rojo nnlll~LU" do de regir el país, y de 'elegir patrió ticamente el gobierno
porq ue la reja fuese de madera, funcI,¡ndo se siempre en q ue viene? En fi n, rué , tanto lo qu e les ha blé, q ue ...
pobreza del municipio ... F USTINO.- ¿Se d ieron por vencidos?

58 59
VICTORI ANO.- TO, señor, pero salieron vencidos,
que importa. ¡Nunca h a bía trabajado tanto, goci o. (Bajando la v oz) Basta que Ud. sea como yQ de los
soy cabildante! elegidos por el Supremo Gobierno. ¿Está Ud.?
DORO TEA.-De todos modos tendremos jardín con \ USTIN O.-Sí, señor mío. Comprendo y le agradezco a Ud.
tranjeras, y árboles de la Quinta Normal, como f r porque el .pueblo me ha gustado, y veo que adelanta con
tiago, ¡qué gusto, mamá! .. pasos de &!gante ...
VI CTORIANO.-Sí, hija mía, tendremos todo eso, una VICTORIAN O.-¡Oh! Sí, señor, de gigante ...
la Iluslre Mu nicipalidad encuen tre un, prestamista fA USTINO-En raz.ó~l a. que sus inter~ses locales están a car-
cil ite el dinero ... 0'0 de una mU1llClpahdad ta n escogida ...

DOROTEA.-¡Pero, pa pá! ¿1\ qu' espera.r eso uel VI TORIAN O.-¿~ué q~liere U d.? Es.cogida por el supremo
para hacer el jardín? gol)ierno, que tien e el don de elegir a .su gusto. ,
VICTORIA O .-¡Qué dices, niña! FA STI NO.-Un pueblo que sigue en todo las hu ellas de Áa
DOROTEA.-Que h agan p ri meramente el jardín y capita l. .
arreglar{¡ n el asun to de l prestamista, o ~ué si~ yo. VI CTORIA! IO.-¡Por supuestó! Y segu~remos .con paso. de gl'
R UPER TA.- (AParte )l dando con la TOd711a a Dorotea) gan te esas huellas, m ie nt~-as el gobIerno. siga las g!galJ tes·
lI a. (as huellas de ... del gobierno, ¿me exphco?
FAUSTl r T O. -Perlectarn e nt~, y confío en. que .ud.... '.
VICTORIANO.-Yo seré SIempre u n amigo dispuesto. a SerVlI·
Escena X le co n todos mis posi bles, no sólo en esta casa Sll10 en la
I'l'1 unicipali dad. Cuente con 'mi fundo. _ .
Dichos, Inés RUPER T A.- (Hace impenosamente .una .sena a Ines para que
se 1·etire). (Vanse In és y don Vl ctonano).
INES.- (A don Vic toriano) Un cahal lero que lo aguarda en
cuarto, necesita ha blar urgentemente con Ud.
Escena XI
VICTORIANO.-Debe ser de la j funic ipali dad: Es t:ls cu
nes del jardín nos tienen a todos revucl tos en este
No me dejan descflnsar. ¡Y luego dicen los rojos que Faustino, doiía Ru perta y Dorotea '
h acemos nada ! Dile, Inés, que me espere.
FAUSTI NO.- (A doña Ru pnta) .Yo creía que FAUSTI NO.-¡Qué ca ballero tan cumplido! Parece ci-iado en
sino una sola hija. Sa ntiago. .
RUPERTA.-(A media voz) sí es, RUPERTA.-Y, sin emba rgo, no ha estado jam,is en la capi.
FAUSTINO-Es una preciosa nma. tal. 'l
DOROTEA.- (ApaTte: ¡Qué visita tan in01J01-tllna la de SI'
RUPERTA.- (En el mismo tono). E. una sobrina ue mi
verio! Ahora lo aÚO'rTezco).
do a gu ien he recogido por caridad. .
VICTORIANO.-D isp énseme, señor don Faustmo; un FAUSTIN O.-Pero yo sé el secreto. .
importan te me obliga a separarme de Ud. DORÚTEA.- o lo crea, señor. Ese mozo que ha vel11do a ver
F USTI NO.-¡Oh, mi ~eñ or don Victoriano! C~linpl;¡ a mi papá es un· . ..
los sagrados deberes de su dignidad concejil ; yo estoy RUPERTA.-(Apm·te) ¡Calla, niña! '"
lej os de qu erer priva r a la Patria de su importantes FAUSTINO.-Digo que yo sé por qué don VIctonano, Slll ha·
vicios. ber estado jamás en .la capital, posee esas maneras tan
R UPER T A.- (AfJarte a Inés) ¿Quién es el caballero que esperal elegan tes. .'
INES.- (AParte a doña RupeTta ) Silverio. RUPERTA.-¿Por qué? ,
RUPERTA. - ·Est bien. Vete de aquí. . F. \USTINO.- Porque ha vivido a su l ac~o, señora.
VICTORIANO.-Queda U d. en su casa, set'íor don Fausuno. RUPE R TA.-Favor eue Ud. me hace, senor. Verdad es que co·
FAUSTINO.-11il gracias. nozco la al ta soci~dacl, y trato que mi familia se imponga de
VICTORIANO.-Y en cu an to a los usos y maneras sociales.
DOROTE .-En cuanto a eso, yo puedo estar orgullosa de mi
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mamá. No deja nunca de enseña rme los usos sociales' Escena XII
se como se va a los ba iles, como se h ace n lo paseos, •
be una niña conélu cirse .en la Filarmónica, y en fin. Dichos, menos Faustino
las manera de la alta sociedad.
F AUSTINO.- Por eso decía yo que don Victoriano ha DOROTEA.- (A brazando (1 doFía Ruperta) ¡Mamá, mam{tl ¡Es-
aqu í, como en la cap ita l. ' te hombre ... este ... hom bre! ,-
DOROTEA.-EI nombre de las ca!les, las plazas, todo me lo RUPERTA-C álmate, nii1a, porque no es bueno fJ ue una mu-
enseñado mi mamá; asi es que puedo pasearme con la chacha sea así tan imp resiona ble, tan sentimen tal, tan ...
ginación por todo Santiago. Pero como eUa no ha "isto D OTEA.- ¡Pero, mamá. -po r Dios¡ ESLe hombre es el único
pu és de transformaclo, el cerro de San ta L ucía, n ada ha con quien puedo ser feliz. Anoche soñ é con él . .. . l\Iam á
d idq deci rme . .. Dicen que Vicu ña M acke nna lo ha ¿Qu iere que le diga u na cosa? Como U el . me ha di cho que
mu y li ndo. " un a hija n o debe ocul tarle nada a su madre ...
FAUSTINO.- ¡Ah, señ orita! El intendente de Santiago es RUPER T A.-Díme ¿q ué cosa es?
verdadero mago, que con su varita ele virtud ha escri Lo DOROTEA- Q ue me casaría con él ahora mismo, para que me
aquellas rocas la palabra buen gusto, co nvir tiendo llevase a Sa n tiago.
montón, informe en un gru po ele cristale , obeliscos. RUPERTA.-¡Qu é n iú a dé tanta . sensibili dad l ¡C\l ma Le, Do-
mides, aguj as, ra mpas, explan adas y escaleras. Hoy rllf..... ~;~ rotea ... pero ¿de qu é me adm iro, si yo era lo mismo qu e
veh ículos por donde ayer s610 volaban los pájaros. ella, cua ndo tenía su edad?
bres del bistórico cerro se han alegratlo al sen tirse o DOROTEA.-y cuan do estuviér, mos en Santiago, n os pasearía-
por el diminuto pie de las hermosas. El arte ha ido <1111 mos en vehículo por "don de ayer vola ban los pújaros" . ¿Se
auxiliar a la naturaleza; y auxili ado también por ella . fijó U el. en eso que, dijo?
ha Gonvertido las rocas en esta tuas ; las ha 1echo haLlar RUPER T A -Sí, me acuerdo; pero no te impres iones tamo
el m urmullo de las aguas, que aparecen po r entre sus DOROTE .~Es que temo ...
tas corriendo. on du lando o despeñándose eu espumosas r RUPERT .-Ten, confianz a, porque te miraba con UIl OS ojos
chi spe an tes cascadas. y las ha engalanado con .írboles. f1~ que. .. o tengo ex periencia y sé muy bien lo qu e aq uellas
res y arbustos de J11i l colores y formas. miradas querían elecir.
DOROTE .-¡Ah, mam á! ¡Qué cosa tan encantadora! Yo darla DOROTEA.- ¡Pero se va! ¡Se va . ,
cua nto te ngo por ver ta nta belleza. ¿Por qué la i\.funicipali RUPER T I\ .-Si él es fino, ha de volver" queri.d a mía.
dad no h ará también aquí u n cerro de Santa L ucía?
RUPERTA.- Yo se lo diré a tu padre, y él h ablad en el cabiltb
sobre el particular. Escen a XIII
FAUSTINO .- Este pueblo, siguiendo como hasta ahora los pa
sos de la capital, una vez que tenga u n cerrito, por peq':le Doiia R uperta, Doro tea, Victoriano.
ño que sea, se co nver tirá en un ,Iercladero paraíso.
DOROTEA.-¿Lo cree Ud. así, seiior? VICT ORIANO.-¿Sabes lo que ha pasa.d o, Ruper a?
FAUSTINO.-S í, señorita; y aún creo que, sin n ecesidad del RU PERTA.-¡ Habla, hombre! . .
rrito, merece,' desde lu ego el nombre de paraíso una VICTORI AN O.-Es el caso q ue des pu és de haber ha blado con
dad como ésta, en donde h,iy tantos ángeles. Silveno sobre su ma trimonio con Dorotea . ..
DOROTEA.- ¡Ahl DOROTEA.-¡Ah, papá!
FAUSTINO.-Pido a Uds. permiso para retirarme. VICTORIAN O .-Que el muchacho clesea realizar pronto ...
RUPERTA. -¡ T an pronto! . DOROTEA.-¡Papá! ¡Pa¡xí lnío! ¡U d. no querd ver m uerta a
DOROTEA.-¿Cuándo apenas ha 'comenzado .U(!. la visita? su hij a!
RUPER T A.-R uégole que no sea és ta la últ ima vez. VICTORIAN O.-¿Qu é signi fica ésto, Dorotea?
FAUSTINO.-No tiene para qu é rogarm e una cosa que yo ~an DOROTEA-Es que . . .
ard ien temente deseo. Señora, beso a U d. la mano. Sei'íonta RUPER T A -Calla, ni íla; y tú, Victoriano, p¡:osigue.
a los p ies de Ud. (Vase). VICTORIANO.- Prosigo. Pues, señor, cuando yo saHa de 1111

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arrendar mi fundo de la Rinconada; y esta mañana habla-
cuarto me encontré con don Faustino, quien, sin mos largamente sobre el particular. Sólo nos faltaba com:e-
ni mús allá, me pidi<í la mano de Dorotea. ni r en el canon cuando este incidente ha ven ido a entor-
RUPER T A.-¡Lo estaba adivinando! pecer el negocio. ,,'
D OR OTEA.-¿Y Ud. qué le contestó, papá? . RU PERTA.- R az,ó n de nús para ir a desdecirte de tu negativa.
ICTORIAN O .-¿Qué hab ía <.le responderle, sino que VICTORI AN O.-Yo creo q ue 61 la ha recibido muy mal.
pala bra, empeñada y que acababa de hablar con tu RU PER TA.-¡Razón de méí.s, Victoriano!
DORO T EA.- ¡Ah, yo me muero! (Se desmaya) VI CT ORIAN O.-Y q ue desea casarse con Dorolea tan to como
RUPER TA.- ¡Padre desnaturalitadol ¡Has muerto a tu
arrendar el fu ndo.
VICTORIANO.-¿Yo desnaturalizado? No entiendo.
¿q ué tienes? RU PER T A.-¡Razón de mús, razón de mi', h ombre de Dios!
Toma tu sombrero antes que la cosa se enfríe y no pierdas
DOROTE .-¡Papá desnatu ralizado, Ud. ha muerto a su
VICTO RI A fO.-Ex plícame, R uperta, que significa esto. lierupo.
VICT ORI N O.-Pues siendo así, voy al momento.
R UPERTA.-Esto significa que Dorotea no quiere casarse
Si lverio. RUPER T A.-Y no le pidas mu y caro por el arriendo, porque
VI CTORI AN O.-¿Por q ué razón? al fin y al cabo todo quedará en casa (Vase don Victoriano).
RUPERTA.- Porque ama a Fau sr ino.
VICTORIAN O.-¡ Ah! Yo no salJ.ía·... Escena XIV
RUPERT A.-Por eso te he di cho q ue janüs tomes una -,_ .. __ .•
nación seria, sin consultarme. .
Dichos, menos' Don Victoria no, despu s Inés.
VI CTO R I ANO .-P~o mujer, ¿q ué necesidad ten ía de
tarte ahora , cu a ndo sé q ue hemos de cumplir la ,.. ____
que le hemos dado a Manuel, de casar a Doratea RUPERTA.- ¿No te lo decía, Dorotea? ¡Aquellas miraditas in-
hijo Silverio, y sob rino' tuyo? dica ~an algo! I

RU P ~RTA.-Pues entre mi sobrino y el diputado, prefiero DOROTE .- ¡Al1 , mamá! No me cabe el corazón en el pecho.
diputado. ' ¿Qué pasos sones@s? _ . .
DOROTEA.-:-Y yo también. lNES.:- (Mirando pm- la ven tana hada el patio exterio1') Es Sil-
VICTOR !. j O.- ¿Y la palabra q ue tenemos empeñada? erio, q ue viene ...
RUPER T A.-¿Q ué sabes tú de palabras, h ombre sin e<1ucoldOálr¿:
DOROTEA.- ¡Jesú ·! ¡Qué hombre tan mal criado! No sabe
¿N o ve lo que sufre tu hija ?
llegétr nunca a tiempo . . Lo aborrezco! ¡Vümonos, maméU
VICTORI AN O.-Pero, Ruperta, yo no sé ...
RU PE RTA.-¿Qu ieres enseñ arme a mí como se conduce la RU PER T A.-Vámonos, hija ro ía. Pero ten calma . .
il ustrada en casos semejantes? ¿Te parece que en ~dUL1~"·:1 DOROTEA.- N o, no, mam~í ,' lo aborre¿ 0, lo aborrezco.
respeLan estúp idamente una palabra dada , cuando se
del es tablecimiento de un a h ija, hombre sin corazcín?
VICTORIA. rO .-Pero, Ruperta, si yo no tengo corazón, Escena XV
ho nradez y mis padres me han enseñado ...
RUPER TA.- ¿Y qué sabían tus padres, pob'res provincianos In és, Silverio
jam{ls divisaron la Plaza de Armas? Corre al
deshacer lo que h a& h echo, no te detengas. Ve y dile SILVE RIO .-Inés, creí haber oído .h a blar aquí a mi tía.
has reflex ionado mejor, y que pi.-efi eres que él sea el
de nu estra hija. . lNES.- caba de retirarse; ' voy a llamarla.
VICTORI 1 NO .- (Empujado por doña R uperta va a salir SILVERIQ.- Gracias, qu erida prima, por haber adivinado mis
vuelve). Lo peor es que, por esta negativa mía, se ha deseos . .
hecho un negocio que teníamos palabreado. IN . S.- (A Parte: ¡POu1'e Silveúo! ¡Qué gol pe tan cruel va a su-
RUPER T A.-¿Qué negocio es ese? /Ti¡-! ¡Y tan digno de ser amado!)
VICTORIANO.-fIa s de saber que clan Faust ino me
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Escena XVI
SIl,VER IO.-¡Gran Dios! Aquí hay algo que yo no comprendo,
él 19ún chisme, sin duda ... porque no puedo persuadirme
Silverio
d e que Dorotea baya olvidado, sin motive alguno, sus pro-
S I LVER I~.- (Dcjándosc caer Cll un Sillón) Agu a rdaré testas de amor ... Dime, I n és, ¿me aurecias?
yo qUIero que ella me explique su conducta I i\"ES.- (Conmovida) ¿'{o? ¿Y cómo pudiera no apreciarte, Sil-
verio?
C\E EL T ELON SI L VE RIO_- G racias, Inés . / Tú eres buena, pri ma mía, y no
d udo de que tu corazó n d e <ingel sabrá com p render mi dolor.
--000-- I NES.- (Ajwrtc: ¡Mi comU) r/ ! Si suiJiera dI lo que mi jJolne co-
rm.ón surrc).
ACTO SE GUND O SILVE RIO.-Q uerida Inés, dime: ¿que le has oído decir éi rm
t ía () a Dorotca de mí? •
Escena 1 I NES.-¿Yo? Nada ... (Af)(l1le: como hc elc tener fUCY.2.CIS para
. d ecide).
SILVER IO.- (Paseándose oglll/cfamcnlc (/ lo ¡m'go de la sala) SILVER I O .- Pero es preciso, In(:s, que esta acción de mi tía
~o se qué pensar de L:conclu,:ta de, mi tía 'pues no pa~ tengau
alguna causa. Es jJreciso que Dorotea tenO'a aloún
l/ __ . :;jo

motivo serio para romper conmigo. L os vín culos form a clos


~)

SlD~) que tratase, de hUIr d~ nll, segun ha SIdo su prisa en


retirarse de aqUl. Porque SI ella no me vió, Inés debió de-, por el amor de seis ;:l!1 0S no se cortan en un d ía. Sin embar-
cirle. que era ZO quien ve nía a visitarla. ¿y D orotea? ¿Qui go, Dorotea se ha conducido conmigo, en el baile de ano-
che, como si yo fuera indig no de su cariño. ¿Por qué esta
motIvo he podIdo darle para que se condujera como lo hizo
conmigo anocile en el baile? Sólo tenía miradas para el muelanza tan repen tina ? No puedo creer que sea causada
héroe de la liesta y no pude conseguir que bailase una sola por un nuevo amor,' porgue esto sería insultar a Dorotea.
vez conmigo: Cuando llegué ya estaba comprome tida para ¡Díme, Inés, por Dios, si sabes que alguien haya venjdo él
todos los bades con el tal don Faustino. calumniarme ante ella!
I N ES. -N o es eso, Silverio.
Escena II Sl LVER!O.-¡Ah, Inés! D.ices que no es eso: luego tú sabes el
motivo de tan repentlllo desvío. ¡Ah! Dímelo, Inés, por lo
que m{lS quieras. ¡Hazme saber la causa de mi clesdicha, tú
Silverio, Inés que hasta ahora has sido la m,ís querida de mis amigas!
IN ES.- (A jJo rl e : ¡Com.zón ndo. no rae ve ndas') Antes ele contes-
SILVE RIO.-Díme, Inés, ¿por qué me hace esperar tanto mi
tía? ¿Qué ha sucedido? ¿Se ha enfermado ella?
rotea .. ,
° bi~n De>-
tarte,' di me Silverio, si podds dejar de amar a Dorotea.
SI L VERIO .-¿Y por qué me preguntas eso? Aún cuando preten-
diera olvidar este amor que ha constituido la dicha de mi
INES.--?\o, Silverio; ambas gozan de perfecta salud; pero tU corazón y la única aspiración de mi alma ...
tía me ha encngado decirte ... (Aj)(utc: No ,e como darle IN ES.- (A j)(lrte: ¡Cuánto la ama!)
cstc recado). SIL VE R IO.-A.Un cuando lo pretendiera, Inés, yo no podría
SIL VERI O.-¿Q ué te ha dicho mi tía? dejar de pensar en Dorotea.
INES.- Q ue no saldrá a recib irte. IN ES.- (AParte : ¡Dios 7Il.lo! ¡Damc [lle n as jJora cumi)lir CO,'1 mi
SIL VERIO.-¿Por qué razón? d e ber!) ¿N i aún cuando vieras que ella a llla a otro?
INES.-N o me ha dicho la causa sino solamente que tú, como SI L VERIO.-¿A otro? ¿Eso es? Y tú Inés que pretendes ser mi
persona. que l"las estudiado en Santiago. debes sacar las con· verdadera amiga, ¿me das una noticia que me ca u Sétr<í la
secuencias de esta negativa. muerte? ¡Ella ama a otro!
SIL VE RIO.-¿Qué significa esta conducta? ~A.caso he cometidO I N ES.-Oye, Silverio; cálmate. Esto no es nüs que una suposi-
alguna [alta que me haga merecedor d~ tal desprecio? ¿Y ción ,. ,
Dorotea?
INES.-Dorotea me encargó que te dijese lo mismo. SILVER IO.-¿Amar ella a otro? ¿Y desde cuando? Ayer me ju-
raba un amor eterno ... pero ese hombre la ha seducido
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SIL VER IO.-Por eso quiero que Ud. me expliqu.e esta acción
con engañosas palabras. Yo debí haberlo comprendido
de mi tía.
che . .. ; Inés, _querida amiga mía, ¡díme a quién V ICTOR I A NO .~¿Ex plicarte yo las acciones de la R uperta,
rotea!
hombre? T e confieso verdaderamen te que, .aun cuando yo
I N ES.-No lo sé, Sil verio. (AjJarte: y sin embargo me seJ'14 soy el jefe de la familia, cas~ siempre me quedo en ayl1na~
fácil d iv idiTlos). de lo que tu tía hace. Ella tIene sus reglas para tod? Y tu
SILVERIO.- .. ien es razón, Inés, para estar enfadada
'que has vivido en S a ~tiago, debes entenderl~s l"?eJ or q ue
Perdóname: he sido injusto contigo, I nés, ¡'lero ya vo. Pero si no las en u en d s, ella te las ex plIcara de , pe a
lugar que ocupas etl mi corazón . Es impo&ible hablar pa. (Se e17 Carn~ '1a ha ia la p.uerta de la derecha) iRul~ertal
go sin qu ererte. ¡:¡Zu perta! (Aparte : Esta mUjer me sue le meter en unos pan-
I N ES.- (Ap(n te: ¡A h) si ) 10 110 v iera en sus palabras otra
tanos . .. ) ¡R u per ta!
que el refl ejo de su amOT por ot ra mujeT!).
SIL VERI O.-¿ ué lienes, l né ? ¿Por que: no me contestas?
est¡lS n[erma! Escena I V
I N ES.- (A poyán dose en u1la de las sillas) ¿Yo? No' es nada ...
-calor de esta pieza. Don Victoriano, d oña R uper ta, I nés, Silverío
SJLVERIO .- ¡Fe liz lÚ, amiga mía, que no conoces este dolor
verse despreciado I or quien 1110 am a! R U PERTA.- ¿Q ué gritos son ésos, Vi toriano? ¿Es ésa la mane-
I r ES.- (ApaTle: ¡Ojalá ,110 lo cmlociern.') . ra cómo debe coti duci j'se un a persona d ucad' , q e ocupa
SILVER IO.-Lo qu e he o ído me basta par comp render mi un rango en la edil ida d de este p~ eblo ? .
di cha ; pero quiero oír pronunciar mi sen len ia po"r la VICTORIA tO .-PerdÓna me, R uperta. Hay veces que grito co-
misma de Doro tea, Voy a habhV- con mi tía. (Se en mo si estuviera en el campo. porq ue ~e me . olvida g u e soy
hacia la p uerta d e la de r e/lO, a t iem po que don cab il dan te. Pero aquí st;í Sil verio. que qUiere. redute ex-
110 ajJa rece pot" la p u erta del f ondo ). . plicaciones .. . . _ .
U PER T , .-¿ ' q ué de ea que yo le exp lique el sen or don St!-
verio?
Escena III SlLVERI O .-A unque a hora no m er z a ~l .t(t;u lo de sobr ino, con
q ue siempre me ha honrado Ud.. ,. q UlSlera_ saber por 'q u é me
Dichos, don Victoriano ha env iado con l nt!s ese d ~scort('s recado.
UPER T .-¿Y de qu é te sirve, Silver iq, haber estado och?
VI T ORL NO.- (E n la pue rta) ¡Ruperta! ¡Negocio hechol años en antiago, si no comprendes lo que te hemos querI-
hombre se avino a todo ... ¡Ah, Sil erio! Se me' había do sign ificar? ."
vidado ... \l ICTORI N O .- Eso mi ' 1110 le he d¡c~ o yo. DebIera hal:er lo
SILVERI O.- Aq uÍ me tiene Ud ., señor, para recordarle lo que comprendido al momen to, y no vem r a q ue yo le explicase
aca bamos de ha blar ahora poco rato ... ' . las acciones de mi mu jer.
VICTORI NO.- (Aj)arte: ¡En buena me !te metido!) ¿Qué 'lLVERIO.-Si es to es una burla, t ía, le aseguro q ue es de mal
lo que quieres, Silverio? gu sto; y si es de veras . . . .
SIL ER I O.-Q ue me diga el por .qué he merecido el R UPER T A.-Pero mira, n iño, ¿no echas de ver que c. tando la
de U ds: madre de una novja no quiere recib ir :11 n ovi o, com o
VI CT ORIA ~ O .-¡H ombre l ¡Si yo no te he despreciado si le dijera que se da por termin ado' aquel noviazgo?
Eres el h.ijo de mi buen cu ñado Manuel, ¿cómo he VICTORIA "O_-ESlO es evidente.
p recia r yo a un tan buen muchacho como tú? SILVE1ÜO.-¿Con gtlt: esto es lo que Ud. me ha 9 erido deci r?
SI L V . R IO. - No obstante, mi t b acaba de en viarme un VrCTORL . ' O.-'-Eso mismo, hombre. ¿_ TO le decta q ue ell a te
que im por ta u na verdadera d espedida de su casa. ]0 hahía de explicar en un ~antiamén. ,
VICT OR I NO.-Cosas de tu lía, hombre; pero yo no ... IL VERJO.-Sin mbargo, como éSle es H I1 aSl!nto qu e sólo Do-
SILVERIO.-Como Ud. es el jefe ele la familia ... " rotea debe decidir. espero oír de su prop Ia boca el no q ue
Ud. me ha queridq sign ificar.
VICTORIANO.-¿Qu ién puede dudarlo?
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I
RUPERT \.-Ya que así lo quieres, yo misma iré a buscar a mi ¿,\ quién debo creerle? ¿O bien se usa en la capital dar una
hija, sin embargo que debieras ahorrarnos este modo gro- illisma razón para probar e! pr? y el con,tra? .
sero ele darte calabazas. . RVPER T A.-Calla la boca, V¡ctonano, y tu, Sdveno, oye a
VICTORIANO.- (AjJart e : a dalla Ru perla, mientras ésta va a Dorotea.
salir fJo)" la puerta de la derecha) Dile a la niña que el hom- SIL VER IO.-Dorotea, para creer lo que mi tía me ha dicho,
bre h a pasado por todo, y que se ha llevado el arriendo necesito oírlo de tu propia boca.
baratito. (VéLSe doFía Ruperla). DO ROT EA.-Ya que tú lo exiges, Silverio, te diré que no
p uedo ser tu esposa. "
Escena V SIL VER JO.-Pues bIen, Dorotca,. ya que as! lo qUler~ .mi rat~l
" destino, tendré que renunciar a la dicha de vIvIr conU.-
Dichos, menos dorla Ruperta go. A.cIiós, ingrata. ;\Ie voy de este pueblo ... me voy a mo-
rir lejos de aquí.
SILVERIO. - Se¡]or tío, si yo no hubiera sido testigo de esta IJ ;ES.- ¡Ah! (fiase Silverio).
'vergonwsa escena, no la creería; y no entiendo cómo es
que ... Escena VII
VICTORIANO.-Pues, hombre, a mí m e pasa lo mismo; casi
nunca entiendo estas cosas sino después que la Ruperta me Dichos, menos Silverio
las ha explicado. ..
SILVERIO.-¿Qué le contestaLÍ Uel: a mi padre, cuando le vell- VICTORJ AN O.-¡Ruperta! ¡Eres un prodigio para salir bien
ga a exigir el cumplimiento de su palabra empeñada? de los trances apurados! Ven acá )' te contaré cómo ' arre-
VICTORI ANO.-¿En ton ces cree:, tú que yo tengo obligación ,¡-Jarnos
o el negocio.
, Ya la escritura de arriendo se está
de CUl11 plir ... ? redactando. (Vase 'con doFía R Upe¡·/CI).
SI LVER IO.-¡Pues no !la ele tenerla! Todo hombre debe.,_
VICTOR I A(\;O.-Ya sé que el hombre lo es por su palabra yel Escena VIn
!Juey por el asta; pero, advierte que yo so y Ull hombre de
Jignidad concejil, un cabilda11le de los elegidos por el go-' Inés, Dorotea
bierno y por consiguiente puedo raltar sin menoscabo de I NES.-l\o te vayas, Dorotea; ve n. Permítele a tu prima y ami-
mi honor ... ga que te pregunte, ¿has pensado maeluramente lo que ha s
SILVERIO.-¿Qué dice Ud.? h echo?
VICTORIAN O.-Es tu tía quien lo dice; y cuando ella lo dice, , DOR OTEA.-¿Qué llamas tú pensar maduramente?
bien sabido se lo teneld. INES.- Digo si has reflexionado con detención sobre lo que
SIL VERIO.-i\1 contrario, seí'íor; l)()r lo mismo que es Ud. un acabas de hacer. Considera que desechas un amante, cuyas
hombre de dignidad , est,í n!<Ís o bligado a cumplir lo que buenas cualidades te son conocidas, por otro a quien sólo
promete. conoces de nombre. Naela te diré de tus compromisos, ni
VICTORI ANO. -¡Asi me sal en \'olviendo loco! Pero aquí viene de tus juramentos de amor que te tenían atada. él tLl fu-
la Ruperta ... turo esposo. Sólo te ruego, Dorotea, ,que .relle.xlOnes un
momento. Silverio te ama; y tú lo sabes muy bIen. ¿Crees
Escena VI que ese otro pretendi ente puede amarte co:n0 él, clespués
de saber que tú has [aItado él tus compromIsos?
Don Victoriano, dofía Rvpcna, Inés, Dorotea, Silverio D ROTE • .- ¿Y a qué viene ese sermón?
1 lES.-Esto no es un sermón, sino advertencias ele amiga. To-
VICTORIA N O .-Este es un emboli smo qlle no en t iendo, Ru- d avía puedes deshacer el mal que has hecho.
perta. POl" un lacIo, me dices tú q u e puedo raltar honorabl.e- D ORO TEA. - ~Cómo?
mClJ te <J mis COIn promisos con f'" fa n ud, porque soy ,cabll- I NES .-L1 arna~.do a Silverio. ¡El te .. . ama!
dallte del go]¡iemo: y p or otro me dice Silvcrio, que no.pue:- DOROTEA.-¿Y qué me impona que Silverio me ame, cu ,:ndo
do, por la misma razón. Uds. dos !tan vivido en Sanuago. yo amo al otro?

70 71
INES.-Pero si ese otro, Dorotea, es un ... ¡Vaya! ga bas por mí, contra tus m;,Ís ardientes deseos; y ahogando
no puerJc amarle, prima mía! - ttls lágr imas que ca ía n como una lluv ia de espin «s sobre tu
DOROTEA.. - ¿Cómo te atreves a decir eso?, sab~ que corazón, no te acordabas ino de mi feli cida d. ¿Cóm o he
m ;ís que a su propia \"ida . . . ¡pero ya caigQ! podido verte si n amarte? He sido u n loco, Inés; lIn Joco que
1 NES.-¿Qué d ices ? co rría fascinado tras u n a luz fosfór ica, sin r eparar ell la
D OR O ~~EA . -Qllicro decir que tu verda dero interés es que a morosa Iu- de tu s ojos. 'N o te din.'· ahora lj ue te a m o. fnl:S
de llbre 'Faus tiIlO Q uintalegre. ' queri(b! T ú no m e Jo creería , porq ue a ún res uenan . en
I N ES. - ¿Yo? ¿est<ls loca ? este lu gar palabras d e amor di r igidas a o tra Illuj er. A diÓS .
D OROTEA.- ,o he e(mocido desde l;'ls I r illl eras miradas ( Vas!') .
Janlaste; pe'o 110 se~l, insensata. 1tlL'S ; no mires tan alt¿
e~ o be IJUl:(1J p:ll ~ In, que tenemos mej or pos ici6n • Escella XI
G uarda t u s COJl')eJo~ IJ;n,1 otra m~'ls neri:1 que tú. (V
Inés
Escena IX
I NES.-¡Ah. vuclv , vucl e ' ¡Sí, te creo, Si lver io! Pero, ¿qll é es
ln{:s lo que, d igo? ¡Ills mat a de mí! ¿ 'o pueden sus pa labra, ~e r
h ij;15 de la gratitud antes que del a mo r: Yo ¡;é q ue él ll olla
INES.- ¡!\Lís n ecia q ue yo! Tiene razón, Dorote:l. H a sido de querer e ng a¡J~lrl1le, al decir que m e ama: Pero, ¿cómo
ne.cedad de m i parte el pr etender qu e ma rch es por el he de cree r que me a ma cu an do aca bo. tic se lesligo (l e su s
mmo de la ra/ón. Si CSLU Vl ra para r ir m e rei ría, ¡pero p ala bras de am or dirigIdas a D orotea? l' yo, q ll ':: Siento en
pobre cora 7c! n late d e d o lor en estos 1!.lOmentos! La mí la conciencia de poder hacer ~ u fe licidad, ¿he d e dej ar-
d e SiJ veri o es mi prop ia di cha; y a un cuando u unión lo hund irSe en la d esgra cict, si n tenderle un a m an o, q ue sa-
Doro le,( alJr;,l. un abi~,¡no entre noso tros, qu ie ro verlo br:í. mejor que nin g u na o tra enj uga r sus 1{'gri mas? Sí, ¡ser"
al lado tic la m ujer q ue éllll<l . . . y, ~in c ml)'lrgo. esta i al ['i n [elji am án dolo, <tnt Lod o el mu nd o, yo qu e he ten i-
pu nza e l CoréllÓ Il sin poderlo remedi ar ... ¡Gracias, d o que ocu ltar e, te :lmol dura nte t3 n t05 afias de m a r tir io!
ID [0, por ha l?erme dado fuer/as para curn p lir con el ~.<;'u...;r • • M as ¡oh, Dios mío! es toy deli ral~do (LiOiO) .
que me he lmjmesto, de oc u ltar este am or que torma
mayor delic ia y mi m ;'l s cr uel martirio! Escena XII

Escena X Doí'ía R uper ta, Inis

Inés, Silverio RLJPER TA. - I nés, ¿por qué lJora s?


INES.-¿Yo, t ía? No ...
SILVER IO .- (Saliendo p recipi tadam ent e po¡- la jmerla RU PERTA.-En balde tratas de c cu l t<Írme!o: Dorotea me lo ha
q w erda ) ¡I nés ! ¡Inés qu er ida! ¡Eres un áno-el! dich o LOd o.
INES.- ¡Silver io ! ¿Qu é haces? ¡Dios m ío! Yo .. ~ lN ES .~ ¿ Y (lué le ha dicho m i pri ma? .
SI L y ER I O .- ¡úeja, rn és. Lj ue, te a brace de rod illas; deja que be- RUPERT A.-¿ u prima ? ¡Sieml re lu ciendo el pare ntesco! Pero
se .tl~S plantas; dLj¡llllC pedirte perdó n por n o haber m ejor ~eria que trataras d e merecerlo, inlitan d o él D orotea.
ad l\' l nar que me ¡llll~l ba~! ¡Crees t ú q ue con ser parie nte de u na p ersona e ncum bra da
I NES.-¿Qué dices? se gan a algo, si una no h ace 1 ada para eleva r,e a esa altu ra !
SILVE,R IO. - C'llmale, Iné~. Cuando sa i de aq u í, h ace poco, ~ A un .cuando tú seas p r jlna de tu pri ma , el la ser:t siempre
trl' en esa 1)[ (::'/[1 por el corredur ([\Jo,llrond() hacia la Í¡qllttl-: la primera )' tú la seglll1lLl : 11 0 lo olvides . .
da) Lo he oido todo desde ah f. 1I I ES.-i O jab pud ier:l oh ¡da r, t la, los Elal os lratanuentos que
lNES.-¡Gnm Dio~! ¡i\fe he vendido no m ereLco !
SlLVERIO.-No, I Tl é~ . lú l e has dado :1 conocer. ,¡Bendita sea RUPERT A. - ¿Y t odav ía I.e crees lll ,ís merecedor3 ? Desp ués de
la h ora el! q ue te he COI ocido , ¡\ngel de la bon ciad ! Tú abo- que te ten emos en C<l:; <] y te cl amo, un abrigo, él la sombra

72 73
de nuestra fam,ili a y te elevamos a nL:estra a!tura, y te VICT ORIANO.-Yo no me a trevo, mujer; lo qu e yo digo •
nemas en contd cto co n nuestra escogIda sOCIedad, es .. .
de hacer tanto po r ti, ¿vi enes a decirme en mi car RVPERT A.-Debieras ver que esta muchacha cri ad a en los
te crees más merecedora ? Eres una ingrata y a cam pos, tiene todos los resab ios de un a provinciana: y si ha
pues sólo a tu atrevimiento le es dad o pensar en el am de vivir co n nosotros, es preciso que bote el pelo de la
de Fau stino. Ol' dehesa.
1 IES.-¿ Yo, tía? ¿Yo? VICT R IA O .-Eso es lo mismo que yo digo. ]I.'l ira, I nés, es
R UPER TA. - ¡Sí, sob rin a, tú, tú ! No debieras ver sino los fa- p reciso que se te quilen esos resabios, y que botes el pelo
vores que ha s recib id o en esta casa, para no arrebatarle su de la. .. ¿cómo d ij iste, Ru perta? -
aman te 11 Dorotea. RVPEl T k-Oigo pasos.. . El es, sin dud a. (A ln ris) Vete
INES ...-¡Si no pienso en tal cosa, tía de mi alma! p,lra adentro y dile a tu prirna que sa lga a l salón .
.R UPERT k-:' <1:;.?<Jue lo pensaras, ~on:'~nce te de que eso es
U.I1,~ ,locUla. é..u r es. poder co n mI , hIJa, porqu e tienes esa
. VI CTORIANQ .-Ta l vez será el escribano, que viene con la
c,rritura p ara que yo la firme. (Asomándose. a la {merla
caU la de m~neca I,nglesa? ~o, I nes; tú estás muy le'os d del fondo) ¡Ah, no! Es Manuel.
poseer ~as dl:ullgludas maneras de tu prima; y esto] es l~
que mas estIman los mows de Santlaoo como Faut' Escena XIV
T ¡" " . t:> ' !nO.
~ m .l,IC n es tas tu muy dI sta nte de poseer la rica dote de
I~I hlP,'y no creas qu e es to es lo que los mozos de San. DOl1a Ruperta, don Vi ctorian o, c1on ' l\Ianuel
tI ago es tIman men os.
IN ES.--: Tía, una vez por todas le diré a U d. que yo no me Mi N EL.-Sí, Victoriano, va soy. que vengo a preguntarte
estImo en tan poco para que desec casarme con ese caba. desde cuán do. . . '
llera,
VI C O RJ AN O.- Pregllntalo a la R uperta, Manu el. Yo no sé
RUPE ~~A. -¿No digo yo, pues? ¿Acaso piensas casarte COI1 un desde cuándo ...
pnnCIpe?
~I:\l ·UEL.- D igo, ¿desde Cll ,ind o has d eja clo de ser hombre?
VI CTORIANO.-¿Yo h e dejado de ser hombre? Pregúntaselo
Escena XIII a la Rup cna . ..
R UPERTA.-D éjalo hablar, Vi ctorian o.
Di chos, d on Victoriano MA ·UEL. -l\o eres hombre desde qu e olridas tu s comp rom i-
sos, Victoriano.
VICTORL-\ No. - :\ sí es, In és; co n un príncipe, no. Créele a tu VICTORIA¡IO.-¡ ,\h!
tía , porque ella dice siempre lo justo. NUEL. -¿ Qu é delito ha cometido mi hijo Silverio para que
INES. - j.'\h, lio m ío! Ud. es bueno, y no puedo dejar de ha- Uds. le llieguen la mano de Dorotea? Tú has olvidado tu
ll ar Ull apoyo en su coral.ón. (L o aú ram ). ¿En dónde los palabra ernpeúada ; mi hermana Ruperta ha ll egado a el es-
buscaré si no en el he rman o de mi madre? (Llora) . conocer los vínculos d e la sa ngre, y el amor de D orotea
\lICTORL IO .-i l\'o Uores, I nés, hija mía! Dime, Ruperta, ~e h a convertido en odio. Ahí me encontré en la caIl e con
¿qué le estabas di cicndo a eS la pobrecita? . . el pob re muchacho, que iba huyendo de esta casa, como
RUPER T k-Le estaba ensel-lando los usos soc iales ... Ull loco. ¿Pur qué han alimentado U ds. las esperanzas ele mi
VICTORIA l ¡O.-Consu éla te, In és : esto no es 51110 que tu tía hij o, si ,¡[ fin h abían de co meter con él tan negra lel on ía ?
te estaba enseñando los usos socia les. ¿1's así COUIO se ~o nduceuna fa milia honorable? ¿Pi ensa
I NES.- Yo no ~luicro un maeslro que sea mi venlu o'o. Acuér- de este mod o alcama r 1)01'otea [ama ele m uj er hones ta y
l
(ese, ' C1e qu e llll. lilaC l re, a l morir, me d ejó bencargada
tlO, prudente? Y l LI, Vi ctoricJ110 , dime si tus padres le ense¡-¡a-
a su carifío de {Jet ... ron a ser hon rada Fal tando ,~_ tu palabra.
VICTORIANO .-Di c~s bi en. ¡Po bre hermana míal ]l.üra, Ru- V ICTOR I ANO .-(A{Jarte: ¡E.7to es lo que sucede por e/cel' siem-
pcrta, enséfí"le a Inés los usos social es; pcro no a modo jJí-e (1 mi mujer ') 'Tira, Ruperta: bastantes veces te repe-
de verdugo. tí_ qu e no 11 0 S cra dad o ra ltar a nu es tros antiguos com pro-
RU PE RT,\.-¿Yo \crdugo) ¡Y te a lreves <1 d eci rlo, Vi ctoriano! misos.

75
RUPER T A. - Calla, Victoriano; y tú, M anuel, óyeme. lJPERTA.-Dim e I\Ianuel, ¿qué cosa más ru~ta en razón que
mer lugar, no d ebes admirar te de que. Yictoriano te imitar en todo y por lodo a nuestra cap ital, q ue es nues-
a su palabra, ,p ll e , según los liSOS adnllUdos en toda tro cen lro de civil il ación, de riqu en y de buen gusto?
d ad culta, el pa dre no p uede obligar a ~u hija a rCTORIA.NO r (AParte: Está de Vios que e~l a mUJer tenga
, su mano a quien no am~, sin ser un tirano. V razón siempre) Ya ves, M anuel, que San ti ago es nu estro
VICTORIA 10 .-Ya v~, Manuel, que yo n o p uedo t"
centro .. ' . d'
Doro tea. \J. \:NUEL.-De t.odo lo .bueno )' d e ' ocIo lo 1~ él c . Por eso , Igo
MAN EL.-Yo no pretendo que la tiranices, sino q ue . q ue debemos imÍlar~o ~n aquello q ue D IOS manda, aSI co-
d . so bre ella la influencia de padres, para que la mO ellos noS deben Imitar a nosNr os, en lo poco o mucho
chacha no haga di parates. Y si no, dígan me, ¿qué han que ten gamos de razon able.
cho U ds. para disuad ida d e su locura? " JCTORIAl'llO.-E n cualllO a eso, es claro q ue Santiago nos
VICTORIA~O.- (AjJarle: Aquí sí que tiei' u razrin !l1a 17uél) debe -imitar ...
verdad , Itu perta, q ue he mos an dado un poco llgeros en RO PER T A.-¿Est;is loce, Victoriano? ¿Cómo pued es dej arte
R U PER l'A.- ¿Te ca ll ar;ís a L lin ? CU;'llldo se tra ta de la 1 con ve n cer por tales razo nes?
d e los hijos. toda prontitud es larda n!.a. ¿Querrías tú VICTORIANO.-No se te d é nada, Ru perta; aún cu ando Ma-
por andar mirando en deta!les, d ejáramos escapal.'. l ~ nlle! me convenza 20 veces ... ¡Mi vo to será siem pre tuyo!
tunidad de stablecer ventajosamente a n ues tra hlJ'l:' ~ L 1 ' UE .-Pero d espués de todo yo .quisi er~ s~?er ,cu i l es el
VICTORIA r O .- Es e id ente, Manuel. ¿Cómo ha bíamos de novio por. q u ien D orotea despreCIa a mI .b IJO.
jar escapar esta oportu nid ad ? RUPERTA.-El n ovjo es nada men os Cj lfe .. .
MANUEL.- N o comprendo. VICTORI A¡TO.-Déjame, Ru perta , q ue esto me toca respon.
VlCTORfANO.-Aun cua ndo no entiendas, h ombre, derlo a mí. y tú, J <l lm el, nos hallarás ra zón cuando sepas
a la Ru pert:J , p ues nad ie sabe m ás que ella en qU t; el n ovio que pretende a Dorotea es nada menos que
opor tu nidades. nuestro d ipu tad o ...
RUPER T A.- hora, por lo q lle toca al repenti no cambio RUPER T .- Y v ás a conocerlo p01-que aq uí viene.
Dorotea , bien echarás de er, lIanu el, que una n iña
lan exqu isit¡[ sensi bilidad y criada en tanto regalo, Escena X V
p uesta a sufrir repentinos trastor:ros en su corazón . .
VICTOl lA1\O .- (Aparte : ¡Esta nilLJer es el dwú lo, Dzos Dichos, Faustino y el E scribano
pe¡'done! Tiene razones {Jara todo) Sí, Man uel, con
te d e que éstas son -cosas q ue pasan en Sa ntiago todos
(La escena se divide en dos grupos; hacia .ra izq ll ierda, dO~l _ Vic-
d ías.
lo¡'ial'1O y don Nl a?1uel. hab lan. en voz baJa; y l¡acIa la d~ j echa.
MA TUEL.-¡ Bonita razón ! ¿Y qué me importa' a
se jJon en do ña Ruperta , Fa.llst m~ y .el Escnb(/17o (~ , cO;1f e7encWI
San tiago obren así? ¿ o es si no que n osotros solne el a1Teglo de la escrrt ura znd/cada en el .d/aloco).
cia nos hem os de ser lo lUismo q ue los monos, para ~.
a la san tiaguina, (Omer, hab lar y ca,sar a n uestros. hIJOS FAUSTI NO .-Señor;l, a los pies de U d .. . . señor d on Victoria-
la santiaguina? ¿No somos acá cristianos de 25 arnh;¡ no, aq u í trae el seiíor Escr i bano la escri tura hecha, para
que necesitemos ver cómo sal udan, cómo 1JOStez,11: } .
que Ud . la lea y la [ir me. , _ . . _ '
estornu dan aH:'! en la capital? ¿Qué te parece, V¡rton RUPERTA.-Pase d. para aca, senor Qmntalegre . . qUl leere-
"Somos acaso unos niiíos de teta para, no conocer l o~
m os la escri tu ra en com ité.
que nos carga n? ¿Por qué bemo~ de convertirnos en tí VICTO IANO.-Dices bien, Ruperta ; )'0 la leeré después, (Se
para que los santiaguinos jueguen con nosotros? vu elve a dond e está don Nl tl"'llLel ).
VICTORIAr ' O .-IEso sí que no! Todo podemos s r, pero , L-\ l TU EL.-¿Con que ste p:ljaro es n uestro d iputado? .
títeres. ¿No te parece, Ruperta ? V! CTOR I AO.-Sí, hombre; pero no creas que es un clLputa- _
RU PERT A.-I.:o que me pal:ece es que tú debes oír y callar. d Üto de esos que bota la O,la; . i n~ todo un d iput~do de
VICTORIANO.- (AjJaTle: Esta mujer quiere que yo viva los ele buena le;','de los elegidos por el supremo gobIerno.
do y ca llc¿¡¡ do J. N U EL.-¡Así será él!

76 77
VICTORIA IC?:-l!n diputado, hombre, de esos que R UPERTA .- (A parte a don Vicloriano) Muy bien, dile a Ma-
del,l yotaClon Jam ás. porque nunca deja n de tener nuel qu e se acerque.
ahl tIenes al que va a ser m i yerno. CTORIANO .- (AP arle a don Ma nuel ) Ven a c<'t , :\'Ianuel;
MA 1.UEL.- Bu ena pro te haga, Victoria no. Ya tenía R uperta 'te presen tará: yo no · he podido acertar jam¡Ís, en
CI as de tal pajarraco. yo esto de las pre entaci ones.
R UPER T .-Aq uí fa l ta u na coma sefíor escribano . R UPERT A -Señor Qu inta legre, tengo el honor de presentarle
1b el ' .•• mire a m i hermano Ma nuel, tío de Dorotea. '
¡esta pa a ra ~ be escribirse con letra mayúsculal
VICT ORIANO.-Mll"a, Man uel, ¡qué m ujer tan sabia FAUSTI NO.- Tanto la cu alida¡;l de hermano de Ud., seiíora,
hermana. no '. de com o la ele lío de Doroteíta, son m il ' qu e suficien tes moti-
_ . . se le esca¡)a ni las comas
. , y e S C,I
. P,IZ
nar a escn blr al mi smo escribano! . vos para qu e el seí'íor don Manu el encuen tre siempre en
MANUEL. -¿ Q ué escritura es ésa? mí un amigo ' ele corazón y un servidor decidido.
VIC~OR1AN? -Voy a CO!1 tarte. (Hab lan en voz baja). l fANUEL. -Mil grac ias, seilor. Ojalá alcan ce a merecer on mi

~U PERTA. -Estos dos p untos, deben ser punt y coma. sincera amistad -el honor de la su ya: Porq ue sie ndo U d. el
ESCRIB!\ TO .-Lo pond remos así; señora. ( Toma la d iputado elegido, por este dep~rtame n to ...
escnbe). ' . . VICTOR IANO.- ¡No, Manuel! Mucho m ás qu e eso todavía.
R UPER T A.-:-.Sí, se!lor escribano, es preciso cuidar ¡Ya Le he di cho q ue el se iíor es elegido p or el m in ister io!
puntu aclOn, mIre que yo h e vis to en San tiaO'o I Ie'l MA TU EL.-¡Bah! ¿Por acaso el ministerio e el encargado de
1"" '.., )105 elegir por noso tros?
( oS Islm~ ' oca ~onados por un pu n to y coma, '110
dad! senor QumtaJegre? t es VICTORI NO .- [Qu '. hombre éste tan si n experiencia del
FAUSTI NO.-¿Y cómo podría mundo! N o es el Ministro, sino el sei'ior gobern ador el en-
señora mía? cargado de elegir nuestros diputados. '
VI CTORIANO.-¡Pero, hombre de Dios! ¿Por qué te 1\'11\ TUEL.- ¡Ah , dices bien!
tan .ma l est_e cabaIl.ero? Cua.ndo yo te digo que es de VICTOR1AN O.- (A parle: a FaUS lil"Lo) Di pé nsele, seilor, estas
el egIdos pOI el gobIerno y sIendo así; claro es que no inocen tadas al pobre l'vfanuel. Es un hom bre de provincia,
un a rana. que no está al corriente de los usos de Santiago.
R UPER T .-Vea, señor escriba no; agregue Ud. esta Lld.Ulil'llll l\IAN EL.-Sin du da que ha merecido Ud. representarnos en
que acabo de redactar. el Congreso, por el mucho conocimiento que tendrá de
ESCRI BANO.-M uy bien , sei'í ora. (EscTibe, mim ndij nuestro Departamento.
que le ha pasado doFí.a Ruperla). F '\UST I N O.-Es la primera vez que vengo aqu í, se i'ior.
FA STI. l 10.- (Aparle: ¿Y es Pénnilido agregar cláruu[as a VICTOR I r O .- ¿Y qué necesi dad tiene el señor Q uintalegre
eS,CTl lU):a, Sin const~ll arrn ~? ¿Qll~ seda, si ya fuese m; de trajinar por todo el Departamento, para conocerlo de
g ¡a? PelO n o lo sera, graCl as (l D lOS ), punta a cabo? ¿N o ve que este caballero es de la cap ital,
VICTORIANO.-¿Te. parece que el gobierno es tonto, que es doncle es tá el centro, como dice la R uperta, el cen-
que ~10 S~I?a. elegIr de lo ;11ejor? Ya ves tú que yo tro de ... el centro, en una pitlabra?
soy M UJ1 lC1p<tl de los elegIdos por la gube rnatura. MANU EL.-Sin embargo, como es preciso conocer prácticamen-
MANUEL.- (A parte: Quiero conocer de cen'a a esta te nuestras localidades, para ...
(!lhaja) M ira, ~i(,toriano, ser,t bueno que me RU PERT .-Sabe, Manuel, q ue una persona educada en Sa n-
el, porque al flll y al faDo, ha de ser mi so brino tiago, conoce por la geografía, las provincias, mucho mejor
VICTORIAN O.- ¡ h, ya sa bía yo q ue al cabo te habías de que tocIos los provincianos ju ntos.
a. la razón: (Se ac~rca al 01'1'0 grupo) i Está ya en punto :\.IAl lUEL.-Pero yo quisiera saber cómo una persona q ue no
fu'mar, senor escn bano? h a pisado nuestro Departamento, puede conocer n ues tras
ESCRIBAN O.-En elos minutos mú s. señor. neces idades locales ...
VICTORI A~ 0.- (A jJ(l1'le a cloíia Ru perta) Oye, mujer, VI CTORIANO,-¡ Qué cabeza! Las conoce por la geogra[[a,
conven~ldo a Manuel. Quiere amistarse con nuestro pu es, hombre ! N o parece sino que fueras rojo, por las ino-
es preCIso que se lo presentes con todas las ' forma centadas que clices.
de estilo. FAUSTI NO. -Pero ya es tiem po de firmar, clan Victoriano.

78 79
ESCRI BA~ O.-La escritura sólo espera la firma_ más sefías, se la pagué en onzas de oro. Si él ha quebrado,
VICTORIANO.-jPues entonces, mano ';} la aura! peor para sus acreedores.
la plulí1a, seii.or don Fa us tino! MAl VEL.-Pero sabe que Camus te vendió una estancia que
F \U T I rO.-Sírvase U d . firmar primero, señor mio. no le perten ecía ...
'IAl TUEL.-¿Y Dorotea? ¿En dón de esU m~ sobrina? ¿No f AUSTINO .-¿Cómo es eso?
bueno, R u perta , que vin iera aprese l Clar este acto? VICTORI ANO.-N o te entiendo, IvIanuel.
RUPER T "' .-Dices bien , h ermano mio (Se acerca a la ~L NUEL.-Pues, voy a explicártelo: la hacienda ele la Rinco-
de la derecha) ¡Dorotea! ¡Dorotea! nada fué legada, ahora setenta ailos, por su dueíi.Q, al con-
vento de San Francisco; pero, habiéndose extraviado el les-
Esceí1a XVI tamento, pasó el funcIo de mano en mano, h asta llegar a
poder de don Pedro. Aho ra ha aparecido el dicho testa.-
Don Victoriano, Llon lVlanu el, doña Rllperta, Faustirio, mento, que yo he visto por mis propios ojos; y 'el ~índi co
Doratea y Escribano del convento piensa ponerle pleito. Yo les hago esta adver-
ten cia, para que desp ués no haya entre Uds. tropiezo al-
F \. TI 10.- (A Dorot ea) Soy mu y [eliz, sefior ita, ron guno. La buena fe antes de todo.
teni do el p lacer de verla a Ud. dos vece en este día VICTOR IAN O.-¿pero será verdad?
en VOz b ((j(~ con Dorotea). , " MA TUEL. ...J. Para q ue veas q ue es cierto el caso, vaya pedirle
RUPERT I .- (Sujetando de un u mzo (t d OIl Vlctonallo, al síndico cierlos papeles que lo ponen de mani[i e~to.
ryue 110 se acerque a Faust~110) ID 'jalas que hablen un R UPERT .-¡ Ve Manuel; corre, herÍnano mío! ¿Cómo es que
a solas, homb re de D ios! no sabíamos es to?
VICTORIA 10 .- (A fJ{l rte (t doiia Ruperta) serú bien \' MA lUEL.-Voy corri endo: en un cuarto ele hora es toy ele vuel-
Ru r erta, q ue sin estar casados todav ía . .. ta. (Vn se).
R P· RT.\.- Aparte) ¡ l O eas tonto! Déja te
llas. Escena XVII
VICTO RI.\.NO .-¡Bueno! ¡Buenol T raiga la pluma, sei\or
criba:no para es tampar mi filma (Toma la pluma y se Dichos, menos Manuel
fJara a Ji rmm") Yo necesi to de ti emp ~ para esto de
fA ' EL.- (Apar te a doíia R 1lperta) l\.flra, Ru pena, yo ESCRIBA JO .-Si ello es verdad, como debemos creerlo, desde
que el diputadito no d esea tanto casarse con Dorotea q ue el sei'íor Ma nuel. lo ha dicho, paréceme, señores, que
ob tener el arriendp barato. Uds. no deben firmar, hasta no examinar bien esos docu-
RUP ERTA.- (A pm·te a do n Manuel) ¿Que 110 desea mentos.
'uando está que 'se le hilce agua 1ft boca por la 1uLn...'......'..... RUPER TA.-AsÍ es, sei'íor Escribano. Puede Ud. retirarse; y
MAl\: UEL.- (ld em) Pu e~. ob se rv~ cóm<:> se .va a l;one.r en cuanto veamos esos papeles ...
con lo que voy a deCI r. (A 'd on. Vlcton ano ) No [¡rmes :ESCRIBA NO .-Con el permiso de Uds., miS señores (Vnse).
dav ía, Victori ano.
VI CTORIANO.-¿Que no firme GUando llevo m;'IS de la Escen;t XVIII
·del nombre pu esto?
¡VIAr ' EL.-Es que qu iero hacerte presente una cosa, Don Victoriano, doña R uperta, Faustino, Dorotea
también al seúor Q uintalegre. '
FAUSTI NO.-¿Qué cosa, seúor don l\lanuel? RUPERT .- (Aparte: Creo que Manuel tiene Tazón: ' Faustin o
M l'\U EL.-Es I caso, que COIllO Vi tori ano le compró se ha inJpresionado m.ás de lo que debiem). Ya que hemos
haci nda a don Petlro Ca mu s, el cual acaba de quebrar quedado solos y como en familia, vaya decirle a U d, una
Concepción. : . cosa, seilor Quinta.legre.
VICTORIANO.- ¿Y qu é tiene que ver la q uiebra. de don FAUSTINO.-Hable Ud., seilora, que nuestro deber es oír . .,.
clro Camus con esta firma, que ya tengo metilO na VICTORl. NO.-S í; ése es nuestro cleber. (A pa1'te: )' callar,
Es cierto que le compré la hacienda a don Pedro, además, co~w dice la Rupe1'ta).

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RUPER TA.-Ya mi marido me ha hablado del honor que Escena XIX
nos hace en pretender la mano de nuestra hija ...
FAUSTIN O.-Señora, cuente U d. con mi eterna gratitud Faustino
haber consentido en mi felicidad... •
DO R OTEA.- (APa,.le a Fa,ustino) Y, sin embargo, Ud. me f AUSTINO.-¡ Y se van! ¡Pues, señor, estoy en capilla!
deja do con la palabra en la boca, cuando habló mi
FAUSTINO.- ¡Ah ! Perdone Ud., Doroteíta ... CAE EL TELON
RUPERT .-Calla, niña. U d, señor don Faustino, sep.'l que
mas convenido con Victoriano, desde algunos años
en dar . nu es tra estancia ele La Rinconada al esposo de ACTO TERCERO
rotea, para que trabaje en ella.
VICTORIANO.- (AParte: No me acuerdo de ese w ,'wenio. Escena 1
1"0 •. .).
R U PERT \ .-Ahora, ya sea verdad o no la noticia que Faustino
ha dado Manuel, debemos comenzar por ...
FAUSTINO.-¿Por firm'.lr la escritura? FAUSTINO.- Pero, ¿quién había de imagi narse que estos pro·
RUPERTA.-¡No, no! vincianos fuesen capaces de adivi nar mis intenciones? Pe· ,
, I . ro, ¿cómo dejar escapar este ~go iD? Si· no estuviera de por
FAUSTI NO.-Es q ue, si no hubiera . nada que temer de ese medio la señora suegra, nad a me cos taría llevar del cabes·
. tamento, podríamos arreglar primero eL negocio del tro a don Victoriano... y luego este otro viejo de elon
do, y después ... Man uel, que ha venido a echar bolas a la raya. D e todos
DOROTEA.-¿Esa es la fuerza. de su amor, seí'ior mío? modos, seguiremos la fa rsa, y lo que suene, sonará. Puede
FAUSTINO.-Adoraela nO!·otea. si pienso antes en el ~~•. ;_.~ ... scr q ue don Victoriano caiga en el garlito, a pesar el e su
que en nuestra unión es por darte una mayor p rueba de maliciosa mujer ... Lo importan te es seguir enamorando a
cariño. ¿No ves, hermosa mía, que si comenzara por Dorotea, y su amor me serv irá de anzuelo para coger este
me, podía alguien elecir que me había casado contigo suspirado arriendo .. . ¡Oh, fa rsa, farsa! T ú eres la re ina
obtener la estancia? Prefiero el que digan que arriendo del mundo y dictas la ley al vulgo de las gentes. Si la faro
fundo, con el fin de acercarme a tu hermoslI:ra. sa de mi popularidad me ha dado . un asiento en el Con·
RUPER T A.-A pesar de eso, señor Quintalegre, no hemó. greso, ¿por qué la farsa de mi amor no me ha de propor·
fa ltar a lo que hemos convenido con mi esposo, que cionar un arriendo productivo? '(Saca el reloj). Pero ya se
presente. ha pasado casi el doble del tiempo, y doí'ia R uperta no
viene ... Estos provincianos andan siempre con el reloj
VICTO RIAN O.-¡Sí, señor! Así lo hemos conven ido. Y
atrasado.
Ud. no elebe ignorarlo, cuando marido y mujer con
en una cosa, es preciso... .
Escena II
RUPERTA.-Primeramente se casará Ud. y después recibirá
hacienda, pues yo crco que l~ noticia de Manuel es falsa. Faustino, don Victoriano, doña Ruperta
VICTORIANO.- (AParte: ¡Ahora sí que entiendo! Lp.
la teme . .. ¡Esla mujer vale un Perú!). RUPERTA.-Señor Quintalegre, ¿ha reflexionado Ud. sobre lo
RUPERTA. - (A Faustino) Ud. tiene un cuarto de hora que le conviene hacer?
resolverse. Luego llegará Manuel, y veremos qué VICTORIANO.-¿Ha reflexionado Ud.?
merecen s~s noticias. Sírvase Ud. aguardarnos aqui. FAUSTI NO.-Sí, señor; ya he tomado mi partido. No firma·
tras tanto. ré la ' escritura de arriendo. .
VICTORIANO.-Hasta luego, señor don Faustino. (Aparte VICTORIANO.-¿Por qué?
dojIa RujJerta al salir por la j:fllerla de. la derecha) ¡Ah. RUPERT A.-¿R enuncia Ud. a la mano de nuestra hija?
perta! Tú sabes más que Salomón. (Vanse). FAUSTINO.-jAh, señora! N o diga U d. eso. ¿Cómo ha de re·

82 83
f AUST I NO ....,.. (AParte: Pero, ¿cómo me llevo al viejo a la escriba-
nunciar el hambriento al sabroso manjar que se le 11. [(1 ).
ta? ¿Cómo no ha de querer el ciego la luz para RUPER T O .-Tú, Victoriano, debes ir al momento a decirle al
¿Cómo .... ? cúra que deseo hablar con él.
RUPERTA.-¿Y entonces, por qué renuncia Ud .... ? f AUSTIN O.- (A don Vict o1'Í(dno) ¿Saje Ud.? i'ues tendré el
VICTORI A O - Sí, seíler, ¿por qué ren un cia? gus to de a ndar a lgún trecho con mi seilor suegro.
FAUSTIN O.-Doroteíta es la 1m de rnis ojos, el delicioso VI CT ORI A 10.- ¡Q ué me place! Vam.os, amigo mío. (Vanse ).
jar de mis apetitos, el abrigo de mi 'corazón, el deliciOSO
néctar de mi sed ...
VICTORIAl TO.-Pue;;, entonces, arriende Ud. la Rinconada. Escena nI
tendrá néctar y abrigo, y ...
FA USTI N O.-No, se i'ior; he · pensado seriam'epte en este aSun_ DOrla R uperta
to. Si Uds. !lO eSl<Ín anepentidos, si Do roteíta sigue correa.
pondiendo a III i amor. seré su e~poso; 'pero 110 puedo obli- RUPERT.\.-¡Se hará hoy m ismo! ,,\ rní me gmta la actividad
. ' baarme a tomar la estancia en arriendo, ni cosa parecida. de estos asuntos .
VI CTORI AN O .-Lo $iento, señ or, porque, como yo estoy ya
viejo, quería separ~mne de ~os . ~rabajo s del campo, r d!lrle
'Escena IV
la estancia ;;1 mando de mI )lIja, por un cano n baJO.
FAUS TI NO .-Pero es el caso, seí'íor, que yo no so y hecho 'para
vivir en el cam po ; y si Dorotea :juicre seguirme a Santia- DOllC1 Ruper ta , Dorolea
go ...
R UPER TA.--:Lo seguiLí, amigo jl] ío. lo seguir:t a UcI. hasta el DOROT EA.- (Uom rrdo) ¡ lvlamú. mamc'L! Estoy muerta.
mismo París y Londres, si (luiere, porque no hay niña máa RUPER TA.-¡ Ah, nifí a! ¿Qu,~ tienes? .
dócil y conélescendiente que mi hija. .. DOROTEA.. -¡ fvfa m;í de mi vida! No sé cómo deCIrle lo que he
FAUSTINO.-Pues, entollces, po nga en conOClJlllento de su pre. visto. ¡Soy muy desgraciada! . ..
.' ciosa hija mi última resoluciót1. R UPER T A.- Pero, ¿me dirús al fin qli(~ SIgn IfI ca e~ella.nto?
RUPERT¡\. - Así lo haré; pei-o como esta muchacha es tan s DOROTEA.-Este llante¡ significa que yo soy muy !I1(e!Jz ... lo
timental, no extraüo que clesee la real!zación : ... he visto por mis propios ojos.
FAUSTI N O. -¿Del dulce vínculo? Hoy lllismo, SI , Uds. quie- RUPERTA.-¿Qué has visto, por Dios?
ren. DOROTEA.-Voy " decirle: ha de saber que por 1:\ v entana~~l
VICTORIANO. - ¿Hoy? Pero si no se ha arreglado nada ~ cuarto de mi pap;í, estaba ahora hablando I nes con el tlal-
davía. dor de Silverjo.
FAUSTINO.-Entonces mañana u otro día ... RU PERT \.-;Inés?
.RUPER TA.-l\lientras mús pronto se hagan estas cosas, tanto DOROTEA.-I·:ila era. ¡La vi. con estos dos ojos! En la calle es-
menos sufre el honor de las n iüas. taba Silverio .. . Es un desleal, un traidor . .. ¡y después de
VICTO RIA NO.-Y sed bien visto, mujer, que así ta(l de ~ haberme jurado que no amaría nun ca sino a su Doroteal Es-
rente. . . . . toy segura que le juraba a In és un amor eterncr. Lo abon:ez-
RUP ERTA.-Si tú supi eras lo al vapor qUe se 'arreglan en SaJIo co, mamú, lo aborrezco ... ¡Y crea Ud. en el amor de los
tiago los asuntos amorosos ..\ILí en los antiguos todo· era hombres! (Llora) ¡Ah, soy mu y ... des ... gra ... cia ...
traha para el sagrado nudo; pero hoy s~ ata con todas laJ. a . .. daaaa! _
facilidades que el siglo XIX presenta. ¿No le parece a .U~. RU PE I{T A.-¡ Qu é muchacha tan se ntimental! Cálmate, nifía, y
acuérdate só lo de tu nuevo y único amor.
amigo Quintalegre? . el DOROTEA. - -;Faustino?
FAUST li 'O .-Sí, sei''¡o ra; estoy dispuesto para que hoy mIsmo
RUPER T A. - Sí, porque est;Í dispuesto a ser tu esposo, cuan do
seúor cura me cI(~ el derecho de llamarme hijo de Ud. Ahora
tú lo determines. . .
permítame ir a disponerme como conviene. •
DORO TE .-¡Ah, no, 111a1115, no, por Dios! ... Si he de decirle
RUPERT A.-Muy bien. Vaya Ud., hijo mío, y Dorotea cumpli- la verdad, Faustino ha comenzado ya a disgustarme.
d con su deber como niii.a sumisa.
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RUPER T A.-¿Tan pronto, y cuando aún no te has DOROT EA.-Mi man1fL quiere preguntarte sobre qué hablahas
él? con Silverio por la ventana.
D ORO~EA. -Y o no sé lo q~e me I~asa, mamá. ¡Soy INES.-No sé con qué derecho puede hacérseme una pregunta,
gracIada! Desde que he sIdo testIgo de la falsía de que envuelve una verdadera reconvención.
ya no l;lC acuerdo de Faustino ... y luego que éste RUPERTA.-¿Te has olvidado, Inés, de que yo, como la sellara
descartes ... de la casa, tengo el derecho y aun el deber de ~elar sobre
R UPERTA.-¿Por qué dices eso, niña, cuando Quintalegr tus acciones? ¿Crees que he de consentir nada contra el de-
cortesía personificada? ~ e coro ... ? .
DOROT EA -Mire Ud.: cuando él salió de aquí con mi INES.-Yo no he cometido, tía, ninguna acción indecorosa.
yo estaba en, la esquina .del correelor ... E l me vió, sin R UPER T A.-¿Y te parece honesta la conducta de una muchacha
da; pero paso de largo S1I1 saludarme. soltera, que se pone a platicar por las ventanas can 105 mo-
RU PERTA.-No te vería. zos que pasan por la calle?
DOROTEA-Pues, mal hecho que no me haya visto, INES.-Yo .no sé por qué en mí es malo, ·10 mismo que he visto
y~ me pu ~e alli para qu e me viera, al pasar. ¡Jamás me
muchas veces hacer a mi prima, sin que nadie le di jera
bIa sucedIdo esto con un hombre! u na palabra.
RUPERT A - P~rdónale, Dorotea, esa pequeña distracción RUPER T A - Es que Dorotea lo hacia con mi permiso ..
cuando sea tu marido... ' DOROTE .-Porque Silverio era mi novio.
DOROTEA-Las ha~'á mayores. Ud. misma me ha dicho INES.-Pues, entonces, yo 110 he hecho mal en habl ar con Silve·
los hombre~ cOlUl.e nzarr pOr pequciias distracciones y rio por la ventana.
yen con distra cCIones mayores... U d. pu ede nelrn()n" ..),. R UPER T A.-¿Qué dices?
pero no yo, que voy a casarme con él. Una y otra vez 11 1 ES.-Pórque Silverio es mi novio.
para llamarle la atención; pero él pasó, como si tal DOROTEA.-¡ Ah, y te atreves a decirlo!
y sólo lenía palabras para mi pap:í ... R U PER TA-¡Desvergonzada!
RU PER T A. -¿Q ué le decía a Victoriano? 11 ES.-Como no es ningún delito ...
DOROT EA.-Le hablaba del arriendo de la Rinconada. DOROTEA.-¡ Embustero, infiel! Me engañaba .. .
RUPER TA-¡ h! Quién sabe si ha llevado a Victoriano 1 lES.-Eres injusta, Dorotea. Sil\/erio te amaba .. .
escriban ía ... DOROTEA-Y me ama todavía ... ¿Entiendes? ¡Me ama!
DOROT EA.-Le aseguro, rnam'¡, que ahora siento haber !J ES.-Creo que no, Dorotea.
elido a Silverio. RU PERTA.-¡Qué atrevimiento!
RUPERTA.-Y como mi pobre Victoriano es un bendito DOR O T EA.-¿Tan segura estús elel amor de tu Silverio? Pues,
brá firmado la escritura. ' yo te juro que no te casarás con él. ¡Mamá! Yo quiero ver
DORO TEA.~¡ Ah, mamá! Ud. no me comprende. a Silverio. Envielo a buscar al momento ... Yo quiero echar.
R U PERTA. - Sí, te comprendo, hija; pero ... le en cara su deslealtad ... Quiero que me diga si es a mí
DOROT EA-¡Yo q uiero hablar con Silverio! a quien ha amado ... Quiero ver qué cara pone el femen-
R U PER T A.-¿Para qué? tido... '
DOROTEA Para echarle en cara su falsía. Es menester 1 lES.-C'¡lmatc, Doroteá; yo misma 'enviaré a llamar a Silverio.
Ud. reprenda a Inés. i\mbos se han estado burlando de DOROTEA.-¡ R etírate de mí, alma de Cain! Me arrepiento de
dos, durante todo este tiempo. (Se asoma a la puerta de haberte llamado pr ima hasta el presente ... ¡~vlamá, Ulamá
derecha) ¡In és l ¡Inés! de mi corazón, yo me muero! (Cae desmayada).
RU PERTA.-(Sosteniendo a D orotea). ¡Mira tu obra, malva·
da!
Escena V I N ES.- (Rocia ndo con agua a Do rotea ) Yo no tengo nada que
reprocharme, tía. ,
Dichos, In és R U PER TA.-¡Nada! ¿.\si ru é la ec\uca~ión que recibiste? ¡Ah,
si tlJ hubieras sido criada y educada, C0Jl10 mi hija, por una
- lNE S.~Aqui estoy, Dorotea. madre severa y cristiana!

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I N ES.- (Con viveza) ¡Señora! Hasta aqu ¡ he sufrido sus' R UPER T A.-¡Pero, hombre ele Dios! ¡Cuando te encargu é ex·
porque y? sola era e l objet<? de ell~s; pero desde que presamente que no firmases!
atreve a lllsultar la memoria de I1U madre .. . VI CTOR IAN O.-AsÍ fu é: confieso mi pecado; pero como el
RUPERTA.-¿Q,u é dices? , diputa d ito es de los que se en tran por el ojo de una ,~guja,
I NES~-¡S i hay algún nombre que no se puede pronunciar no extrai'íes que casi me haya h echo caer en el garlito . '
veneración, .e;, el de mi santa ma~re! Adiós, señora, y R UPER T A.- .fala espina me da el tal diputado.
Dorolea, aJlOs. (Se encomma hacUl la jJl.lerta del fondo). DOROTE .-;¿1'or qué, mamá?
DOROTE \ .-¡Deténgala, mam;.Í! ¡\Iire que se va a la casa de Rl PERTA.- Porque me juró que no se interesaba por el arrien-
mi lío M anuel! do, y ahora veo que me ha engaüado.
RUPER T A.-¡Te proh ibo que sa 19as de aquí! DOR O TE, .-Sí, cu mplid lo mism o todos sus juramentos ...
I NES. -Te engal~as, Dorotea. Yo yoy a ;-er él mi tío Victoriano; VICTORIANO.- ¡Eso sí que no! ¡Es un born 1)re d e pro, como
para rog,arle que me busque L~na casa en d~nde vivir; por. de los escogidos por el gob ierno para rep resen tarnos!
<]~le en c.sta no puedo estar n1 una h <:ra m as. Prefiero ser. !\IANUEI .. ~H ombre de pro, di ces, ¿y olvida su palabra por ha-
Ylr de cnada en cuallJl1lera otra casa del pueblo. (Al tie';" cer el negocio?
JJO de salií' I nés, ajJ(lrec'en en la inJerta don M an uel y don VICT RL\ l O.- ¡Vaya, J\Tanucl, que eres inocente!~Te p:lrcc e
Victoriano J. (llle Áoorque el '-)pobi erno nos ha eleQido, !Icmos de d e jar de
~,J •

hacer nue~ tros negoc ios?


Escena VI R U PERTA .-Caila, Victoriano. '/ tú, \-Ianuel, ¿traes ese testa-
mento?
Dop Victoriano, don \Janllel, doña Rup erta, Dorotea, Inés . l'vIA lUEL. -No pude ver al sínd ico, pero luego haLla ré con él.
Voy a buscarlo él casa de una amiS'a, en dond e yo sé que
VICTOR I AN O. - ¡Rllpena! ¡Sabes lo que me ha pasado, mu- se hall a.
jer! ¡Jí, j<Í, já! ¿Por qué lloras, Dorotea? l\Ja.nuel les canta- DOROTEA.- Tío. 110 se Y~\"a Ud , todavía.
ni e l caso. Y tú , Inc:s, ¿qué tienes? Si es para reir, ¡já, já, jáI ICT ORI TO.- Yo voy a ~,ernle con el se l-\or cura.
R U PERTi\.- Tanto hablar para 110 decir nada. ¿Qué ha sido R UPERTA.-Tú no sa ld ds en todo el día de aquí, Victoriano.
eso, Manuel? . VICT O RIANO . ~¿Y por qu é nw)n?
M AN UEL.-Voy a decirte. Cuand o yo me volvía, después de RUPERTA.-... por el bien de tu hij a.
haber hablad o con el síndico ... VICTOR IAN O.- ;,\o comprendo ...
VICTORI AN O.-Figúrate, Ru perta, que como posee este don RUPER TA.-Después lo entenderás.
Faustino, el don de la palabra, me llevaba sumamente' en- VICTORIANO.-¡Vaya que sea! (AParte: Siempre vengo a en-
tretenido, por esa calle abajo, cuando a l enfrentar a la ofi· lende1' después estas cosas) .
cina del escribano, me propuso entrar a d escansa r. Entra- ·DOROTEA.- Tia ?,Ianuel, · yo quiero hablar COll Siherio, al
mos y, sin saber cóm o, me vi con la escritura enfrente. momento.
RUPE R T A.-¡Lo decía yo! ¿Y firmaste? VICTORI ANO.- (Aparte: En la M uvlÍcijx¡fidad ll1.e ¡Jasa lo
VICTORI Al\I O.-i\lcancé a concluir y ret6íir bi e n el nombre y . mismo: después de las votaciones es cuando vengo a (om -
a comenzar el ape llido, pero a ese tiempo en tró Manuel jJrender bien la materIa). .
y . . . ¡já, já. j,i! Cuéntales tú, hombre, la cosa. . MA UE L.~¿Y para qué quieres hablar con mi hijo, Dorotea,
MANU E L.- Afortu nadame nte entré yo, y al ver a Victoriano es- . después de lo que has hecho con él?
. cribien do le pregunté: ¿est,ís firmando esa escritura, hom- VICTORI ANO.-Lo mismo digo yo.
bre de Dios? ¿No echas de ver a lo que te expones, reali- DORO TEA.- He sido dura con mi primo, y yo quisiera deseno-
zando tan de repente este contrato? jarlo.
VICTORIANO ,-Estas palabras me recordaron el compromisO
MAN UEL.- Pero Silverio no vendrá, mi entras no vea letra de
que tene mos con ' la Ruperta, y volví atnís al moment~ .••
Quiero decir que no pasé adelante, que es lo que yo llamO Dorotea.
volver atrás; y la firma qu edó hasta poco más allá de la DORO TEA.-Entonces vaya escribirle (Se sienta a escribir).
mayúscula del ape llido. VICTORIANO.-¡?vlira, niñ a, lo que haces! ¿Y si Quintalegre

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sabe que andas escribiendo cartitas a tus antiguos preten. RUPER T :\.--¿Todavía no te convences, hombre, de que estos
dientes? son usos admitidos en la alta sociedad?
R UPER TA. -Aun cuando lo sepa, ¿qué tiene eso de malo? ¿Te VICT ORIAN O.-S í, estoy convencido, R uperta.
parece que Faustino e, un hombre sin mundo, para que se RUPERTA. -Es que una mujer no sabe Cll:l~ es el ,'erdadero
allija por billete n1<Ís o mellas? ¡Un jo,-en de Santiago! novio, sino despu és de puestas las bem[¡CJOnes. .
de Santiago! VICTORI A ' O.-Eso taJl1bicn es cierto. i 1\0 habia Gl1do en
VICTORIAN O.- ¡Ah! ¿Conque así se us a por aquellas mundOs? ello!
R UPER T A.-Escribe, Dorotea. RU PERTA.-Antes de las bendiciones, todos los novios son falo
VICTORIAJ 0 .- (APart e: ¡Es/os usos sociales !Ray algunos que sos, y te aseguro , que Dorotea ha hecho bien en c)uerer
n o m e ent fan) .
desaoTaviar a Sih'erio.
D O R OTEA.- (Ent regando un j)(ljJel !)legado a don Manuel). VICT ORI ANO.-Pero ahora que la muchacha est,í a. pique de
Tío, entregue este papelito a Silverio. casarse con Quintalegre ¿qué le importa estar bIen o mal
M AN UEL.-Voy, sobrina mía. (Vase ).
con Silverio? .
Ó PERTA.-¡ l mporta Jllucho, hombre! ¿Te parec ~ que una 11l-
Es cena VII fía bien eclucada rompe del LOdo con SIlS ,muguos p reten-
dien tes, sólo porque ya a casarse con el ,.rnús moderno? No,
Victoriano: ,esto 110 es cordura. y te conlleso (llle hemos an -
Dichos,. menos don Manucl
dado bien imprudentes en echar con cajas dest~mpla<las a
Silverio, Ulla nilla qlle eSLima en algo su jlon'enlr, lIO deb e
I i iES.-,\hora, tío, yo te ngo qu e hablar con Ud.
hacei' esto cen sus amantes, sillo Lenerlos en suspenso, y
VIC TORI AJ JO.-¿Qué q uieres, I nés?
como si dij éramos a medio amor o a cuarto de amor, se-
R U PER T A.- (A Inés) . ¡Sa l de aquí, muchacha sin pudor!
gún sus m ériLOs.
VI CTORJANO.-Vete a mi cuarto, In és. Yo iré allá luego, y
tú me dir;ís lo qu e desees. ICTORIAN O.-¡Ya, ya!
INES.-Allí lo espero, tío (Fa se). RUPERTA:-Porc¡ue bi n puede ral~ar el que posee el amor
entero, y en tonces vienen a su [lhr la [al ta, esas otras f¡ ac-
ciones de amer que quedan para las. resultas.
Escena VnI VI CTORIA ;O.-¿Conque Dorotea qUiere ahora desenojar a
Silveriü para las resultas?
Don Victoriano, dolía Ruperta, DOl-otea RU PERTA.-Eso es.
RU PERTA.-¡Qué idea! (Aparte a DOi"Olr:a). Ve, niña, al cuartO, Escena X
y cuando entre Inés, cierra la puerta, y tr;íeme la llave.
DOROTE.\.-Voy mamü. (Vase). Don Victoriano, dalla Ruperta, Dorotea

Escena IX DOROTEA.- (Apm-te (L doila RU!Je1·ta, .e);1 11-egándol e la l/a-oc).


Aquí está la 11 a v.e , m,:n~;í. La l:e deJ.ado e¡¡cen~<~da: , _, .
Dichos, menos Dorotea RUPER T A.-Muy bte n. ~/i don vIclOrWI1.(~) . .Ahora es PI ee 150
c¡lie scp,':s que 111 '::5 ¡.Ia tenielo el alreV1nHeIlto de uecmne
VICTORIA l TO.-1\-lira, Ruperta: ¿Sabes que me est<l haciendo en mi cara palabras Insultantes. ..
cosquillas una cosa aquÍ adentro? VICTORL _i O.-¿Ella~ ¡Pero si es una paloma S1l1 luel la po-
RU PERT .-¿Qué cosa es esa? brecita ! '
VICTORI \ b~-Yo t<~mbién he sido joven, Ruperta, y I?e R UPERT f . -T ú no la cono . " Vic toriano. Dorotea se ha des-
acuerdo muy bien de a'luclos tiemJlos, cuando te pretendla. mayado al oír a su prima. , .
RU PER T " .-¿Qué quieres de cir con eso? VICTO RIA TO.- Es que Dorot <1 ha adquIrIdo la costumbre de
VICTORIAN O.-Que si yo hubiese sabido que tú andabas CoD desma yarse por quita allú esas pajas.
esgueli tas a otro ... DOROTEA.-¡Ah, pap;í, Ud. 11 0 me ama!

90 91
VICT ORIANO.-¿Por qué razón dices eso, Dorotea?
no creo en los desmayos de las mujeres? Escena XlI
R UPERTA.-¡Calla, hombre sin nerv ios! .
DOROTEA.-¡ Ah, papá, si Ud. tuviera mis nervios! Doña Ruperta, Dorotea
RUPER TA.-Ahora es menester q ue t~ convenzas ...
VICTORI ANO.- ¿De qué no tengo nervios?, DOROTEA.- (El,ntmndo por la puerta de la derecha) ¡ i'vlamá,
RUP,ERTA - De que no debes hablar con I nés. mamá, que gusto !
VI CT ORIAN O.~¡ Y se me había olvidadol Voy' al cuarto. RUPERT \.-¿Qué hay, niña?
RUPER TA.- Es inútil, tengo aq uí la llave. . DOROTEA.- Q ue Silverio m e ha contestado. Lea U d. la carta.
VICTORIAr ·O.-¿Qué quiere decir eso, Ruperta? RUPERTA.-( T orna la carla que DC)1'olea le pasa y lee) "Mil '
RUPER T .-Que la tengo allL encerrada, porque es gracias, queri da Dorotea, por haben'ne qevuelto tu amor.
castigar de algún modo su atrevimiento. Pronto estaré contigo, para mani festarte los sentimientos
VICTORI NO.-R uperta, ¿por qué has' hecho eso con esa po. de mi cora.ro n, tan enamorado como sincero".
bre niña? ' DOROTEA.-¿C2ué le parece, m ,ímá? ¿Podrá qqerer a Inés
DOROTEA.-¡Pobre n,ií'ial Papá, Ud. no am~ a su hija. Me v~y. cuando me dice eso a mí?
VrCTORIANO.-¡ Qu e muchachal Ven :-tca, Dob:otea: ¡'Si te R UPER T A -Si lverio sigue amándote, y sería peligToso el que
.
qUlero muchol se encontrase aquí con Faustino.
DOROTEA.- (Al salir por la jnlerta de la' d erecha). ¡No, nol DOROTEA.- P ues eso es lo que yo deseo. No ve Ud. que una
¡Me voy de aquí! (Vase). vez qu e Faustino se aperciba del amor que Silverio me
tiene, se apresurará a . ..
RUPERTA.-Ya entiendo.
Escena XI DOROTEA .~Y además, quiero ver aqu í? Silverio, para que
In és se convenza de que no la ama: Déme' la llave, mamá:
Dichos, menos I Dorotea Voy a dar libertad a mi prima, para que venga a leer esta
c~rta. , ' '
RU PER TA.-¿N o ves, Victoriano, de Jo que es capaz un hom- RUPERTA.-No, no; yo iré. Wase).
bre desnaturalizado como tú? '
VICTORJANO.-¿Yo, desnaturalizado? ¿Y por qué? Escena XIII ,
RUPER T A. -Porque mani fiestas interesarte por tu sobrina, de-
lante de tu hija, 'que como te he dicho es tan nerviosa ..• Dorotea
Pero doblemos esta hoja y hablemos de otra cosa.
VICTORI ANO.-Dices bien, Ruperta. Hablemos de otra cosa. DOROTEA.-Yo no sé lo 'que por mí pasa. Yo no quiero ca.
R UPER T A -Por supuesto que no h as visto al cura. sarme con Silver,io y sin embargo tengo celos de Inés. ¿Ama-
VICTORIAN O.-Así ha sido, porq ue como me sucedió aquello ré por acaso a mi primo? ¡Si amaré tal vez a los dos! ¡Dios
de la of~cina. ; . 'pero puedo ir al momen too mío! ¿Pueden caber dos amores en un solo corazón? Hay
RUPER T A.':""No quisiera dejarte ir solo, Victoriano. aquí un misterio que yo no comprendo. Gran Dios, ¿por
VICTOR IANO.-¿Crees que tengo miedo? qué ,no nos es dado comprender lo que pasa en nuestro co-
RU PERTA.-No. soy yo la que tengo miedo de ti. raza n ... aquí, dentro de nosotros mismos? (Mimndo por la
VICTORIANO.:....¿De cuándo ad has comenzado a tenerme puerta del fondo). Aquí viene mi mamá con In,és ... Jamás
miedo, Ruperta? creí que pudiera aborrecer tanto a mi. prima!
RUPERTA.-Quiero detir que temo el que vayas a
otro disparate. Escena XIV
VICTORIANO.-¡Acabáramos! Tal vez tienes razón en decir
eso, después de loO sucedido. Pero ahora te prometo irme D.oña Ruperta, Dorotea, Inés
derecho a la parroquia. (-TIase).
IN ES .~De todos 'modos, tía, la -acción de Dorotea es indigna.
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RUPERTA.-¿No te digo que Dorotea ha hecho esto por FAUSTINO.-Las apariencias me condenan; pero óigame U d.,
m ía? , señora. Repito ahora lo que dije antes: yo no pretendo
I NES.-Eso no quiere decir otra co a, tía, sino que hay mu entrar en otros negocios que en los de mi corazón, créame-
que obran a veces como chiqu ilbs. lo, D oroteíta. Pero al salir de aquí me acordé de qu e mi
DOROTEA.-Hablas tan resueltamente, porque te crees hermano T ristán deseaba venirse a trabajar en una h acien-
da. (L e pasa la caT la de S ilverio ). Lee ese papel ... y en da del sur. y se lo dije a don Victoriano. El enton ces aceptó
verás si es. a ti a quien Silverio prefiere. la idea de firmar la escritura, poniendo el nombre de mi
INE-? - (L eyendo) ¡Dios mío! ¿Qué he hecho para merecer es- h eTmano, en lugar del mío.
te engaffo? RUPER T A. -¡Ah!
RUPERT A.-¿Q ué has hecho ? Ser menos digna que tu prima F USTINO.- y cuando estaba el ca ballero poni endo su firma,
para merecer el amor de mi sobrino. entró don Manuel.
DOROTEA.- ¡Convéncete, I nés, de que Silverio no puede amar RUPERTA.-Ya Manuel me h a contado eso.
a otra que a mí ! FAUST INO.- (Sa ca un papel de l bo lsillo). Aqu,í tienen U ds. la
INES.- ¡No seas cru el, Dorotea! contestación telegráfica de mi hermano, en la cu al me dice
DOROTEA.- ¡Síl ¡A! m il ¡A mi! q ue por el correo me enviará su poder para que ' yo fir me
amor, durante afí os enteros. por él esta escritura.
IN ES.-¡Dorotea! ¡Por Dios! R UP ERTA.-Pero ya sabe Ud. que no pensamos poner la ha-
DUROTEA.-T ú has sido testigo de su cons tancia. ¿Cómo pue. cienda en otras manos, que en las del esposo de Dorotea.
des creer que su corazón ha ya cambiado en dos horas? FAUSTINO.-Entonces, me resuelvo a tomar el fun do. El amor
INES.-¡Dios mío! ¡Es verdad! (AP arte : ¡A h, dicha de un mo- de Doroteíta me da valor para ésto y mucho más.
mento!) . - RUPERTA -Muy bien. !' ronto tendré el placer de poderlo
DOROTEA.-Todo cuanto, ha podido decirte, es falso.. llamar hijo mío.
INES.-¡ Por piedad, prima mía! ¡Por piedad! DOROTEA.- (TapánFlose la cara con las man os) ¡Ah, mamá!
DOROTEA.- (AjJaTte: ¡Estoy vengada!) (Vase, Inés). , (A parte: ¿Por qu é no llegará Silverio?) ,
RUPER T A.-He, mandado buscar al cura; y él nos dirá si pue-
Escena XV de quedar arreglado el asunto esta noche. •
FAUSTfNO.- (AParte: L a seíiora suegra anda al vapor) . Sin
Dofía Ruperta, Faustino, Dorotea embargo, sefíora, yo quisiera hacer a U d. una observación.
RU PERT A.-Le escucho, amigo mío. ¡

FAUSTINO.-A los pies de Ud., sefíora ... y Ud., Doroteíta, DOROT EA.- (Se oye ruido a¡¡¿em ) (Ap arte : ¡Es Si lverio !) (Se
permítame estrechar su encantadora mano. asoma a la puerta del fond o) ¡Ah! ¡Es mi papá!
RU PERTA -Tenía deseos de verlo, señor Quintalegre.
DOROTEA.-Y yo también. Escena XVI
FAUSTI NO.-¡Oh, eso es para mí una felicidad que casi 110 me
atrev ía a esperar! Dichos, don VictQriano y don Manuel
RUPERTA.-Deseaba preguntarle si Ud. me dijo que ya no
se interesaba por el arriendo. VICTORIANO.-¿Estaba Ud. aquí" don Faustino?
DOROT EA.-Y que sólo aspiraba a ... FAUSTINO.-Sí, señor.
FAUSTINO. - ¿A la mano de· U d? Así lo dije. VICT ORIANO.- Tanto mejor.
DOROT EA.-Sin embargo, Ud. ha p«sado cerca de mí, s,in mi. RU PER T A - (A do n Manuel) ¿Trajiste esos p apeles?
rarme. ·MANU EL.-No quiso prestármelos eL síndico; y tuvo razón
FAUSTINO.-¿Eso he hecho? Tal vez porque he tenido la des- para ello.
gracia de no verla. VICTORIANO.-Ya te he dicho, Manuel, que todo eso debe
DOROTEA.-EI amor verdadero adivina cuando no ve. ser ilusión de tu s sentidos.
R U PERTA.-Y ademéís ha tratado Ud. de sorprender a mi ma- RU PER T A.-Pues yo voy creyendo lo mismo.
rido. R UPER TA.- (A Parte a don Victoriano) ¿Hablaste cOn el cura?

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fAUSTINO.-Es un asunto urgente, señor . . .
VICTORI ANO.- (AParte a do 11a Rupe1'la) MANUEL.- (Aparte a doña Ruperta). Mira como el novio se
q ue todo se arreglaría hoy. . ha arrepentido porque se le aguó el negocio.
FAUST IN O.-¿Qué cosa, seii.or? RUPER TA.-(Aparte a don Manuel). L o he conocido al momen-
V1CTORIAN O.-Lo del casorio, pues, amig'o. ¡Este to. (1 dem a Dorotea) • Antes de que él te desprecie, adelán-
un sacerdote mu y activo ! tatele, niña. .
F¡\UST I NO.-Pues a' pesar de mi ju sta impaciencia, DOROTEA.- Señor don Faustino, puesto que Ud. tiene necesi-
venir a Uds. qu e aún no he tenido tiempo de dad de ir luego a Santiago. le deseamos tanta felicidad por
ele una manera conv eniente, allá, que no se acuerde Ud. ya más de este pueblo.
FAUST I NO.- (Apm'le: ¡Gmcias a Dios que ella m isma me saca
Escena XVII del apuro!). Comprendo. señorira . . . Viniendo de U d., 'has-
ta las calabazas son sabrosas.
Dofía Ru pcrta, Faustino, don Vic torian o, don Manuel, R UPERTA.-Para que Ud. vea que también aquí se saben dar
R ecep lor. (C on t OlOS jJapeles en la mano) como en San tiago. .
FAUSTINO.-Ahora sólo fa Ita manifestar mi gratitud a DOrotea.
VICTO RI ANO.- (A l R eceptor) ¿Qué se le ofrece a Ud.? DOROTEA.-¿Su gratitud? ¿Luego Ud. deseaba deshacerse de
RECEPTOR ,- Vengo a darle u na notificación al seii.or don Vi~ este compromiso? ¿Cree Ud. que yo estaba tan deseosa de
tariano Siempreviva. casarme? ¡Pues sepa Ud. que no es el primero a quien des·
VICT OR I \. lO.- Yo 'soy. ¿Sobre qué es la notifi cación? preciol
R ECEPT OR.- Es un a' dema nda del sínd ico del convento de FAUSTINO.-¡Ojalá no sea el último, señorita!
Sa n Francisco, DOROT EA.- Y advierta que si quisiera, casarme, podría hacer-
VICTORJANO.- ¿Sobl'e m i es tancia ele la R in conada? , lo en este miSmo instante ... Tío Manuel, ¿por qué no ha
RECE,PTOR.- Creo qu e sí, señor. Impóngase Ud. de la deman. venido Silverio?
da. (L e pasa los papeles).
MANU EL.- (A Faustin o, m ient.,-as don Victon'a no y dOlia Ru- Escena XVIII
pelota lee n los pa/Jetes). Pues ahora vengo a caer en la ~zón
por qué el síndi co me nega ba el testamento. Dichos, Silverio. después Inés, acercándose a Silverio sin
FA UST I NO.- (A jJarl e: ¡Se broceó la mina!1' ser notada.
RUPERTA.-Mira, i\,[anu el, lo qu e nos decías era verdad.
MANUEL. - ¿Y lo dud abas tú? SILVERIO.-Aquí estoy. mi querida prima. Estaba ahí en el
DOR OTEA.;-¿Qu é es cso, mam á: corredor y dudaba de si debía entrar.
RU PER TA.-¡ Q ue nos quieren quitar la hacienda, hija miar DOROTEA.-¿Y cómo has podido dudar, primo mío, cuando
Pero sostendremos el pleito. yo misma te he llamado? '
VICTORIAN O,- (Pasando los jwpeles a don Man uel). Yo .no RUPERTA.- (Apar.te a don Victoriano) ¡Mira si es convenien·
ent iendo pa labra de es tas cosas, i\!f anu el. te tener su novio para las resultas!
,M AN U EL.~ (L e),endo). La demanda est¡:í en regla y se funda D OROTEA.-Te he llamado, Silverio, para pedirte que me pero
en el testamento, cuya copia se acompa ña. dones y para decirte que te amo más que nunca.
RU PERTA.- ¡Contestaremos esa demanda ! FAUSTINO.- (A m edia voz) ¡Ah ! No me acordaba de que te·
VI CT OR IAN O,- ¡Voy a verme con un abogado! . níamos primito de por medio.
R UPER T A.-¿Para qu é neces itamos busca r abogado. cuando SILVERIO.-Nada tengo que perdonarte. Dorotea: Sólo tengo
podemos deci r ya que tenemos un o en la fa milia? ¿No es que agradecerte, y en cuanto al cariño de que me hablas.
verdad, seií or don Faustino? . sabré corresponder a él como mereces.
FAUST I NO,-Es verda d que soy abogado; pero hace ya tanto INES.-¡Dios mío l
tiem po q ue no defi endo, Seño ra, en cu il nto yo vuelva de DOR OT EA.- Mire Ud., señor Quintalegre, si yo decía la verdad.
Santi ago . , . FAUST I NO .-¡Ah. señorita! Hasta 'en esto se parece este pueblo
i\fA UEL.- (A Fauslino ) ¿Y piensa Ud. marcharse, ahora que a la capital.
sus ilustrados consej os le so n tan necesa ri os a mi cuñado?
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\ .
·t(,airo
RUPERTA.-Acabemos esto. Sobrino, abraza a tu
SILVERIO.-Agradezco a Ud., tía mía, el permiso Publicación del Teatro Experi-
y del cual quiero aprovecharme (Vuélvese hacia
abraza) ¡Inés míal mental de la Universidad de Chile
INES.-Gracias, Dios mío. (Abraza a Sílveria). ·
. DOROTEA.-¡Traiciónl p~J)\ () O~Tll OUS
RUPERTA.-¿Estoy soñando?
Dir¡'(' (u
FAUSTINO.-¡Caracolesl Esto es aún mejor que en
VIcTORIANO.-Pues yo no entiendo palabra de lo que
viendo y oyendo. GUILLERMO NtIÑF.7.
MANUEL.-¿Qué significa ésto, Silverio? Sl'sor T ",:nico
SIL VERIO.-Esto significa, padre mío, que yo amo a lna
delirio, desde que la coquetería de Dorotea me ha
hoy de la locura de amarla a ella. E RIQUE GAJAllOO
DOROTEA.- ¡Ay, yo me muero l ¡Mamá! Jde dI! I'lIbli,uciunes
SILVERlO.-Por eso te dije, Dorotea, que no sólo te np1·tf"".....1
sino que te agradecía lo que habías hecho conmigo..
MANUEL.-¿Y tú, Inés? DOMINGO PlGA
INES.-Yo, señor, he amado a Silverio desde que tuve la AdllJi ni ~traJor
de conocerlo. .
SILVERlO.-Y ha sufrido en silencio seis años de martirio. l\{,I, CIC¡ CASTRO, • hRíA
mismo la he oído. padre mío, ragar a Dorotea que DO
rechazase. MALUENDA, M,\RíA 'f FRlC -

MANUEL.- (Abrazando a Inés) ¡Ven acá. hija mía! J<r. y Cf;SAR Cl'GCIII
INES.-¡Paclre mio! Redac ción
MANUEL.-Amala, Silverio. como ella se merece. Pero,
qué no me abriste tu corazón? Así mehabrias éU1IJU,IQIj~ ~1 P r ecio del ¡' ] I'mplllr o o o • $ lOO
tener que hacer una farsa. STd)Jclljlció7I a cTllltro
FAUSTINO.-¿Qué farsa es esa, señor? 11 Úfllt/OS o ••• o o o o o • o 'o '!60
MANUEL.-I-a de esta demanda y ese testamento que he
que inventar.
FAUSTINO.- (A don Manuel). ¿Entontes la historia del Las subscr ipc iones a la Re-
v¡.la se at iende en l'I T eat ro
tamento es falsa? f n tooJO V'HUS o en las fir illa~
MANUEL.-No es más que invención mía, como esta delPa(j de Tea tro ' xpcrimcnlal: HlI~r ­
FAUSTINO.-¡Ahl . f.l floS 11 17•..¡." piso.
MANUEL.-Para que Ud. vea que aquí también sabemos
tar comedias como en Santiago. (Toma los papeles ,
hace pedazos 'Y los p(J,"1e en las manos de Faustzno).
FAUSTINO.- (Va a la puerta del fondo) ¡Pícaros prclvu'lcr.UlIIi'
me quitaron un negocio de las manosl (ATToJa los
'al viento 'Y vase). o o

TELON

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