HSCT Lacosmologíafinalista

Síntesis del Capítulo VIII “La cosmología finalista” del libro de Moreau, J.
, Aristóteles y su escuela,
EUDEBA, Bs.As., 1972, (París, 1962).
La visión finalista del mundo –teleología/mundo único- había sido expuesta ya por Platón en el Timeo, donde
hay un Universo en el que la diversidad se reduce a la unidad que no es sólo una totalidad sino un todo único,
una organización universal dentro de la cual todos los seres particulares están, no sólo contenidos, sino
comprendidos y definidos por sus razones.
La organización universal es la razón de todo cuanto existe y anterior a la existencia de las cosas, por lo que el
mundo, el universo, debe ser/es eterno –en su materia y en su forma/organización-, sin comienzo ni fin, ha
existido siempre y siempre existirá.
De los dos anteriores atributos trascendentales del universo, unidad y eternidad, se infieren los rasgos
fundamentales de su naturaleza, especialmente su configuración esférica y su movimiento circular, ambas
características necesarias no sólo ‘metafísicamente’ sino empíricamente: el movimiento circular de la esfera
celeste aparece como la condición de la eternidad del movimiento en el mundo. Ya que el movimiento es el
paso de la potencia al acto en virtud del cual se realiza lo que sólo existía virtualmente. Pero no puede
concebirse un origen temporal del movimiento ya que es sin comienzo y sin fin –cadena sin comienzo y sin
fin de acto/potencia-, infinito como el tiempo.
Frente a los atomistas –existencia de átomos que se mueven eternamente en el vacío infinito- A. acepta la
infinidad del tiempo y la eternidad del movimiento, pero no la infinidad del espacio. Toda cosa que existe en
acto está compuesta de materia y forma ... por lo que está contenida dentro de unos límites y no puede ser
infinita, la cantidad es infinita en potencia, pero no en acto ya que toda magnitud finita es divisible hasta el
infinito ... Por lo que el movimiento es perfectamente posible dentro de lo lleno/pleno –sin existencia del
vacío- para que un cuerpo se desplace basta que otro le ceda su lugar ... y así sucesivamente ... hasta que otro
finalmente entre a ocupar el lugar dejado por el primero. Así se evita disociar espacio/cuerpo ya que el lugar
de un cuerpo no es más que su localización entre los cuerpos que lo rodean: el lugar es el límite del cuerpo
envolvente, es como un vaso en el sentido de un recipiente no transportable, el cuerpo no puede transportarse
sin salir de su lugar.
El movimiento, la actualización de la potencia, se puede llevar a cabo si preexiste una determinación formal,
no hay movimiento que no sea tránsito a un acto determinado, es decir que no tienda al cumplimiento de una
forma, como el movimiento natural de los cuerpos sublunares, los fuegos se elevan, las piedras caen, hacia sus
lugares ..., ir o volver a sus lugares, es alcanzar sus formas ... En el vacío infinito el movimiento es imposible
porque, al suponer una determinación por la forma, sólo puede cumplirse en un universo finito y estructurado
jerárquicamente (in-homogéneo) ...
A partir de la eternidad del movimiento, el universo habrá de poseer una periferia y un centro ya que el agua y
la tierra naturalmente van hacia el centro, hacia abajo, y el aire y el fuego hacia arriba ..., pero esto no alcanza
para saber la configuración y estructura del universo ... Un movimiento rectilíneo –el de los elementos hacia
arriba o hacia abajo- es necesariamente finito porque se realiza entre límites ... no puede traspasar los confines
del universo, continuarse indefinidamente ..., la eternidad del movimiento sólo puede fundarse en un
movimiento continuo e infinito por esencia, es decir en la ciclofonía, la traslación circular, la revolución de la
esfera sobre sí misma –primer motor metafísicamente, primer motor inmóvil físicamente-, sólo dicho
movimiento es primero, uno e infinito ... no tiene ni comienzo ni medio ni fin ... no es tránsito de potencia a
acto por efecto de otro acto anterior ... es actualización perpetua. Tal tiene que ser el primer movimiento del
universo y por eso mismo debe ser una esfera ... constituida de una sustancia distinta de los cuatro elementos
que se mueven naturalmente en línea recta ..., dicha sustancia es el éter, incorruptible, con movimiento
perpetuo y que induzca naturalmente al universo a moverse circularmente ...
Por lo que es necesario que el universo sea una esfera en revolución sobre sí misma, no sólo porque son la
figura y el movimiento que le conviene a la causa de su perfección sino porque tal es la condición de la
eternidad del movimiento y la condición sin la cual no habría ningún movimiento en el mundo ya que el
movimiento no pudo haber comenzado en el tiempo ...
Como no hay fuera del universo nada –ni vacío- respecto de lo cual pueda considerarse en movimiento, es necesario que
el mismo universo tenga una disociación en su seno y que mientras gira la esfera celeste la tierra permanezca inmóvil en
el centro, frente a la movilidad perpetua del éter ... Pero además la tierra no podría existir sin su contrario, el fuego, y éstos
sin los intermediarios el aire y el agua ..., por lo que se demuestra la existencia de los cuatro elementos con cualidades
contrarias y por ello sujetos a generación y corrupción, distinguiéndose del mundo sideral, donde está el éter que es
incorruptible y en movimiento circular perpetuo ... El mundo supralunar y el mundo sublunar ... son una exigencia
también de la unidad y eternidad del universo ..., con materia, forma y leyes distintas según el lugar del universo que se
esté ocupando, pero todo exigido por la naturaleza del TODO.

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