El Zorro Ayuda Al Sapo A Construir Su Casa
El Zorro Ayuda Al Sapo A Construir Su Casa
El Zorro Ayuda Al Sapo A Construir Su Casa
Un día, el sapo invitó a su amigo el zorro a su casa. Al llegar, la esposa del sapo les preparó
algo, cocinando yuca y huevos duros, Luego, les sirvió la comida sobre hojas de plátano. El
sapo y su amigo, el zorro comieron y después de conversar un poco, se fueron a dormir.
A la mañana siguiente, se pusieron a conversar un poco, se fueron a dormir.
El sapo decía:
- Estoy preocupado, amigo zorro, porque mi casa está vieja. Las hojas de palmera del
techo están gastadas. Cualquier día se me cae encima.
Así hablaba triste y preocupado el buen sapo, y el zorro preguntó:
- ¿Y por qué no haces una nueva casa grande y bonita?
- Eso es lo que yo quisiera. Pero estoy solo con mi mujercita, no tengo quién me ayude, ni
siquiera hijos grandes. Solamente mis dos hijos chiquititos... - respondió el sapo
entristecido.
- El zorro tuvo una idea:
- i Ya sé lo que vas a hacer! Haz una minga. Toca el tambor. Avisa a tu familia a tus
amigos y a tus vecinos, que vengan a ayudarte a construir tu casa y, cuando esté
terminaba, haremos una gran fiesta tomaremos mucho masato y bailaremos alegres.
Al sapo le gustó la idea de su amigo el zorro y se puso a tocar el tambor. Entonces llegaron
muchos sapos amigos y vecinos. Todos se fueron al monte. Unos a cortar palos otros a
sacar hojas de palmera. El zorro era el que más trabajaba, cortando y trayendo palos. Así,
todos juntos levantaron, en poco tiempo una casa nueva, grande y bonita.
Y el zorro le decía al sapo:
- Ya tienes tu nueva casa como querías. Ahora estarás contento, ¿Verdad? Hagamos,
pues, una gran fiesta.
Y así fue. La esposa del sapo repartía y repartía masato a todos los presentes. Las señoras
de los sapos vecinos también habían traído sus tinajas de masato y convidaban a todos los
que habían trabajado. Y, cuando se fueron animando, tocando el tambor, se pusieron a
bailar. Bailaron y bailaron toda la noche.
Al día siguiente, el zorro se despidió de todos y regresó a su casa. Su amigo, el sapo, le
estaba muy agradecido.