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Consejo Asesor

de la
Colección Cultural de Centro América

La Colección Cultural de Centro América, para desempeñar sus


funciones, está formada por un Consejo Asesor que se dedicará
a establecer y vigilar el cumplimiento de las políticas directivas
y operativas del Fondo.

MIEMBROS

Dr. Francisco X. Aguirre Sacasa


Dr. Emilio Álvarez Montalván
Ing. Adolfo Argüello Lacayo
Dr. Alejandro Bolaños Geyer
Dr. Arturo Cruz S.
Don Pablo Antonio Cuadra (1912-2002)
Dr. Ernesto Fernández-Holmann
Dr. Jaime Incer Barquero
Dr. Francisco J. Laínez
Ing. René Morales Carazo
Lic. Ramiro Ortiz M.
Dr. Gilberto Perezalonso
Ing. Ricardo Poma
Lic. Sergio Raskosky Holmann
Lic. Marcela Sevilla Sacasa
Lic. Pedro Xavier Solís
Arq. José Francisco Terán

MIEMBROS HONORARIOS

Lic. Jorge Canahuati


Rev. Manuel Ignacio Perezalonso
NOTA EXPLICATIVA

GRUPO UNO, al reanudar la publicación de la Colección


Cultural de Centro América a fines del año 1999, nos propusimos
centroamericanizar el proyecto, haciendo accesibles al lector de
las repúblicas del Istmo aquellos libros que definen, sustentan
y fortalecen nuestra identidad.

El esfuerzo para "centroamericanizar" nuestra colección se hizo


realidad con la publicación de Colón y la Costa Caribe de
Centroamérica, donde los seis países centroamericanos están
unidos mediante el hecho histórico de su descubrimiento.

En la obra de Jorge Eduardo Arellano, Literatura


Centroamericana, se presenta 512 autores centroamericanos,
todos ellos con sus datos bio-bibliográficos, así como un detalle
de las fuentes para su estudio.

Para la Colección Cultural de Centro América, es un honor


poner en sus manós este diccionario de autores contemporá-
neos que no pretende ser completo, pero si básico para facilitar
la enseñanza y promover la unidad cultural en la región
centroamericana.
A mis amigos:
Mario R. ARGUETA hondureño
Juan Fernando C/FUENTES! guatemalteco
Pedro ESCALANTE ARCE! salvadoreño
Enrique jARAMILLO LEVY; panameño
Alfonso V/jIL! nica-norteamericano
y en memoria del costarricense
Carlos MELÉNDEZ CHAVERR/
(1926-2000)

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NOTA A LA PRESENTE EDICIÓN

ESTA obra de referencia consta de dos partes.


En la primera se presenta. por países y en orden alfabético.
el mayor número de autores centroamericanos hasta ahora con-
vocados en volumen con sus datos bio-bibliográficos y. cuando
lo ameritan, una valoración general de sus aportes o labores
creadoras. Contemporáneos. suman 512: 117 nicaragüenses. 95
guatemaltecos. 86 costarricenses, 77 hondureños. 70 salvadore-
ños y 67 panameños.
En su mayoría poetas. narradores (cuentistas y novelistas),
ensayistas y dramaturgos. se incluyen a críticos e historiadores.
Pero. por su propia naturaleza, este diccionario no pretende ser
completo sino básico. No pocos jóvenes autores y autoras faltan.
Sin embargo, se realizó un supremo esfuerzo por incorporarlos/
as a estas páginas que están lejos de ser consagratorias. Porque
sólo aspiran a servir de vasos comunicantes entre las élites in-
telectuales de los seis países del área.
Asimismo, por razones obvias. ha excluido a los magnos crea-
dores o figuras más representativas. En el caso de Nicaragua. a
Rubén Daría (1867-1916); en el de El Salvador. a Francisco Ga-
vidia (1863-1955); en el de Honduras. a Juan Ramón Malina
(1875-1908) y Froylán Turcios (1875-1943); en el de Guatemala. a
Rafael Arévalo Martínez (1884-1975) y Miguel Ángel Asturias
(1899-1973); en el de Costa Rica, a Aquilea Echeverría (1866-
1909) yen el de Panamá. a Ricardo Miró (1833-1940). No obstan-
te. en las notas preliminares a los capítulos sobre cada país. y
que intentan resumir el correspondiente contexto histórico. se
alude a sus significaciones literarias.

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LITERATURA CENTROAMERICANA

La segunda parte registra una vasta cantidad de fuentes


biblia y hemerográficas, también hasta ahora la más completa
recopilada sobre la materia. A su vez, se ha dividido en tres
secciones:
1. Guía NbJiográfica actual, que comprende 332 entradas, a
saber: 44 obras de referencia, 146 antologías, 127 estudios, 9
volúmenes colectivos y 6 números monográficos de revistas,
publicados entre 1960 y 2002:
11: BibJiograffa retrospectiva (1888-1959), que abarca 168 en-
tradas: 35 títulos -de obras de referencia, antologías y estu-
dios- de cal'ácter general (de Centroamérica) y 133 -corres-
pondientes a antologías, libros y folletos, artículos y ensayos-
de carácter particular (de cada país).
lll. Centroamérica en las fuentes generales de la literatura his-
panoamericana y española (1875-2002) que contiene 89 entra-
das: 6 obras de referencia, 65 antologías y 19 estudios.
Se complementa esta sección con tres apéndices: dos antolo-
gías (una aparecida en Chile, 1947: otra en Argentina, 1997),
otras ocho -consideradas como novedosas o raras- y los datos
básicos del autor. Éste, a su vez, procuró insertar el mayor nú-
mero de fotografías; pero no obtuvo la cantidad que él hubiera
querido. Finalmente, agradece la ayuda sostenida y profesional
de Fernando Salís Borge en el proceso de diagramación; e infor-
ma que prepara la segunda edición, actualizada y corregida, de
su Diccionario de autores nicaragüenses (1994), el cual registra
700 nombres de todas las épocas con producción impresa.
Managua, 6 de febrero, 2003

6
PRESENTACIÓN

PRESENTACIÓN

I
"El estudio más digno de un americano es la América", afirmó en
el momento fundacional de la effmera Federación Centroame-
ricana (1824-1838) José Cecilio del Valle: ese pensador de talla
continental que produjo Honduras. En consecuencia, la temáti-
ca de mayor altura en toda reflexión intelectual sobre la vieja
patria desintegrada -parafraseando al Bolívar soñador y sin
espada que fue Valle-- debe ser nuestra propia Centroamérica.
Más específicamente, la unidad, solidaridad y difusión de
sus valores en otro momento significativo: la inevitable inte-
gración de nuestros pueblos. Sin duda. hoy más que nunca resul-
ta necesario superar nuestras fronteras geográficas, políticas e
ideológicas para converger en lo que esencialmente nos atañe:
la necesidad de conocernos a fondo y de emprender tareas con-
juntas y comunes que unifiquen, en realidad, a nuestras aún
balcanizadas sociedades.
Las actuales condiciones históricas del Istmo y del mundo,
que dejaron atrás la intolerancia férrea y abrieron una nueva
era de convivencia pacífica y democrática, propician la mate-
rialización del todavía vigente ideal morazánico. Sin embargo.
el bicentenario del nacimiento del Garibaldi frustrado de Cen-
troamérica en 1992 sólo dejó una copiosa retórica oficial; y el
Parlamento Centroamericano -una instancia unionista plau-
sible- hasta 1995 sólo estaba integrada por Guatemala, El Sal-
vador y Honduras, teniendo de observador a Nicaragua y un
lamentable ausente: Costa Rica.
La indispensable integración ha resurgido tras el enterra-
miento universal de dogmas obsoletos y falsas utopías mesiáni-

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LITERATURA CENTROAMERICANA

cas, lo cual nos impulsa a mantener unas relaciones de signo


plural. marcadas por el respeto mutuo y la tolerancia; relacio-
nes que no excluyen, sino que confirman nuestra capacidad de
crítica constructiva y nuestro esencial carácter de ciudadanos
ansiosos de paz y desarrollo integral.
Retomemos el espléndido sueño del sabio Valle que tuvo su
paladín armado en Francisco Morazán y su intento bélico más
significativo en 1885 -encabezado por Justo Rufino Barrios-,
aparte de algunas iniciativas diplomáticas y jurídicas tempo-
rales tanto en el siglo XIX como en el XX. Sigamos apuntándonos
a esa utopía, recordando que Augusto C. Sandino -represen-
tando el unionismo liberal- también concibió la unión de nues-
tros cinco Estados, según su "Proclama de la Unión Centroame-
ricana" elaborada en Wiwilí el 16 de agosto de 1933. En princi-
pio, esa proclama se limitaba a ser, como dijo, un "brevialio de
idealidad'. Y en esa linea elogió a Morazán. Al mismo tiempo
ejercitó su conocimiento centroamericanista al imaginar a la
nueva "Federación" con la capital en el valle hondureño de San
Antonio, jurisdicción de Comayagua, por su fertilidad y clima
agradable. Y agregaba que Honduras merecia la cartera de
Fomento ("porque necesita muchas obras públicas por hacer');
Guatemala ("que tiene más gente por instruir') la de Instrucción
Pública; El Salvador la de Guerra (porque el salvadoreño "es el
soldado centroamedcano mejor preparadd'); Costa Rica la de
Hacienda ("es la mejoralTegladd'J, y "Nicaragua-concluía su
hipotética e ilusoria distribución administrativa- tendrá la
cartera de Relaciones Exteriores, por ser la poética, amena y la
que tiene más compromisos que arreglar'.
Pero no es posible eludir los problemas de la región: el alto
costo de la vida, la crisis energética, la agudización de la pobre-
za, las diferencias sociales cada vez más hondas; la corrupción,
el deterioro de la credibilidad de los políticos; ni las especifici-
dades históricas de Guatemala y su población indígena y mayo-
ritaria, sometida a un "apartheid"; El Salvador y su in tensa

8
PRESENTACIÓN

densidad demográfica. engendradora de una permanente vio-


lencia social o delictiva; Honduras y su atraso cultural. mani-
festado en su escandaloso índice de alcoholismo; Nicaragua y su
polarización política; y Costa Rica con su mediocracia institu-
cionalizada. Tampoco es posible olvidar el peligro extranjero
que acecha, más que nunca, al concluir este siglo con la absor-
ción cultural de nuestros Estados.
En fin. esta pequeña obra se inscribe en la necesidaa de in-
tegraci6n cultural de nuestros países.

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Por otra parte. la presente obra que ha implicado mucho
afán por aprehender una realidad -las letras centroamerica-
nas- a través de amistades y viajes a cada uno de los cinco
países que. con el nuestro. integran el área centroamericana. He
aquÍ los principales.
Gracias a Cipriano Fuentes. Agregado Cultural y de Prensa
de la Embajada de Venezuela en Guatemala. participé allí en un
Congreso de Escritores (octubre. 1987). en un Simposio de Críti-
cos Literarios Centroamericanos (agosto. 1989) y como Jurado
del Concurso de cuentos "Carlos F. Novella" (mayo. 1991). Du-
rante las tres ocasiones, además de investigar en la Biblioteca
"César Brañas". me proveí de las más recientes obras de litera-
tura guatemalteca.
En la Semana Santa de 1988. visitando al nicaragüense Fran-
cisco Mena Guerrero. también me proveí de obras literarias
salvadoreñas al hurgar en su biblioteca. Mena Guerrero me
conect6 con Jorge lardé larín, Alfredo Martínez Moreno. luis
Gallegos Valdés y David Escobar Galindo. quienes me obsequia-
ron sus últimas producciones. luego. en los Encuentros de Inte-
lectuales Chiapas-Centroamérica (abril. 1991 y mayo, 1992).
Pedro Escalante Arce y Rafael Rodriguez DÍaz completaron mis
requerimientos bibliográficos.

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LITERATURA CENTROAMERICANA

A las letras hondureñas contemporáneas había tenido acce-


so por la relación personal con los poetas Oscar Acosta y Roberto
Sosa, iniciadas en los años 70 en Madrid y México y. a mediados
de los 80, con el dramaturgo Andrés Morris en Valencia (España)
y el investigador Mario R. Argueta en Washington, D.e. Poco
después conoCÍ en México, D.F. alivio RamÍrez y mantuve inter-
cambios de libros con otros escritores hondureños en los congre-
sos centroamericanos celebrados en Panamá (marzo, 1992), Gra-
nada, Nicaragua (febrero, 1993) y Tegucigalpa (febrero. 1994).
Enseguida Galel Cárdenas y Manuel Salinas Paguagua me invi-
taron a un Seminario de Narrativa Centroamericana en la
Universidad Nacional Autónoma de Honduras tanto en Teguci-
galpa como en el "Centro Universitario Regional del Norte" de
San Pedro Sula.
Frecuentes viajes a San José, Costa Rica -incluyendo al IX
Congreso de Academias de la Lengua, octubre, 1989 y al III En-
cuentro de Institutos de Cultura Hispánica de Centroamérica,
septiembre, 1994- me permitieron ponerme al día de las nove-
dades producidas en ese país. guiado -como siempre- por mi
amigo y maestro el historiador Carlos Meléndez Chaverri. Por
cierto, éste me facilitó un ejemplar de La hístodograffa de la
Amédca Central (1957-1987), firmada por dos investigadoras
costarricenses, en la cual realizan un análisis contradictorio y
reduccionista del Panorama de la líteratura nÍCaragüense(l966),
escrito a los 19 años y publicado a los 20, prescindiendo de las
ediciones ampliadas de 1977, 1982 Y 1986. que sumaron casi 15
mil ejemplares. Sin embargo, las autoras aludidas -Magda
Zavala y Seidy Araya- confiesan que ningún ejemplar de esas
ediciones se localizaba en las bibliotecas de su país.
Por fin, con la literatura panameña entré en contacto direc-
to a partir de mi presencia como Jurado del Premio "Ricardo
Miró" (octubre, 1990), invitado por Enrique Jaramillo Levi, en-
tonces Jefe del Departamento de Letras del Instituto Nacional
de Cultura (INAC) de Panamá. A esta experiencia siguieron cua-

10
PRESENTACIÓN

tro visitas más: dos en 1992, una en agosto de 1993 y otra en


enero, 1997; durante la última impartí un cursillo de Literatura
Centroamericana. organizado por Elsie Alvarado de Ricord.
directora de la Academia Panameña de la Lengua.
posteriormente, aproveché visitas y asistencias a encuentros
internacionales (Guatemala, marzo, 1999; Montreal, noviem-
bre 1999; Oviedo, España. octubre, 2000; San José. Costa Rica,
noviembre. 2001, marzo y septiembre, 2002; Tegucigalpa, febre-
ra y agosto, 2002; Y San Salvador. febrero. 2003) para actualizar
la bibliografía aquí desplegada.
No omito referir que la investigación para elaborar esta
obra se remonta al último trimestre de 1986, en virtud del dis-
frute de una beca Fulbright; que la iniciativa de concluirla y
editarla por vez primera fue acogida, desde 1994, por las auto-
ridades de ASDI (Agencia Sueca para el Desarrollo Internacio-
nal); y que esta segunda edición. ampliada y corregida, ha sido
posible por el interés de la Fundación Vida e incorporada a su
Colección Cultural de Centroamérica.

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