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Los Diezmos: Fundamento Bíblico y en Los Escritos de Ellen G. White

Este documento discute el fundamento bíblico y los escritos de Elena G. White sobre los diezmos. Explica que existían dos tipos de diezmos en el Antiguo Testamento: el diezmo del Señor, que pertenecía a los levitas y sacerdotes, y el segundo diezmo que las familias usaban para comer en el santuario central. También menciona que algunos creen que hubo un tercer diezmo para los pobres cada tres años.

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Los Diezmos: Fundamento Bíblico y en Los Escritos de Ellen G. White

Este documento discute el fundamento bíblico y los escritos de Elena G. White sobre los diezmos. Explica que existían dos tipos de diezmos en el Antiguo Testamento: el diezmo del Señor, que pertenecía a los levitas y sacerdotes, y el segundo diezmo que las familias usaban para comer en el santuario central. También menciona que algunos creen que hubo un tercer diezmo para los pobres cada tres años.

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Advenimiento, vol. IX, núm. 2 (2021): 19-30.

Los diezmos: Fundamento bíblico y en los


escritos de Ellen G. White

Pablo Millanao T.
Universidad Adventista de Chile
[email protected]

Introducción
Hace algunos años me fue necesario sostener diversos diálogos con
personas que, entre otras cosas, cuestionaban la práctica de los diezmos
en la Iglesia Adventista. Existían al menos cuatro áreas en que
desarrollaban sus argumentos en contra de esta práctica espiritual: (1) la
existencia de más de un tipo de diezmo, aparentemente intercambiables;
(2) se desestimaba el acopio y distribución centralizada, tendiendo al
congregacionalismo; (3) se cuestionaba el uso de los diezmos, deseando
que se usen localmente para proyectos de beneficencia o de construcción;
y (4) el aparente silencio del Nuevo Testamento al respecto.
En este ensayo abordaremos de forma sucinta estas cuatro áreas
que fueron motivo de discusión. Lo haremos presentando los principios y
argumentos bíblicos y citas inspiradas de Ellen White.

Antecedentes preliminares
Muchas culturas antiguas practicaban el diezmo, de alguna forma u
otra. Entre ellas podemos encontrar a la egipcia, siria, babilónica y
asiria.1 Sin embargo, a pesar de sus prácticas similares en la superficie,
ninguno de esos sistemas fue tan definido o específico como el que
practicaba el pueblo de Israel o, más bien, como el que presenta la Biblia.
Debemos señalar que el diezmo existió antes que el propio pueblo
de Israel. Abraham y Melquisedec estaban conscientes de esta práctica
(Gn 14:18-20),2 al igual que Jacob (Gn 28:22), quien prometió una
décima parte de su patrimonio a Dios.

1
The International Standard Bible Encyclopedia, s.v. “Tithe.”; William W.
Hallo, and K. Lawson Younger, Context of Scripture, vol. 3, 4 vols. (2003).
2 Para algunos rabinos, Melquisedec podría ser Sem, el hijo menor de Noé. Esto

se evidencia en los targumes Neofiti I y Pseudo-Jonatan. Bajo esta


19
20 | Advenimiento – Universidad Adventista de Chile

Que el diezmo anteceda una filiación exclusiva con Israel indica


que, como tal, apunta al señorío de Dios y a su relación con la
humanidad. Estos aspectos son enfatizados nuevamente cuando Dios
organiza a su pueblo bajo Moisés. Ellen White comenta:
“Pero el origen del sistema de los diezmos es anterior a los hebreos.
Desde los primeros tiempos el Señor exigió el diezmo como cosa suya; y
este requerimiento fue reconocido y cumplido. […] Cuando los israelitas
estaban por establecerse como nación, la ley del diezmo fue confirmada,
como uno de los estatutos ordenados divinamente de cuya obediencia
dependía su prosperidad. El sistema de los diezmos y de las ofrendas
tenía por objeto grabar en las mentes humanas una gran verdad, a saber,
que Dios es la fuente de toda bendición para sus criaturas, y que se le
debe gratitud por los preciosos dones de su providencia” (PP, 565).
Génesis 1 indica que Dios es el creador de todo. Después de la
rebelión del hombre, Dios maldijo la tierra, pero después del diluvio,
volvió a establecer su bendición y cuidado providencial sobre su creación
(Gn 8:17-19, 22). Como dueño de la tierra, Dios eligió darle a Israel la
tierra de Canaán (Dt 4:1). Se esperaba que Israel le entregara parte de la
riqueza de la tierra en la forma del diezmo y otras ofrendas como un
reconocimiento de este hecho (Dt 26:1-15). El pasaje recién aludido
señala otro motivo por el cual diezmar y ofrendar: el carácter redentor
de Dios que los sacó de Egipto. Es significativo que Ellen White también
asocia los diezmos con estas dos cualidades divinas: su poder creador y
su amor expresado en el sacrificio de Jesús (salvador). Ella escribió:
“Dios pone su mano sobre todas las posesiones del hombre diciendo: Yo
soy el dueño del universo, y estos bienes son míos. El diezmo que habéis
retenido lo reservaba para sostener a mis siervos en su obra de explicar
las Escrituras a los que moran en regiones obscuras y no conocen mi ley”
(3JT, 38).
“El que dio a su Hijo unigénito para que muriera por vosotros, ha hecho
un pacto con vosotros. El os da sus bendiciones y en cambio requiere que
le llevéis vuestros diezmos y ofrendas. Nadie se atreverá a decir que no
comprendió este asunto. El plan de Dios concerniente a los diezmos y

interpretación, Dios le habría dado el sacerdocio a Sem. Sin embargo, como éste
le dio prioridad a Abraham por sobre Dios en su bendición (Gn 14:19, 20), el
sacerdocio le fue quitado y traspasado a los descendientes de Abraham. De esta
manera, el Salmo 110:4 es interpretado como: “Tú [Abraham] eres sacerdote
para siempre según el orden de Melquisedec”. Si esto fuera cierto, no se puede
pasar por alto que la razón por la cual Abraham le da los diezmos es por su
cualidad de sacerdote. No se pude argumentar que es correcto darle los diezmos
a un familiar, sin que este, en primer lugar, sea sacerdote.
Los diezmos: Fundamento bíblico y en los escritos de Ellen G. White | 21

ofrendas está claramente establecido en el tercer capítulo de Malaquías”


(CMC, 79).
“Hablo del sistema del diezmo; ¡y sin embargo cuán escaso lo considero!
¡Cuán pequeña estimación! ¡Cuán vano es el esfuerzo de medir con reglas
matemáticas el tiempo, el dinero y el amor comparándolos con un amor y
sacrificio que son inconmensurables e incomputables! ¡Los diezmos para
Cristo! ¡Oh, cuán escasa porción, vergonzosa recompensa por lo que ha
costado tanto! Desde la cruz del Calvario, Cristo exige una rendición
incondicional” (Testimonies for the Church, vol. 4, 120).

Tipos de diezmo en el Antiguo Testamento


El hecho de que Dios, cuando habla del diezmo, aparentemente
indica que éste puede ser usado para dos propósitos distintos, ha
generado cierta preocupación para algunos (Nm 18:21; Dt 14:22-29;
26:12).
Este misterio se resuelve cuando nos percatamos que existían dos
tipos de diezmo.3 El primero, el diezmo del Señor, y un segundo, a veces
conocido como el diezmo de caridad. Las principales diferencias entre
estos dos son las siguientes:
1) En Deuteronomio el diezmo es del grano, vino y aceite (14:23),
mientras que en los demás casos era de todo el producto de la tierra y de
las manadas de animales.
2) Aunque el diezmo presentado en Deuteronomio era requerido
por Dios, pertenecía a la familia que lo traía al Santuario. Levítico y
Números tratan sobre el diezmo que pertenecía exclusivamente a Dios, y
que era otorgado por él a los levitas y sacerdotes (Nm 18).
3) El diezmo en Deuteronomio era usado por las familias en una
cena de compañerismo que era comida en el santuario central. Las otras
legislaciones no permitían esa práctica. Éstas limitaban que el diezmo
fuera comido solo por los levitas, los sacerdotes y sus respectivas
familias.
Claramente hay dos tipos de diezmos, ya que no existe una
equivalencia exacta entre las prácticas descritas en Deuteronomio con las
de Levítico y Números. De hecho, la tradición rabínica llamaba al diezmo
en Levítico “el primer diezmo”, y el de Deuteronomio “el segundo
diezmo”.4

3 Francis D. Nichol, et al., ed., Comentario bíblico adventista del séptimo día, 7
vols. (Mountain View: Mountain View: Pacific Press, 1953), 1:1015.
4 El Targum Pseudo-Jonatan, transmite los siguientes versículos como sigue:

“And you shall eat the second tithe before the Lord your God in the place that he
is pleased to cause his Shekhinah to dwell” (Dt 14:23); “When you finish tithing
22 | Advenimiento – Universidad Adventista de Chile

El segundo diezmo (de los 9/10 restantes) se apartaba para el


consumo de la familia, tal como se describe en Dt 14:22-26 (ver
Mishnah, Maaser sheni ii.I). Incluso se identifica un tercer diezmo,
basado en Dt 14:28, 29, denominado “para los pobres” y se daba el tercer
y sexto año del ciclo de siete años que terminaba con el jubileo.5 La
comprensión rabínica del Segundo Templo argüía la práctica del diezmo
de esta manera.6 Algunos creen, además, que el diezmo para los pobres,
reemplazaba el segundo diezmo cada tres años.7
Lo que plantea este ordenamiento es que estos diezmos existían en
forma paralela y nos permite concluir que no eran intercambiables o
transferibles. En cuanto al “segundo diezmo”, Ellen White señaló:
“A fin de fomentar las reuniones del pueblo para los servicios religiosos y
también para suplir las necesidades de los pobres, se le pedía a Israel que
diera un segundo diezmo de todas sus ganancias. Con respecto al primer
diezmo el Señor había dicho: ‘He aquí yo he dado a los hijos de Leví
todos los diezmos en Israel’ (Núm. 18: 21.) Y acerca del segundo diezmo
mandó: ‘Y comerás delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiera
para hacer habitar allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu vino, y de
tu aceite, y los primerizos de tus manadas, y de tus ganados, para que

all the tithe of your harvest in the third year of the release, you shall give the first
tithe to the Levites. The second tithe, which is the tithe of the poor, to the
proselytes, to the orphan, and to the widow, and they shall eat in your cities and
be satiated” (Dt 26:12); “And the third tithe you shall bring up and eat it before
the Lord your God, and you shall say, ‘Behold, I have set aside the holy portions
of the tithe from the house and have even given the first tithe to the Levites, the
second tithe to the proselytes, to the orphan, and to the widow, according to all
your commandment that you have commanded me. I have not transgressed one
of your commandments, and I have not forgotten them” (Dt 26:13); Targum Ps.
Jonathan English, trans. Eldon Clem (Altamonte Springs: OakTree Software,
2007).
5 David H. Stern, Jewish New Testament Commentary: A Companion Volume to

the Jewish New Testament (Clarksville, Md: Jewish New Testament


Publications, 1992), s.v “Matthew 23:23”. Alfred Edersheim, Sketches of Jewish
Social Life in the Days of Christ (Altamonte Springs: OakTree Software, 1999),
233, 34.
6
Josefo, Antigüedades de los judíos, iv.8.22 [240-243]); Encyclopaedia Judaica,
s.v. “Tithe.”; Alfred Edersheim, The Life and Times of Jesus the Messiah
(Altamonte Springs: OakTree Software, 2006), 2:675.
7 Es necesario destacar que varios comentaristas modernos difieren de la

interpretación rabínica expresada en los targumes. Ver C. F. Keil, and Delitzsch


F., Commentary on the Old Testament (Peabody: Hendrickson Publishers, 1996),
1:918.; Eugene H. Merrill, Deuteronomy, vol. 4, 39 vols., The New American
Commentary (Nashville: Broadman & Holman Publishers, 1994), 241, 42.
Los diezmos: Fundamento bíblico y en los escritos de Ellen G. White | 23

aprendas a temer a Jehová tu Dios todos los días’ (Dt 14: 23; véase v. 29;
y 16:11-14).
“[…] Pero cada tercer año este segundo diezmo había de emplearse en
casa, para agasajar a los levitas y a los pobres, como dijo Moisés: ‘Y
comerán en tus villas, y se saciarán’ (Deut. 26:12.) Este diezmo había de
proveer un fondo para los fines caritativos y hospitalarios” (PP, 570).
“La consagración a Dios de un diezmo de todas las entradas, ya fueran de
la huerta o la mies, del rebaño o la manada, del trabajo manual o del
intelectual; la consagración de un segundo diezmo destinado al alivio del
pobre y otros usos benéficos, tendía a mantener siempre presente ante el
pueblo el principio de que Dios es dueño de todo, y que ellos tenían la
oportunidad de ser los canales por medio de los cuales fluyeran sus
bendiciones. Era una educación adaptada para acabar con todo egoísmo, y
cultivar la grandeza y la nobleza de carácter” (Ed, 44).

El concepto del alfolí


Uno de los pasajes claves para entender el concepto del alfolí es el
capítulo 12 de Deuteronomio. En este capítulo se reitera el concepto de
un lugar central de adoración y de acopio de los bienes involucrados en
ésta (vv. 5, 7, 11, 17, 18). La existencia de un lugar central elegido por
Dios cimienta las bases para el funcionamiento que se evidencia en otros
pasajes del Antiguo Testamento.
Identificar cual era ese lugar no es difícil, ya que Malaquías 3:10 lo
hace por nosotros: “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en
mi casa” (RV60). En realidad, alfolí y casa son la misma palabra en
hebreo: bayit, que puede significar casa, templo o palacio. La NVI
traduce este pasaje como: “Traigan íntegro el diezmo para los fondos del
templo, y así habrá alimento en mi casa”. Qué hoy le llamemos “alfolí” a
los recipientes en donde la gente deposita los diezmos y ofrendas, se
aparta por completo del concepto presentado por este pasaje.
No es necesario buscar pasajes tan tardíos en la historia de Israel
para hallar el mismo principio expuesto en Deuteronomio 12. Cuando
Israel se preparaba para conquistar Jericó, Josué le dijo al pueblo que
“toda la plata y el oro, y los utensilios de bronce y de hierro, sean
consagrados a Jehová, y entren en el tesoro de Jehová” (Jos 6:19). El
vers. 24 hace mención explícita de que estos tesoros fueron puestos “en el
tesoro de la casa de Jehová”. En Números 18, también se evidencia el
principio de un sistema centralizado en torno al Santuario (vv. 11, 24-28).
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Más información concerniente a la recolección y administración de los


diezmos puede hallarse en 2 Crónicas y Nehemías.8
(1) 2 Crónicas 31:5-12. Durante las reformas de Ezequías, se
estableció un sistema de recolección y distribución en Judá que puede
reflejar cómo operaban no solo bajo este rey, sino, durante el periodo de
la monarquía.
a) Centralización: Como resultado de la apostasía del rey Acaz y
del propio pueblo, el templo se había cerrado y el pueblo había dejado de
traer sus ofrendas y diezmos. En la reforma, Ezequías le pidió al pueblo
que trajeran sus ofrendas y diezmos al templo, con resultados muy
positivos (2 Cr 31:4-8). Incluso se construyeron nuevas dependencias en
el templo para almacenar lo que era traído (v. 11).
b) Tarea de los levitas: Dos levitas, Conanías y Semei, quedaron a
cargo de almacenar las ofrendas y diezmos en el templo. Para ello,
contaban con la ayuda de diez levitas más. El rey y Azarías les asignaron
esta tarea (vv. 12, 13).
c) Distribución centralizada: Un levita y otros seis individuos
estaban a cargo de la distribución de las ofrendas y diezmos. Ellos iban a
las ciudades de los sacerdotes “para dar con fidelidad a sus hermanos sus
porciones conforme a sus grupos, así al mayor como al menor” (v. 15).
También les asignaban su porción a los levitas de más de 20 años y a sus
esposas e hijos (vv. 17, 18). Además, se les daba a los descendientes de
Aarón que vivían en “en los ejidos de sus ciudades, por todas las
ciudades” (v. 19).
Lo que se puede ver un sistema centralizado de recolección y de
distribución del diezmo, bajo el control y supervisión de individuos
asignados para estas tareas.
(2) Nehemías. El sistema elaborado por Nehemías es similar al
anterior (Neh 10:38, 39; 12:44; 13:5, 12). Los que regresaron del exilio
renovaron su pacto con el Señor, lo que incluía el cumplimiento de las
leyes concernientes a las ofrendas y a los diezmos (10:37). El
procedimiento era sencillo:
a) En Jerusalén, el pueblo traía sus diezmos y ofrendas a la
tesorería de la Casa de Dios, el Templo. Las primicias se las daban
directamente a los Sacerdotes, pues, conforme a la ley, les pertenecían
(10:37).
b) El diezmo era dado a los levitas, como representantes del Señor.

8Ver Angel M. Rodríguez, “Tithing, the New Testament and the Christian
Church”, 17-23 (https://stewardship.adventist.org/stw-1070-$2.50-tithing-in-the-
new-testament-and-the-christian-church.pdf), último acceso, 20/10/2021.
Los diezmos: Fundamento bíblico y en los escritos de Ellen G. White | 25

c) Fuera de Jerusalén, las personas no llevaban su diezmo al


templo, sino que era recolectado en sus aldeas por los propios levitas
(10:37b). Era más fácil que entregaran el diezmo en donde vivían. Esto
sugiere que había diversos centros locales de acopio en la tierra.
d) Sin embargo, un Sacerdote acompañaba a los levitas cuando
recibían los diezmos de la gente en las aldeas (10:38a). Esto protegía la
integridad del sistema.
e) Los levitas llevaban el diezmo del diezmo “a las cámaras del
tesoro” en la casa de Dios (v. 39). Allí era distribuido entre los sacerdotes
(cf. Neh 13:5).
Ambos sistemas, sobre todo el segundo, tiene similitudes con la
operación actual de la Iglesia Adventista. El esquema de las iglesias
locales, campo y unión funciona bajo el mismo principio.
En el contexto de un sistema centralizado y sus implicancias, Ellen
White indicó:
“Que nadie se sienta libre para retener sus diezmos con el fin de usarlos
según su propio juicio. No debe emplearse en caso de emergencia, ni
como parezca conveniente, aun en cosas que conciernan a la obra de
Dios (CMC, 106)”.
“Leed con cuidado el tercer capítulo de Malaquías, y ved lo que Dios dice
acerca del diezmo. Si nuestras iglesias quieren basarse firmemente en la
Palabra del Señor, y ser fieles en pagar su diezmo a su tesorería, más
obreros serán animados a emprender la obra ministerial. Habría más
hombres que se dedicarían al ministerio si no se les hablase de la
tesorería exhausta. Debiera haber abundante provisión en la tesorería, y
la habría si corazones y manos egoístas no hubiesen retenido los diezmos,
ni los hubiesen empleado para sostener otros ramos de trabajo” (OE,
239).
“Me ha sido dado un mensaje claro y bien definido para nuestro pueblo.
Se me ha pedido que les comunique que están cometiendo un error al
dedicar el diezmo a diferentes propósitos que, aunque son buenos en sí
mismos, no son los objetivos para los cuales el Señor ha establecido el
diezmo. Los que hacen este uso del diezmo se están apartando de las
disposiciones del Señor. Dios los juzgará por esto” (CMC, 107).
“En los libros de nuestra iglesia hay una gran cantidad de nombres, y si
todas esas personas pagaran prontamente un diezmo honrado al Señor, lo
que constituye su parte, la tesorería no carecería de recursos…” (CMC,
100).
Ellen White es muy clara al señalar que el diezmo es, también, una
responsabilidad cristiana. Ella no pone en duda la continuidad de los
principios expuestos en cuanto al acopio y al uso de los diezmos:
26 | Advenimiento – Universidad Adventista de Chile

“Un mero asentimiento de la verdad no es suficiente. Debe efectuarse un


trabajo con oración hacia los que abrazan la verdad, hasta que sean
convencidos de sus pecados y busquen a Dios y sean convertidos. Luego,
deben ser instruidos en lo que respecta a los derechos de Dios sobre ellos
en los diezmos y ofrendas. Tienen que aprender que el sistema del diezmo
es obligatorio para el pueblo de Dios en estos últimos días, tan cierto
como lo era sobre el antiguo Israel” (Gospel Workers [1892], 98).
“Tal fue la práctica de los patriarcas y profetas que vivieron antes del
establecimiento de los judíos como una nación. Pero cuando Israel se
convirtió en un pueblo separado, el Señor le dio instrucción definida
acerca de este punto: ‘Y el diezmo de la tierra, así de la simiente de la
tierra como del fruto de los árboles, de Jehová es; es cosa dedicada a
Jehová’ (Lev. 27: 30). Esta ley no caducaría con los ritos y ofrendas de
sacrificio que simbolizan a Cristo. Mientras Dios tenga un pueblo en el
mundo, sus derechos sobre él serán los mismos. […] En ninguna
dispensación él ha aceptado menos que esto. […] Si todos los cristianos
profesos llevaran sus diezmos a Dios, su tesorería estaría llena” (CMC,
71).
Incluso en el contexto de ciertas irregularidades financieras en
algunas instituciones de la iglesia, Ellen White no aprobó la retención de
los diezmos y ofrendas:
“Los ministros indignos podrán recibir una parte del dinero recogido así,
pero ¿se atreverá alguien por esto a retener de la tesorería, y encarar la
maldición de Dios? Yo no me atrevería. Pago mis diezmos feliz y
libremente, diciendo, como lo hizo David, ‘Lo que hemos recibido de tu
mano, eso te damos’. Retener con egoísmo lo que es de Dios tiende a
empobrecer nuestras propias almas. [...] Si los negocios de la asociación
no son manejados de acuerdo con lo requerido por Dios, ese es el pecado
de los que están errando. El Señor no los va a hacer responsables a
ustedes por eso, si ustedes hacen lo que pueden por corregir el mal. Pero
no cometa usted pecado al retener lo que le pertenece a Dios” (MPa,
297).

Uso del diezmo


Ellen White indicó que el diezmo es para las remuneraciones de los
ministros del evangelio. Esto incluía a los pastores, además de los
profesores de biblia, esposas de pastores que trabajaran en la obra
evangélica y, en algunos casos, a los médicos misioneros. También se
podía destinar los excedentes que hubiese en un campo, para las
Los diezmos: Fundamento bíblico y en los escritos de Ellen G. White | 27

necesidades de otro más carente.9 Algunas citas al respecto debieran


bastar para evidenciar esta comprensión.
“Cada uno examine regularmente sus entradas, todas las cuales son
bendiciones recibidas de Dios, y aparte el diezmo como un fondo
separado, destinándolo en forma sagrada al Señor. Este fondo en ningún
caso debe ser dedicado a otro uso; ha de ser dedicada solamente a
sostener el ministerio del Evangelio. Después que se ha puesto aparte el
diezmo, adjudíquense los dones y ofrendas ‘que por la bondad de Dios’
pudiereis” (CES, 146).
“El Señor instruyó a Moisés en cuanto a Israel: “Que te traigan aceite
puro de oliva molido para la luminaria para hacer arder continuamente las
lámparas”. Esta debía ser una ofrenda continua, para que la casa de Dios
pudiera ser adecuadamente suplida con aquello que era necesario para su
servicio. Su pueblo hoy ha de recordar que la casa de adoración es
propiedad del Señor y que debe ser cuidada escrupulosamente. Pero que
los fondos para este trabajo no han de salir del diezmo” (MPa, 281).
“Se me mostró que es un error emplear el diezmo para satisfacer los
gastos ocasionales de la iglesia. En esto ha habido un alejamiento de los
métodos correctos. […] Estáis robando a Dios cada vez que ponéis
vuestras manos en la tesorería y extraéis fondos para satisfacer los gastos
corrientes de la iglesia” (CMC, 108).
Hubo casos excepcionales entre los cuales aprobó un plan
misionero del Sanatorio de Battle Creek destinado a los pobres que sería
apoyado con recursos de los diezmos. Sin embargo, al apoyarlo, recordó
que la principal responsabilidad de la iglesia era la predicación del
mensaje del tercer ángel.10 Otro de estos casos fue comentar que, en raras
ocasiones, por causa de la pobreza, se podría usar el diezmo para levantar
una iglesia. El contexto es que la iglesia de Oakland estaba solicitando
usar parte de los diezmos para pagar el saldo de la construcción de su
iglesia (y los de Battle Creek, para gastos de iglesia). Los hermanos
tenían recursos, pero sentían que podrían pagar más rápido usando los
diezmos. Ella escribió:
“Hay casos excepcionales, donde la pobreza es tan profunda que, a fin de
asegurar el más humilde lugar de culto, puede ser necesario para
apropiarse de los diezmos. Pero ese lugar no es Battle Creek u Oakland.

9 Ver Angel M. Rodríguez, “Tithing in the writings of Ellen G. White”,


(https://adventistbiblicalresearch.org/wp-content/uploads/Tithe-Theology-
EGW_0.pdf), último acceso 20/10/2021.
10 “Si todos participáramos en la labor que el Dr. Kellogg ha estado haciendo a

favor de las clases más bajas, ¿qué sería de la obra que debe hacerse en los
lugares donde el mensaje del tercer ángel, la verdad sobre el sábado y la Segunda
Venida de nuestro Señor, nunca se ha proclamado?” (14MR [1990], 158).
28 | Advenimiento – Universidad Adventista de Chile

Que aquellos que se reúnen para adorar a Dios consideren la abnegación y


el sacrificio propio de Jesucristo” (1MR [1981], 191).
Existen claras evidencias de que Ellen White usó su diezmo de
manera “dirigida”, pero siempre para sustentar el ministerio evangélico.
Nunca uso sus diezmos para otras obras o gastos ajenos al de los
ministros o de la obra evangélica. Ella comentó extensamente sobre esta
materia al señalar:
“Mi hermano, deseo decirle, ‘Tenga cuidado de cómo actúa’. No lo hace
con prudencia. Mientras menos hable acerca del diezmo que ha sido
apropiado para el más necesitado y desalentador campo del mundo, más
sensato será.
“Se me ha presentado hace años que mi diezmo debía ser apropiado por
mí misma para ayudar a los ministros blancos y de color que han sido
abandonados y que no reciben lo suficiente para mantener a sus familias.
[…] Este iba a ser mi trabajo especial, y yo he hecho esto en un número
de casos. Ningún hombre debe dar notoriedad al hecho de que en casos
especiales el diezmo se utiliza de esa manera. […] “Me he apropiado de
mi diezmo para los casos más necesitados traídos a mi atención. He
recibido instrucciones para hacer esto, y como el dinero no ha sido
retenido de la tesorería del Señor, no es un asunto sobre el que se debiera
comentar, ya que requerirá que diera a conocer estos asuntos, lo que no
deseo hacer, porque no es lo mejor.
“Algunos casos se han mantenido delante de mí durante años, y he
suplido sus necesidades a partir de los diezmos, tal como Dios me
instruyó que hiciera. Y si alguna persona me dice, ‘hermana White, puede
apropiarse de mi diezmo para donde sabe que se necesita más’, voy a
decir, ‘Sí, lo haré’, y lo he hecho. Felicito a las hermanas que han
depositado su diezmo donde más se necesita para ayudar a completar una
obra que se ha dejado de hacer. Si este asunto se publicitara, se generaría
un conocimiento que es mejor que se quedara como está. No me interesa
publicitar esta obra que el Señor me ha nombrado para hacer, y a otros
hacer.
“Le envió este asunto para que no cometa un error. Las circunstancias
alteran los casos. Yo no le aconsejaría a nadie que haga una práctica el
hecho de recoger el dinero del diezmo. Sin embargo, durante algunos
años, ocasionalmente hay personas que han perdido la confianza en la
apropiación de los diezmos y han puesto su diezmo en mis manos,
diciendo que, si yo no lo tomo, ellos mismos se apropiarían de él para las
familias de los ministros más necesitados que pudieran encontrar. He
tomado el dinero, he dado un recibo por él, y les digo cómo fue usado”
(2MR [1987], 99, 100).
En otras oportunidades, ella usaba sus diezmos para ayudar a las
esposas de los pastores que trabajaban tiempo completo para la iglesia,
pero que no recibían remuneración. Estas mujeres realizaban una tarea
Los diezmos: Fundamento bíblico y en los escritos de Ellen G. White | 29

ministerial y velaban por las personas que no conocían el mensaje. Ella


escribió:
“Siento que es mi deber crear un fondo de dinero de mi diezmo para
pagarle a estas mujeres que están realizando un trabajo tan esencial como
el de los ministros, y este diezmo lo reservaré para la misma línea de
trabajo que la de los ministros, la caza de almas, la pesca de almas. […]
Todas estas cosas deben ajustarse y ponerse en orden, para que se les
haga justicia a todos” (5MR [1990], 29).
Cómo profeta, le fue encomendado por el Señor esta práctica que,
tal como ella misma lo señaló, se debía a las circunstancias. La iglesia
aún estaba en un proceso de ajuste administrativo y mucho faltaba por
perfeccionar la óptima distribución de los recursos.11
Lo que queda claro es que ella nunca se apropió de los diezmos
para otros usos que no fueran los gastos del trabajo ministerial. Jamás
desvió dineros para construcciones u otros proyectos paralelos de la
iglesia.

En el Nuevo Testamento
Resulta evidente que no se habla mucho respecto del diezmo en el
NT. Sin embargo, lo poco que se dice de él es positivo. Jesús dijo que se
debía diezmar (Mt 23:23; Lc 11:42). Algunos podrán alegar que Jesús
solo comentó la práctica judía. Sin embargo, guiado por el Espíritu Santo,
Mateo registra estas palabras que serían autoritativas respecto a este tema
para una audiencia que no estaba conformada solo por judíos conversos;
esto es particularmente cierto en el caso de Lucas (recordemos que los
evangelios se escribieron varios años después de la muerte y ascensión de
Jesús).
El apóstol Pablo instruyó a los creyentes sobre la importancia de
proveer para las necesidades de los obreros ministeriales. En 1 Corintios
9:13 se refiere al sistema usado en el Antiguo Testamento que proveía
para las necesidades de quienes oficiaban en el templo. Ya sabemos que
esto se lograba mayormente por medio de los diezmos, y muy poco por
medio de las ofrendas (Nm 18:8-24). Pablo, entonces, traza un paralelo
entre sacerdotes y levitas, con aquellos que proclaman el evangelio. En
otras palabras, usa la ley del diezmo como un modelo para la dadivosidad
cristiana. Pablo no lo presenta como una recomendación, sino como una

11 Para más detalles ver, Arthur L. White, “Highlights of the beginning of the
tithing system”, The history and use of the tithe, 2-12
(https://adventistbiblicalresearch.org/wp-content/uploads/history-useoftithe.pdf),
ultimo acceso 20/10/2021.
30 | Advenimiento – Universidad Adventista de Chile

orden del Señor para la iglesia: “Así también ordenó el Señor a los que
anuncian el evangelio, que vivan del evangelio” (1 Co 9:14).
El pasaje más extenso sobre el diezmo es Hebreos 7, y revela una
disposición positiva al respecto. Incluso, por medio de la figura de
Melquisedec, Pablo nos informa que quien recibe los diezmos es el
propio Jesucristo (vers. 8).
También es cierto que se habla de ofrendas (Ro 15:26; 1 Co 16:1,
2), pero en ningún momento esto significa que se prohibió la práctica del
diezmo. Es prudente recordar que la tensión que se generó entre los
judaizantes y los misioneros hacia los gentiles puede ser uno de los
motivos de este aparente silencio.

Conclusiones
Es evidente que ya no tenemos un santuario, ni sacerdotes o levitas
como existían en el pueblo de Israel. Sin embargo, Ellen White es clara al
señalar que ésta es una práctica que Dios espera de su Iglesia.
Al mismo tiempo, ella transfiere el principio del uso del diezmo y
lo aplica a los ministros del evangelio. Además, toma el principio de la
tesorería central (para el acopio y distribución) y lo aplica al
funcionamiento del la Iglesia. Nadie puede disponer aisladamente qué
hacer con los diezmos; estos deben ingresar a la tesorería.
Se evidenció que existían hasta tres tipos de diezmo, los que no
eran transferibles o intercambiables. Sus usos eran definidamente
distintos y no debían mezclarse. Así pues, no podemos usar el argumento
del segundo diezmo para los pobres y viudas como un reemplazo de
aquel que sostiene la obra evangélica y que pertenece a Dios. El Nuevo
Testamento, si bien no hace una exposición sistemática de los diezmos, lo
que presenta de ellos es favorable y positivo.
Como última observación, debemos tener cuidado de no convertir
las excepciones en regla. Elena de White fue muy cuidadosa en este
sentido. Este mismo cuidado debemos tener como líderes de la Iglesia:
“Los ancianos y dirigentes de la iglesia tienen el deber de instruir a la
gente acerca de este asunto tan importante, y deben poner orden en las
cosas. Como obreros juntamente con Dios, los dirigentes de la iglesia
deben actuar con firmeza en lo que concierne a este asunto claramente
revelado. Los pastores mismos deben ser estrictos en cumplir la letra de
las órdenes de la Palabra de Dios. Los que ocupan cargos de
responsabilidad en la iglesia no deben ser negligentes, sino que deben
preocuparse de que los miembros sean fieles en el cumplimiento de su
deber… Que los ancianos y los dirigentes de la iglesia sigan las
instrucciones de la Palabra Sagrada, e insten a sus miembros acerca de la
necesidad de ser fieles en el pago de las promesas, los diezmos y las
ofrendas” (CMC, 111, 112).

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