Rosario A San José
Rosario A San José
Rosario A San José
Introducción:
Las virtudes de san José son hermosas porque tienen que ver con el cotidiano hacer. Él mejor que nadie sabe lo
que es tener tareas que parecen descomunales frente a las pequeñas capacidades humanas. Nos enseña, que
confiando a Dios todo, la vida entera, no hay labor imposible.
Ahora podrás estar preguntándote ¿cómo es eso del rosario a san José? El rosario a san José es una devoción
no muy difundida, aunque su origen se remonta al año 1871. En esa fecha, su Santidad, el papa Pio IX proclamó
promover la devoción a san José, esposo de la Virgen María (Inclytum Patriarcham).
¿No suena espectacular la idea? A mí me parece hermoso pensar que este santo varón acerque a todos, pero
especialmente a sus congéneres, a su amadísima esposa para que ella sea quien, con el amor de madre nos eduque en
el amor a Cristo y en el amor a la familia.
Es precioso pensar que a través de este rosario es el mismo José quien lleva nuestras oraciones a los pies de
María, nuestra Madre, para que interceda por nosotros. ¡Es como ver a un devoto esposo llevar el más hermoso ramo de
rosas a su amada!
1. Oración Inicial
Empezamos tomando el rosario luego de hacernos la señal de la cruz, rezamos la siguiente oración:
«San José, que con amor trabajaste la madera para en esta vida, vida pasajera, a tu familia el pan de cada día
proveer. Oh san José, ahora en el cielo con Cristo, que extendido en el madero en el que vida eterna al hombre
dio, enséñanos a reconocer, en el quehacer de cada día el camino hacia Dios».
En cada misterio:
Padre Nuestro….
«Salve, José, hombre justo, Dios te escogió como esposo de María y Jesús te honró con el nombre de padre.
Salve, custodio del Redentor y protector de la Iglesia universal, protege nuestras familias y asístenos en la hora de la
muerte. Amén». (Solo el Salve José, se repite 10 veces en cada cuenta del rosario)
Gloria al Padre…
Amado san José haz crecer en mí la fe, que en ella buscaré, la esperanza y caridad.
3. Oración
Luego de los misterios, seguidas de las letanías a san José:
«Acuérdate, oh castísimo esposo de la Virgen María, san José, mi amable protector, que nunca se oyó decir, que alguno
de aquellos que invocaron tu protección e imploraran tu socorro, hubiese quedado sin consuelo.
Lleno de confianza, me presento ante ti y me encomiendo con fervor a tu patrocinio. No desatiendas mis oraciones, oh
padre adoptivo del Redentor, mas bien escúchalas y acógelas. Amén».
«Gloria al Padre, al hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén».
4. Letanías a san José
«Señor, ten misericordia de nosotros (bis)
Cristo, ten misericordia de nosotros. (bis)
Señor, ten misericordia de nosotros. (bis)
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: escúchanos, Señor,
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: ten misericordia de nosotros».
5. Oración Final
Salve, custodio del Redentor y esposo de la Virgen María.
A ti Dios confió a su Hijo, en ti María depositó su confianza, contigo Cristo se forjó como hombre.
Oh, bienaventurado José, muéstrate padre también a nosotros y guíanos en el camino de la vida.
Concédenos gracia, misericordia y valentía, y defiéndenos de todo mal. Amén. (Papa Francisco, Patris Corde)
“¡Oh Dios, que con inefable providencia te dignaste elegir a San José para esposo de tu Santísima Madre; te rogamos
nos concedas tenerlo como intercesor en el Cielo, ya que lo veneramos como protector en la tierra. Tú, que vives y reinas
por los siglos de los siglos. Amén. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén”.
Concluimos el rosario a san José haciendo la señal de la cruz.