Actitudes Que Influyen en Las Relaciones Personales

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Actitudes que Favorecen las Relaciones Humanas

El crecimiento humano es similar a casi todos los sistemas con los que interactuamos
diariamente. Crecen los negocios, los sistemas sociales, políticos, económicos y, por
supuesto, crecen las personas. Durante el proceso de crecimiento aparecen en escena una
serie de variables que se deben enfrentar y superar. Las más significativas son el riesgo, los
cambios de paradigmas, la adopción de nuevas posiciones y roles, la madurez en las
relaciones interpersonales y grupales, el saber actuar como adulto en las interacciones que
así lo requieran, la toma de decisiones que implican mayores responsabilidades y
compromisos, reconocer los errores, las debilidades y las fortalezas, entre otros.
El crecimiento personal es una dádiva excelsa de la madre naturaleza, que generosamente
dotó a cada ser humano con la capacidad de crecer. En un momento determinado en la vida,
esa capacidad depende casi exclusivamente de la voluntad consciente de la persona que
desea crecer. Los beneficios de crecer como persona se manifiestan en los logros
alcanzados. Culminar una carrera profesional, dominar un oficio, formar una familia,
sobresalir en el aspecto profesional, religioso, social, económico, etc. Indudablemente
existen instituciones formales que plantean el crecimiento personal, mediante un conjunto
de técnicas y metodologías que influyen en el desarrollo del potencial intelectual y
actitudinal que posee cada individuo.
La capacidad de autogestión del ser humano juega un papel muy importante. Este puede
construirse en un autodidacta apoyado en textos técnicos y humanos, para ir superando
etapas de dependencia e ir introduciéndose en la fase de la independencia, para luego
insertarse en el enfoque de la independencia y así poder trabajar en equipo y colaborar con
el logro de los objetivos laborales.
En todas las épocas y lugares, el ser humano es sensible y vulnerable a las influencias del
entorno. Puede darse a través de instituciones formales, educativas, o a través de grupos
informales con los que necesariamente debe interactuar durante el trayecto de su
supervivencia. Históricamente estudiosos del comportamiento han abordado el tema del
crecimiento personal, ponderando sus beneficios. Erick Berne planteó al Padre-Adulto-
Niño como los tres estados del Yo. Douglas McGregor puntualizó que el ser humano
demuestra crecimiento cuando en el trabajo se orienta al esfuerzo, asume retos y
responsabilidades. Stephen Covey plantea que se debe reforzar los hábitos que favorezcan
la victoria privada, y que garanticen la victoria pública. Chris Argyris propone la
necesidad de que las personas eleven su autoestima, su sentimiento de competencia, la
aceptación de sí mismas, etc. Abraham Maslow, Herberg, Elton Mayo han trabajado el
concepto de motivación como un elemento fundamental e indispensable para que una
persona se involucre en un proyecto serio de crecimiento y que pueda darle continuidad.
Los siguientes indicadores revelan que la persona se encuentra en un punto de
estancamiento en el proceso de crecimiento:
 Se bloquean los niveles de pensamiento y se genera una deliberada resistencia a la
apertura de nuevas formas de actuar.
 Se asume una postura de autoengaño.
 Se tiene una actitud determinista y con frecuencia se dice: “Yo soy así”.
 Se ignora que se puede crecer, que hay potencial presto a desarrollar y que existe
una amplitud en el horizonte de posibilidades.
 Se tiene menos áreas conocidas que desconocidas.
 Se tiende a irrespetar y violentar el flujo natural de los procesos.
 Se mantiene una postura defensiva, justificando su conducta.
Todas las personas tienen acceso al crecimiento y a poder lograr resultados positivos. La
dinámica más favorable es ir de lo simple a lo complejo y, poco a poco, ir asumiendo
mayores y comprometedores retos. Haber crecido es símbolo de madurez y está
garantizando relaciones interpersonales adecuadas. Los cambios que se han generado en el
mundo son una realidad tangible y concreta. Fenómenos como la globalización, la
tecnología, los increíbles alcances de la comunicación, los descomunales aumentos de
información, han modificado de forma drástica el diario vivir de las personas tanto en el
entorno familiar, como laboral.
El concepto de competencia y más específicamente competitividad personal se refiere al
hecho de estar en capacidad de ofrecer respuestas de calidad a las exigencias actuales del
entorno en un tiempo más rápido que los demás competidores. Varios son los elementos
que influyen para que una persona sea competitiva, por ejemplo: Competencias en el saber
y hacer, Calidad de los resultados, Rapidez en las respuestas, Confiabilidad en el manejo de
procesos, Agilidad mental, Capacidad de innovación, Ser pionero en aprovechar las ofertas,
Facilidad de inserción al cambio.
La competitividad requiere de una serie de condiciones que inciden en un punto focal, que
va configurando todo un modelo de comportamiento con una elevada capacidad de
respuesta de alta calidad. Las Puntuaciones siguientes son algunos aspectos relevantes del
perfil de la persona competitiva: Posee capacidad de negociar, basada en el Ganar-Ganar,
Es proactiva, Es abierta al cambio, Es cibernética, Es buscadora incesante de nuevos
conocimientos, Sabe distinguir y aprovechar las oportunidades.
Normalmente previo a una negociación, es casi necesario que se genere un desacuerdo o un
conflicto donde las partes no se ponen de acuerdo porque sienten que sus intereses están
siendo lesionados, y que, al final resultarán perdedores y el otro resultará triunfador.
Toda negociación debe ser manejada de manera que produzca los siguientes resultados:
Satisfacción de ambas partes, No dejar residuos de resentimientos, inconformidades ni
heridas, Aclaración y discusión de forma tal que no haya malos entendidos, No dejar
agendas ocultas, Neutralización de las influencias del poder, y acuerdos sobre la base del
diálogo transparente.

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