Planetario Luis Enrique Erro

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Universidad para el Bienestar Benito Juarez Garcia (Texcoco de Mora)

HERNANDEZ ROMERO HECTOR MAURICIO

AVENTURA CÓSMICA PLANETARIO LUIS


ENRIQUE ERRO
MATERIA GEOLOGÍA BÁSICA
PROFESORA ING. MARIA GUADALUPE OLIN MONTIEL

Introducción
La programación en el domo de inmersión digital nos permitirá ver y conocer más de los

planetas, más acerca del universo , las constelaciones etc. Una proyección el cual se puede

sentir como si en realidad fueras en una nave espacial, el cual de eso se trata esta

proyección el informar todo sobre el universo pero a través de un recorrido divertido y

muy interesante el cual nos deja pensar muchas cosas y el cómo se creó este planeta

llamado TIERRA y nuestro Universo.

INFORMACIÓN
Esta proyección dura aproximadamente 1 hora el cual nos platica de los planetas, el cómo
se crea un universo, al igual como se crea los planetas y estrellas. A continuación daremos
una información de los planetas como nos lo dijeron en el recorrido de la proyección,
empezando por el último planeta.

MERCURIO: Con un tamaño tan solo un poco mayor al de nuestra luna, es el planeta más
pequeño del sistema solar y el más cercano al Sol. Se trata del menor de los planetas
rocosos del sistema solar y de manera similar a la Luna, presenta una superficie plagada de
cráteres, en parte, debido a la finísima y casi ausente atmósfera (exosfera) que le rodea.
Con una velocidad de 170.5030 kilómetros por hora, también se trata del planeta que viaja
más rápido a través del espacio -de aquí su nombre- ya que la velocidad de un planeta
incrementa con su cercanía a la estrella que orbita.

VENUS: Parte de la intensidad del brillo de Venus es debido a la cercanía con la Tierra, ya
que se trata del planeta que más próximo se encuentra de nosotros. También es el
segundo planeta más cercano al Sol. Se trata de otro de los 4 planetas rocosos del sistema
solar y debido a la gran similitud tanto en tamaño como en densidad con nuestro planeta,
en ocasiones es denominado como el planeta gemelo de la Tierra. No obstante, Venus no
es tan parecido a la Tierra como cabría esperar. Uno de los mejores ejemplos de ello es su
atmósfera, muy espesa y rica en dióxido de carbono. De hecho, la atmósfera de Venus es
tan densa que desde su superficie el Sol se vería como un tenue destello de luz. Esto, junto
a las densas nubes de ácido sulfúrico que la rodean generan tal efecto invernadero que
hace de Venus el planeta más caliente del sistema solar. Así la temperatura en Venus
puede alcanzar los 475ºC, suficiente como para derretir el plomo, y la presión a nivel de
superficie puede alcanzar las 90 atmósferas.

TIERRA: Nuestro hogar, la Tierra, es el quinto planeta más grande y el tercero en cercanía
al Sol del sistema solar. Entre otras cualidades como la rotación de su eje respecto a la
elíptica, la composición de su atmósfera rica en oxígeno o la presencia de agua líquida, esta
distancia de la Tierra al Sol -situada dentro de la zona de habitabilidad de una estrella- es la
responsable de que nuestro planeta sea el único del sistema solar en el que hasta el
momento se haya encontrado vida. De hecho, en la Tierra se suceden una gran cantidad de
características que hacen posible la vida. Por ejemplo, la atmósfera de la Tierra, la cual
también nos protege de la radiación procedente del Sol y del espacio, está compuesta por
un 78 % de nitrógeno, un 21 % de oxígeno y un 1 % de otros ingredientes: el equilibrio
perfecto para respirar y vivir. Los vastos océanos de la Tierra proporcionaron un lugar
conveniente para que comenzara la vida hace unos 3.800 millones de años. La Tierra es del
mismo modo el único planeta del sistema solar con una sola luna, la cual es, en muchos
sentidos, responsable de hacer de la Tierra un hogar habitable al regir las mareas o
estabilizar la oscilación de nuestro planeta, lo que ha hecho que el clima sea menos
variable durante miles de años.

MARTE: También conocido como el planeta Rojo, es el más alejado del Sol de los cuatro
planetas rocosos del sistema solar, y el segundo más cercano a la Tierra, aunque cuenta

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aproximadamente con solo la mitad de su tamaño. Se trata de un planeta sencillo de
identificar en el firmamento nocturno debido al brillo rojizo que hace honor a su nombre.
Pese a lo que pudiera parecer por su rojo color, Marte no es planeta cálido. Muy al

contrario, en la actualidad se trata de un planeta seco, rocoso, inhóspito y frío, algo que no

exime al planeta de haber albergado unas condiciones pasadas en las que la vida hubiera

sido posible. Así, se cree que en el pasado Marte fue un mundo más cálido cubierto de

agua, motivo por el que los científicos no cesan en su empeño de encontrar signos de vida

pretérita. De hecho, en Marte podemos encontrar agua a día de hoy, no obstante la

atmósfera marciana es demasiado delgada para que exista agua líquida por mucho tiempo

en la superficie, por lo que la mayor parte del agua marciana se encuentra en forma de

hielo debajo de la superficie, en las regiones polares. Marte tiene dos lunas pequeñas

llamadas Fobos y Deimos, ambas nombradas en honor a los hijos del dios Ares en la

mitología griega, y de las cuales se piensa que pueden ser asteroides capturados.

JÚPITER: Y es que todo en Júpiter adquiere magnitudes extraordinarias. Para hacernos una

idea, en torno a la línea del ecuador de Júpiter cabrían hasta 11 planetas Tierra puestos en

fila. La velocidad a la que gira este coloso del sistema solar también es endiablada, pues no

solo hay que tener en cuenta que el día en Júpiter dura apenas unas escasas 10 horas

mientras que en la Tierra un día dura 24 horas, sino también que su radio es 10 veces

mayor que el de nuestro planeta. Esta también es la causa de los fuertes vientos que se

producen en la atmósfera de Júpiter, los cuales en el ecuador del planeta pueden alcanzar

hasta los 540 kilómetros por hora, dando lugar a las tormentas más impresionantes del

sistema solar, como es el caso de la Gran Mancha Roja, una tormenta que según los

científicos lleva activa más de 300 años y en la cual cabrían 2 planetas como la Tierra.

SATURNO: Saturno es otro de los planetas más grandes del sistema solar, por lo que al

igual que Júpiter, recibe su nombre de uno de los dioses más importantes de la mitología

para griegos y romanos, quienes respectivamente se referían a él como Cronos y Saturno,

y en sendas mitologías fueron padres de Zeus y Júpiter. Cronos y Saturno eran, de hecho,

los dioses del tiempo y la agricultura. Saturno es el planeta que a lo largo del año se puede

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observar durante más tiempo en el firmamento, por lo que la elección de ambas culturas

para nombrar a este gigante gaseoso no es una casualidad.

Saturno es el sexto planeta en distancia al sol del sistema solar. También se trata del

segundo planeta más grande (9 planetas Tierra en fila cabrían a lo largo de la línea de su

ecuador) y el otro de los gigantes gaseosos de nuestro vecindario cósmico, aunque al igual

que sucede con Júpiter, los científicos creen que podría albergar una núcleo sólido en su

interior.

URANO: Urano es el séptimo planeta en distancia al sol, el tercero más grande, el cuarto

más masivo y el segundo menos denso del sistema solar. Se trata del primero de los

gigantes helados de nuestro sistema planetario y está compuesto por una especie de

"hielo" fluido de agua, amoníaco y metano. De hecho, el manto helado de Urano no está

compuesto de hielo en el sentido convencional, sino que es un fluido caliente y denso

formado por agua, amoníaco y otros volátiles.

NEPTUNO: Neptuno fue el primer planeta descubierto mediante cálculos matemáticos, ya

que los antiguos, al igual que ocurrió con Urano, pensaban que se trataba de una estrella.

Oscuro, frío y regido por vientos supersónicos, el gigante de hielo Neptuno es el octavo y

más distante planeta de nuestro sistema solar. Está tan lejos que es el único de los

planetas que no es visible desde la Tierra a simple vista.

Neptuno guarda muchas similitudes con su vecino Urano. Así, Neptuno se clasifica como

un gigante de hielo, y la mayor parte de su masa corresponde con una especie de "hielo"

fluido de agua, amoníaco y metano que se asienta sobre un pequeño núcleo rocoso. Al

igual que sucede en Urano, la atmósfera de Neptuno se compone principalmente de

hidrógeno molecular, helio atómico y metano, aunque algunas pequeñas diferencias en

esta hace que los dos planetas se vean de colores azules diferentes.

ORIGEN DEL UNIVERSO

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El origen del universo es el instante en que surgió toda la materia y la energía que existe

actualmente en el universo como consecuencia de una gran expansión. La postulación

denominada teoría del big bang (gran explosión) es aceptada por la mayoría de los

científicos, y postula que el universo podría haberse originado hace unos 13 800 millones

de años, en un instante definido. La teoría del big bang consiste en que el universo, que

antes era una singularidad infinitamente densa, matemáticamente paradójica, con una

temperatura muy elevada, en un momento dado, comenzó a expandirse, generando una

gran cantidad de energía y materia separando todo, hasta ahora.

El universo, después del big bang, empezó a enfriarse y, al expandirse, este enfriamiento

produjo que tanta energía comenzara a estabilizarse. Los protones y los neutrones se

estabilizaron cuando el universo tenía una temperatura de 100 000 millones de grados,

aproximadamente una centésima de segundo después del inicio. Los electrones tenían una

gran energía e interactúan con los neutrones, que inicialmente tenían la misma proporción

que los protones, pero debido a esos choques los neutrones se convirtieron más en

protones que viceversa. La proporción continuó bajando mientras el universo se seguía

enfriando; así, cuando el universo tenía 30 000 millones de grados (una décima de

segundo) había treinta y ocho neutrones por cada sesenta y dos protones, y veinticuatro

por setenta y seis cuando tenía 10 000 millones de grados (un segundo).

Lo primero en aparecer fue el núcleo del deuterio, casi catorce segundos después, cuando

la temperatura de 3000 millones de grados permitía a los neutrones y protones

permanecer juntos. Para cuando estos núcleos podían ser estables, el universo necesitó

algo más de tres minutos, cuando esa bola incandescente se había enfriado a unos 1000

millones de grados.

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