Queltehue Diego Arévalo Riquelme PDF
Queltehue Diego Arévalo Riquelme PDF
Queltehue Diego Arévalo Riquelme PDF
Imposible apropiárselas.
Por eso te invito a contemplar,
solo eso, contemplemos el viaje
de las nubes que corren
hacia las montañas.
Tumbados en reposeras,
en las praderas de Catapilco,
miremos al sol blanqueando
las nubes después de la lluvia.
10
Nacimiento
Óyelo bien:
su nombre es Queltehue.
11
Irrespetuosos
12
La sed
Padre Celestial
te rogamos que por vez segunda
desangres al Cristo sobre esta tierra
o apuñalaremos el cielo
con el filo voraz
de la lengua de un caballo
que no halla pastos para comer.
Te imploramos Señor:
extermina por completo
la sed de los críos,
de las bestias que se acercan al tranque
a beber las últimas gotas de supervivencia,
de los campesinos
13
que el vino tinto no puede hartar.
14
22
Paseos en bicicleta
II
15
su avance por los largos caminos
que dirigen al respirar más libre del mundo.
III
IV
Voy solo
pedaleando a Tierras Blancas
con la inmensa gratitud a hombres y mujeres
que recorren el camino.
Las vacas mugen con rabia
como perros que ladran a un desconocido.
17
22
¿Será la ira o un saludo amistoso?
Qué importa, si hay mil praderas por pastar.
La bicicleta es el tiempo
y me recuerda que aún no he muerto.
Yo no he muerto. ¿Podré morir
sobre ella?
He alcanzado la cúspide.
Es hora de volver.
18
22
Voy solo.
He descubierto la naturaleza:
dos jotes con su pétrea presencia
se encuentran encorvados en el suelo,
a la orilla del camino.
¿Sabrá el gato muerto que ellos devoran
que su hediondez despierta los jugos gástricos
de dos aves majestuosas?
19
Pero yo no quiero espinas para mí
pues anhelo sentir la respiración,
la profunda respiración de las hojas
que vibra en el esqueleto
y hace temblar la cabeza.
20
Elegía a Kino
A Mariano, mi abuelo.
Fuiste el parto
que indujo el sueño.
El sueño que vuelve difusas las pestañas.
21
y han gritado tu nombre con furia
porque se han enojado con Ella.
¿Cómo podrían no querer odiar a su Señora
si les ha encomendado la tarea más injusta?
22
Tres verdades del queltehue
No lo piensa:
ataca con todo.
La amenaza se presenta.
Mil rascacielos que caminan
vienen riendo, burlándose,
pisando la muerte
que reside en las hojas de eucalipto,
y como esporas
la van diseminando
en el viento.
Hay enseñanza
para quien quiera atreverse
al ejercicio de escribir poesía.
Poeta:
lánzate como clavadista
a las aguas mortales.
¡LÁNZATE A LA MUERTE!
Arrojándote al peligro y su
última consecuencia
24
encontrarás el propósito ulterior
de la poesía:
descarnar tu cuerpo completo
en una veloz caída
para alcanzar la supervivencia.
Es la dialéctica interna del queltehue:
lanzarse a morir para sobrevivir.
¿No es esa la definición de vida?
¿No es esa la definición de poesía?
II
25
No es fácil distinguir el instante
con exactitud, pero
quien vuela lo conoce.
La elevación se detiene:
reposo áureo de solemnidad severa.
Es la suspensión.
Instante sagrado. Muerte del
tiempo. Disparo de fotografía.
Quietud de comensales
después del último bocado.
Resurrección voraz
de los silencios escondidos.
Azote de los lamentos de un niño.
Destrucción de los límites
de la simiente que contiene una supernova.
26
Hemos copiado la maravilla de la criatura.
Creamos la poesía.
Tenemos la oportunidad única
de copiar la elegancia
de la defensa del queltehue.
Leer es un acto suspensivo;
nadie podría dudarlo.
La contemplación
es la supernova que estalla
y que se difumina
al momento de leer
la siguiente palabra,
la letra que prosigue,
el punto que completa todo.
La contemplación
va arriba de las alas del queltehue,
tan solo en la fracción de segundo
que le permite su existencia.
27
III
La interpretación
se extiende posterior al sublime acto
de la suspensiva contemplación.
Está atrapada.
El olor de la bosta
ya ha impregnado los circuitos cerebrales.
No puedes salir de su baile
28
que te mueve como la tradición
de todas las generaciones muertas.
Esto es lo cierto:
la interpretación es un acto de reflejo
de la realidad circundante.
29
o a saltar a las fauces de la muerte
sigue una trayectoria que ya está determinada.
30
Agonía y muerte de un pájaro triste
Es terrible la historia
de un pájaro que se desviste
de plumas, pájaro triste.
Recordando en la memoria
su época de grande gloria
despedaza sus lamentos
y percibe los tormentos
que le trae la postrera.
Es esta vida rastrera
cargada de sufrimiento.
31
traigan vida sempiterna.
QUELTEHUE
32
difícil es, ya no lucho.
En cambio, yo me resigno
a escuchar cantar la tierra,
a ignorar las tristes guerras,
a palpar todos los signos.
Es obvio, no me persigno
pues ni dios ni ley me mandan
solo días que se agrandan
y noches que se hacen cortas.
En realidad poco importa
si los tiempos se desbandan.
33
DIEGO
Al primogénito hijo
que ha construido mi mano
lo amo como a un hermano.
Lo que haré yo no lo elijo.
El acto será prolijo.
Su alarido vengo oyendo
desde que aquí estoy viviendo.
Grito que acabará al fin
de este día. Salid sin
duelo, lágrimas, corriendo.
QUELTEHUE
Espero no me traicione
con palabras de verdad
pues aquella gran maldad
a mi libertad se opone.
Mi agonía ya dispone
que yo me voy a acabar.
¿Acaso me va a salvar?
Espero benevolencia
pues se acaba mi paciencia.
Se estremece el espinar.
35
Mi dolor es tan terrible
este día que se arranca.
Tus frágiles plumas blancas
¿se marcharán? ¿Es posible?
Para mí es cuestión sensible
pues sollocé de tristeza
cuando te vi entre la maleza
el día en que conocí
la pena negra. Yo vi
que no existe la belleza.
DIEGO
36
Lo hago porque no me queda
otra alternativa ahora
más que darte final hora.
Te pago con la moneda
de la muerte mientras pueda
pues yo sé que partiré.
De este pueblo yo me iré
y conmigo la pereza
que se tornará en nobleza.
Yo lo sé pues moriré.
37
QUELTEHUE
DIEGO
QUELTEHUE
Catapilco me despido
de tu tierra de cantares
pues hoy día mis pesares
remarcan lo que ha dolido.
Se va arrancando el sonido
que rasgaba las casuchas.
¡El grito que aquí tú escuchas
este pueblo ha cercenado!
Terrible voz se ha apagado
39
y razones tengo muchas.
Al morir dedicaré
estas últimas palabras
para que nunca más se abra
el portal que yo abriré.
Volar de aquí yo tendré
que hacerlo con rapidez.
He alcanzado madurez
máxima. Mirando al cielo
alzaré mi final vuelo.
Hoy diré con lucidez:
40
En memoria de un pájaro eterno
41
de viejas que despertarán mañana
sin el glorioso vigor de tu canto
que limpia de ensoñaciones mundanas.
42
Ni el pueblo de Catapilco te ata
porque al misterio tú le perteneces:
el misterio que iracundo nos mata.
43
II
LA SERENA Y ¿COQUIMBO?
Eclipse
Cópula sublime
que retorna las aves a su embarcadero.
Barril de un revólver
escupiéndome hasta dentro.
46
Mar
Alcanzar la suspensión:
aquel momento antes de que el piquero
se arroje a sí mismo como un dardo
a las fauces de las aguas marinas.
47
Casa amarilla
48
En la esquina vivo, la que
lleva su nombre.
Esquina que atestigua
como la ciudad se funde
con el implacable grito del terreno
que la moldea sin querer,
por su propia naturaleza.
49
Inundación
Quebrada fértil
tocando hierba y pequeñas rocas
rumian animales los pastos
frontera natural
rumian de ti una vaca y un caballo
y ladra un perro y otro más
encerrados en la inmensidad
del cielo y el correr de las aguas
de la quebrada fértil
rodeada de fresca hierba y malezas
acariciada por la lengua de una vaca
quebrada fértil
de hierbas frescas brillantes
para rumiantes amarrados
pastando apacibles.
50
con que pretenden echarte al olvido.
52
Palmera
53
La más alta
Imagínate el privilegio
la vista que tiene sobre todos nosotros
puede hasta deleitarse con soñar
bañarse en el mar.
54
Pero es sólo un sueño,
pues ardua labor
desempeña sin descanso,
no hay tiempo para una siesta
ni para cubrirse del sol.
55
Canciones ajenas
¡Salobre frescura!
De no ser posible
tomará su bolsillo por asalto.
56
Hormigas
57
El pájaro
58
que dicen conocer toda respuesta
sobre el vuelo estelar!
Solos se llaman dioses del saber
pero no observan que su ágil silueta
es llanto de los ojos extinguidos
del cielo ciego que trata de oírle
pues como un rayo mortal le ha punzado
al perseguir a una hembra de su estirpe.
61
Atardecer
62
III
CONFUSIÓN
Veinticinco
66
Veinticinco años y no he muerto.
Mis padres podrán jactarse
de que su hijo ha vencido a la Muerte.
Y yo la espero, a veces
ebrio de plenitud.
¡Tan plena que es la vida del olvido!
Es suya.
67
Reflexión
68
6
Naturaleza
69
para que su maestro la alimente y sobreviva?
¿Es esa su naturaleza?
71
Nombre
A Laura.
72
ríos o las aves o el arrebol
que tiñe tu cabello atrapa nieblas.
73
Condena
74
Amigo
A Joaquín.
Destrípame la sien
con la cadencia de tu canto
que evoca la pequeña muerte.
De ser necesario
lameré extático la corona solar
para hurgar en tu corazón.
Yo te digo insolente:
descuérate vivo.
Es la única forma.
76
Delirio
77
que un jaguar ha olido tu sangre
y viene a probar los sabores de tu carne.
78
Alucinación
79
Pastillas
80
Silencio
81
Tardes de otoño
Arreboles
A Carlos.
Flores de fuego
82
pastando nutrientes con los cabellos de sus pies.
Libertad
Juntos
nos regocijamos con
el cantar del viento,
83
el aleteo
inexorable del colibrí,
el fuego
refulgente de los girasoles.
Sonrisa
a Karina.
84
¿Será el sol idéntico a su sonrisa
quien celebra cada espacio visible?
Hospital
¿Irán a recordar
las paredes de este
hospital
el aroma de
nuestras bocanadas?
¿Irán a recordar
las enfermeras
nuestros pasos en medio
de la noche
para escapar al baño?
86
Advertencia
87
Misión
88
Cansancio
89
brotando de una caja de cartón.
90
mirar como quien no ve por siempre
el amor que nunca corresponde.
91
Canto de la melancolía
Niña:
¿Por qué el pecado más terrible es
siempre la desnudez del alma propia?
Bailando el baile de lo honesto
he traicionado lo más puro:
un pájaro volando entre los árboles.
Pero el pájaro no ha dejado de cantar.
Canto de la melancolía,
la ignominia, el castigo.
Canto silencioso si no hay
quien quiera escuchar las melodías secas
diseminadas en fonemas diversos
que quién diablos sabe qué significan.
Callemos. Hagamos
caso a tu voluntad
porque el silencio hará la fortaleza
desde donde los ballesteros
perforarán el corazón
92
del rey guerrero
que dará el trono
a su hijo primogénito.
93
Necesidad
94
para que sean el opio calmante
de las garras de aguilucho en mi espalda,
95
Desprecio
El látigo de tu desdén
se desenrosca como lengua
desde tu mirada.
96
Yo, que soy un mendigo,
me contento con el perfume que te persigue
al caminar por las calles de mi agonía.
97
Amor
98
cerró los párpados de la gracia
de los árboles tintados de ocre.
99
Certeza
100
Nuevo comienzo
101
enrojecido de fuerza
que ahora veo con claridad
el paso del tiempo que se hace breve
cuando uno no piensa sino para
revivir las flores muertas plantadas en las córneas.
102
Imposibilidad
Mar es indomabilidad.
Decir eso sería tratar de definirlo.
103
Grito
104
en el alba el grito que me electrifica los nervios,
en la noche el grito que destroza mi sueño.
105
Lo que nunca fue duele
106
Lo que nunca fue no puede reflejarse
en el impuro espejo de la imaginación.
107
Miedo
108
Incertidumbre
109
que deseo palpar tu corazón
con mis ojos que proyectan
la seda que vestiría nuestras entrañas.
110
Cristal
no fluyen
y no sé cuánto tiempo en oscuridad
se mantendrán reposando.
111
Yo quiero aprender
a degustar por siempre
el sabor de la levadura.
112
Cloro
113
Haces de la ciudad un océano de inmundicia.
115
Plegaria
El primer contacto
fue besar una boca celestial.
Su calor impregnó mis vestiduras.
Yo deseo sentir ese beso cada día que
pasa sobre mis hombros cansados.
116
Rezaré por tu nombre
esta plegaria sin estructura,
de versos inconexos y "libres"
que prosigue así:
117
que lloran cuando tus secreciones
se cuelan entre mis lentes.
Y así sea.
118
Curvilínea
Tócame
te imploro
hazlo
con un plectro
el ardor
que emiten tus dedos
podría de pronto derretir
la cera de mis alas:
acercarme
tocar el sol
119
caer al mar en el intento.
120
Bushido
El onanismo:
camino del guerrero
de los virtuosos.
121
Fin del cuento
Si yerro
ni se molesten en castigarme:
yo mismo arrancaré las vigas del techo.
122
Índice
I. Catapilco
Invitación 10
Nacimiento 11
Irrespetuosos 12
La sed 13
Paseos en bicicleta 15
Elegía a Kino 21
Tres verdades del queltehue 23
Agonía y muerte de un pájaro triste 31
En memoria de un pájaro eterno 41
III. Confusión
Veinticinco 66
Reflexión 68
Naturaleza 69
Nombre 72
Condena 74
Amigo 75
Delirio 77
Alucinación 79
Pastillas 80
Silencio 81
Tardes de otoño 82
Arreboles
Flores de fuego
Libertad 83
Sonrisa 84
Hospital 85
Advertencia 87
Misión 88
Cansancio 89
Canto de la melancolía 92
Necesidad 94
Desprecio 96
Amor 98
Certeza 100
Nuevo comienzo 101
Imposibilidad 103
Grito 104
Lo que nunca fue duele 106
Miedo 108
Incertidumbre 109
Cristal 111
Cloro 113
Plegaria 116
Curvilínea 119
Bushido 121
Fin del cuento 122