Spreafico CSJN

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SEÑOR JUEZ:

SONIA SPREAFICO, DNI: 20.097.556, abogada


inscripta al Tomo 80 Folio 27, de 52 años de edad, por
derecho propio, con domicilio real en Guemes 1.149 de la
ciudad de Crespo, provincia de Entre Rìos, respetuosamente
se presenta, con patrocinio letrado, y dice:

OBJETO
Planteo DEMANDA CIVIL por DAÑOS Y PERJUICIOS por
ACTO DISCRIMINATORIO – art. 16º de la Constituciòn Nacional
y art. 1º de la Ley 23.592 contra la PROVINCIA DE ENTRE
RÌOS, con domicilio en Gregorio Fernandez de la Puente 220
de la ciudad de Paranà, provincia de Entre Rìos, por su
actuar discriminatorio en mi perjuicio.
Las razones de trato discriminatorio son dos: mi
condición de mujer y mi ideologìa y opinión políticas.
En razón de que no pueden ser dejados sin efecto
los actos discriminatorios, dada su complejidad, y que en
rigor constituyen un “trato” discriminatorio continuo –y
por tal, persecutorio- cuya proyección puede suceder a
futuro, es que el objeto del reclamo consiste en: a) el
cese a futuro de la acción discriminatoria de la que soy
objeto en el seno del Consejo de la Magistratura de Entre
Rìos; y b) la reparación del daño por la discriminación ya
sucedida y cuyos efectos no puedo revertir; que establezco
provisoriamente en la suma de PESOS DOS MILLONES
OCHOCIENTOS MIL ($ 2.800.000) màs intereses y costas.

COMPETENCIA ORIGINARIA
Dado que en la presente causa està demandada una
provincia y la cuestión única es de naturaleza federal, mi
parte entiende que corresponde la competencia originaria y
exclusiva de la C.S.J.N. Art. 117 C.N. La demanda NO se
basa en el derecho común sino que se ejerce una acción
prevista en una norma federal: art. 1º Ley 23.592. Las
normas de Derecho Comùn se aplican para establecer la
indemnización del daño que se reclama, pero la acción està
contemplada en una norma federal.

Este es el criterio que ha expresado la C.S.J.N.


en sus diferentes pronunciamientos: “Para que proceda
la competencia originaria de la Corte, conferida por el
art. 117 de la Constitución Nacional y reglamentada por el
art. 24, inc. 1°, del decreto-ley 1285/58, resulta
imprescindible examinar la materia sobre la que versa el
pleito, la cual debe revestir naturaleza
exclusivamente federal o civil, requiriéndose en este
último caso, además, la distinta vecindad respecto del
Estado local, quedando excluidos de dicha instancia
aquellos procesos que se rigen por el derecho público
local. -Del dictamen de la Procuración General al que la
Corte remite-.(CSJN in re: Vouilloz, Clelia Beatriz y otros
c/ KWS Argentina SA y otros s/ daños y perjuicios -FMP
021078405/2008/CS001-07/06/2018 -Fallos: 341:605). La
distinta vecindad sòlo se requiere cuando la materia es de
Derecho común, por lo que no es el caso de autos.

La naturaleza federal de la acción entablada se


ha establecido en Fallos 329:5722: “...Compete al fuero
federal el juzgamiento de lo atinente a la realización de
actos discriminatorios en violación al art. 1º de la ley
23.592, dada la naturaleza federal de la norma y la
circunstancia de reglamentar un principio constitucional
que excede el concreto interés de la parte e involucra y
afecta a toda la comunidad. -Del dictamen de la Procuración
General, al que remitió la Corte Suprema-“ CSJN in re:
“MATOSO CESAR ABEL s/DENUNCIA” 12/12/2006), posición que
reitera la ya adoptada en Fallos: 322:3578: “Es competencia
del fuero federal determinar si la negativa de un colegio
de abogados para entregar al profesional el título
honorífico -otorgado al resto de los miembros del consejo
directivo- constituye un "acto discriminatorio" en los
términos del art. 1° de la ley 23.592. Ello es así, en
razón de la naturaleza federal de la ley, que reglamenta
directamente un principio constitucional, que excede el
interés de la parte e involucra y afecta a toda la
comunidad” y en Fallos: 329:2819: “...Es competencia de la
justicia federal el reclamo de daño moral fundado en el
trato discriminatorio que el actor alegó haber padecido al
tiempo de la ejecución del contrato de transporte celebrado
con la demandada...” Fundo mi demanda en el art. 16 de la
Constituciòn Nacional y art. 1º de la Ley Federal 23.592.

Debo señalar que si bien están involucrados


actos administrativos de orden local, no son traìdos a
juicio desde esa perspectiva de juzgamiento –desde la
òptica del Derecho Administrativo- sino como
exteriorizaciones de un actuar prohibido por persecutorio y
proscriptivo, y que se inserta en las actuaciones
prohibidas por la Ley 23.592.
Por último, la provincia demandada es
responsable directa por la actuación de los órganos
constitucionales del Estado provincial, de los cuales
emanan los actos que reputo discriminatorios: el Superior
Tribunal de Justicia de la provincia de Entre Rìos (art.
186 de la Constituciòn de Entre Rìos) y el Consejo de la
Magistratura de la provincia de Entre Rìos (art. 180
Constituciòn de Entre Rìos).

HECHOS
Inicialmente sostengo que soy vìctima de un
trato persecutorio por mi condición de gènero
(discriminaciòn por sexo) y por mis ideas políticas
(discriminación por razones políticas) evidenciado en
diferentes actos y decisiones que màs adelante explicito.
De todo ese trato, sobresalen los siguientes: el acto
administrativo provincial Acuerdo del Superior Tribunal de
Justicia de Entre Rìos –S.T.J.E.R.- Nº 36/13 del mes de
noviembre de 2013, la Resoluciòn 704/15 del Consejo de la
Magistratura de Entre Rìos –en adelante, C.M.E.R. ò “El
Consejo”-; la Resoluciòn de Presidencia del C.M.E.R. Nº
220/17 y la Resoluciòn C.M.E.R. 855/17.
Estos actos administrativos emanados del Estado
Provincial (los procesos administrativos en los que fueron
dictados y su contextualización histórica, conforme
fundamento y pruebo màs adelante) revelan un constante
actuar discriminatorio, persecutorio y proscriptivo hacia
mi persona por mi condición de mujer, por mi ideología y
mis ideas políticas (no pertenezco y jamàs fuì afiliada al
Partido Justicialista, oficialismo provincial desde el año
2003).
En este sentido ha dicho la Corte Federal: “La
garantía de igualdad (art. 16 de la C.N.) radica en
consagrar un trato legal igualitario a quienes se hallan en
una razonable igualdad de circunstancias, por lo que ello
no impide que el legislador contemple en forma distinta
situaciones que considera diferentes, en tanto dichas
distinciones no se formulen con criterios
arbitrarios, de indebido favor o disfavor, privilegio o
inferioridad personal, de clase o de ilegítima
persecución.” (Del dictamen de la Procuración General, al
que remitió la CSJN in re: ALVAREZ MOSER JUAN JORGE c/
BIANCHINI ROBERTO ANGEL s/EJECUCION HIPOTECARIA”
04/09/2007”

FUNDAMENTOS
Antecedentes. Ley provincial Nº 9.996 de Creaciòn del
Consejo de la Magistratura de la Provincia de Entre Rìos.
La referida Ley provincial crea el Consejo de la
Magistratura de Entre Rìos, y lo inscribe en el status
jurídico de “órgano estatal asesor” del Gobernador en
materia de selección de Magistrados Judiciales para la
Justicia ordinaria provincial. Por lo tanto, es un órgano
de la administración pública provincial y su actuar es
atribuible a la Provincia de Entre Rìos, aquí demandada.
Las ternas de postulantes elevadas por el Consejo son
vinculantes para el Gobernador, pues sòlo de ellas puede
elegir los abogados que ocupen el cargo público provincial
de Magistrados y Funcionarios Judiciales. El órgano tiene
rango constitucional desde el año 2008, conforme art. 180
de la Constituciòn Provincial.
Se integra por varios miembros llamados “Consejeros” cuyos
mandatos no emergen de la soberanìa popular sino de la
elección de cada estamento al que representan. Actualmente
hay dos por el estamento “Abogados”, dos por el estamento
“Sociedad Civil”, dos por el estamento “Magistrados”, uno
por el estamento “trabajadores judiciales”, y tres por el
estamento “Acadèmicos” (U.N.E.R., U.N.L. y U.C.A.). Sus
periodos duran dos años renovables por una vez. Ningùn
Consejero puede volver a integrar el órgano estatal una vez
cumplido su mandato.
El Consejo tiene la facultad de asignar puntaje a los
postulantes, en diferentes etapas de cada proceso de
selección de Magistrados y Funcionarios, conforme lo
dispone la propia ley. Cada proceso de selección se
denomina “Concurso” y se identifica con un número. Las
etapas de cada concurso son tres: antecedentes (con un
máximo de 30 puntos, de los cuales, hasta 18 son por
antigüedad en la matrìcula profesional, hasta 8 son por
antecedentes académicos, y hasta 4 por años de Especialidad
en cada rama del Derecho que se concurse) oposición
(exámenes que al tiempo de mis concursos eran escritos y
orales; en la actualidad, por una reforma a la Ley los
exámenes son sòlo escritos, en todos los casos, con un
máximo de 50 puntos) y entrevista en la que se examina a la
persona del postulante, de acuerdo a las pautas del art. 24
de la Ley provincial 9.996, con un máximo de 20 puntos.
El texto del art. 24 de la Ley provincial Nº 9.996 es el
siguiente: “ARTÍCULO 24º.- Entrevista personal. Luego de fijado el puntaje
por los antecedentes y por la oposición, el Consejo convocará para la
realización de la entrevista personal a los seis concursantes que hubiesen
obtenido mayor puntaje en antecedentes y oposición. La entrevista será
pública, excepto para el resto de los concursantes, y tendrá por objeto
valorar la motivación para el cargo, la forma en que se desarrollará
eventualmente la función, sus puntos de vista sobre temas básicos de la
interpretación de la Constitución nacional y provincial en materia de acciones
y procedimientos constitucionales, y control de legalidad supranacional y de
derechos humanos. Serán valorados asimismo sus planes de trabajo, los medios
que propone para que su función sea eficiente y para llevar a la práctica los
cambios que sugiere, sus valores éticos, su vocación democrática y por los
derechos humanos. Queda prohibido el interrogatorio sobre la eventual adhesión
del postulante a un partido político; pedir opiniones acerca de jueces u
obligarlo a prejuzgar. En caso de no haber unanimidad respecto al puntaje que
mereciesen todos los aspirantes o alguno de ellos, la calificación se
efectuará promediando las puntuaciones que cada miembro del Consejo hubiese
realizado respecto de cada uno de los concursantes. La decisión del Consejo en
este punto no será susceptible de impugnación.”

Los postulantes, para poder integrar las ternas, deben


obtener un mínimo de 60 puntos hasta un máximo de 100
puntos. El anonimato ampara a cada postulante sòlo en el
examen escrito.
Hasta la titularización de los cargos de Magistrados
mediante el mecanismo descripto, es el Superior Tribunal de
Justicia de Entre Rìos el órgano que designa suplentes para
cubrir las vacancias en el Poder Judicial entrerriano.
Ello, conforme surge de la Ley provincial 6902, òrganica
del Poder Judicial de Entre Rìos, art. 37º incisos 12º y
13º.

La secuencia fáctica base de esta acciòn.


1.Concurso 126 C.M.E.R. Se concursaron cuatro (4) cargos de
Vocal de Càmara de Apelaciones en lo Laboral de la ciudad
de Paranà, y el concurso se desarrollò en el periodo
2013/2014. Fuì una de sus postulantes. El orden de mèrito
por antecedentes y oposición se publicò en fecha 2/10/13
conforme Resoluciòn C.M.E.R. Nº 557/13. Luego de publicado
ese orden de mèrito y antes de la entrevista final, el
Superior Tribunal de Justicia de Entre Rìos designa como
suplente para esos cargos al concursante varòn Emilio Lujàn
Matorras, ubicado en orden de mèrito inferior a mi
ubicación. La designación se efectúa por Acuerdo S.T.J.E.R.
36/13 del mes de noviembre de 2013. Esa designación provoca
que èl concurra a la entrevista ocupando el cargo de
“suplente” en el cargo que todos concursábamos y por el que
yo habìa obtenido mayor puntaje. Para aceptar el cargo
suplente, Matorras debió suspender su matrìcula de abogado,
al igual que me hubiera sucedido a mì si el S.T.J.E.R. me
hubiera designado, respetando el orden de mèrito.
Concurrì a la entrevista personal del art. 24 Ley 9.996
ubicada en tercer lugar en el orden de mèrito por las notas
de mis exámenes y mis puntos de antecedentes. Al finalizar
la entrevista, fuì excluìda de todas las ternas elevadas al
P.E. provincial en ese concurso, y los postulantes varones
que me habían seguido en inferioridad de puntuaciòn fueron
incluidos en ella, en razón de la asignación de puntajes en
esa entrevista final. Entre ellos, Matorras, que titularizò
el cargo que suplìa.
Uno de los postulantes de ese concurso y participante de
esa entrevista, el Dr. Guillermo Leopoldo Federik, había
sido, con anterioridad, procesado penalmente por un delito
de acción pública y absuelto de culpa y cargo en el debate
oral. Se lo habìa acusado de estafa en perjuicio de la Caja
de Jubilaciones de la Provincia, en ocasión en que el
referido postulante se desempeñò como Presidente de la
entidad, designado por el Gobernador justicialista Mario
Moine.
En la referida entrevista personal el C.M.E.R le requirió
al Dr. Federik explicaciones acerca de esta situación penal
suya, y el postulante dio su versión del asunto.
El Dr. Guillermo Federik ha sido apoderado del Partido
Justicialista de la provincia de Entre Rìos, asumo que
también ha sido afiliado al Partido Justicialista; y es
padre de la Dra. Cristina ò Marìa Cristina Federik, colega
que a ese tiempo del concurso 126 y en la actualidad,
revista como abogada de Fiscalìa de Estado de la Provincia
de Entre Rìos, designada por el Gobierno peronista de
Sergio Urribarri.
El Dr. Federik (que arribò a esa entrevista con un puntaje
menor al mìo) fue incluido en la terna de ese concurso y
actualmente es Camarista Titular de Sala II de Càmara III
de Paranà por esa razòn.
Como señalara, tambièn concursò allì el Dr. Emilio Lujàn
Matorras. Hermano de Rubèn Matorras, este último, senador
Provincial por el Departamento Gualeguay (por el peronismo)
y Presidente de la Comisiòn De Acuerdos y Asuntos
Constitucionales del Senado provincial. El postulante
Matorras, que a esa entrevista concurre como “suplente”
para el cargo que concursábamos, tenía un puntaje menor al
mìo al tiempo de iniciarse esa entrevista personal. Obtuvo
en esa entrevista un puntaje mayor al mìo, y de esa manera
integrò la terna complementaria que le permitió ser
actualmente Camarista Titular de Sala II de Càmara III de
Paranà.
El concursante Emilio Matorras tenía a ese tiempo, una
causa penal en la que se lo estaba investigando a èl por
presunto delito sucedido en la ciudad de Gualeguay, de la
que el postulante es oriundo. Idèntico hecho ademàs, le
habìa valido una denuncia en el Colegio de Abogados de
Entre Rìos, ambos procesos en tramitaciòn. La investigación
estaba vinculada a una presunta estafa mediante un
fideicomiso celebrado en fraude a derechos de índole
alimentaria y filiatoria, en el que el postulante habrìa
participado como “consejero”. Al tiempo que se lo designaba
Camarista, se archivaban dichos procesos a su respecto. La
causa en cuestión es la llamada “causa Ascar – Gastaldi”, y
el postulante Emilio Matorras era el abogado del millonario
Hèctor Alfredo Ascar en el juicio de filiación que se le
seguía y que se investigaba como supuesto motivo delictivo
de constitución de un fideicomiso. Por eso se lo
investigaba al postulante, por su presunta participación en
la estafa –a ese momento- investigada. El resultado de ese
juicio penal, varios años después del concurso 126, fue el
beneficio de la duda para todos los implicados, porque la
estafa investigada fue una posibilidad conjetural. Al
postulante Matorras nadie le preguntò nada de esto.

En esa entrevista personal del art. 24 Ley 9.996, a mì


también se me requiriò explicaciones sobre una causa penal
iniciada en mi contra, por estafa procesal. Al igual que el
postulante Federik, dì mi versión del asunto: fuì absuelta
de culpa y cargo por comprobada inocencia. Fuì calificada
con un puntaje tan bajo en esa entrevista, que evitò que
integre las ternas de ese Concurso 126.
El C.M.E.R. estaba integrado (entre otros) por los Sres.
Miguel Augusto Carlìn, Silvina Calveyra, Jorge Omar Torres
y Gustavo Alberto Britos. El Consejero Miguel Carlìn fue
quien me preguntò acerca de mi causa penal.
Como se advierte, los datos objetivos arrojan que la mujer
que no tiene vínculos personales ni familiares con el
partido político del oficialismo provincial, fue postergada
por dos varones vinculados familiarmente con el partido
político gobernante. Si esos resultados objetivos son
producto de una razón prohibida por la Ley 23.592 es
precisamente la materia a dilucidar.
2. Concurso 148. Es el proceso en el que se dictò la
Resoluciòn 704/15 C.M.E.R., y transcurrió durante los años
2014/2015. Se concursaron tres cargos para la Justicia
Laboral. En la entrevista final del art. 24 de la Ley 9.996
se me asignò un CERO (0) como calificaciòn. Otra vez,
teniendo legìtimas expectativas antes de la entrevista (por
los puntajes que obtuve con mis antecedentes y mis
exámenes) finalmente tampoco integrè ternas, precisamente
por la calificación que me asignaron en esa entrevista
final. Las razones de tan infame calificación, el C.M.E.R.
decidió no hacerlas pùblicas pero me las notificò a mi
domicilio procesal constituìdo en la ciudad de Paranà (soy
oriunda de la ciudad de Crespo, ciudad en la que vivo y
desempeño mi profesión. Ello hace que deba fijar un
domicilio procesal para las notificaciones del C.M.E.R. en
la ciudad asiento del mismo –Paranà- que naturalmente, no
coincide con mi lugar de residencia habitual).
Tal como surge del Acta 18/15 de las entrevistas, en esa
oportunidad no sòlo se me asignò un CERO (0) a mì sino
también al postulante varòn Dr. Cèsar Gustavo Bechetti. En
esa oportunidad, fue de público y notorio conocimiento que
a èl se le asignò ese puntaje en razón de haberse acogido a
los beneficios de la llamada “probation” (extinción de la
acción penal por cumplimiento de la regla de conducta del
imputado) en una causa penal que se le siguió por presuntos
delitos contra la integridad sexual de cuatro menores de
edad en forma reiterada. Asumo que esa fue la motivación de
senda resoluciòn a èl notificada, conforme surge del Acta
18/15 de ese concurso, pues como en mi caso, esos
fundamentos no se publicaron. En el seno del Estado
entrerriano hay actos públicos no publicados.
En razón de la nota CERO (0) a mì atribuìda, tampoco
integrè terna alguna en el Concurso 148.
En la entrevista personal del Concurso 148, también fue el
Consejero Miguel Augusto Carlìn quien me requiriera
explicaciones sobre la misma e idéntica causa penal que me
preguntara en el anterior concurso, reiterando su única e
idèntica pregunta ya formulada en la entrevista del
Concurso 126.
En otras palabras: un mismo varòn (Miguel Augusto Carlìn)
sòlo me formula una única pregunta cada vez que me ha
examinado como Consejero. Cabe aclarar que el Consejero
Miguel Augusto Carlìn fue miembro de la Sala Penal del
Superior Tribunal de Justicia de Entre Rìos (designado por
un Gobierno provincial justicialista) y ex Convencional
Constituyente Provincial por el justicialismo, de modo que
son precisamente el Derecho Penal y el Constitucional sus
especialidades; conocimiento que le otorga un “plus” en el
entendimiento cabal de una Sentencia penal absolutoria por
“conducta atìpica” (mi caso).
3.Concursos 181, 182 y 183. Son simultáneos para ocupar
cinco cargos de Juez Laboral de Primera Instancia, y
transcurren durante el periodo 2016/2017. Sucedió lo
siguiente:
a) me disminuyeron los puntajes por “Años de Especialidad”
en la rama del Derecho en el que se concursa, en relación a
los que me habían otorgado en los Concursos anteriores (126
y 148). Frente a mi impugnación con base en la violación a
la buena fe de la Administraciòn, pues resulta de toda
evidencia que un acto administrativo anterior no impugnado
(mi calificación de antecedentes en los Concursos 126 y
148) adquiere firmeza y le otorga al administrado un
derecho subjetivo inmodificable “in pejus”, argumentaron
que no existe derecho adquirido al puntaje anterior, de
modo que en cada concurso, en una inaceptable actitud
“fundacional” vuelven a computar los antecedentes
acreditados y puntuados en anteriores concursos, y en cada
caso, con criterios nuevos cada vez. Y asì, mediante la
manifiesta violaciòn del principio “non bis in idem” y de
preclusiòn (vuelven atràs para ponderan lo ya ponderado por
idéntico órgano en anteriores composiciones) van cambiando
los criterios como les parece a los Consejeros de turno,
sin que los postulantes (que en esta etapa no estamos
amparados por el anonimato) podamos de antemano saber què
criterio van a tener y si nuestros puntajes anteriores
sobre idéntica realidad ya valuada en anteriores concursos
se van a mantener o no. Por ejemplo: en los Concursos 126 y
148, se me otorgaron 3 puntos de los 4 màximos por el rubro
“Años de Especialidad en el Derecho Laboral”. En los
posteriores Concursos 181, 182 y 183, la mas elemental
lógica indica que por el mero paso del tiempo, tendría MÀS
de tres puntos porque tendría MAS años de Especialidad en
Derecho Laboral. Tuve menos años de especialidad en el
Derecho Laboral: tuve 1,60. ¿La razón? “Antes otros
contaron mal y ahora nosotros contamos bien. Los Consejeros
anteriores hicieron las cosas mal, nosotros los vamos a
corregir aquí y ahora”. Para proscribirme, hasta se
animaron a evaluar la conducta de los anteriores
Consejeros, y la desautorizaron disminuyéndome los puntos
que antes el mismo órgano integrado por otras personas, me
había legítimamente asignado conforme la documentación que
yo habìa presentado en anteriores concursos, no en este.
Trato desigual que contrasta con el dispensado a otro
concursante dos meses antes, por idéntico órgano en
idéntica integración. En efecto, en oportunidad en que una
Jueza titular, en su concurso para Camarista, le pasò
exactamente lo mismo que a mì (le disminuyeron sus puntajes
por “Especialidad” en relaciòn a su concurso anterior) el
C.M.E.R. hizo lugar a su impugnación con base, precisamente
“en la buena fe de la Administraciòn” y le elevaron el
puntaje al otorgado en el Concurso anterior, con el único
fundamento en el respeto a la buena fe administrativa. La
postulante a que me refiero es la Dra. Estela Mendez
Castells, Jueza titular de 1º Instancia Civil de Concordia,
que concursaba para la Càmara de Apelaciones en lo Civil de
Concordia. Los antecedentes están en las resoluciones
C.M.E.R. 807/16, que resuelve la impugnación presentada por
la Dra. Mendez Castells, Concurso 172; y la Resoluciòn
824/17 que resuelve mi impugnación en los Concursos 181,182
y 183. A ella le otorgaron lo que en igualdad de
condiciones a mì me negaron, a ella le precluyò lo que a mì
no, en idénticas condiciones. Idèntico órgano en idéntica
integración.
Aclaro que la mujer favorecida con el trato (la Dra. Mendez
Castells) ya era miembro del Poder Judicial entrerriano al
tiempo de efectuar su impugnación. Lo cual permite afirmar
que las mujeres son tratadas de acuerdo a la ley SI
PERTENECEN A UN COLECTIVO que les otorgue protecciòn contra
la discriminación sexista (en este caso, la Dra. Mendez
Castells ya integraba el colectivo “poder judicial
entrerriano”).
b) Debido a las altas notas que obtuve en la oposiciòn y
aùn con los antecedentes disminuìdos, no podían excluirme
de las ternas ni con un CERO en la entrevista final. De
manera que, sin ley que otorgue facultades al efecto,
inician un proceso de EXCLUSIÒN DE MI POSTULACION MISMA. Lo
hacen luego de la entrevista, mediante el dictado de la
Resoluciòn de Presidencia del C.M.E.R. Nº 220/17 y con ella
se aprestan a negarme el derecho constitucional de acceso a
cargos públicos sin otra condición que la idoneidad del
art. 16 C.N.
La razón que esgrimen es: “La Dra. Spreafico MINTIÒ en la
entrevista de los Concursos” y los mentirosos son indignos
de ser Jueces porque carecen de “idoneidad moral”.
Proscriben personas “mentirosas”, no disminuyen puntajes
por manifestaciones de dudosa veracidad, sino que
proscriben a una persona a la que califican, insisto, a LA
PERSONA, de “mentirosa” como una cualidad o caracterìstica
moral del SUJETO.
Mi “mentira” consistiò en haber dicho dos afirmaciones,
según ellos, falsas: 1) “soy inocente”; 2)“no leì la
Resoluciòn 705/15 C.M.E.R.”. Asì, la Presidencia del
C.M.E.R. dicta la Resoluciòn P.C.M.E.R. Nº 220/17 dàndome
cinco días para “ejercer mi defensa”. Advertida de que mi
suerte ya estaba decidida de antemano (sobre todo por los
incesantes chismes que corrìan en los pasillos de los
Tribunales paranaenses, generados por la conducta
indiscreta de algunos Consejeros) y que el C.M.E.R. ya
había decidido que yo “mentì” (sòlo me estaba pidiendo
justificaciòn) decidì fundadamente renunciar a mi
postulaciòn, no sin antes ejercer la defensa respectiva.
La defensa consistió en la siguiente: en relación a la
“mentira 1)”; acompañè copia de mi Sentencia penal
absolutoria. En relación a la “mentira 2)”; dije que de la
notificación formal de la Resoluciòn, sucedida regularmente
en el domicilio procesal fijado en la ciudad de Paranà, no
se sigue que YO HAYA LEÌDO la resolución, pues conocimiento
material no es lo mismo que notificación formal de un acto
jurìdico. Prueba de ello es que no obra mi firma al pie de
la cèdula de notificación formal, y que si bien yo habìa
fundado una impugnación de Consejeros en esa resolución,
nunca la referì identificándola con su número o su fecha,
sòlo hice alusión a su contenido porque desde siempre me
imaginè cuàl era su contenido sin necesidad de leer la
resolución; por eso sòlo aludì a su contenido y no a
contingencias propias del acto administrativo en sí (su
fecha, sus palabras textuales, su número, etc.)
Se advierte de lo expresado que ninguna mentira hubo en mis
palabras. El asunto de la “mentira” fue una excusa para
cumplir con el objetivo central que es segregarme, a la par
de privilegiar al postulante preterido por mi puntaje,
varòn peronista que màs adelante identifico.
Tambièn tomè conocimiento de manera informal, que en una
Jornada del Foro Federal de Consejos de la Magistratura de
Argentina (F.O.F.E.C.M.A.), desarrollada en la ciudad de
Paranà, el Consejero Miguel Augusto Carlìn manifestó que
“la exclusión de los casos en que el CMER puso un cero ya
era una política de Estado” por lo tanto a las personas que
ellos le habían puesto un puntaje de CERO, por siempre
jamàs en cualquier integración, el C.M.E.R. iba a
excluirnos. Disparate constitucional al que le agrego la
errática e irracional actitud del propio Consejero Miguel
Carlìn que al mismo tiempo de sostener semejante sinsentido
en un foro público, no objetaba mi admisión como postulante
de los Concursos 181, 182 y 183/17.
Asì las cosas, en fecha 22 de mayo de 2017 el C.M.E.R.
dicta la Resoluciòn 855/17 mediante la cual acepta mi
renuncia y declara abstracta la cuestión relativa a mi
expulsión.
Gracias a mi renuncia, ingresa en mi lugar como ternado
(luego designado Magistrado) el Dr. Eduardo Ernesto
Ferreyra, varòn afiliado al Partido Justicialista, ex
Secretario de Gobierno de la Municipalidad de Viale (Entre
Rìos) durante un Gobierno Justicialista, ex asesor de la
Municipalidad de Paranà durante gobiernos justicialistas,
hijo de un ex diputado provincial por el justicialismo y
asesor de Diego Lara, presidente del Bloque del peronismo
en la Càmara de Diputados provinciales. A todos estos datos
el C.M.E.R. los supo porque el propio postulante los
presentò como sus antecedentes. Ser Secretario de Gobierno
de un Intendente justicialista, parece ser un antecedente
idóneo para ser Juez del Trabajo.
Estos son los hechos cuya motivación traigo a juicio por
discriminaciòn.

LA DISCRIMINACIÒN.
Para que un acto o práctica sea discriminatoria
conforme la Ley 23.592 deben concursar los siguientes
elementos: arbitrariedad manifiesta o implícita en el acto,
vulneración al principio de igualdad jurídica y real, un
prejuicio que resulte elemento disparador del acto
reprochable, que se derive de la propia personalidad o
cualidad inherente al sujeto discriminado. En el caso,
concurren los tres elementos, por cuanto en forma reiterada
y persistente fuì excluìda de ternas que tenía legìtimo
derecho a integrar por los puntajes que habìa obtenido en
cada concurso; las razones esgrimidas vulneran la igualdad
de trato en todos los casos, y el disparador en el caso son
dos: mi condición de mujer (en todos los casos, fui
desplazada por varones) y mis ideas políticas (en todos los
casos, esos varones eran justicialistas o cuanto menos, con
vínculos con el justicialismo entrerriano, ideología a la
que no pertenezco). Eso es discriminar: es NEGAR
oportunidades con bases subjetivas y prejuiciosas. Incluso
si no me discriminaron por mujer o por no peronista, me
discriminaron por una situación objetiva personal mìa que
no puedo modificar (haber transitado un proceso penal) lo
que también es un supuesto discriminatorio porque es un
hecho que ni siquiera me es atribuible (yo no hice mi
propio proceso penal ni delinquì) que el demandado erigiò
en “cualidad” disvaliosa y sobre el que inapropiadamente
aplica “meritocracia moral”.

Si partimos de la idea que los hechos de la


causa son actos estatales atribuibles funcionalmente al
Estado entrerriano aquí demandado, pero producidos por
seres humanos; podemos afirmar que se trata de hechos
humanos conscientes, actos que se encuentran vinculados a
un fin. El obrar humano está vinculado a un fin, a las
razones para obrar. Debemos concluir que estos actos
humanos que conformaron la voluntad estatal, sucedidos en
los tres concursos públicos para ocupar cargos de jerarquía
estatal deben tener alguna significación o razón de obrar.
En otras palabras: por algo lo hicieron. Esto da una pauta
clara de interpretación de los actos y principalmente, de
sus motivaciones. Una estructura significativa (un actuar
humano lo es) sólo encuentra su cabal sentido al momento de
concluirse. Por tal motivo, Hegel señalaba que el búho de
Minerva (Diosa romana de la Sabidurìa) levantaba vuelo al
anochecer, para observar el mundo luego que los hombres
finalizaran sus acciones.

Por ello, como el Bùho de Minerva, es necesario


mirar este caso a partir de su desenlace, que es mi
permanente exclusión de los concursos que GANO, exclusión
que permite mi sustitución por varones peronistas. Y a
partir de allì comenzar a razonar la discriminación que
aquì denuncio como un patrón sistemático de trato
desigualitario en mi perjuicio.

Es que el trato discriminatorio es mucho màs


que un mero trato desigual: es suprimir la esencia misma de
la dignidad humana en su plenitud de derechos en razón del
modo de estar en el mundo del sujeto discriminado, de allì
su especial consideración cuando la vìctima acredita prima
facie su pertenencia a las llamadas “categorías
sospechosas”. “...El fundamento de la doctrina de las
categorías sospechosas es revertir la situación de
desventaja en la que se encuentran los miembros de ciertos
grupos para ejercitar con plenitud los derechos reconocidos
en el ordenamiento jurídico en razón de muy variadas
circunstancias como, por ejemplo, razones sociales,
étnicas, culturales, religiosas, entre otras.” (CSJN
“Castillo, Carina Viviana y otros c/ Provincia de Salta -
Ministerio de Educación de la Prov. de Salta s/ amparo”
Fallos: 340:1795)

En este caso, a mi pertenencia al grupo


sospechoso “mujer” se le agrega categoría sospechosa
inversa: mi NO pertenencia a una categorìa de “privilegio”
para ocupar cargos públicos provinciales (el peronismo
entrerriano o el Poder judicial entrerriano).

Introducidos asì los conceptos generales de


la praxis discriminatoria (la actitud persecutoria y la
proscripción a los sujetos “sospechosos” son una forma de
esas praxis) paso a explicar por què razones lo sucedido se
inscribe en el proceder prohibido por la Ley 23.592.

Mi causa penal
Fuì penalmente investigada en el año 2008 por
una estafa procesal que jamàs existió. Asì lo dijo la
Justicia penal entrerriana al dictar mi plena absoluciòn de
culpa y cargo en el año 2012, en “SPREAFICO SONIA y ALBERTI
MARIA INES s/ESTAFA PROCESAL en grado de tentativa”. Ni
siquiera campeò en mi favor el beneficio de la duda: el
delito que me imputaron jamàs existió en su materialidad ni
siquiera en modo conjetural.
Dice mi Sentencia absolutoria: “...Descartada
la tentativa de estafa, queda aún por verificar si el
comportamiento encuentra cabida en las previsiones del art.
44 última parte del Código Penal. En virtud de estos
conceptos teóricos expuestos y dados los principios
informantes del derecho penal, no puede ampliarse la
interpretación del tipo de estafa ni siquiera al grado del
denominado delito imposible... Por ello... el
comportamiento imputado a Sonia Spreafico es atípico y
consecuentemente corresponde la absolución de culpa y
cargo...” (el subrayado no està en el original. Sentencia
de la causa penal citada). La presunta estafa procesal
habìa consistido en patrocinar a una mujer empleada pública
provincial (Marìa Inès Alberti) en un recurso de Amparo en
el que solicitò el pago de su salario con base en la
garantìa de estabilidad del empleo pùblico del art. 14 bis
de la C.N.; habiendo vencido su contrato –ilegìtimo, a mi
juicio- de empleo público. Terminamos ambas acusadas de
estafa.
Con esa Sentencia penal absolutoria firme
arribè a mi primer Concurso (el 126) y esa causa penal fue
el motivo de orden “moral” por el que primeramente, el
S.T.J.E.R. en Acuerdo 36/13 designe como suplente a un
concursante con menor puntuación que la mìa; y luego sea el
C.M.E.R. el que me puntùe tan bajo que me deje fuera de sus
ternas. Mi inclusión en las ternas o mi designación como
suplente hubiera sido “inmoral”.

Esa misma causa penal –insisto, finiquitada


con mi plena absolución- es nuevamente traída a escenario
en el segundo concurso (el 148) pero en este concurso,
sucedìa que entre los concursantes estaba un varòn
justicialista (el Dr. Bechetti) al que no podían evitar
calificar con cero (0) debido a que èl habìa obtenido una
“probation” en una causa penal que se le siguió por delitos
sexuales contra menores de edad. Para atenuarle al varòn la
sanción moral me califican con cero también a mì forzando
una retorcida interpretación de mi causa penal.
Asì, afirman, mediante la Resoluciòn
C.M.E.R. 704/15 que fui absuelta por “inidoneidad del medio
empleado” (también llamada “tentativa inidónea”), y ello
implica un actual delictual incompatible con la imagen de
moralidad pública que debe transmitir un Magistrado
entrerriano. Dice textualmente el tercer párrafo del
Considerando II del la Resoluciòn 704/15 CMER: “Que,
concluye el decisorio aludido reconociendo el obrar de la
profesional, reñido con la buena fe, una aventura judicial
e ilusorio, pero concluye en la absolución de la inculpada
por inidoneidad material del medio empleado “al no punto
que fue su propia conducta la que condujo al resultado
adverso debido a la manera en que fue presentada la
acciòn;”.

Mi Sentencia penal absolutoria jamàs dijo eso,


como ya señalara. Pero mediante palabrerìo y futilidades la
tergiversan con la finalidad de generar ellos –los
Consejeros- sospechas morales sobre mi persona en un ámbito
que no es técnico (en el seno del C.M.E.R. no hay sòlo
abogados)

Hay, ademàs, violación a la igualdad de trato,


en relación a mì misma y a los Dres. Matorras, Federik y
Bechetti. Todos varones, todos peronistas.
Ello asì, por cuanto, por un lado, en relación
al Dr. Matorras, no sòlo no se hace alusiòn a su situación
penal, sino que se lo prefiere como suplente pese a que yo
lo superaba en puntaje.
En relación al Dr. Federik en el Concurso 126
no se le examinò tan detalladamente como a mì su Sentencia
Penal Absolutoria, no se la tergiversò, no se la puso en
duda, no se la descontextualizò, ni cayeron sobre ella las
“exègesis” del Derecho Penal para leerla con tanta
minuciosidad y animadversiòn como se hace con la mìa. Aùn
màs: a sabiendas de su causa penal, el C.M.E.R. lo integra
en la terna. “La violación al principio de igualdad, que
permitiría aludir a discriminación o proscripción, se
configura cuando a un sujeto se le niega la posibilidad de
acceso al cargo hallándose en la misma situación que otros
a quienes ello le es permitido” (CSJN in re: “Ortiz
Almonacid, Juan Carlos s/ acción de amparo”16/03/1999 -
Fallos: 322:385)
Y por el otro, en ese mismo Concurso 126, yo
tenía esa idéntica sentencia penal absolutoria y no merecì
ser calificada con CERO como sì se hizo en el Concurso 148,
estando integrado el C.M.E.R. con cuatro Consejeros
idénticos en ambos Concursos (Carlìn, Calveyra, Torres y
Britos). ¿Por què estos consejeros ahora me calificaban con
cero si antes no lo habían hecho? Esos Consejeros antes no
me habían puesto CERO, pese a que en ambos concursos se me
preguntò por mi causa penal.
En relación al Dr. Bechetti, la Resoluciòn
704/15 y el Acta 18 evidencian que se me igualò
indebidamente a èl, pues se lo hizo soslayando las
circunstancias desiguales; aplicándose trato igual para
perjudicarme a mì (la mujer) y de esta manera atenuar
(mediante la multiplicidad de sancionados) la severa
sanción ética que la misma Autoridad le estaba aplicando a
èl (el varòn).
En efecto, al mencionado postulante se le
aplicò CERO (0) por haberse acogido a los beneficios de la
“probation” en un proceso penal en el que habìa sido
imputado por la comisión de delitos contra la integridad
sexual de menores.
Nada de eso sucedió en mi caso. Yo soy una
ciudadana acusada de un delito penal jamàs sucedido en su
materialidad, quien frente a esa acusación se sometió a
Juzgamiento y obtuvo su absolución por su comprobada
inocencia. Exactamente lo opuesto a lo actuado por el Dr.
Bechetti: èl, mediante la “probation” IMPIDIÒ su
juzgamiento. Los Dres. Cèsar Bechetti, Guillermo Federik y
Cristina Federik son ademàs, socios entre sì en el Estudio
Jurìdico sito en calle Santa Fe 390 3º Piso “D” de Paranà.
En rigor, el Dr. Guillermo Federik dejó de ser socio al
asumir como Vocal de Càmara.

Enfatizo que no pongo en duda la honorabilidad


de los mencionados Dres. Matorras, Federik y Bechetti; sino
que me veo en la obligación ineludible de referenciar sus
causa penales porque de otra manera no puedo ejercer la
defensa de mi derecho constitucional a la igualdad de
trato, que aquí denuncio como vulnerado.

En los Concursos posteriores Nº 181, 182 y 183,


habiendo tenido el C.M.E.R. renovación parcial de
Consejeros, es expreso en señalar que en relación a la
causa penal YO TENÌA RAZÒN. Lo dice en la Resoluciòn 855/17
con estas palabras: “...Que, en este punto, si bien le
asiste razón en el sentido de que la sentencia está
orientada en los términos que la postulante indica; es
decir, que su actuar no fue equiparado a una “tentativa
inidónea” o “delito imposible”, sino que expresamente se
descarta la configuración de tales supuestos y declara la
atipicidad de su conducta...”.

Muy por el contrario, también con esta


integración –parcialmente diferente a los anteriores- se
continùa la discriminaciòn base de este juicio, indecencia
que se evidencia a poco que se analiza el derrotero
sucedido en estos últimos concursos.

Como en todos los anteriores, arribo a la


entrevista final en 4º lugar en orden de mèrito (se
concursaban cinco juzgados). Es decir, con altìsimas
chances de integrar las ternas de los cinco cargos. Quienes
me seguían en orden de mèrito, distaban tanto de mis
puntajes que ni asignándome un cero a mì y el máximo a
ellos se lograba excluirme de las ternas.

En dicha entrevista nuevamente se analiza mi


causa penal. Esta vez, el C.M.E.R. decide suspender la
entrevista y sin ninguna facultad legal, inicia un proceso
de exclusìon de mi persona. Lo hace mediante la Resoluciòn
de Presidencia del C.M.E.R. Nº 220/17, otorgándome cinco
días para explicar por què según ellos, “estaba mintiendo”.

Mi “mentira” consistió en afirmar mi inocencia


en esa causa penal, y afirmar que no habìa leído la
Resolución 704/15. Frente a lo pueril de la acusación que
revelaba la segregación de la que era inminente vìctima,
decidì renunciar a los Concursos, no sin antes ejercer mi
defensa demostrando mi honorabilidad.

El C.M.E.R. dicta la Resoluciòn C.M.E.R. 855/17


–el último de los actos discriminatorios que les permito
ejercer en mi contra- por la que aceptan mi renuncia pero
no se privan de afirmar una serie de disparates sin
sentido; por ejemplo que intentè transformar en “oxímoron”
la acusación del Consejo, mediante la utilización de un
“eufemismo” consistente en diferenciar jurídicamente entre
notificación formal de un acto jurídico y conocimiento
material del mismo (cualquier abogado con conocimientos
mínimos de Derecho entiende la diferencia, y ni “oxímoron”
ni “eufemismo” significan lo que por esos vocablos
entienden los Consejeros) que la función de los Jueces es
decidir “lo verdadero y lo falso”, lo “Correcto e
incorrecto” y otras ideas dignas de la Inquisiciòn; y que
si bien la postulante finalmente tuvo razón cuando
pregonaba su inocencia, no menos cierto es que le dijeron
“aventurera jurídica”.

Si yo soy “aventurera jurídica”, ¿què calificativo


cabrìa para los Fiscales que me acusaron de un delito que
inventaron y para los Consejeros que LUEGO de mi absoluciòn
siguieron acusándome del mismo invento?

Toda esta parafernalia de palabrerìo sin sentido


que acabo de describir y que integra el acto administrativo
Resoluciòn C.M.E.R. 855/17, en modo alguno llena los
requisitos de razonabilidad, legalidad, legitimidad y
objetividad que deben dirigir el actuar de la
Administraciòn Pùblica; los firmantes de esa resolución han
convertido el actuar de un órgano estatal poco menos que en
un conventillo donde reinan el chisme, el alboroto, la
ignorancia del Derecho, el prejuicio y las alteraciones de
ànimo; y en el que el honor de las personas parece no tener
valor alguno.

Actitud que generan con la finalidad de desviar


la atención u ocultar la discriminación a mujeres que no
integran los colectivos que ellos subjetivamente prefieren:
los varones, el Poder Judicial entrerriano o el Partido
Justicialista, o màs precisamente, el peronismo
entrerriano.

El proceso discriminatorio.
Se inicia con el Acuerdo S.T.J.E.R. 36/13 por el
que se designa suplente a un varòn peronista con puntaje
menor al mìo, sin que exista para ello otra razón que la
discriminaciòn. Continùa con la baja nota asignada en la
entrevista final del Concurso 126 que tiene como resultado
excluirme de las ternas para ese concurso.
Luego continùa con el dictado de la resolución
C.M.E.R. 704/15 que me proscribe calificándome de
èticamente inidónea por una circunstancia objetiva
inmodificable sucedida años atràs y que no tiene nada de
inmoral, situación a la que se encargan de tergiversar con
finalidad estigmatizante.
Ha dicho la Corte Federal:
“ ...el trato desigual será declarado ilegítimo siempre y
cuando quien defiende su validez no consiga demostrar que
responde a fines sustanciales -antes que meramente
convenientes- y que se trata del medio menos restrictivo y
no sólo uno de los medios posibles para alcanzar dicha
finalidad.” (CSJN in re: “PARTIDO NUEVO TRIUNFO
s/S/RECONOCIMIENTO- DISTRITO CAPITAL FEDERAL” 17/03/2009,
Fallos: 332:433)

Dado que igualmente volvì a concursar (Concursos


181, 182 y 183) en la entrevista personal se volviò a tocar
el tema de mi causa penal, generándose ya no sòlo un debate
sobre mi propia conducta sino también sobre la propia
Sentencia Penal Absolutoria, incurriéndose indebidamente en
un exagerado tecnicismo acerca de mi razón absolutoria al
punto que me fue necesario transcribir las exactas palabras
de los jueces penales que respaldan mi reiterada
manifestación: “nunca delinquì”.

Si un ciudadano, interrogado acerca de esa


situación, expone su versión del asunto, y en el C.M.E.R.
obra copia de la Sentencia penal absolutoria en la que se
lee: “la conducta de Sonia Spreafico es penalmente
atìpica”, esto debió haber bastado para finalizar la
cuestiòn.

En lugar de ello, se insiste en calificarme de


delincuente y de inmoral, generando exagerados análisis
técnicos de la Ciencia Penal que son, en este punto,
inconducentes. El C.M.E.R. se negó a escuchar lo que dijo
la Justicia Penal entrerriana: aquí no hubo NINGÙN DELITO.
Ni tentado, ni inidóneamente tentado, ni delito imposible:
NO HUBO NADA.

A los cuatro años que irrogò mi proceso penal


en el que la Justicia Penal entrerriana investigò la NADA
delictiva que inventaron los Fiscales, se le suma en un
primer momento nada menos que el Superior Tribunal de
Justicia segregándome para la suplencia de un cargo, y
luego el C.M.E.R. con el escándalo que generan sobre esa
nada delictiva. Y todo esto, sin que nadie se pregunte
acerca del impacto de todo esto en mi honra y reputación.
Por esta razón la Resoluciòn C.M.E.R. 855/17 es
el último acto (no necesariamente el final) de un proceso
persecutorio: porque con èl logran el fin prohibido que es
impedirme sistemáticamente integrar las ternas de cada
concurso al que me presento, aparentando razones morales
que ocultan las razones prohibidas en las que
verdaderamente sustentan mi exclusiòn.

CONSIDERACIONES JURÌDICAS.

a) Competencia federal. Como ya lo fundara, es “ratione


materia” aunque se demande al Estado Local por su
actuación ilìcita extracontractual.
b) Responsabilidad civil. Ejerzo la acción civil que nace
del art. 1º de la Ley Federal 23.592 y no del CCC. Si
bien con la sanción del nuevo Còdigo Civil y Comercial
de la Naciòn se ha dispuesto que la responsabilidad de
los Estados Locales se rige por el Derecho
Administrativo Local (art. 1766) ello no es aplicable
a este caso en que la responsabilidad civil del Estado
Local se funda en un ilícito contra el orden federal.
Por lo tanto, esta acción nacida de la Ley Federal
23.592 no tramita por el Derecho Administrativo Local
sino por el CPCCN, como cualquier otra acción federal
de naturaleza civil. El Juez Federal no puede aplicar
procedimientos previstos en leyes locales. El Estado
entrerriano o la Provincia de Entre Rìos es
responsable por responsabilidad objetiva por el
vìnculo funcional que une a la demandada con el
Consejo de la Magistratura de Entre Rìos y con el
Superior Tribunal de la provincia, y todo el actuar
acaece en el ejercicio de las funciones propias de los
órganos. Art.1753 CCC.
c) El deber de reparar. El daño discriminatorio –como
todo daño- se repara conforme las normas civiles. El
art. 1º de la Ley 23.592 no remite al Còdigo Civil
sino que establece la posibilidad de reparación civil,
que es diferente. Por esta razón esta es una acción
federal: porque aunque para juzgar el daño se apliquen
normas de Derecho común, la acción se encuentra
prevista en una norma federal. El art. 1716 del CCC
argentino viene a unificar expresamente la
responsabilidad civil contractual y extracontractual.
Su texto señala: “Deber de reparar. La violación del
deber de no dañar a otro, o el incumplimiento de una
obligación, da lugar a la reparación del daño causado,
conforme con las disposiciones de este Código”. En
otras palabras, cualquiera sea la fuente del deber de
reparar el daño (la violación del deber general de no
dañar —fuente de la responsabilidad extracontractual—
o el incumplimiento de una obligación —fuente de la
“contractual”—) la responsabilidad se rige, en
principio, por las mismas reglas. Los arts. 1717 a
1720, del CCC receptan una antijuridicidad superadora
de la antijuridicidad formal y consagran la
antijuridicidad material, ya que se refieren al daño
causado por una acción no justificada. En el nuevo
régimen vigente, se presume la antijuridicidad si no
está justificada. Así lo señala el art. 1717 CCC al
expresar que “Cualquier acción u omisión que causa un
daño a otro es antijurídica si no está justificada”.
En el marco de la constitucionalización del Derecho
Privado, el art. 1717 CCC recepta el principio del
“alterum non laedere” como fundamento del deber de
reparar, el que constituye el primer precepto jurídico
y moral de toda sociedad civilizada y asimismo un
principio general del derecho. En materia
extracontractual la regla es la reparación plena del
daño en dinero o especie (art. 1740), comprendiendo
las consecuencias inmediatas y mediatas previsibles
(art. 1726). Es que el "deber de reparar", tiene
fundamento jurisprudencial en "Santa Coloma" (Fallos
308:1160) "Aquino" (Fallos 327:3753) donde se sostuvo
que "la reparación de los daños sufridos ilícitamente
corresponde al derecho que las personas tienen a verse
libres y por ende protegidas de toda interferencia
arbitraria en el ejercicio de sus derechos, sea que
ésta provenga de particulares o del Estado. Este
derecho básico a la autonomía e inviolabilidad de la
persona subyace a la lista del art. 14 y al principio
enunciado en el artículo 19, mientras que el derecho a
reclamar su protección se encuentra establecido en el
art. 18 de la Constitución Nacional" (Voto Dra.
Argibay, en "Diaz, Timoteo" Fallos 329:473).
d) La discriminación prohibida. En orden a la prueba
de la discriminaciòn, dado su carácter oculto, al
perjudicado le basta con probar un indicio para lograr
invertir la carga de la prueba. Asì lo ha establecido
la Corte Suprema de Justicia de la Naciòn en
“Pellicori, Liliana Silvia c/ Colegio Pùblico…”:
“…resultará suficiente, para la parte que afirma dicho
motivo, con la acreditación de hechos que, prima facie
evaluados, resulten idóneos para inducir su
existencia, caso en el cual corresponderá al demandado
a quien se reprocha la comisión del trato impugnado,
la prueba de que éste tuvo como causa un motivo
objetivo y razonable ajeno a toda discriminación…“ y
mas adelante: “Corpus este (el de los tratados del
art. 75 inciso 22 de la C.N., esta aclaración me
pertenece) que, además de exhibir un particular
concierto, tal como se verá enseguida, se proyecta
decididamente sobre la ley 23.592 en cuanto a su
régimen probatorio en situaciones en las que se
controvierte el motivo real de un acto particular
tildado de discriminatorio. Primeramente, al reducir
el grado de convicción que, respecto de la existencia
del motivo discriminatorio, debe generar la prueba que
recae sobre quien invoca ser víctima de dicho acto. Y,
en segundo lugar, al modular, a partir de lo anterior,
la distribución de la carga de la prueba y la medida
en que ésta pesa sobre el demandado al que se imputa
la responsabilidad por el mencionado acto. “

LA REPARACIÒN PRETENDIDA

En el caso, reclamo el cese de la


discriminación a futuro (porque de lo contrario me será
imposible concursar a cargos públicos provinciales) y la
reparación del daño causado por la persecusiòn ilegìtima y
discriminatoria que ya sufrì por parte del Estado
Entrerriano exteriorizada a través del actuar de sus
órganos: el Superior Tribunal de Justicia y el Consejo de
la Magistratura de Entre Rìos. Iniciada en el año 2013 y
sin solución de continuidad en los concursos posteriores,
el último de ellos, finalizado el 22 de mayo del año 2017.
Tal actuar del órgano estatal me causò dos tipo de daño
cuya reparación aquí reclamo.

Por un lado, me causò daño moral. Pues me


postergaron para una suplencia a la que tenía màs derecho
que quien designaron, me llamaron “delincuente” (aplicaron
conmigo “Derecho Penal de autor” no “de acto”), me pusieron
un cero público y ocultaron las razones ilícitas en las que
lo sustentaron; me intentaron expulsar de un concurso para
un cargo público llamándome “mentirosa”, en todos los
casos, sin justificación objetiva alguna y con una
finalidad prohibida: excluirme por mi sexo y mis ideas
políticas.

Ha dicho la Corte Federal: “Para


que la garantía de igualdad ante la ley se vea vulnerada,
es necesario que la norma legal establezca distinciones
irrazonables o inspiradas en fines de ilegítima
persecución, indebido favor, privilegio o inferioridad
personal.” (CSJN in re: “COHEN ARAZI EDUARDO c/ EN -
JEFATURA DE GABINETE s/RESOL. 155/01 Y OTRO EMPLEO PÙBLICO”
11/12/2007 Fallos: 330:5032) “La garantía
de igualdad ante la ley radica en consagrar un trato legal
igualitario a quienes se hallen en una
razonable igualdad de circunstancias, lo que no impide que
el legislador contemple en forma distinta situaciones que
considere diferentes, en tanto dichas distinciones no se
formulen con criterios arbitrarios, de indebido favor o
disfavor, privilegio o inferioridad personal o de clase, o
de ilegítima persecución (el citado Tribunal in re: “CIA
AZUCARERA BELLA VISTA S.A. c/ CIA NACIONAL AZUCARERA S.A.
s/INCIDENTE DE EJECUCION DE HONORARIOS” 06/11/2007).

Importa un injusta mortificaciòn de mi espíritu


los hechos descriptos, una modificaciòn disvaliosa del
ànimo someterme a permanentes interrogatorios sobre mi
causa penal ya finiquitada, poniendo en duda mi palabra, mi
decencia cívica, mi honorabilidad personal y profesional. Y
hacerlo sòlo conmigo, tratándome en forma diferente a mì,
en relación a otros postulantes con situaciones similares a
la mìa.
Estimo el daño en la suma de PESOS TRESCIENTOS
MIL ($ 300.000). Màs intereses.

Y por el otro lado, al impedirme integrar las


ternas de los concursos, la provincia de Entre Rìos me
provocò un daño patrimonial ya que me hizo perder la chance
de ser Camarista o Jueza de Primera Instancia, en cada
caso. La llamada “pèrdida de chance” es un daño patrimonial
especìfico que encuentra su contemplación en el art. 1737
del CCC. La “chance” como rubro indemnizable importa la
frustración de una probabilidad y conviven elementos de
certeza e incertidumbre. Entre ambos debe moverse la
apreciación judicial con el objeto de establecer el grado
de probabilidad fáctica que existiría en favor de esta
letrada para obtener beneficios si no hubiere mediado el
hecho ilícito base de esta acción. Como lo sostiene el
distinguido doctrinario Eduardo Zannoni: “Cuando el daño
consiste en la frustración de una esperanza, en la pérdida
de una chance, de una probabilidad, existen a la vez -es
decir coexisten- un elemento de certeza y un elemento de
incertidumbre. Certeza de que, de no mediar el evento
dañoso -trátese de un hecho o acto ilícito o de un
incumplimiento contractual- el damnificado habría mantenido
la esperanza en el futuro, que le permitiría obtener una
ganancia o evitar una pérdida patrimonial. Pero, a la par,
incertidumbre, definitiva ya, de que manteniéndose la
situación de hecho o de derecho que era el presupuesto de
la chance, la ganancia se habría en realidad obtenido, o la
pérdida se habría evitado.- La dificultad proviene de que,
en este supuesto, no resulta posible ya esperar para
determinar si el perjuicio existirá o no existirá; la
realización del perjuicio no depende ya de acontecimientos
futuros e inciertos. La situación es definitiva; nada
modificará ya; por su culpa el demandado ha detenido el
desarrollo de una serie de hechos que podían ser fuente de
ganancias o de pérdidas. Se ha señalado, con precisión, que
la certidumbre del daño futuro encierra siempre un álea.
Ahora bien, el álea puede afectar o estar referida a la
evolución futura de un daño actual, o el álea traduce la
realización misma del daño. Sólo en este segundo caso se
está ante pérdida de chance, pues en el primer caso el juez
opera a partir de un daño cierto actual que se proyectará,
también, al futuro (Zannoni, “El daño en la responsabilidad
civil”, p.105 y 106, nº 37, y doctrina cit.en nota 34,
Astrea, Bs.As.2005).-

En el caso se trata de un daño de certeza


probabilística, no de acreditación, pues lo que se acredita
es la pèrdida de la posibilidad, visibilizada por el hecho
–impedido- de integrar ternas de postulantes a Magistrado
provincial.

Probarè en este juicio que invariablemente, arribè


a las entrevistas finales con altísimas chances de integrar
las ternas en cuestión, en muchas de ellas, en el primer
lugar (dada la multiplicidad de cargos a cubrir en cada
concurso). Incluso en el último de los concursos, tan altas
eran mis notas que ni poniéndome un cero (0) a mì y el
máximo puntaje (20) al resto de los concursantes, lograban
excluirme de las ternas, es decir, de la chance. Por eso
intentan expulsarme.

A los fines de cuantificar este rubro, y sòlo a


título estimado, peticiono una suma tal que, puesta a un
cierto interés, genere una renta mensual suficiente para
permitir a su titular extraer –hasta agotar- una suma
equivalente al 25% del sueldo o remuneración de un
Magistrado provincial entrerriano, hasta mi edad
jubilatoria provincial (57 años). Es la llamada “fòrmula
financiera de capital actual” y el CCC la adopta conforme
el art. 1746. Asì, teniendo en cuenta que un Magistrado de
Primera instancia de Entre Rìos cobra un salario aproximado
de $ 350.000 por todo concepto remunerativo y no
remunerativo, el 25% es $ 87.500 x 13 sueldos por 5 años
(tengo 52 años), disminuìdos en un 60% por la incidencia de
intereses de ese capital, arroja una suma estimada de PESOS
DOS MILLONES QUINIENTOS por pèrdida de chance. El monto es
estimado y sujeto a lo que en definitiva arroje la pericia
contable que dejo ofrecida como prueba.

PRUEBA

Informativa – Instrumental.

1) Pido se requiera al S.T.J.E.R. copia del Acuerdo 36/13


en la que se lea con toda claridad la fecha del acto.
2) Pido se requiera al Consejo de la Magistratura de la
provincia de Entre Rìos, con domicilio en Alameda de
la Federaciòn 471 d la ciudad de Paranà, provincia de
Entre Rìos, copia certificada de los siguientes actos:
Resoluciones C.M.E.R. Nº 557/13; 603/14; 704/15;
705/15; 807/16; 818/17; 819/17; 820/17; 824/17;
855/17; 856/17; 857/17; 858/17, Resoluciòn Presidencia
C.M.E.R. 220/17 y Acta 18 del Concurso 148.
3) Pido se requiera al C.M.E.R. copia del escrito en el
que presentè mi renuncia a los Concursos 181,182 y
183.
4) Pido se requiera al C.M.E.R. copia del escrito por el
cual ejercì mi defensa en relación a la Resoluciòn de
Presidencia C.M.E.R. 220/17.
5) Pido se requiera a la Secretarìa Electoral de la
provincia de Entre Rìos, sita en calle Urquiza 840 de
la ciudad de Paranà, provincia de Entre Rìos, si los
ciudadanos Emilio Lujàn Matorras, Rubèn Matorras,
Guillermo Leopoldo Federik, Marìa Cristina Federik ò
Cristina Federik; Cèsar Gustavo Bechetti, Eduardo
Ernesto Ferreyra, Miguel Augusto Carlìn, Juan Manuel
Britos son o han sido afiliados al Partido
Justicialista; en su caso, por què periodos.
6) Pido se requiera a la Fiscalìa de Estado de la
Provincia de Entre Rìos, informe si la Dra. Marìa
Cristina ò Cristina Federik es abogada adscripta a
dicho organismo, en su caso, desde què fecha, y los
datos filiatorios de la misma (especialmente quièn es
su padre).
7) Pido se requiera a la Municipalidad de la localidad de
Viale, provincia de Entre Rìos, sita en calle 9 de
Julio 326 de la ciudad de Viale, Entre Rìos, informe
si Eduardo Ernesto Ferreyra cumplió funciones en dicho
ente, en su caso por què periodo y a què partido
político o frente electoral correspondìa ese gobierno.
8) Pido se requiera al Honorable Senado de la Provincia
de Entre Rìos què senadores integraron la Comision de
Acuerdos durante los periodos 2013/1024, y si Rubèn
Matorras fue Senador; en su caso, por què departamento
y por què partido o fracción o frente político.
9) Pido se requiera al Foro Federal de Consejos de la
Magistratura Argentina –F.O.F.E.C.M.A.- cuya sede està
en Bolivar 177 7º Piso de la C.A.B.A., copia o des-
grabación de la disertación de Miguel Augusto Carlìn
en las Jornadas desarrolladas en la ciudad de Paranà,
provincia de Entre Rìos en el año 2016.
10) Pido se requiera al área de liquidaciones del
Superior Tribunal de Justicia de la provincia de Entre
Rìos, informe salario nominal ò bruto –incluidos los
rubros remuneratorios y no remuneratorios- de un
Magistrado de Primera instancia y de un Vocal de
Càmara de Apelaciones de la Provincia de Entre Rìos,
correspondiente al periodo comprendido entre los años
2014 y 2017, discriminando en cada caso los periodos
mensuales y los conceptos “asignación de la categoría
o cargo”, “antigüedad”, “incompatibilidad para ejercer
el comercio” e “incompatibilidad para ejercer el
título profesional habilitante” y cualquier otro
remuneratorio respectivo. Asimismo, peticiono se
consigne en cada caso, què ley da base al rubro
liquidado. Señalo, en abono y pertinencia de la
prueba, que tiende a aportar elementos para establecer
el monto resarcitorio del rubro “pèrdida de chance”
reclamado.
11) Pido se requiera al Colegio de Abogados de Entre
Rìos, sito en calle Còrdoba 264 de la ciudad de
Paranà, informe si la suscripta tiene matricula
habilitada, en su caso, desde què fecha.
12) Pido se requiera al Colegio de Abogados de Entre
Rìos informe si Emilio Lujàn Matorras ha tenido
matrìcula habilitada en la provincia, en su caso,
hasta què fecha. Asimismo, para que informe si obra en
los archivos o antecedentes de la entidad colegial
denuncia contra el mencionado profesional por faltas
èticas o disciplinarias, y cual fue la resoluciòn
respectiva, remitiendo copia certificada del
expediente administrativo en cuestión.

Pericia contable.
A los fines de cuantificar la indemnización por
“perdida de chance”, peticiono se designe perito
contador para que establezca el monto correspondiente
utilizando la formula financiera de capital actual, y
los datos informados en orden a las pautas salariales
de los Magistrados de la provincia, que fueran
requeridos en el punto 10º de la prueba Informativa.
A tal fin el perito contador establecerà:
a) En què consiste y què permite establecer dicha
fòrmula financiera
b) Còmo se establece cada variable en este caso, y por
què razòn
c) Què resultado numérico o cifra arroja en este caso.
d) Si existe otra fòrmula financiera para cuantificar
el rubro “pèrdida de chance”, en su caso pido se
calcule para esta demanda.

DERECHO. CUESTIÒN FEDERAL

Asiento mi derecho en las leyes mencionadas.


Dejo planteada cuestión federal por violaciòn a una norma
federal – Ley 23.592, art. 1º- que reglamenta el derecho a
la igualdad de oportunidades y de trato del art. 16 C.N.,
derecho humano que ademàs encuentra su correlato en el
concierto de pactos internacionales constitucionalizados en
el art. 75 inciso 22º de la C.N.
PETITORIO

Por lo expresado, solicito:

1) Me tenga por presentada y por parte.


2) Declare la competencia originaria de esta
Corte.
3) Ordene traslado de demanda. POR SER JUSTO

Signature Not Verified


Digitally signed by ARACELI
ALEJANDRA SEIMANDI
Date: 2020.10.29 20:28:50 ART

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