Tema 2: La Diversidad Lingüística

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Tema 2

LA DIVERSIDAD LINGÜÍSTICA

1. La diversidad lingüística: estándar y variedades.


El lenguaje es la capacidad que tenemos los seres humanos para comunicarnos, y lo
hacemos mediante diversos conjuntos de signos lingüísticos llamados lenguas. En el mundo
existen miles de lenguas diferentes, pero incluso cuando hablamos la misma lengua es
evidente que no todos lo hacemos de la misma manera. Este uso varía de forma notable,
dependiendo en gran medida de distintos factores, como dónde tenga lugar la
comunicación, quiénes sean los interlocutores y cuál sea su nivel cultural y social, o qué
tipo de situación rodee dicho acto comunicativo. Todo esto da lugar a una gran diversidad
lingüística. Sin embargo, en todas las lenguas existe un modelo ideal al que los hablantes
deben expirar denominado lengua estándar.

Llamamos lengua estándar al conjunto de reglas y normas que los hablantes de dicha
lengua deben conocer y respetar tanto a nivel fonológico como ortográfico,
morfosintáctico y léxico-semántico. Es el conjunto de reglas usado por los medios de
comunicación y en el ámbito académico. Gracias a su existencia, se garantiza la
comunicación entre los hablantes, salvando las diferencias de las variedades sociales o
regionales y permitiendo la cohesión idiomática. Se trata de la variedad considerada
correcta y ha de usarse en situaciones formales tanto en la comunicación oral como en la
escrita.

En numerosas ocasiones los hablantes utilizan variantes de esta lengua estándar, las
llamadas variedades de la lengua. Estas variantes se producen por diversos motivos:
- A lo largo de la evolución de una lengua, esta va variando a medida que pasa el
tiempo, originando las variedades históricas o diacrónicas, hoy desaparecidas del
ámbito oral y de las que tenemos testimonio a través de textos escritos.
- Si los hablantes pertenecen a zonas geográficas determinadas, es posible que su
forma de hablar difiera de la estándar: son las llamadas variedades geográficas o
diatópicas.
- En función del nivel social y cultural de los hablantes, de su grado de instrucción o
de su pertenencia a un determinado grupo, se emplearán determinadas variedades
socioculturales o diastráticas.
- Según la situación en la que se encuentre y su intención comunicativa, un mismo
hablante podrá emplear diversas variedades funcionales o diafásicas.
2. Diferencias entre lengua y habla, norma y uso.
Cuando hablamos de una lengua o idioma, como el francés, el español o el chino, lo que
hacemos es referirnos a un código común que comparten todos los hablantes de una
determinada comunidad lingüística, no a la realización individual de dicha lengua por parte
de un hablante determinado. Se trata, por tanto, de 2 conceptos diferenciados, que
explicaremos con detalle a continuación.

2.1 La lengua y el habla


Esta distinción fue señalada a principios del siglo XX por el lingüista suizo Ferdinand de
Saussure, qué opinaba que la lingüística debía tener como objeto de estudio la lengua, y no
el habla.

La lengua es el código común que los hablantes guardan en su cerebro, mientras que el
habla es el uso individual que cada hablante hace de esa lengua.

Para completar esta definición, podemos añadir que la lengua es algo social, ya que es un
código que comparten los miembros de una comunidad lingüística. Es histórica, ya que se
mantiene (con variantes) a lo largo de la historia. Además, no es real hasta que no se
utilizada por algún hablante, es decir, no existe sin el uso.

El habla, por su parte, es individual, porque es diferente en cada uno de los hablantes. Es
puntual, ya que tiene lugar en el momento concreto en el que se lleva a cabo, y es concreta,
puesto que puede ser registrada y descrita.

Observa de forma esquemática las diferencias entre lengua y habla:

La lengua El habla

- Es el código que los hablantes guardan en su - Es el uso que cada hablante hace de la
cerebro. lengua.
- Es social. - Es individual.
- Es histórica. - Es puntual.
- Es común a todos los hablantes. - Es concreta.

2.2 La norma y el uso


Como ya hemos indicado antes, todos los hablantes utilizamos la lengua de manera
diferente: tenemos nuestra forma particular de hablar. Pero es evidente que hemos de
tender hacia ese modelo ideal de lengua que denominamos estándar o variedad normativa.
Para ayudarnos a alcanzar esa lengua estándar nos servimos de la norma.

La norma constituye un elemento unificador de una lengua. Debe regularla tanto en el


plano físico como en el ortográfico, morfosintáctico y léxico-semántico, estableciendo
para ello una serie de pautas. Nace del consenso entre las academias de la lengua y se
basa en la tradición literaria considerada modélica escrita en dicha lengua.

En el caso del español, la institución que se encarga de velar por el buen uso de nuestra
lengua y de establecer la variedad normativa es la Real Academia española (RAE). Se fundó
en el siglo XVIII (1713) con el lema «limpia, fija y da esplendor». Dicho lema resume
perfectamente los objetivos de la Academia: «limpiar» la lengua de usos incorrectos, «fijar»
sus reglas de uso y su léxico, y «darle esplendor», es decir, contribuir a su desarrollo y
riqueza. Para ello ha publicado 3 obras que se consideran los pilares de la normativa del
español: la ortografía, el diccionario y la gramática.
En los últimos años, La Real Academia española y las 21 academias de América y filipinas
que integran junto a ella la asociación de academias de la lengua española han desarrollado
una política lingüística de colaboración, basándose en su igualdad y responsabilidad común,
y publicando obras, como la ortografía (2010), que sustentan y deben expresar la unidad de
nuestro idioma en su rica variedad, dentro de lo que se conoce como la normativa
panhispánica.
Pero no solo la RAE debe desvelarse por el buen uso del español. también el sistema
educativo y los medios de comunicación han de contribuir a respetar la norma y difundirla.
Desgraciadamente, demasiado a menudo observamos que los medios de comunicación
hacen un mal uso de nuestra lengua, cayendo en incorrecciones ortográficas o sintácticas.
Podríamos decir que ese ideal de la lengua es el que se da en la lengua escrita de la
variedad diastática considerada culta.
Ya hemos comentado que, en la práctica, no siempre coincide el uso individual que damos
a la lengua con dicho ideal normativo. En ocasiones esta variación tiene que ver con la
pertenencia a un determinado espacio geográfico (es el caso de las variedades regionales o
diatópicas) o a un grupo social concreto (como sucede en las variedades diastráticas). Otras
veces se trata simplemente de la forma de hablar propia de cada persona, lo que se conoce
como el habla.

3. Características del uso oral frente al escrito.


Como señaló el lingüista Ferdinand de Saussure, la lengua y la escritura son en realidad dos
sistemas de signos diferentes: la escritura nace únicamente con el objeto de ser una
representación de la lengua. Y por ello ambos lenguajes, el oral y el escrito, poseen unas
características propias. No hacemos el mismo uso de la lengua oral que de la escrita.
Veamos las diferencias entre ambos.

3.1 La lengua oral


La lengua oral es el medio de comunicación más importante empleado por los seres
humanos y la base de las relaciones dentro de las diferentes comunidades. Sus
características son:
- Se trata de la forma de expresión más primigenia: los seres humanos lo amplían
desde hace miles de años; en cambio, la escritura es mucho más reciente. De hecho,
en la infancia empezamos mucho antes a hablar que a leer y escribir. El aprendizaje
de la lengua oral es espontáneo, mientras que el de la escritura se apoya en la oral y
es intencionado y planificado. De hecho, aún hoy existen muchos pueblos que
poseen una lengua oral, pero no escrita, o personas analfabetas que saben hablar,
pero no leer ni escribir.
- La lengua oral tiene un carácter fónico, se basa en la emisión de sonidos. El sonido
está formado por diferentes componentes, como el tono, el timbre, la intensidad o
la cantidad, que sirven para apoyar y completar el mensaje. es precisamente este
carácter fónico de la lengua oral el que hace que esta cambie con mayor rapidez
que la escrita: los cambios se introducen con más facilidad y de una forma más
directa.
- Cuando usamos la lengua oralmente, lo normal es que los interlocutores estén en
contacto, compartiendo el mismo espacio y las mismas referencias. Por eso, la
lengua oral se caracteriza por su inmediatez. Además, en el intercambio
comunicativo oral, emisor y receptor alternan sus papeles con facilidad.
- El uso oral de la lengua se suele identificar con lo coloquial. Cuando hablamos,
generalmente nos permitimos muchas más licencias que cuando escribimos:
utilizamos un léxico más común y reducido, abusamos de las muletillas (¿sabes?,
pues...) o palabras comodín (cómo hacer, decir, cosa...), empleamos oraciones más
sencillas o incluso las dejamos sin concluir. Todo ello debido a la espontaneidad y la
improvisación de este tipo de lenguaje.
- Este uso coloquial de la lengua oral se relaciona con su carácter efímero. Lo que se
dice oralmente, por regla general, no va a quedar registrado, sino que va a
desaparecer. Y por ello nos permitimos cuidar menos nuestra expresión que cuando
esta va a quedar reflejada por escrito.
- Por último, el uso oral de la lengua va siempre acompañado y apoyado por el
lenguaje no verbal; de ahí que por forma general posea mayor expresividad.
Cuando hablamos, reforzamos nuestro mensaje con gestos del rostro, movimientos
de las manos, posturas corporales, tono de voz, etc.

3.2 La lengua escrita


La lengua escrita presenta estas características:
- Se deriva de la oral, ya que surge como su representación. El hombre ha empezado
a emplear la escritura en fechas relativamente recientes. Los primeros testimonios
escritos en caracteres cuneiformes datan del cuarto milenio a. C. y pertenecen a la
lengua sumeria.
- El uso de la lengua escrita históricamente ha sido muy limitado. Durante muchos
siglos solo la conocían y empleaban las clases privilegiadas, ya que el pueblo llano
no sabía leer ni escribir. aún hoy hay pueblos que carecen de lengua escrita y hay
personas analfabetas que suelen emplear la lengua oral. La lengua escrita requiere,
pues, un aprendizaje consciente y artificial, mucho más elaborado y planificado que
el de la lengua oral.
- Es un sistema de comunicación visual basado en la representación gráfica de los
sonidos. Para ello emplea letras (los llamados grafemas o grafías), que en las
escrituras fonéticas representan fonemas. Los elementos fónicos propios de la
lengua oral, como el tono, las pausas o la intensidad, se ven sustituidos por signos,
como los de puntuación, acentuación, etc. Aun así, la lengua escrita pierde parte de
la expresividad de la oral.
- Lo más habitual en un intercambio comunicativo escrito es que los interlocutores no
compartan el mismo espacio, por lo que cambia la situación comunicativa y la
lengua se vuelve menos inmediata.
- Además, el hecho de que lo escrito perdure en el tiempo y de que el mensaje se
pueda reelaborar varias veces hace que al escribir se cuide mucho más la expresión:
el vocabulario se vuelve más escogido, las oraciones, más complejas, y se evitan
incorrecciones. Es un lenguaje mucho más elaborado y menos espontáneo.
- Aparte de perdurar en el tiempo, el mensaje escrito suele ser diferido, es decir, no
he recibido inmediatamente por el receptor, sino un tiempo después de haber sido
enviado.

Sin embargo, las nuevas tecnologías han hecho que, en la actualidad, las fronteras entre
uso oral y escrito de la lengua se diluyen y ya no sean tan claras. De este modo, nos
encontramos con usos escritos de la lengua que en realidad se asemejan mucho al oral. Es
el caso de la comunicación escrita a través de chats, redes sociales o medios como el
whatsapp. cuando se utilizan estos canales de comunicación, pese a ser escritos, las
características de la lengua empleada se asemejan más a las de la lengua oral: son mensajes
instantáneos, poco elaborados y poco planificados, donde no se cuida en absoluto la
ortografía ni la expresión, y abunda lo coloquial. Además, los interlocutores intercambian
sus papeles con mayor rapidez y hay mucha más inmediatez. Aquí, la expresividad del
lenguaje oral se suple gracias a recursos como los emoticonos, que comenzaron
sustituyendo al lenguaje verbal y, actualmente, se emplean también para sustituir
expresiones verbales.
Al contrario, existen formas de comunicación oral que sí perduran en el tiempo, ya que van
a ser grabadas o registradas y difundidas ampliamente. es el caso de algunos medios de
comunicación, como los informativos, reportajes, etc., Que al perder su carácter efímero
dejan de ser espontáneos y coloquiales, pasando a ser mucho más elaborados y cuidados.
Lengua oral Lengua escrita
Primigenia Derivada
Espontánea Planificada
Fónica Gráfica
Inmediata Diferida
Coloquial Culta
Efímera Permanente
Expresiva No expresiva

4. Las variedades de la lengua.


Las lenguas no se ajustan a un único modelo o estándar, sino que en la práctica se
manifiestan a través de numerosas variantes: las variedades lingüísticas. Dichas variedades
enriquecen el idioma. Somos capaces de utilizar diversas variedades, ajustándonos al
contexto y la situación en la que nos encontramos, mayor será nuestra capacidad de
comunicación y por tanto nuestra competencia lingüística.
Además, el estudio de las variedades de la lengua nos proporciona una información muy
valiosa sobre un hablante en un texto: de qué época es, de qué lugar procede, a qué grupo
social pertenece o qué tipo de registro está utilizando.

4.1 Variedades diacrónicas


Es evidente que una lengua no es la misma cuando nace que transcurridos varios siglos. el
castellano del siglo XII difiere mucho del que hablamos en la actualidad, y no será el mismo
que el que se hable en el futuro. Y esto es así porque las lenguas son entes vivos, que
cambian y se desarrollan con el paso del tiempo.

Llamamos variedades diacrónicas de la lengua a los diferentes estadios por lo que esta
paz a lo largo de su existencia. Son las que dependen, por tanto, del momento histórico
en el que se hallen los hablantes. Estas variaciones -que llegan a nosotros y perviven en
los textos escritos- son estudiadas por la gramática histórica.

El castellano medieval se caracterizó por la validación en cuanto a su pronunciación y


grafía, algo muy habitual en las primeras etapas de toda lengua. Durante los Siglos de Oro,
el castellano alcanza la categoría de lengua nacional gracias a la unidad política y a la
unificación de la lengua literaria, quedando fijada la pronunciación moderna entre la
segunda mitad del siglo XVI y la primera del XVII. La Fundación de la Real Academia
española en 1713 contribuirá definitivamente a fijar la grafía para dar paso a la escritura
moderna. Posteriormente y hasta nuestros días, La Academia ha seguido introduciendo
algunas normas reguladoras de la ortografía.

4.2 Variedades diatópicas


Habrás observado que no habla el mismo español alguien de Buenos Aires que alguien de
Madrid, a una persona de Sevilla que otra de Zamora. Cada una de ellas, pese a hablar la
misma lengua, la utiliza con unas peculiaridades fonológicas, morfo sintácticas y léxicas
propias de su zona.

Llamamos variedades diatópicas a las variantes lingüísticas que se dan en determinadas


zonas o ámbitos geográficos. La disciplina que las estudia es la dialectología.

Cuando estamos ante alguna variedad diatópica, podemos deducir la procedencia de un


hablante: los rasgos del español de América difieren bastante de los del español peninsular,
y dentro de este último, no se habla igual el español en Murcia, en Cantabria o en Canarias.
el español es una lengua muy extendida en el mundo, ya que se habla en más de 20 países
diferentes. se trata, por tanto, de un idioma con un gran número de variedades geográficas.
Todas estas variantes van a dar lugar a los diferentes dialectos y hablas del español. Para
que los hablantes de diversos dialectos sean capaces de lograr una comprensión mutua,
disponemos de la variedad normativa de la lengua: el español estándar. es el que se usa en
los medios de comunicación y en el ámbito educativo.

4.3 Variedades diastráticas


La forma de hablar de un individuo también difiere notablemente dependiendo de la clase
social a la que pertenezca o de su grado de instrucción, edad... Estas Variables son las que
se conocen como variedades diastráticas o socioculturales de la lengua.

Llamamos variedades diastráticas a aquellas motivadas por diversos factores


socioculturales, tales como la pertenencia a un terminado grupo social, la edad, el grado
de instrucción, etc.

LOS NIVELES DE LA LENGUA


Atendiendo a estos factores, podemos señalar dos niveles socioculturales diferenciados:
El nivel culto o código elaborado
Es aquel que se aproxima más a la lengua estándar e incluso la supera. Por lo general, un
nivel socioeconómico alto o un hábito lector temprano suelen reflejarse en un grado de
instrucción elevado, Lo que hace que se conozca mejor la lengua y las normas que la rigen.
En este nivel, la competencia lingüística del hablante es elevada, por lo que será capaz de
adaptarse mejor a las diferentes situaciones comunicativas y emplear un uso más formal de
la lengua.
Sus características son:
- Riqueza de vocabulario, uso de sinónimos y precisión léxica.
- Correcta pronunciación, se evitan los vulgarismos fónicos.
- Construcciones sintácticas complejas y bien estructuradas.
Todo esto se refleja en un uso de la lengua rico y preciso, que permita la expresión de
pensamientos elaborados, llenos de matices y contenidos intelectuales.

El nivel vulgar o código restringido


En el nivel vulgar el hablante se aparta en mayor o menor medida de la variedad
considerada estándar o normativa. Tradicionalmente se asocia a los niveles socioculturales
bajos, si bien es posible que un hablante perteneciente a una clase social desfavorecida
acceda a la educación y llegue a un grado de institución que le permita cambiar su nivel de
lengua.
El nivel vulgar se caracteriza por:
- Empleo de un vocabulario reducido y básico, en el que abundan las repeticiones, las
muletillas, los términos malsonantes, etc.
- uso de construcciones sintácticas simples.
- Incorrecciones o transgresiones de la lengua, conocidas como vulgarismos, que se
cometen en todos los niveles:
o en el nivel fónico (pronunciación).
 Sustitución de un fonema por otro: * almario, * agüelo.
 eliminación de fonemas al principio de una palabra: * amos.
 cambio del orden de los fonemas: * cocreta, * probe.
 pérdida de fonemas finales: * na, *to, *pa, *verdá.
 Pérdida de la -d- intervocálica: * llegao, *matao.
 adición de fonemas al principio al final de una palabra: *arrascar.
 reducción de diptongos: *ventidos, *pos.
o En el nivel léxico.
 Confusión en el significado de términos vecinos fonéticamente:
canalón por canelón, infectar por infestar.
 uso de palabras malsonantes o tacos: joder, mierda.
 abuso de muletillas: o sea, ¿sabes?, ¿entiendes?
 Abundancia de palabras comodín o baúl: hacer, cosa, eso, decir.
o En el nivel morfosintáctico.
 Uso incorrecto de las formas verbales: *anduve, *llegastes*.
 anteposición de artículo a los nombres propios: *la Marta.
 Laísmo, leísmo y loísmo: * la gusta, *póntele.
 alteración del orden de los pronombres: *me se ha roto.
 queísmo y dequeísmo: * me alegro que, * creo de que.
 uso de anacolutos u oraciones mal construidas: * tú no te molesta.

Además de los vulgarismos señalados, en el nivel vulgar de la lengua es frecuente que se


cometan numerosas faltas de ortografía, que indican un bajo nivel de formación.
Todo ello da lugar a un lenguaje pobre, con problemas de expresión y carente de matices.
Los hablantes no son capaces de adaptarse a las diferentes situaciones comunicativas,
haciendo uso de un lenguaje plano y sin variantes.
En ocasiones sucede que el hablante, en su intento por evitar cometer vulgarismos e
incorrecciones, comete otro tipo de errores: son las llamadas ultracorrecciones. dos de las
más frecuentes son:
- El queísmo, eliminación de la preposición de en construcciones donde sí es
necesaria (* me acuerdo que me lo dijo y * estoy segura que lo harás bien por mi
acuerdo de que me lo dijo y estoy segura de que lo harás bien).
- La dirección errónea de la -d- intervocálica: *Bilbado, *bacalado.

LAS JERGAS
El hecho de pertenecer a un cierto grupo social, desempeñar una profesión o tener una
determinada edad puede hacer que cambiemos nuestra manera de expresarnos.

Llamamos jerga o argot a la lengua característica de un grupo que depende de


factores como su nivel social, su profesión o su edad, y que hace que los miembros de
dicho grupo compartan un tipo de lengua especial, normalmente ininteligible para los
que no pertenezcan a él.

Hay diferentes tipos de jergas:


Las jergas profesionales.
En determinados oficios o profesiones se utiliza un léxico muy específico, repleto de
términos exclusivos de dicha profesión (a los que llamamos tecnicismos) y que, en muchas
ocasiones, el resto de las personas no conoce. Es lo que nos sucede, por ejemplo, cuando
acudimos a una consulta médica y nos hablan con palabras técnicas del campo de la
medicina (disnea, Plexos coroideos): algunas veces no entendemos lo que nos están
diciendo y se hace necesaria una «traducción» al lenguaje ordinario. Sucede lo mismo con
otras profesiones: el derecho (atestado, sobreseer), la economía (dividendo, deflación), la
arquitectura (cimbra, hastial), la lingüística (deíxis, eufonía), etc.

Las jergas marginales


la pertenencia a un grupo social desfavorecido o marginal, o al mundo de la delincuencia,
también generó un tipo de lengua diferente: el llamado lenguaje del hampa o argot
marginal. Las personas que se mueven en un ambiente delictivo desarrollan una forma de
hablar propia, plagada de términos específicos que solo ellas conocen (como maco vez de
cárcel). Es precisamente el no ser comprendidos por el resto de los hablantes 1 de los
objetivos de este tipo de jergas. Así, es una jerga marginal el lenguaje carcelario o el de los
delincuentes, llamado cheli (queli, chorba).
La jerga juvenil
la gente joven intenta distinguirse del resto, ser diferente de las personas mayores, y para
ello emplea también el lenguaje como marca de identidad. El lenguaje juvenil se caracteriza
sobre todo por utilizar un léxico propio, especialmente en ámbitos como la droga (tripi,
peta, quinqui), el sexo(echar un kiki o un polvo), las actividades delictivas o la cárcel (cholar,
trullo, talego), la policía (pasma, maderos), etc., en muchas ocasiones tomado del argot
marginal, así como abundancia de palabras malsonantes e interjecciones (¡joder!, ¡hostias!,
¡de puta madre!). También es frecuente el acortamiento de palabras (anarco, profe,
masoca, insti), la abundancia de sufijos (bocata, fumata, drogata) y el uso de una ortografía
propia al margen de las normas (okupa, anarkía). Esto último se ha visto reforzado aún más
en la actualidad debido al uso de las nuevas tecnologías y formas de comunicación, como
los chats, donde se suele hacer uso excesivo de siglas y abreviaturas y abundan las faltas de
ortografía (tqm, vaya kk, ola q tal?).

4.4 Variedades diafásicas


Una misma persona es capaz de variar su manera de expresarse según la situación
comunicativa en la que se encuentre. No utilizamos la lengua igual cuando estamos con
nuestros amigos que cuando acudimos a una entrevista de trabajo o cuando pedimos
información en una ventanilla.

Llamamos variedades diafásicas de la lengua a aquellas que en un mismo hablante es


capaz de alternar dependiendo de la situación en la que se encuentre, de quiénes sean
sus interlocutores y de su intención comunicativa. Son los llamados registros o estilos
del idioma.

Según las características del lenguaje empleado, los registros pueden ser:
- Registro no formal (coloquial o familiar): es el que empleamos con personas
cercanas a nosotros o de confianza, con nuestras amistades y nuestra familia. Se
caracteriza por el empleo de hipocorísticos (papá, mamá, Merche), diminutivos,
términos coloquiales y jergales y un léxico más reducido.
- Registro formal: es el utilizado en situaciones en las que no conocemos a nuestros
interlocutores, no tenemos confianza con ellos o queremos mostrar una actitud
respetuosa. El léxico se vuelve más cuidado y elaborado, evitamos los
coloquialismos y las incorrecciones.

Cuanto más elevada sea la competencia lingüística de una persona, más fácil será para esta
adecuar su registro a la situación comunicativa y variará en función de sus necesidades. tan
inapropiado es utilizar un registro coloquial en una situación formal como viceversa,
emplear un registro excesivamente formal con la familia o las amistades.
El siguiente cuadro resume las variedades de la lengua:
Variedades También llamadas… Las estudia la… Ejemplos
Diacrónicas Variedades históricas Gramática histórica El castellano medieval
Diatópicas Dialectos y hablas Dialectología El andaluz
Diastráticas Sociolectos Sociolingüística Nivel culto y vulgar
Diafásicas Registros o estilos Pragmática Coloquial y formal

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