García VM
García VM
García VM
TESIS
Para optar el Título Profesional de Médico Veterinario
AUTOR
Marco Antonio GARCÍA VILLENA
ASESOR
Lima, Perú
2022
Reconocimiento - No Comercial - Compartir Igual - Sin restricciones adicionales
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Referencia bibliográfica
Datos de autor
Datos de asesor
Datos de investigación
B.4.2.4. Bioquímica, Nutrición y
Línea de investigación
Alimentación Animal.
CÓDIGO: 831191
4. RECOMENDACIONES
__________________________________________________________
Página 1 de 3
NOTA OBTENIDA: 15 (Quince)
Firma
Apellidos y Nombres
PRESIDENTE
Firma
MV. Mg. Bezada Quintana MV. Mg. Yamada Abe, MVZ. Mg. Angulo Tisoc, José
Sandra Gracia Graciela Inés Manuel
Apellidos y Nombres Apellidos y Nombres Apellidos y Nombres
Página 2 de 3
AGRADECIMIENTOS
Al Dr. Fernando Carcelén Cáceres quien me brindó su amistad en este largo camino que me tocó
recorrer, a quien tengo la dicha de conocerle desde la etapa estudiantil, fue quien participó en este
proyecto de manera directa e indirecta para llegar a culminar.
Al Dr Edgardo Figueroa Terry (QEPD) por sus sabios consejos, por su apoyo emocional cuando caí
al régimen anual, así como al Dr Diego Diaz Coahila quienes me brindaron consejos para seguir
adelante a pesar de las adversidades y de los años transcurrido llegar a culminar esta etapa de mi vida
académica.
A mis amigos M.V Mg Néstor Falcón Pérez, al Dr M.V Miguel Ángel Lam R. por creer que aún
existen amigos de verdad.
A mi amigo tocayo M.V Marco Antonio Garcia Siabala, por estar en esos momentos difícil del camino
de la vida, quien me brindó su mano franco, sincera y su apoyo emocional, sin su colaboración estoy
seguro que no hubiera llegada a esta meta.
A la MV. Mg Sandra Bezada Quintana por su tiempo y dedicación para llegar a culminar el presente
trabajo que sin su asesoramiento este trabajo no hubiera llegado a su objetivo.
Un agradecimiento especial a mi amigo colega M.V Eduardo Paredes Muñoz por su amistad, apoyo
y comprensión para lograr culminar esta tesis.
ii
DEDICATORIA
A Dios por darme fuerza y voluntad porque a pesar de las dificultades y obstáculos llegar a
culminar este trabajo.
A mi madre PATROCINIA VILLENA GASPAR que desde el cielo donde se encuentra, está feliz
que estoy culminando este proyecto. A quien en vida pude darle lo poco o mucho con
amor…gracias Madre...!!!
A mi esposa Rosa Saboya fiel compañera de la vida, a mis hijos JHON ANTHONY y AXCEL
que son mi razón y motivo para lograr a culminar esta tesis. Con mi ejemplo demostrar que en la
vida todo es posible, con fuerza de voluntad a pesar de las adversidades de toda índole llegar a la
meta, aunque me demore mucho tiempo… lo logré !!!
A mi hermana Elizabeth y mi sobrina Judith Patrocìnia por su apoyo emocional y ser también
parte de este proyecto.
3
ÍNDICE
AGRADECIMIENTOS .............................................................................................................ii
DEDICATORIA ......................................................................................................................... 3
RESUMEN.................................................................................................................................. 6
ABSTRACT ................................................................................................................................ 7
I. INTRODUCCIÓN .......................................................................................................... 8
2.2.2. Instalaciones.................................................................................................................... 13
4
3.1. Lugar de ejecución y periodo de duración 24
3.5.1. Tratamientos................................................................................................................... 25
V. DISCUSIÓN.................................................................................................................. 29
5
RESUMEN
El propósito del estudio fue determinar los niveles de cortisol sanguíneo en cuyes criados en pozas
y mantenidos en diferentes áreas de espacio vital y con diferente tipo de alimentación: Se utilizó
40 cuyes destetados de 15 días de vida, separados en cuatro tratamientos (T) experimentales. T1:
alimento balanceado + agua / con espacio vital de 0.20m2 por cuy. T2: alimento balanceado +
agua / con espacio vital de 0.10m2 por cuy. T3: alfalfa fresca (Medicago sativa L) / con espacio
vital de 0.20 m2 por cuy. T4: alfalfa fresca / con espacio vital de 0.10 m2 por cuy. El periodo de
engorde duró 8 semanas al término de los cuales se realizó el sacrificio de los animales y se
colectó muestras de sangre para determinar cortisol. Se realizó análisis de varianza y prueba de
Tukey entre los cuatro tratamientos. Los cuatro tratamientos no presentaron diferencia
significativa (p>0.05) en los valores de cortisol sanguíneo. Se concluye que el nivel de cortisol
sanguíneo en cuyes de engorde machos no varía por el tipo de alimentación, ni por las áreas de
espacio vital utilizadas en este estudio.
Palabras clave: cuyes, cortisol sanguíneo, espacio vital, alimentación integral, Medicago sativa.
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ABSTRACT
The purpose of the study was to determine the levels of blood cortisol in guinea pigs raised in
pools and kept in different areas of living space and with different types of feeding: Weaned
guinea pigs of 15 days of life were used, separated into four experimental treatments (T). T1:
balanced feed + water / with living space of 0.20m2 per guinea pig. T2: balanced feed + water /
with living space of 0.10m2 per guinea pig. T3: fresh alfalfa (Medicago sativa L)/ with living
space of 0.20 m2 per guinea pig. T4: fresh alfalfa / with living space of 0.10 m 2 per guinea pig.
The fattening period lasted 8 weeks at the end of which the animals were slaughtered and blood
samples were collected to determine cortisol. The analysis of variance was performed for each
group and the Tukey test was applied. The four treatments showed no significant difference
(p>0.05) in blood cortisol values. It is concluded that the level of blood cortisol in male guinea
pigs does not vary by the type of feeding, nor by the areas of living space used in this study.
Keywords: guinea pig, blood cortisol, living space, integral feeding, Medicago sativa
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I. INTRODUCCIÓN
El cuy (Cavia porcellus) es un roedor originario del Perú cuya evolución y grado de
mejoramiento genético lo ha convertido en un recurso importante de proteína animal para muchos
pobladores en nuestro país, sobre todo de la región sierra. Se caracteriza por ser altamente
prolífico y su producción puede darse a un bajo costo. En el censo realizado por el “Instituto
Nacional de Estadística e Informática” (INEI) en el año 2017 se estimó una población de cuyes
de más de 17 millones distribuido principalmente en sierra seguido de la costa.
Un aspecto importante de la especie es que presentan un temperamento nervioso que los hace
estresarse rápidamente lo que resulta en la disminución en sus parámetros productivos y
presentación de enfermedades. Actualmente se crían ejemplares mejorados genéticamente con
fines comerciales; estas líneas genéticas mejoradas se caracterizan, principalmente, por ser
precoces en cuanto a la ganancia de peso, pero son exigentes en su alimentación y área de crianza,
conocido también como espacio vital. Una alimentación inadecuada y espacios vitales reducidos
son factores desencadenantes de estrés en esta especie la que puede manifestarse de forma aguda
o crónica, con la resultante merma en la producción.
Las condiciones de crianza en las que se mantiene a esta especie, por lo tanto, tienen un rol
determinante para la manifestación de estrés y uno de los parámetros empleado tradicionalmente
para medir el estrés en animales son los niveles de cortisol, sin embargo, no se ha determinado
los valores sanguíneos de cortisol en cuyes mejorados genéticamente con fines productivos y
criados en diferentes espacios vitales y tipos de alimentación, y si hubiera alguna variación en sus
valores frente a estas condiciones de mantenimiento, de tal forma que el valor de cortisol
sanguíneo pudiera ser un indicador fiable para evaluar posibles condiciones de estrés en esta
especie.
Las publicaciones donde señalan los valores de cortisol plasmático en cuyes de ambos sexos
provienen prioritariamente de especímenes albinos de laboratorio y se ubican entre el rango de
20 a 60µg/dL (Hennessy et al., 2019) en dos eventos evaluados, sin embargo, otros estudios
señalan que en las cuyes hembras albinas los valores de cortisol son significativamente menores,
registrándose cifras de aproximadamente 7 µg/dL (durante etapa de anestro) y 9 µg/dL (durante
el estro) (Garris, 1979; Glenk et al., 2018), pero, dado que la mayor presión para alcanzar el peso
de mercado en los cuyes se da en los machos de engorde , se hace necesario conocer los niveles
de cortisol sanguíneo en esta etapa productiva con el fin de proponer mejoras en su crianza y
alojamiento.
8
Por lo anteriormente expuesto el propósito de la presente investigación fue determinar los niveles
de cortisol sanguíneo en cuyes criados en pozas y mantenidos en diferentes áreas de espacio vital
y con diferente tipo de alimentación.
9
II. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
El cuy es un mamífero roedor que se originó en las zonas altas de Ecuador, Colombia,
Bolivia y Perú, siendo las especies silvestres Cavia cutleri y Cavia tschudii los antepasados
del cuy doméstico Cavia porcellus (Solorzano y Sarria, 2014; Chauca, 2020). La crianza de
cuy en nuestro país se ha desarrollado generalmente en pequeña escala, para consumo de carne
a nivel familiar. Sin embargo, con el tiempo se ha apreciado el valor de este roedor por el
contenido nutricional de su carne, además de ser precoces, prolíficos y con eficiente
conversión alimenticia (Montes, 2012; Solorzano y Sarria, 2014).
La carne de cuy es apreciada por las características que presenta como su bajo porcentaje
de grasa, menor del 10%, un porcentaje de proteína de 20%, además de bajas cantidades de
colesterol (65mg/100g). Sin embargo, actualmente continúa con un alto precio en el mercado
lo que limita bastante su consumo masivo (Gil, 2007).
Los cuyes se pueden clasificar según el tipo de pelaje que presente; los del tipo 1, que son los
más difundidos a nivel nacional presentan pelo corto, lacio y pegado al cuerpo, son de color entero
o combinados. Al tipo 2 corresponden los animales que presenten remolinos de pelo lacio o
también llamados rosetas y que se distribuyen a lo largo del cuerpo, no está muy difundido, pero
presenta potencial como productor de carne. El tipo 3 tiene pelo lacio y lacio, que dificulta su
utilización como productor de carne, por lo que es más solicitado con fines de mascota.
Finalmente, el tipo 4 se caracteriza por presentar pelo ensortijado que con el crecimiento se vuelve
erizado, por ello recibe la denominación de merino, este tipo es apreciado por el sabor de la carne
ya que tiene buena infiltración de grasa muscular y considerable implantación muscular, por lo
que representa un potencial cárnico (Chauca, 1991; Montes 2012; Solorzano y Sarria, 2014).
Según sus características físicas, los cuyes se dividen en tipo A y tipo B, el primero
comprende aquellos animales que tienen el cuerpo en forma rectangular enmarcado en un
paralelepípedo, características que favorecen la inserción de carne; es el tipo deseado debido a su
fácil manejo y mejor conversión alimenticia. Mientras que el segundo corresponde a los animales
con poca profundidad debido a lo anguloso que es su cuerpo, por lo cual no logra desarrollar gran
cantidad de musculo, son muy temerosos y dificultan el manejo. Existe también clasificaciones
en base al color de ojos (negros y rojos) y color de pelaje (claros y oscuros) (Chauca, 1991;
Solorzano y Sarria, 2014).
11
2.1.2. Sistemas de producción
Existen 3 sistemas de producción en cuyes, los cuales se dividen según el contexto de crianza
y el grado de tecnología aplicado, por lo que el número de ejemplares que se tengan no influye
en la clasificación. El sistema familiar es el más común, tiene como objetivo principal la
alimentación de la familia, involucra la crianza de cuyes en conjunto con otros animales en
traspatios o cocinas sin discriminar edades o sexo, por lo cual existe un alto nivel de mortalidad
y presencia de enfermedades. La alimentación es en base a restos de comida o residuos agrícolas,
lo que provoca poca productividad y mala conversión alimenticia. Todas estas características
favorecen a que no se pueda aplicar manejos técnicos y una baja productividad (Castro, 2002;
Ataucusi, 2015; Chauca, 2020).
En nuestro país el sistema comercial es poco desarrollado debido a que requiere una gran
inversión, mayor desarrollo en infraestructura, utilización de tecnología y manejo técnico; a este
tipo de crianza pertenecen aquellos criadores que se sustentan principalmente de la crianza de
cuyes. El alimento balanceado forma parte principal de la alimentación lo cual favorece una mejor
conversión alimenticia y productividad. Las instalaciones son adecuadamente distribuidas según
la edad, sexo, tamaño y condición del animal (Ataucusi, 2015; Mosqueira, 2019; Chauca, 2020).
Existe un alto porcentaje de granjas comerciales de cuyes en el país que presentan un pobre manejo
productivo, además existe un conflictivo sistema de comercialización y bajo conocimiento y
capacitación técnica en los productores (Gil, 2007; Ataucusi 2015). Por otro lado, la escases de
pastos en la Costa representa otra limitante en su crianza ya que no se dispone de áreas suficientes
para el cultivo de pastos para cuyes, lo que ha obligado a emplear alimento balanceado para su
alimentación y suministrar en forma restringida el pasto cultivado, lo que ha limitado la ingesta
diaria de vitamina C, la que es indispensable para su supervivencia y productividad (Sarmiento,
2021). En la región de la Sierra el pasto escasea en temporada de sequía lo cual también representa
un problema debido a que, de igual forma que en Costa, se brinda pasto en forma restringida y se
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suplementa con granos de cebada o afrecho los cuales no cubren las necesidades nutricionales de
los animales.
Se conoce como espacio vital o individual al “área necesaria para realizar actividades
básicas de mantenimiento y subsistencia; además está caracterizado por la distancia mínima
que se establece entre el individuo y los demás miembros del grupo” y se representa mediante
un valor de volumen o superficie (Cvabodni, 2003).
Cáceres et al., (2004), señalan que el espacio vital inadecuado puede desencadenar en
estrés, y en cuyes se manifestaría como renuencia a alimentarse, movilizarse e incluso para
descansar, lo que se vería traducido con bajos índices productivos. El espacio vital óptimo que
señalaron para cuyes fue: “0.16 m2/cuy para machos de recría; 0.14 m2/cuy para hembras de
recría; 0.24 m2 /cuy para machos de engorde; 0.18 m2 /cuy para hembras de engorde y 0.28
m2/cuy para pozas de reproducción”.
Los datos de espacio vital señalados por Cáceres et al. son superiores a lo señalado por
Humala, en (1971), quien evalúo tres medidas de espacios vitales: 0.13; 0.1; y 0.08 m 2 por
cobayo, concluyendo que no hubo diferencia significativa en la ganancia diaria y total de peso;
perosi encontró diferencia significativa en la interacción tratamiento-sexo, a favor del grupo de
cobayos machos, llegando a la conclusión que los machos necesitan más espacio vital que las
hembras.
2.2.2. Instalaciones
Las instalaciones en una crianza de cuyes deben satisfacer las necesidades de protección ante
depredadores, temperatura, humedad, clima y brindar el mayor confort para que los animales se
desarrollen en óptimas condiciones. Dentro de las consideraciones generales a tomar en cuenta
para establecer un sistema de crianza están la temperatura del ambiente, la cual debe oscilar entre
18-22°C y no presentar temperaturas extremas altas ya que los cuyes al carecer de glándulas
sudoríparas, su sistema de termorregulación es relativamente deficiente, llegando a padecer
“estrés de calor” que los lleva a la muerte rápidamente; sin embargo, pueden resistir mejor las
temperaturas bajas. La humedad relativa debe ser del 65 al 80%, en cuanto al clima, la ubicación
debe estar bien orientada de tal forma que los animales reciban 12 h de luz al día; también es
13
importante mantener una buena ventilación en el lugar (Montes, 2012; Ataucusi, 2015; Chauca,
2020).
La utilización de pozas y jaulas son los tipos de instalaciones más usadas en el país en una
crianza tecnificada, permitiendo un mejor manejo y distribución de los animales. Estas pueden
estar resguardadas por galpones que protejan y delimiten el área de crianza, favoreciendo un mejor
resguardo de los cuyes frente a amenazas y el mantenimiento de un microclima adecuado, pero
no suele ser un requisito indispensable en el sistema de producción (Quispe 2008; Mosqueira,
2019). Generalmente el tamaño de un galpón se rige por el número de hembras en producción, es
así que Solorzano y Sarria (2014) mencionan que el espacio mínimo por animal se da de acuerdo
con la etapa en la que se encuentre; entonces, para el área de reproducción debe haber un mínimo
de 0.12 m2 y máximo de 0.36 m2 por animal reproductor. Los que estén en recría deben tener un
área mínima de 0.08m2 y máximo de 0.20m2.
Las pozas facilitan el manejo de la población, y éstas pueden estar hechas a partir de material
noble, adobe, malla, madera u otros que se dispongan en la zona. Se construyen de forma
rectangular o cuadrada y suelen estar ubicadas sobre el piso del galpón o en su defecto elevadas
del piso con malla o tiras de madera para poder retirar las heces y orina. Estas características
pueden favorecer la proliferación de enfermedades infecciosas si no se tiene una correcta
desinfección del área, además el uso de estas instalaciones puede ser de alto costo y al estar fijas
no permiten que pueda realizarse cambios (Zeas, 2016; Dávila, 2017). Las pozas de empadre
deben medir 1.5 x 1 x 0.45 m. que alberguen 1 macho con 10 hembras o un máximo de 15 hembras
y sus crías. Las pozas que pertenezcan a los animales de recría (de 4 a 9 semanas de edad) pueden
tener 10 machos o 15 hembras y deben medir 1.5 x 1 x 0.45 m. En caso de los machos
reproductores se recomienda utilizar pozas con medidas de 1 x 0.5 x 0.45 m. (Castro, 2002; Zeas,
2016; Mosqueira, 2019).
Las jaulas en la crianza de cuyes representan una mejor separación de las excretas y la orina
de los animales, favoreciendo un menor desarrollo de enfermedades. Sin embargo, se debe tener
en cuenta que a la instalación de estas estructuras se le debe adicionar vías de drenaje y evacuación
de desechos. Dentro de las desventajas son la elevada inversión y que los animales pueden
presentar lesiones en las patas por las rejillas del piso. Existen 2 tipos de jaulas, en piso que
favorecen a la higiene del galpón y los de varios pisos que si bien aprovechan mejor el espacio
hay menor eficiencia de limpieza (Castro, 2002; Ortega y Silva, 2018).
14
2.3 Estrés y su repercusión sobre la producción animal
“El estrés involucra cualquier factor externo o interno que induce a un aumento en el
esfuerzo por parte de la persona para mantener un estado de equilibrio dentro de sí misma y
en relación con su ambiente” (Parihuamán, 2017).
Ganfornina (2017), concluye que “el estrés afecta al aparato digestivo a través de las
comunicaciones existentes entre el cerebro y el tracto gastrointestinal, conocidas con el
nombre de Eje Cerebro-Intestino. Como consecuencia, el estrés altera las funciones
gastrointestinales tales como: la permeabilidad, la motilidad, la sensibilidad visceral, el flujo
sanguíneo y las secreciones, así como la composición y el hábitat de la microbiota intestinal”.
Para Romero et al. (2011) el grado de estrés es utilizado como un indicador de bienestar
animal. Al generar cambios en la actividad del eje “hipotálamo-pituitaria-adrenocortical”
(HPA) y el “sistema simpático-adreno-medular” se produce un aumento en la liberación de
catecolaminas: adrenalina y noradrenalina, de la médula adrenal y de las fibras nerviosas del
locus coeruleus, respectivamente, como respuesta cuando el animal necesita luchar o huir ante
una amenaza, colocándolo en estado de alerta continua. En el eje HPA se da la activación de
la “hormona liberadora de corticotropina” (CRH) que actúa sobre la hipófisis propiciando la
liberación de la “hormona adrenocorticotrópica” (ACTH), la que sobre la corteza adrenal
15
promueve la liberación de corticosteroides como el cortisol, el cual aumenta la concentración
de glucosa en la sangre mediante el catabolismo de proteínas y grasas, favoreciendo una mayor
disponibilidad de energía en el organismo. El cortisol tiene efectos sobre el hipotálamo cuando
hay mucha segregación de esta hormona, provocando así que el animal puede adaptarse y
relajarse ante el evento de estrés que esté afrontando, a lo cual se le llama etapa de “resistencia
o relajación” (Cortés et al., 2018).
El estrés presenta 3 fases descritas por Ferreira (2012): la primera se llama fase de alarma,
en la que el cuerpo reconoce el agente que genera el estrés y se produce respuesta fisiológica
por parte del organismo mediante la activación del eje HPA y la liberación de hormonas,
provocando el aumento de la frecuencia cardíaca, contracción del bazo, liberación de glóbulos
rojos y blancos, aumento de la capacidad respiratoria, dilatación de pupilas y una
redistribución de la sangre dejando piel y órganos para distribuirse en el músculo, cerebro y
corazón. La segunda es la fase de resistencia o adaptación y se presenta la normalización del
nivel de corticoesteroides y desaparición de la sintomatología porque el organismo intenta
superar y adaptarse ante el agente de estrés. El agotamiento es la tercera fase y suceden eventos
de mayor frecuencia y duración, si el individuo no logra adaptarse ante el agente tensor se
producen desequilibrios internos y fisiológicos, provocando enfermedades psicosomáticas o
hasta la muerte del animal.
El estrés se presenta de forma natural durante las diferentes etapas de un ser vivo, y
también puede ser producido por factores externos como el manejo o el medio ambiente. Por
eso podemos dividir a los factores estresores en 3 categorías:
Desde etapas tempranas, en animales como los cuyes se encuentran rodeados de factores
estresantes; durante la lactación las crías entran en competencia por alcanzar la glándula
mamaria y poder alimentarse, en otros casos la separación entre la cría - madre y la interacción
con nuevos individuos representan un factor de estrés altísimo que puede alterar el futuro
desempeño productivo del animal. Durante esta fase mientras se va estableciendo las
jerarquías entre individuos, las peleas pueden causar lesiones, bajo consumo alimenticio, bajo
peso corporal, comportamientos anómalos, baja fertilidad y sensibilidad a enfermedades
(Odeón y Romera, 2017).
16
• Interacción entre el hombre – animal
Los efectos de un agente tensor en los animales pueden verse reflejados en diversos
ámbitos de su desarrollo, causando bajos rendimientos productivos, baja rentabilidad y
viabilidad económica. Álvarez et al. (2009) señalan que en el organismo se produce un
desequilibrio hídrico debido al incremento del cortisol, que provoca mayor pérdida de agua a
través del aumento de la micción y la alta filtración glomerular. El estrés también puede afectar
la etapa de lactación de un animal por la alta presencia de catecolaminas en la sangre, las cuales
reducen la secreción de prolactina y bloquean la liberación de oxitocina, causando baja
producción de leche e inhibiendo la bajada de la misma; estos efectos causan una mala etapa
de lactación para las crías lo cual retrasa el destete, crecimiento y disminuye la provisión de
inmunoglobulinas. Durante el proceso de crianza es posible que se presenten problemas que
puedan afectar el crecimiento del animal, las altas concentraciones de glucocorticoides debido
a un caso de estrés crónico llegan a inhibir el crecimiento y desarrollo de tejidos y órganos. La
osteopenia causada puede provocar fractura de huesos y sumada a la acción anti-vitamínica D
provoca una reducción en la absorción de calcio a nivel del lumen intestinal (Álvarez et al.,
2009; Ullmann y Galich, 2019). Durante el proceso de beneficiado de animales, es donde se
observa las mayores consecuencias de un agente de estrés sobre la calidad de la carne, debido
a que ocurre un gran consumo de glucógeno que reduce los niveles de ácido láctico, factor que
da terneza, buen sabor y color a la carne, por lo que como resultado se obtiene una carne de
menor calidad. Así lo comprobó Yucra (2020), quien evidenció que en cuyes que habían
experimentado estrés (privatización de alimento, agua y separación individual de animales),
17
el tiempo de congelación, pH y acidez se vieron alterados con respecto a los que no habían
pasado este procedimiento.
Castaño et al. (2014) registraron que el estrés tiene un efecto negativo sobre la
segregación de las gonadotropinas en el eje HPA del individuo. Se observa una baja
producción de andrógenos como la testosterona, principal hormona de los caracteres sexuales
masculinos; ante un proceso de estrés crónico los testículos pueden dañarse perjudicando la
motilidad, calidad y desarrollo espermático. Mientras que en las hembras el ciclo estral se ve
afectado en su duración e intensidad, además ante una baja producción de la hormona
luteinizante (LH) se imposibilita la maduración del folículo. Estos efectos se resumen en una
mayor cantidad de óvulos no fertilizados, embriones anormales o pérdida de los mismo y por
lo tanto bajo nivel productivo (Buestán, 2011; Odeón y Romera, 2017).
Un estudio realizado por Al-Maliki et al. (2018), demostró que la exposición de los
ratones a hidrocortisona aumentó significativamente el número de glóbulos blancos y
hemoglobina en hembras no gestantes, mientras que en hembras gestantes los monocitos, la
hemoglobina y los glóbulos rojos se ven aumentados, pero con los días las células granulares
van disminuyendo. De igual forma en marranas se estudió el efecto del estrés sobre parámetros
sanguíneos durante el transporte, dando como resultado un aumento de neutrófilos y
disminución de linfocitos a causa del estrés producido durante el manejo (Dalin et al., 1993).
18
Figura 1. Cortisol plasmático total y cortisol biodisponible. Fuente: Guerrero, 2017.
El cortisol al ser una hormona de tipo esteroidea tiene como precursor al colesterol
procedente de las lipoproteínas plasmáticas de baja densidad (LDL) y en su estructura presenta
4 anillos compuestos, moléculas de ciclopentanoperhidrofenantreno y 17 átomos de carbono.
En su estructura química presenta un grupo metil, que emerge desde la cadena adjunta en la
posición C17 (Figura 2). Su fórmula es C21H30O5. El cortisol tiene efectos sobre la
concentración de glucosa, aumentando los niveles mediante el catabolismo de proteínas y la
liberación de ácidos grasos para que sean utilizados como fuente de energía; y disminuye la
respuesta antiinflamatoria del organismo.
19
Figura 2. Estructura química del cortisol (11β,17α,21-Trihidroxi-4-pregnen-3,20-diona).
Fuente: Murray et al.,1992.
En los seres humanos el cortisol es la principal hormona glucocorticoide (Murray et al., 1992),
de la misma manera que en el cuy (Matthews, 1998; Hewitt et al., 2014) y en la oveja (Cudd,
et al., 2001), mientras que la corticosterona es el corticoide dominante en la rata (Rivier et al.,
1984; Rowland y Toth, 2019). Cortisol y corticosterona son producidos en el humano y en el
cuy, recién nacidos y adultos, sin embargo, el cortisol es el glucocorticoide dominante, con
una concentración más de 10 veces mayor (Hewitt et al., 2014).
20
impulso de estrés: hambre, agresiones, quemaduras, lesiones, calor, entre otros; aumenta el
nivel de ACTH (Álvarez et al., 2009; Maidana et al., 2013).
21
(Berruezo, 2015; Cinquanta et al., 2017). Para la lectura se requiere de un luminómetro de
microplacas o Lector de Quimioluminiscencia. El método quimioluminiscente es ventajoso
por su rango dinámico de medición, alta especificidad, fácil detección de las señales
luminosas de alta intensidad, rápida lectura de la señal analítica con corto tiempo de
incubación, alta estabilidad de los reactivos y el requerimiento de bajo volumen de muestra
y reactivo (Cinquanta et al., 2017).
Para Roter et al. (2018) y Chauca (2020) el espacio vital suficiente ayuda al animal a
desarrollar su potencial genético; el no contar con este ambiente adecuado podría elevar sus
22
niveles de cortisol sanguíneo y disminuir la función de su sistema inmunológico por lo que se
presentarían enfermedades bacterianas y/o virales. Cáceres et al. (2004) realizó un estudio con
cuyes entre hembras y machos, demostrando que un mayor espacio vital en machos de recría
y engorde permite mayores ganancias de peso y consumo de alimento, además de menor índice
de conversión alimenticia y disminución de cicatrices por peleas; mientras que en las hembras
se registró el mismo comportamiento.
23
III. MATERIALES Y MÉTODOS
24
3.4. Equipos y materiales
3.5.1. Tratamientos
Se evaluaron 04 tratamientos con 10 repeticiones cada uno:
25
reconocida experiencia en análisis de bioquímica sanguínea ubicado en Lima, dentro de la
hora de colectada la muestra de sangre.
Los datos obtenidos fueron sometidos a un análisis de varianza (ANOVA) y Prueba de Tukey
para determinar la significancia y comparación de medias entre tratamientos. Se empleó el
programa estadístico R® 3.4.3.
26
IV. RESULTADOS
Los niveles de cortisol sanguíneo en cuyes (Cavia porcellus) fueron evaluados en cuatro
tratamientos con dos tipos de alimentación y dos áreas de espacio vital.
Cuadro 1. Promedio de los niveles de cortisol, leucocitos y linfocitos en cuyes de engorde por
tratamiento a la 8va semana.
Parámetro Tratamientos
Balanceado integral alfalfa (Medicago sativa)
T1 T2 T3 T4
0.20m2 /animal 0.10m2 /animal 0.20m2/animal 0.10m2/animal
Cortisol (µg/dL) 24.7a ±4.41 24.4a ±4.47 26.0a ±5.12 28.6a ±4.80
(X̄ ± desviación estándar)
Leucocitos (miles/µL) 5.99a ±0.78 5.95a ±0.93 5.92a ±0.70 6.81a ±0.95
(X̄ ± desviación estándar)
En los resultados del cuadro 1 observamos una diferencia numérica en los valores de cortisol
sanguíneo, indicando los mayores valores en los cuyes de los tratamientos 3 y 4, los cuales fueron
alimentados solamente con alfalfa y mantenidos en diferente espacio vital. Los valores de cortisol
de los cuyes alimentados con concentrado integral (T1 y T2) y con diferente espacio vital fueron
similares. En relación al valor mínimo este fue de 17.96 µg/dL y el máximo valor fue de 34.08
µg/dL. De la misma manera sólo se observa una diferencia numérica en los valores de leucocitos
y linfocitos, entre los cuatro tratamientos presentando los animales del tratamiento 4 los valores
más altos de leucocitos (6.81miles/µL) y los valores más bajos de linfocitos (36.70%). Sin
embargo, estadísticamente no se observa diferencia entre los cuatro tratamientos ni interacción
entre tipo de alimentación y área de espacio vital utilizada.
27
Cuadro 2. Parámetros productivos por cada tratamiento al término del periodo de engorde.
Tratamientos
Balanceado integral alfalfa (Medicago sativa)
T1 T2 T3 T4
0.20m2/animal 0.10m2/animal 0.20m2/animal 0.10m2/animal
Variables Promedio
Peso Inicial (g) 281a 282.20ª 262.9ª 292.3ª
Peso final (g) 1042.4a 869.3b 643.0c 617.0c
Conversión alimenticia (CA) 3.69b 4.76ª 4.58ª 5.08ª
Peso de la canal (g) 725.0a 552.8b 384.4c 363.8c
Rendimiento de canal % 69.63a 63.59b 59.75b 58.96b
“Letras diferentes en la misma fila indican diferencias significativas (p<0,05)”.
En los resultados del cuadro 2 se muestran los valores alcanzados en los parámetros
productivos registrados, observando una diferencia significativa en el peso final, siendo los
animales del T3 y T4 los que registraron los menores pesos al final del periodo de engorde,
mientras que los animales del T1 superaron el kilo de peso vivo al finalizar la 8va semana de
engorde. De manera similar, el T1 registró una CA significativamente mejor (3.69) y peso de la
canal (725g) que el resto de los tratamientos.
28
V. DISCUSIÓN
Esta característica de precocidad en los cuyes criados en granjas comerciales en nuestro país,
como resultado del mejoramiento genético, resultaría en un factor estresante (Ormandy et al.,
2011) que habría influenciado para que los niveles de cortisol sanguíneo se hayan elevado aún
más en esta especie sobre todo en los machos (Hennessy et al., 2006), ya que en las hembras
influiría las fases del ciclo estral en su temperamento y niveles de cortisol (Glenk, 2018), además
de las condiciones ambientales como espacio vital y alimentación que también influirían en el
nivel sanguíneo de esta hormona (Kaiser et al., 2007). Sin embargo, los resultados de cortisol
29
sanguíneo en cuyes machos obtenidos en el presente trabajo no son estadísticamente significativos
al compararse entre los cuatro tratamientos, donde se mantuvieron a la mitad de la población en
un reducido espacio vital y con restricción de alimento que satisfaga sus necesidades nutricionales
por día (T3 y T4). Aparentemente la reducción del espacio vital hasta 0.10m2 no fue suficiente
como para causar un aumento significativo de cortisol sanguíneo como respuesta a un evento
estresante posiblemente debido a que esta área permitía aún el libre desplazamiento y movimiento
del animal además que el aporte de alfalfa fresca suministrado diariamente cubría ampliamente
los requerimientos diarios de vitamina C en el cuy en crecimiento, los cuales son en el rango de
0.4 a 25mg/día, según la National Research Council [NRC] (1995), y el contenido promedio de
ácido ascórbico en la alfalfa fresca es de aproximadamente 100 mg/100 g (Pennacchiotti y
Yanssens, 1953), lo que significaría que el aporte diario de este antioxidante disminuiría los
efectos negativos del estrés en los animales (Paredes, 2020).
Por otro lado, los valores obtenidos resultan similares a lo reportado por Hennessy et al.
(2019) quienes evaluaron las alteraciones en los niveles de cortisol en cuyes de ambos sexos
expuestos a eventos estresantes, mientras se mantuvieron juntos con la madre en una jaula
colectiva los cuyes presentaron valores de cortisol de 20µg/dL, sin embargo cuando se realizó el
cambio repentino de jaulas colectivas a pasar a un evento de aislamiento en jaulas individuales,
en los cuyes se observaron valores de cortisol superiores a 60µg/dL; pero, cuando comparamos
nuestros resultados de cortisol con otros trabajos realizados en la década de los 70’s donde
también se evaluó el cortisol en cuyes de laboratorio y obtuvieron entre 6.4-9.0 µg/dL en las
primeras horas de la mañana (Garris,1979), nuestros hallazgos resultaron significativamente
superiores (24 µg/dL) en ese mismo horario de colecta de sangre, posiblemente como resultado
de las líneas genéticas mejoradas que existen actualmente en nuestro país y que causarían una
exigencia en el metabolismo y fisiología en esta especie (Kaiser, 2007).
Además, es importante señalar que en nuestra población el cuy es criado para consumo y
significa una fuente de proteína animal de muy buena calidad, lo que justificó la creación de
ecotipos mejorados genéticamente como productores de carne, que han sido evaluados en su
desempeño productivo (Yamada et al., 2019) y actualmente se crían en costa y sierra; hasta
incluso la creación de razas de cuyes de línea cárnica (Chauca, 2007); lo que significó su crianza
en números cada vez mayores en espacios reducidos y con cada vez menor suministro de forraje
verde. Por lo que, obtener información de hemograma y bioquímica sanguínea en cuyes de
engorde mantenidos en estas condiciones es bastante escasa. Uno de esos trabajos es el publicado
por Vidalón (2014) que reportó valores de hemograma de cuyes de la Línea Precoz de la Estación
El Mantaro en Huancayo, resultando con valores de leucocitos superiores al nuestro (9.6
miles/µL) y con valores de linfocitos muy variables, siendo el rango muy amplio entre 3 a 76%;
30
estos valores quizá respondan a las condiciones de crianza y estado de salud de los animales de
la estación en la fecha de muestreo. Los valores de linfocitos observados en nuestro estudio en
los cuatro tratamientos estarían dentro del rango de lo reportado por Vidalón (2014).
Por otra parte, en relación a si existió alguna influencia en los valores de cortisol por la
manipulación y sujeción de los cuyes al momento de la toma de muestras de sangre, tenemos lo
señalado por Harper (1976), quien basado en la recopilación de artículos científicos en cuyes, y
Wirth (2020) señalaron que el acto de manipular a esta especie, dado su temperamento nervioso
y propensos al estrés, sería suficiente para variar los valores del hemograma, principalmente
hematocrito, recuento diferencial de células blancas y niveles de glucocorticoides, principalmente
cortisol (Sachser et al.,1994) y catecolaminas; sin embargo, Kaiser et al. (2007) señalaron que
los cuyes al ser sometidos a sedación empleando anestesia previa a la colecta de sangre, o previo
al degüello cuando se procede al sacrificio y éste se realiza en menos de 5 minutos los valores de
cortisol no se ven afectados durante ese tiempo, y efectivamente en el presente estudio se utilizó
el método de sedación con agente anestésico previo al degüello, por lo que consideramos que los
resultados de cortisol del presente estudio no se vieron influenciados por el método de beneficio
de los animales en el momento de la colecta de las muestras de sangre ya que ésta se realizó en
menos de 4 minutos por cada cuy.
Al comparar, además, los valores obtenidos en nuestro estudio con lo reportado por Falconí
(2015) quien obtuvo valores de cortisol sanguíneo en cuyes machos de 2.34µg/dL, consideramos
que nuestros valores de cortisol resultantes son altos sobre todo en los animales del T4
(28.6µg/dL). Más aún, dentro los valores de sangre obtenidos en el T4, observamos que incluso
los valores de leucocitos (6.81miles/µL) y linfocitos (36.7%) difieren del resto de los tratamientos
del estudio, aunque estadísticamente no habría diferencia entre los cuatro tratamientos. Sin
embargo, cuando observamos los índices productivos de este grupo de animales (Cuadro 2) y que
fue estudiado y reportado por Córdova (2019) vemos que su ganancia de peso es baja, alcanzando
poco más de 600g de peso vivo a las ocho semanas; esto puede atribuirse principalmente al tipo
de alimentación que recibieron estos animales, únicamente a base de alfalfa, que si bien aportaba
entre el 6 y 7% de su peso vivo en materia seca, además de vitamina C y agua, no cubría las
demandas energéticas ni nutricionales de los animales por lo que pudieron entrar en déficit
nutricional y presentar un cuadro de estrés crónico que se manifestó como inapetencia, letargia,
baja ganancia de peso, bajo consumo de materia seca, mala conversión alimenticia (5.08%) y
deficiente rendimiento de carcasa (58.96%). Todo este conjunto de eventos pudo haber sido el
factor que desencadenó en la muerte de uno de los animales del T4 en la semana 7 del periodo de
evaluación. En el resto de los tratamientos no se registraron fallecimientos.
31
Señalamos que, en base a los resultados hallados en los niveles de cortisol y en el
comportamiento productivo observado en los animales del experimento, los cuales pertenecían a
la línea genética mejorada Perú-Andina, el eje Hipotálamo-Pituitaria-Adrenal a través de la
expresión del factor liberador de corticotropina, puede influir sobre el comportamiento y
productividad del cuy macho (Emack y Matthews, 2011); y que los efectos del estrés, estimado
mediante los niveles de cortisol en sangre, podrían depender del sexo y densidad poblacional.
Finalmente, respecto a la utilidad de las medidas de cortisol sanguíneo en cuyes como posible
indicador de bienestar animal debemos señalar que los hallazgos en el presente trabajo, en las
condiciones que fue realizado, son resultados iniciales importantes para un estudio más
exhaustivo sobre como repercute el sistema de crianza actual de cuyes de producción comercial
en los niveles de glucocorticoides como el cortisol, la generación de estrés, salud y bienestar
animal y su impacto en la productividad de esta especie, sugiriendo evaluar además del cortisol
sanguíneo otros parámetros como cortisol salival o cortisol en heces (Nemeth et al., 2016;
Sanmiguel et al., 2018) y su potencial empleabilidad en cuyes de producción.
32
VI. CONCLUSIÓN
En las condiciones que se desarrolló el estudio se concluye que el nivel de cortisol sanguíneo en
cuyes de engorde machos no varía por el tipo de alimentación, ni por las áreas de espacio vital
utilizadas en este estudio.
33
VII. RECOMENDACIONES
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VIII. LITERATURA CITADA
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