Estimación de La Capacidad Torácica A Través de Los Huesos

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Estudios Atacameños Nº 

7, pp. 249-254 (1984)

Estimación de la capacidad torácica


a través de los huesos

Eugenio Aspillaga1, Mario González1


y Claudio Paredes 1

Introducción colección de restos óseos humanos de la población


actual de Santiago, recopilada por J. Munizaga y
Conocer la capacidad torácica en forma absoluta o depositada en el laboratorio de antropología física
relativa, es un antecedente de evidente utilidad para del Departamento de Antropología de la Universidad
el estudio de la adaptación de poblaciones humanas de Chile. También se midieron los fémures de los
a la altura. Sin embargo, esto no ha sido medido de mismos individuos para establecer relaciones entre
alguna forma en poblaciones humanas extintas, lo la estatura y los valores obtenidos para el tórax de
que limita el estudio de éstas y el conocimiento del cada uno. Se agregaron a esta pequeña muestra
fenómeno de adaptación a la altura en el tiempo. tomada al azar datos provenientes de un individuo
de sexo femenino del cementerio precolombino de
No hemos encontrado en la literatura una forma de la localidad Caleta Huelén, restos óseos facilitados
estimar, de una manera absoluta o relativa, la capaci- también por el profesor J. Munizaga.
dad torácica de un individuo a través de sus huesos,
aunque sea en una forma aproximada. Tampoco Método propuesto
profesionales del campo de la medicina, anatomía y
de la antropología física nos han dado una respuesta Durante el desarrollo de la presente investigación se
a este problema que nos fuera planteado inicialmente procedió a tomar una serie de medidas en el material
por el antropólogo físico J. Munizaga. Es por esto
estudiado, de las cuales sólo se empleó una parte,
que hemos considerado importante iniciar estudios
sin embargo sugerimos tomar aquellas medidas
conducentes a cubrir este vacío.
que abajo se indican para explorar otras formas
de resolver el problema planteado de una manera
No es el objetivo de este trabajo resolver el problema
diferente a la que aquí se propone.
en forma definitiva, sino que más bien abrir una vía de
investigación y proponer una manera de solucionarlo en
forma relativa quedando para futuro su contrastación en A cada medida se le asignó arbitrariamente una letra
el vivo y ser complementado con otros elementos del minúscula (de: a, a g), secuencia que se dio a medida
esqueleto que contribuyan a dar mayor confiabilidad que la investigación se fue desarrollando.
a las medidas y relaciones aquí sugeridas.
a) Distancia, en línea recta, entre la cresta de la cabeza
Material ósea y la parte media, del lado externo del ángulo de
la costilla. Esta medida se realiza con compás.
En nuestro trabajo hemos considerado el uso de
costillas como elemento anatómico “duro” de refe- b) Perímetro externo de la costilla. Se mide con una
rencia, para estimar la capacidad torácica en forma huincha métrica, de género, desde la cresta de la
relativa e inferir indirectamente una aproximación cabeza ósea hasta la parte media de la extremidad
a la capacidad vital. anterior.

Para este estudio preliminar hemos empleado terceras c) Diámetro entre la cresta de la cabeza ósea y
y séptimas costillas de tres individuos de sexo femeni- la parte media de la extremidad anterior de la
no y de siete de sexo masculino, provenientes de una costilla.

1 Departamento de Antropología de la Universidad de Chile.


Casilla 10136, Correo Central, Santiago, CHILE.

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Eugenio Aspillaga, Mario Gonzalez, Claudio Paredes

d) Diámetro medido desde la parte media de la elemento anatómico a emplear son algunas costillas
extremidad anterior hasta la parte media anterior se ponen de manifiesto otras dificultades. No tenemos
del ángulo de la costilla una forma directa de conocer la altura del cono,
tampoco las costillas por sí solas forman la totalidad
e) Diámetro máximo establecido por una línea del cono, por lo tanto, aunque éstas formaran un
perpendicular al diámetro c, partiendo de éste semicírculo, no podemos conocer en forma directa
hasta la parte más externa (en la parte media) los radios de la base y de la cima. Todo esto hace
del cuerpo de la costilla. necesario establecer una serie de consideraciones
previas que validen algunas modificaciones que
f) Alto máximo de la costilla medido a no más de hemos introducido a la fórmula y que justifiquen
cinco centímetros del ángulo, hacia el cuerpo de su aplicabilidad.
esta.
Estableceremos las siguientes premisas:
g) Espesor de la costilla medido por delante de la
tuberocidad. – Las costillas, al ser elementos estructurales per-
manentes del tórax, deben, de alguna manera,
Todas las medidas arriba indicadas están represen- reflejar la forma y tamaño relativo de este, por
tadas en la parte media de la lámina adjunta a este lo tanto ciertas medidas que den cuenta del
trabajo. tamaño y forma de las costillas lo hacen también
indirectamente en relación al tórax. Es posible
Después de probar una serie de relaciones entre las por ende prescindir otros elementos anatómicos
medidas arriba señaladas para varias costillas y en como esternón, cartílagos y vértebras dorsales.
relación con la estatura, expresada en la longitud de
fémur de varios individuos y al no obtener resultados – Si bien la base y la cima del supuesto cono no
claramente satisfactorios, nos inclinamos por consi- forman un mismo plano con las respectivas
derar al tórax como un cuerpo geométrico sencillo. costillas en su posición anatómica normal, es
Tal como lo señalan algunos autores de conocidos perfectamente posible considerarlas equivalentes
textos de fisiología humana: “El tórax en conjunto al transformarse en mediciones sistemáticas e
adopta la forma de un cono truncado, más ancho incluyendo las desviaciones en una constante de
en su base, cuyo eje transversal es mayor que el corrección. Además aunque una costilla de por
anteroposterior” (Hussay et al. 1952). sí no trace en su trayectoria el perímetro de un
solo plano se puede considerar como formando
El tratar al tórax como a un cono truncado sin duda uno al promediar algunas medidas que reflejen
facilita la resolución del problema antes planteado, su curvatura.
pero no está exento de ciertos inconvenientes de orden
metodológico-prácticos. Debemos tomar en cuenta – Mediante medidas de dos costillas, una de ellas
que el tórax, si bien asemeja el cuerpo geométrico en relación a la base y otra relación a la cima,
descrito, posee una serie de irregularidades y asi- es posible reconstruir el resto del cono formado
metrías que debemos compensar de alguna forma. por el tórax.
Además la base de este supuesto cono es diferente
si consideramos a las últimas costillas como parte – Podemos establecer una altura para el cono to-
de ésta a si consideramos la posición relativa del rácico, en forma indirecta del siguiente modo:
diafragma en un momento dado. Debemos consi- promediando los valores obtenidos para el alto
derar junto a esto que este supuesto cono modifica de las costillas (aquellas consideradas para la
sus volúmenes como consecuencia de la mecánica reconstrucción de este) y multiplicándolo por
respiratoria. un factor sencillo que aproxime esta altura a
un valor real de incluirse todas las costillas que
Si analizamos la fórmula para calcular el volumen de forman el cono y los espacios entre ellas.
un cono truncado, que se expone en la parte superior
de la lámina adjunta a este trabajo, los inconvenientes A las consideraciones arriba señaladas debemos
arriba señalados se hacen evidentes, así como si el agregar que: al construir un cono que refleje la

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Estimacion de la capacidad toracica a traves de los huesos

capacidad torácica de un individuo, podemos escoger relativa” (iCtr), es decir, el volumen torácico expre-
algunas costillas que muestren mejor esa medida en sado como el de un cono truncado. Este índice está
relación a una situación dinámica y a la adaptación expresado como proporcional (α) al valor obtenido
del individuo (en cuanto a su morfología se refiere), a del desarrollo del resto de la fórmula y no como
una determinada altura o más bien a una determinada una igualdad para no suscitar equívocos en relación
tensión de oxígeno. Para la elección de las citadas con los valores reales de capacidad torácica que se
costillas debemos señalar, en primer lugar, que las pudieran obtener en el vivo.
medidas que se tomen tan solo podrán reflejar una
situación estática dentro de la mecánica respiratoria de El siguiente término modificado corresponde al
un individuo. No será posible, al menos por ahora y valor de la altura del cono truncado (h), que ha sido
con los elementos que aquí se consideran, dar cuenta reemplazada por el valor promedio obtenido para
de situaciones dinámicas, como valores obtenidos la medida f (ver parte central de la lámina) entre
en el vivo al establecer su capacidad vital; aunque las costillas tercera y séptima de un individuo, el
en condiciones normales (ausencia de patologías, cual es multiplicado por un factor de corrección
individuos adultos y otras) sea posible inferir una que hemos estimado en nueve tentativamente,
proporcionalidad entre capacidad vital y volumen
torácico. Sin embargo, podemos considerar al tórax ( h = (9xf )).
3− 7

relativamente estático durante la respiración tranquila, Las expresiones del resto de la fórmula, con ex-
dado que el movimiento de las costillas es mínimo, cepción de K, corresponden a valores promedios
siendo el diafragma el que realiza los movimientos entre los valores obtenidos de las medidas “c” (se
que permitan la respiración del individuo (Houssay considera sólo c/2) y “e”, empleándose los valores
et al. 1952). En condiciones normales, la respiración de una tercera costilla (c3/2 y e3) para determinar
tranquila puede ser un buen índice de la adaptación el radio uno (r1), y los valores obtenidos de una
de un individuo a la altura y en ésta jugarán un papel séptima costilla (c7/2 y e7) para el radio dos (r2), es
determinante el volumen torácico y, en especial, la decir, la base del cono truncado establecido en el
superficie formada por la base de este cono truncado
tórax de un individuo.
y cubierta por el diafragma.
K corresponde a un factor de corrección de la fórmula
El método aquí propuesto consiste básicamente en
que deberá ser determinado más tarde en estudios
reemplazar algunos términos de la fórmula para de-
realizados en vivos.
terminar el volumen de un cono truncado (expuesta
en la parte superior de la lámina adjunta) por algunas
Se estimó conveniente relacionar de alguna manera
medidas o promedios de medidas obtenidas en ter-
los valores obtenidos con la talla de los individuos,
ceras y séptimas costillas, agregándose a la forma
una constante de corrección (denominada K), la cual dada su relación con la necesidad de ventilación
no es determinada en este trabajo pues se requiere de estos y por ende en cómo el tórax satisface esas
realizar mediciones en individuos vivos. necesidades en relación a diferentes disponibilidades
de oxígeno. Con esta finalidad calculó un índice
En la parte inferior de la lámina adjunta a este trabajo de capacidad torácica relativa obtenido para un
presentamos la fórmula modificada por nosotros. En individuo por la longitud, expresada en cm, de uno
ella se puede apreciar que los diferentes términos de sus fémures.
de la fórmula original han sido reemplazados por
medidas o promedios de medidas de terceras y sép- Cabe agregar que todas las mediciones fueron rea-
timas costillas (indicándose su proveniencia con un lizadas en centímetros, hasta con un decimal. Todas
subíndice de 3 o 7 respectivamente). Las medidas las operaciones fueron realizadas considerando más
aparecen designadas por las mismas letras que las de cuatro decimales.
usadas para describirlas y que aparecen esquema-
tizadas en la parte central de la lámina. Resultados

En primer término de la fórmula corresponde a lo Los resultados obtenidos para nuestra primera muestra
que hemos denominado “índice de capacidad torácica se indican en los cuadros 1 y 2.

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Eugenio Aspillaga, Mario Gonzalez, Claudio Paredes

Clave Sexo iCtr iCtr/fe


Pab. 10 ad. N-91 Femenino 2041.9445 51.0475
G-18 ad. N-466 Femenino 2210.1272 50.8068
PP N-17 Femenino 2156.2666 52.8504
C Hue. Femenino 2213.2912 59.0213
Promedio Cementerio General 2136.1128
Promedio Sexo 2155.4049 53.2855

Cuadro 1. Valores obtenidos para los individuos femeninos.

Clave Sexo iCtr iCtr/fe


Gal 17 ad. N-216 Masculino 3812.7541 100.335
Gal 18 ad. N-86 Masculino 2238.7510 48.88
P-36 S-1333 Masculino 2671.3884 67.4595
Pab. B ad. N-51 Masculino 3560.8978 75.124
P-36 S-1116 Masculino 3083.9204 69.301
P-6 S-412 Masculino 2711.0126 65.32
Gal 18 ad. N-646 Masculino 3597.2648 77.695
Promedio Cementerio General 3096.5699 72.016

Cuadro 2. Valores obtenidos para los individuos masculinos.

Discusión en especial si se comparan los datos, guardando las


debidas precauciones (y proporciones), con valores
A pesar de lo reducido de esta nuestra inicial es po- relacionados con la capacidad torácica como es el caso
sible diferenciar las capacidades torácicas relativas de la capacidad vital en poblaciones vivas (Vital and
de las mujeres de las de los hombres, diferencia Health Statistics. Series 11, nº 22 - 1971-75). Esto
originada básicamente en el dimorfismo sexual. No es, siempre que se emplee un criterio poblacional
es necesario hacer uso de ningún recurso estadístico y se trabaje en condiciones normales.
para mostrar el agrupamiento diferencial de cifras
por sexo, aunque en el futuro nos resulte necesario, Con respecto al valor de h, hemos preferido estimarlo
eventualmente, para discriminar a individuos de provisoriamente en 9 para no distorsionar el sentido
poblaciones diferentes como las del altiplano que real que hemos querido darle a la fórmula –el de
por el momento no disponemos. una cierta proporcionalidad con valores reales de
capacidad torácica– no asignándole un valor que
Se puede apreciar además, aunque esto pueda ser arroje por el momento valores similares a medidas
casual y estadísticamente no significativo, que existe obtenidas en el vivo; este sería el caso si se usaran
una sugerente diferencia entre los valores obtenidos cifras próximas a 13.
para el iCtr/fe de las mujeres de la población de
Santiago y la mujer de Caleta Huelén. Esto podría Al relacionar los valores obtenidos para el iCtr con
estar indicando que el método propuesto podría la longitud del fémur, se lo ha hecho pensando en
discriminar bien entre diferentes poblaciones pero individuos normales dentro de una población; de
es necesario todavía verificarlo con una muestra cumplirse lo anterior los resultados deberían pre-
mucho más amplia, quedando por ahora esto como sentarse sin distorsiones.
una observación tentativa.
Conclusiones
En relación a la fórmula misma, su aplicación nos ha
mostrado que ésta podría estar reflejando adecuada- Creemos que la fórmula desarrollada por nosotros
mente las características para las cuales fue construida, puede, con las debidas salvedades, arrojar resultados

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Figura 1. Indice de capacidad torácica relativa.

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que hagan útil su aplicación al estudiar poblaciones dentro de la antropología física y el estudio de la
indígenas de altura y compararlas con otras de zonas adaptación de las poblaciones humanas a la altura,
más bajas. insinuando tanto las dificultades existentes como
las grandes posibilidades futuras en el desarrollo
Los valores hasta ahora obtenidos en el desarrollo de del problema.
la investigación muestran que es posible reflejar de
alguna forma la capacidad torácica de un individuo No siendo nuestro objetivo dar una solución definitiva
usando medidas y relaciones entre éstas obtenidas al tema planteado en este trabajo, creemos contribuir
en algunos de sus huesos. al mostrar una posible vía de solución a éste sus-
ceptible de ser modificada o reemplazada a futuro
Esta investigación, si bien no es concluyente, mues- en la medida que las investigaciones se desarrollen
tra un campo de investigación necesario de cubrir o que los datos biológicos lo posibiliten.

REFERENCIAS CITADAS
HOUSSAY, B. A., J. LEWIS y otros, 1952. Fisiología humana, —— 1971-75. Basic. Data on spirometry in adults 25-74 years
2ª Edición. Editorial El Ateneo, Buenos Aires. of age. Vital and Health Statistics Series 11 (22).

HOUSSAY, B. A., R. CALDEYRO-BARCIA y otros, 1972. —— 1971. Tablas científicas. Ciba Geigy S.A., Basilea.
Fisiología humana, 4ª Edición. Editorial El Ateneo, Buenos
Aires.

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