UT. 3 - ORGANIZACION - INTERVENCION-UC Word
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Organización
de la intervención en
las
unidades de
convivencia.
Atención a las unidades de convivencia
10. Recursos comunitarios. Saber utilizar los recursos que nos brinda nuestra
comunidad: transporte público, bibliotecas, áreas recreativas, servicios
médicos…, conociendo su ubicación y el modo de acceso.
Dichas áreas pueden ser tomadas como indicadores a la hora de analizar el nivel de
autonomía de los diferentes miembros. Las dificultades que puedan presentar los
diferentes miembros de la unidad de convivencia en el desempeño de las diferentes
áreas, pueden orientar la intervención.
Atención a las Unidades de Convivencia 4
UT 3. Organización de la intervención en las unidades de convivencia.
Recuerda:
Una persona es autónoma en la medida que es capaz de realizar por sí misma las
Actividades de la Vida Diaria (AVD), tal y como también has estudiado en el módulo
de PAP. Las AVD se pueden clasificar en:
- Básicas (AVDB): Son actividades elementales que permiten a las personas
desenvolverse con un mínimo de autonomía e independencia,
imprescindibles para vivir.
Se relacionan con el cuidado personal y el funcionamiento físico y mental
básico: cuidado personal, actividades domésticas básicas, movilidad,
esencial, reconocimiento de personas y objetos y orientación, entender y
ejecutar órdenes o tareas sencillas…
- Instrumentales (AVDI): más complejas que las anteriores, requieren mayor
grado de autonomía. Nos permiten adaptarnos al medio que nos rodea, usar
el teléfono, hacer las tareas domésticas –comprar, limpiar, lavar, cocinar…-,
manejar el dinero, utilizar el transporte público, administrar medicación
propia…
- Avanzadas (AVDA): Permiten a la persona disfrutar de una buena calidad
de vida. El deporte, el ocio, las actividades laborales y reuniones sociales
son actividades de la vida diaria que requieren el uso de procesos cognitivos
más complejos.
Atención a las Unidades de Convivencia 5
UT 3. Organización de la intervención en las unidades de convivencia.
Hasta hace poco, los planes eran desarrollados por profesionales, sus objetivos
reflejaban más bien la disponibilidad de los servicios que las preferencias individuales.
Estaban focalizados en el sistema y la organización. La PCP supone un cambio de
enfoque radical. Este tipo de planificación innova en cuanto que:
- Está centrado en talentos, capacidades sueños y deseos.
- Está controlado por la persona.
- Los roles de “experto” desaparecen.
- Se potencia la vida en la comunidad, basada en preferencias y fortalezas.
- Es un plan para enriquecer un futuro.
Teniendo en cuenta la perspectiva desde la que se interviene desde la PCP, una vez
detectadas las áreas en las que los sujetos de intervención necesitan apoyos, que se
clasifican en base a la intensidad de los apoyos que la persona necesita para poder
desenvolverse con normalidad en su entorno. Este depende de las diferentes
circunstancias en relación a las características de la persona, la situación y las
diferentes etapas de la vida.
Atención a las Unidades de Convivencia 6
UT 3. Organización de la intervención en las unidades de convivencia.
De manera general, según el tipo de necesidad, las actuaciones que han de realizarse
son las siguientes:
a. El tipo de alojamiento:
Las características del domicilio/alojamiento en el que se encuentren los
miembros de la unidad de convivencia, pueden aumentar o disminuir la
autonomía de los miembros del domicilio.
No es lo mismo un cortijo en el medio rural, que un piso en la ciudad. Así como
tampoco es igual un quinto de una habitación sin ascensor ni calefacción, para
una familia de 5 miembros, en los suburbios que un piso más céntrico, con
habitaciones para todos, y suministros básicos.
Atención a las Unidades de Convivencia 8
UT 3. Organización de la intervención en las unidades de convivencia.
b. La intensidad de la atención.
Como se ha estudiado en el apartado anterior, el tipo de apoyo/atención puede
variar mucho, desde un apoyo puntual a un apoyo más intenso y generalizado.
Por lo que las necesidades de apoyo también determinarán la autonomía de
las personas con las que se va a intervenir.
Tomando éstas como referencia, junto a las áreas de autonomía personal, se puede
realizar el análisis de necesidades de la unidad de convivencia. A través del cual se
podrá determinar:
- Qué necesidades básicas no están cubiertas o presentan deficiencias:
alimentación, higiene, sueño, vestido, etc.
- En qué áreas de autonomía hay limitaciones.
- Qué tipo de apoyo son necesarios
- Las intervenciones pertinentes para cubrir las necesidades detectadas.
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En cuanto a la organización del domicilio, las principales áreas en las que se puede
intervenir son:
o Economía doméstica: uno de las principales dificultades de las unidades de
convivencia es el ajuste del presupuesto para la cobertura de las necesidades
de la unidad y del propio domicilio, por lo que es un área prioritaria de
intervención.
o Necesidades de los miembros de la unidad de convivencia: es
imprescindible conocer cuáles son las necesidades de las diferentes personas
que forman la unidad convivencial con el objetivo de adecuar y adaptar tanto la
organización del domicilio a éstas, de una manera equitativa y priorizando
dichas necesidades.
o Normas del domicilio: que referirá a todas las reglas que regulan la
convivencia, hay que intentar que sean democráticas.
o Distribución de espacios: donde la intervención se dirigirá a realizar un
reparto equitativo de los diferentes espacios, acotando aquellos que sean
comunes, y organizando su utilización.
o Horarios: otro elemento a tener en cuenta son los diferentes horarios que
tienen las personas que conviven en el domicilio, y los horarios de uso de los
espacios comunes, con el objetivo de conseguir una convivencia en armonía.
o Adaptaciones: habrá que analizar el domicilio y ver qué adaptaciones son
necesarias en función de las características de las personas usuarias y sus
necesidades.
o Limpieza y mantenimiento del domicilio: es fundamental que las personas
que conforman la unidad convivencial sean autónomos en la limpieza y
mantenimiento del domicilio así como en
o Limpieza y mantenimiento de la ropa,
o Y organización de la compra y elaboración de menús.
o Prevención de riesgos en el domicilio: es necesario orientar hacia la
prevención de riesgos en el domicilio.
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En el módulo de Habilidades Sociales estudiarás más en profundidad la intervención
en éste área.
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La escala de las necesidades de Maslow se describe como una pirámide que consta
de cinco niveles: los cuatro primeros niveles pueden ser agrupados como
“necesidades de déficit” –primordiales-; al nivel superior lo denominó autorrealización,
motivación de crecimiento o necesidad de ser.
Es evidente, que para satisfacer parte de las necesidades, es necesario tener unos
recursos económicos. Cuando las necesidades están por encima de los recursos que
se poseen, se producen desequilibrios que pueden llevar a problemas de diverso
índole (económicos, psicológicos…).
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Necesidades y salud: el modelo biopsicosocial
Desde el modelo biopsicosocial se considera que cada persona tiene una serie de
necesidades que satisface, generalmente, de manera autónoma. Cuando la persona
tiene dificultades para autosatisfacer sus necesidades en uno o varios ámbitos,
presentará dificultades sobre las que será necesario intervenir.
Factores
biológicos:
Anatomía
Fisiología
Antecedentes
Factores sociales:
Factores
psicológicos: Satisfacción
laboral
Procesos cognitivos
Estrés laboral
Afrontamiento ante
las dificultades Apoyo social en el
entorno
Psicopatología
Factores
Personalidad económicos
Atención a las Unidades de Convivencia
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Recuerda:
El PAI se realizará a partir del diagnóstico realizado. Repasa los contenidos
estudiados en la primera unidad.
a. La fijación de objetivos
El punto de partida es el establecimiento de los objetivos que se quieren conseguir
a partir de la intervención. Por eso es importante, en su redacción establecer una
jerarquía entre las áreas en las que se ha de intervenir, según la importancia que
tengan.
Se debe centrar la intervención en objetivos relacionados con:
Atención a las Unidades de Convivencia
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o La autodeterminación y el control de las decisiones propias.
o La promoción y el ejercicio de la independencia funcional.
o La mejora de la convivencia, la relación social y la integración con la sociedad.
¿Cómo se puede estructurar una actividad? Se puede elaborar una ficha que
contenga básicamente:
Nombre de la actividad
Objetivos (responde a la pregunta ¿qué pretende?)
Usuarios (responde a la pregunta ¿a quién se dirige?)
Profesionales (responde a la pregunta ¿quién la aplica?)
Materiales (responde a la pregunta ¿qué se necesita?)
Desarrollo de la sesión y técnicas utilizadas (responde a la pregunta ¿cómo
se aplica?).
Calendario y horarios (responde a la pregunta ¿cuándo se lleva a cabo?)
Adaptaciones
Evaluación (responde a la pregunta ¿cómo se valora?)
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su funcionalidad. No cabe duda de que el entorno en el que vivimos dice mucho de
cómo somos, de nuestros gustos, de nuestros deseos, etc. Por lo tanto, dependiendo
de cómo lo organicemos, este va a influir en nuestro rendimiento, en nuestro estado de
ánimo y en nuestra sensación de confort. Por ejemplo: un espacio desordenado
acostumbra a causarnos nerviosismo, un entorno sucio puede producirnos rechazo, un
espacio en el que haga mucho frío o mucho calor dificultará la relajación, un espacio
con barreras arquitectónicas no nos permitirá desplazarnos libremente, una estancia
en la que no estén eliminadas las situaciones de peligro no nos permitirá sentirnos
seguros, etc. Por todo ello, debemos darle una importancia relevante a la organización
del entorno, para crear y potenciar ambientes adecuados, seguros, que contribuyan a
mejorar la capacidad funcional de la persona usuaria.
Los tres elementos básicos sobre los que hay que intervenir en este ámbito son:
- El espacio
- Las condiciones ambientales
- Los materiales y productos de apoyo.
Entendemos por tanto por “espacio accesible” el que permite a las personas
desenvolverse con independencia en cualquier entorno.
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- Recoger información relevante del domicilio y el entorno inmediato de la
persona en situación de dependencia.
- Identificar obstáculos y barreras arquitectónicas que pongan en riesgo su
seguridad.
- Eliminar posibles situaciones de riesgo para el usuario (tropiezos, caídas,
cortes, golpes…)
- Posibilitar un mayor grado de independencia en el entorno del usuario
aumentando su autoestima y su motivación.
Una vivienda accesible ideal es la que pueda utilizarse a lo largo de toda la vida,
incluso si se padece una discapacidad o una limitación en la movilidad. La vivienda
accesible ideal:
Permite el paso de una silla de ruedas en todas las estancias.
Es segura, ergonómica y confortable.
Los pavimentos son duros, lisos y antideslizantes, incluso cuando están
mojados.
Su iluminación es suficiente. Los muebles no provocan sombras
incómodas.
Las moquetas son de pelo corto y están bien fijadas al suelo
No hay alfombras
No hay objetos
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Los espacios comunes estarán subdivididos en distintos espacios
diferenciados, sobre todo la sala de estar, que contará con mesas redondas de
distintos tamaños; sofás en paralelo, o en ángulo en forma de “u” o en círculo,
que faciliten la relación; las butacas estarán en rincones íntimos que permitan
la tranquilidad o el aislamiento, para facilitar conversaciones a nivel a más
íntimo.
Los espacios privados se reservan para la tranquilidad y la reflexión, para
facilitar que la persona esté a solas cuando desee.
Las condiciones de iluminación que debe cumplir el lugar en el que residen los
usuarios deben ser las siguientes:
- Instalar iluminación, suficiente, uniforme, sin proyecciones de sombras,
reflejos o deslumbramientos.
- Situar un punto de luz para la lectura junto a la cama.
- Aumentar la luminosidad de las zonas en las que se requiere esfuerzo
visual.
- Instalar interruptores fáciles de diferenciar del fondo, accesibles.
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ventilación más adecuada es la natural (abrir ventanas), y también es la más
higiénica y económica.
Podemos aprovechar los minutos en los que las estancias están vacías para
hacerlo. Los extractores son útiles en estancias cerradas o cuando las
inclemencias del tiempo impidan una ventilación adecuada. Las estancias
deben estar ventiladas para que el ambiente no esté cargado.
Los tipo de apoyo y características del colectivo con el que se interviene son los otros
dos factores que determinan la autonomía, por lo que es necesario contemplar en la
intervención productos de apoyo y otros materiales que contribuyan al
desenvolvimiento autónomo.
¿Qué son los productos de apoyo? Podemos definir un producto de apoyo como
cualquier dispositivo, equipo o instrumento disponible en el mercado destinado a paliar
las limitaciones funcionales de las persona con algún déficit y favorecer su autonomía
personal.
Estos productos, además de facilitar la realización autónoma de las actividades
cotidianas por parte de las personas usuarias, también son una ayuda excelente para
el profesional de atención directa, que podrá prestar el soporte con menor esfuerzo y
mayor calidad.
Disponemos de una gran variedad de productos de apoyo de diferente complejidad
para la realización de las AVDs. Entre ellos podemos destacar los siguientes:
- Herramientas para facilitar la higiene personal: cepillos, dispensadores de jabón,
elementos para la manicura.
Atención a las Unidades de Convivencia
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- Utensilios para ayudar a vestirse: calzadores, abonotadores, alargadores para
ponerse medias o calcetines…
- Productos para favorecer la deambulación: sillas de ruedas, pasamanos, rampas,
bastones, andadores…
- Aparatos para hacer transferencias: grúas, barras o asideros en el baño…
- Artículos para preparar alimentos y comerlos: utensilios de cocina, sistemas de
sujeción y agarre de cubiertos, electrodomésticos adaptados.
- Productos para el cuidado del hogar: cepillos para fregar, cubos con ruedas…
- Mobiliario y adaptaciones para viviendas.
- Dispositivos de ayuda para la lectura y la escritura.
- Dispositivos de ayuda para las llamadas telefónicas.
- Mecanismos de señalización.
- Artículos para la manipulación de otros productos: asideros, mangos,… En la
evaluación de las necesidades de cada persona usuaria, se propondrán los productos
de apoyo que se considere necesario y se entrenará a la persona para que aprenda a
utilizarlos de manera correcta.
Materiales de orientación
Otros materiales que se pueden utilizar para facilitar la autonomía de la persona en el
domicilio son:
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- Relojes y calendarios. Para la orientación temporal. Incluirán fechas significativas.
Los relojes serán grandes de fácil lectura. Dispondrán de sistemas auditivos para
personas con déficit visual importante.
- Materiales personales Resulta de gran utilidad para el usuario contar con una agenda
o libreta para registrar secuencias y rutinas diarias, sucesos relevantes y como agenda
de contactos. Al profesional le resultará útil para llevar a cabo un seguimiento. Para el
usuario es un instrumento que favorece la motivación y el aprendizaje otorga
seguridad e incrementa su autoestima.
En la mayoría de las actuaciones el TSIS establece una relación de ayuda con las
personas que conforman la unidad de convivencia. En este sentido, los orienta a
rehabilitar la dinámica disfuncional, proporcional habilidades de relación y a resolver
conflictos por medio del diálogo.
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Recuerda que:
La intervención directa y continuada del profesional en el ámbito de las unidades de
convivencia requiere:
- Supervisión técnica constante, para comprobar que las actuaciones se
están desarrollando de manera prevista.
- Apoyo psicosocial para detectar situaciones de riesgo e intervenir cuando la
sobrecarga, la tensión, la excesiva implicación o el estrés amenacen a su
motivación psicosocial y dificulten la realización de su trabajo.
- Coordinación con los demás profesionales del equipo, para que no se
dupliquen tareas ni se solapen responsabilidades.
ACTIVIDAD PRÁCTICA:
PREGUNTAS DE DESARROLLO:
1. ¿Cómo una persona puede adquirir las competencias necesarias para ser
autónoma?
3. ¿Cuáles son las necesidades sobre las que hay que intervenir en las unidades
de convivencia? ¿Qué implica para las personas usuarias no tener cubiertas
las necesidades?