UT. 3 - ORGANIZACION - INTERVENCION-UC Word

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UT 3.

Organización
de la intervención en
las
unidades de
convivencia.
Atención a las unidades de convivencia

A lo largo de la UT 3, se realiza una


aproximación a la organización de la
intervención en las unidades de convivencia:
niveles de autonomía, necesidades de las unidades
de convivencia, planificación de la intervención,
adaptaciones, etc.
Atención a las Unidades de Convivencia 1
UT 3. Organización de la intervención en las unidades de convivencia.

Resultado de Aprendizaje Asociado y Criterios de Evaluación:

RA2: Organiza la intervención en unidades de convivencia, analizando las


necesidades de las mismas en el ámbito doméstico, personal y relacional.
a. Se han descrito los factores que intervienen en la adquisición de
competencias necesarias para la autonomía de las unidades de convivencia.
b. Se han identificado los niveles de autonomía de las distintas unidades
de convivencia
c. Se han identificado las necesidades de las unidades de convivencia en el
ámbito doméstico, personal y relacional.
d. Se han determinado las necesidades de formación, información, supervisión y
acompañamiento de la unidad de convivencia.
e. Se han relacionado los objetivos y estrategias de intervención social con las
necesidades que presenta la unidad de convivencia.
f. Se ha organizado el espacio, los recursos y los tiempos necesarios para la
puesta en práctica de la intervención en las unidades de convivencia,
teniendo en cuenta la generación de entornos seguros.
g. Se han relacionado las carencias y alteraciones en la vida cotidiana de las
unidades de convivencia con la intervención del técnico superior en integración
social.
h. Se ha argumentado la importancia de respetar las decisiones de cada
miembro de la unidad de convivencia

UT3. Organización de la intervención en unidades de convivencia.


3.1. Niveles de autonomía en las unidades de convivencia:
o Indicadores de los niveles de autonomía
o Determinación de los tipos de apoyo y de necesidades de formación,
información, supervisión y acompañamiento
o Factores que determinan la autonomía en las unidades de convivencia.

3.2. Análisis de necesidades en el ámbito doméstico personal y relacional.


o Conceptos básicos de intervención en las unidades de convivencia:
necesidad, consumo y salud
3.3. Aplicación de la planificación de la intervención en unidades de convivencia:
o Identificación de objetivos fijados, actividades, criterios metodológicos,
espacios, materiales, y tiempos.
3.4. Organización del espacio en la unidad de convivencia: espacios del domicilio y
ayudas técnicas.
3.5. El TSIS en la intervención en unidades de convivencia.
Atención a las Unidades de Convivencia 2
UT 3. Organización de la intervención en las unidades de convivencia.

3.1. Niveles de autonomía en las unidades de convivencia:

La intervención en las unidades de convivencia ha de tener como objetivos:


 Facilitar la autonomía
 Favorecer las relaciones sociales
 Incrementar la autoestima
 Mejorar la calidad de vida
 Potenciar los recursos de la persona y su red de apoyo.

Por lo tanto el eje que ha de guiar la intervención es el fomento de la autonomía


personal, ya que si una persona es autónoma, tendrá unas correctas relaciones
sociales, una buena autoestima,… etc.

Cuando se habla de autonomía personal, se hace referencia al conjunto de


habilidades del individuo para hacer elecciones, tomar decisiones y asumir las
consecuencias de las mismas. La autonomía se aprende, se adquiere, se aprende a
través de la práctica e interacción con el entorno.

La autonomía depende de:


la competencia de cada persona (cognitiva y emocional) para actuar o decidir.
de la situación o tarea (del riesgo que conlleve para la propia persona o para los demás)
y del entorno (de los apoyos que tenga).

En la toma de decisiones de las personas intervienen varias capacidades que es


importante tener en cuenta:
- Capacidades cognitivas: funciones cognitivas superiores: atención, memoria,
orientación, lenguaje pensamiento…
- Capacidades de comprensión: la persona tiene que ser capaz de comprender
las diferentes situaciones que se plantean, las opciones o alternativas que
existen.
- Capacidades de expresión: también interviene la capacidad de expresar ideas,
preferencias, gustos, opiniones, decisiones…
- Capacidades de razonamiento: decidir opciones o alternativas exige razonar.
Dependiendo del tipo de decisión o elección, el nivel de razonamiento
requerido puede ser más o menos complejo.

3.1.1. Indicadores de los niveles de autonomía

Como ya habrás estudiado en el módulo “Promoción de la Autonomía Personal”, una


persona puede considerarse totalmente autónoma si tiene adquiridas las siguientes
áreas de aprendizaje de habilidades de autonomía personal (AAIDD):
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UT 3. Organización de la intervención en las unidades de convivencia.

1. Autocuidado: Relacionada con la autonomía en el aseo, alimentación, higiene y


cuidado del aspecto físico. Son habilidades que se adquieren desde la primera
infancia.

2. Autorregulación. Implica regular nuestro comportamiento a través de


elecciones personales, seguimiento de horarios, finalización de tareas, pedir
ayuda y resolver conflictos interpersonales.

3. Habilidades sociales. Necesarias para interactuar con las personas de nuestro


entorno. Nos permiten relacionarnos eficazmente con los demás, comprender a
otras personas, expresar ideas, pensamientos, y emociones, así como resolver
conflictos.

4. Habilidades de comunicación: entendida como la capacidad de comprender y


transmitir información a través de destrezas comunicativas fundamentales
(hablar y escuchar).

5. Hogar. Habilidades que nos permitan la autonomía en casa: preparación de


comidas, orden, limpieza, pago de recibos, cuidado de ropa…

6. Habilidades académicas funcionales. Lectura, escritura, cálculo, etc.,


aprendizajes escolares instrumentales que tienen una aplicación directa en las
actividades de la vida diaria., fundamentalmente para funcionar de forma
autónoma en nuestro entorno más inmediato: comprar, leer, seguir
instrucciones, buscar información, orientarnos a través de señales y símbolos
en lugares públicos…

7. Ocio y Tiempo Libre. Desarrollo de intereses de ocio y satisfacción,


participación en actividades gratificantes y situaciones sociales de
entretenimiento.

8. Salud y seguridad personal. Adquisición de hábitos saludables, revisiones


médicas y prevención de accidentes, así como defenderse o prevenir
situaciones agresivas o peligrosas.

9. Trabajo y empleo. Habilidades relacionadas con el desempeño de un trabajo


como cumplimiento de horarios, finalización de tareas, recibir críticas, conocer
los recursos necesarios para ser eficaces.

10. Recursos comunitarios. Saber utilizar los recursos que nos brinda nuestra
comunidad: transporte público, bibliotecas, áreas recreativas, servicios
médicos…, conociendo su ubicación y el modo de acceso.

Dichas áreas pueden ser tomadas como indicadores a la hora de analizar el nivel de
autonomía de los diferentes miembros. Las dificultades que puedan presentar los
diferentes miembros de la unidad de convivencia en el desempeño de las diferentes
áreas, pueden orientar la intervención.
Atención a las Unidades de Convivencia 4
UT 3. Organización de la intervención en las unidades de convivencia.

¿Sabías qué?: También será necesario partir de las


Las intervenciones variarán según: características propias de la unidad de
- El tipo de alojamiento convivencia (que sea familiar o creada
- La intensidad de la atención por la sociedad), y a su vez de las
- Las características del colectivo características del grupo que la
conforman y sus particularidades. Es
decir, la intervención será distinta si se trabaja en un piso de autonomía con
personas con discapacidad intelectual, a si se hace en el domicilio de una familia
multiproblemática. Y a su vez, variará según las características y necesidades de
apoyo que presente cada miembro que conforme la unidad de convivencia.

Recuerda:

Una persona es autónoma en la medida que es capaz de realizar por sí misma las
Actividades de la Vida Diaria (AVD), tal y como también has estudiado en el módulo
de PAP. Las AVD se pueden clasificar en:
- Básicas (AVDB): Son actividades elementales que permiten a las personas
desenvolverse con un mínimo de autonomía e independencia,
imprescindibles para vivir.
Se relacionan con el cuidado personal y el funcionamiento físico y mental
básico: cuidado personal, actividades domésticas básicas, movilidad,
esencial, reconocimiento de personas y objetos y orientación, entender y
ejecutar órdenes o tareas sencillas…
- Instrumentales (AVDI): más complejas que las anteriores, requieren mayor
grado de autonomía. Nos permiten adaptarnos al medio que nos rodea, usar
el teléfono, hacer las tareas domésticas –comprar, limpiar, lavar, cocinar…-,
manejar el dinero, utilizar el transporte público, administrar medicación
propia…
- Avanzadas (AVDA): Permiten a la persona disfrutar de una buena calidad
de vida. El deporte, el ocio, las actividades laborales y reuniones sociales
son actividades de la vida diaria que requieren el uso de procesos cognitivos
más complejos.
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UT 3. Organización de la intervención en las unidades de convivencia.

3.1.2. Determinación de tipos de apoyo y de necesidades de formación,


información, supervisión y acompañamiento

Recuerda los modelos de intervención estudiados en la unidad de trabajo 1: modelo


clínico, educativo y social.

Actualmente en el área de intervención social, el enfoque más utilizado es la


Programación Centrada en la Persona (PCP), que es un proceso de colaboración para
ayudar a las personas a acceder a los apoyos y servicios que necesitan para alcanzar
una mayor calidad de vida basada en sus propias preferencias y valores.

De manera resumida, los puntos clave en la PCP son:

1. La persona es el centro del proceso. La PCP se basa en derechos,


independencia y elecciones. Se basa en una escucha real de la persona y en la
comprensión y aprendizaje de ella, de sus puntos fuertes, capacidades y
aspiraciones.
2. Los miembros de la familia y los amigos. La PCP reconoce que cada uno de
ellos es esencial, el individuo se ve como parte de un contexto familiar y
comunitario.
3. El foco de la PCP se centra en las capacidades de la persona, lo que es
importante para ella y los apoyos que necesita. La persona es el centro,
elige lo que es importante, decidiendo.
4. Es un compromiso de acciones que reconoce los derechos de la persona.
La PCP genera acciones que producen cambios en la vida de la persona y en
su inclusión en su propia comunidad.
5. La PCP es un continuo proceso de escucha, aprendizaje y acción. Al igual
que la vida de cada uno cambia, también lo hacen sus circunstancias,
aspiraciones e intereses, por lo que la PCCP es un proceso flexible.

Hasta hace poco, los planes eran desarrollados por profesionales, sus objetivos
reflejaban más bien la disponibilidad de los servicios que las preferencias individuales.
Estaban focalizados en el sistema y la organización. La PCP supone un cambio de
enfoque radical. Este tipo de planificación innova en cuanto que:
- Está centrado en talentos, capacidades sueños y deseos.
- Está controlado por la persona.
- Los roles de “experto” desaparecen.
- Se potencia la vida en la comunidad, basada en preferencias y fortalezas.
- Es un plan para enriquecer un futuro.

Teniendo en cuenta la perspectiva desde la que se interviene desde la PCP, una vez
detectadas las áreas en las que los sujetos de intervención necesitan apoyos, que se
clasifican en base a la intensidad de los apoyos que la persona necesita para poder
desenvolverse con normalidad en su entorno. Este depende de las diferentes
circunstancias en relación a las características de la persona, la situación y las
diferentes etapas de la vida.
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UT 3. Organización de la intervención en las unidades de convivencia.

Los apoyos pueden variar en duración e intensidad:

- Intermitente: los apoyos se proporcionan cuando se necesitan. Esto significa


que no siempre son necesarios, o que sólo son necesarios durante periodos
cortos que coinciden con las transiciones de la vida. Los apoyos pueden ser de
intensidad alta o baja.

- Limitado: se caracteriza por su consistencia en el tiempo, por un tiempo


limitado pero no intermitente. Puede exigir un coste inferior y menos personal
que otros niveles más intensos de apoyo.

- Extenso: se definen por la implicación continua y regular, por ejemplo cada


día, en relación a algunos entornos y sin límite de tiempo.

- Generalizado: la constancia y la alta intensidad caracterizan este tipo de


apoyo, Se proporciona en distintos entornos y son, mayoritariamente, para toda
la vida.

Proceso de planificación de los apoyos


Paso 1. Identificar las áreas Autocuidado, Hogar, Habilidades
relevantes de apoyo. académicas…
Paso 2. Identificar las actividades Intereses y preferencias de la persona
relevantes para cada área Actividades en las que la persona es muy
probable que lo haga;
Contextos en los que la persona muy
probablemente participará.
Paso 3. Valorar el nivel o intensidad Frecuencia: menos de una vez al mes, cada
de las necesidades de apoyo para hora, semanalmente, …
cada actividad relevante Duración del apoyo diario: ninguna, menos de
30´, de 2h…
Tipos de apoyo: ninguno, supervisión, ayuda
verbal, asistencia física parcial…

Paso 4. Escribir el plan Los intereses y preferencias de la persona


personalizado de apoyos que refleje Las áreas y actividades de apoyo
Los contextos de participación
Las actividades de participación
Funciones específicas de apoyo dirigidas a
necesidades identificadas de apoyo
Apoyos naturales
Personas responsables de dar las funciones
de apoyo.
Resultados
Control de apoyos y resultados…
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UT 3. Organización de la intervención en las unidades de convivencia.

Teniendo en cuenta, que en la intervención con unidades de convivencia, se trabaja


también con el grupo, otro enfoque de intervención complementario a la PCP es el
modelo educativo, cuyo objetivo es ofrecer los recursos necesarios para la formación
del sujeto, por lo que habrá que analizar en las diferentes áreas de autonomía que
necesidades presentan.

Es decir ¿necesitan formación?¿información?¿supervisión?¿acompañamiento?. Es


importante que se recuerde no dispensar un trato paternalista, es decir, es
fundamental que la persona usuaria sea lo más autónoma posible.

De manera general, según el tipo de necesidad, las actuaciones que han de realizarse
son las siguientes:

o Formación: será necesario plantear una intervención instructiva, donde se


plantee un proceso de enseñanza-aprendizaje adaptado a la persona usuaria.
Será necesario enseñar aquellas estrategias, habilidades, etc, que el usuario
no tenga adquiridas con el objetivo de mejorar su autonomía.

o Información: en ocasiones, la persona usuaria tendrá dificultades, no porque no


sepa hacer una cosa determinada, sino porque no tenga la información
necesaria. Por ejemplo, puede ser que sepa qué tiene que hacer para coger un
autobús, pero no conozca qué autobús tiene que coger para ir a un sitio
determinado.

o Supervisión: supone un acto de “vigilancia” de actividades para comprobar que


se realizan de forma satisfactoria. Una de las funciones más importantes del
Técnico en la intervención en unidades de convivencia es la de supervisión.

o Acompañamiento: En estos casos, no hay que olvidar que acompañar es “estar


al lado del otro”, es decir, el objetivo es apoyar a la persona, desde un punto de
vista más emocional o psicosocial, para dar seguridad y confianza a la persona
usuaria, en ese proceso de adquisición de autonomía.

3.1.3. Factores que determinan la autonomía en las unidades de convivencia.

Los factores que determinarán la autonomía en las unidades de convivencia son:


- El tipo de alojamiento
- La intensidad de la atención
- Las características del colectivo

a. El tipo de alojamiento:
Las características del domicilio/alojamiento en el que se encuentren los
miembros de la unidad de convivencia, pueden aumentar o disminuir la
autonomía de los miembros del domicilio.
No es lo mismo un cortijo en el medio rural, que un piso en la ciudad. Así como
tampoco es igual un quinto de una habitación sin ascensor ni calefacción, para
una familia de 5 miembros, en los suburbios que un piso más céntrico, con
habitaciones para todos, y suministros básicos.
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UT 3. Organización de la intervención en las unidades de convivencia.

También dependerá a si es una vivienda familiar, o un piso tutelado, piso de


autonomía , o una residencia, etc.
Por lo que es importante adecuar tener en cuenta la influencia del tipo de
alojamiento, realizando las adaptaciones necesarias para mejorar la autonomía
de la persona usuaria.

b. La intensidad de la atención.
Como se ha estudiado en el apartado anterior, el tipo de apoyo/atención puede
variar mucho, desde un apoyo puntual a un apoyo más intenso y generalizado.
Por lo que las necesidades de apoyo también determinarán la autonomía de
las personas con las que se va a intervenir.

c. Las características del colectivo


En el módulo “Contexto de la Intervención Social”, estás conociendo los
diferentes colectivos con los que puedes intervención como futuro Técnico de
Integración Social. La gran diversidad de colectivos, y a la vez las
características particulares que cada persona presenta, influyen de manera
importante en la autonomía que la persona puede tener y/o adquirir.
Es fundamental tener en cuenta la incidencia de esta variable en la desarrollo
de la intervención.

A modo de resumen, se puede destacar que desde la intervención en las unidades de


convivencia, uno de los objetivos fundamentales es que las personas que conforman
la unidad de convivencia adquieran la máxima autonomía posible, con la consiguiente
mejora de autoestima, relaciones con el entorno, etc. Para ello, es necesario, desde
una PCP, determinar lo más ajustadamente posible, los tipos de apoyo que necesita
tanto la unidad de convivencia como los miembros que la conforman, realizando las
intervenciones formativas necesarias para que adquieran aquellas estrategias, o
habilidades que no posean. Para todo ello será necesario tener en cuenta: el tipo de
alojamiento en el que se desarrolla la intervención, la intensidad de la atención y las
características del colectivo.

3.2. Análisis de necesidades en el ámbito doméstico, personal y


relacional.

Tal y como estudiamos en la unidad de trabajo 1, las necesidades que se han de


cubrir a través de la familia, y por ende, en el resto de unidades de convivencia son:

o Económica: satisfacer las necesidades materiales y de manutención de


todos sus miembros.
o Educativa y social: Es importante favorecer la socialización de los
individuos y trabajar en su preparación para interactuar en la comunidad.
o Afectiva: No hay que olvidar la parte afectiva, mediante las relaciones
afectivas, se establece la vinculación íntima y permanente entre sus
miembros. En él se expresan sentimientos de amor, lealtad, reconocimiento
y apoyo.
Atención a las Unidades de Convivencia 9
UT 3. Organización de la intervención en las unidades de convivencia.

o Sexual: Es necesario contemplar en la intervención en unidades de


convivencia también éste área, favoreciendo una educación afectivo-sexual
sana y saludable.
o De apoyo y seguridad. El entorno de la unidad de convivencia ha de ser el
principal refugio donde se encuentra apoyo y ayuda en los momentos de
crisis. También proporcionar la confianza suficiente para que sus
componentes puedan desarrollar sus potencialidades.

Tomando éstas como referencia, junto a las áreas de autonomía personal, se puede
realizar el análisis de necesidades de la unidad de convivencia. A través del cual se
podrá determinar:
- Qué necesidades básicas no están cubiertas o presentan deficiencias:
alimentación, higiene, sueño, vestido, etc.
- En qué áreas de autonomía hay limitaciones.
- Qué tipo de apoyo son necesarios
- Las intervenciones pertinentes para cubrir las necesidades detectadas.

De manera general, la intervención en las unidades de convivencia girará en torno a 3


áreas principales: Organización doméstica, desarrollo personal y habilidades sociales-
relacionales, que a su vez están interrelacionadas entre sí, conformando un todo
indisoluble: ya que si una unidad de convivencia es capaz de autoorganizarse, y
gestionar adecuadamente su domicilio, es porque tiene adquiridas las habilidades
personales y de relación necesarias para desenvolverse en su entorno, lo que implica
una autonomía y desarrollo personal óptimo.
Atención a las Unidades de Convivencia

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En cuanto a la organización del domicilio, las principales áreas en las que se puede
intervenir son:
o Economía doméstica: uno de las principales dificultades de las unidades de
convivencia es el ajuste del presupuesto para la cobertura de las necesidades
de la unidad y del propio domicilio, por lo que es un área prioritaria de
intervención.
o Necesidades de los miembros de la unidad de convivencia: es
imprescindible conocer cuáles son las necesidades de las diferentes personas
que forman la unidad convivencial con el objetivo de adecuar y adaptar tanto la
organización del domicilio a éstas, de una manera equitativa y priorizando
dichas necesidades.
o Normas del domicilio: que referirá a todas las reglas que regulan la
convivencia, hay que intentar que sean democráticas.
o Distribución de espacios: donde la intervención se dirigirá a realizar un
reparto equitativo de los diferentes espacios, acotando aquellos que sean
comunes, y organizando su utilización.
o Horarios: otro elemento a tener en cuenta son los diferentes horarios que
tienen las personas que conviven en el domicilio, y los horarios de uso de los
espacios comunes, con el objetivo de conseguir una convivencia en armonía.
o Adaptaciones: habrá que analizar el domicilio y ver qué adaptaciones son
necesarias en función de las características de las personas usuarias y sus
necesidades.
o Limpieza y mantenimiento del domicilio: es fundamental que las personas
que conforman la unidad convivencial sean autónomos en la limpieza y
mantenimiento del domicilio así como en
o Limpieza y mantenimiento de la ropa,
o Y organización de la compra y elaboración de menús.
o Prevención de riesgos en el domicilio: es necesario orientar hacia la
prevención de riesgos en el domicilio.

Otra de las áreas de intervención es la de Desarrollo Personal, entendiéndolo como


el desarrollo evolutivo, cognitivo y socioafectivo de la persona, es decir, su formación
integral en todas sus dimensiones por un proceso continuo a través del que va
adquiriendo las destrezas y valores necesarias para conseguir tener un pensamiento
autónomo, crítico, creativo y divergente, con capacidades para tomar decisiones
acertadas en diferentes ámbitos. Esto implica, intervenir para conseguir que la unidad
de convivencia sea autónoma.

Las tareas de apoyo psicosocial y emocional estarán destinadas a proporcionar


apoyos para restablecer la funcionalidad psicológica y emocional de la persona, que la
capaciten para el ejercicio de su papel en el núcleo familia y en la comunidad.

En el módulo de Promoción de la Autonomía Personal y Habilidades Sociales


estudiarás estrategias específicas de intervención en esta área.

La última área a la que nos referimos en la intervención en las unidades de


convivencia, es la de Habilidades personales y de relación. Es decir, todas las
estrategias y habilidades necesarias para relacionarse con los demás y con el entorno.
Atención a las Unidades de Convivencia

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En el módulo de Habilidades Sociales estudiarás más en profundidad la intervención
en éste área.

Conceptos básicos de intervención en las unidades de convivencia: necesidad,


consumo y salud.

Es en la unidad de convivencia donde han de satisfacerse las necesidades básicas de


las personas que la conforman, a través de los ingresos de los que se dispongan. A la
hora de clasificar los tipos de necesidades, pueden clasificarse atendiendo a varios
criterios:

1. Según su importancia o naturaleza:


a. Necesidades primarias: son aquellas necesidades cuya satisfacción
depende la superviviencia –la vida- como son: alimentarse, dormir,
beber agua, respirar, abrigarse, …

b. Necesidades secundarias: son aquellas necesidades cuya satisfacción


aumentan el bienestar del individuo y varían de una sociedad a otra o
de una época a otra. El bienestar humano no consiste solamente en la
mera supervivencia. El ser humano busca su desarrollo integral como
persona. Ejemplos: llevar coche, comunicarse con un móvil, jugar a la
PSP, escuchar música…

2. Según su procedencia (de quien surgen) o carácter social:


a. Necesidades del Individuo: son aquellas propias del individuo como ser
humanos. Pueden ser naturales (comer, beber, dormir…) o sociales (se
tienen por vivir en una determinada sociedad: llevar reloj, celebrar una
boda, vestir a la moda…).

b. Necesidades de la sociedad: parten del individuo y pasan a ser de toda


la sociedad: el transporte, la seguridad, el orden público…

3. Según su importancia para la economía:


a. Necesidades económicas: son aquellas necesidades cuya satisfacción
requiere la utilización de recursos escasos y la realización de alguna
actividad económica. Por ejemplo: comer, llevar el móvil…

b. Necesidades no económicas: su satisfacción no requiere hacer ninguna


actividad económica. Ejemplo: respirar.

-La pirámide de Maslow-

La Pirámide de Maslow, o jerarquía de las necesidades humanas, es una teoría


psicológica propuesta por Abraham Maslow, que formula una jerarquía de
necesidades humanas y defiende que conforme se satisfacen las necesidades más
básicas (parte inferior de la pirámide), los seres humanos desarrollan necesidades y
deseos más elevados (parte superior de la pirámide).
Atención a las Unidades de Convivencia

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La escala de las necesidades de Maslow se describe como una pirámide que consta
de cinco niveles: los cuatro primeros niveles pueden ser agrupados como
“necesidades de déficit” –primordiales-; al nivel superior lo denominó autorrealización,
motivación de crecimiento o necesidad de ser.

La diferencia estriba en que mientras las necesidades de déficit pueden ser


satisfechas, la necesidad de ser es una fuerza impelente continua.

Es evidente, que para satisfacer parte de las necesidades, es necesario tener unos
recursos económicos. Cuando las necesidades están por encima de los recursos que
se poseen, se producen desequilibrios que pueden llevar a problemas de diverso
índole (económicos, psicológicos…).

En la intervención en éste área, es fundamental, orientar a las personas usuarias, en


el análisis realista de las necesidades que tienen, y priorizar los recursos sobre las
aquellas que sean más básicas, dejando la cobertura de necesidades más superfluas
o deseos, para momentos puntuales.
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Necesidades y salud: el modelo biopsicosocial

El concepto de salud ha evolucionado en los últimos años, ahora la salud se entiende


como algo más que la ausencia de enfermedad. El estado de ánimo, el equilibrio social
y emocional, las actitudes y las creencias de las personas son una fuente de fortaleza
que influye sobre la salud.

La OMS, considera que la salud es un estado completo de bienestar físico, mental y


social y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.

El modelo biopsicosocial considera a la persona como un ser íntegro cuyo equilibrio


depende de tres dimensiones: física –cuerpo-, psicológica –comportamientos y
emociones- y social –el entorno en el que está inmerso-. Esto está estrechamente
relacionado con la escalas de necesidades que hemos estudiado en el apartado
anterior, un equilibrio en la cobertura de necesidades, implica un equilibrio en las tres
dimensiones.

Desde el modelo biopsicosocial se considera que cada persona tiene una serie de
necesidades que satisface, generalmente, de manera autónoma. Cuando la persona
tiene dificultades para autosatisfacer sus necesidades en uno o varios ámbitos,
presentará dificultades sobre las que será necesario intervenir.

Factores
biológicos:
Anatomía
Fisiología
Antecedentes

Factores sociales:
Factores
psicológicos: Satisfacción
laboral
Procesos cognitivos
Estrés laboral
Afrontamiento ante
las dificultades Apoyo social en el
entorno
Psicopatología
Factores
Personalidad económicos
Atención a las Unidades de Convivencia

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3.3. Aplicación de la planificación de la intervención en unidades de


convivencia:

Para que la intervención se lleve a cabo de manera correcta y responda de manera


eficaz a las necesidades detectadas, será necesario planificarla adecuadamente. El
Plan de Atención Individualizado (PAI) es el instrumento clave para la planificación,
sobre todo, para los entornos institucionalizados.

El PAI es el documento en el que se planifica el conjunto de actuaciones destinadas a


la atención integral y personalizada de cada una de las personas usuarias.

Independientemente del modelo utilizado, el Plan de Atención Individualizado debe


contener la siguiente información:

 Datos personales de la persona usuaria


 Fecha de ingreso, fecha de realización del plan, y fecha prevista de evaluación
 Identificación de las necesidades en las diferentes áreas de atención
 Objetivos concretos
 Actividades previstas para conseguir los objetivos
 Identificación de los profesionales que desarrollan cada actividad.
 Criterios de evaluación.

La elaboración de este plan comporta la participación interdisciplinar de los diferentes


profesionales, así como de los familiares y de la propia persona usuaria.

Recuerda:
El PAI se realizará a partir del diagnóstico realizado. Repasa los contenidos
estudiados en la primera unidad.

3.3.1. Identificación de objetivos fijados, actividades, criterios


metodológicos, espacios, materiales, y tiempos.

Con la información obtenida en la fase de valoración/diagnóstico, un equipo


interdisciplinar elaborará un plan personalizado, estableciendo las acciones y los
apoyos que necesitará la persona para paliar o compensar las limitaciones detectadas
en cada área.

a. La fijación de objetivos
El punto de partida es el establecimiento de los objetivos que se quieren conseguir
a partir de la intervención. Por eso es importante, en su redacción establecer una
jerarquía entre las áreas en las que se ha de intervenir, según la importancia que
tengan.
Se debe centrar la intervención en objetivos relacionados con:
Atención a las Unidades de Convivencia

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o La autodeterminación y el control de las decisiones propias.
o La promoción y el ejercicio de la independencia funcional.
o La mejora de la convivencia, la relación social y la integración con la sociedad.

b. Diseño de actividades: tipo de actividad, criterios metodológicos,


espacios, materiales y tiempos.
Los objetivos se tendrán que alcanzar mediante unas actividades diseñadas para
ello, que responderán a una finalidad:
o Preventiva: para evitar la aparición de nuevas disfuncionalidades o
desequilibrios a través de la detección de factores de riesgo y aplicación de
medidas.
o Educativa: para capacitar a las personas usuarias en áreas que muestran
déficits: higiene, alimentación, limpieza…
o Asistencial: de aplicación de los tratamientos, prestación de cuidados,
realización de las actividades de las personas usuarias…
o Rehabilitadora: para restablecer o superar las secuelas derivadas de una
disfunción o limitación.

¿Cómo se puede estructurar una actividad? Se puede elaborar una ficha que
contenga básicamente:

 Nombre de la actividad
 Objetivos (responde a la pregunta ¿qué pretende?)
 Usuarios (responde a la pregunta ¿a quién se dirige?)
 Profesionales (responde a la pregunta ¿quién la aplica?)
 Materiales (responde a la pregunta ¿qué se necesita?)
 Desarrollo de la sesión y técnicas utilizadas (responde a la pregunta ¿cómo
se aplica?).
 Calendario y horarios (responde a la pregunta ¿cuándo se lleva a cabo?)
 Adaptaciones
 Evaluación (responde a la pregunta ¿cómo se valora?)

3.4. Organización del espacio en la unidad de convivencia: espacios del


domicilio y ayudas técnicas.

Una de los factores que influye en la determinación de la autonomía de la unidad de


convivencia, tal y como se estudió al inicio de la unidad, es el tipo de alojamiento. Es
decir, el espacio en el que se desarrolla la intervención.

Si el objetivo de la intervención es mejorar y/o aumentar la capacidad funcional de las


personas usuarias, para que adquieran mayor autonomía, ésta se deberá desarrollar
en un ambiente estable, adaptado a las necesidades de la persona usuaria, ordenado,
confortable y seguro.

El diseño medioambiental es un elemento que debemos tener en cuenta a la hora de


organizar los espacios del lugar donde vive, pues influye en el estado de la persona y
Atención a las Unidades de Convivencia

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su funcionalidad. No cabe duda de que el entorno en el que vivimos dice mucho de
cómo somos, de nuestros gustos, de nuestros deseos, etc. Por lo tanto, dependiendo
de cómo lo organicemos, este va a influir en nuestro rendimiento, en nuestro estado de
ánimo y en nuestra sensación de confort. Por ejemplo: un espacio desordenado
acostumbra a causarnos nerviosismo, un entorno sucio puede producirnos rechazo, un
espacio en el que haga mucho frío o mucho calor dificultará la relajación, un espacio
con barreras arquitectónicas no nos permitirá desplazarnos libremente, una estancia
en la que no estén eliminadas las situaciones de peligro no nos permitirá sentirnos
seguros, etc. Por todo ello, debemos darle una importancia relevante a la organización
del entorno, para crear y potenciar ambientes adecuados, seguros, que contribuyan a
mejorar la capacidad funcional de la persona usuaria.

Los tres elementos básicos sobre los que hay que intervenir en este ámbito son:
- El espacio
- Las condiciones ambientales
- Los materiales y productos de apoyo.

a. Intervención en el espacio y accesibilidad.

Entendemos por ACCESIBILIDAD las características urbanísticas, arquitectónicas, del


transporte o de la comunicación que permiten el uso de un espacio, o el acceso a él,
por parte de cualquier persona, espacialmente de aquellas que tienen algún tipo de
discapacidad.

Las estrategias básicas de accesibilidad son:


o Diseño arquitectónico para personas con diversidad funcional o personas
mayores. Existe una normativa que establece las condiciones que deben
cumplir los edificios, espacios e instalaciones para garantizar la seguridad,
accesibilidad y la movilidad y las condiciones ambientales y de salubridad.
o Adaptaciones en el hogar. Adecuación de la vivienda a las necesidades de los
usuarios para facilitar su autonomía y garantizar su seguridad partiendo de las
limitaciones del espacio.
o Sistemas de comunicación alternativa. Estrategias destinadas a facilitar y
permitir la comunicación con personas que tienen dificultades para la
comunicación oral.
o Restructuración ambiental y decoración de espacios. Para facilitar la
orientación y la relación social.

Entendemos por tanto por “espacio accesible” el que permite a las personas
desenvolverse con independencia en cualquier entorno.

El terapeuta ocupacional es el responsable de la valoración, el diseño, la adaptación y


el entrenamiento de los productos de apoyo y el TSIS tiene un papel fundamental en el
campo de la accesibilidad universal, por lo que debe estar capacitado para:
Atención a las Unidades de Convivencia

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- Recoger información relevante del domicilio y el entorno inmediato de la
persona en situación de dependencia.
- Identificar obstáculos y barreras arquitectónicas que pongan en riesgo su
seguridad.
- Eliminar posibles situaciones de riesgo para el usuario (tropiezos, caídas,
cortes, golpes…)
- Posibilitar un mayor grado de independencia en el entorno del usuario
aumentando su autoestima y su motivación.

Debemos diseñar espacios que favorezcan las capacidades funcionales y cognitivas


de los usuarios, fomentar su autonomía, independencia y sensación de seguridad,
siempre coordinándonos con los trabajadores sociales responsables del caso y bajo la
supervisión del terapeuta ocupacional.

Una vivienda accesible ideal es la que pueda utilizarse a lo largo de toda la vida,
incluso si se padece una discapacidad o una limitación en la movilidad. La vivienda
accesible ideal:
 Permite el paso de una silla de ruedas en todas las estancias.
 Es segura, ergonómica y confortable.
 Los pavimentos son duros, lisos y antideslizantes, incluso cuando están
mojados.
 Su iluminación es suficiente. Los muebles no provocan sombras
incómodas.
 Las moquetas son de pelo corto y están bien fijadas al suelo
 No hay alfombras
 No hay objetos

El diseño y la organización de los espacios deben estar orientados a la facilitación de


las relaciones sociales. Algunos tipos de espacio físico se utilizan para promover las
relaciones sociales.

- El domicilio, por lo general, cuenta con una estructura en la que existen


estancias destinadas a la vida social. De no ser así, debemos realizar las
adaptaciones necesarias para facilitar que el usuario disponga de un lugar en
el que recibir a familiares y amigos. Es importante que analicemos los
elementos que pueden entorpecer la deambulación para minimizarlos o
eliminarlos. Si la persona debe estar en cama, el espacio facilitará el acceso de
las visitas en la medida de lo posible.

- En las residencias y pisos tutelados, la planificación de espacios se


corresponde con las funciones que se llevarán a cabo en ellos. Las relaciones
sociales pueden incentivarse a distintos niveles: en gran grupo, en grupos
reducidos…

Para las visitas de familiares y amigos contaremos con espacios tranquilos y


apartados que permitan a los usuarios recibir a otras personas en un ambiente
íntimo, sin sentirse observados y sin ser interrumpidos.
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Los espacios comunes estarán subdivididos en distintos espacios
diferenciados, sobre todo la sala de estar, que contará con mesas redondas de
distintos tamaños; sofás en paralelo, o en ángulo en forma de “u” o en círculo,
que faciliten la relación; las butacas estarán en rincones íntimos que permitan
la tranquilidad o el aislamiento, para facilitar conversaciones a nivel a más
íntimo.
Los espacios privados se reservan para la tranquilidad y la reflexión, para
facilitar que la persona esté a solas cuando desee.

- Los espacios destinados a eventos serán amplios y el mobiliario debe


facilitar la interrelación y seguirán los criterios similares a los espacios
comunes. Además, deben existir salas que permitan a los usuarios organizar
sus propios actos, celebraciones y reuniones.

b. Las condiciones ambientales:

Tanto en la residencia como en el domicilio, debemos observar que las condiciones


ambientales de luz, temperatura, ventilación, higiene y seguridad garantizan el
bienestar del usuario.
a) Temperatura: La temperatura del entorno en que vive la persona usuaria será
fundamental para su bienestar y para su motivación en las diferentes
actividades. En entornos domiciliarios, debe disponerse de equipos suficientes
para la obtención de la temperatura deseada. Se dispondrá de equipos que
permitan adaptar la temperatura para que sea regulable entre 19ºC y 23ºC y
será mayor en habitaciones de usuarios enfermos.

b) Iluminación: La luz es importante para el bienestar. Tanto es así, que algunas


personas acusan la falta de luz a través de síntomas psicológicos y físicos,
como insomnio, estrés, ansiedad, mareo… El déficit de luz, además, afecta a
las personas que trabaja con personas, alterando su estado de ánimo.

La iluminación con fluorescentes evita la creación de contrastes claro/oscuro.


Además, se añadirán puntos de luz en zonas concretas que requieren más
iluminación o para crear un ambiente particular, como zonas de lecturas o
juegos de mesa, que utilizarán luz de tipo incandescente.

Las condiciones de iluminación que debe cumplir el lugar en el que residen los
usuarios deben ser las siguientes:
- Instalar iluminación, suficiente, uniforme, sin proyecciones de sombras,
reflejos o deslumbramientos.
- Situar un punto de luz para la lectura junto a la cama.
- Aumentar la luminosidad de las zonas en las que se requiere esfuerzo
visual.
- Instalar interruptores fáciles de diferenciar del fondo, accesibles.

c) Ventilación: Es importante contar con una buena ventilación que renueve el


aire para evitar la concentración de gérmenes y los malos olores. La
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ventilación más adecuada es la natural (abrir ventanas), y también es la más
higiénica y económica.

Podemos aprovechar los minutos en los que las estancias están vacías para
hacerlo. Los extractores son útiles en estancias cerradas o cuando las
inclemencias del tiempo impidan una ventilación adecuada. Las estancias
deben estar ventiladas para que el ambiente no esté cargado.

d) Aislamiento termoacústico: El aislamiento termoacústico evita los ruidos


molestos, así como el frío y calor excesivos. Debemos evitar ruidos
innecesarios apagando la televisión cuando no se utilice, bajando el volumen
de la música ambiental y poner tapas en los muebles que suelen ser
arrastrados.

El ruido debe estar controlado. No deberá superar los 50 decibelios. Para


combatir la contaminación acústica se utilizan ventanas con dobles cristales,
paredes insonorizadas y colocación estratégica de mobiliario.

e) El orden: Contribuye a mantener control sobre el entorno y aumenta la


sensación de seguridad de los usuarios. El desorden, por el contrario provoca
incomodidad e irritabilidad.

Un ambiente estructurado facilita el dominio y el control. Este aspecto cobra


especial importancia en usuarios que padecen algún trastorno del espectro
autista o que tienen un déficit cognitivo. También ayuda a pacientes con
tendencias agresivas y a personas predispuestas a trastornos de ansiedad.

c. Productos de apoyo y otros materiales para el desenvolvimiento autónomo

Los tipo de apoyo y características del colectivo con el que se interviene son los otros
dos factores que determinan la autonomía, por lo que es necesario contemplar en la
intervención productos de apoyo y otros materiales que contribuyan al
desenvolvimiento autónomo.

¿Qué son los productos de apoyo? Podemos definir un producto de apoyo como
cualquier dispositivo, equipo o instrumento disponible en el mercado destinado a paliar
las limitaciones funcionales de las persona con algún déficit y favorecer su autonomía
personal.
Estos productos, además de facilitar la realización autónoma de las actividades
cotidianas por parte de las personas usuarias, también son una ayuda excelente para
el profesional de atención directa, que podrá prestar el soporte con menor esfuerzo y
mayor calidad.
Disponemos de una gran variedad de productos de apoyo de diferente complejidad
para la realización de las AVDs. Entre ellos podemos destacar los siguientes:
- Herramientas para facilitar la higiene personal: cepillos, dispensadores de jabón,
elementos para la manicura.
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- Utensilios para ayudar a vestirse: calzadores, abonotadores, alargadores para
ponerse medias o calcetines…
- Productos para favorecer la deambulación: sillas de ruedas, pasamanos, rampas,
bastones, andadores…
- Aparatos para hacer transferencias: grúas, barras o asideros en el baño…
- Artículos para preparar alimentos y comerlos: utensilios de cocina, sistemas de
sujeción y agarre de cubiertos, electrodomésticos adaptados.
- Productos para el cuidado del hogar: cepillos para fregar, cubos con ruedas…
- Mobiliario y adaptaciones para viviendas.
- Dispositivos de ayuda para la lectura y la escritura.
- Dispositivos de ayuda para las llamadas telefónicas.
- Mecanismos de señalización.
- Artículos para la manipulación de otros productos: asideros, mangos,… En la
evaluación de las necesidades de cada persona usuaria, se propondrán los productos
de apoyo que se considere necesario y se entrenará a la persona para que aprenda a
utilizarlos de manera correcta.

Seleccionar un producto de apoyo no es una tarea fácil; en ocasiones, será necesaria


la participación de distintos profesionales. Actualmente, disponemos de una gran
variedad de productos, por lo que se deberán seleccionar los que mejor respuesta den
a las necesidades que presente la persona. Los aspectos más importantes que hay
que considerar en el proceso de selección son:
- El tipo y nivel de discapacidad o dificultad que presente la persona usuaria, así como
la valoración sobre una posible recuperación o empeoramiento.
- Las limitaciones o déficits que presenta la persona, que deberemos intentar precisar
con la máxima exactitud. Esto permitirá evaluar el grado de habilitación al que podrá
aspirar con los productos seleccionados.
- El entorno. Es necesario conocer el medio en el que se va a desenvolver la persona,
especialmente en lo que se refiere a la ayuda de terceras personas. Así se podrá
escoger entre diferentes tipos de sofisticación.
- La disponibilidad económica. Normalmente se trata de productos caros, por lo que a
veces la elección quedará supeditada al coste.

Una vez seleccionado el producto con el concurso del o la terapeuta ocupacional, se


realizarán las adaptaciones o ajustes necesarios a las características de la persona y
se la entrenará en el manejo del producto, llevando a cabo el seguimiento necesario
hasta que logre utilizar el producto de manera normalizada. También se darán
orientaciones sobre su mantenimiento.

Materiales de orientación
Otros materiales que se pueden utilizar para facilitar la autonomía de la persona en el
domicilio son:

- Tablero de orientación: es un soporte que presenta información básica de forma


estructurada: temporal y espacial. Utilizado en el inicio de las actividades para fijar
nociones espaciales y temporales.
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- Relojes y calendarios. Para la orientación temporal. Incluirán fechas significativas.
Los relojes serán grandes de fácil lectura. Dispondrán de sistemas auditivos para
personas con déficit visual importante.

- Materiales personales Resulta de gran utilidad para el usuario contar con una agenda
o libreta para registrar secuencias y rutinas diarias, sucesos relevantes y como agenda
de contactos. Al profesional le resultará útil para llevar a cabo un seguimiento. Para el
usuario es un instrumento que favorece la motivación y el aprendizaje otorga
seguridad e incrementa su autoestima.

3.5. El TSIS en la intervención en unidades de convivencia.

A la hora de organizar la intervención en las unidades de convivencia, es importante


tener en cuenta el papel que tiene el Técnico de Integración Social –y resto de
profesionales-, en el desarrollo de las diferentes actividades.

En la mayoría de las actuaciones el TSIS establece una relación de ayuda con las
personas que conforman la unidad de convivencia. En este sentido, los orienta a
rehabilitar la dinámica disfuncional, proporcional habilidades de relación y a resolver
conflictos por medio del diálogo.

Todas las actuaciones, persiguen implicar a las personas sujetos de intervención en el


proceso de cambio, para que desarrollen sus propias competencias para superar sus
dificultades. Para que sea posible, es necesario que la relación entre ambas partes
sea muy fluida. Algunas de las acciones y aptitudes que ayudan al establecimiento de
estas condiciones son:

- Procurar integrarse en el mundo de la unidad convivencia, para interiorizar el


sistema de valores, creencias y actuaciones, y respetar dicho sistema.
- Respetar la distancia de seguridad en la aproximación y situarse en aquella en
la que la interacción sea más efectiva –ni invasiva ni distante.
- Usar un lenguaje adecuado al nivel de comprensión de las personas que
conforman la unidad de convivencia.
- Planificar metas parciales con objetivos pequeños y realizables para mejorar la
motivación.
- No tomar posicionamientos parciales a favor o en contra de algún miembro,
procurar mantener la neutralidad.
- No dar demasiadas prescripciones, sobre todo si no se pueden cumplir, hay
que procurar adaptarlas al ritmo que vaya siguiendo la mejora.
- No pretender sustituir en las responsabilidades que tiene cada uno, si no
capacitar y enseñar para que las actuaciones se realicen de manera autónoma.
- Planificar con los miembros de la unidad convivencial, con el tiempo suficiente
la finalización de la intervención.
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Recuerda que:
La intervención directa y continuada del profesional en el ámbito de las unidades de
convivencia requiere:
- Supervisión técnica constante, para comprobar que las actuaciones se
están desarrollando de manera prevista.
- Apoyo psicosocial para detectar situaciones de riesgo e intervenir cuando la
sobrecarga, la tensión, la excesiva implicación o el estrés amenacen a su
motivación psicosocial y dificulten la realización de su trabajo.
- Coordinación con los demás profesionales del equipo, para que no se
dupliquen tareas ni se solapen responsabilidades.

ACTIVIDAD PRÁCTICA:

1. En equipos de 5 personas elaborad un proyecto de “Vivienda accesible básica”


para un unidad familiar compuesta por 4 miembros: Dos progenitores y 2 hijos.
Mínimo tenéis que diseñar:
- Comedor/sala de estar
- Dormitorios
- Cocina
- Baño/s

PREGUNTAS DE DESARROLLO:

1. ¿Cómo una persona puede adquirir las competencias necesarias para ser
autónoma?

2. ¿Cómo se determinan los tipos de apoyo y necesidades de formación,


supervisión, información y/o acompañamiento?

3. ¿Cuáles son las necesidades sobre las que hay que intervenir en las unidades
de convivencia? ¿Qué implica para las personas usuarias no tener cubiertas
las necesidades?

4. ¿Qué es un PAI? ¿Cómo se organiza la intervención en unidades de


convivencia? Elabora la ficha de una actividad a desarrollar en la intervención
de una unidad de convivencia.

5. ¿Cuál es el papel del TSIS en la intervención en las unidades de convivencia?


¿Qué significa que como técnico has de respetar las decisiones de los
miembros de la unidad de convivencia? Razona tu respuesta.

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