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Introducción al

derecho procesal
(II)
El proceso
PID_00266551

Teresa Armenta Deu


Con la colaboración de
* Silvia Pereira Puigvert

Tiempo mínimo de dedicación recomendado: 8 horas


© FUOC • PID_00266551 Introducción al derecho procesal (II)

Teresa Armenta Deu * Silvia Pereira Puigvert

Catedrática de Derecho Procesal de Profesora agregada de la Universi-


la Universidad de Girona. dad de Girona.
* Ha realizado el tratamiento didác-
tico, resumen, actividades y glosa-
rio.

La revisión de este recurso de aprendizaje UOC ha sido coordinada


por la profesora: Consuelo Ruiz (2019)

Séptima edición: septiembre 2019


© Teresa Armenta Deu
Todos los derechos reservados
© de esta edición, FUOC, 2019
Av. Tibidabo, 39-43, 08035 Barcelona
Realización editorial: FUOC

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de los titulares del copyright.
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Índice

Introducción............................................................................................... 7

Objetivos....................................................................................................... 8

1. Elementos básicos del proceso........................................................ 9


1.1. Naturaleza y función del proceso ............................................... 9
1.2. Proceso, procedimiento y juicio ................................................. 11

2. Proceso declarativo y proceso de ejecución. Las medidas


cautelares.............................................................................................. 13
2.1. Proceso declarativo ...................................................................... 13
2.2. Proceso de ejecución ................................................................... 14
2.3. Las medidas cautelares ................................................................ 15

3. Proceso y órdenes jurisdiccionales: proceso civil,


proceso penal, proceso laboral y proceso contencioso
administrativo.................................................................................... 16
3.1. El proceso civil ............................................................................ 17
3.2. Proceso penal .............................................................................. 18
3.3. Proceso contencioso administrativo ........................................... 20
3.4. Proceso laboral ............................................................................ 20

4. Los principios del proceso: algunas consideraciones


generales............................................................................................... 22
4.1. Fuentes de referencia para los principios informadores del
proceso ......................................................................................... 22
4.2. Clasificación de los principios .................................................... 22
4.3. Principios que informan de todos los procesos .......................... 23
4.3.1. Principio de dualidad de posiciones .............................. 23
4.3.2. Principio de audiencia o contradicción y derecho de
defensa ........................................................................... 24
4.3.3. Principio de igualdad ..................................................... 27
4.4. Principios específicos del proceso correspondiente .................... 30
4.4.1. Principio de legalidad y principio de oportunidad ........ 30
4.4.2. Principio dispositivo y de oficialidad ............................ 35
4.4.3. Principio de aportación de parte y de investigación
de oficio ......................................................................... 37
4.4.4. Sistema acusatorio formal y principio acusatorio: la
singularidad del proceso penal ...................................... 38
4.4.5. Valoración legal y valoración libre de la prueba ........... 40
4.5. Principios del procedimiento ...................................................... 40
© FUOC • PID_00266551 Introducción al derecho procesal (II)

4.5.1. Oralidad y escritura ....................................................... 41


4.5.2. Inmediación y mediación. Concentración .................... 42
4.5.3. Publicidad y secreto ....................................................... 43
4.6. Derechos y garantías constitucionales ........................................ 46
4.6.1. El derecho de defensa y sus garantías ........................... 47
4.6.2. El derecho a la presunción de inocencia ....................... 54
4.6.3. El derecho a la revisión de resolución condenatoria ..... 57
4.7. Otros derechos y principios derivados de la Constitución
relacionados con el proceso penal .............................................. 58
4.7.1. El principio de proporcionalidad y la limitación de
derechos fundamentales ................................................ 58
4.7.2. La prohibición de tortura y tratos degradantes y las
intervenciones corporales .............................................. 59
4.7.3. La libertad personal (prisión provisional, derechos
del detenido y "habeas corpus") .................................... 59
4.7.4. Los derechos a la inviolabilidad del domicilio y al
secreto de las comunicaciones entre otros derechos
fundamentales ............................................................... 60
4.7.5. El derecho al juez ordinario determinado por la ley ..... 60

5. Actos procesales.................................................................................. 61
5.1. Consideraciones iniciales. Hechos y actos procesales.
Declaraciones de ciencia, declaraciones de voluntad y
manifestaciones de voluntad ...................................................... 61
5.2. Requisitos de los actos procesales ............................................... 62
5.2.1. Requisitos de lugar ........................................................ 62
5.2.2. Requisitos de tiempo ..................................................... 63
5.2.3. Requisitos de forma ....................................................... 64
5.3. Ineficacia de los actos procesales ................................................ 68
5.3.1. La nulidad de pleno derecho y el incidente
extraordinario de nulidad de actuaciones ..................... 68
5.3.2. Subsanación de los actos irregulares ............................. 69
5.3.3. Conservación de los actos procesales ............................ 70
5.3.4. El incidente de nulidad de actuaciones ......................... 70
5.4. Las resoluciones judiciales .......................................................... 72
5.4.1. Resoluciones del juez o tribunal ................................... 73
5.4.2. Resoluciones del letrado de la Administración de
Justicia ............................................................................ 76
5.4.3. Actos de comunicación ................................................. 77
5.5. El derecho a la asistencia jurídica gratuita ................................. 81
5.5.1. Contenido del derecho a la asistencia jurídica
gratuita ........................................................................... 82
5.5.2. Quiénes pueden disfrutar del derecho a la asistencia
jurídica gratuita ............................................................. 83
5.5.3. Requisitos para el reconocimiento del derecho a la
asistencia jurídica gratuita ............................................. 84
© FUOC • PID_00266551 Introducción al derecho procesal (II)

5.5.4. Órgano competente y procedimiento de


reconocimiento del derecho a la asistencia jurídica
gratuita ........................................................................... 85
5.5.5. Condena en costas ........................................................ 86

6. Métodos alternativos a la jurisdicción......................................... 87

Resumen....................................................................................................... 90

Actividades.................................................................................................. 93

Ejercicios de autoevaluación.................................................................. 93

Solucionario................................................................................................ 96

Abreviaturas............................................................................................... 98

Glosario........................................................................................................ 99

Bibliografía................................................................................................. 100
© FUOC • PID_00266551 7 Introducción al derecho procesal (II)

Introducción

Habiendo estudiado la jurisdicción y la acción, se aborda ahora el estudio del


tercer elemento configurador de la asignatura: el proceso.

El proceso es el elemento que permite poner en relación los derechos de los


justiciables por una parte y la potestad jurisdiccional por la otra. Es por medio
del proceso como los ciudadanos pueden pedir y obtener la tutela judicial
de sus derechos e intereses. Y sólo es mediante el proceso como los órganos
judiciales pueden ejercer la potestad jurisdiccional que tienen atribuida.

En este módulo, se estudian cuestiones relativas al proceso con carácter gene-


ral, es decir, sin abordar (excepto cuando es necesario a efectos didácticos) ca-
da uno de los diferentes procesos en concreto.

Con esta finalidad, en primer lugar se estudian los diferentes tipos y clases de
procesos, y se ofrece una panorámica general de sus dinámicas.

Se estudian también los principios que informan los procesos, en tanto que
ideas esenciales o directrices básicas que permiten tanto una mejor compren-
sión, como una más precisa hermenéutica, sin perder de vista que algunos de
estos principios, especialmente con respecto al proceso penal, han sido reco-
gidos por la Constitución española, dotándolos de la categoría de derechos
fundamentales.

Por otra parte, se estudian también los actos que conforman el proceso y con-
cretamente su régimen jurídico, con especial atención a la regulación de los
vicios que pueden presentar y las formas en que se abordan jurídicamente.

Vale la pena recordar que esta parte del módulo es también general, y que por
lo tanto, los aspectos que se analizan son válidos para todos los procesos.

Se hace también referencia, en tanto que aspecto común, al derecho de asis-


tencia jurídica gratuita, explicando sus aspectos principales.

Finalmente, se dedica un apartado a los mecanismos extrajudiciales de reso-


lución de conflictos, un tema de indiscutible actualidad.
© FUOC • PID_00266551 8 Introducción al derecho procesal (II)

Objetivos

Los objetivos básicos que ha de haber conseguido el estudiante, una vez tra-
bajados los contenidos de este módulo, son los siguientes:

1. Comprender el concepto de proceso como instrumento para satisfacer los


derechos de los ciudadanos a la tutela judicial efectiva y como herramien-
ta para ejercer la función jurisdiccional.

2. Distinguir el concepto de proceso de otros conceptos que son parecidos


pero no sinónimos.

3. Conocer los principales procesos contemplados por el ordenamiento ju-


rídico español y sus dinámicas generales.

4. Estudiar los principios del proceso, teniendo en cuenta qué principios


son comunes y esenciales a todos los procesos y cuáles más propios del
proceso civil o penal.

5. Entender los principios que informan el procedimiento.

6. Comprender el concepto de acto procesal y diferenciarlo del hecho pro-


cesal.

7. Aprender los requisitos de los actos procesales así como el uso de las nue-
vas tecnologías en la realización de las actuaciones procesales.

8. Aprender el tratamiento jurídico de la ineficacia de los actos procesales.

9. Estudiar los actos de comunicación y su régimen legal.

10. Estudiar el derecho a la asistencia jurídica gratuita y conocer su régimen


jurídico.

11. Conocer la existencia de mecanismos de resolución de conflictos de ca-


rácter extrajudicial y comprender sus ventajas e inconvenientes.
© FUOC • PID_00266551 9 Introducción al derecho procesal (II)

1. Elementos básicos del proceso

Estudiadas la jurisdicción y la acción, corresponde ahora el análisis del tercer


elemento sobre el que descansa este módulo: el proceso como vehículo de
ejercicio de la acción y forma esencial de manifestación de la jurisdicción.

El proceso se erige en un instrumento básico para la jurisdicción y la


acción, más allá de constituir una mera sucesión de actos ordenados.

Su análisis se centrará en su naturaleza y función instrumental, los principios


que lo informan y las garantías a las que debe supeditar su funcionamiento.

1.1. Naturaleza y función del proceso

Las preguntas sobre la naturaleza del proceso marcan el inicio de la "ciencia


del derecho procesal". A partir de las diferentes respuestas que siguen a estas
líneas, el derecho procesal se ha independizado de la ciencia jurídica sustantiva
correspondiente: el derecho civil y el derecho penal, y también el laboral y el
administrativo, así como de su configuración primitiva que lo reducía al rito
y al procedimiento.

Sobre la naturaleza del proceso se han formulado varias teorías, unas superadas
hoy en día definitivamente y otras que aún siguen discutiéndose, en la medida
en que sólo ofrecen respuestas parcialmente satisfactorias.

1) Entre las superadas en la actualidad, destaca la concepción del proceso como


contrato de litiscontestatio o cuasilitiscontestatio.

Concebida la "litiscontestatio" como un contrato por el que las partes se com-


prometen a someterse a la sentencia que el juez dicte, esta tesis se desarrolló al
amparo de la enorme influencia del derecho romano. Hoy, deja sin respuesta
cuestiones tan elementales como el poder del juez, que no puede provenir del
acuerdo de voluntades de las partes, como señalaba la "litiscontestatio".

2) Desechada la naturaleza contractual, el proceso aparece como una serie o


sucesión de actos concatenados dirigidos a obtener el acto de tutela jurídica.

Esta concepción, básicamente procedimentalista, que sin más, poco o nada


añade, ha sido analizada y enriquecida por relevantes autores, agrupados en
torno a tres teorías: el proceso como relación jurídica, el proceso como situa-
ción jurídica y el proceso como institución jurídica. Junto con ellas, y ante
© FUOC • PID_00266551 10 Introducción al derecho procesal (II)

la insatisfacción de una respuesta completa a todos los interrogantes que se


formulan, aparece la configuración del proceso como concepto jurídico autó-
nomo.

a) El proceso�como�relación�jurídica fue defendido, con distintas modula-


ciones, por tres autores alemanes: Von Bülow, Kohler y Hellwig.

En síntesis, sostuvieron que el proceso configura una relación jurídico-proce-


sal diferente a la que establece el derecho civil respecto de la relación jurídica
privada o material discutida en el proceso. Esto explica, entre otros temas ca-
pitales, que pueda existir la primera, aun cuando al final la sentencia resulte
desfavorable, y que, por ende, se niegue la existencia o validez de la segunda.

La relación jurídica procesal vendrá condicionada por la presencia de los pre-


supuestos procesales; y la relación jurídica de fondo, por la existencia y co-
rrespondiente alegación y prueba de los presupuestos de derecho material. En
la primera relación, el juez es parte esencial; en la segunda, no. Y lo mismo
sucede con el contenido; la cuestión de fondo será el objeto sobre el que ver-
se la resolución, pero no es el contenido de la relación jurídico-procesal, ya
que puede no existir tal relación jurídico-material y, sin embargo, tener que
llegarse a dictar sentencia sobre el fondo, porque existe y está correctamente
constituida la relación jurídico-procesal.

b) El proceso� como� situación� jurídica fue la tesis defendida por Goldsch-


midt. A partir de las carencias detectadas en la teoría del proceso como relación
jurídica, destaca en el proceso su naturaleza de situación jurídica, al mismo
tiempo siempre existente y siempre cambiante. El autor señala que el proceso,
desde que nace hasta que termina, "determina una expectativa jurídicamente
fundada, a una sentencia favorable o desfavorable, y consecuentemente, el re-
conocimiento, como jurídicamente fundada o infundada, de una pretensión
que se ha ejercitado". La situación jurídica procesal no depende sólo ni princi-
palmente de la existencia de unos hechos y de la aplicabilidad a éstos de unas
normas jurídicas, sino que, suponiendo que las partes esgrimirán lo que con-
sideran que apoya sus pretensiones, la situación jurídica procesal dependerá
de los actos procesales que las partes realicen o dejen de realizar, obteniendo
una ventaja o liberándose de una carga (es decir, de una consecuencia desven-
tajosa o perjudicial).

c) La tesis del proceso�como�institución�jurídica ha sido defendida por Guasp


y Couture. Destaca en esta concepción la apreciación de una idea común y
objetiva que aglutina un conjunto de actividades, adheridas a las distintas
voluntades particulares de los sujetos de quienes procede aquella actividad.
© FUOC • PID_00266551 11 Introducción al derecho procesal (II)

d) Finalmente, la teoría del proceso�como�concepto�jurídico�autónomo no


hace sino constatar la insuficiencia de todas las tesis anteriormente expuestas.
En dicho concepto deben comprenderse una serie de ideas: sucesión de actos,
regulados jurídicamente, que sirven para ejercer la función jurisdiccional y
decir y realizar el derecho en el caso concreto (De la Oliva).

1.2. Proceso, procedimiento y juicio

Diferenciar entre procedimiento y proceso ha sido una de los avances relevan-


tes en el desarrollo de la ciencia procesal. Durante siglos, hasta el XIX, se había
reducido el estudio del proceso al de los diferentes procedimientos desde su
perspectiva práctica, sin acceder a una teoría general propia.

Paralelamente, ha resultado común utilizar los términos proceso y procedimiento


refiriéndose, indistintamente, a la realidad genérica o al conjunto de los actos
que lo conforman; aplicándolos tanto a realidades jurídicas como a otras de
diferente naturaleza (procedimiento de elaboración del uranio enriquecido,
por ejemplo).

Señalando de antemano que todo lo que afecta al derecho procesal se


circunscribe a la realidad jurídica del quehacer jurisdiccional, conviene
precisar, además, que siempre que se haga referencia al procedimiento
se designará la realidad exterior de las actuaciones, el orden o sucesión
de las mismas; como cuando se señalan las diferentes fases de un jui-
cio declarativo: demanda, audiencia previa, fase oral y resolución, por
ejemplo. Mientras que se hablará de proceso para citar otra realidad su-
perior de la cual el procedimiento es un aspecto: proceso civil, proceso
penal, proceso laboral o proceso administrativo, etc.

Juicio es también una palabra que aparece muy vinculada a las de proceso y
procedimiento. Etimológicamente, "juicio" designa una operación intelectual y
volitiva ("juzgar", es decir, un sentido próximo a discernir, decidir, resolver...).
Juicio es en este sentido la acción o efecto de juzgar: del ius dicere como opera-
ción sustancial de la jurisdicción. Ahora bien, no conviene olvidar que, junto
con esta acepción genérica, tiene otra más específica o técnica cuando se ha-
bla, por ejemplo, de "juicio oral" como acto realizado ante un tribunal, en el
que las partes exponen sus alegaciones y se practican las pruebas, en virtud de
las cuales el tribunal acabará dictando la sentencia.

Por otro lado, puede apreciarse un carácter instrumental del proceso respecto
al juicio en cuanto el proceso constituye un instrumento del juicio, al preparar
el pronunciamiento jurisdiccional de aplicación de la ley al caso concreto. Y,
paralelamente, un carácter instrumental del juicio respecto del proceso, en
© FUOC • PID_00266551 12 Introducción al derecho procesal (II)

cuanto el desarrollo del proceso está plagado de múltiples juicios (conceder


o denegar un concreto medio de prueba o la condición de parte a un sujeto,
celebrar o no una fase no preceptiva, etc.).
© FUOC • PID_00266551 13 Introducción al derecho procesal (II)

2. Proceso declarativo y proceso de ejecución. Las


medidas cautelares

Al tratar la función jurisdiccional, se habla de decir y realizar el derecho; re-


cogiendo esta idea, el artículo 117.3 CE se refiere a "juzgar y hacer ejecutar lo
juzgado". Siguiendo esta línea, se mencionan dos subfunciones desarrolladas
por medio del proceso de declaración y del proceso de ejecución.

2.1. Proceso declarativo

En el proceso declarativo, se aplica el derecho al caso concreto: se "dice


o declara" el derecho, si bien de tres formas diferentes, originadas a su
vez por el ejercicio de tres acciones distintas.

Las tres acciones distintas son:

• Por medio de una acción y una sentencia�mero�declarativa, cuyo conte-


nido se limita a declarar lo que se ajusta a las normas jurídicas (existencia
o inexistencia de un derecho subjetivo, de una relación o de una situación
jurídica), y que, precisamente por ello, no necesita para alcanzar la tute-
la efectiva de ninguna actividad posterior (sentencia mero declarativa de
dominio, por ejemplo).

• Mediante una acción y sentencia�constitutiva, que solicite y obtenga la


creación, modificación y extinción de un estado, relación o situación ju-
rídica, cuya mera consecución satisface por sí misma la tutela solicitada
(sentencia de separación).

• Por sentencia� de� condena, donde además de declarar, se extienda un


mandato a una de las partes para que haga, omita o soporte algo, y cuya
efectiva consecución abre una nueva fase que conocemos como proceso de
ejecución para conseguir la efectiva tutela solicitada (sentencia condenan-
do al pago de 54.000 euros).
© FUOC • PID_00266551 14 Introducción al derecho procesal (II)

2.2. Proceso de ejecución

Mediante el proceso de ejecución, se trata de dar cumplimiento o efecti-


vidad a una declaración judicial contenida en una sentencia de conde-
na. Pero también a declaraciones extrajudiciales a las que la ley recono-
ce fuerza ejecutiva (pólizas de crédito, letras de cambio, cheques, etc.).

La ejecución o realización efectiva de lo juzgado justifica la utilización de la


fuerza o compulsión estatal, con el objeto de doblegar las voluntades refrac-
tarias al cumplimiento de la resolución judicial, sustituyendo al deudor a la
hora de realizar aquello que hubiera debido hacer si hubiera querido cumplir
la obligación.

Clases de actuaciones ejecutivas

Las actuaciones ejecutivas pueden ser de muy variada clase, puesto que la efectividad de
la sentencia puede implicar medidas ejecutivas también muy diversas, en atención a la
peculiaridad de la condena que ha de hacerse cumplir.

Simplificando mucho las cosas, los actos ejecutivos pueden consistir en lo si-
guiente:

• Si se trata de sentencias�que�condenen�al�pago�de�dinero, la ejecución Entrega directa de dinero


consistirá en localizar, señalar y afectar bienes y derechos del deudor para
En el caso de las sentencias
convertirlos en dinero, por medio, sobre todo, de una subasta pública o que condenan al pago de di-
de una venta extrajudicial, con el fin de satisfacer al acreedor la cantidad nero, por supuesto, si se en-
cuentra dinero del deudor, no
que se le adeuda. será necesario ningún tipo de
venta o subasta, sino que se
le entregará directamente al
acreedor.

• Otra�clase�de�condenas (a entregar cosas, a realizar o abstenerse de reali-


zar una cierta conducta o actividad, etc.). En estos casos, la ejecución pue-
de consistir en muy diferentes medidas previstas por la Ley para forzar al
condenado a acatar o cumplir la sentencia.

Ejemplos de otras clases de condenas (1)


Ved al respecto los artículos
710.2 y 711 LEC.
Otras clases de condenas pueden ser imponer multas a quien realice la actividad que una
sentencia le condenaba a no realizar, pongamos por caso, abstenerse de competir o con-
currir en una cierta actividad mercantil con un antiguo socio1, o decretar la entrada en el
domicilio del condenado a entregar cosas muebles determinadas (un cuadro, unas joyas),
con el fin de arrebatárselas y ponerlas a disposición del beneficiado por la sentencia.
© FUOC • PID_00266551 15 Introducción al derecho procesal (II)

2.3. Las medidas cautelares

Las medidas cautelares son actuaciones judiciales que tratan de asegurar,


durante el curso del proceso, la efectividad de la sentencia estimatoria
que, eventualmente, pueda dictarse y adoptarse antes o junto con el
inicio de la ejecución.

(2)
Si se inicia un proceso para reclamar el pago de un crédito, y mientras pende O incluso poco antes de iniciar-
lo: cfr. art. 730.2 LEC
el proceso el deudor vende o traspasa a terceros sus bienes y derechos, ¿de qué
servirá la eventual sentencia que el acreedor pueda obtener a su favor?: sería
del todo inefectiva por inejecutable, puesto que el deudor quedaría sin bienes
que pudiesen ser transformados en dinero. Si, en cambio, nada más iniciado
el proceso2, el acreedor solicita, como medida cautelar, el embargo preventivo
de los bienes del deudor, estos bienes quedarán afectados a la ejecución, por
mucho que se transmitan a terceras personas. Ocasionalmente, las medidas
cautelares adelantan el fin de la ejecución haciéndola innecesaria.

No necesidad de la ejecución

Puede ser que las medidas cautelares adelanten el fin de la ejecución haciéndola innece-
saria. Piénsese, por ejemplo, en una medida cautelar consistente en que no se permita
entrar a las cámaras de televisión para la retransmisión de una final de futbol.
© FUOC • PID_00266551 16 Introducción al derecho procesal (II)

3. Proceso y órdenes jurisdiccionales: proceso


civil, proceso penal, proceso laboral y proceso
contencioso administrativo

La referencia a proceso civil, proceso penal, proceso laboral y proceso conten-


cioso se efectúa atendiendo a los órdenes jurisdiccionales. Si bien el núcleo de
la disciplina, y con ello la elaboración de gran parte de sus categorías –juris-
dicción y competencia, legitimación, el objeto del proceso, cosa juzgada, etc.–
se han desarrollado en el marco del proceso civil y penal, el surgimiento de un
proceso especializado que atendiera los conflictos surgidos en las relaciones
laborales y la existencia de un procedimiento para atender a las especialidades
del proceso administrativo hace que se hable, asimismo, de proceso laboral y
proceso contencioso administrativo.

La clave diferencial de todos ellos reside en el carácter instrumental del


proceso respecto de la materia sustantiva a la que sirve, de manera que
la reducción a una unidad del derecho procesal encuentra las dificulta-
des previsibles a la hora de homogeneizar la tutela del derecho civil y
penal o los privilegios de la Administración, por limitarnos a un ejem-
plo concreto.

Ello no impide, sin embargo, que la Ley de Enjuiciamiento Civil3 resulte de


aplicación supletoria para la Ley Reguladora de la Jurisdicción Social y Con-
tencioso Administrativa. La razón está en que las categorías básicas son comu-
nes (jurisdicción; competencia; legitimación; objeto del proceso; ejecución;
medidas cautelares; cosa juzgada, etc.) y se van adaptando con las especiali-
dades requeridas a tenor de las singularidades del derecho sustantivo corres-
pondiente.

(3)
La Ley 36/2011, de 10 de octubre, reguladora de la Jurisdicción Social y su Disposición
Final Cuarta, establece que: en lo no previsto en esta Ley regirá como supletoria la LEC
y, en los supuestos de impugnación de los actos administrativos cuya competencia co-
rresponda al orden social, la Ley de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa, con la
necesaria adaptación a las particularidades del proceso social y en cuanto sean compati-
bles con sus principios.

El derecho procesal atiende a estos cuatro tipos de procedimiento, con dife-


rente intensidad, mayor como es natural en lo relativo al procesal civil y pro-
cesal penal.
© FUOC • PID_00266551 17 Introducción al derecho procesal (II)

3.1. El proceso civil

Ser la rama del derecho procesal que ha sido objeto del tratamiento científico Ley de Enjuiciamiento Civil
más desarrollado obedece, entre otros motivos, al alto grado de elaboración
El proceso civil está regula-
que experimentó en el derecho romano y a la atención que, desde entonces, do en la Ley de Enjuiciamien-
ha recibido por parte de la doctrina; y por otra parte, al hecho de que el tra- to Civil (Ley 1/2000, de 7 de
enero). De esta manera, la ra-
tamiento científico del derecho sustantivo, en el caso del derecho penal, o el ma del derecho procesal más
antigua cuenta con una ley
nacimiento de la propia rama jurídica, en el caso del derecho del trabajo y del moderna,, que ha sustituido a
la anterior de 1881.
derecho administrativo, son muy posteriores a los del derecho del Derecho
civil.

Interesa, en este momento, centrar la exposición en describir superficialmente


la estructura general de los procedimientos civiles.

1)�Fase�de�alegaciones

a)�Demanda. Todos los procesos civiles se inician mediante demanda. Se trata Regulación de la demanda
de un acto procesal escrito mediante el cual el actor (o demandante) formula
Los artículos 399 y 437 LEC se
sus pretensiones frente al demandado y las fundamenta fáctica y jurídicamen- ocupan de regular la forma, el
te, delimitando así el objeto del proceso. contenido y otros aspectos de
la demanda.

b)�Contestación�escrita�u�oral�de�la�demanda. En el juicio ordinario, la de-


(4)
Art. 405 LEC
manda se contesta por escrito4; en el juicio verbal, el demandado, en su escrito
de contestación, deberá pronunciarse, necesariamente, sobre la pertinencia de
la celebración de la vista.

Juicio ordinario y juicio verbal

El juicio ordinario es un procedimiento por el cual se resuelven los asuntos de mayor


importancia económica, mientras que el juicio verbal es un procedimiento que la LEC
acostumbra a reservar para los asuntos de menor importancia económica.

(5)
c)�Audiencia�previa�al�juicio. En el juicio ordinario, y sólo en él, existe una Arts. 414 a 430 LEC
5
comparecencia previa al juicio con el fin de prepararlo: se trata de sanear el
procedimiento de impedimentos e irregularidades procesales que puedan obs-
taculizar la sentencia sobre el fondo, se procura delimitar el objeto del proceso
con la máxima precisión posible, se proponen medios de prueba, etc.

2)�El�juicio:�prueba�y�conclusiones

Contestada la demanda y celebrada la audiencia previa (en el caso del juicio


ordinario) o contestada la demanda y pronunciándose, necesariamente, sobre
la pertinencia de la celebración de la vista (en el caso del juicio verbal), se
convoca a las partes a juicio o vista del juicio verbal, salvo que ambas partes
se pronuncien en contra de la vista o posteriormente coincidan en que la dis-
crepancia afecta a cuestiones meramente jurídicas. Allí se practica la prueba
© FUOC • PID_00266551 18 Introducción al derecho procesal (II)

que aquéllas aduzcan para acreditar los hechos controvertidos (testigos, peri-
tos, etc.) y se exponen sus conclusiones, poniendo en relación las pretensiones
que sostenían con el resultado de las pruebas practicadas.

3)�Sentencia,�recursos�y�cosa�juzgada

(6)
Dictada la sentencia, el derecho español permite la apertura de una segunda Arts. 455 a 467 LEC
instancia para revisar la sentencia. Esta segunda instancia tiene lugar por me-
(7)
dio del recurso de apelación6. Tras la segunda instancia, en ocasiones aún pue- Arts. 477 a 489 LEC

de existir la oportunidad de interponer contra la sentencia un recurso extra-


(8)
Arts. 468 a 476 LEC
ordinario, si concurren ciertos motivos tasados previstos por la ley. Se trata,
concretamente, de los recursos de casación7 del que puede conocer, según se
Régimen transitorio del
trate o no de derecho autonómico, el TS o los TSJ; o del denominado recurso recurso de casación

extraordinario por infracción de ley procesal8, ante el TSJ que corresponda.


La Disposición Final 16 de la
LEC regula el régimen transi-
torio del recurso de casación
Si la sentencia no se recurre, o cuando se hayan agotado ya todos los recursos, hasta que se produzca la refor-
ma mediante la que se confie-
deviene firme y queda revestida de la autoridad de la cosa juzgada9. ra su resolución a los TSJ.

4)�Ejecución (9)
Art. 222 LEC

Firme la sentencia de condena, puede iniciarse el proceso de ejecución, que Ejecución provisional
presentará importantes diferencias según se trate de ejecutar condenas pecu-
La LEC del 2000 convierte la
niarias o de otra clase. Es importante resaltar la posibilidad de que, con ciertas ejecución provisional (arts. 524
salvedades, las sentencias sean ejecutadas provisionalmente, es decir, antes de a 537 LEC) en un efecto casi
connatural al hecho de haber-
que hayan adquirido firmeza, mientras se tramita un recurso contra ellas y se dictado sentencia condena-
toria en primera instancia.
sin necesidad de que el beneficiado por la sentencia preste fianza o caución
alguna para obtener la ejecución.

3.2. Proceso penal

El proceso penal está regulado en la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECrim),


una ley promulgada por el Real Decreto de 14 de septiembre de 1882, prece-
dida por una excelente Exposición de Motivos, altamente aleccionadora sobre
los problemas centrales del proceso penal, y que ha sido objeto de sucesivas
reformas de singular importancia y valoración desigual.

Los procedimientos penales son fundamentalmente tres (aunque también se


regulan el procedimiento para el enjuiciamiento rápido, el procedimiento por
aceptación de decreto y otros procedimientos con especialidades, como, por
ejemplo, el procedimiento de habeas corpus):

• el proceso ordinario por delitos graves, que aunque se configura como


procedimiento penal tipo o básico es cuantitativamente inferior al proce-
dimiento abreviado;
© FUOC • PID_00266551 19 Introducción al derecho procesal (II)

(10)
• el procedimiento abreviado10 y Arts. 779 a 803 LECrim

(11)
Arts. 962 a 982 LECrim

• 11
el juicio por delitos leves .

Empezando por el último: el juicio� por� delitos� leves es el que presenta la


estructura más sencilla, al estar ideado para juzgar delitos leves, es decir, los
ilícitos penales menos graves. Su estructura se reduce a una comparecencia de
las partes, una vez formulada la querella o denuncia, en la que se celebra el
juicio.

El procedimiento�ordinario�por�delitos�graves y el procedimiento�abrevia-
do son el cauce procesal dirigido a tramitar las causas por delito. El primero
está concebido para los delitos más graves (homicidio, violaciones, etc.) y el
segundo, para el resto (es decir, para la práctica totalidad) de las causas penales
por delito que se ventilan en los tribunales. Pese a las importantes diferencias,
los dos presentan cierta similitud estructural:

1)�Fase�de�instrucción. Se encamina a investigar unos hechos que revisten


apariencia de delito para averiguar si existe suficiente fundamento para soste-
ner la acusación contra una persona determinada. Consecuentemente, la in-
vestigación se dirige a recoger los elementos que suministrarán o servirán para
preparar la prueba en un eventual juicio oral.

Bajo la dirección del juez instructor y la supervisión del Ministerio Fiscal, en la


instrucción participa el procesado a partir de adquirir esa condición de proce-
sado, no antes, solicitando del instructor la práctica de los actos o diligencias
de investigación que crean convenientes y alegar lo que consideren adecuado.
Para la práctica de todas estas actuaciones, se cuenta con el auxilio de la poli-
cía judicial, que actúa bajo la dependencia funcional del juez y también del
Ministerio Fiscal.

En el procedimiento por delitos graves, la fase de instrucción recibe el nombre


de "sumario"; en el procedimiento abreviado, se denomina fase de "diligencias
previas".

(12)
2)�Fase�intermedia. En esta fase, las partes personadas (fiscal o querellante) Art. 641 LECrim
han de decidir si piden el sobreseimiento o archivo de las actuaciones o for-
(13)
mulan acusación, en función del resultado de las diligencias o actos de inves- Art. 637 LECrim

tigación practicados en la instrucción. Si nadie acusa, el juez ha de acordar


el sobreseimiento. Si alguien acusa, debe decidir si considera o no fundada la
acusación. En el caso afirmativo, declara la apertura del juicio oral. De lo con-
trario, dicta el correspondiente sobreseimiento o archivo de las actuaciones,
que puede ser provisional12 o definitivo13, dando así lugar al final de la activi-
© FUOC • PID_00266551 20 Introducción al derecho procesal (II)

dad de persecución del delito mientras no aparezcan nuevas pruebas; o bien


a la terminación definitiva del proceso, en el segundo caso, en forma equiva-
lente a la absolución por sentencia, con la consiguiente fuerza de cosa juzgada.

3)�Juicio�oral�o�plenario. El juicio oral o plenario, concebido como el autén- Diferenciación de jueces


tico proceso, al menos teóricamente, y formulada ya la acusación, tiene como
El juez que conoce del juicio
objetivo esencial practicar la prueba. Con fundamento en las alegaciones acu- y dicta la sentencia debe ser
satorias y de la defensa y las pruebas practicadas en el juicio o preconstituidas siempre diferente del que ins-
truyó, a fin de que no se perju-
en la investigación y después incorporadas al juicio oral, el tribunal dicta su dique su imparcialidad.

sentencia.

4)�Sentencia,�recursos�y�cosa�juzgada. En materia penal, es preceptivo esta-


blecer la posibilidad de someter la sentencia condenatoria a revisión por parte
de otro tribunal. Agotados todos los recursos o no utilizados en tiempo y for-
ma, la sentencia deviene firme y pasa a la autoridad de la cosa juzgada.

3.3. Proceso contencioso administrativo

(14)
El proceso contencioso administrativo se rige por lo dispuesto en la Ley Art. 4 LEC, la Disposición Final
Primera de la LRJCA
29/1998, de 13 de julio, reguladora de la Jurisdicción Contencioso Adminis-
trativa (LRJCA). Es el proceso mediante el cual se impugnan los actos de las
administraciones públicas ante los órganos jurisdiccionales. La LRJCA estable-
ce un procedimiento ordinario para tramitar el recurso contencioso adminis-
trativo y una serie de procedimientos especiales con relación a determinadas
materias. Caracteriza este proceso que la Administración siempre es parte y su
calidad está acompañada de numerosos privilegios procesales en atención a
motivos más fundados en unas cuestiones que en otras. La LRJCA no contiene
una regulación minuciosa de todo el procedimiento, puesto que dispone la
aplicación supletoria de la LEC14.

3.4. Proceso laboral

La regulación del proceso laboral se encuentra en la Ley 36/2011, de 10 de


octubre, reguladora de la jurisdicción social. En el proceso laboral, se tramitan
las pretensiones relativas a la denominada rama social del derecho, es decir,
las relacionadas con el ámbito propiamente laboral y las que se refieren a la
Seguridad Social.

La característica más significativa del proceso laboral es la búsqueda de la má-


xima celeridad y simplificación procedimental en atención a los intereses pe-
rentorios o urgentes que frecuentemente se ventilan (por ejemplo, cobro de
unas mensualidades de sueldo no percibidas). En materia laboral, lo dicho es
posible en muy mayor medida que en el ámbito del proceso civil a causa de
la tipicidad de los asuntos que ocupan la mayor parte de la actividad de los
tribunales del orden jurisdiccional social.
© FUOC • PID_00266551 21 Introducción al derecho procesal (II)

(15)
Los principios básicos que informan el procedimiento son los mismos que Art. 4 LEC y la Disposición Final
Cuarta de la Ley 36/2011
los del procedimiento civil y la regulación de muchas cuestiones del proceso
laboral se remite a la LEC, que es de aplicación supletoria15.

La Ley 5/2012, de 6 de julio, de Mediación en Asuntos Civiles y Mercantiles,


excluye de su ámbito de aplicación la mediación en el proceso laboral.
© FUOC • PID_00266551 22 Introducción al derecho procesal (II)

4. Los principios del proceso: algunas consideraciones


generales

Los principios del proceso son proposiciones jurídicas de carácter gene-


ral y abstracto que inspiran a las normas jurídicas, y a falta de éstas,
pueden resolver directamente los conflictos (Cardozo; Esser).

4.1. Fuentes de referencia para los principios informadores del


proceso

La Constitución de cada país reconoce derechos que condicionan, decisiva-


mente, la estructuración del proceso y la vigencia de determinados principios.
Con sentido semejante, los tratados internacionales contienen mandatos de
naturaleza procesal de obligado cumplimiento.

Pertenecen al primer grupo: a) los derechos que informan cualquier proceso


comprendidos en el artículo 24 CE; y, b) los derechos contemplados en el título
VI de la propia CE y que el Tribunal Constitucional ha engarzado con los del
artículo 24 CE.

Y al segundo: los derechos incorporados al ordenamiento español por la rati-


ficación de tratados internacionales ("Declaración de Derechos del Hombre y
del Ciudadano" y "Pacto Internacional de Derechos Civiles"; Declaración Uni-
versal de Derechos Humanos de 10 de diciembre de 1948 (arts. 8, 9, 10 y 11), y
con mayor concreción, el artículo 6 del "Convenio Europeo de Derechos Hu-
manos", de 4 de noviembre de 1950; y el artículo 14 del Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos, que consagran derechos como el derecho a la
igualdad ante los tribunales y cortes de justicia; a la audiencia ante un tribunal
competente e imparcial predeterminado por la ley; a un proceso público, a
estar presente en el proceso; a interrogar o hacer interrogar a los testigos; a que
el fallo condenatorio sea sometido a un tribunal superior, etc.

4.2. Clasificación de los principios

La clasificación que seguiremos en la exposición agrupa los principios según:

• Informen�de�cualquier�tipo�de�proceso, por su carácter general, propio


de un Estado de Derecho:
– el principio de dualidad de posiciones;
– el principio de contradicción o audiencia y el derecho de defensa; y
– el principio de igualdad.
© FUOC • PID_00266551 23 Introducción al derecho procesal (II)

• Correspondan� al� derecho� material al que sirve el proceso en cuestión


(civil o penal, pero también contencioso o laboral, aunque no los analice-
mos) la opción de cada uno de los siguientes pares:
– legalidad-oportunidad;
– dispositivo-oficialidad;
– aportación de oficio-aportación a instancia de parte; y
– valoración legal-valoración libre.

• Atiendan�a�la�estructuración�del�procedimiento:
– oralidad y escritura;
– mediación y concentración;
– publicidad;

• Constituyan�derechos�y�garantías�contemplados�en�la�CE:
– el derecho de defensa y sus garantías (prohibición de indefensión; de-
recho a ser informado de la acusación formulada; derecho a no decla-
rar contra uno mismo y a no declararse culpable; y derecho a la auto-
defensa, a la asistencia de letrado y a la de un intérprete; derecho a
utilizar todos los medios pertinentes para la defensa);
– el derecho a la presunción de inocencia;
– el derecho a la revisión de la sentencia condenatoria;
– el principio de proporcionalidad; y
– el derecho al juez ordinario predeterminado por la ley.

4.3. Principios que informan de todos los procesos

Constituyen principios que informan cualquier tipo de proceso aquellos


que resultan consustanciales a la configuración de un proceso con todas
las garantías, independientemente del derecho material al que sirvan.

4.3.1. Principio de dualidad de posiciones

Para que exista el proceso, se necesitan dos intereses opuestos.

Esta sencilla afirmación condensa la esencia del principio de dualidad de po-


siciones, que explica, por ejemplo, que el proceso deba finalizar cuando los
intereses de una de las partes acaban coincidiendo con los de la otra.
© FUOC • PID_00266551 24 Introducción al derecho procesal (II)

La dualidad corresponde a la situación en una de las posiciones: del


actor, en el proceso civil, laboral y contencioso, o del acusador en el
proceso penal; y en la posición contraria, al demandado en el proceso
civil, laboral y contencioso, o el acusado, en el proceso penal.

4.3.2. Principio de audiencia o contradicción y derecho de


defensa

En este subapartado, trataremos el principio de audiencia en los distintos pro-


cesos judiciales.

Principio de audiencia en el proceso civil

Este principio de audiencia, resumido en la frase "nadie puede ser condenado


sin ser oído y vencido en juicio", constituye uno de los grandes avances en la
erradicación de una justicia primaria.

Estrechamente relacionado con el derecho de defensa, comprende tan-


to el mandato al legislador para configurar el proceso garantizando el
conocimiento, el acceso y la actuación en el proceso de la parte, cuanto
su efectiva tutela mediante los medios procesales correspondientes.

En tal sentido, abarcará la posibilidad –se aproveche después o no– de conocer


la existencia del proceso y, con ello, la regulación y aplicación de todo tipo de
comunicaciones entre el tribunal y las partes, debiendo garantizarse el citado
conocimiento. Y con idéntica importancia, el acceso efectivo al conocimiento
de todos los materiales que se discutan en el proceso, preservando siempre la
efectiva contradicción por quien ostenta la posición opuesta. La adquisición
de conocimiento se refiere tanto a las aportaciones de la contraparte como a los
resultados de una actividad de investigación si ésta última se prevé legalmente.

Forma parte de las exigencias derivadas del principio de contradicción la


posibilidad de formular alegaciones y peticiones, así como la posibilidad
de probar las alegaciones.

En relación con el desarrollo del proceso civil, destacan –entre otras, que elu-
diremos– varias cuestiones:

• En primer lugar, la posibilidad de celebrar el proceso civil en rebeldía, cir-


cunstancia que no vulnera el principio de audiencia en tanto se garantice
que se agotaron los instrumentos de notificación.
© FUOC • PID_00266551 25 Introducción al derecho procesal (II)

• En segundo lugar, el proceso de ejecución y las medidas cautelares, ya que


la ejecución se despacha inaudita parte debitoris, es decir, sin conocimiento
del deudor, y las medidas cautelares pueden adoptarse de manera seme-
jante.

Sobre el proceso de ejecución y las medidas cautelares

En el proceso de ejecución no existe quebranto del principio de audiencia. La ejecución


se despacha en atención a una apariencia jurídica (la contenida en el título jurídico) y
va seguida inmediatamente de la posibilidad de oposición del deudor, confiriéndole así
la oportunidad de conocer el proceso de ejecución en marcha, propiciar la contradicción
y salvaguardar el derecho de defensa.

(16)
Razonamiento semejante sirve para excluir las dudas sobre las medidas caute- Art. 733.1 LEC
lares, primero por la exigencia de que concurra para su adopción una aparien-
(17)
cia de derecho y un peligro en la demora; y segundo, porque la previsión legal Art. 733.2 y 739 ambos de la
LEC
ordinaria es que las medidas cautelares se adopten con audiencia16 y, sólo ex-
cepcionalmente, y concurriendo los requisitos al efecto se contempla la adop-
ción de medidas cautelares sin audiencia, contemplándose de inmediato la
posibilidad de oposición del demandado para salvaguardar la contradicción17.

Audiencia y derecho de defensa: la prohibición de indefensión


(breve referencia)

La relación entre el principio de contradicción o audiencia y el derecho


de defensa es palmaria. No coinciden, sin embargo, puesto que el prin-
cipio de audiencia se vulnera cuando no se ha podido intervenir en ab-
soluto en el proceso, aunque, además, ello haya impedido defenderse.

Así, puede afirmarse, con De la Oliva, que si bien toda infracción del principio
de audiencia ocasiona indefensión y lesión del derecho de defensa (si no se
conoce el proceso difícilmente se podrá proponer prueba, por ejemplo); no
toda indefensión constituye infracción del principio de audiencia (como por
ejemplo sucedería si, comparecida una parte, se le deniega injustificadamente
la prueba o un medio en concreto, esencial para su defensa).

Esta diferencia no se reconoce por el Tribunal Constitucional, que a la hora


de elaborar una doctrina sobre la "prohibición de indefensión" se remite a la
"indefensión constitucionalmente relevante", exigiendo:

• Que se haya infringido una norma procesal (requisito necesario pero no


suficiente).

• Que exista privación o limitación de oportunidades de defensa, entendien-


do por tales las consistentes en realizar alegaciones o en proponer y prac-
ticar pruebas.
© FUOC • PID_00266551 26 Introducción al derecho procesal (II)

• Que la indefensión no sea imputable al que la sufre, de modo que la prue-


ba de la indefensión corre a cargo de quien la sufre; asimismo, debe deter-
minarse en cada caso el grado de diligencia exigible al justiciable o a su
abogado o procurador.

• Que la privación o limitación de la defensa no haya quedado posterior-


mente sanada.

• Que se ponga de manifiesto no sólo la limitación o privación, sino además


el contenido que hubiera tenido lo preterido, esto es, que se demuestre la
indefensión material.

• Que la privación o limitación haya tenido incidencia efectiva en el fallo.

Principio de audiencia en el proceso penal

También, en el proceso penal, el principio de audiencia o contradicción


cumple una función esencial, procurando la erradicación de todo ves-
tigio inquisitorial.

Históricamente, ha pasado de tener una vigencia claramente diferenciada en


las dos fases del proceso penal (de investigación y de enjuiciamiento) a una
situación como la actual, en donde –al igual que ocurre con el de igualdad– su
aplicación en una y otra es tendencialmente equiparable.

(18)
Durante la instrucción, orientada a la investigación y preparación del juicio, Art. 841 LECrim
la necesidad, por una parte, de que las actuaciones lleguen a buen fin, com-
(19)
pensando la teórica "delantera" que lleva el delincuente, conducen a que éstas STC 186/1990

se desarrollen "inaudita parte", así como a que la rebeldía del procesado18 no


suspenda las mismas. Ello no obstante, la influencia de la doctrina tendente a
preservar al máximo el derecho de defensa, también en la fase de instrucción,
origina el deber para el órgano jurisdiccional de informar sobre la adquisición
de la condición de procesado19.

(20)
Art. 786 LECrim
El principio de audiencia rige en toda su plenitud en la fase de enjui-
ciamiento o de juicio oral. Ésta no podrá iniciarse sin la existencia de (21)
Art. 841 en relación con el art.
20 784.4 LECrim
un acusado, que además esté a disposición del órgano enjuiciador . En
caso de declaración de rebeldía, el juicio debe suspenderse21. La enfer- (22)
Art. 746.5 LECrim
medad del procesado es causa de suspensión e incluso de interrupción
del juicio22.
© FUOC • PID_00266551 27 Introducción al derecho procesal (II)

Sentencias en ausencia del acusado

Sólo se contemplan dos excepciones a la regla que impide dictar sentencia en ausencia
del acusado. La primera es la prevista en el artículo 786.1.II LECrim conforme a la cual, si
se cumplen determinados requisitos –entre ellos, que la pena solicitada no puede exceder
de dos años de privación de libertad–, cabe celebrar el juicio en ausencia del acusado.

La segunda extiende la posibilidad de enjuiciamiento en rebeldía al juicio por delitos


leves para los supuestos del artículo 962 LECrim, es decir, para aquellos delitos leves que
permiten el juicio inmediato en el propio juzgado de guardia (art. 963 LECrim). Y lo
mismo sucede en los casos del artículo 964, en que también se produce un enjuiciamiento
inmediato en la guardia. En estos casos, de juicio en la guardia, se pormenoriza la forma
de realizar las citaciones, como garantía frente a eventuales indefensiones (art. 962.4 y
art. 964.3, todos de la LECrim).

Fuera de las excepciones a la regla que impide dictar sentencia en ausencia


del acusado, la necesidad de presencia de éste determina la búsqueda por re-
quisitoria del acusado que no se encuentre a disposición del juzgado, y si al
término del plazo fijado en la misma no es habido o no comparece, ha de ser
declarado en rebeldía y el proceso se suspende.

(23)
Ante la cuestión de si el rebelde puede personarse en el sumario en defensa SSTC 87/1984 y 149/1986
de sus derechos, el Tribunal Constitucional exige la comparecencia personal
del declarado rebelde23.

(24)
En la fase de preparación del juicio oral, el artículo 780.2 LECrim refuerza la Art. 780.2.III LECrim
necesidad de contradicción y el derecho de defensa al exigir de forma expresa
el traslado de las actuaciones al procesado, una vez se han practicado las dili-
gencias indispensables que solicitaron las partes acusadoras24.

4.3.3. Principio de igualdad

El principio de igualdad no se menciona expresamente en el artículo 24 CE,


ni el TC lo entiende incluido en el 14 CE, sino que sostiene que debe conec-
tarse con el derecho a la tutela efectiva, el derecho de defensa e incluso con
el derecho a un proceso con todas las garantías; esto es, lo incardina en el ar-
tículo 24 CE.

El principio de igualdad es principio informador común, de manera que


debe orientar toda interpretación o utilizarse para colmar lagunas de
cualquier tipo de proceso. Sucede que admite matices en los procesos
civil y penal, a los que concretaremos nuestra referencia.
© FUOC • PID_00266551 28 Introducción al derecho procesal (II)

El principio de igualdad en el proceso civil

En atención al principio de igualdad, las partes no deben ser iguales,


sino tener las mismas oportunidades, de manera que cualquier actua-
ción u oportunidad debe verse acompañada de otra semejante para
quien ocupa la posición opuesta.

Ejemplo del principio de igualdad

Si a una demanda corresponde la contestación, a la reconvención deberá seguir la opor-


tunidad de contestar a la misma, y los plazos otorgados a cada una de estas actuaciones
deberán respetar escrupulosamente la citada igualdad.

En la fase declarativa del proceso, la Ley de Enjuiciamiento Civil pone de re-


lieve una atención singular para preservar este principio por medio de mani-
festaciones como: la imposibilidad de realizar actuaciones procesales fuera del
tiempo previsto; la prohibición de modificar el objeto del proceso tras el escri-
to de contestación del demandado; el paralelismo en cuanto a las actividades
probatorias de ambas partes; o las numerosas normas que regulan que por ca-
da acto de alegación de hechos y exposición de argumentos jurídicos de una
parte procesal, surge necesariamente otra semejante para la parte contraria.

(25)
En el proceso de ejecución, su inicio inaudita parte debitoris quedó explicado Judicial, si fue tras el proceso
25 declarativo; o extrajudicial, si se
por la existencia de un título ejecutivo , porque en definitiva ya se ha deci- trata de alguno de los contempla-
dido sobre el titular del derecho; pero, además, la articulación del embargo, dos en el artículo 517.2 LEC.

que incorpora al ejecutado al proceso permitiendo que se oponga a la primera


resolución despachando la ejecución y el posterior desarrollo de la realización
forzosa, otorgan cumplidas oportunidades de actuación al ejecutado.

El principio de igualdad en el proceso penal

La igualdad entre las partes es esencial para la configuración triangular


del sistema acusatorio, en el que dos partes iguales contienden frente
a un juez imparcial.

Como sucede con otros principios, la vigencia de éste admite modulaciones


en las diferentes fases del proceso.

(26)
En la fase instructora, la LECrim partía en su concepción originaria de una pa- Ved la Exposición de Motivos
de la LECrim
tente desigualdad, provocada por el presunto criminal y de la que él era consi-
derado como único responsable26. En la actualidad, la creciente incorporación
del derecho de defensa y de la contradicción en esta fase va diluyendo esta idea
primitiva, acrecentando la igualdad entre las partes acusadoras y la acusada, a
partir del momento en que esta última adquiere la condición de parte.
© FUOC • PID_00266551 29 Introducción al derecho procesal (II)

Adquisición de la condición de procesado

Esta última circunstancia abunda en la relevancia de la adquisición de la condición de


procesado. La ley regula, en tal sentido: la obligatoriedad de la defensa técnica a partir
del momento en que se impute el delito a una persona (art. 118 LECrim); el derecho
del detenido y del preso provisional a comunicarse con su abogado (art. 523 LECrim);
la posibilidad de instar diligencias de investigación en su descargo (art. 302 LECrim); o
la asistencia a la práctica de determinados actos de investigación (arts. 333, 569 y 584
LECrim). La reforma de la LECrim de 2002 recoge tales mandatos en los artículos 767
(asistencia letrada desde la detención o la imputación) y 775 (información de los hechos
que se imputan y entrevista previa reservadamente del investigado con su letrado antes
o después de declarar ante el juez de instrucción).

A despecho de la tendencia equiparadora entre las partes procesales en


la fase instructora, esta línea no se mantiene respecto de las partes acu-
sadoras entre sí. Las últimas reformas de la LECrim y, más aún, la juris-
prudencia constitucional más reciente, justifican la desigualdad de las
diferentes partes acusadoras, que se traduce en una "mejor" posición del
MF respecto de los particulares.

Muestra esclarecedora de lo dicho se encuentra en la vigente redacción del


artículo 780.2.I y II LECrim, otorgando facultades bien diferentes al Ministe-
rio Fiscal y a las restantes partes acusadoras, y consagrando así una evidente
diferencia de trato.

Diligencias indispensables

Con arreglo al mismo, si en el plazo de diez días concedido para presentar el escrito de
acusación, el Ministerio Fiscal manifiesta la imposibilidad de presentar tal escrito por
falta de elementos esenciales para la tipificación de los hechos, podrá instar, con carácter
previo, la práctica de diligencias indispensables, en cuyo caso acordará el juez lo solicitado
(780.2.I LECrim). Si la solicitud proviene de la acusación o acusación personadas, el juez,
en cambio, acordará lo que estime procedente (art. 780.2.II LECrim). Tal como ya hiciera
la citada STC 186/1990, que resolvió a favor de la constitucionalidad del antiguo artículo
790.2 LECrim, los argumentos utilizados en la tramitación parlamentaria han apelado a
la mayor atención que debe prestarse a quien defiende el interés público (sic: el MF, esto
es, el Ministerio Fiscal) frente a los acusadores particular y popular cuyo ánimo puede
sustentarse en afanes retributivos y de venganza.

Otra muestra de trato diferente es el otorgado al acusador oficial y al acusado


a la hora de presentar sus respectivos escritos de acusación y de defensa.

Escrito de acusación y de defensa

La ausencia de presentación del escrito de defensa provoca, a tenor del reformado artícu-
lo 784.1.II LECrim que se tenga por presentado su escrito en el plazo de diez días. La
situación parangonable para la acusación –la presentación del escrito de acusación– es
objeto de un tratamiento diferente en el procedimiento abreviado y en la modalidad de
enjuiciamiento rápido. En el primero, además de poder solicitar una prórroga del plazo,
justificadamente (art. 781.2 LECrim), el juez deberá requerir a su superior para que, en
el plazo de otros diez días, presente el escrito, dando razón de los motivos de su falta de
presentación en plazo.

En la modalidad de enjuiciamiento rápido, si el Ministerio Fiscal no presenta su escrito


de acusación en un periodo reducido a dos días, el artículo 800.5 LECrim dispone que
se requiera inmediatamente al superior jerárquico del fiscal, para que en el plazo de dos
días, presente el escrito. Si el superior jerárquico tampoco presentara el escrito en dicho
plazo, se entenderá que no pide la apertura del juicio oral y que considera procedente
el sobreseimiento libre.
© FUOC • PID_00266551 30 Introducción al derecho procesal (II)

(27)
Art. 788.3 LECrim
En la fase de juicio oral, por el contrario, la igualdad debe respetarse
escrupulosamente, tanto entre parte acusadora y acusada, cuanto entre
las diferentes partes acusadoras. Así, por ejemplo, el requerimiento a la
acusación y la defensa para que ratifiquen o modifiquen sus conclusio-
nes27.

4.4. Principios específicos del proceso correspondiente

Los principios específicos son principios que informan, necesariamente,


de un proceso en atención al derecho material a cuyo servicio existen
y se estructuran.

Representan originariamente la opción entre dualidades opuestas, de manera


que el proceso civil, por ejemplo, se regirá por la aplicación del principio de
oportunidad, el dispositivo, el principio de aportación de parte y la valoración
legal de la prueba. El proceso penal se regirá por sus pares: legalidad, oficiali-
dad, etc.

Matización

La opción entre dualidades opuestas, no obstante, está sujeta hoy en día a alguna mati-
zación: la cambiante realidad y las interinfluencias entre sistemas y países, singularmen-
te el de Estados Unidos, desdibujan algunas líneas divisorias, y ponen de manifiesto la
incorporación de principios propios del proceso penal opuesto, como pone de relieve,
entre otros ejemplos posibles, la conformidad (manifestación del principio de oportuni-
dad y de una determinada disponibilidad) en el proceso penal.

Pertenecen a este grupo los siguientes principios agrupados en las correspon-


dientes dualidades:

• principio de legalidad-principio de oportunidad;


• principio dispositivo-principio de oficialidad;
• principio de actuación de oficio-principio de aportación a instancia de
parte;
• valoración legal de la prueba-valoración libre de la prueba.

4.4.1. Principio de legalidad y principio de oportunidad

La oposición entre estos principios adquiere mayor relevancia en el proceso


penal, en la medida en que el principio de legalidad se dirige a los sujetos
públicos ciñendo su conducta a lo preceptuado previa y concretamente en la
ley.
© FUOC • PID_00266551 31 Introducción al derecho procesal (II)

Principio de legalidad

Con arreglo al principio�de�legalidad, los sujetos públicos se someten


al dictado de la ley, sin abrir huecos a ámbitos de discrecionalidad en el
ejercicio de sus funciones. La ley enmarca su conducta, garantizando la
aplicación idéntica a todos los sujetos, y con ello la seguridad jurídica.

Denominado también "principio de necesidad", responde al hecho de que la


realización efectiva del derecho "necesita" del proceso, tal y como sucede en
el proceso penal en el que la aplicación del derecho penal (la imposición de
una pena por la comisión de un delito) sólo puede realizarse por medio del
proceso penal.

Por el contrario, el principio�de�oportunidad supone el libre ejercicio


de los derechos, con discrecionalidad absoluta, sin necesitar del proceso
para su existencia y eficacia.

Ejemplo del principio de oportunidad

Tal sería el caso de la propiedad o cualquier derecho de crédito, que pueden existir y tener
plena eficacia jurídica, aunque nunca sean objeto de discusión en un proceso. El acceso
al proceso reside en la discrecionalidad del titular, que lo reclamará o no en el libre uso
de su autonomía de voluntad.

En el proceso civil, reconocida a los particulares la libre disposición sobre sus


derechos e intereses y su autonomía de voluntad, sólo puede imperar el prin-
cipio de oportunidad.

En el ámbito del derecho privado, al referirnos a la conducta de los particu-


lares, no se dice que estos últimos se encuentren sometidos al principio de
legalidad, sino, cuestión diferente, al cumplimiento de la ley. No se precisa
de ninguna garantía frente al poder que puedan ejercitar estos particulares,
ya que éste termina en el ámbito de sus bienes y derechos, donde impera el
principio dispositivo. Gozan de derechos subjetivos, como poder confiado al
miembro de la comunidad, cuyo ejercicio permanece a su arbitrio.
© FUOC • PID_00266551 32 Introducción al derecho procesal (II)

La oportunidad de acudir a la jurisdicción para su tutela jurisdiccional perma- Instrumentos de


nece en manos de los titulares de los derechos subjetivos correspondientes, a resolución de conflictos

los que se reconoce también el interés para actuar. En el derecho privado, puede
renunciarse a la jurisdicción re-
curriendo a otros instrumentos
de resolución de conflictos co-
El principio de legalidad, en su manifestación procesal penal, atiende a mo el arbitraje, la mediación o
la conciliación.
la ideología del estado de derecho, en cuanto pretende el sometimiento
de los poderes públicos a la ley. Las formulaciones clásicas, concreción
de este principio en el ámbito penal (nullum crimen sine poena; nulla poe-
na sine lege; nulla poena sine judicio), son claros exponentes de esta idea,
cuyos destinatarios son los poderes públicos. De ahí que sus destinata-
rios en el proceso penal sean el juez, el Ministerio Fiscal y la Policía Judi-
cial. En este sentido, el principio de legalidad constituye una exigencia
no solo de la seguridad jurídica que permite la posibilidad del conoci-
miento previo de los delitos y de las penas, sino también la garantía po-
lítica de que el ciudadano no podrá verse sometido por parte del Estado
ni de los jueces a penas que no admita el pueblo. El Ministerio Fiscal
y el juez deberán perseguir el hecho aparentemente delictivo solo –pe-
ro siempre– ante la percepción de indicios racionales de criminalidad,
continuando hasta la resolución que se contempla en la LECrim.

Vigente el principio de legalidad, el único fundamento admisible de la deci-


sión de no proceder ha de ser tan legal y bien fundado en derecho como su
contrario. No hay margen para valoraciones de conveniencia (Andrés Ibáñez).
Tal es el caso contemplado en el artículo 779.1 LECrim.

El criterio del órgano de la acusación debe ser siempre y exclusivamente


el de la ley. Se afirma, en tal sentido, que es dicho principio el que mejor
garantiza la legalidad estricta de la justicia punitiva, correspondiendo
a toda época histórica preocupada, fundamentalmente, por la constitu-
ción del Estado de Derecho y de las garantías del mismo.

Principio de oportunidad

El principio de oportunidad supone el libre ejercicio de los derechos,


con discrecionalidad absoluta y sin necesitar del proceso para su exis-
tencia y eficacia.

En el proceso civil resulta, como se ha dicho, el principio consustancial a la


configuración de los derechos en nuestro derecho, de carácter privado, y por
ende, sometido, en el ejercicio para su tutela, a la oportunidad o, lo que es lo
mismo, al criterio que libremente disponga su titular, tanto por respeto a la au-
tonomía de voluntad cuanto por no necesitar del proceso para su realización.
© FUOC • PID_00266551 33 Introducción al derecho procesal (II)

Por el contrario, en el ámbito penal, el sometimiento al principio de legalidad


no excluye, en principio, la concurrencia de discrecionalidad, entendida co-
mo necesidad de interpretación y decisión en un ámbito contemplado por la
propia ley. El problema de la fundamentación de la acción es una cosa y otra
bien distinta es el de la oportunidad de una acción fundada. Es completamente
diferente determinar, por ejemplo, conforme a las normas del derecho penal
sustantivo, si un hecho es constitutivo de delito que abstenerse de acusar por
hechos que sean constitutivos de delito (Gómez Orbaneja).

Existen dos concepciones del principio de oportunidad: una amplia y otra es-
tricta. Conforme a la primera, se entiende como aplicación del principio de
oportunidad todo tratamiento penal diferenciado del conflicto social repre-
sentado por el hecho delictivo, esto es, tanto las técnicas despenalizadoras
como las específicamente procesales o los delitos perseguibles únicamente a
instancia de parte (Plagiero; Bacigalupo). Con arreglo a un sentido estricto, el
principio de oportunidad se limita, en el aspecto subjetivo, a los sujetos pú-
blicos, y desde el objetivo, al marco del proceso, abarcando las excepciones a
la obligación de incoación ante todo conocimiento de una notitia criminis a
la finalización del proceso a través de una resolución, según lo previsto en la
ley procesal penal.

La negociación y el llamado “principio de consenso”

A partir de la reforma operada por la LO 7/1988 –que introdujo el procedi-


miento abreviado– y de una interpretación “posibilista” del tenor literal de
los antiguos artículos 791.3 y 793.3 LECrim, así como la posterior instrucción
1/1989 de la Fiscalía General del Estado, comenzó a utilizarse la expresión
“principio del consenso” para referirse a la forma de terminación del proceso
penal mediante un acuerdo de “conformidad” entre las partes acusadoras y
el acusado.

Los mecanismos de consenso son una de las posibles opciones para procurar
un proceso penal más rápido. No es la única. Junto a ella se ha optado, en paí-
ses como Portugal, Italia o Alemania, por el monitorio penal o la concesión de
ámbitos de discrecionalidad que permitan al órgano acusador oficial ejercitar
o no la acción penal o prescindir de la fase instructora por resultar innecesaria.

Cabe aceptar el uso de tales mecanismos, pero no sin admitir, simultánea-


mente, que suponen la renuncia a importantes derechos, como por ejemplo
el de defensa, expresión, a su vez, de relevantes garantías, así como aceptar
que acarrean la inevitable merma de todo efecto de prevención general. Para-
lelamente, toda solución de “conformidad” implica una aplicación desigual
de la manifestación de la autonomía de la voluntad por parte del fiscal y del
investigado o encausado (que, conviene no olvidar, negocia con su libertad).
© FUOC • PID_00266551 34 Introducción al derecho procesal (II)

En este sentido, adquiere singular relevancia la garantía judicial sobre si tal


manifestación es libre y con efectivo conocimiento de las consecuencias que
comporta (véase art. 787.4 LECrim).

Aunque la aplicación de este principio, por una parte, contribuye a una nota-
ble simplificación y aceleración de los procesos penales, es fuente, a su vez,
de algunas reflexiones críticas en torno a la enervación del principio de lega-
lidad. De otro lado, al incorporar el mecanismo de la negociación a cuestiones
penales (cuya especial naturaleza justifica, por ejemplo, que un órgano como
el Ministerio Fiscal (MF) tenga encomendado el ejercicio oficial de la acción
penal), se olvida o se deja de lado no solo la naturaleza indisponible del ius
puniendi, sino también la diferente posición de las partes negociadoras: el MF,
otros acusadores, la víctima y el presunto delincuente.

Con todo, resulta imparable la incorporación de diferentes variantes del prin-


cipio de oportunidad, del mismo modo que las soluciones consensuadas “han
llegado para quedarse”. Frente a este hecho incontestable no deben dejar de
plantearse algunas cuestiones siquiera en síntesis.

Argumentos a favor y en contra del principio de oportunidad

La excepción a la regla general –que sería el sometimiento al principio de legalidad–


encuentra argumentos favorables y contrarios. Forman parte de los primeros:

1) Que el principio de oportunidad atiende a razones de interés social o utilidad pública


en una doble vertiente:

a) porque permite reaccionar de forma proporcional a la falta de interés público en la


persecución de ciertos delitos, en aquellos casos en que conlleven una escasa lesión social;
y b) porque estimula la pronta reparación de la víctima.

2) Que el principio de oportunidad favorece el derecho a un proceso sin dilaciones in-


debidas.

3) Que el principio de oportunidad constituye el único instrumento –desde una perspec-


tiva eminentemente práctica– que permite tratar, de forma diferenciada, los hechos pu-
nibles que deben ser perseguidos en todo caso, y aquellos otros en los que se considera
que la mínima lesión social debe conducir a su no persecución.

En contra del principio de oportunidad se aducen, esencialmente, tres motivos:

1) Que la implantación del principio de oportunidad lesiona el principio de igualdad,


dado que la respuesta al delito no sería la prevista en la ley para todos los imputados,
sino que ello dependería del criterio del fiscal en cada caso concreto.

2) Que así se ponen en peligro los logros que conlleva la estricta sujeción al principio
de legalidad; especialmente, el efecto conminatorio de la sanción penal o la seguridad
jurídica implícita en la certidumbre de que todo hecho que revista los caracteres de delito
será perseguido en términos de igualdad.

3) Que la incorporación del principio de oportunidad deja sin cobertura el riesgo de que
el órgano al que se atribuye la facultad discrecional de incoar o no un proceso penal sea
quien decida, en definitiva, sobre la realización del derecho penal (dado que no puede
haber pena sin proceso).
© FUOC • PID_00266551 35 Introducción al derecho procesal (II)

4.4.2. Principio dispositivo y de oficialidad

En este subapartado se tratan los principios dispositivos y de oficialidad, que,


como se verá, determinan a quién corresponde la disponibilidad sobre el pro-
ceso, su objeto y su continuación o finalización.

Principio dispositivo

El principio dispositivo consiste en la disponibilidad sobre el interés


privado y su libre disposición sobre la conveniencia de reclamar su tu-
tela judicial en toda su extensión, desde el inicio hasta su desarrollo.
Responde al aforismo nemo iudex sine actore, significando: que ni el pro-
ceso puede iniciarse sin un actor que lo incoe ni puede continuar. Ese
mismo poder de disposición fundamenta que el objeto del proceso se
determine por el actor, y que esa misma extensión enmarque el ámbito
del pronunciamiento judicial.

Así, son notas o manifestaciones del principio dispositivo en el proceso decla-


rativo:

(28)
• El actor, al presentar la demanda, fija el objeto del proceso que terminará Arts. 399, 400 y 405 LEC (juicio
28 ordinario)
de delinearse a tenor de la respuesta del demandado . Arts. 437 y 438 LEC (juicio verbal)

• Idéntica disponibilidad hace que, como señala el propio artículo 19 LEC,


"los litigantes estén facultados para [...] renunciar, desistir del juicio, alla-
narse, someterse a arbitraje o mediación y transigir sobre lo que sea objeto
del mismo".

(29)
• La resolución dictada por los tribunales debe ser congruente con lo some- Art. 218 LEC
29
tido a su conocimiento. De lo contrario se incurre en incongruencia .

En el proceso de ejecución, las manifestaciones del principio dispositivo son


constantes, pudiendo el ejecutado poner fin a la actividad ejecutiva a lo largo
del mismo en múltiples etapas, previo cumplimiento de su obligación y pa-
gando las costas e intereses devengados.

Principio de oficialidad

La vigencia del principio de oficialidad, antagónico del dispositivo, correspon-


de a la presencia de intereses públicos, ya de forma exclusiva, ya preponde-
rante.
© FUOC • PID_00266551 36 Introducción al derecho procesal (II)

En los procesos regidos por el principio de oficialidad, se discute sobre


derechos que quedan fuera del poder de disposición de los sujetos pri-
vados y donde impera el interés público resultando indisponibles. El
ejemplo más claro es el proceso penal, pero también se manifiesta en
los procesos civiles que afectan al estado y condición de las personas.

Son notas o manifestaciones del principio de oficialidad:

• El inicio de la actividad jurisdiccional no depende de la voluntad de un


particular, sino de un órgano público que lo ejercita en nombre del interés
público y con carácter oficial (el Ministerio Fiscal, generalmente).

• La determinación del objeto no es facultad de las partes, sino que corres-


ponde a previsiones legales objetivas.

• La indisponibilidad del objeto impide poner fin al proceso por mera vo-
luntad de las partes.

(30)
En el proceso penal por aplicación de este principio, ante el conocimiento de Arts. 303 y 308 LECrim
30
la "notitia criminis", el juez debe incoar sumario o diligencias equivalentes
para averiguar si concurren o no circunstancias delictivas.

(31)
En la fase procesal destinada a la investigación de los hechos para determinar Art. 284 LECrim
si constituyen o no un supuesto delictivo y a la identificación del delincuente,
(32)
la vigencia del principio de oficialidad es prácticamente total. El tan repetido Art. 773.2 LECrim

interés público obliga a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado a inves-
(33)
tigar los extremos señalados, de manera que, en cuanto de esa actividad surja Arts. 303.1 y 306 LECrim

la probable existencia de un hecho aparentemente delictivo, la Policía31 y la (34)


Art. 308; art. 773 y 777 LECrim
Fiscalía32 tienen el deber de ponerlo en conocimiento del juez. El juez debe
dirigir dicha actividad instructora "ex officio" con la colaboración del fiscal,
quien desarrolla labores de inspección33. Es también manifestación de la ofi-
cialidad, en esta sede, la posibilidad de iniciar "ex officio" el proceso penal, así
se tenga conocimiento de la "notitia criminis" y dando cuenta inmediata de
34
ello al fiscal .

En la fase de enjuiciamiento (también llamada de juicio oral) la vigencia de la


oficialidad se diluye notablemente debido al principio acusatorio, conforme a
la cual, frente a la especial naturaleza del "ius puniendi" y a que la búsqueda
de la verdad material es uno de los fines del proceso penal, se entiende que
cualquier actividad del órgano judicial le hace perder su posición de tercero
imparcial.
© FUOC • PID_00266551 37 Introducción al derecho procesal (II)

(35)
Como excepciones, o más bien casos donde ambos principios no rigen en to- Arts. 804 y siguientes LECrim
da su extensión, figuran los procesos civiles relativos a la capacidad de las per-
sonas, paternidad, maternidad, etc., donde existen manifestaciones de oficia-
lidad, en atención, precisamente, a la concurrencia de interés público en su
objeto (el estado y condición de las personas) interviniendo el Ministerio Fis-
cal (art. 749 LEC) y señalando límites a la disponibilidad sobre el objeto del
proceso (art. 751 LEC). Paralelamente, entre los procesos penales, el de por
injurias y calumnias presenta manifestaciones del principio dispositivo: sólo
puede iniciarse por querella; y el perdón del ofendido extingue la responsabi-
lidad penal, poniendo fin al proceso35.

4.4.3. Principio de aportación de parte y de investigación de


oficio

En los procesos regidos por el principio dispositivo, rige normalmente el prin-


cipio de aportación de parte, como corolario de aquél.

Al igual que los sujetos disponen de sus derechos, les corresponde intro-
ducir los hechos y los medios probatorios (iudex iudicet secundum allegata
et probata partium). El órgano jurisdiccional debe atenerse a los hechos
incorporados y admitidos por las partes, sin incorporar o intervenir en
actividad probatoria que no haya solicitado alguna de las partes.

Al introducir los hechos, las partes determinan el objeto del proceso, de


manera que principio dispositivo y de aportación de parte se solapan.

Intervención del juez

En cuanto a la iniciativa probatoria, la aplicación rigorista del principio excluye la inter-


vención judicial, circunstancia que no se ha respetado del todo en la LEC al regular una
clara intervención del juez en la proposición de prueba a tenor del artículo 429 LEC, y
posteriormente en las diligencias finales (art. 435 LEC).

Con arreglo al principio de oficialidad y a la investigación de oficio, es


el juez (u otro órgano oficial) quien introduce los hechos, delimita el
objeto del proceso y determina los medios probatorios y su práctica.

(36)
En la instrucción, corresponde al juez bajo la inspección directa del fiscal la Art. 306 LECrim
36
introducción del material de hecho , mediante cualquiera de las diligencias
reguladas en los títulos IV y V del libro II de la LECrim.
© FUOC • PID_00266551 38 Introducción al derecho procesal (II)

(37)
Junto con él, le corresponde practicar las "primeras diligencias" a cualquier au- Arts. 13, 307 y 499 LECrim
37
toridad judicial a quien se trasmita la "notitia criminis ", así como a la policía
(38)
Art. 282 y 295 LECrim
judicial, quien debe llevar a cabo las llamadas "diligencias de prevención38"
o los actos investigadores previstos en el artículo 28 del RD 769/1987, de 19
de junio.

(39)
El Ministerio Fiscal, por su parte, puede ordenar la práctica de cualquier acto de Art. 5.2 EOMF, Ley 50/1981, de
30 de diciembre
investigación, siempre que no sea limitativo de derechos fundamentales y no
haya asumido la instrucción el juez39; practicar él mismo u ordenar a la policía (40)
Art. 773.2.I y II LECrim
que practique las diligencias que estime pertinentes para la averiguación del
delito o de la persona del delincuente; decretar el archivo, comunicándolo al
perjudicado u ofendido; y hacer comparecer ante sí a cualquier persona en los
términos establecidos para la citación judicial40.

(41)
En la fase de juicio oral, la vigencia del principio acusatorio impone la apor- Art. 650.1 y 781.1 LECrim
tación de parte. Los hechos son los establecidos por las partes en sus escritos
acusatorios, con una importante limitación: la de que deben haber sido deter-
minados en el sumario o instrucción, única forma de evitar acusaciones sor-
presivas41.

(42)
En cuanto a la actividad probatoria, en los mismos escritos de calificación y Arts. 656 y 728 LECrim
42
defensa se proponen las pruebas de que intenta valerse cada parte . Al hilo de
esta facultad, tradicionalmente se ha destacado como característica propia del
proceso penal y de los tan repetidos fines específicos del mismo (entre ellos, la
búsqueda de la verdad material: arts. 701.VI y 726 LECrim), la posibilidad de
excepcionar el principio de aportación de parte, mediante la facultad del juez
de proponer nuevos medios de prueba, a tenor del artículo 729.2 LECrim.

4.4.4. Sistema acusatorio formal y principio acusatorio: la


singularidad del proceso penal

En nuestro proceso penal, la existencia de un interés público en la persecución


de los delitos y la necesidad de configurar un proceso alejado de una configu-
ración inquisitiva –que niega por sí mismo la existencia de un proceso (Mon-
tero)– ha conducido a la adopción de un sistema�acusatorio�formal, enten-
diendo por tal aquel en el que se reconoce el interés público en la persecu-
ción por medio de garantizarla mediante su ejercicio por el Ministerio Fiscal y
otros acusadores; simultáneamente, se abandona toda nota inquisitorial, pre-
servando que quien investiga y acusa no puede juzgar. Esta última nota y sus
manifestaciones es la que se denomina principio�acusatorio.

El principio acusatorio se resume en una idea, importante, pero bien


simple: "no hay proceso sin acusación"; y esto, si bien se piensa, com-
prende que "quien acusa no puede juzgar".
© FUOC • PID_00266551 39 Introducción al derecho procesal (II)

Son manifestación de este principio acusatorio:

1) Necesidad de la existencia de una acusación

La acusación es presupuesto del juicio y de la condena. Esto exige, en


primer término, el previo conocimiento de la acusación formulada. La
acusación, además de conocida por el acusado, debe existir ineludible-
mente para poder abrir la fase enjuiciadora y ha de ser sostenida a lo
largo de ésta por un órgano distinto del enjuiciador. Desde esta perspec-
tiva, el órgano juzgador ve circunscrito el ámbito de su conocimiento
y decisión al marco estricto –sujeto y hechos– que delimitan la acción,
esto es, su sentencia debe ser congruente, lo que en términos del proce-
so penal se denomina correlación entre acusación y sentencia.

2) Correlación entre acusación y sentencia (la congruencia en el proceso penal)

La sentencia no puede condenar por hecho punible distinto del que fue
objeto de la acusación, ni a sujeto diferente de aquel a quien se imputó
y posteriormente se acusó, según la delimitación formal de la acusación
en los escritos de calificación o acusación.

3) La prohibición de "reformatio in peius"

La necesidad de una acusación se extiende a las diferentes instancias, sin


que pueda apreciarse que la existente en la primera sirva a tales efectos,
exigiéndose así, también, la formulación de acusación en esta segunda
instancia, abierta a través del recurso de apelación.

Es la impugnación de una sentencia lo que opera la investidura del juez supe-


rior, determinando la posibilidad de que éste desarrolle los poderes que tiene
atribuidos, con la limitación determinada por la pretensión de las partes. Así,
salvo las expresas excepciones previstas por la ley, el efecto devolutivo de la
apelación se limita a los puntos objeto del recurso.

Ejemplo

Si A es condenado a X y presenta recurso contra la sentencia condenatoria, el tribunal de


apelación sólo podrá ratificar la sentencia o absolver, pero no condenar a A a una pena X
+ Y. Si, en cambio, también recurre alguna parte acusadora, solicitando X + Y, el tribunal
puede aumentar la pena impuesta en primera instancia.
© FUOC • PID_00266551 40 Introducción al derecho procesal (II)

4.4.5. Valoración legal y valoración libre de la prueba

Introducidos los hechos y practicada la actividad probatoria, hay que deter-


minar mediante qué reglas o principios valorará el tribunal los resultados ob-
tenidos por cada medio.

El sistema de prueba legal responde a procurar la seguridad jurídica derivada


de atribuir a cada medio probatorio un valor previamente señalado en la nor-
ma procesal correspondiente. Pero también ha servido históricamente para li-
mitar las facultades del juez penal en el proceso inquisitivo. En todo caso, las
normas de valoración legal de la prueba constituyen máximas de la experien-
cia recogidas en preceptos positivos (Stein).

(43)
Art. 741 LECrim
El sistema de valoración libre de la prueba deja al juez la valoración
del valor que cabe otorgar a cada medio de prueba; ahora bien, eso no
significa que pueda hacerlo arbitrariamente. Todas las fórmulas utiliza-
das por la ley, al referirse a las "reglas de la sana crítica" y al "criterio
racional", contienen de hecho la necesidad de motivar suficientemente
la valoración efectuada. La valoración libre va ligada a la inmediación
en la medida en que, para valorar libremente, ha de haberse estado pre-
sente al practicarse la prueba correspondiente (testifical, pericial, etc.).

El sistema español del proceso civil combina ambos sistemas, estable-


ciendo las reglas correspondientes al regular cada uno de los medios de
prueba. En el proceso penal, se consagra de manera absoluta el sistema
de libre valoración43.

4.5. Principios del procedimiento

Los principios del procedimiento se refieren a la concreta forma que adopte el


mismo. Se trata de los siguientes principios:

• oralidad y escritura

• mediación y concentración

• publicidad

Nota

Se incluyen en este subapartado aquellos principios que, afectando prioritariamente a la


forma que adopte el procedimiento o alguna de sus fases (oral o escrita; con inmediación
o no; con publicidad o sin ella), no resultan, como los anteriores, esenciales o generadores
de características intrínsecas o nucleares del proceso.
© FUOC • PID_00266551 41 Introducción al derecho procesal (II)

Estos principios resultan conexos entre sí, de forma que la sujeción a


uno suele acarrear la de otro y viceversa. Así, un proceso oral exigirá de
la inmediación y la concentración, acarreando la publicidad del mismo.
En tanto otro escrito favorece la ausencia de inmediación, no exige la
concentración y resulta perfectamente compatible con la falta de publi-
cidad.

4.5.1. Oralidad y escritura

Se entiende por oralidad la forma procedimental que implica funda-


mentar la resolución judicial, únicamente, en el material aportado por
las partes por medio de la palabra hablada, y en especial, en la prueba
desarrollada oralmente ante el órgano judicial. El principio de escritura,
por el contrario, informa un proceso en el que la resolución se funda-
menta en los datos deducidos o alegados por las partes por escrito.

Proceso oral y proceso escrito

Nos encontramos ante un proceso oral cuando el proceso acaba con una vista oral en la
que el juez toma contacto directo con las pruebas personales y con las partes, aunque
dicha audiencia haya sido preparada por actos escritos.

Será escrito cuando las actuaciones determinantes sean escritas, operando las orales, de
haberlas, con carácter absolutamente accesorio.

Hoy en día, no obstante, no existe procedimiento que sea radicalmente oral o


escrito, de manera que la configuración procedimental a estos efectos termina
por ser una cuestión de preeminencia, más que de opción.

(44)
Descendiendo ya a un plano concreto, el artículo 120.2 CE incorpora la ora- Arts. 650 y 732.2 LECrim
lidad al marco constitucional, especialmente en el proceso penal ("el procedi-
(45)
miento será predominantemente oral, sobre todo en materia criminal"). Dicha Art. 668 LECrim

mención, sin embargo, no es imperativa, de manera que no se opone al pre-


cepto constitucional el establecimiento de una fase o de determinados actos
inspirados en el principio de la escritura: así, por ejemplo, los escritos de cali-
ficaciones44, o los artículos de previo pronunciamiento45, o el régimen de la
prueba documental diseñado por el artículo 726 LECrim.

(46)
En términos generales, por tanto, nuestro proceso penal está informado por Arts. 701 a 730 LECrim
46
el principio de oralidad en sus aspectos esenciales: la práctica de la prueba ,
(47)
Arts. 734 a 737 LECrim
los informes de acusación y defensa47, la última palabra al acusado48 y, espe-
cialmente, que el juez dicte sentencia con arreglo a las pruebas practicadas en (48)
Art. 739 LECrim
49
el juicio .
(49)
Art. 741 LECrim
A esta regla le cabe una excepción expresa: la celebración de las sesiones de
juicio a puerta cerrada cuando lo exijan razones de seguridad u orden público,
o la adecuada protección de los derechos fundamentales de los intervinientes,
© FUOC • PID_00266551 42 Introducción al derecho procesal (II)

en particular, el derecho a la intimidad de la víctima, el respeto debido a la


misma o a sus familias, o resulte necesario para evitar a las víctimas perjuicios
relevantes (art. 681 LECrim). Esta restricción no se aplica al Ministerio Fiscal, a
los encausados, al acusador privado, al actor civil y a los respectivos defensores,
a excepción de tratarse de la declaración de una víctima menor de edad o con
discapacidad o necesitados de especial protección (arts. 681.3 y 707 LECrim).

Más determinante para la vigencia del principio de oralidad es su adecuación


al ir acompañado de la de otros principios que son su consecuencia: la inme-
diación, el de concentración y el de publicidad.

4.5.2. Inmediación y mediación. Concentración

El principio de inmediación es consecuencia del triple fundamento del proce-


so liberal que surgió como reacción al sistema de justicia secreta (publicidad,
oralidad y juicio por jurados).

El juicio debe realizarse oralmente para que cualquiera pueda verlo, oír-
lo y entenderlo, y por ende, los jueces sólo pueden acceder a una prueba
practicada ante ellos.

Según el principio de inmediación, y el de oralidad al que lógicamente


acompaña, el juez que resuelva el proceso debe haber asistido a la prác-
tica de las pruebas "con inmediación", apreciando las declaraciones y
observando directamente los restantes medios de prueba.

El principio de inmediación es, asimismo, la consecuencia necesaria de elimi- Importancia del principio
nar la prueba tasada, imperante en el antiguo proceso secreto. de inmediación

El Tribunal Constitucional
En los procesos españoles orales, la inmediación es una consecuencia, de ahí se ha referido a la importan-
cia del principio de inmedia-
que la posibilidad de práctica de prueba ante juez distinto del que dicte sen- ción en las sentencias: SSTC
31/1998 y 64/1993, entre las
tencia es excepcional50. fundamentales al efecto.

(50)
Arts. 193.3, 199 y 200 LEC

(51)
En el proceso penal, sobre todo en su fase oral, impera la inmediación51. La Arts. 701 y 734 a 739 LECrim

actividad probatoria y los informes han de realizarse ante el tribunal52. La sen-


(52)
Arts. 688.2 y 683 LECrim
tencia ha de discutirse inmediatamente después de celebrado el juicio53, en
tres días si se trata de delito y el mismo día o al siguiente si fuera un delito (53)
Art. 149 LECrim
54 55
leve . Además, en caso de suspensión dilatada del juicio , se declarará la nu-
(54)
lidad del juicio, iniciándose otra vez el juicio oral56. Arts. 741 y 203 LECrim

(55)
En la fase instructora, sin embargo, en parte porque al menos teóricamente no Arts. 746.4 y 5 LECrim

hay fase probatoria alguna, y porque en todo caso quien instruye no juzgará
posteriormente, la inmediación no tiene la relevancia que presenta en la fase
© FUOC • PID_00266551 43 Introducción al derecho procesal (II)

(56)
enjuiciadora, operando la escritura y la mediación sin mayores dificultades. A Art. 749 LECrim
estos efectos debe recordarse la frecuencia con la que determinadas activida-
des, originariamente instructoras, devienen posteriormente pruebas precons-
tituidas, lo que origina la necesidad de integrar este principio en aquella ac-
tuación, normalmente realizada en ausencia del órgano judicial, o en todo
caso de aquel que después debe resolver.

Así se prevé, a título de ejemplo, en el caso de la prueba testifical en los artícu-


los 777.2 y 797.2 LECrim.

Excepciones al principio de inmediación (57)


Precisamente, lo que se pre-
vé en los citados artículos 777.2 y
Se reconocen casos de excepción a la vigencia del principio –o quizás mejor, supuestos 797.2 LECrim.
en que la ausencia de inmediación debe ser contrapesada con otras garantías– en los
siguientes casos:
(58)
Art. 710 LECrim
• el testimonio de alguien muerto o desaparecido ;57

• prescindir de la comparecencia de peritos pertenecientes a organismos oficiales, como


se prevé en el procedimiento abreviado; o
• el testimonio de referencia58.

La ausencia de inmediación constituye un obstáculo a la hora de articular la


llamada "doble instancia" en el proceso penal, entre otros aspectos sobre los
que se volverá al tratar este tema específico más adelante, por la dificultad del
juez de apelación para cumplimentar los principios de oralidad e inmediación
a la hora de resolver sobre determinadas pruebas practicadas en primera ins-
tancia, para la que, como en el caso de la testifical o la confesión, la inmedia-
ción resulta ineludible.

4.5.3. Publicidad y secreto

La publicidad hace referencia a la posibilidad de que las actuaciones


sean presenciadas por la sociedad, en general, y por el público asistente,
en particular, por medio de la conocida "audiencia pública".

Cuestión diferente es la llamada "publicidad interna", que se refiere a las


partes en el proceso, y cuyo estudio corresponde al análisis del derecho
de defensa y de la prohibición de indefensión.

El derecho a un proceso público tiene una proyección más amplia que las
partes, extendiéndose también a terceros.

Este principio se encuentra, actualmente, constitucionalizado en los artículos


24.2 y 120 de la Norma Fundamental y en los artículos 14.1 PIDCP y 6.1 CEDH.
© FUOC • PID_00266551 44 Introducción al derecho procesal (II)

STC 96/1987

El Tribunal Constitucional resalta la importancia de este principio en atención a su doble


finalidad59: "Por un lado, proteger a las partes de una justicia sustraída al control público,
y por otro, mantener la confianza de la comunidad en los tribunales, constituyendo en
ambos sentidos tal principio una de las bases del debido proceso y uno de los pilares del
Estado de Derecho".

(59)
También puede examinarse la principal doctrina emanada del TEDH en los siguientes
casos: "Le Compte", "Van Leuven" y "De Meyere", de 28 de junio de 1981; "Albert y Le
Compte", de 10 de febrero de 1983; "Pretto", de 8 de diciembre de 1983; y "Axen", de 10
diciembre de 1983.

Por garantizar precisamente la publicidad externa, la aplicación de este prin-


cipio presenta distinta intensidad en las dos fases del proceso penal.

(60)
En la fase de investigación prevalece el secreto de las actuaciones60, aunque Art. 301 LECrim

significativamente paliada respecto de las partes personadas y las diligencias


(61)
que se practiquen una vez adquieran tal condición, salvo que se declare secreto Arts. 302 LECrim y 234 LOPJ

el sumario61.

En el juicio oral, la exigencia de publicidad es absoluta, constituyendo su in-


fracción motivo de nulidad absoluta conforme al artículo 680.I.° LECrim y al
artículo 238 LOPJ.

Dos cuestiones merecen una atención especial, aunque breve: el secreto del
sumario y la intervención de los medios de publicidad y aparatos de reproduc-
ción en los juicios.

Secreto del sumario

(62)
Entendiendo por "secreto externo del sumario" aquel que conforme al artículo STC 13/1985
301 LECrim rige frente al público en general, el TC ha elaborado una doctrina
que, a la par que lo justifica (resulta procedente prohibir llevar a cabo una
revelación indebida transmitiendo datos de los que se han conocido por el
sumario), proclama que su contenido y extensión deben interpretarse restric-
tivamente, de forma que si el hecho se conoce por otra vía que no sea la reve-
lación indebida, el secreto no afecta a los hechos, pudiendo revelarse en uso
de la libertad de información. Lo contrario, se aduce, sería crear una atípica e
62
ilegítima materia reservada .

(63)
STC 64/1994 y ATC 270/1994
En cuanto al conocido como "secreto interno del sumario", aquel que
excepcionalmente puede imponerse a las partes, el TC ha recordado su
interpretación sobre el principio de publicidad interna, que se excluye
–como se ha señalado– del derecho a un proceso público y se entiende
comprendido en el derecho de defensa63.
© FUOC • PID_00266551 45 Introducción al derecho procesal (II)

(64)
El Tribunal Constitucional sienta la siguiente doctrina: el proceso penal puede Art. 301 LECrim
tener una fase sumaria amparada por el secreto y, en cuanto tal, limitativa de
(65)
la publicidad y de la libertad. Ahora bien, como el secreto se configura como Art. 301.2 LECrim

impedimento al conocimiento de las actuaciones seguidas en esta etapa del


(66)
SSTC 13/1985, 176/1988 y
proceso penal64, dicho secreto implica que no puede trasgredirse la reserva so- 18/1999
bre su contenido por medio de revelaciones indebidas65 o a través de un cono-
cimiento ilícito y su posterior difusión. Fuera de este ámbito, no cabe arrebatar
uno o varios elementos de la realidad social a la libertad de información sin
crear indebidamente una materia reservada66.

Intervención de los medios de comunicación

(67)
SSTC 30/1982, 13/1985,
El TC ha comprendido, en los artículos 14.1 PIDCP y 6 CEDH, la po- 128/1988 y 66/2001

sibilidad de que los medios de comunicación proyecten al exterior los


juicios, más allá del círculo de las personas presentes en los mismos67.

(68)
El principio de la publicidad de las actuaciones68 conduce a establecer, como Art. 121 CE

único límite, el deber de no condicionar los procesos ni desautorizar las re-


(69)
STEDH Prager y Oberschlick
soluciones judiciales ni insultar69. A partir de ahí, existe plena libertad de in- frente a Austria, de 26 de abril de
formación sobre procesos en curso, siempre que se respete el requisito de ve- 1995

racidad y la presunción de inocencia, de forma que las posibles restricciones


(70)
STDEH Sunday Times frente
han de justificarse por la existencia de salvaguardar otro bien jurídico, como
al Reino Unido, de 26 de abril de
la protección del honor o la infancia70. 1979; Du Roy frente a Francia, de
3 de octubre del 2000; SSTC 30/
1986; 36/ 1991

El derecho a la libre comunicación de una información veraz no es ab- (71)


STS 3703/2000
soluto. Junto con la posibilidad de decretar el secreto del sumario, exis-
ten otros límites como:

• la protección del derecho al honor y a la propia imagen, o

• la protección de la juventud e infancia, que permite celebrar el "jui-


cio a puerta cerrada" sin vulnerar el derecho a la publicidad de las
actuaciones71.

Retransmisión de los juicios a través de medios de comunicación

Cuestión especialmente sensible es la retransmisión de los juicios a través de medios de


comunicación, singularmente la televisión, tanto por la colisión entre los derechos a la
intimidad y a la propia imagen y el que nos ocupa, cuanto a otro efecto, como el de los
conocidos como "juicios paralelos". Surge así el conflicto en torno a la presencia de los
medios de comunicación en las salas de los tribunales, sobre las que se pronunciaron
diferentes sentencias del Tribunal Supremo (SSTS 25 de junio de 1990; 13 de noviembre
de 1990; o 14 de febrero de 1995) y que generaron el Acuerdo de la Sala de Gobierno del
Tribunal Supremo de 12 de septiembre de 1995 sobre "Normas sobre acceso al Palacio sede
del Tribunal Supremo", a su vez objeto posterior de recurso resuelto por la Sala de lo CA
© FUOC • PID_00266551 46 Introducción al derecho procesal (II)

del TS, el 9 de julio de 1999. Juicios de clara incidencia mediática, así como el desarrollo
de programas televisivos de "corte judicial" que alcanzaron su punto álgido con el "caso
Alcàsser", no han hecho sino poner de relieve la dificultad de resolver los intereses en
conflicto. Por otra parte, la protección de la víctima y de sus familiares permite al juez
adoptar una serie de medidas:

a) Prohibir la divulgación o publicación de información relativa a la identidad de la víc-


tima, de datos que puedan facilitar su identificación de forma directa o indirecta, o de
aquellas circunstancias personales que hubieran sido valoradas para resolver sobre sus
necesidades de protección.

b) Prohibir la obtención, divulgación o publicación de imágenes de la víctima o sus fa-


miliares. Esta prohibición será absoluta en el caso de víctimas menores de edad o víctimas
con discapacidad necesitadas de especial protección, en cuanto a los datos que puedan
facilitar su identificación directa o indirecta, o de aquellas circunstancias personales que
hubieran sido valoradas para resolver sobre sus necesidades de protección, la obtención
o divulgación de imágenes suyas o de sus familiares (art. 681.2 y 3 LECrim).

4.6. Derechos y garantías constitucionales

Con un tratamiento desigual e ineludiblemente limitado, se incluyen en este


subapartado diferentes derechos y garantías, derivados de la Constitución, que
tienen singular relevancia para la configuración del proceso penal, aunque
algunos resulten también aplicables al proceso civil, como el derecho a utilizar
todos los medios pertinentes para la defensa o el derecho al juez ordinario
predeterminado por la ley.

Vaya por delante que algunos, como el derecho de defensa o, dentro del mis-
mo, el derecho a conocer la acusación formulada, podrían examinarse, desde
otro punto de vista, como principios inherentes a un sistema acusatorio. Y lo
mismo sucede con la presunción de inocencia o el derecho a una revisión de la
condena penal condenatoria –mal llamada doble instancia penal–, que puede
estudiarse desde la perspectiva del derecho a los recursos o de la del derecho
de acceso a la jurisdicción.
© FUOC • PID_00266551 47 Introducción al derecho procesal (II)

4.6.1. El derecho de defensa y sus garantías

(72)
Art. 24.1
Desde una perspectiva amplia, la prohibición de indefensión, que es la
contemplada en la Constitución72, es la formulación negativa del de-
recho de defensa, comprendiendo en este último otros derechos cuyo
respeto resulta ineludible para salvaguardar el derecho de defensa sin
generar indefensión (derecho a conocer de la acusación formulada; de-
recho a no declarar contra sí mismo y a no declararse culpable; derecho
a la defensa y a la asistencia de letrado, y derecho a utilizar todos los
medios pertinentes para la defensa), y que son los que centrarán nuestra
atención tras una breve mención al concepto y configuración constitu-
cional de la prohibición de indefensión.

Al mandato del artículo 24 de la Constitución se une hoy la transposi-


ción en el ordenamiento interno de la Directiva 2013/48/UE, sobre el
derecho a la asistencia de letrado en los procesos penales y en los proce-
dimientos relativos a la orden de detención europea, y sobre el derecho
a que se informe a un tercero en el momento de la privación de libertad
y a comunicarse con terceros y con autoridades consulares durante la
privación de libertad.

La prohibición de indefensión

(73)
Alegar indefensión es un recurso reiterado a la hora de acudir al Tribunal Cons- SSTC 48/84, 175/87, 155/88,
205/88, 35/ 89 y 112/89, entre
titucional en amparo. Tanto es así que, después de muchos titubeos, el TC pa-
otras muchas
rece haber establecido una doctrina consolidada sobre este etéreo concepto,
que remite a la "indefensión constitucionalmente relevante", que no coincide
con la indefensión jurídico-procesal. Aquélla hace referencia a un resultado
efectivamente producido, lo que dependerá, a la postre, de las circunstancias
en que la infracción se produzca, del resultado final del proceso y de la con-
ducta procesal de las partes73.
© FUOC • PID_00266551 48 Introducción al derecho procesal (II)

(74)
Requisito necesario pero no su-
La indefensión constitucionalmente relevante presenta unos rasgos bá- ficiente, SSTC 13/1981 y 18/1983.

sicos que deben concurrir y que recaen sobre los siguientes elementos:

• que se haya infringido una norma procesal ;


74

• que exista privación o limitación de oportunidades de defensa, en-


tendiendo por tales las consistentes en realizar alegaciones o en pro-
poner y practicar pruebas;

• que la indefensión no sea imputable al que la sufre, de modo que la


prueba de la indefensión corre a cargo de quien la sufre; asimismo,
debe determinarse en cada caso el grado de diligencia exigible al
justiciable o a su abogado o procurador;

• que la privación o limitación de la defensa no haya quedado poste-


riormente sanada;

• que se ponga de manifiesto no sólo la limitación o privación, sino


además el contenido que hubiera tenido lo preterido, esto es, que
se demuestre la indefensión material; y

• que la privación o limitación haya tenido incidencia efectiva en el


fallo.

Derecho a ser informado de la acusación formulada

(75)
Arts. 2, 118 y 520 LECrim
El derecho a ser informado de la acusación formulada está contempla-
do, expresamente, en el artículo 24.2 CE. El contenido del derecho es (76)
Arts. 652 y 784.1 LECrim, cfr.
diverso en la fase instructora y en la de juicio oral. SSTC 135/1989 y 100/1996, entre
otras

En la fase de instrucción se proyecta sobre el hecho punible del que se


le considera autor con todas sus circunstancias y de los derechos que le
asisten75. Y en la de juicio oral lo hace respecto de la acusación formal,
por medio de los escritos de calificaciones provisionales o de acusación,
en primer término, y de los de conclusiones definitivas, después, de los
que se debe dar traslado y conocimiento al titular con tiempo suficiente
para articular su defensa76.

(77)
La proyección de este derecho llega a momentos preprocesales, en relación Arts. 17.3 CE y 520.2 LECrim
con la detención y la necesidad de información sobre los derechos y la razón
de la detención77, y a situaciones anteriores a la propia formulación de la acu-
© FUOC • PID_00266551 49 Introducción al derecho procesal (II)

sación, lo que permite hablar con más propiedad de un derecho a conocer


de la existencia de un proceso penal y de un concepto más amplio que el de
acusación, llamado imputación.

Imputación (78)
STC 186/1990, entre otras mu-
chas
La imputación, concepto que se ampliará al tratar del sujeto pasivo del proceso, es con-
dición imprescindible para poder formular acusación desde el momento en que, según
doctrina constitucional consolidada, no cabe formular acusación contra quien previa- (79)
Arts. 118.I y II y 775 LECrim
78
mente no haya adquirido la condición de procesado . Tal situación –que determina el
momento inicial para ejercitar el derecho de defensa– surge, bien desde el primer acto (80)
Art. 775 LECrim
de iniciación del proceso en que se determine al procesado79, bien desde la detención o
adopción de cualquier otra medida cautelar, bien desde el procesamiento o la primera
comparecencia ante el juez80. No vulnera tal derecho, sin embargo, la falta de traslado (81)
STC 100/1996
de la admisión de la querella al querellado, siempre que no se efectúen diligencias que
limiten su derecho de defensa y la primera declaración judicial se haga en calidad de
imputado, no de testigo, y asistido de letrado81. En la Reforma parcial de la Ley de En-
juiciamiento Criminal del 2002, esta necesidad se atiende especialmente en los artículos
775, 797.1.3.ª y 967, todos de la LECrim, respecto al procedimiento abreviado, al enjui-
ciamiento rápido y al juicio de delitos leves respectivamente.

(82)
SSTC 163/1986, 168/1990,
Junto con este contenido esencial del derecho, se consideran diferentes 47/1991 y 100/1992; más re-
cientemente, SSTC 19/2000 y
manifestaciones externas, que constituyen en definitiva requisitos for- 118/2001.
males que deben observarse. Se trata de las siguientes:
(83)
Conclusiones definitivas en el
1) la formulación de la acusación debe ser explícita y efectiva, informán- proceso ordinario por delitos gra-
ves (arts. 649, 650.1 y 732 LE-
dole de los derechos contenidos en el artículo 520.2 LECrim en un len-
Crim (SSTC 44/85 y 135/1989);
guaje comprensible y que resulte accesible al destinatario, adaptándose el escrito de acusación en el pro-
cedimiento abreviado (art. 784.1
a su edad, grado de madurez, discapacidad y cualquier otra circunstan- y 5 LECrim) (SSTC186/1990 y
cia personal de la que pueda derivar una limitación de la capacidad para 54/1991); o en el propio acto del
juicio oral en el juicio de por deli-
entender el alcance de la información que se facilita82; tos leves, siempre y cuando el acu-
sado pueda defenderse en el cita-
do juicio (SSTC 34/1985, 54/1987,
2) se consignará en distintos escritos según el proceso de que se trate83; 72/1991, 182/1991, 11/1992 y
56/1994).
3) la Constitución no impone un mismo grado de exigencia a la acusa-
(84)
ción en sentido estricto (la contenida en el escrito de conclusiones o STC 20/87 y, entre las más
completas, STC 41/1998
calificaciones definitivas) que a la que da lugar al inicio de una investi-
84
gación o a sus medidas de aseguramiento ;

4) se prohíbe la llamada "inculpación tardía" (SSTC 100/96, 41/98,


87/2001, 118/2001);

5) la inculpación ha de reiterarse en cada una de las instancias (SSTC


53/1987, 168/1990, 100/1992).

En síntesis, se recuerda que la posibilidad de ejercicio de defensa contradictoria


se comprende en tres reglas:

1) nadie puede ser acusado sin haber sido, con anterioridad, declarado judi-
cialmente imputado (SSTC 273/1993 y 14/1999; 87/2001);
© FUOC • PID_00266551 50 Introducción al derecho procesal (II)

2) nadie puede ser acusado sin haber sido oído con anterioridad a la conclusión
de la investigación; y

(85)
3) no se debe someter al imputado al régimen de las declaraciones testificales, SSTC 18/90, 128/93, 23/93,
277/94, 149/97, 14/99, 19/2000 y
cuando de las diligencias practicadas pueda fácilmente inferirse que contra
87/2001
él existe sospecha, ya que la imputación no puede retrasarse más allá de lo
estrictamente necesario85.

(86)
SSTC 273/1993 y 87/2001
En conclusión, el derecho a conocer de la acusación formulada, como
parte del derecho de defensa, supone a efectos de su vulneración cons-
titucional, que la necesidad de dar entrada al imputado en el proceso
desde su fase preliminar lo es a efectos de evitar que puedan producir-
se, en esta última, situaciones materiales de indefensión, esto es, que la
citada comisión exige una relevante y definitiva privación de las facul-
tades de alegación, práctica de diligencias y contradicción86.

Derecho a no declarar contra sí mismo y a no declararse culpable

(87)
Recogidos asimismo con carácter expreso en el artículo 24.2 CE, tanto uno SSTC 36/1983, 127/1992 y
197/1995
como otro –que en realidad constituyen dos caras de una misma moneda– son
garantías o derechos instrumentales del genérico derecho de defensa87.

En atención a los mismos, los órganos judiciales deben ilustrar desde


el primer acto procesal que se dirija contra una persona concreta, de su
derecho a no prestar declaración en su contra y a no declararse culpable.

Tal información debe realizarse antes de la toma de declaración, lo que impli- Ved también
ca, por una parte, que si se estaba declarando en condición de testigo (por
Ved a este respecto lo señala-
ejemplo) y se advierte que su condición debe ser la de imputado, se vulne- do en el subapartado 4.6.1, re-
rará el derecho de defensa en estas dos manifestaciones si no se suspende la lativo a la conexión con el de-
recho a conocer de la acusa-
declaración y se le advierte de estos dos derechos y de su nueva condición. ción formulada, el derecho de
defensa, así como la jurispru-
Consecuentemente, además, lo declarado previamente no podrá ser utilizado dencia allí citada.
en su contra.

El derecho a guardar silencio y a no declarar contra sí mismo se recoge en el art.


7 de la Directiva (UE) 2016/343, de 9 de marzo de 2016, por la que se refuerzan
en el proceso penal determinados aspectos de la presunción de inocencia y el
derecho a estar presente en el juicio.

Derecho a la autodefensa, a la asistencia de letrado y a un intér-


prete; derecho a que se ponga en conocimiento de un familiar o
persona que desee su privación de libertad y el lugar de custodia;
derecho a comunicarse telefónicamente con un tercero de su elec-
ción, y derecho a acceder a todos los elementos de las actuaciones
© FUOC • PID_00266551 51 Introducción al derecho procesal (II)

esenciales para impugnar la legalidad de la detención o privación


de libertad y a ser examinado por el médico forense

Se tratan seguidamente un conjunto de derechos, corolario imprescindible de


aquel otro más genérico que sirve de título a este apartado.

1) La autodefensa

La autodefensa alude al derecho a defenderse por uno mismo.

Interpretación restrictiva del derecho de autodefensa

Contemplado en los artículos 24 CE y 6.3 c) y 14.d) del Convenio Europeo para la Pro-
tección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales (CEDH), el derecho
de autodefensa ha sido objeto de una interpretación restrictiva del TC en atención, pre-
cisamente, a no limitar el derecho de defensa.

Señala el TC que, en el artículo 24 CE, se reconoce tanto un derecho a la de-


fensa técnica o mediante abogado, cuanto a la autodefensa o defensa privada.

Sin embargo, no existe un derecho constitucional a la autodefensa con


virtualidad para excluir la defensa técnica en aquellos casos en que el
legislador haya optado por establecer la obligatoriedad de la defensa
técnica. El contenido del derecho a defenderse por sí mismo no se ex-
tiende a la facultad de prescindir de la preceptiva defensa técnica.

Defensa técnica

Corresponde al legislador, en definitiva, establecer para cada proceso si la autodefensa es


una alternativa o si la defensa técnica es obligatoria (SSTC 42/1982, 181/1994 y 29/1995).
En todo caso, el contenido de la defensa técnica es mayor ya que, si bien la asistencia
letrada puede ser impuesta pero nunca excluida, la autodefensa puede ser permitida pero
nunca impuesta.

En el juicio por delitos leves, este derecho conduce a reconocer el derecho del denunciado
a interrogar directamente a los testigos de cargo (STC 143/2001).

2) Derecho a la defensa y asistencia de letrado


© FUOC • PID_00266551 52 Introducción al derecho procesal (II)

(88)
STC 196/1987
El derecho a la defensa y asistencia de letrado se trata de un derecho de
doble proyección que garantiza tanto la asistencia letrada al detenido Obligación jurídico-
(art. 17.3 CE) como la asistencia letrada al imputado o acusado (art. 24.2 constitucional

CE), y cuyo contenido, a veces solapado (cuando el detenido adquiere


La designación de letrado
la condición de imputado), no es idéntico sino mucho más amplio en se torna en una obligación
jurídico-constitucional que
el segundo de los casos88. incumbe singularmente a
los órganos jurisdiccionales
(SSTC 47/1987, 135/1991,
El derecho de asistencia letrada, en cuanto derecho subjetivo, tiene co- 132/1992 y, entre otras,
229/1999).
mo finalidad asegurar la efectiva realización de los principios de igual-
dad de las partes y de contradicción. Ahora bien, en ocasiones, cons-
tituye, asimismo, una exigencia estructural del proceso y garantía del
correcto desarrollo del mismo.

(89)
Forma parte del contenido de este derecho el de poder designar a un aboga- Art. 14.3 d) P.I.D.C.P. y art. 6.3
c) C.E.D.H. y STC 196/1987
do de libre elección, desechando la posibilidad de que se le imponga uno de
oficio89.

Abogado de libre elección

La designación de un abogado de libre elección es aplicable a la asistencia letrada del


artículo 24.2 CE, pero no a la del 17.3 CE (STC 196/1987).

(90)
STC 229/1999
El alcance de este derecho garantiza la asistencia del letrado en todas
las diligencias policiales y judiciales, pero no su ineludible asistencia a
todos y cada uno de los actos instructores90.

(91)
En particular, se ha reclamado en la detención y en la práctica de prueba su- SSTC 42/1982, 150/1989,
91 206/1991 y 229/1999, entre otras
marial anticipada . y art. 520.5 LECrim

3) El derecho al intérprete

Ligado con el derecho a la asistencia letrada, la adecuada defensa y asistencia


exige el previo requisito de la comunicación inteligible. De ahí el mandato de
ser asistido gratuitamente por un intérprete, tanto en el caso de extranjeros
que no comprendan o hablen el castellano o la lengua oficial de la actuación
de que se trate, como en el caso de personas sordas o con discapacidad audi-
tiva, así como otras personas con dificultades auditivas (art. 520.2.h). La asis-
tencia de intérprete se extiende a informarle sobre el plazo máximo legal de
duración de la detención hasta la puesta a disposición de la autoridad judicial
y del procedimiento por medio del cual puede impugnar la legalidad de su
detención en aquellos casos en que no se disponga de una declaración de de-
rechos en una lengua que comprenda el detenido.
© FUOC • PID_00266551 53 Introducción al derecho procesal (II)

Exigencias para el intérprete

El artículo 762 regla 8.ª LECrim recoge la necesidad de nombrar intérprete con arreglo a
lo dispuesto en los artículos 398, 440 y 441 (LECrim), si bien excluyendo la exigencia de
que el intérprete tenga titulación oficial.

4) Derecho a acceder a todos los elementos de las actuaciones esenciales para


impugnar la legalidad de la detención o privación de libertad y a ser exami-
nado por el médico forense

O su sustituto legal y, en su defecto, por cualquier otro dependiente del Estado


o de otras administraciones públicas (art. 520.2 i LECrim).

5) Derecho a que se ponga en conocimiento de familiar o persona que desee,


sin demora injustificada, su privación de libertad y el lugar de custodia en que
se halle en cada momento, y derecho a comunicarse telefónicamente con un
tercero de su elección

Tratándose de un extranjero, las circunstancias de su detención y localización


se comunican a la oficina consular de su país (art. 520.2.e y 520.3 LECrim).

La comunicación telefónica, por su parte, se celebrará en presencia de un fun-


cionario de policía o del funcionario que designe el juez o el fiscal.

Derecho a utilizar todos los medios pertinentes para la defensa

El derecho a utilizar todos los medios pertinentes para la defensa, constitucio-


nalizado como el anterior en el artículo 24 CE, y aplicable, asimismo, tanto al
proceso penal como al civil, presenta unos caracteres tan amplios que deben
irse matizando con las múltiples delimitaciones que ha ido señalando el Tri-
bunal Constitucional.

El contenido básico del derecho a utilizar todos los medios pertinentes


para la defensa comprende, a su vez, tres derechos:

1) a proponer la práctica de medios de prueba;

2) a obtener un pronunciamiento motivado sobre la inadmisión de al-


guno o de todos los medios de prueba propuestos; y

3) a la práctica de la prueba propuesta.

A partir de estas bases, el ejercicio de cualquiera de ellos, como derecho


de configuración legal que es, se encuentra sometido al cumplimiento
de las normas procesales que regulan la prueba en el proceso correspon-
diente.

Baste resaltar aquí las siguientes notas:


© FUOC • PID_00266551 54 Introducción al derecho procesal (II)

(92)
• la existencia de un derecho genérico a la prueba no se traduce, sin embar- STC 33/2000
go, en un derecho absoluto y automático a ella, en todos los procesos y
en cualquiera de sus grados92;

(93)
• la inadmisión, siempre que esté motivada y razonada, de un medio de SSTC 147/1987 y 52/1989, en-
93 tre otras muchas
prueba no vulnera este derecho fundamental ;

• el concepto de "pertinencia" es más amplio que el utilizado generalmente


en la técnica procesal, abarcando no sólo la pertinencia en sentido estricto,
sino la utilidad/necesidad de la prueba y la licitud de la misma;

(94)
• para que la falta de práctica de una prueba ya admitida vulnere este dere- STC 246/1994
cho fundamental no es suficiente el dato de esa falta de práctica en sí, pues
se exige, además, que la ausencia de práctica probatoria no sea imputable
al justiciable y que su inejecución no derive de la aplicación motivada y
razonable de una causa legal que lo permita94;

(95)
• la inadmisión o falta de práctica del medio de que se trate debe haber STC 1/1996
95
provocado efectiva indefensión , con arreglo a los parámetros señalados
líneas más arriba.

4.6.2. El derecho a la presunción de inocencia

Lectura complementaria
El derecho a la presunción de inocencia ofrece diferentes vertientes:
Armenta�Deu,�T. (2018). Lec-
• como criterio estructural de la justicia penal (esto es, como concepto ciones de Derecho Procesal Pe-
nal (11.ª ed.). Madrid: Mar-
en torno al que se construye un determinado modelo procesal); cial Pons.

• como regla de tratamiento del imputado durante el proceso penal


(el imputado es inocente hasta el final y las medidas restrictivas de
sus derechos deben ser mínimas); y

• como regla del juicio fáctico de la sentencia penal (Vegas Torres). Es


este último aspecto es el que nos interesa desarrollar aquí.

La presunción de inocencia como regla de tratamiento del investigado/encau-


sado se recoge en el art. 520.1 LECrim cuando establece que la detención y la
prisión provisional deberán practicarse en la forma que menos perjudique al
detenido o preso en su persona, reputación y patrimonio. Quienes acuerden
© FUOC • PID_00266551 55 Introducción al derecho procesal (II)

la medida y los encargados de practicarla así como de los traslados ulteriores,


velarán por los derechos constitucionales al honor a la intimidad e imagen de
aquellos. Dicho respeto no debe enervar el derecho fundamental a la libertad
de información, con el que deberá equilibrarse.

Se recoge así el mandato de la Directiva (UE) 2016/343, de 9 de marzo de


2016, por la que se refuerzan en el proceso penal determinados aspectos de
la presunción de inocencia y el derecho a esta presente en el juicio, en los
arts. 4 y ss., que señala la obligación de los Estados de preservar “determinados
aspectos de la presunción de inocencia en el proceso penal”, adoptando las
medidas necesarias que las declaraciones públicas no sean de condena o de
culpabilidad, sin que ello impida divulgar información sobre el proceso penal
cuando sea necesario por motivos relacionados con la investigación penal o
el interés público (art. 4). La presentación de los sospechosos o acusados no
debe hacerse mediante medios de coerción, sin perjuicio de que se recurra a
ella ante el peligro de fuga o entrar en contacto con terceras personas (art. 5).

Se refiere a las declaraciones públicas efectuadas por autoridades públicas o


resoluciones judiciales, que vulnerarían el derecho a la presunción de inocen-
cia, al referirse a un sospechoso o acusado como culpable mientras no se haya
probado aquella conforme a la ley. Sin perjuicio de divulgar la información
que resulte estrictamente necesaria sobre el proceso penal, que siempre deberá
acompañarse de la mención a la repetida presunción, y por supuesto del nece-
sario equilibrio con la libertad de información, señala la incompatibilidad de
la presunción de inocencia con la aparición de sospechosos o acusados enma-
nillados, “enjaulados” [sic] o cualquier otra forma que menoscabe la repetida
presunción.

Menciona también la carga de la prueba, la oficialidad en la búsqueda de ele-


mentos probatorios, el derecho a no declarar contra sí mismo y el derecho
a guardar silencio; refiriéndose expresamente al derecho a estar presente en
el juicio como parte del derecho a un juicio justo, solo excusable de manera
excepcional y justificada.

La citada Directiva UE 2016/343, de 9 de marzo, acomete este aspecto de la


presunción de inocencia al referirse a la imposibilidad de valorar las declara-
ciones de sospechosos o acusados o pruebas obtenidas vulnerando el derecho
a guardar silencio o el derecho a no declarar contra sí mismo, respetando el
derecho de defensa y equidad; acogiendo la doctrina del TEDH, conforme a
la cual, las declaraciones obtenidas como resultado de tortura u otros malos
tratos como prueba infringiendo el art. 3 CEDH privaría de equidad a todo
el proceso.

La presunción de inocencia en su faceta de regla del juicio fáctico establece


una serie de requisitos que deberán cumplirse para alcanzar, legítimamente,
un juicio de culpabilidad del acusado en el proceso penal.
© FUOC • PID_00266551 56 Introducción al derecho procesal (II)

De la abundantísima doctrina constitucional pueden extraerse, resumidamen-


te, las siguientes reglas:

1) Sólo la actividad probatoria de cargo, debidamente practicada, puede con-


ducir al juzgador al convencimiento de la certeza de la culpabilidad. Si no se
produce tal convencimiento, debe operar la presunción de inocencia.

Inversión de la carga de la prueba

Esta configuración, calificada por el TC en distintas ocasiones como "inversión de la carga


de la prueba" o "presunción iuris tantum", no se corresponde, sin embargo, ni con el
correcto entendimiento de carga o de la inversión de la misma, ni con el de presunción
(en el primer sentido, SSTC 31/1981, 107/1983, 17/1984 y 70/1985; en el segundo, STC
76/1990).

2) La prueba practicada debe constituir una "mínima actividad probatoria de


cargo".

Significa este presupuesto que debe existir una mínima actividad probatoria
acusadora, objetivamente incriminatoria, que después, sometida a valoración
judicial, conduzca a la íntima convicción de la culpabilidad. Así, la actividad
probatoria de cargo es necesaria para arrumbar el principio "in dubio pro reo",
pero no conduce inexorablemente a la condena si, posteriormente, no se va-
lora como suficiente por sí misma o cuando existen pruebas de descargo que
vuelven a dejar operativa la presunción de inocencia.

Motivación del juicio fáctico de la sentencia penal

Esta configuración, que cohonesta la presunción de inocencia con la regla de libre valo-
ración de la prueba, exige, empero, la necesidad de un amplio razonamiento judicial,
comúnmente denominado como motivación del juicio fáctico de la sentencia penal: su-
pone que el juez no puede enumerar simplemente los hechos probados, sino que debe
expresar las razones que fundamentan la valoración de la prueba realizada, exteriorizan-
do la convicción del tribunal (STC 6/1987).

3) La prueba, con las características reseñadas, debe haberse obtenido y prac-


ticado con todas las garantías.

La convicción judicial no sólo debe basarse en una mínima actividad probato-


ria de cargo formulada como se acaba de señalar, sino que las pruebas, además,
deben haberse practicado con todas las garantías.
© FUOC • PID_00266551 57 Introducción al derecho procesal (II)

Prueba preconstituida
Tales garantías constituyen un glosario que puede sintetizarse como si-
gue: Las garantías del derecho a la
presunción de inocencia admi-
ten algunas modulaciones, co-
• la prueba debe practicarse en el juicio oral; mo son los supuestos de prue-
ba preconstituida o prueba
• su práctica ha de realizarse con inmediación, oralidad, concentra- anticipada (SSTC 209/1999 y
ción y publicidad; 33/2000). Existe una prolija
doctrina constitucional sobre
• está sometida a contradicción; y la prueba preconstituida, las
diligencias de valor incontesta-
• la prueba no puede haberse obtenido con vulneración de derechos ble y los actos de mera consta-
tación.
fundamentales.

4.6.3. El derecho a la revisión de resolución condenatoria

Forma parte de las notas características de un sistema acusatorio, un


proceso de instancia única. Se entiende por tal aquel proceso que, con
independencia de los recursos extraordinarios que puedan articularse,
no está sujeto a juicio revisor por medio del recurso de apelación.

El sistema de instancia única fue el que se instauró en la Ley de Enjuiciamiento


Criminal y había pervivido para el proceso ordinario por delitos graves, cuya
resolución era susceptible únicamente de recurso de casación. Esta nota resul-
ta la apropiada a un proceso en el que también rigen los principios de libre
valoración de la prueba y de oralidad. El proceso abreviado –introducido en
1988– incorporó la doble instancia a través del recurso de apelación frente a
las resoluciones tramitadas por este procedimiento y resueltas por el juez de
lo penal (arts. 790 y ss. LECrim). También existe doble instancia en el proce-
dimiento especial para el enjuiciamiento rápido de determinados delitos (art.
803 LECrim) y para el juicio por delitos leves (art. 976 LECrim). Ya la LO de
23 de diciembre de 2003, de modificación de la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de
julio, del Poder Judicial, efectuaba las oportunas previsiones orgánicas para la
generalización de la segunda instancia en el proceso penal.

La llamada “segunda instancia” se consagra a partir de la reforma de la Ley de


Enjuiciamiento Criminal de 2015 estableciendo la misma regulación prevista
para la apelación de las sentencias dictadas por los juzgados de lo penal en el
proceso abreviado, si bien con alguna adaptación –señala la exposición de mo-
tivos– a exigencias tanto constitucionales como europeas, en materia de error
en la apreciación de la prueba como fundamento del recurso y al contenido
de la sentencia que el órgano ad quem podrá dictar por exigencias derivadas
del principio de inmediación; limitando las facultades del órgano ad quem a
declarar la nulidad si fuera procedente, fijando el alcance de esa declaración
(por afectar exclusivamente al órgano a quo) o pudiendo extenderse al juicio
oral y, en tal caso, requiriendo una nueva composición a ese órgano para ga-
rantizar su imparcialidad (arts.790.2 y 792 ambos de la LECrim).
© FUOC • PID_00266551 58 Introducción al derecho procesal (II)

4.7. Otros derechos y principios derivados de la Constitución


relacionados con el proceso penal

Las líneas que siguen se dedican a una breve mención de un conjunto de de-
rechos y principios que, repartidos a lo largo del proceso penal, completan
la configuración del mismo y a los que no se ha hecho referencia expresa al
estudiar los principios, derechos y garantías. Quiere significarse, así, que algu-
nos como el derecho de acceso se omitirán en la medida en que ya han sido
mencionados, aunque desde un punto de vista diferente. Ello explica, además,
que las referencias se hayan reducido al mínimo, en la medida en que serán
objeto del oportuno y pormenorizado análisis en los apartados dedicados al
momento o institución procesal correspondiente, bastando ahora la remisión
procedente.

4.7.1. El principio de proporcionalidad y la limitación de


derechos fundamentales

El principio de proporcionalidad, cuyos orígenes se sitúan en el dere-


cho administrativo de policía en Alemania, es una técnica tendente a
que la consecución de los intereses públicos no se haga a costa de los
derechos e intereses de los particulares, debiendo buscarse un equilibrio
(una proporción).

Referido esencialmente a las medidas limitativas de derechos fundamentales,


consiste en la ponderación a tenor de tres parámetros:

1) La idoneidad como adecuación objetiva y subjetiva de la causalidad de la Ejemplo de idoneidad


medida limitativa en relación con sus fines, de modo que las injerencias sean
Se entiende cualitativamente
adecuadas cualitativa, cuantitativamente y en su ámbito subjetivo de aplica- adecuado acordar la entrada y
ción. registro en un domicilio para
recoger pruebas, conforme al
artículo 546 LECrim.

2) La necesidad –o "alternativa menos gravosa" o "intervención mínima"– que


implica la manifestación externa y comparativa de la proporcionalidad, com-
parando la medida restrictiva que se pretende adoptar con otras posibles, de-
biendo acogerse la menos lesiva para los derechos de los ciudadanos.

3) La proporcionalidad�"stricto�sensu". Con la misma, se hace referencia a


la necesidad de ponderar los intereses en conflicto a la hora de limitar el ejer-
cicio del derecho fundamental de que se trate, de manera que se sopesen los
intereses individuales (los del titular del derecho fundamental, generalmente)
con el interés estatal que se pretende salvaguardar con la limitación.
© FUOC • PID_00266551 59 Introducción al derecho procesal (II)

Una visión más extensa de este principio se verá en otra asignatura, cuando Ejemplos de
se traten las medidas limitativas de derechos fundamentales y prueba ilícita, proporcionalidad

respectivamente. Ejemplos de proporcionalidad


son los conflictos entre el de-
recho al honor y a la libertad
4.7.2. La prohibición de tortura y tratos degradantes y las de expresión; o la tensión en-
tre el derecho a la presunción
intervenciones corporales de inocencia del imputado y el
derecho a la libertad de infor-
mación.

Consagrado en el artículo 15 CE y en el 3 CEDH, el derecho a la integri-


(96)
dad física y moral, la prohibición de tortura y tratos degradantes es una Art. 11.1 LOPJ

consecuencia obligada. En relación con el proceso, la repetida prohibi-


ción se extiende a eventuales conductas policiales en la detención o en
los interrogatorios, y constituye, caso de que se produzca, un supuesto
de prueba ilícita96.

En cuanto a las intervenciones corporales, conectarán con el proceso en cuan-


to se adopten como medida de investigación.

Doctrina constitucional sobre intervenciones corporales

La doctrina constitucional básica se encuentra en las SSTC 37/1989 y 207/1996, resultan-


do exigible resolución judicial y aplicación del ya citado principio de proporcionalidad.
Tales intervenciones corporales concurren, en ocasiones, con limitaciones del también
derecho fundamental a la intimidad corporal.

Recuérdese la publicación de la Directiva (UE) 2016/343, del Parlamento Eu-


ropeo y del Consejo, de 9 de marzo, por la que se refuerzan en el proceso pe-
nal determinados aspectos de la presunción de inocencia y el derecho a estar
presente en el juicio, que hace expresa referencia a la doctrina del TEDH, con-
forme a la cual las declaraciones obtenidas como resultado de tortura u otros
malos tratos infringiendo el art. 3 CEDH como prueba, privaría de equidad a
todo el proceso.

4.7.3. La libertad personal (prisión provisional, derechos del


detenido y "habeas corpus")

El artículo 17 CE y el 5 CEDH consagran el derecho a la libertad y seguridad, en


tanto el segundo apartado establece que nadie puede ser privado de su libertad,
sino con la observancia de lo establecido en el mismo artículo y en los casos
y forma previstos en la ley. Expresado en otros términos: toda privación de
libertad, para ser lícita, debe estar prevista legalmente y practicarse siguiendo
el correspondiente procedimiento.

El propio precepto dedica los números 2 y 3 a la detención preventiva, y el


cuarto a la previsión de un procedimiento de "habeas corpus".
© FUOC • PID_00266551 60 Introducción al derecho procesal (II)

4.7.4. Los derechos a la inviolabilidad del domicilio y al secreto


de las comunicaciones entre otros derechos fundamentales

Los derechos a la inviolabilidad del domicilio y al secreto de las comu-


nicaciones, contemplados en los artículos 18.2 y 3 CE, se configuran co-
mo garantías formales de intangibilidad, de forma que el espacio (domi-
cilio) o la actividad (comunicaciones) son de acceso reservado en cuan-
to a tales. De esta característica compartida se desprende: la reserva de
jurisdicción (necesidad de autorización judicial expresa en el marco de
un proceso penal) y la ilicitud de las pruebas obtenidas con violación
de dichos derechos (Diez-Picazo Giménez).

4.7.5. El derecho al juez ordinario determinado por la ley

El derecho a un juez ordinario predeterminado por la ley se reconoce en el


artículo 24.2 CE, constituyendo en último término una de las garantías de la
imparcialidad e independencia judicial. Su objetivo es evitar manipulaciones
en la Administración de la Justicia, intentando evitar que, cambiando el ór-
gano judicial que ha de conocer, pueda influirse en el resultado del proceso.
En su aspecto material, significa que la delimitación a partir de las reglas de
jurisdicción y competencia debe estar fijada antes de iniciarse el proceso. En
aquel otro aspecto formal, exige que dicha determinación previa se ha de fijar
por ley y no por cualquier otro tipo de norma.
© FUOC • PID_00266551 61 Introducción al derecho procesal (II)

5. Actos procesales

En este apartado se analizan los actos que componen el proceso. Tanto las ac-
tuaciones del órgano judicial como las de las partes, están sometidas a requi-
sitos de índole diversa que permiten, en definitiva, salvaguardar los principios
del proceso que se estudiaban en el apartado anterior. La validez y la eficacia de
los actos, que dependen del cumplimiento de dichos requisitos, determinan,
a la postre, la validez y la eficacia del proceso, y por ende, el éxito o el fracaso
de las pretensiones de las partes.

5.1. Consideraciones iniciales. Hechos y actos procesales.


Declaraciones de ciencia, declaraciones de voluntad y
manifestaciones de voluntad

Se ha definido el proceso como el conjunto o sucesión de actos por los


cuales se ejerce la función o potestad jurisdiccional. Corresponde ahora
estudiar el régimen jurídico al que se someten estos actos.

En primer lugar, se ha de distinguir el acto procesal del hecho procesal.


Acto�procesal es una acción o conducta de alguno de los individuos que
participa en el proceso (fundamentalmente, del órgano jurisdiccional o
de las partes) dirigido a producir un efecto jurídico (presentar una de-
manda, notificar una resolución judicial, dictar una sentencia). Cuando
hablamos de acto queremos significar una acción voluntaria, conscien-
temente dirigida a la producción de aquella consecuencia prevista por
el derecho.

Los hechos�procesales, en cambio, son acontecimientos independien-


tes de la voluntad humana a los que el ordenamiento jurídico enlaza
ciertas consecuencias jurídicas: la muerte de una de las partes en el pro-
ceso da lugar a la sucesión procesal (art. 16 LEC), el transcurso del tiem-
po provoca la extinción o desaparición de ciertas oportunidades proce-
sales, etc.

Los actos procesales se dividen en: declaraciones de voluntad, declaraciones


de ciencia y manifestaciones de voluntad.

Las declaraciones�de�voluntad son expresiones de voluntad o voliciones ex-


teriorizadas, en forma oral o escrita, por los sujetos que intervienen en un pro-
ceso, y a las que el derecho anuda ciertos efectos.
© FUOC • PID_00266551 62 Introducción al derecho procesal (II)

Ejemplos de declaraciones de voluntad

Los siguientes son algunos ejemplos de declaraciones de voluntad: la presentación de la


demanda, el allanamiento del demandado a las pretensiones del actor, la interposición
de un recurso, la proposición de prueba, etc.

Las declaraciones�de�ciencia son actos mediante los cuales no se expresa una


resolución de la voluntad o una volición con trascendencia jurídica, sino unos
conocimientos, como por ejemplo la declaración de un testigo, el interroga-
torio de las partes, etc.

Manifestaciones�de�voluntad son actos que revelan o, si se prefiere, que el


derecho interpreta como resoluciones de la voluntad en un determinado sen-
tido. Así, no cuestionar la autenticidad de un documento privado equivale,
según el artículo 326.1 LEC, al reconocimiento de su autenticidad; o el hecho
de interponer la demanda ante un cierto tribunal puede ser considerado por
el derecho como voluntad de someterse a la jurisdicción de aquel órgano ju-
dicial (art. 56 LEC).

Regulación de los actos procesales

La regulación de los actos procesales se encuentra en diferentes cuerpos normativos, esen-


cialmente la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ), y otras leyes procesales, singular-
mente la LEC (LECrim, LRJCA y LRJS). Como regla general, las disposiciones de la LOPJ
valen para todos los procesos y, por lo tanto, serán analizadas con carácter prioritario en
la exposición que sigue, sin perjuicio de señalar inmediatamente que la LEC contiene
la regulación más elaborada y extensa sobre los actos procesales y, sobre todo, que esta
regulación es de aplicación supletoria a todas las leyes procesales particulares (art. 4 LEC).
De ahí que su interés afecta al derecho procesal en general.

5.2. Requisitos de los actos procesales

Podemos clasificar los requisitos de los actos procesales en requisitos de lugar,


requisitos de tiempo y requisitos de forma.

5.2.1. Requisitos de lugar

(97)
Art. 268 LOPJ
Las actuaciones judiciales han de practicarse en la sede del órgano ju-
risdiccional, lo que no impide que éste pueda constituirse en cualquier
lugar del territorio de su jurisdicción para desarrollar alguna actuación
cuando así convenga a la buena administración de la justicia97, como
por ejemplo para inspeccionar u observar el lugar de un accidente sobre
el que versan las actuaciones procesales.

Juicios o vistas fuera de la sede del órgano judicial

El artículo 269 LOPJ prevé que los juzgados y tribunales solo podrán celebrar juicios o
vistas de asuntos fuera de la población de su sede cuando así lo autorice la ley. Sin em-
bargo, el Consejo General del Poder Judicial, cuando las circunstancias o el buen servicio
de la Administración de Justicia lo aconsejen, y a petición de las salas de gobierno de los
tribunales superiores de justicia, podrá disponer que los juzgados y las secciones o salas
de los tribunales o audiencias se constituyan en población distinta de su sede para despa-
char los asuntos correspondientes a un determinado ámbito territorial comprendido en
la circunscripción de aquellos. Igualmente, las salas de gobierno de los tribunales supe-
riores de justicia, previa determinación del número de causas que justifican los traslados
© FUOC • PID_00266551 63 Introducción al derecho procesal (II)

de los tribunales fuera de su sede y siempre que su desplazamiento venga justificado por
una mejor administración de la justicia, dispondrán que los jueces de lo penal, asistidos
del letrado de la Administración de Justicia, se constituyan para celebrar juicios orales
en las ciudades donde tengan sede los juzgados que hayan instruido las causas de las
que les corresponde conocer. Los juzgados de instrucción y los funcionarios que en ellos
sirvieren prestarán en estos casos cuanta colaboración sea precisa.

En esta materia, es conveniente consultar también el artículo 129 LEC, que contiene
previsiones parecidas a las anteriores.

5.2.2. Requisitos de tiempo

En los requisitos de tiempo de los actos procesales, han de tenerse en cuenta


los días y horas hábiles y el cómputo de términos y plazos.

Días y horas hábiles

(98)
Art. 184.1 LOPJ
Según el artículo 182 LOPJ, son inhábiles para la realización de actua-
ciones judiciales los sábados y domingos, los días 24 y 31 de diciembre,
los días de fiesta de ámbito estatal y los festivos a los efectos laborales
en la respectiva comunidad autónoma o localidad.

El mes de agosto también es inhábil para la práctica de actuaciones ju-


diciales, excepto para aquellas que la ley califique como urgentes.

Horas hábiles son desde las ocho de la mañana hasta las ocho de la
noche, a no ser que la ley disponga lo contrario98. Según el artículo
130.3.II LEC, para los actos de comunicación y ejecución también se
considerarán horas hábiles las que transcurran desde las ocho hasta las
diez de la noche.

Para la instrucción penal no existe restricción temporal: cualquier día


y hora es hábil.

Incluso fuera de este supuesto, el tribunal podrá habilitar días y horas en prin-
cipio inhábiles (art. 184.2 LOPJ). De conformidad con el artículo 131 LEC, los
tribunales, de oficio o a instancia de parte, podrán habilitar los días y horas
inhábiles, cuando hubiere causa urgente que lo exija. Tal habilitación se reali-
zará por los letrados de la Administración de Justicia cuando tuviera por objeto
la realización de actuaciones procesales que deban practicarse en materias de
su exclusiva competencia, cuando se tratara de actuaciones por ellos ordena-
das o cuando fueran tendentes a dar cumplimiento a las resoluciones dictadas
por los tribunales (art.131.1 LEC).
© FUOC • PID_00266551 64 Introducción al derecho procesal (II)

Cómputo de los términos y plazos

(99)
Art. 185 LOPJ y 133.2 LEC
El sistema procesal de cómputo es el mismo que el previsto en el artículo
5 CC, con la diferencia de que los días inhábiles quedan excluidos del
99
cómputo .

Si el último día del término o plazo fuese inhábil, se entenderá prorrogado al


primer día hábil siguiente.

El artículo 133.1 LEC especifica que los términos o plazos empezarán a correr
desde el día siguiente a aquel en que se hubiera llevado a cabo el acto de co-
municación del que la ley haga depender el inicio del término o plazo, y se
contará en ellos el día del vencimiento, que expirará a las veinticuatro horas.

Lo actuado por las partes fuera de término o plazo es nulo en virtud de


la preclusión. En cambio, la preclusión no afecta a los actos del órgano
jurisdiccional realizados fuera de término o plazo, sin perjuicio de que
genere responsabilidad disciplinaria o civil, como recuerda el artículo
132.3 LEC.

(100)
Si no se establece término o plazo para la realización de un acto procesal, se Art. 132.2 LEC
100
entiende que ha de llevarse a efecto sin dilación .

(101)
Los plazos establecidos por la ley son improrrogables, y sólo podrán interrum- Art. 134.2 LEC
pirse por causa de fuerza mayor apreciada por los letrados de la Administración
de Justicia mediante decreto, de oficio o a instancia de la parte que la sufrió,
con audiencia de las demás101.

Finalmente, el artículo 135 LEC establece que los escritos y documentos


se presentarán en soporte papel cuando los interesados no estén obli-
gados a utilizar los medios telemáticos y no hubieren optado por ello,
cuando no sean susceptibles de conversión en formato electrónico y en
los demás supuestos previstos en las leyes. La presentación de escritos
y documentos, cualquiera que fuera la forma, si estuviera sujeta a pla-
zo, podrá efectuarse hasta las quince horas del día hábil siguiente al del
vencimiento del plazo.

5.2.3. Requisitos de forma

En los requisitos de forma de los actos procesales, han de tenerse en cuenta


la oralidad o escritura, la lengua oficial, la publicidad y el uso de las nuevas
tecnologías en la ejecución de las actuaciones procesales.
© FUOC • PID_00266551 65 Introducción al derecho procesal (II)

Oralidad o escritura

(102)
Los artículos 120.2 CE y 229.1 LOPJ disponen que la oralidad debe predomi- Arts. 145 y 146 LEC
nar en la práctica de las actuaciones procesales, sobre todo cuando se trata
del proceso penal. La forma oral de las actuaciones no excusa, sin embargo,
de la necesidad de que quede constancia escrita o documental por medio de
actas y diligencias función que se atribuye al letrado de la Administración de
Justicia102.

Y además de estas actas escritas, el artículo 146.3 de la LEC dispone que los
tribunales pueden emplear medios técnicos de documentación y archivo de
sus actuaciones y de los escritos y documentos que reciban.

Artículo 147 LEC

En este sentido, el artículo 147 LEC se refiere a la documentación de las actuaciones


mediante sistemas de grabación y reproducción de la imagen y el sonido, estableciendo
que

“las actuaciones orales en vistas, audiencias y comparecencias celebradas ante los jueces o
magistrados o, en su caso, ante los letrados de la Administración de Justicia, se registrarán
en soporte apto para la grabación y reproducción del sonido y la imagen, y no podrán
transcribirse.

Siempre que se cuente con los medios tecnológicos necesarios, el letrado de la Adminis-
tración de Justicia garantizará la autenticidad e integridad de lo grabado o reproducido
mediante la utilización de la firma electrónica reconocida u otro sistema de seguridad
que, conforme a la ley, ofrezca tales garantías. En este caso, la celebración del acto no
requerirá la presencia en la sala del letrado de la Administración de Justicia, salvo que
lo hubieran solicitado las partes al menos dos días antes de la celebración de la vista o
que excepcionalmente lo considere necesario el letrado de la Administración de Justicia
atendiendo a la complejidad del asunto, al número y naturaleza de las pruebas a practi-
car, al número de intervinientes, a la posibilidad de que se produzcan incidencias que no
pudieran registrarse o a la concurrencia de otras circunstancias igualmente excepcionales
que lo justifiquen. En estos casos, el letrado de la Administración de Justicia extenderá
acta sucinta en los términos previstos en el artículo anterior.

Las actuaciones orales y vistas grabadas y documentadas en soporte digital no podrán


transcribirse, salvo en aquellos casos en que una ley así lo determine.

El letrado de la Administración de Justicia deberá custodiar el documento electrónico


que sirva de soporte a la grabación. Las partes podrán pedir, a su costa, copia de las
grabaciones originales”.

Lengua oficial

(103)
El castellano es lengua de conocimiento y uso obligatorio para los jueces y Art. 231 LOPJ y 142 LEC
magistrados, fiscales, letrados de la Administración de justicia y otros funcio-
narios al servicio de los tribunales103.
© FUOC • PID_00266551 66 Introducción al derecho procesal (II)

Otras lenguas
Ello no obstante, cabe utilizar la lengua propia de la comunidad autó-
noma si ninguna parte se opone alegando un desconocimiento que ge- Respecto de los actos orales y
de los documentos redactados
nere indefensión. En cuanto a las partes, a sus representantes, a los tes- en lengua diferente del caste-
llano o de la propia de una na-
tigos y a los peritos, los actos procesales, orales y escritos que se lleven a cionalidad o región incluida en
término en la lengua propia de su comunidad autónoma tendrán plena el Estado español, consultad
los artículos 143 y 144 LEC.
eficacia y validez jurídica sin necesidad de traducción. La traducción só-
lo se llevará a cabo cuando la documentación tenga que producir efectos
fuera de la comunidad autónoma (salvo el caso de una comunidad con
lengua oficial coincidente, como sucede con Cataluña y las islas Balea-
res o Euskadi y Navarra), así lo disponga la ley o se alegue indefensión.

Publicidad

(104)
Las actuaciones procesales son públicas104. Excepcionalmente, por razones de Art. 232 LOPJ

orden público y de protección de los derechos y libertades, los jueces y tribu-


nales, mediante resolución motivada, podrán limitar el ámbito de la publici-
dad y acordar el carácter secreto de todas o parte de las actuaciones.

Artículos 138.2 LEC y 680 y 681 LECrim

Ved al respecto lo que disponen los artículos 138.2 LEC y 681 LECrim, que hacen refe-
rencia a la protección de los derechos fundamentales, de la vida privada de las personas,
de los intereses del Estado o de los menores, de las víctimas con discapacidad, etc.

Uso de las nuevas tecnologías en la realización de las actuaciones


procesales

El artículo 230 LOPJ dispone que

“1. Los juzgados y tribunales y las fiscalías están obligados a utilizar cualesquiera medios
técnicos, electrónicos, informáticos y telemáticos, puestos a su disposición para el desa-
rrollo de su actividad y ejercicio de sus funciones, con las limitaciones que a la utiliza-
ción de tales medios establecen el capítulo I bis de este título y la normativa orgánica
de protección de datos personales.Las instrucciones generales o singulares de uso de las
nuevas tecnologías que el Consejo General del Poder Judicial o la Fiscalía General del
Estado dirijan a los jueces y magistrados o a los fiscales, respectivamente, determinando
su utilización, serán de obligado cumplimiento.

2.Los documentos emitidos por los medios anteriores, cualquiera que sea su soporte,
gozarán de la validez y eficacia de un documento original siempre que quede garantizada
su autenticidad e integridad y el cumplimiento de los requisitos exigidos por las leyes
procesales.

3. Las actuaciones orales y vistas grabadas y documentadas en soporte digital no podrán


transcribirse, salvo en los casos expresamente previstos en la ley.

4. Los procesos que se tramiten con soporte informático garantizarán la identificación


y el ejercicio de la función jurisdiccional por el órgano que la ejerce, así como la confi-
dencialidad, privacidad y seguridad de los datos de carácter personal que contengan en
los términos que establezca la ley.

5. Las personas que demanden la tutela judicial de sus derechos e intereses se relaciona-
rán obligatoriamente con la Administración de Justicia, cuando así se establezca en las
normas procesales, a través de los medios técnicos a que se refiere el apartado 1 cuando
sean compatibles con los que dispongan los juzgados y tribunales y se respeten las ga-
rantías y requisitos previstos en el procedimiento que se trate.

6. Los sistemas informáticos que se utilicen en la Administración de Justicia deberán


ser compatibles entre sí para facilitar su comunicación e integración, en los términos
que determine el Comité Técnico Estatal de la Administración de Justicia Electrónica.
© FUOC • PID_00266551 67 Introducción al derecho procesal (II)

La definición y validación funcional de los programas y aplicaciones se efectuará por el


Comité Técnico Estatal de la Administración de Justicia Electrónica”

Y el artículo 271 LOPJ establece que:

“Los actos de comunicación se practicarán por medios electrónicos cuando los sujetos
intervinientes en un proceso estén obligados al empleo de los sistemas telemáticos o
electrónicos existentes en la Administración de Justicia conforme a lo establecido en las
leyes procesales y en la forma que estas determinen. Cuando los sujetos intervinientes
en un proceso no se hallen obligados al empleo de medios electrónicos, o cuando la
utilización de los mismos no fuese posible, los actos de comunicación podrán practicarse
por cualquier otro medio que permita la constancia de su práctica y de las circunstancias
esenciales de la misma según determinen las leyes procesales”.

En el caso del proceso civil, en virtud del artículo 273.3 LEC, estarán obligados
a intervenir a través de medios electrónicos con la Administración de Justicia,
al menos, los siguientes sujetos:

a) las personas jurídicas;

b) las entidades sin personalidad jurídica;

c) quienes ejerzan una actividad profesional para la que se requiera colegiación


obligatoria para los trámites y actuaciones que realicen con la Administración
de Justicia en ejercicio de dicha actividad profesional;

d) los notarios y registradores;

e) quienes representen a un interesado que esté obligado a relacionarse elec-


trónicamente con la Administración de Justicia, y

f) los funcionarios de las Administraciones Públicas para los trámites y actua-


ciones que realicen por razón de su cargo.

La LEC ha introducido en esta materia otras disposiciones mucho más preci-


sas y útiles. Así, el artículo 135 LEC establece que los escritos y documentos
se presentarán en soporte papel cuando los interesados no estén obligados a
utilizar los medios telemáticos y no hubieren optado por ello, cuando no sean
susceptibles de conversión en formato electrónico y en los demás supuestos
previstos en las leyes.

El artículo 162 LEC hace referencia, en concreto, a que

“cuando las oficinas judiciales y las partes o los destinatarios de los actos de comunica-
ción estén obligados a enviarlos y recibirlos por medios electrónicos, telemáticos, info-
telecomunicaciones o de otra clase semejante que permitan el envío y la recepción de
escritos y documentos, de forma tal que esté garantizada la autenticidad de la comunica-
ción y de su contenido y quede constancia fehaciente de la remisión y recepción íntegras
y del momento en que se hicieron, o cuando los destinatarios opten por estos medios,
los actos de comunicación se efectuarán por aquellos, con el resguardo acreditativo de
su recepción que proceda.

En cualquiera de los supuestos a los que se refiere este artículo, cuando, constando la
correcta remisión del acto de comunicación por dichos medios técnicos, salvo los practi-
cados a través de los servicios de notificaciones organizados por los colegios de procura-
© FUOC • PID_00266551 68 Introducción al derecho procesal (II)

dores, transcurrieran tres días sin que el destinatario acceda a su contenido, se entenderá
que la comunicación ha sido efectuada legalmente, desplegando plenamente sus efectos.

Se exceptuarán aquellos supuestos en los que el destinatario justifique la falta de acceso


al sistema de notificaciones durante ese periodo. Si la falta de acceso se debiera a causas
técnicas y estas persistiesen en el momento de ponerlas en conocimiento, el acto de co-
municación se practicará mediante entrega de copia de la resolución. En cualquier caso,
la notificación se entenderá válidamente recibida en el momento en que conste la posi-
bilidad de acceso al sistema. No obstante, caso de producirse el acceso transcurrido dicho
plazo pero antes de efectuada la comunicación mediante entrega, se entenderá válida-
mente realizada la comunicación en la fecha que conste en el resguardo acreditativo de
su recepción.

No se practicarán actos de comunicación a los profesionales por vía electrónica durante


los días del mes de agosto, salvo que sean hábiles para las actuaciones que corresponda”.

Para asegurar la autenticidad de las comunicaciones de esta clase, resulta esen-


cial la utilización de técnicas criptográficas, en especial la denominada firma
electrónica (y especialmente la denominada firma digital, basada en la cripto-
grafía asimétrica o de doble clave), que cuenta en derecho español con una re-
gulación legislativa la Ley 59/2003, de 19 de diciembre, de Firma Electrónica.

5.3. Ineficacia de los actos procesales

La ineficacia de los actos procesales es una materia que está regulada en los
artículos 238 a 243 LOPJ y en los artículos 225 a 231 LEC.

5.3.1. La nulidad de pleno derecho y el incidente extraordinario


de nulidad de actuaciones

Se distingue una categoría específica de ineficacia de los actos procesales: la


nulidad de pleno derecho.

La nulidad de pleno derecho, el máximo grado de irregularidad en que


puede incurrir un acto procesal, se produce en los casos tasados por los
artículos 238 LOPJ y 225 LEC.

El artículo 225 LEC establece siete casos de nulidad de pleno derecho, que
recogen en esencia los previstos en el 238 LOPJ añadiendo otro (el número 6).
De conformidad con este precepto de la LEC, los actos procesales son nulos
de pleno derecho en los casos siguientes:

1) Cuando los produzca un tribunal o se produzcan ante un tribunal con falta


de jurisdicción o de competencia objetiva o funcional.

2) Cuando se efectúen bajo violencia o intimidación.

3) Cuando se prescinda de las normas esenciales del procedimiento, siempre


y cuando, por esta causa, se haya podido producir indefensión.
© FUOC • PID_00266551 69 Introducción al derecho procesal (II)

4) Cuando se efectúen sin la intervención de un abogado, en los casos en que


la ley la establezca como obligatoria.

5) Cuando se celebren vistas sin la preceptiva intervención del letrado de la


Administración de Justicia.

6) Cuando se resolvieran mediante diligencias de ordenación o decreto cues-


tiones que, conforme a la ley, hayan de ser resueltas por medio de providencia,
auto o sentencia.

7) En los otros casos en que esta ley lo establezca.

(105)
Art. 240 LOPJ y 227 LEC
La peculiaridad de los actos afectados de nulidad de pleno derecho ra-
dica en lo siguiente: aparte de la posibilidad de conseguir su anulación
mediante un recurso, el propio órgano judicial puede decretar de oficio
la nulidad, antes de que haya recaído sentencia definitiva105.

Los artículos 240.1 y 2 LOPJ y 227.1 y 2 LEC prevén, en este punto, un régimen
prácticamente idéntico:

• La nulidad de pleno derecho, en todo caso, y los defectos de forma en los


actos procesales que impliquen la ausencia de los requisitos indispensables
por lograr su fin o determinen una indefensión efectiva, deben hacerse
valer por la vía de los recursos que establece la ley contra la resolución de
que se trate.

• Sin perjuicio de esto, el tribunal, de oficio o a instancia de parte, antes


de que se haya dictado resolución que ponga fin al proceso, y siempre y
cuando no sea procedente la subsanación, puede declarar, con la audiencia
previa de las partes, la nulidad de todas las actuaciones o de alguna en
particular.

• El artículo 227.2.II LEC, finalmente, añade que el tribunal no puede en


ningún caso, con ocasión de un recurso, decretar de oficio una nulidad de
las actuaciones que no haya sido solicitada en dicho recurso, a no ser que
aprecie falta de jurisdicción o de competencia objetiva o funcional o que
se haya producido violencia o intimidación que afecte a aquel tribunal.

5.3.2. Subsanación de los actos irregulares

(106)
Junto con la nulidad, el artículo 11.3 LOPJ contempla la subsanación de los Arts. 11.3 y 243 LOPJ y 231
106 LEC
actos irregulares , es decir, impedir que se dejen sin efecto actos procesales
con irregularidades que podrían ser enmendadas o corregidas, de suerte que
lo actuado se pueda aprovechar al máximo. Más problemático es determinar,
© FUOC • PID_00266551 70 Introducción al derecho procesal (II)

caso por caso, cuándo un defecto vicia un acto procesal de forma irreversible e
irremediable o, contrariamente, puede conservarse con la debida subsanación
o corrección. La ley y la doctrina del TC se inclinan por favorecer al máximo
la conservación de los actos procesales defectuosos mediante su subsanación.

Valoración de subsanabilidad

El artículo 231 LEC establece que "el tribunal y el letrado de la Administración de Justicia
cuidarán de que puedan ser subsanados los defectos en que incurran los actos procesales
de las partes".

De todos modos, la valoración de subsanabilidad ha de analizarse caso por caso. La juris-


prudencia del TC es, en este sentido, muy extensa e interesante, puesto que la anulación
de un acto procesal puede producir la pérdida de importantes oportunidades de defensa
(inadmisión de una solicitud por falta de un documento, por ejemplo) o, incluso, del
acceso a la tutela jurisdiccional, como sucede en los supuestos de inadmisión de una de-
manda, de una querella o de un recurso por no concurrir ciertos requisitos.

5.3.3. Conservación de los actos procesales

Los artículos 243.1 LOPJ y 230 LEC disponen, con un tenor literal, que
la nulidad de un acto no implica la de los sucesivos que sean indepen-
dientes de aquél, ni la de aquellos cuyo contenido no podría haber si-
do diferente aun cuando no se hubiese cometido la infracción que dio
lugar a la nulidad.

Además, la nulidad de una parte de un acto no implica la nulidad de las


otras del mismo acto que sean independientes de aquélla.

5.3.4. El incidente de nulidad de actuaciones

Los vicios de los actos procesales (nulidad, anulabilidad e irregularidad) se re-


suelven dentro del propio proceso a través de dos medios que sirven para de-
clarar la nulidad:

1) los recursos admitidos contra la resolución de que se trate; o


2) la declaración del propio tribunal de dicha nulidad, ya sea "ex officio", ya a
instancia de parte, sin que resulte preciso acudir a otro procedimiento.

Ahora bien, ambos remedios precisan que el proceso no sea firme, de manera
que, una vez ha adquirido firmeza, la nulidad precisa de otro instrumento
procesal, que es el que veremos a continuación.
© FUOC • PID_00266551 71 Introducción al derecho procesal (II)

El tratamiento de la nulidad una vez firme al proceso ha sido sometido, histó- Carácter excepcional
ricamente, a diferentes reformas, siempre al hilo del recurso de amparo, que
La actual redacción del artículo
había sido tradicionalmente la última vía de acceso a los tribunales para decla- 241.1 LOPJ mantiene la confi-
rar la nulidad, provocando frecuentemente un incremento de sus funciones guración del incidente de nuli-
dad de actuaciones con carác-
hasta situaciones límite. Eso quizás explique que la última reforma del artícu- ter excepcional: "No se admi-
tirán con carácter general inci-
lo 241 LOPJ, de 24 de mayo del 2007, se contiene en la Ley de reforma del dentes de nulidad de actuacio-
nes".
Tribunal Constitucional, concretamente en la Disposición Final Primera (LO
6/2007 de modificación de la LO 2/1979, del Tribunal Constitucional).

Naturaleza y motivos

Unido a la función de control de los vicios procesales, se recurrirá al incidente


de nulidad de actuaciones como forma de consagrar la protección y garantía
de los derechos fundamentales, también por parte de los tribunales ordina-
rios. Así, la reforma del artículo 241.1 LOPJ, extiende los dos supuestos tasados
(indefensión e incongruencia) a "cualquier vulneración de un derecho funda-
mental de los referidos en el artículo 53.2 CE".

Exposición de motivos de la reforma de la LOPJ

"Esta ampliación del incidente de nulidad de actuaciones previo al amparo busca otorgar
a los tribunales ordinarios el papel de primeros garantes de los derechos fundamentales
en nuestro ordenamiento jurídico".

Se exige, y por ende debe acreditarse, que la vulneración no haya podido de-
nunciarse antes de recaer la resolución que ponga fin al proceso, y que dicha
resolución no sea susceptible de recurso ordinario ni extraordinario.

Si hubiera sido objeto de denuncia o recurso, el tratamiento se hubiera articu-


lado por medio del tratamiento ordinario de los vicios procesales al que se hizo
mención (nulidad, anulabilidad e irregularidad) y que acaece dentro del pro-
ceso (recursos y/o declaración del tribunal "ex officio" o a instancia de parte).

En cuanto a las resoluciones susceptibles de anularse, teniendo presente el


carácter extraordinario del remedio procesal, esto es, que debe haberse agotado
la vía ordinaria, parece reducirse a las sentencias no susceptibles de recurso,
bien por ser en única instancia, bien por ser de segunda excluidas de recurso
extraordinario.

Presupuestos y plazos

(107)
La competencia para conocer del incidente se atribuye al mismo órgano juris- Arts. 241 LOPJ y 228.1.II LEC
107
diccional que dictó la resolución que hubiera adquirido firmeza .

Podrán interponer este incidente quienes hayan sido parte o hubieran debido
serlo, exigiéndose en todo caso la instancia de parte.
© FUOC • PID_00266551 72 Introducción al derecho procesal (II)

Plazos de interposición

Los plazos de interposición son dos:

1) uno absoluto de cinco años "desde la notificación de la resolución o sentencia"; y


2) otro relativo, de veinte días, "desde la notificación de la resolución o, en todo caso,
desde que se tuvo conocimiento del defecto causante de indefensión".

Procedimiento, resolución y efectos

Admisión�a�trámite�y�efectos. Se resuelve, mediante providencia, que si es


de inadmisión no será susceptible de recurso alguno (art. 241.1.III LOPJ; art.
228.1.III LEC). Si se admite el incidente, no se suspende la ejecución. Esta
regla puede excepcionarse, mediante acuerdo expreso, cuando de suspenderse
el incidente pierde su finalidad.

Traslado�y�alegaciones. El escrito, junto con los documentos que preceptiva-


mente deben acompañar al mismo, caso de ser necesarios, se trasladan a las
restantes partes, abriéndose un plazo común de cinco días para que formulen
sus alegaciones, que también deberán acompañarse de los correspondientes
documentos, en su caso (arts. 241.2 LOPJ y 228.2 LEC).

Resolución, efectos y recursos

Como efecto propio de toda nulidad, la resolución que estime tal nulidad re-
pondrá las actuaciones al estado inmediatamente anterior al defecto que la
haya originado, siguiendo a partir de ahí el procedimiento legalmente esta-
blecido.

Si la resolución es desestimatoria, el auto condenatorio impondrá las costas del


incidente a quien lo instó, añadiéndose una multa a 90 a 600 euros, cuando
además se aprecia la existencia de temeridad.

Sea cual sea el contenido de la resolución, contra ésta no cabe recurso alguno.

Incidente de nulidad de actuaciones

Con la actual redacción del artículo 228 LEC, parece resuelto que es preceptivo haber
acudido al incidente de nulidad de actuaciones antes de recurrir en amparo ante el TC,
cualquiera que sea el derecho infringido en el proceso.

5.4. Las resoluciones judiciales

Las resoluciones judiciales son una categoría específica de actos procesales,


concretamente aquellos mediante los que los órganos judiciales adoptan cier-
tas decisiones con eficacia limitada al propio proceso o que trascienden a éste
y producen consecuencias jurídico-sustantivas.
© FUOC • PID_00266551 73 Introducción al derecho procesal (II)

En este subapartado no trataremos sólo, como podría sugerir su título, las reso-
luciones dictadas por el órgano judicial. Como veremos, el letrado de la Admi-
nistración de Justicia puede también emitir ciertas resoluciones que, sin cons-
tituir actos de ejercicio de una potestad jurisdiccional que no poseen, tienen
efectos en cuanto al impulso de las actuaciones judiciales.

5.4.1. Resoluciones del juez o tribunal

Podemos clasificar las resoluciones del juez o tribunal en resoluciones no ju-


risdiccionales y resoluciones jurisdiccionales.

Resoluciones no jurisdiccionales: los acuerdos

(108)
Los acuerdos108 son decisiones de carácter gubernativo, ciertamente de jueces Art. 244 LOPJ

o magistrados, pero no en cuanto que titulares de la potestad jurisdiccional,


sino como titulares de una potestad gubernativa o de organización dentro de Ejemplos de acuerdos

la estructura y del complejo orgánico del Poder Judicial. El acuerdo de una sala de Go-
bierno de un Tribunal, la san-
ción disciplinaria de un presi-
Resoluciones jurisdiccionales dente de sala a un miembro
del personal al servicio del tri-
bunal, etc. son ejemplos de
Los siguientes son resoluciones jurisdiccionales: acuerdos.

1)�Providencias109 (109)
Arts. 245.1.a) y 248.1 LOPJ

La providencia es la clase de resolución judicial que debe dictarse cuan-


do lo que se haya de decidir tenga como objeto la ordenación material
del proceso. No es necesario que estén motivadas.

En el ámbito del proceso civil, según el artículo 206.1.1.ª LEC, se debe dictar
providencia cuando la resolución se refiere a cuestiones procesales que requie-
ren una decisión judicial, porque lo establece la ley, siempre y cuando en estos
casos no se exija expresamente la forma de auto.

(110)
2)�Autos110 Arts. 245.1.b) LOPJ y 248.2
LOPJ

El auto es la clase de resolución judicial que ha de dictarse cuando se de-


cidan recursos contra providencias, cuestiones incidentales, presupues-
tos procesales, nulidad del procedimiento o cuando, según las leyes de
enjuiciamiento, deban revestir esta forma. Deben ser siempre motiva-
dos y estar redactados con la estructura prevista por el artículo 248.2
LOPJ.
© FUOC • PID_00266551 74 Introducción al derecho procesal (II)

En el ámbito del proceso civil, según el artículo 206.1.2.ª LEC, debe dictarse
auto cuando se deciden recursos contra providencias o decretos, cuando se
dicte resolución sobre la admisión o la inadmisión de la demanda, la recon-
vención y la acumulación de acciones, sobre presupuestos procesales, la ad-
misión o la inadmisión de la prueba, la aprobación judicial de transacciones y
convenios, anotaciones e inscripciones del registro, medidas cautelares, nuli-
dad o validez de las actuaciones y cualesquiera cuestiones incidentales, tanto
si tienen señalada en la LEC una tramitación especial como si no la tienen.
También revisten la forma de auto las resoluciones que pongan fin a las actua-
ciones de una instancia o recurso antes de que concluya su tramitación ordi-
naria, salvo que, respecto de estas últimas, la ley hubiera dispuesto que deban
finalizar por decreto.

(111)
3)�Sentencias111 Arts. 245.1.c) LOPJ y 248.3
LOPJ

La sentencia es la clase de resolución judicial que debe dictarse cuando


se decida, definitivamente, el pleito o causa en cualquier instancia o
recurso, o cuando, según las leyes procesales, las resoluciones deban
revestir esta forma. Han de ser siempre motivadas y redactarse con la
estructura prevista por el artículo 248.3 LOPJ.

En el ámbito del proceso civil, según el artículo 206.1.3 LEC, hay que dictar
sentencia para poner fin al proceso, en primera o segunda instancia, una vez
ha concluido la tramitación ordinaria prevista en la ley. También se resuelven,
mediante sentencia, los recursos extraordinarios y los procedimientos para la
revisión de sentencias firmes.

Forma de las resoluciones judiciales

La forma o estructura que han de observar las resoluciones judiciales está regulada en los
artículos 248 LOPJ y 208 y 209 LEC, el último de los cuales prevé un conjunto de reglas
especiales sobre la forma y el contenido de las sentencias.

El artículo 245.2 LOPJ establece que podrán dictarse sentencias oralmente cuando la ley
lo autorice. Es, sin embargo, el 210 LEC el que se ocupa con detalle de las resoluciones
orales y establece que las resoluciones que deban dictarse en la celebración de una vista,
una audiencia o una comparecencia ante el tribunal han de pronunciarse oralmente en
el mismo acto, a no ser que la ley permita diferir el pronunciamiento. Aun así, el precepto
prohíbe que las sentencias en el proceso civil se dicten oralmente.

Cuando se dicta una resolución judicial en forma oral, es necesario redactarla y funda-
mentarla (a excepción de las providencias) posteriormente.
© FUOC • PID_00266551 75 Introducción al derecho procesal (II)

Invariabilidad de las resoluciones judiciales definitivas

(112)
Arts. 267.1 LOPJ y 214.1 LEC
La resolución definitiva es aquella que ha sido firmada por el órgano
judicial. Desde este momento resulta invariable, es decir, no puede ser
modificada por el propio órgano que la dictó. Para modificarla, es ne-
cesario que alguna parte haga valer el recurso o el mecanismo procesal
que la ley prevea en cada caso a tales efectos112.

Aclaración y corrección de las resoluciones judiciales

La subsanación y el complemento de autos y sentencias defectuosas o incom-


pletas: aunque una resolución judicial sea definitiva, las partes (sin que se trate
de un recurso) pueden pedir al órgano judicial que aclare algún concepto os-
curo, supla alguna omisión, o rectifique errores materiales manifiestos o arit-
méticos (arts. 267.1, 2 y 3 LOPJ). El órgano judicial también lo puede hacer de
oficio. Se prohíbe, sin embargo, alterar sustancialmente la resolución judicial.
Para esto, como ya se ha dicho, era necesario que las partes interpusiesen un
recurso.

Los artículos 214 y 215 LEC regulan, respectivamente, la aclaración y correc-


ción de resoluciones judiciales y la subsanación y complemento de autos y
sentencias defectuosas o incompletas. En estos preceptos, se detalla el procedi-
miento a seguir en los casos en los que las partes pidan o el órgano judicial dis-
ponga de oficio la subsanación, aclaración o complemento que corresponda.

Firmeza y cosa juzgada

La firmeza es la situación en la que deviene una resolución judicial defi-


nitiva cuando contra ella no quepa recurso alguno (bien porque se han
agotado o no se han utilizado, o bien por que la ley no prevé ninguno).

Sentencias firmes según la LEC

A la firmeza de las sentencias se refiere el artículo 245.3 LOPJ. En consonancia con éste,
el 207.2 LEC establece que son resoluciones firmes aquellas contra las que no se puede
interponer ningún recurso porque no lo prevé la ley, o bien porque, aun estando pre-
visto, ha transcurrido el plazo legalmente fijado sin que ninguna de las partes lo haya
presentado.

Los dos apartados siguientes de este último precepto establecen que, transcurridos los
plazos previstos para recurrir contra una resolución sin haberla impugnado, queda firme
y reviste la autoridad de la cosa juzgada.
© FUOC • PID_00266551 76 Introducción al derecho procesal (II)

La autoridad de la cosa juzgada se puede predicar de cualquier resolu-


ción judicial. Se habla entonces de la cosa juzgada formal, consistente
en que el tribunal del proceso en el que se dicta la resolución habrá de
estar en todo caso a lo que se disponga en ella (arts. 207.3 y 4 LEC).
Se trata de una vinculación intraprocesal, circunscrita al tribunal y al
procedimiento en que se dicta. La cosa juzgada de las sentencias firmes
sobre el fondo produce otra clase de vinculación, que afecta a todos los
órganos judiciales y que consiste en la prohibición de dictar resolución
que contradiga lo resuelto con dicha autoridad. Es la denominada cosa
juzgada material, de la cual trata específicamente el artículo 222 LEC,
que será objeto de singular atención en el estudio del proceso civil.

Ejecutoria

(113)
Art. 245.4 LOPJ
La ejecutoria es el documento público y solemne en el cual se consigna
una sentencia firme113.

5.4.2. Resoluciones del letrado de la Administración de Justicia

(114)
Las siguientes son las resoluciones del letrado de la Administración de Justi- Art. 206.2 LEC
114
cia :

1) Decretos, cuando se admita a trámite la demanda, cuando se ponga término


al procedimiento del que el letrado de la Administración de Justicia tuviera
atribuida competencia exclusiva y, en cualquier clase de procedimiento, cuan-
do fuere preciso o conveniente razonar lo resuelto.

2) Diligencias. Dentro de éstas, se distingue:

a) Diligencias de ordenación, cuando la resolución ha de dar a los autos el


curso que la ley establezca.

b) Diligencias de constancia, comunicación o ejecución a los efectos de reflejar


en autos hechos o actos con trascendencia procesal.

Cuando la ley no exprese la clase de resolución que haya de emplearse, se


observarán las siguientes reglas:

• Se dictará diligencia de ordenación cuando la resolución tenga por objeto


dar a los autos el curso que la ley establezca.
© FUOC • PID_00266551 77 Introducción al derecho procesal (II)

• Se dictará decreto cuando se admita a trámite la demanda, cuando se pon-


ga término al procedimiento del que el letrado de la Administración de
Justicia tuviera atribuida competencia exclusiva y, en cualquier clase de
procedimiento, cuando fuere preciso o conveniente razonar lo resuelto.

• Se dictarán diligencias de constancia, comunicación o ejecución a los efec-


tos de reflejar en autos hechos o actos con trascendencia procesal.

5.4.3. Actos de comunicación

Podemos distinguir los siguientes actos de comunicación: los del tribunal con
otros órganos, los del tribunal con órganos públicos pero no jurisdiccionales,
y los de los tribunales con las partes y otras personas que intervienen en el
proceso (testigos, peritos, etc.).

Los actos de comunicación del tribunal con otros órganos

Normalmente, a los actos de comunicación del tribunal con órganos jurisdic-


cionales se les denomina exhortos. Los exhortos, a su vez, pueden producirse
en estos dos supuestos:

• Peticiones�de�auxilio�judicial. Son los casos en que un órgano judicial se


dirige a otro órgano judicial español requiriendo su colaboración para te-
ner una determinada actuación, como por ejemplo pedir al órgano judicial
exhortado que lleve a cabo el reconocimiento o inspección de unas obras
ruinosas objeto de litigio, situadas en otro partido judicial (arts. 169.2 LEC;
273 a 275 LOPJ; 169 a 176 LEC; 183 a 192, 195 y 196 LECrim).

• Cooperación�jurisdiccional. Se trata de solicitar la colaboración de órga-


nos judiciales extranjeros para la realización de actuaciones judiciales, co-
mo por ejemplo que se tome declaración como testigo a un ciudadano del
país correspondiente (arts. 276 a 278 LOPJ; 177 LEC; 193 y 194 LECrim).

Los actos de comunicación del tribunal con órganos públicos pe-


ro no jurisdiccionales

Podemos destacar los siguientes actos de comunicación del tribunal con órga-
nos públicos no jurisdiccionales:

• Peticiones�de�cooperación�internacional. Se trata, en este caso, de soli-


citar la colaboración de autoridades no judiciales extranjeras para la reali-
zación de actuaciones judiciales (arts. 276 a 278 LOPJ).

• Mandamientos. El artículo 149.5.° LEC indica que los mandamientos son


actos de comunicación que sirven para ordenar la entrega de certificacio-
nes o testimonios y la práctica de cualquier actuación cuya ejecución co-
© FUOC • PID_00266551 78 Introducción al derecho procesal (II)

rresponda a los registradores de la propiedad, mercantiles, de buques, de


venta a plazos de bienes muebles, notarios o funcionarios al servicio de la
Administración de Justicia. Por ejemplo, cuando el órgano judicial embar-
ga bienes inscritos en el Registro de la Propiedad, expide un mandamien-
to al registrador para que haga constar el embargo mediante la correspon-
diente anotación preventiva (art. 629 LEC). El artículo 167 LEC concreta
los detalles sobre la manera de practicar los mandamientos.

• Oficios. El artículo 149.6.° LEC indica que los oficios son los actos por
los cuales se realizan las comunicaciones con autoridades no judiciales y
funcionarios diferentes de los especificados para los mandamientos. Como
en el caso de estos últimos, el artículo 167 LEC concreta los detalles sobre
la manera de practicarlos.

Los actos de comunicación de los tribunales con las partes y otras


personas que intervienen en el proceso

Los actos de comunicación de los tribunales con las partes y otras per-
sonas que intervienen en el proceso (testigos, peritos, etc.) se conocen
a menudo en el lenguaje corriente como notificaciones. Si se examinan
los textos legales que regulan la materia (LOPJ, LEC, LECrim y otros le-
yes procesales) se concluye, sin embargo, que es preferible ceñirse a la
terminología legal, que reserva el vocablo notificación para el acto me-
diante el cual se da noticia o conocimiento de resoluciones, diligencias
o actuaciones (arts. 270 LOPJ y 149.1.ª LEC; 167 a 174 LECrim).

Forma de practicar los actos de comunicación

La forma de practicar los actos de comunicación de los tribunales con las partes y otras
personas que intervienen en el proceso no es igual en todas las clases de procedimiento.
La LEC tiene sus reglas propias (arts. 149 a 168); y la LECrim, por su parte, también
contempla algunas normas particulares (arts. 166 a 182).

Estas son las clases de actos de comunicación de los tribunales con las partes
y otros sujetos que intervienen en el proceso, siguiendo la clasificación y la
finalidad que se les asigna el artículo 149 LEC:

• Notificaciones, cuando tengan como objeto comunicar una resolución o


una actuación.

• Emplazamientos, para personarse y para actuar dentro de un plazo.

• Citaciones, cuando determinen el lugar, la fecha y la hora para comparecer


y actuar.
© FUOC • PID_00266551 79 Introducción al derecho procesal (II)

• Requerimientos, para ordenar, en conformidad con la ley, una conducta


o una inactividad.

Interesa aquí ocuparnos del régimen de estos actos de comunicación en la


LEC (arts. 149 a 168). El interés estriba, por una parte, en que la LOPJ no
contiene –tampoco le corresponde– ninguna regulación al respecto, y la LEC
es supletoria del resto de leyes de enjuiciamiento, que tampoco prevén una
disciplina detallada en esta materia.

Según el artículo 152.2 LEC, los actos de comunicación se practicarán por me-
dios electrónicos cuando los sujetos intervinientes en un proceso estén obli-
gados al empleo de los sistemas telemáticos o electrónicos existentes en la Ad-
ministración de Justicia, o cuando aquellos, sin estar obligados, opten por el
uso de esos medios, con sujeción, en todo caso, a las disposiciones conteni-
das en la normativa reguladora del uso de las tecnologías de la información
y la comunicación en la Administración de Justicia. No obstante, los actos de
comunicación no se practicarán por medios electrónicos cuando el acto vaya
acompañado de elementos que no sean susceptibles de conversión en formato
electrónico o así lo disponga la ley.

Los actos de comunicación se efectuarán en alguna de las formas siguientes:

1) Mediante procurador, si se trata de comunicaciones a quienes ya están


personados en el proceso con representación del procurador.

Como dice el artículo 153 LEC, la comunicación con las partes personadas en
el juicio se hará a través de su procurador cuando este las represente. El procu-
rador firmará las notificaciones, emplazamientos, citaciones y requerimientos
de todas clases que deban hacerse a su poderdante en el curso del pleito, in-
cluso las de sentencias y las que tengan por objeto alguna actuación que deba
realizar personalmente el poderdante.

2) Remisión de lo que se deba comunicar mediante correo, telegrama o cual-


quier� otro� medio� técnico que permita dejar en las actuaciones constancia
fehaciente de la recepción, de su fecha y del contenido de lo comunicado.

El artículo 156 LEC se refiere a las averiguaciones que debe realizar el letrado
de la Administración de Justicia cuando el demandante manifieste la imposi-
bilidad de designar un domicilio del demandado, y que consisten en dirigirse
a diferentes registros, organismos, entidades, etc., para tratar de obtener infor-
mación.
© FUOC • PID_00266551 80 Introducción al derecho procesal (II)

Como señala el artículo 164 LEC,


Ved también
“cuando, practicadas en su caso las averiguaciones a que se refiere el artículo 156, no
pudiere conocerse el domicilio del destinatario de la comunicación, o cuando no pudiere Sobre la posibilidad de llevar
hallársele ni efectuarse la comunicación con todos sus efectos, conforme a lo establecido a cabo actos de comunica-
ción mediante soportes infor-
en los artículos anteriores, o cuando así se acuerde en el caso a que se refiere el apartado
máticos, ya se analizó en el
2 del artículo 157, el letrado de la Administración de Justicia, consignadas estas circuns- subapartado 5.2.3.
tancias, mandará que se haga la comunicación fijando la copia de la resolución o la cé-
dula en el tablón de anuncios de la oficina judicial de conformidad con la Ley 18/2011,
de 5 de julio, reguladora del uso de las tecnologías de la información y la comunicación
en la Administración de Justicia, salvaguardando en todo caso los derechos e intereses de
menores, así como otros derechos y libertades que pudieran verse afectados por la publi-
cidad de los mismos. Tal publicidad podrá ser sustituida, en los términos que reglamen-
tariamente se determinen, por la utilización de otros medios telemáticos, informáticos
o electrónicos.

Solo a instancia de parte, y a su costa, se publicará en el Boletín Oficial de la provincia, en


el de la comunidad autónoma, en el Boletín Oficial del Estado o en un diario de difusión
nacional o provincial”.

3) Mediante entrega al destinatario de copia�literal�de�la�resolución que se le


ha de notificar, del requerimiento que el tribunal o el letrado de la Adminis-
tración de Justicia le dirige o de la cédula de citación.

Como dispone el artículo 158 LEC, las comunicaciones se realizarán de esta


manera cuando las partes no actúen representadas por un procurador o se trate
de la primera citación y se haya intentado sin éxito realizar la comunicación
por remisión a su domicilio.

El artículo 161 LEC regula con detalle las vicisitudes que pueden acaecer cuan-
do la comunicación se practique de esta manera (en el caso de que el destina-
tario no sea hallado, de que se niegue a recibir la comunicación, etc.).

Los actos de comunicación de las partes con las otras partes y el


tribunal: la presentación de escritos y documentos y sus traslados

La Ley de Enjuiciamiento Civil diferencia entre estar o no representados por


procurador.

No estando representados por procurador, la firma y traslado se realiza con-


forme a lo dispuesto en el artículo 274 LEC.

Estando representados por procurador, corresponde a este trasladar las copias y


documentos por medios telemáticos a los procuradores de las restantes partes
a través del servicio de recepción de notificaciones a que alude el artículo 28.3
LEC (art. 276 LEC).

Si la presentación de escritos y documentos se hizo telemáticamente, el tras-


lado se adecuará a lo dispuesto en el artículo 276.1 y 2 LEC.

El traslado de copias de los escritos y documentos presentados de forma tele-


mática se hará por medios telemáticos de forma simultánea a la presentación,
y se entenderá efectuado en la fecha y hora que conste en el resguardo acre-
© FUOC • PID_00266551 81 Introducción al derecho procesal (II)

ditativo de su presentación. En caso de que el traslado tenga lugar en día y


hora inhábil, a efectos procesales conforme a la ley se entenderá efectuado el
primer día y hora hábil siguiente.

En los supuestos de presentación en soporte papel, el procurador deberá tras-


ladar de forma telemática y con carácter previo a los procuradores de las res-
tantes partes las copias de los escritos y documentos que haya que presentar
al tribunal.

Cuando el acto del que se haya dado traslado determine la apertura de un


plazo para llevar a cabo una actuación procesal, el plazo comenzará su curso
sin intervención del tribunal y deberá computarse desde el día siguiente al de
la fecha que se haya hecho constar en las copias entregadas o al de la fecha
en que se entienda efectuado el traslado, siempre que se utilicen los medios
técnicos a que se refiere el artículo 135 LEC (art. 278).

Inexactitud de una copia entregada a un litigante

El artículo 280 LEC se ocupa de la denuncia de inexactitud de una copia entregada a


un litigante, es decir, de la discrepancia entre el escrito original presentado al tribunal
y la copia entregada al servicio de recepción de notificaciones. En este caso, el tribunal,
oídas las otras partes, declarará la nulidad de las actuaciones a partir de la entrega de
la copia si su inexactitud ha podido afectar a la defensa de la parte, sin perjuicio de la
responsabilidad en que incurra quien presente la copia inexacta.

5.5. El derecho a la asistencia jurídica gratuita

El derecho a la asistencia jurídica gratuita es un derecho muy relacionado con


el derecho de defensa proclamado en el artículo 24.1 CE y con el imperativo
de igualdad entre las partes de un proceso, que también se deriva de aquel pre-
cepto. La falta de asistencia o ayuda de un profesional jurídico mínimamente
competente puede, en efecto, equivaler a dejar un ciudadano en la más abso-
luta indefensión o situarlo en un plano de injusto desequilibrio respecto de
su adversario procesal.

La gratuidad de la justicia ya aparece contemplada en el artículo 119 CE.

Artículo 119 CE

"La justicia será gratuita cuando la ley lo disponga así, y, en todo caso, respecto aquellos
que acrediten insuficiencia de recursos para litigar".

Se trata, pues, de un derecho con fundamento constitucional que ha sido desa-


rrollado por el legislador mediante la Ley 1/1996, de 10 de enero, de Asistencia
Jurídica Gratuita (en lo sucesivo LAJG), y su Reglamento, aprobado por RD
996/2003, de 25 de julio.
© FUOC • PID_00266551 82 Introducción al derecho procesal (II)

5.5.1. Contenido del derecho a la asistencia jurídica gratuita

Según el artículo 6 LAJG, el derecho a la asistencia jurídica gratuita com-


prende las siguientes prestaciones:

1) Asesoramiento y orientación gratuita previos al proceso, así como


información sobre la posibilidad de recurrir a la mediación u otros me-
dios extrajudiciales de solución de conflictos.

2) Asesoramiento y orientación gratuitos en el momento previo a la in-


terposición de la demanda o querella a víctimas de violencia de género,
de terrorismo y de trata de seres humanos, así como a los menores de
edad y a las personas con discapacidad intelectual o enfermedad mental.

3) Asistencia gratuita al detenido o preso respecto a las diligencias poli-


ciales que no formen parte de un proceso penal en curso o en su primera
comparecencia ante el órgano judicial. Igualmente, será de aplicación
dicha asistencia letrada a la persona reclamada y detenida como conse-
cuencia de una orden de detención europea.

4) Inserción gratuita de anuncios o edictos en el curso del proceso que,


preceptivamente, tengan que ser publicados en periódicos oficiales.

5) Exención en el pago de depósitos necesarios para la interposición de


recursos.

6) Asistencia pericial gratuita, en los términos establecidos en el precep-


to.

7) Obtención gratuita de ciertos documentos notariales (copias, testi-


monios, instrumentos y actas).

8) Reducción del 80% de los derechos arancelarios que correspondan


por el otorgamiento de escrituras públicas y por la obtención de copias y
testimonios notariales no contemplados en el apartado anterior, cuando
tengan relación directa con el proceso y sean requeridos por el órgano
judicial en su curso o sirvan para la fundamentación de la pretensión
del beneficiario de la justicia gratuita.

9) Reducción del 80% de los derechos arancelarios que correspondan


por la obtención de notas, certificaciones, anotaciones, asientos e ins-
cripciones en los Registros de la Propiedad y Mercantil, cuando tengan
relación directa con el proceso y sean requeridos por el órgano judicial
en su curso o sirvan para la fundamentación de la pretensión del bene-
ficiario de la justicia gratuita.
© FUOC • PID_00266551 83 Introducción al derecho procesal (II)

5.5.2. Quiénes pueden disfrutar del derecho a la asistencia


jurídica gratuita

Según el artículo 2 LAJG, y siempre que cumplan los requisitos del artículo 3
o 5 LAJG, pueden ser titulares del derecho a la asistencia jurídica gratuita:

1) Los ciudadanos españoles, los nacionales del resto de Estados miembros de


la Unión Europea y los extranjeros que residan legalmente en España, cuando
acrediten insuficiencia de recursos para litigar.

2) Las entidades gestoras y servicios comunes de la Seguridad Social, en todos


los casos.

3) Las personas jurídicas siguientes cuando acrediten insuficiencia de recursos


para litigar:

a) Asociaciones de utilidad pública, previstas en el artículo 32 de la LO 1/2002,


de 22 de marzo, reguladora del Derecho de Asociación.

b) Fundaciones inscritas en el registro administrativo correspondiente.

4) También, en el orden jurisdiccional social, para la defensa en juicio, los


trabajadores y los beneficiarios del sistema de Seguridad Social.

5) En el orden jurisdiccional penal, tienen derecho a la asistencia letrada y a la


defensa y representación gratuitas, los ciudadanos extranjeros que acrediten
insuficiencia de recursos para litigar, aun cuando no residan legalmente en el
territorio español.

Recuérdese la publicación de la Directiva (UE) 2016/1919 del Parlamento Eu-


ropeo y del Consejo de 26 de octubre de 2016 relativa a la asistencia jurídica
gratuita a los sospechosos y acusados en los procesos penales y a las personas
buscadas en virtud de un procedimiento de orden europea de detención.

6) En el orden contencioso administrativo, así como en la vía administrativa


previa, los ciudadanos extranjeros que acrediten insuficiencia de recursos para
litigar, aunque no residan legalmente en el territorio español, tendrán derecho
a la asistencia letrada y a la defensa y representación gratuita en todos aquellos
procesos relativos a su solicitud de asilo.

7) En los litigios transfronterizos en materia civil y mercantil, las personas fí-


sicas que sean ciudadanos de la Unión Europea (excepto Dinamarca) o nacio-
nales de terceros países que residan en uno de los Estados miembros.

8) Con independencia de la existencia de recursos para litigar, se reconoce el


derecho de asistencia jurídica gratuita, que se les prestará de inmediato, a las
víctimas de violencia de género, de terrorismo y de trata de seres humanos
© FUOC • PID_00266551 84 Introducción al derecho procesal (II)

en aquellos procesos que tengan vinculación, deriven o sean consecuencia de


su condición de víctimas, así como a los menores de edad y las personas con
discapacidad intelectual o enfermedad mental cuando sean víctimas de situa-
ciones de abuso o maltrato. Este derecho asistirá también a los causahabientes
en caso de fallecimiento de la víctima, siempre que no fueran partícipes en
los hechos.

5.5.3. Requisitos para el reconocimiento del derecho a la


asistencia jurídica gratuita

El artículo 3 LAJG condiciona el reconocimiento del derecho a la asistencia


jurídica gratuita a los siguientes requisitos:

1) Si se trata de personas físicas que careciendo de patrimonio suficiente cuen-


ten con unos recursos e ingresos económicos brutos, computados anualmente
por todos los conceptos y por unidad familiar, que no superen los siguientes
umbrales:

a) Dos veces el indicador público de renta de efectos múltiples (IPREM) vigen-


te en el momento de efectuar la solicitud cuando se trate de personas no inte-
gradas en ninguna unidad familiar.

b) Dos veces y media el IPREM vigente en el momento de efectuar la solicitud


cuando se trate de personas integradas en alguna de las modalidades de unidad
familiar con menos de cuatro miembros.

c) El triple del IPREM cuando se trate de unidades familiares integradas por


cuatro o más miembros o que tengan reconocida su condición de familia nu-
merosa.

El artículo 5 LAJG permite que se reconozca el derecho a la asistencia jurídica


gratuita, aun cuando se superen los límites señalados en el art. 3 LAJG, siempre
y cuando no excedan del quíntuplo del IPREM en atención a las circunstancias
familiares del solicitante, número de hijos o familiares a su cargo, estado de
salud, otras obligaciones económicas que pesen sobre él, etc.

Así como en el caso contemplado en este artículo 5 LAJG resulta razonable


reconocer el derecho a la asistencia gratuita pese a no cumplirse los requisitos
objetivos inicialmente establecidos por la ley, podría suceder también que al-
guien se ajustase a aquellas exigencias pero disfrutase de una sólida posición
económica que haría difícilmente justificable el reconocimiento de aquel de-
recho, como sería el caso de quien, pese a cumplir los requisitos mencionados,
fuese propietario de valiosos bienes inmuebles. De ahí que el artículo 4 LAJG
disponga que, en el momento de valorar si el solicitante de asistencia jurídica
gratuita padece efectivamente insuficiencia de recursos para litigar, hayan de
© FUOC • PID_00266551 85 Introducción al derecho procesal (II)

tenerse en cuenta también los signos externos que manifiestan su capacidad


económica real y, en consecuencia, que se le deniegue el derecho a litigar gra-
tuitamente si disfruta de medios suficientes.

2) Que se litigue en defensa de derechos o intereses propios.

3) Cuando se trate de las asociaciones de utilidad pública y de las fundaciones


referidas en el artículo 2.c) LAJG, habrá insuficiencia de recursos para litigar
cuando el resultado contable de la entidad en cómputo anual fuera inferior a
la cantidad equivalente al triple del IPREM.

5.5.4. Órgano competente y procedimiento de reconocimiento


del derecho a la asistencia jurídica gratuita

En cada capital de provincia en que haya uno o más partidos judiciales, ha


de constituirse una Comisión de Asistencia Jurídica Gratuita, como órgano
responsable de realizar el reconocimiento del derecho que nos ocupa.

Las Comisiones de Asistencia Jurídica Gratuita estarán presididas por un


miembro del Ministerio Fiscal, designado por el fiscal en jefe del Tribunal Su-
perior de Justicia o de la Audiencia Provincial, e integradas, además, por el
decano del Colegio de Abogados y el del Colegio de Procuradores, la persona
que éstos designen, y por dos miembros que designen las administraciones
públicas de las que dependen, actuando uno de ellos como secretario.

El reconocimiento del derecho se solicita en el Colegio de Abogados del lugar


en que se encuentre el juzgado o tribunal competente para conocer del proceso
en cuestión o ante el juzgado del domicilio del peticionario que, entonces,
deberá comunicarlo al Colegio de Abogados competente.

El Colegio de Abogados debe comprobar que el solicitante queda dentro del


ámbito definido por el artículo 2 LAJG y, en caso afirmativo, hará una desig-
nación provisional de abogado y lo comunicará al Colegio de Procuradores
que corresponda para que éste también designe un procurador que asuma la
representación (art. 15 LAJG).

El reconocimiento o denegación definitivos del derecho de asistencia jurídica


gratuita lo llevará a cabo la Comisión de Asistencia Jurídica Gratuita corres-
pondiente.

Turno de oficio

Tal como establece el artículo 24 LAJG, los colegios profesionales establecerán sistemas
de distribución objetiva y equitativa de los turnos y medios para la designación de los
abogados que hayan de prestar la asistencia gratuita. Se trata del denominado turno de
oficio, de los abogados o procuradores de oficio. El Ministerio de Justicia ha de establecer
los requisitos generales mínimos de formación y especialización necesarios para que estos
profesionales puedan prestar los servicios de asistencia jurídica gratuita con el fin de
asegurar su capacidad y solvencia profesional. Los colegios de abogados, salvo aquellos
en los que por la reducida dimensión de la actividad no sea necesario, contarán con
un turno de guardia permanente para la prestación del servicio de asistencia letrada al
© FUOC • PID_00266551 86 Introducción al derecho procesal (II)

detenido y otro para la prestación de los servicios de asesoramiento previo y de asistencia


letrada para las víctimas de violencia de género, terrorismo, trata de seres humanos y de
menores de edad y personas con discapacidad intelectual o enfermedad mental que sean
víctimas de situaciones de abuso o maltrato.

El artículo 32 LAJG se refiere a la insostenibilidad de la pretensión del beneficiario del


derecho a litigar gratuitamente como razón que puede justificar la negativa de un abo-
gado designado según lo dispuesto en la LAJG. Finalmente, es la Comisión de Asistencia
Jurídica Gratuita la que habrá de pronunciarse sobre la sostenibilidad de la pretensión, y
si esta resolución es positiva, el abogado designado quedará obligado a asumir la defensa
pese a las prevenciones que manifestó en su día.

5.5.5. Condena en costas

El artículo 36 LAJG se refiere a la condena de costas. Muy sintéticamente es-


tablece, sobre todo, estas reglas:

1) Si en la resolución que ponga fin al proceso hubiera pronunciamiento sobre


costas a favor de quien obtuvo el reconocimiento del derecho a la asistencia
jurídica gratuita o de quien lo tuviera legalmente reconocido, la parte contraria
deberá abonar las costas causadas en la defensa y representación de aquella.

2) Cuando en la resolución que ponga fin al proceso fuera condenado en cos-


tas quien hubiera obtenido el reconocimiento del derecho a la asistencia ju-
rídica gratuita o quien lo tuviera legalmente reconocido, este quedará obliga-
do a pagar las causadas en su defensa y las de la parte contraria si dentro de
los tres años siguientes a la terminación del proceso viniere a mejor fortuna,
quedando mientras tanto interrumpida la prescripción del artículo 1.967 del
Código civil. Se presume que el sujeto ha venido a mejor fortuna cuando sus
ingresos y recursos económicos por todos los conceptos superen el doble del
módulo previsto en el artículo 3 LAJG y se hubieran alterado sustancialmente
las circunstancias y condiciones tomadas en cuenta para reconocer el derecho.

3) Cuando la sentencia que pone fin al proceso no se pronuncie expresamente


sobre las costas y hubiera vencido el pleito el beneficiario del derecho a litigar
gratuitamente, éste tendrá que pagar las costas causadas en su defensa, siempre
y cuando no pasen de la tercera parte de lo que haya obtenido en el pleito. Si
exceden de dicha cantidad, se reducirán al importe de aquella tercera parte.

4) Una vez que los profesionales designados de oficio hayan obtenido de la


persona defendida o representada el pago conforme a las reglas ahora mencio-
nadas, quedarán obligados a devolver las cantidades que eventualmente ha-
yan percibido a cargo de los fondos públicos.
© FUOC • PID_00266551 87 Introducción al derecho procesal (II)

6. Métodos alternativos a la jurisdicción

Los mal llamados "métodos alternativos" constituyen una apelación recurrente


cuando se critica la falta de eficacia de la justicia. De hecho, su éxito suele
acompañar a una referencia, no siempre suficientemente justificada, al fracaso
de aquélla. Mejor sería considerarlos "complementarios".

(115)
La apelación a los mismos, y no digamos su uso creciente, es uno más de los Siglas en inglés de alternative
dispute resolution.
frutos de la innegable influencia de la cultura jurídica americana. Muestra de
ello es que las siglas con que se conocen corresponden a su denominación en
inglés, sin necesidad de traducción alguna (ADR115). Con todo, ADR no es un
término tan fácil de conceptuar. Las siglas se utilizan, en realidad, para desig-
nar un movimiento (no sólo jurídico) surgido formalmente en Estados Unidos
a partir de la Pound Conference en 1976, y más en concreto, la conferencia
pronunciada por Roscoe Pound, uno de los fundadores del derecho americano,
ante la American Bar Association sobre The Causes of Popular Dissatisfaction
with the Administration of Justice.

Como se ha señalado en un completo análisis de la aparición del fenómeno


en Estados Unidos, obedece a un fenómeno complejo en el que la sobrecarga
de los tribunales opera como excusa, pero no es el único motivo. Junto a éste,
operaba en buena medida el frenar el activismo de los jueces en materias sen-
sibles como los derechos civiles, la tutela de los consumidores y la protección
del medio ambiente. Junto a ellos existía un sustrato social especialmente ade-
cuado, y no sólo por constituir un mercado de más de trescientos millones de
personas, donde todo se deshecha, se compra y se vende, sino por ser una so-
ciedad multicultural con costumbres bien distintas, y en muchos casos ajenas
con métodos de resolución de conflictos muy similares a lo que conocemos
como ADR.

En tanto en Estados Unidos el sistema es relativamente antiguo y, por lo tanto,


ha sido objeto de estudios que han puesto de relieve sus aspectos críticos, en
muchos países de Europa se acoge con entusiasmo, a veces exento de perspec-
tiva analítica o crítica.

Resulta imposible enumerar, siquiera aproximadamente, el gran y heterogéneo


número de instrumentos que se comprenden en la amplia denominación de
ADR. Sí conviene, no obstante, agruparlos en dos modelos:

1)�Modelos�conciliadores. Modelos que se orientan a decidir la controversia


mediante acuerdo de las partes.
© FUOC • PID_00266551 88 Introducción al derecho procesal (II)

2)�Modelos�valorativos. Modelos que difieren la controversia a un sujeto im-


parcial no jurisdiccional.

Los modelos conciliadores argumentan a su favor la preferencia por la gestión


privada de los conflictos, por el elemento de pacificación que supone; porque
el acuerdo alcanzado de esta forma adelanta, en todo caso, el resultado que
con derroche de tiempo y dinero se obtendría mediante un proceso; y por
la aceptación de la solución alcanzada que genera un cumplimiento de los
sujetos en conflicto.

Frente a esta valoración, se han recordado dos serios inconvenientes: la ausen-


cia de la función garantizadora del fairness del procedimiento que desarrolla
el juez, y que la afirmada "vocación de resolución definitiva" de los ADR se
efectúa a costa de negar la revisión y corrección de aquélla. Éstos se unen a
las críticas comunes sobre:

1) perpetuar las desigualdades que, durante años, se han invocado como el


origen de que a muchos se les niegue el acceso a los tribunales, singularmente
la falta de medios económicos suficientes;

2) la duda sobre la libertad del consenso prestado por la parte más débil; y

3) renunciar a garantías esenciales (independencia e imparcialidad del órgano


enjuiciador "alternativo"; falta de transparencia de los procedimientos; renun-
cia frecuente a la asistencia letrada).

En cuanto a los medios valorativos: arbitraje y mediación frente al reclamo que


supone una rápida resolución de la controversia (se fijan plazos imperativos
para emitir la correspondiente resolución) y otras justificativas de auge inicial
que hoy vuelve a resultar cuestionado, ofrecen peculiares características que
obligan a no perder de vista que su funcionamiento depende casi siempre de
la concurrencia de algunos condicionantes: las exigencias específicas de las
empresas en el arbitraje comercial internacional o las singularidades de los
conflictos en materia laboral, por ejemplo, pero, sobre todo, en atención a su
singular relevancia en el marco penal, la necesidad de libre disponibilidad de
los derechos que se discuten en las situaciones jurídicas a las que pretenden
aplicarse.

No resulta uniforme la valoración en torno a estos instrumentos. A favor, por


citar únicamente las razones más frecuentemente invocadas de los ADR, se
señala:

• que la justicia ordinaria es formalista, mientras que los ADR valoran el


fondo de las relaciones; que la justicia ordinaria no soluciona definitiva-
mente los conflictos en tanto que los ADR los elimina;
© FUOC • PID_00266551 89 Introducción al derecho procesal (II)

• que los ADR son accesibles, en tanto la justicia ordinaria no; que el método
negociador siempre es mejor que el de la contestación; y que la mediación
o pacto entre las partes resulta más positivo que una sentencia.

En contra, deben añadirse algunos límites e innegable problemas, entre los


que cabe destacar:

• la escasa transparencia y publicidad que suele concurrir en ellos, lo que


ocasiona que la tan loada "desformalización" se traduzca a la postre en
ausencia de muchas de las garantías que en cualquier proceso judicial se
estimarían como mínimas;

• la falta de imparcialidad del organismo al que se confía el procedimiento,


quien muy frecuentemente es nombrado y representa los intereses de una
de las partes;

• la forma de configuración de la solución del conflicto, apartándose de las


reglas jurídicas y desembocando muchas veces en la aplicación de la lógica
de las relaciones de fuerza económicas y sociales, y

• las graves limitaciones que, en orden a la eficacia, supone la carencia de


poderes coercitivos en los sujetos que resuelven, lo que impide dictar me-
didas cautelares o iniciar procedimientos ejecutivos.

Entre tales elementos valorativos, debe poderse elegir con libertad garantizada,
evitando, por ejemplo, la inclusión de cláusulas en contratos de adhesión.

Actualmente, en el marco de la justicia civil, excluido el proceso penal, se pre-


vén el arbitraje (Ley 60/2003, de 23 de diciembre) y la mediación (Ley 5/2012,
de 6 de julio), potenciada, en el caso de la mediación, incluso iniciado ya el
proceso, en el seno de la audiencia preliminar del juicio ordinario o vista del
juicio verbal (art. 414.1, 415.1.III y 440 LEC).
© FUOC • PID_00266551 90 Introducción al derecho procesal (II)

Resumen

El proceso es el tercer elemento básico de la disciplina. Es el elemento que


permite enlazar la acción, es decir, los derechos de los justiciables ante la Ad-
ministración de Justicia, con la potestad jurisdiccional.

Es mediante el proceso como los ciudadanos pueden hacer efectivo su derecho


a la tutela judicial efectiva, y es sólo por medio del proceso como los órganos
judiciales pueden ejercer la potestad jurisdiccional.

La existencia de diferentes ramas del derecho, de la misma manera que deter-


minan la existencia de diferentes órdenes judiciales, hacen necesaria la exis-
tencia de procesos diferentes, tanto por el tipo de tutela judicial que se puede
obtener, como por el tipo de derecho material que se ventila.

Estos diferentes tipos de procesos, por su parte, comparten algunos principios


comunes, mientras que en determinados aspectos están regidos por principios
antagónicos.

Las diferencias entre estos principios nacen y cobran sentido en la diferencia


existente entre la tutela judicial de intereses que afectan el ámbito privado e
intereses más propios del ámbito público.

El proceso también se puede entender como una sucesión ordenada de actos.


Estos actos, para ser válidos, es decir, para producir los efectos que la ley les
otorga, se tienen que ceñir a determinados requisitos. Los requisitos de los ac-
tos procesales, con contadas excepciones o variaciones en función del proceso
de que se trate, son comunes a todos los procesos. La nueva regulación del uso
de las nuevas tecnologías en la Administración de Justicia ha supuesto modi-
ficar las disposiciones relativas a la presentación de documentos, la realización
de actos de comunicación, la protección de datos personales en el ámbito de
la Administración de Justicia y el reforzamiento de la figura del procurador.

También común a todos los procesos es el desarrollo del derecho a la asisten-


cia jurídica gratuita, que pretende evitar que nadie se vea privado de la tutela
judicial por motivos económicos. Este derecho se encuentra sujeto a determi-
nados requisitos y presupuestos, y es objeto de una detallada regulación tanto
legal como reglamentaria.

En este bloque, asimismo, se habla de los llamados “métodos alternativos a la


jurisdicción”, es decir, aquellos sistemas de resolución de conflictos al margen
del proceso. La constante apelación a sus ventajas no elude el hecho de que
presentan también inconvenientes que no pueden dejarse de lado.
© FUOC • PID_00266551 91 Introducción al derecho procesal (II)

Finalmente, determinadas leyes citadas en este módulo se han visto reforma-


das, y estas reformas responden a la lectura de los preceptos de las siguientes
directivas europeas: Directiva 2010/64/UE, sobre el derecho a la interpretación
y traducción en los procesos penales; Directiva 2011/36/UE, relativa a la pre-
vención y lucha contra la trata de seres humanos y a la protección de las víc-
timas; Directiva 2012/13/UE, sobre el derecho de información en los procesos
penales; o la Directiva 2013/48/UE, sobre el derecho a la asistencia de letrado
en los procesos penales y en los procedimientos relativos a la orden de deten-
ción europea, y también relativa al derecho a que se informe a un tercero en el
momento de privación de libertad y a comunicarse con terceros y con autori-
dades consulares durante la privación de libertad, la Directiva 2016/343/UE
por la que se refuerzan en el proceso penal determinados aspectos de la pre-
sunción de inocencia y el derecho a estar presente en el juicio, o la Directiva
2016/1919/UE, sobre la asistencia jurídica gratuita a los sospechosos y acusa-
dos en los procesos penales y a las persones buscadas en virtud de un procedi-
miento de orden europea de detención.
© FUOC • PID_00266551 93 Introducción al derecho procesal (II)

Actividades
1. A continuación se transcriben algunos párrafos de sentencias. Identificad, en cada caso, el
principio o derecho al cual se refiere el tribunal que dicta la sentencia:

a) Una de las garantías previstas en el apartado 2 del artículo 24 de la Constitución española


es la relativa (…………………………..), en cuyo contenido se encuentra la composición del
órgano judicial que ha de venir determinada por ley, debiendo seguirse en cada caso concre-
to el procedimiento legalmente establecido para la designación de los miembros que han
de constituir el órgano correspondiente. Eso sí, no puede confundirse el contenido de este
derecho del artículo 24.2 a que las normas sobre distribución de competencias entre los ór-
ganos jurisdiccionales se interpreten en un determinado sentido (STC 164/2008, de 15 de
diciembre).

b) (………………………..) o regla impuesta al órgano jurisdiccional de apelación, que impide


empeorar o hacer más gravosa la condena, o restringir las declaraciones más favorables de la
sentencia de primera instancia en perjuicio del apelante (STS 53/2015, de 18 de febrero).

c) Este Tribunal, en una jurisprudencia iniciada en la STC 167/2002, de 18 de septiembre, y


seguida en numerosas sentencias posteriores, ha señalado que el respeto a los principios de
(………………………………………..), contenidos en el derecho a un proceso con todas las ga-
rantías, impone inexorablemente que toda condena se fundamente en una actividad proba-
toria que el órgano judicial haya examinado directa y personalmente, y en un debate público
en el que se respete la posibilidad de contradicción (STC 258/2007, de 18 de diciembre).

d) Hemos de destacar que no nos encontramos en el ámbito propio del principio


(………………………………..), que es el de la interpretación y aplicación de los tipos penales,
la subsunción de los hechos probados en los mismos y la imposición de la pena en ellos
prevista (STC 57/2012, de 29 de marzo).

e) Una medida restrictiva del derecho al secreto de las comunicaciones solo puede entenderse
constitucionalmente legítima, desde la perspectiva de este derecho fundamental, si se realiza
con estricta observancia del principio (………………………….), es decir, si, como ya hemos
tenido ocasión de señalar, la medida se autoriza por ser necesaria para alcanzar un fin consti-
tucionalmente legítimo, como, entre otros, para la defensa del orden y prevención de delitos
calificables de infracciones punibles graves y es idónea e imprescindible para la investigación
de los mismos (STC 167/2002, de 18 de septiembre).

2. Cuestiones para desarrollar:

a) Explicad en qué consiste el principio de oportunidad y qué supondría una desmesurada


extensión del mismo.

b) Distinguid entre hecho y acto procesal.

c) Explicad las resoluciones orales en el proceso civil.

d) Exponed el contenido del derecho a la asistencia jurídica gratuita.

Actividades�de�profundización

3. Buscad sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que se pronuncien sobre
el hecho de que las declaraciones obtenidas como resultado de tortura u otros malos tratos
(infringiendo el artículo 3 CEDH) como prueba, privaría de equidad a todo el proceso y haced
un comentario sobre las mismas.

4. Explicad la presentación telemática o electrónica de escritos y documentos y envío y re-


cepción de actos de comunicación.

5. Explicad la proporcionalidad en las nuevas medidas de investigación del delito tecnológi-


cas (tenéis que consultar el apartado correspondiente de este módulo y el artículo 588 bis.a
de LECrim).

Ejercicios de autoevaluación
De�selección

1. En el proceso de declaración pueden ejercitarse acciones…

a) meramente declarativas
b) de condena.
© FUOC • PID_00266551 94 Introducción al derecho procesal (II)

c) constitutivas.
d) Las tres respuestas anteriores son correctas.

2. Son principios comunes a todos los procesos…

a) el principio de dualidad de posiciones procesales, el principio de igualdad y el principio


de audiencia.
b) el principio de dualidad de posiciones procesales, el principio de igualdad y el principio
de justicia rogada.
c) el principio de dualidad de posiciones procesales, el principio de justicia rogada y el prin-
cipio de audiencia.
d) el principio de oralidad, el principio de igualdad y el principio dispositivo.

3. El derecho a la asistencia jurídica gratuita...

a) es un derecho fundamental.


b) es un derecho de los ciudadanos.
c) es un derecho con fundamento constitucional.
d) Ninguna de las respuestas anteriores es correcta.

4. La aclaración y corrección de las resoluciones judiciales...

a) permite, en ocasiones tasadas, modificar sustancialmente el contenido de la sentencia.


b) puede llevarse a cabo a instancia de parte o de oficio.
c) solo es procedente si el órgano judicial aprecia de oficio su necesidad.
d) Ninguna de las respuestas anteriores es correcta.

5. El proceso de ejecución...

a) es un proceso civil.


b)  tiene como finalidad dar cumplimiento o efectividad a una declaración judicial y, en
algunas ocasiones, extrajudicial.
c) permite obtener sentencias de condena.
d) permite obtener sentencias de condena y sentencias constitutivas.

6. El Juzgado número 5 de Olot (Girona) ha decidido no admitir una demanda. Indicad el


acto procesal apropiado para llevar a cabo esta actuación.

a) Auto.
b) Sentencia.
c) Decreto.
d) Ninguna de las respuestas anteriores es correcta.

7. El letrado de la Administración de Justicia ha admitido a trámite la demanda presentada


por el señor Raúl. Indicad el acto procesal apropiado para llevar a cabo esta actuación.

a) Auto.
b) Sentencia.
c) Decreto.
d) Acuerdo.

8. El Juzgado número 7 de Barcelona ha notificado a la señora Lourdes que no puede escuchar


música a través de altavoces en su terraza. Indicad el acto procesal apropiado para llevar a
cabo esta actuación.

a) Requerimiento.
b) Notificación.
c) Emplazamiento.
d) Mandamiento.
© FUOC • PID_00266551 95 Introducción al derecho procesal (II)

9. El Juzgado número 3 de Vic (Barcelona) solicita al Juzgado de Paz de Badalona una inscrip-
ción del Registro Civil. Indicad el acto procesal apropiado para llevar a cabo esta actuación.

a) Oficio.
b) Exhorto.
c) Sentencia.
d) Ninguna de las respuestas anteriores es correcta.

10. El señor Jorge recibe un documento en el que se le comunica que se ha interpuesto una
demanda contra él. Indicad el acto procesal apropiado para llevar a cabo esta actuación.

a) Emplazamiento.
b) Citación.
c) Notificación.
d) Ninguna de las respuestas anteriores es correcta.

Cuestiones�breves�sobre�actos�procesales

Responded si los siguientes enunciados son susceptibles de subsanación o si, por el contrario,
provocan la nulidad de un acto procesal. También mencionad, en cada caso, la vía procesal
para proceder a la subsanación o a la denuncia de nulidad.

a) No aportación con la demanda civil de un documento exigido por Ley.

b) Falta de notificación en forma, a una determinada persona que ha presentado una deman-
da civil, del día de celebración del juicio.

c) Resolución del TSJ de Madrid resolviendo sobre el fondo y condenando a algo no preten-
dido por un determinado sujeto en base a unos hechos no alegados ni probados.

Cuestiones�sobre�principios�del�proceso�y�del�procedimiento

12. Explicad (en cuatro o cinco líneas) el principio de audiencia, el principio dispositivo, el
principio de aportación de parte y el impulso procesal de oficio.
© FUOC • PID_00266551 96 Introducción al derecho procesal (II)

Solucionario
Ejercicios de autoevaluación

1.�d

2.�a

3.�c

4.�b

5.�b

6.�a

7.�c

8.�a

9.�b

10.�c

1.

Cuestiones�breves�sobre�actos�procesales

a) Cuando con la demanda, la contestación o, en su caso, en la audiencia previa al juicio,


no se presentara alguno de los documentos, medios, instrumentos, dictámenes e informes
que, según los preceptos de la LEC, han de aportarse en esos momentos o no se designara
el lugar en que el documento se encuentre, si no se dispusiese de él, no podrá ya la parte
presentar el documento posteriormente, ni solicitar que se traiga a los autos, excepto en los
casos previstos en el artículo 270 (presentación de documentos en momento no inicial del
proceso). Además, no se admitirán las demandas a las que no se acompañen los documentos
a que se refiere el artículo 266 (documentos en casos especiales).

b) La falta de notificación en forma es una infracción de norma relativa al procedimiento que,


según nuestra opinión, puede haber producido indefensión, ya que, si bien se han formulado
las alegaciones en la demanda, no se ha podido practicar prueba para fijar los hechos ni
pronunciarse sobre las alegaciones de la parte contraria.

c) Es claramente un supuesto en que se prescinde de las normas esenciales del procedimiento


relativas a la congruencia de la sentencia y que, al darse en la misma sentencia, se puede
afirmar que se ha producido indefensión. Si se tratase de una sentencia dictada ya en segunda
instancia, la nulidad de este acto se haría pretender mediante el recurso establecido contra
esta sentencia y, si no hubiese recurso previsto, mediante el incidente excepcional de nulidad
de actuaciones (arts. 241 LOPJ y 228 LEC).

1.�Cuestiones�sobre�principios�del�proceso�y�del�procedimiento

Principio�de�audiencia:�este principio de audiencia, resumido en la frase “nadie puede ser


condenado sin ser oído y vencido en juicio”, constituye uno de los grandes avances en la
erradicación de una justicia primaria. Estrechamente relacionado con el derecho de defensa,
comprende tanto el mandato al legislador para configurar el proceso garantizando el conoci-
miento, el acceso y la actuación en el proceso de la parte, cuanto su efectiva tutela mediante
los medios procesales correspondientes.

Principio�dispositivo: consiste en la disponibilidad sobre el interés privado y su libre dis-


posición sobre la conveniencia de reclamar su tutela judicial en toda su extensión, desde el
inicio hasta su desarrollo.

Principio�de�aportación�de�parte: correlativo al principio dispositivo, el llamamiento para


aportar las pruebas en que se fundamenten las pretensiones de las partes es una manifestación
del principio de aportación de parte. También es coherente un sistema en el cual los hechos
solamente se puedan fijar por las partes pero la actividad probatoria sobre estos hechos no
deba limitarse a la prueba de parte, sino que se da una facultad probatoria más amplia al juez
siempre en relación con los hechos aportados por las partes.
© FUOC • PID_00266551 97 Introducción al derecho procesal (II)

Impulso�procesal�de�oficio: la citación para una vista es un ejemplo de impulso procesal de


oficio: el órgano judicial impulsa la realización de un acto que viene fijado por la ley procesal,
sin necesidad de que ninguna parte pida su celebración.
© FUOC • PID_00266551 98 Introducción al derecho procesal (II)

Abreviaturas
ATC  Auto del Tribunal Constitucional

CC  Código Civil

CE  Constitución española

CEDH  Convenio Europeo de Derechos Humanos

EOMF  Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal

IF  in fine, al final

LAJG  Ley de Asistencia Jurídica Gratuita

LEC  Ley de Enjuiciamiento Civil

LECrim  Ley de Enjuiciamiento Criminal

LOPJ  Ley Orgánica del Poder Judicial

LRJCA  Ley Reguladora de la Jurisdicción Contencioso Administrativa

LRJS  Ley Reguladora de la Jurisdicción Social

MF  Ministerio Fiscal

PIDCIP  Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (conocido también como "Pacto
de Nueva York")

RAJG  Reglamento de Asistencia Jurídica Gratuita

RD  Real Decreto

STC  Sentencia del Tribunal Constitucional

STEDH  Sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos

STS  Sentencia del Tribunal Supremo

TEDH  Tribunal Europeo de Derechos Humanos

TS  Tribunal Supremo


© FUOC • PID_00266551 99 Introducción al derecho procesal (II)

Glosario
arbitraje  m  Mecanismo de resolución extrajudicial de conflictos. La resolución del con-
flicto se somete a una persona que no tiene la condición de juez (árbitro), y su resolución
(laudo) tiene la fuerza de una resolución judicial.

citación  f  Acto de comunicación del tribunal consistente en citar a alguien un día, a una
hora y en un lugar concretos.

emplazamiento  m  Acto de comunicación del tribunal consistente en citar a alguien para


que se persone y actúe dentro de un plazo.

eventualidad  f  Posibilidad que se da a las partes para templar los efectos de la preclusión.
Consiste en la posibilidad de acumular acciones o pretensiones, aunque sean incompatibles
o contradictorias, en un único acto.

exhorto  m  Acto de comunicación de un órgano judicial con otro para solicitar auxilio
jurisdiccional.

mandamiento  m  Acto de comunicación del tribunal mediante el que se ordena la entrega


de documentos (o copias) que se encuentran en registros públicos.

mediación  f  Mecanismo de resolución extrajudicial de conflictos. Intervención en una


disputa de un tercero, imparcial y neutral, que carece de un poder autorizado de decisión y
que ayuda a las partes a alcanzar voluntariamente su propio acuerdo o arreglo.

notificación  f  Acto de comunicación del tribunal consistente en dar noticia cierta de una
resolución, diligencia o actuación.

oficio  m  Acto de comunicación del tribunal con órganos públicos con los que la ley no
prevea la comunicación por medio de mandamientos.

preclusión  f  Efecto que produce el agotamiento de los plazos y que consiste en la imposi-
bilidad de realizar actuaciones una vez transcurridos los plazos.

principio de dualidad de posiciones  m  Principio común a todos los procesos. Deter-


mina la estructura triangular del proceso: un actor o acusador frente a un demandado o acu-
sado y, ajeno a estas dos posiciones, un tercero, el órgano judicial.

proceso cautelar  m  Proceso que se encamina a la adopción de medidas tendentes a ga-


rantizar la efectividad de la sentencia posterior.

proceso de declaración  m  Proceso cuya finalidad es la declaración del Derecho en el


caso concreto.

proceso de ejecución  m  Proceso mediante el cual se pretende dar cumplimiento o efec-


tividad a una resolución judicial, o también a ciertas declaraciones extrajudiciales.

reformatio in peius  f  'Reforma a peor', prohibición derivada del principio acusatorio. Se


produce reformatio in peius cuando en un proceso penal, con motivo de un recurso en el
que no interviene ninguna parte acusadora, se empeora la situación del recurrente.

requerimiento  m  Acto de comunicación del tribunal mediante el que se ordena una con-
ducta o una inactividad.
© FUOC • PID_00266551 100 Introducción al derecho procesal (II)

Bibliografía
Bibliografía básica

Montero Aroca, J. y otros. Derecho jurisdiccional (I). Parte General. Valencia: Tirant lo
Blanch.

Ormazábal Sánchez, G. Introducción al Derecho Procesal. Madrid: Marcial Pons.

Bibliografía de ampliación

Armenta Deu, T. (2018). Lecciones de derecho procesal civil. Madrid: Marcial Pons.

Armenta Deu, T. (2018). Lecciones de derecho procesal penal. Madrid: Marcial Pons.

Bachmaier Winter, L. (1997). La asistencia jurídica gratuita. Granada: Comares.

Barona Vilar, S. (2007). Arbitraje y justicia en el siglo XXI. Madrid: Civitas.

Díez-Picazo, I. (1991). “El derecho fundamental al juez ordinario predeterminado por la


ley”. Revista Española de Derecho Constitucional (núm. 32).

Ormazabal Sánchez, G. (2015). El derecho a no incriminarse. Madrid: Civitas.

Oromí Vall-llovera, S. (2015). “Institucionalización de la resolución alternativa de litigios


de consumo en la Unión Europea”. Revista General de Derecho Europeo (número 36).

Pereira Puigvert, S. (2011). La ineficacia de los actos procesales. Sistematización y clarificación


de conceptos. Madrid: Marcial Pons.

Pereira Puigvert, S. (2016). “Nuevas tecnologías y justicia civil. Reformas y e-


justicia”.Revista Vasca de Derecho Procesal y Arbitraje (número 1).

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