Sociedades de Capital Variable
Sociedades de Capital Variable
Sociedades de Capital Variable
Es verdad que en términos de la fracción III del artículo 182 de la Ley General
de Sociedades Mercantiles, son asambleas extraordinarias las que se reúnan para tratar,
entre otros asuntos, el aumento o reducción del capital social; sin embargo, de
conformidad con lo dispuesto por el artículo 213 de la citada legislación, que se refiere a
las sociedades de capital variable, en éstas el capital social será susceptible de
aumento por aportaciones posteriores de los socios y por admisión de nuevos socios y de
disminución de dicho capital por retiro parcial o total de las aportaciones, sin más
formalidades que las establecidas en el propio capítulo III de dicho ordenamiento, con la
circunstancia de que la razón legal de este último extremo, obedece a que en
las sociedades de este tipo, resulta inadecuado el principio de permanencia constante
del mismo monto del capital, puesto que dichos entes realizan negocios que por su
especial naturaleza requieren, en diversos momentos de su existencia, cantidades
absolutamente desiguales de capital y es en función de ello que el aumento o
disminución del mismo, puede hacerse sin necesidad de modificar la escritura social y
por tanto, sin que sea necesaria la celebración de la asamblea general extraordinaria de
accionistas a que se refiere el primero de los preceptos citados con anterioridad, por lo
que la única limitación es que dicho aumento o disminución se lleve a cabo en los
términos del contrato social.
Amparo directo 5973/74. Transportes del Pacífico, S.A. de C.V. 5 de junio de 1978. Cinco
votos. Ponente: Salvador Mondragón Guerra. Secretario: Eduardo Lara Díaz.
Tesis: Semanario Judicial de la Federación Sexta Época 277094 7 de
Cuarta Sala Volumen XVI, Quinta Parte Pag. 9 Tesis Aislada(La
De acuerdo con lo dispuesto por los artículos 10 y 142 de la Ley General de Sociedades
Mercantiles, la representación de toda sociedad mercantil corresponderá a
su administrador o administradores, quienes serán mandatarios y podrán realizar todas
las operaciones inherentes al objeto de la sociedad, salvo lo que expresamente
determinen la ley o el propio contrato social. De manera que el hecho de que al
representante de la sociedad se le denomine administrador, no significa que
únicamente tenga atribuciones de índole administrativa, sino que tal vocablo, utilizado por
el legislador para designar al sujeto o sujetos que habrán de representar a la sociedad,
implica que el administrador también tiene las atribuciones inherentes de un mandatario
general para pleitos y cobranzas, para administración de bienes e inclusive para realizar
actos de dominio; de ahí que, aun cuando en el documento con el que el presidente del
consejo de administración de la persona moral quejosa pretende acreditar
su personalidad no se consigne de manera expresa que se le otorga poder "para pleitos
y cobranzas", ello no implica que se encuentre impedido para acudir a juicio en nombre de
su representada, dado su carácter de administrador, siempre y cuando dicha facultad no
se le hubiere limitado expresamente.
Los poderes generales para pleitos y cobranzas otorgados por una sociedad mercantil
no necesitan ser inscritos en el Registro Público de la Propiedad y de Comercio para que
tenga eficacia plena, en virtud de que sólo facultan al apoderado para promover y
gestionar asuntos judiciales y administrativos, mas no para representar a la sociedad en la
realización de actos de comercio, sin que sea obstáculo para esta consideración la
circunstancia de que los artículos 16, fracción II, 19, 20, 21, fracción VII, y 26 del Código
de Comercio, no establezcan tal distinción, porque ésta deriva lógicamente de considerar
que los poderes para pleitos y cobranzas no se rigen por las disposiciones del Código de
Comercio sino por las del Código Civil, que no establece para la eficacia de tales
mandatos el requisito del registro, de manera que la aplicación de las
normas mercantiles resultaría contraria a la naturaleza propia del acto.