TSJ-SCC. 2005-05-11. Sent. No. EXEQ.00256. Millye Josefina Vargas de Hamm C. Ludwig Hamm
TSJ-SCC. 2005-05-11. Sent. No. EXEQ.00256. Millye Josefina Vargas de Hamm C. Ludwig Hamm
TSJ-SCC. 2005-05-11. Sent. No. EXEQ.00256. Millye Josefina Vargas de Hamm C. Ludwig Hamm
En fecha 10 de diciembre de 2004, el abogado Miguel Martínez Saturno, actuando con el carácter de
apoderado judicial de la ciudadana MILLYE JOSEFINA VARGAS NAVARRO DE HAMM, presentó
ante la Secretaría de esta Sala de Casación Civil, solicitud de exequátur a los fines de que se otorgue fuerza
ejecutoria a la sentencia dictada en fecha 11 de enero de 2003 por el Juzgado Municipal de Duisburg,
República Federal de Alemania, en la cual se declaró la disolución del vínculo matrimonial existente entre la
prenombrada y el ciudadano LUDWIG HAMM.
En su escrito, el apoderado judicial de la solicitante expone que los ciudadanos Millye Josefina Vargas
Navarro de Hamm y Ludwig Hamm, contrajeron matrimonio el 28 de mayo de 1.982, en la ciudad de Caracas.
Que al poco tiempo de casados, la pareja fijó su residencia en Alemania, y que en fecha 11 de enero de 2003,
por sentencia emanada del Juzgado Municipal de Duisburg, quedó disuelto el vinculo conyugal.
Ahora bien, en dicho escrito se aduce que la sentencia cuyo exequátur se solicita cumple con todos los
requisitos de eficacia exigidos en el artículo 53 de la Ley de Derecho Internacional Privado, por lo que debe
otorgársele fuerza ejecutoria.
II
PUNTO PREVIO
Como punto previo, corresponde a esta Sala pronunciarse acerca de su competencia para conocer la
presente causa, en virtud de la reciente entrada en vigencia de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de
Justicia, y al efecto observa:
En el presente caso, como quedó establecido supra, en fecha 10 de diciembre de 2004, se solicitó el
exequátur de la sentencia dictada el 11 de enero de 2003, por el Municipal de Duisburg, Alemania, en la cual se
declaró la disolución del vínculo matrimonial existente entre Millye Josefina Vargas Navarro de Hamm y
Ludwig Hamm.
La competencia para conocer de los procesos de exequátur está determinada por el artículo 5 numeral
42º de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, en concordancia con los artículos 850 y 856 del
Código de Procedimiento Civil, que textualmente establecen:
“Artículo 5. Es de la competencia del Tribunal Supremo de Justicia como más alto Tribunal de la República:
(...Omissis...)
42. Declarar la fuerza ejecutoria de las sentencias de autoridades jurisdiccionales extranjeras, de acuerdo con
lo dispuesto en los Tratados Internacionales o en la ley.
(...Omissis...)
El Tribunal conocerá en Sala Plena los asuntos a que se refiere este artículo en sus numerales 1 al 2. En Sala
Constitucional los asuntos previstos en los numerales 3 al 23. En Sala Político Administrativa los asuntos previstos en
los numerales 24 al 37. En Sala de Casación Penal los asuntos previstos en los numerales 38 al 40. En Sala de
Casación Civil el asunto previsto en los numerales 41 al 42. En Sala de Casación Social los asuntos previstos en
los numerales 43 y 44. En Sala Electoral los asuntos previstos en los numerales 45 y 46. En los casos previstos en los
numerales 47 al 52 su conocimiento corresponderá a la Sala a fin con la materia debatida.
“Artículo 850.- Corresponde a la Corte Suprema de Justicia declarar la ejecutoria de las sentencias de autoridades
extranjeras, sin lo cual no tendrán ningún efecto, ni como medio de prueba, ni para producir cosa juzgada, ni para ser
ejecutadas...”
“Artículo 856.- El pase de los actos o sentencias de las autoridades extranjeras en materia de emancipación, adopción
y otros de naturaleza no contenciosa, lo decretará el Tribunal Superior del lugar donde se haya de hacer valer, previo
examen de si reúnen las condiciones exigidas en los artículos precedentes, en cuanto sean aplicables”.
En este sentido, la Sala observa que efectivamente, el procedimiento que dio lugar a la sentencia de
divorcio objeto de la presente solicitud de exequátur, tuvo carácter contencioso, ya que revisado el expediente por esta Sala, y
en particular, examinado el contenido de la sentencia de divorcio cuyo exequátur se solicita, se constata que el ciudadano Ludwig
Hamm, demandó la disolución del vínculo matrimonial que le unía con la ciudadana Millye Josefina Vargas Navarro de
Hamm, fundando su pretensión en la causal de “...el fracaso del matrimonio es supuesto irrefutablemente, porque viven separados
desde hace más de tres años...” lo cual evidencia el carácter contencioso del procedimiento de divorcio.
Ahora bien, ha señalado este Alto tribunal en reiterada Jurisprudencia de la Sala Político Administrativa (Vid. S.
de fecha 14 de octubre de 1999 y 6 de agosto de 1997), que lo relevante para calificar a un asunto como no contencioso “...no
lo es la mera ausencia de contención, sino que se trate de procedimientos que por su naturaleza, pretensiones y finalidad
respondan que las ‘partes’ en los mismos tengan un común interés y que la sentencia no resulte ‘condenatoria’ o ‘absolutoria’
de una de ellas.” (Vid. S-PA de fecha 06 de agosto de 1997, caso: Nacy Yanette Mejía Chacón vs. Horst Herrmann)”.
Siendo la oportunidad para pronunciarse sobre la solicitud formulada, se observa que toda solicitud de
exequátur debe fundamentarse para su decisión, en la jerarquía de las fuentes en materia de Derecho
Internacional Privado.
Dicho orden de prelación aparece claramente expuesto en el artículo 1° de la Ley de Derecho
Internacional Privado, en los términos siguientes:
“Los supuestos de hecho relacionados con los ordenamientos jurídicos extranjeros se regularán, por las normas de
Derecho Internacional Público sobre la materia, en particular, las establecidas en los tratados internacionales vigentes
en Venezuela; en su defecto, se aplicarán las normas de Derecho Internacional Privado Venezolano; a falta de ellas, se
utilizará la analogía y, finalmente, se regirán por los principios de Derecho Internacional Privado generalmente
aceptados”.
Dicha disposición ordena, en primer lugar, la aplicación de las normas de Derecho Internacional Público sobre
la materia, en particular las establecidas en los tratados internacionales vigentes en Venezuela. En el caso de autos, se solicita que
por el procedimiento de exequátur se declare fuerza ejecutoria en la República Bolivariana de Venezuela, de una sentencia
dictada por un Tribunal de la República Federal de Alemania, país con el que Venezuela no ha suscrito tratados internacionales en
materia de reconocimiento y ejecución de sentencias; por tal razón, y siguiendo el orden de prelación de las fuentes en la materia,
se impone la aplicación de las normas de Derecho Internacional Privado Venezolano.
En este orden de ideas, se observa que la Ley de Derecho Internacional Privado, consagra en su Capítulo X
las disposiciones concernientes a la eficacia de las sentencias extranjeras, estableciendo en el artículo 53, derogatorio
parcialmente de los artículos 850 y 851 del Código de Procedimiento Civil, los requisitos que deben concurrir para que
las sentencias extranjeras tengan efecto en Venezuela, los cuales son:
“...1.- Que hayan sido dictadas en materia civil o mercantil o, en general, en materia de relaciones privadas;
2.- Que tengan fuerza de cosa juzgada de acuerdo con la Ley del Estado en el cual han sido pronunciadas;
3.- Que no versen sobre derechos reales respecto a bienes inmuebles situados en la República o que no se haya
arrebatado a Venezuela la Jurisdicción para conocer del negocio;
4.- Que los tribunales del Estado sentenciador tengan jurisdicción para conocer la causa de acuerdo con los principios
generales de jurisdicción consagrados en el Capítulo IX de esta Ley;
5.- Que el demandado haya sido debidamente citado, con tiempo suficiente para comparecer, y que se le hayan
otorgado en general, las garantías procesales que aseguren una razonable posibilidad de defensa;
6.- Que no sean incompatibles con sentencia anterior que tenga autoridad de cosa juzgada; y que no se encuentre
pendiente, ante los tribunales venezolanos, un juicio sobre el mismo objeto y entre las mismas partes, iniciado antes
que se hubiere dictado la sentencia extranjera...”.
Visto el contenido de la norma antes transcrita, y examinadas como han sido las actas procesales que componen
el presente expediente, en especial la sentencia objeto de la solicitud de exequátur, esta Sala pasa a evaluar si en la presente
solicitud han quedado acreditados plenamente todos los extremos previstos en el artículo 53 de la Ley de
Derecho Internacional Privado, así como, si la sentencia analizada no contraría preceptos del orden público
venezolano, y al efecto observa:
1.- La sentencia fue dictada en materia civil, específicamente en materia de divorcio.
2.- Tiene fuerza de cosa juzgada, lo cual se desprende del texto de la certificación de la sentencia cuyo
pase se solicita, emanada del Juzgado Municipal de Duisburg, Alemania, que corre inserta a los folios (4) al (8)
de las actas que conforman el expediente.
4.- A su vez, tenía el Juzgado Municipal de Duisburg, Alemania, jurisdicción para conocer de la causa
según los principios generales de jurisdicción consagrados en el Capítulo IX de la Ley de Derecho Internacional
Privado, toda vez que existía una vinculación de la causa con el Estado sentenciador.
5.- Por otra parte, estima la Sala que fue garantizado el derecho a la defensa de la demandada, toda vez
que en la sentencia en cuestión se dejó constancia que las partes “...Declaran idénticamente que viven separados
a partir de 1994...” A su vez, es de destacar, que es la propia demandada quien formuló ante esta Sala la
solicitud de exequátur que nos ocupa, en tal virtud, entiende la Sala que la demandada ciudadana Millye
Josefina Vargas Navarro de Hamm, no sólo está de acuerdo con los términos contenidos en la declaratoria de la
sentencia extranjera, sino que además tiene un interés legítimo en que ese fallo cuyo pase solicita, sea
reconocido por el Estado venezolano y obtenga, en consecuencia, fuerza ejecutoria dentro de la República.
Bajo tales premisas, considera la Sala que le fue garantizado el derecho a la defensa a la demandada en el juicio
de divorcio incoado en su contra.
6.- Por último, no consta en autos que la sentencia en cuestión sea incompatible con alguna decisión anterior que
tenga autoridad de cosa juzgada, dictada por algún tribunal venezolano; tampoco hay evidencia de que exista juicio
pendiente ante los tribunales venezolanos que tengan identidad de objeto y partes, iniciado antes de que se
hubiera dictado la sentencia extranjera.
En fuerza de las anteriores consideraciones y cumplidos como están los requisitos establecidos en el
artículo 53 de la Ley de Derecho Internacional Privado, se impone para esta Sala, conceder fuerza ejecutoria
en la República Bolivariana de Venezuela, a la sentencia dictada en fecha 11 de enero de 2003, por el Juzgado
Municipal de Duisburg, Alemania, mediante la cual se disolvió el vínculo matrimonial que existía entre los
ciudadanos Millye Josefina Vargas Navarro de Hamm y Ludwig Hamm. Así se declara.
IV
DECISIÓN
Con fundamento en las razones expuestas, esta Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia,
administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la Ley, CONCEDE FUERZA
EJECUTORIA en el territorio de la República Bolivariana de Venezuela a la sentencia dictada en fecha 11 de
enero de 2003, por el Juzgado Municipal de Duisburg, Alemania, en la cual se declaró la disolución del vínculo
matrimonial existente entre los ciudadanos MILLYE JOSEFINA VARGAS NAVARRO DE HAMM y
LUDWIG HAMM.
Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de
Justicia, en Caracas, a los once (11) días del mes de mayo de dos mil cinco. Años: 195º de la Independencia y
146º de la Federación.