Oir Escuchen Un Sermon
Oir Escuchen Un Sermon
Oir Escuchen Un Sermon
)
Un material de Christopher Ash (Listen Up)
Traducido y Adaptado para la Iglesia Cristiana Bíblica Raah por Andrés Espinoza
Siete ingredientes
para escuchar un sermón expositivo
Rigoberto no sabía que hacer con los sermones, aunque le gustaba ir a la iglesia por los
amigos que había hecho y la música que le gustaba, no disfrutaba mucho el tiempo del
sermón, le parecía aburrido sentarse a escuchar a alguien por una hora y a veces más,
para él era algo difícil de soportar, era aburrido y para nada entretenido, podía soportar
horas viendo alguna serie en netflix, pero no un sermón. Olga por su parte tenía cada
domingo un gran deseo de ir a la iglesia y estaba ansiosa de oír el sermón, el domingo
pasado le dijo al pastor que no podía esperar al próximo domingo para escuchar la
palabra de Dios, el pastor estaba feliz de oír esto, ella esperaba el domingo con gran
expectativa y se preguntaba que haría Dios cada día del Señor en su propia vida,
esperaba oír su palabra predicada como si estuviera esperando la llamada de la persona
más importante de su vida, por esto cada domingo escuchaba el sermón con entusiasmo.
“Pasando por Anfípolis y Apolonia, llegaron a Tesalónica, donde había una sinagoga
de los judíos. Y Pablo, como acostumbraba, fue a ellos, y por tres días de reposo
discutió con ellos, declarando y exponiendo por medio de las Escrituras, que era
necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos; y que Jesús, a quien yo
os anuncio, decía él, es el Cristo. Y algunos de ellos creyeron, y se juntaron con Pablo
y con Silas; y de los griegos piadosos gran número, y mujeres nobles no pocas.”
(Hechos de los Apóstoles 17:1–4, RVR60). Los creyentes de Tesalónica escucharon las
buenas nuevas de Jesús y la recibieron como palabra de Dios, aunque la escucharon de
personas normales, fueron conscienges que Dios mismo les estaba hablando.
Pedro consciente del alto llamado de un pastor a la predicación dijo: “Si alguno habla,
hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder
que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen
la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.” (1 Pedro 4:11, RVR60)
Esta es una exhortación importante, porque no siempre que oímos a una persona
predicar estamos oyendo la voz de Dios. Esto debe humillar a un predicador, pues la
autoridad que tiene es delegada, su autoridad no depende de su elocuencia, de sus títulos
o calificaciones, ni siquiera de su ordenación al ministerio, su autoridad depende
exclusivamente de su fidelidad a la palabra.
“Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los
misterios de Dios. Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea
hallado fiel.” (1 Corintios 4:1–2, RVR60)
Cuando las escrituras son predicadas con fidelidad, lo que escuchamos es la voz de Dios
mismo, un pastor fiel hace parte de la gran tradición de los apóstoles y profetas que
hablaron la palabra de Dios. Claro a diferencia de ellos, un predicador no tiene paras
enseñar doctrinas novedosas o frescas que deben ser añadidas a la biblia, pero como los
apóstoles y profetas él posee una autoridad delegada para hablar lo que Dios quiere que
diga y nosotros debemos tener como Olga una santa expectación por lo que Dios tiene
para decirnos cada domingo.
Debemos tener cuidado que los domingos se conviertan en algo casual, como si
dijéramos “Vamos a oír solo otro sermón mas”, nuestra actitud debe ser la de Israel en
tiempos de Nehemías:
“Abrió, pues, Esdras el libro a ojos de todo el pueblo, porque estaba más alto que todo
el pueblo; y cuando lo abrió, todo el pueblo estuvo atento. Bendijo entonces Esdras a
Jehová, Dios grande. Y todo el pueblo respondió: ¡Amén! ¡Amén! alzando sus manos; y
se humillaron y adoraron a Jehová inclinados a tierra.” (Nehemías 8:5–6, RVR60)
Naturalmente no es lo que pensamos, pues solo vemos delante de nosotros gente normal
que lee y predica la palabra, pero una de las cosas maravillosas que el Espíritu Santo
puede hacer en nosotros es abrir nuestros corazones para recibir su palabra como voz de
Dios y necesitamos orar intencionalmente por esto al Señor.
Además podemos seguir algunos pasos prácticos para preparar nuestros corazones de
manera que estemos conscientes de y atentos a la voz de Dios:
Cada semana ustedes reciben en el chat de la iglesia el texto del sermón del
domingo y los pasajes que se leerán de las escrituras. Lean con cuidado esos
textos antes de ir a la iglesia, considérelos por usted mismo y oren por el
predicador y por ustedes mismos para que por el Espíritu de Dios podamos
crecer a la estatura de Cristo en la medida que asimilamos la escritura.
El domingo pida a Dios que le de una santa expectación por escuchar lo que él
tiene para decirle a usted.
Si puede, trate de no llegar al sermón agotado, descanse bien y descansado y
venga dispuesto a prestar mucha atención.
Acalle deliberadamente su mente y su corazón antes del sermón, dígase a usted
mismo: “Señor, habla que tu siervo escucha".
Camila odiaba ir a la iglesia los domingos, era una joven muy popular en el colegio que
todos querian como amiga. El sermón del domingo trato sobre el costo del discipulado y
la necesidad de compartir nuestra fe con las prsonas a nuestro alrrededor, ella penso que
si hiciera esto perdería algunas amistades muy queridas, al regresar a casa leyo su biblia
nuevanete y vio claramente que las palabras del predicador coincidían con las del Señor
y que no podía pretender seguir al Señor y negarlo o no confesarle al mismo tiempo,
pero ella penso que había otra manera de entender el texto. Oscar por su parte se sintió
desadiado por lo que el pastor predicó el domingo, él se sentía comodo con su estilo de
vida, con sus amigos y su trabajo, ser cristiano para él era algo muy facil, de hecho le
daba algo de respetabilidad en su medio, al escuchar la palabra el domingo quedo
inqieto y penso que la voluntad de Dios para su vida requería un cambio en su vida
comoda, meditando aun se dio cuenta que el trabajo que tenía no glorificaba a Dios y
necesitaba poner en su vida a Dios antes que a los hombres, se humillo y penso como
podría hacer resuluciones en su vida para aplicar la palabra de Dios.
Entonces, lo que realmente queremos al oír un sermón es que la Biblia nos diga que
estamos bien, que lo que hemos hecho está bien, que lo que creemos es correcto. Pero
no estamos nada bien. Venimos a exponernos a las escrituras como personas dañadas
por el pecado, con una vana herencia que recibimos de nuestros padres, con creencias
incorrectas arraigadas en nuestro corazón engañoso, venimos como personas incapaces
de pensar, creer o actuar correctamente. De manera que debemos esperar que la biblia
nos llame al arrepentimiento cada vez que la escuchamos, ella no esta para asegurarme
de que estoy bien, no hará que me sienta mas cómodo o complaciente con mi pecado.
Noten lo que Pablo advirtio a Timoteo quien era pastor de la iglesia de Efeso: “Porque
vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír,
se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias,y apartarán de la
verdad el oído y se volverán a las fábulas.Pero tú sé sobrio en todo, soporta las
aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.” (2 Timoteo 4:3–5, RVR60)
La sana doctrina no nos hace sentir bien con nosotros mismos, la verdad de Dios es
como una espada que nos traspasa, es doloroso exponernos a la sana enseñanza. Esta es
la razón por la que la sana doctrina no es común en las iglesias modernas enfocadas en
los buscadores, estas iglesia existen para dar placer a sus oyentes. La verdad siempre
ofende al pecador. No nos sentimos ofendidos con un predicador que critica otros y nos
mantiene actualizados con las herejías de otros, sentimos fascinación con la novedad y
con sermones que hablan sobre las filosofías de este mundo, eso no nos molesta. Pero
oír la voz de Dios, sin filtro, predicada por alguien fiel a su llamado nos molestará.
“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos
filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y
discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Y no hay cosa creada que no
sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a
los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.” (Hebreos 4:12–13, RVR60)
Las escrituras nos desafían a dejar la inmundicia moral y el mal que prevalece en
nuestras vidas… “Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia,
recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas.”
(Santiago 1:21, RVR60) No debemos esperar que nos guste, de hecho podemos a veces
sentirnos ofendidos.
Cuando Jesús predico contra los fariseos, un maestro lo interrumpió diciendo: “Maestro,
cuando dices esto, también nos ofendes a nosotros.” (Lucas 11:45, RVR60)
El escucho el sermón de Jesús; lo entendió perfectamente; y no le gustó para nada.
Alguien dijo que es muy difícil hacer que una persona entienda y acepte algo cuando su
salario depende de que no comprenda y acepte lo que se le está diciendo. De la misma
forma, es muy difícil que entendamos o aceptemos la enseñanza de la Biblia cuando
nuestra comodidad, nuestro estilo de vida, nuestra complacencia y
egoísmo depende de que no lo entienda y lo acepte.
Escuchar con humildad es ser realista al respecto. Es más, es reconocer que hay más
de una forma de evadir el desafío de la Biblia. Una forma sencilla es hacerlo es decirnos
a nosotros mismos: "La Biblia está equivocada, esta llena de contradicciones, no estoy
de acuerdo con ella, esta mi ultima palabra". Pero la forma más común en medio de una
iglesia poco honesta es encontrar una forma inteligente de reinterpretar la Biblia para
convencerme de que, aunque debo admitir que me desafía, de hecho, no lo hace. Esto
conserva mi impresión de que soy piadoso mientras continúo con mi rebelión contra
Dios. Escuchar con humildad es admitir que la Biblia tiene razón y yo estoy
equivocado, que Dios es Dios y yo necesito arrepentirme.
Naturalmente no nos humillaremos ante Dios y su palabra. Somos rebeldes hasta los
tuétanos, necesitamos orar por la obra de gracia del E.S. de manera que nuestros
corazones puedan ser humillados en su orgullo.
Además de orar, hay algunos pasos prácticos que podemos poner por obra. Una vez que
escuchas el sermón, mantén una practica bíblica de meditación, pregúntate sobre las
implicaciones de lo que escuchaste, estas serían unas buenas preguntas para hacerte a ti
mismo en oración:
¿Qué partes del pasaje bíblico predicado esta semana desafían mis creencias o
estilo de vida?
¿El pasaje enseña claramente estas cosas?
Ore para que la obra del Espíritu de Dios le permita someterse a lo que la Biblia
dice claramente, y para ayudarte a cambiar
Debemos preguntarnos pues si lo que él esta diciendo en realidad proviene del texto que
leímos. Hay predicadores que leen la biblia y luego la usan como trampolín para ir a sus
propias ideas y enseñanzas fantásticas. Debemos preguntarnos mientras oímos al
predicador ¿de dónde sacó eso? Si lo saco de la Biblia, entonces es nuestro deber
someternos a su enseñanza con humildad, debemos recibir su predicación como palabra
de Dios. Pero si es su opinión, eso no tendrá ninguna autoridad sobre nuestra vida.
La escritura nos alienta a hacer esto con un ejemplo: “Y éstos eran más nobles que los
que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando
cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así. Así que creyeron muchos de
ellos, y mujeres griegas de distinción, y no pocos hombres.” (Hechos de los Apóstoles
17:11–12, RVR60)
A algunas personas como a Manuel (concediéndole que tiene mala memoria) les resulta
útil tener papel y bolígrafo para tomar nota. Esto los enfocará en lo que el predicador
está diciendo con precisión y les ayudara a ver si viene o no del pasaje. A otros les
resultara una distracción tomar notas, les resulta mejor concentrarse y escuchar. No
importa la estrategia que le funcione a usted, debe tener en mente la pregunta
¿de dónde sacó eso el predicador?. La pregunta no es ¿Qué tan buen orador es esta
persona? ¿Qué tanta fluidez tiene?, la pregunta es que tan fiel esta siendo el predicador
al texto bíblico. No solo podrán hacer esto personas estudiadas y eruditas, es deber de
todos hacerlo, no perfectamente, pero si podemos cotejar y concluir si el predicador uso
el sermón como un trampolín, o lo explico y me ayudo a entender mejor lo que dice el
texto.
Debemos saber que es obra de Dios el que nuestras mentes sean abiertas para oír con
claridad las escrituras, es su obra que podamos discernir si un sermón fue fiel a la biblia,
pues por naturaleza no pensamos claramente. De manera que necesitamos orar por
nosotros para que ocurra en nuestras vidas lo que a los discípulos les paso amino a
Emaus, “Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos
hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?” (Lucas 24:32, RVR60)
Estas son algunas cosas practicas que podemos hacer cuando nos exponemos a un
sermón:
Lea el pasaje o escuche con atención cuando se lea.
Pregúntate: ¿Cuál es el punto principal del pasaje? Esto podría ser señalado por
la repetición de algo importante, o puede ser claro al final de una enseñanza (por
ejemplo, de una parábola), o podría ser el tema que corre por el pasaje. ¿El punto
principal del sermón, fue el igual que el punto principal del pasaje?
¿Hay alguna sorpresa en el pasaje, es decir, cosas que dice la Biblia, que no
esperaríamos que dijera?
¿A quién se le escribió o se habló originalmente el pasaje? Estamos en la misma
situación que ellos? ¿Cuáles son las implicaciones de lo que estamos leyendo
para nosotros hoy?
¿Por qué cree que el escritor de la Biblia escribió este pasaje? que pretendía el
escritor lograr en sus oyentes?
Ore como solía orar Martín Lutero: “Señor, enséñame, enséñame”
Ana es una habida oyente de sermones, ella pasa la mayor parte del tiempo oyendo
predicadores famosos por youtube y soundclud, los oye mientras hace sus labores,
mientras va en el transporte o cuando esta sola meditando. No le gusta ira a su iglesia
local cada domingo, de pronto aparece cuando hay santa cena o va algun predicador
invitado, ella cree que el pastor de su iglesia no habla como los del internet, así que no
esta muy interesada en lo que tiene para decir su pastor. Pepe or otra parte no siempre
esta interesado en oir el sermón, a veces su mente divaga mientras su pastor predica,
pero semana tras semana él ha perseverado en ir a la iglesia cada domingo, él quiere
exponer su corazón a la predicación de los pastores que Dios ha puesto sobre su vida, el
piensa “nos on tan elocuentes como los que recomienda la hermana Ana, pero ellos me
conocen y yo les conozco, se que oran por mi y tienen interés en enseñarme lo que
necesito oir acerca de la palabra de Dios.
Pepe se ha apropiado de algo muy fundamental que la gente de nuestra era digital ha
perdido a cerca de la predicación. El lugar normal para la predicación es la reunión de la
Iglesia local. Debemos escuchar los sermones como un pueblo reunido; un sermón
no es predicado para que podamos escucharlo solos más tarde. No es predicado para
oyentes virtuales, es por esto que no saludamos a la gente que nos ve por las redes
sociales mientras predicamos un domingo en la mañana a la iglesia, el sermón de un
pastor es preparado para la gente que Dios le ha dado para alimentar.
“Este es aquel Moisés que estuvo en la congregación en el desierto con el ángel que le
hablaba en el monte Sinaí, y con nuestros padres, y que recibió palabras de vida que
darnos;” (Hechos de los Apóstoles 7:38, RVR60) Esta iglesia fue definida por que Dios
les convoco por medio de su palabra para que le adoraran y escucharan palabras de vida.
Notemos que Dios llamo al pueblo para que adoraran: “El día que estuviste delante de
Jehová tu Dios en Horeb, cuando Jehová me dijo: Reúneme el pueblo, para que yo les
haga oír mis palabras, las cuales aprenderán, para temerme todos los días que vivieren
sobre la tierra, y las enseñarán a sus hijos;” (Deuteronomio 4:10, RVR60)
Este es llamado de Dios aun para nosotros hoy como asamblea. Dios ha tomado la
iniciativa para convocarnos como lo hizo con ellos, el espera que nos juntemos como un
pueblo local para que oigamos sus palabras. El propósito de Dios no es formar una
colección de individuos para que sean cada uno como Cristo, sino para formar un
pueblo semejante a Cristo – la iglesia es llamada por esto su cuerpo.
Incluso podemos decir que la predicación se hace correctamente sólo cuando la gente de
Dios se reúne en una iglesia local. Cuando escuchamos un sermón por youtube,
no estamos escuchando una predicación, sino el eco de una predicación que sucedió en
el pasado. Si escuchamos ese eco solos en nuestro cuarto, ese tiempo palidecerá y nunca
será tan glorioso como cuando escuchamos el sermón juntos como pueblo de Dios en
nuestra iglesia local. Es diferente oír el sermón de gente que nos conoce, que ora y
piensa nosotros mientras prepara su sermón, que escuchar el mensaje grabado de un
predicador famoso que ni te conoce, no sabe las implicaciones que podría tener las
aplicaciones de su sermón en tu vida.
Pasa algo maravilloso cuando nos exponemos a un sermon cuando estamos reunidos
como iglesia: “Ama Jehová las puertas de Sion Más que todas las moradas de Jacob.”
(Salmo 87:2, RVR60) “¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es Habitar los hermanos
juntos en armonía! Es como el buen óleo sobre la cabeza, El cual desciende sobre la
barba, La barba de Aarón, Y baja hasta el borde de sus vestiduras; Como el rocío de
Hermón, Que desciende sobre los montes de Sion; Porque allí envía Jehová bendición,
Y vida eterna.” (Salmo 133:1–3, RVR60)
Cuando escuchamos juntos, todos podremos saber qué mensaje hemos escuchado,
Sabes que todos lo hemos escuchado. Sabes que tu hermano espera que respondas a lo
que escuchaste, como tu esperas también que él lo haga. Es la manera que podemos
cumplir con la orden del Señor
“antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que
ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado. Porque somos hechos
participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del
principio, entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros
corazones, como en la provocación.” (Hebreos 3:13–15, RVR60)
Uno puede oir un mensaje desafiante de youtube, si otros lo ignoran como les animaras
y si tu lo ignoras y nadie sabe lo que Dios demanda ¿Quién te alentará?. Cuando
escuchamos juntos, respondemos juntos. Por esta razón la Biblia es dada
principalmente para el pueblo de Dios junto. El propósito de la Biblia es formar y
moldear al pueblo de Dios, lo que significa en la práctica la iglesia local. Entonces la
primera pregunta que debemos hacernos no es: "¿Qué me está diciendo Dios?" sino
más bien: "¿Qué nos está diciendo Dios?"
Vale la pena pensar un poco en cómo hablamos del sermón en conversación después de
la reunión. Es demasiado fácil criticar el sermón, hablar de sus debilidades, de su falta
de estructura, o de lo tedioso que fue escucharlo. Es fácil hablar de la ilustración que
nos gusto, de la anécdota que cito el pastor y reírse un rato con otros hermanos.
Pero ¿por qué no hacer un esfuerzo por decir algo acerca de cómo esperamos
responder a las verdades bíblicas expuestas en el sermón? Que bueno es decirla a
nuestro hermano, esto realmente me desafio a creer esto o a hacer esto ¿Tú como fuiste
desafiado este día? ¿Cómo fuiste animado o consolado? O que tal si no comprendes
bien alguna doctrina que debes creer, porque no preguntas a algún hermano ¿podrías
ayudarme a entender mejor esto? ¿Qué significa?
Nuestra prioridad el domingo debe ser escuchar la palabra de Dios y animarnos unos a
otros a escuchar activamente la palabra juntos.
“Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna
comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia, completad mi
gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma
cosa. Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando
cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo
propio, sino cada cual también por lo de los otros.” (Filipenses 2:1–4, RVR60)
Por naturaleza, no queremos escuchar la palabra de Dios corporativamente, ni responder
a ella corporativamente. Somos muy individualistas en nuestra manera de pensar y vivir.
Pablo dice a la iglesia que completen su gozo, viviendo según las implicaciones de la
palabra que él les ha enseñado. Debemos obedecer pensando también en el gozo de
nuestros ancianos que ministran la palabra de Dios.
No nos gusta hablar de nuestras dudas, no queremos por naturaleza hablar de nuestros
pecados y no queremos arrepentirnos juntos y admitir nuestra maldad. Por lo tanto,
debemos orar para que el Señor nos de un amor sincero por él y por nuestros hermanos,
un deseo de vivir juntos para la gloria de Dios.
Reunirnos cada domingo sin faltar a la iglesia puede resultar tedioso y ordinario para las
personas que están acostumbradas a los fuegos artificiales en la iglesia. Esto nos lleva al
siguiente principio:
Andrea ha tenido experiencias increibles coin los sermones, en esos momwentos donde
la predicación le llegó donde necesitaba, Dios le hablo con tal claridad que en esos
momentos su vida cambio para bien y de manera drástica, pero ella solo asistía a la
iglesia una vez por més, le gustaba más quedarse en casa pues pensaba que al fin de
cuentas muchas cosas que decía el pastor cada domingo solo le recordaba algo que ya
sabía. Por otra parte Orlando cada semana asistía a la iglesia, cuando dejaba de ír algún
fin de semana era porque estaba enfermo, el no llevaba tanto tiempo en la iglesia como
Andrea que creció siendo una hija del pacto, tampoco conocía su bíblia tan bien, pero
esta creciendo de manera asombroso según el carácter de Cristo , aunque sabe que no
tienen buena memoria y le cuesta mucho retener lo que aprende, no le molesta escuchar
cada semana algiunas cosas que ha escuchado antes. El ha desarrollado el habito de
exponer su vida a las escrituras cada semana y esta contento de progresaer en su vida
cristiana.
Mientras que Orlando crecerá en semejanza a Cristo con el correr de los años, es
probable que Andrea sea una creyente adicta a los juegos artificiales, es decir a
momentos cortos llenos de esfervecencia, pero que al final no tienen un fruto duradero,
los afanes de este mundo haran que la semilla se seque y sea de corta duración.
Un buen doctor sabe que un paciente puede llegar presentando síntomas que
enmascaran una enfermedad más profunda y grave. Si solo tratara las partes donde los
pacientes sienten dolor, muchos pacientes morirían. De esta manera Dios sabe lo que
necesitamos mucho mejor que nosotros.
Esta mal pretender que cada sermón tendrá algo que decir a alguna necesidad latente
que tengo hoy y que esto suceda cada domingo, esto no pasa normalmente. La biblia no
tiene la intención de hacer esto con nosotros, ella es la palabra de Dios y Dios siempre
nos habla por medio de ella si escuchamos a un predicador expositivo fiel. Pero es
probable que no te enseñe lo que crees que necesitas escuchar hoy.
La Biblia no está diseñada para darnos una serie de soluciones instantáneas a nuestros
problemas presentes. Es el instrumento que Dios usa para formar y moldear nuestra
mente y nuestro carácter a semejanza de Cristo. Y eso lleva tiempo. Necesitamos
escuchar el pasaje de la Biblia predicado hoy, y volver nuestro corazón a Dios en
sumisión, confianza y hoy, no solo porque crea que lo necesito hoy, sino porque puedo
necesitar ese pasaje mañana. Y mañana puede que sea demasiado tarde para
aprenderlo. Necesito empezar a aprenderlo hoy, para que pueda empezar a asimilarlo y
así Dios pueda renovar mi mente. Y esto toma tiempo, Pedro entendió la necesidad de
exponernos de manera ordinaria a la escritura semana tras semana:
“Por esto, yo no dejaré de recordaros siempre estas cosas, aunque vosotros las sepáis,
y estéis confirmados en la verdad presente. Pues tengo por justo, en tanto que estoy en
este cuerpo, el despertaros con amonestación; sabiendo que en breve debo abandonar
el cuerpo, como nuestro Señor Jesucristo me ha declarado. También yo procuraré con
diligencia que después de mi partida vosotros podáis en todo momento tener memoria
de estas cosas.” (2 Pedro 1:12–15, RVR60)
Necesitamos, no una serie aleatoria de sermones impactantes para nuestra vida (para tal
vez postearlos diciendo: Este sermón es impactante, maravilloso, glorioso), sino
sentarnos juntos semana, bajo la palabra de Dios predicada sistemáticamente (Cada
sermón fiel es palabra de Dios y necesitamos estar atentos a ella). Es solo de esta
manera que Dios promete cambiarnos a la semejanza a Cristo, es así que el quiere
cambiar nuestro carácter, nuestros afectos, nuestros deseos, nuestra
decisiones y nuestras vidas…. En una rutina constante de exposición a su palabra, en
una vida de meditación renovadora que nos afirme en su palabra.
Necesitamos orar por esto, qiue el Señor nos de sed por su palabra, que tengamos ese
síndrome obsesivo compulsivo por la escritura, como los niños por la leche materna. De
esta manera, gradualmente Dios iniciara su obra de transformación gradual y progresiva
en nuestras vidas.
Calcule si durante los últimos seis meses o un año, usted se ha expuesto semana
tras semana a la predicación de su iglesia con el propósito de escuchar la palabra
de Dios. Si no, ¿porque no has estado aquí?
Tome algunas medidas prácticas en un diario para asegurarse de que estarás
exponiéndote a la palabra de Dios con más regularidad. Pon en orden tus
prioridades.
Sea consciente de los demás en su iglesia local mientras escuchas un
sermón. Habla con ellos después del servicio de adoración, únete con otros
hermanos y hagan algo juntos para hablar acerca del sermón, hablen sobre la
manera en la que deberían responder a la palabra de Dios como individuos y
como iglesia.
Oren con frecuencia para que la obra del Espíritu de Dios nos transforme a
todos.
Erik esta contento con su vida y con su manera de ser, el piensa que es un creyente
extraordinario, se siente amado y querido por los hermanos de la iglesia, cuando un
sermón habla del pecado el se siente identificado pensando en lo mal que va este mundo
y lo horrible que son las personas que estan fuera de la iglesia, su corazón se alegra e
tener a su lado gente que ama al Señor y le obedece. No se le ocurre que la gente de la
iglesia y que el mismo necesita ser transformado por la gracia de Dios. Por otra parte
Osvaldo es consciente de su necesidad de ser transformado, cada semana se siente
condenado por la palabra de alguna manera, se siente redarguido de no ser como Cristo,
siente pesar por esa palabra que se le escapo, por ese pensamiento de envidia que tuvo,
por como gasto ese dinero de manera egoista, de manera que viene a exponerse a la
escritura y ora para nos ser igual, esta ancioso por poner en practica el sermón de cada
domingo. El ora semana tras semana por un corazón que
responda a la palabra de Dios con amor y obediencia práctica.
“El fruto perseverante aquí” se refiere a ese fruto de un carácter cristiano que va en
aumento y se parece cada vez mas al de Cristo.
“Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los
muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a
tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.
Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón
de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán
de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. Pero tú sé sobrio en todo, soporta las
aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.” (2 Timoteo 4:1–5, RVR60)
No debemos esperar que los sermones nos entretengan. Debemos ser conscientes de que
vivimos en una cultura de entretenimiento. Una de las razones por las que a la gente no
le gusta escuchar sermones doctrinales es que buscan entretenerse, buscan algún
escenario visualmente llamativo, algún orador elocuente que les rasque el oído y diga
cosas que les suene entretenido. En este mundo de entretenimiento es difícil competir
con DC Comics o Marvel, algunos pastores han cedido en su fidelidad y por esto
convirtieron el sermón en un estándar comedí.
De echo algunas personas irán a una iglesia saludable con un predicador fiel, porque lo
encuentran entretenido. Este fue el caso de Herodes quien disfrutaba escuchar a Juan el
Bautista, aunque fue condenado por Juan por su matrimonio con Herodias la mujer de
su hermano, Herodes logro acallar su conciencia y disfrutaba del estilo de predicación
de Juan y prestaba oído a lo que él tenía para decir de buena gana: “porque Herodes
temía a Juan, sabiendo que era varón justo y santo, y le guardaba a salvo; y oyéndole,
se quedaba muy perplejo, pero le escuchaba de buena gana.” (Marcos 6:20, RVR60)
En el A.T. habían personas que les encantaba ir a escuchar al profeta Ezequiel, les
parecía tan entretenida su predicación, que era como oir una canción romántica: “Y he
aquí que tú eres a ellos como cantor de amores, hermoso de voz y que canta bien; y
oirán tus palabras, pero no las pondrán por obra. Pero cuando ello viniere (y viene
ya), sabrán que hubo profeta entre ellos.” (Ezequiel 33:32–33, RVR60). Seguro el tono
de su voz y su manera de hablar era elegante y aguda.
Hay gente que oye predicadores reformados que hablan como Ezequien o como Juan y
los pueden oir durante horas, en youtube hay predicadores para satisfacer el gusto y el
oído de cualquier persona. “Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el
otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales?” (1 Corintios 3:4, RVR60)
Nuestra naturaleza siempre resistirá la palabra de Dios, somos por naturaleza esclavos
del pecado, incapaces de cambiar por nosotros mismos, ni siquiera podemos
arrepentirnos por nosotros mismos “que con mansedumbre corrija a los que se oponen,
por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del
lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él.” (2 Timoteo 2:25–26, RVR60)
Es solo Dios quien abre nuestros corazones para responder a Su Palabra predicada. No
solo al comienzo de la vida cristiana como lo hizo con Lidia “Entonces una mujer
llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios,
estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que
Pablo decía.” (Hechos de los Apóstoles 16:14, RVR60) Necesitamos orar para que
Dios abra nuestros corazones semana tras semana a su verdad.
Noten lo que Moisés predico a los hijos de Israel en el desierto: “Mira, yo he puesto
delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal; porque yo te mando hoy que ames
a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos, sus estatutos
y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la
tierra a la cual entras para tomar posesión de ella.” (Deuteronomio 30:15–16, RVR60),
estas son las mismas palabras del Salmo 95:7-8 “Porque él es nuestro Dios; Nosotros el
pueblo de su prado, y ovejas de su mano. Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestro
corazón, como en Meriba, Como en el día de Masah en el desierto,” (Salmo 95:7–8,
RVR60), el autor de Hebreos toma estos versículos para hablar a la iglesia sobre la
urgencia de responder a con humildad y obedeciencia a la palabra de Dios hoy: “Por lo
cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros
corazones, Como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto,” (Hebreos
3:7–8, RVR60)
Esto es cierto para cualquier parte de la Biblia que se esté predicando. La Biblia no fue
dada por Dios solo para informarnos, o para satisfacer nuestra curiosidad o ayudarnos
perseguir nuestros intereses personales. Ella nos fue dada para que conociendo a Dios,
crezcamos en su temor, nos gocemos y nos deleitemos en su amor en Cristo y vivamos
vidas renovadas en gozosa obediencia hoy.
Cada vez que escuchamos un sermón, el diablo nos susurrará al oído: “Eso fue un buen
sermón. Por qué no hacer algo al respecto mañana? Y queremos estar de acuerdo
instintivamente porque el mañana nunca llega.
Agustín oraba: "Señor, dame castidad y templanza ... pero no ahora " él repetía esto
constantemente, durante su juventud mientras se entregaba a los placeres sensuales.
Entonces, cuando el diablo susurre a tu oido: "¿Por qué no responder mañana?", Debes
responder: “No, como he escuchado hoy su voz, no endureceré mi corazón”. Si hacemos
esto siempre, y tomamos pequeñas resoluciones a medida que escuchamos la palabra de
Dios, con el pasar de los años nuestro carácter será mas como el de Cristo y seremos
creyentes mas gozosos.
Esto lo entendía Moisés cuando apeló con tanta urgencia en Deuteronomio 30 por una
respuesta “hoy". En el versículo 6, les presenta la promesa de que: “El Señor tu
Dios circuncidará sus corazones y los corazones de sus descendientes, para que
puedes amarlo con todo tu corazón y con toda tu alma, y vivir ”. Si nosotros estamos
Para obedecer hoy, debemos clamar a Dios para que vuelva a trabajar en nosotros hoy
Es maravilloso que el Dios vivo, que hizo el universo, nos hable hoy y nos llame a
caminar en comunión con él hoy.
Algunas cosas practicas que podemos hacer para responder a Dios hoy:
La predicación que hace a una iglesia semejante a Cristo bajo la gracia requiere un
doble milagro: que el predicador pecador sea moldeado por la gracia de Dios para
predicar; y que los oyentes pecadores sean despertados por la gracia para escuchar
juntos semana tras semana en humilde expectativa la palabra de verdad. Solo Dios
puede hacer esto. Entonces, orar antes del sermón no es una formalidad. A menos que
Dios trabaje, todo será una pérdida de tiempo. Recuerde que a Dios le agrada
transformarnos por medio de la predicación de su palabra, y le agrada cuando oramos
para recibir arrepentimiento fresco cada día, una fe renovada, una obediencia gozosa y
una semejanza a Cristo como iglesia local. Oremos por esto.
No sabemos qué tipo de estilo de enseñanza tenía Pablo, pero en Troas, leemos que
habló durante mucho tiempo y que un joven se durmió en medio del sermón, se cayó
por la ventana y murió (Hechos 20 v 7-12).fortunadamente Pablo era apóstol y tenñia el
don de hacer señales y resucito al joven de los muertos, esto no pasara en una iglesia
hoy, así que ¿Cómo oir sermones aburridos, que en su presentación no mantienen
nuestros sentidos atentos, tal vez sean desordenados, sin estructura, difíciles de seguir
por su estilo, o densos por su gran contenido doctrinal difícil de retener? De muchas
formas, un sermón puede estar mal presentado.
Supongamos, sin embargo, que este aburrido sermón es bíblicamente fiel y exacto,
como seguro lo fue el sermón de Pablo. Si es así, debemos hacer todo lo posible por
escuchar con el objetivo de sacar provecho de ello. Nosotros quizás podamos animar al
predicador a obtener ayuda con las habilidades de presentación. Podemos orar por
nuestros predicadores y animarlos siempre que muestran signos de mejoría (un mensaje
de texto o correo electrónico de agradecimiento por las cosas buenas
es mucho más eficaz que una serie de quejas; si el predicador tiene
para modificar el filtro de basura para eliminar sus mensajes, ¡ha logrado poco!).
Pero sobre todo, debemos escudriñar nuestro propio corazón y acudir al sermón orando
por la ayuda de Dios para escuchar con tanta atención como nuestro cuerpo nos permita
(la cafeína puede ayuda). Mi consejo es que no se preocupe de que gran parte del
sermón pueda repasar nuestra cabezas o pasar por alto nuestra conciencia, sino pedirle a
Dios que alguna parte de ella pueda quédate y conviértete en nosotros al
arrepentimiento y la fe.
Intente tomar notas, o al menos Tener papel y bolígrafo contigo, con el objetivo de
apuntar un verso o una verdad que pueda llevar a casa y responder. Intenta ir con un
amigo y acepta juntos no para pasar el almuerzo lamentando las deficiencias del
predicador, sino más bien, compartir verdades bíblicas positivas que haya aprendido o
que le hayan recordado y orando juntos por la ayuda de Dios para ponerlos en práctica
Tercero, es solo herejía cuando la persona busca activamente enseñar este error en
la Iglesia. Una opinión privada no es herejía. El error de un cristiano no es
herejía. La Biblia reserva su más agudo desprecio por los falsos maestros en el Nuevo
Testamento y para los falsos profetas del Antiguo Testamento. Personas que en privado
creen que algo que está equivocado puede poner en peligro su propio destino, pero
no son herejes. Un hereje no es solo un falso creyente, sino también un falso maestro .
Así que estamos considerando aquí una iglesia donde la predicación va en contra de
algunos
verdad cristiana central, lo hace de manera dogmática y persistente, y lo hace
enérgicamente, buscando persuadir a los demás. La forma de escuchar este tipo de
sermones es dejar de escucharlos! Es decir, debemos alejarnos
de ese tipo de iglesia y encontrar una iglesia donde crean y enseñen el
Biblia fielmente. No buscaremos una iglesia emocionante, donde la predicación
entretiene buscaremos una iglesia fiel que enseñe la Biblia