Espíritu Investigador
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MÓDULO:
TEMA:
GRUPO 7
INTEGRANTES:
Ana Virginia López Rolón CI: 3284838
Luis Marcelo Delgado Cuevas CI: 3002373
Miriam Caballero Díaz CI: 4029873
Sonia Guadalupe Gómez Amarilla CI: 3980008
Claudia Elena López Rolón CI: 3284824
Pamela Armoa CI: 4042952
Diana Andrea Armoa CI: 3698731
Nilda de Jesús Martínez de Martínez CI: 3639973
Nilsa Aurora Villagra Benítez CI: 2848420
Isabelino Casco CI: 2987612
Resumen Informativo.
La adquisición de la noción y el concepto de la multiplicación en
estudiantes del primer, segundo y tercer grado de la EEB.
La primera tarea consiste en desafiar a los alumnos con situaciones multiplicativas, de modo
que lleguen a ser capaces de distinguirlas de las situaciones aditivas. Esto, antes de enseñarles el
símbolo “x” (por) y la expresión “multiplicado por”. Las primeras situaciones multiplicativas estarán
vinculadas a la idea de cierta unidad repetida un número conocido de veces. El aprendizaje es un
proceso paulatino, de modo que la introducción a la “multiplicación” ha de ser gradual.
Teniendo el niño en mente la idea de grupo, es capaz imaginar la repetición de los grupos,
entrando en juego el término “veces”. Al comienzo el alumno llegará al producto sumando de manera
repetida, sin tomar conciencia del número de veces que sumó. Calculará usando conteos de dos en
dos o más, duplicaciones y cálculos parciales entre otras estrategias, optimizando sus procedimientos
de cálculo, sintiendo la necesidad de aprender la multiplicación como “el número de veces que se
repite el agrupamiento o unidad”, e incluso, la conveniencia de aprender las tablas.
Cuando los niños inician el estudio de la multiplicación piensan en ella de manera aditiva: en
sumas repetidas y saltos iguales de dos en dos o más. Para que ellos entiendan la multiplicación de
manera multiplicativa deberán reorganizar sus conocimientos, pensar en un grupo de grupos, y
franquear el obstáculo de pensar sólo en el 1 como unidad. Para algunos niños es difícil pensar en el
número de elementos de los grupos como la unidad, puesto que entra en contradicción con la idea de
que el 1 es la unidad.
Cuando el niño siente que es fácil agrupar, nota la conveniencia de conocer productos y siente
la necesidad de aprender las tablas con fluidez. El dominio alcanzado, como conocimiento previo, de
la adición y del conteo de dos en dos y más, le facilitan la comprensión y el cálculo fluido de los
productos, constituyéndose en las primeras herramientas para aprender las tablas de multiplicar.
De lo que no cabe duda es de la practicidad de saberse las tablas de memoria, ya que nos
ayuda a ser más ágiles con el cálculo mental y nos permite realizar operaciones más grandes, además
de servir de base para realizar divisiones, comprender los múltiplos y divisores de un número o
trabajar la proporcionalidad.
Por otro lado, memorizar un conjunto de números sin comprensión provoca grandes
dificultades a la hora de resolver problemas matemáticos a la par que genera rechazo hacia las
matemáticas. A nadie le gusta aprenderse cosas sin ver la utilidad.
Fuente de consulta: