Cuestiones de Género en Dos Filmes Hispanoamericanos Recientes: de Renate Costa Y de Mariana Rondón

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Nicolas Balutet 181

UDC: 791.43:305(460)
DOI: https://doi.org/10.18485/beoiber.2017.1.12

Nicolas Balutet1
Universidad de Toulon
Francia

CUESTIONES DE GÉNERO EN DOS FILMES HISPANOAMERICANOS


RECIENTES: 108. CUCHILLO DE PALO DE RENATE COSTA
Y PELO MALO DE MARIANA RONDÓN

Resumen

Este artículo propone un análisis de dos filmes hispanoamericanos recientes: 108. Cuchillo de palo
(2010) de la documentalista paraguaya Renate Costa y Pelo malo (2013) de la directora venezolana
Mariana Rondón. Partiendo del documental en el que confluyen historia familiar e historia colectiva, se
ofrece un breve repaso de la represión anti-homosexual del gobierno de Alfredo Stroessner, antes de
mostrar cómo las dos obras tratan del tema de la búsqueda identitaria de los dos protagonistas, Rodolfo
Costa, el tío de Renate Costa, y Junior, un niño de nueve años que sueña con tener el pelo liso en la
película de Mariana Rondón. Si algunos consideran la actitud de ambos personajes como «anormal» por
trasgredir las normas heteropatriarcales vigentes en Paraguay y Venezuela, nuestro artículo expone que los
dos principales detractores, el hermano de Rodolfo Costa y la madre de Junior, tampoco obedecen
completamente a los códigos normativos de su sociedad respectiva. Por fin, la última parte muestra que los
dos filmes, aunque se focalizan en el tema de la tolerancia, formulan finales distintos: al contrario de 108.
Cuchillo de palo, la esperanza parece ausente en Pelo malo.
Palabras clave: cine hispanoamericano, homosexualidad, género, trasgresión, tolerancia.

GENDER ISSUES IN TWO RECENT HISPANIC AMERICAN FILMS:


108. CUCHILLO DE PALO BY RENATE COSTA
AND PELO MALO BY MARIANA RONDÓN

Abstract

This article proposes an analysis of two recent Hispanic American films: 108. Cuchillo de palo
(2010) by Paraguayan director Renate Costa and Pelo malo (2013) by Venezuelan director Mariana
Rondón. Starting from the documentary in which family history and collective history converge, a brief
review of the anti-homosexual repression of the government of Alfredo Stroessner is presented, before
showing how the two works deal with the subject of the identity search of the two protagonists, Rodolfo

1 [email protected]

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Costa, the uncle of Renate Costa, and Junior, a nine-year-old boy who dreams of having smooth hair in
Mariana Rondón’s film. If some consider the attitude of both characters as «abnormal» because they
transgress the heteropatriarchal norms in force in Paraguay and Venezuela, our article states that the two
main detractors, Rodolfo Costa’s brother and Junior’s mother, do not completely obey the normative
codes of their respective society either. The final section shows that the two films, although they focus on
the subject of tolerance, formulate different endings: in contrast to 108. Cuchillo de palo, hope seems
absent in Pelo malo.
Key words: Hispanic American cinema, homosexuality, gender, transgression, tolerance.

Historia de una represión

En 2000, Rodolfo Costa, el tío de la directora de 108. Cuchillo de palo2, aparece


muerto y desnudo en el suelo de su piso. No se conocen las causas exactas del
fallecimiento. La familia explica que «murió de tristeza» [00:04:55 > 00:04:58], una
expresión que, en Paraguay, remite a una muerte misteriosa (Castanon Akrami y Le
Vagueresse 2014: 346). En el marco del Máster en Documental de Creación de la
Universidad Pompeu Fabra de Barcelona que sigue algunos años más tarde (Castanon
Akrami 2011: 32), Renate Costa decide indagar en este trágico acontecimiento familiar.
Para recomponer la vida de su tío y quizás comprender las causas de su muerte, la joven
directora emprende una serie de entrevistas con su padre Pedro, con los antiguos amigos
y vecinos de Rodolfo, consulta artículos de periódicos, listas policiales, enseña fotos y un
vídeo, etc. Enunciada en primera persona con la voz de Renate Costa que hilvana los
testimonios, esta obra puede clasificarse dentro de los documentales performativos como
explica Jesús Martínez Oliva al retomar la terminología de Bill Nichols en Introduction to
Documentary (2001), es decir,

[…] producciones híbridas enunciadas en primera persona […] y que incorporan


la metáfora y ciertas licencias de tipo poético ajenas al lenguaje documental
clásico. Supone un desafío a la «objetividad» del documental expositivo clásico al
incorporar la experiencia vivida del realizador en primera persona como fuente de
producción de conocimiento. (Martínez Oliva 2016: 49‒50)

Si bien la historia familiar está muy presente en la primera obra de Renate Costa,
rápidamente entra en contacto con la historia colectiva de Paraguay, marcada por los 35
años de la dictadura del «tiranosaurio» Alfredo Stroessner (1954‒1989) y la represión que
cae sobre la población paraguaya. Nada más llegar al poder gracias a un golpe de Estado
contra el presidente Federico Chaves, el «Líder Supremo», el «Conductor Genial», el
«Héroe del Chaco» (algunos de los apodos que recibe el dictador) toma medidas que
instauran un régimen de terror. Suspende las libertades, manda a perseguir, encarcelar y

2 De aquí en adelante, todas las citas proceden de Costa (2012).

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torturar a los opositores, ofrece asilo a algunos criminales nazis como Adolf Eichmann o
Josef Mengele, se lanza en el contrabando masivo de productos de exportación y el
tráfico de droga, etc. (García Alvarado y Gutiérrez Puebla 1988; Riado 1992; Rudel 1990).
Gracias a la red de pyragües, es decir, un sistema de espías (familia, amigos, vecinos, etc.)
encargados de denunciar a quienes critican al régimen o desvían de sus normas, los
paraguayos acaban encerrándose en el silencio. Es esta autocensura la que constituye, a mi
parecer, el aspecto sobresaliente de 108. Cuchillo de palo y más aún porque aborda el
tema de la homosexualidad como indica el número 108 del título que, en Paraguay,
remite a esta orientación sexual desde finales de los años 19503.
El 1° de septiembre de 1959, un famoso locutor de Radio Comuneros, Bernardo
Aranda, 25 años, es encontrado calcinado en su lugar de trabajo. La policía orienta sus
investigaciones hacia un crimen pasional y realiza una redada de 108 presuntos
homosexuales, cifra no comprobada que da el periódico paraguayo El país en su edición
del 11 de septiembre: «108 personas de dudosa conducta moral están siendo interrogadas.
Intensa acción policial. Esperan resultados» (Augsten Szokol 2013: 24). Jesús Martínez
Oliva (2016: 57) recuerda que las personas detenidas hubieran sido paseadas «por la
famosa calle Palma en el centro de la ciudad de Asunción, desnudos, rapados, cargando
piedras en la espalda y recibiendo insultos y escupitajos a su paso» y desterradas de sus
lugares de trabajo. Si Erwing Augsten Szokol pone en duda la veracidad de esta
información con argumentos convincentes (2013: 45‒46), a partir de este momento,
gracias a los periódicos progubernamentales, se desata una amplia campaña que
criminaliza la homosexualidad como trasparece, por ejemplo, en el fragmento siguiente
de El País (22 de septiembre de 1959):

La sociedad junto con la prensa, deben afrontar conjuntamente el problema con


suficiente interés y fuerza para hacer que los hombres de esta logia aparezcan en la
escena pública, para que ese mismo pueblo conozca a los culpables. Tiene que
haber una dosis de fuerza moral capaz de sobrellevar los peligros del momento
para así destruir y liquidar a los círculos viciosos como éste, cuyos integrantes son
delincuentes. (Carbone 2014)

La expresión «108 y un quemado» o, simplemente, el número 108, tal como el 41


en México (Castrejón 2010), se popularizan entonces para descalificar a los
homosexuales, «nombrar lo innombrable» (Martínez Oliva 2016: 57) y, todavía hoy en
día, no es raro que se suprima dicho número en los hoteles o en las matrículas de los
coches (Martínez Oliva 2016: 57)4.

3 Rocco Carbone (2015: 365) afirma que, antes de esta fecha, se asociaba el número 13 a la
homosexualidad. En este contexto, la revelación de la homosexualidad de Rodolfo Costa en el
decimotercer minuto del documental no puede ser una casualidad [00:13:29].
4 Sobre el caso Aranda, léase Carbone (2014; 2015: 364‒365), Castanon Akrami y Le Vagueresse (2014:

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Otra redada importante ocurre en marzo de 1982 después del asesinato de un


adolescente de 14 años, Mario Luis Palmieri, hijo de un arquitecto renombrado.
Relacionando la muerte del joven con «perversiones sexuales» y posiblemente para
encubrir la implicación del hijo mayor del dictador, Gustavo Stroessner, como afirman
algunos testimonios del documental [01:09:04 > 01:09:40; 01:11:20 > 01:12:03], las
autoridades paraguayas detienen esta vez a varios centenares de homosexuales a quienes
encarcelan durante varias semanas y someten a torturas: Rodolfo Costa es uno de ellos
como descubre la directora al investigar en los «Archivos del Terror» [00:45:29 >
00:47:20]5.

La búsqueda identitaria

Para poder ser quien quiere de cara a su familia a la que no abandona exiliándose
como muchos otros homosexuales, Rodolfo Costa no tiene más remedio que crearse otra
identidad, otra vida. Es así como utiliza el apodo de Héctor Torres cuando toma clases de
baile [00:20:37 > 00:21:00; 00:25:39 > 00:25:46] y trabaja en un cabaret por la noche.
De identidad se trata también en Pelo malo (2013) de Mariana Rondón6. En la Venezuela
de finales del chavismo, el joven Junior, nueve años, alto y delgado, con el pelo rizado y
encrespado, sueña con tener el pelo liso para parecerse a sus ídolos de la canción
[00:22:00 > 00:22:50]. Junto con su amiga regordeta que quiere encarnar a una Miss en
la foto de vuelta al cole [00:11:58 > 00:13:13], Junior intenta alisarse el cabello con todo
lo que está al alcance de la mano (mayonesa [00:56:57 > 00:58:00], aceite [01:14:49 >
01:15:20], etc.). Su gesto al parecer anodino tiene, sin embargo, una profunda
significación identitaria, al mismo tiempo étnica y sexual.
Como recuerdan Michel Odoul y Rémi Portrait (2015: 13), el cabello es una parte
integrante de la realidad física de una persona y, como tal, cada cultura le asocia diversas
virtudes, poderes o defectos. En el mundo occidental, el mito bíblico de Sansón muestra
que el pelo masculino simboliza la fuerza y la virilidad: la pérdida del cabello cortado por
Dalila en este relato, idéntica a una castración simbólica, no sólo humilla sino que quita su
poder al hombre. También es de suma importancia la manera de llevar el pelo que, a
ejemplo de la ropa, delimita en la cultura occidental la barbarie y la civilización (Auzou y
Melchior-Bonnet 2001: 24): una cabellera hirsuta sería una señal de bestialidad, de
salvajismo, de insumisión, de transgresión, etc. (Sméralda 2004: 61; Bromberger 2010:
155, 161; Auzépy 2014: 74, 81). Debido a esta visión del pelo, los europeos, en el
momento de la conquista del continente americano y durante el posterior período
colonial, van a desacreditar a las poblaciones indígenas y, sobre todo, con la trata

345) y Martínez Oliva (2016: 56‒57).


5 Dichos archivos de la policía paraguaya revelan el asesinato de entre 3 000 y 4 000 personas, la

desaparición de 500, los miles de presos políticos y exiliados (Martínez Oliva 2016: 55).
6 De aquí en adelante, todas las citas proceden de Rondón (2014).

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negrera, a los negros y su cabello encrespado (Tilles y Gründ 2013: 81). Aunque se
sirvieron de este estigma discriminatorio como un nuevo estandarte de la lucha por sus
derechos, los movimientos identitarios negros de los años 1960‒1970, principalmente en
los Estados Unidos, difícilmente lograron borrar la idea en el subcontinente
hispanoamericano de que la belleza y el prestigio social consisten en tener el pelo liso
(Godeau 2002: 98; Sméralda 2004: 8‒9, 15, 67, 98, 153; Bromberger 2010: 143). La
expresión «pelo malo», que sirve de título a la película, bien lo demuestra. Utilizada en la
zona caribeña principalmente, sigue perpetuando criterios racistas al discriminar a quienes
tienen este tipo de cabellera.
Frente a esta situación, Junior podría manifestar la voluntad de hacerse más guapo.
Sin embargo, se alisa el pelo a escondidas de su madre. ¿Por qué actúa así? La razón
esencial procede del hecho de que el cabello sea una instancia simbólica de lo femenino,
relacionada a menudo con la seducción (Sméralda 2004: 47; Messu 2013: 93; Ribeiro
Barreto 2015: 12). Sin que entienda del todo las implicaciones de su gesto, Junior siente
que está trasgrediendo una norma cultural implícita que cuestiona su masculinidad y, de
manera subyacente, lo remite a la homosexualidad. En la película, otros elementos
refuerzan la supuesta inclinación sexual latente del niño. No juega al baloncesto con los
demás niños [00:13:57 > 00:14:20; 00:30:48 > 00:31:03; 00:35:49 > 00:36:50;
00:49:09 > 00:49:41] sino con muñecas con su amiga rechazada por todo el mundo
[01:04:40 > 01:05:39] ve los programas de Miss [00:10:20 > 00:11:09; 00:31:52 >
00:32:00] o de música y baile [00:36:50 > 00:37:11], orina sentado [00:28:26 >
00:28:54] y espía a Mario, un joven que se encarga de un quiosco y le ofrece cajas de
cerillos [00:14:07 >00:14:20; 00:18:26 > 00:18:54; 00:31:03 > 00:31:49; 00:35:49 >
00:36:50; 00:49:09 > 00:49:41] y, más tarde, le presta su sudadera [00:58:52 >
00:59:23]. Carmen, la abuela paterna de Junior, alienta su comportamiento para que no
tenga el mismo fin que su padre, matado supuestamente durante un ajuste de cuentas de
pandillas, o, de manera más egoísta para que tenga a alguien que cuide de ella [00:20:57
> 00:21:44; 01:03:16 > 01:03:36]. La abuela alisa el pelo del nieto con un secador
[00:23:12 > 00:23:33; 00:24:08 > 00:24:18], bailan juntos [00:39:12 > 00:40:06],
escuchan música kitsch [00:38:26 > 00:40:14], le confecciona un traje parecido al de
Henry Stephen [00:38:06 > 00:38:26; 00:45:26 > 00:45:54; 00:52:23 > 00:53:53],
cantante venezolano popularizado en los años 1970 por su versión en español del hit
brasileño Meu limão, meu limoeiro7, un traje que Junior acaba rechazando por parecerse
demasiado a una falda [00:53:16 > 00:53:53 ; 01:01:58 > 01:02:14], etc.

7 La canción de Henry Stephen puede consultarse en https://www.youtube.com/watch?v=-


Nnh6gIRHy4.

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La trasgresión genérica

Al contrario de la abuela, Marta, la madre de Junior, considera la actitud de su hijo


«anormal» y se muestra muy dura y hasta violenta con él: le reprocha que cante
[00:30:25 > 00:30:46; 00:49:45 > 00:50:53], critica su manera de hablar y de bailar
[00:16:40 > 00:18:03], le conduce al médico para encontrar un «tratamiento» a su
comportamiento [00:50:55 > 00:52:53], etc. Dado que éste le aconseja enseñar al niño
ejemplos de relaciones de amor entre un hombre y una mujer, Marta intenta «revirilizar»
a su hijo al imponerle la visión –o, por lo menos, la escucha– de un coito con su antiguo
jefe [01:09:06 > 01:10:01]. Esta escena muy violenta para Junior (y también para Marta,
ya que acostarse con su jefe es una condición para volver a encontrar trabajo) se acentúa
aún más a finales de la película cuando la madre decide obligar a Junior a rasurarse el
cabello [01:23:12 > 01:25:02]. No se trata aquí de un homenaje a Hugo Chávez a quien
algunos partidarios deciden apoyar en su lucha contra el cáncer rapándose el pelo
[00:25:20 > 00:25:49], sino de un acto de sometimiento a los deseos maternos y, por lo
tanto, a las normas heteropatriarcales tan bien descritas, por otra parte, en el documental
108. Cuchillo de palo. La homosexualidad desestabilizaría un supuesto orden genérico
inalterable por derivar de la naturaleza que insta a los hombres y a las mujeres a seguir
pautas de comportamiento «preestablecidas». Por ejemplo, mediante una metáfora de
animales, el padre de Renate Costa considera que la actitud de su ex esposa Mirtha, quien
se fue con otro hombre, pone en peligro «la unidad de la familia»:

¿Quién es la unidad en la familia? En el rol de la familia, cada miembro tiene una


tarea. Cuando tengas un gallinero, hay un gallo y una gallina. La gallina pone los
huevos. ¿Y quién cuida los pollitos? ¿Y a la noche quién los protege cuando van a
dormir? […] ¿Quién abre las alas y los pollitos entran debajo? […] Es la gallina la
unidad de la familia. Pero cuando la gallina quiere ser gallo, entonces dispersa. No
reúne. Dispersa. [01:02:13 > 01:03:01]8

La segunda parte del título del documental, que recuerda el refrán En casa del
herrero, cuchillo de palo, ilustra la misma idea. Esta sentencia significa que a menudo falta
algo en un lugar donde debería ser fácil o natural encontrarlo. Por otra parte, alude al
hecho de que los hijos no hagan el mismo trabajo que sus padres. Aquí, no sólo evoca
directamente la profesión del abuelo, del padre y de los hermanos Costa sino que
refuerza también la marginalidad de Rodolfo por apartarse de la tradición familiar
[00:07:40 > 00:07:43] y preferir ejercer secretamente de bailarín, una ocupación vista
como «femenina» respecto a la dureza «masculina» de la herrería.

8 Por otra parte, parece que Mirtha Costa ha «trasgredido» también otro tabú de la sociedad
paraguaya, es decir, el aborto. En efecto, dos planos muestran la lámpara encendida de un consultorio
médico y una mujer médica o dentista mientras se escucha el comentario siguiente: «[…] soñaba con tener
una hermanita» [01:18:26 > 01:18:36].

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En Pelo malo, la violencia materna puede sorprender tanto más cuanto que la
actitud de Junior quizás traduzca nada más la voluntad de acercarse a Marta y llenar el
vacío afectivo que siente, buscar en Mario a una figura sustitutiva del padre ausente. En el
dossier de prensa francés, Mariana Rondón explica que numerosos espectadores criticaron
el comportamiento de la madre pero, para la directora, su actitud sólo demuestra el amor
que siente hacia su hijo:

Es dura porque quiere a su hijo, quiere protegerlo. Hace lo que piensa ser mejor
para él. Teme que Junior sufra por ser diferente. Corresponde muy poco a lo que
se pide a los hombres en esta sociedad machista donde hay que prestar atención a
la imagen que se envía. Quiere advertirlo. […] Marta quiere ayudar a su hijo para
que sobreviva en un mundo hostil, pero no tiene los recursos intelectuales y
emocionales para hacerlo, entonces lo hace con la fuerza, sin ninguna psicología.
(Anónimo 2013)

Marta teme que Junior esté condenado al ostracismo a ejemplo de Rodolfo en


108. Cuchillo de palo. A pesar de su encubrimiento original (el uso de dos identidades), a
nadie se le escapa la «diferencia» del tío de Renate Costa: habla poco, es una persona
discreta (en el vídeo familiar, parece esconderse en el segundo plano [01:17:10 >
01:18:25]) aunque rebelde según su sobrina («Fue el más desobediente» [00:07:37 >
00:07:39]), un ser solitario que hasta debe aprovechar la protección de la noche para
limpiar y barrer su casa («¿A vos te parece que un hombre en esa época y hasta ahora
mismo –a lo mejor, hay muchos machistas– iba a salir a limpiar su pieza, su casa, allí
delante de todo el mundo? No, nadie va a hacer eso» [00:09:20 > 00:09:35], explica la
vecina Nancy).
La soledad y la marginalidad es, sin embargo, lo que más le acerca a su hermano
Pedro, padre de la directora y personaje principal de su encuesta. Por muy homofóbico
que sea ya que sigue considerando que la homosexualidad «es el problema, gravísimo
problema» [00:14:01 > 00:14:05] y respalda por su actitud la estigmatización de Rodolfo
al lado de quien nadie quiere sentarse en las fiestas familiares [00:45:06 > 00:45:09] o a
quien se prohíbe tener contacto con los niños de la familia [00:07:53 > 00:07:57 ;
00:40:36 > 00:41:06 ; 00:42:01 > 00:42:26]9, Pedro Costa también trasgrede sin
quererlo los códigos heteronormativos de la sociedad paraguaya. Su divorcio le ha
obligado a comportarse como Rodolfo en el quehacer doméstico, cuyas tareas están muy
presentes en el documental [00:02:51 > 00:04:20; 00:10:17 > 00:10:44; 00:11:05 >
00:11:31]. Además, la fabricación de una cometa con los colores del arcoíris, símbolo de
la comunidad homosexual [00:27:38 > 00:28:35; 00:50:29 > 00:51:12], que se queda

9 La confusión entre pedofilia y homosexualidad, sugerida por la actitud de ciertos miembros de la


familia Costa, aparece otra vez en el testimonio de un homosexual que, por trabajar con jóvenes, prefiere
hablar de modo anónimo [00:53:46 > 00:54:35].

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enganchada luego en los cables eléctricos de la calle [00:52:32 > 00:53:42], no sólo
sugiere el encierro de Rodolfo y «su incapacidad a seguir su propio camino para huir de la
familia, del barrio, de la ciudad y del país» (Castanon Akrami y Le Vagueresse 2014: 346)
sino también el propio encierro de Pedro en sus certezas. En Pelo malo, si Marta quiere
que Junior corresponda a las expectativas de su género, es decir, que demuestre su
virilidad, ella también, de manera algo irónica, trasgrede las suyas: se masculiniza a través
de su trabajo de vigilante [01:17:38 > 01:18:05 ; 01:20:28 > 01:20:48 ; 01:21:11 >
01:21:37] o cuando se acuesta con su vecino mecánico al que domina en el acto sexual
[00:41:10 > 00:45:26]. Pero, al contrario de Junior, esta transgresión femenina no parece
plantear problemas: en la sociedad venezolana actual, las mujeres están acostumbradas a
desempeñar todos los papeles frente a la ausencia de los hombres en el seno del hogar,
una situación que la película evoca perfectamente.

¿Hacia una mayor comprensión de la diferencia?

Pelo malo, que ha recibido numerosos premios como la «Concha de Oro» a la


mejor película en el Festival de San Sebastián (España) o el «Astor de Plata» al mejor guión
en el Festival de Mar del Plata (Argentina), recuerda dos películas francesas: Ma vie en
rose de Alain Berliner (1997) y Tomboy de Céline Sciamma (2011). Al tratar de la
confusión de género de un/a niño/a, las tres se focalizan en el tema de la tolerancia y del
respeto hacia una persona diferente. Si Mariana Rondón opina que su película muestra
que «ser diferente o pensar de manera diferente no es un problema» (Anónimo 2013), el
final de la película parece indicar lo contrario con la imposición del corte de pelo. Ocurre
lo mismo en 108. Cuchillo de palo. A pesar de las pruebas contundentes que le enseña su
hija, Pedro sigue negando rotundamente que Rodolfo haya sido torturado en el marco de
la represión del caso Palmieri. Un largo plano secuencia de casi seis minutos entre padre e
hija que concluye con un silencio de dos minutos muestra la dificultad «de entenderse»
[01:21:37 > 01:27:20]. Es un ejemplo más del silencio que todavía pesa en el Paraguay
actual. A lo largo de su investigación, Renate Costa se ha enfrentado a la autocensura casi
general de sus interlocutores, una de las manifestaciones y consecuencias más eficaces de
la violencia dictatorial. De particular interés es la actitud de la profesora de baile que
muchas veces no termina sus frases para no evocar la homosexualidad de sus alumnos
(«No eran… nada» [00:22:03 > 00:22:05], por ejemplo) o utiliza la indeterminada
tercera persona del plural para referirse a las fuerzas represivas [00:21:12; 00:21:27 >
00:21:43]. La misma Renate no está libre de cierta forma de censura, aunque se entiende
que quiere preservar la tranquilidad de las personas en cuestión, cuando decide ocultar
los nombres de los detenidos del caso Palmieri que aparecen en la pantalla del ordenador
de los «Archivos del Terror» [00:45:29 > 00:46:14]. Hasta la tecnología se pone al
servicio del silenciamiento cuando, frente a una mujer que se niega a hablar, la cámara se
queda sin batería [00:17:36 > 00:17:41].

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En esta indagación, Renate Costa puede contar ante todo con el valor de los
primeros oprimidos, es decir, los homosexuales y los travestís. No sólo algunos de ellos
llevan una voz al organizar una pequeña gay pride [00:25:47 > 00:26:56] –en este caso,
Renate Costa no se atreve a hablar con los participantes, ¿otra manifestación de
autocensura? [00:26:50 > 00:26:56]–, sino que algunos de los testimonios más
informativos proceden de homosexuales [00:22:40 > 00:25:47; 00:31:13 > 00:32:50;
00:53:46 > 00:59:26; 01:08:00 > 01:13:00] o de la famosa transexual paraguaya Liz
Paola, una pionera de la lucha por los derechos de las personas LGBT. A pesar de que le
cuesta revelar todo lo que sabe, alegando que son cosas del pasado [00:39:03 >
00:39:05], concede dos entrevistas a la directora, la primera delante de la discoteca gay
de Asunción cuyo nombre, el Trauma, es revelador del ambiente de plomo del país
[00:30:43 > 00:30:46], la segunda, en la calle donde se prostituye [01:04:32 >
01:08:00]. Liz Paola es la primera en describir a Rodolfo de manera conmovedora. Lo
recuerda llorando, evoca su generosidad porque le había comprado las hormonas que
necesitaba en su cambio de género, manifiesta un verdadero y sincero pesar por su
muerte [00:36:16 > 00:39:27].
Este relato emocionante constituye un fragmento más en el retrato de Rodolfo que
intenta hacer Renate, un retrato que parece condenado a las elipsis y a las alusiones, a
ejemplo de este espejo roto utilizado por Pedro para afeitarse [00:06:00 > 00:06:24]. A
pesar de las lagunas, los microrrelatos de los diversos entrevistados cumplen una función
decisiva: desenterrar el pasado, enfrentar los traumas de la dictadura, negarse a seguir
olvidando. Renate Costa alude a este objetivo en las primeras imágenes y palabras del
documental: «Asunción, una ciudad que le da la espalda al río. Me gusta mirar la ciudad
desde acá, es como que me señala cuánto nos cuesta mirar hacia atrás. Suelo venir mucho
al río, a darle la espalda a la ciudad, a mirar lo que ella no ve. Hay algo allí entre esa luz
y esa oscuridad, algo que todavía no logro ver» [00:00:39 > 00:01:25]. Lo confirma en
una entrevista con Anabella Bustos:

Hay historias que no se cuentan, se olvidan en el tiempo. Con la represión


durante la dictadura pasa eso y con el caso de las listas, con la gente que figuraba
en las listas hubo además una fuerte censura social, la gente les daba la espalda,
prefería no hablar de eso y en algunos casos no hablar con ellos, ni los abogados
se animaron a apoyarles, por eso no podían denunciar lo que les pasaba. Por eso
al filmar, incluso al hablar, uno les devuelve vida, dignidad, ayuda a que existan.
(Bustos 2010)

A partir de una historia familiar, de la muerte misteriosa de su tío querido, Renate


Costa revela, por lo tanto, otra historia sepultada por un silencio agobiante que traduce
el miedo de la población frente a la violencia dictatorial. Si el silencio continúa pesando –
al final, no se conocen las razones exactas de la muerte de Rodolfo Costa–, parece que

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CUESTIONES DE GÉNERO EN DOS FILMES HISPANOAMERICANOS RECIENTES: 108. CUCHILLO DE PALO DE RENATE
190 COSTA Y PELO MALO DE MARIANA RONDÓN

este filme ha logrado una primera victoria: abrir un debate, facilitado también por la
derrota del hegemónico Partido Colorado (de 1948 a 2008 en el poder):

Al ser la primera película sobre la dictadura de Stroessner, la gente se ponía a


hablar mucho de eso, como que tenía mucha necesidad de hablar de la dictadura.
Muchos traían a sus padres, o en los debates no sólo se traía el tema de la
homosexualidad. También se tocaba mucho el tema de los exiliados. Creo yo que
fundamentalmente ayudó mucho a la gente joven a hablar del tema con sus
padres, con sus abuelos, tíos. (Acevedo Kanopa 2011)

La última escena, en la que Pedro parece adoptar el perro que no paraba de


seguirle y que rechazaba hasta entonces [01:27:42 > 01:28:19], constituye así un motivo
de esperanza, totalmente ausente en la película de Mariana Rondón.

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Fecha de recepción: 09 de diciembre de 2016.


Fecha de aceptación: 11 de marzo de 2017.

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