Filosofia 1
Filosofia 1
Filosofia 1
Filosofía medieval. Tiene lugar desde la caída del Imperio romano hasta
el Renacimiento europeo, y se caracteriza por el marcado énfasis religioso
(cristiano, pero también judío e islámico) de sus doctrinas. Sus representantes
son Agustín de Hipona, Boecio, Anselmo de Canterbury y Pedro Abelardo.
Filosofía renacentista. Es el período de transición del mundo medieval a la
modernidad, y se dio entre los siglos XV y XVI. Sus representantes son Erasmo de
Rotterdam, Tomás de Moro, Michel de Montaigne y Francis Bacon.
Filosofía moderna. Se desarrolla durante los siglos XVII y XVIII, y sus principales
debates giraron en torno a la gnoseología. Sus representantes son René
Descartes, David Hume, John Locke, Baruch Spinoza y Gottfried Leibnitz.
Filosofía del siglo XIX. Este período puede considerarse parte de la filosofía
moderna. El pensador más destacado de la época fue Inmanuel Kant, quien
escribió la Crítica de la razón pura.
Filosofía contemporánea. Es la vertiente más actual, iniciada en el siglo XX. Sus
representantes son Bertrand Russel, Karl Popper, Michel Foucault, Jacques
Derrida, Jean Baudrillard, Gilles Deleuze y Felix Guattari, entre otros.
Ramas de la filosofía
La filosofía trabaja con distintos objetos de estudio, cada uno con una o varias
preguntas propias. Según la inquietud con la que se trabaje, se considera que la
filosofía se divide en distintas ramas. Estas son:
Metafísica. Estudia la realidad, la existencia y el ser. Según a qué tradición se
adhiera, se habla de metafísica continental o analítica.
Gnoseología. Estudia la manera en que constituimos conocimiento y experiencia
del mundo. De ella se desprende, por ejemplo, la fenomenología.
Lógica. Estudia los procedimientos racionales y los modos de la demostración y
la inferencia, es decir, los procesos de pensamiento mediante los cuales pueden
obtenerse conclusiones a partir de premisas.
Ética. Estudia los problemas morales, la virtud, el deber, la felicidad y los códigos
de comportamiento humanos. Se divide en tres niveles: metaética, ética
normativa y ética aplicada.
Estética. Estudia lo bello y el arte, intentando dar con su significado y sus reglas
de comportamiento.
Filosofía política. Se dedica al estudio teórico de las relaciones humanas en
sociedad: el poder, las estructuras, las formas de gobierno, etc.
Filosofía del lenguaje. Estudia al lenguaje como fenómeno: qué es, cuál es su
naturaleza y, si lo tiene, cuál es su significado.
Antropología filosófica. Estudia el ser humano desde un punto de vista filosófico.
Aunque se la discute acusándola de estar formada en el machismo, su principal
pregunta es “¿qué es el hombre?”.
Epistemología. Estudia qué es el conocimiento, su origen y la manera en la que
se lo obtiene.
Filosofía de la mente. Estudia los parámetros y comportamientos mentales de
manera interdisciplinaria con algunas ciencias duras tales como la mecánica
o la física.
Filosofía del derecho. Estudia las leyes y la justicia desde un punto de vista
filosófico, a menudo cruzando caminos con la filosofía política y la ética.
Filosofía de la animalidad. Es una rama reciente y joven, cuyo trabajo está
orientado a los estudios animales y a pensar formas no violentas de convivir con
la diversidad natural no humana.
La pregunta por el ser. Por qué hay algo y no más bien nada es una pregunta
tan antigua como la filosofía misma. Desde los inicios de la filosofía, los filósofos
se preguntaron por el origen y la razón de todo lo que es. Entre las muchas
incógnitas que la pregunta por el ser despierta, está la polisemia de la palabra
misma. Tal como dice Aristóteles en el libro VI de Metafísica, “el ser se dice de
muchas maneras”, y aunque luego de esta declaración, pensadores como
Heidegger hayan dicho que el ser cayó en el olvido (al confundir al ser con
el ente), la pregunta por el ser siguió siendo debatida hasta hoy.
La pregunta por la causalidad. La relación entre causa y efecto es también la
pregunta por el tiempo, por el origen del ser, por el fenómeno. La causalidad
sostiene que a todo acontecimiento X en el tiempo lo precede un acontecimiento
Y. Esto es lo que se conoce como “principio de causalidad”: todo hecho es efecto
de una causa. Quien inauguró el estudio formal respecto a la causalidad fue
Aristóteles con Segundos analíticos, uno de sus tratados.
La pregunta por la verdad. La pregunta por la verdad lleva consigo un sinfín de
preguntas e inquietudes. ¿Qué es la verdad? ¿Existe realmente la verdad?
¿Podemos identificarla? ¿Bajo qué criterios? ¿Qué significa que algo sea
“verdadero”? ¿Decimos que algo es “verdadero” en el orden del lenguaje o en el
orden de los acontecimientos? ¿Puede un acontecimiento no ser cierto? Todas
estas preguntas son estudiadas y discutidas hace muchísimo tiempo. Disciplinas
como la lógica, la ética, la metafísica, la filosofía de la lengua o la gnoseología
estudian cada una de las aristas de esta pregunta.
La pregunta por el bien. Preguntar por el bien es una de las preguntas filosóficas
más importantes. Pensadores como Platón, Aristóteles, San Agustín o Levinas se
han preguntado una y otra vez qué significa hacer el bien, cuál es su relación
con el mal, qué es lo moral y lo inmoral, entre otras cosas. La pregunta
evolucionó de manera tal que pasó de ser una inquietud por la perfección y la
virtud a vincularse con la existencia de Dios y, finalmente, con el
comportamiento del ser humano en sociedad, haya o no haya Dios por detrás.
La pregunta por la belleza. Preguntar por lo bello es difícil y necesario. Para
Platón la belleza tenía que ver con el ámbito de las ideas y la perfección. A
medida que fue pasando el tiempo, se desplazó la pregunta por lo bello al campo
de las artes, principalmente gracias a los trabajos del idealismo alemán y
la Crítica del juicio de Immannuel Kant. La estética es la disciplina que se
encarga de estudiar qué es lo bello, cómo se lo puede conocer y si, acaso, se lo
puede crear.
La pregunta por Dios. Preguntar por Dios es preguntar por la creación del
universo, preguntar por su existencia y su sentido. ¿Existe el mundo desde
siempre? ¿Cómo fue creado? ¿Hay una potencia absoluta por fuera del mundo?
¿O esa potencia está con nosotros y habita el mundo? Aristóteles llamaba a la
idea de Dios como “primer motor”, porque era lo que daba impulso a la
existencia. Junto a la metafísica, la teología es la disciplina que estudia qué es
Dios y cuáles son sus posibles características. Sin embargo, también otras ramas
se dedican a trabajar la idea de Dios. Ejemplo de esto es la ética, ya que es posible
pensar la idea de Dios como si fuera un ente regulativo, una forma de
normativizar el comportamiento social, una forma de darle un rumbo.
Filósofos importantes
A lo largo de la historia muchas personas se dedicaron, de una manera u otra,
a la filosofía. Esta es una lista de aquellos cuyos aportes tuvieron un impacto
sustancial en esta disciplina.
No es fácil decir por qué es útil la filosofía, como tampoco es fácil decir para qué
sirve el arte. Aun así, este nos sirve de ejemplo, ya que comparte con la filosofía
el hecho de ser no solo importante, sino necesaria para la supervivencia y el
desarrollo de la humanidad. Después de todo, la manera en que nos pensamos
es, muchas veces, la manera en la que vivimos. ¿Qué disciplina más útil,
entonces, que aquella que, en el fondo, nos ayuda a entender cómo vivir?
La reflexión filosófica
Para hacer Filosofía hay que reflexionar sobre las propias experiencias, sobre la
realidad del mundo y de la vida, sobre aquello que otros dijeron y escribieron.
El filosofar requiere contemplar la realidad, vivir la vida al máximo,
experimentar al máximo, pero hacerlo reflexivamente. La observación y la
experiencia son los nutrientes de la reflexión filosófica. Tal reflexión puede
enriquecerse mediante la lectura de textos filosóficos, o sea, con las reflexiones
que otros han hecho sobre los problemas de la vida y del mundo, desde otras
perspectivas y en otras épocas. El buen filósofo es un buen lector de libros y de la
realidad que vive.
La expresión filosófica
Las ideas, tesis, planteamientos y proposiciones generadas mediante el proceso
reflexivo deben ser vertidas en palabras, y para que éstas no sean llevadas por el
viento, deben ser registradas en papel. El registro privilegiado de la Filosofía es
el “escrito filosófico”; donde podemos ver el fruto de la investigación o de la
reflexión filosófica.
El debate filosófico
La palabra o discurso filosófico, debe ser “publicado”, es decir, comunicado a
otros, con el fin de que sea debatido y confrontado con otros discursos. El diálogo
o debate filosófico sirve porque clarificar conceptos, evaluar argumentos,
rechazar vacuidades, enriquecer planteamientos. La actividad filosófica es, por
naturaleza, “pública”; no se filosofa para uno mismo, se filosofa para la
comunidad humana.