Medicina Legal 2
Medicina Legal 2
COMERCIAL
Introducción
e importantes, debido al paso del tiempo y atento a las nuevas situaciones que se fueron
fue la ley 17.711, la cual alcanzo a más de 2.000 artículos, afectando a más de la mitad
Hoy en día, con la actual codificación, se produjeron ciertas modificaciones que tienen
injerencia directa sobre el ejercicio de las profesiones liberales, es decir sobre las dos
por nuestra parte, que muchos de estos cambios que han venido manifestándose a través
Entre tales modificaciones podemos destacar, que siempre fueron cuestiones de vital
médico o contra una institución médica ya sea por la víctima directa de dicho daño,
legitimación para el inicio del litigio por parte de víctimas indirectas, derecho
consagraron dentro de sus principios básicos para regir la vida en sociedad, como uno de
para llevar adelante las relaciones, situaciones y consecuencias que se derivan como
resultado del actuar cotidiano, Por eso Ricardo de Angel Yágüez comienza su libro sobre
el tema diciendo que “el no causar daño a los demás es quizá, la más importante regla de
El derecho no protege entonces a quien causa un daño a otro, sino que muy por el
contrario hace nacer una obligación –en sentido jurídico– de dejar a esa persona en una
situación lo más parecido posible a como se encontraba antes desufrir el daño. Esto es lo
padecido por otra persona2. La obligación de reparar el daño ha sido considerada por los
1 Angel Yágúez, Ricardo de, La responsabilidad civil, 2ª ed. Universidad de Deusto, Bilbao, 1989,
p. 21.
colectiva.
A partir de la entrada en vigencia del nuevo Código que nos rige hoy en día, podemos
funciones destacables:
Función resarcitoria.
3 Alterini por ejemplo comienza su tesis doctoral diciendo: “La reparación de daños, fruto de la
responsabilidad jurídica en ámito civil, comporta una forma de sanción. Como orden coactivo, el
derecho organiza un sistema de sanciones, esto es la atribución de una consecuencia a la
infracción de los deberes jurídicos; tal consecuencia significa un disvalor para quien es pasible de
ella. En el plano de la responsabildad por reparación de daños la sanción estriba en una mengua
patrimonial que –a favor del damnificado– se impone al responsable, y tiene causa en el daño
inferido al derecho subjetivo ajeno”. Alterini Atilio A. Responsabilidad civil. Límites a la
reparación, Abeledo Perrot, Buenos Aires, 1974, pp. 15-16.
En los últimos tiempos la doctrina y la jurisprudencia nacionales se encuentran contestes
del perjuicio ocasionado, sino que comprende otros fines, y en particular, la prevención
del daño antes de que se produzca (faz preventiva). En cambio, es más debatido si ese
sector del derecho tiene también una faz punitiva. El art. 1708 CCyC culmina todo debate
al respecto, pues por un lado amplía el ámbito del derecho de daños también a la
Función resarcitoria
es decir, que persigue, cuando el daño ya se ha producido, que quien produjo el perjuicio
instaurada por el ley 17.711, aunque se evolucionó hacia la reparación tanto en especie
modificación del nuevo código vigente, el cual establece la obligación de reparar el daño
causado en el art. 1716, el cual dice: “ARTÍCULO 1716.- Deber de reparar. La violación del
4 Código Civil y Comercial de la Nación Comentado, Tomo IV, Libro Tercero, Artículos 1251 a
1881, 1ra. edición - diciembre 2015, pag. 413.
Función preventiva
Esa tarea preventiva se descompone en tres funciones conforme el artículo 1710 CCyC,
que como se puede apreciar son un tanto reiterativas: a) evitar causar un daño no
tiempo y las situaciones que se fueron llevando ante los estrados de la justicia en el
último período que llevo a la modificación y entrada en vigencia del nuevo código, surgió
la función preventiva del daño dentro de nuestro sistema normativo, sistema que busca de
forma tal, evitar la producción del daño, generando una obligación, que tiene principal
sucede con la Ley General del Ambiente, 25.675), en paridad con la función
resarcitoria ya mencionada.
Así, mientras que el derecho privado tradicional presuponía que la tutela preventiva era
tarea del Estado y del derecho administrativo —y quedaba para el ámbito civil actuar
tendientes a obtener la prevención del daño antes de que este se produzca. En ese senti-
do, el CCyC no se limita a consagrar la nueva función preventiva, sino que, además,
sienta las bases y principios del deber genérico de prevenir el daño, y de la acción
tendiente a evitarlo
Función punitiva
función la punitiva5. Esta tercera finalidad no tendría ya por objeto prevenir o resarcir el
perjuicio, sin sancionar a quien causa un daño a otro deliberadamente, o con el propósito
de obtener un rédito. Esta última función cobraría relevancia en los supuestos en que
quién ocasionó el daño lo hizo con dolo, o al menos con negligencia grave, teniendo en
cuenta que le era más beneficioso perjudicar a la víctima que no hacerlo. Su objetivo
sería censurar la actuación deliberada del agente cuando el resarcimiento del perjuicio no
CCyC. Sin embargo, fue excluida por el legislador del texto definitivo del Código, lo que
sella la suerte de los daños punitivos, que no integran el nuevo sistema del derecho de
daños. Eso no es causal, pues la aludida función punitiva —como lo señaló en sus
5 Es menester destacar que las tres funciones mencionadas en el texto, no agotan el abanico de
funciones que se la ha asignado al derecho de daños desde el punto de vista doctrinario. Sin
embargo, dichas funciones restantes que no son mencionadas, no han adquirido la
trascendencia necesaria, como para ser incorporadas al nuevo sistema que comprende el código
en tratamiento.
ejercida por otras ramas del derecho, tales como el derecho penal y el derecho
administrativo sancionador.
Función admonitoria
materia y pocos autores la tienen en consideración, y en cierta forma, podemos decir que
ha sido adoptada de manera implícita, con las modificaciones continuas que ha sufrido
conforme lo estipulado en el art. 2, inc. A, Ley 17.132 (Arte de curar), el cual dice:
salud de las mismas; el asesoramiento público o privado y las pericias que practiquen
Admonitorio6, según el diccionario de la Real Academia viene del latín admonitor que
significa el que amonesta o aconseja. De esa palabra latina deriva admonēre, del cual a su
alguna cosa para que se considere, procure o evite. 2. Advertir, prevenir, reprender.
Aparece mencionada por algunos autores del common law. Si bien gran parte de los
autores especialistas en la materia de daños, dudan que esta función sea importante o de
profesional, aconseja al paciente, sobre que tratamiento o paleativo sería el adecuado para
dependiendo el caso en cuestión. Téngase presente, que con la incorporación del art.
paciente previo a llevarse a cabo, indicando sus beneficios y posibles riesgos, quedando
tener en cuenta, que la salud, es uno de los bienes jurídicos tutelados por excelencia
manera indirecta en el nuevo articulado del Código Civil y Comercial, en el cuerpo del
art. 56, que dice: “ARTÍCULO 56.- Actos de disposición sobre el propio cuerpo. Están
prohibidos los actos de disposición del propio cuerpo que ocasionen una disminución
jurídico…”7
Al denotar la importancia de la salud como bien jurídico dentro del plexo normativo
reparar y satisfacer por sí mismo o por otro, toda pérdida, daño o perjuicio que se hubiera
ocasionado; ello implica aceptar las consecuencias de un acto realizado con capacidad
7
Código Civil y Comercial de la Nación, Comentado, Tomo III, Libro Tercero, Artículos 724 a 1250,
Tít. 1, Cap. 1, 1ra. edición - diciembre 2015, pág. 136
Existencia de un daño cierto: el daño que se reclama, debe ser ostensible, o
Derivado de un acto jurídico: es decir que dicho año, sea resultado de un acto
de un ámbito de libertad de elección. Para que dicho acto sea válido tienen que
tales elementos son: sujetos (personas físicas art. 19 CCyC o jurídicas art. 141
CCyC; las cuales deben ser capaces conforme los establecido en el Cap. 2, Secc.
acción u omisión art. 262 CCyC (el acto debe exteriorizarse, es decir llevarse a
realizarlo); objeto art. 279 CCyC (el objeto del acto jurídico no debe ser un
282 CCyC); forma art. 284 (si el acto está sujeto a determinada forma por el
ordenamiento legal, debe ser cumplimentada en su totalidad para que dicho acto
tenga validez jurídica, por ej. En el caso del consentimiento informado, ya que el
mismo debe poseer todos y cada uno de los requisitos en el art. 59 del Código
responsabilidad civil por daños a raíz de la mala praxis, sino también en un caso
de responsabilidad penal).
Siguiendo la concepción establecida por Patitó, Jose A. podemos definirla como “la
obligación que tienen los profesionales que ejercen la medicina de responder por las
8 Medicina Legal, José Ángel Patitó, Ediciones Centro Norte 2000, pág. 86
Es una variedad de la responsabilidad profesional establecido en nuestro ordenamiento
jurídico vigente.
relación jurídica en virtud de la cual el acreedor tiene el derecho a exigir del deudor una
Dicha prestación debe ser conforme a lo establecido por el art. 725 del código civil y
Trasladando tal acepción al campo que nos compete, se debe tener en cuenta que el
médico debe no debe asegurar un resultado determinado, pero dicho servicio que presta al
paciente debe ser de carácter lícito, es decir actuar conforme las exigencias legales que se
9 Código Civil y Comercial de la Nación, Comentado, Tomo III, Libro Tercero, Artículos 724 a 1250,
Tít. 1, Cap. 1, 1ra. edición - diciembre 2015, pág. 1.
10 Código Civil y Comercial de la Nación, Comentado, Tomo III, Libro Tercero, Artículos 724 a
1250, Tít. 1, Cap. 1, 1ra. edición - diciembre 2015, pág. 3.
importante desctacar, que se puede valorar económicamente la prestación del servicio que
se brinda, dependiendo del caso particular en cuestión, ya sea que preste el servicio de
manera privada o pública, pero el ámbito de la materia que nos ocupa, la ostensible es
corresponde.
ejercicio de la medicina
asegurar la ocurrencia del mismo de manera certera. Por lo general este tipo de
contraprestación, es decir que se pague una suma determinada de dinero por el servicio
en el art. 1.251 del Código Civil y Comercial de La Nación, el cual en su cuerpo dice:
11
Felipe Osterling & Mario Castillo. (s.f.). EL TEMA FUNDAMENTAL DE LAS OBLIGACIONES DE
MEDIOS.
http://www.castillofreyre.com/articulos/el_tema_fundamental_de_las_obligaciones_de_m
edios_y_de_resultados_frente_a_la_responsabilidad.pdf
gratuito si las partes así lo pactan o cuando por las circunstancias del caso puede
la cual no esta originada en un contrato propiamente dicho, sino que resulta pura y
extrema urgencia o necesidad, como por ej. La intervención de un médico ante una
persona accidentada en la vía pública a raíz de una colisión con un vehículo. En estos
supuestos, los elementos esenciales de todo acto jurídico se encuentran alterados, ya que
consentimiento alguno para la práctica que se debe llevar a cabo con el objeto de proteger
cual no desestima la aplicación analógica a ambos supuestos, no sólo del resto del
articulado del nuevo código, sino también de las normas especiales que regulen la materia
en cuestión, que en el caso que nos aplica, podemos encontrar: El Código de ética
médico, la Ley de los derechos de paciente, Ley del arte de curar, entre las más
importantes.
12
Código Civil y Comercial de la Nación, Comentado, Tomo IV, Libro Tercero, Artículos a 1250,
Tít. IV, Cap. 6, 1ra. edición - diciembre 2015, pág. 1.
ART. 1768 CCYC La norma por excelencia que regula el ejercicio de la medicina
El art. 1768 del nuevo cuerpo normativo en el ámbito civil y comercial de la Nación, es el
dice:
Capítulo, excepto que causen un daño derivado de su vicio. La actividad del profesional
el artículo 1757.”13
Entre las diversas innovaciones que presenta el sistema de derecho de daños instaurado
en el CCyC existe una norma específica que, a diferencia del ordenamiento anterior,
liberales (que en el régimen anterior discurría por el ámbito negocial), tanto por el
13
Código Civil y Comercial de la Nación, Comentado, Tomo IV, Libro Tercero, Artículos a 1250,
Tít. IV, Cap. 6, 1ra. edición - diciembre 2015, pág. 504
incumplimiento de la prestación principal a su cargo, como por las consecuencias de su
obligación de seguridad que ha desaparecido del derecho común con la reforma. Sentado
ello, el art. 1768 CCyC establece, en primer lugar, que el deber de resarcir el daño que
pesa sobre los profesionales liberales se rige por las reglas aplicables a las obligaciones
de hacer. Así las cosas, cobra especial relevancia en la materia el art. 774 CCyC (referido
consistir, por un lado, en realizar cierta actividad, con la diligencia apropiada, más allá de
acreedor (incs. b y c). Esto es, que el incumplimiento del profesional liberal queda
patentizado según cual sea la prestación a la cual se haya comprometido (de medios o de
resarcir el daño a cargo del experto se rige, en principio, por las normas aplicables a la
ejemplo, de los médicos, quienes no se comprometen a obtener la cura del enfermo, o del
abogado, quien tampoco garantiza el fin perseguido por su cliente en el litigio en el cual
lo representa o patrocina. Sin embargo, en el mismo apartado el art. 1768 CCyC deja a
resultado perseguido por el acreedor. Es que, amén de que existen muchas profesiones en
las cuales el deudor garantiza el interés del acreedor (v. gr. ingenieros, arquitectos o
contrato, un estatuto societario, o a realizar una partición, etc. Es decir, más allá del
según el caso. En síntesis de lo dicho, el art. 1768 CCyC establece que el profesional
aplicables las reglas sentadas por los arts. 1724 y 1725 CCyC. Así las cosas, la culpa del
general de conducta que se elabora partiendo de las circunstancias particulares del caso,
sin perder de vista que no es la misma diligencia la exigible respecto del hombre medio
que la que debe existir en el accionar del experto. En su segunda parte el art. 1768 CCyC
excluye a los profesionales liberales del sistema de responsabilidad por el hecho de las
cosas viciosas o riesgosas y por actividades peligrosas. Esta previsión tiene en miras,
principalmente, el accionar de los médicos que muchas veces pueden encuadrar en alguna
de estas figuras, sea que utilizan cosas per se riesgosas en el desarrollo de su tarea
profesional (v. gr. bisturí) o que la actividad que desarrollan es peligrosa en sí misma (v.
precedentemente, que antes se regían por las normas propias de la órbita obligacional,
adecuado para regular la cuestión. Por ejemplo, si el deber de resarcir del médico se
rigiera por las normas aplicables a la responsabilidad por el hecho de las cosas viciosas o
riesgosas (art. 1757 CCyC y ss.), el factor de atribución aplicable sería objetivo —el
experto. Sin embargo, dicha exclusión no es aplicable en los supuestos en que el daño
derive del vicio que presenta la cosa involucrada, pues en este caso particular lo que
aplicación del art. 1757 CCyC cuando el daño sea causado por el vicio de la cosa que,
como tal, desborda la actividad del galeno y el control material que ejercía sobre ellas. A
fin de ejemplificar este último supuesto, cabe traer a colación un caso sometido a
vegetativo por la inhalación excesiva de vapores anestésicos por una falla del aparato que
cuanto al diagnóstico y tratamiento del paciente nada tuvo que ver con el perjuicio
padecido por la víctima, que fue el resultado del accionar defectuoso de la cosa de la cual
14
SCJ Buenos Aires, “L. A. C. c/ Prov. de Buenos Aires”, 16/05/2007, en RCyS 2007-854
se sirvieron para el desarrollo de su tarea. Lo mismo sucede en el caso en que la víctima
sufre una quemadura a raíz del bisturí eléctrico utilizado en la intervención quirúrgica,
supuesto en el cual el hecho del médico tampoco tiene que ver con el resultado que se
produce15.
1. Autor: es aquella que ejerce la arte de curar, conforme las exigencias legales al
efecto, conforme lo detalla el art. 13 de la ley del arte de curar 17.132, el cual dice:
“Podrán ejercerla:
b) los que tengan título otorgado por una universidad extranjera y que
15
CNac. Apel. Civ., Sala K, “G., H. C. c/ P., S. G. y otros”, 17/04/2006, en RCyS 2006-1364.
c) los que tengan título otorgado por una universidad extranjera y que en
Universidades Nacionales;
interesados por un plazo de seis meses, que podrá ser prorrogado a un año
anterior habilitación.
privadamente;
en virtud del artículo 4°, inciso f) del Decreto número 6.216/44 (Ley 12.912)
ingreso.”
atribución de responsabilidad, ya que el acto que produce la misma, debe ser ejercido en
vinculante, por ej. Consulta en una reunión familiar sobre una dolencia.
accionar doloso. Sin embargo, para que dicha culpa se configure, debe contar con los
nuevo ordenamiento civil y comercil, en su art. 1724, el cual expone: “ARTÍCULO 1724.-
Factores subjetivos. Son factores subjetivos de atribución la culpa y el dolo. La culpa consiste en
El art. 1724 CCyC, respecto de la culpa, mantiene en líneas generales la definición que daba el
art. 512 CC, que contaba con una amplia aceptación por parte de la doctrina y la jurisprudencia.
Así, la culpa se define como la omisión de la diligencia (y no “las diligencias” —los trámites—,
como lo decía el texto de Vélez, que ahora se ha corregido en este punto) que exige la naturaleza
de la obligación, y que corresponda a las circunstancias de las personas, del tiempo y del lugar.
adoptar la diligencia necesaria para evitar el daño. La imprudencia, por su parte, se traduce en
una conducta positiva, precipitada o irreflexiva, que es llevada a cabo sin prever las
una función determinada, profesión o arte. La culpa —a diferencia de lo que ocurre con la
circunstancias de las personas, del tiempo y del lugar. No tiene cabida en nuestro derecho,
clasifica a dicho elemento en grave, leve y levísima. Esta última postura ya había sido rechazada
por Vélez Sarsfield al elaborar el CC, y se ve ratificada por la nueva disposición. En cuanto a la
valoración de la conducta del agente (art. 1725 CCyC), el juez deberá analizar las circunstancias
del caso concreto a los efectos de estimar el mayor o menor deber de previsión, y con estos
represente la conducta con la que debió actuar quien ocasionó el daño. En síntesis, la culpa se
nuevo articulado establece: “ARTÍCULO 1734.- Prueba de los factores de atribución y de las
eximentes. Excepto disposición legal, la carga de la prueba de los factores de atribución y de las
circunstancias eximentes corresponde a quien los alega”. Pero, a diferencia de lo que sucedia
Sin embago cabe de destacar, que esta culpa debe poseer el carácter de INEXCUSABLE
El médico, como profesional, debe contar con ciertos conocimientos para el desarrollo
del arte de curar, los cuales una vez adquiridos lo habilitan para el ejercicio de dicha
actividad, conforme las exigencias legales; dichos conocimientos, lo llevan a actuar con
IMPERICIA.
Se necesita también actuar con moderación, sin excesos, sin temeridad y sin soberbia o
sea con prudencia. El actuar con apresuramiento, sin tomar las previsiones que el caso
hacer, o sea actuar en menos. El médico debe actuar con celo y vigilancia en el cuidado
carácter penal habiendo otra valoración civil, de tipo económico, por la cual los
actividad profesional, si bien la consecuencia, luego puede ser juzgada, tanto en la faz
de causalidad corresponde a quien la alega, excepto que la ley la impute o la presuma. La carga
invoca.”
Del mismo modo que para la carga de la prueba del factor de atribución (art. 1734 CCyC) y del
daño (art. 1744 CCyC), la disposición en análisis sienta las reglas básicas de la carga de la prueba
actor quien debe acreditar su existencia, mientras que sobre el demandado recae el deber de
acreditar la existencia de una causa ajena (fuerza mayor o hecho de un tercero) o de la
establece que se encuentra a cargo de quien los alega, de forma tal que la prueba de la ruptura
del nexo causal recaerá sobre el agente, y la de la imposibilidad de cumplimiento —propia del
Iatrogenia
Uno de los primeros en utilizar el término IATROGENIA fue el psiquiatra E. Bleuler quien aplicó
dicho término a los "trastornos psíquicos originados o generados en el enfermo por actitudes o
explicaciones del médico sobre la afección que padece*. El diccionario Espasa —Calpe y el British
Medical Dictonary— definen a la IATROGENIA como a "los temores implantados en la mente del
MEDICA. Nosotros creemos que debe reservarse el término IATROGENIA a los daños emergentes
del accionar médico pero en el que se actuó con atención, dedicación y cuidado descartándose
daño o muerte— se han cumplido con las normas del arte médico de acuerdo al caso, al tiempo
económicamente. Diversos autores han manifestado su opinión sobre el tema: Bonnet señala
pudiendo ser dolosa, culposa, por estado de necesidad o concausal. Escardó dice que es "el mal
que el médico produce o puede producir por su condición de tal". Steel dice que "es el mal que
ejemplo las úlceras por decúbito que son por CULPA del médico ya que podrían —con más
cuidado— haberse evitado. Nash dice que "es cualquier lesión o muerte por error médico".
Achaval y Jiménez de Asua más cercanos a nuestra opinión, sostienen que "es la lesión o
enfermedad que produce el médico no obstante el ejercicio correcto de la profesión" y que "son
PODIDO PREVEER o que previstas N O HAN PODIDO EVITARSE. De este modo la iatrogenia resulta
define el artículo 1.730 del C. Civil y Comercial de la Nación (“hecho que no ha podido ser
previsto o que, habiendo sido previsto, no ha podido ser evitado”). Las alteraciones que pueden
indirectas; orgánicas o funcionales, y, temporales o definitivas pudiendo mencionar entre las más
fracturas del esternón o costales al realizar masaje cardíaco externo, — úlceras por tratamiento
radiante correctamente aplicado, — stress por el medio asistencial, — cuadros depresivos por lo
que ve, oye o interpreta acerca de la enfermedad que padece y — cicatrices queloides.
importante modificación asimilando el caso fortuito, a la fuerz mayor. Así lo dispone, el art.
1730 y el art. 1.731 interpretado congruentemente. Dichos art. exponen en sus cuerpos:
“ARTÍCULO 1730.- Caso fortuito. Fuerza mayor. Se considera caso fortuito o fuerza mayor al hecho
que no ha podido ser previsto o que, habiendo sido previsto, no ha podido ser evitado. El caso
fortuito o fuerza mayor exime de responsabilidad, excepto disposición en contrario. Este Código
hecho de un tercero por quien no se debe responder debe reunir los caracteres del caso fortuito.”
REQUISITOS TIPIFICANTES del caso fortuito o fuerza mayor como eximente de responsabilidad
Hay caso fortuito o de fuerza mayor cuando un hecho imprevisible o inevitable, ajeno al
presunto responsable, viene a constituirse en la verdadera causa adecuada del daño, y desplaza
a la conducta del agente. En tal caso, el sindicado como responsable se exime totalmente de
responder únicamente exoneran si reúnen las notas tipificantes del caso fortuito.
Al igual de lo que ocurría con los arts. 513 y 514 CC, el art. 1730 CCyC trata al caso fortuito y a la
fuerza mayor como sinónimos, por lo que ambos tienen los mismos efectos.
En ambos supuestos se está haciendo referencia a la misma cosa: un hecho que, por resultar
causa adecuada de los daños sufridos por la víctima. En tanto se reúnan tales caracteres, poco
etc.), o de acciones humanas ajenas al demandado, y que este no puede impedir (hecho del
príncipe, etc.). El caso fortuito o fuerza mayor presenta como caracteres la imprevisibilidad, la
cuenta no lo que efectivamente previó el agente en el caso concreto, sino lo que podría haber
previsto un hombre medio que estuviera en conocimiento de las circunstancias del caso
ha podido preverse, entonces tampoco pudo evitarse, por lo que el hecho imprevisible es,
lógicamente, también inevitable. Sin embargo, cuando el hecho ha sido previsto, se constituirá
como caso fortuito o fuerza mayor en tanto y en cuanto constituya un obstáculo invencible, es
decir, que el sindicado como responsable no pudo vencer o superar. Finalmente, es preciso que
el agente no haya colocado ningún antecedente idóneo (por acción u omisión) que haga posible
el suceso lesivo sobreviniente. Ello implica tanto que el daño no debe haber sido facilitado por la
culpa del responsable como que el supuesto caso fortuito no debe constituir una contingencia
propia del riesgo de la cosa o la actividad. Este recaudo, si bien no es mencionado por la norma
en estudio, surge del art. 1733, incs. d y e, CCyC. En cuanto a sus efectos, es importante poner de
resalto que el Código establece que, salvo disposición legal en contrario, el caso fortuito “exime
de responsabilidad”, lo cual deja ver bien a las claras que siempre que existe un caso fortuito la
exoneración es total. Esto veda la aplicación de la llamada “teoría de la causalidad parcial”, cuyos
fortuito, y otra al hecho del sindicado como responsable. Esta tesitura es ajena al sistema
seguido por el CCyC; si el hecho fue irresistible para el demandado, entonces hay caso fortuito (y
no hay responsabilidad), y si no lo fue, o si fue originado por la culpa del sindicado como
responsable, este último responde por el total del daño sufrido por la víctima16.
Estado de necesidad
necesidad. Dicho caso se da cuando “…ARTICULO 1.718: Está justificado el hecho que
causa un daño… INC C) para evitar un mal, actual o inminente, de otro modo inevitable, que
16
Código Civil y Comercial de la Nación, Comentado, Tomo IV, Libro Tercero, Artículos a 1250,
Tít. V, Cap. 1, 1ra. edición - diciembre 2015, pág. 441 a 443.
justificado únicamente si el mal que se evita es mayor que el que se causa. En este caso, el
equitativo.”
El agente debe encontrarse frente a una situación de peligro que él no ha contribuido a causar, y
que genera la amenaza, para él o para un tercero, de sufrir un mal (un daño) actual o inminente.
La única posibilidad de evitar ese daño debe ser la producción de otro de menor entidad; en tal
caso, si el agente opta por causar este último perjuicio habrá obrado en legítima defensa, y su
acción no será antijurídica. Para que resulte de aplicación esta causa de justificación es preciso
que el mal que se ha ocasionado sea menor que el que se evita, razón por la cual no rige la
causal si ambos daños son de igual entidad. De reunirse esos requisitos, el damnificado tiene
derecho a ser indemnizado en la medida en que el juez lo considere equitativo, lo que puede
conducir a que la reparación no cubra la totalidad del perjuicio realmente sufrido por la víctima.
sucede en el inciso anterior) nos encontramos ante un caso de responsabilidad por acto lícito.
Bibliografía de referencia
- Código Civil y Comercial de la Nación, Comentado, Tomos I, III, IV, y VI, 1ra. edición -
diciembre 2015:
- Angel Yágúez, Ricardo de, La responsabilidad civil, 2ª ed. Universidad de Deusto, Bilbao,
1989;
Aires, 1974;
- Felipe Osterling & Mario Castillo. (s.f.). EL TEMA FUNDAMENTAL DE LAS OBLIGACIONES
DE MEDIOS.
http://www.castillofreyre.com/articulos/el_tema_fundamental_de_las_obligacione
s_de_medios_y_de_resultados_frente_a_la_responsabilidad.pdf;
http://thomsonreuterslatam.com/2015/04/08/doctrina-del-dia-la-responsabilidad-
civil-profesional-en-el-nuevo-codigo-autor-roberto-a-vazquez-ferreyra/
- Jorge Mario Galdós. “El art. 1757 del Código Civil y Comercial y el riesgo creado”.
- http://www.nuevocodigocivil.com/wp-content/uploads/2015/08/El-art-1757-
CCyC-y-el-riesgo-creado-por-Gald%C3%B3s-1.pdf.
COMERCIAL de la NACIÓN.
praxis.pdf)