5.56mm, La Munición Que Fracasó en Combate

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56mm, la munición que fracasó en combate

Date: September 23, 2018Author: Emilio Meneses 4 Comments


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La historia del mundo militar está plagado de ideas que en teoría parecían buenas, pero en la
práctica fueron perjudiciales o desastrosas. Esto se debe a las pocas oportunidades para poner a
prueba el concepto teorizado. La guerra, indicaba Tucídides es una dura maestra: si estás
equivocado el precio es la derrota o el desastre.
Muchas de tales teorías pueden ser errores estratégicos, como el concepto de bombardeo estratégico
de poblaciones civiles implementado en la Segunda Guerra Mundial que tuvo nulo efecto en forzar
a una población a rendirse, como indicaba la teoría. Otras desiciones afectan más el nivel táctico y
son más técnicas, como implementar otro calibre de munición para infantería
Una de estas teorías fue el supuesto “hail of fire” que entregaría la munición 5.56mm a las tropas de
combate. La teoría era sencilla: al tener la mitad del peso que la munición 7.62mm permitiría al
soldado cargar con el doble de tiros y duplicar su volumen de fuego. Tal noción sobrevivió por
décadas mientras no hubo ningún conflicto donde la infantería americana se enfrentase a tropas a
más de 300 metros de distancia.
Estandarización de la OTAN, del 7.62mm al 5.56mm

Co
mparación entre 7.62x51mm, 5.56x45mm y Pila AA, Fuente Wikipedia
Una vez declarada la guerra fría, las potencias occidentales crean la Organización del Tratado del
Atlántico Norte (OTAN, NATO en inglés). Su misión era ser una alianza militar para proteger a sus
miembros de cualquier agresión externa y con un enemigo claro durante la segunda mitad del s.XX:
La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Entre sus esfuerzos para maximizar su capacidad de respuesta conjunta, se buscó estandarizar el
armamento y munición en uso en la infantería. Ya conocidas el sobredimensionamiento y lo poco
práctico de la munición de los fusiles existentes para su uso automático, tales como el calibre
americano 30-06 y el alemán: 7,92x57mm. Se buscó desarrollar una munición de menor tamaño,
que simultáneamente conservara la potencia de fuego y tuviera un poder de retroceso aceptable. El
resultado de tal desarrollo (y negociación política) fue el cartucho 7.62x51mm. Con un proyectil de
10 ó 11 gramos, una velocidad de salida de 790 metros por segundo (m/s) y una energía de 3.500
Joules
El 7.62mm demostró buenas prestaciones, pero se le criticó ser un calibre con mucho retroceso para
un soldado para poder tener precisión de fuego en modo automático. Debido a tal hecho, se
desarrolló en EEUU un calibre menor que permitiera un mejor control del arma en modo
automático y adicionalmente permitiera a un combatiente cargar más munición. El resultado fue el
cartucho 5.56x45mm, debido a su menor costo de producción, precisión en modo automático y
menor peso fue elegida como la munición estándar de la OTAN en 1977. El peso de su proyectil es
4 gramos, su velocidad de salida hasta 860 m/s con una energía de 1800 Joules.

La teoría detrás del 5.56mm


Durante la guerra de Corea se llegó a la conclusión que el grueso de los combates de infantería no
superaban los 200 metros de distancia y adicionalmente los soldados no se caracterizaban por su
precisión de tiro. Debido a esto se consideró desarrollar una munición que fuera efectiva hasta los
200 metros, permitiera disparar con precisión en modo automático y permitiera a los soldados
cargar el doble de tiros con el mismo peso 1. Adicionalmente la doctrina militar insistía que, en caso
que la infantería enemiga tuviera armamento con mayor alcance, esto sería compensado con el
apoyo de artillería y soporte aéreo. Tal teoría pasó el test inicial en la guerra de Vietnam, donde los
combates eran a corta distancia.

Los primeros problemas


Los primeros indicios de lo fallido de tal teoría se vieron en Somalía en 1997 2 y luego durante las
guerras de Iraq y Afganistan. En los tres teatros, tropas ligeras, mal entrenadas, pero con
armamento más pesado (7,62x39mm) fueron capaces de poner en aprietos a tropas entrenadas
norteamericanas. Sobre los 300 metros en zonas desérticas o sin cobertura las tropas de la OTAN
se veían sobrepasadas si no contaban con apoyo acorazado, artillería, morteros o aviación. 3 Esta
situación ha sido una queja sostenida de todas las unidades de infantería que han operado en Iraq y
Afganistán, volviendo a reequipar sus soldados con fusiles 7.62mm

¿Dónde está el problema? La situación de Chile


Un lector agudo indicaría que no ha habido el desastre que menciono en mi introducción debido al
uso de este calibre, eso es cierto, pero EEUU tiene para su infantería todo tipo de material de apoyo:
acorazados, artillería, morteros y aviación en un volumen que supera a cualquier nación del mundo.
EEUU ha ganado sus últimas guerras no sólo debido a su superioridad material, sino además
se ha enfrentado usualmente a tropas mal entrenadas y equipadas. Pero ¿cuál sería la situación
para ejércitos en igualdad de condiciones?
Chile hace pocos años decidió usar como fusil estándar el 5.56mm 4 para su ejército. Sus posibles
adversarios, Perú y Argentina los enfrentaría en zonas desérticas, alta montaña o pampas
patagonicas, donde la munición 7.62mm ha probado ser superior al 5.56mm. ¿Qué pasaría en
caso de conflicto si el ejército chileno se enfrentara en igualdad de condiciones a un ejército vecino
que usara un fusil de mayor calibre? O más interesante aún: si ambas naciones vecinas adoptaran
completamente el 5.56mm y Chile mantuviera el 7.62mm, este tendría una ventaja en combate de
infantería que podría ser la diferencia entre victoria y derrota en batalla.
Conclusión
Si bien el 5.56mm se mostró inferior al 7.62mm en combate más allá de los 200 metros de
distancia, no implica que sea per-se una mala munición. Sigue siendo un excelente calibre para
combate urbano, fuerzas especiales, policiales y gendarmería, además de ser un calibre muy popular
en el mundo civil en la variación original .223. Finalmente, las lecciones aprendidas de las guerras
de Iraq y Afganistán nos muestran que ideas erróneas pueden perdurar largo tiempo en las
instituciones militares mientras no pasen la prueba de fuego.
Malas decisiones tácticas, pueden tener nefastas consecuencias estratégicas.

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