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Ra Ximhai 1665-0441: Issn: Raximhai@uaim - Edu.mx

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Ra Ximhai

ISSN: 1665-0441
raximhai@uaim.edu.mx
Universidad Autónoma Indígena de México
México

Angulo-Aguilazocho, María Soledad; Lozanía-Cazares, Marco Antonio


El desarrollo integral humano: un desafío para el desarrollo comunitario en los procesos de
globalización
Ra Ximhai, vol. 1, núm. 3, septiembre-diciembre, 2005, pp. 509-520
Universidad Autónoma Indígena de México
El Fuerte, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=46110305

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Ra Ximhai. Vol. 1. Número 3, Septiembre.-Diciembre 2005, pp. 509-520

EL DESARROLLO INTEGRAL HUMANO: UN DESAFÍO PARA EL


DESARROLLO COMUNITARIO EN LOS PROCESOS DE GLOBALIZACIÓN

THE HUMAN INTEGRAL DEVELOPMENT: A CHALLENGE FOR THE


COMMUNITARIAN DEVELOPMENT IN THE GLOBALIZATION PROCESSES

María Soledad Angulo-Aguilazocho1 y Marco Antonio Lozanía-Cazares1


1
Clarificador Educativo A. Universidad Autónoma Indígena de México. Mochicahui El Fuerte, Sinaloa. Correo
electrónico:mariasol488@hotmail.com; lozania23@hotmail.com.

RESUMEN
El predominio de las cosas sobre las personas, el carácter materialista de la motivación humana,
es lo que está predominando en los procesos de globalización a los que nos estamos
enfrentando. Para “los de arriba” es cada vez más importante enfrentarse a la guerra de la
competencia y su lucha por el poder, y “para los de abajo”, la lucha por la supervivencia cultural
y social. Estamos inmersos en un neoliberalismo que encubridoramente nos impulsa a un
insostenible proceso de globalización basado en la sobreexplotación de los recursos humanos, la
degradación de la diversidad cultural y el deterioro del medio ambiente. Necesitamos estar
alertas en cuanto a que el desarrollo es un proceso integral que incluye dimensiones culturales,
éticas, políticas, sociales, económicas y medioambientales, con una interrelación que es
inherente al propio fenómeno del desarrollo, partiendo de que el ser humano es el principal
protagonista y beneficiario del mismo.
Palabras Clave: Globalización, neoliberalismo, dimensiones culturales.

SUMMARY

The predominance of the things on the people, the materialistic character of the human
motivation, is what it is predominating in the globalization processes which we are facing. For
"those of above" it is more and more important to face the war of the competition and his fight
by the power, and "for those of below", the fight by the cultural and social survival. We are
immersed in a neoliberalism that concealingly impels us to an untenable process of
globalization based on the sobreoperation of the human resources, the degradation of the
cultural diversity and the deterioration of the environment. We needed to be alert as far as which
the development is an integral process that includes cultural, ethical, political, social, economic
and environmental dimensions, with an interrelation that are inherent to the own phenomenon of
the development, starting off of which the human being is the main protagonist and beneficiary
of the same one.
Key words: Cultural globalization, neoliberalism, cultural dimensions.

Recibido: 4 de Marzo de 2005. Aceptado: 29 de Julio de 2005.


Publicado como ENSAYO en Ra Ximhai 1: 509-520. 2005.
El desarrollo integral humano: un desafío para el desarrollo
comunitario en los procesos de globalización

INTRODUCCIÓN

En el presente trabajo se intenta un ejercicio para la discusión reflexiva y respondernos


a las interrogantes: ¿Qué hay detrás de los procesos de globalización? ¿Qué tipo de
desarrollo estamos viviendo? ¿Es un desafío el desarrollo integral humano para el
desarrollo comunitario en los procesos de globalización?

En todo el mundo, el capital es proclamado como máximo regente (globalización) con


poder absoluto para transformar la vida, las personas, los animales, los paisajes y los
bosques ─la totalidad de la biósfera─ en sumas de dinero astronómicas. Estas sumas de
dinero sólo sirven para satisfacer los intereses de un reducido grupo de personas que
están en posesión del poder, los medios de comunicación y de los flujos centrales de
capital, no para crear las condiciones necesarias para fomentar una vida social sana de la
humanidad y de todas las demás formas de vida sobre la Tierra. Por el contrario, este
“moderno progreso” se caracteriza por un creciente empobrecimiento masivo y por la
destrucción de la biodiversidad de las especies.

Todas aquellas personas que conserven aún la sensibilidad por la vida o que la hayan
recuperado, son los portadores de la esperanza en un futuro en el que naturalmente
estarán proscritas muchas de las ideas vigentes en la actualidad, sin importar de qué
ideología o religión procedan. Un rápido aumento del número de personas
independizadas es la única oportunidad para que pueda haber un cambio de la sociedad
humana hacia la tolerancia, la justicia y el equilibrio social-ecológico.

Sobre el contexto mundial de la globalización y sus efectos en las circunstancias


sociales de las naciones pobres se plantean algunas interrogantes acerca de las
posibilidades de formación integral de la población escolar mexicana. En esa dirección,
la Organización de las Naciones Unidas reconoce los procesos de pauperización
derivados de la implantación de modelos económicos y políticos injustos, y en
consecuencia propone la operación de programas para el desarrollo humano, a partir de
las necesidades más evidentes.
Ra Ximhai. Vol. 1. Número 3, Septiembre.-Diciembre 2005, pp. 509-520

¿DESARROLLO INTEGRAL HUMANO?

Es realmente incongruente observar que las naciones más desarrolladas y fuertes son las
que más se están beneficiando desproporcionadamente con los procesos de
globalización y son estas mismas naciones democracias que tratan de conseguir una
mayor justicia social.

La teoría económica hegemónica conceptúa reduccionistamente el desarrollo como


crecimiento económico, en un proceso esencialmente técnico-económico que, por un
lado privilegia el crecimiento económico y la industrialización como condición y causa
del desarrollo general y, específicamente del desarrollo social; y, por otro lado, parte de
una ingenua acrítica concepción de la explosión tecnológica como motor de un
crecimiento que permitirá una mayor acumulación de riqueza que, a su vez, nos llevará
a un verdadero desarrollo. Ahora habría que analizar ¿Qué tipo de desarrollo?, pues si
nos referimos al desarrollo económico efectivamente las grandes potencias son las que
más se están beneficiando, aprovechando los altos índices de pobreza de los países
subdesarrollados, pero a la vez podemos observar que es en esas mismas naciones, con
sus ansias de estar compitiendo por el poder, pierden cada vez más, su propia identidad
como pueblos y como seres humanos. Pero ojalá ahí terminara el problema, es decir,
que solamente entre esos países se contaminaran en esa “hambre” de cada vez ser más
poderosos. La contaminación del poder va entrando como una epidemia a los países
subdesarrollados, en los que para pensar, primeramente se tiene que cubrir la necesidad
de comer.

“El desafío para una mejor gobernabilidad bajo un marco globalizador se centra en un
sistema que logre el desarrollo integral del ser humano mediante la armonización de
las metas macroeconómicas de crecimiento y de igualdad social” (Vargas 2002).

Es verdaderamente un desafío el desarrollo integral humano para lograr un desarrollo


comunitario en los actuales procesos de globalización, ya que si somos realistas, cuando
la mente de los seres humanos es dominada, por un lado, por cada vez ser más ricos y
poderosos y por otro, tener la seguridad de que el día de mañana podré disfrutar de lo
necesario para sobrevivir, resulta un gran reto.
El desarrollo integral humano: un desafío para el desarrollo
comunitario en los procesos de globalización

“Detrás de la supremacía ideológica de los valores occidentales se esconde la


tendencia de consolidar las injusticias anquilosadas históricamente. Si observamos con
detenimiento las raíces históricas de la riqueza material de una pequeña parte de la
población mundial, veremos que detrás de su máscara de humanidad y derechos
humanos, de democracia y libertad, subyace únicamente una política global
internacional basada tanto en las motivaciones como en la sistematización pura y
dura” (Fisher, 2001).

Debido a que un crecimiento del nivel de vida desolador de los pueblos periféricos no
sería posible sin una reducción de la utilización ilimitada de las fuentes que hacen los
pueblos dominantes, la lógica de la estrategia del pensamiento capitalista se preocupa
solo de apoyar y fomentar las fuerzas y sistemas políticos que niegan la voluntad de los
pueblos garantizándose así la incapacitación de la mayoría. Un peligro en el sentido de
esta forma de pensar lo representan aquellos movimientos que luchan públicamente por
una mejoría de la vida, es decir, por una mejoría del estándar de vida de los más pobres,
por la soportabilidad de las condiciones medioambientales de la industria, por el
enraizamiento efectivo de condiciones democráticas creíbles de los representantes
nacionales e internacionales, en definitiva, de contenidos que cuestionan el status
imperante insoportable para la mayoría de los habitantes del planeta.

En un escrito reciente sobre globalización, desarrollo humano y literatura, Santana


(2002), señala que los Programas de las Naciones Unidas para el Desarrollo, en cuya
intención destaca el concepto "desarrollo humano", entendido como la ampliación de las
capacidades y oportunidades de la gente para desarrollarse como personas. Desde el
principio de credibilidad que pueda poseer el organismo internacional (no olvidamos su
triste papel ante la tragedia de Kosovo y el más reciente secuestro del Consejo de
seguridad, cuya posición ante la tragedia del 11 de septiembre corrobora la indigencia
moral con la cual apoya el bombardeo del pueblo afgano por parte de las grandes
potencias) se han pensado tres ejes de atención prioritaria: más educación, mejor
distribución del ingreso, mayor salud. El énfasis en las políticas de esos programas está
puesto en la optimización de las capacidades del ser humano.

“Si el mundo estuviera organizado en una sociedad democrática de seres iguales sería
posible para la humanidad que el incremento de remanente social que se originaría en
el mundo entero y las riquezas naturales solo disponibles de forma limitada,
Ra Ximhai. Vol. 1. Número 3, Septiembre.-Diciembre 2005, pp. 509-520

permitieran la convivencia en armonía con una sociedad sostenible y sin todos los
lastres sintomáticos del mundo de la mayoría: hambre, enfermedades endémicas, paro
generalizado, etc.” (Fisher, 2001).

El lograr llegar a hacer de esta visión una realidad, que probablemente sea la última
oportunidad de supervivencia del ser humano, se está combatiendo intensamente en la
actualidad por el poder. Mientras que a la opinión pública se le mantiene inactiva por
medio de desinformaciones perfectamente estructuradas social y psicológicamente, que
transmite sin sosiego el gigantesco aparato mediático al servicio del sistema, se impone
una voluntad política con un brutal intervencionismo militar que solo tiene presente las
ventajas económicas de una minoría de multimillonarios. Con un cambio estratégico de
la represión e integración se impide sistemáticamente el nacimiento de cualquier tipo de
oposición.

Ya sólo está clara una cosa: como controlar y distribuir los bienes de la naturaleza bajo
cánones estratégicos que obligan en cierto modo a una comercialización ética. Materias
primas puestas al servicio del capital que extiende su oferta universalmente. El ser
humano juega ya sólo el papel de consumidor y explotador, la naturaleza ya no es más
que una fuente de materias primas a utilizar.

De Cambra (1999) citado por Vargas (2002) menciona metafóricamente, que se


sustituyen catedrales por centros comerciales, se reinventan los ejercicios espirituales
bajo la forma de mensajes publicitarios y se instaura el acto de la compra como
comunión integradora. En definitiva: el subdesarrollo del llamado desarrollo.

Los países desarrollados que promueven el neoliberalismo, cada vez más, son apoyados
ideológicamente por una red de iniciativas psicológicas, teológicas y militares que
hacen creer, incluso a pensantes sensibles, que la explotación del planeta y de sus
habitantes es absolutamente normal y lo único que garantiza un futuro seguro. Con una
contradicción evidente a su palabrería humanista y a su discurso sobre los derechos
humanos, los políticos no vacilan en utilizar conscientemente la guerra y la destrucción
como herramientas de la economía. La desolación y la muerte no hacen sino preparar el
camino a las inversiones que proporcionarán después suculentos beneficios y al mismo
tiempo siempre más destrucción
El desarrollo integral humano: un desafío para el desarrollo
comunitario en los procesos de globalización

Existe una gran necesidad de que los intelectuales y otras fuerzas responsables de la
forma de pensar de las personas sean de una vez conscientes del enorme daño que se ha
ocasionado históricamente al ser humano, a los animales y al medio ambiente y que de
una vez por todas lo hagan un asunto prioritario en su temario. Es la única forma que
permitiría hacer despertar alternativas reparadoras logrando al mismo tiempo que se
conociera por la opinión pública. Todo lo utópico que pueda resultar esta ética global, el
que se llegue a realizar representa la única oportunidad que nos queda.

En qué circunstancias y con qué intensidad reaccionamos emocionalmente depende


mucho de los valores en los que una sociedad está asentada, ya que la disposición para
mantenerse en los convencimientos básicos morales propios arraiga únicamente de
forma individual en el medio ambiente social que nos rodea, si no tenemos bien
cimentados nuestros valores, vamos a continuar siendo manipulados y contaminados
por el consumismo y el hambre de poder, nuestra creatividad para pensar y defender
nuestro propio criterio se va a ir debilitando aún más y eso le vamos a transmitir a las
nuevas generaciones, hasta terminar con nuestra propia identidad humana y las riquezas
naturales.

El significado de pobreza es “la negación de las oportunidades y las opciones más


fundamentales del desarrollo humano como son: vivir una vida larga, sana y creativa y
disfrutar de un nivel decente de vida, libertad, dignidad, respeto por sí mismo y de los
demás” (PNUD, 1997).

Vargas (2002) considera que los conceptos de desarrollo humano sustentable y buen
gobierno son conceptos inseparables.

Los estándares de valores trabajados conjuntamente pueden servir para el fin de regular
la vida comunitaria global y en cierto modo convertirse en señales de tráfico
universales; contra ellos, los intereses particulares políticos poco podrán hacer. Una
verdadera unión comunitaria e intercomunitaria podría significar la esperanza de los
pueblos porque establecería puentes de comprensión entre ellos.

“Será primeramente cuando se descubra un sistema de valores conjunto cuando el ser


humano quedará facultado para identificarse con la humanidad y la naturaleza. Y será
primeramente con una adhesión sin cortapisas a este sistema de valores cuando se
Ra Ximhai. Vol. 1. Número 3, Septiembre.-Diciembre 2005, pp. 509-520

sienten las bases potenciales de una humanidad libre, la que en verdad necesitamos,
capacitada para gobernar las tareas socio-ecológicas actuales de nuestro planeta”
(Fisher, 2001).

Pero para tal fin la capacitación no debemos esperar a que sea dada por “los de arriba”,
sino más bien debe ser impulsada una “globalización desde abajo”.

“Esta forma de globalización es un proceso a través del cual los ciudadanos toman
ventaja del desarrollo de las telecomunicaciones y el transporte, para integrar y
fomentar la acción colectiva de nuevos grupos y movimientos sociales que
contrarresten el poder económico y político de las grandes corporaciones
transnacionales y que además mantienen verdaderamente objetivos democráticos”
(Vargas, 2002).

Creomos vehementemente que la “globalización desde abajo” puede ser posible si


partimos de una evaluación educativa, pero no de discurso, ni de protagonismos
políticos, sino de una evaluación educativa que parta de lo individual, realmente
introspectiva, impulsada por el verdadero deseo de rescatar nuestro medio ambiente, de
no perder nuestra identidad, que emane de cada uno de nosotros, sin esperar a que sean
otros los que hagan cosas por nosotros, ni peleándonos con lo que nos pueda ayudar de
lo que ya está hecho, sin dejarnos contaminar por los deseos de poder. Pero no tiene
caso realizar ningún tipo de evaluación si no va seguida de la acción que nos lleve a
reaprender, a enseñar con el ejemplo, con el amor a nosotros mismos, para poder
transmitirla a los demás.

“Todo el mundo es inmensamente fuerte porque todo el mundo es inmensamente divino.


Todo el mundo es fuerte porque todo el mundo tiene sus raíces en el origen mismo de la
existencia. Recuérdalo. La mente humana tiende a olvidarlo. Cuando lo olvidas te
vuelves débil empiezas a encontrar maneras artificiales de hacerte fuerte. Eso es lo que
están haciendo millones de personas. Cuando buscas dinero, ¿Qué estás buscando
realmente? Estás buscando poder, estás buscando fuerza. Cuando buscas prestigio,
autoridad política, ¿Qué estás buscando? Estás buscando poder, fuerza; y esa fuerza
está todo el tiempo disponible a la vuelta de la esquina. Estás buscando en lugares
equivocados” (Osho, 2001).
El desarrollo integral humano: un desafío para el desarrollo
comunitario en los procesos de globalización

Es realmente desconsolante observar como tanto la avaricia como la necesidad nos van
empujando a la pérdida de valores. A líderes sociales naturales que se olvidan de sí
mismos cuando llegan a ocupar un cargo sindical y/o político, a indígenas que inician en
una lucha realmente por la dignidad de su pueblo y posteriormente les interesa
únicamente su beneficio personal. Es necesario aclarar que con este comentario no se
está juzgando la conducta de nadie, simplemente se está analizando a lo que estamos
expuestos si no tenemos cuidado de nuestro propio desarrollo humano y nos gana la
necesidad de obtener la seguridad económica que anteriormente habíamos deseado, pero
a costa de nuestra propia dignidad humana, olvidándonos de los principios que nos
fueron impulsando a luchar por nuestros ideales, por nuestra gente. Si no tenemos bien
fortalecidos nuestros valores, al probar la satisfacción que da el sentir el poder esto se va
convirtiendo en un vicio del cual no podremos salir, con el cual podremos ganar, pero
ciegos de lo que estamos perdiendo, pues aparte de perdernos a nosotros mismos
perdemos también la oportunidad de participar en un verdadero desarrollo humano
sustentable y nos convertimos en destructores del mundo que de palabra todos
deseamos.

En un informe sobre desarrollo humano (Fox, 2001) reconoce en el Programa de las


Naciones Unidas para el Desarrollo la firme convicción de que no hay estrategia
mundial viable, sin la participación de todos los miembros de la comunidad
internacional. Que los seres humanos vivimos juntos no únicamente para crear riqueza,
sino también, y sobre todo, para descubrirnos como proyecto colectivo. Sólo de esa
manera es posible desplegar todo el potencial del que mujeres y hombres somos
capaces.

Como se menciona anteriormente en el presente trabajo, en discurso podemos decir y


tener muy buenas intenciones. Resulta reconfortante leer esas palabras expresadas por
nuestro presidente de la República Mexicana, pero tenemos reservas en cuanto a las
verdaderas intenciones de las naciones proponentes de la globalización, pues son éstas
las que se benefician cada vez más desproporcionadamente con los procesos que se
llevan a cabo, los que determinan las políticas económicas internacionales y a la vez,
son estos mismos países los que están luchando por conseguir una mayor justicia social.

Santana (2002) nos exhorta a reflexionar sobre las dos fases propuestas por la ONU para
la implementación de su programa para el desarrollo humano: La fase higiénica y la fase
Ra Ximhai. Vol. 1. Número 3, Septiembre.-Diciembre 2005, pp. 509-520

promocional. En la primera incluyen: libertad de asociación y negociación colectiva,


eliminación de todas las formas del trabajo forzado, abolición del trabajo infantil,
eliminación de toda clase de discriminación respecto al empleo y ocupación, seguridad
e higiene en el lugar de trabajo. Para la fase promocional se han considerado: la
educación formal, educación en el trabajo y para el trabajo, capacitación en aspectos
humanos (liderazgo, creatividad, competencias específicas) reforzamiento de la
autoestima personal, competencias para la comunicación eficaz, aprender a aprender,
sentido del trabajo como servicio. Sin embargo, ¿Hasta dónde podrán conmover las
recomendaciones de la ONU desde las condiciones particulares de cada país?.

Desde aquí, es evidente el trazo que sugiere una visión de transversalidad en la


emergencia curricular para integrar a la educación en el arte, del mismo modo que se
incorporan derechos humanos, la perspectiva de género y valores, por ejemplo. Basta
recorrer el prontuario de sindicatos y asociaciones diversas de trabajadores y colegios de
profesionales, particularmente preocupados por los rezagos históricos en esa materia.
Pero no es suficiente con preocuparnos, necesitamos ocuparnos, ya que efectivamente sí
es un rezago histórico y su inoperancia es evidente en dos expresiones palpables: el
desempleo y el analfabetismo.

Resulta realmente un desafío para la población el desarrollo integral comunitario, pues


no podemos solicitar a todos los miembros de una comunidad su participación para el
progreso cuando no han resuelto aún sus necesidades básicas y en la sociedad es cada
vez más palpable un modelo a todas luces injusto, en el que cada vez los ricos son más
ricos y los pobres son más pobres.

En el informe sobre desarrollo humano para el PNUD (Fox, 2001), el Presidente de


nuestro país, corrobora que vivimos ante un reto, pues menciona que estamos
construyendo sobre nuevos cimientos el necesario equilibrio entre la acción del Estado y
la del mercado. Ciertamente, no hay desarrollo social y humano sin crecimiento
económico. Pero es igualmente cierto que no hay crecimiento económico que se
sostenga, sin una sociedad que tenga cada vez mejores niveles de vida. Eficiencia
productiva y económica por un lado, y justicia y equidad social por el otro, son procesos
que se refuerzan entre sí y son el círculo virtuoso al que aspiramos como nación.
El desarrollo integral humano: un desafío para el desarrollo
comunitario en los procesos de globalización

CONCLUSIONES

La realidad es que no podemos hablar de “desarrollo humano” en el mundo, mucho


menos en nuestro país ante la aglomeración de 40 millones de pobres actuando desde la
supervivencia, no tiene sentido ese concepto para los once millones de indígenas
mexicanos, no se puede hablar de ello mientras millones de nuestros compatriotas
tengan hambre y ni siquiera puedan leer e interpretar el alcance de un programa pensado
“desde arriba” para promover su realización personal.

Debemos estar concientes del concepto de “desarrollo humano” visto desde la


perspectiva de un sujeto que pertenece a la sociedad subdesarrollada. El itinerario de
una vida cotidiana, la de un maestro de educación básica, por ejemplo, comprende
tiempos, actividades y tareas que no trascienden hacia el plano de su propia conciencia,
en la medida en que están sujetos a la mecanización de una práctica social compleja. La
actividad docente es un trabajo humano cuyo significado no puede otorgarse
oficialmente; la construcción de esos significados demanda la participación activa,
voluntaria y creativa del trabajador.

“El desarrollo humano implica el reconocimiento de nuestras fronteras personales.


Llamésmoles alcances, perspectivas desde las cuales participamos en la construcción
social, en lo global; pero las aprehensiones y las virtudes también son de este mundo.
La edad, la antigüedad en el servicio, el domicilio, el sexo, el estado civil, la religión,
la formación escolar, el nivel de ingresos, la procedencia social, las aficiones y
prácticas culturales son linderos y acotaciones de las fronteras de cada quien.
Insuficientes, sin embargo para explicarnos al margen de los libros, o inmerso
compulsivo en ellos; pendientes de un corrido norteño, o de un oleaje barroco”
(Santana, 2002).

La Organización de las Naciones Unidas ha implementado un conjunto de programas


especialmente orientados hacia la promoción de acciones para el desarrollo económico,
sociocultural y humano entre las sociedades impactadas desfavorablemente por la
globalización. Una visión general de este fenómeno destaca profundos cambios en los
procesos productivos, la apertura de todas las fronteras para el intercambio de
mercancías, el crecimiento de la vasta red de la comunicación y la informática. Más allá
de las respuestas paramilitares contra los globalifóbicos, las instancias internacionales
Ra Ximhai. Vol. 1. Número 3, Septiembre.-Diciembre 2005, pp. 509-520

afiliadas a la ONU han reconocido un deterioro gradual de los patrones y esquemas de


crecimiento y desarrollo de muchas naciones tradicionalmente pobres. La globalización
no solo puso fuera de combate a muchas empresas mexicanas, sino que las fue
liquidando de una forma poco compasiva. El impacto progresivo abarca zonas políticas,
económicas, sociales, religiosas laborales y, por supuesto personales.

De la mano de los estudios y del poder se implementan medidas contra el terrorismo, se


reorganizan cuerpos policíacos, se adquieren herramientas, armas contra el crimen
profesional. Por otro lado se multiplica el comercio ambulante, aumentan los flujos
migratorios, disminuye la producción agropecuaria, se incrementa la producción
artesanal y el índice de divorcios y suicidios. La educación pública tiene un papel muy
importante en este proceso de descomposición social, ya que los maestros no tienen una
respuesta conciente de su práctica profesional frente a ese fenómeno. Esto lo podemos
comprobar analizando concientemente el Programa Nacional de Educación 2001-2006.

“La civilización moderna se guía por unos modelos ideológicos cuya cualidad
destructiva no está lejos de las manías enfermizas propias de los pacientes con
enfermedades mentales. Estos modelos ideológicos se caracterizan por su
obligatoriedad, su carencia de alternativas, su falta de sensibilidad y su inmovilismo
espiritual. Se trata de concepciones existenciales que, finalmente, conducen a
situaciones en las que la realidad ya no se percibe como tal, de ahí que no se
produzcan las necesarias reacciones ante los cambios. Las reacciones ya no se
producen en función de las condiciones y circunstancias existentes, sino sólo en
aquellos casos que resultan menos molestos o perjudiciales para los intereses de las
minorías elitistas. La totalidad de la vida social es sometida a la locura ideológica al
servicio del capitalismo bajo el disfraz de la libertad (Neoliberalismo), cueste lo que
cueste” (Fisher, 2001).

El desarrollo integral humano continúa siendo un desafío para el desarrollo comunitario


en los procesos de globalización, no sólo para los pueblos subdesarrollados, sino
también para los países desarrollados que supuestamente están proponiendo la justicia y
equidad social, ya que los primero están luchando por su supervivencia y los segundos
sobreponen sus propios intereses económicos carentes de valores que conlleven a una
cultura de desarrollo sustentable.
El desarrollo integral humano: un desafío para el desarrollo
comunitario en los procesos de globalización

“Si bien es cierto que cada país requiere construir su propia estrategia, el desarrollo
de la humanidad en su conjunto germinará a partir de la cooperación mundial y el
entendimiento entre las naciones” (Fox, 2001).

LITERATURA CITADA

Fisher, H.
2001 “Reconocerse "humanista crítico y responsable" y actuar siguiendo los
dictados del amor allanan el camino a un sano y pacífico futuro”. (En línea)
Disponible en http://uuhome.de/global/espanol/index.html#1#1

Fox, Q. V.
2001 “Presentación del Informe sobre Desarrollo Humano”. (En línea) disponible en
http://www.undp.org/hdr2001/spanish/speeches/fox.htm.

Santana, L.Z.
2002 “Globalización, desarrollo humano y literatura”. (En línea) disponible en
http://www.upnqueretaro.edu.mx/lengua/literaturaglob.htm>[2002, febrero 24.

Osho, H. P.
2001 “Creatividad. Liberando las fuerzas internas”. (1ª. Ed.) Madrid: Debate

Vargas, H. J.
2002 “Las nuevas formas de gobernabilidad transnacional en el escenario de la
racionalidad económica de los procesos de globalización”. (Inédita). Jalisco. 153
p.

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