El documento define las funciones clave del dinero como depósito de valor, unidad de cuenta y medio de cambio. Explica que en la economía moderna, el dinero funciona como un activo financiero especial en forma de pagaré o deuda, ya que permite a las personas intercambiar bienes y servicios en momentos diferentes. El dinero representa una obligación de pago a otra parte en la economía y facilita la especialización y el comercio entre individuos.
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El documento define las funciones clave del dinero como depósito de valor, unidad de cuenta y medio de cambio. Explica que en la economía moderna, el dinero funciona como un activo financiero especial en forma de pagaré o deuda, ya que permite a las personas intercambiar bienes y servicios en momentos diferentes. El dinero representa una obligación de pago a otra parte en la economía y facilita la especialización y el comercio entre individuos.
El documento define las funciones clave del dinero como depósito de valor, unidad de cuenta y medio de cambio. Explica que en la economía moderna, el dinero funciona como un activo financiero especial en forma de pagaré o deuda, ya que permite a las personas intercambiar bienes y servicios en momentos diferentes. El dinero representa una obligación de pago a otra parte en la economía y facilita la especialización y el comercio entre individuos.
El documento define las funciones clave del dinero como depósito de valor, unidad de cuenta y medio de cambio. Explica que en la economía moderna, el dinero funciona como un activo financiero especial en forma de pagaré o deuda, ya que permite a las personas intercambiar bienes y servicios en momentos diferentes. El dinero representa una obligación de pago a otra parte en la economía y facilita la especialización y el comercio entre individuos.
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DESARROLLO
¿QUÉ CUENTA COMO DINERO?
En algún momento o en alguna parte se han usado como dinero muchos bienes o activos diferentes. Los bienes son cosas que se valoran porque satisfacen necesidades o deseos de las personas: alimentos, vestuario o libros. Un activo, como la maquinaria, es algo valioso porque se puede usar para producir otros bienes o servicios. ¿De modo que cuáles bienes o activos se deben considerar como dinero? Una manera común de definir el dinero es a través de las funciones que desempeña. Tradicionalmente, este enfoque sugiere que el dinero debe cumplir tres papeles importantes. El primer papel del dinero es ser depósito de valor; algo que se espera que mantenga su valor en forma razonablemente previsible a través del tiempo. El oro o la plata que se extrajeron hace cientos de años son aún valiosos. En cambio, los alimentos perecederos dejan de tener valor cuando se dañan. Por ello, el oro o la plata son buenos depósitos de valor, pero los alimentos perecederos no lo son. El segundo papel del dinero es ser unidad de cuenta; la cosa en que se fijan los precios de los bienes y servicios, por ejemplo, en menús, contratos o etiquetas de precio. En las economías modernas la unidad de cuenta suele ser una moneda, por ejemplo, la libra en el Reino Unido, pero podría ser algún tipo de bien. En el pasado, el precio de los artículos a menudo se fijaba en términos de algo muy común, como bienes alimenticios ("fanegas de trigo") o animales de labranza. En tercer lugar, el dinero debe ser medio de cambio; algo que las personas mantienen porque piensan intercambiarlo por otra cosa, en vez de desearlo por sí mismo. Por ejemplo, en algunos campos de prisioneros de guerra durante la Segunda Guerra Mundial, los cigarrillos se convirtieron en medio de cambio a falta de dinero4. Incluso los no fumadores estaban dispuestos a cambiar cosas por cigarrillos; no porque pensaran fumárselos, sino porque después podían intercambiarlos por lo que desearan. Estas funciones están estrechamente vinculadas entre sí. Por ejemplo, un activo es menos útil como medio de cambio si mañana no es tan valioso, es decir, si no es un buen depósito de valor. De hecho, en algunos países donde la moneda tradicional se ha convertido en un mal depósito de valor debido a tasas de inflación de precios muy altas, o hiperinflación, las monedas extranjeras se han llegado a usar como medio de cambio alternativo. Por ejemplo, en los cinco años posteriores al final de la Primera Guerra Mundial, los precios de los bienes en marcos alemanes se duplicaron 38 veces; es decir, algo que costaba un marco en 1918 costaba más de 300 mil millones de marcos en 19235. Por ello, en esa época en Alemania algunas personas empezaron a utilizar otras monedas en vez de marcos para comprar y vender cosas. Para asegurar que la libra esterlina no pierda su utilidad en el intercambio, uno de objetivos del Banco de Inglaterra es salvaguardar el valor de la moneda. Aunque el medio de cambio debe ser un buen depósito de valor, hay muchos buenos depósitos de valor que no son buenos medios de cambio6. Las viviendas, por ejemplo, tienden a seguir siendo valiosas durante largos periodos de tiempo, pero no pueden circular fácilmente como pagos. De manera similar, es bastante eficiente que el medio de cambio de la economía sea también la unidad de cuenta7. Si los almacenes del Reino Unido fijaran el precio de los artículos en dólares y solo aceptaran pagos en libras esterlinas, los clientes tendrían que conocer la tasa de cambio libra esterlina-dólar cada vez que quisieran comprar algo. Esto tomaría tiempo y esfuerzo de los clientes. De modo que en la mayoría de los países los almacenes hoy fijan el precio en términos de la moneda que es el medio de cambio: la libra esterlina en el Reino Unido. Históricamente, los economistas han considerado que la función más importante del dinero es la de ser medio de cambio9. Adam Smith, uno de los padres fundadores de la economía y cuyo retrato figura en el billete de 20 libras, veía el dinero como una parte esencial del paso de una economía de subsistencia, o autarquía, a una economía de intercambio. En una economía de subsistencia, todos consumen únicamente lo que producen. Por ejemplo, Robinson Crusoe, desamparado y solo en una isla desierta, no necesitaba dinero porque solo comía las bayas que recogía y los animales que cazaba10. Pero es más eficiente que las personas se especialicen en la producción, produzcan mayores cantidades de un bien que las que necesitan y después comercien entre sí. Si Robinson Crusoe fuera un recolector habilidoso, por ejemplo, podría centrar su esfuerzo en recoger bayas mientras que su amigo, pescador experto, podría dedicar todo su tiempo a la pesca. Los dos podrían entonces intercambiar entre sí y consumir más bayas y pescados que si cada cual repartiera su tiempo entre recoger bayas y atrapar pescados. EL DINERO ES UN PAGARÉ Aunque Robinson Crusoe y Viernes podían intercambiar simplemente bayas por pescados -sin usar dinero-, los intercambios que las personas desean realizar en la economía moderna son mucho más complicados. Interviene un gran número de personas12. Y, lo que es crucial, el momento de esos intercambios normalmente no coincide. Así como las personas no siempre desean consumir el mismo tipo de bienes que ellas han producido, no siempre desean consumirlos en el mismo momento en que los producen. Robinson Crusoe puede recoger una gran cantidad de bayas durante el verano, cuando están en estación, mientras que su amigo solo puede atrapar muchos peces en el otoño. En la economía moderna, los jóvenes desean endeudarse para comprar vivienda, las personas mayores ahorrar para la jubilación y los trabajadores prefieren gastar su salario mensual gradualmente a lo largo del mes, en vez de gastarlo todo el día de pago. Estos patrones de demanda indican que algunas personas desean endeudarse y otras mantener notas promisorias -o pagarés- que alguna otra debe pagar en un momento posterior. En la economía moderna el dinero es simplemente una forma especial de pagaré o, en el lenguaje de las cuentas económicas, un activo financiero. Para entender el dinero como activo financiero es conveniente considerar primero la gran variedad de tipos de activos que mantienen las personas (individualmente o como compañías). Algunos de ellos se muestran en la gráfica. Los activos no financieros, como el capital (p. ej., maquinaria), la tierra y las viviendas se presentan en color gris claro. Cada activo no financiero puede producir bienes y servicios a sus propietarios. Por ejemplo, la maquinaria y la tierra se pueden usar para elaborar productos o alimentos, las viviendas prestan el servicio de abrigo y comodidad, y al oro se le pueden dar formas que las personas desean, como joyas. Es posible que algunos de estos activos no financieros (o incluso los bienes que producen) cumplan algunas de las funciones del dinero. Cuando los bienes o activos que son valiosos para otros propósitos se utilizan como dinero, se conocen como dinero mercancía. Por ejemplo, Adam Smith señaló que "el hierro fue el instrumento común de comercio entre los espartanos antiguos" y "el cobre entre los romanos antiguos". Muchas sociedades también han usado oro como dinero mercancía. El uso como dinero de mercancías que son valiosas en sí mismas puede ayudar a que las personas confíen en que podrán intercambiarlas por otros bienes en el futuro. Pero como estas mercancías tienen otros usos - p. ej., en la construcción o en joyería-, usarlas como dinero tiene un costo. De modo que en la economía moderna el dinero es, en cambio, un activo financiero. Los activos financieros son simplemente obligaciones de algún participante en la economía: un pagaré a una persona, compañía, banco o gobierno. Un activo financiero puede ser creado por propietarios de activos no financieros. Por ejemplo, un hacendado puede arrendar parte de su tierra a un agricultor a cambio de parte de la cosecha futura. El hacendado tiene menos tierra que antes, pero a cambio tiene un activo financiero: un derecho sobre bienes futuros (alimentos) que produzca el agricultor que usa el activo (tierra). En realidad, sin embargo, la mayoría de los activos financieros son derechos sobre otros activos financieros. La mayoría de las personas que consideran comprar un bono de una compañía (un tipo de pagaré de la compañía al tenedor del bono), como una granja agrícola, no desean que se les pague con alimentos. En vez de ello, los contratos de bonos usualmente estipulan que al tenedor del bono se le debe cierta suma de dinero, que la granja puede obtener vendiendo sus alimentos. Debido a que los activos financieros son exigencias de pago a otro participante en la economía, son también obligaciones financieras; el activo financiero de una persona es siempre una deuda de otra persona. Así, en una economía cerrada el tamaño de las obligaciones financieras es igual al tamaño de los activos financieros, como se muestra en la gráfica 115. Si una persona contrae una deuda hipotecaria, adquiere la obligación de pagar a su banco una suma de dinero a través del tiempo -una obligación-, y el banco adquiere el derecho a recibir esos pagos -un activo del mismo tamaño. O si posee bonos de una compañía, tiene un activo y la compañía tiene una obligación de igual tamaño. En cambio, los activos no financieros no son demandas de pago a algún otro. Si alguien posee una vivienda u oro, no hay una persona correspondiente que deba esa cantidad; de modo que no son obligaciones financieras. Si todos los participantes en la economía reunieran todos sus activos y sus deudas en un fondo único, todos los activos financieros y las obligaciones -incluido el dinero- se cancelarían, y solo quedarían los activos no financieros. POR QUÉ EL DINERO ES ESPECIAL En principio, podría no haber necesidad de un activo financiero especial como el dinero para registrar a quién se deben bienes y servicios. Todos podrían en cambio crear sus propios activos y obligaciones financieros entregando pagarés cada vez que quisieran comprar algo, y luego asentar en un libro mayor si tienen deudas o créditos en el total de pagarés. De hecho, en la Europa medieval los comerciantes solían tratar entre sí emitiendo pagarés. Y las casas comerciales saldaban periódicamente las demandas de pago mutuas en las ferias, cancelando las deudas. Pero esos sistemas se basan en que todos crean que los demás son totalmente confiables. De otro modo, la gente se preocuparía porque algunos de los pagarés queman tiene sean emitidos por personas que no los pagan cuando acude a redimirlos. Aunque confíe en todas aquellas a las que ha prestado directamente, podría preocuparse por aquellas que mantienen pagarés de personas no fiables y, por tanto, no podrían reembolsar sus propios pagarés. El dinero es una institución social que da una solución al problema de la falta de confianza. Es útil en el intercambio porque es una clase especial de pagaré: en particular, en la economía moderna el dinero es un pagaré en el que todos confían. Debido a que todos confían en el dinero, son felices de aceptarlo a cambio de bienes y servicios; y puede llegar a ser universalmente aceptable como medio de cambio. Solo ciertos tipos de pagarés pueden obtener ese estatus. Por ejemplo, si no se confía ampliamente en que se reembolsará un tipo de pagaré, es menos probable que sea aceptable en el intercambio, y menos como dinero. La siguiente sección explica qué tipos de pagarés funcionan como dinero en la economía moderna, y cómo se llegó a tener suficiente confianza en esos pagarés particulares para que fuesen universalmente aceptables en el intercambio. Cómo multiplicar dinero En Alemania el dinero se multiplica como por maravilla. En 22 regiones se han puesto a circular unas 40 “monedas regionales”. En el este de Alemania (ex RDA) no abunda el trabajo: la tasa de desocupación (20 %) dobla a la que se registra en el oeste del país. Por lo tanto, tampoco abunda el dinero. Ello se refleja a menudo en que fontaneros, albañiles y electricistas a menudo no reciben el pago por servicios prestados. Un abogado, que representa a esos perjudicados, se dio cuenta, de que el problema no era la mala voluntad de la gente, sino que ésta simplemente no tenía dinero. Y se le ocurrió crear una “moneda regional”, independiente del euro que no hay. A través de esa “unidad de cuenta”, se dijo, la gente puede pagar sus deudas sin tener euros: simplemente con otros servicios. Así nació en 2004 en la localidad de Güsen, Estado de Sajonia-Anhalt, el “urstromtaler”: una moneda para quienes no tienen euros ni pueden acceder a ellos. En el ínterin, las “monedas regionales” surgen en muchas partes de Alemania como hongos: en Bremen existe el “roland”; en Chiemgau, el “chiemgauer” y en Karlsruhe, el “carlo”. “Pequeño hermano” Los organizadores de estos sistemas no aspiran a que el “pequeño hermano” del euro lo sustituya, sino que lo complemente. Una de las características comunes a casi todas esas monedas regionales es que van perdiendo valor automáticamente, por ejemplo, el “chiemgauer” se devalúa un 2 por ciento cada tres meses. La razón de ello es “hacer circular el dinero”, es decir, que la gente lo gaste lo más rápidamente posible. La idea de la “moneda que va desapareciendo” fue de Silvio Gesell, un comerciante y reformador social alemán. Gesell fue testigo a fines del siglo XIX de una crisis económica en la Argentina, cuyas causas vio en que se ahorraba demasiado y se gastaba poco. Su propuesta de solución: el dinero debe ser, como todas las demás mercancías, perecedero. Los billetes de banco deben “oxidarse”, deben “quemar” en las manos de sus poseedores, para aumentar así su velocidad de circulación. En las monedas regionales, ello se lleva consecuentemente a la práctica: cada tres meses, su poseedor debe comprar “sellos” para “recargar” los bonos y que éstos no pierdan valor.