Ciber Bullying

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Proyecto “festival para la paz”

Yessica Darlen Reyes Rivera


Yesica Bibiana Álvarez López
Yesica Jazmín Martínez Hernández.
Miriam Cristina Magaña Torres

Instituto Rosario Castellanos


Unidad Académica Azcapotzalco
Grupo:114, Psicología Educativa
Prof. Pamela Mestre
Mayo 25, 2021.
Introducción

El uso de las Tic ha transformado el contexto educativo y los procesos de enseñanza


aprendizaje, generando oportunidades de cambio, ofreciendo una alternativa que
responda a los intereses de los estudiantes. La incorporación de las Tic en la educación
facilita el aprendizaje proporcionando una retroalimentación inmediata de los procesos,
permitiendo corregir errores y contribuyendo a buenos desempeños. Por un lado, este
acceso a la tecnología ha permitido un mayor desenvolvimiento tecnológico y científico,
sin embargo, en los últimos años se ha producido un gran incremento de los problemas
de convivencia en los centros escolares, donde los principales protagonistas son los
estudiantes, niños y adolescentes que, bien como actores directos o bien como víctimas,
participan de un entramado de relaciones sociales. Nos referimos, a la nueva forma de
acoso escolar que se manifiesta a través de las tecnologías de la información y
comunicación: llamada Ciberbullying, donde adolescentes y jóvenes victimizan a sus
compañeros por medios electrónicos y redes sociales: (Facebook, Twitter, email,
mensajes de texto entre otros, y los dispositivos electrónicos: celulares, computadores,
etc.)

https://www.significados.com/ciberbullying/
Violencia Estructural y Social en la Educación

La educación reproduce en su sistema las mismas propiedades que contiene su


superestructura, es decir, la reproducción social, la tendencia monopolizadora y la lógica
mercantilista-capitalista. Estas propiedades se tornarán más implícitas conforme más baja
sea la posición de la institución dentro de la pirámide social para poder preservar sus
apariencias democráticas y libres que poseen ante la sociedad.
Antes de comenzar con las clasificaciones de violencia social y estructural es importante
definir lo que s violencia y de acuerdo a Maldonado Se parte de considerar a la violencia
como relación de poder, vínculo o forma de relación social por la cual uno de los términos
ejerce su poder acumulado sobre el otro. Violencia es, pues, toda situación de poder que
naturalice la desigualdad y la jerarquía, que transforme a una porción de sujetos en
objetos (2004: 5). La violencia objetiva se conjuga con la violencia simbólica planteada por
Bourdieu (1999), para quien es esa que arranca sumisiones que ni siquiera se perciben
como tales, apoyándose en expectativas colectivas y en creencias socialmente
inculcadas.
Al estudiar la violencia, conviene abordarla desde cuatro elementos, los primeros tres
propuestos por Moreno (2006): el acto (realización de poder acumulado sobre el otro,
según Maldonado), los actores (agresor, individual o colectivo, que causa daño objetivo o
subjetivo a otra persona o grupo) y la significación de la acción (violencia cuando el
agresor, el agredido o un observador de la acción dieran al acto excesivo una significación
negativa para la víctima, siendo la intención de dañar el eje articulador de dicha acción); a
estos tres elementos propuestos por Moreno se agrega el contexto como un campo de
lógicas y fuerzas en el que se produce la violencia que pueden caracterizarse como de
apropiación/violencia o de regulación/emancipación.
La Secretaría de Educación Pública (2009), considera que los factores de riesgo en la
violencia que se suscita en los salones de clases, se derivan de la falta de reglas y límites
en la institución y de las relaciones poco afectivas entre compañeros, compañeras,
docentes y directivos(as).
Un análisis realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos
(OCDE) entre los países miembros, reporta que 40% de los estudiantes han sido víctimas
de bullying, 25% recibieron insultos y amenazas, 17% golpes y 44% han vivido algún
episodio de violencia verbal, psicológica, física y a través de las redes sociales (CNDH,
2014). En México, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) reportó en
2011 que 30% de los estudiantes de primaria declaraban sufrir algún tipo de violencia
escolar. Para 2013, este porcentaje aumentó a 40%, es decir, 18 millones 781,875
alumnos y alumnas de primaria y secundaria, tanto en escuelas públicas como privadas,
sufrieron acoso escolar. Del estudiantado de sexto grado de primaria, 40% dijeron haber
sido víctimas de robo; 25% recibieron insultos o amenazas; 16% fueron golpeados y 44%
han atravesado algún episodio de violencia. Por su parte, la Comisión Económica para
América Latina y el Caribe (Román y Murillo, 2011), destaca que 11% de los estudiantes
mexicanos de primaria han robado o amenazado a algún compañero, mientras que en
secundaria ese porcentaje alcanza 7%.
Violencia en el alumno

Aguilera, Muñoz y Orozco (ibíd.) observaron que los hombres participan y son víctimas de
violencia en mayor medida que las mujeres. En los varones son más evidentes y
frecuentes las agresiones físicas y verbales, así como el uso de lenguaje soez; en
cambio, las mujeres utilizan, especialmente, otras formas de agresión verbal como la
burla y algunas más sutiles, con un fuerte componente actitudinal (o de lenguaje no
verbal), como la marginación. Por otra parte, los alumnos que presentan alguna condición
personal desfavorable (como dificultad para desplazarse, ver, oír, etc.) manifiestan ser
objeto de mayor agresión por parte de sus compañeros.
Ciberbullying en el Contexto Educativo
El ciberacoso o ciberbullying es una realidad en las aulas, y cada vez más casos salen a
la luz, afectando a niños, niñas y jóvenes de edades y contextos diferentes. Es un tipo de
acoso que se produce entre menores y en el que se utilizan los medios digitales para
hacer daño a la víctima, conscientemente y de forma repetida en el tiempo:
Daño intencional: el acoso puede tomar muchas formas, burlas, humillaciones, insultos,
difusión de mentiras y rumores, hacerse pasar por la víctima para ridiculizarle, cerrar sus
cuentas con denuncias falsas en las redes sociales, presión a sus compañeros para
aislarle, etc. con la intención de hacerle daño psicológica, emocional y socialmente.
Repetido: el daño se produce habitualmente, pudiendo llegar a ser algo cotidiano y
rutinario. No se trata de incidentes aislados, peleas ni discusiones puntuales.
Entre menores: por parte de un menor o grupo de menores hacia otro menor, pudiendo
adoptar un rol de superioridad (o mayor estatus social) sobre la víctima.
Con medios digitales: utilizan como herramienta los móviles, las redes sociales, fotos,
vídeos, juegos online, correo electrónico, foros y cualquier otra aplicación móvil o servicio
de Internet.
Cada situación es diferente, y también lo son las vivencias de cada menor. Aun así, es
habitual que estos casos generen secuelas psicológicas graves, dañando la autoestima
de las víctimas y su capacidad de relacionarse con los demás, incluso en algunas
ocasiones pueden llevarles hasta una depresión o ideaciones suicidas.
La violencia escolar es un fenómeno muy común en la actualidad y tiene como actores a
los propios estudiantes. La garantía de un ambiente escolar seguro se ha visto
comprometida durante los últimos años, debido a las problemáticas sociales que de
alguna forma afectan el sentir, el pensar y el actuar de los alumnos. A partir de varios
estudios alrededor del mundo y con el uso de diversas metodologías de investigación
para abordar el tema, se ha establecido, con un grado aceptable de certeza, que
actualmente el Bullying es el principal tipo de violencia que enfrentan los menores dentro
del centro educativo. Igualmente, con la llegada de nuevas tecnologías y la interacción
con personas de otro país o del mismo, sean conocidas o no, es cada vez más rápida y
efectiva. Y sin lugar a dudas, la Internet ha sido uno de los servicios con más éxito en
todo el mundo. Desafortunadamente, desde hace varios años dichas herramientas
tecnológicas han favorecido que el Bullying tradicional haya traspasado los muros de las
escuelas y se haya extendido en forma virtual a los hogares de los estudiantes agredidos
e intimidados dando origen a lo que se conoce actualmente como Ciberbullying .La
violencia escolar concebida como el comportamiento u omisión que con clara intención de
hacer daño se practica entre los diferentes actores de la comunidad educativa, esto es,
estudiantes, personal docente, personal administrativo y figuras parentales, ha ido
evolucionando, no solo en cifras sino además en las formas en las que se manifiestan y
las herramientas empleadas para llevarlas a cabo. Esta manifestación de la violencia
puede darse en diversos contextos, ya sea en las instalaciones propias de los centros
educativos o bien en otros que directa o indirectamente están relacionados con la escuela
y el hogar (alrededores de la escuela o lugares donde se desarrollan actividades
extraescolares) (Ferro, 2014).
Castro y Reta (2013) añaden que las formas mediante las cuales la violencia se expresa
están determinadas por todos los elementos que la cultura pone a disposición, de ahí que
sean hoy en día las nuevas tecnologías y pantallas, las empleadas para hacer daño.

Características del Ciberbullyng


• la agresión puede ser observada por una gran cantidad de espectadores, un
número indefinido de veces; es posible que las víctimas nunca lleguen a conocer a sus
agresores, debido al anonimato que permiten los medios que se utilizan.
• Acoso público: Internet permite que infinitas personas participen en el acoso a otro.
• Reiteración: el ciberbullying es un acoso que se repite o prolonga en el tiempo. El
medio online permite la distribución y copia de archivos que, aunque el agresor sólo los
utilice una vez, permanecen en el tiempo y siguen produciendo daño a la víctima.
• Intencionalidad: la falta de conocimiento sobre Internet provoca que en ocasiones
se den casos de ciberbullying no intencionado. Por ejemplo, poniendo un comentario
negativo sobre alguien en una red que crees privada y que al final acaba viendo personas
ajenas.
¿Por qué es tan dañino y complejo?
El ciberbullying presenta algunas peculiaridades respecto al acoso presencial que
agravan su impacto y consecuencias.
Con el uso de dispositivos tecnológicos se produce una desinhibición en el
comportamiento. Los acosadores pueden atreverse a actuar (cuando no lo harían en
persona) o hacerlo de una manera más impulsiva o agresiva:
El supuesto anonimato de la red (que no es tal) genera una falsa sensación de impunidad,
de ausencia de responsabilidad y de poder e invencibilidad.
La distancia física con la víctima reduce la empatía con ella, dificulta la consciencia sobre
el daño causado. Al no ver sus reacciones pueden mantener comportamientos que en
persona habrían abandonado mucho antes.
Los testigos o espectadores pueden sumarse más fácilmente al tener una menor
exposición personal. No es necesario que ataquen activamente a la víctima sino que
basta con compartir o darle me gusta a los mensajes acosadores de otra persona.
La inmediatez de las comunicaciones permite respuestas rápidas e impulsivas que
pueden empeorar los conflictos.
La ausencia de normas claras de comportamiento y mecanismos de regulación social en
Internet permiten que aparezcan conductas que no se darían de la misma manera en
persona.Además, las características de Internet y de los móviles (ya de uso cotidiano
entre los menores) hacen que aumente el impacto de la victimización. Se pueden
compartir mensajes en cualquier momento y lugar, por lo que un acosador puede actuar
las 24h. La víctima no tiene momentos de tranquilidad ni espacios seguros.
Los mensajes ofensivos pueden hacerse virales y llegar a muchas más personas en muy
poco tiempo, incluso personas desconocidas y alejadas del entorno de la víctima. Pueden
permanecer en el tiempo, dañándole y afectando su imagen a futuro (por ejemplo, aunque
se cambie de centro educativo los mensajes siguen ahí y es más fácil que el acoso vuelva
a empezar). Conviene tener en cuenta que, a mayor difusión, es más difícil localizar todos
los mensajes para solicitar su eliminación, y además, no en todos los servicios web es
sencillo conseguir que los borren.

Protocolo de actuación ante casos de ciberbullying en el ámbito educativo


Cualquier miembro de la comunidad educativa que sospeche o tenga conocimiento de un
caso de ciberbullying en el colegio debe comunicarlo al equipo directivo del centro. El cual
debe establecer los procedimientos específicos para la detección e intervención de este
tipo de casos:
•Valoración: se debe establecer un proceso de recogida de información que sirva para
valorar el caso de ciberbullying.
•Comunicación: una vez detectado un caso de ciberbullying, se debe comunicar al director
del centro y a las familias de los alumnos implicados. La colaboración entre familia-centro
es primordial.
•Acciones de protección: establecer las medidas para proteger a la víctima y las pautas
para tratar al ciber acosador.
Prevención
La prevención pasa por minimizar los factores que lo favorecen (tanto en víctimas,
acosadores y testigos), dar herramientas para gestionar los conflictos antes de que
deriven en situaciones más graves y proporcionar mecanismos para pedir ayuda.
Hablar cotidianamente con los menores, para estar al día de las aplicaciones, redes
sociales y juegos que utilizan, quiénes son sus amistades online y qué hacen en la red.
Cuando sea necesario, supervisar su actividad con las herramientas de control parental y
comentarlo. Se trata de preocuparse, con naturalidad, como hacemos con su día a día en
el centro educativo o en el parque con los amigos. Además, podemos aprovechar las
noticias en los medios de comunicación, películas, etc. para que nos hablen de los riesgos
en Internet y darles buenas prácticas.
Cuidar una relación de confianza con ellos para que en caso de problemas acudan
a nosotros (u otro adulto de confianza) sin miedo a reacciones exageradas. Además,
debemos tratar de ser un modelo a seguir con nuestro comportamiento online. No
podemos pedirles una responsabilidad en el uso de móviles y redes sociales que no
cumplimos.
Potenciar sus habilidades sociales (autoestima, empatía, autocontrol, resolución de
conflictos, asertividad, espíritu crítico) de modo que no lleguen a iniciar el acoso, o en
caso de sufrirlo sepan gestionarlo y responder adecuadamente. También es fundamental
en el papel de los testigos o espectadores, pues pueden reforzar el ciberacoso si
comparten, dan me gusta a los mensajes, o simplemente “miran para otro lado”, pero
también pueden detenerlo si no se callan, apoyan a la víctima y alzan la voz contra el
agresor, llegando a denunciar ante un adulto responsable.
Cuidar la privacidad. Emplear cuentas privadas en redes sociales, limitar el número de
contactos («una cuenta con 300 amigos no es privada») y configurar sus opciones de
privacidad a fin de reducir la información expuesta en Internet (mensajes, fotos, etc.), que
un acosador podría utilizar para atacarles. En la misma línea, se deben evitar prácticas de
riesgo: no compartir información sensible (imágenes íntimas, contraseñas,
geolocalización, mensajes que pudieran perjudicarles), no aceptar como amigos a
quienes no conocen en persona, no quedar con desconocidos, etc.
Gestionar los conflictos antes de que puedan llegar a un ciberacoso. Mantener la
calma y no agrandarlos con reacciones exageradas (por ejemplo, respondiendo con
insultos), ni con una actitud pasiva. Se debe responder asertivamente para encontrar una
solución.
Estar atentos a cambios repentinos en los menores como brotes de agresividad, o
pasividad, reacciones exageradas ante una broma, cambios en las amistades, aprensión
o indiferencia en el uso de Internet, etc. Aunque los cambios forman parte de la
adolescencia, también nos pueden dar pistas sobre posibles problemas.

Consecuencias del ciberbullying en el contexto educativo

La naturaleza de este acoso a través de las nuevas tecnologías de la comunicación, tiene un efecto
igual o más negativo en los adolescentes que el bullying tradicional donde sus víctimas pueden
llegar a sufrir problemas psicológicos y físicos por mucho tiempo. Dentro de las aulas podremos
identificar el ausentismo del alumnado, poca participación, deterioro en el desarrollo académico.
Algunos de los daños psicológicos que se pueden presentar son: baja autoestima, ansiedad, bajo
rendimiento académico, adicción a las drogas, alienación, dificultades para concentrarse,
problemas de comportamiento y, en casos extremos, conductas delictivas. Así mismo los
problemas físicos son el resultado del estrés que la situación ocasiona, tales como cefaleas,
náuseas, trastornos alimenticios y enuresis. Las consecuencias más graves incluyen la depresión,
ideación suicida y, en el peor de los casos, intentos suicidas u homicidas. Además, está claramente
señalado que el acoso cibernético es una forma de generar tensión entre los individuos de todas
las edades, siendo los menores los más vulnerables. En algunos casos, estos problemas, que
generalmente inician en la adolescencia, persisten en la edad adulta.
¿Qué hacer en caso de ser víctima?

 Se debe intervenir y con la mayor rapidez posible para evitar que el problema siga
agravándose, ya que no va a resolverse por sí mismo. Se debe mantener una actitud
serena, constructiva y de búsqueda de soluciones, evitando reaccionar exageradamente ni
culpabilizar.
 Escuchar a la víctima sin culpabilizarle y reforzar su autoestima. Es muy importante que el
menor sepa que vamos a ayudarle a solucionar la situación, que estamos de su lado y
puede confiar en nosotros, pero debe contarnos qué está ocurriendo.
 Guardar las evidencias tomando capturas de pantalla con los mensajes acosadores para
poder exponer el caso y si es necesario denunciarlo. No se deben borrar, ni responder a
los mensajes para no aumentar el problema.
 Comunicarse con el centro docente. Si todos los implicados son alumnos deben tomar
medidas, valorar la mejor forma de actuar y asesorarnos. Aunque hubiera implicados de
otros centros, al menos pueden dar apoyo psicológico al menor.
 Búsqueda de ayuda especializada. Se puede acudir al centro de salud y servicios sociales
para pedir ayuda psicológica para víctimas, acosadores y testigos, así como a asociaciones
especializadas para pedir asesoramiento.
 Contactar con el agresor y sus padres para tratar de solucionar el conflicto por la vía del
diálogo y eliminar los contenidos ofensivos de Internet. Si los implicados son alumnos del
mismo centro, la mediación del centro puede ser de utilidad.
 Denuncia ante las páginas web y redes sociales donde se han publicado los mensajes
acosadores para solicitar su eliminación, así como bloquear las comunicaciones del
agresor hacia la víctima.
 Denuncia ante las autoridades
Jugo; Memorama
Referencias

1. Bourdieu, P. y Passeron, J.C. (1996). La reproducción. Elementos para una teoría de la


enseñanza. Barcelona: Fontamara.
2. Barroso Tristán, Jose María. (2013). Educación, ¿sistema violento?. Revista Integra
Educativa, 6(2), 13-27. Recuperado en 14 de mayo de 2021, de
3. Hernández, A & Solano, I. (2007). CIBERBULLYING, UN PROBLEMA DE ACOSO ESCOLAR.
AIESAD. 10(1), 17-36.
4. Ciberacoso escolar. (2020, 7 septiembre). Internet Segura for Kids.
https://www.is4k.es/necesitas-saber/ciberacoso-escolar
5.

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