Carta A Una Radio Comunitaria
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hasta volverse hilachas, los continentes se han vuelto multitud de islas. Y los nuevos medios de
comunicación democráticos son botellas con mensajes confiados al mar. Al mar, pero no al azar.
En el peor momento de la comunicación argentina, Rodolfo Walsh, a través de la agencia ANCLA,
decía: ‘reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a
máquina, a mimeógrafo, oralmente. Mande copias a sus amigos: nueve de cada diez las estarán
esperando. Millones quieren ser informados. El terror se basa en la incomunicación. Rompa el
aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad. Derrote el terror. Haga
circular esta información’. El secreto no estaba tanto en la hoja informativa, sino en la ruta que
seguía: una cadena de amistad, una ristra de compañeros, una red de vínculos.
Esas rutas, semejantes a las corrientes marinas, agrupaban y daban dirección a las botellas
1988 arrojadas al mar. Ellas no eran entregadas al capricho del azar, eran confiadas a lo que quedaba
Diciembre Las Músicas de los grandes movimientos vinculares. Las hilachas, los andrajos, estaban anudados todavía, en
algunos casos.
Ugartemendia, quien luego jugará
De todas las historias que los de Madre Tierra hemos vivido con En Tránsito, nos gusta destacar
en Los Pumas en la década de
Carlos Rousselot firma junto a
aquella que nos acercó personalmente y en grupo, y servir al contacto de otros. Nada es tan
baión para el ojo idiota
Eduardo Grandin
Las músicas
en Morón
Madre Tierra
videntes
los ’90
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