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CARRACEDü
PALEOMAGNETISMO
E HISTORIA VOlCANICA
DE TENERIFE
Gel
AULA DE CULTURA DE TENERIFE
1979
Impreso en: L1TOGRAFIA A. ROMERO. S. A.
Avda. Angel Romero. sIn.
Santa Cruz de Tenerife (Espai'la)
ISBN 84·500·3271·7
Depósito Legal: TF. 729· 1979
INDICE
Páginas
PROLOGO 7
NOTA PRELIMINAR 9
INTRODUCCION ~ ................... II
HISTORIA VOLCANICA DE LA ISLA 17
CARTOGRAFIA y ESTRATIGRAFIA PALEOMAGNETICAS 41
DATACIONES RADIOMETRICAS 53
Análisis de las dataciones publicadas 55
Dataciones adicionales 58
CURVAS DE DERIVA POLAR Y ESTABILIQAD DEL BLOQUE
INSULAR.................................................... 61
APENDICE 73
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 77
PROLOGO
7
NOTA PRELIMINAR
El lector podró encontrar en este libro IIna sintesis de los resultados obtenidos
de la aplicación de las técnicas geocronológicas hoy disponibles, especialmente el
Paleomagnetismo y las dataciones radiométricas. a la resoLllción concreta de los
problemas existentes y a Los vacios de conocimiento de La geoLogia e historia
I'olcánica de Tener(t'e. Dado qlle estas técnicas no se habian introducido en
Espaiia con anterioridad a estos trabajos. Sil aplicación aL estudio de las IsLas
Canarias reqlleria previamente la clllminación de IIna serie de etapas que
enllmeramos a continllación por orden cronológico de realización.
La primera fase I consistió en la reali:ación de la parte instrumental y !mesta
a plinto de las técnicas adeclladas para el desarrollo de IIna inrestigación en el
campo del magnetismo de rocas." del paleomagnetismo. Vna re: cO/llpleta esta
etapa se procedió al estlldio del comportamiento y cal'l/cteristicas magnéticas y
paleomagnéricas de materiales representatil'os de Tener(t'e. Estas cal'l/cteristicas,
tales como estabilidad de la remallencia magnética, intensidad de magneti:a-
ción. etc., de materiales lál·icos. almagres. illtrusiones. etc., el'l/ condición preria
indispensable para la realización de la cartogrt!fiú paleo/llagnética de la Isla y
podria ser de gran interés IIna I'el. conocida Sil prohlelluítica. en .ti/tllros estlldios
anólogos en islas I'olcónicas.
Segllidamente se procedió a la inl'estigación directa de las posihilidades de
empleo de las inversiones del C MT 2 en la isla y. de .teJrllla mlÍs amplia. las posihi-
lidades de la extensión de este método como allxiliar en la elahoración de mapas
geológicos a otras islas volcónicas. Por último. tras la realización de IIn programa
de dataciones radiométricas de las mllestras seleccionadas se procedió a la aplica-
ción de todos los datos obtenidos a la reconstrucción de la historia l'olclÍnica de la
isla y a la elaboración de un mapa geológico con IIn coll!rol crono/ágico preciso.
Todas estas investigaciones pudieron lIel'llrSe a caho gracias a la entllsiasta
ayuda y dirección del Prof. José Maria Fúster y a la colahoración de I'arios
compañeros del Departamento de Petrologia y Geoqut'lnica. especialmente los
Drs. E. Ibarrola. que realizó los análisis del potasio para las dataciones radiomé-
tricas, y V. Araña y F. Anguita. que hicieron IIna lectllra critica del mallllscrito.
Fue de especial ayuda la orientaciún prestada en nllmerosas jornadas de campo
por J. M. Navarro.
I Gran pane de los datos que se han empleado en la confección de este libro se obtuvieron durante la elaboración
de la Tesis Doctoral realizada por el autor bajo la dirección del Prof. José M.a Fúster.
2 Campo magnético terrestre.
9
En Canadá y EE. UU. prestaron su colaboración los Profesores F. W. Beldes
y D. W. Stran~way del Departamento de Geolo!<l'a de la Universidad de Toronto y
del Centro Espacial de la NASA en Houston, respeetil'lllnente, que me iniciaron
en el PaleonUl~netismo. En Portu~al los Drs. M. Portu~al Ferreira, V. Costa y
R. Macedo, del Laboratorio de Geocronolo~ia de Coimbra, colaboraron con las
determinaciones radiométric(/s.
Aqui en Teneril'e, el Pn~r L. A(l'onso leyó, criticó y contribuyó a la mejora de
este manuscrito.
A todos el/os mi sincero a~radecimiento.
10
INTRODUCCION
La relativamente reciente confirmación de la deriva de los continentes, teoría
enunciada por primera vez por Wegener en 1915, y fruto de ella, la teoría de la
tectónica de placas, ha supuesto sin lugar a dudas una auténtica revolución en las
Ciencias de la Tierra, especialmente en la Geología. Esta revolución es comparable
al impacto que causara en su día en la Biología la introducción del concepto de
evolución.
Las primeras tentativas de explicación de la génesis de las Islas Canarias se
producen al conocerse los enunciados de la tectónica global, relacionando esta
génesis con la apertura del Atlántico. La continua separación de los continentes de
Africa y América del Sur, como consecuencia de la continua expansión del suelo
del Atlántico a partir de la dorsal, produce una serie de fenómenos que afectan a
las Canarias, al ser estas islas parte integrante de la placa litosférica africana.
El análisis de las relaciones existentes entre las áreas volcánicas activas y la
tectónica de placas vino a demostrar la aparición de volcanismo activo y acentuada
sismicidad en los bordes de placa. Un grupo de autores intenta relacionar las
Canarias con un borde constructivo, cuyas manifestaciones volcánicas, las Islas,
habrían ido alejándose de la Dorsal Centroatlántica por la continua actividad gene-
radora de suelo oceánico a partir de esta zona central.
Estos modelos presentan la dificultad de que la edad de las Canarias no parece
sobrepasar los 30 ó 40 millones de años, mientras que, según determinaciones
cronológicas recientes, la edad de la corteza oceánica que rodea el Archipiélago
supera los 150 m. a.
Además de la lógica conjugación de la génesis de las Canarias con la tectónica
del Atlántico, aparecen nuevas hipótesis que intentan relacionar este proceso con
la geología continental africana, especialmente con el plegamiento del Atlas, cuya
ocurrencia coincide en el tiempo con la formación de las Islas.
Más adelante aparece un nuevo factor que influirá decisivamente en los mode-
los posteriores, como son las dataciones radiométricas efectuadas en las Islas por
Abdel Monem y otros en 1972 que ponen de manifiesto el crecimiento hacia el Este
de las edades máximas del volcanismo subaéreo visible más antiguo de las Islas.
Siguiendo pues la dirección de expansión del suelo del Atlántico, estas edades
máximas van creciendo de forma progresiva desde los 0.75 m. a. correspondientes
.al Hierro, hasta los 19 m. a. de Lanzarote. Resulta entonces lógico que se aplicara
al origen de las Canarias el mismo modelo que se había aplicado con éxito en las
Islas Hawaii. Este modelo, ideado por Tuzo Wilson en 1963, suponía la existencia
13
de una zona de fusión fija en el manto (punto caliente) que se manifestaría en
superficie como un área de volcanismo activo continuo.
El lento (varios cm. por año) pero incesante desplazamiento de una placa
litosférica sobre este punto caliente explicaría la progresión de edades de las islas
edificadas por este tipo de actividad volcánica. Aunque este modelo es aún válido·
para explicar la génesis del Archipiélago, presenta una serie de dificultades en su
aplicación entre las que destacan la aparente inmovilidad de la placa africana en los
últimos 25 m. a., según observaciones recientes realizadas por Burke y Wilson
(1972), así como la posible existencia en las Islas de interrupciones importantes de
la actividad volcánica. Estos dos hechos, de confirmarse, chocarían con los funda-
mentos de la teoría expuesta por Tuzo Wilson.
Como hipótesis alternativa y en un intento de salvar estos inconvenientes,
Anguita y Hernan postulan la existencia de una fractura en la litosfera en el área de
Canarias relacionada con el plegamiento del Atlas cuya actividad se propagaría
hacia el área de las Canarias, iniciando a su paso la actividad volcánica. Este
sencillo modelo explicaría la progresión de edades hacia el Este, como resultado de
la propagación de las tensiones en sentido opuesto. Al mismo tiempo permitiría la
existencia de hiatos en la actividad volcánica de las Islas como consecuencia de la
repetición del proceso de fracturación.
Un tercer grupo (Araña y otros, en prensa) supone la existencia de bloques
con saltos de falla de varios miles de metros, producidos por acortamiento cortical
en la zona de tránsito de la corteza oceánica a la continental en la zona del
Archipiélago. Esta fracturación en bloques favorecería el ascenso de los materiales
volcánicos que darían lugar a las islas.
En otro orden de cosas, el paleomagnetismo ha sido instrumento tan valioso
en el aporte de evidencia a favor de la deriva continental y la tectónica de placas
que es muy dudoso que su aceptación final se hubiese logrado sin su ayuda. La
determinación de las curvas de deriva polar de los bloques continentales, el descu-
brimiento de las bandas de anomalías magnéticas impresas en los fondos oceánicos,
el estudio de las inversiones del campo magnético terrestre (CMT) presentes en los
sedimentos de los fondos oceánicos, etc., han sido sin duda hitos fundamentales en
la elaboración y demostración de las teorías mencionadas.
El paleomagnetismo no es una ciencia joven, aunque su mayor impulso sea
reciente y esté relacionado con el desarrollo de las hipótesis de la expansión de los
suelos oceánicos y la tectónica global.
El término paleomagnetismo o «magnetismo fósil» explica que esta ciencia
estudia las variaciones y características del CMT registradas en las rocas desde el
pasado geológico más remoto. Melloni en 1853 midió por primera vez de forma
sistemática la magnetización remanente en rocas volcánicas de Italia y descubrió
que ésta se imprime en las rocas por la acción del CMT en el momento del
enfriamiento. Siguiendo las ideas de Melloni, Forgheraiter sugirió en 1894 que el
análisis de las direcciones de magnetización permanente impresa en las rocas vol-
cánicas daba una indicación de las características del CMT en el momento de su
.Ilmnación. lo que permitía, por observación de rocas de diferentes edades, la
reconstrucción de la historia del campo magnético terrestre fósil. Al mismo tiempo
descubría la existencia de inversiones del campo magnético.
Hoy día, la combinación de determinaciones de la polaridad de la remanencia
magnética de rocas y sus edades radiométricas ha permitido el conocimiento pre-
ciso de la historia del CMT. especialmente en los últimos 4.5 m. a.
El paleomagnetismo goza hoy de gran importancia en Geología teniendo apli-
14
cación práctica en campos tan diversos como el estudio de las características del
interior de la Tierra, la solución de problemas tectónicos y estructurales y muy
especialmente en la datación de rocas. La datación de rocas por medio del paleo-
magnetismo puede hacerse a tres niveles distintos de precisión. Un primer nivel
consiste en el empleo de las l'ariaciones seculares del CMT y permite detectar
diferencias en edad de miles de años. El segundo nivel emplea las inversiones del
CMT, detectando diferencias de edad de centenares de miles de años. Por último,
el tercer nivel utiliza las curras de derira polar de los bloques continentales regis-
trando diferencias de edad de millones de años.
Las Islas Canarias tienen una historia volcánica activa de al menos 20 m. a.
por lo que presenta condiciones idóneas para la utilización de las inversiones del
CMT como criterio cronológico. Sin embargo, en una primera etapa se intentó el
empleo de las curvas de deriva polar como método de datación (Watkins et al.,
1966; Carracedo y Talavera, 1971), haciéndose pronto evidente la necesidad de
dataciones radiométricas y del empleo de las inversiones del CMT para una eva-
luación precisa de la edad de las Islas.
Son estos criterios aplicados recientemente (Abdel-Monem et al., 1972; Carra-
cedo, 1975) los que han permitido tener un conocimiento bastante preciso no sólo
de la edad sino de la historia volcánica y de la estratigrafía geomagnética de las
Islas, especialmente Tenerife.
A diferencia de la corteza oceánica donde las bandas de anomalías magnéticas
(inversiones del CMT) presentan una distribución bien definida, en las islas Cana-
rias la irregular distribución en el tiempo y espacio de las emisiones volcánicas
hace que el empleo de las inversiones del CMT no sea tan sencillo.
De todas formas, es evidente que este método constituye un instrumento muy
valioso en estos ambientes geológicos carentes de los criterio geocronológicos
habituales: fósiles, discordancias generalizadas, etc.
El empleo de estas inversiones del CMT, en combinación con una selección de
dataciones radiométricas para la realización de mapas paleomagnéticos, ha sido
aplicado con cierta extensión en Islandia (Dagley et al., 1967; Piper, 1973) Y en
Tenerife (Carracedo, 1975). Este método consiste en síntesis en realizar en tierra
con magnetómetros portátiles un tipo de cartografía similar a la realizada en los
fondos oceánicos por medio de las anomalías magnéticas y ha resultado de gran
valor en el refinamiento cronológico de los mapas geológicos establecidos.
15
HISTORIA VOLCANICA DE LA ISLA
ANTECEDENTES GEOLOGICOS y PALEOMAGNETlCOS
J Recientemente son de destacar tres Tesis Doctorales realizadas en el Departamento de Petrología de la Univer-
sidad Complutense de Madrid. sobre las islas de Gran Canaria. La Gomera y El Hierro. por F. Hernán. C. R. Cubas y
M. J. Pellicer. respectivamente.
19
DATOS GEOCRONOLOGICOS RELATIVOS A LAS FORMACIONES MAS ANTIGUAS PUBLICADOS SOBRE
EL ARCHIPIELAGO CANARIO CON ANTERIORIDAD A ESTE TRABAJO
Serie Antigua
Tenerire ( 1) N, R 26 15.58= 1.60 (7.18±0.57) (Valle Taganana) Basalto
(Teno)
Serie A.ntigua
Gran Canaria (2) N,R 20(66) 16.lh0.40 (13.9 = 0.3) Basalto
(Agaete)
Pre Serie 1
Lanzarote N, R 11 19.00=0.68 Traquibasalto
(Los Papagayos)
• Las edades K/A'r pertenecen a Abdel-Monem et al. (1971, 1972) Y están compiladas en Watkins (1974) .
•• Denominaciones utilizadas por Watkins (1974), con base en la estratigrafía de Fúster et al. (1968).
(1) Posiblemente una datación errónea. Todas las demás edades. incluso en la misma formación, son inferiores a 7.18 m. a.
(2) Recientemente se han realizado 46 nuevas dataciones (McDouga/l y Schmincke, 1977) y la edad más antigua de Gran Canaria ha sido rebajada a 13.9 :!: 0.3 m. a.
(3) Al realizar la carlografía paleomagnética de esta isla se han detectado polaridades R, posiblemente Matuyama (Carracedo y Pe/licer. en preparación: Estratigrafía
volcánica, Paleomagnetismo e Historia volcánica del Hierro).
CORRESPONDENCIA DE LAS SERIES VOLCANOESTRATIGRAFICAS ESTABLECIDAS (FUSTER ET AL., 1968)
CON LOS DATOS PALEOMAGNETICOS. EDIFICIO TENO.
discordancia - - - discordancia
1\)
..... Intrusiones Diferenciados Gilbert
R 4.2-5.1 !5.35::t0.11 (1)
sálicas sálicos Inferior
Serie Serie 1
antigua inferior
I 6.10::t0.18
Basaltos Basaltos N
Pre-Gilbert 5.1 6.35::t0.26
antiguos fisurales R
7.18::t0.57
TENER/FE
La isla de Tenerife es, "como el resto de las islas del Archipiélago Canario, la
manifestación actual en superficie de un edificio volcánico que arranca a varios
miles de metros de profundidad del fondo oceánico y que se ha ido formando por
apilamiento de emisiones sucesivas cuyo origen puede relacionarse con un foco
profundo común a todo el archipiélago.
El estado actual de la estructura subaérea del edificio insular es una conse-
cuencia de la interacción antagónica de dos factores: uno constructivo formado por
las emisiones y otro destructivo constituido por los agentes de denudación.
Si bien el material original es similar al que ha conformado las demás islas,
concurren en Tenerife unas circunstancias diferenciadoras que adquieren su má-
22
xima representaclOn en su historia reciente con la formación de un gran edificio
sálico central y la presencia de numerosos tipos litológicos intermedios de la serie
de diferenciación basaltos-fonolitas.
En Tenerife no parece aflorar el basamento que se supone característica co-
mún en el archipiélago, estando formada la parte más antigua visible de la isla por
las formaciones basálticas que aquí parecen extenderse con interrupciones más o
menos extensas de las emisiones desde el Mioceno Superior 5 al Pleistoceno, cono-
ciéndose incluso algunas erupciones históricas, la última de las cuales tuvo lugar el
año 1909.
Aproximadamente en el Plioceno Medio y localizadas en el centro de la isla
comenzaron a emitirse materiales más alcalinos, en coexistencia con otros de natu-
raleza basáltica, que dieron lugar al gran Edificio Central, posteriormente destruido
(Caldera de Las Cañadas) y reedificado (Teide-Pico Viejo).
En Tenerife se agudizan las deficiencias de criterios cronológicos concluyen-
tes, por lo que la separación de los materiales en series (Fúster et al., 1968) da lugar
a problemas de interpretación.
La edad que se ha propuesto para las formaciones más antiguas de Tenerife
han variado en el tiempo pudiendo notarse una «modernización» de las edades
propuestas. Así Wolff (1931) supone estas formaciones situadas en el Cretácico
Medio, Hausen (1956) Eoceno; Fúster et al. (1968) Mioceno Superior-Plioceno, etc.
La carencia de discordancias generalizadas dentro de las formaciones basálti-
cas fisurales es citada por autores anteriores que si bien aprecian una considerable
diferencia en ciertos lugares entre una base más antigua (Serie 1) y una cobertera
más moderna (Serie 11) no encuentran fundamento para la separación general de
estas series en el ámbito insular.
Más recientemente, Abdel-Monem et al. (1972) encuentran edades de 15.7,
7.18,6.53, 6.10, 5.35,4.65, 1.85, 1.63, 1.52 Y 0.88 para diferentes materiales de la
Serie Basáltica Antigua y en este trabajo se aportan edades que rellenan el vacío
4.65-1.85 m. a., lo que parece evidenciar la continuidad de las emisiones en Tene-
rife al menos en los últimos 7 m. a.
La presencia de una discordancia bastante generalizada en el Edificio Central
de la isla, exclusión hecha en los edificios de Anaga y Teno, observable a través de
las galerías excavadas en la prospección de los recursos hidraúlicos, dio base a un
intento de separación de las Series I y 11 (Carracedo, 1974; Navarro, 1974; Coello,
1975) que coincidiría a grandes rasgos con este intervalo de tiempo.
Sin embargo no se efectúa la separación clara de ambas subseries en la isla
hasta la realización de la cartografía paleomagnética de la Isla (Carracedo, 1975).
, Como ya veremos en un capítulo posterior, la edad máxima de Tenerife aportada por Abdel·Monem et al.
(1972) es de dudosa fiabilidad. por lo que es posible que la edad máxima del volcanismo visible más antiguo de la isla
oscile alrededor de los 7 m. a. (Mioceno Superior).
23
a) Unidad Basal de Taganana
b) Fo,.,nacil)//('s hasálticas
24
c) Formaciones sálicas
En este grupo se incluyen los episodios sálicos del edificio central, así como
los diferenciados sálicos de Anaga y las intrusiones ácidas (diques y pitones) situa-
das a distintos niveles estratigráficos por toda la isla.
Las divisiones que aquí se han hecho son de carácter paleomagnético y no
pueden asimilarse a unidades geológicas, aunque en ocasiones puedan coincidir
ambas circunstancias.
Edificios volcánicos
Al intentar correlacionar las diferentes unidades magnetoestratigráficas deter-
minadas, se comprobó la existencia de varios edificios volcánicos en la isla, de
funcionamiento a veces independiente, cuyas épocas de efusión y tranquilidad no
guardan cronológicamente relación entre sí.
Se hace pues necesario, al hacer la descripción de las diferentes unidades
magnetoestratigráficas en esta isla, tratar separadamente cada uno de estos
edificios e intentar luego establecer una correlación entre los materiales emitidos en
cada edificio en la misma época, aunque hemos podido comprobar que parece más
acertado hablar aquí de una coincidencia temporal de las emisiones que de una
verdadera correlación, siendo la desconexión, en general, tanto más evidente,
cuanto más progresa en el tiempo cada edificio.
Los edificios a los que vamos a hacer mención son Teno, Anaga y Edificio
Centro-Dorsal (Edificio Central).
EDIFICIO TENa
Es tal vez donde la formación fisural es más homogénea. Este edificio está
formado por un apilamiento de coladas basálticas delgadas que en algunos lugares
alcanza potencias de 500-600 metros. El conjunto tiene forma triangular, limitando
discordantemente con las formaciones más recientes del Edificio Central por el
Este. Dentro de este paquete de coladas que la acción marina ha hecho retroceder,
formando acantilados verticales de varios centenares de metros de altura, se pue-
den diferenciar con facilidad dos unidades magnetoestratigráficas que suponemos
consecutivas. La inferior aflora en el fondo de los barrancos más profundos del
lado Sur (Masca, Los Carrizales, etc.) y tiene polaridad negativa, no teniendo
equivalente en el resto de la isla (Fig. 1).
TENO
PICO GRANDE
DIFRERENCIADOS
SALlCOS (~,3~ m.a.) BASALTOS
FISURALES
PREGILBERT SUPo
(~.1-7.0m.a.)
;.
SER. I
INF.
Fig. 1.-Corte esquemático simplificado del Edificio Tena mostrando las unidades definidas. Explicación en
el texto.
El resto del Edificio Teno está formado por una unidad, aparentemente de
polaridad única (N), cuya edad isotópica (6.0-7.0 m. a .. Abdel-Monem et al., 1972)
concuerda con la época normal inmediatamente pre-Gilbert 6. Es muy probable que
la unidad inferior, de polaridad negativa tenga pues una edad superior a 7.0 m. a.,
aunque los dato actuales. y la falta de definición de la escala de inver iones
geomagnéticas en este período de tiempo, no permita por ahora una mayor preci-
sión.
El conjunto está intruido por una densa red de diques, de edad indeterminada,
algunos de los cuales tienen polaridad negativa. aunque si han llegado a formar
colada éstas o han sido erosionadas, o no han podido ser localizadas. Los diques y
pitones ácidos parecen tener polaridad negativa, al menos los que han sido analiza-
dos, estando tal polaridad de acuerdo con la edad determinada para uno de ello
(5.35 m. a., Abdel-Monem et al., 1972) que, habida cuenta de los límites de error,
lo haría corresponder con la época inversa Gilhert.
En este edificio, la actividad. que debió ser paroxística a juzgar por el enorme
volumen de material extruido en un tiempo relativamente corto, parece haberse
detenido hace largo tiempo, probablemente coincidiendo con el emplazamiento de
los diferenciados sálicos. La erosión ha tenido pues tiempo de actuar, desmontando
gran parte del edificio sobre el que se asientan algunos focos de emisiones recientes
(Brunhes, 0.0-0.7 m. a.).
La zona de cumbres, hoy muy desmantelada, parece haber coincidido con un
eje estructural como corresponde a emisiones fisurales de este tipo, cuya posición
central en el edificio se pone de manifiesto por una elevada concentración de
diques.
EDIFICIO ANAGA
En este edificio, las emisiones volcánicas han sido más prolongadas. Sobre la
Formación Basal de Taganana, ya descrita, se apoya una unidad de polaridad
normal que pasa a una unidad de polaridad inversa que forma prácticamente toda
la península de Anaga.
La unidad de polaridad normal, que corresponde al pre-Gilbert superior, es
decir equivalente a la parte superior de Teno, aparece en superficie en la parte
inferior de la costa Norte de Anaga y en los Barrancos del Norte y Este, y sola-
mente en sondeos (Fig. 2) en la parte Sur del Edificio de Anaga. Junto con la
formación basal de Taganana la incluimos en la Serie I Inferior, por ser común a
toda la Isla.
La unidad de polaridad negativa corresponde a la época Gilbert. Sus materia-
les se han extruido de forma más o menos continua respecto a la Serie I Inferior,
pero en esta ocasión las emisiones se han circunscrito exclusivamente a Anaga, por
lo que parece útil su diferenciación.
• Aunque en un capítulo posterior hacemo una descripción detallada de la escala de inversiones del campo
geomagnético. recordamos aquí para ayuda del lector que el campo magnético terrestre ha experimentado una serie de
inversiones en intervalos de tiempo relativamente frecuentes. De esta forma encontramos en el pasado geológico que el
campo magnético de la Tierra coincidía a veces con el actual (épocas de polaridad positiva o normal) o era exactamente
el opuesto (épocas de polaridad negativa o inversa). Por orden creciente de antigüedad estas épocas serian: BRUNHES
normal (0-0.6 m. a.). MATUY AMA inversa (0.6-2.4 m. a.l, GAUSS normal (2.4-3.3 m. a.) y GILBERT inversa (3.3-5.1
m. a.). Por encima de los 5 m. a. las inversiones carecen de nombre específico.
26
PI ANA GA
5ER.I SUP P7
GILBERT P3
~.
P9
5ER.I INT.
GILBERT
INFERIOR
::: .
= . ____ t
COTA Om :;
------+ ~ =
....... ~ ~
~I
+
+
tlJ$.r$.$H
+
+
+ :::::::: PREGILBERT
+ +
+
+
+ SUPERIOR
+
+
5ER.IINF:
L IKm
Fig. 3.-Contacto discordante entre las formaciones Tejina (Serie I Superior) y Anaga (Serie I Intermedia).
Obsérvese el truncamiento de los diques en el contacto.
28
CORRESPONDENCIA DE LAS SERIES VOLCANOESTRATIGRAFICAS ESTABLECIDAS (FUSTER ET AL., 1968)
CON LOS DATOS PALEOMAGNETICOS. EDIFICIO ANAGA
SERIES VOLCANOESTRATIGRAFICAS UN IDADES MAGN ETOESTRAT1GRAFICAS
Serie de Serie propuesta PoIa- Límiles edad Dataciones (1)
Formación Fúsler el aJ: Formación ridad Epoca (m. a.)
Basaltos N Gauss
Basaltos Serie Serie I 3.06-3.32 m. a. -
subhorizontales Inferior
antiguos Antigua Superior de Anaga R I Gilbert
Superior 3.32-3.70 m. a. 3.6hO.27 (2)
- - - discordancia
Basaltos Gilbert 4:65:!:0.70 (1)
Basaltos Serie Serie I
escoriáceos R
Inferior 4.25-5.10 m. a. < ¡ 5.3hO.OS (2)
anliguos Antigua Intermedia
de Anaga
Basaltos
Basaltos Serie Serie I Pre-Gilbert
(sustrato común N 5.10-7.00 m. a. -
antiguos Antigua Inferior Superior
de la Isla)
I
- - - discordancia?
Basaltos Serie Serie 1 Formación Mioceno?
antiguos Antigua Inferior Taganana N Pre-Gilbert 15.6S:!: 1.60? (1)
(predominio de Superior?
materiales
volcanoclásticos)
PLAYA CUEVA
FORMACION BASAL
SER.I )?
I NF.
I (>I~, 7 m.a.
PREGILBERT SUPO
TEJINA
SALlC~ÁA~iliill!lllílliiiiilií~~l!1ilt
I • I
BAJAMf'R~
PREGILBERT
SUPERIOR
SER.I INF.
30
La actividad principal del Edificio Anaga debió terminar con el emplazamiento
de unos diferenciados más sálicos, que coronan las zonas de cumbres y cuya edad
(3.59 m. a., este trabajo) y polaridad (N) la harían corresponder a la parte inferior
de la época normal Gauss (3.32-3.70 m. a.) que marcaría el final de la actividad en
esta parte de la isla, quedando unas fases basálticas residuales con conos bien
conservados que incluimos en la Serie 111.
U na síntesis de la estratigrafía volcánica y paleomagnética del Edificio Anaga,
ya publicada con anterioridad (Carracedo, 1974), viene indicada en el Cuadro co-
rrespondiente.
EDIFICIO CENTRAL
Este edificio parece ser el que presenta mayor complejidad, dado el desarrollo
adquirido por las emisiones ácidas, a consecuencia de la diferenciación de los
materiales que condiciona la aparición de todos los términos de la asociación de los
basaltos alcalinos (basaltos-traquibasaltos-fonolitas-tr-aquitas), con acusado predo-
minio de los términos más diferenciados que han dado lugar a un aparatoso edificio
central que constituye la máxima elevación de la isla. Esta diferenciación final
parece haberse realizado en forma independiente en la mayoría de los ciclos extru-
sivos de los diferentes edificios (Teno, Anaga y Centro) de la isla.
El Edificio Central consta de un sustrato que, como ya hemos apuntado,
aparenta ser común a toda la isla y que daría a ésta una configuración muy parecida
a la actual en las fases antiguas, como parece deducirse de la detección de esta
formación (sustrato) en cotas de hasta 1.500 metros en galerías de la zona central.
Este sustrato puede, a nuestro juicio, correlacionarse con la formación supe-
rior del Edificio Teno (pre-Gilbert Superior 5.1-7.0 m. a. Serie 1 Inferior), conti-
nuándose bajo la cobertera más moderna de la parte, central y aflorando al parecer,
solamente en el fondo de los barrancos más profundos (Bco de Badajoz y del
Infierno, Cabecera del Valle de La Orotava, etc.) o formando cerros testigos ro-
deados de materiales modernos (Roque Vento, Jama, etc., zona de Adeje), allí
donde la existencia de pitones ácidos ha retardado los efectos d~ la erosión.
Una vez terminada la extrusión de la formación pre-Gilbert, comienza en el
Edificio Central un largo período de quiescencia que podría calcularse como de 5.1
a 3.7 m. a. como mínimo, es decir, coincidiendo con las emisiones que formaron
gran parte de la península de Anaga (parte de la Serie 1 Intermedia de Anaga). Este
período de tranquilidad efusiva continúa hasta la actualidad en el Edificio Teno, lo
que permite el desmantelamiento de gran parte de este edificio (altura máxima en
Teno, 1.003 m.).
Por el contrario, esta interrupción de las emisiones no parece haber sido simul-
tánea en Anaga, que lleva una pauta propia, interrumpiéndose las emisiones hasta
la actualidad en este edificio hace solamente 3.6 m. a. La naturaleza más escoriá-
cea y piroclástica del Edificio Anaga en esta fase ha favorecido el desmantela-
miento, cuyo estado actual es, pese a las diferencias de edad, muy similar al del
Edificio Teno (altura máxima en Anaga, 1.024 m.).
En el Edificio Central, esta quiescencia de al menos 1.5 m. a. de duración se
interrumpe con el comienzo de emisiones cada vez más diferenciadas dentro de la
serie basaltos-traquibasaltos-fonolitas, que culminaron con la formación del gran
Edificio Central tal y com9 hoy está configurado.
31
La emlSlon de materiales basálticos fisurales (lo que hemos denominado for-
maciones basálticas) continuó independientemente, en coexistencia con las emisio-
nes propias del Edificio Central, llegando hasta la actualidad (Serie III y IV de
Fúster et al., 1968) Y fosilizando gran parte de las emisiones centrales.
La reanudación de la actividad volcánica en la zona central ha evitado el
desmantelamiento de este Edificio, en su fase anterior al período de quiescencia,
hasta niveles similares a los de Teno y Anaga, conservando la Serie 1 Inferior
alturas de 1.500 m.
Para el mejor conocimiento de la magnetoestratigrafía e historia volcánica de
este Edificio Central, notablemente más complicado que los de Teno y Anaga a
causa de las emisiones postmiocenas, ha sido de gran utilidad la investigación de
sondeos y galerías (Fig. 5), descritos en otro lugar de este trabajo, así como otros
sondeos y galerías estudiados que no han sido citados.
COTA 460
o- ----- - - - - - -- - - - - - - - - - - - - ++++++++++++++++++++++++
M AGUAS DE HERQUES G 21110
COTA 1260
- +++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++
°M PG IZAÑA VIEJA PG 1620
COTA 320
COrA 4811
++++++++++++++++++++++
o G
B BOLAÑOS
COTA 7911
++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++
O B G GAMBUEZO DE TAMADAYA G 4360
mrrnm T A lB ~ PIROC.
~ R QU .~ ACIDOS 1m DIQUES ••••••
000
BRECHA ~
~
FANGlOM.
32
En el recomienzo de la actividad, las emisiones basálticas tabulares debieron
fosilizar el relieve anterior, rellenando las depresiones existentes y apoyándose
discordantemente sobre los Edificios de Teno y Anaga.
Esta formación presenta unas características muy específicas, tratándose gene-
ralmente de coladas basálticas más o menos subhorizontales, de aspecto masivo,
con predominio de materiales lávicos poco escoriáceos y menor número de diques,
incluso cerca de los ejes estructurales. En las galerías que penetran en esta forma-
ción profundamente, puede observarse el paso discordante de esta formación a otra
claramente diferente, con gran número de diques y estado de alteración general-
mente más avanzado que correspondería al pre-Gilbert Superior o Serie I Inferior
(sustrato común).
Los afloramientos de esta formación superior forman un arco periférico al
Edificio Central, siendo más manifiesto en la parte occidental (basaltos tabulares de
Icod y Garachico, zona de Santiago del Teide, Adeje, Arico, etc.). Sus materiales
han continuado emitiéndose a través del mismo sistema de fisuras que han actuado
a lo largo de toda la historia volcánica de la isla (formaciones fisurales), carácter
que se observa mejor en la parte oriental del Edificio.
Una vez generalizadas las emisiones más sálicas, se produce una clara imbri-
cación de ambas formaciones que dificulta considerablemente el establecimiento de
una estratigrafía volcánica precisa para esta zona (ver Cuadro).
Desde el punto de vista cronológico, la actividad efusiva se reanuda en el
límite Gilbert-Gauss, como parece deducirse de las edades y polaridades corres-
pondientes a muestras de esta formación (Roque del Conde, 2.45 ± 0.11; basaltos
del Bco. de Tamadaya, 2.95 ± 0.74 m. a., Carracedo, 1975), continuándose en la
época inversa Matuyama, ampliamente representada en esta zona central.
Probablemente en la época normal Gauss debieron comenzar las primeras
manifestaciones sálicas de este Edificio, con unas fases explosivas (fanglomerados,
Bravo, 1962, brechas pre-Matuyama, Carracedo, 1974), como se deduce de una
edad obtenida en una colada fonolítica intercalada en este material brechoide, que
proporciona una edad de 2.32 ± 0.04 m. a. (Carracedo, 1975) que, teniendo en
cuenta los límites de error, parece corresponder a esta época.
Las emisiones sálicas continúan en el Edificio Central en tres episodios, de los
cuales el segundo y el tercero están muy bien localizados en el tiempo y el espacio.
Estos tres episodios sálicos coexisten con las emisiones basálticas fisurales, que no
se interrumpen. En la secuencia de extrusión de estos tres episodios sálicos, así
como en la localización estratigráfica de las brechas, coincidimos, en términos
generales, con las deducciones realizadas por Araña (1971).
La realización de la cartografía paleomagnética pone de manifiesto una clara
distribución espacio-temporal de las emisiones básicas y sálicas de este segundo
período de actividad del Edificio Central (Fig. 6) cuya historia volcánica y paleo-
magnética podría dividirse en las siguientes fases:
a) Emisión de basaltos fisurales en todo el perímetro del edificio. Estas emi-
siones se interrumpen en el Gauss Supltrior en la zona al W del eje Roques
de García-Vilaftor, mientras se continúa a lo largo del Matuyama hacia el
E (escarpe de Guimar, pre-Jaramillo, 1.01-1.61 m. a.). Esto condicionó
una mayor potencia de la formación en el lado oriental del Edificio.
b) Comienzan las primeras manifestaciones sálicas' (brechas y primer episo-
dio ,sálico), A este primer episodio sálico corresponden los materiales fo-
nolíticos que aparecen en el subsuelo y en superficie (fondo del Bco. de
33
CORRESPONDENCIA DE LAS SERIES VOLCANOESTRATlGRAFICAS ESTAHU-:CIDAS (IUSII·.R I·.T AL .. I%XI
CON LOS DATOS PALEOMAGNETICOS. EDIFICIO CENTRAL
¡:ormacione~
búsicas y Serie IV
súlicas rec.
SERIES TI Y
CAÑADAS
( GAUSS y
MATUYAMA)
36
1.01-1.61 m. a.). Durante este período se emitirían pues materiales basál-
ticos por el E y fonolíticos por el W. siendo frecuentes las imbricaciones,
especialmente en la zona media. En esta época se formarían dos grandes
edifiCios, uno basáltico al E (estratovolcán de Arafo) y otro relacionado
con el segundo episodio sálico al W, en una posición similar a la subcal-
dera occidental de Las Cañadas.
e) Comienza la emisión de un tercer episodio sálico, de localización más
restringida, que parece ocurrir predominantemente durante el Jaramillo
(0.89 - 1.01 m. a.) y cuyos materiales se ven compelidos a fluir hacia el N
(Tigaiga) y S (entre Vilaflor y Arico) por la existencia de los edificios
anteriormente citados.
Esto explicaría la inexistencia de estos materiales Jaramillo (tercer episo-
dio) en la mitad occidental del Edificio Central.
El tercer episodio sálico estaría relacionado con el edificio oriental, apro-
ximadamente en la posición actual de la subcaldera E de Las Cañadas.
d) Posiblemente por la gran cantidad de materiales extruidos en un período
de tiempo relativamente corto, se produce un colapso del conjunto for-
mado por ambos edificios sálicos, dando lu-gar a la caldera de Las Caña-
das, subdivida en dos subcalderas (oriental y occidental) por los Roques
de García.
e) Continuación de las emisiones sálicas centrales dando lugar a los estrato-
volcanes actuales Teide-Pico Viejo, cuyas emisiones coexisten con los
materiales basálticos, cuya emisión no se ha interrumpido. Estos produc-
tos rellenan las dos subcalderas hasta niveles diferentes, quedando la
oriental unos 100 metros más alta que la occidental.
La secuencia superior de este Edificio Central puede también observarse en
los acantilados de la costa N, casi todos pertenecientes a la época Brunhes (Series
Recientes).
37
b) Serie I Intermedia. Restringida al Edificio Anaga. Comprendería los
materiales emitidos únicamente en este Edificio y anteriores a la Serie
I Superior. Los límites de edad de esta serie estarían situados entre
4.25 y 5.1 m. a.
e) Serie I Superior. Circunscrita a la parte occidental de la Península de
Anaga espacialmente y cuya emisiór. correspondería al Gilbert Supe-
rior y Gauss Inferior (3.70 a 3.06 m. a.).
d) Serie 11. Comprende todos los materiales basálticos extruidos durante
el segundo período de actividad del Edificio Central y restringidos al
ámbito de este Edificio, excepto aquellas emisiones cuyos conos están
generalmente bien conservados que se incluyen en las series recientes.
Coexistiendo con las emisiones de la serie 1I se emiten tres episodios
sálicos en el Edificio Central de los cuales el primero está mal deli-
mitado en el tiempo y espacio, mientras que el segundo correspon-
dería al edificio pre-caldera occidental (t = 1.01 - 1.61 m. a.) y el
tercero estaría relacionado con el edificio pre-caldera oriental
(t = 1.01 - 0.89 m. a.).
2. Series Recientes Acidas y Básicas (Series 11I y IV). Están casi totalmente
circunscritas en el tiempo a la época normal actual (Brunhes, t < 0.69 m. a.)
y de distribución espacial generalizada a todo el ámbito insular.
Aunque con puntos oscuros aún en su elaboración, parece que puede inten-
tarse un esquema evolutivo de la Historia Volcánica de Tenerife gracias al control
cronológico proporcionado por las dataciones disponibles y la cartografía y estrati-
grafía magnéticas establecidas.
Esta Historia Volcánica de la Isla que hemos esquematizado y simplificado en
la figura 7 podría establecerse de la siguiente forma:
l. Período de actividad fisural común a toda la Isla. Este período abarcaría
desde unos 7 m. a. hasta 5.1 m. a. En este período queda formado el
volumen principal de la Isla.
La actividad vokánica parece haberse desplazado hacia el E. quedando
finalmente circunscrita a la península de Anaga. A partir de 5 m. a., la
erosión desmonta toda la Isla, excepto Anaga, que crece por efecto de las
emisiones y que en algún momento puede haber funcionado como una
auténtica isla.
2. Finaliza la actividad volcánica en Anaga hace unos 3.5 m. a. En este
momento la actividad efusiva queda interrumpida en toda la Isla. Termina
así el primer ciclo de actividad volcánica correspondiente a la Serie 1.
3. Se reinicia la actividad hace al menos 2.95 m. a., pero en esta ocasión su
ámbito de acción se restringe al Edificio Central. Teno y Anaga, sin prác-
ticamente emisiones, hasta la actualidad, continúan bajo la acción de la
erosión que los desmantela profundamente.
Al reactivarse el volcanismo se emiten basaltos de tipo fisural que casi
inmediatamente comienzan a imbricarse con tres episodios sálicos (límites
máximos de edad 3.3-2.4, 1.6-1.0 y 1.0-0.8 m. a., respectivamente). Coin-
cidiendo con esta reactivación parecen haber ocurrido manifestaciones
38
ero.lo n
FIN
ACTIVI DAD
,o
.~
~o·\.
e
- DESPLAZ. ACTIV.-
5 m.a.
TENO-CENTRO
3.5 m.a.
FIN It.r CICLE) ACTlV.(SERIE 1)
CENTRO
ACTIVIDAD CENTRAL
.cld •• Y b •• ,c • • ANAGA
CENTRO
HOY
Fig. 7.-Cortes esquemáticos simplificados que ilustran la posible evolución histórica del volcanismo en la
Isla de Tenerffe.
explosivas de importancia que originarían las brechas existentes en la base
del Edificio Central.
Estos episodios sálicos imbrican sus materiales con Jos basaltos fisuraJes
que no cesan de emitirse hasta la actualidad.
4. En este Edificio Central y en fase muy avanzada se forma la gran Caldera
de Las Cañadas, que es rellenada por las emisiones posteriores del Edifi-
cio. Las emisiones de carácter ácido se localizan preferentemente en el
área central. mientras que las emisiones basálticas se extienden hasta la
periferia del Edificio y, ocasionalmente, a puntos muy localizados de Teno
y Anaga. Estos basaltos se extruyen a partir de los mismos ejes estructura-
les que han funcionado a lo largo de la historia volcánica de la Isla y que en
las fases más recientes marcan las dorsales de Teno, Anaga y Sur, en clara
relación con alineaciones estructurales impresas en la corteza oceánica,
relacionadas. respectivamente, con el proceso de apertura del Atlántico,
con las fases de plegamiento del Atlas y con la malla de diques de la dorsal
oceánica.
Este segundo ciclo de actividad de la Isla no ha cesado todavía.
40
CARTOGRAFIA y ESTRATIGRAFIA
PALEOMAGNETICAS
La reconstrucción de la Historia Volcánica de Tenerife expuesta en el capítulo
anterior ha sido posible en gran parte gracias a la realización previa de la cartogra-
fía paleomagnética de la Isla.
La cartografía magnética es una técnica de gran utilidad aplicable a terrenos
volcánicos, que integra los datos obtenidos en tres tipos de observaciones: a)
observaciones geológicas convencionales. Incluyen datos petrológicos, estructura-
les, morfológicos, cronológicos, etc., b) observaciones paleo magnéticas . Se trata
aquí de adjudicar una polaridad, normal o inversa, a los diferentes afloramientos,
incluyendo las relaciones entre unidades contiguas, de igualo distinta polaridad,
intentándose la distinción de unidades continuas o separadas en el tiempo, por
criterios exclusivamente geológicos, discordancias, diferencias litológicas, morfo-
lógicas, distinto grado de alteración, densidad filoniana, avance de la erosión, etc.,
e) datación radiométrica de las unidades aisladas. La integración de los datos
obtenidos de las observaciones a) y b) permitirá correlaciones y agrupaciones de
unidades en los casos más favorables. Al menos, según la experiencia de campo
adquirida en las Islas Canarias, en número de inversiones presentes en formaciones
tabulares con potencias a veces de hasta 600 m. no suele ser grande, siendo fre-
cuente encontrar una, dos o a lo sumo tres períodos de polaridad bien definidos en
estas formaciones de mayor potencia, lo que facilita en gran manera la separación y
correlación de las unidades paleomagnéticas. Del mismo modo, la investigación de
estas mismas formaciones en el subsuelo, por medio de los sondeos y galerías
perforados en el estudio de los recursos hídricos de la isla, permite la continuación
efectiva de esta separación de unidades magnéticas en todo el ámbito de la zona de
estudio. Sobre el mapa de polaridades elaborado pueden seleccionarse un número
mínimo de unidades a datar radiométricamente, con lo que obtendremos así un
mapa magnetoestratigráfico de la zona, así como una columna magnetoestratigrá-
fica que abarcará a todos los materiales emitidos.
La importancia de esta técnica se refuerza con el hecho de que una datación
puntual radiométrica, en conjunción con la lectura de la polaridad del material,
proporciona únicamente la edad y polaridad de la colada o dique muestreado,
mientras que la datación de una muestra de una unidad magnetoestratigráfica en
combinación con la escala de inversiones conocida, proporciona unos límites de
edad para toda la unidad determinada. Así pues, con este método, un número
relativamente pequeño de dataciones radiométricas permite deducir las relaciones
de edad de todos los materiales accesibles de la zona en estudio.
Es obvio por otra parte, que no existe ningún criterio geológico (discordancias,
grado alteración, densidad filoniana, compactación, avance de erosión, etc.) que
43
'1
TENERIFE
+++++
+++++
Polaridad normal distinta
de BRUNHES
a Polaridad inversa
Formaciones de polaridad
no determinada
c:?HIERR O
180 170 116 0 15° 14°
..
lZZ3
~
Brunh es {0-O, 69}m .a.
Matuy ama post Jaram illo
Jaram
(O,69 -0,89) m.a.
illo (0,89- 1.01) m.a.
Matuy ama pre Jaram illo
lIIIIIIll (1,01-1,61) m.a.
Adeje r-=:=::::::::J Gauss (2,41- 3,32) m.a.
Fig. 11.-Map a paleoma gnetico de ~
Tenerile. La combina ción de la deter-
minación de las inversion es del
campo geomagn ético impresas en los ~ Gilber t Super ior (3,32- 3,70}m .a.
materiale s de la isla y datacion es ra·
diometric as seleccion adas permite lIii Gilbert Inferio r (4,25- 5,10}m .a.
adjudica r unos limites de edad a todos
los materiale s de la isla. Con circulos
se indican las edades radiomét ricas
lUmD Pre (Gilber t Super ior
5,10- 7,00) m.a.
realizada s por Abdel·Mo nem et al.
(1972) y Carraced o (1975). 1::::::] Pre Gilber t Medio (7,OO -?)
I~:o::ol Pre Gilber t Inferio r {> 15,00 >7
tenga por sí mismo validez como carácter cronológico absoluto. Sin embargo, la
carencia de otros controles temporales más idóneos ha obligado a usar algunos de
estos carácteres como base de separación de diferentes series volcano-
estratigráficas, conduciendo a errores, algunas veces considerables, siendo pues
evidente que estos criterios cronológicos deben emplearse en conjunto y a ser
posible en unión de criterios absolutos (polaridades, dataciones isotópicas, etc.), lo
que constituye el fundamento de la cartografía y estratigrafía paleomagnéticas.
Esta técnica ha sido ya empleada, en estudios de detalle, en numerosas oca-
siones por diversos investigadores. Birkeland, en 1963, empleó esta técnica como
una prueba negativa en la correlación de las paredes de un valle excavado en ma-
teriales volcánicos. El análisis de la polaridad de ambas paredes podría eliminar ta-
jantemente la similitud en edad si ambas partes presentaban polaridades diferentes.
En este sentido, las aplicaciones de la determinación de la polaridad geomag-
nética tiene grandes posibilidades, en estudios de detalle, como test excluyente.
Una simple lectura de la polaridad puede excluir la posibilidad de que dos coladas,
diques, etc., sean los mismos en diferentes galerías, sondeos, afloramientos, etc.
Asimismo la polaridad del material puede, en el caso de tratarse de una polaridad
inversa adjudicar al material una edad mayor de 0.69 m.a., dato de gran utilidad en
ciertas circunstancias, en la cartografía de series recientes.
La estratigrafía y cartografía magnéticas con empleo de magnetómetros portá-
tiles es utilizada extensivamente por primera vez en Islandia (Einarsson, 1958,
1962; Piper, 1971, 1972) y Tenerife (Carracedo, 1974). Es en este último caso en
que parece ser se intenta por primera vez el empleo de esta técnica en la ayuda a la
elaboración y mejor precisión de mapas geológicos en terrenos volcánicos.
En las series antiguas de la isla, por la disposición tabular de las coladas y el
amplio período de tiempo abarcado (8-1.5 m. a.) la cartografía magnética funciona
como único medio efectivo de separación de unidades de valor cronológico que
permita, en conjunción con unas pocas dataciones de las unidades aisladas, la re-
construcción de la historia volcánica de estos materiales y posibilite la correlación
de los tramos más alejados en el espacio. En síntesis, la cartografía palemagnética
demuestra en el contexto de estas islas ser de mayor utilidad en las series más anti-
guas, precisamente allí donde los caracteres geocronológicos son más necesarios.
Varias circunstancias frecuentes en la realización de la cartografía magnética
de este tipo de terrenos están tipificadas en la figura 12.
+
+
+
±
+ EPOCA
+
+
+
+
Fig. 12.-Diferentes clases de unidades de la es- +
cala geomagnética de inversiones. Unidad mago +
nética: tramo de la escala con polaridad cons·
tanteo Evento: unidad magnética de corta dura· -
ción (10'·10' años). Epoca: tramo de la escala de
larga duración (más de 10· años) que abarca va-
±
rias unidades magnéticas de distinto signo.
•
MAPA G EOLOGICO DE TENERIFE
IS LAS CANARIAS (1975)
Flg. 8.-Mapa geológico de Tenerlfe. Este mapa ha sido realizado con base en el mapa paleomagnético
elaborado previamente (Carracedo, 1975) que se Indica en la figura 11, las dataciones radiométricas de
Abdel·Monem et al., 1972 y Carracedo, 1975, pero especialmente está basado en el mapa geológico de la
Isla (Fuster et al., 1968), que a su vez supone la sintesls del trabajo geológico continuado de un numeroso
grupo de Investigadores del Opto. de Petrologia y Geoquimlca del C.S.I.C.
COL UMNA
TENO e CONOS
k§nl SEDIMENTOS
COL. HISTORICAS
11 (0.69-3.0)
3er EPISODIO SALlCO
2°
BASALTOS
(1) (1)
SER lE 1 (3.0 - 8.0/15.7 )
COBERTERA SA L1CA I ANAGA)
BASALTOS SUPERIORES
INTERM.
INFER.
• INTRUSIONES SALlCAS
'r' .....
-l- O~:-::::::_.;¡,-: :-:~: _';,¡;:~".'_._-.I:._,'1":-:;<~.~' '~: ,",_=_-_~z_o~_",_-_,=_",_-_-=_~Z_' _Km
_ _;..-... _ __ 0 __ '
o •
m.a. SER.
• ~~
~
RECIENTES ACTIV. GEN ERAL
~
AC 1DA Y BASICA •
• •
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1 SER. I1
1.0-
ACI DA y ~:~:
1.3
"~:~3~0
_0.2
-
2
0 I
••
••
ACTIV. SOLO
I
2ºCICLO
"""~
-1.5 \ EDIF,CENTRAL
DE
BASICA 1.8- ACTIV.
BAS. EP1$OD :
1:1 SUR. NTRAL/SAUCOS :
,
EeLF.CE / :
2
-2.3 S •
FASE •
EXPLOS.
0I •
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4 o::
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4.6
DISCORD.
- BAS.
I
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-5.3
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Flg. 9.-Columna y olcanoestratlgráflca correspo ndlente al mapa gl
ESCALA GEOMAGNETlCA DE INVERSIONES DE POLARIDAD
49
.... ...
...............
...............
...............
:::::::::::::::
...............
... .
BRUNHES
MATUYAMA
ALTERADA
PREGILBERT
CONTATO
COCIDO
50
ESCALA ESC
GEOMAGNET. ESTRATIG.
limites m.a. epocas eventos edades
jaramillo PLEISTOCE
0.89_
1 1.01-
1.61_
1.79_
olduvai
1.96_
2 208- réunion
2.41
2.80_
2.90_ kaenath.
mammo
3 2.94-
3.0~
3.32 PLIOCENO
3.70_
coc hit i
4 3.92_
4.05-
GI LBERT nun iva k
4.25-
5 5.10
7 M laCENa
.D N
51
encima de una serie exclusivamente negativa que parece corresponder al pre-
JaramiHo (t = 1.01 - 1.61 m. a.).
El resto de la escala no ofrece mayores problemas, quedando en términos
generales muy parecida a la propuesta por Cox (1969). Sin embargo, podría ser, a la
vista de los datos disponibles en el Archipiélago Canario, que el límite inferior de la
época inversa Gilbert (3.32-5.10 m. a.) se extendiese algo más en el tiempo,
posiblemente hasta los 5.5. m. a.
Los datos de que disponemos no son aún suficientes para delinear siquiera una
secuencia de inversiones en el período 5.1-7.0 m. a. (pre-Gilbert Superior), aun-
que la idoneidad de los materiales de las Canarias nos permitirá continuar las
investigaciones con este propósito.
En el estado actual de nuestro conocimiento, parece delimitarse a partir de los
datos obtenidos una época de polaridad predominantemente normal en el intervalo
5.1-7.0 m. a., que hemos hecho corresponder con el pre-Gilbert Superior y que
está ampliamente representada en Tenerife en sus formaciones antiguas.
La discrepancia entre las escalas propuestas para este tipo de intervalo (Heirt-
zler et al., 1968; Foster y Opdyke, 1970; Opdyke et al., 1974; etc.) es considerable,
por lo que nos proponemos delimitar este fragmento de la escala de inversiones a
partir de los datos que obtengamos en la futura elaboración de la magnetoestrati-
grafía de secuencias volcánicas del resto del Archipiélago Canario.
52
DA TACIÜNES RADIüMETRICAS
ANALlS/S DE LAS DATAC/ONES PUBLICADAS
-
Uno de los factores que de forma más clara ha contribuido al conocimiento
actual de la geología de Tenerife y de Canarias en general ha sido sin duda el de los
datos cronológicos absolutos: las edades radiométricas y el paleomagnetismo.
Las dataciones radiométricas disponibles sobre Canarias han sido realizadas
por dos grupos y en dos fases diferentes.
La primera fase de dataciones fue realizada por un grupo de EE. UU. (del
Lamont-Doherty Geological Observatory de la Universidad de Columbia). Este
equipo (Abdel-Monem, Watkins y Gass, 1972) llevó a cabo un amplio programa de
dataciones que abarcó a todo el Archipiélago Canario. Esta primera fase contaba
con el inconveniente de la escasa definición cronológica del conocimiento geoló-
gico de las islas en aquella época, por lo que muchas de estas edades son reiterati-
vas y algunas de dudosa ubicación estratigráfica y fiabilidad. Sin embargo, es
evidente que estas dataciones supusieron una aportación fundamental en este
campo, como lo refleja la bibliografía geológica posterior.
En una segunda fase, se realizó un nuevo programa de dataciones para la isla
de Tenerife, por el Departamento de Petrología y Geoquímica del e.S.Le. (Carra-
cedo, 1975). Este segundo grupo de dataciones fue realizado después de la elabora-
'ción de la cartografía paleomagnética de la Isla, por lo que se pudieron seleccionar
aquellos materiales que habían quedado sin datar en la fase anterior, quedando así
completa la historia volcánica de la isla.
Con los datos geológicos y cronológicos disponibles para el Archipiélago, se
elaboraron unas columnas que relacionaban la edad-polaridad-tipo de material de
las diferentes islas (Fig. 15) (Carracedo, 1974).
Si analizamos estas columnas nos encontraremos con una serie de vacíos
(<<gaps»). Estos vacíos pudieran corresponder en algunos casos a defectos de mues-
treo de aquellos materiales que por su posición estratigráfica intermedia o poco
determinada fueron evitados en la toma de muestras en beneficio de aquellos de
ubicación estratigráfica más clara.
Otros autores, sin embargo, han creído observar en estos «vacíos» de las
columnas auténticas interrupciones en la actividad volcánica de las islas, interrup-
ciones que irían haciéndose más modernas hacia el W. Esta progresión de édades y
de los «gaps» de actividad podrían estar relacionados con la existencia de una
55
o ¡;:
m.a.E
10
..
I
I
I
I
I~
r:J~
fj~
I '
I 1
I I
I :
I I
§~
Flg. 15.-Columnas correspondientes a las distintas islas realizadas mediante la combinación de la polari-
dad magnética de los materiales, su edad radiométrica y su Iitologia o ubicación estratigráfica. El ..gap» o
vacio de emisiones indicado por algunos autores (Angulta y Hernán, 1975) queda invalidado en Tenerlfe
(recuadro) donde parece corresponder en realidad a un defecto en el muestreo.
56
«fractura propagante» (Anguita y Hernán, 1975), cuya reactivación periódica en
progresión hacia el W explicaría las diferentes fases de actividad volcánica y la
distribución de edades que parece existir en el Archipiélago.
La confirmación de la realidad de estos vacíos de emisiones supondría a su vez
un obstáculo inexplicable para la aplicación de una génesis por punto caliente para
las Canarias.
Independientemente de que uno u otro modelo sea más o menos válido en este
sentido, parece evidente a nuestro juicio que los datos cronológicos existentes son
insuficientes y que la realización de estos modelos teóricos debería contar con una
previa revisión y complementación de estos datos. Este hecho ha quedado eviden-
ciado en Zenerife en que el «vacío» correspondiente ha quedado completado una
vez que realizada la cartografía paleomagnética pudieron muestrearse todas las
fases de actil'idad volcánica de la Isla (recuadrado en la Fig. 15).
Esto no significa por otra parte que tales vacíos de emisiones no tengan una
realidad concreta en otras islas. Por el contrario, parece que los datos geológicos
conocidos apuntan hacia la existencia de verdaderas interrupciones importantes en
la actividad volcánica que han condicionado la existencia de discordancias erosivas
como la que parece ocurrir entre los Basaltos I y Il en Fuerteventura o entre el
Complejo Traquisienítico y las emisiones tipo Roque Nublo en Gran Canaria.
El método seguido en Tenerife con la realización de la cartografía paleomagné-
tica como fase previa a la selección de los materiales adatar, podría suponer un
importante medio de separar los vacíos correspondientes a defectos de muestreo de
aquellos que corresponden a verdaderas interrupciones de las emisiones en las
diferentes islas. Refuerzan, asimismo, esta necesidad la aparentemente menor fiabi-
lidad de las edades máximas del volcanismo subaéreo aportadas por Abdel-Monem
et al., ya que la edad máxima correspondiente a la isla de Gran Canaria, que para
estos autores es de 16.1 m. a., ha sido recientemente revisada por un trabajo más
detallado y preciso (MacDougall y Schmincke, 1977) obteniéndose una nueva edad
de 13.9m. a. Con este nuevo dato quedaría modificado el esquema de edadades
máximas del volcanismo subaéreo decreciendo hacia el W al quedar Tenerife como
más «antigua» que Gran Canaria.
Sin embargo la edad máxima correspondiente a Tenerife, obtenida en la Serie I
de Anaga, es a su vez de escasa fiabilidad, toda vez que parece que se ha obtenido a
partir de un material correspondiente a un dique y que su posición estratigráfica
parece imprecisa. Es de notar que salvo esta edad de 15.7 m. a. el resto de las
edades obtenidas para Tenerife no sobrepasan los 7.2 m. a., lo que parece estar en
mejor acuerdo con nuestras observaciones.
En conclusión, es evidente que aunque han supuesto un avance muy impor-
tante en el conocimiento geológico del Archipiélago, los datos cronológicos hoy
disponibles distan aún mucho de ser lo suficientemente precisos y extendidos a
todas las fases de actividad volcánica de las diferentes islas (excepto tal vez Tene-
rife y Gran Canaria), como para permitir la aplicación de modelos teóricos fiables
de la génesis del Archipiélago y para una reconstrucción precisa de la historia
volcánica de las islas. El refinamiento deseable de estos datos debería hacerse
después de la realización de la cartografía paleomagnética de las islas, siguiendo la
pauta empleada con buenos resultados en esta isla.
De esta forma podría dilucidarse la historia volcánica completa de cada isla y
podrían delimitarse aquellos vacíos de las columnas magnetoestratigráficas corres-
pondientes a defectos de muestreo, evidenciando las auténticas interrupciones de la
actividad volcánica en las islas.
57
DATAClONES ADICIONALES
58
ESCALA GEOMAGNET.
U
LIMITES DE
LIMITES M.A. ERROR EPOCAS EVENTOS
EXPERIMENTAL
BRUNHES
0.89_ --- 0.69-
JARAMILLO
1- 1.01- 1111111111111
1.61 __ Qt
1.79_111111 1111111 MATUYAMA OLDUVAI
2-
1.96_
2.08-
I n l l l 1111111
111111 1111111 REUNION
2I3~!
r--2.41 -
2.80_111111 1111111 KAENA
2.90_ ......
2.94- GAUSS
;5
3- 11111 ..
~6
3.06- 1111111111111 MAMMOTH
r-- 3.32-
3.70_
4- 3.92- 111111 1111111 COCHITI
4.05- 111111 1111111 GILBERT NUNIVAK
4.25-
-
5-
I7
r-- 5.10-
- :Ir" 8
11111111
6- PRE-GILB.
-
7- r-- 7.00-
-
-
59
EDADES ISOTOPICAS (K/Ar) Y DATOS PALEOMAGNETICOS OBTENIDOS EN ESTE TRABAJO, A PARTIR
DE MUESTRAS DE TENERIFE EDADES COLOCADAS POR ORDEN DECRECIENTE
Situación prevista
Localidad Material Polaridad Edad K/Ar m. a. en la escala magnética Número
de inversiones muestra
Matuyama pre-Jaramillo
Guía (Sur) Fonolita R 1.50±O.O7 1
( 1.01-1.61 m. a.)
Anaga
Fonolita N 3.59±0.14 Gauss (2.41-3.32 m. a.) 5
Pi<.:o Limante I
I Como consecuencia de los desplazamientos de los bloques continentales a lo largo de la historia de la Tierra,
las rocas de un mismo continente dan, al aumentar su antigüedad, polos virtuales geomagnéticos (PVG) cada vez más
separados de la posición actual. Reconstruyendo estas posiciones de los polos paleomagnéticos se obtienen las cu,vas
de de,;,'" po/", de cada continente que permiten la datación de materiales de edad desconocida de esos bloques
continentales.
2 Los procesos de meteorización y alteración de los materiales volcánicos pueden dar lugar a cambios químicos y
recristalizaciones que modifican la remanencia magnética adquirida en el momento de la formación de la roca. La
nueva remanencia magnética adquirida en estos procesos químicos se conoce con el nombre de Remanencia Magnética
Química (Chemical Remanent Magnetization o CRM).
63
En la práctica, sin embargo, esta posibilidad puede descartarse con seguridad a
causa de las siguientes consideraciones:
a) La presencia en estas formaciones de materiales de muy diversas compo-
sición y condiciones de formación, con distinta resistencia a la alteración y
adquisición de componentes secundarios del tipo CRM, lo que habría su-
puesto una acción selectiva, difícil de aceptar, sobre los diferentes mate-
riales para la obtención de una uniformidad final. Dentro de estos materia-
les destacan los almagres, cuya concordancia en polaridad con los materia-
les lávicos correspondientes descarta la presencia de componentes secun-
darios de alteración, dado su alto estado de oxidación y su extraordinaria
estabilidad de magnetización.
b) Si bien existen procesos que puedan ocasionar pérdidas por difusión de
argón radiogénico en materiales volcánicos (alteración, recalentamientos
producidos por coladas o intrusiones posteriores, presencia de temperatu-
ras moderadas durante largos períodos de tiempo, etc.), aceptar tal expli-
cación para las formaciones tabulares de Tenerife sería muy difícil dado el
acuerdo general existente entre las edades obtenidas y la cartografía pa-
leomagnética establecida. La realización de esta cartografía ha supuesto la
integración de una gran cantidad de observaciones de campo (geológicas,
estratigráficas, etc.), de polaridades geomagnéticas, edades radiométricas,
etcétera, en materiales de muy diversa composición y situación espacial y
estratigráfica, que han confirmado en general, la presencia en la mayoría
de los materiales de una NRM original y que, en conjunto, configuran una
estratigrafía magnética coherente, de ningún modo compatible con la posi-
bilidad antes mencionada. Las pruebas magnetoestratigráficas son tal vez
las más adecuadas para diferenciar la importancia relativa de los compo-
nentes primarios o postdeposicionales en el registro magnético fósil de una
zona volcánica.
Un aspecto interesante es también la evaluación de las posibilidades de aplica-
ciÓn de los PVG en la diferenciación de edades de las distintas formaciones que
integran la isla. Teniendo en cuenta la posición de la localidad de las muestras en
relación con la curva de deriva polar continental, y admitiendo como detectables
diferencias en dirección de al menos 5°, así como una deriva uniforme de 0.45° m. a.
(McElhinny y Wellman, 19(:)9), probablemente superior a los valores reales para
esta zona, solamente podrían distinguirse diferencias en edad de al menos 10 m. a.,
lo que imposibilitaría la utilización de este método en Tenerife, en que la casi
totalidad de los materiales emergidos quedarían dentro del límite de imprecisión del
método.
El amplio control cronológico disponible para la Isla de Tenerife, después de la
realización de la cartografía paleomagnética, hace innecesaria la aplicación de este
método como medio de deducir edades para las diferentes formaciones, pero per-
mite un nuevo planteamiento. En efecto, dado que se conocen los límites de edad
de estas formaciones, la comparación de las posiciones relativas de sus PVG nos
puede dar información válida sobre posibles desplazamientos del bloque insular
durante el período de emisión de los materiales que las constituyen.
Es indudable que si la deriva polar para la isla es igualo inferior a 0.45°/m. a.,
las diferencias en las posiciones de los distintos PVG no deberían, dada la edad de
las formaciones de las que éstos se obtienen, ser detectables a nivel estadístico.
Estas comprobaciones son de gran interés dadas las numerosas teorías aportadas
64
recientemente sobre el origen y comportamiento de las Canarias, todas ellas en
dependencia de la existencia o carencia de desplazamientos del archipiélago en
conjunto, de unas islas respecto a otras, o de partes de una isla entre sí.
En un intento de dilucidar el problema, se muestrearon un total de 38 localida-
des, repartidas por toda la superficie de la isla, con un total de 184 muestras. En
este trabajo, las muestras se han obtenido después de la realización de la cartogra-
fía paleomagnética de la isla, por lo que tales muestras tienen siempre un control
cronológico aproximado. La existencia de esta cartografía paleomagnética previa
permitió la agrupación de estas localidades en tres grupos: a) Pleistoceno (0.0-1.6
m. a., Kennet et al., 1971); b) Plioceno (1.6-5.1 m. a., Hays y Opdyke, 1967) yc)
Mioceno (5.1-25 m. a.).
El muestreo abarca todo tipo de materiales (lavas, almagres, piroclastos, tobas
ácidas, etc.).
El esquema de muestreo se hizo con vistas a la realización de un análisis
estadístico a dos niveles (Beales, Carracedo y Strangway, 1974) que diera mayor
fiabilidad a los datos obtenidos (Fig. 17).
El análisis estadístico realizado es el fisheriano (Fisher, 1953), para el que se
ha elaborado un programa de cálculo (PALMAG) que comprende dos niveles. Un
primer nivel (sumario) calcula la Declinación, Inclinación e Intensidad media. El
segundo nivel (análisis estadístico) empleó el método propuesto por Fisher (1953),
dando el mismo peso unitario a todos los vectores (RM de las muestras), a fin de
evitar el predominio en el cálculo de las direcciones medias de aquellas muestras de
mayor intensidad de magnetización.
El análisis fisheriano representa cada muestra (vector RM) como un punto en
una esfera. La medida del paralelismo de las magnetizaciones viene dada por el
agrupamiento de los puntos, cuya expresión matemática es la kappa (k) de Fisher:
K= N - 1
N-R
donde N es el número de muestras y R el vector resultante.
La fiabilidad de las direcciones medias obtenidas puede estimarse por el radio
del cálculo de la esfera en que exista una determinada probabilidad (P) de que tal
dirección media esté comprendida. En la práctica suele tomarse, para este tipo de
análisis, un nivel Q~ confianza estadística del 95 % (~5) que entonces queda defi-
nido como un cono (cono del 95 % de confianza estadística) cuyo semiángulo viene
dado por:
I
cos ~
5
= 1- N R- R [(_1)~
0.05
IJ
65
MUESTRAS LOCALIDADES UNIDADES
LOCALIDAD A
(D M) a
o O UNIDAD
u U
-
LOCALIDAD B (DM)
~ ~
~
(f) (f)
(DM) b -
o O
« «
~
PVG
~
(f) (f)
w W
....J ....J
W W
> LOCALIDAD C
->
z (D M) e
z
Fig. H.-Esquema de muestreo realizado para la obtención de las curvas de deriva polar de Tenerlle.
DM-dlrecciones medias.
66
N N
Flg. 18.-Estabilldad de las direcciones medias de magnetización de las diferentes unidades determinadas
en Tenerlfe. 1·NRM. 2-200 oe. Triángulo-campo geomagnétlco actual.
67
Flg. 19.-Dlrecclones medias de magnetización de las diferentes localidades (nivel estadístico 1) de Tene-
rife. Círculos-localidades del Pleistoceno. Cuadrados.Pllloceno. Trl6ngulos·Mloceno. Símbolos llenos.
hemisferio superior; símbolos vacíos-hemisferio Inferior. Símbolos con barra (0)·localldades eliminadas por
excesiva dispersión. GF-campo geomagnétlco actual.
N
w
en
<D
(a) ( b)
Flg. 20.-a) Direcciones medias de magnetización y circulos del 95 % de confianza estadística de las
unidades determinadas y de la combinación de todas ellas (uTenerlfe»).
b) Polos virtuales geomagnétlcos y óvalos del 95 % de confianza estadistlca para las unidades de la figura
a. Obsérvese el solapamiento de los óvalos que Indica la estabilidad del bloque Insular al menos desde el
Mioceno.
ANALlSIS PALEOMAGNETICO PARA LAS DIFERENTES UNIDADES DETERMINADAS EN LA ISLA DE TENERIFE
PVG
UNIDAD H N • D 1 K a 95
La!. Long.
71
APENDICE
Características magnéticas de diversos materiales
volcánicos de la isla de Tenerife.
CARACTERISTICAS MAGNETICAS DE MATERIALES LAVICOS
REPRESENTATIVOS DE TENERIFE*
(1) Magnetización de saturación a temperatura ambiente 92 emu/g. Todo el ferromagnetismo se supone debido a la magnetita.
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