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Bogotá D.C., julio 6 de 2022.

Desde el 6 de julio del año 2015, en Colombia se conmemora la promulgación de la Ley 1761 “Por la
cual se crea el tipo penal de feminicidio como delito autónomo y se dictan otras disposiciones (Rosa Elvira Cely)".

Este avance en el reconocimiento de la violencia de género en contra de las mujeres fue el resultado del esfuerzo de organizaciones
feministas y de mujeres que por años exigieron al Estado la tipificación como delito de esta forma de violencia, para garantizar la
investigación y judicialización adecuada de los feminicidas. Sin embargo, el rostro de este logro a nivel jurídico es el de Rosa Elvira
Cely, una mujer bogotana de 35 años que fue asesinada, torturada y víctima de violencia sexual por parte de un compañero de
estudio; este caso es el reflejo de la discriminación, desigualdad, violencia por razones de género y misoginia que le ha arrebatado la
vida a miles de mujeres.

Esta ley contempla el feminicidio como la muerte de una mujer, por su condición de ser mujer o por motivos de su identidad de
género. En 2021, las investigaciones tipificadas como feminicidio por la fiscalía general de la Nación -FGN registran 194 víctimas [1] y
la Defensoría del Pueblo, de manera preliminar, registró 35 mujeres transgénero víctimas [2]. En lo corrido de 2022, la Fundación
Feminicidios Colombia ha registrado 129 casos de feminicidio y la Red Comunitaria Trans, 11 feminicidios en mujeres trans [4].

Adicional, estos hechos de violencia consideran las siguientes circunstancias que lo configuran como delito [5]:

-Tener o haber tenido una relación con la víctima. Esto permite establecer si existe una relación de confianza o no, entre la víctima y
la persona agresora.

-Ejercer sobre el cuerpo y la vida de la mujer actos de instrumentalización de género o sexual. Se considera la existencia de otras
manifestaciones de violencias de género como física y sexual, incluida la Mutilación Genital Femenina.

-Cometer el delito en aprovechamiento de las relaciones de poder ejercidas sobre la mujer. Permite caracterizar personal,
económica, sexual, militar, política o socioculturalmente a la víctima, para establecer las relaciones de poder desiguales entre ella y
la persona agresora.

-Cometer el delito para generar terror o humillación a quien se considere enemigo. Evidencia de la desigualdad de género, la
discriminación y el odio.

-Que existan antecedentes o indicios de cualquier tipo de violencia o amenaza por parte de la persona agresora contra de la víctima.
El feminicidio es un continuum de violencia, esto permite establecer hechos de violencia de género previos a la muerte.

-Que la víctima haya sido incomunicada o privada de su libertad. Se vulnera el derecho de libertad a la víctima, sin importar cuánto
tiempo fuese.

Entender que las violencias de género tienen un efecto diferencial en mujeres y hombres, permite identificar y establecer los riesgos
que existen para cada una. Así mismo, las medidas de prevención, atención y protección necesarias para las víctimas, posibles
víctimas y sus familias.

Reconocer los feminicidios como un crimen de odio en contra niñas, adolescentes y mujeres, requiere de acciones no solo a nivel
legislativo, también de acciones encaminadas a la transformación de estereotipos y roles de género, masculinidades alternativas,
generación de capacidades sobre las violencias de género y desnaturalización de la violencia. De igual manera, acciones efectivas
frente a las alertas por riesgo de feminicidio, facilidad de acceso a las rutas de atención de violencias y efectividad del sistema de
justicia.

Por último, es fundamental avanzar en la medición de esta problemática considerando las múltiples fuentes de información a nivel
institucional y comunitario, garantizando una mejor aproximación al número de víctimas y sus características de sexo, identidad de
género, edad, pertenencia étnica, situación migratoria y zona de residencia, entre otras.
En Colombia, la pena por homicidio es de 17 años, si es por feminicidio, a esta se le suman 5 años.
Para la experta, existen tantos tipos de feminicidios como tipos de violencias pueden concurrir en la mujer en el país, entre estas:

-física, relacionada con el maltrato físico o que compromete el cuerpo de las mujeres;
-sexual, relacionada con actos o lenguaje explícitos en los cuales el agresor mina la voluntad de la mujer para expresarse de forma
corporal o verbal;
-psicológica, relacionada con el trato que incide en la autoestima de la mujer. Esta se da tanto en el ámbito doméstico como en el
laboral, académico y cotidiano;
-patrimonial o económica, se relaciona con la dependencia económica de las mujeres.

El caso de las mujeres en Juárez

¿Cuál fue el nombre de la primera chica hallada? ¿Sería ella la primera? Estaba tirada en un arroyo de aguas negras
con las manos en la espalda, agarradas con alambre de paca. Seis días después los periódicos de 1991 recogieron la
muerte de la siguiente, quemada ya por el sol del desierto. Las dos habían sido violadas. Pasaban los años y eran
tantas: jóvenes, pobres, migrantes. Había un asesino en serie suelto en Ciudad Juárez y mataba niñas, hablaban la
policía y los barrios. Detuvieron a un hombre, egipcio, y los crímenes siguieron. A dos conductores de autobús,
mexicanos, y los crímenes siguieron. Han pasado 30 años y 2.376 mujeres han sido asesinadas, 282 están
desaparecidas. Juárez se ha quedado marcada por las cruces cavadas y las cruces pintadas, por sus paredes y postes y
árboles llenos de fotos de chicas sonrientes en búsqueda. En una ciudad de 1,5 millones de habitantes, en los
primeros días de enero mataron a 11 mujeres: calcinadas, descuartizadas, de un disparo en el rostro. Es el horror
frente a la lucha de las familias y de las organizaciones feministas que acusan al Estado de ser incapaz de lograr
justicia.

El caso de Yuliana Samboní

En la tarde del 4 de diciembre de 2016, Yuliana Andrea Samboní desapareció. La niña estaba jugando frente a su casa
en el barrio Bosque Calderón, en Chapinero, cuando -según determinó el Gaula- fue raptada en una camioneta gris.
Era un domingo, y hacia las 9:00 p.m. la Policía recibió la denuncia de la desaparición. Luego de revisar las cámaras de
seguridad del sector, hacia las 7:30 p.m. del domingo, el equipo antisecuestro dio con el paradero del carro, en un
conjunto residencial del barrio El Chicó. Cuando subieron hasta el apartamento que le correspondía al vehículo, en el
edificio Equus66, encontraron el cuerpo de la pequeña sin vida y con signos de violencia. Se cumplen cuatro años del
hecho y por esto traemos esta recopilación de 10 artículos y dos videos con los que se cubrió el terrible crimen y su
desenlace.

Detalles de la acusación contra Rafael Uribe Noguera

A las 11:00 de la mañana del 4 de diciembre, dos horas después de haber secuestrado a la pequeña Yuliana Samboní,
Rafael Uribe Noguera pidió a domicilio un encendedor, cigarrillos y un tarro de aceite de cocina. Él mismo recibió el
encargo. A las 7:00 de la noche las autoridades encontraron el cuerpo sin vida de la pequeña oculto entre el sistema
eléctrico del jacuzzi que tenía empotrado Uribe Noguera en el apartamento 603, del edificio Equus66. Dos días
después Medicina Legal determinó que el cadáver había sido lavado con aceite, lo que configuraría un intento por
borrar las huellas del abuso y la tortura que sufrió la niña.

¿Quién es Rafael Uribe Noguera, condenado por el feminicidio de Yuliana Samboní?

Rafael Uribe Noguera, de 38 años, es miembro de una prestante familia capitalina. Bachiller del Gimnasio Moderno
(1996), donde lo recuerdan por haber sido jefe de la banda de guerra, y arquitecto de la Universidad Javeriana (2003),
donde algunos mencionan que tuvo líos por el posible plagio de su tesis. Cuando cometió el atroz crimen trabajaba en
la empresa familiar Lascaux construcciones SAS. Noguera vivía en un apartamento de Chapinero Alto, pero tenía
acceso a otro apartamento de la familia, donde encontraron el cadáver de Yuliana Samboní. Según las evidencias, el
arquitecto había visitado el barrio Bosque Calderón en tres ocasiones para intentar llevarse a la niña, e incluso le
ofreció dinero a ella y a otra menor para que se subieran al carro.

“¡Asesino!... ¡Asesino!... ¡Asesino!”

Así gritaban los ciudadanos indignados por el crimen de Yuliana Samboní cuando el arquitecto era trasladado a los
juzgados de Paloquemao, para la audiencia de imputación. Será procesado por feminicidio agravado, secuestro
simple, acceso carnal violento y tortura.

Viaje a la tierra y al alma de la familia Samboní

Al recorrer la tierra donde nació Yuliana Samboní, la menor que fue violada y asesinada en Bogotá por Rafael Uribe
Noguera, se entienden las violencias de este país. Los campesinos tienen muchos sueños; el principal: librarse de los
cultivos de amapola con quinua por la que, dicen, no reciben precios justos.

Liliana Bernal, la jueza que condenó a Rafael Uribe por feminicidio de Yuliana Samboní

El miércoles 29 de marzo de 2017 el foco de la opinión pública estaba en el Juzgado 35 Penal del circuito con funciones
de conocimiento de Bogotá, o más bien, en su jueza Liliana Patricia Bernal Moreno, quien tenía en sus manos una
trascendental decisión. La noche anterior ella no se desveló. Estaba serena, con una sentencia de 37 páginas lista para
ser leída, pero consciente de que su impacto se multiplicaría. Así que quería aprovechar la atención del país para
visibilizar a las 15.082 denunciantes de violencia sexual y a las 122 víctimas de feminicidio que, junto a la niña
Samboní, integraron en 2016 una larga lista de dolor.

En la mañana del domingo 4 de diciembre de 2016, Rafael Uribe Noguera salió en su camioneta de su residencia en el
barrio de Chapinero Alto en dirección a Bosque Calderón, una humilde barriada de construcciones informales situada
a unos pocos kilómetros de distancia.

Al llegar allí, aparcó, abrió la puerta de su auto y entabló conversación con Yuliana Samboní, quien estaba jugando en
la calle junto a su primo.

La niña de 7 años vivía en ese lugar con su hermana pequeña y sus padres -Juvencio y Nelly-, quienes meses atrás
habían decidido mudarse a la gran ciudad desde el empobrecido Departamento del Cauca -en el oeste del país- en
busca de una vida mejor.

Tras intercambiar unas palabras, Uribe Noguera agarró a la Yuliana por el brazo y la introdujo a la fuerza en su
camioneta, abandonando el lugar a toda velocidad.

Nada más producirse el rapto, los familiares de la pequeña contactaron a la policía, que inició una extensa operación
de búsqueda.

Gracias a las descripciones de vecinos de Bosque Calderón y a las grabaciones de unas cámaras de seguridad, se pudo
identificar al dueño del automóvil en el que la niña había sido secuestrada.

Las indagaciones que se realizaron en las horas posteriores llevaron a la policía hasta un apartamento propiedad de
Rafael Uribe Noguera en el edificio Equus 66, situado en Chapinero Alto.

No se trataba de la vivienda habitual del arquitecto, que quedaba a unas pocas cuadras, sino de un departamento
dúplex de su familia que se encontraba vacío y en proceso de arriendo, en el que en la noche del domingo 4 de
diciembre se halló el cuerpo sin vida de Yuliana.Según reveló la autopsia, había sido violada, torturada y asfixiada
hasta la muerte. Pero Rafael Uribe Noguera, quien no contaba con antecedentes penales, no estaba en la escena del
crimen.
PRIMER CASO DE FEMINICIDIO EN 2022

Desde que empezó el año se han denunciado tres feminicidios en diferentes regiones del territorio colombiano.

Luego de celebrar la llegada del año nuevo, en Floridablanca (Santander) ocurrió el primer caso de feminicidio de 2022.
Según informaron las autoridades, los hechos sucedieron en el barrio San Bernardo.

De acuerdo con las primeras versiones, una pareja habría tenido una discusión que terminó en un enfrentamiento con
cuchillo. El hombre habría causado la muerte de su pareja y luego se habría quitado la vida.

La Policía informó que la víctima fue identificada como Mariela Moncada. Su cuerpo fue encontrado en su vivienda, con
heridas de arma de fuego. La hipótesis de las autoridades es que Humberto Sandoval habría disparado a su esposa,
debido a un ataque de celos.

SEGUNDO CASO DE FEMINICIDIO EN 2022

El otro hecho de violencia en contra de la mujer ocurrió en el municipio de La Paz, en el departamento del Cesar. La
víctima fue identificada como Inés Fragozo, quien perdió la vida a manos de su expareja.

Según testigos del hecho, la víctima se encontraba celebrando la llegada del año nuevo con su familia, cuando el asesino
llegó y allí sostuvieron una conversación.

Minutos después se marchó, pero luego regresó con un cuchillo, arma con la que la hirió mortalmente, a pesar de haber
sido trasladada con urgencia al Hospital Marino Zuleta de La Paz. Inés Fragozo era madre de dos niñas.

TERCER CASO DE FEMINICIDIO EN 2022

El otro caso aconteció en la población de Montelíbano en el departamento de Córdoba. La víctima fue identificada como
Yina Sofía Padilla, quien perdió la vida a manos de su pareja Jorge Guerra.

Según versiones de los testigos, cuando entablaron una conversación, esta se tornó violenta, al punto que el asesino
tomó un cuchillo y la empezó a apuñalar. Los vecinos del barrio Pablo intentaron ayudar a Padilla, pero nada pudieron
hacer ante la gravedad de las heridas.

Según las autoridades, la persona que cometió el delito fue arrestada minutos después de haber asesinado a su pareja.

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