Sentencia C-376/22: Tendientes A Modernizar La Organización y El Funcionamiento de Los Departamentos"
Sentencia C-376/22: Tendientes A Modernizar La Organización y El Funcionamiento de Los Departamentos"
Sentencia C-376/22: Tendientes A Modernizar La Organización y El Funcionamiento de Los Departamentos"
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES
(febrero 8)
El Congreso de Colombia
DECRETA:
(….)
2
cuestionario, en medio escrito y magnético, según esté definido en el
reglamento interno. El debate objeto de la citación encabezará el Orden
del Día de la sesión y no podrá́ extenderse a asuntos ajenos al
cuestionario. En la eventualidad que el debate no se concluya en la sesión
convocada, la corporación deberá́ continuarlo en la sesión
inmediatamente siguiente, salvo que por circunstancias excepcionales se
deba adelantar otros temas de urgencia. Sin embargo, todo debate de
control político debe concluirse.
III. LA DEMANDA
1Escrito de demanda presentado por la ciudadana Oliva Doris Vega Gaitán, contenido en el expediente digital
D-14759.
2“En cada departamento habrá una corporación político-administrativa de elección popular que se
denominará asamblea departamental, la cual estará integrada por no menos de 11 miembros ni más de 31.
Dicha corporación gozará de autonomía administrativa y presupuesto propio, y podrá ejercer control político
sobre la administración departamental (…)”.
3
En segundo lugar, según advierte la demandante, el artículo 299 constitucional
prohíbe a las asambleas departamentales ejercer control político sobre las
contralorías de los entes territoriales. En consecuencia, tales corporaciones
político-administrativas no pueden citar a los contralores departamentales ni
mucho menos cuestionar las funciones de control fiscal a su cargo pues, a su
juicio, ello resulta inconveniente e inconstitucional.
IV. INTERVENCIONES
4
y C-306 de 2019. Mediante tales providencias la Corte Constitucional
estableció que son sujetos susceptibles de control político por parte de las
asambleas departamentales “los organismos pertenecientes a la misma
administración departamental, de tal manera que las contralorías
departamentales, al ser órganos autónomos administrativa y
presupuestalmente que no hacen parte de dicha administración, no pueden ser
sujetos del referido control político”. En tal sentido, “desconocer la
autonomía de los órganos de control y, en particular, de las contralorías
departamentales, e ignorar que no integran ninguna rama del poder público”,
vulnera el principio constitucional de separación de poderes.
5
hacia otro, en donde se quebranten las funciones y roles asignados a cada
uno, por cuanto se limita su capacidad de autogobierno”3.
Así las cosas, teniendo en cuenta que la función de control político, consistente
en “pedir cuentas, cuestionar o examinar la gestión y actividades del gobierno
y la administración, en la medida en que sus actuaciones tengan repercusiones
en el interés general”4, no es susceptible de extenderse a las contralorías por
virtud de su configuración constitucional, las asambleas departamentales solo
se encuentran habilitadas para ejercer dicha potestad sobre la administración
ejecutiva territorial correspondiente. En otras palabras, la ampliación de tal
atribución a órganos que no pertenecen a dicha estructura organizativa
“devendría contrario a la Constitución e incluso podría entenderse como una
vulneración del principio de separación de poderes”.
En segundo lugar, señala que el control político está dirigido a limitar el poder
de las autoridades y a garantizar un ejercicio transparente de la administración
pública. También busca hacer efectiva la responsabilidad política de quienes
componen la administración5. En suma, el control político se entiende como
una serie de mecanismos de rendición de cuentas destinados a evaluar la
gestión de los asuntos que están a cargo de la administración pública. Es por
esa razón que ese tipo de control solo recae sobre lo que el artículo 114
superior6 denomina como ‘gobierno’ y ‘administración’. Según ese
interviniente, las contralorías no pertenecen a ninguna de esas dos categorías.
De hecho, son órganos autónomos que no hacen parte de ninguna de las tres
ramas del poder público. Es necesario que los contralores departamentales
sean independientes de la administración, pues de otra forma no podrían
ejercer sus funciones de fiscalización de manera adecuada.
3 El interviniente cita para el efecto apartes de las consideraciones contenidas en las Sentencias C-121 de
2002 y C-140 de 2020.
4 El interviniente refiere un aparte de las consideraciones contenidas en la Sentencia C-432 de 2017.
5 Sentencia C-432 de 2017.
6“Corresponde al Congreso de la República reformar la Constitución, hacer las leyes y ejercer control
político sobre el gobierno y la administración. El Congreso de la República, estará integrado por el Senado y
la Cámara de Representantes”.
6
En tercer lugar, la Contraloría de Bogotá considera que la demanda plantea una
tensión entre dos mandatos constitucionales. Por una parte, la protección a la
autonomía de las contralorías departamentales y, por otra parte, el principio de
control político sobre la gestión pública, en virtud del cual toda democracia
debe fomentar mecanismos de control ciudadano sobre cualquier actuación del
poder político. Esto, pues el trabajo de los contralores departamentales
constituye una forma de ejercicio de poder. Así, pareciera natural que sus
actuaciones fuesen discutidas por las asambleas, pues éstas constituyen el
órgano de democrático y deliberativo de representación popular en los
departamentos. Sin embargo, aduce el interviniente que la gestión de la
administración solo puede ser controlada por un ente autónomo e
independiente, cuyas funciones no se confundan con las facultades de gestión
propias de las entidades públicas sobre las que se ejerce el control político.
7
4.7. Consejo Nacional de Contralores y Contraloría Departamental de
Santander
8
con claridad. La doctrina11 y la jurisprudencia12 de la Corte Constitucional han
establecido que el control político está dirigido a sujetos que pertenecen a la
rama Ejecutiva y que tienen naturaleza política. Ocurre que las contralorías
departamentales no pertenecen al Ejecutivo ni son instituciones políticas y, en
virtud del artículo 113 constitucional, les está prohibido a las corporaciones
colegiadas de representación popular inmiscuirse en los asuntos de
competencia de otras autoridades, como los órganos de control fiscal.
11 Ibidem y German, Lozano Villegas. Control político en el ordenamiento constitucional colombiano: ¿un
concepto diluido en el control jurídico o una idea que debe consolidarse? Bogotá́: Universidad Externado de
Colombia, 2010, págs. 37, 39 y 40.
12Sentencia C-246 de 2004.
9
La organización Transparencia por Colombia le solicita a la Corte
Constitucional que aclare el alcance del artículo acusado. Considera que su
redacción es ambigua y puede leerse de formas distintas. La primera
interpretación consiste en que el artículo demandado no faculta a las asambleas
para ejercer control político sobre el contralor departamental. Ello si se
considera que la mención que hace el artículo demandado se refiere “a
facilitar la función de control y vigilancia a la administración departamental
mediante los aportes que puedan realizar diferentes servidores públicos, entre
ellos el contralor departamental”13. Lo anterior guardaría congruencia con el
numeral 11 del artículo 300 constitucional, según el cual las asambleas pueden
solicitar informes sobre el ejercicio de sus funciones al contralor
departamental.
10
Aunado a lo anterior, los intervinientes aducen que no se debe asimilar el
control político con la facultad que tienen las asambleas de solicitar informes a
los contralores departamentales, conforme al numeral 10 del artículo 19 de la
Ley 2200 de 202214. De acuerdo con la Sentencia C-198 de 1994, el control
político abarca otras medidas tales como llevar a cabo debates, nombrar
comisiones investigadoras, emplear mociones de censura, entre otras. En
consecuencia, viabilizar el control político sobre las contralorías
departamentales implicaría que las asambleas tuviesen sobre esos órganos de
control, todas las facultades que caracterizan esa forma de control, lo cual pone
en entredicho su independencia e imparcialidad.
Los ciudadanos Edson Alberto López Castellanos, Carlos Saúl Sierra Niño y
Harold Eduardo Sua Montaña le solicitan a la Corte Constitucional declarar la
EXEQUIBILIDAD del apartado demandado15. A su juicio, la norma no es
contraria al artículo 229 superior, pues las asambleas departamentales y los
concejos municipales son corporaciones político-administrativas del orden
territorial e instituciones democráticas de elección popular. En consecuencia,
están investidas de facultades de coadministración y control político sobre los
gobiernos territoriales respectivos.
14“FUNCIONES. Son funciones de las Asambleas Departamentales: (…) Solicitar informes sobre el
ejercicio de sus funciones al Contralor General del Departamento, Secretarios de Despacho, Jefes de
Departamentos Administrativos y Directores de Institutos Descentralizados del orden departamental.”
15 Intervención de los ciudadanos Edson Alberto López Castellanos y Carlos Saúl Sierra Niño, contenida en
el expediente digital D-14759.
16 Ibidem. Tomado de Jaramillo, Esteban, Hacienda Pública (5 Ed). Ed. Librería voluntad S.A, 1953, p 549.
11
Acto Legislativo 01 de 199617, el cual modificó el artículo 300 de la
Constitución.
Por último, los ciudadanos consideran que la norma también está justificada
por el numeral 11 del artículo 300 constitucional, en virtud del cual las
asambleas departamentales pueden solicitar informes sobre el ejercicio de sus
funciones al contralor general del departamento.
12
Así, la Sentencia C-405 de 1998 concluyó que las citaciones y cuestionarios
que los concejos pueden formular a los contralores municipales (para que
respondan a unas preguntas relacionadas con el ejercicio de sus funciones) no
afectan intensamente la autonomía de esos órganos control. Eso, pues se trata
de obtener información relacionada con los deberes de su cargo. Además, tales
mecanismos posibilitan un mejor ejercicio de control político por parte de los
concejales, pues les permite obtener información de primera mano para llevar
a cabo un debate. Tal información también puede resultar importante para
vigilar la administración a la que pertenecen. Ahora bien, solicitar informes y
citaciones no puede realizarse mecánicamente, pues ello presupondría la
subordinación de los contralores a los alcaldes. En tal medida, las normas
estudiadas en la aludida sentencia fueron declaradas exequibles, bajo el
entendido de que la moción de observación a la que se refiere una de esas
normas no faculta al alcalde para tomar medidas o represalias en contra de los
contralores, quienes no están subordinados a los burgomaestres.
13
Esa facultad de control político tampoco es desproporcionada en sentido
estricto, por cuanto existe una interdependencia funcional entre las asambleas
y los contralores departamentales pues son las asambleas las encargadas de
elegir a esos funcionarios. En consecuencia, es razonable que las asambleas
exijan cuentas sobre la labor de vigilancia que ellos ejercen. A su vez, el
mecanismo de citaciones no interfiere con las determinaciones de control
fiscal que tomen los contralores. Puntualmente, la vigilancia de las asambleas
no se extiende a la adopción de decisiones por parte de ese órgano de control,
como tampoco se prevén consecuencias jurídicas para el contralor emplazado.
Transparencia por Colombia solicita que se aclare el alcance del artículo acusado
Competencia
14
sobre la administración del ente territorial. Ello, debido a que la inclusión de
las contralorías como sujetos de control político desconoce que esos órganos
de control no hacen parte de la administración territorial, al tiempo que
vulnera su autonomía e independencia frente a las ramas del poder público.
15
con la libertad de configuración suficiente para ampliar las hipótesis
constitucionales bajo las cuales procede el control político. Asimismo,
recalcan que la Sentencia C-405 de 1998 consideró ajustada a la Carta
Política la disposición legal en virtud de la cual los concejos municipales
pueden ejercer control político sobre los contralores de esos entes territoriales.
También señalan que el numeral 11 del artículo 300 superior habilita a las
asambleas para ejercer una forma de control político, cual es la de solicitarle
informes al contralor departamental sobre el ejercicio de sus funciones.
23 Los ciudadanos Edson Alberto López Castellanos, Carlos Saúl Sierra Niño y Harold Eduardo Sua
Montaña.
16
departamentos en donde estén constituidas24. El ejercicio de tales atribuciones
se realiza de forma concomitante con la Contraloría General de la República,
la cual puede activar tales competencias de manera preferente. El inciso 4º del
mismo artículo 272 dispone que las contralorías departamentales deben
organizarse como entidades técnicas dotadas de autonomía administrativa y
presupuestal, al tiempo que debe garantizarse su sostenibilidad fiscal. A su
turno, el inciso 6º del artículo referido establece que los contralores
departamentales ejercen, en el ámbito de su jurisdicción, las mismas
funciones atribuidas al Contralor General de la República en el artículo 268
superior, conforme a los principios de coordinación, concurrencia y
subsidiariedad.
24“Artículo 272. La vigilancia de la gestión fiscal de los departamentos, distritos y municipios donde haya
contralorías, corresponde a estas en forma concurrente con la Contraloría General de la República. La
vigilancia de los municipios incumbe a las contralorías departamentales, salvo lo que la ley determine
respecto de contralorías municipales. La ley regulará las competencias concurrentes entre contralorías y la
prevalencia de la Contraloría General de la República. Corresponde a las asambleas y a los concejos
distritales y municipales organizar las respectivas contralorías como entidades técnicas dotadas de
autonomía administrativa y presupuestal, y garantizar su sostenibilidad fiscal. La Auditoría General de la
República realizará la certificación anual de las contralorías territoriales a partir de indicadores de gestión,
la cual será el insumo para que la Contraloría General de la República intervenga administrativamente las
contralorías territoriales y asuma competencias cuando se evidencie falta de objetividad y eficiencia. Los
contralores departamentales, distritales y municipales ejercerán, en el ámbito de su jurisdicción, las
funciones atribuidas al Contralor General de la República en el artículo 268 en lo que sea pertinente, según
los principios de coordinación, concurrencia, y subsidiariedad. El control ejercido por la Contraloría
General de la República será preferente en los términos que defina la ley. Los Contralores departamentales,
distritales y municipales serán elegidos por las Asambleas Departamentales, Concejos Municipales y
Distritales, de terna conformada por quienes obtengan los mayores puntajes en convocatoria pública
conforme a la ley, siguiendo los principios de transparencia, publicidad, objetividad, participación ciudadana
y equidad de género, para un periodo de cuatro años que no podrá coincidir con el periodo del
correspondiente gobernador y alcalde. Ningún contralor podrá ser reelegido para el período inmediato. Para
ser elegido contralor departamental, distrital o municipal se requiere ser colombiano por nacimiento,
ciudadano en ejercicio, tener más de veinticinco años, acreditar título universitario y las demás calidades que
establezca la ley. No podrá ser elegido quien sea o haya sido en el último año miembro de la Asamblea o
Concejo que deba hacer la elección, ni quien haya ocupado cargo público en la rama ejecutiva del orden
departamental, distrital o municipal. Quien haya ocupado en propiedad el cargo de contralor departamental,
distrital o municipal, no podrá desempeñar empleo oficial alguno en el respectivo departamento, distrito o
municipio, ni ser inscrito como candidato a cargos de elección popular sino un año después de haber cesado
en sus funciones”. El artículo anterior corresponde a su texto vigente, el cual fue modificado por el artículo 4º
del Acto Legislativo 4 de 2019.
17
República fuese un órgano independiente parte de dos axiomas. En primer
lugar, de la división tripartita del poder público en las ramas ejecutiva,
legislativa y judicial, y del sistema de pesos y contrapesos superior, figuras
propias de las normas fundamentales posteriores al constitucionalismo liberal.
En segundo lugar, de la necesidad de que tales ramas del poder no ejerzan
atribuciones irrestrictas ni estén exentas de vigilancia o control, respecto del
ejercicio de sus funciones y la gestión fiscal que tienen a cargo, para cumplir
con sus funciones constitucionales.
18
12. En este punto, la Sala considera pertinente hacer referencia a la
Sentencia C-189 de 1998. En aquella providencia, la Corte señaló lo siguiente
respecto de la estructura del Estado y el sistema de pesos y contrapesos
inherente a este:
28 Ibidem.
29 Sentencia C-189 de 1998.
30 Ibidem.
19
la Contraloría General de la República, el Banco de la República, el Consejo
Nacional Electoral o la Registraduría Nacional del Estado Civil”31.
En dicha ocasión, la Sala Plena reiteró su postura respecto del lugar que
ocupan las contralorías en la estructura del Estado, a partir de la autonomía
que se predica de ellas. Lo hizo en los siguientes términos:
20
(i) La autonomía administrativa supone que las autoridades que realizan el
control fiscal externo puedan autogobernarse, sin injerencias o intervenciones
de otras entidades públicas. Lo anterior, con arreglo a aquellas funciones y
potestades propias que la misma Carta Política les ha asignado por vía de los
artículos 267 y 268 superiores, así como en las normas que los desarrollan.
21
garantizando su independencia y autonomía, “entendiendo por independencia
la ausencia de injerencias externas en el desarrollo de los cometidos
constitucionales del respectivo órgano, y por autonomía, el otorgamiento, a
cada uno de tales órganos, de la capacidad para desenvolverse y desplegar
sus actividades por sí mismos, y para autogobernarse” 36. Bajo esta premisa,
las contralorías solo pueden ejercer óptimamente su trabajo cuando se
garantiza su independencia y autonomía37.
19. Ahora bien, la Sala llama la atención acerca de que los términos
‘autonomía’ e ‘independencia’ son empleados indistintamente como
sinónimos para referirse a la libertad que se predica de los órganos de control.
Sin perjuicio de lo anterior, conforme a lo señalado en la Sentencia C-140 de
2020, esta Corporación considera que por independencia de los órganos de
control debe entenderse como la capacidad de autogobernarse y ejercer, sin
injerencias o intrusiones, las facultades que la Constitución y la Ley les asigna
para vigilar y controlar a las entidades y órganos que componen el Estado.
22
21. Incluso, el Decreto Ley 403 de 2020 39 reconoce la autonomía e
independencia de las contralorías en su artículo 2º. Adicionalmente, el inciso
primero del artículo 5º de dicha ley dispone que las contralorías de los entes
territoriales establecerán -con independencia técnica- las acciones y objetos
de control fiscal40. Por otra parte, la Ley 42 de 1993 “[s]obre la organización
del sistema de control fiscal financiero y los organismos que lo ejercen” hace
explícita la autonomía e independencia de los órganos de control en el
parágrafo 1º del artículo 4141.
23
autonomía de los órganos que la ejecutan, sin perjuicio del mandato de
cooperación que deviene transversal a todas las entidades que hacen parte del
Estado colombiano.
23. Respecto del concepto de control fiscal, el artículo 267 superior señala
que tal función es de naturaleza pública y consiste en vigilar la gestión fiscal
de la administración y de los particulares o entidades que manejen fondos o
bienes de la Nación, a través de un control financiero, de gestión y de
resultados enmarcado en la eficiencia, economía, equidad y la valoración de
los costos ambientales. La misma norma señala que, en el ámbito nacional, tal
función es ejercida por la Contraloría General de la Nación y, a nivel local y
departamental, por las contralorías distritales, municipales y departamentales.
24
manejen fondos o bienes públicos, que ejercen los órganos de
control fiscal de manera autónoma e independiente de cualquier
otra forma de inspección y vigilancia administrativa. Consiste en
observar el desarrollo o ejecución de los procesos o toma de
decisiones de los sujetos de control, sin intervenir en aquellos o
tener injerencia en estas, así como con posterioridad al ejercicio de
la gestión fiscal, con el fin de obtener información útil para realizar
el control fiscal.
Así, el control ejercido por los órganos a cargo de la vigilancia y control fiscal
procede cuando existe gestión de recursos públicos 44. Lo anterior quiere decir
que este se presenta cuando haya administración o disposición de fondos
estatales “en sus diferentes y sucesivas etapas de recaudo o percepción,
conservación, adquisición, enajenación, gasto, inversión y disposición”45. De
esa manera, toda actividad que suponga la utilización de recursos oficiales es
objeto de vigilancia, con el fin de proteger el patrimonio colectivo y
garantizar la “moralidad en todas las operaciones relacionadas con el
manejo y utilización de los bienes y recursos públicos, y la eficiencia y
eficacia de la administración en el cumplimiento de los fines del Estado”46.
25
gestión fiscal y el control de resultado de la administración. En términos
similares, el artículo 267 constitucional establece que la vigilancia y el control
fiscal son una función pública a cargo de la Contraloría General de la
República, la cual se encarga de vigilar la gestión fiscal de la administración y
de los particulares o entidades que manejen fondos o bienes públicos, en
todos los niveles administrativos y respecto de cualquier tipo de recurso
público. Ese mismo artículo prevé que la ley reglamentará el ejercicio de
competencias entre contralorías, lo cual deberá realizarse conforme a los
principios de coordinación, concurrencia y subsidiariedad.
27. En cuanto a las entidades del Estado llamadas a ejercer control fiscal, el
último inciso del artículo 2º del Decreto Ley 403 de 2020 establece lo
siguiente: “Órganos de Control Fiscal. Son la Contraloría General de la
República, las contralorías departamentales, las contralorías distritales, las
contralorías municipales y la Auditoría General de la República, encargados
de la vigilancia y control fiscal de la gestión fiscal, en sus respectivos ámbitos
de competencia”.
28. A su turno, el penúltimo inciso del artículo 2º del Decreto Ley 403 de
2020 señala que son sujetos de vigilancia y control fiscal las entidades que
integran las ramas del poder público, así como los órganos autónomos e
independientes, de control y electorales. También lo son el Banco de la
República, las demás instituciones creadas por la Constitución y, en general,
cualquier persona pública o privada, natural o jurídica que a cualquier título
recauden, administren, manejen y/o inviertan recursos del Estado y/o bienes o
recursos públicos47.
47 Decreto Ley 403 de 2020. “Artículo 2º. Definiciones (...) Sujeto de vigilancia y control: Son sujetos de
vigilancia y control fiscal los órganos que integran las ramas del poder público, los órganos autónomos e
independientes, los de control y electorales, los organismos creados por la Constitución Política y la ley que
tienen régimen especial, el Banco de la República, y las demás entidades públicas en todos los niveles
administrativos, los particulares, las personas jurídicas y cualquier otro tipo de organización o sociedad que
a cualquier título recauden, administren, manejen, dispongan o inviertan fondos, recursos del Estado y/o
bienes o recursos públicos en lo relacionado con estos”.
26
los fines esenciales del Estado. La vigilancia y control fiscal son llevadas a
cabo por la Contraloría General de la República, las contralorías de los entes
territoriales y la Auditoría General de la República, de acuerdo con sus
competencias y jurisdicciones fijadas por la Constitución y la ley.
27
demás entidades que pertenezcan al sector descentralizado por servicios a
nivel territorial.
33. Por otra parte, en lo que respecta al alcance del control político, esta
Corporación ha definido que este consiste en “investigar, evaluar y realizar
juicios de valor sobre las actuaciones y omisiones de las principales
autoridades que ejercen funciones administrativas”49. Desde tal perspectiva,
se ha considerado que el control político es un mecanismo de rendición de
cuentas orientado a valorar y evaluar la gestión de los asuntos a cargo de las
entidades estatales y, cuando ello proceda, a hacer efectiva la responsabilidad
política de quienes las dirigen.
28
virtud de la cual el control político consiste en toda actividad llevada a cabo
con el fin de cuestionar o investigar la gestión de instituciones y órganos del
Estado e, incluso, de personas privadas cuyas actuaciones tienen incidencia en
los intereses generales53. Para el ejercicio de este control, el Congreso puede
acudir a cualquiera de las funciones que la Constitución le asigna, lo que
comprende desde el desarrollo de función legislativa, reforma constitucional o
investigación54, hasta las formas tradicionales de control político tales como
citaciones, solicitud de informes o moción de censura. Cabe precisar que no
todos los mecanismos anotados previamente pueden aplicarse indistintamente
respecto de los sujetos sobre quienes puede ejercerse control político,
especialmente, las personas privadas.
37. Por otra parte, el control político ejercido por el Congreso en sentido
estricto se circunscribe a la función prevista en los artículos 114 y 208 de la
Constitución, manifestado en los numerales 3, 4, 8 y 9 del artículo 135
superior. Así, el control político se adelanta mediante mecanismos tales como
citaciones hechas a ministros o directores de departamentos administrativos y
demás sujetos de que trata el artículo 208 superior. También se lleva a cabo a
través de la solicitud de informes (artículo 135.3), cuestionarios (artículo
135.4), citaciones a debate (artículo 135.8) y mociones de censura (artículo
135.9).
53De acuerdo con el Auto 330 de 2008, una expresión del modelo democrático que caracteriza a Colombia es
la potestad en cabeza del Congreso de la República de solicitar explicaciones a aquellas personas, incluso
privadas, que ejerzan actividades que afectan o interesan a la ciudadanía. Cfr. Autos 119 de 2006 y 155 de
2006, así como la Sentencia C-432 de 2017.
54 Corte Constitucional. Auto 330 de 2008 y Sentencia C-540 de 2012.
29
40. Pues bien, en este punto interesa señalar que el propósito de la Ley 2200
de 2022 es, justamente, modernizar y organizar el funcionamiento de los
departamentos. Con ese objetivo, el artículo 154 de esa ley derogó el Decreto
1222 de 1986, por medio del cual se expidió el Código de Régimen
Departamental55. El artículo 39 de ese ordenamiento legal, al cual pertenece el
aparte demandado en esta oportunidad, establece que les corresponde a las
asambleas ejercer control político sobre la administración del departamento.
55 La Ley 2200 de 2022 derogó el Decreto 1222 de 1986, salvo los artículos que se encuentren vigentes
relacionados con los bienes, contratos y rentas departamentales que continuarán rigiendo, hasta que entre en
vigencia la legislación que para el efecto profiera el Congreso, conforme a lo establecido en el artículo 147 de
la Ley 2200 de 2022.
56Sentencia C-018 de 2018 y Auto 543 de 2016.
30
En tal sentido, colige la Sala Plena, que el control público es un instrumento
que le permite al Congreso de la República acceder a la información que
requiere para el ejercicio de sus funciones, mediante las declaraciones
verbales o escritas de cualquier persona natural o jurídica. En cualquier caso,
la misma Corte Constitucional ha reconocido respecto del control político y el
control público que “no siempre es sencillo establecer una línea divisoria
entre ambas modalidades de control…”57.
Fue así como la Corte Constitucional planteó como problema jurídico objeto
de estudio si el hecho de que la norma acusada habilitara a los concejos
municipales para citar a los personeros y contralores municipales con el fin de
obtener información, debatir sobre sus actuaciones y, eventualmente, formular
una moción de observaciones en relación con su proceder, comportaba la
vulneración de la independencia y autonomía que les es inherente. Bajo ese
entendido, se adelantó un examen de proporcionalidad respecto de los
artículos 38 y 39 de la Ley 136 de 1994 para resolver la tensión que se
evidenciaba entre dos particulares mandatos constitucionales: por un lado, la
protección a la autonomía de los contralores municipales (principio que
sugiere que el concejo municipal no debe controvertir ni observar la labor de
vigilancia a cargo de esos funcionarios) y, por otro, la materialización del
principio de optimización del control político sobre la gestión pública, según
el cual los Estados democráticos deben fomentar mecanismos de control
ciudadano respecto de toda actuación del poder público, ya sea de manera
directa o por intermedio de sus representantes.
31
constituía una medida (i) legítima que estaba dirigida a estimular el debate
ciudadano y el ejercicio de control político por parte de una corporación con
representación plural en los municipios, así como (ii) adecuada a fin de
permitir a los concejos citar a los contralores, debatir sobre sus actuaciones y
formular, eventualmente, una crítica pública sobre su gestión.
32
funciones. Lo anterior no transgrede la Carta Política, pues se trata de un
debate público ante un cuerpo democrático respecto de la forma como uno de
los órganos del ente territorial ejerce sus atribuciones. También se trata de una
oportunidad para llevar a cabo una observación pública sobre la gestión del
contralor municipal. Con todo, este Tribunal también determinó en la
mencionada sentencia que no toda forma de control político es válida respecto
de los contralores municipales. Así, por ejemplo, del ejercicio de una moción
de observaciones no puede producirse ninguna represalia o la adopción de
medidas en contra de ese órgano de control, pues en tal caso sí se vulneraría
su autonomía e independencia.
Con base en todo lo hasta ahora expuesto, la Sala pasa a analizar el cargo
planteado en la presente demanda de inconstitucionalidad.
46. La Sala Plena reconoce que el texto del artículo al cual pertenece el
aparte demandado puede plantear una problemática constitucional. Para su
análisis, cabe citar una vez más esa disposición normativa:
33
gerentes, y/o representantes legales de entidades descentralizadas
del departamento, así como al contralor departamental. (…)” (Con
subrayas el aparte acusado en la demanda).
Del anterior planteamiento se pueden extraer varios aspectos que plantean una
duda constitucional: (i) el título del artículo, a saber, ‘control político’; (ii) los
sujetos que incluye, los cuales pertenecen en su totalidad a la administración
departamental salvo por el contralor; y (iii) la redacción de la norma, que
parece equiparar la figura del contralor departamental, mediante la expresión
‘así como’, a cualquier otro funcionario que sí pertenece a la estructura de la
administración ejecutiva territorial. La duda constitucional también está
demostrada por el entendimiento que la demandante y algunos intervinientes
realizan respecto del artículo al cual hace parte la expresión demandada.
48. Sobre este particular, de acuerdo con los artículos 243 superior y 21 del
Decreto 2067 de 1991, la jurisprudencia constitucional, desde sus primeros
pronunciamientos59, ha optado en ocasiones por proferir sentencias
denominadas ‘interpretativas’ o ‘condicionadas’, como una forma de modular
sus decisiones. Lo anterior, con el objetivo de garantizar tanto el principio
democrático como el de conservación del derecho. Ello tiene como fin que los
34
tribunales constitucionales interpreten las normas sometidas a su estudio, de
una manera que permita preservar al máximo posible las disposiciones
emanadas del Legislador, como materialización del principio democrático 60.
Esa misma perspectiva refuerza la vigencia del principio de conservación del
derecho. Este prescribe que el control de constitucionalidad debe agotar las
diferentes opciones de decisión que cumplan la doble función de preservar la
supremacía de la Constitución y, a su vez, mantener hasta dónde sea posible la
decisión legislativa, en virtud de la legitimidad democrática de la que está
investido el Congreso de la República.
Luego de precisar lo anterior, la Sala Plena explica las razones por las cuales
encuentra exequible el aparte demandado, para luego definir el alcance del
condicionamiento al que se somete tal conclusión.
35
Constitución Política en su artículo 300.11 establece que las asambleas
pueden solicitarles informes a los contralores sobre el ejercicio de sus
funciones. Veamos:
Conforme explicó la Sala Plena en el capítulo sobre el lugar que ocupan las
contralorías en la estructura del Estado, las contralorías departamentales son
esencialmente órganos autónomos e independientes que no pertenecen a
ninguna de las ramas del poder público.
36
cuanto, como se ha reiterado a lo largo de esta providencia, los contralores no
pertenecen a ninguna de las tres ramas del poder público.
En tal virtud, la Sala considera que la interpretación del inciso 1º del aludido
artículo 39 que es acorde a la Constitución, circunscribe el control que las
asambleas pueden ejercer sobre las contralorías departamentales a dos
aspectos: (i) a la citación a la que se refiere el mismo inciso 1º; y (ii) a la
solicitud de informes sobre el ejercicio de sus funciones de que trata el
artículo 300.11 superior.
Asimismo, cabe referirse al inciso 2º del mismo artículo 39, al cual pertenece
el aparte acusado. Tal disposición informa la manera como se lleva a cabo la
citación de que trata el inciso 1º. Puntualmente, el inciso 2º establece que las
citaciones se deben realizar con una antelación no menor a cinco días hábiles
y debe incluir un cuestionario escrito. El funcionario citado deberá radicar su
respuesta ante la asamblea, en medio escrito o magnético. El debate
subsiguiente versará sobre el cuestionario formulado y no puede extenderse a
otros asuntos.
37
53. Adicionalmente, el aparte demandado se encuentra ajustado a la Carta
Política, conforme a la ratio decidendi y a las consideraciones realizadas por
esta Corporación en la Sentencia C-405 de 1998. Como se apuntó en los
fundamentos jurídicos 42 y siguientes de esta providencia, la Corte estudió la
constitucionalidad del artículo 38 de la Ley 136 de 1994 que, en esencia, es
similar al artículo 39 de la Ley 2200 de 2022. Por tal motivo y conforme a lo
manifestado por la Procuraduría General de la Nación y otros intervinientes,
el referido pronunciamiento, pese a la variación del parámetro de control, sí
constituye un precedente aplicable al presente caso.
Ahora, si bien es cierto que las asambleas y los concejos pertenecen a dos
niveles territoriales diferentes, los contralores departamentales y municipales
están investidos de autonomía e independencia semejantes. Es cierto que los
municipios, distritos y departamentos ostentan características particulares que
los diferencian entre ellos. Sin embargo, no puede afirmarse que los
contralores de uno u otro ente territorial tengan mayor o menor independencia
respecto del otro. No es coincidencia que el Legislador haya redactado el
artículo 38 de la Ley 136 de 1994 de manera casi idéntica al artículo 30 de la
Ley 2200 de 2022. Así, aunque se trate de normas que rigen niveles
territoriales distintos, ello no quiere decir que las consideraciones formuladas
por la Corte en la Sentencia C-405 de 1998 no sean aplicables al presente
caso, respecto de la autonomía e independencia inherente a los contralores de
los entes territoriales, sin distinción alguna en razón de su nivel.
38
Por eso, en este punto, conviene señalar que la Sentencia C-405 de 1998 no
configura cosa juzgada63 respecto de la presente cuestión, por las siguientes
razones:
39
cuando se modifica el texto de un artículo constitucional puede haber un
cambio de parámetro de control respecto de aquellas normas con rango
de ley, que eventualmente puedan ser contrarias a ese nuevo texto
superior.
Con todo, la Sala Plena precisa que el hecho de que el texto actual del
artículo 299 no hubiera existido cuando se profirió la Sentencia C-405 de
1998, no quiere decir que dicha providencia pierda su valor como
antecedente de esta decisión. Lo anterior, por las siguientes razones: (i)
como se explicó en el fundamento jurídico 49, el hecho de que el artículo
299 superior circunscriba el control político ejercido por las asambleas a
la administración departamental, no quiere decir que tal órgano colegiado
no pueda ejercer cierta forma amplia de control respecto de los
contralores de ese ente territorial; (ii) el texto actual del referido artículo
constitucional de ninguna manera comprende la inclusión o anexión de
las contralorías departamentales a la administración ejecutiva de ese ente
territorial; y (iii) contrario a lo manifestado por la demandante en esta
oportunidad, la atribución de las asambleas consistente en ejercer cierto
control en sentido amplio respecto de los contralores departamentales no
se deriva precisamente del hecho de que el inciso 1º del artículo 39
acusado haya ‘incorporado’ a los contralores a la rama ejecutiva
departamental. Tal facultad, por el contrario, tiene fundamento de
principio en otras disposiciones de naturaleza constitucional, tales como:
(i) el artículo 300.11; (ii) las facultades que le asisten al Legislador
consagradas en el artículo 300.12; y (iii) el mismo objetivo de la norma
cuya constitucionalidad se cuestiona y que no está prohibido por la Carta
Política, a saber, que una corporación elegida democráticamente conozca
la manera como las contralorías ejercen sus funciones y obtenga
información de un ente de control para poder ejercer control político
sobre las dependencias y entidades que sí hacen parte de la
administración departamental.
40
violación de la autonomía e independencia de las contralorías territoriales, se
corresponden a plenitud con la demanda que se examina en esta oportunidad.
66Mediante la Sentencia C-445 de 1995, este Tribunal estableció que el análisis de constitucionalidad de una
norma debe realizarse a partir de distintos niveles de intensidad. Tal grado de intensidad se determina
dependiendo de la naturaleza de la medida enjuiciada y puede ser leve, intermedio o estricto. Así, la premisa
que subyace el juicio consiste en que su intensidad es inversamente proporcional a la libertad de
configuración del legislador. Eso quiere decir que entre mayor libertad de configuración tenga el Congreso,
menos intenso y severo debe ser el examen de constitucionalidad.
41
demás, no estaba prohibida por la Carta Política, pues se trataba de estimular
el debate ciudadano y el ejercicio de control político por parte de una
corporación elegida mediante voto popular. Así entendida, la medida también
era adecuada, en cuanto permitía a los concejos municipales citar a los
contralores y personeros para debatir sus actuaciones con el fin de formular
una crítica pública. Ello, sin duda, estimula la democracia deliberativa y el
control político que debe realizarse sobre las actuaciones de los órganos de
control.
42
que componen el Estado supongan un límite razonable que impida el ejercicio
arbitrario o completamente discrecional de las funciones que la Carta Política
y la ley asignan a los distintos cuerpos del Estado. En consecuencia, las
contralorías no pueden estar desligadas de algún tipo de control, si se quiere
público, respecto de sus actuaciones, sobre todo si se tiene en cuenta que a
través del ejercicio de vigilancia y control fiscal produce insumos que le
permiten a las asambleas realizar control político respecto de las dependencias
que pertenecen a la rama ejecutiva departamental.
43
que el análisis debe incluir lo relativo a la proporcionalidad en sentido
estricto y, por tanto, se debe ‘analizar los costos y beneficios en términos
constitucionales implicados en la medida adoptada, particularmente en el
caso del análisis de igualdad, que es por naturaleza relacional, en
correspondencia con las intensidades del juicio’. La Sala también dejó en
claro que regla en mención no se aplica cuando se trata del nivel débil”67.
Sin embargo, la Sala considera, como argumento adicional y por fuera del
parámetro estricto del juicio de proporcionalidad, que el aparte demandado no
implica una afectación desmedida de la autonomía e independencia de las
contralorías, pues a los cuerpos representativos les asiste un interés legítimo
en conocer la manera como las contralorías departamentales ejercen sus
funciones y administran los recursos a su cargo.
44
Dado lo anterior, y en el marco del deber de cooperación armónica que se
predica entre todos los órganos y entidades del Estado, es claro que existe una
relación estrecha entre las asambleas y las contralorías departamentales que
justifica constitucionalmente el ejercicio de cierto control, sobre esos órganos
autónomos.
62. Con todo, esta Sala llama la atención sobre el hecho de que la Ley 2200
de 2022 no incorpora mecanismos de control político que pongan en riesgo la
libertad, la autonomía o independencia de los contralores departamentales.
45
Concretamente, el artículo 40 de esa normativa regula la moción de censura.
Esta figura, que puede llevar a la remoción del cargo al funcionario a quien se
le aplica, dispone expresamente lo siguiente:
Así pues, es evidente que la redacción del artículo en cita es clara por cuanto
circunscribe la aplicación de la moción de censura de manera exclusiva a los
secretarios de despacho del gobernador. Este precepto, al ser expresión propia
del derecho sancionador, es de aplicación restrictiva, lo que significa que no
puede extenderse a otros sujetos o entidades que no estén previstos
explícitamente en él. De cualquier modo, la Corte considera que el Legislador
fue respetuoso del precedente incorporado en la Sentencia C-405 de 1998 al
excluir de la aplicación de dicha figura al contralor departamental. Esto pues,
tal y como se ha dicho en reiteradas oportunidades, el contralor es autónomo e
independiente del gobernador y de la administración departamental y, por
ende, no está subordinado a ella.
Siendo ello así, la Sala Plena considera que el aparte demandado del artículo
39 de la Ley 2200 de 2022 es exequible, pues no vulnera la autonomía e
independencia de las contralorías. Resulta claro que las contralorías
departamentales no pertenecen a la administración departamental y, por esa
razón, las asambleas no pueden ejercer control político de la misma manera
en que lo llevan a cabo respecto de las entidades que sí pertenecen a la rama
ejecutiva territorial.
46
Sin perjuicio de lo anterior, el mecanismo de control previsto en el artículo
demandado no está prohibido por la Constitución y cumple un fin legítimo,
cual es propiciar el debate ciudadano respecto de las actuaciones de un órgano
de control, por parte de una corporación de elección popular que representa al
pueblo en los departamentos. También se sirve de un medio adecuado para
conocer sobre sus actuaciones respecto de la vigilancia fiscal que la
Constitución les confía, al tiempo que esos órganos de control proveen
insumos e información útil para los debates de control político que las mismas
asambleas llevan a cabo sobre las entidades y dependencias que sí hacen parte
de la administración departamental. Tampoco implica una afectación
desproporcionada de la autonomía e independencia de las contralorías, pues
los cuerpos representativos tienen un interés legítimo en conocer la manera en
la que las contralorías departamentales ejercen sus funciones y administran
los recursos a su cargo. Adicionalmente, la figura de la moción de censura
prevista en el artículo 40 de la Ley 2200 de 2022 no aplica para los
contralores municipales, pues solo está prevista para los secretarios de
despacho del gobernador. En suma, el ejercicio del mecanismo de control
previsto en la disposición acusada es constitucional, en la medida en que no
puede comportar represalia alguna frente al órgano de control departamental.
64. Por otra parte, no sobra agregar que la Carta Política en su artículo
300.12 prevé que el Legislador puede asignarles funciones a las asambleas
departamentales. Textualmente, dicha norma superior dispone que le
“[c]orresponde a las Asambleas Departamentales (…) 12. Cumplir con las
demás funciones que le asignen la Constitución y la Ley”. En consecuencia,
resulta claro que la Constitución estableció que el Legislador podía asignarles
funciones adicionales a las asambleas departamentales, aparte de las previstas
en el aludido artículo 300. Dicho de otra forma, el Congreso cuenta con
habilitación legislativa, a partir de la Carta Política, para adscribir funciones a
las asambleas departamentales. Esta figura, por ejemplo, puede advertirse en
los siguientes casos:
(i) los artículos 10º y 1170 de la Ley 47 de 1993 “[p]or la cual se dictan
normas especiales para la organización y el funcionamiento del
Departamento Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina”.
En esos artículos, el Legislador definió las funciones propias de la asamblea
de ese departamento “además de las establecidas por el artículo 300 de la
Constitución Política y por las leyes generales para los departamentos…” 71.
70Artículo 11 “Función especial. Es función especial de la Asamblea Departamental la formulación y
reglamentación de las medidas necesarias para el cumplimiento de los objetivos siguientes: a) La adecuación
del sistema administrativo departamental conforme a las nuevas necesidades departamentales; b) La
eficiente prestación de los servicios públicos de energía, acueducto alcantarillado y telecomunicaciones; c)
La ejecución de programas para la modernización de los servicios sociales de educación, vivienda, salud y
recreación”.
71“Funciones de la Asamblea Departamental. Son funciones de la Asamblea Departamental, además de las
establecidas por el artículo 300 de la Constitución Política y por las leyes generales ara los departamentos,
las siguientes: a) Reglamentar las disposiciones especiales que para el departamento, en materia
administrativa, de inmigración, de control de la densidad poblacional, de regulación del uso del suelo, de
enajenación de bienes inmuebles, de preservación del medio ambiente y de fomento económico que determine
la ley; b) Reglamentar las disposiciones que en materia fiscal de comercio exterior, de cambios y financiera
determine la ley, sin perjuicio de las competencias que en esta materia determinan la Constitución Política y
47
Entre las funciones que el Congreso le asignó a la asamblea del ente territorial
–y que no están previstas en la misma Constitución– se encuentra el
establecer disposiciones especiales en materia de inmigración, control de
densidad poblacional y uso del suelo, entre otras, respecto de las islas del
Caribe que integran ese departamento.
demás disposiciones legales; c) Expedir las disposiciones relacionadas con la ejecución de los planes y
programas de desarrollo económico y social, de obras públicas y de adecuación de la infraestructura
financiera del departamento; d) Expedir las disposiciones relacionadas con el logro de la conservación y
preservación de los recursos naturales y del medio ambiente del departamento; e) Expedir disposiciones
tendientes a lograr la modernización de la infraestructura turística del departamento; f) Dictar normas
relacionadas con la protección del patrimonio cultural, tangible e intangible, del departamento; g) Las
demás que le fijen la Constitución y las leyes”.
72“Artículo 9 º. Atribuciones. Los Contralores Departamentales, además de lo establecido en el artículo 272
de la Constitución Política, ejercerán las siguientes atribuciones: 1. Prescribir, teniendo en cuenta las
observaciones de la Contraloría General de la República, los métodos y la forma de rendir cuentas los
responsables de manejos de fondos o bienes departamentales y municipales que no tengan Contraloría e
indicar los criterios de evaluación financiera, operativa y de resultados que deberán seguirse. 2. Revisar y
fenecer las cuentas que deben llevar los responsables del Erario bajo su control y determinar el grado de
eficiencia, eficacia, y economía con que hayan obrado. 3. Llevar un registro de la deuda pública del
departamento, de sus entidades descentralizadas y de los municipios que no tengan Contraloría. 4. Exigir
informes sobre su gestión fiscal a los servidores públicos del orden departamental o municipal, y a toda
persona o entidad pública o privada que administre fondos o bienes del departamento y municipio
fiscalizado. 5. Establecer las responsabilidades que deriven de la gestión fiscal, imponer las sanciones
pecuniarias que sean del caso, recaudar su monto y ejercer la jurisdicción coactiva sobre los alcances
deducidos de la misma. 6. Conceptuar sobre la calidad y eficiencia del control fiscal interno de las entidades
y organismos del orden departamental y municipal bajo su control. 7. Presentar a la Asamblea
Departamental un informe anual sobre el estado de los recursos naturales y del ambiente. 8. Promover ante
las autoridades competentes, las investigaciones penales o disciplinarias contra quienes hayan causado
perjuicio a los intereses patrimoniales, departamentales y municipales. La omisión de esta atribución los
hará incurrir en causal de mala conducta. 9. Presentar anualmente a la Asamblea Departamental y a los
Concejos Municipales, un informe sobre el estado de las finanzas de las entidades el departamento a nivel
central y descentralizado, que comprenda el resultado de la evaluación y su concepto sobre la gestión fiscal
de la administración en el manejo dado a los fondos y bienes públicos. 10. Proveer mediante concurso
público los empleos de su dependencia que haya creado la Asamblea Departamental. El incumplimiento de lo
prescrito en el artículo 2o., inciso 2o. de la Ley 27 de 1992, es causal de mala conducta. 11. Realizar
cualquier examen de auditoría, incluido el de los equipos de cómputo o procesamiento electrónico de datos,
respecto de los cuales podrá determinar la confiabilidad y suficiencia de los controles establecidos, examinar
las condiciones del ambiente de procesamiento y adecuado diseño del soporte lógico. 12. Realizar las visitas,
inspecciones e investigaciones que se requieran para el cumplimiento de sus funciones. 13. Evaluar la
ejecución de las obras públicas que se adelanten en el departamento. 14. Auditar el balance de la hacienda
departamental para ser presentado a la Asamblea Departamental. 15. Elaborar el proyecto de presupuesto de
la Contraloría y presentarlo al Gobernador dentro de los términos establecidos por la ley para ser
incorporado al proyecto de presupuesto anual de rentas y gastos. 16. Remitir mensualmente a la Contraloría
General de la República la relación de las personas a quienes se les haya dictado fallo con responsabilidad
fiscal, para efectos de incluirlos en el boletín de responsabilidades. Las indagaciones preliminares
adelantadas por las Contralorías Departamentales, tendrán valor probatorio ante la Fiscalía General de la
Nación y los jueces competentes”.
48
(iii) el artículo 1373 de la Ley 434 de 1998 “[p]or la cual se crea el Consejo
Nacional de Raz, Reconciliación y Convivencia, se otorgan funciones y se
dictan otras disposiciones”. En virtud de esa disposición normativa, las
asambleas departamentales están autorizadas para crear, a iniciativa del
gobernador correspondiente, consejos departamentales de paz.
73Ley 434 de 1998. “Artículo 13. Consejos regionales. Las Asambleas Departamentales y Concejos
Municipales están autorizados para crear, a iniciativas del respectivo Gobernador o Alcalde los Consejos
Departamentales o Municipales de Paz. Las funciones y composición serán análogas a las del Consejo
Nacional de Paz, Reconciliación y Convivencia, salvo en lo referente a las ejercidas en desarrollo de
delegación presidencial. Las actuaciones de los Consejos Departamentales y Municipales de Paz deberán ser
realizadas en coordinación con el Comité Nacional de Paz y en concordancia con las directrices y parámetros
que éste señale. Parágrafo 1º. Los ciudadanos podrán recurrir a los mecanismos de participación establecidos
en la Constitución y la ley para promover la creación de los Consejos territoriales de Paz, Reconciliación y
Convivencia. Parágrafo 2º. Para todos los efectos, los Consejos Departamentales y Municipales de Paz serán
también denominados como Consejo Territoriales de Paz, Reconciliación y Convivencia.
74 Ley 2200 de 2022. Artículo 19 visible en el siguiente enlace:
http://www.secretariasenado.gov.co/senado/basedoc/ley_2200_2022.html
49
que la Constitución le había conferido al auditor en el artículo 274 75, como
sujeto encargado de la vigilancia del control fiscal de la Contraloría General
de la República. Dicho de otra manera, en el escrito acusatorio se afirmó que
el Congreso no contaba con la facultad legislativa para extender a otros
sujetos la vigilancia fiscal que el artículo 274 de la Carta Política le encargó
explícitamente al auditor, respecto del contralor general.
50
cuenta con autonomía suficiente para regular la vigilancia de las contralorías
de los entes territoriales.
Por otro lado, la Sentencia C-110 de 1998 deja entrever que aun órganos
autónomos e independientes como las contralorías departamentales no están
exentos de ciertas formas de vigilancia, por parte de otras entidades estatales.
En tal medida, es constitucional que la Auditoría General de la República
vigile a las contralorías departamentales. En suma, lo anterior demuestra que
sí es acorde con el texto superior establecer ciertas formas de control, incluso
respecto de aquellas entidades que no pertenecen a alguna rama del poder
público y que ejercen, esencialmente, labores de vigilancia respecto de otras
entidades estatales. Lo anterior ejemplifica el principio de pesos y contrapesos
transversal a la Carta Política, al tiempo que materializa el principio superior
a partir del cual no existe estamento u organismo del Estado que ejerza sus
funciones de manera totalmente discrecional y escape completamente de
cualquier forma control o vigilancia respecto del ejercicio de tales funciones.
66. Sin embargo, como desde un inicio del análisis se había anunciado, la
Sala Plena advierte que resulta necesario condicionar la exequibilidad del
aparte demandado a un entendimiento acorde con la Carta Política. Ello, a fin
de garantizar que las asambleas departamentales no puedan ejercer la forma
de control (citaciones) prevista en el artículo 39 de la Ley 2200 de 2022 sobre
las contralorías territoriales, de tal suerte que obstaculicen o impidan la
vigilancia fiscal que esos órganos deben realizar.
51
departamentales pertenecen a la administración departamental; ni mucho
menos que (ii) las asambleas están facultadas para aplicar cualquier tipología
de control político respecto de las contralorías departamentales. La forma de
control constitucionalmente admisible se circunscribe a la citación de la que
trata esa misma norma, conforme a lo dispuesto en el artículo 300.11 superior.
A partir de este texto, la Sala Plena señala que la citación a la que se refiere el
citado artículo 39 no puede emplearse para entorpecer, amedrentar o limitar el
ejercicio de vigilancia y control fiscal que las contralorías deben realizar
respecto de las asambleas departamentales. De la misma manera, en tanto esa
forma de control tiene carácter amplio y su propósito está concentrado
esencialmente en la ilustración a la asamblea departamental de la manera
cómo la contraloría de ese ente territorial ejerce sus funciones, no puede
servir de base para impedir o coaccionar el ejercicio de esas facultades,
52
actividad que está revestida de los atributos de independencia y autonomía,
conforme se ha explicado suficientemente en esta providencia.
Síntesis de la decisión
53
del aparte “así como al contralor departamental”, contenido en el inciso 1º
del artículo 39 de la Ley 2200 de 2022 “[p]or la cual se dictan normas
tendientes a modernizar la organización y el funcionamiento de los
departamentos”. Para sustentar su petición, adujo que tal aparte es contrario
al artículo 299 superior, el cual circunscribe el ejercicio de control político por
parte de las asambleas -exclusivamente- a las dependencias y entidades que
componen la administración departamental.
74. Con base en lo anterior, la Sala Plena concluyó que la expresión “así
como al contralor departamental”, contenida en el inciso 1º del artículo 39 de
la Ley 2200 de 2022 era exequible condicionadamente. Para arribar a tal
conclusión, la Corte constató lo siguiente: (i) que la Constitución y la
jurisprudencia sí prevén que las contralorías estén sujetas a ciertas formas de
control, en sentido amplio. En consecuencia, aunque sean órganos de
autónomos e independientes de las ramas del poder público, ello no quiere
decir que escapen de toda forma de interacción o supervisión, por parte de
otras corporaciones o entidades del Estado. Sin embargo, tal control político
no puede ser ejercido por las asambleas de la misma manera en que lo
realizan respecto de las entidades que sí pertenecen a la administración
departamental; (ii) que la Sentencia C-405 de 1998 sí constituye un
antecedente aplicable para el presente caso y ello conlleva la exequibilidad
del aparte acusado. Lo anterior, por cuanto el cargo formulado, los
54
argumentos de la demanda, así como el texto del aparte acusado y las
consideraciones hechas por la Corte en esa oportunidad coinciden con los
mismos asuntos abordados por la Corporación en este caso. A partir de este
antecedente, la Sala Plena considera que el aparte demandado del artículo 39
de la Ley 2200 de 2022 es exequible, pues no vulnera la autonomía e
independencia de las contralorías. Es así, pues la citación a la que se refiere
ese artículo tiene un fin legítimo y se sirve de un medio adecuado para que
una corporación elegida democráticamente conozca la manera como las
contralorías departamentales ejercen sus funciones, al tiempo que dichos
órganos de control pueden aportar insumos esenciales para el ejercicio del
control político que las asambleas llevan a cabo sobre las entidades y
dependencias que sí pertenecen a la administración departamental. Sin
embargo, como las contralorías no pertenecen a la administración pública,
estas no pueden, en virtud de la propia función de control político, ser objeto
de medidas en su contra ni mucho menos los funcionarios que las representen
ser separados de su cargo; y (iii) que a partir del artículo 300.12 superior, la
Corte considera que el Congreso cuenta con habilitación legislativa
constitucional para atribuir funciones a las asambleas departamentales. Por
todo lo anterior, la Sala Plena destaca que el Legislador goza de un amplio
margen de configuración legislativa en lo que relación con este tema.
76. Por último, la Sala Plena destacó el deber constitucional aplicable a las
contralorías de colaborar con las demás ramas del poder público, incluyendo
las asambleas departamentales. En consecuencia, esta Corporación recuerda
que por disposición del artículo 300.11 superior, las contralorías deben rendir
informes sobre el ejercicio de sus funciones. Ello enriquece el control político
que las asambleas realizan sobre las secretarías, entidades o dependencias que
sí pertenecen a la administración del ente territorial. Sin embargo, el hecho de
55
que esos órganos de control tengan tal deber no quiere decir que puedan ser
objeto del control político al que se ven abocadas las entidades que hacen
parte de la rama ejecutiva territorial.
VII. DECISIÓN
RESUELVE:
56
ALEJANDRO LINARES CANTILLO
Magistrado
57
ACLARACIÓN DE VOTO DEL MAGISTRADO
ANTONIO JOSÉ LIZARAZO OCAMPO
A LA SENTENCIA C-376/22
Expediente: D-14759
Por lo anterior, estimo que la sentencia frente a la cual aclaro mi voto incurre
en un yerro al aseverar que “[e]l control político también está concebido
58
como una manera en la cual un órgano democrático supervisa y ejerce control
sobre las diversas entidades que componen la rama ejecutiva territorial”
(subrayas fuera del texto), y a la vez afirmar que las contralorías
departamentales no pertenecen a ninguna de las ramas del poder público, pues
es claro que la Constitución misma concibe un control político con un alcance
más allá de las fronteras de la rama ejecutiva.
De esta forma, a mi juicio la razón por la cual el control político que pueden
ejercer las asambleas departamentales sobre el contralor departamental cuenta
con algunas limitaciones dada la naturaleza del objeto del control, estas
limitaciones no se derivan de la caracterización de las contralorías
departamentales como órganos de control ajenas a las ramas del poder, sino de
su naturaleza de “entidades técnicas dotadas de autonomía administrativa y
presupuestal” -C.P., art. 272- cuya organización depende precisamente de las
corporaciones públicas de elección popular.
76 Constitución Política, art. 272: “Corresponde a las asambleas y a los concejos distritales y municipales
organizar las respectivas contralorías como entidades técnicas dotadas de autonomía administrativa y
presupuestal, y garantizar su sostenibilidad fiscal. […] Los Contralores departamentales, distritales y
municipales serán elegidos por las Asambleas Departamentales, Concejos Municipales y Distritales, de terna
conformada por quienes obtengan los mayores puntajes en convocatoria pública conforme a la ley, siguiendo
los principios de transparencia, publicidad, objetividad, participación ciudadana y equidad de género, para
un periodo de cuatro años que no podrá coincidir con el periodo del correspondiente gobernador y alcalde”.
59