El Poder y La Vida: Modulaciones Epistemológicas
El Poder y La Vida: Modulaciones Epistemológicas
El Poder y La Vida: Modulaciones Epistemológicas
editora
El poder y la vida
Modulaciones epistemológicas
Editorial Biblos
Esther Díaz
Índice
El poder y la vida: modulaciones epistemológicas. —1a ed. - Buenos
Aires: Biblos, 2012.
318 p.; 23 x 16 cm. - (Filosofía)
ISBN 978-987-691-023-1
Prólogo
La trinidad conceptual contemporánea
Esther Díaz 11
Diseño de tapa: Luciano Tirabassi U.
BIOPODER
Armado: Ana Souza
METODOLOGÍA
Indicadores de sustentabilidad
La tensión del consenso y el conflicto en la dimensionalidad de
variables biopolíticas
Nélida da Costa Pereira 209
Metodología y hermenéutica
Roxana Cecilia Ynoub 233
Al cabo de los años he comprendido —no sin tristeza— que me está veda-
do construir un sistema filosófico, un concepto avasallante, una origina-
lidad insoslayable. Mi suerte es la ensayística y la docencia, la lectura
y su transmisión, la búsqueda de problemas filosóficos y el balbuceo
de algunos conceptos. Así pues establezco relaciones entre diferentes
modos de hacer filosofía y me solazo en las coincidencias. Tampoco de-
secho las disidencias. De ellas extraigo fuerza para resistir teórica y
a veces vitalmente. He aquí la materia prima de este libro. Pensado
como unidad desde la multiplicidad, se trata de un texto que intenta
escapar del monoteísmo teórico. Si bien no todos los autores comparten
esta preferencia, con su esfuerzo y con la confirmación de sus diferentes
posturas lo hicieron posible.
Me he propuesto la tarea de presentar perspectivas pensantes tra-
zadas por analistas de nuestro tiempo expertos en tres ejes relevantes
en el campo de la investigación contemporánea: la epistemología, la me-
todología y el biopoder. A lo largo de estas páginas el espacio se puebla
con reflexiones sobre la filosofía de la vida, los esfuerzos invertidos para
mantenerla, administrarla, gozarla, sufrirla y perderla. Surgen asimis-
mo maridajes extraños —o más bien ocultos—, como la epistemología y el
deseo o la metodología y el poder.
Estudiando la vida en relación con la investigación científica hemos
vislumbrado que en disciplinas sumamente teóricas o técnicas, como la
epistemología y la metodología, palpitan asimismo formas vitales, sea
porque tienden a la complejidad existencial de los procedimientos cien-
tíficos o porque se reafirman en la especificidad formal de los métodos
de investigación. En diferentes artículos se encuentran tales tenden-
[ 11 [
12 ESTHER DÍAZ LA TRINIDAD CONCEPTUAL CONTEMPORÁNEA 13
cias. Unas exaltan los sentidos, otras la razón; ambas son variables de huesos, en una palabra, en todo el cuerpo así como en el ánimo, las cos-
la vida. Hay voluntad de imponerse multiplicando o sintetizando. Se tumbres, las opiniones, los deseos, los placeres, las penas y los temores
investiga desde el poder y la historia en unos casos, o desde los forma- la vida se sigue transformando más allá de la muerte individual. Nunca
lismos y la lógica en otros. Estas modalidades sobrevuelan el presente. en cada una esas cosas permanecen idénticas sino que unas nacen y
Así pues, ya que nuestro destino es transitarlas, quizá nuestro manda- otras desaparecen, como la simiente que se pudre acunando pimpollos.
to debería ser pensarlas. Pero algo todavía más extraño es que también nuestros conocimien-
El biopoder, cuyos vestigios se pierden en los arcanos del tiempo, tos nacen y desaparecen, jamás permanecen idénticos. Estudiamos por-
produce una torsión histórica y una categórica reafirmación en la mo- que el conocimiento es fugaz. El olvido es la huida del saber, su grieta.
dernidad. Se constituye como condición política y se fundamenta como Pero el estudio, al producir a su vez un recuerdo nuevo en lugar del que
saber científico. He aquí el poderoso lazo que relaciona el poder de ad- se va, conserva o reconquista el conocimiento, de modo que éste parece
ministrar la vida de las poblaciones, o biopolítica, con instrumentos ser el mismo. Así de esa manera se conserva todo lo mortal. No por ser
simbólicos que fortalecen la investigación científica. La epistemología absolutamente lo mismo como es lo eterno, sino por el recurso de dejar
le otorga sustento teórico y la metodología torna viable sus metas. algo nuevo en lugar de lo que escapa y envejece.
Un hilo de Ariadna político-filosófico recorre este texto en el que, He aquí una de las primeras definiciones de lo que desde nuestro
como en una linterna mágica, se desplazan los problemas, las incógni- imaginario contemporáneo llamaríamos investigación, indagación, pes-
tas, las preguntas y las respuestas. En las letras o entre líneas deam- quisa, análisis, repetición y fijación para lograr —mediante el estudio—
bulan pensadores: Nietzsche, Deleuze, Prigogine, Foucault, Agamben, el siempre resbaladizo y provisorio saber.
Esposito, Freud, Eco, Samaja y tantos más. Desfilan cuestiones prove- El amor a la vida moviliza el amor al saber. Pero todo amor entraña
nientes de diversos territorios, pero se detecta voluntad de pensar des- riesgos. Las filosofías de la ciencia, como las técnicas metodológicas,
de el sur. Circulan disciplinas estadísticas, metodológicas, eugenésicas, nacen y mueren (sería conveniente no apegarse demasiado a ninguna),
etnomatemáticas, biométricas, psicoanalíticas. Se suceden conceptos: Además, no debería olvidarse que las metodologías pueden ser utiliza-
poshumano, poder pastoral, ecología de los saberes, rizoma, bíos, de- das en investigaciones para la autonomía, aunque frecuentemente se
sierto, voluntad de poder, epistemología ampliada. Aparecen tecnicis- emplean para la dominación (en el mejor de los casos, transportan agua
mos: matriz de datos, modelización, modulación. Y hasta se sugieren para el molino del colonialismo intelectual). Los métodos hegemónicos
extravagancias, algo así como encuentros insólitos, ¿cómo se vinculan son funcionales al poder en la medida en que se aprenden y se reiteran
la epistemología y el biopoder?, ¿qué sucede entre la metodología y las sin pensar, sin cuestionar y casi sin respirar. ~va
políticas de la vida?, ¿y entre investigación y deseo?, ¿liberalismo y con- Este libro pretende captar los entremeses de la investigación, lo no
trol tecnocientífico?, ¿biopolítica y tanatopolitica?, ¿erotismo y saber? pensado de su puesta en marcha, los supuestos de los formalismos. Sin
Los primeros filósofos occidentales pensaban sobre lo erótico al obviar por ello el pensamiento de la investigación en sí misma, pero
mismo tiempo que sobre la vida, la política y el conocimiento. Platón pensarla sobre todo en su entre, en el complicado cruce de caminos en
dice que el eros es por naturaleza deseo de existir, que la naturaleza el que mora la trinidad conceptual de nuestro tiempo. Epistemología,
mortal busca —en la medida de lo posible— existir siempre. Y esta bús- metodología y biopolítica. En algunos artículos cada miembro de esta
queda no solamente se lleva a cabo mediante la continua reiteración trinidad se presenta en su prístina pureza, en otros se entremezclan
de los vínculos entre vida y deseo, cuyos frutos son vidas renovadas; y sin pudor.
sobre la política, cuyos frutos son ciudades justas; sino también sobre Hay exposiciones que relacionan epistemología, metodología y bio-
la verdad, cuyo fruto es la producción de nuevas preguntas y nuevos política. Hay otras estrictamente políticas o biopolíticas. Y las hay
conocimientos. puramente epistemológicas o exclusivamente metodológicas. Pero en
A nivel biológico sólo se puede hallar la inmortalidad mediante ge- definitiva, en esta trinidad —como en la divina— hay tres significantes
neración. Aquí está eros que deja otro ser nuevo en lugar del viejo. Y distintos reabsorbidos por un solo significante "verdadero": el amor al
cada uno de los vivientes sigue siendo el mismo, si bien siempre se re- pensar, a actualizar saberes, a rescatar ideas y también —¿por qué no?—
nueva en un sentido mientras en otro perece. En pelos, carne, sangre, a robarlas. A condición de seguir el mandato que dictamina que el robo
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tentaron hallar en la noción de comunidad un modo del ser-con.' Fren- la partida en relación al pensamiento de un autor supone considerarlo
te al naufragio heideggeriano en la problemática del ser para la muer- con toda esa paciencia y lectura lenta del filólogo, pero también con la
te que, en alguna medida, opacó la apertura que significó el Mit-sein ligereza del caminante, que sabe abandonar la seguridad de la casa
con la cuestión del "empuñar el poder propio" en la resolución,' y asu- propia (y sabemos en qué medida una filosofía puede convertirse en
miendo buena parte de la crítica levinasiana en este punto, autores casa segura, impidiendo el pensar).
como Georges Bataille, Maurice Blanchot, Jean-Luc Nancy y Jacques Los modos en que estos "posnietzscheanos" abordan la cuestión de
Derrida han participado en este debate con una impronta "posnietzs- la comunidad implican pensarla como una forma del ser-con, a di-
cheana". ¿A qué me refiero con "posnietzscheana"? Básicamente, a ferencia de las consideraciones en términos atributivos (la comuni-
una actitud, una tonalidad afectiva para enfrentarse a la filosofía: si dad como una propiedad, una marca de pertenencia, etc.). Cuando
Nietzsche nos ha enseñado el perspectivismo, de lo que se trata, en- Nietzsche se pregunta acerca de la comunidad de los ultrahombres,
tonces, es de aprender a desaprender. El perspectivismo como modo no está planteando una pregunta "organizativa" de lo social. Si el ul-
de hacer filosofía y, más aún, como modo de ubicarse en el mundo, trahombre es el modo de ser de "lo diferente de lo humano" que debe
implica adoptar el carácter provisorio de toda interpretación y esto declinar, y la crítica al último hombre supone la crítica al modo de ser
supone enfrentarse a la propia filosofía nietzscheana en una actitud sujeto moderno-autónomo-propietario, entonces se trata de una cues-
de despedida. En otro lugar he señalado que "posnietzscheano" es el tión "previa" (ontológica) a toda formación de grupo social. Cuando
que sabe decir adiós, el que está dispuesto a partir. 3 Esa disposición a Bataille se pregunta por "la comunidad de los que no tienen comu-
nidad", expresión retomada por Blanchot, Nancy y Derrida, se está
preguntando por un modo del ser-con. Es por eso que las nociones de
1. Entre esos autores se encuentran, en la línea francesa, M. Blanchot (L'Amitié, París, "comunidad desobrada", "comunidad afrontada-enfrentada" (Nancy),
Gallimard, 1971; La Communauté inavouable, París, Minuit, 1983; "Notre compagne "comunidad inconfesable" (Blanchot), "comunidad anacorética de los
clandestine", en F. Laruelle, ed., Textes pour Emmanuel Lévinas, París, Jean-Michel Pla- que aman alejarse" (Derrida), suenan tan extrañas al pensamiento
ce, 1986, entre otros textos), J.-L. Nancy (La comunidad desobrada, trad. I. Herrera, Ma- sociológico. Porque en ellas de lo que se trata es de pensar un modo de
drid, Arena, 1999; Étre singulier pluriel, París, Galilée, 2000; La Communauté affrontée, ser del existente.
París, Galilée, 2002) y J. Derrida (Politiques de l'amitié, París, Galilée, 1994; Psyché. In-
ventions de l'autre, París, Galilée, 1998; Demeure: Maurice Blanchot, París, Galilée, 1998; Cuando, para oponerse a un modo habitual de pensar la consti-
Espectros de Marx. El estado de la deuda, el trabajo del duelo y la nueva internacional, tución de lo social, Bataille utiliza el término "soberanía", no se está
trad. J.M. Alarcón y C. de Peretti, Madrid, Trotta, 1995; A. Dufourmantelle, Invite Jac- refiriendo a la noción que vinculamos con el nacimiento del Estado
ques Derrida á répondre De l'hospitalité, París, Calmann-Lévy, 1997), con la ineludible moderno: justamente esa soberanía es la que él va a conectar con el
referencia de todos ellos a Georges Bataille; y en la línea italiana, se debe citar a Giorgio
Agamben (Quel che resta di Auschwitz. Horno sacer ni, Turín, Bollati Boringhieri, 1998;
término "poder". La soberanía hobbesiana para Bataille es el poder y
La comunitá che viene, Turín, Bollati Boringhieri, 2002; L'aperto. L'uomo e l'animale, la soberanía se transforma ahora en "soberanía de nada". ¿Qué quiere
Turín, Bollati Boringhieri, 2002), Massimo Cacciari (Geo-filosofia dell'Europa, Milán, decir soberanía de nada? Además del gesto provocativo de usar el tér-
Adelphi, 1994; L'arcipelago, Milán, Adelphi, 1997, en castellano: El archipiélago, trad. mino que habitualmente se utiliza para configurar la organización de
M. Cragnolini, Buenos Aires, Eudeba, 1999, y M. Cacciari y C.-M. Martini, Dialogo sulla
lo social en términos de sociedad teológico-política, aquí hay también
solidarietá, Introduzione di Luciano Baronio, Roma, Esperienze-Edizioni Lavoro, 1999,
entre otros textos), Roberto Esposito (Communitas. Origen y destino de la comunidad, un modo de pensar "previo" a toda organización social y una compren-
trad. C. Molinari Marotto, Buenos Aires, Amorrortu, 2003; Immunitas, Buenos Aires, sión de la voluntad de poder diferente a toda reducción de la misma
Amorrortu, 2004; Bíos. Biopolitica e filosofía, Turín, Einaudi, 2004, en castellano: Bíos. a voluntad de dominio. Por la época en que Bataille escribía era ha-
Biopolítica y filosofía, trad. C. Molinaro Marotto, Buenos Aires, Amorrortu, 2006) y tam- bitual identificar la voluntad de poder con la voluntad de dominar y
bién las líneas de debate de la biopolítica de estos autores con Toni Negri, Paolo Virno,
pensar la fuerza en esa dirección. Bataille, en su intento de desna-
entre otros.
zificación de Nietzsche, reconoce que éste no puede ser considerado
2. M. Heidegger, Sein und Zeit, Tubinga, Achtzehnte Auflage, Max Niemeyer Verlag,
un autor de la voluntad de dominio y de la voluntad de los señores
2001, § 60, pp. 295-301.
como dominadores de la tierra y opresores de la humanidad, sino que
3. Véase M. Cragnolini (comp.), Modos de lo extraño. Subjetividad y alteridad en el pensa-
señala que hay que pensar esta voluntad de poder como soberanía
miento posnietzscheano, Buenos Aires, Santiago Arcos, 2005, "Prólogo".
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de nada. Esta soberanía de nada se configura desde la "voluntad de de la biopolítica, y la cuestión de la potencia y lo posible desde la inter-
chance" o "voluntad de suerte", 4 desde la risa, desde el llanto: una se- pretación de la voluntad de poder.' Estos presupuestos son de carácter
rie de elementos que remiten a estados de ánimo del filosofar mismo y ontológico: más allá de que Nietzsche sea un crítico de la metafísica mo-
que se caracterizan por romper con toda tendencia a la unificación. Si notono-teísta, su pensamiento se configura desde ciertos presupuestos
pensamos la voluntad de poder como ese doble movimiento de fuerzas que indican una ontología ficcional que podríamos caracterizar como
plurales que, por un lado, tienden a la unificación (ficciones, errores, "negativa", en la medida en que se parte de la desfundamentación. Esta
perspectivas) y por el otro tienden a la disgregación, la voluntad de ontología negativa también es una "ontología de lo indecidible" o de la
suerte, la risa y el llanto rescatan el azar y el instante (es decir, todo oscilación, en términos derridianos, ya que la crítica al binarismo gene-
lo que rompe o fisura el dominio unitivo). ra un espacio "entre" y oscilante. Por ello, he caracterizado a la filosofía
El azar permite considerar una economía del derroche frente a la so- nietzscheana como filosofía de la tensión: si no hay sustancialidades
ciedad capitalista. Ésta, en tanto se forja como unidad funcional de in- que funden lo real, lo que acontece es indecidible y la voluntad de poder
dividuos que defienden sus derechos, genera una economía que tiende es un movimiento tensional.6
a eliminar el azar. El azar se elimina programando obras, programando La ontología de lo indecidible es una ontología del caminante: el
producciones. La economía capitalista es una economía de programa- Wanderer no es "el sujeto que camina", sino aquel que se desapropia de
ción, de reciclado, de ahorro, de conservación de las energías. Frente a toda subjetividad como fundación de sí; el caminante es el que decons-
esa economía capitalista, la cuestión del azar en Nietzsche lleva al des- truye el encierro del ipse asegurado en su propia casa (su conciencia, el
borde, al derroche, al don. Cuando en el debate en torno a la comunidad teatro de la representación), para asumir un constante adiós o partida
se plantea la idea de comunidad no programada, inoperosa, desobrada, con respecto a todo modo de pensar que tienda a estabilizarse dema-
etc., la impronta nietzscheana se hace evidente en este punto: el azar siado, a toda perspectiva que quiera convertirse en única y definitiva.
nietzscheano está cercano a la noción de acontecimiento de la filosofía Esta partida del pensamiento es también despedida con respecto al
más actual. otro: frente a los modos apropiadores de la otredad, la idea del amor
Para Bataille, la voluntad de suerte es la afirmación del instante al extraño (que en Nietzsche es, paradójicamente, el extraño amigo)
que se patentiza en el pensamiento del eterno retorno, y en la risa y y el amor fati permiten amar lo que acontece, es decir, lo no calcula-
el llanto, que son risa y llanto de nada (sin motivación). Frente a lo ble, lo no programable. En el debate en torno a la comunidad se trata
programático y el ahorro, risa y llanto (de nada) representan un des- del otro, del extranjero, del arribante, del que irrumpe. Es por ello
perdicio "sin razón". Frente al sujeto apropiador de la metafísica mo- que tanto Jacques Derrida como Massimo Cacciari, inspirándose en
derna, risa y llanto (de nada) quedan como instancias que no pueden el amor al amigo de Así habló Zaratustra, han pensado la cuestión
ser capitalizadas ni recicladas. Desde estos motivos nietzscheanos, que de la alteridad en términos de hostis-hospes: el amigo que es siempre
suponen una interpretación de la voluntad de poder en la que se resalta lejano, inaferrable, es ese hostis-hospes.
su aspecto no dominador (y las experiencias autodisolutorias del yo así Y entonces "amigo" ya no es un término para nombrar un modo de
lo patentizan), será posible entonces pensar la comunidad que somos vínculo o relación entre dos individuos, sino que se trata de algo previo
como comunidad de la desobra, de la no producción "en común" de obra. a toda relación: ese extraño amigo, ese lecho duro de combate, es el
Ese "en común" como la "no pertenencia" también se hace visible en la modo del ser que somos, y que da cuenta de la alteridad en el ipse. Ese
noción de archipiélago (Cacciari) que patentiza que lo que une es lo que
separa o diferencia.
Quisiera señalar de manera sucinta una serie de temas nietzschea- 5. Para estos temas, remito a mi artículo "Extrañas comunidades de vida: la presencia
nos que encuentro en el debate en torno a la comunidad, para indicar de Nietzsche en el debate contemporáneo en torno a la comunidad y a la biopolítica", en
luego de qué manera esto me permite pensar también la problemática A. Cassini y L. Skerk (ed.), Pasado y presente de la filosofía, Buenos Aires, Editorial de
la Facultad de Filosofia y Letras de la Universidad de Buenos Aires, 2010, pp. 143-161.
6. Véase M. Cragnolini, "Filosofía nietzscheana de la tensión: la re-sistencia del pensar",
en Contrastes. Revista Interdisciplinar de Filosofía, vol. V, 2000, Universidad de Málaga,
4. G. Bataille, Sur Nietzsche. Volonté de chance, París, Gallimard, 1945. pp. 225-240.
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ipse de la modernidad, ese sujeto asegurado e inmunizado con respecto misma en lo excluido. Así, los biopoderes que defienden y protegen la
a lo extraño, está ahora contaminado, alterado, fisurado en su preten- vida, al mismo tiempo que la administran se convierten también en
dida autonomía e inmunidad. Por ello, en Nietzsche, "amigo" no es un maquinarias de muerte: tanatopolítica.
término de la ética sino una categoría ontológica, que da cuenta del A partir de la publicación de los cursos de Michel Foucault sobre el
ser-que-somos. Nacimiento de la biopolítica, la problemática biopolítica se ha coloca-
De más está decir que para comprender esta impronta nietzscheana do en el centro de la agenda filosófica. Roberto Esposito, quien había
en el debate en torno a la comunidad, es necesario asumir la deconstruc- sistematizado de alguna manera el debate en torno a la comunidad
ción de la noción de subjetividad. Por ello, de ninguna manera se puede en Communitas e Immunitas, en Bíos, 9 patentiza la relevancia de este
pensar al ultrahombre como individuo: quien es individuo (y así quiere debate. Ahí, el nombre de Nietzsche resuena una y otra vez en relación
conservarse, defendiendo sus derechos) es el último hombre, el pequeño con la cuestión de la vida.
propietario del mundo del mercado. La noción de Selbst de Así habló En este punto, me gustaría indicar desde qué interpretación de la
Zaratustra coloca a este sujeto (como yo) en otro lugar, patentizando, vida y de lo posible en Nietzsche se puede pensar un aporte interesan-
en primer lugar, su carácter de "producido" (frente al productor de la te a los debates actuales, sobre todo en relación con la cuestión de la
modernidad). A diferencia de ese modo de ser-sujeto, el ultrahombre es resistencia a la tanatología. Si bien en las interpretaciones vitalistas
caracterizado desde la virtud que se da o que hace regalos (schenken- de fines del siglo xix y comienzos del xx la idea de vida nietzscheana se
den Tugend), 7 la noción de don, el desasimiento (Loslóssung). 8 Estas pensó en términos metafísicos, como una esencia "anterior" a los mo-
nociones pueden ser comprendidas desde un modo de ser del existente dos de vida, creo que a partir de la edición completa de los Fragmentos
que no se conserva: el declinante, el que lleva sus cenizas a la montaña, póstumos dicha interpretación se ha tornado inviable. Pero no era nece-
como Zaratustra, patentiza la no conservación de sí (conservación nece- sario esperar a la edición Colli-Montinari: ya los análisis en Genealogía
saria al modo de ser pensado desde la ipseidad). de la moral mostraban, desde el ideal ascético, esa relación entre vida
y formas de vida que torna imposible separar una "esencia vital" de
sus manifestaciones "fenoménicas". Si el esquema "esencia-fenómeno"
Nietzsche y la biopolítica es claro en El nacimiento de la tragedia, en virtud de la relación allí
establecida entre Ur-eine y mundo apolíneo, también es claro que la
¿Cómo surge el tema de la vida en el contexto del debate en torno a ruptura de Nietzsche con esta obra (su declaración acerca del roman-
la comunidad? Si ser sujeto es, para la modernidad, estar "exento de", y ticismo y hegelianismo de la misma) implica básicamente la crisis con
los autores de la comunidad piensan al existente humano en términos ese esquema metafísico.
de ex-posición y ser-en-el-afuera, entonces, aquella comunidad de los Tener presente esto es importante por lo siguiente: en los debates
mortales que somos nos acomuna en nombre de la vida y en nombre de biopolíticos una pregunta constante es la que gira en torno a la cuestión
la muerte. Lo que somos en la exposición es la vida que somos. del "qué hacer" frente al avance de los biopoderes que transforman las
Cuando la vida deviene objeto de la organización y la administra- políticas de vida en políticas de muerte. Es decir, la administración de
ción política, esa exención o inmunización puede transformar a la vida la vida llevada a cabo por los biopoderes, en función de la cuestión in-
munitaria, no puede menos que generar políticas tanatológicas. Ahora
bien, del modo en que se conciba la vida devendrán las posibles políticas
7. Véase F. Nietzsche, "Von der schenkenden Tugend", en Also sprach Zaratustra, ESA 4, que intenten hacer frente a estos biopoderes tanatológicos. Si lo tanato-
pp. 97 ss. (las obras de Nietzsche se citan según las Sdmtliche Werke. Kritische Studien- lógico es concebido como "lo otro" de la vida, evidentemente las políticas
ausgabe in 15 Brinden, Herausgegeben von G. Colli und M. Montinari, Berlín, Walter de frente a éste tendrán un carácter muy diferente de las que consideren
Gruyter-Deutsche Taschenbuch Verlag, 1980, como ICSA, seguidas del volumen y número
que lo tanatológico es parte de la vida misma. En este último sentido,
de página).
8. El término "desasimiento" (Loslóssung) aparece en el "Prólogo" de 1886 a la segunda
edición de Menschliches, Allzumenschliches, KSA 2, p. 15, y remite a la actitud del "espí-
ritu libre". 9. R. Esposito, Bíos. Biopolitica e filosofía, p. 118.
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las políticas no podrán ser sino de resistencia "en el interior" de la ad- eliminarlo sino que, tal vez, se abre la posibilidad de plantear otro modo
ministración biopolítica misma. de relación con él.
La noción nietzscheana de vida y de voluntad de poder permite pen- Si analizamos el panorama del debate biopolítico actual, la proble-
sar la vida y la muerte en un entrelazamiento tal, que hace que Nietzs- mática del enfrentamiento con los biopoderes encuentra dos posibles
che se ubique en el centro del debate biopolítico, y que a partir de su líneas de planteamiento de respuesta política. Esas dos líneas se en-
pensamiento sea posible anudar los lazos de los modos de pensar políti- cuentran en estrecha relación con diferentes ontologías, derivadas del
cas de resistencia a los biopoderes devenidos tanatopoderes. ¿Cómo in- pensamiento nietzscheano. Por un lado, una ontología de corte negativo
terpretar la voluntad de poder y su relación con lo posible, para pensar (que parte de la desfundamentación, en una deriva heideggeriana), que
estas cuestiones? plantea la política en términos de resistencia como "biopolítica menor",
La noción de voluntad de poder que Nietzsche elabora luego de El na- "uso sin derecho", etc. Por el otro lado, una ontología de tipo afirmativo
cimiento de la tragedia y que expone en Así habló Zaratustra, supone (en la deriva deleuzeana) que plantea la política en términos de "biopo-
que la vida, como voluntad de poder, se da sus formas y, entonces, lítica afirmativa", "políticas de la multitud", etcétera.
éstas son "algo de" la voluntad de poder, y no "algo externo a" ella. Me voy a detener en la línea que sigue una deriva ontológica heide-
¿Qué quiero decir con esto? Si la voluntad de poder es una constante ggeriana y en los modos de "ejercicios menores" ante los biopoderes, o
pluralidad de fuerzas devinientes que temporariamente deben "unifi- el planteamiento más extremo de la "impotencia" ante la lógica de la
carse", supone dos modos especiales de las fuerzas: las que aglutinan soberanía. En esto estoy indicando que las formas de resistencia a los
y las que disgregan. Las fuerzas que aglutinan, que crean ficciones, biopoderes se configuran desde un particular modo de comprender la
que organizan un fragmento de mundo, deben conservar para hacer- potencia y lo posible.
lo, y en ese sentido se equiparan, en parte, al aspecto dominador de Pensar estas políticas de resistencia a la tanatocracia supondrá, en-
la voluntad de poder. Pero la vida es desborde y excedencia, por eso tonces, un nuevo análisis de la cuestión de lo posible en la línea nietzs-
esas formas, en el proceso de la Selbstüberwindung, continuamente se cheana. Mientras que las nociones aristotélicas de dynamis y enérgeia
transmutan. Ahora bien, el desborde y la excedencia continuamente suponen un nexo entre la primera y la segunda, de modo tal que la po-
son impedidos por la vida misma: en el tratado in de la Genealogía tencia "tiende" a actualizarse (y la órexis es el ritmo, en alguna medida,
de la moral Nietzsche habla de esta "necesidad" (que parece autocon- de esa tendencia), en la filosofía contemporánea se abre la perspectiva
tradictoria) para la vida y que se especifica en el "ideal ascético". Y lo de romper el lazo entre potencia y acto, para pensar una potencia no
señala claramente: actualizable (y que no sólo no tiende a su acto, sino que éste no forma
parte de su concepto). Es decir, se trata de pensar una potencia "no
Tiene que ser una necesidad de primer rango la que una y otra actualizable", no como aquella que "podría ser actualizada", sino como
vez hace crecer y prosperar esta especie hostil a la vida —tiene potencia en suspensión, en la cual, y de manera paradójica y aporética,
que ser, sin duda, un interés de la vida misma el que tal tipo de la potencia es la impotencia.
autocontradicción no se extinga?' En términos de la voluntad de poder antes aludida, la potencia aso-
ciada a la actualización es la que, según mi parecer, se relaciona con
Esta autocontradicción de la vida que se niega a sí misma, que se el aspecto más conservador de la Wille zur Macht. El aspecto "unitivo"
hiere a sí misma, es el ideal ascético: ese intento de cegar las fuentes de la voluntad de poder es el más cercano a la potencia aristotélica, ya
de las fuerzas que, para lograrlo, busca la flagelación, la negación, el que es la potencia configuradora de formas. Las fuerzas que, en tanto
sacrificio, y que es un interés de la vida misma. Por ello, si es la vida la posibilidades, son "formadas" (in-formadas) se "actualizan" en modos
que necesita del ideal ascético, no se puede plantear la posibilidad de que, al necesitar conservarse para mantenerse en tanto "formas" de la
pluralidad, dan lugar a anquilosamientos de la misma vida deviniente
(la muerte). Cuando la tecnociencia transforma en deber la conversión
de toda posibilidad en actualización, obedece a ese aspecto unitivo (y
10. F. Nietzsche, Genealogie der Moral, iiI, § 11, ICSA 5, p. 363 (Genealogía de la moral,
calculante) de la voluntad de poder, el aspecto que domina por conser-
trad. A. Sánchez Pascual, Madrid, Alianza, 5 1980, p. 137).
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vación. Pero, como sabemos, en Nietzsche lo que se conserva genera Desde el punto de vista de la temática de lo posible, quisiera desta-
muerte, ya que impide el movimiento disgregante, desarticulante, de la car dos modos de operación de los biopoderes, para contraponerlos a las
voluntad de poder. Gilles Deleuze dice que el biopoder no soporta una políticas de resistencia antes mencionadas. Estos modos son el empower-
vida sustraída a su visión gestional: por ello, la política de resistencia ment y el transhumanismo. El empowerment, traducible por "capacitar"
ha de encontrarse en el margen que desarticula por excedencia, que o reforzar la capacidad de acción", 11 es un mecanismo de los biopoderes
rompe con el esquema de actualización potencia-acto y con la teleología que se explicita en los modos de lucha de afirmación de las minorías, a
implícita en dicho esquema. Frente al principio de conservación de los las que se dota de poderes (que extraen de sí mismas) para devenir titu-
biopoderes, que quieren administrar y dominar por homogeneización, lares de derechos. Este concepto tiene una historia que se remonta a las
hay algo que opera "entre" los intersticios, en los márgenes, en las exce- décadas de 1950 y 1960, especialmente en los ámbitos norteamericanos,
dencias, y que opera al modo del "principio de ruina" (Derrida). historia ligada a movimientos feministas o de minorías étnicas, y luego
Estas políticas de la resistencia que operan en los intersticios su- se transformó en una noción de uso habitual en temas vinculados a la
ponen una política no programática, desobrada (Blanchot, Nancy). Co- ayuda humanitaria, en términos de "desarrollo sostenible" y "promoción
mencé señalando el vínculo entre la problemática de la comunidad y la de la sociedad civil". Básicamente, de lo que se trata es de convertir la
biopolítica, y aquí se evidencia el nexo con la cuestión de la "comunidad política (como proyecto en común de una sociedad) en una cuestión indi-
desobrada". Los modos de resistencia no generan obra desde lo "posi- vidual, en la que los sujetos deben asumir su "titularidad". "Titularidad
ble", sino que implican un desobramiento no productivo, propio de una y participación se convierten en las palabras clave de una estrategia li-
"economía generalizada" (Derrida leyendo a Bataille). beral de creación del consenso", como señala Claudio Bazzocchi, 12 por lo
cual los sujetos objetos de la ayuda adoptan las mismas normas y prácti-
cas liberales "que los ayudan" a desarrollarse y "capitalizarse".
Políticas de la resistencia intersticial: El débil es "capitalizado" con técnicas de capacitación que lo autoim-
la voluntad de poder y lo posible plican, transformando su debilidad en fortaleza. Es decir, desarrollan-
do sus capacidades y potencias dentro de la lógica de la formación de
Muchas acciones políticas de los movimientos antiglobalización de capital humano. En el caso del transhumanismo, también se afirma la
la década de 1980 pueden ser pensadas en esta línea de consideración posibilidad de mejorar la condición humana, gracias a la disponibilidad
de la potencia que estoy desarrollando: la no violencia activa en el blo- que brindan las tecnologías que puedan aumentar las capacidades del
queo de accesos y la ocupación de lugares, por ejemplo. Asimismo, el hombre (a nivel físico, psicológico y mental). Nuevamente, se plantea
reconocimiento de los espacios menores (Paolo Perticari) que se sus- la necesidad de desarrollo de las potencias humanas, en este caso con
traen a la comunicación espectacularizada, la biopolítica menor (Gior- auxilio de las nuevas tecnologías, apuntando a una transformación del
gio Agamben) con su potencia en suspensión y sus nociones de uso sin capital humano.
derecho y "como si no", permiten pensar en términos de ese "posible En estos mecanismos de los biopoderes actuales, la debilidad se re-
imposible" antes indicado. fuerza para que deje de ser tal, y el hombre es considerado fundamen-
En la administración biopolítica de la existencia, el poder de gobier- talmente un conjunto de potencias a desarrollarse y acumularse. La
no ya no está en relación con la noción de soberanía sino con la de gu- misma lógica de utilización de los recursos naturales impulsada por la
bernamentalidad, lo que significa que se torna necesario que el indivi- tecnociencia es la que está presente en esta concepción.
duo mismo esté implicado en las técnicas de preservación y amparo de Ahora bien, los modos de resistencia a los biopoderes que permiten
su propia vida administrada. Esta economía de poder descentralizado, otra consideración de la potencia y de lo posible son los que he mencio-
es posible desde el autogobierno de los miembros de la sociedad, que se
regulan desde sí mismos. Cuando el neoliberalismo concede tanto valor
a la seguridad y a la noción de "capital humano", está concibiendo al 11. Véase C. Bazzocchi, "Empowerment", en AA.VV., Lessico di biopolitica, Roma, Mani-
hombre como "reserva" pasible de ser actualizada y potencializada, en festolibri, 2006, pp. 132-137.
virtud del autoconocimiento de sí. 12. Ídem, p. 135.
30 MÓNICA B. CRAGNOLINI
APUNTES PARA UN PENSAR QUE NO SE AGOTA 31
nado anteriormente: desobramiento, potencia suspendida, potencia de otro en lo mismo a los efectos de la conservación sino, justamente, a un
no, biopolítica menor. En estos modos, la debilidad no es potenciada estar-con que la idea de comunidad (en los términos de los autores men-
hacia la fuerza, sino que se trata de otra relación con la fragilidad. cionados) rescata. En ese estar-con, el quizá nietzscheano nos permite
Y es en este punto donde advierto esa impronta nietzscheana an- pensar en otra experiencia de lo posible cercana al bailar al borde del
tes indicada. La noción de ultrahombre, que fue pensada, a fines del
abismo, experiencia que no indica ningún gesto temerario y autoritario
siglo xix y diría casi hasta mitad del xx, como figura del individuo de una individualidad que se autoafirma, sino, tal vez, la fragilidad
que se potencia, contemporáneamente es interpretada en términos de la potencia que, al sostenerse sobre la nada, depone todo gesto de
totalmente diferentes. Derrida y Cacciari, al considerar al ultrahom- prepotencia.
bre desde la virtud que se regala, han tenido en cuenta sobre todo el
aspecto de la dación y de aquella excedencia de la vida que vinculé
con el aspecto desestructurante de la misma, que rompe con la con-
servación. Quien conserva es el hombre, sobre todo el último hombre,
omnisatisfecho con su modo de ser. Frente a la conservación de sí (y
la potenciación de las propias capacidades no es algo diferente de
la conservación, en tanto tiende al mantenimiento de una supuesta
"esencia" que se actualiza), el ultrahombre, pensado desde el declinar
del modo de ser hombre, es desapropiación de sí. 13
Esto significa otro modo de pensar la cuestión de lo posible, que
puede ser aproximado a nociones contemporáneas como "potencia de
suspensión" o "biopolítica menor". En efecto, en la potencia suspendida
que Agamben ha pensado desde la figura de Bartleby, en la idea de
una biopolítica menor (desde nociones como "uso sin derecho", "como
si no", etc.), o en los modos de ocupación "menores" de los espacios, ya
la potencia no es pensada como aquello que debe ser actualizado para
"optimizar" determinados modos de ser. Se trata aquí de otra forma de
relacionarse con la potencia, que roza temas cercanos a la idea nietzs-
cheana del modo en que se configura la voluntad de poder. Si la poten-
cia ha sido tradicionalmente lo que debe ser actualizado en términos
teleológicos, de lo que se trata aquí no es, tan sólo, de una potencia que
no se actualiza, sino de otro modo de pensarla en relación con el azar y
el acontecimiento.
Esposito ha interpretado que Nietzsche cae en una suerte de "deriva
nihilista", en la medida en que niega la negatividad (el ideal ascético).
Considero que en Nietzsche no puede existir tal negación, en función
del reconocimiento de que el ideal ascético es una "necesidad de la vida
misma". Se trata, entonces, de otro modo de habitar la vida, un modo
más hospitalario en la medida en que no se tiende a la conversión de lo
El Nietzsche de Foucault
Foucault realizará en sus obras maduras dando lugar a los conceptos las ideas de Herbert Spencer 1 ' y Paul Rée. 12 En El crepúsculo de los
de biopoder y biopolítica. ídolos, da cuenta de su disconformidad con el planteo que adjudica a
Darwin:
Vida y poder en Nietzsche:
la vida como voluntad de poder AntiDarwin. En lo que se refiere a la famosa "lucha por la
vida" a mí me parece más aseverada que probada. Se da, pero
Para interpretar la postulación de la idea de vida, concebida como como excepción; el aspecto de conjunto de la vida no es la situa-
ción calamitosa, la situación de hambre, sino más bien la riqueza,
voluntad de poder, creemos necesario referirnos a la biología del si-
la exuberancia, incluso la prodigalidad absurda, donde se lucha
glo xix, en especial a partir de la irrupción en 1859 de El origen de las se lucha por el poder [...] No se debe confundir a Malthus con la
especies de Darwin.8 Como afirma Robin Dunbar, la consecuencia más naturaleza. — Pero suponiendo que esa lucha exista —y de hecho
decepcionante de este libro para el auditorio victoriano de la época es se da— termina, por desgracia al revés de cómo lo desea la escuela
que los humanos somos una subespecie más en un ancestral linaje de de Darwin, a saber en detrimento de los fuertes, de los privilegia-
la vida y no el producto privilegiado de un diseño previo. 9 En contra de la dos, de las excepciones afortunadas. Las especies no van crecien-
explicación creacionista, Darwin desarrolla una teoría en la que, de un do en perfección: los débiles dominan una y otra vez a los fuertes
modo revolucionario, explica el origen de la vida como una sucesión de —es que ellos son el gran número, es que ellos son también más
modificaciones y variaciones donde no hay ni un diseño previo ni un inteligentes [...] Darwin ha olvidado el espíritu (¡eso es inglés!)
propósito. En la recepción de esta nueva biología Nietzsche, a pesar de los débiles tienen más espíritu... 13
la admiración que le provoca Darwin, al que en una carta a Paul Rée
se refiere de manera elogiosa, objeta dos notas que adjudica también a Nietzsche critica la idea de "lucha por la vida" o "lucha por la su-
Darwin: el mecanicismo y el teleologismo. 1 ° Nietzsche conoce e inter- pervivencia" (struggle for existence) en la que predomina el instinto de
preta la propuesta de Darwin a través de otros biólogos y divulgadores autoconservación. Para él, la lucha no es por la supervivencia sino por
del evolucionismo de la época, como Friedrich Albert Lange, cuyo libro el poder. Más que lucha por la supervivencia, es lucha por la preemi-
nencia, por el acrecentamiento y la expansión del poder. Nietzsche
Geschichte des Materialismus de 1866 Nietzsche tenía en su bibliote-
ca personal desde 1868, así como otros libros de Carl Naegeli, Ernst interpreta que en Darwin hay una finalidad para la vida que es "la
Haeckel y de los biólogos Wilhelm Roux y William Rolph. A partir de supervivencia del más apto". Lo que no ve, la ceguera de Nietzsche en
estas lecturas, critica el teleologismo que encuentra en el concepto evo-
lucionista de la vida que ubica en la "lucha por la existencia" (struggle
for existence) y "la selección natural". El acercamiento de Nietzsche a 11. El juicio de Nietzsche sobre la obra de Herbert Spencer es siempre negativo. En
Darwin está mediado por la apropiación sociobiológica evolucionista en Crepúsculo de los ídolos (Madrid, Alianza, 1980) afirma: "Mi objeción contra la sociología
toda en Inglaterra y en Francia continúa siendo que ella conoce por experiencia sólo las
formas decadentes de la sociedad, y, con total inocencia, toma sus propios instintos de de-
cadencia como norma del juicio sociológico del valor. La vida decadente, el decrecimiento
de toda fuerza organizadora, es decir, separadora, creadora de abismos, subordinadora
8. Darwin publica El origen de las especies o la preservación de las razas favorecidas en y sobreordenadora, se formula a sí misma en la sociología de hoy como un ideal [...]
la lucha por la vida en 1859; en una segunda edición agrega la crítica de sus contempo- Nuestros socialistas son unos décadents, pero también el señor Herbert Spencer es un
ráneos. décadent, — ve la victoria del altruismo una cosa desable!" (pp. 113-114).
9. R. Dunbar, La odisea de la humanidad, Barcelona, Crítica, 2007, p. 21. 12. Véase V. Cano, "Vita femina. Para un pensamiento...", p. 42. "¿Cuál es el ojo ciego de las
críticas de Nietzsche al biólogo inglés? Podríamos sintetizar esta (mala) lectura recurriendo
10. V. Cano, "Vita femina. Para un pensamiento en clave nietzscheana de la vida y la nuevamente a la metáfora de Paley: la ceguera nietzscheana radica, precisamente, en su
subjetividad", tesis de doctorado en Filosofia, Universidad de Buenos Aires, 2010. En esta
incapacidad de ver el carácter ciego del mecanismo darwiniano. Los ojos con los que Nietzs-
tesis se sostiene, en una larga argumentación, el aspecto femenino de la vida como vo-
che dota al mecanismo de la selección natural, y puntualmente a la lucha por la existencia,
luntad de poder. En el capítulo 1 "Circe: el hechizo darwiniano", de un modo esclarecedor
comportan una comprensión inadecuada del mecanismo de la evolución" (p. 44).
se aborda la "mala lectura" de Nietzsche respecto del evolucionismo darwiniano así como
también se ajusta la apropiación de Foucault en estos temas. 13. F. Nietzsche, "Incursiones de un intempestivo", Crepúsculo..., 14, p. 95.
38 CRISTINA AMBROSINI Bíos Y "PODER" EN FOUCAULT 39
la lectura de Darwin, radica en no reconocer el rechazo a la idea de conservación y no en el de la superación. La voluntad de poder tiene un
un diseño previo para la vida." Nietzsche reprocha a Darwin (struggle sentido superador, de acrecentamiento de fuerzas. Nietzsche discute la
for existence) y a Spinoza (conatus) su insistencia en el momento de la idea de lucha, que no es por la preservación sino por el poder. No es "lu-
cha por la vida" sino "lucha por el aumento del poder", "domesticación".
El resultado es el debilitamiento de las potencialidades.
14. Véase R. Dawkins, El relojero ciego, Barcelona, Labor, 1993. Para Richard Dawkins
el mecanismo de la evolución que nos presenta Darwin debería ser comprendido bajo En todo tiempo se ha querido "mejorar" a los hombres: a eso
la figura del relojero ciego. La selección natural es un relojero ciego; ciego porque no ve sobre todo es a lo que se ha dado el nombre de moral [...1 Tanto
el más allá, no planifica las consecuencias, no tiene una finalidad en mente. Aun así, la doma de la bestia hombre como la cría de una determinada
los resultados vivos de la selección natural nos impresionan de forma irresistible; por especie de hombre han sido llamadas "mejoramiento": sólo estos
su apariencia de haber sido diseñados por un maestro relojero, nos impresionan con la termini zoológicos expresan realidades —realidades, ciertamente,
ilusión del diseño y la planificación "En contra de la imposición de un diseño previo en la de las que el "mejorador" típico, el sacerdote, nada sabe— nada
naturaleza, Darwin propone el mecanismo ciego, inconsciente, donde no hay ningún tipo quiere saber... Llamar a la doma de un animal su "mejoramien-
de previsión en la naturaleza" (p. 41). El relojero del título ha sido tomado prestado de
to" es algo que a nuestros oídos les suena casi como una broma
un famoso tratado escrito por William Paley, teólogo del siglo xvin. Su Natural Theology,
or Evidences of the Existente and Attributes of the Deity Collected from the Appearances [...] Lo mismo ocurre con el hombre domado que el sacerdote ha
of Nature (Teología natural, o pruebas de la existencia y atributos de la divinidad reco-
"mej orado". ' 5
gidas a partir de los aspectos de la naturaleza), publicado en 1802, es la exposición más
conocida del "argumento del diseño", el argumento que más ha influido para demostrar El presupuesto para la vida, en Nietzsche, no es la conservación del
la existencia de un Dios. Paley comienza su Natural Theology con un famoso pasaje: individuo sino el deseo de poder. En contra del humanismo moderno, no
"Supongamos que, al cruzar un zarzal, mi pie tropieza con una piedra, y se me pregunta
cómo esa piedra ha llegado hasta allí; probablemente, podría contestar que, por lo que
considera que la mera supervivencia del mayor número de seres débiles
yo sabía, había estado allí desde siempre: quizá tampoco sería fácil demostrar lo absurdo e inútiles sea una nota de progreso. Junto al concepto de fuerza (Kraft),
de esta respuesta. Pero supongamos que hubiese encontrado un reloj en el suelo, y se me para caracterizar a la vida Nietzsche recurre al de "poder" (Macht) para
preguntase qué había sucedido para que el reloj estuviese en aquel sitio; yo no podría dar expresar la potencia del querer con el que tipifica a la Wille zur Macht.
la misma respuesta que antes, de que, por lo que yo sabía, el reloj podía haber estado allí En el aforismo 259 de Más allá del bien y del mal, en contra de los va-
desde siempre".
Paley aprecia aquí la diferencia entre los objetos fisicos naturales, como las piedras,
lores del igualitarismo afirma:
y los objetos diseñados y fabricados, como los relojes. Continúa exponiendo la precisión
con la que están hechos los engranajes y muelles de un reloj, y la complejidad con la que Abstenerse mutuamente de la ofensa, de la violencia, de la ex-
están montados. Si en un zarzal encontráramos un objeto similar a un reloj, aunque des- plotación: equiparar la propia voluntad a la del otro: en un cierto
conociéramos cómo se podría haber producido su existencia, su precisión y la complejidad sentido grosero esto puede llegar a ser una buena costumbre en-
de su diseño nos forzarían a concluir que debió de tener un fabricante: que debió de existir tre los individuos, cuando están dadas las condiciones para ello.
en algún momento, y en algún lugar, un artífice o artífices, que lo construyeran con una Mas tan pronto como se quisiera extender ese principio e incluso
finalidad cuya respuesta encontramos en la actualidad; que concibieron su construcción y
considerarlo, en lo posible, como principio fundamental de la so-
diseñaron su utilización. Nadie podría contrariar razonablemente esta conclusión, insiste
ciedad, tal principio se mostraría enseguida como lo que es: como
Paley, aunque esto es justo lo que hace en realidad el ateo cuando contempla las obras de
la naturaleza, ya que cada indicación de una idea, cada manifestación de diseño que hay voluntad de negación de la vida, como principio de disolución y
en el reloj, existe en las obras de la naturaleza; con la diferencia, por parte de éstas, de de decadencia. [...] la vida misma es esencialmente apropiación,
ser tan excelsas o más, y en un grado que supera todo cálculo. Paley introduce su idea con ofensa, avasallamiento de lo que es extraño y más débil, opresión,
descripciones bellas y reverentes de la maquinaria diseccionada de la vida, comenzando dureza, imposición de formas propias, anexión y al menos, en el
con el ojo humano, uno de los ejemplos favoritos que Darwin utilizaría posteriormente y caso más suave, explotación. [...] La "explotación" no forma parte
que volverá a aparecer a lo largo de este libro. Paley compara el ojo con un instrumento de una sociedad corrompida o imperfecta y primitiva: forma parte
diseñado como el telescopio, para concluir que "existen exactamente las mismas pruebas de la esencia de lo vivo, como función orgánica fundamental es
de que el ojo fue hecho para la visión, como de que el telescopio fue hecho para ayudarlo
en su función". Por lo tanto, el ojo debe haber tenido un diseñador, de la misma forma que
lo tuvo el telescopio. El argumento de Paley está formulado con una sinceridad apasiona-
da y con los conocimientos biológicos más avanzados de su tiempo (pp. 24-26). 15. F. Nietzsche, "Los «mejoradores» de la humanidad", Crepúsculo..., aforismo 2, p. 72.
40 CRISTINA AMBROSINI
Bíos Y "PODER" EN FOUCAULT 41
una consecuencia de la auténtica voluntad de poder, la cual es Nietzsche reconoce el mérito de Schopenhauer cuando ataca las
cabalmente la voluntad propia de la vida —suponiendo que como bases del racionalismo, según el cual la esencia de lo humano es la
teoría esto sea una innovación— como realidad es el hecho pri- racionalidad y le cabe, en su interpretación, el ingrato papel de ser "el
mordial de toda historia: ¡seamos, pues, honestos con nosotros heredero de la interpretación cristiana" en su versión pesimista. Aun-
mismos hasta este puntoP 6 que más no fuera por este rasgo, Schopenhauer merece ser considerado
uno de los descubridores de nuevos modos de concebir la vida, dice Sim-
Si la vida es voluntad, entonces, ¿tiene alguna intencionalidad, per- me1. 19 El pesimismo de Schopenhauer es metafísico y se fundamenta
sigue algún fin? La respuesta es negativa: la vida es ciega y azarosa, en una concepción novedosa de la vida, el mundo y la voluntad. Lo que
su "querer" no se satisface nunca. Esta afirmación podría extenderse Platón concibió como Idea o Kant como "cosa en sí" (Ding an sich), in-
a Schopenhauer pero, a diferencia de su antecesor en estos temas, las cognoscible, Schopenhauer lo llama "voluntad". La voluntad sería este
conclusiones de Nietzsche no son pesimistas. La voluntad se quiere a fondo primordial, el origen de todo el mundo visible y de la vida misma.
sí misma pero no para devorar y asimilar a sí misma todo lo que exis- La voluntad es enteramente voluntad de vivir. Esta voluntad de vida es
te sino para fortalecer y acrecentar sus fuerzas. Como afirma Georg un impulso ciego, un instinto básico e irracional, inmotivado, carente de
Brandes, Schopenhauer fue ese educador libertador que necesitaba todo juicio de valor pero que opera con una avidez salvaje e irresistible.
Nietzsche; luego, el trabajo del pensador maduro fue el de "liberarse Esta voluntad, ávida de objetivación, se vale del principium individua-
del libertador". 17 tionis. De ahí que el mundo es producto y expresión de la voluntad.
A su vez, el mundo es también representación en virtud del intelecto
Schopenhauer. — Schopenhauer, el último alemán que merece cognoscente que la voluntad ha creado en un punto superior de su ob-
ser tenido en cuenta (— que es un acontecimiento europeo como jetivación. Según Schopenhauer, la voluntad —en su modo de ser obje-
Goethe, como Hegel, como Heinrich Heine, y no tan sólo un acon- tivado— se manifiesta en todos los estratos del mundo natural, desde la
tecimiento local, "nacional"), es un caso de primer rango para un
simple piedra hasta el hombre, en quien alcanza su grado máximo al
psicólogo: a saber, como intento malignamente genial de lanzar a
la lucha, a favor de una total desvalorización nihilista de la vida, adquirir la forma del deseo consciente, es decir, la voluntad.
cabalmente las instancias opuestas, las grandes autoafirmaciones
de la "voluntad de vida", las formas más exuberantes de la vida. [...] Vemos así que aquí, en los grados más bajos, la voluntad se
Schopenhauer es en esto nada más que el heredero de la interpreta- presenta como un ciego afán (Drang), una agitación sombría y os-
ción cristiana: sólo que él supo dar por bueno también lo rechazado cura alejada de toda cognoscibilidad inmediata. Es la forma más
por el cristianismo, los grandes hechos culturales de la humanidad, simple y débil de su objetivación. Como ese ciego afán y aspiración
en un sentido cristiano, es decir, nihilista (a saber, como caminos de inconsciente aparece aún en toda la naturaleza inorgánica, en to-
"redención", como estimulantes de la necesidad de "redención").'s das las fuerzas originarias que la física y la química se ocupan de
investigar y de llegar a conocer sus leyes; cada una de esas fuerzas
se nos presenta en millones de fenómenos de la misma naturaleza
y regularidad, que no manifiestan huella alguna de un carácter
16. F. Nietzsche, Más allá del bien y del mal, Madrid, Alianza, 1983, aforismo 259, individual sino que simplemente se multiplican en virtud del tiem-
pp. 221-222. po y el espacio, es decir, del principium individuationis, como se
17. G. Brandes, Nietzsche..., p. 17. multiplica una imagen en las facetas de un cristal. 20
18. F. Nietzsche, "Incursiones de un intempestivo", Crepúsculo..., 21, pp. 99-100. Véase
también F. Nietzsche, Genealogía de la moral, Madrid, Alianza, 1980, tratado tercero
"¿Qué significan los ideales ascéticos?", parágrafo 6, donde Nietzsche sostiene la conside-
ración de la obra El mundo como voluntad y representación como el resultado de la con- significa que un filósofo rinda homenaje al ideal ascético?», obtenemos aquí al menos una
cepción de un joven de veintiséis años, como una obra que trasluce vitalidad y erotismo primera indicación: quiere escapar a una tortura".
ya que la filosofía que se adopta pertenece a lo específico de la edad de la vida. Parafra- 19. G. Simmel, Schopenhauer y Nietzsche, p. 45.
seando a su maestro, dice Nietzsche: "¡Qué imágenes del tormento y el largo hastío! ¡Qué
20. A. Schopenhauer, El mundo como voluntad y representación, trad. Pilar López de
contraposición casi patológica de tiempos entre «ese instante», por un lado, y, por otro, la
Santa María, disponible en http: / 1 www.comunidadeidentidad.com.ar 1 comunidad 1
«rueda de Ixión», el «trabajo forzado del querer», «el ruin acoso de la voluntad»! [...I «¿qué
42 CRISTINA AMBROSINI Bíos Y "PODER" EN FOUCAULT 43
Schopenhauer destrona la Razón del puesto superior en que la colo- estrategia destinada a tomar a Darwin como contrapunto para oponer
có el pensamiento ilustrado para ponerla al servicio de la voluntad de su propia tesis. 23 La palabra "vida" para Nietzsche no es más que la
vivir, como un instrumento más. ¿Qué es lo que hay en el fondo de la expresión de un mínimo, dice Brandes; no es solamente conservación
vida humana? "Dolor y aburrimiento", contesta Schopenhauer. Ningún sino un deseo de poder. La lucha de la existencia conduce a la lucha de
logro de la voluntad es duradero, es solamente una limosna que apaci- los poderes y por los poderes. Junto al concepto de fuerza (Kraft) utiliza
gua por un rato solamente, el dolor de las renovadas carencias. el de poder (Macht) interpretado como capacidad de apropiación, de po-
Todo querer nace de la necesidad, de la carencia, del sufrimiento. tencia. Aquí la vida no es, como pensaba Schopenhauer, una voluntad
Pero frente a un deseo que se satisface quedan al menos diez incum- de vivir que solamente busca su perpetuación sino, sobre todo, voluntad
plidos. El deseo dura mucho, las exigencias llegan hasta el infinito; la de superación, de poder y dominio sobre el mundo (Welt). 24 En el verano
satisfacción es breve y se escatima. El deseo satisfecho deja enseguida de 1887 Nietzsche escribe Genealogía de la moral en Sils-Maria, unos
lugar a otro: aquél es un error conocido; éste, uno aún desconocido. Nin- meses antes de Ecce homo. En este último libro da cuenta de sus moti-
gún objeto del querer que se consiga puede procurar una satisfacción vaciones e intenciones por "desenmascarar" lo que esconden los ideales
duradera y que no ceda, sino que se asemeja a la limosna que se echa al y valores sostenidos hasta entonces. En Genealogía de la moral ya no
mendigo y le permite ir tirando hoy para prorrogar su tormento hasta recurre al estilo aforístico sino a la forma de un tratado sistemático y
mañana. Mientras nuestra conciencia esté repleta de nuestra voluntad, argumentativo; allí considera al hombre como un animal enfermo y a
mientras estemos entregados al apremio de los deseos con sus conti- los sacerdotes y sus sucedáneos disfrazados, los filósofos, como los mé-
nuas esperanzas y temores, mientras seamos sujetos del querer, no ha- dicos que, bajo el pretexto de curar al enfermo, envenenan las heridas.
brá para nosotros dicha duradera ni reposo. 2' Aquí Nietzsche se propone "desenmascarar" y "denunciar" la enferme-
El dolor es un estado permanente de la voluntad mientras que el dad que se encubre bajo los valores más venerados en Occidente, los va-
placer es solamente un interludio, un estado negativo concebido como lores de lo "bueno", "justo", "verdadero", en vista a una "transvaluación
"ausencia de dolor". En términos de Thomas Mann: de todos los valores":
Esa concepción, es decir, la constatación —que no es humanis- Necesitamos una crítica de los valores morales, hay que poner
ta en el sentido clásico— de que el intelecto está ahí para agradar en entredicho el valor mismo de esos valores — y para esto se ne-
a la voluntad, para justificarla, para proporcionarle motivos que cesita tener conocimiento de las condiciones y circunstancias de
son con frecuencia aparentes y autoengañosos, para racionalizar que aquellos surgieron, en las que se desarrollaron y modificaron
los instintos, esa concepción encierra una psicología escéptico-pe- (la moral como consecuencia, como síntoma, como máscara, como
simista [...] que no sólo ha preparado el terreno a eso que llama- tartufería, como enfermedad, como malentendido, pero también
mos el psicoanálisis, sino que lo es ya." la moral como causa, como medicina, como estímulo, como freno,
como veneno). 25
El sociobiólogo Nietzsche
Para esta tarea, se vale de la genealogía como método. Nuevamen- tación, una fórmula, un arreglo, un malentendido psicológico de
te, en este punto, reaparece la crítica y toma de distancia respecto de algo cuya auténtica naturaleza no pudo ser entendida, no pudo
Darwin o al menos de la apropiación de Paul Rée y aquellos que toman ser designada en sí durante mucho tiempo — una mera palabra,
encajada en una vieja brecha del conocimiento humano. Y para
"en serio" y con cierto pesimismo el tema, desconociendo lo "efectiva-
contraponer a ella brevemente la realidad de los hechos, digamos:
mente dado" en sus orígenes históricos. el ideal ascético nace del instinto de protección y de salud de una
vida que degenera, la cual procura conservarse con todos los me-
¡Pues resulta evidente cuál color ha de ser cien veces más dios, y lucha por conservarse.27
importante para un genealogista de la moral que justamente
el azul; a saber, el gris, quiero decir, lo fundado en documen-
tos, lo realmente comprobable, lo efectivamente existido, en
El hombre prefiere querer la nada a no querer. El ideal ascético ofre-
una palabra, toda la larga y difícilmente descifrable escritura
ció al animal hombre un sentido para el sufrimiento. El vacío acerca de
jeroglífica del pasado de la moral humana! — Este pasado era una meta para la vida se completó con estos ideales puesto que algún
desconocido para el doctor Rée; pero él había leído a Darwin: sentido es mejor que ningún sentido, ha sido el mal menor por exce-
y así en sus hipótesis la bestia darwiniana y el comedido alfe- lencia, que cierra así la puerta al nihilismo suicida. Aparece entonces
ñique de la moral, que "ya no muerde", se tienden gentilmente la necesidad de postular nuevos ideales y una transvaluación de los
la mano. 26 valores para proponer otros nuevos ligados a la figura del superhombre
(Übermensch).
El género que corresponde a esta genealogía de la moral es la co- Respecto del origen del Estado y en contra de la versión moderna
media. La gaya ciencia, la jovialidad, es una actitud compensatoria del contrato, Nietzsche encuentra que en el origen hay una voluntad
luego de una larga historia de seriedad y se necesita que esta nueva de imposición, de dominio sobre lo informe. En este tema resultan
mirada genealógica sobre el pasado de la moral, sobre el modo en que ilustrativos los pasajes que escribe caracterizando al Estado en Za-
se constituyeron los valores que dan por resultado este animal de cría ratustra, en párrafos donde se destaca el poder del Estado moderno
al que le es lícito hacer promesas, esté orientado por la necesidad de la sobre la vida. En el capítulo "Del nuevo ídolo" encontramos la senten-
transvaluación de la moral de la domesticación, del arrebañamiento, cia famosa:
al que nombra como "moral de los esclavos" para recuperar los valores
de otra "moral de los señores". En este punto encuentra una contra- Estado se llama el más frío de todos los monstruos fríos. Es
dicción: el empleo de la vida contra la misma vida. El ideal ascético frío incluso cuando miente; y ésta es la mentira que se desliza en
cumple la función de proporcionar un ideal destinado a la conserva- su boca: "Yo, el Estado, soy el pueblo". 28
ción de la vida, el sacerdote es la personificación de ese deseo ya que
transforma el sentimiento de culpabilidad en sentimiento de pecado El Estado "arrebaña", "domestica", "desvitaliza". Incluso afirma el
porque el hombre prefiere querer incluso la nada a no querer. El ideal filósofo:
ascético, aun cuando debilita y enferma, es una estratagema en la
conservación de la vida. Estado llamo yo al lugar donde todos, buenos y malos, son
bebedores de venenos: Estado, al lugar en que todos, buenos y
Una autocontradicción como la que parece manifestarse en el malos, se pierden a sí mismos: Estado, al lugar donde el lento
asceta, "vida contra vida", es —esto se halla claro por lo pronto—, suicidio de todos — se llama "la vida". 29
considerada fisiológica y ya no psicológicamente, un puro sin-
sentido. Esa autocontradicción no puede ser más que aparente,
tiene que ser una especie de expresión provisional, una interpre-
27. Ídem, pp. 139-140.
28. F. Nietzsche, Así habló Zaratustra, p. 82.
26. F. Nietzsche, Genealogía de la moral, p. 25. 29. Ídem, pp. 83-84.
Bíos Y "PODER" EN FOUCAULT 47
46 CRISTINA AMBROSINI
32. En 1915, Freud publica en Imago, 4 (I), pp. 1-21, el artículo "Consideraciones de ac-
tualidad sobre la guerra y la muerte", en momentos en que su país, Austria, se hallaba
involucrado en la Primera Guerra Mundial y dos de sus hijos varones se encontraban en
30. Nietzsche renuncia a la nacionalidad prusiana cuando es contratado como profesor el frente de batalla. Aquí Freud habla de una "terrible decepción". La idea de que la guerra
en Basilea (Suiza). El 17 de abril de 1869 recibe la notificación donde se acredita que habría sido erradicada de los pueblos civilizados, de aquellos que se arrogan la conduc-
"el gobierno real comunica la separación de la comunidad de súbditos prusianos al ción de los destinos de la humanidad, resultó dramáticamente desmentida. Pero tal de-
catedrático de Filología, doctor Friedrich Nietzsche". A partir de ese día, pasa a ser cepción no se justifica pues proviene del derrumbamiento de una ilusión que brota de dos
un "hombre sin Estado", un apátrida, ya que no tomó la ciudadanía suiza ni intentó fuentes distintas: la ilusión de que el Estado es el guardián de las normas morales y la
recuperar la prusiana cuando abandonó Basilea. Un año después de la renuncia, el ilusión de que el hombre por naturaleza es bueno. Se ha corrido el velo y ahora advierte
19 de julio de 1870, se declara la guerra franco-alemana. Nietzsche se enrola como el ciudadano común que el Estado combate la injusticia y la violencia no porque quiera
asistente de enfermería y parte al frente de batalla. Su corta experiencia de guerra se eliminarla sino porque busca monopolizarla, "como hace con el tabaco y la sal". Para
encuentra atestiguada en varias cartas, la mayoría enviadas a Cósima Wagner y a su Freud, la guerra nos despoja de las superposiciones de la civilización y deja al descubier-
madre. Vendando heridas, algunas gangrenosas, durmiendo sobre la paja entre heridos to al hombre primitivo, al miembro de la horda, que habita en nosotros. Nos obliga de
moribundos y fétidos olores a cadáver, en infectos vagones de tren, contrae disentería y nuevo a ser héroes, presenta a los extraños como enemigos que sólo merecen la muerte
difteria, razón por la cual es enviado de vuelta a casa a las pocas semanas. La división y nos aconseja sobreponernos de la muerte de los seres queridos. Al parecer, dice Freud,
a la que pertenecía sufrió la baja de 5.500 hombres entre los que había muchos oficiales acabar con la guerra es imposible y, acaso, tenga sentido preguntarnos: ¿no deberemos
que eran sus conocidos o amigos. A pesar de lo corto de su experiencia, la intensidad fue ser nosotros los que cambiemos y nos adaptemos a ella?, ¿no sería mejor dar a la muerte
duradera y el resultado final, una profunda decepción. Lo que vio no fue la experiencia el lugar que le corresponde y dejar de lado las actitudes con las cuales la hemos reprimido
heroica de la victoria sino suciedad, miseria y una exposición irresponsable de la vida tan cuidadosamente?
en manos de las ambiciones políticas.
33. F. Nietzsche, Consideraciones intempestivas 1, Madrid, Alianza, 1988, p. 178.
31. F. Nietzsche, Genealogía de la moral, p. 47.
48 CRISTINA AMBROSINI BIos Y "PODER" EN FOUCAULT 49
Foucault introduce "la hipótesis Nietzsche" en el momento de contestar ma batalla, vale decir, la última batalla suspendería finalmente,
la pregunta por la genealogía del poder cuando se rechaza un análisis y sólo finalmente, el ejercicio del poder como guerra continua. 35
económico del poder.
Desde el momento en que se trata de liberarse de los esquemas eco-
¿De qué disponemos actualmente para hacer un análisis no nomicistas para analizar el poder, nos encontramos inmediatamente
económico del poder? Creo que podemos decir que, en verdad, frente a "dos hipótesis macizas", afirma Foucault: 36 por un lado, los me-
disponemos de muy poca cosa. Contarnos, en primer lugar, con canismos del poder serían los de la represión (hipótesis de Reich); por
la afirmación de que el poder no se da, ni se intercambia, ni el otro, la base de la relación de poder sería el enfrentamiento belicoso
se retorna, sino que se ejerce y sólo existe en acto. Contarnos, de las fuerzas (hipótesis de Nietzsche). Estas dos hipótesis no son in-
igualmente, con otra afirmación: la de que el poder no es, en
compatibles, incluso parecen ajustarse de modo bastante verosímil. Los
primer término, mantenimiento y prórroga de las relaciones
económicas, sino, primariamente, una relación de fuerza en sí
filósofos del siglo xviii conciben la salida del estado de guerra perma-
mismo." nente tomando como salvoconducto el contrato, considerado un camino
posible hacia la paz perpetua en tanto fin regulativo.
Foucault cuestiona la concepción "ramplona" según la cual "el poder Frente a esta concepción del poder surge la pregunta: ¿el poder es
es represión" y adjudica esta concepción del poder a Hegel, a Freud y a sencillamente una guerra proseguida por otros medios que las armas o
Reich. A esta hipótesis Reich: "El mecanismo del poder es fundamental las batallas? En el esquema del poder-contrato, el poder tiene a su cargo
y esencialmente la represión", enfrenta la hipótesis Nietzsche: "El poder la defensa de la sociedad. Ahora hay que preguntarse si la sociedad está
es la guerra, es la guerra proseguida por otros medios". Esta segunda organizada de tal modo que algunos pueden defenderse de los otros o si el
hipótesis supone la inversión de la afirmación de Carl von Clausewitz poder se ejerce para mantener la opresión y defenderse de la rebelión de
"la guerra no es más que la política por otros medios" para proponer la los otros, para "defender su victoria y perennizarla en el sometimiento". 37
idea de que "la política es la guerra por otros medios". La inversión de
la tesis de Clausewitz querría decir tres cosas. En primer lugar, quiere
decir que las relaciones de poder vigentes se insertan en una relación Nuevamente Darwin en el ojo de la tormenta
de fuerzas determinadas por la guerra, en cada momento histórico. La
paz que instala la sociedad civil no suspende la guerra sino que permite En la clase del 17 de marzo de 1976, Foucault reitera la conside-
que rija a través de una guerra silenciosa que se instala en las relacio- ración de la guerra como "la grilla de inteligibilidad de los procesos
nes de fuerzas en las instituciones, en las desigualdades económicas, históricos" que, durante el siglo xvm, ha sido concebida como guerra
en el lenguaje. En segundo lugar, quiere decir que las luchas políticas, de razas y que conduce, en el xix, a la estatización de lo biológico. El
dentro de la sociedad civil, deben ser consideradas una continuación término "biopoder" resulta el correlato de este análisis cuando se ad-
de la guerra. La historia de la paz escribe la historia de la guerra, en mite que el poder se hace cargo del cuerpo y de la vida, un poder que
esta concepción del poder. En tercer lugar, la inversión del aforismo de toma a su cargo los cuerpos y la población. El surgimiento del biopo-
Clausewitz significará que sólo las armas dirimirán entre las relaciones der inscribió al racismo en los mecanismos del Estado determinando
de fuerzas. lo que debe vivir y lo que debe morir.
El racismo tendrá una segunda función: permitirá establecer una
La inversión del aforismo de Clausewitz querría decir, ade- relación bélica que supone que, para vivir, es ineludible que masacres
más, una tercera cosa: la decisión final sólo puede provenir de a tus enemigos: "Si quieres vivir, es preciso que el otro muera". La
la guerra, esto es, de una prueba de fuerza en que las armas, en
definitiva, tendrán que ser jueces. El fin de lo político sería la últi-
35. Ídem, p. 29.
36. Ibídem.
34. M. Foucault, Defender la sociedad, p. 27. 37. M. Foucault, Defender la sociedad, p. 31.
50 CRISTINA AMBROSINI
BIos Y "PODER" EN FOUCAULT 51
Introducción
Actualmente encontramos en la filosofía política italiana obras que argumento que avala este objetivo es la tesis de que las filosofías de
profundizan en las cuestiones propuestas por Foucault. Es el caso, en- Esposito y de Agamben pueden interpretarse como diagnósticos acerca
tre otras, de las de Giorgio Agamben, Roberto Esposito y Antonio Ne- de la modernidad, su sentido y sus criterios. La pertinencia de seguir
gri.' Éste último (junto con Michael Hardt) ofrece una interpretación reflexionando sobre ésta se evidencia al demostrar que tanto nuestras
afirmativa de la biopolítica, sosteniendo que los biopoderes están desti- categorías como las praxis e instituciones políticas a ellas asociadas
nados a convertirse en una política de la vida que anunciaría el fin del siguen siendo las modernas. Si los conceptos deben comprenderse no
antagonismo en la era del capitalismo global. 2 sólo como índice de determinadas historias sino también como factor de
Alejados de la tradición spinoziana y marxista que sirve de marco de ellas, entonces en el análisis y la problematización de la modernidad se
referencia a las tesis de Negri y Hardt, los posicionamientos de Esposi- ejerce tanto una reflexión sobre nuestro presente como un determinado
to y Agamben acerca de la biopolítica, aun difiriendo entre sí (Esposito posicionamiento político.
comparte con Foucault la tesis de que la biopolítica es un fenómeno Los diagnósticos de biopoliticidad desarrollados, a partir de diferen-
moderno, que sirve propiamente de criterio de lo moderno; Agamben, tes lecturas de Foucault, por Esposito y Agamben constituyen un buen
sin embargo, sostiene que la relación entre poder soberano y vida es ejemplo de una filosofía política crítica que ejerce su atención sobre el
constitutiva de la política occidental), son fundamentalmente críticos presente merced al desarrollo de una deconstrucción de las categorías
para con ella, compartiendo igualmente una difusa sugerencia acerca políticas modernas. Su carácter radical, así como la ausencia de un len-
de la posibilidad de una biopolítica de signo afirmativo. guaje afirmativo alternativo al moderno que cuestionan, es prueba (ín-
Los objetivos de este trabajo consisten, prima facie, en ensayar un dice y factor) de la distancia de ambos diagnósticos respecto del original
análisis de las propuestas de Esposito y Agamben, ya que ambas cons- planteamiento foucaultiano sobre la biopolítica liberal, justificando en
tituyen el más acabado desarrollo de la crítica de la biopolítica, que los la misma medida el calificativo de impolítico que merecen ambas filo-
dos consideran la tipología de gobierno propia de las sociedades occi- sofías.
dentales actuales. El análisis toma como pretexto y punto de partida su
comparación con el pensamiento de Foucault, lo cual exigirá un sintéti-
co acercamiento a éste. La modernidad, entre soberanía y biopolítica:
Pero, además, se pretende un alcance mayor, pues trata de plantear Michel Foucault
el problema de qué tipo de relación con el pasado podemos, debemos
y queremos tener (es decir, qué papel deben poseer nuestras ciencias Foucault concluye una entrevista de 1982 sosteniendo que uno de
humanas y sociales), y ello como forma de plantear el tipo de política los problemas a los que se ha dedicado preferentemente es el de las
a la que aspiramos y somos capaces de legitimar e implementar. El relaciones entre verdad, poder y formas de subjetivación. 3 En tal em-
presa nunca abandonó lo que podríamos denominar una perspectiva
histórica de análisis. Es justamente la propuesta de una genealogía del
poder lo que permite vincular obras como Las palabras y las cosas, que
1. Habría que mencionar igualmente a Paolo Virno quien, en Gramática de la multitud. es una arqueología de las prácticas del conocimiento que constituyen a
Para un análisis de las formas de vida contemporáneas(Madrid, Traficantes de Sueños, los individuos; Vigilar y castigar, donde destaca el análisis del difuso
2003), remite la biopolítica al gobierno de una población con el objetivo de contribuir a los poder disciplinario que permea todo el cuerpo social y moldea a los in-
requerimientos de las empresas.
dividuos; los cursos en el Collége de France, dedicados a las formas de
2. M. Hardt y T. Negri, Imperio, Barcelona, Paidós, 2002; "La production biopolitique", gubernamentalidad y al "nacimiento de la biopolítica", o los dos últimos
Multitudes, 1, 2000, pp. 16-28. Su tesis es que en el actual período de desarrollo del capi- volúmenes de Historia de la sexualidad, centrados en las prácticas de
talismo, la "fuerza de producción" (el trabajo) es subsumida en las relaciones capitalistas
de producción, sorteando las contradicciones (es trabajo espiritualizado, "inmaterial") y
dando lugar a una nueva subjetividad ajena al proletario de las sociedades de soberanía
y de disciplina, y afín a la actual sociedad de la comunicación. De este modo, la fuerza no
sólo crea bienes alienados en capital sino relaciones sociales y vida, es decir, visualiza la 3. M. Foucault, "Verdad, individuo y poder", en Tecnologías del yo y otros textos afines,
multitud como nueva clase biopolítica. trad. M. Allendesalazar, Barcelona, Paidós, 1991, p. 150.
56 ALFONSO GALINDO HERVÁS
MODERNIDAD Y BIOPOLÍTICA 57
autogobierno y autoconstitución de sí. En todos estos casos, se eviden- ber priorizado la guerra como modelo de inteligibilidad de la política,
cia una convicción que nunca abandonó: que un análisis cabal del po- sostiene que el discurso de la "guerra de razas" del siglo xviii estaría
der requiere mostrar sus relaciones con la verdad. La genealogía debe en el origen no sólo de los discursos revolucionarios decimonónicos
comprenderse entonces como un estudio de los sucesivos regímenes de sino también del ideal de pureza de razas desde el que trató de legiti-
producción y de circulación del conocimiento, de la verdad, ejercidos por marse el Estado del siglo )(a.' Lo decisivo es que para que fuese posi-
los diferentes dispositivos institucionales y sociales. 4 ble la unión, que llegó a su paroxismo con el nazismo y el socialismo,
En Vigilar y castigar tal investigación conjunta de mecanismos de la soberanía entendida como capacidad de matar y un argumento
disciplinarios y producción de verdad anticipaba tres rasgos centra- biologicista, fue necesaria una "estatización de lo biológico", esto es,
les de las tecnologías biopolíticas que aquí nos van a interesar: que que la vida pasara a ser objeto del poder. 8 Frente a la teoría clásica
no se reducen a represión, que tienen como objeto directo el cuerpo, de la soberanía, anclada en el derecho de matar, la novedad del dere-
su control y la potenciación de su rendimiento, y que conforman un cho político decimonónico estriba en que completó tal derecho con un
entramado difuso de tecnologías, esto es, una "microfísica del poder". 5 poder inverso: hacer vivir y dejar morir. Foucault rastrea esta evo-
Lafigurdelpnótco,aqsdeilurtpa ns- lución al nivel de las transformaciones de las tecnologías de poder y
yo, sería índice del apresamiento de la vida por parte del poder que, descubre la aparición, entre los siglos xvii y XVIII, de unas tecnologías
como posteriormente sostendrá, diferencia el nuevo poder biopolítico disciplinarias individualizadoras ("anatomopolítica") aplicadas sobre
del viejo derecho soberano. 8 los cuerpos mediante técnicas de vigilancia e instituciones punitivas
Pero donde por primera vez utilizó Foucault la expresión con la que con el objetivo de organizarlos e incrementar su rendimiento, y otras
aludirá a un tipo de disciplinas centradas en el cuerpo y en los fenóme- tecnologías que las engloban y modifican, surgidas durante la segun-
nos de la vida, productivas (no meramente represivas), desperdigadas da mitad del siglo xviii, y que no se destinan al hombre-cuerpo sino
en el entramado social, vinculadas a las ideas de control y norma, es en al hombre-especie, esto es, a un nuevo objeto que propiamente cons-
la clase del 17 de marzo de 1976 en el Collége de France. Allí, y tras ha- tituyen: la población. Foucault, que usa indistintamente las expresio-
nes "biopolítica" y "biopoder", vincula su aparición con los problemas
económicos y políticos propios del siglo xviii, y distingue tres campos
de actuación: natalidad y morbilidad, control de riesgos derivados de
4. Sobre la genealogía como explicitación de las prácticas discursivas productoras de la
verdad presentes en una sociedad, así como sobre las relaciones entre poder y saber,
la incapacidad biológica (vejez, accidentes) y relaciones con el medio,
puede verse la clase del 7 de enero de 1976 en Hay que defender la sociedad, trad. Ho- como las cuestiones demográficas o climáticas.
racio Pons, Madrid, Akal, 2003, pp. 11-27. También el ensayo "La verdad y las formas En su argumentación sobresale que fue el discurso racista, por cuan-
jurídicas", en Estrategias de poder. Obras esenciales, vol. ii, Paidós, Barcelona, 1999, pp. to era capaz de contemplar al hombre como pura zoé, el que permitió
169-281.
5. M. Foucault, Vigilar y castigar, trad. Aurelio Garzón, Buenos Aires, Siglo Veintiuno,
1979 (reimp. 2009), especialmente pp. 30-36.
6. El panoptismo presupone la aparición, entre los siglos xvii y xviii, de una idea de peli- 7. Foucault radicaliza una tesis ya presente en Vigilar y castigar, donde eleva la guerra
grosidad social que justifica la presencia de las instituciones de control propias de las so- a modelo de análisis del poder político. Véase M. Foucault, "Clase del 17 de marzo de
ciedades disciplinarias. En éstas se ejerce un tipo de poder orientado a vigilar y dirigir los 1976", en Hay que defender la sociedad, 205-225. A diferencia de Hannah Arendt, que en
cuerpos individuales, que quedan insertados en una red de controles que los constituyen Los orígenes del totalitarismo sostiene una discontinuidad entre el racismo nazi y el del
como objeto y efecto del entramado poder-saber. El objetivo es potenciar la utilidad y la siglo xix, la genealogía del racismo foucaultiana establece que los discursos de la lucha de
obediencia de los individuos. En las sociedades gobernadas con dichas tecnologías pierde razas de la Inglaterra del xvii y de la Francia del xviii se expresan en términos de lucha
su sentido la enquéte como forma de "poder-saber", que es sustituida por el examen, un de clases y en términos biologicistas en el xix, siendo el germen del imperialismo racista
saber (y un poder de vigilancia) estructurado en torno a la idea de norma y cuya finalidad y del racismo de Estado nazi y estalinista, en los que se fusionan biopolítica y soberanía.
no es excluir sino controlar y normalizar a los individuos en orden a su inclusión social 8. Ídem, pp. 205 s., 218 s. Se analiza el vínculo establecido por Foucault entre racismo, es-
y la maximización de su productividad. Sobre la enquéte y el examen, véase M. Foucault, pacialidad y enemistad política (en sentido schmittiano) en A. Cavalletti, Mitología de la
"La verdad y las formas jurídicas", pp. 185-229. Sobre las instituciones de encerramiento seguridad. La ciudad biopolítica, trad. María T. D'Meza, Buenos Aires, Adriana Hidalgo
a partir del siglo xix, pp. 247 ss. Editora, 2010, pp. 258 s., 291.
MODERNIDAD Y BIOPOLÍTICA 59
58 ALFONSO GALINDO HERVÁS
El estudio de la gubernamentalidad alcanza la época moderna y con- y factor de procesos de subjetivación consistentes en la (auto)adminis-
temporánea en el curso de 1978-1979, dedicado a la racionalidad política tración de la propia vida, logrando con ello un gobierno indirecto de
propia de la biopolítica: el liberalismo. Éste es presentado como un prin- lo común." Ello muestra que la idea de gubernamentalidad es idónea
cipio y un método de racionalización de la acción gubernamental y, en para comprender el poder en sistemas que, como el liberal, atribuyen
esta medida, de autolimitación de la razón de Estado. El argumento es la soberanía a los individuos. En tales sistemas no hay contradicción
que, mientras que hasta el siglo xvm el gobierno contribuía a reforzar al entre tecnologías de gobierno (ámbito político) y del yo (ámbito ético)
Estado mediante la policía y el ejército, el liberalismo nombra un tipo de sino que se implican. 16
gobierno que lo cuestiona en la medida en que le insta a respetar los pro- Tras esta exposición propondré dos tesis para introducir el aparta-
cesos biológicos y las relaciones económicas y culturales de la población." do siguiente, dedicado al pensamiento de Esposito y de Agamben. En
Foucault analiza en ese curso dos desarrollos contemporáneos de la primer lugar, es preciso destacar que, si bien los análisis del último
gubernamentalidad liberal, surgidos como crítica del gobierno social e Foucault evidencian el grado de sofisticación e invisibilidad alcanzado
intervencionista representado por el Welfare State británico y el New por la gubernamentalidad neoliberal en su objetivo de maximizar la
Deal estadounidense, el neoliberalismo alemán de posguerra y el de la productividad individual, también permiten trascender la mera demo-
Escuela de Chicago. La alusión a éstos permite introducir las tesis fina- nización de sus tecnologías indirectas de gobierno, reconociendo que tal
les de Foucault sobre las tecnologías de sí. La razón es que sostiene que carácter indirecto equivale igualmente a un alto grado de legitimidad,
lo propio del neoliberalismo fue extender la racionalidad del mercado ya que ésta no es sino aceptación no forzada del gobierno. Como ya se
a ámbitos tradicionalmente ajenos a lo económico, como la conducta ha apuntado, el propio Foucault consideró la gubernamentalidad neoli-
individual. Frente al liberalismo clásico, que demandaba del Estado beral el estadio más avanzado de racionalización del poder, superador
la organización de un marco libre de obstáculos para el desarrollo de la de lastres religiosos, menos disciplinador y reglamentador.
autonomía individual, el neoliberalismo cree que el individuo no es ya En segundo lugar, es de subrayar que, al reconocer el carácter plu-
el previsible horno oeconomicus, sino el "empresario de sí mismo" que riforme de las relaciones entre el poder y la subjetividad, se abren nue-
debe producirse reconociendo su iniciativa y estimulando su competiti- vas posibilidades de resistencia y retos políticos inéditos. Partiendo de
vidad, autogestión y responsabilidad." esa capacidad de autogobernarse identificada en la gubernamentalidad
De este modo, sirviéndose del modelo de gubernamentalidad, Fou- neoliberal, Foucault dedicó los dos ensayos finales de la trilogía sobre
cault logra problematizar la distinción entre lo público (el ámbito del la sexualidad al análisis de formas de subjetividad que implicasen la
poder) y lo privado (el ámbito de la libertad), ya que la acción de go- posibilidad de alternativas a los efectos del poder. 17 Como señala en el
bierno se extiende sin solución de continuidad desde las instituciones
estatales hasta las diversas formas de autorregulación individual, que
denominará en los volúmenes segundo y tercero de su Historia de la 15. Es la idea que han desarrollado autores como Nikolas Rose en Governing the Soul.
sexualidad "tecnologías de sí", y que suponen una transformación de la The shaping of the private self, Londres, Free Books, 1999, o en The Politics of Life Itself.
Biomedicine, Power and Subjectivity in the Twenthy-First Century, Nueva Jersey, Princ-
acción del Estado sobre la vida merced a la implementación de estrate- eton University Press, 2007.
gias indirectas, esto es, que toleran intereses individuales. Así, el carác-
16. Véase una síntesis de los rasgos de esta nueva forma de gobierno en F. Vázquez, %Em-
ter biopolítico del neoliberalismo también se evidencia en que es índice presarios de nosotros mismos.» Biopolítica, mercado y soberanía en la gubernamentali-
dad neoliberal", en J. Ugarte (comp.), La administración de la vida. Estudios biopolíticos,
Barcelona, Anthropos, 2005. El autor subraya que la gubernamentalidad neoliberal logra
13. M. Foucault, Nacimiento de la biopolítica. Curso en el Collége de France (1978-1979), un gobierno indirecto gestionando los mecanismos que gobiernan los procesos, y no éstos
trad. Horacio Pons, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2007. Véanse, por ejem- mismos, y enfatizando las capacidades creativas del sujeto. Para una obra de referencia,
plo, las páginas 43-45, 55-60, 64 s., 326-330, 331-358 (especialmente pp. 351-358), 359- véase A. Barry, Th. Osborne y N. Rose (eds.), Foucault and Political Reason. Liberalism,
366. neo-liberalism and rationalities of government, The University of Chicago Press, 1996.
14. Ídem, pp. 84-92, 150-154, 255-274. También pueden verse las clases del 14 de febrero 17. Ciertamente, ya antes hay múltiples alusiones de Foucault a la idea de que es preciso
(pp. 155-187), 7 de marzo (pp. 217-248), 21 de marzo (pp. 275-304) y 28 de marzo (pp. crear nuevas identidades pero concibiéndolas como un juego o procedimiento favorecedor
305-330). de nuevas relaciones sociales. Véase, por ejemplo, "Michel Foucault, una entrevista: sexo,
62 ALFONSO GALINDO HERVÁS
MODERNIDAD Y BIOPOLÍTICA 63
poder y política de la identidad", en Estética, ética y hermenéutica. Obras esenciales, vol. La esencia inmunitaria de la biopolítica moderna:
In, 1999, pp. 428 s. Roberto Esposito
18. M. Foucault, Historia de la sexualidad, vol. El cuidado de sí, Madrid, Siglo Vein-
tiuno, 2005, p. 46. Análogamente, véase "La ética del cuidado de sí como práctica de la Es posible interpretar el pensamiento de Esposito como una con-
libertad" y "Las técnicas de sí", ambas en Estética, ética y hermenéutica. Obras esenciales, creción de lo que Foucault definió como tarea propia de la filosofía, a
vol. IIL
saber: ofrecer una ontología de la actualidad. Según Esposito, dicha
19. M. Foucault, Hay que defender la sociedad, p. 206. ontología exigiría diferenciar lo esencial de lo contingente, identifican-
64 ALFONSO GALINDO HERVÁS MODERNIDAD Y BIOPOLÍTICA 65
do los paradigmas en torno a los que se estructura el presente." Él lo Foucault acerca de las relaciones entre el modelo clásico de soberanía y
hace sosteniendo que en todo lo que está sucediendo hoy en el mundo, el moderno de biopolítica, identificar un criterio (un índice y un factor)
desde el cuerpo individual al cuerpo social o desde el cuerpo tecnológico de lo moderno que englobe ambas comprensiones de la esencia y del
al cuerpo político, la cuestión de la inmunidad está en el cruce de todas ejercicio del poder, y configurar una figura retórica desde la que apre-
las trayectorias. La radicalización de la protección inmunitaria consti- hender y dotar de sentido unitario a las plurales manifestaciones de la
tuiría la clave interpretativa más potente para comprender la singula- política contemporánea.
ridad de nuestra época. Tal diagnóstico (que Esposito ejemplifica —en Sintéticamente expuesto, el argumento de Esposito sostiene que,
un ejercicio de abstracción igualadora— en dos obsesiones inmunitarias para comprender la historia política moderna de Occidente, son in-
opuestas: el integrismo islámico y el empeño occidental de excluir al suficientes los paradigmas hermenéuticos del totalitarismo y el de la
resto del planeta del disfrute de sus excesivos bienes) incluye una evi- biopolítica tomados unilateralmente. Mientras que el primero, que re-
dente dimensión normativa, ya que, a su juicio, la inmunidad, si bien es mite a Hannah Arendt, incurre en la paradoja de buscar el origen de
la negatividad necesaria para proteger la vida, cuando se lleva más allá lo que se declara singular (el totalitarismo) y es incapaz de hallar una
de cierto umbral (que él no concreta), acaba negando dicha vida, de ahí raíz común al comunismo y al nazismo, deviniendo mera filosofía de
que profetice que la lógica inmunitaria destruirá el mundo. 2' la historia, el paradigma de la biopolítica, que ilustraría Foucault, si
El argumento de Esposito acerca del valor heurístico del paradigma bien no parte de presupuestos filosóficos sino de acontecimientos, no
de la inmunización se sustenta en la relación de ésta con la biopolítica logra explicar por qué la política y el derecho, que toman hoy como
y, en esta medida, con la modernidad. Para explicitar tal vínculo debe objeto la vida, han devenido acción de muerte." Tampoco es posible —
subrayarse que, a su juicio, la inmunidad remite de modo evidente a su frente a lo propuesto por Agamben— unificar ambos paradigmas en un
opuesto, la comunidad, de la que se protege reduciendo la vida humana único marco, ya que son lógicamente divergentes." Según Esposito, la
a su base biológica, y haciendo así emerger la biopolítica como racio- solución pasa por la introducción de la categoría de inmunización como
nalidad política propia de la modernidad liberal, del nazismo y de la mediador que completa el sentido de ambos paradigmas y permite su
contemporaneidad neolibera1. 22 Con el establecimiento de este vínculo articulación. Y es la tesis de Foucault sobre la biopolítica lo que le sirve
logra tres cosas: resolver la supuesta aporía existente en las tesis de para presentar su argumento. En concreto, afirma que, en su reflexión
sobre la biopolítica, Foucault osciló entre dos posiciones incompatibles:
considerarla una racionalidad de gobierno preferentemente productora
20. De un modo que roza el esencialismo, sostiene que "la apuesta metafisica del conflicto de muerte o de subjetividad, esto es, ser una política sobre la vida o de
actual es la definición del sentido de la historia contemporánea", y que los acontecimien- la vida. Dicha oscilación se correspondería con una análoga relativa
tos "están cargados de un espesor filosófico" que exige de la reflexión medirse con el sen- a la relación entre la biopolítica y el viejo paradigma soberano (,es la
tido originario de los mismos. Véase R. Esposito, Comunidad, inmunidad y biopolítica, biopolítica —y, por lo tanto, la modernidad— mera continuación del viejo
trad. A. García, Barcelona, Herder, 2009, pp. 174 s.
derecho de muerte, o es una sustitución del mismo por una política del
21. Ídem pp. 113, 17, 114-118. "hacer vivir"?). 25 Esposito sostiene que el paradigma de la inmunización
22. Esposito ha reconstruido una genealogía de la deriva inmunizadora moderna y la pa-
ralela pérdida de la experiencia comunitaria. Esta genealogía, que identifica en Thomas
Hobbes y en Jean-Jacques Rousseau los efectos contradictorios derivados del intento de
construir la comunidad a partir de una metafisica individualista (ídem, p. 29), y remite 23. R. Esposito, Bíos. Biopolítica y filosofía, trad. Carlo R. Molinari, Buenos Aires, Amo-
a Immanuel Kant y a Martin Heidegger la conciencia de la imposibilidad (ética en el pri- rrortu, 2006, p. 15.
mero, destinal en el segundo) de realizar la comunidad que nos constituye (pp. 33, 39, 44),
tiene como presupuesto una experiencia de comunidad en tanto que condición originaria 24. R. Esposito, Comunidad, inmunidad y biopolítica, p. 175.
y, en este sentido, presupuesto trascendental inobrable de nuestra existencia (pp. 26, 57). 25. El hecho de que en Hay que defender la sociedad remita el carácter afirmativo de la
Sirviéndose de la jerga ontológica, la remite a la relación que interrumpe toda identidad biopolítica a tres acciones (crear subjetividad, potenciar la vida y producir orden) que
(p. 64). Las obras de referencia sobre estas cuestiones son Immunitas. Protección y ne- revelan su triple genealogía (poder pastoral, arte de gobierno y policía), no impide que en
gación de la vida, Buenos Aires, Amorrortu, 2005 y Communitas. Origen y destino de la el mismo ensayo sostenga que la biopolítica convive y completa el derecho de soberanía.
comunidad, Buenos Aires, Amorrortu, 2007. Véase R. Esposito, Bíos, p. 67.
MODERNIDAD Y BIOPOLÍTICA 67
66 ALFONSO GALINDO HERVÁS
de la mera vida." Frente a ello, reivindica lo impersonal como lo que no reintroduce y reifica al sujeto, entonces no posee más dimensión
impediría el dispositivo excluyente de la persona." política que la mera deconstrucción. De hecho, lo impersonal parece
La apuesta por lo impersonal es, además de injusta para con el no ser sino otro nombre de la communitas, otra manera de referirse
liberalismo (que Esposito remite in toto al añejo e hiperdeconstrui- a su experiencia (sin sujeto y sin forma reconocible). Ésta es la con-
do dualismo cuerpo/alma, ignorando que hay versiones de liberalismo secuencia lógica de un pensamiento para el que cualquier regulación
no dualistas), contradictoria y contrafáctica. Lo primero se desprende del propio poder es nihilista e impide el desarrollo de la vida. La dico-
del hecho de que también las palabras que Esposito dedica a la mera tomía comunidad/inmunidad parece constituir entonces una totalidad
vida,35 análogas a las de Agamben (pues ambas desarrollan ideas de metafísica de la que resulta imposible escapar y ante la que no caben
Deleuze), constituyen per se una cualificación suplementaria de la matices, ya que no hay lugar para perfeccionar las formas de unidad
misma, como lo constituyen los ordenamientos jurídicos o las teori- y los poderes constituidos, sino tan sólo para denunciarlos omnes et
zaciones teológicas sobre los derechos humanos. No puede ser de otra singulatim en aras de alternativas políticamente irrepresentables e
forma desde el momento en que todo valor, incluso el que se reduce incapaces de devenir programa de acción.
al reclamado por la vida que no ansía sino su mero ser-así, es valor Esta incapacidad para asumir negatividad alguna es la clave del ar-
otorgado, esto es, ni subsistente ni evidente, sino reconocido mediante gumento de Esposito en favor del paradigma de la inmunización, puesto
palabras y acciones. que éste es presentado por él como mediador entre dos paradigmas que
Pero la reivindicación de lo impersonal también es contrafáctica. considera heterogéneos e incompatibles: el del totalitarismo de Arendt y
La razón es que desde lo impersonal no es viable la política en su el de la biopolítica de Foucault. No obstante, ni la distancia entre ambos
sentido moderno, esto es, anclada en un sujeto imputable y en una pensadores es tan grande como él presupone ni, en la misma medida,
acción proyectable y reconducible a él. Por ello, difícilmente puede lo es entre ambos paradigmas. Hay profundas afinidades entre Arendt
enarbolarse lo impersonal como si de una estrategia política alter- y Foucault. Ambos vincularon el ascenso del capitalismo moderno y de
nativa se tratase: lo impersonal, como el munus de sí comunitario, si la gubernamentalidad liberal a la irrupción del ámbito de la vida en el
político-estatal, señalando en tal proceso aspectos positivos y negativos
(Arendt destacó la subordinación de la política a la economía y a lo social;
33. Nazismo y liberalismo asumieron el dualismo entre alma y cuerpo para absorber en Foucault, el poder de los expertos y la multiplicación de las tecnologías
el cuerpo la trascendencia del elemento personal y convertirlo en objeto inmediato de de control). Tales afinidades se corresponden con la complementariedad
política. Con ello culminaba una crisis de la noción de persona que Esposito remonta
existente entre la soberanía productora de muerte y la biopolítica pro-
a la prevalencia que Xavier Bichat otorgó a la vida orgánica frente a la racional. Des-
de él, pasando por Schopenhauer, Comte, Courtet de l'Isle, Schleicher, Gobineau, Ernst ductora de vida, que Esposito no es capaz de asumir. Pero así es: la pro-
Haeckel, Otto Ammon, Ludwig Woltmann y Vacher de Lapouge, Esposito reconstruye ducción de muerte es constitutiva de la biopolítica, pues ésta no es sólo
un itinerario que demuestra que el ser viviente hombre es lo que queda de la destrucción "hacer vivir" sino también "dejar morir", y para dejar morir hay que ha-
de la forma personal con que la filosofía política moderna lo había investido. R. Esposito, cer algo." Esta tensión entre producción de vida y de muerte se evidencia
Tercera persona, pp. 35-41, 86-90, 105-109, 135.
en prácticas como el racismo y la colonialidad, que concretan espacial y
34. Ídem, p. 27. A la idea de impersonalidad se habrían referido de diferentes maneras biológicamente la idea schmittiana de enemistad política. Que Esposito
Émile Benveniste, Alexandre Kojéve, Vladimir Jankélévitch, Emmanuel Levinas, Mau-
rice Blanchot, Michel Foucault y, sobre todo, Gilles Deleuze, defensor de la lógica de la
no lo reconozca es algo que se evidencia igualmente en su deseo de una
multiplicidad y la de la contaminación propias del acontecimiento preindividual (ídem, "biopolítica afirmativa". Ésta implica una absolutización de las expec-
pp. 204-216). tativas incompatible con el realismo de Foucault, para quien sólo eran
35. Por ejemplo: "La vida, antes de cualquier subjetivación jurídica, constituye el punto
indivisible en el que el ser del hombre coincide perfectamente con su modo, en el que la
forma —la forma de vida— es la forma de su contenido mismo. [...1 La vida, al asumirse
en su potencia impersonal, es aquello que contradice de raíz la separación jerárquica del
género humano, y del hombre mismo, en dos sustancias superpuestas o sometidas, una 36. Lo subraya Ignacio Mendiola en "La bio(tanato)política moderna y la producción
de carácter racional y otra de carácter animal", R. Esposito, Comunidad, inmunidad y de disponibilidad", en I. Mendiola (ed.), Rastros y rostros de la biopolítica, Barcelona,
biopolítica, p. 203. Anthropos, 2009, pp. 45-50.
70 ALFONSO GALINDO HERVÁS
MODERNIDAD Y BIOPOLÍTICA 71
posibles resistencias concretas frente al poder. 37 Asumir, como hizo Fou- afirmaciones de Esposito sobre la técnica moderna, a la que se permite
cault, que la producción de vida no es incompatible con producir muerte salvar pero añadiendo incomprensibles y vacuos matices que evidencian
permite reconocer que el poder no es terror absoluto, sino que cabe la el prejuicio de considerar toda intervención biológica (no así la cultural)
producción gubernamental de vida. Esta perspectiva exige no reducir la siempre sospechosa de nazismo." Es dicha abstracción, en suma, la que
inmunidad a una mera (e imposible) negación de sí misma, como hace lo lleva a recurrir a las obligaciones del munus (que, pese a todo, parecen
Esposito, sino contemplar que la posibilidad de alternativas a la biopolí- implicar una reintroducción de la metafísica subjetiva y dualista) como
tica pase por aceptar que también la inmunidad encierra una dimensión realidad traicionada por la inmunización "que nos retrae al interior de
positiva.38 Que Esposito se muestre incapaz de ello es un índice (y un nosotros mismos" (sic). 41
factor) del alto grado de abstracción que posee su perspectiva de análisis
de lo político. Es dicha abstracción, típicamente impolítica, lo que le im-
pide diferenciar los distintos regímenes biopolíticos en función del modo La esencia biopolítica del poder soberano:
en que relacionen vida y muerte, considerándolos a todos igualmente ni- Giorgio Agamben
hilistas y por ende condenables, así como ignorar el rebasamiento y la
modulación que la biopolítica experimenta en las sociedades de control Como ya se ha adelantado, Agamben coincide con Esposito en con-
nombradas por el propio Foucault. 39 Es tal abstracción la que late tras las siderar que la tesis de Foucault sobre la biopolítica es insuficiente (del
mismo modo que lo es la de Arendt sobre el totalitarismo), de ahí que
también él se proponga completarla. Pero, a diferencia de Esposito, y
37. Véase, por ejemplo, M. Foucault, "¿Es inútil sublevarse?", en Estética, ética y herme- del propio Foucault, lo hace proponiendo una explicación que le permite
néutica, p. 206. establecer una continuidad en la tradición política occidental; continui-
38. Se cuestiona la interpretación que hace Esposito del concepto nietzscheano de vida, dad que posee dos vertientes. La primera es que, desde su perspectiva,
subrayando que Nietzsche contribuye a una idea de biopolítica afirmativa que no se redu- no es posible diferenciar entre una comprensión del poder en términos
ce a negar la inmunización sino que asume su necesidad, en M.B. Cragnolini, "Nietzsche
de soberanía y otra en términos de biopolítica, esto es, entre un pa-
y la biopolítica: el concepto de vida en la interpretación de Esposito", en I. Mendiola (ed.),
Rastros y rostros..., pp. 133-145.
radigma político-estatal y otro económico-gubernamental, entre hacer
morir y hacer vivir; en Occidente ambos paradigmas confluyen en una
39. En La filosofía de la diferencia y el pensamiento menor, Bogotá, Universidad Cen-
tral, 2007, Maurizio Lazzarato ha emparentado la idea de "sociedad de control" suge- única comprensión de la política, siendo todo poder soberano igualmen-
rida por Deleuze en "Postscriptum sobre las sociedades de control" (Conversaciones te biopolítico y toda biopolítica, expresión de violencia soberana." De
1972-1990, Valencia, Pre-Textos, 1999) con lo que Foucault denominó "sociedad de se-
guridad" en Seguridad, territorio, población (por ejemplo, pp. 22 s., 363 s.). Para Deleu-
ze el modelo disciplinario asentado en instituciones de encierro entró en crisis a inicios
del siglo xx, no funcionando ya los dispositivos de normalización de la subjetividad de Gómez, "Disciplinas, biopolítica y noopolítica en Maurizio Lazzarato", en I. Mendiola
manera seriada mediante confinamiento sino en espacios abiertos. Este cambio de la (ed.), Rastros y rostros..., pp. 71-92.
sociedad disciplinaria a la de control (relacionado con una mutación en el modo de pro-
40. Acepta la técnica "cuando ésta no contradiga manifiestamente, sino que lleve a su
ducción capitalista) fue fruto de la emergencia de una tecnología de poder orientada a
máximo desarrollo, las posibilidades biológicas contenidas en nuestra naturaleza natu-
una nueva forma de socialización, la formación de los públicos, en la que (como anticipa-
ralmente modificada". R. Esposito, Comunidad, inmunidad y biopolítica, p. 171.
ron Michel Foucault y Gabriel Tarde) se modulan deseos y creencias. Según Lazzarato
(Por una política menor. Acontecimiento y política en las sociedades de control, Madrid, 41. Merece leerse el párrafo entero: "La liberación respecto a la contingencia ambiental
Traficantes de Sueños, 2006; "Estrategias del empresario político", Brumaria, 7, pp. asegurada por las instituciones coincide, para el individuo democrático, con una toma de
63-70), se trata de un modo de subjetivación irreductible a la normalización de cuerpos distancia respecto del mundo en el que está enraizado y, por ello mismo, con un levanta-
y a la regulación de poblaciones: modela los cerebros y su memoria. Tal "noopolítica" no miento de las obligaciones del munus común frente a los otros. De este modo, el individuo
es un gobierno del Estado, como la biopolítica, sino que corresponde a la empresa priva- es inducido a cerrar su originaria apertura y a circunscribirse a la esfera de su interior.
da. Ni sustrae vida ni la potencia, sino que crea clientelas (consumidores-ciudadanos) [...] la inmunización es aquello que nos retrae al interior de nosotros mismos, rompiendo
produciendo modelos mayoritarios en los que reconocerse como público. En coherencia, todo contacto con el exterior", ídem, p. 85.
la lucha política transforma su objetivo: evitar que las empresas capturen el trabajo in- 42. "La presente investigación [alude a Horno sacer] se refiere a ese punto oculto en que con-
material común. Véase una buena síntesis del pensamiento de Lazzarato en S. Castro- fluyen el modelo jurídico-institucional y el modelo biopolítico del poder. Uno de los posibles
MODERNIDAD Y BIOPOLÍTICA 73
72 ALFONSO GALINDO HERVÁS
riamente al margen del orden jurídico va coincidiendo de manera progresiva con el espacio Pre-Textos, 2004, p. 10; Medios sin fin. Notas sobre la política, trad. Antonio Gimeno,
político, de forma que exclusión e inclusión, externo e interno, bíos y zoé, derecho y hecho, Valencia, Pre-Textos, 2000, pp. 14 ss.; Homo sacer, pp. 30 s., 42 s.
entran en una zona de irreductible indiferenciación", Horno sacer, pp. 18 s.
47. C. Schmitt, "Teología política", en Estudios políticos, trad. F.J. Conde, Madrid, Cultu-
44. La única diferencia es que la democracia moderna se presenta como una reivindicación ra Española, 1941, pp. 33, 44 s.
y liberación de la zoé; de ahí su aporía, que consiste en remitir la felicidad de los hombres al
74 ALFONSO GALINDO HERVÁS MODERNIDAD Y BIOPOLÍTICA 75
fuera y dentro del ordenamiento jurídico, por cuanto el ordenamiento Pero, como ya adelantamos, Agamben también recurre a otra figura
le reconoce el poder de suspender la ley (situándose fuera de ésta) para mostrar la articulación entre la comprensión del poder en térmi-
para decir que no hay un fuera de la ley." La paradoja estriba en que nos de soberanía y su declinación biopolítica. El ensayo donde lo ha
se presenta una forma legal (estado de excepción) de lo que no puede hecho, El reino y la gloria, desarrolla las intuiciones del último Fou-
tenerla, pues consiste en una fuerza que sólo se muestra al suspender cault, quien reemplazó el interés por la biopolítica por el estudio de la
la legalidad —y ello con el único fin de crear la ficción de un fundamen- gubernamentalidad." Su tesis central es que el dispositivo teológico de
to del derecho, así como el ámbito para su validez—. Paradoja que sólo la gloria permite la "articulación funcional" del paradigma de la sobe-
emerge en la modernidad, pues es entonces cuando se intenta incluir ranía con el de la gubernamentalidad.
en el orden jurídico la excepción, creando de esta manera una zona de Para entender tal idea, es preciso señalar el rol que el teorema de
indistinción en la que hecho y derecho coinciden; una zona de anomia la secularización cumple en Agamben. Al igual que Foucault sostuvo
que, sin embargo, no estaría exenta de relación con el orden jurídico que las técnicas modernas de gobierno constituyen una secularización
sino que, propiamente, lo fundaría; una zona en la que procedimien- de las de la pastoral cristiana," también Agamben remite los concep-
tos de hecho se convierten en derecho y donde las normas jurídicas se tos fundamentales de la economía y la reproducción social a un origen
indeterminan en mero hecho; un umbral en el que hecho y derecho teológico, pues, a su juicio, la modernidad, pese a expulsar a Dios del
parecen hacerse indecidibles. 49 Lo que debemos subrayar en orden a mundo, ha cumplido el proyecto de la oikonomia providencial, de ahí
nuestros objetivos es que dicha excepción soberana es el dispositivo que la secularización señalada por Foucault sólo se explique si se remite
a través del cual el derecho se relaciona con su exterioridad (la vida, la idea de gobierno económico-biopolítico (liberal) al paradigma teológi-
zoé) y la incluye dentro de sí según una relación que tiene la forma de co de gobierno providencial." Su argumento es que el dispositivo de la
la excepción. La figura del homo sacer es el índice de esa vida excluida oikonomia trinitaria elaborada en los primeros siglos del cristianismo
y apresada por el derecho y, en esta medida, es prueba del rendimien- constituye un laboratorio privilegiado para observar el funcionamiento
to del entrelazamiento de soberanía y gestión biopolítica. 5° A partir de y la doble estructura (soberanía y gobierno, auctoritas y potestas) de
este argumento, que hace de la nuda vida (blos/3 Leben) el portador del la máquina gubernamental." La razón es que de tal teología cristiana
nexo entre violencia y derecho que define la estructura de la soberanía habrían derivado dos paradigmas políticos antinómicos pero funcional-
moderna, Agamben puede remitir la unión de totalitarismo y biopolí- mente conexos: la teología política, que funda en Dios la trascendencia
tica a la figura del Leviatán hobbesiano 51 y, sobre todo, a la del campo
de concentración."
53. Si en ensayos anteriores analiza la soberanía del poder y su carácter biopolítico, en
este texto se propone investigar los modos y las razones por los que el poder ha ido adqui-
48. G. Agamben, Homo sacer, pp. 27, 30; Estado de excepción, pp. 10, 14. riendo en Occidente la forma de una oikonomia —es decir, de un gobierno de los hombres—,
perdiendo protagonismo la categoría de "biopolítica" en aras de la de "gobierno".
49. G. Agamben, Estado de excepción, pp. 39-46, 125. Sobre la indistinción entre ley y vida
en Agamben, véase R.M. Kiesow, "Law and life", en A. Norris (ed.), Politics, Metaphysics 54. M. Foucault, Seguridad, territorio, población, pp. 119 ss. También Arendt remitió a
and Death, pp. 248-261. la sacralización cristiana de la vida el origen de la centralidad que ésta adquiere en la
modernidad, que de este modo consumaría el dispositivo de apresamiento-exclusión de
50. G. Agamben, Homo sacer, pp. 18, 94, 108 ss., 130 ss., 188; Medios sin fin, pp. 15 ss.; la vida inherente al cristianismo. Véase H. Arendt, La condición humana, Barcelona,
Estado de excepción, p. 124. Paidós, 1996, pp. 338 s.
51. G. Agamben, Horno sacer, pp. 9-23, 44, 79 ss., 89, 137 ss.
55. G. Agamben, El reino y la gloria. Para una genealogía teológica de la economía y del
52. Éste es considerado paradigma biopolítico de lo moderno, ya que surge como ámbito gobierno, trad. A. Gimeno, Valencia, Pre-Textos, 2008, pp. 138, 250, 265, 301 ss. Para
de excepción ante la progresiva desconexión entre el nacimiento (la nuda vida) y el Esta- Foucault, por el contrario, la economía es una disciplina que surge en paralelo a la emer-
do (nación) que representaban los refugiados, y que amenazaba una soberanía asentada gencia de la sociedad civil y a la experiencia de incognoscibilidad de la totalidad.
en el nacimiento, mostrando su eficacia en la tarea de clarificar quiénes eran miembros
56. Agamben enriquece el concepto foucaultiano de dispositivo (las máquinas pertenecen
de la comunidad nacional. G. Agamben, Homo sacer, p. 223; Medios sin fin, pp. 21-30. Se a ellos) incluyendo en él cualquier mecanismo de gobierno de la vida, evidenciándose de
cuestiona este tratamiento del campo en Ph. Mesnard y C. Kahan, Giorgio Agamben este modo su vínculo con lo teológico-oikonomico. G. Agamben, Che cosa é un dispositivo?,
l'épreuve d'Auschwitz, París, Kimé, 2001, pp. 10 s., 50 ss., 90. Roma, Nottetempo, 2006, pp. 19 ss.
76 ALFONSO GALINDO HERVÁS MODERNIDAD Y BIOPOLÍTICA 77
del poder soberano, y la teología económica, que sustituye dicha trascen- atraviesan la historia desde la antropogénesis hasta la actualidad." Tal
dencia por la idea de una oikonomia concebida como orden inmanente y arqueología, que es presentada como una ciencia de las signaturas, 61
providencial. Del primero procede la teoría moderna de la soberanía; del proneadigms prehnduitam pos
segundo, la biopolítica moderna hasta el triunfo actual de la economía y y ámbitos distantes. Ni particular ni universal, el paradigma es una
el gobierno sobre cualquier aspecto de la vida socia1. 57 Y la realidad a la imagen singular que funciona por analogía, careciendo de reglas para
que recurre Agamben para explicar cómo fue posible armonizar ambos su deducción-inducción-aplicación; antes bien, es su mera exhibición la
paradigmas es la idea de gloria, pues en ella se concilian el ser y la ac- que constituye su necesidad y su evidencia. Agamben llega a afirmar
ción, el reino y el gobierno —tanto de Dios como del hombre, de la Iglesia que no están ni en las cosas ni en la mente del investigador, sino que
tanto como del Estado—. Desde la gloria los elementos teológico y político pertenecen al ámbito del ser." De hecho, la definición que nos ofrece
se tornan indiferenciables pues ella oculta la vacuidad esencial de la pareciera dar a entender cierta necesidad ontológica en su ponerse, ol-
máquina de gobierno, la insustancialidad del poder y la inacción de Dios vidando que la realidad no se autonombra, no nos dice cómo quiere ser
y del hombre (lo cual implica que la democracia contemporánea se fun- descripta:
da en la gloria, es decir, en la eficacia de la aclamación, multiplicada y
diseminada por los medios masivos, a la par que manipulada de acuerdo Más parecido a la alegoría que a la metáfora, el paradigma es
con las estrategias del poder espectacular). 58 un caso singular que es aislado del contexto del que forma par-
La funcionalidad que, en orden a interpretar el pasado, experimenta te sólo en la medida en que, exhibiendo su propia singularidad,
el teorema de la secularización en Agamben constituye un buen punto vuelve inteligible un nuevo conjunto, cuya homogeneidad él mis-
de partida para enjuiciar sus tesis. Éstas presuponen un determinado mo debe constituir. 63
modo de comprender el pasado-presente, que queda nombrado con la
expresión "arqueología filosófica". Al igual que para Foucault la genea- Los paradigmas (homo sacer, campo, estado de excepción...) son,
logía se oponía a la búsqueda de un origen puro (Ursprung), buscando pues, el tipo de imagen que usa Agamben para aprehender la especifici-
en su lugar la procedencia (Herkunft) y la emergencia (Entstehung), dad de la política occidental. El propio objetivo de tratar de aprehender
también Agamben remite la arqueología a aquella práctica que, en toda la especificidad de un objeto tal como la "política occidental" eviden-
indagación histórica, "trata no con el origen sino con la emergencia del cia el altísimo grado de abstracción adoptado; muy superior al de, por
fenómeno y debe, por eso, enfrentarse de nuevo con las fuentes y con ejemplo, los tipos ideales, cuya utilidad Weber hacía depender de dos
la tradición". 59 Y del mismo modo como la arqueología en Las palabras criterios: su constante legitimación por referencia a la historia social y,
y las cosas y en La arqueología del saber buscaba una dimensión tras- sobre todo, a la acción política que fomentan. Con respecto a ambos, la
cendental de los saberes (la episteme en tanto que a priori definidor de perspectiva de Agamben es idealizadora y ahistórica, además de impo-
las condiciones de posibilidad de los conocimientos), también Agamben lítica. A propósito de lo primero, si bien rechaza la búsqueda de oríge-
sostiene que su arqueología pretende alcanzar una ultrahistoria iloca- nes desde los que deducir fenómenos y niega que los paradigmas sean
lizable cronológicamente en el pasado, pero que asegura la coherencia hipótesis acerca de la causa de ellos," su noción de paradigma implica
y la comprensibilidad sincrónica del sistema; de ahí que propiamente
permita acceder no al pasado sino al presente o, mejor, a las fuerzas que
60. Ídem, pp. 128 ss., 146 ss.
61. Denomina "signaturas" a los signos que orientan la interpretación de los conceptos
57. G. Agamben, El reino y la gloria, pp. 13 ss., 33 ss. remitiéndolos a diversas esferas de sentido y poniendo en contacto tiempos y ámbitos di-
ferentes (la secularización sería uno de ellos). Ídem, 53, 57 s., 105 s.; El reino y la gloria,
58. Ídem, pp. 155, 190, 212, 228 ss., 238, 262 ss., 275 s. Agamben desarrolla la tesis de
pp. 20, 102, 128, 234.
Carl Schmitt sobre la función legitimadora de las aclamaciones expuesta en Teoría de la
Constitución, trad. F. Ayala, México, Editora Nacional, 1952, p. 285. 62. G. Agamben, Signatura rerum, pp. 29, 43.
59. G. Agamben, Signatura rerum. Sobre el método, trad. F. Costa y M. Ruvituso, Buenos 63. Ídem, p. 25.
Aires, Adriana Hidalgo Editora, 2008, pp. 109 s., 124. 64. Ídem, pp. 42 s.
MODERNIDAD Y BIOPOLÍTICA 79
78 ALFONSO GALINDO HERVÁS
que ella constituye: no imponer un deber ser distinto del mero ser sino Agamben cuestiona las ideas de sujeto y de acción es incompatible con
desactivar las praxis lingüísticas y corpóreas, limitarse a contemplar una obligación ética o política en su sentido tradicional. Análogamente
la dulzura natural de la zoé (que es una manera de designar al amor), a lo sugerido por Foucault y Deleuze," o el propio Esposito, el objetivo
limitarse a hacer uso." es pensar lo vivo en su inmanencia, alejándolo de toda encarnación. Tal
Agamben recurre a metáforas teológicas (paulinas) para ilustrar el zoé reconocida en su inmanencia como bíos es afín a la impersonalidad
envite de una política alternativa a la biopolítica soberana asentada en de una experiencia comunitaria que desborda toda forma instituida
la acción excluyente y la representación. En ello coincide con Simone (siendo, pues, irrepresentable) y que propiamente se confunde con la
Weil, quien identificaba en el amor cristiano una resistencia a la fuer- idea de humanidad. Todo ello, unido a la tesis de que la política occiden-
za que llena la tierra, 71 o con Jacob Taubes, que remite la dimensión tal es esencialmente totalitaria y biopolítica, nos entrega el perfil de un
política del mesianismo paulino al hecho de que declara la ilegitimidad pensamiento impolítico.
de todo orden jurídico-político tras el acontecimiento mesiánico. 72 En Este compromiso de la filosofía de Agamben con una crítica radical
su caso, lo mesiánico tiene que ver con una determinada forma y ex- de todo orden jurídico-político, de toda forma de gobierno, es una conse-
periencia del tiempo: el instante del acontecimiento, afín al Jetz-zeit cuencia y a la vez un factor del alto grado de abstracción que usa en su
benjaminiano, que cuestiona los órdenes jurídico-políticos por reclamar interpretación del pasado, y que lo conduce a sostener la indistinción
éstos un tiempo homogéneo y lineal." Según ello, vivir mesiánicamente diacrónica de premodernidad y modernidad, y la sincrónica de nazismo,
es vivir en el instante, y ello implica desactivar o poner en un estado totalitarismo y democracia liberal. Al integrar en una misma matriz,
de excepción definitivo toda condición social y forma de vida, incluida expresada en términos ontológicos, toda forma de gobierno, no sólo se
la propia identidad, lo cual equivale a vivir en la permanente apertura hace incapaz de reconocer el novum moderno, sino que, si reconoce en él
o posibilidad que define al hombre, desposeyéndolo de toda propiedad alguna novedad, la califica como traición a la experiencia (premoderna:
y liberándolo del derecho; vivir según la fórmula paulina hos me, esto paulina y franciscana) de vida mesiánica. De este modo, la abstracción
es, como si no. 74 que adopta su perspectiva de lectura de la historia occidental explicita
Sería un error creer que esta sugerencia acerca de una vida presidi- el rendimiento de las categorías teológicas, renovando la funcionalidad
da por el uso (que, como la mayoría de las propuestas redactadas en jer- del teorema de la secularización en orden a comprender nuestra histo-
ga metafísico-teológica, es trivial, reduciéndose al higiénico consejo de ria. Abstracción y secularización conforman entonces dos estrategias
no tomarse demasiado en serio vocación y condición social alguna, evi- metodológicas que convergen en la reconstrucción de una historia de
tando absolutizar expectativas) implica un sujeto al que dirigirse, del decadencia ante la que sólo cabe revitalizar la experiencia de una vida
que esperar algo y susceptible de ser imputado. La radicalidad con que según el acontecimiento mesiánico. Que no haya en tal recurso conno-
taciones confesionales es irrelevante, pues su antimodernidad se halla,
en primer lugar, en su cuestionamiento radical e indiferenciado de los
70.G. Agamben, El reino y la gloria, pp. 15, 270 s.; Medios sin fin, pp. 16 ss., 54 ss., 95,
conceptos políticos modernos (especialmente los de sujeto y los de ac-
98, 116-118; Estado de excepción, p. 109; Horno sacer, p. 158; La comunidad que viene,
pp. 10, 15, 31, 66, 71, 74. ción) y, en segundo, en su incapacidad para otorgar legitimidad a pro-
71. Lo subraya Esposito en El origen de la política. ¿Hannah Arendt o Simone Weil?, trad.
yecto alguno de reforma: la visión de la historia y del presente que nos
Rosa Rius, Barcelona, Paidós, 1999, pp. 116-122.
entrega la arqueología de Agamben parece incompatible con cualquier
objetivo de perfeccionamiento de nuestras praxis, reclamando más bien
72. J. Taubes, La teología política de Pablo, trad. M. García-Baró, Madrid, Trotta, 2007,
pp. 31, 39, 85-89. una problematización radical de ellas. A conceptos como "comunidad",
73. G. Agamben, El tiempo que resta, trad. A. Piñero, Madrid, Trotta, 2006, pp. 13, 17,
38, 72.
74. Ídem, pp. 32 s., 39, 42, 58, 62, 107, 110; Homo sacer, pp. 76 ss.; "El Mesías y el sobe-
75. M. Foucault, "La vida: la experiencia y la ciencia", en G. Giorgi y F. Rodríguez (comps.),
•ano", en La potencia del pensamiento, trad. F. Costa y E. Castro, Barcelona, Anagrama,
Ensayos sobre biopolítica. Excesos de vida, Buenos Aires, Paidós, 2007; G. Deleuze, "La
1008, p. 265; "Una biopolítica menor. Entrevista con Giorgio Agamben", en J. Ugarte inmanencia: una vida", en ídem. Agamben ha dedicado un ensayo a ambos textos: "La
comp.), La administración de la vida, pp. 176, 182, 187.
inmanencia absoluta", en La potencia del pensamiento, pp. 388-418.
82 ALFONSO GALINDO HERVÁS
Introducción
gado a un punto en el cual nuestra domesticación es tan grande que nos origina en el Oriente precristiano y pertenece al mundo hebreo; es una
impide apreciar la marcha lenta pero incontenible del veneno. Mientras idea concebida por quienes han sido expulsados de un territorio y va-
que la mirada es desviada y dirigida hacia los lugares de siempre, el gan a través del desierto en busca de la tierra prometida. 4 Así, el poder
poder pastoral no cesa de avanzar y de proliferar por doquier. Mientras pastoral no se ejerce sobre un territorio, sino más bien sobre un "reba-
que creemos habernos vuelto resistentes a los venenos de antaño, los ño" de hombres; más precisamente, se ejerce sobre los movimientos o
nuevos pastores gestionan venenos que prometen otro sabor, un sabor desplazamientos de ese rebaño en el desierto. Digamos que el rebaño
cuyo efecto es entorpecer y arruinar nuestro paladar, de modo que ya presenta dos características o dos condiciones que hacen del pastorado
no seamos capaces de distinguir cuál es el veneno y de dónde provie- un poder desterritorializado: en primer lugar, el rebaño se encuentra
ne. Entonces, ¿por qué retomar los estudios de Foucault sobre el poder en el medio, entre en un punto y otro; en segundo lugar, la condición de
pastoral? Simplemente, porque allí encontramos, allí volvemos a en- estar en el medio implica necesariamente un desplazamiento, un movi-
contrar, algo maravilloso y a la vez inquietante, algo tan antiguo como miento. Permanecer en el medio y a su vez en movimiento son las dos
novedoso, algo que todavía no se agota y que aún tiene mucho para caras de una misma situación, las dos caras del estado siempre tran-
decirnos acerca de nosotros mismos. sitorio en el cual se encuentra el rebaño. Desde nuestro entender, esta
situación explica en gran parte el desarrollo de las tecnologías de poder
que a la larga constituyen el pastorado como tal. En efecto, si el pastor
El poder pastoral como poder desterritorializado pretende asegurar la salvación del rebaño, si pretende conducirlo a la
El desierto y la soledad tierra prometida, necesitará implementar ciertas técnicas que le per-
mitan gobernar sus desplazamientos a través de ese espacio descono-
En otro lugar, hemos sostenido casi al pasar que el poder pastoral cido y hostil que es el desierto. Así comprenderíamos mejor por qué en
debería definirse como un poder "desterritorializado", es decir, como un principio Foucault define el poder pastoral como un poder de cuidados y
poder que no se ejerce o no se apoya precisamente sobre un territorio. 2 vigilancias permanentes: dado que en el desierto la marcha del rebaño
Puesbin,ahorlmtdebarconupmásdeti- debe ser constante, el cuidado y la vigilancia del pastor también tienen
miento lo que tal vez sea la característica más importante, o al menos que ser constantes. Sin embargo, la peligrosidad y la hostilidad del de-
la más novedosa, de dicho poder. Foucault ha observado que en el pas- sierto, su falta de límites y de caminos concretos a seguir, su apertura
torado subyace la idea de un gobierno que debe dirigirse a los hombres, desconcertantemente indefinida, implican que la salvación del rebaño
de un gobierno que debe ejercerse exclusivamente sobre ellos. Hay algo sólo se asegure mediante la dedicación y la atención especial a cada
extraordinario en una idea semejante, algo que la hace ciertamente aje- una de las ovejas. Además de intuir los posibles peligros del desierto,
na al mundo greco-romano: "La idea de que la divinidad, el rey, o el además de discernir los lugares de descanso y de alimento, el pastor
jefe, es un pastor seguido de un rebaño de ovejas no resultaba familiar debe vigilar las ovejas y garantizar que ninguna de ellas se desvíe, que
ni a los griegos ni a los romanos". 3 Antes bien, la idea en cuestión se ninguna de ellas sufra o deje de alimentarse durante la marcha. De ahí
la necesidad de un poder extensivo y a la vez individualizador, de un
poder capaz de conducir a la totalidad del rebaño sin desatender las
diferentes singularidades que lo componen.
2. Véase P.M. Méndez, "El interminable ejercicio del poder en las sociedades contempo-
ráneas: seguridad, modulación y líneas de fuga", v Jornadas de Jóvenes Investigadores,
Buenos Aires, Instituto de Investigaciones Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales,
Universidad de Buenos Aires, noviembre de 2009. M. Foucault, Seguridad, territorio, población. Curso en el Collége de France (1977-1978),
Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2006, p. 149 ss.
3. M. Foucault, "Omnes et singulatim: hacia una crítica de la razón política", en La vida
de los hombres infames, Buenos Aires, Altamira, 2008, p. 181. Para Foucault, la concep- 4. Este principio adquiere su importancia, puesto que el espacio abierto e indefinido del
ción greco-romana del gobierno se resume en la vieja y conocida metáfora del timonel y desierto se confunde de inmediato con la soledad y, como veremos más adelante, la sole-
el navío, esto es, la metáfora donde el rey aparece como un timonel y la ciudad como un dad en tanto sentimiento sumamente particular, la soledad en tanto pliegue por donde
navío que debe ser dirigido a buen puerto, siendo los hombres —o los tripulantes— gober- circulan múltiples intensidades, trazará la línea sobre la cual se irá organizando la mo-
nados indirectamente y tan sólo por el hecho de estar embarcados en ese navío. Véase dalidad de intervención propia del pastorado.
LA PROLIFERACIÓN EN MEDIO DEL DESIERTO 87
86 PABLO MARTÍN MÉNDEZ
Ahora bien, ¿dónde quedará el desierto que atraviesan el pastor y pleja dentro del horizonte general del cristianismo.' Pero más allá de
su rebaño una vez que la relación entre ambos sea incorporada en el su heterogeneidad, fueron insurrecciones tan específicas como el poder
seno institucional de la Iglesia cristiana? Resulta por demás evidente pastoral mismo, dado que pretendían definir metas y procedimientos
que a partir del momento en que el cristianismo comience a fundar alternativos a la hora de gobernar la conducta; en el límite, se llegaba
parroquias aquí y allá, y la Iglesia asuma gradualmente un poder de incluso a plantear la necesidad de escapar a la mirada y la injerencia
carácter jurisdiccional, ya no habrá desiertos que transitar ni tierra del pastor para elaborar un modo propio de conducirse. No debería-
prometida alguna a la que llegar. Y a pesar de todo, el pastorado segui- mos pasar por alto que un cuestionamiento semejante alteraría una
rá manteniendo su especificidad frente al poder político entendido en y otra vez el desarrollo histórico del poder pastoral: "El pastorado [...]
términos tradicionales, seguirá conduciendo a un rebaño de hombres. se desplegó contra lo que de manera retrospectiva podríamos llamar
La diferencia consiste en que ahora el gobierno se ejercerá a lo largo desorden. Es posible decir entonces que hay una correlación inmediata
de ese otro desierto que nosotros definimos como "soledad". Se trata de y fundadora entre la conducta y la contraconducta". 8 En otras palabras,
algo mucho más complejo que el simple aislamiento físico o espiritual la singularidad que el poder pastoral elaboró y reelaboró durante siglos
del individuo; se trata de todo un estado compuesto por intensidades se corresponde precisamente con la especificidad de los movimientos
múltiples y en permanente tensión, un estado tan vasto y hostil como el que se rebelaron y atacaron en forma directa a tal poder. A partir de ese
desierto de antaño. 5 La soledad desterritorializa al individuo, lo ubica enfrentamiento, y bajo el pretexto de asegurar la salvación de las ove-
en medio de dos puntos y lo conmina al desplazamiento. Al fin y al cabo, jas, el pastorado avanzaría en la construcción de un enmarañado y sutil
¿qué otra cosa perseguían los movimientos y las revueltas que en innu- dispositivo de poder, un dispositivo capaz de desplegarse sobre la sole-
merables ocasiones pusieron en jaque el poder pastoral sino el retorno dad y conducirla hacia una nueva forma de servidumbre generalizada.
al desierto y a la soledad? Estos movimientos, que Foucault denomina Siguiendo nuestros propósitos, es importante tener en cuenta que el
"insurrecciones de conducta" o "contraconductas", 8 y cuya incidencia dispositivo en cuestión conlleva todo un proceso de desterritorialización
fue notoria hasta por lo menos siglo xvii, desarrollaron su lucha apoyán- que involucra tanto al pastor como a sus ovejas. Foucault ha señalado
dose en ciertos elementos y problemas de carácter fronterizo, elementos que el poder pastoral "no puede ejercerse sin conocer el interior de las
que la mayoría de las veces implicaban una posición sumamente com- mentes de la gente, sin explorar sus almas, sin hacerles revelar sus más
íntimos secretos. Esto implica un conocimiento de la conciencia y una
habilidad para dirigirla". 9 Ocurre que las técnicas de examen y direc-
ción de conciencia, las técnicas que desde el siglo xvi se introducen poco
a poco en las prácticas habituales de confesión, pusieron en marcha un
5. Con la intención de evitar ciertos equívocos, deberíamos aclarar que nuestra defini- poder empírico basado en los sentidos del pastor y el cuerpo solitario
ción de la soledad se inspira fundamentalmente en la filosofía de Gilbert Simondon y del penitente. Por un lado, el pastor es quien debe afinar y agudizar
Gines Deleuze. Desde la visión de Simondon, la soledad es el camino de descubrimiento
que conduce hacia lo transindividual —siendo la transindividualidad una suerte de "re-
basamiento" del individuo, y no una mera dimensión exterior a él. Véase G. Simondon,
La individuación a la luz de las nociones de forma y de información, Buenos Aires, La 7. Tal es el caso del ascetismo, la vida comunitaria al margen de la Iglesia y el misticismo
Cebra-Cactus, 2009, pp. 415-418. En la soledad aflora el desierto, en la soledad el indi- entre otros. Según Foucault, todas estas problemáticas fueron retomadas y utilizadas en
viduo se adentra en el afuera plegándose sobre sí mismo. Como señala Deleuze, "todo sentidos diversos y siempre contrarios a la Iglesia. Ídem, p. 244 ss.
el espacio del adentro está topológicamente en contacto con el espacio del afuera, inde-
pendientemente de las distancias y en el límite de un «viviente»", G. Deleuze, Foucault, 8. Ídem, p. 227.
Buenos Aires, Paidós, 2008, p. 154. Y el afuera no es más que una batalla, una zona de 9. M. Foucault, "El sujeto y el poder", en H. Dreyfus y P. Rabinow, Michel Foucault: más
"turbulencia o de huracán" donde se agitan relaciones de fuerza y singularidades de re- allá del estructuralismo y la hermenéutica, Buenos Aires, Nueva Visión, 2001, p. 244. En
sistencia capaces de modificar dichas relaciones. Véase ídem, pp. 156-158. Es por eso que tal sentido, resulta interesante recorrer la descripción de Foucault sobre el modo en que
la soledad resulta tan peligrosa, es por eso también que la soledad pronto será el campo el sistema de "penitencia tarifada" deriva en las prácticas de confesión y estas últimas en
de intervención característico del pastorado. la "dirección de conciencia" propiamente dicha. Véase M. Foucault, Los anormales. Curso
6. Véase especialmente la clase del 1 de marzo de 1978 del curso Seguridad, territorio, en el Collége de France (1974-1975), Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2008,
población, pp. 221-261, donde Foucault propone el término en cuestión. clase del 19 de febrero de 1975, pp. 157-186.
88 PABLO MARTÍN MÉNDEZ
LA PROLIFERACIÓN EN MEDIO DEL DESIERTO 89
sus sentidos, sobre todo la mirada y la audición, para de esta manera procedimientos modernos de confesión ilustra de un modo claro y directo
facilitar la confesión y detectar en ella los placeres y deseos que reco- lo que aquí intentamos decir: "Un impulso es dado al poder por su ejerci-
rren el cuerpo del penitente; lo cual equivale a decir que, del otro lado, cio mismo; una emoción recompensa el control vigilante y lo lleva más le-
el penitente se ve continuamente incitado a enunciar frente al pastor jos; la intensidad de la confesión reactiva la curiosidad del interrogador;
los placeres y deseos que experimenta en soledad. Así, la antigua con- el placer descubierto fluye hacia el poder que lo ciñe". 12 El pastor tiene
fesión de las faltas cometidas contra los vínculos y relaciones jurídicas que favorecer y suscitar las buenas disposiciones del penitente demos-
entre los individuos queda gradualmente relegada ante la enunciación trando que se encuentra disponible para él y permanece abierto a la con-
del pecado proveniente de la relación del penitente consigo mismo.'° fesión que está a punto de escuchar. Se trata de un "amor benevolente",
Así también, mediante la confesión del deseo y el placer, el penitente y de un deseo mediante el cual el pastor quedará ligado a las suertes y
el pastor se desterritorializan el uno al otro y se introducen juntos en el desventuras del penitente; se trata también de un formidable mecanismo
hostil y peligroso espacio del cuerpo solitario y deseante. de incitación que no se apagará durante el procedimiento de confesión?
Ese mecanismo permitirá dar paso al consabido examen de conciencia,
donde el penitente enunciará sus placeres y deseos más íntimos y arras-
La servidumbre generalizada y permanente trará continuamente al pastor por el sendero de la tentación. Tenemos
Entre el pastor y su rebaño entonces toda una circulación de intensidades que no dejan de inclinar
al pastor hacia sus ovejas y a las ovejas hacia su pastor. Aquí no hay dis-
Es necesario abandonar la comodidad terminológica que hasta ahora tancia ni separación entre quien se confiesa y quien escucha la confesión
nos ha llevado a sostener que el pastorado se ejerce "sobre" un rebaño de sino más bien una penetración mutua y un recorrido conjunto a través
ovejas, puesto que el poder pastoral implica mucho más que una mera de todo un campo constituido por intensidades múltiples y variables que
imposición, implica mucho más que un pastor y un rebaño en tanto figu- circulan y se desplazan de un lado a otro.
ras previamente separadas y excluyentes que sólo se relacionan cuando ¿Cuál es el resultado de una relación tan compleja? ¿Qué es lo que se
la primera viene a imponerse sobre la segunda de igual manera en que produce en medio del pastor y su rebaño? El resultado es la servidumbre
una forma se impondría sobre una materia." Antes bien, aquello que generalizada y permanente: en primer lugar, porque comprende tanto
debemos abordar es la relación de poder que se produce entre ambos, a las ovejas como a su pastor; en segundo lugar, porque no se produce
la relación que se produce en medio del pastor y su rebaño sin llegar a de un solo golpe, sino que se reactiva una y otra vez. Comencemos con
confundirse nunca con ninguna de las dos figuras, porque si el pastor y la servidumbre del pastor, puesto que en este caso las cosas parecen
el rebaño existen como tales, es tan sólo al final de la relación y en tanto ser un poco más sencillas. La servidumbre del pastor parte del "amor
extremos suyos. Existen al final y no al principio, existen como extremos benevolente" que lo liga a la suerte del rebaño, del deseo ferviente que
que nada nos dicen por sí mismos. La descripción de Foucault sobre los lo lleva a transferir y experimentar en carne propia todo el bien y todo
el mal que les pueda acontecer a las ovejas, exponiéndolo así ante va-
riadas tentaciones y peligros cuando trata de acercarse a alguna de
10.De ahí que la masturbación haya aparecido de inmediato como uno de los primeros ellas, y conduciéndolo incluso a humillarse y rebajarse con tal de con-
pecados contra la carne. Véase M. Foucault, Los anormales, p. 180. tribuir a la edificación y salvación de su rebaño." En el fondo, la misión
11.Es imprescindible, en este punto, remitirse a la crítica de Simondon en torno a los
'undamentos y la validez del esquema hilemórfico: "La forma y la materia del esquema
pilemórfico son una forma y una matera abstractas", G. Simondon, La individuación...,
3. 48. Del mismo modo, es necesario seguir siendo fieles a los principios metodológicos 12. Ídem, p. 58.
propuestos por Foucault en el momento de abordar el problema del poder: "No hay, en el 13. Véase M. Foucault, Los anormales, p. 169 ss.
principio de las relaciones de poder, y como matriz general, una oposición binaria y global
14. Resumimos la serie de obligaciones y principios específicos que, según Foucault, el
entre dominadores y dominados, reflejándose esa dualidad de arriba abajo y en grupos cada
cristianismo añade a la pastoral hebrea, principios como la "transferencia exhaustiva",
Tez más restringidos, hasta las profundidades del campo social", M. Foucault, Historia de
la "inversión del sacrificio" y la "correspondencia alternada", entre otros. Véase M. Fou-
'a sexualidad, vol. La voluntad de saber, Buenos Aires, Siglo Veintiuno, 2006, p. 114.
cault, Seguridad, territorio, población, p. 199 ss.
LA PROLIFERACIÓN EN MEDIO DEL DESIERTO 91
90 PABLO MARTÍN MÉNDEZ
tiempo creemos ser lo suficientemente inmunes como para prescindir exponiendo preliminarmente, y en vistas a futuros abordajes, algunas
le la Iglesia y sus venenos—. He ahí nuestro error y nuestra más cruda inquietudes y problemas.
lebilidad, porque la pretensión de identificar el poder pastoral con la Antes que nada, deberíamos tener en cuenta que la proliferación
institución eclesiástica equivale a no ser capaces de apreciar el hecho del pastorado no obedece a una suerte de desarrollo lineal y continuo,
le que el pastorado es un poder carente de territorios y susceptible de puesto que un postulado semejante nos llevaría a la sencillez extrema
3jercerse en lugares impensables; equivale también a una pobrísima de sostener que el mero paso del tiempo implica necesariamente la
llanera de justificar la impotencia propia y la ausencia de voluntad. incrementación del número de pastores. Por el contrario, ya hemos
Mientras que hemos perdido el tiempo burlándonos de la Iglesia y mencionado que la singularidad histórica del poder pastoral se corres-
;lis gastados métodos, el poder pastoral no ha cesado de proliferar ponde con los movimientos que en cada momento se revelaron contra
expandirse por doquier: ha sido ejercido por el aparato del Estado, dicho poder, de manera que ahora deberíamos prestar atención a las
;obre todo en lo que se refiere a la policía; se ha instalado en las fami- revueltas que gradualmente trazaron el camino de la actual prolife-
ias y en las escuelas, en los consultorios médicos y en los hospitales ración de pastores. A principios de los años 80, Foucault señalaba la
miquiátricos; incluso ha ingresado en las prisiones y en las fábricas. 18 existencia de ciertas luchas que ya no se dirigían contra un enemigo
3 ero si bien es cierto que ese poder se sirvió históricamente de un sin- principal ni tampoco procuraban esbozar un programa para la socie-
Rimero de soportes institucionales ajenos a la Iglesia, en la actuali- dad futura, sino que más bien atacaban las instancias de poder más
iad podemos afirmar, sin miedo a equivocarnos, que tiende a despren- cercanas, las instancias que ejercían y desplegaban todo su accionar
lerse de las instituciones para comenzar a funcionar y desplazarse a en la vida de los individuos mismos. Se trataba de luchas "transversa-
ravés de otros soportes menos territorializados. Basta encender la les" e "inmediatas", de luchas basadas en la pretensión de ser diferen-
elevisión o la radio, ingresar a la net o leer el periódico, y observar te y en la defensa de todo aquello que, de un modo u otro, permitiese
on atención las cosas que allí suceden: constantes interpelaciones a la afirmación de la supuesta individualidad del individuo:
ontarlo todo, consejos y orientaciones que van y vienen, búsquedas
[esesperadas de diferentes formas de salvación; formas que se dirigen Todas estas luchas [...] giran alrededor de la pregunta: ¿quié-
Lesde la salud, el bienestar y la seguridad, hasta el éxito o el simple nes somos? Ellas son un rechazo a estas abstracciones, a la vio-
econocimiento de los demás. Parecería ser que en mundo actual to- lencia estatal, económica e ideológica que ignora quiénes somos
individualmente, y también, un rechazo a la inquisición científica
[os nos hemos vuelto en cierta manera ovejas y pastores al mismo
o administrativa que determina quién es uno. 2°
iempo: "Los hombres y las mujeres «comunes como usted y como yo»,
ue aparecen en la pantalla durante unos fugaces momentos [...] son
, ersonas tan indefensas y desventuradas como los espectadores, que
La cuestión fundamental consiste en que el ataque se dirigió contra
el "gobierno de la individualización" ejercido desde los aparatos estata-
adecen los mismos golpes y que buscan desesperadamente una sa-
les, es decir, contra el gobierno que durante más de tres siglos readaptó
Lda honorable de sus problemas y un prometedor camino hacia una
y reutilizó las técnicas pastorales para moldear la vida de los indivi-
ida más feliz. Entonces, yo puedo hacer lo que han hecho ellos, y tal
duos de acuerdo con un conjunto de patrones sumamente específicos.
ez incluso mejor. Puedo aprender algo útil de sus victorias y de sus
errotas". 19 Sería necesario observar cuáles son las posibles causas y Tal como parece, a partir de entonces se emprendería el camino de una
nueva y gradual reconfiguración del poder, una reconfiguración donde
)s posibles efectos de esta formidable expansión del poder pastoral,
la injerencia del Estado tendería a replegarse ante los principios de
e esta proliferación que hace de nosotros ovejas y pastores. Pero en
un orden engendrado y autorregulado por sus propios agentes e inter-
31 caso sólo nos atreveríamos a proceder de un modo exploratorio,
20. M. Foucault, "El sujeto y el poder", p. 243. Cabe aclarar que, de acuerdo con las pala-
3. Véase M. Foucault, "El sujeto y el poder", p. 246.
bras de Foucault, esas luchas surgieron con anterioridad a la década de 1980. Al respecto,
). Z. Bauman, Modernidad líquida, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2009, algunos autores coinciden en sostener que comenzaron durante la década de 1960. Véase,
74. por ejemplo, A. Negri y M. Hardt, Imperio, Buenos Aires, Paidós, 2003, pp. 231-247.
94 PABLO MARTÍN MÉNDEZ
LA PROLIFERACIÓN EN MEDIO DEL DESIERTO 95
dependencia requiera de un acercamiento aun mayor entre el pastor traconducta implica ir más allá de aquel pensamiento domesticado que
y su rebaño, de un acercamiento donde ambos lleguen a confundirse y continuamente nos enfrenta a dos opciones excluyentes: o bien aceptar
fusionarse definitivamente. Al parecer, ese acercamiento implica que la dirección del pastor, o bien continuar solos y morir en el desierto; im-
a partir de ahora sea el pastor quien deba confesarse frente al rebaño plica por lo tanto salir de las falsas dicotomías y buscar un tipo de com-
de ovejas. Se suele creer que la tendencia de algunos individuos a ex- pañía que ya no pretenda guiarnos y orientarnos, sino más bien poblar
poner públicamente sus asuntos "privados", sus "sucios secretitos", no el vasto desierto con algo diferente a las dependencias y debilidades del
hace más que alimentar la supuesta morbosidad o curiosidad rastrera individuo moderno; implica, en fin, adquirir y desarrollar una sensibi-
de quienes los escuchan y los observan; tal vez, sería más provechoso lidad muy especial, una sensibilidad que nos permita detectar quiénes
considerar el fenómeno de la proliferación y advertir en cambio que la son pastores y quiénes simples habitantes del desierto.
confesión del pastor abre un campo de intensidades que lo aproximan
aun más a sus ovejas. Sin lugar a dudas, resulta extraordinario que
en la época actual el procedimiento de confesión prescinda de toda
presencia física, de todo contacto cara a cara —hecho que en parte
explica y en parte obedece al fenómeno de la proliferación—. Gracias
al desarrollo de los medios masivos de comunicación, los pastores pue-
den llegar a cada oveja e invadir su soledad, pueden brindarse como
ejemplos a seguir y constituir un sinnúmero de rebaños "virtuales"
siempre cambiantes e inestables. En eso consiste la proliferación del
pastorado: en propiciar toda una circulación de intensidades que se
expande y se reterritorializa allí donde menos lo esperábamos.
Conclusiones
¿Quién nos acompañará en medio del desierto?
A partir de las lecturas de algunos textos de Gilles Deleuze y Frie- Trazos para una epistemología retórica
drich Nietzsche y la pintura de Francis Bacon, y orientada por la dimen-
sión epistemológica bachelardiana, emergieron dos grandes preocupa- La dimensión retórica en Nietzsche abre el camino a una crítica del
ciones a partir de las cuales pretendo iniciar este breve ensayo: por un lenguaje conceptual y del conocimiento. Tal crítica retórica toma la im-
lado, la necesidad de construir una mirada epistemológica que permita pronta de la deconstrucción, arremetiendo contra aquello que pretende
abordar aquello no visualizado por estructuras de saber rígidas y, por erigirse como verdades definitivas.
otro lado, encontrar criterios y supuestos epistemológicos que posibili- ¿Por qué la necesidad de deconstruir el lenguaje y el conocimiento?
ten una producción creativa del saber. Porque el conocimiento se ha erigido-como un edificio estático que
El nudo central de esta reflexión se constituye a partir de la relec- ha detenido el fluir de la vida. En términos de Gaston Bachelard,
tura del texto breve de Nietzsche, escrito en el verano de 1873, Sobre gran parte del conocimiento científico heredero de la modernidad se
verdad y mentira en sentido extramoral, fuente inagotable de posibili- ha constituido en un obstáculo epistemológico en tanto obstruye la
dades críticas, en movimiento constante, que impide fijar categorías y dinámica propia del conocimiento, favoreciendo el estancamiento, el
genera constantemente inquietudes. En términos deleuzeanos, se tra- retroceso, la inercia. "Para un espíritu científico todo conocimiento es
ta de un texto rizomático que, como el tallo semejante a una raíz que una respuesta a una pregunta. Si no hubo pregunta, no puede haber
se extiende bajo la tierra adquiriendo formas imprevisibles, se pro- conocimiento científico. Nada es espontáneo. Nada está dado. Todo se
yecta en múltiples direcciones: formación caótica que al mismo tiem- construye."3 Y para construir hace falta también deconstruir, y esta
po establece otros órdenes; órdenes múltiples que permiten que cual- deconstrucción que inicia Nietzsche implica develar el supuesto del
quier punto del rizoma pueda ser conectado con cualquier otro punto conocimiento, la materia de la que está construido: quitar el velo al
diferente. A esta dinámica de transformaciones caóticas y múltiples, lenguaje.
Gilles Deleuze y Felix Guattari la llaman "desterritorialización". Todo Comienza Nietzsche planteando los siguientes interrogantes: "¿Qué
rizoma ocupa un territorio y se desterritorializa constantemente, es pasa con aquellas convenciones del lenguaje? ¿Son quizá productos del
un fluir incesante. A la vez, el rizoma es un mapa en la medida en conocimiento, del sentido de la verdad: coinciden las designaciones y las
que supone alguna construcción que posibilita la conexión de diversos cosas? ¿Es el lenguaje la expresión adecuada de todas las realidades?". 4
campos en diferentes direcciones, es interpretación de los territorios y Enprimeluga, bscopienduaxctión
tiene múltiples entradas. nerviosa, que sólo designa las relaciones que las cosas guardan con
Una entrada posible a la dinámica cartográfica de Sobre verdad y los hombres, y de ninguna manera nos permite conocer las cosas tal
mentira... bien puede ser lo que Luis Enrique de Santiago Guervós cual son. El lenguaje sólo expresa nuestra relación con las cosas. Para
denomina "giro retórico" y entiende como "un modo particular de crí- Nietzsche, "el lenguaje es una especie de arte inconsciente; que la gé-
tica y de filosofía que trata de reducir el pensamiento a un puro juego nesis del lenguaje va de imagen en imagen; la idea de que las palabras
de figuras retóricas, que explican la inalcanzable realidad y el mundo son desde el comienzo tropos; que el lenguaje es esencialmente meta-
de ilusiones en el que nos movemos". 2 Desde la dimensión retórica del fórico y, finalmente, que es imposible que el lenguaje pueda describir
texto de Nietzsche, puede comenzar a ensayarse una reflexión que la realidad". 5 Es decir que el criterio de correspondencia entre las pala-
aborde el movimiento de territorialización y desterritorialización de bras y las cosas es un artificio ilusorio; por esta razón la epistemología,
lo humano. al operar con el lenguaje, es retórica.
Perder de vista que el lenguaje es metafórico es caer en la ilusión lación: la mentira. El mentiroso es alguien que utiliza mal las conven-
de que a través de las palabras estamos conociendo la esencia de las ciones que sostienen el pacto entre los hombres.
cosas. La "cosa en sí" no puede ser captada por el creador del lenguaje. En tanto producto de una convención las palabras, producidas de
Esta ilusión puede volverse más peligrosa aún cuando se tiene el con- acuerdo con los criterios lógicos de verdad, establecen con las cosas una
vencimiento de que esa esencia de las cosas responde a una lógica de peculiar relación, pero no la única relación posible. Y es aquí donde se
la identidad que subordina toda diferencia a sus principios. Cuando abren otras posibilidades epistemológicas. Las posiciones críticas pro-
Nietzsche explica la formación de los conceptos, ya no hay velo que ducidas en el terreno de la epistemología han realizado la deconstruc-
resista. "Todo concepto surge de afirmar como igual lo no igual", e im- ción de la concepción del conocimiento científico como representación de
poner el principio de identidad a las cosas, forzándolas a ser idénticas la realidad, dando lugar a ampliaciones que permiten ver los diferentes
a sí mismas. Es decir, todo concepto pretende encorsetar la diferencia juegos que se pueden dar en la relación entre las palabras y las cosas.
en los criterios de verdad establecidos desde una lógica que pretende Introducir la dimensión retórica permite "deconstruir la epistemolo-
borrar las singularidades estableciendo una correspondencia entre las gía mediante la apertura hacia un juego infinito y pluralístico de la
cosas y su designación, olvidando que esos criterios de verdad son interpretación". 8
producto de un pacto, que tienen su origen en el terreno de las luchas A partir del "giro retórico" se produce un desplazamiento de las pro-
y las diferencias, en los territorios en los que no rige el principio de blemáticas del conocimiento y las problemáticas del lenguaje del orden
identidad sino en el que las cosas pueden ser y no ser al mismo tiem- de la convicción al orden de la persuasión. La convicción, vincere, sig-
po. Nietzsche lo expresa con elocuencia cuando se pregunta: "¿Qué es, nifica una adhesión constrictiva, nacida de la admisión de una cierta
pues, la verdad?", y responde: evidencia. En cambio, persuadir deriva de suadere, "aconsejar"; implica
un uso de la imaginación, una apelación a los sentimientos y no excluye
Un vivaz ejército de metáforas, metonimias, antropomorfis- la posibilidad del error. Este desplazamiento implica también pasar del
mos; brevemente dicho, una suma de relaciones humanas que modelo representacional del lenguaje al modelo retórico. De acuerdo
fueron realizadas de modo poético y retórico, transmitidas, ador- con este último modelo:
nadas, y que, después de un largo uso, a un pueblo le parecen
definitivas, canónicas y obligatorias. 6 Todo queda reducido a la figuración, con lo cual se postula sin
rodeos la soberanía de la retórica sobre la lógica, que quedará justifi-
Para conjurar el carácter natural, apriorístico y definitivo con el que, cada mediante una concepción del lenguaje que subordina el concep-
con frecuencia, se ha tratado el tema de la verdad en la tradición occi- to a la metáfora [...1 la retórica se eleva a la categoría de paradigma
dental, Nietzsche enfatiza: explicativo [...] los conceptos de conocimiento, verdad, conciencia,
son desplazados por el arte, lo único que hace posible la vida. 9
Las verdades son ilusiones con respecto a las cuales se ha ol-
vidado que son metáforas, metáforas que paulatinamente han ido Nietzsche considera que, cuando se introduce la retórica, permite
desgastándose y perdiendo su fuerza sensible.' rescatar del lenguaje "su naturaleza originariamente musical, su esen-
cia sonora, aquello que en el ejercicio de la palabra, en la acentuación,
La verdad es producto de un tratado de paz, surge del conflicto entre retiene la fuerza originaria y da el poder de expresar". 1° Así, la mirada
los hombres, del bellum omnium contra omnes. Es tan sólo un invento, retórica permite interpretar el mundo, que a su vez está constituido de
pero no cualquier invento, pues conlleva leyes que establecen validez y un modo retórico.
regularidad, y también designa aquello que va en contra de esta legis-
De esta manera, plantear la posibilidad de una epistemología retóri- delimitaciones, jerarquizaciones, también es propio del hombre ese fon-
ca supone reconocer el lenguaje como mediación en la relación entre el do intuitivo al que sólo se accede desgarrando la aparentemente sólida
conocimiento y las cosas. Supone también entender la construcción de estructura que ha edificado el hombre racional. Esa acción de desgarrar
conceptos como estrategias retóricas, permitiendo captar la dinámica bien puede ser entendida como deconstrucción y, en la medida en que
de las producciones de conocimiento, evitando el estancamiento en sis- esa deconstrucción opera en el territorio de los lenguajes (en qué otro si
temas conceptuales rígidos y estáticos, y haciendo visibles las diferen- no), se la puede ver en acción en aquel inquietante texto de Gilles De-
cias que permanecían ocultas bajo categorizaciones universales. Una leuze, "El cuerpo, la pieza de carne y el espíritu, el devenir-animal". Allí
mirada epistemológica retórica pretende mostrar que las diferentes advierte Deleuze que los retratos de Bacon 12 desestructuran el rostro,
producciones de saberes, en tanto construcciones metafóricas, buscan en tanto el rostro pretende ser una organización espacial estructurada.
persuadir (y no ya evidenciar) acerca de la naturaleza de las cosas, el Bacon lo desgarra hasta diluir, desterrar todo lo que de humano había
mundo, lo humano. en el rostro. "Limpia y cepilla" 13 un cierto orden hasta ver aparecer ese
otro orden de la carne, de la entraña, de la animalidad. Deleuze ve en
el pintor el proyecto de deshacer el rostro para que surja la cabeza:
La mirada epistemológica retórica y "El rostro ha perdido su forma al soportar las operaciones de limpieza
la deconstrucción de lo humano y cepillado que lo desorganizan y que hacen que en su sitio surja una
cabeza". 14 Bacon es pintor de cabezas, no de rostros. La cabeza es parte
La mirada epistemológica aquí trazada continúa orientada por las integrante del cuerpo, es figura, no es estructurada; por lo tanto, no es
reflexiones nietzscheanas, ahora focalizando en aquellos movimientos rostro. Es decir que es pintor de figuras, no de estructuras.
que posibiliten otras conceptualizaciones de lo humano. Se asume que Los retratos de Bacon deshacen el espíritu descarnado de lo huma-
toda configuración de conceptos supone una tensión con el orden intui- no para permitir que aparezca el espíritu corporal y vital, el espíritu
tivo, tensión que abre una entrada posible para pensar en la naturaleza animal del hombre. La animalidad está presente como trazo, no como
humana: forma; lo que la pintura de Bacon constituye es una zona de indiscer-
nibilidad, de indecibilidad, entre el hombre y el animal. Se trata del
Todo lo que distingue al hombre del animal depende de esta hecho común del hombre y el animal, no es una combinación de formas.
capacidad de volatizar las metáforas intuitivas haciendo de ellas ¿No se trata, tanto en la pintura de Bacon como en la mirada de
un esquema, por tanto de resolver una imagen en un concepto; en Deleuze, de una forma de restituir lo vital que las conceptualizaciones
el campo de tales esquemas se hace posible algo que jamás lo se- del hombre occidental acerca de sí mismo volvieron ajenas a su propia
ría entre las primeras impresiones intuitivas: la construcción de
vida? ¿Es posible, a partir de estas provocaciones de Bacon, "limpiar y
un orden piramidal según castas y grados, la creación de un nue-
vo mundo de leyes, privilegios, subordinaciones, determinaciones cepillar" los residuos de una razón enajenante, desgarrar los velos para
de límites, mundo que en adelante se opone al otro mundo intui- liberar la vitalidad animal? Cuando Nietzsche corroe el pensamiento
tivo de las impresiones primeras, como más firme, más universal, lógico y descubre la naturaleza retórica del lenguaje, ¿no está también
más conocido, más humano, y por eso mismo como regulador e
imperativo.'
12. Pintor angloirlandés (Dublín, 1909-Madrid, 1992) considerado realista. Pero el realis-
Si bien lo que distingue al hombre del resto de la realidad es la ca- mo de Bacon, lejos de la representación descriptiva o imitativa, era entendido, de acuerdo
con su propia definición, como fidelidad a la experiencia vital como tema fundamental
pacidad de crear un mundo diferente del mundo intuitivo, que se erige
del arte.
como el verdadero mundo, regido por sus propias leyes, de acuerdo con
13. Procedimiento utilizado por Bacon que consistía en limpiar y cepillar el lienzo, bus-
un sólido orden construido de esquematizaciones, conceptualizaciones, cando tras la alteración y deformación de las representaciones humanas, hasta ver apa-
recer la figura humana en los límites de su disolución.
14. G. Deleuze, "El cuerpo, la pieza de carne y el espíritu, el devenir-animal", en Francis
11. F. Nietzsche, Sobre verdad..., p. 76. Bacon. Lógica de la sensación, Madrid, Arena, 2009, p. 30.
108 ALEJANDRA GABRIELE
Una segunda dimensión del obstáculo que tiende a conjurar desde Dispuestos ante este escenario y con el objeto de intentar desplegar
su mismo inicio la posibilidad de realizar una indagación exhaustiva de la zona de contacto que, en el interior del pensamiento foucaultiano,
los vínculos existentes entre el análisis foucaultiano de las relaciones pareciera vincular la cuestión de lo gubernamental con su problemati-
de poder y su innovadora aproximación a ciertas cuestiones epistemoló- zación de lo epistemológico, quisiéramos entonces desarrollar una do-
gicas, aun cuando resulte en todo complementaria de la anterior, es de ble tarea: por una parte, en particular, intentar recuperar algunas de
otro tipo y depende ya no de las singulares características que ha ten- las principales contribuciones realizadas por el pensamiento foucaul-
dido a asumir a lo largo de los últimos cincuenta años el dominio de la tiano al debate epistemológico (como su problematización arqueológica
filosofía de la ciencia, sino de la relativamente reciente constitución de de la noción de "ciencia"; su tratamiento genealógico de la relación
un campo de debate organizado en torno al sentido de la problemática entre ciencia, pensamiento y poder; su noción de régimen de la verdad;
biopolítica que, al menos en su fase actual, pareciera derivar de la reac- su indagación de la cuestión de la correlación saber-poder en el caso
tivación en clave especulativa de algunas investigaciones foucaultianas particular de las tecnologías biopolíticas, y la posibilidad de considerar
realizadas por pensadores italianos como Giorgio Agamben y Roberto su tratamiento del advenimiento de un cierto carácter "específico" en
Esposito que lleva, indirectamente, a profundizar y reforzar la desaten- materia de resistencia intelectual en tanto clave de lectura de la rela-
ción de sus principales intuiciones epistemológicas. En efecto, en un ción ciencia-subjetividad); por otra parte, en general, contribuir a re-
aspecto muy preciso, la relativamente reciente constitución del campo saltar la existencia de una profunda correlación entre sus análisis del
del debate biopolítico ha afectado negativamente el decurso de los estu- gobierno de lo viviente y su exploración de los vínculos entre lo político,
dios sobre el pensamiento foucaultiano que se realizan actualmente en lo verdadero y lo científico o, para decirlo con mayor precisión, entre
nuestro país: la promoción del interés por el diagnóstico y la indagación biopolítica y una segunda cuestión que bien podría ser denominada
ética y política de las condiciones y modalidades del gobierno de lo vi- "epistemopolítica".
viente formulada por Foucault hace ya más de tres décadas han tendido
a hacernos suponer que su preocupación por la cuestión científica no
insumía otra cosa más que un efecto colateral de sus tensiones con el Primera cuestión:
estructuralismo. arqueología y emplazamiento de lo científico
Así, en lo que respecta a esta segunda dimensión del obstáculo que
dificulta la consideración de la zona de solapamiento existente entre La fase arqueológica de las investigaciones foucaultianas supone
la cuestión del gobierno de lo viviente y las políticas de lo verdadero se una contribución epistemológica de la mayor importancia en tanto per-
ha tornado costumbre suponer que Foucault se dedica a cosas "serias" mite avanzar en la determinación de un emplazamiento práctico para
que exceden los marcos del debate teórico sobre ciencia, que su pensa- la ciencia que no coincide ni con el dominio de lo técnico, ni con el ámbi-
miento sólo pretende establecer una relación externa y accesoria con la to de lo aplicado. Remitidos a esta cuestión, no basta con sostener que
problemática epistemológica y, en definitiva, que resulta posible abor- la ciencia foucaultiana se constituye como el efecto derivado de una pra-
dar la tarea de reconstruir su formulación del problema biopolítico en xis sino que resulta además necesario recordar que su concepto de "sa-
ausencia de una cierta revisión de sus investigaciones sobre la cuestión ber" expresa —antes que una suerte de estado larvario del conocimiento,
científica y, más aún, sobre la cuestión de la producción científica de esto es, como la instancia dinámica que permite fundar la constitución
verdades. De esta manera, en último término, aquello que rápidamente de algo tal como una representación—, algo que se hace, una práctica
parece desestimarse no es otra cosa que la posibilidad de considerar y, más precisamente, una actividad que se desarrolla según una doble
que el tratamiento foucaultiano de la biopolítica en términos de estrate- modalidad: a un lado como mirada, a otro como discurso; por una parte
gia dominante en el ámbito de la gobernabilidad bien podría encontrar- como visibilidad y, por otra, como enunciado; en definitiva, simultánea-
se estrechamente vinculado al ejercicio de un cierto diagnóstico sobre mente, como práctica del ver y del hablar. Correlativamente, la remi-
la actualidad de nuestra ciencia y, cuanto menos, a la consideración de la sión de la ciencia a este emplazamiento inherentemente dual —y, bajo
emergencia de un conjunto de nuevas estrategias que, en nuestro pre- esa condición, también heterogéneo— no se realiza sin desatar una serie
sente, parecieran condicionar la misma constitución de lo verdadero. de importantes consecuencias que constituyen un primer gran punto de
112 FERNANDO M. GALLEGO FOUCAULT: BIOPOLÍTICA Y EPISTEMOPOLÍTICA 113
distanciamiento respecto del sentido común contemporáneo en materia Entendido en este sentido, el concepto de lo científico resulta enton-
epistemológica: primero, porque la propia constitución de lo científico ces doblemente reformulado en tanto no sólo se modifica la concepción
pasa a remitir antes al orden de la actividad que al de la teorización de su emplazamiento (i.e., el lugar de la ciencia es el saber entendido
(antes de ser algo que se sabe, la ciencia es un efecto que se produce en como práctica dual y heterogénea y ya no como conjunto de conocimien-
aquello que se hace); segundo, porque la dualidad del dominio del saber tos que suponen un cierto grado de naturalización de la homogeniza-
tiende a hacer imposible la reducción de la naturaleza de lo científico ción de lo visto y lo dicho) sino también en sus principales aspectos
ya a su dimensión meramente lingüística, ya a su faceta meramente tipológicos: la ciencia no es un conjunto de cosas sabidas; es un umbral
observacional (la ciencia no es ni mero lenguaje ni pura observación inmaterial, un punto históricamente variable de transformación que
sino algo que pasa a medio camino entre lenguaje y observación); terce- afecta simultáneamente las prácticas de ver y de hablar sin por ello
ro, porque si bien lo científico tiende a ser concebido como doblemente conducir hacia su mutua asimilación.
emplazado en el saber —i.e., a la vez en el orden del lenguaje y en el de
la luz—, no por ello viene a ser confundido con ese saber en que se em-
plaza: la ciencia es el efecto pensable de una cierta transformación, his- Segunda cuestión:
tóricamente variable, que se suscita en el saber, antes que la instancia genealogía y solapamiento con el poder
que tiende a hacer posible la identificación de las prácticas de ver y de
hablar, una cierta manera de tramitar la diferencia entre el enunciado La contribución que la genealogía foucaultiana realiza a los estudios
y la visibilidad. epistemológicos resulta, en principio, un tanto más indirecta y remo-
Para decirlo de otra manera, la ciencia es una suerte de efecto in- ta que aquella desarrollada durante el período arqueológico de sus in-
material que no coincide ni con los enunciados expresados por las prác- vestigaciones, pues se despliega en función de una noción nueva —i.e.,
ticas discursivas ni con las visibilidades derivadas del ejercicio de la las relaciones de poder— que pareciera, en principio, no remitirse a la
mirada sino, en cambio, con un cierto momento, umbral o punto de problemática científica si no es para condicionarla desde su exterior.
transformación que afecta al mismo ejercicio de aquella heterogenei- Paralelamente, el abordaje foucaultiano de esta segunda cuestión di-
dad práctica que se despliega en el dominio del saber: primero, una fícilmente podría ser considerado en términos de elaboración de una
serie de umbrales de positividad que permiten precisar el punto en que "teoría" del poder orientada a precisar una suerte de representación de
determinadas modalidades de las prácticas discursivas y de visibilidad los condicionamientos ideológicos que afectan la práctica científica, no
se individualizan y adquieren su autonomía; segundo, una sucesión de sólo porque —al igual que ocurría con el saber— también el poder remite
umbrales de epistemologización capaces de dar cuenta de la instancia a una cuestión eminentemente práctica sino, ante todo, porque el poder
de emergencia de un cierto conjunto de normas de verificación y de tampoco constituye un objeto de representación.
coherencia que ejercen una función dominante en el interior del propio Sea como fuere, que no haya teoría del poder, que las relaciones
dominio del saber; tercero, una pluralidad de umbrales de cientificidad de poder no puedan ser representadas, no quiere decir que el poder
que delimitan la emergencia de ciertos criterios formales capaces de no pueda ser pensado o, lo que es lo mismo, que la novedad de sus
establecer las condiciones legales de la construcción de observaciones relaciones no puedan ser expresadas en un concepto. Remitido a esta
y proposiciones; por último, un conjunto de umbrales de formalización conceptualización, el pensamiento genealógico foucaultiano tiende a
que señalan el momento a partir del cual prácticas de ver y de hablar coincidir con el ejercicio de tres grandes desplazamientos: primero,
resultan capaces de definir los elementos mínimos, las estructuras y las que el poder no es una cosa, una posesión, algo que se tiene, sino una
transformaciones que aceptan y utilizan en el proceso de elaboración de relación y algo que se ejerce; segundo, que el poder no es algo del
sus productos. 1 orden del efecto sino, antes bien, del afecto, que no remite tanto a la
cuestión de la destrucción, la represión y el falseamiento como al pro-
blema de la incitación y, en el límite, la conducción; por último, que el
poder no puede ser considerado en términos de mera acción y, menos
1. Véase M. Foucault, La arqueología del saber, trad. A. Garzón del Camino, Buenos
Aires, Siglo Veintiuno, 2002, pp. 313-314. aún, como la implementación de una cierta prohibición, sino como una
114 FERNANDO M. GALLEGO FOUCAULT: BIOPOLÍTICA Y EPISTEMOPOLÍTICA 115
especie particular de acción que tiene por objetivo afectar la posibili- suerte de verdadera interdicción e interferencia del conjunto de efectos
dad misma de otras acciones. de poder que no cesan de circular en la ciencia y que un conformismo
Entendido en este sentido, el poder \viene entonces a constituirse como propiamente científico no cesa de apañar y de reproducir. 3
algo que pasa entre dos puntos, como algo que anida a medio camino
entre dos acciones y, por ello mismo, como algo que pareciera no poder
emplazarse sino en medio de un dominio inherentemente múltiple y, por Tercera cuestión:
ello mismo, también a medio camino de la heterogeneidad del saber, es política de la verdad
decir, entre lo visto y lo dicho, como aquel afecto que resulta capaz de
disponer las dos dimensiones distintivas del saber, una en función de la Concebido desde una perspectiva foucaultiana, el poder encuentra su
otra: las miradas que siempre visualizan algo distinto de aquello que se modelo en la práctica del gobierno. Aun así, la actualidad del gobierno
dice en función de enunciados no visibles; los enunciados que expresan que se practica no encuentra su objeto en la mera administración de la
situaciones distintas de aquellas que pueden ser vistas en función de destrucción; tampoco en la tarea de domesticar los cuerpos individuales
las miradas. De esta manera, el movimiento arqueológico que suponía y regularizar los procesos vitales de la población. Supone además la im-
la identificación de la esencia operatoria del saber con la heterogeneidad plementación de un cierto comando de la verdad o, para decirlo en forma
de las prácticas de ver y de hablar viene a prolongarse en un segundo un tanto más precisa, la organización de un cierto régimen en el dominio
movimiento que conduce no sólo a asimilar el poder con la práctica del de la producción de lo verdadero. Hay, en efecto, un problema político
gobierno, con el despliegue de un conjunto de instancias de afección que anidado en la propia verdad, un problema cuya actualidad pareciera con-
encuentran su objeto en la conducción, el direccionamiento y la produc-
centrarse en torno de las verdades producidas por la ciencia. Más aún,
ción tanto de las acciones de los individuos como de los procesos que cons-
si la verdad ya no puede ser concebida como una naturaleza, como algo
tituyen los conjuntos poblacionales sino, lo que es aun más importante,
con una nueva dimensión de análisis epistemológico que emerge, no en dado, si debe ser entendida como un producto, si existe la posibilidad de
contrario, tampoco por debajo, sino en medio del propio saber. considerar lo verdadero como el efecto de un cierto régimen de produc-
Referida entonces a la noción de "poder", la gran contribución fou- ción, entonces el problema político de la ciencia ya no pasa por suponer
caultiana al campo de los estudios epistemológicos no depende ya del la existencia de un cierto conjunto de instancias en función de las cuales
ejercicio de la pregunta por el lugar de la ciencia sino de la explicitación el poder tiende a limitar, desde el exterior, la circulación y difusión de
del hecho de que el lugar que la ciencia encuentra en el saber supone su los productos científicos, sino el hecho de que las propias relaciones de
necesaria superposición con lo gubernamental: la ciencia es pensamien- poder deben ser consideradas un elemento constituyente del régimen de
to en medio de lo dicho y lo visto que se efectúa como umbral de trans- producción de sus productos o, lo que es lo mismo, que el poder parecie-
formación de los enunciados y las visibilidades del saber; el poder es ra experimentar tanta necesidad respecto de la producción de verdades,
afección que establece un cierto orden de reciprocidad entre lo visto y lo como la ciencia de la implementación de ciertas políticas de gobierno.
dicho. Así, el lugar de la ciencia coincide entonces con el lugar del poder Foucault es explícito al respecto: la gobernabilidad contemporánea
y no otra es la cuestión en virtud de la cual la propia genealogía tiende no sólo implica una política de la vida; supone además —y necesaria-
a verse conducida a asumir su forma propiamente epistemológica: la mente— el despliegue de una cierta "economía política de la verdad" que
"anticiencia" no tanto en términos de mero rechazo o estrategia orien- refuerza y viene a hacer posible el gobierno de lo viviente, una "epis-
tada hacia la desvalorización de lo científico, menos aún como simple temopolítica" que, en la actualidad de nuestras sociedades, pareciera
ejercicio de la distinción entre los ámbitos de lo científico y lo político poder ser caracterizada en función de cinco grandes rasgos generales:
sino en tanto práctica y ejecución de una cierta selección erudita orien- primero, que la producción de verdad tiende a concentrarse preferen-
tada contra la promoción de la connivencia entre el poder y la ciencia, 2 cialmente en torno del discurso y de la institución científica, que existe
2. Véase M. Foucault, Defender la sociedad. Curso en el Collége de France (1975-1976), 3. Véase M. Foucault, "Verdad y poder", en Microfísica del poder, trad. de J. Varela y F.
trad. de Horacio Pons, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2001, pp. 22-23. Álvarez-Uría, Madrid, La Piqueta, 1992, p. 188.
116 FERNANDO M. GALLEGO FOUCAULT: BIOPOLÍTICA Y EPISTEMOPOLÍTICA 117
una cierta tendencia a concebir lo científico como la única instancia ca- de lo científico, que deviene simultáneamente el objeto de una incita-
paz de producir lo verdadero; segundo, que la verdad se torna, cada vez ción a gran escala, de un consumo cada vez mayor, de un litigio que
más, un objeto de constante incitación, un objeto que el despliegue y la no cesa de incrementarse y de un control constantemente especificado,
implementación de las más diversas prácticas económicas y políticas no antes que facilitar la exposición del lugar preciso en función del cual la
cesan de demandar; tercero, que lo verdadero deviene el objeto de una política de la verdad contemporánea tiende a coincidir con el ejercicio
constante e incesante difusión que organiza su consumo a gran escala, de un cierto tipo de gobierno de la vida, la dificulta en tanto desatiende
esto es, que la verdad no viene a presentarse como el resultado de un la necesidad de precisar la manera en la que las formas de saber y las
cierto proceso de producción sin constituirse, correlativamente, el bien relaciones de poder se refuerzan mutuamente.
preferencial de un cierto mercado que no cesa de expandirse; cuarto, Entendido en tanto que relación, el ámbito del poder no sólo no se
que la parte mayor de la producción y la transmisión de la verdad se opone al dominio del saber, propende además a presentarse, simultá-
desarrolla y tiende a disponerse, cada vez más, a la sombra de una serie neamente, como una suerte de condición interna que regula su produc-
de instancias políticas y económicas que toman a su cargo no sólo la ción y como el necesario correlato de las formas en que se realiza su
evaluación de su calidad en tanto producto sino también la regulación constitución. Más aún, en tanto relación de afección, esto es, en tanto
de los procesos que conducen hacia su elaboración; en último término, ligadura que implica la necesaria complementariedad de un afectar y un
la propia verdad tiende a transformarse en el elemento central de toda ser afectado, las propias relaciones de poder nunca podrían ejercerse sin
una serie de debates políticos y de luchas sociales que encuentran su constituir por su misma actividad un conjunto de formas que coinciden
objeto en la vida y los modos de vida. 4 Existe un problema político de con los límites de la afección puesta en juego. En este sentido, las rela-
la ciencia: que el poder no podría funcionar en la escala en que lo hace ciones de poder pueden ser entendidas como aquella instancia en virtud
sin regular y reglamentar la producción de lo verdadero y que, de cara de la cual resulta posible dar cuenta no tanto de las prácticas de ver y de
a la instrumentación de dicha regulación y tal reglamentación, suele hablar como de la propia efectuación del dominio del saber en tanto que
encontrar en lo científico, no sólo una dimensión que se confunde con ámbito de las formas diferenciadas. Correlativamente, la efectuación de
la suya en virtud de una cierta zona de solapamiento, sino una cierta las formas de saber no se realiza sin revertir sobre las relaciones de po-
modalidad de pensamiento que procura complacerse en el ejercicio de der: el saber no es una mera expresión de las relaciones de poder sino un
su propia actividad con asimilarse a su propio funcionamiento. efecto que interfiere sobre aquella instancia que lo efectúa y, por tanto,
que permite registrar los límites de cada instancia de afección. 5
Considerada desde esta perspectiva, la línea inventiva de las téc-
Cuarta cuestión: nicas de poder que vienen a organizar el ejercicio continuado de las
formas del saber y biopolítica prácticas de gobierno parece presentarse entonces como paralela de un
cierta inclinación —relativamente discontinua y, por ello mismo, regu-
De cualquier manera, la mera constatación de la existencia de algo larmente recomenzada— hacia la ritualización de las prácticas de ver y
tal como una cierta política de la verdad resulta completamente incapaz de hablar o, lo que es lo mismo, de una cierta sucesión en la serie de ri-
de dar cuenta del conjunto de relaciones que lo científico viene a esta- tuales de formación de los saberes que, atendida en su discontinuidad,
blecer con la cuestión del gobierno de la vida, en tanto no se explicite el permite atisbar indirectamente la efectuación de importantes despla-
conjunto de razones en virtud de las cuales la epistemopolítica supone zamientos en la lógica general del ejercicio del poder. Como mínimo, tal
algo más que el mero ejercicio de una cierta coacción —aun cuando ésta es la estrategia de investigación que Foucault pareciera estar poniendo
fuere interna— sobre la serie de instancias que organizan la producción en juego cuando, a lo largo de un ciclo de conferencias dictadas en Bra-
de verdad. Para decirlo de otra manera, constatar que la verdad tiende sil en 1973, editadas con el título de A verdade e as formas jurídicas,
a resultar concentrada casi exclusivamente bajo la forma y el contenido
se apresta a formular su doble hipótesis de una "sociedad disciplinaria" sociedad de disciplina. En lo que respecta a la primera de estas cuestio-
que ha tendido a relevar a las "sociedades de soberanía" y, correlati- nes, el repaso del capítulo quinto del primer volumen de la Historia de
vamente, de un ritual del "examen" que reemplaza la "indagación" en la sexualidad foucaultiana permite distinguir la elaboración sucesiva
tanto forma predisciplinaria del saber: primero, en el desplazamiento de tres grandes conceptualizaciones orientadas a dar cuenta del proble-
desde el interés por la reconstrucción de un acontecimiento pasado ha- ma de las relaciones entre vida y política: primero, la noción de "umbral
cia el compromiso con la tarea de precisar la normalidad de una conduc- de modernidad biológica" que sirve al fin de precisar el punto histórico
ta; segundo, en el establecimiento de una cierta dependencia del saber a partir del cual la vida en tanto que atributo de la especie deviene un
respecto de la vigilancia y ya no del testimonio; tercero, en el desliza- objeto preferencial de la política; segundo, la "biopolítica" propiamente
miento desde la preocupación por certificar una ocurrencia de un hecho dicha, esto es, una cierta tecnología de saber-poder orientada ya no ha-
a la necesidad de verificar la regularidad de un comportamiento; cuar- cia el adiestramiento de los cuerpos individuales y la producción de una
to, en el refuerzo del primado de la nociones de norma y corrección en conducta normal, sino hacia la regulación de los procesos poblacionales
desmedro de los conceptos de certeza y existencia; por último, en la mis- que se orienta hacia la producción de una cierta estabilidad en la propia
ma consideración de la verdad ya no como el efecto resultante de una dinámica de la reproducción social; y, por último, el "biopoder" o, lo que
apropiación, sino como el plusvalor derivado del ejercicio de una cierta es lo mismo, el desarrollo de una estrategia de legitimación del mando
exacción resultante de una observación continuada atenta al detalle. 6 que se asienta ya no sobre la capacidad de destruir los cuerpos y hacer
Aun así, de cara a la elucidación de los vínculos existentes entre morir, sino sobre un poder de cuidar al viviente y, en el límite, dar la
episteme y biopolítica, el problema con esta consideración foucaultia- vida.'
na que permite dar cuenta de la relación de complementariedad que Atender a este conjunto de nociones foucaultianas permite además
puede establecerse entre poder y saber reside en un punto preciso: si comenzar a explicitar el motivo que tiende a forzar la convergencia en-
bien permite vincular ambas dimensiones más allá de aquella oposi- tre la biopolítica y la epistemopolítica, esto es, entre el gobierno de la
ción que tendía a visualizar en el poder un obstáculo al saber y, más vida y el gobierno de la verdad: en un contexto donde la legitimación de
profundamente, a la verdad en el saber y, correlativamente, permite la función de mando pareciera depender, en último término, de la capa-
precisar la emergencia de un nuevo diagrama de poder que no desplaza cidad de cuidar y dar la vida, donde la vida suele devenir el objeto pri-
al diagrama soberano sin promover una nueva dinámica de formación vilegiado de las prácticas de gobierno y uno de los efectos privilegiados
de los saberes, deja completamente indeterminado el tratamiento de la por cualquier proceso de producción que se precie de tal, la elaboración
cuestión de la precisa correlación saber-poder que supone el desarrollo de una cierta verdad sobre el viviente no puede más que constituirse
de algo tal como una función propiamente biopolítica de gobierno o, lo en la condición última de su comando. Correlativamente, en tanto el
que es lo mismo, resulta incapaz de explicitar la particular forma de sa- cuerpo individual que se presenta como detentando la vida no pareciera
ber que tiende a emerger como consecuencia de la crisis de una práctica contener en sí mismo la razón que permite dar cuenta de la producción
del gobierno de lo viviente, que se sostenía preferencialmente sobre la de lo vital en tanto que tal, un gobierno efectivo del viviente difícil-
implementación de la disciplina. mente podría conformarse con el primado de la función disciplinaria
Llegados a este punto, la profundización del tratamiento de la cues- y reclama la promoción al rango de dominante de un segundo tipo de
tión de las relaciones entre lo científico y lo biopolítico supone dos cosas: técnica de saber-poder capaz de atender al encuentro de los cuerpos,
por una parte, precisar el sentido de la noción foucaultiana de "biopolíti- una práctica de gobierno capaz de intervenir sobre dicho encuentro y,
ca"; por otra, considerar la existencia de una segunda hipótesis foucaul- bajo esa misma condición, de fortalecerlo o debilitarlo. Al respecto, no
tiana que viene a complejizar el análisis del paso desde una sociedad otro es el escenario en que la soberanía viene entonces a resultar doble-
de soberanía, esto es, una sociedad donde la parte más importante de mente abrogada: por una parte, en la inversión de aquella estrategia
la función de gobierno tiende a coincidir con el ejercicio de la ley, a una
que permite dar cuenta de la producción de la legitimidad del mando, permiten atisbar, detrás de los rituales de la demostración científica,
esto es, en el desplazamiento desde una gobernabilidad que se autoriza una estrecha relación entre producción de verdad y procesos de subje-
a sí misma en una cierta capacidad de matar y de dejar vivir hacia una tivación; segundo, porque en su estudio del hablar franco o parrhesia
que pareciera capaz de dejar morir pero también de producir la vida; abre la oportunidad de extender aquella relación de resistencia que,
por otra parte, que se ejerce en función de una verdad supuestamente bajo la forma del "intelectual específico", la subjetivación científica tien-
capaz de cuidar la vida y que encuentra su forma más propia de saber de a establecer de cara a las verdades del poder político o económico al
no ya en el examen, tampoco en la indagación, sino en la estadística; no propio dominio científico y, más precisamente, a la proliferación de esa
ya en el conocimiento del cuerpo individual adiestrable, menos aún en particular complacencia ante el cinismo y la hipocresía que no cesa de
los suplicios de la carne, sino en la regulación del cuerpo colectivo de la extenderse en el interior de dicho dominio; en último término, porque
población; no ya en las posibilidades de la acción y los beneficios espec- permite comenzar a precisar el punto en función del cual las verdades
taculares del daño, sino en la introducción del cálculo de probabilidades producidas por la ciencia tienden a reforzar la connivencia de lo cien-
en una vida que es efecto de producción. tífico con las relaciones de poder y, bajo esa misma condición, con el
mero ejercicio del control sobre la vida de las poblaciones: justamente
allí donde la verdad se complace con remitirse a los hechos y con pre-
Quinta cuestión: sentarse como una estrategia de protección frente a lo falso que, en pos
ética y subjetivación en lo específico de la defensa de lo verídico, no hace más que oponerse al despliegue de
cualquier capacidad creadora o inventiva.
Aun cuando consideradas en su conjunto la arqueología y la genea-
logía difícilmente logran dar cuenta del recorrido que el pensamiento
foucaultiano ha realizado de cara a la cuestión de las relaciones entre
vida, verdad y poder, redirigir la atención hacia la tercera gran fase de
sus investigaciones no pareciera, en principio, sino enrarecer la posibi-
lidad de explorar la zona de convergencia entre política de la verdad y
gobierno de la vida. Se cree, en efecto, que, remitido a su período her-
menéutico, el pensamiento de Foucault ha dejado definitivamente de
lado cualquier interés por la cuestión científica; que sólo se preocupa
por la problemática del sí mismo y por los procesos de subjetivación;
que su abocamiento a discusiones éticas y políticas supone un completo
abandono de cualquier cuestión de índole epistemológica.
Y sin embargo, nunca como a lo largo de los últimos años de su vida,
la noción de verdad ha interpelado con tanta fuerza el movimiento de
su pensamiento, a un punto que, si bien su consideración ética de la
cuestión de lo verdadero no retorna explícitamente sobre la problemá-
tica de lo científico, en función de una serie de tópicos precisos, sus
estudios sobre la cuestión de los procesos de subjetivación en la anti-
güedad clásica y a lo largo de los primeros siglos de la era cristiana no
hacen más que arrojar nuevas luces sobre la totalidad de sus análisis
precedentes en tanto permiten trazar los lineamientos fundamentales
de un nuevo pensamiento filosófico de la ciencia: primero, porque en la
consideración de la verdad en tanto que efecto situado en una cierta
relación que el sujeto establece consigo mismo, sus indagaciones éticas
Implicancias políticas del "apogeo" metodológico
Hacia una ecología de los saberes
Silvia Rivera*
una polémica que el mismo Marí se ocupa de esclarecer en uno de los Una vez aceptada esa hegemonía, y en función de la relación recípro-
últimos párrafos del primer capítulo: ca entre prácticas y saberes, cabe analizar de qué modo la centralidad
metodológica puede convertirse en instrumento de legitimación de un
Nuestro siglo, por fin, asiste al período de gran avance de la dispositivo de poder caracterizado, entre otras, por dos notas sobre-
ciencia y la tecnología, requerido de un lado por el proceso de con- salientes que sin duda se entrelazan: la universalidad abstracta y la
centración industrial propio del así llamado capitalismo tardío y formalización eXtrema. Ambas conducen a un tecnicismo instrumental
requirente, por otro, de una nueva forma de racionalidad filosófi- que desplaza por completo toda reflexión en torno a fines u objetivos
ca, la de la epistemología.2
valiosos, elevando en el rango institucional a una comunidad experta
y desarraigada, dedicada a un modelo de gestión de la investigación no
Ya en la convicción de que la relación entre prácticas y conceptos no
sólo estandarizado sino, como intentaré mostrar, cómplice del colonia-
se limita a la dogmática presentación del nivel superestructural como ab-
lismo y la injusticia estructural.
solutamente determinado por la base material, sino que se trata de una Llamaré entonces "orden científico global" a este conjunto que, ha-
relación de influencias recíprocas,3 podemos revisar el esquema de ramas
ciendo centro en la metodología erigida ahora en modelo de racionali-
hegemónicas que Marí hace comenzar con la teología, para continuar con
dad, atraviesa tanto el contexto educativo de científicos de todas las
la metaflsica, la teoría del conocimiento y por fin la epistemología.
áreas como el sistema de gestión de la investigación, para definir por
Veinte arios después de la publicación de Elementos de epistemología
comparada, considero posible afirmar, en consonancia con la tesis allí último las políticas de promoción tecnocientífica también, y muy espe-
cialmente, de los países periféricos o semiperiféricos.
expuesta, que un nuevo eslabón puede ser agregado a ese esquema. En
Analicemos entonces los límites de este orden científico global. En pri-
los últimos arios, la metodología ha dejado de ser un capítulo sin duda
mer lugar —y ubicados en el contexto educativo—, se trata de un modelo
central de la epistemología en su concepción estándar o "heredada",
que prioriza el adiestramiento en el manejo de instrumentos por sobre
para convertirse en. disciplina autónoma. Esto recuerda ese otro pro-
el pensamiento crítico y reflexivo. Si retomamos el análisis wittgenstei-
ceso de división y desplazamiento de saberes acontecido a comienzos
niano sobre las reglas y todo lo que implica aprender a "seguirlas",4 ad-
del siglo xx cuando la epistemología —originariamente contenida en la
vertiremos que la consecuencia inmediata de tal adiestramiento es la
moderna teoría del conocimiento— se separa y destrona a su progenito-
formación de subjetividades que se focalizan en el diseño de la investiga-
ra. Aun más, la metodología se presenta como saber no sólo emergente
ción, elaborado a través de herramientas que sólo en ocasiones resultan
sino actualmente hegemónico, que se impone como forma dominante de
racionalidad. revisadas y esto sólo desde dentro del mismo modelo de racionalidad que
las contiene. En este sentido, los sujetos se vuelven no sólo previsibles
Ahora bien, ¿cómo dar cuenta entonces de este "apogeo" metodológi-
sino manipulables, como el mundo que enfocan a través de tales diseños.
co? A través del recuento de publicaciones y reuniones científicas sobre
Se trate de abordajes cuantitativos o cualitativos, está claro que todo
el tema, de los convenios de intercambio para el estudio de la metodo-
sistema de medición (numérico o lingüístico) es estrictamente local y por
logía de la investigación con universidades de países centrales y, muy
lo tanto supone un límite o injusticia de base que no logra superarse ape-
especialmente, por la contundente presencia de la metodología de la
lando a más investigaciones o más precisión de instrumentos, en tanto
investigación en los diferentes estudios de grado y posgrado, aun como
estos recursos nos mantienen dentro de parámetros internos, es decir,
materia obligatoria para carreras de áreas no específicas.
técnico-científicos, pero en ningún caso abordan los límites que podemos
llamar externos, es decir, los ético-políticos.5
2. E. Marí, Elementos de epistemología comparada, p. 23.
3. Recordemos aquí a Michel Foucault, quien en La verdad y las formas jurídicas aleja a
las ciencias de la dimensión superestructural para señalar el poder epistemológico como 4. Véase L. Wittgenstein, Investigaciones filosóficas, Barcelona, Crítica, 1988, parágrafos
condición de posibilidad de dispositivos de sujeción. En el caso concreto de las ciencias 202 y ss.
sociales, la sujeción de las personas al sistema de producción capitalista. M. Foucault, La 5. Está claro que la dicotomía interno/externo no alcanza a dar cuenta exacta de la dimen-
verdad y las formas jurídicas, Barcelona, Gedisa, 1995, pp. 139 y 140. sión de la cuestión planteada dado que responde a las clásicas dicotomías de la tradición
126 SILVIA RIVERA 127
IMPLICANCIAS POLÍTICAS DEL "APOGEO" METODOLÓGICO
Ubicados ahora en el nivel del sistema de innovación, está claro de división del trabaje y los países semiperiféricos o periféricos que
que la investigación científica comienza con decisiones. Pero se tra- proveen recolectores de datos bajo la denominación de "investigado-
ta de decisiones que no se reducen a la racionalidad metodológica res"; quienes con frecuencia asumen el rol de reclutadores de cuerpos
sino que suponen la afirmación de valores, aun en el caso de que para extraer de ellos el conocimiento que se traducirá en insumo del
estos valores sean científico-técnicos, como el valor de la metodología capital global. 9
por sobre otro tipo de abordaje menos restrictivo a eso que llamamos Precisamente es este pensador portugués quien con más lucidez ha
"realidad". Aun más, todo lo que la investigación ha ganado en rigor denunciado, en los últimos tiempos, las implicancias ético-políticas del
y precisión en los últimos años lo ha perdido en capacidad reflexi- orden científico vigente. Pero su tarea no se agota en la denuncia o la
va y conciencia de los propios límites, en la convicción —a mi juicio crítica sino que abre caminos para la creación de otras configuraciones
injusta por desmesurada— de que los fines de la investigación resul- de saberes, que con toda intención renuncia a calificar de "alternativas",
tan pasibles de definición en los términos propios de la racionalidad ya que el uso de este vocablo sólo fortalece el orden "oficial" al proponer
científico-metodológica. órdenes posibles bajo el signo de lo marginal o excéntrico. El concep-
Por fin, ubicados en el campo de la innovación tecnocientífica, ad- to de "alternativa" implica en todos los casos una "subalternidad" que
vertimos una franca industrialización de la ciencia que se manifiesta debe ser evitada. De este modo, a la hora de encarar la propuesta, de
no sólo en las aplicaciones tecnológicas sino muy especialmente en la Sousa Santos elige referirse a una "ecología de los saberes" que recono-
organización institucional de la investigación. Tal industrialización se ce la pluralidad de criterios para definir el rigor y la legitimidad desde
basa en una estratificación de la comunidad científica, no sólo con dife- una perspectiva práctica. 1 °
rencias de roles y responsabilidades sino con un aguda fragmentación Bajo el presupuesto de que todo intercambio social genera saberes
de tareas que conduce, por una parte, a la pérdida del sentido global y que sus protagonistas exceden el estrecho margen de la comunidad
de la investigación y, por la otra, a un peligroso descompromiso ético- experta, de Sousa Santos invita al diálogo a todos aquellos cuyas voces
político por el impacto del conocimiento generado. 6 son acalladas por el orden científico hegemónico, no para integrarlos a
Otra importante consecuencia de este modo de gestionar la inves- él en un acto de supuesta "tolerancia democrática" sino para explorar
tigación es la creciente proletarización de una gran masa de investi- otros modos de incidir en las formas de vida, preguntando a cada paso
gadores que se ven alejados de los centros de decisión acerca de los qué vale la pena conocer y qué merece ser olvidado; porque para la eco-
temas a investigar y los métodos elegidos, así como también de la logía de los saberes la ignorancia u olvido no es sólo un estadio inicial a
elaboración y difusión de las conclusiones. Esto es así a punto tal que ser superado, ya que en función de sus implicancias prácticas algunos
se puede hablar en términos de alienación del producto del trabajo saberes requieren ser "desaprendidos".
de los proletarios del sistema de innovación tecnológica. La investi- Está claro que no estamos hablando aquí de una utópica redistri-
gación "capital-intensiva" —en palabras del sociólogo portugués Boa- bución del conocimiento científico, puesto que éste sólo funciona sobre
ventura de Sousa Santos- 7 (basada en equipamiento caro y de dificil la base de exclusiones. Ese saber que denominamos "científico" tiene
acceso) contribuye a ensanchar la brecha entre los países centrales límites irredimibles en relación con los tipos de intervenciones sociales
lue invierten en investigación contando con un modelo internacional
que promueve, y que sin duda se orientan más a la regulación que a de ellos. No se trata de "vida desnuda" o sin cualidades, sino de vida
la emancipación; "regular" es la palabra que con mayor frecuencia se formada por saberes y discursos no normalizados por el poder hege-
escucha en organismos de gobierno a la hora de legislar sobre innova- mónico y que, por lo tanto, potencian la voluntad y la capacidad de
ciones tecnológicas; regular las injusticias y desigualdades que en cada acción. La construcción de tales subjetividades requiere experimentar,
caso las sostienen, eligiendo así no atender a posibles acciones destina- precisamente, esas formaciones discursivas que han sido relegadas por
das a revertirlas, dado que cualquier daño, crisis o aun catástrofe que la lógica y la metodología de una investigación cómplice del modo de
la ciencia ocasiona, si no logra ser ocultado resulta finalmente aceptado producción capitalista, y que por ello sirven de anclaje no sólo para la
como costo social inevitable que podrá ser superado o compensado con crítica sino también para la transformación social.
más investigación científica.
Por el contrario, la ecología de los saberes se enfrenta a la vocación
de "regulación" del conocimiento monopólico, proclamándose decidida-
mente por la emancipación, en tanto posibilidad efectiva de incidir en
las relaciones concretas entre conocimientos y también en las jerar-
quías y poderes que se generan entre ellos. No se trata, pues, de alentar
un mero relativismo o una pretendida horizontalidad de los saberes.
Aquello que la ecología de los saberes desafía son las jerarquías uni-
versales y abstractas, y los poderes que a través de ellas resultan natu-
ralizados, escatimándose a la revisión y a la crítica. Porque está claro
que, una vez desaprendidas las jerarquías abstractas, vemos emerger
jerarquías concretas a partir de criterios de validación ético-políticos de
saberes que, en franca oposición a la erudición y el formalismo, se or-
ganizan en torno a registros prácticos y a criterios materiales. Saberes
pasibles de ser jerarquizados a partir de las intervenciones en el mundo
que habilitan y que se enfrentan a otras intervenciones posibles con las
que deben ser cotejadas. Tal como afirma de Sousa Santos, la preva-
lencia de juicios cognitivos en la construcción de prácticas concretas de
conocimiento no es una condición originaria, dado que ellas derivan
de un contexto previo de decisiones sobre la construcción de la realidad
que son de carácter ético-político.11
Llegados a este punto, espero se haya puesto de manifiesto la com-
plejidad del vínculo entre "investigación" y "biopolítica". Porque está
claro que el orden científico fundado en la centralidad metodológica
funciona como instrumento privilegiado de intervención biopolítica. No
se trata sólo de investigar en el campo de la biopolítica sino de mostrar
la ecología de los saberes como alternativa a la producción biopolítica
de sujetos por parte de la racionalidad científica hegemónica. Esto es
así porque la ecología de los saberes está constituida por sujetos des-
estabilizadores, individuales o colectivos, al tiempo que es constitutiva
que es dificil aislarse de las relaciones que cada subespacio mantiene con La necesidad de ampliar el marco de concepción
el centro, de la fuerte influencia que éste ejerce, a lo cual se agrega la for- del ambiente
mación de los autores que reciben estas influencias. Asimismo, el subes-
pacio bajo estudio no es uniforme, sino que en su interior se desarrollan En la construcción del conocimiento incide la
procesos diferenciados que establecen a su vez diferencias internas entre integridad de la máquina social.
ellos. En la mayor parte de los estudios, al proceder a la generalización, Esther Díaz, Entre la tecnociencia y el deseo
sea desde la comprensión de cada espacio o del conjunto en término de los
indicadores seleccionados, se lo hace a partir de una conceptualización Desde el pensamiento moderno, la definición de los problemas am-
específica. bientales surge como el resultado de codificaciones que han sido estable-
El centro, a modo de faro, produce una iluminación en la que se cidas desde cada teoría científica, muchas veces sin la presencia de los
especifica qué es lo que se va a registrar y cómo se definirán las varia- actores sociales involucrados. Consideramos que esto es consecuencia de
bles operativas que constituyen la información útil acerca de todos los haberse centrado en los elementos que componen los problemas antes
espacios. que en las interrelaciones entre tales problemas. 3 Pero dada la disemi-
El área de influencia considerada en el estudio surge de los esta- nación del sentido acerca de las cuestiones ambientales entre distintas
tutos de la Universidad Nacional de Luján donde se plantea realizar escalas territoriales, su resolución debería plantearse como una vincula-
aportes para la resolución de problemas propios de tal área. Esta defi- ción de escalas locales y globales mutuamente incluyentes. 4
nición representa una primera simplificación de la complejidad espa- Se sostiene aquí que son los procesos socioeconómicos los que pro-
cial, pero se puede considerar su validez en referencia al compromiso ducen el deterioro de los biomas 5 pues operan sobre las interrelaciones
que la institución tomó con respecto al contexto en el cual se encuen- en el nivel biofisico. Se piensa, en consecuencia, que no es el "hombre"
tra inserta. (como concepción atomista) el causante de los problemas ambientales
sino la organización social, y la trataremos como una formación natural,
Figura 1 o ambiente biofísico, sujeto a la definición de políticas territoriales. La
Partidos que componen el área de influencia de relación sociedad-naturaleza como pensamiento propio de la binariedad
la Universidad Nacional de Luján
moderna es una definición en la que ambos elementos son reificados y
Sede Partidos al oeste Partidos al este Partidos al norte Partidos al sur socialmente establecidos desde una específica comunidad de habla. 6
central Desde la concepción epistemológica heredada puede sostenerse que
Luján Mercedes San Miguel Exaltación de Marcos Paz los problemas ambientales son resueltos en forma local o en forma glo-
José C. Paz la Cruz bal. En cambio, a partir de la concepción epistemológica ampliada que
Las Malvinas
San Andrés Merlo Campana General
de Giles Ituzaingó Las Heras
San Antornio de Areco Moreno Zárate Navarro 3. En los últimos congresos de geografía crítica ha sido planteada esta interrelación. En
Suipacha Morón Escobar tal sentido puede verse el trabajo de Félix Pillet Capdepon, "Las escalas del espacio: des-
Hurlingham de lo global a lo local", x Coloquio Internacional de Geocrítica, Universidad de Barcelona,
Carmen de Areco General Rodríguez Pilar 2008.
Chivilcoy San Martín San Fernando 4. Se está tratando en este punto el concepto de vínculo de mediación propuesto por
Chacabuco 3 de Febrero Pergamino Katherine Hayles, La evolución del caos. El orden dentro del desorden en las ciencias
Salto Vicente López contemporáneas, Barcelona, Gedisa, 1993, p. 309.
5. Conjunto de comunidades biológicas que interactúan en un espacio geográfico con vida
Nota. Se incluye la actual división de partidos. En las áreas señaladas en negrita es donde
particular y clima similar, por ejemplo, la selva misionera.
existen centros o sedes de la universidad.
6. Sobre la binariedad derrideana en el espacio, puede consultarse J. Diez del Corral,
"Algunas notas sobre la cuestión de las periferias. De espacios y lugares", Archipiélago.
Revista de crítica de la cultura, N° 34-35, 1998.
L34 JORGE MARTÍNEZ EL PENSAMIENTO RIZOMÁTICO Y LA INFORMACIÓN DE LA COMPLEJIDAD 135
los plantea Esther Díaz podemos vincular la acción micropolítica con El espacio como trasfondo de las signaturas9
La acción macropolítica al considerar una interrelación de escalas y su
ánculación con el sistema político decisional en cada escala territorial. Vivimos en el tiempo de la simultaneidad, de
La epistemolog-ía ampliada consiste, en este caso, en el climensio- la yuxtaposición, de la proximidad y la distan-
namiento del objeto modelo' a partir de la integración de posibles vías cia, de la contigüidad, de la dispersión. Vivimos
de interpretación. La inclusión de diversas perspectivas complementa en un tiempo en que el mundo se experimenta
entonces la epistemología "heredada" para abordar biosistemas espe- menos como vida que se desarrolla a través del
tiempo que como una red que comunica puntos y
cíficos. Esta integración se hará a partir de la problemática estudiada
enreda su malla.
y su definición se efectúa desde la praxis social en la cual se incluye Michel Foucault, "Otros espacios"
al investigador. Esto significa que los métodos y los indicadores serán
desarrollados a partir de esa praxis. Los investigadores y el conjunto de la comunidad tienen una deter-
La epistemología ampliada incluye, además de la integración de es- minada percepción a partir de la cual interpretan los problemas am-
tas líneas de pensamiento, el objetivo de una decisión de solucionar bientales. Los investigadores pueden interpretar la percepción social,
los problemas ambientales en un determinado territorio en términos así como la propia, a través de una metodología que se supone brinda
de inclusión y equidad social e incorpora, además, la protección de las un adecuado tratamiento de los problemas y sus dimensiones. Esta con-
formaciones naturales tanto en términos presentes como futuros. cepción de la realidad se traduce en planes de desarrollo territorial y
El objeto modelo se plantea entonces a partir del problema y de estudios de impacto ambiental que tratan de resolver la complejidad.
los actores implicados, a diferencia de la epistemología heredada, en Esta interpretación se constituye en la clave para la construcción del
la que se parte de una determinada teoría y de una concepción del objeto modelo. Las teorías conducen al aporte de un campo acotado de
espacio definida a priori. En estas condiciones de trabajo, el objeto variables y a la definición de una territorialidad estriada," es decir,
modelo refleja las condiciones del bloque de espaciotiempos en que preconcebida desde supuestos científicos codificados.
está siendo definido, y sus variables internas surgen de desarrollos Consideramos a su vez que se deben tener en cuenta las vivencias
sociohistóricos que se plantean como constitutivos de la praxis social. de los actores sociales en un determinado contexto, en este caso el área de
A este proceso de dimensionamiento se dirige el proceso de interpreta- influencia de la Universidad Nacional de Luján. Las vivencias sociales
ción. Este bloque de espaciotiempo está constituido por el conjunto de o bloques de espaciotiempo son las que alteran los resultados alcan-
relaciones y conflictos internos de una particular comunidad de habla, zados en las concepciones de los investigadores. Estas vivencias com-
en cuyo marco debe generarse un espacio donde pueda ser establecida pletan nuestro planteo básico integrándose en la idea de "trialéctica
una agenda ambiental que tenga como objetivo la solución de esos espacial".11 Como vemos en la figura 2, los espacios aquí considerados
problemas socialmente construidos. En la constitución de esta agenda son tres: un primer espacio: el percibido o práctico; un segundo espacio:
pueden o no participar los individuos de una determinada comunidad el concebido o espacio de las representaciones, y un tercer espacio: el
y pueden o no participar científicos capacitados en el manejo de pro- vivido, que es un lugar simultáneamente real e imaginario, actual y
blemas ambientales. Asimismo, esta agenda puede o no estar relacio- virtual, es decir, el lugar del agenciamiento.
nada con agendas de otros niveles territoriales. Lo que no es opcional
es la decisión de los niveles políticos en el desarrollo de la agenda.
9. El concepto de signatura es tomado de Giorgio Agamben, Signatura rerum. Sobre el
método, Buenos Aires, Adriana Hidalgo Editora, 2009.
10. El concepto de espacios lisos y estriados se desarrolla en G. Deleuze y F. Guattari,
Mil mesetas.
7. El concepto de objeto modelo se refiere al planteo desarrollado por Juan Samaja, Epis- 11. M. Foucault, referencia específica a "Des espaces autres", conferencia pronunciada
temología y metodología, Buenos Aires, Eudeba, 1999.
en el Centre d'Études architecturales el 14 de marzo de 1967 y publicada en Architecture,
8. El concepto de espaciotiempo como bloque se refiere a lo desarrollado por Gilles Deleu- Mouvement, N° 5, octubre 1984, pp. 46-49. Traducción al español de Luis Gayo Pérez
ze y Felix Guattari, Mil mesetas, Valencia, Pre-Textos, 1997. Bueno publicada en Astrágalo , N° 7, septiembre de 1997.
EL PENSAMIENTO RIZOMÁTICO Y LA INFORMACIÓN DE LA COMPLEJIDAD 137
136 JORGE MARTÍNEZ
Figura 3
El esquema de investigación
SOCIALIDAD
EPISTEMOLOGÍA AMPLIADA
Fuente: N. Da Costa Pereira, El espacio geográfico como texto, Lanús, UNLA, 2010, p. 9.
Trialéctica espacial
RACIONALIDAD AMPLIADA
El primer espacio, a menudo considerado el espacio real, comprende
aquellos elementos que son percibidos por los sentidos del investigador PRAXIS - PRECONCEPCIÓN - MODELO TERNARIO
y constituyen las materialidades pasibles de ser mapeadas, y es la pri- METODOLOGÍA AMPLIADA
mera concepción de las disciplinas espaciales. Esta concepción hunde GENEALOGÍA - RIZOMÁTICA
sus raíces tanto en el mundo físico newtoniano como en el espacio tras-
cendental kantiano. El objetivo es definir una serie de observables que INVESTIGACIÓN DEL ÁREA DE INFLUENCIA DE
LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE LUJÁN
constituyan la simplificación material de la complejidad y establezcan
a su vez los elementos a tener en cuenta en la toma de decisiones de Planteo de los problemas en conjunto Estudio de las investigaciones de la
con los actores Universidad Nacional de Luján
índole territorial.
El segundo espacio toma los elementos simplificados en la definición CORRELACIÓN
del primero. Se produce así una percepción derivada de teorías sociales
específicas que organiza a través de ellas una serie de representaciones
acerca de cómo deberían comportarse estos observables. Se refiere a las
representaciones de la espacialidad humana tanto en formas mentales
como cognitivas y es, por lo tanto, el espacio imaginado y/o deseado. Es 12. Véase E. Soja, Thirdspace. Journey to Los Angeles, Oxford, Blackvell, 1999, p. 10.
▪
Para la ciencia moderna el "contextualismo", que aquí llamamos blo- Algunos sectores de pensamiento contracultural proponen un aban-
que de espaciotiempo, es lo opuesto al logos y representa lo "irracional". dono de la ciencia por considerar que la racionalidad de la destrucción
En cambio, para Habermas, el contexto opera a modo de trasfondo en es una condición implícita de la ciencia que, ligada a la tecnología y ésta
el marco de sociedades que se cosificaron como resultado de un inten- a su vez a la política, constituye el eje estructural en la constitución
so proceso de comunicación. Para reforzar su propuesta, recurre a la de los grandes proyectos sociohistóricos contemporáneos. Como conse-
"actitud realizativa" de Hans-Georg Gadamer, que permitiría resolver cuencia, "con un control mucho más seguro del medio ambiente, con las
la situación actor-autor-interprete a través del proceso de reconstruc- conquistas de la racionalidad y con la perspectiva de una universalidad
ción hermenéutica. 16 Habermas sostiene que, además de la obtención concreta, de una reciprocidad a escala de la humanidad entera y que no
de fines preestablecidos, la producción de conocimiento es un proceso estaría ya limitada a grupos reducidos, fragmentados, relativamente
que trata "de aliviar o impedir el dolor de criaturas capaces de sufrir aislados, se podría operar en la construcción de un entorno con éticas
menoscabo y quebranto"." ligadas a incrementar la sustentabilidad"."
Otro autor importante en relación con la ampliación de la racionali- La racionalidad ampliada se transforma entonces en una visión
dad de la ciencia es Jean Ladriére, para quien no existe "pasividad" en adecuada para el conocimiento de la complejidad de los sistemas te-
la construcción de la información. Sostiene que a partir de una deter- rritoriales y ambientales y, con él, se puede abordar el tratamiento
minada sensibilidad se produce la construcción activa de contenido. 18 del proceso de construcción y correlación de variables sociales, econó-
Reforzandstpu,iceVnSh: micas, políticas, culturales y ecológicas. La praxis social constituye el
anclaje necesario para configurar el terreno común que nos acerque
Los datos empíricos son vistos como construcciones humanas a los conceptos que surgen de pensamientos diferentes y posibilita su
que, en el nivel de experimentación controlada, son el resultado integración. 21
de actividades de intervención científica en una región determi- Además de la praxis social, en un marco trialéctico estableceremos
nada de la experiencia. En consecuencia los datos sensibles son
otro presupuesto que nos permitirá la pretendida integración concep-
nuestra construcción sensible de la información del entorno.' 9
tual. Esto es el "consenso" (o "acuerdo situado" o "códigos aceptados")
que operaría a través de la lucha de poder en el espacio de la opinión
Para este autor, la ciencia ha desarrollado investigaciones en el
pública tal como la entiende Habermas, 22 la cual sólo interpretaría en
campo de la biología, directamente enlazada con la relación sociedad-
parte a la ciencia tradicional." Este consenso implica la construcción
naturaleza, que han puesto en riesgo el equilibrio de los ecosistemas
situada del conocimiento que reconoce la importancia de la participa-
alcanzando niveles de transgresión con pocas posibilidades de retor-
ción de la comunidad de habla. En este proceso pueden establecerse las
no. Estas situaciones limitan la sustentabilidad en niveles alternativos
signaturas que guiarán el proceso genealógico para poder interpretar el
de adaptabilidad a condiciones por debajo de los niveles de producción
conjunto de praxis internas de la espacialidad. Este consenso constitu-
originaria de estos ecosistemas, perdiéndose entonces confianza en la
ye, desde el punto de vista deleuzeano, una estratificación, la definición
responsabilidad ética de la ciencia. Esta responsabilidad no se refiere,
de un código. Este acuerdo permite relegar puntos de conflicto y define
para Ladriére, a la conciencia individual de los científicos, sino a la in-
aquellos aspectos que deben seguir siendo deconstruidos.
vestigación científica a nivel global.
24. M. Foucault, Defender la sociedad, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2001, 25. Socius (o cuerpo pleno) es la formación social en su conjunto, pero no equivale a "so-
p. 24. ciedad", ya que ésta es la codificación de los flujos del deseo.
144 JORGE MARTÍNEZ
finalmente, las diferentes concepciones de sujeto. En ese sentido, en Cuarto, de reciprocidad. Este tipo de relaciones, que escapan a la
principio, a partir del plexo de relaciones susceptible de ser establecido lógica subyacente en las clasificaciones anteriores, se caracteriza por
entre ambos dominios se pueden distinguir, sin afán de exhaustividad, la tornadiza correspondencia mutua que se da en el vaivén establecido
las siguientes modalidades. mediante el juego del preguntar y del responder, y que vuelven posible
Primero, de exclusión. Es decir, ambas prácticas, el psicoanálisis y entablar un diálogo impensado y, a veces, intempestivo. Dicho diálogo,
la epistemología, se descartan, se repelen y se rechazan, ya que no tie- más que reflejar una realidad preexistente, produce un mundo polisé-
nen ningún punto de contacto, no se tocan ni se sobreponen y, por ende, mico, plural, portador de múltiples significaciones, no siempre compati-
se afirman en su exclusividad y autonomía respecto de la otra. En este bles entre sí. Se despliega a través de un movimiento ondulatorio, que
caso, consecuentemente, caben dos opciones: por un lado, debido a la tiene por objeto la comprensión de aquello sobre lo que se conversa y
ausencia de relaciones positivas, no habría nada que decir y sólo cabe de aquel con quien se conversa.5
guardar silencio; por otro, existe la posibilidad de centrarse en las rela- En este caso, el diálogo que se pretende instalar apunta, funda-
ciones de antagonismo y de desencuentro estableciendo, justamente, un mentalmente, a someter a una revisión crítica dos aspectos asociados
análisis de las relaciones de oposición. al psicoanálisis y que han generado múltiples y lamentables malen-
Segundo, de verticalidad. O sea que uno de ambos quehaceres, por tendidos. Primero, la idea de que la dimensión clínica (hermenéutica,
ejemplo, la epistemología, establezca hacia la otra, el psicoanálisis, comprensiva o de desciframiento) del psicoanálisis tendría que ver,
relaciones verticales, descendentes, de preferencia de sometimiento y principal o exclusivamente, con restablecer el origen —presuntamente
dominación. Como ejemplo reciente, valgan las críticas al psicoanáli- traumático— de la constelación sintomática presente que motiva al su-
sis formuladas por Mario Bunge,3 mediante las cuales se prescribe, a jeto a formular una demanda terapéutica. Segundo, la concepción del
partir de la epistemología, de modo imperativo, lo que el psicoanálisis psicoanálisis como psicología de las profundidades, Tiefenpsychologie,
puede o no puede saber. es decir, una ciencia del psiquismo que se relaciona con un sustrato
Tercero, de inclusión. En otras palabras, una de las dos disciplinas psíquico hondo e insondable, que habría que desenterrar de las cuen-
se introduce e incorpora en la otra, engendrando, desde el interior, pro-
ductos mixtos, misceláneos e híbridos como la llamada "epistemología
psicoanalítica". Estas relaciones, a diferencia de las anteriores, no se
ajustan al tipo excluyente o normativo, sino que se distinguen por ser 5. Por ende, implica salir de sí mismo, pensar con el otro y volver sobre sí mismo como
productivas, prolíficas, de una fecundación recíproca que transgrede las otro. En el diálogo o experiencia comprensiva de fusión de perspectivas, se presenta la
distinciones y regulaciones disciplinares.4 primacía de la pregunta como experiencia de íntima necesidad por superar la limita-
ción de nuestros respectivos horizontes (cerrados por las funciones instrumentales de la
razón). Resulta esencial a toda pregunta que tenga el sentido de una orientación pues,
con la pregunta, lo preguntado es colocado bajo una determinada perspectiva hacia el
3. Bunge ha atacado vigorosamente al psicoanálisis en numerosas oportunidades. Las encuentro con la respuesta, en un intercambio entre un sujeto que escucha y un objeto
razones que ha ofrecido pueden agruparse en dos tipos: razones metodológicas y prue- que se revela a partir de lo dicho. El hecho de que surja una pregunta supone siempre
bas empíricas. Las primeras constituyen una crítica al modo de proceder de los inves- introducir una cierta ruptura en el ser de lo preguntado. El logos que desarrolla este ser
tigadores que han desarrollado el psicoanálisis, desde Freud hasta nuestros días. Ese quebrantado es en esta medida siempre ya respuesta, y sólo tiene sentido en el sentido de
modo de proceder, afirma Bunge, está reñido con los requisitos mínimos aceptados por la pregunta. La apertura de la pregunta está en la base de la estructura de la experiencia
la comunidad científica internacional para considerar que una investigación es científi- hermenéutica: la latencia de una respuesta implica a su vez que aquel que pregunta es
ca. En otras palabras, los psicoanalistas no utilizan la estrategia general de indagación alcanzado e interpelado por la misma corriente de la tradición en que habita ese texto. El
conocida como método científico. Las razones del segundo tipo muestran que los datos diálogo funde los horizontes de lenguaje como estructura comprensora del círculo herme-
no apoyan las ideas psicoanalíticas. Bunge considera que el psicoanálisis es una seu- néutico con el mundo. El "diálogo que somos" (en tanto dialogantes) ocurre en la co(im)
dociencia. pertenencia entre dos sujetos sobre aquello que acontece, lo que hace surgir una suerte
de experiencia humana de mundo cuando se interpreta y se comprende, lo que co(i)mplica
4. Véanse A. Juranville, Lacan et la Philosophie, París, Presses Universitaires de France, a ambos sujetos en la fusión dialógica del lenguaje, en el habla, ahora involucrados en
1984; G. Klimovsky, Epistemología y psicoanálisis, Buenos Aires, Biebel, 2004; A. Grün- todo proceso de apropiación comprensiva. El quehacer histórico del pensamiento se aloja
baum, The Foundations of Psychoanalysis. A Philosophical Critique, Berkeley, Univer- en la conciencia dialógicamente fundada pues, si un día se acaba el preguntar, se habrá
sity of California, 1984.
acabado también el pensamiento.
148 NIKLAS BORNHAUSER ORIGEN Y PROFUNDIDAD EN PSICOANÁLISIS 149
cas y los bajos fondos de un inconsciente subterráneo y oculto en las se impone la idea de diferentes devenires, distintos destinos, dependien-
honduras del psiquismo. do de factores ajenos a la lógica secuencial y estrictamente progresiva.'
El trabajo psicoanalítico con los orígenes, de acuerdo con lo anterior,
implica renunciar a toda referencia, sobre todo metahistórica, a signi-
El mito del origen ficaciones absolutas o sublimes, así como impone prescindir de cual-
quier reminiscencia teleológica. Pensar psicoanalíticamente el origen
El establecimiento del origen, lejos de determinar un punto de partida exige haber hecho el duelo por la pérdida del origen milagroso (Wun-
único y evidente o el inicio de una progresiva sucesión lineal, que anu- derursprung), en cuya búsqueda se encuentra entrampado el llamado
daría entre sí una serie de eventos bajo un encadenamiento gradual y "pensamiento metafísico occidental". Mientras que el pensamiento he-
mantenido, requiere de algunas consideraciones previas. El problema del redado se obstina en intentar recoger, en el origen, algo así como "la
origen, al menos en psicoanálisis, impone una aproximación en la cual la esencia exacta de la cosa, su más pura posibilidad, su identidad cuida-
inconmensurabilidad juega un rol importante, que exige estar familiari- dosamente replegada sobre sí misma, su forma móvil y anterior a todo
zado con las particularidades del registro del mito y se proyecta, siempre, aquello que es externo, accidental y sucesivo";'" el psicoanalista, por el
como un trabajo de reconstrucción. 6 Origen —como conviene precisar, de contrario, resigna todo intento por encontrar "lo que estaba ya dado",
inmediato— establecido a posteriori, aprés-coup o nachtrdglich,7 producto lo "aquello mismo" de una representación exactamente adecuada a sí.
de una lectura desfasada y retroactiva, deudora del futur antérieur.8 Nada de develamiento sucesivo de las máscaras con tal de encontrar,
El origen, en psicoanálisis, contrariamente a lo que sugiere su ver- finalmente, una identidad primera, originaria e impoluta.
sión silvestre o salvaje, en lugar de recuperarse y establecerse inequí- En lugar de confirmar el presupuesto de la existencia de la iden-
vocamente mediante la reconstrucción progresiva de secuencias linea- tidad, aún preservada, del origen mismo de las cosas, el psicoanálisis
les, las cuales habría que recorrer en sentido inverso, es, más bien, un encuentra la discordia, la escisión y la locura en los límites mismos de
producto. Resultado en lugar de antecedente, ficción histórica en vez su praxis. Este desencuentro, lejos de constituir un accidente circuns-
de realidad material cierta e ininterrogable. Por lo tanto, más que rela- tancial o una impasse fortuita, conforma un elemento crucial y decisivo
cionarse con el restablecimiento, en sentido inverso, de la uniformidad para el quehacer psicoanalítico, crítico e insurrecto, basado en el ejerci-
monótona de los pasos consecutivos, el origen guarda relación con la cio de la interpretación, describe lo más inconfundible e imprescindible
sorprendente e irreductible singularidad de los acontecimientos. Dicha de la experiencia freudiana. 11
singularidad emerge de modo intempestivo, unzeitgemtiss, sorprenden- La insistencia de la idea de un alto origen en el debate contempo-
te e inoportuno, interrumpiendo y cuestionando el calmo desenlace de ráneo, de acuerdo con Nietzsche, es el síntoma de la "sobrepujanza
los eventos regulados por la ley de la sucesión. [Nachtrieb] metafísica que retorna en la concepción según la cual al co-
Consiguientemente, el origen remite a diferentes escenas y escena- mienzo de todas las cosas se encuentra aquello que es lo más precioso y
rios, no necesariamente relacionadas entre sí, pertenecientes a diversas esencial". 12 Esta concepción evoca una anterioridad esencial, un estado
tramas y hebras. En lugar de la retahíla perpetua que se remonta a un
punto de partida originario y único, nos encontramos con una lógica de la
diferencia y de la discontinuidad en la que, una vez que nos instalamos,
9. De este modo, una de las vías de constitución de los orígenes ha sido la estrategia de
pensar su función desempeñada a partir ya no de su presencia material sino, precisamen-
te, de su ausencia, su falta.
6. Véase F. Eickhoff, "On Nachtrüglichkeit: The modernity of an old concept", Int. J. 10. M. Foucault, Microfísica del poder, Madrid, La Piqueta, 1991, p. 9.
Psycho-Anal., 87, 2006, pp. 1453-1469.
11. Véase O. Knellessen, P. Passett y P. Schneider, Das Deuten der Psychoanalyse, Viena,
7. Véase I. Kerz-Rühkling, "Nachtráglichkeit", Psyche, 47, 1993, pp. 911-933. Turia + Kant, 2003.
8. Véase H. Faimberg, "Aprés-coup", Int. J. Psycho-Anal., 86, 2005, pp. 1-6; H. Thoma y N. 12. F. Nietzsche, Der Wanderer und sein Schatten, en Sümtliche Werke. Kritische Stu-
Cheshire, "Freud's concept of Nachtrüglichkeit and Strachey's «deferred action»: Trauma, dienausgabe in 15 Blinden, Berlín, Deutscher Taschenbuch Verlag-de Gruyter, 1980,
constructions and the direction of causality", Int. Reo. Psychoanal., 3, 1991, pp. 401-445. "Vorrede", § 5, p. 3.
150 NIKLAS BORNHAUSER ORIGEN Y PROFUNDIDAD EN PSICOANÁLISIS 151
inmaculado, previo a la caída, la contaminación, el contagio o la pro- origen, que espera su liberación. Acepta que toda interpretación forma
fanación de la pureza impoluta y acrisolada por factores secundarios, parte de una estrategia de producción de nuevos sentidos y renuncia
mundanos o profanos. El llamado "alto origen", siguiendo en este punto a su pretensión de dar con lo recóndito o lo secreto. En otras palabras,
la argumentación crítica de Foucault, aparte de exhibir su moralidad bajo el supuesto de que no hay nada absolutamente primario que inter-
íntegra e incorruptible, evoca la ilusión de ser el lugar —originario, pri- pretar, Freud emprende una interpretación de la interpretación, que se
migenio, inaugural— de la verdad, pues remite, de un modo mágico, a la inscribe, entonces, en una serie interminable, que no tiene origen ni fin.
idea de un punto primero, primario, replegado, anterior y ajeno a todo
que pueda contaminar la verdad irrefutable que pretende encerrar. El
modo de remisión a dicha verdad implica, asimismo, que se trata de La interpretación y la psicología de las superficies
una verdad irrevocable e irrecuperablemente perdida, la que, sin em-
bargo, ejerce una influencia constante sobre el presente. Como ha argumentado Paul Ricceur, al considerar textos freudianos
La práctica psicoanalítica, en lugar de enfrascarse en la búsqueda tempranos como Estudios sobre la histeria (1893-1895), La interpre-
compulsiva del origen ideal, retraído hacia un punto inalcanzable, a tación de los sueños (1900 [1899D, Psicopatología de la vida cotidiana
partir del cual todo acontecimiento pasado, presente y futuro es ineluc- (1901) y El chiste y su relación con el inconsciente (1905), es posible con-
tablemente devaluado y depreciado, se ocupa de los detalles menores, cluir que su trabajo es, ante todo, un trabajo de interpretación." Sínto-
las menudencias y los fragmentos de los comienzos. Una vez conjurada ma histérico, sueño, lapsus y chiste, de acuerdo con la tesis defendida
la quimera del origen como lugar privilegiado de la verdad, se vuelve por Ricceur, se caracterizan por una misma estructura, que los vuelve
posible atender a los accidentes, los errores y las contrariedades que aptos para ser abordados a través del trabajo interpretativo, cuestión
componen el devenir, incierto y errático, de la historia. La práctica que liga inseparablemente la práctica psicoanalítica al ejercicio de la
psicoanalítica, nacida de la interpretación de los síntomas neuróticos, interpretación.
los lapsus linguae, los lapsus calami, los olvidos, el trastabillarse, en En el libro sobre el chiste se encuentra una serie de ejemplos que
suma, todo aquello que se conoce como "actos fallidos", es decir, produc- ilustran y subrayan el ahínco freudiano puesto en los diferentes aspec-
ciones psíquicas que contrarían o se enfrentan a la voluntad consciente tos que caracterizan la técnica del chiste, un énfasis que se traduce en
del sujeto, ha subrayado la necesidad de prestar atención a los sucesos la atención a "su particular modo de decir más que lo que se dice".'5 En
aparentemente fortuitos y accidentales, las espasmos sorpresivos, los dicho texto, por ejemplo, Freud analiza un chiste relatado por Heinrich
estremecimientos inesperados, las conmociones impredecibles. El acce- Heine en una parte de sus Reisebilder, titulada "Die Báder von Lucca".
so a la comprensión de la historia, en Freud, se da a través del trabajo Se trata de Hirsch-Hyacinth, agente de lotería y pedicuro, quien tuvo la
con las enfermedades del cuerpo, los trastornos del psiquismo o de sus oportunidad de encontrarse con el rico barón de Rothschild. Jactándose
funciones, las alteraciones de la personalidad, la anomalía, la incohe- ante el poeta de sus relaciones con el ilustre personaje, relataba:
rencia, el absurdo.
El rechazo del principio del recurso al principio como inicio, conver- Y así verdaderamente, señor doctor, ha querido Dios conce-
tido en petitio principii, se traduce, por un lado, en "el abandono de la derme toda su gracia, tomé asiento junto a Salomón Rothschild y
él me trató como a uno de los suyos, por entero famillonariamente
búsqueda adolescente del origen como lugar de la verdad"'3 y, por el
[famillliondr].16
otro, en la aceptación del desafío de una escritura crítica del presente.
Dicha escritura se encuentra ligada inexorablemente a la práctica in-
terpretativa. El intérprete ya no se lanza en la búsqueda de una ver-
dad venerable y dormida, ni al encuentro de una verdad situada en el 14. P. Ricceur, De l'interprétation. Essai sur Sigmund Freud, París, Seuil, 1965.
15. F. Saal, "El lenguaje en la obra de Freud", en N. Braunstein, F. Saal et al., El lenguaje
y el inconsciente freudiano, México, Siglo Veintiuno, 1982, p. 38.
13. A. Gabilondo, El discurso en acción. Foucault y una ontología del presente, Barcelona, 16. H. Heine, Reisebilder, en Werke und Briefe in zehn Banden, Berlín-Weimar, Aufbau,
Anthropos, 1990, p. 129. 1972, 2' ed., t. 3, p. 307.
152 NIKLAS BORNHAUSER ORIGEN Y PROFUNDIDAD EN PSICOANÁLISIS 153
Al interrogarse por aquello que convierte esta expresión en un chis- del sueño hace alusión a seis o siete lobos, encaramados en las ramas
te, Freud baraja dos opciones: "O lo que lleva en sí el carácter de lo de un grueso nogal, que se alza ante la ventana del paciente." No obs-
chistoso es el pensamiento expresado en la frase, o el chiste adhiere a la tante, en el dibujo de su sueño, el paciente sólo retrata a cinco lobos.
expresión que lo pensado halló en la frase". Las reflexiones subsiguien- Varios meses después, trae a sesión un recuerdo, según el cual habría
tes se dirigen a esclarecer el dilema, reparando en la forma del dicho, sentido un intenso sentimiento de terror al contemplar el movimiento de
que sería, según Freud, "una forma rara" que difiere de otras formas po- una mariposa que abría y cerraba sus alas cuando estaba posada en una
sibles, las cuales serían más fáciles de entender. "El carácter de chiste flor. Tal movimiento de alas es asociado por el paciente con el movimien-
de nuestro ejemplo", por lo tanto, "no adhiere al pensamiento mismo, se to efectuado por una mujer al abrirse de piernas, formando con ellas la
lo ha de buscar en la forma, en el texto de su expresión"." figura de una "y". Freud toma esta "y" en su dimensión simbólica y la
El análisis de "la particularidad de ese modo de expresión" permite vincula —por la vía de la grafía de los números romanos— al número 5,
reformular el dicho de Hirsch-Hyacinth de la siguiente manera: "Roths- estableciendo una asociación con la hora en que, de acuerdo con lo ex-
child me trató como a uno de los suyos, de manera por entero fami- puesto inicialmente, solían acometerle los accesos de depresión.
liar [familidr], es decir, como a un millonario [Milliontir]". Al respecto, En otra ocasión, el paciente relata el siguiente sueño:
Freud manifiesta estar "en pleno acuerdo con los autores al atribuir
tanto valor a la forma lingüística del chiste"." Es decir, la técnica a ser He soñado que un hombre arrancaba las alas a una "espe". "¿A
discernida en este caso es una condensación con formación sustitutiva, una «Espe»?", le pregunté. "¿Qué quiere decir usted con esto?" "Sí;
cuyo resultado es una palabra mixta. a ese insecto que tiene el cuerpo a rayas amarillas, y cuyos agui-
En términos generales, se puede aseverar que toda la problematiza- jonazos son muy dolorosos." Tiene que ser una alusión a Gruscha,
ción de la primera parte del libro sobre el chiste, consagrado al análisis a la wespe (avispa) con rayas amarillas. "A una wespe (avispa),
querrá usted decir." "¡Ah! ¿Se llama wespe (avispa)? Creía que
de su técnica, está dispuesta de modo que pone en evidencia la preemi- el nombre era simplemente «espe»" (El sujeto aprovechaba, como
nencia del valor de la forma por sobre el contenido. Se podría decir que otros muchos, su desconocimiento de mi idioma para encubrir sus
este énfasis es una característica no solamente del análisis del chiste actos sintomáticos.) "Pero entonces ese «espe» soy yo: S.P." (sus
sino de la práctica interpretativa psicoanalítica misma, una práctica iniciales). 2°
que evidencia el apego de Freud a las particulares formas del decir.
La extensión de este principio al conjunto de la práctica psicoana- El paciente, al pronunciar Espe en vez de Wespe, mutila por segun-
lítica puede ser documentada mediante el siguiente ejemplo, extraído da vez a la avispa, cuyas alas ya le arrancaba en sueños. Mutilación
del caso del "hombre de los lobos" (Der Wolfsmann). Este caso, publica- redoblada en la mutilación simbólica, pero no de cualquier simbolismo,
do como Historia de una neurosis infantil (1914 [1918]), narra el tra- sino precisamente de aquel que lo representa. Cabe recordar que "lobo"
tamiento de un aristócrata ruso, Serguéi Konstantínovitch Pankéyev, en alemán es Wolf, expresión en la que la "y" se encuentra duplicada
aquejado por una sintomatología intensa e invalidante, en la que se bajo la letra "w" —que, en el español, por ejemplo, se dice "doble v"—. Es
destaca la presencia de pesadillas recurrentes. El síntoma principal del decir, la castración, pivote central del análisis, lejos de reducirse a la
paciente, según consta en el relato de Freud, estaba constituido por representación figurativa en el sueño de la avispa, se reproduce a nivel
accesos de depresión, que culminaban a las cinco de la tarde. significante, cobrando con ello toda su potencia simbólica.
El elemento nodal, en este caso, es un sueño, alusivo a una escena Uno de los principales méritos del ejemplo citado consiste en mostrar
que Freud califica de primordial (Urszene), a partir de la cual se entre- que la interpretación no se guía —solamente— por un elemento figurati-
laza una serie de fantasías inconscientes asociadas entre sí. El relato vo (movimiento de alas-movimiento de piernas), sino por un elemento
17. S. Freud, El chiste y su relación con el inconsciente (1905), en Obras completas, Bue- 19. S. Freud, De la historia de una neurosis infantil (1914 [1918]), en Obras completas,
nos Aires, Amorrortu, 1979, vol. VIII, pp. 18, 19. Buenos Aires, Amorrortu, 1976, vol. XVII, p. 12.
18. Ibídem. 20. Ídem, p. 45.
154 NIRLAS BORNHAUSER ORIGEN Y PROFUNDIDAD EN PSICOANÁLISIS 155
formal, ligado de modo primordial a lo inconsciente y, por lo tanto, po- didad como un secreto absolutamente superficial, un mero ademán, un
lisémico, susceptible de adoptar los sentidos más diversos en contextos, pliegue" de la mismísima superficie, desdeñada y menospreciada injus-
medios y lenguajes especializados diferentes. De este modo, la inter- tamente por su aparentemente frívola insustancialidad.
pretación ha de ser concebida como una estrategia de producción de En resumen, el misterio del sueño se sitúa precisamente en su forma.
múltiples sentidos, los cuales asumen un carácter efímero y transitorio.
La Deutung freudiana, por ende, está despojada de la supuesta corre- Excavar su superficie, es decir, señalar hacia su profundidad,
lación inequívoca entre un significado y un significante, aquella articu- no quiere decir otra cosa que acceder a la forma en la que se des-
pliega su exterioridad y por la cual toda dimensión de interiori-
lación palmaria e irrecusable que cierta tradición del pensar le supone
dad se trastoca en pura superficie.25
a la palabra, materia prima por excelencia de la interpretación. Deuten
significa, más bien, señalar, apuntar, indicar, sea en un determinado
sentido (Sinn), hacia un cierto horizonte (de comprensión)21 o respecto
Discusión: consideraciones epistemológicas respecto de
de un plexo de significaciones y referencias establecido o por establecer.
la heterogeneidad constituyente del psicoanálisis
Correspondería a Freud, en tanto "fundador de discursividades", lo
que Foucault llamó una modificación radical del espacio de repartición,
En la medida en que el psicoanálisis se reconoce a sí mismo como
en el cual los signos pueden ser signos.22 En el interior del universo so-
producción policéntrica, insurgente e insurrecta, que para afirmar su
ciosimbólico, tanto mercancías como sueños se constituyen como objetos
validez no necesita del beneplácito de los poderes dominantes, se tor-
susceptibles de interpretación, por lo que su secreto, en contraposición
na posible distinguir un conjunto articulado de microteorías, de for-
a lo que supondría el sentido común, se entramaría en la superficie.
mulaciones teóricas microscópicas, citológicas, confinadas a dominios
Esto significa poner en entredicho la idea misma de lo latente y postu-
circunscriptos y particulares. Es el caso de la teoría de la seducción, la
lar que lo inconsciente debe ser separado estrictamente de cualquier
teoría del trauma, la teoría de las neurosis e incluso de la llamada "me-
acepción que lo defina como un ámbito recóndito o subterráneo, que se
tapsicología", para nombrar solamente algunas formaciones teóricas lo-
situaría en la profundidad inconsciente, pues dicha profundidad no es
cales y situadas. Se trata, en cada caso, de formulaciones preliminares
sino un movimiento, un gesto, un pliegue de la superficie.23 La interpre-
y contingentes, que responden a problemas puntuales y precisos, ins-
tación psicoanalítica, en este sentido, apunta a desmenuzar el trabajo
criptos en contextos históricos particulares, tanto de la época como de
que le confiere su forma al sueño.
la obra de Freud, acotados en cuanto a sus correspondientes contornos
Según esta conceptualización de inconsciente, el intérprete a lo lar-
o recintos teóricos.26 En ese sentido, el diálogo con la filosofía ha deve-
go del vertiginoso recorrido por los signos con los que se encuentra, si
nido soporte de la controversia y razón suficiente para la reapertura y
es que realmente efectúa un movimiento de verticalidad descendiente,
revisión sistemática del psicoanálisis. Este ejercicio, que compromete
lo hace únicamente para denunciar el carácter falaz de dicho descenso,
simultáneamente el centro y la periferia de la teoría y la práctica psi-
mostrando que la profundidad de la interioridad es algo absolutamente
coanalíticas, da lugar al examen de un discurso que considera la hete-
diferente de lo que parece. El escudriño de los bajos fondos es efectuado
ronomía y se opone a las interpretaciones dogmáticas y oficializantes.
con una única meta: restablecer y rehabilitar la exterioridad resplan-
A su vez, la renuncia al pensamiento único implica, asimismo, no
deciente y rutilante olvidada tras su entierro y sepultura forzosa. El
solamente aceptar la imposibilidad de hablar de un psicoanálisis, sino
movimiento de la interpretación se presenta de esta manera, más bien
como un oteo, un sondeo destinado a restaurar la enigmática profun-
23.R. Ruhs, "Der Mythos von der Tiefe", RISS. Zeitschrift für Psychoanalyse, 1, 3, 1986, 26. Véase I. Grubrich-Simitis, Zurück zu Freuds Texten. Stumme Dokumente sprechen
pp. 5-23. machen, Francfort del Meno, S. Fischer, 1993.
156 NIIO,AS BORNHAUSER ORIGEN Y PROFUNDIDAD EN PSICOANÁLISIS 157
que entraña cuestionar y refutar la deseabilidad de dicha ilusión. Pres- causales primeros, arraigados en un dominio autónomo, provistos de
cindir de las aspiraciones a constituirse al modo de un metarécit27 per- su propia consistencia y solidez ontológicas, y, por el otro, la presencia
mite concebir el psicoanálisis como una conformación amalgamada y de un ámbito profundo, subterráneo y abismal, que se opone a todo
transitoria, que se compone a partir de la combinatoria entre dominios fenómeno superficial y derivado. y que haría de morada de lo genui-
singulares y puntuales. Por consiguiente, las relaciones entre el psicoa- na y auténticamente psíquico. Estas representaciones ideológicas y
nálisis y otras prácticas, establecidas a partir de situaciones y contextos protocientíficas, heredadas del neopositivismo imperante, a partir de
determinados, serán mucho más contingentes, circunstanciales y par- Freud serán reemplazadas por algo muy distinto: la idea de un siste-
ciales de lo que cualquier aspiración totalizante pueda hacer pensar. ma de conexión abierto, incompleto, articulador de una multiplicidad
La práctica psicoanalítica, cuyas aspiraciones emancipatorias son de piezas parciales y fragmentarias, que prescinde decididamente de
irrenunciables, al menos en la medida en que se pretenda heredera toda alusión a un punto de origen único y omniexplicativo, en el cual
de la ambición ilustrada de inspiración freudiana, 28 en lugar de una convergen todas las tramas psíquicas, o una profundidad material, den-
entidad compacta, monolítica e impenetrable, es un agregado híbrido y sa e impenetrable, a la que debe apuntar toda empresa interpretativa
múltiple, conformado por un complejo entramado de conexiones de re- comprometida en la búsqueda de lo inconsciente.
ciprocidad que van de un punto teórico a otro. Convergen en la práctica El psicoanálisis, para servirse de la tan manoseada y ajada me-
del psicoanálisis elementos teóricos disímiles y dispares, procedentes táfora foucaultiana, es, por ende, una boite á outils, una "caja de
de diferentes disciplinas: fisiología, filosofia, incluso ciertos precedentes de herramientas", 31 un acervo de utensilios, artefactos y artilugios cuya
una especie de teoría cultural incipiente, entre otras. 29 Es precisamente principal relación no es con el registro simbólico, o sea, con el ámbito
debido a esta pluralidad irreductible que se pueden proyectar relacio- de la significación. La teoría psicoanalítica, según consta a lo largo de
nes diversas y variables con diferentes disciplinas y prácticas discursi- la obra freudiana, es inseparable de la práctica clínica, pero lo es, en
vas, no necesariamente emparentadas, al menos en principio. particular, de sus desafíos, dificultades y sus impasses. La simultánea
consideración de sus logros y fracasos impone la pregunta por los inte-
Avances y retrocesos, ensayos y errores, modelos provisorios, reses, las voluntades y los deseos, encarnados en prácticas diferentes
experiencia clínica y autoanálisis, desarrollo de contradicciones y divergentes, que traspasan y sostienen el territorio social. En lugar
entre nociones propias y ajenas, dificultades técnicas impuestas de concebirse como una búsqueda objetiva e imparcial, que forma parte
por resistencias (empíricas) de los pacientes o insuficiencias con- de un proyecto neutro y desinteresado, que aspira a ciertos objetivos
fesadas por el mismo Freud, todo ello marcado por una decisión puramente cognoscitivos, se debe pensar, más bien, en términos de una
de no defender una elaboración cuando los hechos muestran sus
lógica propia de las relaciones de poder y de las luchas que se estable-
insuficiencias... [todo ello conforma un] cúmulo de circunstancias
aparentemente desordenadas, organizadas por un trabajo titáni- cen alrededor de ellas.
co contra la corriente de los lugares comunes de su época. 3° En el caso del psicoanálisis y de su práctica, que es una práctica
interpretativa, 32 resulta inevitable formular la pregunta por su vincu-
Concretamente, Freud, a través de su práctica interpretativa, des- lación con el deseo, que es, en este caso, un "deseo del texto". 33 Toda
monta todo modelo que defina, por un lado, la preexistencia de factores interpretación, por más desapasionada e imparcial que se pretenda,
hunde sus raíces en el exuberante suelo pulsional conformado por un
caldero en ebullición y a cambio recibe de éste su dimensión pasional,
hacia la cual debe establecer una relación que pasa por una decisión
ética. El deseo, que en este caso sostiene la interpretación, según Jac-
ques Lacan, no es deseo de algo, en el sentido de la satisfacción de una
necesidad objetiva y concreta o del anhelo de un ente tangible y ma- Otra... "cumbia" epistemológica
terial, sino que es siempre deseo de un objeto inalcanzable, imposible,
desde siempre perdido. El objeto del deseo, por lo tanto, más que su Andrés Mombrú*
desenlace o fin, es su causa, dando lugar a un deseo que se configura
como deseo de una falta. La interpretación, de acuerdo con lo anterior,
lejos de des(en)cubrir un sentido originario, nativo y primordial, que
se halla oculto en estado latente, converge hacia un punto liminar,
excesivo y desmedido, que se asemeja a lo que Freud describió como la
experiencia de la locura.
Llegar a este punto de no return supone "situarse en el borde mismo
de la angustia, tenue límite donde se padece el máximo de desgarra-
miento y la más extrema vacilación subjetiva"." A partir de aquí o bien El término "epistemología" tiene la particularidad de poseer, al mismo
se asume el riesgo de avanzar sin garantías ni certezas, lo que impli- tiempo, connotaciones muy remotas y muy recientes. Los griegos de
ca exponerse a las consecuencias impredecibles e ignotas de cualquier entre los siglos vi y II a.C. no sólo fundaron la filosofía sino también las
acto, o bien se desanda el camino avanzado, retrocediendo hacia esa primeras formas de ciencia. Platón, Aristóteles y Epicuro, entre otros,
región confusa y brumosa, en la cual la inacción y la inhibición frente reflexionaron sobre las características del conocimiento y de la forma
a lo desconocido se mezclan y confunden con la cobardía. La interpre- de producirlo, por lo que establecieron un corpus doctrinal al que nun-
tación psicoanalítica, en la medida en que no cede ante su propio deseo ca dejaron de referirse las consideraciones posteriores. Desde fines del
-el cual, paradójicamente, es siempre deseo de otro-, nos llevará siem- siglo xix, a lo largo del xx y en lo que va del xxi, ha surgido un gran nú-
pre a este punto decisivo, en el que todo lo que uno haga o evite hacer mero de concepciones sobre ese complejo cruce entre filosofla y ciencia
marca un antes y un después, enfrentándonos ineluctablemente con la que ha dado nacimiento a nuevas doctrinas y renovadas controversias,
monumental tarea de plasmar nuestro deseo en la elección de un acto y que ha adquirido el nombre de epistemología.
vinculante y responsable. La creatividad y el humor con que artistas como Les Luthiers o Los
Wikipedia' tratan ese término al ritmo de cumbia, revelando al mismo
tiempo familiaridad y desconocimiento, nos indica que ha trascendido en el daño que produce. La historia de la ciencia da cuenta de esta
los ámbitos académicos. La cumbia es un baile popular colombiano, y en situación y no son pocos los ejemplos en los que las teorías científicas,
el Río de la Plata uno de los sentidos metafóricos de "baile" remite a una como propuestas revolucionarias, han tenido que luchar en contextos
situación compleja, conflictiva. Expresiones como "lo bailaron" aluden a institucionales conservadores que han funcionado más como frenos que
que lo hicieron pasar por un gran aprieto, "te metiste en flor de baile" re- como promotores de nuevos conocimientos. No es necesario remontar-
fiere a encontrarse presa de un embrollo dificil de salir y del que, en todo nos a Galileo Galilei en un período de secularización para encontrarnos
caso, hay que salir bailando. Este baile que es la epistemología a veces con esta realidad. En un artículo que Juan Miguel Campanario,' pro-
puede ser una alegre cumbia y otras, un tango feroz, pero en todo caso fesor de la Universidad de Alcalá, ha publicado en la revista holandesa
refiere a temas que hacen a un baile en el que estamos involucrados, Scientometrics, da cuenta de diecinueve casos de ganadores del premio
pues nos plantea la necesidad de reflexionar sobre las consecuencias Nobel que antes de haberlo obtenido habían sufrido el rechazo de sus
que la actividad científica puede tener sobre nuestras vidas y destinos. teorías por parte de la comunidad científica y de veinticuatro investiga-
Entendemos que el concepto mismo de epistemología está sujeto a dores por cuyos trabajos recibieron ese premio, que fueran rechazados
una multiplicidad de interpretaciones. Para alg-unos es lógica de la in- por los editores de prestigiosas revistas científicas. Éstas son algunas
vestigación, justificación o validación lógico metodológica; para otros, de las consecuencias del accionar institucional sometido a una razón
filosofta de la ciencia, historia de la ciencia, gnoseología, espacio críti- dogmatizada.
co para la reflexión sobre teorías y prácticas científicas con miras a la
transformación de la sociedad, y más.
Pensamos que si bien la epistemología, como disciplina, no puede ser La epistemología como campo de lucha
definida en un sentido unívoco, cada definición tiene el propósito de im-
primirle un significado con la intención de significarla, esto es, de inten- No nos apartamos de la idea de que la ciencia tiene como propósi-
tar que sea concebida de un determinado modo y no de otro. Esta inten- to que podamos conocer aquello a lo que dirigimos nuestra atención,
cionalidad, tanto en el sentido husserliano2 de tendencia al conocimiento pero para la ciencia misma este propósito remite a múltiples con-
del mundo, cuanto en el sentido más llano de intenciones de la voluntad, troversias (preferimos no hablar de explicación, comprensión y pre-
la suponemos presente en todos los ámbitos del quehacer humano, no dicción por las implicancias que estos términos tienen). Al respecto,
sólo como la presencia del mundo en la conciencia sino también como la entendemos que importan no sólo las concepciones como argumen-
presencia de la conciencia en el mundo. Pero también entendemos que tos sino el tipo de consecuencias que esos argumentos tienen para
las intenciones de significar pueden responder a proyectos antagónicos la naturaleza, para las sociedades y para los individuos. Es verdad,
desde el punto de vista ético, en lo que hace a su contenido teórico, y como señala Anthony Giddens, que el discurso de la ciencia no es
también a las estrategias de instalación en los ámbitos que le permiten replicado por la naturaleza, pero la naturaleza replica las conse-
su existencia y desarrollo. cuencias producidas por las prácticas que derivan de esos discursos,
Detrás del amor por el conocimiento o de la búsqueda de la verdad se de modo que tanto la naturaleza como la sociedad se ven afectadas
despliegan combates en los cuales, como diría Enrique Santos Discépo- por el impacto de las formas de producción y consumo cuanto por los
lo, "la lucha es cruel y es mucha". La crueldad de la lucha se manifiesta desarrollos teóricos de las ciencias que los hacen posibles.4 El ámbi-
to contemporáneo para pensar estos problemas, tanto la unificación
de la física como el cambio climático o la biopolítica, por dar sólo
algunos ejemplos, es la epistemología.
en evidencia de un modo creativo e inteligente el modo en que con aciertos y errores los
alumnos universitarios (ya no intelectuales sino lindando con la marginalidad) interpre-
tan los temas de epistemología. La letra de su tema "Cumbia filosófica" se encuentra sin
duda inspirado en programas de materias de los ciclos iniciales de la universidad. 3. Scientometrics, vol. 81, N° 2, 2009, pp. 549-565.
2. E. Husserl, Lógica formal y lógica trascendental, México, Centro de Estudios Filosófi- 4. A. Giddens, Las nuevas reglas del método sociológico: crítica positiva de las sociologías
COS-UNAM, 1962.
interpretativas, Buenos Aires, Amorrortu, 1997.
162 ANDRÉS MOMBRÚ OTRA... "CUMBIA" EPISTEMOLÓGICA 163
Siguiendo la idea de campo de Pierre Bourdieu, nos atrevemos a humana, y que ambas atraviesan, en mayor o menor medida, todas las
afirmar que, antes que esto o aquello, la epistemología es un campo ideas, todas las prácticas, todos los individuos y todas las instituciones.
de luchas, una arena en la cual se enfrentan pensadores, corrientes, Considerar una lógica de la voluntad de poder ser con los otros y los
escuelas. 5 valores en los que se funda como sustantivos de las prácticas sociales, y
El campo científico como sistema de las relaciones objetivas entre entre ellas de las científicas, puede resultar ingenuo a muchos. Pero este
las posiciones adquiridas (en las luchas anteriores) es el lugar (es decir, supuesto no está fundado sobre una situación inexistente o ideal, sobre
el espacio de juego) de una lucha de concurrencia, que tiene por apues- valores ilusorios; no responde a un ideal romántico, ni utópico; afirmamos
ta específica el monopolio de la autoridad científica, inseparablemente que esa lógica se encuentra ya presente en todos los órdenes desplegán-
definida como capacidad técnica y como poder social o, si se prefiere, dose en la cotidianidad humana. Es detectable en ideas, en prácticas, en
el monopolio de la competencia científica, entendida en el sentido de actitudes, en gestos, en formas institucionales; sin ella no sería posible la
capacidad de hablar y de actuar legítimamente (es decir, de manera sociedad humana. No es mera tolerancia, es la instancia del reconocimien-
autorizada y con autoridad) en materia de ciencia, socialmente recono- to del otro en su irreductibilidad; es la perspectiva de que, sin la ayuda
cida. Asimismo, será necesario precisar lo que quiere decir "socialmen- mutua, sin la reciprocidad y el respeto, no hay comunidad; es el desinterés
te reconocido": veremos que el grupo que otorga este reconocimiento interesado por lo común, que es lo mejor del sostén de las instituciones,
tiende siempre a reducirse más al conjunto de los sabios, es decir de en oposición a la voluntad de dominio, que es el interés desinteresado por
los concurrentes, a medida que se incrementan los recursos científicos lo común. Es la posibilidad deseable de que, sobre la brutalidad opresi-
acumulados y, correlativamente, la autonomía del campo. 6 va, que sólo reconoce como horizonte el dominio y la cosificación, sobre la
Como sabemos los que de algún modo participamos en el campo, lo idea de libertad como "libertad de apropiación" y del conocimiento como
que está en juego no es simplemente el prestigio intelectual, el recono- dominio, o simple teorización, se manifieste y despliegue esa realidad pro-
cimiento social o, con suerte, la posibilidad de realizar un aporte signifi- funda de la libertad como respeto por la diferencia, pero, al mismo tiempo,
cativo en el área; se trata además de cuotas de poder, de la obtención de como isonomía que trasciende la idea de igualdad ante la ley y propone
espacios institucionales y de recursos económicos. Consideramos estas la equidad como una práctica de reconocimiento mutuo, insisto, no como
búsquedas tan legítimas como las primeras. No hay hacer sin la capa- tolerancia sino como filia, como amor por los otros, por la sociedad, por la
cidad de poder, sin ámbitos institucionales donde los saberes se socia- naturaleza, sin el cual el tan mentado amor al saber no se revela como
lizan y sin recursos materiales que los hagan viables. No pretendemos una necesidad profunda, como un deseo ferviente y apasionado, como un
esconder, detrás de una supuesta neutralidad del conocimiento, con- llamado de Eros, sino como deseo de posesión y dominio o como tibia ape-
flictos subyacentes; contrariamente entendemos necesario desnudar tencia intelectual, indiferenciable de otras distracciones que sirven de le-
las ideas y las prácticas como reveladoras de "lógicas" antitéticas que nitivo para el tedio vital de algunos filósofos.
adquieren toda su materialidad cuando son investidas positivamente Se trata entonces de reconocer que hay luchas, que ellas son el mo-
como valores. Suponemos entonces que esas luchas, en términos gene- tor de los modos de ser del hombre, de su ansia de poder ser, pero que se
rales, están orientadas por dos lógicas: la lógica de la voluntad de poder encuentran atravesadas por modos diversos de librarlas y se correspon-
ser con los otros, que expresa los valores de cooperación, solidaridad, den con diferentes finalidades. Es por ello que indagar y poner al descu-
ayuda mutua, equidad, reconocimiento recíproco y libertad, y la lógica bierto las diferencias reales detrás de los enmascaramientos retóricos
de la voluntad de dominio en la que se manifiestan los valores de com- puede ser beneficioso para la comunidad científica, pero también para
petencia, egoísmo, exitismo, violencia y dominio. Lejos estamos de un las instituciones sobre las que ella influye. Esto, habida cuenta de que
enfoque maniqueo y partimos del supuesto de que ambas lógicas convi- las imposturas que simulan racionalizaciones pero esconden apetencias
ven permanentemente en todas las formas de vinculación y producción de dominio amenazan todo discurso, toda idea y toda práctica.
Cada ciencia, formal o fáctica, proyecta su tarea de investigación
sobre los objetos o asuntos que son de su incumbencia; en esa tarea,
5. P. Bourdieu, El oficio de sociólogo, Buenos Aires, Siglo Veintiuno, 2008. tanto teórica como empírica, los científicos se encuentran orientados
por los supuestos básicos de su disciplina, en un sentido amplio, por su
6. Véase P. Bourdieu, Intelectuales política y poder, Buenos Aires, Eudeba, 2003.
164 ANDRÉS MOMBRÚ OTFtA... "CUMBIA" EPISTEMOLÓGICA 165
paradigma. Aunque debemos aclarar que, a diferencia de lo que plantea que su objeto de estudio no es vacío y abstracto, como el de la lógica o
Thomas S. Kuhn, entendemos que el científico que es capaz de revolu- la matemática, aunque estas ciencias puedan prestar legítimamente
cionar su ciencia no acata incondicionalmente los supuestos de la teoría su asistencia, como verdaderas propedéuticas, en tanto no se preten-
sino que, muy por el contrario, hay momentos en que toma distancia de da reducir la epistemología al exclusivo arbitrio formal. Obviamente la
sus objetos o asuntos, reflexiona críticamente sobre la eficacia de sus epistemología tampoco es una ciencia natural, y aunque para muchos
métodos, se interroga sobre posibilidades de pensar las cuestiones de las únicas disciplinas que alcanzan el estatus de científicas son éstas,
otro modo, sin que por ello se encuentre en lo que Kuhn denomina pe- los epistemólogos que adhieren a esta postura se encuentran en un pro-
ríodo de crisis.' Muy por el contrario, en su práctica cotidiana, la ciencia blema muy grave, ya que realizan una actividad que no es considerada
encuentra la necesidad de revisarse a sí misma en sus aspectos teóri- como científica por ellos mismos.
cos, metodológicos, experimentales, ideológicos y éticos. Por supuesto El objeto de estudio de la epistemología es la ciencia y por el nivel
que no lo hace todo el tiempo, pero acontece en mayor o menor medida que ocupa en nuestra episteme no ha de ser considerada ni una ciencia
cuando encuentra situaciones que no puede resolver, o aparecen modos natural ni una ciencia formal. En este sentido, no hay para nosotros
novedosos de resolver los problemas o se le plantean dilemas éticos. En un problema del conocimiento y otro del hombre; entendemos que el
estas situaciones la ciencia no está simplemente investigando, sino que problema del conocimiento es un problema humano. Es por ello que
está poniendo en entredicho los supuestos de su praxis. Lo sepa o no el en el contexto del debate entre diferentes corrientes epistemológicas
científico, esa actividad es epistemológica y sin ella no hay transforma- nos vemos obligados a definir el estatus filosófico-epistemológico que le
ción del pensamiento científico. asignamos a la epistemología.
Luego, en otro nivel, los epistemólogos consideran desde distintos as- En consecuencia, entendemos que la epistemología puede ser con-
pectos el proceder de la investigación científica tratando de indagar sobre cebida como una ciencia social pues, en términos clásicos, su objeto
los modos de producción, validación y justificación de la actividad, o sobre de investigación es un tipo de actividad humana, pero que, a diferen-
las condiciones sociales, culturales y políticas que favorecen o perturban cia de las ciencias humanas, cruza transversalmente el resto de las
el desarrollo de una ciencia. Este nivel es el que en general es considera- disciplinas. Entonces, es una ciencia social, en primer lugar, porque
do epistemología y es allí donde la tradición establece el ámbito donde se la consideramos parte de la actividad cotidiana de la producción de
revela como una metaciencia, como una ciencia de la ciencia. conocimiento científico-epistemológico, ya que ésta, en lugar de seguir
Pero aún se puede detectar otro nivel, al que también se considera volcada sobre su objeto (sea formal, natural o social) revisa reflexiva-
epistemología sin más: la reflexión crítica de la producción de los epis- mente su propia actividad. En segundo término, porque el centro de
temólogos, el análisis de los modos en el que éstos conciben la actividad atención se encuentra dirigido a las actividades de los científicos. Y
científica relacionándola con otras áreas de la producción social y cultu- por supuesto, en un tercer nivel, porque trata de los debates metaepis-
ral, en los modos en que validan y legitiman no ya la actividad científica temológicos y así hacia otros posibles niveles superiores.
sino la epistemológica, que podríamos ubicar en un tercer nivel. Se trata- Esta distinción no resulta obvia para buena parte de la tradición
ría entonces de una meta-metaciencia o de una metaepistemología. epistemológica. Pues, si bien en los ámbitos de formación científica
circulan los más variados paradigmas epistemológicos, en cambio, re-
cortadas disciplinarmente predominan distintas visiones en diferentes
La epistemología como ciencia social áreas. Pero, en el nivel institucional y de asignación de recursos, siguen
predominando las visiones cientificistas, positivistas y neopositivistas,
¿Qué clase de ciencia es la epistemología? Indudablemente no es muchas veces de modo consciente en epistemólogos, e inconsciente en
formal, ya que la más elemental clasificación de ciencia nos indicaría buena parte de la comunidad científica.
Las imposturas intelectuales con las que Alan Sokal ha pretendido
descalificar a filósofos y científicos sociales por el uso indebido y abusivo
de conceptos de las ciencias naturales (en ocasiones con razón, pero que
7. Th.S. Kuhn, La estructura de las revoluciones científicas, México, Fondo de Cultura
Económica, 1981.
en general es propia más de sus seguidores que de ellos mismos) tam-
66 ANDRÉS MOMBRÚ OTRA... "CUMBIA" EPISTEMOLÓGICA 167
ién son aplicables a científicos naturales, que trafican conceptos de pues el sujeto trascendental se corresponde exclusivamente con el bur-
na ciencia a otra, "contaminándose" con todo tipo de apreciaciones que gués ilustrado del siglo xviii y con, por lo tanto, una subjetividad que se
o serían de su campo disciplinar y que tienen connotaciones éticas, transforma histórica y socialmente. Y, así como no habría una estética
stéticas, metafísicas, míticas, políticas e ideológicas, que no reconocen trascendental, tampoco habría una lógica trascendental.
n sí mismas y de las que paradójicamente reniegan a rabiar. 8 Las lógicas de la voluntad se proyectan, a pesar de todo, sobre las
¿Por qué llamamos lógicas de la voluntad a estos impulsores de las consideraciones ontológicas y éticas. No se encontrarían sujetas a nin-
leas y de las prácticas? Porque entendemos que se encuentran obran- gún deber ser, ni ontológico ni moral. En consecuencia, se desprende
o al unísono dos dimensiones: la de la voluntad que es emocional, afec- de aquí una idea de ciencia que no es concebida como mero descubri-
iva, y la del logos, que es racional. Parafraseando a Kant, podríamos miento de leyes o explicación de fenómenos, sino como hermenéutica
ecir que la razón sin la voluntad es vacua y la voluntad sin la razón de la significación. Esto es, un análisis de las lógicas que orientan a
s ciega. las estrategias de instalación como expresión de las motivaciones que
En alguna medida nuestra consideración coincide con esa amplia generan y son generadas, entre otros elementos, por significaciones.
efinición de lógica que la presenta como la doctrina de la buena con- El significante al que apuntan las significaciones es aquel que no es-
ecuencia. Pero, en nuestro caso, esa consecuencia no debería estar pera su confirmación en los hechos puros (insignificables), sino en las
estringida a la buena conclusión lógico-argumental. No lo planteamos consecuencias de la significación como aconteceres significables. No se
, n el sentido pragmatista o pragmaticista de Charles Sanders Peirce trata de una negación de la posibilidad del conocimiento científico de la
de William James (en relación con las consecuencias prácticas de la realidad natural o social, sino de un criterio diferente de cientificidad.
'erificación de los enunciados), tampoco como un método o una teoría
[e la significación que quiere prescindir de la metafísica o demostrar Cuando se habla del significado, se piensa en la cosa, cuando
a falta de sentido de los enunciados metafísicos, sino como una con- en realidad se trata de la significación. No obstante, cada vez que
epción que define la filosofía como una estrategia de instalación del hablamos, decimos la cosa, lo significable, mediante un significa-
sombre en el mundo. Dicha instalación está signada por la búsqueda do. Aquí hay una trampa, pues obviamente el lenguaje no está
le significado.9 De estas estrategias de instalación emergen conflictivos hecho para designar las cosas. Pero esta trampa es estructural
en el lenguaje humano y, en cierto sentido, la verificación de toda
nodos de significación. Como lo señalara Kant, la metafísica complica
verdad está fundada en ella?
il conocimiento, y agregamos, en cuyo trasfondo (el de la búsqueda del
.onocimiento) se encuentra el remoto y profundo deseo de aplacar la
Desde esta perspectiva el problema de la epistemología no radicaría
mgustia que produce lo desconocido, ya que existen preguntas que no
exclusivamente en establecer la legitimidad de criterios de verdad, que
e pueden responder, pero que tampoco se pueden dejar de formular.
se sustentarían en la obtención de leyes o regla, y darían cuenta de
(ant nos advierte que la metafísica no puede ser una ciencia, pero el
regularidades naturales o sociales. No sería solamente una teoría del
ngenuo entusiasmo de la Ilustración le impide ver que la ciencia ya no
conocimiento que permitiera identificar los métodos más idóneos para
mede ser dueña no sólo de la metafísica sino ni siquiera del fenómeno,
ese propósito, ni un auditor de las formas de validación y justificación
de la investigación científica. Suponemos en el conocimiento la inten-
ción de significar, cuyas formas se encuentran sujetas a múltiples de-
A. Sokal, Imposturas intelectuales, Barcelona, Paidós, 1999. terminaciones que cambian histórica y socialmente y, en consecuencia,
1. Una significación que dé respuesta a la doble dimensión metafísica existencial y de cambian también el sentido de la significación.
echa por la sobrevivencia. Esto teniendo en cuenta que pensamos que la metafísica no se La creciente hibridación interdisciplinar no reconoce los comparti-
estringe a la pregunta por Dios, la libertad y la inmortalidad del alma como una espe-
mientos estancos de las clasificaciones tradicionales. Los cruces no se
ulación intelectual, sino del modo en que se presenta a los individuos y a las sociedades
a necesidad y la posibilidad de resolver sus existencias cotidianas de cara a realidades
oncretas, como son la angustia por la subsistencia, por cómo vivir la vida y cómo enfren-
arse a la muerte. En este sentido, el mito, la religión, la filosofía y la ciencia no son sino 10. J. Lacan, Seminario 1, clase 20 "De locutionis significationis", 23 de junio de 1954.
strategias de instalación en el mundo. http: / I psikolibro.blogspot.com 12007 111
168 ANDRÉS MOMBRÚ OTRA... "CUMBIA" EPISTEMOLÓGICA 169
producen solamente entre ciencias naturales o sociales por separado, Entendemos aquí por valor la calificación de un atributo, habida
como la bioquímica o la psicolingüística, sino también en ámbitos que cuenta de que nada tiene valor en sí mismo sino que éste depende del
para muchos epistemólogos clásicos eran impensables. Entendemos la modo en que se justiprecia, tanto el valor como lo valorado. La lucha en-
bioética, la biopolítica y la biotecnología como disciplinas noveles que no tre valoraciones tiene aspectos objetivables y subjetivables con relación
solamente forman parte de este proceso de hibridación sino que, además, a los criterios con que se valora. La posibilidad de establecer la objeti-
pueden resultar nuevas formas de dominio o de emancipación de acuerdo vidad de un valor radica en descubrir la coherencia, la correspondencia
con las lógicas que las motivan y las impulsan. Frente a esto pensamos y las formas de contradicción que se establecen entre lo que el valor
que sólo las tesis de totalidad y complejidad pueden permitirnos una sis- propone y la consecuencia que produce.n
tematización no compartimentada y esquizofrénica de la ciencia. Sólo un No hay criterios absolutos para establecer que un valor es mejor que
enfoque holístico puede sostener las diferencias específicas entre cada otro, pero sí hay criterios para la sustentabilidad del valor como algo
disciplina y propiciar, al mismo tiempo, un diálogo fecundo capaz de in- coherente consigo mismo. Un valor, por ejemplo: la higiene, que tiene
tegrar los campos que se abren cada vez más aceleradamente. como fin no la higiene misma sino la salud, se puede convertir en una
En resumen, como ciencia social, la epistemología, además de re- práctica nociva y enfermiza," que termina atentando contra la salud
flexionar sobre el método científico y las estructuras formales de ra- y produciendo la enfermedad y la muerte; entonces se puede decir que
zonamientos que lo conducen, las lógicas subyacentes en las que se ese valor no es favorable como estrategia que pretende preservar la sa-
estructura y las condiciones históricas, sociales y materiales que la lud. Es el modo en que se llevan adelante las estrategias lo que define
determinan, ha de indagar sobre las significaciones y las significa- la lógica que las orienta y es la posibilidad de alcanzar sus fines lo que
ciones de las significaciones. Estos enfoques, que suelen verse como determina la eficacia de los valores."
enfrentados, pueden resultar—si renuncian al dominio y son capaces
de revisarse a sí mismos críticamente— en muchos aspectos comple-
mentarios.
11. Esto es, identificar la circunstancia donde el valor se objetiva en relación con sus pro-
pios principios. Si decimos que la defensa de la vida es un valor, él se objetiva en el acto
de defensa y las consecuencias de ese acto se tienen que corresponder con aquel fin al que
Los valores el valor apunta. Pero una cosa es aquello que se declama como un valor —por ejemplo,
la defensa de la vida—, y otra es el modo en el que el valor se realiza. Por eso es que la
Establecido el desempeño ambiguo de la razón y entendida la lógica coherencia y la correspondencia inherentes al ejercicio del valor necesariamente se ven
atravesados por la contradicción, situaciones que resultan paradójicas como defender
no como garantía de control sobre los procesos de validación del cono-
la vida matando o muriendo. En este sentido, ¿por qué podríamos decir que un valor es
cimiento, sino como un recurso no exento de multiplicidad de enfoques, mejor que otro? Sin hacer apreciación moral del valor, concebido sólo en su capacidad
surge un tercer elemento que pertenece al campo de la ética, los valo- de sostener los fines que lo sustentan, entendemos que el fin de un valor no es el valor
res; tanto de los extrínsecos, los que circulan en otros circuitos de la mismo, sino el propósito que conlleva su sostenimiento. El fin de la defensa de la vida no
sociedad, como los intrínsecos, propios de la ciencia y que orientan los es la defensa misma, sino lo que la defensa de la vida produce o espera que produzca, que
es, en definitiva, lo que hace deseable la sustentación del valor.
modos de decisión y de elección en la generación de las teorías.
¿Dónde debería incluirse la reflexión acerca de las consecuencias 12. Una limpieza demasiado frecuente debilita el sistema inmunológico y favorece la apa-
rición de dermatitis, alergias o crisis asmáticas.
que la actividad científica, y entre ellas la epistemológica, tiene sobre
la naturaleza y la sociedad, pero también sobre la propia ciencia? Afir- 13. Por ejemplo, si la destrucción de los que no pertenecen a mi etnia es un fin sostenido
por valores de xenofobia, odio racial, discriminación; la guerra y los campos de exterminio
mar que la ciencia es valorativamente neutra implica desconocer que son medios eficaces acordes con la lógica que los impulsa. Lo que no se puede sostener es
ella representa mucho más que el conjunto de discursos que producen que esos recursos son eficaces para promover la paz universal y el amor al prójimo como a
conocimiento, y que el conocimiento mismo se internaliza en la socie- uno mismo y se lo puede reconocer como un "mal valor" porque al ir contra la isonomía y
dad dando lugar no sólo a la construcción de teorías o imaginarios, sino la filia impide la libertad que es la condición primera para que se produzca el ámbito y se
también prácticas benéficas o perjudiciales para la sociedad, el indivi- generen las dimensiones que permitan la manifestación de valores. Todo valor que atenta
contra la manifestación de valores es un valor objetivamente negativo. Pero no en todos
duo y la naturaleza. los casos la correspondencia entre valores, lógicas y razones es tan evidente.
170 ANDRÉS MOMBRÚ OTRA... "CUMBIA" EPISTEMOLÓGICA 171
Estos temas también se debaten en el campo de la epistemología que En la línea de Gaston Bachelard, en El oficio de sociólogo Pierre
Be revela entonces como un ámbito productor de ideologías. Ideologías Bourdieu retoma la noción de "vigilancia epistemológica" partiendo de
tomo cosmovisiones que pretenden justificar y avalar modos de insta- fundamentos muy diferentes de los de Popper. Bourdieu plantea la ne-
lación del hombre en el mundo y sostener la reproducción de prácticas cesidad de indagar en lo que sería la lógica del error, para avanzar lue-
'Sociales y políticas de acuerdo con ciertos valores, así como sus modos go sobre la lógica del descubrimiento, superando provisionalmente los
le producción y reproducción." errores que se convertirían en verdades provisorias que podrían luego,
¿Cómo se reconoce la prevalencia de las lógicas mencionadas? a su vez, resultar errores. A diferencia de Popper, que concibe al susten-
Se las reconoce en los resultados de sus prácticas a través de los to metodológico como inamovible, Bourdieu considera que la práctica de
calores que las impulsan. La lógica de la voluntad de dominio redunda la vigilancia epistemológica implica revisar tanto los resultados como
3n el empobrecimiento intelectual, en el estancamiento de la produc- los procedimientos metodológicos que los producen. Si bien el criterio
ión de conocimiento, en los manejos arbitrarios y poco transparentes es más amplio y pone en cuestión sus propios fundamentos, cosa que
le su funcionamiento institucional, en un discurso permanentemente Popper no realiza, el término "vigilancia" nos evoca prácticas policíacas
iutorreferencial o descalificativo cuando considera otras posturas. En y el hecho de que esa vigilancia esté planteada por el mismo científico
asta lógica los propios errores no son advertidos y se convierten en fun- no modifica su actitud. Pensar que el vigilador se puede vigilar a sí
lamentos y dogmas. mismo, a los efectos de superar errores, parece ingenuo o paranoico.
La lógica de la voluntad de poder ser con los otros, en cambio, dina- Desplazar la tarea de vigilancia hacia otros órdenes superiores, latera-
niza las instituciones, abre espacios, genera encuentros, se desarrolla les o externos, tampoco parece una solución. Entendemos que el proble-
través de la interdisciplinariedad, promueve la polémica, respeta las ma radica en la idea misma de vigilancia. En este sentido, preferimos
liferencias, considera el propio error como parte de la producción de plantear otra forma de lidiar con los errores, con los conflictos y con las
;onocimiento, acepta la crítica externa y toma todos estos elementos infiltraciones de la lógica de la voluntad de dominio.
)ara convertirlos en dispositivos de rectificación. En lugar de vigilancia, preferimos hablar de cuidado. Por ejemplo,
¿A través de qué indicadores se las identifica? un padre que vigila a sus hijos mina su confianza, los hace desconfiados
Poner en marcha dispositivos que sean capaces de detectar estas y temerosos; en cambio, el que cuida siembra en ellos la seguridad, la
ógicas, teniendo en cuenta de que atraviesan todas las instituciones y responsabilidad sobre sus propios actos. Entendemos que cuidado, res-
todos los sujetos, es una tarea compleja en la que se corren ciertos pe- ponsabilidad y compromiso son los elementos que pueden permitir un
igros en los que el remedio puede ser peor que la enfermedad. Consejos desarrollo confiable como a priori para toda rectificación. Por supuesto
le ética se convierten, en no pocas oportunidades, en caza de brujas. que, así las cosas, esos tres elementos llevados a la práctica al unísono
Furamentos que apelan a la buena fe no garantizan la coherencia de las implican un estado de alerta y movilización permanente (estado cons-
)rácticas con los principios. Los epistemólogos se han planteado este tante de padres y epistemólogos cuidadosos), el alerta y la movilización
)roblema. Por ejemplo, en "Tolerancia y responsabilidad intelectual" que devienen de la filía, entendida como actitud amorosa que no busca
(arl Popper propone doce puntos para fundar una nueva ética profesio- la posesión sino el desarrollo, la realización de aquello que ama. En-
ial científica. ¿Cómo puede entenderse esto en un pensador que afirma tendemos que un conocimiento científico que contribuya a reconocer los
a neutralidad valorativa de la ciencia?' 5 errores, a hacer el esfuerzo por abandonar teorías y prácticas negati-
as que pudieran estar muy internalizadas, a transformar los conflic- El tráfico se presenta cuando sistemática y metodológicamente se
›s cruentos en conflictos amigables, debe concebir que las teorías y las producen desplazamientos que amplían los grados de reduccionismo.
rácticas científicas se celebran, se templan y se consideran. Los recursos conceptuales y metodológicos dejan de ser herramientas
Celebrar en su significado latino originario (celeber) remite a concu- dúctiles y flexibles que se deben transformar en la misma producción
-ido, numeroso, abundante. Entre uno de sus significados María Moli- de conocimiento y se convierten en moldes rígidos que fuerzan toda
er le asigna el de "alegrarse de cierta cosa beneficiosa para otra perso- evidencia (para que se adapte a sus supuestos).
a". Templanza es moderación o mesura y considerar (sideris, estrella), La infiltración es el resultado del deslizamiento y el tráfico que pre-
Lirar juntos las estrellas, esto es, frente a cualquier juicio, ponerlo en senta a una teoría completamente colonizada por otra. Cuando el tráfi-
arspectiva con las estrellas, que es una metáfora de dimensionar o dar co se ha consumado y naturalizado, las disciplinas pierden autonomía,
imensión con relación a aquello que no tiene medida. Se asocia a con- identidad y capacidad autocrítica.
mplación, que es mirar con mesura, considerar con cuidado un asunto y Esto no quiere decir que nos opongamos a los diálogos interdiscipli-
Iflexionar sobre él. En conclusión, no se trata de la búsqueda que acecha narios y fecundos, entre las propias ciencias e incluso con disciplinas
recluta con afán de poseer, lo que es la actitud propia de la conquista, extracientíficas como el arte o la religión (cuando ésta renuncia aunque
se condice con struere (juntar, amontonar), que es la raíz de construir, sea provisionalmente a ser dogmática). El hecho de que un concepto
mucho menos de comprobar, que es dar pruebas. Se trata, o sería más que ha nacido en una disciplina pueda prosperar en otra y alumbrar
-opicio (favorable), concurrir con alegría y moderación a la considera- nuevos conocimientos es un fenómeno auspicioso. Pero sí nos oponemos
ón de aquello que, al ser puesto en perspectiva, nos hace reflexionar a deslizamientos, que son introducidos subrepticiamente y obran como
Ibre la dimensión relativa de eso que llamamos conocimiento. verdaderos reductores de cabezas. Por el contrario, la lógica de la vo-
Por todo lo visto, no nos parece adecuado hablar simplemente de luntad de poder ser con los otros plantea como estrategia de instalación
›istemología, no solamente porque, como vimos, ella no es unívoca en otros recursos: la alegoría, el intercambio y la comunión.
significado, sino además porque se expresa en varias dimensiones o La palabra alegoría tiene raíz griega y remite al ágora, a la plaza pú-
veles de reflexión y producción. blica, al lugar común al que todos acuden y son recibidos, en oposición
con el desplazamiento, que es la exclusión de los que no son bienveni-
dos. No pierde el valor metafórico de la inspiración y no pretende que se
a lógica de la voluntad de dominio y la colonización reconozca un orden universal. No procura equiparar y hacer intercam-
biables elementos interdisciplinarios. Por el contrario, no se olvida que
Cuando las producciones epistemológicas son orientadas por la parecido no es lo mismo y similar no es idéntico. La metonimia funciona
eeminencia de la lógica de la voluntad de dominio se producen desli- como complementación y no como suplantación. Encuentra en las simi-
mientos, tráfico e infiltración que tiñen su campo con los más diver- litudes simplemente motivadores y puntos de partida para madurar los
s resultados. Llamaremos "colonización" a la acción conjunta de estos propios conceptos.
as elementos. El intercambio reconoce la otredad como el reconocimiento de la
Un deslizamiento sería una especie de falacia que extralimita la irreductibilidad de la diferencia, como la capacidad de empatía en el
alogía y la metáfora como condiciones iniciales y necesarias de la pro- reconocimiento de la alteridad y la posibilidad de modificarse y ser otro
cción de conocimiento (considerando que el lenguaje matemático a través de los vínculos, mientras que el tráfico hace posible la infiltra-
rnbién es metafórico) y la aplica mecánicamente como si se corres- ción que actúa como práctica colonizadora.
ndiera en un todo con aquello a lo que pretende referir, de modo que La comunión, como comunidad, como común unión, como colectivo
ocasiones pretende sustituirlo. El desplazamiento puede provenir de que forja con el aporte de todos, no produce prácticas de infiltración,
-as teorías científicas o de ámbitos extracientíficos con toda su car- no trafica de contrabando elementos colonizadores. No presenta como
ideológica, pero sin reconocer o negándose a reconocer ese vínculo interés universal y común lo que sólo es particular y propio. Permite
lológico. Si lo reconociera y lo pusiera en cuestión, dejaría de ser un que la isonomía sea real y no sólo declamatoria, pone a todos en pie de
splazamiento. igualdad y de responsabilidad.
OTRA... "CUMBIA" EPISTEMOLÓGICA 175
174 ANDRÉS MOMBRÚ
La acción común de estos tres elementos la denominaremos festa, Si observamos las condiciones de vida actuales de la huma-
nidad civilizada, aun según el aspecto de las normas religiosas
Tue es el nombre latino de fiesta. Términos como comunismo, comuni-
más elementales, sentimos, sin duda, una desilusión muy dolo-
arismo, colectivismo, pueden tener connotaciones que se opongan al
rosa ante lo que se nos ofrece. Porque en tanto la religión pres-
wasallamiento de la conquista y al colonialismo.'6 cribe amor fraterno en las relaciones entre individuos y grupos,
Entendemos que estos tres elementos (festa) están siempre presen- el escenario más semeja un campo de batalla que una comuni-
,es en la producción de conocimiento enriqueciéndolo, ampliándolo, em- dad hermanada. El principio rector es en todas partes, tanto
)elleciéndolo, dotándolo de una plasticidad y una energía creadoras; en la vida económica como en la política, la lucha implacable
In cambio, el colonialismo se convierte en un verdadero lastre que el por el éxito a expensas del prójimo. Este espíritu competitivo
nenor de los daños que puede producir es paralizar el pensamiento, predomina hasta en las escuelas y universidades y, al destruir
mando no impulsar desarrollos perniciosos, tanto desde el punto de todos los sentimientos de cooperación y fraternidad, concibe el
rista ético, cuanto de ideas desafortunadas, para decirlo elegantemen- triunfo no como algo que emerge del amoral trabajo fecundo y
concienzudo, sino como algo que nace de la ambición personal y
e, como la pretensión de respaldar teorías y prácticas atroces para la
del temor al rechazo»
brmulación diagnósticos científicos.
Es de señalar que esos elementos que conforman tanto la coloniza-
A pesar de la lucidez de Einstein en muchos aspectos científicos y
ión (deslizamientos, tráficos e infiltraciones) como la festa (alegorías,
éticos, entendemos que no advierte que nada puede emerger del "amo-
ntercambios, comunión) son de carácter teórico (conceptos), empírico
ral trabajo fecundo y concienzudo", porque la moralidad atraviesa las
prácticas), ideológico (cosmovisiones) y político (disciplinamiento y or-
prácticas sociales, incluidas las científicas y las estéticas. En este sen-
Lenamiento institucional).
tido, no hay práctica que se produzca por fuera de algún tipo de valora-
En consecuencia, creemos que una investigación que tenga en cuen-
ción y de moralidad. No hay ni ciencia ni arte valorativamente neutros,
a la distinción de niveles y las lógicas que animan la producción epis-
ni en términos ideológicos ni en términos morales. La cuestión es saber
emológica en los contextos institucionales donde se produce, puede
cuáles son los valores que se encuentran animando las teorías y las
edundar en transparentar la naturaleza de los conflictos subyacentes,
prácticas y qué consecuencias pueden tener sobre el destino del hombre.
ntender mejor los intereses que se encuentran en pugna y promover
No tenemos la ingenuidad de creer que la conciencia pueda suavizar
ala dinámica en la cual las luchas y los combates se den en términos
las contradicciones, pero pensamos que es posible que las actuales cir-
nenos cruentos y brutales.
cunstancias sean superadas, como ha ocurrido ya muchas veces en el
Además, entendemos que en el ámbito de la filosofía y el de la cien-
ia no se expresan de un modo amable las contradicciones que las cons- pasado, hacia formas más amigables.
Frente a tanta atomización y miseria, hay quienes afirmamos que
ituyen, y prima la lógica de la voluntad de dominio cuando imperan
las tareas del presente consisten en armonizar conflictos. Que ésta es
osturas colonialistas. Los modos en que se desarrollan las ideas y las
una tarea que de ningún modo puede sustraerse de las luchas y de sus
rácticas en el contexto institucional generan una fragmentariedad
intenciones de imprimir un sentido propio en el campo que disputan.
e campos, de áreas, de especializaciones, que se parecen más a cotos de
Que pueden y deben plantearse de un modo diferente del que vienen
aza que al reparto de tareas de un trabajo común. Pensamos que no
produciéndose. Que no hay un destino inexorable, sino una voluntad
e puede separar el conocimiento como producto de la ciencia de las
constructora fundada éticamente. Que el conocimiento puede ser con-
Dndiciones materiales de las que surge. Señala Albert Einstein:
cebido como aquello puesto en común de buena fe. Que armonizar no
debe entenderse como "limar las diferencias", "evitar los roces", "tolerar
a los otros". Muy por el contrario, se trata de destacar las diferencias,
de confrontar en todas las situaciones posibles, de ser severos en la
3. Estos términos tienen una carga tal que requeriría un desarrollo excesivo situarlos
las connotaciones que se les podría otorgar en este contexto y que nunca llegaría a
ansmitir, sin ambig-üedades graves, el sentido que le queremos dar. Es por ello que
-eferimos obviarlos y recurrir, en cambio, a un término mucho más antiguo, pero que
;presa la alegría, el regocijo, el placer de dar, ofrecer y celebrar en el ámbito de lo común. 17. A. Einstein, Mi credo humanista, Buenos Aires, Leviatán, 1991, p. 76.
176 ANDRÉS MOMBRÚ
Metodología
Planteamientos epistemológicos y metodológicos de
un programa investigativo en el campo de
las etnomatemáticas
Gelsa Knijnik*
Este texto —como todo los demás que escribimos— tiene una historia.
Inicialmente leído en el Primer Congreso de Epistemología y Metodo-
logía de la Investigación Científica y Biopolítica, Buenos Aires (2010),
pasó por un proceso de transformación con el formalismo que caracte-
riza, en nuestra época, el género discursivo académico presente en pu-
blicaciones científicas. En lo que sigue está el resultado de ese proceso
"transgenerificado".
Esther Díaz en el capítulo primero de su notable libro La filosofía
de Michel Foucault reflexiona: "¿Dónde termina la vida de un autor?
¿Dónde comienza su obra? Vanas preguntas de agrimensores intelec-
tuales. Los acontecimientos vitales no representan el crepúsculo donde
se hunde la obra, sino el espacio en el que se realiza",' pero esta filósofa
busca escapar de "agrimensuras intelectuales".
Un poco de mi vida y de mi (muy pequeña) obra —un programa in-
vestigativo en el campo de las etnomatemáticas— se resume en la res-
puesta dada por Foucault, cuando le preguntaron sobre las razones que
lo llevaban a visitar la Universidad de Vermont, en octubre de 1982.
Foucault no se consideraba un escritor, tampoco un filósofo o una gran
figura de la vida intelectual. Se consideraba un profesor.
Parafraseando al filósofo, también para mí, lo que me llevó a estar
con aquellos que participaron del Congreso de 2010 y que ha dado ori-
gen a este texto fue la posibilidad de establecer relaciones permanen- Pero no solamente ellos: están ahí los campesinos del Movimiento
tes, relaciones de amistad —esa palabra que Jorge Larrosa definió como Sin Tierra, de quienes estoy próxima, como investigadora y asesora en
"haber sido mordidos y heridos por lo mismo, haber sido inquietados el área de la educación matemática desde hace ya más de dos décadas.
por lo mismo"—,2 en este caso, por la investigación científica. La res- Son esos campesinos, cuya existencia evoca "la vida de los hombres in-
puesta de Foucault también es inspiradora para que narre algo de mi fames" descripta por Foucault. Son esos campesinos que a lo largo de
vida profesional. Por supuesto, en nada puedo compararme al filósofo todos esos años me han ayudado a ejercitar mejor mi lugar de intelec-
francés, toda vez que no soy una escritora, ni siquiera una pequeña tual específica, una noción que el filósofo francés acuñó para oponerse a
figura de la vida intelectual: soy únicamente una profesora. la de intelectual universal.
Y fue precisamente esa posición de profesora la que me condujo a la
fascinante, pero también angustiante y difícil, labor de investigadora,
más precisamente, de investigadora en el campo de las etnomatemá- Planteamientos epistemológicos y metodológicos del
ticas, un campo interesado en las problemáticas de la cultura, de las programa investigativo en el campo de
matemáticas, de la escuela, de las relaciones de poder, de los procesos las etnomatemáticas
de subjetivación a que somos sometidos a lo largo de nuestras vidas.
Desde ese lugar discuto sobre el programa de investigación que se La constitución del programa investigativo desde una perspectiva
desarrolla, bajo mi coordinación, en el Grupo Interinstitucional de Es- etnomatemática que, a lo largo de mi trayectoria académica, coordino
tudios e Investigaciones en Educación Matemática y Sociedad, ubicado se orienta como campo empírico a ciertos espacios rurales del estado
en el Programa de Posgrado en Educación de Unisinos, una universi- más sureño de Brasil, Rio Grande do Sul. Fue el comienzo de la labor
dad jesuita del sur de Brasil. con los campesinos del Movimiento Sin Tierra, un movimiento que po-
Antes aun de iniciar la discusión propiamente dicha sobre los plan- cos años antes había surgido precisamente en esa parte del país y que,
teamientos epistemológicos y metodológicos de ese programa, se impo- hoy en día, es el movimiento social más grande de América Latina, con
ne una clarificación: lo que aquí presento es un work in progress, para un número estimado de trescientas mil familias campesinas, organiza-
usar una expresión en inglés, que indica bien el carácter provisorio, das en veinticuatro de los veintisiete estados de Brasil.
'en ruta", de las ideas que comparto con los lectores. Es como si les Desde el punto de vista teórico, inicialmente mi atención estaba pues-
presentara una foto, una instantánea de una trayectoria investigati- ta en una perspectiva sociológica construida sobre la base del pensamien-
va, que luego seguirá su movimiento rizomático. Esa provisoriedad me to de Pierre Bourdieu, Jean-Claude Passeron y Claude Grignon. Esos
lleva a abandonar cualquier pretensión de fijar, de una vez por todas, sociólogos influyeron en el modo de examinar los saberes de los campesi-
mis ideas, y me conduce a pensar constantemente mi postura teórica, nos sin tierra. Oponiéndome a una visión etnocéntrica con que, muchas
poniéndola bajo sospecha, ejercitando la hipercrítica. veces, las "bajas culturas" han sido tratadas, buscaba evitar la exacerba-
Es precisamente esa actitud vigilante de no sucumbir a los encan- ción del relativismo cultural que podría conducir a una "guetización", en
tos de nuestras propias ideas, de ejercitar una humildad intelectual un esfuerzo por articular las posiciones relativistas y legitimistas que, en
que ejemplarmente ejercen aquellos "grandes hombres y mujeres" que aquellos años, surgieron a partir de Lo culto y lo popular. 3
admiro; es esa la actitud que busco asumir como investigadora. Y cabe Esa perspectiva sociológica me llevó a concebir un abordaje etnomate-
indagar: ¿quiénes son eses grandes hombres y mujeres que admiro? Por mático sobre las tradiciones, prácticas y nociones matemáticas de un gru-
supuesto, están ahí los filósofos que elegí para subsidiar mis ideas: está po social devaluado, así como el trabajo pedagógico que se desarrolla con el
ahí Michel Foucault y tantos otros de la filosofía francesa contemporá- fin de que ese grupo sea capaz de interpretar y decodificar sus conocimien-
nea, está ahí Ludwig Wittgenstein... tos; adquirir el conocimiento producido por las matemáticas académicas y
sus recontextualizaciones escolares, y establecer comparaciones entre su
conocimiento y el conocimiento académico, analizando las relaciones de Sin descartar el análisis sociológico antes considerado, fuimos a buscar
poder que conlleva la utilización de esos distintos tipos de conocimiento.4 en el pensamiento de Foucault y en lo que es conocido como el trabajo de
Desde el punto de vista metodológico, el trabajo de campo desarro- madurez de Wittgenstein elementos que nos posibilitaron construir una
llado en campamentos, asentamientos y escuelas nacionales del Movi- nueva caja de herramientas, más amplia que la anterior, para analizar
miento Sin Tierra estaba inspirado en una perspectiva etnográfica, en los discursos eurocéntricos de las matemáticas académicas y escolares y
la que Paul Rabinow era la referencia principal. Y aquí, un comentario: sus efectos de verdad, así como los juegos de lenguaje matemáticos de
con Rabinow y otros antropólogos contemporáneos, desde aquel tiem- diferentes formas de vida y sus semejanzas de familia.
po, ya estaba atenta a las críticas hechas a la antropología, ese campo Se escuchan, ahí, las voces de Foucault, las voces de Wittgenstein y de
fuertemente marcado por sus vínculos con el período colonial y la "des- tantos otros sintonizados con perspectivas filosóficas posmetafisicas, vo-
cripción del «otro»". Trataba de considerar los juegos de poder que se ces disonantes de aquellas basadas en una epistemología que Esther Díaz
ponen en marcha durante el trabajo de campo y también cuando, de denomina "epistemología gris", en la cual "la ciencia es reducida a cono-
vuelta a nuestras oficinas, pasamos a describir lo que sucedió allá. Ha- cimiento científico sin considerar las prácticas sociales que, entrelazadas
-
bía que problematizar el "estar allá, escribir aquí", una expresión muy con los enunciados, constituyen la empresa científica".7 En oposición a esa
conocida, a partir de un artículo de Clifford Geertz así titulado.' Jorge epistemología gris, la filósofa conceptualiza lo que designa "epistemología
Larrosa, por su parte, considera, con base en el pensamiento de Hans- ampliada", una epistemología que, en sus palabras, "intenta matizar con
Georg Gadamer, lo que ocurre con los investigadores cuando abordan el pinceladas de color el irremediable gris de la teoría",8 que se sitúa "en-
estudio de los "extranjeros", los "otros".6 tre la historia interna y la historia externa de la ciencia, ampliándose a
Sin embargo, el trabajo de campo que realizaba en aquel tiempo no lo político-social".9 La perspectiva etnomatemática con la cual buscamos
se restringía —y aún no se restringe— a observaciones y entrevistas. Por operar se inscribe en el marco de esa epistemología ampliada.
exigencia del Movimiento Sin Tierra, los intelectuales que desarrollan A partir de esta referencia teórica, he ampliado también mi espacio-
investigaciones empíricas con ellos deben involucrarse, deben, por reci- tiempo empírico, si bien el Movimiento Sin Tierra sigue ocupando un
procidad, colaborar en la calificación de los campesinos según algunas lugar destacado. Cada nuevo proyecto concebido por el grupo de investi-
de las múltiples dimensiones de su lucha. gación incluye las categorías de este movimiento social campesino. Pero
De mi parte, desde que se constituyó el primer grupo de formación también estoy interesada en estudiar otras formas de vida, del presente
de campesinos para actuar en sus escuelas, tuve el privilegio y el desa- y del pasado, como ejemplifico en el próximo apartado.
fío de dictar clases en sus cursos de formación docente y también para
líderes del sur del país, así como de participar en encuentros pedagógi-
cos con profesores de asentamientos y campamentos, y asesorarlos en Ejemplificando el uso de la perspectiva etnomatemática
sus proyectos educativos.
En los últimos arios, nuestro abordaje etnomatemático se amplió. Otras Una síntesis de la investigación apoyada en la perspectiva etnoma-
herramientas teóricas fueron introducidas en el programa investigativo. temática se encuentra en mi artículo escrito con Fernanda Wanderer.1°
En ese texto fueron analizados, desde una perspectiva genealógica fou-
4. Véase G. Knijnik, "Ethnomathematics and Political Struggles", en P. Valero, Perspec- 7. E. Díaz (ed.), La posciencia, Buenos Aires, Biblos, 2000, p. 17.
tives on Adults Learning Mathematics: Research and Practice, Londres, Kluwer, 2000,
vol. 1, p. 119-134. 8. Ídem, p. 18.
5. C. Geertz, "Estar lá, escrever aquí", Diálogo, vol. 22, N° 3, 1969, pp. 58-63. 9. E. Díaz, Entre la tecnociencia y el deseo. La construcción de una epistemología amplia-
da, Buenos Aires, Biblos, 2007, p. 24.
6. J. Larrosa, "¿Para qué nos sirven los extranjeros?", Educacáo & Sociedade, vol. 23, N°
79, 1998, pp. 67-84. Es decir, aquellos individuos o grupos que son tomados como mate- 10. G. Knijnik y F. Wanderer, "Mathematics Education and Differential Inclusion: A
rial empírico de nuestros estudios. El autor discute las tensiones del binomio identidad- Study about Two Brazilian Time-Space Forms of Life", wm-The International Journal on
diferencia, mostrando cómo el proceso de comprensión del otro está ahí involucrado. Mathematics Education, vol. 42, Berlín, 2010, pp. 349-361.
GELSA KNIJNIK PLANTEAMIENTOS EPISTEMOLÓGICOS Y METODOLÓGICOS 185
184
zaultiana, dos acontecimientos ocurridos en el sur de Brasil, en formas está tentado de hacer referencia a una constante histórica y cómo en-
de vidas campesinas de tiempos-espacios distintos. El primer aconteci- contrar las conexiones, los juegos de fuerza que produjeron la emergen-
miento fue la imposición del uso de la lengua portuguesa en las escue- cia de los acontecimientos. Nos cuestionamos también cómo realizar
las de inmigración alemana durante la "campaña de nacionalización", una "acontecimentalización" (ese neologismo que Foucault utiliza para
medida impuesta por el gobierno de Getulio Vargas, conocido como Es- describir su modo genealógico de considerar la historia). Cada una de
tado Novo, que se extendió de 1937 a 1945. El segundo acontecimiento nosotras había dirigido una investigación específica e interrelaciona-
Fue el cierre de las escuelas itinerantes del Movimiento Sin Tierra en da. 14 Vimos que algunos resultados de estos estudios eran potencial-
el estado de Rio Grande do Sul, que ocurrió en años recientes. Los dos mente productivos para ser utilizados en la realización del análisis
acontecimientos fueron elegidos porque consideramos que ambos gene- genealógico. Además, estas investigaciones tuvieron como referencia
raron rupturas en el orden establecido con relación a la vida social y en teórica la caja de herramientas que constituye la perspectiva etnoma-
particular en el ámbito de la escuela. En ambos, la biopolítica se puso temática discutida en este capítulo.
en marcha. La primera investigación (conectada con la citada tesis doctoral de
De modo específico, examinamos las matemáticas escolares de estas Wanderer) tuvo como objetivo analizar las enunciaciones sobre las ma-
distintas formas de vida y concluimos que las clases de matemática es- temáticas escolares y la escuela, producidas por campesinos descen-
tuvieron funcionando como un dispositivo de producción de la inclusión dientes de alemanes luteranos y evangélicos. Ellos asistían a la escuela
diferenciada. Además de los elementos teóricos y metodológicos antes rural de un pequeño pueblo del estado de Rio Grande do Sul, en el
mencionados, se trabajó también con Imperio." momento de la aplicación de los decretos de la campaña de nacionali-
A partir de las ideas de Wittgenstein, argumentamos sobre la exis- zación que, entre otras medidas, impuso el uso exclusivo del portugués
tencia de distintos juegos de lenguaje, asociados a diferentes formas de en todos los ámbitos de la vida social, así como la incorporación de la
vida, que mantienen entre sí especificidades, pero también parecidos "educación cívica" en la currícula escolar y el uso de materiales de ense-
de familia. Al analizar aquellas dos formas de vida rurales de espacios ñanza publicados únicamente en portugués.
y tiempos distintos, mostramos los parecidos de familia de los juegos Wanderer mostró detalladamente cómo la campaña de nacionaliza-
de lenguaje que eran practicados por ellos, por ejemplo, cuando hacían ción, la maquinaria escolar y, en particular, las matemáticas escolares
las "cuentas de cabeza", esto es, calcular sin el uso del "lápiz y papel", 12 actuaron en la administración de la población, en el disciplinamiento
cuando calculan el área de superficies de tierra utilizando juegos de D de los cuerpos de los escolares y en la regulación de su pensamiento.
Lenguaje que, sin ser idénticos a aquellos que circulan en la práctica Para ello se basó en entrevistas realizadas a las personas mayores, así
escolar, tienen con ellos parecidos de familia. como en el análisis de sus cuadernos, sus libros escolares y documentos
La genealogía foucaultiana, tributaria del pensamiento de Nietzs- oficiales de aquel período (firmados por el jefe de la policía y el secreta-
che, se presentó ante nosotros como una fértil herramienta de trabajo. rio de Educación estaduales). Además, probó que en la escuela de aquel
Esa genealogía, que se teje según lo que Foucault llamó "la historia pueblito en que sólo se hablaba el alemán, la imposición del uso del
efectiva", es aquella que "no tiene miedo de mirar abajo desplegando portugués como única forma de comunicación produjo rupturas aun en
perspectivas que rescaten dispersiones y diferencias". 13 el modo de pensar matemáticamente de los que entonces eran niños y
Con Fernanda Wanderer, nos preguntamos cómo proceder en un provocó una reconfiguración cultural en la cual quedó muy explícito el
análisis histórico capaz de hacer surgir la singularidad allí donde se racismo imperial a que se refieren Michael Hardt y Antonio Negri en
Imperio.
Apoyándose en las formulaciones teóricas de Gilles Deleuze y Felix nos elementos para entender cómo en aquella escuela las clases de ma-
Guattari, estos autores muestran que la práctica discriminatoria im- temática constituían un engranaje para la producción de la inclusión
perial no se sostiene en una teoría de superioridad racial, en la cual diferenciada.
existiría una división binaria entre razas y procesos de exclusión: la Al igual que durante la campaña de nacionalización, en el tiempo
práctica segregacionista imperial se constituye a través de mecanismos presente, el cierre de escuelas itinerantes del Movimiento Sin Tierra
de inclusión diferenciada. Así, para los autores no existe, como punto de también puede ser pensado como constituyendo un proceso de inclusión
partida, una diferencia entre razas capaces de generar bloques antagó- diferenciada, en el cual las matemáticas están involucradas.
nicos que separen los "de adentro" y los "de afuera", sino procesos que En primer lugar, es necesario una contextualización: el proceso de
actúan por inclusión y subordinación: escolarización de los integrantes del Movimiento Sin Tierra tiene es-
pecificidades que han sido objeto de estudio de diversos centros de in-
La supremacía blanca funciona primero atrayendo la alteri- vestigación internacionales.'6 Entre esas características, cabe destacar
dad y después subordinando las diferencias de acuerdo con los que sus escuelas de educación infantil, primaria, secundaria, y, más
grados de desviación de la blancura. Esto no tiene nada que ver recientemente, sus cursos de nivel universitario, pertenecen al siste-
con el odio y el miedo del Otro extraño y desconocido. Es un odio ma de escuelas públicas (municipales, estaduales o federales), es decir,
nacido de la proximidad y desarrollado en función del grado de están sujetas a las directrices y las regulaciones gubernamentales. Sin
diferencia del próximo 15
embargo, debido a la relativa autonomía del sistema educativo brasile-
ño, el Movimiento decidió, presionado por la movilización de las fami-
En aquel pueblito de inmigrantes alemanes, antes de la campaña de lias y maestros sin tierra, tomar la tarea de proponer e implementar
nacionalización, los pocos negros que vivían allí no asistían a la escue- las orientaciones pedagógicas en sus escuelas; orientaciones estas que
la. Pero, como dijo uno de los entrevistados, cuando implementaron los tienen como ejes organizativos los valores, saberes y tradiciones de la
decretos, "el profesor dejó que ellos estuviesen allí, aunque no pagaran cultura campesina sin tierra." Es precisamente en esa dimensión edu-
nada porque enseñaban el portugués".
cativa donde se sitúan las contribuciones de nuestro programa investi-
La presencia de los niños negros en la escuela durante aquel perío- gativo en el campo de las etnomatemáticas.18
do propició un acercamiento entre los dos grupos culturales pero, al Esto constituye un gran desafío y supone una posición epistemológi-
mismo tiempo, una subordinación de los recién llegados. Los negros no ca cuya incidencia en lo político, lo ético y lo social contempla la noción
sólo eran caracterizados como un grupo "que sobrevivía de pequeños de epistemología ampliada.'9 Esta noción también implica una decons-
robos", como comentó uno de los entrevistados, sino también "responsa- trucción del binarismo teoría/práctica, como formula Deleuze:
bilizados por su propia muerte", como evidencia el texto encontrado en
el libro de matemática, titulado "La anécdota de los diez niños negros, La práctica es un conjunto de giros de una teoría a otra y la
utilizada para la enseñanza de los números de 1 a 10". teoría un giro de una práctica a otra. Ninguna teoría puede desa-
En esa anécdota, los niños negros iban matándose uno a uno; el pri-
mero ahorcándose, el más gordo muriéndose porque su corazón dejó de
latir, el más delgadito porque se comió una mazorca de maíz, el otro 16. L. Kane, "Popular Education and the Landless People's Movement in Brazil (msT)",
hermanito por caerse en el río y así sucesivamente. Se imponía la exi- Studies in the Education of Adults, 32 (1), 2000, pp. 36-50.
gencia de que toda la clase, incluso los niños negros, memorizase los 17. Véase G. Knijnik et al., Cultural Diferences, oral mathematics and calculators...,pp.
versos de esa anécdota y la cantase. 101-108.
Sobre la base de las formulaciones de Hardt y Negri sobre el racismo 18. G. Knijnik, "Mathematics education and the Brazilian Landless Movement: Three
imperial, Wanderer discute en su tesis episodios como éste, ofreciéndo- different mathematics in the context of the struggle for social justice", Philosophy of
Mathematics Education Journal, 21 (1), 2007, pp. 1-18; "Brazilian peasant mathematics,
school mathematics and adult education", Adult Learning Mathematics. An International
Research Forum, 2 (1), 2007, pp. 54-62.
15. M. Hardt y A. Negri, Império, p. 213. 19. Véase E. Díaz, Entre la tecnociencia y el deseo.
88 GELSA KNIJNIK PLANTEAMIENTOS EPISTEMOLÓGICOS Y METODOLÓGICOS 189
rrollarse sin encontrar una especie de muro y se precisa la prácti- lias integrantes del Movimiento Sin Tierra una condición de igualdad
ca para atravesar el muro.2° con los demás, una posibilidad de integrarse al mundo productivo, de
tener acceso al conocimiento dado a todas las personas.
Las escuelas itinerantes del Movimiento Sin Tierra —que acompa- El cierre de las escuelas itinerantes en el sur de Brasil fue un evento
ian las ocupaciones de los latifundios y se mueven de un latifundio a de características únicas. Cientos de niños fueron obligados a trasla-
aro— tienen especificidades: los alumnos y los maestros son integran- darse a las escuelas regulares, de muy difícil acceso debido a la pre-
,es del movimiento, la admisión de los alumnos ocurre en cualquier cariedad de las carreteras. El argumento gubernamental presentado
nomento del ario escolar (en el momento en que la familia llega al en los medios era que el cierre de las escuelas itinerantes favorece la
ampamento), la currícula se estructura en etapas que corresponden inclusión escolar y, en consecuencia, la inclusión social. Sin embargo,
a los primeros grados de la escuela primaria y sigue los principios de la y remitiéndonos a la teoría de Hardt y Negri, es posible pensar que se
)edagogía del Movimiento Sin Tierra.21 Además, los materiales de trata de una inclusión diferenciada: los niños sin tierra fueron obliga-
nstrucción utilizados son producidos por el sector de educación del dos a asistir a escuelas regulares y, por lo tanto, no fueron excluidos del
Vlovimiento, con la colaboración de académicos de distintas áreas de sistema educativo oficial. Sin embargo, esta inclusión estará marcada,
3onocimiento. definitivamente, por una diferenciación que producirá jerarquías y sub-
Desde 1996 —cuando se crearon las escuelas itinerantes— hasta el ordinación.
Snal de 2008, aproximadamente 4.600 niños se habían escolarizado De este modo, tanto la historia de lucha del Movimiento Sin Tierra
an los campamentos del Movimiento Sin Tierra en el estado de Río como la cultura campesina sin tierra y los juegos de lenguaje que cons-
Grande do Sul. A pesar de ser un estado pionero en la organización e tituyen lo que llamamos "matemáticas campesinas" quedaron "lejos"
implementación de las escuelas itinerantes en Brasil, en 2009 el go- de la escuela, no sólo geográficamente. Los libros de texto utilizados en
bierno estadual impuso el cierre de esas escuelas y el traslado de los las escuelas estatales, así como la formación de sus maestros, también
alumnos a escuelas urbanas, ubicadas relativamente cerca del lugar están muy alejados de la forma de vida campesina sin tierra. Dicen las
de acampamiento. Las familias que se rehusaban a enviar a sus hijos autoridades que la currícula escolar posibilitará que también los niños
a estudiar en otros sitios recibieron amenazas de todo tipo. También sin tierra "tengan acceso al conocimiento dado a todas las personas".
se realizaron protestas en la capital del estado. Los medios, a nivel Como se puede deducir fácilmente, este conocimiento no proviene de
nacional, dieron visibilidad a la discusión. Muchos de los que actua- la forma de vida campesina sin tierra. En particular, la currícula de las
mos junto al Movimiento Sin Tierra fuimos llamados a opinar sobre escuelas urbanas no tratará la discusión de los juegos de lenguaje que
el tema. constituyen sus matemáticas, los cuales son, posiblemente, desconoci-
Aun así, el Ministerio Público dio a conocer la "Declaración de ajuste dos para los maestros que actúan allí. Los juegos de lenguaje que cons-
de conducta", que obligaba, por fuerza de ley, a que los niños se inte- tituyen las matemáticas campesinas serán considerados espurios y, por
grasen a las escuelas regulares del sistema educativo brasileño, lo que lo tanto, quedarán excluidos de la currícula escolar, "repelidos fuera de
posibilitaría, según el documento, que su presencia en la escuela fuese sus orillas".22
controlada. Uno de los argumentos ofrecido por las autoridades consis- En síntesis, la perspectiva etnomatemática con que trabajamos
tía en que la enseñanza pública obligatoria tiene que ser igual en todas muestra que el proceso de inclusión de niños negros en la escuela de
partes y que, de este modo, el gobierno asegura a los niños de las fami- inmigración alemana en el período de la campaña de nacionalización,
así como el proceso de inclusión de los niños sin tierra en las escuelas
urbanas que tiene lugar hoy en día, pueden considerarse inclusión di-
ferenciada. Cada uno de los procesos, a su modo, incluyó niños en la
20. G. Deleuze y M. Foucault, "Os intelectuais e o poder. Conversa entre Michel Foucault escuela pero, al mismo tiempo, constituyó la posibilidad de su subor-
e Gilles Deleuze", en M. Foucault, Microfísica do poder, Río de Janeiro, Graal, 2003.
21. Véase A. Chassot y G. Knijnik, "L'Éducation dans le Mouvement Sans Terre: la cons-
truction d'une pédagogie par un mouvement social", Nouveaux pédagogues, t. 2: Pédago-
gues de demain, París, Fabert, 2007, pp. 307-348. 22. M. Foucault, A ordem do discurso, Sáo Paulo, Loyola, 2001, p. 33.
90 GELSA KNIJNIK
Parafraseando al filósofo, sostengo que son esos campesinos sin tie- Los estudios críticos sobre la concepción canónica de la ciencia' han
ra que hace algunos meses escuché cantar en una celebración, que puesto en evidencia los fines subyacentes construidos históricamente
amen más a la miseria que a la muerte, los verdaderos intercesores de con relación a la ciencia moderna, destacando como característico de la
ii actividad investigativa; ellos son mi fuente de inspiración, mi fuerza práctica científica la producción de una forma particular de conocimien-
ara tomar posición ante los problemas, al punto de hacer de ellos mi to que se basa en el control impersonal de enunciados (hipotéticos) que
estino, mi esfuerzo y también mi más grande felicidad. postulan cierto tipo de relación entre propiedades de los objetos. 2
El control impersonal de las hipótesis, por su parte, remite a la idea de
objetividad —noción que marca un claro punto de continuidad con la ciencia
clásica—, pero no entendida como conocimiento verdadero, o como fiel re-
presentación de la (supuesta) esencia del objeto, ni siquiera como neutra-
lidad sociopsicoantropológica del investigador frente al objeto; sino, más
bien, y en esto radica lo novedoso, como una característica de los procesos
lógicos y de los dispositivos metodológicos implicados en la contrastación
de las hipótesis. En este sentido, se reconoce la "impersonalidad" del
experimento, o de sus sucedáneos en ciencias no experimentales —por
ejemplo, los métodos de la asociación de las ciencias sociales— para deter-
minar efectivamente la relación entre dos o más variables. 3
Esta resignificación de la objetividad en tanto impersonalidad, así En sentido amplio, la correlación remite a "la interdependencia en-
tomo su confinamiento a las prácticas de control empírico de las hipó- tre datos cualitativos o cuantitativos, que incluye también la asociación
tesis y no igualmente a las de su producción, implica el reconocimiento entre propiedades dicotómicas y la contingencia entre propiedades cla-
progresivo, aun en el marco de la concepción canónica de la ciencia, del sificadas en múltiples categorías". 7 Frecuentemente se limita el uso del
ugar que tiene la ideología en la investigación científica —al menos en término "correlación" para dar cuenta de la interdependencia entre dos
iu expresión mínima, como "conjunto de conceptos y presuposiciones al (o más) variables cardinales, mientras se reserva el término "asocia-
lue un científico tiene que recurrir para poder expresar y desarrollar ción" para las relaciones entre variables categoriales. Por "regresión",
Sus teorías"—. 4 en cambio, se entiende la predicción de los valores de una variable car-
En consonancia con lo señalado, no debería sorprender el hecho de dinal y a partir de ciertos valores conocidos de otra variable x, y siempre
lue se haya tendido a presentar los dispositivos metodológicos como ins- sobre la base del conocimiento de la naturaleza de sus relaciones. 8
trumentos neutrales capaces de detectar, en el proceso de contrastación La formulación originaria de los conceptos de regresión y de correla-
de hipótesis, cualquier tipo de contaminación ideológica del conocimiento ción en su sentido estadístico moderno, así como la consecuente mode-
científico. Para esto se ha recurrido a la clásica distinción, introducida lación de sus relativos instrumentos operativos —entendidos como dis-
por Hans Reichenbach, 5 entre un contexto de descubrimiento —en el que positivos técnicos capaces de determinar impersonalmente la fuerza de
la producción de hipótesis queda expuesta a diverso tipo de influencias la relación entre variables— está ligada a las investigaciones de Francis
extracientíficas, y de cuyo análisis deberían ocuparse disciplinas como la Galton sobre los problemas de la herencia humana, con las que buscó
historia, la psicología y la sociología— y un contexto de justificación, ligado sentar las bases científicas de una política de reformas eugenésicas.
a los procesos lógicos involucrados en la contrastación, en el que el "mé- El desarrollo de estos instrumentos se dio enteramente en Inglaterra
todo científico"6 (y en la práctica sus instrumentos operativos) permite entre fines del siglo xix y principios del siglo xx.
controlar las hipótesis de manera impersonal/neutral/imparcial. Se ha os- Los intereses eugenésicos de Galton son bien conocidos. A principios
curecido, por lo tanto, el lugar que intereses sociales (y de otro tipo) han del siglo xx, en los últimos diez años de su vida, se dedicó por completo a
tenido históricamente en la construcción misma de tales instrumentos. estas cuestiones. En su monumental biografia, escrita por Karl Pearson, el
En este artículo se examina el origen de dos instrumentos metodo- período 1901-1911 (hasta la muerte de Galton) está dominado por el movi-
lógicos específicos —la regresión y la correlación estadísticas— con el fin miento eugenésico y por las iniciativas para institucionalizarlo.
de poner en evidencia los intereses sociales y los supuestos "científicos" Este movimiento era la expresión política y social de una concepción
que, al mismo tiempo, favorecieron y permearon su desarrollo. En par- particular de la sociedad. El punto de partida era que los individuos
ticular, se pretende exponer su correspondencia con proyectos eugené- poseían una cantidad fija —heredada— de características socialmente re-
sicos y perspectivas biométricas, dando cuenta de un complejo entra- levantes que constituían el valor cívico: la habilidad natural y el coefi-
mado de ideas —filosóficas y científicas—, proyectos sociales y políticos ciente intelectual, entre otras. Estas características seguían una dis-
—y su correlato institucional— que estuvieron en juego en el desarrollo tribución normal que se homologaba a la de la sociedad de clases de la
histórico de estos dispositivos de investigación. Inglaterra victoriana, atribuyéndole al estrato más bajo de la población
la menor cantidad de valor cívico. Lo "mejor" de la nación, en contrapo-
sición, se encontraba en las clases más altas: la aristocracia intelectual,
los emprendedores exitosos y la naciente elite profesional. 9
4. Este reconocimiento limitado de la influencia de la ideología en el quehacer científico se
encuentra formulado claramente —desde la perspectiva estándar— en el reportaje a Gre-
gorio Klimovsky publicado por Ciencia Nueva en 1971 bajo el título "Ciencia e ideología",
del cual se ha extractado la cita. G. Klimovsky, "Ciencia e ideología", Ciencia Nueva, N° 7. M.G. Kendall y W.R. Buckland, A Dictionary of Statistical Tercos, Londres, Longman,
10, 1971, pp. 12-21, 13. 1976.
5. H. Reichenbach, Experience and Prediction: An analysis of the foundations and the 8. Véase H.M. Blalock, Social Statistics, Nueva York, McGraw-Hill, 1960.
structure of knowledge, Chicago University Press, 1938. 9. Resulta oportuno señalar que Galton consideraba la distribución normal, a la que lla-
6. Se trata evidentemente de una concepción monista del método científico. maba "ley de la frecuencia de los errores", como uno de los métodos más elevados de la
JUAN IGNACIO PIOVANI ESTADÍSTICA, EUGENESIA Y BIOMETRÍA 195
194
El movimiento eugenésico inspirado en Galton tenía dos aspectos crucial: si no se verificaba tal dependencia entre los atributos de dos ge-
principales: 1) la construcción de una visión de la sociedad cuyas carac- neraciones sucesivas, la politica de reformas eugenésicas que promovía
terísticas eran en sustancia el resultado de los elementos heredados y se volvería fútil. Por consiguiente, fue la eugenesia la que hizo de la de-
mensurables de sus miembros, y 2) la institucionalización de un grupo pendencia entre fenómenos observables, y su variabilidad, el foco princi-
de presión que promoviera políticas sociales destinadas a mejorar la pal de la naciente teoría estadística.'2
constitución hereditaria de las futuras generaciones. Estas ideas no surgieron de la nada sino que estuvieron estrechamente
Evidentemente, profundizar el conocimiento de los procesos here- ligadas a su interpretación del evolucionismo de Charles Darwin" (su pri-
ditarios de los caracteres físicos y mentales era absolutamente prio- mo hermano) y a las conclusiones derivadas de sus observaciones juveniles
ritario. El nexo entre la teoría estadística de Galton y la eugenesia no —más bien diletantes— sobre sus contemporáneos. Desde el nacimiento a la
resulta por lo tanto una fantasía; muchos estudiosos lo han señalado, muerte su mundo social fue el de la aristocracia intelectual y varias veces
comenzando por el mismo Pearson. él mismo declaró que sus convicciones sobre la herencia encontraron una
Los sueños eugenésicos de Galton lo proveyeron de la motivación y fuente inicial de inspiración en la observación de sus pares:14
la perseverancia mental necesaria para indagar en los "secretos" de la
Quedé muy impresionado por los casos obvios de herencia en-
probabilidad. Bernard Norton afirma que Galton "estuvo motivado por
tre los hombres de Cambridge que frecuentaban la universidad
fuertes visiones eugenésicas; un hombre cuyos intentos de entender la en mis tiempos?
herencia humana fueron alimentados por el deseo de demostrar la su-
premacía de la herencia sobre la socialización, y esto, a su vez, lo condujo
a descubrir ciertas nociones estadísticas cruciales —en particular [...] las
de regresión y correlación"." Análogamente, Donald MacKenzie indica 12. Este interés científico por la variabilidad de los fenómenos (humanos), que constituye
que "las necesidades de la eugenesia determinaron en gran parte la sus- la base de la moderna teoría estadística, implica una verdadera revolución con respecto
tancia de la teoría estadística de Galton", ya que lo orientaron hacia la a las visiones entonces dominantes en la estadística social que, inspiradas en la obra de
variabilidad como fenómeno de importancia intrínseca. Para justificar su Adolphe Quetelet, y por influencia de las concepciones matemático-probabilísticas típicas
de la astronomía de siglo xvin, se centraban en la idea de normalidad y consideraban
concepción, debía desarrollar conceptos radicalmente nuevos.11 la variabilidad como una manifestación patológica. Véanse D.A. MacKenzie, Statistics
Dado que —en tanto defensor de la eugenesia— su principal interés in Britain, 1865-1930; T. Porter, The Rise of Statistical Thinking, 1820-1900, Princeton
residía en demostrar el impacto de las características de una generación University Press, 1986; J.I. Piovani, Alle origini della statistica moderna. La Scuola in-
en la siguiente, la dependencia estadística entre dos variables se volvió glese di fine ottocento, Milán, Angeli, 2006.
13. Se trata de lo que Norton denomina "darwinismo social externo". A diferencia del
darwinismo social interno, que teorizaba la lucha por la supervivencia dentro de la so-
estadística, y la creía absolutamente aplicable al estudio de los procesos de herencia. Su ciedad (entre individuos o grupos), el externo sostenía que, dado que el Estado moderno
alta estima por la curva normal queda claramente en evidencia en el siguiente pasaje: había resuelto el problema de la lucha intrasocietal, la supervivencia se dirimiría entre
"No conozco nada más apto para impresionar la imaginación que la extraordinaria forma sociedades organizadas. En este sentido, las propuestas eugenésicas de Galton deben
de orden cósmico expresada por la ley de los errores. El salvaje, si pudiera entenderla, la entenderse en el contexto europeo de fines del siglo xix y, en particular, en el marco de la
veneraría como a un dios. Ella reina con reservada serenidad en medio de la más tem- "mejor preparación" nacional para lo que consideraba inevitable: la conflagración entre
Estados en busca de la supremacía.
pestuosa confusión. Cuanto más enorme la masa y más grande la anarquía, más perfecto
resulta su imperio. Tómese una amplia muestra de elementos caóticos y dispóngaselos 14. En efecto, en varias ocasiones Galton toma los casos de herencia intrafamiliar de atri-
en forma ordenada por tamaño, y entonces, por más irregulares que parecieran, resulta butos intelectuales, derivados de la observación de sus pares, como fundamento de sus
que una bellísima e inesperada forma de regularidad siempre había estado presente", F. ideas eugenésicas. Un ejemplo temprano de esto se encuentra en su English Men of Science
Galton, "Family likeness in stature", Proceedings of Boyal Society of London, 40, 1886, (1874), obra en la que "demuestra" que los grandes científicos ingleses estaban de algún
pp. 494-95. modo emparentados, hecho que sólo podía explicarse por la herencia de aquellos atributos
que los hacían seres excepcionales. Es evidente que Galton realiza esta afirmación con
10. B.J. Norton, "Karl Pearson and statistics: The social origins of scientific innovation",
prescindencia de los modernos conceptos sociológicos de desigualdad y de reproduccion so-
Social Studies of Science, 8 (1), 1978, p. 9.
cial de las desigualdades.
11. D.A. MacKenzie, Statistics in Britain, 1865-1930. The Social Construction of Scien-
15. F. Galton, Memories of My Life, Londres, Methuen, 1908.
tific Knowledge, Edimburgo University Press, 1981, pp. 52 ss.
96 JUAN IGNACIO PIOVANI ESTADÍSTICA, EUGENESIA Y BIOMETRÍA 197
Sin embargo, más allá de este "contexto de descubrimiento" en el cido por su rol en el desarrollo e institucionalización de la estadística
[lie sus ideas tomaron forma, lo que interesa en este artículo es ana- como ciencia. 2°
izar cómo fueron sometidas a "pruebas" empíricas y, más específica- Las primeras contribuciones de Pearson a la teoría estadística
riente, cómo se desarrollaron los instrumentos técnicos para tal fin. —luego de haber visitado otros campos de estudio— estuvieron conec-
principio, cabe señalar que sus hipótesis comenzaron a ser siste- tadas estrechamente con su intención de ilustrar matemáticamente
náticamente controladas en sus investigaciones de la década de 1860. la biología evolutiva." Sus más célebres aportes se encuentran, en
lereditary Genius: An Inquiry into its Laws and Consequences (1869) efecto, en la larga serie de artículos titulada Contributions to the
1s una aplicación pionera de los instrumentos estadísticos al problema Mathematical Theory of Evolution y, más especialmente, en el de
le la herencia. Este libro marca el inicio de un recorrido investigativo 1896 —Correlation, Heredity and Panmixia— en el cual presentó la
Impírico que lo condujo al desarrollo de la regresión, a fines de los años célebre fórmula producto-momento del coeficiente de correlación, tra-
ro, y que culminó con el de la correlación en los 80. tando el problema de la selección natural, la selección reproductiva y
La influencia de los intereses eugenésicos fue más evidente en la la endogamia. Hasta 1901, cuando sus intereses comenzaron a diver-
;onstrucción de la noción y los instrumentos de la regresión: sus inves- sificarse, trabajó casi exclusivamente en los campos de la herencia y
tigaciones sobre el proceso de transmisión de las características de las la evolución.
iemillas de arveja (1877) y de la estatura humanai 6 estuvieron directa- Pearson quería establecer un nexo entre las características físicas
mente inspiradas en esta concepción. La correlación, en cambio, surgió y mentales, de modo de contribuir con mayores fundamentos "cientí-
más bien de la atención prestada al problema de la identificación perso- ficos" a las intervenciones de política eugenésica. Luego de la muerte
nal, una cuestión que por entonces interesaba a los estadísticos sociales de Weldon (con quien había realizado múltiples trabajos conjuntos) en
tanto como a los funcionarios públicos. La idea era poder identificar a 1906, se centró de manera creciente en la investigación eugenésica. Su
las personas con propensiones criminales sobre la base de sus caracte- rol como director del Laboratorio Eugenésico y como profesor de la cáte-
rísticas anatómicas".' 7 dra Galton de Eugenesia Nacional se manifestó en una muy particular
Siguiendo esta perspectiva general, Galton decidió indagar acerca del combinación de indagación biométrica y eugenesia —de corte estadísti-
modo de estimar la estatura de un hombre desconocido a partir del largo co— orientada a las reformas sociales: "El Laboratorio Biométrico de-
de sus extremidades y de las relaciones entre las diversas dimensiones sarrolló métodos estadísticos en un contexto biológico, y el Laboratorio
corporales.' 8 Sin embargo, aun si la eugenesia no tuvo una influencia Eugenésico los aplicó para demostrar la prevalencia de la naturale-
directa en su trabajo sobre la correlación, sus intereses por la identi- za (nature) sobre la crianza (nurture) en las cuestiones humanas —en
ficación personal estuvieron parcialmente alimentados por ella. 19 Las
investigaciones de Galton culminaron con la publicación de Natural
Inheritance, una obra muy influyente en su tiempo, que atrajo especial- 20. F. Galton, Natural Inheritance, Londres, Macmillan, 1889. La estadística ya existía
mente a dos científicos que más adelante retomarían su legado: Frank en los tiempos de Galton y Pearson, y gozaba de amplio reconocimiento. Cabe aclarar,
Weldon y —en particular— Karl Pearson, quien es ampliamente recono- entonces, que nos referimos a su desarrollo e institucionalización en el marco de una
redefinición radical de sus características y objetivos. Se trata, como sostenía Pearson,
de una nueva ciencia, que era a la vez pura (una parte de la matemática que se
ocupa de la compilación, la representación y el tratamiento de agregados numéricos)
Nature, y aplicada (uso de los métodos de la rama pura para el análisis de clases especiales de
16. F. Galton, "Address to the Anthropological Section of the British Association",
N° 32, 1885; "Regression Towards Mediocrity in Hereditary Stature", Journal of the An- hechos: observaciones físicas, biológicas, políticas, etc.). Para una reconstrucción de la
thropological Institue, N° 15, 1885; "Family Likeness in Stature", Proceedings of Boyal historia de la estadística y sus múltiples redefiniciones, véase J.I, Piovani, Alle origini
Society of London, 40, 1886. della statistica moderna.
Roma, 21. Egon Pearson (Karl Pearson: An Appreciation of Some Aspects of his Life and Work,
17. G. Di Franco y A. Marradi, Analisi fattoriale e analisi in componenti principali,
Bonanno, 2003, p. 25. Cambridge University Press, 1938; citas de la trad. cast.: Karl Pearson, creador de la
estadística aplicada, Buenos Aires, Espasa-Calpe, 1948) afirma que todas las contribu-
18. F. Galton, "Kinship and Correlation", North American Review, 150, 1890. ciones estadísticas del padre deben ser juzgadas como un conjunto de instrumentos apli-
19. Véase D.A. MacKenzie, Statistics in Britain, 1865-1930. cables a la solución de los problemas de la herencia y de la evolución.
198 JUAN IGNACIO PIOVANI ESTADÍSTICA, EUGENESIA Y BIOMETRÍA 199
otras palabras, la supremacía de la herencia por sobre la educación y sentido, se puede concluir que Pearson logró cumplir —al menos parcial-
la socialización".22 mente— su deseo de establecer los métodos de la estadística matemática
La creación del Departamento de Estadística Aplicada como fruto como "universalmente" aplicables. Desde su punto de vista, éstos serían
de la fusión de los institutos de biometría y eugenesia del University capaces de elevar varias disciplinas al estatus de "verdaderas ciencias":
College de Londres marcó el destino de las investigaciones de Pearson y
sus colaboradores en la dirección mencionada. En este período sus más Comprendí [de Galton] [...1 que esta nueva concepción de la
importantes iniciativas científicas fueron alimentadas por la pasión re- correlación llevaba a la psicología, la antropología, la medicina
formista en materia social, basada en un programa de mejoramiento de y la sociología, en gran medida, dentro del campo del tratamien-
la raza inglesa y preparatorio para la inevitable competencia interna- to matemático [...1 Había aquí por primera vez una posibilidad,
no quisiera decir la certeza, de alcanzar conocimientos válidos
cional, que juzgaba inevitable (véase nota 14).
—como se consideraban entonces los conocimientos físicos— en el
Se trataba de una particular combinación de biometría, epidemiolo- campo de las formas vivientes y, sobre todo, en el campo del com-
gía, psicología, antropología física, sociología e investigación sobre las portamiento humano.24
instituciones sociales. Los estudios sobre la decadencia nacional, las par-
ticularidades de la raza inglesa, la herencia de los atributos mentales y Este éxito de los desarrollos estadísticos inspirados en la eugene-
morales, las enfermedades infecciosas y sus consecuencias, el alcoholis- sia no puede extenderse a las conclusiones biológicas propuestas por
mo y sus efectos físicos y psíquicos en la prole, los "defectos" mentales, la biometría pearsoneana: éstas eran consideradas por sus colegas —en
la relación entre fertilidad y valor social, el problema de la inmigración particular por aquellos influenciados por Gregor Mendel— como mate-
en Gran Bretaña, la relación entre cuerpo y mente, la herencia de las máticamente refinadas pero biológicamente ingenuas. El intento de los
enfermedades mentales, son ejemplos de investigaciones en la cuales, biómetras de demostrar su concepción fenoménica y cuantitativa de la
simultáneamente, se aplicaron de manera pionera y se desarrollaron los herencia, sin mediaciones teóricas, generó una encendida polémica con
nuevos instrumentos de la regresión y de la correlación en el departa- esta otra gran escuela biológica de aquellos tiempos.
mento universitario dirigido por Pearson. No obstante, las técnicas aplicadas en esas investigaciones ganaban
Además, esta amalgama de temas tan diferentes en un único pro- cierta "autonomía relativa": no tenían limitaciones intrínsecas tales de
grama de investigación no era más que la coherente realización de la volverlas inútiles en otros campos de investigación o inaplicables en el
clasificación pearsoneana de la ciencia: se trataba en definitiva del es- contexto de problemas empíricos construidos desde otras perspectivas
tudio de las "formas vivientes". En efecto, él consideraba que la socio- teóricas (e ideológicas). De hecho, poco tiempo después de ser propues-
logía y la psicología debían ocuparse de acciones y funciones con ba- tas, ya estaban siendo empleadas con fines diversos y, a veces, incluso
ses biológicas; la antropología y las instituciones sociales eran, por su opuestos a los de Galton, Pearson y sus seguidores.
parte, manifestaciones de la evolución humana. En fin, la biología y la
evolución humana eran dos aspectos de los fenómenos orgánicos estu-
diados por las "ciencias concretas", que se distinguían de otras por su
dimensión temporal. Sólo que la biología hacía referencia a fenómenos
recurrentes y la evolución humana a aquellos no recurrentes, y por lo
tanto se la consideraba una rama de la historia.23
Sin duda, las contribuciones estadísticas de la escuela biométrica,
especialmente en temas de regresión y correlación, tuvieron un éxito
duradero, llegando a permear todas las disciplinas científicas. En este
Metodología franca
lueza; no sólo a través del método o por causa de él, sino también con italiano revisa el concepto de paradigma, se detiene en la idea de signatu-
-especto al método en sí mismo; poniendo en práctica una suerte de ra y recompone, hacia el final, una "arqueología filosófica". De estos tres
)arresía2 metodológica, una forma del decir veraz que abriría incluso la escritos nos interesa especialmente el primero, que lleva por título "¿Qué
po sibilidad de repensar no sólo nuestras categorías metodológicas sino es un paradigma?", texto movido por la necesidad recursiva de revisar
t ambién nuestra forma de producir conocimiento y entonces, también detenidamente algunas de las figuras epistemológicas más importantes
nuestra ontología. de su propio proyecto filosófico —el homo sacer, el musulmán, el estado de
La tesis que acabamos de formular aparece ya en el artículo de excepción— y su particular modo de tratarlas: como paradigmas.
Paula Fleisner "Gobierno de los hombres, teología económica. Derivas
agambenianas de la genealogía del gobierno foucaultiana", publicado
recientemente en la revista Perspectivas Metodológicas. Allí Fleisner se Investigar el paradigma
)cupa de la influencia de Foucault en Agamben y en ese sentido sostie-
ne que, "además del seguimiento de problemáticas centrales en la obra "Es oportuno detenernos aquí", dice Agamben cuando da comienzo
Foucaultiana, es posible señalar otro «rastro» de Foucault en Agamben: al artículo que ahora nos ocupa. Con la fuerza propia de la deixis, ese
La influencia metodológica, que implica también una cierta concepción aquí —que con tanta vehemencia nos señala, nos circunscribe un espa-
mitológica, paradigmática y no sustancial, compartida". 3 cio y hasta nos orienta en la investigación— viene por supuesto acom-
Por todo lo dicho hasta aquí, podemos ahora admitir, con respecto pañado (o al menos se deja escoltar) por una marca que lo destina, que
al método, su carácter eminentemente posterior, su trayectoria recons- lo arriesga por entero; una marca que revela en qué consiste una oca-
tructiva, su forma extraña pero familiar de constituirse como legítimo, sión: me refiero a la noción de oportunidad. Cuando Agamben afirma
su vínculo íntimo con el detenimiento y la revisión. "es oportuno detenernos aquí" nos muestra que, en definitiva, es ésta
Justamente, es ésta la perspectiva metodológica que adopta Giorgio nuestra única oportunidad, es ésta la única oportunidad que tenernos
Agamben en Signatura rerum, el libro sobre el método que aquí analiza- de realizar —aquí y ahora— una investigación sobre el paradigma. Ésta
rnos. Se trata de una compilación de tres artículos en los que el filósofo es nuestra chance de interrogar su sentido y su uso, tanto en la filosofía
como en las ciencias humanas.
Aprovechemos, entonces, la oportunidad que Agamben nos ofrece y
2. En El vocabulario de Michel Foucault, Edgardo Castro sostiene: "La parresía consti- sometamos, junto a él, la noción de paradigma al método genealógico.
tuye para Foucault una de las técnicas fundamentales de las prácticas de sí mismo en El término "paradigma" tiene una doble procedencia: remite, en
[a Antigüedad. En el vocabulario del cuidado de sí, parresía es un término técnico. En principio, a Foucault, quien se sirve muchas veces en sus escritos de esa
primer lugar, en la literatura epicúrea, expresa una cualidad del fisiólogo (el médico
expresión, aunque sin llegar a definirla. En segundo lugar, "paradig-
conocedor de la naturaleza) que define la relación entre el médico y el enfermo. Hablar
Son parresía, esto es, con libertad de palabra, consiste en decir al enfermo las verdades ma" remite también, y de manera específica, al proyecto epistemológico
le la naturaleza que pueden cambiar el modo de ser del sujeto enfermo [...]. En segundo kuhniano. Por este motivo, Agamben rápidamente afirma:
Lugar, en el contexto más amplio de la relación maestro-discípulo, la parresía define la
ictitud del maestro que corresponde al silencio del discípulo. En este marco la parresía se Será preciso, entonces, verificar si la analogía entre los dos
refiere tanto a la actitud moral del maestro, al éthos del director de conciencia, cuanto a la métodos [el de Thomas Kuhn y el de Michel Foucault] se refiere
técnica necesaria para transmitir los discursos verdaderos. Por ello la parresía tiene dos más bien a problemas, estrategias y niveles de investigación di-
anemigos, uno moral y otro técnico: la adulación y la retórica". En este sentido, pensar la
ferentes, y si el "paradigma" de la arqueología foucaultiana no es
posibilidad de una parresía metodológica permitiría a la vez desligar al método del confi-
namiento adulatorio al que lo condena cierta epistemología y volver a afirmar el vínculo
sólo el homónimo del que marca, para Kuhn, el producirse de las
privilegiado que existe entre método y verdad, aunque, en este caso, se trataría de una revoluciones científicas.4
verdad capaz de contemplar, además del matiz técnico, el aspecto moral siempre presente
:anto en el plano científico como en el metodológico. E. Castro, El vocabulario de Michel
Foucault, Bernal, Prometeo-Universidad Nacional de Quilmes, 2004, p. 256.
3. P. Fleisner, "Gobierno de los hombres, teología económica. Derivas agambenianas",
Perspectivas Metodológicas, año 9, N° 9, noviembre de 2009, p. 86. 4. G. Agamben, Signatura rerum, p. 15.
04 MARÍA TERESA GARCÍA BRAVO METODOLOGÍA DE LAS CIENCIAS HUMANAS 205
Sin embargo, y después de avanzar hacia lo que parece ser la confir- forma cada caso singular en ejemplar de una regla general que
nación de esta analogía metodológica, Agamben comienza a internarse nunca puede formularse a priori.7
n el espacio que organiza la máxima distancia entre ambas, es decir,
omienza a ofrecernos aquello que él mismo denomina "una lectura más Pero aun después de plantear semejantes lazos familiares, queda
tenta de los escritos de Foucault", al mismo tiempo que abandona la todavía un cabo suelto del que Agamben se tiene que ocupar. Se trata
imiente de Kuhn por completo. En este sentido, es notorio cómo a par- de la posibilidad de explicar, en Platón, el vínculo entre las ideas y lo
ir de ese momento el trabajo genealógico llevado a cabo por Agamben sensible. Creo que es allí donde la genealogía agambeniana brilla con
e hace más radical, dejándose realizar de una manera diferente. Esto más intensidad. Retomando el tratamiento que hace Victor Goldschmit
a permite, por ejemplo, afirmar que para Foucault los paradigmas no del uso del ejemplo en los diálogos de Platón, Agamben llega a elucidar
bedecen a la lógica del transporte metafórico de un significado sino a por qué el método paradigmático es tan apropiado al tratamiento de la
a analógica del ejemplo. Y esta afirmación le va a permitir, a su vez, no cuestión biopolítica. Dice Agamben:
ólo llevar hasta sus últimas consecuencias el método genealógico sino,
demás, arribar a una definición de paradigma absolutamente revela- Si se pregunta ahora si la regla se aplica al ejemplo, la res-
ora, de la que nos ocuparemos más adelante. puesta no es fácil: el ejemplo está, de hecho, excluido de la regla,
Revisaré ahora los momentos genealógicos señalados por Agamben. no porque no forme parte del caso normal, sino, al contrario, por-
:n primer lugar, se ocupa de la noción de ejemplo tal y como aparece en que exhibe su pertenencia a él. En este sentido, el ejemplo es la
contracara simétrica de la excepción: mientras que ésta se inclu-
)s Primeros analíticos. En 69a, 13-14, Aristóteles señala que el proce-
ye a través de su exclusión, el ejemplo se excluye a través de la
imiento por paradigmas se distingue de la inducción y de la deducción exhibición de su inclusión.8
orque va de lo particular a lo particular. En ese sentido, "el ejemplo
onstituye una forma peculiar de conocimiento que no procede articu-
ando universal y particular, sino que permanece en el plano de este En busca de una metodología paradigmática
ltimo".5
Agamben pasa de Aristóteles a Enzo Melandri y su consideración Ejemplo y excepción: entre estos dos términos oscilan la mayor parte
e la lógica analógica, es decir, de una forma de intervención en las de nuestras investigaciones. Es así como se investiga, al menos en cien-
icotomías lógicas, no para componerlas en una síntesis superior sino cias humanas, es así como se produce conocimiento. Y es así también
ara transformarlas en un campo de fuerzas recorrido por tensiones como hacemos filosofía hoy.
ol ares. La pregunta que entonces se nos impone dice: ¿es posible que esto
Después de Melandri y su lógica analógica, Agamben considera sea así? Es decir, ¿se puede construir conocimiento a partir del ejemplo?
portuno analizar la idea de regla y su modo de funcionamiento, escla-
¿Y filosofía?
ecimiento que lleva a cabo mediante un pasaje de la Crítica del juicio La respuesta de Agamben no se hace esperar: llega más bien an-
mi el que Kant piensa la necesidad del juicio estético en la forma de un
tes, es decir, proviene del texto previo a Signatura rerum. Me refiero
jemplo, del cual es imposible la regla".6
a El reino y la gloria, cuyo subtítulo reza Una genealogía teológica de
Sólo después de explicitar esta trayectoria Agamben sostiene:
la economía y del gobierno. Es esperable entonces encontrar entre sus
páginas una puesta en práctica del método paradigmático, basado en
Uniendo las consideraciones de Aristóteles con las de Kant,
podemos decir que el paradigma implica un movimiento que va
el ejemplo y la excepción; algo que ya puede advertirse en la "Premisa"
de la singularidad a la singularidad y que, sin salir de ésta, trans- que abre y organiza el texto:
Esta investigación se propone indagar los modos y las razones y en el orden global de la sociedad occidental. Una de las te-
por los que el poder ha ido asumiendo en Occidente la forma de sis que se tratará de demostrar es que de la teología cristiana
una oikonomia, es decir, de un gobierno de los hombres. Ella se derivan en general dos paradigmas políticos, antinómicos pero
sitúa por lo tanto en la huella de las investigaciones de Michel funcionalmente conectados: la teología política [...] y la teolo-
Foucault sobre la genealogía de la gubernamentalidad, pero bus- gía económica [...] Del primero derivan la filosofía política y
ca, a su vez, comprender las razones internas por las que éstas no la teoría moderna de la soberanía; del segundo, la biopolítica
han llegado a completarse.9 moderna.'°
Agamben presenta aquí una investigación que tiene como premi- Justamente esto es posible porque en Signatura rerum, texto que,
a, además de indagar los modos de ser del poder occidental, elucidar como advirtiéramos antes, es —por supuesto— posterior a El reino y
os motivos internos por los que las investigaciones de Foucault en la gloria, Agamben ofrece la definición misma de paradigma, defini-
,ste mismo sentido han quedado incompletas. De este modo, Agam- ción cuyo poder revelador ya anticipamos. Dice que "más parecido a
len asume una posición metodológica: hay motivos internos, de me- la alegoría que a la metáfora el paradigma es un caso singular que
odología si se quiere, que explicarían por qué las investigaciones es aislado del contexto del que forma parte sólo en la medida en
obre el poder realizadas por Foucault se truncaron, encontraron su que, exhibiendo su propia singularidad, vuelve inteligible un nuevo
ímite. Así, la tarea investigativa que el propio Agamben asume en conjunto, cuya homogeneidad él mismo debe constituir"." Entonces,
reino y la gloria consistiría en subsanar estos inconvenientes fou- dar un ejemplo es —fundamentalmente— reunir enunciados y prácticas
aultianos, de manera de poder llevar a cabo aquello que Foucault discursivas en un nuevo conjunto inteligible y en un nuevo contexto
lejó esbozado. En este sentido, cuando Agamben hace de la noción de problemático.
Laradigma el centro de su método de investigación, parece mostrar En este sentido, la metodología paradigmática, dada su manera pe-
[lie el problema metodológico en Foucault estaría relacionado con la culiar de operar, es reveladora: los paradigmas hacen inteligibles una
Loción de paradigma. Si tomamos en cuenta lo que al respecto se ha serie de fenómenos cuyo parentesco había escapado a todas las miradas,
Lfirmado antes, podría pensarse que Foucault no le dedica a la no- especialmente a la del historiador. Los paradigmas vuelven inteligibles
ión de paradigma el tiempo suficiente. A diferencia de Agamben, no nuevos conjuntos y nuevos contextos. Y este volver inteligible que cifra
onsidera oportuno detenerse allí, ahondar en tal noción y ofrecer de tanto la metodología paradigmática como la investigación por medio
.11a, por ejemplo, una definición explícita capaz de establecer un uso de paradigmas es, para Agamben, también y sobre todo una condición,
Ireciso del término condición en sentido kantiano aunque sobre todo en el sentido de Han-
Para Agamben, en cambio, la utilización del método paradigmático nah Arendt.
.s crucial, es aquello que hace de El reino y la gloria un modelo de in- La condición paradigmática no se refiere a la relación cognitiva en-
'estigación en este sentido. De hecho, no bien finaliza la "Premisa" que tre un sujeto y un objeto, se refiere al ser. Por eso funda una ontología:
nicia el texto, El reino y la gloria continúa por el capítulo uno, "Los dos nueva, atenta al acontecimiento, ocupada del modo de aparición de las
laradigmas". Allí, afirma lo que puede considerase la tesis de todo el cosas, simplemente reveladora del tener lugar de los entes. Una on-
ibro: tología de fuerte reminiscencia platónica ya que, como dice el propio
Agamben, la mejor definición que conoce de ella es un poema de Walla-
En el inicio de la investigación se encuentra el afán de re- ce Stevens, que en su último verso dice: "El sol es un ejemplo. Lo que
construir la genealogía de un paradigma que, aunque pocas ve- aparenta es y en tal apariencia todas las cosas son".1-2
ces ha sido tematizado como tal fuera del ámbito estrictamente
teológico, ejerció una influencia determinante en el desarrollo
La intención de partida:
el acople de todos los saberes como filosofía de base
para la vida. Esto, porque la cuestión de la sustentabilidad ambiental, de desarrollo territorial sustentable. Estas referencias conceptuales se
ni- ejemplo, se expresa en los procesos de trabajo, en las percepciones de utilizan como base para observar las condiciones de posibilidad de un
1s sujetos, en la organización de la sociedad civil y el Estado. También proceder metodológico que vincule la multiplicidad de perspectivas.
n las prácticas políticas y en las instituciones. Establecer entonces, la La idea de generar significados en torno de la cuestión ambiental sur-
imensión de las variables demanda la intervención de los "otros". Esta ge en la década de 1970 cuando la defensa del medio ambiente se con-
itervención extendida precisa la implementación de procedimientos virtió en uno de los temas más importantes de las campañas y agendas
ietodológicos que acrediten confiabilidad. Un camino posible es la bús- políticas en distintos países. En 1972, durante la Conferencia de las Na-
ueda de presupuestos filosóficos que orienten hacia ese destino. ciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano celebrada en Estocolmo,
A la hora de pergeñar metodologías participativas para la atribución se previene acerca de una crisis ambiental a nivel mundial. El Informe
e las variables es importante tratar de verificar si es viable el acople Meadows, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (miT), presentado
el saber cotidiano al saber erudito para establecer niveles de cuali- también en ese ario, advertía que si el incremento de la población mun-
uantificación. En este trabajo, se tienen en cuenta las consideraciones dial, la industrialización, la contaminación, la producción de alimentos
e Jürgen Habermas y la discrepancia de Michel Foucault respecto de y la explotación de los recursos naturales se mantenían sin variación,
a sociedad del acuerdo y del diálogo, como vía para la generación con- alcanzarían en cien arios los límites absolutos de crecimiento en la tierra.
ensuada de biopolíticas en contacto efectivo con la cotidianidad. La Arios más tarde, en 1987, la Comisión de Medio Ambiente de la Organi-
losibilidad de existencia de una sociedad ideal de comunicación y la zación de Naciones Unidas emitió un documento titulado Nuestro futuro
dea de luchas concretas en cada sociedad y en cada momento son in- común, también conocido con el nombre de Informe Brundtland, don-
orporadas como insumos para tratar de contraer, en lo procedimental, de se manifestaba que la humanidad debía cambiar sus modalidades de
a tirantez entre consenso y conflicto; con la intención de que se pue- vida y de interacción comercial, si no deseaba el advenimiento de una era
la establecer la dimensión de los indicadores de sustentabilidad con el con inaceptables niveles de sufrimiento humano y degradación ecológica.
Icople de los saberes de los ciudadanos, los políticos y de los científicos A partir de estos inicios, la cuestión ambiental fue conceptualizada
)ara lograr un desarrollo sustentable. de diferentes maneras según iban resultando las mediciones y resigni-
ficaciones de eventos ambientales, y las discusiones derivadas de sus
efectos. En 1992, se actualizó y publicó una nueva versión del informe
r.,os conceptos: significaciones en torno de del MIT sobre la base de datos recolectados desde 1972. Se exponía allí
a cuestión ambiental que la humanidad ya había superado la capacidad de carga del planeta
para sostener su población. En junio de 2004 se publica Los límites del
Deleuze escribió que una investigación filo-
crecimiento: treinta años después. En esta publicación (que contiene las
sófica implica al menos dos elementos: la iden-
tificación del problema y la elección de los con-
evaluaciones anteriores del miT) se aborda la discusión sobre el imparable
ceptos adecuados para enfrentarlo. Significa, en crecimiento de la población mundial, el aumento de la producción indus-
una palabra, buscar en todo evento la signatura trial, el agotamiento de los recursos, la contaminación y la tecnología y,
que lo cualifica y especifica, y en toda signatura, por ende, el debate en materia de ambiente y del tipo de desarrollo.
el evento, el signo que la soporta y condiciona. Así, la noción de ambiente incorpora la toma de conciencia sobre
Es decir, aun más en las palabras de Foucault, la responsabilidad social respecto del medio creado y recreado por el
"mostrar que hablar es hacer algo, y no simple- hombre, donde las relaciones entre las diferentes perspectivas o proyec-
mente expresar un pensamiento". ciones pueden variar enormemente. Los distintos actores involucrados
Giorgio Agamben, Signatura rerum
pueden apreciar las complementariedades entre ellas, o pueden produ-
cir debates o aun conflictos sobre los resultados que se reflejan en las
Resulta necesario, antes de reflexionar sobre la dimensionalidad de variadas perspectivas. La existencia de valores plurales e inconmensu-
Los indicadores, hacer algunas referencias sobre las secuencias bási- rables hace nacer conflictos prácticos, que no son fácilmente resueltos
zas y temporales de la construcción del concepto de sustentabilidad y con cualquier regla de prioridad, porque el conocimiento y la práctica
NÉLIDA DA COSTA PEREIRA INDICADORES DE SUSTENTABILIDAD 213
ífica, incluyendo la investigación y la diseminación de los resulta- la Conferencia Río-92 incluyen dos convenciones: una sobre cambios
Istán entrelazados por procesos de elecciones políticas. Los indica- climáticos y otra sobre biodiversidad, y también una declaración sobre
;, como mediadores entre la realidad y la política, frecuentemente forestas. La Conferencia aprobó, igualmente, documentos de objetivos
an parte de los debates sobre políticas. Así, los indicadores que más amplios y de naturaleza más política: la Declaración de Río y la
en una agenda política pueden frustrar otra. Agenda 21. La Declaración contiene 27 principios para propender al
mantienen, de esta manera, fuertes interrogantes relacionados resguardo ambiental, entre ellos —y relacionado con la cuestión de las
a forma de definir políticas ambientales y redefinir instituciones dimensiones de riesgo—, se destaca el principio 15, que señala:
les que sean a la vez multidimensionales y pluriescalares; que no
Satisfagan los objetivos sociales, sino que al mismo tiempo permi- Con el fin de proteger el medio ambiente, los Estados debe-
rán aplicar ampliamente el criterio de precaución conforme a sus
Ln entendimiento dinámico y flexible capaz de adaptarse a las sor-
capacidades. Cuando haya peligro de daño grave o irreversible,
ls generadas por el comportamiento incierto de los sistemas am- la falta de certeza científica absoluta no deberá utilizarse como
ales. En este marco, surge la necesidad de buscar nuevas formas razón para postergar la adopción de medidas eficaces en función
conceptualizar y modelizar los eventos ambientales. de los costos para impedir la degradación del medio ambiente.
• equidad, que genere el acceso a la igualdad de oportunidades eli- acerca de ellos y de las corrientes de pensamiento que lo sustentan.
minando las barreras que obstaculizan las oportunidades econó- Una referencia breve da cuenta de dos corrientes de inicio:
micas y políticas;
• sostenibilidad, con responsabilidad transgeneracional reponién- 1) La denominada "sustentabilidad débil" sostiene que es posible
dose todas las formas de capital físico, humano y ambiental, y asignar valores monetarios actualizados a los recursos naturales
• potenciación, con la plena participación de las personas en todas las y a los servicios ambientales de la naturaleza, pudiendo estimar
decisiones y los procesos que conforman su vida. Se vincula con pro- así el desgaste del "capital natural". Propone indicadores mone-
puestas de reforzamiento de la sociedad local para el logro de una tarios de sustentabilidad.
aproximación a los posibles caminos de resolución de problemáti- 2) La que parte del concepto de "sustentabilidad fuerte" considera
cas, que combinen las diferentes vías de actuación institucionales que es necesario determinar la capacidad del planeta para soste-
con los mecanismos de autogestión a partir de la iniciativa creativa ner el conjunto de la economía humana y mantener las funciones
de la comunidad inspirada en la revalorización de su territorio. ecosistémicas que aseguren la vida en general. Propone indicado-
res biofísicos.'
El último componente que se relaciona con el proceso del logro de la
Los indicadores derivados de estas corrientes han sido criticados.2
stentabilidad habilita plenamente para medir la distancia y el sen-
Se dice acerca de la validez de los indicadores monetarios que:
lo de la variación de un sistema ambiental entre el estado inicial del
3tema (dato de la realidad) y el estado de transición del sistema hacia • algunos daños al sistema ambiental son irreversibles;
escenario sustentable de desempeño de la sociedad con la misma • algunas alteraciones del sistema son inciertas;
ciedad en su conjunto. • los daños al sistema ambiental son acumulativos;
En este sentido, se piensa aquí que el desarrollo sustentable se ma- • los conocimientos de las reservas de los recursos son inciertos;
rializa en el territorio, como proceso encauzado hacia el logro del bien- • nada se sabe (o muy poco) sobre las futuras tecnologías;
tar social y el mejoramiento de la calidad de vida. Es el resultado de • no es posible reducir la diversidad de unidades del sistema am-
Icisiones de distintos actores que se mueven en escenarios de tensión biental a una unidad común, y
nerados por las diversas motivaciones que impulsan el tratamiento • las valorizaciones monetarias actuales o futuras son arbitrarias.
la sustentabilidad y su aplicación. Cuando este proceso resguarda la
ultiplicidad de perspectivas y contiene las dinámicas geográficas coti- Las críticas a los indicadores biofísicos señalan que no permiten
anas en la selección y el dimensionamiento de los indicadores, se forta- comparar situaciones fácilmente, no son de aplicación universal, el
ce la construcción de políticas de vida. Las biopolíticas, que se significan principal objetivo es didáctico y no de investigación, y la información
I normas para la planificación de escenarios futuros, al ser construidas para sus cálculos no está disponible.
n el acople de todos los saberes promueven materializaciones espacia- Este debate de la década del 1990 puede cerrarse con una definición
s de y hacia el bienestar. Este accionar intenta marcar otro rumbo de de Gilberto Gallopin cuyo contenido de base mantiene vigencia en la
plicación y superación de los problemas en la gestión de los bienes de la actualidad:
Ituraleza y la organización social de los grupos humanos.
Los indicadores de sustentabilidad son variables que simpli- gación y Desarrollo4 del Consejo Interuniversitario Nacional. En este
fican información relevante sobre una realidad compleja y cam- taller se concluyó que el desarrollo requiere de la cooperación entre
biante, hacen visibles fenómenos de interés, cuantifican, miden y el progreso técnico y la innovación como proceso social integral, y del
comunican. Éstos integran de manera conjunta los componentes
monitoreo permanente de situaciones. Se afirmó que las universidades
económicos, sociales, ambientales e institucionales, que modulan
tienen un papel destacado y obligado en la creación y el uso del conoci-
el desarrollo y la sustentabilidad. 3
miento para su logro. En este sentido, se demarcó que la cuestión de la
creación y el uso del conocimiento comprende:
El reconocimiento de que el indicador de sustentabilidad simplifica
complejidad y la dinámica de la realidad está en la cimiente del éxito
• la producción y reproducción de nuevos conocimientos asumidos
dativo de las mediciones efectuadas en las dos últimas décadas. La
por la comunidad;
valuación y el diagnóstico del estado inicial del sistema ambiental han • la creación de un espacio público de intercambio y circulación de
triado su valoración según la mirada y el interés de cada intérprete saberes, y
entífico (economista, ecólogo, sociólogo, antropólogo, geógrafo, juris- • el empleo de nuevas tecnologías de información y comunicación
1). Cada uno otorgó dimensionalidad a los indicadores de sustentabi-
para construir, codificar y transmitir conocimientos.
dad, que configuran escenarios futuros, desde los códigos relevantes
métodos particulares de sus disciplinas y entonces las políticas am- Se distinguieron conocimientos con características diferentes:
entales contienen sólo las percepciones científicas. El escenario fu-
iro perfilado manifiesta, así, un conflicto por la falta de convergencia • científico o principios científicos básicos;
Ttre los escenarios concebidos por todos los habitantes y los concebidos • ingenieril, traducido en indicadores y/o codificaciones y manuales
or los expertos que orientan el hacer político. de procedimientos, que se usan en la producción de bienes y la
La dimensionalidad como manifestación de decisiones configura, en prestación de servicios, y
ate sentido, otro eje de discusión y reflexión. Es sabido y aceptado que • empresarial referido a los productos, negocios, clientes y mercados.
validez que da crédito al conocimiento supone selección de magnitu-
es del indicador de referencia, en cuanto a relevancia, especificidad, A partir de ello, el desafío es convertir la información en conocimien-
?nsibilidad y contextos, y esto ha sido manejado tradicionalmente en to útil para la resolución de problemas, en particular los que afectan el
ámbito científico. Pero cuando el evento remite al logro de la susten- devenir de la sociedad en materia ambiental, económica, social y cultu-
ibilidad, se requiere necesariamente de una interpretación y una va- ral. En tal sentido, puede decirse que:
n'ación extendida porque la dimensionalidad de las variables es pura
presentación, aun las que están estandarizadas desde las normas • construir capacidades cognoscitivas colectivas no es un problema
irídicas. Interpretar entonces el valor de la variable implica conside- tecnológico sino institucional y social;
ir las diferentes representaciones (ciudadanas, políticas, científicas) • los indicadores deben ser validados científicamente (cognosciti-
enerando un proceso de desentrañamiento de códigos para construir vamente) y legitimados socialmente (con estrategias de partici-
olíticas ambientalmente sustentables. pación), e
Esta perspectiva propia puede reforzarse si se toman en cuenta las • implica convertir el conocimiento en motor de desarrollo social.
mclusiones del taller de indicadores de sustentabilidad: metodologías,
knificación y eventuales propuestas de nuevos indicadores de susten-
ibilidad, realizado en el marco del Programa Estratégico de Investi- 4. Este taller de indicadores de sustentabilidad regional NEA fue coordinado por Gilberto
Gallopin y realizado entre el 2 y el 3 de julio de 2009 en la Universidad Nacional del
Nordeste con representantes de universidades nacionales: Marta Galaretto (uNpA), Julián
Kopecek (uNLA), Ana María Pérez (uNNR), Irene Blasco Lucas (uNsJ), Vanina Jael Giraudo
(uNcuyo), Mariana Zilio (uNs), Alicia Dieringer (uNAm), Carlos Maggi (uNRN), Raúl Ste-
CONAMA, "Indicadores regionales de desarrollo sustentable", Santiago de Chile, docu- ffanazzi (uNLPAm), Fernando Tula Molina (uNQ), Graciela Susana Landriscini (uxcomA),
Lento de trabajo N° 7, 1998. Nélida da Costa Pereira (uNix), Darío Wolberg (uNDEc), Silvina Sansarricq (uNNosA).
:18 NÉLIDA DA COSTA PEREIRA INDICADORES DE SUSTENTABILIDAD 219
Respecto de la sustentabilidad, se dice que como concepto complejo La advertencia de Michel Foucault marca una senda de observación
equiere más tal vez que otros indicadores que los ya conocidos. El uso y de proceder metodológico que hay que recorrer a la hora de intentar
[e indicadores debería ser útil a los fines de prever situaciones y tomar la contención de todos los saberes en la construcción de los datos y de
lecisiones. Pero se advierte sobre un problema metodológico importan- acreditar la confiabilidad y la validez del conocimiento alcanzado. Si
e: mientras el decisor necesita actuar sobre las causas, los indicadores bien en el ámbito científico se reconoce la importancia de la utilización
ndican pero no explican. La explicación causal la da el que analiza y/o de las técnicas participativas para seleccionar o caracterizar variables,
iscute aquello que el indicador denota, incluido el propio indicador. el juego de atribución de las mismas es realizado siempre por los cien-
:n tal sentido, la formulación de problemas con relación a indicadores tíficos que, desde su praxis, le dan sentido al dato y enuncian sobre
e vincula directamente con quiénes son los demandantes de la inves- la realidad. Pero esta realidad sesgada por una perspectiva preponde-
igación. Los indicadores deben usarse para guiar las decisiones y las rantemente teórica no ha alcanzado para dar crédito de la dinámica
rácticas. Por eso es importante mantener unida la problemática sobre ambiental compleja y emergente. Esta afirmación, que pareciera es-
fli,o miramos a la relacionada con cómo actuamos. tablecer un imperativo categórico, no es tal. Es sólo una preocupación
En el taller se destacó primordialmente la importancia de las metodo- producto de un proceso de investigación que lleva más de dos décadas
)gías participativas como una alternativa legítima para romper el modelo de desarrollo.'
entrado en el individuo, y esto no sólo en una etapa determinada del pro- La indagación ha tenido y tiene como objetivo básico la construcción
as°, sino en la propia definición de las áreas problemáticas y la generación de conocimientos para generar procesos de desarrollo local. La tarea se
e indicadores. Desde las universidades, se insistió en que debe renovarse vinculó en los primeros arios con la revisión de planes de ordenamien-
concepto de "extensión" para escuchar más las diferentes voces de los to territorial de la provincia de Buenos Aires, efectuados con el fin de
iversos niveles sociales, y con ello generar indicadores cualitativos que generar soportes territoriales que optimizaran el desarrollo territorial.
ermitan el abordaje de los fenómenos intangibles (simbólicos, culturales) Como se comprobó que los sucesivos planeamientos no habían corregi-
de aspectos sociales no cuantificables. Esto implica recoger el saber coti- do las disfuncionalidades espaciales diagnosticadas, porque ignoraron
iano subordinado y descalificado usualmente por el saber científico. los contextos particulares y se dimensionaron los problemas unilateral-
mente, se avanzó en la dirección del rescate de las significaciones loca-
les. La propuesta actual se mueve desde una metodología de gestión
:1 problema: la ausencia de múltiples perspectivas y participativa que incluye la idea de generar agendas territoriales públi-
I tensión entre consenso y conflicto de intereses cas. La iniciativa de agendar problemas y establecer pautas y priorida-
des de solución con todos los usuarios del territorio se constituye como
Pero, ¿qué fuerza I poder tienen por sí mismos objetivo central.
los saberes sometidos? ¿No corren el riesgo de ser Se señaló en acápites anteriores que las mediciones efectuadas para
recodificados y recolonizados por los discursos obtener datos de evaluación y diagnósticos ambientales se configuran
unitarios que, tras haberlos decodificado en un desde códigos relevantes y métodos disciplinarios particulares. Esta si-
primer momento y luego ignorado en su reapa-
rición, están acaso dispuestos ahora a anexarlos
y retomarlos en su propio discurso y sus propios
efectos de saber y poder? ¿No nos exponemos a 5. Trabajo académico llevado a cabo en el marco de proyectos de investigación subsidia-
construir nosotros mismos, con nuestras propias dos por el Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de Luján (umx) y por el
manos, ese discurso unitario al que nos invitan, Programa de Incentivos del Ministerio de Cultura y Educación de la Nación entre 1989
tal vez como una trampa, quienes nos dicen: y la actualidad; y desde el trabajo profesional en la Comisión Nacional del Área Metro-
"Todo esto es muy bonito ¿pero hacia dónde va?, politana de Buenos Aires (coNAmBA), en el Organismo Regulador del Sistema Nacional de
¿en qué dirección?, ¿para qué unidad?". Aeropuertos y en municipios de la provincia de Buenos Aires y el Centro de Asistencia
Michel Foucault, Defender la sociedad Técnica (cATEc) de la uisuz— entre 1992 y la actualidad. Este trabajo significa la realiza-
ción de tres tesis, la publicación de cinco libros, de treinta y seis artículos de libros en el
ámbito nacional e internacional y en actas de más de cien encuentros científicos.
INDICADORES DE SUSTENTABILIDAD 221
O NÉLIDA DA COSTA PEREIRA
ación determina que las biopolíticas derivadas no contengan las pers- buscó sentar bases para determinar los atributos del objeto de estudio y
ctivas y los deseos de todos los actores territoriales y que se oculte esbozar, al final de un primer período de indagación, posibles problemas
lo se comprenda la tensión entre consenso y conflictos de intereses. derivados e hipótesis sustantivas vinculadas con el desarrollo local.
ita falta de contención marca grandes desaciertos a la hora de perfi-
r normativas legales que consoliden las políticas porque el consenso,
Variables
ite la unilateralidad, se desvirtúa y porque se descarta un disenso que
aplía caminos de debate y enriquece las definiciones. 1. Contiguración terri-
torial del área de in-
fluencia
valuación de escenarios presentes:
unilateralidad científica en la dimensión de las variables
as necesidades locales-municipales del área de influencia. El motivo Ahora bien, recorrer este camino de indagación no produce sosiego
)resaliente de la desconexión es la diferencia en la valoración y la por el ajuste a la norma, a lo que está establecido por autoridad cientí-
orización de los problemas. Las dimensionalizaciones establecidas fica y ampara. Pero lo establecido no siempre garantiza la validez y la
sde el imaginario científico marcan fuertemente las líneas de pro- confiabilidad del conocimiento construido. Es importante considerar,
,tos de investigación, pero el flujo de relación con las percepciones entonces, valores otorgados por el conjunto de la sociedad y no sólo por
ciudadanos y políticos es muy intermitente. Son escasos los proyec- la comunidad de pares científicos; pero también por ellos. Lo que se es-
; de investigación donde la selección de magnitudes de los indicadores cribe no es redundancia expresiva. Es señalar ligazón pero no atadura.
sustentabilidad marcan paridad con las manifestaciones de todos Es buscar reparo en una epistemología ampliada. Es orientar el análi-
actores involucrados en la configuración de territorios. Entonces, la sis del espacio desde una mirada filosófica.
aluación de los escenarios presentes, al ser unilateralmente dimen-
nada, no aporta información válida y confiable para la elaboración de Es decir, desde el análisis y la elaboración de conceptos pro-
Líticas de vida porque el diagnóstico territorial se torna ficticio. pios de una filosofía de la ciencia y la cultura que, como tal, se
La solución podría determinarse mediante un camino de indagación preocupa del núcleo duro de la ciencia, pero sin aislarlo del entre-
Lineado por un procedimiento de conjunto entre científicos, ciudada- tejido de fuerzas en el que se produce y desarrolla.7
s y políticos para una gestión asociada del territorio. Este proceder
bería conformar una manifestación consensuada de la selección de La práctica científica surgida desde estos supuestos de epistemolo-
licadores de sustentabilidad, así como también de las magnitudes de gía ampliada refleja una tarea de investigación-acción que combina los
evancia, especificidad, sensibilidad y contextos de lo que se pone en conocimientos científicos con los saberes de la gente. Si bien el trans-
go en cuestión de biopolíticas. curso de dicha tarea puede desenvolverse en un marco hipotético-de-
ductivo, lo que marca la diferencia con el modo tradicional de construir
CONFIGURACIONES TERRITORIALES conocimientos es la forma de establecer dimensiones y definir procedi-
correspondencia entre intereses y demandas
mientos para atribuir las variables. Las dimensiones no se fijan des-
de la impronta exclusiva del investigador sino que a ellas se acopla el
saber de todos los actores involucrados para establecer los niveles de
Percepciones de cuanti-cualificación. Así, la validez de la información que construye el
la sociedad civil y conocimiento se extiende.
de gobiernos locales Es necesario, entonces, que los enunciados científicos, que se cons-
tituyen como base de las políticas, sean delimitados como función de
existencia y hagan visibles el accionar de instituciones, los procesos
económicos y sociales, las formas de comportamiento, los sistemas de
normas y de técnicas. La universidad debe constituirse como vínculo
mediador generando mecanismos de conexión que impliquen la idea de
elaborar conceptos y procedimientos acordados y reconocidos por todos
Percepciones de Proyectos de los usuarios del territorio. Pero esta cuestión delimita otro problema,
los investigadores investigación UNLU para acordar y consensuar: hay que considerar y contener conflictos
por intereses para el logro de la comunicación entre todos los usuarios
del territorio. Las políticas derivadas de la comunicación y el consenso
11111. ...1%,..400•• ■ •■100.
DEBERÍA SER PROCEDIMIENTO DE CONJUNTO 7. E. Díaz, Entre la tecnociencia y el deseo. La construcción de una epistemología amplia-
da, Buenos Aires, Biblos, 2007, p. 24.
124 NÉLIDA DA COSTA PEREIRA INDICADORES DE SUSTENTABILIDAD 225
atribuyen mayor valor al resultado de lo planificado ya que contienen El concepto de acción comunicativa habermasiano lleva a considerar
in ampliado espectro de escenarios de vida deseados. a los actores como hablantes y oyentes que se refieren a algo en el mun-
do objetivo, en el mundo social y en el mundo subjetivo, y se establecen
en este sentido pretensiones de confiabilidad y validez que pueden ser
Consenso y conflictos de intereses: entendimiento y aceptadas o rechazadas. Los participantes en el diálogo tratan de evi-
perturbaciones de la comunicación tar dos riesgos: el riesgo de un entendimiento fallido y el de un plan de
acción fallido. En el riesgo del fracaso en la comunicación tiene mayor
Se concluyó el apartado anterior haciendo alusión a ideas de acuer- peso la cuestión primaria del entendimiento.
lo y reconocimiento vinculados al saber común. Para ir en busca de Ahora bien, en este punto puede insertarse una pregunta: ¿cómo
Iste acuerdo, se puede considerar el pensamiento de Jürgen Habermas, llevar todas estas consideraciones al plano concreto del quehacer de in-
iuien sostiene que el saber común tiene que satisfacer condiciones es- vestigación, gestión e intervención territorial? Una respuesta parecería
trictas pues se funda en acuerdos comunicativos de vinculaciones recí- despuntar en los dichos de Habermas cuando afirma que los procesos
)rocas y éstas surgen de convicciones compartidas intersubjetivamen- de entendimiento del mundo vital precisan de una tradición cultural en
Sólo merced al cumplimiento de estas condiciones —dice—, puede un toda la amplitud de su horizonte, y no solamente de las bendiciones de
;aber común cumplir funciones de coordinación de la acción. la ciencia y de la técnica. En este sentido, se pregunta cómo es posible
En este juego comunicativo habermasiano se puede poner en mar- abrir las esferas de la ciencia, de la moral y del arte —encapsuladas bajo
'ha una situación que representa el fragmento de un mundo de la vida la forma de cultura de expertos— y vincularlas de tal modo a las tra-
lelimitado por relación a un tema (por ejemplo, indicadores para el diciones empobrecidas del mundo vital que, sin perder su racionalidad
lesarrollo sustentable). El tema surge en relación con intereses y metas peculiar, consigan que se establezca un equilibro nuevo entre los mo-
le acción de al menos un participante, y esto circunscribe el ámbito de mentos separados de la razón en la praxis cotidiana comunicativa. Esto
•elevancia (por ejemplo, la Secretaría de Planeamiento de la provincia implica, según Habermas, la posibilidad de que los filósofos y los expertos
le Buenos Aires). Este ámbito viene marcado por los planes que los no conserven solamente el espacio para estrategias teóricas en el ámbito
)articipantes (ciudadanos, ONG, promotores inmobiliarios, gobiernos interno de los sistemas científicos, sino que puedan ofrecer sus servicios
nunicipales, universidades) conciben sobre la base de la interpretación de intérpretes hacia el exterior, para establecer una mediación entre el
lile hacen de la situación, con el fin de realizar sus propios fines. Así, la mundo de lo cotidiano y una modernidad cultural que se ha retrotraído
duación de acción circunscribe un ámbito mayor y abierto de alternati- a su esfera autónoma. 8
ras de acción, es decir, de condiciones y medios para la ejecución de los
)lanes (planes estratégicos de ordenación de uso y ocupación del suelo). Las grandes simplificaciones que caracterizan a la moderni-
A la situación (ordenamiento territorial) pertenece todo lo que se dad no precisan de fundamentación o de justificación; pero sí sus-
lace sentir como restricción para las correspondientes iniciativas de citan problemas de mediación. ¿Cómo puede mantener su unidad
acción. Mientras que el actor mantiene a la vista el mundo de la vida una razón dividida entre sus distintos elementos en el ámbito
cultural y cómo pueden mantener una relación con la praxis co-
lomo acción orientada al entendimiento, las restricciones que las cir-
municativa de la vida cotidiana las culturas de los expertos que
cunstancias imponen a la ejecución del plan salen al paso como ingre- se han refugiado en formas esotéricas? 9
lientes de la situación (circunstancias económicas, sociales, de sitio y
)osición geográfica, etc.). Estos ingredientes en los conceptos formales
De este modo, los actos del entendimiento, que vinculan los planes
le mundo pueden clasificarse como hechos, normas y vivencias. Los
de acción de los diversos participantes en una relación interactiva, no
ngredientes señalados marcan, al decir de Habermas, el contexto para
a acción. Pero hay que considerar que el mundo de la vida no es sabido
!n sentido estricto, pues el saber explícito se caracteriza porque puede
)onerse en cuestión y fundamentarse. La ordenación del territorio de- 8. J. Habermas, Conciencia moral y acción comunicativa, Barcelona, Península, 1991.
)ería acuñar previamente, entonces, un contexto para la acción. 9. Ídem, p. 27.
126 NÉLIDA DA COSTA PEREIRA INDICADORES DE SUSTENTABILIDAD 227
rueden retrotraerse a una acción teleológica, orientada a fines en la que dirigida al centramiento corporal de las disciplinas. Sin embargo, el
le ejerce variados tipos de influencia sobre la definición de la situación relieve que otorga a la centralidad del cuerpo en las relaciones de poder
resolver; tampoco sobre las decisiones o los motivos de los interlocuto- de la sociedad moderna, con su claro acento biopolítico, puede constituir
.es subordinándolas al dominio de la acción estratégica, donde el cálcu- un enriquecimiento de perspectiva para las teorías de la comunicación
o de la utilidad determina la naturaleza del comportamiento recíproco. de Habermas que, seguramente en razón de sus lealtades a las teorías
consecuencia, si se busca una alternativa que supere las deficiencias de John Austin y John Searle, muestran un carácter en exceso idealista
le la teoría moderna de la decisión racional, habría que atender a un y descorporizado, desatendiendo las influencias y la circulación del po-
,ipo diferente de racionalidad, situada más allá de la razón científico- der en la conformación del mundo cotidiano.
,écnica, esto es, una racionalidad comunicativa que se desplace por la Considerando la perspectiva foucaultiana, al observar las configura-
ría del consenso. Un consenso que no se identifica con pacto sino que es ciones del territorio, de los gobiernos y de las políticas para el manteni-
;onsenso de estrategas. miento de la calidad de vida y al extrañamiento de los lugares, puede
Este consenso de estrategas proviene, según la propuesta haber- tomarse como guía de reflexión la pregunta de Foucault: ¿y si las luchas
nasiana, de un modelo comunicacional que intenta resolver proble- de hoy ya no fueran tan sólo luchas contra las dominaciones políticas,
nas y revela una relación de acto correcto de habla con contexto nor- ya no tan sólo luchas contra la explotación económica, sino luchas con-
nativo, un enunciado verdadero ajustado a la realidad y compartido, tra la sujeción identitaria? Para dar respuesta a estos interrogantes, el
Ir una expresión sincera de opiniones en una comunidad ideal de ha- filósofo propone no ir más allá de las políticas, sino comenzar a repen-
ala.'° Este accionar comunicativo parece constituirse como senda pro- sarlas desde las lecturas de textos de Platón, Epicuro y otros filósofos
3edimental pertinente a la hora de implementar políticas de gestión de la antigüedad.
asociada del territorio. La comparecencia de todas las opiniones que Foucault en sus estudios fue planteando la importancia del poder
zonvierten a un tema como algo en el mundo parece brindar desde para la construcción de identidades sociales. El poder no es visto como
esta teoría de la acción comunicativa fundamentos válidos para el una superestructura que deja impronta sobre una infinidad de estruc-
logro de la sustentabilidad territorial. No obstante ello, y para forta- turas; se trata de una práctica ejercida por todos los individuos, en una
lecer argumentaciones futuras, se piensa necesario revisar la tensión especie de red que conecta a unos sujetos con otros. El poder no se ejerce
entre Habermas y Foucault con respecto a la libre circulación de los sobre hombres y mujeres sometidos o sujetos por la esclavitud y la ser-
juegos de la verdad. vidumbre, sino sobre individuos en capacidad de aceptar o de negarse.
De ahí que el concepto de poder en Foucault sea de un gran valor al
La idea [de Habermasl de que podría haber un estado de co- examinar las identidades culturales pues éstas no son vistas como ca-
municación que sea tal que los juegos de verdad pudieran circular racterísticas o sustancias previas a los componentes de una sociedad,
sin obstáculos, sin impedimentos y sin efectos coercitivos me pa- sino que la misma identidad es fruto de la libre opción de aceptar o de
rece del orden de la utopía." resistirse a un modelo de identidad. Pero, si bien el poder no se impone
como esclavitud, se inserta en las vidas por seducción y, a partir de
La propuesta de Foucault circula por una vía diferente de la de Ha- ésta, se realizan acciones. Se constituye así un campo en red del poder
bermas. La conformación de los sujetos en los dispositivos de poder- que se materializa en espacios, tiempos y lugares.
saber y la consideración del individuo moderno como producto de una El juego del poder es, de un modo muy particular, algo que puede
multiplicidad de técnicas individualizantes consisten en su focalización establecerse a través del análisis de los procesos de subjetivación. En
ellos el individuo puede optar por el enfrentamiento pero también aco-
modarse a las estrategias de normalización. Estas estrategias generan
principios de lo verdadero, de lo digno de ser seguido, y aseguran la
10. J. Habermas, Teoría de la acción comunicativa: complementos y estudios previos, Ma- sumisión al poder. En este punto es importante traer a cuento la con-
drid, Cátedra, 1989, cap. 9 y 11.
traposición establecida por Foucault entre el modelo de construcción de
11. Crítica efectuada por M. Foucault, Dichos y escritos 4, citado por E. Castro, El voca- la subjetividad en el mundo clásico y en el mundo moderno.
bulario de Michel Foucault, p. 157.
Z8 NÉLIDA DA COSTA PEREIRA INDICADORES DE SUSTENTABILIDAD 229
En La hermenéutica del sujeto y en El gobierno de sí y de los otros, Hacia la superación del problema:
oucault se plantea la cuestión de la identidad. Describe los modos de espacios para recuperar la palabra
objetivación en la antigüedad y en la modernidad mostrando la histo-
Lcidad de la relación consigo mismo. La edad moderna (de la historia No, no hay neutralidad. Ya lo he explicado.
e la verdad) comienza a partir del momento en que lo que permite Pensamos, hablamos, escribimos y actuamos
aner acceso a lo verdadero es el conocimiento mismo. Las condiciones desde algún lugar en el fragor de la batalla. Lu-
chamos desde la libertad —como postulado— por
on de dos órdenes:
la libertad, y también para detentar la palabra
cuando nos la arrebatan.
1) Condiciones internas y formales. Las condiciones de acceso del Carlos Rojas Osorio, Foucault y el posmoder-
sujeto a la verdad se definen desde el interior del conocimiento. nismo
2) Condiciones externas al conocimiento, pero que incidan en él,
como gozar de salud mental, idoneidad moral y cultura ilustrada. Se dijo en el transcurso de estos escritos que el accionar de indagación
debía identificar problemas y elegir conceptos adecuados para enfrentar-
En la modernidad, según la visión de Foucault, lo que interesa es que, los; que el trabajo no debía ser delimitado desde una sola perspectiva: la
umplidas las condiciones, el sujeto siempre es capaz de verdad. El acceso científica; que se debía ampliar el espectro de representaciones posible
la verdad ya no tiene como condición la labor mediante la askesis y el a través del diálogo para el acople de saberes; que la universidad como
ros, la vía es el conocimiento mismo. En la antigüedad el sujeto no es ámbito de realización de la ciencia no debía configurarse neutralmente
.apaz de verdad pero ésta, una vez alcanzada, es capaz de transfigurarlo para la transferencia mecánica de conocimientos, sino que debía generar
r salvarlo. En la modernidad el sujeto es capaz de verdad, pero ésta no es ámbitos de debate para la articulación de perspectivas procurando una
:apaz de salvarlo. El aspecto de la iluminación, el momento de transfor- vinculación y transmisión retroalimentadora "entre" actores y no "desde"
nación del sujeto por el efecto de la verdad que él conoce sobre sí mismo agentes. Se consideraron para la concreción de estas ideas las sugeren-
cias de Habermas y las advertencias de Foucault en torno de consensos y
r que transfigura su ser, ya no existe. El sujeto es un sujeto sujetado. En-
,onces, la idea de que pudiera existir una comunidad ideal de habla, en la disensos, y su postulado para recuperar la palabra.
loe todos los participantes tuvieran la misma oportunidad de comparecer Ahora bien, ¿cómo comenzar a generar encuentros para el diálo-
go? ¿Cómo se intenta el consenso? ¿Qué caminos utilizar para legitimar
17 opinar sobre temas que son algo en el mundo, es considerada por Fou-
ault una utopía. Pero esta advertencia no quita la idea de pensar y obrar indicadores de sustentabilidad? ¿Cómo recuperan la palabra todos y cada
uno de los usuarios del territorio? La respuesta tiene raíz foucaultiana: hay
?ara modificar escenarios territoriales no deseados. Él mismo visualiza
que revisar las condiciones de posibilidad. Entonces, surgen otras pregun-
Aros caminos para el accionar que puede ser también el de la ciencia.
tas: ¿están dadas las condiciones de posibilidad?, ¿hay ámbitos de estruc-
tura política que habiliten la participación para una dimensionalización
No hay utopía definitiva, no significa que los seres humanos
no tengamos que luchar cada día de acuerdo con las fuerzas que
asociada de los indicadores de sustentabilidad entre científicos, políticos,
roban nuestra libertad. Las luchas son concretas en cada socie- ciudadanos? La respuesta puede ser afirmativa si se observa, por ejemplo:
dad y en cada momento de la historia. Y los seres humanos ha-
cemos nuestras opciones. Hoy luchamos contra la destrucción del • En el ámbito nacional, un espacio de participación, en el marco
planeta o por la libertad contra un normativismo que se impone de la política y estrategia nacional de desarrollo y ordenamiento
por doquier. Yo soy pesimista hiperactivo [...] Nuestra vida se territorial, lo da el Plan Estratégico Territorial. Este plan pro-
plenifica en esa actividad libertaria en la que no claudicamos con pugna un país en crecimiento e integrado regionalmente, deli-
sus exigencias. 12 neando una nueva organización territorial, que induce procesos
de desarrollo sostenibles que posibilitan conjugar justicia en la
distribución de los recursos y sustentabilidad ambiental en todo
el territorio. Las intenciones básicas que generan espacio para la
12. Palabras de Foucault en su diálogo con Habermas el 16 de abril de 1991, tomadas de C.
participación se reproducen en el siguiente esquema:
Rojas Osorio, Foucault y el posmodernismo, Heredia, Departamento de Filosofia-uNA, 2001.
NÉLIDA DA COSTA PEREIRA INDICADORES DE SUSTENTABILIDAD 231
Plan estratégico territorial del Poder Ejecutivo En la República Argentina hay más de treinta municipios que llevan
a cabo este debate para presupuestar. El primer municipio en adoptar un
presupuesto participativo fue la ciudad de Rosario en la provincia de San-
ta Fe. Posteriormente fueron incorporando esta herramienta de partici-
Un plan para el desarrollo del territorio debe entenderse como pación directa otros municipios del país que conforman la Red Argentina
herramienta de un proyecto político colectivo (p. 23) de Presupuestos Participativos (ver cuadro). Para la elaboración de los
presupuestos participativos en los municipios se organizan foros y mesas
barriales que debaten sobre el origen y destino de las políticas públicas.
Introducción
La cuestión de la ciencia y de la hermenéutica
2) Por la otra, la "consistencia empírica" con respecto a la cual se ca, concibiéndola en el marco de una teoría más amplia de la interpre-
valoran y/o contrastan las hipótesis. tación. Entenderemos por hermenéutica un tipo de interpretación que,
siguiendo a Paul Ricoeur, p-OZEUZTell— minarinterpretación simbólica.
En lo que respecta a la coherencia teórica, se trata de un requeri- El símbolo, en laáéé-iición que le da Ricceur, se défiiiéZém
—o u-nárán-ó-
mto común a cualquier tipo de investigación: las hipótesis se des- multívoco o más precisamente equívoco. De modo que "muestra ocul-
,nden e integran en un marco conceptual a partir del cual adquieren tando":
penetrabilidad intelectiva. Ese marco iluminará el alcance de las
-iables, los fundamentos teóricos en la selección de indicadores y, por Restrinjo deliberadamente la noción de símbolo a las expresio-
mesto, la interpretación y el análisis de los resultados de la investi- nes de doble o múltiple sentido, cuya textura semántica es corre-
lativa del trabajo de interpretación que hace explícito su segundo
ión. La modelización conceptual gravita sobre todo el desarrollo de
sentido o sus sentidos múltiples. 2
investigación y es la que brinda coherencia al desarrollo del trabajo.
imismo, en investigación de tipo científica se requiere además que el
Esta función del símbolo la descubre Ricceur en tres dominios espe-
¡dele teórico resulte consistente con algún tipo de referencia empíri-
cíficos: por una parte, el que corresponde al "lenguaje de lo sagrado", es
Este requisito supone que lo constatado empíricamente se integre o
decir, el dominio de los mitos, los ritos y la narrativa religiosa. Por otra,
quiera sentido a la luz de ese marco teórico.
en el de la significación "onírica", tal como la tematizó el psicoanáli-
Como puede advertirse, estos criterios se cumplen cualquiera sea el
sis, en tanto expresa láárgnéólógía privada del durmiente". En tercer
radigma metodológico: tanto para aquellos que postulan la primacía
término, en el de la "imaginación poética", considerando que el poeta
las hipótesis (como lo hace la tradición hipotético-deductiva) como en
hace de la imagen un asunto lingüístico o, dicho de otro modo, expresa
Llamado paradigma cualitativo, según el cual las hipótesis se encuen-
imágenes lingüísticamente.
In al final de ese proceso.
En estos tres ámbitos el símbolo funciona de manera equívoca, ya
Por lo demás, dichos criterios coinciden también con las teorizacio-
que la significación de primer grado reenvía a nuevas significaciones,
s que se han dado sobre la explicación científica, como es el caso del
cuyo alcance puede ser develado por intermedio de una tarea inter-
mado "modelo de cobertura legal" -de Carl Hempel y Karl Popper-
pretativa, y, eventualmente, este reenvío puede dar lugar a múltiples
todas sus variantes: el "nomológico-deductivo", el de la "explicación
lecturas.
balística", el "estadístico-deductivo" y el "estadístico-inductivo".' En
En lo que sigue examinaré con algún detalle cada uno de estos pre-
los ellos se trata de explicitar las condiciones bajo las cuales lo empí-
supuestos, para luego ilustrar, sobre la base de un ejemplo, las caracte-
o puede ser derivado de lo conceptual-teórico o, viceversa, lo concep-
rísticas del método en el marco del tratamiento hermenéutico.
al-teórico integrarse con lo empírico.
En lo que respecta a la definición de hermenéutica, existe un sinnú-
?,ro de acepciones, cuyos alcances varían tanto como las escuelas y las
Coherencia teórica y consistencia empírica en las
tentaciones que se ocupan del tema. A los efectos de evitar entrar en
investigaciones hermenéuticas
tas disquisiciones, optaremos por adherir a una concepción específi-
Para examinar la cuestión de la coherencia teórica, será necesario
detenernos por un momento en la definición de "hipótesis hermenéuti-
Codos ellos han sido motivo de revisiones y críticas a la luz de las limitaciones que pre- ca" y antes, de modo más general, en la definición misma de hipótesis.
stan. Dado que el tema excede los objetivos de este trabajo, omito su tratamiento aquí, Una hipótesis científica constituye un enunciado sobre alguna presun-
que sólo me interesa señalar que en todos ellos está presente esta doble exigencia que
in° como "coherencia teórica" y "consistencia empírica". Para una revisión del "modelo
cobertura legal" se puede consultar C.G. Hempel, "Deductive-nomological vs. statisti-
explanation", en H. Feigl y M. Grover (eds.), Minnesota Studies, N° 1: The Philosophy
Science, Mineápolis, University of Minnesota Press, 1962, vol. 3, pp. 98-169, y La ex- 2. P. Ricceur, El conflicto de las interpretaciones: ensayos sobre hermenéutica, México,
cación científica. Estudios sobre la filosofía de la ciencia, Buenos Aires, Paidós, 1979. Fondo de Cultura Económica, 2003, p. 15.
ROXANA CECILIA YNOUB METODOLOGÍA Y HERMENÉUTICA 237
'pauta o regularidad de experiencia". En principio, se entiende que generales) reconoce una larga historia en el debate epistemológico, por
a regularidad reconoce un carácter necesario, es decir, se trata de lo que no constituiría una problemática específica de estas investigacio-
a característica o comportamiento que se presume característico o nes. En cambio, la cuestión de su validación empírica exige una consi-
natural al objeto investigado. Esto puede ser válido para describir deración propia, porque pareciera que en torno a ella se signa su ingre-
ómenos del tipo de los que estudian las ciencias naturales (como so (y su reconocimiento) en el campo de la investigación positiva. Me
indo se reconoce una pauta regular entre "presión y temperatura en detendré, por lo tanto, alrededor de la consideración de lo que podemos
:omportamiento de un gas"), hasta para describir fenómenos de las entender por "empírico".
ácias sociales o humanas (como ocurre cuando se postulan regula- Si, conforme a la tradición positivista, reducimos lo empírico a aquello
ades identificables en las estructuras del parentesco, en el modo de a lo que podemos atribuir materialidad fisicalista, entonces no es posible
cionamiento inconsciente o en los ciclos de las crisis económicas). hablar de contrastabilidad en e las hipótesis interpretativas.
lo demás, la hipótesis tiene carácter presuntivo pues, o bien cons- Si, por el contrario, definimos omo intersubjetivamente refe-
[ye una conjetura que se pondrá a prueba con el desarrollo de la renciable, entonces, la cuestión a e un alcance distinto.
estigación o, por el contrario, se extrae como resultado de un análisis En ese caso, cualquier signo cultural o natural es empírico y por lo
pírico (como lo postula la orientación cualitativista). tanto objetivo o, al menos, objetiyáble. Para decirlo con un ejemplo, el
Una clasificación aceptada en la tradición metodológica distingue las personaje de la Cenicienta está entre nosotros en el mismo sentido en
ótesis descriptivas, aquellas cuyas presunciones se refieren a atri- que lo están la torre Eiffel, los compuestos del carbono o el río Ama-
os, características o comportamientos de los fenómenos analizados; zonas. Todos ellos pueden ser referenciables y constituyen realidades
as hipótesis explicativas, cuya formulación postula determinaciones objetivas para un cierto contexto cultural. Sin duda, hay diferencias
sales (o equivalentes) entre dos o más variables. Siguiendo los de- en el modo en que cada una de estas entidades se presenta en nuestra
rollos de Juan Samaja, apoyados a su vez en la lógica trascendental experiencia, pero en todos los casos es posible explicitar los criterios que
ttiana postularé aquí un tercer tipo de hipótesis, a las que denomi- lá.s tornan identificables.4 En tal sentido, resulta posible (y es lo que
i ótesis riermenéutróas. n_e_ltas hipótesis se trata de concebir el
ato; bajo estüditi comeni "sign(i'l es decir, se trata de postular un
tido o significación latenté,"1.-11-ue la investigación o el análisis in-
)retativo tornarán manifiesto. Una hipótesis hermenéutica consisti- 4. Somos conscientes de que esta cuestión abre asuntos que reconocen una importante
tradición en la reflexión filosófica, como la teoría de las descripciones de Bertrand Rus-
Intonces en una proposición que postula, a título de conjetura, una
sell, su relación con los nombres propios y la distinción entre sentido y referencia que
Irpretación o lectura sobre determinado material o fenómeno, el que introduce Gottlob Frege. Una vez más, y pese a lo trascendente de este asunto, omiti-
á. asumido como material significante. mos profundizar en estas cuestiones dado el alcance de este trabajo. Por ahora altanza
khora bien, antes de ocuparnos de su proceso de validación empíri- con señalar que, tal como vamos a ver, la noción de signo en Charles S. Peirce, que es
interesa señalar que, al igual que en cualquier otra investigación, la que aquí consideraremos, reconoce puntos de convergencia con la noción de signo de
Frege: para el primero, la semiosis supone relaciones entre signo, objeto e interpretante,
contenidos de estas hipótesis surgen de los marcos conceptuales que
mientras que para Frege las relaciones se establecen entre signo, objeto y sentido. De
tdoptanjÓ, dicho de otro modo, los contenidos de las hipótesis deben esta concepción extrae Frege la consecuencia de que todo signo tiene un sentido pero no
3trarse coherentes con supuestos, conceptos y eventualmente teo- todo signo tiene un objeto (= referente). El estatuto que se le otorga a este referente es el
; de alcance general, que han sido explicitados, o son explicitables, a que divide las aguas entre las múltiples posiciones filosóficas, ontológicas y semióticas:
az de la concepción asumida. desde el realismo ingenuo, en el que no se problematiza la cuestión del referente, hasta
la semiosis infinita de Peirce, según la cual todo referente no es más que un nuevo signo
Las discusiones sobre las condiciones de validez (y validación) entre que reinicia la función de reenvío; hasta las tesis discursivistas (asociadas quizá a esta
átesis y enunciados de alcance más amplio (o eventualmente leyes concepción peirceana) conforine con las cuales sólo hay hechos de discursos. (Para una
ampliación de estos temas, 'se pueden consultar: B. Russell, "On denoting", en Logic and
Language, Londres, Allen and Unwin, 1946; G. Frege, "On sense and reference", en P.
Geach y M. Black (eds.), Translations from the Philosophical Writings of Gottlob Frege,
Samaja, "El papel de la hipótesis y de las formas de inferencia en el trabajo científi- Oxford, Blackwell, 1960.) En nuestro marco reflexivo la teoría de matrices de datos (como
3n Los caminos del conocimiento, inédito. la desarrollada por Samaja) ofrece una solución ontológica y metodológica para esta cues-
ROXANA CECILIA YNOUB METODOLOGÍA Y HERMENÉUTICA 239
18
)stulan las teorías semióticas) hablar de "materialidad significante", Por lo demás, este deslizamiento puede dar lugar a un nuevo reen-
itendiendo por tal cualquier materialidad- sensorialmente capturabré vío, y así sucesivamente. Esto llevó a Peirce a postular la "semiosis
le adviene a una función sígnica. Advenir a una función sígnica supo- infinita" conforme con la cual no habría un anclaje final en ese proceso
que esa materialidad reenvía a otra cosa o, más precisamente, hay de significación. Lo señalado puede ser, a su turno, indicación o signo de
sígnica si ese reenvío reenvía a un significado o sentido. Así es, un nuevo sentido, de una nueva significación. La cuestión de la semio-
-ecisamente, como define Charles S. Peirce el signo: signo es algo que sis infinita ha dado lugar a importantes debates entre quienes defien-
pone en lugar de otra cosa para alguien en algún aspecto suyo.' den la idea de una clausura de la significación frente a aquellos que la
La idea de Peirce es que si el signo se pone en lugar de otra cosa, éste consideran un recurrente deslizamiento del sentido.
le poder ser percibido, debe poder ser identificado. Pero, al mismo Aunque este asunto tiene especial relevancia en el tema que nos
empo, debe no ser percibido o, más precisamente, debe ser omitido ocupa, por ahora omitiremos más precisiones en su tratamiento. Lo que
1mo tal para que se cumpla su función de reenvío. Como lo ha señala- nos interesa es averiguar si la definición del signo, al menos en esta ver-
) Frangois Recanati, el signo debe ser transparente y opaco al mismo sión apretada que hemos citado, resulta suficiente para el tratamiento
empo;6 debe ser percibido y al mismo tiempo omitido como tal. Por de la hermenéutica simbólica "a lo Ricceur". Y lo que vamos proponer
emplo: si se señala con el índice, y el sujeto al que se dirige esa in- es que, en este terreno, resulta necesaria una revisión del modelo peir-
cación mira el dedo y no lo señalado por él, el "objeto-dedo" ha caído ceano; en particular, se torna necesario considerar los símbolos como
fracasado en su función significante. Él debe ser percibido, pero al totalidades internamente diferenciadas, como totalidades complejas.
ismo tiempo negado como destino final de la percepción. Si se advierte ¿Qué entendemos por totalidades complejas en este contexto? Se
función indicativa del gesto de señalar, el dedo se transparenta, está trata de sistemas que reconocen cuasidescomponibilidad entre sus
lí, pero sólo en su función de reenvío. componentes, lo que significa que cada una de ellas guarda autono-
Interesa advertir que no hay materialidades que en sí mismas y por mía relativa con respecto al todo y que por efecto de estas relaciones
mismas sean sígnicas. Se transforman en significantes si hay una subsistémicas emerge la significación. Además, la parte sólo puede ser
ibjetividad que hace de ellas una materialidad significante, si les con- comprendida, definida e inteligida en la perspectiva de su relación con
are esta función de reenvío a otra cosa. De ahí el giro "algo que se pone el todo o, más precisamente, de su función en ese todo. Así concebidos,
lugar de otra cosa para alguien".7 los símbolos de los que nos habla Ricceur constituyen totalidades o sis-
temas significantes, y su interpretación sólo es posible considerando
las relaciones funcionales entre las partes y el todo que conforma cada
5n: el referente de todo enunciado es siempre la unidad de análisis; esta unidad puede signo.
pecificarse según un conjunto potencial de variables: en un cierto tiempo cada unidad De acuerdo con esta definición, la tarea de las hipótesis interpreta-
especifica para cada variable en un estado o valor. Cada uno de estos estados o valores tivas estaría vinculada a la posibilidad de establecer correspondencias
tede concebirse como el "sentido" que ella tiene en la perspectiva de esa variable. por analogías entre sistemas significantes y sistemas a los que esos sig-
Para una ampliación sobre la concepción semiótica de Peirce se pueden consultar sus nificantes reenvían, como lo sostuvo en nuestro medio Samaja y como
' hombre, un signo, Barcelona, Crítica, 1988; Selected Writings, Nueva York, Dover, lo reconoce el propio Ricceur.
158; Obra lógico-semiótica, Madrid, Taurus, 1987.
Dicho de otro modo, la hipótesis interpretativa se formularía siempre
"Para acceder a la cosa representada, debemos recurrir al signo, a la cosa representante, como una analogía entre el sistema significante —como totalidad rela-
tes no conocemos la cosa representada más que por su intermedio; pero, por otro lado,
!hemos hacer abstracción del signo, de la cosa representante, para acceder a lo que ella
cional-funcional— y el sistema interpretado o significado. Sin embargo,
presenta: debemos hacer como si la cosa no existiera, debemos tratarlo como si no fuera la contrastabilidad o puesta a prueba de estas hipótesis se consumaría
tda. El signo debe estar a la vez presente y ausente para representar a la cosa significa- por vía de la identificación de las correspondencias funcionales entre los
I", F. Recanati, La transparencia y la enunciación. Introducción a la pragmática,Buenos componentes de un sistema y los componentes del otro sistema.
[res, Hachette, 1981, p. 15. Bajo el supuesto de que si esa analogía estructural se cumple, enton-
Además, agrega Peirce, "en algún aspecto o capacidad suya"; es decir, el objeto mate- ces se debería poder identificar una relación vis-á-vis entre las partes
almente definido se percibe siempre de modo selectivo, en algún aspecto de sí, aquel que de un sistema y la función que éstas cumplen en el sistema significante
privilegia a la hora de considerarlo como significante, como signo de reenvío.
-
is homólogos en el sistema interpretante. Este tratamiento se corres- Como señala Samaja en el texto citado, si un paleontólogo encuentra
Idería así con el que usualmente se sigue en cualquier investigación un colmillo con las características A, B y C y luego descubre otro col-
lartir de la formulación de las hipótesis de trabajo. Dicho de otro millo con esas mismas características, podría, eventualmente, inferir
do, una vez formulada la hipótesis sustantiva (en este caso de "tipo inductivamente que todos los colmillos que encuentre en adelante ten-
arpretativa o hermenéutica"), entonces debe ser posible identificar drán las característicasA, B y C. Esto es lo que hace precisamente la
nticipar qué elementos del material significante se deberían corres- inducción: generaliza lo encontrado en algunos casos a todos los casos.
Lder con qué otros elementos del material interpretado. Sin embargo, algo muy distinto ocurre cuando se abduce. Si encuentra
Ahora bien, esta contrastación no se haría por medio de las pruebas un colmillo y dispone de un saber previo de anatomía comparada, el
hipótesis con base estadística (las que suponen el tratamiento de científico podrá inferir a qué especie de animal pertenecía ese colmillo.
juntos extensivos de acuerdo con la teoría de probabilidades) sino Observando el colmillo podría inferir que el animal era carnívoro o her-
liante una inferencia lógica, que Peirce describió como "abducción". bívoro, estimar la morfología de su mandíbula, el largo de su cuello, etc.
no lo sostuvo en nuestro medio Samaja: El esquema que nos propone Samaja para advertir las importantes di-
ferencias que caracterizan cada una de estas inferencias es el siguiente:
En la abducción no tenemos que vérnosla con una colección de
entes que tienen el mismo atributo, sino con un atributo que se de "esta parte" a "este todo"
integra con otros, de diversa índole, en la unidad concreta de un
todo orgánico (sustancial, procesal y comunicacional). La abduc- al "animal completo"
de "este colmillo"
ción avanza desde el accidente aislado a la sustancia singular;
desde el atributo a la esencia o configuración de atributos. Se pue-
de decir, ahora en un sentido estricto, que la abducción va de la Expresado de acuerdo con las inferencias que estamos comparando,
parte al todo, pero no por generalización, sino como identificación el esquema se expresaría en los siguientes términos:
a-a sustrato al que pertenece la parte. De modo que ahora el ele-
mento ha dejado de ser considerado Un mero "esto", un individual "este colmillo" —› "todos los colmillos"
abstracto e idéntico a todos los demás de un conjunto, para ser
considerado en otra dirección: en la dirección de un singular con-
creto, que lleva en su propia constitución la razón de pertenecer
auna especie. 8 "este rasgo" —> "el animal" con estos rasgos
(colmillo de tal forma) --) (organismo total)
Éste es, precisamente, el modo de proceder en el tratamiento de hi- (inducción) (abducción)
'sis hermenéuticas. Lo que se debe demostrar es que los elementos
itificados (= partes componentes) adquieren coherencia o significa- Es sabido que,4 abducciOn'reconoce limitaciones desde el punto de
dad en el contexto (= totalidad) en que presumiblemente se integran vista de su valideformal, precisamente porque sólo pueden extraerse
trticipan. 9 conclusiones probables (cualquiera sea el valor de verdad de las premi-
_
3). Pero eso ocurre a su manera también con las pruebas de hipóte- puesta. Esto supone también admitir o incluso predecir condiciones o
, con base en la estadística inferencial; con la diferencia de que en situaciones en las que eventualmente pudiera ser rechazada (como lo
,os casos los procedimientos matemáticos permiten valorar (o adop- reclama el falsacionismo para cualquier investigación). De hecho, el re-
• criterios) para estimar la probabilidad con que puede aceptarse o chazo de estas hipótesis se daría no por medio de la identificación de un
lazarse una cierta constatación empírica? De modo que, como dice "contraejemplo" –ya que no se trata de acumulación de casos– sino por,
irce, un argumento completo, simple y válido, o silogismo, es apo- al menos, alguna de las siguientes situaciones:
.tico o probable: lo primero se cumple en la deducción (y bajo ciertas
idiciones en la inducción) y lo segundo en la inducción y la abducción. a) porque se ofrece una interpretación que se muestra más coheren-
Pero, además, en todo razonamiento silogístico inductivo o deductivo te teóricamente o más consistente empíricamente que la original,
se puede dar un paso si se prescinde de la abducción: la abducción integrando elementos que otra interpretación alternativa no con-
,á siempre presupuesta en las inferencias dediictiv'áá" e inductivas. templaba, o
. . .
ibas suponen un juicio particular o, como dice Peirce, la ida/Mann b) porque se identifican elementos, condiciones o contextos en que
"caso". Si partimos de premisas que sostienen, por ejemplo, que "toda la interpretación propuesta se torna incoherente o inconsistente.
;teria presenta síntomas conversivos" y que "la paciente Dora es una
;térica", podemos concluir deductivamente que entonces "Dora presen- De un modo general, lo que pretendemos enfatizar es que la acep-
•á síntomas conversivos". Pero, para ello, debimos antes "identificar a tación o el rechazo de estas hipótesis no resulta de una apreciación
ra como histérica". Y esa identificación es la que compromete a la in- subjetiva de un potencial intérprete. Si ,se _rechazan, será porque se
encia abductivarlo se puede poner a andar el sistema de inferencias pueden indicar los elementos, los indicios las_ gondiciones que las tor-
no se presupone la abducción como un momento en el encadenamiento nan incoherentes teóricamente (es decir que se muestran contradicto-
ellas. Y, lo que es más importante, si se acepta este presupuesto, en- rios con presupuestos, hipótesis o principios de alcance más general),
ices toda inferencia arrastra problemas de validez formal. ginggnsistentes empíricamente. O, eventualmente, porque se ofrecen
De acuerdo con este reconocimiento, propondremos entonces que en interpretaciones alternativas, que aportan evidencia a favor de las ven-
tratamiento de las hipótesis hermenéuticas la contrstabilidad se tajas relativas que comportan éstas, en términos de coherencia con-
3uelve en términos "de admisibilidad o gra s de admisibilidad: la sistencia, con respecto a la interpretación original.
n•za de estas hipótesis v'endría dada por ra– COrtere–n–cid Tritér—na– y la
isistencia empírica que surge de las abducciones que sustentan estas
,erpretaciones. La cuestión del referente en
No pretendemos hablar de "grados" en una acepción cuantitativa las investigaciones hermenéuticas
in en términos de los elementos que robustecen la interpretaciónzo-
,, _
El punto de partida de las hipótesis hermenéuticas vehiculiza una
significación de primer grado. La tarea interpretativa que se sigue,
Aunque es conocido, interesa recordar aquí que disponer de procedimientos mate- una vez formulada la hipótesis, consiste entonces en pasar de estas
ticos para estimar la probabilidad de ocurrenciade un cierto fenómeno no significa interpretaciones de primer grado a significaciones de segundo grado.
3 podamos concluir que estamos errados o acertados en un tanto o cuanto por ciento.
El material significante es sigmificante en la perspectiva de su nueva
de otro modo, esa estimación sólo nos informa sobre lo probable o improbable de
)currencia de un cierto hecho (por ejemplo, de un valor obtenido en alguna prueba interpretación o lectura, aunque en sí mismo porta ya una significación
significación); pero una vez definido el criterio a partir del cual consideraremos un y, por lo tanto, supone su propia referencia interpretante.
;ho de baja o alta probabilidad, nunca sabremos si efectivamente el valor empíri- Conforme con este reconocimiento, interpretar es siempre resignifi-
nente observado u obtenido se ha debido estrictamente al azar o no. Sólo podemos car. Pero resignificar no implica una "clausura del sentido". No se trata
)er cuán baja o alta es su probabilidad de ocurrencia, y nunca podremos descartar
Rre—postular la existencia de un sentido genuino, frente al cual toda otra
a, aun siendo muy baja, lo hayamos obtenido por mero azar. De ahí que siempre es
;ible cometer error de tipo o rechazar una hipótesis cuando debíamos aceptarla, interpretación resulta insuficiente o desviada. Por el contrario, en el
ceptarla cuando debíamos rechazarla. proceso de traspasar de un sentido a otro emerge la significación: un
ROXANA CECILIA YNOUB METODOLOGÍA Y HERMENÉUTICA 245
evo sentido no explicitable antes de esta operación de traspaso se A modo de ilustración: la interpretación del ritual de
duce como efecto de ese deslizamiento. Si, como señala Paul Ricceur, la torta de cumpleaños
símbolos constituyen significantes que "mostrando ocultan", el deve-
niento de lo oculto se alcanza por medio del traspaso Odeslizamiento El ejemplo que desarrollaremos proviene del campo de la teoría an-
la significación. tropológica, de la obra del antropólogo francés René Girard." El núcleo
En torno a esta cuestión pueden identificarse francas divergen- de su tesis postula que el origen de la cultura se funda en una experien-
s entre la interpretación que lleva adelante un paleontólogo, por cia violenta. No se trata simplemente de un acontecimiento acaecido
mplo, de la interpretación del hermeneuta o intérprete de símbo- en un pasado efectivo, sino de una violencia latente, estructural y pre-
. El paleontólogo —como cualquier otro intérprete de fenómenos sente en el vínculo social. El desarrollo de la cultura, y en especial todo
turales— parte del supuesto de un referente material. Si, como lo ritual cultural, estaría destinado a ocultar y dar cauce a esta violencia
nos comentado, tiene ante sí al colmillo e infiere al animal todo, estructural.
considerado el colmillo como signo. Su interpretación consiste en Por su parte, esta violencia a su turno estaría motivada por una
lesde ese elemento significante a aquello que él expresa o permite característica propia de la vida gregaria, que Girard describe como pul-
:onocer. De modo que podríamos poner estos signos en contrapunto sión mimética. El deseo humano está organizado, está motivado por el
). los símbolos y decir que, en este caso, "mostrando, develan". Para deseo mimético: por el deseo del otro. Esta pulsión de imitación está en
hermeneuta, en cambio, el supuesto es el de un referente simbó- la base del vínculo social pero, así como funciona para hacer posible la
). Pero este referente no es una "cosa a indicar": cuya existencia socialización y las relaciones pacíficas, produce también, según Girard,
.ía independiente del acto de indicarla sino, más bien, un sentido una escalada violenta, en tanto cada uno quiere lo que quiere el otro. El
onstruir en el acto de explicitarlo. Un buen ejemplo para situar el "otro" es modelo pero también rival.
anee de estas diferencias lo encontramos en las modificaciones que Cuando se desencadena esta escalada violenta, la única forma de
a teoría del trauma hace Sigmund Freud a lo largo de su obra. En mitigarla, de aplacarla, es por vía de un sacrificio que el grupo realiza
primer momento cree que una experiencia de seducción real en la sobre alguna víctima propiciatoria. La víctima es depositaria de esta
'ancia engendra o es causa del desencadenamiento de una neurosis. violencia colectiva. Por lo general, se elige al sujeto más débil o a aquel
ro a partir de sus Estudios sobre la histeria se ve obligado a revisar que presenta alguna característica especial que lo diferencia del grupo;
1. hipótesis porque descubre que independientemente de cualquier en tanto la diferencia es una manera de interrumpir esa masificación
[sodio real existe un "fantasma de seducción" que se desarrolla en el que, según Girard, está en la base de la violencia colectiva: la violencia
)ceso de tramitar el complejo de Edipo. Este fantasma tiene efectos no surge por lo distinto sino por lo igual por lo que se mimetiza y no
,
,ructurantes para la vida psíquica del niño y para el inconsciente _puede diferenciarse. Una vez que la violencia se descarga sobre la víc-
[ adulto. Como se advierte, la naturaleza de este fantasma corres- tima, ésta adquiere carácter sagrado, adquiere poder simbólico sobre el
ade a lo que aquí llamamos realidad simbólica. En tanto tal, tiene grupo y, de modo más específico, esta experiencia retorna como senti-
'dos y existencia objetivamente identificables, aun cuando no se miento de culpa. De acuerdo con esta tesis, todo ritual cultural estaría
le de un referente material. destinado finalmente a expiar esa culpa colectiva.
De acuerdo con este marco se abren dos asuntos a resolver: por Es en el terreno de la experiencia religiosa donde de modo más tan-
a parte, la cuestión del tratamiento de ese material empírico (lo gible se puede advertir este mecanismo de la violencia social y de los
e compromete cuestiones metodológicas) y, por otra, la cuestión de mecanismos que se despliegan para mitigarla. La víctima adquiere ca-
producción o la emergencia de la nueva significación. A los efectos
examinar esos procedimientos e ilustrar algunas de las considera-
nes teóricas que hemos esbozado, nos detendremos en el examen
11. Para una ampliación de estas tesis, se pueden consultar R. Girard, La violencia y k
un ejemplo.
sagrado, Barcelona, Anagrama, 1983; Literatura, mimesis y antropología, Barcelona, Ge-
disa, 1984; El misterio de nuestro mundo. Claves para una interpretación antropológica,
Salamanca, Sígueme, 1982; El chivo expiatorio, Barcelona, Anagrama, 1986.
6 ROXANA CECILIA YNOUB METODOLOGÍA Y HERMENÉUTICA 247
cter divino y el ritual se transforma en una manera de reproducir el expiatorio". Esta formulación constituye una hipótesis interpretativa,
to violento, pero a través de una forma que pierde sus consecuencias álTnódo-Te una hipótesis sustantiva de investigación. Su formulación
uentas, sirviendo al mismo tiempo como mecanismo expiatorio de la como hipótesis de investigación se integra, como hemos sostenido, en la
lpa y de veneración de la víctima que se erige ahora como emblema -teoría de alcancemás general que acabamos de invocar, al comentar las
identificación y cohesión del grupo. tesis de Girard sobre las funciones de los rituales expiatorios.
En el cristianismo se pueden constatar todos estos mecanismos: la Como tal, se sustentálnuw_kg»sueanc el intérprete postula en-
ctima es sacrificada en aras del destino y la realización humana. Cristo .tre el objeto de análisis (considerado en su calidad de material signifi-
rece su vida por el perdón de los pecados humanos. Pero esa muerte cante) y su reenvío a una representaciónn significasión interpretad_a.
Imana es la condición para su resurrección divina: es decir, para su En este `casó, el ritual de cumpleañ,os se pone en correspondencia con el
lvenimiento como ser sagrado. El carácter sagrado se expresa a través modelo del ritual sacrificial como resulta de la descripción que ofrece
rituales que al mismo tiempo cumplen la función de reeditar la vio- Girard.
ncia originaria bajo una forma sublimada y ofrecerse como mecanismos Ahora bien, una vez postulada esta hipótesis, se deben ofrecer ele-
cohesión grupal. Es lo que ocurre, por ejemplo, con el sacramento de mentos que permitan validarla, es decir, "someterla a contrastación".
eucaristía: el grupo introyecta a la víctima, la sangre y el cuerpo del Esta contrastación es la que se realiza entonces en la perspectiva de la
Alor son los símbolos a través de los cuales se realiza esa identificación. puesta en correspondencia entre los éomponentes del material signifii,
eber de su sangre, comer de su cuerpo, que para el creyente se "tran- cante (considerando la función que cada uno cumple allí) y el modelo o
tstancian" en el pan y el vino el cuerpo y la sangre de Cristo. Pero esta teorra-desde la que se interpreta o.solarela que se proyecta *ese material.
troyección debe realizarse en el marco de un ritual culturalmente insti- -----Eía-m—inaremos en primer término las caráCteristicás— queTien-e el
Lido, ante representantes que validan esa experiencia, le imprimen esa sacrificio expiatorio según la descripción de Girard, para luego evaluar
anotación sagrada, y, de modo especial, en el inarco cle una experiencia si estas características están presentes en el ritual de cumpleaños:
dectiva, es decir, en comunión con los restantes miembros del grupo:—
De modo muy apretado, éstos son los núcleos de la teoría que formu- 1) En primer lugar, tenemos a la "víctima": debe ser un ser vivien-
Girard. Para su fundamentación y validación recurre a un sinnúmero te en tanto el ritual consiste en su sacrificio. En los orígenes de
3 evidencias históricas, antropológicas, literarias y psicológicas, pro- la cultura estas víctimas solían ser sujetos humanos, pero luego
mientes de variadas fuentes. Sin duda su presentación y tratamiento fueron desplazándose hacia animales u objetos que representa-
.sbordan los marcos de este trabajo, en el que nos servimos de ella ban a estos seres vivientes.
do a los fines de nuestra propia reflexión metodológica para ilustrar el 2) La víctima por lo general es preparada, acicalada, adornada para
atamiento de las hipótesis hermenéuticas. En esa perspectiva, abor- el ritual.
iremos como objeto de análisis el "ritual de la torta de cumpleaños", _ 3) El ritual consiste en una ceremonia en la que se realiza el sacri-
omo se lo practica en nuestro medio cultural. ficio. Éste debe realizarse en presencia del grupo, se trata de una
Las preguntas que orientan este análisis podrían ser formuladas en ceremonia colectiva.
s siguientes términos: ¿qué sentido se vehiculiza cuando soplamos la 4) Luego del sacrificio, el grupo introyecta efectiva o simbólicamen-
rta de cumpleaños? O, dicho en términos de la simbólica de Ricceur, te a la víctima.
ynuestra y qué oculta este ritual? La respuesta que vamos a pro- 5) La realización del ritual tiene efectos consagratorios para el gru-
mer-s-ürg-e-ae úria—interPretación daaa por Samaja quien, a su vez, se po y/o algunos de sus miembros: instituye un nuevo estado de
Lspira en la teoría de Girard que acabamos de comentar.'2 cosas y los que participan en él se inscriben (o reafirman su ins-
LaJápótesissue postula Samaja es que el ritual de la torta de cum- cripción) como miembros de ese grupo.
_
eaños constituye precisamente un "ritual expiatorio o un sacrificio
Hecha esta somera descripción, se trata ahora de aplicar el método
de análisis, según el cual deberemos identificar las correspondencias
1. Comunicación personal. entre este modelo y el material a interpretar; en este caso, el ritual
3 ROXANA CECILIA YNOUB METODOLOGÍA Y HERMENÉUTICA 249
cumpleaños y de modo más específico el ritual de la torta de cum- referencia al contexto que el elementosignificante (considerado un ras-
?años: gó -ii indicio) adquiere el estatuto un significado concreto (como caso).
En esta dirección resultan muy instructivos los desarrollos que ha
1) Vamos a postular que tenemos el objeto, o el "cuerpo" de la víc- hecho la teoría narrativo-discursiva desar a por Algirda dr eimas.
tima, en la torta misma. Se podría objetar que la torta no tiene Este autor ha propuesto la categoría semema ara dar cue
vitalidad: no se puede cumplir en ella el acto sacrificial. Sin em- carga o potencialidad semán ica de cu •nto ificante.',3
bargo, aparece un elemento que cumple la función simbólica de del análisis dalas., mílitiplescontextos en Estapoencildxr
lo vital, ya que se presta al acto de su anulación. Este elemento que ella se realiza. Efectivamente, estos sememas se constituyen en las
es el del "fuego de las velas". 'Unidades de sentido)" que una determinada comunidad de hablantes
2) La equivalencia también aparece en el acicalamiento: la torta se selecciona como relevantes para organizar el campo de significación del
adorna, se decora, y esto forma parte de los preparativos del ri- universo que los rodea. A su turno, estas unidades de significación con-
tual. textual permiten postular la referencia a un campo de permanencia se-
3) De acuerdo con esta hipótesis, el equivalente al acto sacrificial mántica, sobre las variaciones de superficie del discurso. Así, por ejem-
sería el acto de "apagar las velas". Y éste se cumple también en plo, si en una comunidad de hablantes se utilizan expresiones como
presencia del grupo. "estar a la cabeza", "encabezar", "ir a la cabeza", "ponerse a la cabeza"
4) Luego, la torta es "introyectada" por el grupo: la torta se compar- y otras, se puede afirmar que todas ellas remiten a un mismo campo
te y se come grupalmente. de significación, o a una misma acepción del término "cabeza", que co-
5) Por último, se puede reconocer también la función consagratoria rresponde a la que la refiere como "parte superior de..." (un cuerpo, un
del acto ritual: las velas que se apagan representan la vida pasa- grupo, una fila, etc.). Esta acepción definiría un semema. Pero, a su vez,
da, la vida ya vivida, pero al mismo tiempo y por el mismo acto podría identificarse otra serie de usos en los que se explota otra región
se abre la nueva vida. Los años se cumplen –en el marco de este semántica del mismo término, como podría ser "cabeza dura", "darse de
ritual– cuando se apagan las velas. Tiene así una función institu- cabeza", "romperse la cabeza", "cabezón".
yente y consagratoria. En estos casos se explota otra significación vinculada a "resistencia
a... o dureza..." (tanto en aspectos materiales como actitudinales). Es
Si se acepta la equivalencia trazada, lo que hemos hecho es identi- el contexto, en_que eltérmino se jiwke_elguejjadic gululregión de
ar cada uno de los componentes que constituyen el acto sacrificial y sentido se actualiza o debe actualizarse en su interpretación. Lo mismo
•oponer su "equivalencia" con el ritual de la torta de cumpleaños: éstos puede decirse de la expresión "la llama
am del fulgo" —: ésta porta un sinnú-
ordenan según la función que cumplen en lo que podríamos llamar mero de significaciones potenciales vinculadas a la vida, pero también
sistema simbólico (ya que, como dijimos, los símbolos reconocen com- a la muerte, al riesgo, al alerta, a la pérdida, a la cocción, entre otras.
ejidad interna). De esa potencialidad de significación, cada contexto explota o actualiza
LaJEiivdirsic t funcional supone entonces que una misma función alguna o algunas de ellas; y es precisamente ésa la tarea que sigue el
leden cumplirla elementos materialmente muy disímiles: su valor es intérprete: la explicitación del sentido que se actualiza en el contexto
olo "significante", y la significación surge por el lugar que ocupan en el del material analizado.
stema como un todo. Así, por ejemplo, postular la equivalencia entre
a vida" y el "fuego de las velas" queda habilitado por el contexto en
le esa equivalencia queda trazada.
Advertimos de paso que este proceder se corresponde con el trata-
iento analógico-abductivo al que nos referimos previamente: las velas 13. Para una ampliación de estos temas se pueden consultar A.J. Greimas y J. Courtés,
las llamas en sí mismas y por sí mismas no suponen necesariamente Semiótica. Diccionario razonado de la teoría del lenguaje, Madrid, Gredos, 1990; A.J.
Greimas, Semiótica, t. n del Diccionario razonado..., 1982; Del sentido 11. Ensayos semióti-
opresión del elemento vital. Sin embargo, en la perspectiva del contex- cos, Madrid, Gredos, 1989; J. Courtés, Introducción a la semiótica narrativa y discursiva,
en que se interpretan, adquieren esta potencial significación. Es por Buenos Aires, Hachette, 1980.
ROXANA CECILIA YNOUB METODOLOGÍA Y HERMENÉUTICA 251
L "validación por convergencia" en la contrastación en el mismo sentido en que puede hacerlo un emblema o un tótem. En
hipótesis hermenéuticas" la fecha de su cumpleaños este árbol es sancionado con azotes, con la
misma función o significación que en nuestro medio tiene el "tirón de
El tratamiento que acabamos de describir constituye, según pre- orejas".
ademos defenderlo, un procedimiento de validación de las hipótesis En síntesis, se trata de un conjunto de prácticas y rituales cuyos
rmenéuticas. Llamaremos a este procedimiento "validación intra- elementos parecen corresponderse vis-á-vis con los elementos del ritual
témica": la equivalencia se busca identificando los—c-o-mp-olente-s-de- sacrificial: en alg-unos casos de modo más acabado y completo, y en otros
la sístema (significante y significado) y su equivalencia funcional de modo parcial. Pero en todos ellos el fin que se reconoce es el mismo:
el interior de ellos. A este procedimiento de validación se podría un acto sancionatorio que, examinado en la perspectiva de este análisis,
regar otro al que -por contraste con el anterior- llamaremos de puede ser concebido como deslizamientos del acto sacrificial.
intersistémica". En este caso se trata de averiguar si hay Ahora bien, hecho este reconocimiento, se abren una serie de inte-
-os elementos en el ritual de cumpleaños que reconozcan alguna rrogantes:
uivalencia con un ritual sacrificial, de modo que si estos otros ele-
Intos se constatan y convergen con la interpretación propuesta,
_ ro- • ¿Por qué el cumplir años puede motivar prácticas expiatorias?
stecen su validación. • ¿Cuál es la culpa que el ritual tramita?
En el caso que nos ocupa, el de la celebración del cumpleaños, es • ¿Cuál es la violencia que se sublima a través de estos rituales?-si
;i1 reconocer otras conductas que parece cumplir con el sentido que aceptamos, como lo sugiere Girard, que el rito expiatorio busca
judicamos al ritual de la torta de cumpleaños. Tal es el caso del "tirón dar cauce a una violencia estructural-.
orejas": también aquí encontramos elementos expiatorios en tanto el
to tiene, al mismo tiempo, la forma de un reconocimiento cuanto de Para responder a estas preguntas, se torna necesario recurrir una
a sanción. vez más a la teoría antropológica. La evidencia en esta materia demues-
De igual modo ocurre con el ritual de la piñata. Se trata de un obje- tra que en toda cultura el nacimiento de un nuevo miembro constituye
que se castiga hasta el "sacrificio". Este sacrificio simbólico consiste un hecho amenazante para la comunidad y para el orden instituido.
destruir al objeto para servirse de los frutos que lleva dentro de Este elemento resulta sin duda inaceptable para nuestra conciencia y
Una vez más, es el grupo el que participa tanto del rito sacrificial nuestra cultura contemporánea, pero se pueden citar rápidamente va-
pegar a la piñata hasta destruirla) como del acto de introyectar su rios ejemplos provenientes de la literatura y la narrativa religiosa que
atenido. En algunas culturas (y probablemente en el origen de este nos ponen sobre la pista de este temor atávico o arcaico. En primer tér-
ual) la piñata representa a un animal de campo, como una cabra o mino, el nuevo miembro debe "ser inscripto" en su comunidad, debe ser
a oveja. aceptado y reconocido como tal: éste es el fin que persigue precisamente
En la misma dirección puede reconocerse el sentido con el que, en el ritual del bautismo. En la religión católica, por ejemplo, el bautismo
rtos contextos culturales, se "castiga al árbol asociado al homenajea- limpia el "pecado original", es decir, un pecado que el nuevo miembro
por el cumpleaños". Se trata de tradiciones en las que cada niño al trae por el solo hecho de nacer. Nace "impuro" y debe purificarse. Tam-
cer recibe o se identifica con un árbol. Este árbol representa al niño bién podría expresarse en estos términos: "nace ajeno a la comunidad
y debe ser inscripto y reconocido por ella". Esta inscripción no es otra
que la de inscribirse en las tradiciones, en la normas, en la cultura que
Utilizamos la expresión "validación convergente" de un modo propio, como se ad-
rige a esa comunidad (o, como dicen los religiosos, en la "obediencia al
tirá en lo que sigue en el texto, pero teniendo presente que el término reconoce un Señor"). Gran parte de la narrativa religiosa, y la dramática literaria y
ar en las técnicas de validación científica, según las cuales esta validación supone mitológica, está vinculada a este conflicto potencial o manifiesto entre
concurrencia de datos diferentes, o de datos producidos con diferentes métodos. el nuevo miembro y los mandatos culturales (que se expresa en algunas
respecto se puede consultar D.T. Campbell y D.W. Fiske, "Convergent and discri- ocasiones como conflicto entre "el padre y el hijo" en tanto el hijo puede
iant validation by multitrait-multimethod matrix", Psychological Bulletin, N° 56,
í9, pp. 81-105. desplazar al padre o al lugar del padre). Piénsese, por ejemplo, en la
METODOLOGÍA Y HERMENÉUTICA 253
ROXANA CECILIA YNOUB
,oria de Herodes, del mismo Edipo, de Abraham en el Antiguo Tes- simbólicamente (es decir, por medio de un deslizamiento significante) el
Lento, de Caín y Abel, entre muchas otras." acto del sacrificio.Fara rechazar esta interpretación, se debe entonces
Dado que el tratamiento de este tema excede con mucho los objetivos proponer: a) una interpretación alternativa, o b) una muestra de su
aste trabajo, sólo vamos a proponerlo a título de postulado. Desde inconsistencia o incoherencill
odremos situar la interpretación del ritual de cumpleaños tal como La interpretación propuesta se muestra, de este modo, discutible
temes tratado aquí: el cumpleaños reedita esa experiencia de ins- pero no opinable. Siguiendo una vez más las reflexiones de Samaja,
lción, y exige una nueva expiación, una nueva reedición sacrificial. la distinción entre "discutible" y "opinable" estriba, precisamente,
rituales que hemos examinado, en tanto se muestran convergentes en la diferencia que surge entre la posibilidad de someter a nue-
las características que le caben a un ritual sacrificial, validan esa vas contrastaciones y evaluaciones la evidencia que ilumina cual-
Irpretación. quier hipótesis y la mera valoración subjetiva en torno a ellas. Así,
por ejemplo, si se rechaza la hipótesis interpretativa del ritual de
cumpleaños —y si este rechazo se realiza en la perspectiva de una
iterios para aceptar o rechazar vocación investigativa—, será porque se puede "discutir la validez"
fipótesis interpretativa (adecuación teórica y/o identificación empírica) de los elementos que
la sustentan. Dicho de otro modo, no se trata de una mera "opinión"
Llegados a este punto, se impone la cuestión: ¿es ésta una inter- apreciativa, sino de una consideración puesta en la perspectiva de lo
tación adecuada?, ¿supone el recorrido que hemos hecho "evidencia" que podemos llamar "objetividad", es decir, en la perspectiva de la
wor de ella? En principio, lo que podemos decir es que se ofrecen luesta en común con otros", sea para aceptarla (como lo hace quien
erios identificables o, como lo hemos dicho previamente, "referencia- brinda ev—ITIncia a favoáMlella) o para rechazarla (si se pueden ofre-
3". Es posible dar cuenta de los elementos que conforman el ritual y
cer elementos que la refuten).
3US funciones en su contexto. La hipótesis puede ser rechazada, sin
Una vez propuesta la hipótesis, y ofrecida la eviclencia para su va-
La, si no se acepta la evidencia ofrecida y/o si no se acepta la lectura lidación, se sigue todavía una nueva ,consideración:l¿la interpretación
interpretación que se sigue de ella. propuesta resulta ser la única posible, la más adecuada, la interpre-
Aisí, por ejemplo, hemos propuesto que el "fuego de las velas" ex- tación que clausura el sentido del material analizadoZI1La respuesta
sa la "vida que se enciende y apaga", y en tanto tal puede expresar pareciera ser en principio negativa. Siempre es posible volver a revisar
los alcances de las interpretaciones propuestas. El haber reconocido es-
tas simbólicas como multívocas o también equívocas supondría aceptar
al mismo tiempo que de ellas se puede explotar más de una línea de
ksimismo, esta evidencia ha sido documentada por una extensa investigación antro- sentido. Pero una vez más se impone la misma consideración, la expli-
gica que se remonta a autores muy anteriores al propio Girard, tal como se desprende citación de esos múltiples sentidos y deslizamientos significantes exi-
) siguiente: que los padres y sus hijos aparezcan frecuentemente como contrarios y girá —si se lo realiza en la perspectiva de una interpretación defendible
tgonistas es harto sabido; es de hecho un tema común a varias novelas y obras euro-
como hipótesis de investigación— la explicitación de los elementos que
;. Los antropólogos se han familiarizado hace ya tiempo con sus paralelos en las socie-
3s primitivas. Pero su importancia capital en la vida social era apenas comprendida justificán o validan la interpretaciónaltérnativa._
932, en parte por la entrada en escena del psicoanálisis, pero en especial por los estu- Finalmente, una última consideración que tiene trascendencia me-
de parentesco de Bronislaw Malinowski y Alfred Radcliffe-Brown. El revolucionario todológica. nuryna inter retación resulta osible con inde endencia
ito de este último acerca del hermano de la madre nos ha hecho notar la significación de un modelo teórico en el cual fundarla o, al menos, construirla o
^espeto y las interdicciones en tanto expresiones de la autoridad de los padres sobre
Uiru-CidarlaTrsto es-~711-17arálite, porque supone que la
hijos en una estructura familiar patrilineal, y Malinowsky ha revelado los conflictos
la superficie de las normas de parentesco matrilineal. La costumbre nankanese pa- técn a- de análisis no puede ser vehiculizada si se prescinde del ele-
I revelar una franca hostilidad entre progenitores e hijos del mismo sexo, relacionado mento teórico que la organiza y le da contenido. El tratamiento formal
la abierta admisión del deseo de muerte del pariente; resultaba curiosa, también, al (como ocurre con ciertos procedimientos consagrados en la tradición
Llar especificamente al primogénito. Ningún antropólogo alerta a las controversias en
o al parentesco y la estructura familia podía dejar de estar intrigado. _ _ ___ __
estructuralista) no resuelve ni sustituye el componente teórico, idea-
„„
ROXANA CECILIA YNOUB METODOLOGÍA Y HERMENÉUTICA 255
>e,incluso intuitivo que está en la base de las hipótesis interpre- esa interpretación. 17 Si esto fuera sí, lo que se debe concluir es que
¡as. Pero, y lo que es más importante aún, esto mismo ocurre en _ninguna técnica —sea ésta de análisis discursivo, estadística, estruc-
quier tipo de investigación, incluso en las que se enrolan en la tuTárria reemplazar al capital teórico ue • ortan las hipóte -
consagrada tradición positivista: ningún tratamiento estadístico, sis. Dicho -5-6n-o—m-daz; a penetrabilidad intelectiva de una hipótesis
luna prueba de significación, ningún cálculo de correlaciones, hace (descriptiva, explicativa o interpretativa) no brota de la técnica de
ble la interpretación de los resultados obtenidos. La valoración análisis o del tratamiento de datos utilizado (sea ésta cualitativa o
,antiva de esa prueba, el sentido que puede adjudicarse a los re- cuantitativa); brota de la fuerza ideatoria de estashipAugjclelps
ados encontrados, sólo emergen de los modelos teóricos, de la ar- nexos que saca—álüzTaTronfiralfaa14:qúe aRorta:stelounblema ss
ectura y la coherencia argumental en que pueden inscribirse esas que resifélTe- ó délos protileniasqüe abre. Sin teoría, sin ideas, sin
encias empíricas. En este punto nos distanciamos francamente imaginación— nohay digricia ni interpretación posible. Y, a su turno,
tratamiento estructuralista, y adherimos a la reflexión y la crítica el alcance de aquello que se pueda imaginar surge de los modelos
Mary Douglas dirige al método del análisis del mito de Claude de que dispone el investigador o investigadora, de las tradiciones en
i-Strauss cuando sostiene: que se inscribe y de la capacidad creativa que tenga para importar o
exportar esos modelos desde un dominio a otro, lo que indica el valor
A su análisis del simbolismo le falta un ingrediente esencial. 1 capital que tiene la analogía en el terreno de la producción científico-
Carece de hipótesis. Sus predicciones son inexpugnables, absolu- cognitivaj,
ta y totalmente irrefutables. Dados los materiales para el análi-
sis (un campo cultural limitado) y dadas las técnicas de análisis
(selección de parejas de elementos opuestos), no hay posibilidad
de que un investigador [...] salga de su empeño con las manos
vacías. Por fuerza tiene que conseguir su propósito porque utiliza
herramientas apropiadas para descubrir estructuras y porque la
hipótesis general no exige de él más que descubrirlas. No se le
pide que relacione estructuras simbólicas con variantes sociales.
Inevitablemente deducirá de su investigación una serie de oposi-
ciones estructuradas que se fundirán finalmente con la dicotomía
general de cultura y naturaleza. 16
mercado o el relativismo cultural, muchas de las tesis en pugna gitimidad religiosa de las ataduras de la conciencia individual (como lo
alizaron sus esfuerzos en la validez de sus métodos y en los métodos hizo el primer protestantismo), o reclamando por la especificidad de los
-a afirmar la validez. métodos científicos más allá de una subordinación última a la Iglesia
Gran parte de este recorrido histórico se ve atravesado por la cri- (como postuló Galileo Galilei en varios pasajes de sus argumentos), o
de autoridad de una Iglesia Católica que había pretendido totalizar aun reclamando una separación plena de los ámbitos, como lo hicieran
;pecialmente a lo largo de la baja Edad Media— las legitimidades Hugo Grocio, René Descartes o Jean-Jacques Rousseau, en distintos
cursivas bajo su propio régimen institucional de sucesión apostólica: planos de sistemas discursivos. En el siglo xix y, especialmente, en el xx
saberes teológicos, filosóficos, científicos, la validez de las acciones el orden jerárquico se invierte y es la ciencia la que puede transformar-
la vida económica —como fue el caso del préstamo a interés—, la le- se en la escala de validación de todo orden posible, en una tradición que
imidad de los regímenes de soberanía estatal, y aun lo que hoy lla- inaugura el positivismo y continúan tradiciones más recientes. La cien-
iríamos la vida privada o íntima, debían pasar por el rígido tamiz de cia ya no reclama independencia de otros órdenes sino el trono vacante
autoridad eclesiástica y arriesgarse a graves sanciones. El desajuste de la autoridad universal.
la propia autoridad institucional respecto del cumplimiento de sus En concordancia con este orden, varios pensadores de fines del si-
opias normas aceleró la crisis que derivó en las agrias guerras de re- glo xrx y principios del xx coincidieron en considerar la ciencia la forma
;ión y las revoluciones burguesas, superpuestas a las anteriores. Con de conocimiento más avanzada de la civilización humana, capaz de supe-
o, las autonomías de los ámbitos de legitimación fue creciente, como rar, incluso suprimir, toda otra forma de conocimiento y especialmente
muestran el desarrollo de la sociedad civil, el nacimiento del cons- toda otra forma de validación que no fuese la basada en su propio método
,ucionalismo, la división de poderes, la separación de los ámbitos de canónicamente aceptado y reproducido institucionalmente. Esta mirada
beranía y propiedad, así como de las funciones económicas, políticas evolucionista unilineal, especialmente en su forma positivista, ingresó en
militares. Del mismo modo, la creciente autonomización de ámbitos una etapa de profunda y prolongada crisis a lo largo del siglo xx, abrien-
producción y validación de saberes es notable desde la crisis final del do paso a la recuperación de aportes críticos centrados en la ruptura de
edioevo, y más contundente aún desde los siglos xvi y xvii: autonomía paradigmas (biológicos, éticos, epistemológicos, psicológicos) y buscan-
saber científico y de la reflexión filosófica respecto de la teología va- do la convivencia de métodos universalistas con el creciente relativismo
lada por la Iglesia y el poder estatal, autonomía del pensamiento indi- cultural. Así, llega a plantearse la flexibilización del concepto de ciencia
dual, incluso el religioso, del andamiaje institucional que lo sometía a o la imposibilidad de establecer una jerarquía universal de tipos de sa-
gidas "inquisiciones", nacimiento de numerosas ramas científicas con beres, etc., aunque, en no pocas circunstancias, al costo de un creciente
iterios propios de producción y validación, entre otras. autismo en la relación entre dichos tipos de saber, pues se trataba de no
Los grandes logros de los últimos quinientos arios en el campo de la volver atrás en la independencia costosamente ganada. Proponemos aquí
encia y la técnica, la producción económica, la organización del Estado y abordar reflexivamente las implicancias de estos recortes, la disociación
1s libertades individuales se aceleran tras el triunfo de las revoluciones histórica entre ciencia y otras formas de construcción sígnica como la
arguesas en Europa, las sucesivas revoluciones industriales y la política, la ética o la religión, interrogando las perspectivas de comple-
mpliación de demandas de libertades a lo largo de la llamada "Edad mentariedad, diálogo y aun de mutuos aportes en la búsqueda de nuevos
ontemporánea", nuestra modernidad. paradigmas que orienten las cada vez más amplias, complejas y hetero-
Al amparo de tales logros este recorrido, veloz en términos históri- géneas expectativas de calidad de vida de la humanidad en los comienzos
)s, pero lento en términos de la experiencia vital de muchas generacio- del tercer milenio.
es, deriva en el triunfo y hegemonía plena de la ciencia como método ¿Cuáles son los ejes que atraviesan y son atravesados por esta
e producción y validación de conocimientos, pero también como ins- historicidad? ¿Cómo afecta lo que se considera válido dentro de la
Ltución decisiva en la organización social en su conjunto, en perfec- ciencia normal (institucionalizada) la relación que ésta mantiene con la
a armonía con el orden parlamentario y el capitalismo en expansión. política, con la religión, con el arte?
)esplegadas todas sus potencialidades, la ciencia ya no sólo demanda Necesariamente, deslindar la ciencia de estos otros campos de acti-
utonomía respecto de otros órdenes de autoridad cuestionando la le- vidad humana ha contribuido a establecer un "protocolo" de acción con
ALEJANDRA V. OJEDA MÉTODO, CREENCIAS Y BIOPOLÍTICA 261
ieterminadas reglas que muchos metodólogos han tendido a con- occidental se ve forzada —debido al desarrollo del mercantilismo— a
a- estables, procediendo a describirlas como si se tratara de carac- coordinar cosmovisiones socioeconómicas contradictorias: la de la no-
zas "naturales" a la actividad científica que solamente debieran bleza, por un lado, y la del sector comercial y empresarial, por otro. El
plicitadas. Pero si la noción de sujeto hacedor es concebida recién primero apuntará a sostener el orden instituido a fin de proteger sus
)1. de las edades Moderna y Contemporánea, ¿es válido referirnos privilegios; el segundo enarbola las banderas de la libertad (de expre-
cepto mismo de método, ley, acción, de la misma manera que an- sión, de circulación de bienes y de información) para poder desarrollar
ellas? Si tomamos el planteo peirceano que reflexiona sobre las sus operaciones comerciales privadas, banderas que posteriormente
ntes maneras que ha desarrollado el ser humano para elaborar y serían sostenidas por las sociedades burguesas por favorecer al "bien
us creencias, y entendiendo estas creencias como el universo de común". La poderosa base social de estas cosmovisiones potencia la
as que regulan la vida de ese sujeto, podremos sostener que sin la continuidad y la ampliación de tales búsquedas, y habilita, además,
Incia histórica del sujeto no es posible pensar el método científico otros despliegues y conflictos en los que los nuevos métodos son deci-
netafísico.' Juan Samaja, retomando a Charles Sanders Peirce, sivos para legitimar y llevar a su pleno desarrollo nuevas prácticas,
[be e historiza distintas maneras de generar y fijar conocimientos como fueron las tempranas experiencias del Renacimiento y la Re-
a desarrollado el ser humano hasta la modernidad, distinguiendo forma, así como los fundamentos del jusnaturalismo. La importancia
o formas prevalentes: por tenacidad, por autoridad, mediante el de estos conflictos en los planos religioso, ético, político y social, en
lo de la metafísica y por último, como método más evolucionado, general, fue lo suficientemente alta como para definir toda una etapa
ante el método científico. Los dos primeros son considerados "invo- de los debates en la sociología clásica.
rios", en tanto que no hay un sujeto que ejerza conscientemente el En tal contexto, el método científico deviene del desarrollo y esta-
le aprendizaje. No hay conciencia sobre dicho acto y, por lo tanto, blecimiento de las sociedades burguesas y sus prácticas sociales y cul-
Ly apropiación individual posible; es un conocimiento que sólo se
turales predominantes; su configuración estará en directa correlación
, incorpora y transmite mediante la inteligencia predominante- con los cambios que en ellas se produzcan. Se trata de un conjunto de
e enactiva en el primer caso y mediante la acción instituida de la hipótesis rico y motivador para nuevos interrogantes críticos. En ese
nidad en el segundo. marco, y a partir de la hipótesis principal que vincula históricamente el
partir del método metafísico se ejerce la reflexión del sujeto indi- desarrollo de la sociedad con diferentes modos de fijar los conocimientos
Ll sobre el proceso de adquisición del conocimiento y sobre el co- que tienen lugar en tales contextos, cabe preguntarse si luego de las
iiento en sí, basándose aún en una construcción subjetiva, que no grandes transformaciones ocurridas durante el siglo )01 estamos toda-
ere comprobación empírica externa, que no demanda pruebas de vía en un contexto en el que prevalece este cuarto método (científico) o
ividad y se conforma con la coherencia interna de los argumentos se hace necesario identificar, repensar y/o desarrollar nuevas formas
eados. El momento de emergencia de este método puede rastrear- sociales de fijar conocimientos, así como de articular las preexistentes.
sta la antigüedad clásica occidental, cuando la complejidad de las Si pensamos cómo han ido cambiando estos comportamientos cog-
iones entre clases y grupos en el mundo helenístico lleva a una nitivos, y entendemos desde Peirce que la única posibilidad de gene-
ante necesidad de un nivel más complejo de coordinación de sabe- rar sentido es desde la terceridad o ley,3 nos parece necesario rastrear
istintos, así como a asumir la relación conflictiva entre verdad y
ón en tal contexto. No casualmente, el rastreo del nacimiento de la
Lca también bucea en el mismo ente histórico.2 3. Según Peirce, "la idea del instante presente, la cual, sea que exista o no, es pensada
ara Samaja, el crecimiento decisivo del método metafísico como naturalmente como un punto de partida del tiempo en que no se puede producir ning-ún
ominante se produce con la Edad Moderna, cuando la sociedad detalle, es una idea de Primeridad. El tipo de una idea de Segundidad es la experiencia
del esfuerzo, prescindiendo de una idea de intencionalidad [...1 La Segundidad es genui-
na o degenerada [...]en términos generales, la Segundidad genuina consiste en que una
cosa actúa sobre otra: la acción bruta. Digo bruta porque en la medida en que aparece
.se J. Samaja, Epistemología y metodología, Buenos Aires, Eudeba, 1993. una idea de cualquier ley o razón, se presenta la Terceridad", Ch.S. Peirce, La ciencia de
Lse M. Finley, El nacimiento de la política, Barcelona, Crítica, 1986. la semiótica, Buenos Aires, Nueva Visión, 1986. Los textos seleccionados corresponden
ALEJANDRA V. OJEDA MÉTODO, CREENCIAS Y BIOPOLÍTICA 263
!s han sido las principales modificaciones histórico-sociales en la La palabra "ley" no debe entenderse en sentido humano, es
1pción de la ley que atraviesa todo el imaginario social y afecta lo decir, como enseñanza de las obras que hay que hacer y las que
;e pretende de ese concepto cuando uno hace ciencia. hay que evitar, lo que es propio de las leyes humanas que se cum-
sí, en todo el período en que prevaleció el método de la autoridad, la plen con obras aunque el corazón no sea partícipe. Dios juzga lo
sión a la ley dio lugar a posturas faccionales como forma predomi- íntimo del corazón. Por eso su ley se dirige a lo más íntimo del
corazón, y no se satisface con obras; por el contrario, censura las
e de resolución de puntos de vista y conflictos, donde la verdad se que no procedan de un corazón sincero, como hipocresías y menti-
nía por la adscripción a una institución que la avalaba, en principio, ras [...] cuando no existe el libre placer de hacer el bien, tampoco
Lie estaba en concordancia con su doctrina e intereses. Hasta que esa existe esa íntima armonía del corazón con la ley de Dios.
a de relacionarse con la autoridad no fue superada, el sujeto no fue
de construir un conocimiento autónomo de la autoridad que lo su- Aquí puede observarse un desplazamiento desde el concepto de ley
[naba. Las formas históricas transicionales desde este método hacia como una serie de pautas a cumplir bajo amenaza de castigo y/o prome-
luiente muestran de muy diversos modos las enormes dificultades sa de retribución, a una ley interna que implica la convicción del sujeto
su superación, como lo demuestran las destrucciones de andamia- respecto de cómo puede y debe actuar ajustando su propia subjetividad
ientíficos (astronómicos, agrarios, matemáticos) como resultado de a una norma a la que adscribe por razones subjetivas, más que la ads-
ras (y no su apropiación), así como el sacrificio de pensadores como cripción externa a una serie de pautas, expresables como secuencias de
ates o el llamado a silencio —más adelante— impuesto a Galileo. An- conductas ritualmente organizadas. Tal adscripción subjetiva no retro-
e esos momentos, la idea de ley como sinónimo de verdad resultaba cede de la ley a la opinión, porque su contenido no necesariamente coin-
amental de defender como mecanismo de supervivencia social e in- cide con sus intereses individuales específicos en uno o varios campos
Lual, pues avalarla era sinónimo de pertenencia a la institución que de actividad, en uno u otro momento, y se presenta ante el sujeto, por lo
rmulaba, y disentir era violar el principio de autoridad que sostenía tanto, como una carga objetiva a la que ajustarse.
el andamiaje de la comunidad. Por eso, para que otros métodos evo- En este desplazamiento podemos encontrar uno de los pilares del
liaran y se desplegaran fue necesario que el sujeto pudiera revisar inicio de la subjetividad moderna, que posibilitará al sujeto la elección,
•eencia y disentir si fuera necesario, sin que esto significase el fin de la apropiación y el cuestionamiento de su propio repertorio de conoci-
dstencia. 4 Esto implicó separar la creencia respecto de su "fuente" y mientos.
nder que cuestionar y revisar un conocimiento no implicaba desobe- Para ello, es necesario que se desarrollen ámbitos colectivos de dis-
r a la autoridad sino, quizá, ajustarse más certeramente a ella. Ates- cusión y acuerdo, 5 que sostengan a ese individuo en su disenso y le
an estas búsquedas tanto los diálogos filosóficos de la antigüedad permitan (le den derecho a) elegir sin sentir que en ese acto queda ex-
ca helenística como las aperturas iniciadas a fines del Medioevo. Un cluido de la comunidad. 6 Es hacia el siglo xvi cuando va a surgir esta
Ler aporte decisivo como punto de ruptura histórico, en este sentido, posibilidad de cuestionar la palabra, la ley, y esta posibilidad emerge
demos encontrar en la reinterpretación del concepto de ley que hace inicialmente en el campo de la religión, con la Reforma protestante y
Iro, a comienzos del siglo xvi, en el prefacio a la carta de Pablo a los sus derivaciones, las cuales se entrelazan inmediatamente con las revo-
anos: luciones burguesas en Holanda y Gran Bretaña.
5. Este fenómeno puede notarse en las diferentes esferas de la vida civil; por ejemplo, en
capítulos 1, 2 y 3 de los Collected Papers of Charles Sanders Peirce, recopilados por la prensa periódica podemos ver diferentes formatos discursivos que aparecen ligados
les Harsthorne y Paul Weiss, Cambridge, The Belknap Press, 1965, vol. n: Elements a las distintas épocas históricas, como las gacetas en la modernidad temprana, que son
gic, libro n, "Speculative Grammar", pp. 111-112. reemplazadas por el periódico moderno durante las revoluciones burguesas. Véanse J.
mentablemente, existen innumerables ejemplos históricos de personas asesinadas Moyano, Prensa y modernidad. Paraná, UNER, 1996; J. Habermas, Historia y crítica de la
xpresar información u opinión contraria a la autoridad, tanto en el ámbito religioso opinión pública, Barcelona, Gustavo Gili, 1981.
en el científico o el periodístico, por sólo mencionar algunos campos de producción 6. Recordemos los estudios de Michel Foucault en El orden del discurso en el cual recorre
xsiva. los principales mecanismos de exclusión que se llevan a cabo a partir del discurso.
MÉTODO, CREENCIAS Y BIOPOLITICA 265
ALEJANDRA V. OJEDA
Reforma luterana fomenta la lectura individual de la Biblia, a la sin graves conflictos con el orden aristocrático feudal, hacia contenidos
L
ue propicia un mayor acercamiento a la lectura de los textos escri- variados orientados por su posible colocación en "el mercado", ya en
raduciendo la Biblia del latín —o del hebreo y griego antiguos— a los términos abstractos independientes de las ferias físicamente ubicables
Las de cada pueblo y estimulando la interpretación no mediada de de fines del Medioevo. Y desde allí, a la discusión de asuntos de interés
labra de la autoridad. Y esta práctica de lectura e interpretación común a la vida burguesa, asuntos que pasan en apenas dos siglos, de
tiende como capacidad, muy rápidamente, al resto de los conoci- considerarse irrelevantes para el poder a sujetos de una demanda ex-
tos, de la mano de la proliferación de textos posibilitada por la plícita de restricción de los alcances de ese poder, y luego, ya en épocas
Lsión del dispositivo de Gutenberg por todos los confines de Europa de revolución, a considerarse parte de una serie de cuestiones del uni-
ental ya a comienzos del siglo xvr, y estimulada por el desarrollo verso privado pero "públicamente relevantes", que el poder estatal debe
3 el siglo xll de las universidades europeas, así como las tímidas —y obligarse a proteger. Pero ya entonces la verdad suprema del método
luidas— libertades subjetivas esbozadas en el arte renacentista' de autoridad no sólo es corroída por las crecientes resistencias de la
nuevas —también perseguidas— preocupaciones científicas.8 ¿De conciencia individual y los requerimientos de autonomía de las nuevas
otros conocimientos estamos hablando? Fundamentalmente de experiencias científicas. Es la sociedad civil y su esfera de lo público
llos ligados al desarrollo de una actividad que se asentaba sobre la nueva productora de saberes, legitimidades y validaciones, a través
dividualidad y la impersonalidad: el comercio. A partir del sur- de la libre concurrencia y reglas crecientemente democráticas de pro-
ducción. El término opinión pública ya está en condiciones de nacer y
3nto de la actividad mercantil a gran distancia, su expansión y
acimiento de su importancia en la vida de Occidente, nace y se la que constituyera la única y suprema forma de validación de verdad, la
nde paralelamente el tráfico de noticias, como actividad inherente autoridad, debe vérselas con nuevos y poderosos competidores, en los
cuales el concepto de verdad encuentra otro nivel de relatividad, que
interior. Lo hace inicialmente por medio de hojas manuscritas por
sponsales donde el que informa transmite una información que no se resuelve discutiendo los posibles errores de la "opinión", sino que
ás allá de sus creencias y subjetividades (aunque pudiera ser co- se ajusta a la dinámica de la concurrencia y a la representación parla-
mentarizada.9
ate con ellas), pues es un material que se constituye en mercancía
e en tanto dé beneficios, más allá de los valores o contenidos que Complementariamente, tanto la búsqueda de adecuar los nuevos
Imita, o, poco después, del destinatario que lo compre. El itine- saberes al orden jerárquico preexistente como los intentos por resiste-
histórico de esta práctica acompaña la vida burguesa de Euro- matizar la validación de conocimientos "seguros" en medio de la mayor
;:cidental, desde el tráfico de contenidos puramente mercantiles, crisis de autoridad en siglos produjeron ricas reflexiones filosóficas tan-
to de orden metodológico general como aplicado a disciplinas. Así, son
ejemplo de lo primero los intentos de reconciliar conciencia individual
e idea de Dios en un orden deductivo general realizados por Descartes,
sucesos de 1497 recordados como "la hoguera de las vanidades", que incluyeron la en un esfuerzo monumental originado en su propia crisis de fe y de
a. de obras de Botticelli, son, al respecto, elocuentes.
autoridad; el arrojo de Galileo Galilei de convencer a la autoridad ecle-
ien el papado no fue contrario a la investigación científica, sí reprimió violentamen-
iellos escritos que cuestionasen a partir de sus resultados científicos el orden jerár-
de saberes preestablecidos, así como aquellos que provocasen ansiedad en sectores
población letrados pero menos ligados al ambiente científico. Los casos de Nicolás
9. No casualmente, el concepto mismo de representación política, al transformarse en el
nico, Giordano Bruno y Galileo Galilei, por nombrar los más conocidos, muestran
contexto de las revoluciones burguesas, debe acudir a términos que llevan sus acepciones
diferentes tipos de reacción. En las regiones de influencia católica posreforma, a
desde una concepción claramente indicial hacia otra simbólica. Por ejemplo, la etimología
ncia del universo protestante, no era extraño que se produjesen esfuerzos por va-
de la voz alemana reprásentiert se asocia al significado "presenta su cara visible" o "su
ios nuevos saberes científicos, como parte y no como contradicción del orden que
cristalización", en tanto que la más moderna vertretung lo hace con "sustituye". Ambos
,icano buscaba conservar. En el mundo protestante se producen algunos casos de
términos hacen referencia a la representación del poder antes y después de la moderna
d.ón y destrucción de obras de disidentes. El ejemplo paradigmático es la muerte en
esfera pública burguesa, y expresan con esa terminología características de la definición
luera del científico, filósofo y teólogo Miguel Servet por orden de Calvino en 1551,
peirceana de índice y de símbolo, respectivamente. Véase J. Moyano, Prensa y moderni-
que ocasiona una extensa reacción a favor de la libertad de conciencia en los países
dad. Prensa, modernidad y transición,Universidad de Buenos aires, edición CD ROM, 2008.
dominio protestante.
ALEJANDRA V. OJEDA MÉTODO, CREENCIAS Y BIOPOLÍTICA 267
ca de la conveniencia de ámbitos separados en los que actuaran otros órdenes jerárquicos caídos. "Es así en la naturaleza, por lo tanto
tariamente el método científico y la autoridad teológica, o los pos- debe ser así", era un principio que habían esbozado los primeros filóso-
os jusnaturalistas de Hugo Grocio, buscando ajustar su sistema a fos y científicos modernos, pero que es llevado a un grado superlativo
,sofía del derecho preexistente. Son ejemplo de lo segundo, por su bajo el positivismo decimonónico. Con él, la dimensión subjetiva, que
, los propios desarrollos lógico-matemáticos de René Descartes o había prevalecido como antítesis de la rigidez del método de la autori-
idamentación del pacto contractual por Thomas Hobbes. En ellos dad, queda opacada por la búsqueda de una objetividad "natural" tanto
además, una notable reivindicación de la duda individual como en la ley civil, como en la ciencia y en muchas otras organizaciones sim-
inmanente del camino hacia la construcción del conocimiento e bólicas. 1' Esta concepción de la ciencia puso el énfasis en el método, a
lendizando claramente al sujeto del curso que pudieran seguir sus un punto tal que este último se elevó a categoría definitoria por encima
as creencias. de cualquier otro criterio, ya no sólo de validación sino de posibilidad
;ta nueva lógica —social, filosófica, política— presupondrá una so- misma de áreas completas de conocimiento —en tanto científico—, inclu-
d de individuos que regulan su convivencia por medio de un sis- yendo en esta primacía las posibles finalidades del conocer.
de leyes escritas con las que se vinculan igualitariamente (una Pronto este conocimiento científico elevado a saber supremo —y ele-
omún"). Una ley para la cual todos los sujetos considerados son vado a su vez a gran descubridor, lector e interpretador del universo—
es,'° todos sus procedimientos son públicos y controlados por "los adscribe a la lógica de variables como lengua universal de sus iniciados,
danos", y estos últimos pueden, además, someter a crítica tanto una suerte de latín "de la realidad misma". Así, se procedió a realizar
rocedimientos como sus resultados. un detallado decoupage de la "realidad", tratando de alcanzar el cono-
concordancia entre los nuevos procedimientos jurídicos que sos- cimiento de esa dimensión externa al sujeto que se les aparecía como
n esta nueva lógica y los nuevos procedimientos científicos y fi- posible de atrapar a partir de la suma de "verdades descubiertas" que
cos es notable. Sus leyes son públicas y objetivas, y la soberanía alimentaban el arcón de la ciencia. Esta operación analítica deviene en
ellas recae ya no en una figura de autoridad externa sino que, por operaciones que actúan sobre una totalidad a partir del control o modi-
itrario, revierte sobre sus propios integrantes, que no la ceden ja- ficación de un aspecto variable, sin tomar en cuenta que la suma de las
salvo como representación convencionalizada. Las subjetividades dimensiones del objeto nunca es el objeto mismo, y que esa totalidad
'rvan su libertad de conciencia y crítica, pero a cambio reducen sobre la que se opera no es una "suma de partes". Como bien sintetiza
ínimo posible toda influencia de su propia subjetividad —opinio- Edgar Morin:
creencias a priori en otros campos de saber, intereses, etc.— en
rocedimientos y resultados. La ley permanece sin modificaciones, El principio de simplificación que ha animado a las ciencias
)endientemente de quién sea el destinatario. Tiende a ser más con- naturales ha conducido a los descubrimientos más admirables,
nte en su duración que las antiguas leyes basadas en la autoridad, pero son estos mismos descubrimientos los que, finalmente, arrui-
el efecto acumulativo del sistema en su conjunto es extraordina- nan actualmente toda la visión simplificadora. En efecto, la inves-
tigación física ha descubierto la molécula, después el átomo y des-
paradójicamente, de una estabilidad mucho mayor. Esta realidad
pués la partícula, animada por la obsesión del elemento de base
3rge con las razones ideológicas, culturales e históricas que llevan del universo. Del mismo modo, lo que ha suscitado los magníficos
siderar las leyes de la organización política y social como "necesa- descubrimientos que aclaran los funcionamientos y procesos de la
ente basadas en el bien común" y las de la ciencia como "natura- maquinaria viviente es la obsesión molecular. Pero al buscar el
en una época en que el naturalismo filosófico intenta reemplazar elemento simple y la ley simple del universo, las ciencias físicas
finque no todos los humanos sean sujetos de las leyes, como bien lo demuestran las 11. Así, por ejemplo, se impondrá el dispositivo fotográfico (patentado en 1839) por enci-
ciones a los conceptos de humano y universal por razones de esclavitud, raza, clase, ma del retrato pictórico, como forma de representación individual de la burguesía, por ser
ate. Pero, aun así, la deriva histórica de la sociedad burguesa parece disolver por considerado un mecanismo de captación de la realidad menos subjetivo. Véase G. Freund,
Ls muchas de esas limitaciones. La fotografía como documento social, Barcelona, Gustavo Gili, 1993, pp. 7-69.
ALEJANDFtA V. OJEDA MÉTODO, CREENCIAS Y BIOPOLITICA 269
an descubierto la inaudita complejidad del tejido microfísico y Tras la crisis del positivismo y de otros discursos cientificistas, el
mnienzan a entrever la fabulosa complejidad del cosmos. Al elu- concepto de método científico actual, a pesar de haberse "flexibilizado"
[dar la base molecular del código genético, la biología comienza al punto de que una disciplina reconozca las modalidades de otras como
descubrir el problema teórico complejo de la autoorganización válidas, sigue siendo —a comienzos del siglo xxi— un mecanismo de po-
iviente, cuyos principios difieren de los de nuestras máquinas der que lejos está de posibilitar relaciones "simétricas" de los sujetos
rtificiales más perfeccionadas.12
investigadores con "la ciencia" como institución social. La pelea por la
libertad se da en el interior del campo mismo, no ya en términos de
ien el lenguaje de variables y el método científico experimental,
"ser o no ser ético" sino de ser un "sujeto" que produce conocimiento
[tos éxitos han logrado en la configuración de una sociedad in-
desde sus propios parámetros e intereses. Escindir la acción del sujeto
lizada y tecnificada, se han mostrado altamente eficientes para
en diferentes esferas autónomas deja de ser una operación analítica
acciones instrumentales que modifiquen la naturaleza y generen con vistas a abordar la complejidad del funcionamiento social actual,
o, y por ello han sido actividades muy valoradas por los sectores para convertirse en un mecanismo de poder, en el cual nos convertimos
ntes en nuestra modernidad, sus acciones, al responder a una en "líneas de montaje" a escala humana, perdiendo el control —y aun la
risuficientemente compleja ni completa frente a los muy diversos conciencia— de la totalidad de la experiencia. Recuperar esa totalidad
3 de la vida individual y colectiva, ni suficientemente capaz de
es condición de posibilidad para actuar sobre nuestras condiciones sin
lucir en sus teorías los casi infinitos aspectos que fue necesario
dejar fuera otros aspectos potencialmente significativos.
para obtener un "objeto" de laboratorio, pero que siguen actuan-
La creciente diferenciación y autonomización de ámbitos heredada
1 sobre los distintos fenómenos, generan consecuencias históricas
ha sido posible porque se asentó sobre la protección del núcleo duro de
r estamos sufriendo. Siguiendo el mismo texto de Morin:
un sistema económico-social que permitió e incluso favoreció libertades
en el plano individual que eran impensables hace un par de siglos. Así,
Se ha dicho justamente que hoy día no se trata tanto de domi-
ar la naturaleza cuanto de dominar el dominio Efectivamente, los mecanismos de control que en los inicios de la modernidad todavía
l problema lo constituye hoy el dominio del dominio de la natu- tendían a la normalización y la anulación de las diferencias devienen
aleza. Simultáneamente, por una parte, este dominio está incon- hoy la posibilidad de acción e identidad individual que pueden traspa-
m'ad°, es loco y corre el riesgo de conducirnos a la aniquilación; sar todos los límites modernos, siempre y cuando no afecten el funcio-
or otra, es demasiado controlado por los poderes dominantes, namiento esencial de la lógica de mercado. Este "conjunto de técnicas
s decir, por los Estados-nación. l...1 Todo científico sirve como anónimas" que regulan la vida del sujeto biológico se vuelve impercepti-
nnimo a dos dioses que, a lo largo de la historia y hasta hoy, ble por ser ellas abstractas y difusas, por construir un sujeto tan indivi-
han parecido absolutamente complementarios. Hoy debemos dual que no es capaz de pensar colectivamente nuevos pactos de poder
aber que no son solamente complementarios, sino también an- que le permitan modificar su entorno. Para decirlo en términos haber-
agonistas. El primer dios es la ética del conocimiento, que exige
masianos: la reacción contra los intentos de anulación del yo propios
ue se sacrifique todo a la sed de conocer. El segundo es el dios
e la ética cívica y humana. El límite a la ética del conocimiento de los discursos totalitarios ha dado lugar a la casi anulación de toda
ra invisible a priori, y lo hemos franqueado sin saberlo; es la estructura superyoica y, por lo tanto, al desdibujamiento de todas las
Tetera más allá de la cual el conocimiento aporta en sí la muerte expectativas de experiencia colectiva. Y origina un modelo hegemónico
eneralizada: hoy día el árbol del conocimiento corre el riesgo de de yo al que se le permite "todo" en el mundo con excepción de cambiar-
errumbarse bajo el peso de sus frutos, aplastando a Adán, a Eva lo: debe limitarse a consumirlo. Frente a sus sospechas, se le dice: "La
a la infeliz serpiente.13 ciencia, la técnica y la optimización de la productividad del trabajo se
ocuparán de mantener ese consumo, toda crítica no es más que para-
noia y esperemos que los discursos ecologistas estén equivocados".
La historia moderna y contemporánea de Occidente se despliega en
win, Ciencia con consciencia, Barcelona, Anthropos, 1984, pp. 45-46. sucesivas rupturas con un régimen de autoridad cuyas posibilidades his-
, pp. 54-55. tóricas estaban agotadas, pero que, aun así, intentaba reproducirse a sí
ALEJANDRA V. OJEDA MÉTODO, CREENCIAS Y BIOPOLÍTICA 271
, mantenerse al margen del mismo sistema de reglas que imponía supervivencia colectiva es restaurando en nuevas condiciones históri-
Irenciar su fundamentación, sus métodos de validación y sus fines. cas la unidad entre los ámbitos que se diferenciaron a lo largo de los
dado fue una sucesión de violentos estallidos y revoluciones que siglos xvii, xviii y xix cuando estas diferenciaciones eran funcionales a
iron equilibrando avances por innovación y por reciclamiento. El las demandas sociales de su tiempo, y alcanzar una "ecología" de los
:do histórico fue la emancipación de la conciencia individual en principios y las acciones científicos, donde los restantes ámbitos de la
tensiones religiosa, política y moral, la independencia del método actividad humana no sólo sean la parte contextual donde se desarrollan
co y su posibilidad de producir una gigantesca cantidad y variedad las investigaciones, sino que las atraviesen y determinen. Así podrá
)cimientos puros y aplicados que a su vez originaron una sociedad tenderse puentes entre instrumentos y fines, entre ciencia y otros cam-
•óspera y con creciente calidad de vida. Sin embargo, el reempla- pos de saber que validan su existencia en las respuestas individuales y
istemas de saberes basados en la autoridad por otros basados en colectivas que brindan —su "eficiencia" social, para decirlo utilizando un
cia no ha estado exento de contradicciones, insuficiencias o, peor término caro a la ciencia— y a los cuales por propia definición la ciencia
[lemas históricos en los que la sociedad pareciera tener que optar no puede subordinar, entre métodos y necesidades de saber, entre im-
ina ciencia que se erige en principio universal y absoluto de la portancia teórica, implicancias prácticas y alcances sociales, entre len-
,cial, suprimiendo todo otro "competidor", o una ciencia que admite guaje científico y sociedad, entre individuo y comunidad.
, pero al precio del autismo entre los ámbitos. En un extremo una Mauricio Lazzarato sostiene:
. institucionalizada y elevada al rango de gran principio rector, con
lenes jerárquicos, su lengua universal inaccesible a no iniciados, la La introducción de la "vida en la historia" es positivamente
interpretada por Foucault como una posibilidad de concebir una
nía de sus actos (al margen de la propia sociedad que la sostiene),
nueva ontología que parte del cuerpo y de sus potencias para pen-
cal escisión entre métodos y fines o entre su rol y sus "costos so- sar el sujeto político como un sujeto ético, contra la tradición del
necesarios", su pretensión de suprimir todo otro orden colectivo de pensamiento occidental que lo piensa exclusivamente bajo la for-
s, su radical incapacidad para coordinar —sin suprimir— las tensio- ma del sujeto de derecho."
tre individuo, instituciones y colectividad. En el otro, una ciencia
ume su limitación al amplio campo de lo instrumental, pero niega Es desde este sujeto ético, vinculado con otros, desde donde hay que
► incipios de saber más allá del libre mercado de la opinión. Allí repensar los roles de la política y de la ciencia con relación a la vida
la ciencia no llega, no es preciso, o no es posible, saber alguno que misma, para poder superar estos saberes fragmentados e insuficientes
da reencontrar, en un nivel histórico más complejo y coordinado, y convertirlos en una acción de vida que nos haga crecer como identidad
iculaciones de lo diverso en una mirada universalista. plural y colectiva, como civilización.
humanidad ha generado la ciencia como obra propia. La ciencia,
la de trabas históricas, ha brindado a la humanidad el período
¡lores cambios y progresos desde su aparición en la tierra. Pero la
n entre ciencia y humanidad amenaza con transformarse en un
) o, peor aún, resolverse por supresión de la propia humanidad,
ciencia en su mejor momento de desarrollo.
cinco siglos de historia a la vista, son innegables los enormes
-.ios de las diferenciaciones, autonomías y aun independencias de
)s de legitimidad discursiva y representacional para una huma-
con crecientes libertades y logros materiales. Pero la única ma-
n que —tras la crisis del positivismo y los grandes relatos totali-
de la modernidad— ciencia y humanidad encuentren su armonía
ter que retroceder a épocas históricas anteriores, la única forma 14. M. Lazaratto, "Del biopoder a la biopolítica", Multitudes, N° 1, París, marzo de 2000,
la ciencia sea una actividad plenamente humana y garantice la p. 32.
Versiones de la matriz de datos
Cecilia Ros*
Introducción
rersión restringida de la matriz de datos Con esta versión discuten quienes —desde los denominados aborda-
jes cualitativos— la leen como una expresión del positivismo, como ar-
gran medida, el debate instalado en el campo metodológico tefacto reduccionista, limitante de la modelización. Bajo este marco, se
abordajes cualitativos y cuantitativos atraviesa la manera de evita hablar de "dato", bajo el argumento de la atomización que supone
ár el dato. No es mi intención en esta oportunidad caracteri- tal estructura,4 contraria a una perspectiva comprensiva e interpreta-
da uno de estos enfoques.' En todo caso, sólo afirmar que aun- tiva de la información.
atores como Ray Pawson plantean la existencia de tres fases o La literatura metodológica respectiva reconoce, sin embargo, como
3 en el debate —la denominada "guerra de paradigmas", la de parte de la necesaria delimitación del objeto, la identificación de la po-
gulación" y la de "superación" del debate, fase que estaríamos blación de estudio y —bajo diversas denominaciones— la identificación
tando actualmente en algunos campos del conocimiento—, si- de categorías de análisis.5
T'existiendo de alguna forma las tres, y que la vinculación entre Estas dos posiciones conforman un diálogo en tensión sobre la base
mentes teóricos y empíricos constituye uno de los nudos centra- de una misma versión de la matriz de datos, asociada sólo a un proce-
la discusión.2 dimiento clasificatorio, una herramienta instrumental; frente a ello, lo
oposición entre paradigmas cualitativos y cuantitativos encuen- que para unos es condición de validez del conocimiento producido, para
ntos de contacto, a su vez, con la tensión entre objetividad y sub- otros es un corset empobrecedor del mismo.
lad, a partir de la universalización de un modelo de cientificidad
el cual la cuantificación aparece como condición de la objetividad
dez del conocimiento. Una versión ampliada de la matriz de datos
El criterio de objetividad tal como lo cultiva la variante po- Como ya anticipamos, aunque en la mayoría de la literatura meto-
sitivista pareciera valer solamente allí donde el "asunto" es una dológica se hace referencia a las operaciones involucradas en la matriz
totalidad cerrada; una cosa cuyo sentido está fijado de hecho y de datos, bajo términos como los de identificación de la población de
puede ser reconocido de una vez.3 estudio o unidades de análisis (uA), explicitación —y eventual operacio-
nalización— de categorías o variables, fue Juan Samaja quien afirmó
ta condición supone un dato estructurado, que cuenta con la ex- —retomando una definición de Johan Galtung para el campo de las in-
ación de todos sus elementos: las unidades de análisis aparecen vestigaciones sociológicas— que el dato tiene una estructura compleja e
badas necesariamente al comienzo; igualmente las variables y el invariante y que de esa estructura depende el proceso de fragmentación
na de categorías o valores —bajo la clara condición de su exhausti- necesario para lograr la comprensión y explicación científica.
y exclusividad—. La matriz queda asociada gráficamente a la base
tos, como continente estructurante.
4. Véase A. Marradi, N. Archenti y J. Piovani, Metodología de las ciencias sociales, Bue-
nos Aires, Emecé, 2007, p. 22. El supuesto atomista se basa en los siguientes criterios:
cada caso (uA) se puede descomponer perfectamente en sus estados en las propiedades
tor Cohen e Ignacio Piovani aportan un interesante recorrido sobre cómo ha ido
registradas en la matriz; cada estado en una propiedad, una vez transformado en un dato
do forma ese debate desde lo que se supone sus orígenes hasta la actualidad. Véa-
Buenos Aires, en la matriz, es perfectamente separable de su detentador; cada estado es independiente
Cohen e I. Piovani, La metodología de la investigación en debate, de los otros (excluyentes); cada estado al que se ha codificado guarda con otro estado co-
a, 2008. dificado del mismo modo una relación de igualdad.
Pawson, Quality and Quantity, Agency and Structure, Mechanism and Context, 5. Sólo a título de ejemplo, podemos citar a M.C. de Souza Minayo, La artesanía de la
znd Cons (1994), citado por N. Cohen e I. Piovani, La metodología... investigación cualitativa, Buenos Aires, Lugar, 2009, pp. 147-48, quien distingue catego-
>amaja, Epistemología y metodología, Buenos Aires, Eudeba, 1993, p. 370. Como rías analíticas (conceptos abstractos, universales, surgidos de las tradiciones y consensos
igolpe, advierte Samaja que muchos de "los intentos de salvar al saber humano de respecto del objeto), categorías operacionales (elaboradas con la finalidad de aproximarse
jenación cuantitativista han comportado el abandono de la objetividad como crite- al objeto en su fase empírica) y categorías empíricas (surgidas a posteriori, integrando
saber", p. 364. las expresiones clasificatorias de los actores sociales y las del propio sujeto investigador).
CECILIA Ros VERSIONES DE LA MATRIZ DE DATOS 277
Si quisiéramos programar esa búsqueda de anclajes empíricos Y esa materialidad funciona como un a priori de inteligibilidad,
los cuales pueda aplicarse la teoría, si quisiéramos diseñar la como la condición de posibilidad de la experiencia científica. Como las
ctividad que deberemos cumplir para producir esa información categorías y los juicios a priori kantianos, 8 un movimiento que estruc-
predecir futuros comportamientos, entonces nos encontraremos tura, aunque no se vuelva visible; del que no se sabe más que por sus
on que habrá que fragmentar o desacoplar el todo proporcionado productos, en los que puede leerse su estructura. 9
lor esa imagen inicial; asignarle a cada uno de los términos uni-
Plantear la matriz de datos como la estructura del lenguaje cientí-
'ersales referentes empíricos individuales y averiguar en ellos
fico implica reconocer su universalidad, en un plano que no es sólo de
[ué estados o valores manifiestan "realmente".
tipo procedimental sino también ontológico, epistemológico y lógico. En
este punto, Samaja distingue el concepto de metodología como discipli-
fine la matriz de datos de la siguiente manera: na científica, que trasciende las técnicas y/o los métodos particulares de
las diversas disciplinas.
Entendemos el concepto de "matrices de datos" como el siste-
na de las operaciones formales que el científico lleva a cabo (lo Además, en el nivel estrictamente procedimental, en el plano de las
;epa o no) sobre la realidad que tematiza de su disciplina y que acciones y las decisiones involucradas en un proceso de investigación
)perará como el mediador omnipresente entre sus principios de determinado, la matriz de datos no se reduce a la base de datos en la
::omprensión y el mundo de hechos a comprender. 6 que se vuelca la información —aunque eventualmente adopte esa expre-
sión— sino que explicita hacia la comunidad académica las decisiones
iáles son estas operaciones a las que se refiere el autor? La de en- en torno a la modelización del objeto, conforme el grado de maduración
-es decir, identificar las entidades abordables y pertinentes para que tengan los conceptos?
ar el tema en cuestión—, la de clasificar —es decir, identificar los La concepción dialéctica de las matrices de datos introduce una
:os" o atributos relevantes y definir las categorías o clases en que perspectiva completamente diferente de la versión restringida o con-
resarán—, y la de operacionalizar, es decir, estimar procedimien- vencional, y no determina una única forma de construir la matriz en la
ra evaluar los estados o las clases a que pertenecen las entidades, que primero se identifican entes, luego variables o atributos, para final-
me a los criterios de clasificación o categorización seleccionados. mente clasificarlos y operacionalizarlos; sino que habilita —bajo el su-
I embargo, aunque los desarrollos de Samaja ubican la matriz de puesto de una construcción jerárquica que asciende desde lo abstracto
como un sistema de operaciones, un articulador clave y complejo
componentes teóricos y empíricos, atribuyéndole un lugar central
)roceso de investigación concreto, avanza vinculándola a las condi-
8. En Kant las categorías del intelecto y las formas de la sensibilidad son condiciones de
, lógicas de la producción científica en general. Afirma así que esta
una experiencia posible. Gines Deleuze, Kant y el tiempo, Buenos Aires, Cactus, 2008, p.
tura expresa la semántica profunda de la información científica,
23, al respecto, afirma: "Son categorías o condiciones de la experiencia posible por la sim-
dad mínima de sentido del conocimiento científico, y que un dato ple razón de que [...] mi noción de objeto está elaborada de tal manera que si encontrara
signo; poniendo de manifiesto, por un lado, la familiaridad entre algo que no se dejara atribuir las categorías, diría que no es un objeto".
terialidad del lenguaje corriente y el científico, a la vez que afirma 9. Siguiendo los desarrollos kantianos en torno del concepto de sujeto trascendental, este
sentido científico adopta necesariamente esta forma. La matriz de movimiento que genera una configuración universal del conocimiento científico tiene su
no es sólo una herramienta técnico-procedimental —aunque tenga origen en la subjetividad.
,e plano consecuencias—, no es sólo "un modo de ordenar los datos"' 10. Al hablar de grados de maduración de la matriz, nos referimos al grado de dife-
Lue representa la estructura del juicio científico. renciación que alcanzan sus componentes y las funciones entre ellas. De esta forma,
extremando las posiciones, una investigación puede iniciarse con una matriz madura,
sobre la cual desarrollar un tratamiento cuantitativo de la información producida, o
puede partir de valores que aún no logran expresar un sistema de existencia de una
miaja, Epistemología y metodología, p. 9 (nuestro subrayado). categoría, dando lugar a la codificación, en el caso de la inducción analítica o del mé-
Buenos Aires, todo de comparación constante. En definitiva, las posibilidades de maduración son las
to afirmaba J. Galtung, Teoría y métodos de la investigación social,
a, 1996, pp. 2-3, en la cita que retoma D. Baranger, "Sobre la idea de la matriz de mismas que las posibilidades de su construcción y están dadas por los supuestos y los
objetivos del investigador.
, Desarrollo Económico, vol. 33, N° 132, Buenos Aires, 1994, p. 609.
CECILIA Ros VERSIONES DE LA MATRIZ DE DATOS 279
-icreto— un camino inverso. "En este sentido, los valores pueden Ubicados en la práctica investigativa, retorna la pregunta sobre la
er a las variables"." oportunidad y la utilidad de visibilizar la matriz de datos en el proceso
concepto que contribuye a explicitar esta dimensión constructiva decisorio de la modelización; es decir, interrogarse, más allá de su lugar
tigráfica" del objeto es el de sistema de matrices de datos. Esta como herramienta de reflexión de la comunidad de "metodólogos", por
sta incorpora la dimensión genética de la matriz y agrega a los su lugar y función en el proceso de investigación científica concreto,
?mentos característicos del dato (uA/v/R) dos más --como son el de desde la óptica de los investigadores.
lor y la UA de contexto— para dar lugar a la complejidad inheren- En este punto, tal vez resulte útil distinguir la función potencial
do objeto, habilitando desplegar planos jerárquicos de entidades de la matriz de datos como herramienta al servicio de la producción o
nadas, bajo un sistema abierto y complejo. construcción del conocimiento y su función como operador de lectura
síntesis, esta versión de la matriz de datos inscribe su construc- respecto del conocimiento ya formado o producido."
ano parte del proceso cognitivo. Funciona como un operador que En el primer sentido, la matriz de datos aparece vinculada a la pla-
distintos abordajes. Es decir, investigar no se reduce a "llenar nificación de la investigación —en los términos del diseño y del proyec-
les" para aplicar sobre ellas análisis estadísticos, sino que tam- to— anticipando decisiones que permitirán "formatear" la información a
westigar es "construir matrices". producir, en el contexto de los modelos teóricos de base.
Este dar forma supondrá decisiones ontológicas respecto del tipo de
entes o planos en los que dicha información se expresará, así como la
iones y usos de la matriz de datos explicitación de los atributos relevantes y de las formas de hacerlos
inteligibles, en cada tipo de ente.
- todo lo anterior, podríamos afirmar que, sosteniendo esta pers- La posibilidad de contar con una herramienta como el sistema de
a, la matriz de datos —en tanto estructura invariante de la infor- matrices de datos para visibilizar el movimiento mismo del objeto entre
n científica— no requiere ser visibilizada, ya que se pone en juego un nivel de anclaje, y el de sus componentes y contextos, permite des-
dquier acto investigativo —lo explicitemos o no— al "operacionali- plegar así esa complejidad, habilitando ese pasaje de una matriz a otra,
1 concepto; al descomponer al objeto de estudio en entes y atribu- como reflejo de un movimiento que existe de hecho en todo proceso de
ira su descripción, explicación o interpretación. construcción de conocimiento.
el propio Samaja quien plantea en La semántica del discurso cien- En esta dirección, hemos desplegado en otra ocasión" la utilidad del
lile el análisis de las matrices de datos supone algo semejante al sistema de matrices de datos como herramienta al servicio de la explici-
;is gramatical; en tanto podemos prescindir de él para investigar, tación de la complejidad del objeto; no como lo que complejiza per se, por
ismo modo como del análisis gramatical para hablar o escribir."
14. Véase C. Ros y C. Barreiro Aguirre, "Una lectura metodológica sobre la construcción
de los conceptos en la metapsicología freudiana", Memorias de las )(vi Jornadas de Inves-
■ amaja, Epistemología y metodología, p. 183. tigación y Quinto Encuentro de Investigadores en Psicología del Mercosur, Facultad de
palabras de Samaja: "Y aunque en el plano del mundo real todo tenga una historia Psicología, Universidad de Buenos. Aires, 2009. A propósito de lo que Freud identifica
iva, no obstante, la trama del mundo exhibe una estructura jerárquica y para cada como dos métodos, el genético y el dogmático, hemos vinculado estos métodos con lo que
, «la historia del estrato anterior» está, por así decirlo, cancelada. Para el estrato Marx plantea en el "Posfacio a la segunda edición" de El capital al distinguir el método
yergue sobre sus condiciones de posibilidad, ésas funcionan como cosas inmedia- de investigación del de exposición, definiendo al primero como aquel que se asimila a la
no datos (aunque vistas desde otro ángulo, sean también historicidades, semiosis, materia investigada, analizando sus formas de desarrollo y los nexos internos; mientras
mtaciones)", Semiótica y dialéctica, Buenos Aires, JVE, 2000, p. 98. que el segundo sólo es posible al finalizar el proceso anterior y se orienta a exponer "el
movimiento rear de forma que, "si sabe hacerlo [...1, cabe la posibilidad de que se tenga
>or qué aspirar a conocer de manera explícita y teórica lo que sabemos ejecutar la impresión de estar ante una construcción a priori".
saber implícito, preteórico? ¿Cuál es el sentido de este esfuerzo para reconstruir
camente lo que sabemos construir prácticamente?", J. Samaja, La semántica del 15. C. Ros, "La perspectiva de la complejidad y los niveles de integración del objeto de
;o científico, inédito, p. 10. Véase que Baranger, en "Sobre la idea...", advertía so- estudio. Crónica de una experiencia de investigación", Diagnosis, N° 5, Buenos Aires,
o, cuestionando así su utilidad o función. Fundación Prosam, 2008, pp. 11-23.
CECILIA Ros VERSIONES DE LA MATRIZ DE DATOS 281
>pia existencia, por sus condiciones estructurales y estructurantes textos de Freud y Lacan"—, a partir de la cual hemos trabajado algunos
mos y dinámicas entre los mismos, un objeto de estudio sino como textos de ambos autores correspondientes a diversas épocas de su obra,
mienta que permite no empobrecer en la perspectiva del trata- con el fin de hacer visibles los procesos inferenciales y operacionales de-
,o de la información —sea éste cuali o cuantitativo— su modeliza- sarrollados. En ese contexto, hemos podido analizar en la producción
eórica. Es decir, no se trata de afirmar que, dada la existencia del teórica de quienes han forjado una disciplina como el psicoanálisis, en
pto de sistema de matrices de datos, es necesario encuadrar el cuyo seno la relación con la ciencia y los avatares de la investigación
) en dicho esquema sino a la inversa; que, dado el movimiento pro- sigue siendo un tema de discusión, a partir del sistema de matriz de
el objeto, allí está el sistema de matriz de datos para sistematizar datos como operador de lectura de los conceptos expuestos. Éste nos ha
presión. permitido, no sólo reconocer su vigencia en un campo recientemente in-
necesario no perder de vista que las decisiones que pueden visua- corporado a la investigación académica como lo es el psicoanálisis, sino
;e como vinculadas a la matriz de datos deben acompañar el movi- fundamentalmente reconocer su utilidad para analizar el camino cons-
to mismo del trabajo con el objeto de investigación, en consonancia tructivo diferencial en la producción de los conceptos en ambos autores. 18
1 tipo de esquema 16 de investigación en que se inscribe tal recorte. En síntesis, que la ciencia es un saber de "tipo operatorio" quiere
)r su parte, analizando la utilidad de la matriz de datos como ope- decir que desarrolla operaciones concretas de mediación o transforma-
r de lectura respecto del conocimiento ya formado o producido, es ción entre insumos empíricos y teóricos, y también que aspira a un de-
, al servicio de la reflexión metodológica en torno de las operacio- sarrollo "operatorio formal", de modo de controlar la sistematicidad,
mplicadas en la producción de conocimiento científico, la matriz la coherencia y la derivación hasta las más lejanas consecuencias. En
a revelando, en un sentido fotográfico, las decisiones que el investi- este sentido, el lenguaje de matrices de datos es un metalenguaje que
r toma para delimitar su objeto. permite tematizar y sistematizar el lenguaje metodológico de un cierto
n ese momento, el de la exposición de los resultados, el proceso co- campo. Explicitar el sistema de matriz de datos contribuye a explicitar
ma actualidad en la que recae la génesis y construcción previa, im- un nivel de formalización en la teoría.
éndose la visión última del objeto. Es entonces cuando al análisis En esa dirección, la utilidad de visualizar las matrices de datos en
lbjeto en términos de sus matrices de datos permite visibilizar los la producción científica no sólo se juega en su potencialidad en tanto "a
esos inferenciales utilizados, explicitando el movimiento construc- priori" para anticipar acciones y orientar la búsqueda de conocimiento,
del dato, tanto en su camino deductivo como inductivo y abductivo. sino también para explicitar o revelar, en el "a posteriori" de una pro-
rn ejemplo del uso de la matriz de datos para evidenciar estos cami- ducción, el carácter constructivo de la información así como sus planos
as el de la investigación que venimos desarrollando en el marco de de expresión. Funciona, entonces, como una herramienta en el proceso
•ogramación de UBACYT" —denominada "Una lectura metodológica de de construcción del conocimiento y como una estrategia de visibiliza-
ción de los procesos involucrados en la producción del conocimiento ya
formado.
Si partimos de una concepción del dato como construcción soporta-
1 concepto de esquema alude a los tipos de investigación conforme su grado de de- da sobre modelos y tradiciones disciplinarias y del campo de proble-
llo; es decir, el estado del conocimiento que pretende alcanzar en función de los
imientos previos que atribuye al problema y sobre el cual diseña una estrategia de mas específicos, como consecuencia de los cuales se priorizan planos y
ceda. Así, Roxana Ynoub ubica dichos esquemas en relación con los tipos de ope- aspectos de análisis así como formas de operacionalización, conforme
ra en juego: describir, explicar e interpretar, lo que da lugar a hablar de esquemas
iptivos, explicativos e interpretativos. Véase R. Ynoub, "El «diseño de la investiga-
: una cuestión de estrategia", material de cátedra de la materia Metodología de la
;tigación, Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires. Otros autores los 18. Véanse C. Azaretto y C. Ros, "El sistema de matrices de datos en la investigación en
kan bajo las categorías de estudios de tipo exploratorios, descriptivos, explicativos. psicoanálisis"; C. Barreiro Aguirre y L. Wood, "El lugar del indicador en la investigación
científica. Lectura del indicador en la investigación freudiana"; M. Murillo, "Universal,
royecto que se encuentra bajo la programación científica UBACYT 2008-2011 (P053) de particular y singular en psicoanálisis: palabras, conceptos y categorías", todos en Memo-
Lcultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires, bajo la dirección de Clara rias del II Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología,
etto y la codirección de quien suscribe. Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires, 2010.
CECILIA Ros VERSIONES DE LA MATRIZ DE DATOS 283
.dos instrumentales particulares el sistema de matrices de datos modelización que asume el objeto al finalizar la investigación, en cuyo
resultado de un proceso que decanta en esa estructura y no que caso la construcción de las variables y su operacionalización no son el
de ella. punto de partida sino de llegada.
Por último, advertirnos que la matriz de datos permite describir lo
que el investigador hace; explicitarla resulta un buen auxilio cuando par-
vas en torno del uso del concepto en te de esa praxis se ve obstaculizada, pero no debiera de condicionarlo.
dáctica de la metodología La didáctica de la metodología, en su función de transmitir a quie-
nes se están formando en la experiencia de investigar los modelos más o
Dlviendo a las versiones sobre la matriz, surgen, como cierre, algu- menos generales en el tránsito por el proceso de investigación, no siem-
.eflexiones. pre logra dar cuenta de este movimiento, universalizando generalmen-
primera es una invitación a evitar falsas asociaciones —o este- te una única vía de construcción, volviendo rígido, así, a este operador.
pos—, como las que definen como expresiones del positivismo todo En este punto, es necesario estar alertas para que la matriz de datos no
claje en el que la madurez del sistema de matrices y el estado de co- opere como una ortopedia metodológica sino que contribuya a revelar y,
niento del objeto permiten un análisis cuantitativo, o las que plan- consecuentemente, validar la manera en que modelizamos nuestros ob-
-desde el fetichismo del número— que, sin una expresión numérica jetos de estudio, colaborando así con la reflexividad tan necesaria para
la validación estadística, el conocimiento que surge es especulati- no caer en una posición naturalista del objeto que nos excluya como
sin sustento. sujetos de esa construcción.
Lago mías las palabras de Francisco Alvira Martín quien plantea
la cualidad y la cantidad son formas de simbolizar procesos lógico-
ínticos, no ontológicos; lo que nos lleva a ubicar el debate entre
dajes cualitativos y cuantitativos en un plano técnico-procedimen-
laciendo depender la estrategia de abordaje de las particularidades
) que se busca conocer.'9
in segundo término, reconocer que las variables y su operacionali-
ín portan una historia de tradiciones y consensos sobre el objeto,
no se encuentra fuera de la praxis investigativa; es decir, que la ob-
idad resulta de la intersubjetividad —entre investigadores y entre
vestigador y su objeto-sujeto de estudio—. Pensarlo así contribuye a
inciarse de una visión sustancialista de los atributos.
In tercer término, tener presente que la matriz de datos tanto per-
! incorporar la vía validante —a partir de la confirmación de ciertas
acionalizaciones consagradas y su potencial aplicación a nuevas
idades— como la vía heurística, si imaginamos que la matriz de da-
--en la perspectiva samajiana— no admite una única dirección de
trucción. Es decir que es posible pensar la matriz de datos como la
reconocemos como planos del debate entre los llamados paradigmas cualitativos y
Lantitativos el axiológico, el ontológico, el gnoseológico, el epistemológico y el técnico-
dimental, tal como mencionan Piovani y equipo, consideramos que, en todo caso, es
te último plano en el que debe encuadrarse la discusión sobre la manera de abordar
ttriz de datos.
Entre la reproducción y la creación:
los procesos de modelización del objeto*
María Marcela Bottinelli**
Introducción'
mes están intrínsecamente asociadas a las tensiones históricas, que "a investigar se aprende investigando" y si esta tarea se realiza
éticas y biopolíticas que delimitan los campos disciplinares, individual o grupalmente o con un investigador formado, la función y la
[izan decisiones ontológicas, epistémicas, teóricas y metodoló- graduación de los cursos de metodología, la forma de pensar las prácti-
más o menos explícitas o implícitas por parte del investigador cas o los aspectos de ejercitación, las estrategias didácticas, la relación
ieden ser analizadas en los sistemas de actividad. Todos estos con investigaciones e investigadores concretos del área y disciplina en
;os quedan subsumidos en el diseño de investigación, pero las la que se dicta el curso, entre otros. Algunos de tales temas se refieren
nes generadas en los procesos constructivos desarrollados en- a la especificidad de la didáctica en metodología de investigación, pero
s diferentes niveles de implicación y actores intervinientes en también incluyen la reflexión sobre temas que ocupan todos los niveles
.ctividad (investigadores, tesistas, directores, instituciones, co- educativos, como el fracaso escolar o académico y la evaluación. En la
y la comunidad) quedan muchas veces invisibilizados y pueden enseñanza universitaria dichos temas adquieren características par-
ar incertidumbre y ansiedad en quienes los llevan a cabo. Sos- ticulares que han dado lugar a líneas de investigación específicas en
ios en ese sentido la necesidad de revisar las prácticas docen- educación superior.
la función de tutores y directores de investigaciones y tesis en Respecto de la metodología de investigación, hace tiempo que junto
las instancias de formación de recursos humanos, revisando y a los equipos docentes con los que trabajo presentamos nuestras re-
dando además los esfuerzos intra e interinstitucionales en los flexiones y producciones sobre algunos de estos tópicos en jornadas,
sos formativos, desde el reconocimiento de sus atravesamientos congresos y publicaciones donde revisamos algunos de los problemas y
iistóricos, políticos e ideológicos respecto de la ciencia, la produc- estrategias en la enseñanza y el aprendizaje.2 Uno de los puntos sobre
le conocimientos, las relaciones entre universidad, instituciones los que hemos trabajado es la idea de que las correcciones por lo que
vestigación y comunidad, las necesidades e intereses sociales y está "bien" o "mal", realizadas a diseños y proyectos de investigación
,ivos, entre otros. de personas que se están formando, parecen indicar a los aprendices
que el tutor-docente sabe "lo que allí debería escribir" y él no.3 Éste es
un grave problema que tiene sus consecuencias didácticas, que afectan
.e las prácticas de enseñanza y su potencia a los procesos de enseñanza y aprendizaje en el área de manera parti-
cular. Si bien la tarea docente o de tutoreo supone un conocimiento y
el área de la metodología de investigación existen, desde hace ya determinadas condiciones, para que pueda sostenerse y sea útil dicha
)o, la preocupación y la reflexión respecto del tema de la enseñan-
11 aprendizaje en el área que a varios docentes e investigadores nos
)ca. Entre las discusiones habituales se encuentran las referidas
io seleccionar los contenidos, la bibliografía, las estrategias de en- 2. M. Bottinelli, M. Nabergoi, S. Remesar, E. Jaime y F. Díaz, "Aprendiendo a investigar.
'iza, es decir, cómo construir una propuesta pedagógica en el área Experiencias en la formación de profesionales en metodología de investigación", Actas de
e a la complejidad, la diversidad y las versiones contrapuestas res- la v Jornada de Material Didáctico y Experiencias Innovadoras en Educación Superior,
, de los criterios de demarcación teórico-prácticos del campo de la CBC,Universidad de Buenos Aires, 24 de agosto de 2009, resumen y trabajo completo en
CD;M. Bottinelli, M. Nabergoi y S. Remesar, "Desafíos de las prácticas docentes en la
ia y la investigación.
enseñanza de metodología de investigación en carreras de ciencias humanas y sociales",
is discusiones incluyen debates disciplinares, interdisciplinares, Actas y CD del vi Encuentro Nacional y m Latinoamericano "La universidad como objeto
disciplinares y transdisciplinares respecto de la cientificidad de de investigación. Universidad, conocimiento y sociedad: innovación y compromiso", Uni-
impos de conocimientos acreditados, y enfrentamientos históricos versidad Nacional de Córdoba, 2009.
.sueltos sobre las tradiciones de investigación en cada uno y entre 3. Las reflexiones sobre este aspecto han derivado en la construcción de una propuesta
En el interior de las propuestas, algunos de los puntos de tensión didáctica sobre evaluación en el área que incluye la revisión de los aspectos epistémico-
.presan, por ejemplo, en las decisiones sobre la necesidad y perti- metodológicos de este particular objeto de enseñanza: la metodolog-ía de investigación, la
ia de brindar elementos de epistemología o sólo de metodología, concepción de los procesos de aprendizaje como actividad situada y las particularidades
que adquiere en el nivel superior, y la especificidad de los procesos de enseñanza en cuan-
Iportancia o no de la articulación teórico-práctica, la referencia de to a la función de docentes y tutores.
MARÍA MARCELA BOTTINELLI ENTRE LA REPRODUCCIÓN Y LA CREACIÓN 289
proponemos que en los trabajos de investigación y tesis el que hacen dificil establecer los límites de la autoría de las producciones y
cidir qué pretende trabajar y el que mejor sabe lo que quiere pueden generar conflictos explícitos o implícitos. 6 Aunque no es objetivo
r en su trabajo es su autor. Aun cuando no sepa expresarse o de este trabajo, es importante señalar que las características referidas
[tiño, aunque no sepa aún reglas o formas de presentación o nos hacen sospechar la potencia de analizar estas producciones a la luz
Lón, aunque no se haya preguntado aún sobre sus fundamentos, del concepto de mente o cognición distribuida de Jerome Bruner y traba-
ien debiera decidir qué es lo que quiere transmitir. jadas por Michael Cole y Yrjó Engestrom. 7
;ideramos que la función de los docentes o tutores es precisamen-
miar ese trabajo, es decir, focalizarse en el acompañamiento y la
Sión sobre las anticipaciones metodológicas y las opciones e impli- Hacer con lo que hay más de lo que hay...
conceptuales, teóricas y prácticas de las decisiones que el apren- crear o recrear, construir o coconstruir
e. Existe aquí una tensión no sólo didáctica sino también ética
o de la posición del metodólogo, tutor-director de trabajos de inves- La metodología entonces, desde la perspectiva que planteo y sosten-
o docente de las áreas metodológicas, pues algunos estudiantes go aquí, no debiera ser entendida como prescriptiva ("usted debe"), sino
que las sugerencias que reciben son más bien imposiciones que como descriptiva de la lógica de la producción científica y su historia. 8
lo que allí debe escribir. La función de un docente o tutor, desde Porend,sctiuyahermn,lstidovgkyan
pectiva que presento aquí, se sostiene en el acompañamiento, la del término, 9 para sostener y modelar las decisiones del investigador
ción y el apoyos de los procesos necesarios para que ese estudian- en función de ciertos parámetros que regulan la producción científica y
stigador o tesista pueda construir su diseño argumentadamente, académica en un contexto histórico-social específico.
la válida para la ciencia en el contexto histórico-social, institucio- En el proceso de construcción y desarrollo de una investigación se
isciplinar en que presentará su trabajo. En este sentido, sostene- habla frecuentemente sobre el recorte del objeto. En este caso, la lógica
e los procesos de enseñanza y aprendizaje de la investigación y de pensar en un recorte del objeto vuelve a centrarnos en una mirada
s suponen un proceso de trabajo que puede comprenderse como espacial limitada; preferimos, por ello, la noción de modelado del objeto
ema de actividad, que involucra a diferentes actores sociales e in- para referirnos a todas aquellas decisiones explícitas e implícitas que
istintos tipos de participación en diversas actividades, orientadas el investigador realiza durante el proceso de producción respecto de la
^tas reglas o regulaciones micro y macroinstitucionales válidas en multidimensionalidad de aquél.
,ema contextuado. El director, tutor o profesor que trabaja con el Este proceso de modelado implica además una propuesta creativa
) o investigador en el tema está andamiando con todos sus cono- que puede ser entendida utilizando la analogía con los procesos artís-
tos el modelado de ese trabajo, de modo que muchas veces, par-
mente en la dirección de becarios o tesistas, aparece en los que
iñan y tutelan el proceso una implicación tal con dicha actividad 6. Este aspecto es uno de los problemas referenciados tanto por directores como por tesis-
;erroga la propiedad intelectual de la producción. Cuando estas tas como dilemático, que se presenta en el análisis realizado en M.M. Bottinelli, "Las tesis
ades se realizan con este nivel de implicación, las tareas compar- como proceso de evaluación e investigación: un problema actual. Dificultades y estrategias
en los diseños de tesis", tesis de maestría, UNLA, 2010.
ntre director y tesista, docente o tutor e investigador-estudiante,
7. M. Cole y Y. Engestrom, "Enfoque histórico-cultural de la cognición distribuida", en
G. Salomon (comp.), Cogniciones distribuidas. Consideraciones psicológicas y educativas,
Buenos Aires, Amorrortu, 2001.
.neral, se hace referencia a que los docentes tienen una posición asimétrica en
1 conocimiento de los temas que se trabajarán y cómo aplicarlos. También quere- 8. Véanse J. Samaja, Epistemología y metodología. Elementos para una teoría de la inves-
er referencia a la posibilidad de andamiar tales procesos (en el sentido sociohis- tigación científica, Buenos Aires, Eudeba, 2005; J. Samaja y M.M. Bottinelli, Metodología
d término), es decir, a la posibilidad de orientar y acompañar los aprendizajes y de la investigación. Herramientas para un pensamiento complejo, Buenos Aires, Grafika
idades que requiere realizar un proceso de investigación. Hells, 2003.
la corriente constructivista sociohistórica de la psicología educacional, el térmi- 9. Para ampliar este concepto, puede consultarse L. Vigotsky, El desarrollo de los proce-
ífico es andamiaje.
sos psicológicos superiores, México, Grijalbo, 1998.
MARÍA MARCELA BOTTINELLI ENTRE LA REPRODUCCIÓN Y LA CREACIÓN 291
Modelar, en térmínos artísticos, implica no sólo los conocimien- presentó, me di cuenta de qué es lo que yo venía pensando, pero él/ella
nceptuales y metodológicos sobre cómo hacerlo, sino considerar lo puso por escrito...", "nunca lo había pensado de esa forma, ahora
hay en la realidad y las reglas de ésta. Por ejemplo, el escultor comprendo en qué consiste", "me parecía que era un problema, pero no
Lecidir con qué materiales trabajará: arcilla, barro, piedra, y debe lo comprendía así y entonces no podía abordarlo".
erar las propiedades de ese elemento en su construcción (más
3 que lo prevea o se le imponga durante su tarea) incluyendo las
Idades de los materiales y de las regulaciones de la naturaleza, Los diferentes modelados
La ley de gravedad o las condiciones de temperatura. Esto implica Deconstruyendo la aparente sencillez de la indicación:
tensión entre lo que uno quiere modelar y lo que puede o surge de "Elija un tema y qué interrogante quiere despejar"
Lculación con lo posible o que la realidad permite de esa idea. La
n anterior no obliga al escultor a crear algo igual a la realidad. Al analizar el proceso de modelado, podemos diferenciar que duran-
le algunas corrientes artísticas pretenden efectivamente la re- te el diseño de la investigación se puede vislumbrar más de un nivel
atación fiel de la realidad,1° el artista no necesariamente pretende de análisis posible, es decir, más de un proceso implicado. La síncresis
o replicar sino producir algo considerando las posibilidades de la y naturalización de los procesos involucrados en el modelado ocultan
ad e incluso desafiándolas. Considerar la realidad y sus potencia- su génesis, pero se expresan por ejemplo en las múltiples dificultades
ls no debiera entenderse entonces ni como imposibilidad creativa referenciadas por investigadores y tesistas en el diseño de sus inves-
no réplica. Un aspecto más que tensiona al artista y al investi- tigaciones. La indisociabilidad práctica de los diferentes aspectos y
se refiere al carácter único, innovador o novedoso de la produc- niveles que componen el modelado dan evidencia de su complejidad.
Muchas veces los investigadores noveles se preocupan al respecto A continuación, nos proponemos deconstruir algunos de los procesos
:ando la incertidumbre que les causa pensar que deben proponer involucrados y deslindar los aspectos en juego en dichos procesos para
nuevo, que no se haya dicho aún. En este sentido, el concepto de pensar sus implicancias en los procesos de producción, así como en los
lado también tensiona con el concepto de invención," que podría procesos de enseñanza y aprendizaje de ellos.
se desde algunas perspectivas de la posibilidad de pensar cómo se La complejidad del modelado del objeto no es un tema menor, pues
tce el avance de la ciencia dejándolo del lado de las casualidades, supone los procesos de pensamiento desde procesamientos psicológi-
Ir o lo fortuito. Albert Einstein sostenía al respecto: "Dios no juega cos y neurocognitivos de la persona respecto de explicitar sus ideas
dados con la naturaleza". ¿Cómo pensar entonces la innovación en sobre qué quiere indagar, hasta decisiones ontológicas, epistémicas y
:aliar en la producción de conocimientos? Consideramos que es un teóricas. Es decir, cómo piensa la naturaleza de esos objetos que está
xeativo e innovador en tanto nos muestra una nueva perspectiva tratando de abordar, de sus formas de conocimiento posible y de las
na de comprender algo que vimos, pensamos y utilizamos de otra alternativas que dentro de su campo disciplinar se han dado a través
que hasta ahora sostuvimos como válida y pertinente.12 A veces de las diferentes teorías explicativas de que dispone. En este sentido,
e a las exposiciones de trabajos de investigación, presentaciones o lo interroga en sus capacidades personales, sociales y profesionales; y
ras encontramos que algunas personas dicen, por ejemplo: "cuan- sostiene (sabiéndolo o no) su posicionamiento epistémico, metodológico,
í ese trabajo, vi lo que yo podía hacer...", o "cuando escuché lo que teórico y, fundamentalmente, ideológico y político.
aso tiempo y reconocen pocas herramientas asignadas al acom- situación paradójica en el aprendizaje de la metodología de la investi-
iento de este proceso. gación que permite, a nuestro criterio, echar luz a algunos problemas
modelado puede dividirse a su vez en dos momentos: la expli- típicos en el diseño de una investigación. Un ejemplo de ello consiste
i o formalización lingüística (pasaje de las ideas a palabras y en la formulación de objetivos y su confusión habitual con objetivos de
, y la formulación y adecuación en signos de transmisión escrita intervención, con aspectos de revisión bibliográfica o con la redacción de
kje escrito) de las protoideas y supuestos acerca del proyecto de las tareas que se llevarán a cabo. Otro ejemplo es la alternancia entre
tvestigación. Implica un esfuerzo arduo considerando las dife- definir problemas reales (de la vida cotidiana o de las prácticas) o de
; entre las formas de organización del pensamiento y las ideas, y conocimiento (respecto del saber existente que queremos profundizar o
s la necesidad de adecuación de las ideas a la lógica del lenguaje incluso aprender), pero no poder formular problemas de investigación. 15
escritura. Asimismo, es necesario despejar que incluye no so- La elección sobre qué se va a trabajar en una investigación está mu-
:e la delimitación de un área temática, sino además la decisión chas veces condicionada por las instituciones de referencia. En algunos
:re todos los aspectos posibles de abordar en ella, sobre qué se casos, el ámbito o contexto en el que vamos a realizar la investigación
ará, cuál se indagará, cuál(es) será(n) el o los interrogantes que ya nos orienta y determina en cierto sentido sobre estas elecciones. Por
,enden despejar en la investigación en curso. ejemplo, en el caso de estar cursando un posgrado, la selección de las
un lado, entonces, involucra la necesidad de ponderar entre to- temáticas y los objetos a elegir quedan determinados en el marco del
ideas posibles una que nos convoque para la tarea de investi- programa de formación del posgrado. Es decir que, ya desde este primer
y que sea pertinente para ello." Esta actividad debe ser apren- modelado, que parece tan libre en función de nuestros intereses, está
ejercitada puesto que no sigue la lógica habitual de los procesos condicionado explícita e implícitamente por ciertas restricciones y re-
vivos educativos del aprendizaje escolar, ni de las prácticas pro- gulaciones regidas por las micropolíticas institucionales, disciplinares
ales. Los primeros suponen tradicionalmente una lógica que se y profesionales, y las macropolíticas científicas, políticas y económicas
ie en saberes y prácticas ya existentes y conocidos por otros, que que se expresan en la apertura de becas, prioridades o subsidios, según
os debemos aprender (conocer, recordar, explicar, aplicar y dar parámetros propuestos por dichos sistemas de poder.i 6
del conocimiento valorado como pertinente para esa instancia, Por otro lado, este primer modelado implica la posibilidad de tra-
uar por otro que lo conoce), muchas veces descontextualizada por ducir las ideas en palabras, que éstas representen lo que estamos
)cesos de transposición didáctica, que implica preguntas realiza- pensando y que puedan ser comunicables, es decir, comprendidas y
r otros que ya conocen las respuestas y nos evalúan." Los segun- compartidas con otros. La lógica del lenguaje, la lengua, el habla y el
ponen que, durante las prácticas profesionales, los conocimientos idioma ya está atravesada por determinantes socioculturales e histó-
luiridos por nosotros están al servicio de la resolución de los pro- ricos." Aunque no necesariamente hayamos pasado por un proceso
s particulares en ese momento y contexto, según los diferentes
)s de aplicación, de lo que surge la singularidad de cada inter-
In. Las dos lógicas parecen complementarse pero ninguna puede
15. Véase M.M. Bottinelli, "Las tesis como proceso de evaluación...".
misma explicar los procesos de la investigación. He aquí una
16. Ídem. Véase también M.M. Bottinelli, M. Nabergoi, S. Remesar, M. Pérez, P. Salga-
do, S. Kanje, G. de la Iglesia y A. Tetelbaun, "Interfaces cuali y cuantitativas sobre las
necesidades y competencias en la formación de recursos humanos en salud en el área del
nos detendremos en esta exposición sobre ello por cuestión de tiempo y focaliza- adulto mayor. Exploración desde la perspectiva de las instituciones, usuarios y efecto-
lro siguiendo a Juan Samaja sostenemos que el investigador bucea en la cantera res", informe final de investigación, Ministerio de Salud de la Nación-Comisión de Salud
'ida para buscar modelos, experiencias, conceptos, interrogantes e ideas que lo Investiga-sAcyr, mayo de 2010.
in en su subjetividad. 17. Lev Vigotsky sostiene que el lenguaje es el segundo sistema de señales (la senso-
u profundizar este aspecto, pueden consultarse los desarrollos sobre la caracteri- percepción sería el primero) que nos permite la posibilidad de simbolización (de utilizar
del aprendizaje escolar propuestos, entre otros, por Pablo Pineau, desde la educa- un signo en lugar de la realidad misma o de la construcción a aplicar sobre la realidad).
ora Elichiry, desde la psicología educacional; Pierre Bourdieu, desde la sociología, Véase L. Vigotsky, El desarrollo de los procesos psicológicos superiores, México, Grijalbo,
la epistemología por Michel Foucault. 1998.
MARÍA MARCELA BOTTINELLI ENTRE LA REPRODUCCIÓN Y LA CREACIÓN 295
Ldizaje formal sobre cómo se estructura el lenguaje, éste está El lenguaje en este sentido es acotado, no existen palabras para todas
or ciertas reglas que organizan la forma y el contenido de los las cosas existentes o posibles de imaginar, puesto que la realidad y la
comunicacionales que aprendemos en nuestras prácticas so- creación superan las posibilidades de traducción a palabras.
L la vida cotidiana. Las palabras y sus combinaciones posibles De este modo podemos ver una primera función modelizante en el
Icíficas dentro de cada idioma y cultura, y poseen una orga- pasaje de las ideas a las palabras que es determinada por más de una
L semántica, sintáctica y morfológica específica situada histó- serie de posibilidades a la vez que restricciones. Tenemos un inmenso
)cialmente para los diferentes procesos comunicacionales. El espectro de posibilidades y potencialidades del lenguaje, pero también
3 como proceso psicológico es además mediador y andamian- una "restricción" a nuestras ideas y creatividad pues sólo tenemos las
ros aprendizajes, y por ello se lo considera una herramienta. palabras existentes para expresarnos. Si bien las palabras son acota-
Ll, es producto de las interacciones sociales y sostenido en cada das, los estudios lingüísticos y semióticos (como los de Ferdinand de
) por las relaciones subjetivas e intersubjetivas históricas y Saussure, Noam Chomsky, Roman Jakobson y otros) nos muestran que
ente determinadas (por ejemplo, todos tenemos capacidad de ellas representan una enorme gama de posibilidades y oportunidades,
Ir a hablar pero lo hacemos en el idioma y con los modismos y que tienen una enorme variabilidad de significación en las combina-
e elocución como de semiosis, del lugar en que nacemos); en torias posibles entre signos, formatos, estilos, referentes y procesos que
itido, se lo considera además un sistema "vivo". con ellos se puede lograr. Ejemplo de ello son las diversas y variadas
esarrollo de toda función superior —como el lenguaje— aparece, producciones y estilos de diferentes escritores, la multi o plurisignifi-
Tigotsky, dos veces (ley de doble formación): primero intersub- cación de los mismos y la diversidad de los procesos de semiosis que
ente y luego intrasubjetivamente. En este proceso de interiori- involucran.
lenguaje y pensamiento evidencian su distanciamiento. El len-
ada vez adquiere mayor intención de ajustar su significación y
a las palabras utilizadas y a los sentidos asignados histórico- De las palabras a la escritura
Lente. Así, si bien la palabra "papa" para un bebé puede ser todo
e refiera al acto de la comida, luego aprendemos diversos signifi- El proceso ling-iiístico anterior es arduo pero requiere, además, de
palabras para cada uno de ellos e, incluso, si nos especializamos otro proceso de modelización para el avance en el modelado de las ideas
nente en agronomía, distinguiremos tipos y subtipos hiperespe- a las palabras: el de la escritura. La segunda fase de modelado se focali-
es decir, en el lenguaje de cada disciplina puede adquirir dife- za en los procesos de escritura sin los cuales la idea no puede plasmarse
acepciones o sentidos. El lenguaje, sin embargo, se halla frente y no se puede avanzar.
posibilidad de captar y plasmar la realidad tan plena, compleja
determinada como es. El pensamiento, en cambio, mantiene ca- Una disrupción en torno a los procesos de escritura. Cuando hablamos
3ticas diferenciadas respecto del habla. se presenta aglutinado, de investigación y tesis, suponemos que las personas que se dedicarán
, sensorial, etc. (por ejemplo, si nos pidieran que en este momento a esa área ya han adquirido desde la escolaridad básica la capacidad de
amos oralmente lo que pensamos en este segundo, tardaríamos escribir. Sin embargo, en esa suposición quedan invisibilizados los pro-
más tiempo del que tardamos en pensarlo y probablemente sería cesos de escritura de los que hablamos cuando pensamos en investiga-
3SO seleccionar las palabras a utilizar dada la dificultad de tra- ción. Éstos no se refieren a cualquier tipo de escritura sino que poseen
11 palabras las sensaciones, los sentimientos y las imágenes)". ciertas reglas de exposición y validación determinadas por los campos
profesionales, científicos y académicos. Además incluyen varios aspec-
tos: suponen no sólo escribir (por ejemplo, escribir la idea para uno),
sino escribir para comunicar (escribir para otros), escribir dentro de
tteresante resaltar que, aunque sea difícil de traducir al lenguaje y de ser trans- ciertos campos profesionales o disciplinares (escribir para otros espe-
ladie duda de la existencia del pensamiento. Este punto es importante pues tam- cíficos), escribir una investigación (escribir respetando los formatos y
rre a los tesistas y profesionales e investigadores cuando intentan transmitir sus
:s que yo lo veo pero no sé cómo explicarlo".
criterios de validación de la ciencia). Pensamos que esta diferenciación
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de las causas por las cuales es tan difícil para muchos investiga- computadora porque sé que no me va a salir nada"; y la imposibilidad
tesistas comenzar a transitar por ese quehacer. de comenzar el proceso de escritura: "no sé cómo o por dónde comenzar".
,inguimos en el proceso de escritura diferentes momentos: el de Sin embargo, la mayoría de las veces no alcanzan a vislumbrar que las
tura de las ideas para registrarlas para sí; la escritura respecto formas de exposición que deben utilizar tienen ciertas reglas que no
omprensión de las condiciones y los requerimientos de escribir siempre reconocen y que en general utilizan más bien intuitivamente.
:ro; el modelado de ese escrito desde los saberes y las prácticas Suelen referenciar por ejemplo: "me cuesta escribir, estoy más acos-
npo profesional, que incluye la revisión de los términos especí- tumbrado a hablar", o incluso sorprenderse de que no comprendan sus
utilizar, la explicitación de las fuentes y referencias, y los for- escritos o utilizar de forma confusa o indiscriminada más de un criterio
y estilos de escritura de cada campo disciplinar o profesional; el de marcación y elementos paratextuales (uso de mayúsculas, subra-
Ido del escrito desde los requerimientos metodológicos, es decir, yados, negritas, bastardillas). Muy ocasionalmente pueden explicitar
serios de exposición y validación científicos; la adecuación a los esta sensación como: "me cuesta escribir para colegas" o "es que yo no
es y las pautas institucionales específicas; la reescritura en fun- sé escribir un trabajo científico" (estos aspectos serán trabajados en los
31 momento del proceso de investigación, el tipo de producto y a próximos modelados).
1s va dirigido (proyecto, tesis, informe, avance, póster, publica- En nuestra experiencia, las dificultades respecto de la escritura
revista científica, en revista de divulgación). también están asociadas a la "perennidad" de lo escrito y a pensar los
primer proceso de escritura expresa la posibilidad de captar y procesos de escritura como momento único y no como proceso. Es nece-
zar a sistematizar los procesos intrasubjetivos del pensamien- sario trabajar con quienes pretendan escribir académicamente y cientí-
cierta adecuación a los procesos intersubjetivos que implica la ficamente la noción de versionados del escrito y el trabajo de modelado.
Ira. A partir del segundo, se focaliza en los diferentes planos La escritura, tanto en los procesos literarios como académicos, requiere
ntersubjetividad que convocan los procesos de investigación, la de sucesivas revisiones y reescrituras. Este aspecto es generalmente
ización de la idea, la posibilidad de concretarla en una propues- desconocido por los investigadores y tesistas noveles, y a veces olvidado
ida y viable de investigación y su posibilidad de comunicarla. por los experimentados, por lo que surge la pesada asunción de que lo
r ello que, si bien podemos reconocer estos diferentes aspectos que se escriba quedará así, o que hay que escribirlo ya en su forma com-
:ados en los procesos de escritura, no nos centraremos en ellos pleta y correcta, que genera mucha ansiedad en particular al comenzar
ficamente sino en lo que de ellos colabora en la comprensión cuando estamos dando forma a nuestras ideas. En nuestra experien-
odelado del objeto: el modelado de las ideas a las palabras (del cia es necesario trabajar con los aprendices este aspecto desde el inicio
miento a la escritura), el modelado conceptual (la escritura del trabajo como parte de un proceso de escritura que incluye varias
mico-profesional) y el modelado metodológico (la revisión y ex- reescrituras del mismo texto. En general, sugerimos que expresen sus
ición de los aspectos necesarios para poder abordar y producir ideas "como les salgan" y utilizamos metáforas comunicacionales como
imientos científicos respecto del objeto). "escriban qué es lo que están pensando como si estuvieran enviando
specto del primer modelado de las ideas a las palabras escritas, una carta o mail para contarlo a un conocido". Agregamos además una
te los investigadores y tesistas no hayan reflexionado formalmen- indicación aparentemente obvia sobre la consideración del interlocutor,
re estos aspectos, reconocen habitualmente la dificultad de tradu- es decir, escribir para otro. Esto implica que consideren que no estarán
palabras sus ideas: "yo sé lo que quiero hacer pero no encuentro presentes cuando lo lea esa persona, por lo que no les puede pregun-
labras para explicarlo", o "es que para mí está muy claro, pero no tar, es decir, no es una conversación y por lo tanto deben aclarar todo
no expresarlo para que me entienda". Al solicitar la escritura de aspecto necesario para que otro comprenda lo que se proponen. Esta
s ideas, se evidencia la distancia entre sus ideas y todas las indefi- indicación no siempre es considerada por la inmediatez de pensar el
tes en las que se encuentran sobre ellas: "no sé qué palabras usar", escrito para tomar nota de la propia idea y la naturalización de muchos
do me siento a escribirlo parece que la idea se volviera borrosa". aspectos que no se escriben porque son obvios para quien los piensa.
n generalmente referenciar el pánico frente a la página en blanco: El ejercicio puede irse complejizando para que puedan comprender el
Mento allí y no me sale nada", "ya no quiero ni pasar cerca de la proceso y apropiarse de diferentes herramientas básicas. Por ejemplo,
MARIA MARCELA BOTTINELLI ENTRE LA REPRODUCCIÓN Y LA CREACIÓN 299
podemos pedir que intercambien con otro compañero sus es- ción teórico-metodológica, entonces, estas decisiones sobre el abordaje
lile ambos con diferente color o con referencias les escriban a del objeto de estudio implican revisar los niveles de análisis posibles
ción las preguntas o sugerencias que les harían, para que ellos pero además centrar y focalizar los seleccionados para esta investiga-
3 contesten por escrito y generen un nuevo escrito o versión ción, la articulación personal del investigador y la revisión de las op-
do esas preguntas y sugerencias. También se puede pedir a ciones, las potencialidades y los límites de las diferentes alternativas
Lción que reescriban ese mismo escrito pensando que enviarán y perspectivas conceptuales, y de la investigación en ese campo y sus
o mail a su director de tesis, a su jefe, al director de esa insti- consecuentes implicancias metodológicas.
Itc., o que la presentarán en diferentes formatos, por ejemplo, El abanico de posibilidades que ofrecen algunos conceptos teóricos,
resumen para un congreso, como nota periodística u otro. De determinados por los grados diferenciales con que las disciplinas han
lo se pueden trabajar las distintas versiones y condiciones que logrado su aproximación a ellos, hacen necesario precisar el akance y
lificando el mism,o texto. el recorte de los conceptos implicados para que puedan ser conveniente-
mente traducidos a un lenguaje empírico o que puedan representar los
aspectos de los hechos a los que nos referiremos (ya que implicarán uni-
lcritura de las ideas a la escritura académica dades de análisis, ejes de análisis, variables, dimensiones). Por ende,
surge del rastreo del estado del arte en sus dos sentidos: en la revisión
segundo modelado implica lograr que el investigador revise y de las teorías existentes en el sistema macro de la ciencia, pero también
.le sus ideas ya escritas conforme a un tipo de lenguaje parti- en la revisión de qué perspectivas se están utilizando en las investiga-
1 lenguaje profesional, es decir, los conocimientos existentes ya ciones sobre el tema y qué permiten abordar del campo que se pretende
as y vigentes en los campos disciplinares. Requiere identificar indagar. Esta necesidad de explicitación del marco conceptual no sólo
1s dos aspectos a modelar: el de los conceptos y las teorías espe- lo es para el investigador (lo orienta en la delimitación de su objeto),
y el de las formas de escritura en el campo. sino que es imprescindible para su validación frente a la comunidad
onstrucción de este modelado implica entonces decisiones so- científica (dado que la explicitación de los constructos conceptuales, su
ejes centrales del marco teórico del investigador. Todo marco actualización, articulación y pertinencia permiten evaluar la validez
inexorablemente es una selección de algunos puntos que refe- del estudio dentro del conocimiento existente).
la lectura y dan las claves de comprensión para interpretar y La construcción del marco teórico permite diferenciar además des-
Lentar el abordaje del objeto de investigación. Las claves para de una perspectiva crítico-reflexiva (en el sentido de Pierre Bourdieu)19
nder la delimitación ontológica y epistemológica sobre los ola- los fundamentos del recorte de la pregunta y de los supuestos o hipó-
! estudio requieren, en el caso de las ciencias sociales, revisar tesis propuestos, discriminando los que puedan estar sostenidos en
ites respecto del estatuto de cientificidad de las mismas que ha prejuicios para someterlos a prueba, de los que están sostenidos en
igue siendo un tema de debate en el campo de la delimitación las teorías existentes que ya han sido validados previamente para
iencia y la producción de conocimiento científico. Ese debate construir sus hipótesis. Su articulación es imprescindible para ex-
a básicamente en tres ejes: respecto de su demarcación dentro plicitar la validez del recorte propuesto (en función del conocimiento
tpo científico (su lugar como ciencia), respecto de la discusión existente) y la confiabilidad de las decisiones tomadas (en función de
a complejidad en la delimitación de sus objetos de estudio (en la pertinencia de los referentes empíricos para abordar el objeto de
,osición a los modelos reduccionistas) y respecto de los criterios estudio). Es por ello imprescindible además para establecer límites y
dez y confiabilidad de sus formas de producir conocimientos alcances del estudio, así como para efectuar comparaciones y conclu-
es decir, la discusión sobre las metodologías acreditadas siones tendientes a comprender, explicar o generalizar los resultados,
ntarlos y posibilitar su transferencia (aspectos estos inheren- al problema central, cumplir los objetivos y, en caso de ser pertinente
scurso científico). al diseño, contrastarse las hipótesis.
ideramos desde una perspectiva constructivista amplia 20 el co- En el primer modelado de escritura se trabaja sobre la primera
ito como resultado de un proceso de intercambio entre el sujeto organización escrita, pero tiene un nivel de complejidad y análisis
ndo, en constantes y progresivas reequilibraciones y recons- diferente del que se requiere ahora. El modelado anterior implica la
tes entre los contenidos aprendidos a nivel social (tanto cul- posibilidad de formalizar por escrito las ideas y de modelar su forma
como escolares), los del mundo físico y sus esquemas previos conforme a la necesidad de establecer las explicitaciones necesarias
de la experiencia y las acciones que desarrolle en las activi- para un otro o receptor, la identificación de los referentes comunes y
ue participe. Esta concepción trasciende la concepción de su- no comunes (según a quiénes va dirigido el escrito), la necesidad de
io persona-individuo y nos permite pensar en un sujeto social revisar formatos de sintaxis y códigos lingüísticos, la importancia de es-
I que se coconstruye. Las estructuras de conocimiento de los tablecer algunas referencias para ajustar los campos de sentido que
;os están construidas pues en la vida misma a través no sólo se pretenden transmitir.
Irmación y los modelos teóricos que haya aprendido de su dis- Este segundo modelado requiere revisar lo escrito en función del
sino de toda su vida incluyendo sus experiencias, su cultura, lenguaje acordado en los campos de conocimiento de los que se partici-
comprende, de este modo, por qué se enfatiza la necesidad de pa como profesional, es decir, las particularidades del lenguaje propio
ar que toda investigación debe establecer claramente su marco de los campos disciplinares, y sus formatos y estilos de comunicación
referencial. Éste implica no sólo un marco de referencia explí- específicos. Puede percibirse la complejidad de esas peculiaridades y
-a garantizar la comprensión del punto de vista, sino a la vez diferencias, así como la importancia de tener esas herramientas de lec-
Lcionamiento epistémico respecto de la producción de conoci- tura y escritura cuando se leen publicaciones o escritos de otras áreas
s (cómo pueden producirse conocimientos en esa área, cómo se disciplinares no cercanas a la propia o cuando uno se acerca por prime-
etc.) y, por lo tanto, sostiene también un posicionamiento ideo- ra vez a algún campo de conocimientos.
ético (respecto no sólo de sus productos sino de los procesos En general, el conocimiento sobre estas formas discursivas no es
Imiten su producción, sus consecuencias y el posicionamiento objeto de reflexión de cualquier profesional y se adquiere de forma pau-
lar —dentro de los posibles— que sostiene). El marco teórico es latina e implícita durante la formación, a través de las lecturas de auto-
Iarantiza entonces el soporte interpretativo y también de posi- res propios vistos en las diferentes materias de la carrera, en produccio-
de captación o medición a utilizar, garantizando a través de la nes de los ámbitos laborales o en la lectura de publicaciones específicas
empírica la posibilidad de validar sus resultados y de esta- del área. Si bien podría suponerse que en tanto profesionales debieran
.a confiabilidad de la recolección de los mismos. Los resultados identificar rápidamente los elementos y la organización específica del
eles, según este marco, se expresarán en los objetivos generales lenguaje disciplinar, el requerimiento de explicitación de los mismos
)ectos teóricos) y objetivos específicos (los aspectos empíricos) según las normas de escritura académica y la explicitación de las fuen-
aducirán en la metodología de trabajo, la operacionalización tes requiere no sólo conocer esas pautas de lectura sino saber aplicarlas
ables y la elección de las herramientas de recolección de infor- a un escrito propio; he allí su dificultad y, por ende, su necesidad de
,. Según Samaja," deben incluir además las anticipaciones del aprendizaje.
tratamiento y análisis de datos con el que puedan responderse Respecto de la lectura y la escritura, existen diversas líneas de in-
vestigación: desde los que estudian la escritura como proceso práxico,
hasta los que focalizan en la escritura como proceso de transmisión
de la cultura. Para revisar los procesos implicados en este modelado,
e esta perspectiva pueden incluirse los desarrollos de Jean Piaget, Lev Vigots-
nos referiremos particularmente a las investigaciones que trabajan
ne Bruner, David Ausubel, Emilia Ferreiro, James Werstch, Courtney Cazden,
lermont, Nora Elichiry, Antonio Castorina, Cristina Chardon, entre otros. Véase sobre la escritura como un proceso de producción específico, es decir,
ttinelli, "Las tesis como proceso de evaluación...". al tipo de escritura que nos convoca en la investigación: la escritura
maja, Epistemología y metodología.
académica y científica. En los últimos años, este punto ha atraído la
MARÍA MARCELA BOTTINELLI ENTRE LA REPRODUCCIÓN Y LA CREACIÓN 303
In de varios investigadores y ha propiciado debates, generando idea que no está formalmente terminada de modelar, es decir que se
ipo de estudio y práctica sobre la lectura y la escritura acadé- construye en ese proceso. En ese sentido, el rastreo del estado del arte,
) sobre alfabetización académica. Los escritos e investigaciones la búsqueda de bibliografía e investigaciones existentes en el tema, las
Iste proceso son bastante novedosos; en nuestro país en parti- observaciones o entrevistas iniciales en terreno, no son tan claras res-
luede encontrarse la producción de Elvira Arnoux y su equipo pecto de qué estamos buscando pero colaboran en la prefiguración de
!stigación, Paula Carlino, Nora Elichiry22 y otros. De las conclu- ello. No hay tampoco una bibliografía preasignada o seleccionada por
de esos trabajos, debemos señalar que estos procesos no son un alg-uien previamente, sino que depende de la búsqueda, la selección y
Dllo natural, ni evolucionan sólo con la práctica de la escritura la ponderación particular que realice el investigador y de las orienta-
sino que requieren de procesos de enseñanza y aprendizaje ciones de quienes andamian dicho proceso. La mayoría de las veces no
dares. Como señalan los expertos en el tema, no basta entonces es del todo claro para un aprendiz ni cuáles son los autores y textos
enseñanza de la lectura y la escritura general, sino de procesos pertinentes, ni cómo leerlos o qué es lo importante de ello. De ahí que
icos que requieren de otro tipo de herramientas de mediación uno de los grandes problemas referenciados por los investigadores y te-
omprender cómo realizarlas y fundamentalmente para poder sistas en general sea identificar fuentes válidas, ponderar los hallazgos
). realizados en ellas e identificar las lecturas prioritarias. El reconoci-
procesos de lectura académica suponen leer en función de las miento de estos aspectos depende en principio de los temas o áreas, de
Ltas o los interrogantes que nos guían. En la universidad, en cada nuestros conocimientos y formación previa, pero también de las ideas
a, esta guía está determinada por la orientación de los profeso- que tenemos o la posibilidad de formalizarlas, por lo que nos obliga
través de los contenidos de la asignatura, sus objetivos o con- a repensarlas y modelarlas. En este sentido, podemos hablar de una
3 de la unidad en que se incluye esa lectura. Puede incluso ser coconstrucción entre nuestras protoideas, nuestro acercamiento al pro-
tda a través de guías de lectura, marcaciones o puntuaciones que blema y las lecturas de los diferentes textos y autores con los que va-
entes realizan en clase o los puntos que ellos recuperan cuan- mos discutiendo sus propuestas y posicionando las nuestras, así como
'ealizan análisis o interpretaciones en el aula. Esto implica que de los directores y tutores. Por ende, todos ellos participan del proceso
leerse los textos en diferentes sentidos y que las anticipaciones constructivo y van andamiando en la definición de la formalización de
; que comenzamos la lectura o que nos den como orientación ori- nuestras ideas.
diferentes lecturas que podemos realizar.23 Cuando uno diseña Estas lecturas intra e intertextuales se convierten en una forma crí-
vestigación o formula un proyecto de tesis, estas marcaciones tica de construir nuestra posición y nuestra mirada particular que no
3 no están generalmente orientadas por un otro" sino por una son para nada ingenuas. Podemos considerarlas como un proceso de
lectura crítica en el sentido que nos exige un posicionamiento y, en con-
secuencia, colaboran en nuestras decisiones sobre cómo sostener nues-
tro modelado. Es por ello que este modelado nos implica, nos obliga a
rnoux, M. Di Stefano y M. Pereira, La lectura y la escritura en la universidad, pensar si estamos de acuerdo o no con cada autor y en qué sentido, es
kires, Eudeba, 2002; P. Carlino, "Alfabetización académica: un cambio necesario,
alternativas posibles", Educere, ario 6, N° 20, enero-marzo de 2003; N. Elichiry,
decir, de manera fundamentada; por ello nos exige ser activos partíci-
er a leer... ¿en la universidad?", en N. Elichiry (comp.), Discusiones actuales en pes de nuestras decisiones.
educa,cioncil, Buenos Aires, JVE, 2004.
mblemente todos recordemos durante el tránsito por nuestra formación en la
dad haber leído más de una vez un mismo texto pero para distintas materias y
entes marcaciones que eso implicaba, tanto en nuestra lectura del texto y lo que
amos en él, como en la diferenciación de ideas principales y secundarias que
,s marcar del mismo texto. ñará su proyecto de tesis. En este último caso, es necesario resaltar que, aun cuando esto
!mos hacer la salvedad de los proyectos de investigación solicitados por encargo implica un cierto recorte de bibliografía, autores y conceptos, sigue siendo un problema
iales el objeto de investigación está prediseñado, o los procesos de tesis donde el para el tesista a la hora de diferenciar su aporte y su recorte particulares dentro del
e incorpora desde el inicio en un proyecto marco de investigación en el que dise- proyecto general.
MAREA MARCELA BOTTINELLI ENTRE LA REPRODUCCIÓN Y LA CREACIÓN 305
delado de la escritura disciplinar es su función en la investigación, cuáles son las diferencias que adquiere
alado metodológico en distintos diseños de investigación (por ejemplo, los supuestos en los
diseños cualitativos), de dónde surgen las hipótesis, los diferentes tipos
ercer modelado es el modelado metodológico. Este proceso im- de hipótesis, o cuál es su lugar en el análisis de datos y conclusiones.
necesidad de distinguir entre una exposición cualquiera y el Por otro lado, es necesario conocer y comprender los aspectos nece-
le una investigación científica. Aunque parezca una obviedad sarios para una formulación de las mismas. En el ejemplo anterior, en
;unos, la comprensión de este aspecto es central en el diseño caso de las hipótesis y los supuestos, de qué manera se redactan, cuáles
to, puesto que requiere una mirada y una serie de actividades son los términos que deben quedar explícitos, cómo lograr una formu-
ms a estudiarlo conceptualmente o a realizar una intervención lación falsable, qué aspectos de la redacción las hacen más potentes y
nal sobre el objeto, 25 nos convoca principalmente a interrogar- cuáles les hacen perder fuerza, etcétera.
ansar cómo producir conocimientos que colaboren en una com- Es importante resaltar que generalmente no se espera que toda per-
a superadora del saber ya existente. Por ello requiere reconocer sona que realice una investigación sea un experto metodólogo, pero sí
lentos lógicos del proceso de la ciencia y revisar las condiciones requiere ciertos conocimientos específicos que durante los procesos de
[ación para modelar metodológicamente la propuesta que quere- enseñanza e incluso en los de tutoreo, supervisión o dirección, podemos
plementar respecto de la investigación y justificarla. 26 considerar y trabajar para potenciar sus producciones.
vez posicionados en la lógica de producción de conocimientos, Por último, requiere revisar los aspectos regulados institucional-
en producir una investigación, modelar consiste en diferenciar mente, por ejemplo: cantidad de palabras, tipo de letra, espaciado,
pecto del diseño e incluye trabajar sobre la lógica de ese ítem, así etc., las preguntas pueden colaborar en identificar que deben consul-
las condiciones de explicitación o formulación del mismo que lo tarse las instancias formales de acreditación, revisar reglamentos o
más potentes para investigar. En este sentido, si bien los autores condiciones de publicación. En estos casos podría tratarse tanto de
rea trabajan sobre estos aspectos, no aparece generalmente de aspectos formales como de contenido, según la institución o instancia
Liferenciada que este modelado implique procesos de enseñanza y a la que va a ser presentado el escrito y se corresponden, por tanto,
Izaje de dos cuestiones diferentes que requieren de especificidades con modelar en función de las condiciones de realización y presenta-
tes. ción de ese trabajo.
un lado, es necesario conocer y comprender la función y el sentido En los procesos de enseñanza de la metodología podemos ver cómo la
[e los aspectos a diseñar. Por ejemplo: qué es una hipótesis, cuál centración en uno u otro de estos aspectos presenta una tensión" entre
los contenidos y la bibliografía seleccionados y el lugar de los procesos
prácticos (por ejemplo, entre las opciones: no utilizar ejercicios durante
la enseñanza pero solicitarlos en la evaluación, emplear trabajos de
se J. Samaja, Epistemología y metodología; M.M. Bottinelli, "La producción de
ento y las publicaciones científicas en las prácticas profesionales", Cuadernos otros investigadores, realizar ejercitaciones de cada aspecto de la in-
jo del Centro de Investigaciones en Teorías y Prácticas Científicas, N° 6, UNLA, vestigación por separado, trabajar en diseños de investigación propios,
e de 2007. hacer propuestas mixtas de diferentes opciones, etcétera).
i tie
hemos seguido una secuencia argumental al exponerlos, es central reconocer En investigaciones recientes que realizamos en la Universidad Na-
modelados coexisten en cada decisión y se implican mutuamente. Sin embargo, cional de Lanús y para el Ministerio de Salud pueden verse las dife-
de guiar a un investigador o tesista consideramos relevante y útil reconocerlos rencias en la enseñanza en materias del área, que muestran no sólo la
ntarlo en que vaya centrando en estos diferentes niveles las decisiones que va
. Unas determinarán a las otras pero la posibilidad de deslindar lo que es una
diversidad de posiciones y acciones al respecto en el campo de la ense-
que requiere leer material conceptual, empírico o metodológico, permite ir des-
ndo el objeto y modelarlo. Por ejemplo, a nadie se le ocurre la enunciación de su
; pensando que debe ser una aseveración conjetural contundente y contrastable;
•al, uno plantea qué espera encontrar en los datos que sea prueba suficiente de 27. Tales selecciones muestran el posicionamiento teórico, epistémico, ideológico y meto-
nsa diferentes opciones en función de los marcos conceptuales y explicativos exis- dológico de quienes sostienen dichas propuestas de enseñanza (no sólo de los profesores
evisa la forma de enunciación respecto de las contrastaciones posibles, etcétera. sino de las instituciones, los gestores y las políticas en el área).
MARIA MARCELA EOTTINELLI ENTRE LA FtEPRODUCCIÓN Y LA CREACIÓN 307
perior y la metodología, sino que permiten vislumbrar las ten- La planificación de cada materia está a cargo de un docente o un
! saber y poder respecto de qué es la ciencia, la investigación, equipo, pero se conforma dentro de un plan asig-nado para un deter-
uiénes la producen, y las tensiones que generan en y entre los minado trayecto de formación. Desde los enfoques críticos del estudio
Lisciplinares y profesionales. del currículo se considera que, en tanto texto pedagógico, los planes
'junto de acciones realizadas por el docente para trabajar los de estudio materializan y condensan complejos procesos de selección
as curriculares es caracterizado por Ángel Díaz Barriga como y jerarquización cultural. Basil Bernstein afirma al respecto que son
.nto de prácticas relacionadas con esos contenidos, que pon- dispositivos de recontextualización del discurso, y operan cristalizando
juego las habilidades, los conocimientos y las destrezas de los y legitimando la apropiación, ubicación y reubicación de textos entre el
tes.28 Así, estas estrategias didácticas son utilizadas con el fin campo de producción intelectual y la enseñanza.31 Los planes de estu-
- aprendizajes significativos y deberán ser planeadas con anti- dio compilan el conjunto de saber que las instituciones educativas se
Las estrategias de enseñanza, según esta concepción, impli- proponen transmitir a los alumnos y operan como marco regulatorio
anipulación o modificación en el contenido o estructura de los de las prácticas en tanto constituyen una selección de conocimientos
es de aprendizaje, de un curso o de una clase, con el objeto de que se consideran necesarios para el desempeño de un rol, a la vez que
el aprendizaje y la comprensión por parte de los estudiantes. establecen un orden a la vez lógico y social capaz de generar sistemas
lo en la planificación deben considerarse las características pe- de pensamiento y de acción, con eficacia estructurante de la percepción,
de la población con la que se trabajará. De este modo, no es lo la reflexión y la práctica posteriores. En ellos se expresan las compe-
lensar en los cursos de metodología en grado que en posgrado, tencias explícitas e implícitas que se atribuyen a una profesión. Desde
rados en áreas con experiencia y práctica en investigaciones, este enfoque, la propuesta formativa ofrecida por los planes de estudio
Lquellos que están en construcción de los campos disciplinares, vigentes son una expresión de las relaciones de fuerza que existen en-
Iste sentido, también creemos conveniente resaltar la necesidad tre los diferentes actores del campo educativo y del campo del objeto de
ar qué implicancias y determinaciones adquieren en el nivel abordaje del posgrado (gestión, prestadores, efectores, usuarios).
los estudios sobre la desigualdad educativa realizados en di- Diversos autores muestran las relaciones implícitas y explícitas de
niveles del sistema escolar.29 En particular el capital cultural los objetivos y fines de la educación superior en cuanto al sostén produc-
de los actores de cada nivel adquiere características especiales tivo de los Estados modernos a partir de formar profesionales y técnicos
ieran ser profundizadas en futuros análisis pero que sugieren que respondan a sus necesidades de desarrollo.32 Los últimos tiempos,
das respecto de sus oportunidades de aprendizaje en función de además, han traído nuevas concepciones sobre las relaciones entre la
;o (tanto instrumental como cognitivo) a las nuevas tecnologías, evaluación de la institución universidad y la calidad "de los productos",
ómputadora, internet, recursos de acceso a fuentes válidas, re- acentuando una visión discutida pero que cobra fuerza en el nivel supe-
te escritura, prácticas de investigación, etcétera.3° rior respecto de las relaciones entre universidad y empresa,33 y por ende
de la intervención de quienes deciden lo que es la calidad y lo que es el
"producto". La formación y la evaluación en educación superior (incluyen-
iz Barriga, "Evaluación del aprendizaje", conferencia, Federación de Docentes
arios, mayo de 2008, grabada por el Centro de Producción Audiovisual del IUNA.
nbién Ch. Perrenoud, La construcción del éxito y del fracaso escolar, Madrid,
31. B. Bernstein, La estructura del discurso pedagógico, Madrid, Morata, 1993; véase
990.
M.M. Bottinelli, M. Nabergoi, S. Remesar, M. Pérez, P. Salgado, S. Kanje, G. de la Iglesia
-le A. Puiggrós, La tremenda sugestión de pensar que no es posible, Buenos Ai- y A. Tetelbaun, "Interfaces cuali y cuantitativas...".
rna, 2010; J.C. Tedesco, Educar en la sociedad del conocimiento, Buenos Aires,
Cultura Económica, 2003; F. Teriggi, "El fracaso escolar desde la perspectiva 32. Véase M. Mollis, "Las reformas de la educación superior en Argentina para el nuevo
:ativa. Hacia una reconceptualización situacional", Revista Iberoamericana de milenio", Revista da Avaliacáo da Educacá o Superior, vol. 13, N° 2, Campinas, 2008.
n, N° 50, 2009, pp. 23-39. 33. A. López Crespo, "Perspectivas sobre la evaluación de la calidad de la educación supe-
en consultarse en este sentido los estudios y las convenciones internacionales rior", material del seminario "Evaluación universitaria" organizado por las universidades
ibetización científica, académica, tecnológica, audiovisual. nacionales del conurbano bonaerense, 1997.
MARÍA MARCELA BOTTINELLI ENTRE LA REPRODUCCIÓN Y LA CREACIÓN 309
sgrados) también implica estas tensiones político-económicas lítico, social y activo respecto de la tarea del investigador que incluye
actores con posiciones diferentes (intra e interinstitucionales, sus interacciones con los otros actores sociales como coconstructores y
ntes organismos). Aludimos además particularmente a los ac- coproductores del conocimiento validado y valorado en un determinado
aridos al "control de calidad y de la producción" de investiga- contexto histórico-social.
tífica (agencias internacionales, organismos gubernamentales, Si, tal como anticipamos, los marcos teóricos inexorablemente son
los internacionales), implicados tanto en los intereses globali- una selección de algunos puntos que referencian la lectura y dan las
desarrollo de los posgrados como en evaluar la calidad de los claves de comprensión para interpretar y fundamentar el abordaje del
os" de la educación: los profesionales académicos, las investi- objeto de investigación, las elecciones de referentes realizadas en una
, las tesis." publicación (incluido el presente artículo) también lo son y sus articu-
laciones reflejan el posicionamiento epistémico-teórico-metodológico e
ideológico de los autores.
tructura en construcción... Reflexionar sobre las prácticas, los procesos cognitivos y metacogni-
tivos que nos exigen, y el entramado de relaciones en las que surgen,
álisis planteado en el presente trabajo se sostiene en compren- permite visibilizar las operaciones, las reglas y las determinaciones de
encia como un proceso histórico y socialmente determinado en las condiciones y medios del trabajo de investigar que se entretejen
juegan relaciones de poder y saber, dominación y control, re- en el presente contexto histórico, social y político. En este sentido, es-
ión y creación, que pueden analizarse en las tensiones que se peramos se constituya en un aporte a la comprensión de los efectos
a en sus acciones, enunciados y productos. Por ende, implica alienantes, desvalorizantes y desubjetivantes que en las tareas cotidia-
iensión ética, ideológica y política que debe ser revisada críti- nas del quehacer de investigación pueden atravesarnos. Pretendemos
por quienes realizan procesos de investigación. En este sen- colaborar en la reflexión y recreación de nuestra activa participación en
objetos de estudio, en particular los de las ciencias sociales, los diferentes aspectos implicados en dichos procesos de trabajo y en las
-an al investigador, pues él mismo es parte de lo que pretende reglas, funciones, responsabilidades y posicionamientos que docentes,
r. tesistas, investigadores, becarios, tutores, directores, gestores, entre
eso, los objetos de estudio deben ser contextuados histórica y otros, construimos cotidianamente para revisarlos reflexiva y crítica-
ente, analizando la historia de cómo se han convertido en pro- mente en esos sistemas de actividad que nos permitan reconocernos y
cos y analizando los criterios que se juegan en esa valoración posicionarnos ética y biopolíticamente.
!snaturalizar prenociones, obviedades, prejuicios, así como los Los diferentes niveles del proceso de modelado del objeto (de las
niveles, las perspectivas de análisis y las dimensiones de poder ideas a las palabras, de éstas a la escritura, de la escritura espontánea
;talizan o potencian la posibilidad de abordarlos, comprenderlos a la escritura académica profesional, y de ella al modelado metodológi-
formarlos. co) se implican mutuamente, coexisten y subyacen en la construcción
tarea crítico-reflexiva implica una identificación de los supues- de la investigación. A pesar de su simultaneidad, implican una serie
ico-epistemológicos que subyacen en las miradas con las que se de conocimientos explícitos e implícitos, teóricos y prácticos necesarios
ese objeto y una reflexión contextuada sobre las prácticas que lo para poder realizar dichas operaciones.
finan y a través de las cuales ha llegado a ser lo que es y a estar Si, tal como se enuncia en diversos documentos nacionales e inter-
.tado en el que está. Ambas cuestiones suponen una perspectiva nacionales (orr, OMS, UNESCO, entre otros), se pretende formar recursos
,ca de las relaciones teoría-práctica, teorías-hechos, conceptos- humanos con capacitación teórica y práctica que les permita realizar
es, que considera la praxis del conocimiento como histórico, po- procesos de producción de conocimientos válidos, investigación cien-
tífica, es necesario revisar los múltiples niveles de análisis de los pro-
cesos de aprendizaje y enseñanza requeridos para lograrlo. Pensar la
implicancia de estos aspectos en la educación superior requiere una
M.M. Bottinelli, M. Nabergoi, S. Remesar, M. Pérez, P. Salgado, S. Kanje, G. de
revisión de los planes de estudio tanto de grado como de posgrado,
i y A. Tetelbaun, "Interfaces cuali y cuantitativas...".
MARÍA MARCELA BOTTINELLI
ambién una discusión seria de cuáles son los objetivos que nos
iemos en cada instancia y el establecimiento de acuerdos que
len la progresión de teorías y prácticas, así como de espacios Modulaciones metodológicas: el poder y la vida
,eñanza y aprendizaje que tengan las características necesarias
ograr lo que se propone como metas en cada nivel educativo. Esther Díaz*
te sentido también es necesario pensar los espacios y los acto-
volucrados en el acompañamiento de estos procesos en tesistas,
os e investigadores noveles para establecer las propuestas de
Eograr tales metas.
entífico. Se trata de sospechar acerca de que el lenguaje refleje obtiene consenso social, es decir poder, pasa a formar parte del saber.
¿De dónde le provendría al lenguaje la capacidad de aprehender Y también se pueden contrastar las proposiciones con la experiencia y
dad?, ¿de la pulsión inconsciente que lo moviliza?, ¿de su condi- pueden coincidir, pero no porque concuerden realmente, sino porque
nbólica?, ¿de su componente estético?, pues toda palabra, aun la cumplen con las reglas establecidas para que una contrastación sea
za, es una metáfora para referirse a algo que no es ella; es decir, considerada exitosa.
de una creación estética devenida conocimiento. El lenguaje no El conocimiento obviamente se expresa mediante el lenguaje. Pero
osibilidad de replicar la realidad, simplemente la alude a partir por debajo de la actividad conscientemente lingüística está la actividad
Jenciones. Y, como toda expresión lingüística es susceptible de inconsciente del lenguaje. Demasiado compleja para ser obra de un in-
ucida a sus elementos constitutivos, el investigador puede anali- dividuo, pero demasiado compacta como para ser obra de una multitud.
mtextura de los propios discursos tecnocientíficos. Ahí el lenguaje muestra su raigambre relacional e histórica. Decons-
métodos necesitan del lenguaje para configurarse e interpretar truir la herramienta indispensable del investigador, el lenguaje, forma
ultados de la investigación. Los métodos y sus discursos ten- parte de una propedéutica a los métodos y puede colaborar a la explici-
que perseguir las diferentes manifestaciones de lo estudiado, tación de los supuestos.
arse en función de ellas. No olvidar que el discurso metodológi- El análisis de un microorganismo, por ejemplo, no puede hacerse
Lbién se construye con tropos, esto es, con figuras retóricas que elidiendo el consenso científico que lo determinó como entidad facti-
,
n a objetos y a relaciones. ¿No son figuras, es decir represen- ble de ser estudiada. Pero al mismo tiempo se debe poner entre pa-
es mentales codificadas, los signos?, ¿acaso no hay una figura- réntesis ese consenso para pensar nuevos procedimientos de acceso
tental tanto cuando se califica como cuando se cuantifica? ¿Qué a los problemas, pues la realidad siempre es un texto con posibilida-
ad poseen, más allá de los acuerdos establecidos, los signos: "2", des de ser leído. Una bacteria, una sociedad o una catástrofe, cuando
,", "x", o "@"? ¿Se ha analizado suficientemente la retórica de los son asumidas por la investigación científica, se convierten en textos.
lismos? En la génesis del lenguaje operan fuerzas estratégicas El producto de toda investigación siempre adquiere forma de texto:
ticas. Pero esas fuerzas no son privativas del lenguaje poético diagnóstico por imágenes, simulaciones digitales, mapas satelitales,
,ico sino transversales a los diferentes regímenes de discursos. informes estadísticos, ecuaciones matemáticas, protocolos, fórmulas,
tropos o figuras suelen estudiarse como "adornos" del lengua- conclusiones, papers.
.o ¿son decorativos o constitutivos?, ¿existe lenguaje que no esté En consecuencia, es válido preguntarse cómo se logra una lectura
do por tropos?, ¿hay algún término que no sea metáfora (o me- fecunda de este texto que es la realidad. Una respuesta posible es
ia, o sinécdoque)? Entre las palabras con sentido, ¿algunas son pensar que el investigador que desea ser sólido es similar al juez que
nas y otras, simulacros?, ¿unas se corresponden con la realidad y desea ser justo. Si un juez desea ser justo, no puede contentarse con
son ficciones estéticas? Si las palabras realmente coincidieran con aplicar la ley; debe reinventarla, ejercer jurisprudencia. No utilizará
lidad, existiría un solo idioma y una sola lógica que las sustente. la ley como si se tratara de un libreto inmodificable. Debe tomar deci-
usemos ahora en un tipo de lógica particular: la que sostiene el siones en cada oportunidad. Y así como la justicia no puede reducirse
lo científico. Su función es categorizar, objetivar y generalizar. a un cálculo de sanciones, castigos o recompensas, la investigación
¿cómo lo logra? Deduciendo de una observación lo que se considera científica no puede limitarse a medir, calificar y calcular. Los datos,
ial de las cosas, totalizando desde una parte, tomando los efectos como las leyes, se construyen y se interpretan al vaivén del saber y del
s causas, simplificando lo complejo, abstrayendo. El conocimiento poder. Y las estrategias de investigación, como el accionar legal, pue-
ida en inversiones sustitutivas. No existe un lenguaje natural, den apelar a métodos que posibiliten ser repensados, desmontando los
ninguno está tan sujeto a convenciones como el de la ciencia. andamiajes metodológicos, deconstruyendo supuestos, desarrollando
Icontrar grietas en el discurso científico lleva al quiebre de la ilu- programas regionales y analizando el uso social que se les dará a los
Le un lenguaje único y objetivo, lo cual no quiere decir que el mun- productos de la investigación.
1 se pueda explicar de un modo adecuado. Por supuesto que se
coincidir en la explicación de la realidad y, si esa coincidencia
ESTHER DÍAZ MODULACIONES METODOLÓGICAS 317
a posibilidad deconstructiva es operar con categorías arqueoló- Otra manera de expandir (en lugar de reducir), de modular (en vez
y genealógicas. Los procedimientos arqueológicos indagan sobre de moldear) desde los proyectos indagativos es considerar el devenir de
mliciones simbólicas que posibilitaron el objeto que se está inves- lo real como un rizoma.
Lo, así como las ideas y las reglas de formación de los enunciados La concepción heredada en filosofía de la ciencia concibe el objeto
icos. Se trata del saber. de investigación aislado del resto de la realidad. Y piensa la realidad
; métodos genealógicos, por su parte, analizan las relaciones de desde la metáfora de un gran árbol sostenido por una raíz pivotante,
que inciden en las agendas, que residen en las entidades estu- por un principio único que, según las circunstancias, es un método
y que operan en los sujetos y entre ellos. Se trata del poder. inmutable o una teoría inobjetable. La multiplicidad de lo real es así
lío mínimo pero revelador ejemplo se puede aludir a las fuerzas reducida y encerrada. Esta concepción lineal conlleva en sí la idea de
s rosas —como especie botánica— les oponen a las manipulaciones inmunidad, de no contaminación con la entidad investigada, y concibe
cas que pretenden convertirlas en azules. Los genetistas ejer- la teoría como si fuera un calco de lo real.
violencia sobre diferentes tipos de rosas tratando de colonizar El diagrama de investigación no lineal, en cambio, construye sus
nos naturales. Llovieron dólares para regar esas investigaciones, metáforas como mapas (no calcos) de los acontecimientos, asume que
a rosa resistió. La invasión tecnológica logró por fin una flor de. todo conocimiento es una interpretación (como el mapa lo es del terri-
malva, no obstante los genetistas la presentan a la comunidad torio) socialmente validada. Considera que la realidad se asemeja a un
lea y al mercado como "la rosa azul". rizoma en su devenir caótico y vinculante. Existen ciertas marcaciones
a Prigogine diría que esos investigadores "no escucharon a su ob- para pensar el rizoma. Según los principios de conexión y de heteroge-
a estudio". Es también Prigogine quien considera que se pueden neidad, cualquier punto del rizoma puede ser conectado con cualquier
Ir nuevos equilibrios surgidos de situaciones impredecibles. Llega otro punto. A diferencia del árbol y la raíz que siempre fijan un orden
conclusión a partir de sus investigaciones sobre las estructuras preestablecido, el rizoma concatena eslabones biológicos, políticos, eco-
tivas. Se trata de sistemas altamente inestables en los que la con- nómicos, sexuales, urbanísticos, intelectuales, artísticos, cognoscitivos
imprevisible de un elemento del conjunto puede conducir a una y lingüísticos.
ucturación armónica, a un nuevo orden. Estos sistemas de rein- Los significantes científicos tradicionales intentan codificar el mun-
dón de fuerzas se producen en áreas estudiadas por la física, la do mientras el devenir material de ese mundo no se deja codificar, más
ca, la informática, la biología y las ciencias sociales, entre otras. bien captura códigos. La orquídea, por ejemplo, adquiere forma de avis-
s estructuras disipativas abren posibilidades de nuevas lecturas pa hembra atrayendo a la avispa macho que, al posarse en su super-
diferentes campos de investigación y pueden operar como catego- ficie, se impregna de polen que esparcirá luego en otras orquídeas, fe-
análisis que se modulan serpenteando entre los meandros de su cundándolas. Parecería que la flor imitó a la avispa, pero en realidad le
de estudio; pues en cualquier proceso es factible enfrentar situa- capturó el código, aumentó su valencia: devino avispa. Entre el insecto
i que amenazan con ser caóticas. No obstante, el discurso meto- y la planta circulan intensidades. No se produce imitación ni semejanza
co dominante valida las investigaciones únicamente si copian las sino surgimiento de un rizoma a partir de dos series heterogéneas: la
itivas preformateadas. serie de las avispas y la serie de las orquídeas inesperadamente aco-
un mundo convulsionado por los cambios, también la cuestión pladas.
Lológica ha entrado en crisis. Hemos arribado al fin de las certi- El paradigma de la realidad como un gran texto que debe ser leí-
res. Sabemos que la naturaleza y el ser humano distan mucho de do de manera lineal —siguiendo una cadena de causas y efectos— se
.evisibles. Pero ello no impide construir teorías e instrumentar ha desvanecido en favor de la realidad como hipertexto con varias
cas para comprender y modificar. Estamos en el umbral de un entradas.
capítulo de la historia de la investigación.
ESTHER DÍAz