Problemática - Corregida
Problemática - Corregida
Problemática - Corregida
La OMS estima que una de cada cinco personas padecerá una afectación mental, el doble
que en circunstancias normales.
El impacto económico que se cierne atacará la salud mental. La crisis económica más
reciente, de 2009, hizo crecer la depresión (un 18%), la ansiedad (8%) y los trastornos por
abuso de alcohol (5%), según un estudio de la Sociedad Española de Salud Pública y
Administración Sanitaria (SESPAS).
“La economía se puede recuperar, las vidas no. Si se evita que haya repuntes eso hará que
se recupere la confianza”, reflexiona Angora.
La sacudida se ve magnificada en los que enferman (más de dos millones solo con las
cifras oficiales), en las familias golpeadas por las muertes y en quienes ya se encuentran
con los bolsillos vacíos.
“Habrá una avalancha de trastornos del ánimo y de ansiedad en los próximos meses y
años en todo el mundo” pronostica este experto, “eso incluye depresión, ansiedad, estrés
postraumático, mayor consumo de alcohol y violencia machista. Todo ello tendrá grandes
consecuencias económicas y sociales”.
Venezuela a partir de 2015 comenzó una estadística ascendente de suicidios que la llevó a escalar
desde 3,8% por cada 100 mil habitantes a 9,7% en 2018, de acuerdo al estudio que el Observatorio
Venezolano de Violencia (OVV) presentó el pasado mes de junio de este año. Ello implicó un
aumento en la tasa de suicidios de 153%.
Hasta esa fecha, el país registraba una tasa menor a la media mundial que ha sido de 10,5%
suicidios cada 100 mil habitantes. Las estimaciones de los investigadores arrojaron que entre 2017
y 2018 se produjeron 2.648 y 2.889 casos respectivamente.
La ansiedad puede brotar cuando una persona está pasando por una mala situación económica. El
hecho de verse endeudado y no poder cubrir las necesidades básicas propias o de su familia,
puede generar malestar, preocupación o nerviosismo, entre otros, sin importar el estatus
económico al que pertenezca.
La angustia por solventar la situación, buscar soluciones para ingresar dinero o resolver la
situación de endeudamiento puede provocar que el individuo acabe teniendo pensamientos
repetitivos y obsesivos que le generen la ansiedad por problemas económicos.
Dicha situación puede llegar a afectar en el bienestar de la persona que lo sufre y, en
consecuencia, en su productividad.
Además de la preocupación y el terror, las personas con ansiedad generalizada tienen síntomas
físicos, como dolor en el pecho, dolor de cabeza, cansancio, tensión muscular, dolor de estómago
y vómitos. La ansiedad puede llevar a que una persona falte a la escuela o evite actividades
sociales. En la ansiedad generalizada, las preocupaciones se sienten como una carga, haciendo que
la vida se viva como algo agobiante o con una sensación de no tener control.
La ansiedad o una situación de estrés prolongado es un factor que puede, junto con los factores de
riesgo cardiovascular, favorecer el desarrollo de un infarto agudo de miocardio
Sin embargo, hay otro desafío para obtener el tratamiento de salud mental: el estigma social. La
gente con trastornos mentales tiene miedo de las preconcepciones públicas de sus trastornos
como la depresión y la ansiedad. Hay una historia de discriminación con los trastornos mentales y
las personas reciben calificativos como “loco”, “psicópata” y “quieren llamar la atención”. Por esas
y otras razones, no buscan ayuda profesional.
La tristeza y la ansiedad son partes normales de la vida, pero cuando impiden a una persona
funcionar en su día a día, resultan en un problema más serio, como un trastorno mental. La
Biblioteca del Congreso Nacional de Chile dice que
“Más de 300 millones de personas sufren de depresión a nivel mundial, casi el mismo número de
personas que sufren algún tipo de trastorno de ansiedad”. y un 15% de las personas con depresión
viven en las Américas.
Los trastornos de ansiedad son prevalentes, también. Las personas con trastornos de ansiedad
forman un 3,6% de la población mundial.
De acuerdo con las cifras de la OMS, actualmente un 10% de la población mundial está afectada
por estos problemas de salud. Porcentaje que no cesa de aumentar desde que, en el periodo 1990
a 2013, estas cifras dieran un gran salto al pasar de 416 a 615 millones el número de personas
afectadas por estas patologías, un aumento de un 50%.
El primer caso de coronavirus en Venezuela fue anunciado el 13 de marzo. Desde ese momento el
confinamiento se ha cumplido parcialmente. A comienzos de junio se introdujo el 7+7 (7 días con
“relativa normalidad” y 7 de cuarentena) pero los casos continuaron creciendo hasta llegar a más
de 7.000 casos confirmados y 65 fallecidos.
La cuarentena y la crisis económica han generado cuadros de depresión y ansiedad entre los
venezolanos y en algunos casos, ha agudizado estos trastornos capaces de paralizar la vida
cotidiana de una persona.
Así lo ratifican tres profesionales de la salud mental consultados por ND: El psicólogo Luis Morello;
la vicepresidenta de la Sociedad Venezolana de Psiquiatría (SVP), doctora Petra Aponte; y la
psicóloga Irene Ferreira.
Los tres coinciden en que estos trastornos están influenciados por la incertidumbre, el miedo, el
pánico, la angustia, el estrés y la inseguridad que, juntos, hacen el cóctel perfecto para generar en
una persona activa cuadros depresivos y ansiosos, así nunca se haya topado con ellos.
La depresión fue el principal motivo de consulta, con el 45%. El trastorno de ansiedad está 10
puntos por debajo, en 35%, mientras que el trastorno psicótico agudo está alrededor del 8%. El
estrés postraumático, los trastornos de la personalidad y el trastorno generalizado del desarrollo
están en 12%.
Ciudad Bolívar se han acostumbrado en los últimos meses a lidiar con la creciente escasez de
gasolina en el país con las mayores reservas probadas de petróleo del mundo, pero en las últimas
semanas han visto como el problema se extendía al gasóleo.
Al tratarse del combustible más utilizado para el transporte de carga, incluidos alimentos y
medicinas, los expertos alertan de que el problema puede encarecer los costes, agravando el
problema de la hiperinflación, y dificultar aún más el acceso a la comida.
Las zonas más afectadas son aquellas que pertenecen a las parroquias La Sabanita, Agua Salada,
José Antonio Páez y Catedral donde el agua ha dejado de salir través de las tuberías en las últimas
semanas, lo que ha originado que pobladores ayer salieran a la calle en señal de protesta y en
reclamo a una pronta solución de esta problemática cerrando sus principales vías de acceso y
quemando cauchos.
“Ya no es solo el problema de la comida porque el tenemos que preocuparnos sino también por la
falta de agua sin que nadie haga nada al respecto, pese a que tenemos uno de los ríos más
grandes del mundo que es el Orinoco, es hora de trabajar”, dijo un habitante afectado.