FACULTAD DE
INGENIERÍA
Carrera de Ingeniería Civil
“PELIGRO SISMICO”
Cuso: Sismorresistente
INTEGRANTES:
Arango Rodriguez Alexander - N00185073
Yali Leon Roosarid - N00177423
Bustamante Benavides Christian - N00200485
DOCENTE:
Ing. Augusto Gonzales Escudero
Lima - Perú
2023
DEDICATORIA
Este trabajo va dedicado en primer lugar a Dios que siempre estuvo presente a lo largo
de mi carrera dándome ánimo y espíritu de diligencia para seguir adelante, pese a todos los
desafíos que he podido tener; también, a mi familia, amigos y profesores que siempre
estuvieron dándome apoyo y compartiendo todo tipo de enseñanzas a lo largo de la carrera.
AGRADECIMIENTO
Agradecer a nuestra casa de estudios Universidad Privada del Norte y a todo su equipo
profesional que a lo largo de la carrera nos han encaminado con sus enseñanzas, a mi familia
que me apoyo durante todo este tiempo de aprendizaje y a mis amigos que me motivaron a lo
largo de mi vida a ser una gran persona y gran profesional.
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TABLA DE CONTENIDO
Contenido
DEDICATORIA.............................................................................................................................2
AGRADECIMIENTO...................................................................................................................2
ÍNDICE DE FIGURAS..................................................................................................................4
CAPÍTULO I: INTRODUCCIÓN...............................................................................................5
REALIDAD PROBLEMÁTICA.....................................................................................................5
CAPÍTULO II: CONTENIDO.....................................................................................................6
DEFINICIÓN DE PELIGRO SISMO.............................................................................................6
MÉTODOS PARA EVALUAR LA PELIGROSIDAD..................................................................8
PELIGRO SÍSMICO PROBABILÍSTICO....................................................................................18
CAPÍTULO III: CONCLUSIONES..........................................................................................18
CAPÍTULO III: REFERENCIAS BILIOGRÁFICAS............................................................20
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ÍNDICE DE FIGURAS
Fig 01 : “Intensidades Sísmicas en Lima” ……………………………………………………….7
Fig 01 : “Sismicidad Superficial” ……………………………………………………….7
Fig 01 : “Gráfico de Probabilidad Sísmica” ……………………………………………………….7
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CAPÍTULO I: INTRODUCCIÓN
REALIDAD PROBLEMÁTICA
El Perú está comprendido entre una de las regiones de alta actividad sísmica que existe en la tierra, por lo que
está expuesto a este peligro, que trae consigo la pérdida de vidas humanas y pérdidas materiales. Es necesario
efectuar estudios que permitan conocer el comportamiento más probable de este fenómeno para poder
planificar y mitigar los grandes efectos que trae consigo. Una forma de conocer el probable comportamiento
sísmico de un lugar es mediante la evaluación del peligro sísmico en términos probabilísticos, es decir
predecir las posibles aceleraciones que podrían ocurrir en un lugar determinado.
En el territorio nacional se considera dividido en cuatro zonas. La zonificación propuesta se basa en la
distribución espacial de la sismicidad observada, las características generales de los movimientos sísmicos y
la atenuación de estos con la distancia epicentral, así como en la información neo tectónica.
En las normas de diseño se especifican las cargas sísmicas, por lo que no es necesario realizar
investigaciones detalladas de la actividad sísmica del área donde se realizaran la construcción común. El
coeficiente de diseño sísmico a ser usado en el diseño sísmico pseudo-estático se determina en base a la zona,
condición del suelo e importancia de la estructura. Si la estructura es flexible, la carga sísmica se modifica
tomando en cuenta su periodo fundamental. Sin embargo, cuando se planifican estructuras importantes,
deben evaluarse sus capacidades de resistir terremotos en base a estudios detallados de peligro sísmico. Tales
estructuras incluyen: grandes presas, puentes con luces grandes, túneles y centrales nucleares. También se
necesitan estudios detallados para la evaluación del peligro sísmico en una zona grande por urbanizar.
Se entiende por peligrosidad sísmica la probabilidad de que un parámetro elegido para medir el movimiento
del suelo (desplazamiento, velocidad, aceleración, magnitud, intensidad,
etc.) supere un nivel dado a lo largo del tiempo que se considera de interés. Es un concepto básicamente
sismológico y constituye el dato de entrada para la evaluación de la vulnerabilidad y el riesgo sísmico y
sus aplicaciones en la planificación urbana o el diseño sismorresistente., El análisis de peligro sísmico se
realiza aplicando la metodología
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desarrollada por Cornell (1968) en términos probabilísticos, metodología que fue modificada e implementada
en el programa de cómputo RISK por McGuire (1976). Esta metodología integra información sismotectónica,
parámetros sismológicos y leyes de atenuación regionales para los diferentes mecanismos de ruptura. El
resultado es una curva de peligro sísmico, donde se relaciona la aceleración y su probabilidad anual de
excedencia.
La consideración conjunta de la peligrosidad sísmica en el emplazamiento, la vulnerabilidad de las
edificaciones y el valor económico de las mismas constituye el riego sísmico. En su estimación participan
sismólogos, ingenieros, arquitectos, economistas, Compañías de Seguros, etc. En este capítulo la atención se
centrará casi exclusivamente en el análisis de la peligrosidad que, como ya se ha dicho, es el aspecto más
estrictamente sismológico del riesgo sísmico.
Se plantea es elegir el parámetro que evalúa la excitación del suelo. Indudablemente el interés de los
ingenieros se dirige a los parámetros que miden el daño producido por un sismo o que puede sufrir una
estructura. Por ello, la intensidad y la aceleración máxima son los conceptos que más aceptación han recibido
en los análisis de peligrosidad.
CAPÍTULO II: CONTENIDO
DEFINICIÓN DE PELIGRO SISMO
Desde la definición del término peligro (en inglés: Hazard) por NU en 1992 (United Nations, Department of
Humanitarian Affairs: UN-DHA, 1992), el concepto ha evolucionado con el progreso, desarrollo e
implementación del manejo del riesgo, la posibilidad (riesgo) de desastres, y la atención de desastres. Los
peligros son procesos, eventos físicos, fenómenos naturales, incidentes tecnológicos o actividades humanas
potencialmente dañinos que pueden causar pérdidas de vida o heridos, daño a la propiedad, alteración social
y económica y/o degradación del ambiente en un área determinada y en un período de tiempo dado (ISDR,
2004a, 2007). Los peligros son función del espacio y del tiempo, se les caracteriza por su localización
(ubicación), severidad-intensidad-magnitud, frecuencia de recurrencia, tiempo y modo de evolución, y
probabilidad de ocurrencia. La magnitud del impacto depende de estos factores, además de la exposición y
vulnerabilidades de los elementos afectados. Es importante reconocer que el desarrollo de una sociedad
modifica su exposición ante los peligros potenciales en función del tiempo. Especialmente, cuando este
desarrollo no es armónico con
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las condiciones ambientales naturales. Por otro lado, el Earthquake Engineering Research Institute (EERI)
define el peligro sísmico como cualquier fenómeno físico asociado con un sismo que puede producir efectos
adversos en las actividades humanas (fenómenos asociados a los sismos: sacudimiento del terreno, falla del
terreno: fallamiento geológico, licuefacción, expansión lateral, deslizamientos, derrumbes, reptación, etc.).
Por tanto, este término puede ser puramente descriptivo, o evaluado cuantitativamente, dependiendo de la
situación (EERI, 1984).
El análisis de los peligros permite identificar, estudiar y hacer el seguimiento espacial y temporal de los
fenómenos o eventos para determinar su potencial, origen, características, comportamiento y la exposición
del universo de elementos que puedan.
Fig 01 : “Intensidades Sísmicas en Lima”
Aroñe Vásquez Benjamín 7
MÉTODOS PARA EVALUAR LA PELIGROSIDAD
Los métodos utilizados para evaluar la peligrosidad sísmica pueden ser deterministas y probabilistas. Ambos
consideran la sismicidad como un fenómeno estacionario, y suponen que los
sismos que ocurrirán en el futuro serán de las mismas características que los sucedidos en el pasado. Como
esta hipótesis no refleja bien la realidad física, también se han considerado modelos no estacionarios que
tienen en cuenta la diferente probabilidad de ocurrencia de los sismos antes y después de un terremoto de
notable magnitud.
Los métodos deterministas analizan la sismicidad propia de cada zona sismogenética que afecta al lugar cuya
peligrosidad se estudia, con objeto de estimar el máximo sismo potencial o que razonablemente se puede
esperar en cada una de ellas. Este es el único terremoto considerado en el análisis y se acepta que volverá a
repetirse en el futuro. Por ello mide la contribución de la zona al peligro sísmico en el emplazamiento. Para
estimar su tamaño, normalmente se consideran datos de paleosismicidad; sismicidad histórica (dada sólo por
documentos y referencias, y evaluada únicamente por la intensidad) y de sismicidad instrumental (que
incluye registros y puede ser medida también con escalas de magnitud). Con objeto de hacer más segura la
estimación, muchas veces la magnitud y la intensidad obtenidas se aumentan en medio grado y un grado,
respectivamente. Este máximo terremoto potencial, o razonablemente esperable, se sitúa en el lugar de cada
zona sismogenética más próximo al emplazamiento, punto al que, mediante una ley de atenuación, se traslada
el parámetro (velocidad, aceleración, etc.) que expresa el efecto del terremoto. La peligrosidad final se toma
como el máximo de las acciones correspondientes a todas las zonas sismogenéticas. Si éstas no han sido
definidas, el proceso se realiza considerando directamente los efectos de cada terremoto de la región que
rodea al emplazamiento. Como puede entenderse fácilmente, la hipótesis de partida del método determinista
es muy discutible ya que es difícil estimar el máximo terremoto potencial y además éste puede no volver a
repetirse con las mismas características. De hecho, la práctica señala la ocurrencia en muchas zonas de
sismos mayores que los comprendidos en el catálogo sísmico utilizado ya que estos catálogos son, a menudo,
incompletos. Estos problemas, unidos a que el resultado de los métodos deterministas sólo informa sobre el
valor máximo del parámetro elegido, hacen que sean poco utilizados en la actualidad.
Los métodos probabilistas parten del conocimiento de la sismicidad pasada para deducir las leyes estadísticas
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que regirán la actividad sísmica futura. Con ello se estima la probabilidad de que los distintos niveles de
movimiento del suelo sean superados en un plazo dado. En este caso, una vez determinadas las zonas
sismogenéticas, la sismicidad de cada una de ellas se expresa con una ley de recurrencia de la forma
Gutenberg-Richter. Así cada zona queda caracterizada por los parámetros a, b y las magnitudes máxima y
mínima que acotan la línea de ajuste. Igual que en los estudios deterministas, una ley de atenuación adecuada
traslada la influencia de cada zona al punto
de análisis y la peligrosidad se evalúa sumando la influencia de todas las fuentes consideradas. Esto
proporciona una curva de probabilidad anual de superación de diferentes valores del parámetro elegido. A
partir de ella se obtiene la probabilidad correspondiente al tiempo de vida útil de la estructura. El inverso de
la probabilidad anual de excedencia se llama periodo de retorno e indica el número de años en el que se
espera, con una probabilidad de aproximadamente el 63%, la superación del nivel elegido.
A diferencia de los deterministas, que sólo indican la probabilidad del valor máximo, estos métodos
proporcionan la probabilidad correspondiente a supuestos muy variados. De esta manera es posible elegir el
valor que responde al tipo de estructura que se quiere diseñar. Esta ventaja, unida al hecho sismológicamente
significativo de no basarse en un valor máximo sino en consideraciones estadísticas, (cuya validez quedará
limitada por la extensión y homogeneidad de la muestra de terremotos, y su capacidad de incluir todos los
eventos más importantes), ha motivado que los métodos probabilistas sean hoy mucho más empleados que
los deterministas. Por ello serán objeto de un análisis más extenso.
En este apartado vamos a considerar las sucesivas etapas de un estudio de riesgo sísmico con una especial
referencia al Perú. El punto de partida es, necesariamente, el conocimiento de la sismicidad de la región que
rodea al emplazamiento y la delimitación de las zonas sismogenéticas que pueden afectarle. La extensión de
la zona que debe ser evaluada depende del tipo de problema: emplazamiento de una instalación crítica;
análisis del peligro sísmico de una zona o una población; estudio de microzonificación, etc. En el caso de una
central nuclear el entorno alcanza los 350 km de radio, pero si la atenuación es muy pequeña puede ser
necesario ampliarlo. Para emplazamientos en la costa el análisis debe incluir el peligro de tsunamis.
En esta fase se utilizan los estudios de paleosismicidad, las descripciones históricas, los catálogos sísmicos,
los mapas de isosistas y toda la información instrumental que pueda recogerse. La información sísmica se
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contrasta con los datos geológicos a fin de identificar las fallas activas o definir las regiones sismogenéticas
actuantes en el problema. La localización de las fallas activas es fundamental en el caso de algunas
instalaciones como presas, centrales nucleares y depósitos de residuos radioactivos. En estos problemas, la
legislación de muchos países obliga a realizar análisis
más detallados que incluyen los estudios de microsismicidad. Cada falla activa queda definida por el
terremoto característico o máximo que puede generar y que se estima a partir de la longitud de ruptura
mediante relaciones. Esto requiere conocer bien las características de la falla para evaluar qué porcentaje de
la misma puede actuar en cada evento. En la medida de lo posible, la descripción de la sismicidad debe
incluir los parámetros que evalúan el proceso en el foco (principalmente, mecanismo y caída de esfuerzos); el
tamaño (intensidad, magnitud, momento sísmico) y los que dan la localización espacio-temporal
(coordenadas hipocentrales y hora origen). Todos ellos han sido explicados en los Temas anteriores y
permiten definir mejor las zonas sismogenéticas. No puede olvidarse que la evaluación de la sismicidad es
crítica y condiciona la validez de los análisis estadísticos posteriores.
En el Perú se han llevado a cabo numerosos trabajos de sismicidad histórica y también existen catálogos de
sismicidad instrumental. Entre los primeros tienen particular importancia los estudios de Silgado (1973),
Comte y Pardo (1990) y Dorbath (1990). Para la parte instrumental, cuya fiabilidad mejora notablemente a
partir de 1963, son básicos los estudios e Informes elaborados por Ocola (1966, 1989) y el Instituto Geofísico
del Perú, así como los trabajos realizados en el marco del Proyecto SISRA y patrocinados por el Centro
Regional de Sismología para América del Sur (CERESIS). La sismicidad correspondiente al periodo 1900-
1984 ha sido compilada por Espinosa et al. (1985). En este último catálogo pueden encontrarse muchas
referencias sobre el tema. Asimismo, es muy útil la información facilitada por el NEIC (Nacional Earthquake
Information Center) de los Estados Unidos y que es accesible por Internet. Respecto de los estudios de
sismotectónica destacan entre otros los realizados por Kelleher (1972), Sébrier et al. (1982, 1985), Grange et
al. (1984), Macharé et al. (1991) y Lindo (1992).
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Fig 02 : “Sismicidad Superficial”
Esta figura, representa la sismicidad superficial (H < 70 km) localizada en el Perú. Los círculos indican
profundidades inferiores a 33 km y los cuadrados valores comprendidos entre este valor y 70 km. También se
verifica la localización de los sismos intermedios y profundos. Los triángulos representan profundidades
entre 71 y 300 km y las estrellas focos situados entre 301 y 700 km.
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En una segunda etapa se establecen las relaciones de recurrencia para cada una de las zonas sismogenéticas.
Con ello quedan caracterizadas por los coeficientes de la relación de Gutenberg Richter y los valores
máximos y mínimos para la Intensidad y/o la Magnitud. Antes de calcular los parámetros a y b es necesario
asegurar que los datos son homogéneos (están expresados en la misma escala de magnitud o intensidad),
independientes (se han eliminado los premonitores y las réplicas) y completos (la muestra incluye todos los
sismos más importantes).
La forma de realizar el ajuste también reviste una gran importancia. Aunque el empleo de mínimos cuadrados
es la técnica más utilizada, el método de "máxima probabilidad" (máximum likelihood) puede resultar más
correcto ya que proporciona valores de b que dependen menos de los eventos que constituyen la zona de
magnitud o intensidad elevadas y que siempre son menos numerosos (Aki, 1965). Respecto del límite inferior
elegido para iniciar el ajuste de las magnitudes (o intensidades), un valor mb = 5,0 parece adecuado cuando
se trata de estructuras con buen diseño ingenieril. En cualquier caso, conviene tener presente que la inclusión
en los cálculos de sismos de menor magnitud modifica la probabilidad de excedencia de los parámetros del
movimiento del suelo en el rango de frecuencias elevadas, ya que los eventos pequeños tienden a ser más
frecuentes y más abundantes en altas frecuencias (Electric Power Research Institute, 1986; Bernreuter et al.,
1989). Si se utilizan Intensidades, el valor mínimo considerado suele ser V. La elección del límite superior
del ajuste es más complicada y tiene mayor repercusión en Ingeniería. A diferencia de lo comentado en el
método determinista, ahora interesa no solo el valor del terremoto máximo sino también su probabilidad de
ocurrencia. Por ello la consideración del máximo terremoto histórico como valor mínimo para este límite
superior debe ser realizada a la luz de la experiencia (Algermissen et al; 1982). Para superar este problema
Cornell y Vanmarcke (1969) sustituyeron el clásico ajuste lineal por una relación de recurrencia exponencial
truncada de la forma:
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La relación se normaliza de manera que el número anual de terremotos iguales o superiores a mo sea igual a
1.
El traslado de los parámetros de tamaño o de movimiento del suelo característicos de cada zona
sismogenética al punto para el que se evalúa el peligro, representa la tercera etapa del método probabilista y
se realiza utilizando relaciones de atenuación. La aplicación de las leyes estadísticas para estimar la
probabilidad de ocurrencia en el emplazamiento de un determinado valor del parámetro de tamaño,
(magnitud o intensidad), o
de movimiento de suelo, (por ejemplo, aceleración máxima), representa la última etapa del método
probabilista. Las relaciones frecuencia-magnitud más utilizadas son la de valores extremos (Gumbel, 1958) y
la distribución truncada (Cornell, 1968). Ambas aceptan que la ocurrencia de sismos en un año es un proceso
de Poisson, es decir que cada suceso es independiente temporalmente de los anteriores; la probabilidad de
ocurrencia simultánea de dos o más sucesos es infinitesimal, y el número medio de sucesos que tienen lugar
por unidad de tiempo es temporalmente constante (Lomnitz, 1974). De acuerdo con esta hipótesis, la
probabilidad de que en la unidad de tiempo sucedan n eventos distintos viene dada por:
Para aplicar la distribución de Gumbel se divide la muestra de terremotos (que casi siempre es incompleta
por no contener los sismos históricos intermedios o pequeños) en intervalos iguales de tiempo. Seguidamente
se toma el sismo máximo de cada uno de ellos. De esta manera se pasa a una nueva muestra que puede
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asumirse completa ya que son los terremotos grandes los que más fácilmente quedan incorporados en los
catálogos, la función de distribución de probabilidades para valores extremos se ajusta a tres curvas
asintóticas de las que la primera y la tercera han sido utilizadas para evaluar la peligrosidad sísmica. Sus
expresiones matemáticas son respectivamente:
En la primera expresión, α y u son parámetros de distribución (α > 0) y x es la variable no limitada. En la
segunda, x está acotada y k > 0.
La primera distribución puede ser obtenida teóricamente a partir de las hipótesis ya mencionadas de que los
eventos sísmicos responden a un proceso de Poisson y siguen una ley de recurrencia como la de Gutenberg-
Richter. Sin embargo, ya que para esta distribución x no tiene límites, se obtienen valores también ilimitados
que carecen de sentido sismológico. Por ello, en los cálculos de peligrosidad sísmica se utiliza más la
distribución III para la que sí existe un límite superior de la variable.
Desafortunadamente, el método de los valores extremos pierde la información sobre los terremotos de menor
magnitud que son más frecuentes y que también tienen interés en Ingeniería Sísmica.
El método de Cornell (1968) asume una ley de atenuación genérica de la forma:
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en la que ci son constantes empíricas que dependen de la región, M es la magnitud y R la distancia. El
objetivo es evaluar las probabilidades de que I o M superen un valor elegido y de que el sismo se origine a
una distancia dada. Por tanto, el proceso debe ser realizado considerando ambas variables. Si se fija la
distancia (R = r) y se considera independiente de M, la probabilidad de que en el lugar de estudio se alcance
un valor de intensidad
I mayor o igual que i se expresa por P(I ≥ i/R = r) y se relaciona con la probabilidad de que M supere el
correspondiente valor mediante la expresión:
siendo FM la función de distribución acumulada de magnitudes sísmicas (probabilidad de que M sea menor
que un valor m elegido). Aceptando que la relación magnitud-número de sismos responde a la fórmula de
Gutenberg-Richter y, por tanto, admite una distribución exponencial, FM se escribe:
con m ≥ 0,β=b1n10, y mo límite inferior para las magnitudes.
La fórmula (10.7) se convierte en:
Esta expresión debe extenderse a todos los sismos de una misma falla y/o a todas las zonas sismogenéticas,
es decir, es necesario integrar para R variable. De esta manera se obtiene la función de distribución
acumulada de la probabilidad para R y, derivando, la función de densidad correspondiente. La consideración
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conjunta de todas las situaciones posibles da la probabilidad total Pi de que, por ejemplo, en un año se supere
en el emplazamiento el valor considerado de I o M. Además, como ya se ha mencionado, la expresión (10.3)
da la probabilidad de que en un tiempo t tengan lugar n terremotos suponiendo que éstos responden a un
proceso de
Poisson.
El número de veces que se superará la intensidad I en el tiempo t viene dado por:
siendo Pi=P(I≥i)
El periodo de retorno será entonces:
Los valores de Magnitud e Intensidad para los que se ha encontrado la probabilidad son convertidos en
parámetros del movimiento, frecuentemente amax. Tras añadir las correcciones por emplazamiento, la
peligrosidad final resulta de integrar la influencia de todas las fuentes.
Es frecuente tomar como sismo de diseño un evento que produce una aceleración máxima cuya probabilidad
de que sea excedida en un tiempo de 50 años es un 10%, (es decir, que la probabilidad de que ésto no suceda
es 90%). Entonces se verificará la igualdad 0,90 = (1 – Pi) 50 , donde Pi es la probabilidad de que se exceda
el valor de la aceleración máxima en un año. Como a su vez Pi es el inverso del periodo de retorno, Ti ,
resulta para éste un valor de 475 años.
Las correlaciones entre la aceleración máxima o la Intensidad y la Magnitud, han sido deducidas para
regiones en las que existen datos suficientes, en particular Japón y Estados Unidos. En general conducen a
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resultados
muy dispersos y constituyen una importante fuente de error, sobre todo si se aplican a zonas distintas de
donde fueron obtenidas. Como puede entenderse fácilmente, la estimación de la peligrosidad sísmica es un
proceso complicado en el que intervienen muchas variables de tipo geológico y sismológico no siempre bien
conocidas, así como procedimientos matemáticos que introducen nuevas incertidumbres. Por todo ello,
muchas veces los resultados obtenidos por diferentes autores para una misma zona no son coincidentes. Con
objeto de incorporar
las incertidumbres en el proceso de cálculo, se tiende a utilizar árboles lógicos. En ellos se especifican
alternativas discretas a estados de la naturaleza (por ejemplo, segmentos de una falla) o valores de parámetros
(como la magnitud máxima asociada a un segmento concreto), y se evalúa la probabilidad de que cada
alternativa sea correcta. De esta manera es posible estimar la probabilidad final de acierto y la influencia de
las principales opciones adoptadas.
La peligrosidad obtenida se resume en un valor de amax correspondiente al período de retorno considerado.
Este valor se utiliza para escalar un espectro tipo normalizado, haciéndolo coincidir con la ordenada de
período T = 0. El espectro tipo elegido debe reflejar unas características fuente-medio-estación semejantes a
las que son de esperar
en la zona estudiada. Como ya se ha señalado, este procedimiento introduce numerosas fuentes de error. A
ellas hay que añadir que, al escalar el espectro tipo utilizando el valor de amax deducido mediante análisis
probabilista, el período de retorno estimado sólo se refiere a T = 0 y su entorno. Las demás ordenadas
espectrales pueden tener diferente probabilidad, lo que limita la aplicación del espectro de diseño si se tratan
estructuras con distintos periodos propios.
Para solucionar este problema se han desarrollado los espectros de probabilidad uniforme en los que todas las
ordenadas espectrales tienen la misma posibilidad de ser excedidas durante un intervalo dado de años. Estos
espectros son muy útiles cuando se consideran zonas sismogenéticas muy distintas situadas a distancias
también diferentes. Se obtienen estimando las probabilidades de excedencia, para un intervalo de tiempo
dado, de los valores correspondientes a las distintas ordenadas espectrales. Así se consigue una distribución
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de probabilidades para cada frecuencia. Eligiendo un período de retorno común, se evalúan las amplitudes
para las diferentes frecuencias con una misma probabilidad.
PELIGRO SÍSMICO PROBABILÍSTICO
En términos de probabilidad, el Peligro Sísmico puede ser evaluado con el método propuesto por Esteva (1968),
Cornell (1968) y Cornell & Van Marcke (1969). La teoría indica que el peligro sísmico corresponde a la probabilidad
de que ocurra un sismo de determinada magnitud que genere, en un punto específico, una aceleración igual o mayor a
un valor dado para un periodo de tiempo determinado. Considerando que la ocurrencia de sismos obedece a una
distribución de Poisson, debe tenerse en cuenta lo siguiente: - El número de eventos que ocurren en un intervalo de
tiempo es independiente de los que ocurren en otro, - La probabilidad de ocurrencia durante un periodo de tiempo muy
corto es proporcional a la longitud del intervalo de tiempo, - La probabilidad de que ocurra más de un evento sísmico
durante un intervalo de tiempo muy corto es insignificante Por otro lado, la intensidad (I) de un sismo en un lugar
determinado, es considerado como dependiente del tamaño del sismo (magnitud y/o intensidad) y de la distancia al
lugar de interés. El tamaño del sismo (s) y su ubicación (r) son considerados como variables aleatorias continuas y
definidas por sus funciones de densidad de probabilidad, fs(s) y fr(r), entonces el peligro sísmico definido por la
probabilidad que la intensidad I sea igual o mayor que un intensidad dada, será P(I≥i) y está definida por (Esteva,
1968):
CAPÍTULO III: CONCLUSIONES
- En las normas de diseño se especifican las cargas sísmicas, por lo que no es necesario realizar
investigaciones detalladas de la actividad sísmica del área donde se realizaran la construcción
común.
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- Se pueden efectuar estudios que permitan conocer el comportamiento más probable de este
fenómeno para poder planificar y mitigar los grandes efectos que trae consigo.
- Considerando que el territorio peruano se halla ubicado en una de las regiones de más alto
índice de actividad sísmica de la tierra, ha sido necesario evaluar apropiadamente el peligro
sísmico existente, prediciendo probabilísticamente las aceleraciones máximas que podrían
ocurrir en cualquier punto del país, utilizando leyes de atenuación de aceleraciones y
correlacionando la sismicidad y la tectónica para determinar las fuentes sismogénicas y sus
respectivos parámetros sismológicos.
- El peligro sísmico del territorio peruano está documentado en los mapas de peligro sísmico
oficiales publicados. Sin embargo, se requiere la actualización de estos a una mayor
resolución y con mejor documentación de las zonas sismogénicas corticales continentales y
marinas
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Fig 03: “Gráfico de Probabilidad Sísmica”
CAPÍTULO III: REFERENCIAS BILIOGRÁFICAS
Berrocal J., Deza E. y Shikiya J. (1975), "Estudio de Sismicidad para el Proyecto de Derivación del Río
Mantaro a Lima", Informe del Instituto Geofísico del Perú a ELECTROPERU S.A.
Grases J. (1989), "Peligro Sísmico con fines de Ingeniería", Revista Geofísica 31, págs. 261-279.
“Estimación de parámetros sísmicos y espectros específicos de respuesta característicos del movimiento del
suelo en emplazamientos de la península Ibérica, Universidad de Madrid, Madrid, España.
Casaverde L. y J. Vargas, 1980. Zonificación sísmica del Perú, II Seminario Latinoamericano de Ingeniería
sismorresistente. OEA y PUCP, Lima, Perú.
Reglamento Nacional de Edificaciones – Norma E0.30. Décima Quinta Edición, 2021.
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