El Accidente de Trabajo Aspectos Generales: José Manuel Barranco Gámez
El Accidente de Trabajo Aspectos Generales: José Manuel Barranco Gámez
El Accidente de Trabajo Aspectos Generales: José Manuel Barranco Gámez
ASPECTOS GENERALES
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José Manuel Barranco Gámez.
Abogado.
Licenciado en Derecho.
Licenciado en Criminología.
Detective Privado.
Máster en Prevención de Riesgos Laborales
Técnico Superior en PRL de las tres Especialidades.
EL ACCIDENTE DE TRABAJO
ASPECTOS GENERALES
V. CONTENIDO DE LA PROTECCIÓN
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X. BENEFICIOS EN LA COTIZACIÓN A EMPRESAS QUE EVITEN
ACCIDENTES
1. IMPRUDENCIA TEMERARIA
a. CONCEPTO
b. REQUISITOS Y ALCANCE
c. PRUEBA
d. SUPUESTOS DE IMPRUDENCIA TEMERARIA
e. IMPRUDENCIA TEMERARIA E INEXISTENCIA
DE ACCIDENTE LABORAL IN ITINERE
f. IMPRUDENCIA TEMERARIA Y MEDIDAS DE
SEGURIDAD Y SALUD EN EL TRABAJO
2. IMPRUDENCIA PROFESIONAL
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XIII. LA RESPONSABILIDAD POR ACCIDENTES DE TRABAJO
1. INTRODUCCIÓN
2. RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL
3. RESPONSABILIDAD EX DELICTO
1. INTRODUCCIÓN
2. VALORACIÓN DE LAS CIRCUNSTANCIAS
1. INTRODUCCIÓN
2. DELIMITACIÓN DE LA CUESTIÓN
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3. INDEMNIZACIONES POR ACCIDENTE DE TRABAJO Y
BAREMO
4. ACCIDENTE DE TRABAJO. INDEMNIZACIÓN CIVIL
ADICIONAL
1. CONCEPTO
2. NATURALEZA JURÍDICA DEL RECARGO
3. REQUISITOS CONSTITUTIVOS DEL RECARGO
4. SUJETO RESPONSABLE DEL PAGO DEL RECARGO
5. PROHIBICIÓN DE ASEGURAMIENTO DEL RECARGO
6. COMPATIBILIDAD DEL RECARGO CON OTRAS
RESPONSABILIDADES
7. REGULACIÓN NORMATIVA
8. PRESCRIPCIÓN DEL DERECHO A SOLICITAR RECARGO
DE LAS PRESTACIONES EN CASO DE ACCIDENTE DE
TRABAJO Y ENFERMEDAD PROFESIONAL
9. INTERPRETACIÓN POR LA JURISPRUDENCIA
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XXVI. EL PARTE DE ACCIDENTE DE TRABAJO
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14. SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO DE 27 DE
OCTUBRE DE 2016
15. SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO DE 25 DE
OCTUBRE DE 2016
16. SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO DE 18 DE
OCTUBRE DE 2016
17. SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO DE 1 DE JUNIO DE
2016
18. SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO DE 5 DE MAYO DE
2016
19. SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO DE 4 DE MAYO DE
2016
20. SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO DE 26 DE ABRIL DE
2016
21. SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO DE 20 DE ABRIL DE
2016
22. SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO DE 13 DE ABRIL DE
2016
23. SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO DE 8 DE MARZO
DE 2016
24. SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO DE 3 DE MARZO
DE 2016
XXVIII. BIBLIOGRAFIA
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RESUMEN
Según el apdo. 2, Art. 316 LGSS, se entenderá como accidente de trabajo del
trabajador autónomo el ocurrido como consecuencia directa e inmediata del trabajo que
realiza por su propia cuenta y que determina su inclusión en el campo de aplicación de
este régimen especial. Se entenderá, a idénticos efectos, por enfermedad profesional la
contraída a consecuencia del trabajo ejecutado por cuenta propia, que esté provocada
por la acción de los elementos y sustancias y en las actividades que se especifican en la
lista de enfermedades profesionales con las relaciones de las principales actividades
capaces de producirlas, anexa al Real Decreto 1299/2006, de 10 de noviembre, por el
que se aprueba el cuadro de enfermedades profesionales en el sistema de la Seguridad
Social y se establecen criterios para su notificación y registro.
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a) En los supuestos de falta de afiliación o alta en la Seguridad Social,
descubierto en cotizaciones, o contratos en fraude de ley, el empresario será
responsable del pago de las prestaciones que corren a cargo de la entidad gestora
o colaboradora (asistencia sanitaria, incapacidad temporal, incapacidad
permanente, muerte o lesiones no invalidantes).
b) En caso de infracción de las normas de seguridad e higiene, el empresario
podrá ser responsable del abono del recargo de un treinta por ciento a un
cincuenta por ciento del importe de cualquiera de las prestaciones derivadas del
accidente de trabajo.
c) En el caso de que la empresa tenga reconocido algún tipo de mejora voluntaria
por accidente laboral, e incumpla la obligación de cobertura de la mejora
respecto al trabajador, será responsable del abono de la misma.
d) Si el empresario ha incumplido la normativa de Prevención de Riesgos
Laborales, la Inspección de Trabajo podrá iniciar un expediente sancionador.
e) Finalmente, el empresario será responsable del pago de las indemnizaciones
resultantes de la existencia de responsabilidad criminal o civil derivada del
accidente de trabajo.
Los anteriores mecanismos de reparación pueden ser compatibles entre sí. Sin
embargo, también existen accidentes producidos en el entorno laboral de los que no se
derivan responsabilidades para la empresa, como por ejemplo aquellos que tienen lugar
por fuerza mayor o aquellos que son debidos al trabajador accidentado.
PALABRAS CLAVES
Trabajador por cuenta ajena, trabajador autónomo, daño, lesión, lugar de trabajo,
misión encomendada, trayecto, jornada laboral, fuerza mayor, imprudencia temeraria,
recargo de prestaciones, presunción de laboralidad, nexo causal.
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EL ACCIDENTE DE TRABAJO
ASPECTOS GENERALES
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2. El accidente en misión, es decir, el sufrido por el trabajador en el trayecto que
tenga que realizar para el cumplimiento de la misión, o el sucedido en el
desempeño de sus actividades dentro de la jornada laboral.
4. La muerte del trabajador que ha venido precedida por una situación de invalidez
derivada de contingencias profesionales.
11. Los que son consecuencia de culpa civil o criminal del empresario, de un
compañero de trabajo o de un tercero siempre y cuando guarden alguna relación
con el trabajo.
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12. El suicidio cuando queda probado que la situación emocional determinante de
esta decisión se encuentra directamente relacionada con las condiciones
laborales del trabajador que adopta tan drástica medida fruto de la angustia y
tensión que su vida laboral le produce. La aplicación de la presunción de
laboralidad del apdo. 3, 156 ,Ley General de la Seguridad Social ha de hacerse
no sólo a los accidentes de trabajo en sentido estricto o lesiones producidas por
la acción súbita y violenta de un agente exterior, sino también a las
enfermedades o alteraciones de los procesos vitales que pueden surgir en el
trabajo causadas por agentes patológicos internos o externos, para añadir que
«para la destrucción de la presunción de laboralidad de la enfermedad de trabajo
surgida en el tiempo y lugar de prestación de servicios la jurisprudencia exige
que la falta de relación entre la lesión padecida y el trabajo realizado se acredite
de manera suficiente, bien porque se trate de enfermedad que por su propia
naturaleza excluya la etiología laboral, bien porque se deduzcan hechos que
desvirtúen dicho nexo causal. Sentencias TSJ Castilla-La Mancha, de
10/10/2006, TSJ Galicia, nº 4806, de 24/06/2000 y TS, Sala de lo Social, de
10/06/2009, Rec. 3133/2008.
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Por el contrario, no tienen la condición de accidente de trabajo:
2. Los que sean debidos a dolo o imprudencia temeraria del trabajador accidentado
(en este caso corresponderá a la parte demandada la carga de probar la ruptura
del nexo causal (STSJ Cataluña 23 de noviembre de 2.003)).
Infarto de miocardio
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normal de la actividad encomendada, aunque no sea el lugar del trabajo habitual,
mientras sea en cumplimiento de una orden patronal y aun teniendo antecedente
cardíacos.
Para que los tribunales consideren que un accidente "in itinere" es efectivamente
accidente de trabajo se exige, como regla general, que el desplazamiento se estuviera
realizando por motivos profesionales para iniciar o finalizar su trabajo, que el accidente
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suceda en tiempo próximo a la hora de entrada o de salida del mismo y en el trayecto, y
en su caso, vehículo habitual.
Por otro lado, el trayecto no ha de ser siempre el más corto ni el mismo, lo que
no ha debido es ser interrumpido por episodios ajenos a su recorrido. Según el Tribunal
Supremo no existe accidente de trabajo "in itinere" cuando el trayecto hacia el lugar de
trabajo no se inicia en el domicilio real o habitual del trabajador. Sentencia nº TS, de
19/01/2005.
En este caso concreto se anula una sentencia de la Sala de lo Social del Tribunal
Superior de Justicia de Castilla-León de julio de 2012 que estimó el recurso interpuesto
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por Ibermutuamur contra una sentencia anterior de un Juzgado de lo Social de León. El
juez de instancia había dado la razón a un trabajador que sufrió un accidente de tráfico
un domingo de marzo de 2009 por la noche, cuando se desplazaba desde su domicilio
en León hasta Soria, donde residí debido a su trabajo.
Todo ello, según el Tribunal Supremo, determina que, "si se quiere respetar la
voluntad del legislador en los tiempos presentes", habrá que reconocer que en supuestos
como el presente "a efectos del punto de partida o retorno del lugar del trabajo puede
jugar, según las circunstancias del caso, tanto el domicilio del trabajador en sentido
estricto como la residencia habitual a efectos de trabajo".
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En este caso concreto, el alto tribunal considera que concurren los elementos
que definen el accidente ‘in itinere’ porque la finalidad principal del viaje sigue
estando determinada por el trabajo, "puesto que éste fija el punto de regreso y se parte
del domicilio del trabajador".
A modo de ejemplo cabe destacar dos Sentencias del Tribunal Supremo a través
de las cuales se define mucho mejor la consideración de accidente "en misión":
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aprovechando un día festivo para ir a la playa donde falleció con motivo de una
asfixia por inmersión.
3.- Sentencia del Tribunal Supremo de 22-07-2010 (R. 4049/2009 - TS, Sala de
lo Social, de 22/07/2010, Rec. 4049/2009 -)
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accidente "in itinere", en la medida en que el desplazamiento se protege en cuanto
que puede ser determinante de la lesión, como en el caso de la sentencia 26 de
diciembre de 1988, sobre la insuficiencia cardíaca por una crisis de asma durante un
vuelo en avión que impidió que el trabajador fuese debidamente atendido, con lo que
sin el desplazamiento el resultado lesivo no se hubiese producido. En cuanto al
accidente que se produce en la realización del trabajo que constituye el objeto de la
misión, su régimen es el normal del artículo 115.1 de la Ley General de la Seguridad
Social. Pero no todo lo que sucede durante la misión tiene una conexión necesaria
con el trabajo, cuando ni es propiamente desplazamiento, ni tampoco realización de la
actividad laboral. Así la sentencia de 10 de febrero de 1983 excluyó de la
consideración de accidente de trabajo el fallecimiento de un trabajador en misión en
Nigeria; fallecimiento que se produjo un domingo, día de descanso, por asfixia por
inmersión, al bañarse en la playa de Badagry, y las sentencias de 17 de marzo de
1986 y 19 de julio de 1986 niegan también la consideración de accidente de trabajo el
fallecimiento por infarto de miocardio de trabajadores en misión cuando los infartos
se produjeron cuando descasaban en el hotel y sin que constase ninguna circunstancia
que pudiese evidenciar una relación entre el trabajo realizado y la lesión cardiaca
padecida. La solución es diferente en algunas sentencias como las de 14 de abril de
1988 y 4 de mayo de 1998 , pero lo es en atención a las especiales circunstancias de
los casos decididos: en la primera -también un infarto en el hotel padecido por un
directivo que participa en una reunión profesional- porque el propio infarto se vincula
no a la misión, sino una situación laboral de "gran stress", y en la segunda porque la
lesión se produce en el propio vehículo que conducía el trabajador, aunque mientras
descansaba, conduciendo otro compañero. De acuerdo con esta doctrina, no puede
considerarse correcto el criterio que sostiene que durante todo el desarrollo de la
misión el trabajador se encuentra en el tiempo y el lugar del trabajo, aunque se trate
de periodos ajenos a la prestación de servicios, de descanso o de actividades de
carácter personal o privado".
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IV. LA PRESUNCIÓN DE EXISTENCIA DE ACCIDENTE DE
TRABAJO
El hecho de que la lesión tenga etiología común no excluye que el trabajo pueda
ser factor desencadenante, por ser «de conocimiento común que el esfuerzo de trabajo
es con frecuencia un factor desencadenante o coadyuvante en la producción del infarto
de miocardio» [STS 27/12/95 -rcud 1213/95]; aparte de que «no es descartable una
influencia de los factores laborales en la formación del desencadenamiento de una crisis
cardiaca», ya que «las lesiones cardiacas no son por sí mismas extrañas a las relaciones
causales de carácter laboral» [STS 14/07/97 -rcud 892/96] (SSTS 27/02/08 -rcud
2716/06; y 20/10/09 -rcud 1810/08).
Como ha destacado la Sala Cuarta del Tribunal Supremo, la presunción legal del
art. 115.3 de la LGSS entra en juego cuando concurren las dos condiciones de tiempo y
lugar de trabajo, «lo que determina, por su juego, que al demandante le incumbe la
prueba del hecho básico de que la lesión se produjo en el lugar y en tiempo de trabajo;
mas con esa prueba se tiene por cierta la circunstancia presumida y quien se oponga a la
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aplicación de los efectos de la presunción tendrá que demostrar la falta de conexión
entre el hecho dañoso y el trabajo» (STS 03/12/14 -rcud 3264/13-).
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Dicha tesis ha sido reiterada por la STS/4ª de 10 diciembre 2014 (rcud.
3138/2013), en relación con un supuesto de hemorragia cerebral que se exterioriza
durante el descanso para comer, tras haberse sentido indispuesto el trabajador en tiempo
y lugar de trabajo, aunque el trabajador padeciera una malformación congénita arterio-
venosa.
V. CONTENIDO DE LA PROTECCIÓN
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a) Los que sufra el trabajador al ir o al volver del lugar de trabajo. Es el
denominado accidente in itinere. Concepto que ha dado lugar a una amplia casuística
jurisprudencial y en el que se debe tener en cuenta:
- El trayecto seguido debe ser el adecuado, que no tiene por qué ser siempre el
mismo ni tampoco el más corto, pudiendo elegirlo libremente el trabajador
atendiendo a las circunstancias que se presenten en cada momento.
b) Los que sufra el trabajador con ocasión o como consecuencia del desempeño
de cargos electivos de carácter sindical, así como los ocurridos al ir o al volver del
lugar en que se ejerciten las funciones propias de dichos cargos. Se trata de una doble
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extensión: de una parte, porque el desempeño de cargos electivos de carácter sindical
se asimila a la prestación de trabajo por cuenta ajena, de otra, porque se extiende
también el concepto de accidente in itinere a otros supuestos. El problema que se ha
planteado es interpretar qué se entiende por "cargo electivo de carácter sindical",
siendo la respuesta jurisprudencial que cargos electivos son tanto los sindicales como,
propiamente, los de representación legal o unitaria.
c) Los ocurridos con ocasión o por consecuencia de las tareas que, aun siendo
distintas a las de su categoría profesional, ejecute el trabajador en cumplimiento de
las órdenes del empresario o espontáneamente en interés del buen funcionamiento de
la empresa. En este supuesto, el accidente acaece cuando el trabajador se encuentra
desarrollando su prestación laboral, si bien no la habitual. Y es que, en virtud del
poder empresarial de dirección, está realizando una actividad distinta a la
correspondiente a su categoría o grupo profesional. Asimismo, también se extiende a
los supuestos en los que se realizan tareas distintas por decisión espontánea de
trabajador, en interés del funcionamiento de la empresa, por lo que, en la práctica,
todos los supuestos de desarrollo de la actividad distinta de la propia en los que
sobrevenga una lesión se configuran como accidente de trabajo.
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temporal sufrida por una trabajadora que durante la salida de centro de trabajo
concedida para tomar café, cae al suelo y se golpea el codo izquierdo, considerándolo
como laboral.
Citando la Sentencia Social TS, Sala de lo Social, Sec. 1, Rec 944/2014, 23-06-
2015, la sentencia equipara la causalidad estricta con la expresión «por consecuencia»
que utiliza la norma y la más amplia o abierta con causalidad con la de «con ocasión»
también utilizada en la Ley. Además, matiza esta última expresión, indicando que más
que a una causa propiamente dicha, evoca a la concurrencia de una condición «sine qua
non» por la que se produce el accidente. De ahí enlaza con la llamada teoría de la
«ocasionalidad relevante», caracterizada por una circunstancia negativa y otra positiva.
La primera es que los elementos generadores del accidente no son específicos o
inherentes al trabajo y la positiva es que o bien el trabajo o bien las actividades
normales de la vida del trabajo hayan sido condición sin la que no se hubiese producido
el evento.
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a) Los que sean debidos a fuerza mayor extraña al trabajo. Se entiende por
fuerza mayor, a estos efectos, la que sea de tal naturaleza que ninguna relación guarde
con el trabajo que se ejecutaba al ocurrir el accidente. En ningún caso se considerará
fuerza mayor extraña al trabajo la insolación, el rayo y otros fenómenos análogos de
la naturaleza.
TRADE
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Se entenderá por accidente de trabajo toda lesión corporal del trabajador
autónomo económicamente dependiente que sufra con ocasión o por consecuencia de la
actividad profesional.
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cuando haya ocurrido fuera del desarrollo de la actividad profesional de que se trate
(apdo. 3, Art. 26 LETA).
2. Las lesiones que sufra el trabajador durante el tiempo y en el lugar del trabajo,
una vez probada la conexión con el trabajo realizado por cuenta propia.
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5. Las consecuencias del accidente que resulten modificadas en su naturaleza,
duración, gravedad o terminación, por enfermedades intercurrentes, que
constituyan complicaciones derivadas del proceso patológico determinado por el
accidente mismo o tengan su origen en afecciones adquiridas en el nuevo medio
en que se haya situado el paciente para su curación
2. Los que sean debidos a fuerza mayor extraña al trabajo, entendiéndose por ésta
la que sea de tal naturaleza que ninguna relación guarde con el trabajo que se
ejecutaba al ocurrir el accidente. En ningún caso, se considera fuerza mayor
extraña al trabajo la insolación, el rayo y otros fenómenos análogos de la
naturaleza.
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1. Aquellas actividades posibles y eventuales que no impliquen la inserción en el
RETA del trabajador quedarían sin cobertura por accidente de trabajo.
‐ STS 20 de febrero de 2006: «el párrafo 5 del propio art. 115 de la Ley
General de la Seguridad Social establece que "no impedirán la calificación de un
accidente como de trabajo: ... la concurrencia de culpabilidad civil o criminal del
empresario, de un compañero de trabajo del accidentado o de un tercero, salvo que no
guarde relación alguna con el trabajo". La interpretación de este último inciso, a
"contrarío sensu", llevaría a la conclusión de cuando la agresión externa no guarda
relación con el trabajo, su resultado no puede calificarse de accidente laboral,
conclusión, sin duda extensiva de un mandato legal que, por su naturaleza de
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excepción a la regia, ha de ser objeto de una interpretación estricta y acorde con la
naturaleza de la institución».
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presunción de laboralidad de los accidentes o dolencias surgidos en el tiempo y lugar
de trabajo, y que, por el contrario, de acuerdo con el propio relato fáctico, los
primeros síntomas de la dolencia cardiaca origen del litigio se manifestaron en el
tiempo y lugar de trabajo habituales del trabajador».
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Entre los episodios que pueden incidir negativamente en la integridad física o
en la capacidad laboral de un trabajador, pueden distinguirse la enfermedad común, el
accidente no laboral, el accidente de trabajo y la enfermedad profesional. El accidente
de trabajo cuenta en nuestro sistema positivo con una regulación escasa y con una
abundante doctrina jurisprudencial. Dado el elevado índice de siniestralidad laboral
que se aprecia en España, con un coste aproximado a los dos billones de las antiguas
pesetas cada año, es un dato que incrementa considerablemente la importancia de
diferenciar el accidente de trabajo del que no tenga esta consideración; esa necesidad
radica también en las consecuencias que esas contingencias provocan (alcance de las
prestaciones y posibilidad de imponer un recargo) y de que la protección del
accidente laboral no precisa de carencia alguna en las cotizaciones. Las situaciones
que ofrece la realidad y que han sido tratadas jurisprudencialmente son muy variadas;
la contingencia puede sobrevenir en el lugar de trabajo o en otro diferente, durante la
jornada o fuera de ella, en un medio dominado por el empresario o en otro diferente.
Además de las reglas de la Ley General de la Seguridad Social, la última norma que
se ocupa de esta cuestión es la L 20/2007, de 11 de julio, del Estatuto del Trabajo
Autónomo.
El art. 115 Ley General de la Seguridad Social (LGSS) facilita una definición
concisa de esta contingencia, entendiendo por tal «toda lesión corporal que el
trabajador sufra con ocasión o por consecuencia del trabajo que ejecute por cuenta
ajena». De seguido, el precepto enumera las lesiones corporales que se consideran
como accidente de trabajo, aquellas otras que se presumen como tales, salvo prueba
en contrario, que integran esta figura, y los supuestos que no tendrán la consideración
de accidente de trabajo.
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El art. 26 L 20/2007, de 11 de julio, define el accidente de trabajo de los
trabajadores autónomos económicamente dependientes, como toda lesión corporal del
trabajador autónomo económicamente dependiente que sufra con ocasión o por
consecuencia de la actividad profesional, considerándose también accidente de
trabajo el que sufra el trabajador al ir o volver del legar de la prestación de la
actividad, o por causa o consecuencia de la misma. Salvo prueba en contrario, se
presumirá que el accidente no tiene relación con el trabajo cuando haya ocurrido
fuera del desarrollo de la actividad profesional de que se trate.
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Tribunal Supremo, Sala Cuarta, de lo Social, sentencia de 22 de diciembre
de 2010. Se trataba del fallecimiento por infarto de miocardio ocurrido en los
vestuarios de la empresa, en la segunda hora de la jornada, si bien el trabajador no
prestaba servicios en aquel momento. La sentencia parte de la anterior doctrina del
TS que considera los vestuarios como lugar de trabajo; no obstante, para que la
presunción del art. 115 LGSS pueda tener efecto se exige el elemento temporal, es
decir, que el accidente acontezca durante el tiempo de trabajo, sin que pueda
calificarse de accidente de trabajo el sufrido por el operario fuera de la jornada,
entendiendo que el término legal tiempo de trabajo contiene una significación más
concreta, equivalente a la del art. 34.5 ET, referida a la necesidad de que el operario
se encuentre en su puesto de trabajo, en el que se presume que ha comenzado a
realizar algún tipo de actividad o esfuerzo (físico o intelectual), que determina una
más fácil vinculación del acontecimiento con el trabajo y por ello opera la
presunción. Se denegó la calificación de accidente de trabajo, como se había hecho en
otras ocasiones respecto al infarto ocurrido en los vestuarios cuando el operario se
cambiaba de ropa; cuando el trabajador se dirigía desde los vestuarios al puesto de
trabajo; cuando habiendo concluido la jornada se encontraba en los vestuarios del
centro cambiándose de ropa y otras semejantes.
Accidente en misión
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Tribunal Supremo, Sala Cuarta, de lo Social, sentencia de 6 de marzo de
2007. El accidente en misión es aceptado como una modalidad específica de
accidente de trabajo, en la que se produce un desplazamiento del trabajador para
realizar una actividad comercial encomendada por la empresa. La misión se integra
por dos elementos, conectados ambos con la prestación de servicios del trabajador: a)
el desplazamiento para cumplir la misión, y b) la realización del trabajo en que
consiste la misión. La protección del desplazamiento presenta cierta similitud con el
accidente in itinere, en la medida en que el desplazamiento se protege en tanto que
puede ser determinante de la lesión; no todo lo que sucede en la misión tiene una
conexión necesaria con el trabajo cuando ni es propiamente desplazamiento, ni
tampoco realización de la actividad laboral.
46
conexión con el trabajo. La lesión se produjo durante el tiempo de descanso que, por
exigencias de la actividad desarrollada ocurre fuera del ámbito privado normal del
trabajador, pero que no se confunde con el tiempo de trabajo en ninguna de sus
acepciones y que, por lo tanto, no queda comprendido en la presunción del art. 115.3
LGSS, presunción que se funda en un juicio de estimación de la probabilidad de que
una lesión que se produce durante el tiempo y el lugar del trabajo se deba a la
actividad laboral, lo que obviamente no ocurría en aquellos casos. Tampoco cabía
encuadrar los supuestos en el accidente in itinere, en el sentido de que la lesión se
produce cuando el trabajador estaba regresando a su domicilio, una vez realizado el
transporte, pues la lesión no tiene lugar en el trayecto de ir o volver al puesto de
trabajo.
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un sábado, fuera de su normal jornada de trabajo, se dirigió a localidad distinta a la
del lugar de trabajo para gestionar el cobro de una factura de empresa. Sufrió un
accidente de tráfico y la sentencia lo considera accidente de trabajo, pues no importa
que no se encontrase el trabajador en el lugar y tiempo de trabajo, requisitos precisos
para que opere la presunción del art. 115.3 Ley General de la Seguridad Social,
pero no para la definición genérica del apartado primero, para la que basta la
conexión con el trabajo. Tampoco es necesario que realizara o no normalmente la
tarea que se proponía con el viaje, pues aunque no fuera así, se trataría de un
accidente en misión a los que se refiere el art. 115.2 c) de la propia Ley. Por tanto, el
accidente se produjo en el desplazamiento para cumplir la misión, y no puede
afirmarse que no existe conexión con el trabajo. La ley no excluye la protección de la
contingencia para esas personas cuando son asimiladas a trabajadores por cuenta
ajena, a quienes debe dispensarse en las condiciones y supuestos en que lo otorga el
precepto.
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situación emocional determinante de aquella decisión se encontraba directamente
relacionada con la situación laboral del trabajador, que adopta esa drástica medida,
fruto de la angustia y tensión que su vida laboral le produce, y es correcta la
calificación del fallecimiento como consecuencia laboral.
La definición que ofrece el art. 115 LGSS actualmente en vigor trae su origen
del concepto que de esa contingencia se contenía en la Ley de 30 de enero de 1900, y
se concibe como toda lesión corporal que el trabajador sufra con ocasión o por
consecuencia del trabajo que ejecute por cuenta ajena. Para los trabajadores
autónomos económicamente dependientes el concepto de accidente de trabajo es el
que consta en el art. 26 L 20/2007, de 11 de julio. Para ambos supuestos se alude a
lesiones corporales que deben guardar una conexión con el trabajo desarrollado, pero
la ley no solamente ofrece protección en caso de lesiones propiamente dichas, sino
para cualquier episodio que afecte a la salud de los trabajadores, aunque no se
manifieste como una lesión propiamente dicha. La regla de mayor relieve es la que se
contiene en el número 3 del art. 115 citado, al señalar que se presumirá, salvo prueba
en contrario, que son constitutivas de accidente de trabajo las lesiones que sufra el
trabajador durante el tiempo y en el lugar de trabajo. Esa presunción iuris tantum
evidencia la íntima relación del quebranto sufrido con el trabajo desarrollado. La
prevención de ese precepto cubre una serie de supuestos que, en pura lógica, no
merecerían ese calificativo de accidente laboral, y es que la presunción se funda en un
juicio de estimación de la probabilidad de que una lesión que se produce durante el
tiempo y en el lugar del trabajo es debida a la actividad laboral desarrollada; la
conexión entre lesión y trabajo se pone claramente de manifiesto. La presunción de
laboralidad del accidente juega en estos casos a favor del trabajador, pero no califica
como profesionales los episodios ocurridos fuera del lugar del trabajo y de la jornada.
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que, como el infarto de miocardio, cursan en trabajadores que se encuentran en
distintas situaciones, que van desde la prestación de servicios, en posición de retén o
llamada, guardias, en viaje hacia el centro de trabajo y regreso, o en el propio centro
de trabajo, pero sin prestar servicios, hasta la contemplada por la STSJ de Santa Cruz
de Tenerife de 24 de abril de 1992, al considerar accidente de trabajo el fallecimiento
de un trabajador por infarto de miocardio, habiéndose manifestado los primeros
síntomas en el centro de trabajo.
Para valorar desde esta perspectiva, el suicidio del trabajador, debe tenerse en
cuenta que, al definir el art. 115 el accidente de trabajo, no alude al elemento de
voluntariedad en la producción de las lesiones; no obstante, el TS se ha inclinado por
calificar ese resultado como accidente de trabajo cuando guarde alguna relación con
el trabajo desempeñado por el trabajador suicida, acudiendo precisamente a la
presunción del número 3 del art. 115.
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dentro de la jornada laboral, siendo trasladados a centros hospitalarios e intervenidos
quirúrgicamente. Las sentencias llegaron a la conclusión de que la contingencia era
de carácter profesional, aplicando la doctrina de que, para destruir la presunción de
laboralidad de la enfermedad de trabajo surgida en el tiempo y lugar de la prestación
de servicios, la jurisprudencia exige que la falta de relación entre la lesión producida
y el trabajo realizado se acredite de manera suficiente, bien porque se trate de
enfermedad que por su propia naturaleza excluya la etiología laboral, bien porque se
deduzcan hechos que desvirtúen dicho nexo causal.
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Situaciones Especiales
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no tienen entidad suficiente para excluir totalmente o alterar la imputación de la
infracción a la empresa, que es la que está obligada a garantizar a los trabajadores una
protección eficaz en materia de seguridad e higiene en el trabajo, siendo de resaltar
que incluso la ley citada dispone que la efectividad de las medidas de prevención
deberá prever la distracción o imprudencia no temeraria que pudiera cometer el
trabajador. La imprudencia temeraria pertenece a la categoría de los denominados
conceptos jurídicos indeterminados, es decir, de definición necesariamente imprecisa,
cuyo alcance y significación específicos habrán de ser fijados a la vista de los hechos
concretos de cada supuesto.
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solo la graduación de la responsabilidad del empleador, sino también, incluso, su
exoneración (SSTS de 20 de marzo de 1983, 21 de abril de 1988, 6 de mayo de
1998, 30 de junio de 2003 y 16 de enero de 2006), pero en el caso allí analizado la
conducta del trabajador no reunía el carácter temerario, al ser atrapado en una mano
por los rodillos de una máquina, pues de apreciarse tal grado de imprudencia afectaría
a la misma existencia del accidente de trabajo, configurado en el art. 115.4 b) LGSS
y, por lo tanto, al recargo de prestaciones. La imprudencia profesional o exceso de
confianza en la ejecución del trabajo no tiene en el caso la entidad suficiente para
excluir totalmente o alterar la imputación de la infracción a la empresa, que es la que
está obligada a garantizar a sus trabajadores una protección eficaz en materia de
seguridad e higiene en el trabajo. Cuestión distinta es la repercusión que pueda tener
la infracción del trabajador en la graduación del porcentaje del recargo por falta de
medidas de seguridad.
57
caso de las lesiones o el fallecimiento ocasionados por ataques epilépticos ocurridos
en el trabajo y en la jornada, el TS acude a la presunción de laboralidad prevista en el
art. 115, número 3 LGSS para atribuirle el calificativo de accidente de trabajo, por la
íntima relación que guardan los elementos de tiempo y lugar de la lesión o el
fallecimiento.
58
Pero la casuística exige una valoración de las circunstancias de cada supuesto;
el trayecto no tiene que ser necesariamente el habitual del trabajador, y por eso la
STS de 16 de octubre de 1984 tomó como referencia el lugar de residencia veraniega,
en cambio, en la sentencia de 17 de diciembre de 1997 se descartó la calificación de
laboral al accidente ocurrido al trabajador que, al terminar su jornada, no se dirige a
su domicilio habitual sino que se traslada a otra localidad situada en la misma
provincia para visitar a un familiar. También el factor tiempo se aplica con cierta
flexibilidad, prescindiendo de breves interrupciones que son usuales en este tipo de
situación, como la detención en un bar para refrescarse, a condición de que no se
rompa el nexo entre el trabajo y el desplazamiento por las paradas o desviaciones
breves que son consideradas normales.
59
XII. IMPRUDENCIA DEL TRABAJADOR Y ACCIDENTES DE
TRABAJO
1. IMPRUDENCIA TEMERARIA
a. CONCEPTO
61
El concepto en esta última de «imprudencia temeraria», pese a coincidir con
alguna pretérita tipología penal, pertenece a la categoría de los conceptos jurídicos
indeterminados, es decir, de definición normativa necesariamente imprecisa, cuyo
alcance y significación específicos habrán de ser fijados a la vista de los hechos
concretos. STSJ Aragón 17 enero 2000.
b. REQUISITOS Y ALCANCE
c. PRUEBA
63
1965, 9 noviembre de 1968 y 23 de octubre de 1971. STSJ País Vasco 6 septiembre
2005.
64
sea debida y potenciada, en modo alguno, o justificada, por el trabajo desempeñado
como marinero, debiéndose calificar esta conducta del operario como peligrosa o
negligente, por el riesgo evidente, para sí, de causarse la muerte que efectivamente se
produjo. STSJ Cantabria 2 noviembre 1999.
Por tanto, el señor T. C., quien una vez inició, consintió y admitió participar en
una pelea -que obviamente ninguna relación tenía con el trabajo de forma tan violenta
como aquella en la que se vio inmerso, aceptó todas las consecuencias anudadas a
dicha situación, entre las que se incluyen sufrir lesiones de menor intensidad que, en
virtud de un enlace lógico, son consecuencia de una conducta dolosa a él atribuible,
siendo dicha conducta intencionada. STSJ La Rioja 21 mayo 2002.
Suicidio
68
como posibles origen del accidente, se cita la distracción o conducción desatenta, así
como la posibilidad de un estado de somnolencia por parte del conductor del turismo
provocador del accidente, de lo que se deduce claramente que la conducta del
fallecido conduciendo su automóvil de imprudente temerario ha de ser calificada.
STS 15 julio 1986.
69
Conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas y concurrencia de otros
elementos adicionales de asunción de riesgo temerario
El conductor del camión toma una vía prohibida para el vehículo que conducía,
ello debió observarlo y si no lo hizo ignorar una señalización de estas características
es revelador de una clara negligencia. A ello se añade que se circula mucho tiempo
por esta vía que se realizan paradas que claramente debían haber permitido conocer
que esa vía era inapropiada... Si como consecuencia de todo ello se produce una
accidente siendo la causa un agotamiento de los frenos es evidente que la actuación
inexplicable de tomar una vía prohibida (piénsese en un turismo circulando por una
calle en sentido contrario a la dirección permitida) y la no interrupción de dicha
circulación a pesar de las características de la vía hacen concluir que se ha roto la
relación de causalidad entre trabajo y accidente y que concurrió una grave
imprudencia. STSJ Castilla y León, Valladolid, 14 abril 2003.
71
Debe otorgarse tal calificación de imprudencia a la conducta del trabajador que
por el giro brusco efectuado en la conducción de su motocicleta, lo que consta
expresamente probado, denota la existencia de una posterior conducción centrada,
más que en atender las incidencias de la policía municipal que podría haber detectado
la conducción sin utilizar casco protector los usuarios del vehículo, y además no
efectuando tal conducción por el lugar reglamentario de circulación de los vehículos
por la vía pública, sino por encima de la acera, lo que obliga a presumir, aplicando las
reglas probatorias contenidas en el art. 1253 del Código Civil, que en el accidente
concurrió con trascendente importancia la imprudente conducta del trabajador, por lo
que no debe calificarse de laboral. STSJ Cataluña 8 mayo 1995.
72
Puede admitirse que un conductor se quede dormido al volante. Sea cual sea la
causa, ese hecho no constituye por sí solo una temeridad. Puede admitirse que se
conduzca a velocidad superior a la permitida, sin que ello constituya una temeridad.
Puede admitirse que tampoco constituya una temeridad el puro hecho de conducir sin
permiso ni seguro. Y puede admitirse que no es una temeridad conducir cansado; por
desgracia muchos trabajadores han de hacerlo. Sin embargo, la concurrencia
simultánea de todas esas circunstancias hace que la conclusión no sea otra que la de
apreciar conducta temeraria. STSJ País Vasco 25 enero 2005.
73
En el presente supuesto de las graves imprudencias cometidas por el actor, al
conducir la motocicleta que le produjo el accidente sin permiso de conducir y,
además, sin el casco protector, por lo que no se evitaron o paliaron las graves lesiones
producidas, lo que muestra que existió una grave imprudencia extraprofesional. STSJ
Cataluña 23 febrero 2000.
74
empresario en la medida en que es éste, a través de su explotación, quien genera ese
riesgo y puede ejercer determinado control sobre el mismo y sus manifestaciones.
La letra a) del art. 115.1, Ley General de la Seguridad Social, considera como
accidente de trabajo el que sufra el trabajador al ir o al volver del lugar de trabajo. A
partir de esta dicción literal del citado precepto, se ha creado una vasta y casuística
elaboración doctrinal y jurisprudencial que aborda como elementos integrantes de la
noción de accidente in itinere los siguientes: un requisito teleológico, que viene a exigir
que el desplazamiento deba estar motivado única y exclusivamente por el trabajo, esto
es la causa ha de ser la iniciación o finalización de los servicios, o causas relacionadas
con el trabajo; un requisito cronológico, consistente en que el accidente deba ocurrir en
un tiempo inmediato o razonablemente próximo a las horas de entrada o salida del
trabajo, debiendo valorarse con criterio de razonabilidad la distancia con el domicilio, el
medio de transporte utilizado o circunstancias conexas; y un requisito topográfico, que
requiere que el accidente deba ocurrir precisamente en el camino de ida y vuelta entre el
domicilio del trabajador y su centro de trabajo, debiendo utilizar el trayecto usual o
habitual, aunque no necesariamente el más corto; y por último, un requisito mecánico:
76
el medio de transporte ha de ser racional o adecuado y el normal o habitual cuyo uso no
entrañe riesgo grave e inminente.
79
Para el Alto Tribunal el supuesto analizado supone una diligencia de carácter
privado, sin relación alguna con el trabajo, por lo que no se puede considerar la
calificación de accidente laboral in itinere.
80
f. IMPRUDENCIA TEMERARIA Y MEDIDAS DE SEGURIDAD Y
SALUD EN EL TRABAJO
81
puede considerarse como simple negligencia o distracción) en causa eficiente de su
propio daño, de gravedad bastante para interferir y desplazar la hipotética causalidad
de los incumplimientos empresariales que el recurrente alega y que en todo caso no
habrían tenido -a la vista de la grave negligencia del trabajador- trascendencia causal
a los efectos de una negada imputación de responsabilidad culposa. STSJ Cataluña 3
julio 2000.
2. IMPRUDENCIA PROFESIONAL
La Sala de lo Social del Tribunal Supremo ha ido sentando una doctrina que
permite deslindar ambas figuras, la imprudencia temeraria y profesional, y así su
sentencia de 20 noviembre de 1975, menciona lo que califica como conclusión del
criterio que resulta de las múltiples que ha dictado, entendiendo como temeraria la
imprudencia en que ha incidido el operario cuando en su actuar está poniendo de
manifiesto que, consciente de la situación en que se encuentra, acepta, por su sola
voluntad, la realización de un acto arriesgado e innecesario para su actividad laboral y
que lleva a cabo con menosprecio de cualquier cuidado que le aconseje su evitación;
por el contrario será conducta imprudente profesional aquella en que se incide cuando
el trabajador, ante la inminencia del riesgo que acompaña a su actuación, se cree
capaz de superarlo con la propia capacidad y habilidad personal, o no le ha prestado
la debida atención, por hallarse atenuada su voluntad, y en su caso sus movimientos
reflejos, por la repetición del mismo acto, la facilidad en que en otras ocasiones lo ha
superado felizmente, o porque confiaba en su suerte que le permitiría superarlo sin
daño personal. STSJ Madrid, 23 junio 2003.
82
b. SUPUESTOS DE IMPRUDENCIA PROFESIONAL
No se observa por esta Sala que la conducta del trabajador se mueva dentro del
campo de la temeridad, pues aunque estuviera fuera de la cabina del camión y hubiera
ingerido alcohol dando un resultado de 0,206 gramos en sangre, ello no supone un
comportamiento incardinable dentro de esa imprudencia, sino de la profesional que a
su vez en nada desvirtúa la consideración de accidente de trabajo. STSJ Canarias,
Santa Cruz de Tenerife, 27 diciembre 1996.
- Atropello de empleado de limpieza de las vías públicas que cruza la calzada por
lugar inadecuado
83
No hubo imprudencia temeraria (habría sido, a lo más, profesional)...el primer
elemento que conduce a esta conclusión radica en el hecho de que don Moisés se
incorporaba a trabajar, como lo venía haciendo normalmente, en labores que tienen
de por sí un riesgo de caída al vacío En esta tesitura pronto se advierte que hay una
reducción de las defensas naturales que tiene cualquier persona para los peligros, ya
que le hace confiarse de que tiene capacidad y conocimientos suficientes para
sortearlos sin daño alguno. En esta tesitura el hecho de que hubiera ingerido alcohol
en cantidades suficientes como para dar la tasa de alcohol en sangre que consta
acreditada no altera la conclusión expuesta, pese a que no conste que normalmente
bebía lo mismo, y ello por una doble razón: en primer lugar, porque no ha quedado
acreditado que esa concreta tasa fuera necesariamente expresiva de que su nivel de
conciencia, equilibrio o reflejos estuviera alterado, sin que pueda presumirse, sin más,
del hecho de que sobrepasara los niveles exigidos en materia de conducción de
vehículos de motor....siendo significativo que en los hechos probados no recojan dato
alguno poniendo de manifiesto que sus compañeros (o los empleados del bar)
advirtieran que estuviera embriagado, como tampoco que le hicieran la más mínima
advertencia de que no subiera...(y) porque de haber estado embriagado, tampoco se
ha probado que la caída se debiera a esa circunstancia, sin que ésta pueda presumirse.
STSJ País Vasco 22 febrero 2000.
84
Según reconoce la Mutua «Fremap», el accidente sufrido por el demandante se
produjo cuando el operario, de profesión peón de la construcción, teniendo que
recoger material de una habitación del edificio en construcción, en lugar de dar la
vuelta por el patio central, intento acceder a dicha habitación saltando el cerramiento
que separaba ambas áreas por el exterior del forjado para lo que tenía que rodear un
pilar. Y posiblemente, por resbalar se precipitó desde una altura de 6 metros al fondo,
produciéndose lesiones en la columna vertebral...No obstante la mutua patronal, la
inspección de trabajo y la sentencia de instancia consideran que el accidente se
produjo por imprudencia temeraria, lo que no puede sustentarse por cuanto que tal
tipo de imprudencia exige que el accidentado desprecie cualquier medida protectora
de su vida y pese a ello ejecute el acto provocador del siniestro. En el caso litigioso
indudablemente existe una imprudencia pero profesional y si bien es cierto que el
actor debió utilizar el recorrido seguro para acceder a lugar donde se trasladaba, pasó
de un punto a otro del edificio en construcción por el lugar más cercano aunque
peligroso...por la confianza en que no habría de caerse y por la comodidad de acortar
el camino para llegar al lugar donde le habían indicado. STSJ, 30 noviembre 1994.
85
No cabe duda de que, en el caso de autos, no puede calificarse como
imprudencia temeraria el hecho de que don Víctor estuviera trabajando, en la fecha
del mortal accidente, pese a estar en situación de incapacidad temporal, para lo que
basta con tener en cuenta que no hay el más leve indicio de que la razón por la que se
accidentó... guardara alguna relación de causalidad con la lesión por la que estaba en
incapacidad temporal...En tal sentido merece la pena destacar que había transcurrido
más de un mes desde el alta hospitalaria en que le recomendaban un mes de reposo
relativo y que, si bien no habían pasado los tres meses que le indicaron para
someterse a revisión, los términos de ésta no permiten deducir que tuviera otro
alcance que el de un simple control. STSJ País Vasco 30 mayo 2000.
86
En efecto, el mero hecho de no disponer de la suficiente habilitación
administrativa para conducir vehículos de motor, por sí sola, no implica conducta
temeraria. STSJ Castilla-La Mancha, 8 octubre 2002.
87
Atropello
88
El hecho de que hubiera ingerido alcohol en cantidades suficientes como para
dar la tasa de alcohol en sangre que consta acreditada (1,58 g/l) no implica que su
conducta fuese temeraria, y ello por una doble razón: en primer lugar, porque no se
ha probado que esa concreta tasa fuera necesariamente expresiva de que su nivel de
consciencia, equilibrio o reflejos estuviera alterado, sin que pueda presumirse, sin
más, del hecho de que sobrepasara los niveles exigidos en materia de conducción de
vehículos de motor, y por otro lado, la forma en que se produce el accidente, la falta
de iluminación en el tramo, la escasa velocidad a la que conducía el camión contra el
que colisionó y el dato de que otro vehículo colisionara contra el fallecido por la falta
de visibilidad, hacen que su conducta no pueda estimarse temeraria, sino de
imprudencia simple. STSJ Cantabria 19 julio 2001.
89
no se relatan conductas que exterioricen una intoxicación, ya que lo contrario, como
antes se apuntó, impediría el accidente ante la oposición del empresario o los
superiores del trabajador que le imposibilitarían la conducción, evitando el riesgo
para el conductor y el vehículo. STSJ Andalucía, Granada, 2 diciembre 2003.
En efecto consta que el fallecido había consumido cocaína, pero también consta
que ese consumo se había producido, al menos, dos horas antes; se ha probado que el
accidente tuvo lugar veinte minutos después de finalizar la jornada laboral, lo que
supone que la ingesta de cocaína no pudo producirse en este tiempo intermedio;
sabemos que el trabajador realizó ese día su trabajo con total normalidad en las
exigibles condiciones de profesionalidad y rendimiento, sin que se detectara ninguna
circunstancia anómala; también nos consta...que el fallecido circulaba a alta
velocidad, que adelantó un vehículo y que continuó su marcha por el carril de
adelantamiento unos 30 o 40 metros más, intentando regresar a su carril
repentinamente. Pues bien, el Sr. Rodolfo infringió -desde luego- alguna norma de
circulación...sin que pueda afirmarse que hubiere rebasado el límite de velocidad
autorizado en ese tramo de vía. Pues bien de estas circunstancias no puede concluirse
que el accidente se hubiera producido por imprudencia temeraria del trabajador,
90
habida cuenta de las infracciones que hemos considerado y de las circunstancias del
accidente. A ello ha de añadirse, puesto que en ello basa de manera sustancial su
recurso la Mutua, que tampoco se ha podido concluir que el accidente se ha
producido por la situación de hallarse el trabajador bajo los efectos de la cocaína,
puesto que se desconoce su estado, si bien durante toda su jornada fue normal hasta el
final de la misma y se desconoce también la real influencia del consumo de esa
sustancia en el fallecido. STSJ País Vasco, 7 junio 2005.
Exceso de velocidad
91
Circular en dirección prohibida
Es evidente que el señor E., al circular en bicicleta por una calle en dirección
contraria a la permitida y accediendo a otra con intención de atravesarla por lugar no
permitido pese a la escasa visibilidad existente, infringió con su conducta normas de
circulación reguladoras del tráfico rodado, pero de ello no se desprende que asumiera
de forma consciente la posibilidad real de que se produjera el accidente y el resultado
dañoso que finalmente se produjo (tampoco que se deseara ese resultado, en cuyo
caso estaríamos ante una actuación dolosa. STSJ País Vasco, 30 abril 2002.
92
- No utilización de cinturón de seguridad o uso indebido del mismo
93
se produjo el desprendimiento de un costero del techo de la galería, en la que existía
un falso techo...constando (así lo reconocen las partes) que existía vigilante. Ante
tales hechos la solución a adoptar ha de partir, forzosamente, de lo dispuesto en la
Ordenanza de Trabajo para la Minería del Carbón...a tenor de la cual la realización
del posteo auxiliar es misión y obligación del propio picador, y del hecho de ser la
inexistencia de tal posteo el hecho desencadenante del accidente sufrido. Si, pues, la
ausencia de cumplimiento de lo dispuesto en el art. 61 del Reglamento General de las
Normas Básicas de Seguridad Minera, es atribuible al propio trabajador fallecido
obvio es que no puede atribuirse a la empresa la responsabilidad declarada por el
INSS y el Magistrado de instancia, sino que, por el contrario, el accidente debe
atribuirse al exceso de confianza o error en el examen del techo por parte del
fallecido. STSJ Castilla y León, Valladolid, 18 mayo 1993.
94
En el presente caso, sin negar la existencia de una actitud imprudente por parte
del fallecido, ella no conlleva el plus propio de la imprudencia temeraria, y así la
propia parte recurrente se detiene en destacar como presupuesto de la existencia de
esta última imprudencia, el hecho de que «el trabajador al decidir sin que nadie se lo
ordene matar a tiros a un toro y arrojarlo a un pozo, en contra no sólo de las normas
sanitarias, sino de la opinión del empresario, de las advertencias del otro trabajador, y
lo que es más trascendente, de lo que se venía haciendo en otras ocasiones». Dichas
circunstancias no pueden hacer calificar, en el presente caso, la imprudencia como
temeraria, en cuanto la certeza de la trasgresión de normas reglamentarias no puede
calificar automáticamente la temeridad en el ámbito laboral, sin que pueda obviarse,
igualmente, que la infracción de las normas sanitarias no es causa directa del
fallecimiento de trabajador...; por otra parte, como recoge el hecho probado tercero
«el empresario no dio órdenes sobre matar a la res correspondiente, ni tampoco
ordenó que se deshiciera de los animales muertos tirándolos al interior del pozo», por
lo que no nos encontramos ante el incumplimiento de una orden dada por el
empresario que es, como ha quedado expuesto, lo que puede calificar la imprudencia
como temeraria, sino ante una acción imprudente. STSJ Andalucía, Granada, 11
marzo 2003.
95
La concurrencia de culpas permite modular pero no excluir el recargo de
prestaciones
96
Es claro que, en el supuesto estudiado, medió una falta de protección del pedal
de la máquina prensante que impidiera que, por inadvertencia del operario, se
activase sin desearlo, por lo que ha de mantenerse la sanción acordada, y, aunque es
cierto que el lesionado obró imprudentemente al acometer la medida laboral por la
parte anterior de la prensa cuando debía hacerlo por la posterior, esa imprudencia es
el prototipo de las de carácter profesional y que ha sido ponderada por el legislador
de instancia que ha rebajado el incremento de prestaciones al 35% sobre un máximo
del 50%. STSJ Madrid, 9 febrero 1993.
97
El accidente de tráfico sufrido por trabajador autónomo al caerse de la moto
cuando acudía a visitar a un cliente es accidente laboral. STSJ Andalucía, Sala Social,
4 Abril 2013. Rec 779/2012.
98
La sala cita la doctrina jurisprudencial respecto a que ha de identificarse como
accidente laboral todo evento en que de alguna manera concurra una conexión con la
ejecución de un trabajo, bastando con que el nexo causante, se de sin necesidad de
precisar su significación, mayor o menor, próxima o remota, concausal o
coadyuvante, debiendo otorgarse dicha calificación cuando no aparezca acreditada
ruptura de la relación de causalidad entre actividad profesional y padecimiento,
excepto cuando hayan ocurrido hechos de tal relieve que sea evidente a todas luces la
absoluta carencia de aquella "relación", cediendo únicamente la presunción ante la
prueba cierta y convincente de la causa del suceso excluyente de la relación laboral.
En nuestro caso resulta difícilmente aplicable el concepto de accidente in misión por
cuanto la encomienda de la prestación de servicio no es emitida por un tercero,
tratándose más bien de un accidente de trabajo ocurrido en tiempo de trabajo y que
tenía como objetivo recoger determinada documentación de un cliente,
correspondiendo a la Mutua el abono de dichos gastos.
1. INTRODUCCIÓN
99
protección del daño sólo se consigue objetivando la responsabilidad. El segundo
subsistema, el punitivo, incluye las sanciones administrativas y las sanciones penales
en sentido estricto. La sanción administrativa es un acto de gravamen que, por tanto,
disminuye o debilita la esfera jurídica de los particulares, bien sea mediante la
privación de un derecho, bien mediante la imposición de un deber antes inexistente
(condena al pago de una suma de dinero). Finalmente, las sanciones penales
constituyen la reacción más fuerte del ordenamiento y, por tanto, se reservan, de
acuerdo con los principios de intervención mínima y utilidad a las infracciones más
graves.
2. RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL
101
de acta de la Inspección de Trabajo sino de una responsabilidad contractual
independiente. Responsabilidad penal y laboral independientes.
103
TSJ Andalucía, Sala de lo Social de Granada, Sentencia de 3 de mayo de 2006.
Accidente de trabajo. Indemnización por daños y perjuicios. Procedencia. Omisión de
las medidas de seguridad exigibles en relación con las condiciones de trabajo. Ha
sido la falta de adopción de las mismas la que ha determinado la producción del
siniestro, sin perjuicio de la incidencia que en ello haya podido tener una cierta
negligencia del trabajador. Póliza de seguro de accidentes que se concierta como
mejora voluntaria a la acción protectora de la Seguridad Social, no como seguro de
responsabilidad civil. La aseguradora tiene que responder de la mejora voluntaria
cubierta en la póliza pero no de la responsabilidad civil que no tiene concertada.
Indemnización fijada conforme el estado de salud del accidentado y los factores
coadyuvantes de carácter familiar y sociolaboral.
3. RESPONSABILIDAD EX DELICTO
104
AP Granada, Sección 1.ª, Sentencia de 31 de julio de 2006. Delito contra la
seguridad de los trabajadores. Homicidio imprudente. Absolución del ayudante del
jefe de obra, contratado en prácticas, puesto que su actuación era subordinada y
dependiente. Absolución del encargado de la obra que no tiene competencia sobre los
trabajadores de la empresa subcontratada. Falta de imprudencia leve. Responsabilidad
penal del administrador-gerente de la empresa subcontratista. Fallecimiento del
trabajador por utilización de un enganche inadecuado para izar la carga de un pilar
doble en una grúa. Inapreciación de imprudencia grave pues el plan de seguridad
elaborado por la empresa contratista no contemplaba medidas especiales para la
realización de esta operación. Responsabilidad civil. Mantenimiento de la
indemnización fijada en la instancia para no incurrir en reformatio in peius.
Compatibilidad con la otorgada por la jurisdicción laboral.
106
concurrente y compatible con la responsabilidad del empresario inmediato a quien
haya contratado o subcontratado.
107
XVII. CONCURRENCIA DE CULPAS DE TERCEROS Y DEL
PROPIO TRABAJADOR EN LA CALIFICACIÓN DEL ACCIDENTE DE
TRABAJO
Del mismo modo, también aquí se incluyen los hechos fortuitos, así, por
ejemplo, atropellos, colisiones; pero también si media imprudencia temeraria o dolo
por parte del tercero que hubiera provocado el accidente. Así, actos terroristas,
asesinatos llevados a cabo en el desplazamiento hacia el trabajo, atracos. Siempre que
no hubieran mediado motivos personales. Esto es, siempre que el agresor y el
trabajador no se conocieran por razones ajenas al trabajo y que la agresión no se
hubiera llevado a cabo, precisamente, por motivos personales relacionados con esa
relación extra muros de la relación laboral; ya que en estos casos la agresión al
trabajador se produce de forma fortuita, la víctima es causal, precisamente por
encontrarse en el lugar de los hechos, lo que se debe al obligado desplazamiento y no
se hubiera sufrido si no se hubiera ido o vuelto del trabajo. De lo contrario, cuando
median motivos personales, la agresión es buscada y la víctima es elegida a
conciencia, siendo el lugar de la agresión secundario y pudiendo ser cualquier sitio.
Por ejemplo, por agresiones de violencia de género, aun cuando se produzcan en el
trayecto de ida o vuelta al trabajo.
108
XVIII. EL DOLO Y SU INTERPRETACIÓN
1. INTRODUCCIÓN
Por actos del propio accidentado. Según el art. 115.5ª) de la LGSS, no impide
la calificación de accidente de trabajo la imprudencia profesional que es consecuencia
del ejercicio habitual de un trabajo y se deriva de la confianza que inspira en el
trabajador. En sentido contrario el número cuatro del mismo artículo establece que sí
rompe el nexo causal con el trabajo y, en consecuencia, no tiene la consideración de
accidente de trabajo, los ocurridos o debidos por dolo o imprudencia temeraria del
trabajador accidentado.
109
art. 115.3 LGSS, debiendo probar, quien tenga interés, las causas reales no
relacionadas con el desempeño del trabajo, en su caso.
110
Por su parte, la imprudencia profesional o simple, se debe a la monotonía de
los trabajos y el exceso de confianza del trabajador y puede conllevar la infracción de
reglamentos o normativa de seguridad y salud. No hay que olvidar que la normativa
de prevención de riesgos laborales establece que la efectividad de las medidas
preventivas deberá prever las distracciones o imprudencias no temerarias que pudiera
cometer el trabajador, art. 115.4 LPRL. De este modo, el empresario deberá prevenir
los accidentes debidos a imprudencia simple o profesional. Así, por ejemplo, no
llevar los medios de protección individual obligatorios, cascos, botas, guantes, gafas,
etc. En caso de accidentes de circulación, la simple infracción de la normativa del
código de circulación, en principio, no deja de ser una imprudencia simple o
profesional y no temeraria, incluso el conducir sin el permiso de conducir
correspondiente o sin el seguro obligatorio.
En definitiva, hay que estar a las circunstancias de cada caso en concreto para
apreciar el dolo y, especialmente, la diferencia entre imprudencia temeraria y
meramente profesional o simple, que es la verdadera frontera entre accidente de
trabajo y accidente común. Así, por ejemplo, como hemos destacado antes, si el
trabajador se salta un semáforo en una avenida principal de una ciudad en hora punta
y a una velocidad muy elevada y sufre un accidente, no se puede decir que haya
buscado deliberadamente las lesiones que haya sufrido, pero sí que asumiera que
pudiera pasar y, pese a ello, realizó la conducta imprudente. Sin embargo, si ese
mismo trabajador se salta un "stop" en una carretera comarcal a las cuatro de la
mañana, con poco tránsito, sin peatones y con una visibilidad buena en ambos
sentidos, aun cuando infringe la normativa del código de circulación, precisamente es
porque piensa que en esas condiciones no hay ninguna probabilidad de que ocurra un
accidente.
111
XIX. REPARACIÓN Y VALORACIÓN DEL DAÑO EN LOS
ACCIDENTES DE TRABAJO
1. INTRODUCCIÓN
Constituye una regla básica del derecho de daños que, cuando una persona
sufre un daño que le es imputable a otra, tiene derecho a exigir de esta última la
reparación íntegra de aquel daño sufrido, lo que se traduce en la expresión clásica de
compensatio lucri cum damno que incluye tanto el daño realmente sufrido (daño
propiamente dicho), como el beneficio dejado de obtener como consecuencia del
daño (lucro cesante). Pero también forma parte del contenido básico del derecho de
daños que el perjudicado por una acción a otro imputable solo tiene derecho a esa
congrua satisfacción, pero no a ninguna cantidad superior, pues ello le produciría un
enriquecimiento injustificado y, por ello, injusto.
112
Cuando se produce un accidente de trabajo en sentido propio, o sea, cuando
una persona está prestando sus servicios laborales para un tercero, puede ocurrir que
el accidente le pueda ser imputado al empresario por no haber cumplido las
exigencias de seguridad y salud establecidas previamente, o puede ocurrir que dicho
accidente pueda ser imputado a un tercero o al propio trabajador, o a unos y otros
conjuntamente. Se plantea en cualquier caso el problema de determinar quién o
quiénes son responsables del mismo, pero también el de precisar el montante
económico de esa responsabilidad.
Quiere ello decir que desde 1966 el trabajador accidentado puede reclamar de
su empresario una indemnización que va más allá de las prestaciones cubiertas por la
Seguridad Social y hasta cubrir todos los daños y perjuicios sufridos por el mismo,
siempre que resulte dicho empresario ser el responsable del daño por dolo o culpa que
es por lo que se exige responsabilidad en nuestro derecho.
114
Cuando esta reclamación se produce se plantean dos problemas principales, a
saber: cuándo se le puede imputar al empresario esa responsabilidad —criterio y
título de imputación— y cuál es el montante económico de la misma. Pero al hilo de
esos dos problemas principales se plantean otros colaterales como el de determinar el
órgano jurisdiccional competente para conocer de estas cuestiones, o el de determinar
qué ocurre con las prestaciones de la Seguridad Social ya percibidas por el trabajador.
Todo lo cual ha llevado a ocupar muchas opiniones doctrinales y muchas
resoluciones judiciales, algunas de ellas contradictorias entre sí, hasta llegar al
momento actual en que se ha llegado a un cierto consenso clarificador de toda esta
problemática, que es lo que aquí se trata de concretar en la medida que la que
actualmente se puede hacer, puesto que todos los problemas no están definitivamente
solucionados.
2. DELIMITACIÓN DE LA CUESTIÓN
Ha sido tradicional que la Sala 1.ª entendiera que era competente para conocer
de estas demandas de responsabilidad civil adicional a la de Seguridad Social por
entender que se trataba de demandas de responsabilidad civil derivadas de culpa
extracontractual, mientras que la Sala 4.ª se consideró siempre igualmente
competente por considerar que se trataba de dilucidar acerca de una responsabilidad
115
derivada del incumplimiento de una obligación de seguridad ubicada dentro del
contrato de trabajo (responsabilidad contractual). En la actualidad, la Sala 1.ª ha
aceptado que la responsabilidad derivada de accidente de trabajo tiene origen
contractual cuando se reclama del empleador, con lo que ha llegado a la conclusión
de que la competencia para conocer de estas cuestiones cuando es el empleador el
demandado es del orden social. En este punto, la sentencia dictada por la Sala 1.ª del
TS de 15 de enero de 2008 (Rec. 2374/2000, dictada por el Pleno de la Sala —en
tesis que ha reiterado la misma Sala en una nueva STS de 19 de febrero de 2008 y en
la más reciente de 25 de febrero de 2010— marca un antes y un después en el
régimen jurídico de esta responsabilidad en tanto en cuanto ha supuesto un giro
importante en la consideración y tratamiento de esta cuestión, para llegar en este
punto a las mismas conclusiones básicas en las que se basaba la doctrina de la Sala 4.ª
en relación concreta con la responsabilidad del empleador. No obstante lo cual, ha
dejado la cuestión a mitad del camino por cuanto sigue siendo posible que, ante este
orden jurisdiccional, se llame a otro demandado además del empresario para que siga
el orden civil conociendo de la misma frente a la tesis de la Sala 4.ª —por todas, STS
de 22 de junio de 2005 (Rec. 786/2004 que considera debe estimarse competente
cualquiera que sea la cadena de posibles responsables a los que se demanda, por
cuanto el incumplimiento es, de origen, de naturaleza contractual, por ser el
empresario el principal responsable.
Este sistema legal del baremo a pesar de ser utilizado con carácter referencial
es el que ha pasado a ser utilizado por la generalidad de los Juzgados y Tribunales
tanto del orden civil como del orden laboral, y es por esta vía por donde se ha
conseguido unificar en gran medida aquella distonía tradicional existente en ambos
órdenes jurisdiccionales sobre la misma materia, si bien hay que decir que siendo el
mismo el camino seguido, todavía quedan trechos que recorren hasta conseguir la
total unificación de criterios en la aplicación de dicho baremo. Debiendo añadir que si
se progresa conjuntamente en la misma dirección pasarán a ser muy secundarios los
problemas tradicionales sobre la competencia de uno u otro orden jurisdiccional,
118
puesto que al final la reparación del daño producido sería de la misma entidad y con
idénticos resultados, con lo que la inseguridad jurídica hasta ahora existente
desaparecería por completo.
En definitiva se viene a señalar cómo, a falta de otro sistema mejor —que para
los accidentes de trabajo sería muy de desear—, esta previsión legal es la que
120
garantiza más que el tradicional de alegaciones y pruebas del daño en cada caso
concreto la seguridad jurídica en la reparación y la igualdad en el tratamiento del
problema, fundamentalmente en cuanto a la valoración del daño moral de probanza
imposible.
c) Por lo tanto, cuando el Juez se acoge a la aplicación del baremo para fijar las
cuantías de la indemnización por los distintos conceptos deberá aplicarlo de
conformidad con las previsiones que en el mismo se contienen, de forma que solo
podrá modificar al alza el montante económico del baremo motivando las razones por
las que se aparta del mismo. Como dijo la STS, Sala 4.ª, de 17 de julio de 2007 y
reitera la STS, Sala 1.ª, de 9 de diciembre de 2008 (Rec. 1577/2002) la utilización de
este sistema de valoración del baremo no es preceptiva, pero cuando se opta por
utilizar este medio de valoración con carácter optativo hay que seguirlo con sus
previsiones y consecuencias por un principio de congruencia derivado de la
«autovinculación».
122
En relación con qué reglas del baremo aplicar, la Sala 1.ª y la Sala 4.ª están también
de acuerdo en entender —aquélla en sus SSTS, Sala 1.ª, de 17 de abril de 2007 (Rec.
2908/2001 y 2598/2002) o 12 de marzo de 2009 (Rec. 885/2004) y las de la Sala 4.ª
en las SSTS de 17 de julio de 2007 citadas— que la normativa aplicable, las reglas a
tener en cuenta y a aplicar a la hora de valorar los daños, es la correspondiente a la
fecha de producción del accidente, lo que nos conduce a la contenida en el «sistema
de valoración de los daños y perjuicios causados a las personas en accidentes de
tráfico», que se recoge como Anexo al RD Leg. 8/2004, de 29 de octubre, y ello por
dos razones fundamentales para la Sala 4.ª, a saber: a) porque la normativa legal y
convencional a tomar en consideración es la correspondiente a la fecha de producción
del accidente de trabajo en cuya órbita no podemos dejar de considerar que nos
movemos- la Sala 4.ª sigue este criterio a otros efectos desde su STS de 1 de febrero
de 2000; y b) porque en el propio Anexo, en la regla 3 del mismo, ya se dispone que
«a los efectos de aplicación de las tablas, la edad de la víctima y de los perjudicados y
beneficiarios será al referida a la fecha del accidente». Por lo tanto el régimen
jurídico a aplicar es el contenido en aquel Anexo en cuanto a las reglas de aplicación
del baremo.
124
A partir de estos criterios básicos es importante tomar en consideración los
criterios sobre los que se halla articulado el sistema de valoración de los daños
recogidos en el repetido Anexo a la normativa de tráfico.
En las tablas se distingue, como puede apreciarse por su propia redacción, entre
lo que es la indemnización por daños sicofísicos y lo que son los factores de
corrección al alza o a la baja, tablas I y II para las indemnizaciones por muerte, tablas
III, IV y V para las lesiones permanentes, con indemnización por los daños según
secuelas —tabla V— y puntos correspondientes —tabla III—, con sus
correspondientes factores de corrección —tabla IV—; y la tabla VI para las
situaciones de incapacidad temporal con la distinción entre daños sicofísicos y moral
—apartado A)—, y factores de corrección — apartado B)—.
Aplicadas estas tablas sale una indemnización de la que habrá que deducir lo
percibido por la Seguridad Social que, en cuanto afecta solo al lucro cesante, habrá
que descontarlo únicamente del factor de corrección concreto. Sobre esta cuestión en
las SSTS, Sala 4.ª, de 17 de julio de 2007 (Rec. 4367/2005 y 513/2006) ya se vio por
primera vez cómo la exigencia de homogeneidad en los descuentos exigía que lo
percibido por incapacidad permanente total por el accidente de trabajo sólo era
125
susceptible de ser descontado de la indemnización por el índice corrector de las
lesiones permanentes por el concepto de invalidez permanente —tabla IV—, y solo
en la medida en que aquel concepto incluya la indemnización por incapacidad para
trabajar, y por lo tanto no en su totalidad por cuanto el indicado concepto del baremo
incluye otras indemnizaciones como el llamado prejudice d´agreement o capacidad de
goce en otros órdenes de la vida, quedando autorizado el Juzgador para establecer de
forma motivada el porcentaje a deducir en cada caso. Y este mismo criterio ha sido
seguido por las sentencias de 2 y 3 de octubre de 2007 (Rec. 3945 y 2451/2006), 21
de enero de 2008 (Rec. 4017/2006), 30 de enero de 2008 (Rec. 414/2007), 22 de
septiembre de 2008 (Rec. 1141/2007), 20 de octubre de 2008 (Rec. 672/2007), 14 de
julio de 2009 (Rec. 3576/2008), 23 de julio de 2009 (Rec. 4501/2007) o 14 de
diciembre de 2009 (Rec. 715/2009).
Como ya se dijo más arriba, el recargo de prestaciones del art. 127.3 LGSS, en
el caso de que exista, no se descuenta.
126
El tema objeto de comentario en este «dossier» es, como puede apreciarse, uno
de los más difíciles con los que se ha encontrado la jurisprudencia, lo que ha sido
debido no solo a la dificultad intrínseca del mismo, sino al hecho de que se ha
mezclado también el tema de la competencia judicial con el problema añadido de la
determinación del título de imputación y del criterio de imputación del mismo
derivado; ello derivó hasta el problema de los descuentos y de ahí al verdadero
problema de fondo, que es el de la adecuada valoración del daño. Aunque el
problema de la competencia no está totalmente esclarecido, sí que lo están en gran
medida los relativos al criterio de imputación a seguir (criterio de imputación objetiva
o culposo con el problema añadido de la carga de la prueba), pero sobre todo el de la
valoración del daño. El sistema establecido en el baremo de tráfico es el más utilizado
por sus enormes ventajas probatorias, sobre todo en cuanto incluye la valoración de
los daños morales de imposible probanza, y es el que más aproximación puede darnos
hacia una verdadera indemnización aunque obviamente el Juez puede modificar las
cuantías allí establecidas motivándolo de forma adecuada, puesto que este baremo
solo se aplica con valor referencial a falta de un baremo específico para los accidentes
de trabajo. Pero hoy en día existen unas pautas de valoración que no son difíciles de
aplicar y tienen el mínimo contenido garantista exigible a un problema de esta
naturaleza.
127
tradicional», lo cierto es que más modernamente se ha venido abandonando esta
rigurosa -por subjetiva- concepción originaria, insistiéndose en la simple exigencia de
culpa -sin adjetivaciones- y en la exclusión de la responsabilidad objetiva (valgan como
ejemplo las SSTS 18/07/2008 (R. 437/2007); 14/07/2009 (R. 181/2008) y 23/07/2009
(R. 4501/2007 ), siquiera también en ocasiones se hayan efectuado afirmaciones más
próximas a la postura que en esta sentencia mantendremos (así, entre otras, STS
17/07/2007 (R. 717/2005))
128
3. INDEMNIZACIONES POR ACCIDENTE DE TRABAJO Y
BAREMO
130
A) Sistema de responsabilidad empresarial en contingencias profesionales. En
la actualidad el sistema de indemnizaciones, eventualmente acumulables, de un
accidente laboral o enfermedad profesional comprende cuatro clases de prestaciones:
131
D) Categorías básicas a indemnizar. La especificación de los daños y perjuicios
debe hacerse según las categorías básicas, siempre sin deducir el posible recargo por
falta de medidas de seguridad:
135
La cuestión controvertida quedó concretada en casación a determinar las
indemnizaciones que deben computarse para la restitución integral de las
consecuencias de un accidente de trabajo. Según el recurrente, debieran computarse
las cantidades correspondientes a la incapacidad temporal, a la indemnización básica
por secuelas, por el factor de corrección por perjuicios económicos y una cantidad por
aplicación del factor de corrección por lesiones que constituyen incapacidad
permanente, con la correspondiente reducción por concurrencia de culpa de la
víctima. Dice la sentencia que el recurso debía quedar limitado a la cuestión aludida,
sin tratar otros temas como los relativos a las valoraciones realizadas y a las cuantías
del baremo aplicables.
136
Estas tres vías de reparación deben someterse a una cierta coordinación,
habiéndose inclinado la doctrina por el criterio de complementariedad, de forma que
las indemnizaciones pueden superponerse hasta el límite de la reparación del daño
total. Conforme a este criterio deben descartarse del importe del daño total las
prestaciones de la Seguridad Social, en la medida en que cubren la responsabilidad
objetiva del empresario por el mismo hecho y han sido financiadas por éste dentro de
un sistema de cobertura pública en el marco de la Seguridad Social; descuento del
que se excluye el recargo por falta de medidas de seguridad. La coordinación de las
distintas vías indemnizatorias debe hacerse con criterios de homogeneidad; para las
prestaciones de incapacidad temporal la reparación de los perjuicios económicos debe
perseguir la plena indemnidad del trabajador, lo que supone, salvo prueba que
acredite otra cosa, que el perjudicado en concepto de lucro cesante debe percibir, al
menos, el 100 por 100 del salario cobrado al tiempo del accidente. Es procedente
descontar el capital coste de las pensiones de incapacidad permanente de la Seguridad
Social, pero teniendo en cuenta que la compensación sólo puede operar sobre
conceptos homogéneos, de modo que sólo se descontarán las indemnizaciones
reconocidas por lucro cesante. No cabe deducir de la indemnización por incapacidad
temporal lo abonado en concepto de capital coste, porque se vulneraría doblemente la
regla de homogeneidad; tampoco debe deducirse del capital coste de incapacidad
permanente la indemnización básica.
4.ª. Esa regla general, que trata de evitar el enriquecimiento injusto o sin causa,
no es aplicable cuando se trata de la concurrencia de acciones de indemnización por
negligencia con las prestaciones que, por seguros sociales, ya ha percibido o han de
facilitarse a la víctima del accidente, pues provienen de la misma fuente; se trata de
reparar y no de enriquecer.
138
5.ª. No existe una independencia absoluta entre lo percibido en concepto de
indemnización por las contingencias aseguradas y por las de responsabilidad civil
complementaria. La STS, Sala 4.ª, de 3 de febrero de 2009 declara que cuando existe
el derecho a varias indemnizaciones, se estima que son compatibles, pero no
complementarias; la compensación debe hacerse entre conceptos homogéneos.
1. CONCEPTO
139
La responsabilidad del pago del recargo en la prestación recaerá directamente
sobre el empresario infractor y no podrá ser objeto de seguro alguno siendo nulo de
pleno derecho cualquier pacto o contrato que se realice para cubrirla, compensarla o
trasmitirla.
Naturaleza sancionadora
Una postura tradicional en la doctrina se inclina por el carácter eminentemente
sancionador o punitivo del recargo.
Como argumentos empleados para respaldar esta postura, se citan, entre otros:
Sin embargo, aparte de todas estas argumentaciones, esta postura no resulta del
todo acertada, en base, entre otras, a las siguientes razones:
Naturaleza indemnizatoria
Como argumentos empleados para respaldar esta postura, se citan, entre otros:
Naturaleza híbrida
El recargo tiene una naturaleza mixta, es en principio una sanción que tiene un
fin preventivo y disuasorio, pero también tiene una naturaleza reparadora porque su
importe repercute directamente en beneficio del perjudicado, lo que no ocurre con las
sanciones pecuniarias que se ingresan a la Hacienda Pública. Esa naturaleza especial,
diferente de la propiamente sancionadora, hace que exista un tercero interesado en el
reconocimiento del recargo que redundará en su beneficio (Sentencia del Tribunal
Supremo de fecha 30 de enero de 2008).
143
En definitiva, el recargo es un híbrido, dotado de un régimen jurídico especial,
cuyo objetivo primordial es disminuir el número de siniestros laborales, con un
contenido punitivo-represivo para el empresario y un componente reparador-
indemnizatorio para el trabajador accidentado.
La propia redacción del artículo 164 del Real Decreto Legislativo 1/1994, de
20 de junio, permite afirmar que para la imposición del recargo es precisa la
concurrencia de una serie de requisitos o circunstancias, reiteradamente exigidos por
la jurisprudencia, a saber:
— Debe existir derecho a una prestación económica, esto es, será premisa
imprescindible que se reúnan los requisitos propios de la prestación económica que
en cada caso corresponda.
El artículo 42.3 del Real Decreto Legislativo 5/2000, de 4 de agosto, por el que
se aprueba el texto refundido de la Ley sobre Infracciones y Sanciones en el Orden
Social establece claramente que la empresa principal responderá solidariamente con
los contratistas o subcontratistas a que se refiere el artículo 24.3 de la Ley 31/1995,
de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales, del cumplimiento, durante el
período de la contrata, de las obligaciones impuestas por dicha Ley en relación con
los trabajadores que aquéllos ocupen en los centros de trabajo de la empresa
principal, siempre que dicha infracción se haya producido en el centro de trabajo de
dicha empresa principal.
En base a esta obligación conjunta que tienen las dos empresas de vigilar y
velar por la seguridad de los trabajadores, parte de la doctrina judicial y un sector
importante de la doctrina científica declaran que cabe la responsabilidad solidaria en
el pago del recargo.
148
Finalmente, los pactos o cláusulas que se introduzcan en el contrato de
ejecución de obra para hacer recaer la responsabilidad por recargo exclusivamente en
la contratista o en la empresa principal, deben entenderse como pactos "contra
legem", y por tanto sin efectos jurídicos.
149
5. PROHIBICIÓN DE ASEGURAMIENTO DEL RECARGO
150
No obstante, la compatibilidad del recargo con otras responsabilidades está
íntimamente unida a la naturaleza jurídica del mismo. Pues si se postula la naturaleza
estrictamente sancionatoria, se plantea el problema de la aplicación del principio "non
bis in idem", que impediría directamente la acumulación con una sanción penal o
administrativa derivada del mismo incumplimiento.
7. REGULACIÓN NORMATIVA
Artículo 164 del Real Decreto Legislativo 8/2015, de 30 de octubre, por el que
se aprueba el texto refundido de la Ley General de la Seguridad Social.
Sin constancia diáfana del incumplimiento por parte del empleador de alguna
norma de prevención, que puede afectar ya a las medidas generales o particulares de
seguridad exigibles en la actividad laboral, por ser las adecuadas, atendidas las
circunstancias concurrentes y la diligencia exigible a un prudente empleador con
criterios ordinarios de normalidad para prevenir o evitar una situación de riesgo en la
vida o salud de los trabajadores, criterio éste que no es otra cosa que reflejo y
operatividad, en el ámbito de las relaciones de Seguridad Social, del derecho básico en
el contenido de la relación laboral recogido en el Art. 4.2 y Art. 19 Estatuto de los
Trabajadores, y que, con carácter general, como positivación del derecho "alterum non
laedere" es elevado a rango constitucional por el Art. 15 Constitución Española y que
en términos de gran amplitud tanto para el ámbito de las relaciones contractuales, como
extracontractuales, consagra los Art. 1104,Art. 1902 ,Código Civil siendo el criterio de
la razonabilidad, según máximas de la diligencia ordinaria, exigibles a un empresario
normal cooperador a los fines de la convivencia industrial, el más acorde por otra parte
con los recogidos por el artículo 16 del Convenio nº 155 de la Organización
Internacional del Trabajo de fecha 22/06/1981 ratificado por España el 26/07/1985.
152
"1. Todas las prestaciones económicas que tengan su causa en accidente de
trabajo o enfermedad profesional se aumentarán, según la gravedad de la falta, de un 30
a un 50 por ciento, cuando la lesión se produzca por equipos de trabajo o en
instalaciones, centros o lugares de trabajo que carezcan de los medios de protección
reglamentarios, los tengan inutilizados o en malas condiciones, o cuando no se hayan
observado las medidas generales o particulares de seguridad y salud en el trabajo, o las
de adecuación personal a cada trabajo, habida cuenta de sus características y de la edad,
sexo y demás condiciones del trabajador.
Así pues, cabe sintetizar los requisitos del supuesto normativo, de la siguiente
forma:
154
operaciones que estén bajo su control sean seguros y no entrañen riesgo alguno para la
salud y seguridad de los trabajadores.".
155
c) Que exista una relación de causalidad entre la infracción y el resultado
dañoso; conexión que puede romperse cuando la infracción es imputable al
propio interesado (Sentencia del Tribunal Supremo de fecha 06/05/1998).
156
1.- La jurisprudencia unificadora interpreta que la acción tendente al
reconocimiento del derecho al recargo tiene, conforme al apdo. 1, Art. 53 LGSS, un
plazo de prescripción de cinco años, contados desde el día siguiente a aquél en que
tenga lugar el hecho causante de la prestación de que se trate o desde el momento en
que la acción pudo ser ejercitada (entre otras muchas, SSTS/IV 9-febrero-2006 -R.
4100/2004, 27-03-2007 -R. 639/2006, 17-04-2007 -R. 756/2006, 26-09-2007 -R.
2573/2006, 27-12-2007 -R. 4945/2006) o proclamando, en definitiva, y de una forma
flexible, que debe establecerse "un único día inicial del cómputo de la prescripción de la
acción para exigir el recargo de las prestaciones derivadas de accidente de trabajo, a
contar desde la fecha en que finaliza el último expediente incoado ante la Seguridad
Social en reclamación de prestaciones" (SSTS 09-02-2006 –R. 4100/2004, con
invocación del criterio sustentado en STS/IV 10-diciembre-1998 -R. 4078/1997 Sala
General, 12-febrero-2007 -R. 4491/2005 ).
Esta doctrina flexible en cuanto al "día inicial" tiene su causa en que, como se ha
indicado, conforme a la normativa actualmente vigente, de un mismo accidente de
trabajo pueden derivar diversas actuaciones seguidas ante cuatro órdenes
jurisdiccionales distintos, el penal (acción penal con ejercicio simultaneo en su caso de
la acción civil derivada del delito), el social (prestaciones de la seguridad social pública,
mejoras voluntarias de la acción protectora, acciones indemnizatorias, recargo por
infracción medidas de seguridad), el civil (acciones indemnizatorias) y el contencioso-
administrativo (impugnación sanciones administrativas por infracción medidas
seguridad), con las derivadas consecuencias negativas. Como ya recordaba la STS 10-
12-1998 (R. 4078/1997, Sala General), "esta variedad de mecanismos de indemnización
de los daños producidos por el incumplimiento del deber del patrono, y específicamente
en relación con el accidente, con la consecuencia de esa posible pluralidad
jurisdiccional, ya fue destacada por la Sala en su sentencia del 24 de mayo de 1994.
157
En efecto, ante un concreto accidente de trabajo resulta que, conforme a la actual
legislación orgánica y procesal, -- y a la espera de deseable una futura racionalización --
, es habitual que los jueces y tribunales integrados en distintos órdenes jurisdiccionales
tengan que intervenir simultanea o sucesivamente, para valorar unos mismos esenciales
hechos en aplicación de su diversa normativa sustantiva y con diversas normas
procedimentales, para determinar, con distintos sistemas en orden a la práctica y la
valoración de la prueba, los diversos supuestos de hecho de aplicación de sus diversas
normas sustantivas, aunque todas ellas inciden en datos fácticos comunes como los
afectantes a la posible existencia del concreto accidente, su calificación como laboral o
no laboral, y la participación de los diversos intervinientes o de los afectados por
diversos títulos, así como para delimitar el contenido y alcance de las responsabilidades
derivadas, muchas de ellas concurrentes.
El que un mismo hecho dañoso para un trabajador, que pudiera ser calificado
como accidente de trabajo, sea susceptible de ser examinado por diversos órganos
judiciales integrados en distintas jurisdicciones, las que cuentan con una estructura
orgánica, procedimental y sustantiva propias, puede generar, entre otras consecuencias
negativas: a) contradicciones trascendentes (el que un mismo hecho pueda existir o no
existir para los distintos órganos del Estado); b) la inseguridad jurídica consecuente
vulneradora del apdo. 3, Art. 9 ,Constitución Española, difícil de remediar en nuestro
actual sistema competencial orgánico y procesal; c)la demora en la obtención de la
exigible tutela judicial efectiva, por la obligada utilización de múltiples vías
jurisdiccionales e incluso procesales para intentar defender íntegramente los derechos o
intereses del trabajador accidentado o de sus beneficiarios, del empresario o de la
entidad gestora o aseguradora afectados, agravado por el diverso ritmo temporal de los
distintos tribunales; d)la problemática de la compatibilidad o la incompatibilidad o de la
posibilidad del ejercicio sucesivo, simultaneo o condicionado de las diversas acciones,
con su incidencia en los plazos de caducidad o de prescripción para su ejercicio (inicio,
158
causas de suspensión, incidencia de los hechos probados de las sentencia firme de una
jurisdicción en las otras); y e)la problemática de la compatibilidad, la incompatibilidad,
la independencia o la complementariedad de las diversas indemnizaciones o sanciones,
entre otras muchas consecuencias negativas (p.ej., la sanción penal en algunos casos
puede ser más débil que la administrativa o el proceso penal al paralizar la acción
administrativa puede interferir en la reparación a través del recargo o condicionar la
sentencia absolutoria que se dicte la exigibilidad de reparación en otros ámbitos).
162
El apartado 2 del Art. 21 Ley 39/2015, de 1 de octubre determina que el plazo
máximo en el que debe notificarse por la Administración la resolución expresa será el
fijado por la norma reguladora del correspondiente procedimiento, sin que pueda
exceder de seis meses salvo que una norma con rango de Ley establezca uno mayor o
así venga previsto en el Derecho de la Unión Europea, añadiéndose, en el apartado
siguiente de este mismo artículo, que cuando las normas reguladoras de los
procedimientos no fijen el plazo máximo, este será de tres meses
163
de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, -esta
referencia debe entenderse hecha al artículo 25 de la Ley 39/2015, de 1 de octubre,
del Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas, que
deroga a la Ley 30/1992- a tenor del cual "en los procedimientos en que la
Administración ejercite potestades sancionadoras o, en general, de intervención,
susceptibles de producir efectos desfavorables o de gravamen, se producirá la
caducidad" cuando haya vencido el plazo máximo sin que se haya dictado y
notificado resolución, añadiendo que "en estos casos, la resolución que declare la
caducidad ordenará el archivo de las actuaciones, con los efectos previstos en el
artículo 95.
También se ha dicho que del propio tenor literal del artículo 14.3 de la Orden
de 18 de enero de 1996 se deriva que la falta de resolución dentro del plazo de 135
días no conlleva la caducidad del expediente y que no puede establecer esa
consecuencia una Orden Ministerial sin tener la cobertura de una norma de rango
superior.
165
- Se considerará que constituyen enfermedad común las alteraciones de la salud
que no tengan la condición de accidentes de trabajo ni de enfermedades
profesionales, conforme a lo dispuesto, respectivamente, en los apartados 2.e), f) y g)
del artículo 115 y en el artículo 116, respectivamente.
168
como si su situación derivada de accidente no laboral cuando ella defendía que se
trataba de una contingencia laboral. El problema se concretó, pues, en determinar la
contingencia causante de aquellas lesiones producidas en el trayecto del consultorio
médico a su casa con ocasión de un accidente de tráfico, con lo que el problema quedó
centrado en determinar si dicho accidente podía o no ser calificado como laboral in
itinere.
170
XXIII. GESTIÓN DE LA SEGURIDAD SOCIAL
171
Las entidades gestoras son (según el artículo 66 del Texto Refundido de la Ley
General de la Seguridad Social 2015) las siguientes:
Debe tenerse en cuenta que las competencias de algunas de estas entidades han
sido transferidas a las Comunidades Autónomas, que han creado sus propios
172
organismos de gestión (especialmente en materia de gestión de la prestación de
asistencia sanitaria y de servicios sociales).
Junto a las Entidades Gestoras hemos de señalar como también las empresas
pueden participar en la gestión de la Seguridad Social. El artículo 79 de la Ley
General de la Seguridad Social 2015 establece que son Entidades Colaboradoras en la
gestión de la Seguridad Social las siguientes:
174
Actualmente la colaboración se desarrolla en su mayor parte por las Mutuas y
por las empresas auto aseguradoras, siendo la tercera opción de carácter residual y
limitada (fundamentalmente colectivos de religiosos y religiosas de la Iglesia
católica, el caso de alguna cooperativa de trabajo asociado, agrupada a una entidad de
previsión social; y las Corporaciones locales, respecto a sus funcionarios,
incorporados al Régimen General, ya que pueden optar porque las prestaciones de
incapacidad temporal y asistencia sanitaria sean recibidas de la Seguridad Social o
realizar la gestión por su cuenta). Los supuestos básicos son, por tanto, los otros dos.
Al respecto debemos diferenciar primero la colaboración de las empresas, que puede
ser voluntaria u obligatoria.
175
- La cobertura de la prestación económica por incapacidad temporal derivada
de enfermedad común o accidente no laboral.
- Prestaciones económicas.
176
- Actividades de prevención de riesgos laborales.
177
Seguridad Social. Según la previsión legal, la colaboración en la gestión se llevará a
cabo por Mutuas de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales de la
Seguridad Social y por empresas, sin perjuicio de que también se podrá realizar por
asociaciones, fundaciones y entidades públicas y privadas, previa su inscripción en el
correspondiente registro público (artículo 79 Texto Refundido de la Ley General de la
Seguridad Social 2015). Son Mutuas Colaboradoras con la Seguridad Social las
asociaciones privadas de empresarios constituidas mediante autorización del
Ministerio de Empleo y Seguridad Social e inscripción en el Registro especial
dependiente de éste, que tienen por finalidad colaborar en la gestión de la Seguridad
Social, bajo la dirección y tutela del mismo, sin ánimo de lucro y asumiendo sus
asociados responsabilidad mancomunada en los supuestos y con el alcance
establecidos en esta ley. Las Mutuas Colaboradoras con la Seguridad Social, una vez
constituidas, adquieren personalidad jurídica y capacidad de obrar para el
cumplimiento de sus fines. El ámbito de actuación de las mismas se extiende a todo
el territorio del Estado (artículo 80.1 Texto Refundido de la Ley General de la
Seguridad Social 2015). La colaboración se llevará a cabo en los términos y
condiciones establecidos en el Texto Refundido de la Ley General de la Seguridad
Social 2015 y en el artículo 78 de la Ley 13/1996, de 30 de diciembre, de medidas
fiscales, administrativas y del orden social y demás normas reglamentarias de
desarrollo. En este orden, la actividad de estas entidades se concreta en:
178
d) Las demás actividades, prestaciones y servicios de Seguridad Social que les
sean atribuidas legalmente.
179
comunicación informativa del siniestro a la compañía aseguradora se realizó fuera del
plazo estipulado por contrato para ello.
180
XXVI. EL PARTE DE ACCIDENTE DE TRABAJO
Infracciones y sanciones
Según el Art. 12, LISOS, es infracción grave, "no dar cuenta en tiempo y forma
a la autoridad laboral, conforme a las disposiciones vigentes, de los accidentes de
trabajo ocurridos y de las enfermedades profesionales declaradas cuando tengan la
181
calificación de graves, muy graves o mortales, o no llevar a cabo una investigación en
caso de producirse daños a la salud de los trabajadores o de tener indicios de que las
medidas preventivas son insuficientes".
Según el Art. 11, LISOS se considerará infracción leve , "no dar cuenta, en
tiempo y forma, a la autoridad laboral competente, conforme a las disposiciones
vigentes, de los accidentes de trabajo ocurridos y de las enfermedades profesionales
declaradas cuando tengan la calificación de leves"
Para poder obtener información objetiva de los datos sobre siniestralidad laboral,
se les aplican una serie de índices estadísticos, calculados según las recomendaciones de
la XVIª Conferencias Internacionales de Estadísticos del Trabajo de la OIT:
182
Índice de Gravedad (IG): Valora la gravedad de los accidentes ocurridos en un
determinado nº de horas trabajadas por un colectivo de trabajadores (partiendo del
supuesto de que la gravedad se pudiera medir por el nº de días de baja).
Plazos de presentación
183
La Entidad Gestora o colaboradora deberá codificar las casillas sombreadas que
figuran en los modelos de los Partes de Accidentes de Trabajo y subsanar los errores
advertidos en la cumplimentación de los mismos. Si la Entidad Gestora o colaboradora
no pudiera subsanar dichos errores, devolverá los modelos a la empresa para que en el
plazo máximo de 5 días hábiles le sean remitidos debidamente cumplimentados.
ANTECEDENTES DE HECHO:
185
4º. - Tramitadas actuaciones en vía administrativa sobre valoración de secuelas a
instancia de la Mutua (f/109), y, en virtud de Resolución dictada por el Instituto
Nacional de la Seguridad Social, Dirección Provincial de Asturias, el 3 de febrero de
2012, que hizo suyo el dictamen-propuesta del Equipo de Valoración de Incapacidades
de 30 de noviembre de 2011 (f/127), basado en el preceptivo informe médico de síntesis
emitido el 17 de noviembre de 2011 (f/128), se declaró afecto de Incapacidad
Permanente Parcial con derecho a percibir, con cargo a la Mutua UMIVALE, una
indemnización equivalente a 24 mensualidades de la base reguladora de 1.843,24 euros,
esto es, 44.237,76 euros (f/126). No consta que esta resolución haya sido recurrida.
187
requirió a la empresa para que traslade la seta de seguridad al otro lado donde se
encuentra la carcasa de protección del engranaje de la cinta, de manera que en ambos
lados exista un dispositivo de parada de emergencia". El 3 de agosto de 2011 se realizó
segunda visita a la empresa, comprobándose el cumplimiento del requerimiento.
10º. - La Evaluación de Riesgos por Puesto de Trabajo, del puesto del actor,
contempla el riesgo atrapamiento o aplastamiento por o entre objetos, por causa de
posibilidad de contactos con partes móviles del equipo de trabajo. Se propone como
medida preventiva: "para la realización de trabajos de mantenimiento en la maquinaria
de planta se seguirá la instrucción de seguridad "operaciones rutinarias de
mantenimiento" (IS-01) garantizando así la consignación y enclavamiento para evitar
accidentes por arranque intempestivo". (doc. 2 aseguradora). La Instrucción IS-01 para
operaciones rutinarias de mantenimiento establece: "Toda intervención que conlleve
dejar partes móviles al descubierto (...) se realizará siguiendo la instrucción de retirada
de fusibles. "Todas las inspecciones de máquinas en las que se haya de acceder a partes
móviles (...) se realizarán siguiendo la instrucción de retirada de fusibles. La Instrucción
IS-05 para operaciones en el interior de máquinas con acceso a partes móviles: "Antes
de entrar a realizar la operación se deberá acudir junto al Jefe de Turno a la Sala
Eléctrica y retirar los fusibles y con un candado (...) bloquear la caja para que nadie
pueda volver a rearmarlos. En el Manual de Instrucciones de la Báscula, apartado g2,
Mantenimiento Sustitución y Engrase, en lo que se refiere a los detectores desvío de
188
banda, reza así: Para realizar esta operación es imprescindible tener el dosificador
parado y asegurar que no se podrá poner en marcha bajo ningún concepto".
189
SEGUNDO .- La citada sentencia fue recurrida en suplicación por la
representación procesal de D. Arcadio ante la Sala de lo Social del Tribunal Superior de
Justicia de Asturias, la cual dictó sentencia en fecha 8 de mayo de 2015 , en la que
consta el siguiente fallo: «Que desestimamos el recurso de suplicación interpuesto por
D. Arcadio contra la sentencia del Juzgado de lo Social nº1 de Avilés, dictada en los
autos seguidos a su instancia contra HDI HANNOVER INTERNATIONAL (ESPAÑA)
DE SEGUROS Y REASEGUROS SA, ASTURIANA DE FERTILIZANTES SA, sobre
Reclamación de cantidad, y en consecuencia confirmamos la resolución impugnada».
190
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
Tras lo que concluye que ese dies a quo debe fijarse en el presente supuesto en la
fecha de la resolución del INSS de 3 de febrero de 2012, que declaró al actor en
situación de incapacidad permanente parcial, " al no constar impugnación alguna de tal
decisión administrativa, ya que la misma al no resultar impugnada devino firme desde
que fue dictada, y por lo tanto desde dicho momento podía haber ejercitado ya el
demandante la acción en reclamación de daños y perjuicios", con lo que la acción se
encontraría en consecuencia prescrita por el transcurso del plazo de un año del que
disponía el actor para su ejercicio, cuando se presentó la papeleta de conciliación frente
a la empresa el 11 de febrero de 2013 y el 5 de marzo de 2013 contra su aseguradora.
192
SEGUNDO.1.- La primera cuestión que hemos de resolver es la referente a la
viabilidad del recurso de casación para la unificación de doctrina, comprobando si entre
las resoluciones en contraste concurre la necesaria contradicción que exige el artículo
219.1 de la Ley Reguladora de la Jurisdicción Social (LRJS ), que requiere que las
resoluciones que se comparan contengan pronunciamientos distintos sobre el mismo
objeto, es decir, que se produzca una diversidad de respuestas judiciales ante
controversias esencialmente iguales y, aunque no se exige una identidad absoluta, sí es
preciso, como señala el precepto citado, que respecto de los mismos litigantes u otros en
la misma situación, se haya llegado a esa diversidad de las decisiones pese a tratarse de
"hechos, fundamentos y pretensiones sustancialmente iguales".
2.- Los datos relevantes a tal efecto de la sentencia recurrida son como siguen:
1º) el actor sufre un accidente de trabajo el día 16 de abril de 2011 que le origina
diversas lesiones en la mano y antebrazo derecho; 2º) permaneció en situación de
incapacidad temporal hasta el 16 de octubre de 2011 y en fecha 3 de febrero de 2012 se
dictó resolución del INSS que le reconocía prestaciones de incapacidad permanente
total, que no fue impugnada judicialmente y frente a la que no se presentó reclamación
193
previa por ninguna de las partes; 3º) el 11 de febrero de 2013 interpone el demandante
la conciliación contra la empresa demandada y el 5 de marzo frente a la aseguradora.
194
Y en esas coincidentes circunstancias, la sentencia recurrida entiende que el
plazo de prescripción debe computarse desde la fecha de dicha resolución
administrativa, mientras que la de contraste concluye que ha de comenzar a correr
cuando ha transcurrido el plazo de 30 días del que disponían las parte para formular
reclamación previa.
Aplican de esta forma una diferente doctrina que es necesario unificar, sin que
podamos acoger de plano en este momento el alegato de las codemandadas que en sus
escritos de impugnación invocan la falta de contenido casacional, para cuya resolución
será necesario analizar previamente los criterios jurisprudenciales en esta materia y
determinar hasta qué punto pueda considerarse existente una reiterada doctrina del
Tribunal Supremo sobre la forma de establecer el dies a quo en supuestos como los que
resuelven las sentencias en contradicción.
195
2.- La STS 11/12/2013, rcud.1164/2013 , resume perfectamente la doctrina que
con carácter general ha venido a establecer el Tribunal Supremo en esta materia, citando
las anteriores SSTS de 10/12/98, rcud 4078/97 ; 12/02/99, rcud 1494/98 ; 06/05/99,rcud
2350/97; 22/03/02,rcud 2231/01 ; 20/04/04,rcud 1954/03 ; 04/07/06 , 834/05 ; 12/02/07,
4491/05 ; y 21/06/11, rcud 3214/10 .
c).- En puridad, el plazo «no puede iniciarse hasta que el beneficiario tiene un
cabal conocimiento de las secuelas del accidente y de las mermas que tales secuelas
producen, tanto en su capacidad de ganancia, como en su patrimonio biológico». Y
196
cuando se sigue un procedimiento judicial para la fijación de las lesiones padecidas, el
plazo sólo comienza a correr desde que el mismo se agota, porque la resolución del
INSS en vía previa «no fue firme hasta que recayó la citada sentencia de la Sala de lo
Social, y sólo desde tal firmeza se pudo iniciar el cómputo del referido plazo
prescriptivo», «pues sólo hasta ese momento se supo con certeza cuáles eran las
dolencias y secuelas que el actor padece a consecuencia del accidente de autos»; y
«obviamente, la solución sería otra si la parte se aquietase a la resolución administrativa
de la Gestora respecto de la incapacidad reconocida, ya que en tal caso habría que estar
el informe propuesta». Y en consecuencia, tal conocimiento -pleno y cabal- solamente
se produce en la fecha en que se ha dictado la correspondiente resolución firme en
proceso de IP, que es «cuando el beneficiario conoce cuáles van a ser las consecuencias
que las secuelas le van a producir y cuáles los perjuicios que de ellas se van a derivar.
Por tanto debe ser el momento de conocimiento de esta resolución el punto de partida
para el ejercicio de la acción de daños y perjuicios».
d).- A mayor abundamiento, esta tesis viene reforzada también por el hecho de
que «existe un solo daño que hay que compensar o indemnizar» por las distintas
reclamaciones y que «debe existir también, en principio, un límite en la reparación del
daño», de modo que «del importe total de los daños han de deducirse las cantidades que,
por prestaciones de la Seguridad Social, haya podido percibir el beneficiario y éstas
cantidades no son conocidas hasta tanto sea firme la resolución que declara la invalidez
del beneficiario, pues antes se ignorarán las cantidades a deducir del total importe de los
perjuicios sufridos por el trabajador accidentado» [así, STS SG 02/10/00 -rcud 2393/99
-; 08/04/02 -rcud 1964/01 -; 03/06/03 -rcud 3129/02 -; y 30/01/08 -rcud 414/07 -] .
3.- Con posterioridad han venido a reiterar estos mismos criterios las SSTS
dictadas en la misma fecha de 09/12/2015, (rcud. 1918/2014 , rcud. 1503/2014 y rcud.
3191/2014 ).
197
Resuelven estas sentencias un supuesto de enfermedad profesional, pero la
doctrina que establecen es perfectamente trasladable a los accidentes de trabajo a
efectos de determinar el dies a quo para el cómputo del plazo de prescripción de la
acción de reclamación de daños y perjuicios contra la empresa.
Tal y como así se indica de forma expresa en las mismas, y en coincidencia con
lo que acabamos de reseñar, esta acción " sólo puede ejercitarse desde que haya
quedado acreditado no sólo el origen de la contingencia -caso de que éste fuera
discutido-, sino también desde el momento en que hayan quedado determinadas de
manera definitiva la totalidad de prestaciones de Seguridad Social que tengan derecho a
percibir, que hayan de ser deducidas y tenidas en consideración para fijar la cuantía
indemnizatoria que puede ser reclamada a la empresa demandada".
198
contrario lo está el afán o deseo de su mantenimiento o conservación, la estimación de
la prescripción extintiva se hace imposible a menos de subvertir sus esencias". Destaca
también esta sentencia que "nuestro Código Civil no exige fórmula instrumental alguna
para la reclamación extrajudicial como medio para interrumpir la prescripción por lo
que cualquiera de ellos puede servir para tal fin".
Tras lo que reiteran y ratifican los mismos criterios que ya hemos referenciado
en el apartado anterior, y concluyen con una afirmación especialmente relevante para la
resolución del presente supuesto, cual es la de que " el inicio del plazo prescriptorio no
podía iniciarse hasta que no se dieran dos circunstancias concurrentes: la primera, que
existiese resolución firme por la que se declarase que la contingencia de la que derivaba
la prestación discutida era profesional, en concreto, derivada de enfermedad profesional;
y, la segunda, que también existiese resolución firme que fijase las cantidades que por
prestaciones de Seguridad Social tenía derecho a percibir su beneficiario para que
dichas cantidades pudieran deducirse del monto global que hubiera que reclamar a la
entidad demandada. Por tanto, el "dies a quo" quedó establecido en la fecha de la
resolución administrativa que causó estado dictada por el INSS en fecha 16-03-2011
que reconoció que la muerte del causante derivaba de enfermedad profesional".
199
Conforme a esos presupuestos, cuando la resolución administrativa del INSS sea
impugnada en vía judicial, ninguna duda cabe que la fecha del dies a quo será la del
momento en el que se agota el proceso con la notificación de sentencia que ponga fin al
mismo.
El problema surge cuando no se insta el proceso judicial porque todas las partes
se aquietan a la resolución que resuelve el procedimiento en vía administrativa, y no se
presenta siquiera reclamación previa contra la misma.
2.- Los mismos razonamientos en los que se sostiene la doctrina de esta Sala que
hemos recogido en el anterior fundamento de derecho, en la que se sienta el criterio de
que hay que esperar a la firmeza de la sentencia que agote el proceso judicial que
pudiere haberse seguido frente a la resolución administrativa, son perfectamente
extrapolables, por idénticas razones e iguales argumentos, al momento en el que la
resolución administrativa deviene firme cuando no es impugnada judicialmente.
3.- Sin que conduzca a un resultado distinto lo que de forma tangencial se dice
en la STS de 22 de marzo de 2002, rcud. 2231 / 2001, en lo que se apoya la sentencia
recurrida para considerar prescrita la acción, así como las codemandadas en sus
respectivos escritos de impugnación para oponerse al recurso.
201
de lo Social, y sólo desde tal firmeza se pudo iniciar el cómputo del referido plazo
prescriptivo " .
Una vez establecida esa doctrina para declarar que la acción no se encuentra en
aquel caso prescrita, desliza un comentario puramente colateral en el que, sin mayor
razonamiento y sin invocar otras antecedentes, se dice que "Obviamente, la solución
sería otra si la parte se aquietase a la resolución administrativa de la Gestora respecto de
la incapacidad reconocida, ya que en tal caso habría que estar el informe propuesta,
como también ha declarado esta Sala”.
Estamos de esta forma ante una frase aislada que constituye un simple "obiter
dicta", en la medida en que " para resolver el caso examinado en ellas no hacía falta
generalizar la solución a supuestos diferentes, sin mayor explicación" (STS 18-12-2015,
rcud. 2750), y que al tener esa naturaleza carece de eficacia jurídica como doctrina que
la Sala deba respetar, máxime cuando este "obiter dicta" se opone al criterio que reflejan
las numerosas sentencias de la Sala que ya hemos referenciado.
Por otra parte, no puede validarse como doctrina correcta la de estar a la fecha
del "informe propuesta" cuando no se impugna la resolución administrativa, pues como
declara la STS de 1 de junio de 2016, rcud. 2537/2014, que ya hemos citado
anteriormente, " El hecho de estar al informe propuesta cabe entenderlo en el sentido de
que dicha propuesta es la que establece el marco patológico de la persona accidentada,
que, no obstante, como tal propuesta, ha de confirmarse por la autoridad laboral a quien
202
está dirigida mediante la subsiguiente resolución administrativa .", de la igual forma
que, con el mismo fundamento, todas nuestras precitadas sentencias ponen de
manifiesto que tampoco puede considerarse como dies a quo el de la emisión del alta
médica "que expresará el parecer del facultativo que lo emite y cuya comprensión para
la generalidad de los beneficiarios será de difícil entendimiento, dados los términos
científicos que en tales documentos deben utilizarse" , en lo que queremos destacar que
la emisión de este tipo de informes médicos no puede prevalecer frente a la seguridad
jurídica que garantiza la resolución administrativa que, a la postre, debe hacerlos suyos
para convalidar las consecuencias jurídicas que de los mismos se desprendan en orden
al reconocimiento de las prestaciones de seguridad social en juego.
FALLO:
Por todo lo expuesto, en nombre del Rey, por la autoridad que le confiere la
Constitución, esta sala ha decidido: 1º) Estimar el recurso de casación para la
unificación de doctrina interpuesto por D. Arcadio , contra la sentencia dictada el 8 de
mayo de 2015, por la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Asturias, en
el recurso de suplicación núm. 664/2015, que resolvió el formulado contra la sentencia
203
del Juzgado de lo Social núm. 1 de Avilés, de fecha 21 de enero de 2015 , recaída en
autos núm. 42/2014, seguidos a instancia del ahora recurrente frente a la empresa
Asturiana de Fertilizantes, S.A. y HDI Hannover International España Seguros y
Reaseguros, S.A., sobre reclamación de cantidad. 2º) Casar y anular la sentencia
recurrida, y devolver las actuaciones al Juzgado de instancia para que dicte nueva
sentencia por la que, teniendo por no prescrita la acción ejercitada, se resuelvan las
restantes cuestiones planteadas. Sin costas.
ANTECEDENTES DE HECHO:
204
NUM000 y afiliado a la Seguridad Social con el n° NUM001, venía prestando sus
servicios retribuidos como metalúrgico para la empresa actora SIDERÚRGICA
SEVILLANA S.A. desde el 2/11/1973, desempeñando tareas de gruísta de carga de
hornos de acería. 2°) La empresa actora desde el año 1999 ha venido realizando
evaluaciones periódicas de los niveles de ruido del puesto de trabajo del trabajador
demandado, en las que constan que se vienen superando desde dicha fecha los niveles
de 80 y 90 decibelios, con picos de 136 en julio de 2001 y 2002, 143 en julio de 2003 y
124 en julio de 2006, sin que exista constancia de que antes del año 1992 se entregaran
al actor equipos de protección auditiva personal, y a partir de dicha fecha, se le
proporcionaron auriculares, de tipo tapón inicialmente y compactos desde el año 2000.
Junto a ello, el trabajador demandado fue objeto de reconocimientos médicos en la
empresa desde 1974, si bien no consta que se practicaran las audiometrías de control
conforme a los protocolos y pautas establecidas reglamentariamente para prevenir la
pérdida de audición de los trabajadores expuestos al ruido, no siendo hasta 2006 cuando
se le consideró apto con limitación a tareas con exposición al ruido, y calificándose
finalmente en 2007 como no apto. 3°) En fecha de 6.11.2006 los servicios médicos de la
empresa emitieron un parte de enfermedad profesional del trabajador demandado por
hipoacusia neurosensorial bilateral, que fue seguido el 12/01/2007 por baja médica por
idéntica contingencia expedida por la mutua FRATERNIDAD MUPRESPA.
Posteriormente, tras incoarse por el INSS un expediente para determinar la procedencia
de la concesión al trabajador de una prestación de incapacidad permanente, con fecha de
efectos del 13/09/2007 se le reconoció el grado de invalidez permanente total derivada
de enfermedad profesional, en base a un cuadro clínico residual consistente en acúfenos
con hipoacuasia bilateral. Interesada por el trabajador la revisión del grado de
incapacidad concedido, la misma fue denegada por el INSS en fecha de 22.02.2011, en
base a un dictamen del EVI de la misma fecha en el que se concretó un cuadro clínico
residual consistente en acufenos con hipoacusia bilateral grave por probable trauma
acústico. 4°) En fecha de 16.06.2009 el trabajador demandado solicitó la iniciación de
un expediente de recargo de las prestaciones de IPT que venía percibiendo, por estimar
que la enfermedad profesional que contrajo prestando servicios para la empresa actora
se debió a la falta de medidas de seguridad e higiene, solicitud que dio lugar al
expediente de responsabilidad empresarial n° NUM002 , en el curso del cual se emitió
205
informe por la Inspección de Trabajo de fecha 14.1.2010, en cuyas conclusiones se hizo
constar la infracción por parte de la empresa actora de lo dispuesto en los artículos 14.1
, 15 , 16 y 22 de la Ley 31/1995 de noviembre de Prevención de Riesgos Laborales, si
bien no se propuso la incoación de expediente sancionador al considerarse prescritos los
hechos. Finalmente se dictó resolución por el INSS de fecha 10/02/10 por la que se
declaró la responsabilidad de la empresa actora, por falta de medidas de seguridad en la
producción de la enfermedad profesional que nos ocupa, imponiéndole un recargo del
50 % en las prestaciones de Seguridad Social que se deriven del mismo. 5°)
Disconforme con dicha resolución, la empresa declarada responsable formuló
reclamación previa el día 20/05/2011, que fue expresamente desestimada en fecha de
9/09/2011, interponiéndose la demanda que nos ocupa el 29/07/2011.»
206
de casación para la unificación de doctrina, que se formalizó ante esta Sala mediante
escrito fundado en la contradicción de la sentencia recurrida con la dictada por la Sala
de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, sede Sevilla de 26 de
septiembre de 2013, recurso 1913/2012 (aclarada por Auto de fecha 24 de octubre de
2013).
QUINTO.- Se admitió a trámite el recurso, y tras ser impugnado por las partes
recurridas, el Instituto Nacional de la Seguridad Social, la Mutua Universal-Mugenat,
Mutua Colaboradora con la Seguridad Social nº 10, la mercantil Siderúrgica Sevillana,
S.A., y la Fraternidad Muprespa Mutua Colaboradora con la Seguridad Social núm. 275,
se pasaron las actuaciones al Ministerio Fiscal para informe, el cual fue emitido en el
sentido de estimar que el recurso debe ser declarado improcedente por falta de
contradicción.
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
208
La sentencia entendió que falta la acreditación de concurrencia de uno de los
elementos básicos precisos para la aplicación del artículo 123 del texto refundido de la
Ley General de Seguridad Social, como es la existencia de una relación de causalidad
entre la falta de adopción de las medidas propuestas, y la producción del resultado
dañoso, dado que la acreditación de la existencia de una enfermedad profesional no
entraña automática imposición del recargo correspondiente. En tal criterio vino a incidir
por su parte la propia Inspección Provincial de Trabajo y Seguridad Social, que no
propuso la imposición de recargo alguno a la empresa hoy recurrente.
210
La sentencia entendió que la empresa, pese a efectuar una labor para prevenir los
riesgos provocados por la exposición al ruido, no ha logrado evitar el riesgo,
exponiendo al trabajador de manera habitual a ruidos superiores a los 80 db, dando
lugar al potencial riesgo de padecer traumatismo acústico que da origen a la enfermedad
profesional diagnosticada. Y si bien dotó a sus trabajadores de protectores acústicos, no
les informaba y obligaba a su utilización, omitiendo así el deber de vigilancia y de
formación e información en materia de riesgo a la exposición de ruidos, por lo que se
aprecia el nexo causal entre dicho incumplimiento y el daño al trabajador.
El recurso que debió ser inadmitido por falta del requisito de la contradicción, en
esta fase ha de ser desestimado.
FALLO:
Por todo lo expuesto, en nombre del Rey, por la autoridad que le confiere la
Constitución, esta sala ha decidido:
ANTECEDENTES DE HECHO:
213
Mutua Asepeyo. En fecha de 30 de julio de 2.011 se dio de baja voluntaria en la citada
entidad.
Igualmente prestaba sus servicios para la entidad José Alvedro e Hijos S.L., a
tiempo completo, como "peón de chatarrería", teniendo concertada esta entidad la
cobertura de contingencias profesionales con Mutua Gallega de Accidentes de Trabajo.
215
TERCERO.- Por la representación de Mutua Gallega de Accidentes de Trabajo
se formalizó el presente recurso de casación para la unificación de doctrina ante la
misma Sala de suplicación.
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
216
distintas, cuando el accidente proyecta las limitaciones funcionales sobre uno de esos
trabajos y el empleado continua desarrollando la otra actividad con normalidad sin que
le afecten tales limitaciones de manera significativa.
Como consecuencia de ese accidente y después del alta médica, desde un cuadro
clínico inicial de: « ... politraumatismo, traumatismo cráneo encefálico con fractura base
de cráneo, traumatismo torácico con fractura 1° arco costal; fractura de rótula derecha
no desplazada», presentaba las limitaciones orgánicas y funcionales siguientes: «...
cefalea, sensación de inestabilidad, acufeno derecho, hipoacusia derecho, claudicación
derecha de la marcha», que le limitan para tareas de altas exigencias sobre extremidad
inferior derecha que pueden condicionar algunas de las tareas de la profesión de «peón
de chatarrería».
218
pretendía que se declarase que esas limitaciones funcionales no incidían en la profesión
de repartidor, sino exclusivamente en las de peón de chatarrería.
Con total claridad entonces, tanto la sentencia de instancia como la que ahora se
recurre y que resolvió el recurso de suplicación, sostienen que la incapacidad parcial
incidía en las dos actividades desarrolladas por el trabajador, con independencia de que
únicamente continuase prestando servicios como peón chatarrero y hubiese abandonado
la actividad de repartidor de pizzas, y una vez establecidos esos parámetros, la sentencia
recurrida -al igual que hizo la sentencia de instancia- procede a la aplicación de la
doctrina de la STS de 22 de julio de 1998, (rec. 1878/1997 ), en la que se abordaba el
problema del pluriempleo en un accidente de trabajo con resultado específico de
fallecimiento del trabajador y la discusión jurídica sobre las correspondientes
prestaciones por muerte y supervivencia derivadas de ese supuesto, en relación con las
dos mutuas aseguradoras. Para la sentencia recurrida esa doctrina unificada resulta
aplicable en el caso y por ello comparte el criterio de instancia de distribuir la
responsabilidad de las mutuas en relación con la prestación de incapacidad permanente
parcial para el trabajo de repartidor en moto derivada del accidente de trabajo.
Por eso en ambas sentencias se aplicó con total corrección nuestra STS de 22 de
junio de 1998, porque en la situación de la recurrida el resultado de la incapacidad se
proyectaba sobre las dos profesiones o actividades, mientras que en la recurrida
únicamente incidía en una de ellas, lo que hacía inaplicable la doctrina de la
jurisprudencia unificada que recoge en su fundamentación y que acabamos de citar.
220
3.- Es cierto que en el Fundamento cuarto de la sentencia recurrida se hace
referencia a la incidencia de las lesiones fijadas por el INSS en relación con la profesión
de repartidor de pizzas del trabajador, pero ello se ha de encuadrar en el ámbito de las
pretensiones de la demanda, a las que dio respuesta acertada la sentencia de instancia y
ratificó la Sala de suplicación, puesto que la Mutua Asepeyo demandante pretendía de
manera subsidiaria que se dijese que la incapacidad permanente parcial lo era para la
profesión de peón de chatarrería, no de repartidor de pizzas, lo cual es rechazado por la
sentencia recurrida desde el cuadro clínico residual que se declara probado en el hecho
tercero de la sentencia de instancia, en el que se ve con claridad que esa situación
incapacitante de manera parcial "puede condicionar algunas de las tareas de la profesión
de "peón de chatarrería", y además, en la resolución del INSS que se pretende dejar sin
efecto en la demanda de Asepeyo, aunque se impone el 100% de la responsabilidad del
pago de la prestación a ésta mutua, realmente no se dice que esa incapacidad incida en
una sola de las profesiones.
Por último, en nada afecta a esas diferencias existentes entre las sentencias
comparadas la realidad de que en el caso de la recurrida el trabajador haya continuado
desempeñando su profesión de peón de chatarrería, puesto que tratándose de una
incapacidad permanente parcial esa actividad es perfectamente compatible desde el
punto de vista funcional y prestacional.
FALLO:
Por todo lo expuesto, en nombre del Rey, por la autoridad que le confiere la
Constitución, esta sala ha decidido: 1.- Desestimamos el recurso de casación para la
221
unificación de doctrina planteado por Mutua Gallega de Accidentes de Trabajo, Entidad
Colaboradora con la Seguridad Social nº 201 frente a la sentencia de dictada el 16 de
marzo de 2015 por la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Galicia, en
recurso de suplicación nº 2394/2013 y confirmamos la resolución recurrida 2.- Sin
costas.
ANTECEDENTES DE HECHO:
222
SEGUNDO.- La sentencia de instancia, de fecha 19 de marzo de 2015, dictada
por el Juzgado de lo Social nº 3 de Valladolid, contenía los siguientes hechos probados:
225
El fallo de dicha sentencia es del tenor literal siguiente: "Que, desestimando la
demanda formulada por Uralita, S.A. frente a Instituto Nacional de la Seguridad Social,
Tesorería General de la Seguridad Social y D. Heraclio, debo absolver a los
demandados de las pretensiones deducidas en su contra".
226
Gilolmo López, manteniéndose el señalamiento para deliberación y fallo señalado para
el día 21 de diciembre actual, en que tuvo lugar.
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
4. El recurso ha sido impugnado por el INSS, no así por el beneficiario que, pese
a estar personado, no lo ha hecho, solicitando la Gestora su desestimación, a diferencia
de lo que propugna el Ministerio Fiscal, que, además de aceptar la contradicción, lo
entiende procedente.
TERCERO.- 1. El recurso debe ser estimado porque, como esta Sala ha resuelto
con reiteración, en lo esencial, la doctrina correcta se encuentra en la sentencia
referencial pues el artículo 43.1 LGSS vigente cuando se producen los hechos a que se
refiere el presente recurso dispone (al igual que el actual artículo 53.1 de la indicada
norma) que: «El derecho al reconocimiento de las prestaciones prescribirá a los cinco
años, contados desde el día siguiente a aquel en que tenga lugar el hecho causante de la
prestación de que se trate, sin perjuicio de las excepciones que se determinen en la
229
presente ley y de que los efectos de tal reconocimiento se produzcan a partir de los tres
meses anteriores a la fecha en que se presente la correspondiente solicitud». Tal
precepto resulta de indudable aplicación al recargo de prestaciones con fundamento en
las consideraciones que, reiterándolas una vez más, exponemos a continuación.
231
inicial del reconocimiento de la prestación base. Por ello, como ocurre en el supuesto
aquí examinado, constando que "el demandante inició expediente sobre recargo de
prestaciones mediante solicitud registrada el 26 de enero de 2012" (h. p. 3º), ha de
estarse a la previsión normativa reseñada, en la interpretación efectuada por esta Sala,
conforme a la cual, la fecha de efectos del recargo debe ser la de tres meses antes de que
el beneficiario, o, en su caso, la autoridad administrativa laboral, interesaran del INSS
su imposición.
FALLO:
232
Por todo lo expuesto, en nombre del Rey, por la autoridad que le confiere la
Constitución, esta sala ha decidido:
ANTECEDENTES DE HECHO:
233
«Que, estimando en parte y en la forma expuesta la demanda interpuesta por
Don Teodulfo contra "IBERMUTUAMUR, MUTUA DE ACCIDENTES DE
TRABAJO Y ENFERMEDADES PROFESIONALES DE LA SEGURIDAD SOCIAL
Nº 274", el INSTITUTO NACIONAL DE LA SEGURIDAD SOCIAL, la TESORERÍA
GENERAL DE LA SEGURIDAD SOCIAL y las empresas "GRANADA 74,
SOCIEDAD ANÓNIMA DEPORTIVA" y "C.F. CIUDAD DE MURCIA, S.A.D.",
debo absolviendo a "C.F. CIUDAD DE MURCIA, S.A.D.", declarar a la parte actora en
situación de incapacidad permanente en grado de total para su profesión habitual,
derivada de accidente de trabajo, condenando a la Mutua, por subrogación de la
empresa, sin perjuicio de las responsabilidades legales del INSS y de la TGSS, al abono
de una pensión vitalicia equivalente al 55 por 100 de su base reguladora de 34.772,40 €
anuales, más incrementos y revalorizaciones correspondientes, y con efectos desde el
día 8- noviembre-2011.»
234
2º.- En el mes de junio del año 2.006 (13-06-2006), durante la disputa del
Mundial de Fútbol Alemania 2.006, el demandante sufrió una importante lesión
(traumatismo severo en rodilla derecha con diagnóstico de rotura-arrancamiento del
tendón rotuliano de la rodilla derecha) cuando disputaba un partido de fútbol integrado
en la selección de Togo (resolución folios 38 y 39 que se dan por reproducidos; informe
Mutua folio 70 reverso); precisando tratamiento quirúrgico (reinserción del tendón
rotuliano con tornillos), médico y rehabilitación funcional, reincorporándose a los 16-17
meses a su trabajo habitual (informe ICAM obrante a folios 61 reverso y 62, 69 reverso
y 70 que se dan por reproducidos; informe Mutua folio 70 reverso; parte hospitalario
obrante a folio 128 que se da por reproducido). Con posterioridad existen cuatro partes
de asistencia sin baja médica de fechas 18-01-2007 por lumbalgia, 10-10-2007 por
contusión costal, 13-02-2008 por contusión en globo ocular izquierdo y 29-05-2008 por
molestias en rodilla derecha; refiriendo, con reflejo en el último parte de asistencia, que
"que desde hace unos días tiene molestias en la rodilla derecha, en esa rodilla le
intervinieron en junio del 2006" (resolución folios 38 y 39 que se dan por reproducidos;
partes de asistencia obrantes a folios 58 reverso a 60, 66 a 68 que se dan por
reproducidos). En junio del referido año 2.008 (20-06-2008) el actor fue intervenido en
Francia por complicaciones de infección en la rodilla derecha lesionada (informe ICAM
obrante a folios 61 reverso y 62, 69 reverso y 70 que se dan por reproducidos; informes
clínicos obrantes a folios 130 y 136 que se dan por reproducidos; resonancia magnética
de fecha 16-06-2008 obrante a folio 134 que se da por reproducido). En la temporada
2010- 2011 perteneció a la plantilla del Limonest, club de fútbol francés (resolución
folios 38 y 39 que se dan por reproducidos), donde no consta hubiera jugado partidos
(documentos obrantes a folios 53 reverso y 163 que se dan por reproducidos).
235
Fue reconocido por el ICAM en fecha 08-11-2011, con la presunción de
incapacidad permanente por accidente laboral, "traumatismo de estructuras múltiples de
la rodilla", "artropatía postraumática rodilla derecha: limitación funcional y gonalgia
residual" (folios 61 reverso y 62, 69 reverso y 70 que se dan por reproducidos). En
alegaciones de la Mutua, en fecha 10-02- 2012, entre otros extremos, se hacía referencia
a la responsabilidad empresarial de "GRANADA 74, SOCIEDAD ANÓNIMA
DEPORTIVA" "habida cuenta de los reiterados y constantes descubiertos en materia de
cotización que la citada empresa presenta, sin perjuicio de un eventual anticipo por parte
de esta entidad colaboradora" (folio 51 que se da por reproducido). La Dirección
Provincial del INSS, en resolución de fecha 28-02-2012, decretó que no procedía
declarar al actor en ninguna situación de incapacidad permanente derivada de accidente
de trabajo, por no reunir el requisito de incapacidad permanente, indicando que "no cabe
considerar dicho accidente como laboral, habida cuenta que no prestaba servicios para
una empresa española, ni estaba sujeto en ese momento a nuestra normativa" y que "si
finalmente no existiese continuidad en ningún club profesional de fútbol, y de estimarse
que existe incapacidad derivada de accidente de trabajo, serían aplicables los
Reglamentos comunitarios y la prestación debería reconocerse al amparo de la
normativa francesa" (resolución obrante a folio 38 que se da por reproducido). Interpuso
reclamación previa en fecha 12-04-2012, solicitando ser declarado incapaz permanente
total derivado de accidente de trabajo (documentos obrante a folios 81 reverso a 84 que
se dan por reproducidos); y formuló alegaciones la Mutua, indicando sobre la lesión
sufrida disputando un partido en el Mundial de Fútbol de Alemania que "esta lesión es
la que está de forma exclusiva en el origen la supuesta imposibilidad profesional que se
invoca" (documento obrante a folio 80 que se por reproducido). Fue desestimada la
reclamación previa por resolución fechada el día 18-06-2012 (folio 78 que se da por
reproducido).
237
fundado en la contradicción de la sentencia recurrida con la dictada por la Sala de lo
Social del TSJ de Cantabria de fecha 13 de octubre de 2003 (rec. suplicación 578/03).
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
238
2.- Recurrida la sentencia de instancia en suplicación, la Sala Social del TSJ de
Cataluña en sentencia de 20 de octubre de 2014 (rec. 2736/2014 ) señala que el
demandante futbolista profesional, sufrió lesiones importantes en la rodilla derecha en el
año 2006, molestias en mayo de 2008 e infección en ese mismo año, presentando
artropatía como patología degenerativa; continuó en activo como futbolista profesional
la temporada 2010-2011 y en diciembre de 2010 interesó el reconocimiento de la
incapacidad permanente total ante el recrudecimiento de las lesiones de la rodilla, en el
momento en que cesa su vida profesional a la edad de 30 años. Concluye revocando la
sentencia recurrida y desestimando la demanda, sin cuestionarse que la profesión
habitual sea la de futbolista, al estimar que es por su edad que ha concluido la vida
profesional activa del deportista.
3.- Entre las sentencias comparadas se aprecia la contradicción exigida por el art.
219 LRJS, pues llegan a soluciones distintas al resolver dos supuestos semejantes. En
ambas se plantea si un futbolista profesional que ha cumplido ya los treinta años puede
ser declarado afecto de incapacidad permanente total para su profesión habitual
derivada de accidente de trabajo, sin que se discuta la contingencia ni las lesiones
invalidantes. Superado el requisito de la contradicción, procede entrar en el examen de
los motivos de recurso que se plantean.
Ciertamente ello es así, y la Sala suscribe el Informe del Ministerio Fiscal. Nos
encontramos, -según resulta del relato de hechos probados que aquí se da por
reproducido-, ante un supuesto de un futbolista que ve agravada una lesión sufrida años
antes como consecuencia de accidente profesional y que se encuentra en activo cuando
solicita la prestación de incapacidad permanente total, por cuanto está en plantilla para
un Club de fútbol, y cumple los requisitos para el reconocimiento de la incapacidad
solicitada, lo cual no se discute, por lo que no puede utilizarse en su contra una
presunción acerca del fin de su actividad laboral por razones de edad. Y ello a mayor
abundamiento, por cuanto tampoco ha sido causa de la denegación de la incapacidad por
el INSS según resulta de su resolución administrativa de 28/02/2012 que decretó que no
procedía declarar al actor en ninguna situación de incapacidad permanente derivada de
accidente de trabajo, por no reunir el requisito de incapacidad permanente.
241
complicaciones derivadas del proceso patológico determinado por el propio accidente.
Comparte asimismo que las dolencias que afectan al actor, por su trascendencia
funcional, como se refleja en el informe del ICAM, imposibilitan o incapacitan al
demandante en forma total para realizar las funciones esenciales propias de su profesión
habitual, lo que justifica que sea declarado en situación de incapacidad permanente en
grado de total derivada de accidente de trabajo (art. 137 LGSS ).
Por otro lado, respecto a la profesión, ciertamente, hay que tener en cuenta
(SSTS/IV de 9/12/2002 y 26/09/2007 , entre otras), que no se cuestiona que sea la de
futbolista profesional puesto que, cuando en junio de 2008 se ven complicadas las
patologías derivadas del accidente de trabajo de 13 de junio de 2006 también ejercía
aquella profesión, al igual que sucedía cuando el demandante interesó el reconocimiento
de la incapacidad permanente total en diciembre de 2010; además de ser la profesión
que consta ejercida de forma más prolongada (en el caso, no consta que haya ejercido
otra).
Y siendo ésta y no otra la razón dada por la sentencia recurrida para estimar el
recurso de suplicación formalizado por la Mutua Ibermutuamur, revocando la sentencia
recurrida, el recurso de casación para la unificación de doctrina formulado por el actor,
ha de ser estimado conforme al informe del Ministerio Fiscal, puesto que no existe
norma alguna que impida a un futbolista el ejercicio de su profesión a la edad en el caso
cuestionada -de 30 años-, y que por otro lado, es razonable que a esta edad pueda
ejercerse.
242
Ello comporta, con revocación de la sentencia recurrida, y resolviendo el debate
en suplicación, la desestimación del recurso de tal naturaleza y confirmación de la
sentencia de instancia.
FALLO:
Por todo lo expuesto, en nombre del Rey y por la autoridad que le confiere la
Constitución, esta Sala ha decidido
243
6-SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO DE 25 DE ABRIL DE 2017
NÚMERO DE RECURSO 848/2016
ANTECEDENTES DE HECHO:
244
normas de seguridad en obra y taller y ficha de seguridad, habiéndole entregado arnés,
guantes, botas y fundas. En revisión de fecha de 16 de julio de 2010 realizado por
MUGATRA se le calificó de apto en protocolos de ruido, agentes químicos, alturas,
cargas. El día 14 de marzo de 2011, sobre las 19:00 horas, cuando se encontraba
trabajando colocando un canalón en una vivienda, se cayó de la escalera móvil, de una
altura aproximada de 5 metros. Citado canalón se había instalado la semana anterior
pero la propiedad del inmueble solicitó la instalación de una bajada porque entraba agua
en la casa, decidiendo finalmente el trabajador y su compañero de trabajo Artemio y a
pesar de la lluvia, realizar el trabajo encargado, instalando para ello una escalera manual
telescópica de aluminio de 6,53 metros con doble uso: en tijera o en un solo tramo con
referencia 3565 y que cumple con las exigencias de la norma UNE EN-l31. En ese
momento se dispuso en posición de un solo tramo y prácticamente al mismo nivel del
punto de apoyo.
247
para la unificación de doctrina que tuvo entrada en el Tribunal Superior de Justicia de
Galicia el 28 de diciembre de 2015. Se aporta como sentencia contradictoria con la
recurrida la dictada por la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de
Cataluña en fecha 23 de julio de 2013.
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
2.- En esta casación unificadora, en primer lugar, por imperativo legal, hemos de
examinar si, efectivamente, concurre la necesaria contradicción exigida por el artículo
219.1 LRJS.
250
su contenido y, en especial, el plazo de comunicación debía considerarse aplicable; e,
igualmente, en la consideración de que la comunicación del siniestro se había efectuado
fuera del plazo establecido en la póliza habida cuenta que el inicio del mismo había que
situarlo en la fecha del accidente.
Las soluciones que adoptan cada una de las sentencias son diferentes. La
sentencia referencial estima que la cláusula en cuestión es de carácter delimitador y, por
tanto, válida y que hubo incumplimiento de la obligación de notificar el siniestro dado
que tal comunicación debió hacerse en el plazo estipulado. La sentencia recurrida, por el
contrario, califica la cláusula en cuestión como limitativa, que no cumplía las exigencias
del artículo 3 de la Ley de Contrato de Seguro en orden a su configuración destacada y
su expreso consentimiento, por lo que no resulta aplicable. Es claro, por tanto, que en
mérito a unos hechos, fundamentos y pretensiones sustancialmente iguales, en los
términos que han quedado expuestos, las sentencias comparadas han llegado a
soluciones diferentes.
251
2.- No impiden la apreciación de la contradicción las razones esgrimidas por el
impugnante del recurso. En primer lugar, el hecho de que la literalidad de las cláusulas
contenidas en cada una de las pólizas que examinan las sentencias comparadas no
coincida exactamente, pues a pesar de ser cierta tal precisión, no lo es menos que existe
una coincidencia total en lo esencial a efectos del presente recurso de casación
unificadora cual es el hecho de que en ambas pólizas se establece un plazo determinado
-un año- desde la finalización del contrato de seguro que funciona como límite máximo
para comunicar el siniestro, y que los efectos de su incumplimiento son los mismos en
ambos contratos de seguro: la exclusión del siniestro del ámbito de cobertura de la
póliza. En segundo lugar porque ese -el alcance y efectividad de la cláusula
mencionada- fue el debate que se produjo en suplicación, debate que es el único que
puede ser tenido en cuenta para comprobar la existencia de contradicción, con
independencia de las otras controversias que pudieran haberse contemplado en la
instancia. Resulta, por tanto, claro que en suplicación el debate se ciñó a la validez y
efectos de la cláusula reseñada en función de la diferente naturaleza jurídica que a la
misma otorgaron cada una de las sentencias comparadas.
252
2.- La Sala ya ha tenido ocasión de establecer la doctrina adecuada sobre esta
cuestión mediante la STS de 18 de febrero de 2016 (rcud. 3136/2014), con cita de
pronunciamientos anteriores de la propia Sala y de la Sala Primera , dictada a propósito
del análisis de una cláusula que guarda una total similitud con la examinada en este
proceso. En dicha sentencia dijimos lo siguiente:
254
siniestro tuvo la aseguradora fue la comunicación por el Juzgado de la demanda origen
de este procedimiento.
FALLO:
Por todo lo expuesto, en nombre del Rey, por la autoridad que le confiere la
Constitución, esta sala ha decidido: 1.- Estimar el recurso de casación para la
unificación de doctrina interpuesto por Plus Ultra Seguros Generales y Vida SA
(anteriormente Seguros Groupama SAU), representado por la procuradora Dª. Beatriz
Dorrego Alonso, bajo la dirección letrada de D. Luis Souto Maqueda. 2.- Casar y anular
la sentencia dictada el 25 de noviembre de 2015 por la Sala de lo Social del Tribunal
Superior de Justicia de Galicia, en el recurso de suplicación número 4472/2014 , que
resolvió el formulado contra la sentencia del Juzgado de lo Social número 3 de
Pontevedra, de fecha 16 de julio de 2014 , recaída en autos núm. 430/2013, seguidos a
instancia de D. Bernardo, contra Groupama Seguros y Reaseguros SA; Axa Seguros
Generales, SA de Seguros y Reaseguros; Sometal SL, sobre Derechos Fundamentales.
3.- Resolver el debate en suplicación estimando el de tal clase y, al efecto, absolver a
Plus Ultra Seguros Generales y Vida SA (anteriormente Seguros Groupama SAU),
manteniendo el resto de pronunciamientos de la sentencia del Juzgado de lo Social nº 3
de Pontevedra de fecha 16 de julio de 2014 , recaída en autos número 430/2013. 4.-
Ordenar la devolución de las consignaciones y depósitos efectuados para recurrir, sin
hacer pronunciamiento sobre costas.
255
ANTECEDENTES DE HECHO:
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
261
578/05 -; 23/12/07 -rcud 2097/05 -; 18/07/11 -rcud 2502/10-; y 28/10/14 -rcud 2784/13
-), cuyos argumentos reproduce con detalle, para concluir que « Dicho lo que antecede,
no siendo la empresa recurrente aquel "empresario infractor", no siendo la sucesión del
Art. 44 en éste caso "realizada en fraude de ley y para burlar dicha prestación/sanción,
no pudiendo darse efectos retroactivos a aquella responsabilidad civil (que no puede
excluirse del ámbito "personalísimo" de su causa), es evidente que la sentencia, con
estimación del recurso, ha de ser revocada en orden a la responsabilidad solidaria que es
objeto de su pronunciamiento manteniendo, eso sí, el 40% del recargo para la empresa
codemandada Granauto Vehículos industriales SA».
Pues bien, tal como se argumenta en el escrito de impugnación del recurso por la
empresa, el requisito ha de entenderse inexistente, y ello es así porque nuestra decisión
de contraste contemplaba el supuesto de sucesión de empresa por absorción y sostuvo la
transmisibilidad de responsabilidades laborales por tal vía, en tanto que materia afecta
no sólo por los preceptos que en el recurso se declaran infringidos [arts. 44 ET, 123 y
127 LGSS], sino muy directamente por la Directiva 78/855 CEE [09/Octubre/1978]ž
sobre fusión y escisión de empresas, actualmente derogada y sustituida -aunque con
identidad normativa en los preceptos ahora en liza: arts. 3.1; 13; y 19- por la Directiva
262
2011/35/UE, y consiguientemente la materia -trascendencia de la absorción de empresa-
se halla afecta igualmente por la STJUE de 05/Marzo/2015 [Asunto C-343/13], que
interpreta el alcance de los mandatos comunitarios precisamente en términos que
reforzaron -cuando menos argumentalmente- el cambio de doctrina que efectuamos en
la indicada sentencia de contraste.
3.- Es más, en el sentido que acabamos de referir incluso cabría añadir que ni tan
siquiera concurre -entre las decisiones comparadas- contradicción plena entre las
doctrinas mantenidas por ambas sentencias, siendo así que la nuestra referencial no
mantuvo que en todo supuesto de sucesión de empresa hubiese de apreciarse la
transmisión de responsabilidades por infracciones atribuidas a la empresa primitiva,
sino que limitamos tal consecuencia a determinados negocios jurídicos, claramente
263
inexistentes en los presentes autos. Así, concretamente indicamos en aquélla [FJ Quinto.
3]:
a).- Igualmente alcanza a los supuestos de fusión por constitución, habida cuenta
de la plena equiparación de efectos que establecen tanto la normativa española [art. 23
LME] como la comunitaria [art. 23 Directiva 78/855].
b).- También a los de escisión, habida cuenta de que por disposición legal tiene
idéntico régimen jurídico -en cuanto a los efectos sobre el activo y pasivo- que la fusión
[art. 73 LME].
264
d).- También en el caso de «cesión global de activo y pasivo» [arts. 81 a 91
LME], fenómeno por virtud del cual se transmite en bloque -por sucesión universal-
todo el patrimonio de una sociedad inscrita a cambio de una contraprestación, pues
mutatis mutandis son aplicables las mismas consideraciones que efectuamos en el caso
de la fusión; y con mayor motivo ha de mantenerse el criterio cuando la cesión se
realiza a favor de los propios socios, por cuanto que los mismos no resultarían ajenos a
los incumplimientos empresariales determinantes de las patologías a que el recargo de
prestaciones atiende».
FALLO:
Por todo lo expuesto, en nombre del Rey, por la autoridad que le confiere la
Constitución, esta sala ha decidido
265
8-SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO DE 20 DE ABRIL DE 2017
ANTECEDENTES DE HECHO:
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
266
PRIMERO.- El escrito de revisión interpuesto por el trabajador accionante relata
el caso de éste sosteniendo que sufrió un accidente de trabajo el 5 de marzo de 2008
cuando prestaba servicios para la empresa demandada por lo que interpuso en su día una
demanda en cuyo acto de juicio dicha entidad presentó un testigo a un empleado que
decía haber visto cómo el accidentado había firmado en su momento el certificado de
prevención de riesgos laborales, lo que motivó que el Letrado de este último impugnase
ese documento por considerar que la firma se hallaba falsificada.
267
SEGUNDO .- La revisión solicitada ha tenido entrada en esta Sala del TS el 2 de
febrero de 2016 y en su tercer fundamento de derecho sólo se dice que se interpone
dentro de los plazos fijados al efecto en el art 512 de la LEC , aportando como
documentos además de la sentencia del TSJ de Aragón que resuelve el recurso de
suplicación contra la sentencia del Juzgado de lo Social competente, las sentencias del
Juzgado de lo Penal de Teruel de 21 de mayo de 2015 y la de la Audiencia Provincial de
dicha capital que la confirma de 24 de septiembre de 2015 , sin que aparezca en dicha
resolución que contra la misma cupiera algún recurso que teóricamente pudiese impedir
su firmeza inmediata, de lo que se deduce ésta (firmeza que el actor sostiene en su sexto
fundamento sin más precisiones) resultando tal conclusión (firmeza automática)
conforme con lo prevenido en el art 847 de la LECr en su redacción anterior a la
reforma de la misma por Ley 41/2015, de 5 de octubre, en vigor desde el 6 de diciembre
de dicho año, y sin que se mencione ni conste la fecha de notificación al actor de esta
última resolución, por lo que no existe modo de determinar si se cumple o no con lo
dispuesto en el nº 2 de dicho precepto, que establece un plazo de tres meses "desde el
día en que se descubrieren los documentos decisivos... o en que se hubiere reconocido la
falsedad", lo que, al parecer, y a falta de mayores explicaciones, basa dicha parte en la
referida sentencia de la Audiencia Provincial, incumbiéndole la acreditación fehaciente
y suficiente de tal extremo, de modo que al no haberlo hecho, no puede entenderse
acreditado que se dé cumplimiento a esa exigencia normativa, bastando ello, en esta
fase o momento, para desestimar su solicitud.
A ello ni siquiera cabría oponer en este caso que tal posterioridad se ha debido al
levantamiento de la suspensión decretada en su momento por el Juzgado de lo Social
antes de que se dictase una resolución definitiva en sede penal tal y como exige el art
86.2 de la LRJS, porque lo cierto es que no consta que tal decisión fuese impugnada ni
cuestionada en ningún momento por el ahora solicitante de revisión.
269
CUARTO. - Por otro lado y como igualmente se resalta en nuestra sentencia
precitada, "Como siguen diciendo las citadas sentencias de 2-10-06 (revisión 41/05 ), 5-
6-07 (revisión 15/05) y 26-6-07 (revisión 31/13), y se reitera en la de 10-7-2008
(revisión 25/06): "1).- En relación al número 1º del art. 1796 de la Ley de
Enjuiciamiento Civil de 1881 (antecedente inmediato del actual art. 510-1º) la ya citada
sentencia de la Sala de lo Social del Tribunal Supremo de 15 de marzo del 2001 declaró
lo siguiente: «ha resaltado reiteradamente la doctrina de esta Sala (sentencias de 20 de
mayo de 1986 , 15 de abril de 1987, 28 de marzo de 1988, 22 de enero, 23 de enero, 27
de abril y 14 de mayo de 1990, 22 de octubre y 12 de noviembre de 1991, 5 de octubre
de 1992], 23 de marzo, 28 de junio y 18 de septiembre de 1995, 14 de marzo y 29 de
junio de 1996 y 7 de diciembre de 1999 entre otras muchas), de modo que el éxito de
esta causa rescisoria solo será posible si concurren conjuntamente los siguientes
requisitos: A)Que se trate de documentos recobrados, es decir, recuperados después de
dictada la sentencia firme cuya revisión se insta; o, en otros términos, de documentos
que existían ya en el momento de dictarse la sentencia que se pretende revisar, no
aquellos otros que son posteriores o sobrevenidos a ella. B)Que los mismos hayan sido
«detenidos» por fuerza mayor o por obra de la parte a cuyo favor se hubiese dictado el
fallo impugnado. Y C ) Que sean decisivos, es decir, que «su sola presencia procesal
hubiera determinado un signo distinto para el pronunciamiento».- « Por tal razón y
como es lógico, no pueden calificarse de documentos recobrados las sentencias de
cualquier Orden Jurisdiccional recaídas con posterioridad a la que se quiere rescindir.
Así lo ha sostenido esta Sala en sus sentencias de 3 de julio de 1995 y de 29 de abril de
1997 en relación con sentencias del Orden Contencioso-Administrativo de la
Jurisdicción; en la de 28 de septiembre de 1996 respecto a una sentencia proveniente del
propio Orden Social; y en la de 2 de diciembre de 1998 con una sentencia del Orden
Civil. (....).- En base a estas consideraciones la sentencia de esta Sala de 5 de diciembre
del 2001 destaca que «no pueden considerarse documentos recobrados, en modo alguno,
«documentos posteriores a la sentencia de cuya revisión se trata, cuales una sentencia -
STS 14-4-2000 , un auto de otro Juzgado -STS 15-3-2001 , una reclamación - STS 10-
4-2000 - una certificación posterior - STS 25-9-2000 -, o un documento que se hallaba
en el INEM - STS 27-7-2001 ». (...)".
270
Concretamente, en relación con el motivo consistente en que se recuperen u
obtengan documentos decisivos, la Sala ha especificado que tal causa "no debe ser
entendida como una «nueva oportunidad probatoria» que añadir a la ya disfrutada en la
instancia y en el recurso extraordinario de Suplicación, sino que el carácter «decisivo»
del documento ha de manifestarse en el sentido de que el mismo «ha de ser de tal
naturaleza que por sí solo ponga en evidencia que el fallo de la sentencia impugnada se
hubiera visto afectado con su presencia en el litigio» (con cita de resoluciones
anteriores, SSTS 28/05/98 -rec. 709/97; 14/03/06 -rec. 17/05; y 28/06/07 -rec. 10/04 -),
de manera que «su sola presencia procesal hubiera determinado un signo distinto para el
pronunciamiento» (STS 05/06/07 -rec. 15/05), por poner en «en evidencia la
equivocación del juzgador» ( STS 03/03/06 -rec. 19/04 )" (ATS/IV 18-septiembre-2008
-rec 21/2007, STS/IV 21-diciembre-2012 -revisión 14/2010).
272
FALLO:
Por todo lo expuesto, en nombre del Rey, por la autoridad que le confiere la
Constitución, esta sala ha decidido: Desestimar la demanda de revisión interpuesta por
DON Carlos Jesús, contra la sentencia dictada por el Tribunal Superior de Justicia de
Aragón de fecha 4 de octubre de 2013 , que resolvió el recurso de suplicación
interpuesto contra la sentencia dictada por el Juzgado de lo Social de Teruel de fecha 14
de mayo de 2013, en actuaciones seguidas por dicho recurrente contra FRESAL
INNOVACIÓN S.L., UTISA TABLEROS DEL MEDITERRÁNEO y ALLIANZ,
COMPAÑIA DE SEGUROS Y REASEGUROS S.A., sobre RECLAMACIÓN DE
CANTIDAD. Sin costas.
ANTECEDENTES DE HECHO:
273
En dicha sentencia se declararon probados los siguientes hechos: «Primero.- El
demandante D. Aureliano, nacido el día NUM000 de 1981 y con D. N. I. número
NUM001, prestó servicios para la empresa Costas & Alonso Granitos,S.L., dedicada a
la actividad de marmolería con corte, aserradero, pulido y colocación de piedra, desde el
día 21 de abril de 2005, con la categoría profesional de oficial de 2ª marmolero y un
salario mensual de 1.151'44 euros, incluido prorrateo de pagas extraordinarias en
octubre de 2006, habiendo sido cesado por fin de contrato el día 31 de agosto de 2007,
percibiendo una indemnización de 1.447'17 euros.
274
Tercero.- El accidente le provocó al trabajador un traumatismo en el ojo
izquierdo con desprendimiento de retina y herida inciso-contusa en el párpado superior,
habiendo sido intervenido en varias ocasiones por presentar luego avulsión base de
vítreo, hemorragias subretinianas, rotura de coroides y catarata postraumática
colocándosele una lente intraocular.
275
que recibió el día 12 de diciembre de 2006 los test que los trabajadores, entre ellos el
demandante, debían cubrir tras estudiar el material entregado.
Octavo.- La empresa tenía suscrito con Winterthur, sucedida por AXA Seguros
Generales Sociedad Anónima de Seguros y Reaseguros, la póliza de multindustria
número NUM002 con un límite por siniestro de 300.000 euros y por víctima de 150.000
euros con una franquicia de 150 euros.
276
FOGASA, debemos de confirmar y confirmamos en su integridad la resolución
recurrida».
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
277
contradicción las sentencias de 14 de abril de 2008 del TSJ de Cantabria , 30 de junio de
2010 del TS , y 28 de abril de 2009 del TSJ del País Vasco. Impugna la aseguradora
absuelta respecto del fondo litigioso. El Mº Fiscal alega respecto de cada uno de los tres
motivos falta de contradicción y propone la desestimación del recurso.
El siniestro tuvo lugar cuando, con las gafas de seguridad puestas, se hallaba
puliendo un canto de piedra y aquéllas se le cayeron al suelo, y al apagar la máquina
para recogerlas, rompió la taza de pulido de la misma y se desprendió un trozo
impactándole en ese ojo. La empresa tiene un plan de prevención elaborado en 2005 y
revisado tras el accidente para incluir la proyección de fragmentos o partículas de las
herramientas o materiales derivados de una posible utilización incorrecta o herramientas
inadecuadas y proyecciones de fragmentos o partículas de brocas, muelas, etc o de los
materiales perforados o cortados. El trabajador había recibido meses antes del accidente
manuales al respecto entregados por un técnico en la materia que recibió en su momento
278
los tests que aquél y otros compañeros debían realizar tras estudiar el material
entregado.
280
sentencia de contraste el accidente se anuda a una máquina ya antigua y de la que se
constata un funcionamiento interno defectuoso.
De todo ello resulta, sin necesidad de mayores explicaciones, dadas las relativas
a la sentencia recurrida ya expuestas, y más claramente si cabe que en el motivo
anterior, la inexistencia de contradicción, en virtud de las notables diferencias entre los
casos comparados y el fundamento que ello proporciona a las distintas soluciones
judiciales; esto es, que como apunta también el Mº Fiscal, las de la sentencia recurrida
constituyen "circunstancias que no son equiparables con las descritas por la sentencia
referencial" , puesto que en ésta el caso resulta muy particular al tratarse -como no
sucede en la recurrida- de un aprendiz de muy reciente contratación, al que se le estaba
281
ocupando en una labor que no le correspondía y para la cual no se le había dado
formación preventiva alguna.
282
De todo lo que antecede resulta que tampoco existe la necesaria contradicción
con la sentencia ahora recurrida, donde el trabajador no sólo había recibido la
correspondiente formación e información sino que también disponía de la protección
ocular oportuna, sin que se haya detectado un incumplimiento de la normativa
preventiva por parte de la empresa, al no aparecer que la rotura de la taza de pulido de la
máquina se debiera a una falta de supervisión de la misma o a su inadecuada
realización, de manera que la causa del accidente se considera que se debe a algo
imprevisible y no a la imprevisión, como acontece en el de la sentencia comparada.
FALLO:
Por todo lo expuesto, en nombre del Rey, por la autoridad que le confiere la
Constitución, esta sala ha decidido: Desestimar el recurso de casación para la
unificación de doctrina interpuesto por D. Aureliano, contra la sentencia de fecha 15 de
mayo de 2015 dictada por la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de
Galicia en el recurso de suplicación número 3623/2013 , formulado frente a la sentencia
de fecha 19 de abril de 2013, dictada en autos 897/2012 por el Juzgado de lo Social
número 1 de Vigo, seguidos a instancia de dicho recurrente, contra la empresa COSTAS
283
& ALONSO GRANITOS, S.L., LA ASEGURADORA AXA SEGUROS
GENERALES, S.A. DE SEGUROS Y REASEGUROS y la ASEGURADORA
EUROVIDA, S.A., sobre RECLAMACIÓN DE CANTIDAD. Sin costas.
ANTECEDENTES DE HECHO:
284
C/ Periodista Francisco Javier Cobos 2 (Asesoría CC.-00), trabajador de Cetursa, tenía
el carácter de enfermedad común cuya cobertura la tenía concertada el INSS. Medió
dictamen propuesta de 17.01.2014 con diagnóstico de Infarto agudo miocardio. Sitio no
especificado.
285
encuentra mal, que se (sic) no puede más. Dolor que se irradia a omóplato derecho a
mandíbula y a hombro con vegetativos con juicio clínico de Scacest.
3.- Nuevo informe médico del servicio de cardiología que acredita la evolución
de sus lesiones.
286
TERCERO.- Interpuesto recurso de suplicación contra la referida sentencia, la
Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, sede en Granada, dictó
sentencia con fecha 17 de junio de 2015 en la que consta la siguiente parte dispositiva:
«Que desestimando el recurso de suplicación interpuesto por Sabino contra la Sentencia
dictada por el Juzgado de lo Social núm. Nº 4 DE GRANADA, en fecha 25/11/14 , en
Autos núm. 321/2014, seguidos a instancia del recurrente, en reclamación sobre
MATERIAS SEGURIDAD SOCIAL, contra CETURSA SIERRA NEVADA SA,
MUTUA FREMAP, INSS y TGSS, debemos confirmar y confirmamos la Sentencia
recurrida.»
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
287
ÚNICO.- 1. La sentencia ahora recurrida en casación unificadora, dictada el 17
de junio de 2015 (R. 682/15) por de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de
Justicia de Andalucía/Granada, confirma la del Juzgado de lo Social nº 4 de los de
Granada de 25 de noviembre de 2014, desestimatorias ambas de la demanda del
trabajador, en la que éste interesaba que el proceso de Incapacidad Temporal (IT) que
inició el 10 de julio de 2013 fuese declarado accidente de trabajo.
288
Cardiología del Hospital Virgen de las Nieves, el actor mencionó que esa madrugada, a
las 2,00 horas, "comienza con dolor centrotorácico opresivo irradiado a hombro derecho
y mandíbula, estando en reposo y asociado a cortejo vegetativo, por el cual consulta esta
mañana en su centro de salud con 8 h de evolución del dolor aproximadamente" (h. p.
4º). La sentencia impugnada, en fin, alcanza su conclusión desestimatoria entendiendo
de los hechos probados que -literalmente-- "el infarto de miocardio que sufrió el actor,
se inició a las dos de la madrugada estando el recurrente en su domicilio, sin perjuicio
de que manifestaciones sintomáticas de mayor intensidad surgieran en el decurso
evolutivo de aquella enfermedad, dando lugar a que siendo las 8:00 horas tuvieran que
precisar de un cateterismo urgente pero en modo alguno queda acreditado que dicho
infarto surgiera con ocasión de la prestación de trabajo, ya que su aparición se había
manifestado, a las dos de la madrugada en domicilio particular, e incluso, dos días
antes, por lo que no se ha infringido [concluye] el precepto invocado por el recurrente,
ni la jurisprudencia que cita" (FJ 2º.3 in fine, de la sentencia recurrida).
291
6. El artículo 219 de la Ley Reguladora de la Jurisdicción Social exige para la
viabilidad del recurso de casación para la unificación de doctrina que exista
contradicción entre la sentencia impugnada y otra resolución judicial que ha de ser -a
salvo del supuesto contemplado en el número 2 de dicho artículo- una sentencia de una
Sala de lo Social de un Tribunal Superior de Justicia o de la Sala IV del Tribunal
Supremo. Dicha contradicción requiere que las resoluciones que se comparan contengan
pronunciamientos distintos sobre el mismo objeto, es decir, que se produzca una
diversidad de respuestas judiciales ante controversias esencialmente iguales y, aunque
no se exige una identidad absoluta, sí es preciso, como señala el precepto citado, que
respecto a los mismos litigantes u otros en la misma situación, se haya llegado a esa
diversidad de las decisiones pese a tratarse de "hechos, fundamentos y pretensiones
sustancialmente iguales" (sentencias, entre otras, de 7 de abril y 4 de mayo de 2005, R.
430/2004 y R. 2082/2004; 25 de julio de 2007, R. 2704/2006; 4 y 10 de octubre de
2007, R. 586/2006 y 312/2007, 16 de noviembre de 2007, R. 4993/2006; 8 de febrero y
10 de junio de 2008, R. 2703/2006 y 2506/2007), 24 de junio de 2011, R. 3460/2010 , 6
de octubre de 2011, R. 4307/2010, 27 de diciembre de 2011, R. 4328/2010 y 30 de
enero de 2012, R. 4753/2010.
292
7. Esta Sala considera, de manera similar a lo que acordamos en el mencionado
precedente (STS4ª 27-10-2016) y pese al parecer contrario del Ministerio Fiscal, que no
concurre el requisito de contradicción que requiere el art. 219.1 LRJS porque,
cuestionándose en los dos supuestos la aplicación del art. 115.3 LGSS, aunque la
referencial reconoce la contingencia profesional en un proceso ciertamente parecido,
pues, en efecto, en uno y otro caso, las dolencias cardíacas surgieron antes del comienzo
de la actividad laboral pero también se manifestaron después de iniciado el trabajo, lo
cierto y relevante, a los efectos de la contradicción, es que en la sentencia de contraste la
verdadera razón del reconocimiento como accidente de trabajo estriba en el
convencimiento de esta Sala de que la lesión surgió, como se dice en el primer párrafo
de su FJ 2º, "en el lugar de trabajo y con ocasión de prestarse el mismo", mientras que,
por el contrario, la sentencia recurrida, confirma la apreciación y el convencimiento
alcanzado por el Juez de instancia, que, sin duda como resultado de la prueba
practicada, había entendido, como vimos (3), que la lesión "no pudo ser la acción del
trabajo en el marco del art. 115.2 f) LGSS el factor desencadenante", y ratifica esa
misma conclusión.
FALLO:
Por todo lo expuesto, en nombre del Rey, por la autoridad que le confiere la
Constitución, esta sala ha decidido desestimar el recurso de casación para unificación de
doctrina interpuesto por Don Sabino, contra la sentencia dictada el 17 de junio de 2015
por la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía Granada, en
recurso de suplicación nº 682/15, interpuesto contra la sentencia de fecha 25 de
noviembre de 2014 dictada por el Juzgado de lo Social nº 4 de Granada, en autos nº
321/14, seguidos a instancia de DON Sabino contra INSTITUTO NACIONAL DE LA
293
SEGURIDAD SOCIAL; TESORERÍA GENERAL DE LA SEGURIDAD SOCIAL;
CETURSA SIERRA NEVADA, S.A. y MUTUA FREMAP. Sin costas.
ANTECEDENTES DE HECHO:
Los hechos probados a tener en cuenta para resolución del presente recurso son
los formulados como tales por la sentencia del Juzgado, que se reproducen acto seguido:
295
En Resolución de fecha 26-07-13 el INSS reconoció con carácter provisional
pensión de viudedad condicionando al fallo judicial, denegando la prestación a favor de
familiares, (ramo de prueba de la actora).
7 °.- Para el caso que sea estimada la demanda la base reguladora es 18.283,78
€/anuales.
8 °.- Agotada la vía administrativa, interpone la presente demanda con fecha 08-
07-13.»
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
297
Ya en los Antecedentes se ha expuesto con detalle el relato judicial que actúa
como elemento fáctico a efectos del contraste legalmente exigido en este tipo de recurso
(art. 219.1 LRJS). Sin perjuicio de volver sobre sus aspectos más singulares y
relevantes, ahora procede resumirlo para así centrar el debate.
Sobre las 19,40 horas, a la altura del kilómetro 12,700 de la autovía de Sierra
Nevada A-44 Bailén-Vélez Benaudalla, sentido Bailén, se produce un accidente de
tráfico que acaba con la vida del trabajador.
298
A) Viuda e hija del fallecido interesan que las correspondientes prestaciones de
Seguridad Social se consideren generadas por accidente de trabajo. Agotada la vía
administrativa, interponen demanda frente al INSS, la TGSS, la Mutua Asepeyo y la
mercantil empleadora.
299
Lo decisivo está en la fragmentación del nexo causal por el dato cronológico. El
desplazamiento comienza poco después de las 18,30 h y el accidente se produce a unos
20 kilómetros del lugar de inicio, pero transcurrida más de una hora.
300
La segunda sentencia referencial es la STSJ Castilla-La Mancha de 29 octubre
2010 (rec. 1077/2010). Refiere al mantenimiento del nexo causal en caso de desvío del
trayecto a la casa tras finalizar el trabajo, pero demorándose la salida material del
mismo.
301
El artículo 219 de la Ley Reguladora de la Jurisdicción Social exige para la
viabilidad del recurso de casación para la unificación de doctrina que exista
contradicción entre la sentencia impugnada y otra resolución judicial que ha de ser -a
salvo del supuesto contemplado en el número 2 de dicho artículo- una sentencia de una
Sala de lo Social de un Tribunal Superior de Justicia o de la Sala IV del Tribunal
Supremo. Dicha contradicción requiere que las resoluciones que se comparan contengan
pronunciamientos distintos sobre el mismo objeto, es decir, que se produzca una
diversidad de respuestas judiciales ante controversias esencialmente iguales y, aunque
no se exige una identidad absoluta, sí es preciso, como señala el precepto citado, que
respecto a los mismos litigantes u otros en la misma situación, se haya llegado a esa
diversidad de las decisiones pese a tratarse de "hechos, fundamentos y pretensiones
sustancialmente iguales", SSTS 16/07/2013 (R. 2275/2012), 22/07/2013 (R.
2987/2012), 25/07/2013 (R. 3301/2012), 16/09/2013 (R. 302/2012), 15/10/2013 (R.
3012/2012), 23/12/2013 (R. 993/2013), 29/04/2014 (R. 609/2013), 17/06/2014 (R.
2098/2013) , 18/12/2014 (R. 2810/2012) y 21/01/2015 (R. 160/2014).
A) Siempre que han de valorarse las circunstancias fácticas del caso para adoptar
un criterio sobre la petición esencial de la demanda (despidos disciplinarios, extinciones
causales del contrato de trabajo, existencia de incapacidad permanente, responsabilidad
302
empresarial, etc.) la dificultad de cumplir el presupuesto procesal del artículo 219.1
LRJS es grande.
Pese a tal complejidad, esta Sala viene entendiendo que la contradicción debe
apreciarse por referencia a los hechos relevantes (siendo inocuas las disparidades
colaterales). De ese modo, ha podido alumbrarse doctrina unificada respecto de
supuestos como los siguientes:
Trabajador que vive en la población donde trabaja (Santander) pero que todos
los viernes, al terminar su jornada, se dirige a casa de su abuela (Arnuero). La STS 17
diciembre 1997 (RJ 1997, rec. 923/1997) acepta comparar el supuesto con el de quien
trabaja en Madrid y al llegar el fin de semana se marcha a la casa de su madre en
Bilbao.
304
Trabajador fallecido en el momento de iniciar el camino hacia el centro de
trabajo, por disparos de quien mantiene relación sentimental con su esposa. La STS 20
junio 2002 (rec. 2297/2001) acepta el contraste con supuesto de agresión por parte de
cuñado y por rencillas familiares.
Trabajador que se dirige a su puesto de trabajo tras visitar a sus padres (en
Valladolid), en lugar distante del centro de trabajo (Madrid) y apartado del trayecto
habitual (desde San Fernando de Henares). La STS 19 enero 2005 (rec. 6543/2003)
acepta el contraste con supuesto de trabajador que viaja hacia el lugar de trabajo
(Madrid) tras haber pasado el fin de semana en la población de sus padres (Barco de
Ávila).
305
Trabajadora accidentada durante el desplazamiento para realizar una consulta
médica, con autorización de la empresa y durante la jornada, que sufre una caída casual
al tropezarse con una manguera de un camión de gasoil que estaba descargando en un
portal. La STS 15 abril 2013 (rec. 1847/2012) acepta el contraste con el caso de
trabajadora que sufre accidente de motocicleta cuando volvía al trabajo tras acudir a la
consulta de la matrona en el ambulatorio -por hallarse embarazada-, previa autorización
de la empresa.
Trabajador que, a las 20 horas del viernes, circula en motocicleta tras recibir el
alta médica de baja anterior. La STS 25 mayo 2015 (rec. 2163/2014) acepta el contraste
con supuesto de trabajador motociclista, accidentado cuando se dirigía a su domicilio
tras haber entregado a la empresa un parte de alta médica por un proceso de IT anterior.
4. Corolario.
306
TERCERO.- Examen de la contradicción.
307
en un tiempo que debe considerarse normal, pues la diferencia de 55 minutos con la
hora normal de salida no rompe el nexo causal al tratarse de un lapso destinado
lógicamente al cambio de ropa, aseo, conversación con los compañeros, etc.
308
A) La STSJ Galicia de 3 de febrero de 2012 (r. 1624/2008) declara la
contingencia de accidente de trabajo el sufrido por el demandante en las siguientes
circunstancias:
El día del accidente tuvo un horario de 17,30 a 22,00 horas, y una vez acabadas
las clases cogió su ciclomotor y se dirigió a la calle Estación.
309
la casa, y desde esta consideración, los hechos, fundamentos y pretensiones son
sustancialmente iguales.
1. La regulación.
310
B) Junto a esta noción principal de accidente de trabajo, aparece un listado
ejemplificativo que comienza aludiendo a los accidentes "que sufra el trabajador al ir o
al volver del lugar de trabajo " (art. 115.2.a LGSS/1994; art. 156.2.a LGSS /2015).
Interesa ahora reproducir algunas consideraciones habituales en nuestra doctrina,
resumidas por la STS 26 diciembre 2013 (rec. 2315/2012 Pleno).
311
2. Doctrina de la Sala.
De esta forma, hay que apreciar que en el caso decidido concurren los elementos
que definen el accidente in itinere. En efecto, se aprecia el elemento teleológico, porque
la finalidad principal del viaje sigue estando determinada por el trabajo, puesto que éste
fija el punto de regreso y se parte del domicilio del trabajador en los términos ya
precisados.
312
Está presente también el elemento cronológico, pues aunque el accidente tiene
lugar a las 21,15 horas del domingo cuando el trabajo comenzaba a las 8 horas del
lunes, lo cierto es que se viajaba desde un punto que ha sido definido como el domicilio
del trabajador hasta el lugar de residencia habitual y el hacerlo a aquella hora, para
después de un descanso, poder incorporarse al día siguiente al trabajo ha de considerarse
como una opción adecuada.
B) Asimismo las sentencias citadas y otras como las de 19 enero 2005 (rec.
6543/2003), 20 septiembre 2005 (rec. 4031/2004), 29 marzo 2007 (rec. 210/2006) o 14
febrero 2011 (rec. 1420/2010) vienen explicando que para calificar un accidente como
laboral in itinere deben concurrir las siguientes circunstancias:
Que la finalidad principal y directa del viaje este determinada por el trabajo
(elemento teleológico).
313
obedezcan a motivos de interés particular de tal índole que rompan el nexo causal con la
ida o la vuelta del trabajo.
314
actividad en la empresa y que también regresan a sus domicilios al acabar la jornada
laboral opera en la misma línea de refuerzo sobre la teleología laboral del
desplazamiento.
315
y regreso), pero también con el presumible nivel económico del propietario (el HP
séptimo refiere que su base reguladora anual es de 18.283,78 €).
En los HHPP se explica que el accidente tiene lugar en la autovía que comunica
las poblaciones enlazadas por el itinerario que el trabajador debía seguir para regresar a
su domicilio. Por lo tanto, el vehículo y la calzada elegida parecen adecuados, sin que se
haya acreditado una eventual conducción temeraria por parte del fallecido que hubiera
podido cuestionar la concurrencia de este factor.
316
El hecho de que el trabajador empleara algo de tiempo en una despedida o charla
con comentarios sobre el trabajo del día al bajar del vehículo los compañeros
acompañantes - también trabajadores de la misma empresa y también en desplazamiento
de regreso del trabajo-, y precisamente a la llegada a sus respectivos domicilios, no
rompe la conexión laboral. Ese periodo de tiempo es parte del que corresponde a su
propio viaje de vuelta a casa, ocurriendo el fatal accidente en la continuación del
desplazamiento que iba a permitir su conclusión, pudiendo calificarse, en consecuencia,
como "in itinere", por no alterarse el nexo causal.
Pues bien, recordemos que el accidente lo sufre sobre las ocho menos veinte y a
la salida de Mengíbar. La sentencia recurrida expone que al no haberse acreditado las
causas del retraso en cuestión, el viaje se ha deslaboralizado.
318
habido algún atasco menor, la imposibilidad de que el trabajador manifestara
exactamente lo acaecido tras dejar al segundo de los pasajeros, la posibilidad de alguna
gestión intermedia razonable (recargar combustible, acudir al servicio, realizar una
mínima compra), son factores que inclinan a la solución flexibilizadora patrocinada
tanto por la sentencia referencial cuanto por la del Pleno de esta Sala ya expuesta.
QUINTO.- Resolución.
FALLO:
319
Por todo lo expuesto, en nombre del Rey, por la autoridad que le confiere la
Constitución, esta sala ha decidido:
ANTECEDENTES DE HECHO:
320
«1º.- El Sr. D. Fausto, mayor de edad, con D.N.I. nº NUM000, afiliado a la
Seguridad Social nº NUM001, vino prestando servicios por cuenta y cargo de la
empresa INGENIERIA DE PROCESOS ELECTRICOS S.L. desde el año 2005,
teniendo reconocida la categoría de oficial de 1ª electricista. La empresa se dedica a la
actividad de montajes eléctricos, para lo cual desplaza grupos de trabajo a los lugares de
instalación que pueden radicar en algún punto de la geografía española. La empresa
tenía cubierto el riesgo derivado de la contingencia de AT con la MUTUA
MUTUALIA.
2º.- El Sr. Fausto junto con otros trabajadores de un grupo de trabajo, habían
sido desplazados a Cataluña para la realización de dos trabajos (en la localidad de
Pineda del Mar y en Gerona). En el mes de marzo de 2011 el Sr. Fausto y otros
compañeros desplazados volvieron durante unos días al País Vasco, entre otros motivos
para practicárseles un reconocimiento médico por parte de los Servicios de prevención
de la MUTUA MUTUALIA. Ya con fecha 12/2/2010 los servicios de prevención de
Mutualia hicieron reconocimiento médico al Sr. Fausto, emitiéndose informe en el que
se le recomendaba que pasara a control por su médico por detectarse alteraciones
analíticas (sobrepeso, glucosa en sangre, colesterol, etc.). En fecha 7/3/2011 se realiza
un nuevo reconocimiento al Sr. Fausto que arroja cifras más elevadas de colesterol,
triglicéridos, etc., manteniendo factores de riesgo (obesidad, tabaquismo, etc.),
emitiéndose informe con recomendación de acudir para control urgente a su médico. No
consta que tal informe se entregase al trabajador antes de su vuelta a Cataluña.
3º.- El Sr. Fausto trabajó normalmente desde el día 8/3/2011 hasta el día
23/3/2011. Que el día 24/3/2011 un compañero de trabajo, Sr. Leandro, ante la
extrañeza de que el Sr. Fausto no bajara a desayunar fue a su habitación sobre las 8:00
h, encontrándose al Sr. Fausto sin preparar. Al preguntarle, el Sr. Fausto le comentó que
no se encontraba bien y que se iba a quedar en la habitación. Posteriormente sobre las
13 h. el Sr. Leandro volvió a pasar por la habitación, para ver al Sr. Fausto. A la vista de
321
que éste no le contestaba ni le abría la puerta se avisó al personal del hotel que procedió
a abrir la puerta de la habitación, encontrándose al Sr. Fausto fallecido.
5º.- Con fecha 19/3/2013 se solicita por DÑA. Magdalena en su calidad de viuda
del Sr. Fausto ante el I.N.S.S. que se proceda a declarar que el fallecimiento del Sr.
Fausto acaecido el 24/3/2011 fue derivado de la contingencia de AT a los efectos del
reconocimiento de las prestaciones de muerte y supervivencia.
6º.- Por parte del I.N.S.S. se da traslado a la MUTUA MUTUALIA que por
acuerdo de 9/5/2013 desestima la petición, remitiéndose a los interesados ante el
I.N.S.S. para el reconocimiento de las prestaciones por contingencia común. Se ha
reconocido a la Sra. Magdalena una pensión de viudedad calculada conforme a una base
reguladora de 1.242,88 euros con un porcentaje del 52% y efectos del 25/3/2011 y a la
hija una pensión de orfandad calculada conforme a un porcentaje del 20% de la misma
base reguladora con efectos del 1/2/0012 hasta el 31/1/2013.
322
En dicha sentencia aparece la siguiente parte dispositiva: «Desestimo la
demanda interpuesta por DÑA. Magdalena frente a I.N.S.S., T.G.S.S., MUTUA
MUTUALIA y la empresa INGENIERIA DE PROCESOS ELECTRICOS S.L., sobre
Seguridad Social, absolviendo a los demandados de las pretensiones deducidas en su
contra en el presente procedimiento.».
Con fecha 1 de septiembre de 2014 la Sala de lo Social del TSJ del País Vasco
dictó auto, en el que consta la siguiente parte dispositiva: «DISPONEMOS ha lugar a
rectificar la sentencia recaída en el presente procedimiento, y así el penúltimo párrafo
del Fundamento Jurídico 2° que queda redactado en los siguientes términos: "Estos
factores objetivos, básicamente los territoriales, como los subjetivos, sustancialmente
los que afectan al entorno de relación, hacen que el accidente en misión se conceptúe y
gradúe de una forma directa en el entorno en el que ocurre o acontece, sin posibilidad de
una desvinculación de los elementos que coadyuvan, y que pueden dotar al trabajo de
un carácter esencial, pues no es simplemente tangencial a la situación del trabajador,
sino que requiere un análisis pormenorizado de las circunstancias concurrentes, e
323
igualmente hacen que se prime la incidencia que puede tener el trabajo tanto en la salud
como en el restablecimiento o paliación de la misma. Ello es importante si tenemos en
cuenta que muchos de los accidentes que no se asocian a elementos intempestivos o
abruptos, pueden ser mitigados en sus consecuencias por la rápida intervención de los
servicios médicos, a los que muchas veces no se accede por esas circunstancias en las
que se encuentra el trabajador; circunstancias que, insistimos, han sido ocasionadas por
el trabajo. Y, todo ello cobra especial hincapié y relevancia en el asunto que
examinamos, pues encontramos que el trabajador realiza un importante trabajo físico en
su actividad; la misma era llevada a cabo sin ningún problema, pues los factores
detectados en modo alguno imposibilitaron no sólo el desplazamiento, sino el ejercicio
de las actividades que requiere su profesión; de igual manera, con esos propios
antecedentes, y probablemente en un entorno doméstico o de reproducción normal,
hubiese existido una atención inmediata a los primeros síntomas; ello, se relaciona y
asocia, con el propio devenir que se produjo, donde el trabajador se encuentra no sólo
en esa actividad física, sino con cierta premura en el acabado de los trabajos. Todo ello
implica el que, por un lado, el trabajador fuese a iniciar su jornada de trabajo de forma
ordinaria, se encuentra dentro del entorno laboral, pues no sólo está desplazado por
cuenta de la- empresa, sino que lo que va a realizar es el trabajo encomendado.
Debemos destacar que, como señala el recurso, el trabajador sufre el percance en el
inicio y en el desarrollo de la que hubiera sido su jornada de trabajo, abriéndose una
incógnita sobre la jornada y tiempo de actividad laboral que no le puede perjudicar
(caso diferente al examinado por el TS en su sentencia de 11-2-14, recurso 42/13 ); y, en
segundo término, todo ese cúmulo de circunstancias que rodean al trabajador
desplazado, en orden a su entorno y relaciones personales, así como esa presión que el
trabajo implica, por la continuidad del mismo, y ser el motivo del desplazamiento, lleva
consigo que en este caso entendamos que concurren factores suficientes para etiquetar la
contingencia de profesional, y dotemos al suceso del 24-3-11 de la etiología del
accidente de trabajo, lo que implica que se estime que la base reguladora de las
prestaciones de muerte y supervivencia asciende, hecho probado séptimo, a 1523,36
euros mensuales, y que el riesgo venga cubierto por la Mutua Mutualia, hecho probado
primero, párrafo 2º».
324
TERCERO.- Por la representación de Mutualia, Mutua de Accidentes de
Trabajo y Enfermedades Profesionales de la Seguridad Social nº 2, se formalizó el
presente recurso de casación para la unificación de doctrina ante la misma Sala de
suplicación el 30 de enero de 2015. Se aporta como sentencia contradictoria con la
recurrida la dictada por la Sala de lo Social del Tribunal Supremo en fecha 11 de febrero
de 2014 (Rcud. nº 42/2013).
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
325
La sentencia recurrida contempla el caso de un trabajador de una empresa vasca
de montajes eléctricos que era desplazado al efecto, junto con otros, a distintas
localidades españolas y que en el periodo de 8 de marzo a 23 de marzo de 2011 prestó
servicios con normalidad en dos localidades de Cataluña. Pero el 24 de marzo, como no
bajó a desayunar, un compañero extrañado subió a su habitación del Hotel donde se
alojaban y le preguntó que le pasaba contestándole que no se encontraba bien y que ese
día se quedaría en su habitación. Más tarde, sobre las 13 horas, el compañero fue de
nuevo a verlo al Hotel y, como no contestaba a sus llamadas, el personal del Hotel abrió
la habitación y lo encontró muerto, fallecimiento que se imputó a un edema agudo de
pulmón con fibrilación auricular en persona con factores de riesgo (colesterol alto,
obesidad, tabaquismo, etc.). A la viuda y a la hija se le reconocieron prestaciones por
enfermedad común y presentaron demanda reclamando que se declarase que la
contingencia causante era profesional, pretensión que fue denegada por la sentencia de
instancia que fue revocada por la sentencia de suplicación, al entender que el suceso se
debió a un accidente de trabajo en misión, por considerar que por estar fuera de su
ambiente y entorno doméstico natural y presionado por el trabajo no acudió a pedir
asistencia médica y se quedó en el Hotel, pese a los síntomas que tenía a la hora de
inicio y desarrollo de su jornada laboral. Contra esta resolución se ha interpuesto el
presente recurso.
326
las que fue declarado en situación de gran invalidez, derivada de enfermedad común,
siendo de destacar que el trabajador padecía obesidad, hipertensión arterial esencial,
hiperlipemia, etc.. Contra esa decisión se presentó demanda pidiendo que se declarase
que la contingencia era profesional, accidente de trabajo en misión, pretensión que fue
estimada en la instancia por sentencia que confirmó en suplicación la sentencia que fue
recurrida en casación y casada por la sentencia de contraste en la que se revocó la de
instancia y se declaró que el origen de la contingencia protegida era común, por cuanto
no existía y estaba roto el necesario nexo causal entre el trabajo y la lesión.
«La noción de accidente en misión ha sido aceptada por la doctrina de esta Sala
como una modalidad específica de accidente de trabajo, en la que se produce un
desplazamiento del trabajador para realizar una actividad encomendada por la empresa.
La misión integra así dos elementos conectados ambos con la prestación de servicios del
trabajador: 1º) el desplazamiento para cumplir la misión y 2º) la realización del trabajo
en que consiste la misión. La protección del desplazamiento presenta cierta similitud
con la del accidente "in itinere", en la medida en que el desplazamiento se protege en
cuanto que puede ser determinante de la lesión, como en el caso de la sentencia 26 de
diciembre de 1988, sobre la insuficiencia cardíaca por una crisis de asma durante un
vuelo en avión que impidió que el trabajador fuese debidamente atendido, con lo que sin
el desplazamiento el resultado lesivo no se hubiese producido. En cuanto al accidente
que se produce en la realización del trabajo que constituye el objeto de la misión, su
régimen es el normal del artículo 115.1 de la Ley General de la Seguridad Social. Pero
no todo lo que sucede durante la misión tiene una conexión necesaria con el trabajo,
cuando ni es propiamente desplazamiento, ni tampoco realización de la actividad
laboral. Así la sentencia de 10 de febrero de 1983 excluyó de la consideración de
accidente de trabajo el fallecimiento de un trabajador en misión en Nigeria;
fallecimiento que se produjo un domingo, día de descanso, por asfixia por inmersión, al
bañarse en la playa de Badagry, y las sentencias de 17 de marzo de 1986 y 19 de julio
de 1986 niegan también la consideración de accidente de trabajo el fallecimiento por
infarto de miocardio de trabajadores en misión cuando los infartos se produjeron cuando
descasaban en el hotel y sin que constase ninguna circunstancia que pudiese evidenciar
una relación entre el trabajo realizado y la lesión cardíaca padecida. La solución es
diferente en algunas sentencias como las de 14 de abril de 1988 y 4 de mayo de 1998,
pero lo es en atención a las especiales circunstancias de los casos decididos: en la
primera -también un infarto en el hotel padecido por un directivo que participa en una
reunión profesional- porque el propio infarto se vincula no a la misión, sino una
situación laboral de "gran stress", y en la segunda porque la lesión se produce en el
328
propio vehículo que conducía el trabajador, aunque mientras descansaba, conduciendo
otro compañero. De acuerdo con esta doctrina, no puede considerarse correcto el criterio
que sostiene que durante todo el desarrollo de la misión el trabajador se encuentra en el
tiempo y el lugar del trabajo, aunque se trate de periodos ajenos a la prestación de
servicios, de descanso o de actividades de carácter personal o privado.».
329
por la empresa. La misión integra así dos elementos conectados ambos con la prestación
de servicios del trabajador: 1º) el desplazamiento para cumplir la misión y 2º) la
realización del trabajo en que consiste la misión. La protección del desplazamiento
presenta cierta similitud con la del accidente "in itinere", en la medida en que el
desplazamiento se protege en cuanto que puede ser determinante de la lesión, como en
el caso de la sentencia 26 de diciembre de 1988, sobre la insuficiencia cardíaca por una
crisis de asma durante un vuelo en avión que impidió que el trabajador fuese
debidamente atendido, con lo que sin el desplazamiento el resultado lesivo no se
hubiese producido. En cuanto al accidente que se produce en la realización del trabajo
que constituye el objeto de la misión, su régimen es el normal del artículo 115.1 de la
Ley General de la Seguridad Social. Pero no todo lo que sucede durante la misión tiene
una conexión necesaria con el trabajo, cuando ni es propiamente desplazamiento, ni
tampoco realización de la actividad laboral. Así la sentencia de 10 de febrero de 1983
excluyó de la consideración de accidente de trabajo el fallecimiento de un trabajador en
misión en Nigeria; fallecimiento que se produjo un domingo, día de descanso, por
asfixia por inmersión, al bañarse en la playa de Badagry, y las sentencias de 17 de
marzo de 1986 y 19 de julio de 1986 niegan también la consideración de accidente de
trabajo el fallecimiento por infarto de miocardio de trabajadores en misión cuando los
infartos se produjeron cuando descasaban en el hotel y sin que constase ninguna
circunstancia que pudiese evidenciar una relación entre el trabajo realizado y la lesión
cardíaca padecida. La solución es diferente en algunas sentencias como las de 14 de
abril de 1988 y 4 de mayo de 1998 , pero lo es en atención a las especiales
circunstancias de los casos decididos: en la primera -también un infarto en el hotel
padecido por un directivo que participa en una reunión profesional- porque el propio
infarto se vincula no a la misión, sino una situación laboral de "gran stress", y en la
segunda porque la lesión se produce en el propio vehículo que conducía el trabajador,
aunque mientras descansaba, conduciendo otro compañero. De acuerdo con esta
doctrina, no puede considerarse correcto el criterio que sostiene que durante todo el
desarrollo de la misión el trabajador se encuentra en el tiempo y el lugar del trabajo,
aunque se trate de periodos ajenos a la prestación de servicios, de descanso o de
actividades de carácter personal o privado".
330
En el mismo sentido podemos citar nuestras sentencias de 16 de septiembre de
2013 (R. 2965/2012) y la de contraste, entre otras.
FALLO:
Por todo lo expuesto, en nombre del Rey, por la autoridad que le confiere la
Constitución, esta sala ha decidido
331
debate planteado en suplicación en el sentido de confirmar la sentencia de instancia
dictada el 25 de febrero de 2014, por el Juzgado de lo Social nº 7 de Bilbao, en autos
número 840/2013 4. Sin costas y con devolución al recurrente de los depósitos
constituidos para recurrir. 5. Dese a las consignaciones efectuadas para recurrir el
destino legal.
ANTECEDENTES DE HECHO:
332
a las recurrentes las cantidades depositadas o consignadas a los efectos de la
interposición de este recurso o, y en su caso, a la anulación de los avales presentados
con el mismo propósito. Sin costas».
Posteriormente, ésta sentencia fue aclarada por auto de fecha 21 de julio de 2014
cuya parte dispositiva queda del tenor literal siguiente:
333
"Aclarar la sentencia 127/2012 de 7 de mayo de 2012 en el sentido de que la
suma total de las partidas consignadas en el cuadro contenido en el apartado "B)
Cuantificación del daño" del fundamento jurídico cuarto ascienden a la cantidad de
234.989'57. En consecuencia, el fallo de la sentencia 127/2012 queda redactado del
modo siguiente: Fallo. Que estimo la falta de legitimación pasiva de ADECCO T.T. S.A
EMPRESA DE TRABAJO TEMPORAL, y de AXA AURORA IBÉRICA, S.A. DE
SEGUROS Y REASEGUROS. Que estimo en parte la demanda interpuesta por D.
Anibal contra FREUDENBERG TELAS SIN TEJER, S.A., y ZURICH ESPAÑA,
COMPAÑÍA DE SEGUROS, S.A., en RECLAMACIÓN DE CANTIDAD a quienes
condeno a pagar al actor la suma de DOSCIENTOS TREINTA Y CUATRO MIL
NOVECIENTOS OCHENTA Y NUEVE CON CINCUENTA Y SIETE CÉNTIMOS
(234.989'57€), quedando limitada la responsabilidad de ZURICH ESPAÑA
COMPAÑÍA DE SEGUROS, S.A., LA SUMA DE CIENTO CINCUENTA MIL
EUROS, límite máximo de cobertura por víctima y correspondiendo el resto a la
empresa demandada, devengando los intereses de acuerdo con lo establecido en el
fundamento jurídico sexto. Se absuelve a ADECCO T.T. S.A. EMPRESA DE
TRABAJO TEMPORAL, y a AXA AURORA IBÉRICA S.A DE SEGUROS Y
REASEGUROS"."
335
En cuanto al 2º de los Antecedentes de hecho, en cuanto a los hechos probados
que constan en la misma, siendo correcto el número total de 20 hechos probados, al
hallarse repetidos dos de ellos el séptimo y el décimo segundo quedando rectificados del
siguiente modo:
Tercero.- El día 06-05-05, el actor inició su jornada laboral a las 06:00 horas en
la máquina BUCKHARDT MODELO BS01/2000/KA00132 en la que trabajaba
juntamente con D. Luis Enrique y D. Lucas. Dicha máquina es una calandria de
perforación caliente compuesta de un rodillo de pekalón, un rodillo punzante y un
inductor calienta cilindros, estos dos últimos protegidos con una carcasa metálica sujeta
con cuatro tornillos. La finalidad de la máquina es el estampado y perforación de una
tela sin tejer cuya utilidad posterior será la de "mocho para fregonas". La máquina
procesa la tela sin tejer a una velocidad aproximada de 40 metros por minuto (folios
200, 201).
336
Cuarto.- Hacia las 7:00 horas, aproximadamente, del día 06-05-05 se atascó la
tela en su paso por la máquina por lo que el actor y los trabajadores mencionados en el
hecho probado anterior procedieron a parar la máquina y retirar la carcasa metálica de
protección para proceder a reparar la avería limpiando el rodillo punzante con una
herramienta consistente en un punzón metálico con el que se retiraban, uno a uno, los
restos de tela adheridos al rodillo (folio 200, 242 a 246 y 248 a 252).
Quinto.- Poco antes de las 08:00 llegó a la empresa el Sr. Jacobo, Supervisor de
Línea, y pasó por las proximidades de la máquina observando que los trabajos se
realizaban con la máquina parada (testifical de D. Jacobo , D. Lucas y D. Martín).
Sexto.- Hacia las 08:15 horas, el Sr. Luis Enrique propuso continuar la limpieza
del rodillo con la máquina en marcha (con velocidad reducida de 20 metros por minuto)
y limpiar el rodillo con un cepillo de púas que se fue a buscar a otras máquinas,
continuando la limpieza el Sr. Luis Enrique y el Sr. Lucas . Al cabo de un tiempo el Sr.
Luis Enrique dejó su puesto para ir al lavabo y, encargó al actor, que estaba barriendo
en los alrededores de la máquina (folios 200, 245, 248 a 252 testifical de D. Jacobo , D.
Luis Enrique, D. Lucas). (Hecho probado que fue aclarado por auto de fecha 16 de
octubre de 2014).
338
A) NO SE APRECIA FALTA DE MEDIDAS DE SEGURIDAD EN EL
EQUIPO DE TRABAJO, EL RESGUARDO QUE CUBRE LOS RODILLOS ES UN
RESGUARDO FIJO QUE REQUIERE, PARA SER RETIRADO, QUITAR
PREVIAMENTE LOS CUATRO TORNILLOS ALLEN QUE LO SUJETAN A LA
ESTRUCTURA. A ESTO HAY QUE AÑADIR LA POSIBILIDAD QUE TIENE EL
OPERARIO DE BLOQUEAR MEDIANTE UN CANDADO LA POSIBLE PUESTA
EN MARCHA DE LA MÁQUINA; SIN QUE EN BASE A LO EXPUESTO, Y A
JUICIO DEL QUE SUSCRIBE, PUEDA EXIGIRSE QUE DICHO RESGUARDO
VAYA ASOCIADO A UN SISTEMA DE ENCLAVAMIENTO, SISTEMA QUE SI
RESULTARÍA NECESARIO DE TRATARSE DE UN RESGUARDO MÓVIL O DE
NO PODER GARANTIZAR QUE LA MAQUINARIA NO VA A SER PUESTA EN
MARCHA POR OTRO OPERARIO DURANTE SU MANIPULACIÓN.
339
Décimosegundo.- La resolución del INSS de fecha 03-09-07 denegó la petición
de responsabilidad empresarial por falta de medidas de seguridad e higiene en el trabajo
y acordó que no procedía el recargo de las prestaciones económicas causadas por el
accidente sufrido por el actor en fecha 06-05-05, motivando su decisión en el siguiente
razonamiento (folios 183 y 183):
340
ENTRE SUS FUNCIONES SE ENCONTRARÍAN LAS DE "LLEVAR A CABO LA
LIMPIEZA DE LAS MÁQUINAS". PRESTABA SUS SERVICIOS EN
FREUDENBERG DESDE ENERO DE 2005.
344
civil que pueda ser exigida al asegurado por los daños corporales ocasionados a sus
propios trabajadores en el ejercicio de la actividad asegurada por la póliza nº NUM001
y solo cuando los trabajadores accidentados se encuentren dados de alta en el momento
de ocurrir el accidente de trabajo en el Régimen General de la Seguridad Social (folio
941).
Décimo-quinto bis: El actor fue reconocido por médico forense del Juzgado de
Primera Instancia e Instrucción nº 3 de Mollet del Vallés que emitió informe de sanidad
en fecha 25/10/2006 con las siguientes secuelas: parálisis del brazo derecho, pérdida de
masa muscular y gran deformidad tanto en el brazo como en el resto del cuerpo y
extremidades inferiores, cicatrices deformantes en pectoral dret (sic) (30x2), omóplato
derecho (10x15), pierna izquierda (150xe), alteraciones cromáticas (60x20) todas en
ambas piernas. También presenta un cuadro de ansiedad reactiva secundario al
traumatismo (síndrome de estrés postraumático)"».
345
SEGUNDO.- Por la representación de D. Anibal se formalizó el presente recurso
de casación para la unificación de doctrina que tuvo entrada en el Tribunal Superior de
Justicia de Cataluña el 9 de diciembre de 2014. Se aporta como sentencias
contradictorias con la recurrida la dictada por la Sala de lo Social del Tribunal Superior
de Justicia de Cantabria en fecha 7 de octubre de 1994 (Rec. 592/1994) y por la Sala de
lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, de fecha 21 de diciembre de
2009 (Rec. 4769/2008 ).
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
Los hechos relevantes a efectos de analizar la contradicción en cada uno de los motivos
que se derivan de la sentencia recurrida son los siguientes: 1) El actor Sr. Anibal sufrió
un accidente de trabajo al quedarle atrapada la mano y el brazo derecho entre el rodillo
punzante y la placa de inducción de la máquina en la que trabajaba. 2) El accidente se
produjo de esta forma: trabajando en una máquina que procesa la tela sin tejer a una
velocidad aproximada de 40 metros por minuto, se atascó la tela en su paso por la
máquina por lo que el actor y otros dos procedieron a parar la máquina y retirar la
carcasa metálica de protección para proceder a reparar la avería limpiando el rodillo
punzante con una herramienta consistente en un punzón metálico con el que se
retiraban, uno a uno, los restos de tela adheridos al rodillo. Por uno de los trabajadores
se propuso continuar la limpieza del rodillo con la máquina en marcha (con velocidad
reducida de 20 metros por minuto) y limpiar el rodillo con un cepillo de púas que se fue
a buscar a otras máquinas, lo que así se hizo, produciéndose el accidente. 3) El actor y
los restantes compañeros que formaban el equipo de la máquina habían recibido cursos
de formación sobre riesgos generales y específicos, habiendo sido informados que las
operaciones de limpieza y mantenimiento debían llevarse a cabo con la máquina parada
y bloqueando los interruptores de corriente eléctrica y las válvulas mediante los
candados con llave y, concretamente, en fecha 30-12-04, el actor realizó un curso de
prevención de riesgos laborales para las funciones de trabajos de la sección de acabados
especialmente en el coating set siguiendo las indicaciones del encargado de la sección.
4) La Inspección de Trabajo giró visita al centro de trabajo donde ocurrió el accidente
de trabajo objeto del presente pleito y, previas las comprobaciones pertinentes concluye
su informe en el sentido de que no se aprecia falta de medidas de seguridad en el equipo
de trabajo; que los trabajadores habían sido debidamente formados sobre la forma
segura de realizar el trabajo, no solo de realizarlo con la máquina parada sino de
asegurar que la misma no pueda ser puesta en marcha; el supervisor estuvo observando
que todo se hacía correctamente y fue en su ausencia cuando se puso en marcha la
máquina. 5) La STSJ de Cataluña de 10 de junio de 2009 confirmó la sentencia del
347
Juzgado de lo Social nº 31 de Barcelona, que desestimó la imposición del recargo
estableciendo que se debía descartar la existencia de cualquiera omisión de medidas de
seguridad imputable a la empresa y confirmar, como hace la sentencia de instancia, que
la única explicación razonable del accidente remite a situar en la propia negligencia del
trabajador accidentado la causa del accidente en cuestión. La aplicación del precepto
legal al que remite el recurso exige que no se hayan observado las medidas generales y
particulares de seguridad en el trabajo, lo que no puede tenerse por acaecido en el
presente caso.
348
SEGUNDO.- En el primer motivo del recurso, el recurrente denuncia infracción
por inaplicación de los artículos 1902 y 1903 CC . Para viabilizar el motivo propone
como sentencia de contraste la dictada por la Sala de lo Social de Cantabria de 7 de
octubre de 1994, Rec. 592/1994, que contempla un supuesto en el que: 1) el actor oficial
de 2ª prestaba servicios para un Ayuntamiento. 2) Sufrió accidente de trabajo al ir a
cargar una caseta metálica de obra entre cuatro personas sin desmontarla en un camión
de la obra por indicación del Oficial de Primera. 3) Se tramitó recargo por falta de
medidas de seguridad que finalizó, tras diversos avatares por desistimiento del
trabajador.
349
El examen de ambas sentencias pone de relieve la inexistencia de contradicción.
En efecto, no cabe apreciar la existencia de contradicción entre las resoluciones
comparadas en los términos del artículo 219 LRJS, por cuanto que en la sentencia
recurrida lo que consta es que el supervisor de línea comprobó que los trabajos se
realizaban con la máquina parada, siendo después cuando uno de los trabajadores
propuso continuar la limpieza con la máquina en marcha, continuando el trabajo el
actor. Por el contrario, en la sentencia de contraste no consta que existiera un supervisor
que comprobara que los trabajos se ejecutaban conforme a lo ordenado por la empresa,
ya que un trabajador que ostentaba la categoría de oficial 1ª es el que indicó que se
cargara la caseta metálica sin desmontarla, siendo el trabajador accidentado oficial 2ª.
En atención a ello es por lo que en la sentencia de contraste se condena a la empresa a
indemnizar al trabajador, al entender la Sala que la empresa tiene que asumir las
consecuencias de las órdenes de las personas que asumen las funciones de encargado de
la obra (puesto que no ha probado que existiera otro), mientras que en la sentencia
recurrida se exime de la indemnización, teniendo en cuenta que los trabajadores estaban
formados e informados de los riesgos, y además que la empresa tenía un protocolo de
actuación según el que la limpieza del rodillo tenía que hacerse con la máquina parada.
350
que ofrecen prueba avalatoria [extremo sobre el que el Tribunal Supremo puede entrar
complementando el relato de hechos probados de la instancia]".
351
por el actor y condena solidariamente a la UTE formada por diversas empresas y a sus
respectivas aseguradoras, al abono de correspondiente indemnización por los daños y
perjuicios derivados del accidente de trabajo.
352
general sobre responsabilidad contractual, se exigen como requisitos para su existencia
la de un acto doloso o imprudente, un resultado dañoso y una relación de causalidad
adecuada entre el acto y el resultado en orden a la producción del mismo. Y la cuestión
debatida en el presente caso es, pues, si existió culpa o negligencia en la actividad de la
contratista y las empresas principales en el hecho que produjo el accidente, que por
relación de causalidad dé lugar a indemnización de los perjuicios solicitados,
entendiendo la Sala que existe relación de causalidad entre el acto y el daño, por lo que
existe responsabilidad civil por los daños causados y ha de condenarse a las empresas
codemandadas por la negligencia en la forma de controlar el trabajo, eminentemente
peligroso, realizado por su cuenta, en calidad de empleadora y empresas principales, así
como en los respectivos límites, a las aseguradoras.
Tales diferencias impiden que pueda prosperar el motivo y con él, la totalidad
del recurso, por lo que, de conformidad con lo interesado por el Ministerio Fiscal en su
informe, procedería la inadmisión del recurso que, en este trámite, comporta su integra
desestimación.
FALLO:
Por todo lo expuesto, en nombre del Rey, por la autoridad que le confiere la
Constitución, esta sala ha decidido
ANTECEDENTES DE HECHO:
357
QUINTO.- Por providencia de ésta Sala de procedió a admitir a trámite el citado
recurso y habiendo sido impugnado el recurso, se emitió el preceptivo informe del
Ministerio Fiscal en el sentido de considerar el recurso procedente, se declararon
conclusos los autos, señalándose para su votación y fallo el día 20 de octubre de 2016,
en cuya fecha tuvo lugar.
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
La sentencia parte como elemento esencial para apreciar la ruptura del nexo
causal del dato consistente en que el dolor torácico empezó a las 22 horas del día 22 de
junio de 2013 cuando la demandante estaba disfrutando de un periodo de descanso.
358
duración. Consultado el médico de la empresa se le deriva al hospital, se orienta el
cuadro como infarto lateral no Q. y se le deriva al Hospital de Sant Jordi para estudio y
tratamiento. A lo largo de un año anterior al 15 de septiembre de 2003 refiere haber
sufrido episodios de dolor torácico sin relación con el esfuerzo que se acompaña de
sudor frío y sensación de OFEC y tos.
360
otorgado al infarto creando una especificidad como accidente que no ha reconocido en
otras dolencias.
FALLO:
Por todo lo expuesto, en nombre del Rey, por la autoridad que le confiere la
Constitución, esta sala ha decidido:
361
ANTECEDENTES DE HECHO:
362
SEGUNDO.- Como consecuencia del accidente el trabajador ha sido declarado
en situación de Incapacidad Permanente Total para su profesión habitual con derecho a
percibir una pensión del 55% de su Base reguladora con efectos de 25.11.2010.
363
SEXTO.- El accidente tuvo lugar sobre las 19 horas cuando el actor realizaba la
tarea de vigilancia de evacuación de escoria observando un aumento considerable de
flujo fundente y al acudir a la zona de salida salió un chorro grande de escoria que
explotó al encapsularse el agua dentro del hierro se vaporizó el agua y seguidamente se
produjo la proyección salpicadura de partículas que afectó al trabajador.
364
El fallo de dicha sentencia es del tenor literal siguiente: "Que estimando la
demanda formulada por Roca Sanitario S.A. contra el Instituto Nacional de la Seguridad
Social, Tesorería General de la Seguridad Social y D. Bruno debo revocar y revoco la
resolución del Instituto Nacional de la Seguridad Social de fecha 11.4.2011 que impuso
a la empresa el recargo del 30% sobre las prestaciones de Seguridad Social derivadas
del accidente sufrido por el trabajador el día 10.3.2009, exonerando a dicha empresa del
abono del citado recargo y condenando a los codemandados a estar y pasar por dicha
declaración".
365
traslado del mismo a la parte recurrida para que formalizara su impugnación en el plazo
de quince días.
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
366
2. Conforme constata la declaración de hechos probados de la sentencia de
instancia, transcrita en su integridad en los antecedentes de hecho de la presente
resolución e inmodificada por la de suplicación (que rechazó todas las revisiones
fácticas propuestas por el demandante, en particular la que postulaba la sustitución del
hecho probado 6º por una completa transcripción del informe de la Inspección de
Trabajo), el accidente, consistente en una deflagración debida a la caída de hierro en el
ciclón (h. p. 1º), se produjo como vimos el día 10 de marzo de 2009 cuando el
trabajador prestaba servicios para la empresa actora, como conductor de cubilote, en la
sección de fusión, en la que se utilizan los cubilotes como tecnología de fusión de
hierro, siendo el conductor el encargado de vigilar el buen funcionamiento, de modo
que el chorro fundente de escoria saliera adecuadamente por su piquera de salida y el
hierro por la suya, y limpiando con una barra la piquera de salida de la escoria en caso
de atasco (h. p. 5º).
367
mando; para "el riesgo de proyecciones", el plan exige asegurar que se han facilitado a
los trabajadores los "EPI,s" (equipos de protección individual) necesarios a utilizar en el
puesto de trabajo así como ropa ignífuga en las operaciones que impliquen
aproximación al hierro fundido (h. p. 7º).
368
La sentencia del TSJ, tras rechazar todas las revisiones fácticas propuestas por el
trabajador en su recurso de suplicación, es decir -insistimos-, manteniendo incólume la
versión histórica de instancia, descarta la infracción del art. 123 de la Ley General de la
Seguridad Social (LGSS ), así como del art. 16.2.a) de la Ley de Prevención de Riesgos
Laborales (LPRL ) en relación con los arts. 2.2 , 3, 1. 4 y 5 del Real Decreto 39/97 de
Reglamento de Servicios de Prevención, invocados todos en el único motivo de revisión
jurídica del recurso del trabajador.
369
Constitución , invocando como sentencia de contraste la dictada el 12 de julio de 2007
(R. 938/2006) por esta Sala IV del Tribunal Supremo.
370
máquina de unos dispositivos de seguridad que solo fueron instalados después del
accidente.
372
medidas necesarias para proteger los cilindros de la máquina, cosa que no hizo hasta
después de producido el accidente, "siendo por otra parte muy difícil, ya no en el caso
concreto, sino en términos generales", cual sucede en los litigios sobre invalidez o sobre
despidos y cuestiones disciplinarias en general, "valorar como equivalentes las distintas
conductas de cada trabajador en pleitos sobre recargo de prestaciones, como puede
deducirse de los numerosos supuestos en que esta Sala ha entendido que no existe
contradicción en temas de recargo" (por todas, SSTS4ª 25-10-1999, R. 4472/98 , 24-3-
2004, R. 747/03 , 1-2-2006, R. 4183/04 [a la que pertenecen las frases precedentemente
entrecomilladas ], 11-2-2016, R. 2806/14 , y 1-6-2016, R. 609/15 ).
FALLO:
Por todo lo expuesto, en nombre del Rey, por la autoridad que le confiere la
Constitución, esta sala ha decidido
373
Notifíquese esta resolución a las partes e insértese en la colección legislativa.
VOTO PARTICULAR:
Haciendo uso de la facultad conferida por el art. 260.2 LOPJ , formulo voto
particular a la sentencia dictada en el recurso de casación para la unificación de doctrina
2943/2014, por discrepar, -siempre con la mayor consideración y respeto -, del criterio
adoptado por la mayoría de la Sala en la indicada resolución.
374
II.- Discrepancia con los puntos argumentales de la sentencia mayoritaria sobre
el presupuesto de contradicción de sentencias y, derivadamente, por no entrar a conocer
del fondo del asunto, estimando, en su caso, el recurso de casación formulado por el
accidentado .
3.- Constaban, por tanto, como datos fácticos relevantes a los efectos ahora
discutidos, que:
377
d) El lugar donde ocurrió el accidente era la Sección de Fusión de la fábrica
donde como tecnología de fusión de hierro se utilizan lo cubilotes siendo el conductor
de cada uno de ellos le encargado de la vigilancia del buen funcionamiento del mismo,
de modo que el chorro fundente de escoria salga adecuadamente por su piquera de
salida y el hierro por la suya, limpiando con una barra la piquera de salida de la escoria
caso de atasco (HP 5º);
e) El accidente tuvo lugar el día 10-03-2009, sobre las 19 horas, cuando el actor
realizaba la tarea de vigilancia de evacuación de escoria observando un aumento
considerable de flujo fundente y al acudir a la zona de salida salió un chorro grande de
escoria que explotó al encapsularse el agua dentro del hierro se vaporizó el agua y
seguidamente se produjo la proyección salpicadura de partículas que afectó al trabajador
(HP 6º), constado en el acta levantada por la Inspección de Trabajo a la que se remite
que , salió un chorro grande escoria y de repente explotó, al encapsularse el agua dentro
del hierro , (folio 314);
378
el puesto de trabajo así como ropa ignífuga en las operaciones que impliquen
aproximación al hierro fundido (HP 7º);
380
b) En dicha sentencia de casación invocada como referencial, en lo esencial, tras
rechazar plenamente el escueto razonamiento y la tesis de la sentencia de suplicación
impugnada, -- la que se limitaba a afirmar para exonerar la responsabilidad empresarial
que <<"el accidente se produjo cuando el trabajador oficial 1ª con 15 años de
experiencia, que había recibido instrucciones de seguridad por escrito y con protección
expresa de introducir las manos en el bolsillo [cilindros] sin parar previamente la
máquina de lavado plástico, hizo justo lo contrario, y la máquina le atrapó los dedos de
la mano derecha y sin que conste que se omitiera ninguna medida de seguridad
concreta, no basta decir que no se adoptó ninguna medida, debe citarse al menos una
concreta, con relación a la causalidad entre la infracción y el accidente que en este caso
no se dan ..... produciéndose el accidente por una imprudencia del trabajador, que debió
parar la máquina que estaba provista de parada de emergencia">> --, se concluye
razonando con relación al caso enjuiciado que << En el caso presente, a diferencia de lo
que afirma la sentencia recurrida, no es cierto que se haya roto el nexo causal entre
infracción y daño por la conducta imprudente del trabajador, dado que, siendo cierto
que la empresa impartió instrucciones escritas a los trabajadores en las que se les
prohibía "intentar meter las manos en los cilindros del laminador cuando se caiga un
cuerpo extraño ..., no lo es menos que "En la evaluación de riesgos, efectuada el 2-5-
2001 por el Servicio de Prevención ... concertado por la actora se identifica como uno
de los riesgos de la máquina referida en el ordinal procedente el de aparcamiento por o
entre objetos y advierte de la necesidad de dotar a la misma de dispositivos que
garanticen su seguridad, dotando de protección para impedir la accesibilidad a sus
cilindros" y que ... "A raíz del accidente sufrido por el trabajador demandado, la
Inspección de Trabajo practicó requerimiento a la empresa a efectos de proteger los
cilindros de dicha máquina">> y que << Fue, pues, la conducta omisiva del empresario
consistente en no llevar a la práctica la medida de protegerse el trabajador respecto de
los cilindros de la máquina, la causa eficiente y determinante del daño producido al
trabajador; acontecimiento que no se hubiera producido de haberse cumplido por el
empleador, "a priori y no a posteriori" del accidente, las condiciones mínimas de
seguridad a que antes se ha hecho referencia >>.
381
CUARTO.- 1.- Ciertamente, sobre el requisito o presupuesto de contracción de
sentencias ex art. 219.1 LRJS , no se ha exigido por esta Sala de casación en los
numerosos supuestos en los que ha entrado a conocer sobre la cuestión de fondo en
materia de recargo de prestaciones (entre otras, SSTS/IV 20-enero-2010- rcud
1239/2009, 22-julio-2010 -rcud 2621/2010, 18-mayo-2011 -rcud 2621/2010, 20-marzo-
2012 -rcud 1470/2011, 4-marzo-2014 -rcud 788/2013, 15-octubre-2014 - rcud
3164/2013, 26-abril-2016 -rcud 149/2015) una identidad fáctica extrema, así, en la
citada SSTS/IV 20-enero-2010 se argumenta sobre la existencia de contradicción
afirmando que << La contradicción debe apreciarse, porque en los dos supuestos el
accidente se produce como consecuencia de la concurrencia de determinadas
infracciones por parte de las empresas y de una conducta imprudente de los trabajadores
y mientras que la sentencia recurrida excluye el recargo por entender que la culpa de la
víctima rompe la relación de causalidad, absorbiendo la culpa de la empresa, la
sentencia de contraste llega a la conclusión opuesta, declarando la responsabilidad de la
empresa >> y que << un análisis objetivo de lo sucedido muestra que no es así; las
conductas son muy similares y quizá - dejando aparte las calificaciones que
pertenecerían a la fundamentación jurídica - pudiera resultar más grave la conducta que
enjuicia la sentencia de contraste, en la que el trabajador comienza a realizar las
operaciones con la máquina en marcha >>.
4.- Por otra parte, partiendo de esa identidad sustancial fáctica y de pretensiones,
-- y sin que suponga la que siempre se ha rechazado por esta Sala comparación ,
abstracta , de doctrinas ---, resulta que la doctrina por la sentencia recurrida y la de
contraste, dictada por esta Sala de casación, son radicalmente distintas. Recordemos que
nuestra STS/IV 12-julio-2007 se afirma, además, que << en el caso que examinamos la
conducta del trabajador no reúne el carácter temerario, que de concurrir afectaría a la
misma existencia del accidente de trabajo, configurado en el artículo 115.4.b) LGSS y
por lo tanto, al recargo de prestaciones. La imprudencia profesional o exceso de
confianza en la ejecución del trabajo no tiene, en el supuesto que nos ocupa, entidad
suficiente para excluir totalmente o alterar la imputación de la infracción a la empresa,
que es la que está obligada a garantizar a sus trabajadores una protección eficaz en
materia de seguridad e higiene en el trabajo; siendo de resaltar que incluso la propia
LPRL dispone que la efectividad de las medidas preventivas deberá prever la
distracción o imprudencia temerarias que pudiera cometer el trabajador>>, que <<Como
ha afirmado esta Sala en la sentencia de 8 de octubre de 2001 (Rec. 4403/2000) del
juego de los preceptos antes descritos: artículos 14.2, 15.4 y 17.1 LPRL "se deduce,
como también concluye la doctrina científica, que el deber de protección del empresario
es incondicionado y, prácticamente, ilimitado. Deben adoptarse las medidas de
protección que sean necesarias, cualesquiera que ellas fueran. Y esta protección se
dispensa aún en los supuestos de imprudencia no temeraria del trabajador. No quiere
ello decir que el mero acaecimiento del accidente implique necesariamente violación de
medidas de seguridad, pero sí que las vulneraciones de los mandatos reglamentarios de
seguridad han de implicar en todo caso aquella consecuencia, cuando el resultado lesivo
se origine a causa de dichas infracciones">>. Siguen esta misma línea interpretativa,
entre otras, la citada STS/IV 22-julio-2010 (rcud 2621/2010).
384
QUINTO.-1.- En conclusión, no comparto el criterio estricto sobre la no
concurrencia del presupuesto de contradicción de sentencias contenido en la sentencia
mayoritaria, tanto más cuanto mezcla los elementos del juicio de contradicción con sus
tesis de fondo sobre la adecuada conducta del empleador y la inadecuada actuación del
trabajador en el caso concreto, adicionando, por tanto, de forma no correcta
jurídicamente , calificaciones que pertenecerían a la fundamentación jurídica ,,
separándose, sin motivarlo, de la doctrina sentada en la citada STS/IV 20-enero-2010
(rcud 1239/2009 , ponente Desdentado Bonete), en la que se concluía que << las
conductas son muy similares y quizá - dejando aparte las calificaciones que
pertenecerían a la fundamentación jurídica - pudiera resultar más grave la conducta que
enjuicia la sentencia de contraste, en la que el trabajador comienza a realizar las
operaciones con la máquina en marcha >>.
II.2.- Sobre la solución que debiera haberse dado sobre el fondo del asunto :
386
El art. 123.1 de la LGSS preceptúa que procederá la responsabilidad empresarial
en el recargo de prestaciones de seguridad social "cuando la lesión se produzca por
máquinas, artefactos e instalaciones, centros o lugares de trabajo que carezcan de los
dispositivos de precaución reglamentarios, los tengan inutilizados o en malas
condiciones o cuando no se hayan observado las medidas generales o particulares de
seguridad e higiene en el trabajo o las elementales de salubridad o las de adecuación
personal a cada trabajo, habida cuenta de sus características y de la edad, sexo y demás
condiciones del trabajador".
387
Además es de significar, que el mandato constitucional, contenido en el art. 40.2
de la Constitución , obliga a los poderes públicos a velar por la seguridad e higiene en el
trabajo; y que las Directivas europeas relativas a la aplicación de las medidas para
promover la mejora de la seguridad y de la salud de los trabajadores, entre las que se
encuentra, como más significativa la 89/391 CEE , así como los compromisos
internacionales del Estado Español, figuran en el preámbulo de la repetida ley 31/1995,
de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales como factores determinantes
para la publicación de dicha ley cuyo objeto (art. 5 ) es "la promoción de la mejora de
las condiciones de trabajo dirigido a elevar el nivel de protección de la seguridad y
salud de los trabajadores en el trabajo".
388
configurado en el art. 115.4.b) LGSS y por lo tanto, al recargo de prestaciones. La
imprudencia profesional o exceso de confianza en la ejecución del trabajo no tiene, en el
supuesto que nos ocupa, entidad suficiente para excluir totalmente o alterar la
imputación de la infracción a la empresa, que es la que está obligada a garantizar a sus
trabajadores una protección eficaz en materia de seguridad e higiene en el trabajo;
siendo de resaltar que incluso la propia LPRL dispone que la efectividad de las medidas
preventivas deberá prever la distracción o imprudencia temerarias que pudiera cometer
el trabajador.
390
también que la decisión jurisdiccional es controlable con arreglo a dicho criterio jurídico
general de gravedad de la falta, pudiendo revisarse cuando el recargo impuesto no
guarde manifiestamente proporción con ésta directriz legal>>); en la STS/IV 17- marzo-
2015 (rcud 2045/2014) se precisa que <<siendo de reseñar, en fin ... que la normativa de
aplicación es siempre y en todo caso, de mínimos, y que no impide la actuación en un
grado superior, acorde con un principio de responsabilidad social, de la empresa
auténticamente diligente en el cumplimiento de sus obligaciones más primarias y
generales en beneficio del elemento humano>>), reitera la doctrina de la anteriormente
citada la STS/IV 26-abril-2016 (rcud 149/2015).
3.- Para determinar si existe nexo causal entre infracción y daño esta Sala viene
aplicando los mismos principios sobre la carga de la prueba y la responsabilidad por
culpa ya se trate del recargo de prestaciones ex art. 123 LGSS o de la exigencia de
responsabilidad de daños y perjuicios derivados de accidente de trabajo o enfermedad
profesional , como lo evidencia la aplicación del denominado efecto positivo de la cosa
juzgada entre las resoluciones firmes recaídas en las resoluciones dictadas en uno u otro
procedimiento. Destaca nuestra jurisprudencia las interrelaciones entre sentencia firme
395
dictada en litigio sobre indemnización de daños y perjuicios derivados de AT (en la que
se declara que no medió relación de causalidad entre la infracción atribuible a la
empresa y el accidente) y la sentencia sobre recargo de prestaciones ex art. 123 LGSS
recaída sobre el mismo AT, en la STS/IV 22-junio-2015 (rcud 853/2014 ) (en ella se
hace referencia al supuesto inverso en que se declaración la existencia de
responsabilidad empresarial, resuelto en STS/IV 12-julio-2013 -rcud 2294/2012 ),
afirmando que << ...- aunque median diferencias entre las dos instituciones
[recargo/indemnización civil] que son objeto de decisión en los respectivos
procedimientos, existe «un elemento constitutivo de ambos institutos -recargo e
indemnización- que tiene que ser objeto de decisión en las dos controversias: [...] la
relación de causalidad entre la infracción de las normas de seguridad y las lesiones
derivadas del accidente [...] Las diferencias existen, pero también los elementos de
identidad y entre ellos la relación de causalidad se sitúa en un plano en el que no cabe
desconocer [...]».- Sentencia esta última que precisamente decide -en el sentido referido,
aunque inverso al de autos- que la sentencia que declaró la procedencia del recargo tiene
efecto positivo sobre la reclamación de responsabilidad adicional por daños y perjuicios,
porque «fue una resolución que decidió sobre el recargo, por lo que tuvo que decidir
también sobre la existencia de la relación de causalidad entre el incumplimiento y las
lesiones que constituyen el daño derivado del incumplimiento de las normas de
prevención» >>. Precisamente, sobre esta cuestión y esta materia la STS/IV 13-abril-
2016 (rcud 3043/2013 ) analiza el presupuesto de contradicción de sentencias ex art.
219.1 LRJS desde la perspectiva de la cosa juzgada , señalando que << Es importante
destacar ... que existe ... en el caso analizado en la sentencia de contraste ... una decisión
previa de la misma Sala de lo Social confirmando la concurrencia en el accidente de una
omisión de medidas de seguridad, y esa es la razón por la que aplicando la doctrina del
Tribunal Constitucional ( STC 192/2009, de 28 de septiembre) y de esta sala de lo
Social del Tribunal Supremo ( SSTS de 29 de mayo de 2.005 y 28 de abril de 2.006 ), la
realidad jurídica que se refiere a esa ausencia de medidas de seguridad como elemento
determinante de la causa del accidente había de producir el efecto positivo de la cosa
juzgada en la reclamación de daños y perjuicios posterior, sin perjuicio de la
moderación de las responsabilidades que pueda llevarse a cabo a través del análisis de
otros hechos concurrentes >>, que << la admisión de la sentencia precedente como
396
documento relevante y al amparo del art. 233.1 LRJS ha de tener necesariamente
relevancia en el ámbito de la contradicción, por cuanto su contenido ha quedado
procesalmente incorporado al debate, debiendo ahora determinarse el alcance de esos
efectos jurídicos >>, por lo que << El punto de partida de dichos efectos ha de ser
necesariamente la doctrina del Tribunal Constitucional contenida en sentencias como la
77/1983, 192/2009, 139/2009 o 16/2008, en todas las que el principio de tutela judicial
efectiva establecido en el art 24.1 CE es el punto de partida, o lo que es lo mismo, la
necesidad de que las resoluciones judiciales que abordan unos mismos hechos en
distintas resoluciones judiciales, tengan en cuenta los factores concurrentes y decidan de
manera razonada desde esa perspectiva de tutela lo que resulte ajustado a derecho>>.
CUARTO.- 1.- Debe destacarse, por otra parte, que, aun referida a un supuesto
de responsabilidad patrimonial derivada de accidente de trabajo, por esta Sala se han
rechazado interpretaciones sobre la interrelación entre la conducta del empleador y del
trabajador accidentado similares a las se efectúan en la sentencia ahora recurrida, puesto
que no se puede partir de una igualdad en la valoración de las conductas (, culpas ,) de
empresario y trabajador al no estar en el mismo plano cuando se trata de materia de
riesgos laborales que pudiera conducir a una rechazable estricta compensación,
reiterando que el concepto de riesgo laboral ex art. 4.2 LPRL ha de trasladase a la
actividad concreta desarrollada por la empresa y declarándose expresamente que << No
es aceptable jurídicamente, conforme a nuestra jurisprudencia, el criterio sustentando en
la sentencia recurrida para exonerar de responsabilidad para lo que le basta con que ,no
existía deficiencia alguna en la máquina, adecuada y coherente con el trabajo, que
estaba evaluada a estos efectos, por la sociedad de prevención de riesgos laborales ...,
unido a que ,la actora había recibido la correspondiente formación e información de
prevención de riesgos laborales para las tareas de manipulado que realizaba ..., tareas
que además ya había realizado antes del accidente,, -- pues sin efectuar comparaciones
con analogía a otro tipo de accidentes, como los de tráfico, en los que los vehículos
están habitualmente homologados y los conductores disponen de permiso adecuado para
su conducción y ello no impide las existencia de supuestos de responsabilidad por daños
--, dado que, como se deduce de los diversos supuestos enjuiciados por esta Sala, si bien
397
la trabajadora debe observar en su trabajo las medidas legales y reglamentarias de
seguridad ( art. 19.2 ET ) ,según sus posibilidades, ( art. 29.1 LPRL ), el deudor de
seguridad debe efectuar una vigilancia idónea sobre el cumplimiento por parte de los
trabajadores de las normas de prevención, no tratándose de una mera obligación formal
que se cumpla justificando poseer unos detallados planes de seguridad y salud si no se
constata que los mismos son efectivamente aplicados y que los concretos trabajadores
han sido plenamente instruidos, ni basta con entregar equipos de protección u otros
medios adecuados si no se vigila eficazmente su utilización tolerando su no empleo o su
inadecuada utilización >> ( STS/IV 4-mayo-2015 -rcud 1281/2014 ).
j) Para determinar si existe nexo causal entre infracción y daño se aplican los
mismos principios sobre la carga de la prueba y la responsabilidad por culpa ya se trate
del recargo de prestaciones ex art. 123 LGSS o de la exigencia de responsabilidad de
daños y perjuicios derivados de accidente de trabajo o enfermedad profesional, como lo
evidencia la aplicación del denominado efecto positivo de la cosa juzgada entre las
resoluciones firmes recaídas en las resoluciones dictadas en uno u otro procedimiento; y
401
2.- Por lo que, en el presente caso, acreditándose lo referidos presupuestos,
interpreto que no cabía entender cumplida la deuda de seguridad del empleador ex art.
123 LGSS y debía ser calificado de, empresario infractor ,. Puesto que, aunque se
entendiera que formalmente hubiera efectuado una adecuada evaluación de riesgos e
informado al trabajador sobre lo que debía efectuar en caso de riesgo, no obstante la
lesión constitutiva del accidente se produce en el caso concreto por no haberse,...
observado las medidas generales o particulares de seguridad e higiene en el trabajo, o
las elementales de salubridad o las de adecuación personal a cada trabajo, y sin que haya
mediado fuerza mayor, caso fortuito ni imprudencia temeraria del trabajador
accidentado.
ANTECEDENTES DE HECHO:
405
SEGUNDO.- En dicha sentencia, como hechos probados, se declaran los
siguientes: «PRIMERO.- El trabajador, DON Severino, con DNI NUM000, nacido el
NUM001 /1955, afiliado a la Seguridad Social con el número NUM002 y encuadrado
en el Régimen General, ha venido prestando servicios para la empresa URÁN
SERVICIOS INTEGRALES S.L., como instalador electricista, con la categoría de
oficial de primera. La empresa dedica su actividad al mantenimiento de instalaciones
eléctricas, postes de electricidad y similares, prestando sus servicios para la empresa
IBERDROLA. SEGUNDO.- El día 25 de abril de 2011, D. Severino sufrió un accidente
de trabajo, mientras prestaba sus servicios para la empresa URÁN SERVICIOS
INTEGRALES S.L., realizando labores de desmontaje del tendido eléctrico en las
instalaciones de la empresa BODEGAS SIERRA en el término municipal de
Villalmanzo. La cuadrilla de trabajo estaba formada por cinco trabajadores, dirigidos
por el encargado D. Avelino , el cual abandonó el lugar tras distribuir el trabajo. El Sr.
Avelino dio la orden a D. Eduardo , que actuaba como jefe de equipo en ausencia de
aquel, de proceder, junto con el Sr. Severino , al desmontaje del trenzado que iba desde
la fachada al apoyo de madera (poste) y desde éste al apoyo de hormigón. Tras realizar
la desconexión del trenzado sin incidencias, el Sr. Eduardo y el Sr. Severino se
dirigieron al poste de madera, y procedieron a colocar una escalera de mano apoyada
para el ascenso. D. Severino fue el encargado de subir a la escalera, mientras que el Sr.
Eduardo sujetaba la escalera en la base. Tras cortar el Sr. Severino el cable de trenzado
del lado de apoyo de hormigón, el poste comenzó a balancearse y oscilar, provocándose
su rotura y la caída del trabajador, anclado al poste, de aproximadamente diez metros.
Los trabajadores no arriostraron debidamente el apoyo de madera, si bien disponían de
medios para ello, ni utilizaron la cesta elevadora que también tenían disponible en el
camión. TERCERO .- D. Severino disponía, a fecha del accidente, de formación e
información en materia de prevención de riesgos laborales, incluido el riesgo de
trabajados en altura, conforme a lo previsto en los artículos 18 y 19 de la Ley 31/1995 .
409
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
410
Son preceptos examinados por la Sentencia al ser objeto de denuncia la
infracción el artículo 1902 del Código Civil y concordantes de la Ley de Prevención de
Riesgos Laborales.
411
organización. Así mismo otorga relevancia en relación a las previsiones el convenio
colectivo que la cuadrilla de trabajo se componía de cinco personas.
412
Así, el precepto que en primer lugar se cita es el artículo 222.4 de la Ley 1/2000
de 7 de enero, Ley de Enjuiciamiento Civil.
413
(R. 2856/1999 y 234/2000), y 28 de febrero de 2001 (R. 1902/2000), y después se
reiteró en múltiples, sentencias de esta Sala, entre otras, 29 de enero de 2004 (R.
1917/2003), 27 de enero de 2005 (R. 939/2004), 20 de marzo de 20007 (R. 747/2006),
19 de febrero de 2008 (R. 3976/2006), 15 de septiembre de 2009 (R. 1205/2008), 27 de
abril de 2010 (R. 2164/2009 ), 28 de febrero de 2011 (R. 297/2010), y 8 de marzo de
2011 (R. 2327/2010)].».
TERCERO.- El recurso alega la infracción del artículo 123 del R.D. 1/1994 de
20 de junio en relación con el artículo 1902 del Código Civil y con el artículo 17 de la
Ley de Prevención de Riesgos Laborales .
414
El artículo 17 de la Ley de Prevención de riesgos Laborales establece: «1. El
empresario adoptará las medidas necesarias con el fin de que los equipos de trabajo sean
adecuados para el trabajo que deba realizarse y convenientemente adaptados a tal
efecto, de forma que garanticen la seguridad y la salud de los trabajadores al utilizarlos.
Así, ambos nos dan cuenta e que las tareas a realizar consistían en desmontar un
tendido eléctrico, en concreto el trenzado que iba desde la fachada al apoyo de madera
(poste) y desde éste al apoyo de hormigón. Se realiza la desconexión del trenzado sin
incidencias y a continuación el actor inició el ascenso del poste de madera sin
arriostrarlo previamente. El ascenso lo realizó subido a una escalera de mano que otro
trabajador sujetaba en la base pese a que disponían de medios para arriostrar así como
de una cesta elevadora en el camión. Una vez cortado el cable del lado de apoyo del
hormigón el poste comenzó a balancearse y a oscilar provocándose su rotura y la caída
del trabajador, anclado al poste.
Acreditado que existía tanto la información necesaria acerca del modo de llevar
a cabo la operación de desmontaje como los medios adecuados para cumplir con el plan
no existe razón para que la conducta de los dos trabajadores, incluido el actor, no
416
siguieran las prescripciones indicadas y además prescindieran de los medios a su
alcance por lo que, en el ámbito en que se desarrolla la presente controversia no cabe
establecer la relación causa-efecto entre omisión de medidas de seguridad que no es
dable imputar a la empresa, y resultado dañoso para el actor.
FALLO:
Por todo lo expuesto, en nombre del Rey, por la autoridad que le confiere la
Constitución, esta sala ha decidido:
417
debate de Suplicación mediante nueva sentencia que desestima la demanda y absuelve a
los demandados. Sin costas.
ANTECEDENTES DE HECHO:
418
2. El día 10 de diciembre de 2002, se produce un siniestro -accidente de trabajo-
en la atracción denominada Noria, cuando el trabajador se dedicaba a la actividad de
montaje por cuenta de la empresa, encontrándose a una altura de 14 metros, sujeto por
cinturón de seguridad y arnés, del que se desabrochó para pasar de una plataforma a
otra, momento en que se rompió la base de madera de la plataforma, cayendo al suelo
desde esa altura.
419
6. Ante el Juzgado de lo Penal 3 de Málaga se siguió procedimiento 447/2008,
proveniente de diligencias previas 5915/05 del Juzgado de Instrucción 9, en la que
recayó sentencia absolutoria respecto de D. Víctor por el delito de lesiones imprudentes
en la persona del trabajador, siguiéndose el procedimiento igualmente frente a la
Compañía Aseguradora La Estrella como responsable civil.
8. Figuran como herederos del empresario Don. Víctor, sus hijos: Luis Enrique,
Palmira, Ambrosio y Ceferino, así como su esposa María José. No consta aceptación o
repudiación de la herencia, ni declaración de herederos. No ha quedado acreditado que
los herederos hayan sucedido al empresario en su actividad empresarial.
420
12. Obra a los folios 274 y 275 informe de sanidad forense del trabajador
emitido en el procedimiento penal a fecha 29 de mayo de 2.006, constando que el
trabajador invirtió en su curación 595 días impeditivos de los cuales 30 días lo fueron de
hospitalización, restándole como secuelas paraparesia de miembros inferiores valorada
en 50 puntos, osteosíntesis lumbar valorada en 8 puntos, osteosíntesis de tobillos
valorada en 3 puntos, osteosíntesis de muñeca derecha valorada en 2 puntos, limitación
de muñeca derecha valorada en 2 puntos, síndrome depresivo postraumático valorado en
6 puntos, perjuicio estético importante valorado en 10 puntos, y lumbalgia valorada en 8
puntos.
13. A los folios 495 a 502 liquidación y abono de recargo por falta de medidas
de seguridad en prestaciones por.- incapacidad permanente absoluta y prestaciones de
incapacidad temporal, y capitalización de tales prestaciones. (por reproducido).
421
S.A. DE SEGUROS Y REASEGUROS), debemos CONFIRMAR Y CONFIRMAMOS
la sentencia recurrida».
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
422
trabajo en que prestaba servicios, con lesiones que le ocasionaron una situación de
incapacidad permanente absoluta (IPA), al caer de una altura de 14 metros. La sentencia
de instancia considera prescrita la acción de responsabilidad civil y la de suplicación lo
confirma, sosteniendo, en sustancia, que la resolución del INSS sobre la IPA fue de 29
de junio de 2004 con sello de salida de ese día, sin que conste fecha de la notificación y
que el actor inició denuncia en sede penal el 11 de julio de 2005, con lo que había
transcurrido el plazo de un año del art 59.2 del ET . Recurre la parte actora solicitando
se anule la sentencia recurrida y se desestime la excepción de prescripción de la acción
ordenando la devolución de las actuaciones al Juzgado para que se dicte nueva sentencia
por la que se resuelva la cuestión de fondo de la reclamación indemnizatoria planteada.
Impugnan separadamente la herencia yacente y la aseguradora. El Mº Fiscal considera
improcedente el recurso.
SEGUNDO.- Son dos los motivos que alega el actor y otras tantas las sentencias
que cita de contraste, debiendo precisarse de antemano que aunque para la inadmisión
previa del recurso se denuncia en el primero de los escritos de impugnación (D. Luis
Enrique y otros) que "no se diferencian los motivos de contradicción o recurso sino que
se plantean de forma conjunta y heterogénea", ello no resulta atendible pues aun
reconociendo una cierta heterodoxia expositiva, lo cierto es que tras exponer el
recurrente la correspondiente comparativa de sentencias en cada uno de los dos motivos
de recurso señalando la identidad de pretensión y la existencia de pronunciamientos
distintos, finalmente se contiene en uno y otro un apartado C) relativo a la "infracción
legal de la sentencia recurrida y quebranto en la interpretación del Derecho y formación
de jurisprudencia" donde se denuncia la vulneración normativa (del art 59 del ET y
1968 y 1969 del CC el primero y del 217.3 de la LEC el segundo) correspondiente,
cumpliéndose así los requisitos mínimos al respecto.
423
de montajes metálicos sufrió un accidente por caída de un andamio el 13 de marzo de
1998, habiéndose hallado a consecuencia de ello en situación de incapacidad temporal
hasta el 30 de junio de 1999 en que causó alta con informe-propuesta de incapacidad,
siéndole reconocida una incapacidad permanente total (IPT) por resolución de la
Dirección Provincial del INSS de 21 de octubre de 1999, habiendo presentado el
trabajador papeleta de conciliación frente a las empresas demandadas el 23 de octubre
de 2000 y frente a las compañías de seguro el 14 de ese mismo mes y año y precisando
la Sala de suplicación, al revisar los hechos probados, que la fecha de salida de la citada
resolución es de 2 de noviembre de 1999. Sobre esta base fáctica se declara que no
opera la prescripción alegada pues el actor debió tener conocimiento de la resolución
administrativa sólo a partir del 2 de noviembre de 1999 en que data el sello de salida de
la misma, habiendo accionado "pocos días antes de finalizar el plazo anual de
prescripción", en tácita referencia a la mencionada fecha de la presentación de la
papeleta de conciliación (23/10/2000) como dies ad quem.
424
En consecuencia no se puede considerar cumplido el requisito del art 219.1 de la
LRJS, como apunta el Mº Fiscal en su preceptivo informe, con lo que el motivo, de
antemano, debe desestimarse por concurrir, como en aquél se dice, en causa de
inadmisión.
425
INSS declarándolo en incapacidad permanente absoluta en la que consta como fecha de
salida el 29.06.2004", es decir, que, como se ha expresado, considera que es el
trabajador quien debe acreditar en qué fecha exacta conoció lo resuelto por la entidad
gestora desplazándose hacia éste la carga de la prueba del plazo prescriptivo,
contrariamente a lo que sostiene la sentencia de contraste, que exige se esclarezca, a
cargo de la parte contraria, que alega la prescripción, la fecha de notificación de la
resolución administrativa, a partir de cuyo momento comienza el cómputo del plazo al
efecto.
c).- En puridad, el plazo «no puede iniciarse hasta que el beneficiario tiene un
cabal conocimiento de las secuelas del accidente y de las mermas que tales secuelas
producen, tanto en su capacidad de ganancia, como en su patrimonio biológico». Y
cuando se sigue un procedimiento judicial para la fijación de las lesiones padecidas, el
plazo sólo comienza a correr desde que el mismo se agota, porque la resolución del
INSS en vía previa «no fue firme hasta que recayó la citada sentencia de la Sala de lo
Social, y sólo desde tal firmeza se pudo iniciar el cómputo del referido plazo
prescriptivo», «pues sólo hasta ese momento se supo con certeza cuáles eran las
dolencias y secuelas que el actor padece a consecuencia del accidente de autos»; y
«obviamente, la solución sería otra si la parte se aquietase a la resolución administrativa
de la Gestora respecto de la incapacidad reconocida, ya que en tal caso habría que estar
al informe propuesta». Y en consecuencia, tal conocimiento -pleno y cabal- solamente
se produce en la fecha en que se ha dictado la correspondiente resolución firme en
proceso de IP, que es «cuando el beneficiario conoce cuáles van a ser las consecuencias
que las secuelas le van a producir y cuáles los perjuicios que de ellas se van a derivar.
Por tanto debe ser el momento de conocimiento de esta resolución el punto de partida
para el ejercicio de la acción de daños y perjuicios".
427
El hecho de estar al informe propuesta cabe entenderlo en el sentido de que
dicha propuesta es la que establece el marco patológico de la persona accidentada, que,
no obstante, como tal propuesta, ha de confirmarse por la autoridad laboral a quien está
dirigida mediante la subsiguiente resolución administrativa, y en todo caso, tanto
respecto del informe como de la resolución, la solución que se impone es la misma, ya
que no hay constancia en la declaración de hechos probados de la sentencia de instancia
reproducida en la recurrida -que es la única relación fáctica que puede tenerse en
cuenta- de la fecha en que pudo haberse notificado aquél (el informe propuesta de 25 de
mayo de 2004) al actor y si tal notificación se produjo realmente al mismo y no sólo a la
entidad gestora, no apareciendo, por otra parte, en el hecho cuarto de la sentencia de
instancia -reproducido en el antecedente de hecho segundo de la sentencia recurrida-
más que la fecha en que se emitió tal dictamen pero no la de su hipotética comunicación
al trabajador, como tampoco, según se ha repetido, cuándo tuvo lugar la notificación al
mismo de la resolución administrativa declarando la IPT.
428
En consecuencia, también en este caso la carga de la prueba de la superación del
plazo prescriptivo y, por tanto, de la existencia de la prescripción, incumbe a la parte
que alega la excepción y no al revés, tal y como se infiere del brocardo jurídico que dice
que corresponde la carga de la prueba al que afirma y no al que niega, que es lo que
plasma el art 217.3 de la LEC , invocado, como infringido, por el actor, toda vez que en
el relato del que se parte sólo consta que la resolución de la Dirección Provincial del
INSS por la que se reconoce al actor una situación de incapacidad permanente absoluta
es de 29/06/2004 sobre un cuadro clínico apreciado por el EVI el 25/05/2004 (hecho
quinto) y que el procedimiento penal se inició por denuncia interpuesta por el trabajador
el 11/07/2005 (hecho noveno), sin que aparezca cuándo tuvo lugar la notificación de
aquélla al actor, lo que no permite efectuar con certeza y exactitud el cálculo del año
normativamente establecido al efecto, siendo ello de todo punto necesario e ineludible
al sustentarse la prescripción sobre un principio de seguridad jurídica y no de justicia.
Por todo ello, visto el informe del Mº Fiscal, se impone la estimación del
recurso, lo que implica la devolución de las actuaciones al Juzgado de instancia -cuya
sentencia, acogedora de la excepción, fue confirmada por la de suplicación- para que
dicte nueva sentencia por la que, teniendo por no prescrita la acción ejercitada, se
resuelvan las restantes cuestiones planteadas. Sin costas.
FALLO:
Por todo lo expuesto, en nombre del Rey, por la autoridad que le confiere la
Constitución, esta sala ha decidido.
ANTECEDENTES DE HECHO:
432
siguiente cuadro clínico residual: "Herida abierta en rodilla derecha complicada con
isquemia aguda por síndrome compartimental. Herida hueco poplíteo izquierdo
postraumático 03/09". Como consecuencia del accidente al demandante le han quedado
las siguientes secuelas: - Atrofia muscular del miembro inferior derecho condicionada
por la lesión del nervio ciático que genera un pie equino (con disminución de movilidad
en tobillo derecho). -Defecto de repleción distal del bypass fémoro- poplíteo.
433
suplicación interpuesto por la representación de D. Marcos y D. Primitivo,
desestimando el formulado por la aseguradora Mafre Familiar, contra la sentencia
dictada el 24 de mayo de 2013, por el Juzgado de lo Social nº 17 de Madrid , en autos
número 1268/2011 promovidos por D. Marcos y D. Primitivo contra la empresa
Compañía Transmediterránea SA y contra la recurrente Mafre Familiar, y revocándola
en parte, condenamos a Mafre Familiar a pagar la cantidad que resulte de aplicar el
interés anual del 20% sobre la cantidad de condena a computar desde el momento
respectivo en que se declaró a D. Marcos y D. Primitivo afectos de una cantidad
indemnizatoria, confirmándola en el resto de pronunciamientos que contiene. Se
imponen a la recurrente Mafre Familiar, las costas procesales que comprenderán los
honorarios de la representación letrada de la parte que en este recurso ha actuado en
defensa de la parte actora, en cuantía que esta Sección de Sala fija en 400 euros. »
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
435
2. Es la aseguradora la que acude ahora a la casación para unificación de
doctrina para plantear un único punto de discrepancia: el relativo a los intereses
moratorios.
La recurrente aporta, como sentencia de contraste a los efectos del requisito del
art. 219.1 LRJS , nuestra STS/4ª/Pleno de 16 mayo 2007 (rcud. 2080/2005).
3. No cabe duda de que existe contradicción entre ambas sentencias, como pone
de relieve el Ministerio Fiscal.
436
4.º La indemnización por mora se impondrá de oficio por el órgano judicial y
consistirá en el pago de un interés anual igual al del interés legal del dinero vigente en el
momento en que se devengue, incrementado en el 50 por 100; estos intereses se
considerarán producidos por días, sin necesidad de reclamación judicial.
3. En ella se opta por entender que, durante los dos primeros años desde la
producción del siniestro, la indemnización por mora consistirá en el pago de un interés
anual igual al del interés legal del dinero al tipo vigente cada día, que será el
correspondiente a esa anualidad incrementado en un 50%. Y, a partir de esa fecha, el
interés se devengará con un tipo mínimo del 20%, si no lo supera, y sin modificar por
tanto los intereses ya devengados diariamente hasta dicho momento.
437
Se razonaba allí, con argumentos que reprodujimos en la sentencia de contraste,
que " Esta interpretación favorable a la existencia de tramos y tipos diferenciados, es
conforme con la intención del legislador, expresada en la Exposición de Motivos de la
Ley 30/1995, en cuyo apartado 6º justifica la reforma relativa al art. 20 de la LCS en la
necesidad de evitar las muy diversas interpretaciones a que había dado lugar, señalando
que «se cuantifica el interés de demora, moderando la fórmula de un interés absoluto
para hacerlo durante los dos primeros años, referencial al interés legal del dinero». Este
posicionamiento legal no supone la concesión de un plazo de gracia mayor a las
compañías de seguros, puesto que nada se dice al respecto. Supone establecer dos
períodos con dos tipos de interés aplicables perfectamente diferenciados, que se fijarán
sin alterar el cálculo diario, con el mínimo del 20% si a partir del segundo año del
siniestro no supera dicho porcentaje. Es además coherente con su tenor gramatical y con
su devengo diario, pues ello resulta incompatible con la posibilidad de que haya que
esperar dos años para conocer, caso de que la aseguradora incumpla, el tipo de interés
que resulta aplicable para modificar retroactivamente los ya devengados día a día,
conforme al interés vigente en cada momento, en los dos años anteriores. El carácter
disuasorio de los intereses que se impone en la conclusión contraria puede ser aceptado
con reservas desde la idea de evitar la pasividad de las aseguradoras en el cumplimiento
de sus obligaciones indemnizatorias, no desde la clara y evidente intención del
legislador de dar nuevo tratamiento a la norma y de contemplar la conducta del obligado
al pago de una forma distinta tanto más cuanto que, al tiempo, se decreta de oficio el
devengo del interés y éste se produce por días. Si el legislador pretendía reforzar la
situación de los perjudicados, difícilmente habría modificado la norma anterior pues le
bastaba mantener vigente el tipo único de interés anual del 20%. Pretender, además, que
esta fórmula es más gravosa, y como tal disuasoria, es algo defendible en la actualidad
en razón a unos tipos bajos del interés legal, no desde una situación distinta de futuro en
la que la suma del 50% al interés legal del dinero puede proporcionar un interés muy
superior al del 20%, que actúa como subsidiario de no alcanzarse este valor. Finalmente,
la norma 6ª del art. 20, no queda alterada con esta interpretación, por cuanto viene
referida al momento concreto en que empiezan a devengarse los intereses moratorios,
siendo en el apartado 4º en el que se determina el tipo de interés para uno y otro período
a partir del siniestro".
438
4. La sentencia recurrida se aparta de esta doctrina y, por ello, tal y como
también propone el Ministerio Fiscal, el recurso debe ser estimado.
FALLO:
Por todo lo expuesto, en nombre del Rey, por la autoridad que le confiere la
Constitución, esta sala ha decidido:
439
condenar a la aseguradora a pagar la cantidad que resulte de aplicar el interés legal del
dinero, incrementado en el 50%, vigente en la fecha del momento respectivo en que se
les declaró en situación de incapacidad permanente y hasta dos años después, y, a partir
de dicho momento y hasta la fecha en que se abonó la pertinente indemnización se
aplicará, en su caso, el 20% de interés anual. Sin imposición de costas, debiendo
devolverse el depósito dado para recurrir y darse a la consignación el destino legal.
ANTECEDENTES DE HECHO:
4º.- Por Auto dictado por este Juzgado en fecha 3 de febrero de 2010, Autos
núm. 648/2006 se declaró extinguida la relación laboral que unía a las partes del
presente procedimiento, con fecha de efectos de la declaración de la situación de
Incapacidad Absoluta de 10 de noviembre de 2007, sin derecho a indemnización por
despido. (Fs. 895 a 900).
441
5º.- La parte actora se halla afecta de un trastorno psicótico delirante con
sintomatología de tipo hipocondríaca y con somatizaciones derivada de problemática
laboral. (Pericial Dr. Cipriano, Fs. 608 a 613). La parte actora continúa, a fecha 19 de
abril de 2010, en tratamiento psiquiátrico. (Fs. 939).
6º.- El padre del actor falleció en el mes de agosto del año 2007. (Fs. 955)
442
10º.- Las funciones del demandante en la empresa era la de llevar la contabilidad
y supervisar las realizadas por otros empleados, efectuar declaraciones fiscales,
impuesto de sociedades, las cuentas anuales y registro de las mismas, de las distintas
empresas que tenían contratados dichos servicios con la parte demandada. (Fs. 254 a
265).
12º.- D. Carlos Ramón disponía de llaves del local donde prestaba servicios para
la empresa demandada. Se presentó denuncia ante la Inspección de Trabajo de suerte
que, en fecha 25 de abril de 2006 acudió una Inspectora solicitando documentación a la
empresa. Al día siguiente, 26 de abril de 2006, Don Cipriano cambió el candado de
acceso a la oficina donde prestaba servicios la parte actora, colocando un letrero en la
entrada en el que se recordaba a todos los trabajadores el horario de trabajo. Dicho
letrero fue firmado por algunos trabajadores de la empresa. Al actor no le facilitaron la
llave del nuevo candado. (Fs. 254 a 278, doc. Número 61 ramo prueba parte demandada
autos 649).
443
14º.- El actor trabajó hasta en 76 ocasiones durante un año y medio hasta
después de las 12 horas y la mayoría hasta después de la una, y más tarde aún. (Fs. 254
a 278).
16º.- Asimismo, la parte actora ha trabajado los siguientes días más allá de las
21 horas, permaneciendo en su lugar de trabajo desarrollando tareas propias de su
cometido profesional durante las siguientes horas: Octubre de 2005: Martes día 4 hasta
las 21:37 horas; martes día 18 y hasta las 2:00 horas; miércoles 19 de octubre y hasta las
0:02 horas.
17º.- Tanto la persona que precedió en el cargo al actor como aquella que lo ha
sucedido no han realizado horas extraordinarias para llevar a cabo su cometido.
(Testifical de Dña. Esmeralda y Roque ).
444
reclamación de horas extraordinarias, dando lugar a los autos 649/06 tramitados en este
mismo Juzgado.
445
SEGUNDO.- La citada sentencia fue recurrida en suplicación por D. Carlos
Ramón ante la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, la cual
dictó sentencia en fecha 10 de abril de 2014 , en la que consta el siguiente fallo: Estimar
en parte el recurso de suplicación interpuesto por la representación de D. Carlos Ramón
y confirmar en todo la sentencia de fecha 31/7/2013 del Juzgado de lo Social nº 1 de
Barcelona , excepto en la cuantía de la indemnización que, en lugar de 34.888,88 €,
debe ser de 45.988,88 € de forma que condenamos a Assesoría y Gestoría Hernández
S.L. a pagar a D. Carlos Ramón dicha cantidad de cuarenta y cinco mil novecientos
ochenta y ocho euros con ochenta y ocho céntimos. Sin costas."
446
QUINTO.- Instruida la Excma. Sra. Magistrada Ponente, se declararon
conclusos los autos, señalándose para votación y fallo el día 27 de abril de 2016, fecha
en que tuvo lugar.
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
447
incrementó el total de la indemnización en 11.100, de los cuales 3.000 € correspondían
a lucro cesante y 8.100 € a daño corporal.
Como propone también el Ministerio Fiscal, debemos negar que se den los
requisitos exigidos por el art. 219.1 LRJS para que esta Sala IV del Tribunal Supremo
entre a analizar el motivo.
449
No hay duda de la contradicción doctrinal entre las sentencias comparadas, por
lo que hemos de pasar a dar respuesta a este concreto motivo del recurso.
CUARTO.- 1. El recurso invoca los arts. 1100 y 1108 del Código Civil para
pedir que se le reconozca "la deuda de intereses generada por el transcurso del tiempo",
partiendo de la fecha del accidente de trabajo de 10 de mayo de 2006.
Y nuestra conclusión sobre los efectos del paso del tiempo en la satisfacción de
la obligación de indemnizar es la de que a la cifra indemnizatoria finalmente obtenida
ha de aplicársele, desde su devengo en la fecha de la consolidación de las secuelas y
hasta la sentencia que fija el importe de la indemnización, el interés legal moratorio; y
desde la fecha de esta sentencia, los oportunos intereses procesales (art. 576 LEC).
450
Ello comporta la estimación parcial de recurso de suplicación en el sentido
estimar también en parte la demanda inicial y añadir el reconocimiento del derecho del
demandante al abono de los intereses por mora devengados desde la fecha de
consolidación de sus secuelas; fecha que debe coincidir con la de efectos de la
declaración de la incapacidad permanente absoluta de la que trae causa la presente
reclamación, esto es, el 10 de noviembre de 2007 (según fijó la resolución
administrativa del INSS de 31 de enero de 2008).
FALLO:
451
20-SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO DE 26 DE ABRIL DE
2016
ANTECEDENTES DE HECHO:
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
454
ingreso hospitalario, colocación de un «Stent» y baja por IT -contingencia profesional-
hasta el 12/05/09; b) en 13/11/10 sufre angina de pecho, con nueva IT - nuevamente por
contingencia profesional- hasta el 17/12/10; c) posteriormente presta servicios como
Médico del Trabajo para la empresa «Montes Montalvo Servicios SL» hasta el
30/09/12; d) en 20/06/11 se le declara en situación de IPT -enfermedad común-, por
padecer «cardiopatía isquémica, actualmente estable con enfermedad severa de DA y
diagonal; lesión moderada de CX, CPT, STENT taxus a DA media... Enfermedad
severa de OM2... episodios repetidos de ángor de esfuerzo». En tanto que en el caso
enjuiciado por nuestra decisión referencial, el trabajador sufre un único proceso de
angina de pecho en 29/03/94, pasa a - entonces- ILT y «dado de alta en ILT se instruyó
el correspondiente expediente para determinar el alcance de las residuales, que concluyó
con la declaración del actor en situación» de IPP, por padecer «estenosis severa del 85
% de la ADA, obstrucción del 50% de la CX... By-PASS mamario-coronario a la DA y
safena a la CD...».
455
SEGUNDO.- 1.- Para la decisión recurrida, el ángor y la angina de pecho
sufridas por el actor «son un episodio derivado de cardiopatía isquémica que pudieron
acontecer tanto en el tiempo y lugar de trabajo, como en otro momento y en otro sitio.
En este caso concreto, el actor presentaba una patología cardíaca ajena a su actividad
laboral. La invalidez permanente reconocida, en el grado de total, deriva de una
enfermedad y si bien tuvo una manifestación externa durante el trabajo, no puede
decirse que esta enfermedad se haya contraído con ocasión o por consecuencia del
trabajo, ya que debe establecerse la distinción entre la patología cardíaca referida, de
las manifestaciones sintomáticas agudas, como el ángor y la angina de pecho, que
tuvieron lugar en tiempo y lugar de trabajo, y cuya estabilización se produjo tras el
correspondiente período de incapacidad temporal, y ... la existencia de episodios de
ángor y angina en tiempo y lugar de trabajo no supone una agravación de la patología».
a).- La presunción «iuris tantum» del art. 115.3 LGSS se extiende no sólo a los
accidentes, sino también a las enfermedades, pero ha de tratarse de enfermedades que
por su propia naturaleza puedan ser causadas o desencadenadas por el trabajo, sin que
pueda aplicarse la presunción a enfermedades que "por su propia naturaleza excluyan
una etiología laboral" (SSTS 22/12/10 -rcud 719/10-; 14/03/12 -rcud 4360/10-; 18/12/13
-rcud 726/13-; y 10/12/14 -rcud 3138/13).
456
c).- La doctrina ha sido sintetizada con la «apodíctica conclusión» de que ha de
calificarse como AT aquel en el que «de alguna manera concurra una conexión con la
ejecución de un trabajo, bastando con que el nexo causal, indispensable siempre en
algún grado, se dé sin necesidad de precisar su significación, mayor o menor, próxima o
remota, concausal o coadyuvante», debiendo otorgarse dicha calificación cuando no
aparezca acreditada la ruptura de la relación de causalidad entre actividad profesional y
el hecho dañoso, por haber ocurrido hechos de tal relieve que sea evidente a todas luces
la absoluta carencia de aquella relación (reproduciendo jurisprudencia previa a la
unificación de doctrina, SSTS 09/05/06 -rcud 2932/04-; 15/06/10 -rcud 2101/09-; y
06/12/15 -rcud 2990/13-).
d).- El hecho de que la lesión tenga etiología común no excluye que el trabajo
pueda ser factor desencadenante, por ser «de conocimiento común que el esfuerzo de
trabajo es con frecuencia un factor desencadenante o coadyuvante en la producción del
infarto de miocardio» [STS 27/12/95 -rcud 1213/95 -]; aparte de que «no es descartable
una influencia de los factores laborales en la formación del desencadenamiento de una
crisis cardiaca», ya que «las lesiones cardiacas no son por sí mismas extrañas a las
relaciones causales de carácter laboral» [STS 14/07/97 -rcud 892/96] (SSTS 27/02/08 -
rcud 2716/06; y 20/10/09 -rcud 1810/08).
f).- Como hemos destacado recientemente, la presunción legal del art. 115.3 de
la LGSS entra en juego cuando concurren las dos condiciones de tiempo y lugar de
trabajo, «lo que determina, por su juego, que al demandante le incumbe la prueba del
457
hecho básico de que la lesión se produjo en el lugar y en tiempo de trabajo; mas con esa
prueba se tiene por cierta la circunstancia presumida y quien se oponga a la aplicación
de los efectos de la presunción tendrá que demostrar la falta de conexión entre el hecho
dañoso y el trabajo» (STS 03/12/14 -rcud 3264/13).
FALLO:
ANTECEDENTES DE HECHO:
459
"PRIMERO.- En fecha de 25 de noviembre de 2.010 se dictó sentencia por el
TSJ de Andalucía, que devino firme, por la que, revocando la de instancia, estimaba la
demanda y declaraba la procedencia del recargo en las prestaciones de incapacidad
derivadas del accidente laboral por él (recurrente) sufrido el 27-5-99 en cuantía del 50%
y la responsabilidad solidaria en su abono de las empresas Miguel y Agropecuaria
Cuarto Nuevo, S.A., todo ello con efectos a partir de los tres meses anteriores a su
solicitud ante el INSS de fecha 14-7-04 (esto es, a partir del 14-4-04). Dicha sentencia
recogía como hecho probado el estar el actor afecto de incapacidad permanente absoluta
para todo tipo de trabajo con derecho a percibir el 100% de la pensión de 895,16 euros,
siendo a cargo de la mutua 628,56 euros y de la empresa Miguel la de 266,60 euros, por
infracotización.
460
2.004: (si la pensión sin recargo es de 1.034 euros, el recargo es de 517,36
euros) x 8,5 meses = 4.397,56 euros;
Suma de atrasos: 50.499,59 euros, por lo que queda pendiente de abono 9.516,18
euros;
461
.- Ejecutante: rectificó su escrito en el sentido de que la cantidad que reclama no
es la de 30.464,92 euros sino 34.872,85 euros por cuanto que esto es el resultado de la
suma de (53.350,87 euros - 9.516,18 euros) + (53.350,87 euros x 41,483 %);
.- INSS: se opuso:
Que la pensión sobre la que aplicar el 50% es la pensión inicial, esto es, aquella
desprovista de revalorizaciones que no forman la pensión inicial; Que respecto a los
intereses, la jurisdicción competente es la contencioso administrativa al ser parte de la
gestión recaudatoria; que tales intereses son a favor de la Tesorería;
462
SEGUNDO.- Desestimado por el referido Auto el recurso de reposición
presentado por el demandante ejecutante, se interpuso recurso de suplicación frente al
mismo por dicha parte, ante la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de
Andalucía/Sevilla, dictándose sentencia en fecha 9 de enero de 2014, cuyo parte
dispositiva es del tenor literal siguiente: "Que debemos DESESTIMAR y
DESESTIMAMOS el recurso de suplicación interpuesto por la representación legal de
D. Florentino contra el auto de fecha 08/06/12, dictado por el Juzgado de lo Social nº 3
de Cádiz , en autos nº 174/10, seguidos a instancia de D. Florentino contra el Instituto
Nacional de la Seguridad Social, Agropecuaria Cuarto Nuevo S.A. y D. Miguel, y, en
consecuencia, CONFIRMAMOS la Resolución impugnada. No se efectúa condena en
costas."
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
463
PRIMERO.- 1. La cuestión controvertida en el presente recurso de casación para
la unificación de doctrina consiste en determinar si el interés del 5% aplicable para fijar
el valor actual del capital coste de una pensión de incapacidad permanente absoluta
(IPA) derivada de accidente de trabajo, que se abona por la empresa a la Entidad
Gestora, debe ser también abonado, o no, al trabajador al percibir los atrasos de la
prestación.
464
2004, despachándose la ejecución por auto del Juzgado de lo Social de 6 de junio de
2011.
3. Así pues, los intereses de capitalización que aquí reclama el recurrente para sí,
ni derivan del art. 123 LGSS invocado, ni se generan por mora o retraso en el pago de la
prestación, sino que conforman "los criterios técnicos para la liquidación de capitales
coste de pensiones", en los términos utilizados por la vigente Orden TAS/4054/2005, de
27 de diciembre, o el propio capital coste actualizado al momento del hecho causante,
tal como preveía el artículo Único de la disposición ministerial invocada en el recurso
(Orden de 23 de septiembre de 1985: "La tasa de interés a aplicar para determinar el
valor actual del capital coste de las pensiones causadas por invalidez permanente o
muerte, debidas a accidentes de trabajo producidos a partir de 1 de enero de 1985 será
del 5 por 100"), lo que excluye cualquier tipo de enriquecimiento injusto por parte de la
Gestora, porque, como vimos, no estaban destinados al beneficiario sino a corregir el
desfase temporal que sufre aquélla al tener que abonar a éste la prestación recargada
desde la fecha del hecho causante, todo lo cual, en fin, como hemos adelantado,
determina la desestimación del recurso y la consecuente confirmación de la sentencia
impugnada porque es ella y no la referencial la que contiene la doctrina ajustada a
derecho. Sin costas.
469
Por lo expuesto, en nombre de S. M. El Rey y por la autoridad conferida por el
pueblo español.
FALLO:
ANTECEDENTES DE HECHO:
470
"1º .- Los demandantes Doña Felicisima, DNI nº NUM000, Doña Pilar, DNI nº
NUM001, Don Elíseo, DNI nº NUM002 y Don Íñigo, DNI nº NUM003, son la mujer e
hijos de Don Valentín fallecido el 17 de julio de 2007 cuando prestaba servicios para la
empresa CANTERÍA HERMANOS SOBRAL S.L.- 2º.- Don Valentín venía prestando
servicios para la empresa aquí demandada desde el 25 de septiembre de 2000, y en la
fecha en la que ocurrió el accidente (17-07-07) se encontraba trabajando en la
construcción de un inmueble en el término municipal de Barreiros, lugar de San Cosme
(Lugo).- El inmueble en construcción era un edificio de planta sótano, baja, dos altas y
bajo cubierta.- 3º.- El accidente se produjo entre las 16,30 h y las 17,30 h del día 17 de
julio de 2007. Ese día se encontraban cuatro trabajadores de la empresa Cantería
Hermanos Sobral S.L. realizando labores de tabicado en la planta segunda del edificio.-
En un determinado momento, los compañeros de Don Valentín bajaron a descargar un
camión de ladrillo quedándose en la obra el trabajador accidentado, el cual procedió a
subir al bajo cubierta y se subió a un andamio de borriquetas de una altura aproximada
de 80-81 cm., para proceder a taladrar un hueco en el techo del bajo cubierta con un
taladro, marca DEWALT, con marcado CE de un peso aproximado de 5 ó 6 kg y una
broca de 50 cm, taladro que le había facilitado D. Bernardino, trabajador de una
empresa de fontanería que se encontraba subcontratada por la empresa aquí
demandada.- D. Valentín se encontraba subido al andamio a unos 37 cm del hueco del
ascensor, y en un determinado momento, por motivos que se desconocen, perdió el
equilibrio y se precipitó por el hueco del ascensor hasta el foso de la planta sótano que
se encontraba cubierto de agua.- 4º.- El trabajador no hacía uso del arnés de seguridad
cuando se cayó por el hueco del ascensor desde una altura aproximada de 13 m. El
hueco del ascensor se encontraba tapado con dos tablones que alcanzaban una altura
aproximada de 1 m. Cuando los compañeros de D. Valentín terminaron de descargar el
ladrillo volvieron a la obra y no vieron a dicho trabajador, pero no fue hasta un tiempo
más tarde cuando se empezaron a preocupar y comenzaron a buscarlo, encontrando una
gorra flotando en el agua del hueco del ascensor, y después de remover el agua, que
estaba turbia, encontraron el cuerpo de su compañero.- 5º.- A consecuencia del
accidente se produjo el fallecimiento de Don Valentín, siendo la causa inmediata de la
471
muerte la asfixia por sumersión.- 6º.- Se desconoce el motivo por el que el trabajador
fallecido estaba realizando un agujero en el forjado del techo del bajo cubierta, aunque
pudiera ser para pasar un cable de antena para el tejado, cableado que correspondería
hacer a la fase de instalaciones, figurando esta fase con el epígrafe 3.9 del Plan de
Seguridad y Salud de la empresa demandada.- El día del accidente la obra se encontraba
en la fase de ejecución 3.6 (Cerramientos y distribución), siendo las fases posteriores la
3.7. (Acabados) la 3.8 (Carpintería) y la ya indicada 3.9 (Instalaciones).- Esta última
fase (Instalaciones) estaba subcontratada con la empresa ELECTRONIMA S.L.- 7º.- La
Inspección de Trabajo y Seguridad Social levantó acta de infracción (nº NUM004)
frente a la empresa CANTERÍA HERMANOS SOBRAL S.L., en la que se le imputaba
a dicha empresa una infracción grave del art. 12.16 f) del Texto Refundido de la LISOS
y se proponía una sanción de 20.000 euros.- Con posterioridad, y después de formular
alegaciones la empresa afectada, se procedió a declarar la caducidad del expediente
sancionador, dejando sin efecto la sanción propuesta en el acta nº NUM004 y ordenando
el archivo de las actuaciones.- 8º.- El INSS inició expediente de responsabilidad por
falta de medidas de seguridad y salud laboral, y dictó resolución declarando la
existencia de responsabilidad empresarial de la empresa aquí demandada, imponiéndole
un recargo del 50% de las prestaciones de Seguridad Social.- No consta la firmeza de
dicho recargo.- 9º.- Por el accidente ocurrido el 17 de julio de 2007 se incoaron
diligencias penales (Diligencias Previas nº 372/07) en el Juzgado de Instrucción nº 2 de
Mondoñedo, diligencias que concluyeron por auto de 8 de enero de 2009 en el que se
acordaba el sobreseimiento provisional y el archivo de la causa al no quedar acreditada
suficientemente la concurrencia de los elementos del tipo penal, al no haberse probado
que alguno de los posibles responsables de la obra hubiesen ordenado al fallecido
realizar un agujero en el techo del bajo cubierta.- El auto de sobreseimiento fue
confirmado por la Audiencia Provincial de Lugo en fecha 1 de abril de 2009 .- 10º.- La
empresa CANTERÍA HERMANOS SOBRAL S.L. tenía suscrita una póliza de seguro
de responsabilidad civil con la entidad aseguradora Mapfre, póliza que cubre un capital
máximo de responsabilidad civil patronal de 150.000 euros por víctima.- Asimismo, en
dicha póliza se establece una franquicia con carácter general de 900 euros por siniestro.-
11º.- La Mutua Gallega de Accidentes de Trabajo abonó a los demandantes las
siguientes cantidades: - Pensión de viudedad: 555,32 euros mensuales desde el 18-07-
472
2007.- Indemnización Especial a tanto alzado por importe de 6.407,58 euros. - Auxilio
por defunción: 30,05 euros.- 12º.- En fecha 27 de julio de 2009 se celebró sin avenencia
acto de conciliación ante el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación".
CUARTO.- Con fecha 12 de mayo de 2014 se admitió por esta Sala a trámite el
presente recurso, dándose traslado del escrito de interposición y de los autos a la
representación procesal de la parte recurrida para que formalice su impugnación en el
plazo de quince días.
473
QUINTO.- Evacuado el traslado de impugnación, por el Ministerio Fiscal se
emitió informe en el sentido de considerar procedente la desestimación del recurso, e
instruido el Excmo. Sr. Magistrado Ponente se declararon conclusos los autos,
señalándose para votación y fallo el día 5 de febrero de 2015. Con la misma fecha se
suspendió el señalamiento a los efectos de considerar la incorporación a las actuaciones,
por el cauce del artículo 233.1 LRJS , de la sentencia mencionada por la recurrente de
fecha 8 de mayo de 2013 de la misma Sala que la recurrida. Por auto de 6 de noviembre
de 2015, se admitió la incorporación de dicho documento.
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
474
a) El accidente de trabajo se produjo el 17 de julio de 2.007, cuando el
trabajador --después fallecido-prestaba sus servicios en la construcción de un edificio de
planta sótano, baja, dos altas y bajo cubierta.
d) El trabajador no hacía uso del arnés de seguridad cuando se cayó desde una
altura aproximada de 13 metros por el referido hueco, que a modo de barandilla se
encontraba tapado con dos tablones, que alcanzaban una altura aproximada de 1 metro.
475
f) Con posterioridad y a la vista de las alegaciones de la empresa afectada, se
procedió a declarar la caducidad del expediente sancionador, dejando sin efecto la
sanción propuesta, ordenando el archivo de las actuaciones.
476
SEGUNDO.- La sentencia ahora recurrida en casación para la unificación de
doctrina rechaza la existencia de responsabilidad civil imputable a la empresa
empleadora porque "... el hecho de haber procedido a subir el trabajador accidentado al
bajo cubierta, subiéndose a un andamio (lo que a su vez hizo ineficaz el vallado de
protección del ascensor), a realizar una serie de labores que no le habían sido
encomendadas con herramientas de otra empresa y sin hacer uso del arnés de seguridad
sólo puede achacarse a la imprudencia temeraria del actor, advirtiéndose así en el caso
de autos una voluntaria y consciente asunción del riesgo por parte del mismo, con un
patente y claro desprecio del riesgo y de la prudencia más elemental exigible, corriendo
un riesgo innecesario que finalmente provocó el evento dañoso...sin que por ello mismo
pueda constatarse la presencia de medidas concretas exigibles y viables que puedan
comportar la atribución a la empresa, a título de culpa, del evento accidental ocurrido".
478
pueda llevarse a cabo a través del análisis de otros hechos concurrentes. Es decir: a tal
conclusión jurídica se llega en la resolución que analizamos como contradictoria desde
el análisis de la referida sentencia precedente que obraba en las actuaciones, sobre la
que se efectuaron también alegaciones en el correspondiente recurso de suplicación.
2.- Ya se dijo antes que esta Sala, tras cumplir el trámite previsto en el citado art.
233 LRJS, decidió por auto de fecha 6 de noviembre de 2.015 admitir el documento
solicitado, consistente en esa sentencia firme anterior, de manera que con ella
incorporada a los autos ha de entenderse completada la relación de acontecimientos de
hecho que han de ser relevantes para analizar la posible contradicción entre la sentencia
recurrida y la de contraste tal y como exige el artículo 219 LRJS.
FALLO:
ANTECEDENTES DE HECHO:
3º.- El actor acudió al centro de salud de Castrillón a las 18,29 horas del mismo
día y fue atendido por la enfermera del mismo, a las 19,06 horas; ingresó en el servicio
de urgencias del hospital San Agustín de Avilés, donde fue atendido a las 21, 21 horas.
482
4º.- El actor comenzó con dolor torácico el día 18 de agosto, relacionado con
esfuerzos, que cedía en reposo; continuó con episodios más intensos y el día 20
comenzó de madrugada, continuo y asociado a disnea. Fue diagnosticado de infarto
agudo de miocardio, con enfermedad de dos vasos, presentando dislipemia sin
tratamiento, posible hipertensión arterial y diabetes Mellitus tipo 2 de diagnóstico
reciente.
483
(SESPA), y la empresa García Junquera S.L, sobre incapacidad permanente, y en
consecuencia confirmamos la resolución impugnada."
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
484
PRIMERO.- 1. La sentencia de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de
Justicia de Asturias confirma la dictada por el Juzgado de lo Social nº 2 de los de
Oviedo de 15 de julio de 2014, desestimatoria, a su vez, de la demanda del trabajador
sobre determinación de contingencia profesional del proceso de incapacidad temporal.
485
5. Tal y como también propone el Ministerio Fiscal, la comparación entre las
dos sentencias permite afirmar la concurrencia del requisito de la contradicción exigido
por el art. 219.1 de la Ley Reguladora de la Jurisdicción Social (LRJS).
En los dos casos se trata trabajadores que, antes de ser diagnosticados de infarto
(cardiaco en un caso, cerebral en el otro), tuvieron alguna manifestación de la dolencia,
sin que tales síntomas les impidieran acudir a trabajar, siendo durante el desempeño del
trabajo que se manifestó el episodio determinante del diagnóstico de sus padecimientos.
También en ambos supuestos la situación de incapacidad (temporal en un caso, de gran
invalidez en el otro) no se inicia hasta ese diagnóstico motivado por el episodio que les
obligó a acudir de modo urgente al médico.
SEGUNDO.- 1. El recurso denuncia la infracción del art. 115 LGSS , con cita de
las STS/4ª de 27 octubre 1992 , 23 febrero 2010, 3 junio 2013 y 18 diciembre de 2013.
487
no son extrañas a las causas de carácter laboral (véase la STS/4ª de 20 octubre 2009,
rcud. 1810/2008).
Por ello, tal y como también propone el Ministerio Fiscal, el recurso debe ser
estimado y la citada sentencia casada y anulada.
FALLO:
489
24-SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO DE 3 DE MARZO DE
2016
ANTECEDENTES DE HECHO:
490
TERCERO. - Con motivo del accidente de trabajo, la demandante por resolución
del Instituto Nacional de la Seguridad Social de 27/02/2012, fue declara en situación de
incapacidad permanente total. (f.7 y 8, 65,100).
Las personas que trabajan a su servicio y que estén amparadas efectivamente por
el Seguro Obligatorio de Accidentes de Trabajo, o sus derecho habientes.
491
Las Entidades y Organismos que hayan asumido el Seguro de Accidentes de
Trabajo, por el costo de las prestaciones sanitarias satisfechas.
493
10. Responsabilidades derivadas de conductas calificadas como "infracciones
muy graves" por la Inspección de Trabajo, así como del incumplimiento doloso
reiterado de las normas de Seguridad e Higiene.
494
(f.151a 158). QUINTO. - Se interpuso reclamación previa el 10/01/20 13, que fue
desestimada por resolución de 8/02/20 13. (f.9 y 10, 241 y 242, 245 y 246)."
SEXTO: Admitido a trámite el recurso se señaló el día 26-6-14 para los actos de
votación y fallo".
495
Suplicación interpuesto por AYUNTAMIENTO DE CAMPILLO DE LLERENA (BA),
contra la sentencia número 76/14 dictada por el JUZGADO DE LO SOCIAL N. 2 de
BADAJOZ en el procedimiento DEMANDA 0000137 /2013, seguidos a instancia de
Dª. Julia , parte representada por el Sr. Letrado D. FERNANDO VERA RANGEL,
frente al indicado Recurrente y CAJA DE SEGUROS REUNIDOS SA .-CASER SA,
sobre RECLAMACIÓN DE CANTIDAD, y, en consecuencia, debemos confirmar y
confirmamos la sentencia de Instancia.
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
496
PRIMERO.- Consta en la sentencia recurrida del Tribunal Superior de Justicia
de Extremadura, de 7 de julio de 2014 (Rec. 256/2014 ), que la actora, que prestaba
servicios como peón de la construcción para el Excmo. Ayuntamiento de Campillo de
LLerena, sufrió un accidente de trabajo a resultas del cual fue declarada en situación de
incapacidad permanente total, reclamando se le abonara la indemnización prevista en el
Convenio Colectivo Provincial de la Construcción. En instancia se estimó la demanda,
condenando al Ayuntamiento al abono de 27.000 euros como mejora voluntaria de la
Seguridad Social, absolviendo a la compañía aseguradora. Dicha sentencia es
confirmada en suplicación, por entender la Sala que la cuestión que se plantea en el
recurso de suplicación gira en torno a la aplicación o no del Convenio Colectivo
Provincial de Badajoz de la Construcción, puesto que al prestar servicios como peón de
la construcción, y no existir norma convencional del Ayuntamiento, debe ser de
aplicación dicha norma convencional, y como no se ha solicitado la revisión de hechos
probados, en relación a la actividad desempeñada por la trabajadora, no procede la
estimación del recurso. Añade la Sala que a pesar de que simplemente por las razones
anteriormente expuestas ya no prosperaría el recurso, debe ser de aplicación en el
presente supuesto lo dispuesto en STS (Sala General) de 07-10-2004, cuya doctrina se
siguió en la STS 01-06-2005 y en la que se determinó que a falta de norma propia del
Ayuntamiento, ha de aplicarse la que rige en la actividad en que se desarrolla el trabajo
por el accionante, por lo que al no existir en el presente supuesto convenio de ámbito
específico en el seno del Ayuntamiento, la relación laboral queda sujeta la convenio
mencionando, y que en caso contrario se crearía un injustificado vacío legal vulnerado
del principio de igualdad, ya que "lo que no es de recibo es que el empleador prescinda
de un convenio de empresa y a la vez pretenda, como es el caso, no someterse a aquél
que regula la actividad concreta de que se trata".
497
En el caso de esta sentencia el actor prestó servicios para el Ayuntamiento de
Villanueva del Fresno, como oficial cerrajero, siendo despedido. Presentó demanda el
trabajador reclamando 3.013,17 euros correspondientes la diferencias entre el salario
que se le había abonado y el que le correspondía haber percibido en aplicación del
Convenio Colectivo de la Industria Siderometalúrgica de la provincia de Badajoz
durante los meses de agosto de 2010 a junio de 2012, pretensión estimada en instancia,
cuya sentencia es revocada en suplicación, por entender la Sala, ante la cuestión de si en
los Ayuntamientos que no tienen convenio propio deben ser de aplicación los convenios
colectivos sectoriales que regulan las diversas actividades que se pueden desarrollar por
la corporación, que si bien podría aplicarse lo dispuesto en la STS 07-10-2004 (Rec.
2182/2003), cuya doctrina se siguió en la STS 01-06-2005, en la STS 17-06-2011 (Rec.
2855/2010), se ha determinado que en un Ayuntamiento que carece de convenio, y que
se hace cargo del servicio de limpieza que antes se llevaba a cabo una empresa, no le es
de aplicación la cláusula de subrogación del convenio sectorial, por lo que no se puede
volver al criterio sustentado con anterioridad, según el cuál sí sería de aplicación el
convenio sectorial de que se trate, máxime cuando en el presente supuesto el art. 2
(ámbito funcional), determina que se aplicará a las empresas dedicadas a la actividad
siderometalúrgica, el art. 3 (ámbito personal) determina que se aplicará a todos los
trabajadores que trabajen en las empresas anteriores, y el Ayuntamiento demandado no
es una empresa dedicada a la actividad siderometalúrgica, además de que el convenio
sólo puede obligar a quienes estuvieron representados como partes intervinientes en la
negociación del convenio colectivo, entre los que no está el Ayuntamiento. Concluye,
en definitiva, que cuando no existe convenio colectivo, no se puede aplicar otro de
carácter sectorial.
498
convenios sectoriales que regulen las actividades que desarrollen para la corporación
local.
FALLO:
500
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