Contaminación de La Atmósfera
Contaminación de La Atmósfera
Contaminación de La Atmósfera
Uno de los principales problemas a los que nos enfrentamos como género humano es la supervivencia del
planeta. Los altos niveles de contaminación y las malas prácticas de desarrollo han provocado que
actualmente la Tierra haya dejado de ser un lugar acogedor, cálido y sostenible.
Estamos ante una grave situación. Y aunque es cierto que cada vez es más irreversible, todavía estamos a
tiempo de intervenir a partir de las decisiones que tomamos en nuestro día a día. ¡Veamos en qué punto nos
encontramos y cómo podemos contribuir!
Para empezar, deberemos situarnos en el origen de la cuestión. Entre las principales causas se encuentra
la contaminación de la atmósfera, cuyos niveles han aumentado considerablemente en las últimas décadas.
Así, la industrialización nos ha facilitado la vida en muchos sentidos, pero al mismo tiempo ha generado la
acumulación de altísimos niveles de gases de efecto invernadero en la atmósfera y otros problemas
derivados. ¡Conócelos!
Son diversas las causas que explican la contaminación de la atmósfera. Algunas de ellas se pueden resumir de
la siguiente manera:
Extracciones mineras
Muchos minerales se obtienen gracias a productos químicos y el uso de maquinaria pesada que contamina el
aire de partículas de polvo y gases. Además, la extracción genera, en un buen número de casos, daños
irreparables en los entornos.
Insecticidas, pesticidas, fertilizantes y otros productos químicos se emplean para el cultivo de alimentos,
lo cual causa un grave perjuicio a los suelos y favorece la acumulación de gases en el aire. De ahí que
en la actualidad se insista tanto en la necesidad de optar por los cultivos ecológicos, es decir, libres de
cualquier químico.
Industrialización excesiva
El aumento de fábricas y el consumo masivo son otra causa de la contaminación atmosférica. Cuanto
mayor sea la demanda de artículos, mayores serán los efectos nocivos para el planeta.
Quema de combustibles
Los medios de transporte convencionales queman una gran cantidad de combustible y los convierten
en gases, algo que también influye en la calidad del aire que respiramos.
La deforestación
Al no haber suelos adecuados para la siembra de especies vegetales, se reduce el número de árboles. Y
esto, a su vez, evita que muchos de los gases contaminantes que circulan en el aire puedan ser
neutralizados y el aire se limpie. Los árboles cumplen esa función.
Si bien es verdad que las soluciones para frenar la contaminación de la atmósfera deben contar con el apoyo
de instituciones globales y de gobiernos locales, también es cierto que nosotros, como ciudadanía, podemos
realizar valiosos aportes a esta causa. Toma nota de las siguientes formas de contribución:
Reciclaje de residuos, productos y materiales. De esta forma evitamos que la demanda de artículos
aumente y que las fábricas, a su vez, produzcan nuevas unidades. El impacto medioambiental será
menor.
Prolongando la vida útil de los objetos. Esta es una medida en sintonía con la anterior y que invita a usar
la creatividad. Por ejemplo, unos jerseys de lana viejos y gastados pueden no valer para el día a día,
pero, si se deshacen y tejen nuevamente, pueden convertirse en una mantita de entretiempo.
Uso de la bicicleta o de otros medios de transporte alternativos y, sobre todo, que no contaminen el
medio ambiente.
Consumiendo responsablemente. Adoptando hábitos de consumo responsable como la compra de
productos de Comercio Justo o el ahorro en nuestro consumo de energía nos aseguraremos de que
nuestro consumo –que es inevitable– tenga el menor impacto sobre el planeta y también sobre el propio
ser humano.
Incorporando al menú platos vegetarianos. La ganadería está muy relacionada con la emisión de gases
de efecto invernadero. Según informa Greenpeace, más del 14% de los gases de este tipo se deben a
esta actividad. Puedes contribuir a reducir este dato de una manera realmente deliciosa: prueba alguna
de las recetas vegetarianas que encontrarás en la guía gratuita Comida Saludable de Oxfam Intermón.
¡Plantarle cara a la contaminación nunca fue tan rico y saludable!
Prestando atención al tipo de cultivo de los alimentos frescos. La agricultura ecológica cuida al planeta:
protege los suelos, respeta los ciclos naturales de crecimiento, evita el uso de sustancias químicas u
organismos genéticamente modificados.
Fijándonos en la etiqueta de nuestras prendas de ropa. La tendencia de comprar una prenda, usarla, y
tirarla después para comprar nuevamente otra está consumiendo recursos naturales como el agua.
Afortunadamente, hay opciones más sostenibles para el planeta, como los textiles de Veraluna, una
marca de Comercio Justo que emplea fibras naturales de origen orgánico, o la empresa Ecoalf, que
confecciona prendas con materiales de desecho.
Construcción de un huerto urbano. También podemos cultivar nuestros propios alimentos en casa, de
forma natural y sin alterar los ciclos naturales del medio en el que nos desenvolvamos. ¡Si te animas, en el
post Como construir un huerto urbano casero tienes mucha información sobre cómo empezar uno!
Como puedes observar, con unos sencillos gestos puedes ayudar a reducir la contaminación de la
atmósfera y cuidar del planeta. Pero solo con la participación conjunta y transmitiendo activamente una
concienciación a las personas de nuestro alrededor es posible frenar la contaminación de nuestro entorno.
¿Cómo lo haces tú?