Año: VIII Número: Edición Especial. Artículo No.:8 Período: Febrero, 2021

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Revista Dilemas Contemporáneos: Educación, Política y Valores.


http://www.dilemascontemporaneoseducacionpoliticayvalores.com/
Año: VIII Número: Edición Especial. Artículo no.:8 Período: Febrero, 2021

TÍTULO: Barreras que enfrentan los estudiantes de la Universidad Autónoma de Chihuahua, al

cambiar de la modalidad presencial a la virtual durante la emergencia sanitaria provocada por el

Covid-19”.

AUTORES:

1. Máster. Roberto Piñón Olivas.

2. Máster. César René Nevárez Arguijo.

3. Máster. José Luis Jáquez Escárcega.

4. Máster. Claudia Esther Ortega Javalera.

5. Máster. Sandra Loya Torres.

RESUMEN: En el presente estudio se describen las barreras que enfrentó el estudiante universitario

presencial con motivo de la migración a modalidad virtual. El universo de estudio es la población de

la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de Chihuahua, de donde se

seleccionó una muestra discrecional de 692 alumnos, a quienes se aplicó una encuesta auto

administrada mediante la plataforma Formatos de Google durante el mes de Julio del 2020. Los

resultados indican que los alumnos no se encontraban preparados para la modalidad virtual (69.5%)

y sufrieron de estrés por temor a reducir su desempeño académico (83%), manifestando ausencia de

retroalimentación del personal docente (70%), entre otros hallazgos.


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PALABRAS CLAVES: Modalidad virtual, desempeño académico, educación universitaria, Covid-

19.

TITLE: “Barriers faced by students at the Autonomous University of Chihuahua, when changing

from face-to-face to virtual mode during the health emergency caused by Covid-19”.

AUTHORS:

1. Máster. Roberto Piñón Olivas.

2. Máster. César René Nevárez Arguijo.

3. Máster. José Luis Jáquez Escárcega.

4. Máster. Claudia Esther Ortega Javalera.

5. Máster. Sandra Loya Torres

ABSTRACT: The present study describes the barriers faced by the face-to-face university student

due to the migration to virtual mode. The universe of study is the population of the Faculty of Political

and Social Sciences of the Autonomous University of Chihuahua, from which a discretionary sample

of 692 students was selected, to whom a self-administered survey was applied through the Google

Formats platform during the month July 2020. The results indicate that the students were not prepared

for the virtual modality (69.5%) and suffered from stress for fear of reducing their academic

performance (83%), manifesting an absence of feedback from the teaching staff (70%) among other

findings.

KEY WORDS: Virtual modality, academic performance, university education, Covid-19.

INTRODUCCIÓN.

La Sociedad del Conocimiento en que la humanidad se encuentra inmersa actualmente, exige de


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quienes estudian o de quienes ejercen el papel de docentes en los diversos niveles educativos un

manejo óptimo de la tecnología, especialmente aquella enfocada a la información y comunicación,

ya que de no hacerlo, les puede generar escenarios de frustración y desmotivación.

Estos supuestos pueden provocar un aprendizaje inadecuado entre los estudiantes o incluso deserción

escolar, lo anterior, en contextos de ausencia de formación previa en el uso de plataformas

tecnológicas para la educación en espacios virtuales.

Prendergast (2003) citado por Borges (2005) advierte, que “cuando se organizan cursos sin la

correspondiente preparación práctica en el aprendizaje colaborativo en línea, esto, desde mi

experiencia, ha sido un fracaso”. Por lo anterior, se debe proveer a los docentes y alumnos de una

formación completa e integral en el uso de las tecnologías de la información y la comunicación, en

particular a los primeros que fungirán como maestros en línea, ya que un profesor de modalidad

presencial, es evidente que no está acostumbrado a este esquema de enseñanza y por lo tanto, no

domina las estrategias didácticas que se emplean en la educación a distancia.

A principios de 2020, como ocurrió alrededor del mundo con las instituciones de educación de todos

los niveles educativos, la Universidad Autónoma de Chihuahua se vio en la necesidad de mudar de

la enseñanza presencial a la virtual, en un lapso muy corto de tiempo.

Este drástico cambio en el proceso de enseñanza, pero también de aprendizaje, obligado por la

pandemia que provoca el COVID-19, implicó el involucramiento de aspectos económicos,

equipamiento tecnológico y conectividad, así como factores psicológicos, entre otros; también se

evidenció la relevancia de elementos que anteriormente no se tomaban mucho en consideración, tal

es el caso de la interacción entre maestros y alumnos, así como la retroalimentación en el proceso

enseñanza- aprendizaje, elementos indispensables en el desempeño y logro de los objetivos

académicos de cualquier institución educativa.


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Como recomendación para evitar el contagio y a fin de evitar el colapso de hospitales especializados

en el tratamiento del COVID-19, se suspendieron indefinidamente las clases en los planteles escolares

en todo el país y en todos los niveles educativos (DOF, 2020).

Algunos autores advertían previamente de la evolución de la educación hacia espacios virtuales, tal

es el caso de Alvin Toffler citado por Esteve (1995), quien se anticipó a este hecho, afirmaba que

“buena parte de la educación tendrá lugar en la propia habitación del estudiante, en su casa o en un

dormitorio común, gracias a los sistemas de información por computadoras”.

La virtualidad aplicada al ámbito académico exige un esquema educativo que se vale de complejas

redes de comunicación, modelos informáticos e imprescindiblemente de plataformas en internet, que

sirven para tener acceso a información, documentos, videos, libros y actividades programadas, a

través de las cuales se cumple con los objetivos educativos planteados.

Se habla de educación virtual como aquella no presencial, pero es una representación de la que sí lo

es. La Real Academia Española, establece que la palabra virtual “es aquello que tiene virtud para

producir un efecto, aunque no lo produce de presente, frecuentemente en oposición a efectivo o real,

implícito, tácito, que tiene existencia aparente y no real”, tiene lugar en línea, generalmente a través

de internet (Real Academia Española, 2020).

La educación virtual produce un efecto, mismo que consiste en una formación o educación en cierta

área. En este esquema a distancia, se utilizan plataformas, materiales, equipos y una red de internet,

se llevan a cabo foros, actividades y exámenes, sin asistir a las aulas convencionales.

Este modelo educativo en línea tiene su inicio a partir de la década de los noventas, cuando el uso de

la tecnología empezó a tener un impacto determinante en la vida de las personas. Modificó sus

hábitos, pensamientos, perspectivas, actitudes y sobre todo sus deseos; las innovaciones tecnológicas

facilitan las actividades diarias en los distintos ámbitos: en el hogar, espacios de recreación, empresas
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y trabajos, pero particularmente en las instituciones educativas, principalmente universidades.

Es innegable que la tecnología permite desarrollar de manera eficiente cualquier asignatura o

programa académico; facilita indiscutiblemente la investigación, interacción y comunicación;

aspectos de suma relevancia en los procesos modernos de enseñanza y aprendizaje.

De igual manera, este elemento tecnológico ha propiciado el desarrollo vertiginoso de la educación

virtual, la cual, si bien no es reciente, es evidente que en Latinoamérica no ha logrado consolidarse

como un modelo de educación eficaz, esto debido a que no ha sido posible generar los ambientes

académicos pertinentes en docentes y estudiantes, quienes preferiblemente deben dominar aspectos

fundamentales como la automotivación, autodisciplina o autonomía académica.

De acuerdo con Fainholc (2016), el sistema de educación virtual, en especial de nivel superior

direccionado para la producción de conocimiento en América Latina, si bien, ha demostrado avances,

aún presenta graves debilidades como lo es la baja incorporación de internet, Tecnologías de la

Información y la Comunicación (TICs) y derivados, al no superar la baja calidad educativa general y

a distancia, sin intervención positiva en la vulnerabilidad y riesgos sociales existentes.

Sin duda, las TICs enfocadas a los procesos educativos, constituyen una alternativa académica por

demás viable e interesante para las personas con impedimentos para asistir presencialmente a las

aulas.

La educación virtual exige tanto del docente como del estudiante ciertas habilidades, actitudes y

convicciones para participar en esta modalidad, tales como: capacitación adecuada, equipo y espacio

suficiente, así como nuevos mecanismos de interacción y retroalimentación apoyados en el uso de la

misma tecnología y pedagogías emergentes, con mayor razón en el contexto de una pandemia como

la que enfrenta México y el mundo (Roldán, 2014). Es un área compleja y muy reciente (Torres,

2006). Hay quienes opinan como Pallof y Prat (2004), “que resulta irrelevante determinar un perfil
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común para los estudiantes a distancia”.

Existe una brecha digital (Felicié, 2003), no solo en México, sino en el mundo entero, una especie de

analfabetismo tecnológico con acentuación en las economías menos desarrolladas.

En general, la incorporación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, aún no se

perciben consolidadas en la praxis pedagógica en las Instituciones de Educación Superior

(Zempoalteca, 2018). Además, existen múltiples determinantes del uso de las tecnología, como la

edad, género o en el caso de los maestros, su experiencia en el uso de ellas y los años en que ha

impartido docencia (Zempoalteca, 2018).

En México, no se tienen antecedentes del uso de plataformas educativas en línea y esquemas de video

enlace para impartir clases a nivel preescolar, primaria, secundaria y preparatoria de manera masiva

y generalizada como el observado en este año 2020, durante el aislamiento de los estudiantes y

maestros en sus hogares al que se obligó por la pandemia del COVID-19.

De pronto, el estudiante ordinario presencial se encuentra con la novedad de que debe migrar al

espacio virtual, y para ello debe contar con un alto nivel de motivación, autodisciplina, habilidad

tecnológica, comunicación fluida por escrito, seriedad en sus compromisos, mentalidad autodidacta,

pero además, de acuerdo con Flores (2004) y Jiménez (1999) citados por Borges (2007), debe ser

competente en una serie de acciones y de actitudes, escribir de forma adecuada y organizada, tener

capacidad de lectura extensiva, uso de correo electrónico, manejo del entorno virtual y sus

herramientas en la búsqueda, selección y difusión de información.

Contrario a lo anterior, llegan a la Universidad con serias deficiencias provocadas por ausencia de

orientación vocacional, limitaciones en concentración y atención, deficientes técnicas de estudio,

capacidad de análisis y síntesis, fallas en redacción y ortografía, entre otros (Contreras et al, 2008).
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De acuerdo con Moreira y Delgadillo (2015), el hecho de plantear y “conducir” un curso en modalidad

virtual requiere un ajuste en los contenidos, pero también demanda flexibilidad, al igual que romper

con paradigmas y concepciones de la educación presencial; las clases exigen espacios adecuados para

el alumno, con equipo eficiente y adecuado, así como la capacitación pertinente que al no ocurrir,

necesariamente concluyen en condiciones de estrés en el alumno.

Adicionalmente, es necesaria una capacitación continua del docente (Acosta et al, 2013), para ofrecer

al alumno posibilidades pedagógicas de interacción y retroalimentación en la modalidad virtual, más

aún cuando existe una ausencia de preparación del alumno, como quedó demostrado en el estudio

que se detalla más adelante realizado en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad

Autónoma de Chihuahua.

En la educación presencial, el docente tiene una mayor cercanía física con el alumno, por tanto, la

posibilidad de interactuar con él y al darle retroalimentación en cuanto a su desempeño académico,

no requiere de otro intermediario, adicional al lenguaje y la comunicación directa; en cambio, en la

docencia mediante esquemas virtuales, necesita de un eficiente manejo de las tecnologías,

preparación de los temas en términos de contenidos y diseños atractivos, en busca de innovación, de

espacios colaborativos e interactivos acordes a un uso adecuado de las transiciones tecnológicas

(Zubieta y Rama, 2015).

Es necesario, por tanto, un profundo cambio en el rol docente con motivo de la adopción de la

educación virtual (Nolasco, 2015).

DESARROLLO.

Materiales y métodos.

En la investigación realizada para fundamentar este estudio, se estableció como objetivo general el

determinar y describir las barreras a las que se enfrentaron los estudiantes ante las Tecnologías de la
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Información y la Comunicación aplicadas a la educación virtual, con base en un carácter

multidimensional, planteando como hipótesis que los estudiantes al migrar a la educación virtual,

enfrentan barreras multidimensionales y multifactoriales que condicionan su aprovechamiento

escolar y afectan su estabilidad emocional.

El estudio consistió en la aplicación de 692 encuestas auto administradas, utilizando la Plataforma

Formatos de Google.

Es una investigación de campo, descriptiva, no experimental, realizada en la Ciudad de Chihuahua,

Chih., México durante el mes de julio del 2020, habiéndose llevado a cabo con el apoyo de docentes

y alumnos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de Chihuahua.

Se realizó una prueba piloto sobre una muestra de 83 alumnos, cuyos resultados fueron sometidos al

Alfa de Cronbach mediante SPSS, obteniendo una fiabilidad del .773, misma que se comprobó al

realizar la encuesta con el universo indicado.

Se utilizó la escala de Likert en cada uno de los ítems, codificando de la siguiente manera las

respuestas:

1.- Totalmente de acuerdo.

2.- De acuerdo.

3.- Ni de acuerdo ni en desacuerdo.

4.- En desacuerdo.

5.- Totalmente en desacuerdo.

Se agruparon los ítems de la encuesta en las siguientes dimensiones:

Dimensión económica. ¿Soy independiente económicamente?, ¿Cuento en mi vivienda con un

espacio adecuado para el estudio, cómodo, sin interrupciones y con privacidad?


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Dimensión tecnológica. ¿Cuento con el equipo informático adecuado para atender actividades en

plataforma y enlaces de videoconferencia?, ¿Conozco el funcionamiento de la plataforma en la que

curso las materias y/o me conecto por videoconferencia?, ¿Cuento con la suficiente velocidad de

internet para realizar mis actividades escolares de manera virtual en plataforma o videoconferencia?

Dimensión cognoscitiva. ¿Entiendo las instrucciones para elaborar los trabajos que me encargan mis

maestros?, ¿El maestro se explica adecuadamente en las instrucciones para elaborar los trabajos?, ¿El

lenguaje utilizado por el maestro para explicar la elaboración de los trabajos es el adecuado?, ¿Recibí

capacitación suficiente para llevar clases en la modalidad virtual?, ¿Estaba preparado para llevar

clases en la modalidad virtual?

Dimensión interacción. ¿Las actividades propuestas por el maestro propician la interacción con el

resto de mis compañeros?, ¿Me siento mejor cuando interactúo con mis compañeros de clase aún y

cuando sea de modo virtual?, ¿Tengo mejor aprovechamiento cuando interactúo con mis compañeros

de clase?

Dimensión retroalimentación. ¿El maestro me retroalimenta en cada actividad desarrollada?, ¿El

maestro me retroalimenta al final del curso?, ¿Como alumno propicio la retroalimentación con apoyo

en las tecnologías?

Dimensión psicológica. ¿Me causa estrés no comprender las instrucciones de mi maestro?, ¿Me

angustia no obtener el aprovechamiento o desempeño deseado en la educación virtual?

Presentación y análisis de resultados.

De los estudiantes encuestados, 7 de cada diez corresponden al sexo femenino y el resto al sexo

masculino. La media de edad es de 20 años con 7 meses. El 24.1 por ciento tiene 21 años de edad; el

19.7 por ciento 20 años; el 17.6 por ciento 22 años; el 14.5 por ciento 19 años y el 11.3 por ciento 18

años.
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El 64 por ciento de los alumnos (443) pertenecen a la Licenciatura en Relaciones Internacionales y el

36 por ciento a la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación (249), mismas que son los dos

programas académicos que ofrece la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales en la Ciudad de

Chihuahua, Chih.

El 28.6 por ciento de los estudiantes cursa el octavo semestre; el 18.4 por ciento el sexto semestre; el

17.2 por ciento el segundo semestre y el 14.5 por ciento el primer semestre. La participación de

alumnos de los semestres tercero (5.8%), cuarto (5.1%); quinto (3.6%) y séptimo (6.9%) fue marginal.

En conjunto, los estudiantes observaron valores en sus respuestas por encima de la media en los ítems

relativos a su independencia económica (3.65); capacitación y preparación para llevar clases en la

modalidad virtual, (3.50) y (3.19) respectivamente; retroalimentación del maestro (2.90); me siento

mejor cuando interactúo con mis compañeros de clase aún y cuando sea de modo virtual (2.75); las

actividades propuestas por el maestro propician la interacción con el resto de mis compañeros (2.73);

el maestro se explica adecuadamente en las instrucciones para elaborar los trabajos (2.70), y entiendo

las instrucciones para elaborar los trabajos que me encargan los maestros (2.57), lo cual significa que

sus respuestas son tendientes al desacuerdo con la afirmación planteada, es decir, se carece de los

atributos sobre los que se cuestiona.

Por el contrario, los siguientes ítems obtuvieron valores por debajo de la media y con ello, los

estudiantes encuestados manifiestan acuerdo al ítem planteado: cuento con la suficiente velocidad de

internet para realizar mis actividades escolares de manera virtual en plataforma o videoconferencia

(2.50); como alumno propicio la retroalimentación con apoyo en otras tecnologías (2.49); tengo mejor

aprovechamiento cuando interactúo con mis compañeros de clase (2.37); el lenguaje utilizado por el

maestro para explicar la elaboración de los trabajos es el adecuado (2.34); la epidemia de COVID-19

me causa estrés y afecta mi desempeño académico (2.31); cuento en mi vivienda con un espacio
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adecuado para el estudio, cómodo, sin interrupciones y con privacidad (2.27); conozco el

funcionamiento de la plataforma en la que llevo las materias y/o me conecto por videoconferencia

(1.98); me causa estrés no comprender las instrucciones de mi maestro (1.94); cuento con el equipo

informático adecuado para atender actividades en plataforma y enlaces de videoconferencia (1.89), y

me angustia no obtener el aprovechamiento o desempeño deseado en la educación virtual (1.69).

Debe tomarse en cuenta, que la mayor o menor calificación en la media obtenida en los ítems, debe

analizarse a la luz del instrumento y la escala utilizada. Así, una puntuación por debajo de la media

puede ser negativa para el alumno; por ejemplo, en el ítem “Me angustia no obtener el

aprovechamiento o desempeño deseado en la educación virtual”, que arroja una media de 1.69, y

significa que una mayor cantidad de estudiantes enfrenta ese estado de ánimo con motivo de las clases

virtuales; es decir, un 83 por ciento, ocho de cada diez alumnos. Para mayor referencia y

profundización debe acudirse a la Tabla 1 que se inserta más adelante.

Para realizar el siguiente análisis, se agruparon las respuestas “Totalmente de acuerdo y De acuerdo”,

igual que en el caso de las afirmaciones “Totalmente en desacuerdo y en desacuerdo”.

En este análisis pormenorizado por ítem, el 60 por ciento carece de independencia económica.

Únicamente el 15 por ciento se asume plenamente con esa calidad. Un 49 por ciento opina que no

recibió capacitación para llevar clases en modalidad virtual, contra un 19 por ciento que afirma lo

contrario.

En cuanto a la retroalimentación por parte del docente al final del curso o por videoconferencia, los

estudiantes la estiman ausente en un 38 por ciento, y en un 30 por ciento al realizar cada una de las

actividades programadas. Sin embargo, en ambos ítems las respuestas positivas de retroalimentación

tienen valores muy similares, con un 28 y un 39 por ciento, respectivamente.


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Los alumnos encuestados, en un 44 por ciento afirman sentirse mejor cuando interactúan con sus

compañeros de clase aún y cuando sea en forma virtual. Similar porcentaje de alumnos (45%)

consideran que el docente propicia la interacción con el resto de los compañeros a través de las

actividades programadas. Ambas afirmaciones tuvieron pocos negativos, 23% y 22%

respectivamente.

El entendimiento de las instrucciones indicadas por parte del docente en cada actividad se presenta

en el 52 por ciento de los estudiantes encuestados, mientras que el 18.20 por ciento no las comprende.

Más de la mitad de los encuestados (55%) afirma contar con la suficiente velocidad de internet para

realizar las actividades virtuales encargadas por los docentes, y por otro lado, dos de cada diez carecen

de esa posibilidad tecnológica.

En cuanto al apoyo en otras tecnologías para la retroalimentación, aproximadamente 5 de cada diez

estudiantes (54.30%) la buscan y la ponen en práctica; tienen en alto aprecio la interacción con sus

compañeros, incluso la consideran como detonante de mejor aprovechamiento académico (59 %) de

los encuestados, mientras que el 13% no la valora de esa manera positiva.

El lenguaje utilizado por el maestro para explicar la elaboración de los trabajos es el adecuado para

seis de cada diez alumnos, uno de cada diez pensó lo contrario.

El 62 por ciento de los estudiantes consideró que la epidemia de COVID-19 le causó estrés y afecta

su desempeño académico, el 18.80 por ciento está en desacuerdo con ello.

Al cuestionamiento ¿Cuento en mi vivienda con un espacio adecuado para el estudio, cómodo sin

interrupciones y en privacidad?, contestaron afirmativamente 6 de cada diez estudiantes.

El 78 por ciento, afirmó desconocer el funcionamiento de la plataforma en la que lleva las materias,

y por otro lado el 5.8 por ciento dijo conocer dicho funcionamiento.
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El porcentaje de los alumnos que sufren estrés por no comprender las instrucciones del maestro es

del 77.20 por ciento, mientras que el 7.2 por ciento no siente ese estado de ánimo.

Ocho de cada diez estudiantes carecen de equipo informático para atender sus actividades en

plataforma o enlaces de videoconferencia.

El 83 por ciento, siente angustia por no obtener el aprovechamiento o desempeño deseado en la

educación virtual.

En la siguiente Tabla 1 puede observarse este análisis por categoría, ítem y estadísticos descriptivos

como la media, la mediana, la moda y las frecuencias absolutas y relativas.

Tabla 1.- Resultados absolutos y porcentuales de acuerdo a la dimensión correspondiente y sus estadísticos.
Ítems MEDIA MEDIANA MOD Desv. Frec % NDA-NDES Frec. % % Total % Total
TA+DA TA+DA
TD+ED TD+ED TA+DA TD+ED
Dimensión económica
¿Soy independiente económicamente? 3.65 4 4 1.18 109 15.70 168 24.3 415 60.00
¿Cuento en mi vivienda con un espacio adecuado para el estudio cómodo sin 2.27 2 2 1.14 434 62.70 143 20.7 115 16.60 39.20 38.30
interrupciones y privacidad?
Dimensión tecnológica
¿Cuento con el equipo informático adecuado para atender actividades en 1.89 2 1 1.03 556 80.40 69 10 67 9.70
plataforma y enlaces de videoconferencia?
¿Conozco el funcionamiento de la plataforma en la que llevo las materias y/o 1.98 2 2 0.88 546 78.90 106 15.3 40 5.80
me conecto por videoconferencia?
¿Cuento con la suficiente velocidad de internet para realizar mis actividades 2.50 2 2 1.15 383 55.30 159 23 150 21.70 71.53 12.40
escolares de manera virtual en plataforma o videoconferencia?
Dimensión cognoscitiva
Entiendo las instrucciones para elaborar los trabajos que me encargan mis 2.57 2 2 1.02 364 52.60 202 29.2 126 18.20
maestros
El maestro se explica adecuadamente en las instrucciones para elaborar los 2.70 3 2 1.06 323 46.70 227 32.8 142 20.50
trabajos
El lenguaje utilizado por el maestro para explicar la elaboración de los 2.34 2 2 1.00 448 64.70 157 22.7 87 12.60
trabajos es el adecuado
¿Recibí capacitación suficiente para llevar clases en la modalidad virtual ? 3.50 3 3 1.15 131 19.00 217 31.4 344 49.70
¿Estaba preparado para llevar clases en la modalidad virtual? 3.19 3 3 1.31 211 30.50 197 28.5 284 41.00 42.70 28.40
Dimensión interacción
Las actividades propuestas por el maestro propician la interacción con el 2.73 3 2 1.09 314 45.40 224 32.4 154 22.20
resto de mis compañeros
Me siento mejor cuando interactúo con mis compañeros de clase aún y 2.75 3 3 1.17 307 44.40 220 31.8 165 23.90
cuando sea de modo virtual
Tengo mejor aprovechamiento cuando interactúo con mis compañeros de 2.37 2 2 1.13 408 59.00 188 27.2 96 13.90 49.60 20.00
clase
Dimensión retroalimentación
El maestro me retroalimenta en cada actividad desarrollada 2.90 3 2 1.13 276 39.90 206 29.8 210 30.40
El maestro me retroalimenta al final del curso o por videoconferencia 3.19 3 3 1.12 195 28.20 233 33.7 264 38.10
Como alumno propicio la retroalimentación con apoyo en otras tecnologías 2.49 2 2 0.98 376 54.30 235 34 81 11.70 40.80 26.73
Dimensión psicológica
Me causa estrés no comprender las instrucciones de mi maestro 1.94 2 1 1.00 534 77.20 108 15.6 50 7.20
La epidemia de Covid me causa estrés y afecta mi desempeño académico 2.31 2 1 1.22 429 62.00 133 19.2 130 18.80
Me angustia no obtener el aprovechamiento o desempeño deseado en la 1.69 1 1 0.97 575 83.10 75 10.8 42 6.10 74.10 10.70
educación virtual

Nota: TA Totalmente de acuerdo; DA De acuerdo; NDA-NDES Ni de acuerdo ni en desacuerdo (neutro); TD= Totalmente en desacuerdo; ED en desacuerdo.

Fuente: Elaboración propia, 2020.


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Al agruparse los datos por dimensión de acuerdo a la escala Likert utilizada para las respuestas, se

obtiene que los valores más altos se encuentran en la dimensión psicológica, donde siete de cada diez

estudiantes manifiestan su total acuerdo/acuerdo con la pregunta y por tanto, sufren algún tipo de

trastorno por estrés, a causa de no comprender las instrucciones del maestro, en un entorno de

incertidumbre por el COVID-19 y su impacto en el desempeño académico. En esa dimensión

psicológica se observan los valores más elevados en la angustia por el aprovechamiento en 8 de cada

diez estudiantes.

La dimensión tecnológica presenta valores también muy elevados, donde 7 de cada diez estudiantes

manifiestan contar con equipo informático, conocimiento de la plataforma y suficiente velocidad de

internet. Sin embargo, en el análisis específico, solo 5 de cada diez afirma contar con suficiente

calidad del internet.

En cuanto a la dimensión interacción, 5 de cada diez estudiantes la valoran positivamente como

necesaria para la obtención del aprovechamiento. Es relevante destacar que seis de cada diez alumnos

consideran que el docente no propone actividades que propicien la interacción entre los alumnos.

En la dimensión cognoscitiva, solo 4 de cada diez estudiantes contestaron que el maestro explica y

usa lenguaje adecuado en clase y al encargar trabajos, así como estar preparados con capacitación

previa para tomar clases en modalidad virtual. Los valores más bajos se encuentran en el ítem ¿recibí

capacitación suficiente para llevar clases en la modalidad virtual? (19%) y ¿estaba preparado para

llevar clases en la modalidad virtual? (30%).

En la dimensión retroalimentación, solo 4 de cada diez estudiantes la valoran positivamente,

otorgando la calificación más baja al docente en los ítems “El maestro me retroalimenta en cada

actividad desarrollada” (39%) y “El maestro me retroalimenta al final del curso por videoconferencia”

(28%). El alumno manifestó acudir a otras tecnologías en busca de la retroalimentación (54%).


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La dimensión económica obtuvo la menor puntuación en la escala de Likert en cuanto a Totalmente

de Acuerdo/De acuerdo, con un 39 por ciento, la cual se ve afectada en particular por el ítem ¿soy

independiente económicamente?, con el que estuvo de acuerdo solo uno de cada diez estudiantes. En

el ítem restante contemplado en esta dimensión ¿Cuento en mi vivienda con un espacio adecuado

para el estudio, cómodo, sin interrupciones y con privacidad?, estuvieron de acuerdo con dicha

afirmación seis de cada diez estudiantes.

CONCLUSIONES.

De acuerdo a los resultados de la encuesta, dos de cada diez estudiantes enfrentaron barreras

económicas, tecnológicas, cognoscitivas, de interacción y retroalimentación; mientras que siete de

cada diez, aún y cuando hayan enfrentado en menor medida estas barreras, sufrieron estrés en su

desempeño académico.

Debido a su dependencia, seis de cada diez estuvieron imposibilitados para superar las barreras

económicas; por lo tanto, no podían mejorar su equipo de cómputo ni generar un espacio adecuado

para el estudio.

Si bien, un elevado porcentaje de estudiantes cuenta con equipo informático, el problema al que se

enfrentan es la velocidad del internet, lo cual genera un obstáculo en su desempeño en la modalidad

virtual, esta situación se agrava cuando hay una carencia de capacitación y conocimientos en la

modalidad virtual en cinco de cada diez estudiantes.

Una solución a la problemática anterior, podría ser la interacción entre los alumnos en un soporte

entre pares y la retroalimentación con el docente, pero desafortunadamente ambas dimensiones

presentan resultados bajos, en mayor medida ésta última.

Se recomienda realizar capacitación y pláticas de motivación a los docentes y estudiantes para

fortalecer su actitud y aptitud, ante la necesidad de continuar en el modelo virtual y cubrir de esa
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forma las áreas de oportunidad detectadas en el presente estudio.

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https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5590981&fecha=01/04/2020#:~:text=%2D

%20Se%20suspenden%20las%20clases%20del,medio%20superior%20y%20superior%20depe

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DATOS DE LOS AUTORES.

1. Roberto Piñón Olivas. Candidato a Doctor en Administración, Máster en Administración,

Licenciado en Derecho, Profesor de Tiempo Completo en la Facultad de Ciencias Políticas y

Sociales de la Universidad Autónoma de Chihuahua. Correo electrónico: rpolivas@uach.mx,

https://orcid.org/0000-0002-9264-1037

2. César René Nevárez Arguijo. Máster en Comunicación, Licenciado en Administración

Financiera, Profesor de Tiempo Completo en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la

Universidad Autónoma de Chihuahua. Correo electrónico: cnevarez@uach.mx,

https://orcid.org/0000-0001-6158-9662.

3. José Luis Jáquez Escárcega. Maestría en Administración, Licenciado en Administración de

Empresas, Profesor de Tiempo Completo en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la

Universidad Autónoma de Chihuahua. Correo electrónico: jljaquez@uach.mx,

https://orcid.org/0000-0002-8802-1759

4. Claudia Esther Ortega Javalera. Máster en Recursos Humanos, Licenciada en Sistemas de

Computación Administrativa, Profesora de Tiempo Completo en la Facultad de Contaduría y

Administración de la Universidad Autónoma de Chihuahua. Correo electrónico:

ceortega@uach.mx https://orcid.org/0000-0001-9992-3697
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5. Sandra Loya Torres. Máster en Administración, Licenciada en Contaduría, Profesora en el

Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios 117. Correo electrónico:

p255018@uach.mx, https://orcid.org/0000-0003-3343-5919

RECIBIDO: 9 de enero del 2021. APROBADO: 21 de enero del 2021

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