Nuevo: Continente
Nuevo: Continente
Nuevo: Continente
- ^
A LA.S
REGIONES EQUINOCCIALES
DEL
NUEVO CONTINENTE,
HECHO EN 1799 HASTA l8o4,
COHTINUACION INDISPENSABLE
AL
ENSAYO político
SOBRE EL REINO DE LA NUEVA ESPAÑA,
POR EL MISMO AUTOR.
TOMO PRIMERO.
parís,
EN CASA DE ROSA, CALLE DE CHARTRES, N° 12.
Antas gran patio del Palacio Real y calle de Montpensier, n» 5
,
1826.
VIAGE
Á LAS REGIONES EQUINOCCIALES
DU
NUEVO CONTINENTE.
I.
ri^
común.
En circunstancias tan favorables y recor-
INTRODUCCIÓN. Üj
ciencias.
naturaleza inanimada.
Al anunciar los motivos que me han in-
INTRODUCCIÓN. xj
I. b
XViij INTRODUCCIÓN.
y de anatomía compa-
objetos de zoología
de descripciones y dibujos.
A pesar de estas trabas é inconvenientes ,
I
Solo citaremos aqui los géneros ceroxylon, mara-
I
Nueva España : dos tomos en 4° con un Atlas
de estado de Washington.
minas.
Xlij INTRODUCCIÓN.
dama de Chimborazo,
, del volcan de .To-
M. de la Roche.
Xlvj INTRODUCCIÓN.
deleite de un itinerario.
lij INTRODUCCIÓN.
geros ,
que guiados menos por las ciencias
1 M. Mungo Park.
INTRODUCCIÓN. Iv
colecciones.
y que en medio de
greso de las ciencias,
y agradable su lectura.
I M. de Chateaubriand.
INTRODUCCIÓN. Ixj
o terrenos inundados.
índice
DE LOS
iHTRODrccioN Paee\
LIBRO PRIMERO.
— Instrumentos. — Partida de
Capítuio primero.
España. — Arriba á las Islas
Canarias i
LIBRO IL
Cap. IV. — Primera morada en Cumaná — Orillas
del Manzanares 268
Cap. V. — Península de Araya. — Pantanos ó
lagunas Salinas. — Ruinas del castillo de San
lago 329
»VVV«VVVV»«V%%1>%^lVU/tr%^«VMV«%V«%%%VVVt%VU«\%'VVV«'V'VVt<«>«V%VMJVilV
LIBRO SEGUNDO.
CAPÍTULO QUATRO.
equinocciales.
^Salado,
2'JO LIBRO I.
del Malabar.
de la patria ,
pronunciado sobre una costa tan
oido
lejana, no hubiera sido mas agradable al
hierro y de hygo-
labras de azótico, de oxido, de
ordenes de
metro. Sabíamos que, á pesar de las
en donde
cuentes relaciones con la América ,
Cerro colorado.
260 LIBRO IV.
pag- 8.
CAPÍTÜIO IV 285
mo modo que cuidan de conservar los cocodrilos
en los fosos de las plazas de guerra. Bajo un clima
en que la naturaleza orgánica es tan activa y tan
variable de sus
nica, parece, por la inflexión
rayos imprimir el movimiento á la
inmóvil roca,
cubiertas de áridas
y hacer ondeadas las llanuras
arenas.
^
La verdadera causa de la refraccioQ que extraordioaria-
aire de diferentes
mente sufrenlos rayos, cuando las capas del
unas á otras, ya ha
densidades se encuenti-an sobrepuestas
sus Posth, Works,
sido entrevista por M. Hooke. Véanse
pag. 472.
CAPÍTULO IV. .q85
tellano.
sido singular-
La población de Cumaná ha
mente exagerada en estos últimos tiempos. En
1800, muchos colonos poco acostumbrados á
tos, ó parroquia del Socorro, 19; total, Saa. Por los regis-
los matri-
tros de estas parroquial se conoce la fecundidad de
mientos.
CAPÍTULO
IV.
2QÍ
cabanas, y cuya extensión es de 34o toesas
de lar-
go ^ Los calores son un poco menos
pesados y
molestos del lado de la playa que en la
antigua
ciudad, en donde la reberveracion del
suelo cal-
cáreo y la proximidad de la montaña de San An-
tonio elevan singulíírmente la
temperatura del
aire. En el arrabal de los Guaiqueros , los Tien-
tos del mar tienen una entrada libre; el suelo
es allí pedragoso,
y según se cree, menos expues-
ta por esta razón á los
sacudimientos violentos
de los temblores de tierra que las casas pegadas
á las rocas y colinas sobre la orilla derecha
del
Manzanares.
La playa de la embocadura del rio de Santa
Catalina está cubierta de Paletuvieros
^ ; pero
tables I
y sobre todo las Cañafístolas, cuyo nú-
mero es tan grande en la América meridional
que hemos cogido durante nuestros viages mas
de treinta especies nuevas.
Saliendo del Arrabal indio hacia el sur, se
de las nyctagíneas.
* Cresceolia cujcte.
294 LIBRO II.
ratas ,
que por su olor y la frescura de sus ho-
jas , atrae las serpientes de cascabel.
'
Rojo del Morro. Hay de una y media á cuatro brazas de
y se unen ,
por im valle poblado de árboles , á
5o4 LIBRO II.
cavata. Pü?i., lib. II, cap, 82 {ed. Par., 1725). Aun hoy
dia son mirados los pozos de la capital de Santo-Domingo
como la causa disminuti va de la violencia de las oscilaciones»
pesar de
hay mucha dificultad en reconocer á ,
en
horas después del primer sacudimiento que se sintió
CAPÍTULO IV. 535
do ,
por ejemplo eo la isla de la Barbada , dis-
ble es ,
que los sacudimientos ú oscilaciones
parecen ser tanto mas fuertes, cuanto el país
1
« Los moTimientos no cesaron sino después de haberse
abierto en la llanura de Leíante (cerca de Chaléis) una boca
que vomitó un rio de lodo inflamable.» Strabo^ lib. I, ed.
Oxon, 1807, 1. 1, p. 85. (Véase también la traducción de
cias ;
pero en las colonias y en los nuevos pue-
blos , la de ser ociosa y pasa-
curiosidad , lejos
mera juventud.
Del conjunto de las observaciones que hice
^
332 LIBRO II.
Elater noctilucus.
dios pescadores.
CAPITULO V. 33q
A un mismo tiempo se descubre en esta si-
tuación el islote de Cubagua, las altas cumbres
del castillo de Santiago, el cerro de la
vela y
la cadena calcárea del Bergantín que
limita el
horizonte para el sud.
La abundancia de sal que contiene la penín-
sula de Araya fué reconocida por Alonso INiño,
natural de
deses se apro\echáron de la riqueza
uii suelo que parecía una propiedad
común á
colo-
todas las naciones. En nuestros dias cada
hemisferio austral á
sal de España y Portugal al ,
pocos
dustria colonial habia hecho á la sazón tan
progresos ,
que la sal de Araya era transportada
nal de la península.
Nueva-Barcelona.
542 LIBRO II.
de la Margarita.
de cuarzo ;
5" en las Peñas negras y en la cum-
bre del Cerro ríe la Velaj, un calcáreo com-
pacto ceniciento bastante tierno , casi desprovisto
quitosos.
tos fragmentos ,
que son de seis á ocho pulgadas
de largo , tienen una forma angulosa y cuando
son muy pequeñas dan á esta arcilla una forma ó
abundancia de conejos.
i
Iv/~K' Jt/K^Smo^rolt^
DEL
NUEVO CONTINENTE.
LIBRO PRIMERO.
CAPÍTULO PRIMERO.
Preparativos. — Instrumentos. — Partida de España. —
Arribada á las Islas Canarias.
del inundo.
CAPÍTULO I. 5
biernos.
Se preparaba entonces en Francia una expedi-
ción de descubrimientos en el Mar del Sur, cuyo
no ministro.
Obtuve dos pasaportes, uno en la primera se-
tanta con-
á ningún extraiigerohasta entonces con
'
* Departamento de Francia.
frecuencia de la influencia de la
temperatura media en el
desenlace de la vegetación los productos
y de la agricultura,
5ercí útil consignar aquí los datos
siguientes, fundados en
observaciones precisas propias para subministrar
y términos
de comparación. He aumentado ademas un asterisco á los
nombres de lasciudades, cuyo clima está singularmente mo-
dificado sea por su elevación sobre el nivel
, del Océano,
ó bien por otras circunstancias independientes de la
latitud.
Latitud. Tempei-.med.
Umeo 63° 5o' o", 7 (Noezen y Bucb).
Petersburgo *. . . 59° 56' 3%8 (Euler).
üpsal 59° 5 2/ 5°,5 (Buch).
Stockholm 590 20/ 5° n (Wargentin).
Copenhague. . . . 55° 4i' (Bugge).
Berlín 52° 3i' SM
París 48» 5o' 10°, 7 (Bouvard), méd. de ans.
7
Ginevra *...•. . 46° 12' 10°, I Altura, 396 va.
Marsella 43° inr i4°,3 Saint-Jacqnes.
*
Tolón 43° 3/
»r,5 Montañas al norte.
Roma 41° 53' i5°,7 (Guillermo de Humboldt).
Ñapóles 40° 5o' i8°,o Altura , 6o3 m.
Madrid * 40° 25t i5°,o
Mégico* 19° 25' i7> Altura, 2277 m.
Vera-Crux* , . . . 19° 11/ 25°,4 Costa árida , Arenas.
Equador al nivel
i 0° o' 2 7°,o
del Océano, .
Palus Meotides, del mar Caspio y del lago Aral, había que-
gata lijara.
capítulo i. 5i
plantas y animales.
Durante la travesía de la Coruña al Ferrol, en
un bajo fondo, ó bancal cerca del señal blanco^ en
de los bancos.
dilación
vantar el y aprovechamos esta
ancla ;
americanos , en 1 8o i ,
que la expedición francesa
mientos y privaciones.
Separados de nuestros instrumentos, que esta-
tima le indicaba.
elevada.
CAPITULO I. 47
las excelentes observaciones de Franklin y de sir
es decir
nos ofrecen por los 18 grados de latitud ,
del Cabo-Yerde.
dadera posición.
He creido dar algún interés al mapa del Océa-
Stream.
CAPÍTULO I. 57
58 LIBRO I.
filos, n" aaa, pag. 398. Linné. Amon. acad. Tom. Vil,
pag- 477-
63 LIBRO I.
riachuelos y en las
das estrechas, semejantes á
cuales corren las aguas con
im ruido bastante
sensible aloido de un piloto experimentado.
36' de latitud bo-
El i3 de junio por los 54°
la brújula :
la dirección de ellas por medio de
dirigian al nordeste y otras
seguían al
unas se
que movimiento ge-
este-nordeste, á pesar de el
por fa-
una masa de aguas inmobiles atravesada
jas de agua que corren
en diferentes direcciones
'
Gilbert, Annalen de Physik, t. XÍI, pag. 368.
CAPITULO í. VI
1750.
Lá corriente nos condujo hacia la costa mas
rápidamente que deseábamos. Descubrimos in-
mediatamente la isla de Fuerte- Ventura célebre ,
jula.
'
Monum. Amér., pag. 122.
^ Porphyrschiefer de TVerner.
3 Monü gemelUf ZiviUingsberge,
capítulo i.
79
vegetal. Distinguimos con el anteojo basalto es-
Churruca '
y Galiano.
Según algunas nociones tomadas de un ex-
perto portugués, el capitán del Pizarro creyó
6
S2 LIBRO I.
la ciudad
del Atlas, á espaldas del cual se halla
otra.
CAPÍTULO I. 87
pequeño , sin que el obgeto dejase de hacer im-
presión sobre nuestros órganos : puesque algunas
CAPÍTULO II.
^ Isla de la Gran-Canaria.
años después ,
por la expedición del caballero
Krusenstern, en la cual se ha hallado Santa-
Cruz de 16° 12' 45" al oeste de Greenwich y por
consecuencia de 18° 33' o" al oeste de París.
La declinación del aguja varia de muchos
grados según que se observa en el muelle, ó en
diversos puntos al norte, y á lo ancho de la costa.
CAPÍTULO II. 93
No deben admirar estas mudanzas en un sitio
en las sierras.
nente.
7
g8 LIBRO I.
cebada tostada (
gofio ) y la leche de Cabras era
el principal alimento de este pueblo, sobre cuyo
origen se han hecho tantas fábulas sistemáti-
de navegación de la España ,
participa de las
'
Este hermoso madroñero, traído por M. Broussonet, es
y gredoso ,
en el que se encuentran algunos pe-
queños cristales de pirogenes.
Bajando al valle Tacáronte se entra en este
país delicioso, de que con tanto entusiasmo han
hablado los viageros de todas las naciones. He
hallado bajo la zona tórrida , sitios en donde la
naturaleza es mucho mas majestuosa y mas rica
en el desenrollo de las formas orgánicas pero
;
'
* El 8 de junio de 1798.
io8 LIBRO [.
según la tradición de
Guauchos, tuvo lugar
los
en i43o. El coronel Franqui aseguró
á Borda que
í lO LIBRO I.
nombre.
A la región de los brezos arborescentes , lla-
de Lapeyrouse.
CAPITULO II. 1 i 5
pico. Dos
que visitaban mas frecuentemente el
rocas inclinadas forman una especie
de caverna
Hasta este
que ofrece un abrigo contra el viento.
del Ca-
punto, mas elevado ya que la cumbre
nigú, puede subirse montado en una caballería;
al partir de
por cuya razón muchos curiosos que,
borde
laOrotava, habian creido llegar hasta
el
tan gran-
Jamas habiamos pasado la noche en
que, á la es-
de elevación, y no dudé entonces
habitariamos, algún dia,
palda de las cordilleras
la cumbre
villasde un suelo mas elevado que
que debíamos ver al siguiente. La
del volcan
p. II.
rencia.
CAPÍTULO II. 135
mi diario mineralógico.
viageros que
La experiencia ha enseñado á los
las cumbres de montañas
muy elevadas rara vez
efectos pin-
presentan una vista tan hermosa y
altura
torescostan variados como las cimas,cuya
á las del Vesuvio del Rigi y de Puy
no excede , ,
frutales ;
deras plantadas de viñas y arboles
extendiéndose un rico y verde matiz desde la
plantas
llanura de las Retamas y la zona de las
alpinas hasta los grupos de dátiles y
de musa,
de la isla de Tenerife.
El pico de Teides no tiene la ventaja de estar
pero la se-
situado en la región equinoccial ;
al granito ?
volcanes.
'
Klengstein, Werner.
i.
10
,^6 "BRO I.
Cinapecauro en la
í
Al oeste de la ciudad de Mégico.
CAPITULO II. 1^-^
Uas, p. 278.
CAPÍTULO II. l5l
M. Poli de Ñapóles ,
posee un fragmento de pie-
logia.
'
En el famoso gabinete deM. Thompson, que ha perma-
Los pórfidos del Etna son sin duda volcánicos; pero todo
peñasco, que debe su composición y su forma á la acción del
volcánica.
¿
Estos granitos y estos esquitas micacios de la Go-
noso y arborescente.
l56 LIBRO I.
brosos.
11
j62 libro i.
islas
que pueda aplicarse razonablemente á las
que
Canarias, es sin embargo muy probable
entre
norte, del otro lado de los montes Rifeos,
Tenerife.
reos.
CAPITULO II. 167
'
Geogr. vegot., pag. 107.
l68 LIBRO I.
continente.
Tchineriffe y Tenerife.
capítulo II, mj
pueden distinguirse con los nombres de región
de las Viñas, región de los Laureles, región
de los Pinos , región de la Retama y región de
las Graminias. Estas zonas están colocadas como
por escalones unas sobre otras , y ocupan en la
ladera rápida del pico una altura perpendicular
Ecuador.
La segunda zona , á saber , la de los laureles
contiene la parte abundante de madera y es tam
bien la región de las fuentes que salen en medio
de un césped siempre verde, fresco y húmedo.
Excelentes bosques coronan las laderas del vol-
fuentes ,
que es la mas verde y mas agradable
de todas.
La tercera zona empieza, alas novecientas toesas
muy antiguos ;
pero queda dudoso si es indígena ó introdu-
Brouss.
102 LIBRO I.
males y plantas.
Antes de dejar el antiguo mundo para pasar
Candelaria y en Guimar.
ciudadanos ,
quiere solicitar un grado de oficial
al servicio de España.
Los Guauchos, célebres por su alta estatura,
*
l86 LIBRO I.
ARCniPlÉtAGO
Je las
ISLAS CANARIAS.
192 LIBRO I.
Cumaná.
este.
sufructificacion,pasadaestaépocaselesdesprende
con mucha mas facilidad , asi como durante el
mal bate
, el aire durante el salto , es decir, que
extiende alternativamente sus nadaderas pecto-
rales.
milias de peces.
de Flamstead y de La Caille ,
conoce uno
celestes
de Venezuela ó en el desierto
en las llanuras ,
^ O hiijueras de tuna.
capítulo III. 2l5
Punta de Mangles.
Los Guaycairos pertenecen á esta tribu de
'22L^ LIBRO I.
cedro i
,
que se extienden desde el cabo de San
2 Bandouliéres.
3 Hdiconia bihas.
CAPÍTULO III. 225
la concha escamosa de un Tatú i
, el fruto de la
Crescencia que servia de copa ó vaso á los
natu-
rales y las producciones que son mas comunes
en los gabinetes de Europa , tenian un encanto
particular para nosotros, porque nos recordaban
i5
226 LIBRO I.
ancla al ano-
El capitán de la corbeta levó el
1
Herrera, Descrip. de las Indias occidentales (Madrid,
Españoles que
montañosa región habitada por
conocían dos
era muy fría y en cuyas llanuras se
cocodrilos muy diferentes uno de otro s Boas,
'''
muchas especies de tigres.
anguilas eléctricas y
palabras de Bava, Cachicamo y
Tem-
Aunque las
desconocidas, fá-
blador nos fuesen enteramente
franca
cilmente adivinamos, por la descripción
costumbres y formas, las especies que
los
de las
Olvidando
Criollos designan con estos nombres.
=*
Gyuínotus electrius, temblador.
capítulo m. 2ag
de la mañana anclamos en el puerto , á los cua-
renta y un día después de nuestra salida de la
Coruña : se subió á los enfermos y se les colocó
y los peñascos.
•CAPÍTULO iir. 2,3
» El Gulf-Stream.
TEMPERATURA.
LONGITUD LONGITUD
Boreal. Occidental.
28° 5i'
vierno ,
disminuyen el calor del Océano.
otros fenómenos
hanexperimendo mudanzasdes-
Menú. Así como
de el tiempo de INoé, Xisustris ó
del 0-
una variación local en la temperatura
^ Las corrientes del Océano aéreo obran como las del mar.
En Europa, por ejemplo, la temperatura media de un lugar
puede aumentar, porque algunas causas muy diferentes y
constitución de la atmósfera.
246 LIBRO I.
lo ancho ,
parece puro y perfectamente transpa-
rente ; y la existencia de estos vapores opacos se
manifiesta á los navegantes por la poca intensión
el norte de Eu-
una misma aguja en el Perú y en
á su planisferio
ropa ; pero una nota añadida
magnético anuncia que no tenia
,
una idea bien
he determinado por
en Amboine y en Java. Yo
Gay-Lussac y
mi parte, en' unión con los SS'"
Bonpland desde los 5» de latitud magnética
,
en Ñapóles y en
ecuador magnético, en Méjico,
lo que me ha puesto
en estado de fijar
Berlin,
CAPITULO III. 2 5q
la relación que existe entre la carga magnética
del globo en los diferentes climas. De este vasto
^ En el hospicio
del monte Genis y en Roma hemos ob-
servado M. Gay-Lussac
y yo, las oscilaciones de una misma
aguja de dia y noche, por temperaturas atmosféricas muy
diferentes: el resultado de estas operaciones ha sido que,
si existe una variación horaria en la intensidad de las fuer-
zas magnéticas, no muda por eso la duración de las oscila-
ciones de un —,.
262 LIBRO I.
1
8° 8' hasta al de 1 2° 34' entre los 3o y 54 grados
Gomera y Palma.
Aun cuando, desde el año de 1648, las ope-
raciones de Pascal y Perrier , hubiesen probado
que el barómetro podría ser aplicado con suceso
en las medidas de la altura , no es sin embargo
264 LIBRO I.
p. 85.
^QQ LIBRO X.