Fisiología: Gastrointestinal
Fisiología: Gastrointestinal
Fisiología: Gastrointestinal
El sistema gastrointestinal aporta al organismo agua, electrólitos, vitaminas y nutrientes de forma continua por lo que se necesita :
1) El tránsito de los alimentos por el tubo digestivo
2) La secreción de jugos digestivos y la digestión de los alimentos
3) La absorción de los productos digeridos, el agua, los electrólitos y las vitaminas
4) La circulación de la sangre y la linfa
para transportar las sustancias absorbidas
5) El control nervioso y hormonal de
todas estas funciones
PRINCIPIOS GENERALES DE
LA MOTILIDAD
GASTROINTESTINAL
● Características de la pared
gastrointestinal
1) Serosa
2) Capa de músculo liso
longitudinal
3) Capa de músculo liso circular
4) Submucosa
5) Mucosa.
-El músculo liso gastrointestinal funciona como un sincitio. Las fibras musculares lisas de las capas longitudinal y circular se encuentran
conectadas eléctricamente a través de uniones celulares en hendidura que facilitan el paso de los iones de una célula a otra.
-Cada capa muscular funciona como un sincitio; si se inicia un potencial de acción en la masa muscular, este suele viajar en todas las
direcciones del músculo. La distancia recorrida depende de la excitabilidad muscular.
El tubo digestivo posee su propio sistema nervioso, denominado sistema nervioso entérico . Este sistema se encuentra dentro de la pared
del tubo digestivo; comienza en el esófago y se extiende hasta el ano.
Los nervios parasimpáticos aumentan la actividad del sistema nervioso entérico. Un aumento en la actividad del sistema nervioso
entérico potencia, a su vez, la actividad de casi todas las funciones gastrointestinales.
La inervación parasimpática del tubo digestivo se compone de las divisiones craneal y sacra:
★ Los parasimpáticos craneales inervan el esófago, el estómago, el intestino delgado, el páncreas y la primera mitad del
intestino grueso a través de los nervios vagos.
★ Los parasimpáticos sacros inervan la mitad distal del intestino grueso a través de los nervios pélvicos. Las regiones
sigmoidea, rectal y anal disponen de una inervación especialmente generosa de fibras parasimpáticas que contribuyen a los
reflejos defecatorios.
El sistema nervioso simpático suele inhibir la actividad del tubo digestivo, ocasionando muchos efectos antagónicos a los del sistema
parasimpático. El sistema simpático inerva todas las porciones del tubo digestivo, en lugar de concentrarse en las más próximas a la
cavidad bucal y al ano, como ocurre con el parasimpático.
Las terminaciones de los nervios simpáticos segregan noradrenalina, que ejerce sus efectos por dos vías:
1) En una medida discreta, a través de una acción inhibidora directa del músculo liso
2) En una medida mayor, a través de un efecto inhibidor sobre las neuronas del sistema nervioso entérico
● Reflejos gastrointestinales
2. Los reflejos que van del tubo digestivo a los ganglios simpáticos y viceversa transmiten señales a larga distancia: las señales del
estómago determinan la evacuación del colon (reflejo gastrocólico); las señales del colon y del intestino delgado inhiben la motilidad
del estómago y las secreciones gástricas (reflejos enterogástricos)
3. Los reflejos del colon inhiben el vaciamiento del contenido ileal sobre el colon (reflejo coloileal).
4. Los reflejos del tubo digestivo hacia la médula espinal o el tronco del encéfalo. Desde estas estructuras al tubo digestivo
comprenden, en concreto:
a. Reflejos del estómago y del duodeno hacia el tronco del encéfalo que regresan hacia el estómago -a través de los nervios
vagos- para controlar la actividad motora y secretora del estómago;
b. Reflejos dolorosos que determinan una inhibición general de todo el tubo digestivo,
c. Reflejos defecatorios que recorren la médula espinal y regresan para producir las poderosas contracciones del colon, recto y
musculatura abdominal requeridas para la defecación.
● Hormonas gastrointestinales
Las cinco hormonas gastrointestinales principales son: la secretina, la gastrina, la colecistoquinina, el péptido insulinotrópico dependiente
de la glucosa y la motilina.
Las hormonas gastrointestinales se liberan hacia la circulación portal y surten acciones fisiológicas sobre las células efectoras que disponen
de receptores específicos para cada hormona. Los efectos de las hormonas persisten incluso después de que se dañen todas las conexiones
nerviosas entre el lugar de liberación y el lugar de acción.
TABLA
TIPOS DE MOVIMIENTOS FUNCIONALES EN EL TUBO DIGESTIVO
En el tubo digestivo ocurren dos tipos de movimientos: propulsivos y de mezcla.
Los movimientos de propulsión, que hacen avanzar el alimento a lo largo del tubo
digestivo para ser digeridos y absorbidos
La distensión del tubo intestinal hace que aparezca un anillo contráctil alrededor
del tubo que se desplaza unos centímetros, en sentido anal, antes de agotarse.
El peristaltismo y las
contracciones
constrictivas locales
determinan una mezcla en el tubo digestivo.
Durante la absorción activa de nutrientes aumenta notablemente, por ejemplo, el flujo sanguíneo por las vellosidades y las regiones
adyacentes de la submucosa. De la misma manera, el flujo sanguíneo por las capas musculares de la pared intestinal se eleva con el
incremento en la motilidad.
Pese a que todavía se ignoran la o las causas del aumento de la perfusión sanguínea cuando se acentúa la actividad gastrointestinal, se
conocen algunos hechos :
● Durante la digestión se liberan sustancias vasodilatadoras desde la mucosa, en su mayoría hormonas peptídicas, como
colecistoquinina, gastrina y secretina.
● Algunas de las glándulas gastrointestinales liberan, además, dos cininas, la calidina y la bradicinina, hacia la pared gastrointestinal,
que representan vasodilatadores potentes.
● La menor oxigenación de la pared del tubo digestivo puede incrementar el flujo sanguíneo intestinal en un 50%, como mínimo; por
tanto, la hipoxia tisular secundaria a la mayor actividad gastrointestinal explica posiblemente gran parte de la vasodilatación.
● Control nervioso del flujo sanguíneo gastrointestinal
La estimulación parasimpática aumenta el flujo sanguíneo. La estimulación de los nervios parasimpáticos del estómago y de la
parte distal del colon aumenta la perfusión sanguínea local y la secreción glandular. Posiblemente, el incremento del flujo se deba a
la mayor actividad glandular.
La estimulación simpática reduce el flujo sanguíneo. Unos minutos después de la vasoconstricción inducida por el sistema
simpático, el flujo sanguíneo suele retornar casi a los valores normales por medio del escape autorregulador. Los mecanismos
vasodilatadores metabólicos locales desencadenados por la hipoxia prevalecen sobre los efectos de vasoconstricción simpática y, en
consecuencia, provocan la dilatación de las arteriolas.
La vasoconstricción simpática resulta útil si otras regiones corporales precisan un flujo sanguíneo adicional. Una de las grandes
ventajas de la vasoconstricción simpática del tubo digestivo es que disminuye el flujo sanguíneo esplácnico durante períodos cortos
de ejercicio agotador o durante el shock circulatorio, porque aumenta la demanda de flujo en otros lugares.
El procesamiento óptimo del alimento en el tubo digestivo exige tiempos de tránsito específicos en cada parte del tubo; también debe
producirse un mezclado apropiado.
INGESTIÓN DE ALIMENTOS
La fase de deglución faríngea es involuntaria y representa el tránsito del alimento a través de la faringe hasta el esófago.
Cuando el alimento está listo para su deglución, la lengua lo impulsa de forma voluntaria hacia la faringe, en lo que se denomina la etapa
voluntaria de la deglución. El bolo alimenticio estimula los receptores de la deglución, que envían impulsos al tronco del encéfalo, donde
se inicia una serie de contracciones automáticas de la musculatura faríngea, de acuerdo con este esquema:
● El paladar blando experimenta una tracción superior, que impide el reflujo del alimento hacia las fosas nasales.
● Los pliegues palatofaríngeos a cada lado de la faringe se desplazan medialmente, creando una hendidura sagital que impide el paso
de grandes objetos hacia la parte posterior de la faringe.
● Las cuerdas vocales se aproximan mucho, la laringe se desplaza en sentido craneal y anterior y la epiglotis oscila dorsalmente sobre
la abertura laríngea. Estos efectos impiden el paso del alimento hacia la tráquea
● El esfínter esofágico superior se relaja y facilita el tránsito del alimento a la porción superior del esófago.
● En la faringe se origina una onda peristáltica rápida, que impulsa el bolo alimentario hasta la porción superior del esófago.
La colecistocinina inhibe el vaciamiento gástrico. La colecistocinina se libera desde la mucosa del duodeno y del yeyuno en respuesta a las
grasas y las proteínas del quimo.Por eso, el contenido del estómago se libera de manera muy ·s lenta tras la ingestión de una comida grasa,
sobre todo cuando contiene proteínas.
★ Señales nerviosas. Se deben, en parte, a la entrada del quimo en el duodeno y, en parte, al reflejo gastroentérico, desencadenado
por la distensión del estómago y conducido principalmente por el plexo mientérico de la pared del intestino delgado
★ Señales hormonales. Después de una comida se liberan gastrina, colecistocinina e insulina, que potencian la motilidad intestinal. La
secretina y el glucagón inhiben la motilidad del intestino delgado. Sin embargo, no se conoce la importancia cuantitativa de estas
hormonas en la motilidad gastrointestinal.
La válvula ileocecal evita el retroceso del contenido fecal del colon hacia el
intestino delgado. Los labios de la válvula ileocecal sobresalen en la luz del ciego
y se cierran de forma forzada cuando se acumula una presión excesiva en el
ciego y el contenido cecal es impulsado hacia ellos. La pared del íleon, próxima a
la válvula ileocecal, dispone de una envoltura muscular engrosada llamada
esfínter ileocecal. Este esfínter suele mantener una ligera constricción y retrasa
el vaciamiento del contenido ileal hacia el ciego, salvo inmediatamente después
de una comida.
2) El almacenamiento de la materia fecal hasta su expulsión. La mitad proximal del colon se ocupa
principalmente de la absorción, y la distal del almacenamiento.
La contracción de los músculos circulares y longitudinales del intestino grueso determina la aparición de
haustras. Estas contracciones combinadas hacen que la parte no estimulada del intestino grueso sobresalga
hacia el exterior formando sacos denominados
haustras.
Los movimientos en masa impulsan el contenido fecal a largas distancias hacia el intestino grueso. Los movimientos en masa se
caracterizan por esta secuencia de acontecimientos: en el punto distendido o irritado del colon aparece un anillo de constricción, y luego la
porción del colon distal a la constricción se contrae como una sola unidad, haciendo que la materia fecal de ese segmento se desplace en
masa por el colon. Cuando la masa fecal se introduce en el recto, se experimenta el deseo de defecar
Los reflejos gastrocólico y duodenocólico facilitan la aparición de movimientos en masa después de las comidas. Estos reflejos se deben a
la distensión del estómago y del duodeno, y son conducidos por los nervios extrínsecos del sistema nervioso autónomo. La estimulación
intensa del en masa.
El reflejo intrínseco mediado por el sistema nervioso entérico local puede desencadenar la defecación. Cuando las heces entran en el
recto, la distensión de la pared rectal desencadena señales aferentes que se propagan por el plexo mientérico e inician ondas peristálticas
en el colon descendente, el colon sigmoide y el recto, que impulsan las -a. heces hacia el ano. A medida que la onda peristáltica se
aproxima al ano, el esfínter anal interno se relaja debido a las señales inhibitorias del plexo mientérico; si se relaja, al mismo tiempo, el
esfínter anal externo, ocurre la defecación.
El reflejo de la defecación intrínseco resulta, por sí mismo, bastante débil. Para que el reflejo facilite la defecación, el sistema nervioso
simpático o la sobredistensión de un segmento del colon también pueden iniciar estos movimientos normalmente hay que intensificarlo
con un reflejo de la defecación parasimpático en los segmentos medulares sacros. Las señales parasimpáticas refuerzan considerablemente
las ondas peristálticas, relajan el esfínter anal interno y hacen que el movimiento débil del reflejo de la defecación intrínseco se transforme
en un proceso intenso de defecación.
Las glándulas secretoras del tubo digestivo cumplen dos funciones primordiales: