Índice: Unidad 1: Introducción A La Teoría Del Proceso
Índice: Unidad 1: Introducción A La Teoría Del Proceso
Índice: Unidad 1: Introducción A La Teoría Del Proceso
4. Material Complementario 28
5. Bibliografía 29
Introducción:
Para estudiar el derecho procesal, se hace necesario estudiar los conceptos fundamentales
de la teoría del proceso. ¿Pero cuáles son estos conceptos? Son todos aquellos que definen,
especifican, clasifican y direccionan los procesos judiciales. Esos términos guían el paso a
paso, respetando las normas legales y los tiempos establecidos del país.
Por tal razón es necesario indagar a profundidad cada uno de ellos, con el fin de aprehender
cada una de estas terminologías que nos permitirá practicar el ejercicio del derecho a
cabalidad en correspondencia con los aspectos formales y no formales establecidos por la
ley.
Mientras que el procedimiento, según (Alvarez del Cuvillo, s/f) “se refiere en principio a la
sucesión ordenada de actos procesales a través de los cuales el proceso se sustancia, es
decir, se manifiesta, toma forma, se lleva a cabo; se refiere por tanto a la manifestación
externa y formal del proceso” (p. 2). Para Melinkoff, R (1990), "Los procedimientos consiste
en describir detalladamente cada una de las actividades a seguir en un proceso laboral, por
medio del cual se garantiza la disminución de errores" (p. 28). El procedimiento es entonces,
el camino a tomar para llevar a cabo el proceso, tomando en cuenta lo más beneficioso en
tiempo, recursos y esfuerzo.
Por otra parte, y con una definición más sencilla, tenemos a (Ovalles Favela, 2011) quien
afirma que es un “Conjunto de normas y principios jurídicos que regulan tanto el proceso
jurisdiccional como la integración y competencia de los órganos del Estado que intervienen
en el mismo” (p, 39).
Es otras palabras, se puede afirmar que el derecho procesal es una ciencia que determina,
guía y supervisa el proceso legal. Ya que incluye desde los jueces, litigio y procedimientos
con la finalidad de garantizar transparencia y objetividad en cada uno de los casos
presentados.
Conflicto y controversia
El conflicto, alude a una situación de tensión y desacuerdo entre dos o más partes, refiere
a posiciones encontradas. Se produce debido a una relación establecida entre los sujetos
intervinientes, quienes persiguen objetivos y que, en función de éstos, poseen necesidades
insatisfechas o incompatibles (Granchelli, 2020).
Por otro lado, Freund, (1983) citado en (Isaza Gutierrez, 2015) explica que:
Un conflicto es entonces una diferencia hostil entre dos o más personas, ya sea por una
cosa, una acción o una idea, y para resolverla se debe requerir a ley. Por su parte, una
controversia es, de acuerdo con la Corte Permanente de Justicia Internacional, “un
desacuerdo sobre un punto de derecho o, de hecho, una contradicción, una oposición de
tesis jurídicas o de intereses entre dos personas”. El término controversia es sinónimo de
diferendo, litigio, disputa y conflicto, cuando son internacionales oponen entre sí a dos
Estados o dos sujetos de derecho internacional (Villalta Viscarra, s/f)
Para probar la existencia de una controversia no sólo hay que demostrar que hay una
divergencia de puntos de vistas entre dos partes respecto de un punto de hecho o de
derecho. Sino también es necesario probar que la pretensión de una de las partes enfrenta
una oposición manifiesta de la otra parte (Villalta Viscarra, s/f)
Denominaciones a lo largo de la historia:
Litigio
Del latín "litis contestatio". Es la composición o arreglo de un conflicto a través de
un contrato. Modernamente un proceso nunca puede ser un contrato (Quisbert,
2010)
Por otra parte, se puede decir que se habla de litigio cuando una persona no puede
conseguir amigablemente el reconocimiento de una prerrogativa que el la cree tener
y resuelve acudir a un tribunal para someterle la decisión del asunto (Enciclopedia
Juridica , s.f.) Francesco Carnelutti citado en (Vago Grajales, 2020) explica que el
litigio es “el conflicto de intereses calificado por la pretensión de uno de los
interesados y por la resistencia del otro” (p. 370)
Contienda
El ser humano en la antigüedad resolvía con más frecuencia sus conflictos de manera
violenta, hacía la guerra, entre particulares había la autotutela. Es precisamente esta
acepción del proceso como contienda lo que lleva a alargar los procesos, a través de
lo que llamamos “chicanería judicial”. El proceso debe seguir las reglas del
procedimiento (Quisbert, 2010)
Juicio
Del "ius" "iudicium", "iudium". En Roma tenía carácter arbitral. Es una actividad dada
en el campo subjetivo (del juez) sometido a reglas objetivas (ley sustantiva y
procedimental) (Quisbert, 2010)
Caso
Caso. (Del latin "casus", caída, accidente) Problema o hecho sobre el que se consulta
a alguien y se pide su dictamen. ¿Y quién soluciona los problemas de la gente, en
primera instancia? Los jefes de tribu, los ancianos, el cura, luego la policía. Por eso
como la policía denominó al conflicto de las personas: caso, al no darles solución, el
caso era remitido a sus superiores, a los jueces, pasando así también la
denominación de caso, al proceso. En puridad, caso es cada uno de los asuntos en
cuya averiguación trabaja la Policía (Quisbert, 2010)
Expediente
El expediente judicial es el conjunto de documentos que conforman la historia
judicial de un conflicto, es decir, todas las actuaciones procesales realizadas. El
expediente judicial es el mecanismo básico a través del cual se desarrollan los
procesos judiciales. (Trujillo, 2021). Es importante mencionar que los expedientes
judiciales son algo más que una sucesión de reclamaciones, contestaciones de
demandas, confesiones, testimonios y sentencias. Descorriendo el velo de cada
caso, y en función de lo que se pretenda encontrar, es posible encontrar mayores
elementos que el asunto puntual de que se trata (Kluger, 2009)
Definiciones de Proceso´
Para (Palacio, 2003) El vocablo proceso (processus, de procedere) significa avanzar, marchar
hasta un fin determinado, no de una sola vez, sino a través de sucesivos momentos (p. 51).
La palabra se la utiliza desde la baja Edad media. Su concepción es moderna. Proceso es
igual a progreso: “la acción de ir adelante”. Es diferente de juicio (Quisbert, 2010).
Según (Ovalles Favela, 2011) El proceso es “la solución hetero-compositiva, es decir, la
solución imparcial, a cargo de un órgano de autoridad del Estado, el juzgador, que
interviene a instancia de una de las partes y cuya autoridad deriva del imperio del propio
Estado y de la fuerza de la ley” (p. 30). Por otra parte, (Gozaini, s/f) menciona que:
El proceso es, en sí mismo, un método de debate que se desarrolla en etapas
determinadas. En él participan elementos humanos –jueces, auxiliares, partes,
testigos, peritos, etc.–, los que actúan según ciertas formas preestablecidas en la
ley. Ellas constituyen el procedimiento y resguardan la producción de actos jurídicos
procesales, vale decir, actos humanos dirigidos por la voluntad jurídica (p.95)
Siguiendo el mismo orden de ideas, (Ovalles Favela, 2011) Señala que en el proceso hay un
litigio; pero en éste, no se requiere que haya acuerdo entre las partes para someter sus
diferencias a ese medio de solución. Basta con que uno solo de los interesados decida
someter la controversia al conocimiento del órgano jurisdiccional competente del Estado
(p. 31)
. -Juicio: Al concluir la etapa Preconclusiva, inicia la etapa del juicio, en donde el juez estudia
los hechos narrados en la demanda y en la contestación, así como las acciones, excepciones
y defensas hechas valer por las partes, valora las pruebas rendidas y dicta la sentencia que
pone fin a la instancia (Kelley Hernandez, 2003). 1.6. Contenido del Proceso:
Es el conjunto de actos de los sujetos (partes, juez, fiscal) (Quisbert, 2010) Es decir, son
todos aquellos sujetos que intervienen en un proceso. Sin embargo, es importante aclarar
para no confundir el concepto de sujetos procesales, con el concepto de partes. Porque las
partes son sujetos procesales, pero no todos los sujetos procesales son parte. son sujetos
procesales: El juez, los secretarios, los notificadores, el Ministerio Público, los peritos, los
testigos y las partes (Kelley Hernandez, 2003)
Cualquiera que sea la concepción publicística que se sostenga sobre los fines del proceso,
bien como actuación del derecho objetivo, o ya como creación de una norma jurídica por el
Juez, es obvio que el interés individual y el público en el proceso, no deben considerarse
como dos fuerzas en oposición, sino más bien como dos aspiraciones aliadas y
convergentes, cada una de las cuales, lejos de buscar beneficios con daño para la otra,
considera la satisfacción de la otra como condición de la satisfacción propia (Rengel
Romberg, s/f)
La existencia del proceso surge como una necesidad del Estado, al asumir en sustitución de
las partes el poder coercitivo, no le basta con tener ese poder que se manifiesta por la
jurisdicción, sino que además debe establecer un método o un camino para que la solución
de las situaciones jurídicas ante él planteadas por vías de la acción y de la pretensión,
desemboquen en una norma particular (Gozaini, s/f)
El problema que se deriva de esta finalidad sucede por las dos posibilidades que se deducen.
Una primera conduce a imponer a través de los jueces la aplicación forzada de las leyes; la
otra, no mira la naturaleza del acto que se cumple sino el beneficio que el acto permite,
hablándose así, del proceso como solución de controversias entre los hombres (Gozaini, s/f)
Principios procesales.
Tal como lo define Eduardo Pallares citado en (Kelley Hernandez, 2003) los principios
procesales son las reglas que se deben seguir para hacer una correcta aplicación e
interpretación de las normas procesales.
A. Principios del impulso procesal de oficio o a instancia de parte: según la
clase de proceso que se trate para que el mismo avanece, requiere de un impulso
que lo haga avanzar, este impulso puede venir del propio órgano que está regulando
el proceso (el juez) o de otra persona. Cuando el impulso proveniene del juez se llama
impulso procesal de oficio. Al hablar de impulso procesal a instancia de parte,
significa que se requiere la promoción de cualquiera de las partes para que avance.
La abstención da lugar a que el expediente se archive.
B. Principios de publicidad: Es cuando se le ofrece al público la posibilidad de
presenciar la audiencia, para con ello controlar la conducta de órgano jurisdiccional,
de las partes, así como de las personas que deban comparecer al proceso, influyendo
favorablemente en su comportamiento para que obren con la mayor equidad y
legalidad posible.
C. Principios de inmediación del órgano jurisdiccional: Significa que el órgano
jurisdiccional deberá estar en contacto personal con las partes recibir personalmente
las pruebas, oír los alegatos, para poder dictar una sentencia justa.
D. Principio de oralidad o de escritura: Aquí fluctúa entre las ventajas y
desventajas de ambos sistemas. En el proceso oral tiene ventaja quien sea un buen
orador. Mientras que el proceso escrito es más lento y suele perjudicar las partes.
E. Principio de igualdad de las partes: Las partes deben de estar en idéntica
situación ante el órgano jurisdiccional, sin ventajas o privilegios. Las partes deben
tener un mismo trato, y las mismas oportunidades de hacer valer sus derechos.
F. Principio de congruencia: Deber haber congruencia entre la sentencia, la
demanda, la contestación y todo lo actuado en autos
G. Principios de economía procesal: El proceso debe desarrollarse con el mayor
ahorro posible de tiempo, de energías y costos
H. Principio de preclusión procesal: o eventualidad. Las partes son libres de
hacer valer sus derechos; pero si no lo hacen valer en el momento procesal oportuno
se pierde ese derecho y opera la preclusión.
Es considerado sinónimo de causa legal o Procedimiento es la forma en que se lleva dicho juicio
juicio.
Son siempre dinámicos (comportamiento). Los procedimientos existen, son estáticos.
Están orientados a la obtención de un Los procedimientos están impulsados por la
resultado (clientes o partes interesadas). finalización de la tarea, se implementan y se centran en el
cumplimiento de las normas.
Sus actividades (ciertas) pueden ser Procedimientos recogen actividades que pueden
realizadas por otros para conseguir los realizar personas de diferentes departamentos con diferentes
objetivos planteados. objetivos.
La relación jurídica por la suma de actos se El Procedimiento, no contempla las relaciones jurídicas entre
constituye, desarrolla y se termina. los sujetos de proceso ni su finalidad compositiva.
Todos están obligados a someterse a la No hay juez sin actor, por tanto, el juez no procede de oficio.
Jurisdicción del Estado por su el
complemento de Obligatoriedad que
contempla.
El término proceso proviene de la Doctrina El término procedimiento es de origen francés
Alemana y se origina por el término canónico
processus judicii.
En las ciencias jurídicas es exclusivo del No es exclusivo del derecho procesal, ni de las ciencias
Derecho Procesal por englobar una realidad jurídicas.
compleja.
Tiene un fin el proceso: la terminación o No puede existir un procedimiento sin que haya proceso
justa alguno.
composición del litigio; para ello se apoya
del procedimiento (medio).
Internamente el procedimiento se encuentra El procedimiento es el resultado cierto.
presente.
Son las etapas que se deben de llevar y El procedimiento lo emiten autoridades
emite una autoridad jurisdiccional. jurisdiccional y administrativa.
Como ámbito territorial: Para emplear con precisión el lenguaje jurídico es necesario
distinguir claramente entre la jurisdicción, como función propia del juzgador, del
lugar, demarcación o ámbito territorial dentro del cual aquél puede ejercer
válidamente dicha función.
Como sinónimo de competencia: la expresión jurisdicción designa la naturaleza de la
función propia del juzgador, en cambio, la competencia es un concepto que se aplica
a todos los órganos del Estado -y no sólo a los jurisdiccionales- para indicar la esfera
o el ámbito espacial, material, personal, etc - dentro del cual aquéllos pueden ejercer
válidamente las funciones que les son propias.
Como conjunto de órganos jurisdiccionales pertenecientes a un mismo sistema o con
competencia en la misma materia: en el primer sentido, se suele aludir a la
Jurisdicción Federal, la Jurisdicción del Distrito Federal, etc.; en el segundo, a la
Jurisdicción Militar, la Jurisdicción del Trabajo, la Jurisdicción Administrativa, etc. Ésta
es una acepción que se da por extensión a la palabra
Como función pública de hacer justicia: Éste es el sentido técnico y preciso del
vocablo jurisdicción. La jurisdicción es, pues, una función pública, una función de los
órganos del Estado.
Para, (Ovalles Favela, 2011) La jurisdicción, en tanto función pública de impartir justicia
conforme a derecho, no es susceptible de ser dividida ni clasificada. La función de conocer
y juzgar los litigios y de ejecutar lo juzgado es esencialmente la misma, cualquiera que sea
la rama del derecho sustantivo que se aplique a través de dicha función (p.127).
Naturaleza de la Jurisdicción
Se deduce que así como el Estado tiene la obligación de actuar mediante su órgano
jurisdiccional para la realización o la certeza de los derechos y para la tutela del orden
jurídico, cuando el particular o una entidad pública se lo sol icita con las formalidades
legales, o cuando ocurre un hecho ilícito penal, así también el Estado tiene el poder de
someter a su jurisdicción a quienes necesiten obtener la composición de un litigio o la
realización de un derecho o hayan incurrido en un il ícito penal (Echandia, 2003)
De ahí que la jurisdicción pueda ser considerada por un doble aspecto: a) como un derecho
público del Estado y su correlativa obligación para los particulares, y b) como una obligación
jurídica del derecho público del Estado de prestar sus servicios para esos fines, de la cual se
deduce el derecho subjetivo público de toda persona de recurrir ante él, a fin de poner en
movimiento su jurisdicción mediante el ejercicio de la acción para que se tramite un proceso
o se adelante la investigación previa o sumarial por un juez (Echandia, 2003)
Esa obligación del Estado se encuentra consagrada directamente por la norma legislativa o
el derecho objetivo que la regula y delimita, y de ahí que la misma ley sancione al juez que
con cualquier pretexto deniegue justicia. “Los jueces o magistrados que rehusaren juzgar
pretextando silencio, oscuridad o insuficiencia de la ley, incurrirán en responsabilidad por
denegación de justicia”. Luego incurren en ese ilícito, con mayor razón, si lo rehúsan por
cualquier otro pretexto (Echandia, 2003)
Uno de los cambios más importantes que incorpora el nuevo Código Orgánico General de
Procesos (COGEP) es el relativo a las reglas para la determinación de la competencia: (i)
cuando la demandada es una persona jurídica, por ejemplo una compañía, será competente
el juez del lugar donde ésta tenga establecimientos, agencias, sucursales u oficinas y no solo
el de su domicilio; (ii) cuando se trate de demandas en contra del Estado, la competencia
se determinará en el domicilio del actor; y, (iii) en los casos en los que es demandado un
trabajador, la competencia se determinare en relación a su domicilio (Griffin Valdivieso,
2015)
Conflictos de competencia
El trámite del conflicto de competencia se encuentra descrito en el Art. 14 del COGEP
(COGEP , 2018) Por lo expuesto, el conflicto de competencia es un trámite que se resolverá
en mérito de los autos, salvo que por su complejidad se requiera información adicional a las
partes o a las o los juzgadores involucrados, en cuyo caso el superior puede convocar a una
audiencia de oficio sólo para tratar sobre un asunto específico y determinado, en base al
Art.87 inciso final del COGEP. El artículo 14, (COGEP , 2018) establece que:
En sentido restringido, actuación judicial será la constancia escrita de los actores que se
practiquen dentro del proceso, seria expediente mismo que se fuera formando con las
actuaciones que se van realizando dentro del proceso (Kelley Hernande z, 2003)
De acuerdo con Couture, citando en (Ovalles Favela, 2011) la palabra acción tiene en el
derecho procesal, cuando menos, tres acepciones distintas
En primer lugar, se le utiliza como sinónimo del derecho subjetivo material que trata
de hacerse valer en juicio. La palabra acción también suele ser usada para designar la
pretensión o reclamación que la parte actora o acusadora formula en su demanda o
en su acusación. Por último, la acción también es entendida como la facultad (o el
derecho público subjetivo) que las personas tienen para promover un proceso ante
un órgano jurisdiccional, con el fin de que, al concluir el proceso, emita una sentencia
sobre una pretensión litigiosa y, en su caso, ordene la ejecución de la sentencia (p.
153).
Por otro lado, para Clariá Olmedo citado en (Ovalles Favela, 2011) explica que “la acción
procesal es el poder de presentar, y mantener ante el órgano jurisdiccional una pretensión
jurídica, postulando una decisión sobre su fundamento, y en su caso la ejecución de lo
resuelto” (p.140)
Por su parte, (Echandia, 2003) sintetiza el concepto de acción en una actividad jurídica y en
un derecho subjetivo. Entonces tenemos que es una actividad jurídica por naturaleza,
puesto que origina relaciones jurídicas, derechos y obligaciones, cargas y facultades. Pero,
por otro lado, un derecho subjetivo y no un simple poder o una facultad inherente al
derecho de libertad o a la personalidad, que pertenece a todas y cada una de las personas
físicas o jurídicas que quieren recurrir al Estado para que les preste el servicio público de su
jurisdicción, cualquiera que sea la razón o el derecho material que aleguen; esas cuestiones
deben examinarse sólo para determinar si la sentencia debe ser de fondo o mérito y
favorable.
Características de la Acción
Pública
Aunque la acción defienda intereses privados, se trata de un derecho de naturaleza
pública, porque al inmiscuirse un juez para resolver el conflicto, como representante
del poder nacional constituye el derecho procesal, que integra a su vez el derecho
público. Para enfrentar la acción del demandante que al presentar una demanda
abre el proceso, el demandado para defenderse tiene derecho de oponerse a ella,
invocando excepciones o negando los hechos. (Helmut Sy, 2020)
Derecho subjetivo
Este derecho es algo que se tiene o no se tiene. Por otro lado, la pretensión es algo
que se hace o no se hace, lo que significa que la pretensión es actividad. De la
existencia de un derecho subjetivo puede resultar una pretensión. Por otro lado, de
la presencia de la pretensión puede llegarse a la acción como una de las maneras
para que la pretensión se haga valer (Helmut Sy, 2020)
Derecho o Poder Jurídico
La Acción ha sido calificada de ambas maneras, compartiéndose la idea que él
mismo, consiste en una facultad de ejercer ciertas actuaciones (Montilla Bracho,
2008)
Abstracto
Su existencia y ejercicio no está relacionado a ningún hecho o derecho concreto; la
Acción es propia e inherente a la persona, no derivada de algún caso determinado
(Montilla Bracho, 2008)
Autónomo
Relacionada en cierta forma con la anterior, el derecho de Acción no está
subordinado ni pertenece a ningún otro derecho, mucho menos al derecho material
reclamado (Montilla Bracho, 2008).
Bilateral
Algunos autores (y pareciera que algunas legislaciones también) incluyen en la
noción de Acción, el derecho que tiene la contraparte material a defenderse,
oponiéndose a la pretensión planteada. En tal sentido, existe una bilateralidad de la
acción por cuanto el demandado de autos, al ejercer los medios de defensa está
además accionando el aparato jurisdiccional (Montilla Bracho, 2008)
Meta derecho
Este aspecto viene dado por la consagración del derecho a la jurisdicción como un
Derecho Humano amparado por Declaraciones Internacionales de este tipo, y en la
mayoría de las constituciones nacionales (Montilla Bracho, 2008)
Elementos de la Acción
Puede decirse que hay acuerdo de que los elementos de la acción son los sujetos, su objeto
y su causa. Pero al determinar qué se entiende por cada uno de éstos, surgen diferentes
opiniones.
1. Los sujetos del derecho de acción. Son el actor y el juez en representación del Estado;
aquél como sujeto activo y éste como sujeto pasivo.
2. El petitum de la demanda persigue una sentencia favorable que acceda a lo que en
él se contiene; la acción tiene como objeto la sentencia, favorable o desfavorable.
3. También es frecuente confundir la causa del derecho de acción y la causa petendi de
la demanda.
La primera se refiere a la pretensión, al petitum de la demanda, y la forman los hechos
constitutivos, modificativos o impeditivos de la relación jurídica sustancial pretendida,
discutida o negada. La segunda se relaciona con el interés que justifica el ejercicio de la
acción para promover ese proceso y obtener la sentencia (en cualquier sentido), sea que
exista o no realmente aquella relación sustancial y que se tenga o no el derecho pretendido;
interés público que existe siempre que se necesite recurrir al proceso para cualquier fin
contencioso o de jurisdicción voluntaria.
Clasificación de la Acción
1. Las acciones meramente declarativas son aquellas a través de las cuales la parte
actora pide al juzgador una sentencia que elimine “la incertidumbre en torno a
la existencia, inexistencia o modalidad de una relación jurídica”.
2. Las acciones constitutivas son aquellas por medio de las cuales la parte actora
demanda del juzgador una sentencia en la que se constituya, modifique o e xtinga
una relación o situación jurídica sustantiva.
3. A través de las acciones de condena, la parte actora solicita al juzgador una
sentencia en la que ordene a la contraparte llevar a cabo una conducta
determinada.
4. Las acciones ejecutivas son aquellas a través de las cuales el actor pretende una
resolución que ordene la realización coactiva de un derecho reconocido en un
título ejecutivo.
5. Las llamadas acciones cautelares son aquellas por las que la parte actora solicita
al juzgador una resolución para que se protejan, de manera provisional y hasta
en tanto se dicte la sentencia definitiva en el proceso de conocimiento, las
personas, los bienes o los derechos que serán objeto de este último.
Por el tipo de interés que se busca proteger: Desde el punto de vista de la clase de
interés que se busca proteger, las acciones se pueden clasificar en particulares, públicas,
colectivas y de grupo.
1. Las acciones particulares son aquellas que ejercen las personas para proteger
sus intereses jurídicos individuales.
2. Las acciones públicas son aquellas que ejercen órganos del Estado, en nombre
del orden o de la seguridad pública.
3. Las acciones colectivas son aquellas que se ejercen para proteger los intereses
de toda una comunidad de personas.
4. Las acciones de grupo son las que procuran la protección de aquellos intereses
que siendo individuales o particulares tienen, sin embargo, un origen o una causa
común.
Por el derecho subjetivo material que se pretende hacer valer: desde este punto de
vista, se suelen distinguir tantas clases de acciones como ramas en las que se divida el
derecho sustantivo o material. En este sentido, se habla de acciones civiles, mercantiles,
laborales, penales, de amparo, etc. Es obvio que ésta no es una clasificación procesal
sino sustantiva de las acciones.
La Excepción Procesal
Concepto y definición
En un sentido amplio, por excepción se entiende el derecho subjetivo procesal
que tiene el demandado para contradecir u oponerse a la acción o a la
pretensión hechas valer por la parte actora. Con la expresión excepción también
se suelen designar las cuestiones concretas que el demandado plantea frente a
la acción o a la pretensión del actor. Dichas cuestiones pueden dirigirse a
impugnar la regularidad del proceso mismo (excepciones procesales), o bien a
contradecir el fundamento de la pretensión (excepciones sustanciales) (Ovalles
Favela, 2011)
Naturaleza
Para (Echandia, 2003) la excepción no es un contra derecho material, ni un
contra derecho de acción; ella ataca la pretensión incoada en la demanda y es
una razón de la oposición que a aquélla formula el demandado (p.233). La
naturaleza de la excepción es análoga a la de la pretensión, porque ambas
persiguen una sentencia favorable, y diferente de la acción, por el mismo
motivo; en cambio, el derecho de contradicción o de defensa en general es de
idéntica naturaleza al derecho de acción
Clasificación
Autotutela
Para, (Ovalles Favela, 2011) consiste en la imposición de la pretensión propia en perjuicio
del interés ajeno (p. 8). Por otra parte, explica (Palacio, 2003) que “Una variación es la
autotutela que sucede cuando solo una de las partes, sin que la otra intervenga, actúa un
derecho en pro de solucionar el conflicto” (p. 73).
La autotutela o autodefensa fue, en un principio, el medio más utilizado para solucionar los
conflictos. A través de un largo proceso evolutivo se ha llegado a una situación inversa:
actualmente una vez que el Estado ha asumido como propia la función de solucionar
mediante el proceso jurisdiccional, los conflictos de trascendencia jurídica, la autotutela ha
quedado prohibida, por regla general. Lo que distingue a la autotutela son dos notas: en
primer lugar, la ausencia de un tercero ajeno a las partes y, en segundo término, la
imposición de la decisión por una de ellas a la otra (Ovalles Favela, 2011),
Alcalá-Zamora citado en (Ovalles Favela, 2011) clasifica los casos de autotutela permitida,
de la siguiente:
1er lugar: la autotutela puede funcionar como una réplica o respuesta a un ataque
precedente. En esta categoría se encuentra la legítima defensa.
2do lugar: la autotutela permitida también se puede manifestar como el ejercicio
personal o directo de un derecho subjetivo, sin que su titular haya sufrido previo
ataque.
3er lugar: la autotutela también se puede presentar como el ejercicio de facultades
atribuidas al mando para hacer frente a situaciones de excepción.
4to lugar: la autodefensa se puede expresar como el ejercicio de una potestad de
uno de los sujetos en litigio.
5to lugar: también se contempla la autotutela como un combate entre partes
enfrentadas, que fían a la fuerza y no a la razón la decisión de sus diferencias.
6to lugar: la autotutela también puede ser utilizada como un medio de presión o de
coacción sobre la contraparte para lograr que prevalezcan los propios intereses.
Autocomposición
Según (Palacio, 2003) “En la autocomposición las partes se ponen de acuerdo” (p. 73). Las
formas de autocomposición pueden ser unilaterales o bilaterales. Las primeras se dan con
el allanamiento y la renuncia –que puede ser asimilada al desistimiento del derecho—. La
autocomposición de tipo bilateral se muestra con el desistimiento del proceso, la
transacción, la conciliación y la mediación.
Heterocomposición
Según (Palacio, 2003) el Estado interviene aun cuando los interesados convengan la forma
de solucionar el conflicto, en virtud de existir un “orden público” que satisfacer (p. 75). En
ese caso es necesario un control jurisdiccional sobre lo decidido por las partes, en el cual el
juez valorará las conductas de las partes y decidirá de acuerdo a las normas vigentes si lo
acordado por las partes vulnera o no el orden público.
Por otro lado, (Ovalles Favela, 2011) señala que en la heterocomposición la solución al
conflicto es calificada de imparcial porque no va a ser dada por las partes, sino por un
tercero ajeno al litigio, un tercero sin interés propio en la controversia (p. 24). Para ello,
existen las siguientes alternativas de solución:
3. Preguntas de Comprensión de la
Unidad
¿Con cuáles de estas afirmaciones se puede definir la jurisdicción?
a. Función pública, una función de los órganos del Estado.
b. Del lugar, demarcación o ámbito territorial dentro del cual aquél puede ejercer
válidamente dicha función.
c. Decir o declarar el derecho.
d. Todas las anteriores.
a. Autotutela
b. Heterocomposición
c. Autocomposición
d. Proceso
ÍNDICE
4. Material Complementario 43
5. Bibliografía 44
Introducción:
Conforme se ha expresado, el Derecho Procesal reconoce a los sujetos del derecho la
vigencia plena de sus derechos subjetivos, permitiéndoles su adquisición o conservación,
fijándose para el efecto la normativa jurídica que permite al Estado ejercer la facultad
jurisdiccional de juzgar y hacer cumplir las decisiones. En este contexto, ante la presencia
de un litigio las partes acuden ante una determinada autoridad jurisdiccional a la cual se
someten, a fin de que se dirima el conflicto en un procedimiento previamente establ ecido
asegurándose el debido proceso de cada una de ellas.
Respecto a las reglas procesales se afirma que, “sirven de medio para la aplicación o
realización de las normas objetivas materiales” (Devis Echandia, 2009, pág. 4) y además son
normas instrumentales “porque sirven de instrumento para la realización del derecho”. El
Derecho Procesal cuenta con varias fuentes entre ellas la Carta Fundamental, la ley, la
jurisprudencia obligatoria y, además la doctrina aplicable a cada caso entre otras. Si bien la
normativa procesal establece las reglas por donde se debe transitar, según (Vescoti, 2006),
“el proceso como también el procedimiento, se rige, en general, por diferentes principios,
aun cuando las legislaciones positivas no las afilian a ningún sistema puro” (pág. 44).
La doctrina enseña que, “los principios del proceso son a modo de norma fundamental del
ordenamiento jurídico procesal” (García Falconí, 2018, pág. 71). En este contexto,
entendemos que los principios constituyen orientaciones y directivas que brindan apoyo a
los litigantes y juzgadores en el desarrollo del proceso. Son los principios que en cierto modo
orientan el proceso y “son ellos en los que se apoyan las partes y el juez para realizar los
actos procesales que les corresponden en el proceso, estas directivas o matrices, pueden
estar contenidas en norma expresa o no” (Hurtado Reyes, 2014, pág. 122).
Ahora bien, es común la confusión entre normas, reglas y principios por lo que es necesario
robustecer el análisis al respecto a fin de procurar una correcta aplicación pues, “la
distinción entre reglas y principios no es una cuestión de poca monta o intrascendente
cuando hacemos hermenéutica jurídica, pues como ha quedado expuesto, esta distinción
resulta culminante al momento de enfrentarnos a un caso concreto” (Jiménez Gil, 2008,
pág. 42). Respecto a esto, (Alexy, 2008, págs. 64-65) nos dice que, “ tanto las reglas como
los principios son normas porque ambas establecen lo que es debido”, agrega que, “los
principios son normas de un grado relativamente alto, mientras que las reglas, de un nivel
relativamente bajo”. Respecto a las normas encontramos que, “son reglas que expresan un
deber ser-en el caso del derecho, un deber coercible- es decir que no enuncian una
conducta que ha sido, es o será necesariamente de un cierto modo, sino una conducta que
debe ser” (Enciclopedia Jurídica, 2020). En relación a las reglas de aplicación de derecho
encontramos que, “se trata de una serie de reglas de orden práctico, que deben ser tenidas
en cuenta al aplicar el derecho y que, en su mayor parte, están insti tuidas por las leyes.”
(Enciclopedia Jurídica, 2020). En cuanto a los principios, en el (Diccionario de la lengua
española, 2020) advertimos: "Base, origen, razón fundamental sobre la cual se procede
discurriendo en cualquier materia. (…) principio de de recho, norma no legal supletoria de
ella y constituida por doctrina o aforismos que gozan de general y constante aceptación de
jurisconsultos y tribunales.” Así las cosas, podemos ir afinando que los principios
constituyen la base o razón de una determinada materia, en cierto modo, las guías,
directrices, reglas que orientan un determinado accionar. “Un principio, en su concepto más
amplio, es una base de ideales, fundamentos, reglas y/o políticas de la cual nacen las
ideologías, teorías, doctrinas, religiones y ciencias.” (Significados , 2021). Con la finalidad
de emplazar a la distinción entre reglas y principios, descubrimos que según (Cianciardo,
2003) “las preguntas acerca de qué es un principio y qué es una regla sólo pueden ser
respondidas cabalmente una vez que uno y otra han sido distinguidas”. Sin duda alguna,
con la finalidad de sentar las bases del conocimiento de una ciencia, necesario es referirse
a las proposiciones básicas que lo constituyen y así lograr un mejor estudio y comprensión
y por consiguiente son los principios que facilitan la aplicación y entendimiento de la
normativa. (Casis Martínez, 2016, pág. 14). En relación al mismo punto (Oyarte, Debido
Proceso, 2016) nos dice que las normas recogen reglas y principios y que la distinción e s en
cuanto a que, los principios son normas que ordenan que algo se realice en la mayor media
posible y dentro de las posibilidades jurídicas y reales del entorno, por lo que se los
considera como mandatos de optimización que son factibles cumplirse en di ferente grado,
en tanto que, las reglas constituyen normas que sólo pueden ser cumplidas o no por lo que
la actuación debe ser como la misma lo ordena.
Una vez que se ha dejado constancia de los principales aspectos respecto a los principios
procesales, es necesario ubicarlos dentro de la Constitución de la República del Ecuador,
que enuncia los principios que deben regir en la administración de justicia. Sobre este
punto, (Oyarte, Debido Proceso, 2016) nos dice que, “uno de los aspectos fundamentales
que constituyen la denominada constitucionalización del Derecho, es la inclusión de los
principios del constitucionalismo y el contenido constitucional en todas las demás ramas
jurídicas.” (pág. 1). Es que la guía y orientación de la actividad procesal nace justamente de
las normas constitucionales que brindan la tutela y es así que, gran parte de las
Constituciones consideran que, “una proclamación programática de principios de derecho
procesal era necesaria, en conjunto con los derechos de la persona humana y de las
garantías a que ella se hace acreedora.” (Couture.E, 2014, pág. 123). Respecto a los
principios procesales con jerarquía constitucional (Hurtado Reyes, 2014) refiere que
principalmente tienen relación a que la potestad de administrar justicia emana del pueblo
y que se ejerce por intermedio del poder judicial a través de los órganos que son
establecidos en el mismo ordenamiento jurídico dentro de un marco de unidad,
independencia y exclusividad. Sobre este punto (Devis Echandia, 2009) resalta que la
exclusividad y obligatoriedad, es el fundamento de la existencia misma del Estado como
una organización jurídica y de la sociedad. Como fórmula para frenar los gobiernos
totalitarios es que surge la necesidad de establecer en el ámbito Constitucional los límites
del poder teniendo como fundamento la Declaración Universal de los Derechos Humanos
pues, “se pone de relieve – a nivel no sólo estatal sino internacional- el valor de la
Constitución como norma dirigida a garantizar la división de poder y los derechos
fundamentales de todos.” (Ladoni Sosa, 2017, pág. 6).
2.2.2.4. Cuando el texto constitucional refiere a que los juicios y sus decisiones en
todas las etapas serán públicos, salvo las excepciones establecidas en la ley, nos
encontramos con la vigencia del principio de publicidad y al respecto (Devis Echandia,
2009) nos dice que tiene como significado que “no debe haber justicia secreta,
procedimientos ocultos, fallos sin antecedentes ni motivación,” (pág. 56). Sin
embargo, esto no representa que el proceso debe ser publi citado, sino que dicha
publicidad se concreta en la forma como se sustancia, como se producen las pruebas,
la motivación de los fallos y de la publicación a fin de que la ciudadanía pueda tener
confianza plena en la administración de justicia. La misma ley establece los casos en
que se prohíbe la publicidad particularmente en relación a niñas, niños y
adolescentes, así como la fase de indagación previa en los procesos penales, claro
está que a los involucrados desde el primer momento se les permite el acces o para la
plena vigencia del derecho a la defensa como parte del debido proceso. Otro alcance
de este principio es que, en cierto modo, los actos procesales pueden ser de
conocimiento incluso por parte de quienes no figuran como litigantes reiterándose
con las salvedades que la normativa lo establece a tal punto que, en nuestro país, el
Consejo de la Judicatura mantiene al público el sistema de consulta de causas a fin de
que la ciudadanía pueda acceder libremente. Dicho de otro modo, la publicidad es
producto de la eliminación de los sistemas inquisitivos y que permite que las
actividades de los órganos judiciales puedan ser objeto del control de parte de la
sociedad.
Respecto a este importante (García Remirez, 2006) expresa que el marco internacional del
debido proceso se localiza en diversos principios germinales de las cartas de las Naciones
Unidas y la Organización de los Estados Americanos, y en los instrumentos que se derivan,
así la Declaración Universal de los Derechos Humanos de los Derechos Humanos del 10 de
diciembre de 1948; Convención Europea de Derechos Humanos del 4 de noviembre de
1950; Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos del 6 de diciembre de 1966;
Convención Americana sobre Derechos Humanos ( Pacto San José de Costa Rica) de 22 de
noviembre de 1969; y, Carta Africana de los Derechos Humanos y de los pueblos ( Carta de
Banjul) del 27 de julio de 1981. Estos principios son recogidos por la Constitución en nuestro
país, en el Código Orgánico de la Función Judicial y en los ordenamientos jurídicos que
contienen normativa procesal. En este contexto resulta evidente que dentro del ámbito
procesal de cada país se incluyen principios y normas que están contenidos en los
instrumentos internacionales de Derecho Humanos, pues se establece un debido proceso
dentro del ordenamiento legal fijándose los procedimientos dentro de los cuales
asegurándose el derecho a la defensa se podrán resolver las controversias de cualquier tipo
cumpliéndose así con los principios de seguridad jurídica y tutela judicial efectiva que en el
caso de nuestro país se encuentran establecidos en el ordenamiento constitucional. En la
(Constitución de la República del Ecuador, 2008), en el artículo 424 establece que la
Constitución y los tratados internacionales de derechos humanos que han sido ratificados
por el Estado dentro de los que se reconozcan derechos más favorables a los contenidos en
la Constitución prevalecerán sobre cualquier otra norma jurídica o acto del poder público.
Más adelante, en el artículo 426 impone a juezas y jueces, autoridades administrativas y
servidores públicos la obligación de aplicar las normas previstas en la Constitución y las
contenidas en los instrumentos internacionales de derechos humanos, cuando se
determine que son más favorables a las establecidas en la Constitución incluso si las partes
no lo hayan invocado en forma expresa. Se resalta que los derechos establecidos en la
Constitución y los instrumentos internacionales d derechos humanos serán de inmediata
aplicación aun a falta de ley. Como se ha dejado expresado, estos principios son recogidos
en el Código Orgánico de la Función Judicial y además en el (Código Orgánico General de
Procesos, 2019) en el artículo 2 determina que en todas las actividades procesales se
aplicarán los principios previstos en la Constitución de la República, en los instrumentos
internacionales de derechos humanos, en los instrumentos internacionales ratificados por
el Estado. En este contexto se evidencia que en el ámbito procesal deben cumplirse con los
principios que se encuentran establecidos en los convenios internacionales sobre Derechos
Humanos de tal modo que es menester entrar al análisis en primer término de lo que al
respecto consta en la (Declarción Universal de Derechos Humanos ), e n es así que en el
artículo 10 establece que: “Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad,
a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la
determinación de sus derechos y obligaciones o para el ex amen de cualquier acusación
contra ella en materia penal.” Si bien se hace mención a una acusación en materia penal,
como vemos encontrándose este precepto en vigencia en nuestro país, en la Constitución
de la República se asegura el respeto al debido proceso en todo tipo de acciones que se
impongan obligaciones.
En el (COFJ, 2021)Código Orgánico de la Función Judicial se han plasmado los principios que
forman parte del texto constitucional y en Capitulo II del Título I, articulo 4 al 29 establece
los principios rectores y disposiciones fundamentales.
En el mismo (COFJ, 2021) en el artículo 129 que se refiere a las facultades y deberes
genéricos de las juezas y jueces, en el numeral 1 establece que se debe aplicar la
norma constitucional y la de los instrumentos internacionales de derechos humanos
por sobre los preceptos legales contrarios a ella.
Control de conducta procesal. En el artículo 131 (COFJ, 2021) recoge las principales
facultades correctivas de las juezas y jueces con la finalidad de observar una conducta
procesal que corresponde a la importancia y respecto de la actividad judicial. En virtud
de esto, los juzgadores están facultados a devolver los escritos ofensivos o injuriosos
dirigidos contra él, servidores judiciales, contraparte o defensores, todo esto sin
perjuicio de la sanción que se pudiere imponer lo que también regula el Código
Orgánico Integral Penal. En el mismo orden, los jueces están facultados incluso a
expulsar de las actuaciones judiciales a quienes alteren e l desarrollo o atenten contra
la legal evolución. Estas medidas serán aplicables independientemente de las
acciones penales que hubiere lugar. También se faculta a declarar en sentencias y
providencias la incorrección de la tramitación, el dolo, la neglige ncia manifiesta y / o
el error inexcusable de jueces, fiscales o defensores públicos. También se faculta a
imponer sanciones a los defensores privados que no comparezcan a cualquier
audiencia con multa y además podrá imponerse otras sanciones que se establ ezcan.
En el artículo 132 que contiene las facultades correctivas de las juezas y jueces, en
cumplimiento de lo que dispone el artículo 75 de la Constitución de la República se
faculta a imponer multa compulsiva y progresiva a quien no cumpla con los mandatos.
De considerarse que la resistencia a la orden judicial puede encuadrar en una
infracción penal se deberá remitir las actuaciones a la Fiscalía General.
Aplicación del derecho que corresponda. En el artículo 140 del (COFJ, 2021) al
referirse a las omisiones sobre los puntos de fuere establece que los jueces deben
aplicar el derecho que corresponde al proceso, pese a que no haya sido invocado por
ninguna de las partes o lo hayan hecho en forma errónea. Si bien faculta esta
aplicación del derecho que corresponda, deja constancia que no podrá ir más allá del
petitorio, así como tampoco fundar su decisión en hechos diversos de los que han
sido alegados por las partes. Se concluye respecto a que esto último no será aplicable
cuando se pueda vulnerar derechos reconocidos en la Constitución y en los
instrumentos internacionales de derechos humanos.
Dirección del proceso. En el artículo 3 del (COGEP, 2021) al referirse a la dirección del
proceso, expresa que el juzgador ejercerá la dirección proceso controlando todas las
actividades de las partes que intervienen en el proceso y evitará dilaciones
innecesarias. Se agrega que en función de este principio el juzgador está en capacidad
de interrumpir a las partes para solicitar aclaraciones, así como encausa el debate y
realizar las demás acciones correctivas que la ley le permite. Esta facultad además
entraña un principio de autoridad que ejerce quien administra justicia, dirigiendo los
debates y más actuaciones procesales. A decir de (García Falconí, 2018) estas
facultades que tiene el juez para la dirección del proceso van direccionadas a las
partes que participan en proceso ya sea en calidad de actores o demandados. (Rioja
Bermúdez, 2014) al referirse a la dirección judicial de proceso menciona que el juez
es el director del proceso y por consiguiente es quien debe dirigir las audiencias por
lo que pasa de un mero aplicador de la ley a ejercer una función más dinámica. Agrega
que la doctrina conoce a este principio como el de autoridad pues convierte al juez en
el conductor del proceso. En mismo ordenamiento jurídico en el artículo 80 establece
la dirección de las audiencias dejando constancia que corresponde exclusivamente al
juez en su condición de garante de los derechos y normas que rigen la actividad
procesal. En uso de las facultades otorgadas, el juez podrá determinar e informar a
los litigantes sobre los asuntos que serán motivo del debate y una vez i nstalada la
diligencia le está permitido moderar la discusión impidiendo alegaciones que se
desvíen en relación a situaciones no aplicables al caso. Además, le está permitido
limitar el tiempo del uso de la palabra a quienes deban intervenir e incluso interrumpir
cuando su uso sea abusivo o ilegal. Así también podrá ejercer las facultades
disciplinarias orientadas a mantener el orden y garantizar la realización del acto
procesal.
Respecto a esto (Ramirez, 2015) nos dice que la regla general de todo código es la
aplicación del principio dispositivo en relación a la iniciativa que deben tomar las
partes para dar comienzo al procedimiento e incluso disponer de sus derechos y darlo
por terminado, pero no significa que el juez tenga tan solo un rol pasivo pues debe
dirigir y ordenar el proceso inmediatamente de iniciado. (Rioja Bermúdez, 2014)
citando a Davis Echandía expresa que este se relaciona en forma directa con “el
inquisitivo, y consiste en que, una vez iniciado el proceso, debe el juez o el secretario,
según el acto de que se trate, impulsar su marcha sin necesidad de que las partes lo
insisten a hacerlo,” (pág. 55) se agrega expresando que también hay responsabilidad
en la demora ocasionada por parte del juzgador debido a que si bien algunos actos
tienen origen en la voluntad de los litigantes hay otros que le corresponden a quien
dirige la causa por la vigencia también del principio inquisitivo. Refiriéndose al
principio de impulso de oficio, (Hurtado Reyes, 2014) afirma que no elimina al
dispositivo, ni a la necesidad de que las partes realicen las actividades sino que
simplemente lo complementa pues ante la inactividad que pudiera presentarse en el
proceso, corresponde al juez poner movimiento, en cierto modo echarlo a andar
cuando por alguna situación se encuentre detenido. Es más el mismo (COGEP, 2021)
permite algunas actuaciones de oficio como el caso del artículo 168 que refiere a la
prueba para mejor resolver.
A decir de (Zavala Egas, 2016), el principio de congruencia es una relación entre dos
términos, uno es la resolución o parte dispositiva y otro el objeto procesal en un
sentido riguroso. Agrega que no se trata de una congruencia con la demanda,
alegaciones, y pruebas, sino de un modo genérico con lo que constituye la pretensión
en el proceso y la oposición que realiza el demandado que son los puntos que limitan
respecto a lo que se debe decidir.
Iura novit curia. En relación a este punto es menester resaltar que el juez tiene la
obligación de emitir su resolución sin alterar los hechos alegados y los medios
probatorios introducidos por los litigantes y que fueron objeto de lo que se denomina
la traba de la litis y que ahora el (COGEP, 2021) establece como objeto de la
controversia. Sin embargo, no hay impedimento alguno para que en cumplimiento
del artículo 91 el juez debe corregir las omisiones o errores de derechos en que las
que incurran los litigantes pero al mismo tiempo resalta que no se podrá otorgar o
declarar mayores o diferentes derechos a los pretendidos en la demanda, así como
tampoco podrá fundar la resolución en relación a hechos ajenos a los alegados. Como
se ha dejado indicado esto también está reconocido en el artículo 140 del (COFJ,
2021) que establece como obligación del juez aplicar el derecho que corresponda al
proceso, pese a que no haya sido invocado o haya sido realizado en forma equivocada.
Resalta que, no se podrá ir más allá del petitorio así como tampoco fundar la decisión
en hechos diversos a los alegatos de las partes.
Respecto a los anotados, en líneas anteriores la mayoría han sido analizados por lo que es
menester realizar el estudio respecto a los que no han sido tratados.
Principio de igualdad de las partes ante la ley procesal. Sobre este principio (Vescoti,
2006) afirma que es el que domina el proceso debido a que representa una garantía
fundamental para los litigantes. Esto representa que dentro de la sustanciación de las
causas por mandato constitucional que consagra la igualdad, los sujetos de la
actividad procesal deben acceder a un tratamiento igualitario. Se dice que ante la
presencia de la igualdad también están activos los principios de bilateralidad y
contradicción pues además bajo el principio dispositivo y la libertad probatoria las
partes pueden introducir las pretensiones, excepciones y medios probatorios que
deberán ser objeto de contradicción por ambas partes y así el juzgador pueda decidir.
La Constitución además establece el derecho a ser oídos ante el juez o tribunal en
igualdad de condiciones con lo que se garantiza el derecho al debido proceso y la
defensa. (Devis Echandia, 2009) en relación a este principio pone de manifiesto las
consecuencias que se deducen, primero que en la sustanciación de las causas las
partes gozan de iguales oportunidades para defender sus puntos de vista y, por otro
lado, que no se puede aceptar ningún tipo de procedimiento privilegiado y tan solo
es permitida algunas circunstancias de fuero funcional.
Principio de cosa juzgada, que según (Giuseppe, 1954) el bien de la vida que el
accionante dedujo en el juicio afirmando que una voluntad de la ley lo garantice a su
favor o lo niegue al accionado, una vez que ha sido reconocido o desconocido por el
juez en una sentencia ya sea estimatoria o desestimatoria se convierte en cosa
juzgada (res iudicata). Por su parte, (Couture.E, 2014) nos dice que, “es la autoridad y
eficacia de una sentencia judicial cuando no existen contra ella medios de
impugnación que permitan modificarla.” (pág. 326).
4. Bibliografía 11
1. Unidad 2: Ley procesal y
presupuestos procesales
Tema 1: La ley procesal
Objetivo:
Conocer y analizar la concepción teórica de la ley procesal.
Introducción:
La ley procesal es de carácter adjetivo ya que en ella se establecen los pasos a seguir
o procedimientos para, toda vez que haya sido conculcado un derecho consagrado en una
ley sustantiva, se activen dichos mecanismos para restituir la situación jurídica violentada.
Es decir, son las normas, pasos, plazos y elementos a consignar para llevar a cabo un debido
proceso jurídico, en cualquier área.
Por otro lado, la ley procesal se distingue en atención a los siguientes criterios: según
el punto de vista de su objeto; según el punto de vista en relación con el derecho material,
y desde el punto de vista de su extensión. Según el punto de vista de su objeto, se clasifica
en: Orgánica y Funcional.
Es por ello, que en este compendio se presentar de forma breve y analítica una serie
de puntos, con el fin de ofrecer y clarificar información sobre la ley procesal en el Ecuador,
características, ámbito y vigencia y su interpretación.
Por otro lado, como consecuencia de la ubicación del derecho procesal dentro del
derecho instrumental, el primero tiene un carácter instrumental respecto del derecho
sustantivo. En efecto, el derecho procesal no hace sino regular un medio, un instrumento,
como es el proceso jurisdiccional, a través del cual se va a resolver un conflicto de
trascendencia jurídica, normalmente mediante la aplicación de una o varias normas de
derecho sustantivo, en caso de que el juzgador emita una sentencia sobre la controversia
de fondo. En este sentido, el derecho procesal establece un medio para la aplicación del
derecho sustantivo (Ovalle, 2005)
En conclusión, el derecho procesal puede definirse como la rama del derecho que
estudia el conjunto de normas y principios que regulan la función jurisdiccional del Estado
en todos sus aspectos y que por tanto fijan el procedimiento que se ha de seguir para
obtener la actuación del derecho positivo en los casos concretos, y que determinan las
personas que deben someterse a la jurisdicción del Estado y los funcionarios encargados de
ejercerla (Echandía, 2013)
La ley procesal puede definirse, en todo caso, así: la que se ocupa en regular el proceso y
las relaciones que de él nacen y se deducen (sea civil, penal, contencioso-administrativo,
del trabajo o simplemente administrativo como los procedimientos para marcas y patentes
o concesiones de aguas). Bien puede suceder que se encuentren tales normas en el Código
de Procedimiento, o en el Código Civil, o en el de Comercio, en la Constitución, o en leyes
distintas (Echandía, 2013)
2. Subtema 2: Características de la ley procesal
La ley procesal pertenece al
Derecho Público, en cuanto a que regula el ejercicio de una función del Estado como
es la jurisdiccional (Barajas, 2016). Porque el derecho procesal regula el proceso
jurisdiccional en donde intervienen partes en pie de igualdad frente a un órgano
público, llamado a resolver una potestad pública para resolver el conflicto. Esto no
se ve afectado por el hecho que el conflicto que se somete a decisión del órgano
público, sea privado, por ejemplo, un conflicto civil (Lusciclopedia, 2007)
Tiene un carácter instrumental respecto del derecho sustantivo, ya que lo que hace
es regular un medio o un instrumento como es el proceso jurisdiccional, a través del
cual se va a resolver un conflicto de trascendencia jurídica (Barajas, 2016). A través
del derecho procesal se obtiene la actuación o aplicación del derecho material o de
fondo y por tanto sirve de vía para dar aplicación a ese derecho en el caso concreto
(Lusciclopedia, 2007)
Es autónomo respecto de las disciplinas que estudian las diversas ramas del derecho
sustantivo (Baraja, 2016) Es una rama del derecho que tiene una configuración
propia y que no pertenece por tanto a otras ramas del ordenamiento jurídico,
ciertamente, como todo el derecho, se relaciona con otras ramas.
Esto corresponde al estado actual del desarrollo de esta rama, es una conquista, porque
por mucho tiempo el derecho procesal se consideró subordinado al derecho material. Esto
se dio mucho, por ejemplo, en materia civil, el derecho procesal era considerado derecho
civil puesto en movimiento. Esto se abandonó en el tiempo cuando se llegó a la conclusión
de que el derecho procesal era independiente del derecho material, esto se alcanzó
particularmente a partir de la definición de la Acción (Lusciclopedia, 2007)
La persona que tenga domicilio en dos o más lugares podrá ser demandada
en cualquiera de ellos. Si se trata de cosas que dicen relación especial a uno
de sus domicilios exclusivamente, solo la o el juzgador de este será
competente para tales casos.
En los juicios del orden civil, la sentencia definitiva deberá ser conforme a la letra o
a la interpretación jurídica de la ley, y a falta de ésta se fundará en los principios generales
del derecho (Baraja, 2016).
Por otra parte, para llevar a cabo la aplicación de la ley procesal, es indispensable su previa
interpretación. Así pues, interpretar es fijar el verdadero se ntido y alcance de la norma
procesal, frente a la situación jurídica específica a que dicha ley debe aplicarse. Luego, la
doctrina señala que la ley procesal puede ser interpretada por el legislador, el juez o el
jurista. De esta forma, se distingue entre interpretación auténtica, judicial o doctrinal.
Particularmente, es a través de la interpretación judicial que se fija el sentido y alcance
verdadero de una norma jurídica para un caso concreto. En otros términos, es el juez el
principal encargado de interpretar las normas jurídicas de carácter sustantivo y resolver
mediante la dictación de una sentencia definitiva las pretensiones de las partes (Castro,
2020)
ÍNDICE
4. Bibliografía 13
Por otro lado, Gonzaini (s/f) explica que los Presupuestos procesales del procedimiento
son:
Son arquetipos que regulan la normalidad en la secuencia procedimental, de
manera que se presentan episódicamente, en relación con cada una de las
etapas que en el proceso transcurren. Cada uno bosqueja el resguardo al debido
proceso donde la garantía de la defensa en juicio esta entronizada como
condición insuperable. La forma de los actos, en sentido estricto, cumplimenta,
además del aspecto exterior, la voluntad, el tiempo y el lugar donde promedia.
Es importante, entonces, comprender que el hito central de los presupuestos
del procedimiento radica en estas cuestiones. Al hablar del carácter
instrumental del proceso y de las reglas que diseñan el principio de formalidad,
tuvimos oportunidad de advertir acerca de la regularidad exigida para
manifestar un acto del proceso. En esta ocasión interesa recortar el objetivo
hacia el espíritu que contraen como presupuestos de un proceso válido. En la
formalidad ocupan su espacio, el idioma, la redacción, la firma, el rol del órgano
jurisdiccional, etcétera (p. 143)
Los procesos penales no puede haber sentencias inhibitorias, por lo que deben
sustituirse por otras medidas procesales, como la nulidad. Se refieren a la pretensión y no
al procedimiento ni a la acción, y son las siguientes:
1. “Legitimatio ad causam” o legitimación en la causa incluyendo la completa
integración del litisconsorcio necesario.
2. El llamado interés sustancial para obrar o mejor dicho para obtener sentencia
de fondo
3. La correcta acumulación de pretensiones (mal llamada acumulación de
acciones) en la misma demanda (sean de un solo demandante o de varios
demandantes) porque no es posible la sentencia de fondo o mérito, si el fallador
se encuentra con pretensiones o procesos indebidamente acumulados, a menos
que puedan resolver sobre algunas de ellas y abstenerse de hacerlo en cuanto
a las demás, lo cual ha sido aceptado por la Sala de Casación Civil de la Corte
colombiana, en cuyo caso la sentencia será sólo parcialmente inhibitoria.
4. La defectuosa petición que haga imposible resolver sobre la pretensión del
demandante, porque no se entienda o no pueda saberse qué es lo que dice,
bien sea porque es tan confusa e imprecisa o adolece de otro defecto tan grave,
que no sea posible resolver sobre ella, o porque faltaron los linderos del
inmueble o la identificación de los muebles a que se refiere.
5. La ausencia de cosa juzgada, transacción, desistimiento o perención de proceso
anterior con valor de tal, porque el juez no puede resolver en el fondo de nuevo,
ni siquiera en el mismo sentido
6. La litispendencia cuando constituya una necesaria prejudicialidad; es decir que
el juez deba esperar a que el otro proceso concluya para poder dictar la
sentencia; puede haberla penal, contencioso-administrativa, o civil y puede
operar en cualquiera de esos procesos (Echandía, 2013)
Introducción:
Refiriéndose a la división del derecho en sustantivo y adjetivo (Peñaherrera 2007) nos dice
que las normas que refieren al derecho sustantivo establecen las rel aciones jurídicas al
determinar los derechos y obligaciones que ligan a los sujetos de derechos, así por ejemplo,
que el comprador debe pagar el precio en tanto que, el vendedor entregar la cosa y
responder por los vicios ocultos. Por otro lado, las normas del derecho adjetivo establecen
la forma como se pueden hacer efectivos los preceptos establecidos en las sustantivas y así
poder restablecer el orden por la violación del derecho subjetivo que también se lo
denomina como Derecho Práctico. Es dentro de este contexto que encontramos la
presencia del Derecho Procesal Civil que se refiere al proceso jurisdiccional que va orientado
a la solución de los conflictos que se presentan en la sociedad, estableciéndose las reglas y
procedimientos específicos por donde se debe transitar a fin de que se pueda conseguir la
tutela judicial efectiva de los derechos violentados. A decir de (Couture, 2014),“el proceso
constituye una secuencia o serie de actos que se desenvuelven progresivamente, con el
objeto de resolver, mediante un juicio de la autoridad, el conflicto sometido a su decisión”
(pág. 99). En este contexto evidenciamos que el proceso se desarrolla por intermedio de los
actos procesales que son ejecutados por las partes, el juzgador y en ocasiones por terceros.
Así las cosas, resulta evidente que los actos procesales constituyen la parte fundamental
para la vigencia misma del proceso pues se requieren de ellos incluso para su inicio, cuando
el sujeto del derecho que se considera afectado en un derecho presenta su demanda dentro
de la cual incluye su pretensión. A partir de ese momento corresponde al juez dar inicio al
procedimiento que corresponda y es así como se emiten nuevos actos procesales entre ellos
el de actuarios que deben realizar notificaciones y citaci ones. Ahora bien, una vez citado el
demandado a éste también le corresponde realizar determinados actos para ejercer su
contracción y defensa, poniéndose así en vigencia la bilateralidad en el proceso y a partir
de ello se deberá realizar el impulso de acuerdo a la naturaleza del proceso hasta su
conclusión. A decir de (Vescovi 2006) los actos procesales son los actos jurídicos del proceso
pues la relación procesal significa una combinación de dichos actos. Al respecto, (Rioja
Bermúdez 2014) citando a Liebman expresa que, el proceso tiene su inicio, se desarrolla y
se concluye con el cumplimiento de diversos actos de sus sujetos intervinientes que son los
actos procesales.
Estableciéndose la diferencia entre cada uno de estos, (Rioja Bermúdez 2014) expresa que
el hecho es todo acontecimiento, suceso, evento como por ejemplo un terremoto, una
inundación, nacimiento o deceso de una persona por consiguiente es ajeno a la voluntad
del hombre. Se agrega que los hechos pueden ser humanos o naturales y ambos pueden
producir efectos en el proceso. Los hechos si bien acontecen fuera del proceso, pueden ser
jurídicos y procesales cuando el cambio que generan producen una modificación en el
mundo jurídico.
En cuanto al hecho procesal consiste en el hecho jurídico que tiene consecuencias directas
en el proceso, así el fallecimiento de la persona que es parte de proceso judicial siendo un
hecho jurídico también constituye uno procesal pues genera ya sea la posibilidad de que
continúen sus herederos en unos casos o la terminación del proceso en otros. Por
consiguiente, es un hecho procesal cuando acontece en el interior de la causa por lo que
influye directamente en la relación jurídica de los legitimados así por ejemplo un
acontecimiento extraordinario que impide que se instale una determinada diligencia
previamente señalada, así también podremos citar hechos fortuitos como la enfermedad o
fallecimiento del juzgador que influyen en forma directa en la sustanciación del proceso.
Respecto a estos hechos procesales (Couture, 2014) expresa que son aquellos sucesos de la
vida que proyectan sus efectos sobre el proceso y poniéndose como ejemplo refiere a la
pérdida de la capacidad de uno de los litigantes, la amnesia de un testigo o la pérdida o
destrucción involuntaria de una o más piezas del proceso.
Actos jurídicos. A decir de (Rioja Bermúdez 2014), el acto jurídico es una especie de hecho
jurídico que implica la actividad de una persona en cuanto a la manifestación de su voluntad
y en ello se diferencia del hecho jurídico en que no interviene para nada dicha voluntad. A
manera de ejemplo se cita el caso de un contrato de compraventa en que cada uno de los
otorgantes se compromete a cumplir su voluntad constituye un acto jurídico, pero en el
caso de que se transfiere el dominio por fallecimiento del causante, representa un hecho
jurídico porque la modificación en la propiedad no fue producto de la voluntad humana.
Negocios jurídicos procesales. En cuanto a estos, (Hurtado Reyes 2014) nos dice que, son
citados por la doctrina, el desistimiento del proceso así como de la pretensión, la
transacción, la conciliación que se producen luego de iniciada la relación procesal entre las
partes. Se agrega que también se pueden considerar negocios jurídicos procesales en el
momento en que las partes de común acuerdo deciden variar la competencia territorial
sometiéndose a acudir a litigar ante jueces que no corresponderían a situaciones normales
como cuando determinan un domicilio contractual judicial o celebran convenio arbitral. Se
concluye afirmando que si bien existen actos que realizan las partes ya sea antes y durante
el proceso, eso no significa que necesariamente podrán ser calif icados como actos
procesales a pesar de que pueden ejercer efectos en el proceso pues en algunos casos se
vinculan con el derecho sustantivo a tal punto que es incluso cuestionada la categoría de
negocio jurídico procesal pues se trata de verdaderos negoci os jurídicos que tienen efectos
en el proceso pero no los convierte en actos procesales.
Conforme se ha expresado, estos actos procesales dan inicio al proceso esto es cuando el
actor acude proponiendo su acción contenida en la demanda y estableciendo la pretensión
que considera debe ser otorgada a su favor. Respecto al mismo punto, (Devis Echandia
2009) refiere que estos actos procesales son sencillamente actos jurídicos en relación al
proceso, que son emanados de la voluntad de su autor y que tienen relevancia jurídica
pues van orientados a producir efectos en la realidad jurídica procesal, pues forman parte
en la constitución, conservación, desarrollo, modificación o extinción de una determinada
relación procesal.
Se agrega que debe existir relación inmediata y directa entre el acto y el proceso pues
determinados actos jurídicos si bien están ligados al proceso no son actos procesales como
el caso del poder que concede a un profesional del derecho para su co mparecencia a un
determinado procedimiento. Se resalta que, en los actos procesales debe considerarse la
formalidad con la que debe actuar el funcionario jurisdiccional que acoge y debe atender
teniendo en consideración el pedido formulado por las partes hace que en el ambiente del
derecho procesal civil tenga relevancia la voluntad externa o declarada.
En el mismo orden de ideas, (Vescoti 2006) nos dice que, son los hechos humanos
voluntarios los que al crear, modificar o extinguir relaciones jurídicas constituyen actos
jurídicos y por consiguiente éstos cuando son emanados por las partes, los agentes de la
jurisdicción o terceros ligados al proceso constituyen los actos procesales. Menciona
además que, dichos actos procesales se cumplen generalmente en e l interior del proceso y
están destinados a la consecución de su fin. Siendo parte de la relación procesal, los actos
procesales necesariamente deben ejecutarse cumpliéndose con las formas previamente
establecidas tanto para las partes como para el propio juzgador.
Elementos del acto procesal. A decir de (Vescovi 2006) son elementos del actor procesal
los sujetos (partes), la forma y el contenido. Otros tratadistas también refieren al fondo de
los actos procesales.
Respecto a los sujetos de los actos procesales pueden ser el tribunal, las partes involucradas
directamente en el proceso y los terceros.
En relación a la forma se dice que los actos procesales deben realizarse conforme lo
establece la normativa procesal con la finalidad de garantizar los derechos de las partes y
de esta manera se cumpla con el fin público del proceso claro está que se debe descartar
todo tipo de formulismo inoficioso. Al respecto, (Hurtado Reyes 2014) nos dice que una
actividad judicial ordenada y conexa requiere de determinada forma, de un orden formal
para hacer viable el acto procesal realizado, pues las formalidades establecidas en la ley
procesal, aportan un orden al procedimiento de tal manera que sin la presencia de esa
formas el proceso sería inconexo y desordenado a tal punto que reinaría el caos y se haría
presenta la arbitrariedad, sin embargo, es formalidad no debe ser exquisita e ineludible y
por el contrario debe estar orientada al fin del acto. La normativa procesal establece la
forma como deben ejecutarse los actos, así desde la demanda se deben cumplir con formas
establecidas, la contestación a la demanda, el anuncio y práctica de pruebas. Por parte del
tribunal también se deben cumplir con las formas establecidas para los actos a tal punto
que de no cumplirse con las formas establecidas y exigidas podrían afectar la validez.
En relación al contenido de los actos procesales se dice que se refiere a su causa o motivo
y a decir del mismo (Vescovi 2006), citando a Couture expresa que éste siguiendo a
Carnelutti, menciona que si bien la falta de causa, así como el error, no vicia los actos
procesales, pues no estamos ante la presencia de un contrato o cuasicontrato pero no
sucede lo mismos con el dolo y la causa ilícita. Se menciona también que se refiere al interés,
como uno de los elementos del acto y de su causa, como un elemento esencial que debe
tener un motivo o finalidad, pues el interés es que en todo caso justifica la emisión del acto
procesal.
Por su parte, (Echandía 2013) menciona que el acto jurídico debe reunir determinados
requisitos para su validez a fin de que produzcan los efectos jurídicos correspondientes y
que se refieren a al fondo y a la forma. Al referirse a los de fondo se afirma que en primer
término se refiere a que el acto debe ser emitido por una persona capaz que se requiere
para ser parte de la relación procesal y que otorgan validez al acto. Es decir que cuando nos
referimos a los requisitos de fondo nos referimos a las condiciones del sujeto que ejecuta,
entre ellos la capacidad en cuanto a las partes que intervienen y por parte del juez la
jurisdicción y competencia que le entrega el Estado. Por su parte, los requisitos de forma se
refieren a al tiempo, modo, lugar y al orden en que deben ser ejecutados en la sustanciación
del proceso se hace mención incluso al principio de la obligatoriedad de las formas
procesales y que se encuentran establecidas en las legislaciones procesales. Se hace
mención que la normativa jurídica procesal es la que fija e l modo cómo debe realizarse el
acto ya sea escrito o verbalmente, el tiempo en que debe ser cumplido, el lugar en que debe
ser celebrado y además el orden en que deben ir cumpliéndose los actos dentro del
proceso.
De las formas procesales. En relación a las formas que deben tener los actos procesales se
pueden puntualizar algunos puntos y a decir de (Vescoti 2006), encontramos: La legalidad
y libertad de las formas que se refiere a la exteriorización de los actos y en cuanto a su
contenido. La forma es establecida por el legislador que en algunas ocasiones faculta a las
partes a que determinen ciertas representaciones, que es más propio del proceso
dispositivo. Resulta indudable que las actividades procesales deben realizarse
cumpliéndose con las normas establecidas en cuanto a su forma sin que se deba caer en un
formulismo exagerado y por el contrario debe considerarse la finalidad que cumplen cada
uno de ellos. En la normativa procesal actual siguiendo los principios constitucionales
considerando que el acto debe realizarse de la manera más adecuada para alcanzar el
objetivo, por lo que en cierto modo es más importante el contenido que la presentación
externa. Es por estos motivos que en ordenamiento jurídico procesal no penal actual
encontramos en forma precisa la forma como deben cumplirse los actos procesales entre
ellos, la demanda, contestación, reconvención, anuncio y práctica de pruebas y además el
desarrollo de las audiencias y por supuesto las providencias que emite el tribunal. Es así que
el (COGEP 2021) respecto a los actos procesales en el artículo 4 precisa que la sustanciación
de los procesos en todas las instancias, fases y diligencias será de forma oral salvo los actos
procesales que deban realizarse por escrito. En el artículo 141 determina que todo proceso
comienza con la presentación de la demanda y en el 142 establece en forma precisa los
requisitos que deben cumplirse. Al referirse a la contestación a la demanda en el artículo
151 establece la forma y contenido de la contestación expresando que serán aplicables los
requisitos que formalmente se exigen para la demanda y en igual sentido se pronuncia en
el artículo 154 en cuanto a que la reconvención deberá contener requisitos similares a la
demanda. E cuanto a los actos del juzgador igualmente se establecen normas pre cisas de
cómo deben emitirse y es así que en el artículo 88 se refiere a las clases de providencias
judiciales y a continuación determina de manera puntual lo que deben contener los autos
y sentencias. En relación a las audiencias también se determina la f orma como deben
realizarse y es así que en el artículo 294 establece la forma como debe realizarse la
audiencia preliminar en tanto que en el artículo 297 se deja constancia respecto al
procedimiento de la audiencia de juicio. Para los otros procedimientos establece que
deberá realizarse en una sola audiencia con dos fases, en la primera que se analizará
respecto al saneamiento, fijación de los puntos de debate y conciliación, así como la prueba
y la segunda de prueba y alegatos.
Lugar de los actos procesales. En cuanto al lugar de los actos procesales se debe considerar
particularmente la sede de la unidad judicial y además la competencia donde se ejercer la
jurisdicción. Resulta necesario que los actos procesales cuenten con un territorio donde
puedan realizarse y es lógico que por regla general se ejecuten en el espacio físico donde el
tribunal cumple con su función jurisdiccional. Por regla general, los actos procesales se
realizan en el espacio físico donde funciona el tribunal y es ahí donde los jue ces emiten sus
providencias y además las partes presentan sus solicitudes y además acuden a las
audiencias convocadas para cada caso. En algunas situaciones la normativa procesal en
forma expresa la forma y en qué casos pueden realizarse determinados actos procesales
fuera de la sede judicial. Al respecto, el (COGEP 2021) incluso en el artículo 11 establece
reglas para la competencia excluyente cuando se requieran realizar actos y en el artículo
72 refiere a la posibilidad de remitir deprecatorios y comisiones pero limita respecto a que
no se podrá delegar para la relación de audiencias o practicar pruebas lo que en cierto modo
es facultad privativa del juez de origen.
Clasificación de los actos procesales. Como uno de los criterios para clasificar los actos
procesales se considerar al autor esto es respecto a los sujetos que intervienen en el
proceso pues cada uno de ellos tiene la capacidad para actuar de acuerdo a las romas
establecidas y así tenemos que pueden ser el tribunal, las partes intervinientes y los
terceros.
Es así que, cumpliéndose el principio dispositivo corresponde a las partes introducir los
hechos y los medios probatorios a fin de que el juzgador pueda resolver. En tal virtud, para
el inicio del proceso es necesario que el sujeto del derecho presente la demanda
conteniendo su acción y pretensión y a partir de aquello el juzgador dispone correr traslado
al demandado quien a su vez debe ejercer su derecho de contradicción luego de lo cual el
proceso se desarrolla de acuerdo a los actos procesales que se vayan cumpliendo.
Por consiguiente , las partes desarrollan un papel de mucha importancia en el proceso, pues
la relación procesal existe debido a la actividad que realiza la parte demandante al postular
la demanda (Hurtado Reyes 2014). Una vez iniciado el proceso, éste se mantiene en virtud
del impulso que imprimen las partes a fin de evitar la terminación anticipada por abandono
y en otros casos por propia decisión del accionante puede concluir por desi stimiento,
transacción o una conciliación.
En este contexto se advierte que las partes legitimadas en el proceso intervienen dentro del
marco de los derechos y deberes establecidos en la normativa procesal, así el actor,
demandado y terceros a quienes les afecta el desarrollo del proceso, particularmente
cumpliéndose el principio dispositivo. Además, es menester destacar que los litigantes
deberán actuar cumpliendo las normas, principios y formalidades establecidas en la
normativa procesal vigente para cada procedimiento. A decir de (Couture, 2014) los actos
de las partes tienen por fin obtener la satisfacción de las pretensiones de éstas. (pág. 169)
En cuanto a estos actos (Vescoti 2006) dice que son en su mayoría unilaterales, y solo por
excepción bilaterales y están sometidos a los requisitos generales de los actos. Respecto a
los actos procesales que corresponden a las partes encontramos que según (Hurtado Reyes
2014) se clasifican en actos procesales de postulación (actos introductorios) entre los que
se encuentran la postulación de la demanda que permite la apertura del proceso poniendo
en movimiento la actividad jurisdiccional.
Los de petición, están orientados a pedidos concretos entre ellos, solicitudes de medidas
cautelares o que se resuelva determinados puntos y la causa misma.
Los de afirmación que permiten a las partes realizar afirmaciones respecto a hechos del
proceso. Los de prueba facultan a los legitimados en el proceso anunciar, practicar y pedir
que se valore la pruebas cumpliéndose con los principios que rigen la actividad probatoria.
También encontramos los de impulso procesal que tienen como finalidad que el proceso se
mantenga activo impidiendo que se paralice o que se solicite la declaratoria de abandono.
Finalmente, los actos de conclusión facultan a las partes que por su propia voluntad soliciten
la conclusión del proceso.
Respecto a los actos que realizan las partes en el proceso, (Rioja Bermúdez 2014) afirma
que son los ejecutados por el demandante y / o demandado incluso d esde los actos
postulatorios que van orientados para sostener y certificar su pretensión dentro del proceso
dándole el impulso necesario.
Por otro lado, (Chiovenda 1925) refiriéndose a los actos procesales de las partes hace
mención a los actos de impulso procesal refiriéndose a la demanda, las deducciones
relativas a la existencia de la relación procesal (entre ellas las excepciones de
incompetencia entre otras), deducciones relativas al fondo del pleito dentro de las cuales
constan la presentación de documentos y anuncio de más elementos probatorios así como
también excepciones sustanciales.
Sobre el mismo asunto (Fairen 2006) clasificando a los actos procesales de las partes cita a
los de postulación entre los que se encuentran las peticiones y requerimientos puestos a
consideración del juez para que se dicte la resolución, las afirmaciones que refieren a
introducción de hechos en el proceso y las producciones de pruebas .
Se menciona a los actos procesales dispositivos que se refiere a los que no tienen como
finalidad acceder a una resolución, sino que se resalta la voluntad de las partes para
conseguir efectos creando, modificando o extinguiendo situaciones jurídicas y aun el mismo
proceso.
En este orden de ideas se debe hacer mención que las partes para poder intervenir en el
proceso deben cumplir con ciertos presupuestos y al respecto (Echandía 2013) nos dice que
para que la concurrencia sea válida y por consiguiente surtan efectos jurídicos, se debe
cumplir con varias condiciones que se las identifica como, “a) capacidad para ser parte; b)
capacidad procesal para comparecer al juicio, conocida también como legitimatio ad
processum; c) debida representación cuando no actúa personalmente o se trate de alguna
persona jurídica, y d) adecuada postulación.” (549).
Respecto a estos temas, (Tama 2012) haciendo mención a una de las gacetas judiciales
expresa que la legitimación en la causa o legitimatio ad causam, “determina no sólo quienes
deben obrar en el proceso con derecho a obtener sentencia de fondo sino, además quienes
deben estar presentes para que sea posible esa decisión de fondo.” (592). Resulta necesario
resaltar que la capacidad para comparecer a juicio es una capacidad procesal, por
consiguiente se debe considerar el sujeto del derecho pue de tener la capacidad de goce
pero además la capacidad de ejercicio pues en algunos casos no puede tenerlo o puede
estar limitado su ejercicio por lo que no tendrá capacidad para ser parte del juicio y cuando
alguien debe comparecer a nombre o en representación de otra persona es lo que
denomina como capacidad procesal, legitimatio ad processum la misma que nunca debe
ser confundida con la legitimatio ad causam.
Es por estos motivos que la ley procesal regula la forma como deben comparecer las partes
y cuando una persona no ha acudido o no ha sido llamada, incluso impide al juzgador emitir
una sentencia de fondo.
El (COGEP 2021) en el artículo 30 al referirse a las partes, expresa que el sujeto procesal que
propone la demanda y aquel contra quien se la intenta son partes dentro del proceso,
siendo la primera la parte actora y la segunda demandada. Agrega que las partes pueden
ser personas naturales, personas jurídicas, comunidades, pueblos, nacionalidades o
colectivos y la naturaleza. El mismo ordenamiento jurídico en el artículo 5 expresa que
corresponde a las partes procesales el impulso del proceso en armonía con el sistema
dispositivo.
Actos administrativos de obtención. Son los que permiten al tribunal brindar la satisfacción
de la pretensión que se hace valer en el proceso y entre el los tenemos:
Actos dispositivos. Son aquellos que están direccionados a crear, modificar o extinguir
determinadas situaciones dentro del proceso y entre las que se encuentran:
(Couture, 2014) al referirse a los actos del tribunal, afirma que se tratan de actos d e los
agentes de la jurisdicción que debe particularmente resolver el conflicto surgido entre las
partes. Corresponde al juzgador emitir las resoluciones que son necesarias en cada fase del
proceso pues debe comenzar calificando la demanda, atender los pedidos de legitimados a
lo largo de la sustanciación y además dictar sentencia. En relación a las facultades que tiene
el órgano jurisdiccional, (Vescovi 2006) nos dice que, el principal acto del tribunal es el
decisorio y lo constituye la sentencia, que es el último eslabón de la cadena, siendo por
tanto la finalidad hacia donde se orientan los demás, pero antes de llegar a la resolución,
en el procedimiento se dictan diversidad de actos.
Respecto a los actos del juez o tribunal podemos decir que constituyen la manifestación
pública, emitidos cumpliéndose fielmente la normas y principios que regulan la actividad
procesal. El juez en primer término debe verificar si se encuentran habilitadas su jurisdicción
y competencia a fin de poder emitir los actos procesales.
En el mismo orden de ideas encontramos que según (Rioja Bermúdez 2014) los actos del
juez son diversos, entre los que se encuentran el auto de calificación de la demanda,
decretos de simple sustanciación, así como autos que resuelven los pedidos formulados por
las partes. Se agrega que hay actos de impulso procesal, autos que declaran la terminación
del proceso, cuando se presente un desistimiento, exista un allanamiento o una conciliación
o transacción. También se encuentran pronunciamientos que resuelven sobre la nulidad,
admisión de pruebas, designación de peritos o los interlocutorios que se pronuncian
respecto a cuestiones probatorias o excepciones, entre otros.
Por su parte, (Hurtado Reyes 2014) nos dice que los actos procesales del tribunal siguiendo
a Guaso y Palacio existen actos de iniciación (admitir la demanda) y proceder a su
notificación, recalcando que para poder admitir la demanda primero se requiere del acto
de una de las partes, esto es, el actor que la presenta con el objeto de que sea reconocida
su pretensión. Se agrega que hay también actos de desarrollo decretos que impulsan el
proceso), luego los actos de conclusión (sentencias u otras formas de concluir el proceso).
Se incluyen también los actos de ejecución (los que a pedido de parte ejecutan lo decidido).
Según (Couture, 2014) los actos del tribunal se pueden clasificar en, actos de decisión que
son las providencias que están dirigidas a resolver el proceso, los actos de
comunicación que van direccionados a que se notifique a las partes u otros que deban
conocer sobre los actos en que se toman las decisiones, los actos de documentación que
tienen como finalidad representar a través de documentos escritos ya sea los actos
procesales realizados por las partes, los que emite el tribunal y así también los que ejecutan
terceros que son parte del proceso.
La actividad que realiza el juez o tribunal, en el ejercicio de sus facultades está orientada a
que el proceso se desarrolle hasta el punto de dictar sentencia resolviendo sobre el objeto
controvertido. En tal virtud, comprende una serie de actos cumpliendo con el rol de
director de la actividad procesal pues debe cuidar que se cumplan con todos los
presupuestos procesales, verificar el cumplimiento de las formas, así como los plazos y
términos en los diversos actos procesales.
Providencia judiciales.
La sentencia. Considerando que la finalidad del proceso es llegar a resolver sobre los puntos
materia de la traba de la Litis o el asunto o asuntos sustanciales del proceso según lo expresa
el Código Orgánico General del Proceso. Sobre la sentencia (Gozaini 2002) dice que, es acto
por el cual el juez emite un pronunciamiento definitivo, estableciendo el derecho que debe
aplicarse en la relación jurídica que presentaron las partes, y definiendo el alcance que tiene
dicha resolución. Según (Rioja Bermúdez 2014), etimológicamente sentencia proviene del
latin “sententia” y ésta a su vez de “sentiens, sentientis”, participio activo de “sen tire” que
significa sentir. Por su parte, (Cabanellas 1968) afirma que, la sentencia es la declaración
del juicio y resolución del juez, agrega que es un modo normal de extinción de la relación
procesal. A decir de (Couture, 2014) el vocablo sentencia sirve para manifestar a un mismo
tiempo como un acto jurídico procesal o como el documento en el que se consigna. Agrega
que, como acto, es el que emana de los agentes de la jurisdicción mediante el cual se
deciden la causa o punto sometidos a conocimiento. Como documento, es la pieza escrita
que emite el Tribunal que contiene el texto de la decisión que se emite. Por su parte, (Devis
Echandia 2009) afirma que la sentencia es el acto por el cual el juez cumple la obligación
jurisdiccional derivada de la acción y del derecho de contradicción, de resolver sobre las
pretensiones del demandante y las excepciones del demandado. (616). Agrega que,
corresponde a una decisión como resultado de un razonamiento o juicio del juez, dentro
del cual existen premisas y conclusiones. Se hace alusión que existen los autos o
providencias llamadas interlocutorias mediante las cuales se decide, pero no es una
decisión definitiva sino tan solo incidental y en cuanto a su efecto es inferior.
Naturaleza dela sentencia. Respecto a este punto la doctrina discrepa en cuanto a una la
considera como producto de la lógica del juez y otros como una expresión de voluntad.
untad. Es un juicio lógico por cuanto se produce mediante un silogismo, dentro del cual la
norma jurídica representa la premisa mayor, el caso concreto la premisa menor y la
conclusión representa la norma particular jurídica que el juez aplica a ese caso y procede a
tomar de la norma legal general. Desde este punto de vista se considera que el juez declara
el derecho por cuanto se refiere a una naturaleza declarativa y al respecto (Rioja Bermúdez
2014) citando a Coviello, menciona que, “el juez, en efecto, no hace más que un silogismo
cuya proposición mayor es la norma legal, la menor de hecho concreto, o sea la relación
controvertida, y la conclusión la aplicación de la norma al hecho.” (919). Por consiguiente,
se afirma que la sentencia en si constituye una forma del intelecto y por consiguiente un
silogismo cuya premisa mayor está contenida en una norma abstracta y gene ral en tanto
que, la premisa menor son los elementos de hecho mediante los cuales se llega a una
conclusión o dicho de otro modo la subsunción de la una en la otra. Sobre el tema, (Hurtado
Reyes 2014) refiere que la sentencia representa el producto del trabajo subsuntivo que hace
el juez al aplicar la norma abstracta (premisa mayor) a los hechos del proceso (premisa
menor), realiza una confrontación del elemento fáctico de la norma y los que ocurrieron en
el caso concreto que le corresponde resolver y darle la consecuencia jurídica,
(consecuencia).
Es un acto de voluntad por cuanto es una actividad voluntaria del juez para regular un caso
concreto mediante la decisión jurídica que relaciona a las partes. Mediante este acto, el juez
decide dar por concluido el proceso resolviendo el conflicto que le fue puesto a su
consideración. Dicho acto de voluntad debe ser cumpliéndose dentro del marco jurídico
aplicable pues en si representa la voluntad del Estado que otorga por intermedio de la
jurisdicción.
Parte resolutiva. Representa la decisión o fallo a la que el juez arriba luego del análisis
correspondiente, es decir, el convencimiento respecto al derecho alegado y que concluye
otorgando o negando. Respecto a esta fase de la decisión, (Couture, 2014) dice que es a
través del proceso crítico que el magistrado concluye en la solución favorabl e o adversa al
acto, pronunciándose en definitiva por el acogimiento o por el rechazo de la demanda. En
esta parte se resuelven todas las cuestiones probatorias y otros puntos controvertidos que
se presentaron en la sustanciación del proceso. Además del fondo del asunto, el fallo debe
resolver sobre el pago de multas, intereses y costas e incluso en algunos casos disponer que
se remitan las actuaciones a la fiscalía para que se investigue.
Clases de sentencias.
La doctrina establece diversas maneras para clasificar a las sentencias y para orientar su
estudio tomamos lo que al respecto (Rioja Bermúdez 2014) citando a Azula Camacho no
dice, en cuanto a que pueden clasificarse en: a) En relación a la forma, pueden ser orales
o escritas teniendo en consideración el sistema procesal vigente. b) En cuanto a la
oportunidad en que se emiten son de única, primera o segunda instancia, de casación y de
revisión. c) Respecto a la decisión en que se toma, pueden ser inhibitorias y de fondo.
a) En cuanto a la forma pueden ser sentencias escritas y orales. En relación a este tipo de
sentencias en el (COGEP)que tiene en vigencia el proceso oral por audiencias, en el artículo
93 precisa que al finalizar la audiencia la o el juzgador pronunciará la decisión en forma oral
y cumpliéndose con la formalidades en el artículo 94 determina que las resoluciones
judiciales de fondo o mérito dictadas en audiencia deberán contener, un pronunciamiento
claro y preciso sobre el fondo del asunto; la determinación de la cosa, cantidad o hecho que
se acepta o niega; y, la procedencia o no del pago de indemnizaciones, intereses y costas.
Se agrega que, la o el juzgador, en la sentencia escrita deberá motivar la decisión
cumpliéndose con los requisitos y particularmente respetando y desarrol lando los
parámetros que fueron enunciados oralmente. En el artículo 297 que se refiere a la
audiencia de juicio en el procedimiento ordinario en el numeral 7 establece que, terminada
la intervención de las partes, la o el juzgador deberá emitir su resolución mediante
pronunciamiento oral de acuerdo a lo previsto en el Código.
El artículo 95 del mismo ordenamiento jurídico hace mención que la sentencia escrita
deberá contener, la mención del juez que la emite; la fecha y lugar de emisión; la
identificación de las partes; la enunciación breve de los hechos y circunstancias objeto de
la demanda y además respecto a la defensa de la parte demandada; la decisión sobre las
excepciones presentadas; una relación de los hechos que fueron probados que se
consideran relevantes para la resolución; la motivación; la decisión que se pronuncie sobre
el fondo del asunto determinándose la cosa o cantidad o hecho al que se condena en el
caso de que corresponda; la procedencia o no del pago de intereses y costas. Se concluye
que la sentencia debe ser emitida en idioma castellano y en el caso de que una de las partes
forme parte de una comunidad indígena la sentencia deberá ser traducida al kichwa o al
shuar según corresponda.
Sentencias de primera instancia, son aquellas emitidas por jueces de primer nivel que en
nuestro país corresponden a las unidades Judiciales, así como también en algunos
tribunales que ejercen competencia para resolver en primera instancia. Sobre esta
sentencia, (Cabanellas 1968) afirma que esta calificación numérica ofrece la singularidad
de que es siempre apelable de tal manera que algunos la identifican como sentencia del
tribunal a quo.
Sentencias de segunda instancia son las que emiten los tribunales de alzada, resolviendo
los recursos de apelación o de hecho cuando se hubieren negado aquella y que en nuestro
país corresponde a las Salas Especializadas de las Corte Provincial de Justicia, así como
también otros tribunales que ejercen segunda instancia de acuerdo a normas específicas.
(Cabanellas 1968) al referirse a esta sentencia orienta que se refiere a la que se dicta a
consecuencia de una apelación y que se le da también el nombre de sentencia del tribunal
ad quem.
Sentencias de casación, son las emitidas por el máximo tribunal de justicia de cada país y
que en nuestro caso corresponde a la Corte Nacional de Justicia que a través de las diversas
salas resuelve los recursos en la forma como lo establece la normativa procesal. Para que
se pueda emitir este tipo de sentencias, deberá previamente ser procedente el recurso de
casación que es extraordinario y eminentemente formal que pretende dejar sin efecto la
sentencia de segunda instancia y es así que en el (COGEP 2021) en el artículo 266 se
establece respeto a su procedencia al prescribir que, el recurso de casación procede contra
las sentencia y autos que ponen fin a los procesos de conocimientos emitidos por las Corte
Provinciales por los Tribunales Contencioso Tributario y Contencioso Administrativo así
también contra otros pronunciamientos en la forma como se deja establecido en el texto.
Sentencias de revisión, procede dictarse en los procesos penales, aun cuando la sentencia
esté ejecutada siempre y cuando resulte procedente el recurso de revisión para lo cual
deberán haber salido a la luz nuevas pruebas y cumplirse con las exigencias que la normativa
exige. En el ordenamiento procesal civil de nuestro país no se encuentra establecido el
recurso de revisión, sin embargo en el artículo 112 del (COGEP) se estable ce la figura de la
nulidad de sentencia ejecutoriada que pone fin al proceso.
Sentencias declarativas, o de mera declaración, aquellas que tiene por objeto la pura
declaración de la existencia de un derecho. (Couture, 2014).Por su parte (Rioja Bermúdez
2014) agrega que la declaración de esta clase de sentencias puede ser positiva cuanto
afirma respecto a la existencia de un determinado efecto jurídico en beneficio del
accionante o negativa cuando concluye respecto a la inexistencia de un determinado
efecto jurídico que ha sido pretendido por cualquiera de las partes. En relación al mismo
punto (Hurtado Reyes 2014) menciona que son aquellas que buscan declarar un derecho o
situación jurídica preexistente al proceso, en la que el juez luego de la prueba decid e si tal
derecho o situación jurídica existe o no, aunque sirven igualmente para levantar una
incertidumbre jurídica.
Sentencias condenatorias, son las que según (Cabanellas 1968) es la ¨que acepta en todo
o en parte las pretensiones del actor, manifestadas en la demanda, o las del acusador,
expuestas en la querella, lo cual se traduce, respectivamente, en una prestación en el orden
civil o en una pena en la jurisdicción criminal.¨ (883). Por su parte, (Hurtado Reyes 2014)
menciona que en esencia son las que establecen en un fallo una prestación a cargo del
sujeto vencido, condena al derrotado en juicio de dar , hacer o a no hacer. Es decir que, la
sentencia dispone que el vencido cumpla con la prestación que fue motivo del reclamo,
pero en todo caso debe haberse justificado la existencia del derecho por lo que tienen la
posibilidad de realizar una ejecución forzada. En relación a esta misma clase de sente ncia,
(Couture, 2014) menciona que unas veces nace a raíz de una lesión del derecho ajeno, como
en los casos de la responsabilidad civil, de pérdida de la propiedad, privación de la herencia,
en otros casos, es como consecuencia del incumplimiento de una obligación por la omisión
del deudor en satisfacer la obligación que tiene para con su acreedor, además puede
presentarse en el caso de sujetos que no cumplen con lo que se comprometieron a
abstenerse. Respecto al mismo tipo de sentencia, se afirma que es aquella en la que se pone
de manifiesto la solicitud de una imposición de una determinada situación jurídica al
demandado es decir que se la imponga una obligación. En la declaración de condena,
además de reconocer el derecho que le asiste al vencedor, se obliga al vencido a cumplir
con la prestación incumplida.
Sentencias cautelares, que a decir de (Couture, 2014) son una categoría autónomo
establecida por la doctrina y que tienen una variada terminología, entre ellas providencias
cautelares, medidas de seguridad, medidas precautorias, medidas de garantía, acciones
preventivas, medidas cautelares, entre otras. Agrega que la misma doctrina es vacilante en
cuanto al carácter autónomo de estas sentencias pues por una parte se dice que son
providencias constitutivas y otros que son medidas de ejecución provisional anticipada o
preventiva. Es necesario aclarar respecto a la diferencia que puede existir entre las
providencias y sentencias de acuerdo a lo establecido en la normativa procesal, así cuando
se conceden medidas de garantía o de seguridad, se dictan inaudita altera pars, en un
procedimiento que es unilateral de conocimiento y breve a pedido de la parte legitimada
en su derecho. (Código Orgánico General de Procesos) en a partir del artículo 124 determina
se refiere a las providencias preventivas estableciendo los requisitos para su procedencia y
otros aspectos.
Sentencias definitivas, es aquella que luego de dictada por el juzgador lo único que
corresponde es atender recursos horizontales de aclaración o ampliación o vertical de
apelación o casación según el caso sin que a quien la dictó le sea permitido emitir otro tipo
de pronunciamiento en cuanto al fondo del asunto pues su tarea concluye con la dictación
del fallo. Por estos motivos se dice que con la sentencia concluye la instancia.
Sentencias firmes, corresponde a aquella que genera el efecto de cosa juzgada pues o bien
no es susceptible de recurso alguno o en todo caso, se agotaron todos los recursos que la
ley procesal permitía interponerse por consiguiente, al estar en firme la sentencia pasa a
ser ejecutada. Respecto a esta sentencia, (Cabanellas 1968) afirma que corresponde a la
que, por haberse consentido las partes, por no haber sido apelada ni recurrida, causa
ejecutoría.
Sentencias consentidas, se dice de aquellas que por asentimiento de las partes no fueron
impugnadas por lo que pasaron en autoridad de cosa juzgada por falta de impugnación de
las partes legitimadas en el proceso.
Sentencia ejecutoriadas, respecto a estas (Hurtado Reyes 2014) afirma que la doctrina se
refiere a la ejecutoriedad de la sentencia como la posibilidad de lograr la ejecución de una
condena a realzar una determinada prestación ya sea de entregar una cantidad de dinero,
de dar una cosa cierta cosa o de hacer alguna cosa. Es por eso que se dice que se considera
a aquella sentencia como un título ejecutorio que permite al triunfador iniciar un nuevo
proceso llamado de apremio o de ejecución de sentencia. En cuanto a esto, el (Código
Orgánico General de Procesos) en el artículo 362 determina que, la ejecución es el conjunto
de actos procesales para hacer cumplir las obligaciones contenidas en un título de ejecución
y en al artículo 363 en el numeral 1 determina que es un título de ejecución la sentencia
ejecutoriada.
Sentencias citra petita, extra petita y ultra petita. Esta clasificación refiere a que la
sentencia es citra petita, cuando el fallo es incompleto porque omite el caso principal del
litigio o a su vez cuando se omite emitir un pronunciamiento respecto a alguno de los puntos
propuestos y que fueron de debate entre las pares. La sentencia es extra petita cuando
termina resolviendo sobre un punto que no fue plante ado por las partes. Es una sentencia
ultra petita cuando en la resolución se otorga a una de las partes más allá de lo que fue
solicitado en la demanda, o reconvención. Esto también es recogido por el (COGEP) en el
artículo 92 cuando se refiere a la congruencia de las sentencias al precisas que se resolverá
sobre las peticiones realizadas por las partes y decidirán sobe los puntos litigiosos del
proceso.
(Couture, 2014) realiza una clasificación respecto a estos actos procesales de terceros,
que se detalla en resumen del modo siguiente: a) Actos de prueba, que son de mucha
importancia entre ellos las declaraciones de testigos, dictámenes de peritos, así como la
autenticación de documentos por parte de funcionarios habilitados para el efecto. b) Actos
de decisión, que en determinados puntos de la normativa procesal permite tomar
decisiones a terceros, tal como ocurre con los jurados en donde estén en vigencia, peritos
árbitros que estén facultados a decidir. c)Actos de cooperación, los cuales se realizan en
casos como cuando se dispone que un empleador retenga y consigne el importe de una
pensión alimenticia o en el caso de la colaboración del martillero para el remate, entre
otros.
En el artículo 189 se define al perito como la persona que por razón de sus conocimientos
técnicos, artísticos, prácticos o profesionales está en condiciones de informar al juzgador
sobre algún hecho o circunstancia relacionada con la metería de la controversial. Al perito
igualmente se le impone la obligación de comparecer ante el juez a fundamentar su informe
pericia.
1.
Unidad 3: Actos procesales, las
partes y otros participantes en el
proceso.
Tema 2: Partes y otros participantes en el proceso
Objetivo:
Identificar las partes y otros participantes en el proceso de acuerdo a la legislación
procesal no penal para su correcta aplicación en la práctica profesional.
Introducción:
A decir de (Couture, 2014), en el derecho de los países latinoamericanos el vocablo
jurisdicción tiene al menos cuatro acepciones, así como ámbito territorial, como sinónimo
de competencia, como conjunto de poderes o autoridad de ciertos órganos del poder
público y en sentido preciso y técnico función pública de hacer justicia. En este contexto la
jurisdicción es el deber que asume el Estado para regular las actividades entre los individuos
y poder dirimir y solucionar los conflictos que se presentan pues no se puede permitir que
los sujetos puedan hacerse justicia por su propia mano.
Para administrarse justicia, la normativa procesal ha establecido los diversos
órganos con competencia en diversas materias cumpliéndose con las normas previamente
establecidas. En cuanto a este punto, (Hurtado Reyes 2014) afirma que “por jurisdicción-
sostiene FALCÓN- el poder del Estado para realizar el proceso, por los órganos encargados
al efecto, para actuación del derecho conforme lo determinen las normas legales vigentes”.
(p.30). Al respecto, el (COFJ 2021) en el artículo 150, establece que la jurisdicción consiste
en la potestad pública de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado, potestad que corresponde a las
juezas y jueces establecidos en la Constitución y las leyes y que se ejerce según las reglas
de la competencia.
Esta actividad de administrar justicia se la realiza a través del proceso y que Carnelutti,
citado por (Rioja Bermúdez 2014) es un conjunto de actos dirigidos a la formación o
aplicación de los mandatos jurídicos, cuyo carácter consiste en la colaboración a tal fin de
las personas interesadas con una o más personas desinteresadas jueces; oficio judicial. Es
en este contexto que evidenciamos que en la actividad procesal intervienen el órgano
jurisdiccional con todos los servidores, las partes, terceros y los profesionales del derecho
que son parte de la función o patrocinan a las partes. Por consiguiente, es necesario hacer
un análisis de todos los que interactúan en cada uno de los procedimientos establecidos en
la ley procesal.
2. Información de los subtemas
1. Subtema 1: El órgano jurisdiccional
Como se ha dejado anotado, el sujeto del derecho acude a la función jurisdiccional
a fin de que se le otorgue la tutela judicial efectiva pues el Estado delega esa jurisdicción a
fin de que se pueda a través de la administración de justicia regular el accionar de los
particulares y así también a las entidades a cumplir con las resoluciones. (Devis Echandia
2009) menciona que esos fines solo pueden ser alcanzados mediante un ó rgano
jurisdiccional cuya composición permita su adecuado funcionamiento y con la vigencia de
normas positivas de derecho procesal.
En cuanto al órgano jurisdiccional, (Vescovi 2006) orienta expresando que los países
latinoamericanos siguiendo el sistema de modelos, en las constituciones establecen un
poder judicial, que es el que ejerce la función jurisdiccional. Se menciona también que el
poder judicial cumple en si una función administrativa y es lo esencial, es la potestad
jurisdiccional que corresponde a la facultad de administrar justicia, aunque en algunos casos
excepcionalmente se lo hace en otras esferas como es el tema del juicio político que
corresponde al poder legislativo. Además de esto, en el ámbito privado también se
encuentra la figura del arbitraje en el que un árbitro pese a no ser un funcionario público
puede juzgar, claro está sin la facultad de ejecutar. A decir de (Gozaini 2002), al referirse al
órgano judicial comprende a los auxiliares de la justicia, como secretarios, oficiales
notificadores, funciones del Ministerio Público entre otros.
Por su parte, (Hurtado Reyes 2014) nos dice que el vocablo jurisdicción deriva de
latín ius decire, que significa “decir el derecho”, agrega que de modo general –sostiene
FALCÓN- el poder del Estado para realizar el proceso, por los órganos encargados al efecto,
para actuación del derecho conforme determinen las normas legales vigentes. En el mismo
orden de ideas (Calamandrei, Derecho Procesal Civil s.f.) menciona que el juez está llamado
a resolver un conflicto o en términos generales una relación entre hombres y por
consiguiente se coloca frente al mismo como un tercero imparcial pero no es quien crea el
problema sino que lo debe examinar y resolver.
En cuanto al mismo punto (Ovalle 2016) hace mención a una antigua máxima que
establece nemo iudex in re propria (no se debe ser juez en causa propia) y agrega que la
palabra juzgador es la más alta que existe para designar tanto al órgano que ejerce la
función jurisdiccional (tribunal o juzgado) como al o los titulares (magistrados o jueces) que
forman parte de dichos órganos, por lo que, considera que es una palabra que posee, a la
vez un sentido objetivo (órgano jurisdiccional) y un sentido subjetivo (titular).
Es por estos motivos que en actualidad al referirse al tribunal suele entenderse que
se designa ya sea al órgano jurisdiccional que está formado por varios jueces como también
al lugar donde se ejerce la actividad, claro está, que existen también los órganos de la
administración de justicia unipersonales. “La organización judicial suele tener su
fundamento en preceptos constitucionales, desarrollados luego en las llamadas leyes
orgánicas del Poder Judicial.” (Cabanellas 1968, 658).
En relación al principio de autoridad se afirma que ésta debe estar presente a fin de
poder juzgar y ejecutar lo juzgado imponiéndose el cumplimiento en forma efectiva las
resoluciones o tener la potestad de disponer que intervenga la fuerza pública para la
ejecución. Los jueces ejercen la autoridad ordenando ya sea lanzamientos, secuestros,
embargos o también imponiendo obligaciones de no hacer. En el caso de inobservancia de
las decisiones encontramos en el (Código Orgánico Integral Penal) encontramos el artículo
282 que se refiere a la sanción por el incumplimiento de decisiones legítimas de autoridad
competente refiriéndose que a persona que incumpla órdenes, prohibiciones especificas o
legalmente debidas, dirigidas por autoridad competente.
Auxiliares del tribunal. A decir de (Vescoti 2006) el tribunal, entendido por los
jueces, necesita auxiliares para cumplir múltiples tareas. Al referirnos a los auxiliares del
tribunal se refiere a diversos sentidos, entre los que se incluyen asesores y representantes
de las partes entre los que se incluyen abogados y procuradores. Se afirma también que
algunos componen el oficio judicial que corresponden a los empleados permanentes el
orden judicial y otros generalmente asesores, peritos que no realizan labor permanente al
servicio del tribunal, sino que son nombrados para cada caso en particular.
Otros auxiliares del juez. Entre estos están los demás auxiliares que prestan servicio
en el tribunal, que aun no formando parte del órgano judicial en forma no permanente son
designados para determinados actos procesales y entre ellos están los peritos, traductores,
intérpretes, depositarios, síndicos entre otros.
El proceso civil depende en sumo grado del principio dispositivo pues si la parte que
se considera afectada en un determinado derecho no acude a formular su demanda no
podría darse inicio al proceso. Esto significa que todo ciudadano que se encuentra en
conflicto en relación a sus intereses o derechos debe acudir ante el funcionado establecido
previamente a fin de que, luego del trámite correspondiente se emita una resolución.
Respecto a lo que representa la parte, (Cabanellas 1968) nos dice que en, “Derecho
Procesal, toda persona física o jurídica que interviene en un proceso en defensa de un
interés o de un derecho que lo afecta, ya lo haga como demandante, demandado,
querellante, querellado, acusado,, acusador” (683). En relación al mismo punto, (Vescoti
2006) nos dice que el proceso es una relación jurídica entre dos partes, una que pretende
(accionante) y otra que contradice (se defiende) y agrega que por la vigencia del principio
de contradicción las dos partes se enfrentan delante del tercer imparcial que es el juez o
tribunal que constituye el otro sujeto del proceso.
En el mismo orden de ideas, (Rioja Bermúdez 2014) hace eco de que Juan Montero
Aroca de manera categórica define que, “parte es la persona o personas que interponen
la pretensión ante el órgano jurisdiccional (demandante i actor) y la persona o personas
frente a las que se interpone (demandado)” (314). Es indudable que cada una de las partes
adopta una determinada posición en el pleito, la una es la que presenta la demanda que
asume el estatus de actor y por otro lado la que ejerce su defensa y que corresponde al
demandado que en algunos casos también puede realizar una demanda no solo respecto a
la desestimación de la acción, sino que también lo puede hacer con su propia pretensión
por medio de la reconvención. Es por estos motivos que la doctrina coincide en cuanto a
que no se puede concebir un proceso civil son la presencia de las partes que asumen la
calidad de sujeto activo o pasivo de la demanda pues representan al actor y al demandado.
(Devis Echandia 2009) afirma que debe distinguirse entre partes del litigio y partes del
proceso de ahí que se considera parte en sentido material a todos los sujetos del litigio o de
la relación jurídico- sustancial sobre lo que versa en tanto que, parte en el sentido formal a
los sujetos del proceso.
Capacidad para ser parte. Al respecto, (Chiovenda, 1925) nos dice que esta es la
capacidad jurídica llevada al proceso civil, esto es, la capacidad para ser sujeto en una
relación jurídica procesal. Por consiguiente, se tiene capacidad para ser parte el que tiene
la capacidad jurídica, así las personas físicas o naturales y las personas jurídicas o morales.
En relación a este punto (Vescoti 2006) expresa que se debe diferenciar entre la capacidad
de goce y la capacidad de ejercicio pues la primera se refiere a los atributos de la persona,
esto es, la aptitud jurídica que tiene el sujeto del derecho para constituirse en titular de
derechos y obligaciones o dicho de otro modo esa posibilidad o habilitación que se tiene
para ser titula de las relaciones jurídicas y que es inherente a todas las personas, en tanto
que, la capacidad de ejercicio representa esa idoneidad para ejercer los derechos esto es
actuar por su cuenta dentro del proceso esto es por sí mismo sin ser asistido por otra
persona.
Capacidad procesal. Esta tiene relación con la capacidad de ejercicio o dicho de otra
manera esa aptitud para actuar por sí mismo en el proceso pues se bien se puede tener
capacidad para ser parte, pero en algunos casos no se tiene capacidad procesal. (Hurtado
Reyes 2014) cita lo que al respecto dice FALCON, respecto a que, se necesita una serie de
requisitos, sin los cuales esa calidad no se consigue. El requisito fundamental es la
capacidad, pero esta palabra también es ambigua, porque designa cuestiones diversas, una
la capacidad procesal y otra la capacidad sustancial.
Sobre esta capacidad (Vescoti 2006) expresa que los códigos procesales deben
limitarse a estatuir el principio de “tienen capacidad para comparecer por sí en el proceso,
las personas que pueden disponer de sus derechos, en tanto que las demás deberán
comparecer por intermedio de sus representantes o debidamente autorizados por éstos
bajo el imperio de las normas sustanciales. Es así que menciona que pueden presentarse
casos de personas capaces, incapaces y semicapaces para comparecer a litigar. En nuestro
país, el (A. Nacional, Código Civil 2021) en su artículo 1462 expresa que toda personas es
legalmente capaz, excepto las que la ley declara incapaces. Respecto la capacidad para
comparecer a juicio, esto es, la capacidad procesal (Chiovenda 1925) nos orienta
expresando que esa capacidad para ejercer actos procesales con efectos jurídicos en
nombre o representación de otro se llama capacidad procesal, (legitímatio ad processum,
que no debe confundirse con la legitimatio ad causam. Sobre la importancia que reviste el
poder determina sobre la capacidad procesal encontramos que (García R. , 2018) haciendo
a mención a lo que dice CARNELUTTI, expresa que la primera pregunta que se ha de hacer
el juzgador estriba en determinar, dado que él mismo ha de escuchar o permitir las
alegaciones, quien sea la persona que ha der ser oída, escuchada o efectuar las alegaciones
dentro del proceso esto es,, la persona que está legitimada para ejecutar las actividades
procesales.
Con la finalidad de que el proceso pueda desarrollarse, faculta a los defensores a concurrir
a una diligencia sin que exista autorización de las partes a la que afirma representar tienen
la obligación de ratificar sus intervenciones en el término que el juez determine para el
efecto considerando las circunstancias para cada caso y en el caso de que no se cumpl a con
ratificar las intervenciones las actuaciones realizadas carecerán de validez. Sin embargo, en
tratándose de la audiencia preliminar en los procedimientos ordinarios o la audiencia única
en los que tienen una audiencia única, a las que se impone la ob ligación de concurrir
conjuntamente con la parte.
3. Subtema 3: Terceros.
Respecto a los terceros, la doctrina enseña que a fin de poder identificar su función
en el proceso, se debe afianzar lo que es la parte pues como (Hurtado Reyes 2014)
menciona, según GOZAINI la presencia del tercero en el proceso civil, solo es posible a partir
de la llamada noción negativa de la condición de parte, esto es, que sencillamente resulta
tercero quien no tiene la calidad de actor o demandado y al respecto (Devis Echandia 2009)
señala que en cada momento del proceso son terceros quienes no tengan la calidad de
partes. De este modo podemos considerar que es tercero quien no siendo parte interviene
en el proceso comparece defendiendo los intereses que le corresponden
independientemente de las partes.
Al respecto, (Aguila Grados 2010) nos dice que, “el tercero es aquel que sin ser titular
de la relación jurídico sustantiva que origina el proceso, tiene un interés directo con el
objeto del mismo o con sus posibles consecuencias, por lo que ingresa a conformar la
relación jurídico procesal preestablecida.” (73).En el mismo orden de ideas (Ovall e 2016)
nos dice que, la expresión de tercero en el ámbito procesal se define por exclusión
afirmando que es tercero todo aquel que no es parte de un proceso. En tal virtud, son
terceros tanto aquellas personas que no han participado en el proceso, así como también
las que han intervenido claro está, sin tener la calidad de parte como el caso de los testigos
y peritos. Es por esto que, en el proceso puede haber testigos ajenos al proceso y de los
resultados que se den más, sin embargo, en algunos casos ingresan al proceso personas que
no siendo parte lo hacen de forma espontánea o en ocasiones se los llama, ya sea para
defender sus derechos o a convertirse en coadyuvantes con los alguna de los litigantes que
si forman parte de la relación procesal por lo que a partir de aquello se los considera como
terceristas. En definitiva, “todo el que no ha llegado al proceso como parte, en sentido
procesal, es tercero, aun cuando tenga la calidad de parte en sentido sustancial.” (Quintero
2008).
Formas de intervención de los terceros. Sobre la forma como integran los terceros
al proceso en primer término se afirma que pueden ser tercerías voluntarias y forzosas. Las
tercerías voluntarias se producen cuanto las personas comparecen por su propia voluntad
por considerar tener interés en relación a lo que se resuelva en sentencia en cuanto al
conflicto existentes entre los litigantes pues podría ser afectado en forma directa. La
petición se realiza cuanto el proceso se haya iniciado, en cualquier etapa incluso en la de
ejecución cumpliéndose las normas aplicables para cada caso y por tanto debe justificar
desde el inicio su derecho para ser aceptado en el proceso. Siendo el tercero en sí una parte
accesoria que deber ser autorizada su intervención por parte del juzgador, ge neralmente
su accionar debe estar subordinado al de las partes principales. Entre las voluntarias
encontramos las coadyuvantes y las excluyentes.
Tercerías coadyuvantes. Según (Vescoti 2006) la tercería coadyuvante es aquella en
la cal el tercero deduce no una pretensión excluyente, sino coincidente con la de una de las
partes a la que se adhiere (coadyuvante o adhesiva). Esta tercería se la denomina simple o
adhesiva por cuando a decir de (Gozaini 2002) ingresa al proceso un tercero en razón de
tener interés jurídico coincidente con el derecho alegado por cualquiera de las partes
originarias y la participación es para coadyuvar al éxito de la pretensión o de la oposición.
Esto representa que la intervención del tercero no es en sí para hacer valer un derech o suyo
de manera autónoma, sino que lo hace es para sostener o afianzar la posición de una de las
partes por lo que se podría decir que combate por el derecho ajeno.
Tercerías excluyentes. Respecto a esta (Vescoti 2006) nos dice que conforme a
REDENTI, es una pretensión conexa pero en contraste, debido a que el interviniente se
opone a las dos pretensiones, como sucede en el caso de la tercería de dominio que se
interpone frente a las dos partes que discuten el dominio del bien por lo que en cierto modo
se introduce un nuevo litigio en el proceso. A decir de (Gozaini 2002) las tercerías principales
o excluyentes tienen lugar cuando un tercero se incorpora al proceso en trámite con la
finalidad de interponer frente a las partes intervinientes una pretensi ón incompatible con
la deducida por el sujeto activo y cita como ejemplo el caso del actor reclama al demandado
sobre la titularidad del dominio de un vehículo y en ese estado procesal se presente un
tercero alegando ser el verdadero dueño. En relación a estas tercerías, (Ovalle 2016) orienta
en el sentido de que se clasifican en de dominio- cuando el tercerista reclama la propiedad
de bienes afectados en el proceso – y de preferencia- cuando el tercerista pretende que se
reconozca su mejor derecho a ser pagado con el producto de la venta de bienes
embargados.
Efectos de la aceptación. Una vez que el juzgador valore los medios de prueba
introducidos por el tercero, podrá aceptar la intervención en cuyo caso tendrá los mismos
derechos y deberes que las partes pues se convierte en cierto modo en parte de la relación
procesal. Es por esto que las resoluciones que se dicten con respecto a las o los terceros
producirán los mismos efectos que para las partes.
4. Subtema 4: Abogados.
Necesidad del patrocinio del abogado. El Título VII del Código Orgánico de la
Función Judicial se refiere a las abogadas y abogados y en su capítulo hace mención al
patrocinio de las causas. Este ordenamiento jurídico refiere a que la abogacía es una función
social al servicio de la justicia y del derecho. Se agrega que es una garantía fundamental de
todas las personas ser patrocinadas por un abogado de su libre elecci ón. Además, se
establecen los requisitos para poder ejercer el patrocinio, así como las deberes, derechos,
prohibiciones y sanciones respecto a los abogados. En nuestro país en las leyes procesales
se establece los casos en que los sujetos del derecho debe n obligatoriamente estar
patrocinados por un profesional del derecho al igual que en otras actuaciones de las
instituciones públicas, de tal modo que es de mucha importancia realizar un estudio al
respecto.
Esto tiene relación con el desarrollo del proceso pues como se ha indicado las partes
son las que lo impulsan y pese a que tienen capacidad para accionar necesitan del
asesoramiento y patrocinio de abogados quienes a su vez en algunos actos procesales
pueden intervenir a nombre de sus defendidos con capacidad de actuar y hablar en el
proceso y en interés de las partes. En relación a este punto en el artículo 327 del (COFJ)
precia que en todo proceso judicial deberá intervenir un abogado en el patrocinio de las
partes, deja como excepción los procesos constitucionales y así también en los que se
tramiten ante los jueces de paz, sin perjuicio de la auto defensa que establece el COIP y en
caso de las personas que no puedan contratar los servicios de un profesional de derecho
tienen derecho a que les patrocine un defensor público.
De los abogados.
Intervenir en las causas cuando esto motivare la excusa del juez. Reunirse con los
jueces para tratar asuntos inherentes a la causa que está defendiendo, sin que se notifique
previamente y con la debida antelación a la contraparte o a su defensor para que esté
presente si lo desea. Ejercer de manera abusiva, maliciosa o temeraria el derecho de acción
o contradicción o violar el principio de buena fe y lealtad, a través de prácticas tales como
presentación de prueba deformada, empleo de artimañas y ejecución de procedimientos
de mala fe para retardar indebidamente el progreso de la litis. Ausentarse de cualquier
audiencia o diligencia judicial, en la que su presencia sea necesaria para el desarrollo del
juicio, salvo por caso fortuito o fuerza mayor debidamente comprobado.
Introducción:
En unidades anteriores se ha dejado anotado que los actos procesales que realizan
los sujetos dentro del proceso deben ejecutarse cumpliéndose con las formas, tiempo,
contenido y más exigencias establecidas en la ley procesal entre ellas, la capacidad que
deben tener para intervenir y emitirlos. Es así que, el órgano jurisdiccional que es el
encargado de resolver el conflicto existente entre las partes debe emitir sus actos
cumpliendo fielmente el marco jurídico vigente para cada caso.
Pese a la vigencia de las normas procesales para que en el proceso se emitan los actos
procesales cumpliéndose con todos los presupuestos a fin de que se an válidos y por
consiguiente surtan sus efectos, “puede ocurrir que tales actos se lleven a cabo sin el lleno
de todos estos requisitos, y como consecuencia la ley los priva en ocasiones del valor que
normalmente les corresponde,” (Devis 2009, 807).
El (COGEP) refiere que las o los juzgadores se pronuncian y deciden a través de sentencias
y autos. Agrega que, la sentencia es la decisión acerca de los asuntos sustanciales del
proceso; los autos interlocutorios son los que resuelven cuestiones procesales que al no ser
materia de la sentencia pueden afectar derechos de las partes o a su vez la validez del
procedimiento; y, los autos de sustanciación son aquellas providencias de trámite para que
prosiga la causa.
En algunos casos, el acto procesal pudo haberse realizado violentando las formas y más
requisitos que puede perder eficacia y por consiguiente debe ser declarada su nulidad.
Respecto a la invalidez de los actos procesales en el (COGEP) encontramos un capitulo que
se refiere a las nulidades dentro del cual se deja constancia de las solemnidades sustanciales
a todos los procesos así como también concediendo a los juzgadores la facultad de declarar
la nulidad o de convalidar determinados actos procesales cumpliéndose con las normas y
principios aplicables para cada caso.
En esta unidad se tratará en forma breve respecto a las teorías de las nulidades que enseña
la doctrina y puntualmente en relación a las que resultan aplicables en el ámbito procesal.
También se analizará respecto a los recursos que en la ley procesal no penal están previstos
en nuestro país y que permiten a las partes y terceros que intervienen en la relación
procesal, realizar sus impugnaciones a fin de que el juzgador atendiendo las mismas pueda
pronunciarse de acuerdo a la normativa jurídica aplicable para cada caso.
A fin de ubicar el tema de análisis, debemos hacer mención que, “la nulidad ha sido definida
como la sanción que tiende a privar de efectos (eficacia) a un acto ( o negocio jurídico) en
cuya ejecución no se han guardado ciertas formas.” (Véscovi 2006, 257); en tanto que, “el
acto anulable es un acto que no es inválido, pero puede llegar a serlo (acto invalidable) si el
perjudicado por el vicio así lo exige. (Beladiez.M, LA NULIDAD Y LA ANULABILIDAD SU
ALCANCE O SIGNIFICADO s.f.)”; por otro lado, “ acto inexistente es el que le faltan los
elementos esenciales para que tenga nacimiento como tal en la vida jurídica procesal.”
(Peyrando 2021, 52) ; y, respecto a la revocabilidad encontramos que según (Cabanellas
1968) se refiere a “calidad o defecto de revocable” (853).
En la doctrina se establecen distinciones entre lo que son los actos nulos de los inexistentes,
lo que continúa siendo un tema de debate. En relación a la inexistencia (Peyrando 2021)
expresa que “ el acto inexistente adolece de ineficacia absoluta; no puede ser confirmado,
ni convalidado, ni necesita ser invalidado, por supuesto, no podría ser ejecutado.” (51).
Respecto a la inexistencia de los actos procesales, una parte afirma que es admisible la
misma en el ámbito procesal, en tanto que, otros mencionan que no por cuanto existe
similitud con la nulidad absoluta y a decir de (Hurtado 2014) “un acto de nulidad absoluta
y un acto inexistente, es exactamente lo mismo y que la primera comprende a la
segunda, siendo inclusive voces sinónimas.” (503).
Principales características del acto inexistente. En cuanto al tema (Hurtado 2014) refiere
que el acto inexistente, es un no acto y es tan solo un simple hecho que no produce efecto
alguno. Se agrega que es un acto aparente y en si un acto no nacido porque no cumple con
los elementos que requieren para su constitución. Se afirma también que no admite
convalidación, preclusión e igualmente no opera la prescripción. Respecto a la declaratoria
de nulidad unos dicen que debe ser declarada de oficio en tanto que o tros en el otro
extremo manifiestan que ni siquiera debe ser declarada y que por tanto está excluido del
régimen previsto para las nulidades.
El mismo autor concluye en el sentido de que cuando nos encontramos ante un acto
procesal inexisten no se puede prescindir del uso del remedio de la nulidad procesal, pues
pese a que es un no acto, sin embargo, para dejar constancia de su inexistencia se requiere
acceder a la nulidad procesal. En ese mismo orden de ideas (Couture 2014) expresa que
sobre el acto inexistente nada puede construirse y por tanto no poder ser convalidado y
más no necesita ser invalidado.
Nociones preliminares sobre el tema. Debemos hacer énfasis respecto a que los actos
procesales por disposición legal procesal, deben desarrollarse cumpliéndose las formas
previamente establecidas y que por consiguiente deberán ser respetadas por las partes,
terceros y particularmente por el órgano jurisdiccional a fin de que mantengan su eficacia
jurídica dentro del proceso. Es por esto que desde la misma demanda deberá elaborarse y
presentarse cumpliéndose con los requisitos y a partir de aquella en igual sentido, la
contestación, pruebas, notificaciones e indudablemente las providencias que emite el
juzgador.
Conforme se ha dejado expuesto, los actos procesales pueden contener algunos defectos
ante lo cual la misma normativa pone en vigencia los remedios entre ellos la revocabilidad
y convalidación, siendo la nulidad para casos extremos, cuando resulte imposible mantener
la vigencia y efectos. Esta tendencia es producto de la superación del criterio respecto a que
lo que no era absolutamente válido era nulo pues como regla general se recurre a la
revocación para corregir los errores o defectos de los actos procesales.
En el ambiente procesal se considera que no todo vicio que se presente en el acto procesal
causa la nulidad, debido a que en determinadas circunstancias pese a existir el vicio puede
surtir efectos ya que sea porque dicho vicio sea suprimido o debido a que la nulidad sea una
sanción de última instancia y que puede ser convalidado pues las normas procesales
actualmente tratan de que el proceso llegue hasta el estado de resolución del asunto de
fondo.
Concepto de nulidad procesal. Al respecto, (Couture 2014) nos dice que, la nulidad
representa la desviación en los medios de proceder y que el recurso para repararla es la
anulación, sin embargo, la terminología utilizada es simplemente la de recurso de nulidad.
Por su parte, (Cavani s.f.) menciona que antes de acometer a esta tarea, es preciso referirse
al vicio, que es el fenómeno preexistente a la nulidad que en si es el hecho sine qua non de
nulidad y que constituye su presupuesto, pues sin el vicio prácticamente la nulidad no
existe.
Al respecto (Hurtado 2014) refiere lo que expresa SERRA DOMINGUEZ, en cuanto a que hay
diferencia entre nulidad e irregularidad del acto procesal, expresando que la nulidad
determina la ineficacia ya sea por falta de algunos de sus presupuestos indispensables,
carecer de los requisitos sustanciales y por tanto no puede surtir efectos, en tanto que, la
irregularidad determina únicamente la falta de corrección del acto que permite imponer
una sanción a quien la produce sin que se afecten los efectos jurídicos. Aclara que la nulidad
si logra producir una crisis en el procedimiento pues afecta a todos los actos posteriores,
Sobre el mismo punto, (Devis 2009) menciona que teniendo en cuenta que un acto ju rídico
es válido cuando se originan de él todos los efectos jurídicos y por su parte la invalidez
representa la ineficacia, y por consiguiente la nulidad es la ausencia de los efectos jurídicos
del acto, porque siempre se ha entendido que es nulo cuando se debe a defectos de forma,
competencia, capacidad o representación.
Según (Véscovi 2006) desde roma llega la idea de que nulo es lo que no produce efectos
(nullum est quod nullum effectum producir. En el mismo orden de ideas (Hurtado 2014) nos
dice que la nulidad también se la designa como fallas in procedendo o vicios de la actividad
cuando el juez o las partes ya sea por acción u omisión violentan las normas procesales que
determinan que se debe hacer y que no está permitido.
En relación a este tema (Gozaini s.f.) afirma que el recurso de nulidad es un medio de
impugnación por el cual se invalidan las resoluciones judiciales que no cumplen las
formalidades establecidas en la ley, ya sea por defectos de forma o por violación a las
formas que están previamente establecidas en el ordenamiento jurídico procesal que debe
cumplirse con los principios de plenitud, congruencia y defensa en juicio.
Al referirnos a la nulidad procesal como una sanción que priva al acto procesal de sus
efectos jurídicos, resulta necesario citar lo que al respecto nos dice (Quintero 2008) en
cuanto a que la disciplina de la validez de los actos procesales difiere notablemente de la
de los actos jurídicos sustantivos. Agrega que respecto a los actos procesales la nulidad está
regulada en los ordenamientos procesales que difieren de las reglas que regulan las
actividades de otra naturaleza pues para los actos y contratos jurídicos no procesales se
regula en los Códigos Sustantivos.
En el mismo orden de ideas, (Hurtado 2014) refiriéndose a la anulabilidad nos dice que estas
nulidades solo pueden ser denunciadas por la parte que recibe el agravio, por cuyo motivo,
no podrá ser declarada de oficio. Por consiguiente, el acto pese a estar afectado por alguna
causa de nulidad mientras que la parte que considere tener derecho a impugnarlo no lo
haga seguirá produciendo efectos jurídicos. Esto a su vez representa que si no se lo impugna
y en algunos casos precluye el tiempo que se tenía para hacerlo no podrá ser cuestionado
en lo posterior.
Es por esto motivos que (Fairen 2006) la identifica como nulidad relativa o anulabilidad al
acto que produce efectos mientras no es declarado nulo a petición de parte. En igual sentido
ilustra (Ovalle 2016) al afirmar que los actos que están afectados por una nulidad relativa,
pueden ser convalidados y menciona que Couture, a su vez afirma que el acto
relativamente nulo admite ser invalidado o puede ser convalidado.
Principios que se aplican a las nulidades. El ambiente procesal tiene como fundamento los
principios establecidos en las normas constitucionales, los mismos que son recogidos y
ampliados en la ley procesal, por consiguiente, en cuanto a los medios de impugnación y al
régimen de las nulidades se deberá tener en cuenta dichos principios a fin de aplicarlos en
un caso concreto. Como se ha dicho la declaratoria de la nulidad es el de última ratio pues
mediante el saneamiento y la convalidación el juzgador busca conservar la eficacia del acto
procesal impugnado. Respecto a los principios la doctrina menciona algunos y en relación a
los más importantes es necesario proceder a su análisis.
En nuestro país, el máximo tribunal de justicia en algunos fallos ha expresado: “De acuerdo
con el principio de especificidad consagrado en nuestra legislación, las causales de nulidad
están puntualizadas taxativamente en la Ley. No hay nulidad procesal fuera de las señaladas
por la Ley” R. O. No.361-4/Julio/2001.Pág.16 (Tama, Defensas y Excepciones en el
Procedimiento Civil 2012, 1127). En este contexto se advierte que para la declaratoria de la
nulidad debe estar expresamente establecido en la ley pues los textos procesales
determinan para cada caso la sanción de nulidad y por consiguiente no podrá declararse
por analogías o por extensión.
Este principio va orientado a las garantías del debido proceso pues estipula que para que se
declare la nulidad debe existir trascendencia, pues como bien lo dice (Couture 2014) las
nulidades “no tienen por finalidad satisfacer pruritos formales, sino enmendar los
perjuicios efectivos que pudieran surgir de la desviación de los métodos de debate cada vez
que esta desviación suponga restricción de las garantías a que tienen derecho los
litigantes.” (318). El actuar en sentido contrario correspondería a hacer eco de un exceso
de formalismo y solemnidades en que se llegue a sancionar todas las inobservancias
establecidas en la norma procesal y afectar a la validez.
En este contexto (Ovalle 2016) nos dice que, conforme al principio de trascendencia solo es
procedente declararse la nulidad de un acto procesal, cuando la infracción cometida af ecte
en forma real a algún derecho esencial de uno de los litigantes en el proceso que se
encuentra tramitándose. Siendo que la trascendencia va orientada a proteger el derecho
de la parte afectada con la violación de las formas en los actos procesales, se puede advertid
que quien estaría facultado para impugnarlo es la parte que se encuentra en condición de
perjudicada y que demuestre el agravio, el mismo que debe necesariamente revestir de
gravedad y que justamente eso le impidió producir un determinado acto procesal en
ejercicio de su derecho a la defensa.
Principio de convalidación. En relación a este principio (Gozaini s.f.) nos dice que, “el
saneamiento automático que se propone con la regla, supone atender una multip licidad de
situaciones que parten de reconocer cuáles son los actos procesales que pueden
convalidarse.” (402). Por su parte, (Véscovi 2006) orienta afirmando que por razones de
seguridad y certeza del derecho y el instituto de la cosa juzgada se aplique e ste principio de
convalidación de las nulidades a fin de que una vez que transcurra una etapa procesal no se
pueda volver a la anterior bajo la vigencia del principio de preclusión.
Aclarando estos puntos encontramos que según (Hurtado 2014) “ convalidar u n acto
importa emitir consentimiento expreso (convalidación expresa) o tácito para no atacar el
acto procesal concebido con vicios en su formación, dejando pasar los plazos para
impugnarlo (convalidación presunta/preclusión.)” (526). Es así que, se puede e stablecer
que la convalidación se produce ya sea cuando quien considera le afecta un acto procesal
guarda silencio y omite impugnarlo por el paso del tiempo y se continúa con la sustanciación
del proceso. En otros casos se deberá proceder a emitir un pronunciamiento a fin de que se
produzca el saneamiento y la convalidación siempre y cuanto la norma procesal lo permita
siempre verificándose que no se haya violentado algún derecho al debido proceso.
En la misma línea de análisis, (Couture 2014) menciona que en el derecho procesal civil toda
nulidad se convalida por el consentimiento pues considera que el recurso es la forma
principal para impugnar un acto procesal y si no se reclama en el tiempo y en la forma como
lo determina la ley procesal, se produce la ejecutoriedad del acto. Esta regla no puede
prosperar cuando se trate de actos procesales con una nulidad insubsanable
particularmente cuando contravenga el orden público.
Respecto al mismo principio, (Ovalle 2016) expresa que según éste las actuaciones ju diciales
cuya nulidad no se reclame en actuación subsecuente quedan convalidados por un
consentimiento tácito. Dicho de otro modo, la convalidación puede constituir una forma
para subsanar los vicios que pueden presentar en el acto procesal. (Gozaini s.f.) menciona
que en la convalidación impera por regla general el principio dispositivo y otros entre ellos
el de preclusión, celeridad, buena fe, sin descartar el carácter relativo de las nulidades que
se presentan en la sustanciación del proceso.
Otros principios. A más de los principios que se han dejado expuesto, en la doctrina
encontramos otros respecto a los cuales es menester dejar constancia breve para el análisis
respecto a su alcance.
Principio de finalidad. A decir de (Hurtado 2014) este principio otorga al juez la facultad
discrecional para decidir en qué circunstancias el acto procesal e s válido pese a haberse
apartado de alguna de las formas establecidas en el ordenamiento jurídico procesal. Se
concluye que en estos casos el acto procesal mantiene su eficacia siempre que se haya
conseguido la finalidad que se buscaba lo que en cierto modo guarda relación con el
principio de economía procesal. Se concluye resaltando que al aplicarse este principio se
conserva el acto al considerarse que la forma no puede ser más relevante que el que se
logre cumplir con el objetivo buscado dentro del proce so.
Sin embargo, se hace mención que el concluir en la aplicación de este principio no es del
todo fácil y que por el contrario es extremadamente difícil ya que el juzgador debe proceder
a un análisis muy profundo a fin de poder establecer si la violación en las formas
establecidas no afecta al acto por el solo hecho de haberse cumplido con la finalidad
perseguida con la realización de dicho acto procesal.
Principio de protección. En relación a este principio (Couture 2014) expresa que se refiere
a la esencia misma de la nulidad como medio de impugnación procesal afirmando además
que la nulidad debe ser aplicada en los casos en que por las violaciones a las formas
procesales, ha quedado en indefensión alguna de las partes. Siendo un principio que está
orientado a la protección de quien sufrió el agravio, corresponde a ésta la aplicación de la
sanción de la nulidad pues no puede ser solicitado por la parte que fue la que causó la
violación. Por otro lado, se afirma que este principio además representa la l egitimación para
poder solicitar la anulación del acto procesal pues se faculta hacerlo a quien le afecta y no
a la parte que lo ocasionó.
La doctrina relaciona a este principio con el que se refiere al acto propio pues se afirma que
quien ejecuta un acto no puede con posterioridad tratar de beneficiarse del mismo en
cuanto a una afectación a las formas y solicitar la anulación. Eso impide que la conducta de
los sujetos que intervienen en la relación procesal se contradictoria habiendo en primer
término ejercido un derecho de postulación y con posterioridad cambiar de criterio
pretendiendo que se declare la invalidez del acto para poder beneficiarse de dicha
declaratoria.
Principio de conservación. A decir de (Gozaini s.f.) este principio propicia que se mantenga
la continuidad y efectos de los actos jurídicos sin que importe el vicio que presente, claro
está, siempre que la nulidad no sea de tal magnitud que corrompa la calidad del acto en
mención. Se agrega que a su vez tiene una esfera de aplicación como complemento del
saneamiento y que además va orientado al resguardo de los valores en búsqueda de
seguridad y firmeza de las actuaciones procesales para alcanzar a resolver sobre el litigio
surgido entre los legitimados y no truncar esta aspiración por al egaciones relacionadas a la
forma en las actuaciones.
En la misma dirección (Hurtado 2014) afirma que este principio se sustenta en la primacía
de la validez del acto en caso de presentarse alguna duda y que va orientado a mantener la
seguridad en las actuaciones y que por consiguiente, la nulidad será aplicable de manera
excepcional. En síntesis, de procura mantener la vigencia del acto por lo que se considera
que en si es una especie de indubio pro acto por lo que la duda que se presente será aplicada
en favor de conservar el acto.
Del texto del artículo citado se advierte que la ley procesal recogiendo algunos de los
principios que se han dejado indicados, en forma taxativa determina las causas para
declararse la nulidad por lo que vemos la presencia del principio de legalidad y
especificidad, así como también de la convalidación, declaratoria judicial entre otros.
Nulidad por falta de citación. En el artículo 108 del (COGEP) se refiere específicamente a
la nulidad por falta de citación con la demanda dejando constancia que para esa
declaración es necesario que esta omisión haya impedido que la o el demandado deduzca
excepciones o haga vales sus derechos y que además reclame por dicha omisión . Del texto
de esta disposición legal advertimos que, a más del principio de legalidad, determina el de
protección al haberse violentado los derechos del demandado. Además, se e videncia la
presencia del principio de trascendencia pues si se reclama es porque no se lo convalida.
Efecto de la nulidad- Por su parte, el artículo 109 del mismo (COGEP) se refiere a que la
nulidad de un acto procesal tiene el efecto de retrotraer el proceso al momento procesal
anterior a aquel en que se dictó el acto nulo, En este contexto encontramos la presencia de
varios principios en forma implícita, así, la legalidad, trascendencia, no convalidación,
protección, declaración judicial entre otros.
A continuación, se especifica que puede ser a petición de parte ante lo cual encontramos la
presencia del principio de protección pues permite que el afectado pueda solicitar la
declaratoria y que también existe la trascendencia pues se causó una afectación. Más
adelante se afianza el principio de protección cuando excluye de la posibilidad de solicitar
la nulidad del acto a quien lo provocó ante lo cual se advierte la vigencia de la teoría de los
actos propios en cuanto a que nadie puede favorecerse de su propio accionar.
A continuación, fija límites a la discusión respecto a las nulidades pues se expresa que
cuando ya se ha discutido al respecto en la fase de saneamiento de las audiencias que
establece para cada procedimiento, no se podrá declarar la nulidad por vicios de
procedimiento. En este artículo se refiere al saneamiento sin precisar mayares detalles por
lo que corresponde al juez verificar si la violación a las formas procesales cumple con los
principios que se refieren para la declaratoria de la nulidad y particularmente con el de
trascendencia y protección.
Se afirma que la nulidad procesal al igual que todas las instituciones del Derecho han sido
objeto de evolución histórica y es así en relación a la ineficacia de los actos procesales no
solo se limitan a la nulidad, sino que incluso se refiere a la inexistencia. A decir de (Véscovi
2006) en el derecho romano tenía un carácter formalista en que de manera drástica se decía
que lo nulo era lo que carecía totalmente de efecto. Con posterioridad ya se logró distinguir
entre la existencia viciada que permite la subsanación y la que se pue de invalidar
totalmente. Se dice que a partir de aquello se pudo diferenciar entre nulidad y anulabilidad,
nulidad e inexistencia.
Al referirse a las teorías de las nulidades debemos hacer mención que éstas tienen relación
con el acto jurídico por lo que en si corresponde a un tema clásico del derecho de las
obligaciones como parte del derecho sustantivo. Respecto a esto, (Canosa 2017) hace
mención que debe advertirse que mientras la nulidades procesales se las declara en el
mismo proceso donde surgen por lo general en un trámite incidental o de forma excepcional
por recursos verticales como apelación casación; en forma contraria, en relación a las
nulidades de orden sustancial son siempre analizadas y resueltas en un proceso separado
para lo cual se deberá presentar la acción ya sea de nulidad absoluta o relativa. Por estos
motivos se concluye que existen notables diferencias en relación al origen de las nulidades,
respecto al bien jurídico que tutelan y finalmente en cuanto al procedimiento que debe
seguirse para su declaración por parte del órgano jurisdiccional.
Ahora bien, (Carrasco 2011) menciona que para el estudio de las ineficacias que se
producen en el ámbito procesal, la doctrina ha intentado adaptar la teoría de los actos
jurídicos del Derecho Civil al Derecho Procesal procurando determinar cuáles son los
requisitos de los actos que se desarrollan en el proceso y a partir de aquello determinar la
falta de alguno lo que produce una anomalía del acto y por consiguiente su ineficacia.
En tal virtud, a manera de conclusión se debe hacer mención que las nulidades procesales
están reguladas por principios y normas que están establecidas en la ley procesal de manera
taxativa y que por consiguiente ocurren en el proceso durante la sustanciación y debe
analizarse respecto a la legalidad, trascendencia y convalidación para su declaratoria. Por
otro lado, las nulidades sustanciales se producen cuando han sido infringidas normas
requeridas para la elaboración de contratos y es necesario justamente acudir a un proceso
para demostrar que se violentaron los requisitos y formas establecidas y a manera de
pretensión de la acción contenida en la demanda solicitar que el juzgador declare la
nulidad.
En tal virtud, esta teoría comprende los actos inexistentes, los actos nulos y los actos
anulables. En cuanto al origen de esta teoría (Llorevas s.f.) menciona que existe un consenso
en atribuir a Napoleón Bonaparte la paternidad de la idea de la inexistencia en relación a
los actos jurídicos al proponer una enmienda en el Código Civil Francés en relación al
matrimonio habiendo sostenido la distinción entre el nulo por haberse celebrado con
violencia o dolo, en tanto que, el matrimonio es inexistente por no haberse celebrado ante
un oficial público o también en el caso de haberse hecho constar en el acta la aceptación de
la mujer a pesar de haber dicho no ante lo cual habría una ausencia de consentimiento.
En el mismo orden de exposición, (San Martín 2015) informe que los antecedentes al
sistema de nulidades francés en que se incluye la inexistencia, se remontan al Derecho
romano pese a que ellos no elaboraron un sistema de ineficacia de los actos jurídicos sin
embargo en Derecho civil se referían al acto señalando que este “no existe” o que “no hay
nada” y al referirse en esta forma se expresaba la “inexistencia” del acto por lo que era
posible el inicio de un juicio teniendo como base un contrato nulo.
En cuanto a este mismo tema (Miramón s.f.) refiere a que la inexistencia y la nulidad que
son reconocidas en dicha teoría y que en ésta última se incluyen la nulidad absoluta o de
pleno derecho y la nulidad relativa o anulabilidad.
Respecto a la inexistencia refiere que es aquella conducta del ser humano como un acto
jurídico que le falta el elemento esencial por lo que resulta imposible concebid su existencia
jurídica. Agrega que, en este caso, el acto inexistente se confunde con la nada y por
consiguiente al derecho no le corresponde ocuparse de él y de hacerlo se estaría
interesando de la nada pues no produce efecto jurídico de ninguna clase.
En relación al mismo tema (Torres 2015) menciona que la teoría de la inexistencia fue
elaborada por la doctrina francesa en materia de matrimonio, orientada para justificar la
invalidez en aquellos casos no considerados por la ley como nulos, pero no tenían idoneidad
para generar un vínculo conyugal. Esta teoría posteriormente fue vinculada a los contratos
que en cierto modo tenía un significado de invalidez que tenía similitud con la nulidad. La
inexistencia forma parte de la teoría tripartita de la invalidez conjuntamente con la nulidad
y la anulabilidad en contraposición con la bipartita que admite la nulidad y la anulabilidad.
Por su parte (Alessandri 1942) refiere que esta teoría jurídica fue formulada por el alemán
Zacharia a propósito de un tema de matrimonio y que luego fue extendida a los actos
patrimoniales. Se agrega que la inexistencia presenta diferentes con la nulidad entre las que
se mencionan:
Nulidad Inexistencia
Debe ser declarada por órgano jurisdiccional No necesita ser declarada
Produce efectos mientras no se declara la No produce efectos
nulidad
Puede sanearse por paso del tiempo No puede sanearse
Puede ser objeto de saneamiento No puede ser ratificado
Puede alegarse como acción o excepción Solo como excepción
Puede alegarse de acuerdo al tipo Puede alegar cualquiera
Declarada surte efectos en las partes Permite que todos se aprovechen
Es susceptible de conversión No hay posibilidad de conversión de la
nada
Sobre los actos nulos. En relación a la nulidad de los actos (Beladiez.M) refiere que, el acto
nulo no es otra cosa que el acto inválido. Se agrega que en estos casos la norma infringida
no está orientada a proteger a las partes sino más bien a las instrucciones en definitiva el
orden público por consiguiente la norma está orientada a proteger a todos quienes puedan
verse afectados por el acto. En este contexto, la declaración formal de la nulidad que realiza
el órgano jurisdiccional produce la expulsión del actor del mundo del derecho o dicho de
otro modo la pérdida de los efectos jurídicos que mantenía.
En cuanto a este punto (Torres 2015) menciona que una vez eliminada la distinción entre
actos inexistentes y actos nulos que son los que carecen de efectos y los actos
anulables que son los que producen efectos pero tienen la amenaza de destrucción a
pedido de la parte que se considere afectada. Agrega que a los actos nulos se los denomina
también como actos con nulidad radical o nulidad absoluta y en cuanto a los anulables como
actos con nulidad relativa o actos impugnables o también actos provisionalmente válidos o
acto con invalidez pendiente.
Sobre los actos anulables. En relación estos actos (Beladiez.M) menciona que el acto
anulable es un acto que no es inválido, pero puede llegar a serlo, por lo que se considera
como un acto invalidable, claro está si el perjudicado por el vicio que afecta al acto exige
la declaratoria de su nulidad y por en tal virtud, en estas situaciones el Derecho condiciona
su validez a que la parte dañada por el vicio lo consienta.
En el contexto encontramos que al referirse a los actos anulables se los ubica dentro de la
nulidad relativa por cuanto mientras están vigentes surten todos los efectos y es a partir de
la declaratoria de invalidez que realiza el juzgador a pedido de quien se considere afectado
en que pierde la eficacia. Por su naturaleza puede convalidarse por falta de pedido del
afectado o por la prescripción.
Sobre estas nulidades (Couture 2014) nos dice que “no es cosa atinente al contenido mismo
del derecho sino a sus formas; no un error en los fines de justicia queridos por la ley, sino
de los medios dados para obtener esos fines de bien y justicia.” (305). Es en la norma
procesal que el legislador “impone a los jueces la obligación de observar y vigilar,
permanentemente, en la tramitación procesal, el cumplimiento de solemnidades y
ritualismos, esenciales para la regularidad de la sustanciación y consiguiente validez de lo
actuado” (Tama 2017, 187)”.
Se debe tener en cuenta que el Derecho Procesal, a decir de (Devis 2009) constituye un
conjunto de normas que fijan el procedimiento que se ha de seguir para obtener la
actuación del derecho positivo, así también las facultades, los derechos cargos y deberes
relacionados con éste estableciendo las personas que deben someterse a la jurisdicción del
Estado y sus funcionarios para ejercerla. En razón de lo expuesto, como bien lo dice (Véscovi
2006) la autonomía del derecho procesal no lo aparta el resto del mundo jurídico y tampoco
se debe olvidar que se trata de un derecho secundario al servicio del sustancial.
Así las cosas no se debe olvidar que la mayoría de conceptos de la doctrina general de
derecho señala criterios y principios en otras materias y en el ámbito procesal n o es la
excepción pues en nuestro país el (Código Orgánico de la Función Judicial ) en el artículo 28
precisa que, los principios generales del derecho, la doctrina y la jurisprudencia, servirán
para interpretar, integrar y delimitar el campo de aplicación del ordenamiento legal. Por
consiguiente, en el ambiente procesal resulta necesario aplicar algunos aspectos de la
teoría de las nulidades procesales del derecho civil claro está cumpliéndose con los
principios y normas específicas que establecen la ley procesal dentro del cual la forma es
primordial.
Algunas clases de nulidades en el entorno procesal. Con la finalidad contar con elementos
necesarios para entrar al estudio de la nulidad absoluta y relativa en el Código Orgánico
General de Procesos resulta necesario acudir a varios autores a fin de dejar constan cia de
algunas clases de nulidades que se identifican en el desarrollo del proceso.
Nulidades totales y parciales. El mismo (Devis 2009) refiere a que las totales afectan la
totalidad del proceso en tanto que las parciales exclusivamente a una parte de las
actuaciones procesales. Se afirma que las totales tienen relación con presupu estos
importantes que se deben considerar en el proceso, entre estos cuando encontramos falta
de competencia o jurisdicción, así como también respecto a la incapacidad o indebida
representación de alguno de los legitimados ya sea activo o pasivo. En cuanto a las parciales
se dice que pueden afectar varias actuaciones procesales, así por ejemplo en la tramitación
de un incidente, falta o error en la forma de notificar a los herederos de alguno de los
litigantes, una inspección o reconocimiento realizaos sin las formas prevista en el
ordenamiento procesal. En conclusión, las totales afectan a todo el proceso en tanto que
las parciales a un determinado acto mas no las actuaciones posteriores.
Nulidades absolutas y relativas. Como bien se ha dejado expuesto, las teorías de las
nulidades para los actos en general y que a decir de (Véscovi 2006) “algunos mantienen las
categorías de nulidades relativas y nulidades absolutas y las hacen coincidir con las de
anulabilidad y nulidad o de nulidades perseguibles de ofi cio o solo a petición de parte”.
(261). Agrega que otros las incluyen en la categoría de la inexistencia en tanto que otra
parte entienden en el ámbito procesal no hay nulidades absolutas en tanto que otra
tendencia dice que incluso las absolutas son convalidables y que hasta que no sea declarada
su nulidad continúan produciendo efectos.
En cuanto a esta misma clase (Devis 2009) recalca que no se deben confundir con las
sanables y las insanables pues las absolutas y relativas en todo caso se refieren a las que el
juzgador puede o no declararlas de oficio. Concluye manifestando que en el ámbito
doctrinario se las clasifica como nulidades que pueden declararse de oficio por el juez
(absolutas) o solo a petición de parte (relativas).
(Canosa 2017) respecto al mismo asunto, al referirse a los grados de la nulidad las clasifica
como grados de nulidad absoluta e insubsanable y grados de nulidad relativa subsanable.
Para concluir en esta forma de ubicar a las nulidades en el ambiente procesal hace mención
en cuanto a que la nulidad absoluta es el grado superior en el sentido de la eficacia pues se
considera la presencia de un acto jurídico pero gravemente afectado debido a que cuenta
con un mínimo de elementos para que el acto adquiera la realidad jurídica por lo que es
necesario enervar sus efectos aun de oficio debido a que no permite convalidación. En tanto
que, la nulidad relativa es cuando se deriva de un vicio por apartarse de las formas que no
reviste gravedad por lo que el consentimiento de la parte afectada logra purificar el error o
a su vez puede pedir la declaratoria de la invalidez por lo que admite ser invalidada, pero al
mismo tiempo puede ser convalidada.
Nulidades expresas e implícitas. En relación a esta clase (Devis 2009) orienta en el sentido
de que algunas teses distinguen sobre la necesidad de distinguir los vicios que ocasionan la
nulidad y las simples irregularidades. En cuanto a la nulidad conforme se ha hecho mención
deben estar expresamente determinadas en la norma procesal. Respecto a las otras
irregularidades se afirma que el legislador no puede contemplarlos en forma taxativa y que
por consiguiente el remedio debería ser igual en el caso de que se incurra en otros vicios de
similar importancia y de modo particular cuando se afecte el dere cho a la defensa.
Por otro lado (Véscovi 2006) ese refiere a la legitimación para reclamar las nulidades
afirmando que en un principio es quien interés en ella aunque menciona que el interés es
general. Agrega que en orden lógico primero están facultadas las partes legitimadas en el
proceso por la vigencia de los derechos de convalidación y protección. Por consiguiente,
para las impugnaciones en búsqueda de la declaratoria de la nulidad de los actos procesales
queda excluido quien cometió la violación a las normas que rigen la actividad procesal pues
atenta a toda lógica que el mismo que realizó el acto nulo a sabiendas luego lo impugne en
clara violación al principio de buena fe y lealtad procesal.
Impugnación mediante incidente. Otra forma de reclamar sobre la nulidad de los actos
procesales es mediante un incidente que puede presentarse cuando el afectado no ha
podido acceder para impugnarlo anteriormente por haberse agotado la posibilidad de
presentar algún recurso. Dadas las circunstancias de la tramitación del proceso en algunas
ocasiones la parte perjudicada presenta solicitud de declaratoria de nulidad a fin de que los
actos que fueron ejecutados violentándose los derechos sean invalidados y se reponga el
proceso hasta antes de la ejecución de esos actos por habérselo dejado en indefensión.
Impugnación mediante juicio ordinario posterior. Como una forma extrema para pedir la
nulidad, en algunos casos la legislación procesal permite al afectado cumpliéndose con
requisitos puntuales iniciar un juicio ordinario posterior a efectos de solicitar la nulidad. En
otros casos, se permite que se presente la nulidad de sentencia ejecutoriada igualmente
cumpliéndose los presupuestos que el legislador en forma precisa determina pues
tratándose de una sentencia ejecutoriada se debe procede respetándose otros principios
particularmente la cosa juzgada.
Declaratoria de oficio y a petición de parte. De la lectura del articulado del (COGEP 2015)
encontramos que la nulidad del proceso puede ser declarada de oficio o a petición de parte
en el momento en que se ha producido la omisión de la solemnidad sustancial.
Art. Referencia
13 Al aceptar excepción de incompetencia en razón de la materia se declara la
nulidad
81 Ausencia injustificada del juez a la audiencia da lugar a nulidad no subsanable
89 Sentencias y autos serán motivados, bajo pena de nulidad. Nulidad por falta de
motivación únicamente podrá ser alegada como fundamento de apelación y causal
del recurso de casación
107 Únicamente podrá declararse la nulidad de un acto procesal en los casos en los
que la ley señale expresamente.
108 Nulidad por falta de citación
109 Efecto de la nulidad
110 Declaración de nulidad y convalidación
111 Nulidad y apelación
112 Casos para demandar nulidad de sentencia
171 La persona que declara deberá estar asistido por su defensor, bajo sanción de
nulidad.
198 Respecto a la falsedad y nulidad d documentos ingresados en el proceso
215 En relación a la declaratoria de nulidad de documentos públicos
268 Declaración de nulidad al conocer recurso de casación
273 Declaratoria de nulidad al resolver recurso de casación
287 Condena en costas al juez que no declaró nulidad
294 Declaratoria de nulidad en audiencia preliminar
353 Nulidad formal de título ejecutivo
406 Respecto a la nulidad de remate
439 Serán nulos actos del deudor realizados con fraude
Introducción:
El Código Orgánico General de Procesos en el Título IV del Libro III establece la
impugnación estableciendo las reglas generales y a continuación se refiere a los recursos
horizontales en un solo capítulo y luego por separado regula los recursos de ap elación,
casación y, de hecho. En relación a este medio que poseen las partes dentro de la relación
procesal, (Hurtado, 2014) teniendo como base del derecho de impugnar las decisiones
judiciales se ha configurado en la doctrina la Teoría General de la Impugnación formando
parte del Derecho Procesal dentro de la cual se ubican los instrumentos legales y aquellas
formalidades que deben cumplir los usuarios del sistema de administración de justica a fin
de poder ejercer la función de control sobre los actos procesales.
En relación a los medios de impugnación a decir de (Rioja, 2014) afirma que son los
actos procesales que se caracterizan por ser formales y motivados. Se agrega que son
manifestaciones de la voluntad que realizan ya sea las partes o terceros orientadas a
denunciar situaciones irregulares, vicios o errores que aquejan a un determinado acto
procesal y solicitan que el juzgador proceda ya sea a su revocación o anulación, y así se
proceda a eliminar los agravios causadas a quien realiza la impugnación.
Se ha dicho también que algunos medios de impugnación son una forma de vigencia
del principio constitucional de la necesidad de pluralidad de instancias y en relación a esto,
en la (Constitución del Ecuador, 2008) en el artículo 76 al referirse a las normas del debido
proceso en el numeral 7 literal m) establece que el derecho a la defensa incluye: “recurrir
el fallo o resolución en todos los procedimientos en los que se decida sobre su s derechos.”
En nuestro país la Corte Constitucional al respecto ha indicado que dicho derecho no es del
todo fatal pues corresponde al legislador determinar los casos en que se pueden recurrir.
En el COGEP se fija de forma precisa las formas como se debe proceder a la impugnación
estableciéndose la procedencia y requisitos para los actos procesales.
2. Información de los subtemas
1. Subtema 1: Bases constitucionales y de
convencionalidad
Notas introductorias. El proceso, que según nos dice (Couture, 2014) “es el cúmulo
de actos de la conducta jurídica, un medio idóneo para dirimir imparcialmente, por acto de
juicio de autoridad, un conflicto de intereses con relevancia jurídica.” (pág. 9). Con el
propósito de que el proceso cumpla con su finalidad de resolver el objeto de la controversia
existente entre los legitimados se deberán realizar una serie de actos por los sujetos
procesales consistentes en las partes, terceros intervinientes, los jueces y demás auxiliares
de la administración de justicia.
Conforme menciona (Devis, 2009) el acto procesal debe reunir determinados
requisitos para su validez a fin de que pueda producir efectos jurídicos. Estos requisitos
están determinados en la legislación procesal para la realización de toda clase de actos ya
sea en forma oral como escrita y que algunos de estos se refieren al fondo y otros a la forma.
De manera particular, los actos del tribunal son la materialización de la jurisdicción del
Estado pues deciden el conflicto de intereses de quie nes se someten a su decisión por cuyo
motivo, deben ser ejecutados cumpliéndose en grado sumo las normas procesales que los
regulan.
La impugnación puede ser contra los actos procesales que se han generado a través
del error in procedendo que según (Hurtado, 2014) cita a MARCHESE quien expresa que es
el llamado vicio de actividad y que consiste en la omisión de formalidades procesales. Se
agrega que es el incumplimiento del juez quien tiene la obligación de ajustar su actividad y
su conducta a las normas establecidas por la normativa procesal. También se puede
impugnar los errores in iudicando que en si no afectan a los medios de hacer el proceso,
sino que van respecto a su contenido y por consiguiente no se impugna la forma sino el
fondo del derecho que está en juego en el acto procesal que se ataca.
Respecto a la obligación de aplicar las normas que rigen para el debido proceso que
están reconocidos en los instrumentos internacionales de Derechos Humanos, está
contenida en el artículo 424 de la (Constitución e la República del Ecuador) que determina
que, la Constitución y los tratados internacionales de derechos humanos que hubieran sido
ratificados por el Ecuador que reconozcan derechos más favorables a los incluidos en la
norma constitucional, prevalecerán sobre cualquier otra norma jurídica o acto del poder
público.
En este contexto se advierte que es obligación del Estado asegurar que en los
procesos en que se decida sobre derechos de los ciudadanos se asegure el derecho al
debido proceso y por consiguiente ante la falta efectividad dentro del ordenamiento
jurídico y ante una denuncia ante organismos internacionales se puede incluso imponer
sanciones y es así que en el (Cuadernillo de jurisprudencia de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos No.12 Debido proceso, s.f.) encontramos en el punto 6.8, el control de
convencionalidad en relación a las garantías jurisdiccionales que deben cumplirse en la
tramitación de los procesos respetándose los derechos de las partes.
Por su parte (Devis, 2009) al referirse a las clases de remedios procesales ubica en
primer lugar a la nulidad y la revocación; en segundo orden refiere a que hay varias clases
de revocación según el tipo de providencia ya sea auto de sustanciación o auto
interlocutorio y sentencias; agrega a continuación las sentencias de primero y segundo
grado emitidos por el órgano jurisdiccional; y, por último se refiere a los recursos ordinarios
y extraordinarios.
Existencia de un acto procesal que permita la impugnación. Como primer requisito a más
de la existencia de un proceso se requiere que dentro de las actuaciones procesales se
abierta la presencia de un acto procesal que sea susceptible de impugnarse de acuerdo a la
normativa procesal vigente. Incluso en algunos casos se puede impugnar todo un pro ceso
a través de la figura de la nulidad de sentencia ejecutoriara, lo que también debe hacer
cumpliendo con lo que el ordenamiento procesal lo requiere para el efecto.
Respecto a este punto, se aclara que en algunos casos a pesar de encontrarnos contra u n
acto procesal que por contener errores debería ser impugnado o se requiera propiciar que
un órgano jurisdiccional superior pueda revisarlo, sin embargo, la normativa establece una
limitación, lo que por una parte de la doctrina está cuestionado y por otra se considera que
es procedente esa limitación. En relación a este punto (Hurtado, 2014) concluye
manifestando que no todo acto procesal es susceptible d impugnación y que en muchos
casos no será posible formular un recurso ya sea de apelación, casación, pedido de nulidad
o recurso de queja.
Interés del sujeto. Dentro del ordenamiento jurídico que regula el proceso civil las partes y
aun los terceros legitimados tienen el derecho de impugnar los actos procesales. Para poder
ejercitar el derecho de impugnación el solicitante deberá además acreditar que el acto
procesal emitido por el órgano jurisdiccional le ocasiona un perjuicio. Eso es lo que na
doctrina se conoce como la legitimidad que es justamente para quien tiene interés en
impugnar el acto procesal pues quien recibe el beneficio de la decisión no tiene interés para
impugnarlo.
Existencia del agravio. Dentro del ambiente procesal la impugnación no debe ser de un uso
arbitrario, pues no está permitido impugnar por impugnar, sino que debe existir un agravio
lo que está de la mano con el interés para impugnar. Se agrega que el sujeto que impugna
la actuación deberá justificar que la resolución le causa un gravamen. Se mencionan algunos
casos de agravio así, por ejemplo, la insatisfacción se puede presen tar cuando el juez
deniega la pretensión de la demanda, o cuando no se acepta una excepción de prescripción
que pretende dar por concluido el proceso. De esta forma se puede decir que la parte ante
la insatisfacción puede presentar su impugnación.
Voluntad del sujeto para impugnar. Sien la impugnación un derecho que le asiste a las
partes o a un tercero debidamente acreditado en la causa, es a ellos que les corresponde
ejercer ese derecho. Por consiguiente, no es procedente que de oficio el órgano
jurisdiccional conceda el derecho de impugnación de un acto procesal y lo que se requiere
es necesaria la manifestación de la voluntad de quien se considera agraviado a fin de que
presente formalmente su reclamo en búsqueda de la modificación o anulación del acto
procesal que le afecta.
También se pueden identificar recursos ordinarios que puede ser interpuestos ante
cualquier resolución que sea impugnable teniendo como fundamento cualquier motivo sin
que la ley procesal haya interpuesto alguna restricción. Entre los recursos ordinarios están
la revocatoria y la reforma de los actos procesales, así también la apelación y el de hecho.
Los recursos extraordinarios son aquellos que la ley en forma expresa los establece para
ciertas providencias y teniendo como fundamento moti vos específicos. Dentro de los
recursos extraordinarios tenemos al de casación.
Otra clasificación de los recursos está orientada al órgano jurisdiccional que le corresponde
conocer y resolver esto es, si será el mismo que dicó el acto impugnado o por el contrario
es otro superior. Cuando es resuelto por el mismo juez estamos ante un recurso horizontal,
en cambio cuando resuelve un juez jerárquicamente superior se trata de un recurso
vertical. En este orden de ideas, la apelación, la casación y el de hecho son recursos
verticales en tanto que, la revocatoria y la reforma son recursos horizontales.
Art. Providencia
Art. Providencia
402 De la resolución que dice la Corte Provincial respecto a la apelación del auto de
calificación de posturas no se admitirá recurso alguno.
En el artículo 251 el (COGEP, 2015) instituye como clases de recursos aclaración, reforma,
ampliación, revocatoria, apelación, casación y de hecho. Luego deja constancia de una
limitación a fin de que no se puedan interponer nuevos recursos una vez que se haya
concedido o negó cualquier otro. Otra regla que limita el abuso de los recursos aparece en
el artículo 252 al precisar la improcedencia de interponer en el mismo actor procesal
recursos horizontales y verticales sucesivos, dejando como excepción el caso en que se
presenten aclaración y ampliación.
Los recursos horizontales en el Código Orgánico General de Procesos. En los artículos 253
al 255 el (COGEP, 2015) regula respecto a los recursos horizontales de aclaración,
ampliación, revocatoria y reforma y establece la procedencia, requisitos y más aspectos que
deberán cumplirse para cada una de las impugnaciones que se presenten contra los actos
procesales emitidos por el órgano jurisdiccional y que van orientados a que sean resueltos
por quien los dictó de ahí que se debe analizar cada caso.
Aclaración. Según el artículo 253 del (COGEP, 2015) la aclaración tendrá lugar en el caso de
que la sentencia sea oscura. A decir de (García Falcaní, 2018) conviene señalar que la
aclaración no se formula en sí contra ninguna providencia, debido a que en sí no
corresponde un recurso sino tan solo una petición para que cierto modo se complete la
providencia aclarando el contenido de la misma. Al respecto, (Ramirez, 2020)citando a Juan
Morales Godos, nos dice que, “con la aclaración no se pretende agregar argumentos a la
decisión; solo se busca el esclarecimiento necesario que tiene una frase o concepto oscuro
o contradictorio.” (pág. 26).
Las providencias que pueden ser aclaradas. De acuerdo al texto legal, la aclaración se limita
contra la sentencia oscura sin que de manera expresa se incluya a los autos y a sea
interlocutorios o de sustanciación pues del texto aparece como que corresponde en forma
privativa para las sentencias, Así está establecido el texto legal, tanto más que como se ha
dejado anotado, en las reglas generales se expresa que se concederán únicamente los
recursos previstos y en cuanto a la aclaración y ampliación se refiere a que serán admitidos
en todos los caos, con las limitaciones que en relación a las impugnaciones sobre sentencias
y autos establece la ley.
En el mismo orden de ideas, en el artículo 296 numeral 2 del mismo (COGEP, 2015) se
establece que en la audiencia preliminar se resolverán los recursos propuestos y en el
numeral 2, determina que la ampliación y la aclaración de las resoluciones dictadas serán
propuestas en audiencia y se decidirán inmediatamente por parte del juzgador. En todos
los casos, la aclaración la resuelve el mismo órgano jurisdiccional que emitió el auto
impugnado.
En relación a este pedido, se puede considerar que también resulta adecuado para que las
partes o terceros acreditados en el proceso puedan solicitar la corrección de los errores de
escritura referentes a nombres, citas legales, de cálculo o meramente numéricos que se
refieren en el artículo 100 del Código Orgánico General de Procesos. En cuanto a este punto
si bien es cierto que pronunciada y notificada la sentencia, el juez pierde su competencia
en relación a lo decidido por lo que no se podrá modificar ninguna parte , a pesar de que se
introduzcan nuevas pruebas, sin embargo, respecto a la corrección podrá hacerse pues la
norma no establece un plazo determinado.
Sobre esta posibilidad, (Tarigo, 2012) dice que, si los errores materiales y los puramente
numéricos pueden ser corregidos en cualquier momento, resulta obvio que la primera
oportunidad que se les presenta a las partes y terceros interesados acreditados en
el proceso es mediante el pedido de aclaración en el cual se podrá hacer mención a los
errores que aparecen del texto de la resolución que ha sido notificada y así permitir al
juzgador que atendiendo este recurso pueda corregir y de esta manera lo resuelto quede
debidamente habilitado para la fase de ejecución.
Efectos de la aclaración. En la última parte del artículo 255 del (COGEP) se deja constancia
respecto a que, en los casos en que se ha solicitado la aclaración de la sentencia o auto
definitivo, los términos para poder interponer recursos comenzarán a correr desde el día
siguiente de la notificación. En relación a lo que prescribe la norma es necesario puntualizar
que cuando se solicita en audiencia en la misma diligencia se resuelve y por consiguiente al
tenor del artículo 67 ibídem las providencias que se dicten en el curso de las audiencias y
otras diligencias se considerarán notificadas en la fecha y hora en que se las celebren. Por
consiguiente, es cuando se solicita aclaración luego de notificada la sentencia o resolución
es que se suspende el término ya sea para presentar o fundamentar recursos.
Ampliación. El artículo 253 del (COGEP) precisa respecto a que, la ampliación procederá en
dos casos, cuando no se haya resuelto alguno de los puntos controvertidos y en el caso de
que se hubiera omitido decidir sobre frutos, intereses o costas. De esta forma, a decir de
(Ramirez, 2020), el recurso de ampliación del fallo procede en los caos de omisión señ alados
en que ha incurrido el juzgador al dictar la sentencia o auto. En este contexto se advierte
que el recurso de ampliación se refiere a la extensión de la resolución pues el objeto va
orientado que se deje constancia expresa respecto a puntos controvertidos no resueltos, y
que se pronuncie también sobre los frutos intereses o costas.
Por su parte, (Ramirez, 2020) expresa que estos dos recursos horizontales proceden contra
los autos de sustanciación y a solicitud de parte. La revocatoria, consiste en que la parte
pretende que el mismo órgano jurisdiccional que emitió el auto de sustanciación lo deje sin
efecto y dicte otro en sustitución. La reforma es un pedido de enmienda o rectificación de
la providencia en la parte que corresponda.
Providencias que pueden ser objeto de los recursos de revocatoria y reforma. En el artículo
254 del ordenamiento procesal en estudio encontramos que en cuanto a la revocatoria y
reforma se refiere a los autos de sustanciación a fin de que se pronuncie el mismo órgano
jurisdiccional que los emitió por lo que resulta improcedente solicitarse en relación a los
autos interlocutorios y mucho menos respecto a las sentencias. Es decir que estos recursos
están previstos únicamente para las providencias de trámite para la prosecución de la causa
que de acuerdo al artículo 88 del COGEP son los autos de sustanciación.
El hecho de que consten los cuatro en el mismo procedimiento en algunas reglas no pueden
ser de todo aplicables pues en cuanto a la ampliación y aclaración se puede solicitar en
cuanto a los autos interlocutorios y sentencias en tanto que la revocatoria y la reforma
solo a los autos de sustanciación. Por consiguiente, vemos que la revocatoria y la reforma
no interrumpen los términos para los recursos de tal modo que se deberá tener muy en
cuenta al momento de presentarse las solicitudes.
En relación al mismo punto, (Tarigo, 2012) nos dice que la apelación es un recurso
ordinario que resuelve el tribunal inmediatamente superior al que dictó la sentencia
recurrida y que está orientado a obtener la reforma, la revocación o la anulación de lo
resuelto por el juez de primer nivel. (Rioja, 2014) refiere a que la apelación tiene origen
romano de la apellatio, que fue creada en el periodo imperial como un remedio contra la
injusticia de la sentencia. Citando a De Santo, afirma que, es el remedio procesal que está
encaminado a lograr que el órgano jurisdiccional jerárquicamente superior en relación al
que dictó la resolución que se considera injusta la revoque o reforma ya sea en forma total
o parcial.
(Ramirez, 2020) refiere que Chiovenda anota que el doble grado “representa una
garantía de los ciudadanos en tres aspectos: Un juicio reiterado hace de por si posible que
se corrijan errores; en los dos juicios intervienen distintos jueces; y, el segundo órgano
jurisdiccional cuenta con más autoridad que el primero. En relación al recurso de apelación
en el COGEP se lo caracteriza como un recurso vertical, ordinario al que pueden acceder las
partes cuando han sufrido un agravio en la resolución en cuanto la ley determine su
procedencia a fin de poner solicitar que un órgano superior pueda corregir los errores ya
sea de hecho o de derecho.
Respecto a este recurso, (García Falcaní, 2018) nos dice que en la normativa
procesal ecuatoriana se califica a la apelación como un recurso ordinario, debido a que no
es necesario que se fundamente en una determinada clase o lista de motivos para
promoverle, además es vertical, de alzada o devolutivo. Esto es, se trata de un medio de
impugnación mediante el cual las partes acuden ante el órgano jurisdiccional superior al
que emitió la resolución a fin de que se proceda a su revisión y revocación total o
parcialmente emitiendo una resolución distinta y en otros casos podrá ordenar que el juez
de primer nivel retrotraiga las actuaciones hasta cierto momento procesal.
Es la pretensión que se impugna la que determina el ámbito dentro del cual el juez
superior deberá entrar al análisis y resolver. Es en este contexto que también encontram os
la presencia de la prohibición de reformatio in peius que tiene como alcance el hecho que
no se podrá modificar el fallo en perjuicio de quien presentó el recurso de apelación. Claro
está que, si la parte contraria se adhirió al recurso, resulta procede nte la reforma de la
resolución aun en perjuicio de quien apeló.
Art. Providencia
296 El auto que rechace las excepciones previas será apelable en efecto diferido. Si se
acepta excepción previa que pone fin al proceso es apelable en efecto suspensivo.
En todo caso, el recurrente deberá expresa las razones por las que le causa agravio
la resolución y en el caso de que también hubiera presentado recursos en diferido deberá
fundamentarlos en forma independiente a fin de que el tribunal de segunda instancia pueda
ir atendiendo en forma ordenad incuso como lo ha expresado la Corte Nacional de Justicia
en la resolución correspondiente.
Respecto al agravio. En relación a este punto (Couture, 2014) nos dice que el
agravio es la injusticia, la ofensa, el perjuicio material o mora que el litigante afirma que
sentencia le causa y por cuanto afirma que le perjudica acude a mayor juez a expresar
agravios. Por su parte (Ramirez, 2020) nos dice que lo único que puede causar agravio es la
mandato judicial o decisión por lo que el agravio debe ubicarse en la parte resolutiva y no
en su fundamentación. Pero se aclara que en algunos fallos en la parte resolutiva se remite
a los considerandos como parte de la resolución.
Los fundamentos de los agravios deben ser concretos, precisos y claros, pues en
nuestro sistema dispositivo dicho escrito se erige en el eje que tiende a vulnerar el acto
atacado. Para ello, el quejoso debe poner de manifiesto los errores de la resolución
impugnada, pues si este embate no se cumple o se lleva a cabo en forma deficitaria, el
decisorio deviene firme. Sobre el mismo punto (Gozaini) menciona que, los fundamentos
de los agravios deben ser concretos, precisos y claros, pues en el sistema dispositivo dicho
escrito se erige en el eje que tiende a vulnerar el acto atacado y es por eso que se debe
poner de manifiesto los errores de la resolución que se impugna pues si no se lo ataca o se
lo hace en forma deficiente la decisión quedará en firma.
Esta prueba anunciada deberá cumplir con las exigencias establecidas en el artículo
258 del Código Orgánico General de Procesos y por tanto en segunda instancia se deberá
analizar para aceptarla y disponer que se practique. Respecto a los hechos nuevos se
considera que serán distintos a los que ya obran del proceso y que fueron mencionados en
la demanda, la contestación a la demanda, reconvención e incluso contestación a éstas
luego de que el juez corre traslado y posteriormente al agotarse los términos convoca a la
audiencia ya sea preliminar o única de acuerdo al procedimiento.
Efectos con que se puede conceder el recurso de apelación. En el artículo 259 del
(COGEP) se faculta al juzgador de primer nivel a resolver si admite o no la apelación, y de
admitirla expresará el efecto con el que lo concede. En caso de no admitirse el recurso de
apelación, la parte recurrente podrá interponer el recurso de hecho para ante el tribunal
de segunda instancia
Por su parte, el artículo 260 ibídem establece los efectos con los cuales el juez
concede el recurso de apelación y entre ellos encontramos: Sin efecto suspensivo. En cuyo
caso se cumple lo ordenado en la resolución impugnada y en cuyo caso se remiten al
tribunal de apelación las copias necesarias para que se conozca y resuelva el recurso de
apelación. Con efecto suspensivo, es cuanto no se continúa la sustanciación del proceso
hasta que la o el juzgador resuelva sobre la impugnación propuesta por el apelante. Con
efecto diferido, es cuando se continúa con la tramitación de la causa, hasta que de existir
una apelación a la resolución final, esta deba ser resuelga de manera prioritaria por el
tribunal que conoce los recursos en segunda instancia.
Se deja constancia que, por regla general, la apelación se concederá con efecto
suspensivo pues así lo expresa el articulo 257 en cuanto a que a falta de expresión se
entenderá que el efecto es suspensivo. Además, en cuanto a la apelación en efecto diferido,
en esa forma será concedido en los casos que la ley en forma expresa lo disponga.
Reglas para la procedencia del recurso de apelación según sus efectos. De acuerdo
al artículo 262 del (COGEP) se establece la procedencia del recurso de apelación según los
efectos, y es así que tenemos: Sin efecto suspensivo, que se concederá únicamente en los
casos previstos en la ley procesal. Con efecto suspensivo, será concedido cuando se trate
de sentencia y de autos interlocutorios que pongan fin al proceso que hagan imposible la
continuación, Con efecto diferido, en los casos que en forma expresa se encuentren
previstos en la ley y de manera especial cuando se imponga contra una resolución dictada
dentro de la audiencia preliminar, en la que se deniegue la procedencia de una excepción
de resolución previa o la práctica de una determinada prueba.
Si luego del análisis encuentra que hay mérito para declarar la nulidad.
cumpliéndose con los principios establecidos la declarará a partir del acto procesal viciado
y devolverá el proceso a primer nivel. Por consiguiente, no podrá continuarse con el análisis
del recurso de apelación.
Resolución del recurso. Del texto del artículo 260 del COGEP se establece que una
vez finalizado el debate el tribunal pronunciará su resolución claro está cumpliéndose con
las normas generales que se fijan en los artículos 88 al 100 ibídem. Esto implica que se
deberá cumplir en la forma como establece la ley procesal, así si se trata de un auto o una
sentencia se incluirán los requisitos vigentes para cada caso.
Nada se dice respecto al tiempo en que se debe resolver, sin embargo, en el artículo
93 se refiere que al finalizar la audiencia se emitirá la resolución oral y e xcepcionalmente
se podrá suspender hasta por diez días para emitir el pronunciamiento, esto es, cuando la
complejidad del caso lo amerite. Luego de emitida la resolución oral en los términos del
artículo 94, la resolución escrita motivada deberá ser notifi cada en el término de diez días.
En el artículo 239 del mismo COGEP establece los requisitos para que el
desistimiento sea válido, entre ellos: que sea voluntario y por persona capaz; que obre de
autos y se encuentre reconocida la firma de quien lo realiza ante el juez; que sea aprobado
por el órgano jurisdiccional; y, que si es condicional conste el consentimiento de la parte
contraria. Igualmente se deberán considerar las inhabilidades para desistir que constan
descritas en el artículo 240.
Conforme lo prescribe el artículo 249 del (COGEP) que regula los efectos del
abandono establece que si se lo declara en segunda instancia se tendrá por desistida la
apelación o dicho recurso y por firme la resolución re currida y se procederá a devolver las
actuaciones a la judicatura de donde procedieron
Como una forma de introducción en el tema, encontramos lo que nos dice (Andrade, 2019)
respecto a que “ la palabra casación significa anular, abrogar, romper, proviene del término
francés caser deriva del latín casso-are. Lo que se pretende a través del recurso de casación
es anular la sentencia o auto dictado en instancia.” (pág. 5) . Por su parte, (Devis, 2009)
afirma que, se trata de un recurso extraordinario y que por él se enjuicia la sentencia del
tribunal, que es su objeto sin que implique una revisión general del proceso.
En relación a este recurso, (Ramirez, 2020) nos dice que, la casación permite la revisión y
solución del error de derecho en la justicia ordinaria y que de acuerdo a la ley y la doctrina
el error puede ser de dos clases: error de juzgamiento o vicio in iudicando; y, error de
procedimiento o actividad o vicio in procedendo. Se afirma que primer caso estamos ante
un error judicial de fondo, en que se involucra al derecho sustantivo y en el otro caso, se
refiere al error judicial de forma que orientan al análisis al derecho adjetivo o
procedimental.
En nuestro país, el más alto tribunal de justicia en algunos de sus fallos se ha referido a la
naturaleza de la casación, entre los cuales encontramos: “el recurso de casación se
constituye en una acción independiente, autónoma, excepcional que se dirige a impugnar
una sentencia ejecutoriada, pero para que ello ocurra, deben cumplirse las formalidades
que la propia ley señala” (Tama, 2011, pág. 48)
Finalidad del recurso de casación. En relación a este punto, (Andrade, 2019) afirma que
este recurso nace con el fin de defender el Estado de Derecho y de esta manera evitar
arbitrariedades y que a decir de Luis Cueva Carrión surge como un paladín entre la
arbitrariedad y la legalidad como la defensora de la legalidad, como un garante y escudo
protector. La doctrina coincide respecto a que existe un interés particular de parte de quien
interpone el recurso para obtener su pretensión y además un interés público.
En relación a las finalidades de naturaleza pública (Devis, 2009) nos dice que en primer
lugar es la defensa del derecho objetivo contra el exceso de poder por parte de los jueces y
además contra las aplicaciones que se realicen en forma incorrecta de la ley, y en segundo
lugar, la unificación de su interpretación que resulta necesaria para que opere la
certidumbre jurídica y de esta forma exista igualdad de los ciudadanos ante la ley al
evidenciar que en situaciones idénticas el juez aplicando la misma normativa emita
solucione distintas.
Respecto al mismo punto (Ramirez, 2020)cita lo que afirma Santiago Andrade en cuanto a
que, en definitiva, el recurso extraordinario debe operar de tal mantera que sirva a las
finalidades pública y privadas aunque no siempre ha de servir a unas y otras pues en
ocasiones la sentencia casada en parte motiva o considerativa es errada, pero en la parte
resolutiva está conforme a derecho en cuyo caso el fallo debe casarse en forma parcial y
proceder con la corrección de los errores producidos al fundamentar.
En cuanto al mismo punto (Hurtado, 2014) refiere que los fines tradicionales y hasta
históricos de la casación se han centrado en el fin nomofiláctico que busca la correcta
aplicación del derecho y la de uniformar la jurisprudencia, es decir, que se dicten sentencias
que fijen criterios jurisprudenciales que den cumplimiento al principio de pred ictibilidad.
Esta función ubica a la casación como guardián de las leyes y que proviene de la palabra
griega nomofilaxis que se orienta a la aplicación correcta de la normativa legal.
Impura, que se alinea a la doctrina de la arbitrariedad o del absurdo fáctico permite revisar
cuestiones de derecho y así también determinados errores de hecho.
Considerando las causales. Teniendo en cuenta las causales en las que se puede
fundamentar el recurso de casaciones, encontramos:
Sistema abierto, que entre al recurrente muchas posibilidades en base a las cuales pueda
presentar el recurso.
Sistema de reenvio, en este caso cuando el tribunal de casación admite el recurso procede
a anular la resolución y ordena reenviar el proceso al tribunal de instancia para que
sustancie nuevamente ante la presencia de vicios in procedente o que se proceda a emitir
una nueva sentencia de haberse verificado vicios in iudicando.
Sistema de casación en el fondo, esta clase tiene como objeto corregir los vicios de
juzgamiento.
Sistema mixto, establece varias alternativas, así el reenvío para los casos de vicios de
procedimiento, en tanto que de encontrar errores de juzgamiento casa la sentencia y dicta
una de reemplazo.
Casación per saltum, si bien nuestra legislación no la contempla, se debe dejar constancia
que es aquella que permite impugnar por este recurso extraordinario la sentencia de primer
grado prescindiendo la segunda instancia, cuando así lo decidan las partes por economía
procesal por cuanto se aprecia una renuncia del recurso de apelación.
En nuestro país la competencia para conocer y resolver está radicada en las Salas
Especializadas de la Corte Nacional de Justicia que tienen como finalidad revisar los errores
de derecho de las sentencias y autos emitidos por las Salas de las Cortes Provinciales de
Justicia y además por los Tribunales de lo Contencioso Administrativo y Contencioso
Tributario.
Es un recurso que puede ser interpuesto únicamente por la parte que recibió el agravio en
la sentencia o el auto impugnados. Durante la sustanciación de la casación no es permitido
práctica de pruebas mucho menos incidentes. El recurso persigue corregir los errores que
se presenten en el fallo impugnado para cumplir con las finalidades públicas de la
institución.
Requisitos de forma. De acuerdo al artículo 267 del (COGEP) el escrito mediante el cual se
interpone el recurso de casación deberá contener de manera fundamentada y
obligatoriamente: Indicar la sentencia o providencia que se la recurre, el proceso y el
tribunal que intervino. Mencionar las normas de derecho que se considera fueron
infringidas. Determinar las causales en que se fundamenta el recurso. Exponer los motivos
en que se fundamenta el recurso señalando la forma como se produjo el vicio.
Requisitos de fondo o sustanciales. Respecto a estos (Ramirez, 2020) nos dice que deben
ser: procedencia; legitimación; determinación de normas de derecho que se consideran
infringidas o las solemnidades del procedimiento omitidas; determinación de las causales
en que se funda; y, fundamentación del recurso.
Procedencia del recurso. Conforme el artículo 266 del (COGEP) este recurso procede contra
las sentencias y autos dictados por las Cortes Provinciales de Justicia y Tribunales de lo
Contencioso Administrativo y Contencioso Tributario, que pongan fin a los procesos de
conocimiento , es decir, aquellos en los que se dice el derecho, se declara, establece o
reconoce un derecho. De esta forma no resulta procedimientos ejecutivos. Es necesario que
las providencias pongan fin al proceso es decir que no se pueda volver a discutirse por no
existir ya un recurso ordinario pendiente.
También se permite interponer el recurso contra las providencias expedidas por las mismas
cortes y tribunales indicados, en la fase de ejecución igual mente en procesos de
conocimiento, pero cuanto estas providencias resuelvan puntos esenciales no
controvertidos en el proceso y que no fueron decididos en el fallo o que contradicen lo
ejecutoriado.
Legitimación activa para interponer el recurso. De acuerdo al artículo 277 del COGEP, el
recurso de casación sólo podrá ser interpuesto por la parte que recibió el agravio de la
sentencia o del auto. En el mismo artículo se determina que no podrá interponer este
recurso quien no apeló de la sentencia o auto expedido en primera instancia ni se adhirió a
la apelación de la contraparte, en el caso de que la resolución de segunda instancia haya
sido totalmente confirmatoria de la de primer nivel.
Tercer caso de procedencia de la casación. Este caso tiene relación a que en la sentencia
o auto se haya resuelto lo que es materia del litigio o se haya concedido más allá de lo
demandado o se omita resolver sobre algún punto controvertido. En este caso se advierte
que para que proceda la sentencia o auto debió haber violentado el principio de
congruencia que está establecido en el artículo 92 del COGEP. Este vicio consiste en que la
resolución no guarda concordancia entre las pretensiones de la demanda, los medios de
defensa o reconvenciones y lo que se resuelve y que la doctrina la llama congruencia
externa.
Cuarto caso de procedencia de la casación. Respecto a este caso encontramos que se alega
la aplicación indebida, falta de aplicación o errónea interpretación de los preceptos jurídicos
aplicables a la valoración de la prueba y que hayan conducido a una equivocada aplicación
o a la no aplicación de normas de derecho sustantivo en la resolución. Es decir que para que
se configure este caso el juzgador debió haber violentado los preceptos y principios
relacionados con la valoración de la prueba y que según la doctrina es una violación
indirecta. El COGEP en el artículo 164 se refiere a la valoración de la prueba que debe ser
aplicado por el juzgador al resolver.
Efectos del recurso. Por regla general por haberse concedido el recurso de casación no
interrumpe la ejecución de la sentencia por lo que se deberá disponer que se remitan copias
al juez de primer nivel para el efecto. Por disposición contenida en el artículo 274 se
suspende la ejecución en tratándose de procesos que versen sobre estado civil de las
personas o que haya sido propuesto por organismos o enti dades del sector público.
También puede suspenderse a pedido del recurrente cuando solicite se le califique caución.
El monto será fijado por el Tribunal y conforme el artículo 271 deberá consignarla dentro
del término de diez días. Si se consigna la caución en el tiempo concedido se suspenderá la
ejecución caso contrario se procederá a ejecutar lo resuelto. En el caso de sentencias
declarativas en que no se impone prestación alguna tampoco corresponde por lógica
ejecución alguna.
Fase de resolución del recurso de casación. Conforme el artículo 272 del COGEP, una vez
que se reciba el expediente se convocará a la audiencia conforme las reglas generales para
estas diligencias contenidas en el mismo ordenamiento jurídico. Según el artículo 273
ibídem, una vez finalizado el debate el tribunal de casación pronunciará su resolución en los
términos establecidos y que deberá contener los puntos que se expresan
Efectos de la casación del fallo ejecutado. En el artículo 276 del COGEP precisa que si se ha
ejecutado el fallo que es casado, el juzgador que dispuso dicha ejecución dejará sin efecto
aquello que pueda deshacerse y dispondrá que se liquiden los daños y perjuicios, tanto en
la parte en que no pueda deshacerse como también de la ejecución en general. Se dejan a
salvo los derechos de terceros de buena fe que resulten afectados.
Abandono del recurso. En el artículo 249 del COGEP se expresa que cuando se declare el
abandono del recurso de casación se tendrá por desistido dicho recurso y por consiguiente
queda en firme la resolución impugnada debiendo devolverse las actuaciones al órgano
jurisdiccional de donde provienen.
Recurso de hecho.
Oportunidad y trámite. Este recurso deberá interponerse dentro del término de tres días
siguientes al de la notificación de la providencia en que se negó los recursos de apelación o
casación. Se deberá interponer ante el mismo órgano jurisdiccional que negó los recursos
para que conozca el superior.
Casos de improcedencia del recurso de hecho. El (COGEP) en el artículo 279 determina los
casos de improcedencia del recurso de hecho en la forma siguiente: Cuando la ley niegue
expresamente este recurso o los de apelación o casación; cuando el recurso apelación o el
mismo de hecho no sean interpuesto dentro del término legal: y, cuando concedido el
recurso de apelación en el efecto no suspensivo se interponga el de hecho con respecto al
suspensivo. Incluso se hace referencia que el juzgador a quo que sin aplicar esta disposición
eleve indebidamente el proceso se le impondrá la sanción correspondiente.