El Infierno Segun Lucas
El Infierno Segun Lucas
ISBN
978-958-44-0276-9
Email: [email protected]
Una brigada de la Cruz Roja que adelantaba una campaña de donación de sangre,
rompió la rutina laboral. Aunque no era amigo de las agujas, ni muy dado a las
acciones filantrópicas, Lucas decidió acudir con los demás compañeros. Una vez
enfrentó los cuestionarios de rigor que preceden a las donaciones, en los que le
carta en la que le informaron que debía acudir a las instalaciones de la Cruz Roja,
la tarde. Allí lo esperaba una funcionaria, quien al verlo, sorprendida y algo nerviosa,
Luego de un breve silencio, con voz casi imperceptible le respondió “es usted muy
por la cabeza. ¿Joven para qué? ¿Por qué tanto rodeo?; mientras caminaba hacia el
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él médico, que con papel y lápiz comenzó a mencionar las razones de las nuevas
que de su boca no saliera la palabra sida. En sus adentros pedía que fuera cualquier
cosa, menos eso. Aunque había escuchado algunas cosas sobre esa enfermedad y
por su mente no pasaba que pudiera tenerla, la sola palabra le producía miedo. Y
“Lo hemos citado porque su muestra de sangre dio positivo en la prueba de sida”;
añadiendo que no era definitivo, que habría que realizar nuevas pruebas.
que le entendiera que no era el fin del mundo. Y aunque hizo un gran trabajo, para
Lucas fue como si él no existiera. Sus palabras eran una diatriba lejana, un murmullo
tema con el mundo de los homosexuales. ¿Por qué yo?, ¿Qué había hecho?, ¿Qué
iba a pasar?, ¿Qué iba a hacer? Todas esas preguntas sin respuesta, rondaban por
su cabeza.
No sé dió cuenta del tiempo que transcurrió desde que entró al consultorio. Es
más. No le importó. Todo le dio vueltas; el vacío en el pecho se hizo más intenso, y
pasaba, dijo “no importa, si quiere llorar, llore”. Lucas no necesitaba su aprobación,
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aunque quiso hablar, no lo podía hacer, cada vez que intentaba responder las
preguntas, la situación se repetía. Lo único que pudo hacer, además de llorar, fue
dar vueltas por el consultorio tratando de hallar una salida, pero era inútil, miraba a
encerraban; se sentía tan frágil e impotente como un pajarillo que intenta escapar a
para otro si mucho éxito, por lo que el doctor dejó su silla y se acercó. Le dio un
información sobre el tema. Habían transcurrido más de dos horas de modo que se
Salió de allí como drogado. Todo lo veía lejano como si acabara de entrar a
otra dimensión, a algo desconocido. Por unos minutos me quedó estático. No quería
sin parar de llorar en silencio. Incluso dejo escapar unas lágrimas. No probó el
médico dio su trabajo por terminado y lo remitió a la clínica San Pedro para que
comenzara una nueva etapa del tratamiento, pues una nueva prueba confirmó que
II
afectaba ala ciudad le preguntó si tenía algún problema en el trabajo o con alguien y
por eso decidía irse. La mayoría de jóvenes se han dejado deslumbrar por el
rápido y fácil; para algunos su mayor aspiración es vestir ropa de marca Calvin Klein,
Gucci o Levis y zapatillas Nike; además de tener un carro o una motocicleta para
deseo de estudiar y que para lograrlo lo mejor era viajar a Bogotá. Su madre no
pudo ocultar la cara de desilusión, era el menor de cinco hermanos y el único que
vivía con ella, por lo que la noticia la tomó por sorpresa. A pesar de ello nunca se
opuso, le dijo que la decisión era suya y que no se iba a interponer. Eso sí, le dejó
claro que él era responsable de la decisión que acababa de tomar, pues ella no lo
silencio, tratando de demostrar una fortaleza, que si bien es cierto, tiene, Lucas
sabía que no la blindaba de todos los hechos, así que entendió que para ella era
pensarlo, y sólo tres días después de la conversación había hecho maletas. El día
del viaje llamó a Jaime, un hermano que vivía en Cali, para contarle la decisión.
Al Igual que la mamá respondió con sorpresa, y trató de persuadirlo para que
no tomara las cosas a la ligera, diciendo que él sabía que tenía más posibilidades
para estudiar en Cali, pues aunque la hermana mayor de ambos vivía en Bogotá,
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ella no tenía ni los medios, ni las influencias necesarias para ayudarle a conseguir
un buen trabajo. Sin dejarlo terminar, lo interrumpió aclarando que sólo le estaba
dejara el autobús.
Llegó un sábado a Bogotá, como llegan todas las personas a la capital: lleno
de sueños e ilusiones. Los de él: estudiar periodismo; sabía que los medios
importantes estaban aquí, por lo que llegó convencido que su futuro no podía estar
en otra parte. Como no discutió con nadie lo del viaje, ni llamó a la hermana, para
había viajado a Medellín el fin de semana y no regresaría hasta el lunes. A las siete
de la mañana de ese frio sábado de Bogotá se vió sólo en un andén sin saber para
unos ahorros y ya estaba buscando trabajo, por lo que no iba a causar mayores
sintió incapaz de decirle que no. La cogió por sorpresa y ante la alegría de verlo,
corbatas, que debió adquirir para presentarse a las primeras entrevistas de trabajo.
Por cierto, sin mucho éxito, pues no hacía mucho había salido de prestar el servicio
tenía varios amigos con quien pasar las tardes jugando rana o cartas en la tienda
ubicada en el primer piso donde vivía. Después de otro mes, logró conseguir el
primer empleo.
III
manera habitual. Nadie se imaginó lo que estaba viviendo; al jefe de personal le dijo
qué lo habían citado para confirmar una posible hepatitis pero que en la segunda
prueba había sido descartada. Su versión se hizo creíble porque al igual que los
Las noches, sin embargo, ya no eran lo mismo. Llegaba a la casa y luego que
importaba el frío bogotano. Allí pasaba horas mirando hacia el firmamento sin
encontrar la respuesta a las mismas preguntas que se hacía desde el día en que le
ansias incontenibles de llorar. Pese a las noches que pasaba sin dormir logró
intuyeron que algo andaba mal, pues sus constantes salidas a la terraza y el llanto
para ellos. Una noche que regresaba de la terraza al cuarto, Ana prendió la luz. Sin
dar tiempo de nada, preguntó. “¿Qué está pasando?, lo que sea debe confiar en mí”.
cortó y se atacó en llanto. Luego de un fuerte abrazo se sobrepuso y sin más les
conto todo. No supo si ellos entendieron la gravedad del asunto, pues aunque la
Al día siguiente ella acudió hasta donde el médico González, quien le informó
sobre la situación de Lucas y explicó cómo debía actuar. Esto fue muy importante
para todos porque les permitió entender un poco más a fondo el tema, más allá de
los prejuicios y el desconocimiento que por esa época había sobre esta enfermedad.
Acordaron que nadie más debía saberlo, pues Lucas no quería que en su
A pesar de esta decisión como a los seis meses llamó a Jaime a Cali y le
un poco mayor que Lucas y han sido muy unidos. No podía aceptar que eso le
estuviera pasando a su hermano menor. Los dos lloraron por un largo rato. A partir
de ese momento cada vez que se sentía mal, hablaba con él. Lo llamaba a cualquier
Un año después Jaime decidió vivir en Bogotá para estar más cerca. Lucas
nunca estuvo de acuerdo con esa decisión, su hermano estaba muy bien en Cali y
no quería que cambiara su vida por él. A pesar de que le hiso saber que no estaba
hecho.
Mientras que para sus hermanos las cosas siguieron su curso normal, para
Lucas todo empezó a cambiar. Aunque era portador asintomático, asumió que iba a
En la empresa las cosas no cambiaron y trabajo allí por otros seis meses,
hasta que decidí retirarse. Pensó que si se iba a morir, debía empezar a hacer lo
que realmente le gustaba. Sin pensarlo mandó el trabajo para la mierda. Por esas
periódico, y a la semana ya estaba trabajando allá. Durante las entrevistas para ese
trabajo tuvo el primer gran susto. Se „paniquiaba‟ de sólo pensar que en los
vih. En ese momento su desconocimiento era tal, que cualquier examen que le
Aunque trataba de llevar una vida normal, las preguntas del primer día no
IV
una tía abuela que vivía en Cali, aunque no era el gran plan, se divertía con los
primos y aprovechaba para dejarse consentir por la tía abuela, motivos para preferir
pasar las vacaciones con ellos antes que quedarse en casa sin hacer nada.
sus padres salieron de viaje, así que disponían de la casa para hacer lo que
que estaba en el garaje, destaparon unas botellas de licor y prendieron los primeros
volumen, la casa llena de humo, cual discoteca por la marihuana, y agua por todas
Lucas los observaba, con una cerveza en la mano, sentado en un sofá, sin
entender muy bien qué hacía ahí. Tenía 15 años y no había probado drogas. Le
daba algo de susto lo que pasaba, además tenía en la cabeza a su mamá con la
„cantaleta‟ del cuento de las drogas. Pensó que por nada del mundo se podía enterar
qué si no tenía calor. Ante la insistencia, asintió, pero les dejo en claro que lo haría
Estaba en la ducha cuando entró Fabián, que sin mediar palabra comenzó a
momento le dijo que no se sentía bien y que no quería que pasara nada más. Aun
Cuando salió del baño lo estaban esperando para almorzar, pues habían
pedido comida a domicilio. A pesar del hambre que tenía, sólo probó, esperando que
Estaba confundido y aturdido por todo lo que había pasado, de manera que
imaginar lo ocurrido, insistió para que saliera con ellos, segura de que se divertiría.
que era lo mejor para todos, pues aunque ellos nunca lo hicieron sentir mal, la
verdad era que Lucas sentía un poco de miedo por ellos, es decir, pensaba que
pudieran tener algún riesgo de infección, sobre todo el sobrino, que estaba como de
adolescencia; con los amigos se vieron obligados a recordar los tiempos en los que
Las tardes sin energía hubiesen sido „inmamables‟ de no ser porque todos
los „pelaos‟ de la cuadra se reunían en la tarde para salir del aburrimiento de estar a
oscuras; lo que significaba no tener televisión ni radio. A pesar que todos estaban
policías y ladrones y cuanto juego que conocían de la infancia se les ocurría. Los
mayores se divertían al verlos jugar como „pelaos‟ pequeños. Esas tardes son lo
pasando una carta de naipe, sostenida sólo con los labios, sin dejarla caer para no
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recibir una penitencia. Y pasó lo que no debía pasar. La carta cayó. Sus labios se
encontraron. Fue un segundo, sólo un segundo, pero suficiente para los dos. Se
miraron sin decir palabra, y sin saber, que ese beso fortuito sería el inicio de una
Andrea, estaba terminando una relación afectiva de por lo menos tres años,
con David. Fue su primer novio y su primer amor, y no quería enredarse de nuevo en
serio con nadie. Se encontraba en esa etapa en la que todavía se discute con el ex
respetando su decisión, ella empezó una nueva relación con Salvio, otro amigo de
ambos. Era muy duro verla salir con otro, se había enamorado de ella, y no le servía
universidad Javeriana. Allí pasaban los fines de semana, que por lo regular
trabajar lo único que le importaba era la rumba. Tenía un grupo de amigos grande
con el que se gozaba todas las rumbas que salieran, y pronto su apartamento se
convirtió en sitio de reunión obligado. No hacía fiestas, pero casi todas terminaban
ahí. Si salían de una discoteca o de una reunión de amigos y no había más que
hacer, se iban para el apartamento de Lucas. Allí todo era permitido: sexo en el
baño, alcohol, y si alguien decidía darse un „pase‟, pues ni modo, que lo hiciera.
consistía en que cada cual debía hacer lo que le diera la gana, obvio sin „boletearse‟
ni „boletear‟ el apartamento.
que vivía en el segundo piso, quien después de cada rumba amenazaba con botarlo,
su carácter fuerte, en el fondo era una vieja chévere. Como madre soltera no tenía
que vérselas con el marido; su hijo mayor, que era sólo unos años menor que Lucas,
nunca dijo nada, si acaso intercedía a favor de él. Los vecinos se quejaban del ruido,
pero nunca llamaron a la policía, porque sus hijos también estaban allí, además no
muchachos, todos estudiaban o trabajaban, así que lo única preocupación para los
padres era su marcada afición por el licor, y que sus hijas se quedaran con ellos.
apartamento, decían que Lucas tenía una relación con ella, razón por la que
él, porque la señora, por darles bronca a sus vecinas, hacía oídos sordos a las
quejas.
Andrea salir con otros „manes‟, claro que Lucas también salía con otras viejas,
aunque lo de él, se dió como disculpa, pues en el fondo cada vez que ella estaba
como todos los machos cabríos, o más bien cabrones, cuando otro se acerca a su
güevon, como si nada pasara, el otro no reaccionó, pero sus amigos respondieron la
agresión formando bronca. El grupo que estaba con Lucas también reaccionó; unos
Andrea que estaba con Lucas la culpó a ella por el incidente, sabía que 15 días
atrás, en otra rumba, se „rumbió‟ con él. “Si no quiere nada con Lucas, pues
terminado para ellos, también para Andrea, porque el hermano la sacó de la fiesta.
Al día siguiente al verla le pidió disculpas, pues era consciente que los dos no
tenían nada. Como buenos amigos que eran se rieron de la situación sin darle
Así transcurrió el primer año. Se rumbeó con Andrea un par de veces, pero
ella se encargaba de colocarle freno al asunto para que no prosperara. Le tocó ver
cómo terminaba con Salvio y tiempo después se ennoviaba con un tal Mario, que
conoció en Sones. Como el man no era del barrio por lo menos no tenía que verlos
juntos.
La nueva relación no era impedimento para que siguieran siendo los mejores
amigos, incluso compartía más tiempo con Lucas que con su propio novio, con quien
duro un año. Después de Mario tuvo dos relaciones más. Un par de pelados sin
importancia para ella, y aunque eran unos „babosos‟ a Lucas le causaba mucho
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dolor verla con ellos. Podrían ser por „desparche‟, pero aún así, estaban a su lado,
diciembre, cuando todo el mundo está de fiesta, Juan, uno de sus mejores amigos,
Todos decían que Juan era una güeva que levantaba viejas buenas porque
tenía mucha plata, “como a las viejas las deslumbra el dinero y los carros, pues se le
pegaban”. Esa noche necesitaba un sitio cercano para que el papá de Mónica no se
diera cuenta que se iban a perder por un rato. ¿Dónde?, pues donde Lucas. Así que
y le contó que el papá de ella la estaba buscando, que sabía que estaban
encerrados en el apartamento de él, que por favor los llamara. Sin más remedio salió
hacia el apartamento. Al llegar pudo confirmar que Juan era una güeva, estaba tan
borracho que se quedó dormido y la pelada se había ido. Ahora el problema era que
Ese no era problema de Lucas, el suyo era poder entrar a dormir pues ya eran
casi las cinco de la mañana y al día siguiente, que digo, en unas horas tenía que ir a
trabajar. Se cansó de tocar, y de regreso para la rumba se encontró con una pelada
que venía de allá; de esas chicas medio puticas. Así que de puro lance le contó que
Juan le abriera la puerta. Le hizo señas a la vieja y mientras llegaba le dijo a Juan
que le tocaba pasarse para la sala pues él necesitaba el cuarto para echarse una
vieja. No podía dejar que ella lo viera, porque como lo conocía de repente se echaba
poco la borrachera, no se quería salir del cuarto, “quien es la vieja. En la sala hace
En medio de la carrera para que no jodiera más y se abriera, Lucas dijo que
sé „fresqueara‟ que dejaría la puerta sin seguro para que entrara después y se la
„echara‟ también. El cuento resultó. Cuando llegó y preguntó quién estaba ahí, le dijo
puso el seguro. Juan se pasó todo el tiempo detrás escuchando y viendo todo por un
vidrio que tenía la puerta y como a la hora y media, cuando ya había clareado,
golpeó para que lo dejara entrar al cuarto pues estaba muerto del frío. Al abrir, Lucas
no sólo vió a Juan, también estaba otro „loco‟ que se quedó dormido en la sala
reclamaban porque haberlos dejado en la sala sin una cobija o una manta para el
frío. Los mataba la curiosidad por saber quién era la vieja, quien tapada hasta la
cabeza con las sabanas no se atrevía a descubrirse porque sabía que ambos la
conocían.
Después de unos minutos y sin poder hacer nada para evitarlo, le tocó dar la
cara. Juan destapó otra botella de ron. Después de varios tragos, Lucas le dio a
escoger entre „coger‟ con él, delante de ellos, o hacer un striptease. Escogió lo
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primero con la condición de estar entre las sabanas, lo cual no fue obstáculo para
que Juan metiera las manos por debajo y se las colocara en el culo a Lucas, para
todos los vecinos están en la calle, algunos barriendo el reguero del día anterior,
esquina. El lío para la vieja era salir del apartamento sin ser vista por todos. Pobre,
aunque se asomó varias veces por la ventana para buscar el momento ideal, preciso
cuando abrió la puerta, otro amigo de Lucas gritó desde la tienda de la esquina que
no cerrara. Todos miraron. Aunque ella se quería morir, los tres se quedaron frescos
marica de Juan ya había contado todo; incluso socializó el cuento del bálsamo que
se volvió famoso. Según él, Lucas le pidió a la pelada que se volteara para tener
sexo anal, y ella había respondido que no, que eso dolía mucho, a lo que Lucas
contestó, “yo te ayudo”, echando mano a un bálsamo para el cabello. Todos los
un culo.
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VI
El punto culminante con Andrea fue cuando empezó a salir con Juan. Con
Lucas compartían muchas cosas, no sólo las rumbas. Llegaron a tener dinero de los
dos en una sola cuenta y nunca tuvieron una discusión, incluso Juan vivió en el
„farra‟. Juan, era el típico amigo de juventud que todos tienen en esa etapa de la
vida. Por eso le dolió tanto, Lucas lo conocía bien. Sabía que tenía novia y que
Aunque se sintió traicionado por Juan nunca reclamó. Nunca hablaron sobre
ese asunto. Sabía que esa relación no tenía ningún sentido y que sólo le haría daño
A pesar de su relación con Juan una noche se fueron de rumba los dos.
madrugada, y como era costumbre, con más tragos encima de los que cualquier
persona pudiera aguantar se fueron para el apartamento de Lucas. Estando allí llegó
Juan, quien al ver a Andrea la invitó para que se marchara con él. Ella acepto.
Lucas explotó y le dijo cosas que ella no hubiera querido escuchar y que él
hubiese preferido no decir. La trató „remal‟. Por primera y única vez fue grosero y
veneno. Le reclamaba por todo lo que le hacía. De nada valió, Igual se fue con él.
Al día siguiente, sabía que la había cagado, y esta vez ella estaba muy dolida.
Sintió un vacío el hijueputa y le pareció tenaz que su amistad terminara así. No sólo
era su mejor amiga, sino que además la quería más que cualquiera en este mundo.
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Los días pasaban lento, y no sabía qué hacer para romper el hielo. Sin saber
muy profundo. Siempre son pocos los amigos y muchos los conocidos. Lo definitivo
es tener alguien en quien uno confíe. Un amigo es como uno mismo, dice Séneca, y
por eso es tan difícil la amistad. Entonces se deben compartir valores. El amigo tiene
que ser una persona que uno respete. Que sea honesta y transparente, para que la
Nunca supo cómo llegó allí, pero lo cogió y se dirigió al primer „Timoteo‟ que
vió en el camino, estos sitios en donde venden muñecos, tarjetas y toda clase de
escribieran el mensaje que encontró en el recorte del periódico. La disculpa, que fue
Después del vacilón de Andrea con Juan, y a pesar de lo que los amigos
fueron fáciles, estaban en una sociedad de doble moral. Si eres hombre y salís o te
„echás‟ varias viejas, sos un duro, un bacán, un perro. Es algo aceptado, nadie lo
descalifica por eso, al contrario, entre los amigos es del putas. Pero si es una vieja la
que lo hace, no la bajan de perra, puta, fufa, zorra o loba. Todo el mundo las
A Lucas no le importó, la conocía. Sabía todo lo que había hecho. Nadie tenía
que contarle nada. Conocía sus valores, sabía que era sensible, dulce, delicada y
cariñosa. Una „pelada‟ súper. Entendía que pasaban por una etapa de desenfreno.
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Andrea, decían que era un error, que lo único que iban a conseguir era dañar la
amistad.
Llevaban como dos meses de novios y como Lucas sentía que era lo mejor
que le estaba pasando, aprovechó las vacaciones para invitarla a Cali; quería pasar
unos días con la familia y de paso estar solos, lejos de todos. A ella la idea no le
pareció tan buena y rechazó la invitación, de manera que tuvo que viajar solo.
Todos los días hablaban por teléfono, pero después de la primera semana la
sintió distante, intuyó que algo pasaba. Ya no sentía el mismo entusiasmo cuando
perderla, y de cuando en cuando aparecía para pedirle que volvieran. Ahora resultó
que mientras Lucas estuvo fuera de la ciudad, se vieron un par de veces, decidiendo
aprovechando que sus padres no estaban. Allí tuvo que verlos todo el tiempo juntos.
mierda en su cara sin poder hacer nada. Tomó más licor que todos, tratando de
llenar con alcohol el vacío que sentía. Luego de varias botellas en un rincón de la
casa lloro. Sí, lloro desconsolado. Se tomó unos tragos más y decidió salir de allí.
embriaguez en que estaba, sabiendo que se podía quedar en su casa. Lo que tal
vez ella no entendía, era que Lucas no pudo soportar que estuviera con alguien más
enfrente de él. Aún dolido, aprovechó la conversación para hacerle saber que
aceptaba su decisión de volver con David, pero pidió que le explicara la decisión de
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terminarle de esa manera. “Nos vamos a casar”, contestó Andrea. La miro a los ojos,
diciendo que entendía y le deseó suerte. Era lo mínimo que podía hacer, aceptarlo
en la cabeza sin ninguna claridad. ¡Entendía!, pura mierda. Cada día que pasaba se
sin encontrar las razones por las que se sentía así. Lloraba, y aunque le dolió todo
lo que pasaba, no entendía porque no podía dejar de sentir todo lo que sentía, y lo
que es peor, por qué no podía dejar de amarla. Dejo de salir, no quería ver a nadie,
Ella que lo conocía, se dio cuenta que no estaba bien. Le escribió una nota
diciéndole que lo quería y lo especial que era. Le pidió que no estuviera mal, porque
ella no lo podía soportar, que él tenía muchas cosas lindas para dar. “No te mereces
Dos semanas después Andrea le pidió que le pintara unos dibujos que
necesitaba como ayudas didácticas para las clases de inglés; era profesora de un
colegio. No se pudo negar, pasó toda la mañana dibujando. En la tarde ella fue
hasta el apartamento de Lucas para darle las gracias. Abrió la puerta y se tiró de
nuevo en la cama para seguir viendo el noticiero. Llevaba una minifalda imponente,
se veía lindísima o más bien muy „buena‟. La miro de abajo a arriba. Sus ojos
blusa para besar sus senos. Bordeándolos con la lengua y aferrándose a ellos. Que
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besaba la quitó las medias veladas y subió su falda, pues no aguantaba más. Ella lo
ese momento, se olvido de la realidad del país que mostraba el noticiero para entrar
No se habían repuesto del todo, y Andrea recordó que tenía una cita con el
ortodoncista, pidiéndole que la acompañara. Mientras se daba una ducha, ella fue
quien no pudo ocultar la sorpresa al verlos juntos. Camilo era de los mejores amigos
con David, que llegaba a hacerle visita a Andrea. Después de un corto saludo
Lucas se despidió con una sensación de descanso que no podía explicar, sintió
pesar por David. “Si se quería casar, que se case”, dijo para sí. No pasaron más de
preguntas sin repuesta, las noches sin conciliar el sueño y las lágrimas contra la
Al comienzo le era muy difícil aceptar las cosas sin cuestionar los hechos del
VII
Los dueños de los bares recorren los pueblos del norte del Valle y del viejo
Caldas para reclutarlas; unas no tienen problema para viajar con su nuevo patrón, a
otras en cambio hay que comprarles la deuda, o sea, toca darles dinero para que
paguen a su antiguo patrón las deudas que han contraído con él, para poderse
marchar.
Las deudas son un negocio. Los jefes les prestan plata para que compren
ropa, coloretes, lociones y cuanta chuchería venden los „cacharreros‟ que van de
pueblo en pueblo, y en otras ocasiones les prestan para que tomen trago en los días
que no hay muchos clientes. Contraen deudas hasta por medio millón de pesos y
quedan amarradas a su jefe. Se vuelven como una mercancía. Las más bonitas son
las más apreciadas, y pueden generar riñas entre los dueños de cantinas. Cuando
uno se da cuenta que otro viene a llevarse sus chicas, se arma la hijueputa. Ellas
Las viejas más andariegas, que gustan estar de pueblo en pueblo, no esperan
a que vaya alguien a comprar su deuda, sino que en cualquier descuido se vuelan
obliga a contar con un buen grupo de personas que ayuden no sólo a reclutarlas,
Los dos hermanos de Lucas y los primos hacían parte de ese batallón de
muchachos, con edades entre los 16 y los 22 años. Aunque eran demasiado jóvenes
pistolas por si las cosas se ponían feas con los ebrios, o con los que se las dan de
pobres mujeres los hacía sentirse más hombres de lo que realmente eran, aunque
veían enfrentados a sus impulsos que los delataban, estaban en la edad en la cual la
libido se expresa con mayor fuerza y no ahorraban esfuerzos para desfogar toda su
arrechera juvenil.
Las peleas con los borrachos siempre se resolvían a favor de los dueños de
las cantinas; los muchachos „frenteaban‟ a golpes a los borrachos que armaban
escándalo. Con el pretexto de que el tipo iba a acabar con la cantina, le daban con
todo, y de remate, los policías, que diariamente recibían mordida, se tranzaban con
5.000 o 10.000 pesos, llevaban a pata hasta la patrulla al tipo, que debía pasar la
noche en la estación.
Algunos se lo merecían. Como el que cogió a una de las viejas a golpes por
que no se lo mamaba. Uno de los primos de Lucas tuvo que intervenir; al comienzo
trato de arreglar con el man por las buenas. Le preguntó a la vieja que si el tipo le
había pagado por ese servicio, ella entre sollozos respondió que no, que sólo
El man lanzando improperios, alegaba que la vieja era una puta y que él hacía
con ella lo que le diera la gana. Se lanzó sobre ella para seguirle cascando. Sin más
cayeron a patadas hasta que llegó la Policía y se lo llevó todo reventado. Muchos se
Inicialmente, esa era una realidad lejana para Lucas, que estaba dedicado al
estudio. Empezó a ir a este sitio a llevar alguna razón de la mamá a los hermanos, o
por iniciativa propia, a pedirles dinero para ir a sus rumbas. Poco a poco se fue
familiarizando con las circunstancias que se presentaban en las cantinas, sobre todo
los fines de semana, pues cuando no estudiaba, a veces pasaba y les ayudaba con
Estaban acostumbradas a tratar con „gañanes‟ y él era un „pelado‟ decente, que las
trataba bien. Además cuando no tenían mucho trabajo se sentaba a hablar con ellas
durante horas. Aprendió a conocerlas. Se dió cuenta que eran mujeres con
sentimientos, madres e hijas, que trabajaban para sostener a sus hijos y madres
Dejó de verlas como simples putas, les tenía lástima, y ellas disfrutaban tanto
iba los fines de semana a hacer de disc jockey. En esta feria de lujuria pronto perdió
la virginidad. Era una pelada de 17 años llamaba Naslí; nunca supo si era su
Aunque le daba algo de susto, un primo, solo dos años mayor que él, lo
animó. Estaba en el cuarto con la vieja y alcanzó a escuchar que el hermano mayor
preguntó por él. Con sorna el primo le señaló el cuarto. El hermano reclamó por lo
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que estaba sucediendo y éste se le emputó y le dijo que dejara la maricada que
Lucas ya estaba muy grande y era hora de que se „echara‟ una vieja.
El sexo se le convirtió en un vicio, como los video juegos; cada vez quería
más. En un par de meses me había „echado‟ más viejas que las que cualquier chico
daba vergüenza que supieran que se „culiaba‟ las putas del bar del tío.
comienzo ella le tuvo bronca, porque decía que era muy „picado‟, al poco tiempo se
seguía explorando ese otro mundo que se abría frente a él, mostrándole las mieles
Llevaba una doble vida. Seguía en el colegio con sus actividades normales;
cursaba grado once, y como los demás chicos del colegio tenía novia y casi todos
los días la visitaba, como es normal a esa edad. Llegaba sobre la nueve de la noche
para explorar juntos los primeros besos, caricias y deseos. Con ella era tímido,
nunca presionaba este tipo de situaciones, que se daban por los impulsos juveniles.
los brazos de Carmenza, quién le calmaba la „parola‟ y la arrechera con que salía
de la casa de la novia.
madre se dio cuenta y un día cualquiera fue hasta allá y lo sacó regañado,
hizo pasar una pena de puta madre. Le recordó que no era más que un mocoso y
que si quería echar su vida a perder, tomando licor con viejas, pues que debía
esperar hasta que tuviera la capacidad de mantenerse por sus propios medios,
porque mientras ella lo hiciera tenía que someterme a sus reglas. Lo cogió de un
brazo y cruzo el lugar con él. Los pocos tipos que había en el bar y las viejas que
porque era el amante de la dueña del sitio, tuvo que aguantarse las burlas de las
Por unas semanas logró frenar sus visitas. Lo que no pudo evitar es que se
dijo al hermano mayor. Él sin hacer mayores preguntas lo llevó a donde un amigo de
con los compañeros para Cartagena y Santa Marta. No podía creer pasaba; se
aproximaba el viaje más esperado por todos y él con una maldita venérea.
viaje solo tuvo una semana para compartir con la novia y amigos, las acostumbradas
ver.
Aunque estaba muy molesto por lo ocurrido con Carmenza, no podía dejar de
recordaba las noches que pasaba con ella, menos frías y menos aburridas, por
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supuesto. A esa edad Lucas era un mar de pasión. Luego de tres meses de encierro
tuvo su primera licencia. Al llegar al pueblo no pudo evitar verla y sin mayores
reclamos se fueron a la cama. Al día siguiente se encontró con los primos y, claro,
tenían que celebrar que estuviera de permiso. Casi acaban todo el licor de uno de
los negocios.
verga. Sin entender bien lo que pasaba reconoció a Milton, un „pelado‟ que trabajaba
con los primos. Cuando Lucas lo enfrentó, le dijo “fresco, no haga escama”. Aunque
De modo que nadie se enteró. Tiempo después al comentar el suceso con unos de
mis primos se dió cuenta que la situación se había presentado con algunos de ellos,
agobiado, pues encerrado en el cuartel sin tener relaciones con nadie habían
doctora que lo atendió por lo del diagnóstico de vih, le explicó que tenía un herpes
medicamento específico, y que reaparece cuando hay una baja en las defensas, por
VIII
Después del último episodio con Andrea decidió recapitular sobre su vida.
Desde que le dieron el diagnóstico estaba dedicado a la rumba porque creía que se
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iba a morir. Se había bebido un par de años y nada. Entonces empezó a pensar en
las metas que le habían traído a Bogotá, y luego de mucho darle vueltas ingresó a
Pasaban los días y aunque Andrea había terminado con David no se atrevía a
buscarla. Al contrario, trató de establecer una prudente distancia con ella, de modo,
que lo que hiciera o dejara de hacer, no le afectara o causara daño. Lucas la seguía
queriendo, de manera que lo mejor para él, en ese momento, era no estar cerca de
ella. El ingreso a la universidad no sólo le permitió encaminar sus energías hacia las
invitó a una fiesta donde Laurita, una amiga en común. Nada formal, una reunión de
amigos para bailar y tomar. La historia se repitió. Al tiempo que bailaba con él,
coqueteaba con otro „pelado‟, por supuesto, Lucas se sintió como un güevon, pues
aunque era cierto que los dos no tenían nada, ella lo había invitado y no le parecía
bien que le pidiera que la acompañara a una fiesta para restregarle a otro en la cara.
No sólo le reclamó, sino que le advirtió que no iba a aguantar que le viera la cara de
marica “no te quiero ver bailar más con ese tipo”, dijo.
sacarla a la pista. Ella encantada hizo caso omiso a lo que Lucas de dijo. No
había dicho minutos antes. Andrea, histérica gritó que los dos no tenían nada, que
no la jodiera, “no tienes derecho para hacerme reclamos”. Lucas contestó que le
importaba un culo, y que si lo quería retar, pues entonces que bailara con el tipo.
El maricón que estaba con ella intervino, con tono y cara de divertirse con la
situación. “No hay problema viejo, si quiere baile usted con ella”, dijo. Lucas lo miró y
le contestó que no fuera sapo. Se aguantó las ganas de meterle un golpe porque no
se quería tirar la rumba de Laurita. En ese momento los dos entendieron que él no
explicaciones al man. Esto le molestó más a Lucas, al punto, que le importó un culo
Se dirigió hasta donde estaban y le dijo que dejara el show. Discutían cuando
el pendejo intervino de nuevo. “Mire hijo de puta, usted no se meta que no es con
usted. Si le afecta mucho o está muy puto, vamos a la calle y nos arreglamos los
dos”, dijo Lucas. Finalmente, el man entendió que el cuento no era con él y se abrió.
Al día siguiente, con Andrea a comentaban sobre el ridículo que habían hecho
en la fiesta de Laurita, siendo sorprendidos por ella y unas amigas que también
habían asistido a la rumba. Al verlos juntos, sin hacer comentarios, los saludaron,
Continuaron con una prudente distancia, hasta una tarde de junio que Lucas
un rato se fueron al parque para presenciar un partido de micro que jugaban los
palabra para entender que querían estar solos, que había algo muy fuerte entre los
entregaron con todo. Fue algo especial, era más que sexo, era pasión viva, amor,
deseos truncados. A partir de ese día empezaron una nueva etapa, sólo que en esta
ocasión Lucas iba prevenido. No quería subirse en esa nube para luego estrellarse
contra el pavimento.
novios él decía que no, que mejor seguían así. Ella quería recuperar el tiempo
perdido, quería amarlo con todo, deseaba ser su novia, tanto como él había
deseado, sólo que ahora Lucas no estaba dispuesto. La seguía amando, pero todo
lo que había pasado entre ellos lo endureció y ahora quería manejar la situación.
Estaba dolido, y sin quererlo llegó a devolverle algo de lo que ella le había
dado. Una ex novia llamó para saludar, había comprado boletas para una fiesta y le
pidió que la acompañara. Sintió pena de negarse. Esa noche tuvo que „enredar‟ a
Andrea para abrirse para la fiesta, sin que ella se diera cuenta. Pidió a los hermanos
de Andrea que estaban de salida, que lo llevaran a recoger a la amiga. Como eran
Andrea, porque mientras ella estaba encerrada en la casa, Lucas se iba de rumba
Convenció a la dueña de que se le habían quedado las llaves para que le permitiera
romper un vidrio de una puerta que comunicaba el apartamento con un patio interno
final un par de viejas decidieron que era mejor dejarlo para otro día, pues también
marcharon. Al abrir la puerta del cuarto no podía creer lo que veía, Andrea estaba en
lo único que pensó fue en el show que hubiese armado si llega con esa gente a
seguir la rumba allí. Esperó hasta que se calmó y luego le explicó que no entendía
porque había hecho todo eso, si los dos no tenían ningún compromiso. Luego de
pero este episodio minó la confianza de Andrea, que hasta ese día siempre había
„rumbeó‟ con una chica, sin importar que estuviera en la propia casa de Andrea, con
que pasa en ellas, por tanto, es de conocimiento público. Cuando la chica con la cual
entonces, como en los viejos tiempos, cada uno podía hacer lo que le diera la gana.
Esta vez Lucas se pasó. Sin embargo, esta vez ella trató de no darle importancia al
Por esos días Andrea estaba descansando, pues no empezaba clases sino
hasta finales de enero. Así que Lucas aprovechó las vacaciones de la empresa para
año anterior, le dijo que no. No pensaba arruinar sus vacaciones por ella, así que
El primo Fabián dejó Cali para radicarse allí luego de pasar una temporada en
Europa. Las dos primeras semanas las pasó donde Javier, hermano de Fabián que
34
recorrer las playas y los sitios más importantes. Javier conocía a Fabián y sabía que
una semana y ya estaba „mamado‟ de las salidas en familia, el sol, las playas y los
Cambió de guía para salir de rumba con Fabián y unos amigos. Recorrían las
música electrónica, mucho whisky y cerveza y, por supuesto, las drogas hacían
parte de esas salidas, que se extendían hasta el amanecer. Una noche dejaron la
disco, tomando una de las avenidas que van paralelas al mar. El „pelado‟ que
droga a Fabián que hizo lo mismo, después se dio vuelta y le ofreció a Lucas que
estaba en el asiento trasero. Él primo dijo que no, que Lucas no consumía. El amigo,
contestó que él no podía saber si a su primo le gustaba, que lo dejara decidir, pues a
la euforia que tenía por el licor y a pesar del temor que le producía, se dió un pase.
Siguieron por la circunvalar con el radio a buen volumen. El sonido del mar, la
música y las luces de los autos que venían en sentido opuesto lo llevaron a un
otro pase.
sin mucho éxito, como había terminado la noche anterior. Lo último que recordaba
35
era que iba en el auto. Fabián le alcanzó un jugo de naranja. Entonces entendió que
Después de estas rumbas, a Lucas le daba más duro el guayabo moral que el
físico, se cuestionaba por lo sucedido. Durmió el resto del día y en la noche salieron
Fabián que no le gustaba lo que había pasado. Qué él no era marica y que estas
y la vergüenza que sintió por mucho tiempo. Fabián respondió que no debía
preocuparme por eso, que lo que había pasado no lo convertía en marica y, que por
el contrario, él creía que era muy macho. No discutieron más, sabía que Fabián
decidió que las vacaciones son un paréntesis en la vida, que son cosas que se viven
Las clases habían iniciado una semana antes, por lo que estaba muy atrasado. Un
par de días después Andrea le dijo que era hora de que tomaran una decisión. O
estábamos juntos o no. Él también quería formalizar un noviazgo, pero seguía con
miedo comprometerse. Ella insistió en que tenía mucho para darle, y expresó que
podía estar tranquilo que lo amaba y lo único que quería era que le diera la
maravillosa que conocía. Compartían el mayor tiempo que podían. Mimos, besos y
volar todas sus fantasías. Allí nada importaba. Una noche que llegaron de una
Andrea para que se sentara en sus piernas. La boca dejó los labios de ella para
desplazarse por su cuello, hombros y senos. La cogió de las caderas y sus piernas
rodeaban su cintura. El viento suave hacía que las cortinas juguetearan con sus
cuerpo, el aire frío de las dos de la mañana, ni importó que en el parque del frente, a
sólo tres pisos de ellos, hubiese un grupo de „pelaos‟ tomando trago. Los cabrones
terminarían. No dejaron la rumba, ahora la compartían como pareja, algo que seguía
estadio El Campín, al que fueron con Camilo y su primo Carlos, le pidió que se
quedara en su casa, ya que estaba cansado y tenía que trabajar al otro día
temprano. Además le parecía una „cagada‟ que llevándolos hasta allá ella se fuera
con él. Sin embargo, ella insistía en pasar la noche en el apartamento. Tuvo que
recordarle que estaba cansado y que los dos sabían que si pasaban la noche juntos
IX
La relación iba muy bien, sólo que a él le mortificaba que Andrea no supiera la
verdad. Muchas veces pensó en contarle pero la quería mucho y el miedo a perderla
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después de todo lo que había costado llegar a estar juntos lo impedía. No sólo era lo
que él sentía, también era muy complicado que ella entendiera porque insistía tanto
mientras el resto de la familia, a unos pocos pasos disfrutaba del desayuno. Para los
eran indicados. Se reían al recordar las veces en que hacían el amor en las
la puerta. En el camino del segundo al primer piso los besos y las caricias de
despedida se hacían más intensos. Cuando la abrazaba ella podía sentir su „pinga‟
momento alguien los podría sorprender en medio del puje y el empuje. Aun así, las
ganas eran más fuertes. El susto que producía la posibilidad de ser descubiertos los
excitaba más. Todo era rápido, sagaz y silencioso. Al llegar al clímax, se mordían los
„maricada‟ que se preocupara tanto. Decía que no era necesario que los usaran. Al
final, Lucas siempre la convencía argumentando que no sólo era un embarazo, sino
Pero no era sólo la situación con Andrea. Se afligía por el peso de llevar ese
secreto; en muchas ocasiones pensó en contarle también a los amigos para que se
protegieran y no tuvieran que pasar lo que él estaba viviendo. Sentía que era su
obligación. Incluso lo discutió con el médico, quien le explicó que la gente no estaba
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preparada para eso y que de pronto la reacción no era la mejor. Consideraba que
parecía injusto que no pudiera llevar una vida normal, como el resto de sus amigos.
Desesperado, sin saber qué hacer, muchas veces pensó en el suicidio. No era la
primera vez que lo hacía, este pensamiento siempre lo acompañaba, sólo que se
Desde que empezó a asumir su nueva situación vió en el suicidio una válvula
estado de deterioro. No lo soportaría. Además cree que es la decisión más libre del
hombre, pues no se escoge nacer. Nadie le pregunta si quiere venir a este mundo
de mierda, o si acepta las condiciones que le van a tocar. Entonces, ¿por qué no se
mal con el principal, te queda éste. Soportar estas crisis solo, no era fácil. Sin
cada vez se sentía peor. No podía aguantar más, quería quitarme ese peso de
Una noche en un bar, mientras todos se divertían, Lucas apuraba uno trago
Habían tomado mucho, pero estaba decidido a hablar con ella. Al llegar al
quitarse la ropa, en un derroche de pasión. Entonces se detuvo y dijo que tenían que
hablar. Ella no quería parar, continuó besándolo y le pidió que lo dejaran para
después. La interrumpió diciendo que tenía que ser ahora. Sentí un vacío y un par
de lágrimas recorrieron su rostro. Sin saber cómo, se lo dijo. Así no más, sin darle
vueltas.
Andrea lo abrazó y los dos lloraron como niños, sin poder detenerse. Con su
siempre estaría con él. Preguntó, eso sí, desde cuando lo sabía y por qué no se lo
había dicho antes. Dijo que no entendía la decisión de sufrir solo, si sabía que ella lo
amaba.
Luego de llorar juntos por un rato le pidió que hicieran el amor, incluso sugirió
sintió su apoyo no pudo decirle que llevaba varios años con esto. Le dijo que hacía
como un año. Creyó, que como cada uno conocía su propio pasado, era mejor que
pensara que cualquiera de los dos pudo adquirir el virus. Como se dejó ganar de sus
La relación no cambió. Sólo que ahora Lucas tenía menos tiempo libre. En el
Desde que estaban juntos Andrea cambió, ahora sólo salía con él, o si quería
salir con sus amigas le preguntaba si estaba de acuerdo. En cambio Lucas siguió
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bebiendo con sus amigos, descuidando la relación. Muchos fines de semana la dejo
relación.
Entre tanto, ella comenzó a llenarse de dudas, su inseguridad crecía cada día.
Empezó a sentir miedo de que Lucas pudiera terminar. Él, sin darse cuenta de lo
que sucedía no hizo nada para cambiar. Para él todo iba muy bien. Cuando
compartían todo era del putas, así que no tenía de qué preocuparse. Nunca
jugaba, y quería ver el partido con los amigos en un bar. Le dijo que se adelantara
intermedio le dijo que debía ir hasta su casa nuevamente, que la esperara. Fue a
asunto, su equipo en ese momento era el campeón. Lo único que le preocupaba era
que la cerveza estuviera bien fría y que el árbitro diera el pitazo final. Incluso, se
Terminó el partido y ella no llegó. El que sí llegó fue Juan, quien lo invitó para
la carrera 15; allá se reunían los hinchas del equipo a celebrar hasta altas horas de
las cuatro de la tarde regresaron al barrio. Estaban tomando licor en una tienda
enfrente del parque cuando ella llegó y le reclamó delante de los muchachos.
Sin darle importancia, Lucas sólo contestó que era muy tarde para ir al
entendió sus razones, por lo que debió marcharse sola para el almuerzo y él se
sollozos le dijo que ella lo había pensado muy bien y que era mejor que terminaran.
No lo tomó en serio, pensó que lo decía porque estaba molesta por lo del día
situación que Lucas aprovechaba para tratar de arreglar las cosas, pues estaba
seguro que lo quería y que iba a revertir su decisión. Pasaron un par de semanas y
dejó de llamar. Luego se dió cuenta que después de que colgaba se encerraba a
llorar en su cuarto, hasta altas horas de la noche. Ante esta situación la mamá le dijo
abiertamente para afrontar la situación con madurez. Cada uno se quedó con la
propia idea de las causas por las que se terminó la relación. Para Lucas era claro
que ella había tomado la decisión de terminar por inseguridad, temía que él la dejara
y pensó que si ella lo hacía antes iba a sufrir menos. Sin darse cuenta acabaron con
lo mejor que tenían. Con ella se sentía pleno, no necesitaba buscar nada en otra
mujer y nunca lo hizo. Pero no se lo dijo, pensó que ella lo sabía y que no era
necesario que le hiciera saber que era la persona más maravillosa que conocía, que
la amaba.
amor. Y a pesar de todo lo que los unía y lo que sentían no encontraron la manera
42
de decir las cosas. Los dos sufrían la ruptura, pero el orgullo les impedía reconocerlo
y hablar con claridad. Pasaron seis semanas y comenzó a salir con otro „pelao‟ por
„desparche‟, convencida de que un clavo saca otro clavo, mientras él ahogaba sus
penas en alcohol.
A la seis de la mañana fue por tercera vez al baño, esa madrugada, y sólo
hasta ese momento, se dió cuenta que estaba vomitando sangre. Llevaba dos días
bebiendo y como había llegado borracho no se dió cuenta de lo que sucedía. Con la
claridad del día pudo observar el baño. La sangre escurría por las paredes, el
la hermana para contarle que se sentía mal y salía para la Clínica San Pedro. Le
explicó que no era nada grave, pero que sí al mediodía no la había llamado, que se
comunicara con la clínica para averiguar por él. Luego que le aplicaron varias bolsas
hijueputa médico, se sentía muy mal. Después de una muy mala noche, en la
mañana, volvió a vomitar sangre. Cuando Ana vio el baño casi se cae, pero en
medio del susto que tenía lo llevó nuevamente a la clínica. Allí, mientras se retorcía
la nariz hasta el estómago. Según la médica que lo atendió esta vez, presentaba una
fuerte hemorragia causada por una gastritis crónica. Y contrario a lo que pensaba el
cabrón que lo atendió el día anterior, dijo que si no llegan a tiempo, su vida habría
sangre perdida.
Esta complicación no tuvo nada que ver con su condición de portador del vih,
por los malos hábitos alimenticios que llevaba. Lo anterior lo llevó a replantear
único que lo visito fue Camilo. Y una compañera de la universidad; una chica
intensa que no entendía que Lucas no quería nada con ella. Apareció allá y casi lo
mata. Los que quería ver no aparecieron ni en pintura. Ninguno de sus amigos lo
La hermana que sufría mucho por el ritmo de vida que él llevaba se encargó de
recordárselo todos los días. Ya en el apartamento, Andrea lo visitó; fue muy dulce y
especial, y aunque Lucas estaba bastante dolido porque no fue a la clínica se sintió
muy bien por su visita. Luego Ana le contó que ella pasaba todos los días a
preguntarle por su estado de salud y que fue a visitarlo porque no le dieron permiso
pidió que dejara al man para que se dieran otra oportunidad. Y aunque ella quería lo
mismo le dijo que no lo podía dejar así no más, que el „pelado‟ era muy buena gente
44
y que ella no le quería hacer daño. Le pidió tiempo. Molesto Lucas respondió que
era inaceptable que mientras él insistía en que volvieran, ella pidiera tiempo para
estar con otro. Dejaron las cosas así y no volvieron a hablar de ello.
de la universidad y, como ahora tomaba menos licor, poco a poco se fue alejando de
los amigos del barrio y de la propia Andrea. Sin ponerse de acuerdo evitaban los
montañismo, deporte que practicaba con Camilo, Carlos y Julián, este último
A pesar de todos los esfuerzos que hacía para olvidarla no podía sacarla de
clase por estar pensando en ella. En las noches, en la soledad de la casa releía las
notas que le había enviado y las cartas que le escribió. Así se pasó el tiempo sin que
nada cambiara.
nivel nacional. Tenía un ritmo de locos: de siete de la mañana a doce del día, estaba
escasas cuatro horas que dormía eran insuficientes por lo que no tenía tiempo de
pensar en nada ni en nadie. Los pocos espacios que le quedaban los utilizaba para
leer o adelantar los compromisos de la universidad. Y así durante los siguientes seis
meses.
XI
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universidad. Diana, una niñita de 17 años, que dejó su natal Barranquilla para venir
a estudiar a Bogotá. A Lucas no lo „mataba‟, pero salía con ella por „desparche‟.
Diana se las „botaba‟ todas y los compañeros lo presionaban para que saliera con
ella, “decían que le hiciera, que nada perdía, que ese virgo era para él”. Los amigos
Sin proponérselo le creó falsas ilusiones a esta niña, que pronto se ilusionó
Lucas hacía hasta lo imposible por evitar cualquier situación que lo comprometiera,
ella aprovechó una ocasión en la cual la mamá vino a visitarla para organizar una
reunión con el fin de que los compañeros más allegados y, por supuesto, yo el novio,
la conociera. La dejó „plantada‟, todos fueron menos él. Pensó que aparecía por allá,
Al final de semestre Diana viajó a su ciudad natal para pasar las vacaciones
con sus padres. Lucas que llevaba varias semanas buscando la manera de
despegarla pensó que debía aprovechar esa oportunidad. No la llamó sino una vez
durante todas las vacaciones. Volvieron a hablar cuando reiniciaron las clases.
Convencida que todavía tenían algo llegó haciéndole reclamos por el abandono. Él,
sin embargo, se limitó a contestar que lo que había pasado entre los dos era eso,
pasado. Que no quería tener nada con ella, “uno no escoge a quién querer,
simplemente sucede y ya”, dijo. No lo planeó, su único error había sido seguirle el
juego a los compañeros, y ahora le estaba haciendo mucho daño a esa „pelada‟.
Este episodio le valió el odio de las compañeras por mucho tiempo. Las
mujeres suelen asumir las batallas ajenas como propias, además las viejas suelen
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olvidar que en todos los encuentros de amor siempre hay un perdedor. Es algo
inevitable. Pero ellas no lo querían entender, así que durante un buen tiempo se
ganó el desprecio de casi todo el sexo femenino del curso, hasta cuando los ánimos
materias y que deben integrarse a los grupos que vienen de atrás. Así conoció a
Julia, quien estaba en último semestre pero que debía ponerse al día con un par de
materias. Desde la segunda clase le buscó el lado y se volvió tan intensa que a los
pocos días los compañeros ya le habían armado cuento con ella. Los más cercanos
le decían de frente “marica, esa vieja está que se lo come”. Lucas sabía que era
cierto, pero siempre lo negaba, pues aunque la vieja estaba buena, no le gustaba y
trabajo para ponerle una cita. Debían leer un libro y hacer un análisis para sustentar
en clase y, ella que estaba buscando la oportunidad para cazarlo, aprovechó que
trabajaba en una emisora de la capital para trazar un plan que no podía fallar. En el
poco tiempo que lo conocía sabía que le gustaba descrestar en clase con la calidad
de sus trabajos. Porque a pesar de que era un vago de los buenos, académicamente
también era de los mejores, nunca se tiro una materia y sus promedios siempre
autor del libro para entrevistarlo, de manera hábil logró que el propio escritor hiciera
un análisis de su obra, como quien dice el mismo tipo hizo el trabajo y ellos
quedaron como los duros del curso; nadie aparecería con un análisis que además
compartir la grabación con él, pero que no se la podía prestar, sino que tendrían que
oírla juntos. Tal como ella lo pensó le puso una cita en su apartamento el sábado por
la tarde, para escuchar la grabación. Allí trato de convencerla que le dejara la cinta
hasta el lunes para escucharla con calma y poder extraer lo más importante. Luego
de mucho insistir, sin ningún resultado, comenzó a ceder y con una botella de ron en
sexo. Aunque ella logró su objetivo, él consiguió la grabación por todo el fin de
desagradables por las que una persona puede pasar; amaneció con alguien con
quien no quería estar. Porque una cosa es „echarse‟ un polvo con cualquiera
ayudado con unos traguitos y otra muy diferente es despertar en los brazos de ese
mucho se le ocurrió decir que dos compañeros llegaban a las ocho para hacer otro
trabajo, qué no tenía problema pero que ella decidía si se quería encontrar con ellos.
devolvió la cinta. Aunque los dos consiguieron lo que querían, Julia no lo volvió a
saludar. Estaba convencida que lo sucedido el fin de semana era el inicio de una
actuar como víctima, olvidando que ella armó la película. Pero claro, nuevamente
le salió del corazón. Entendió que estaba preparado para dejar la relación atrás
cuando pudo desprenderse de sus recuerdos físicos. Una noche sacó todas las
notas y cartas que le envió, y por última vez miró y releyó sus escritos. Luego quemó
todo en una fogata improvisada en la cocina del apartamento. Era claro que no iba a
olvidar todo lo que habían pasado, pero ya no le hacía daño pensar en ella o verla
con alguien. La prueba de fuego se presentó una a tarde que visitó a su mamá.
Lucas seguía pasando por su casa, pues además de ser muy amigo de los
hermanos, los papás lo apreciaban mucho, sobre todo la mamá lo quería y le tenía
mucha confianza; después de todo, para ella se había vuelto como parte de la
familia.
Con ironía y sarcasmo le dijo que la felicitaba porque iba a ser abuela. Entonces, la
señora le contó que Andrea pasaba por una situación muy difícil, porque era algo
que no había planeado, que estaba muy triste y lloraba mucho, y continuó
contándole que los únicos que conocían del embarazo eran ella y la hermana de
Andrea. Al escuchar todo el relato se sintió como una basura. Se había dejado llevar
compartir su pena con alguien. Apenado por la actitud se disculpó y dió las gracias
por confiarle algo tan personal. Tiempo después cuando ya le habían contado al
papá y a los hermanos, la hermana de Andrea, le soltó la noticia para ver qué cara
ponía. La sorprendida fue ella, sin inmutarse dijo que lo sabia hacía rato.
A pesar de que éramos vecinos, desde que se enteró que estaba embarazada
Lucas pensó que ella había evitado el encuentro. Para entonces ya era evidente su
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tristeza en su mirada; distante sintió como si con ella dijera que sabía que había
cometido un error, y a la vez le pedía que no la juzgara. Lucas no supo que pensaba
ella en ese momento, pero su actitud le produjo mucha tristeza. Sintió pena por ella,
En muchas ocasiones habían soñado con ese bebé. Incluso la mamá le había
contado que en una conversación con el papá, sobre su relación, y ante la sorpresa
de éste, confesó que esperaba que tuvieran un hijo, ya que ellos conocían a Lucas y
no importaba que no estuviéramos casados, pues era mejor eso y no que luego se
dejaran y Andrea terminara por ahí metiendo las patas con otro. Como sucedió.
XII
La vida de Lucas no cambió. Cuando tenía tiempo asistía a bares con los
de encuentros fortuitos en los que dialogaban por largo rato se hicieron buenos
amigos. Era diferente a las demás, pues a pesar de que venía de una de las mejores
universidades, no llegaba con la prepotencia de las otras viejas. Era una persona
Cada vez se veían con mayor frecuencia. Salían a cine a tomar café o a
confió apartes de su vida. Disfrutaban hablando de los dos, de las cosas más
simples y por supuesto de las importantes. Empezó a conocerla, se dió cuenta que
no había podido superar una relación pasada que le hizo mucho daño, por lo que
trató de que hablara de ello para que pudiera superarlo. Rita era extrovertida, pero
plenitud. Era cuadriculada, estaba educada para estudiar una carrera profesional,
casarse y tener hijitos. Una vida simple y aburrida. Los placeres de la vida, incluso
los sexuales, parecían ajenos a ella, prohibidos. No era su culpa, así la habían
montañismo. Los fines de semana recorrían con Camilo, Carlos y Julián los páramos
alternaban con escalada en roca y muro, como parte del entrenamiento para las
salidas a hacer montañismo a los nevados. Ese año fue muy productivo: fueron al
Parque de los Nevados, la Sierra Nevada del Cocuy y al Nevado del Tolima. En
muchas ocasiones salía sólo con Camilo, ya que Carlos entró en la etapa de la
rumba y las viejas y Julián andaba „retragado‟ de la novia, por lo que preferían pasar
incluso había llegado a pensar que sí sería qué se estaba volviendo gay. El
comentario le quedó dando vueltas en la cabeza a Lucas; él tenía más motivos para
pensar en eso, no sólo eran los hechos pasados, unas semanas atrás se había
Salió de una rumba con Alexander, un amigo del barrio, como era muy tarde y
e intercambiaron caricias. Él vivía con la novia, que además era amiga Lucas, por lo
que los dos hicieron como sí no hubiera pasado nada. Nunca hablaron del asunto.
Pero eso no era todo, además de lo sucedido con Alexander Lucas había empezado
su paso veía a los soldados comprometidos en actitudes sexuales; desde una simple
medio vestir, en los camarotes o en el piso, estaban por todos lados y los que no se
hallaban haciendo nada caminaban como él, con absoluta naturalidad. En ocasiones
pensar que las preocupaciones de Camilo, eran una realidad que él se negaba a
asunto.
A pesar de todo el mierdero que tenía en la cabeza trató de llevar las cosas
de manera normal. En los días siguientes organizaron con Camilo un viaje por la
costa pacífica, con escala en el hermoso Lago Calima, en el Valle del Cauca.
como la Barra; un caserío entre Juanchaco y Bocas de San Juan. Ubicado a unos
doscientos metros de la playa, por lo que no se puede ver desde ésta. Allí no hay
energía y las casas son palafitos, viviendas construidas en madera sobre estacas y
techos de palma.
52
casas iluminadas por una planta que funcionaba con gasolina. La luz que salía de
los bombillos era tenue, pero suficiente para iluminar la muchedumbre que bailaba al
Como en esta región llueve casi todos los días, les tocó hacer piruetas para
esquivar los charcos y el barro de las diminutas calles que separan los palafitos.
las casuchas iluminadas, que hacía las veces de tienda. Desde de allí observaban
charla con el fin de que les invitaran un trago. Conversando con un negrito, al que
invitaron una „fría‟, se enteraron que no era una fiesta familiar, sino una especie de
El tipo que estaba con ellos habló con el dueño y en minutos les dieron una
mesa. El patrón no sólo puso la mesa, también sentó a las tres mejores negritas que
estaban en el lugar, claro, él también se instaló con ellos. Al iniciar cada nueva
canción indicaba a las „peladas‟ que bailaran con Camilo o Lucas. El licor, por
supuesto, corría por cuenta ellos. La sensación era nueva y extraña. Dos pelados de
medio del „aguacero‟. Caminaron con el agua por encima de las rodillas los
inundado por la lluvia, que habían pasado la noche en un charco y que sus cosas
estaban todas mojadas. Camilo, tímido e introvertido, actitud propia de las personas
del interior del país, tuvo que dejar atrás el pudor y se la pasó todo el día en ropa
interior, hasta que las demás prendas se secaron. Pero eso, no era lo peor. Al
revisar las billeteras se dieron cuenta que éstas estaban revolcadas y que no
teníamos un solo peso. Era obvio que los habían robado, pues los documentos de
ofuscó por lo sucedido y dijo que prefería regresar. Perdió la motivación para seguir
hasta la desembocadura del río San Juan, que era el objetivo. Estaba muy
Luego de revisar las maletas se dieron cuenta que les quedaba algo de
dinero, el suficiente para pasar otro día. Entonces Lucas le dijo que se „fresqueara‟,
es suya”, dijo. Finalmente, y luego de discutirlo por un rato, lo convenció para que
broma decían que por lo menos habían sido víctimas de un robo y no de una
violación.
XIII
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venían sin que llegara a importarles, por el contrario se divertían, así que no se
preocupaban por negarlo. La verdad, Lucas también había notado que Rita era muy
especial con él y como sus compañeros pensaba que se había enamorado o que por
lo menos, como decían ellos, le cargaba ganas. Él la consideraba como una persona
la pasaban bien, pero nada más. Estaba seguro que no era su tipo, sabía cuando
Pronto confirmó que se había enamorado de él. Era „recagada‟, ya que aunque la
quería como amiga no pretendía tener nada más con ella, y antes de que se hiciera
alguna ilusión prefirió hacérselo saber. Simplemente, no la podía ver como algo más
que una buena amiga, no le nacía. Esta situación lo hizo sentir muy mal. Él vivió lo
mismo con Andrea por mucho tiempo y entendía por lo que ella pasaba.
Por esos días debía viajar a Cali a cumplir con un compromiso familiar. Su
hermano Jaime se casaba y como él era el padrino tenía que conseguir una
madrina. Después de darle muchas vueltas le dijo a Rita, era su mejor amiga y podía
ayudarle en esto. Ella quedó encantada con la propuesta, así que lo único que
faltaba era empacar maletas. Llegaron un viernes a Cali y en la noche salieron a dar
una vuelta con unos amigos y su primo Ricardo. Al regresar al apartamento Rita y
Lucas decidieron tomar otras cervezas en una terraza que había en la entrada del
reclamarle por su actitud. Decía que no entendía porque él no quería tener nada con
ella. Y lo peor aparecieron las lágrimas. Incomodo no entendía por qué putas las
Trató de explicarle de una y otra manera, pero ella no entendía. A medida que
uno ni lo otro. Pero ella insistía en obtener una razón. Así que le pareció buena idea
contarle lo del diagnóstico. Varias veces pensó en decírselo, pero no se decidía, así
que ésta podía ser la oportunidad de matar dos pájaros de un solo tiro. Le contaba
argumentos le explicó que ella lo amaba y que ese amor estaba por encima de todo,
que no importaba lo que pasara, siempre estaría con él. Lo apoyaría en todo. Quedó
sin palabras, ya no encontró que decir. Ahora el que dejaba escapar unas lágrimas
era Lucas. Los dos teníamos motivos para llorar, y lo hicieron hasta desahogarse por
completo.
asistieron a la reunión. Ella no la pasó muy bien, Lucas estuvo muy distante y ella
esperaba que él estuviera más atento. Incluso un amigo del hermano lo llamó y le
dijo que tratara de atenderla, pues era obvio que ella no se sentía cómoda, ni se
estaba divirtiendo y eso no estaba bien, ya que ella había viajado con él desde
del hermano tenía razón; estaba mamado de explicarle a la familia que ella no era la
novia, que sólo éramos amigos. Durante toda la noche preguntaron la misma
mierda, cuando no era una prima o un amigo, era una tía. Claro que ella no tenía la
culpa. Así que a partir de ese momento trató de ser más atento.
56
Regresaron el lunes a Bogotá y esa misma semana se fue con unos compañeros de
la universidad para San Andrés, una isla en el Caribe colombiano. Después de este
XIV
Estaba parado en el muelle esperando una lancha que los llevara a Johnny
Cay, un islote que se encuentra enfrente de la isla, sitio obligado para los turistas,
cuando lo vió. Sus miradas se encontraron, sin entender que pasaba sintió algo
miradas más. Aunque pasó todo el día con sus amigos, no dejó de pensar en lo
ocurrido.
llegaran los compañeros de Lucas al lugar, le alcanzó a comentar que viajaba solo,
que era de Ibagué, y que se llamaba Felipe. De regreso se sentaron juntos para
estudiaba en Bogotá y que los próximos seis meses viviría en su casa, pues estaba
ver.
transparente para que la gente pueda apreciar las especies marinas. Éste no llega
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hasta el muelle por lo que unas lanchas llevan y recogen a los turistas. Al abordar el
barco se encontraron con las personas que esperaban por la lancha para su
diciendo que se verían luego. Felipe dijo que en la noche regresaba a Bogotá y que
como no tenía su número de teléfono no entendía cómo iban a hacer. Lucas asintió
isla. Lo que no sabían era que después del paseo en submarino los dejaban en la
Mamado del mar se sentó en una cabaña a tomar cerveza y a comentar con
un tipo que estaba al lado, y que había hecho el tour con ellos, lo aburrido que había
sido el famoso recorrido marino. Al ver que los muchachos regresaban de la playa
pidió cerveza para que los acompañaran. Aunque sabían que a Lucas le gustaba
con el tipo. Mientras conversaban, sus amigos comentaron que el „pelao‟ que él
había conocido, estaba en la playa solo como una „güeva‟. Sin pensarlo dijo que le
invitaran una cerveza. Como a ellos les pareció bien le hizo señas a Felipe para que
se acercara.
entraron a un sitio que había enfrente del muelle para seguir tomando. Felipe se
sentó al lado Lucas y mientras todos hablaban mierda y se reían con las anécdotas
que contaban, Felipe comenzó a tocarle la verga por debajo de la mesa. Aunque le
pareció una actitud bastante lanzada no hizo nada para evitarlo, la verdad también lo
estaba disfrutando. A las siete y media de la noche se despidió porque tenía vuelo a
las nueve. Mientras esperaba el taxi le pidió a Lucas que lo acompañara hasta el
58
hotel a cambiarse y recoger el equipaje. Dijo que no, que estaba con los
Pese a pagar la cuenta dos veces para irse, seguíamos pidiendo cerveza.
Como las nueve, apareció Felipe en un taxi. Hicieron mucha algarabía al verlo, lo
viaje para las doce de la noche, de modo que dejó las maletas en el aeropuerto y se
devolvió con la esperanza de que todavía estuvieran ahí. Después de dos cervezas
salieron para el hotel a cambiarse de ropa, porque armaron plan para Blue Day, la
mejor discoteca de San Andrés. Al llegar al hotel los muchachos entraron derecho al
comedor. Lucas se excusó diciendo que cuando tomaba no le gustaba comer. Felipe
dijo lo mismo. Querían aprovechar para estar solos, así que mientras ellos comían
subieron a la habitación.
Felipe intentó besarlo pero Lucas lo esquivó. Explicó que nunca había besado
que le había permitido llegar hasta allá, trató de suavizar la situación. Superado el
la orilla de la cama y se la chupó mientras Lucas seguía de pie. Cuando los demás
Felipe estaba „achantado‟ porque estaba muy tarde y su vuelo salía a las
doce, aun así se fue con ellos a la discoteca. El ambiente estaba del putas, así que
Quedó para la una de la mañana. La noticia cayó muy bien pues se podría quedar
otro rato. Faltando como diez minutos para la una se despidieron con la promesa de
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llamarse. Después le contaría que el puto vuelo salió a las cuatro de la mañana,
Bogotá. Tirado en la cama, lo primero que quiso hacer fue llamar a Felipe, pero no
el dichoso aparato. Era él, había estado pendiente de que llegara para saludar y
preguntar cómo le había acabado de ir, además quería avisar que iba a venir a
comer quedaron parados a la salida del restaurante sin saber qué hacer. Por unos
apartamento. No tenía ganas de hacer nada más, había tomado mucho en las
vacaciones y al llegar a Bogotá lo cogió una gripa tenaz; con fiebre y dolor de
huesos, que lo tiró a la cama. Salió a la calle sólo porque él había viajado. Felipe
tiempo para hablar y conocerse mejor, y claro, le tocó cuidar a Lucas, pues en la
madrugada la fiebre le subió y fue necesario colocarle paños de agua fría. Pasaron
Jaime, la esposa y Rita. Felipe se las arregló para no hacer turno ese fin de semana
en el hospital y poder viajar a Bogotá. Las cosas iban muy bien hasta que a la media
noche Rita llamó a Lucas al cuarto y en medio de lágrimas le reclamó. Decía que la
ignoraba, que parecía que no se daba cuenta que ella lo amaba. En medio de esa
situación tan incómoda; por cierto, no era la primera vez que se presentaba, le dijo
que él sí entendía lo que ella sentía, pero que no podía hacer nada porque
60
simplemente no sentía lo mismo, que también la quería mucho pero como amiga. Le
recordó que ya se lo había dicho y que ella debía entenderlo así. Le explico que lo
sucedido en Cali había sido un error, que nunca debió pasar. Después de un rato se
superar el mal rato cuando le vió la cara a Felipe. Estaba molesto. No entendía por
qué se encerró con una vieja en el cuarto por más de media hora. Le tocó bajarse
otro trago para coger fuerzas y explicar todo el rollo con Rita.
Después de todo la rumba salió bien; los más vagos se fueron a las siete de
la mañana. Lucas, sólo tuvo que aguantar los reclamos de Rita, darle explicaciones
puta. Y en parte tenía razón. Se había portado como un cerdo con ella. La primera
vez que se la quiso „echar‟ estaba tan borracho, que escasamente recordó cómo
llegar a la casa. La „retacó‟ para que se lo „diera‟ y ella, nada. Que le daba miedo de
un embarazo, que no había estado con nadie y no se sentía preparada, y todas esas
pendejadas que esbozan las mujeres cuando han sido educadas con la idea de que
dijo que por lo menos le corriera la „paja‟. Entre asustada y apenada, y con la mano
temblorosa le cogió la „pija‟. Como no sabía qué hacer, a Lucas le tocó colocar su
como un degenerado, corrompiendo a esa niña. La culpa no era sólo suya; sus
ella, sabiendo que estaba un poco atrasada en esos temas, insistía en meterse con
XV
Para Lucas todo era nuevo. Sus anteriores encuentros sexuales con hombres
habían sido solo sexo y en otras circunstancias. Esto era diferente, Felipe le movía
el piso. Además desde que había terminado con Andrea esperaba que llegara
alguien y le despertara los mismos sentimientos que despertó ella. Sin saber cómo
encontró a la persona que estaba esperando, sólo que nunca imaginó, que quién lo
empezar a enfrentar sus miedos. Tuvo que decidir: o renunciaba a todo lo que
era fácil, pues aunque no era prejuicioso y tenía un par de amigos gays,
cinco hijos y una sola hermana mujer. Antes de conocer a Felipe pensaba como la
mayoría de las personas; que las relaciones entre los homosexuales eran puro sexo,
que en éstas no existían los sentimientos. Que eran como los chimpancés que se
apareaban por instinto, por satisfacer sus impulsos sexuales. Ideas que tuvo que
sentía muy bien con Felipe pero no quería repetir lo que había sentido con Andrea,
no estaba dispuesto a pasar las mismas angustias por engañarlo. Pensaba que él
debía conocer la verdad desde el comienzo y decidir si quería seguir adelante con la
que estaban con él. ¿Pero quién garantiza que los condones son seguros? Nadie.
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Así que vivía con el temor y la angustia de joderle la vida a otro. Era algo muy tenaz.
Creía que lo ideal era decir las cosas antes de estar con alguien.
Lucas pensaba que saberlo no los haría menos vulnerables al virus, pero, por
pensaba, en la realidad las cosas no son tan simples. No podía andar con un letrero
en la frente anunciando que era portador, o persona viviendo con vih. Nada de
sidoso. En eso son claros los lineamientos dados por Onusida, los grupos de apoyo
que andan por ahí portando el virus. Consideran que son personas que les ha
tocado asumir una condición que no escogieron y que por sí sola es difícil de llevar,
de modo que prefieren decir persona viviendo con vih, para humanizar la situación
persona viviendo con vih aminoraba sus problemas. La realidad es cruda, una
simple palabra no la podía cambiar. De manera, que sea como sea que lo quisieran
que viven con la infección, de los 20 millones de muertes por sida, en dos décadas,
y de que cada minuto en el mundo cinco jóvenes adquirían el virus, la gente seguía
llena de prejuicios. Así que sin importar lo que pensaba, las circunstancias lo
obligaban a callar. Decidió que sólo se lo diría a quien considerara que era
importante para él, ya que la experiencia le enseñó que no podía estar tranquilo y
que no se puede empezar una relación en serio, cuando se miente. Las demás
relaciones las asumía con responsabilidad, utilizaba los medios de protección que
63
existían. Suena crudo, pero esa era su vida y no conocía un decálogo que le
enseñara a vivirla. Tenía que escoger lo mejor para él, sin dañar a los demás.
Sabía que no faltan los moralistas que le echan la culpa a la pérdida de los
valores y todas esa maricadas que predican. Lucas entendía de valores, pero sabía
que por sí solos no definen el destino. Repetía, “nadie escoge vivir con esta mierda.
Las cosas pasan y ya, te toca aceptarlas”. A él le importaban las personas que
quería, por eso le contó a su primo Ricardo y a su mejor amigo en la empresa, para
que se cuidaran. Sí, a pesar de que había decidido no contarle a nadie más de la
familia lo hizo con Ricardo. Para unas vacaciones que viajo a Cali, „mamado‟ del
calor y del tedio de la ciudad decidieron ir los dos solos para la finca de una tía,
cerca de Cali. Allá siempre encontraban algo que hacer: pescar en los lagos, montar
unos tragos, sin que nadie los jodiera. Muchos de los „pelaos‟ de Cali armaban el
mismo plan, ésta es una zona en la que abundan las fincas de recreo, entonces lo
en unas súper rumbas, pues su primo conocía a casi todos los „pelaos‟ y „peladas‟
que iban.
Una noche en la piscina, solos, y con unos tragos de ron en la cabeza para
mitigar el frío, Ricardo le decía lo mucho que lo admiraba porque tenía una vida muy
veía en Lucas una mi vida perfecta. A él le dolió pensar que toda esa belleza no era
más que un espejismo que había decidido vivir y que vendía a la familia como una
realidad. No se pudo contener y dejó salir unas lágrimas. Dijo que todos tenían
problemas y que los suyos eran peores de lo que él se podía imaginar. Le expresó lo
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mucho que lo quería. Ricardo era un reflejo suyo, sólo que con un par de años
tuvo que pensarlo mucho, le contó que era portador del virus que causaba el sida y
que él tenía que cuidarse para que no corriera con la misma suerte, que eso era muy
tenaz. Con los ojos encharcados se abrazaron fuerte durante unos segundos, luego
se miraron sin decir palabra y se cagaron risa. Se dieron otro chapuzón y salieron
corriendo de esa puta piscina pues por estar quietos hablando mierda se les estaban
congelando hasta los huevos. Esta confidencia los unió más; el chico era loquísimo,
misma frescura pues como él decía, nadie sabía de qué putas estaban hablando.
A pesar de su corta edad Ricardo manejó las cosas con discreción y seriedad,
nunca lo comentó con nadie. Aunque Lucas le contó para que tomara conciencia y
también le había contado, e incluso con su hermano Jaime, que lo sabía desde
sexuales. Se quedaban callados. Lucas pensaba que por una extraña razón
consideraban que a ellos nunca les iba a pasar. Muchas personas se escudan en el
de los demás. No es tan simple como decir “yo soy portador cuídese para que no le
pase a usted”.
Lucas aprendió que debía pensar en la reacción que podían tener las
o dando testimonios de vida, diciendo que era lo mejor que les había pasado porque
se reencontraron con Dios, o que han aprendido a valorar más la vida y mil
cabronadas más. Pura mierda. Esto es lo peor que le había pasado a él, y por más
que las personas cercanas lo quisieran, nadie nunca iba llegar a sentir ni a
también le había cambiado el diario vivir. Dentro de las nuevas actividades que
hipotiroidea; todas causadas por los medicamentos antiretrovirales que debía tomar
para controlar el virus. Además debía soportar efectos secundarios como náuseas,
mareo o vómito. A pesar de todo, debía seguir tomando los famosos cócteles, es
decir, hasta diez pastillas diarias, para que no aparecieran complicaciones graves
oportunistas (se les llama así porque atacan cuando el cuerpo no tiene defensas o
éstas son muy bajas) que se presentan cuando el virus no es controlado, y llevan a
Lucas sufría con las visitas a las diferentes oficinas para cumplir con los
medicamentos. Amén, de las personas que tienen que instaurar tutelas ante los
fundamentales, para que las Empresas Prestadoras de Salud (EPS), les presten
atención o suministren los medicamentos que están por fuera del Plan Obligatorio de
Salud – o paquete de servicios que deben prestar las EPS, según la ley.
66
En este campo se volvió un duro. La primera vez, acudió a los estrados para pedirle
lapso para mutar y crear resistencia al medicamento, lo que obligaría a intentar con
combinar entre sí, y aunque la mayoría de ellos están en el país solo nueve están
manera corriente, hasta que un día cualquiera le informaron que estaban agotadas.
Luego de mes y medio de insistir ante la EPS instauró una acción de tutela. Porque
la justicia colombiana podrá tener muchas deficiencias, pero este artículo es una
joya de la Constitución, “Toda persona tendrá acción de tutela para reclamar ante los
defensa judicial, salvo que aquella se utilice como mecanismo transitorio para evitar
un perjuicio irremediable.
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En ningún caso podrán transcurrir más de diez días entre la solicitud de la tutela y su
contraer una enfermedad mortal, y ese sí que es un perjuicio irremediable, trece días
después acudió a recibir el fallo judicial. El juez falló en su contra. Quedó „pasmado‟,
trató de ser fuerte pero no pudo evitar que los ojos se le aguaran. La funcionaria
judicial que le dio la sentencia, tal vez conmovida por su actitud de impotencia, le
dijo que en los siguientes tres días podía impugnar el fallo ante una autoridad judicial
cuando la sentencia es a favor. No, esta oficina era fría. Un cuarto con cuatro
momento podía suministrar los medicamentos, por lo que dejaba de vulnerar los
acciones judiciales simplemente comparece para decir que sí puede cumplir con su
obligación, por lo que termina ganando los casos. Y claro, las estadísticas no
pacientes que interrumpen los tratamientos. Pero esas son la reglas del juego en
Prestadora de Salud privada. Primero tuvo que sortear infinidad de trabas para
tratamiento a seguir. Y aquí fue „Troya‟, nuevamente. La prueba de carga viral, que
mide la cantidad de virus que hay en la sangre no se encontraba dentro del POS y,
tripas corazón y volver a los estrados. Esta vez me fue con todos los „fierros‟:
nivel de vida “el art. 25 reza: toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado
necesarios”; colocando los artículos puntuales que defienden cada uno de esos
de él. Esta vez no tuvieron cómo evadir su responsabilidad. Ganó el segundo round.
Pero las cosas con la justicia no son tan fáciles. Las leyes y las normas están
final la toma una persona basado en sus propios juicios. No de otra manera se
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explica que otro juez haya fallado una tutela por los mismos hechos y derechos de
forma negativa. En vista de que era el mismo caso que Lucas había ganado, decidió
médico y que se hallaba en su misma situación. Elemental dijo, “solo hay que
cambiar el nombre del demandante y hecho, ganamos”. Pero que va, el juez falló en
contra. Lucas no lo podía creer, se sentía mal. El man confió en él y le había fallado.
No podía entender cómo en menos de un mes dos jueces decidían una misma
demanda con diferente resolución. No sabía qué decirle, igual no había mucho que
decir. Lo único que se le ocurrió fue explicarle que no todo estaba perdido pues
teníamos tres días para impugnar el fallo. El otro dejó de confiar en él como asesor
ésta no fue la última vez que tuvo que hacer de jurista. Un año y medio después
para que no cause una complicación renal. Ante este cuadro clínico el médico
tratante decidió suspender dicho medicamento y remplazarlo por otro, que no estaba
dentro del POS. Vuelve y juega, ahora tenía que presentar una acción de tutela
que no ha presentado ninguna otra acción de tutela por los mismos hechos y
derechos. Y en los tres casos en que Lucas acudió a la Tutela, invocó los mismos
Este artículo ha sido tan usado que muchos jueces y funcionarios públicos
congresistas que han sido elegidos para que legislen a favor del pueblo están
pensado en meterle mano. Ahí están pintados los políticos, el pueblo los elige y ellos
Qué ironía, Lucas no sólo tenía que luchar contra los estragos que causan
los medicamentos en su organismo sino que además le tocaba pelear para poder
tomarlos.
“¿En qué íbamos? En que vivir con vih le permite a muchos reencontrarse con Dios.
Me reencontré con Dios decían, pues linda manera de reencontrarse con él.
Mentirosos de mierda, no son más que unos pobres hijueputas que se escudan en
Las cosas hay que tomarlas como son, en su caso se negó a contárselo a
toda la familia y amigos, pues estaba seguro que todas las personas no lo entienden
igual. Además prefería que lo siguieran tratando como a alguien normal, aunque no
le había pasado, no soportaba la idea de que lo vieran como alguien diferente o que
fueran especiales con él por esta situación, o lo que es peor, que le tuvieran pesar.
XVI
Todavía en la cama y con una jaqueca la „berraca‟, causada por los tragos de
la noche anterior, tuvo que enfrentar a Felipe. Sin proponérselo dejó unas pastas
encima de la mesa de noche, que reconoció por ser médico. Las tomó en la mano y
preguntó por ellas. Sintió un vacío en el estómago, aunque había decidido hablar
esa tarde con él, lo cogió por sorpresa. Se quedó callado por un instante, lo miró a
los ojos y dijo que no preguntara pendejadas que él sabía muy bien que eran.
71
Respondió que era obvio que sabía, pero lo que quería saber es por qué estaban
allí. Seguro de lo que tenía que hacer le contó, como había pensado, prefería
renunciar a todo lo que estaba sintiendo, y quedarse otra vez solo, a tener que vivir
con mentiras. Ya había pasado por ello y no estaba dispuesto a repetirlo. De manera
que le pidió disculpas por no decírselo en San Andrés, dijo que entendiera que no
podía andar por ahí contándole a todo el mundo, y finalizó diciendo que ahí estaba la
Nuevamente el sorprendido fue él. Felipe contestó que la culpa también era
de él, por dejarse llevar de los impulsos, que no debió chupárselo en el primer
encuentro, pues en ese momento era un desconocido para él, y no debía andar por
Luego de abrazarlo y darle un beso dijo que dejara de ser bobo, pues no renunciaría
a todo lo que habían comenzado a vivir sólo por eso. Continuó diciendo lo bien que
se sentía cuando estaban juntos, y lo importante que se había vuelto para él, desde
Llevaban todo el día en la cama y no se dieron cuenta que había oscurecido. Sin
discutir más sobre la cuestión, salieron a y luego Lucas lo acompañó a tomar el bus
para su ciudad, ya que al otro día tenía turno en el hospital a primera hora.
La relación cada vez se hacía más intensa. Se llamaban hasta cuatro veces al
Como no podía viajar cada fin semana a Bogotá, pues cada dos semanas le
Llegaba a las siete de la noche y compartían hasta las tres de la mañana, hora en
que debía emprender el viaje de regreso a su ciudad, para recibir turno a las siete de
hacía que el viaje fuera un poco pesado. Una noche cuándo Lucas ya estaba en la
cama, golpearon la puerta. Se sorprendió, eran las once y estaba lloviendo. ¿Quién
estaba ahí parado, empapado y temblando de frío. Le pareció una locura, eran las
once de la noche y debía regresar a las tres de la madrugada. Pero así era Felipe.
Sin perder tiempo se metieron a la cama para calentarse. Con él, Felipe exploraba
cada rincón de su piel. Recorría su cuerpo con sus besos, comenzaba por el cuello y
luego desplazaba sus labios suavemente por cada una de sus vértebras hasta llegar
cuerpo. Pasaba por sus huevos y terminaba con una tremenda mamada. En medio
implacable reloj les recordaba que debían separarse. Durante sus visitas relámpago
dormían poco. Hacia un par de semanas, Lucas no lo había podido besar en la boca
de placer. Después de dos meses, en que Felipe hacía los mayores esfuerzos para
que estuvieran juntos, Lucas pensó que también debería viajar. No se lo dijo a Felipe
Lucas viajó el siguiente fin de semana. El sábado en la tarde le mostró los mejores
soledad del cuarto entendieron que había llegado el momento de follar de verdad.
Disfrutaban con las caricias y corriéndose la paja pero hacía rato que Lucas sentía
ganas de estar dentro de su cuerpo. Felipe también lo deseaba, pero ninguno de los
dos había querido forzar la situación. Aunque ambos eran unos putos de mierda, en
colocó el condón, sintió la pija más dura y más grande que siempre. Poco a poco y
disfrutaba los movimientos suaves de sus impulsos. Cuando éstos se hicieron más
fuertes entraron un estado de frenesí total. Llegaron al final. Cuál final. Fue el
querían separar.
El viaje fue un éxito. No sólo la parte íntima, Lucas también pudo conocer la
familia de Felipe, y cómo vivía, algo importante para él, quien al relacionarme con
las personas, creía que la mejor manera de conocerlas era conocer su entorno. A
partir de ese fin de semana se turnaban cada quince días para viajar. La relación se
tiempo. Se olvidó de las salidas a escalar, a practicar trekking, de los viajes a los
nevados, y obvio, de las farras de dos y tres días con los muchachos del barrio. Ya
casi no se veía con Camilo y los demás „pelaos‟. Tomó la decisión de cambiar de
74
barrio. Pensó que como estaban las cosas sus viejos amigos se podrían dar cuenta
Sin embargo, le seguía preocupando Rita. Aunque había sido claro con ella
cuando le preguntó si era gay y él dijo que no. Le preocupaba que tarde o temprano
se enterara y pensara que todo este tiempo la había engañado. Quería explicarle
cómo se habían dado las cosas, que entendiera que cuando los dos hablaron en
Cali, él no tenía clara su sexualidad. Quería decirle, que incluso, en ese mismo
momento no podía decir que estaba totalmente seguro. Aunque se sentía muy bien,
no podía olvidar, y menos borrar todo lo que había vivido y sentido en el pasado.
conversación, ella había comenzado una lucha interna por sacarlo de su mente y de
su corazón y Lucas estaba muy ocupado con su nueva relación. Cada vez que
hablaban, Rita proponía un encuentro, que era rechazado por Lucas con la disculpa
con ella, pero el poco tiempo que le quedaba libre lo compartía con Felipe. Sus
XVII
Hubo empatía desde el primer día. Él había aplazado el semestre anterior y ahora le
ocasiones terminaban tomando licor. Los jueves o los viernes después de clases
siempre iban a algún bar cerca de la universidad para echarse una cerveza. Se
La nueva situación no era fácil de manejar, vivía una relación homosexual sin
que nadie se diera cuenta. Se sentía muy bien con lo que estaba viviendo, pero le
angustiaba no poder contarle a nadie. Así que una noche en un bar, después de
hablar con Felipe por teléfono, le contó a Sebastián que quién llamaba no era una
novia, sino un „pelado‟ con el que tenía una relación. Sintió libertad para contarle
todo. Pensó que como era un amigo nuevo, no le tenía que dar mayores
explicaciones, si lo aceptaba bien y si no, pues qué le iba a hacer. Cada uno por su
lado. La relación con „Sebas‟ no cambio, poco tiempo después conoció a Felipe.
comentarle que Lucas era gay, y ella, que sin saberlo, no podía entender por qué
pasaban tanto tiempo juntos ni las llamadas, comenzó a sentir celos. Pese a
conocer a su novio, le parecía raro que dos amigos fueran tan cercanos, y más
Sebastián era un pelado muy inteligente, no sólo estudiaba comunicación social con
Lucas, sino que en la mañana estudiaba lenguas modernas en otra universidad. Sin
embargo, éste no era su principal atractivo. Tenía cara de niño bonito, de los que no
rompen un plato y una sonrisa hermosa. Las viejas vivían „matadas‟ y los manes le
Lucas debía asistir a la celebración de los cincuenta años de la mamá, como se iba
a reunir toda la familia no podía faltar. Con Felipe decidieron pasar Navidad juntos y
cada uno pasaría Año Nuevo con sus respectivas familias. Su hermano Jaime,
único familiar en Bogotá, pues Ana se había regresado a vivir a Cali, le pidió que
pasara la noche buena con ellos. No se pudo negar, y tuvo que explicar que Felipe
estaba en Bogotá y que pasaría con él. Sin sospechar nada, Jaime respondió que no
había problema, que lo invitara. A Jaime no le parecía rara su amistad con Felipe,
desde que vivía en Bogotá se acostumbró a ver que los amigos de Lucas se
quedaran en su apartamento.
personas arman grupitos para hablar y tomarse unos tragos, Fabián preguntó a
Lucas por su vida. Con toda libertad le contó de su relación con Felipe. Por primera
vez, podía hablar con alguien de la familia sobre sus dudas y temores. Fabián le
viviera su vida como la sentía, que la familia tarde o temprano debía entenderlo, y
cada persona decide como afrontar la vida y nadie tiene derecho a interferir. En
quedándose en silencio. Sin pensarlo, apoyado por la presencia del primo, decidió
contarle todo. Su hermano no sólo era el apoyo emocional, sino que también era su
mejor amigo. Aunque Jaime se sorprendió, lo tomó con tranquilidad. Lo abrazó y dijo
adolescencia, no pudo dejar de pensar en los días felices. La verdad, todo había
pasado tan rápido, que no se dió cuenta en qué momento se le enredó tanto la vida.
Desde la ventana del salón de clases observaba la inmensidad del Valle y contaba
los meses, las semanas y los días para salir a vacaciones. A esa edad lo que más le
gustaba era pasar el período de descanso con su viejo. La señora Esther y don
Antonio Jaramillo habían decidido divorciarse cuando Lucas apenas tenía cuatro
período vacacional. La historia oficial dice que su mamá se cansó de las constantes
infidelidades del papá y un día cogió a sus cinco hijos y se marchó para la casa del
abuelo materno. A pesar de que eran otras épocas el viejo la apoyó, pues no estaba
dispuesto a permitir que su hija y sus nietos pasaran mala vida. El señor Jaramillo,
como era ganadero y dueño de la única carnicería que había en el pueblo en donde
él y el abuelo de Lucas tenían sus respectivas fincas. Así que recorría todas las
aprovechaba para amarrar unas cuantas vaquitas de las otras, de las que la querida
madre de Lucas, no estaba dispuesta a tolerar. Esa parte de la historia es real, sólo
78
que a Lucas se le hace que la señora Esther nunca quiso verdaderamente a don
Por allá a mediados de los sesentas, Antonio trabajaba con el abuelo y era
una de sus personas de confianza, por lo que constantemente tenía que pasar hasta
la casa de los viejos. A sus veintidós años era una „pinta‟. Ojos verdes, cabello rubio
y buen porte, tanto, que las fotos que conserva en blanco y negro, dejan ver a un
muchacho guapo que no tenía nada que envidiarle a una de las estrellas de las
quince años, no se llevaba muy bien con la mamá; cansada del encierro al que se
veía sometida, sin que le permitieran tener amigos y mucho menos novio, encontró
señora le da por divorciarse, sin más. “No, una mujer con cinco hijos que quiera a su
esposo no toma esa decisión con la determinación que lo hizo su mamá, y menos en
esa época, por más que éste le sea infiel” decía Lucas, mientras recordaba las
veces que su papá rogó en medio de las lágrimas para que reconsiderara su
fue una persona sensata que quiso buscar la felicidad siguiendo lo que su corazón y
les imponía. El pueblo donde él vivía era pequeñito, empotrado en las estribaciones
de la cordillera central. Por una carretera sin asfaltar y luego de cruzar el río se
llegaba a una plaza de calles empinadas en la que sobresalía los corrales para el
papá. Rodeando la plaza estaban las casas de las principales familias del pueblo y,
obvio, la iglesia.
Por cada uno de los puntos cardinales de la plazoleta se expandían unas dos
cuadras de casitas que se perdían en medio del verdor de la naturaleza. Los días en
ese villorrio diminuto transcurrían en calma. La calma de los viejos tiempos, aquellos
hacer, los jueves, sábados y domingos, días de mercado, eran los más especiales.
Don Antonio debía ir como a las dos de la mañana al matadero del pueblo vecino
para cerciorarse de que el sacrificio de sus reses estuviera en orden. Y con él estaba
Lucas, a su lado, orgulloso del viejo. Cuando le preguntaban que si no le daba pesar
levantarlo a esa hora para que lo acompañara, él respondía que no lo podía evitar
Willis. Era cierto, sabía que si no se despertaba por sus propios medios, el viejo no
lo haría y lo dejaba durmiendo. Disfrutaba estar con él mientras hacía negocios; que
todos se dieran cuenta que era el hijo de don Antonio Jaramillo, incluso se ponía
cuando le llevaban café o aguardiente para el frío decía “denle uno al muchacho
para que se vaya volviendo verraquito”. Lucas se mandaba el aguardiente sin hacer
En las tardes después de que pasaba el agite del mercado se iba con Jaime y
los demás „pelaos‟ del pueblo a pajarear con cauchera, a jugar fútbol, montar a
80
la señora Esthercita sufría. Le molestaba que estuvieran con el papá porque según
además les permitía estar todo el día en la calle sin Dios ni ley. Tenía razón, pero los
hambre iban a una de la tiendas del pueblo y pedían lo que querían que el viejo
sus ojos verdes, cabello rubio y su sombrero, lo único que lo diferenciaba del
texanas, sino unas botas amarillas que usan los ingenieros en los pozos petroleros,
y que en lugar de sobrero vaquero usaba uno aguadeño. Por supuesto, tampoco
primeros pantalones de jean los conoció varios años después, cuando los hijos
atrás traían los novillos bravos, que corrían como enloquecidos por el pueblo
vaquería. Lucas se sentía viendo una película, sólo que en vivo y en directo.
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favoritas eran las escapadas al río. Se ponían de acuerdo con los otros chicos y se
veían en el charco más grande; una piscina natural de aguas cristalinas, rodeada de
piedras y árboles. Como ninguno podía llegar con la ropa mojada para no
hablar de sus aventuras sexuales, que en la mayoría de los casos, no eran más que
fantasías que inventaban para despertar la envidia o risa de los otros „pelaos‟,
porque en realidad a esa edad algunos ni siquiera sabían correrse la paja. Pero ahí
primeros años.
¿Y ahora qué le quedaba? Nada. La última vez que pudo ir al pueblo, parecía
un lugar fantasma. Fue muy triste ver las calles solas y las casas abandonadas,
irracionalidad de los grupos armados no podían ocultar el miedo. Todos miran con
desconfianza y los pocos que lo reconocieron se negaron a creer que haya tenido
XVIII
Los primeros días de enero estuvieron marcados por una fuerte ansiedad.
Felipe debía regresar a Bogotá a terminar su año como médico interno, rotando
durante los siguientes seis meses, por diferentes hospitales y clínicas de la red
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acordado que lo mejor era no vivir juntos, por lo menos en el comienzo, pues
aunque llevaban seis meses de relación, no sabían si estaban preparados para vivir
económica desde que se enteró que era homosexual. Se las tenía que arreglar para
subsistir con lo poco que le podía dar la mamá, que en apariencia aceptaba la
La verdad era otra, la vieja sufría, como madre le había tocado aceptar la
sexualidad de Felipe, era su hijo y no podía hacer nada. En un par de ocasiones que
Lucas habló con ella se dió cuenta que no lo entendía, vivía mortificaba por tener un
Felipe debía decidir entre vivir con un hermano que residía también en Bogotá
decidió por lo segundo llegó primero a casa de Lucas, mientras organizaba las
cosas. Pasaron las dos primeras semanas y sin darse cuenta terminaron
pues los primeros meses estuvieron marcados por la distancia y los viajes de fin de
semana. Sólo que les daba susto, les inquietaba la idea de compartir sus vidas,
vivir su nueva realidad. Aunque Felipe era tres años menor, había definido su
sexualidad desde la adolescencia. Conocía casi todos los sitios gay de la ciudad,
había tenido varias parejas, e incluso había sostenido una relación estable de más
de tres años.
83
Con el correr de los días se dieron cuenta que las palabras de Jaime no eran
Pensaba que al igual que sucedía con la familia de Felipe lo entendía sólo de
para que los invitaran, le gustaba ver los partidos de fútbol, su gran pasión, con
ellos. Aunque las cosas marchaban bien Lucas sabía que necesitaba hablar sin
tragos en la cabeza con Jaime. Entendía que tuviera muchas preguntas y si no las
hacía, era porque le daba pena o encontraba cómo abordar el tema. Convencido
de él dialogaron abiertamente. Tuvo que responder las típicas preguntas. ¿Por qué?
ejercicio enriquecedor para los dos. A Jaime le permitió entender más a fondo las
cosas, además veía con buenos ojos la relación con Felipe; a su juicio desde que
salían juntos la actitud del hermano era más positiva frente a la vida, había dejado
Con Felipe llevaban la vida de cualquier pareja. No sólo compartían sus vidas,
haciendo pereza o viendo televisión. Para Lucas era increíble, nunca imaginó estar
Pasaron los meses y la relación como es normal, bajo en intensidad, cosa que
entendían, ahora no sólo se veían los fines de semana, compartían todos los días.
Como toda relación, tuvo sus altibajos y en algunas ocasiones se vio afectada por
Antes de conocer a Felipe, creó lazos de afecto con muchas personas que, a
Quiso mantenerlas a una prudente distancia, no siempre con éxito. Tuvo que sortear
pasar por el apartamento a saludar sin avisar. Esa mañana Felipe se encontraba
durmiendo pues había tenido turno de noche, y Lucas aprovechaba para leer. Como
molestarle pero que me negaba a atender porque no quería estar para nadie.
encontraba, pues no lo había visto salir. Como un acto de cortesía le pidió que lo
Ante su respuesta no tuvo otra alternativa que mandarla a entrar; Rita seguía siendo
quería ver. El tipo sin saberlo la había „cagado‟, lo puso en una situación bastante
incómoda.
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timbre debido al alto volumen de la música, de manera natural trató de explicar que
Aunque Felipe entendía que era su amiga, le molestaba que se vieran, creía
que seguía enamorada de Lucas y decía que se le notaba de lejos, las ganas que le
tenía. Al final no pasó de ser un rato desagradable. Cómo el día en que Camilo y
saber si Lucas podría ir. Como era costumbre, cuando planeaban los viajes, llevaron
una botella de ron para escuchar música mientras discutían los pormenores de la
travesía. Aunque la situación era un tanto incomoda a Lucas le dio mucho gusto ver
a los muchachos. Felipe, se puso muy serio y continuó viendo televisión en el cuarto,
a pesar que Camilo en varias ocasiones lo invitó para que se sentara a tomar y a
charlar con ellos. Los chicos que estaban acostumbrados a estar en casa de Lucas
tanto distante e intranquilo. Era claro que pasaba algo y ellos lo comprendieron. A
quedó disgustado porque había bebido con los muchachos, y aunque trató de
Estos hechos no se dieron sólo por Lucas. La mamá de Felipe sufrió una
con ella para que la acompañara y tocó escoger entre que él se fuera a vivir al
querían separarse, así que a Lucas le tocó soportar la inoportuna visita por casi dos
meses. Fue muy complicado estar juntos, les tocó utilizar toda su imaginación para
ella no podía ocultar el malestar por su relación. Ellos, sin embargo, no le dieron
cocina a fumar y tomar café. La vieja bajaba todo el volumen al televisor para tratar
de escuchar lo que hacían. Aunque en la mayoría de los casos sólo querían estar
solos para hablar, en ocasiones terminaban haciendo cosas. Muchas veces sólo lo
oportunidades les tocó armar plan familiar. Llegó a ser tan difícil de soportar que el
Para mitad de año las cosas dieron un giro, que aunque esperado los llenó de
zozobra. Felipe se graduó y ahora debía viajar a una población distante de Ibagué
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media hora, para cumplir con el rural; condición exigida por el gobierno a los
Sabían que no iba a ser fácil, una cosa es vivir esas circunstancias en medio de la
frustrante que es querer estar con alguien y no poder. Ya habían sufrido esa
amenazado lo que habían construido, aunque estaban bien, nadie podía asegurar
que en la distancia, la relación se mantuviera fuerte por otros seis meses. Sin más
XIX
copaba todos sus espacios, y ahora que no estaba se sentía vacío. La soledad del
debió aplazar el semestre; su papá pasaba por una situación económica difícil y le
dio a escoger entre las dos carreras que hacía, no podía pagar ambas.
Carlos y Julián, sólo hablaba por teléfono. Se había entregado por completo a su
relación con Felipe y en esas circunstancias ellos no encajaban ahí, no los había
vuelto a ver, y las pocas personas que Felipe le presentó eran sólo amistades de
rumba. Aunque ya habían superado una época separados, en esta ocasión era más
difícil, ahora no contaba con „Sebas‟, que se dedicó por completo a la tesis de grado
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ayudó a pasar la congoja y los bajonazos de ánimo de su primera etapa con Felipe.
A los dos los unía algo muy fuerte, varias veces le expresó a Lucas que lo
admiraba y quería, e incluso le reclamaba por estar con Felipe. Lucas nunca
Lucas no pudo evitar pensar que „Sebas‟ tenía dudas sobre su sexualidad, su
atraía, él tenía algo que despertaba un no sé que en los demás, no era sólo la
apariencia física, era su conjunto. A pesar de que a Felipe le caía muy bien no pudo
más solo que nunca, en un abrir y cerrar de ojos se habían ido las dos personas más
Durante el primer mes hablaban por teléfono varias veces por semana y a
pesar de que el recorrido ahora era de casi cuatro horas, Lucas lo visitó en el
las llamadas, ya no hacía los mismos esfuerzos para que se vieran. Lucas sintió el
cambio en la voz sin lograr entender por qué. De un momento a otro, Felipe parecía
haber perdido el interés en la relación. Pasó casi mes y medio sin que ninguno de
los viajara, decidiendo que él viniera para pasar un fin de semana juntos fuera de la
Bogotá.
molestó porque según él, eso demostraba que a Lucas lo que más le importaba
cuando nos veían era el sexo. Discutimos durante mucho rato; lo único que
sabía que las cosas estaban mal, pero no quería terminar, se sentía impotente. A
una vez por todas. En el apartamento con cabeza fría y después de una larga
eran conscientes que tenían problemas y que si no querían botar todo a la basura
condones y prefería no usarlos. Para Lucas era una situación difícil, aunque él tenía
los suficientes elementos de juicio para tomar esa decisión no podía dejar de pensar
que también era su responsabilidad, llevaba varios años viviendo con esa situación y
Lucas decía que él no podía entenderlo porque nadie siente el dolor de otro
hasta que no está en la misma situación. Trataba de hacerle entender que era una
Durante todo el tiempo que llevaban juntos esta situación había sido muy
incómoda. Afortunadamente para Lucas, tuvo que rotar por el programa de vih de la
clínica a la que él asistía. Allá pudo ver las cosas desde otra óptica y comprendió
entendió que la mejor manera de compartir su cariño era cuidándose. Esa era la
cualquier momento se dejaban llevar por la pasión. Estaba seguro que si no tenían
preservativos en uno de esos instantes Felipe insistiría para que tuvieran sexo sin
ellos, por eso los llevó a ese viaje. Aunque en esa ocasión los preservativos se
Lucas no negaba que la actitud de Felipe le permitió, por primera vez desde
que conocía su diagnóstico, sentirme pleno con alguien; sin verdades a medias. Con
él compartían secretos, cosas que a nadie contaban por vergüenza. Además aunque
Felipe viajó como a los veinte días a Bogotá. Aunque se comprometieron a hacer un
esfuerzo las cosas no volvieron a ser como antes. El afecto continuaba vivo, pero se
perdió la pasión, el ánimo; Ya no tenía los detalles que lo hicieron tan especial.
Lucas tuvo la sensación que no había nada que hacer, por más que lo quería, de
Una noche que Rita pasó a visitarlo, lo encontró aburrido. Le propuso que se
tomaran unos tragos mientras conversaban. Entre whisky y whisky le contó todo lo
de su relación con Felipe y los motivos que tuvo para no contarle antes. Se
enterrado todo lo que sentía por él, le dolía. Lucas sentía que aún lo amaba; lo veía
las lágrimas aparecieron. La situación era tenaz. Lucas se sentía mal por Felipe pero
también por Rita. Ella era una persona muy especial. Buena hija, buena hermana y
súper, como amiga. Como mujer creo que es la persona que cualquier hombre
quisiera como esposa. A pesar de todo estaba ahí escuchando al tipo que quería
otro lado pues quería evitar cualquier tipo de contacto, sabía que no se sentía bien,
además estaba borracho, en esas circunstancias cualquier cosa podía pasar. Tuvo
los tragos y de la complicidad de la noche, pasó lo que había tratado de evitar. Los
dos sabían que no era correcto, de manera que no hablaron sobre el asunto, era
divagaciones. Era Felipe, no sólo pensaba que lo había traicionado, sentía que se
había traicionado a sí mismo; siempre había sostenido que lo más importante en una
acompañó durante un par de semanas. Pero ahí no paró el asunto. Desde que
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Felipe se había ido comenzó a hablar seguido con Leonardo, uno de los „pelaos‟ que
le había presentado, quien a pesar de tener una relación estable con Jorge, otro
médico, que hacía parte del grupo con el que salían a rumbear, le pedía a Lucas que
tuvieran algo. En varias ocasiones dijo que no. Pues no sólo estaba muy bien con
Felipe sino que le parecía „cagada‟ que Leonardo le propusiera eso mientras
él por „desparche‟, por no estar sólo, o por cualquier otra maricada, lo cierto era que
no lo quería. No necesitaba decirlo, era algo evidente y aún así continuaban juntos.
Lucas trató de hacerle entender que si tenían algo en esas circunstancias, él podía
salir lastimado, “estoy muy „encarretado‟ con Felipe y nunca te tomaría en serio”. Le
decía. A pesar de los argumentos insistía, decía que no le importaba, lo único que
quería era que Lucas le diera la oportunidad de tener una relación seria él. A Lucas
el „pelao‟ le caía bien y como no era cansón con el cuento, no veía problema en ser
amigos, además Leonardo también era portador. Esta situación los unió mucho, era
la primera vez en tantos años de vivir con esa mierda que conocía a alguien que
pasaba por una situación similar a la él; los dos eran profesionales, tenían casi la
tardes enteras conversando, incluso le contaba los problemas con Felipe y, obvio,
una fiesta y aunque en un principio dijo que no, lo convenció de que salir era lo
puta madre, y Lucas que estaba mejor que él lo llevó a su apartamento. Consideró
que no era responsable dejarlo ir para su casa en ese estado. Leonardo aprovechó
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duda, pensó que Leonardo realmente no estaba tan borracho sino que fingió para
quedarse en su apartamento.
alcohol había sido una constante en todas las cagadas de su vida, debía asumir lo
que hizo. No podía seguir así; tomándose unos tragos, embarrándola y después de
llegó a justificarse echándole parte de la culpa a Felipe, creía que él tenía cierta
responsabilidad en todo.
Arrancó el último mes del año y Felipe vino a visitarlo. Como en las últimas
suelta al deseo, las cosas no funcionaron. Felipe era apático y distante; se excusó
por estar cansado. Lucas se dio cuenta del cambio. Tenía dos opciones; enfrenta la
discutieran nuevamente la situación. Los dos sabían que las cosas habían cambiado
dispuesto a estar con alguien en esas condiciones, que si alguno de los dos no se
sentía pleno en la relación lo mejor era terminar; Además expresó que era mejor
hacerlo ahora antes de que más adelante, sin quererlo, se hicieran daño. Sintió un
vacío infinito, le decía a la persona que amaba que terminaran. “Aceptar la verdad es
muy duro, pero vivir engañado es peor”, agregó. Sabía que Felipe lo seguía
queriendo por todo lo que habían vivido, pero entendía que sus sentimientos habían
estar solo. Cada minuto que pasaba Lucas se sentía peor, con cada palabra la
Contestó que esa no era una razón suficiente para estar con alguien, qué a él
también le daba miedo estar solo, pero que estaba dispuesto a enfrentarlo y que él
No podían ocultar lo que sentían, un raro silencio se apoderó del ambiente. No era
decisión les dolía a los dos, tal vez más a Lucas, había dado mucho por esta
relación y aún lo seguía amando. Y como es sabido por todos, quién da más en una
cuenta una profunda tristeza se apoderó de él. No le importó la Navidad; las luces,
las fiestas y la algarabía que lo había hecho tan feliz en otras épocas no significaban
nada en este momento, sólo quería estar solo. Como pretendía evitar las reuniones
decidió no viajar a Cali a pasar Navidad con la familia; Jaime había viajado como
todos los años. Se quedó solo en Bogotá, como quería. Nadie pudo hacerlo cambiar
de opinión.
camino se encontró con un amigo, que „vagaba‟ con él en la época en que salía con
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Andrea; le dio mucho gusto verlo y como en los viejos tiempos se pusieron a tomar.
Entre cerveza y cerveza no sólo olvidó la peluquería, sino que también olvidó que
bastante borracho. Cayó en la cama fundido, hasta que sobre las nueve y media de
la noche el insistente repicar del teléfono lo despertó. Al otro lado de la línea estaba
Leonardo, que lo invitó a rumbear; iba a salir con unos amigos y se acordó que
Lucas cumplía años, le pareció muy buena idea llamarlo para ver si quería salir con
ellos.
tenaz lo que estaba sucediendo: por primera vez pasaba un cumpleaños solo en una
discoteca, rodeado de una cantidad de gente que no significaban nada para él.
Pasaba un trago con otro, quería olvidarse de todo, sin lograr sacarse a Felipe de la
cabeza. Su olvido era el que más me dolía. A la medianoche dejo atrás la tristeza,
tenía en la cabeza los tragos suficientes para pasarla bien. A las cinco de la mañana
que se le ocurrió decirle es que si no le parecía que era como muy tarde. Felipe, sin
embargo, explicó que había llamado en varias ocasiones el día anterior y un par de
Leonardo para preguntarle si sabía algo de él. Sólo hasta ese momento Lucas
y el propio Felipe lo habían intentado, pero como estuvo la mayor parte del tiempo
por fuera del apartamento y por esos días había perdido el celular, nunca lo
familia, prefirió aceptar la invitación de Rita, quien enterada de que estaba solo le
de ella porque tenía más confianza con su familia. Después de medianoche regresó
quiso desearle lo mejor, luego de unas cortas palabras quedaron en verse antes de
fin de año.
Por cosas del destino retomó comunicación con Andrea. Luego de hablar en
vieron en un centro comercial, al que acudió con su hija de dos años. Una tarde
cervezas la nena se echó encima una malteada y una gaseosa, ante la angustia de
de donde salieron sólo cuando la niña le había dado dos veces la vuelta al lugar.
Se sentía raro, las veía a las dos y se veía sí mismo. Parecían la familia que
habían soñado tantas veces. Aunque habían pasado varios años no pudo negar que
le movió fibras muy sensibles, sintió que aún la amaba, diferente sí, pero la amaba.
Incluso llegó a pensar que la nena no sería un impedimento para estar nuevamente
que terminaron. Felipe lucia feliz, sin darle vueltas al asunto comentó que un par de
mucho la atención. Sin rodeos agregó que salieron un par de veces y que se
otra ciudad a pasar la Navidad con su familia. Sin detenerse a pensar en lo que
Lucas quedó en silencio por unos segundos, y luego dijo “no jodas güevon, que vas
a llamar a tu nuevo novio desde mi apartamento. Esta es tu casa, pero ten un poco
respeto”.
unas cervezas. Al otro día, durante el almuerzo, Lucas comentó que emprendería un
viaje por Argentina y Brasil, pues había quedado de visitar a Adrián y otros amigos
que tenía en el país „gaucho‟. Felipe que siempre había sido de buen comer, no
pasó un solo bocado más. Molesto, le reclamó porque a menos de un mes de haber
terminado se fuera a ver con otra persona. Lucas respondió que no era lo que él
pensaba; explicó que como ya no iban a hacer el viaje que había propuesto antes de
que terminar, él hizo nuevos planes. “No entiendo tu reclamo. No soy quien dos días
pesar de todo, se sintió bien por su reclamo, esto le demostraba que había sido
viajar con él para pasar el fin de año. A Lucas le pareció buena idea, sin pensarlo
abordaron el autobús.
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Esa noche se dió cuenta que en la casa de Felipe creían que todavía eran
pareja porque éste no le comentó a nadie que habían terminado. Uno de sus
que no estaban juntos, que eran muy buenos amigos. El hermano de Felipe no
podía creer que estuvieran compartiendo el fin de año si ser pareja. La noche
hablar un rato a solas. De regreso, en la soledad del cuarto, no pudieron evitar las
tentaciones del sexo. No fue igual, esta vez, fue solo sexo.
Aún con la resaca del día anterior, antes de emprender el viaje de regreso a
Bogotá, Lucas le dijo a Felipe que pensaba que lo mejor era no hablar ni verse por
un buen tiempo. “estas muy ilusionado con tu nueva relación y yo necesito tomar
estuvo de acuerdo, debió aceptar pues tampoco había mucho que discutir, sólo
XX
Unos días antes de viajar al exterior, Lucas estuvo de visita en Cali para
organizada por varios compañeros que aún vivían en la ciudad. El negro Delgado,
uno de los más „vagos‟, administrador del club Campestre hizo de anfitrión. El
hijueputa se lució esa noche, no sólo reservó el uso del club para la reunión sino que
negra Ana Laura, la gordita Maritza; el puto del James, Yarumo; le decían así porque
educación física, que por cierto era más „periquero‟ que todos los muchachos juntos.
Aunque a Lucas le dió un gusto el hijueputa verlo, después de varios años, le llamó
pero se le veía acabado, anciano; algunos decían que el viejo, ahora que estaba
par de horas estaba en una voladora de puta madre. Estaban, porque el ron corría a
cantaros. Todos tenían algo que contar: estudio, viajes, trabajo, y claro todos
querían impresionar. De entrada, Lucas llevaba a los que seguían viviendo allá.
equipo de fotografía completo: cámara canon, varios lentes y mil „maricadas‟ más,
que a simple vista descrestaron al grupo. La negra Ana, fiel a su estilo de siempre
dijo que estaba „rebueno‟: mientras bailaban le pasó la lengua por el cuello
susurrándole al oído que ahora sí, le haría cositas ricas. Lucas siguió el juego, sabía
que la gran puta sólo lo quería „achantar‟ delante de todos. Pero él había crecido, y
mucho. Le dijo, “no negrita, cuando estudiábamos y lo pedía para dejar de correrme
la paja, me decías que yo era un cagón. Ahora, que como tú dices, estoy rebueno,
no me voy a fijar en una negra culiona como vos, mírate no más: con bananos, las
tetas y el culo caído. Se nota que por esa concha han pasado kilómetros de pinga”.
Todos se cagaron de risa. Incluso ella, que lo único que pudo decir fue cabroncito
hijo de puta.
compañeros, para las habituales fotos del recuerdo. Como a la una de la mañana a
alguien se le ocurrió que debían trasladarse a las piscinas. Nadie protesto, a esa
o su pase de coca. En minutos todos se despojaron la ropa; como era una fiesta
nadie llevó traje de baño, aunque algunas viejas se las quisieron dar de pudorosas,
al final aceptaron meterse al agua en ropa interior, con la condición de que apagaran
las luces de la piscina. ¡Pudorosas! Cuando todos estaban en el agua a los hombres
les importó un culo la promesa y mandaron prender los reflectores. Qué espectáculo.
Hasta las secretarias, muy dignas ellas en el colegio, posaron para las fotos con el
los jugadores de fútbol agitan las camisetas, al celebrar un gol. En medio de ese
desorden todos se querían „echar‟ a Lorena. Seguía igual de „buena‟ que en la época
del colegio. La verdad, Lucas solo tenía un leve recuerdo de ella. Por allá cuando se
volaban de clase para ir a tomar ron y a nadar a la bocatoma del acueducto. Igual
que hoy les tocaba nadar en ropa interior. La recuerda en brasier y en una
seguían juntos; él en interiores sin poder disimular la „parola‟ causaba por tener
encima a la novia medio desnuda. Pobre flaco con la „pija‟ a reventar y sin poder
„echársela‟. Por más ganas que tuviera de pichar, (culiar), así se dice en esta zona
del país, se las aguantaba para no quedar ante todos como una „culiona‟ a la que se
tiraban por ahí en cualquier pastal. Porque así estuviera con el novio ese sería el
comentario.
ombligo. Arrimándole la verga por detrás para que la sintiera. Los demás le hablaban
mierda, Lucas la calentaba. Al comienzo muy seria, lo miraba con cara de qué estás
haciendo güevon, luego movía su cuerpo de manera sutil para que su mano se
ofrecían trago a Lucas para obligarlo a sacar las manos del agua. Se empujaba un
trago y seguía con su juego de caricias acuáticas. De nada les servía el „pataleo‟, en
besarse. La flaca no sólo estaba muy rica sino que besaba de puta madre. Querían
„culiar‟ allí mismo, pero se preocupaban por la presencia de los demás. Al dar un
rápido vistazo por el lugar se dieron cuenta que en el otro extremo ya estaba
„culiando‟ „Yarumo‟ con una de las secretarias. En la otra esquina James „culiaba‟
con Maritza. Todos estaban dentro del agua y aún así era evidente. El movimiento
hacia olitas delatadoras. A la mierda el pudor, que venga otro trago y un „pase‟, por
si las moscas. No aguantaron más; poco a poco, como quien no está haciendo nada
se la fue metiendo hasta los huevos. Con una mano se sostenía de la orilla y con la
otra la agarraba a ella, que rodeaba su cintura con los pies. Se olvidaron que
estaban enfrente de muchas personas, hasta que la gran puta de Ana, se paró justo
sobre su mano. Lucas a punto de venirse, miró hacia arriba para verle la cara a la
negra. “Quítese de ahí güevona que se tira el polvo”, dijo. Pero no, ella se dirigió a
todos y gritó “hay que rico „culean‟ estos dos, miren”, todos chiflaron. Adiós polvo,
Tuvo que aguantar las chanzas de los muchachos. Todos le decían a Lucas
que „tramó‟ a la flaca, que se había „echado‟ a la vieja más buena. Aunque era
cierto, respondía serio, diciendo que no hablaran así de la „pelada‟ que sólo se
habían gozado. A las cinco de la mañana cada uno empezó a salir del club como
podía. La flaca le dio el teléfono, pidiéndole que no la llamara ese día pues iba a
102
estar ocupada con el novio. Aunque Lucas se fue del lugar con ganas de estar a
solas con Lorena y acabar lo que habían empezado esa noche, nunca la llamó.
Pasadas las doce del día, de no ser por el puto calor no sale de la cama.
regresar, tamaña sorpresa. Uno de los chicos que trabajaba en el club y que se
„pelao‟ lo miró y soltó una risita burlona. Seguro que pensó que era un „periquero‟ y
un puto de miedo. Lucas se cagó de risa. Estaba fresco, volvía a ser el Luquitas de
cambio de ambiente le ayudarían a superar el inmenso dolor que aún sentía por la
ruptura de la relación con Felipe. Aunque lo vivido con los viejos amigos lo sacó del
cabeza.
noches se gozaba la vida nocturna de cada una de las ciudades que visitaba.
Felipe. Quería verlo, quería saber cómo estaba. Se encontraba a miles de kilómetros
y aun así no podía evitar el vacío que le producía su ausencia. No pudo aguantar y
llamó; lo intentó en dos ocasiones, sin lograr hablar con él. Dejo los datos para que
103
le devolviera la llamada. Adrián y Luciana se dieron cuenta que Lucas estaba bajo
de nota y le dijeron que dejara de ser „boludo‟, que aprovechara los últimos días para
divertirse, que no se viajaba tantos kilómetros para estar aburrido. La noche anterior
al viaje de regreso salió con otros chicos a un pub para despedirse. A las dos de la
mañana Adrián y Lucas salieron para Hangar 18, uno de los boliches gay más
América, la discoteca gay más grande de Buenos Aires, y hoy tenía la última
oportunidad. En medio de risas, Lucas contestó que esa noche mandaba para la
cinco de la madrugada Adri se fue por estar muy cansado; como el departamento
quedaba muy cerca del boliche Lucas decidió quedarse otro rato solo.
tomarme una cerveza mientras observaba bailar a los „pelaos‟ que aún quedaban.
Lotería. Un „pibe‟ le pidió fuego para encender un cigarrillo. Luego de hablar un rato
viajado a pasar el verano con los papás y él tuvo que quedarse en Córdoba porque
mañana y Lucas tenía vuelo a las once, no tenía sentido seguir hablando mierda
para conocerse más. A lo mejor ni se volverían a ver. Así que a lo iban. A „coger‟,
Néstor, así se llamaba el pibito, puso el reloj despertador a las ocho y media
de la mañana. Medio dormidos salieron a tomar un taxi que los llevara hasta el
departamento de Adri. Preocupado, faltaban dos horas para que saliera su vuelo, al
verlo le recriminó a Lucas por irresponsable. Adri tenía razón en preocuparse. Irse a
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„coger‟ con un chico al que acaba de conocer, en una ciudad desconocida y en otro
país, es una insensatez. Lucas sólo dijo que los momentos de locura son los que
Con todo y que estaba retrasado alcanzó a darse un baño y a tomar un súper
naranja. Aunque había aprendido a tomar „mate‟: lo beben todo el puto día: en la
ellos. Así que la Luchi pensó que ese sería un lindo gesto.
cosas continuaban su rumbo normal, nada cambiaba. La única novedad era una
ayudara a empacar sus cosas. Lucas le dijo que él las había traído, él se las debía
arrogantes de parte y parte, como si ambos estuvieran molestos por algo. Un mes
después se verían nuevamente para el grado de Lucas, al que Felipe decidió asistir
para estar con él en ese momento tan importante. Al día siguiente sacó tiempo para
acompañarlo a practicarse la prueba del vih, aunque no era la primera vez que se la
hacía no dejaban de sentir algo de susto. Como en los dos casos anteriores, en los
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que se practicó la prueba estando con Lucas, el resultado fue negativo. Lucas se
sintió feliz, hacía tres meses habían terminado y ese examen le daba la tranquilidad
de saber que él estaba bien. Lo que pasara de ahí en adelante era únicamente su
responsabilidad.
recorrido por sus mejores momentos. Discutieron sobre lo que había significado la
relación para los dos y lo que significaba cada uno para el otro. Se disculparon por la
actitud del último encuentro y decidieron que si volvían a hablar o encontrarse tenía
que ser como buenos amigos, no había razón para que se diera de otra manera.
cambiar todo lo que le recordara su tiempo con Felipe. Convencido que un cambio
radical le ayudaría a superar la situación y animado por las expectativas creadas por
Las cosas marcharon bien los primeros días, pero pronto empezó a extrañar
un par de meses no soportó a las personas que trabajaban con él, el ambiente del
lugar le exasperaba, las expectativas que tenía cuando decidió aceptar el cargo
habían desaparecido. No importó dejarlo todo. Sin consultar con nadie renunció.
esas cuatro paredes tuvo más tiempo para aburrirse y para tratar de pensar. Las
que siempre había estado ahí y le susurraba al oído que tal vez este era el momento
exterior dejó de existir; las noches se repetían como en un carrusel. Dejaba las
lúgubre, se perdía en los recuerdos que le traían las melodías. Divagaba sobre lo
que había sido su vida. Recorría uno a uno cada momento; la alegría de la niñez, los
ilusiones con Felipe. Sus recuerdos lo ofuscaban. Empezó a dudar de las razones
que tuvo Felipe para estar con él; los detalles y los bellos momentos decían que
realmente lo amo, pero no podía dejar de pensar por la difícil situación económica
Muchas veces lo vió llorar y sólo Lucas estuvo ahí para apoyarlo. Pensaba
que tan pronto como solucionó sus cosas se había marchado, y ahora que él lo
juntos empezó a verlo como realmente era. Definitivamente, como dice Nietzsche “El
amor es el estado en que el hombre ve las cosas, más que en ningún otro, tal como
Por experiencia, sabía que no le quiso hacer daño, nadie hace sufrir a una
persona que ha sido importante. En el fondo creía que había sido importante en la
vida de Felipe, sólo que ahora sus sentimientos habían cambiado sin que él pudiera
hacer nada. También era consciente que nadie escoge a quien amar, ni por cuánto
tiempo. Simplemente se ama y punto. El mismo lo había vivido, sólo que ahora no lo
podía entender, había mucho dolor para pensar con claridad. Y así todo se repetía
en un círculo vicioso que no conducía a ninguna parte, ahora nada parecía tener
sentido.
Tirado en un sofá, con la vista puesta sobre las luces de los edificios del
frente, veía una salida. Pensaba en el vacío y sabía que estaba ahí, cerca, muy
pensó, pero no se decidía a lanzarse del quinto piso del apartamento. Estaba
convencido que esta era la única solución, pero pensaba que si se tiraba y quedaba
San Juan, Puerto Rico. La voz, como le decían, tuvo que vivir una penosa
suicidas fracasados hasta que una sobredosis de droga se lo llevó. Desechó esa
Como pensaba que el suicidio era el camino más fácil para acabar con su vida,
arma, primer escollo, pues aunque vive en uno de los países más violentos del
mundo, el monopolio de las armas está en poder de las fuerzas del estado y de los
delincuentes, y si una persona decente tiene la mala fortuna de ser sorprendido con
108
una, se va derechito para la cárcel y ahí sí se jode todo el plan. Pensaba además si
dentro de la boca para luego disparar. El primer caso lo descartó por no ofrecer una
seguridad del cien por ciento; conocía de alguien que se había inclinado por esta
opción y falló, la bala no logró penetrar el hueso parietal. El segundo caso también lo
descartó, éste no sólo ofrecía un porcentaje más alto de eficiencia, sino que también
tiene la cualidad de dejar regados los sesos de la víctima contra la pared. Se negó a
químico, que para el caso da igual. Éste sí fue un asunto complicado, sus dotes de
por la carrilera es tan dramático y quizás más, que el de los sesos contra la pared.
Desistió
la playa hacia el horizonte para que el mar se la llevara. Y lo logró, sólo que antes
que arrepentirme, así que definitivamente no. Éste no era el método ideal para él.
libro que los ahogados, a medida que llena sus pulmones de agua experimentan una
quemándole la garganta, era un excelente nadador y estaba seguro que después del
más cerca que estaría de Alfonsina, seguiría siendo la noche que se sentó en su
planeando la que había considerado la manera más fácil de terminar con un ciclo
que juzgaba cumplido y se dió cuenta que buscar la muerte es casi tan complicado
como la misma existencia. Envuelto en una cantidad de raciocinios sin sentido veía
como se agotaban las botellas y los cigarrillos, hasta que lo vencía el sueño. Dormía
casi todo el día levantándose sólo cuando el rugido del estómago se hacía
insoportable. Tomaba jugo de naranja para pasar la resaca, destapaba una lata de
comida para calmar las tripas y preparaba la cafetera, de modo que alcanzará para
todo el día.
decaimiento del ánimo y un marcado desinterés por la vida. Muchas veces en plena
evitarlo las lágrimas rodaban por su cara. Tratando de disimularlo para no llamar la
gustaban mucho sus efectos sabía que ésta producía sueño. Así que se tiraba en la
estado de enajenación que lo sacaba de la realidad por unos minutos, luego de los
No había terminado de saludar y ella interrumpió para preguntarle que tenía, pues lo
escuchaba diferente. Sólo atinó a decir que estaba aburrido, se sentía un poco solo.
Ante su respuesta se echó a llorar, pensó que algo malo sucedía pues en tantos
años nunca había escuchado a Lucas decir que estaba triste, aburrido o solo. Tenía
razón, la familia siempre lo había visto como una persona feliz: tenía un buen
trabajo, había estudiado la carrera que siempre había querido, rumbeaba y viajaba
cuando deseaba. Aparentemente no tenía problemas, era un poco crazy pero nada
Tomó nuevamente el teléfono para llamar a Jaime. Del otro lado escuchó la
voz de Jorge, el amigo de Leonardo. Había confundido los números, sin más
remedio saludó. Jorge al darse cuenta de su estado le pidió que no fuera a hacer
la hora llegó con cara de preocupado. Mientras prendía un cigarrillo pidió una
cerveza para acompañarlo, y sin darle vueltas al asunto, preguntó que por qué
estaba así. “No sé, desde hace un par de meses le he perdido el gusto a todo, nada
me motiva en la puta vida. No quiero seguir, estoy mamado con toda esta mierda, es
Tan pronto terminó de hablar lo abrazó, dijo que sabía todo, pues en una
ocasión vio unas pastillas en el apartamento que le hicieron pensar que uno de los
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dudas que tenía éste le aclaro que el portador era Lucas. Después de explicarle,
trató de subirle el ánimo. Le recordó que tenía una carrera y era muy joven, decía
que había manejado esto muy bien por mucho tiempo, que no podía echarme para
atrás ahora. Durante toda la tarde trató de hacerlo entrar en razón. Entrada la noche,
después de varias cervezas, Lucas dijo que se sentía mejor, le dio las gracias por
venir y le pidió que se fuera, aún quería hablar con el hermano y se hacía tarde.
descompuso, en medio de las lágrimas le pidió que pensara bien las cosas. Se le
notaba la angustia, le dolía ver a Lucas así, trataba de calmarse, pero no podía.
Luego de una larga conversación, Jaime dijo que trataba de entender su decisión y
aunque la respetaba, sabía lo que pensaba sobre el suicidio, por nada del mundo
podía aceptarlo.
abrazó fuerte. No quería dejarlo solo, temía que hiciera alguna tontería. Lucas, que
XXI
Jorge comenzó a llamarlo todos los días y a visitarlo con frecuencia. Pasaba
por el apartamento y lo convencía para que salieran a cine, e insistía en que debía
volver a salir a rumbear, incluso le hizo asistir a dos citas donde un siquiatra amigo.
112
pasaba todo el día acostado sin hacer nada, pronto retomó la lectura, y lo más
experimentar fuertes nauseas y vómito. Hacía grandes esfuerzos para comer pero
casi todos los alimentos le causaban repulsión. Era bastante incomodo para todos,
Se sentía tan mal que todos los días se dormía con la ilusión de no despertar. Cada
día se sentía más débil y aunque desde muy chico había sido un buen deportista
Trató por todos los medios de tolerar el medicamento pero finalmente debió
sentía. Luego de dos semanas se dieron los primeros resultados: recuperó el apetito
y las energías para practicar actividades físicas. El trabajo de recuperación debía ser
Al siquiatra no volvió, nunca le habían caído bien, si iba con un problema, los
Le dio pena con Jorge pero se negó a ese tipo de ayuda, le explicó que era algo
de tener la solución para todo, creerse perfectos y estar por encima de los demás.
Siempre había creído que lo peor para un siquiatra era curar a sus pacientes, la
artimaña es enredarlos más para que duren mayor tiempo en tratamiento y mantener
el negocio. Lucas conocía a uno que era muy amable, pero cuando lo veía le parecía
que el maldito siempre estaba analizando a las personas. Sabía que el desgraciado
tenía más problemas emocionales que todos sus pacientes juntos, pero su profesión
le permitía tener una posición económica muy prospera. Se daba buena vida y
ocasiones eran menores que él hasta en más de diez años, pero que estaban a su
lado por las comodidades que les podía brindar. Por supuesto, no estaba dispuesto
razones. La aceptó y más bien insistió en que debía salir a divertirse, lo conocía,
sabía que le gustaba la rumba y creía que ésta era una buena forma de volver a la
normalidad.
114
En su afán por sacarlo del letargo, un sábado llamó para que fueran a La
Calera con Juan Andrés, un „pelao‟ que había llegado de Cali el día anterior.
dirigieron a un café donde los esperaban Juan Andrés e Iván, otro amigo de Jorge,
un café y conversar un rato antes de irse para la discoteca. Aunque el saludo fue
cine, una de las grandes pasiones de Lucas, que se mostró atento e interesado.
Sin darse cuenta despertó la curiosidad de Juan Andrés, quién al bajar del
pese a que Lucas se tornaba distante. Había ido muchas veces a ese lugar con
Felipe y los recuerdos lo pusieron triste: por largo rato estuvo como callado, el
„pelao‟ que se dio cuenta de su actitud, extrañado tomó distancia también y se dirigió
A pesar del buen ambiente que reinaba estaba aburridísimo en esa discoteca.
Jorge se había entretenido con unos amigos que encontró; Iván y Juan Andrés
moviéndome solo como una güeva. Sabía que era culpa suya, había puesto la
barrera y por tanto era él quien debía romperla. Se acercó a Juan Andrés y le
preguntó cómo la estaba pasando. Éste respondió que más o menos. Lucas dijo que
el ambiente estaba bien pero que ellos estaban muy dispersos, que bailaran juntos.
No pasó mucho rato para que empezaran a pasarla del putas. Lucas veía un brillo
raro en la mirada, su actitud le hacía pensar que aquí estaba pasando algo más.
respuesta. Como también estaba sintiendo algo muy „bacano‟, decidió esperar para
115
seguirle el juego, hasta saber qué tipo de relación tenia él con Jorge, quién seguía
Luego de pensarlo por un rato expresó sus dudas a Juan Andrés, quien soltó
la risa explicándole que ellos eran solamente amigos y que había venido a Bogotá
atendiendo la invitación que Jorge le había hecho muchas veces. No hablaron más
del asunto, se dedicaron a pasarla bien, hasta que apareció Jorge y le pidió a Juan
Andrés que lo acompañara a traer unos tragos. Ante la negativa de éste, Jorge salió
Juan Andrés ni lo notaron, estaban „encarretadísimos‟ sin darse cuenta que Jorge
estaba puto, hasta que apareció de nuevo pasado de tragos y llamó a Juan Andrés a
„achantado‟ y enojado mientras Lucas se hizo en otro lado sintiéndose como un culo;
el „pelao‟ dijo que no tenía nada con Jorge y como éste se la había pasado toda la
noche con sus amigos no entendía porque aparecía borracho a hacer reclamos. No
sólo se cagó la rumba, sino que siguió tomando como loco. La situación se tornó tan
incomoda que Iván, Juan Andrés y Lucas decidieron pedir un taxi y marcharse.
Jorge bajó con los otros „manes‟ que se encontró allá, después de las cinco de la
mañana.
la reacción de Juan Andrés, incluso llegó a pensar que si tenía algo con Jorge y que
por eso ahora estaba distante. Acostado en un sofácama de la sala no pudo conciliar
el sueño; ellos se quedaron hablando en la otra habitación, Iván, que se dio cuenta
de su estado, varias veces salió y le dijo que tratara de dormir, que lo qué había
116
pasado no era para que le quitara el sueño. A la diez de la mañana se sentaron junto
a Lucas a conversar sobre lo sucedido. Iván y Juan Andrés estaban muy molestos
borrachera, se tiraba la rumba y de remate los dejaba allá tirados. Lucas, seguía
confundido; estuvo más bien callado, en parte se sentía culpable por todo el rollo de
la noche anterior.
Se tomó un jugo y se despidió de Iván que seguía hablando con él. Dejo el
número de teléfono por sin Juan Andrés quería hablarle. Cuando iba de salida Juan
que como se había encerrado en la habitación creyó que no quería saber nada de él.
Juan Andrés le movió el piso no pudo sacarse de la cabeza el incidente con Jorge.
Se estaba portando muy bien con él y le parecía una cagada todo lo que había
pasado.
más de veinte minutos cuando el repicar del teléfono lo despertó. Al otro lado de la
línea estaba Jorge, con la „rasca‟ viva, llamaba para seguir reclamando. Lucas trató
de explicar lo que había pasado pero no entendía razones; dijo que aunque era
cierto que él no tenía nada con Juan Andrés, éste si le gustaba, que pensaba
decírselo, pero que cuando regresó con los tragos los vio bailando y besándose, por
lo que decidió devolverse para donde los amigos que se había encontrado al llegar a
la discoteca. Ante esto sólo pudo decir que cuando alguien te interesa no lo invita un
sitio y lo deja solo mientras se emborracha con los amigos que se encuentra. Él
continuaba furioso y lo trato de hijueputa nuevamente, pese a que Lucas creía que
117
Jorge en parte tenía razón, le dijo que cuando estuviera más calmado, o por lo
con Jaime y la esposa a almorzar, sin dejar de pensar en Juan Andrés. Quería
las cinco de la tarde llamó para decir que había decidido regresar a Cali esa misma
Dijo que estaba en la casa de Jorge y quería verlo para despedirse, que
habían aclarado las cosas y que aquel no tenía problema. Durante el encuentro
entre los dos; Juan André expresó que sentía algo muy „bacano‟, pero que le parecía
tenaz iniciar una relación en la distancia, ya que por experiencia sabía que esto era
muy duro. Aunque lo sintió sincero, su actitud era un poco extraña, como si estuviera
prevenido por algo. Luego de más de tres horas de hablar, sin lograr convencerlo de
enamoramiento. A la mañana siguiente Juan Andrés llamó para avisar que había
Pasaban los días y la ansiedad por no poder verse crecía, al igual que la inquietud
de Lucas por un mensaje que recibió en el celular. “Quiero que nos veamos para
importante del que hablaba, decidió viajar a Cali y aprovechar para contarle que era
118
portador. Sentía que las cosas podían trascender y prefería que hubiese claridad
desde el comienzo. El „pelao‟ le gustaba mucho, pero estaba dispuesto a dejar las
cosas así, antes que tener que ocultar la realidad. Así que fueron a un bar y allí le
dijo que antes de que discutieran sobre los dos tenía que contarle algo muy
personal, era muy importante que él lo supiera. Dijo que después de saberlo podía
conocerlo.
interrumpió: le dijo que se ahorrara el discurso que él lo sabía todo, Jorge le había
contado en la discoteca luego que los vio juntos. Un tanto sorprendido contestó que
hubiese preferido decírselo él, que ese era uno de los motivos por los que viajó y
aunque le disgustaba que se hubiese enterado por otro lado, estaba ahí para que
medio de la borrachera y disgustado por lo que había visto, Jorge le contó que Lucas
era portador, colocando en duda las intenciones que tuvo para ocultarlo, indicando
que seguro no eran las mejores. Juan Andrés, con sólo 19 años, quinto semestre de
universidad, desconocía casi todo sobre el vih y el sida; no tenía claro cuáles eran
ignorancia sobre el tema, sumado a lo que dijo Jorge, hizo que se llenara de pánico
y de rabia. No entendía por qué Lucas podría querer hacerle dañó. Sentía ira con él
mismo, aunque tenía razones de peso para odiarlo no podía, al contrario, algo en su
interior le impedía sacarlo de la mente y quería creer que todo era mentira.
119
Fueron dos semanas de desasosiego, sin poder aquietar las alteraciones del
ánimo ni mitigar las turbaciones que esta situación le producía. Sólo pudo decir que
nada de lo que le habían dicho era cierto, le contó que durante la relación con Felipe
éste se había practicado la prueba tres veces y que todas habían salido negativas.
Concluyo diciendo qué él decidía si le creía o no. Más tranquilo, Juan Andrés dijo
que la decisión de viajar hasta Cali a contarle le dada a entender que las cosas eran
diferentes.
padres, quienes viajaron el fin de semana a otra ciudad, para conocerse mejor.
tiempo que tenían, aunque ser homosexual no es un delito, las personas que
decidían vivir su sexualidad de una manera diferente y hacer cosas tan normales,
guetos. Para la gran mayoría de las personas los homosexuales son anormales y
cuando comparten un espacio es para encerrase a follar como locos, pero contrario
a estos prejuicios ellos pasaron el tiempo conversando; no faltaron las caricias ni las
expresiones de cariño, y debieron contener los impulsos sexuales, para ir con calma,
aunque Juan Andrés tenía mayor claridad sobre el tema, seguía sintiendo algo de
miedo.
ésta se podría tornar desagradable. Había aprendido eso de Felipe, que le enseñó a
entender su sexualidad, a punto de paciencia y de cariño. Ahora el turno era para él,
120
debía esperar a que Juan Andrés dominara sus miedos y temores por sí solo, para
El domingo fueron a una discoteca. Aunque sabían que los padres de Juan
Andrés llegaban ese lunes, decidieron quedarse juntos esa noche. Se levantaron al
medio día, con la modorra normal que suele dar después de rumbear hasta el
amanecer. Acosados por el calor infernal se metieron al baño. El sonido del agua fría
cuerpos. Gozaron con cada roce de piel, cada gemido, cada caricia, cada beso.
quería que irse a almorzar antes de que llegaran los papás y los encontraran ahí.
frente de la casa. Lucas salió corriendo y se sentó en la sala para hacerles creer que
hacía poco había llegado y lo estaba esperando. Los viejos saludaron de manera
cordial, pero en su cara de veía que no les había gustado ni poquito verlo allí. Juan
luego de preguntar por el viaje, dijo que lo habían cogido de salida porque en ese
Quedó muy intranquilo. Sus viejos habían visto a Lucas el viernes, cuando
pasó por la casa a buscarlo, lo que hacía suponer que se habían imaginado que
aprovecharon su ausencia para estar juntos en la casa. Pensó que le iban a armar
homosexualidad que prefieren quedarse con la duda a tener que sostener una
XXII
Sin superar la euforia con que llegó de Cali, recibió la llamada de un viejo
amigo del periódico que le informó que Sebastián llevaba varios días llamando, pues
necesitaba verlo con urgencia; había dejado los números de teléfono para que se
que fuera casi media noche, estaba entusiasmado por tener nuevamente noticias de
corto saludo, Sebastián le contó que se iba a casar el día siguiente, llevaba más de
unos tragos con unos amigos y lo esperaba. Sorprendido por la noticia, y luego de
respuesta dijo que no le podía hacer eso, que sabía lo importante que era para él
que estuviera allí. Después de discutirlo un par de minutos, Lucas salió para su
En el salón, buscaron un lugar para hablar sobre los dos y lo que habían
hecho durante el último año. Sebastián preguntó por Felipe, “seguís con el „mancito‟
ese”, dijo. La pregunta no sorprendió a Lucas, no era la primera vez que expresaba
le dijo que no. Nuevamente, y como en los viejos tiempos, su actitud era
quedara acompañándolo, se sentía muy mal; había vomitado varias veces y aunque
anterior. Para completar mientras estaba en el baño llamó la novia, que debió hablar
Sebastián no le dio importancia al asunto, insistió para que se quedara con él,
por lo menos hasta que se sintiera mejor. Lucas prefería quedarse, no sólo por el
estado en que estaba el „Sebas‟, sino porque también se sentía muy bien, pero se
había comprometido a viajar con Rita desde hacía un par de semanas, y no podía
ser tan hijueputa, de dejarla metida a última hora. Tenía muchas ganas de hablar
con ella, era la única persona a la que le confiaba sus cosas íntimas pues aunque
sabía que podía contar con Jaime, no se atrevía a hablar de sus relaciones con él,
era como incómodo para los dos. Una cosa era que Jaime entendiera y apoyara la
decisión que había tomado frente a su sexualidad y otra muy diferente que se
volvieran íntimos y hablaran de hombres con naturalidad. Sin más remedio se dieron
Con Rita seguían siendo buenos amigos, aunque a veces duraban tiempo sin
verse, cuando estaba de ánimo salían a tomar café, a cine, bailar o simplemente a
contó lo de Juan Andrés. A pesar de que en muchas ocasiones dijo que lo había
superado, que no le afectaba lo que Lucas hiciera, siempre dejaba ver que le seguía
daño, pero ella insistía en saber, lo conocía tanto que se daba cuenta cuando algo
importante le pasaba.
123
Ella también le contaba sobre sus relaciones. Sabía que podía contar con él,
que si tenía alguna duda en Lucas encontraría respuesta. Aunque a veces el mismo
pragmática de ver las cosas y la forma directa en que expresaba sus opiniones. Las
conversaciones eran muy íntimas y, aunque Rita le contaba sus cosas porque era la
única persona con quien podía hablar abiertamente, a Lucas le pareció que lo hacía
para demostrarle que también tenía otras personas en quien pensar, que
estado en que lo había dejado. Tan borracho que llegó a pensar que no se despertó
Unos días después, Sebastián llamó pasadas las once de la noche, estaba
bebiendo con el hermano y unos amigos, y quería que Lucas fuera hasta allá. Pese
al entusiasmo, contestó que no podía ir, “no tengo dinero, es tarde y estoy al otro
extremo de la ciudad”. Sin detenerse a pensar Sebastián dijo que tomara un taxi que
él lo pagaba. Aunque era tenaz salir a esa hora del apartamento sin plata, no se
pudo negar, ante tanta insistencia, y después de casi diez minutos de discutirlo salió
para su apartamento.
No sólo pagó el taxi, sino que todos los presentes se dieron cuenta de lo que
hizo con tal de que Lucas fuera, incluso la esposa. Pese a sentirse feliz de verlo,
Lucas no dejaba de sentirse incómodo, aunque ella se mostró formal y atenta, fue
124
clara en señalar que intentó persuadirlo para que no llamara, explicó que le parecía
apareció „Sebas‟, quien le alcanzó las cerillas y lo abrazó “lo quiero resto”, le dijo. El
hermano, que vió la escena desde la sala, comentó luego que „Sebas‟ le había dicho
en varias ocasiones que lo admiraba y quería „resto‟. Dijo además que cada que
sabía que era gay. No supo si le quiso decir algo o simplemente fue un comentario.
Lo cierto es que „Sebas‟ hacía cosas que generaban dudas en los demás.
Una noche llamó a las tres de la mañana, llegó de rumbear con la esposa y se le
ocurrió comunicarse. Extrañado, Lucas preguntó por qué hacía eso. Respondió que
almorzar”, agregó „Sebas‟. Ante la respuesta sólo pudo decir que no había problema
pero que prefería que lo llamara en el día, consideraba que ese tipo de cosas
ingenuo, sino que actuaba como tal. Ese era uno de sus encantos.
tenía dudas sobre su sexualidad, debía resolverlas él. Además Lucas tenía otras
Pasó un tiempo sin que hablaran, hasta que nuevamente Sebastián llamó;
esta vez lo hizo para despedirse, había decidido irse a vivir a Miami. La noticia no
sorprendió Lucas, había viajado un par de veces y siempre tuvo la idea de radicarse
125
allá, lo que llamó su atención fue que viajara solo, llevaba menos de un año de
casado. No pudo dejar de sentir tristeza, sabía que pasaría mucho tiempo para que
con Juan Andrés, que se fortalecía más, al punto que sólo deseaban estar juntos,
aunque hablaban seguido, contaban los días para volver a verse, lo deseaban más
que nada, pero entendían que las condiciones los obligaban a aceptar la distancia
hasta que uno de los dos pudiera viajar. Con ansiedad esperaron el siguiente puente
enseguida se daban cuenta que tenían una relación. Lucas sólo trataba de entender
sus temores. La situación de Juan Andrés era complicada, aunque había asumido
Para agravar la situación eran cristianos. Creían que su hijo vivía en constante
pecado, a un paso del infierno, de la condena eterna. Sufrían por ello. Vivían
pudiera hacer el hijo con alguien diferente a los amigos que ellos le conocían.
Esta situación hacía muy complicada la relación en Cali, por ello disfrutaban
más cuando se veían en Bogotá: una ciudad cosmopolita y moderna de más de siete
sociales y en la que cada persona encuentra un lugar. Hay infinidad de cafés, bares
126
conocen.
mejor, cuando querían regresar al apartamento sabían que contaban con ese lugar
en el que podían estar juntos sin tener que escondernos de nadie. Llegaron de un
bar y en la intimidad del cuarto comenzaron un juego sexual. Sabía de los temores
de Juan Andrés así que preguntó hasta donde quería llegar. Sentía algo de susto
caricia, cada beso, cada rincón de piel. Dos cuerpos que se entrelazaron en medio
del sudor, de la pasión, del amor. Hasta llegar al mejor de los orgasmos.
desde que lo sabían fueron muy claros, habían dicho que mientras asumiera su
nueva condición con seriedad y responsabilidad no veían problema. Otra cosa sería
En lo personal Lucas creía que cada persona decidía cómo quiere que lo
vean los demás, y en su caso estaba de acuerdo con la posición del hermano,
consideraba que la intimidad de cada persona es eso, íntima, y que a nadie más le
debe importar. En ese sentido no tenía problema, escogía muy bien con quién
andar.
127
debían vencer también la distancia para poder estar juntos. Con el correr de los días
Internet. Juan Andrés decidió escribir una carta para expresar lo que sentía.
Ole!!! Lucas.
Como sé que estás bien no voy a preguntarte nuevamente como estás, pero sí
no sólo algunos pesos, sino también dos o tres días de retraso, además de la
porque quién más que yo, que escribí cada palabra me encargaré
de decírtelo.
Y aunque las cosas no son, ni serán fáciles, deseo que todo pueda salir como lo
soñamos.
Con todo esto te envío un beso muy grande, con la esperanza, de que
muy pronto, no sólo podamos vernos, sino que por fin podamos estar juntos.
Te quiere.
Juan Andrés
Al leer este mensaje, sólo quería estar con él, que supiera que también era
muy importante y que mientras pudiera, haría lo que estuviese a su alcance para
estar juntos.
Convencido de que era lo mejor armó viaje para Cali. Los primeros días
fueron del putas, no sólo pudo estar cerca de Juan Andrés, sino que después de
muchos años, volvió a estar junto a la familia. Son súper especiales, la mamá y la
primos. En Lucas ven un „bacan‟ que no se escandaliza por nada, alguien a quien le
pueden contar todas sus andanzas con la tranquilidad de contar con un amigo que
los entiende, aconseja y guarda la espalda. Cuando los viejos les están dando
„cantaleta‟ porque „vagan‟ o „parrandean‟ sale en su defensa, les recuerda que ellos
también habían hechos sus „cagadas‟ y que todos los jóvenes son iguales, sólo que
129
los tiempos cambian y ellos se han vuelto viejos. También explicaba que se podía
rumbear sin descuidar las responsabilidades, que lo miraran a él. A pesar de todo lo
que Lucas hacía, en la parte académica y laboral nadie tenía nada que reprocharle.
Cada uno de sus primitos tenía una anécdota agradable que contar de
cuando han estado juntos. Sus primeras rumbas, los mejores paseos y hasta las
queja porque la única manera de que ellos la visiten o la llamen es cuando él está,
Todo parecía marchar bien, pero pronto se dió cuenta que las circunstancias
que los rodeaban se interponía en lo que sentían. Luego de dos semanas, cuando la
euforia de los primeros días bajo, casi no se podían ver. Juan Andrés hacía grandes
igual, en su casa sólo sabía Jaime, pero no podía evitar sentir molestia por su
Un mes después decidió regresar a Bogotá, no tenía sentido estar allá en esas
circunstancias, aunque le costó mucho aceptar que lo mejor era terminar, estaba
decidido a hacerlo. Cada vez les producía más angustia la situación que vivían y era
mejor cortar a tiempo que seguir sufriendo por un imposible. Sentía que era muy
tenaz querer estar con la persona que amaba y no poder sentir su apoyo, compañía
130
Cuando se vieron, resultó que Juan Andrés pensaba lo mismo. Así que con
todo el sufrimiento que la decisión les produjo decidieron continuar como amigos. Se
palabra, en cada frase, en cada momento, y ahora estaban ahí, enterrando todas las
ilusiones, ni siquiera se pudieron dar un abrazo, estaban en un sitio público, así que
después de una fría despedida de mano cada uno se marcho por su lado. Atrás
quedan heridas, para Lucas había valido la pena. No sólo recuperó la confianza,
sino que toda esta vivencia lo sacó de la mazmorra en que se encontraba y fue vital
XXIII
En Bogotá quiso tomar las cosas con calma. Deseaba estar bien. Había
superado el desequilibrio que le causo el fin de la relación con Felipe, entendía que
no podía volver a ese estado. Llegó a la vieja urbe que lo había visto ser feliz en
otras épocas y aunque traía el corazón roto y la cabeza echa mierda, sintió alegría
de volver. No me había dado cuenta pero en ese momento supo que amaba a esta
ciudad.
para abordar un taxi. En el recorrido iba „elevado‟, pensando en lo que dejo atrás.
131
Por un instante se fijo en el taxista, un tipo de saco de paño, gafas y barba pulida.
Pensó, “otro profesional que se quedó sin trabajo en este país de mierda”. Luego de
unos segundos lo miró y exclamó - bonito día eh - el conductor contestó que había
estado lloviendo en los días anteriores. No hubo un comentario más hasta llegar al
destino.
ciudad, dijo que no tenía vueltas. Sin buena cara Lucas dijo que lo cambiara. La
verdad no venía de ánimo como para ir él, por el contrario pensó “profesional, este
En la tarde fue al cine. Durante el recorrido hasta el teatro, por la ventana del
autobús pasaban autos, personas, calles y nada a la vez, su mirada estaba pérdida
entrada de la sala. Aunque no era su caso, durante la función pensó, que tal vez,
Salió del teatro caminando en dirección contraria a los autos, las calles lucían
se encontró con las luces de los semáforos al cruzar cada esquina y la de los
propios autos. Al doblar en una calle, luego de veinte pasos encontró un vendedor
continúo su camino. En medio del bullicio y las luces de las discotecas que están a
rumba, „desparchados‟, y uno que otro „pelao‟ borracho, más autos, gente y más
gente.
132
la parte de afuera, para seguir disfrutando del espectáculo. Pidió carne al carbón y
una cerveza. Mientras comía se fijo en unos jóvenes que se encontraban en la parte
en forma festiva entonan canciones con uno de esos „locos‟ que va por ahí haciendo
maricadas para que las personas le den un par de monedas; un tipo negro que
animado por los jóvenes canta: Cali Pachanguero, El Ratón, Azul, un rock en
español y cuanta mierda se le viene a la cabeza. En medio de las risas una de las
Vengo a emborracharme corazón, para olvidar un loco amor. Qué más que
amor, fue un sueño. Más risas. Continúa el desfile de canciones pasadas con licor.
Por un momento, Lucas retomó la canción, la conocía desde sus tiempos con
Vengo a emborracharme corazón, para olvidar un loco amor. Qué más que amor,
fue un sueño. Y aquí vengo para eso, para borrar antiguos besos en los labios de
otra boca. Vengo por los dos mi copa a alzar, para después así brindar. Por los
Por un instante no existió nada. Sólo los malditos recuerdos, que avivados por
dirigió hacía uno de los bares de la zona. Aunque el sitio estaba lleno logró ubicarse
en la barra. Tomó un par de tragos mientras miraba brincar a la gente al ritmo del
había disfrutado de esta ciudad solo y hoy lo había vuelto a hacer. Además se
reencontró con una de sus pasiones, el cine; disfrutaba las películas independientes,
133
Hollywood, cintas que hacen de los sentimientos sus mejores efectos especiales.
constructivo, que le permitiera sacar todo lo que sentía; también le expresó todos
sus pensamientos.
¿Sabes? aunque tengo claras las cosas no puedo dejar de pensarte, de extrañarte,
Bueno, creo que es normal cuando uno siente que ha perdido algo o, a alguien
importante.
Lamento no haber compartido más cosas y momentos juntos, pero así es la vida.
Espero que de esta experiencia te queden cosas positivas, aunque estas relaciones
Por mi parte creo entender tu situación; a veces no es fácil aceptar las cosas como
se nos presentan, y aprender a vivir con ellas sin hacerle daño a quienes nos
rodean, es aún más complicado. Eso sí, espero no perder la ilusión de soñar.
Ojalá tus cosas evolucionen de manera positiva para que puedas ser feliz, eres del
putas y te lo mereces.
Gracias por recordarme que siempre hay alguien más importante y que ese alguien,
olvidarlo "Ninguna persona merece tus lágrimas, y quien las merezca no te hará
llorar"
Perdona el papel y estas notas pero es lo que pienso y quería compartirlo con vos.
Te quiero resto.
Lucas.
Juan Andrés recibió con alegría su carta, era una misiva llena de reflexiones
y, aunque estaba claro que le dolía la forma en que terminaron, en ella no expresaba
con las demás. No fue una despedida, marcó el comienzo de una gran amistad,
aunque las cosas no funcionaron era claro que tenían mucho en común. Estaban de
sabían valorar a las personas por lo que son, por su esencia. ¿Cómo renunciar a
cada vez que Lucas visitaba la familia aprovechaban para conversar, comer un
tranquilidad trató de organizar las ideas. Sentía que era el momento de comenzar de
nuevo, de trazar nuevas metas y objetivos, para ello era necesario que encontrara
para continuar. Repasó cada momento de su existencia con el fin de identificar las
contestó que él también tenía sus teléfonos, que cuando quisiera saber de él,
alegría por escucharlo y saber de él, en este momento tenía claro que si deseaba
hizo daño. Con Felipe vivió cosas „bacanas‟, pero también le había dejado sumido
en un estado muy fuerte de aflicción. Ahora que podía pensar las cosas con cabeza
fría decidió no hablar más con él. Pensó que podría no ser definitivo, pero por lo
menos por ahora esa era la decisión. Un futuro quería verlo a los ojos y no sentir
nada.
como portador del vih y tuvo la seguridad que debía convivir con ello durante el resto
de sus días.
gente, las estrictas formulaciones médicas y hasta los chistes sobre „sidosos‟, que le
tocaba escuchar. Aparentemente nada de eso lo afecta, por lo menos eso creía. Lo
sólo modificó su conducta sino que también condicionaba su relación con los demás,
veía la vida de una manera diferente. Era algo que no escogió vivir sin embargo
como dicen los que siempre buscan una justificación divina para todos los males
136
humanos. No, aceptó porque no tenía otra opción. Hasta ahora había decidido vivir,
sin pensar en los designios celestiales. Desde que tenía uso de entendimiento
estaba de pelea con Dios y con sus representantes en la tierra. Dudoba mucho de
su existencia. Si existiera, cosa que nadie le había podido probar hasta ahora, no
creía que sea una providencia o un ser bondadoso. ¿A quién se le ocurre que un
tan jodida? se negó a creerlo; los padres siempre quieren lo mejor para sus hijos, lo
contrario es contra natura; y ¿Qué decir del ejercito de fariseos que lo representan
la doble moral que se lucran con la fe, o más bien con la ignorancia de la gente. Los
aberraciones. Lucas sabía que no era el más indicado para cuestionar estos hechos,
Desde muy chico su querida madre les inculcó el fervor por la fe cristiana.
Recordaba que cuando tenía ocho años la señora Esther, los hacía ir a misa de seis
de la tarde todos los domingos. Salían de la casa unos minutos antes y se iban en
grupo como borregos para la iglesia los „pachitos‟, o sea, la iglesia San Francisco.
“Madrecita mía, no sabes cuánto sufríamos esas misas; que la homilía, la comunión,
esperando que dieran la siete de la noche y el bendito cura dijera “podes ir en paz”.
Para él y sus hermanos, lo mejor de la misa dominical era llegar a casa y encontrar
todos los oficios que se celebran en ella; desde el domingo de ramos hasta la
resurrección. Y ahí estaba la señora Esther con sus hijos en primera fila. A las diez
de la mañana, en el Valle del Cauca, el sol quema más que las llamas del
que duraba hasta las doce del día y guardar fuerzas para en horas de la noche
entendía porque tanta carrera, tenían todo el año para visitarlos y a todo el mundo le
daba por hacerlo en la misma noche. Para rematar el día sábado los llevaba con
unas botellitas llenas de agua dizque para que el cura las bendiga en la famosa misa
de gallos, que empezaba a las diez y se alargaba hasta la medianoche. “A esa hora
que agua bendita ni que nada, que me traigan una almohada y si es posible la cama
que los ojos se me cierran”. Así le toco aguantar varios años más, hasta que tuvo la
edad suficiente para decidir por sí mismo, si quería asistir a esas correrías.
„racamandaca‟ nunca jodió con cuestiones de fe. Lo más cerca que vió al papá de la
iglesia, fue cuando compartía con el padre Roa. El cura iba a oficiar la misa al
pueblito donde el viejo tenía sus fincas y, aprovechaba el viaje a la zona rural para
darse un día de campo después de celebrar la eucaristía. Había que ver al curita
toda la tarde tomado cerveza o aguardiente con don Antonio Jaramillo mientras
ganadero era „aguardientero‟. El viejo decía que le divertían las tardes con el padre
Roa porque éste era un buen conversador pero que él hacía mucho tiempo había
dejado de creer en curas. Por caminos diferentes, padre e hijo llegaron a una misma
138
conclusión: las diferentes iglesias que hay en la tierra no son más que un negocio
profundizar mucho para darse cuenta que estaba inmerso en un mar de dudas. En lo
que llevaba de vida había mostrado un desaforado apetito sexual y una fuerte
antigua Grecia, destacados hombres y mujeres han vivido este tipo de relaciones y
no por ello su obra dejó de ser valiosa para la humanidad. Entonces ¿Qué es lo que
mortifica su existir? Tal vez, el hecho de haber despertado tarde a ella. Creía que
acuerdo a lo que sienten, pero quienes descubrían en su interior esa fuerza cuando
verdadero con una mujer, y la verdad es que esa experiencia no fue diferente
Vivió plenamente cada una de esas relaciones, al igual que sufrió cuando llegaron a
ubicaba plenamente como homosexual. Se sentía muy bien como hombre; pensaba
como tal, veía el mundo con ojos de varón y le gusta sentirme así porque esa es su
esencia, pero a la hora de relacionarse con alguien no tenía problema en que fuera
hombre o mujer. Había amado por encima de eso. Para su médico era claro que era
dentro de ese grupo, para él, en cambio, era menos claro, cuando trataba de
entender todo para saber en cuál de los extremos se encontraba resultaba que no
enfrentar la situación, que aunque no la había escogido, como el vih, ahora hacía
parte de su vida.
XXIV
La luz de las velas, la música suave y una buena cerveza hicieron parte del
ambiente apacible que marcó el reencuentro con Andrea. Por fin, y luego de haber
El sólo hecho de pensar en verla lo ponía nervioso, habían pasado casi seis
años desde que habían terminado y no dejaba de sentir cierto cosquilleo interior.
Fue un encuentro diferente, esta vez hablaron abiertamente de lo que había sido su
relación, los buenos y los malos momentos. Por primera vez, hablaron sobre su
Nunca pienso en eso, y si ha de pasarme, que sea lo que Dios quiera”, dijo.
Ofuscado por su respuesta le recordó que tenía esposo y una hija. Sus palabras no
intenso.
Le tomó la cara con sus manos y dijo que no me preocupara, que ella estaba
tranquila y él debía estar igual; pensaba mucho en él y que nada de lo que pasara
podía borrar los momentos que habían vivido juntos, eso era lo más importante. En
ese momento volvió a sentir toda su calidez, su ternura, su cariño. Entendió porque
la había amado tanto y porque aún después de tanto tiempo la seguía queriendo. Se
sintieron extraños, los dos ahí riendo con cada recuerdo, cada palabra, cada gesto;
recurriendo a la nostalgia para ser felices, aunque fuera sólo por un rato, porque
debieron despedirse, cada uno tenía una realidad que enfrentar. Lo habían deseado
sutil, ese beso fue más que el encuentro fugaz de unos labios, o un arranque pueril
Lucas se alejó sin mirar atrás; quería correr, gritar, que todos supieran que se
sentía feliz. Se olvidó por completo de un compromiso que había adquirido con Rita,
debía llevar media hora esperándolo, aunque tenía presente la cita, la olvidó por
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estar con Andrea. Debió correr, después de todo era la única persona que le
quedaba. Conocía su condición de portador y había sufrido por sus relaciones, pero
seguía firme, inamovible. No podía decir que incondicional, porque lo quería, y esa
ya es una condición, Lucas creía que a pesar de todo, ella esperaba que en algún
un rato hasta que encontraron un lugar en donde tomar unas cervezas. Un sitio
de esos sitios ahora no llenaban su gusto, prefería otro tipo de música; menos
sentido y le comentó que no la volvería a ver, no quería que ninguno de los dos
deseaba y que la idea le daba vueltas en la cabeza, pero las cosas habían
cambiado. Ahora cada uno tenía una vida por resolver, en su caso no estaba
preparado para contarle la confusión que tenía con lo de la sexualidad y todo lo que
había afrontado por ello, es posible que lo entendiera, pero prefería que se quedara
con los bellos recuerdos de lo que habían vivido. Además estaba tratando de colocar
en orden sus ideas para no cometer más errores. Insistir en algo del pasado podría
palabra, quería decir lo que pensaba y expresar todo lo que sentía. Comenzó
diciendo que tenía claro que no la amaba, que la quería pero que no llegaría a
amarla como mujer; sabía que compartían muchas cosas en este momento porque
estaban solos, pero que era consciente que alguno de los dos encontraba a alguien
vida que le despertara todos los sentimientos que él había despertado y que cuando
todo lo que sentía o decidía conservarlo como amigo. Decidió lo segundo. Lucas dijo
que estaba muy crazy, recalcó lo absurdo de relacionarse con él en las condiciones
en que ella lo hacía. Su respuesta fue contundente. “No, simplemente decidí vivir, y
eso lo aprendí de ti, si estoy un poco loca eso también lo aprendí de vos, dijo.
Continuó diciendo que era una persona especial, que si tuviera que cambiar algo, lo
único que cambiaría sería su gusto por los hombres, aunque lo había soportado
sabía que era algo que nunca iba a cambiar. Sus palabras reflejaron una gran
tristeza. Lucas sintió el dolor en su expresión, le dolieron sus lágrimas. Era claro que
sufría por todo lo que vivía y él no podía hacer nada para evitarlo; ni siquiera había
podido evitar que las cosas le afectaran, cómo iba a hacer para no causarle daño a
otro. Se sintió tan impotente, que no pudo evitar que las lágrimas rodaran por su
cara.
143
Después de esa noche una pregunta vagaba por su pensamiento “¿Qué vas a hacer
sé”.
estaba dispuesto a hacer sufrir a alguien más. Desde la adolescencia actuó como un
potro desbocado; sin riendas, sin cercas, sin detenerme ante los obstáculos, se
devoró la llanura y ahora no veía para donde correr. Por primera vez se sintió
cansado; era joven, pero la intensidad con que vivió cada momento de la vida lo
llevo a pensar que ya hizo todo lo que tenía que hacer. No estaba triste, ni
deprimido, tenía la tranquilidad suficiente para pensar las cosas con cabeza fría.
situación de salud, se convirtió en una carga emocional muy fuerte que había
mayores y a la mamá del diagnóstico, sabía que la noticia los podía afectar tanto
como lo hizo con él en su momento. Lo había vivido con Ana y Jaime, quería
evitarles ese sufrimiento, sobre todo a la mamá. Estaban tan preocupados que
llegaron a pensar que su estado de salud era grave. Paradójicamente los motivos
que lo hicieron callar, ahora le indicaban que tenía que ser claro con ellos para
como debía enfrentar la familia con lo del diagnóstico para correr el riesgo de
alarmarlos. El médico fue contundente. Dijo que no se debía preocupar, que era un
enfático en decir que a toda costa debía evitar las lágrimas y finalizó asegurando
que su reacción iba ser muy buena. “Usted es un buen muchacho, es buen hijo, no
se pelea con sus hermanos y les ha dado motivos para estar orgullosos, lo único que
puede esperar de ellos es cariño”, concluyó. El tipo lo conocía más de lo que Lucas
creía; había aprovechado que Jaime fue a su consultorio por una formulación para
hablar con él y conocer otros aspectos de su vida que los dos no habían tenido
oportunidad de discutir.
asintomático y un enfermo en etapa terminal, conversó con propiedad con cada uno
de ellos y al final logró que dejaran a un lado el mar de dudas que los ahogaba; les
explicó que si había hecho todo lo que quería durante estos años podría seguir
para después, cada cosa su tiempo. Tenía resuelto el problema del vih, la
momentos de euforia que le hicieron sentir feliz, porque la verdadera felicidad son
esos instantes de regocijo que le hacían olvidar, por lo menos de manera pasajera,
¿Qué más podía pedir? Disfrutó los embates del enamoramiento y cada
de los sueños rotos. Llorado y reído. Ese dulce sabor que le da el dolor y el
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compartieran con él cada momento, así después hubieran tenido que llorar por ello,
Por esa manera intensa con que enfrentó cada cosa, sintió que no tenía más
por hacer. Reía al recordar las declaraciones de un artista español, excelente actor y
Sintió que había cumplido su recorrido; así como en su momento decidió afrontar
todo lo que tuvo que vivir, se sentía libre para emprender el último viaje.
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