El Matrimonio Y Otras Uniones Inferiores
El Matrimonio Y Otras Uniones Inferiores
El Matrimonio Y Otras Uniones Inferiores
M a r ía Ev a F e r nánd e z Baq ue r o
U n iv e r s id a d Gr anada
A tenor de los trabajos publicados en los últimos años sobre distintas cues
tiones del matrimonio y la conventio in manum} es, desde todo punto de vista
imprescindible, que aproveche la ocasión para mostrar mi punto de vista sobre
distintos aspectos del matrimonio arcaico que, a la luz de las investigaciones
mencionadas, me han servido -en ocasiones- para reforzar opiniones ya mos
tradas y -e n otras- para crear nuevas consideraciones.
Probablemente, el común denominador de la nueva corriente doctrinal sea
el interés que está suscitando el estudio del Derecho de familia y, más concre
tamente, de las instituciones que tratan del matrimonio, así como de las institu
ciones que le acompañan (esponsales, conventio in m anum ), pero referidas a
las etapas más antiguas del Derecho romano; cuando las costumbres ( mores
m aiorum ) era su principal fuente de regulación y, en definitiva, reconociendo
que a pesar de la inseguridad que a veces pueden tener estas fuentes, no
podemos despreciarlas sino contrastarlas con los distintos factores políticos,
sociales e históricos que son los que nos pueden ratificar o no sus contenidos.
De ahí que, a la hora de tratar sobre la concepción del matrimonio romano, no
se hable solamente de la clásica y postclásica, sino que también se haga alusión
a la concepción preclásica y a la arcaica o del tus sacrum, como hace Astolfi
para referirse al momento histórico más antiguo1 2. Con todo, no se ha consegui
1Vid., entre otros, GUINTI, P., Adulterio e leggi regie. Un reatifra storia epropaganda, Milano
(1990), p. 6 ss.; CANTARELLA, E., La calamidad ambigua. Condición e imagen de la mujer en la
antigüedad griega y romana, trad. Andrés Pociña, ed. Clásicas, Madrid (1991), p. 171 ss.; ID., La
mujer romana, Univ. Santiago de Compostela (1991), p. 9 ss.; PIRO, I., “Usu” in manum convenire,
Napoli (1994), p. 7 ss.; PEPPE, L., Storia di parole, storie di istituti. Sul diritto matrimonióle arcaico,
en SDHI., 63 (1997), p. 123 ss.; ID., “Paelex e spurius”, Mélanges a la memorie de Andró Magdalain
(1998), p. 343 ss.; LÓPEZ ROSA, R., Familia y matrimonio. A propósito de la organización social
y política en la Roma antigua, en Libro Homenaje In memoriam Carlos D íaz Rementaria, Huelva
(1998), p. 411 ss.; ASTOLFI, R., II matrimonio nel diritto romano preclásico, Padova (2000), p.
lss.
2 Vid. ASTOLFI, R., Il matrimonio, op. cit., p. 1.
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3 Cfr., PEPPE, L., rec. a PIRO, op. cit., SDHI, 60 (1994), p. 673 ss.; STEIN, P, rec. a PIRO, op.
cit., IURA, 45 (1994), p. 173 ss.; CANTARELLA, E., “L’ “usus” e la “conventio in m anum ”, en
LABEO, 41 (1995), p. 434 ss.; PÉTER, O., rec. a PIRO, op. cit., ZSS, 113 (1994), p.1996, p. 557 ss.;
GARCÍA GARRIDO, M.J., Nuevas ideas y argumentos sobre el “ius u xoriu m ”, en INDEX, 25 (1997),
p. 301 ss.; ZANNINI, P., Ancorasu ‘usu in manum convenire’, en “ANTECESSOR! OBLATA” CINQUE
STUDIDEDICATIAD ALDO DELL'ORO ( con, in apéndice, un inedito di Arnaldo Biscardi), Milano
(2001), p. 171 ss.
194
195
5 CATALANO, P., Linee del sistema sovrannazionale romano, Torino 0965), p. 96 ss.
6 MÜNZER, F., Rómische Adelsparteien undAdelsfamilien, Stuttgart (1920), reimp. (1963), p. 55 ss.
7 TITO LIVIO, Ab urbe condita, I, 9, 2-6: Tum ex conciliopatrum Romulus legatos circa vicinas
gentes misit qui societatem conubiumque novo populo peterent: urbes quoque, ut cetera, ex infimo
nasci; dein, quas sua virtus ac di iuvent, magnas opes sibi magnumque nomen facere; satis scire,
origini Romanae et déos adfuisse et non defuturam virtutem; proinde ne gravarentur homines cum
hominibussanguinem acgenus miscere. Nusquam benigne legatio audita est: adeo simulspernebant,
simul tanta in medio crescentem molem sibi ac posteris suis metuebant. Ac plerisque rogitantibus
dimissi ecquod feminis quoque asylum apervissent; id enim demum compar conubium fore.
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rey Tarquinio “el Soberbio”, para contentar al pueblo latino, casó a su hija con
uno de ellos, con Octavio Mamilio Tusculano8.
En definitiva, desde la época monárquica, Roma concertaba con sus pue
blos vecinos la concesión del ius conubii a través de distintos tratados o alian
zas, tal y como también nos informa Dionisio de Halicarnaso refiriéndose al
foedus Gabinum (Ant. Rom., IV, 58, 6), al foedus Cassianum (id., VII, 53, 3;
VIII, 35, 2; 70, 2; 74, 2), o bien con los Hérnicos (id., VIII, 74, 2; 76, 6; XI,2,2).
Con posterioridad, después de la guerra con la Liga Latina en el 338 a.C., donde
Roma sale victoriosa, los antiguos foedus se revisan y, como resultado, el
conubium sólo se admitió para algunos pueblos latinos mientras que a otros
les fue denegado, según nos relata T.Livio (VIII, 14) donde de una manera
extensa nos informa de la distinta relación con cada pueblo9.
Por otro lado, en el ámbito interno de la civitas, también aparece el tema
del conubium denegándolo o concediéndolo el poder público a sus propios
ciudadanos romanos. Concretamente, nos referimos a la prohibición del ius
conubii entre patricios y plebeyos que se ubica en la tabula XI de la ley de las
XII Tablas y cuyo contenido es recogido por Cicerón10, encuadrándose dentro
de la lucha patricio-plebeya, aunque la eficacia de dicha disposición fue corta en
el tiempo porque en el 445 a.C., la rogado Canuleia restableció la posibilidad del
conubium entre ambas clases sociales. Por tanto, a imagen y semejanza de lo
acontecido en época monárquica, en los primeros momentos de la República la
organización de la civitas sigue sirviéndose del matrimonio para solucionar un
problema de clases dentro de la propia sociedad romana: la plebe en constante
reivindicación de igualdad frente a los patricios. Junto a ello, no podemos olvidar
que, en aquellos momentos, varias eran las sublevaciones acaecidas: Ardeatos,
veyentinos, volscos y equos, preferían una guerra -aunque fuese desastrosa- a
una paz humillante y, en consecuencia, los patricios necesitaban a los plebeyos
para que entre todos pudieran defender las fronteras romanas. Así, Canuleio
utilizó tal coyuntura para conseguir su propósito; pues, si la plebe quedaba
satisfecha con la concesión del ius conubii, también estaría dispuesta a luchar
junto con los patricios a luchar por esa causa en común.
II. Otra característica del matrimonio arcaico es que, al igual que hiciera la
organización de la civitas, la familia también se sirve del mismo para conseguir
mediante la procreación la continuidad o perpetuidad del grupo familiar.
81,49,8-9: Latinorum sibi máxime gentem conciliabat utperegrinis quoque opibus tutior Inter
cives esset, ñeque hospitía modo cum primoribus eorum sed adfinitates quoque iungebat. Octavio
Mamilio Tusculano - is longe princeps Latini nominis erat, si fam ae credimus, ab Ulixe deaque
Circa oriundus- ei M am ilio filia m nuptum dat, perque eas nuptias mullos sibi cognates amicosque
eius conciliat. Cfr., DIONISIO DE HALICARNASO, Ant. Rom., IV, 45; IV, 47, 4.
9Cfr., entre otros, VOLTERRA, E., La nozionegiuridica del conubium, en Studi in memoria de
E. Albertario, vol. III (1953), P- 382 ss.; TORRENT, A., Derecho público romano y sistema de
fuentes, Oviedo (1982), p. 300 ss.; ASTOLFI, R., II matrimonio, op. cit., p. 28 ss.
10 De rep., II, 36, 61: (D ecem viri) cum X tabulas summa legum aequitate prudentiaque
conscripsissent, in annum posterum X viros alios subrogaverunt, -qu i duabus tabulís iniquarum
legum additis-conubia- ut neplebi cum patribus essent, inhumanissima lege sanxerunt.
197
11 GAYO, Inst., I, 97: Non solum tamen naturals liberi, secundum ea quae diximus inpotestate
nostra sunt, verum et hi quo adptamus.
12 HUMBERT, M., Le remariage a Rome. (Etude d ’histoire jurid ique et sociale), Milano (1972),
p. 95.
13 Así, PLUTARCO, Lycur. et Numa, IV, nos señala expresamente que, si bien en el Derecho
griego la mujer se casaba ya crecida porque el matrimonio no tenía otro objeto que la procreación
de los hijos, sin embargo, los romanos las casaban a los doce años, y aún más jóvenes, porque así
iban al matrimonio sin vicios en sus costumbres.
14Cfr., RICCOBONO, S., Fontes iuris romani antejustiniani, Florentiae (1941-XIX), p. 8; BRUNS,
C.G., Fontes iuris romani, Tubingae (1909), p. 6.
198
15 ESMEIN, A., Le délit d ’adultére á Rome, en NRHDFr., 12 (1878), p. 1 ss. Vid., entre otros,
HUMBERT, M., V. adulterium, en Dict. des Antiqu. Grec. Et Romain, vol., I, p. 85 ss.; BRINI, G.,
Matrim onio e divorzio nel diritto romano, vol., II (1886-89), reimp. Roma (1975), p. 117 ss.; DEL
CASTILLO, A., Emancipación de la mujer romana en el siglo I d.C., Granada (1976), p. 82 ss.;
CANTARELLA, E., La calamidad ambigua, op. cit., p. 203 ss.; ID,,La mujer romana, op. cit., p. 24
ss y 73 ss.; GUINTI, P., Adulterio e leggi regie, op. cit., p. 15 ss.; ASTOLFI, R., II matrimonio nel
diritto preclásico, op. cit., p. 110 ss.
16 NOAILLES, R, Fas et Ius. Etudes de D roit romain, París (1948), p.19 ss.
17 Cfr., entre otros, NOAILLES, P., Fas et Ius, op. cit., p. 6 ss.; NARDI, E., Procurato aborto nel
mondo greco romano, Milano (1971), p. 16 ss.; ID., Aborto e homicidio nella civilta classica, en
Aufstieg und Nierdergang der rómischen Welt, vol. II (13), Walter De Gruyter-Berlin-New York
(1980), p., 366 ss.; CANTARELLA, E., La mujer romana, op. cit., p. 84 ss.; ID., Pasado próximo.
Mujeres romanas de Tácita a Sulpicia, trad. Ma Isabel Núñez, col. Feminismos, 42 (1997), p. 84 ss.;
ASTOLFI, R., II matrimonio nel diritto romanopreclassico, op. cit.,p. 124 ss.
199
18 Concretamente, DION. HALIC., Ant. Rom, 11,25,6 comenta que si alguna mujer fuese
sorprendida bebiendo vino podía ser castigada con la muerte, pues era una de las peores faltas
femeninas, ya que la embriaguez es principio de corrupción y la corrupción principio de locura.
Por otro lado, PUNIO, Nat. Hist., XIV, 12, 89-90, recoge un supuesto concreto en el que, según
Fabio Pictor, una matrona fue condenada a morir ya que, al tener en su poder las llaves de una
bodega, había quitado el corcho a algunas botellas: Fabius P ictor in annalibus suis scripsit
matronam, quod lóculos in quibus erant claves cellae vinariae resignavisset, a qui inedia morí
coactam. Otro ejemplo conocido es el de Egnatius Metennius que, al sorprender a su mujer
bebiendo vino, fue condenada a muerte, VAL. MAX., Fací, et dict. memorab., VI, 3, 9: Egnatii
autem Metelli longe m inori de causa; qu i uxorem, quod vinum viviste, fustim interemít. Dique
factum non accusatore tantum, sed etiam reprehensore caruit; unoquoque existimante, Optimo
illam exemplo violatae sobrietatis poenas pependisse. Et sane quaecumque foem ina vini usum
inmoderate appetit, ómnibus virtutibus januam claudit, delectis aperit. Y, de manera amplia, A.
GELIO, Not. Att., X, 23, 1-4: Qui de victu atque cultu populi Romani scripserunt mulieres Romae
atque in Latió ‘aetatem abstemias egisse', hoc est vino semper, quod ‘temetum’ prisca lingua
appellabatur, abstinuisse dicunt, institutumque ut cognates osculum faceret, si bibissent. Bibere
autem sólitasferunt loream, passum, murrinam et quae id genus sapientpotu dulcía. Atque haec
quidem in bis quibus dixí libris pervulgata sunt, sed Marcus Cato non solum existimatas, set et
múltalas quoque a iudice mulieris refert, non minus si vinum in se, quam siprobum et adulterim
admisissent. Verba M arci Catonis adscripsi ex oratione quae inscribitur De Dote, in qua id quoque
scnptum est, in adulterio uxores deprehensas iusfuisse maritis necare: ‘v ir’, inquit, ‘cum divortium
fecit, mulieri iudexpro censare est, imperium quod videtur babet, si quidperserse teatreque f a c
tum est mullere; multituatur, si vinum bibít; si cum alieno viro probi quid fecit, condemnatur’.
19Cfr., entre otros, DURRY, M., “Les femmes et le vin”, REL., 33 (1955), p. 108 ss.; PICCALUGA,
G., Bona dea. Due contributi alio studio del culto, en Studi e materiali di storia delle religión, 35
(1964), p. 203 ss.; MINIERI, L, Vini ususfoeminis ignotas, en Labeo, 28 (1982), p. 56 ss.; GIUNTI,
P., Adulterio e leggi regiae, op. cit., p, 169 ss.; CANTARELLA, E., Pasado próximo, op. cit., p. 84 ss.;
ASTOLFI, R., II matrimonio, op. cit., p. 111 ss y 125 ss
20 Vid., nt. (17) en donde viene el texto de A. GELIO, Not. Att., X, 23, 1-4. Cfr., entre otros,
LÓPEZ LÓPEZ, A., Léxico y género literatio: basium, osculum, savium, en Sodalitas, 1 (1980), p.
121 ss.; GUARINO, A., Iusculum inris, Napoli (1985), p. 168 ss.
200
21 Vid., PETER, O., “Liberorum quaerundorum causa. L’image idéale du mariage et de filiation
a Rome”, RIDA, 38 (1991), p. 281 ss.
22De todo ello he tenido ocasión de pronunciarme con mi trabajo: Repudium-divortium.(Origen
y configuración ju ríd ica hasta la legislación matrimonial de Augusto), Granada (1987), p. 244 ss.
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202
una normativa escrita que regulase los aspectos del matrimonio, adquiría su
fuerza y respaldo en la costumbre (mos). Por lo que, una vez creado, el deber
iofficiu n i) que generaba no podía tener la misma relevancia que en tiempos
posteriores e, incluso, Astolfi llega a decir que los esponsales de esta etapa
histórica se podían comprender desde dos concepciones: Como promesa de
matrimonio y como anticipación del matrimonio, es decir, que una vez celebra
dos obligaban a que los esposos se casasen, en virtud del ius sacrumK.
Por nuestra parte, consideramos que la opinión de éste autor sea un poco
exagerada, en el sentido de que la posibilidad de disolverlos siempre fue posi
ble mediante la actio ex sponsu. Sin embargo, sí hay que destacar el carácter
formal de los mismos y la eficacia jurídica que desencadenaban, de manera
que era los esponsales - y no el matrimonio en sí- los que adquirían verdadera
relevancia jurídica. Por ello, en el transcurso de este trabajo no nos cansamos
de decir que no es el matrimonio una institución jurídica que tuviese en esta
etapa histórica una autonomía propia, puesto que era configurado por otras
instituciones que lo envolvían, como es el caso de los esponsales. En este
sentido, sí damos la razón a Astolfi cuando los interpreta como anticipación del
matrimonio, aunque no en el sentido que él señala como obligación al mismo,
sino en el sentido de ser los esponsales y no el matrimonio en sí lo que impor
taba a la organización de la civitas, el que luego se celebrase o no el matrimo
nio, o el momento en que se iniciase la relación conyugal quedaba regulada
por las costumbres internas ( mores m aiorum ) del grupo o grupos familiares.
Del carácter formal de los esponsales nos informa detalladamente A.Gelio,
Noct. Att., IV, 4, en donde se puede apreciar que estuvieron vigor hasta la lex
Iulia de civitate danda, del año 90 a.C., por la que se concedió la ciudadanía
romana a todos los habitantes del Lacio2 26. Y, sobre el carácter arcaico de los
5
mismos, también nos informa Varrón, De ling. Lat., VI, 69-7227.
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exierat: non enim, si volebat, dabat, quod sponsu erat alligatus: nam ut in comoediis vides dici:
‘sponden tuam agnatam filio uxorem meo?’ quod tum et praetorium ius ad legem et censorium
iudícium ad aequum existimabatur. Sic despondisse animum quoque dicitur, ut despondissefiliam,
quod suae spontis statueratfinem. A qua “sponte" dicere cum spondere quoque dixerunt, cum ad
“spontem ” reponderent, id est ad voluntantem rogationis; itaque qu i ad id quod rogatur non dicit,
non respondet, ut non spondet ille statim, qui dixit “spondeo”, si iocandi causa dixit, ñeque agi
potest cum eo ex sponsu. Itaque is qui dicit in tragoedia: “Meministe te spondere nihi gnatam
tuam?” quod sine sponte sua dixis, cum eo non potest agi ex sponsu.
28Cfr., entre otros, BONFANTE, P., Corso di diritto romano, I.D iríttod efa m iglia , Roma (1925),
p. 225 ss.; VOLTERRA; E., “Ricerche intorno agli sponsali in diritto romano”, BIDR., 40 (1932), o.
87 ss.; ID.,"Ancora sui consenso della filia familia agli sponsali”, RISG., 10 (1935), p. 3 ss.;
ID.,”Osservazioni intorno agli antichi sponsali romani”, Raccolta d iscritti in onore di A.C.Jemolo,
IV, Milano (1963), p. 639 ss.; MAGDELAIN, A., Essai sur les origines de la sponsio, Paris (1943), p.
95 ss.; GAUDEMET, J.,”La conclusión des fiangailles á Roma á l’époque pré-classiques”, RIDA., I
(1948), p. 79 ss.; (= Eludes de droit romaín, III, Jovene Editare (1979), p. 5 ss.); “L’originalité des
fiarifailles romaines”, 1URA., 6 (1955), p. 47 ss. (= Etudes, op. cit., p. 23 ss.); CORNIOLEY, P.,”De la
sponsio a la stipulation: Procedure et contrat”, Scritti in Onore di A.Guarino, 6 (1984), p. 2.891 ss.;
ASTOLFI, R., IIfidanzam ento nel diritto romano, op. cit., p. 25 ss.; BALESTRI FUMAGALLI, M.,
v.”Sponsali” (diritto romano), ED., XLIII (1990), p. 500 ss.
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causa de los mismos podía alterar la pax deorum y levantar la ira de los dioses
públicos como los de la sacra privata29. Por eso, el compromiso que generaban
los esponsales en época antigua excedía más que de un simple carácter ético -
como se suele calificar-, y tenía importantísimas repercusiones jurídico-religio-
sas. La actio exsponsu que se aprecia en los textos antes mencionados, no fue
dirigida a obligar al matrimonio, pero sí a que el pater respondiese personal
mente por la violación de dicho compromiso, de modo muy similar a lo que
ocurría cuando se celebraba la sponsio, como contrato verbal solemne, para
otras finalidades.
En la medida que el ius y el fas vayan separándose, nos encontraremos con
una evolución en el tratamiento de los esponsales. Concretamente, con ante
rioridad a la legislación decemviral fue el ius sacrum, mediante los mores
m aiorum , quien los reguló. A partir de dicha legislación, fue únicamente me
diante la legis actio p e r iudicis arbitrivepostulationem cuando se pudo conver
tir la actio ex sponsu en una actio civilis, mientras que el aspecto penal del ius
sacrum evolucionó en una represión de carácter ético por medio del censor30.
Este régimen, se mantuvo en vigor hasta finales de todo el período preclásico,
cuando el régimen de la patria potestas empieza a perder su fuerza como cualquier
otro vínculo agnaticio que configuraba el carácter de la antigua familia romana.
Otra de las instituciones que envolvían y configuraban al matrimonio arcai
co era la conventio in m anum en sus distintas formas de: confarreatio, coemptio
y usus. Efectivamente, dada la época a la que nos venimos refiriendo, lo usual
era celebrarla, como institución independiente o paralela al matrimonio, con
virtiendo a la mujer en un miembro legítimo más de la familia del esposo o
futuro marido. Ahora bien, no siempre tenía que celebrarse a continuación el
matrimonio, todo dependía que tras la cesión de la mujer por medio de la
conventio in m anum , esta institución hubiese sido realizada m atrim oni causa
o no; y, por otro lado, que la mujer, después de celebrar la institución de la
manus, contara con la capacidad fisiológica suficiente para ser viripotens, esto
es, para procrear. Así, Aulo Gelio, Not. Att., IV, 3, 3, nos muestra esta distinción
del matrimonio y la conventio in manum, expresando la distinta posición que
podían ocupar las mujeres dentro del grupo familiar; es decir, podía darse el
caso de celebrar una conventio in manum con una mujer con la que no se
había realizado el matrimonio:
29 De ahí que FESTO (v. Spondere) cuando trate de los antiguos esponsales nos los ponga en
conexión con rebus divinis, diciendo: Spondere Verrius putat dictum, quod sponte sua, id est
volúntate, promittatur. Deinde oblitus inferiore capite sponsum et sponsam ex Graeco dictam ait,
quod i “spondas" interpositis rebus divinis faciant. Por tanto, el significado propiamente originario
de la sponsio sería el de libación, esto es, formalidad religiosa que en la antigüedad implicaba un
carácter de santidad tanto en aquellas convenciones públicas como privadas. Cfr., CECI, L., La
etimologie dei giureconsulti romani, Roma (1966), p. 82.
30Vid., en este sentido, MAGDELAIN, A., Essai sur les origines de la sponsio, op. cit., p. 108 ss.
205
31 Vid., VOLTERRA, E., v. Matrimonio, en E.D., vol. XXV (1975)., p. 761 ss.; PEPPE, L., Paelex
e spurius, en Mélanges á la memorie de André Magdelain (1998), p. 343 ss.; ASTOLFI, R., II
matrimonio nel diritto romano preclassico, op. cit., p. 2.
32 GIUNTI, P., Adulterio e legge regie, op. cit., p. 141 ss.; cfr., SALVADORE, M., Due donne
romane, Palermo (1990), p. 54 ss.
33 PEPPE, L., Paelex e spurius, op. cit., p. 345 ss.
34 Cfr., ASTOLFI, II matrimonio, op. cit., p. 171 ss.
206
488 Fundamentos romanísticos del Derecho contemporáneo
El D e r e c ho de Fa mil ia : de R o ma al D e r e c ho A c t ual
35 Cfr., LABEÓN, D., 24, 1, 65, respondiendo a una cuestión sobre donaciones, habla de la
mujer que se hubiese casado no siendo todavía casadera: Quod vir ei, quae nodum viripotens
nupserit, donaverit, ratum futurum existimo. En el mismo sentido, POMPONIO, D., 23, 2, 4 nos
dice que la menor de doce años será esposa legítima cuando, junto al varón, cumpla dicha edad:
M inorem anuís duodecim nuptam tune legitimam uxorem fo re , quum apud virum explesset
duodecim annos. También PAPINIANO, D., 23, 3, 68 hablando de la dotispromissio, nos dice que
si una menor es conducida al domicilio conyugal como mayor, se reclamará la dote tan pronto
como alcance la edad exigida y siempre y cuando siga con el marido. Por su parte, ULPIANO, en
varios textos referentes a la dote y a la validez de las donaciones, habla de la m inor nupta , D., 23,
1, 9; 24, 1, 32, 27; siendo de especial interés aquel texto donde se menciona el posible adulterio
de la menor, D. 48, 5, 14(13), 8: Si m inor duodecim annis in domum deducía adulterium commiserit,
mox apud eum aetatem excesserit coeperitque esse uxor, nonpoterir iure viri accusari ex eo adulterio,
quod ante aetatem nupta commisit, sed vel quasi sponsa poterit accusari ex rescripto divi Severi,
quod supra relatum est.
36 PAULO, D. 23, 1, 13; Filiofamilias dissentiente sponsalia nomine eius fie r i non possunt.
^ JULIANO, D., 23, 1, 11: Sponsalia sicut nuptiae consensu contrahentium fiu n t; etideosicut
nuptiis, ita sponsalibus filiamfam ilias consentiré oportet.
38 ULPIANO, D., 23, 1, 12, 1: Tune autem solum dissentiendi apatre licencia filia e conceditur,
si indignum moribus, vel turpem sponsum ei sponsum eipater eligat.
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