Derecho Mercantil Ii: Derecho Concursal, Títulos-Valores, Contratos Mercantiles y Derecho Bancario
Derecho Mercantil Ii: Derecho Concursal, Títulos-Valores, Contratos Mercantiles y Derecho Bancario
Derecho Mercantil Ii: Derecho Concursal, Títulos-Valores, Contratos Mercantiles y Derecho Bancario
DERECHO MERCANTIL II
Derecho concursal, títulos-valores, contratos mercantiles y derecho bancario
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Doble Grado en Filosofía y Derecho Profesora: Juana Pulgar Ezquerra
1. Evolución histórica:
1.1. La autotutela del Derecho Romano
1.2. La quiebra en los Estatutos Medievales Italianos
1.3. Codificación mercantil y Derecho Concursal
1.4. La desprivatización del Derecho Concursal en el Siglo XX
1.5. La reestructuración temprana de empresas en crisis en el Siglo XXI
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6. Efectos del concurso sobre acuerdos de competencia contractual y las garantías financieras
3. Créditos concursales
3.1. Comunicación, reconocimiento y cómputo
3.2. Clasificación legal
3.2.1.Créditos con privilegio especial
3.2.2.Créditos con privilegio general
3.2.3.Créditos subordinados
3.3. Lista de acreedores
5. Tramitación ordinaria
5.1. Presentación de propuestas de convenio, admisión a trámite y evaluación
5.2. La aceptación en junta de acreedores
5.3. La aceptación mediante tramitación escrita
6. Tramitación anticipada
7. Aprobación judicial del concurso: la oposición
8. Procedimiento abreviado
9. Efectos del convenio
10. Nulidad del convenio
11. Cumplimiento del convenio
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6. El prepackage
6. Tramitación procesal
6.1. Apertura y reapertura de la sección de calificación
6.2. Personación de interesados
6.3. Informe de la administración concursal. Dictamen del ministerio fiscal y escritos de oposición
7. La sentencia de calificación
7.1. Contenido
7.2. Inhabilitación y pérdida de derechos
7.3. Devolución de lo indebidamente extraído y responsabilidad por daños
7.4. La responsabilidad concursal y la infracción del deber de lealtad del administrador social
7.5. "Business judgment rule" y calificación concursal
7.6. Recursos y ejecución
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Manuales de referencia:
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El Derecho Concursal es el conjunto de normas que regulan las consecuencias jurídicas de las dificultades
económicas de un deudor que no puede atender al cumplimiento de sus obligaciones en las condiciones
inicialmente pactadas frente a una pluralidad de acreedores.
Se inserta, por tanto, el Derecho Concursal en el marco del cumplimiento de las obligaciones, en el que rige
el principio de responsabilidad patrimonial universal (art. 1911 C.c)1, siempre que el patrimonio del deudor
es insuficiente para atender a todas sus obligaciones y en el que un deudor tiene una pluralidad de acreedores
y no puede satisfacer las deudas de todos ellos (incumplimiento generalizado de las obligaciones frente a una
pluralidad de acreedores). Entonces se vuelve preciso “colectivizar”, a través de los procedimientos
concursales ese “déficit” patrimonial. Se sustituyen así las ejecuciones singulares de cada deudor por la
ejecución colectiva, ya que produce un conflicto entre los créditos de distintos acreedores.
Por tanto, el Derecho concursal es un derecho de resolución de conflictos del deudor y sus acreedores. (Ej.
Los socios quieren cobrar dividendos, los acreedores quieren cobrar sus deudas…etc). El Derecho concursal
es el derecho privado en situación de patología cuando no funcionan los contratos y las deudas, entre un
deudor y una pluralidad de acreedores. En este sentido, la doctrina suele opinar que este derecho no opera
cuando no hay concurrencia de acreedores. Pues si solo hay un deudor y un acreedor operarían las
ejecuciones por incumplimiento contractual individuales o singulares. En definitiva, el derecho concursal
solo opera en principio cuando hay un deudor y concurrencia de varios acreedores.
Sin embargo, cierta parte de la doctrina sostiene que no es descabellado que sea posible que haya un deudor
y un solo acreedor en un procedimiento concursal. Esto es así porque al acreedor le podría interesar el
procedimiento concursal debido esta norma de retroacción o rescisión de dos años. Pues la acción pauliana
civil o revocatoria concreta requiere probar el fraude de acreedores. En cambio, mediante el concurso de
acreedores con la norma revocatoria o rescisoria se presume la fraudulencia iuris tantum o iuris et de iure
cuando se sacan bienes del patrimonio del deudor en perjuicio de sus acreedores dos años antes del concurso.
Además, los empresarios como deudores pueden tener problemas de liquidez que terminen en problemas de
solvencia con el tiempo. Cuando un deudor empresario tiene problemas de solvencia suele pagar unas deudas
e impagar otras estratégicamente. Pero la ley no puede permitir que un deudor que tenga una situación de
déficit patrimonial pague estratégicamente a unos acreedores y a otros no. Si como acreedor no tengo la
garantía y certeza de que haya crédito, de que las obligaciones se van a cumplir en la forma pactada, no se
llevarían a cabo negocios jurídicos, por eso es necesario el derecho concursal como método de protección del
cumplimiento de las obligaciones en el mercado.
1 Art. 1911 C.c: “Del cumplimiento de las obligaciones responde el deudor con todos sus bienes, presentes y futuros”.
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1) Los acreedores sofisticados (como los acreedores bancarios): Suelen introducir en los contratos los
covenants, que son obligaciones de hacer o no hacer que protegen a los acreedores ante un posible
incumplimiento. (P. ej. Cuando se produce el desencadenante del convenant se producen ciertos efectos
legales: como la rescisión del contrato). Además los bancos suelen recurrir a las prestaciones de
garantías reales o personales para cubrir sus contratos.
2) Los acreedores públicos: Tienen autotutela ejecutiva pero la ejercen cuando quieren y cuando quieren.
Eso ha dicho la UE que son ayudas de estado indirectas, cuando los acreedores públicos esperan a que el
deudor esté en concurso. Estos acreedores públicos en nuestro derecho siempre han sido intocables, para
entrar en un procedimiento concursal necesitan la aprobación del Consejo de Ministros. A veces los
acreedores públicos piden a sus deudores que doten sus deudas con garantías reales.
3) Los acreedores personas vinculadas con el deudor: Son los ascendientes, descendientes, hermanos,
cónyuge del deudor, quienes en algún momento dan dinero o financiación a la empresa. También son
acreedores vinculados los propios socios de la empresa. Estos son los acreedores personas relacionadas
con el deudor, estos acreedores generan muchas sospechas legalmente, porque el legislador parte que
tienen información privilegiada y que saben todo sobre el deudor. Por ello el legislador subordina a
estos acreedores como los últimos que cobran las deudas dentro del procedimiento concursal. Los
socios tienen derecho a una porción de la liquidación solo cuando han sido satisfechos el resto de los
acreedores.
4) Los trabajadores: Los trabajadores como acreedores de la sociedad, los cuales cobran un sueldo e
indemnizaciones del empresario.
5) Los acreedores ordinarios: Estos acreedores serían los que ni son personas relacionadas ni tienen
garantías reales, ni son sofisticados. (ej. Proveedores).
El problema de que el deudor no pueda pagar a los acreedores es un problema poliédrico, porque afecta de
manera distinta a cada uno de los acreedores. El acreedor que tenga garantías reales, en principio creerá que
su deuda está segura.
Con estos acreedores podría aplicarse la posibilidad del principio “Prior in tempore piotr in iure” (el primer
deudor es quien cobra antes) o bien la “par conditio creditorum” (El principio de igualdad entre los
acreedores). En el derecho concursal se sustituye el principio “Prior in tempore piotr in iure” por el
principio “par conditio creditorum”. Pero este principio de igualdad es más bien una falacia. Este
principio de igualdad entre los acreedores es un principio más que de igualdad, es de proporcionalidad,
donde a cada uno se le debe pagar atendiendo a su condición como acreedor. No es un principio de igualdad
porque los acreedores no son iguales.
El Derecho concursal es un derecho que entra a decidir con ciertas normas a que acreedores debe pagarse
antes las deudas y como va a cobrar cada uno. En principio, se anula el principio “Prior in tempore piotr in
iure” una vez entra en juego el derecho concursal.
El principio par conditio creditorum más que un principio de igualdad es un principio de proporcionalidad,
donde cada acreedor cobre de acuerdo a su condición. (Ej. Que el acreedor privilegiado cobre como tal, que
el trabajador cobre como trabajador). Como hay una clasificación de acreedores, este principio sostiene
que a cada acreedor debe pagársele de manera proporcional a su condición. (Ej. Respecto a un acreedor
hipotecario debe respetarse su derecho de garantía. O a un trabajador debe protegerse una parte de su
salario).
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En un principio no existía el derecho concursal. El acreedor en época romana con la acción manus
inectionem podía tomar en propiedad al deudor que no pagaba sus deudas. Incluso si eran varios acreedores
podían repartirse el cuerpo del deudor en trozos.
2.2. La quiebra en los Estatutos Medievales Italianos. Derecho concursal restrictivo sancionador:
Cuando cae el imperio Romano los núcleos de población dejaron de tener comunicación entre sí. Los
mercaderes nómadas fueron muy importantes en la reconstrucción de la civilización europea. El mercader
nómada fue quien creo las Letras de cambio como títulos-valores. Y también en Europa con estos mercaderes
surgió la quiebra. La quiebra viene de la Edad Media probablemente del derecho estatutario italiano o del
español, donde se quebraraba el banco del mercader en el cual vendía sus mercaderías, debido a que había
impagado sus deudas (e incluso en el estatuto italiano se le arrastraba en la plaza pública). En la antigüedad
el derecho concursal era un derecho sancionador o punitivo, donde se establecía que no debían
incumplirse las obligaciones o deudas con la amenaza de sanciones. La finalidad principal era que no se
incumpliesen las deudas contraídas, y por ello se castigaba a quienes no pagaban estas. Y la segunda
finalidad del derecho concursal antiguo, relevada a un plano de importancia menor, era que se pagasen las
deudas de los acreedores. Sin embargo, debido a estas duras sanciones, cuando un deudor caía en quiebra
huía antes de afrontar su destino y se iba por miedo a la penalidad.
El derecho concursal antiguo se veía como un derecho punitivo y tenía como consecuencia impedir el
emprendimiento empresarial que inevitablemente implicaba un riesgo al bienestar económico de la sociedad.
Por ello, la codificación mercantil, que tiene origen napoleónico, cambia el enfoque del derecho concursal, el
cual deja de ser un derecho sancionador. Con el surgimiento de la codificación se intenta compilar un tema
jurídico en un solo volumen o código de leyes. Pero el problema era que se quedaba desfasado rápidamente
(por ejemplo, nuestro Código de Comercio es del año 1829 y posteriormente del el año 1885). Inicialmente
el derecho concursal se regulaba en el Código de Comercio. Aunque, en el código de comercio también
existía la prision por deudas como método sancionador ante la quiebra.
Las características del derecho concursal en la codificación fueron el privatismo, muy importante como
principio, donde la protección de los derechos individuales se potenciaba drásticamente. También era un
código un liberal. En este sentido, se potenciaba el interés de los acreedores a cobrar sus deudas (sin tener en
cuenta a los trabajadores). El derecho concursal se preve en esta época como un mecanismo legal y privatista
para satisfacer las deudas de los acreedores.
Sin embargo, una desventaja de esta codificación es que no contempla como un fin posible la conservación
de la empresa, solo se busca en un principio que los acreedores cobren sus deudas, aunque sea liquidando la
empresa en su totalidad. Por eso, históricamente en la codificación el derecho concursal era un derecho
meramente liquidativo. Pero el problema de este derecho es que no buscaba mantener el funcionamiento de
la empresa, lo cual irónicamente causa en muchas ocasiones que los acreedores no cobrasen o cobrasen
menos importe del que representaban sus deudas.
A partir del New Deal de Roosevelt se advierte que para no malpagar a los acreedores no se puede liquidar a
una compañía de manera ruinosa y en consecuencia evitar malpagar a sus acreedores. Junto al interés en
pagar a los acreedores sus deudas, por ello se produce el establecimiento legal de la consecución de otros
fines en el concurso de acreedores, sobretodo un fin de conservación de empresas en funcionamiento. Ya no
se busca meramente sancionar al deudor, sino que en el s.xx se busca satisfacer a los acreedores en sus
deudas a través de la conservación empresarial.
Es entonces cuando surge el convenio concursal entre los acreedores y el deudor, el cual es un modo
negociado de acabar con la crisis económica empresarial. Este convenio es un acuerdo de quita (o rebaja de
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la deuda donde si debo 10 solo pago 5) o de espera (si os debo ahora pagaré en 5 años) o un convenio tanto
de quita como de espera. El convenio concursal sería un mecanismo negociado o acordado entre el deudor y
los acreedores que depende de la mayoría en el consentimiento de los acreedores para su aprobación. El
convenio no puede imponerse al resto de acreedores y debe ser negociado con todos los acreedores. En
cambio, la liquidación empresarial si se debe imponer legalmente.
El Código de 1885 permitió los convenios concursales y la negociación entre deudores y acreedores. En
1922 se añadió el instrumento de suspensión de pagos. (P.ej. La Barcelona Traction fue una quiebra muy
potente, donde se hizo una ley a medida del banco de Barcelona y se añadió la posibilidad de convenios de
quiebra. Pero la ley de 1922 y el código de 1885 estuvieron vigentes en España hasta 2003).
El derecho concursal en el pasado solo incidía en la conversión del pasivo o el pago de las deudas.
Pero no buscaba la reestructuración de la empresa incidiendo en el activo empresarial. Aunque desde 1922
hubo muchos intentos fallidos, pero por suerte Olivenza pudo aprobar en el 2003 la Ley concursal del
Código de comercio, descodificando así la legislación concursal y renovando su contenido.
Esta Ley concursal ha sido modificada varias veces desde 2003. En el año 2019 se pensó en hacer un
Texto Refundido de la ley concursal acerca de todas las pequeñas reformas que se fueron haciendo desde el
2003. El Ministerio de Justicia en el 2019 busco ordenar toda la materia en un texto refundido sobre la ley
concursal, este Texto refundido se aprobó y esto en vigor en 2020, para así poder después transponer la
Directiva europea 2019/1023 sobre planes de reestructuración y exoneración del pasivo insatisfecho.
2.6. En un futuro próximo 2022: La aprobación del nuevo Proyecto de Ley de la Ley concursal
transponiendo una directiva europea.
En el 2022 se producirá la Transposición de la Directiva europea 2019/1023, que si supondrá una gran
reforma de la ley concursal.
En la UE no hay una armonización del derecho de la insolvencia. Actualmente hay tantos derechos de la
insolvencia como Estados Miembros de la UE. El derecho de la insolvencia es muy importante, pero si cada
país tiene su propio derecho de la insolvencia, realmente el Mercado Unico europeo y la union bancaria
europea no van a ser posibles. Pues tampoco la resolución bancaria en la UE está armonizada, excepto
cuando un banco tiene relevancia sistémica va a un procedimiento especial de resolución regulado a nivel
comunitario, salvo que el Estado Miembro tenga un procedimiento legal especial de insolvencia bancaria en
el país miembro de origen del banco.
Por tanto, la UE entiende que nuestro derecho español de insolvencia no cumple la normativa europea. (Ej.
El caso del banco popular fue sujeto a la normativa europea de insolvencia).
El hecho de que no haya una armonización del derecho de insolvencia en Europea tiene muchas
consecuencias que no son positivas. Solo se ha conseguido una armonización en los aspectos procesales
mediante el Reglamento 2015/848 que armoniza desde el punto de vista procesal los procedimientos de
insolvencia. Pero este reglamento en aspectos materiales o sustantivos no dice nada, y por tanto, sigue
habiendo tantos derechos de la insolvencia en la UE como Estados Miembros.
Esta directiva, es una armonización a nivel europeo de mínimos acerca de la regulación sobre la insolvencia.
Aun así, por lo menos se consigue con ella que todos los países regulen de manera mínima ciertos
parámetros comunes de la insolvencia. Y ofrece la oportunidad a los países de recibir inversión económica si
la adoptan rápidamente.
Esta directiva marca el paso de lo que era un derecho concursal tradicional y judicial, esencialmente
liquidativo a un derecho de reestructuraciones de empresas en crisis, que es un derecho transversal,
porque se trata en gran medida es derecho de sociedades pero de compañías en situación de crisis económica.
Se trata de un régimen societario especial en situación de posible insolencia (likely insolvency).
En Reino Unido los skins of arrangement regulan esta reestructuración por insolvencia en el propio derecho
societario. Pero la Directiva Europea 2019/1023 ubica la reestructuración societaria de las empresas en crisis
en el derecho de la insolvencia, no en el derecho societario. Para conceder eficacia extraterritorial a las
medidas que se tomen debe esta directiva estar regulada en el derecho de la insolvencia, porque sino no es
aplicable extraterritorialmente. Nosotros aplicamos esta directiva europea en nuestro Texto Refundido de la
Ley concursal.
Por tanto, la idea de la reestructuración es intentar pagar a los acreedores y salvar a la vez la compañía. La
reestructuración lleva implícito un presupuesto objetivo que es la viabilidad de la compañía. El valor de la
compañía en funcionamiento tiene que ser superior a su valor en liquidación. Esto es perfectamente
compatible con la insolvencia (actual o inminente). Por eso la reestructuración tiene un componente
económico muy fuerte, porque se trata de adecuar la situación económica de la compañía a la situación
concreta. Saber si es viable o no pasa por un estudio económico.
En definitiva, se trata de salvar compañía no a toda costa (empresas zombi) sino solo si son viables, es decir,
si su valor en funcionamiento es superior a su valor el liquidación. Esta es una diferencia principal con la
finalidad que los códigos mercantiles del s.xx que solo buscaban la conservación de la empresa a toda costa.
Ahora la reestructuración no es la mera conservación de la compañía, sino que solo se conservan y
reestructuran las compañías que son viables. Si la compañía no es viable debe ir a un procedimiento
concursal tradicional y liquidarse. En cambio, si la compañía es viable el deudor esta en un marco de opción
entre un marco preventivo de reestructuración o bien a un procedimiento concursal.
2 Directiva (UE) 2019/1023 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 20 de junio de 2019, sobre marcos de
reestructuración preventiva, exoneración de deudas e inhabilitaciones, y sobre medidas para aumentar la eficiencia de
los procedimientos de reestructuración, insolvencia y exoneración de deudas, y por la que se modifica la Directiva (UE)
2017/1132 (Directiva sobre reestructuración e insolvencia).
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La reestructuración es una idea que engloba la satisfacción del fin de mantenimiento de empresas viables con
dificultades, sobre todo financieras. Por tanto, hay otros intereses de los stakeholders, no solo de los
acreedores que deben satisfacerse (Ej. Mantenimiento del empleo del trabajo).Entre el conflicto desde los
distintos intereses en salvar la compañía debe elegirse el interés preponderante. Pero cuando se analizan los
marcos de reestructuración preventiva estos se insertan dentro del marco negocial y contractual de resolución
de las crisis económicas societarias.
Estos procedimientos de reestructuración tienen además una mínima intervención judicial, e incluso cuando
el juez interviene lo suele hacer como arbitro más que como juez. Son procedimientos que no tienen efectos
personales. Frente a lo que sucede con el concurso de acreedores, el deudor ni siquiera tiene el deber legal de
someterse a este procedimiento de reestructuración. Sino que es un procedimiento de opción en el cual el
deudor elige y solo se produce si los acreedores quieren. Los acreedores también deben aceptar con amplias
mayorías el plan de reestructuración.
Por tanto, el plan de reestructuración es un acuerdo híbrido porqué tiene parte de presencia judicial, parte de
derecho de sociedades, parte negocial y contractual. Frente a la judicialización del concurso de acreedores se
pasa a un marco híbrido con cierta presencia judicial. Esto quiere decir, que si los acreedores no alcanzan las
mayorías exigibles legalmente, no se podría imponer el plan de reestructuración al resto de los acreedores. Se
establece la regla de la sabiduría de la mayoría, donde un 70% de ellos ha dicho que debe seguirse el
plan se aprueba.
Este hold out se consigue en la nueva Directiva Europea 2019/1023 superando la relatividad contractual,
donde mientras anteriormente los contratos solo vinculaban a las partes, en la Directiva los planes de
reestructuración vincularán a la minoría de acreedores disidentes por efecto ex lege pudiendo arrastrarlos
al plan. A estos acreedores disidentes o no participantes afectados se les extienden los efectos del plan de
reestructuración sin haberlo afectado. Por ello, deben estos acreedores disidentes tener al menos mecanismos
legales de defensa para oponerse mediante algún derecho de salvaguarda frente a abusos de la mayoría. Esto
se consigue mediante la impugnación del plan atendiendo a causas legalmente establecidas que solo se
permite utilizar a los acreedores disidentes que no aceptaron el plan. No se permite impugnar el plan a los
que lo han aceptado (doctrina de los actos propios).
Otra característica importante de la reestructuración es que se aplica normalmente a las sociedades de capital
y a las sociedades grandes, no es un procedimiento pensado realmente para las sociedades personalistas.
Aunque también esta pensado para los autónomos personas físicas con dificultades económicas. Por tanto, la
idea de la reestructuración que esta vinculada a la idea anglosajona del fresh start o segunda
oportunidad de Roosevelt. La idea de aprendizaje de los errores se inserta en la Directiva Europea
eliminando el estigma del concurso y reestructuración, mediante la posibilidad de exoneración del pasivo
insatisfecho.
En este sentido, el mecanismo de reestructuración para las personas físicas es la posibilidad de exoneración
o reestructuración del pasivo insatisfecho (sobretodo porque las personas físicas no suelen tener ningún
activo). Por tanto, la exoneración del pasivo insatisfecho que esta Directiva 2019/1013 busca implementar es
permitir el fresh start o segunda oportunidad también para las personas físicas, como excepción al principio
de personalidad patrimonial universal (Art. 1911 C.c) donde el deudor debe responder de sus deudas
presentes y futuras con todo su patrimonio. Ahora ex lege en ciertas condiciones se perdonará a los deudores
personas físicas lo que deben, este es sin duda un paradigma revolucionario.
En España las causas más comunes de exoneración de pasivo insatisfecho son sobre deudas de personas
físicas con los bancos, se ha intentado calibrar económicamente este mecanismo porque no se puede
perdonar a cualquiera. Debe perdonarse a deudores de buena fe, cuyo endeudamiento no es imputable y se
deja pagar en varios años sin cobrar intereses perdonando cierta parte. El cumplimiento de las obligaciones
es básico para que el sistema económico y legal funcione, pero se permiten excepcionalmente causas de
exoneración. Si se permite exonerar se evita muchas veces la economía sumergida.
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Otro elemento más de la reestructuración es que partiendo de que los acreedores son los que mandan y
deciden si llevar a cabo el plan de reestructuración, aunque el fin sea la reestructuración empresarial ese fin
no se coloca por encima de satisfacer a los acreedores si lo prefieren. La reestructuración de la empresa
aunque es un fin deseable no se antepone jerárquicamente a la satisfacción de las deudas de los acreedores,
porque sino nadie contrataría o llevaría a cabo esos planes de reestructuración.
En estos planes de reestructuración podrán votar los acreedores del deudor, los trabajadores, los socios y el
Estado. Pero los acreedores podrán votar este plan según la clase de acreedores en la que estén. En realidad,
el concepto de acreedor no es unívoco, sino que hay varias clases de acreedores diferentes:
Sin embargo, los acreedores pueden no estar de acuerdo con la clase donde les coloca el deudor en el plan de
reestructuración. Por eso, habrá una acción de impugnación del plan de reestructuración donde los
acreedores podrán hacer uso de ella para establecer diferentes clases a las que decidió el deudor. Estos
marcos de reestructuración preventiva son una forma de solucionar las crisis financieras de la empresa sin ir
al concurso de acreedores.
3.2. Los trabajos en materia de insolvencia de la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho
Mercantil e Internacional (CNUDMI - Uncitral).
4. El Derecho Concursal Español
4.1. Quiebra y suspensión de pagos en los códigos de comercio y leyes especiales
4.2. La reforma del Derecho Concursal Español: la LC 22/2003 y sus reformas
4.3. El Texto Refundido de la ley concursal
4.4. La transposición de la Directiva UE 2019/1023 sobre marcos de reestructuración preventiva: El
proyecto de reforma del Texto Refundido de la ley concursal.
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Los acuerdos de refinanciación como Derecho pre-concursal se han integrado en el nuevo libro del Texto
Refundido de la Ley Concursal (2020). Estos acuerdos de refinanciación son una solución convencional
destinada a permitir que el deudor negocie con sus acreedores un acuerdo que pueda servir para:
(1) bien preparar un eventual concurso con un pacto que se incorpore posteriormente al convenio
concursal,
(2) O bien sencillamente para eludir y evitar la solicitud de declaración de concurso.
Esta segunda pretensión animó a la implantación legal de los acuerdos de refinanciación, alcanzados con
frecuencia en empresas de mayor dimensión, cuyo pasivo presentaba una importante participación de
acreedores bancarios.
Los acuerdos de refinanciación están orientados al intento preferente de evitar el concurso de acreedores por
medio de la nueva estructuración de una financiación que resulta excesivamente onerosa para una empresa.
Ante esa situación, el deudor y sus acreedores pueden plantearse cambios en esa financiación que permitan
la continuidad en la actividad empresarial para hacer frente a la deuda conforme a nuevas condiciones
establecidas mediante acuerdo. En este sentido, el deudor continúa cumpliendo regularmente sus
obligaciones (bajo las nuevas condiciones), desapareciendo la posibilidad de insolvencia y el deber de
solicitar el concurso de acreedores (Art. 5 TRLC)3.
El Texto Refundido de la Ley concursal contempla dos clases de acuerdos de refinanciación diferenciados.
Se admiten: (a) Los acuerdos singulares de refinanciación y (b) los acuerdos colectivos de refinanciación,
que a su vez pueden ser objeto de homologación judicial o no homologados (Art. 596 TRLC)4. La principal
diferencia entre estos dos tipos de acuerdo reside en que los acuerdos colectivos de refinanciación son
susceptibles de homologación judicial, mientras que los acuerdos singulares no. (Arts. 596.1º y 605.1º y 2º
TRLC5)6.
a) Los Acuerdos singulares de refinanciación: Estos acuerdos singulares son un tanto paradójicos y apenas
se han utilizado en la práctica, solo se usaron disuasoriamente para un caso concreto y específico.
Además con el Nuevo Proyecto de Ley de reforma del TRLC (2022) desaparecerán los acuerdos
singulares de refinanciación.
b) Los Acuerdos colectivos de refinanciación: Son aquellos que tienen un contenido básico conforme a la
descripción que realiza el artículo 597 TRLC. (Aunque con la reforma del Texto refundido
desaparecerán los acuerdos no homologados de refinanciación. Solo tendrán protección los acuerdos de
refinanciación homologados judicialmente.
Lo que sucede con los planes no homologados es que son realmente un contrato entre el deudor y los
acreedores (Art. 1255 C.c), el cual atiende a la autonomía de la voluntad contractual. Estos no tendrán
protección alguna si se declarase en concurso de acreedores al deudor empresario, por tanto, son contratos
que no podrían proteger del riesgo al empresario. Tampoco habría posibilidad de arrastre de los acreedores
disidentes con los acuerdos no homologados.
3 Art. 5 TRLC. Deber de solicitar la declaración de concurso: “1. El deudor deberá solicitar la declaración de concurso
dentro de los dos meses siguientes a la fecha en que hubiera conocido o debido conocer el estado de insolvencia actual”.
4 Art. 596 TRLC: Clases de acuerdos de refinanciación: “Se consideran acuerdos de refinanciación: 1.º Los acuerdos
colectivos de refinanciación, estipulados por el deudor con sus acreedores, con o sin homologación judicial. 2º. Los
acuerdos singulares de refinanciación, estipulados por el deudor bien con uno, bien con varios acreedores, siempre que
reúnan los requisitos establecidos en la sección 3.ª de este capítulo, que en ningún caso podrán ser homologados por el
juez”.
5 Art. 605.2º TRLC: “Los acuerdos singulares de refinanciación no podrán ser objeto de homologación”.
6 Ver en Manual: Preconcursalidad. Acuerdos de Refinanciación.
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3. Presupuestos de apertura
Ena el Libro II de la Ley Concursal están regulados los acuerdos de refinanciación (Arts. 596 y ss. TRLC).
Hay varios presupuestos que permiten ir al acuerdo de refinanciación:
i) El primer presupuesto es el presupuesto objetivo aparece en el Art. 597 LC7 y este artículo nos dice
que estos acuerdos son posibles con insolvencia actual o inminente y siempre que no se hubiese
declarado un concurso de acreedores. (Porque la finalidad de estos acuerdos es evitar precisamente los
concursos de acreedores).
ii) La situación de insolvencia actual e inminente no se definen en los artículos que regulan los acuerdos
de refinanciación, sino que hay que ir al Art. 2 TRLC8 que regula los presupuestos objetivos del
concurso de acreedores. Pues los presupuestos objetivos del concurso de acreedores y de los acuerdos
refinanciación son los mismos. Sin embargo, la diferencia entre ambos es que en los acuerdos de
refinanciación no debe haberse establecido un concurso de acreedores.
De manera de que, cuando el deudor tiene insolvencia actual o inminente debe decidir si prefiere un
concurso de acreedores o un acuerdo de refinanciación. Esto aunque haya un deber legal de pedir concurso
aunque haya insolvencia actual, sin embargo, la ley permite que el deudor vaya a un acuerdo de
refinanciación. En el Art. 2 TRTC se establece el presupuesto objetivo de los acuerdos de refinanciación y
del concurso de acreedores (es el mismo presupuesto). En este artículo 2 TRLC se le ha dando un concepto
legal o jurídico, no económico a la insolvencia. Si fuese un concepto económico se diría que la falta de
liquidez no es un supuesto de insolvencia.
(a) La insolvencia actual (Art. 2.3º TRLC): Está basada en tres elementos que son: (i) La imposibilidad de
cumplimiento, (ii) no cumplir con regularidad, (iii) no cumplir las obligaciones con carácter exigible.
(i) Imposibilidad de cumplimiento: Esto quiere decir que el deudor no paga porque no puede. La
imposibilidad admite como causa cualquier causa económica siempre que conduzca a la
imposibilidad o incapacidad de pago. (Ej. La iliquidez donde hay un activo superior al pasivo pero
solo realizable a largo plazo, o desbalance donde hay un activo inferior al pasivo, bien a veces por
una situación de pérdidas societarias cualificadas como causa de disolución).
(ii) La regularidad: El deudor no es capaz de pagar regularmente sus obligaciones. Podría pagar pero
irregulamente. Por eso es insolvente, porque podría pagar pero irregularmente. (Ej. Uso excesivo
del crédito o una liquidación apresurada sería una forma irregular de pago.). La jurisprudencia alude
a los medios de pago irregulares.
(iii) Las obligaciones deben ser exigibles: Si hubiese un pacto de non petendo o condición de no
exigibilidad no habría insolvencia. Las obligaciones deberían ser exigibles, no es necesario que las
obligaciones hayan vencido necesariamente.
(b) La insolvencia inminente: La insolvencia inminente, es una insolvencia que aun no es presente, sino
que es una previsión. El deudor tiene una previsión que: (i) no va a poder pagar en un futuro, (ii) no va a
pagar sus obligaciones de manera regular (iii) y puntualmente.
(i) Es una previsión futura: En principio en la insolvencia inminente las deudas aun no son exigibles, ni
han vencido. Y el deudor prevé que en el futuro no podrá hacer frente a sus deudas societarias.
7 Art. 597. Acuerdos de refinanciación: “El deudor, persona natural o jurídica, en situación de insolvencia actual o
inminente, que no hubiera sudo declarado en concurso, podrá alcanzar en cualquier momento un acuerdo de
refinanciación con sus acreedores (…)”.
8 Art. 2. Presupuesto objetivo: “1. La declaración de concurso procederá en caso de insolvencia del deudor. 2. La
solicitud de declaración de concurso presentada por el deudor deberá fundarse en que se encuentra en estado de
insolvencia. 3. La insolvencia podrá ser actual o inminente. Se encuentra en estado de insolvencia actual el deudor que
no pueda cumplir regularmente sus obligaciones exigibles. Se encuentra en estado de insolvencia inminente el deudor
que prevea que no podrá cumplir regular y puntualmente sus obligaciones”.
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(ii) El deudor no podrá pagar regularmente: La jurisprudencia ha identificado la regularidad con los
medios empleados. Por eso la jurisprudencia no considera a los morosos insolventes actuales sino
inminentes. (Ej. Ahora bien, si en un futuro se prevé que pueden condenarme por sentencia a pagar
un millón de euros, se está ante en situación de insolvencia inminente).
Cuando estamos ante insolvencia actual el deudor deberá solicitar la declaración del concurso de
acreedores en el plazo de dos meses siguientes a la fecha en que hubiera conocido o debido conocer el
estado de insolvencia (Art. 5 TRLC). Si la insolvencia actual están legitimados para pedir el concurso los
acreedores y el deudor. En cambio, cuando la insolvencia es inminente o probable solo está legitimado el
deudor para pedir la insolvencia. (Art. 3 y 597 TRLC)9.
En cambio, el Art. 597 TRLC establece que los acuerdos de refinanciación son solo una facultad de los
deudores dado que dice el artículo: “el deudor, (…) podrá”. Y por tanto, para alcanzar y pedir un acuerdo de
refinanciación solamente están legitimados los deudores. Y, están legitimados “en cualquier momento”
siempre que no se haya declarado el concurso.
En este momento, surge una cuestión importante: ¿Cómo se compagina que haya un deber legal de pedir el
concurso de acreedores en caso de insolvencia actual con un plazo de dos meses, con que a la vez haya la
posibilidad de pedir un acuerdo de refinanciación en cualquier momento?: Esto es posible, porque si el
deudor llega a un acuerdo de refinanciación con sus acreedores se remueve potencialmente la insolvencia
actual como presupuesto objetivo del concurso que implica el deber legal de presentar el concurso de
acreedores del Art. 5 TRLC.
El presupuesto objetivo del concurso (la insolvencia actual) queda levantada cuando se ha establecido un
acuerdo de refinanciación con los acreedores, dado que los pagos han sido novados (con quitas y esperas…
etc.) y por tanto el deudor se supone que estará al corriente con sus pagos. (Art. 2.3 TRLC).
También debe decirse, que el deber de pedir el concurso, una vez se comunica ab initio al Juzgado el inicio
de negociaciones de un acuerdo de refinanciación, se suspende el plazo del deber de pedir el concurso. Esta
suspensión se produce siempre que en el momento de la comunicación no se haya todavía incumplido ese
deber de pedirlo. Si se quiere por tanto suspender el deber de pedir el concurso, debe comunicarse el inicio
de negociaciones del plan de reestructuración antes del plazo de dos meses, no puede presentarse la
comunicación fuera de los dos meses del Art. 5 TRLC para eliminar el deber de presentar concurso.
(i) Acuerdos de refinanciación de insolvencia inminente, con el fin de evitar el concurso y una posible
situación de insolvencia actual futura.
(ii) O bien, puede haber acuerdos de remoción de la insolvencia actual para evitar el posterior concurso de
acreedores.
9 Art. 3 Legitimación: “1. Para solicitar la declaración de concurso están legitimados el deudor y cualquiera de sus
acreedores.— Si el deudor fuera persona jurídica, será competente para decidir sobre la presentación de solicitud el
órgano de administración i de liquidación. 2. Por excepción a lo dispuesto en el apartado anterior, no está legitimado el
acreedor, que, dentro de los seis meses anteriores a la presentación de la solicitud, hubiera adquirido el crédito por actos
ínter vivos a título singular después de su vencimiento. 3. Para solicitar la declaración de concurso de una sociedad,
están legitimados los socios que sean responsables de las deudas de aquella”.
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Debe tenerse en cuenta que estos acuerdos no pueden imponerse a los acreedores, sino tales acreedores
deben aceptarlos con altas mayorías.
En caso de no cumplirse el acuerdo de refinanciación cuando había un estado de insolvencia actual, puede
volverse a establecer otro acuerdo refinanciación o bien se entraría directamente en concurso de acreedores.
El juego entre el concurso de acreedores y la preconcursalidad es un juego de riesgos que asume el propio
deudor. La decisión de irse a un acuerdo de refinanciación podría agravar la insolvencia del deudor. El grado
de responsabilidad del deudor diferirá notablemente en un caso u otro, siendo su responsabilidad agravada en
caso de llegar a un acuerdo de refinanciación que no fuese viable.
Si el deudor fuese una persona jurídica quien decidirá ir y presentar el concurso de acreedores o el acuerdo
de refinanciación será el administrador de la sociedad o el órgano de liquidación, no la junta general
(Art. 3 TRLC). Por tanto, el administrador será responsable de tomar la decisión de ir a un acuerdo de
refinanciación que pudiese agravar la situación de insolvencia.
La finalidad del acuerdo de refinanciación es preservar la viabilidad de la compañía. Esto sucede cuando
el valor de la compañía en funcionamiento es superior a su activo. Por tanto, normalmente se establecerá un
plan de viabilidad.
Cogiendo el nuevo Proyecto de Ley pude verse que ya no se habla de acuerdos de refinanciación sino planes
de reestructuración donde no solo se va a incidir en el pasivo sino también en el activo (ej. Mediante
fusiones o escisiones) de la compañía para hacerla más viable.
- ¿Por qué en el Nuevo Proyecto de Ley ya no se habla de acuerdos, sino de planes de reestructuración?:
Se les llama planes de reestructuración porque aunque son acuerdos de reestructuración, sin embargo, en el
Proyecto de Ley puede haber planes consensuales y planes no consensuales que se impongan y arrastren a
los acreedores disidentes al plan10.
Ahora mismo la identidad del presupuesto objetivo para el concurso de acreedores y los acuerdos de
reestructuración es el mismo, está contenido en el Art. 2 TRLC.
En cambio con el nuevo Proyecto de Ley el presupuesto objetivo se regulará en el art. 548 del Proyecto de
Ley y será un presupuesto objetivo será diferente al del art. 2 TRLC, pues para los planes de reestructuración
también será fundamento o presupuesto objetivo la probabilidad de insolvencia, además de la insolvencia
inminente y la insolvencia actual.
La probabilidad de insolvencia se define en el art. 584.2 del nuevo Proyecto de Ley, que dice:
Art. 584.2.
Se considera que existe probabilidad de insolvencia cuando sea objetivamente previsible que, de no alcanzarse
un plan de reestructuración, el deudor no podrá cumplir regularmente sus obligaciones que venzan en los
próximos dos años”.
Además, como en los acuerdos de reestructuración no hay un deber legal del deudor de ir a los planes de
reestructuración. Por ello, el administrador de las empresas tiene un parámetro que debe regirle, la viabilidad
económica del negocio. Viable quiere decir que el valor de la empresa en funcionamiento sea superior al
valor de su liquidación. Por tanto, si la empresa no es viable el administrador deberá pedir la declaración del
concurso de acreedores cuanto antes, pudiendo incurrir en responsabilidad si no lo hace.
Otro elemento necesario para que concurra el presupuesto objetivo en los planes de reestructuración y al
igual que sucede en los acuerdos es que el concurso de acreedores no se haya abierto aún.
10MIRAR Arts. 2, 583, 584 y 636 del TRLC y artículos del PROYECTO DE LEY de la Ley Concursal. Y comparar la
Ley Concursal Actual, y su presupuesto objetivo.
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- La moratoria concursal:
La normativa Covid-19 introdujo una moratoria al deber de pedir concurso de acreedores, por haber una
crisis de mera liquidez en las empresas. Cuando ya se salga de la situación de pandemia se dijo que se
volvería a restablecer el deber de pedir el concurso, pero la pandemia sigue causando problemas sobre
sectores económicos como la restauración o el transporte aéreo.
Por tanto, con la situación del Covid-19 todavía no es pertinente para restablecer el deber de pedir el
concurso del art. 5 TRLC en caso de insolvencia actual. Que no haya un deber porque se ha establecido una
moratoria, eso no quiere decir que no se pueda pedir el concurso de acreedores. Es más, si el administrador
ve que la empresa no es viable debe pedir el concurso, porque sino incurrirá en una administración culpable.
Por tanto, la moratoria no implica que no pueda pedirse el concurso, simplemente que se suspende el deber
de pedirlo.
a) Legitimación activa:
El Art. 597 TRLC establece que solamente los deudores pueden pedir estos planes de reestructuración,
donde dice:
Por tanto, el deudor es el legitimado activo para pedir un acuerdo de refinanciación y puede ser cualquier
persona, sea física o jurídica. Además, debe ser una persona que no se hubiese declarado en concurso de
acreedores.
En el actual art. 597 TRLC y en el 583 TRLC no se dice nada respecto de si los sujetos están llevando a
cabo una actividad empresarial o profesional. Por tanto, esto lleva a concluir que cualquier deudor sea un
empresario o no puede iniciar estos acuerdos de refinanciación MIRAR ART. 583 del PROYECTO sobre el
presupuesto subjetivo11.
Sin embargo, estos acuerdos de refinanciación están pensados realmente para empresas respecto de las cuales
haya un plan de viabilidad, lo que implicaría que es un poco paradójico incluir a las personas físicas entre
los legitimados activos. En realidad, estos acuerdos de refinanciación están pensados para grandes empresas
capitalistas, y representan un marco de autonomía de la voluntad donde el deudor propone a los
acreedores un plan de reestructuración. No se trata de un procedimiento. En principio, pueden acudir a estos
acuerdos de refinanciación empresarios personas físicas o jurídicas, pero realmente en la práctica solo se
han acogido personas jurídicas y normalmente grandes empresas capitalistas.
Las personas físicas cuando se acogen a un acuerdo de refinanciación como estos es porque quieren que se
produzca una exoneración de parte del pasivo insatisfecho (esa sería el plan de reestructuración respecto a
una persona física). La exoneración de pasivo insatisfecho de las personas físicas, sin embargo, requiere
pedir antes el concurso de acreedores.
11 MIRAR el ART. 583 del PROYECTO sobre el presupuesto subjetivo.— El Art. 583 del Proyecto de Ley dice: “1.
Cualquier persona natural o jurídica que lleve a cabo una actividad empresarial o profesional podrá efectuar la
comunicación de apertura de refinanciación con los acreedores o solicitar directamente la homologación de un plan de
reestructuración de conformidad con este libro”.
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Por tanto, quien puede plantear un acuerdo de refinanciación es en principio solo el deudor. En cambio, los
acreedores no pueden plantear este tipo de acuerdos, porque se presupone que los acreedores no suelen saber
cuál es la situación económica de la compañía. En las sociedades de capital los que piden estos acuerdos de
refinanciación suelen ser los administradores de la sociedad (el órgano de administración). No hay un
precepto que diga que los competentes sean los Administradores, pero si se aplica lo que aparece en el art. 3
TRLC, donde se establece que el sujeto competente para pedir el concurso de acreedores cuando se trata de
personas jurídicas es el órgano de administración, también deben ser competente los administradores de la
sociedad dado que el acuerdo de refinanciación supone una decisión más leve.
El Art. 3 TRLC sostiene que en el caso de que el deudor sea una persona jurídica será el órgano de
administración el competente para pedir el concurso de acreedores sin necesidad de convocar la junta.
Artículo 3. Legitimación.
1. Para solicitar la declaración de concurso están legitimados el deudor (…). Si el deudor fuera persona
jurídica, será competente para decidir sobre la presentación de la solicitud el órgano de administración o
de liquidación.
Sin embargo, dado que el acuerdo de reestructuración o refinanciación no es una decisión de gestión
realmente quien debería aprobar el plan o acuerdo de reestructuración empresarial debería ser la Junta
general (pues muchas veces implica fusiones, escisiones,…etc.). Sin embargo, el hecho de que lo apruebe la
junta implica una la lentitud de decisión de la voluntad de la mayoría de la junta general que implica que la
aprobación por la junta general, en vez de por el órgano de administración pueda resultar económicamente
dañino para la empresa. Por ello, realmente en la práctica es el administrador quien decide acerca de llevar
a cabo el acuerdo de refinanciación.
No obstante, es muy aconsejable que legalmente que el Administrador societariamente convoque a la junta
general para tomar la decisión sobre un acuerdo de refinanciación, porque si los socios no quieren este
acuerdo podrían tomar acciones de responsabilidad contra el administrador por una posible disminución en el
valor de las acciones/participaciones de la sociedad. (!!)
Pero, como en los acuerdos de refinanciación no existe un deber legal de acudir a ellos como mecanismo
legal, como si sucede con el concurso de acreedores (Art. 5 TRLC), ello puede suponer un riesgo de
responsabilidad para los administradores aun mayor si llevan a cabo el acuerdo y agravan la situación de la
empresa.
En el Proyecto de Ley del TRLC en su Art. 583 hay varios cambios en el presupuesto subjetivo.
Novedades en el presupuesto subjetivo.
- Según el Art. 583.1 del Proyecto de Ley: Ahora en la nueva reforma la persona natural o jurídica para el
presupuesto subjetivo deberá desarrollar una actividad empresarial o profesional, por tanto, los
consumidores y las personas jurídicas que no sean empresarios quedarían fuera de los planes de
reestructuración. Un autónomo como persona física sin embargo, al desarrollar una actividad profesional
podría adoptar un plan de reestructuración. Además difícilmente los autónomos vayan a un plan de
reestructuración teniendo en cuenta que en el Libro III del TRLC se establecerá un procedimiento
concursal especial para las PYMES y Micro pymes.
- Según el Art. 583.2 del Proyecto, luego hay un listado que se adecua a la Directiva donde se establece
que sujetos no podrán ir a estos marcos de reestructuración:
(a) Las empresas de seguro
(b) Las entidades de crédito
12 En el Proyecto de Ley sin embargo, se obligará a los socios en algunas situaciones a acatar los planes de
refinanciación aunque no estén de acuerdo con ellos. Permitiendo la nueva ley el arrastre de socios disidentes que no
quieran aceptar el plan de refinanciación.
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- También en el art. 583.3 del Proyecto de Ley sostiene que: “Las entidades que integran la organización
territorial del Estado, los organismos públicos y demás entes de derecho público no quedan comprendidas
en el presupuesto subjetivo del apartado 1 de este artículo”.
- Además en el art. 583.4 del Proyecto las Pymes estarán sometidas exclusivamente a los planes de
refinanciación.
Lo primero que se hace cuando se inician negociaciones para llevar a cabo acuerdo de refinanciación, es que
se realiza un análisis de los riesgos económicos posibles, por si luego hubiese que llevar a cabo un concurso
de acreedores. En principio, puede haber tres riesgos principalmente:
(a) Que los acreedores ante un acuerdo de refinanciación puedan rechazarlo, no quererlo y pedir el concurso
de acreedores,
(b) Por otro lado, que algunos acreedores pidan, en caso de tener una garantía real su ejecución singular,
(c) Finalmente, otro posible riesgo sería la posibilidad de un mayor deterioro o agravamiento de la
insolvencia, e incluso el posible riesgo de incumplir el deber de pedir el concurso (Art. 5 TRLC).
En este sentido, el acuerdo de refinanciación al ser un contrato o acuerdo multilateral entre los acreedores y
el deudor, permite renegociar las cláusulas de las anteriores obligaciones o deudas que se habían llevado a
cabo entre el deudor y los acreedores. El problema del acuerdo de refinanciación es que se trata de un
acuerdo de masa entre el deudor y una pluralidad de partes que son los acreedores. Por tanto, puede decirse
que es un acuerdo con tantos contratos singulares como acreedores haya.
Esta renegociación de las obligaciones anteriores requiere cierta protección legal, porque sino no serían
posibles estos acuerdos. El régimen de protección aseguran la protección de la comunicación de inicio de
negociaciones para alcanzar un acuerdo de refinanciación o una propuesta anticipada de convenio.
Los artículos 583 a 595 TRLC regulan la comunicación de inicio de los acuerdos de refinanciación, donde
se establece un régimen de protección de los riesgos posibles de esta. Cuando se comunican negociaciones
de refinanciación no estamos ante un procedimiento o un pre-concurso. Es simplemente una comunicación
de inicio de negociación de un acuerdo entre partes.
En este caso, según el art. 583.1 TRLC el deudor comunica al juez que sería competente para declarar el
concurso que han comenzado negociaciones para alcanzar un acuerdo de refinanciación. No hay un
documento donde se presente esta comunicación, aunque suele presentarse en forma de demanda. Este es un
acto de jurisdicción voluntaria, por eso no estamos ante un procedimiento judicial. En este documento se dirá
al juez que se están iniciando las negociaciones para que vinculen al acuerdo de refinanciación los efectos
protectores frente a los tres posibles riesgos que caben al llevar a cabo esta negociación.
Por tanto, el deudor lo que debe que hacer cuando realiza la comunicación de inicio de la negociación del
acuerdo de reestructuración, será preconstituir prueba para el posterior posible control ex post ante el juez del
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concurso de acreedores. En este sentido, el deudor debe guardar y hacer acopio de todas las pruebas que
tenga a su disposición: sean notificaciones o bien intentos de acuerdo de refinanciación con los acreedores.
En esta comunicación del acuerdo (según el art. 583.3 TRLC) habrá que comunicar cuáles son las
ejecuciones singulares que se pueden seguir contra el patrimonio del deudor y si esas ejecuciones recaen o
pueden recaer sobre bienes necesarios para el mantenimiento y continuidad de las actividades económicas
(Ej. Maquinaria industrial, vehículos de transporte, etc…), cosa que tampoco comprueba el juez. Dice el art.
583.3 TRLC:
Esto evita que el administrador pida el acuerdo de refinanciación cuando ya ha incumplido el deber legal de
pedir el concurso del art. 5 TRLC. Y, en caso de que el administrador lo pida después del plazo se producirá
la clasificación del concurso como culpable dentro del concurso de acreedores. El concurso culpable puede
condenar a los administradores sociales a pagar los daños causados por sus actuaciones directas que
produzcan un agravamiento del estado de insolvencia.
Sin embargo, como dijimos, estos acuerdos de refinanciación están unidos más a los modelos anglosajones
(“wait and see”) donde se establece un sistema de comprobación judicial ex post. En cambio, normalmente
sistemas latinos y romanos suelen establecer un sistema de represión y procedimiento de control ex ante.
La comunicación del inicio de negociaciones (según el Art. 585 TRLC) se publica en el Registro público
Concursal, como regla general será un edicto que contenga el estricto de esta resolución. No hay una
sentencia o auto que abra procedimiento alguno. Simplemente el Letrado de la Administración de justicia
deja constancia del inicio de negociación del acuerdo de refinanciación en el Registro público concursal.
Pero el art. 585.3 TR LC establece una especialidad sobre esta publicación donde el deudor puede solicitar
que la negociación tenga carácter reservado y no conste en la Registro Público concursal, pues los
administradores de la sociedad deudora puede que no quieran que nadie sepa que tienen problemas
económicos. Esto es así porque el posible riesgo que puede ocurrir tras esta comunicación de negociación en
el Registro Público es el llamado el “rumor de la plaza”, donde la publicidad negativa podría afecta al valor
de la compañía y aumentar el riesgo de insolvencia. Si se opta por que sea confidencial las resoluciones o
efectos que pueda llevar la comunicación no tendrán eficacia extraterritorial. Por eso cuando la empresa
tenga bienes o patrimonio fuera de España es peligroso no publicar este inicio de negociación.
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1. Primero, la comunicación no producirá el vencimiento anticipado de los créditos. Cada crédito vence
en su momento y en el plazo pactado (Art. 586 TRLC).
3. No se admiten a trámite las solicitudes de concurso necesario presentadas por los acreedores hasta que
transcurra el plazo de tres meses desde la fecha de comunicación. Las presentadas antes del inicio de
comunicaciones continuaran. (Art. 594 TR LC).
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4. Se suspende la exigibilidad del deber del deudor de pedir el concurso del Art. 5 TR LC aunque el
deudor esté en insolvencia actual. (Art. 595 TR LC, en sensu contrario). El deudor tiene en estado de
insolvencia actual dos meses para poder presentar el acuerdo de refinanciación, tres meses para llegar a
un acuerdo (Art. 595 TR LC) y finalmente después de esos tres meses si no se ha llegado a un acuerdo
tendrá un mes más de plazo para poder pedir el concurso de acreedores (Art. 594.2 TRLC). Por tanto, la
suspensión de la exigibilidad de las deudas por los acreedores puede alargarse en un plazo de hasta
máximo 6 meses.
Los acuerdos de refinanciación pueden pedirse en cualquier momento siempre que el deudor esté en
insolvencia actual o inminente (presupuesto objetivo), y en caso de insolvencia actual debe ser antes de que
expire el plazo del deber de pedir el concurso de acreedores (Art. 5 TRLC).
En el Art. 606 TRLC, que establece los requisitos de la homologación y en el se establecen algunos
contenidos básicos de estos acuerdos, a pesar de que sean contratos privados entre partes.
13El deber de convocar concurso de acreedores en situación Covid-19 se regula de diferente manera. El real decreto que
contiene la normativa Covid-19 frente a las consecuencias económicas de la pandemia introdujo una moratoria del
deber de pedir concurso de acreedores, por ser una crisis de mera liquidez. ¿Actualmente la moratoria concursal sigue
o no?
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Estos acuerdos incidirán mediante medidas que afectan sobre todo al pasivo, no tanto al activo. Además no
habrá medidas que sean liquidativas, serán más bien conservativas para el medio y largo plazo.
Los contenidos más frecuentes en estos artículos serán:
1) Esperas (es decir, moratorias): Donde se alarga el plazo de las deudas en un corto o largo plazo. Las
esperas siempre están en el contenido de un acuerdo de refinanciación.
2) Quitas: Donde se perdona parte de lo que debe el deudor (ej. Si te debo diez te pago 5€).
3) Conversión de deuda en capital: Si el deudor empresario no puede pagar a su deudor, puede en cambio
convertirlo en socio. Esta conversión de deuda tiene un régimen especial en el art. 624 TR LC. En
este caso se trata de un aumento de capital por compensación de créditos. Este art. 634 TR LC establece
ciertas especialidades respecto del régimen especial societario para que se promuevan los acuerdos de
refinanciación.
4) Disposición de activos esenciales: Esta disposición de activos esenciales requiere aprobación de la junta
general de la sociedad.
El art. 624 TRLC trata de la compensación por deudas mediante la conversión de deudas o créditos en
acciones o participaciones. Para compensar una deuda el Código civil establece como requisitos necesarios
en su art. 1196 Cc. que los créditos sean exigibles, líquidos y vencidos.
Sin embargo, aunque parecería que el art. 624.1 TRLC establece que estos requisitos del Código Civil no
son necesarios, pensar esto sería erróneo porque no estaríamos en ese caso ante una compensación de
créditos real. Más bien la compensación sucede por un vencimiento anticipado donde se sobreentienden los
créditos del deudor y acreedor como vencidos, líquidos y exigibles. (Se trata de una Ficción jurídica).
Cuando se procede a la conversión de deudas en capital social se esta entendiendo que los créditos de los
acreedores son vencidos, líquidos y exigibles14.
Aunque estamos ante un aumento de capital, para que este aumento suceda no serán en este caso necesarias
las mayorías reforzadas societarias para la aprobación del aumento de capital en la Junta general, solo será
necesario para la conversión de deuda en capital una mayoría simple de los socios en Junta General. (Art.
634.2 TRLC).
Art. 624.2 TRLC: “2. Para la adopción por la junta general de socios del acuerdo de aumentar el capital social
por conversión de los créditos en acciones o participaciones sociales no será necesaria la mayoría reforzada
establecida por la ley o por los estatutos sociales”.
14Así lo establece el nuevo Art. 632 TRLC del Proyecto de Ley o reforma que dice: “Se entenderá que los créditos a
compensar son vencidos, líquidos y exigibles”.
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Es necesario recordar que los acreedores son quienes deberán aceptar esta conversión de la deuda en capital
con amplias mayorías en el acuerdo de refinanciación, no es algo que se les pueda imponer. La especialidad
es que si no aceptan la conversión de deuda en capital no puede imponerse esta a los acreedores. Se respeta
así la voluntad del acreedor de no convertir la deuda en acciones o participaciones sociales.
Ahora bien, entonces, si se niegan los acreedores a convertir la deuda en capital solo podrán aceptarse
entonces entre una quita equivalente al importe nominal de las acciones o participaciones que les
corresponda asumir. Por tanto, los acreedores pueden optar entre dos opciones de financiación:
La quita parcial suele ser elegida preferentemente, porque los acreedores suelen preferir dejar de
relacionarse con el deudor. Se instituyen las quitas así como un derecho de salida. Aun así es muy frecuente
la conversión de deuda en capital porque también los acreedores pueden preferir hacerse con el control de la
compañía en caso de que tomen una posición mayoritaria de las acciones.
Los acuerdos homologados de refinanciación tienen la ventaja de que si un acreedor toma el control de la
compañía vía conversaron de deuda en capital, al ser un acuerdo homologado de refinanciación no se tiene la
obligación de lanzar una OPA (Oferta público de adquisición). Al quitarse la obligación de una OPA se
facilita que los acreedores puedan tomar el control de la empresa.
Debe también tenerse en cuenta que no cabe la posibilidad de que un deudor se acoja a acuerdos de
refinanciación si la empresa no tiene ninguna dificultad económica, dado que el presupuesto objetivo de los
acuerdos de refinanciación es la insolvencia inminente o actual. Una compañía o empresa que tenga bonanza
económica por eso no puede intentar acogerse a este marco preconcursal de los acuerdos de refinanciación
porque sino tendría ventajas competitivas que no estarían justificadas. (P.ej. El hecho de poder convertir
deuda en capital sin necesidad de lanzar una OPA, pues esta posibilidad podría violar el derecho de la
competencia).
Por eso, es necesario que para que se lleven a cabo acuerdos de refinanciación deben concurrir dos
requisitos:
(i) Debe haber dificultades económicas: Debe haber alguna dificultad económica o posibilidad de
insolvencia para poder acudir a los acuerdos de refinanciación. Esto no se permite porque las empresas
no rentables no pueden crecer a costa de aquellas que si son rentables. Si no hay dificultad económica y
se usa un plan de refinanciación se estaría ante un fraude de ley o abuso de derecho;
(ii) Debe tratarse de una empresa viable: Es necesario que haya un mecanismo de salida en el mercado de
las empresas no rentables o viables. Ese mecanismo de salida es la liquidación concursal o el concurso
de acreedores. Por tanto tampoco pueden establecerse acuerdos de refinanciación con empresas que no
son viables, es decir, empresas que su valor en funcionamiento no es mayor a su valor en liquidación.
Al tratarse de un acuerdo de refinanciación nadie comprueba estos requisitos realmente porque no hay un
procedimiento de control ex ante, solo se comprueba a posteriori o ex post cuando hay un concurso de
acreedores. Este control ex post depende de que se abra el concurso.
El plan de reestructuración del nuevo proyecto de ley incide en el activo pero también en el pasivo. En
cambio los acuerdos de refinanciación solo afectan al activo.
El Art. 633 y el 636 del Proyecto de Ley de TRLC establece también cuales podrán ser los contenidos del
plan de reestructuración. Uno de estos contenidos pueden ser medias de protección de los trabajadores, pero
en el proyecto los trabajadores ni son una clase de acreedores ni tampoco pueden ser acreedores afectados
por el plan. Que queden fuera los trabajadores quiere decir que no pueden aplicarse quitas o esperas a sus
créditos, pero puede aplicarse un ERE. Es muy difícil reestructurar sin incidir en la plantilla laboral. Por eso,
la plantilla laboral puede sustituirse por una más especializada despidiendo a aquellos que no estén
especializados. Lo difícil es saber cuántos puestos de trabajo se salvan. Por tanto, la reestructuración suele
ser transversal jurídicamente porque afecta al derecho laboral, pero también al derecho mercantil.
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La homologación es una nueva clase de tutela judicial que no convierte un acuerdo en judicial porque en
realidad el juez está actuando en un modo muy próximo a un árbitro en el expediente de jurisdicción
voluntaria. Se suele pedir al juez que homologue el acuerdo, para que esta homologación vincule a las partes
con efectos:
(ii) La protección rescisoria. Esta protección es mucho más potente al caso en que no hubiera
homologación del acuerdo respecto a un eventual concurso de acreedores. Según la protección
rescisoria se establece que no se podrán rescindir los actos realizados los dos años anteriores a la
declaración de concurso si tienen como consecuencia el acuerdo de reestructuración. Con la
eventualidad de que se declare el concurso, el concurso suele tener el efecto de retroacción de hasta
dos años antes al concurso donde se revisará que ha hecho el deudor desde el punto de vista de los
intereses de los acreedores y del concurso (Esto es asó porque los deudores suelen sacar bienes y
derechos fuera de su patrimonio).
Por tanto, el problema está en que en el marco de los acuerdos de refinanciación puede afectarse a ese marco
la retroacción de dos años si después comienza un concurso de acreedores. Por suerte, si el acuerdo está
homologado, la administración concursal no va a verificar del mismo modo los requisitos de tipicidad de ese
acuerdo, porque ya lo habrá hecho el juez al homologar el acuerdo de refinanciación.
En definitiva, al deudor le interesa mucho homologar el acuerdo por estas dos razones y protecciones.
En la homologación la pide el deudor al juez que es competente para declarar el concurso que homologue el
acuerdo de refinanciación. La homologación y la comunicación del acuerdo de refinanciación son diferentes.
Para poder solicitar la homologación no es necesario primero haber hecho la comunicación de inicio de
negociación del acuerdo de refinanciación, aunque pudiese implicar riesgos no hacer la comunicación, esta
no es necesaria. Por tanto, el deudor puede optar directamente por pedir la homologación sin pasar por la
comunicación. Pero si no hubiese una previa comunicación de inicio de negociación del acuerdo de
reestructuración, entonces la solicitud de homologación debe solicitarse en el plazo de los tres meses
siguientes a que se llevase a cabo el acuerdo15.
El Art. 605.2 TR LC sostiene además que los acuerdos singulares no pueden ser objeto de homologación.
Esto en la reforma del nuevo proyecto de ley no habrá acuerdos singulares ni protección para acuerdos que
no estén homologados.
15Prorrogas sucesivas: Cuando se apruebe la reforma se podrá establecer una prórroga de tres meses más si el juez
quisiese y los acreedor.
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- 1.º Que el acuerdo responda a un plan de viabilidad que permita la continuidad de la actividad
profesional o empresarial del deudor a corto y a medio plazo.
- 2.º Que el acuerdo tenga como objeto, al menos, la ampliación significativa del crédito disponible o la
modificación o la extinción de las obligaciones del deudor, bien mediante la prórroga de la fecha de
vencimiento, bien mediante el establecimiento de nuevas obligaciones en sustitución de aquellas que se
extingan.
- 3.º Que el acuerdo haya sido suscrito por acreedores que representen, en el momento de su adopción,
al menos, el cincuenta y uno por ciento del pasivo financiero, computado conforme a lo establecido en
esta ley, según certificación emitida por el auditor de cuentas del deudor.—Si el deudor o las sociedades del
grupo no tuvieran la obligación de someter las cuentas anuales a auditoría, el auditor que emita la
certificación será el nombrado a este efecto por el registrador mercantil del domicilio del deudor y, en los
casos de acuerdos de grupo o de subgrupo de sociedades, el de la sociedad dominante.
- 4.º Que el acuerdo se haya formalizado en instrumento público por todos los que lo hubieran suscrito.
2. A los efectos de lo establecido en el apartado anterior, se consideran créditos financieros los procedentes
de cualquier endeudamiento financiero por parte del deudor, con independencia de que los titulares de
esos créditos estén o no sometidos a supervisión financiera. En ningún caso tendrán la consideración de
créditos financieros los créditos de derecho público, los créditos laborales y los acreedores por
operaciones comerciales, aunque cualquiera de ellos tuviera aplazada la exigibilidad del crédito.
3. Al instrumento público se incorporarán como anejo el plan de viabilidad, la certificación del auditor y
cuantos documentos justifiquen la concurrencia a la fecha del acuerdo de los requisitos exigidos por la ley
según la clase de acuerdo de que se trate. Si el plan de viabilidad hubiera sido sometido a informe de
experto independiente, el informe se incorporará también como anejo a la escritura.
Primer requisito: 1º. Que el acuerdo responda a un plan de viabilidad que permita la continuidad de
la actividad profesional o empresarial del deudor en el corto y a medio plazo.
Por tanto, esto quiere decir que estamos ante acuerdos de refinanciación conservativos. No cabe que
se usen estos acuerdos de refinanciación para liquidar una empresa. Además, sin un plan de
viabilidad de la sociedad será imposible que este acuerdo pueda imponerse a acreedores disidentes,
porque la mayoría de acreedores podrían confabularse para que el plan no se apruebe con la mayoría
necesaria. Por eso es necesario que el deudor aporte siempre un plan de viabilidad.
Segundo requisito: 2º. Que el acuerdo tenga como objeto, al menos, la ampliación significativa del
crédito disponible o la modificación o la extinción de las obligaciones del deudor, bien mediante la
prórroga de la fecha de vencimiento, bien mediante el establecimiento de nuevas obligaciones en
sustitución de aquellas que se extingan.
Por tanto, los acuerdos deben tener como contenido mínimo (“al menos”) una ampliación
significativa del crédito al deudor que hace posible el pago, una espera (prórroga de la fecha de
vencimiento o novación modificativa) o bien una quita (la extinción de parte de las obligaciones del
deudor). En definitiva, el contenido mínimo de un acuerdo para ser homologaba debe incidir en una
reestructuración del pasivo o del crédito de estas tres formas:
(i) Ampliando significativamente el crédito (ej. El Banco da más crédito al deudor). ¿Por qué se
habla de ampliación?: Porque es un crédito que ya existía previamente, y que se esta
refinanciando mediante una ampliación. Es decir, el crédito ya existente se amplia, no se trata de
que el banco otorgue un crédito “ex novo”. Además esta ampliación del crédito debe ser
significativa (no es meramente una pequeña ampliación). Lo que significa significativo no se
puede establecer “ex ante”, pero debe tratarse de una ampliación considerable teniendo en cuenta
la circunstancia del deudor.
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(ii) Bien, debe haber, una novación modificativa del crédito, es decir, una espera.
(iii) O bien, una quita o novación extintiva del crédito.
Aunque el artículo 606.1.2º TRLC establece una disyuntiva, es legalmente posible que se pueda
hacer una ampliación significativa del crédito y a la vez una novación modificativa o extintiva en el
acuerdo de refinanciación homologado.
Tercer requisito: 3.º Que el acuerdo haya sido suscrito por acreedores que representen, en el momento
de su adopción, al menos, el cincuenta y uno por ciento del pasivo financiero, computado conforme a
lo establecido en esta ley, según certificación emitida por el auditor de cuentas del deudor.
El tercer requisito para que el el acuerdo pueda ser homologado consiste en que el acuerdo haya sido
suscrito o aceptado por al menos el 51% de los acreedores financieros. Estamos, por tanto, ante un
acuerdo de masa. Sin embargo, las mayorías para que el acuerdo de homologación tenga efecto de
arrastre y extensión a los acreedores disidentes necesitará mayorías reforzadas superiores al 51%.
Por tanto, que al menos haya un 51% de los acreedores con pasivo financiero a favor del acuerdo de
refinanciación es solo un requisito mínimo para poder homologar el acuerdo.
Prosigue el artículo 606.1.3º TRLC diciendo ese 51% de los acreedores que representan el pasivo
financiero debe quedar computado mediante certificación emitida por el auditor de cuentas del
deudor. Será el auditor de cuentas del deudor quien se encargará de certificar que el 51% de los
acreedores del pasivo financiero han autorizado el acuerdo de homologación.
Es importante recalcar que los acreedores en esta mayoría deben ser los acreedores que
representan el pasivo financiero. En este caso se plantea la cuestión del cómputo respecto de los
acreedores titulares de un pasivo financiero, la cual queda respondida en el Art. 606.2 TRLC donde
se establece que significa un crédito financiero, dice el artículo:
Art. 606.2. TRLC: A los efectos de lo establecido en el apartado anterior, se consideran créditos
financieros los procedentes de cualquier endeudamiento financiero por parte del deudor, con
independencia de que los titulares de esos créditos estén o no sometidos a supervisión financiera. En
ningún caso tendrán la consideración de créditos financieros los créditos de derecho público, los
créditos laborales y los acreedores por operaciones comerciales, aunque cualquiera de ellos tuviera
aplazada la exigibilidad del crédito.
Lo que significa “crédito financiero” está recogido en el art. 606.2 TRLC que establece que los
acreedores titulares de pasivo financiero serán quienes solo pueden computar en la mayoría de los
acuerdos y es a quien se deberán extender los efectos del acuerdo de refinanciación homologado. (Ej.
Un proveedor, o Hacienda y Seguridad Social no son acreedores financieros).
En el nuevo Proyecto de Ley concursal no se establece qué acreedores deben reputarse financieros y
si se debe llevarse a cabo el plan solo con ellos. Más bien, en el nuevo proyecto de Ley concursal, el
deudor podrá elegir (Cherry picking) a los acreedores con quienes quiere llevar a cabo el acuerdo y
agruparlos en comunidades de intereses (sean financieros o no). Con la nueva reforma por tanto, los
16 En un concurso de acreedores suele haber reglas especiales: Ej. Cuando el crédito del acreedor tiene un crédito que
está sometido a condición o se trata de un crédito litigioso, estamos ante los llamados créditos contingentes.
¿Estos créditos contingentes deben computarse en las mayorías exigidas para homologar un acuerdo de refinanciación?:
En el TRLC no se dice nada respecto al computo de estos créditos contingentes, pero en el Nuevo proyecto de ley se
dice explícitamente que estos créditos contingentes computaran en las mayorías exigibles de los acuerdos de
financiación.
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acuerdos con los acreedores serán más flexibles dado que se permite al deudor crear clases de
acreedores y se votará el acuerdo por clases.
Sin embargo, actualmente en el TRLC se debe llevar a cabo el acuerdo con cada uno de los
acreedores financieros por separado, y estos deberán acudir uno a uno a la Notaria (o mediante firma
electrónica) para dar su consentimiento y aceptación del acuerdo de refinanciación17.
Además, el art. 606.2 TRLC deja claro que no serán créditos financieros y no computarán en las
mayorías para homologar un acuerdo aquellos créditos que sean:
(a) Créditos de derecho público (ej. Créditos con Hacienda). Los entes públicos no son acreedores
del pasivo financiero, están blindados frente un acuerdo de refinanciación homologado.
(b) Créditos laborales (trabajadores)
(c) Créditos de acreedores por operaciones comerciales (proveedores).
(d) Tampoco serán créditos financieros ninguno de los anteriores (a-c) cuando se aplace su
exigibilidad.
Estos créditos no quedarán afectados por los efectos de la homologación del acuerdo de
refinanciación.
Cuarto requisito: 4.º Que el acuerdo se haya formalizado en instrumento público por todos los que
lo hubieran suscrito.—Finalmente, el cuarto requisito para aprobar un acuerdo de homologación reside
en que este acuerdo debe estar formalizado en escritura pública.
6.3.1. Motivos de impugnación. El mejor interés de los acreedores (DE MEMORIA. EXAMEN).
La impugnación de un acuerdo de homologación es tan potente que si se demuestra con éxito que se han
extendido efectos a un acreedor de manera ilegitima los efectos dejarán de afectarle. Los motivos de
impugnación de los acuerdos homologados se regulan en el art. 619 TRLC:
Cuando hablamos de la impugnación del auto de homologación del acuerdo siempre se producirá una
presunción iuris et de iure (en todo caso) “cuando el acreedor que no goce de garantía real pudiera obtener
en la liquidación de la masa activa una mayor cuota de satisfacción que la prevista en el acuerdo de
refinanciación (Art. 619.3 TRLC)”:
17 Un motivo común más de impugnación será que cuando la mayoría se identifique a un acreedor como un acreedor
financiero cuando realmente no lo era (Art. 606.2 TRLC). Por tanto a la hora de impugnar el acuerdo homologado se
establecerá que un acreedor financiero realmente no lo era. (Ej. Los obligacionistas, (a quienes se les ceden
obligaciones de la compañía), acreedores de la compañía podrían considerarse como acreedores financieros, sin
embargo, los obligacionistas en la práctica no se consideran acreedores financieros).
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Esta es la regla del mejor interés de los acreedores (Art. 619.3º TRLC), y en ella se excluye al acreedor con
garantía real porque entonces siempre estos impugnarían los acuerdos de homologación dado que ya tienen
un bien en garantía de su deuda o crédito, porque los bienes que garantizan su crédito quedan afectados al
acuerdo homologado. En el concurso de acreedores el bien que esta garantizado no será afectado por el
concurso. Por tanto, se excluirá siempre a los acreedores que tengan una garantía real del test del mejor
interés de los acreedores o de la definición de sacrificio desproporcionado.
Además, el acreedor con garantía real en el concurso de acreedores aun así tendrá siempre que esperar un
año para poder ejecutar el bien garantizado en un escenario de concurso, por tanto, si consideramos que la
comparación con una cuota de liquidación concursal (según la regla del mejor interés de los acreedores) no
importa solo cómo lo percibes sino cuando se percibe esta. Por tanto, no siempre los acreedores con garantía
quedan perjudicados por un acuerdo de refinanciación en comparación con un posible escenario de
liquidación (dado que temporalmente puede ser mejor para ellos un acuerdo de refinanciación que la
liquidación).
Pero, en todo caso, en el test o regla del mejor interés de los acreedores del Art. 619.3 RTLC no entra el
acreedor con garantía real, y por tanto, este nunca podrá impugnar en base a ese motivo en concreto.
Nuestra norma en el art. 619.3 TRLC establece este test del mejor interés de los acreedores, según el cual
no se considera motivo de impugnación del acuerdo por sacrificio desproporcionado, el hecho de que el
acreedor “pudiera obtener en la liquidación una mayor y mejor cuota de liquidación”; esto no es lo que está
regulado.
La regla del mejor interés en EE.UU no consiste en probar que podrías estar mejor en un escenario de
liquidación concursal como acreedor, sino que consiste probar que bajo el acuerdo de refinanciación no
estarás peor que en un escenario de liquidación concursal. Esta distinción es sutil, pero muy relevante. Pues
con esta formulación se restringe mucho el derecho del acreedor a la hora de impugnar, ya que es difícil
probar que la cuota en liquidación "no será peor” que en caso de acuerdo de refinanciación. Por tanto,
la diferencia entre “no estar peor” que “estar mejor” es una gran diferencia crucial en la regulación del test
del mejor interés de los acreedores. Si se dijese que para poder impugnar las cuotas de reestructuración
deberían ser iguales a la cuota de liquidación, el acreedor estaría, mucho más protegido, y los acuerdos de
refinanciación prosperarían con más dificultad en su homologación.
Por tanto, esta regla del art. 619.3 TRLC es una norma basada en hipótesis o en futuribles, y por ello, es
un ejercicio de prueba muy difícil. Además, en este test del mejor interés de los acreedores los americanos al
establecer no tienen en cuenta el “cuando” (a la hora de probar si en un escenario de liquidación se esta
peor), solamente a la hora de aceptar la impugnación tienen en cuenta el “cuanto”, es decir, la cuantía
económica que recibirán los acreedores. Por tanto, no se establece plazo alguno a la hora de calcular las
cuotas para aceptar la impugnación basadas en un sacrificio desproporcionado.
La regulación de este test del mejor interés para permitir la impugnación cambia mucho en el nuevo
Proyecto de ley. En el Art. 654 del Proyecto de Ley TRLC se regula la forma de impugnación del auto de
homologación del plan de reestructuración de la siguiente manera:
Artículo 654. Impugnación del auto de homologación del plan aprobado por todas las clases de créditos.
Dentro de los quince días siguientes a la publicación del auto de homologación en el Registro público
concursal, los titulares de créditos afectados que no hayan votado a favor del plan de reestructuración
aprobado por todas las clases de créditos podrán impugnar el auto por los siguientes motivos:
1.º Que no se hayan cumplido los requisitos de comunicación, contenido y de forma que se exigen en el
capítulo IV de este título.
2.º Que el plan no se haya aprobado de conformidad con lo previsto en el capítulo IV de este título. [Esto
es interesante porque con la reforma en los planes de reestructuración se vota por clases de acreedores, y en
ese cap. IV se refiere la nueva Ley a las mayorías. Se podrá impugnar porque las mayorías no están bien
contadas o bien porque las clases de acreedores no están bien formadas. Aquí seguramente habrá alguna
enmienda].
3.º Que el deudor no se encuentra en probabilidad de insolvencia, insolvencia inminente o actual.
4.º Que el plan no ofrezca una perspectiva razonable de evitar el concurso y asegurar la viabilidad de
la empresa en el corto y medio plazo.
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5.º Que la reducción del valor de sus créditos sea manifiestamente mayor al que resulta necesario para
garantizar la viabilidad de la empresa. En caso de cesión de créditos, se presumirá que no concurre esta
circunstancia cuando el acreedor impugnante haya adquirido el crédito con un descuento superior a la
reducción del valor que este padece.
6.º Que el plan no supere la prueba del interés superior de los acreedores.—Se considerará que el
plan no supera esta prueba cuando sus créditos se vean perjudicados por el plan de reestructuración en
comparación con su situación en caso de liquidación concursal de los bienes del deudor, individualmente o
como unidad productiva. A los efectos de comprobar la satisfacción de esta prueba, se comparará el valor de lo
que reciban conforme al plan de reestructuración con el valor de lo que pueda razonablemente presumirse
que hubiesen recibido en caso de liquidación concursal. Para calcular este último valor, se considerará que el
pago de la cuota de liquidación tiene lugar a los dos años de la formalización del plan.
7.º Que el deudor haya incumplido la obligación de encontrarse al corriente en el cumplimiento de sus
obligaciones tributarias y frente a la Seguridad Social.
- Con la reforma en el Nuevo Proyecto de Ley habrá un presupuesto de impugnación según el cual se podrá
impugnar el plan de reestructuración si el deudor no está en probabilidad de insolvencia, o en insolvencia
inminente o actual. Es decir, se podrá impugnar el plan de reestructuración si no se cumple el
presupuesto objetivo. (Art. 654.3º Proyecto de LC).
- En el art. 654.5º del Nuevo Proyecto de Ley se establece una causa de impugnación parecida al sacrificio
desproporcionado, que concurre cuando: 5.º Que la reducción del valor de sus créditos sea
manifiestamente mayor al que resulta necesario para garantizar la viabilidad de la empresa.
- En el art. 654.6ª del proyecto de Ley aparece la prueba del interés superior de los acreedores, según la
cual se debe probar que los créditos del acreedor no están siendo perjudicados por el plan de
reestructuración. En la TRLC, al igual que en el Proyecto, la prueba no se superaba si en caso de
liquidación el acreedor habría estado mejor, sino si el acuerdo de refinanciación suponía un escenario peor
que una posible liquidación concursal. Además, en el Proyecto esta prueba no excluye como en la actual
TRLC a los acreedores con garantía real para poder impugnar. Esto quiere decir que los acreedores con
bienes en garantía de sus créditos podrán impugnar ahora los acuerdos en base a esta causa.
- Esta prueba del mejor interés de los acreedores solamente exige (al igual que en la TRLC) probar
razonablemente que puede presumirse que el plan de reestructuración dejará peor a los acreedores en
comparación con un posible escenario de liquidación concursal. En este sentido, la prueba en este caso no
debe ser completa sino que debe probar una mera presunción razonable.
- En el nuevo Proyecto de ley se establece que para calcular el valor la cuota de liquidación frente al valor
de los créditos del plan de reestructuración se establece un plazo “para valorar la cuota de liquidación
dentro e los dos años de formalización del plan”. Se considerará un plazo de dos años desde que se
formaliza el plan de reestructuración para calcular la cuota de reestructuración. (Este plazo legal de dos
años viene del Caso Abengoa).
- La reforma en este caso dota a la regla o prueba del mejor interés del acreedor de propia autonomía como
causa de impugnación. Ya no se trata de una presunción iuris et de iure de sacrificio desproporcional. El
acreedor perjudicado tiene que tener un daño directo debido al acuerdo de reestructuración, mientras que
el acreedor afectado por el acuerdo puede no tener un daño derivado de este. Cuando se hablaba de
sacrificio desproporcionado no suele distinguirse entre acreedor afectado y perjudicado por el acuerdo
homologado. Ahora la nueva reforma del Proyecto de Ley distingue estos dos tipos de acreedores.
- Supuesto excepcional de créditos obtenidos en un mercado secundario (Art 654.5º Proyecto de Ley
TRLC): Además, cuando se adquiere un crédito con descuento en un mercado secundario de deuda, la
prueba del mejor interés no se debe hacer, porque en ningún caso se estaría mejor en una liquidación
concursal (porque ya le han descontado al crédito en el mercado secundario lo que supondría una posible
liquidación concursal). El Art. 654.5º Proyecto de Ley TRLC establece esto:
Art. 654.5º: (…) “En caso de sesión de créditos, se presumirá que no concurre esta circunstancia (del
sacrificio desproporcional) cuando el acreedor impugnante haya adquirido el crédito con un descuento
superior a la reducción del valor que este padece”.
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- Es decir, que se presume que si se adquirido el crédito con descuento en el mercado secundario, como ya
se descuenta la posibilidad de concurso de acreedores y de la liquidación, se presupone que el acreedor no
puede estar en una mejor situación en el acuerdo de refinanciación. Por tanto, se presume legalmente que
no concurre el sacrificio desproporcionado porque al comprar como acreedor se compró ya con el
descuento del concurso de acreedores.
- Por último el art. 654.7º del Proyecto de Ley TRLC establece como causa de impugnación:
Art. 654.7º Proyecto de Ley TRLC: “7.º Que el deudor haya incumplido la obligación de encontrarse al
corriente en el cumplimiento de sus obligaciones tributarias y frente a la Seguridad Social”.
- En cambio, si el deudor no esta al corriente del cumplimiento de sus obligaciones tributarias o con la
Seguridad Social podrán los entes públicos y los demás acreedores disidentes podrán impugnar el plan de
reestructuración. En estos casos, el proyecto de ley establece que los entes públicos pueden quedar
afectados siempre que estén al corriente de sus pagos (cuando se pide un aplazamiento o un
fraccionamiento del pago del crédito publico).
- La normativa tributaria y de la seguridad social dicen que cuando el deudor pide un aplazamiento o
fraccionamiento de las deudas tributarias el deudor está al corriente de sus pagos con Hacienda y la
Seguridad Social. Como siempre, antes de iniciar el plan de reestructuración los deudores piden estos
aplazamientos o fraccionamientos, por tanto es una causa de impugnación que no se dará muchas veces en
la práctica.
Los sujetos legitimados activamente para impugnar el acuerdo homologado son los acreedores de pasivos
financieros afectados por la homologación judicial que mostrasen su disconformidad con el plan y los
acreedores que no hayan suscrito el acuerdo de refinanciación homologad, es decir, los acreedores que no
votasen a favor del acuerdo. Por tanto, no se trata de que solo puedan impugnar los acreedores que votasen
en contra, sino que también los que simplemente no votasen el acuerdo de homologación. (Art. 618 TRLC).
Además, el acreedor legitimado deberá ser un acreedor al que se le han extendido los efectos del plan de
homologación y quede arrastrado por el plan de homologación sin haber votado a favor. Además, el Art.
618.2 TRLC establece que la impugnación no suspende la ejecución del acuerdo de refinanciación.
El Art. 621 TRLC también es muy importante, dice que la impugnación con éxito si ha habido un sacrificio
desproporcionado no impedirá la homologación del acuerdo, simplemente se desactivarán los efectos del
acuerdo respecto del acreedor o acreedores que impugnaron con éxito:
Sin embargo, según el art. 621 TRLC solamente esto sucede si el acuerdo se impugna en base al motivo de
un sacrificio desproporcionado18. En cambio si se impugna en base al motivo de que el acuerdo homologado
18Este artículo se regulo debido al Caso de impugnación concursal de Abengoa, porque no estaban regulados en la
ley cuales eran los efectos de la impugnación de un acuerdo homologado. Por tanto, se pensó que, salvo que el acuerdo
afecte a las mayorías de homologación, en los demás casos de impugnación se salvará el acuerdo y sus efectos se
extenderán frente al resto de los acreedores que aceptaron el acuerdo.
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no cumple las mayorías exigidas por la ley, entonces se trata de un acuerdo de homologación nulo y por
tanto, se desactivan sus efectos respecto de todos los acreedores (si es inferior al 51%) o de aquellos que no
aprobaron el acuerdo (si es superior al 51%). (!!)
Si se lleva a cabo el acuerdo de refinanciación con unos acreedores, y se dota y da financiación al deudor por
parte de unos acreedores estableciendo derechos de garantía a su favor, esto podría perjudicar a aquellos
acreedores que no han participado en el acuerdo porque perjudicaría a la masa activa sobrante del deudor
ante un posible concurso de acreedores19.
Por tanto, debe intentar protegerse a los acreedores, a los acreedores que no adoptan el acuerdo, y al deudor
de varios riesgos:
• Primero. Que se produzca un concurso de acreedores en dos años después del acuerdo: Si eso pasase
debe tenerse en cuenta el art. 595 TRLC y en conexión con este artículo, la pieza de calificación del
concurso y las presunciones, en concreto el art. 444 TRLC que recoge presunciones iuris tantum de
concurso de acreedores culpable.
Si no se alcanza un acuerdo de refinanciación y dentro de los tres meses a contar desde la comunicación al
juzgado de la apertura de negociaciones con los acreedores el deudor incumple incumple el deber de pedir el
concurso, debiendo conocer la insolvencia actual se producirás la calificación de concurso culpable. El
Art. 595 TRLC permite al empresario la posibilidad de tener tres meses desde la comunicación de las
negociaciones de solicitar la declaración de concurso si no se llega a un acuerdo de refinanciación.
19En este sentido encontramos el caso del Banco Espíritu Santo donde un acuerdo de refinanciación perjudico a los
acreedores que no firmaron un acuerdo de refinanciación porque se consideró que unos acreedores tenían mala fe. La
mala fe antes del concurso de unos acreedores hace que estos cobren al final.
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• Segundo. Riesgo ante la acción rescisoria para reintegrar la masa activa del concurso. Este riesgo nos
hace ir al Libro I del TRLC y partir del artículo 192 TRLC que recoge el principio de universalidad del
concurso. En principio, el empresario debe constituir como la masa activa del concurso con todos los
bienes y derechos con carácter patrimonial que le pertenezcan, así como aquellos bienes y derechos que se
reintegren al mismo mediante la acción rescisoria.
Los escudos protectores se regulan en los Art. 695 TRLC a 698 TRLC donde también se regula el concurso
consecutivo.
Es decir, los concursos consecutivos se trata de una serie de concursos de los que:
(a) El del deudor insolvente que no pudo alcanzar un acuerdo de refinanciación o de un acuerdo
extrajudicial de pagos
(b) El del deudor insolvente que no puede cumplir el acuerdo de refinanciación o el acuerdo extrajudicial de
pagos que hubiera alcanzado con los acreedores
(c) En caso de nulidad de un acuerdo de refinanciación alcanzado
Se llama por tanto concurso consecutivo a aquel concurso que se deriva de un acuerdo de refinanciación o
acuerdo extrajudicial de pagos que no se alcanzo o que se incumplió. Este concurso consecutivo va a
desaparecer en el nuevo Proyecto de ley de la Ley concursal. El Art. 698 TRLC establece el primer escudo
protector de los acuerdos de refinanciación, que consiste en la protección de la acción rescisoria:
Este artículo 698 TRLC da respuesta a la protección de acciones rescisorias frente a acuerdos de
refinanciación homologados o no homologados, y se protege al acuerdo en sí, y también se protegen“los
actos, los negocios jurídicos y los pagos que se hubieran realizado en ejecución de esos acuerdos,
cualquiera que fuera la naturaleza que tuvieran y la forma en la que consten, ni de las garantías que se
hubieran prestado o constituido conforme a lo pactado en ellos”. (Art. 698 TRLC). (APRENDER DE
MEMORIA).
Si todos los actos, negocios jurídicos y acuerdos se integran en la causa común del acuerdo de
refinanciación, esto quiere decir que quedan también protegidas frente a la acción rescisoria las garantías
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que se hubieran prestado bajo el paraguas del acuerdo de refinanciación. Por tanto, las garantías establecidas
bajo el acuerdo de refinanciación no son tampoco rescindibles.
La Directiva Europea 2019/1023 establece que seria deseable regular aparte las compensaciones coaligadas a
los acuerdos de refinanciación, que consiste en los pagos u honorarios a los asesores del deudor (abogados y
consultores) que se ocupan de negociar y llevar a cabo los acuerdos de refinanciación. ¿Estos honorarios o
compensaciones coligadas se supone que están protegidos por el escudo protector del Art. 698 TRLC? La
Directiva Europea 2019/1023 que se transpone en el Nuevo proyecto de Ley establece que sí se deben
proteger con esta protección rescisoria.
El fundamento de la protección rescisoria para los acuerdos de refinanciación se deriva del hecho de que
estos acuerdos se aceptan normalmente por una amplia mayoría de los acreedores (entre el 51% y el 71%).
El Art. 699 TRLC establece que solo esta legitimada la administración concursal para interponer las
acciones de reintegración y no los acreedores del deudor. En este caso, al tratarse de un concurso
consecutivo los acreedores no están legitimados a establecer esta acción rescisoria, aunque en un
concurso de acreedores ordinario lo estarían. Pero en los concursos consecutivos, cuando hay o ha habido un
acuerdo de refinanciación se pretende evitar que haya algún acreedor “francotirador” que interponga la
acciones rescisoria. La segunda especialidad está en que la legitimación para interponer esta acción
rescisoria se reduce mucho debido a la protección de estos acuerdos.
Tercero. Presunción de concurso culpable: Otra especialidad y protección está en que la presunción de
concurso culpable la cual operaría en caso de concursos consecutivos, debido a que se ha suprimido el
deber de pedir un concurso. Pero en pro del éxito de la reestructuración y de que el deudor cumpla el acuerdo
se crea una nueva presunción iuris tantum de concurso culpable en el art. 700 TRLC:
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En este caso estamos ante una presunción de concurso culpable cuando el administrador no propone o los
socios se niegan a capitalizar los créditos (convertir los créditos o deuda en capital) o de emitir valores,
cuando esta negativa hace que el acuerdo de refinanciación no se lleve a cabo y se acabe en un concurso de
acreedores. En este caso estaremos ante una responsabilidad por el definí patrimonial como se les atribuye a
los administradores sociales porque se oponen a convertir la deuda en capital o a emitir acciones sin ninguna
causa razonable. Para evitar la presunción de concurso culpable los socios o el administrador deberán
emitir un informe y un plan de viabilidad de un experto independiente con una causa razonable. (Art.
700.2 TRLC). Por tanto, los socios no pueden obstaculizar sin causa razonable la conversión de deuda en
capital, pero si pueden oponerse.
Por tanto, en estos artículos se establece un deber de no obstaculizar un acuerdo de refinanciación por parte
de los socios sin causa justificada (art. 701 TRLC) cuando estos se niegan a convertir deuda en capital.
Aunque los socios sean propietarios de la compañía, el ejercicio de derechos políticos por parte de los socios
debe tener un sustento de racionalidad económica para conservar valor en la compañía en favor de sus
acreedores. En este sentido, si el patrimonio neto (Equity) es cero o próximo a cero los socios no deberían
oponerse a convertir deuda en capital en perjuicio de sus acreedores. En cambio, si los socios se oponen con
su derecho de voto y causan un perjuicio a los acreedores incurrirán en responsabilidad individual. (Art.
702.2 TRLC).
En nuestro sistema se regula un incentivo ex post negativo, donde se establece una responsabilidad
individual de los socios. En cambio, sería mejor que se estableciese debería establecerse un incentivo ex ante
de los socios (y/o acreedores) a lograr un acuerdo de refinanciación para salvar puestos de trabajo y a la
empresa como sucede en Reino Unido. Por suerte, el modelo actúa ex post va a cambiar totalmente cuando
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traspongamos la Directiva Europea con el Nuevo proyecto de ley. El Nuevo proyecto de ley establece que
los socios seguirán teniendo derecho de voto en el plan de reestructuración cuando en ellos se tomen
medidas societarias que puedan afectarles directamente, pero ese voto no se va a producir con reglas
informales de votación por mayoría simple. Sino que los socios votarán los acuerdos de reestructuración
conforme a las mayorías societarias de junta y cumplimiento de las normas de convocatoria de la ley de
Sociedades de Capital, sin embargo, con alguna atenuación en los requisitos en materia de quórum.
En esa junta general en la que votan los socios, puede pasar que los socios adopten la decisión de aprobar
con las reglas de mayoría societarios el plan de reestructuración que contiene medidas que les afectan y que
podría diluir su posición en la empresa (ej. Conversión de deuda en capital). Entonces, los socios que no
quieran el plan de reestructuración podrán impugnar el acuerdo social con arreglo a las impugnaciones de
acuerdos de la junta general y de las normas societarias: (ej. Abuso de mayoría, donde se arrastra a los
socios minoritarios).
Como segunda hipótesis los socios podrán votar que no quieren aprobar el plan de reestructuración. En este
caso, el Proyecto de Ley del texto refundido dice que aun que los socios voten en contra en la junta general
el plan se va a poder homologar y se podrá arrastrar a los socios y esos socios podrán impugnar el plan de
reestructuración conforme a las reglas de impugnación de los planes de reestructuración. En este caso,
podría operar la regla de arrastre de los socios en materia preconcursal. Con esta reforma se podrá luchar
contra el Hold out o la resistencia de los socios, pues son ellos normalmente quienes tienen la llave de la
reestructuración de las compañías.
Esto se podrá dar cuando la situación económica de la compañía no sea de insolvencia probable, sino que sea
insolvencia actual o inminente. Porque cuando la insolvencia es una mera probabilidad la sociedad y los
socios como propietarios todavía tendrán el beneficio del plazo para poder pedir el concurso de acreedores.
Pero cuando la empresa está ante una insolvencia actual o inminente si se podrá arrastrar a los socios.
Además, este arrastre no podrá darse respecto a micropymes o microempresas. Pero si el empresario deudor
es una micropyme y no acepta el plan no se les podrá imponer a los socios20.
No refinanciar una compañía a corto plazo puede no permitir la refinanciación y reestructuración de una
compañía a largo plazo (ej. Pues podría generar perdidas). Por ello es importante incentivar la entrada de
dinero fresco en la compañía. (Fresh money). Incentivar que el dinero fresco entre a la compañía puede ser
algo positivo a largo o a corto plazo. Por ejemplo, los inversores que inyectan liquidez a la compañía pueden
cambiar su inversión de corto a largo plazo. Este cambio del corto al largo plazo puede provenir de los
antiguos acreedores o de otros nuevos.
(1) Entre la negociación y la homologación del acuerdo: La financiación que se inyecta en ese
periodo es la financiación interina o financiación provisional.
(2) La financiación para la ejecución del acuerdo homologado: Esta será la nueva financiación
(fresh money).
Ambas formas de financiación deberían ser protegidas legalmente. Aunque la financiación interina o
provisional tiene realmente un riesgo muy grande, porque no se sabe aun si el acuerdo de refinanciación se
va a homologar o no. Por ello la financiación provisional o interina normalmente se va a condicionar y va a
depender de la homologación del acuerdo. En cambio, la nueva financiación después del acuerdo
homologado es más fácil identificarla, dado que el acuerdo homologado ya esta ahí.
20 Buscar en el Proyecto de Ley en el Libro Segundo que artículos regula la homologación de los planes de
reestructuración y que artículos regulan el arrastre de socios.
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Por tanto, el régimen de protección concursal del fresh money protege dos tipos de financiación
diferenciados. En el Art. 704 TRLC se regula el privilegio del fresh money.
El art. 704 TRLC da un privilegio a los créditos cuando el acuerdo de refinanciación se da respecto a la
ejecución de un acuerdo de refinanciación, esto quiere decir que ya no estamos en la fase de negociación,
sino que estamos ejecutando el acuerdo. Por lo tanto, en el art. 704 TRLC se esta protegiendo solo la
financiación para la ejecución, no la ejecución interina financiación provisional. Además, esta financiación
la podrán aportar tanto terceros y como anteriores acreedores. También debe tratarse de acuerdos no
rescindibles, sino de acuerdos típicos protegidos frente a la acción rescisoria desde el punto de vista legal
dado cumplen con los requisitos de mayoría que se exigen para homologar los acuerdos de refinanciación.
Al crédito por nuevos ingresos de tesorería o fresh money se le da un privilegio especial que es doble:
(i) La primera mitad (el 50%) del crédito de nueva financiación concedido se considerará que se
concede contra la masa activa del concurso (es el mejor crédito que se puede conceder
legalmente). Los créditos contra la masa (Art. 242.15º TRLC) son créditos que cobran a su
vencimiento, no se integran en la masa pasiva del concurso y son prededucibles (de modo que la
Administración concursal ha de satisfacerlos deduciendo de la masa activa los bienes y derechos
necesarios para hacerlo) y no les afectan las quitas ni las esperas, sino que son créditos que se
van pagando según vencen con la masa activa del concurso. Dentro de los créditos contra la
masa, se incluyen algunos créditos en el Art. 242 TRLC que no son realmente generados después
de la declaración de concurso: créditos contra la masa artificiales. (El primer crédito contra la
masa son los salarios: Ej. Los créditos de salarios correspondientes a los últimos 42 días de
salario). Estos son créditos contra la masa por razones humanitarias para pagar a los
trabajadores.
• Solo se ha concedido el 50% de un crédito contra la masa para que este crédito no se coma la
masa activa del concurso, al pasar a ser el crédito que esta antes en la prelación de créditos
respecto al resto de los acreedores, poniendo en peligro que el resto de los acreedores no cobren.
(Esta medida se estableció por la presión de los sindicatos contra la banca). Es una solución un
tanto extraña.
• Además, en el art. 242 TRLC que enumera los créditos contra la masa, esta en el apartado 15º:
"Cualesquiera otros créditos a los que esta ley atribuya expresamente tal consideración”.
(ii) El otro 50% del crédito de nueva financiación se le premia con un privilegio general. El
privilegio general es menor al privilegio especial, que es el que tiene un acreedor sobre un
bien concreto (ej. El acreedor hipotecario tiene un privilegio especial hasta donde alcance la
granaría). El acreedor de una nueva financiación tendrá privilegio general. Sin embargo, este
privilegio general poco añade a los acreedores financieros porque normalmente ya son
acreedores con privilegios especiales. (ej. Los bancos suelen ser acreedores hipotecarios). Este
privilegio general, sitúa a los acreedores para cobrar antes en la prelación de créditos
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concursales. Sin embargo, este privilegio general no tiene sentido, sin no hay masa activa en el
concurso21.
Sin embargo, el Art. 704.3 TRLC establece que los socios al dar un crédito de nueva financiación (fresh
money) en los acuerdos de refinanciación no tendrán el privilegio de ser créditos contra la masa. No se
permite que aquellos socios que concedan un préstamo a la compañía se les otorgue legalmente un privilegio
cuando la compañía esta infracapitalizada. Con esto se quiere obligar a los socios, cuando la compañía este
mal, a que aumenten el capital social de la compañía mediante las aportaciones sociales correspondientes.
Lo que se ha hecho para mejorar estos problemas es crear regímenes transitorios, donde por ejemplo en la
Crisis del Covid-19 se ha protegido especialmente la financiación que liberaba al 100% (era un crédito total
contra la masa) y permitía meter la financiación de socios en el privilegio del fresh money (esta regulación
acaba en 2022). Durante estos regímenes transitorios la cantidad de dinero inyectada a las empresas es
importante23.
Cuando se transponga la Directiva Europea 2019/1023 se le prestará mucha atención a la financiación interna
y a la nueva financiación. La financiación aportada no puede ser rescindida. Pero no se ha armonizado con la
Directiva la financiación en la Unión, cada país lo regula la financiación empresarial a su manera.
Ahora la financiación provisional o interina con la Directiva 2019/1023 y la transposición del proyecto de
Ley va quedar protegida. Pero no se ha conseguido levantar el privilegio de los créditos por generación de
nuevos ingresos de tesorería de su privilegio del 50% crédito contra la masa - 50% privilegio general; ni
tampoco se ha logrado levantar la prohibición de que no se conceda el privilegio contra la masa y general a
los socios cuando aportan financiación a la sociedad. También se seguirán además subordinando los créditos
de los socios.
Cuarto. No considerar al acreedor financiero como administrador de hecho. Otro escudo protector en el
concurso consecutivo que encontramos consiste en proteger la posible consideración de los acreedores
financiaros en los acuerdos de refinanciación como administradores de hecho. El administrador de hecho
es aquel que no ha sido nombrado como tal por la junta general, pero que actúa de facto en la práctica como
si fuera un administrador de derecho de la empresa. Por lo tanto, el régimen de responsabilidad del
administrador de hecho será el mismo a efectos legales que un administrador de derecho, es decir, responderá
como un administrador de derecho tanto a nivel societario como a nivel concursal. Incluso respecto a la
responsabilidad individual frente a los socios.
21 El concurso de acreedores sin masa es aquel que no tiene activo ni siquiera para cubrir los costes del procedimiento
concursal, no da ni para cubrir los costes del procedimiento (Lo que los alemanes llaman “El concurso del concurso”);
los gastos del procedimiento del concurso son los que se generan después de que termine el concurso (Ej. Asesoría
jurídica, mantenimiento en funcionamiento de la compañía).
22 Hay compañías como las pymes y micropymes, donde si no es el socio el que presta y financia dinero a la compañía
nadie presta, porque los bancos no suelen prestar en pequeñas compañías. Por tanto, esta regulación es insuficiente.—
Por tanto, no conceder el privilegio de crédito contra la masa a los créditos de los socios es un problema a las compañías
que son pymes y micropymes, porque se deja sin posibilidad de sobrevivir a estas pequeñas empresas dado que suelen
ser los socios los que otorgan financiación. No solamente si uno es socio no se tiene esta protección, sino que además
los créditos que provienen de los socios o de personas vinculadas o relacionadas son créditos subordinados. Se
subordinan los créditos de manera automática si provienen de socios o de personas relacionadas, es un régimen
automático que no admite defensa. (También la financiación intragrupo es subordinada).
23 Nº3 Extraordinario. Revista Iustel: Nueva financiación y financiación interna.
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El escudo protector en este caso consiste en que se excluye de la consideración de administrador de hecho a
los acreedores financieros que apoyan y votan a favor del acuerdo de reestructuración. Este escudo protector,
al igual que los anteriores escudos protectores, persiguen incentivar que se alcancen los acuerdos de
refinanciación, porque se permite salvar empresas viables y mantener puestos de trabajo.
Los covenants son es una protección contractual muy común que establecen los acreedores frente al deudor
para protegerse de posibles riesgos. Puede haber conevnants que operan cuando se incumple un contrato u
obligación, entonces los acreedores se protegen normalmente con obligación de hacer o no hacer por parte
del deudor.
En definitiva, cuando hay una refinanciación a veces los acreedores financieros (Ej. Los bancos, las
aseguradoras, las entidades de crédito, los fondos de inversión…etc) le dicen al deudor a través de los
covenants con quien debería contratar y que uso debe dar a la financiación que se aporta a su sociedad. Sin
embargo, estos covenants pueden tener un riesgo inmediato para los acreedores financieros que establecen, y
es que se les considere administradores de hecho, como si la entidad financiera o el acreedor financiero (los
bancos) fuesen la matriz respecto de la sociedad financiada que sería una filial, y que estos acreedores se
repute que estos acreedores financieros administran y dan instrucciones de hecho a la sociedad.
Por tanto, en los acuerdos de refinanciación homologados se establece un escudo protector que excluye a
los acreedores financieros de la posibilidad de que sean considerados como administradores de hecho o o a
matrices (debido a sus covenants).
Los bancos normalmente pueden establecer cuál debe ser la gestión del día a día de la compañía, y suelen ser
administradores de hecho (P. ej. Decirle a la compañía que no puede repartir dividendos, o que contratos
debe llevar a cabo y cuales no mediante un convenant). Por tanto, si se lleva a cabo un acuerdo homologado
de refinanciación, se excluirá la consideración de estos acreedores financieros como administradores de
hecho.
Aunque el reparto de dividendos en nuestro derecho es legal simplemente si hay beneficios ese año según la
prueba del balance. Por tanto, el reparto de dividendos es legal aun si la compañía posiblemente llegue a ser
insolvente. Pero la jurisprudencia del TS ha dicho que a veces los repartos de dividendos, aunque sean
legales, pueden no estar justificados porque pueden dar lugar a la insolvencia y a no satisfacer los
derechos de crédito de los acreedores en el largo o medio plazo. Por tanto, el TS dice que los repartos de
dividendos se podrán rescindir si ponen en riesgo de insolvencia la compañía, en un posible concurso de
acreedores.
Los Arts. 628 a 630 TRLC establecen el régimen en caso de incumplimiento de los acuerdos de
refinanciación. El sujeto que debe cumplir el acuerdo de refinanciación es el deudor, aunque también los
acreedores deberán cumplirlo cuando el acuerdo les imponga obligaciones de hacer y no hacer.
Lo que sucede es que si el deudor no cumple el acuerdo, cualquier acreedor que haya aceptado o sea
afectado por el acuerdo podrá solicitar la declaración de incumplimiento. (Art. 628.1 TRLC):
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Por tanto, el Art. 628.1 TRLC establece que si alguien no insta la declaración de incumplimiento, el juez no
instará de oficio la declaración de incumplimiento. Debe ser un acreedor afectado el que declare al juez que
homologo el acuerdo que este no se ha cumplido. Si no hubo homologación, se le dirá que hay
incumplimiento al juez que sea competente para declarar el concurso de acreedores.
La declaración de incumplimiento debe ser una declaración judicial, que ha instado uno de los acreedores
afectados por el incumplimiento del acuerdo. Sin embargo, si no hay declaración de incumplimiento judicial,
no se producirá ninguno de estos efectos legales (Art. 629 TRLC).
ii) Segundo efecto legal de la declaración de incumplimiento: (Art. 629.2 TRLC): Los acreedores tras la
declaración de incumplimiento del acuerdo de refinanciación pueden instar la declaración de concurso
de acreedores o iniciar las ejecuciones singulares. Aunque es cierto que en la fase de negociación los
acreedores no pueden pedir el concurso, durante el acuerdo de refinanciación los acreedores podrían
pedir el concurso en cualquier momento, dado que no hay ninguna prohibición al respecto. Por tanto, en
principio aquí el efecto legal es poco relevante.
iii) Tercer efecto legal: Hay un régimen especial en el art. 629.3 y en el 630 TRLC para la ejecución de las
garantías reales. Se podrá pactar que se podrán ejecutar o no las garantías reales.
Artículo 630. Incumplimiento del acuerdo de refinanciación y ejecución de garantías reales. Incumplido el
acuerdo de refinanciación del pasivo financiero, serán de aplicación a las ejecuciones de las garantías reales
las siguientes reglas:
1.a Si el importe obtenido en la ejecución excediese del de la deuda originaria o del saldo pendiente de la
misma de no haberse producido el acuerdo, se considerará sobrante la diferencia entre el primer y el segundo
importe a los efectos de lo establecido en la Ley 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil, y en la
legislación hipotecaria.
2.a Si la cantidad obtenida en la ejecución fuese menor que la deuda originaria o del saldo pendiente de la
misma de no haberse producido el acuerdo, pero mayor del valor de la garantía calculado conforme a lo
establecido en el título VI del libro I de esta ley, se considerará que no hay sobrante de la ejecución ni
remanente del crédito, haciendo el acreedor suya toda la cantidad resultante de la ejecución.
3.a Si la cantidad resultante de la ejecución fuese inferior al valor de la garantía calculado conforme a lo
establecido en el título VI del libro I de esta ley, se considerará como parte remanente del crédito la diferencia
entre el importe de ese crédito y la cantidad resultante de la ejecución.
24 Esto se va a ver modificado en la reforma de nuestro texto refundido. Porque en el proyecto de ley el cese de la
eficacia novatoria tiene que haber sido pactado por las partes en caso de declaración de incumplimiento. (Aunque el la
práctica se pactará siempre, no tiene porque ser así).
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Los acuerdos extrajudiciales de Pago se suprimirán en la Nueva Ley concursal. Hasta ahora el TRLC en el
libro II regula los acuerdos extrajudiciales de pago. Pero con la nueva reforma en el Libro III se introducirá
un procedimiento especial para microempresas y para pymes, y se prescindirá de estos acuerdos. Los
acuerdos extrajudiciales de pagos pretendían ser un procedimiento preconcursal especial para pymes, como
si fuese la negociación para Pymes y micropymes de un plan de reestructuración o acuerdo de refinanciación
tiene particulares características. Normalmente las pymes o la micropymes tienen escasa capacidad de
negociación, por eso los acuerdos de refinanciación no son un instrumento adecuado para ellas, dado que
problema de capacidad de negociación se extiende a todo el proceso de refinanciación.
En los acuerdos extrajudiciales de pago sobre la base de la mediación se intenta que el mediador supla la
falta de capacidad para negociar de las pymes y micropymes. Sin embargo, esta idea fue un fracaso
fundamentalmente por una razón: que el mediador luego se convertía en administrador concursal de la pyme
si es que se declaraba un concurso de acreedores. Como el mediador disponía de muchos datos que pondrían
en peligro a la compañía, se acudía muy poco a esta forma jurídica.
Mientras que los acuerdos de refinanciación respecto al volumen de la deuda que ha sido refinanciada han
sido un éxito. En cambio, los acuerdos extrajudiciales de pagos fueron y son un fracaso legislativo, por eso
en el Nuevo Proyecto del TRLC se sustituirán por un procedimiento especial de refinanciación para pymes o
un procedimiento preconcursal para micro-pymes:
(1) Respecto a las pymes son personas naturales o jurídicas que tienen una actividad empresarial cuyo
numero de trabajadores o empleados no es superior a 49, y siempre su volumen de negocios anual no
debe superar los 10 millones de Euros. Por eso, ahora en el Libro II los artículos 682 a 684 del
Proyecto de reforma de la Ley concursal se introducen como artículos específicos en materia de planes
de reestructuración para las pymes. De manera que las pymes están reguladas en el Libro II para planes
de reestructuración pero con algunas especialidades. Este procedimiento no requiere la necesidad de
abogado y procurador, lo cual es muy polémico y podrá ser enmendado en el Proyecto de Ley. La idea de
este procedimiento para pymes y autónomos es que sea lo más simple, rápido y digitalizado posible. Este
procedimiento de pymes no entrará directamente en vigor, sino que necesitará un reglamento de
digitalización para las pymes. Este procedimiento es muy innovador, y con el se espera descongestionar
a los jueces de lo mercantil mediante la digitalización. (Aunque muy seguramente este procedimiento es
posible que sea reformado). Una ventaja de este procedimiento de micropymes es que si un banco
financia a una microempresas y luego se abre la fase concursal, en esa fase concursal el dinero aportado
el financiador va a tener el privilegio de la nueva financiación (o de de fresh money) y de la
financiación fuente (serán créditos contra la masa al 50% y privilegio general al 50%. Ahora, los
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financiadores de microempresas tienen el privilegio del fresh money del libro II, por tanto será más fácil
que financiadores expertos ayuden a estas empresas.
(2) Respecto de las microempresas se establece un procedimiento específico en el Libro III del Proyecto
de Ley, y cuando hablamos de microempresas nos referimos a personas naturales o jurídicas que tienen
una actividad empresarial que cumplan dos requisitos cumulativos: que tengan 10 trabajadores y que
tengan un volumen de negocios inferior a 2 millones de euros. Este procedimiento especial para
microempresas tiene una naturaleza mixta o híbrida porque engloba en sí una fase que sería
equivalente a los planes de reestructuración y a la vez, en el mismo procedimiento incluye una
liquidación concursal (liquidación fast track) o un procedimiento de continuación de la gestión de la
empresa manera que respecto de estas microempresas no se necesita abrir concurso de acreedores, sino
que este procedimiento es uno solo y mixto (primero hay una fase preconcursal y si no se llega a un plan
de reestructuración, un concurso de acreedores donde se liquida la compañía o una solución de
continuación rápida). Todo esto sabiendo que además los autónomos tendrían derecho a solicitar la
exoneración de pasivo insatisfecho.
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El Proyecto de Ley concursal que transpone la Directiva 2019/1023 del Parlamento Europeo y del Consejo,
de 20 de junio de 2019, sobre marcos de reestructuración preventiva, exoneración de deudas e
inhabilitaciones, y sobre medidas para aumentar la eficiencia de los procedimientos de reestructuración,
insolvencia y exoneración de deudas, introducirá mejoras y modificaciones respecto a la declaración del
concurso de acreedores. Esta Directiva 2019/1023 tiene por tanto tres ejes:
Además, después de la pandemia del Covid-19, la UE y la Comisión Europea se han preocupado mucho por
la exclusión social, debido a que existen nuevos pobres lo que da lugar a conflictividad social. Por eso las
medidas de exoneración del pasivo insatisfecho se dirigen precisamente a resolver aquellas situaciones en
las que el deudor no pueda pagar todo lo que debe por acusa de situaciones ajenas a su voluntad (como el
Covid-19), en tal caso se permite la exoneración de las deudas insatisfechas al deudor. Si no se exonerase de
la deuda a estas personas esto conduciría a dos problemas: (a) A la economía sumergida y (b) por tanto, a un
menor gasto público.
El concurso de acreedores está regulado en el Libro I del TRLC (el Proyecto del Ley también mantiene el
concurso en el Libro I). Lo primero que tendremos que ver son los presupuestos de la declaración del
concurso de acreedores, donde se deberá distinguirse: (a) el Presupuesto subjetivo, (b) el Presupuesto
objetivo y (c) los presupuestos formales:
(a) El presupuesto subjetivo tiene un doble ámbito: (i) Primero, quienes pueden ir al concurso de acreedores,
como legitimación pasiva y (ii) quienes pueden pedir el concurso de acreedores, como legitimación
activa.
(b) El presupuesto objetivo se refiere a las circunstancias de hecho que determinan que este procedimiento
se abra; a veces porque es deber del deudor pedirlo o bien porque es su facultad, otras será porque piden
el concurso los acreedores del deudor.
(c) Los presupuestos formales, consisten en: (i) Ante el órgano frente al que debe pedirse la solicitud: que en
nuestro Derecho serían los Juzgados de lo mercantil25 (jueces de lo mercantil) competentes para
declarar el procedimiento concursal. Los jueces de lo mercantil conocen solamente de las materias que
expresamente se les atribuye, entre esas materias están los procedimientos concursales. Estos juzgados
de lo mercantil son una parte especializada de los juzgados de la Jurisdicción de lo Civil.
(a) ¿Quien puede quedar sometido al procedimiento concursal?: El Art. 1.1 dice: “La declaración de
concurso procederá respecto de cualquier deudor, sea persona física o jurídica”.
Este artículo se reformó en la reforma de Olivenzia del 2003, con esta reforma se introdujo un principio de
unidad subjetiva, donde todo deudor con independencia de su carácter civil o mercantil, con independencia
de que sean persona física o jurídica, o de su tamaño irá al concurso de acreedores en caso de tener varios
acreedores a los que no puede pagar.
25¿Por que no tenemos jueces de lo concursal? No tenemos jueces de lo concursal porque se pensó que es algo cíclico y
variable, donde en periodo de bonanza baja mucho y en periodo de crisis suben mucho los casos (por ejemplo, la crisis
de 2008). Gracias a la preconcursalidad y a los acuerdos de refinanciación hay menos intervención en lo concursal.
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Por tanto, debe establecerse que en el art.1.1 TRLC hay un principio de unidad subjetiva, según el cual sea
quien sea el deudor (persona física o jurídica), cuando ese deudor tenga una pluralidad de acreedores tendrá
que ir a concurso.
Debe tenerse en cuenta que el concurso de acreedores es un procedimiento colectivo, que permite
colectivizar la situación de un deudor que tiene una pluralidad de acreedores y respecto de los cuales no
puede pagar a todos a la vez.
Antes de esta reforma de Olivenzia del 2003 se distinguía entre el concurso de acreedores civil y la quiebra
mercantil. Ahora, sin embargo, por este principio de unidad subjetiva el procedimiento concursal es un
procedimiento interdisciplinar: mercantil, civil, procesal, de derecho internacional privado e incluso
matrimonial.
Sin embargo, este principio de unidad subjetiva se ha ido rompiendo con el tiempo, porque si miramos la
DA2º del TRLC del 2003, poco a poco se han ido sacando del ámbito de aplicación del concurso a ciertos
deudores, entre ellos, las entidades de crédito, las aseguradoras, la banca y otros acreedores. Esta DA2º ha
ido creciendo con el tiempo.
En el Art. 2 TRLC del Proyecto de ley este principio de unidad subjetiva se debilitará más, porque no
solamente se excluyen el concurso las entidades de crédito, aseguradoras y entidades que integran la
organización territorial del Estado, los organismos públicos y demás entes de derecho publico. Además, de
las entidades del Estado, se deberán excluir del procedimiento concursal a las microempresas del Libro III.
El concurso nunca se puede abrir de oficio por el juez, no hay ningún supuesto de apertura de oficio del
concurso de acreedores. Por tanto, la legitimación activa para pedir el concurso es siempre a instancia de
parte.
El Art. 3 TRLC establece que sujetos están legitimados para pedir el concurso de acreedores:
El Artículo 3. Legitimación.
1. Para solicitar la declaración de concurso están legitimados el deudor y cualquiera de sus acreedores.
Si el deudor fuera persona jurídica, será competente para decidir sobre la presentación de la solicitud el
órgano de administración o de liquidación.
2. Por excepción a lo dispuesto en el apartado anterior, no está legitimado el acreedor que, dentro de los seis
meses anteriores a la presentación de la solicitud, hubiera adquirido el crédito por actos ínter vivos y a título
singular, después de su vencimiento.
3. Para solicitar la declaración de concurso de una sociedad, están también legitimados los socios que sean
personalmente responsables de las deudas de aquella.
26 ¿En que caso los socios son personalmente responsables de las deudas sociales en una sociedad de capital?: Tiene
que ver con una modalidad de fundación. Las sociedades capitalistas unipersonales son posibles, pero registralmente
tienen el deber de inscribirse en el Registro mercantil y decírselo al tráfico jurídico. (Art. 14 LSC). Si no se inscriben y
no se avisa de que en una sociedad uno es un único socio, como los terceros están contratando con varios socios en vez
de uno solo, entonces el único socio responderá de las deudas de la sociedad. Por tanto, el único socio podrá pedir el
concurso de acreedores con el fin de limitar la cantidad de deuda que le afecte a su patrimonio personal y limitando así
su propia responsabilidad. Aquí es importante que se diferencie la responsabilidad de los socios, como tales socios,
y la responsabilidad que podría derivar de las deudas sociales.
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Para el deudor es una facultad pedir el concurso cuando su situación es de insolvencia inminente; mientras
que es un deber cuando su insolvencia es actual. (Art. 5 TRLC).
El deber de pedir el concurso lo debe cumplir el deudor en el plazo de “dos meses cuando hubiera conocido
o debido conocer su estado de insolvencia”. Se trata de un estándar de diligencia muy alto. (Este deber se
ha suspendido por la circunstancia covid-19 hasta el 30 de junio del 2022 por una moratoria). La
suspensión del deber de pedir el concurso de acreedores no implica la prohibición de pedirlo, el concurso de
acreedores puede pedirse aunque opere la moratoria concursal.
Si la compañía no es viable el deudor tiene el deber de pedir concurso inmediatamente. Una empresa se
entiende que no es viable, si su valor en funcionamiento no es superior a su valor de liquidación. Esto se
demostrará en el plan de viabilidad.
También, en una posible pieza de clasificación del concurso (de concurso culpable) se va a analizar y
comprobar en que medida el hecho de que el administrador no pudiese pedir el concurso generó o
agravó la insolvencia, lo que puede desencadenar la responsabilidad del administrador social. La
responsabilidad del administrador social individual frente a los acreedores por arruinar a la compañía y
agravar su insolvencia por no pedir el concurso.
Cuando el deudor pide el concurso se llama concurso voluntario, y hay una serie de ventajas cuando el
deudor cumple con su deber legal y facultad de pedir el concurso. Entre otras ventajas, es que, si el concurso
es voluntario,—en principio— el deudor va a conservar la gestión de su patrimonio. (Art. 106.1 TRLC).
Pero aunque la gestión del deudor siga, este deudor estará bajo un régimen de intervención del administrador
concursal.
Para los acreedores pedir el concurso siempre es una facultad, nunca es un deber. De facultad asume el coste
quien lo ha pedido y lo hace en “beneficio” (o perjuicio) de la colectividad de acreedores.
Cuando son los acreedores los que piden el concurso, el concurso se llama concurso necesario. En estos
casos, el principal efecto de un concurso necesario sobre el deudor,—como regla general— es que el deudor
pierde la facultad de administración, disposición y gestión sobre sus bienes. Este se llama el régimen de
suspensión, frente al régimen de intervención del concurso voluntario donde el deudor sigue teniendo la
facultad de gestión empresarial.
Ahora bien, el acreedor instante, que es el qué a pedido el concurso de acreedores, cuando luego se declara
el concurso el crédito de este acreedor se considera un crédito con privilegio general hasta el 50% de su
importe. Sin embargo, si el crédito del acreedor ya era un crédito privilegiado poco añade a este incentivo,
pero si era un crédito normal se le concede un privilegio general del 50% sobre el crédito. (El Art. 280
TRLC, que regula el orden en el que se cobra los créditos).
En la práctica, casi el 90% de los concursos son voluntarios, y solamente un 10% suelen ser concursos de
acreedores necesarios. Esto es así por varias razones:
• Primero, porque los deudores tienen un deber legal de pedir el concurso (Art. 5 TRLC), y por tanto se
apresuran a pedirlo porque si incumplen el deber legal de pedir el concurso operaría la presunción de
concurso culpable, que puede llevar al mismo órgano de administración a responder de las deudas
sociales. Por tanto, los deudores siempre suelen darse prisa de pedir el concurso cuando hay un deber
legal de pedirlo. La presunción de concurso culpable está en el 440.1 TRLC. Se entiende que hay
concurso culpable si el deudor no solicita el concurso como si lo solicita fuera de plazo.
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• El acreedor cuando pide un concurso además de tener que pagar los honorarios de un abogado y
procurador, asume un riesgo si su solicitud de concurso no prospera. El primer riesgo se encuentra en el
art. 24.2 TRLC: “al solicitante se le condena al pago de las costas ”, aunque el art. 24.2 TRLC añade
“salvo que el juez aprecie que el caso presente serias dudas de hecho o de derecho”. Esta imposición de
costas no se ha hecho efectiva en la práctica porque los jueces entienden que, cuando el acreedor prueba
un hecho del art. 2.4 TRLC (presupuesto objetivo) ya concurren serias dudas de hecho o de derecho.
• Y además, porque al deudor se le permite activar una acción de indemnización de daños y perjuicios
(Art. 27 TRLC) cuando no prospera la solicitud del acreedor instante. (Ej. Daños reputacionales a la
empresa del deudor por pedir el concurso). El deudor puede no pedir esa indemnización.
- Los dos principales motivos por los cuales un acreedor pide el concurso de acreedores son:
i) La presunción rescisoria de fraude de acreedores en dos años es uno de los motivos que llevan a
los acreedores para pedir el concurso de acreedores.
ii) En segundo lugar, para poder pedir además la responsabilidad individual de los administradores
por no cumplir su deber del concurso de acreedores y agravar la insolvencia de la compañía.
Cuando un socio pide el concurso de acreedores y es responsable de las deudas sociales, no pide el concurso
como socio, sino que lo pide como acreedor (aunque el socio se supone que es dueño de la compañía). Por
tanto, estamos ante un concurso necesario, dado que los socios piden este como acreedores. Sin embargo,
los créditos o deudas de los socios suelen ser los últimos en cobrarse en la prelación de créditos del
concurso27.
(d) No se puede nunca declarar de oficio un concurso de acreedores, solamente cabe pedirlo a
instancia de parte. Sin embargo, puede intervenir el Ministerio Fiscal:
En el Art. 4 TRLC solo se contempla la intervención del Ministerio fiscal. En este caso el ministerio fiscal
solo comunica al juez que un deudor (incurso en una causa penal) podría ser insolvente, para que de esta
manera el juez avise a los acreedores de la insolvencia:
27Los socios en los acuerdos de reestructuración de la Nueva Ley concursal permitirán arrastrar a los socios. Los
Ingleses han por ello quitado el voto a los socios, dado que estos son arrastrados a los acuerdos de reestructuración.—
Las sociedades limitadas utilizan las participaciones como medio de financiación, y como suele ser muy caro ir al
banco, suelen emitir participaciones con privilegios (lo cual es muy flexible en las S.L.p). Estas sociedades suelen tener
muchos beneficios, porque se permite mas flexibilidad y tienen beneficios fiscales.
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El presupuesto objetivo (Art. 2 TRLC) se refiere a la circunstancia económica que determina la solicitud
de apertura de un concurso de acreedores y la declaración de un concurso de acreedores. Este presupuesto
no siempre es el mismo según el sujeto que lo pida.
El Art. 2 TRLC es el que regula el presupuesto objetivo, y se regula no de una manera unitaria, sino
atendiendo a que sujeto pide el concurso. En el art. 2 TRLC tenemos que distinguir dos tipos de presupuestos
en función de que sea el acreedor o los deudores quienes piden el concurso.
El Art. 2 TRLC sitúa la insolvencia del deudor como presupuesto subjetivo de la declaración de insolvencia.
Antes de la declaración viene la solicitud, simplemente el Art. 2 TRLC nos dice que el concurso “se declara”
cuando hay insolvencia. Si no hay una pluralidad de acreedores el concurso en principio no tiene sentido que
se abra el concurso. Por tanto, se debe tratar de una insolvencia del deudor frente a una pluralidad de
acreedores, pues si solo hay un deudor se deberá llevar a cabo una acción de ejecución individual.
La insolvencia, puede ser actual o inminente (Art. 2.3 TRLC). Y en ambos casos procederá la declaración del
concurso frente al deudor (Art. 2.1 TRLC), pero hay elementos que no son compartidos:
El Art. 2.3 TRLC dice: “La insolvencia podrá ser actual o inminente: Se encuentra en estado de insolvencia
actual del deudor que no puede cumplir regularmente sus obligaciones exigibles”. Por tanto, la insolvencia
actual tiene varios requisitos:
(i) Primero, el deudor no puede cumplir sus obligaciones. Por tanto, en la insolvencia actual hay una
imposibilidad de pago del deudor presente, que significa: (i) Que tiene un desbalance entre el activo
y el pasivo, (ii) que no tiene liquidez, (iii) que tiene tantas deudas sociales que no puede cumplir con
todas. Que el deudor no pueda cumplir sus obligaciones conlleva cualquier circunstancia económica
donde este sea incapaz de hacer frente a sus obligaciones. En la Ley Concursal se da un concepto
muy amplio de insolvencia, donde se engloba tanto el desbalance contable (balance sheet test)
como la iliquidez a largo plazo.
(ii) El segundo elemento, que añade el art. 2.3 TRLC, es que no basta con que el deudor no pueda
cumplir, sino que además no puede cumplir regularmente estas obligaciones. ¿Qué significa la
regularidad?: No hay una definición en el TRLC, esto proviene del derecho italiano. ¿Qué posibles
acepciones hay de regularidad?: La jurisprudencia y la doctrina hay establecido algunas posibles
acepciones de “regularidad”:
(1) Por recurrir al empleo de medios de pago irregulares (Por ejemplo. recurrir al crédito de
forma irregular y constante o liquidar el patrimonio por debajo de su valor para hacer frente a
las obligaciones).
(2) No son regulares aquellos medios de pago que sean rescindibles concursalmente, porque se
hacen en prejuicio de la masa activa del concurso.
(3) También se define la regularidad, respecto a los medios de pago ordinarios de las obligaciones y
contratos: Donde se dice que se cumple regularmente una obligación cuando se paga en el
momento, el lugar y en la cantidad pactada.
• Sobre estas las tres acepciones que ha dado la doctrina y la jurisprudencia a la “regularidad”. Sin
embargo, jurisprudencia ha dicho que se mezclan planos al hacer equivalente el concepto de (2)
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operaciones rescindibles con regularidad. Además, (3) el tercer concepto de regularidad quiere decir
que la insolvencia por cumplimiento tardío no sería “regular”, pero esto sería poner al moroso como
un insolvente, lo cual no es correcto. Por tanto, debe entenderse que la primera noción de regularidad
es la correcta (1) “cuando se recurre a medios de pago irregulares”.
(iii) El tercer elemento que encontramos en la insolvencia actual es la “exigibilidad”. Es decir, si las
partes establecen una cláusula de non petendo o de no exigibilidad, porque se entiende aplazada la
obligación, entonces el deudor no puede ser insolvente actual. Si no han vencido las obligaciones y
no son exigibles, entonces el deudor no es insolvente actual.
Si la insolvencia es actual podrán solicitar la declaración del concurso como facultad cualquiera de los
acreedores, mientras que el deudor tiene el deber de pedirlo (si se trata de una sociedad será el órgano de
administración quien tiene el deber de pedir el concurso (Art. 3.1 TRLC). Este deber de pedir el concurso en
insolvencia actual existe en nuestro derecho, pero no en los países anglosajones.
Además, como se dijo anteriormente, si se pacta un acuerdo de refinanciación y se comunica que han
iniciado las negociaciones cuando hay insolvencia actual, este deber de pedir el concurso desaparece dado
que se remueve el presupuesto objetivo del concurso de acreedores.
La insolvencia actual opera como cláusula general para el deudor, es decir, el administrador social a la hora
de solicitar el concurso debe decir que la compañía esta en insolvencia (Art. 2.2 TRLC). Esta solicitud no
equivale a una confesión, sino que el deudor debe probar y acreditar que existe la insolvencia actual o
inminente (según el art. 6 TRLC). Entonces, el administrador de la sociedad28 o el deudor deberá probar la
insolvencia con todos los documentos necesarios (aunque no hay una forma unívoca de probar la
insolvencia, sino que se trata de probarlo de manera general).
El Art. 2.3 TRLC prosigue diciendo que: “Se encuentra en estado de insolvencia inminente el deudor que
prevea que no podrá cumplir regular y puntualmente sus obligaciones”. Por tanto, los elementos de la
insolvencia inminente29 son:
(i) En primer lugar, la previsibilidad, donde el deudor preve que en el futuro no podrá pagar ni hacer frente
a sus deudas. En la actual TRLC esta previsión no se delimita temporalmente. Por tanto, es el propio
deudor el que delimita cuando el mismo es insolvente inminente30. La insolvencia inminente solo tiene la
facultad de preverla y de solicitar el concurso en base a ella el deudor. Pero hoy por hoy, el TRLC no ha
propuesto ningún plazo para prever la insolvencia inminente. (En el Proyecto de Ley este plazo será la
previsión de los próximos tres meses).
28 El Art. 3.1 TRLC establece que para “decidir” el administrador u órgano de administración es quien es competente
para solicitar el concurso de acreedores. Pero que el sea quien decide ir al concurso, significa que societariamente no
debe llevar el acuerdo a la junta general, pero lo prudente es que siempre que pueda llevar el concurso a la junta debe
hacerlo; dado que el administrador puede ser responsable ante los socios por pedir el concurso y perjudicar a la
sociedad. Por tanto, para que el administrador se cubra de responsabilidades debe por prudencia acudir a la junta
general para esa decisión.
29 La insolvencia inminente no suele pedirse en la práctica nunca, porque la insolvencia inminente por el descrédito ante
el mercado suele convertirse en insolvencia actual rápidamente.
30 Sin embargo, esto va a cambiar con la Nueva Reforma del Proyecto de Ley en el Art. 2, donde la insolvencia
inminente si se delimitará temporalmente: “Será insolvente inminente el deudor que prevea que dentro de los tres
próximos meses no podrá cumplir sus obligaciones”. Este es un cambio importante porque reduce mucho la
insolvencia inminente.
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Si la insolvencia es inminente solo puede el deudor solicitar en base a esta causa el concurso, y esta solicitud
es para él una facultad y no un deber, si quiere lo pide y sino no lo pide. Además no hay consecuencias
legales ni concursales si no pide el concurso en caso de insolvencia inminente.
De la misma manera que en la insolvencia actual, el órgano competente en las sociedades para pedir la
solicitud del concurso es el órgano de administración de la sociedad (Art. 3.1 TRLC), y por tanto, si la
insolvencia es inminente la administración no tendrá la obligación legal de solicitarlo.
Es importante subrayar por tanto, que en este caso de insolvencia inminente no podrán pedirla los
acreedores.
Debe diferenciarse entre el presupuesto objetivo de la declaración del concurso de acreedores (Art. 2.1
TRLCO y el presupuesto de la solicitud del concurso (Art. 2.4 TRLC). El presupuesto de la solicitud del
concurso de acreedores varía si es el deudor quien lo pide (Art. 2.2 TRLC) a si son los acreedores quienes
presentan la solicitud del concurso (Art. 2.4 TRLC). Por tanto, cuando cualquiera de los acreedores solicita el
concurso hay que distinguir entre: a) El presupuesto procesal de la solicitud declaración de concurso; y b)
El presupuesto de la declaración de concurso:
a) El presupuesto procesal de la solicitud declaración de concurso32 : A los acreedores no se les pide que
prueben la insolvencia actual. Más bien, el acreedor al solicitar el concurso nada más debe probar
que existe uno de los hechos indicativos de insolvencia actual del Art. 2.4 TRLC. Estos hechos
indicativos operan para los acreedores como presupuesto de procedibilidad para que la solicitud del
concurso de acreedores prospere. Por tanto, o el acreedor fundamenta su solicitud en uno de los hechos
indicativos de insolvencia del art. 2.4 TRLC o no prosperará la solicitud. Este presupuesto formal o
procesal existe para proteger al deudor de un posible daño reputacional
b) El presupuesto de la declaración de concurso: En este sentido, el presupuesto procesal de admisión a
trámite de la solicitud de la declaración de concurso debe diferenciarse del presupuesto objetivo de la
declaración del concurso que es la insolvencia (Art. 2.1 TRLC). (ATENCIÓN CON ESTO!!).
En el Art. 2.4 TRLC se establece una enumeración taxativa de los hechos indicativos en los que debe fundar
el acreedor la solicitud del concurso. El Artículo 2.4 TRLC dice: “Art. 2.4. La solicitud de declaración de
concurso presentada por cualquier acreedor deberá fundarse en alguno de los siguientes hechos externos
reveladores del estado de insolvencia: (DE MEMORIA; EXAMEN, MUY IMPORTANTE).
1) La existencia de una previa declaración judicial o administrativa de insolvencia del deudor, siempre
que sea firme.
2) La existencia de un título por el cual se haya despachado mandamiento de ejecución33 o apremio sin
que del embargo hubieran resultado bienes libres conocidos bastantes para el pago.
31 Además, en la insolvencia inminente la exigibilidad de las deudas o créditos no es un elemento que la defina.
32 En la práctica es muy importante, porque los abogados suelen confundirse porque no prueban un hecho al 2.4 TRLC
al pedir la solicitud, por mas que parezca evidente que sea insolvente el deudor.
33 El concurso de acreedores lo puede pedir el acreedor tenga o no título ejecutivo. Lo puede pedir cualquier acreedor
(tenga una obligación vencida o no, o un título de ejecución
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3) La existencia de embargos por ejecuciones en curso que afecten de una manera general al
patrimonio del deudor.
4) El sobreseimiento generalizado en el pago corriente de las obligaciones del deudor.
5) El sobreseimiento generalizado en el pago de las obligaciones tributarias exigibles durante los tres
meses anteriores a la solicitud de concurso; el de las cuotas de la seguridad social y demás
conceptos de recaudación conjunta durante el mismo período, o el de los salarios e indemnizaciones
a los trabajadores y demás retribuciones derivadas de las relaciones de trabajo correspondientes a
las tres últimas mensualidades.
6) El alzamiento o la liquidación apresurada o ruinosa de sus bienes por el deudor”.
Por tanto, los hechos como requisitos de procedibilidad para pedir la solicitud del concurso son:
1) La existencia de una previa declaración judicial o administrativa de insolvencia del deudor, siempre
que sea firme.
2) La existencia de un título por el cual se haya despachado mandamiento de ejecución o apremio sin
que del embargo hubieran resultado bienes libres conocidos bastantes para el pago.— Los
bienes libres son aquellos que están libres de gravamen o carga, como la hipoteca. Y aunque no estén
hipotecados y aunque sean libres (sin carga o gravamen) pueden no ser bastantes para el pago.
3) La existencia de embargos por ejecuciones en curso que afecten de una manera general al
patrimonio del deudor. — Caso en el que hay pluralidad de embargos por ejecución, y que afecten
de manera general al patrimonio del deudor (no basta que se ejecuten bienes singulares). Sino que
deben ser una pluralidad embargos frente a la generalidad del patrimonio del deudor.
34Este es un requisito que debe ir caso por caso, dependiendo del mercado relevante y las condiciones del mercado de
los bienes liquidados.
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El deudor cuando pide el concurso no debe probar ningún hecho externo del art. 2.4 TRLC. Aunque es
cierto que puede probar la insolvencia en base a cualquier hecho del 2.4 TRLC, también puede probarla
por cualquier documento o hecho no contenido en el art. 2.4 TRLC que demuestre su insolvencia. El deudor
es libre de invocar las pruebas, documentos y hechos que quiera para solicitar el concurso de acreedores
siempre que demuestre que hay una situación de insolvencia inminente o actual.
En este sentido, el Art. 6 TRLC establece que el deudor debe expresar en su solicitud si su insolvencia es
actual e inminente, y debe acompañar todos los documentos necesarios para acreditarla. Además la solicitud
debe ir firmada por procurador y abogado.
También es importante recalcar que el deudor debe presentar junto a su solicitud todos los documentos del
Art. 7 y 8 TRLC; y según el Art. 9 TRLC debe expresar porque no puede presentar algún documento. El
Art. 7 y 8 TRLC establecen los documentos que debe aportar el deudor:
35 Art. 7.1.2º TRLC: Según el Art. 6 y ss. C.d.C se aplicarán en caso de que el empresario (o deudor) este casado. Por
ello el deudor debe documentar el régimen matrimonial por el que está casado. Es muy arriesgado comenzar una
actividad empresarial con el régimen matrimonial económico de gananciales. El cambio de régimen económico
matrimonial sería rescindido en el concurso si se cambio los dos años antes.
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4.º La plantilla de trabajadores, en su caso, y la identidad de los integrantes del órgano de representación
de los mismos si los hubiere.
Estos documentos del art. 8.2º TRLC son importantes para las sociedades que forman parte de un grupo
societario. Y aunque el concurso de acreedores sobre una sociedad en particular no se extiende al resto de las
sociedades del grupo, sino que el concurso de acreedores solo se aplica respecto de una sociedad y su
situación económica, sin que haya concurso de acreedores por extensión. Pues debe darse el presupuesto
objetivo por insolvencia en el resto de sociedades para declarar el concurso respecto a ellas. Sin embargo, es
posible declarar en concurso a otras sociedades que pertenecen al mismo grupo cuando:
(i) Si el concurso de acreedores afecta a una sociedad matriz que puede causar la insolvencia de sociedades
filiales,
(ii) Si se declara en concurso a una sociedad filial podría declararse administradora de hecho a la sociedad
matriz dado que es quien se encarga de dirigir a las filiales. Por tanto, al pedir el concurso en un grupo de
sociedades, deben tenerse en cuenta estas consecuencias legales. Pues hay es importante recordar que en
un concurso de acreedores hay dos mecanismos en los que se pueden traer más bienes al patrimonio del
deudor: (i) El mecanismo rescisorio, que consiste en devolver bienes al patrimonio del deudor que
fueron enajenados los dos años antes, y (ii) el mecanismo de completamiento, donde se traen bienes al
patrimonio del deudor de un tercero responsable de las deudas (ej. Del administrador de hecho o de un
tercero que posee una garantía real). En este sentido, en la matriz de un grupo societario se debe
diferencia quien ejerce la dirección de la unidad del grupo o que haya inmixión en labores de
administración de facto por parte de la matriz. Si se considere que la matriz es administradora de hecho
de la sociedad esto podría implicar que se completa la masa activa del concurso de una sociedad filial
con los bienes de esa sociedad matriz.
Si el juez aprecia que concurren los presupuestos subjetivo y objetivo, y que están presentes todos los
documentos del Art. 7 y 8 TRLC declarará el concurso de acreedores en los dos días subsiguientes (Art. 10
TRLC). El juez puede estimar al acreedor que subsane la falta de documentación o algún defecto material o
procesal, que deberá subsanar en el plazo de cinco días. Si no se subsana el juez inadmitirá la solicitud. (Art.
11 TRLC). En cambio, si el juez inadmite el concurso en un auto podrá el deudor plantear un recurso de
reposición contra este auto. (Art. 12 TRLC).
36El informe de gestión consolidado es un informe que realiza el administrador donde hay una valoración de previsión
que realiza el administrador acerca de cuál será la evolución futura de la sociedad. Por eso es un documento de
previsión frente a las crisis económicas empresariales.
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Artículo 12. Recurso contra el auto de inadmisión o desestimación de la solicitud del deudor.
Contra el auto que inadmite o desestime la solicitud de declaración del concurso presentada por el deudor el
solicitante solo podrá interponer recurso de reposición.
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En los arts. 13 al 23 TRLC se establecen los requisitos legales y la regulación de la solicitud del concurso
la piden otros legitimados diferentes al deudor, es decir, presentada por los acreedores.
En teoría el acreedor cuando pida el concurso lo hace en “beneficio” del resto de acreedores, donde deberá
probar cuál es su crédito y que es acreedor del deudor, aunque no debe probar que tiene un título ejecutivo
(no se exige que exista un titulo ejecutivo: se puede probar con recibos, facturas…etc y por otros medios
legales que existe la deuda). (Art. 13 TRLC).
Debe además expresarse la cuantía y situación actual del crédito, si esta vencido o no, si es litigioso o no.
Además deberá acompañar a la solicitud todos los medios de prueba y documentación acreditativa del
crédito, así como así como el hecho o los hechos externos reveladores del estado de insolvencia de entre los
enumerados en esta ley en que funde esa solicitud del art. 2.4 TRLC. Además deberán aportarse los medios
de prueba necesarios para acreditar los hechos externos reveladores del estado de insolvencia. (Art. 13.3
TRLC).
En el mismo día en que se envía la solicitud el juez deberá admitir o inadmitir a tramite el concurso. Si
estima que procede el concurso admitirá a tramite la solicitud conforme al artículo 14.2 TRLC.
Art. 14.2 TRLC: Si el juez se considera competente y si de la documentación aportada, apreciada en conjunto,
resulta la legitimación del solicitante y que concurre el presupuesto subjetivo para la declaración procederá
del siguiente modo:
En la admisión a trámite deben diferenciarse dos bloques distintos: (i) Los supuestos del Art. 14.2.1º y (ii)
Art. 14.2.2º TRLC:
(i) Los supuestos del Art. 14.2.1º, se diferencian en función de los supuestos del acreedor en su solicitud
(Art. 2.4 TRLC):
1.º Si la solicitud presentada por el acreedor se fundara en la existencia de una previa declaración judicial o
administrativa de insolvencia del deudor siempre que sea firme; en la existencia de un título por el cual se
hubiera despachado ejecución o apremio sin que del embargo hubieran resultado bienes libres conocidos
bastantes para el pago, o en la existencia de embargos por ejecuciones pendientes que afecten de una manera
general al patrimonio del deudor, el juez declarará el concurso de acreedores el primer día hábil siguiente.
Es muy parecido al concurso voluntario, donde no se le da audiencia al deudor, porque se entiende que ante
estos hechos del art. 2.4 TRLC el deudor no tiene apenas alegaciones para defenderse del concurso. (Hechos
del art. 2.4 TRLC, 1º, 2º y 3º).
(ii) Los supuestos del Art. 14.2.2º, si la solicitud del acreedor se funda en otros hechos del art. 2.4 TRLC
entonces el juez procede de otra manera, dictando auto admitiendo la solicitud y ordenando el
emplazamiento del deudor (conforme al art. 16 TRLC) donde le da cinco días para que comparezca y
para que si quiere se oponga al concurso (aunque puede allanarse).
2.º Si la solicitud presentada por el acreedor se fundara en alguno de los hechos externos reveladores del estado
de insolvencia enumerados en esta ley distinto de los anteriores o si la solicitud procediera de cualquier otro
legitimado, el juez el primer día hábil siguiente dictará auto admitiéndola a trámite, ordenando el
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emplazamiento del deudor, con traslado de la solicitud, para que comparezca en el plazo de cinco días, dentro
del cual se le pondrán de manifiesto los autos y podrá formular oposición a la solicitud, proponiendo los
medios de prueba de que intente valerse.
- Tras el emplazamiento se celebrará la vista con el deudor. Art. 22.2 TRLC: Si el deudor no compareciera,
el juez dictará auto declarando el concurso. Si compareciera, en el caso de que el crédito del acreedor
instante estuviera vencido, el deudor deberá consignar en el mismo acto de la vista el importe de dicho
crédito a disposición del acreedor (como una caución a favor de la masa), acreditará haberlo hecho
antes de la vista o manifestará la causa legítima de la falta de consignación. En caso de que hubiera varios
acreedores personados y se hubieran acumulado o se acumulasen las solicitudes de concurso presentadas,
el deudor deberá proceder del mismo modo en relación con cada uno de esos acreedores.
- Si el solicitante que era un acreedor no compareciese, no por eso automáticamente se abre el concurso
sino que el Art. 22.3 TRLC dice que: 3. En caso de que el solicitante no compareciera o, habiéndolo
hecho, no se ratificase en su solicitud, y el juez considerase que concurre presupuesto objetivo para la
declaración del concurso necesario, y de las actuaciones resulte la existencia de otros posibles acreedores,
antes de dictar el auto que resuelva sobre la solicitud, se concederá a esos acreedores un plazo de cinco
días para que formulen las alegaciones que les conviniesen.
- Muy importante, que cuando el deudor opta por comparecer y oponerse al concurso, el Art. 20 TRLC no
le permite oponerse por cualquier causa, sino solamente por dos: (1) Que no existe el hecho en que se
fundamentó la solicitud del acreedor (Art. 2.4 TRLC), o (2) Que aunque concurría el hecho (Art. 2.4
TRLC), no se encontraba en estado de insolvencia o ya no se encuentra en ese estado. Si el acreedor alega
que no estaba en insolvencia, debe probar su solvencia (es decir, que puede o podrá pagar a sus
acreedores).
- Esto significa, que cuando un concurso es voluntario la insolvencia se comprueba siempre, porque el
deudor debe probarla para que se acepte su solicitud. Pero, cuando un concurso es necesario, habrá veces
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que se compruebe y habrá veces en las que no: de materna que habrá veces en que la insolvencia sea
eventual, porque estará condicionada a que el deudor realmente se oponga a la solicitud de esta
insolvencia. (Ej. Si el deudor se allana a la declaración de concurso de acreedores, la insolvencia no ha
sido probada). Por eso, debe decirse que cuando el concurso es necesario la insolvencia es eventual, y su
prueba está condicionada a que el deudor se oponga.
El Art. 27 TRLC permite al deudor pedir indemnización de daños o perjuicios si se desestimo la solicitud de
concurso de acreedores de sus acreedores; y deberá calcularse una estimación aproximada de los daños o
perjuicios.
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La declaración de concurso implica la apertura de la fase común del concurso. En la Fase común del
concurso se va a proceder a formar la masa activa y la masa pasiva del concurso, y después habrá una
fase posterior que podrá ser que: (a) acabe en convenio (fase conservativa) o en (b) liquidación (fase
liquidativa). En la fase común se determinan la masa activa y pasiva: La masa activa son los bienes (el
patrimonio del deudor) y la masa pasiva son los acreedores (los créditos del deudor).
En la fase posterior se pasa a la fase posterior, que puede ser doble, y que se abre sin un juicio económico por
parte del juez:
(a) Liquidación voluntaria: Donde puede haber una liquidación voluntaria del deudor, donde es libre de
pedir la liquidación directamente aunque su empresa sea viable.
(b) Liquidación necesaria: Que se abre automáticamente cuando se ha incumplido o no se ha llegado a
un convenio. El incumplimiento de un convenio causa automáticamente la liquidación.
El concurso de acreedores, como afecta a terceros debe tener publicidad (Art.35 TRLC). Esta publicidad es
legal y está en el Art. 35 TRLC. La publicidad es a través del BOE y del Registro público concursal esta
publicidad es legal. (Pero siempre hay una publicidad de hecho que es anterior).
El Art. 36 y 37 RTLC recoge los aspectos formales de la publicidad del concurso: (i) En el Art. 36 TRLC
establece que si se trata de una sociedad que esta sujeta a inscripción hay que inscribir la declaración del
concurso de acreedores en la hoja donde este inscrita la sociedad; y (ii) En el Art. 37 TRLC debe inscribirse
en la hoja del registro de bienes y derechos cuando el concursado tuviese bienes o derechos en registros
públicos.
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de las facultades de administración y disposición del concursado sobre los bienes y derechos que integren la
masa activa, así como la identidad del administrador o de los administradores concursales.
2. Si el concursado, persona natural o jurídica, fuera sujeto inscribible en el Registro mercantil, se
anotarán y, una vez el auto devenga firme, se inscribirán en la hoja que esa persona tuviera abierta la
declaración de concurso, con indicación del órgano judicial que la hubiera dictado, del carácter de la
resolución y de la fecha en que se hubiera producido; la intervención o, en su caso, la suspensión de las
facultades de administración y disposición del concursado sobre los bienes y derechos que integren la masa
activa, así como la identidad del administrador o de los administradores concursales. Cuando no constase hoja
abierta al concursado, se practicará previamente la inscripción de este en el Registro mercantil.—Si la
concursada fuera persona jurídica no inscribible en el Registro mercantil pero que constara o debiera constar
inscrita en otro registro público, se inscribirán en este las mismas circunstancias señaladas en el párrafo
anterior.
Cuando hablamos de concursos de acreedores conexos hablamos de varios concursos de sujetos que tienen
que ver entre si, y por economía procesal se produce la posibilidad de una acumulación a priori de concursos
o una acumulación a posteriori. (i) En la acumulación a priori de concursos (art. 38 RTLC) se declara un
concurso para varios sujetos deudores que están vinculados, o (ii) Una acumulación de varios concursos
abiertos a posteriori.
Aunque el articulo 43 TRLC permite supuestos excepcionales donde a solicitud del interesado o el juez
puede producirse la acumulación de masas en una sola masa. Estos casos excepcionales sería: (1) Cuando
exista confusión de patrimonios, (2) que según esa confusión no sea posible deslindar la titularidad de
activos y pasivos y (3) que debido a ello no sea posible sin inducir una demora en la declaración de concurso
o gasto injustificado. Son requisitos acumulables.
Artículo 43. Consolidación de masas.
Excepcionalmente, el juez, de oficio o a solicitud de cualquier interesado, podrá acordar la consolidación de las
masas de concursos declarados conjuntamente o acumulados cuando exista confusión de patrimonios y no sea
posible deslindar la titularidad de activos y pasivos sin incurrir en demora en la tramitación del concurso o en
un gasto injustificado.
El art. 38 RTLC establece una declaración conjunta a priori del concurso de varios deudores en varios casos,
y esta declaración conjunta no es de oficio, sino que debe ser solicitada por el deudor. El concurso debe ser
voluntario, sino se hace así no cabe concurso conjunto:
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El Art. 40 TRLC permite también la declaración por parte del juez de una declaración conjunta en
caso de que dos deudores sean pareja de hecho, siempre que lo solicite un miembro de la pareja o de
un acreedor:
También hay un supuesto de acumulación de concursos ya declarados a posteriori, donde están legitimados
cualquiera de los sujetos concursados, las administraciones concursales o los acreedores quienes deberán
solicitarlo mediante un escrito razonado. Esta acumulación solo cabe pedirla según las causas tasadas del
Art- 41 TRLC:
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Hay órganos necesarios, que son: (a) El juez del concurso, que es un Juez de lo mercantil. (b) Y el
administrador concursal, que es el administrador del procedimiento concursal. Y un órgano eventual, que es
(c) la junta de acreedores.
El juez del concurso, es un Juez de lo Mercantil que pertenece a la Jurisdicción Ordinaria Civil dentro de la
cual se especializan estos Jueces en materia mercantil. Su función como juez dentro del concurso es que
tienen vis atractiva respecto de todo lo que pase en el concurso (aunque sean temas laborales,
administrativos, civiles…etc). Los jueces deben estudiar asuntos que no tienen nada que ver con lo
mercantil. El concurso se rige por el principio de universalidad, todos los bienes del deudor van al concurso,
y todas las acciones del deudor deben plantearse dentro del concurso.
El juez competente para declarar y tramitar el concurso corresponde al juez en cuyo territorio tenga el deudor
el centro de sus intereses principales COMI (Centro de intereses principales). Se entiende que estaría donde
el deudor ejerce la administración de sus intereses y se presume en caso de persona jurídica que este COMI
se encuentra donde esté el domicilio social. (Art. 45.1 RTLC).
Si se cambia el domicilio que está inscrito en el registro mercantil antes de los seis meses anteriores a la
declaración del concurso, se presume que el cambio es ineficaz (Art. 45.2 RTLC). (El fórum shopping:
Sucede cuando los deudores cambian el foro, trasladando el domicilio en el cual los jueces suelen tener una
opinión particular que conviene al deudor).
Cuando el centro de intereses principales no esté en territorio español, hay que aplicar las reglas del Art. 49
TRLC. Porque aunque no haya COMI puede haber un establecimiento en España, y ahí podrá declararse el
concurso de acreedores a elección del solicitante. El establecimiento es el lugar físico donde el deudor ejerce
su actividad económica mediante medios económicos y humanos:
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En el art. 49.2 TRLC se distingue entre concurso territorial y concurso principal: (i) El concurso territorial es
el que se declara en España porque hay un establecimiento, mientras (ii) que el concurso que se declara
donde esta el Centro de Intereses Principales (COMI) se le llamará el procedimiento principal o concurso
principal.
Cualquier cuestión de competencia territorial (o internacional) requiere que el deudor declare una
declinatoria. (Art. 51 TRLC).
Son jueces de lo mercantil del concurso tienen jurisdicción exclusivamente de ciertas materias enumeradas
en el Art. 52 RTLC, donde se enumeran muchas materias concursales, pero también la reforma de 2003
añadió otras competencias de carácter mercantil (no exclusivamente concursal, por ejemplo: 7.ª Las
acciones de responsabilidad contra los administradores o liquidadores).
1.ª Las acciones civiles con trascendencia patrimonial que se dirijan contra el concursado, con excepción de las
que se ejerciten en los procesos civiles sobre capacidad, filiación, matrimonio y menores.
2.ª Las ejecuciones relativas a créditos concursales o contra la masa sobre los bienes y derechos del concursado
integrados o que se integren en la masa activa, cualquiera que sea el tribunal o la autoridad administrativa que
la hubiera ordenado, sin más excepciones que las previstas en esta ley.
3.ª La determinación del carácter necesario de un bien o derecho para la continuidad de la actividad profesional
o empresarial del deudor.
4.ª Las que en el procedimiento concursal debe adoptar en relación con la asistencia jurídica gratuita.
5.ª La disolución y liquidación de la sociedad o comunidad conyugal del concursado.
6.ª Las acciones de reclamación de deudas sociales que se ejerciten contra los socios de la sociedad concursada
que sean subsidiariamente responsables del pago de esas deudas, cualquiera que sea la fecha en que se
hubieran contraído, y las acciones para exigir a los socios de la sociedad concursada el desembolso de las
aportaciones sociales diferidas o el cumplimiento de las prestaciones accesorias.
7.ª Las acciones de responsabilidad contra los administradores o liquidadores, de derecho o de hecho;
contra la persona natural designada para el ejercicio permanente de las funciones propias del cargo de
administrador persona jurídica y contra la persona, cualquiera que sea su denominación, que tenga atribuidas
facultades de más alta dirección de la sociedad cuando no exista delegación permanente de facultades del
consejo en uno o varios consejeros delegados, por los daños y perjuicios causados, antes o después de la
declaración judicial de concurso, a la persona jurídica concursada.
8.ª Las acciones de responsabilidad contra los auditores por los daños y perjuicios causados, antes o después de
la declaración judicial de concurso, a la persona jurídica concursada.
El Art. 53 TRLC establece la jurisdicción del juez en materia natural. Y posteriormente se establece la vis
atractiva del juez concursal, quien podrá establecer las medidas cautelares que sean necesarias. El juez, por
tanto, es el “director” del concurso y quien da el impulso procesal a este. El concurso es un procedimiento
judicial, pero el juez no puede gestionarlo o administrarlo, quien administra el concurso es el administrador
concursal.
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Y corresponde conforme al art. 62 RTLC, el nombramiento del administrador concursal va por turno (según
la lista) y es el juez quien lo nombra. Pero el Art. 62.2 RTLC permite al juez de manera motivada coger a
otro administrador en esa lista que no esté en el orden correlativo. Por tanto, este art. 62.2 RTLC permite
atendiendo a la especialización del administrador y características de este, el tamaño, elegir a uno de la lista.
El administrador concursal puede ser único (persona natural o jurídica) o puede ser dual. Y en el art. 59
RTLC se permite que en los concursos conexos, la administración concursal pueda ser única para todos los
concursos que se acumulan; tanto en la acumulación a priori como en la a posteriori.
Cuando el administrador es una persona jurídica hay que seguir las reglas del art. 63 RTLC. En principio, la
formación de estos administradores concursales es y debería ser jurídica o económica (aunque tampoco se
impide que un experto en una materia específica: ej. Ingeniero de minas; con cursos específicos pueda ser
administrador). Nunca ha habido un desarrollo reglamentario del administrador concursal, se ha pensado
hacer un examen para estos administradores, pero hoy por hoy no lo hay. Pero se pueden hacer cursos de
especialización en materia concursal que acreditan la posibilidad de ser administrador concursal.
La retribución del administrador concursal es un crédito contra la masa, pero debe haber masa para eso. Por
tanto, a veces el administrador concursal no solo no cobra, sino que tiene gastos.
1.3.1.Nombramiento y aceptación
El administrador concursal es quien es competente para formar la masa activa, la masa pasiva del concurso y
quien en su caso sustituirá al deudor si hay un régimen de constitución de concurso necesario. Además es
quien está legitimado para activar las acciones rescisorias, y para activar la sección de calificación.
En los art. 94 a 99 RTLC establece el régimen de responsabilidad de los administradores concursales. Y por
eso el art. 67 RTLC exige que en el momento de la aceptación del cargo el administrador tenga un seguro
37de responsabilidad civil o garantía equivalente, o sino, no podrá ser nombrado administrador.
El Art. 84 RTLC establece que el administrador cobra con un crédito contra la masa. Y el art. 85 y 86 RTLC
establecen ciertas limitaciones respecto de esta retribución, que esta pendiente de avance reglamentario.
El Administrador concursal debe rendir cuentas (Art. 102 TRLC) Puede ser separado y cesado por el juez por
justa causa (Art. 100 TRLC).
Y debe hacerse referencia a lo que se llama cuenta de garantía arancelaria, (Art. 91-93 RTLC) que se creó
en el Ministerio de Justicia y que se nutre por los propios administradores concursales, que ingresan unas
determinadas cantidades en esa cuenta de garantía en cada concurso. Para que se pueda pagar a los
administradores concursales para cuando toque un concurso sin masa cuando se cobre más de 500.000€, o
entre 500.000€ a 50.000€, o 50.000€. En nuestro modelo, ¿un fracaso empresarial privado debería sufragarse
37 Normalmente, por ello, los administradores concursales suelen ser sociedades concursales que se configura de
miembros que actúan como administradores. Pero es la sociedad profesional de administración concursal la que tiene un
seguro.
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con fondos públicos? Esta retribución del administrador concursal está pendiente de desarrollo
reglamentario.
Los auxiliares delegados son sujetos del Art. 75 y 76 TRLC que son nombrados por el juez para que asistan
al administrador concursal, pero el problema está en que quien paga a los auxiliares delegados será el
administrador concursal. (Desde que el administrador concursal tiene que pagar al auxiliar, ya no suele haber
más auxiliares delegados).
Un concurso de acreedores no lo puede nunca declarar de oficio el juez, siempre a instancia de parte. Sin
embargo, el Art. 4 TRLC regula una particular intervención del Ministerio Fiscal que no debe interpretarse
en modo alguno como un supuesto de declaración de oficio del concurso de acreedores. El Art. 4 TRLC dice
que si el ministerio fiscal está interviniendo contra delitos fiscales o contra el orden socioeconómico y hay
indicios de insolvencia del deudor, el Ministerio Fiscal, insta al juez que este conociendo la causa penal para
que comunique a los acreedores del deudor para que si quieren pidan un concurso de acreedores. El Art. 4
dice:
Artículo 4. De la intervención del Ministerio Fiscal.
1. Cuando en las actuaciones por delitos contra el patrimonio y contra el orden socioeconómico se pongan de
manifiesto indicios de estado de insolvencia de algún presunto responsable penal, el Ministerio Fiscal instará
del juez que conozca de la causa la comunicación de aquellos hechos a los acreedores cuya identidad resulte de
las actuaciones penales en curso, a fin de que, en su caso, puedan solicitar la declaración de concurso o ejercitar
las acciones que les correspondan.
2. De igual modo, el Ministerio Fiscal instará del juez que esté conociendo de la causa la comunicación de los
hechos al juez competente para conocer del concurso del deudor por si respecto de este se encontrase en
tramitación un concurso de acreedores.
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Luego el Ministerio Fiscal también interviene en la pieza de calificación del concurso de acreedores, donde
hay un dictamen del Ministerio fiscal (Art. 449 TRLC). Pero en la práctica el Ministerio Fiscal no suele
intervenir nunca en las piezas de calificación, bien porque se está transando (se usa como medio de
negociación) o bien porque el Ministerio Fiscal está de acuerdo con el administrador concursal. Se suele
transar porque es lo mejor para los acreedores.
La junta la conoce el juez, tienen derecho de voto solo los acreedores privilegiados, los que no son
privilegiados no tienen derecho de voto. Esta junta solo surge cuando el convenio se tramita por la vía de
procedimiento ordinario.
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6. Efectos del concurso sobre acuerdos de competencia contractual y las garantías financieras
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Debe distinguirse entre: (1) los efectos propios de la declaración misma del concurso, (2) los efectos en las
distintas fases del concurso de acreedores: (i) Que son los efectos comunes en la fase de apertura del
concurso, (2) y los efectos en las fases en puede desembocar el concurso, dependiendo de si desemboca en:
(a) Un convenio concursal o (b) en una liquidación.
1.1. En su declaración
1.2. En las distintas fases del concurso
1.2.1.Efectos propios del convenio concursal
1.2.2.Efectos propios de la liquidación concursal
Los efectos sobre el deudor son: Efectos sobre sus facultades patrimoniales.
En los efectos sobre las facultades del deudor puede haber un régimen de intervención o un régimen de
sustitución, donde la administración concursal sustituye al deudor en la gestión empresarial.
2.1.1.Régimen de intervención
En el Régimen de intervención (Art. 112 TRCL) el deudor necesita autorización por parte de la
administración concursal para que lleve a cabo algunas operaciones, autorización que puede ser de carácter
general, de los actos propios de la actividad del deudor. Si los actos del deudor son ordinarios, puede haber
una autorización general de la administración concursal, pero si estos actos son extraordinarios no cabe la
autorización general, sino que debe ser una autorización particular o especial. Los actos extraordinarios
dependen un poco de la rama de actividad. (Ej. En una inmobiliaria la venta es un acto ordinario, pero a lo
mejor en una compañía la venta de activos esenciales es un acto extraordinario).
En el régimen de sustitución (Art. 113 TRLC) la administración concursal sustituye al deudor en la gestión y
administración de la compañía.
El Art. 119 al 122 TRLC establecen los efectos sobre la capacidad procesal del deudor, que se basa, por
ejemplo, a la capacidad que tiene para presentar demandas (si hay intervención: necesita la autorización de la
admin. Concursal para presentar demandas).
2.3. Efectos sobre las comunicaciones, residencia y libre circulación del deudor
Estos efectos aparecen en el Art. 105 TRLC, que nos remite a la ley orgánica para la Reforma de la ley
concursal. Actualmente, no se intervienen las comunicaciones del deudor por el derecho a la privacidad e
intimidad.
Solamente si el caso concreto lo requiere, porque hay riesgo de fuga del concursado, el juez puede
intervenir la correspondencia del deudor y quitarle su restricción de movimiento (donde debe intervenir el
Ministerio Fiscal, y opinar sobre esa restricción de movimientos o intervención de las comunicaciones en un
dictamen).
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ponga a disposición de la administración concursal, los libros contables y documentos que le pida. Puede
haber un concurso culpable del deudor si no colabora con el administrador concursal.
Una causa para pedir el concurso siendo un deudor persona física es pedir la exoneración del pasivo
insatisfecho, es decir, es algo que la Directiva Europea de Reestructuración obliga. Aunque esta exoneración
se va a reformar con la transposición. Esta exoneración del pasivo insatisfecho consiste en que el deudor que
sea merecedor de ello, puede pedir que se le exonere al acabar el concurso el pasivo insatisfecho para que no
opere el principio de responsabilidad patrimonial universal (Art. 1911 C.c). Cuando se aplica este principio
de responsabilidad patrimonial universal respecto a una persona física puede ser muy fuerte.
Los acreedores individuales una vez que se acaba el concurso, recobran sus acciones individuales. Y una
persona física que ha tenido mala suerte y que su endeudamiento no le sea imputable (o de mala fe). En el
derecho americano se llama fresh start o Second chance. La diferencia entre una quita y una exoneración, es
que la quita es por convenio con los acreedores, pero la exoneración es un mecanismo legal que se impone a
estos. Este mecanismo legal de exoneración se regula en el Art. 486 a 502 TRLC.
Este fresh start suele hacer mucho daño a los Bancos, porque tiene un crédito que no se le paga. Por tanto, la
exoneración de pasivo debe ser lo suficientemente restrictiva en la entrada, para que no se vulnere el marco
general de obligaciones y contratos, que consiste en que el acreedor debe cumplir sus obligaciones en el
modo, lugar y tiempo pactado. Por tanto, la entrada de deudores a este mecanismo debe ser muy restrictiva,
debe tratarse de un deudor bueno pero desafortunado. Es decir, que no le sea imputable legalmente la crisis
económica que tienen. No todo deudor merece una exoneración del pasivo, solo el que no tenga un sobre-
endeudamiento activo imputable a sus acciones. El Art. 487 TRLC dice:
“Art. 487.1. TRLC: Solo podrá solicitar el beneficio de exoneración de responsabilidad el deudor persona
natural que sea de buena fe”.
La buena fe de este artículo se delimita en el Art. 487.2 TRLC: — (El concepto de buena fe tiene algún
cambio con la Nueva reforma).
Art. 478.2. TRLC: A estos efectos, se considera que el deudor es de buena fe cuando reúna los dos
siguientes requisitos:
1.º Que el concurso no haya sido declarado culpable. No obstante, si el concurso hubiera sido declarado
culpable por haber incumplido el deudor el deber de solicitar oportunamente la declaración de concurso, el
juez podrá conceder el beneficio atendiendo a las circunstancias en que se hubiera producido el retraso —(p.ej.
Porque intentaba refinanciar la deuda).
2.º Que el deudor no haya sido condenado en sentencia firme por delitos contra el patrimonio, contra el orden
socioeconómico, de falsedad documental, contra la Hacienda Pública y la Seguridad Social o contra los
derechos de los trabajadores en los diez años anteriores a la declaración de concurso. Si existiera un proceso
penal pendiente, el juez del concurso deberá suspender la decisión respecto a la exoneración del pasivo
insatisfecho hasta que recaiga resolución judicial firme.
En ese caso, para pedir la exoneración del pasivo insatisfecho debe pedirse el concurso de acreedores. Tal y
como esta ahora el régimen del concurso de acreedores la exoneración supone la liquidación. Con la reforma
se va a permitir pedir la exoneración y no liquidar el patrimonio del deudor, porque se estima que
conservarlo puede ser beneficioso para los acreedores.
¿A qué deudas se extiende la exoneración del pasivo insatisfecho?: Lo que se perdone o no depende de
que se haya intentado un acuerdo extrajudicial de pagos. Por tanto, el acuerdo extrajudicial de pagos sirve
para poder conseguir mas exoneración. El Art. 491 TRLC:
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2. Si el deudor que reuniera los requisitos para poder hacerlo no hubiera intentado un previo acuerdo
extrajudicial de pagos, el beneficio de la exoneración del pasivo insatisfecho se extenderá al setenta y cinco
por ciento de los créditos ordinarios y a la totalidad de los subordinados.
En primer lugar, (1) si se ha intentado un acuerdo extrajudicial de pago, se exonera la totalidad de los
créditos insatisfechos, excepto los créditos de derecho público y por alimentos (que se debe a otros). (Art.
491 TRLC). Para ello se exige que se hayan pagado los créditos contra la masa y los y los créditos
privilegiados. Solo se perdonan los créditos con privilegio general y los insatisfechos ordinarios restantes. Es
una exoneración parcial, porque en caso de ser total (null plan) podría suponer un moral hazard, donde los
deudores sería incentivos y tenderían a aprovecharse de esta exoneración y a no pagar.
En segundo lugar, (2) Si no ha habido previo intento de acuerdo extrajudicial de pagos, la exoneración del
pasivo insatisfecho se extiende al setenta y cinco por ciento de los créditos ordinarios y a la totalidad de los
subordinados.
En la nueva reforma, se posibilita que se pueda exonerar el crédito público, a diferencia de lo que ocurre en
la actual ley TRLC (solamente se pueden exonerar 1.500€). Y con la nueva reforma se van a abordar en los
registros de que ese deudor ha estado en el concurso cuando se le exonera de las deudas, ahora se borra de
los registros que como deudor estuviste concursado, porque eso te impide por descrédito tener una vida
empresarial. (Los registros de concursados son muy peligrosos si no actualizan).
2.5.2.Subordinación de créditos
2.5.3.Derecho de alimentos y la vivienda habitual
El derecho de alimentos es un concepto amplio, porque abarca la comida y la vivienda (el lecho) familiar. La
persona física deudor, tiene un derecho de alimentos (Art. 123, 124 y 125 TRLC) de concursados que se
encuentren en estado de necesidad, que pueden pedir que de acuerdo a la masa activa del concurso una
prestación de alimentos para atender sus necesidades y las de su cónyuge y descendientes bajo su potestad.
El derecho a percibir alimentos para atender a las necesidades de la pareja de hecho solo existirá cuando la
unión estuviera inscrita.
Artículo 123. Derecho a alimentos: 1.En el caso de que en la masa activa existan bienes bastantes para prestar
alimentos, el concursado persona natural que se encuentre en estado de necesidad tendrá derecho a percibirlos
durante la tramitación del concurso, con cargo a la masa activa, para atender sus necesidades y las de su
cónyuge y descendientes bajo su potestad. El derecho a percibir alimentos para atender a las necesidades de la
pareja de hecho solo existirá cuando la unión estuviera inscrita y el juez aprecie la existencia de pactos
expresos o tácitos o de hechos concluyentes de los que se derive la inequívoca voluntad de los convivientes de
formar un patrimonio común.
En régimen de gananciales, se permite pedir la disolución de la sociedad de gananciales al deudor para hacer
frente a sus deudas. Suele aconsejarse un divorcio y disolución (Art. 125 TRLC).
Hay que tener cuidado con las cuentas corrientes indistintas o conjuntas con el cónyuge, porque respecto a
estas cuentas hay un tratamiento específico en el que se considera indistinto perteneciente al deudor cónyuge
la mitad del saldo que hubiere en esas cuentas.
Cuando se declara el concurso en principio los órganos de la persona jurídica siguen funcionando como tales
(no hay un cese del administrador social). Son los artículos 126 a 133 TRLC. Respecto a los efectos de la
declaración del concurso los órganos sociales siguen funcionando y con sus competencias conforme al tipo
societario de que se trate. No hay alteración del marco orgánico de distribución de competencias entre la
junta general y el administración social.
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El Art. 126 TRLC dice que el régimen de intervención o de suspensión, puede tener cierta incidencia en el
funcionamiento de estos órganos sociales. El Art. 127 TRLC dice que la administración concursal tiene
derecho de voz y asistencia, en concreto en la junta general. El órgano de administración concursal debe
estar en las sesiones de los órganos colegiados de las sociedades. Pero las reglas de convocatoria y de
mayorías de la junta general siguen siendo las mismas de la Ley de Sociedades de capital o del tipo
societario de que se trate.
Puede haber casos donde se requiera la autorización de la administración concursal, pero el administrador
societario tendrá las mismas facultades que antes. Art. 128 TRLC: “1. En caso de intervención, la
representación de la persona jurídica concursada en el ejercicio de las facultades de administración y de
disposición sobre los bienes y derechos que integren la masa activa corresponderán a los administradores o
liquidadores, pero el ejercicio de esas facultades estará sometido a la autorización de la administración
concursal, que podrá conceder o denegar esa autorización según tenga por conveniente”.
Puede tener efectos sobre la retribución del administración la declaración de concurso. (Art. 130 TRLC).
Artículo 130. Supresión o reducción del derecho a la retribución de los administradores de la persona
jurídica concursada.
Si el cargo de administrador de la persona jurídica fuera retribuido, el juez del concurso podrá acordar que deje
de serlo o reducir la cuantía de la retribución a la vista del contenido y la complejidad de las funciones de
administración y de la importancia de la masa activa
Artículo 131. Efectos de la declaración de concurso sobre las acciones contra los socios.
1. Durante la tramitación del concurso de la sociedad, corresponderá exclusivamente a la administración
concursal el ejercicio de la acción contra el socio o socios personalmente responsables por las deudas de esta
anteriores a la declaración de concurso.
2. Durante la tramitación del concurso de la sociedad, corresponderá exclusivamente a la administración
concursal la reclamación, en el momento y cuantía que estime conveniente, del desembolso de las aportaciones
sociales que hubiesen sido diferidas, cualquiera que fuera el plazo fijado en la escritura o en los estatutos, y de
las prestaciones accesorias pendientes de cumplimiento.
También declarado el concurso las acciones frente a administradores, liquidadores o auditores de la sociedad
deudora corresponden a la administración concursal. (Art. 132 TRLC).
El efecto más importante es el del art. 133 TRLC donde el juez podrá ordenar como medida cautelar el
embargo de bienes de administradores, liquidadores, apoderados generales o socios. Hay una conexión entre
este embargo preventivo o cautelar de todos o parte de los bienes de los administradores sociales,
liquidadores, apoderados generales o socios; respecto de estos sujetos el juez puede acordar el embargo de
bienes. El fundamento de este embargo sirve para garantizar una posible responsabilidad concursal de estos
sujetos que pueda acordar el juez en una eventual sección de calificación del concurso, como concurso
culpable. Este embargo, no es un embargo que necesariamente garantice una responsabilidad concursal del
administrador o liquidador, sino que esta responsabilidad podrá acordarse o no por el juez posteriormente.
Para que se de la responsabilidad de estos sujetos: (1) Tiene que haberse abierto una sección de calificación
de concurso culpable, lo cual solo pasa si el concurso desemboca en liquidación o bien si estamos ante un
convenio particularmente gravoso (que son aquellos que tienen unas largas esperas). (2) Tiene quehaceres
calificado el concurso como culpable. Que se abra la sección no implica concurso culpable. (3) Finalmente,
es necesario que se determine que el administrador societario es una persona responsable y (4) Que conforme
38Por este tipo de responsabilidades, los administradores sociales tienen contratado un seguro. Sin embargo, hay
muchas compañías de seguros que excluyen el riesgo de insolvencia, porque este tipo de responsabilidad es una de las
causas más frecuentes de concurso de acreedores en personas físicas.
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al art. 476 TRLC el juez dirá si condena a la responsabilidad por cobertura de deficit. Donde el administrador
o liquidador social debe pagar a los acreedores todo lo que estos no perciban (Art. 133 TRLC).
Por tanto, si esta fundado que el concurso puede ser declarado culpable y que se podría declarar al
administrador o liquidador responsable por cobertura del déficit, entonces se podrá realizar un embargo
como medida cautelar. (Art. 133 TRLC).
¿Es esta responsabilidad por daño o como sanción?: La cuestión es que es una responsabilidad por daño y
debe demostrarse cierto nexo de causalidad, y el juez que trabe el embargo debe probar el nexo de
causalidad. Por tanto, debe verse que ser administrador de una sociedad en concurso de acreedores, tiene una
consecuencia posible de embargo de bienes.
Esta responsabilidad concursal por cobertura coexiste con la acción de responsabilidad societaria
individual, y excluye la acción de responsabilidad por deudas que se produce cuando el administrador no
insta el concurso a tiempo; es incompatible porque la responsabilidad concursal por cobertura de deficit ya
obliga a pagar las deudas de los acreedores.
El concurso de acreedores incluso solo pedirse solo para levantar el embargo de bienes de los
administradores sociales para conseguir la responsabilidad de los administradores por cobertura de déficit.
El problema que tiene el acreedor es verse “empantanado”39. Que la sociedad esté en concurso, y que el
administrador sea responsable pero este también sea insolvente “empantana” al deudor. Al acreedor lo que le
satisface es que le paguen y que no sepa más del deudor.
Los artículos 145 y 151 TRLC respecto a lo que pasa con la ejecución de las garantías reales. El acreedor con
garantía real sin embargo, al tener el derecho real sobre un bien, tiene un privilegio especial en su crédito
porque recae sobre un bien. (Ej. Hipoteca sobre un bien). Ese bien puede infragrarantizar o supragrarantizar
el crédito, según el bien se deprecie o se aprecie. La posición que ocupa un deudor con garantía en el
concurso, pasa siempre por valorar esa garantía económicamente.
Ahora, lo que nos interesa es saber si los acreedores con garantía real pueden ejecutarla una vez se haya
iniciado el concurso. Habrá que distinguir entre: (i) bienes o derechos necesarios para la continuidad de la
39 Los acreedores tienen expectativas de cobro cuando llegue el momento. El acreedor siempre asume una posición de
riesgo importante. El acreedor lo que quiere es un derecho de salida, que le paguen y no ir a concurso. Porque la salida
del concurso supondría el vencimiento anticipado de su crédito. El beneficio del plazo está a favor de las dos partes, del
acreedor y del deudor
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actividad profesional o empresarial o (ii) bienes que no son necesarios para ello.—Si queremos que la
empresa siga funcionando y maximice el valor de los activos, no se puede permitir al acreedor con derecho
real tener derecho de separación (solamente lo tendrán los buques y aeronaves). Forman parte de la masa del
concurso los acreedores con garantías, y se les respeta la garantía real. Además los créditos contra la masa
jamás se pueden satisfacer sobre bienes afectos a un privilegio especial de garantía. Pero distinguiendo según
estos bienes sean (i) necesarios para la continuidad de la actividad empresarial o (ii) no sean necesarios):
(i) Si son necesarios para la continuidad de la actividad empresarial: No se podrán iniciar procedimientos de
ejecución de estos bienes con privilegio especial y deberán paralizarse aquellos procedimientos que
hayan sido iniciados para la ejecución de estos bienes.
- ¿Quién es el que debe decir si un bien es necesario para la continuidad de la empresa?: El Art. 147
TRLC establece que el juez del concurso a solicitud del titular del derecho real, previa audiencia de la
administración concursal será quien se encargue de decir si un bien sujeto a derecho de garantía es un
bien necesario para la continuidad empresarial o no.
- Esta suspensión o paralización de la ejecución de los bienes con garantías reales, ¿durará durante todo
el concurso de acreedores?:
• Pero si durante el concurso hubiera un convenio, el concurso no termina hasta que haya una
declaración judicial firme de cumplimiento del convenio por parte del deudor, y por tanto, hasta
entonces el concurso no termina (Ej. El convenio se cumpliría tras ocho años). Entre la aprobación
del convenio y su cumplimiento integro el concurso sigue abierto en situación de interinidad.—
Tanto tiempo sin ejecutar la garantía puede ser algo malo para los acreedores.
• Entonces, como solución a esto el legislador ha dicho según el artículo 148 TRLC que se limita en
el tiempo las restricciones a quien tiene garantía real: (a) Y el plazo máximo para poder ejecutar
la garantía es un año desde la fecha de declaración de concurso sin que hubiera tenido lugar la
apertura de liquidación. (b) En cambio, se podrá ejecutar el derecho de garantía desde la fecha de la
eficacia del convenio, aunque el convenio no se haya cumplido y siempre que el convenio no lo
prohíba expresamente. (MUY IMPORTANTE).
- SI se ha abierto la liquidación concursal, en este caso la pregunta es: ¿El que tiene garantía real ejecuta
el bien y ya cobra, o ya en la liquidación cobran todos los acreedores a la vez?: El Art. 149 TRLC dice
que acreedores que no hubieran ejecutado acciones ejecutivas sobre el bien que se traba la garantía o no
las hubieran iniciado transcurrido el año tras la declaración de concurso pierden su derecho de
ejecución sobre el bien. (Por tanto, lo ideal es que el acreedor con garantía pida siempre la ejecución
del bien antes de que comience el concurso de acreedores, aunque quede en suspenso un año, porque si
se inicia la liquidación perderá su derecho).
- En el Art. 150 TRCL se recogen tres supuestos que se asimilan en el tratamiento que se asimilan a los
acreedores que tienen garantía real. Son acreedores que tienen el mismo régimen que los acreedores
que tienen garantía real.
- La garantía real debe ser valorada, cuanto cubre o no cubre del crédito la garantía. De lo que no cubra
de ese crédito, ese crédito no será privilegiado.
Deben en este caso distinguirse los efectos de la declaración, del convenio y de la liquidación:
Los efectos de la declaración no se produce la suspensión del devengo de los intereses legales o pactados, ni
tampoco se produce el vencimiento anticipado de los créditos. Ese vencimiento se producirá si el concurso
acaba en liquidación (Art. 414 TRCL), pero solo si acaba en liquidación, sino los créditos siguen su curso y
no habrá un vencimiento anticipado.
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(i) Que los requisitos de la compensación hayan cumplido antes del concurso: Deuda liquida, vencida y
exigible antes de la declaración del concurso. Entonces se podrán compensar los créditos.
(ii) Si los requisitos se producen después no cabe compensación de créditos y deudas del concursado (Art.
153.2 TRLC). Se concibe la compensación de créditos como una garantía o manera de privilegiar a un
acreedor concreto dentro del concurso. La compensación se entiende que es una garantía pactada entre
las partes, una garantía atípica con origen contractual (más allá de la ley).
El Art. 154 TRLC sostiene que se suspende el derecho de retención sobre bienes de la masa activa.
El Art. 155 TRLC se interrumpe la prescripción tras loa declaración del concurso de acreedores, pero de ella
no pueden beneficiarse ni los avalistas ni los fiadores:
Cuando tengamos que analizar. Un contrato en un escenario concursal deberá verse si son contratos
unilaterales o bien son contratos con prestaciones recíprocas. Es decir, que genera con obligación a cargo de
una de las partes o bien a cargo de ambas partes. Esta cuestión es muy difícil en la practica.
El Art. 156 TRLC sostiene que la declaración no es causa de resolución anticipada de los contratos, y si
hubiese cláusulas contractuales que vinculen la resolución del contrato a la declaración del contrato
(conevnants) se tienen por no puestas.
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Si el contrato es un contrato unilateral y el contratante in bonis (la otra parte) ha cumplido con su obligación,
entonces se seguirá el marco general de obligaciones y contratos. Se reconoce un crédito contra la masa al
contratante in bonis. (Art. 157 TRLC)
Artículo 157. Efectos sobre los contratos pendientes de cumplimiento por uno de los contratantes.
En los contratos con obligaciones recíprocas, cuando al momento de la declaración del concurso una de las
partes hubiera cumplido íntegramente sus obligaciones y la otra tuviese pendiente el cumplimiento total o
parcial de las que fueran a su cargo, el crédito o la deuda que corresponda al concursado se incluirá, según
proceda, en la masa activa o en la pasiva del concurso.
Pero, ¿qué pasa si es un contrato de prestaciones bilaterales recíprocas pendiente de cumplimiento?: En este
caso va a alterarse el marco general de obligaciones y contratos, porque en el marco general si una parte
incumple el contrato puede resolverlo (Art. 1124 C.c). Aquí se rompe el marco general de obligaciones y
contratos, porque el deudor o la administración concursal puede solicitar al juez la resolución anticipada
judicial del contrato con obligaciones reciprocas si lo estiman necesario para el interés del concurso de
acreedores. (Art. 165.1 TRLC).
El interés del concurso es un concepto jurídico indeterminado. ¿Qué es el interés del concurso?¿Es el interés
del deudor o de los acreedores? (Ignacio Tirado, catedrático de la Universidad Autónoma ha determinado
este concepto). El juez deberá estimar cuál es el interés del concurso de acreedores. Nuestro derecho español
carece de una declaración programática de que es el interés del concurso. Por tanto, en principio debe decirse
que el interés del concurso es el de los acreedores, pero en segundo lugar el del mantenimiento de empleo y
de la compañía….etc.
Para resolver el contrato, esto costará al concurso de acreedores en el Art. 165.3 TRLC porque habrá que
acordar las restituciones que procedan e indemnizar a la otra parte del contrato que se resuelve con cargo a la
masa.
Esta rehabilitación de los contratos solo puede producirse cuando hay masa en el concurso. Tras los acuerdos
de reestructuración suele ser complicado que si derivan en concurso, este concurso tenga masa. Y por tanto,
es un régimen que depende de que tenga masa.
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Esta es una materia de legislación laboral. Los trabajadores están muy protegidos, pero el concurso de
acreedores suele afectar a los contratos de trabajo con modificaciones sustanciales de las condiciones de
trabajo. Lo importante en este caso, nos va a interesar cual es la posición del trabajador como acreedor. Los
trabajadores tienen diferentes calificaciones: Ej. Los treinta días últimos de salario de los trabajadores son
contra la masa. — Los trabajadores suelen tener una posición privilegiada.
Según el Art. 186 TRLC se pueden suspender los contratos de alta dirección por el juez a petición de la
administración concursal. Si se suspenden los contratos de la alta dirección, el Art. 186.2 TRLC sostiene que
quedan sin efecto los blindajes y se da una indemnización establecida en los despidos colectivos contra la
masa:
Artículo 186. Extinción y suspensión de los contratos del personal de alta dirección por decisión de la
administración concursal.
1. Durante la tramitación del concurso, la administración concursal, por propia iniciativa o a instancia del
concursado, podrá extinguir o suspender los contratos de este con el personal de alta dirección.
2. En caso de extinción del contrato de trabajo, el juez del concurso podrá moderar la indemnización que
corresponda al alto directivo, quedando sin efecto en ese caso la que se hubiera pactado en el contrato, con el
límite de la indemnización establecida en la legislación laboral para el despido colectivo.
Los efectos de los cántaros con las administraciones publicas se regulan en el art. 190 TRCL, que se remite a
la Ley de Contratación de las Administraciones Públicas, que es donde se regulan estos efectos.
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En un concurso tendremos la masa activa y la masa pasiva. La masa activa esta formada por los bienes y
derechos del deudor. Para formar la masa activa. (Art. 192 TRLC) se parte del principio de universalidad.
Forman parte de la masa activa del concurso todos los bienes del deudor, integrados en su patrimonio a la
fecha de declaración del concurso, y todos los que se reintegren o adquieran hasta la fecha de conclusión del
concurso. Se exceptúan de esto los bienes inembargables.
La masa activa del concurso, no esta formada solo por los bienes que existan en el momento de la
declaración del concurso (pues el deudor puede haber sacado sus bienes de su patrimonio). La masa activa es
aquella que se forma por lo que tiene el deudor, lo que se pueda reintegrar gracias a la rescisión concursal y
lo que adquiera el deudor durante el concurso (ej. Imaginemos que gana al lotería)
Después de realizar el inventario, habría que valorar los bienes (Art. 201 TRLC). Y luego, en el art. 203
TRLC se permite que el administración concursal puede acudir a expertos independientes que le puedan
ayudar a valorar los bienes del inventario. Si se llama a un experto, será el administrador concursal quien
llame al experto independiente40.
Al formar la masa activa, debe tenerse en cuenta que puede haber bienes o derechos afectos a un derecho
especial o un derecho especial (ej. Una hipoteca o una prenda). Cuando se tiene una garantía real se suspende
la ejecución cuando se declara el concurso, esta suspensión puede durar más de un año. El art. 209 al 213
TRLC regula como deben venderse los bienes con privilegio especial, que deben hacerse según el art. 209
TRLC en subasta judicial o extrajudicial (o electrónica).
Cabe la nación en pago, art. 211 TRLC, donde al acreedor del privilegio especial se le da el bien en pago
de la deuda. Con la dación en pago, se entiende que el acreedor se ha quedado satisfecho del pago de la
deuda. Pero el acreedor interesado puede hacer alegaciones sobre el bien dado en pago y sobre su valoración.
40Esto tiene la consecuencia de que los administradores no llamen nunca a los expertos, pero también hay que tener en
cuenta que los administradores concursales son sociedades especializadas profesionales.
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Cabe también según el art. 212 TRLC la enajenación de bienes y derechos afectos a un gravamen, donde
estos bienes o derechos se enajenan con subsistencia del gravamen, de manera que el que lo adquiere se
subroga en las obligaciones del deudor respecto al derecho de garantía.
Artículo 212. Enajenación de bienes y derechos afectos con subsistencia del gravamen.
1. A solicitud de la administración concursal, el juez, previa audiencia de los interesados, podrá autorizar la
enajenación de bienes y derechos de la masa activa afectos a créditos con privilegio especial con subsistencia
del gravamen y con subrogación del adquirente en la obligación del deudor. Subrogado el adquirente, el crédito
quedará excluido de la masa pasiva.
2. Por excepción, no tendrá lugar la subrogación del adquirente, a pesar de que subsista la garantía, cuando se
trate de créditos tributarios y de seguridad social.
Según el art. 213 TRLC sea cual sea el modo de realización, el importe que resulte de la enajenación podrá
disfrutar el privilegiado o interesado de esa garantía en la cantidad que no exceda de esa deuda originaria. Si
con la realización de la garantía no se logra satisfacer íntegramente el derecho de crédito (Art. 213.2 TRLC),
la parte no satisfecha, pasa a formar parte del concurso en la calificación que le corresponda a su crédito; que
será normalmente la de un crédito ordinario.
En los artículos 215 a 224 TRLC hay una serie de efectos, que permiten la enajenación de unidades
productivas. Esta enajenación de unidades productivas, quiere decir que la unidad no debe disgregarse para
que no pierda valor. Esa enajenación de unidades productivas se puede hacer en la fase común (que se refiere
a esto los artículos 215 a 224 TRLC) o se puede hacer en fase de liquidación del concurso.
Y cuando sea imposible devolver los bienes porque hayan sido enajenados, el titular perjudicado, puede
optar entre dos cosas: (a) Que se le ceda el derecho a recibir la contraprestación (Art.240.1 TRLC). O (b)
puede comunicar al administrador concursal el crédito correspondiente al valor que tuvieran los bienes o
derechos.
El Art. 241 TRLC reconoce un derecho de separación especial para buques y aeronaves (Art. 241 TRLC).
Los titulares de créditos con privilegio sobre buques y aeronaves tienen un especifico de techo de separación.
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(i) Un elemento temporal: Basta con que el acto se haya hecho en los dos años anteriores a la declaración
del concurso.
(ii) El elemento perjudicial: Basta con que el acto en sí sea perjudicial para la masa activa. No es importante
la intención del deudor.
En principio, solo parece que sería rescindible lo que supone una salida de bienes del patrimonio del deudor
sobre la masa activa. Esto es lo que parece apuntar el Art. 226 TRCL. Sin embargo, cuando se analizan las
presunciones de prejuicio, se ve que hay algunas, como el pago de obligaciones no vencidas (Art. 228.3
TRLC) o el propio 227 TRLC, que sostienen que el daño o perjuicio no ha sido a la masa activa, sino que se
ha añadido un daño a la masa pasiva alterando la clasificación concursal pagando en los dos años anteriores
al concurso de acreedores las deudas que no quiero que se queden atrapadas en el concurso. Por tanto, las
presunciones deben corresponderse con un daño a la amasa activa pero también a la masa pasiva.
La rescisión se monta sobre una cláusula general establecida en el Art. 226 TRCL que dice:
Después hay un sistema de presunciones iuris et de iure y iuris tantum. Sabemos que las
presunciones iuris et de iure no admiten prueba en contrario, mientras que las presunciones iuris
tantum si admiten prueba.
El artículo 227 TRLC se presumen perjuicio patrimonial rescindible de manera absoluta (sin admitir prueba
en contrario):
(i) Cuando se trate de actos de disposición a título gratuito, salvo las liberalidades de uso
(ii) Cuando se trate pagos u otros actos de extinción de obligaciones cuyo vencimiento fuere posterior a la
declaración del concurso, excepto si contasen con garantía real.— Cuando se pagan obligaciones no
vencidas, cuando el vencimiento realmente debería ser posterior a la declaración de concurso. Mientras
que hay obligaciones vencidas. Sin embargo, se puede pagar a obligaciones que poseen garantía real,
porque esa obligación ya tenía derecho a ello.
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Respecto a estas presunciones, la carga de la prueba del perjuicio no le corresponde a quien ejercita la acción
rescisoria, es decir, a la administración concursal sino que en estos supuestos, es el deudor el que debe probar
que no hay perjuicio para la masa. Estas presunciones aparecen en el art. 228 TRLC.
(1) Los actos de disposición a título oneroso realizados a favor de alguna de las personas especialmente
relacionadas con el concursado.— Si los actos no son a título oneroso y contrario
(2) Los actos de constitución de garantías reales a favor de obligaciones preexistentes o de las nuevas
contraídas en sustitución de aquellas.— En este supuesto se esta conclucando la masa pasiva, porque se
está dando un privilegio a un acreedor frente a otros con una garantía real. No toda constitución de
garantía real es rescindible, hay una presunción de que estas constituciones se hacen en perjuicio. Se
prueba que no hay perjuicio si respecto al otorgamiento de la garantía se dio algo a cambio
(3) Los pagos u otros actos de extinción de obligaciones cuyo vencimiento fuere posterior a la declaración
del concurso si contasen con garantía real.— Se parece mucho a la presunción iuris et de iure del 227
TRLC, la diferencia está en aquí la presunción se produce respecto a la extinción del pago o de la
obligación cuyo vencimiento de la declaración de concurso si el acreedor cuenta con garantía real,
entonces puede demostrarse que no ha habido perjuicio.
El administrador concursal es el sujeto legitimado para ejercer la acción rescisoria. Esta acción rescisoria se
puede interponer desde que se abre el concurso hasta que termina. En cualquier momento el administrador
concursal puede interponer la acción rescisoria. (Art. 231 TRLC):
Si estamos en la cláusula general de perjuicio a la masa Art. 226 TRLC el administrador concursal debe
probar el perjuicio a la masa, no tiene que probar el fraude de acreedores, solo debe probar el perjuicio y que
este se realizó dos años antes.
Pero cuando estamos ante casos que caen bajo las presunciones iuris et de iure (Art. 227 TRLC) o iuris
tantum (Art. 228 TRLC) se presume que el acto es perjudicial contra la masa y que puede ser rescindido. La
única manera de probar que no se esta ante una presunción iuris et den iure es probar que la operación no cae
en los presupuestos del art. 227 TRLC, sino no habrá posibilidad de prueba en contrario. En cuanto a las
presunciones iuris tantum, es el deudor el que debe probara que no está dentro de las presunciones relativas
de perjuicio del art. 228 TRLC.
En el Art. 230 TRLC hay una operaciones que no pueden ser rescindidos. Sin que quepa prueba en contrario
y en ningún caso los actos del arete. 230 TRLC pueden ser rescindidos.
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- 2.º Los actos de constitución de garantías de cualquier clase a favor de créditos públicos.
- 3.º Los actos de constitución de garantías a favor del Fondo de Garantía Salarial.
- 4.º Los actos comprendidos en el ámbito de leyes especiales reguladoras de los sistemas de pagos y compensación y
liquidación de valores e instrumentos derivados.
- 5.º Las operaciones mediante las que se instrumenten las medidas de resolución de entidades de crédito y empresas
de servicios de inversión.
1) En primer lugar: “Los actos ordinarios de la actividad profesional o empresarial del deudor que hubieran
sido realizados en condiciones normales”.— Deben ser actos del objeto social o empresarial del deudor,
pero además realizados en condiciones normales de mercado.
2) Los actos de constitución de garantías de cualquier clase a favor de créditos públicos.— Si se constituye
una garantía de cualquier clase a favor de un crédito publico, no puede rescindirse en ningún caso.
4) Los actos comprendidos en el ámbito de leyes especiales reguladoras de los sistemas de pagos y
compensación y liquidación de valores e instrumentos derivados.
5) Las operaciones mediante las que se instrumenten las medidas de resolución de entidades de crédito y
empresas de servicios de inversión. — Los actos que realicen las entidades de crédito, y que sean actos
de resolución no son objeto de posible rescisión. Esto solo se dará respecto de bancos que no tengan
peligro de dañar al sistema. Cuando los bancos no son sistemáticos pueden rescindirse sus operaciones
constituidas en perjuicio de la masa. Sin embargo, si son sistemáticos y papera la regulación de la
resolución bancaria opera el blindaje contra la resolución de operaciones.
Además, hay más actos no rescindibles, en los concursos consecutivos que se declaran después de los
acuerdos de refinanciación, los acuerdos homologados o los acuerdos extrajudiciales de pago, se establece
que no serán rescindibles ciertos actos u operaciones (si se deriva en un concurso de acreedores). Estos actos
se establecen en el Art. 697 TRLC y 698 TRLC (especialidades de rescisión en acuerdos de refinanciación).
2.3.2.Legitimación subsidiaria:
Si la administración concursal no interpone acción rescisoria, y se le requiere que la interponga, pero han
pasado dos meses y no lo han hecho; entonces los acreedores podrán ejercitar la acción rescisoria a su costa
en interés del concurso. (Art. ??):
Sin embargo, según el Art. 699 TRLC en los acuerdos de refinanciación, sin embargo, desaparece la
legitimación subsidiaria de los acreedores para plantear la acción rescisoria.
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Los efectos de la rescisión son los que aparecen en el Art. 235 TRCL. En principio, se declarara la ineficacia
del acto impugnado. Sin embargo, habrá actos que no se podrán rescindir. Si no se pueden restituir las
operaciones, se cambia la restitución del bien o derecho que salió del patrimonio por el valor del mismo:
Como los créditos contra la masa, cuando la contraparte es de buena fe, suelen ser mas gravosos para la masa
los administradores concursales han cedido no rescindir los actos u operaciones por ser gravosos contra la
masa o bien se intenta restringir el concepto de “buena fe” de la contraparte con quien se realizó la
operación. (Ej. Un banco que hizo una operación con un deudor, se presupuso de mala fe porque debía saber
como agencia de crédito profesional que podría estar en concurso).
2.5. Rescisoria concursal y otras acciones de impugnación: en particular acción paulina civil
Otras acciones civiles pueden ejercitarse por parte del acreedor contra los actos del deudor, pertenecen al
ámbito civil como es la acción pauliana (por fraude de acreedores). Sin embargo, esta acción es más difícil
de probar, dado que debe probarse el elemento subjetivo del fraude de acreedores. Ejercitar esta acción no es
incompatible con el concurso de acreedores. Otras acciones de impugnación pueden ser acciones de nulidad
o anulabilidad civiles.
Lo importante, es ver que la acción rescisoria no se dirige a determinar la validez o invalidez del acto, ni si
hay o no fraude de acreedores. Solamente con la acción de rescisión concursal se busca probar un perjuicio a
la masa dos años antes del concurso. En cambio, estas acciones civiles buscan atacar la validez del acto.
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3. Créditos concursales
3.1. Comunicación, reconocimiento y cómputo
3.2. Clasificación legal
3.2.1.Créditos con privilegio especial
3.2.2.Créditos con privilegio general
3.2.3.Créditos subordinados
3.3. Lista de acreedores
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La masa pasiva. Sabiendo que hay un principio de universalidad (del art. 251 TRLC) que dice que todos los
créditos contra el deudor que existan contra el concurso quedarán integrados en la masa pasiva, salvo que
tengan la consideración de créditos contra la masa. En este sentido, el principio de universalidad dice que
todos los acreedores del deudor deben estar en el concurso.
Los créditos contra la masa son los del art. 242 TRCL, solo y exclusivamente estos (numerus clausus).
Si el procedimiento tiene masa activa, los créditos contra la masa son los créditos más privilegiados. Estos
acreedores cobran al vencimiento de los créditos, no les afectan las quitas y las esperas. Son acreedores que
están fuera de lo que es el concurso. Esto justifica que el sistema sea numerus clausus, solamente es un
crédito contra la masa lo que está enumerado legalmente. El orden de la enumeración de estos créditos es un
orden de prelación, donde los primeros créditos son preferentes a los posteriores.
Los dos criterios del legislador para considerar un crédito contra la masa, aparecen en el art. 242 TRLC:
- Primer criterio: Todos los créditos nacidos tras la declaración del concurso son contra la masa. Se
entiende que serán gastos del procedimiento con su tramitación. (Art. 242. 2º, 3º, 4º, 5º, 6º, 8º, 9º, 10º, 11º,
12º, 13º, 14º TRLC). Todos estos créditos han nacido después de la declaración del procedimiento
concursal, y que pueden considerarse gastos del procedimiento.
- Segundo criterio: Después están los créditos contra la masa sintéticos. Estos se les considera ex lege
créditos contra la masa. Fundamentalmente son los créditos del art. 242.1º, 7º y 8º: “Los créditos por
salarios correspondientes a los últimos treinta días de trabajo efectivo realizado antes de la declaración de
concurso en cuantía que no supere el doble del salario mínimo interprofesional”. Es decir, por razones
humanitarias, se ha creado este crédito contra la masa en favor del deudor. Este crédito cobra a su
vencimiento.
- La Enumeración legal de los créditos contra la masa aparecen en el art. 242 TRLC:
Artículo 242. Créditos contra la masa.
Son créditos contra la masa:
1. Los créditos por salarios correspondientes a los últimos treinta días de trabajo efectivo realizado antes de
la declaración de concurso en cuantía que no supere el doble del salario mínimo interprofesional.
2. Los gastos y las costas judiciales necesarios para la solicitud y la declaración de concurso, la adopción de
medidas cautelares y la publicación de las resoluciones judiciales previstas en esta ley.
4. Los gastos y las costas judiciales ocasionados por la asistencia y representación del concursado (el
abogado), de la administración concursal o de acreedores legitimados en los juicios que, en interés de la
masa, continúen o inicien conforme a lo dispuesto en esta ley, salvo lo previsto para los casos de
desistimiento, allanamiento, transacción y defensa separada del deudor y, en su caso, hasta los límites
cuantitativos en ella establecidos.
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5. Los créditos por la condena al pago de las costas como consecuencia de la desestimación de las demandas
que se hubieran presentado o de los recursos que se hubieran interpuesto con autorización de la
administración concursal o como consecuencia del allanamiento o del desistimiento realizados igualmente
con autorización de la administración concursal. En caso de transacción, se estará a lo pactado por las
partes en materia de costas.
7. Los de alimentos del deudor y de las personas respecto de las cuales tuviera el deber legal de prestarlos,
conforme a lo dispuesto en esta ley sobre su procedencia y cuantía así como, en toda la extensión que se
fije en la correspondiente resolución judicial posterior a la declaración del concurso, los de los alimentos a
cargo del concursado acordados por el juez de primera instancia en alguno de los procesos civiles sobre
capacidad, filiación, matrimonio y menores. —También tendrán esta consideración los créditos de este tipo
devengados con posterioridad a la declaración del concurso cuando tengan su origen en una resolución
judicial dictada con anterioridad.
8. Los generados por el ejercicio de la actividad profesional o empresarial del concursado tras la
declaración del concurso. Quedan comprendidos en esta regla los créditos laborales correspondientes a
ese período, incluidas las indemnizaciones por despido o extinción de los contratos de trabajo que se
hubiesen producido con posterioridad a la declaración de concurso, así como los recargos sobre las
prestaciones por incumplimiento de las obligaciones en materia de salud laboral, hasta que el juez acuerde
el cese de la actividad profesional o empresarial, o declare la conclusión del concurso. —Los créditos por
indemnizaciones derivadas de extinciones colectivas de contratos de trabajo ordenados por el juez del
concurso se entenderán comunicados y reconocidos por la propia resolución que los apruebe, sea cual sea
el momento.
9. Los que, conforme a esta ley, resulten de prestaciones a cargo del concursado en los contratos con
obligaciones recíprocas pendientes de cumplimiento que continúen en vigor tras la declaración de
concurso, y de obligaciones de restitución e indemnización en caso de resolución en interés del concurso o
por incumplimiento posterior a la declaración de concurso por parte del concursado.
- Aunque el concursado este incumpliendo ciertos contratos recíprocos que son necesarios
para la continuidad de la profesión o empresa del concursado, estos no podrán ser resueltos
sin perjudicar al deudor y la masa del concurso. Por ello, como incentivo para que el deudor
no resuelva el contrato, se genera un crédito contra la masa en favor del acreedor contratante
in bonis. El contratante in bonis, tiene el incentivo de que se le pagará en el concurso con un
crédito contra la masa si no resuelve el contrato. (Art.242. 9º TRLC). Pero si el contratado se
niega a cumplir con la obligación de no resolver el contrato, su crédito en el concurso se
establece en el art. 281.7º TRLC como un crédito sin privilegio contra la masa.
10. Los que, en los casos de pago de créditos con privilegio especial sin realización de los bienes o derechos
afectos, en los de rehabilitación de contratos o de enervación de desahucio y en los demás previstos en esta
ley, correspondan por las cantidades debidas y las de vencimiento futuro a cargo del concursado.
11. Los que, en los casos de rescisión concursal de actos realizados por el deudor, correspondan a la
devolución de contraprestaciones recibidas por este, salvo que la sentencia apreciare mala fe en el
titular de este crédito. (Si es de mala fe, será un crédito subordinado).
12. Los que resulten de obligaciones válidamente contraídas durante el procedimiento por la administración
concursal o, con la autorización o conformidad de esta, por el concursado sometido a intervención.
13. Los que resulten de obligaciones nacidas de la ley o de responsabilidad extracontractual del concursado
con posterioridad a la declaración de concurso y hasta la conclusión del mismo.
14. En caso de liquidación, los créditos concedidos al concursado antes de la apertura de la fase de liquidación
para financiar el plan de viabilidad necesario para el cumplimiento del convenio aprobado por el juez. —
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No tendrán la consideración de créditos contra la masa los créditos, nacidos durante la fase de
cumplimiento del convenio, de que fuera o hubiera sido titular cualquiera de las personas especialmente
relacionadas con el deudor, como consecuencia de prestamos o de cualquier otro contrato de análoga
finalidad o como consecuencia de aportaciones dinerarias realizadas en operaciones de aumento del capital
de la sociedad deudora, aunque el aumento hubiera quedado sin efecto.
15. Cualesquiera otros créditos a los que esta ley atribuya expresamente tal consideración.
Hay que completar este artículo 242 con el artículo 704 TRLC en relación con los acuerdos de
refinanciación. Pues el 704.1 TRLC dice que el 50% de lo que se inyecta como nueva financiación (fresh
money) en un acuerdo de refinanciación, será considerado crédito contra la masa. Pero, según el numerus
clausus del art. 242. 15º TRLC ira en el orden de prelación en ultimo lugar de los créditos contra la masa.
El problema está en si no hay masa, en tal caso el legislador establece un orden de prelación para pagar. El
orden de prelación está en el art. 242 TRLC. En caso de insuficiencia o inexistencia de la masa activa (Art.
250 TRLC) el legislador establece un orden de prelación de los créditos contra la masa que responden a
razones humanitarias:
Artículo 250. Pago de los créditos contra la masa en caso de insuficiencia de la masa activa.
1. Desde que la administración concursal comunique al juez del concurso que la masa activa es insuficiente
para el pago de los créditos contra la masa, el pago de esos créditos vencidos o que venzan después de la
comunicación se realizará conforme al orden siguiente, y, en su caso, a prorrata dentro de cada número:
1.º Los créditos salariales de los últimos treinta días de trabajo efectivo en cuantía que no supere el doble del
salario mínimo interprofesional.
2.º Los créditos por salarios e indemnizaciones en la cuantía que resulte de multiplicar el triple del salario
mínimo interprofesional por el número de días de salario pendientes de pago.
3.º Los créditos por alimentos devengados tras la apertura de la fase de liquidación en cuantía que no supere el
salario mínimo interprofesional.
4.º Los créditos por costas y gastos judiciales del concurso de acreedores. 5.o Los demás créditos contra la
masa.
2. Se exceptúa de lo establecido en el apartado anterior, aquellos créditos contra la masa que sean
imprescindibles para la liquidación.
El art. 250.2 TRLC dice que se exceptúa de ese orden los créditos contra la masa que sean imprescindibles
para la liquidación del concurso. Si hay créditos imprescindibles para la liquidación, no hay prelación. (Por
ejemplo. El administrador concursal siempre ha dicho que su propia retribución es un crédito contra la masa
necesario e imprescindible para la liquidación).
En los acuerdos o planes de reestructuración la formación de la masa pasiva no existe. El deudor dice que
tiene unos acreedores financieros. El auditor es quien certifica que estas mayorías se den. Pero no hay nadie
quien compruebe quien forma parte de la masa pasiva en estos acuerdos. Es ex post la parte impugnante
quien dirá que las mayorías no se han formado bien, y será el juez quien compruebe que se han dado estas
mayorías.
En cambio, en la formación de la masa pasiva del concurso, si habrá un garantizado judicial y rígido que
acredita quienes son los acreedores y su clasificación.
Por tanto, se contrapone un derecho liquido sin rigidez procedimiento en los planes de refinanciación,
frente un derecho más rígido y garantiste en los concursos de acreedores. Esto recuerda a Zigmunt Bauman,
que dice que la sociedad se hace cada vez más líquida socialmente. En este sentido, la liquidez de la vida ha
afectado al derecho con concursal a través de los acuerdos de refinanciación. Se está yendo a marcos líquidos
legales, donde la autonomía de la voluntad es lo que gestiona el asunto, con un control de legalidad ex post.
Este derecho parte de la Directiva Europea de mínima armonización, donde cada Estado miembro adapte un
marco mínimo a su contexto y que permita estructuras flexibles. La Directiva da ciertos principios comunes a
los Estados Miembros, pero cada uno decide como debe trasponerlo y adaptarlo.
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3. Créditos concursales
La clasificación de acreedores requiere primero que los acreedores comuniquen su crédito en el propio auto
de declaración del concurso (Art. 255 TRLC). Para que pongan en el plazo de un mes en conocimiento sus
créditos antes de la declaración del concurso. Si los acreedores no lo hacen dentro de ese mes, se clasifica ese
crédito como subordinado:
(i) Primero el acreedor comunica sus créditos y dice como son y su cuantía. El Art. 256. TRLC el
acreedor en la comunicación debe presentarla por escrito donde expresara ciertos aspectos:
(ii) Después la administración concursal es quien reconoce los créditos: (a) Hay supuestos de
reconocimiento de crédito forzoso (Art 260 TRLC), (c) supuestos especiales de reconocimiento
(Art. 261-266 TRLC):
(a) Reconocimiento forzoso de créditos (Art. 260 TRLC). Son créditos que deben conocerse
forzosamente, porque han sido reconocidos por resolución procesal o laudo, o garantía real
inscrita en registro publico, o bien documento de fuerza ejecutiva. Que sean forzosos no
implica que no deban comunicarse, simplemente al comunicarlos se reconocerán de manera
inmediata.
41En Abengoa el problema estaba en que había muchos acreedores proveedores, pero pocos acreedores financieros;
pero la normativa no se lo permitía.
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con garantía real inscrita en registro público; los que consten en documento con fuerza ejecutiva; los
que consten en certificación administrativa, y los créditos de los trabajadores cuya existencia y
cuantía resulten de los libros y documentos del deudor o por cualquier otra razón consten en el
concurso.
2. No obstante el reconocimiento, la administración concursal, dentro del plazo para la emisión de su
informe, podrá impugnar en juicio ordinario, los convenios o procedimientos arbitrales si concurriera
fraude; la existencia y validez de los créditos asegurados con garantía real o que consten en
documento con fuerza ejecutiva, así como, a través de los cauces establecidos al efecto por su
legislación específica, los actos administrativos.
3. Cuando a la fecha de la declaración de concurso no se hubiera presentado alguna declaración o
autoliquidación que sea precisa para la determinación de un crédito de derecho público o de los
trabajadores, deberá cumplimentarse por el concursado, en caso de intervención, o por la
administración concursal cuando no lo realice el concursado o en caso de suspensión de las facultades
de administración y disposición. Si, por ausencia de datos, no fuera posible la determinación de su
cuantía deberá reconocerse como crédito contingente.
(b) Supuestos especiales de reconocimiento de crédito: Estos créditos se van a reconocer como
créditos contingentes, es decir, son créditos que se reconocen sin cuantía. Que existe o puede existir,
porque su cuantía, existencia y vencimiento son inciertos. Son casos en los que hay que comunicar el
crédito, pero se va a reconocer como contingente (sin cuantía):
- En el 268.2 TRLC hay una excepción, para comunicar los créditos extemporáneamente sin. Ser
castigado. Si se puede probar de que antes de que termine el plazo de impugnación de la lista de los
acreedores no se tuvo noticia de la clasificación del crédito, el crédito será clasificado en la posición
que le corresponda.
(A) Créditos con privilegio: (i) Que pueden ser créditos con privilegio especial (Art. 270, 271, 272 y 273
TRLC) o (ii) Créditos con privilegio especial (Art. 280),
(B) Créditos ordinarios, que la ley define por descarte: son aquellos créditos que no son privilegiados ni
subordinados. (Se definen negativamente en la ley).
(C) Finalmente están los créditos subordinados: que son los antiprivilegiados (Art. 281-284 TRLC). Son los
“peores” créditos en la prelación, porque los créditos subordinados están postergados en el cobro,
segundo, pierden derechos políticos dentro del concurso dentro del convenio, y aunque no tienen derecho
de voto los efectos de los convenios concursales les afectan. Además, la satisfacción de los créditos de
estos acreedores no se puede hacer hasta que hayan sido pagados íntegramente el resto de los acreedores.
Finalmente, también se extinguen las garantías reales de las que pudieran ser titulares (lo cual es una
consecuencia jurídica muy fuerte). Se cancelan y extinguen las garantías reales del registro. Los créditos
subordinados se clasifican de manera distinta según sea el deudor persona física o jurídica.
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3.2.1.Créditos con privilegio especial (Art. 270, 271, 272 y 273 TRLC)
(1) Los créditos con privilegio especial, son aquellos créditos que tienen una garantía real o personal, o los
créditos refaccionarios de los trabajadores (Los créditos refaccionarios, son aquellos sobre los objetos
que ellos han elaborado o fabricado los trabajadores pero que están en posesión del concursado. Eso
quiere decir que el trabajador tiene un crédito sobre el bien fabricado). Y finalmente los créditos con
prenda sobre elementos futuros constituida en documento público (Art. 270 TRLC).
Los créditos con privilegio general, quedan enumerados en el art. 280 TRLC. El privilegio no cae sobre un
bien concreto. Los trabajadores tienen privilegio especial por los salarios del Art. 280.1 TRLC, también
tienen privilegio especial los créditos tributarios y de seguridad social (salvo que se doten de garantías reales,
entonces serán créditos con privilegio especial).
- El art. 280.6º establece que los ingresos de tesorería por refinanciación (fresh money) son al 50% con
privilegio general. Y al otro 50% créditos contra la masa.
- Además según el Art. 280. 7.º TRLC Los créditos de que fuera titular el acreedor a instancia del cual se
hubiere declarado el concurso excluidos los que tuvieren el carácter de subordinados, hasta el cincuenta
por ciento de su importe
42En la crisis del 2008 paso que se constituyeron garantías sobre bienes con un valor que se depreciaron. Las personas
tenían que seguir pagando el préstamo incluso después de haber ejecutado las garantías reales.
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las indemnizaciones derivadas de la extinción de los contratos, en la cuantía correspondiente al mínimo legal
calculada sobre una base que no supere el triple del salario mínimo interprofesional; las indemnizaciones
derivadas de accidente de trabajo y enfermedad profesional, devengados con anterioridad a la declaración de
concurso; los capitales coste de seguridad social de los que sea legalmente responsable el concursado, y los
recargos sobre las prestaciones por incumplimiento de las obligaciones en materia de salud laboral devengadas
con anterioridad a la declaración de concurso.
2.º Las cantidades correspondientes a retenciones tributarias y de seguridad social debidas por el concursado en
cumplimiento de una obligación legal.
3.º Los créditos de personas naturales derivados del trabajo personal no dependiente y los que correspondan al
propio autor por la cesión de los derechos de explotación de la obra objeto de propiedad intelectual,
devengados durante los seis meses anteriores a la declaración de concurso.
4.º Los créditos tributarios, los créditos de la seguridad social y demás de derecho público que no tengan
privilegio especial ni el privilegio general del número 2.o de este artículo. Respecto de los créditos públicos
señalados, el privilegio general a que se refiere este número solo alcanzará al cincuenta por ciento del importe
de los respectivos créditos, deducidos de la base para el cálculo del porcentaje los créditos con privilegio
especial, los créditos con privilegio general conforme al número 2.o de este mismo artículo y los créditos
subordinados.
5.º Los créditos por responsabilidad civil extracontractual y los créditos por responsabilidad civil derivada del
delito contra la Hacienda Pública y contra la Tesorería General de la Seguridad Social. No obstante, los
créditos por daños personales no asegurados estarán incluidos en el número anterior en concurrencia con los
demás créditos de ese número.
6.º Los créditos que supongan nuevos ingresos de tesorería concedidos en el marco de un acuerdo de
refinanciación no rescindibles en la cuantía no reconocida como crédito contra la masa.
7.º Los créditos de que fuera titular el acreedor a instancia del cual se hubiere declarado el concurso excluidos
los que tuvieren el carácter de subordinados, hasta el cincuenta por ciento de su importe.
3.2.3.Créditos subordinados
Los créditos subordinados se establecen en los artículos 281, 282 y 283 TRLC. La subordinación en nuestro
derecho es automática, y no cabe prueba en contrario (es un régimen durísimo de subordinación), la finalidad
del régimen es evitar la litigiosidad.
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1.º El cónyuge del concursado o quién lo hubiera sido dentro de los dos años anteriores a la declaración de
concurso, su pareja de hecho inscrita o las personas que convivan con análoga relación de afectividad o
hubieran convivido habitualmente con él dentro de los dos años anteriores a la declaración de concurso.
2.º Los ascendientes, descendientes y hermanos del concursado o de cualquiera de las personas a que se refiere
el número anterior.
3.º Los cónyuges de los ascendientes, de los descendientes y de los hermanos del concursado.
4.º Las personas jurídicas controladas por el concursado o por las personas mencionadas en los números
anteriores así como sus administradores de derecho o de hecho. Se presumirá que existe control cuando
concurra alguna de las situaciones previstas en el apartado primero del artículo 42 del Código de Comercio.
5.º Las personas jurídicas que formen parte del mismo grupo de empresas que las previstas en el número
anterior.
6.º Las personas jurídicas de las que las personas descritas en los números anteriores sean administradoras de
derecho o de hecho.
En el art. 283 TRLC se establecen los créditos con personas relacionadas de las personas jurídicas:
(APRENDER DE MEMORIA el Art. 283.1 TRLC)43:
En el art. 283 TRLC se establecen taxativamente (numerus clausus) cuales son las personas relacionadas con
un deudor persona jurídica, y que por tanto se consideran acreedores subordinados. (Quienes son los 4º
“Socios comunes” siempre da problemas”). Ningún acreedor quiere ser un acreedor subordinado. La
subordinación en el fondo es una sanción. Lo que se trata de castigar con la subordinación es la “asimetría
informativa” de las personas relacionadas con la empresa respecto de las que no lo están.
El administrador concursal prepara una lista de acreedores (Art. 303 TRLC) regula la presentación de los
textos definitivos desosé de que pasen los plazos para impugnar la lista de acreedores del art. 287-288 TRLC.
Los créditos de los acreedores, no se califican, sino que se clasifican: suponen la formación de clases de
acreedores o de créditos.
43 Necesario recordar que en un acuerdo de refinanciación se convierte deuda en capital de la sociedad, en estos casos
se excluye por una parte que el acreedor que se vuelve socio por capitalizarse sea persona relacionada y por otra parte se
excluye la determinación de administrador de hecho de los acreedores que hayan dado instrucciones si aprobaron el
acuerdo de refinanciación.
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Hay una regla especial en el art. 305 para “Impugnaciones relativas a créditos comunicados
extemporáneamente”. Los acreedores tienen un plazo para comunicar los créditos, si comunican estos
acreedores sus créditos extemporáneamente se considerarán créditos subordinados. Pero si se comunica el
crédito extemporáneamente no desaparece el derecho de crédito, simplemente se considerará subordinado.
(Si un crédito no se comunica ni siquiera extemporáneamente, será un crédito extraconcursal, que es peor
que ser un crédito subordinado).
La lista de acreedores se podrá modificar o cambiar (Art. 308-314 TRLC). En el Art. 308 TRLC aparecen los
diferentes supuestos de cambio de la lista de acreedores:
En este artículo 308 TRLC aparecen los diferentes cambios o modificaciones de la lista definitiva de
acreedores. Este artículo supone si es posible modificar la lista de acreedores debido a diferentes supuestos a
los que aparecen expresados.
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5. Tramitación ordinaria
5.1. Presentación de propuestas de convenio, admisión a trámite y evaluación
5.2. La aceptación en junta de acreedores
5.3. La aceptación mediante tramitación escrita
6. Tramitación anticipada
7. Aprobación judicial del concurso: la oposición
8. Procedimiento abreviado
9. Efectos del convenio
10. Nulidad del convenio
11. Cumplimiento del convenio
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Una vez finalizada la fase común es que comience la fase de convenio. (Art. 306.2 TRLC) “salvo que ya se
encontrase en tramitación la fase de liquidación o el concursado hubiera solicitado la apertura de esa fase”.
El 307 TRLC es una norma procesal sobre la “Finalización anticipada de la fase común” cuando las
impugnaciones tengan un porcentaje muy pequeño. .
Los convenios concursales son acuerdos entre los acreedores y el deudor. El acuerdo es un acuerdo judicial
entre los acreedores y el deudor mediante negociación, pero solo es eficaz cuando el juez lo haya aprobado.
Respecto a estos acuerdos, el juez actúa como tal juez: no se trata de una homologación. Si no hay
aprobación judicial el convenio no es eficaz como acuerdo.
Por tanto, aunque la base del convenio es negocial (los acreedores aceptan el convenio), pero su eficacia
surge judicialmente (el juez aprueba el convenio). De esta manera, se dice que los acreedores simplemente
aceptan el convenio, pero para que sea eficaz es necesaria la aprobación judicial.
El convenio es una solución conservativa del concurso de acreedores: ¿Por qué?: Porque no cabe un
convenio liquidatorio (que implique la liquidación de los bienes). Sin embargo, entre los contenidos que
puede tener el convenio, aunque no se llamen liquidación tienen un carácter liquidativo (p.ej. Una cesión de
bienes para pago— Tiene un carácter liquidativo). Por tanto, los convenios pueden tener ciertos contenidos
concretos que puedan conllevar cierto efecto liquidativo. En el convenio, los acreedores aceptan, pero no se
están repartiendo los bienes.
Del mismo modo los acuerdos de refinanciación no pueden tampoco ser liquidativos. No obstante, los planes
de reestructuración podrán tener contenido liquidativo en la nueva reforma.
2. Requisitos formales
3. Tramitación ordinaria
En la tramitación ordinaria (Art. 337 a 346 TRLC) del convenio se produce estrictamente en la fase del
convenio. El convenio lo pueden presentar el deudor o los acreedores siempre que superen una quinta parte
de la masa pasiva. (Art. 315.1 TRLC).
“El convenio lo pueden presentar el deudor o los acreedores siempre que superen una quinta parte de la masa
pasiva”. (Art. 315.1 TRLC).
La tramitación ordinaria la puede presentar el concursado o el acreedor o acreedores, cuyo crédito supere una
quinta parte del pasivo. Mientras en la tramitación anticipada solo la puede plantear el deudor.
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del convenio a los acreedores disidentes y no participantes. Esta diferencia supone que respecto a estos
convenios hay oposición (no impugnación).
La propuesta o tramitación anticipada de convenio se regula en los art. 333 al 336 TRLC. Esta la presenta
el propio deudor en la solicitud del concurso.
Pero también cabe la propuesta anticipada de convenio, que es una propuesta mixta, porque su negociación
es extraconcursal y su tramitación es concursal. Esta propuesta anticipada solo la puede proponer el deudor.
¿Qué quiere decir que su negociación es extraconcurso?: En esta propuesta anticipada, lo que hace el deudor
es plantearles a los acreedores un posible convenio antes de solicitar el concurso (se hace fuera del
concurso). Por tanto, la negociación antes del concurso (extraconcurso); y una vez iniciado el concurso se
busca que el juez lo confirme o apruebe. Por tanto, estamos ante una figura mixta, pues la aprobación por
parte del juez del convenio es dentro del concurso (en esto se diferencia de los acuerdos de refinanciación).
Esta forma de tramitación anticipada solo puede proponerla el deudor.
Las dos tramitaciones (la ordinaria y anticipada) deben ser confirmadas por el juez, pero cuando es propuesta
anticipada del convenio: los acreedores se adhieren (Art. 359 TRLC) individualmente y no a través de la
junta de acreedores que no se constituye en estos casos. En este caso no se convoca a la junta, sino que hay
una adhesión individual de cada acreedor.
“Artículo 359. Aceptación por adhesión. 1. Cualquier acreedor podrá adherirse a una propuesta anticipada de
convenio en la forma y con los requisitos establecidos en esta ley”.
En el 335 TRLC se establecen una serie de deudores a los que se prohibe la presentación anticipada del
convenio:
Estas prohibiciones solo se producen respecto de la tramitación anticipada, que se concibe como premio a
ciertos a deudores que se les ha considerado “buenos pero desafortunados”; es decir, deudores que han
cumplido con sus el 335 TRLC se establecen una serie de deudores que han cumplido sus deberes frente a la
seguridad social, no han cometido delitos, han presentado las cuentas anuales…etc. Las prohibiciones aquí
establecidas operan desde el inicio del concurso, y también si se detectan en el procedimiento del concurso.
El Art. 351 TRLC recoge las dos vías para que los acreedores acepten el convenio:
El administrador y el concursado tienen el deber de asistir a la junta de acreedores (Art. 362 TRLC).
Mientras que los acreedores tienen un derecho (no un deber) de asistir a la junta de acreedores (Art. 363
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TRLC). Si el acreedor quiere votar tiene que asistir a la junta de acreedores (Art. 370 TRLC), de manera que
no cabe como en el ámbito societario la delegación de voto.
La junta general establece un acta de las reuniones (posiblemente en grabaciones). Los acreedores de la junta
deberán elevarla a escritura pública.
Cuando el número de acreedores exceda de 300 acreedores, entonces el juez acuerda la tramitación escrita
del convenio, que también funciona a través de un sistema de adhesiones.
Aunque haya dos modos de tramitar el convenio, ambas formas de tramitar tienen elementos comunes:
Como el contenido de los convenios. (Art. 317 TRLC).
La quita y la espera son contenidos necesarios de los convenios, y son modos de arreglo del pasivo. El
convenio concursal lo que busca es componer el pasivo del deudor porque no puede pagarles a todos sus
acreedores. Por tanto, aquí hay una delimitación muy clara del contenido mínimo obligatorio del convenio,
que tiene que ver con su propia finalidad.
(i) Las esperas: El legislador aprovecha en el art. 317.1 TRLC y dice que no caben esperas superiores a 10
años. (P.ej. Una espera superior a 10 años, de 70 años, se presume un convenio expropiatorio. Es más
simbólico cuando se decía que se iban a pagar más de 10 años. Pero el legislador lo ha prohibido). Si se
tienen que establecer esperas de más de 10 años, entonces eso significa que se debe liquidar la compañía.
El convenio se establece sea o no viable la compañía. Pero se establece un límite de espera máximo de
10 años para establecer el convenio, en cambio si la espera es superior a 10 años deberá liquidarse la
compañía.
(ii) Las quitas: En cambio, las quitas no tienen un límite legal (p.ej. se puede establecer que el acreedor le
perdone el 80%). Sin embargo, el TEDH ha establecido que los acreedores tienen un derecho de
propiedad sobre sus créditos: tienen derecho a cobrar su crédito. Eso significa que unas quitas muy
extensas son expropiatorias, porque le privan de un derecho que le corresponde.
En el art. 317.2 TRLC se establecen contenidos posibles en los convenios concursales. Las partes pueden
establecer los contenidos que quieran para todos los acreedores o para alguno de ellos, salvo para los
acreedores públicos, que están blindados.
En el art. 317.3 TRLC se establece la posibilidad de reconocer convenios en los que haya modificaciones
estructurales (una fusión, una escisión…etc.) Ahí se plantea un tema interesante de protección de acreedores.
A los acreedores se les reconoce un derecho de oposición en las fusiones y escisiones. En las negociaciones
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estructurales curiosamente los acreedores se oponen, pero la oposición no es obstativa (no obstaculiza) la
operación de modificación estructural, sino que continua adelante.
Si hay un convenio con modificaciones estructurales, ¿van a conservar los acreedores individualmente su
derecho de oposición si estamos en un convenio colectivo concursal?: Tales mecanismos individuales de
oposición quedan neutralizados por el derecho de voto que tienen los acreedores en el convenio. El legislador
dice que, cuando hay una modificación estructural, son los socios los que votan. Pero, cuando se establece
dentro de un convenio una modificación estructurales, son los acreedores los que votan el convenio (y por
ello se entiende, que cuando no votan ya han ejercido su derecho de oposición). Prima, por tanto, la ley
concursal como ley especial frente a la ley societaria.
El derecho de oposición queda subsumidos dentro del derecho de voto de los acreedores del convenio
concursal. Se neutralizan así los mecanismos de protección individual de los acreedores regulados en la Ley
de Modificaciones Estructurales. No es lo mismo que una modificación se plantee dentro de un convenio,
que fuera de este. El derecho de oposición individual de los acreedores no opera.
En el art. 318 TRLC aparecen los contenidos prohibidos del convenio en todo caso y de manera taxativa:
En primer lugar, no se pueden establecer las cuantías de los créditos unilateralmente Los convenios tienen
una eficacia novatoria, donde se notan los créditos mediante las quitas o las esperas. Pero si el convenio no
se cumple, lo que nace es el crédito original.
En segundo lugar, los convenios no pueden alterar las clasificaciones legales de los créditos.
Finalmente, en el Art. 318.2 TRLC se prohibe que el convenio sea liquidatorio. “2. La propuesta no podrá
consistir en la liquidación de la masa activa para satisfacción de los créditos”.
En el art. 319 TRLC establece que no se permiten las propuestas condicionadas de convenio. (p.ej. en
“Pescanvoa” se establecían varias opciones “Opción A” y “Opción B” donde se establecieron varias
opciones para salvar el convenio para que no haya incumplimiento. En este caso, el juez dijo que no era una
condición porque era “un hecho futuro incierto”). Pero la ley española en el art. 319 TRLC establece que no
caben condiciones (hechos futuros inciertos) y que se tienen por no puestas.
El Art. 320 acepta cláusulas de intereses, el 321 establece la posibilidad de limitación de facultades. El Art.
324 TRLC permite convenios con asunción, lo que quiere decir que el convenio plantea la adquisición por
una persona natural o jurídica del conjunto de bienes o de ciertas unidades productivas con el compromiso
del adquirente de mantener el compromiso de continuidad.
El adquirente sostiene que se queda con la compañía y asume el compromiso de mantener la continuidad de
la compañía y pagar a los acreedores. El principal problema está en que si el adquiriente debe mantener
también los créditos contra la seguridad social y Hacienda. (p.ej. La empresa Mango, ha establecido un
convenio con continuidad).
CASO PRÁCTICO en CLASE: En un convenio con asunción, el adquirente tiene que asumir y subrogarse
en el pago de las obligaciones del concursado frente hacienda o seguridad social. ¿O hay alguna previsión
legal de atenuación o “perdón” de estas obligaciones para atenuar parte o todo de estas obligaciones en estos
convenios con asunción de atenuación?
Caben convenios con contenido alternativo, para todos los acreedores o para alguno de ellos, según el Art.
325 TRLC. Los acreedores tendrán un derecho de elección del convenio que prefieran.
El art. 327 TRLC es muy importante, pues prevé la posibilidad de convertir la deuda en capital. Donde se
aumenta el capital de la empresa por compensación de créditos, donde se convierte a los acreedores en
socios.
Artículo 328. Propuesta de convenio con conversión de créditos en acciones o participaciones sociales.
1. La conversión de créditos en acciones o participaciones sociales, con o sin prima, podrá realizarse aunque los créditos a
compensar no sean líquidos, no estén vencidos o no sean exigibles.
2. Para la adopción por la junta general de socios del acuerdo de aumentar el capital social por conversión de créditos
concursales en acciones o participaciones de la sociedad concursada no será necesaria la mayoría reforzada establecida por
la ley o por los estatutos sociales.
El requisito necesario para la conversión de créditos se presume que existe, se presume que los créditos son
líquidos, vencidos o exigibles: “pues podrán realizarse compensaciones cuando los créditos a compensar no
sean líquidos, no estén vencidos o no sean exigibles”.
Los socios normalmente no quieren diluir el poder de sus acciones mediante la conversión de deuda en
capital de los acreedores, por eso no suelen votar en la junta general que se produzca la deuda en capital. A la
conversión de deuda en capital se llega mediante la votación de los socios en junta general. En el proyecto se
prevé la posibilidad de que si los socios no toman la decisión por mayoría el acuerdo de la conversión de
deuda en capital por conversión de créditos, pueda tomar la decisión el administrador concursal.
También cabe la conversión de los créditos por préstamos participativos, donde los acreedores participan
de las ganancias de la empresa sin ser socios. (Art. 327 TRLC). Aunque si sin crecidos laborales es necesario
el consentimiento individual de los trabajadores.
Además se puede establecer en los convenios una cesión en pago concreto, donde se establecer que el
acreedor da por pagado su crédito mediante el convenio (Art. 329 TRLC).
En el art. 330 TRLC se prevé un convenio que incluye una posible cesión a los acreedores de las acciones de
la reintegración de la masa. Estas acciones se supone que corresponden al administrador concursal. Pero en
virtud del convenio, se establece que pertenecen las acciones de reintegración a varios acreedores.
En el Art. 331 y 332 TRLC regulan la conexión entre el convenio y el plan de viabilidad. (Mientas que los
acuerdos de refinanciación deben tener siempre como requisito necesario un plan de viabilidad): En cambio,
en el convenio no siempre tiene que haber un plan de viabilidad. Pero si es necesario el plan de viabilidad si
para el cumplimiento del convenio se prevé contar con los recursos que se generen por la compañía; entonces
es necesario un plan de viabilidad.
En los artículos 376 a 378 TRLC se regulan las mayorías. Cuando hablamos de las mayorías del convenio, en
el art. 376 TRLC es que son mayorías más reducidas que las que vamos a tener para aprobar los acuerdos (o
planes) de reestructuración. Las mayorías en los convenios concursales son menores que en los institutos
pre-concursales. El Art. 376 TRLC establece que las mayorías se modulan en función del contenido:
En principio, los pasivos ordinarios son aquellos créditos ordinarios, y los créditos privilegiados, especiales o
generales que se hubiesen adherido a la propuesta o votado a favor de ella. (Art. 376.4 TRCL).
Además, el art. 378 TRLC exige que si hay un trato singular también se adhiera una mayoría de aquellos
acreedores no afectados por el trato singular.
El convenio debe ser aprobado por el juez, después de ser aprobado por los acreedores. El juez no realiza un
juicio de oportunidad, sino un juicio de legalidad. El juez hace un control de legalidad del convenio. (Art.
381 TRLC) no hay un margen de discrecionalidad judicial para que opine sobre el convenio.
El convenio afecta y extiende sus efectos una vez aprobado a los que aceptaron el convenio y a los que no.
Ahora bien, los acreedores que no hayan asistido a la junta, que hayan votado en contra o que no hayan
votado en la junta, o que hayan sido privados del derecho de voto en la junta podrán oponerse a la
aprobación judicial del convenio (Art. 382.1 TRLC). Y también puede oponerse el concursado, (art. 382.2
TRLC) que no hubiese propuesto el convenio o que no hubiese estado conforme con la propuesta de los
acreedores. Pero, si el convenio fuese aprobado por el juez, el concursado quedará sujeto al convenio
concursal.
Los motivos de oposición aparecen en el Art. 383 y 384 TRLC. La oposición solamente puede formularse en
base a los siguientes motivos establecidos en el art. 384 TRLC (son motivos taxativos):
1.º En la infracción de las normas que esta ley establece sobre el contenido del convenio.
2.º En la infracción de las normas que esta ley establece sobre la forma y el contenido de las adhesiones o de
los votos.
3.º En la adhesión a la propuesta o el voto favorable a la misma por quien o quienes no fueren titulares
legítimos de los créditos, o en la obtención de las adhesiones o de los votos mediante maniobras que afecten a
la paridad de trato entre los acreedores ordinarios, cuando esas adhesiones o esos votos hubieran sido decisivos
para la aprobación de una propuesta de convenio. (Es decir, supuestos en los que se incumple la legalidad en
cuanto al voto o adhesión favorable).
4.º En la infracción de las normas que esta ley establece sobre la tramitación escrita de la propuesta de
convenio o sobre la constitución o la celebración de la junta.
2. No podrá formularse oposición fundada en infracción legal en la constitución o en la celebración de la junta por
quien, habiendo asistido a esta, no la hubiese denunciado en el momento de su comisión, o, de ser anterior a la
constitución de la junta, en el momento de declararse constituida, salvo que concurra alguna de las
circunstancias a que se refiere el número tercero del apartado anterior. (El asistir a la junta es ratificar
implícitamente la validez en la constitución o celebración de la junta).
En el 384 TRLC aparece también otra causa de oposición importante. Sin exigencia de una parte importante
del pasivo, se puede oponer individualmente cuando se sea titular del cinco por ciento de los créditos
ordinarios. También la administración concursal podrá oponerse cuando el convenio sea objetivamente
inviable.
Artículo 384. Oposición por inviabilidad objetiva del cumplimiento del convenio.
Los acreedores legitimados para formular oposición a la aprobación judicial del convenio que, individualmente
o agrupados, sean titulares, al menos, del cinco por ciento de los créditos ordinarios y la administración
concursal podrán oponerse, además, a la aprobación judicial del convenio cuando el cumplimiento de este sea
objetivamente inviable.
Cuando se dice que la compañía no es viable, se está cuestionando el plan de viabilidad de la compañía.
(p.ej. por la alteración extraordinaria de las circunstancias del contrato, Erebus sic stantibus). Una vez que el
convenio se ha aprobado, y luego sucedan hechos extraordinarios, no tenemos un mecanismo legal
actualmente de modificación del convenio. Más bien cuando el convenio se incumpla actualmente se abre la
liquidación concursal. Actualmente nuestro derecho no tiene mecanismos de modificación del convenio. (En
el periodo covid hubo la posibilidad de usar la cláusula Rebus sic stantiubus y también la posibilidad de
refinanciar el contenido del convenio en Isolux ¿Por que no se puede llegar a una refinanciación del propio
convenio concursal?). Cuando se apruebe la nueva reforma de la Ley Concursal habrá una posibilidad de
modificación del convenio.
El plazo de oposición son diez días desde que se presenta (Art. 385 TRLC), y la oposición se tramita como
un incidente concursal (Art. 386 TRLC). Además
El Art. 392 TRLC le permite al juez rechazar de oficio (sin oposición previa). el convenio aceptado por los
acreedores cuando se hayan incumplido ciertos requisitos legales:
La eficacia del convenio comienza desde la sentencia que la apruebe. Salvo que el juez establezca que se
puede retrasar la eficacia hasta que la sentencia de aprobación sea firme. (Art. 393 TRLC).
El Art. 394 TRLC es un artículo misterioso y arcano, pues lo que dice es que un convenio que es eficaz y que
debe cumplirse. Pero este cumplimiento puede producirse durante un periodo de tiempo muy largo (que no
puede ser superior a 10 años). Entonces, durante el cumplimiento del convenio, el concurso se queda
“durmiente”, no concluye. El concurso no va a concluir hasta que haya una resolución firme del
cumplimiento del convenio. Pero a la vez, cesan ciertos efectos de la prohibición del concurso (ej. Se
pueden pedir los intereses), pero el concurso sigue vivo y desde la eficacia del convenio también cesa la
administración concursal.
Por tanto, es una situación muy rara y misteriosa la que se produce durante el cumplimiento del convenio,
porque el concurso no termina, pero cesa la administración concursal. Es un periodo de interinidad. Y
además sin nadie denuncia el incumplimiento del convenio, ni hay una declaración judicial de
incumplimiento del convenio, entonces el convenio puede permanecer en interinidad sine die.
En este sentido, no hay cierre de la fase del convenio, hasta que se cumpla el convenio y se produzca una
declaración de cumplimiento o hasta que un acreedor pida la declaración de incumplimiento del convenio al
juez.
En los art. 396 y 397 TRLC aparecen los efectos del convenio, donde se extienden los efectos de este a los
acreedores ordinarios (y los que se han adherido al convenio) y a los subordinados. En principio, los
acreedores privilegiados si no votan. No se verán afectados por el convenio. Sin embargo, según el art. 397.2
TRLC podrán extenderse estos efectos arrastrándose a los acreedores privilegiados cuando se obtengan
ciertas mayorías:
En este caso se pueden extender los efectos de los convenios a los acreedores privilegiados, cuando dentro de
su clase se hayan establecido las mayorías suficientes: Un 60% de los créditos privilegiados de la misma
clase o un 65% cuando el contenido del convenio sea distinto. Así se podrá arrastrar a los acreedores
privilegiados.
El art. 398 TRLC recoge un efecto muy singular, que consiste en la eficacia novatoria del convenio, quiere
decir que los créditos quedan extinguidos en la parte de la quita y quedan aplazados en su exigibilidad en la
parte de la espera. ¿Cuál es la condición de la eficacia novatoria?: Que el convenio se cumpla, porque si se
incumple el convenio, cesa la eficacia novatoria y renacen los créditos afectados por quitas o esperas en su
cuantía original y en sus condiciones o plazos originales de pago. (Art. 404.1 TRLC)
El 399 TRLC es importante porque en el se establece que el convenio no produce efectos respecto a los
obligados solidarios o fiadores de los deudores.
8. Procedimiento abreviado.
9. Nulidad del convenio
Lo normal es que el convenio se incumpla, en el 90% de los casos se incumple. Los pocos convenios que se
alcanzan suelen terminar en liquidación. El Art. 401 recoge el supuesto de cumplimiento, donde el
concursado deberá notificar al juez el cumplimiento y exigir al juez la declaración de cumplimiento (no hay
una declaración de cumplimiento de oficio).
El incumplimiento del convenio se regula del Art. 402 al 405 TRLC: La declaración de incumplimiento la
puede solicitar cualquier acreedor que estime que el convenio se ha incumplido. La acción de
incumplimiento caduca a los dos meses y se tramita por medio de un incidente concursal. Si el juez estima
que ha habido incumplimiento del convenio, se abre la liquidación concursal.
El art. 404 TRLC regula que sucede con los acreedores que tienen privilegio especial:
Por ejemplo. El que tiene privilegio especial en principio queda afectado al convenio si se ha adherido.
Imaginemos que el acreedor tiene una garantía real, y quiere ejecutar su garantía real sin afectar a la
novación. El acreedor privilegiado puede ejecutar la garantía, y puede no pedir la declaración de
incumplimiento para terminar con el efecto novatorio. Parece que en cualquier caso el que tiene garantía
especial debería pedir la declaración de incumplimiento, pero no es así:
i) Si acepta ejecutar su garantía con el crédito novado, no hace falta declaración de incumplimiento.
ii) Si quiere ejecutar sin contar con la novación de su crédito deberá solicitar la declaración de
incumplimiento.
Durante el convenio, el acreedor con garantía real puede ejecutar su garantía real sin necesidad de pedir la
declaración de incumplimiento, siempre que el acreedor no quiera recuperar su crédito originario.
Los actos realizados en ejecución del convenio producen plenos efectos, sean realizados por terceros o por el
concursado (Art. 405 TRLC).
6. El prepackage
Frente al convenio, que es un negocio entre el deudor y los acreedores, sin embargo, la liquidación no es en
ningún caso negociada. La liquidación es negocial. La liquidación puede plantearse autónomamente con su
propia solicitud de concurso, pero en realidad, en la LRTC la liquidación también es una solución alternativa
a los casos de incumplimiento de convenio. La liquidación sucede después de los casos de incumplimiento
de convenio como solución.
La liquidación concursal tiene efectos muy fuertes, consiste en que los bienes que tenga el deudor se venden
y liquidan en una subasta, y con lo que se obtenga se paga a los acreedores en orden de prelación. Primero se
paga a los acreedores privilegiados (especiales, después generales), después créditos ordinarios y finalmente
los créditos subordinados.
Cuando se abre la liquidación concursal se abre la pieza de calificación, asusta porque es una pieza de
depuración de responsabilidad civil donde se evalúa en que medida el comportamiento de los
administradores ha agravado o generado la insolvencia de la empresa: se mide el grado de contribución a la
insolvencia de la empresa. (La responsabilidad penal va por otro lado, se da cuando hay antijuridicidad).
Otros derechos no tienen pieza de clasificación culpable civil, esto es particular de nuestros derecho español.
Esta pieza de calificación tiene mucha utilidad, porque sirve para negociar o transar. Pero no suele haber
concursos culpables, porque suele negociarse la clasificación del concurso (se suele transar) con el fin de
que cobren los acreedores.
En la liquidación hay varios supuestos de apertura, deben distinguirse supuestos de apertura (a) voluntarios
de (b) obligatorios o forzosos.
(A) Supuesto de apertura voluntario. Art. 406 TRLC el deudor (solo el deudor) puede pedir en cualquier
momento dentro de los diez días siguientes a la solicitud de concurso (e incluso en la solicitud misma del
concurso) la apertura de la liquidación. En este caso, el juez debe abrir la liquidación y debe abrir
también la pieza de clasificación.
(B) Supuesto de apertura obligatoria. Art. 407 TRLC: son supuestos en los que solamente se reconoce
legitimación activa al deudor, pero no es voluntaria sino que tiene el deber de hacerlo:
(i) Mientras está vigente el convenio, el deudor tiene el deber de pedir la liquidación concursal desde
que conozca la imposibilidad de cumplir los pagos comprometidos y las obligaciones
contraídas. El deudor debe adelantarse a pedir la liquidación cuando obtiene el conocimiento de que
es imposible que pueda cumplir sus obligaciones.
(ii) Si no pidiese el deudor la apertura de la liquidación, el 407 TRLC legitima a los acreedores cuando
se justifique alguno de los hechos del art. 2.4 TRLC para pedirlo; pero siempre en defecto de que el
deudor no cumpla con su deber de pedirlo.
(iii) El Art. 408 TRLC recoge supuestos de solicitud de la liquidación por parte de la administración
concursal cuando se produce el cese total o parcial de la actividad profesional o empresarial del
deudor.
(iv) El Juez puede pedir la apertura del concurso de oficio sin que nadie se lo pida.
(i) A instancia de parte: (a) Lo puede pedir el deudor (Art. 406 y 407.1 TRLC) y (b) Lo pueden pedir los
acreedores, y (c) a solicitud de la administración concursal (Art. 408 TRLC).
(ii) De oficio: Esta apertura se produce de oficio, sin que nadie la pida (Art. 409 TRLC).
Es un supuesto residual que se da cuando el deudor no pide el concurso. (Art. 407.2 TRLC).
La apertura de la fase de liquidación de oficio por parte del juez se regula en el Art. 409 TRLC, y requiere
ciertos supuestos para que el juez pueda abrir la fase de liquidación:
1) No haberse presentado o no haber sido admitidas a trámite las que hubieren sido presentadas.
2) No haberse aceptado ninguna propuesta de convenio en la junta de acreedores o en la tramitación escrita.
3) Haberse rechazado por resolución judicial firme el convenio aceptado
4) Haberse declarado por resolución judicial firme la nulidad del convenio aprobado por el juez.
5) Haberse declarado por resolución judicial firme el incumplimiento del convenio.— Si no hay resolución
judicial firme de incumplimiento del convenio, en ese caso no puede el juez abrir la liquidación de
oficio. El convenio se incumple, pero los acreedores debe denunciarlo ante del juez para que declare el
incumplimiento mediante resolución judicial.
(i) Cesa el administrador concursal, y se nombra un liquidador, que puede ser el propio administrador
concursal.
44Se evita la liquidación con las normas del reconvenio, pero las normas del reconvenio son ahora normas Covid-19
que aun no son estables. Estas normas se harán estables con la nueva reforma concursal).
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Doble Grado en Filosofía y Derecho Profesora: Juana Pulgar Ezquerra
a. El régimen que se aplica a sus facultades de disposición sobre el patrimonio del deudor es el régimen
de suspensión de facultades. Si al principio hubo un régimen de intervención sobre sus facultades,
este régimen se convertirá en suspensión.
b. Si el concursado es persona natural cesa el derecho de alimentos con cargo a la masa activa de la
empresa, salvo en los casos del 413.2 TRLC (a no ser que sea necesario atender a las necesidades
mínimas del concursado, el cónyuge (o pareja de hecho inscrita) o los descendientes bajo su
potestad).
(a) El primer efectos obre los créditos es el vencimiento anticipado de los créditos (si se abre la
liquidación los créditos vencen automáticamente). El concurso en general y su declaración no
producen el vencimiento de los créditos, pero la apertura de la liquidación si
(b) El segundo efecto sobre los créditos es la conversión en dinero de los créditos que consistan en otras
obligaciones (Art. 414 TRLC). (P. ej. Si eran obligaciones de hacer, deberán valorarse y
cuantificarse).
En primer lugar, debe haber un plan de liquidación conforme al que se enajenarán los bienes, en segundo
lugar se enajenan los bienes y finalmente, se pagará a los acreedores. Estas son las tres operaciones de una
liquidación:
- Si el juez del concurso no aprueba el plan de liquidación se aplican las reglas supletorias del (Art.
421 a 423 TRLC). Si no hay plan los bienes se enajenarán conforme al procedimiento de apremio que
se regula en la Ley de Enjuiciamiento civil (LEC). Se da prioridad a la enajenación unitaria de la
empresa como un todo conjunto, tratando de evitar la enajenación disgregada de los elementos de la
compañía. Esto es así porque en la enajenación disgregada se pierde mucho valor de la compañía. El
procedimiento de apremio de la LEC conlleva la subasta pública judicial o por entidad especializada, y
debe tener la publicidad del artículo Art. 423 TRLC.
B) La enajenación de los bienes. En la subasta se va obteniendo dinero, el Art. 425 permite por ello la
consignación preventiva de parte del dinero que se va recibiendo y que se integra en la Masa activa. Se
consigna o se deja el dinero a la masa activa, sin que se pueda gastar.
- El administrador concursal que se convierte generalmente en liquidador tiene dos deberes muy
importantes: (a) Por una parte debe presentar informes trimestrales de liquidación (Art. 424 TRLC) y
luego, según el art. 427 TRLC se le concede el principio un año desde la firmeza de la resolución
judicial que abre la liquidación para que la liquidación concluya. Y si no se cumple el año se le separa
al administrador concursal, y si se le separa deberá devolver lo que haya percibido en el procedimiento
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concursar. Pero esta separación del administrador concursal por prolongación indebida de la liquidación
solo se va a producir si no existe causa que justifique el retraso. (Art. 428 TRLC) (Por ejemplo. Si el
precio de los bienes o acciones se ha desplomado, es mejor esperar a no liquidar ciando el precio a
bajado tanto).
C) El pago a los acreedores Hay que deducir de lo que se saque de las ventas, el pago de los créditos contra
la masa pues son créditos predecibles, que cobran inmediatamente y que son los más privilegiados (Art.
429 TRLC). Después se pagará a los créditos que tienen privilegio especial (Art. 430 TRLC) y “Si un
mismo bien o derecho se encontrase afecto a más de un crédito con privilegio especial, los pagos se
realizarán conforme a la prioridad temporal que para cada crédito resulte del cumplimiento de los
requisitos y formalidades previstos en su legislación específica para su oponibilidad a terceros”.
(Principio prior in tempore piotr in iure). Después se pagará a los créditos ordinarios (Art. 433 TRLC)
y finalmente se pagará a los créditos subordinados, que no pueden en ningún caso ser pagados hasta que
los créditos ordinarios y privilegiados se hayan satisfecho íntegramente en su pago. Por esto mismo,
se le denomina al acreedor subordinado como anti-privilegiado, porque normalmente no cobra.
- El Art. 440 TRLC. El pago de intereses. Si quedase un remanente después del pago de la totalidad de
los acreedores concursales, se pagarán los intereses que se hayan suspendido.
- Y finalmente, el art. 439 TRLC coordina el pago en la liquidación con posibles pagos parciales que se
hubieran hecho en un convenio de liquidación previo. La causa más frecuente de liquidación es que se
haya incumplido un convenio. (P.ej. El convenio ha estado vigente cuatro años): Se partirá de la
presunción de que los pagos efectuados en el convenio son legítimos, mientras no se demuestre lo
contrario, y los acreedores cobrarán lo que les falte. Pero estos acreedores no podrán percibir el pago,
hasta que el resto de acreedores con créditos del mismo rango hayan cobrado lo equivalente.
6. Tramitación procesal
6.1. Apertura y reapertura de la sección de calificación
6.2. Personación de interesados
6.3. Informe de la administración concursal. Dictamen del ministerio fiscal y escritos de oposición
7. La sentencia de calificación
7.1. Contenido
7.2. Inhabilitación y pérdida de derechos
7.3. Devolución de lo indebidamente extraído y responsabilidad por daños
7.4. La responsabilidad concursal y la infracción del deber de lealtad del administrador social
7.5. "Business judgment rule" y calificación concursal
7.6. Recursos y ejecución
La Calificación del concurso es una pieza de depuración de responsabilidad civil (no penal), donde se mide
en que medida el deudor ha podido generar o agravar el estado de insolvencia. Se mide la causalidad de la
agravación o de la generación del estado de insolvencia.
Una cosa es la apertura de la sección de calificación, en este caso se abre la pieza de clasificación: que no es
igual a que se declare culpable. Una cosa es la apertura y otra es que el concurso sea después declarado
culpable. Sin embargo, una vez abierta la pieza, es muy difícil que con las presunciones generales o
concretas el concurso este no sea declarado culpable.
Es una sección que no es necesaria, se abre solo cuando hay liquidación. Esta pieza de calificación no es una
consecuencia de la apertura del concurso, constituye una pieza del concurso, que solamente se abre en los
supuestos del art. 443 TRLC: cuando haya quitas desproporcionadas o esperas de más de tres años.
El concurso culpable se estructura sobre la base de una cláusula general y una serie de presunciones iuris
tantum y iuris et de iure (sin prueba en contrario).
a) La cláusula general establece quienes podrán quedar afectados por el concurso culpable, y cuales serán
los elementos del concurso culpable. Esta cláusula aparece en el art. 442 TRLC, y exige dolo o culpa
grave del deudor en la generación o agravación del estado de insolvencia que debe concurrir en el deudor
o en los administradores o liquidadores si el deudor es una sociedad (o los que tuviesen esa condición
dos años antes).
3.2. Presunciones
b) Las presunciones de culpabilidad: Para facilitar esta calificación de culpabilidad se requiere un nexo
de causalidad entre la culpa grave y el dolo, y la generación o agravamiento de la insolvencia; para ello
se establecen ciertas presunciones de culpabilidad.
(A) En el art. 443 TRLC se establecen las presunciones iuris et de iure donde el concurso se clasificará
culpable en todo caso, y respecto a las cuales no cabe prueba en contrario:
i. En primer lugar, el alzamiento de bienes en perjuicio de sus acreedores que retrase, dificulte o
impida la eficacia de un embargo en cualquier clase de ejecución. El alzamiento es un ilícito
civil que consiste en sustraer bienes en perjuicio de los acreedores.
ii. Cuando se comete fraude de acreedores: Cuando durante los dos años anteriores a la fecha de la
declaración de concurso hubieran salido fraudulentamente del patrimonio del deudor bienes o
derechos. El fraude es un concepto jurídico general en derecho. (Art. 6 C.c).
iii. Cuando el deudor establecen actos jurídicos para crear una situación patrimonial ficticia. (Por
ejemplo, establecer un balance patrimonial ficticio de una sociedad).
iv. Cuando el deudor cometa una inexactitud grave en cualquier documento del concurso o
presentación de documentación falsa.
vi. Cuando la apertura de liquidación se hubiese acordado de oficio por incumplimiento del
convenio imputable al concursado.
(B) En el art. 444 TRLC se establecen las presunciones iuris tantum, donde el concurso se presume
culpable salvo prueba en contrario en los siguientes casos:
i. El incumplimiento tardío del deber de solicitar la declaración del concurso. Aquí el deudor
puede alegar: (1) Donde el deudor alega que cumplió su deber porque estaba intentando
renegociar un plan de refinanciación y de deuda, que tiene como presupuesto la insolvencia
actual, inminente o la probabilidad de insolvencia. La propia comunicación del inicio de
negociaciones de refinanciación suspendía el deber de poder el concurso en tres meses (y si no
se alcanza el acuerdo se tiene otro mes para pedirlo). (2) Si no hay acuerdo de refinanciación,
puede decir que se retraso en pedir el concurso porque estaba encontrando vías alternativas al
concurso de acreedores.
ii. En el Art. 444.2 TRLC se refuerzan los deberes de colaboración del deudor con el Juez. Si el
deudor incumple su deber de colaboración con el juez se presume concurso culpable. Pero se
podrá probar que no colaboró por otros motivos.
iii. El deudor que obligado a llevar una contabilidad legal: no hubiera formulado las cuentas
anuales, no las hubiera sometido a auditoría, debiendo hacerlo, o, una vez aprobadas, no las
hubiera depositado en el Registro mercantil o en el registro correspondiente. (Art. 444.3 TRLC).
hubiera sometido a auditoría, debiendo hacerlo, o, una vez aprobadas, no las hubiera depositado en el
Registro mercantil o en el registro correspondiente.
El art. 445 TRLC recoge la figura del complice que “son las personas que con dolo o culpa grave hubieran
cooperado con el deudor o, si los tuviere, con sus representantes legales y, en caso de persona jurídica, con
sus administradores o liquidadores, tanto de derecho como de hecho, o con sus directores generales, a la
realización de cualquier acto que haya fundado la calificación del concurso como culpable”.
a) Las personas afectadas por la sentencia de calificación: Son las personas que aparecen en el artículo
442: “El deudor o, si los tuviere, de sus representantes legales y, en caso de persona jurídica, de sus
administradores o liquidadores, de derecho o de hecho, directores generales, y de quienes, dentro de los
dos años anteriores a la fecha de declaración del concurso, hubieren tenido cualquiera de estas
condiciones.
b) Luego están los cómplices (Art. 445 TRLC), que son quienes cooperan con dolo o culpa grave con
cualquier persona afectada por la sentencia de calificación. (P.ej. El banco que aprueba la garantía en
prejuicio de los acreedores con dolo).
Aunque existen mecanismos de reintegración, donde se devuelven a la masa activa bienes del deudor que no
debieron salir de su patrimonio. Después tenemos un mecanismo de completamiento de la masa activa,
donde patrimonios de terceros se añaden al patrimonio del deudor y a la masa activa para satisfacer a los
acreedores. Un mecanismo de completamiento de la masa activa es la sentencia de concurso culpable, donde
se condena a los administradores, liquidadores y a los cómplices donde el patrimonio de estos completa el
patrimonio del deudor.
5. Tramitación procesal
5.1. Apertura y reapertura de la sección de calificación
En el art. 447 TRLC se establece la personación de acreedores o cualquier persona que tenga interés
legítimo, donde los acreedores podrán personarse en la sección sexta de calificación y alegar por escrito todo
lo que sea conveniente para la calificación del concurso.
5.2. Informe de la administración concursal. Dictamen del ministerio fiscal y escritos de oposición
El Letrado de la Administración de Justicia deberá instar a la administración concursal para que presente un
informe razonado.
El Ministerio Fiscal intervendrá con un dictamen, justificando la causa, así justificando la causa, así como la
determinación de los daños y perjuicios que, en su caso, se hayan causado por las personas anteriores, y las
demás pretensiones que estime procedentes.
Si coincide el informe de la administración concursal y el dictamen del Ministerio Fiscal, y ambos dicen que
estamos ante un caso de culpabilidad fortuito se archiva la sección de calificación. Es aquí donde se suele
transar o negociar con la pieza de calificación. (El Ministerio fiscal suele estar de acuerdo siempre con la
administración concursal).
6. La sentencia de calificación
6.1. Contenido
El juez deberá pronunciarse en la sentencia de calificación donde esta sentencia declarará “el concurso
como fortuito o como culpable. Si lo calificara como culpable, expresará la causa o causas en que se
fundamente la calificación”. (Art. 455.1 TRLC) Y además la sentencia deberá contener todos los
pronunciamientos del art. 455.2 TRLC cuando se declare como culpable:
i. Deben determinarse las personas afectadas por la calificación, así como, en su caso, la de las declaradas
cómplices.— En caso de persona jurídica, podrán ser consideradas personas afectadas por la calificación
los administradores o liquidadores, de derecho o de hecho, los directores generales y quienes, dentro de
los dos años anteriores a la fecha de la declaración de concurso, hubieren tenido cualquiera de estas
condiciones.— Si alguna de las personas afectadas lo fuera como administrador o liquidador de hecho, la
sentencia deberá motivar específicamente la atribución de esa condición. (P.ej. A veces los conevnants
contractuales convierten a los Bancos en administradores de hecho, donde estos indirectamente le dicen
a las empresas lo que deben que hacer y como gestionarse).
ii. La inhabilitación de las personas naturales afectadas por la calificación para administrar los bienes
ajenos durante un período de dos a quince años, así como para representar a cualquier persona durante el
mismo período.— Es decir, es una sanción civil la inhabilitación de dos a quince años del
administrador.
iii. La sentencia debe también establecer la perdida de cualquier derecho que las personas afectadas por la
calificación o declaradas cómplices tuvieran como acreedores concursales o de la masa.
iv. Además de perder derechos económicos las personas afectadas por la calificación o declaradas
cómplices a devolver los bienes o derechos que indebidamente hubieran obtenido del patrimonio del
deudor o recibido de la masa activa.
v. Por último, la condena a las personas afectadas por la calificación o declaradas cómplices a indemnizar
los daños y perjuicios causados.
Ahora bien, cuando la calificación se da como consecuencia de que se ha abierto la liquidación, entonces hay
una consecuencia especifica que es lo que se llama la responsabilidad por cobertura del déficit
patrimonial. Solo cuando se ha abierto la liquidación opera esta responsabilidad por cobertura del déficit.
Esta es una responsabilidad por daño indemnizatoria, donde el juez puede (potestativamente) condenar en
todo o en parte. Esta es una sanción que puede llegar a ser “bestial”, porque es una condena solamente a las
personas afectadas por la calificación donde se les condena a que paguen a los acreedores lo que no han
percibido. Es una responsabilidad que se regula en el art. 456 TRLC que tiene los siguientes elementos:
1) El juez podrá condenar (es potestativo), donde el juez deberá decidir en la sentencia de calificación si
va a condenar o no a las personas afectadas a que paguen o no a los acreedores. El elemento necesario
del juez para poder condenar a estos sujetos deberá ser la vinculación directa de un nexo causal entre la
generación o agravación del concurso y el comportamiento de la persona vinculada. Esta es una
responsabilidad por daño indemnizatoria, donde el juez puede (potestativamente) condenar en todo o en
parte. El juez no se basa en un criterio discrecional, sino en un juicio de causalidad: “en la medida que la
conducta de que estas personas haya determinado la calificación del concurso como culpable hubiera
generado o agravado la insolvencia”. (Art. 456.1 in fine TRLC). Por tanto esta no es una
responsabilidad sanción, sino que es una responsabilidad indemnizatoria por daño, y en tanto que
no haya daño, no habría responsabilidad por cobertura del déficit.
2) En el art. 133 TRLC se establece el embargo de los administradores si el juez ve indicios de que este
pueda ser responsable del agravamiento de la responsabilidad por cobertura del deficit. Este embargo es
cautelar y accesorio respecto de la pretensión principal (Ej. Caso Boliden, Sueco al que se embargo la
cuenta de banco).
3) Y podría el juez condenar también si hay varias personas responsables de manera solidaria o de manera
no solidaria e individualizada. Y además podrá condenar por la cobertura total o parcial del déficit a los
administradores.
Cuando se habla de la responsabilidad por cobertura del déficit concursal (según el 456.2 TRCL) el valor de
los bienes que integran el inventario de la masa activa es inferior a la suma de los importes de los créditos
que están en la lista de acreedores: por eso se habla de déficit patrimonial. Esta responsabilidad por cobertura
del déficit garantiza que ese deficit será pagado por el administrador con su responsabilidad.
4) En caso de haber un consejo de administradores. La sentencia deberá individualizar que debe pagar cada
uno de los administradores en un consejo de administración, en la medida en que participaron en los
hechos que produjeron la calificación culpable.
6.3. La responsabilidad concursal y la infracción del deber de lealtad del administrador social.
Por último si hay esta responsabilidad de responsabilidad de los administradores en materia concursal, debe
decirse si es compatible con otras acciones de responsabilidad. Esta responsabilidad de los administradores
por cobertura del déficit puede coexistir con la acción de responsabilidad individual de los administradores
pero no es compatible con la responsabilidad del pago de deudas u obligaciones sociales desde que se debió
instar la disolución.
Las causas de conclusión del concurso aparecen en el artículo 465 TRLC, procederá en las siguientes situaciones:
1.1.1.Firmeza del auto de la audiencia provincial que revoque en apelación el auto de declaración
de concurso
1.1.2.Carencia sobrevenida del objeto
Cuando concluye el concurso cesan todas las limitaciones a las facultades de administración y disposición
sobre los deudores. Los deudores vuelven a tener sus facultades de administración y disposición. Además
cesa la administración concursa y el juez ordenará el archivo de las actuaciones.
La conclusión del concurso implica que la sociedad pasa a no existir por perdida de personalidad jurídica, se
produce la cancelación registral de oficio en el registro de la persona jurídica y de los asientos de esa
compañía. ¿Es la cancelación registral de la compañía constitutiva de la inexistencia de la sociedad?: En la
LSC la cancelación registral viene a constituir la inexistencia de la sociedad, pero si la sociedad tiene pasivos
sin satisfacer pero se produce su cancelación el TS ha dicho que hay una personalidad residual que sigue
existiendo.
• Los acreedores podrán en primer lugar plantear acciones individuales para la satisfacción de su crédito.
• La inclusión en la lista definitiva como acreedor, se equipara a una sentencia de condena a efectos de
ejecución.
- Respecto del deudor si queda pasivo insatisfecho no se extingue ese pasivo insatisfecho, porque lo que va
a hacer el acreedor será llevar a acabo acciones ejecutivas individuales (Art. 1911 C.c) con la
responsabilidad universal del deudor. (Art. 484.1 TRLC). Salvo que ese deudor obtenga la exoneración del
pasivo insatisfecho.
- En la exoneración del pasivo insatisfecho se extinguen los créditos y los acreedores no podrán pedirlos
después del concurso. Estamos ante un perdón de las deudas ex lege, que no depende del consentimiento
de los acreedores. Por ley, en ciertos casos, ciertas deudas quedarán perdonadas. ¿Por qué?: En principio
debe protegerse el mercado de crédito, que se protege cumpliendo el marco general de obligaciones y
contratos (Art. 1911 C.c), porque si no se protege que los acreedores sean satisfechos en sus deudas no
habrá incentivo en el mercado a dar créditos. Por tanto, los mecanismos de exoneración del pasivo
insatisfecho desincentiva el mercado de crédito. Pero, como segundo motivo desde el punto de vista del
deudor, se ha invocado la imposibilidad del fresh start o segunda oportunidad de los deudores personas
físicas después de pasar estos por un concurso de acreedores. Y además, si no se les perdona el pasivo
insatisfecho a estos deudores se incentivará la evasión del sistema fiscal.
- Por tanto, en la UE se ha pensado que a los deudores que no les sea imputable su sobre-endeudamiento se
ha pensado que debía perdonarse a estos individuos persona física su pasivo insatisfecho tras un
procedimiento concursal (Ej. Sobre todo el sobre-endeudamenitno hipotecario). Respecto a las personas
físicas este mecanismo de exoneración pasivo insatisfecho, además se incentiva el emprendimiento. Si no
se perdonase a estas personas acrecentaría la eclosión social de estas personas.
- La comisión Europea por ello en su nueva directiva ha obligado a los países mediante una directiva a
introducir este mecanismo del pasivo insatisfecho para personas físicas. ¿Como funciona este mecanismo
en nuestro derecho?
En el Art. 487 TRLC establece quien puede solicitar este mecanismo son las personas físicas que están
insertas en un concurso de acreedores. En nuestro modelo, se requiere antes una previa liquidación de los
activos del deudor para poder pedirse la exoneración del pasivo insatisfecho. No se permite exonerar el
pasivo insatisfecho pero continuar con la actividad, debe haberse liquidado la compañía.
El Art. 487 TRLC establece los deudores que pueden solicitar al juez este beneficio de la exoneración del pasivo
insatisfecho siempre que el deudor sea una persona natural de buena fe. El Art. 487.2 define que debe entenderse
aquí por buena fe:
- 1.º Que el concurso no haya sido declarado culpable. No obstante, si el concurso hubiera sido declarado
culpable por haber incumplido el deudor el deber de solicitar oportunamente la declaración de concurso, el juez
podrá conceder el beneficio atendiendo a las circunstancias en que se hubiera producido el retraso.
- 2.º Que el deudor no haya sido condenado en sentencia firme por delitos contra el patrimonio, contra el
orden socioeconómico, de falsedad documental, contra la Hacienda Pública y la Seguridad Social o contra
los derechos de los trabajadores en los diez años anteriores a la declaración de concurso. Si existiera un
proceso penal pendiente, el juez del concurso deberá suspender la decisión respecto a la exoneración del pasivo
insatisfecho hasta que recaiga resolución judicial firme.
El Art. 489 TRLC establece que para obtener este beneficio de exoneración del pasivo insatisfecho siempre
es a instancia de parte y deberá darse audiencia a las partes.
En nuestro modelo legal no se quería que el beneficio a la exoneración del pasivo insatisfecho no fuese un
null plans es decir, que fuese un beneficio de pago donde se perdonan todas las deudas pendientes. Esto se ha
intentado evitar para que no hubiese moral hazard. Sino que en nuestro modelo se deberán antes pagar los
créditos contra la masa y los créditos privilegiados (Art. 488 TRLC). Por ello, en el Art. 488 TRLC para
acogerse a este BEPI debe pagarse casi todo: (i) los créditos contra la masa, (ii) los créditos privilegiados
(con los créditos con privilegio general y especial) y al menos haya intentado celebrar un acuerdo
extrajudicial de pagos.
El acuerdo extrajudicial de pagos ha servido para tener mejores condiciones en la exoneración del pasivo
insatisfecho (Art. 488.1 TRLC). Aunque también es posible acogerse al BEPI si no se ha intentado el acuerdo
extrajudicial de pagos; pero además de pagar (i) los créditos contra la masa, (ii) los créditos privilegiados
(con los créditos con privilegio general y especial) deberá (iii) pagar el 25% de los créditos ordinarios.
El presupuesto objetivo de la exoneración del pasivo insatisfecho (BEPI), tiene dos partes:
- La extensión de la exoneración. A que deudas puede extenderse la exoneración. ¿Qué créditos son los que
se exoneran?:
i) Primero, si se ha intentado un previo acuerdo extrajudicial de pagos (Art. 491.1 TRLC): Si el deudor
“hubiera intentado un previo acuerdo extrajudicial de pagos, el beneficio de la exoneración del pasivo
insatisfecho se extenderá a la totalidad de los créditos insatisfechos, exceptuando los créditos de derecho
público y por alimentos”.— El problema está en que normalmente los créditos ordinarios que más
cuantía tienen son los créditos públicos, esta prohibición de extender la exoneración evita un fresh start
real. Tampoco pueden exonerarse los créditos por alimentos.
ii) Segundo, si el deudor no hubiese intentado un previo acuerdo extrajudicial de pagos (Art. 491.2 TRLC):
“el beneficio de la exoneración del pasivo insatisfecho se extenderá al setenta y cinco por ciento de los
créditos ordinarios y a la totalidad de los subordinados”.
Actualmente según la redacción del art. 491.1 TRLC el beneficio de la exoneración del pasivo insatisfecho
no puede extenderse al crédito público. Los jueces, sin embargo, han extendido el BEPI a los créditos
públicos en la pandemia con el argumento de que el art. 491.1 TRLC es ultra vires.
Sin embargo, el nuevo Proyecto de Ley se ha conseguido que se perdonen 1000€ de crédito público con el
beneficio de exoneración del pasivo insatisfecho. Se contempla expresamente que el crédito público se va a
exonerar, aunque realmente es muy poco.
- ¿Por que causas puede revocarse esa exoneración del pasivo insatisfecho?:
En el art. 492 TRLC se regula la revocación del beneficio de la exoneración de pasivo insatisfecho, si se
pudiese constatar en los congo años posteriores a la exoneración que el deudor ocultó la existencia de bienes,
derechos o ingresos. Los acreedores recobrarían plenamente sus créditos frente al deudor.
Un deudor de buena fe que no pudiese pagar los créditos contra la masa, créditos privilegiados. Se permite
un plan de pagos en el TRLC (493 TRLC y ss).
El 498 TRLC recoge la revocación de la concesión de la exoneración en caso de plan de pagos: (i) que no
tenga buena fe, (ii) que incumpliere el plan de pagos, (iii) si mejorase sustancialmente la situación
económica del deudor por causa de herencia, legado o donación, o por juego de suerte, envite o azar, de
manera que, sin detrimento de la obligación de satisfacer alimentos, pudiera pagar todos los créditos
exonerados. (El retorno a mejor fortuna no debería revocar la concesión del BEPI, porque esto puede
incentivar la economía sumergida). Esta revocación del retorno a mejor fortuna no esta contemplada cuando
no hay plan de pagos.
El Art. 499 TRLC establece que cuando hay un plan de pagos, una vez concedida la exoneración hay una
fase provisional y luego hay una fase de exoneración definitiva. La exoneración definitiva no se dará hasta
que no se haya cumplido el plan de pagos. En el art. 499.2 TRLC se establece que: “Aunque el deudor no
hubiese cumplido en su integridad el plan de pagos, el juez, previa audiencia de los acreedores,
atendiendo a las circunstancias del caso, podrá conceder la exoneración definitiva del pasivo insatisfecho del
deudor que no hubiese cumplido en su integridad el plan de pagos pero hubiese destinado a su
cumplimiento, al menos, la mitad de los ingresos percibidos durante el plazo de cinco años desde la
concesión provisional del beneficio que no tuviesen la consideración de inembargables (…)”.
En el art. 500 TRLC se establecen los efectos de la exoneración del pasivo insatisfecho, donde: “Los
acreedores cuyos créditos se extingan por razón de la exoneración no podrán iniciar ningún tipo de acción
frente al deudor para el cobro de los mismos”.
En el Art. 502 TRLC se establecen los efectos de la exoneración sobre los obligados solidarios y sobre
fiadores. Donde la exoneración no afectará a los derechos de los acreedores frente a los obligados
solidariamente con el deudor y frente a sus fiadores o avalista.
La reapertura del concurso se produce por distintas causas , según el deudor sea persona natural o persona
jurídica (Art. 504 TRLC).
Artículo 505. Reapertura del concurso concluido por deudor persona jurídica.
1. La reapertura del concurso del deudor persona jurídica por liquidación o por insuficiencia de la masa activa solo
podrá tener lugar cuando, después de la conclusión, aparezcan nuevos bienes.
2. En el año siguiente a la fecha de la conclusión del concurso por liquidación o por insuficiencia de la masa activa,
cualquiera de los acreedores insatisfechos podrá solicitar la reapertura del concurso. En la solicitud de reapertura
deberán expresarse las concretas acciones de reintegración que deban ejercitarse o, en su caso, exponerse aquellos
hechos relevantes que pudieran conducir a la calificación de concurso como culpable, salvo que, en el concurso
concluido, ya se hubiera calificado el concurso como culpable.
3. En la resolución judicial por la que se acuerde la reapertura del concurso, el juez ordenará la liquidación de los
bienes y derechos aparecidos con posterioridad a la conclusión.
En el Art. 507 TRLC se establece la manera de hacer el inventario y la lista de acreedores en caso de
reapertura.
7. La circulación: el endoso
7.1. Clases y efectos
8. El aval cambiario
9. El pago de la letra
9.1. Vencimiento y presentación al pago
9.2. La falta de pago: el protesto y la vía de regreso
1. El cheque
1.1. Concepto, caracteres y función económica del cheque. Regulación actual
1.2. Requisitos formales
1.3. Elementos personales
1.4. La transmisión
1.5. El pago
1.6. La falta de pago
2. El pagaré
2.1. Concepto, caracteres y función económica. Regulación actual
2.2. Requisitos formales
2.3. Régimen jurídico
1. El contrato de agencia
1.1. Concepto, caracteres y función económica
1.2. Contenido del contrato
1.2.1.Obligaciones del agente
1.2.2.Obligaciones del principal
1.3. La extinción del contrato
3. 3. Contrato de franquicia
3.1. Concepto, caracteres y función económica
3.2. Naturaleza jurídica
3.3. Forma
3.4. Contenido del contrato
3.4.1.Obligaciones del franquiciador
3.4.2.Obligaciones del franquiciado
3.5. La extinción del contrato
2. El contrato de transporte
2.1. Concepto, caracteres y función económica
2.2. Elementos personales del contrato de transporte
2.3. Delimitación general de las clases de contrato de transporte y régimen jurídico aplicable
2.4. El transporte terrestre de mercancías
2.4.1.Elementos personales
2.4.2.Elementos formales: la carta de porte
2.4.3.Contenido del contrato
A. Obligaciones del cargador
B. Obligaciones y responsabilidad del porteador
C. Obligaciones del destinatario
3. Garantías reales
3.1. La prenda
3.2. La hipoteca
En el Texto refundido de la Ley Concursal, no aparece ninguna exclusión de los bancos y entidades
financieras respecto del concurso de acreedores. Lo que quiere decir que pueden quedar sometidos al
concurso de acreedores las entidades financieras, aseguradoras y de crédito (los bancos).
A raíz de la cada de Lehman Brothers de 2008 lo que se hizo fue generar un paquete normativo orientado
hacia la unión y armonización bancaria dentro de la Unión Europea. Pero, la Unión bancaria dentro de la UE
está en construcción: Actualmente hay un código normativo único o the single rule Book, formado por tres
directivas: (i) La Directiva 2013/36, la que regula los requerimientos de capital y reglas de Basilea III, (ii)
Directiva 2014/59 de resolución y recuperación bancaria y (iii) La directiva 2014/49 de garantías de
depósito. En estas directivas se regulan ciertos parámetros de armonización en la UE. Estas proyectados
mecanismos comunes de supervisión (el MUS), un mecanismo único de resolución (MUR) y el Fondo
europeo de garantía de depósitos. Todos estos mecanismos sirven para garantizar el sistema bancario en aras
a proteger el interés general.
También, cuando el capital de explotación es ajeno (se basa en los depósitos de los clientes) es necesaria una
regulación para proteger el interés general de los depositantes. Como puede haber un gran riesgo para los
depositantes, y el interés general de estos, es necesario protegerlos. Por ello, los bancos deben estar
regulados y por ello es necesario establecimiento de unos mecanismos europeos de supervisión comunes es
una propiedad
(ii) La Directiva 2019/23 sobre planes de reestructuración preventiva, aunque fuera de ella quedan los
bancos, las entidades de crédito y de inversión, esa directiva en sus considerandos oficiales dice que
quiere contribuir a la reducción del riesgo debido a los “non performing lonas” (NPLs) o los créditos
morosos que no pueden cobrar. Pues si aumenta la cartera de los NPLs los bancos pueden acabar en
insolvencia y tener graves problemas. Por ello, si los deudores pueden actuar tempranamente y no llegar
a un concurso gracias a los instrumentos pre-concursales, pueden reducir el riesgo de los NPLs.
(Considerando III y IV de la Directiva). Además, dado que es posible obligar a los socios a un plan de
reestructuración donde se convierte deuda en capital, se puede hacer que los bancos se conviertan en
accionistas de ciertas compañías.
a) Hay entidades que quedan dentro de los procedimientos comunes judiciales de insolvencia.
b) Hay otras entidades que deberán ir a un procedimiento de resolución bancaria.
2. La resolución bancaria:
Siempre que hay problemas de insolvencia en los bancos se controla la información. Se debe procurar que la
insolvencia o los problemas económicos del banco no trasciendan, para que haya un Bank Run. Hay una fase
preventiva, otras de medidas de intervención temprana y otra fase de resolución:
a) Habría un sistema de alertas tempranas, de manera que los Bancos no van directamente a resolución. En
este sistema de alertas, estamos ante un marco de supervisión prudencial, los Bancos nacionales obligan
a que los Bancos cumplan ciertos requisitos propios (las provisiones bancarias), donde en función de los
créditos fallidos de los bancos se dejen provisiones de los créditos que se han incumplidos. Además, los
Bancos deben tener una capacidad financiera de absorción de perdidas. Estas medidas se establecen en
una fase previa de prevención.
b) Medidas de intervención tempranas, en estas medidas si que estaríamos ante signos de crisis económicas
en la entidad bancaria o de crédito que podrían manifestarse, y en esta fase, es muy importante la
financiación de la compañía. Es decir, ¿cómo se financian los bancos?: Los Bancos se pueden financiar:
• (a) Acudiendo a ayudas publicas excepcionalmente a través del mecanismo de capitalización cautelar
(Art. 32.4.d) Directiva 2014/59). Es una financiación que no se puede utilizar para financiar
perdidas, sino que debe ser competente con el marco europeo de ayudas de estado. Este tipo de
financiación se puede dar cuando haya perturbaciones grandes del sistema (ej. Banco popular). La
autoridad de supervisión y regulatoria debe estimar que es una “gran perturbación”.
• Bail-in versus Bail-out: En la actual directiva hay un paso diferenciado del “Bail out” al “Bail in”, no
hay una sola ayuda de estado hasta que los que pertenecen a la entidad financiera o están vinculados
con ella hagan sus sacrificios, solo después del “Bail in” se pueden producir las ayudas de Estado. El
“Bail out” tienen dos problemas: (a) Se desvía el dinero público de otros sectores hacia el sector
privado, lo que supone gastar dinero de los contribuyentes en rescatar una empresa privada (que
debería si es insolvente salir del mercado). (b) En segundo lugar, se produce el riesgo de moral
hazard, si los bancos saben que los van a rescatar con dinero público. tienen un incentivo para no ser
diligentes y cautelosos con su dinero. Con la introducción del mecanismo del “Bail-in”, el paradigma
“to Big too fail” se ha roto, como sucedió con Lehman Brothers. Pero además, se ha roto el
paradigma del rescate con dinero público, con el Bail-out. Ahora los accionistas y acreedores tienen
el incentivo de supervisar las entidades bancarias.
• Fondo de garantía de depósitos: Habrá una cobertura de los depósitos en caso de que se pierdan.
• Garantía estatal para respaldar la liquidez de instrumentos de Bancos centrales, garantía de pasivos
estatales de nueva emisión o la inyección de fondos propios.
• También se puede acudir al mecanismo de liquidez de emergencia procedente de los Bancos
centrales (ELA).
En todas estas medidas preventivas y de intervención temprana, la lucha contra los NPLs (non performing
loans) serán medidas de actuación temprana.
La Directiva 2021/2167 del 24 de noviembre de 2021 es muy importante trata sobre administradores de
créditos, que permite gestionar que hacemos con los non performing lonas mediante el pasaporte europeo.
Nº2 IUSTEL- David Ramos y Lamadini. Sobre empresas de gestión de activos. Para atacar los non
performing loans, donde una medida para combatir estos créditos es venderlos en mercados secundarios.
La resolución bancaria busca sacar a ciertas entidades de los procedimientos de insolvencia, donde se
persigue la protección de la estabilidad financiera, la protección de depositantes, la protección de intereses
públicos y fondos, y la protección de intereses y activos. No se ha aludido en la resolución a que los
acreedores cobren, sin embargo, debe tenerse en cuenta que los principales acreedores de los bancos son los
depositantes.
La resolución bancaria plantea una serie de fricciones con otras disciplinas jurídicas: (i) Con el derecho de la
competencia, por posibles ayudas de estado y con la necesaria eliminación de empresas no viables del
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mercado, y que los accionistas supervisen a las entidades financieras revisando el valor de sus acciones, (ii)
conexiones con el derecho tributario y (iii) conexiones con el derecho de la insolvencia, porque se debe
distinguir entre las entidades que van a la resolución bancaria y aquellas entidades que van a concurso de
acreedores.
La resolución bancaria, sin embargo, no es gratuita. Y es complicado cumplir estos principios, pues la
resolución bancaria tiene su coste.
Las herramientas de la resolución bancaria son varias. Primero, debemos tener en cuenta de que cuando se
habla de resolución bancaria, no se esta hablando de una liquidación. Entre las herramientas la entidad
administrativa decide cuál es la mejor (la base aquí no es contractual, sino que es administrativa). En España
la entidad que decide que herramienta utilizar es el FROP:
El Bail-in. Se traduce como recapitalización interna, y significa que la autoridad de resolución son
consentimiento de los afectados decide que el bail-in es el mejor modo de atender al interés público. (The
Bail-in its an umbrella term). Lo que significa aceptar quitas por parte de los acreedores (de los depositantes)
y que las acciones de los socios se vayan a cero. Por tanto, el Bail-in es una suerte de reestructuración
administrativa y regulatoria forzosa (Cramdown). La directiva sostiene, sin embargo, que hay una serie de
pasivos que no son modificables.
i) If they are Failing or likely to fail (Si están en Inviabilidad o probable inviabilidad): El concepto de
inviabilidad lo decide la autoridad pública de resolución. En la resolución bancaria no se habla de
insolvencia sino de inviabilidad: (a) puede ser que la compañía tenga perdidas y haya insolvencia,
(b) pero no siempre que hay inviabilidad hay insolvencia, sino que puede ser una inviabilidad
regulatoria por perderse la licencia de la autoridad administrativa hacen inviable a la compañía (ej.
Con el Blanqueo de capitales una entidad pierde la autorización administrativa).
ii) Que no haya perspectivas razonables de adopción de medidas privadas que puedan evitar la
inviabilidad.
iii) Que concurra un interés público. (Public interest criteria): No es un mero test, es una evaluación
compleja de porque una entidad bancaria tiene un interés publico que (a) suelen ser aquellas
entidades que tienen riesgo sistémico, y que normalmente son grandes entidades (aunque no siempre
tienen que ser grandes); (b) segundo si están en peligro los objetos de la resolución o (c) bien, hay
interés público en juego si está en riesgo el interés de los depositantes.
iv) Y debe comprobarse que la liquidación bajo un procedimiento concursal, no permitiría alcanzar los
objetivos de la resolución bancaria, en igual medida que lo permite la resolución. Por tanto, no basta
con decir que la entidad es inviable. (Ej. Con los Bancos Bennetto italianos se entendió que el
procedimiento concursal permitía llegar a los objetivos de la resolución de igual manera que la
resolución bancaria). (Ej. En cambio, la autoridad de supervisión bancaria en España entendido que
el Banco Popular no cumplía con los fines de la resolución bancaria mediante el procedimiento
concursal).
El Art. 42 de la Directiva de resolución bancaria es muy importante en cuanto a las exclusiones del Bail-in.
Hay créditos que no pueden estar sujetos al Bail-in. En el Bail-in los sacrificios los hacen los accionistas y
los acreedores en una recapitalización forzosa.
Las funciones que se asignan al Bail-in están claras, y como es un Cramdown forzoso hace falta proteger a
los accionistas y a los acreedores con garantías legales porque puede haber abusos.
Entonces, rige un principio de defensa para los socios y acreedores ante el Bail-in que se llama “no creditors
worse off” que es la versión regulatoria del “the best interest creditors test”. ¿Por qué?: Porque los sacrificios
en el Bail-in aplicados a acreedores ya accionistas debe dejarles en una posición que no puede ser peor que la
que habrían tenido en un eventual escenario de liquidación concursal. Entonces, se hace lo mismo que en los
planes de reestructuración, se hace un juicio hipotético de que había sucedido con los créditos de los
acreedores y los socios si hubiesen ido a un escenario de liquidación concursal. Si hubiesen estado peor en
ese escenario, no habría un sacrificio desproporcionado. En cambio, si prospera la impugnación de los
acreedores la administración deberá compensar a estos acreedores.
i) Los activos de la entidad de créditos que no quedaron afectadas por la resolución bancaria. Esos
activos habría que liquidarlos concursalmente (Art. 25.6 Ley 11/2015)
ii) Entidades de crédito en las que no concurre un interés publico que justifique la resolución bancaria
(Art. 11 Ley 11/2015)
Los pasos que debe seguir el concurso de las entidades bancarias es, por el Art. 21 Ley 11/2015 debe
comunicar al supervisor si la entidad cree puede superar por sus propios medios sus problemas sin necesidad
de concurso. Debe además de comunicar si cree que la compañía es inviable y no tiene capacidad para
asumir (Art. 21.4 Ley 11/2015). La situación económica que es necesaria para ir a concurso estría definida en
el art. 20 Ley 11/2015, donde se define el concepto de inviable o probablemente inviable: (a) Que se
incumplan los requerimientos administrativos necesarios, (b) que los activos sean superiores a los activos, (c)
que la entidad puede que no cumpla en un futuro próxima sus obligaciones exigibles, (d) la entidad necesita
ayuda pública extraordinaria (en forma de garantía estatal de liquidez de financiación extraordinaria).
Tras la comunicación del administrador de la entidad bancaria al supervisor estatal, el FROP decidirá si
concurre o no un interés publico de la entidad bancaria, y si no hay medidas privadas que puedan adoptarse
para evitar la inviabilidad comenzará un procedimiento concursal judicial.
(Ej. El caso más importante de un banco que fue a un concurso de acreedores fue el Banco Madrid. Pero ha
habido muchos Banco Navarra).
Es muy importante que la autoridad administrativa debe decidir sobre si abrir o no el concurso de acreedores.
Los administradores del banco tienen el deber de pedir el concurso. Pero mientras deciden los supervisores
del FROP si abrir el concurso, se suspende el deber. Y el plazo del deber de pedir el concurso de acreedores,
comienza desde que el FROP contesta que puede ir a concurso y que no hay procedimientos de resolución o
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de alerta temprana abiertos para solucionar la inviabilidad. Y los acreedores también podrán pedir el
concurso de acreedores, en cuyo caso la fuga de depósitos (Bank Run) está asegurada. Por tanto, los
concursos suelen ser voluntarios.
I) ¿Quién puede ser administrador concursal?: Ahora mismo es el FROP quien puede ser administrador
concursal. Pero realmente debería ser el Fondo de Garantía de Depósitos que paga a los depositantes de
100.000€ por cada deposito constituido, porque el fondo de garantía se convierte después de entregar
estos depósitos en el principal acreedor. Pero, por ahora es el FROP.
II) Los concursos de entidades bancarias siempre suelen acabar con la liquidación del banco, no suelen
acabar con un convenio. No hay condiciones objetivas para realizar un convenio con los acreedores.
III) El tiempo: Lo más importante a la hora de liquidar un banco es la celeridad, se debe evitar que se pierda
valor en los activos. En las liquidaciones judiciales, esto no es posible, porque las liquidaciones
judiciales son muy garantistas lo que implica que son procedimientos muy lentos, que hacen que se
deprecien los activos de la compañía. Por ello lo mejor sería que se estableciese un procedimiento
específico para las entidades bancarias, que tenga más celeridad.
IV) Otro problema del procedimiento concursal de la insolvencia, es que no está armonizado a nivel
Europeo. Por ello, no es lo mismo ir a un procedimiento concursal en España que en otro país europeo.
Primero debe diferenciarse la teoría general de los títulos-valores. De lo que son concretamente los títulos
valores.
La teoría general de títulos-valores comprende aquellos supuestos de aquellos documentos que incorporan un
derecho, y que al ser transmitido el documento, es transmitido también el derecho que va aparejado a este. Es
decir, hay un elemento corporal que es el título y hay un elemento incorporal que es el derecho. Pero,
transmitido el título se transmite el derecho. Por eso se llama título-valor, porque es un documento que
acarrea un derecho.
Los títulos valores han entrado en crisis porque los documentos en físico ya no se usan. Por tanto, el
paradigma de los títulos-valores ha quebrado de alguna manera. Pero cuando hablamos de un título-valor
hablamos de un documento, un ejemplo serían las acciones, que pueden ser títulos-valores, que como
documento incorporan como derecho la posición jurídica de socio (que esta integrada por derechos políticos
y económicos).
También hay otros títulos que incorporan un derecho de crédito: P.ej. Los cheques o las letras de cambio. Si
se transmite el cheque o la letra de cambio se transmite el crédito que esta incorporado a este documento.
La Letra de cambio es una de las primeras instituciones mercantiles que surgen en la Edad Media, donde se
busca con estas Letras de cambio proteger a los mercaderes nómadas para que no le robasen la Letra de
Cambio. (El Hereje — Miguel Delibes. En este libro se ve en la primera parte como surgen las instituciones
mercantiles de manera novelada).
(ii) La segunda característica es la autonomía del derecho que se incorpora. Esto quiere decir que cuando se
transmite el derecho, se transmite el derecho se transmite de manera independiente de las relaciones
personales que hubieren podido existir. Entre los anteriores titulares (siempre que exista buena fe). Esto
quiere decir que quedan liberados los anteriores titulares de un título-valor de las excepciones personales
que hubiesen podido oponerse al título. Los títulos valores nacen para poder circular libremente en el
mercado. La ventaja del titulo valor frente a una cesión de bienes, no se transmiten las vicisitudes
personales de los anteriores adquirentes.
4. Clases de títulos-valores
También es importante en los títulos-valores saber quién es el legitimado para ejercer los derechos del título.
Esto conecta con las clases de títulos que pueden existir. Pueden haber títulos: (a) nominativos, (b) a la
orden, y (c) al portador.
(a) Títulos nominativos: Son aquellos en que se designa como titular del título a una persona
determinada y concreta, con nombre y apellidos. Y solamente puede ejercitar los derechos
incorporados a esos títulos esa persona y no otra. La transmisión de estos títulos es más difícil, pero
también la seguridad jurídica de estos títulos es mayor. Por tanto, a la hora de pérdida, sustracción o
robo es más difícil ejercer esos derechos.
(b) El título a la orden: Es aquel que designa como titular a una persona determinada, o a quien designe
esta persona determinada, es decir, a la orden de x o de quien x diga. El título a la orden
paradigmático es la meta de cambio, donde un sujeto que es deudor debe pagar porque así se lo
ordena el librador de la letra al tomador de la letra o a quien designe ese tomador de la letra. La
transmisión de la letra de cambio es máxima a través de los endosos.
(c) El título al portador designa a cualquier legitimado que posea el título-valor. El título al portador
genera la máxima circulación posible, pero también tiene el problema de gran inseguridad jurídica.
Este título se transmite por la mera posesion del documento: el que tenga el documento estará
legitimado para ejercer el derecho. Si el portador es de buena fe, estará legitimado para usar el título,
en tal caso el titulo es irreivindicable.
Además puede hablarse de títulos emitidos individualmente y de títulos emitidos en serie. Las acciones
suelen emitirse en serie, porque se emiten en conexión con un negocio que es el contrato de sociedad.
i) Los títulos cambiarios son los que incorporan un derecho de crédito de carácter pecuniario. (Son: las
letras de cambio, los cheques y el pagaré). En los títulos cambiarios debe distinguirse del negocio
causal y el negocio cambiario. Es decir, en una letra de cambio, lo que dio lugar a esa letra de
cambio es una compraventa (este sería el plano causal). Mientras que el negocio en el que se
constituye la letra de cambio es diferente, pues se constituye una obligación cambiaria de pago, al
pagar la obligación de la letra no se paga una compraventa sino una letra de cambio (este sería el
plano cambiario).
ii) Los títulos de participación son los que confieren a su poseedor una determinada posición en una
determinada organización social, confiriéndoles unos derechos y unos poderes. (Las acciones).
iii) Los títulos de tradición son los que confieren a su poseedor a que se le entregan unas determinadas
mercancías o de bienes muebles. (La carta de porte: Es un título de tradición, donde si se presenta se
tiene el derecho a que se entregue una cosa a cambio). Estos títulos se usan mucho en la práctica.
7. La circulación: el endoso
7.1. Clases y efectos
8. El aval cambiario
9. El pago de la letra
9.1. Vencimiento y presentación al pago
9.2. La falta de pago: el protesto y la vía de regreso
En la letra de cambio es un título a la orden. Es una orden de pago donde un librador da una orden al librado
para que pague al tomador o tenedor de la letra. Se regula en Ley cambiaria y del Cheque. Esta Ley es la que
regula los títulos cambiarios.
En estas letras de cambio hay una estructura cambiaria donde el librador da una orden de pago al librado que
es el deudor, para que pague a otro sujeto que es el poseedor de la letra, que es el tenedor.
2. Elementos personales
3. Función económica y situación actual
La Letra de Cambio nace para circular libremente. El librador da la orden de pago al librador que es el
deudor. Y el acreedor que es el tenedor podrá transmitir su letra de cambio a un endosante que será el nuevo
acreedor. El endosante podrá transmitir esta letra de cambio a otros endosatarios. Los sucesivos tenedores
eran los tomadores, a quienes se deberá pagar la letra de cambio.
En el Art. 1 de Ley cambiaria y del Cheque se regulan los requisitos que deben aparecer en la letra. Donde
según la característica de la literalidad, todo lo que no esté en la letra no existe y todo lo que esté redactado
en la letra debe ejercerse de manera literal. Por tanto, todo lo que esta redactado en la letra determina como
debe ejercerse el derecho, su contenido y extensión.
Si la letra de cambio no tiene el timbre no es un título ejecutivo. Con el timbre la letra de cambio tiene fuerza
ejecutiva. Si se rellena en un papel todo lo establecido en el Art. 1 Ley cambiaria y del cheque:
Artículo primero.
La letra de cambio deberá contener:
Primero.–La denominación de letra de cambio inserta en el texto mismo del título expresada en el idioma
empleado para su redacción.
Segundo.–El mandato puro y simple de pagar una suma determinada en pesetas o moneda extranjera
convertible admitida a cotización oficial.
Tercero.–El nombre de la persona que ha de pagar, denominada librado.
Cuarto.–La indicación del vencimiento.
Quinto.–El lugar en que se ha de efectuar el pago.
Sexto.–El nombre de la persona a quien se ha de hacer el pago o a cuya orden se ha de efectuar.
Séptimo.–La fecha y el lugar en que la letra se libra.
Octavo.–La firma del que emite la letra, denominado librador.
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DERECHO MERCANTIL II Alumno: Guillermo Amat Pérez
Doble Grado en Filosofía y Derecho Profesora: Juana Pulgar Ezquerra
- Según el art. 1.2 LCC se establece que: “El mandato puro y simple de pagar una suma determinada en
pesetas o moneda extranjera convertible admitida a cotización oficial”. La letra de cambio es un mandato
puro y simple de obligación de pago de una cantidad monetaria que asume el deudor respecto de la
relación jurídica subyacente.
- El vencimiento debe establecerse (Art. 1.4 LCC): Puede ser a la fecha el vencimiento o a la vista. A la
fecha, deberá ser una fecha determinada. La letra de cambio a la vista será pagadera cuando se presenta a
la vista al librador.
- En el art. 1.5 LCC establece que debe establecerse el lugar donde se efectúa el pago. En cambio, si no se
establece el lugar (Art. 2.c LCC) la letra se
- En el art. 1.6 LCC se establece que debe determinarse el tomador o tenedor cambiario, que es a quien se
debe pagar la letra de cambio. Deberá pagarse al tomador de la letra de cambio o a quien esta persona
designe.
- En el art. 1.7 LCC se establece que debe determinarse “La fecha y el lugar en que la letra se libra”. En
caso de que no se establezca, si no se establece la fecha del libramiento la letra de cambio será nula.
- En el art 1.8 LCC se debe establecer la firma del librador, que es quien da la orden de pago. El librado es a
quien se da la orden de pago.
Desde el punto de vista personal o material, aunque siempre hay tres posiciones cambiarias librador, librado
y tomador. En este caso, el librador y librado pueden coincidir, porque uno puede darse la orden a sí mismo
de pagar a otro: al tomador. Pero no pueden coincidir en primera instancia el librador y el tomador, porque no
es posible que uno se de la orden a pagarse a si mismo.
5. La letra en blanco
La letra se irá rellenando a medida que circula entre los obligados o librados (Art. 12 LCC).
6. La aceptación
Hay tres formas cambiarias fundamentales: (i) la aceptación, (ii) el endoso o circulación y (iii) el aval.
(i) La aceptación: es la aceptación por la cual el librado se convierte en aceptante de la letra, y por tanto, en
obligado cambiario principal y directo. (Regulada en el Art. 23 y 25 a 28 LCC). Hasta que no se acepte
la letra de cambio el librado no será un obligado. La aceptación siempre tiene que existir.
7. La circulación: el endoso
(ii) El endoso puede existir o no. Depende de que la letra sea un titiló a la orden nato determina que lo
normal sea que la letra nazca para circular, y que la letra de cambio se endose. El endoso es la cláusula
cambiaria a través de la cual se transmite el título. En el endoso tenemos, un endosante. El primer
endosante siempre será el tenedor de la letra. Los sucesivos endosantes, siempre serán acreedores si son
el último endosatario. (Regulado en el art. 16, 17 y 20 LCC).
- El endoso es la forma típica de transmisión de una letra de cambio. Pero también puede transmitirse una
letra de cambio sin endoso a través de una cesión de derechos del tenedor de la letra.
II. Los endosos limitados: No buscan un efecto legitimador en quien adquiere el título, sino que buscan
efectos completos como puede ser el endoso para cobranza y el endoso para garantía.
8. El aval cambiario
(iii) El aval (art 35 LCC) tiene por finalidad garantizar el pago de la letra. De manera que hay un sujeto
avalista, que refuerza el crédito cambiario asumiendo una obligación accesoria. De pagar si no paga el
obligado directo al pago. El aval puede ser de todo o de parte de la letra. El avalista puede ser un tercero
o un firmante de la letra. Y el avalado, se podrá indicar con nombre y apellidos o por su posición
cambiaría. Puede decirse, por ejemplo, por aval del aceptante.
El avalista, dependiendo de a quien esté avalando asume la posición al pago en vía directa o no. Por ejemplo,
si se avala al aceptante (Art. 37 LCC) quiere decir que si el aceptante no paga, el avalista se convierte en vía
directa del responsable principal al pago, porque asume la posición de aquel que avalo.
Pero si el avalista lo es de un endosante asume la posición de estos en la letra si no pagan. (Art. 18, 11 y 35
LCC).
El avalista que ha pagado por el avalado, tiene una acción de regreso frente a aquellos a los cuales a pagado.
Esta acción es una acción que se llama de reembolso
9. El pago de la letra
En la Letra de cambio el único obligado en vía directa es el librado, y los demás obligados cambiarios lo son
en vía de regreso. Cuando paga el librado, que es el obligado directo al pago, se extinguen todas las
obligaciones al pago. Pero el pago por cualquier obligado en vía de regreso no extingue las obligaciones
cambiarias, y cada uno de los obligados en vía de regreso que paga tiene derecho a reclamar el pago al resto
de obligados hasta que pague el librado.
En caso de que la Letra de cambio no se pague hay acciones en vía directa y en vía de regreso para reclamar
el pago de la Letra.
Las acciones cambiarias: Las acciones que se basan en el propio titulo son las acciones cambiaras, donde no
se tiene en cuenta para nada las relaciones jurídicas subyacentes. El título debe pagarse, y las acciones
cambiarias se refieren a las relaciones que surgen de los títulos cambiarios (como la letra de cambio). La
letra incorpora un derecho de crédito en un título ejecutivo, que en caso de no pagarse se tendrán acciones
que son ejecutivas.
El Art. 49.2 LCC establece la acción directa de pago de la letra de cambio que se dirige contra el librado
aceptante o contra su avalista. Esto quiere decir que el avalista del librado aceptante también se obliga en vía
directa.
La acción directa no requiere levantamiento de protesto frente a lo que pasa con las acciones en vía de
regreso. El protesto es una declaración cambiaria (judicial o no) donde se establece que no se ha pagado la
letra.
Esta acción directa extingue la obligación cambiaria, y el avalista (Art. 37.1 LCC) está obligado como el
librado en vía directa pero luego puede repetir contra el avalado.
Es la que se ejercita contra los obligados cambiarios en vía de regresión. Si el librado no paga cada
endosante de cada endoso responde frente al endosatario. Esta es la acción en vía de regreso. Los
presupuestos para que opere esta acción son:
Dentro de las acciones cambiarias deben estudiarse las excepciones cambiarias. Estas excepciones aparecen
en el art. 67 LCC donde se distinguen excepciones personales y excepciones reales:
a) Las excepciones personales son aquellas que solo pueden oponerse a una determinada persona que posea
la Letra, y no a sus tenedores sucesivos.
b) Las excepciones reales son aquellas oponibles a cualquier tenedor de la letra.
• Son las que nacen de las relaciones personales entre el tenedor de la letra y el que resulta deudor como
consecuencia del contrato subyacente el título cambiario. Esta excepción se alega frecuentemente.
• Son también personales que aun cuando apenas a las relaciones personales afectan a la titularidad de la
letra. (P.ej: los casos en los que el tenedor de la letra está legitimado formalmente, pero ha obtenido la letra
de forma ilegítima).
• Estas excepciones se pueden oponer frente a un determinado sujeto, y no frente a cualquier tenedor de la
letra sucesivo. Solo frente a un sujeto que adolece de ilegitimidad. Excepto cuando existe un acuerdo
fraudulento en la transmisión de la letra, entonces las excepciones personales se podrán oponer a los demás
tenedores. (El art. 67.1 LCC).
• Son oponibles del deudor ante cualquier tenedor, afectando al derecho de crédito que se incorpora a la letra
de cambio.
• El Art. 67.2 LCC enumera estas excepciones al pago de la letra y son: (i) La inexistencia o falta de valides
de la declaración cambiaria del librado (la firma falsa); (ii) cuando la letra no contiene las formalidades
legales que exige la ley cambiaria (cuando falta alguno de los requisitos del Art. 2 LCC), (iii) cuando el
crédito cambiario se ha extinguido.
• Además, hay una regla general: Hay una excepción, cuando el tenedor es un consumidor (Art. 24 de la Ley
de Contratos de Crédito al consumo 16/2011 de 24 de junio).
9.2.3.El protesto:
En la propia letra puede exigirse el levantamiento del protesto. En principio, el protesto es notarial. Pero, este
protesto se puede sustituir esta declaración notarial, por una declaración en la que conste en la letra y que
esté fechada y firmada por el librado, donde consta que se niega a aceptar la letra o que se niega a pagarla.
Por tanto, el obligado en vía directa solo será el librado que ha aceptado la letra en vía directa, no el que ha
establecido un protesto. (En el art. 52 LCC se establece el protesto notarial y declaración equivalente en el
art. 51.2 LCC).
También en la Letra de Cambio cabe una cláusula que se denomina “sin gastos”, que se establece como
cláusula de devolución sin gastos o sin protesto (art. 63. b) LCC) donde se dispensa al tenedor de la letra (el
acreedor cambiario) de tener que levantar el protesto. Pero, no se dispensa al acreedor de presentar la letra al
pago, en los plazos correspondientes (Art. 56 LCC).
La letra de resaca se regula en el art. 62 LCC y viene a decir que la persona que ha pagado en lugar del
librado puede resarcirse de todo lo que le deben conforme al art. 58 y 59 LCC y además, tiene derecho a una
comisión y al importe del timbre (Art. 62 LCC).
Las acciones extracambiarias dan lugar a acciones ajenas y subyacentes al titulo cambiario. Son acciones que
surgen fuera de la letra de cambio, son la acción causal y la acción de enriquecimiento.
Esta acción le corresponde al tenedor de la letra, y nace del negocio subyacente, y le permite al tenedor de la
letra poder accionar sobre la base del crédito causal. Podrían en teoría ejercitarse la acción causal
(extracambiaria) y una acción cambiaria (en vía directa o de regreso), pero no de manera simultánea porque
si se ejercita una u otra quedaría en suspenso una de las acciones interpuesta. Por tanto, aunque no son
incompatibles entre si, no pueden interponerse simultáneamente.
Tiene un carácter residual porque solo opera cuando el tenedor a perdido las acciones cambiarias, y cuando
no puede ejercitar acciones causales. Por tanto, es una acción residual. Esta acción se puede dirigir contra el
librador, contra el aceptante y contra un endosante exigiéndoles el pago de la cantidad con que se hubiesen
enriquecido injustamente con el valor de la letra en perjuicio del tenedor.
9.2.6.La prescripción:
La prescripción de la ley cambiaria y del cheque establece unos plazos especiales que desplazan los plazos
de prescripción contenidos en el Código de Comercio (Art. 88 LCC). El art. 88 LCC se refiere solamente a
las acciones cambiarias, no a las extracambiarias.
Los plazos de prescripción de estas acciones de que la acción sea en vía directa o de regreso. Si son en vía
directa tiene un plazo de prescripción de tres años. Si es en vía de regreso tiene una prescripción de un año.
La prescripción de la acción de la acción de enriquecimiento injusto (Art. 65 LCC) se rige por el plazo de
prescripción del art. 65.2 LCC).
2. El pagaré
2.1. Concepto, caracteres y función económica. Regulación actual
2.2. Requisitos formales
2.3. Régimen jurídico
Lección 3ª. El cheque y el pagaré
1. El cheque
(i) Concepto de cheque: También es un título valor que incorpora un derecho de crédito. El cheque es muy
parecido a la letra de cambio con dos diferencias. El cheque debe librarse siempre a la vista, es decir, se
vence en el momento de aceptación por el librado. Y el librado es siempre un Banco que paga con los
fondos disponibles del librador. Esto es, no es que el Banco pague con su cuenta, sino que paga con los
fondos depositados en el banco por el librador.
(ii) La función del cheque es distinta a la de la letra. Porque la letra es un medio de crédito, mientras que el
cheque es un medio de pago.
2. El pagaré
El pagaré tiene un régimen jurídico muy parecido a la Letra de cambio. La principal diferencia entre el
pagaré y la letra de cambio es que la letra es una orden de pago que el librador da al librado. Mientras que el
pagaré lo que contiene es una promesa de pago.
Se regula en los artículos 94 al 97 de la Ley cambiaria y del Cheque. Esta Ley es la que regula los títulos
cambiarios.
No existe una teoría general de los contratos mercantil, sino que como el Derecho Mercantil es un Derecho
Civil especial por razón del sujeto que lo realiza que es el empresario o comerciante. Pero el Derecho
Mercantil parte del tronco común civil, y según hacia falta introducir particularidades y especialidades, por
razón del trafico mercantil y empresarial se fue especializando. Por tanto, la teoría de contratos mercantil
supone especialidades frente a la teoría de contratos general civil.
Deben distinguirse los contratos que tienen un tratamiento jurídico duplicado, y los contratos que son
exclusivamente mercantiles que no tienen paralelo en el ámbito civil. La mayoría de los contratos
mercantiles tienen un tratamiento jurídico duplicado (por ejemplo: la compraventa mercantil, es
estructuralmente igual que la compraventa mercantil; por ejemplo. El contrato de transporte).
a) Cuando son contratos con tratamiento jurídico duplicado debemos de determinar cuando el contrato es
mercantil y cuando es civil. Por ende, el tema principal en estos contratos está en determinar la
mercantilidad de los contratos. Esto es especialmente relevante porque determinará las fuentes
aplicables al contrato. (Por tanto, es importante determinar la mercantilidad, para que las fuentes del
contrato sean correctas). Si se confunde la mercantilidad del contrato, se confunde el orden de fuentes
aplicable. La cuestión de la mercantilidad, por ello, es de importancia práctica extrema.
b) Frente a esto, hay contratos que solo son mercantiles y que no tienen un paralelo en el ámbito civil. Por
ejemplo, los contratos bancarios que no tienen paralelo en el ámbito civil. Sin embargo, ciertos contratos
mercantiles se han convertido a veces en ordinarios y aplicado a consumidores de la vida ordinaria. Las
condiciones generales de la contratación son un modo estándar de contratación en masa, que ahorra tener
que negociar individualmente cada contrato e introduce unas cláusulas estándar para los destinatarios de
ese contrato. Sin embargo, hay un control estricto de las condiciones generales de contratación
(contratos de adhesión).
Los contratos atípicos, son aquellos que no están regulados expresamente por el derecho positivo, y por
tanto, no hayan fuente legal que los regule expresamente. Son contratos que surgen de la voluntad de la
autonomía de las partes (Art. 1255 C.c) donde se permite que las partes con los límites de la autonomía de la
voluntad: la ley, la moral y la costumbre pueda dar lugar a figuras atípicas permitidas legalmente.
Respecto de las condiciones generales de la contratación, son objeto de una regulación en la Ley de
Condiciones generales de la contratación que son aquellas normas que regulan las condiciones generales de
la contratación. La negociación de estas condiciones generales no es previa, ni es unilateral, sino que son
cláusulas que se imponen por una de las partes del contrato a los consumidores. Estos contratos suelen pasar
a ser contratos de adhesión.
La Ley de Condiciones generales de la contratación en el art. 5.1 sostiene que deben incorporarse en el
propio contrato las condiciones generales, y debe informarse al adherente de estas condiciones. El Art. 5.4
LCGC sostiene que las condiciones generales debe ajustarse a los criterios generales de transparencia,
claridad y sencillez. Y el art. 5.4 LRGC establece que son nulas de pleno derecho las condiciones que no
cumplan estos requisitos en perjuicio de los consumidores.
En principio la interpretación de estos contratos de adhesión debe regirse por las normas generales de
interpretación de los contratos (atender a la literalidad de los contratos). Pero si hubiese una cláusula
particular que se hubiese redactado de manera específica para ese contrato prevalecerá frente a las cláusulas
generales.
El primer lugar del control de las condiciones generales de la contratación es la vía judicial, donde las
acciones individuales no suelen prosperar, sino que será necesario que llevar a cabo acciones colectivas de
consumidores. Las acciones colectivas de consumidores son:
La dirección general de las condiciones generales de contratación, que esta a cargo e un registrador de la
propiedad, que tiene por objeto la publicidad de las condiciones generales de la contratación y de las
resoluciones judiciales que puedan afectar a su eficacia. Este registro constituye una sección del registro de
bienes muebles. En principio es obligatorio inscribir en este registro las condiciones generales de la
contratación, salvo las condiciones de préstamos e hipotecarias que deben inscribirse siempre y salvo que el
Gobierno establezca que ciertas condiciones deben inscribirse en ese registro.
La Ley de Protección de consumidores en sus art. 86 a 91 establece un marco particular de cuando una
cláusula se entiende abusiva siempre que la contraparte del contrato sea un consumidor. Son aquellas
cláusulas no negociadas individualmente que contra las exigencias de la buena fe causen un desequilibrio
importante de las partes que se deriven del contrato (Art. 82.1 LPC).
En esta ley se han enunciado algunas cláusulas que se han considerado abusivas de manera ejeplificativa
según varias categorías:
a) Las cláusulas que limitan derechos básicos del consumidor (Art. 86 LPC).
b) Aquellas cláusulas que imponen garantías desproporcionadas en relación con el riesgo asumido en
perjuicio por el consumidor. (Art. 86 LPC).
c) Etc.
(i) Hay un control administrativo previo, donde hay una autorización para que las condiciones generales
sean aprobadas por la administración mediante una lista. Este sistema de listas es ex ante que supone
mucha rigidez. Este sistema de listas es poco rígido.
(ii) El otro sistema es un sistema de control judicial ex post, donde cada empresario establece condiciones
libremente, y luego el juez determina si alguna cláusula es o no abusiva para el consumidor. Nuestro
sistema es de centro ex post judicial legal puyes la ley enumera que cláusulas pueden ser abusivas.
Las especialidades en la contratación mercantil se establece en los art. 60 y ss. Del Código de comercio.
I) Especialidad en cuanto al plazo. El plazo está regulado en el art. 61 CCom. En principio, en la fijación
del plazo se parte de la autonomía de la voluntad de las partes. Además hay que tener en cuenta la ley
13/2003 de morosidad en operaciones comerciales que se modifica por la ley 15/2010 que elimina de
alguna manera la prevalencia de la autonomía de la voluntad en la fijación del plazo. También la Ley
11/2013, de apoyo al emprendedor y estímulo del crecimiento y creación de empleo establece cuales son
las normas sobre le plazo de pago. El Art. 4 de esta ley 11/2013 del apoyo al emprendedor es clave: El
ámbito comercial necesita plazos más cortos. Hay una descodificación del art. 61 CCom.
II) Constitución en mora. En materia de morosidad, en principio un deudor está en mora cuando una
deuda ha vencido y se retrasa en el cumplimiento de la deuda. El moroso en principio es un cumplidor
con retraso, pues no cumple en la fecha fijada, sino en una fecha posterior. Entonces, la constitución en
mora presenta especialidades en el ámbito mercantil, que se sitúan en que los efectos de la mora se
producen de modo automático al día siguiente del vencimiento de la obligación. (Art. 63.1 CCom).
Siempre las obligaciones deberán ser recíprocas. No hace falta intimación o denuncia para la entrada en
morosidad. La entrada en morosidad es automática desde el vencimiento. Esta situación de morosidad
genera un interés de demora, que será en principio el pactado, y a falta de pacto el tipo de interés será la
suma del tipo de interés aplicable por el Banco Central Europeo (BCE) en su más reciente operación de
financiación. (El interés legal del dinero). (Art. 7.2 de la Ley 11/2004).
(i) Frente al ámbito civil, el art. 944 CCom no considera que la reclamación extrajudicial sirva para
interrumpir el plazo de prescripción. No se interrumpe el plazo por reclamación judicial, aunque los
tribunales consideran que si se interrumpe.
(ii) El Art. 955 CCom prevé de una manera excepcional que en determinadas situaciones el Gobierno
puede establecer que el plazo de la prescripción en el ámbito mercantil no se aplica ni interrumpe
(p.ej. Con el Covid-19 lo ha hecho).
(iii) En La Ley de contratos de transportes terrestres de mercancías en los art. 78 y 79 establece
especialidades.
(iv) En el campo mercantil las normas sobre prescripción han de ser objeto de interpretación restrictiva.
Pasando a los contratos mercantiles hay especialidades en lo que se refiere a la formación del contrato, la
forma del contrato mercantil, prueba de los contratos mercantiles, interpretación de los contratos, contratos
con cláusula penal, y contratos formados fuera del establecimiento.
Las especialidades se refieren a: (i) El alcance de la fuera de la publicidad, (ii) el alcance de los contratos
entre ausentes y (iii) casos en que intervenga un agente mediador. Estos casos plantean cuestiones de cuando
se perfecciona el contrato en la contratación entre ausentes.
(i) Si la oferta se articula mediante publicidad: En todo contrato hay una fase previa o preliminar en
la que el empresario, publicita el objeto del contrato y utiliza la publicidad como reclamo. De alguna
manera, la publicidad del contrato es vinculante cuando define el objeto contractual. Esto es
particularmente importante cuando se trata de contratos con consumidores. En los contratos con
consumidores, que son contratos de adhesión en masa y regidos por condiciones generales de la
contratación, la Ley de Protección al Consumidor ha establecido una normativa especial frente a la
publicidad engañosa de los contratos (P.ej. Publicidad de una botella de Ginebra Bifiter de 1 L, pero
la botella real es de Larios). Por tanto, la publicidad y la oferta frente a consumidores no puede ser
distinta, en este sentido en art. 20 LPC dice expresamente que:
(ii) La contratación entre ausentes. El art. 54 del CCom trataba este tema de la contratación entre
ausentes. Hay varias teorías acerca de cuando se perfecciona el contrato entre ausentes: cuando se
presta consentimiento, cuando se envía el consentimiento o cuando se recibe el consentimiento por la
contraparte. La contratación electrónica ha alterado absolutamente este tema, por tanto, por la vía
electrónica la mayoría de contratos son entre ausentes. La Ley 34/2002 establece que en los
contratos celebrados por vía electrónica en los que una de las partes sea un consumidor se presumen
celebrados donde el consumidor tenga su residencia habitual. Y si son contratos entre empresarios, a
falta de pacto se presumen celebrados donde esté el prestador del servicio.
El Art. 54.2 CCom dice que los contratos celebrados mediante dispositivos automáticos se
entienden celebrados cuando se manifiesta la aceptación: Los dispositivos automáticos es una
descripción críticos que debe entenderse de manera amplia (por ejemplo, una maquina de
bonometro, de tabaco, una maquina expendedora de bebidas).
En los contratos con los consumidores existe también el derecho de desistimiento, donde este se
puede arrepentir y dejar sin efecto el contrato notificándolo a la contraparte sin justificar porque no
se quiere el objeto o el producto. Este derecho se recoge en los artículos 68 al 69 LPC.
En principio se parte de la libertad de forma de los contratos, que podrá ser oral o escrita. No hay una forma
en principio at solemnitatem en los contratos mercantiles (que si el contrato no toma esa forma no existe). En
el ámbito mercantil lo normal es que la forma sea ad probatiomem,, es decir, que al aprobarse el contrato oral
o escrito existe, dado que se parte del principio de libertad de forma: salvo que una ley especial requiera una
forma determinada.
Excepto en la constitución de las sociedades de capital se necesita la forma de escritura publica y que se
inscriba en el Registro Mercantil, para que puedan constituirse. En este sentido, para que existan las
sociedades de capital se necesita la forma ad solemnitatem de documento publico e inscripción en el RM,
sino, estaremos ante una sociedad irregular.
En la contratación electrónica, en la Ley 34/2002 se parte de la eficacia del consentimiento prestado en vía
electrónica sin que sea necesario declarar expresamente que se establece esta técnica. Una vez que uno opta
por la vía electrónica, la ley 34/3002 establece una serie de deberes precontractuales del prestador de los
servicios por los que debe informarse al destinatario de los elementos esenciales del contrato que se está
aceptando.
3) La prueba:
En el art. 51 CCom (el art. 50 y ss. Regulan las especialidades de los contratos mercantiles) regula el
principio de libertad de prueba por cualquiera de los medios que autoriza el derecho civil en la LEC. La Ley
de protección a los consumidores establece en el art. 63 el derecho del consumidor para pedir un justificante
o documento acreditativo de la contratación, que suele ser la factura. La factura según la LEC se puede
utilizar en vía judicial y acredita que ha habido un contrato (puede incluso ser documento acreditativo del
crédito). Sin la factura puede no existir prueba del contrato.
El art. 57 CCom no nos dice nada diferente a lo que dice el C.C, que es que los contratos deben interpretarse
según la buena fe. Esto no significa que se presuma que son buenos los contratantes, sino que el contrato
debe interpretarse en según la literalidad del contrato, según en que los términos fueren hechos y redactados,
sin trasgiversar su contenido y su función económica. En este sentido, el contrato debe interpretarse de
manera acorde con su finalidad. Por tanto, la función económica del contrato va a determinar como debe
interpretarse.
El art. 59 CCom establece que en caso de dudas en la interpretación se decidirán a favor del deudor
(Principio in rubio pro reo). En principio se entiende que el contratante o deudor es la parte más débil, pues
el deudor suele ser el consumidor. Esto aparece ya en el art. 1289 del C.c.
Además respecto a la interpretación de los contratos con condiciones generales de la contratación hay
especialidades diferenciadas.
En el art 56 del CCom se regula un supuesto en el que se preve que en caso de incumplimiento del contrato
por una de las partes se fije una pena a modo de indemnización contra el que no lo cumpliere. El
incumplimiento de este art. 56 CCom se refiere tanto al incumplimiento absoluto como al cumplimiento
defectuoso, que eso se da en los casos de mora. En estos casos, el contratante perjudicado puede exigir el
cumplimiento del contrato por los medios establecidos en derecho, y además se exige la indemnización de la
cláusula penal por incumplimiento absoluto o parcial.
La cláusula penal viene determinada por lo que se ha pactado en el contrato, y en todo caso, a esta cláusula
penal deben aplicarse los artículos 1152 a 1155 del C.c de manera subsidiaria.
El establecimiento mercantil es donde se ejerce la función del empresario. Lo que se compra dentro del
establecimiento es irreivindicable por terceros, aunque tengan buena fe. Por tanto, es recomendable comprar
cosas de valor dentro de los establecimientos.
Como lo que se contrata fuera del establecimiento es reivindicable, los artículos 107 al 113 de la LPC ha
establecido protecciones frente a los consumidores para evitar prácticas abusivas. En el art. 107 LPC se
practican ciertas garantías de los contratos celebrados fuera de los establecimientos menos los que tengan
menos de un valor de 48,08 €, los referentes a inmuebles, los de seguro, los relativos a valores mobiliarios y
los productos alimenticios. (art. 108 LPC).
El consumidor además tiene derecho al desistimiento y estos contratos deben estar documentados por escrito
(Art. 110 y 111 LPC). De su cumplimiento responden el empresario y los comisionistas.
El contrato de compraventa mercantil, es un contrato de tratamiento duplicado. Por tanto, habrá que
determinar la mercantilidad de la compraventa, porque esta mercantilidad determinara que se apliquen las
fuentes mercantiles y no las civiles.
La Ley 7/1996 de ordenación del comercio minorista que se modifico por la Ley 1/2010 que es la Ley de
protección de los consumidores. En los art. 325 y 326 CCom, ayudan a delimitar el ámbito de la
mercantilidad de la compraventa. Estos dos articulo son un prodigio de como no hay que legislar.
Art. 325.
Será mercantil la compraventa de cosas muebles para revenderlas, bien en la misma forma que se compraron, o
bien en otra diferente, con ánimo de lucrarse en la reventa.
Art. 326.
No se reputarán mercantiles:
1.º Las compras de efectos destinados al consumo del comprador o de la persona por cuyo encargo se
adquirieren.
2.º Las ventas que hicieren los propietarios y los labradores o ganaderos, de los frutos o productos de sus
cosechas o ganados, o de las especies en que se les paguen las rentas.
3.º Las ventas que, de los objetos construidos o fabricados por los artesanos, hicieren éstos en sus talleres.
4.º La reventa que haga cualquier persona no comerciante del resto de los acopios que hizo para su consumo.
Primero, no es verdad que las ventas que realizan los artesanos, ganaderos o propietarios no sean mercantiles
(Art. 326 CCom), sino que no hay mercantilidad cuando hay autoabastecimiento. Pero un ganadero, artesano
o agricultor que comercializa su cosecha o su ganadería, y lo vende para los consumidores entonces es un
empresario que organiza factores de producción de cara al mercando. Entonces, debe tenerse en cuenta que
para que la compraventa sea mercantil el vendedor debe ser empresario, y debe comprar esas mercancías
para revenderlas. (Art. 325 CCOm). En cambio, cuando el destinatario o comprador de los bienes muebles
sea un consumidor, la compraventa se remitirá al código civil.
En el orden de fuentes aplicables a los contratos mercantiles deberá aplicarse antes la ley especial, luego las
normas especiales en materia de contratos mercantiles del Código de Comercio y en su defecto la legislación
civil común.
La compraventa internacional de mercancías se rige, en buena parte, por las normas contenidas en la
Convención de Viena del 11 de abril de 1980 y a la que se ha adherido España en 1990 (con su publicación
en el BOE en enero de 1991). Normas que han pasado a formar parte del ordenamiento español (Art. 1.5
C.c).
Las normas del convenio de Viena pueden servir de modelo para modificar el régimen de compraventa de
bienes muebles de nuestro Código de Comercio.
a. Obligación de entrega:
El vendedor se obliga a la entrega de la cosa, es una obligación esencial y quiere decir por tanto que las
partes no pueden suprimirla. Dado que si no hay entrega no hay contrato.
Una de las cuestiones mas importantes de la compraventa es cuando se produce la obligación de entrega.
La entrega de la compraventa se puede concebir como una obligación unilateral o como una obligación
bilateral. La obligación unilateral: “la puesta a disposición al comprador de la cosa”. O también la obligación
e entrega puede concebirse como una obligación bilateral: “la obligación de entregar es poner a disposición
del comprador, pero el comprador tiene la obligación de recibir la cosa”, en este segundo caso se entiende
cumplida la obligación de entrega cuando el comprador recibe la cosa (y por tanto requiere un
comportamiento diligente del comprador).
A la obligación de entrega se refieren los art. 336 y 332 CCom que se refieren a una recepción material de la
mercancía. Aunque no siempre hace falta una entrega material, si partimos de que la entrega es una
obligación unilateral, y entendemos que el vendedor cumple con su obligación de poner la cosa a disposición
al comprador no es necesario que se de una entrega material como algo necesario.
Pero los arts. 337, 338 y 339 CCom parten de una concepción unilateral de la obligación de entrega. Es decir,
cuando la mercancía se pone a disposición del comprador hay que entender producida esa entrega, sin
necesidad de materialidad. Esto tendrá unas implicaciones muy importantes en la transmisión de riesgos
cuando estamos ante un contrato de compraventa con transportes.
Puede haber casos de contratos de compraventa con transporte, donde se trata de dos contratos mercantiles.
En estos concretos puede haber transporte intermodal: Es decir, que se den varios tipos de transportes naval,
aéreo o por carretera. Cuando hay esa mezcla de tipos de transporte, implica una transmisión de riesgos muy
complejo.
El vendedor tiene una obligación de garantía, que es la obligación de saneamiento por evicción y vicios
ocultos, es decir, el vendedor tiene que garantizar al que compra la posesión pacífica de la cosa, y la posesión
de la cosa de manera útil para la finalidad del contrato de compraventa.
- El saneamiento por evicción es la obligación del vendedor respecto a garantizar al que compra la posesión
pacífica de la cosa.
- El saneamiento por vicios ocultos implica que el vendedor garantice que no hay vicios ocultos.
Esta obligación aparece en el art. 336 CCom. En realidad el saneamiento por evicción no es frecuente en el
ámbito de la compraventa mercantil, debido al art. 85 CCom (protección de un adquirente de buena fe de una
cosa mueble).
Cuando nos referimos al saneamiento de vicios ocultos, en el CCom se establecen unos plazos muy breves
para denunciar estos defectos. Donde se deben, distinguir estos plazos en el art. 336 CCom.
a) Cuando los vicios son aparentes y la mercancía no está embalada, en el art. 336.1 CCom el comprador
debe denunciar los vicios ocultos en el acto mismo de la mercancía, y si no lo hace perderá su derecho a
reclamar por estas causas.
b) Si la mercancía esta embalada entonces habrá un plazo de 4 días para denunciar los vicios ocultos. (art.
336.2 CCom)
c) Si los vicios ocultos no se pueden ver en el momento de la entrega, el comprador tiene un plazo de 30
días para denunciar la recepción de las mercancías. Este plazo es de caducidad, y no de prescripción.
Además estos plazos podrán modificarse por las partes mediante contrato. (Art. 340 CCom).
El ámbito de aplicación de estos plazos del CCom es muy reducido, dado que la Ley 7/96 del comercio
minorista y ley de consumidores que se ha integrado en la ley 20/2003 de ley de garantías de consumo
establece un régimen particular en los artículos 114 y siguientes respecto al plazo de garantía frente a los
vicios ocultos de los bienes de consumo.
Además de la garantía frente al consumo podrán haber garantías adicionales mediante contrato. (Ej. Le
ofrezco una garantía adicional de dos años).
Obligación del servicio post venta: Después está el servicio técnico posterior a la venta, que consiste en que
el vendedor, que también lo dice esta ley Ley 7/96 en el art. 76 que debe ser un servicio técnico adaptado a
los bienes de que se trate. Si se incumple el servicio posventa, habría un incumplimiento de las obligaciones
del vendedor.
La obligación principal del comprador es pagar el precio, que consiste en comprar con dinero o un signo que
lo represente. El vendedor puede pactar el plazo que estime conveniente para el pago de la mercancía, pero si
no se ha pactado según la ley, el plazo comenzará desde el día de entrega de las mercancías.
El plazo de pago del precio y la acción para reclamar el precio es un plazo de prescripción de 15 años (que
establece el art. 943 CCom). Pero este plazo se reduce a tres años en las ventas a consumidores.
El comprador debe facilitar al vendedor la puesta a disposición del objeto de la compraventa, arts. 333 3337,
338, 339 CCom, que hablan de la puesta a disposición por parte del vendedor que requiere la colaboración
del comprador.
En el contrato se debe haber pactado donde se debe entregar la mercancía, y si no se establece nada, se
entenderá que es en el domicilio del vendedor (o en el establecimiento del vendedor). El art. 332 CCom
indica que si el comprador se niega sin justa causa a recibir las mercancías, podrá solicitarse al juez su
entrega asumiendo el comprador sus gastos.
Una vez que la cosa está vendida, la cosa se puede destruir por caso fortuito o causa imputable al vendedor.
Cuando hablamos de transmisión de riesgo, hablamos de a partir de que momento el comprador deberá pagar
el riesgo de perdida o deterioro. Si el riesgo lo soporta el vendedor, esto quiere decir que el vendedor debe
asumir la perdida de la cosa que el comprador debía pagar (Art. 335 CCom). En cambio, si decimos que el
riesgo lo soporta el comprador, este deberá pagar el precio aunque no haya pagado la cosa.
i) Si se trata de la compraventa de una cosa determinada (que tiene una característica especial: Ej Un
cuadro Goya) el CCom establece que en este caso, el riesgo es del vendedor hasta que pone la cosa a
disposición del comprador. Y los arts. 331 y 333 CCom equiparan la puesta a disposición del comprador
a la entrega, y a partir de este momento soporta el riesgo el comprador.
ii) Si la venta de la cosa es de cosa genérica, el riesgo se transmite al comprador a partir del momento en
que se especifica la mercancía con marcas y señales que la identifiquen. (Ej. Naranjas de la marca x y de
Valencia).
iii) Si la venta de la cosa esta sometida a condición o prueba. El riesgo no se transmite al comprador hasta
que la mercancía es examinada y adquiere la condición pactada. (Art. 334 CCom). Este régimen es
dispositivo, pero las partes pueden establecer otras condiciones siempre que se pacten.
5. El incumplimiento de las obligaciones del contrato
El art. 329 CCom equipara la falta de entrega de las mercancías en el plazo fijado en el contrato al
incumplimiento total. De forma que el comprador que no recibe la mercancía en el plazo pactado puede pedir
el cumplimiento o la resolución del contrato con indemnización en ambos casos de los prejuicios causados.
(Art. 329 CCom).
También el art. 330 CCom regula el caso en que el vendedor se obliga a entregar una cosa determinada en un
plazo determinado y solamente entrega una parte, en este caso el comprador no esta obligado a recibir esta
parte ni siquiera con la promesa de que se le entregara el resto. Solo si el comprador ha entregado la entrega
parcial la compraventa se entiende consumada. Aunque respecto de lo que falte por entregar, el comprador
podrá elegir entre exigir el cumplimiento del contrato o la resolución, con indemnización de daños o
perjuicios (Art. 330 CCom).
Si el comprador no paga se constituirá en mora, y estaría obligado a pagar el interés moratorio que adeude la
cantidad (Art. 341 CCom). Si lo que sucede es que el comprador no paga de ninguna manera, el vendedor
podrá resolver el contrato.
El art. 340 CCom recoge una especie de prenda legal, que consiste en que el vendedor tiene un derecho real
(como si fuese una prenda) sobre la mercancía vendida, que está en su poder, aunque sea a modo de depósito
que le permite enajenar la mercancía a un tercero para obtener el pago del precio. (Art. 340 CCom). Por
tanto, si se previo el pago de la mercancía y el comprador no lo hace, el vendedor podrá vender esta
mercancía a otra persona.
El art. 17.5 de la Ley 3/2004 establece un devengo de los intereses moratorios a partir del día siguiente al
palazo señalado para el pago. No hay que intimar al pago ni reclamarlos, sino que es un devengo de intereses
automáticos.
En cuanto a la otra obligación del comprador, que es recibir la mercancía el art. 332 CCom establece que: (i)
Si el comprador, sin justa causa no recibe el objeto de la compraventa, (ii) Si el comprador se retrasa en
hacerse cargo de la mercancía.
(I) El comprador, sin justa causa no recibe el objeto de la compraventa. (a) El vendedor puede querer el
cumplimento: El vendedor puede pedir el cumplimiento del contrato o su resolución, depositando
judicialmente la mercancía. También cabe este depósito de la mercancía en su local, cuando el
comprador se retrase en recibirla y será a su costa. (b) El vendedor podrá también resolver el contrato.
(II) Si el comprador se retrasa en hacerse cargo de la mercancía. El vendedor puede querer el cumplimento:
El vendedor puede pedir el cumplimiento del contrato o su resolución.
6. Compraventas especiales
En La Ley 16/2011 de créditos al consumo aparecen las ventas a plazos. Una venta a plazos es aquella en la
que una parte entrega la cosa mueble, y la otra se compromete a pagar de manera aplazada el precio de la
cosa. Aunque en la ley 20/1998 de venta a plazos de bienes muebles hay preceptos que son de carácter
imperativo.
• La reserva de dominio:
La reserva de dominio de la cosa vendida a favor del vendedor es la garantía más potente que tiene un
vendedor en las compraventas con precio aplazado. Pero si esta reserva de dominio deberá pactarse para que
opere, es una cláusula potestativa (Art. 7.10 Ley 28/98). La reserva de dominio quiere decir que el vendedor
tendrá la propiedad de la cosa hasta que se hayan pagado todos los plazos pactados. Las cláusulas de reserva
de dominio deben estar inscritas en el Registro de bienes muebles, aunque la jurisprudencia ha suavizado esa
exigencia de inscripción, y ha dicho que si las partes son conscientes de esta reserva de dominio operaria
inter partes, aunque no frente a terceros.
a) El contrato de suministro:
Este contrato es muy parecido a la compraventa, porque hay una entrega de la cosa (art 339 CCom) en el
contrato de suministro no queda incluida la prestación de servicios.
En la compraventa no hay nota de la duración y no se fracciona en el tiempo, sino que en la compraventa hay
una prestación única dirigida a la entrega de la cosa. En la compraventa normal es un contrato para la entrega
de una cosa, y entregada la cosa el contrato se extingue.
Como este contrato es atípico, es decir, que no está regulado de manera positiva en la ley. Se aplicará lo que
establezcan las partes (Art. 1125 CC), y subsidiariamente se aplicarán las normas de la compraventa
mercantil.
Lo relevante en este contrato es que se trata de un contrato único y de manera periódica. ¿Si se incumple un
tramo del contrato, se entiende incumplido todo el contrato de suministro o solo un tramo?: en principio se
entiende que cada tramo es independiente, y solo este se entiende incumplido. Y solamente cuando se
entienda rota la confianza del cumplimiento del contrato de suministro total, no solo de un tramo, se
entenderá incumplido este. En este sentido, estamos ante un contrato de confianza, por tanto, un
incumplimiento aislado no es causa de resolución. Pero si se entiende rota la confianza para el cumplimento
del contrato, se podrá resolver.
Además, es un contrato en el que se aplica mucho la cláusula rebus sic stantibus, debido a la fuerte alteración
de condiciones pactadas.
El leasing es un contrato, por el cual, se ofrece una técnica de adquisición de bienes que consiste en un
arrendamiento financiero con opción de compra. Este contrato está reservado a los establecimientos
financieros de crédito con arreglo a la ley 5/2015 de 27 de abril de fomento de la financiación empresarial.
Es efectivamente un contrato que equivale a financiar, que en lugar de pedir el préstamo al banco se arrienda
el bien.
El usuario es el que elige el bien que será objeto de arrendamiento del contrato. La propiedad del bien le
pertenece al arrendador financiero, no al usuario, quien únicamente tiene la posesión del bien.
Los contratos se diferencian solo por la duración, y se establece que por lo menos deben tener dos años si es
cosa mueble o diez si es un inmueble. La fijación de la cuota de arrendamiento es el tema más delicado, y en
esa cuota se tiene la amortización de la totalidad o parte del coste del bien (es decir, del desgaste del bien por
el usuario).
El pacto con opción de compra es aquel por el cual el usuario del bien puede si quiere adquirir el bien objeto
del contrato. El leasing tiene como causa del contrato de la cesión de uso de un bien, y no en la transmisión
de la titularidad. Los contratos de arrendamientos financieros podrán inscribirse en el registro de bienes
muebles en la sección de arrendamientos a plazos de bienes muebles, cuando sean bienes muebles no
consumibles. Es un contrato unilateral del que son parte el arrendador financiero y el usuario.
- Obligaciones del arrendador financiero: (i) Tiene que adquirir el bien que ha elegido el usuario y deberá
facilitarle la posesión de ese bien.
- Obligaciones del usuario: (i) El pago de los plazos o las cuotas pactadas en el tiempo pactado. Si el
usuario incumple el pago, el arrendador tiene derecho al pago de las cuotas vencidas e impagadas más los
intereses moratorios pudiendo pedir la resolución del contrato. (ii) El usuario debe además conservar con
la debida diligencia de un padre de familia el bien cedido y emplearlo de acuerdo a su naturaleza. Por
tanto, el usuario debe mantener el bien en el estado en que lo ha mantenido, aunque habrá un desgaste
natural. (iii) Al finalizar el contrato de leasing deberá entregar el bien al arrendador financiero.
Si la cosa se pierde por caso fortuito (ej. Me roban el coche en leasing) el usuario corre con ese riesgo. Pero
la perdida del bien no implica que no haya que pagar las cuotas pendientes. Por eso, normalmente la empresa
de leasing exige un seguro.
El bien arrendado plantea un derecho de tutela de la propiedad, sobretodo cuando hay concurso de
acreedores, pues el bien objeto de leasing será objeto de reducción de la masa activa. (En este caso el coche
que es de leasing no es propiedad del arrendador concursado que saldrá de su masa activa). El contrato se
podrá ceder tanto por parte del arrendador financiero como por parte del usuario.
El derecho bancario gira en torno al concepto de entidad de crédito. El derecho bancario es un derecho en el
cual se entrecruzan la normativa administrativa y publica y la normativa mercantil privada.
Ha habido una evolución en cuanto a las fuentes en el derecho bancario, hoy debemos tener en cuenta:
- Ley 10/2014 de supervisión y solvencia de las entidades de crédito, que transpone la Directiva de
resolución de entidades de crédito en la UE.
- Las circulares del Banco de España, que tienen un fundamento normativo indirecto, en virtud del Ministro
de economía se desarrolla normativa bancaria a través de circulares del Banco de España. Estas circulares
tienen que ver con la transparencia y solvencia bancaria.
Sobre estas fuentes legales debe explicarse qué es una entidad de crédito. El concepto de entidad de crédito
es un concepto muy ambiguo que no solo engloba a los bancos comerciales, sino que una entidad de crédito
puede ser una empresa que recibe depósitos de terceros y concede crédito por cuenta propia al público (su
capital es ajeno, ellos prestan lo que reciben como depósito, y operan en el mercado con un capital ajeno). El
Banco de España por ello obliga a que estas entidades de crédito hagan una serie de provisiones a nivel
contable, para garantizar que podrán hacer frente a la devolución de esos depósitos a la vista.
La provisión consiste en dejar liquida una parte de su capital en proporción a los prestamos morosos (non
preforming loans). Y se congelan activos del banco para garantizar la devolución de los depósitos, porque se
intenta evitar el Bank run o la fuga de depósitos. Dado que el capital con el que el banco opera es un capital
de explotación ajeno.
En este sentido, teniendo en cuenta el concepto estricto de envida de crédito, deben excluirse del concepto de
entidad de crédito en sentido estricto las entidades de dinero electrónico y los establecimientos de crédito que
no pueden captar fondos.
a) Las entidades de crédito en sentido estricto son aquellas que captan fondos de terceros a través de
depósitos y conceden créditos o prestamos. Aquí tendrían cabida los bancos, las cajas de ahorro, las
cooperativas de crédito, el ICO (Instituto de Crédito Oficial). Pero debe tenerse en cuenta que este
concepto Jens sentido no se corresponde con las entidades de crédito que hay en el mercado.
b) Por ello, si tenemos en cuenta un concepto amplio de entidad de crédito, según el cual son entidades
que conceden créditos o prestamos aunque no capten fondos de terceros, entonces los establecimientos
de crédito (que conceden contratos de factoring o de leasing), son entidades que no captan fondos de
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terceros, pero que financian y conceden créditos. Por tanto, según el concepto amplio de entidad
financiera son entidades cuya actividad empresarial principal consiste en conceder financiación o
crédito, aunque no capten depósitos.
Los Bancos como entidades de crédito deben necesariamente constituirse como Sociedades Anónimas
especiales, dado que necesitan una autorización administrativa que concede el Banco Central Europeo,
previo un informe del servicio de prevención de blanqueo de capitales e infracciones bancarias. Este banco
deberá inscribirse en el registro administrativo de entidades de crédito del Banco de España así como en el
Registro mercantil. Por tanto, hace falta una autorización administrativa, debe haber un control, no
cualquiera debería ejercer la función de prestar el crédito. (También esta el shadow banking que es “la
financiación en la sombra”, fuera de esta autorización administrativa).
Los Bancos por tanto, están dentro del derecho regulado administrativo. Se exige un requisito de capital
mínimo a los bancos de 18 millones de euros de capital social, que debe representarse mediante acciones
nominativas. En estas Sociedades anónimas hay especialidades legales en la LOSSEC respecto al consejo de
administración, que se manifiestan en el art. 26 LOSSEC donde se establece que el Banco de España puede
establecer el numero máximo de cargos que un miembro del consejo de administración o director general
puede ocupar simultáneamente.
El sector regulado bancario es un sector estratégico, en los que hay un interés público o interés
generalizado. En este sector bancario el control de la titularidad de las acciones es importantísimo, por ello se
le obliga al banco en los primeros 5 años de su existencia que ningún accionista supere un umbral del 20%
del capital social.
La transmisibilidad de las acciones durante los primeros cinco años exige la autorización del Banco de
España, y conforme al art. 20 LOSSEC puede conducir a multas o sanciones administrativas si no se sigue
esta autorización.
España antes era un país de muchísimas Cajas de Ahorros, pero estas han quedado absorbidas y reducidas a
un porcentaje muy pequeño. Eran antes la entidad de crédito mas importante después de los bancos. Las
Cajas de Ahorro eran unas fundaciones que tenían una finalidad beneficio social, no sociedades de capital.
Por ello, las Cajas de Ahorro por tener esta finalidad beneficio social o de carácter público han dado peor
fama y tratamiento a estas entidades, dado que las Cajas de Ahorro suelen tener una clientela con menor
capital y ahorros.
El capital mínimo de las Cajas de Ahorro también es de 18 millones de Euros. Además deben tener una
comisión de control que fiscaliza el procedimiento de las cajas de ahorro.
(iii) Las cooperativas de crédito: Las cooperativas de crédito son sociedades cooperativas. Hay dos tipos: (a)
Las cooperativas de crédito agrícola suelen financiar actividades agrícolas, y (b) las cooperativas de
servicios (no agrarias). Estas entidades han quedado desplazadas por los bancos.
(iv) Los establecimientos financieros de crédito: Son aquellos que pueden prestar financiación y son
sociedades anónimas especiales, pero que tienen una naturaleza híbrida, porque no solamente prestan
créditos sino que a veces permiten servicios de pago: están sometidas a supervisión por parte del Banco
de España y autorización. Estos establecimientos no captan depósitos de terceros, pero prestan
financiación (factoring, leasing).
Las entidades de crédito están sometidos a ciertos requisitos prudenciales en la contabilidad, y deben tener
un nivel de recursos propios y liquidez prudencial adecuado: aquí se alude a los colchones de capital que
buscan amortiguar los riesgos de la actividad bancaria y que el Banco de España puede requerir.
Las entidades de crédito están sometidas duramente a una supervisión durante toda su existencia por el
Banco de España. (Art. 70 LOSSEC).
Los fondos de garantía de depósitos van a garantizar los depósitos de los consumidores en una cantidad
adecuada. Por ello, es aconsejable no superar esta cantidad, para que los depósitos estén garantizados.
El Banco Central Europeo es el que fija la política monetaria de toda la Unión Europea, es quien fija los tipos
de interés.
La autoridad bancaria europea, que busca proteger el interés público y tiene como finalidad detectar los
riesgos sistémicos de los Bancos. Aquellas entidades de crédito que tengan riesgo sistémico irán a la
resolución bancaria.
Los contratos bancarios tienen un carácter mercantil, y algunos de ellos son atípicos, además la mayoría son
contratos de adhesión que no se negocian por las partes (estas sujetos a cláusulas generales de la
contratación). Esta condición de contratos de adhesión hace que estén estos contratos sujetos a la supervisión
de las cláusulas generales de la contratación (Ej. Cláusulas suelo).
Al ser la mayoría contratos atípicos, no regulados de manera positiva en el CCom, debe otorgarse mucha
autonomía a la voluntad de las partes. La ley general de condiciones generales y la ley reguladora de
consumidores y usuarios se aplica por tanto a la mayoría de estos contratos bancarios. Además, estos
contratos bancarios se ven sometidos a normas imperativas administrativas.
a) Actividades pasivas: Son aquellas por medio de las cuales los bancos reciben crédito, es decir, reciben
cantidades por las cuales el banco se convierte en deudor y quien entrega este dinero tiene el derecho
exigir la restitución del dinero en la forma el plazo y en las condiciones pactadas. Estos contratos de
operaciones pasivas son el contrato de depósito y el redescuento bancario. (El redescuento bancario es
aquella actividad donde la entidad obtiene anticipadamente la cantidad de un crédito aun no vencido
frente a terceros). En las operaciones pasivas los bancos se convierten en deudores.
b) Actividades u operaciones activas: Son aquellas mediante las cuales los bancos conceden a sus clientes
unas cantidades dinerarias. Las entidades conceden crédito y el banco se convierte en acreedor, porque se
ha prestado un dinero que debe devolverse al banco. Los contratos son: El préstamo, la apertura de
crédito, el descuento bancario y los avales bancarios.
Dentro de las operaciones pasivas bancarias debe tenerse en cuenta fundamentalmente: (a) El contrato
bancario de cuenta corriente y (b) el contrato bancario de depósito.
El contrato de cuenta corriente bancaria es el contrato a través del cual se instrumentaliza la relación entre el
Banco y el cliente. Esta banco le permite al cliente disponer sin restricción alguna del servicio de caja, y le
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permite utilizar sus fondos (ej. Librando cheques, transfiriendo, pagando a cargo de la cuenta). La cuenta
corriente es el vehículo del cliente.
Esta cuenta corriente utiliza la técnica del debe y el haber. De hecho la cuenta corriente es un contrato
mercantil, que se basa precisamente las partes acuerdan aplazar el vencimiento de los créditos recíprocos, y
al final se compensa el saldo de la cuenta.
Este es un contrato mercantil atípico, donde dos comerciantes o empresarios llevaban una cuenta de sus
créditos recíprocos y los compensaban; pero ahora se aplica a las entidades de crédito.
El contrato de cuenta corriente es un contrato estándar de adhesión por el que se entra en contacto con el
Banco. Y además, a través de la cuenta corriente puede crearse un contrato de apertura de crédito, que
veremos después.
El contrato de cuenta corriente bancario se diferencia de la cuenta corriente mercantil de que en la cuenta
corriente mercantil hay una consustancial reciprocidad en la concesión de crédito entre las dos partes o
empresarios, no hay necesidad de un crédito del cliente al banco. En la cuenta corriente bancaria se produce
una compensación continuada, mientras que en la cuenta corriente mercantil la compensación es puntual.
El contrato de cuenta corriente es consensual, y obliga a la entidad a un servicio de caja sabiendo que el
cliente debe pagar los gastos y retribuir las comisiones de la entidad, y el descubierto, que quiere decir que
no haya dinero en la cuenta y entonces el banco pague. El descubierto suele tener un interés muy alto. Ahora
los bancos si no hay dinero en la cuenta lo devuelven.
Las tarjetas bancarias son un documento de plástico que identifica a su titular, con unos datos para poder
operar con la cuenta corriente. Aunque no siempre las tarjetas de crédito son bancarias. Hay tarjetas de
crédito y tarjetas de débito, asociadas a la cuenta corriente. Cuando se emite una tarjeta bancaria el Banco o
entidad de crédito, concede a un cliente esta tarjeta a través de un operador (Ej. Visa, Mastercard).
El contrato bancario de depósito es una operación pasiva de la entidad bancaria, donde esta recibe un crédito
de un depositante. Este contrato es la vía por el que la banca recibe fondos. Sobre la base del art. 307 CCom
puede distinguirse entre contrato de depósito abierto y cerrado.
(i) El contrato de depósito a la vista suele instrumentalizarse en una cuenta corriente. A la vista quiere decir
que se puede sacar el dinero cuando el cliente quiere El art. 305 CCom. Define estos contratos de
depósito como contratos reales y por tanto es un contrato unilateral que genera obligaciones solamente
para el banco. El banco se obliga a devolver la misma cantidad depositada del mismo género o especie
fungible de lo depositado. El depósito es normalmente retribuido a favor del depositario (Art. 304
CCom), y este depósito de dinero en el banco se convierte en un préstamo que el cliente concede al
banco (Art. 309 CCom).
(ii) Cuando el depósito entrega el dinero a plazo fijo, el dinero no puede sacarse del depósito antes de un
determinado plazo concreto. Si se saca se incluyen penalizaciones. En este contrato hay mayores tipos de
interés.
Hay por parte del banco en este contrato un deber más que de custodia de disponibilidad, t debe mantener la
liquidez suficiente para devolver el dinero cuando los clientes lo pidan. Además debe restituir total o
parcialmente a petición del cliente los depósitos recibidos. Y sobretodo deberá pagar al cliente depositante
los intereses del depósitos. El fondo de garantía garantiza una cantidad determinada de los depósitos.
En cuanto a la forma o constitución, los depósitos se incorporan normalmente en cuenta corriente o en una
libreta de ahorro. La libreta de ahorro no es un título valor, sino un mero documento que tiene mero valor
probatorio. Cuando se trata de depósitos a plazo suelen instrumentalizarse en libretas de ahorro.
Tradicionalmente los depósitos se certificaban en los certificados de depósito que si eran títulos valores.
Los depósitos de dinero tienen una función y un valor económico importante y se pueden dar como prenda o
garantía de otras prendas. Se pueden pignorar saldos o prendas sobre saldos de depósitos.
El servicio de caja que implica la cuenta bancaria nos lleva a la transferencia bancaria. La transferencia
bancaria forma parte del servicio de caja y en principio es el banco el que realiza la transferencia bancaria a
través de una cuenta corriente. Actualmente hay tres opciones de transferencia bancaria con diferentes tipos
de comisión.
Este es un contrato que no se concede en exclusiva a los bancos. Pero si que es frecuente y suele darse en la
práctica que sea un banco el que le preste o le ceda al cliente mediante un precio el uso de una caja de
seguridad que esté en el edificio del banco y que tenga el banco controlado y protegido el acceso. El banco
no se compromete a custodiar el contenido de la caja, sino que se limita a custodiar la caja misma en sí.
Por tanto, se cuestiona aquí si estamos realmente ante un depósito o ante un arrendamiento. En principio,
estamos ante un arrendamiento de la caja, donde el banco permite arrendar la caja al arrendatario. Estas cajas
suelen tener dos llaves una que se la queda el banco y otra el cliente. El cliente se obliga a pagar el canon por
la caja de seguridad. Los jueces podrán decretar el embargo de las cajas de seguridad.
El problema de estas cajas suele ser el robo o sustracción del contenido. Como el banco puede no saber que
hay dentro de la caja puede haber problemas de prueba. Por ello los bancos suelen pedir que haya una póliza
de seguro frente a robos, y cuando no se sabe cual es el contenido de la caja de manera fehaciente se pacta
una indemnización en caso de robo.
Una pignoración de bienes muebles en un banco puede ser una alternativa a un alquiler de caja de seguridad,
pues al pignorar la pieza el banco tasa la pieza y también la guarda en cajas de seguridad. Por tanto, tiene
más seguridad en la prueba y puede ser mas barato que la caja de seguridad.
El banco presta un aval para garantizar el negocio de sus clientes. Este es un contrato de fianza o aval, según
el cual el banco garantiza a su cliente en caso de impago de un contrato. Luego el banco puede repetir contra
el cliente después de avalarlo.
Sirve para el pago de venta de una mercancía de plaza a plaza, normalmente en un ámbito internacional. Se
elimina la desconfianza con este contrato que puede existir entre las partes en un contrato de compraventa
(Ej.el comprador teme que no le entreguen las mercancías y el vendedor que no le paguen). El crédito
documentario mediante intervención del banco tutela al comprador para que antes de pagar el precio se
entregue la mercancía.
La entidad de crédito lo que hace es mediar entre el ordenaste y el beneficiario. El banco cuando se le
presentan los títulos representativos de la mercancía, paga al vendedor en metálico o descontando una letra
de cambio. El banco ayuda a que se pague una suma al beneficiario (que es el vendedor) en dicha operación
de compraventa. En este sentido, se garantiza al vendedor que va a ser pagado y al comprador que recibirá
las mercancías.
No se está ante una apertura de crédito, porque la entidad bancaria no es que adelante el dinero, sino que el
cliente o vendedor tiene el dinero. Más bien estamos ante un contrato de comisión, donde el vendedor ordena
al banco y le da el dinero para que pague a un comprador, y el banco en esta operación cobra una comisión.
Hay que tener en cuenta las reglas y usos uniformes relativos a los créditos documentados redactados por la
Camara de Comercio internacional de Viena, y por la Camara de Comercio internacional de Lisboa (2003):
estas reglas poseen una función integradora pero no tienen carácter imperativo.
a) Los créditos revocables: Permite al banco modificar o revocar el crédito sin consentimiento del
beneficiario.
b) Los créditos irrevocables: Obliga al banco a pagar el precio o a descontar la Letra de cambio siempre que
se cumplan todas las condiciones. Aquí el banco se obliga frente al ordenan y al receptor.
c) Los créditos confirmados: Se diferencian del crédito irrevocable a secas, en que aqui intervienen dos
bancos el de la plaza emisor y el banco de la plaza del confirmador. La entidad del lugar del domicilio
del comprador no suele asumir obligaciones salvo darle la noticia por cuenta del banco emisor de la
apertura del crédito documental.
d) El crédito documentario transferible: permite al beneficiario disponer del crédito y transmitirlo previa
notificación al banco en favor de otros beneficiarios que no podrán transmitirlo salvo que expresamente
se establezca.
El préstamo bancario se diferencia del préstamo mercantil ordinario, según el cual una parte entrega a otra
una cosa no fungible para que sea usada y devuelta. El CCom regula en el art. 311 CCom que es un préstamo
aquel en el que se conceda una cosa el prestamista para usarlo en una actividad del comercio por su
prestatario que sea devuelta
Los prestamos de los Bancos que son aquellos que se dedican profesionalmente a concederlos, puede suscitar
dudas su mercantilidad, porque en realidad estos préstamos no hace falta que se destinen a actos del
comercio. Estos prestamos son típicos de las entidades bancarias.
Es importante tener en cuenta el art. 311 CCom que regula el préstamo mercantil, según el cual debemos
establecer que el préstamo bancario es mercantil solo en relación al sujeto que lo presta (la entidad de crédito
como empresario) aunque el préstamo no se dedique a una actividad del comercio sino al consumo. Por
tanto, como la entidad de crédito se dedica al comercio como empresario, todos los prestamos bancarios
deben reputarse mercantiles.
Existen unas operaciones de transparencia informativa de los bancos a la hora de conceder prestamos que
deben comunicarse al prestatario antes de cerrar el contrato: El tipo de interés sea fijo o variable, el tipo de
descuento, las consecuencias de incumplimiento. Por tanto, las obligaciones de información a los
consumidores a la hora de conceder prestamos son muy grandes.
Los Bancos deben siempre poner a disposición al prestamista la cantidad objeto del préstamo. En cambio el
prestamista tiene la obligación de pagar el préstamo en el plazo y los intereses pactados. Estos intereses
deben pactarse concretamente en el contrato a través de una tabla. Deberá también determinarse el tipo de
interés moratorio.
Los prestamos bancarios siempre precisan de garantías o covenants. En caso de compra para un inmueble la
garantía suele ser real: una hipoteca. Pero en los prestamos bancarios también puede haber garantías
personales como los avales o las fianzas. Cuando se avala un préstamo, es importante tener en cuenta que
ello contabiliza como un nivel de riesgo asumido para el avalista, se computa como un aumento del riesgo
para concederle un crédito.
Además existen los prestamos sindicados, que son aquellos prestamos de cuantía muy elevada respecto de
los cuales un solo banco no se atreve a conceder el crédito y por ello varias entidades de crédito conceden
una cantidad del préstamo. Una de estas entidades asume la posición de banco agente que asume la
responsabilidad de gestión del crédito.
Junto al préstamo existe el contrato de apertura de crédito como operación activa. En este contrato e banco
permite al consumidor tener una linea de crédito de manera escalonada o fraccionada durante un periodo de
tiempo determinado. Y el acreditado tiene la capacidad de disponer o no de esa linea de crédito para sus
pagos. Puede ser tanto una apertura de crédito en dinero como en descuentos.
EL préstamo se agota en un solo acto. En cambio en la apertura del crédito se otorga una linea que puede
utilizarse escalonadamente según las necesidades del consumidor. Este contrato es consensual y se estipula
por escrito en una póliza.
Este es un contrato bilateral, in tuito personae. Es un contrato que puede tener un plazo determinado o una
duración indefinida.
Es un contrato por el cual el banco anticipa el importe de un crédito no vencido, y por tanto, hay una cesión
onerosa al banco que permite liquidez e incentivar las ventas.
El descuento fundamentalmente es de letras de cambio que se endosan. Pero también se puede hacer de
manera desconectada de una Letra de Cambio como contrato marco que no se vincula a una letra de cambio,
sino a un pacto de descuento de sucesivo.
El redescuento bancario es lo mismo que el descuento bancario pero entre bancos. Es decir, que un Baco que
tiene créditos aplazados contra terceros acude a potro banco para que le anticipe su importe.
Este es un contrato de gestión de intereses ajenos de origen anglosajón que tiene un elemento de mandato o
de comisión. El factoring incluye diversos servicios, que principalmente son la gestión y el cobro de unos
créditos que cede el cliente y que acepta la sociedad de factoring. A veces la sociedad de factoring asume la
insolvencia de los deudores.
Puede haber factoring sin recurso o con recurso. Cuando hablamos de factoring con o sin recurso, nos
referimos a que el factor asuma o no la defensa jurídica en caso de impago de los créditos que deben
gestionarse.
Las entidades aseguradoras también manejan un capital que no es suyo sino que es ajeno.
Los contratos de seguro tienen como finalidad prevenir o reparar las consecuencias que un riesgo
desencadena. Pero no todo riesgo es susceptible de ser asegurado por un contrato, hay varias condiciones:
(a) Que el evento sea de posible realización. (Ej. Riesgo de nevada en Cuba),
(b) La realización del evento de riesgo debe ser incierta, bien porque se sabe que va a suceder pero no se
sabe cuando o bien que a lo mejor sucederá pero es posible que nunca vaya a suceder,
(c) Que se trate de un evento fortuito que no dependa de la voluntad de la persona (Ej. Causar
voluntariamente un fuego).
Lo que se asegura un riesgo que se materializa con una cuantía asegurada (ej. Un golpe hasta 300.000€) a
cambio del pago del asegurado por una prima. La prima que satisface al asegurado es lo que da lugar a una
mutualidad en la cobertura de los riesgos.
Para poder dedicarse al seguro, la empresa debe dedicarse profesionalmente y en exclusiva a la cobertura del
riesgo. La mutualidad quiere decir que se asocia a una pluralidad de personas, a quienes la entidad
aseguradora les presta una cobertura reciproca a favor de todas ellas.
Puede haber mutuas de seguros o sociedades anónimas de seguros. Hay dos principios que son comunes a las
entidades aseguradoras, que son:
a) solo deben asumir los riesgos para cuya contratación han ido autorizados administrativamente (ej.
Incendios, robo….etc). Esta es la homogeneidad cualitativa de los riesgos.
b) Después debe haber una homogeneidad cuantitativa de los riesgos, lo que quiere decir que el valor de
la suma asegurada no debe sobrepasar una determinada cantidad.
Como se ha dicho las entidades de seguros necesitan una autorización administrativa del ministerio de
economía y competitividad. Las aseguradoras deben inscribirse en el Registro Mercantil y también en un
registro de entidades aseguradoras. Todo esto se regula en la Ley 20/2015, de 14 de julio de ordenación,
supervisión y solvencia de las entidades aseguradoras y reaseguradoras. Esta es la vertiente jurídico
administrativa de las aseguradoras.
Pero hay una vertiente jurídico privada de las aseguradoras, mediante los contratos de seguro. Estos contratos
se regulan el la Ley de contratos de seguros 50/1980, de 8 de octubre. Esta ley regula la vertiente privada de
las aseguradoras.
Además hay una afectación de normas de protección a los consumidores en la Ley de protección a los
consumidores, y de normas de condiciones generales de la contratación, dado que los contratos de seguros se
llevan a cabo en las pólizas que son los documentos donde se plasma el contrato de seguro. Estas pólizas son
contratos de adhesión normalmente en masa, no suelen discutirse las condiciones de estas pólizas.
En los seguros privados suele haber seguros que son obligatorios (ej. El seguro del hogar, el seguro del coche
o el seguro de caza, cuando se quiere hacer un préstamo hipotecario es necesario el seguro de incendios, el
seguro obligatorio de administradores societarios), no puede operarse sin estos seguros privados.
Otros seguros privados son potestativos, como el seguro de enfermedad. No son obligatorios los seguros
contra catástrofes salvo que expresamente se pactaran. También cabe el seguro multihogar o multirriesgos
que cubre varios riesgos a la vez: que cubre el robo, el incendio…etc.
La causa del contrato de seguro está formado por dos elementos: (a) El riesgo asegurado y (b) la
determinación del riesgo asegurado (Art. 4 y 25 LCS).
El interés asegurado supone una relación de contenido económico entre la persona del asegurado y el objeto
asegurado, susceptible de valoración pecuniaria (se valora y se asegura el interés del sujeto sobre la cosa),
que puede sufrir un daño en el caso de que se produzca un suceso determinado.
El seguro debe constar en una póliza, pero esa póliza se considera como un elemento probatorio del contrato,
sirve para probar que existe el contrato. Las pólizas pueden ser nominativas o al portador, y pueden constar
en plisad individuales o generales.
El art. 10 LCS (es importantísimo) porque le impone al tomador el deber de declaración exacta del
asegurado. Es decir, para que se pueda valorar bien el riesgo el asegurado debe decir exactamente todo lo
que sabe sobre esa posibilidad de que el riesgo se produzca. El asegurador puede rescindir el contrato, y se
queda con todas las primas pagadas, si se ha cometido una inexactitud. (Ej. Un asegurado se asegura de vida
sin decir que esta enfermo). En este sentido, las aseguradoras tienen una función detectivesca.
El art. 11 LCS impone al tomador del seguro y al asegurado obliga a que se comuniquen todas alas
circunstancias relevantes de riesgo durante la vida del contrato. Si una condición agrava el riesgo es
obligatorio comunicárselo a una compañía de seguros.
El tomador del seguro es el que lo contrata. El tomador y asegurado pueden ser el mismo, cuando este
contrata el seguro para sí mismo. Pero puede contratarse el seguro para un tercero, en este caso tomador y
asegurado no coinciden, esto nos lleva a la figura del beneficiario. Por tanto, el art. 11 obliga a que se
indiquen los factores que se produzcan durante la vigencia del contrato.
En el art. 13 LSC el asegurado como facultad puede pedir al asegurador si disminuyen las condiciones de
riesgo si cambian las condiciones. En este sentido estamos ante una facultad del asegurado.
Las compañías de seguros que saben cuales son los riesgos dan a los asegurados unos formularios con los
posibles riesgos. Las compañías de seguro dan unos formularios para cumplir la obligación de declaración
exacta entre el asegurado y el asegurado.
Los agentes y corredores de seguros son los sujetos que tienen las compañías de seguros, que se dedican a
vender seguros. En realidad tienen una función muy parecida a la mediación y se regulan en la Ley de
mediación de seguros y reaseguros.
Es muy importante el principio de transparencia en las cláusulas del contrato de seguros, dado que operan
condiciones genérales de la contratación.
b) Obligaciones privadas. Y en segundo lugar, que el deber de pagar al asegurado en los términos pactados
(Art. 26, 38, 39 y 17 LCS). Una vez que el asegurador paga la indemnización, este se subroga en la
indemnización que tenia el asegurado frente a los desperfectos y daños en un siniestro.
La obligación del tomador es pagar la prima. La prima puede ser única (una vez al año) o sucesiva (a plazos).
Además, el tomador tiene la obligación del deber de declaración exacta (art. 11 LCS); el deber de comunicar
situaciones de agravamiento del riesgo.
Debe comunicarse cambios de situación en los objetos asegurados (Art. 40 LCS) y se tiene que comunicar si
el objeto se ha transmitido, vendido o trasladado a otro lugar. También deberá comunicarse si el tomador está
en un concurso de acreedores, sobretodo si se está en fase de liquidación (Art. 37 LSC):
Cuando se habla de seguros de daños o sobre cosas. Tenemos que diferenciar tres tipos posibles de seguros:
(a) El seguro pleno: que es la situación ideal, porque coincide la suma asegurada (lo que se va a pagar en un
evento de riesgo) con el valor del interés sobre la cosa. (Ej. La casa es de 200.000€ y el seguro es de
200.000€).
(b) El infraseguro: Es un seguro en el que la póliza no cubre la totalidad del posible daño, es un caso en el
que las suma asegurada es inferior al valor del interés asegurado.
(c) El sobre-seguro: Es el caso en el que la suma asegurada es notablemente superior al interés sobre el valor
de la cosa asegurada. (Art. 31 LCS).
El coaseguro es aquel en el que el tomador del contrato son diferentes asegurados, y se cubre un determinado
riesgo asegurado.
- Los seguros de responsabilidad civil son seguros unidos a profesiones concretas, son privados. (Ej. El
seguro de un arquitecto, de un abogado o de un administrador concursal).
- El seguro obligatorio del automóvil.
- El seguro de robo.
- El seguro agricola
- El seguro de crédito y caución: es un seguro que asegura al acreedor que va a percibir su crédito a su
vencimiento. Es una manera de cubrirse de posible incumplimiento de un deudor. En este caso, la
aseguradora se subroga en el puesto del acreedor frente al deudor.
- El reaseguro: Es muy frecuente, (Art. 78 a 79 LCS) que quiere decir, que el riesgo que se cubre es muy
grande y que no quiere cubrirlo una sola aseguradora sino que lo cubren este riesgo varias aseguradoras a
la vez.
- El coaseguro: es cuando una compañía de seguros se asegura a sí misma.
7. Los seguros de personas. En especial, el seguro de vida
Los seguros de personas parten de la misma teoría general de los seguros de daños, son seguros que recaen
sobre un interés que está en una persona.
Los seguros de personas están regulados en el Título III del contrato de seguros. El art. 80 LCS dice que
estos contratos son aquellos que versan sobre la salud, existencia o integridad de una persona. El riesgo que
se cubre con estos contratos es el riesgo sobre una persona.
En los seguros de personas debe determinarse la suma que debe pagarse al asegurado si sucede el siniestro.
En realidad, cuando es un seguro de vida o médico, la prueba del daño se asegura con una cantidad concreta,
es el asegurado quien lo decide.
Dentro de los seguros de personas están: El seguro de vida, de accidentes, seguros de deceso o
enterramiento, seguros de asistencia sanitaria, seguros de nupcialidad.
En estos casos, frente a los que la valoración del objeto frente a un daño es un gran problema, en un seguro
de personas hay menos controversia respecto al valor de los daños sobre la persona.
Por tanto, en los seguros de vida hay un desdoblamiento entre el que paga el seguro el asegurado y el
beneficiario.
Estos se pueden combinar con los seguros de decesos y de accidentes. Estos contratos de seguros suelen
además tener problemas fiscales. El seguro de accidentes se regula en el artículo 100 de la Ley de contratos
de seguros.
En los seguros de vida por muerte, puede ocurrir un problema con el suicidio porque es una forma de muerte
voluntaria. Las compañías de seguros por ello investigan mucho la causa de la muerte, donde la muerte para
cobrar el seguro no podrá ser voluntaria.
Cuando el riesgo asegurado sea la enfermedad, el asegurador podrá obligarse, dentro de los límites de la
póliza, en caso de siniestro, al pago de ciertas sumas y de los gastos de asistencia médica y farmacéutica. Si
el asegurador asume directamente la prestación de los servicios médicos y quirúrgicos, la realización de tales
servicios se efectuará dentro de los límites y condiciones que las disposiciones reglamentarias determinan.
En los “seguros de enfermedad y de asistencia sanitaria quedarán sometidos a las normas contenidas en la
sección anterior en cuanto sean compatibles con este tipo de seguros”.
Lo más importante en los contratos de los seguros de vida es la parte personal del contrato: ¿quién puede ser
asegurador?¿Quién puede ser asegurado?
El contrato de comisión mercantil consiste en que un empresario le encarga a otro la compra o venta de
ciertas mercancías, el sujeto al que se le da la obligación de compra o venta se llama comisionista. El que da
el mandato es el comitente. Este contrato es muy parecido al contrato de agencia o gestión por cuenta ajena.
El comisionista tiene un apoderamiento concreto.
Art. 244.
Se reputará comisión mercantil el mandato, cuando tenga por objeto un acto u operación de comercio y sea
comerciante o agente mediador del comercio el comitente o el comisionista.
El mandato en un ámbito mercantil se da a través de un contrato de comisión, el cual parece en el art. 244
C.d.C, y se basa en la mutua confianza de los contratantes (es un contrato intuitu personae) y es un contrato
por el cual el comitente le da un mandato al comisionista para que participe en un acto u operación del
comercio. Por tanto, para que exista el contrato de comisión mercantil es necesario que se de un mandato de
acto u operación del comercio, y que no tiene por que ser ser solo una compra o venta de mercancías.
El comisionista (art. 245 C.d.C) puede actuar siempre en nombre propio o en el de su comitente. Pero
siempre actúa en interés del comitente.
Art. 245.
El comisionista podrá desempeñar la comisión contratando en nombre propio o en el de su comitente
a) Si el comitente actúa en nombre propio no hay representación directa y la relación se produce entre el
comisionista y el tercero, y no entre el tercero y el comitente. En este caso, el comisionista es el que
adquiere los derechos frente a los terceros y a su vez los terceros adquieren los derechos frente al
comisionista (art. 246 C.d.C). Si se produce el concurso del comisionista deberán separarse los bienes
comprados por cuenta del comitente (Art. 80 TRLC).
b) Actuación en nombre del comisionista (ajeno). En este caso el comitente es el obligado frente a terceros.
Es un contrato consensual que se perfecciona por el mero consentimiento expreso o tácito de las partes.
El contrato además tiene unos efectos para el comisionista y el comitente, que se expresa en las diferentes
obligaciones del contrato.
La obligación principal del comisionista será cumplir el mandato de realizar el acto u operación en
nombre del comitente. Otras obligaciones son:
- Conforme al 252 C.d.C el comisionista es responsable de todos los daños causados al comitente.
- El comisionista debe actuar conforme a la debida diligencia conforme a las instrucciones del comitente
(Art. 254 a 256 C.d.c)
- Salvo que lo autorice el comitente el comisionista no puede vender concediendo un crédito al comprador.
- Conforme al art. 263 C.d.C el comisionista debe rendir cuentas al comitente, reintegrando al comitente lo
sobrante.
- Además, los riesgos del dinerario acumulado serán del comisionista (Ar.t 257 C.d.C).
- El comisionista deberá devolver las mercancías que no haya conseguido vender (Art. 265 y 266 C.d.c).
- A veces se introduce la comisión de garantía, donde el comisionista garantiza personalmente que un
tercero va a comprar las mercancías, y si el tercero no compra las mercancías el comisionista responderá
del contrato frente al comitente.
- Además, existe la prohibición de autoentrada del comisionista que aparece en el art. 267 C.d.C:
Art. 267.
Ningún comisionista comprará para sí ni para otro lo que se le haya mandado vender, ni venderá lo que se le
haya encargado comprar, sin licencia del comitente.
Tampoco podrá alterar las marcas de los efectos que hubiere comprado o vendido por cuenta ajena.
- Por último, la ley en el art. 261 C.d.C prohibe que el comisionista delegue la comisión a que ha sido
obligado.
El comitente debe pagar la comisión al comisionista (Art. 277 C.d.C). Este momento de pago de la comisión
es siempre problemático porque el código no establece cuando debe pagarse la comisión, si es cuando se
perfecciona el contrato o una vez se ha ejecutado bien el contrato.
Pero en la práctica hay una cláusula que se llama “salvo buen fin” que quiere decir que el comisionista no
cobrara la comisión hasta que el contrato no se ejecute de forma normal.
También según el art. 278 C.d.C el comitente deberá desembolsar los gastos necesarios del comisionista. Si
el comisionista ha actuado en nombre propio, su actuación no puede tener ninguna actuación gravosa para el
comisionista y, por tanto, si el comisionista actúa en nombre propio asume por el art. 246 C.d.C que deberá
pagar los gastos necesarios.
El comisionista tiene un derecho de retención y preferencia. Como el comisionista tiene derecho a que se le
abone la comisión y a que se le reembolsen los gastos esto se protege de dos maneras:
i) Mediante un derecho de retención de las mercancías que están en su poder (Art. 276 C.d.C).
ii) En segundo lugar, tiene derecho a ser pagado con el importe de las mercancías vendidas con preferencia
a los demás acreedores. Para que opere el derecho de preferencia (Art. 276 C.d.C) los objetos deben estar
en poder del comisionista o a su disposición en un depósito o almacén general.
Hay casos en los que el negocio de realización de la comisión es la conclusión de un contrato de transporte.
De esta manera el comisionista de conclusión de un contrato de transporte se dedica a concluir un contrato de
transporte en nombre de otros (ej. Una agencia de viajes o agencia de mudanzas). Por tanto, agencias de
transportes o agencias de viajes son los dos tipos de comisión vinculadas a los contratos de transportes.
Las agencias de viaje son sociedades mercantiles que basan su negocio en reservar plazas y encargarse de
crear un contrato de transportes. Las agencias de viajes suelen mediar con las aerolíneas o con las empresas
de transporte para organizar un contrato de transporte.
La comisión del contrato se extingue por la revocación del comitente o por la inhabilitación o muerte del
comisionista. La revocación de la comisión se regula en el art. 279 C.d.C, donde el comitente puede resolver
el contrato por libre voluntad en cualquier momento; esto es lógico porque la comisión es un contrato de
confianza (intuitu personae).
En el propio contrato de comisión para evitar la revocación de la comisión se puede establecer una cláusula
donde se determine un plazo determinado donde se podrá revocar la comisión, y después de este plazo
deberá indemnizarse al comisionista.
1. El contrato de agencia
1.1. Concepto, caracteres y función económica
1.2. Contenido del contrato
1.2.1.Obligaciones del agente
1.2.2.Obligaciones del principal
1.3. La extinción del contrato
3. 3. Contrato de franquicia
3.1. Concepto, caracteres y función económica
3.2. Naturaleza jurídica
3.3. Forma
3.4. Contenido del contrato
3.4.1.Obligaciones del franquiciador
3.4.2.Obligaciones del franquiciado
3.5. La extinción del contrato
Estos son contratos de colaboración entre empresarios, donde un empresario le encarga la compra o venta a
otro, o la agencia. Son contratos que se diferencian muy poco entre sí, por notas como la permanencia, la
temporalidad o la actuación en nombre propio o ajeno.
1. El contrato de agencia
1.1. Concepto, caracteres y función económica
Es un contrato por el cual una persona se obliga de manera continuada y estable a promover actos u
operaciones del comercio por cuenta ajena. Este contrato no se regula en el Código de Comercio, sino en la
Ley del contrato de agencia que ha regulado ampliamente este contrato, no solamente respecto de la
compra o la venta, sino respecto de cualquier tipo de acto del comercio.
Los preceptos de la ley del contrato de agencia tienen un carácter imperativo, a no ser que en la Ley se
disponga otra cosa. Queda fuera de la ley del contrato de agencia las operaciones del mercado de valores.
(a) Es un contrato de duración y de carácter estable. Esto se diferencia de la comisión, que por definición no
es estable.
(b) En este contrato el agente es también un empresario. Y tiene independencia respecto del empresario
principal con a su propia organización (Art. 2 LCA).
(c) El agente no asume el riesgo de las operaciones que promueve o que contrata por cuenta ajena del
empresario. Aunque podría en ciertos casos garantizar la operación.
(d) Hay una diferencia con la comisión, porque en la agencia el agente siempre actúa en nombre y por
cuenta del empresario principal. En la comisión puede actuar por cuenta propia el comisionista.
(e) En el contrato de agencia hay dos empresarios autónomos diferenciados.
Es un contrato bilateral y oneroso, y no es un contrato intuitu personae. ¿Cuáles son las obligaciones de las
partes?:
El agente es quien actúan en nombre del otro empresario, y el empresario principal sería el mandatario o
comitente:
i) El agente debe promover las operaciones o actos del comercio que se le han encomendado,
personalmente o por medio de delegación de otros agentes.
ii) Además, tiene una obligación muy importante de no competencia con el empresario principal. De
manera que no podrá ejercitar la misma actividad mercantil del empresario principal, salvo pacto expreso
en contrario.
El empresario principal deberá facilitar la actividad del agente facilitándole la información que sea necesaria.
Además deberá pagarle la remuneración pactada, que desde luego tendrá una remuneración a cambio.
En el contrato de agencia, lo más importante es la causa de extinción del contrato. Las causas están reguladas
en los artículos 24, 25, 26 y 27 de la Ley de agencia:
Cuando se extingue el contrato se prevé un derecho de indemnización a favor del agente por la clientela
obtenida, u indemnización por extinción del contrato (Art. 28.1 y 28.2 Ley de contrato de agencia). Esta ley
siempre es problemática porque todo depende de si el agente ha aportado o no nuevos clientes al empresario
principal. En esta indemnización siempre hay problemas.
Frente a esta indemnización el agente puede tener una indemnización por daños y perjuicios en caso de que
se extinguiese un contrato de agencia que en principio tenía una duración indefinida (Art. 29 LCA). Además,
hay supuestos en ls que es inexistente la indemnización. Las partes podrán pactar causas diferenciadas de
extinción del contrato o de indemnización
Es un contrato por el cual un empresario que se llama concesionario se obliga a obtener productos
generalmente de una marca concreta en determinadas condiciones o en un ámbito geográfico determinado en
favor del concedente, para revenderlos y prestando una determinada asistencia a los compradores una vez
realizada la venta. El concesionario actúa en nombre y por cuenta propia y va por su propio riesgo.
Es un contrato que puede tener incidencia en la Ley en Defensa de la Competencia, y son contratos que
tienen una tipificación social y jurisprudencial, no legal. No son contratos típicos. Se trata de un contrato que
se tipifica por las partes.
Se trata de contratos unilaterales y que son contratos de confianza entre las partes (intuitu personae), tienen
un carácter personal.
Es un contrato que tiene mucha litigiosidad, sobretodo porque el concesionario estima que se puede producir
un perjuicio. Suele haber mucha litigiosidad en la indemnización por la clientela
El concedente se obliga a conceder los productos en los términos y en los plazos pactados. El concedente
puede establecer una garantía de los productos, y a veces esa garantía se puede conceder para asegurar los
productos.
La jurisprudencia ha estimado aplicable al contrato de concesión las normas del la Ley 12/1992 sobre el
contrato de agencia en materia de extinción contractual. Pero no en relación a la indemnización por clientela
por daños y perjuicios.
El concesionario se obliga a vender unos productos en exclusiva. Estas cláusulas en exclusiva pueden
plantear problemas respecto a la defensa de la competencia, porque se esta limitando el mercado.
3. Contrato de franquicia
3.1. Concepto, caracteres y función económica
Es un contrato que sirve para que otro distribuya bienes o servicios en el mercado en nombre de un
empresario. Hay un empresario principal que es el que crea los signos distintivos, el know how y la marca; y
los alquila a otros empresarios para que exploten la marca.
El franquiciador es el que presta estos signos y el franquiciado es el que los utiliza. En el art. 62 de la Ley de
ordenación del comercio minorista regula este contrato. Y el RD de 27 de febrero de 2010 regula el ejercicio
de la actividad comercial de la franquicia.
Se trata de un contrato de distribución en el que se presta la marca y el rótulo, y que el franquiciado está
emprendiendo con su propio riesgo.
3.3. Forma
3.4. Contenido del contrato
3.4.1.Obligaciones del franquiciador
3.4.2.Obligaciones del franquiciado
3.5. La extinción del contrato
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DERECHO MERCANTIL II Alumno: Guillermo Amat Pérez
Doble Grado en Filosofía y Derecho Profesora: Juana Pulgar Ezquerra
2. El contrato de transporte
1. El contrato de transporte
1.1. Concepto, caracteres y función económica
Este contrato esta regulado en la Ley 15/2009 de noviembre, de transporte terrestre de mercancías.
Este es un contrato de naturaleza jurídico privada, y que tiene un interés económico general, lo cual explica
que hay una normativa jurídico publica que se aplica a los empresarios de transporte. El grado de
intervención administrativa depende de que estemos ante un transporte terrestre, por carretera o en tren o que
sea un transporte aéreo. (P.ej. En el transporte aéreo hace falta una regulación administrativa y unas normas
que deben cumplirse para satisfacer un interés general).
El transporte es un contrato en masa, y las condiciones generales de la contratación en este supuesto son
básicas. Hay una necesidad de que la administración apruebe unos contratos tipo para que puedan prestarse
los servicios de transporte.
Este es un contrato donde hay un porteador que se obliga a transportar una cosa o persona de un lugar a otro,
y que además debe custodiar lo que transporta. De alguna manera, es una especie de subarrendamiento de
obra.
Lo que se pacta no es la mera actividad del porteador, sino que se obtenga un resultado concreto y
determinado del transporte: el transporte es el resultado.
Es un contrato fungible, es decir, este contrato puede llevarse a cabo por el propio porteador o por el propio
tercero. Si es un tercero el que presta el transporte suele contraponerse la figura del porteador contractual
que es quien lleva a cabo el contrato y del porteador efectivo o de hecho que es el que de verdad transporta
las cosas (Art. 6 Ley 15/2009, del contrato de transporte).
El contrato de transporte normalmente es mercantil. Ahora bien, en la ley del contrato de transporte no se
señala cuando estamos ante un contrato mercantil de transporte. No hay un criterio legal de mercantilidad
para este contrato, pero la doctrina utiliza el criterio del Código de Comercio
El contrato de transporte de mercancías es aquel que se lleva a cabo por aquel que se dedica
profesionalmente a transportar cosas o personas para el público en general. Esto independientemente de que
el portador sea o no empresario.
Es un contrato con una normativa muy dispersa y especializada, porque la normativa aplicable al contrato
depende de que el contrato sea terrestre, aéreo o marítimo, y además depende de que estemos en un ámbito
con una jurisdicción administrativa distinta.
a) El porteador, que es quien asume la obligación de transportar las mercancías en nombre propio,
pero puede recurrir a un tercero para ejecutar el transporte. El porteador no pierde su condición de
porteador aunque lo haga un tercero, que sería el porteador efectivo. El porteador siempre es el
contractual, es aquel con el que contrata el cliente, y es quien se compromete frente al cargador a
lograr el resultado del transporte. Quien tiene acción contra el porteador en caso de daños es el
cargador.
b) El porteador efectivo. Es el tercero que se obliga con el porteador contractual a transportar las
mercancías. Muchas sentencias dicen que el porteador efectivo tiene una responsabilidad
extracontractual con el porteador contractual. La fungibilidad del contrato de transporte permite que
haya una pluralidad de porteadores que se puede articular en diferentes vías:
i) El cargador puede estipular un solo contrato con el porteador, que se puede obligar a realizar una
parte del trayecto y se puede obligar como comisionista a buscar otros porteadores.
ii) El cargador puede estipular por separado un contrato con cada uno de los porteadores.
iii) En tercer lugar, el cargador puede estipular un solo contrato de transporte pero sabiendo que
intervendrán una pluralidad de porteadores sucesivos.
e) Los operadores del transporte o agentes del transporte: que son empresas especializadas que
intermedian en los transportes de mercancías.
- Es un contrato consensual donde la forma no es una forma rígida, y hay una serie de obligaciones que
tiene el cargador.
- El cargador tiene varias obligaciones: El cargador tiene que presentar las mercancías de manera adecuada
para ser transportadas. Debe embalar la mercancía de manera adecuada.
- El cargador tiene derechos: (i) puede exigir que el transporte se realice en la forma pactada, y (ii) además
tiene un derecho de disposición sobre las mercancías, de manera que hasta que no se cumpla el contrato el
cargador tiene un derecho de disposición sobre el contrato muy amplio.
- El porteador: (i) Esta obligado a transportar las mercancías en el tiempo y lugar pactado. Tiene también
derechos, (i) el derecho de retención de las mercancías, donde puede negarse a entregar las mercancías en
destino si no se efectúa el pago y (ii) tiene derecho a exigir el pago.
La responsabilidad del porteador: Hay una normativa específica para el transporte terrestre. En la Ley
15/2009, de 11 de noviembre, del contrato de transporte terrestre de mercancías.En los transportes
internacionales se aplica el Convenio de Ginebra.
Estos contratos se detallan en la carta de porte, que es un título valor, donde se establece que se tiene el
derecho a recibir el objeto de ese contrato.
En este caso debe mirarse la responsabilidad del porteador en el Manual, pues tiene determinadas
especializadas.
El contrato de transporte marítimo suele estudiarse en el derecho marítimo. Este puede establecerse a través
de dos modalidades: (a) A través del contrato de fletamento o (b) a través del contrato de embarque. Aunque
algunos autores cuestionas que el contrato de fletamento sea un contrato de transporte.
A) El contrato de fletamento pone a disposición del fletador un buque. Por tanto, no es en sí un contrato de
transporte sino de disposición de un buque. Lo que de verdad si es un contrato de transporte es el
conocimiento de embarque donde se aplican las reglas de Haya Visy. El billete? es un titulo-valor, y
emitirse como documento al portador o nominativo. Hay unas reglas
Si el buque o embarque tiene un accidente, puede generar un ámbito de responsabilidad propio en el propio
barco. Por ello debe estudiarse cual es el régimen de responsabilidad en esta modalidad con el Manual.
1.7.1.Elementos personales
1.7.2.Elementos formales
1.7.3.El contenido del contrato
3. Garantías reales
3.1. La prenda
3.2. La hipoteca