Ominical: El Dios de La Vida

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N° 3951

Año LXXXV
Hoja
Dominical
Ciclo A
LH: SSal I,
Dominical

domingo quinto de cuaresma


26 de marzo del 2023

El Dios de la vida
a resurrección

L de Lázaro es el
ápice de la libe-
ración de Cristo: Él es
evangelizando
85 AÑOS

el dueño absoluto de la
vida y de al muerte. En
este quinto domingo
de Cuaresma, la Iglesia
nos presenta las gran-
des verdades de la fe:
muerte y resurrección.
A través de su muerte,
Cristo es nuestra vida y
resurrección.
Es interesante seguir
el proceso del relato
evangélico de hoy, Marta
y María pasan un recado
a Jesús. No invocan el
amor de Lázaro, sino el
amor de Jesús a Lázaro:
«Señor, el que tú amas está enfermo» (Jn como su sueño y el despertar es resucitar
11,3). Es la oración confiada que deja a Je- para la verdadera vida. Hay el milagro y
sús la suprema decisión. Jesús da tiempo las reacciones son diversas. Con voz de
al tiempo: «se quedó allí dos días más» (v. autoridad Jesús impera a la muerte. El
6). Llega Jesús en Betania y se encuentra muerto obedece, se incorpora y empieza
con Marta que participa en la creencia de a andar. Es un SIGNO. Una gran oportuni-
la resurrección universal en el último día e dad ofrecida a los judíos para reconocer a
ignora que la Resurrección está a su lado. Jesús como enviado del Padre, condición
Es aquí donde las palabras de Jesús llegan para poseer la vida eterna. Por el milagro
al ápice de la revelación cristiana: «Yo soy muchos creyeron en Él; otros decidieron
la resurrección y la vida. El que cree en mí matarle.
aunque muera, vivirá» (v. 25). Para el creyente la muerte no quita la
Jesús enseña la existencia de otra vida vida; la transforma. Esta es la gran reve-
de la que él mismo es el origen y la clave. lación cristiana: Jesús es la resurrección
Cristo tiene poder sobre la vida y la muer- y la vida. El que cree en Él no morirá para
desde 1938
85 AÑOS

te; para los que creen en Él la muerte es siempre.


Oración después de la Comunión Dentro de tus llagas, escóndeme.
Alma de Cristo, santifícame, No permitas que me aparte de Ti.
Cuerpo de Cristo, sálvame Del maligno enemigo, defiéndeme.
Sangre de Cristo, embriágame. En la hora de mi muerte, llámame.
Agua del costado de Cristo, lávame. Y mándame ir a Ti.
Pasión de Cristo, confórtame. Para que con tus santos te alabe.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme. Por los siglos de los siglos. Amén.
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En este quinto domingo de cuaresma
M somos invitados a la vida y a hacer co-
munidad con los hermanos y el Señor de la vida. Dios nos visita en
cada eucaristía. Y en cada eucaristía, celebrada con amor, recobramos
la fuerza para vivir y ayudar a vivir a los hermanos. Entonemos el can-
to de entrada.
1. Canto de entrada
¡Perdón, oh Dios mío! Perdón oh indulgencia,
perdón y clemencia, perdón y piedad.
Pequé, ya mi alma su culpa confiesa;
mil veces me pesa de tanta maldad. 5. M Primera Lectura
Mil veces me pesa de haber obstinado La promesa del Espíritu es para todos los tiempos,
tu pecho rasgado ¡Oh Suma Bondad! para todos los pueblos y todos los hombres. Cua-
resma es tiempo de abrir tu tumba, tu muerte y tu
Yo fui quien del duro madero inclemente, pecado al Espíritu.
lo puso pendiente con vil impiedad.
Lectura del profecía de Ezequiel
Por mí en el tormento tu Sangre vertiste  (Ez 37, 12-14)
y prenda me diste de amor y humildad. sí habla el Señor: Yo voy a abrir las tum-
2. En el nombre del Padre, y del Hijo,
y del Espíritu Santo. Amén.
A bas de ustedes, los haré salir de ellas, y
los haré volver, pueblo mío, a la tierra de
Israel. Y cuando abra sus tumbas y los haga salir
de ellas, ustedes, mi pueblo, sabrán que Yo soy
el Señor.
Yo pondré mi espíritu en ustedes, y vivirán;
los estableceré de nuevo en su propio suelo, y así
sabrán que Yo, el Señor, lo he dicho y lo haré.
Pa­la­bra de Dios. Te ala­ba­mos, Se­ñor.
6. M Salmo responsorial
(Sal 129, 1-5. 6c-8)
Es un salmo penitencial, pero sobre todo es un
salmo de esperanza. Expresa la confianza en el
Dios redentor.
R. En el Señor se encuentra la misericordia.
Desde lo más profundo te invoco, Señor.
¡Señor, oye mi voz!
Estén tus oídos atentos
al clamor de mi plegaria. R.
Si tienes en cuenta las culpas, Señor,
¿quién podrá subsistir?
3. Acto penitencial Pero en ti se encuentra el perdón,
Lo escucharemos en el Evangelio: Jesús es la para que seas temido. R.
resurrección y la vida; con nuestro arrepenti-
miento dispongámonos a reconocer que hemos Mi alma espera en el Señor,
y yo confío en su palabra.
pecado contra el Señor y el prójimo:  (Pausa) Como el centinela espera la aurora,


9 Hijo de Dios, luz para todos los hombres:
Se­ñor, ten pie­dad.
espere Israel al Señor. R.
Porque en Él se encuentra la misericordia


9 Cordero de Dios, que quitas el
pecado del mundo:
y la redención en abundancia:
Él redimirá a Israel
de todos sus pecados. R.
Cris­to, ten pie­dad. 7. Segunda Lectura
M

9 Hijo de Dios, portador de la resurrección
y la vida:
El Espíritu ya habita en nosotros pero vivimos y
somos conducidos por los deseos y pasiones de
Se­ñor, ten pie­dad. la carne y no agradamos a Dios. Avivemos, hoy, el
Espíritu que nos hace hijos, cristianos y hermanos
4. Oración Colecta de los hombres.
Señor y Dios nuestro, te rogamos que tu gracia nos Lectura de la c arta del Apóstol san Pablo a
conceda participar generosamente de aquel amor que los cristiano de Roma
llevó a tu Hijo a entregarse a la muerte por la salva-  (Rm 8, 8-11)
ción del mundo. Por nuestro Señor Jesucristo, que vive ermanos: Los que viven de acuerdo con
y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es
Dios, por los siglos de los siglos. Amén. H la carne no pueden agradar a Dios. Pero
ustedes no están animados por la carne
sino por el espíritu, dado que el Espíritu de Dios justicia. Y si el Espíritu de Aquél que resucitó a
habita en ustedes. Jesús habita en ustedes, el que resucitó a Cristo
El que no tiene el Espíritu de Cristo no pue- Jesús también dará vida a sus cuerpos morta-
de ser de Cristo. Pero si Cristo vive en ustedes, les, por medio del mismo Espíritu que habita en
aunque el cuerpo esté sometido a la muerte a ustedes.
causa del pecado, el espíritu vive a causa de la Pa­la­bra de Dios. Te ala­ba­mos, Se­ñor.

8. M Evangelio
Jesús le dijo:
Como Lázaro estamos dormidos o muertos porque «Yo soy la Resurrección y la Vida.
estamos lejos del Señor. El Señor viene a quitarnos El que cree en mí, aunque muera, vivirá;
las vendas y a sacarnos de nuestra cárcel y a invi- y todo el que vive y cree en mí,
tarnos a la vida nueva de los bautizados. no morirá jamás.
¿Crees esto?»
Versículo antes del Evangelio
Ella le respondió: «Sí, Señor, creo que Tú eres el
 Jn 11, 25a. 26 Mesías, el Hijo de Dios, el que debía venir al mundo».
Honor y Gloria a ti, Señor Jesús.
Jesús, conmovido y turbado, preguntó: «¿Dónde
«Yo soy la Resurrección y la Vida. lo pusieron?»
El que cree en mí no morirá jamás», Le respondieron: «Ven, Señor, y lo verás».
dice el Señor.
Y Jesús lloró.
¡Gloria a ti, oh Cristo, Verbo de Dios!
Los judíos dijeron: «¡Cómo lo amaba!»
c Evangelio de nuestro Señor Jesucristo
según san Juan Pero algunos decían: «Éste que abrió los ojos del
(Jn 11, 1-7. 20-27. 33b-45) ciego de nacimiento, ¿no podía impedir que Lázaro
muriera?»
abía un hombre enfermo, Lázaro de Betania,

H del pueblo de María y de su hermana Marta.


María era la misma que derramó perfume so-
bre el Señor y le secó los pies con sus cabellos. Su
Jesús, conmoviéndose nuevamente, llegó al sepul-
cro, que era una cueva con una piedra encima, y dijo:
«Quiten la piedra».
hermano Lázaro era el que estaba enfermo. Marta, la hermana del difunto, le respondió: «Se-
Las hermanas de Lázaro enviaron a decir a Jesús: ñor, huele mal; ya hace cuatro días que está muerto».
«Señor, el que tú amas, está enfermo». Jesús le dijo: «¿No te he dicho que si crees, verás
Al oír esto, Jesús dijo: «Esta enfermedad no es la gloria de Dios?»
mortal; es para gloria de Dios, para que el Hijo de Dios Entonces quitaron la piedra, y Jesús, levantando
sea glorificado por ella». los ojos al cielo, dijo:
Jesús quería mucho a Marta, a su hermana y a Lá- «Padre, te doy gracias porque me oíste.
zaro. Sin embargo, cuando oyó que éste se encontra- Yo sé que siempre me oyes,
ba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde pero lo he dicho por esta gente que me rodea,
estaba. Después dijo a sus discípulos: «Volvamos a para que crean que Tú me has enviado».
Judea». Después de decir esto, gritó con voz fuerte: «¡Lá-
Al enterarse de que Jesús llagaba, Marta salió a zaro, ven afuera!». El muerto salió con los pies y las
su encuentro, mientras María permanecía en la casa. manos atados con vendas, y el rostro envuelto en un
Marta dijo a Jesús: «Señor, si hubieras estado aquí, mi sudario.
hermano no habría muerto. Pero yo sé que aun ahora, Jesús les dijo: «Desátenlo para que pueda cami-
Dios te concederá todo lo que le pidas». nar».
Jesús le dijo: «Tu hermano resucitará». Al ver lo que hizo Jesús, muchos de los judíos que
Marta le respondió: «Sé que resucitará en la resu- habían ido a casa de María creyeron en Él.
rrección del último día». Palabra del Señor. Gloria a Tí, Señor, Jesús.

Se dice Credo. Por todos los que serán bautizados en la


9. Oración de los Fieles próxima Pascua, para que sean fortalecidos
Oremos a nuestro Dios. Él es Dios de vivos y por el Espíritu. Roguemos al Señor.
no de muertos. Repitamos: Señor, acrecienta Por la paz en el mundo, por la paz en Ucra-
nuestra fe en la resurrección. nia y por la protección de la Comunidad.
Por el Papa, los obispos y los sacerdotes, Protege, acoge, acompaña y bendice a los
para que sean servidores de la vida y de la fe más pobres, a los refugiados y a las víctimas
en sus comunidades. Roguemos al Señor. de las guerras. Roguemos al Señor.
Por todos los gobernantes de los países para Por los difuntos, para que el Dios de la vida
que alimenten a los pobres, den vida y es- los llame y tenga junto a Él. Roguemos al
peranza a los ciudadanos más necesitados. Señor.
Roguemos al Señor. Señor Dios nuestro; Tu Hijo Jesús entregó su vida
Por todos los enfermos y moribundos, para por nosotros para que tengamos vida, la vida en
que experimenten el amor de Dios y entreguen plenitud; desde lo hondo gritamos a Ti, escucha
sus vidas en amor. Roguemos al Señor. nuestra voz. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
13. Oración de Acción de Gracias
Repitamos: Gracias Señor.
Porque somos llamados a recuperar la
10. Ca­nto de Ofertorio visión de la fe.
Te presentamos el vino y el pan:
Bendito seas por siempre, Señor. Porque eres el verdadero camino hacia la
vida.
Bendito seas, Señor,
por este pan que nos diste, Porque eres la luz que nos guía en el
fruto de la tierra camino.
y del trabajo de los hombres.
Porque eres la resurrección y la vida.
Bendito seas, Señor,
el vino Tú nos lo diste, Por sacarnos de la tumba del egoísmo.
fruto de la tierra 14. Oración de­­­­spués de la Comunión
y del trabajo de los hombres.
Dios todopoderoso, concédenos que podamos
11. Oración sobre las Ofrendas contarnos siempre entre los miembros de Cris-
Escúchanos, Dios todopoderoso, y por este sacrificio to, cuyo Cuerpo y Sangre hemos recibido. Que
purifica a estos hijos tuyos que has iniciado en la vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
fe cristiana. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. 15. Oración sobre el Pueblo
12. Canto de Comunión Padre, bendice a tu pueblo que espera en tu
Una espiga dorada por el sol, misericordia y concédele que obtenga lo que
el racimo que corta el viñador desea por tu inspiración. Por Jesucristo, nues-
se convierten ahora en pan y vino de amor, tro Señor.
en el Cuerpo y la Sangre del Señor.
16. Canto final
Compartimos la misma comunión, Victoria, Tú reinarás,
somos trigo del mismo sembrador; oh Cruz, Tú nos salvarás. (2-2)
un molino, la vida nos tritura con dolor, El Verbo en ti clavado muriendo nos rescató;
Dios nos hace Eucaristía en el amor. de ti, madero santo, nos viene la redención.

Lecturas Bíblicas Jueves, 30 de marzo 2 de abril


y Santoral del día Gn 17, 1-9; Sal 104, 4-9; Domingo de Ramos en
Lunes, 27 de marzo Jn 8, 51-59 la Procesción de Ramos
Dn 13, 1-9.15-17.19-30.33-62; Santos: Clino, Dominino, Julio, Procesión: Mt 21, 1-11
Sal 22, 1-6; Jn 8, 1-11 Osburga, Régulo. Misa: Is 50, 4-7; Sal 21, 8-9-17-18a.
Santos: Teoprepides, Alejandro,
Zanitas, Francisco, Panacea. Viernes, 31 de marzo 19-20.23-24; Flp 2, 6-11; Mt 26,

Martes, 28 de marzo Jr 20, 10-13; Sal 17, 2-7; 3,5.14–27, 66


Nm 21, 4-9; Sal 101, 2-3.16-21; Jn 10, 31-42 Santos: Francisco de Paula,
Jn 8, 21-30 Santos: Amós, Balbina, Benjamín, María Egipcia.
Santos: José, Doroteo, Octavio, Guido, Renato, Acacio.
Hilarión, Tutilo, Proterio.
Miércoles, 29 de marzo Sábado, 1 de abril
Dn 3, 14-20.91-91.95; Sal Resp: Dn Ez 17, 21-28; Sal Resp: Jr 31,
3, 52-56; Jn 8, 31-42 10-12ab. 13; Jn 11, 45-57
Santos: Arquinimo, Armogastes, Santos: Hugo, Celso, Esteban,
Bartolo, Gladys, Eustasio. Teodora.

El Sacramento de la Misericordia
onfesarse es fácil. Se recomienda la confe-

C Basta querer hacer-


lo bien. Un sincero
arrepentimiento de haber-
sión frecuente. Con ella se
consigue estos magníficos
frutos:
te portado mal con Dios. “Aumenta el propio
Humildad para compren- conocimiento, crece
der que somos pecadores y la humildad cristiana,
para decir los pecados al se desarraigan las
confesor. malas costumbres,
Dios no aborrece jamás al hombre, no se hace frente a la tibieza, se purifica
siente jamás repugnancia por Él; espera la conciencia, se robustece la voluntad,
con paciencia su arrepentimiento. aumenta la gracia.”
Edición y Revisión: Kevin Bludssat y Fr. Paco Fernández • Distribución: Martha Argota

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