Temas Monaguillos
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OBJETIVO:
Tarcisio era un muchacho cristiano de la comunidad de Roma en tiempos del Imperio Romano. Numerosos cristianos eran
tomados presos por orden del Emperador. Deseaban recibir la Eucaristía antes de morir. Pero ¿cómo hacerlo, si estaba
prohibido el culto cristiano? Tarcisio se ofreció hacerlo, pues no levantaría sospechas si llegara a la cárcel como de visita,
llevando oculto al Santísimo. Pero en el camino unos compañeros paganos lo vieron y lo invitaron a jugar con ellos. Aunque
pasó un rato con ellos, despertó sus sospechas: ¿qué guardará ahí? ¿No serán los secretos de los cristianos? ¿Será acaso
cristiano Tarcisio? Se lo quisieron quitar pero él se resistió. Comenzaron a insultarlo, a golpearlo, y finalmente lo apedrearon
hasta matarlo pero sin ceder su precioso tesoro.
1.2 PREGUNTAS:
Al acólito, Jesús lo ha hecho su amigo. Nos reveló el Reino de los cielos, nos dio su vida, a través del Bautismo, la
Confirmación y la Eucaristía.
El punto culminante de esta amistad con Jesús se da en el servicio a la celebración de la Misa. De ahí brotan todas las
amistades. Ahí aprendemos a servir y a darnos a nosotros mismos.
3.-Ahora actuemos:
Amigo Jesús:
Haz que cada día sea mejor y sirva de buen ejemplo a los demás.
Bendice a todos los monaguillos y acólitos, para que ayuden al decoro de las celebraciones, y para que florezcan entre
nosotros las vocaciones consagradas.
Meditación: Piensa qué quiere decir “Habla, Yavé, que tu siervo te escucha”.
c) Aplicación a la vida personal: Este es un llamado que Dios hace a cada uno de nosotros. Nos
está invitando a formar parte del grupo de monaguillos y cada uno de nosotros, al igual que
Samuel, debemos responder “Habla, Yavé, que tu siervo te escucha”. Es con esta respuesta
(Mt. 28,19-20)
En la vida de la Iglesia se realiza un dialogo constante entre la comunidad humana y Dios Padre, por medio de Cristo en los
Sacramentos.
Jesús nos llama a la vida, nos da la vida para que sirvamos. A todos nos pide y nos llama a realizar diferentes tipos de
servicios. Tú que deseas ser monaguillo has sido llamado por el mismo Jesús para que le sirvas en el altar.
• También debo saber cuáles son sus nombres, donde se guardan y como se limpian.
Marcos 11, 17: “Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones”
B) LA SACRISTIA
La Sacristía es el lugar donde se guardan las vestiduras y los elementos necesarios para la celebración de los sacramentos. Es
el lugar donde preparamos la liturgia ahí están los ornamentos con los que se reviste el sacerdote.
VER: ¿Las personas que tu conoces demuestran su amor por la casa de Dios?
VALORAR: ¿Cómo nos dice el salmo que debemos amar la casa de Dios?
ACTUAR: ¿Qué harás para mostrar tu amor a la casa de Dios?¡donde y cuando lo harás?
Todos nosotros, los monaguillos, formamos parte importante de nuestro grupo y nuestro compromiso es
dar siempre lo mejor de nosotros sin descuidar a los demás grupos a los que pertenecemos (familia,
ACTIVIDAD.-
Día 3, 4 y 5.- piensa y escribe lo que significa para ti pertenecer al grupo de monaguillos, cuál es tu
función dentro de él y haz un collage sobre ello y en la próxima sesión preséntalo a tus compañeros.
Día 7: pide a tus papás que te expliquen lo que significa ser un Pastor.
Tema 5: LA MISA Y SUS PARTES
Sesión 17: La Misa ( Primera Parte)
OBJETIVO: Dar a conocer al monaguillo el significado de la Celebración Eucarística para crear en
él conciencia de la importancia de la misma. Explicar al monaguillo el esquema de una Misa
ordinaria, enfocándose principalmente en el Rito de Entrada y la Liturgia de la Palabra.
Oración Inicial: hechos 2,42; 44-47
Todos se reunían asiduamente para escuchar la enseñanza de los apóstoles y
participar de la vida en común, en la fracción del pan y en las oraciones. Todos los
creyentes se mantenían unidos y ponían los suyo en común: vendían sus
propiedades y sus bienes, y se repartían de acuerdo a lo que cada uno de ellos
necesitaba. Íntimamente unidos, frecuentaban a diario el templo, partían el pan en
sus casas, y comían juntos con alegría y sencillez de corazón; ellos alababan a
Dios y eran queridos por todo el pueblo. Y cada día, el Señor acrecentaba la
comunidad con aquellos que debían salvarse.
I. REVISIÓN DE LA ACTIVIDAD
Los católicos que somos la familia de Jesús, nos reunimos todos los domingos para
celebrar la Misa. Jesús resucitó un domingo: el domingo de Pascua. La palabra “domingo”
significa “día del Señor”.
Desde los primeros tiempos, los cristianos establecieron como día de fiesta el domingo.
Ese día se reunían para estar juntos, escuchar la palabra de Dios y comer el cuerpo y
beber la sangre de Jesús. Muy pronto a esta reunión se le denominó “Eucaristía” que
significa “acción de gracias”.
El domingo es también el día que dedicamos especialmente para estar en familia, para
descansar, jugar y compartir nuestra vida.
II. PARTIR DE LA REALIDAD
1. Nosotros en familia, ¿qué hacemos los domingos?
2. Cuando llegamos al templo:
• ¿Estamos con cara de aburridos?
• ¿Nos da alegría estar ahí?
• Decimos “¡Uf! ¿Cuándo termina esto?
• ¿Participamos rezando y cantando?
3. ¿Qué es la Liturgia de la Palabra?
III. DESARROLLO DEL TEMA
Rito de Entrada y Liturgia de la Palabra
INTRODUCCIÓN
Los fines de la misa.
a) Adoración: En la Misa ofrecemos a Dios como homenaje de nuestra adoración lo que el
mismo nos ha dado; nada menos que el Cuerpo y la Sangre de Cristo, que tiene valor
infinito.
b) Acción de gracias: En ella nos presentamos ante Dios para darle gracias por sus
innumerables dones espirituales y materiales.
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c) Petición de perdón: Es Evidente que somos pecadores, que ofendemos a Dios, que no
tenemos méritos personales, sin embargo, no nos llenamos de tristeza, pues podemos
decir: ¡Señor ten piedad! Y tener la seguridad de ser escuchados y perdonados.
d) Súplica: ¡Necesitamos tantas cosas! En este mundo quien no puede conseguir algo pide
ayuda, y cuando la persona está sobre nosotros pedimos la intercesión de otra que este
en mayor estima que nosotros (mamá por favor dile a papa que me dé permiso para ir a…)
Nosotros para pedirle a Dios Padre tenemos pocos méritos, por eso pedimos siempre la
intercesión de su Hijo Jesús: "Por Jesucristo Nuestro Señor". Con esta recomendación,
nosotros podemos acudir confiados a quién todo lo puede.
Intenta no sólo asistir, sino vivir el Santo Sacrificio de la Misa. Aprende a meterte en las palabras y
oraciones. Si los que estamos en Misa, realmente la vivimos, el mundo - cada uno de nosotros -
será notablemente mejor. Porque una Misa tiene un valor infinito, ya que allí se ofrece al mismo
Jesucristo Hijo de Dios.
Oraciones y otras partes que corresponden al sacerdote
Entre las atribuciones del sacerdote, ocupa el primer lugar la Plegaria Eucarística, que es
el culmen de toda la celebración. Se añaden a ésta, otras oraciones, es decir, la oración
colecta, la oración sobre las ofrendas y la oración después de la comunión.
Otras fórmulas que se usan en la celebración.
Las aclamaciones y respuestas de los fieles a los saludos del sacerdote y a sus oraciones
constituyen precisamente ese nivel de participación activa que se pide en cualquier forma
de Misa a los fieles reunidos, para que quede así expresada y fomentada la acción común
de toda la comunidad.
Posturas corporales
La postura uniforme, seguida por todos los que toman parte en la celebración. Es un signo
de comunidad y unidad de la asamblea, ya que expresa y fomenta al mismo tiempo la
unanimidad de todos los participantes.
En todas las Misas, a no ser que se diga lo contrario, queden de pie: desde el principio del
canto de entrada, mientras el sacerdote se acerca al altar, hasta el final de la colecta; al
canto del Aleluya que precede al Evangelio; durante la profesión de fe y la oración de los
fieles; y, desde que empieza la oración sobre las ofrendas hasta el fin de la Misa. Es una
postura de respeto y estar listos para actuar.
En cambio, estarán sentados durante las lecturas con su salmo responsorial; durante la
homilía, y mientas se hace la preparación de los dones en el ofertorio; también, según la
oportunidad, a lo largo del sagrado silencio que se observa después de la Comunión.
En cambio estarán de rodillas, a no ser que lo impida la estrechez del lugar o la
aglomeración de la concurrencia o cualquier otra causa razonable, durante la
consagración.
El silencio
También como parte de la celebración, ha de guardarse en su tiempo silencio sagrado. La
naturaleza de este silencio depende del momento en que se observa durante la Misa; por
ejemplo, en el acto penitencial y después de una invitación a orar, los presentes se
concentran en sí mismos: al terminarse la lectura o la homilía, reflexionan brevemente
sobre lo que han oído; después de la comunión alaban a Dios en su corazón y oran.
La misa consta en cierto sentido de dos partes: Liturgia de la Palabra y la Liturgia
Eucarística, tan estrechamente unidas entre sí, que constituyen un solo acto de culto.
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Otros ritos pertenecen a la apertura (ritos iniciales) y la conclusión de la celebración (rito de
Comunión).
Las siguientes indicaciones corresponden a la Ordenación del Misal Romano, las letras indican la
postura que deben asumir los fieles (P: parados; S: sentados; R: arrodillados). Los comentarios
aquí descritos relacionados a cómo debe ser la labor del monaguillo, son únicamente
recomendaciones y antes de realizarlas se deberán platicar con el sacerdote para recibir su
aprobación.
1. RITOS INICIALES
Entrada del sacerdote (P)
Mientras entra el sacerdote, comienza el canto de entrada. El fin de este canto es abrir la
celebración, fomentar la unión de quienes se han reunido y elevar sus pensamientos a la
contemplación del misterio litúrgico o de la fiesta.
Al ir saliendo al altar recuerda que todos los detalles de educación,
urbanidad y cortesía natural cobran en ti un valor sobrenatural. (Piensa
en tu aseo de cara, cuello, manos, peinado: limpieza de ropa y
calzado...) Vas a una fiesta sagrada.
Procura que todas tus posturas junto al altar reflejen respeto y
devoción. No es elegante ni correcto el estar con las manos en el
bolsillo, o caídas y lacias; ni que vuelvas sin necesidad la vista hacia la
gente; ni el estar muy cerca del sacerdote como curioseando lo que
dice o lee; ni apoyarte o agarrarte al altar, o dejar sobre él algo tuyo,
como un pañuelo, un libro... Postura religiosa es llevar las manos
juntas, palma con palma o con los dedos entrelazados.
Delante del sacerdote y a uno o dos pasos de él sales al presbiterio,
con las manos juntas.
Saludo al altar y pueblo congregado (P)
Cuando llega, el sacerdote hace unos gestos en el altar que en ocasiones pasan
desapercibidos; tales como, una genuflexión y un beso ante el altar. Estos gestos tienen un
sentido muy importante y relevante. La Misa se celebra en un altar = alto, presidido por un
crucifijo que es imprescindible, ya que ahí se va a llevar a cabo el sacrificio incruento de la
Cruz, por lo tanto, es un recordatorio para el sacerdote y los fieles, de lo que ahí va a
suceder. La inclinación del sacerdote es el primer acto de adoración y reverencia. El beso
al altar significa el beso a la Iglesia.
Mientras el sacerdote se inclina al altar, cada monaguillo deberá
inclinarse desde el lugar en donde se encuentre.
Tu puesto podrá variar dependiendo de la distribución del presbiterio en
tu templo y de las preferencias del sacerdote. Si comienza la Misa en la
sede estarás mejor en el otro extremo y un poco vuelto hacia él.
Y si en la sede no tiene atril y el sacerdote lo considera bueno, sosténle
el misal; si eres bajo de talla, parado frente a él, sujétale el libro con las